Empezar de cero
Por Jimi Hendrix
5/5
()
Información de este libro electrónico
Jimi Hendrix
Jimi Hendrix nació en Seattle, en el seno de una familia humilde, en 1942. A pesar de su temprana desaparición, ha sido considerado como uno de los mejores músicos del siglo xx. Elegido como el mejor guitarrista de todos los tiempos por la revista Rolling Stone y como el mejor guitarrista eléctrico por Time, tanto él como su banda, The Jimi Hendrix Experience, contaron con el reconocimiento de la crítica internacional y siguen influyendo en el panorama musical actual. Hendrix se convirtió en un símbolo para el festival de Woodstock y en una auténtica leyenda del rock, con un prolífico legado musical para una carrera que apenas duró cinco años. Murió en Londres en 1970, con sólo veintisiete años.
Relacionado con Empezar de cero
Libros electrónicos relacionados
Memorial Device Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa música no es lo más importante: Contradicciones de un melómano con su pasión Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMañanas negras como el carbón Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Memorias de Neil Young: El sueño de un hippie Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Crónicas I: Memorias Calificación: 5 de 5 estrellas5/5De aquí nadie sale vivo: La vida de Jim Morrison Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Las Huellas Del Rock. Los Datos Más Curiosos De Cincuenta Figuras Que Marcaron La Historia De Este Ritmo Musical Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesJimi Hendrix Calificación: 2 de 5 estrellas2/5Bob Dylan: Vida, canciones, compromiso, conciertos clave y discografía Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNowhere Man: Los últimos días de John Lennon Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesFreak Scene: Los chalados e inconformistas que crearon la música independiente, 1975-2005 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa verdadera historia de Frank Zappa: Memorias Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Deep Purple: Historia de la saga Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Pink Floyd: Vida, canciones, simbología, conciertos clave y discografía Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Black Sabbath: Vida, canciones, conciertos clave y discografía Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Música infiel y tinta invisible: Unfaithful music & disappearing ink Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Cash - Man in Black: Su propia historia en sus propias palabras Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Autobiografía Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Elton John: La historia de uno de los grandes mitos del pop Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTanto que contar: Historia oral de Bob Marley Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNacer. Crecer. Metallica. Morir: Volumen I Calificación: 4 de 5 estrellas4/5The Haçienda: Cómo no dirigir un club Calificación: 5 de 5 estrellas5/531 canciones Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Young Americans: La cultura del rock (1951-1965) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Iron Maiden: Vida, canciones, simbología, conciertos clave y discografía Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMetallica - Furia, Sonido y Velocidad: La verdad sobre la más celebre banda de Metal Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl río de la música: Del jazz y blues al rock. Desde Memphis a Nueva Orleans Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesVintage: Un thriller fascinante sobre guitarras míticas, artistas legendarios y lugares emblemáticos del rock y el blues Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Yo soy Brian Wilson y tú no Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Tristeza Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Comentarios para Empezar de cero
1 clasificación0 comentarios
Vista previa del libro
Empezar de cero - Jimi Hendrix
Empezar de cero
Empezar de cero
JIMI HENDRIX
TRADUCCIÓN DE RAQUEL VICEDO
Todos los derechos reservados.
Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, transmitida
o almacenada de manera alguna sin el permiso previo del editor.
Título original
Starting at Zero: Jimi Hendrix's Own Story
Empezar de cero (originalmente titulado Una habitación llena de espejos) ha sido producido sin la contribución, ayuda, o autorización de Al Hendrix, Janie Hendrix, Experience Hendrix, L.L.C., ni cualquier otra parte asociada con ellos.
Copyright © GRAVITY LIMITED, 2013
All rights reserverd
Primera edición: 2013
Fotografía de portada
© GERED MANKOWITZ
Traducción
©
RAQUEL VICEDO
Copyright ©
EDITORIAL SEXTO PISO, S. A. DE C. V.
, 2013
París 35-A
Colonia del Carmen, Coyoacán
04100, México D. F., México
SEXTO PISO ESPAÑA, S. L.
c/ Los Madrazo, 24, semisótano izquierda
28014. Madrid
www.sextopiso.com
Diseño
ESTUDIO JOAQUÍN GALLEGO
Formación
GRAFIME
ISBN: 978-84-16358-33-5
Depósito legal: M-22690-2013
Impreso en España
© Joel Axelrad/Cache Agency.
