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Reina Reyes Recensión

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Breve Biografa

Reina Reyes fue pedagoga, psicloga, periodista y legisladora. Naci el 6 de enero de 1904, fallecio en Montevideo el 4 de diciembre de 1993, a los 89 aos de edad. Fue sin duda una de las intelectuales ms importantes del Uruguay del siglo XX. Maestra de profesin, su aporte a la pedagoga de nuestro pas posee aun en nuestros das una vigencia y un valor fundamental para nuestra educacin, su ideario estuvo directamente influenciado por pensadores como Freud, Sartre, Piagget y Dewey, entre otros. Gana por concurso la ctedra de pedagoga del Instituto Magisterial superior y de los Institutos Normales y fue una de las fundadoras del Ateneo de Montevideo. Tambin fue legisladora, integrando la cmara de representante, trabajando desde all para que se cumplieran sus ideales de equidad, libertad, justicia social acompaados de una permanente defensa de los derechos humanos. Vivi en nuestro pas entre 1973 y 1985.Su ultima aparicin publica fue en ocasin de la visita de Paulo Freire a Uruguay. Sus principales obras son; * 1944 Escuela rural que el Uruguay necesita * 1946 La educacin laica * 1949 Psicologa y Educacin del adolecente(fruto de su experiencia de trabajo en el hogar femenino del INAME N 1) * 1957 Anales de instruccin primaria * 1969 Para que futuro educamos? * 1993 El derecho a educar y el derecho a la educacin De ellas se desprendieron algunos de los conceptos fundamentales en su pensamiento, su concepto de laicismo y su vinculacin con la educacin basada en la libertad. Y este trmino, laicismo el que despert nuestro inters. Introduccin En el presente trabajo nos dedicaremos a abordar una de las temticas ms controvertidas, el concepto de Laicidad. El concepto de laicidad es un concepto que muchas veces se confunde con laicismo, pero, como ya veremos ms delante, son trminos que poseen significados totalmente diferentes.

Hoy en da el concepto de laicidad es entendido como una actitud que procura que los hombres acten de una manera respetuosa de todas las ideas polticas, filosficas, etc. as como de las personas y los grupos que las sustentan, y estos a su vez, entre s. Por lo tanto la actitud de la laicidad se orienta al respeto recproco de todas las ideas. Un Estado laico permite, en un marco de igualdad de oportunidades, la libre comunicacin de las ideas y el desarrollo pleno de la persona humana. Por ello esta concepcin est asociada al concepto de la TOLERANCIA, al respeto que la sociedad le debe a cada uno de sus integrantes y a la posibilidad de que el libre albedro desarrolle sus facultades. La libertad de conciencia, no es excluyente sino abarcadora, no es limitada sino comprensiva. La laicidad es la garanta de la convivencia, es el equilibrio de nuestra sociedad, permitindonos igualdad de condiciones y formacin para una libre eleccin posterior de acuerdo a nuestra filosofa. Por todo ello la laicidad debe ser salvaguardada por todos los hombres, ya que la misma es un derecho que poseen los mismos para que puedan estos actuar bajo todas las formas posibles para que ningn dogma acalle ninguna voz, ningn pensamiento y ninguna libertad. Sin embargo, debemos hacer referencia a la laicidad no slo se refiere al mbito educativo, sino que la misma hace referencia a otras cuestiones, lo cual es un error considerar que cuando se habla de laicidad se est haciendo referencia solo al mbito educativo. Nosotros si abordaremos nuestro anlisis desde un marco educativo, pero lo haremos desde los tres ejes de nuestro tringulo: Laicidad - Libertad de enseanza - Derecho a la educacin. Para realizar nuestro estudio nos basamos principalmente en la obra de Reina Reyes El derecho a educar y el derecho a la educacin, ya que se ha considerado que dicha autora es la que establece de forma ms clara nuestra temtica. Sin embargo, se han introducido lecturas de Julio Castro, Edgar Morin. Tal vez nuestro anlisis del tema no sea muy profundo, pero s lo que se tratamos de hacer es un anlisis ms global que abarcara principalmente los principios de la laicidad, ms que su definicin misma.

