Bajo la sombra: Almas al desnudo

Carlos Gabriel García Herrera

Carlos Gabriel García Herrera

Título del libro:

BAJO LA SOMBRA

Romance y poesía.

Escritor:

Carlos Gabriel García Herrera

Edición:

Édver Augusto Delgado

Apoyo editorial

Jorge Eliécer Martínez Miranda

Diagramación:

© Editorial Libros para Pensar S.A.S.

© Carlos Gabriel García Herrera

© Editorial Libros para Pensar S.A.S. — Bogotá – Colombia 2023

Cel. +57 315 837 05 84

liderlibros@gmail.com - www.librosparapensar.com

Primera edición:

ISBN: 978–958–49–8514–9

No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier medio, sea este electrónico, mecánico, por fotocopia u otro método, sin el permiso previo y por escrito del autor.

Hecho en Colombia

Printed in Colombia

Queda hecho el Depósito Legal

Bogotá – Colombia

Índice

Preámbulo 7

Prólogo 9

Libros, libros 13

Sobre la obra 15

Historia de amor 17

Mis manos sobre tu piel 53

Idilio vencido 83

Cuando un poeta se enamora 103

Mentiras de amor 147

PREÁMBULO

Cuando creíamos que había muerto el Amor asesinado por las intrigas, los desdenes y las traiciones; cuando pensamos que se había marchado del corazón dejando el alma herida como el colibrí sin flor y sin néctar para su existir, aparece esta obra maravillosa, escrita por un autor desconocido que intenta rescatar la esencia de la vida... el Amor.

El escritor logra aquí untar cada letra con poesía para decirnos que con sólo extender las manos regresará a nosotros para aliviar el alma. Vencido arrullará nuestra vida y secará las lágrimas de dolor y las de alegría.

Este libro es un bálsamo reparador del espíritu que agoniza por la falta de los romances del ayer que tanta falta hacen para endulzar las páginas del libro de nuestra vida.

PRÓLOGO

Abordar el tema del amor, siempre será fascinante, pero complejo, ya que se ramifica y se manifiesta a muy temprana edad y abarca todas las edades, con todo su esplendor; la vida sin duda gira alrededor de él.

¿Quién no se enamoró de la profesora o de la chiquilla bonita del salón, y aún viejo, recuerda el primer beso?

Dicen que el amor hace que aleteen mariposas en el estómago, y hace que un desvanecimiento se apodere de las rodillas y nos haga sentir que perdemos el equilibrio.

Para llegar a él hay que profundizar en muchas áreas; sus etapas, sus consecuencias, su cercanía, sus endiabladas travesuras, sus equivocaciones y confusiones en nuestro ser. El Amor es el manantial de los sentimientos más puros que alimentan el alma, aunque siempre está asechado por otros, cual fiera depredadora a su presa.

Entre estas, no se puede descartar algo que pudiera ser la piedra en el camino, la zancadilla, el lunar, la mancha, que circunda al Amor y que le hace contrapeso en su fuerza y es, el Destino. Sí, el destino es como una serpiente que juguetea al lado del Amor y muchas veces echa por tierra todos los planes de los amantes.

El destino es un enemigo silencioso, pero cuando teje sus hilos, debilita al amor, causando claudicaciones, separaciones, desengaños, alejamientos y finales imprevistos. El destino se aparece en el juego de la vida donde reina el Amor con más libertad y lo hace vulnerable.

Con estas letras, el autor quiere recuperar la mirada poética, el flujo de sentimientos y rescatar el romanticismo y la expresión del alma. Duele saber que agoniza ante la indiferencia de la humanidad que está dejando de creer en él. El amor nos acaricia, se ofrece como el viento y lo dejamos ir, porque confiamos en que volverá.

Este mundo está lleno de sombras en los corazones que profanan el cuerpo con la basura de sus pensamientos y de su lengua. La conciencia es atacada por el sucio que corroe nuestro espacio y perdemos la eternidad del alma. El amor se está convirtiendo en un elemento del pasado.

Hoy yacen en el olvido, las poesías, el sentir del alma, el llanto del espíritu. Los ímpetus de libertad nos están convirtiendo en esclavos del consumismo y lo superficial, negándonos el placer de amar.

