Ciberadaptados: Hacia una cultura en red
Por Antonio Manilla
5/5
()
Información de este libro electrónico
Relacionado con Ciberadaptados
Títulos en esta serie (100)
Fútbol y poder en la URSS de Stalin Calificación: 3 de 5 estrellas3/5El placer del escorpión: Antropología de la heroína y de los yonquis (1970-1990) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMemorias de una depresión: La cárcel blanca Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSocialismo en tiempos difíciles Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesY les lavó los pies: Una antropología según el Evangelio Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El derecho a la consulta previa: Echando un pulso a la nación homogénea Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesFútbol y fascismo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Ciberadaptados: Hacia una cultura en red Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Cyborgs Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos mundos de Haruki Murakami Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El tiempo del fuego Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDe la resistencia: Una filosofía del desafío Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesYihadismo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Freud lee el Quijote Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La mezquita blanca Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPetróleo de sangre: Sobre tiranos, violencia y las reglas que rigen el mundo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPopulismo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La aventura amorosa y sus personajes Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Elogio de la abyección: Quince personajes de novela Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesArticulaciones del desarraigo: El drama de los sin hogar y sin mundo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Frontera Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHuir o morir en el Zaire: Testimonio de una refugiada ruandesa Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesRefugiados: Aproximación desde la vida dañada Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEducación y paz Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesÉtica Humana Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Futbolítica: Una vuelta al mundo a través de clubes políticamente singulares Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTaladrando tablas duras: La política en 133 fragmentos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesVenezuela: Biografía de un suicidio Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El hilo de la vida: Quince imágenes de libertad Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCartas sobre Dios y Buda: Un laico cristiano dialoga con una monja budista Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Libros electrónicos relacionados
Cyborgs Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl hombre transparente: Cómo el «mundo real» acabó convertido en big data Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMundo virtual: Black Mirror, posapocalipsis y ciberadicción Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La cultura-mundo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Las epidemias políticas Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Yo nací con la infamia: La mirada vagabunda Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesComunicación y revolución tecnológica: Aportes para la comprensión humana en la era digital Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl ocaso de occidente Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl crepúsculo de las máquinas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesFilosofía y software: La cultura digital detrás de la pantalla Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPara leer el hacktivismo y la cuestión de la técnica Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesThe twittering machine: (La máquina de trinar) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCrítica del hipercapitalismo digital: Antología Guy Debord Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMalestar en la civilización digital: Abordaje económico y filosófico Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La tiranía del clic Calificación: 3 de 5 estrellas3/5La cultura de la conectividad: Una historia crítica de las redes sociales Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Nueva ecología de los medios y desarrollo ciudadano Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesContra los ídolos posmodernos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa posverdad: Una cartografía de los medios, las redes y la política Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Sociología de la cultura en la Era digital: Herramientas para el análisis de las dinámicas culturales del siglo XXI Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Tecnología, agencia y transhumanismo. Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Pensar la crisis: perplejidad, emergencia y un nuevo nosotros Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Informar no es comunicar: Contra la ideología tecnológica Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Migajas políticas Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La imprevisibilidad de la técnica Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa posverdad y las noticias falsas: el uso ético de la información Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHumanidades digitales: La cultura frente a las nuevas tecnologías Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Comunicación radical: Despatriarcalizar, decolonizar y ecologizar la cultura mediática Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCiberleviatán Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Diseño para usted
El libro del bordado. Puntos, esquemas, realizaciones Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Noches Blancas Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Curar la piel: Ensayo en torno al tatuaje Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La enfermedad de escribir Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Literatura infantil Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El gran teatro del mundo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Los enemigos: O cómo sobrevivir al odio y aprovechar la enemistad Calificación: 5 de 5 estrellas5/5¿Soy yo normal?: Filias y parafilias sexuales Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Técnicas de patronaje: Carrera de Diseño y Gestión en Moda (Tomo I - Mujer) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Introducción a la Masonería Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Crochet para principiantes Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa pasión del poder Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Pequeño tratado de los grandes vicios Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La experiencia de leer Calificación: 5 de 5 estrellas5/5CeroCeroCero: Cómo la cocaína gobierna el mundo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El dibujo manga Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEscalofriantes Misterios sin Resolver: Grandes Misterios que han Dejado Confundida a la Humanidad Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMimimalismo Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Dibujo para diseñadores gráficos Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Dignos de ser humanos: Una nueva perspectiva histórica de la humanidad Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Mis chistes, mi filosofía Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Storytelling como estrategia de comunicación: Herramientas narrativas para comunicadores, creativos y emprendedores Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Fundamentos del diseño Calificación: 2 de 5 estrellas2/5Antes de Aprender Fotografía Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Una filosofía del miedo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Mente Millonaria, un cambio desde adentro Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa psicología de los objetos cotidianos Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Viaje a través de la moda: Diseñadores, iconos,y estilos de los siglos XX y XXI Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa vía de la narración Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Los 5 pilares del branding: Anatomía de la marca (interiores en color con imágenes) Calificación: 3 de 5 estrellas3/5
Comentarios para Ciberadaptados
1 clasificación0 comentarios
Vista previa del libro
Ciberadaptados - Antonio Manilla
Bibliografía
SALUTACIÓN CIBERESCÉPTICA
En todo lo concerniente a esa maraña de la Red mi mirada es sombría y mis palabras de advertencia. No estoy convencido de que un ciberescéptico y ludita confeso —he escrito en mis diarios contra la omnipresencia de la tecnología; constato con frecuencia, como fiscal de menores y de delitos tecnológicos, el mal uso de las tic’s— sea la persona más adecuada para presentar este libro de Antonio Manilla. O, quizá por ello, tengo que decir que estamos ante un riguroso ensayo; y un ensayo literario que nos regala —como dijo el filósofo— la «poetización del saber». Su prosa tiene la fuerza del columnista recio sin perder la inspiración del poeta, argumenta con osadía pero no pierde de vista nunca la vida como referente necesario, algo que no todo el pensamiento contemporáneo tiene en cuenta cuando se dejar arrastrar por la mera especulación intelectual. Personalmente, espero que esté equivocado en sus previsiones para el libro en papel, o que al menos nosotros —que nos sentimos, cada vez más, habitantes de ese «mundo de ayer»— no las veamos cumplidas. Y que acierte en la idea que está latente en sus tesis: al terremoto de Internet le han seguido las fuertes réplicas de las redes sociales digitales, con un índice alto en la escala del temblor social, pero es de suponer que con el tiempo las sucesivas recidivas vayan perdiendo virulencia, las placas busquen acomodo y se asienten y, aunque haya cambiado la superficie del mundo, todavía sea posible reconocer en ella a los seres humanos.
