Aiziczon. Zanon
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El clasismo revisitado. La impronta del trotskismo en la politizacin del sindicato ceramista: Zann Bajo Control Obrero, Neuqun 1998-2006
Fernando Aiziczon1
Resumen En la Argentina de fines de siglo XX los fenmenos de protesta social se multiplicaron a travs de diversos formatos y actores; entre ellos, las denominadas fbricas recuperadas mostraron la experiencia de la ocupacin y produccin por parte de los trabajadores que resistan el cierre patronal. Sin embargo, y a pesar de la radicalidad de la accin de ocupacin y produccin, en formas no contempladas por la legislacin, la mayora de las fbricas recuperadas optaron luego por la normalizacin de su situacin jurdica, legal y econmica, formando cooperativas y relegando su participacin en proyectos polticos. Por el contrario, lo ocurrido en Cermica Zann muestra un proceso radicalmente opuesto: eleccin de la modalidad de control obrero y no el cooperativo, politizacin hacia la izquierda de la cpula dirigente, conformacin de nucleamientos polticos por ellos encabezados, disposicin a la accin colectiva directa y, principalmente, la eleccin del clasismo como referente polticoideolgico fuertemente influenciado por la experiencia sindical de los 60-70 en Argentina. De all que nuestra intencin en este trabajo sea la de indagar en los procesos de politizacin de ncleos dirigentes, el papel de activistas de izquierda en el proceso, las tensiones que se generan al interior fabril y finalmente la significacin aparentemente ambivalente que el clasismo, sostenemos, siempre mantuvo en el caso argentino.
Historiador. CONICET-CIFFyH (Universidad Nacional de Crdoba). E-mail : danfer@arnet.com.ar, faizic@hotmail.com http://www.iisg.nl/labouragain/documents/aiziczon.pdf (2007)
LabourAgain Publications Las asambleas de fbrica y del sindicato son la autoridad mxima que permiten el debate, la confrontacin de ideas y opiniones y la resolucin democrtica de todas y cada una de las decisiones a tomar por los trabajadores ( ) el SOECN reconoce, se orienta y basa su practica en la lucha de clases y bajo los principios del sindicalismo clasista, conservando su plena independencia del Estado y sus instituciones, del gobierno y todas las organizaciones patronales (...) buscando elevar la conciencia de clase de los trabajadores y lograr una sociedad sin explotadores ni explotados. (Extracto del Prembulo del Estatuto del SOECN, reformado el 16 de julio del 2005).
Introduccin Este trabajo responde a una serie de inquietudes personales sobre los procesos de construccin de sentido en experiencias sociales marcadas por el conflicto social2, y aunque forma parte del universo de estudio mas grande en que actualmente trabajo, el de la protesta social en Neuqun durante la dcada de los 90, mi inters aqu radica en preguntarme cmo los procesos de resistencia, y con ellos los colectivos que los protagonizan, pueden ingresar en la disputa por el poder social dentro de un sistema poltico dado, es decir, cundo, cmo, por qu y hasta dnde se politizan, en qu direccin lo hacen, y fundamentalmente mediante qu tipo de interaccin entre los actores sociales se redefine su visin del orden social y sus posibilidades de accin. Es sabido que no existen procesos absolutamente autnomos y espontneos como tampoco totalmente concientes y dirigidos, y que el sentido comn de los sectores subalternos contiene fragmentos de diversas concepciones del mundo, lo que constituye un desafo para aquellos que pretenden incidir en estos procesos para modificarlos y orientarlos hacia un determinado fin, que en nuestro caso, es el socialismo a travs del clasismo. De all que en este trabajo me concentre en el papel de los activistas de izquierda, en su incidencia en el rumbo de las acciones de la que forman parte, y en la manera de nombrarlas o identificarlas, cuestin que remite a cierta adecuacin de determinados postulados, como el clasismo, y a la tarea de rescate, resignificacin, o repeticin, si existe, de tradiciones de lucha anteriores. En el complejo y ambivalente terreno de los discursos, las palabras y las acciones, stas definiciones sufren ya desde sus portadores -los activistas- otras interpretaciones, que finalmente son reformuladas por los interpelados directos, las bases obreras y su lectura de la situacin, conformando un trayecto de idea y vuelta, de resignificacin en constante movimiento. Este es el espinoso pero sugerente camino que intentar presentar a continuacin mostrando las tensiones en la constitucin de una identidad combativa y antiburocrtica que cristaliza en clasista. Clasismo. Un intento de (re)definicin En el prefacio para la edicin argentina de su excepcional libro titulado El Cordobazo. Las guerras obreras en Crdoba, 1955-1976, publicado en 1996, el historiador James Brennan reflexiona brevemente sobre la hipottica posibilidad de que los sindicatos que estudi y que caracteriz como honestos, democrticos, combativos y fuertemente politizados, pudieran servir como modelo para el sindicalismo argentino de fines de siglo XX. En su respuesta, Brennan postul, con razn, que las condiciones internacionales y
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En anteriores investigaciones me he ocupado de diversos aspectos de la experiencia de los obreros ceramistas de Zann. Ver de mi autora La experiencia de los obreros de Cermica Zann, Neuqun, 1983-2002, Tesis de Licenciatura en Historia; UNC, Neuqun, 2004, mimeo; Izquierda y conflicto social : clasismo y control obrero en Cermica Zann, Neuqun, 2002-2005, informe final de la beca (junior) CLACSO-ASDI, 2006, mimeo, Teora y prctica del control obrero: El caso de Cermica Zann, en Revista Herramienta, nmero 31, Buenos Aires, marzo de 2006, 101-127. http://www.iisg.nl/labouragain/documents/aiziczon.pdf (2007)
LabourAgain Publications nacionales han cambiado mucho al momento de escribir su prefacio; en efecto, a la superacin de la etapa de predominio de las dictaduras militares en el sistema poltico argentino se agreg el avance del poder de las empresas transnacionales y la retirada del Estado como rbitro de las relaciones laborales, en un clima ideolgico en que el propio peronismo mut su identidad al polo opuesto de su faceta mas combativa y descoloc en trminos identitarios al movimiento obrero agrupado en la CGT3. Este panorama justificar que Brennan pronostique por entonces que, en todo caso, el sindicalismo argentino se atendr al despliegue de estrategias defensivas, por eso cuando ensaye una valoracin de la experiencia de los sindicatos combativos cordobeses, el autor sostendr que la actualidad de la experiencia del clasismo semeje mas a una moraleja que a un modelo en trminos de legado histrico; moraleja que se asienta en una particular y admirable capacidad de respuesta que ste sindicalismo clasista deja en su rescate de valores como la democracia y la dignidad. Hoy podemos dar una vuelta de tuerca sobre aquella afirmacin en base a la experiencia que aqu presento; una reflexin que nace en 1998 -apenas dos aos despus de la publicacin del libro de Brennan- en una fbrica neuquina de cermicos. All, una joven y combativa comisin interna llega, junto con el impulso de las bases, a la conduccin del sindicato ceramista. Luego, y en el contexto de la histrica crisis socioeconmica que azot a toda la argentina, el colectivo obrero toma la fbrica y la pone a producir bajo Control Obrero. Finalmente, en un proceso tan rico como abierto y que an continua generando grandes expectativas, el sindicato ceramista reforma sus estatutos bajo los auspicios de la tradicin del clasismo argentino, ciertamente el modelo sindical y poltico elegido por estos obreros. Toda una inversin de la moraleja de Brennan, transformada en virtud de uno de los aspectos que practican ciertos grupos sociales y que posibilita la transmisin y resignificacin selectiva de tradiciones polticas . En la historia argentina contempornea se denomina clasismo a un tipo de sindicalismo que surge entre los aos 60-70 y se caracteriza por la irrupcin desde las bases de un dirigencia obrera esencialmente combativa y antiburocrtica, y que pelea por democratizar el mbito de trabajo. La combatividad est dada por cierta predisposicin a la accin colectiva directa en sus protagonistas, accin que incluye pero trasciende reclamos estrictamente sindicales (huelgas de hambre, protestas por aumentos salariales, despidos, reduccin horaria, rechazo de clusulas de productividad, condiciones de trabajo, entre otros) abrindolos al campo de lo poltico, como la crtica al sistema capitalista y la aspiracin a una sociedad socialista, y que puede abarcar desde la toma y ocupacin de fbricas acompaada de la toma de rehenes (directivos y cuadros jerrquicos empresariales) hasta el despliegue de barricadas callejeras y ocupaciones de espacios pblicos amplios, como barrios y sectores de
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En un artculo previo a la publicacin de su libro Brennan sostiene que ... la identidad peronista de la clase obrera sobresale como uno de los pocos elementos consistentes en la turbulenta poltica argentina contempornea. Slo una vez en casi medio siglo esta identidad fue cuestionada y sus postulados ideolgicos fueron seriamente desafiados por los obreros argentinos. Los movimientos clasistas en Crdoba al comienzo de los '70 surgen como un enigma en la historia reciente del movimiento obrero argentino, una aparente aberracin en lo que es, sin lugar a dudas, la relacin histricamente ms significativa en aquellos aos, la existente entre el peronismo y la clase trabajadora. El clasismo tiene la apariencia de nada ms que un captulo interesante pero excepcional y, ciertamente, en alguna forma no es ms que eso. En efecto, como un movimiento poltico, el clasismo fall en crear una alternativa al peronismo y no tiene ninguna resonancia en el sindicalismo actual. Ver Brennan, James (1992), El Clasismo y los Obreros. El Contexto Fabril del Sindicalismo de Liberacin, en Revista Desarrollo Econmico, Vol. 32, N 125.
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LabourAgain Publications ciudades. El aspecto antiburocrtico se refiere al rechazo de uno de los rasgos estructurales y tradicionales del sindicalismo argentino consolidado con Pern : el verticalismo en la toma de decisiones y en la cadena de mandos, aunque se asocia tambin con cierta tendencia al enquistamiento prolongado de dirigentes o caudillos sindicales, la mas de las veces en sintona con la patronal y/o el Estado, y por lo tanto, alejado de sus bases y sospechados de traicionarlas. Este ltimo aspecto se revela problemtico para el clasismo pues el elemento burocrtico no podr desligarse de una asociacin, mas o menos vaga, mas o menos involuntaria, con el movimiento sindical peronista, es decir, la poderosa columna vertebral de Pern, y esa asociacin devendr en tensin cuando una identidad de izquierda quiera y no pueda borrar la sedimentada identidad peronista presente en las propias bases clasistas. La oposicin del clasismo hacia los mecanismos burocrticos significa la puesta en primer plano de herramientas que horizontalizan la prctica sindical y sus flujos de poder, de all el valor otorgado a las formas de democracia directa en la que descollar la asamblea general, pero tambin la conformacin de comisiones internas, cuerpos de delgados, y, claro, las elecciones sindicales. Un rasgo central del clasismo es el valor otorgado a la honestidad del dirigente clasista, valor quizs alimentado por las traumticas experiencias previas que las bases soportaron a manos de sus antecesores en las conducciones sindicales. La reivindicacin de la honestidad se conecta con otro valor paralelo e inescindible a ella : la dignidad de la lucha emprendida, dignidad que adquiere sentido si se comprenden los abusos soportados por las bases obreras a manos de la patronal (malas condiciones de higiene y seguridad, aumentos en los ritmos de trabajo, clusulas de productividad, despidos de delegados y activistas). En trminos generales, la emergencia del clasismo ocurre en fbricas con escandalosos casos de corrupcin o desidia de la dirigencia burocrtica, lo que genera sensaciones de injusticia intolerables para las bases que entonces inician un camino de rebelin interna. Por esta ltima razn es que la politizacin de los obreros ocurre despus de iniciado el proceso de recuperacin sindical, y no al revs, es decir, primero se ganan espacios a la burocracia sindical, luego se lucha por reivindicaciones laborales, y finalmente (o en paralelo), se abre el juego y las perspectivas de intervencin directa en poltica. Los estudios acadmicos destacan del clasismo el factor generacional como rasgo determinante; en efecto, jvenes camadas de obreros nutren las filas de los sindicatos ms radicalizados en Crdoba, en donde la edad promedio de las cpulas sindicales oscila los 2030 aos4. Cierta distancia generacional con el primer peronismo facilita el viraje a la izquierda en muchos de estos jvenes en algunos casos y la complementariedad de su peronismo hacia su matiz combativo o de izquierda en otros. Geogrficamente, las expresiones modelo de clasismo se dieron en regiones industrializadas como la Crdoba de fines de los 60, en donde la referencia obligada son los sindicatos de la empresa FIAT, los SITRAC-SITRAM, tambin los de Perkins, y el de mecnicos, SMATA, conducido por Ren Salamanca. Igualmente se encuentran casos en el cordn industrial de Santa Fe y Buenos Aires con las conformacin de Coordinadoras o Intersindicales fabriles, rasgo tpico del clasismo (Ceruti y Resels, 2006, Lbbe, 2006). El clasismo convivi con otras expresiones de combatividad generalizadas en el pas en una poca de gran politizacin social, aunque en trminos sindicales no logr convocar al grueso del movimiento obrero, siempre fiel al peronismo.
