Biopoltica: elementos para un anlisis crtico sobre la salud mental pblica en la Colombia contempornea* Biopolitics: elements for a critical

analysis of public mental health in the contemporary Colombia Biopoltica: elementos para uma anlise crtica sobre a sade mental pblica na Colmbia contempornea
Fecha de recepcin: 27-06-12 Fecha de aceptacin: 22-08-12 SICI: 1657-7027(201212)11:23<39:BEACSM>2.0.TX;2-G

Mara Helena Restrepo-Espinosa**

Este es un artculo de reflexin derivado de la investigacin titulada Biopoltica, trauma y salud mental en desplazamiento forzado en Colombia. Psicloga de la Pontificia Universidad Javeriana, Colombia. Mster en Artes del Goucher College, Estados Unidos. Magster en Mediacin de Conflictos de Familia y Comunidad de la Universit Cattlica del Sacre Cuore, Italia y de la Universidad del Rosario, Colombia. Candidata a doctora, Doctorado Interfacultades en Salud Pblica de la Universidad Nacional de Colombia, Sede Bogot. Profesora principal de carrera del Departamento de Salud Pblica, Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud, Universidad del Rosario, Bogot.

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Resumen Este es un artculo de reflexin sobre los aportes de la nocin de biopoltica de Michel Foucault, usados para interrogar algunas prcticas del ejercicio de la poltica pblica. La pregunta que subyace es si las polticas y las prcticas de asistencia y de atencin en salud mental a vctimas del desplazamiento podran ser consideradas como dispositivos biopolticos. Tanto en los discursos de la justicia y la equidad social como en el contexto del desplazamiento forzado, y enmarcados en la Sentencia T 025 de la Corte Constitucional, subyacen algunos efectos de las ciencias y saberes de la salud que podran estar sustentando una prctica biopoltica. Concretamente, la medicalizacin de la sociedad y la intervencin focalizada en individuos y poblaciones a travs de la naturalizacin de nociones como trauma, riesgo, vulnerabilidad y salud mental en la atencin a vctimas del desplazamiento forzado en Colombia. Palabras clave: biopoltica, salud mental, salud pblica, atencin a vctimas, desplazamiento forzado y gobernanza Palabras clave descriptor: salud mental, salud pblica, polticas pblicas de salud, atencin a vctimas, servicios de salud, gestin en salud Abstract The purpose is to discuss under some premises of Foucault`s biopolitics, governmental practices in the field of the contemporary dominium of public mental health. Within this epistemology, I would like to revise the emergence of the device of the Public Policy on mental health attention for forced internal displacement victims at Colombia in the past decade. Under the Sentencia T 025 the Colombian constitutional court obliges the government to recognize the existence of forced internal displacement and states mandatory the provision of mental health attention to victims. I suggest that this dominium of the public policy in mental health for victims of sociopolitical violence is a biopolitic exercise, where the devices mainly used in public mental health such as population and individuals act upon certain groups focalizing interventions. This mediation acts under the naturalization of trauma, vulnerability and risk, and has the final effect of the medicalization of society. Keywords: biopolitics, mental health, public health policy, victimhood, forced internal displacement and health governance Keywords plus: mental health, public health, health public policy, crime victims, health services, health governance Resumo O presente um artigo de refleo sobre as aportaes da noo de biopoltica de Michel Foucault, usadas para interrogar algumas praticas do exercicio da poltica pblica. Tem-se como pergunta de interesse Podem as polticas e as praticas de asistncia e ateno em sade mental para as vctimas do dislocamento, ser consideradas como dispositivos biopolticos? Tanto nos discursos de justicia e de igualdade social como no contexto do dislocamento forzado, e na Sentencia T 025 da Corte Constitucional, esto implcitos alguns efeitos das cincias e saberes da sade que possivelmente estarem sustentando uma pratica biopoltica. Concretamente, la medicalizao da sociedade e a interveno focalizada nos individuos e nas populaes a travs da naturalizao das noes como trauma, risco, vulnerabilidade e sade mental na ateno s vctimas do dislocamento forzado na Colmbia. Palavras chave: biopoltica, sade mental, sade pblica, ateno s vtimas de crime, dislocamento forzado e governabilidade

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Palavras chave descritores: sade mental, sade pblica, polticas pblicas de sade, vtimas de crime, Servios de Sade, Governana Clnica

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Introduccin
En Colombia las normas especficas en materia de salud mental no son muchas, pero una aproximacin a los antecedentes y a la evolucin de sus referentes normativos permite plantear dos grandes momentos histricos cuyos lmites podran ubicarse en un extremo hacia la dcada de los aos sesenta del siglo pasado y en el otro en el momento actual, separados por la creacin del Sistema General de Seguridad Social en Salud (SGSSS) mediante la Ley 100 de 1993. Aunque en los dos momentos se generan cambios apreciables, es en 1993 cuando se produce una transformacin global del modelo de salud, del sistema de salud colombiano y, por ende, de lo relacionado con la salud mental. El tema de la salud mental y el marco conceptual de la biopoltica constituyen dominios de saber importantes en la prctica poltica contempornea y pueden aportar a la construccin de una perspectiva crtica en el campo de la salud pblica (1). La prctica de gobierno contemporneo, como lo afirma Foucault, se traslada a una pluralidad de Estados y en este sentido se imponen dos tendencias: de un lado, el gobierno de la vida se vuelve un escenario privilegiado y as la biopoltica introduce la problematizacin de la relacin medicina, higiene pblica y de otro lado, el Estado como instrumento de poder en relacin con el saber. Foucault hace referencia a la medicalizacin de la sociedad y da cuenta de cmo ciertos saberes del campo de la salud son usados para ejercer control sobre el dispositivo poblacin en el mbito de la vida y de lo pblico (2). El propsito de este ensayo es entonces problematizar, a la luz de la mirada biopoltica propuesta por Michel Foucault en su curso en el College de France durante los aos de

