Efra
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Esto escrito por su servidor, es inspirado por las personas que eligieron el ocano equivocado y por medio de ste libro, poner mi granito de arena para unirme a rescatarlos de su naufragio, de esa turbulencia, en la cual el ocano elegido errneamente, los arrastra y ahoga muy lentamente.
No consumas Drogas!
Es ms fcil no hacerlo que dejar de consumirla
Martin Reyes Armenta Fray
Gracias a usted lector
Por tener este ejemplar
En sus manos Disfrtelo
Martin Reyes Armenta
Quiero hacer de mi Mexicali, que todo el mundo hable de mi ciudad, de mi Mexicali. De su gastronoma, de sus boxeadores, de nuestra gente. Amo mi ciudad clida que cobija a quien fro tenga. Su amigo, Martin Reyes Armenta, de un cachanilla al mundo.
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Efra - Martin Reyes Armenta
Copyright © 2013 por Martin Reyes Armenta Fray
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Esta es una obra de ficción. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Todos los personajes, nombres, hechos, organizaciones y diálogos en esta novela son o bien producto de la imaginación del autor o han sido utilizados en esta obra de manera ficticia.
Fecha de revisión: 29/05/2013
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INDICE
CAPITULO PRIMERO
CAPITULO DOS
CAPITULO TRES
CAPITULO CUATRO
CAPITULO CINCO
CAPITULO SEIS
CAPITULO SIETE
CAPITULO OCHO
CAPITULO NUEVE
CAPITULO DIES
Como verán, las narraciones de mis 4 libros anteriores. Historia de un Campeón, El Campeón, El espíritu del Corredor, El Penúltimo Sabio, Y éste Quinto EFRA
Son, no de Viena, ni de Rusia, ni New York, tampoco de Alemania, son, meramente de mi Mexicali Baja California México. Me siento orgulloso de ver nacido en éstas tierras cálidas, llenas de sol. En México también hace aire.
Cuando superamos las derrotas y éstas las convertimos en triunfos, sentimos una alegría inmensa: Recuerdo la primera caída en bicicleta, caída tras caída, no renuncie a esos raspones que eran producto de mis fracasos e inexperiencia. Pero con insistencia, continuidad y por supuesto perder el miedo, ese miedo, que nos envuelve y nos prohíbe continuar. ¡Si mal, no recuerdo! Fueron tres días de caídas continuas, de sufrimiento, que valieron la pena, porque hoy, a mis cincuenta (digo cincuenta, porque ya perdí la cuenta) disfruto a lo grande mi bicicleta. ¿Valió la pena verdad? Que no te detengan las derrotas, las caídas, los fracasos, el miedo a ser feliz. Recuerda: Necesitamos de estos elementos para probarnos a nosotros mismos… ¡cuando superamos nuestros miedos! vienen a nosotros esa alegría inmensa. La felicidad, se alimenta de fracasos, derrotas, caídas y sobre todo del miedo, ese miedo que nos frena y no nos deja avanzar por temor a fracasar…pero ahí ésta con nosotros, vive con nosotros, dejen salir su miedo, libérenlo ¡hay que ser felices! La felicidad viene de la mano con la Fe en Dios.
CAPITULO PRIMERO
Efra, Efra, levántate, vamos a llegar tarde de nuevo a la escuela.
—Que hora es Paco.
—Ya son las 6:30.
Ándale pues, en un ratito estoy listo, deja lavarme cara y boca y estaré listo… ¡Hey Paco, tírame la camisa!
— ¿Dónde está Efra?
— Debajo de la almohada, la dejo ahí para que no se me olvide.
–Ahí te va Efra, está un poco arrugada
— ¡No importa!
— Listo Paco así mero, voy a estudiar no a quedar bien con nadie… Vámonos.
« Y así, nuevamente Paco se convertía en el reloj despertador, ya que todo el transcurso escolar que cursábamos en la secundaria Carlos Alberto Carrillo
se repetía, la misma historia, llegando Paco por mí, para despertarme e irnos a la escuela. El maestro de la primera clase era muy estricto, cinco minutos de retraso era suficiente para no permitirles el paso… ¡pero en una ocasión!…
— Ya son las 8 y el maestro no llega Paco, ¿qué te parece, si cierro la puerta con llave para no dejarlo entrar y pagarle una de las muchas que nos ha hecho?
— Sale, ciérrasela.
«El maestro apareció 15 minutos tarde, no imaginando que le cerraríamos la puerta. ¡Bien recuerdo ese momento!
— Me aferre a la puerta, no permitiendo, que los pocos compañeros que no estaban de acuerdo lograran abrir la puerta. Las ventanas, cómo eran de vidrio el maestro, pudo observar lo que estaba sucediendo, resignado, se dirigió a la oficina (dirección)
— ¡No lo puedo creer!, Efraín nuevamente hizo de las suyas.
— Contestó el director… ¿Que hizo ahora?
— Con la novedad, que no me dejo entrar al salón.
— Esto es el colmo, ¡lo expulsare ahora sí definitivamente!, permíteme hablarle al inspector para que lo traiga.
«Y así, el inspector fue por mí, para llevarme a la dirección.
— Mi amigo paco me dijo— Ándale, Efra, ahí vienen por ti.
— Yo les contesté— Ya se me hacía tarde, pues… ¡ahí nos vemos la próxima semana! de seguro, me suspenderán.
« ¡Y una vez en la oficina del director!
— El Director se dirigió hacia mí, muy, pero muy molesto. —explícanos, el porqué no permitiste que tú maestro entrara al salón de clases Efraín, que no sabes que es una falta de respeto lo que acabas de hacer.
–Sí señor director, deje explicarle… Mi maestro después de 5 minutos tarde, nos niega el pase a clase sin darnos chance de explicar el motivo por el cual se nos hizo tarde. Y por lo tanto pensé, que el es él que debe de poner el ejemplo, si es tan estricto con nosotros, pues él también debe serlo ¡que no!… Sabiendo que llegaría tarde… no 5, fueron 15 minutos tarde hubiera tenido honestidad y no ver aparecido después de 15 minutos como si nada, entrar al salón de clase, y querer dar la clase. Debe de aplicar la misma regla para él. El es el maestro, debe de dar el ejemplo, merecemos respeto, regla general sin excepción, dele gracias a Dios que solo fue eso, y no me he levantado en huelga como lo hacen ustedes los maestros; que son los que deben de poner el ejemplo, de poner el orden de no andar haciendo manifestaciones de otra índole y no parando el tráfico, haciendo sus huelgas y mucho menos de no tener conciencia que hay personas que trabajan en maquiladoras, fabricas, comercios, que si llegan tarde, a sus trabajos no les pagan el tiempo atrasado, ni mucho menos, a sus patrones, les vale el motivo de su retraso Y solo porque ustedes, los maestros que se supone dan clase de civismo, Pues cual civismo me pregunto
todo eso provocan.
«El director contestó« Pero tú eres alumno solamente, no puedes, no debes poner reglas de conducta a los maestros.
«En eso interviene el maestro de la clase«
— Disculpe señor, pero Efraín tiene razón. Nunca pensé, mi clase es la primer hora y pueden suceder muchos casos de retraso, definitivamente, me a dado una lección; a partir de hoy, no le negare el paso a ningún alumno, y yo, señor respondo por Efraín no lo suspenda yo tuve la culpa, el hizo lo justo. Tiene razón merecen respeto, no porque yo sea el maestro si pueda yo, llegar tarde. A demás me dio una catedra del verdadero civismo ¡Estoy de acuerdo a sus palabras! Sin conciencia, paramos el