INTRODUCCIÓN
A todos los efectos, este libro ha sido escrito por Jimi Hendrix. Pero dado que ha sido recopilado póstumamente, parece justo dar una explicación sobre cómo se ha llegado al texto final.
En cierto modo, incluso la idea del libro surgió del propio Jimi. Nació a partir de una biografía para el cine en la que Alan Douglas y yo estábamos trabajando. Como no queríamos poner palabras en boca de Jimi, comenzamos a experimentar con diálogos extraídos de registros de cosas que él había dicho realmente. Reunimos un enorme dossier a partir de todas las fuentes que pudimos autentificar sin ningún tipo de duda. Había una sobreabundancia de material, ya que durante los cuatro años que fue el centro de la atención pública, Jimi concedió entrevistas constantemente. También era un escritor compulsivo, y para ello utilizaba los artículos de escritorio de los hoteles, pedazos de papel, cajetillas de cigarrillos, servilletas –cualquier cosa que tuviera a mano.
Aunque con anterioridad se han publicado extractos de algunas de estas entrevistas y escritos, con demasiada frecuencia se han utilizado para apoyar las ideas de otras personas sobre la vida de Jimi y su música. Pero, al leer todo el material disponible, queda patente que Jimi dejó su propio relato de sí mismo, extraordinariamente claro y exhaustivo, aunque de un modo fragmentado y un poco elíptico. Sentimos que era imprescindible que, entre la plétora de mitos y medias verdades, Jimi pudiera ofrecer su propia versión de su vida y de su música.
Empezar de cero es el resultado de reorganizar este material en una estructura narrativa. Como cineasta, me pareció natural hacerlo como si estuviera editando secuencias fílmicas de un documental. El hecho de que la forma de hablar de Jimi sea tan rítmica y sus expresiones, tan ricas visualmente, me ayudó a continuar con este enfoque. De un modo extraordinario y evocador, el libro tomó vida propia. Comenzó a desarrollar una voluntad propia, tanto, que empecé a preguntarme: «Si aquí hay un escritor fantasma
, ¿quién de los dos es?». Al decir esto, supongo que lo que realmente estoy haciendo es rendir homenaje al extraordinario poder de la presencia de Jimi a través de sus palabras.
De hecho, contó tan bien su historia que sólo he tenido que tomarme unas pocas libertades. Aparte de eliminar repeticiones, en poquísimas ocasiones he combinado frases o cambiado la gramática cuando me ha parecido necesario aclarar el significado de algo. Además, puesto que el material original inicialmente no estaba destinado a ser utilizado de este modo, he añadido breves notas para dar información contextual fundamental y para ayudar a comprender la secuencia de los acontecimientos. Las letras están incluidas no sólo porque se mencionan en el texto, sino porque el conjunto de las canciones de Jimi es en sí mismo autobiográfico. Siempre defendió que para él la vida y la música eran inseparables. En ausencia de su música, que es el testimonio auténtico por excelencia, sus letras constituyen una dimensión poética fundamental.
Los recuerdos de Jimi de sus primeros veintitrés años de vida encajaron con facilidad en una estructura narrativa. Por motivos obvios, Jimi nunca dio una versión clara y ordenada de sus últimos cuatro años. No obstante, sí habló largo y tendido de las ideas que se estaban formando en su cerebro, y de los cambios de percepción y conciencia que estaba experimentando. En consecuencia, al avanzar el libro, éste deja de ser un relato de los acontecimientos externos y se convierte en la exploración de un viaje interior. Este viaje interior es el punto decisivo del libro –y de un modo muy apropiado, puesto que la historia de Jimi trató sobre cruzar los límites.