1978 y 1979, el campo de la salud mental pblica. En este ejercicio de reflexin se busca cuestionar la relacin entre saber, verdad y poder, lo que supone un giro en el dominio de la salud mental y en el anlisis del dispositivo de la poltica pblica, especialmente en lo que concierne a los efectos sobre la vida y lo viviente, sobre las denominadas condiciones de salud mental de unos grupos considerados como vulnerables, frgiles o en riesgo psicosocial como lo son, por ejemplo, las vctimas del desplazamiento forzado interno en Colombia (3-4). No se pretende hacer una evaluacin de las polticas pblicas ni tampoco cuestionar sus alcances, ms bien sealar la contingencia del acontecimiento del desplazamiento forzado con respecto a la emergencia de la poltica pblica en salud mental en el contexto de las reformas neoliberales (5). Mi propuesta consiste en: 1) retomar crticamente los dispositivos de individuo y poblacin y cuestionar sus usos en las prcticas de la salud mental pblica y 2) interrogar desde la mirada biopoltica la idea de gobierno de la vida y de lo viviente. Ciertos saberes sobre la salud mental son usados como mediaciones para intervenir en diversos mbitos privados de la vida, como la familia, la crianza o la pareja. Estos saberes operan para destituir a los sujetos de sus subjetividades y convierten sus verdades, sus padecimientos o sus sufrimientos en una forma objetiva y generalizada. Podra mencionar, por ejemplo, la naturalizacin del trauma en las personas que sufren la condicin de desplazamiento forzado como nica explicacin de sus efectos. Esto implica una suplantacin de su verdad para convertirse en poblaciones objeto de verificacin de estos saberes que para Foucault implicaran un ejercicio de poder (1, 2, 6, 7).

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Por ltimo, quisiera retomar de Foucault, en particular su trabajo sobre las transformaciones en la razn de Estado moderno a la prctica gubernamental biopoltica. Con el fin de llamar la atencin sobre los discursos de los derechos y sus usos en el campo de la salud mental pblica, busco cuestionar la forma como operan para sustentar lo que podra llamarse Estado biopoltico. En este, el problema de la soberana es destituido por las leyes del mercado y funciona bajo los principios de la teora econmica de juegos (2). En este sentido, la equidad y la justicia social se tornan en decisiones sobre cmo focalizar el gasto pblico. Las poblaciones vulnerables, los individuos en riesgo o frgiles son estratgicamente usados como dispositivos de la atencin en salud mental (8-10).

salud pblica como un campo epistemolgico de frontera entre el saber, el Estado, la economa y el poder (1, 2, 14). La biopoltica1 posibilita articular en el pensamiento contemporneo, la razn de Estado, la racionalidad que sustenta sus prcticas, las formas de gobernabilidad y gobierno de s y de los otros, revelando la naturalizacin de ciertas verdades construidas desde el paradigma del individuo y de la determinacin como causalidad determinante de un sujeto o de una poblacin, la medicalizacin de los problemas sociales, las formas de normalizacin y de disciplinamiento de la sociedad y, as mismo, develar sus regmenes de veridiccin, es decir, el problema de la legitimizacin de la verdad y el uso del saber en relacin con el poder (12, 13). Al constatar que problemticas como la violencia, la desigualdad y la pobreza persisten en relacin con prcticas y dispositivos denunciados en procesos de determinacin social y que histricamente han afectado de manera diversa a unos grupos en contraste con otros; que la mayora de las investigaciones sociales y de salud evidencian problemas de salud asociados a la distribucin de la riqueza, a las prcticas de exclusin de unas culturas y de sus saberes, a la condicin marginal de unos grupos y a la persistencia de formas de explotacin de unos sobre otros; que a pesar de que existen estrategias para accionar lo social y recuperar el papel de los sujetos y de las comunidades, para actuar sobre los determinantes de estas contingencias a travs de las transferencias de poder y de participacin social, el discurso que se

Elementos conceptuales de la biopoltica

La salud pblica como saber y prctica de transformacin social no est exenta de los juegos entre ejercicios de verdad, de saber y de ocultamiento de las relaciones de poder (11-13). La relacin entre medicina, saber y poder que se origina en el pensamiento de Michel Foucault, en especial aquello expuesto en sus conferencias en Brasil entre los aos setenta y ochenta, constituye una posibilidad de pensamiento crtico. A partir de estas conferencias y de los trabajos de Foucault han emergido diversas corrientes de pensamiento como la medicina social y la salud colectiva, en cuanto sitan la medicina como prctica social y permiten problematizar la

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1 En este concepto Foucault, en su insistente trabajo sobre el poder, transita de la disciplina y el castigo a una forma de gobierno que caracteriza a los Estados modernos como normalizacin de los individuos y de las poblaciones, en cuanto ejercen poder sobre la vida y la muerte. El concepto de umbral biolgico de la modernidad aparece en La historia de la

sexualidad, en particular en la voluntad del saber, y hace referencia a cmo la vida se vuelve un reto para el hombre, en la medida en que uno y otro se se vuelven objetos de gobierno, pero en la forma de un gobierno sobre s mismo y sobre los otros como tica de la subjetivacin, como aquellas prcticas de dominio del sujeto en el mundo moderno (14).

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impone en la academia desde la denominada colonialidad del saber2 ha impregnado este campo de la salud instaurando una visin hegemnica universalista de la diferencia (14-16). Dar cuenta de las mediaciones entre saber y poder para gobernar la vida humana, de cmo se instauran formas de dominacin y de sometimiento, de control y disciplinamiento, de gubernamentalidad , de normalizacin y moralizacin de la sociedad a travs de mecanismos de higiene pblica como condicin biopoltica, es relevante para la salud mental pblica. En ltimas, las ciencias son prcticas sociales, instrumentos con los que se otorga poder al Estado. Aquel Estado liberal cuyo papel consiste en la primaca de la regulacin social, en cuanto deja hacer, y que en ltimas fundamenta el pragmatismo y el mercantilismo como orden social en el mundo contemporneo. La lectura crtica desde la biopoltica introduce un primer elemento para la discusin al poner en duda la relacin entre derecho y orden; cuestiona la naturalizacin de ideas como libertad y justicia y es por esto que se propone para interrogar el uso generalizado de dispositivos de la poltica pblica en salud. Este recorrido pretende aportar elementos para la discusin sobre la medicalizacin de los problemas sociales, en el sentido del uso generalizado de diagnsticos psiquitricos de las condiciones de salud mental de las vctimas (10, 17). Ejemplo de lo anterior es la forma en que se construyen poblaciones y grupos vulnerables y que se intervienen como individuos frgiles, en riesgo de padecer trastornos o necesitados de atencin en salud mental. Los sujetos que emergen desde estos disposi2 Los trabajos de Santiago Castro-Gmez (14) lo ilustran como prctica generalizada en Colombia desde los inicios del siglo xx.

tivos as como sus subjetividades, se revelan como el efecto del dominio de los saberes de la salud mental y objetivan sus mediaciones. El uso de dispositivos como individuo y poblacin opera en la fragmentacin as como en la normalizacin de la sociedad y dan cuenta de una prctica poltica contempornea en Colombia caracterizada por la inteligibiidad. Es por estas razones que se considera la mirada biopoltica como un ejercicio crtico necesario en el campo de la salud pblica (18).

