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Diario de un náufrago nayarita
Diario de un náufrago nayarita
Diario de un náufrago nayarita
Libro electrónico92 páginas1 hora

Diario de un náufrago nayarita

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Información de este libro electrónico

Novela basada en un hecho real, difícil de creer, pero aún más difícil de vivir. Acontecimiento que estremeció a una comunidad de pescadores, donde se
viven momentos de tristeza e incapacidad y por otro lado, alegoría y milagro salvífico.
Aunque el telón de la muerte había sido recorrido por los habitantes de La Cruz de Huanacaxtle después de veint
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento1 abr 2019
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    Diario de un náufrago nayarita - Guillermo A. Osorio ÁLvarez

    DIARIO

    DE UN

    NÁUFRAGO

    NAYARITA

    Guillermo A. Osorio Álvarez

    Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del <>, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendiendo la reprografía y el tratamiento informático.

    Diario de un Náufrago Nayarita

    © 2011 Guillermo A. Osorio Álvarez

    D.R. © 2011 por Innovación Editorial Lagares de México, S.A. de C.V.

    Álamo Plateado No. 1-402

    Fracc. Los Álamos

    Naucalpan, Estado de México

    C.P. 53230

    Teléfono: (55) 5240- 1295 al 98

    email: editor@lagares.com.mx

    Diseño de Portada: Enrique Ibarra Vicente

    Cuidado Editorial: Rosaura Rodríguez Aguilera

    ISBN Físico: 978-607-410-140-9

    ISBN Electrónico: 978-607-410-204-8

    Primera edición abril, 2011

    Agradece a la llama su luz

    pero no olvides el pie del candil que,

    constantemente y paciente, la sostiene

    en la oscuridad

    R. Tagore

    Reconocimientos…

    Me siento complacido de laborar por más de treinta años en el subsistema de Escuelas Secundarias Técnicas tanto en el estado de Nayarit, como en el estado de México ya que mi profesión se ha desarrollado como maestro de adolescentes de los cuales yo he aprendido de su vida e idiosincrasia más que ellos de la mía.

    Agradezco tanto a la profesora Gloria Ocampo Vilchis, como a la maestra Martha Díaz Cañas por sus directrices, sugerencias y comentarios.

    Soy afortunado por contar con una familia que me ama y cree en mí. Gracias al apoyo indispensable de mis hijos Arturo, Andrea y Emmanuel y a la colaboración de mi esposa la doctora en Educación Flor María Hurtado Luna.

    Les doy las gracias a todas las personas que me han ayudado para llevar a cabo esta obra literaria, en especial a Alfredo, por contarme su odisea, y a la licenciada Claudia Domínguez Mejía por guiarme hasta plasmarla.

    También te agradezco a ti, lector, por darte un tiempo para leerla, espero que sea de tu agrado…

    Prólogo

    La Bahía de Banderas comprende desde Cabo Corrientes en el estado de Jalisco, hasta Punta de Mita en Nayarit, siendo protegida por dos islas semi áridas de piedra blanca y peñascos llamadas Marietas. La Cruz de Huanaclaxtle, pueblo de pescadores, se ubica entre las comunidades de Bucerías y Punta de Mita; está enmarcado por un paisaje natural de montaña con bosque tropical.

    Desde la carretera se accede por una avenida amplia de camellón con palmeras que conduce a la única glorieta donde se encuentra una gran cruz de madera, después continúa como calle hasta llegar a la playa de arenas doradas con oleaje moderado de aguas tibias. A la derecha se encuentra una plazuela con frondosos árboles como parotas, higueras y almendros, al fondo la Iglesia con su modesto campanario.

    Esparcidas por sus callejuelas hay casas de vara, adobe o ladrillo; y todas de techo de palma para favorecer su frescura. En una pequeña bahía se encuentra el embarcadero desde donde salen las lanchas a la captura de peces como el huachinango, la lisa, el pargo, la sierra y el dorado, entre otros.

    En este pueblo lleno de rincones pintorescos los meses pasan sin contrariedad como si se deslizara el tiempo parsimoniosamente sin más noticias que la continuidad del momento. Pero un día, cinco de sus pescadores desaparecieron, transformando la tranquilidad en una ola de angustia que baña a su gente con temor, miedo e incertidumbre.

    Esta narración puede leerse como un diario en forma continua, pero también puede leerse añadiendo los anexos donde se describe en forma paralela en el tiempo los acontecimientos de los familiares empeñados en la búsqueda de sus hijos extraviados en una barca a la deriva en un mar caprichoso.

    10 de noviembre

    En aquel inolvidable día, del 10 de noviembre, regresé de la bahía de Banderas a medio día con mi padrastro; habíamos levantado el chinchorro playero; seleccionado las diferentes clases de peces y las habíamos entregado a Productos Pesqueros Mexicanos. Me dirigía por fin a casa sin más preocupación porque la compañía lleva la contabilidad en kilos de los peces que capturamos diariamente, los comercializa y cada sábado nos pagan.

    Con anterioridad había separado ocho peces para mi familia, los cuales ensarté en un mecate para transportarlos con mayor comodidad. Esto sería nuestra comida. Cuando llegué a casa, mi madre ya había preparado huevos revueltos y frijoles, así como una salsa de jitomates tatemados y mortajados en el molcajete. Nos sirvió una taza de té limón. Con un trapo limpió el comal y empezó a echar las tortillas para que pudiéramos almorzar.

    —Oiga ma,’—le dije— fíjese que Don Lupe me invitó a las Islas Marías a la captura del tiburón o del pargo. Van a ir Pepe, Chucho y Martín. Si usted me da permiso iría yo también.

    —Y ¿tú qué piensas Guillermo?— refiriéndose a mi padrastro.

    —Para mí está bien, así se va haciendo hombrecito, ya verá que no es lo mismo echar la red en esta bahía que pescar por las islas

    —Bueno y ¿cuánto te van a pagar?

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