Desarrollo. En el presente trabajo, podemos decir que la laicidad el derecho a la educacin - la libertad de enseanza, son tres conceptos que estn interrelacionados, lo cual hace que sean los pilares fundamentales de un mismo tringulo. Por lo tanto comenzaremos hablando del derecho a la educacin, para ms tarde llegar a la libertad de enseanza, y por ltimo desarrollar nuestro tema principal sobre la laicidad. Para referirnos al derecho a la educacin y el derecho a educarse, debemos hacer referencia a Reina Reyes y a su obra El derecho a educarse y el derecho a la educacin. Concepto de derecho: El derecho del hombre no es pues, la delimitacin de una facultad que le es innata o la proteccin de una prerrogativa de la que goza. Es la medida de una necesidad. De esa necesidad misma que, si no es satisfecha impide al hombre alcanzar la plenitud de su ser. El derecho llega as a coincidir con la exigencia de un mnimo vital, entendiendo la expresin, no en el plano restringido de la remuneracin del trabajo, sino en el sentido ms amplio que le confiere su aplicacin a todas las necesidades materiales y espirituales del ser humano Pero este derecho que tiene el hombre carece de valor Jurdico hasta que se incorporan a la legislacin vigente en un pas, y adems en la actualidad la efectividad de los derechos del hombre (econmicos, sociales y culturales) dependen de la estructura econmica y poltica de la sociedad. La definicin de derecho que cita Reina Reyes, de G. Burdeau hace referencia, sobre todo, a que los derechos no tienen otra virtud que la de ser inviolables, es decir que nadie los puede violar, y por esa razn los mismos incitan ms a la privacin de alguna cosa o a la abstencin que a la accin, y en efecto son los protectores de la libertad constituyen el fundamento de la democracia liberal, y por lo tanto los derechos son exigencias y necesidades del hombre. Derecho a la educacin: Reina Reyes en su anlisis parte del inciso nmero 1 del artculo n 26 de la Declaracin de los Derechos Humanos de 1948: Toda persona tiene derecho a la educacin.

Sin embargo, ese artculo no se queda all, sino que la Declaracin de los Derechos Humanos, adems de declarar ese derecho vlido para toda la especie humana, tambin instruye las herramientas para que se pueda llevar a la prctica ese derecho que tienen todos los hombres a educarse, por esa razn el inciso nmero 1 contina diciendo: La educacin debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instruccin elemental y fundamental. La instruccin elemental ser obligatoria. La instruccin tcnica y profesional habr de ser generalizada; el acceso a los estudios superiores ser igual para todos en funcin de los mritos respectivos. Por lo tanto, el derecho a educarse adems de ser un derecho, el mismo es tambin gratuito y obligatorio, para que se haga efectiva su prctica. Esos dos pilares fundamentales del derecho a recibir educacin que tiene el hombre tienen que ver con el tramo educativo que tiene como objetivos alfabetizar y socializar al individuo, ya que se est hablando de educacin bsica. De este modo las funciones histricas de la educacin eran saber leer y escribir para ser un alfabeto, sin embargo al hombre no solo le alcanza saber leer y escribir, sino que para poder vivir en la realidad de su actualidad (siglo XXI) el hombre necesita poseer las cinco claves de la educacin bsica, necesidades reformuladas en la Conferencia de Jomtiem, Tailandia, en 1990. Por lo tanto a esas dos funciones histricas de la educacin: alfabetizar y socializar, se le agrega una tercera que tiene que ver con el desarrollo de las competencias, de las habilidades intelectuales del hombre, que no slo tienen que ver con que sepa escribir y leer, sino adems que pueda expresar lo que piensa, poder hacer un anlisis independiente, poder reflexionar, etc. Ese derecho que tiene el hombre a la educacin, lo beneficia tanto a l como a la sociedad que integra. Sin embargo, la forma en que se satisfacen sus derechos, tanto econmicos, sociales y culturales depende de las circunstancias en que vive. Por lo tanto decimos, primero que nada, que el derecho a la educacin, no se puede aplicar fuera de una sociedad democrtica. Si en una sociedad existe la libertad de enseanza, esto lleva implcitamente que en esa sociedad se reconozca el derecho a la educacin y el derecho a educarse. En efecto, en la democracia liberal se considera la libertad como condicin innata, por lo cual la organizacin poltica debe proteger esa libertar frente a los abusos del Poder. La libertad no es otra cosa que la capacidad que el hombre