Qu es lo biopoltico? Cul es el hilo conductor de esta lectura?

Lo biopoltico es entendido ac como el eje que articula y permite interrogar, en primer lugar, la afirmacin de la vida y de la salud desde la razn orden/derecho, planteado por Foucault (2, 14) como resultado de la introduccin de una nueva racionalidad en el arte de gobernar contemporneo. Esta prctica de gobierno est basada en la economa y en el libre mercado y es parte del objeto del trabajo del autor en el seminario denominado El nacimiento de la biopoltica, que podra resumirse en la frase: dejar hacer (laissez-faire), sustento de las ideas de los Estados liberales contemporneos. Esta razn se manifiesta en la prctica gubernamental como fin: dejar morir y hacer vivir, que en conjunto con ideas como justicia y equidad interviene sobre las configuraciones y los contextos para crear las condiciones de aceptabilidad para crear poblaciones que en la perspectiva del autor constituyen ms que objetos, dominios y territorios sobre las cuales se acta de una u otra forma. Este dispositivo, poblacin, no implica entonces un grupo humano, sino el lugar, el espacio desde donde se ejerce una accin (14, 19). En este arte de gobernar contemporneo, sustentado en la afirmacin de la vida se instalan

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estos dispositivos y sobre ellos se pueden configurar los elementos que comparten aquellos grupos o colectivos que pueden y deben ser focalizados como vulnerables o en riesgo y, por lo tanto, susceptibles de ser intervenidos sin que participen en estas decisiones, en nombre de la distribucin del gasto pblico desde una idea de igualdad y de justicia social. No es casual que Foucault cuestionara en primer lugar la idea de soberana y por esta va la razn de derecho que haba sustentado la prctica de gobierno, para luego mostrar cmo la funcin del soberano termina transformada por la aparicin de la teora econmica, un nuevo arte de gobernar que se somete a estas leyes, a la funcin de la estrategia y a la implementacin de las ideas liberales, una prctica estatal fundada en los juegos de la teora econmica y las leyes del mercado. La idea de justicia queda sometida al orden productivo y toda condicin de vulnerabilidad es susceptible de ser efectivamente calculada e intervenida; y as todos los mbitos de la vida humana que pueden ser no slo calculados e intervenidos sino tambin sometidos a las leyes de la oferta y la demanda. De ah su condicin biopoltica (2, 10). Pero en Colombia esta prctica de gobierno sostiene a la vez la gestin del Estado providencial que es su forma poltica arcaica, en cuanto el Estado es regulado tambin por la racionalidad asistencial de las prcticas del derecho como orden social. He ah su paradjica relacin con el campo de la salud mental pblica. Es por esto que me arriesgo a plantear que tanto la desigualdad como la exclusin y las mediaciones, as como la misma idea de ciudadana o sociedad civil y los usos que les damos en el dominio de la salud mental pblica, pueden ser revisadas profunda y crticamente bajo los aportes de Foucault, para dar cuenta de la emergencia de nuevos sujetos, las vctimas y que en

nombre de la justicia y la equidad constituyen poblaciones vulnerables y por lo tanto necesitados de atencin. El fin es sustentar entonces el dispositivo de atencin en salud mental a partir de nuevas demandas y (2, 6, 7, 14, 15). En segundo lugar, quisiera retomar de la nocin de biopoltica, la idea de desplazamiento de gobierno o de gubernamentalidad de la vida y de lo viviente. El Estado se convierte en pluralidad de Estados como lo plantea Foucault y, por ende, crea el territorio para la medicalizacin de los individuos desde los mbitos familiares y sociales (2, 20). Con este desplazamiento se objetivan las mediaciones y los dispositivos, en cuanto permiten hacer visibles aquellos juegos de poder que surgen en el campo de la salud mental pblica. Es por esto que su indagacin o investigacin son posibles de llevar a cabo a travs de la constatacin de los hechos y del anlisis de las contingencias de la prctica poltica contempornea desde donde la emergencia de nuevas subjetividades. En este caso el reconocimiento de las vctimas del desplazamiento crea ciertas condiciones de aceptabilidad para la prctica poltica, pero tambin el agenciamiento y las resistencias de colectivos sociales. Los diagnsticos psiquitricos generalizados para caracterizar las condiciones de salud mental de un grupo o de una poblacin, como por ejemplo el uso del trauma, en especial el de estrs postraumtico (TEPT), las cifras, los clculos del riesgo de padecer trastornos, las conductas y los comportamientos entre otros, comprenden la gama de dispositivos con que se estudia la poblacin compuesta por las personas en condicin de desplazamiento forzado (4, 12). En su nombre se elaboran diagnsticos basados en tcnicas estadsticas, se generalizan condiciones y se constatan los sntomas y sus evidencias. Pero cuando

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son las vctimas las que asumen que el saber sobre su vida est en estos estudios y en estas prcticas, que en estos saberes est la verdad sobre sus padecimientos, sobre su sufrimiento o su malestar, uno se interroga por el uso de estas prcticas. Sobre su sufrimiento, sobre las formas en que se perpeta el poder, vale entonces preguntarse si no estamos incurriendo en una prctica biopoltica cuando, curiosamente, aceptan la condicin de vctimas para acceder a la atencin en salud mental, dispositivo que ocasiona una mediacin, la de normalizar la salud mental como orden social y por tanto operar en este escenario para segregar, incluir y excluir. Entonces, la biopoltica est precisamente en el uso del dispositivo, en la paradoja del reconocimiento de las vctimas basado en la destitucin de la verdad y del saber que en ellas existe, para crear la aceptabilidad de estos saberes como regmenes de verdad y, por lo tanto, intervenir el mbito de la vida como ejercicio poltico de disciplinamiento y de control sustentado en la afirmacin del derecho a la vida y las libertades individuales (14). Su efecto es la naturalizacin del saber cientfico como verdad sobre la vida y sobre lo viviente y, en consecuencia, sustenta no slo una idea de universalidad en la normalizacin desde la necesidad para que el dispositivo de atencin en salud mental a vctimas se sustente y opere como instrumento poltico de gubernamentalidad. Tercero, en esta prctica de gobierno, el conflicto y la exclusin son bienvenidos y adems institucionalizados, en cuanto dan la idea de un pacto social y de un ejercicio democrtico del poder en el que la competencia es no solo validada, sino tambin humanizada. Responde bien a los juegos de la teora econmica y del mercado al hacerlas aceptables bajo la idea humanizada de competencia, de capacidad y de oportunidad (1, 2, 14, 15, 21). He all su oxmoron. Su ltimo

