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Antes de yo soy
Antes de yo soy
Antes de yo soy
Libro electrónico264 páginas3 horas

Antes de yo soy

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Información de este libro electrónico

Desde 1999 Mooji ha estado compartiendo satsang en forma de encuentros espontáneos, retiros, satsangs intensivos y reuniones privadas (uno-a-uno) con los muchos buscadores que lo visitan de todas partes del mundo en busca de una experiencia directa de la verdad. Pocos dentro de los maestros modernos de la tradición Advaita exponen el “conocimiento del Ser/Sí-mismo” y el método de la auto-indagación con tal claridad, amor y autoridad. Hay una energía que irradia la presencia de Mooji, una clase de intimidad impersonal, llena de amor, dicha y una mezcla curiosa de juego y autoridad. Su estilo es directo, claro, compasivo y a menudo chistoso.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento3 mar 2014
ISBN9788494187384
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    Antes de yo soy - El Grano de Mostaza

    antes-yo-soy-portada-ebook.jpgpag3.jpgpag2.jpgpag6.jpgpag7.jpgpag8.jpgpag9.jpgpag10.jpgpag5.jpg

    Prólogo

    Antes de Yo Soy es una selección de diálogos entre Mooji, un maestro espiritual de cálido corazón perteneciente a la tradición Advaita, y los buscadores de la paz, la verdad y la libertad. A veces divertido, a veces tierno, ocasionalmente agudo y siempre amoroso, Mooji responde a sus interlocutores que le hablan del temor, del sufrimiento, de la confusión, de las relaciones, de la práctica espiritual y de cómo vivir sus vidas en paz. Sus palabras representan invitaciones incesantes para investigar la naturaleza del ser, y para descansar sin esfuerzo como la plenitud y el vacío de la eseidad misma. Sus respuestas animan, desafían y nunca dejan de iluminar. Profundamente conmovidas por Mooji, las personas desean de manera natural llevarse sus palabras a casa. Y así, a partir de grabaciones en vivo, Antes de Yo Soy ha sido elaborado amorosamente por la sangha en un muy corto espacio de tiempo. El libro siempre ha disfrutado de gran popularidad. Y, tras cuatro años ofrecemos esta edición revisada y ampliada del mismo.

    En muchos de los diálogos se han introducido nuevas correcciones. Comparado con sentarse con Mooji en satsang, un texto impreso es más unidimensional en su expresión, puesto que se pierde la entonación y el lenguaje corporal. Teniendo esto en cuenta, nos hemos esforzado al máximo por preservar la potencia y claridad de las palabras tal como fueron pronunciadas originalmente por el maestro, sin velar su esencia ni perder su voz.

    En el transcurso de la corrección de algunos capítulos hubo que revisar las transcripciones originales. Al hacerlo, salieron a la luz nuevos materiales del mismo periodo de tiempo. Parte de este material fue incluido con el objetivo de dar más sustancia al libro y hacer que estos satsangs importantes estén a disposición del público.

    Esta segunda edición de Antes de Yo Soy también está enriquecida por los diálogos más recientes y charlas espontáneas de Mooji. Se ha incluido una selección de nuevas citas que añaden profundidad y ofrecen una oportunidad más de continuar con la contemplación. Lo anterior, junto con los dibujos espontáneos del autor hacen que este libro sea un tesoro.

    Aún más potente que la primera, esta segunda edición actúa como una espada implacable, que rebana la mente dejándote completamente desnudo en tu Ser.

    Los editores

    Una posdata sobre los cambios en la escritura de ciertos conceptos: tal vez estés acostumbrado a ver que los conceptos que hacen referencia directa a la verdad última, que está más allá del reino físico y experiencial, se escriben con mayúscula. Aunque hemos hecho uso de esta herramienta, hemos preferido las minúsculas a lo largo de todo el libro. Y hemos hecho esto de manera especial en los pasajes del texto que invitan a la contemplación. Hemos sentido que escribir con mayúsculas acomodaría muy fácilmente la tendencia a seguir la comprensión mental, en lugar de llevar a cabo la introspección a la que Mooji nos llama. Consecuentemente, hemos usado las mayúsculas con moderación. Y muy frecuentemente solo hemos puesto con mayúscula las palabras cuando Mooji hace afirmaciones directas de la verdad atemporal. Cualquier inconsistencia que encuentres en nuestro planteamiento no debería inquietarte, porque cuando Mooji habla no es posible hacer tal diferenciación, y aun así se consigue el mismo beneficio.

