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Fernandez Capitulo 4

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EL ANLISIS DE LO INSTITUCIONAL EN LA ESCUELA.

UN APORTE A LA FORMACIN AUTOGESTIONARIA PARA EL USO DE LOS ENFOQUES INSTITUCIONALES


Fernndez, Lidia M.
(1998). Buenos Aires: Paids

Este material tiene un uso exclusivament

Captulo Cuatro. El conocimiento de las instituciones


El conocimiento de un establecimiento institucional puede procurarse a travs de diferentes caminos. La observacin directa de su vida cotidiana y el anlisis de la informacin que proveen sus documentos y su personal son las dos vas de acceso ms directas. No obstante, el procedimiento no es tan simple si en nuestra expectativa est el avanzar sobre la mera descripcin de lo formal y manifiesto para adentramos en el nivel de las signif icaciones y los "no dichos" institucionales. El enfoque de estudio que procuraremos presentar en este apartado incluye este ltimo objetivo como condicin sin la cual -en el caso de los establecimientos- nos veramos limitados en la posibilidad de comprender el estilo institucional y su vinculacin determinante con la produccin en sus aspectos cuantitativos y cualitativos. Es de inters partir de una especificacin sinttica pero puntual de algunos de los supuestos del enfoque institucional con que vamos a trabajan 1. En funcin de su historia particular; de las caractersticas de sus miembros, de la singularidad de sus ambientes y sus recursos, cada establecimiento hace una versin nica de los modelos institucionales generales. 2. Esta versin es en s una cultura institucional que incluye: un lenguaje; un conjunto de imgenes sobre la institucin misma, sus tareas, los distintos roles funcionales y cada una de sus condiciones; un conjunto de modalidades tcnicas para el cumplimiento de las acciones vinculadas a su produccin y mantenimiento; una particular forma de plantear y resolver las dificultades, de manejar el tiempo, el espacio, los recursos y las relaciones con el ambiente, una serie organizada de maneras de ordenar las relaciones de los individuos entre s en lo referente a la tarea y el gobierno institucionales. 3. Cualquier proyecto o programa que se proponga cumplir acciones dentro de un establecimiento institucional debe considerar el espacio singular que l conforma como campo de operacin decisivo, y a los miembros, como actores impostergables. En ese sentido la mayora de las corrientes "institucionalistas" del anlisis institucional en -trminos genricos- parte de considerar que ningn acceso o conocimiento de lo idiosincrsico instituciona l es realmente posible sin el aporte privilegiado que significa la interaccin con los componentes de la institucin. 4. Alcanzar a comprender el estilo y el lenguaje propios de una unidad institucional se convierte en la va de acceso -y la barrera- al conocimiento y la comprensin del modo en que se produce un cierto tipo de resultado. Consideremos aqu como resultado no slo los 'productos" formalmente perseguidos (automviles en una fbrica automotriz; sillas, mesas en una fbrica de muebles; enfermos curados en un hospital; egresados en una escuela...) sino adems el conjunto de la cultura institucional -que resulta tambin del intercambio de los individuos entre s y con sus condiciones materiales-, los grados de gratificacin, identidad y adhesin a los valores institucionales, los sentimientos de pertenencia y "espritu de cuerpo" que poseen los individuos como derivados de su participacin en la vida institucional. 5. El acceso al conocimiento de lo institucional en sus aspectos no manifiestos especialmente en lo que tiene que ver con las dimensiones sociopolticas y psicoafectivas de la vida en el establecimiento- se ver obstaculizado por fenmenos de ocultamiento y resistencia conscientes o inconscientes de los miembros, aun cuando parte de ellos seamos nosotros mismos en nuestro intento de comprender mejor los establecimientos que integramos. La negacin y la resistencia a conocer configuran el primer obstculo para "remover" en el intento de anlisis. 6. El conocimiento de lo institucional se ver tambin obstaculizado por nuestra propia implicacin no controlada. Seamos o no miembros de la institucin que estudiamos, estaremos de todos modos comprometidos emocionalmente con ella pues, de forma inevitable, la ndole del material conmueve nuestras imgenes y vnculos con las instituciones sociales. De todos modos es gracias a los fenmenos de implicacin que podemos resonar" con las experiencias institucionales de los otros y obtener un material imprescindible en la comprensin de los fenmenos humanos. Siempre y cuando nuestra implicacin pueda hacerse explcita y convertirse en material de anlisis. La dificultad para hacer consciente nuestra propia implicacin y discriminar sus efectos es el segundo obstculo que deberemos superar.