puede alcanzar. Pero en una sociedad el derecho a educar quin lo tiene, esta es una pregunta muy difcil de contestar, que Reina Reyes tambin se dedic a atender. Esta autora sostiene que s quien educa tiene derecho a hacerlo puede establecer los fines de la educacin de acuerdo a su posicin personal en lo poltico y en lo religioso. S el titular del derecho es el educando, los fines no pueden ser otros que los especificados en el Art. 26 de la Declaracin de los Derechos Humanos. Art. 26. Inciso 2- La educacin tendr por objeto el pleno desarrollo que la personalidad y el fortalecimiento del respeto a los derechos del hombre y a las libertades fundamentales favorecer la comprensin, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos tnicos o religiosos, y promover el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la Paz. Pero el encuentro entre el educando y quien se asigna el derecho a educar en la actualidad, ha generado conflictos de proyecciones pedaggicas con respecto a los fines y mtodos educativos. El derecho a educar ha sido ejercido en grados distintos por distintos agentes, por lo tanto el derecho a educar es un derecho mvil que ha sido llevado a cabo por distintas instituciones, sujeto al modelo histrico, poltico, social, religiosos. La familia, la sociedad, la Iglesia, el Estado han ejercido y an ejercen en grados distintos el derecho a educar imponiendo valores y persiguiendo la aquiescencia del educando desde la niez. Por lo tanto es difcil el logro de la autonoma personal. Constituida la familia los padres ejercen el derecho a educar a sus hijos, estos se convierten en los primeros educadores y son los agentes que en mayor grado ejercen la accin de educar. En efecto, los padres tienen con respecto a sus hijos, una situacin singular no comparable a las relaciones del nio con el Estado o con la Iglesia, instituciones creadas por el hombre en funcin de ideas o creencias, pero ambas influyen directamente sobre los padres dentro de su mbito social. Los padres ejercen el derecho a educar de hecho cuando deciden o eligen la educacin para sus hijos, esto queda establecido en el inciso n3 del artculo 26: Los padres tendrn derecho preferente a escoger el tipo de educacin que habr de darse a sus hijos. El segundo agente que tiene derecho a educar ha sido y es la sociedad, ya que la sociedad asegura su continuidad con la

transmisin del nuevo acervo cultural (valores, costumbres, ritos, etc.) que hacen las generaciones adultas sobre las nuevas generaciones a travs de la educacin. Sin embargo, cuando el incremento de conocimientos y destrezas de una comunidad hizo necesario acelerar el proceso de transmisin natural, se crearon instituciones educativas y qued establecido el derecho a educar como exigencia de la comunidad. Por lo tanto, la sociedad es un agente educador de primer orden, ya que necesita educar para mantenerse. Reina Reyes expresa que la sociedad ejerci el derecho a educar y los fines de la educacin, por lo tanto, no podan ser otros que la aceptacin de los conocimientos, normas y valores de las generaciones adultas. La aparicin de las primeras escuelas respondi a mviles religiosos, que se asociaron a mviles polticos dada la vinculacin de la Iglesia con el Estado en las naciones de Occidente. Libertad de enseanza. En lo que respecta a la libertad de enseanza, Reina Reyes sostiene que la defensa de la misma ofrece los mayores riesgos con respecto a los fines de la educacin, porque supone otorgar a cualquier maestro el derecho a educar en funcin de su modo personal de concebir al hombre y a la sociedad. La palabra ensear denomin la accin de desvelar, correr los velos que ocultan una realidad. Hoy en da se utiliza dicha palabra para denominar la accin de trasmitir conocimientos o destrezas, prescindiendo del carcter formador que esa accin supone. En efecto, la palabra enseanza demuestra una generosidad por brindar a otro lo que ya se posee, pero, en los nios esa accin puede imponer emocionalmente formas de sentir y de pensar que dificulten una posterior eleccin personal en todos los mbitos. Siguiendo la etimologa de la palabra ensear, la misma quiere decir educar, conducir, seducir, que en efecto, es una actitud de gua que realiza el educador con su educando. Sin embargo quien gua, segn Reina Reyes, puede hacerlo por autoridad, imponiendo valores o puede mostrar los caminos por l conocidos y aun provocar la bsqueda de otros, dejando al guiado en condiciones de poder elegir el suyo propio. En este sentido es difcil establecer los lmites del educador en su tarea de gua al educando y cuando la libertad de enseanza lesiona el derecho a la educacin del nio.