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El secretario general de SITRAC a inicios de los 70, Massera, tena apenas 37 aos y sus compaeros lo llamaban el viejo. Ver Brennan, cit., p. 228. Otro estudio al que remito sobre los sindicatos combativos en Crdoba por su profundidad, solidez y aporte documental es el de Gordillo, Mnica(1999), Crdoba en los 60. La experiencia del sindicalismo combativo, Crdoba: Universidad Nacional de Crdoba. http://www.iisg.nl/labouragain/documents/aiziczon.pdf (2007)
LabourAgain Publications En Crdoba y a la luz de la divisin entre sindicatos por rama y sindicatos por empresa el clasismo emergi en aquellos lugares donde se crey que sta segmentacin favorecera el aislamiento obrero respecto de las grandes centrales, a la vez que expona directamente al poder patronal a sindicatos chicos, nuevos y dbiles. La experiencia del clasismo no dur mucho aunque sus dimensiones afectaron decisivamente el escenario nacional, como ocurri con la revuelta obrera conocida como el Viborazo a principios de los 70 en Crdoba. En lneas generales, la radicalizacin de las bases obreras y el acentuado giro a la izquierda de sus direcciones fueron ledas como una amenaza seria tanto por el movimiento obrero peronista agazapado en la CGT como por los sectores dominantes (empresarios) y el Estado, quienes no dudaron en reprimir duramente y encarcelar a sus dirigentes cuando el clasismo pareca expandirse. El estado de ilegalidad en que fueron declarados los sindicatos clasistas y la dureza de los gobiernos militares sellaron la suerte final del clasismo. Izquierda y clasismo Los historiadores se han visto en la necesidad de aclarar que el clasismo es un fenmeno que se explica tanto por el recelo antiburocrtico de las bases obreras como por la presencia de militantes de izquierda que politizaron la experiencia empujndola constantemente al campo de las definiciones polticas. La aclaracin se comprende porque la izquierda partidaria, y tras de ella sendos escritos acadmicos y militantes sobre el tema, han hecho de este fenmeno una suerte de fetiche cuya excepcionalidad se explicara por la presencia de la izquierda. No obstante estas discusiones, creo necesario remarcar que la politicidad del fenmeno clasista no se entiende sin la influencia de la izquierda en trminos amplios, es decir, atendiendo tanto al clima insurreccional de la poca (movimientos guerrilleros, radicalizacin de la Iglesia, movimientos estudiantiles, la Revolucin Cubana y la impronta del Che Guevara, la irrupcin de la Nueva Izquierda, etc.) como al estado de los debates dentro del campo de la izquierda argentina, pues como seal Brennan, el clasismo fue bsicamente una operacin de rescate de un trmino en desuso que contena ciertas implicancias prcticas como ser la necesidad de insertar cuadros en las fbricas para ganar a los obreros, los sujetos por excelencia de la causa revolucionaria : ...el clasismo no naci de las plantas de Ferreyra (...) haba estado presente en las teorizaciones partidarias de izquierda y, en forma embrionaria, en la base fabril de las plantas de IKA-Renault desde fines de las dcada de 1960 (Brennan, 1996: 230) La rebelin obrero estudiantil denominada El Cordobazo a fines de los 60 da impulso a la gran variedad de movimientos de izquierda que se vienen reconfigurando : trotskistas, peronistas, comunistas, maostas, tercermundistas, y que produce en algunos de ellos un cambio tctico (proletarizacin de militantes) que los lleva a insertarse en las fbricas, como ocurre con el PCR, VC, el PRT y el PST5. El mbito fabril y sindical es el punto de encuentro de obreros de base y activistas : discusiones, lecturas, discursos, estrategias, todo confluye dialcticamente y ambos trminos se irn nutriendo para conformar, cuando las injusticias se revelen intolerables, la emergencia del sindicalismo clasista6.
Partido Comunista Revolucionario, Vanguardia Comunista, Partido revolucionario de los Trabajadores, y Partido Socialista de los Trabajadores, respectivamente. 6 Segn Gordillo la palabra clasista ya se usaba en las publicaciones partidarias del PRT en 1967, que contaba con militantes en el SMATA. Ver Brennan, cit., nota 2, p.256. http://www.iisg.nl/labouragain/documents/aiziczon.pdf (2007)
LabourAgain Publications Prcticamente todas las corrientes polticas de izquierda de fines de los 60 posean en diversas dosis elementos discursivos asociables al clasismo por lo que el predominio real de cada corriente es difcil de medir7. S sabemos que, en los casos ms emblemticos de SITRAC-SITRAM, el trotskista PRT es el que logra una mejor influencia. Esta suerte de imbricacin entre activistas y bases tensiona las definiciones que Brennan da sobre el clasismo a un punto tal que es difcil ponderar la dinmica de la interaccin entre ambos trminos; el clasismo es definido como un movimiento de recuperacin sindical, genuino, que democratiza las relaciones laborales, y luego tardamente encuentra una expresin poltica, no uniforme. Por eso se habla de un clasismo originario mas ligado a problemas fabriles, y un segundo momento de radicalizacin poltica cuando las conducciones son ganadas por los activistas : ...la tutela poltica de la izquierda fue un factor, pero el movimiento clasista de FIAT sigui siendo, de manera preponderante, un movimiento de base con arraigo en las fbricas.(Brennan, 1996: 246) En realidad son las dos cosas a la vez : sin obreros en estado de rebelin no hay condiciones de clasismo, y sin izquierda, tampoco. Aunque cabe agregar que la posibilidad de que se lo considere como tal radica en el esfuerzo de definicin de la izquierda que, al hacerlo, orienta y da sentido poltico a las acciones. De all que no coincida del todo con Brennan cuando sostiene que tras el Viborazo y la ofensiva patronal y gubernamental contra la dirigencia clasista la lucha constituy una motivacin en s misma : A raz del Viborazo y de la campaa de FIAT para eliminar los sindicatos, es incuestionable que fue la lucha en las fbricas, y no la ideologa o la poltica, lo que permaneci como motivacin decisiva de los trabajadores(Brennan, 1996: 246) Nuevamente a fines de siglo XX y a travs de la izquierda el clasismo emerge aunque en otro contexto radicalmente distinto de aquel de los 60-70. Intentar mostrar su influencia en la politizacin de gran parte de la experiencia ceramista, en la determinacin de la eleccin del control obrero por sobre el formato cooperativo -formato que predomin en todas las restantes fbricas recuperadas-, en la lnea poltica de sus publicaciones, en la conformacin de nucleamientos combativos y en la reforma del estatuto sindical, hecho indito en la historia del movimiento obrero argentino. El nfasis de este breve trabajo est puesto ex profeso en la incidencia de la izquierda partidaria en el trayecto de la lucha de los ceramistas, en particular a travs de los testimonios de dos protagonistas centrales, Ral Godoy y Mariano Pedrero, lo que no significa que todo el proceso haya sido guiado desde arriba por activistas de izquierda; muy por el contrario, aqu tambin la combatividad y la determinacin de resistir el cierre de la fbrica precedi como condicin necesaria al clasismo, y con l, al control obrero; sin embargo, es improbable que la combatividad a secas hubiera conducido a la politizacin del colectivo ceramista.
Un panorama de estas corrientes y sus imaginarios puede estudiarse en Gordillo, Mnica, cit. http://www.iisg.nl/labouragain/documents/aiziczon.pdf (2007)
LabourAgain Publications Neuqun y Cermica Zann. Criminalizacin de la protesta social y cultura poltica de protesta Hacia 1957, lo que hoy es Neuqun dej de ser Territorio Nacional para dar paso a una nueva provincia argentina. Una similar cantidad de aos lleva el MPN (Movimiento Popular Neuquino)8 en el poder; autntico partido-estado, el MPN logr asentarse en la estructura gubernamental mediante una slida camada tecnoburocrtica de funcionarios (Favaro, 1999). El MPN, el empleo pblico, el clientelismo poltico y Neuqun crecieron sin pausa al ritmo de los ingresos que las regalas hidrocarburferas generaron, en especial durante estos ltimos 20 aos en que se triplic la produccin de petrleo y gas. Al menos dos vertientes o versiones de la poltica ofreci el MPN : una, ms ligada a una estrategia populista de desarrollo (Favaro, Bucciarelli, 2001) lleg hasta los 90 de la mano del clan familiar de los Sapag; y otra, netamente neoliberal, identificada en el tres veces gobernador Jorge Sobisch (1989/94-1999/03-2003/07). Esta ltima versin es la que demarc el terreno por donde transit el conflicto de los ceramistas de Zann, y es tambin la etapa en la que se implement en plan de privatizaciones de empresas pblicas que gener en Neuqun las emblemticas puebladas en las localidades petroleras de Cutral C y Plaza Huincul (1996/97) desde donde se generaliz luego el formato de protesta piquete (corte de ruta) y el sujeto que lo implementa, el piquetero, diseminado ms tarde por todo el pas. Neuqun va a exhibir desde entonces un panorama cargado con protestas sociales de asalariados estatales alineados en sindicatos particularmente combativos como la Asociacin de Trabajadores del Estado (ATE), los docentes (ATEN), la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) opositora a la oficialista Confederacin General del Trabajo (CGT), los obreros de la construccin (UOCRA), en rechazo a las nuevas polticas laborales, sociales, de reforma educativa y de salud que se generalizan a escala nacional. Autodenominada como la Capital Nacional de los Derechos Humanos, en Neuqun complementan este escenario un nutrido contingente de activistas, exiliados internos (durante la ltima dictadura militar, 1976-1982), y externos desde el Chile pinochetista (Mombello, 2001) que, reforzados por cuadros partidarios llegaban (y llegan) a esta suerte de territorio privilegiado para la protesta y que comenz a prefigurarse en el imaginario de izquierda como un lugar emblemtico de luchas sociales contra el avance del neoliberalismo en la Argentina contempornea. La provincia de Neuqun tambin es desde el ao 1998 hasta la fecha el lugar en donde fueron encausados en procesos penales ms de 1500 dirigentes obreros, referentes sociales y lderes mapuche, sobre un total nacional de casi 3000 procesados. El grado de judicializacin y criminalizacin de la protesta social en Neuqun resulta el ms alto del pas siendo el Ejecutivo provincial quien inicia la mayora de los procesos penales (Diario 8300, julio del 2004). Los contrastes sociales en Neuqun son impactantes : su poblacin no supera el 1,3% del total del pas, posee niveles de desocupacin entre el 15% y 20% durante los aos 90 y una pobreza que alcanza actualmente a ms del 40% de su poblacin (diario Ro Negro, 18/4/04) a la par del incremento notable en los ingresos provinciales fruto del ascenso sin pausa del precio del crudo. Por esto, la conflictividad social convive ciertamente con un sector mayoritario de la sociedad neuquina que alimenta el caudal electoral del MPN : en este punto, el sistema poltico neuquino se estructura entre la hegemona electoral del MPN y la imposibilidad de la oposicin para construir una alternativa viable. La protesta social permanente quizs sea la vlvula de escape de los sectores polticamente ms adversos a este
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El MPN surge como partido gracias a la proscripcin del peronismo luego del golpe de estado de 1955; de all que se lo denomine tambin como partido neoperonista. Fundado en 1961, el MPN lograr separarse de su identidad de origen diferencindose, por su retrica federalista y su fuerte impronta localista, del peronismo ms ortodoxo, atento al ansiado regreso de su mximo lder, Juan Domingo Pern. http://www.iisg.nl/labouragain/documents/aiziczon.pdf (2007)