7. La comprensin de lo institucional y las instituciones nos exigir un proceso minucioso de desciframiento de significados. Cuanto ms alejada de nuestra experiencia est una institucin (pensemos en el arquelogo que intenta comprender las formas de vida de una cultura a travs de la interpretacin de sus restos culturales) o cuanto ms prxima a nosotros sea (pensemos en el historiador que desea interpretar fenmenos sociales de los que es contemporneo) ms difcil ser la tarea de descifran En un caso, porque la distancia es excesiva y en el otro, porque no hay distancia. Encontrar las condiciones y las tcnicas que permitan la interpretacin confiable de los datos es nuestro tercer obstculo importante. Veamos qu es posible hacer frente a estos obstculos.

4.1. El problema de la resistencia al conocimiento


La experiencia y la investigacin en el campo de las ciencias humanas -aquellas que trabajan en el conocimiento de realidades nicas: un hombre, un grupo, una organizacin, una comunidad en singularproveen suficiente evidencia para suponer con cierto margen de seguridad que la resistencia a conocer est ligada profundamente a diferentes prohibiciones sociales que pesan sobre el conocimiento. El conocimiento est ligado al cuestionamiento y la crtica social, y en s es peligroso. En esa cualidad de peligrosidad se liga a la vivencia de riesgo asociada a la curiosidad que la infancia tiene respecto de las zonas prohibidas de la experiencia adulta. De este modo el riesgo que significa el conocimiento de los "secretos" de la vida social se une en los sentidos emocionales a las vivencias del riesgo que significaba el conocimiento de los "secretos" de la vida interpersonal y familiar de los adultos de los que dependamos. Seguramente cada uno de nosotros puede poner innumerables ejemplos de situaciones en las que experiment el riesgo y la culpa por haberse "asomado", por haber "espiado", por haber querido saber acerca de las zonas secretas y prohibidas de su vida cotidiana. Todos, adems, tenemos como experiencia recie nte en nuestra vida social y poltica que "conocer", "saber" lo que suceda se lig al peligro de muerte, y la manera en que la negacin y la resistencia a conocer funcionaron en nosotros como auxiliares mgicos frente a ese peligro. Si logrbamos vivir como si nada sucediera, nos sentamos a salvo. Es innecesario decir que en situaciones de intensa represin social en la que efectivamente existe riesgo real para los que cuestionan lo instituido, el intento de anlisis institucional es casi una utopa. Sera ilusorio pretender -no tendramos derecho, adems- que las personas pudieran aventar los contenidos de peligrosidad cuando el peligro es real. La condicin primera para el anlisis institucional, cualquiera que sea su enfoque, es la garanta de una situacin de seguridad real en la que no existen amenazas de ningn grado y donde se puede encarar el anlisis de lo instituido sin temor a la emergencia de fuerzas instituyentes. Una condicin tal posibilita el surgimiento de las significaciones de peligrosidad provenientes de la experiencia institucional y permite su anlisis, su comprensin y su discriminacin. Algo as como desprender de la experiencia actual el "lastre" de los efectos de nuestra experiencia pasada y encarar el presente con la potencia de nuestro pensamiento adulto. Las personas que componen un grupo o un establecimiento institucional concreto suelen decidirse a encarar un anlisis institucional cuando pueden comprometer