SIN LÍMITES
La Virgen en tus ojos
1
Olón, Costa del Sol, Ecuador.
Esta Virgen me gusta. Esta Virgen es una embustera, como yo.
Desde el subsuelo del santuario, construido en un cerro sobre el nivel del mar, esta figura de menos de un metro de altura le hizo creer al mundo que lloraba sangre.
Sé que un hecho repetido hasta el cansancio puede convertirse en una verdad absoluta. Gana quien repite mejor, quien llora mejor. Como la Virgen, como yo.
Bajo las escaleras del santuario. El olor a incienso es penetrante. Nunca entendí la falta de cuidado de este lugar sagrado. Cualquiera, como yo, puede entrar, salir o robarse esa figura tan preciada: la famosa Virgen de Olón.
Una vez pensé en llevármela, pero me arrepentí; no fue por convicción, sino por conveniencia. La imagen de mujer piadosa, que a diario le reza a la Virgencita, es el rol que quiero aparentar. Y me viene saliendo bien, desde hace veinte años.
La Virgen está en el sótano, como siempre, como todos los días: con su manto celeste cubierto de cristalitos de roca, con su vestido color manteca bordado en hilos dorados. La cerámica con la que moldearon su cara parece no haberse oscurecido con los años. Y las lágrimas surcando el
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