LabourAgain Publications panorama, perdurable en dcadas. De todas formas cabe pensar en el peso especfico que gana la protesta social y que excede cualquier sobredeterminacin de lo econmico como principal factor, ms an si consideramos que son exclusivamente los trabajadores estatales sindicalizados los que encabezan los reclamos. En este sentido, Neuqun se constituy histricamente como un particular campo de protesta (Aiziczon, 2005) en donde una verdadera contracultura poltica (Petruccelli, 2005) genera, refuerza y revitaliza toda nueva expresin contestataria, tal como veremos en el conflicto de Cermica Zann. La fbrica Cermica Zann es una planta de molienda y fabricacin de cermica para revestimientos, pisos cermicos y porcelanato que existe en Neuqun desde 1979. Est ubicada en el Parque Industrial de la ciudad, a 7 km al norte y sobre la ruta provincial n 7 que conduce a la localidad de Centenario, aunque sus oficinas centrales operan en la ciudad de Buenos Aires. Esta fbrica es una de las mas modernas del pas, altamente tecnologizada, en especial luego de la inauguracin en 1993 de la seccin porcelanato. Su produccin alcanz en el ao 1999 los 750000 metros cuadrados/mes promedio con una capacidad instalada de 1100000 metros cuadrados/mes. Los insumos minerales para la fabricacin provienen en un 70-80% de mineral propio y el resto es proporcionado por terceros. El destino de la produccin, sobre fines de los 90, se dirigi en un 70% a la industria de la construccin nacional mientras que el mercado externo ocup el 30% del total producido. Al frente del gobierno provincial, Jorge Sobisch manifestar en reiteradas oportunidades el orgullo que la fbrica representaba para Neuqun. Junto al presidente Menem, en el ao 1993, inauguran la seccin porcelanato, de las ms modernas en Sudamrica. La fbrica exportaba a una treintena de pases y dominaba tambin gran parte del mercado interno argentino9. Rpidamente, de unos 200 trabajadores como promedio, la planta ascenda su dotacin de personal hasta orillar los 800 y a veces 900 obreros para mediados de los aos 90. El grupo Cermica Zann S.A. ya inclua a las empresas Canteras Zafiro S.A., Barda Negra S.A. y la fbrica Motta (de sanitarios) en provincia de Buenos Aires, diversificando su capital tambin hacia otras inversiones, entre ellas, Aerolneas Argentinas. A mediados del ao 2001, la empresa decide despedir a todo su personal y anuncia el cierre de la planta por intermedio de un recurso de preventivo de crisis, que es contrarrestado por un fallo judicial que declara a la empresa en situacin de lock out patronal, o lock out ofensivo. Esta crisis en Cermica Zann no es nueva y ya haba mostrado un primer episodio cuando su gran competidora, Cermica San Lorenzo, logra acaparar una considerable porcin de los mercados en donde opera y, tras ganar una disputa en la que Zann demanda a sta por prcticas de dumping, la fbrica va a comenzar una lenta campaa en donde se muestra con dificultades para cumplir sus compromisos financieros. La idea era contener a sus acreedores y acceder a nuevos crditos -por 20 millones de dlares- mientras despeda sistemticamente a sus obreros (Pedrero, 2001). En numerosas ocasiones Luis Zann va a utilizar este discurso para acceder a repetidos subsidios otorgados por la provincia y, ya avanzado el conflicto, hasta llega a recibir dinero del estado provincial para pagar los sueldos atrasados. As, en el ao 2000 la empresa muestra un quebranto de $23.184.871 y
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Zann participa del 25% del mercado nacional de cermica esmaltada (ao 1998), exportando a ms de 35 pases (entre ellos Brasil, Uruguay, Paraguay, Per, Chile, Bolivia, Australia, Canad, Caribe, E.U., Nueva Zelanda, Sudfrica, entre otros) y fabricando a un ritmo anual de unos 13.200.000 metros cuadrados, entre revestimientos, pisos esmaltados y porcelanatos (pulido y sin pulir), lo que implica ventas anuales para este perodo (ltimos 5 aos) de unos 40 millones de pesos/dlares. http://www.iisg.nl/labouragain/documents/aiziczon.pdf (2007)
LabourAgain Publications exportaciones que disminuyen de un 12% en 1998 a un 7, 27% en el ao 2000. A pesar de ello, su participacin total en el mercado de porcelanato sigue siendo importante: 42% en el ao 2000 (11, 57% en el mercado interno)10. El sindicato El Sindicato de Obreros y Empleados Ceramistas de Neuqun -SOECN- agrupa a los obreros de cuatro cermicas neuquinas : Zann, Estefani, Neuqun y Del Valle, y pertenece a la Filial 21 de la Federacin de Obreros Ceramistas de la Repblica Argentina -FOCRA-. Fundado en 1982 el SOECN se va a caracterizar por su afinidad a la empresa, en especial desde que asume Alberto Montes mediante turbulentas maniobras en las elecciones sindicales a mediados de los aos 8011. Montes y la comisin directiva de entonces son conocidos por los obreros como los sostenedores de la poltica patronal que se har ms evidente cuando a mediados de los 90 los despidos por parte de la empresa se conviertan en algo cotidiano. Los obreros suelen contar como la sensacin de vivir en un campo de concentracin por las medidas disciplinarias de la patronal se combina con una frrea vigilancia por parte de la dirigencia sindical encargada de informar sobre los obreros ms dscolos. El SOECN era, en sntesis, el correlato necesario de un empresariado dispuesto a todo para conservar una tasa de ganancia razonable; por eso no es extrao encontrar entre sus prcticas la ausencia de realizacin de asambleas, de libro de actas, malversacin de fondos sindicales, entre otros; la patronal, a su vez, cuenta con un aceitado mecanismo de deteccin de participantes obreros en reuniones o en asambleas clandestinas, sutilmente comunicados por correo electrnico entre los niveles gerenciales. As las cosas, un grupo de activistas jvenes llegados a la fbrica por el constante recambio generacional va despidos, traen consigo otro de tipo de experiencia : flexibilizados, precarizados, no sindicalizados, descredos de la poltica en trminos amplios, estos jvenes en su mayora no poseen experiencia poltica previa; sus primeras armas sern la bsqueda de articular alguna resistencia pasndose papelitos escritos, improvisando reuniones a la salida de los turnos, siempre a escondidas en una fbrica que divide sus sectores con grandes telas y marca con colores el sendero a transitar para evitar el mnimo contacto entre sus obreros, y todo ello, con los consabidos riesgos de ser despedidos como ya haba ocurrido con camadas enteras de activistas. Pero un hecho no tan fortuito posibilit que esto no suceda : en 1996, a pocos das de las elecciones generales del gremio, el despido de un obrero despert el descontento en la fbrica, descontento que aprovech Montes para lanzar un paro en seal de protesta y granjearse apoyos presentndose como un dirigente comprometido con sus afiliados. Toda la fbrica aval la medida, en una accin que en aos no se vea en la mayor planta industrial de Neuqun. Sin embrago, el que no result tan avalado fue el propio Montes, quien prontamente se vio desbordado por el descontento obrero y atraves duros momentos cuando en una asamblea general en la que se dispuso anunciar el acuerdo al que haba llegado con la patronal sea duramente descalificado y contrariado por las bases que anunciaron que no levantaran las medidas hasta que se efectivice el reclamo. Entre las bases, el joven grupo activista supo
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Croceri, Alberto, Informe sobre la empresa Cermica Zann, s/f., este informe est dirigido a la g erencia del IADEP (uno de sus acreedores), y llama la atencin que en sus pginas se afirme que la empresa, con sostenidas ganancias durante un tiempo, se aburgues, no tomando medidas racionales, y sobredimensionando algunas estructuras de costos (entre ellas, la salarial, que estara un 40% por encima de la competencia), entre otros aspectos. 11 La historia previa al surgimiento del control obrero en Zann la desarrollo en mi tesis de licenciatura en Historia (2004) La experiencia de los obreros de Cermica Zann, Neuqun, 1983-2002, Neuqun: Universidad Nacional del Comahue, mimeo. http://www.iisg.nl/labouragain/documents/aiziczon.pdf (2007)
LabourAgain Publications capitalizar el malestar obrero y gan en confianza, y si bien Montes gan las elecciones en lo inmediato, no pudo quedarse con las que se realizaron en octubre de 1998 en donde el activismo logr conformar la Lista Marrn y triunf en las elecciones para la comisin interna (CI) de Zann por sobre el candidato oficialista. De all en mas el ascenso de la Lista Marrn no se detendr hasta ganar el sindicato en diciembre del 2000. La construccin de una tradicin combativa Tres episodios marcaron a fuego la experiencia de las bases ceramistas y las ligaron a la emergente nueva dirigencia : la trgica muerte en julio del 2000 del joven obrero Daniel Ferrs, quien luego de una descompensacin cardiaca no pudo ser atendido en condiciones adecuadas en la planta; la huelga de los 9 das que se desat por la indignacin de lo ocurrido, y la huelga de los 34 das entre mayo y abril del 2001 en resistencia a los despidos patronales. Los tres episodios tambin mostraron varios procesos subterrneos en la fbrica : por un lado, el hartazgo de larga data en los obreros frente a las reiteradas arbitrariedades de la empresa fue generando la reaccin de paros que desbordaron y sorprendieron, por su masividad, a los mismos activistas; por otro lado, la incipiente dirigencia, que no es ajena al malestar obrero sino ms bien su expresin, supo capitalizar la huelga y ponerse al frente de los reclamos. Pero en este proceso, adems de los obreros, tambin juega su papel el arco militante neuquino; as, al difundirse la trgica noticia de la muerte de Ferrs, ser de la partida convocando a un paro provincial los docentes estatales nucleados en ATEN, en especial la seccional Centenario, la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), Asociacin de Trabajadores del Estado (ATE), la Universidad Nacional del Comahue (UNCo), organizaciones de desocupados, de Derechos Humanos y partidos de izquierda. Junto a estas expresiones de apoyo, debemos decir que el principal brazo solidario que reciben los obreros de Zann llega desde la comunidad aledaa de Centenario que adems de ser cuna de la mayora de los ceramistas brinda a travs de mltiples organizaciones sociales (bibliotecas populares, centros vecinales, clubes, escuelas) un apoyo decisivo. Vemos entonces como, en un doble proceso de interconexin entre solidaridad militante (sindicatos, partidos) y solidaridad comunal-vecinal (la ciudad de Centenario) se construye un slido bloque de defensa entorno a la fbrica. Ya con la huelga de los 34 das en el 2001 y con la nueva conduccin del SOECN a la cabeza, las solidaridades se amplan y el conflicto gana en resonancia convirtindose en el mas convocante para la militancia local. Nuevamente paros, cortes de ruta, piquetes informativos, fondos de huelga, conformacin de comisiones de solidaridad (de mujeres de obreros, de sectores solidarizados), recitales a beneficio, charlas en la universidad y en la fbrica, viajes a Buenos Aires en busca de apoyos de otros sectores en conflicto, solicitadas, junta de firmas, visitas de intelectuales a la fbrica como Osvaldo Bayer, Eduardo Galeano, James Petras, entre otras actividades, cristalizan, por un lado, en una amplia legitimidad social que gana apoyos de los ms diversos hacia los ceramistas, y por otro, en la lenta conformacin de un proyecto poltico extra-provincial de coordinacin de sectores marcadamente combativos en lo que se va a denominar como el Movimiento por la Coordinacin Obrera impulsado desde el SOECN junto con ATEN y en donde participan organizaciones como el cuerpo de delegados de Luz y Fuerza y docentes universitarios (Crdoba), la ex-SOMISA, telefnicos, trabajadores de los subterrneos, seccionales del sindicato docente de Buenos Aires (SUTEBA), Aerolneas Argentinas, la Unin de Trabajadores Desocupados de General Mosconi (UTD-Salta), delegaciones estudiantiles universitarias de La Plata, Rosario, Mendoza, Crdoba, organismos de Derechos Humanos (HIJOS, CeProDh), y partidos y organizaciones de izquierda de tendencia trotskista : PTS,
http://www.iisg.nl/labouragain/documents/aiziczon.pdf (2007)
LabourAgain Publications MST, MAS, Convergencia Socialista y el POR12. Del Movimiento surgir ms tarde la Coordinadora Regional Alto Valle, nucleamiento local de gremios combativos. A nivel local los obreros de Zann estrechan lazos duraderos con el MTD-Neuqun (Movimiento de Trabajadores Desocupados) y juntos, entre otras actividades, donan cermicos y mano de obra para poner el piso y revestimiento a una dependencia del Hospital de Centenario. La alianza Zann-MTD13 va ms all cuando en el devenir del control obrero los desocupados de esta organizacin sean incorporados como obreros a la fbrica. Adems, son tambin integrados en las consignas ceramistas : los desocupados tienen lugar con el trabajo genuino para todos a travs de la obra pblica dirigida al bien de la comunidad. De esta forma, un considerable arco de sectores se van sumando como sus principales aliados y amplan el espectro anterior : la comunidad de Centenario, el MTD, trabajadores del hospital Castro Rendn que garantizan guardias en la fbrica, la comunidad mapuche que luego donar material de las canteras de arcilla provenientes de sus tierras, y partidos de izquierda, fundamentalmente el PTS, de donde provienen el flamante nuevo secretario general del SOECN, Ral Godoy, y el tambin nuevo abogado del sindicato, Mariano Pedrero. Me detendr en ellos porque la ubicacin estratgica de ambos, el carisma y el respeto que se ganan tempranamente sern claves en la politizacin del conflicto. Godoy, Pedrero y el PTS regional Neuqun Por qu escribi que Zann fue su experiencia ms importante? Siempre digo que lo ms revolucionario que hice en la fbrica fue haberme callado la boca durante dos aos, cuando haba persecucin, y haber hecho un trabajo cotidiano con mis compaeros comiendo un asado o jugando un partido de ftbol afuera, que es donde nos empezamos a organizar. Fue un trabajo clandestino. Cmo compatibiliza su militancia partidaria en el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) con la gremial en la fbrica? El partido no se pone por delante de las cuestiones, tratamos de desarrollar los organismos de autodeterminacin de los trabajadores y nosotros nos integramos como parte de esos fenmenos, aportamos ideas y programas pero no nos creemos los dueos. Cuando empezamos a recuperar la comisin interna, la burocracia sindical hizo una campaa empapelando la fbrica con mi nombre, la hoz y el martillo, y diciendo que se vena la dictadura de la izquierda. Pero los compaeros entendieron que nunca ocult mis ideas. Nuestra praxis es ser respetuosos de lo que va resolviendo la asamblea. Yo tengo ms mociones perdidas que ganadas, y eso es pblico. Somos una minora en la conduccin, hemos aportado lo nuestro y el conjunto de los compaeros tiene confianza cuando toman alguna idea (reportaje a Ral Godoy, Diario Pgina 12, 8/12/03).