mutuamente una suspensin del juicio, la recriminacin y el castigo por las diferencias en los modos de percibir y valorar la realidad. Este compromiso es generalmente difcil de asumir si cada uno de los miembros, o algunos de ellos por lo menos, no ha hecho ya un camino de reflexin acerca de las instituciones que le permita constatar que la desocultacin y el develamiento de las ideologas no son peligrosos en s sino slo en relacin con los sectores o las personas que usufructan la situacin oculta. A modo de ejemplo: hacer manifiesto que en una organizacin todos tienen derecho al voto y son, por consiguiente, dueos en igualdad de condiciones (informar esto a los nuevos miembros y capacitarlos para asumir esa responsabilidad) es slo peligroso en los establecimientos donde un grupo se ha "apropiado" de la capacidad de decisin, manipula las reuniones, no permite la organizacin de cursos de capacitacin para los que ingresan y ha promovido la "instalacin de una ideologa que sostiene por ejemplo la inconveniencia de que los "nuevos" accedan con su inexperiencia al manej de "asuntos clave", el desagradecimiento o inaceptable que significara entrar en la esfera de los fundadores que han "dedicado la vida a la institucin", el peligro de "enojar a algn miembro que adems es muy fuerte en otras reas de la comunidad... Un anlisis institucional es adems imposible si quienes ocupan lugares de autoridad y, por consiguiente y de modo casi inevitable, han concentrado ms poder que el que les corresponde, no tienen la decisin profunda de renunciar a l. En otro ejemplo: no hay cambio pedaggico posible en el aula si el profesor que -por su
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posicin y el modelo institucional de desempeo que lo orienta- ha avanzado en su esfera de decisin "ocupando" gran parte de la de sus alumnos no se "retira" voluntariamente hacia adentro de sus propios lmites y permite a sus discpulos recuperar la capacidad sobre su propia esfera de incumbencia. Cuando un grupo institucional logra crear las condiciones que hemos esbozado -suspensin de la amenaza y el castigo para los "diferentes", disposicin a renunciar a los "excesos de poder" y, agreguemos ahora, "disponibilidad" para asumir el costo de revisar las instituciones y sus vnculos con ellas- seguramente habr puesto los lmites a una situacin donde la resistencia a conocer podr ser detectada, planteada, comprendida y superada. Por todo lo dicho seguramente se hace evidente que el anlisis institucional como propsito colectivo de una comunidad institucional no es un intento frecuente ni siquiera conocido como posibilidad. En nuestro pas tiene escasa difusin y, en general, es reclamado a travs de la consulta a un asesor externo en situaciones de crisis. Esto permite sin duda configurar mejor la situacin de seguridad enunciada a travs de la presencia de un "externo", que puede manejar mejor su implicacin y que se define como especialista. Pero no obvia la necesidad imperiosa que est expuesta en nuestro contexto social: la de lograr que la mayor cantidad posible de personas acceda al conocimiento del saber disponible sobre las instituciones y pueda de ese modo ser activa en la generacin de los procesos de cambio reflexivo que reclaman todas nuestras organizaciones. En el intento de difundir este conocimiento para quitarle "peligrosidad y permitir ese avance, est orientado este trabajo. Tener clara ubicacin en esto es importante para sostener el esfuerzo que reclama.

