Tristes Y Crudas Verdades

Tristes y Crudas Verdades

Carlos Alberto López González

Copyright © 2012 por Carlos Alberto López González.

Número de Control de la Biblioteca del Congreso de EE. UU.:  2012917085

ISBN:  Tapa Dura  978-1-4633-3968-5

        Tapa Blanda  978-1-4633-3966-1

        Libro Electrónico  978-1-4633-3967-8

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Indice

0.-  Prólogo.

1.-  Acto I

2.-  Concibiendo la inmundicia existencial.

3.-  El salmo de los perdedores.

4.-  Pensamientos íntimos.

5.-  Abrir.

6.-  Pensamientos de muerte.

7.-  Solsticio de invierno.

8.-  Sueña una pesadilla.

9.-  Imploro al sol.

10.- Llora hoy.

11.- Se acabó.

12.- ¿Cómo?

13.- ¡Censuremos la censura!

14.- Tiempos de confusión.

15.- Acto II

16.- Agonizando en el pozo de la miseria.

17.- Desilusión.

18.- Corte obscura.

19.- Y miré…

20.- Para una dama.

21.- Epitafio para un sueño.

22.- Bajo la luz de la luna.

23.- Apocalipsis.

24.- ¿Qué pasará?

25.- Tristeza.

26.- Soy hombre.

27.- Hombres rojos.

28.- Jefes inútiles.

29.- Palabras de un vampiro.

30.- Mi amada congelada.

31.- Espíritu negro.

32.- ¿Por qué me fije en ti?

33.- Anarquía.

34.- Harto.

35.- ¿Por qué tú?

36.- Un llanto en la noche.

37.- Chispa esfumada.

38.- Carta de Dios.

39.- Triste y cruda realidad.

40.- La verdad es dolorosa.

41.- Maldito destino.

42.- El buen verdugo.

43.- Un deseo de inexistencia.

44.- Cansancio.

45.- Acto III

46.- Nupcias con la muerte.

47.- ¡Bebe mi sangre!

48.- La muerte de mis lágrimas.

49.- ¿Qué ha pasado?

50.- ¡Ayuda!

51.- A tu edad…

52.- El vacío.

53.- Cómo duele vivir.

54.- Palabras de un moribundo.

55.- Los condenados.

56.- Un pensamiento para México.

57.- Desesperanza.

58.- Muriendo en mi tumba.

59.- Réquiem.

60.- Despedida.

61.- Biografía

Advertencia:

El contenido de este libro puede dañar la sensibilidad del lector.

Varios de los textos aquí incluidos pueden llagar a ser muy impresionantes.

Se recomienda discreción.

Dedicado a:

Las 3 principales mujeres de mi existencia:

A la Vida:

Por mostrarme a lo largo de todos estos años su lado más terrible. Por haberme hecho sufrir tan injustamente. Porque a pesar de ser maravillosa, es abominable, cruel y dura. Y si he disfrutado los días, también eh agonizado en ellos.

Al Arte:

Por hacerme sonreír en las penumbras. Por darle a mi existencia un motivo para seguir adelante. Por ser aquella felicidad que nunca se apago.

A la Bondad:

Porque espero que con las palabras aquí escritas, pueda expandirse y tocar todos los corazones que desde hace tiempo le han cerrado la puerta.

Prólogo.

¿Cómo empezar una introducción cuyo principio mismo ha sido el dolor? ¿Qué debo decir acerca de lo que aquí se ha escrito? El sol se acaba de ocultar tras mi ventana, el viento frio del norte empieza a soplar azotando las ventanas, y la lluvia… ¡oh la lluvia! Se suelta como las lagrimas de este corazón que tanto ha llorado. Aun recuerdo hace un par de años, cuando escribí mi primer poema, impulsado por ese deseo de crear belleza en las palabras; era algo simple, pero hermoso a su vez. Luego, como los truenos que queman a los indefensos arboles, me llego el verdadero llamado. Lo que verdaderamente me impulso a escribir poesía; mi acompañante y fraterno amigo, aquel que cuando me siento seguro me golpea con más fuerza… hablo del dolor. Maldito y miserable dolor.