Lo contrario a la libertad de enseanza es el monopolio de la misma. Monopolio de la enseanza. La misma tiene que ver con que el Estado no puede ser el nico agente encargado de llevar a cabo la educacin, sino que el mismo debe autorizar a otros organismos, que estn bajo su rbita, para ensear el tipo de educacin que quieran, pero la tarea del Estado solo es de control de esas instituciones. En efecto, el Estado los autoriza a dar el programa educativo que ellos pretendan, sin embargo no se encuentran habilitados sino cumplen con el programa nacional de educacin estipulado por el Estado, y es con respecto a esto que el tema es muy sensible ya que no existe una medida determinada para saber hasta donde llega la libertad de esa institucin y la intervencin del Estado. Una vez que hemos cumplidos con las dos caras de esa tringulo: derecho a la educacin y libertad de enseanza, podremos pasar a nuestro tema central que es la laicidad. Laicidad. Dicho trmino se confunde con el trmino laicismo, ya ambos derivan de la palabra laico, pero su significado es totalmente distinto. Reina Reyes cuando fue invitada por FUM-TEP para hablar en un acto sobre la laicidad, la autora ya desde un principio expuso su preocupacin por diferenciar la laicidad del laicismo. Trminos, segn la autora, que se usan muchas veces, con frecuencia confundindolos. La laicidad es una actitud, el laicismo es una doctrina. Siguiendo el anlisis de Reina Reyes, el trmino laico deriva de laos, pueblo, pueblo no diferenciado, no jerarquizado, en oposicin al klero, palabra, que en griego designa lo calificado de la sociedad, la clase social detentora de ciertos privilegios sancionados por la costumbre o por la ley. Por lo tanto laos se usaba para referirse al pueblo en sentido genrico, en oposicin a kleros que se usaba para aludir a un grupo que gozaba de ciertos privilegios que se diferenciaba del resto. Del trmino laico deriv la palabra laicismo, que es una doctrina, y en la medida que es una doctrina es fcil de definirla como la separacin de la Iglesia del Estado, es decir que ambas instituciones se encuentran en esferas de mbitos diferentes. Reina Reyes sostiene que el laicismo defiende al hombre y a la sociedad civil de influencias eclesisticas porque considera a las religiones y a los cultos como