objetivo es mostrar una efectiva realizacin de derechos de segunda generacin en la poblacin nacional residente, intervenir en las familias y en los individuos como estructuras estables de la organizacin social, ocultando las verdaderas racionalidades de la prctica de gobierno contempornea. La ciudadana es conquistada y consolidada por una lucha de clases institucionalizada que sostiene la gestin controlada del sistema de desigualdad y de exclusin extremas, para dejar que el mercado y los juegos econmicos acten libremente pero ojo, bajo el dispositivo ideolgico del universalismo: una forma de caracterizacin esencialista que, paradjicamente, puede asumir dos formas en apariencia contradictorias: el universalismo antidiferencialista que opera por la negacin de las diferencias, y el universalismo diferencialista que se da por la absolutizacin de las diferencias (16).

La aplicacin de los conceptos a la reflexin propuesta

El trabajo de Foucault tiene implicaciones prcticas, se constituye en una pragmtica objetiva y emprica que opera como dominio de gubernamentalidad.

La triada vulnerabilidad, vctima y salud mental en el campo de la poltica pblica

Al dar cuenta de cmo y cundo se sita un campo de intervencin a travs de aquello que se concibe como por ejemplo la primera infancia y niez en condiciones de vulnerabilidad y de riesgo por desplazamiento forzado (esto por ser la poblacin considerada ms vulnerable). Cmo se mediatiza aquel dominio de saber denominado atencin diferencial salud mental, en qu juegos de verdad y de poder se inscribe en los sujetos e incide en las subjetividades para determinar unas condiciones particulares desde la universa-

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lizacin del derecho a la vida, jerarquizando unos grupos como necesitados de atencin y proteccin y mostrar cmo se instala el dispositivo de la atencin en salud mental; se puede dar cuenta de cmo se configura un dominio de saber, de poder y de verdad sobre el discurso de la vulnerabilidad y el riesgo. Este dominio qu consiste en naturalizar y normalizar para estos grupos de desplazados, su condicin de vctimas y desde una perspectiva individual y social sirven para justificar la necesidad de atencin en salud mental como idea de justicia y equidad. Desde estos elementos analizar crticamente las condiciones de aceptabilidad que menciona Foucault como sustento de la prctica de gobierno contemporneo para el nacimiento de la biopoltica (1-4, 7, 10, 17). Este dispositivo, el de atencin diferencial para vctimas del desplazamiento forzado, opera en varias direcciones con suma eficacia. Por un lado, sirve para diferenciar a dichas vctimas de aquellos no considerados en riesgo o vulnerabilidad y permite develar las formas en que se instala un modo particular de gobierno especfico para focalizar el gasto pblico. Dos cosas se pueden observar en la prctica, por un lado, esa razn gubernamental se sostiene en apariencia a partir de la demanda de derecho sobre la atencin diferencial en salud mental a personas en condicin de desplazamiento forzado en el campo de la accin pblica y la jurisprudencia, pero para Foucault funciona como ejercicio biopoltico en cuanto solo busca regular los excesos de la prctica gubernamental del Estado y sentar las condiciones de aceptabilidad e inteligibilidad de esta como forma de gubernamentalidad (22, 23). As mismo, opera como normalizador volviendo homogneo el sufrimiento social y haciendo equiparables las vctimas a los vulnerables, a los pobres y a los excluidos. La

sociedad civil o el capital social, as mismo funcionan como dispositivos. Operan como medios para incluir o excluir, an desde el reconocimiento de las vctimas, y para sustentar las mediaciones costo-financiadas para que el Estado desde el Sistema General de Seguridad Social (SGSS) opere como garante de derechos y los atienda en forma individual por su pertenencia e identificacin como poblacin prioritaria. Es importante entonces garantizar la atencin oportuna, delimitar rutas y responsables de la atencin a estas poblaciones, en nombre del cumplimiento de la ley. Todas las anteriores, regmenes, requerimientos y condiciones que deben cumplirse exhaustivamente para acceder al goce efectivo de sus derechos que se reducen a los mnimos vitales. He all la genealoga de este dominio biopoltico en la emergencia de esta prctica gubernamental contempornea (22, 23).

La genealoga como mtodo propuesto

La genealoga es utilizada por Foucault para dar cuenta del nacimiento de la biopoltica y se podra proponer como mtodo de anlisis de la emergencia de la poltica pblica de salud mental desde la dcada de los noventa, coincidente con las reformas neoliberales a la Seguridad Social en Colombia, vista como acontecimiento. Este mtodo hace posible no solo dar cuenta de las condiciones y el momento de su emergencia y de su aparicin, sino que permite elucidar los desplazamientos de ese dispositivo as como del orden discursivo, para hacer crear las condiciones de su aceptabilidad desde la idea de la democracia, la autonoma y la libertad como derecho fundamental de la sociedad; es decir, la liberalidad como forma de civilidad (2, 24). El uso y los desplazamientos de ciertos conceptos que se han naturalizado y que operan como prcticas de dominio desde las

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ciencias humanas, sociales y polticas de la salud mantienen formas subjetivas de exclusin en sujetos y anulan sus subjetividades. Se trata de formas de gubernamentalidad que nombran la diferencia en nombre de la igualdad de derechos, pero que mantienen prcticas homogneamente excluyentes en nombre de la atencin diferencial y que aun cuando se encuentran amparadas en el discurso de la diferencia, son dispositivos no slo de disciplinamiento y de control que responden a ese orden universal de la ciencia y el mercado como fundamentos de la regulacin social inherente a la modernidad capitalista del libre albedro, la autonoma, la diversidad y la diferencia. La competencia generalizada, la regulacin de prdidas y ganancias ordenan la participacin en la sociedad. El mercado, bajo la utilidad y la ley de la oferta y la demanda sustentan en conjunto las formas ms exhaustivas de la civilidad: afirmacin de la vida y regulacin de los lazos sociales. Esto es lo que las hace aceptables y sobretodo deseables, he all su condicin biopoltica (14, 15). Lo ms cruel es que en su nombre se erigen representaciones que sirven de base para la reinvencin del Estado providencial, cuya solucin es privatizar los servicios de salud y de seguridad social y entregarlos a la regulacin mercantil que sostienen las polticas fiscales que regulan el gasto pblico. El goce efectivo como garante de derechos de insercin social opera en forma de contrato individualizado, en la medida en que garantiza condiciones mnimas de participacin en forma de titulacin (Registro de Desplazado, RUT) de ser desposedo, desplazado y extremadamente vulnerable. El dispositivo de la atencin diferencial que implica una contrapartida en trminos de actividades de inters social, es la forma de asistencia y es menos un derecho sustantivo que un derecho procesal (16).