Ante la impotencia que me invadía y el dolor que me mataba al existir en un lugar tan maligno y desdichado como es este pobre planeta, tuve de algún modo que encontrar una forma de exorcizar las venenosas lágrimas que me quemaban en el interior. Así fue, que al momento de escribir encontré un momentáneo alivio, momentáneo como un beso suave en la frente, que al momento de sentirlo uno abre los ojos buscando a su amante y no encuentra sino su pequeña habitación vacía, vacía como el alma de uno.

Entre más vomitaba mis lágrimas en las páginas impregnadas de furia y dolor más me sentía bien.

Así pues, me di cuenta de que algunas de aquellas lágrimas también eran espadas de hierro que se levantaban en posición de ataque en contra de los males de esta existencia. Así pues descubrí que había creado críticas. Ahora me preguntaran ¿Cuáles son esos males?

Si creyera en Dios empezaría por mencionarlo a él. Desde esta humilde e insignificante prespectiva, los principales males que nos acosan, no vienen de afuera, sino de nuestros propios corazones. El humano, nosotros somos la mayor maldición de nosotros mismos, nuestros propios males, nuestras propias guillotinas, Homo Homini Lupus El Hombre es el Lobo del Hombre. No creo que necesitemos de una criatura roja con cola que habita en el fuego eterno donde un padre amoroso lo envió por la eternidad; no, creo que somos lo suficientemente malignos para necesitar algo más destructivo que nosotros. Aclarando el punto del hombre, podemos navegar en los caudales de la maldad para identificar sus mayores venenos, aquellos que como vapor caliente se levantan en el aire envenenando y matando cuanto tocan. ¡Oh si! En la silla de los culpables, encabezando la enorme lista de Los agresores en contra de la humanidad tenemos en primer lugar a los políticos, no pienso hablar mucho de ellos, mas adelante podrán saber cuánto pienso de estos hombres (?) quienes fueron dotados con el poder más grande para ayudar y solo, siguiendo como perro la llanta, siguen su propia ambición; a veces a tal punto que pueden destruir la vida de un lugar por completo. Después de ellos están quienes los obedecen sin pensar, los militares y policías. Le siguen los ineptos asesinos, secuestradores, violadores, estafadores, pederastas, genocidas, ladrones, narcotraficantes, mafiosos… etc. Y para terminar los vulgares delincuentes, ¡y cuanto no hay por mencionar! En fin, otra gran maldad es aquella que nos rodea, que nos oprime, que nos ve sufrir y disfruta haciéndolo. Aquel terror que habita en cada esquina, en cada parpadeo, aquella bestia insaciable que se encuentra en cada planta, en nuestros latidos, en el cielo, en la tierra, en el pájaro que se enferma, en el gato que muere, en el tumor que paraliza, en la cocaína que idiotice, en el beso que enamora, en la bofetada que duele, en la caída de roma, en el levantamiento del ciclista vencido…esta maldad está en todas partes… yo la llamo Vida, pero también le digo Destino, a veces Karma. La vida misma es la fuente del dolor, la matriz de la miseria. Es las garras del tigre que te devora, pero también es el tigre y sus filosos colmillos.

Hoy me encuentro con un vacio tan grande que deseo la muerte me bese en este instante con su clamor y su delicadeza, pero supongo que no moriré pronto, aun sigo siendo un juguete con el cual se pueden divertir.

Hablo desde mi experiencia y eso es lo que está escrito aquí, mis experiencias expresadas con lamentos, con tristeza, con dolor; pero también están mis gritos de furia y mi sed de cambio, esa sed que despierta el dolor en mi alma. A veces me expreso con un solo pensamiento, otras veces con historias en las que implícitamente hay un mensaje. Pero también me deje tentar