Hasta un determinado momento, el título provisional de este libro fue Carta a una habitación llena de espejos. El espejo fue una imagen con la que Jimi se obsesionó durante los últimos años de su vida. Puede interpretarse como un símbolo –o como el comienzo del paso más importante de todos–. Según las tradiciones de los nativos americanos, el espejo del autorreflejo representa nuestro estado normal de humanidad, un estado de autoencarcelamiento a partir del cual vemos el mundo desde un punto de vista condicionado, repetitivo y, en consecuencia, no creativo. En estos términos, romper el espejo del autorreflejo significa ir más allá de esta visión limitada del mundo y alcanzar las infinitas posibilidades de la misma fuente creativa.
«De esta manera las visiones, las ideas y las inspiraciones surgen prístinas de las fuentes primarias de la vida y del pensamiento humano. De aquí, su elocuencia, no de la sociedad y de la psique presentes y en estado de desintegración, sino, de la fuente inagotable a través de la cual la sociedad ha de renacer. El héroe ha muerto en cuanto a hombre moderno; pero como hombre eterno —perfecto, no específico, universal— ha vuelto a nacer».
JOSEPH CAMPBELL
¹
Si este libro funciona, es porque Jimi estuvo dispuesto a hablar de sí mismo con sensibilidad, candor y humor. En este sentido, debemos dar las gracias especialmente a la multitud de periodistas que entrevistó a Jimi y a los coleccionistas que registraron y conservaron el material reunido en el libro. En particular, quiero dar las gracias a Michael Fairchild por sus constantes esfuerzos por localizar y autentificar el material original, así como por su entusiasmo ilimitado y sus creativas ideas; a Christopher Mould, por su inestimable apoyo y participación durante el difícil período de génesis del libro, y a Kevin Stein, por su paciencia y sensibilidad al ayudarme a terminar el último borrador. Por último, estoy eternamente agradecido a Alan Douglas por darme la oportunidad de trabajar en un proyecto tan profundamente gratificante. Sus conocimientos y consejos han sido una guía de incalculable valor durante todo el proceso, y han sido su visión y dedicación las que han hecho posible este libro.
PETER NEAL
Este libro está dedicado a la memoria de Jimi Hendrix
I USED TO LIVE IN A ROOM FULL OF MIRRORS
All I could see was me
Well I take my spirit and crash my mirrors
Now the whole world is here for me to see
I said, the whole world is here for me to see
Now I’m searching for my love to be
Broken glass was all in my brain
Cut’n screamin’, cryin’ in my head
Broken glass was all in my brain
It used to fall out of my dreams and cut me in my bed
It used to fall out of my dreams and cut me in my bed
I said, making love was strange in my bed
Love come shine over the mountain
Love come shine over the sea
Love come shine on my baby
Then I’ll know exactly who’s for me
Lord, I’ll know who’ll be for me
Yo vivía en una habitación llena de espejos
Sólo me veía a mí mismo
Me armo de valor y hago añicos los espejos
Ahora veo el mundo entero
Dije que ahora veo el mundo entero
Ahora busco a la que será mi amor
Mi cerebro estaba lleno de cristales rotos
Cortando y chillando, gritándome
Mi cerebro estaba lleno de cristales rotos
Salían de mis sueños y me cortaban en la cama
Salían de mis sueños y me cortaban en la cama
Dije que hacer el amor en mi cama me resultaba extraño
El amor aparece iluminando la montaña
El amor aparece iluminando el mar
El amor aparece iluminando a mi chica
Y así sabré exactamente quién será
Señor, sabré quién es para mí
© Fotografía de Delores Hamm Hall (cortesía de la colección de Leon Hendrix).
1. Voodoo Child
(noviembre de 1942-julio de 1962)
Well, the night I was born
Lord, I swear the moon turned a fire red
Well, my poor mother cried out
Lord, the gypsy was right
And I see’d her fell down right dead…
Niño vudú
La noche en que nací,
Señor, juro que la luna se volvió rojo fuego.
Mi pobre madre lloró amargamente,
Señor, la gitana tenía razón
y la vi desplomarse muerta…
Nací en Seattle, Washington, Estados Unidos, el 27 de noviembre de 1942 a la edad de cero años.
