DE EVA A ELEANOR
Eva, Clara, Clementine... La historia, a veces injusta, ha invisibilizado a estas mujeres y ha hecho que sea necesario citar su apellido para ubicarlas en un momento concreto del pasado. Algo que no ha sucedido con sus maridos, los Adolf, Benito y Winston de rigor. Sin embargo, la realidad es que ellas también existieron; que su contribución fue clave para el destino de la Segunda Guerra Mundial y que, a pesar de que se suele obviar su papel, algunas superaron las aportaciones de sus respectivos maridos.
Los dos amores de Hitler
Del interminable elenco de personajes ligados a la Segunda Guerra Mundial, existe uno que destaca sobre el resto: Adolf Hitler. Sobra citar su maldad, pero hasta este Satanás nazi contó varios amoríos. Una de sus primeras relaciones fue con Angela Maria “Geli”Raubal, 19 años menor que él e hija de su hermanastra. Más allá de la obsesión que se generó entre ambos -el futuro dictador declaró que la amaba y que se reservaba “el derecho a vigilar sus relaciones masculinas”-, suele dejarse a un lado que esta joven no podía distar más del arquetipo de mujer aria, pues era morena y bajita, tenía un carácter rudo y adoraba presentarse en sociedad con las piernas al aire. Su “tío Alf”, como le llamaba, le destruyó la vida: le impidió cursar estudios de canto, evitó que se viera con otros hombres y controló todos sus actos. Al final, se suicidó cuando sumaba poco más de 20 años de edad.
Poco le duró la soltería a Hitler después de esta
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