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Borderline Carlito
Borderline Carlito
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Libro electrónico135 páginas2 horas

Borderline Carlito

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Información de este libro electrónico

Este libro es una muestra del imaginario de Carlos Busqued. Constituido por una selección de posteos de su blog, contiene todo su mundo poético y los lectores reconocerán en él las preocupaciones literarias, musicales y audiovisuales que después desembocaron en dos memorables libros narrativos.
"Estoy escribiendo", dice Busqued en una de las entradas, y a continuación glosa una escena de lo que con el tiempo sería Bajo este sol tremendo. De esta novela muestra pasajes enteros que finalmente no formaron parte de la versión definitiva del libro. Son bocetos, borradores en los que lentamente la novela va tomando forma.
Acá tenemos el potente imaginario de Busqued, el germen de su primera novela y un arco narrativo que va desde la preparación para escribir ese libro, su escritura, la publicación y la manera como tomó, a veces con ironía, las primeras repercusiones tras la publicación.
Borderline Carlito es un libro imprescindible para completar el universo del autor de Bajo este sol tremendo y Magnetizado.
IdiomaEspañol
EditorialBlatt & Ríos
Fecha de lanzamiento27 jul 2024
ISBN9786316567284
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    Vista previa del libro

    Borderline Carlito - Carlos Busqued

    Nota de los editores

    Este libro recopila una selección de posteos de Carlos Busqued publicados en https://borderlinecarlito.blogspot.com/ entre el año 2006 y 2009. Muchos de estos posteos incluían imágenes. Por cuestiones de derechos de propiedad intelectual no podemos incluirlas en esta selección; cuando es necesario, se indica su ausencia y se da una breve descripción. Mientras escribía el blog, Carlos Busqued consiguió una cámara y empezó a subir videos que acompañaban sus textos. En esos casos, seguimos el mismo criterio que con las imágenes. Todas las notas al pie son de los editores.

    Salvamos las erratas, corregimos los títulos de libros y de canciones que cita y reemplazamos minúsculas por mayúsculas al inicio de cada oración y en nombres propios.

    Carlos Busqued acordó la publicación de este libro en Blatt & Ríos, pero no llegó a revisarlo. Esta es una selección de sólo una parte del blog, que ayuda a completar el mundo poético del autor.

    2006

    10/02/06

    Un hilito de baba le corría por la comisura de la boca, acariciaba el trozo de enagua que le había robado a Isabel Sarli en el estreno de Sabaleros

    Me llevo al baño el número de febrero de 1979 de Selecciones del Reader’s Digest. En la página 41 me encuentro con un test: ¿Necesita usted psiquiatra? ¿Está usted en la categoría de los emocionalmente perturbados? Las veinte preguntas siguientes le ayudarán a decidir.

    Hay preguntas como ¿Piensa que posee usted fuerzas superiores o que otras personas emplean poderes sobrenaturales para perjudicarlo?; ¿Ve cosas o tiene sensaciones que nadie más ve o siente?; ¿Le preocupa el peligro de contaminarse de microbios?, que son preguntas que mal que mal tienen alguna lógica (aunque susceptibles de respuestas tipo No pienso que tengo poderes sobrenaturales, doctor, lo que sucede es que yo ¡¡¡REALMENTE tengo poderes sobrenaturales!!!), pero hay otras que sinceramente no entiendo a qué corno vienen, por ejemplo:

    - Cuando se reúne con un grupo de amigos, ¿logra usted que los demás acepten su proposición de ir a cierto restaurante o ver tal película?

    - ¿Le resulta muy difícil tomar cierto tipo de decisiones, como elegir un abrigo nuevo o resolver la forma más adecuada de resolver el fin de semana?

    Las opciones para responder son: a- Siempre, b- Casi siempre, c- Con frecuencia, d- Ocasionalmente, e- Excepcionalmente, f- Nunca.