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Boletn Nacional del Movimiento por la Coordinacin Obrera, agosto del 2001, nmero 1. PTS: partido de los trabajadores por el socialismo; MST: movimiento socialista de los trabajadores; MAS: movimiento al socialismo; POR: partido obrero revolucionario. 13 El MTD es la organizacin de desocupados ms poderosa de Neuqun y la que posee ms miembros (1.400 en el ao 2001). Su sede est ubicada en el barrio ms populoso del Gran Neuqun, el barrio San Lorenzo, que es tambin la nica comisin vecinal que no controla el MPN. El MTD cuenta adems con delegados pertenecientes a otros nueve barrios y est liderada por Heriberto Chureo, ex militante del MAS. http://www.iisg.nl/labouragain/documents/aiziczon.pdf (2007)
LabourAgain Publications Nacido en la vecina localidad de Centenario, cuna de la mayora de los ceramistas neuquinos, Ral Godoy cuenta con 35 aos al ser electo secretario general del renovado SOECN. Tambin llamado brujita por sus compaeros, Godoy combina en su adolescencia el trabajo en chacras como pen con la militancia social junto al cura Graciano, en Centenario. Luego de terminar la secundaria prueba suerte estudiando medicina en La Plata, pero abandona sus estudios y comienza a trabajar en la construccin, cuestin que lo sensibiliza con las huelgas salvajes de la UOCRA neuquina (1986)14 y colabora con el fondo de huelga, a la par que aumenta su simpata con la izquierda trotskista a travs de la lectura de los peridicos partidarios. As ingresa al vigoroso MAS y luego forma parte de la generacin que rompe y se aleja del partido y conforma el PTS, uno de los desprendimientos de aquel, hacia 1988. Las duras condiciones socioeconmicas de finales de los 80 empujan a Godoy a aceptar una propuesta de su cuado para volver a Neuqun e ingresar a Zann, entonces prestigiosa y codiciada fbrica para cualquier obrero, en vistas de su avanzada tecnologa y sus buenos salarios. Mariano Pedrero, el joven abogado del SOECN desde inicios del 2000, es oriundo de Baha Blanca. De all se traslada a Buenos Aires para estudiar derecho en la UBA. Aunque de raz peronista, en el ambiente estudiantil entra en contacto con En Clave Roja, agrupacin universitaria y brazo estudiantil del PTS. Ingresa al partido y rompe, luego vuelve. Ya en el 2000 decide, como tantos otros, desembarcar en Neuqun junto a su pareja para profundizar su militancia pensada para desplegarse principalmente en el gremio docente y brindar paralelamente asesoramiento a Godoy. La regional Neuqun del PTS apenas llegaba a la decena de militantes, y durante los aos 90 a veces disminua a cinco miembros; las tareas se limitaban a elaborar panfletos, volantes, o intercambiar pareceres sobre la situacin del movimiento obrero neuquino, entre otras, y el proceso en Zann, si bien se mostraba novedoso, no levantaba mayores expectativas, al menos hasta el ao 98 : ...Zann era inconmovible. Esa fbrica era inconmovible. Era la fbrica del parque industrial que no se mova. Adonde llegaban los compaeros en su 0 kilmetro o en autos ms o menos buenos, donde trabajar era un privilegio, como deca la empresa...(testimonio de Ral Godoy, 6/10/05). El PTS es un desprendimiento del MAS (Movimiento al Socialismo), partido fundado en 1983 y por entonces el mayor partido trotskista del mundo a fines de los aos 80. El MAS se desintegra hacia 1991. Ambos partidos hunden sus races en el morenismo (del que luego el PTS se distanciar), en alusin su mximo referente y lder, Nahuel Moreno (1924-1987) fundador del Grupo Obrero Marxista (GOM) en 1944 caracterizado por su clara inclinacin obrerista. Ms tarde Moreno funda en los 60 el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), que luego se fractura en un ala guerrillera, el PRT-El combatiente, y otra crtica hacia esa postura, el PRT-La Verdad en 1972 (donde sigue Moreno, hasta fundar el PST, predecesor del MAS), ambos con influencias en el clasismo de los 70. En gran parte de sus planteos centrales el PTS se reconoce como principista, en el sentido de que la ruptura con el MAS y sus posteriores replanteos tericos y estratgicos implican una revalorizacin de la experiencia de la Revolucin Rusa en su aspecto mas relacionado con la autodeterminacin de las masas y la conformacin de formatos organizativos antiburocrticos : soviets, consejos obreros, asambleas, comisiones, rganos de
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Episodio particular en la historia de la UOCRA local en el que la conduccin del sindicato es desplazada por un grupo de obreros y militantes del MAS, a cuya cabeza se encuentra Alcides Christiansen. http://www.iisg.nl/labouragain/documents/aiziczon.pdf (2007)
LabourAgain Publications democracia directa, y en ruptura con las ltimas posiciones del MAS calificadas como reformistas y de frentes estratgicos y electorales con partidos de tradicin estalinista como el PC. El nfasis en los formatos mas horizontales de organizacin va a encontrar en el clasismo el referente histrico adecuado a la prdica petesiana : Luchamos por desarrollar estas experiencias, an iniciales, y porque predomine en su seno el desarrollo de una perspectiva clasista -es decir, antiburocrtica, antipatronal, antigubernamental y por la independencia poltica de los trabajadores- que retome y supere lo mejor de las experiencias de este tipo que se dieron en los 70, como la de los sindicatos clasistas de SITRAC y SITRAM en la Fiat de Crdoba en 1971, los metalrgicos de Villa Constitucin en 1974-75 o las coordinadoras interfabriles en 1975 (Por qu luchamos, Manifiesto del PTS, julio del 2005, negritas mas).15 El principismo del PTS y que se va a distinguir en Zann tambin es visible en su rescate casi literal del Programa de Transicin elaborado por Trotsky,16 en donde el control obrero de la produccin es entendido como un paso transicional al socialismo y germen de doble poder : ...a un sector de la fbrica le entraba el discurso que frente a la radicalidad de las medidas, llegaba el cuarto da... Zann tena que pagar el cuarto da, al quinto da se paraba la fbrica. Los primeros meses eran paros, despus eran paros con piquetes. Se paraba la produccin. Primero no se dejaba de producir despus no se dejaba ni siquiera salir el stock o comercializar. Entonces se iban endureciendo las medidas. La patronal frente a eso tena un discurso de que el Sindicato y el activismo le cortaba la posibilidad de la cadena financiera(...)Entonces eso entraba en un sector de la fbrica diciendo que el problema no era la patronal sino que era la crisis econmica nacional y que la dureza de la huelga, de la... de los trabajadores cortaba la cadena de pago, cortaba todo, entonces iba empiojando (sic) la situacin mes a mes. Entonces frente a ese escenario, retomamos toda la discusin de preventivo de crisis y todo eso y dijimos: Ah s?, tens problemas con la apertura de libros de contabilidad... si los abren, vemos -sabiendo que no los iban a abrir-. Si no los abren y provocan despidos, provocan rebaja salarial, provocan el no pago, bla, bla, bla, bla,... ocupacin y control obrero. Frente a la negativa... sabiendo que la patronal no iba jams a abrir los libros de contabilidad porque se iba a demostrar excedente, entonces cualquier trabajador entenda perfectamente. Entonces, eso desarmaba el argumento patronal, porque frente a una patronal que te dice la culpa es de ustedes, cortan la cadena de pago : Nosotros decimos : Demostrmelo, y si no lo quers demostrar ests mintiendo. Toda la fbrica se homogeneizaba diciendo: Bueno, despiden a uno: mostrame los libros. Entonces eso fue entrando, entrando, entrando como programa...(Testimonio de Mariano Pedrero, 17/06/05). Claro que algunos sectores eran receptivos a estas ideas, otros no tanto, como cuenta Godoy sobre el comienzo de las propuestas de control obrero :
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Si bien esta formulacin es tarda respecto a los hechos sobre los que nos ocupamos, da cuenta de cierto descuido por los aspectos programticos, cuestin central y hasta obsesiva en la construccin de los partidos de izquierda argentinos. Los militantes neuquinos del PTS sostienen que en general el resto de la izquierda con la que compiten (PO, MST) los tilda de autonomistas por su carencia de bases programticas slidas. 16 Otra cuestin que destaca al PTS es la tarea editorial de reedicin de escritos de Len Trotsky agotados hace tiempo a travs del IPS (Instituto de Pensamiento Socialista), el dictado de cursos de marxismo en sus sedes y la apertura de casas culturales, en una estrategia que busca romper la imagen negativa hacia la izquierda de amplios sectores intelectuales. Digo que destaca al PTS porque ciertamente el resto de la izquierda argentina ha quedado anquilosada y retrada de estas tareas culturales. http://www.iisg.nl/labouragain/documents/aiziczon.pdf (2007)
LabourAgain Publications Es decir, el compaero por ah se... se...hastan de eso. Pero es... es... machacar y que los compaeros hagan la experiencia. Porque tambin, yo... la primera vez que dijimos control obrero saltaron compaeros. Se anotaron y dijeron: -Lo que est diciendo Godoy es violar la propiedad privada, es ilegal(...) Me lo dijeron, s, en asamblea. Yo les dije: Compaeros qu otra alternativa tienen? Tienen razn, pero primero est la vida y la de mis hijos ... qu alternativa tienen? Y despus s, hicimos experiencia. Ojo! Porque, digamos, no es que Zann cerr y nosotros la tomamos... y... pasamos cinco, seis meses, que si vos lo mirs desde un ngulo... fue un calvario. Vos decs: -Qu esperaban estos tipos? Si ya la tenan clara, de entrada, lo que tenan que hacer... por qu estuvieron cinco meses afuera? Porque era precisamente para que estuviera absolutamente convencido todo el mundo de lo que tena que hacer. Ahora, nos sentamos a esperar a que se convenzan? No! Dijimos: -Comisiones de trabajo. Comisin de mujeres, militancia, un volante por un alimento... Comisiones de trabajo. Entonces empez a destaparse toda una militancia y compaeros que al principio, muchos, nos decan: -Yo no voy a pedir limosna. No! No quiero pararme en la ruta a pedir una moneda porque estoy pidiendo limosna(cursivas mas) Luego volveremos sobre esto, pero por el momento hay que decir que al menos el clima generalizado de beligerancia que se viva en Argentina, con la radicalidad de las medidas de las tomas y ocupaciones fabriles, los piquetes de desocupados y las asambleas barriales que ya despuntaron con fuerza en el 2001, mas el rechazo a las formas institucionalizadas de organizacin (sindicatos, partidos) y a la poltica en trminos amplios, constituan un terreno propicio para la emergencia de perspectivas autonomistas, asamblearias, horizontalistas, de accin directa, etc. En gran medida, las lneas directrices del trotskismo petesiano estaban en sintona con el sentir de vastos sectores populares. Un discurso en principio antiburocrtico y con prcticas asamblearias era poco menos que lo mas adecuado para estas experiencias y, en el contexto fabril, la ocupacin y control obrero, quizs la panacea que ahuyentaba la temida desocupacin17. Cuando Pedrero llega a Neuqun, el SOECN lidiaba con el asesoramiento del CTA que buscaba atraer a sus filas a los ceramistas proponindoles la conformacin de un sindicato nuevo para desde all insertarse al CTA; Godoy, astutamente, aprovecha la llegada de Pedrero y gana una batalla decisiva en trminos ideolgicos al presentar junto a l una propuesta de no quebrar el sindicato y, a la inversa, unir las filas obreras desde el SOECN. La propuesta gana, y algo del gran carisma que Godoy posee en la fbrica apuntala la insercin de Pedrero que, a su vez, gana otro prestigio tan slido como el de su compaero de filas, cimentado en la claridad de sus exposiciones y en la agilidad para empaparlos de trotskismo. La batalla poltica comenzaba a jugar fuerte en Zann una vez que su secretario general y el abogado del sindicato sealen frente a los dilemas poltico-legales el camino del control obrero y la identidad clasista. Control obrero y clasismo : la difusin de consignas La CI de Zann cuyos principales referentes luego ganan el sindicato (ao 2000) supo sujetarse a una serie de principios que intentaron cumplir a rajatabla desde sus inicios y que
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Una mirada mas amplia incluso contemplara cierta estructura de sentimientos que impregn el surgimiento de los nuevos movimientos sociales lantinoamericanos como el zapatismo, los movimientos indgenas y los sin tierra en Brasil; es decir, no se trata de establecer una adecuacin per se del trotskismo y sus consignas en todo tiempo y lugar, ni menos una propiedad intrnseca de ellas, sino de la oportunidad de su uso en el sentido mas afirmativo de la autoorganizacin, la democracia de bases, la autogestin, y de rebote, el clasismo. http://www.iisg.nl/labouragain/documents/aiziczon.pdf (2007)
LabourAgain Publications formaron parte de una suerte de puntos centrales de un programa en vistas a las elecciones del ao 1998, a saber: igual trabajo, igual salario democracia obrera decisiones en asamblea revocabilidad de los mandatos pase a planta permanente de todos los contratados y que puedan elegir sus representantes delegados por sector para constituir un cuerpo de delegados
Intercalados con reclamos particulares -como el pase a planta permanente de los contratados- comenzaron a circular nociones como las de igualdad, democracia directa, asamblea, revocabilidad, delegados por sector18. Los obreros de Zann -desde los ms viejos hasta los jvenes- en general no conocan o no saban muy bien qu significaba una asamblea, qu implicancias prcticas contena la premisa de democracia directa ni mucho menos acordaban de por s con la idea de revocabilidad de mandatos. Las ideas, los conceptos y las consignas comenzaron a circular tempranamente desde los sectores ms politizados del SOECN en donde Ral Godoy despliega una prdica embebida por las nociones ms distintivas del trotskismo clsico. Algo reformuladas desde el emblemtico soviet, la insistencia en la autoorganizacin, el repudio al burocratismo, el nfasis casi obsesivo en el papel de las bases mediante su participacin en asambleas y la posibilidad de revocabilidad de mandatos constituy el aporte fundamental que el activismo realiz a travs de l. La experiencia nefasta que el sindicalismo montista mostr a los ceramistas ampliada al resto del panorama sindical nacional acento la receptividad y la confianza en los principios mencionados; pero fue en especial la asamblea (o el asamblesmo), punto nodal de la experiencia ceramista, el aporte ms preciso que la izquierda trotskista hizo, reconocido por los mximos dirigentes del SOECN, por las bases y, asombrosamente, por el resto de las corrientes de la izquierda local. Ahora bien, la unidad obrero-estudiantil, o la apertura de los libros de contabilidad y otras consignas ms estereotipadas dentro del repertorio de izquierdas mas trillado no tuvieron la misma suerte y en general se trat de una pelea entre el empuje activista de ir por ms, hasta la solucin de fondo y los tiempos de aprendizaje de los obreros de base, ms concentrados en la resolucin diaria de actividades como la recoleccin de alimentos, el fondo de huelga, las recorridas por los barrios, los cortes de ruta informativos, o interesados en afianzar posiciones de cara al conflicto en la bsqueda de disminuir la incertidumbre cotidiana estrechando lazos solidarios con la comunidad.
