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ESCUELA NACIONAL DE MEDICINA DEL TRABAJO

EDITORIAL
Centro Nacional de Referencia de las Enfermedades Profesionales. Juan Jos lvarez Senz.

OPININ
Reflexiones y propuestas sobre las incapacidades laborales. Juan Jos lvarez Senz, Begoa Rodrguez Ortiz de Salazar, Laura lvarez Collado, Jernimo Maqueda Blasco.

ORIGINALES
Productividad laboral relacionada con la salud en una poblacin laboral: Resultados del Estudio Impala. Manuel Domnguez Salgado, Miguel Linez Andrs, Gemma Palacios Hernndez, Encarnacin Arriaza Peso, Margarida Garca Garca, Javier Rejas Gutirrez. Perjuicio esttico: Propuesta de valoracin de cicatrices. Mara Teresa Lrida Arias, Luis Javier del Pozo Hernando. Anlisis de las enfermedades profesionales declaradas en los trabajadores inmigrantes de le regin de Murcia durante el perodo 2000-2003. Gloria Gil Carceln, Mara Lourdes Garca Snchez, Rosa Lpez Tornero. Riesgo de enfermedad coronaria en dos poblaciones laborales diferentes. Carlota Espina lvarez, Pedro Arcos Gonzlez, Arturo Canga Alonso, Laura Mallada Rivero, Francisco Daz Mora.

ACTUALIZACIONES
Anamnesis en dermatologa laboral Felipe Heras Mendaza, Blanca Daz Ley, Luis Conde-Salazar Gmez.

V Congreso Espaol de Medicina y Enfermera del Trabajo


Declaracin de Valencia: Hacia el compromiso y la responsabilidad social de la Medicina del Trabajo Conclusiones definitivas del V Congreso Espaol de Medicina y Enfermera del Trabajo

SEPTIEMBRE 2005 VOLUMEN LI No 200


PUBLICACIN TRIMESTRAL INSTITUTO NACIONAL DE MEDICINA Y SEGURIDAD DEL TRABAJO
UNIDAD CLNICA DE REFERENCIA DE PATOLOGA LABORAL
MINISTERIO DE SANIDAD Y CONSUMO

Instituto de Salud Carlos III

ISSN - 0465 - 546X

Editorial Centro Nacional de Referencia de las Enfermedades Profesionales


Ya en 1700, Bernardino Ramazzini haba observado los distintos trabajos que se realizaban en aquella poca y describe la forma de enfermar de los trabajadores, en su libro Morbus Artificum Diatriba o Tratado de las Enfermedades de los Artesanos. ste filsofo, retrico, matemtico y astrnomo, cuando se hizo mdico se dedic a comparar por trabajos, las enfermedades que eran ms frecuentes y de esta forma enunci que enfermedades eran propias y ms comunes de cada tarea. Podemos afirmar que es el primer Tratado de Enfermedades Profesionales que se conoce. En nuestro pas, a lo largo de la historia, tenemos varios ejemplos demostrativos de enfermedades profesionales, como por ejemplo: El cultivo de arroz en el levante espaol, siempre ha dado lugar a muchos escritos y disquisiciones, debido a su influencia nociva en la salud pblica y en especial a la salud de la poblacin trabajadora y vecina colindante con los arrozales. Las fiebres tercianas eran endmicas en toda la zona del levante, por causa de las lagunas, charcas y barrizales que eran nidos de toda clase de insectos transmisores de enfermedades y que dieron lugar a mltiples licencias y prohibiciones del cultivo del arroz. Don Antonio Jos Cavanilles en sus observaciones en 1797, sobre el cultivo del arroz en el Reino de Valencia y su influencia en la salud pblica, refiere que "debe observarse de cerca las varias operaciones que preceden y acompaan al cultivo del arroz, para calcular el mrito del trabajador. Metido siempre en agua y cieno, trabaja las ms veces doblado en arco, porque sostenido sobre un suelo cenagoso baja las manos y la cabeza, as para arrancar y plantar el arroz, como para limpiarle de la juncia, juncos y otras plantas". Igualmente escribe, que "con el calor aumenta la fermentacin de las charcas y se descomponen la multitud de varios cuerpos que existan mezclados en aquel suelo cenagoso y las emanaciones son mefticas por el azufre, sales y aceite ftido que contienenalteran el color de los hombres y se manifiestan tercianas, que con el tiempo aumentan de fuerza y malicia". Compara en su estudio las riberas del Xcar y las del Tria, en donde se prohibi el cultivo del arroz en 1769 y manifiesta que "la opinin unnime de los mdicos, la experiencia y la razn manifiestan la insalubridad de los cenagales y por lo mismo la de los campos de arroz". Aconseja, entre otras medidas, "qutese enteramente el arroz de la ribera alta del Xcar, confnese a sitios naturalmente pantanosos y en los inmediatos a la albufera, cuidando que disten media legua de poblado, y muy pronto se vern saludables efectos".

Estas y otras medidas han ido siempre parejas con los trabajos y las enfermedades causadas por la realizacin de los mismos. Tambin en la minera existen numerosos ejemplos de las enfermedades que se producan en la extraccin del material. El Doctor Don Jos Pars y Franqus, mdico de las Reales Minas, escribi sobre "lo perjudicial de dichas reales minas a la salud de sus operarios y de la exposicin, de las enfermedades corporales y mdico-morales de sus personas, con la curacin respectivas de ellas" en 1778, en el libro titulado "Catastrophe morboso de las Minas Mercuriales de la Villa de Almaden del Azogue" y el Dr. Guillermo Sanchez Martn, publica en la Revista Minera en Madrid en 1924, un "Estudio Mdico del Hidrargirismo de las Minas de Almadn". En 1857 el Dr. Gervasio Snchez Aparicio, mdico del Hospital Minero de Almaden, escribe un informe recogido por D. Luis Zarraluqui en el libro "Los Almadenes de Azogue", que refirindose a los mineros se expresa as "El hombre mas sano y vigoroso pierde de seguro su lozana y vigor a los dos aos de ejercitarse en las labores subterrneas". Mencin particular desgraciada, para las enfermedades derivadas de la extraccin del mineral (Cinabrio) de las minas de Almaden es el Hidrargirismo, que provocaban una mortalidad excesiva en relacin con el nmero de habitantes. El Dr. Gmez de Figueroa en 1888, refiere que los trabajadores del interior de la mina, enferman ms pronto que los de la destilacin o buitrones, siendo el censo de habitantes de Almaden en aquella poca era de 8737 personas. Pero no solo destacaba la mortalidad, sino la elevada tasa de invalidez que exista entre los mineros y los habitantes de los pueblos adyacentes. Nos encontramos con personas avejentadas, plidos de tez, ojos hundidos, llagas en la boca, debilidad y temblores generales que los habitantes del lugar los calificaban como "azogados", intoxicados por mercurio o "modorros", suponemos que por el smil de las ovejas atacadas de "coenuro cerebralis" que las denominaban modorras. Ambrosio de Morales en 1575 los describi de esta forma: "Andan amarillos y con un temblor perpetuo los que all trabajan y generalmente viven muy poco". El Dr. Len y Castro en 1904, que fue un impulsor de la medicina minera, al referirse a los datos estadsticos de los registros de accidentes y enfermedades profesionales y de la necesidad de bajas laborales producidas por los mismos, refiere "...que es la verdad oficial, pero que estn muy relativizados por circunstancias no mdicas". Hoy en da ocurre lo mismo con el registro de las enfermedades profesionales, si nos atenemos a las declaradas podemos decir que en Espaa, prcticamente no hay enfermedades profesionales, con respecto a Europa. Es por ello, que quiero llamar la atencin al legislador, de la necesidad de dedicar esfuerzos a la prevencin y declaracin de las enfermedades profesionales. En primer lugar debemos adaptar las Directivas Europeas a nuestra Legislacin, establecer un cuadro de enfermedades profesionales, abierto, fcilmente modificable y en consonancia con las nuevas tecnologas y las actuales formas de realizar los trabajos. La Escuela Nacional de Medicina del Trabajo, del Instituto de Salud Carlos III, como rgano asesor del Ministerio de Sanidad y Consumo en materia de formacin, investigacin y prestacin de servicios en todo lo referente a la Salud Laboral, Valoracin de la Incapacidad y Prevencin Sanitaria de Riesgos Laborales, podra a travs de sus Unidades Clnicas de Referencia, asumir el papel de Centro Nacional de Referencia de Enfermedades Profesionales.
Dr. Don Juan Jos lvarez Senz Director de la Escuela Nacional de Medicina del Trabajo

OPININ

REFLEXIONES Y PROPUESTAS SOBRE LAS INCAPACIDADES LABORALES


JUAN JOS LVAREZ SENZ, BEGOA RODRGUEZ ORTIZ DE SALAZAR, LAURA LVAREZ COLLADO, JERNIMO MAQUEDA BLASCO Escuela Nacional de Medicina del Trabajo

La Ley de Prevencin de Riesgos Laborales, prev la vigilancia de la salud de los trabajadores y entre esa vigilancia debera estar el control administrativo-sanitario de las incapacidades laborales, tanto en lo que respecta a la incapacidad temporal como a la permanente. Ante el enorme coste que genera la Incapacidad Temporal, se han establecido mecanismos necesarios, pero insuficientes e impopulares, de control y que necesitan de un consenso difcil entre distintas Administraciones (Autonmicas, Ministerio de Trabajo, Ministerio de Sanidad) con muchos Organismos y Entidades implicados (Mutuas de Accidentes y Enfermedades Profesionales, Servicios Autonmicos de Salud, Agentes Sociales, Trama Empresarial, etc.), que hacen bueno el refrn de "a ro revuelto". Creemos que es el momento oportuno de proponer ideas de reformas. Adems esta propuesta novedosa, no es nueva en su concepto, pues los Seguros en Europa distinguen entre estar de baja laboral total y estar de forma parcial, que se cubre con un subsidio menor. La misma Ley 30/1995 de Accidentes de Trfico, indemniza de forma diferente los das de baja, segn el grado de incapacitacin temporal.