    El título de este post es de autoría de Juan Carlos Colombres, Landrú, uno de los grandes genios vivos del humor nacional (el otro es el Gordo Mesa). Conseguí a seis mangos una especie de mezcla de biografía con selección de trabajos que se llama Landrú por Landrú! Pasé un muy buen rato reencontrándome con cosas que son una barbaridad de buenas. Mis favoritos son el señor Porcel, la familia Cateura, Jacinto W. el reblan (¡A mí me gustan los chipichipi, los calypsos y los uleolai. Yo tengo el long play de todos los cha cha cha dedicados a Fidel Castro! ¡Yo tengo todo el cha cha cha de los barbudos! ¡Yo soy un vejete chacotón y pichicatero, tururú tururú! ¿Hay falopa o no hay falopa? ¡Hay falopa!) y Fofolfi, un niño abominable.

    De chico, leí una del señor Porcel que el tipo volvía loco a un carnicero en un diálogo delirante que empezaba con Buenas tardes, por favor no me venda un kilo de lomo.

    La otra cosa que estuve leyendo es un libro sobre la Segunda Guerra Mundial: La maquinaria de destrucción soviética, de Earl Ziemke. Me entero, entre otras cosas, de la batalla de Kursk (tres mil quinientos tanques cagándose a tiros por las calles de una ciudad). Me gusta el tanque alemán Ferdinand, definido como más letal para su propia tripulación de seis hombres, que para los tanques enemigos. El diseño era un delirio de Ferdinand Porsche, inventor del Volkswagen escarabajo, que ya venía en falsa escuadra: había construido un coche de carreras con un motor de seis litros, tan potente que sólo tres pilotos habían aceptado manejarlo, dos de los cuales perecieron en el intento.

    Hitler era muy admirador de Porsche y permitió que se construyera esa gigantesca batata que era una sumatoria de defectos: debido a su exagerado blindaje, sus dos motores apenas lo hacían alcanzar los 20 km/h en terreno llano. Como ya era muy pesado, decidieron deshacerse de la maquinaria que movía la torreta, de tal manera que era casi imposible apuntar el cañón (se movía sólo 14 grados, manualmente). No tenía ametralladoras de protección y los soldados soviéticos se podían acercar tranquilamente y destruir las orugas antes de hacer volar el tanque entero. El Ferdinand fue sepultura de lo mejorcito de las Waffen-SS. Lo de mejorcito, claro, es una expresión más bien relativa.

    Qué simpático el tipo que diseña su juguetito y manda a un centenar de pelotudos (se fabricaron pocos tanques) a morir dentro de él, ¿no?

    ¿El mundo real? Sí, he, he, también lo estuve caminando un ratito. Es más lindo este, lejos.

    25/02/06

    Reflexiones de un ex votante de Izquierda Unida (me da ocupado hasta el *111)

    Escuchando: Journey Through The Secret Life of Plants, de Stevie Wonder. Mi ex mujer se compró un golden retriever y aprendió a nadar. Yo, en cambio, eh… bueno, mejor no hablar de ciertas… cosas.

    1- Hay mujeres como acontecimientos históricos: se producen por primera vez en nuestra vida como suceso y tienen derecho a una segunda existencia como farsa. Acontecimiento de la pasión, farsa del trabajo de duelo.

    2- Es difícil remediar nuestra propia tristeza porque somos sus cómplices. Es difícil remediar la de otros porque somos sus cautivos.

    3- Pronto los anteojos no serán más que una prótesis. Pero serán el atributo hereditario de una especie en la cual la mirada habrá desaparecido (Baudrillard, Cool Memories).

    No escribo sobre mí mismo porque soy una persona de las que deben ser ignoradas. Por fallido, por intrascendente, por cordobés. De las personas que dejarán como único testimonio una pequeña diferencia, un pequeño delta entre el volumen del aire inspirado y espirado, cambios infinitesimales en la relación O/CO/CO2 de la primera capa de la atmósfera. Mishima dice (no cito textualmente) que el suicidio vale únicamente para las personas jóvenes. Pasada una edad, uno ya no va a dejar un cadáver hermoso. Después de un tiempo, uno se va, por así decirlo, ensuciando con la vida, con esa serie de acontecimientos feos, chiquitos. El suicidio joven es la tragedia de lo que no sucedió, mientras que pasada la primera juventud, el suicidio es el intento de separarse de lo mal hecho. Pero no hay manera de separarse de eso. Uno ya existe, ya fijó su imagen en las miradas de otros, ya hundió su dedo en el implacable cemento fresco de la fealdad. De ahí no hay retorno. Es desconsolador.