fenmenos ajenos al Estado. El hombre se emancip polticamente de la religin al pasar sta del dominio del derecho pblico al derecho privado. En efecto, el laicismo di origen al Estado laico que reconoce la multiplicidad de concepciones de vida y mantiene una posicin neutral con respecto a ellas, garantizando el libre ejercicio de todos los cultos, sin reconocer un culto oficial, evitando, por lo tanto, con ello la intromisin de la autoridad religiosa en la autoridad civil. Con respecto a esto tambin los docentes opinan que en el ltimo cuarto del siglo XIX, la laicidad aparece, fundamentalmente, asociada al concepto de laicismo como doctrina que defiende al hombre y a la sociedad civil de influencias eclesisticas, porque considera a las religiones y a los cultos como fenmenos que se encuentran fuera del Estado. Justamente, el proceso de la separacin de la Iglesia del Estado, que posibilita la construccin de una sociedad con cohesin social. En cuanto al trmino de laicidad, la misma es un neologismo y por esa razn no aparece definida en el Diccionario de la Real Academia. Es decir que la palabra laicidad es difcil de definir porque la misma alude a una conducta a una postura social, a una manera de sentir y de actuar a la cual Reina Reyes hace referencia. Segn la autora la laicidad es una actitud que asumimos en la sociedad, y por esa razn tiene que ver con los vnculos sociales: cmo nos paramos en la sociedad y cmo nos vinculamos con otros. Por lo tanto, la laicidad segn la autora responde al espritu del humanismo que proclama la dignidad de la persona humana, respeta la individualidad de cada hombre concreto y, por lo tanto, deja al hombre en plena eleccin personal en todos los mbitos (polticos, religiosos, filosficos, artsticos, etc.). La laicidad supone un ideal de convivencia basado en el respeto recproco entre personas, cualquiera sea su posicin en los dominios de la religin, la filosofa o la poltica, e implica una oposicin a toda presin coercitiva en estas materias. Reina Reyes hace referencia al artculo 19 de la Declaracin de los Derechos Humanos que sostiene: Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinin y de expresin; este derecho incluye el no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitacin de fronteras, por cualquier medio de expresin. En efecto, la autora expone que tal es el espritu y el significado de la

laicidad. En relacin a la laicidad en la enseanza Julio Castro sostiene que la accin de ensear, de trasmitir aquello que se sabe, es tambin salvaguardar los valores internos que posee el otro ser, en efecto la actitud educativa debe estar depurada de imposiciones, coacciones o supuestos. Por lo tanto el que ensea al individuo (al nio) no le puede mostrar que determinada concepcin del mundo es la verdadera, ya que lo que es verdad existe, puede ser probada y demostrada independientemente de cada individuo, porque el autor sostiene que la verdad es un hecho que pertenece a todos los individuos. Edagar Morin afirma tambin que el sentido del trmino laicidad es claro, ya que apunta a la racionalidad crtica opuesta a los dogmas, es la pluralidad opuesta al monopolio de la verdad. Distinto es que una cosa que sea cierta porque yo crea en ella que obligar a los dems a que lo hagan tambin. Si el que ensea impone su acto de cree en lo que l piensa, hace que otra mente acepte lo que l dice que es cierto sin que pueda probarle ni demostrarle, ser siempre una imposicin; una lesin al libre desarrollo de otra persona y por lo tanto una violacin a la laicidad. Como lo dice el artculo que cita Reina Reyes, todo individuo tiene derecho a la libertad de opinin y de expresin... por lo tanto todo individuo tiene el derecho de opinar y de expresar diferente a m y al otro. Por esa razn la laicidad es un elemento primordial de las democracias, y por ello la autora vincula la Laicidad con la Democracia, ya que la laicidad solo cabe en una sociedad democrtica. Entonces decimos que los componentes esenciales de la laicidad, segn Reina Reyes, son: Libertad de pensamiento. Libertad de expresin. Ella expone que la libertad de pensamiento para proyectarse en la vida social, reclama libertad de expresin, pero la libertad de pensamiento es otra cosa que la libertad de expresin. Se puede expresar libremente lo que se piensa sin haber pensado libremente. El derecho a expresar nuestros pensamientos tiene algn significado tan solo si somos capaces de tener pensamientos propios. Por lo tanto, la libertad de pensamiento es una libertad de, es una libertad individual que posee el individuo. Yo puedo ejercitar mi libertad de pensamiento sin relacin social. Pero para que mi laicidad sea autntica yo tengo que estar en relacin con otros y respetar lo que los