Ante una Incapacidad Temporal nos encontraremos con dos situaciones diferentes: una Incapacidad Temporal de forma Parcial y una de forma Total. La primera, que denominaremos Incapacidad Parcial Temporal (IPT)1, te permitira realizar parcialmente tu profesin habitual2 (reduccin de jornada, con lo que el subsidio cubrira slo la jornada reducida no trabajada o bien una modificacin parcial temporal de las condiciones de trabajo3 en la que no hay subsidio extra al trabajador (sigue con su sueldo), slo si pierde pluses y debe haber una compensacin en las cotizaciones de la empresa por ese trabajador accidentado4, que se incorpora parcialmente temporalmente a su trabajo. La segunda situacin la denominaremos Incapacidad Total Temporal (ITT) y es aquella que no te permite desarrollar tu profesin habitual. Es la situacin legal que tenemos hoy en da. El trabajador no puede trabajar y la Seguridad Social le paga un subsidio mientras tanto, de sustitucin de rentas. En un mismo proceso de Incapacidad, se pueden dar ambas situaciones y pasar de una a otra, cuando la circunstancia lo permita.

1. Ejemplo1: un trabajador que por su situacin fsica o por estar realizando un tratamiento mdico que le ocupa un tiempo, no est capacitado para desarrollar una jornada laboral completa: rehabilitacin o recuperacin de una ciruga. Ejemplo 2: un trabajador que con un brazo escayolado no puede desarrollar un trabajo de requerimientos fsicos de su brazo, pero si puede realizar otro trabajo intelectual, de organizacin, de control, etc. y que no necesite prioritariamente el brazo escayolado. 2. Reduccin de jornada, la parte trabajada correra a cargo de la empresa y la no trabajada o reducida a cargo de la Seguridad Social. 3. Modificacin de tareas, cambio de puesto de trabajo, etc. En ste caso realizara jornada normal, pero sigue con su sueldo. 4. Tambin habra que distinguir econmicamente si el accidente es de trabajo o es casual, deportivo, trfico, etc. Slo el de trabajo debera tener la mxima consideracin econmica. Med Segur Trab 2005; Vol LI N 200: 01-03

J. J. LVAREZ SENZ, B. RODRGUEZ ORTIZ DE SALAZAR, L. LVAREZ COLLADO, JERNIMO MAQUEDA BLASCO subjetivo del Equipo de Valoracin de Incapacidades que lo califique. No hay normas regladas, ni baremos establecidos y es muy difcil hacerlos. La modificacin debera ser en el sentido de establecer dentro del grado de incapacidad un subsidio porcentual, a mayor porcentaje de menoscabo, menos capacidad de ganancia que le queda al trabajador y debera ser mayor el subsidio. Esto est avalado por el criterio de que las prestaciones de la Seguridad Social no son de carcter indemnizatorio estricto, sino de sustitucin de rentas. Lo mismo podramos establecer en el tramo entre la I.P. Absoluta y la Gran Invalidez y lo mismo podramos precisar al redefinir un nuevo concepto de incapacidad permanente parcial para la profesin habitual. La readaptacin a un nuevo puesto de trabajo, actualmente no existe en la prctica. El IMSERSO dedica sus esfuerzos en otras direcciones y concretamente en la readaptacin laboral prcticamente no hay nada. Pienso que en muchos casos no sera demasiado difcil en la teora, pero debera ser consensuado con los agentes sociales, administraciones autonmicas, empresas, etc. La formacin en Valoracin del Dao Corporal de los mdicos evaluadores, debera ir encaminada hacia una bsqueda de capacitacin especfica, que avale las decisiones profesionales a la hora de peritar8. Actualmente al ser funcionarios inspectores mdicos destinados en el INSS, es ese Organismo el que corre con la formacin en materia de incapacidades laborales. Debera de modificarse y dejar la formacin interna como reciclaje de conceptos y formar al mdico evaluador en otros aspectos de la Valoracin del Dao Corporal, con el fin de alcanzar esa capacitacin profesional. La conexin con la Ley de Prevencin de Riesgos Laborales, deja al descubierto una laguna administrativa, puesto que no hay referencias interconexionadas, entre las declaraciones de NO APTITUD para un determinado puesto de trabajo en los reconocimientos voluntarios especficos por riesgos de su trabajo y la declaracin de una incapacidad permanente en el grado que sea, especialmente en la

Respecto a las modificaciones de la Incapacidad Permanente 5 si tenemos en cuenta que en 1946 se fund el Mutualismo Laboral, para proteger entre otras situaciones al trabajador incapacitado, en 1956 se forman los Tribunales Mdicos de Valoracin, en 1968 se crean las Comisiones Tcnicas Calificadoras, en 1982 comienzan las Unidades de Valoracin Mdica de Incapacidades, en 1995 los Equipos de Valoracin de Incapacidades que ahora existen, podemos observar que cada diez-doce aos se modifica la forma de valorar las Incapacidades Laborales porque hay que adaptar la forma de evaluar a las nuevas situaciones legislativas. Si este planteamiento es correcto, podemos deducir que para el ao 2005/2007 debe estudiarse una nueva forma de evaluar. Para ello deberamos sealar los siguientes aspectos: El Organismo Sanitario de Valoracin del Dao Corporal y ms concretamente de las Incapacidades Laborales6. Actualmente el INSS es un Organismo no sanitario, sino de gestin que coordina7 los mecanismos de control y de valoracin de las incapacidades laborales. El modelo anterior fijaba en el antiguo INSALUD la parte sanitaria de la valoracin y en el INSS la parte de gestin de la prestacin por incapacidad. Dicho cambio de concentracin de poderes (valoracin, resolucin, gestin) en el INSS, hace que el mecanismo de valoracin sea cuestionado entre otros por la Jurisdiccin Laboral, al entender dicha concentracin como ser "juez y parte" en la concesin de una prestacin laboral por incapacidad permanente. El modelo de Valoracin, que segn la Ley General de la Seguridad Social, tiene establecidos unos grados (con distinta ptica que en Europa), no quiere decir que esta sea mala, sino que precisara de modificaciones. El amplio abanico de una calificacin de incapacidad total (en general superior al 33% de menoscabo), hasta una incapacidad absoluta (en torno al 55-60%), hace que cobre igual prestacin una persona con poco menoscabo por ejemplo un 34%, que otra que con un 60% no alcance el grado de absoluta, y digo no alcance por un criterio

5. RD 1300/1995 actualmente. 6. El EVI/INSS, evala adems otras situaciones (vctimas terrorismo, SAT, Invlidos de Guerra, Delitos violentos y contra la libertad sexual, MUFACE, etc.) 7. RD 1300/1995. 8. El Mdico Evaluador como funcionario que es, debe ser considerado como "perito titular" y aconsejar y asesorar al Juez en la toma de decisiones en ste campo de la Valoracin. Para ello es imprescindible alcanzar la correspondiente capacitacin profesional.

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N 200 - 3 TRIMESTRE - SEPTIEMBRE 2005

REFLEXIONES Y PROPUESTAS SOBRE LAS INCAPACIDADES LABORALES

calificacin de total para la profesin habitual. Podemos estar hablando de un No Apto para un determinado puesto y el EVI declarar, que no se objetiva causa de incapacidad permanente, por lo que debe incorporarse a un puesto de trabajo para el que se le ha declarado No Apto9, por su Servicio de Prevencin. El establecimiento de estudios de situaciones especiales en las mismas valoraciones laborales, cuando intervienen otros organismos que tienen legislaciones con matices especiales. Colectivos de pilotos, azafatas, mecnicos de vuelo, etc. que precisan de un certificado de aptitud expedido por un organismo diferente al INSS. Colectivos de trabajadores que precisan para su trabajo de una cualificacin especial10 y se les retira la aptitud provisional o definitivamente.

Realizar modificaciones en la forma de valorar ciertos colectivos profesionales, que tienen situaciones diferentes en cuanto al alcance de la vida laboral, forma de cotizar, etc. (futbolistas, toreros, artistas, etc), si tenemos presente que las valoraciones mdicas sern siempre las mismas, pero pueden dar lugar a Resoluciones de Incapacidad diferentes al resto del Sistema. Creemos que se debera constituir una Comisin de Expertos, que estudien y propongan modificaciones en los aspectos anteriores y en otros que resulten del estudio que realicen. Dicha Comisin debera estar formada por representantes del Instituto Nacional de la Seguridad Social, de la Escuela Nacional de Medicina del Trabajo, de la Inspeccin de Trabajo, de las Mutuas de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales, de los Agentes Sociales, de las Sociedades Profesionales, etc.

9. Caso parecido cuando se declaraba a un conductor profesional no afecto de incapacidad y en Trfico le retiraban el carnet profesional de conduccin. 10. Carnet de conducir que se retira por padecer una determinada enfermedad.