4.2. El problema de la implicacin


Las ciencias sociales han tenido en su seno una larga discusin -inacabada- acerca del problema de la objetividad. Inspiradas en el modelo de las ciencias fsicas consideraron durante mucho tiempo el ideal como el estado de ausencia de implicacin o asepsia afectiva. Los enfoques que estamos trabajando ven de forma diferente este problema. La asepsia afectiva es una ilusin, una aspiracin engaosa que ve en el compromiso emocional una amenaza contra la percepcin de "la verdad". En el campo de la realidad humana y social, qued demostrado con Einstein que tampoco en el campo de la fsica existe "una verdad, sino mltiples perspectivas acerca de mltiples versiones de cada hecho. Nuestra propia percepcin, nuestro propio modo de distorsionar los hechos "objetivos", es una fuente ms de datos valiosos para comprender y reconstruir una realidad multifactica. Vista as, la cuestin no es encontrar la forma de reprimir la implicacin afectiva, sino la de su utilizacin instrumental. En este intento, el "descubrimiento" de los niveles inconscientes en la conducta humana y el estudio y la conceptualizacin de los fenmenos de transferencia y contratransferencia, que se originaron en el anlisis de las relaciones mdico-paciente y se extendieron al de las relaciones grupales e institucionales, han tenido importancia central. La implicacin afectiva, en sus dimensiones profesionales, polticas e infantiles y en su conexin con nuestra cosmovisin, nos proveer de un material que en muchos casos no ser el "registro preconsciente de datos no captados en los niveles conscientes de nuestra percepcin. De ah la importancia de dar cuenta de nuestras emociones, impresiones y sensaciones frente a un material y no quedarnos slo en la descripcin de lo observado "objetivamente". Ellas pueden ser; en parte, la respuesta a evocaciones que provoca en nosotros una realidad -y entonces hay que entenderlas y discriminaras para no confundirlas con las de "los otros institucionales"- y, en parte, la respuesta irracional que damos a significados que nos transmiten y de los que complementariamente nos hacemos cargo, y entonces tenemos que tomarlas como parte del sentido de los sucesos que analizamos. Comprender la modalidad o las modalidades con que podemos trabajar nuestra implicacin exige la tarea concreta con material de casos. Basta por ahora tener en cuenta que la negacin del propio compromiso afectivo, lejos de mejorar nuestra "objetividad", la perturba, porque permite que los significados personales evocados en nosotros por una situacin operen salidos de control y distorsionen nuestra comprensin de los hechos, llevndonos a suponer que los otros sienten o piensan las cosas que en realidad nos suceden. El uso sistemtico del anlisis de los contenidos y las significaciones de ese compromiso se convierte, en cambio, en fuente de datos para una mejor comprensin de los fenmenos y en medio de control y discriminacin para asegurar que los contenidos personales "puestos" en el material no confundan nuestro anlisis.

