La Locura Del Evangelio

La Locura Del Evangelio

Manuel Morales

Derechos de autor © 2020 Manuel Morales

Todos los derechos reservados

Primera Edición

PAGE PUBLISHING, INC.

Conneaut Lake, PA

Primera publicación original de Page Publishing 2020

ISBN 978-1-64334-593-2 (Versión Impresa)

ISBN 978-1-64334-592-5 (Versión electrónica)

Libro impreso en Los Estados Unidos de América

Índice

Una pizca de buena voluntad

La verdad escondida

El gran engaño

Elección entre dos evangelios

El ego, ¿quién o qué es?

Clarificación de términos

La segunda venida de Jesucristo

Invitación a negarse a sí mismo

Dos dioses

El hijo pródigo

La cena del Señor

El cuerpo

La familia, la Iglesia, el estado

Programados para no cuestionar

La verdad os hará libres

A:

Mi amada esposa Olga Nohemy Morales.

A mis compañeros de jornada en la búsqueda de la verdad.

Luis y María de los Ángeles Cardona.

Dimas Leonel y Sandra Ajín

Fredy y Lorena Orellana.

César y Esperanza Bracamont.

Introducción

Buenas noticias para todos, si hay respuesta a todas esas preguntas que la religión respondió parcialmente, pero que no produjeron ninguna satisfacción a nuestra sed interior de querer conocer la verdad, y como consecuencia natural, volvimos a sentir ese estado de insatisfacción en nuestro espíritu. Ese sentimiento de que hace falta algo que le dé total significado a nuestra existencia.

Al igual que muchas personas en este mundo, visité y me hice miembro de varias congregaciones cristianas por muchos años. Adquirí mucho conocimiento de la Biblia, me hice un buen ciudadano, un buen padre y esposo; pero algo en mí continuaba vacío. Las interrogantes eran muchas, y en mi mente se arremolinaba la idea de que tenía que haber algo más, estaba convencido de que esto no era todo.

Conocí a muchos hermanos fieles y de buen nombre, que amaban a Dios de todo corazón, pero, al igual que yo, carecían de respuestas, pero de alguna manera aceptaron vivir así y desarrollaron la creencia de que es la voluntad de Dios estar así. Conozco también a otros hermanos que decidieron no asistir más a una congregación, pues se sintieron defraudados, secuestrados y hasta extorsionados por la religión.

La buena noticia sigue siendo que Jesucristo es el camino, la verdad y la vida; pero el evangelio que nos compartieron no es el de Jesucristo, es una mezcla que contiene un poquito de verdad y mucha religiosidad. Este libro le abrirá los ojos espirituales, si es que usted quiere ver; y le mostrará parte de la verdad que se nos ocultó y, la complicidad inocente nuestra en aceptar como válidos temporalmente estos oscuros intereses de esa cosa llamada religión.

Por lo expuesto anteriormente, se hace imperiosa la necesidad de eliminar el conocimiento torcido adquirido, para dar paso y recibir el evangelio de Jesucristo. Jesús dijo que no se debe de poner un remiendo nuevo en un trapo viejo, pues el daño que supone corregirá el paño nuevo será mayor, dijo también que para recibir el vino nuevo es necesario hacerlo en un odre nuevo. Dicho de otra manera y con palabras del maestro Jesús, arrepentíos porque el reino de los cielos se ha acercado. Entendiendo el arrepentimiento como un cambio completo en la manera de pensar.

Esta invitación al arrepentimiento hecha por el Maestro, ocasionalmente me hacía reflexionar, para ese entonces, con resultados valederos, según mi opinión, pues lo que entendía por arrepentimiento era abandonar las prácticas pecaminosas en este mundo. Que iluso era yo, no entendía el alcance ni la profundidad de esas palabras del Maestro.

La Iglesia en Guatemala ha crecido enormemente, aproximadamente 6 de cada 10 guatemaltecos profesan el Cristianismo; las denominaciones son muchas y siguen surgiendo nuevas y creciendo rápidamente, y un detalle muy peculiar es que cada una de ellas tiene su propia doctrina, es decir, su propio conjunto de creencias, tradiciones, costumbres y ritos por los cuales rigen la vida espiritual de todos sus asociados. Un hecho que contrasta con esa gran membresía es los altos índices de violencia que vive la sociedad, expresada en diversas formas.