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PRODUCTIVIDAD LABORAL RELACIONADA CON LA SALUD EN UNA POBLACIN LABORAL: RESULTADOS DEL ESTUDIO IMPALA
MANUEL DOMNGUEZ SALGADO1,2, MIGUEL JA LINEZ ANDRS3, GEMMA PALACIOS HERNNDEZ4, ENCARNACIN ARRIAZA PESO5, MARGARIDA GARCIA-GARCIA6, JAVIER REJAS GUTIRREZ7 de Neurofisiologa Clnica, Hospital Puerta de Hierro, Madrid. Grupo de Neurologa del Trabajo, Sociedad Espaola de Neurologa, Madrid. 3 Servicio de Neurologa, Hospital Universitario, Valencia. 4 rea Neurociencias, Unidad Mdica, Pfizer Espaa, Madrid. 5 Servicio Mdico de Empresa, Pfizer Espaa, Madrid. 6 Departamento de Direccin de Proyectos, Biomtrica CRO, Barcelona. 7 Departamento de Investigacin de Resultados en Salud, Unidad Mdica, Pfizer Espaa, Madrid.
2 1 Servicio

RESUMEN
Objetivos: Realizar un estudio comparativo del impacto de distintas enfermedades en la productividad laboral relacionada con la salud. Metodologa: Un cuestionario, incluyendo las medidas de productividad laboral del ndice IMPALA y nmero de das equivalentes a das de trabajo perdidos (LWDE), fue enviado por correo y cumplimentado por empleados de la empresa Pfizer en Espaa. Se evaluaron diferencias en el grado de impacto laboral entre sujetos con/sin distintas caractersticas y antecedentes de enfermedades y no-toma/toma actual de tratamiento mediante pruebas estadsticas UMann-Whitney y Kruskal-Wallis. Resultados: En una muestra de 399 sujetos valorables, de 35,8+6,5 aos (media desviacin tpica), 63,7% hombres, se observ menor productividad laboral segn el ndice IMPALA en sujetos con antecedentes de alguna enfermedad, y en particular de migraa y trastornos mentales, y algn tratamiento (p<0,05). Segn LWDE se observaron mayores prdidas laborales en sujetos con antecedentes de alguna patologa (media desviacin tpica: 1,9+6,2 das) y/o toma de algn tratamiento (2,7+6,8), versus sujetos sin antecedentes (0,2+1,0) y/o sin tratamiento (1,4+6,2) (p<0,05), y, especficamente, en sujetos con antecedentes de patologas mentales (6,1+12,7), respiratorias (4,0+10,0), digestivas (3,6+10,5) y migraa (2,6+3,3) (p<0,05). Conclusiones: El impacto negativo en la productividad laboral de diferentes enfermedades fue distinto, destacando en patologas mentales, respiratorias, digestivas y migraa.

ABSTRACT
Objectives: To compare the impact of several diseases in work productivity related to health. Methods: A questionnaire, including the measures of work productivity of IMPALA Index and lost workday equivalents (LWDE), was sent by mail and fulfilled by employees of the Pfizer company in Spain. Differences in the degree of work impact between subjects with and without determined characteristics, history of several diseases and current treatment, were assessed by means of U-Mann-Whitney and Kruskal-Wallis statistical tests. Results: In a sample of 399 valuable subjects, 35.8+6.5 years (mean standard deviation), 63.7% of men, worst work productivity Index IMPALA scores were observed among subjects with history of some disease, and particularly among subjects with history of migraine and mental disorders, and some current treatment (p<0.05). In terms of LWDE, greater work losses were found among subjects with history of some disease (average standard deviation: 1.9+6.2 days) and/or taking some treatment (2.7+6.8), versus subjects without history of any disease (0.2+1.0) and/or any treatment (1.4+6.2) (p<0.05), and specifically, in subjects with history of mental (6.1+12.7), respiratory (4.0+10.0) and digestive (3.6+10.5) illnesses and migraine (2.6+3.3) (p<0.05). Conclusions: The negative impact in the work productivity of different illnesses varied, standing out in mental, respiratory, digestive diseases and migraine.

KEY WORDS
IMPALA Index; LWDE; work productivity; occupational medicine; illnesses.

PALABRAS CLAVES
ndice IMPALA; LWDE; productividad laboral; medicina laboral; patologas. .
Med Segur Trab 2005; Vol LI N 200: 00-00

M. DOMNGUEZ SALGADO, M. JA LINEZ ANDRS, G. PALACIOS HERNNDEZ, E. ARRIAZA PESO, M. GARCIA-GARCIA, J. REJAS GUTIRREZ Por todo ello se plante la realizacin del estudio cuyos resultados se presentan en este manuscrito, obtenidos en el contexto de un estudio ms amplio de validacin de los cuestionarios Migraine Screen Questionnaire (MS-Q) (24) e ndice de Impacto de la enfermedad en la Productividad Laboral (25) (ndice IMPALA) (estudio IMPALA), con el propsito de evaluar y comparar el impacto de distintas enfermedades en la productividad laboral. MATERIAL Y MTODOS Diseo y muestra del estudio El estudio IMPALA se trat de un estudio observacional, transversal, realizado en el mbito de la Medicina Laboral. Todos los sujetos deban tener 18 o ms aos de edad, podan ser de ambos sexos, y deban estar empleados desde haca un mnimo de 3 meses y a jornada completa en una empresa (Pfizer). Se excluyeron mujeres embarazadas o de baja maternal y sujetos con imposibilidad de cumplimentar los cuestionarios. Todos los sujetos participantes deban otorgar su consentimiento informado por escrito para participar en el estudio. Medidas de productividad laboral
N

INTRODUCCIN El constante incremento de los costes sociosanitarios en los ltimos aos es un problema para el cual se estn comenzando a plantear medidas tanto en Estados Unidos (1), como en estados de la Comunidad Europea como el espaol (2,3). Dada esta creciente restriccin de los recursos disponibles, se plantea como necesario poder determinar el valor de las distintas intervenciones farmacuticas y sanitarias tanto desde la perspectiva de la sociedad como de los decisores sanitarios. Un modo de establecer el valor de una determinada intervencin, es mediante la realizacin de anlisis coste-beneficio, en los cuales se evaluan habitualmente sus potenciales beneficios en trminos de costes directos (incluyendo visitas mdicas, hospitalizaciones, tratamientos y tiempo de los cuidadores) e indirectos (que engloban el impacto que tiene dicho problema de salud y su tratamiento en las actividades de la vida diaria del individuo). Uno de los beneficios habitualmente contemplados en dichos anlisis coste-beneficio es el incremento de la productividad laboral. El impacto de los problemas de salud sobre la productividad laboral en particular, se ha destacado como uno de los costes indirectos relevantes a considerar. Se estima que un 32% de los sujetos de la poblacin en activo presentan enfermedades crnicas que afectan su trabajo (4). Es por ello que las prdidas de productividad laboral relacionadas con la salud se convierten as en una informacin clave a fin de determinar el verdadero impacto de una patologa y su tratamiento, tanto en el contexto de la Medicina Laboral como desde la perspectiva de la sociedad y los decisores sanitarios. Como reflejo de esta necesidad de conocer el impacto de distintas patologas y su tratamiento en la productividad laboral, creciente en los ltimos aos, se han desarrollado y validado nuevos instrumentos para su medida (5,6), y se ha ido incluyendo este parmetro en estudios epidemiolgicos y ensayos clnicos con pacientes con diversas patologas tales como patologas dermatolgicas (7), cardiacas (8), endocrinas (9), msculo-esquelticas (10), respiratorias (11), digestivas (12,13), psiquitricas (14,15,16,7), infecciosas (18) y neurolgicas, de entre las cuales se ha estudiado especialmente en pacientes con migraa por ser una de las patologas de mayor impacto en la productividad laboral (19,20,21,22). Sin embargo, existen escasos estudios comparativos del grado de impacto de distintas enfermedades en la productividad laboral relacionada con la salud entre distintas poblaciones (23), medidas en una poblacin homognea y utilizando el mismo instrumento de medida.

ndice de IMpacto de la enfermedad en la ProductividAd LAboral (ndice IMPALA)

El ndice IMPALA consta de 7 tems que cubren distintos aspectos del impacto laboral de los problemas de salud. Se trata de un instrumento genrico, aunque en el presente estudio en el enunciado de la pregunta general empleada se hizo mencin tambin a las dificultades debidas a dolor de cabeza, dado que este estudio se realiz en el contexto de un estudio ms amplio de validacin de un cuestionario de cribaje de la migraa. Cada tem debe ser respondido en una escala de respuesta que tiene un recorrido desde 1 (impacto laboral durante todo el tiempo o la mayor parte del tiempo de la jornada laboral) hasta 4 (en ningn momento). Adicionalmente, existe una quinta opcin de respuesta para cada tem para aquellos casos en que no proceda responder a la pregunta. Previamente al inicio del estudio se llev a cabo la adaptacin cultural al espaol del ndice IMPALA, que se bas en el mtodo de traduccin y retrotraduccin (26) por profesionales y la realizacin de estudios piloto con sujetos para valorar la comprensibilidad y factibilidad de administracin del cuestionario. Tras ello, se elabor una segunda versin consensuada que fue la definitiva y cuyas propiedades fueron evaluadas en otro estudio. Puede obtenerse una puntuacin total cruda del ndice IMPALA

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PRODUCTIVIDAD LABORAL RELACIONADA CON LA SALUD

mediante la suma de los puntos obtenidos en los 7 tems, obtenindose una puntuacin total de 7 a 28 puntos, que posteriormente se transforma en valores de 0 (peor productividad laboral posible) a 100 (productividad laboral mxima) mediante la siguiente frmula:
(Puntuacin total cruda - puntuacin total cruda ms baja posible) Escala Transformada = ---------------------------------------------------------- x 100 Mximo recorrido posible de la puntuacin total cruda

salud de los sujetos participantes. Todos los sujetos participantes deban otorgar su consentimiento informado por escrito para participar en el estudio. Anlisis de los datos En los anlisis descriptivos se estimaron la media, la desviacin tpica y el rango para las variables cuantitativas, y la frecuencia y el porcentaje de pacientes en cada categora para las variables cualitativas. Para evaluar las diferencias en el grado de impacto laboral entre grupos de sujetos con distintas caractersticas generales, antecedentes de enfermedades y segn no toma/toma actual de tratamiento, se emplearon las pruebas estadsticas no paramtricas de Mann-Whitney y de Kruskal-Wallis de comparacin entre grupos, emplendose adicionalmente la prueba exacta de Montecarlo a fin de determinar posibles diferencias estadsticamente significativas entre categoras especficas. Los anlisis realizados cuyos resultados se presentan en el presente trabajo fueron de tipo descriptivo sin ajustes por posibles factores confusores a fin de preservar el carcter exploratorio del presente trabajo. Los valores p referenciados en este manuscrito corresponden a la significacin estadstica de pruebas con dos colas. Valores inferiores o iguales a 0,05 fueron considerados estadsticamente significativos. Una vez tabulados los datos del estudio y practicado el control de calidad, todos los anlisis fueron realizados mediante el paquete estadstico SPSS versin 12.0. RESULTADOS Descripcin de la muestra La Figura 1 describe el flujo de la muestra de 415 sujetos reclutados, de los cuales se obtuvo una muestra total de 399 sujetos valorables que se emple para todos los anlisis, aunque para el anlisis de las Figura 1. Esquema de sujetos reclutados, valorables y excluidos
Empleados (n=415)
Motivos de exclusin: Embarazo (n=8) Cuestionarios no cumplimentados (n=5) Datos incompletos (n=3)