    Leyendo el segundo tomo de Sangre y tierra, las memorias del inmovilista paraguayo Antonio de Melli, me entero de que este tipo estuvo varado en Córdoba unos años. Su estadía en la ciudad de las cruces y los cementerios, por lo que cuenta, fue extremadamente embolante:

    "Este lugar es la sede de residencia del demonio del aburrimiento y la opresión. Escucho voces que me dicen: ‘Aprendé a mirar este barro, pibe, porque no hay orilla. Acostumbrate, chapaleá, respiralo. Este barro es tu hogar. Comprate un televisor y poné cable, instalate porque de acá no salís más’.

    Tengo que empezar a ponerme en onda: decidir si me compro una camiseta de Talleres o Belgrano, si soy un cordobés negro de mierda y bailo con la Mona Jiménez o un cordobés culto y voy al Teatro del Libertador las diez mil veces al año que va Jairo a cantar el ‘Ave María’. Tengo que ponerme a escribir algo a ver si La Voz del Interior me lo publica sin pagármelo. Algo bien feo sobre Jardín Florido, la Cañada o la Torre Ángela, sobre la identidad cordobesa. Si escribo diez o veinte de esos, después los recopilo en un librito, pago para que me hagan una edición fea que le regalaré a los vecinos y me convierto en un escritor cordobés y tengo una mesita en la feria del libro. Y la tierra empieza a caer encima mío, pero (eso ya lo dijimos) tampoco es ningún consuelo".

    Prrrrrhehey, los veo la próxima. Pero no hay próxima. A partir de ahora, amigos, es todo el mismo instante congelado. Visiten otros prados, beban en otros arroyos. Acá se viene la septicemia.

    17/03/06

    Mis preocupaciones en esta dulce letrina

    ¿No ve usted el traje? ¿No ve la expresión de terror en el rostro? ¿No ve que se trata de un cuchillo ordinario? Es de casta inferior, no tiene DERECHO a usar el puñal (Yosuke Yamashita).

    Me llevo al baño Hollywood Babilonia, de Kenneth Anger, y leo sobre suicidas en la fábrica de sueños. Selecciono tres:

    1- Herman Bing, el dialéctico de la lengua oscilante, uno de los grandes cómicos de su tiempo: el 10 de enero de 1948 su hija y su yerno estaban desayunando en su casa de Los Ángeles cuando oyeron un estampido. Bing se hallaba de visita. Se precipitaron a su dormitorio y encontraron al hombre en el suelo con una herida en el corazón y un revólver anticuado en la mano. La nota dirigida a su hija era sucinta: Querida Ellen: ¡Este insomnio! Voy a tener que suicidarme. Papá. Su última película se había titulado ¿Y dónde vamos ahora?

    2- Scotty Beckett, uno de los niños precoces más listos de la pantalla: el primero de sus muchos encuentros con la ley ocurrió en 1948 (detenido por conducir borracho). Le siguieron 1954 (tenencia de armas), 1957 (posesión de drogas duras en la frontera mexicana), 1960 (por golpear a su hijastra con una muleta). En 1962 se cortó las venas pero, recuperado, se hizo vendedor de coches usados. Se suicidó con barbitúricos en 1968. En el epígrafe de una foto de Beckett en su esplendor infantil, Anger pone: Scotty, hacerse mayor no es divertido.

    3- George Sanders, casado primero con Zsa Zsa Gabor y luego con la hermana de esta, Magda. Tuvo cuatro esposas y siete psiquiatras. En 1972, ingirió cinco tubos de Nembutal y dejó una nota: "Querido mundo, me marcho porque

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