otros piensan aunque difiera su opinin de la ma. La libertad de expresin, es una libertad para, la cual es social y que por lo tanto reclama relaciones personales de igualdad, para el respeto a la libertad de pensamiento y de expresin de los otros. De este modo, la autora sostiene que garantizar la libertad de expresin debe ser la accin considerada como el fin ms importante de la organizacin poltica, ya que el artculo 19 de la Declaracin Universal de los Derechos Humanos supone libertad de pensamiento y de expresin ms correlativa obligacin de respetar esas obligaciones en los otros. Este juego de libertades y de respeto a esas libertades, esta relacin de derecho y de deber, es lo que, en esencia constituye la LAICIDAD. La laicidad se nutre del respeto a los otros, segn Reina Reyes, y esta idea es afirmada por Julio Castro, ya se debe respetar que el otro piense distinto, que tenga una conducta distinta a la ma y por lo tanto no se debe imponer desde afuera, como coaccin un sistema explicativo del mundo, un concepto de vida, una moral, etc., nica y vlida para todos los hombres por igual; sino que se debe respetar las diferencias ms que tolerarlas. Reina Reyes sostiene que para definir la laicidad es necesario insistir en la idea de RESPETO, evitando utilizar la palabra TOLERANCIA que parece insinuar que SE SOPORTA COMO POR FAVOR LAS IDEAS CONTRARIAS A LAS PROPIAS. El Diccionario de la Real Academia define la tolerancia como: Tolerar. Sufrir, llevar con paciencia, soportar, aguantar. Justamente esto no es lo que la LAICIDAD supone, sino el RESPETO a las ideas de otros, por opuestas que sean a las nuestras. La LAICIDAD no reclama GENEROSIDAD, sino JUSTICIA, justicia que emana de la idea y del sentimiento de la igualdad de los hombres ante el derecho. Es decir, que yo no debo otorgar al otro una actitud de generosidad al escuchar las ideas que son opuestas a las mas, porque de este modo yo estoy creyendo que mis ideas son superiores a las de l y por esa razn yo le hago el favor de escucharlo. Por esa razn el individuo debe tener una actitud de respeto, porque el mismo implica una justicia con el otro, con lo que este piensa, siente y dice. Si se tiene una actitud de respeto con el otro que es diferente a m y a mis ideas, esa es una actitud positiva, de la que yo al escucharlo puedo tomar algo de sus ideas e incorporarlas a las mas propias e incluso a cambiar de opinin.

En efecto, el otro componente esencial de la Laicidad es el Respeto, ya que quien se considera por su manera de pensar superior a otros, tiende a imponer su pensamiento y su persona; quien se siente igual al otro en lo que se refiere a la bsqueda e la verdad en religin, filosofa o poltica, respeta ideas de los otros que no sean las suyas... sin embargo, este respeto requiere inters en lo que el otro est diciendo y en lo que piensa. Los docentes opinan tambin que la laicidad supone un ideal de convivencia basado en el respeto recproco entre personas, cualquiera que sea su posicin, en los temas de la religin, la filosofa o la poltica. En efecto, la laicidad implica el respeto a todas las opiniones y a todas las creencias y por lo tanto la democracia reconoce a la laicidad como la condicin necesaria para la convivencia pacfica y para la colaboracin de todos los hombres, sin distincin de clases sociales, razas, religiones o tendencias polticas. Por lo tanto es laico o tiene una actitud laica quien exige el derecho de pensar y expresarse libremente, reconociendo en los otros el mismo derecho. De este modo la autora Reina Reyes expone que la laicidad no es una ideologa, no es una filosofa, es una sabidura. No es en principio una doctrina, una teora que se traducir enseguida en actitud, en accin. De ste modo no es lo primordial definir la Laicidad, ya que la misma no se define, se siente, se vive. Por lo tanto la actitud laica implica una lucha por lo mejor de cada hombre en una sociedad ms justa, y todos los hombres deben luchar para el respeto de sus derechos propios. Los maestros opinan tambin que la laicidad no se la define como neutralidad o prescindencia, sino que la actitud laica pasa por el compromiso con la comunidad, significa la asuncin de una postura responsable con respecto al contexto social, sea local, nacional o mundial en que se vive, con el objetivo de mantener vivos los valores que humanizan al hombre y transformar aqullos que lo enajenan. La laicidad queda a salvo s el fin de la educacin es la del liberar al individuo, pero cmo se hace esto, es lo que trataremos de explicar a continuacin. Si bien los contenidos que debe ensear el educador son importantes, la laicidad pasa en buena parte por la forma de cmo se ensean esos contenidos. No es la cantidad de informacin lo importante, sino los mtodos que se utilizan para su enseanza.