Asistencia o atencin en salud mental: usos, prcticas y saberes

La tesis que subyace es: la asistencia y la atencin en salud mental se hacen equivalentes en cuanto a las vctimas del desplazamiento constituyen un dispositivo biopoltico, ya que si bien se encuentran atravesadas por los discursos universales de la justicia y la equidad social y por los movimientos y agenciamientos sociales de la sociedad civil y de la Corte Constitucional, estn sustentando una prctica biopoltica de gubernamentalidad. Lo anterior habida cuenta de que la medicalizacin de la sociedad en la intervencin de algunas problemticas, individuos y poblaciones, a travs de la naturalizacin de ciertos saberes de las ciencias sociales, humanas, polticas y de la salud pblica, acta y opera en desconocimiento de la verdad de estos sujetos y de la veracidad de estas problemticas como fines y medios del Estado y, por lo tanto, mantiene en los ideales de justicia social y de atencin diferencial formas de exclusin social que operan en nombre de las nociones de salud mental, vulnerabilidad y riesgo (8-10, 25). Las prcticas en que emergen estos grupos y cmo estos sujetos se convierten en poblaciones vulnerables y en riesgo psicosocial, en individuos necesitados de intervencin y de asistencia, por compartir esa condicin de desplazados, se configuran alrededor de este dispositivo que comprende el reconocimiento de dichos sujetos y grupos como vctimas y su reivindicacin reducida a la demanda de atencin dentro de la denominada poltica pblica. Esto a travs de las mediaciones de ciertos saberes producto de la investigacin en salud pblica y para este caso en salud mental. Este campo opera a travs de diagnsticos poblacionales de Colombia se concretan en un estudio nacional titulado Diagnstico de salud mental

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en el ao 2003, instrumento ampliamente reconocido como fuente de consulta en la poltica pblica, ya que representa la caracterizacin de este dominio de la salud mental en la poblacin. (22, 23). En un primer momento, la prctica poltica busca instaurar el componente salud mental en los planes territoriales de salud, bajo una lgica de planeacin estratgica orientada por unos principios que se asumen como valores universales en el discurso de la igualdad de derechos y de oportunidades y que busca como fin la reivindicacin de los enfermos mentales (22, 23). El individuo y la poblacin operan como dispositivos en el ejercicio y en la prctica de la proteccin y el cuidado diferencial de la primera infancia y la niez, para introducirse en las prcticas de lo privado, de lo familiar, e instalar su anclaje en las formas de crianza, en las condiciones de salud de estos sujetos y grupos, entre estos los desplazados. Se evidencia entonces la racionalidad que subyace bajo esta operacin y las formas como este dispositivo genera efectos y mediaciones sobre la poblacin desplazada, sobre la academia y sobre los movimientos sociales. Este ejercicio poltico se funda en el saber disciplinar de la psiquiatra, la psicologa, la salud pblica y las ciencias humanas y sociales, naturalizando la relacin causal entre el trauma y el riesgo. Y en este trazo se constata cmo el uso de la vulnerabilidad opera para lograr la normalizacin y la jerarquizacin de la sociedad, actuando como forma de gobierno sobre algunos grupos en forma diferencial. Al analizar este dispositivo, sus mediaciones y los modos en que este saber de la salud pblica se instaura como disciplina fsica y mental, se constata la tendencia a medicalizar los problemas sociales en la medida en que

responden a un orden excluyente, en cuanto se pertenece por la forma como se es excluido. Pero efectivamente mantiene el poder gubernamental en la idea de un orden social global naturalizado desde el campo de saber denominado salud mental (10, 16, 17).

Salud mental y biopoltica: riesgo, vulnerabilidad y vctimas

A continuacin se exponen las ideas anteriores aplicadas al contexto de la prctica poltica en salud mental en Colombia.

El contexto: Colombia y el desplazamiento forzado

Colombia ocupa el primer lugar entre aquellos pases en los cuales existe una problemtica de desplazamiento forzado interno, segn consta en las cifras de Acnur y de la FPNU (2009, 2010 y 2011). En el 2009, las vctimas de desplazamiento forzado en el pas oscilaban entre cuatro y cinco millones de personas, lo que equivale a ms del 10% de la poblacin del pas (Acnur, 2009, 2010 y 2011; Codhes, 2001-2009 y Accin Social, 2009) (26, 27). En el 2004, la Corte Constitucional oblig al Estado colombiano, a travs de la Sentencia T-025, a brindar atencin en salud mental a vctimas del desplazamiento forzado; sin embargo, existe un grave desconocimiento del impacto de este flagelo en la poblacin colombiana3. Varios abordajes han sido considerados y
3 La Corte Constitucional reconoce que han existido avances en el cumplimiento del derecho constitucional a la salud de la poblacin desplazada, pero tiene muy claro que todava no se ha logrado abarcar la totalidad de dicha poblacin vulnerable, sobre todo en trminos del acceso al servicio de salud, caso en el cual los ms afectados son la poblacin indgena y la afrocolombiana, donde el acceso a instituciones de mayor grado de complejidad no se encuentran en su territorio y requieren remisin.