4.3. El problema de la multisignificacin de los hechos


Existe para el anlisis de lo institucional en toda su complejidad una herramienta central: los analizadores. Un analizador es un dispositivo artificial (un microscopio, un telescopio, un ecualizador) o natural (el ojo, el cerebro) que "produce una descomposicin de la realidad en elementos, sin intervencin de un pensamiento consciente" (Lapassade, 1974). El concepto que proviene de las ciencias exactas y naturales- es utilizado en el campo institucional para designar a aquellos acontecimientos o hechos no programados o aquellas tcnicas diseadas expresamente, que provocan la expresin de un material y permiten captar significaciones antes ocultas y aun inconscientes para los propios actores. Los tests, las entrevistas, las encuestas en general cumplen la funcin de analizadores. No por el hecho de aportar informacin buscada, o no slo por eso, sino porque desencadenan la aparicin de un material no controlado que expresa el estilo y la idiosincrasia del que lo produce. Una huelga, por ejemplo, puede convertirse en un analizador natural de las relaciones de rivalidad en un grupo de compaeros caracterizado por la cordialidad de sus relaciones; un examen puede ser analizador de los sistemas de seleccin informal que funcionan encubiertamente en una institucin; un accidente puede desencadenar movimientos de solidaridad y ayuda mutua en una comunidad cotidianamente hostil. El rendimiento pobre de los alumnos, el rumor, las peleas, los accidentes, pueden ser otros tantos analizadores de la dinmica y el tipo de funcionamiento institucionales. En un sentido estricto, el conocimiento de las instituci nes avanza a travs de la "descodificacin" del o sentido que tiene el material develado por diferentes analizadores. Una gran parte de nuestro conocimiento se asentar en inferencias e interpretaciones y, por consiguiente, no podr abandonar el terreno de las hiptesis. Nos exigir una actitud rigurosa de anlisis reflexivo: percepcin, formulacin de hiptesis, bsqueda de datos, interpretacin, control, ajuste de las hiptesis y as sucesivamente. Algunos recuerdos metodolgicos nos permitirn tener mayor seguridad en nuestras conjeturas: 1. Cada hecho, cada dato, cada situacin de una realidad institucional deben ser analizados en la trama de significaciones de esa realidad singular, pero a la luz de sus significaciones de tipo universal y en las que provienen de su contexto socio-histrico. 2. Cada hecho o fenmeno deber ser analizado en todos sus mbitos de expresin: individual, interpersonal, grupal, organizativo, social. Esto permitir contar con una gama -cuanto ms amplia mejor- de los posibles significados o matices del hecho en cuestin. 3. Cada hecho, cada fenmeno deben ser vistos desde los ojos de cada uno de los actores institucionales. Slo la sntesis de "la mirada" de todos podra permitirnos captar los puntos vinculados a la experiencia institucional; aquello que es nico pero colectivo y que expresa la idiosincrasia, el estilo institucional. 4. Debemos diferenciar con la mayor nitidez posible condiciones y resultados, sabiendo que los mismos hechos pueden funcionar en los dos papeles en diferentes momentos y situaciones. Los esquemas unidireccionales o monocausales no nos sirven en el intento de comprender las instituciones. Es necesario contar con modelos que acepten la contradiccin y los diferentes significados que un mismo hecho puede adquirir mirado desde distintos puntos de vista. Que cumplan la funcin de ordenadores de la informacin y no la de filtro. En el transcurso de un anlisis con el que procuramos comprender la significacin de un hecho surgirn muchos datos que contradicen nuestras hiptesis; algunos quedarn sin sentido para nosotros; otros parecern no vincularse de ningn modo a la institucin que tratamos de comprenden Nuestro esquema de anlisis debe permitirnos conservar toda esta informacin y luego preguntarnos acerca del sentido de su apariencia extraa o contradictoria o ajena. 5 Trataremos de utilizar el grupo de trabajo como contexto y medio de elaboracin del conocimiento. La confrontacin de hiptesis e interpretaciones en un grupo de trabajo es indispensable, segn la experiencia de todos los que trabajan estos enfoques, en este tipo de anlisis. La realidad institucional es altamente compleja y la indagacin no es afectiva ni cognitivamente sencilla. Los "otros", el equipo de anlisis, sirven al mismo tiempo como continente y reaseguro afectivo y como lugar donde es posible reproducir (a travs de las diferentes miradas e interpretaciones) la complejidad del objeto institucional. Sin el auxilio de otros juicios y opiniones es muy alto el riesgo de "inmersin" y bloqueo consecuente en la capacidad de interpretacin.

6. Cuidaremos estrictamente de controlar nuestras hiptesis con los miembros de la institucin que estamos analizando. Ellos son los que en ltima instancia y a travs de su elaboracin, informacin adicional y cuestionamiento nos permitirn avanzar en la tarea. En realidad, como ya lo especificamos al principio de este captulo, el anlisis institucional es un proceso en el que a travs del trabajo de interpretacin, los miembros de una institucin entre s o con una ayuda externa- avanzan en la comprensin de su estilo institucional y la manera en que l explica su tipo de produccin. El "experto", las teoras, los modelos de anlisis, las tcnicas de indagacin e interpretacin son todas herramientas para que los actores institucionales puedan alcanzar una mejor comprensin de su realidad e incrementen su posibilidad de "hacerse cargo" de su responsabilidad individual y colectiva sobre el logro de los fines institucionales o sobre el planteo de su modif icacin.

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