Resumen de Caritas in Veritate
Resumen de Caritas in Veritate
Resumen de Caritas in Veritate
respecto al desarrollo integral de nuestra poca a la luz de la caridad de la verdad; como un agregado de las encclicas de Pablo VI. En el contexto de la doctrina social de la iglesia y el desarrollo sostenible a la luz de las pobrezas y desigualdades existentes en el mundo y la actual crisis econmica global. Aborda con realismo y esperanza los problemas creados por la crisis financiera, por la falta de instituciones internacionales capaces de reformar la ineficacia burocrtica que alarga el subdesarrollo de muchos pueblos y por la falta de tica de muchas mentalidades que predominan en las sociedades opulentas. Dentro de la encclica, trata sobre las grandes amenazas que se corrompen la humanidad en nuestros das. Siempre el punto de partida es la falta de consideracin de la dignidad de la persona humana, y su conclusin ser el ataque a la propia vida humana, la pobreza, la guerra, el terrorismo, el medio ambiente. El Papa proporciona los principios morales para afrontar estos problemas sociales y econmicos, promoviendo una verdadera cultura de la vida y de la paz. En lo que es el tema de la exposicin, en el tercer capitulo trata sobre la: fraternidad, desarrollo econmico y sociedad civil. Abre con un elogio de la experiencia del don, no reconocida a menudo, "debido a una visin de la existencia que antepone a todo la productividad y la utilidad. El desarrollo, si quiere ser autnticamente humano, necesita en cambio dar espacio al principio de gratuidad", y por cuanto se refiere al mercado la lgica mercantil, sta debe estar "ordenada a la consecucin del bien comn, que es responsabilidad sobre todo de la comunidad poltica". Existe una visin de la existencia que antepone a todo, la productividad y la utilidad. El hombre posee una naturaleza herida, inclinada al mal, da lugar a graves errores en el dominio de la educacin, de la poltica, de la accin social y de las costumbres. La economa se exige ser autnoma. La esperanza cristiana sostiene a la razn y le da fuerza para orientar la voluntad. La verdad as como la caridad es un don que igual que el amor se impone al ser humano. Nunca podr ser slo con sus propias fuerzas una comunidad plenamente fraterna; hay que dar espacio al principio de gratuidad como expresin de fraternidad. Si hay confianza recproca, el mercado es la institucin econmica que permite el encuentro entre las personas, como agentes econmicos. Est sujeto a la justicia conmutativa pero la doctrina de la iglesia est sujeta a la justicia distributiva y social. Existe una prdida de confianza. La lgica mercantil debe estar ordenada a la consecucin del bien comn. Hay que separar la gestin econmica de la accin poltica para no causar graves desequilibrios. La actividad econmica no es antisocial; no debe ser ni convertirse en el mbito donde el ms fuerte avasalle al ms dbil. El mercado se adapta a las configuraciones culturales. No se deben hacer reproches al medio o instrumento sino al hombre, a su conciencia moral y a su responsabilidad personal y social. Precisamente porque es humano debe ser articulada e institucionalizada ticamente. El principio de gratuidad y la lgica del don deben tener espacio en la actividad econmica ordinaria. La justicia afecta a todas las fases de la actividad econmica, que tiene implicaciones morales. La vida econmica tiene necesidad de un contrato, pero tambin debera tener necesidad de leyes justas y formas de redistribucin: espritu del don.
Retomando la encclica "Centesimus annus" indica "la necesidad de un sistema basado en tres instancias: el mercado, el Estado y la sociedad civil" y espera en "una civilizacin de la economa". Hacen falta "formas de economa solidaria" y "tanto el mercado como la poltica tienen necesidad de personas abiertas al don recproco". Trata desde el pecado original, para la explicacin, que propiamente se convierte en una justificacin de algunos fenmenos adversos econmicos, sociales y polticos como mbitos en que se manifiestan los aspectos perniciosos del pecado original. Aceptar este punto de vista nos conducira a un fatalismo y a la imposibilidad de superar estructuras, modelos, antivalores y conductas del hombre, que si pueden ser superados con una nueva formacin que promueva el conocimiento y aborde los problemas globales de manera de comprender las realidades en sus contextos, complejidades y conjuntos, tal como lo insina la propia encclica Desde la posicin de la iglesia, la actividad econmica no debe considerarse antisocial, pero la primera tarea de una visin poltica de la economa es rechazar la metafsica del libre mercado sin controles, que confunden mercado con sociedad. Los mercados funcionan porque debajo existe un orden social que lo permite, detrs de cada mercado hay una comunidad humana en la que aquel se apoya y es en la comunidad donde residen los valores de las libertades colectivas. La doctrina social de la iglesia ha sostenido siempre que la justicia afecta a todas las fases de la actividad econmica, porque en todo momento tiene que ver con el hombre y sus derechos. A este respecto cabe recordar que en sus orgenes el cristianismo fue la religin de los esclavos, de los libertos, de los excluidos de la sociedad esclavista y que jug un rol muy importante en la lucha de los esclavos por la justicia que en aquel momento significaba la libertad y la igualdad. Hoy la libertad es de la aplicacin de la igualdad que es el primer esquema distributivo de la libertad. La encclica nos dice tambin que toda decisin econmica tiene consecuencias de carcter moral y que as lo confirman las ciencias sociales las tendencias de la economa contempornea; en efecto, las grandes decisiones en economa no slo que afectan a la justicia distributiva y retributiva sino que afectan a la igualdad, al progreso social a la solidaridad, a la libertad y a la caridad concebida esta ltima en los trminos de la encclica. El captulo se cierra con una nueva valoracin del fenmeno de la globalizacin, que no se debe entender solo como "un proceso socio-econmico". La globalizacin necesita "una orientacin cultural personalista y comunitaria abierta a la trascendencia y capaz de corregir sus disfunciones".