La puntuacin total cruda ms baja posible y el mximo recorrido posible de la puntuacin total cruda se vieron afectados por el nmero de tems aplicables para cada sujeto. En el caso de presentar 3 o ms tems "dato perdido" o con respuesta "no aplicable" dicho cuestionario no se consider valorable. En el caso de presentar "dato perdido" en uno o dos tems, se imput el valor medio redondeado del resto de tems. En el caso de presentar la respuesta "no aplicable" en uno o dos tems, no se imput ningn valor en dichos tems, pero en el momento de transformar la puntuacin total cruda a valores entre 0 y 100 se realiz teniendo en cuenta el nmero de tems aplicables.
N

Nmero de das equivalentes a das de trabajo perdidos (LWDE)

Se obtiene mediante la siguiente ecuacin, LWDEi=W1i + W2i (1-Pi) (27), y donde: W1i es el nmero de das incapaz de trabajar o emprender actividades normales por problemas de salud, incluidos dolores de cabeza; W2i es el nmero de das en el trabajo con problemas de salud / crisis de migraa; Pi es el porcentaje de efectividad en el trabajo; y (1-Pi) es el porcentaje de discapacidad laboral en el trabajo. En el presente estudio el marco temporal de referencia empleado fue el de los 3 ltimos meses anteriores al momento de responder los sujetos. Recogida de informacin Todos los empleados de la empresa Pfizer que cumplan criterios de seleccin fueron contactados por correo para que cumplimentasen un Cuaderno de Recogida de Datos elaborado ad-hoc que inclua el ndice IMPALA de Productividad Laboral y las medidas de productividad laboral relacionadas con los LWDE, que se solicit que fuese devuelto por correo. En este mismo cuestionario, elaborado conjuntamente con el Servicio Mdico de Empresa, se recogan los datos de la historia clnica del trabajador y antecedentes de
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Sujetos Valorables (n=399)

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M. DOMNGUEZ SALGADO, M. JA LINEZ ANDRS, G. PALACIOS HERNNDEZ, E. ARRIAZA PESO, M. GARCIA-GARCIA, J. REJAS GUTIRREZ Tabla I. Caractersticas sociodemogrficas y clnicas generales de los sujetos
Caracterstica Sexo (n, %) Hombre Mujer Edad (m, DT) Hombre Mujer Estado civil (n, %) Soltero/a Casado/a Divorciado/a - separado/a Categora profesional (n, %) Categora 1 (sin especializacin) Categora 2 (especializacin baja) Categora 3 (especializacin medio -alta) Categora 4 (especializacin alta) ndice de Masa Corporal (kg/m 2) (m, DT) Hombre Mujer Hbito tabquico (n, %) Fumador Ex-fumador No fumador Muestra (n=399) 397 253 144 35,8 36,8 34,0 390 110 271 9 392 52 206 94 40 24,7 26,1 22,0 371 115 77 179 100,0 63,7 36,3 6,5 6,4 6,2 100,0 28,2 69,5 2,3 100,0 13,3 52,6 24,0 10,2 3,5 2,9 2,8 100,0 31,0 20,8 48,2

n: nmero de casos, %: porcentaje, m: media, DT: Desviacin Tpica. Categora 1: ordenanzas, limpiadores, auxiliares, recepcionistas, conductores de vehculos, archivo, grabacin de datos, vendedores sin especializacin y auxiliares administrativos; categora 2: vendedores especializados, oficiales administrativos, secretarias y administrativos; categora 3: supervisores, tcnicos y analistas, coordinadores y jefes/mdicos de producto; categora 4: jefes de rea/departamento y directores.

puntuaciones obtenidas con el ndice IMPALA se emple solamente con la muestra de 331 sujetos valorables que presentaron puntuacin en dicho cuestionario, y el anlisis del resto de indicadores de productividad laboral se efectu con las muestras de sujetos valorables que presentaron el dato en cada indicador. En la Tabla I se describen las principales caractersticas sociodemogrficas y clnicas generales de la muestra total del estudio. Impacto laboral segn ndice IMPALA La Tabla II y la Figura 2 muestran los resultados del anlisis de comparacin del ndice IMPALA entre grupos segn sexo, edad y categora profesional, hallndose solamente diferencias estadsticamente significativas segn sexo (prueba U de Mann-Whitney), de tal modo que se observ menor productividad laboral en mujeres.

La Tabla III muestra los resultados del anlisis de comparacin del ndice IMPALA entre grupos segn presencia/ausencia de antecedentes de enfermedades y toma actual de algn tratamiento en general. Comparando entre estos grupos de sujetos, se observaron de forma estadsticamente significativa menores puntuaciones en el cuestionario IMPALA de productividad laboral, y por tanto un mayor impacto de la enfermedad (prueba U de Mann-Whitney < 0,05), en sujetos con antecedentes de alguna enfermedad en general, y en concreto de migraa y trastornos mentales, y con toma actual de algn tratamiento, versus a los sujetos que respectivamente no presentaban cada una de estas condiciones. La Figura 3 muestra la puntuacin media en el ndice IMPALA obtenida en estas distintas poblaciones de sujetos, resultando que de entre los sujetos estudiados, el grupo de sujetos con mayor impacto de la enfermedad en la productividad laboral versus a sujetos sanos sin antecedentes de enfermedades ni tratamiento actual,
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Tabla II. Caractersticas sociodemogrficas y clnicas generales de los sujetos


Puntuacin ndice IMPALA (0 -100) n Media DT Mn Mx p

Hombres Mujeres < 30 aos > 30 y < 40 aos > 40 aos Categora 1 (sin especializacin) Categora 2 (especializacin baja) Categora 3 (especializacin medio -alta) Categora 4 (especializacin alta)

202 128 73 201 57 37 172 84 33

95,7 89,1 92,5 92,9 95,0 95,6 93,7 89,7 95,8

9,9 17,4 14,1 14,2 11,1 8,1 12,8 18,2 8,5

28,6 0,0 19,0 0,0 52,4 66,7 14,3 0,0 66,7

100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

<0,01 a

>0,05 b

>0,05 b

n: nmero de casos, DT: Desviacin Tpica, Mn: mnimo, Mx: mximo, p: nivel de significacin. a Se encontraron diferencias estadsticamente significativas respecto a los hombres (prueba U de Mann-Whitney): p<0,01. b No se encontraron diferencias estadsticamente significativas entre los 3 grupos de edad y entre las 4 categoras profesionales (prueba de Kruskal-Wallis): p>0,05. Categora 1: ordenanzas, limpiadores, auxiliares, recepcionistas, conductores de vehculos, archivo, grabacin de datos, vendedores sin especializacin y auxiliares administrativos; categora 2: vendedores especializados, oficiales administrativos, secretarias y administrativos; categora 3: supervisores, tcnicos y analistas, coordinadores y jefes/mdicos de producto; categora 4: jefes de rea/departamento y directores.

Figura 2. Productividad laboral relacionada con la salud: puntuacin total del ndice IMPALA segn sexo, edad y categora profesional (muestra ndice IMPALA)

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M. DOMNGUEZ SALGADO, M. JA LINEZ ANDRS, G. PALACIOS HERNNDEZ, E. ARRIAZA PESO, M. GARCIA-GARCIA, J. REJAS GUTIRREZ Tabla III. Puntuacin total del ndice IMPALA segn tipo de antecedentes de patologas y toma actual de algn tratamiento
Puntuacin ndice IMPALA (0 100) (0-10 0) Antecedentes de migraa y/u otras enfermedades Antecedentes de migraa Antecedentes de patologas cardacas Antecedentes de patologas endocrinas Antecedentes de patologas musculoesquelticas Antecedentes de patologas respiratorias Antecedentes de patologas de sistema digestivo Antecedentes de trastornos mentales Toma actual de algn tratamiento S No S No S No S No S No S No S No S No S No n 240 91 35 189 16 315 16 315 26 305 47 284 69 262 24 307 125 92 Media 91,1 98,6 79,6 95,9 97,2 93,0 92,0 93,2 93,3 93,2 88,1 94,0 88,1 94,5 84,3 93,9 86,8 95,4 DT 15,2 5,2 20,9 10,3 5,6 13,9 21,8 13,2 9,1 14,0 18,3 12,6 19,4 11,4 17,7 13,1 16,5 12,9 Mn 0,0 66,7 14,3 0,0 83,3 0,0 14,3 0,0 66,7 0,0 14,3 0,0 0,0 14,3 28,6 0,0 14,3 0,0 Mx 100,0 100,0 p <0,01 a

100,0 <0,0001 a 100,0 100,0 >0,05 a 100,0 100,0 >0,05 a 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 >0,05 a <0,01 a <0,01 a <0,001 a <0,01 a

n: nmero de casos, DT: Desviacin Tpica, Mn: mnimo, Mx: mximo, p: nivel de significacin a Se encontraron diferencias estadsticamente significativas segn antecedentes de enfermedades, y especficamente segn antecedentes de migraa, y segn antecedentes de patologas respiratorias, de sistema digestivo, trastornos mentales y toma actual de algn tratamiento (prueba U de Mann-Whitney)

Figura 3. Productividad laboral relacionada con la salud: puntuacin total del ndice IMPALA segn tipo de patologa (muestra ndice IMPALA)

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fueron los sujetos con antecedentes de migraa, seguidos de aquellos con antecedentes de trastornos mentales, patologas respiratorias y digestivas, cefaleas y patologas msculo-esquelticas. Impacto laboral segn nmero de das equivalentes a das de trabajo perdidos (LWDE) La Tabla IV y la Figura 4 muestran los resultados del anlisis de comparacin entre grupos segn sexo, edad y categora profesional, del grado de impacto laboral atribuido por los sujetos a los problemas de salud presentados en los ltimos 3 meses y evaluado en trminos de: i) das faltados al trabajo por problemas de salud en los ltimos 3 meses; ii) das en el trabajo con problemas de salud en los ltimos 3 meses; iii) rendimiento promedio en das con problemas de salud; y iv) nmero de das equivalentes a das de trabajo perdidos (LWDE). Comparando entre estos grupos de sujetos, se hallaron diferencias estadsticamente significativas entre sujetos segn sexo (prueba U de Mann-Whitney) y segn categora profesional (prueba de Kruskal-Wallis), observndose un mayor impacto en la productividad laboral en mujeres y en sujetos con especializacin profesional medio-alta.