Primero que nada en el acto educativo se enfrentan una personalidad madura, el educador, y una personalidad en proceso de formacin, el educando, y la primera ejerce necesariamente autoridad sobre la otra, pero cmo debe ejercer el educador su autoridad necesaria? La relacin educativa es una relacin asimtrica, donde el educador confluye con el educando, es evidente que el educador juega un papel primordial en la accin educativa; sin embargo su funcin de autoridad es ms esencial an. Mientras que en la vida del educador los nios pasan unos tras otros en los diferentes aos, en la vida de los nios esos docentes quedan marcando la memoria del nio, o como docentes de libertad o de sometimiento. Es decir que la laicidad supone una influencia de la persona del educador con el alumno, una influencia que puede ser positiva o negativa. Por lo tanto, esa autoridad necesaria que debe ejercer el docente no debe ser, segn la autora Reina Reyes, una situacin de sometimiento a la autoridad del educador, ya que esto puede ser obstculo para la afirmacin de s mismo y para una correcta socializacin. Pero para la educacin laica no importa la posicin personal del educador en los dominios de cualquier materia (religiosa, poltica o filosfica), sino lo que importa son los mtodos educativos que se utilicen. Sin embargo no se debe dejar de reconocer que el docente realiza una especial influencia sugestiva sobre los educando, sobre todo en la adolescencia. La influencia personal del maestro, que es difcil de definir, es de una influencia valiossima para la formacin de la personalidad del alumno. Ya que, segn Reina Reyes, el maestro carente de ideales, de ubicacin indefinida, etc., muy difcilmente genera en sus alumnos impulsos de superacin. Por lo tanto, el ndice para valorar la accin educativa no es el programa de estudios, sino los mtodos utilizados para valorar su cumplimiento. El problema que la educacin plantea es el encontrar el medio de no suprimir la libertad del alumno. El docente debe ensear al alumno a crear y no creer porque es ms fcil y cmodo. Si el alumno se encuentra limitado a aprender porque se le manda sin descubrir por s mismo verdad, entonces no puede ser libre moralmente. La escuela laica al eliminar la imposicin de los dogmas (polticos, religiosos, etc.) favorece la duda, cultiva la observacin objetiva de la realidad y hace posible el pensamiento reflexivo y el juicio crtico.