La corrupción ha alcanzado niveles insospechados hundiendo al país en la pobreza y el subdesarrollo. El caos está a la orden del día y en el mejor de los casos, cada ciudadano se conduce como mejor le parece.

Como creyente, este aspecto no podía pasar desapercibido, me pregunté una y otra vez; cómo es posible que esta situación sea la realidad de Guatemala si somos más los cristianos que los que no profesan religión alguna. Cómo es posible que no seamos un contrapeso a toda esa espiral de maldad enquistada en todos las capas de la sociedad y que nos agobia a todos sin excepción.

También, ver la gran cantidad de necesidades insatisfechas en los hermanos. Unos enfermos y otros con escasez económica, pero en el otro lado de la moneda ver la prosperidad de líderes religiosos y políticos, algunos cuestionados por la forma como obtuvieron esa riqueza. Pensé y pregunté repetidas veces, con temor y temblor, Padre, ¿es esta tu voluntad?

Seguro que el Cielo me dio todas las respuestas, pero no tuve certeza de ellas, por lo cual le pregunté a mis líderes del momento. Las respuestas en su mayoría eran efectivamente que era la voluntad de Dios, que Dios prueba a la fidelidad de su pueblo, que para llegar al cielo hay que padecer como Cristo padeció, etc.

Recibí respuestas pero no encajaban en mi espíritu, tenía que haber algo más, este evangelio no podía ser autentico pensaba en mi interior con temor a ofender a Dios por tal atrevimiento. Así, continúe buscando por años, hasta que un día me encontré con la verdad y el amor.

Una pizca de buena voluntad

A todos nos fue dada una medida de fe; no obstante, parece ser que la fe que creemos tener, no es la fe que proviene de Dios. Pues la fe de Dios es inherente únicamente a lo que El creo, y justamente nos proveyó de esa fe para tener certeza en lo relacionado con su creación.

Dios tiene testigos, y la fe es uno de ellos, pero hay más, la paz, la dicha, el gozo son otros. Pero es necesario saber que cada uno de ellos tiene una ilusión, algo que se les parece pero que carece de significado por ser irreal. Ejemplos, un hombre puede tener una gran suma de dinero y experimentar paz, sabe que sus necesidades están cubiertas. Pero si algo sucede y se pierde ese dinero, la paz inmediatamente desaparecerá y será sustituida por algo opuesto a la paz. La paz de Dios no tiene opuestos, pero la paz que crea el hombre sí pues es una ilusión.

Una casa de habitación puede estar resguardada por una guardia, esta condición proveerá de cierta sensación de seguridad a las personas que viven en ella. Esta es una ilusión de la seguridad, pues la verdadera seguridad descansa en el hecho de saber, entender y comprender que los enemigos no existen, y al no existir estos la guardia es innecesaria, no se justifica. De igual manera el querer un vehículo nuevo o coronar los estudios es un deseo, y para ello no necesita fe, sino trabajar y estudiar para obtenerlos.

Entonces, descubrí que hay dos evangelios: el evangelio de Cristo y el evangelio del hombre, uno es real y verdadero, el otro es una ilusión, se parece y nada más, no tiene el poder. El primero tendrá éxito, el segundo ya fracaso, pero actualmente parece, puro y autentico. Recuerda la parábola del trigo y la cizaña, Mateo 13, 24 al 30. Bueno la cizaña se le parece mucho al trigo, solo los conocedores son capaces de identificar uno del otro.

Jesús a través de esta parábola explica de cierta manera lo que pasó en la creación de Dios; 24 Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; 25 pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. 26 Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña. 27 Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña? 28 Él les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? 29 Él les dijo: No, no sea que, al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. 30 Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.

Jesús a través de esta parábola explica de cierta manera lo que pasó en la creación de Dios, qué fue lo que sucedió con el hombre que se degradó hasta el estado actual; y porqué el señor padre de familia no autorizó que se arrancara la cizaña para que al crecer no causara daño al trigo.

En la parábola, el señor padre de familia califica de