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se ha propuesto una pluralidad de intervenciones en este nuevo campo del saber que demanda prioridad y que bien podra llamarse victimologa4. En este sentido cabe mencionar la atencin psicosocial, el estrs postraumtico, la intervencin familiar y sistmica, la atencin humanitaria y la rehabilitacin basada en la comunidad, todos ellos orientados a acompaar y a remediar el dolor, atender el duelo, agenciar los derechos y mitigar el impacto del trauma en esta poblacin considerada en alto grado de vulnerabilidad por su condicin de riesgo psicosocial (28).

cantidad de enfermos que demandaban atencin por problemas asociados a la recesin, a las crisis econmicas ocasionados por las guerras, al individualismo exacerbado de la economa de consumo y a las multitudes, las masas, y sus efectos en los vnculos y en el debilitamiento de las comunidades5. En Europa y en Suramrica Argentina y Chile, la salud mental se expresa a travs de movimientos de reivindicacin para reorientar la prctica de la atencin psiquitrica y de los manicomios, restituir derechos a los enfermos mentales y mostrar los ejercicios del saber psiquitrico como adoctrinamiento y dispositivo de disciplinamiento social6. He all su paradoja. La salud mental tambin es un oxmoron, en cuanto opera como dispositivo para anular lo anterior en nombre de un saber que se naturaliza como verdad, y del que se sirve el Estado para el gobierno de las mentes y el dominio de los cuerpos (en palabras de Foucault, gubernamentalidad), que se sustenta en prcticas fundadas en el ejercicio del poder hegemnico (regmenes de verdad o veridiccin)7, para las mediaciones que permiten la anulacin de los sujetos y de su subjetividades. En este paradigma lo biopoltico se puede identificar en la medida en que devela la forma en que se instauran los dispositivos denominados polticas pblicas de salud mental, en particular de atencin a los desplazados considerados como poblaciones vulnerables y en riesgo por su condicin de vctimas. Dispositivo, discurso y saber orientado por las ideas asistencialistas de
6 Se pueden referir los trabajos de Franco y Franca Basaglia en Italia, Ronald Laing y David Cooper en Inglaterra, Isaac Levav en Amrica Latina y el Caribe, y Galende en la Argentina, entre otros. 7 El problema de la verdad es el centro de la biopoltica. Al situarse en la filosofa de Nietzsche, Foucault en La voluntad del saber propone el concepto de voluntad de la verdad o de las polticas de la verdad, en cuanto busca dar cuenta, por un lado, de los principios de regulacin de la verdad en los regmenes del saber, y por otro lado, de la historia de la verdad (2, 14, 15).

Salud mental
La salud mental como campo discursivo es entendida como una configuracin que emerge atravesada por acontecimientos histricos, lo cual hace necesario reconocer la dimensin de lo social y de lo cultural en la medida en que da cuenta de nuevos sujetos y subjetividades. Los efectos del individualismo y del capitalismo sustentan sus vulnerabilidades y sus vicisitudes. Discursos y lazos inscritos en los modos de transmisin, de filiacin y de pertenencia de este orden capitalista que introduce la incertidumbre y el riesgo, se concretan en diversos malestares (10, 17, 29) y en los modos como los individuos asumen estas demandas de la vida moderna (30, 31). Como acontecimiento, la salud mental surgi en Norteamrica tras la Segunda Guerra Mundial, a mediados de los aos sesenta, como dispositivo para atender a la gran
4 Trmino acuado por Didier Fassin (12) para dar cuenta de la cantidad de prcticas y saberes en la atencin a vctimas de las violencias sociopolticas y, as mismo, para hacer referencia a la prctica de la atencin humanitaria. 5 Vase en este sentido la problematizacin que hace Zigmunt Bauman sobre la comunidad y sobre la exclusin de unos sujetos en la modernidad (32, 33).

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proteccin y de atencin, que se usan para destruir los lazos sociales, las comunidades y los grupos ms vulnerados, en nombre del riesgo, de su falta de voluntad y de la incapacidad de ejercer el cuidado de s y de otros, sustentado en una demanda individual y en una respuesta igual para todos y todas, para todas las individualidades. Lo biopoltico busca desconocer lo particular de lo humano, la diferencia estructural de lo social e instalar perversamente la exclusin social en las denominadas poblaciones vulneradas y vulnerables, focalizando sus prcticas en los grupos de mayor riesgo psicosocial y en la forma ms silenciosa y cruel de agenciar su anulacin a travs de la administracin de sentimientos como la compasin, el miedo, el horror y la crueldad como lo muestra Zuleta (34, 35). Lo que para Fassin implica un nuevo orden biopoltico denominado economa moral de las vctimas (12). Desde paradigmas diferentes a la razn positivista y objetiva de la ciencia se critican los dispositivos de individuo y poblacin, develando los regmenes de verdad que enmascaran aquellos juegos de poder en que se fundan y operan los saberes y prcticas de la psicologa, la psiquiatra, la medicina y la higiene mental, entre otras disciplinas. La higiene mental busca reivindicar en los sujetos y en sus subjetividades, los escenarios de lo colectivo y de las comunidades, reconociendo lo singular de sus saberes que, aunque atravesados por la universal desigualdad de las fuerzas del poder y determinados por sus condicionamientos, se reconocen como con capacidad de agenciamiento. (12, 13, 28). Sujetos de dolor pero agenciados dignamente que reivindican sus luchas y se resisten por el reconocimiento de la verdad que habita en ellos y en otros saberes diferentes al saber

objetivo de la ciencia, dan cuenta de la forma como inciden en la cura de sus malestares y padecimientos, de sus sufrimientos, el saber sobre el cuidado de la vida y de lo viviente; son rescatadas como espacios de afirmacin, como dignidad ante el dolor humano y el sufrimiento social (2)8.

Biopoltica y salud mental: atravesamientos, tensiones y primeros hallazgos

Esta problematizacin que como se ha visto est basada en los planteamientos sobre de Michel Foucault en el Seminario Nacimiento de la biopoltica, dictado en el Collge de Francia (1978-1979), interrogado por la emergencia de las ideas del liberalismo y por las transformaciones del Estado moderno, y por esa nueva razn de gobierno cuya gnesis ubica entre los siglos xvi y xviii, Foucault plantea el concepto de biopoltica (2, 7) tomando en consideracin las ideas de Jeremy Bentham sobre el mercantilismo y el pragmatismo, la libertad y los juegos econmicos de Adam Smith y de la vital politik de Rustow. La transformacin de la vigilancia y el castigo a la sociedad de afirmacin de la vida, del individuo y de la democracia implican el control de la poblacin en ese Estado biopoltico, necesita de la construccin de una racionalidad diferente, una razn entre derecho y orden que gobierne al individuo y controle a la poblacin, as como un Estado soberano que se debe enriquecer, pero que tambin debe regular sus excesos. Elucidar su relacin, la del gobierno como prctica estatal contempornea, (razn) y con la emergencia del conocimiento ilustrado (razn cientfica) como instrumento de gobierno de la vida y lo viviente es objeto de este trabajo sobre biopoltica. En ltimas, el saber como verdad constituye una prctica social desde la cual se ejerce poder (1, 2,

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8 Vanse los trabajos de Veena Das, Francisco Ortega y Cesar Abada (28), Emiliano Galende (10, 12) y Guillermo Belaga y Enric Berenguer (29).