Vagamos como zombis vacíos; somos insensibles ante el llanto de la vida que exige Amor. Han desaparecido las sensaciones que producía un suspiro, el del sabor de unos labios frescos, los de la fuerza de una mirada, el encanto del movimiento de las caderas en la mujer, el deseo ardiente de la piel, la melodía que encierra una montaña solitaria, el dulce aroma de un lago, el sonido de las olas, el canto de un riachuelo; el de las avecillas despidiendo los atardeceres; en fin, estamos en la era de la insensibilidad y hoy el romanticismo se está muriendo y nuestro mundo se torna vulgar.

Hoy, ni siquiera una traición, causa dolor, genera heridas, o deja cicatrices..., nada importa.

Estas letras desean sellar la brecha que nos impide ver el mundo con los ojos del alma; aquella mirada de antes, que extrañaba la ternura de un niño, el abrazo de un anciano, la salida del astro rey, la ausencia de la luna en el firmamento.

Increíble pero cierto que dejamos de apreciar el aroma de las flores, los colores de un arcoíris..., hoy hasta ver partir el tren y alejarse el barco en altamar, es algo muy normal. Sencillamente ya la esencia del ser humano en nosotros, se esfuma como la niebla en días cálidos; como la ceniza en suelo húmedo.

La vejez, ya no es sinónimo de sabiduría, sino de estorbo; las miradas ya no cautivan, son morbosas; los sueños no se traducen en ilusiones, sino en riquezas y hasta el tiempo, ya no representa esperanza, sino desesperación y olvido.

Somos clientes de la lujuria; hemos caído presos del licor; las miradas están llenas de mentira y esta asesina a la dignidad.

Estamos pisando un terreno con apariencia de Burdel. Nuestro interior ya está desalineado y las emociones ablandan al ser inclinándolo hacia lo efímero y fugaz. Por eso creo, que cuando se hable o escriba de Amor, es necesario preguntarle al alma. Con estas cinco historias, se pretende reactivar el gen de la esencia del romanticismo, para palpar las emociones del lector.

LIBROS, LIBROS

Hablemos del libro sin polemizar, porque muchos tienen su opinión al respecto y aquí expongo la mía.

Un libro es más que un montón de palabras dispuestas de tal manera que sean capaces de trasmitir una idea propia, ajena, compartida o una historia publicada.

Un libro es la prolongación de la mente del autor, quien agrupa sus ideas de una manera en la que sus palabras puedan ejercer control sobre el lector.

Su intención principal, es inducir al lector a experimentar emociones de todo tipo.

Un libro puede llegar de forma directa o indirecta a las manos de alguien; incluso por casualidad, y si este tiene el poder de atraparlo, introducirlo al mundo que habita dentro de sus hojas y generarle ganas de seguir hasta el punto final, es fantástico para su autor y para el que lo lee..., no es fácil lograr esto.

Las palabras sueltas no valen nada, pero cuando alguien las agrupa con estilo y profundidad, pueden tener un efecto directo al lector.

El contenido de un libro puede sanar, pero también es capaz de herir; puede ayudar a crecer como individuo, pero también a dañarlo severamente.

... Un libro mata o da vida.

Mucho cuidado con lo que lees, porque un libro puede activar tu cerebro y llenarte de conocimientos, pero también de basura. Puede guiarte o hacerte perder, volverte un santo o un demonio..., llevarte al cielo o al infierno.

Existen los dos extremos, diferentes posibilidades; un libro en sí, es el alma del autor, reflejada en las letras predispuestas para que nos induzcan a sentir emociones.

Ojo que un libro puede encenderte y a la vez quemarte; puede hacerte florecer o marchitarte; te hace sabio o ignorante.

... Un libro puede ser un gran amigo, pero a la vez un cruel enemigo ya que es un arma de doble filo.

Pese a todo, un libro es una obra para disfrutar.

—Carlos Gabriel García Herrera

SOBRE LA OBRA

Este libro da libertad al lector, permitiéndole analizar cada situación que compone las historias, con el fin de hacerlo partícipe de conocerse como ser humano.

Deseo que el lector intervenga de manera omnisciente, y así logre analizar la existencia de su propia vida y conozca la ecuación que lo llevó hasta lo que es hoy.

Presento cinco historias, con realidades que salen a flote bajo la sombra del alma que exige vivir a plenitud y define la existencia del ser y lo que experimentan el cuerpo y el alma.

Intriga, pasión, mentiras amor, lucha social y otras situaciones de la raza humana en su necesidad de vivir.