Me acuerdo de una enfermera poniéndome un pañal y apretándolo bastante. Debía de estar en el hospital enfermo de algo, porque recuerdo no sentirme muy bien. Entonces, me sacó de la cuna y me acercó a la ventana, y me mostró algo en el cielo. Eran fuegos artificiales –así que debía de ser el 4 de julio–. Esa enfermera me puso a cien, colocado por la penicilina que seguramente me había dado, y yo miraba hacia arriba, y el cielo era simplemente…
SsschuusssSchush
¡Mi primer viaje!
También me acuerdo de cuando era tan pequeño que cabía en una cesta de la ropa sucia. Y me acuerdo de cuando sólo tenía cuatro años y me hice pis encima, y me quedé fuera bajo la lluvia durante horas para mojarme entero y que mi madre no se diese cuenta. Pero se dio cuenta.
Mi padre era muy estricto y racional, pero a mi madre le encantaba disfrazarse y pasarlo bien. Solía beber mucho y no se cuidaba, pero era una madre genial. Mi padre y mi madre tenían problemas. Rompían constantemente, y mi hermano y yo acabábamos en casas distintas. Yo me quedaba sobre todo con mi tía y con mi abuela. Siempre tenía que estar listo para pasar a escondidas a Canadá.
Mi abuela es india. Es medio cherokee. Hay muchas personas en Seattle que tienen sangre india. Es sólo otra parte de nuestra familia, nada más.
Solía pasar mucho tiempo en la reserva de mi abuela, en Vancouver, en el estado de British Columbia. Tío, hay mucha gente en la reserva, y era horrible. Todas las casas son iguales, y ni siquiera son casas, son como chozas. Es un lugar espantoso. La mitad de los que viven allí están en una zona de chabolas, bebiendo y totalmente idos. Y no hacen nada. Solía cabrearme tanto que… que no presté mucha atención al profesor cuando nos dijo que ¡los indios están mal! Quiero decir, en otras palabras: «¡Todos los indios están mal porque tienen la gonorrea!».
Ahora mi abuela vive en un edificio de apartamentos genial en Vancouver. Tiene televisión y radio, y esas cosas. Pero todavía conserva su largo pelo plateado.
Cuando era pequeño solía contarme historias indias preciosas, y los niños en el colegio se reían de mí cada vez que aparecía con los chales y los ponchos que ella me tejía. Ya sabes, la típica historia sensiblera. Me dio una pequeña chaqueta mexicana con borlas. Era genial, y me la ponía para ir al colegio todos los días, sin importarme lo que pensaran los demás, porque me gustaba. Me gustaba ser diferente.
[Al y Lucille Hendrix se divorciaron en diciembre de 1950. Jimmy y su hermano pequeño, Leon, se quedaron con su padre. Jimmy vio a su madre por última vez en enero de 1958. Ella murió un mes después].
Cuando era muy pequeño, soñé que unos camellos se llevaban a mi madre. Era una caravana grande, y las sombras de los contornos de las hojas se marcaban en su rostro. ¿Sabes cómo brilla el sol a través de un árbol? Bueno, estas sombras eran verdes y amarillas. Y ella me decía: «A partir de ahora ya no te veré mucho, ¿sabes?, así que nos vemos».
Más o menos dos años después de ese sueño, murió. Siempre recordaré ese sueño. Jamás lo olvidé. Hay sueños que jamás se olvidan.
* * *
Mi padre fue quien prácticamente cuidó de mí. Era religioso, y yo solía ir a la escuela dominical. Me enseñó que uno siempre debe respetar a los mayores. No se me permitía hablar a menos que un adulto se dirigiera a mí primero. Así que siempre he sido muy callado. Pero he visto muchas cosas. En boca cerrada no entran moscas.
Mi padre era jardinero, y antes había sido electricista. ¡Así que no es que fuéramos ricos! La cosa se ponía fea en invierno cuando no había hierba que cortar. Solía cortarme el pelo y dejarme como un pollo desollado, y mis amigos me llamaban «Coco brillante».²
Estaba muy solo. Todas las noches llevaba a un perro abandonado a casa, hasta que papá me dejó quedarme con uno. Resultó ser el más feo de todos. En realidad era «Príncipe Hendrix», pero ¡nosotros lo llamábamos dawg³ a secas! También tenía gatos. Me encantan los animales. Los ciervos y los caballos son los más bonitos. Veía muchos ciervos en las afueras de Seattle. Una vez vi un ciervo, y algo me atravesó durante un segundo, fue como si ya lo hubiera visto antes. Quiero decir, fue como si tuviera una conexión real muy fuerte con ese ciervo durante una fracción de segundo. Dije: «¡Espera!», y entonces se alejó.