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Godoy nos comenta respecto de la introduccin de estas ideas: el programa [del PTS] tena mucho que ver. Los compaeros no estaban acostumbrados y no entendan por qu yo quera discutir objetivos. Entonces decan: -No jods, vamos a ganarles a estos tipos, saqumoslos, y despus nos hacemos un programa...el que queramos No! No! Porque yo lo que no quiero es que ga nemos la [comisin] interna y nosotros hacer lo mismo que los tipos [los montistas]. Entonces, como mnimo, a ver, pongmonos de acuerdo: Asamblea como mtodo... asamblea como mtodo y no tomamos ninguna decisin si no la toma la asamblea. Bueno, est bien. Dale, est bien, me decan, bueno: igual trabajo igual salario. Es decir que todos tenemos que pelear por ganar lo mismo. Bueno, est bien, suena lindo, dejalo, ponelo... todos los contratados a planta permanente. Bueno, est bien, suena bien. Y despus empezamos a radicalizar ms y despus cuando empez la pelea con la burocracia era la pelea de... por que acordate que nosotros ganamos la interna y el sindicato sigui estando burocrtico durante dos aos y en esos dos aos nuestra pelea era a muerte, para sacar una asamblea, para atar a la directiva a esa asamblea... Entonces, eso se hizo carne. Fue una buena poltica, los obreros... decan... Est buensimo esto!. http://www.iisg.nl/labouragain/documents/aiziczon.pdf (2007)
LabourAgain Publications Independientes y activistas en el camino hacia control obrero El 29 de noviembre del ao 2001 Cermica Zann SA despide a todo su personal, que por entonces rondaba los 380 operarios. La medida patronal es desafiada por los obreros ceramistas que el mismo da y frente a la municipalidad de Neuqun queman los telegramas de despido generando un agitado da de protestas callejeras acompaada por todo el arco militante y gremial de la regin19. Este momento puede considerarse como el punto de inflexin que en adelante configurar el camino hacia el control obrero puesto que ellos, en la calle y despedidos, debern buscar una alternativa a la desocupacin que, lo hayan imaginado o no, consista en apropiarse de la fbrica. Los obreros de Zann han institucionalizado la fecha en que comenz el control obrero en la fbrica. El 1 de octubre del ao 2001 es el da en que sus declaraciones, aniversarios y documentos fijan como el inicio de la nueva modalidad organizativa. Sin embargo, el proceso en que cristaliza este formato est lejos de ser un momento preciso y definido; ms bien se trat, por un lado, de una combinacin de avances y retrocesos en la dinmica que el propio conflicto impuso. Por esto, antes y despus del lock out y antes del despido total en noviembre los obreros acampan alrededor de la fbrica e ingresan para encender los hornos buscando demostrar que con la utilizacin de la materia prima existente es posible pagar los salarios adeudados.20 Pero por otra parte, estuvo desde el inicio del conflicto la posibilidad de avanzar hacia la toma del establecimiento dotndola de un claro contenido poltico, y esta posibilidad estuvo en principio contemplada desde algunos referentes de la comisin directiva del sindicato a cuya cabeza se encuentra Ral Godoy. Un dato curioso es que Ral Godoy estuvo desde un comienzo bastante solo en trminos de cantidad de activistas dentro de la fbrica, pues no haba otros referentes de peso que militen en organizaciones de izquierda ya sea para acompaarlo o competir con l en liderazgo. Dentro de la CI que luego lo llevar al poder no haba miembros politizados ni cuadros de otros partidos. En el desmembrado territorio de Zann en los 90, y tras los devastadores despidos de activistas aos atrs, Godoy emerga como una figura fuerte, claro al hablar, preciso y con un capital poltico notablemente mayor que el resto. Sin tradiciones de peso con las que rivalizar, con jvenes vidos de ganar expresividad en sus alocuciones y con el apoyo obrero a su favor no es difcil pensar en la impronta que la figura de Godoy (y su novedoso vocabulario) sembr en Zann21. La compaa de Mariano Pedrero22 va a ser clave ya que su tarea consiste en informar y sugerir en asambleas la marcha del conflicto. Claro que la manera de hacerlo y de nombrarlo indicar sutilmente el camino hacia el control obrero en desmedro de la opcin cooperativa, y de hecho, la prensa partidaria del PTS, leda y distribuida en la fbrica, ya hablar de control obrero muchos meses antes de su efectivizacin23. Pero, existi algn otro punto desde el cual los obreros pensaran en que es
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Los diarios locales titulan Revuelta por el cierre de Zann, La capital neuquina estar hoy aislada por cortes, Diario Ro Negro y La Maana del sur, 1/12/01. 20 Los ceramistas haban puesto a producir una pequea seccin de la planta, y para ello convocaron a la prensa local y nacional a un acto pblico. Ante tamao desafo, Luis Zann acude a la justicia y con su aval se apagan los hornos definitivamente, cortando el suministro gas. Ver Boletn informativo del SOECN, 19 de octubre del 2.001. 21 No habra que descuidar la particular presentacin de Ral Godoy: de barba estilo candado, siempre con una gorra tirada hacia atrs, un pauelo palestino en el cuello y cargando una pequea mochila en su espalda es ms fcil ubicarlo como la interseccin esttica de un obrero clsico y la de un tpico joven rockero argentino. 22 Pedrero suele ser ms formal que Godoy aunque dista de ser el prototpico abogado argentino, siempre de riguroso traje. En la calle, en la fbrica, en las movilizaciones o en las conferencias de prensa Pedrero se presenta indistintamente de ropa informal o vistiendo las camisas que utilizan los obreros ceramistas. 23 Ver La Verdad Obrera, peridico quincenal del PTS, meses de julio a setiembre del 2001. http://www.iisg.nl/labouragain/documents/aiziczon.pdf (2007)
LabourAgain Publications posible controlar algo en la fbrica?. S, y en ese punto se encontraban los obreros autodenominados independientes; son ellos los que tambin generan la condicin de posibilidad del control obrero an sin saber que se aproximaban hacia esa opcin. Ya desde que Luis Zann comenz a implementar ajustes en el ritmo fabril y ms precisamente cuando se conoci en junio del 2000 que solicit un procedimiento preventivo de crisis en donde incluy su disposicin a despedir 100 operarios de los casi 400 que trabajaban (abonndoles el 50% de las indemnizaciones en 18 cuotas), ms la rebaja salarial de los que quedaban, los obreros comenzaron a preguntarse cmo era posible esa crisis cuando por da salan camiones completos con cermicos hacia todo el mundo. Varios ncleos de distintos sectores comenzaron a realizar pequeos clculos en base a los costos de materia prima, salarios, consumo de gas, luz y electricidad que poda tener la empresa, y haciendo un arqueo aproximado de los metros cuadrados producidos por el valor promedio de venta obtenan sumas millonarias a partir de las cuales el no pago de salarios les pareca absolutamente injustificableEn uno de esos pequeos crculos de obreros estaba Alejandro Lpez24, futuro secretario gremial, junto a Godoy, y ms tarde el segundo secretario general del SOECN electo bajo control obrero (setiembre del 2005). Lpez representa cabalmente el ala independiente dentro de la fbrica y siempre fue un referente y organizador de actividades integradoras al seno del colectivo obrero antes del conflicto : asados, campeonatos de ftbol y de truco, rifas y otras actividades. El control simblico que desde aquellos clculos obtenan les permiti ganar en informacin a la hora de sostener argumentaciones frente a la patronal. Pero tambin esta experiencia result crucial a la hora de interactuar con el activismo acercando posiciones o tensando la relacin cuando no se respetaban los tiempos de aprendizaje del obrero comn, es decir, la abrumadora mayora de la fbrica. En esas situaciones los independientes privilegiaban la experiencia de la base en pequeas actividades y las conclusiones a que llegaban por sobre las bajadas de lnea forzosas desde los militantes con consignas o trminos que no se comprendan. Las actividades ms comunitarias, descuidadas y desdeadas por el activismo por no ser polticas, como los festejos navideos, del da del nio, o las donaciones y los Boletines informativos sin demasiados mensajes polticos acercaban e impulsaban otro activismo, claramente comunitario, esencialmente solidario, y de esto eran perfectamente concientes los independientes que de all sacan sus mayores resquemores hacia la izquierda. Puede decirse entonces que los independientes forjan su identidad y emergen en la escena entre dos fuegos : las presiones de la patronal y cierta diferenciacin de cara a los militantes de izquierda. Aunque con estos ltimos la identidad es demasiado prxima si se los compara con la patronal, no deja de ser cierto que la hostilidad -muchas veces oscilante- hacia la izquierda favorece que los independientes en gran parte existan por su condicin contrapuesta hacia aquellos. Tambin hay que contemplar que los independientes conforman un conjunto para nada homogneo : su origen es ms bien coyuntural y obedece a la emergencia del conflicto, y aunque aqu me ocupo especialmente del conjunto de activistas que operan en la CI, que ocupan puestos en el SOECN o simplemente son obreros de base, sucede tambin que el resto de la fbrica se dice independiente, por lo que cabra pensar que en realidad los independientes se subdividen en dos bandos : los independientes de los partidos de izquierda que ms adelante se agrupan en torno al liderazgo de Alejandro Lpez, y los independientes de participacin poltica alguna. Obviamente, este ltimo grupo tiene serias dificultades para sostener sus posiciones. Sin modelos o recetas, como suelen
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Lpez tiene menos de 30 aos cuando asume como secretario gremial del SOECN. Oriundo de Centenario, Lpez no solo es un gran referente a la hora de organizar actividades como partidos de ftbol y asados sino tambin demuestra avidez de aprender poltica sindical esforzndose por presentar sus argumentos despegados de las consignas petesianas. http://www.iisg.nl/labouragain/documents/aiziczon.pdf (2007)
LabourAgain Publications estigmatizar los independientes a los activistas25, tambin era posible forjar obreros combativos, antiburocrticos, atentos a otros aspectos fundamentales que sostendrn el conflicto. Como ejemplo, los ltimos dos aos se festeja el Da del Nio en la fbrica : la primera vez asistieron 500, la segunda 1000. Transportes desde los barrios populosos de la capital llevan chicos hacia la fbrica, bandas musicales tocan en un escenario montado con sonido y decoraciones. Esa organizacin es la que el otro activismo genera. Hijos de ceramistas y vecinos de Centenario y barrios pobres cercanos a la fbrica asisten a una jornada de recreacin pensada para ellos y con un claro efecto de expansin de simpatas hacia la sociedad. Luego del lock out patronal la jueza del concurso ordena el secuestro del 40% del stock que haba en la planta para destinarlo al pago de los salarios atrasados. Frente a constantes dilaciones que el estado provincial provoca al no concretar acuerdos con comprador alguno del material, la principal tarea que los obreros tomarn en sus manos ser la organizacin de una comisin de ventas a cargo de la liquidacin del stock; y aqu es importante marcar cmo estas nacientes comisiones que se encargan de tomar la gestin de algn asunto son las que en adelante se consolidarn como ncleos orgnicos del control obrero. La comisin de ventas ser entonces la futura comisin de ventas ya bajo control obrero (ao 2002), lo mismo ocurre con la comisin de prensa y difusin, la comisin de mujeres, etc. Incluso antes, al despuntar el conflicto tras la muerte de Daniel Ferrs ya se conforma una comisin de higiene y seguridad encargada de velar por la seguridad de los obreros en la planta. Las comisiones son aqu las formas primeras de organizacin. Desde octubre del 2001 y durante 5 meses la situacin es indefinida y oscila entre las tomas temporarias de la fbrica, la desesperacin de los obreros (que venden lo que va quedando del stock), y el hostigamiento que implica la situacin judicial y que comienza a manifestarse en las sucesivas amenazas de desalojo. Los obreros no ingresan del todo hasta enero del 2002 en que intentan, como en otras oportunidades, encender los hornos y producir. Mientras, en la fbrica slo quedan los miembros de la empresa de seguridad que custodian el predio. La jueza del concurso habilita a los obreros a realizar guardias obreras de 20 personas para evitar el sospechado vaciamiento. A esta altura de qu manera se comienza a percibir la posibilidad de comenzar a producir?, en las entradas a la fbrica para sacar el material a vender y durante el recorrido de las guardias los obreros comenzaron a visualizar el ingreso directo, hasta que decant de una vez. Las discusiones en asambleas mostraban a un sector que simpatizaba con las consignas activistas lanzadas desde el SOECN declarando el control obrero, y a no pocos ceramistas que advertan en ese acto una eventual violacin de la propiedad privada. De todas formas, las necesidades apremiantes ms los argumentos sobre la ilegalidad de los procedimientos y maniobras de Luis Zann aportados por Pedrero prevalecieron sobre cualquier duda o prejuicio, y el ingreso a la fbrica ya se hizo inevitable. La ocupacin de fbricas en Argentina era tambin noticia diaria (Fajn, 2003). Una condicin sine qua non del control obrero en Zann fue que en el grupo de trabajadores dispuestos a llevarlo a cabo exista una cantidad de personal de cada seccin de la fbrica que permita operar al mnimo todo el conjunto o la lnea de montaje; carecer de ello en sectores neurlgicos significara un obstculo difcil de sortear puesto que habra que conseguir reemplazos puertas afuera de la fbrica. En Zann, 270 obreros de los 380 al momento del despido26 resistan y representaban bastante bien un esquema para arrancar a producir. Haba gasistas, electricistas, mecnicos, unos tres ex-jerrquicos y planteles completos de cada sector. Y el otro requisito se desprende de la misma organizacin del
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Aclaro, algo tardamente, que creo en que ambos grupos son en realidad activistas. Los 110 obreros que se alejaron de la fbrica lo hicieron por motivos que van desde la obtencin de otro trabajo hasta el desacuerdo absoluto con la direccin que tomaba el conflicto. http://www.iisg.nl/labouragain/documents/aiziczon.pdf (2007)
LabourAgain Publications trabajo fabril que operaba en Zann, en donde polivalencia significaba que un trabajador muchas veces deba realizar y cubrir las tareas de varios operarios y a veces en distintas secciones. Paradjicamente, la flexibilizacin laboral devino condicin de posibilidad del control obrero al producir tambin un aumento del conocimiento del funcionamiento de cada sector y de cada mquina.