Título

El ser humano vive bajo la sombra de muchas emociones que lo dominan y le impiden al alma expresar su realidad, por eso se refugia en los deseos del cuerpo.

HISTORIA DE AMOR

I

El verano llegaba despidiendo el invierno y con el viento cálido de aquel día, algunas nubes se amontonaron formando un gran nubarrón, pero el viento de la hermosa sabana sopló fuerte y lo desvaneció; los rayos del astro rey terminaron por vencer su resistencia… Sería un día soleado.

Un joven caminaba por las calles arenosas de su pueblo y su mirada recorría el entorno intentando cuadrar en su mente lo que le faltaba del pasado que vino a recuperar. Salió a caminar, recibiendo por primera vez –después de muchos años– aquel sol que era testigo de sus andadas de niño y joven, y parecía darle claridad a su mente. Los recuerdos volvían como llamados por su ser.

Bajo el silencio de sus pobladores que observaban su lento andar, medio alzaban sus manos para saludarlo, esbozando una leve sonrisa llena de afecto, pero a la vez de extrañeza.

Llegó hasta el mercado que ya silenciaba el bullicio de la mañana; algunos perros callejeros rondaban, buscando huesitos por el suelo. De pronto se encontró con dos hermosas mujeres que se dirigían a él con la mayor confianza.

Su mirada se posó en una de ellas que se adelantó hacia él. Usaba un pequeño vestido que le cubría hasta las rodillas, terminando en forma de faldita, espalda afuera, dejando ver en su piel canela una profunda línea, y al frente un largo escote en forma de útero dejaba ver que sus dos voluminosos pechos sostenían una medallita religiosa… y querían reventar el pequeño botoncito rojo de aquella frágil, pero fina prenda.

Sus piernas bien moldeadas como dos imponentes torres inversas, adornaban el resto de tan esbelta mujer que estaba montada en unas sandalias altas, tejidas en hilo de fique, con una línea rojiza entre el tejido. En su cabeza, una flor roja de bonche

–como las que vio en la aldea de dónde venía–, le adornaba sus rizos negros; una boquita delineada que parecía más, una bella rosa que enmarcaba sus blancos dientes haciendo de su sonrisa la más reluciente. Mientras sus ojos negros brillaban con luz propia como conteniendo sus lágrimas de la emoción al verlo; en sus muñecas, lucía unos brazaletes de piedras talladas. 

—«¡Toda una reina!» —se dijo para sus adentros.

El corazón le latía queriendo explotar de la emoción al ver que ella se iba acercando mirándolo fijamente. Sus piernas comenzaron a temblar como gallo fino por su proximidad. Ella cariñosamente sonrió más al saludarlo, estampándole un beso en su mejilla, para luego darle el abrazo más tierno y amoroso que lo hizo estremecer.

Su mundo se detuvo entre su voz.

—«¿Quién era ella?, ¿de dónde salió tan bella dama que paralizó sus sentidos, con su porte de reina, y a la vez de ángel?»

Los rayos del sol parecían darle más brillo a su piel canela, cual escarchas que refractan su luz, y su perfume a limoncillo le tocó las fibras de su alma; hasta los jardines a su alrededor se humillaban con su belleza.

¡Una real diosa Juno en color canela estaba ahí frente a él!

No la reconocía con esas características tan finas, ni ese cuerpo tan escultural y bello; aún su mente no sabía quién era, para dolor de la chica que esperaba ser reconocida por él.

Algo en su delicada mano, le llamó la atención…, parecía ser una antigua libreta de dibujos.

Despertó de su letargo emocional cuando la amiga que la acompañaba le dijo:

—Ella es Rosario, ¿no te acuerdas?

Movió levemente la cabeza hacia los lados sin dejar de mirarla y sin pronunciar una palabra. Sus ojos la recorrieron de lado a lado, de arriba abajo; sus sentidos estaban petrificados ante la mirada sonriente y dulce de aquella mujer que le apretaba su mano con afecto y que él extendió con dificultad por el estado de shock, ante la cercanía femenina.

Su amiga lo hizo reaccionar, chasqueando sus dedos, repitiéndole:

—Es Rosario, la chiquilla que cuando niños jugábamos en el colegio. ¡La que te pegó cuando peleaste con su primo! —agregó.

Al escuchar aquellas palabras, ligadas al perfume, la flor de bonche y la medallita, hicieron que su mente diera un salto en el pasado de forma acelerada; su