SIN LÍMITES
CHARLOTTE
Confiesa que se ha pasado toda la vida haciéndose preguntas. Ya de niña planeaban por su cabeza cuestiones existenciales -«como el simple hecho de estar aquí, en la Tierra», recuerda con inocencia- que hicieron que su curiosidad aleteara en busca de respuestas. Sin embargo, no fue hasta años después cuando encontró el modo perfecto de satisfacer sus inquietudes. «Es difícil precisar un momento exacto, pero diría que comencé a sentir el poder que tiene la literatura con la poesía, porque a través de ella me di cuenta de hasta qué punto ciertas asociaciones de palabras podían suscitar emociones, sensaciones. Esa capacidad de transportarte a otro lugar la experimenté con Baudelaire y El simple hecho de llevarme a otros sitios y hacerme soñar me conmovió», dice, enumerando después otras
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