El Control Obrero (2002-2005) La organizacin productiva: las Normas de convivencia A principios de marzo del 2002 los obreros largan una lnea de produccin y presentan, ya en abril, lo que ser el primer producto creado por ellos: el modelo obrero. Luego vendrn modelos con nombres mapuches o en alusin a personajes emblemticos y combativos de la historia argentina reciente como el modelo Hebe, en homenaje al apoyo recibido por la mxima referente de Madres de Plaza de Mayo. Al decir de los ceramistas, lo que generar y consolidar esta situacin es la coherencia y coordinacin de las dos patas del conflicto : la poltica y la productiva, aunque sta ltima tambin defina el carcter poltico de la experiencia al quedar desplazada el modo cooperativo en el aspecto de la organizacin. A inicios de agosto los ceramistas incorporan los primeros 10 trabajadores, quienes desdoblan sus turnos para duplicar el ingreso de ms personas. Los primeros ingresantes pertenecen a organizaciones de desocupados : MTD, Movimiento Teresa Vive (vertiente del Movimiento Socialista de Trabajadores), Polo Obrero (vertiente del Partido Obrero) y Barrios de Pie (brazo de Patria Libre, corriente nacional-populista que apoya la gestin del presidente Kirchner) que los apoyaron desde el comienzo del conflicto, en especial el MTD. Luego ingresarn familiares y ex-ceramistas. Ante los dilemas productivos y de organizacin, en setiembre del 2002 los obreros van a elaborar y aprobar en asamblea general las Normas de Convivencia de Zann bajo Control Obrero, verdadero estatuto interno que va a regir la organizacin fabril y definir el perfil poltico ceramista. Desde entonces, queda establecido para la naciente gestin obrera la necesidad de una estructura y normas que no dejen de garantizar la democracia de los trabajadores y la disciplina en un marco de unidad27. Una de las caractersticas ms salientes de las Normas es el rechazo al formato cooperativo. La gestin obrera autnoma no estara, dicen, garantizada en una cooperativa al no contemplar la organizacin y funcionamiento de una democracia plena segn la entienden los ceramistas y en la que se asienta el control obrero. En vistas de esta situacin, slo se tomar el nombre de cooperativa por una cuestin legal, en otras palabras, porque estn obligados a hacerlo28. En las Normas el funcionamiento fabril se va a adecuar al formato asambleario. Desde ahora, la asamblea se institucionaliza como el mximo rgano de decisin de los trabajadores. La forma inicial de coordinar la produccin fue simple : cada turno de cada sector cont siempre con uno o ms referentes durante el conflicto que se encarg de
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Ver Normas de Convivencia de Zann bajo Control Obrero, documento aprobado por asamblea general en setiembre del 2002 (elaboradas en abril del 2002). 28 Este es el formato sugerido desde el INAES para la fbricas recuperadas. Adems la ley de coop erativas sancionada por la dictadura militar [1973]chocan con la democracia de los trabajadores, en consecuencia, el reglamento ceramista estar por encima de las normas del estatuto presentado al INAES, cfr. Normas, sobre el rol del INAES ver Heller, Pablo, Fbricas Ocupadas. Argentina: 2000-2004, Buenos Aires, ed. Rumbos, 2003. http://www.iisg.nl/labouragain/documents/aiziczon.pdf (2007)
LabourAgain Publications mantener informado y unido al resto de los obreros, luego stos referentes sern los coordinadores naturales de cada sector. Luego, los coordinadores se renen semanalmente para evaluar y asignar prioridades de cada sector. Se propone un coordinador general para toda la fbrica y se establece como rgano de direccin mximo a la reunin de coordinadores compuesta por el coordinador general, los coordinadores de sectores y tres miembros de la comisin interna o directiva del SOECN. La reunin de coordinadores es el rgano equivalente al consejo de administracin de una cooperativa y sus cargos son elegidos por la asamblea general y revocables por sta. Se propone como principio la rotacin peridica de los cargos a fin de que todos tengan la posibilidad de asumir responsabilidades directivas. Todos los trabajadores de la fbrica cobran un salario de $800, que luego sufre variaciones. Como la fbrica transita una situacin de permanente riesgo es necesario cerrar filas adentro y sostener el conflicto afuera : la legitimidad y fortaleza de la experiencia requieren una revalidacin constante traducida en la participacin de contingentes ceramistas en todos los conflictos sociales regionales y an nacionales. Y no todos participaban o muchos renegaban de esta suerte de militantismo; sin embargo, se debi establecer en funcin de diversos conflictos internos que fueron surgiendo una serie de sanciones disciplinarias que bsicamente tienen el mismo esquema para distintas situaciones. Finalmente, hay un conjunto de actividades consideradas centrales, como son las jornadas mensuales en donde se rene toda la fbrica por un lapso de ocho horas o ms, y las movilizaciones, stas ltimas son de participacin obligatoria29. El clasismo La organizacin poltica y el activismo. El rescate del clasismo a travs de la Coordinadora y el peridico Nuestra Lucha Si tuviramos que buscar un factor externo que ayude a explicar la particular fortaleza de la resistencia ceramista y su actitud ofensiva sin duda llegaramos a la conclusin de que la extrema hostilidad del sistema poltico neuquino para con el conflicto en Zann juega a favor del cierre de filas y la unidad al seno de la fbrica. A la indiferencia del ejecutivo provincial en buscar una salida como ha sucedido con las leyes de expropiacin en Buenos Aires y el resto del pas, hay que agregar la actitud de provocacin directa constante hacia la gestin de los obreros : en diciembre del 2004 el entonces ministro de Seguridad y Trabajo de la provincia, Luis Toti Manganaro, anunci la implementacin de un plan de seguridad sin precedenctes en Amrica Latina para combatir la inseguridad y el delito en la provincia y, acto seguido, atac en pblico a los ceramistas y otros referentes sindicales acusndolos de ser tambin delincuentes (Diario Ro Negro, 7/12/04)30. Un ao atrs, en 25 de noviembre de 2003, una violenta represin contra desocupados que se oponan a la implementacin de tarjetas magnticas para cobrar sus subsidios deja al joven Pepe Alveal, de 20 aos, sin un
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Pese a la aceptacin de las Normas no fue extrao que actos de indisciplina o faltas reiteradas ocasionaran el despido de no pocos obreros, en general recin ingresados provenientes de organizaciones de desocupados -que, al decir de los ceramistas ms viejos, no estaban demasiado acostumbrados al ritmo fabril o no comprendieron la responsabilidad que implica trabajar desde entonces en Zann -, o el alejamiento de otros tantos por la direccin poltica que el conflicto anunciaba. El total del plantel obrero es a julio del 2005 de 453 trabajadores, incluidos abogados, contadores, mdicos (12 personas). Los ingresantes suman 218 obreros, casi la mitad de la planta. Las siguientes tandas correspondieron a familiares de ceramistas, ex-ceramistas despedidos por Luis Zann y tcnicos (electricistas, electrnicos, soldadores, mecnicos). El total de personas que se alej por diversos motivos (indisciplina, desacuerdos polticos, otros trabajos ms rentables) es de unos 45 obreros. Para mas precisiones sobre la gestin obrera ver mi trabajo Teora y prctica del control obrero : el caso de Cermica Zann bajo control obrero, 2002-2005, en Revista Herramienta, Nmero 31, marzo de 2006.
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Manganaro sola decir burlonamente que nadie sabe cuanta plata entra y sale de Zann.
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LabourAgain Publications ojo fruto de 64 perdigonazos policiales. Los blancos de la refriega fueron particularmente activistas del MTD y ceramistas que se acercaron a defenderlos. Es en este contexto, y volviendo sobre el texto de las Normas, que el perfil poltico ceramista se asienta en la organizacin interna pero tambin : ...dando la lucha poltica en las calles constantemente, hermanados con el resto de los trabajadores ocupados y desocupados, buscando la unidad y la coordinacin... Lo poltico permea toda la estructura ceramista. La constante prdica por la lucha poltica tambin fue el resultado de otra lucha poltica al interior de la fbrica por hacer prevalecer un perfil de izquierda que enmarque al conflicto y a los propios ceramistas, y fue ste el terreno en que mejor oper el activismo. Muchos obreros no se detenan a pensar el contenido poltico de lo que estaban haciendo ni menos les preocupaba el cmo denominarlo; por esto, es posible plantear una suerte de divisin de tareas en donde la parte productiva ocupa al grueso de los obreros y a su voz que son los coordinadores; mientras que la parte propiamente poltica queda asignada al SOECN. Es el SOECN el que delimita el informe poltico, que luego es llevado a los coordinadores sectoriales y de stos a cada obrero de sector. El informe poltico determina cul es el curso de las discusiones sobre la situacin provincial, nacional e internacional. En este sentido, el sector prensa y difusin es la verdadera usina poltica de la fbrica y el lugar estratgico para el accionar activista. Esto va a provocar un doble efecto: 1) alinear polticamente a la fbrica -va sindicato- en el espectro local y nacional, y consecuentemente 2) enmarcar los contornos de discusin al interior fabril. Un ejemplo lo constituye el polo de activistas dentro del campo de protesta neuquino conformado por la Coordinadora Regional Alto Valle, como vimos, un nucleamiento de sindicatos, comisiones internas, organizaciones sociales y partidos de izquierda iniciada y capitaneada desde el SOECN que le supo disputar terreno y protagonismo a la CTA local31. La idea de construir Coordinadoras fue tpica de los formatos organizativos que la izquierda ms combativa propuls en los aos 70 en el movimiento obrero argentino y es uno de los rescates reivindicativos de tradiciones polticas que, junto al enmarque clasista, fue propuesta e impulsada desde el PTS a travs de Godoy : La poltica de la Coordinadora nosotros la tomamos de los 70, le damos muchsimo fundamento desde ah, le damos una poltica milenaria (sic) de soviet, de consejo obrero. Ocupado, desocupado, estudiantes y dems, de las corrientes... con libertad de tendencia al interior... es decir, eso era la Coordinadora. Ahora, tambin tiene que tener un plafond en la realidad. Y... ac tuvo un plafond enorme, porque haba que coordinar la lucha del MTD con la de Zann.(...) Y los compaeros vean que s, para poder estar con el MTD que te serva para luchar, con los compaeros de Salud, con los... era la Coordinadora. Entonces, digamos, era... corresponda con la realidad. El programa corresponda con la realidad. Y los compaeros lo iban tomando...lo iban tomando desde ese punto de vista. Y la Coordinadora funcion mientras funcion... estaba el MTD, estaban los compaeros de la rama Salud de ATE, la Granate que diriga en toda la rama Salud, estaba la Rosa en ATEN Capital con distintas agrupaciones docentes -haba mucho activismo docente-...(Testimonio de Ral Godoy)32
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La Coordinadora dej de existir en el 2003 por diferencias entre los activistas que la componan. Otro ejemplo similar es la disputa respecto a la no participacin de Zann -en el plano nacional- en la ANT (Asamblea Nacional de Trabajadores) liderada por el Partido Obrero (PO). As, muchas otras articulaciones tambin desaparecen fruto de la competencia entre el PTS, el PO y MST. 32 Un reciente libro editado por el Instituto de Pensamiento Socialista (IPS), vinculado al PTS, aborda esta temtica. Ver Werner, Ruth y Aguirre, Facundo (2007 ), Insurgencia obrera en la Argentina (1969-1976). Clasismo, coordinadoras interfabriles y estrategias de la izquierda . Buenos Aires: Ediciones IPS. http://www.iisg.nl/labouragain/documents/aiziczon.pdf (2007)
LabourAgain Publications Quizs a fuerza de referenciarse sin distingos en los 70 el clasismo en Zann rena, sin diferencias sustanciales, los principales rasgos que tuvo en aquella poca : democracia y accin directa, asambleas, reivindicacin de la lucha de clases, caracterizacin de los dirigentes como honestos y antiburocrticos, conformacin de nucleamientos al estilo de la Coordinadora, entre otros. Esta ltima, claramente impulsada desde el SOECN a travs del PTS tuvo una vida efmera (2001-2003) pero mientras dur supo generar expectativas de conformarse en un polo clasista abierto al emergente movimiento desde las bases que operaba por entonces en Neuqun, y en el mismo movimiento logr generar, como en pocas ocasiones, la posibilidad de confluencia de la numerosa izquierda trotskista local con militantes combativos, siempre incipientes en Neuqun. Pero la izquierda partidaria repiti tambin la historia y con sus diferencias irreconciliables a cuestas marc su apogeo y final. Otro ejemplo ms persistente lo constituy el lanzamiento del peridico Nuestra Lucha33 en abril del 2002, de alcance nacional, y que busc articular vertientes sindicales clasistas. La edicin y las notas estuvieron a cargo del SOECN, el MTD y la fbrica recuperada Brukman, de Buenos Aires, junto con militantes del PTS, gremios y comisiones internas combativas. Adems de la edicin en papel supo contar tambin con su propia pgina web. El peridico estuvo en constante expansin y se ley y vendi intensamente por la militancia de los obreros de base ceramistas. Cont en su apogeo con una tirada aproximada de ms de 5000 ejemplares que se distribuan en las zonas fabriles de Neuqun, Buenos Aires y Rosario. Nuestra Lucha fue una publicacin informativa sobre conflictos emergentes con caractersticas similares (antiburocrticos, de incipiente politizacin) y desde donde se intent rearticularlos sobre la base del clasismo, dando voz a sus referentes y tratando de ampliar el juego tambin a la izquierda partidaria. Nuestra Lucha tuvo dos etapas; la primera, luego de un auspicioso arranque, sufri un declive organizativo que tuvo mucho que ver con que fue percibido inmediatamente como un rgano paralelo del PTS por el resto de la militancia sindical, ya que era evidente que los esfuerzos de produccin recaan casi en forma exclusiva sobre el PTS porteo. Un rpida hojeada tambin advierte la saturacin del espacio ganada por Zann. Ya en la segunda etapa34, durante el ao 2004, se realiz desde sus pginas un llamado abierto a colaboraciones y notas crticas no necesariamente de simpatizantes con la causa35, y fue entonces cuando ocurri un fugaz pero ilustrativo debate entre intelectuales y militantes de izquierda sobre la significacin del clasismo en la actualidad; quizs aquel debate sea tambin una muestra de las dificultades del clasismo como discurso aglutinador. En efecto, la lnea editorial buscaba un anclaje identitario desde el cual sentar las bases de un proyecto poltico slido que traspase la mera descripcin de conflictos laborales. Y esa identificacin ser el clasismo. El disparador lo constituy un breve artculo del historiador Pablo Pozzi, reconocido por sus trabajos sobre la guerrilla marxista (ERP), la izquierda setentista y su relacin con la clase obrera argentina. Pozzi acept gustoso la invitacin del colectivo editorial y propuso dejar las nostalgias de los aos 60-70 para referirse al fenmeno como algo ms que una consigna. Segn Pozzi, los obreros clasistas eran honestos, solidarios y combativos, defendan los intereses de sus representados, aunque con esto no alcanzaba ya que se trataba tambin de cambiar el sistema, es decir, no se poda separar la lucha por las mejoras en las condiciones de vida de los trabajadores del socialismo como meta, de manera que la revolucin entronca con la vida cotidiana. El clasismo actual significa entonces para