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    La segunda espina

    En India existe el dicho: Si te entra una espina en el pie, puedes usar una segunda espina para sacar la primera. A continuación, deshazte de ambas.

    Antes de Yo Soy es, efectivamente, una segunda espina. Su propósito es retirar las espinas del condicionamiento y el hábito que se nos clavan en el bosque de la existencia, y que parecen dificultar o hacer doloroso un baile que podría estar lleno de alegría. La intención de esta colección de diálogos es apuntar hacia la verdad esencial de quiénes y qué somos: la conciencia inmutable y prístina en la que aparece el juego del mundo manifestado. Los conceptos de Mooji se ofrecen para neutralizar nuestros conceptos, de los que derivamos mucha identidad personal. Observando la instrucción del maestro de no hacer tatuajes indelebles de sus dichos, las palabras tomadas de estas páginas pueden abandonar tu ser cuando su trabajo haya concluido. Su meta no es constituir una serie de conceptos sagrados, sino más bien asimilar verdaderamente aquello hacia lo que Mooji apunta; una vez hecho, estamos acabados, hemos vuelto adonde siempre hemos estado.

    Lee estas páginas tan sistemáticamente, esporádicamente o espontáneamente como te pida tu estado de ánimo del momento. Todas y cada una de ellas pueden hablarte porque la verdad no exige un método, no puede ser categorizada y no es cronológica. Cualquiera que sea el lugar por el que abras el libro y te encuentres con estas palabras, ellas se encontrarán contigo.

    Cualquier momento es bueno para entrar en el fuego del autodescubrimiento. Este fuego no te quemará, solo quemará lo que no eres. Cuando seas tocado por la gracia —y no lo dudes, la gracia ya está operando aquí mismo, incluso en el hecho de poner este libro en tus manos—, ríndete a ella. No trates de entender ni de resolver el misterio; más bien, estate dispuesto a disolverte en el misterio mismo.

    Por medio de estas palabras estás siendo presentado a ti mismo sin ti: el Ser reconociendo al Ser a través del espejo de la indagación.

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    Un primer encuentro

    con Mooji

    Me encontré por primera vez con Mooji en el mercado de Brixton, Londres, en febrero de 1999. Por aquel tiempo él vendía incienso en el mercado y yo trabajaba en la embajada francesa. Poco después, volvimos a encontrarnos en su pequeño apartamento para tomar el té y mantener nuestra primera conversación. Acabamos hablando toda la noche. ¡El tiempo desapareció! Yo estaba asombrado. A medida que profundizábamos en el diálogo, no podía creer lo que estaba oyendo y lo que tenía frente a mí. Había descubierto a alguien parecido a Sócrates, o a un sabio de la antigua India, bajo el disfraz de una forma amistosa y sin pretensiones. La sabiduría más profunda brotaba de sus labios mientras yo le planteaba ansiosamente todas las preguntas que me habían estado quemando por dentro durante años; finalmente estaba encontrándoles respuestas vivientes, directas y asombrosas. No se trataba de meras respuestas intelectuales, sino más bien de un apuntar directamente y con autoridad hacia algo que está más allá del reino de la comprensión. Durante años, había estado leyendo libros filosóficos y espirituales, y ahora estaba cara a cara con la encarnación viva de la verdad sobre la que había estado leyendo, allí, delante de mí. De manera inmediata, Mooji me dejó clara mi naturaleza más profunda: esta conciencia, este vacío que nada puede mejorar ni dificultar.

    Desde entonces, he tenido muchas ocasiones de contemplar su sabiduría en acción, maravillosamente adaptada a las mentes de los que vienen a él, una sabiduría que surge fluidamente de la fuente ininterrumpida de la experiencia viviente. Surge, y es sentida, como amor: tremendo, genuino y puro.

    Nataraaj (Noé J. Peyre)

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    Reconocer al Ser

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    —Mooji, ¿podrías explicar la autoindagación? ¿Por dónde empiezo?