La Tabla V muestra los resultados de los anlisis de comparacin del grado de impacto laboral, atribuido por los sujetos a los problemas de salud presentados en los ltimos 3 meses, entre grupos con distintos antecedentes de enfermedades y segn toma actual de algn tratamiento en general. Se observ mayor nmero de das faltados al trabajo por problemas de salud, en el trabajo con problemas de salud y/o equivalentes a das de trabajo perdidos (LWDE), y por tanto mayores prdidas en productividad laboral, en sujetos con antecedentes de alguna enfermedad, y en particular de migraa, patologas cardacas, musculoesquelticas, respiratorias, del sistema digestivo y trastornos mentales, y con toma actual de algn tratamiento (prueba U de MannWhitney < 0,05). La Figura 5 muestra el nmero medio de das equivalentes a das de trabajo perdidos (LWDE) obtenido en estas distintas poblaciones de sujetos, resultando que los grupos de sujetos con mayor LWDE y, por consiguiente, con mayores prdidas de productividad laboral relacionada con la salud, fueron los sujetos con antecedentes de migraa, patologas respiratorias y digestivas y trastornos mentales, respectivamente, versus a los sujetos sanos (sin antecedentes de enfermedad y sin tratamiento actual).

Tabla IV. Impacto de la enfermedad en la productividad en una poblacin laboral segn sexo, edad y categora profesional en los ltimos 3 meses
Das faltados al trabajo por problemas de salud en los ltimos 3 meses n Sexo Hombres Mujeres Edad < 30 aos > 30 y < 40 aos > 40 aos Categora profesional Categora 1 (sin especializacin) Categora 2 (especializacin baja) Categora 3 (especializacin medio-alta) Categora 4 (especializacin alta) 210 130 73 208 60 42 180 82 31 Media 0,6 0,7 0,5 0,7 0,6 0,1 0,6 1,1 0,1 DT 3,7 4,8 2,5 5,0 2,5 0,8 3,9 6,2 0,4 Das en el trabajo con problemas de salud en los ltimos 3 meses Media 2,4 5,9 a (**) 2,8 3,9 4,1 2,1 3,4 6,1 1,8 DT 7,1 12,2 6,6 9,3 12,6 5,7 8,6 13,4 4,0 Rendimiento promedio en das con problemas de salud en los ltimos 3 meses Media DT 87,5 79,8 a (**) 82,2 84,3 88,4 88,8 85,3 80,5 86,0 18,8 19,5 24,4 18,5 15,9 17,4 20,6 17,6 18,5 LWDE en los ltimos 3 meses Media 1,1 2,1 a (**) 1,2 1,6 1,0 0,6 1,4 2,4 b (*) 0,6 DT 4,8 6,3 4,5 6,1 3,1 1,8 5,6 7,0 1,2

n: nmero de casos, DT: Desviacin Tpica. Se encontraron diferencias estadsticamente significativas: a segn sexo (prueba U de Mann-Whitney); y b segn categora profesionalen general (prueba de Kruskal-Wallis), y, en particular, segn categora profesional (prueba U de Mann-Whitney, prueba exacta de Montecarlo) de la categora 3 respecto a categoras 1 y 2; * p<0,05, ** p<0,01. No se encontraron diferencias estadsticamente significativas segn edad entre los 3 grupos de edad (prueba de Kruskal-Wallis): p>0,05. Categora 1: ordenanzas, limpiadores, auxiliares, recepcionistas, conductores de vehculos, archivo, grabacin de datos, vendedores sin especializacin y auxiliares administrativos; categora 2: vendedores especializados, oficiales administrativos, secretarias y administrativos; categora 3: supervisores, tcnicos y analistas, coordinadores y jefes/mdicos de producto; categora 4: jefes de rea/departamento y directores

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M. DOMNGUEZ SALGADO, M. JA LINEZ ANDRS, G. PALACIOS HERNNDEZ, E. ARRIAZA PESO, M. GARCIA-GARCIA, J. REJAS GUTIRREZ Figura 4. Productividad laboral relacionada con la salud: nmero de das equivalentes a das de trabajo perdidos (LWDE) segn segn sexo, edad y categora profesional

Tabla V. Impacto de la enfermedad en la productividad en una poblacin laboral segn tipo de antecedentes de patologas en los ltimos 3 meses

n: nmero de casos, DT: Desviacin Tpica. Se encontraron diferencias estadsticamente significativas segn antecedentes de enfermedades, y especficamente segn antecedentes de migraa, de patologas cardacas, musculoesquelticas, respiratorias y del sistema digestivo, y segn antecedentes de trastornos mentales y toma actual de algn tratamiento (prueba U de Mann-Whitney): * p<0,05, ** p<0,01, *** p<0,001.

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Figura 5. Productividad laboral relacionada con la salud: nmero de das equivalentes a das de trabajo perdidos (LWDE) segn tipo de patologa

DISCUSIN El propsito del presente estudio era evaluar y comparar el impacto de distintas enfermedades en la productividad laboral. Para ello se realiz un estudio empleando como medidas principales de productividad laboral el ndice IMPALA y las medidas de: i) das faltados al trabajo por problemas de salud en los ltimos 3 meses; ii) das en el trabajo con problemas de salud en los ltimos 3 meses; iii) rendimiento promedio en das con problemas de salud; y iv) nmero de das equivalentes a das de trabajo perdidos (LWDE). De todo ello se obtuvieron los resultados descritos, que a continuacin se someten a discusin. La medida de la productividad laboral: diferencias entre patologas y limitaciones Como limitacin al objetivo del presente estudio de evaluar y comparar el impacto de distintas enfermedades en la productividad laboral, debe mencionarse la disparidad entre el marco temporal de referencia empleado en la recogida de la informaMEDICINA Y SEGURIDAD DEL TRABAJO

cin acerca de las distintas patologas empleadas, que se recogi haciendo referencia a alguna vez en la vida, y el empleado para la medida de su impacto en la productividad laboral relacionada con la salud mediante el ndice IMPALA y los LWDE, que estaban referidos a los 3 ltimos meses. Pese a esta aparente limitacin, que puede estar sesgando parcialmente los resultados obtenidos infravalorando el impacto en productividad laboral de patologas agudas sin episodios en los 3 ltimos meses, el impacto laboral asociado a las distintas patologas estudiadas result comparable al obtenido en los otros escasos estudios existentes. En segundo lugar, debe tenerse en cuenta la posible influencia de terceros factores, incluyendo sexo, edad y categora profesional, en la interpretacin de los resultados de los anlisis de comparacin entre patologas obtenidos. En particular, se hallaron diferencias estadsticamente significativas segn sexo y categora profesional, presentando ms prdidas laborales las mujeres y los sujetos de la categora profesional 3 (especializacin medio-alta). Este hecho podra estar explicando parcialmente las mayores prdidas laborales observadas en los grupos de pacientes con
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M. DOMNGUEZ SALGADO, M. JA LINEZ ANDRS, G. PALACIOS HERNNDEZ, E. ARRIAZA PESO, M. GARCIA-GARCIA, J. REJAS GUTIRREZ muestran menor grado de cuidado y presentan dos veces ms la necesidad de pausas en su actividad laboral (). Ms especficamente, son congruentes tambin los resultados obtenidos: i) en patologas respiratorias, en que frente a la media de equivalentes de das de trabajo perdidos (LWDE) observada aqu, de 4,0 das (DT=10,0) en los ltimos 3 meses, se ha descrito un relevante impacto en trminos de absentismo y de productividad laboral en general; ii) en patologas digestivas, para las que frente al LWDE observado aqu de 3,6 das de media en los ltimos 3 meses (DT=10,5), se ha descrito un 6,0% de reduccin de la productividad laboral atribuible a sntomas en pacientes con sntomas de trastorno de reflujo gastroesofgico (13), y 2,5 horas de absentismo y un 23% de reduccin de la productividad laboral en pacientes con ardor de estmago (12); iii) en trastornos mentales, para los que frente a la media de 6,1 das (DT=12,7) LWDE en los ltimos 3 meses observada aqu, se han descrito en otros trabajos en pacientes con depresin unas prdidas diferenciales de tiempo productivo de 5,6 horas a la semana (14). Los resultados obtenidos en sujetos con antecedentes de migraa con una media de 2,6 LWDE en los ltimos 3 meses (DT=3,3), son congruentes tambin con los observados en otros estudios en que, respectivamente, se ha observado una media de 0,5 das por ataque de migraa en el ltimo mes (21). Por lo que hace referencia a los resultados obtenidos en sujetos con patologas cardacas, endocrinas y msculo-esquelticas, en que slo se encontraron diferencias en das faltados al trabajo por problemas de salud para patologas cardacas y das en el trabajo con problemas de salud para patologas msculoesquelticas, son incongruentes con los obtenidos en estudios previos (8,9,10), lo que debe ser atribuido al reducido tamao de muestra de los grupos con dichas patologas valorables para anlisis (n=19, n=18 y n=25, respectivamente), y adems en el caso de las patologas cardacas, al hecho de que la mayora del total de pacientes con patologas cardacas presentaban hipertensin (n=15/22, 68,2%). La medida de la productividad laboral: instrumentos y limitaciones Uno de los problemas de la evaluacin de la productividad laboral es la eleccin de medidas adecuadamente factibles y vlidas para su medida. Existen diversas medidas para la cuantificacin de las prdidas de productividad laboral entendidas como costes directos, de entre las cuales actualmente la ms habitualmente aceptada y empleada es la de los das equivalentes a das de trabajo perdidos (LWDE). Por otra parte, existen diversos instrumentos, tanto gen-