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Aqu resuenan los ecos del peridico fundado por Trotsky en 1897 llamado Nashe dielo (Nuestra Causa). En este segundo relanzamiento del peridico solo parecen como sus impulsores los obreros de Zann. 35 Escriben periodistas y personalidades reconocidas como Laura Vales (Diario Pgina 12), Hernn Lpez Echage, Claudio Katz, Osvaldo Bayer, James Petras, Susana Fiorito, entre otras. http://www.iisg.nl/labouragain/documents/aiziczon.pdf (2007)
LabourAgain Publications Pozzi una sociedad que se rige por los intereses de los trabajadores y no por el de los patrones, es un comportamiento asentado en la honestidad del obrero, ya que Ser clasista es ser un obrero digno36. En el mismo espacio opin Ernesto Gonzlez, viejo militante del MAS e historiador del trotskismo argentino, quien sostuvo que Clasista, como la propia palabra lo dice, son los que defendan el rol del sujeto obrero, de la clase trabajadora37. Gonzlez se mostr mas preocupado porque los movimientos actuales, a los que no dud de calificarlos como clasistas, peguen el salto hacia reivindicaciones polticas y no estrictamente sindicales, cuestin que reproch en su artculo a Ren Salamanca, el desaparecido dirigente obrero del PCR en el SMATA de los 70. Este efmero debate, que paradjicamente termin con la abrupta clausura de la experiencia de Nuestra Lucha, incluy voces viejas y nuevas; las primeras trataron de reivindicar el ncleo duro del clasismo an con sus crticas, esto es, trataron de reflotar la centralidad del obrero en el discurso y de la clase obrera como sujeto del cambio social : en definitiva, el clasismo es all una identidad fuerte sostenida por la metfora del enfrentamiento de clases; clasismo es, por esto mismo, una frontera social establecida por la fractura de clases irreconciliable en las sociedades capitalistas38. Sobre esto, las segundas voces dejaron entrever un malestar acorde al rechazo de ciertas prcticas de la izquierda argentina actual que permanecieron inmviles cuando se reclam unidad y flexibilidad en torno a los presupuestos ideolgicos mas rgidos; en estos casos, ms que aportar definiciones se trat de reflexiones crticas sobre el rol tutelar que la izquierda se arrog sobre el movimiento obrero, su desconfianza a la autodeterminacin cuando sostiene la incapacidad de las bases para plantear salidas polticas, o finalmente las eternas disputas sectarias y apelaciones doctrinarias al estilo de la culpabilizacin de las dirigencias sindicales por los errores estratgicos cometidos, rasgo tpico de las corrientes trotskistas39. La respuesta a estos planteos crticos vendr del PTS por intermedio de sus ms conspicuos representantes, como en el caso Jos Montes, dirigente nacional del PTS. Las respuestas reconocen todas el mismo sentido lgico, casi obsesivamente reiterativo : el clasismo es un fenmeno insurreccional de las bases hastiadas de sus direcciones burocrticas, y el problema central es como construir una herramienta poltica de los trabajadores en perspectiva de un partido revolucionario...40 Las opiniones opuestas a stas fueron calificadas como la de militantes independientes versus las de un clasismo consecuente (que sera el del PTS) que postula la necesidad insoslayable de la construccin de un Partido que trascienda el mero sindicalismo. Como afirma excluyentemente Gustavo Lerer, lder de la junta interna del Hospital Garraham : Yo soy marxista, leninista y trotskista, y opino que no se puede ser revolucionario sin construir un partido revolucionario. Es decir, si sos clasista revolucionario, adems de llevar adelante la pelea por las condiciones de trabajo o salario, tens que ser parte de la
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Pozzi, Pablo Me met en un lo, en Nuestra Lucha N 13, abril de 2004. Gonzlez, Ernesto Tenemos que ayudar a la vanguardia de hoy a superar la experiencia del clasismo de los 70, en Nuestra Lucha, cit. 38 Para Gregorio Flores, histrico dirigente del SITRAC-SITRAM ...las ideas clasistas bsicamente consisten en que la sociedad est dividida en dos clases : la burguesa y los obreros, Flores, Gregorio SITRAC-SITRAM. La lucha del clasismo contra la burocracia sindical, ed. Espartaco, Crdoba, 2004, p.168. 39 Quizs la tarea de profundizar las lneas de investigacin sobre la relacin co nflictiva entre la izquierda partidaria y el fenmeno del clasismo de los setenta sea una tarea excluyente de la historiografa comprometida con nuestras luchas y nuestra clase..., Compaez, Manuel y Roscigna, Miguel Debate sobre el clasismo , Nuestra Lucha N 21, p.14. Tambin otras voces no tan jvenes denuncian : En general los partidos de izquierda le ofrecen a la clase obrera una lnea ya trazada y un programa ya estudiado, es decir, toman a la clase como un objeto, vengan aqu, yo les ofrezco esto, esta es tu salvacin, opinin de Nano del Valle en Nuestra Lucha, N 22, p. 16. 40 Y parafraseando a la sentencia mas trillada de Trotsky ...el problema de los problemas, el de la direccin poltica del movimiento obrero y de masas..., Montes, Jos La prueba de Bolivia, en Nuestra Lucha, cit., p. 15. http://www.iisg.nl/labouragain/documents/aiziczon.pdf (2007)
LabourAgain Publications construccin de una alternativa poltica que pelee por el poder. Y eso es un partido revolucionario de los trabajadores.41 Esta opinin vertida ya en el ltimo nmero que sali a la calle de Nuestra Lucha muestra quizs la faceta de cristalizacin, o mejor, la polarizacin de identidades polticas : clasistas partidistas versus clasistas apartidarios, divisin insuperable en Zann42. Divisin que sintetiza la no resolucin del dilema del clasismo, a mas de treinta despus, y que tampoco presenta una redefinicin superadora de aquel, por que en todo caso se est frente a la reafirmacin del estatus de la clase como generador de identidades poltico-sociales, rasgo exacerbado y acompaado por cierta necesidad ineluctable de conformar el Partido que la represente, organice y gue al poder, frente a las voces que reclaman apertura y crtica de los errores del pasado presente en las prcticas actuales de la izquierda, pero que tampoco logran superar el lugar referencial hacia el clasismo. Por lo tanto, ste ya no est en suspenso, sino que es corazn de disputas de sentido, lugar identitario, ya de un purismo de clase, ya de una redefinicin pendiente y ambivalente. En todo caso, cabe pensar que el significado del clasismo tal como se lo rescat aqu encorset el debate a sus propios lmites, al revelarse duro a otras interpretaciones. Trotskismo y comunitarismo. Lmites y alcances del activismo Las consignas lanzadas por los cada vez mas numerosos militantes obreros de izquierda en la fbrica (una veintena adhiere al PTS al promediar el ao 2004) supieron operar, como ya adelant, a la par de otras ms ligadas al efecto directo del conflicto, y de un matiz ms comunitario, en donde las maniobras patronales fueron eficazmente combatidas a travs de argumentos que los ceramistas utilizaron para interpelar a la opinin pblica : la defensa del trabajo ante el avance de la desocupacin, la denuncia de la utilizacin repetida de crditos estatales por Luis Zann, el vaciamiento de la empresa y la complicidad del sindicato montista, hasta llegar al propio gobierno provincial demostrando que la fbrica con un determinado nivel de produccin puede cubrir los salarios e incrementar su plantel y, finalmente, la presentacin frente a la sociedad como autnticos trabajadores que defienden su dignidad ligada al puesto de trabajo, producen e incorporan ms personal bajo la propuesta de estatizar la fbrica con la modalidad del control obrero, direccionando la produccin al bien pblico -mediante un plan de obras pblicas-, devolviendo lo que Luis Zann no hizo, y dejando en claro que por todo esto Zann es del pueblo. Ambos marcos, el poltico impregnado por el trotskismo y el ms comunitario, conviven, compiten, se tensan, se articulan. Nuestra Lucha es el lugar de los planteos polticos y el Boletn Interno, de reciente circulacin exclusiva dentro de la fbrica, es el que ms se acerca a las preocupaciones cotidianas y est justamente pensado para mejorar la comunicacin al interior del colectivo obrero. Nuestra Lucha es la voz de un clasismo que adquiere protagonismo en argentina durante el ao 2005 : trabajadores de subterrneos, aeronuticos, enfermeros y mdicos del hospital Garraham en Buenos Aires, fbricas recuperadas como Brukman (Buenos Aires) y Supermercados Tigre (Rosario), entre otros. El Boletn Interno es producido por obreros de base, ofrece reportajes a los trabajadores/as de Zann, relata
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Lerer, Gustavo Formar un partido de independencia de clase, Nuestra Lucha, N 22, p. 15. Incluso en Zann es comn la asociacin que realizan los militantes obreros del PTS entre el decirse de izquierda=pertenencia a partido, opuesta al independiente, que no sera de izquierda por no estar inserto en estructura partidaria alguna. Esta suerte de vindicacin de la militancia al estilo ortodoxo es parte de las crticas que una fraccin desprendida del PTS realiz al comit central del partido al anunciar su retirada del mismo. Ver Debate al interior del PTS, por Socialismo Revolucionario, s/f. All pueden encontrarse duros planteos al PTS respecto de su obrerismo, su concentracin excesiva en Zann, el desprecio hacia los movimientos piqueteros, la ausencia de autocrtica interna, su equivocada poltica en Brukman, entre otros. http://www.iisg.nl/labouragain/documents/aiziczon.pdf (2007)
LabourAgain Publications experiencias de viajes al exterior, comenta actividades recreativas, sostiene un espacio para las obreras y hasta contiene publicidad. Con este panorama no es posible pensar en una politizacin total, ni mucho menos homognea, pero s cuando hablamos de las comisiones interna y directiva43. Existe tambin toda una camada de jvenes sin experiencia poltica previa y cuyas primeras herramientas ideolgicas son el definirse como obreros antiburocrticos, solidarios de otras luchas sociales, clasistas y hasta anticapitalistas. Estn tambin los que miran con recelo toda politizacin en la fbrica, aunque habra que profundizar en que es lo que se rechaza de lo poltico. En sntesis, una suerte de tipologa de identidades polticas y de procesos de politizacin, bastante diversos, puede mostrar la siguiente distribucin : Obreros que eran de izquierda antes del conflicto : apenas Godoy (PTS) y algn militante de PO. Obreros que se afiliaron a partidos de izquierda luego de estallar el conflicto : el grueso lo hizo al PTS, en algo ms de una veintena de obreros, sin contar simpatizantes ni crculos obreros organizados por ellos (grupos de debates, lecturas, discusin). Obreros que pertenecen a organizaciones de desocupados (MTD, Polo Obrero, Patria Libre, Teresa Vive) e ingresan luego de iniciado el control obrero y son generalmente activistas : aproximadamente una treintena (muchos de ellos cuadros distribuidos entre el PO, MST, Patria Libre). Obreros que se mantienen prescindentes de alguna filiacin partidaria pero que se autodenominan como activistas independientes y ocupan cargos directivos : aproximadamente unos treinta obreros. a) obreros que se consideran apolticos pero que su prctica y la condicin de trabajar en una fbrica bajo control obrero los coloca en algn lugar de lo poltico, y - b) obreros adversos a la poltica. a) y b) representan al resto de la fbrica en proporciones bastante similares44. Esta distribucin puede ser una muestra bastante fiel de la politizacin en la fbrica. El MST y el PO tambin son partidos trotskistas y en general empujan en la misma direccin que el PTS a pesar de rivalizar constantemente ocasionando, ya en la etapa de la nueva conduccin del SOECN a manos de Alejandro Lpez, serias rupturas entre el ala independiente y los que militan en partidos. Por otra parte, y como bien seal un cuadro de Barrios de Pie, los independientes tienen serias dificultades para clarificar su discurso en vistas de que sus argumentaciones provienen muchas veces desde la izquierda generando tensiones y competencias fuertes por quin aporta definiciones ms certeras frente a una situacin poltica. Con todo, un observador externo difcilmente distinga estas corrientes internas con lo que la sensacin de estar frente a una fbrica roja aumenta considerablemente. La reforma de los estatutos y la institucionalizacin del clasismo El suceso de la reforma de los estatutos ceramistas constituye ciertamente la coronacin del activismo trotskista en la fbrica a travs de la adhesin institucionalizada a
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Tambin Zann se ha rodeado tempranamente de todo un conjunto de militantes de izquierda de diversas corrientes y generaciones que asesoran u opinan sobre puntos crticos del conflicto : abogados, polticos, mdicos, enfermeros, economistas, tcnicos, docentes y hasta asistentes sociales y psiclogos. Todos ellos son escuchados y circulan por la fbrica cotidianamente.