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7, 14). La denominada racionalidad y la problematizacin de la medicina como polica, adems de la higiene pblica como prctica social, se convierten en dispositivos del Estado y su relacin con el saber y con el uso del poder desde unas formas particulares de legitimar la verdad. Foucault da un giro a la pregunta sobre el poder, una biohistoria cercana a la medicalizacin de la justicia y al control de la sociedad, para dar cuenta de la emergencia de nuevos sujetos mediados por discursos sobre las subjetividades. Basado en la Genealoga de la moral de Nietzsche, Foucault se interroga por el problema de la verdad en su Genealoga de la historia, y en La biopoltica propone la nocin de regmenes de veridiccin . Este ltimo opera como dispositivo enlazando el saber, la verdad y el poder y es por esto que transforma la razn de Estado en las formas y dominios de la prctica de gobierno contemporneo (2, 12, 14, 24). Con este nuevo dominio de la salud mental pblica, es posible dar cuenta de la relacin entre saber, verdad y poder como forma contempornea de gobierno. El control, el disciplinamiento y el orden se trasladan a esta forma de gobierno, gubernamentalidad; es decir, se transforman en una racionalidad naturalizada que opera en los cuerpos y en las mentes de las personas, las higieniza, las normaliza, normatiza a los grupos y jerarquiza a las poblaciones. La salud mental se convierte as en un aliado, en una maquinaria sutil un dispositivo de poder con la que se ejerce control sobre la sociedad. Opera, jerarquiza, segrega, anula a unos, deja hacer sobre otros en nombre de la justicia social. Fundado en la idea de libertad del laissez faire, surge un poder que construye en otros espacios, lo privado, lo familiar, y acta sobre otros sujetos: la infancia y la niez y otros objetos, la moral, la sexualidad, etc. Este saber interviene en los cuerpos y

en las mentes convirtindolos en campos de dominio, de accin sobre la vida y sobre lo viviente (2, 6, 12, 13, 21). El Estado moderno, Estado libre y mercantil, debe ser regulado en sus excesos y por ello necesita del individuo autnomo y de la poblacin como dispositivos de control. El saber, que en su esencia est dominado por la razn cientfica, le aporta un dominio imbricado en nociones, interpretaciones, teoras y representaciones y opera a travs de dispositivos y prcticas que subyacen bajo tal razn9; se mediatizan en la sociedad; operan, actan e intervienen como formas de pluralidad de Estados en los individuos; jerarquizan las instituciones; homogenizan a las familias; inciden en las formas de pertenencia de ciertos grupos y los convierten en poblaciones y masas que se encuentra en la periferia (20, 32). Los devenires de esos sujetos y la particularidad de sus subjetividades como personas humanas que sufren y que se constituyen en formas y modos de vivir sus padecimientos y malestares, se convierten en trastornos o en enfermedades que se encarnan y que en la diversidad de los mundos contemporneos dan cuenta de las difciles condiciones de vida de algunos. En esta configuracin
9 Cifras y nmeros. La estadstica y la economa tienen un lugar preponderante en los siglos xix y xx como pilares del Estado de la biopoltica. 10 Foucault usa indistintamente razn de Estado y racionalidad en este seminario. En el presente texto se busca definir la razn como el concepto y la racionalidad como prctica. Su definicin apunta a aquella racionalidad poltica que se ha impuesto y desarrollado en las sociedades occidentales a partir del siglo xvii. Se caracteriza por la individualizacin y la totalizacin de sus efectos a travs de la idea de poblacin y de sociedad de control; es la razn de la relacin entre derecho y orden. Mientras que el derecho remite al sistema jurdico, el orden remite a un sistema administrativo que da sustento a una razn gubernamental para gobernar, en el marco de la soberana del Estado moderno y liberal. Emerge desde una racionalidad cientfica para definir una racionalidad poltica fundada en el saber econmico (19).

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es posible develar esa razn de Estado10, y elucidar las racionalidades que han sustentado estos discursos y prcticas en Colombia en la actualidad.

sustentadas en racionalidades y prcticas de aseguramiento alejadas de la verdad del sufrimiento de los sujetos y de los grupos ms vulnerados es lo que, como se ha dicho se denomina economa moral de las vctimas (12, 32). En nombre de estos ideales se proponen dispositivos de atencin diferencial, proteccin, ayuda, asistencia e intervencin psicosocial. Para este caso, la emergencia de la poltica pblica de Atencin diferencial en el campo de la salud mental a nios y nias vctimas del desplazamiento forzado, considerada como ejemplo de la racionalidad y de una prctica de gobierno basada en el discurso del Estado como garante de derechos, en la contingencia de las ideas de proteccin y de salud mental, de las razones, saberes y dominios que las sustentan, permite interrogar crticamente a la salud pblica, a las ciencias polticas y a las ciencias humanas sociales. Estas disciplinas ancladas en los regmenes de verdad, como prcticas de veridiccin, intervienen en este dispositivo y, como lo plantea Foucault en Seguridad, territorio y poblacin, muestran la relacin, no entre el espacio y el medio, sino la entre el gobierno y el acontecimiento. Los juegos discursivos, sus prcticas y este dispositivo de atencin diferencial de salud mental a vctimas del desplazamiento forzado, permiten vislumbrar en ese quehacer del hacer pblico y estatal de la poltica pblica (gobierno), aquellos movimientos sociales y acadmicos, las prcticas investigativas que son las fuentes de la gubernamentalidad (14) En el ejercicio poltico y pblico de la salud mental los saberes son usados como medios para intervenir diferencialmente unos grupos, en nombre de la idea universal de la justicia y el riesgo tiene efectos de ordenador social. Es un dispositivo que conforma poblaciones y rene individualidades, bajo los atributos que los hacen vulnerables al estar