patologas que son ms prevalentes en mujeres, tales como los trastornos mentales y la migraa. Finalmente, debe considerarse como otra posible limitacin a considerar en la interpretacin del impacto en la productividad laboral, la existencia de comorbilidad entre distintas patologas estudiadas. A este respecto, se realiz un anlisis exploratorio de comorbilidades, resultando que la proporcin de pacientes con comorbilidad con otras patologas era relevante. Presentaban otras patologas 18 de los 22 pacientes con patologas cardacas, 12 de los 20 pacientes con patologas endocrinas, 25 de los 30 pacientes con patologas msculo-esquelticas, 38 de los 51 pacientes con patologas respiratorias, 62 de los 82 pacientes con patologas del sistema digestivo, 25 de los 27 pacientes con trastornos mentales, y en particular, 20 de los 35 pacientes con migraa. En nuestro estudio se observ una menor productividad laboral en trminos del ndice IMPALA en sujetos con antecedentes de alguna patologa, con una puntuacin media de 91,1 puntos (DT=15,2), y/o con toma actual de algn tratamiento, con una media de 86,8 puntos (DT=16,5). Ms concretamente, se observaron menores puntuaciones en el ndice IMPALA, indicativas de peor productividad laboral, en sujetos con antecedentes de migraa con una media de 79,6 puntos (DT=20,9), de trastornos mentales con 84,3 puntos, (DT=17,7), de patologas respiratorias con una media de 88,1 puntos (DT=18,3) y de patologas digestivas con 88,1 puntos, (DT=19,4). En nuestro estudio tambin se observaron destacables prdidas en productividad laboral en trminos de equivalentes a das de trabajo perdidos (LWDE) en los ltimos 3 meses, en sujetos con antecedentes de alguna patologa en que se encontr una media de 1,9 das (DT=6,2 das) LWDE, y en sujetos con toma actual de algn tratamiento, entre los cuales se observ una media de 2,7 das (DT=6,8) LWDE. Ms especficamente se encontraron unas medias de equivalentes a das de trabajo perdidos de 6,1 das (DT=12,7) en sujetos con antecedentes de trastornos mentales, de 4,0 das (DT=10,0) en sujetos con antecedentes de patologas respiratorias, 3,6 das (DT=10,5) en sujetos con antecedentes de patologas digestivas, y especficamente de 2,6 das en sujetos con antecedentes de migraa (DT=3,3). Estos resultados son congruentes con los obtenidos en estudios previos en que se observ un porcentaje medio de absentismo por problemas de salud de 1,8% en sujetos con algn factor de riesgo en general (23), as como que los pacientes con enfermedades crnicas con trastornos de sueo graves

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ricos como especficos, para la medida de las prdidas de productividad laboral entendidas como costes indirectos, tal y como sealan dos recientes revisiones al respecto (5,6). Instrumentos de Productividad Laboral autoadministrados genricos son los cuestionarios Work Productivity and Activity Impairment Questionnaire (WPAI) (29,30), el Work Limitations Questionnaire (WLQ) (4,31,32), el Health and Work Performance Questionnaire (HPQ) (33), el Health and Work Questionnaire (HWQ) (34), el Endicott Work Productivity Scale (EWPS) (35), y el Health and Labor Questionnaire (HLQ) (36), con 6, 25, 24, 24, 25 y 23 tems, respectivamente, instrumentos que no han mostrado adecuadamente alguna propiedad psicomtrica. Adems existen instrumentos de Productividad Laboral autoadministrados especficos, tales como el WPAI-Special Health Problem Questionnaire (WPAI-SHP) (29), el WPAI-Allergic Rhinitis Questionnaire (WPAI-AS) (37), el WPAI-Gastro-Esophageal Reflux Disease Questionnaire (WPAI-GERD) (12), el WPAI-Chronic Hand Dermatitis Questionnaire (WPAI-ChHD) (7), el Migraine Disability Assessment Questionnaire (MIDAS) (19,38), y el Migraine Work and Productivity Loss Questionnaire (MWPLQ) (32), que constan de 6, 9, 6, 6, 7, y 29 tems, respectivamente, pero dado que son especficos para patologas concretas no son tiles para estudios comparativos en general. En este sentido debe destacarse que las medidas empleadas en el presente

estudio, es decir, el ndice IMPALA, que consta solamente de 7 tems y ha demostrado en un estudio previo una aceptable factibilidad, y los LWDE, son medidas factibles, fiables y vlidas. Ello permite la comparacin entre patologas en el presente estudio, aunque frente a otros trabajos previos resulta difcil la comparacin dada la disparidad existente en las medidas y mtodos empleados, dificultad que aparece ser una limitacin de este rea de estudio a considerarse como objeto de inters de futuras investigaciones. Futuras investigaciones Los sujetos con migraa fueron los que presentaron un mayor impacto en la productividad laboral cuando se mide con un instrumento de productividad laboral como el IMPALA. En trminos de das laborables perdidos por problemas de salud los antecedentes de trastornos mentales, patologas respiratorias, digestivas y migraa son las que proporcionan un mayor nmero de prdidas de das. A pesar de las limitaciones comentadas anteriormente y que los resultados observados en este estudio deberan confirmarse en estudios ms amplios que incluyeran otros sectores productivos como la construccin o el sector servicios, los datos arrojados por este estudios son de inters para aquellos que toman decisiones sanitarias en el mbito de la medicina laboral.

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PRODUCTIVIDAD LABORAL RELACIONADA CON LA SALUD

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PERJUICIO ESTTICO: PROPUESTA DE VALORACIN DE CICATRICES


MARA TERESA LRIDA ARIAS*, LUIS JAVIER DEL POZO HERNANDO**.

(*) Mdico Evaluador. Equipo Valoracin Incapacidades (EVI) del INSS. Baleares (**) Dermatlogo. Hospital Universitario Son Dureta. Palma de Mallorca.

RESUMEN Perjuicio esttico es cualquier modificacin peyorativa que afecta a la imagen de la persona, esttica o dinmica. Su valoracin es compleja y plantea el problema de la subjetividad. Proponemos un mtodo descriptivo de valoracin de las cicatrices, consideradas como dao esttico esttico. Nuestra propuesta modifica otras escalas previas publicadas y se adapta a la nueva normativa espaola del ao 2004. Se consideran cinco variables (localizacin, dimensin, relacin con pliegues, arrugas y unidades funcionales, color y etiologa de la cicatriz) que informan del proceso de cicatrizacin y de la visibilidad de la cicatriz. Esta herramienta permite cuantificar el perjuicio que producen las cicatrices y equipararlo con la escala cualitativa actualmente vigente en nuestro pas. PALABRAS CLAVES Cicatriz, valoracin, perjuicio esttico, dao corporal.

ABSTRACT Aesthetic impairment is any pejorative change affecting the personal image, both static as dynamic. Its appraisal is difficult and much influenced by the subjectivity of the observer. We propose a descriptive method for the assessment of the scars, considered as a static aesthetic impairment. Our criteria are based on other previous published scales and adapted to the new Spanish law of the yr. 2004. Five variables giving information about the cicatrisation process and scar visibility are considered (localization, dimensions, relation with skin surface marks, colour and aetiology of the injury). The final result is a numeric score corresponding with the qualitative scale of the current regulations in our country. KEY WORDS Scar, assessment, aesthetic impairment, body injury.

Med Segur Trab 2005; Vol LI N 200: 21-30

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M. T. LRIDA ARIAS,

INTRODUCCIN 1. Dao esttico Dao esttico es todo aquello que rompe la fisonoma del individuo y altera su relacin con los dems [1]. El perjuicio esttico trata de estudiar y evaluar exclusivamente la prdida de atraccin fsica. Las repercusiones fisiolgicas, sociales, morales y laborales deben ser valoradas dentro de los respectivos daos (Resolucin 75/7 del Consejo de Europa), y no dentro del dao esttico. Hay dos tipos de dao esttico [2]: esttico y dinmico. El esttico es aquel que permanece invariable en la persona independientemente de los distintos tipos de actitud que ste adopte (Ej.: cicatrices, deformidades, discromas). El dao esttico dinmico vara y se modifica dependiendo de las distintas actitudes. (Ej.: alteraciones de la mmica, de gestos, cojeras, amputaciones, plejas). La existencia de dao esttico se prueba fcilmente al poderse comprobar visualmente, lo cual es una ventaja para su valoracin, porque se puede apreciar y acreditar personalmente el dao. Pero su valoracin plantea el problema de la subjetividad de su estimacin. Se trata de valorar un dao objetivable cuya apreciacin cuantitativa es subjetiva tanto para el lesionado como para el reparador. La valoracin del dao esttico es particularmente compleja, porque convergen elementos objetivos y subjetivos de extrema variabilidad en los sujetos

afectados. Adems, la apreciacin de la esttica vara con el paso del tiempo porque los gustos y modelos estticos evolucionan con las pocas y culturas a lo largo de la historia. La Ley sobre responsabilidad civil y seguro en la circulacin de vehculos a motor (RD 08/2004) [7] recoge un captulo especial sobre perjuicio esttico, dentro del anexo sobre valoracin de los daos y perjuicios causados a las personas1. Esta ley establece una valoracin cualitativa del perjuicio esttico. Hace corresponder el perjuicio ocasionado por una secuela, con un determinado adjetivo de los enumerados en una escala con una serie gradual de calificativos o de situaciones. Valora este perjuicio de forma conjunta y autnoma -separado del perjuicio fisiolgico-. No hace distinciones segn la edad, sexo o profesin. El momento de esta valoracin es el de la completa sanidad del lesionado. Este BOE establece un mximo de 50 puntos, que correspondera a una terico perjuicio del 100%, que es el que se debera dar a un gran quemado con una afectacin importante de la superficie corporal (no especifica porcentaje) y con el mximo de repercusin esttica. La principal dificultad para aplicar este baremo reside en la subjetividad e imprecisin del mtodo cualitativo. Tambin la valoracin mdico-legal de vctimas del terrorismo [10,11,12] contempla las mismas indicaciones del citado RD 08/2004 [7] para el perjuicio esttico, por lo que cobra especial protagonismo la escala cualitativa sobre el perjuicio esttico [Tabla1].