Fui al colegio en Seattle, y después, en Vancouver, en el estado de British Columbia, de donde eran mis viejos. Después volví a Seattle, a la Garfield High School. En general, mi colegio era bastante tranquilo. Había chinos, japoneses, puertorriqueños, filipinos… ¡Ganábamos todos los partidos de fútbol!
En el colegio solía escribir mucha poesía, y eso me hacía muy feliz. Mis poemas hablaban sobre todo de flores y de naturaleza, y de personas que llevaban batas. Quería ser actor o pintor. Me gustaba pintar sobre todo escenas en otros planetas: Tarde de verano en Venus, y cosas así.
La idea de viajar en el espacio me entusiasmaba más que ninguna otra cosa. La profesora decía: «Pintad tres escenas», y yo hacía cosas abstractas, como Atardecer marciano, ¡fuera de coñas!
Ella me dijo: «¿Cómo te sientes?», y yo le dije algo surrealista, del tipo: «Bueno, eso depende de cómo se sienta la gente de Marte».
Sencillamente, no se me ocurrió otra cosa que decirle. Me había cansado de decir: «Bien, gracias».
Me dijo: «Por haber dicho eso, vas a sentarte delante». Así que me metí en el pequeño cubículo, como en las motos de la Gestapo: el conductor se sienta en la moto y el comandante se sienta en el cubículo. Nunca pude sentarme con los demás. La profesora se sentó a mi lado en tercer grado y dijo: «¡Esto es para dar ejemplo!», mientras me tocaba las rótulas por debajo del pupitre.
Decían que llegaba tarde constantemente, pero sacaba sobresalientes y notables. La verdad es que tenía una novia en clase de arte, y nos pasábamos el día de la mano. A la profesora de arte no le gustaba nada. Tenía muchos prejuicios.
Dijo: «Señor Hendrix, por favor, venga al guardarropa en seguida». En el guardarropa me dijo: «¿Qué se propone hablándole así a esa mujer blanca?». Yo respondí: «¿Qué le pasa? ¿Está celosa?». Empezó a gritar y me expulsaron. Yo grito con facilidad.
[Jimmy abandonó la Garfield High School en octubre de 1960, a los diecisiete años].
Recuerdo cuando
me echaron amablemente del colegio.
Dijeron que mis intenciones no eran buenas…
Y me sentí tan orgulloso que grité bien fuerte:
«¡Al infierno contigo, colegio anticuado!».
Esperas y esperas, pero nada llega para salvarte del
aburrido destino de vivir como un ángel.
Siempre haces lo correcto, jamás tienes que luchar,
nunca te entran ganas
de dar un paso más allá de la vuelta de la esquina.
Dejé el colegio pronto. No era para mí. Quería que me ocurriera algo. Mi padre me dijo que me buscara un empleo. Y eso es lo que hice durante un par de semanas. Trabajé para mi padre. Tuve que trabajar mucho. Teníamos que cargar con piedras y cemento todo el día, y él se quedaba con el dinero. No me pagaba. Se quedaba todo el dinero para él. No quería trabajar tanto por tan poco dinero, así que empecé a hacer el vago con los chavales.
A veces, un par de amigos y yo le pegábamos a un policía, y media hora después teníamos una bronca tremenda. A veces terminabas en la cárcel, pero se comía muy bien. La mayoría de los policías eran unos cabronazos, pero también había algunos muy buenos. Eran más cercanos –no te pegaban tan fuerte, y comías mejor–. Pero al poco tiempo todo se volvió muy aburrido.
Muchos chavales lo tienen difícil. ¡Hostias! No soportaba estar en casa. Me escapé un par de veces porque me sentía muy desgraciado. Una vez me escapé después de una violenta pelea con mi padre. Me golpeó en la cara y