Avelino Fierro
CIBERADAPTADOS
LA HORA DE BIZANCIO
Tengo para mí que la deseuropeización de Europa la comenzamos nosotros mismos, los europeos, mucho antes de la creación de la Comunidad Económica. Hablar de la caída en desuso de los valores que nos construyeron, probablemente sería atinado si es que creemos que las civilizaciones se erigen alrededor de un ideario. Yo pienso que los valores vienen siempre después de algún otro impulso, como justificación o así, al menos hasta la creación de las filosofías idealistas, que, además de invertir el curso habitual del río de la vida, me parecen por lo general un exceso de optimismo o fe en lo teórico que casi nada más han producido dictaduras y sistemas inhumanos. El motor constructor de Europa, como ocurre con las parejas, pienso que fueron dos: un ansia insaciable de conquista y un anhelo no menor de definirse a través de la diferencia.
En el mundo globalizado que vamos a dejar como legado, la idea de conquista aparece completamente erradicada, salvo para el imaginario medieval de los fanatismos teocráticos, y el afán de ser distinto ha sido lenta y minuciosamente laminado, arrumbándolo individualmente a los arrabales de lo asocial o de la locura, y, en lo colectivo, promoviéndose un igualitarismo democrático estético por cuyo tamiz se pasan todos los asuntos hasta dejarlos hechos un puré apto para el consumo desubicado e impersonal. La homogeneización de ciudades, culturas y sociedades es, cuando menos y a grandes rasgos, una realidad en vías de desarrollo: no alcanza a todos los rincones pero tampoco es ese su objetivo, sino que todos los rincones se reúnan y concentren primero en microcapitales urbanas, núcleos de conurbación después, megalópolis al fin. Su intercambiabilidad está garantizada por planes urbanísticos calcados, estilos arquitectónicos internacionales, multinacionales de diversos sectores que van desde la industria de mobiliario urbano a la publicidad o la jardinería. Es lo que Juan Goytisolo denomina «la hora de Bizancio», aquella en la que comenzó a trabajar el piquete destructor de la uniformización.
La reunión de la población en núcleos urbanos cada vez mayores y semejantes, la concentración humana, es plenamente tangible en muchos países del Viejo Continente. En otros, como el nuestro, es de curso más lento, pero progresa: el estrangulamiento de las zonas rurales a través de la degradación de servicios y la falta de empleo tiene incluso a algunas provincias de interior ya al borde la extenuación poblacional, destinadas al abandono, sin otro destino que la muerte por consunción. Con la misma técnica usada para civilizar aborígenes con que el expansionismo europeo asentó sus imperios, Europa destruye su tejido de pequeñas localidades: se dio a probar las mieles del Estado del bienestar, y, cuando vinieron mal dadas, la colmena se instaló intramuros, privando de su néctar a todos cuantos permanecieran fuera. Es este un camino que se nos antoja de un solo sentido, irreversible. No tiene vuelta.
La inmigración y la acogida de refugiados, que en grandes urbes como París vienen a sumarse a un contingente de población de por sí nutrido, generan debates de todo tipo en los que tarde o temprano saltan a la palestra conceptos mediáticos como el choque de civilizaciones, la interculturalidad o el fantasma de triste recuerdo de la identidad, el miedo atávico al otro. Alain Finkielkraut, en La identidad desdichada (2014), considera que Europa se ha convertido en un continente de inmigración que vive en una edad postidentitaria y postula, frente al concepto de pertenencia de la nacionalidad, una especie de nuevo localismo sentimental: «la filialidad, la inscripción en una comunidad determinada». Un modo de inserción que aboga por la supervivencia de las costumbres y usos locales —imaginamos que matizados por cierto grado de síntesis y fusión con los foráneos— y aboca a un horizonte renacentista, con reminiscencias de las ciudades-estado. Como todos los conflictos binarios, este de la identidad —yo, el otro— es posible resolverlo dialécticamente sobre el papel. Al menos, mientras olvidemos que a lo largo de nuestro transcurrir todas las invasiones han albergado uno de estos dos criterios: civilizador o conquistador. No es el asunto de este ensayo, pero la solución convivencial, pese a ser la más políticamente correcta, quizá termine resultando también correcta políticamente, además de pragmática y llevadera, que en el vivir al día de Bruselas no es poco.
La hora de Bizancio de la cultura, el tiempo de su homogeneización, parece haber llegado. Golpea la puerta al menos, se manifiesta con un montón de señales que nos indican que está en el umbral, dispuesta a entrar y tomar posesión de las antiguas estancias que nos han servido durante siglos. El último cerrojo útil es el que ha sido su reducto secular durante los últimos siete siglos, pero la lógica del capitalismo está