Tabla I. Escala cualitativa de valoracin del perjuicio esttico

Valoracin del perjuicio esttico RD 08/2004


Grados Ligero Moderado Medio Importante Bastamte importante Importantsimo Puntuacin 1-6 7-12 13-18 19-24 25-30 31-50

1. Este Anexo referido a la Valoracin del Perjuicio Esttico, tambin figura en la Ley 34/2003, de 4 de noviembre, de modificacin y adaptacin a la normativa comunitaria de la legislacin de seguros privados (BOE nm. 265, de 5-11-2003, pp. 39190-39220)

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PERJUICIO ESTTICO: PROPUESTA DE VALORACIN DE CICATRICES

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Estas nuevas consideraciones en la valoracin del perjuicio esttico obligan a modificar y/o adaptar las escalas existentes sobre valoracin de cicatrices [3, 4, 13] y es la justificacin de este trabajo. Puede entenderse que un perjuicio esttico de intensidad considerable es aquel que provoca en los dems una tendencia a dejar de mirarlo, porque los sentimientos o reacciones emocionales que despierta son intensos, y provocan un nivel de emociones en el paciente que puede afectar intensamente la relacin entre l y las personas de su entorno. La valoracin de las cicatrices requiere una descripcin detallada de las caractersticas morfolgicas de la cicatriz que pueden ser elementos constitutivos del perjuicio esttico, en especial aquellos parmetros que tienen relacin con su mayor visibilidad. 2. Proceso de cicatrizacin Una cicatriz es la sustitucin de tejido normal por tejido cicatricial (tejido conectivo) como resultado final de la curacin de las injurias de la piel, ya sean de causa accidental o quirrgica. Cuando se produce una prdida de la solucin de continuidad cutnea que afecte a la dermis, la reparacin ya no ser "ad integrum", es decir, con la sustitucin del tejido inicial con uno idntico, sino con cicatriz. La cicatriz se compone de tejido conectivo diferente del circundante y de un epitelio generalmente adelgazado en el que han desaparecido los pliegues normales [8]. Este epitelio presenta cambios de color relacionados con prdida de los melanocitos normales (hipopigmentacin) o con su estmulo (hiperpigmentacin). Adems faltan los anejos correspondientes a la zona daada (folculos pilosebceos, glndulas sudorparas apocrinas y ecrinas, uas...) y su ausencia tambin puede producir dficits funcionales o estticos (p.ej. la prdida o alteracin de las uas de las manos por una quemadura). Las fibras nerviosas sensitivas de la zona que han sido cortadas, producen inicialmente una hipoestesia o anestesia en el territorio denervado. El intento de reinervacin que ocurre posteriormente y que suele ser defectuoso puede provocar la aparicin de sensaciones anormales al tacto, con los cambios de temperatura o espontneas (disestesias) que pueden ser muy molestas. El nervio cortado a veces produce un "mun de amputacin", o neuroma de amputacin,

en la zona proximal que provoca a veces dolor intenso al mnimo roce. La morfologa inicial de la cicatriz puede verse alterada por la tensin de la piel circundante, que puede producir ensanchamiento de la misma, ocurriendo a veces una cicatriz atrfica. Otras veces la proliferacin de colgeno es excesiva y produce abultamiento y aumento de consistencia de la cicatriz. Si esto se circunscribe a los lmites que la cicatriz tena inicialmente, la llamamos cicatriz hipertrfica. Si, por el contrario sobrepasa estos lmites, a veces con abollonaduras de la superficie que semeja un tumor, lo llamamos cicatriz queloidea o queloide. El queloide se produce con mayor frecuencia en algunos grupos tnicos (p.ej. negros) o en determinadas zonas del cuerpo (orejas, zona deltoidea, anterior de trax...). La cicatriz suele perder consistencia con el tiempo, pero a veces no lo hace. Una cicatriz rgida se hace ms visible con los movimientos (por ejemplo en la cara con la mmica). 3. Valoracin clnica de cicatrices En clnica, la medicin de la severidad de las cicatrices se suele realizar mediante escalas en las que se puntan una serie de parmetros de manera subjetiva. La valoracin global resulta de la suma de las distintas puntuaciones individuales. Existen varias escalas [5,14-16] de las que la ms usada es la de Vancouver [5] [Tabla 2] que, aunque diseada para valorar las cicatrices post-quemadura, se usa tambin para la valoracin de cicatrices en general. Cuando el mdico y el paciente evalan de manera subjetiva la longitud, anchura y color de la cicatriz, suelen ser coincidentes [17] aunque no en todos los aspectos. As, la opinin del mdico parece estar ms influida por la vascularizacin (que afecta al eritema), el grosor, la pigmentacin y el relieve; mientras que la opinin del paciente lo est ms por el grosor y el prurito [15]. La presencia de cicatrices en zonas visibles se relacion con la autoestima en los pacientes [18]. Ninguna de las escalas subjetivas mencionadas ha demostrado ser al mismo tiempo fiable, consistente, aplicable y vlida. Es por ello que se han intentado mtodos de valoracin objetiva de diferentes aspectos de las cicatrices. Ya en 1985 Katz propuso la utilizacin de la tonometra para evaluar la plegabilidad, y la ecografa de alta resolucin para determinar el grosor [19]. El volumen total de la cicatriz se ha intentado determinar mediante rplicas

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M. T. LRIDA ARIAS, L. J. DEL POZO HERNANDO

Tabla II. Escala de Vancouver para valoracin clnica de cicatrices


ESCALA DE VANCOUVER : Valoracin cicatrices post -quemadura Pigmentacin 0 Normal (similar al resto) 1 Hipopigmentada 2 Mixta 3 Hiperpigmentada Plegabilidad 0 Normal 1 Flexible con mnima resistencia 3 Firme, inflexible: no se desplaza fcilmente, resiste al plegado 4 Blanda: cordn que blanquea al estirar la cicatriz 5 Contractura: acortamiento permanente que produce deformidad o distorsin Vascularidad 0 Normal 1 Rosa 2 Rojo 3 Prpura Altura 0 Normal, plana 1 Hasta 1 mm 2 1 a 2 mm 3 2 a 4 mm 4 Ms de 4 mm Sntomas 0 No 1 Ocasional - Dolor 2 Requiere medicacin - Prurito

en materiales [20]. Tambin se han propuesto formas de evaluar la elasticidad mediante anlisis de la imagen por computador [21,22,27,28]. Un trabajo encontr ms fiable la medicin objetiva del color de las cicatrices que su valoracin subjetiva, con valores de concordancia inaceptablemente bajos (k= 0,349). De los dos instrumentos que utilizaron, un colormetro triestmulo (Minolta Chromameter) y un medidor de reflectancia de banda estrecha (DermaSpectrometer), encontraron este ltimo ms fcil de usar [24]. Se ha propuesto un sistema de valoracin de las cicatrices que considera la sensibilidad y la especificidad de cada uno de los instrumentos de medida. Estos autores utilizaron fotografas de las lesiones, evaluacin clnica e instrumentos para cuantificar la pigmentacin, el eritema, la plegabilidad, el grosor y la vascularizacin. Encontraron que la evaluacin objetiva de la plegabilidad y del eritema correlacion significativamente con la evaluacin clnica de la hipertrofia, pero no as la pigmentacin. La cicatriz hipertrfica tuvo significativamente ms perfusin que la no hipertrfica. Es posible que en el futuro los sistemas objetivos puedan reemplazar a los criterios subjetivos [23].

4. Valoracin esttica de las cicatrices Se han propuesto, que sepamos, tres procedimientos de valoracin del perjuicio esttico originado por las cicatrices que puntan parmetros relacionados con su visibilidad y con aspectos morfolgicos del proceso de cicatrizacin [3 ,4, 13]. Bermdez [3] realiza una buena ponderacin de la la visibilidad y la morfologa de la cicatriz, pero las diferencias que establece segn el sexo y la profesin del lesionado ya no se consideran en la actual legislacin [7, 10]. Adems, en el caso de concurrencia de cicatrices, no especifica cmo hacer una ponderacin conjunta. Orgaz [4], por su parte, valora por igual las cicatrices que son mayores de 5 cm. de longitud o de 3 cm. de ancho. Gracia y col. [13] establece criterios mayores y menores segn las caractersticas de la cicatriz. Prioriza el tamao de la lesin y la localizacin, sin entrar a cuantificar numricamente. No considera las zonas ntimas como causa de perjuicio esttico, al no ser visibles.

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Existe una propuesta de resolucin del Parlamento Europeo con recomendaciones destinadas a la Comisin sobre una Gua baremo europea para la evaluacin de las lesiones fsicas y psquicas. Este Baremo Europeo [6] expresa por medio de un porcentaje el grado de dficit funcional. Se basa en el empleo de baremos porcentuales. Como hemos comentado, el dficit funcional no es objeto de valoracin en el perjuicio esttico.

PROTOCOLO DE VALORACIN: Proponemos un mtodo descriptivo de valoracin del dao esttico esttico. Este protocolo de valoracin de cicatrices es una adaptacin de escalas de valoracin conocidas que nos pueden orientar en la clasificacin de los grados cualitativos propuestos por la normativa espaola actualmente en vigor.