    —Empieza así: yo soy, yo existo. Este es el reconocimiento y el conocimiento más natural. La sensación de existir se siente espontáneamente en ti como ‘yo soy’. Nadie te ha enseñado esto. Sé consciente de esta simple intuición, sin asociarla con otros pensamientos. Siente cómo es estar simplemente presente en este instante, sin aferrarte a ninguna intención. No toques ningún pensamiento de estar haciendo algo especial. Mantente internamente aquietado. Si de repente viniera una oleada de pensamientos, no sientas pánico. No hay necesidad de controlarlos o reprimirlos. Simplemente deja que jueguen sin intervenir. Observa con desapego. Mantente vacío de intención. Mantente aquietado.

    Imagina que estás de pie en el andén de una estación ferroviaria. Uno a uno, los trenes vienen: se detienen, se abren las puertas, se cierran las puertas, y se van. No tienes que montarte. Así, simplemente observa la actividad de los pensamientos que aparecen en la pantalla de la conciencia sin conectar con ellos. No entres. Será visto que los pensamientos y sensaciones se mueven por sí mismos, sin ser forzados. Mantente neutral. Estate con la conciencia como conciencia misma. Siente la respiración moverse sin esfuerzo, sin voluntad ni tensión. Observa los sentidos funcionando, la sensación de lo externo y de lo interno; cualquier movimiento simplemente ocurre por sí mismo, sin planificación, sin forzar.

    Cualquier cosa que surja: pensamiento, sentimiento, movimiento o sensación es observada serenamente, solo que ahora hay menos interés, menos tirón. Todo está surgiendo; tu ser no está surgiendo. Todo esto es observado fluidamente. Incluso el sentido del yo, el sentimiento ‘yo soy’, aparece dentro de la conciencia. No hagas un esfuerzo mayor del que se necesita. Tú estás aquí. Eso que ni hace ni deja de hacer, que ni dirige la actividad ni es afectado por ella, que es consciente sin esfuerzo y sin embargo despreocupado, eso es tu verdadero ser. Ni detrás ni delante, ni por encima ni por debajo, porque no es otro fenómeno. Es conciencia-ser que no está ubicada en ningún lugar, no nacida, ilimitada.

    Ahora, observa al observador: ‘¿Quién soy yo?’. Comprueba internamente, pero mantente aquietado con la atención alerta. No colecciones respuestas ni claves; una respuesta solo sería, y solo puede ser, una opinión, una idea u otro concepto. No te ates a ningún concepto. Aleja tu atención de los objetos y dirígela hacia el sujeto que ve. ¿Qué es y dónde está el que ve? Permanece silencioso y neutral. Ahora, en el observar, la fuerza del enfoque debería haber aumentado.

    Y ahora, de nuevo, observa la sensación ‘yo soy’. ¿Qué es ‘yo’? ¿De dónde surge? Observa. ¿Qué encuentras?

    —No puede ser hallado. ¡No existe!

    —No puede ser hallado objetivamente. No obstante, el sentido del ‘yo’ o intuición continúa estando presente. El hecho de no encontrar el ‘yo’ fenoménicamente es lo que prueba su existencia no-objetiva.

    Se descubre que ‘yo’ o ‘yo soy’ no tiene forma, es una intuición surgiendo desde, dentro y como vacío. Sin la indagación enfocada, el ‘yo’ parece ser una entidad compuesta por el cuerpo y la mente condicionada. Cuando se le busca como forma, se descubre que es meramente un pensamiento; la forma del ‘yo’ es pensamiento. Sin forma, surge del vacio como la sensación intuitiva de presencia subjetiva.

    Ahora que se ha descubierto que el ‘yo’ es presencia sin forma, ¿qué reconoce esto? ¿Posee forma?

    Indaga de esta manera.

    —Gracias, Mooji.

    —De nada.

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    —Mooji, soy incapaz de concentrarme en la indagación, pierdo la concentración fácilmente.

    —¡Sí, preferirías caminar hasta la Luna antes de indagar en ti mismo!

    —Mi problema es…

    —Tu problema no es el problema. Nos encantan nuestros problemas y no soportamos estar sin ellos. Son nuestros hijos ilegítimos, que exigen tanta atención, y se la damos muy fácilmente. Tal vez nos sentimos aburridos sin ellos. ¿Quién eres tú sin tus problemas?

    La mente produce todo este lío. Tú no eres la mente ni sus actividades.

    —¿Cómo detengo la mente?

    —No detengas la mente, déjala ser. Ignórala y permanece como el Ser.

    —No me lo permite.

    —Escucha

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