Reina Reyes sostiene que la educacin laica, el profesor en lugar de estar interesado por la respuesta correcta del nio debe estar preocupado por lograr que el pensamiento del alumno sea el resultado de una autntica e integral actividad mental y no la memorizacin de lo aprendido. Por lo tanto la educacin laica tiene como objetivo desarrollar en el individuo la capacidad reflexiva. Lo que ocurre contrariamente a la educacin dogmtica, donde la misma pone trabas al pensamiento reflexivo del alumno. La organizacin poltica de la democracia que cultive el pensamiento reflexivo constituye una garanta de su existencia. La democracia ideal reclama un pueblo liberado, un pueblo educado en la laicidad. Reina Reyes sostiene que la integracin del pensamiento reflexivo con el sentimiento de igualdad de los hombres, es el propsito de una educacin orientada por el ideal de laicidad. Por lo tanto, como ya mencionamos, el pensamiento reflexivo del individuo apunta a que el nio se encuentre en un clima de experiencias seleccionadas y dirigidas, donde en un clima de libertad y de colaboracin pueda crear por s mismo y llegar a su propia verdad. Mientras que el sentimiento de igualdad de hombres que preconiza la laicidad se trata de la aspiracin a una igual voluntad de amor a los hombres animada de una igual esperanza de progreso individual y colectivo, un sentimiento de colaboracin entre todos. Sin embargo, la igualdad de los hombres no implica que todos ellos sean iguales, sino que todos los hombres, segn Reina Reyes, participan de las mismas calidades humanas, que comparten el destino esencial de todos los seres humanos, que posee por igual el derecho inviolable e inalienable a ser felices y a poseer libertad. Fuera de la escuela el nio percibe grandes diferencias entre los hombres con respecto a la situacin econmica, la raza, la religin y la poltica, pero la escuela le ofrece al nio una vida en comn distinta a la que le pueden ofrecer su familia y el medio social del nio, ya que la escuela ubica al nio en situaciones de igualdad con respecto a otros nios, que muchas veces desconoce, lo cual es uno de los pilares fundamentales de la laicidad. En efecto, la escuela laica es un lugar donde no interesan las creencias religiosas, polticas y filosficas que puedan tener las familias de los nios que concurren a ella, sino lo que ensea la misma es a respetarse mutuamente y por lo tanto prepara a esos nios a una futura vida en comunidad con los dems hombres que se encuentra ms all de cada uno de los dogmas propios. Sin embargo, la escuela laica no puede ser neutral, lo que quiere decir

que esta no puede mantenerse en silencio frente a determinadas temticas y frente a la realidad existente de la sociedad, ya que la laicidad no es neutra y por esa razn no est mal que la escuela se pronuncie. Reina Reyes sostiene que obligatoriamente el educador no puede ser neutral. Si no que este debe ubicarse con aquellos que propician el cambio, los que creen que los hombres pueden llegar a una humanidad y sociedad mejor. Por lo tanto el educador debe interesarse y tomar partido por los problemas de su poca, debe modificar sus propias ideas en un contacto permanente con su realidad y con los dems hombres, debe tender hacia el inters de todos ellos. Por lo tanto, la laicidad es positiva, es una mentalidad de progreso de los hombres y de la sociedad. Esta actitud va a crear en el educando una visin de modelo que debe adoptar por su propia cuenta, aunque segn Reina Reyes sostiene que no est mal que el docente influya en el pensamiento del alumno, ya que esa actitud va a llevar porque el educando se interese tambin por mejorar su realidad. Pero el docente debe ejercer esa influencia en un mismo pie de igualdad y de respeto frente a sus alumnos para saber escuchar y tambin poder tomar algo de las verdades creadas por cada uno de ellos, lo cual es el espritu de la laicidad. As entendida, la educacin tiene la finalidad de formar seres crticos, personas capaces de reflexionar sobre la realidad y actuar sobre ella para transformarla. La separacin de lo civil de lo religiosos comenz a ser agitada por Jos Pedro Varela en la dcada de los 60, el cual, fue el iniciador del proceso de laicizacin en el Uruguay. Varela jerarquiza la educacin intelectual sobre la instruccin y valora para ese fin la formacin cientfica e independiza la formacin moral de la enseanza religiosa. Varela se adelant tres cuartos de siglo a la Declaracin del Derecho a la educacin, buscando la manera de hacer efectiva la misma a travs de la obligatoriedad, la gratuidad y la laicidad de la enseanza. Pero Varela defiende la escuela laica por dos razones bsicas: Porque el Estado es una institucin poltica y no religiosa, y por esa razn su escuela debe ser laica. Por la situacin de los nios cuyos padres pertenecen a una religin que no es la que se ensea en la escuela, y que por lo tanto se encuentren obligados a recibirla que son creencias contrarias a las

suyas propias. Por lo tanto Varela tena muy en claro los principios de la laicidad, la cual debe ser defendida por el hombre y la educacin siempre, ya que la misma es la actitud de respetar al otro que se encuentra en un mismo pie de igualdad que yo pero con creencias diferentes a las mas propias.

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