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La elaboracin de estas proporciones se bas en entrevistas informales a obreros de base (apolticos, independientes, militantes) y dirigentes. http://www.iisg.nl/labouragain/documents/aiziczon.pdf (2007)
LabourAgain Publications los principios del clasismo, tal como se lo entiende y practica en Zann. La reforma estatutaria era una consigna lejana de la comisin interna que nunca pens que llegara a cristalizarse, sin embargo, el control obrero, las normas de convivencia, los intentos de coordinacin poltica, la participacin asidua de contingentes de obreros en otros conflictos, el ingreso a partidos de izquierda de varios representantes de los cuerpos orgnicos y la constante circulacin de activistas de izquierda dentro de la fbrica cotidianizaron la discusin poltica sembrando la posibilidad de que ocurra, pues nuevamente el empuje provino del activismo y se produjo poco antes de la realizacin de elecciones en el SOECN, a comienzos de setiembre de 2005, anteriormente postergadas en repetidas oportunidades por la alta conflictividad que atravesaba la fbrica. Respecto de la negativa a realizar ambos cambios -reforma de estatutos y elecciones del sindicato- comenta Godoy : ...Hay compaeros que lo plantearon, inclusive hay compaeros de la directiva que estaban en contra. Compaeros de la directiva que decan -Est bien, pero ms adelante. Inclusive la primera discusin fue... Reforma del estatuto: S o No. Ms... recambio de directiva: Si o No. En un momento quedamos minora, digamos, el PTS y algunos compaeros ms en ultraminora con respecto a la directiva y a todo el mundo a que no hiciramos elecciones. Que simplemente postergramos el mandato y postergramos la discusin del estatuto... por el conflicto. Nosotros dijimos: -No!! Basta!! Ya lo habamos hecho hace unos meses atrs. Nosotros dijimos: -Vamos a esa discusin! Y... convencimos, convencimos de que haba que renovar la conduccin del sindicato... pero con mucha discusin! Semanas nos llev! Estbamos de punta, inclusive, nosotros decamos: -S, hay que cambiar. S, hay que cambiar. Nos decan: -Son unos locos. Ustedes son unos irresponsables, quieren cambiar en el medio del conflicto. Nosotros tenamos la seguridad de que lo podamos hacer tranquilamente. Vayamos a ese debate. Mostremos fortaleza. Nosotros decamos al revs: Demostremos la fortaleza que tiene Zann en el medio de todo este conflicto... con amenazas... podemos discutir tranquilamente nuestro estatuto, podemos discutir la... el cambio de conduccin, podemos hacer renovacin, podemos hacer rotacin de dirigentes, podemos hacer lo que queremos? Por que tenemos un rgimen sano. Para nosotros es un sntoma de fortaleza y bueno, pero cost convencerlos. Los estatutos modificados establecen entre otros puntos que los dirigentes trabajan y ganan lo mismo que un obrero de base, que la asamblea (soberana) puede revocar mandatos, que las minoras tienen representacin en las comisiones directivas en proporcin a sus votos, tambin se procede a un reempadronamiento de afiliacin voluntaria para que los trabajadores decidan si aportan o no la cuota sindical, se establece un fondo de huelga permanente para solidarizarse con otros actores en conflicto, se mantiene la afiliacin del trabajador despedido por ms de 6 meses y hasta que encuentre nuevo trabajo, adems de establecer las directrices histricas el clasismo : independencia del Estado y sus instituciones, de las organizaciones patronales y de los partidos patronales, declarando su prctica como orientada por la lucha de clases45. En setiembre de 2005 la renovacin de autoridades result poco sorprendente : en las cumbres del SOECN solo ocurri un enroque de dirigentes (el independiente Alejandro Lpez secretario general y Ral Godoy secretario adjunto) y por debajo se modific parcialmente la composicin de la comisin directiva. Las bases pidieron y votaron en ese sentido. La reforma del estatuto ya haba sido procesada como demasiado roja en una fbrica inmersa en el reflujo de protestas sociales de la argentina de entonces por lo que el
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Estatuto del SOECN, reformado el 16 de julio del 2005. En su confeccin particip el PTS y se lo consult con otras corrientes polticas de Neuqun. http://www.iisg.nl/labouragain/documents/aiziczon.pdf (2007)
LabourAgain Publications prestigio y el respeto sostenido de Lpez y Godoy determin la continuidad de los mximos dirigentes. Acaso era esperable otra resolucin, al menos en el corto plazo?.
El lmite es el que puso la realidad no revolucionaria. La realidad en Argentina no es revolucionaria. Qu ms se le puede pedir a una fbrica de 350 tipos, en el medio de la ruta 7, entre Neuqun y Centenario, en el culo del mundo, en el planeta Tierra?. Es medio mucho. Ms que todo lo que hizo es delirante. (...) se gane o se pierda, el conflicto de Zann... cualquier obrero en cualquier lugar del mundo puede decir, eh, no es una cuestin de los libros...es una cuestin concreta. Porque en esa fbrica tuvo tres aos bajo control y administracin obrera, gener puestos de trabajo, se relacion con la comunidad, demostr que la democracia obrera se puede hacer. Por qu Zann no avanz ms? Y, por que no avanz ms la realidad. Es eso. (Testimonio de Mariano Pedrero, destacado mo). No hace falta reiterar que la reforma de los estatutos es un hito nico en argentina en trminos sindicales, y ms an en el concierto de las casi 200 fbricas recuperadas. La reforma se presenta a los ojos obreros como un exceso por izquierda cada vez que salen de la fbrica y sopesan la realidad poltica en la que les toca accionar. No pretendo aqu cerrar con una redefinicin del clasismo porque, creo, no la hay, al menos en este caso. S hay una ampliacin en trminos de una nueva experiencia articulada a l y que enriquece el estudio de las formas de resistencia y las posibilidades de una autogestin de los trabajadores : me refiero a la prctica efectiva del control obrero (o mejor, gestin obrera). El clasismo s resulta entonces revisitado, aunque no reformulado ya que, como se desprende del relato, el clasismo es en Zann una prctica particular sindical (esencialmente democratizadora) que avanza radicalmente hacia el campo poltico, aunque en este caso ocurra menos una innovacin que una bsqueda identitaria referenciada en el ncleo duro de la teora marxista y la tradicin de lo que represent histricamente el clasismo en argentina. Y sta bsqueda de una identidad clasista, finalmente encontrada e institucionalizada, parece menos confirmar la teora que desafiar los lmites de la realidad, tal como ilustra el testimonio de Pedrero : la realidad no es revolucionaria y la lucha del activismo en Zann puede pensarse tambin como el desafo poltico que vence los condicionantes estructurales y demuestra que es posible torcer el rumbo a esa realidad y a las condiciones objetivas que la constituyen. Concluye Pedrero : Vas sembrando el doble poder. Ahora por qu no se puede hacer ms de todo eso? (...) Nuestro programa no termina en poner a la fbrica bajo control obrero. Era organizar la realidad en forma... bueno, eso no voy a decirlo, pero... todo eso por qu no pudo seguir? Porque no es la realidad. Si la realidad no es revolucionaria pues habr que luchar para que esa imposibilidad no obnubile la praxis militante, y de all quizs extraiga su sentido fuerte el activismo petesiano, y por ello tambin el clasismo acte como reaseguro terico-prctico, cimentado en una experiencia exitosa que es la actual, acompaado por la confirmacin, si bien coyuntural a nuestro entender pero ontolgica a los ojos militantes, de que el marxismo (y el trotskismo, mas o menos ortodoxo) es la lgica poltica que permite conjurar las determinaciones objetivas y las percepciones subjetivas ancladas en el sentido comn, pues se trata de actuar
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LabourAgain Publications (imprimir, sugerir, orientar, indicar) por sobre el decurso imprevisible que el tiempo sella en cada experiencia conflictiva46.
Bibliografa Aiziczon, Fernando (2004) La experiencia de los obreros de Cermica Zann, Neuqun, 1983-2002, Tesis de Licenciatura en Historia, Neuqun: Universidad Nacional del Comahue. ------------------------- (2005) Neuqun como campo de protesta, en Favaro, Orietta (edit.) Sujetos sociales y poltica. Historia de la norpatagonia reciente, Buenos Aires: La Colmena. ------------------------, (2006) Izquierda y conflicto social: el clasismo y control obrero en Cermica Zann, Informe final beca junior, CLACSO-ASDI. Brennan, James (1996), El Cordobazo, Buenos Aires: Sudamericana. Ceruti, Leonidas y Resels, Mariano (2006), Democracia directa y gestin obrera. El SOEPU, la intersindial de San Lorenzo y la coordinadora de gremios, 1962-1976, Rosario: Ediciones Del Castillo. Fajn, Gabriel (2003) Fbricas y empresas recuperadas. Protesta social, autogestin y rupturas en la subjetividad. Buenos Aires: Ediciones del IMFC. Favaro, Orietta, Bucciarelli, Mario (2001) Una experiencia populista provincial. Neuqun 1960-1990, en Revista Nueva Sociedad, nm. 172, Venezuela: Nueva Sociedad. ---------------------, (1999) El sistema poltico neuquino. Vocacin hegemnica y poltica faccional en el partido gobernante, en Favaro, Orietta, (edit), Neuqun, la construccin de un orden estatal, Neuqun: UNCo. Gordillo, Mnica (1999) Crdoba en los 60. La experiencia del sindicalismo combativo Crdoba: Universidad Nacional de Crdoba. Gramsci, Antonio (1999), Antologa. Buenos Aires: Siglo XXI. Heller, Pablo (2003), Fbricas Ocupadas. Argentina: 2000-2004, Buenos Aires: Rumbos. Lbbe, Hctor (2006), La guerrilla fabril. Clase obrera e izquierda en la Coordinadora de Zona Norte del Gran Buenos Aires (1975-1976), Buenos Aires: Ediciones Razn y Revolucin. Mombello, Laura (2001), Neuqun es memoria y memoria es Neuqun, en Revista de Historia, Neuqun: UNCo.
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Un ensayo solitario y sumamente sugerente sobre el trotskismo morenista pero aplicable a este caso, y desde una perspectiva de historia intelectual, es el de Elas Palti El trotskismo como la verdad implcita del marxismo, de su libro Verdades y saberes del marxismo. Reacciones de una tradicin poltica ante su crisis , FCE, 2005. La nica crtica desde la izquierda a este trabajo proviene, no casualmente, del PTS, ver Cinatti, Claudia, De saberes revolucionarios y certezas posmodernas, Revista Lucha de clases, N 6, 2006. http://www.iisg.nl/labouragain/documents/aiziczon.pdf (2007)
LabourAgain Publications Palti, Elas (2005), Verdades y saberes del marxismo. Reacciones de una tradicin poltica ante su crisis, Buenos Aires : FCE. Pedrero, Mariano, Informe Legal General de Cermica Zann SA, (s/f), indito. Petruccelli, Ariel (2005), Docentes y piqueteros. Buenos Aires: El Cielo por Asalto-El Fracaso. Werner, Ruth y Aguirre, Facundo (2007), Insurgencia obrera en la Argentina (1969-1976). Clasismo, coordinadoras interfabriles y estrategias de la izquierda. Buenos Aires: Ediciones IPS.
http://www.iisg.nl/labouragain/documents/aiziczon.pdf (2007)