Reflexiones finales
Transformando los discursos, las relaciones se convierten en una forma ilusoria de identidad, de unidad, de comunidad (32, 33) o de totalidad. Estas jerarquizan, anulan, expelen, exilian y excluyen, pero tambin incluyen, acogen, asisten, aportan, ayudan, curan y protegen. Se buscan los ideales ms altruistas, emergen las ciencias humanas y sociales y los derechos humanos, pero se ejerce a travs de estos un poder que segrega y violenta y que es objeto de un dominio y de una moral cruel de destituir al sujeto (35, 36). Se busca un saber en las ciencias sociales y en la salud que no solo cure a los enfermos, sino que tambin posibilite ayudar a los desvalidos, proteger a la infancia y a la niez, a las mujeres y a las minoras; reconocer a los grupos tnicos; construir equidad y dar oportunidades a los menos favorecidos; garantizar la igualdad de condiciones para todos y todas; focalizar el riesgo; minimizar el dao; acompaa y mitigar el dolor y, por este medio, atender a las poblaciones ms necesitadas o reconocidas como en condiciones de riesgo y de vulnerabilidad11,
11 Existen trabajos importantes que cuestionan el riesgo como ordenador de lo social, como el de Ulrich Beck, y en salud pblica aquellos que exhiben desde una mirada crtica el uso del concepto como herramienta de la epidemiologa positivista, como los trabajos de Jos Ricardo Ayres y de Naomar de Almheida Fhilo, entre otros. Dada la imposibilidad de incluir este aporte crtico en este texto, solo se mencionan. El inters aqu es sencillamente demostrar cmo surgen nuevas nociones que articulan lo social y determinan un cierto orden, jerarquizan a las poblaciones y permiten focalizar e intervenir diferencialmente unos individuos con respecto a otros, para mostrar cmo este es un concepto fundamental de la ciencia objetiva y del control de individuos y poblaciones para el ejercicio biopoltico.

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cerca de padecer trastornos psiquitricos, sufrir enfermedad mental o carecer de salud mental se crean condiciones para esta prctica de gobierno. Normativas cada vez ms biologistas y razones y medidas estadsticas que normalizan y que han naturalizado el trauma o el estrs, operan como nociones para segregar y jerarquizar la sociedad en el reconocimiento de los derechos y en nombre de la justicia y la igualdad (37). Las prcticas de poltica pblica en salud mental que se basan en diagnsticos poblacionales, determinados con tcnicas de muestreo representativas del estado de salud de la poblacin colombiana, estratificada y segmentada por grupos etreos, por su condicin de gnero, por raza o por etnia y que resultan de unir naturalmente la condicin de vctima, mujer, pobre, marginal o de desplazado con los ndices diagnsticos del dsm iv 12, dan sustento a la falta de atencin mdica como agenciamiento de derechos. Dichas prcticas ubican a unos en la condicin de riesgo psicosocial y buscan unir la vulnerabilidad equiparable a la condicin de vctimas y el clculo de estas y todos los escenarios y condiciones vitales al ejercicio reivindicativo de equidad y de justicia social. En este sentido, desplazan la problemtica de estos sujetos a la necesidad de ser atendidos diferencialmente, pero dentro de la lgica de la razn psiquitrica, la salud pblica y la justicia social. Estas poblaciones y el conjunto de las individualidades que las conforman se
12 Diagnostic Statistical Manual IV Revised Edition. Es el cdigo de determinacin de patologa o salud mental elaborado por la Sociedad Norteamericana de Psiquiatra y adoptado por Colombia en las prcticas medicalizadas de salud mental y en los diagnsticos realizados por el Ministerio de la Proteccin Social desde el 2003, diagnstico y prcticas orientadas por escuelas norteamericanas como Harvard.

pueden hacer vivir o dejar morir en forma annima y diferencialmente bajo esta focalizacin, pero tambin existen para y he all la perversidad del juego instalar ciertas prcticas polticas que en nombre de la igualdad, de la equidad y de la justicia social o de otros ideales como las ideas de normalidad, en este caso de salud mental, sustentan en las polticas pblicas los discursos de la salud. Estos mecanismos que establecen la necesidad de demandar al Estado la atencin en salud mental a estos individuos, a los grupos, se configuran en torno a estas demandas, sustentan investigaciones, anlisis y clasificaciones que caracterizan sus necesidades extremas. As mismo, toman la racionalidad de lo esencial de la vida y lo viviente por la economa moral de la vulnerabilidad y se soportan en la constante vulneracin de los derechos y en las precarias condiciones de marginalidad (que deben demostrar y constatar). Estos sujetos se intervienen, se atienden y se asisten en cuanto se consideran en alto riesgo (como lo demuestran los estudios y las cifras) de padecer trastornos o de enfermar. Adems, visibilizan los efectos de esta triada de saber, verdad y poder, en la medida en que sobre ellos se deja hacer para dejar morir, y encarnan en sus vidas y en sus cuerpos la racionalidad de esa prctica, esa forma de gobierno del Estado providencial que rescata la asistencia en lo contemporneo, es decir, el de la biopoltica. La perspectiva crtica se ha ampliado entonces con esta mirada sobre la prctica usual del derecho a la justicia y a la equidad en salud, puesto que no solo es vista como problema de accesibilidad a la atencin, sino tambin como ejercicio biopoltico de asistencia e intervencin en individuos y poblaciones consideradas de alto riesgo y vulnerabilidad, y que por estas razones se mantienen en la exclusin. Estos sujetos

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sostienen la jerarquizacin social que opera en nombre de un supuesto orden igualitario. Las polticas pblicas sustentadas en las ideas de desigualdad y de exclusin, suponen dos sistemas jerrquicos de integracin social que se introducen en la prctica poltica actual, en cuanto coinciden los supuestos de esa convergencia entre modernidad y capitalismo. Para Boaventura de Sousa Santos, el gran teorizador de la desigualdad es sin duda Marx, puesto que se trata de un fenmeno socioeconmico, pero Foucault es el gran teorizador de la exclusin, habida cuenta de que se refiere ms que todo a un fenmeno cultural y social, un fenmeno de civilizacin (16). Segn de Sousa Santos:
Se trata de un proceso histrico a travs del cual una cultura, por medio de un discurso de verdad, crea una prohibicin y la rechaza. La misma cultura establece un lmite ms all del cual slo hay transgresin, un lugar que atrae hacia otro lugar la heterotopa todos los grupos sociales que la prohibicin alcanza, sean estos la locura, el crimen, la delincuencia o la orientacin sexual. Por medio de las ciencias humanas transformadas en disciplinas, se crea un enorme dispositivo de normalizacin que, como tal, es al mismo tiempo calificador y descalificador. La descalificacin como loco o como criminal consolida la exclusin, y es la peligrosidad personal la que justifica la exclusin. La exclusin de la normalidad se traduce en reglas jurdicas que marcan ellas mismas la exclusin. En la base de la exclusin se encuentra una pertenencia que se afirma por la no pertenencia, un modo especfico de dominar la disidencia. Esta reposa en un discurso de fronteras y de lmites que justifican grandes fracturas, grandes rechazos. Siendo culturales y civilizacionales, tales fracturas tienen tambin consecuencias sociales y econmicas aunque no se definan primordialmente con relacin a ellas. (25: 126)

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