Tabla III. Propuesta de valoracin de cicatrices: Procedimiento de asignacin de puntos


Parmetro Puntos 1,5 1 0,5 Opciones Cara regin periorificial (prpados, nariz, labios) Cara regin interna (frente, pmulos, mejillas, mentn) Zonas ntimas Cara regin externa (sienes, maxilar inferior, cuello) Cuello y escote Cabeza no cubierta por pelo Manos Zonas ocasionalmente visibles (tronco, extremidades) Zonas no visibles (cabeza cubierta por pelo, pies, axilas) por cada cm. los primeros 5 cm por cada cm que supere los 5 cm hasta 10 cm por cada cm que supere los 10 cm hasta los 15 cm por cada cm que supere los 15 cm
Ejemplo 1cm: 1 2cm: 2 3cm: 3 4cm: 4 5cm: 5 6cm: 5,5 7cm: 6 8cm: 6,5 9cm: 7 10cm: 7,5 11cm: 7,75 12cm: 8 13cm: 8,25 14cm: 8,5 15cm: 8,75 16cm: 8,85 17cm: 8,95 18cm: 9,05 19cm: 9,15 20cm: 9,25 21cm: 9,35 22cm: 9,45 23cm: 9,55 24cm: 9,65 ...etc........

ZONA AF ECTAAFECTADA DA ZONA


LOCALIZACIN

0,25 0,10

DIMENSDIMENSIONES IONES
LONGITUD 1 0,5 0,25 0,10

ANCHURA

1 1,50 1,75 + 0,10

Hasta 0,5 cm De 0,6 cm hasta 3 cm De 3,1 cm hasta 5 cm De 5,1 cm en adelante: 0,10 x cm


Ejemplo: 0,1cm: 1 0,2cm: 1 0,3cm: 1 0,4cm: 1 0,5cm: 1 0,6cm: 1,5 0,7cm: 1,5 0,8cm: 1,5 0,9cm: 1,5 1cm: 1,5 2cm: 1,5 3cm: 1,5 4cm: 1,75 5cm: 1,75 6cm: 1,85 7cm: 1,95 8cm: 2,05 9cm: 2,15 10cm: 2,25 11cm: 2,35 12cm: 2,45 13cm: 2,55 14cm: 2,65 15cm: 2,75 .......etc..........

ALTURA

1 1,25 1,5 1 1,25 1 1,25 1 1,25 1,5

Plana Hipertrfica o atrfica queloidea Indiferente o disimulada Perpendicular a pliegues y arrugas Normal Hipercrmico o hipocrmico o eritematoso o mixto Lesional Quirrgica por motivo esttico Quirrgica por causa mdica

1. RELACIONES CON R ELA CIONES CON


Pliegues, arrugas y unidades funcionales

1. C OLCOLORACIN ORACIN
Pigmentacin

C AUCAUSA SA 1.
Origen de la lesin

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Los parmetros que vamos a considerar, pues, en este protocolo de valoracin de cicatrices [Tabla 3] son: 1. Zona afectada: localizacin Hemos asignado la mayor puntuacin a las partes mviles de la cara por tratarse de zonas de mxima visibilidad en las relaciones interpersonales (cuando hablamos con alguien, su mirada traza una lnea con forma de zeta que va desde nuestros ojos a nuestra boca pasando por nuestra nariz). Le siguen en importancia las partes no mviles de la cara y las zonas ntimas (de gran importancia en las relaciones sexuales). A medida que las zonas van siendo menos visibles van recibiendo menor puntuacin. Somos conscientes de que la visibilidad cambia con las pocas, y este criterio debe siempre someterse a revisin. Con respecto a la mama femenina, que era puntuada por Bermdez [3] junto con las zonas ntimas de ambos sexos, nosotros no la consideramos ah porque la nueva ley no discrimina entre sexos [7]. Una zona que se torna visible si se ha perdido el pelo (bien de forma natural o accidental) es el cuero cabelludo. 2. Dimensiones La longitud y la anchura determinan la superficie. La altura y la superficie determinarna el volumen. Aunque el volumen de la cicatriz sera el parmetro global ms importante para valorar su tamao, no lo consideramos debido a que la parte de la cicatriz responsable del perjuicio esttico es la que sobresale del nivel de la piel y no la que queda debajo del mismo. 3. Relacin con pliegues, arrugas y unidades funcionales. Una cicatriz puede quedar disimulada por un pliegue natural o una arruga (mnima visibilidad) o, en el extremo opuesto, ser perpendicular a ellos, con lo que su visibilidad ser mxima. Las tradicionales lneas de Langer han ido cayendo en desuso al estar descritas en piel de cadver, y por ello no verse influidas por la traccin de los msculos subyacentes [9]. Son ms utilizadas en la actualidad las lneas de tensin de piel relajada [26]. En la cara hay que considerar tambin su relacin con las unidades funcionales descritas en esta zona. 4. Color El color es un parmetro relativo, que se valora siempre en relacin al color de la piel circundante.

Si el color es similar al de la piel adyacente se confunde ms fcilmente con ella, y si por el contrario es diferente, la cicatriz ser ms visible, ya que nuestro cerebro trabaja detectando los contrastes. Los dos pigmentos principales que proporcionan el color a la cicatriz son la melanina y la hemoglobina. La melanina, segn est en exceso o en defecto, produce cicatrices hiper o hipopigmentadas. La cantidad de melanina que contiene la cicatriz variar en funcin de la exposicin solar que recibe la zona. Si est en una zona permanentemente expuesta cambiar poco con la estacin del ao. Si lo est en una zona expuesta al sol de manera ocasional, podra ser necesario valorar al paciente en dos pocas diferentes para evaluar este parmetro. La hemoglobina suele estar contenida dentro de los vasos, por lo que el color rosado de las cicatrices se relaciona con la cantidad de vascularizacin que tenga (y por lo tanto, con su grado de perfusin). Las cicatrices recientes suelen ser ms rosadas que las antiguas. Tambin las cicatrices queloideas o hipertrficas suelen ser ms rojizas que las dems. Dependiendo de la profundidad a la que estn los vasos dentro de la cicatriz el color rojizo aparecer como un rosado tenue (vasos superficiales), de color vino Burdeos o incluso de color prpura si los vasos son ms profundos. Ocasionalmente la hemoglobina se extravasa por rotura de los vasos de la cicatriz, y origina otro pigmento, la hemosiderina, que tiene color pardo debido a la oxidacin del hierro y que contribuye a la hiperpigmentacin. En nuestra escala de valoracin asignamos igual puntuacin a la disminucin del color y a su aumento, y consideramos tambin el color rojo y las combinaciones de los tonos precedentes (color mixto). 5. Causa Cuando el mecanismo de produccin de la cicatriz es lesional se entiende que el paciente nunca poda haber esperado un beneficio de la cicatriz, ni sta fue buscada intencionadamente. Cuando el origen es quirrgico, es decir producido por la intervencin de un cirujano, existen dos situaciones: 1) Por un lado la cicatriz derivada del intento de resolucin de un problema estrictamente mdico (por ejemplo la cicatriz de extirpacin de un tumor cutneo; un injerto en malla para cubrir la superficie cruenta de un gran quemadoetc.). 2) Por otro lado estn las cicatrices producidas en la correccin de un problema puramente esttico (por ejemplo, mamoplastias de aumento o, en algunos casos, de reduccin; liposuccin, etc.). Obviamente, entre estas dos situaciones extremas se dan otras intermedias (por ejemplo, la cicatriz de una cesrea, que es un pro-

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blema estrictamente mdico, puede ser realizarse paralela a las lneas de tensin, en un intento de lograr una cicatriz ms esttica, o bien ser ejecutada con una cicatriz que sea perpendicular a las mismas, con una cicatriz peor que en caso anterior (ver apartado 3). Teniendo en cuenta lo anterior, hemos asignado 1.5 puntos a la cicatriz quirrgica por patologa mdica, 1.25 a la quirrgica por motivo esttico y 1 a la lesional propiamente dicha.

Para valorar una cicatriz, damos una puntuacin a cada uno de los parmetros antes comentados [tabla 4]. Se adjudica una mayor puntuacin a la cicatriz localizada en una zona ms visible, o con una mayor superficie. Tambin las caractersticas del proceso de cicatrizacin que aumenten su visibilidad sern valoradas con una mayor puntuacin.

Tabla IV. Propuesta de valoracin de cicatrices: clculo de puntuacin


Zona x Dimensin x Relaciones x Coloracin Causa Dimensin = Longitud x Anchura x Altura ZONA DIMENSIONES Long anch alt RELACIONES COLOR CAUSA TOTAL PERJUCIO

Clculo de puntuacin

UTILIZACIN 1. Se asigna una puntuacin a cada parmetro de la cicatriz. Para ello, y segn las caractersticas de la cicatriz, se punta cada parmetro siguiendo las pautas expuestas en la tabla 3. 2. Se punta la cicatriz. La tabla 4 recoge la puntuacin asignada a cada parmetro, nos recuerda todo lo que tenemos que valorar, y la influencia de cada parmetro en la puntuacin final. Todos los parmetros relacionados con la visibilidad de la cicatriz son factores que se multiplican entre si, excepto el parmetro -causa de la lesin- que es un factor que se divide. Despus de aplicar la frmula, se obtienen los puntos de la cicatriz (tabla 4). 3. La puntuacin de cada cicatriz se hace corresponder con el grado de perjuicio esttico del baremo propuesto en el RD 8/2004 [7][Tabla 1] 4. En caso de mltiples cicatrices, se utilizara esta sistemtica en cada una de las cicatrices presentes de forma independiente, utilizando la frmula de ponderacin de secuelas concurrentes, corregida a la puntuacin mxima de 50. (50 - M) x m Ponderacin = -------------------- + M 50

M es la cicatriz de mayor puntuacin m es la cicatriz con menor puntuacin 5. La puntuacin obtenida despus de la ponderacin, se traslada nuevamente a la escala cualitativa anterior [Tabla 1]. Para el clculo, se consideran todos los decimales. En el resultado final, slo se redondea en caso de valores superiores al 0,5 punto (Ej. 6,85 se considera 7; 6,25 se considera 6). 6. En caso de puntuaciones inferiores a la unidad, se considera que la cicatriz no causa perjuicio esttico. En la valoracin final, conviene hacer referencia siempre a los puntos obtenidos, para conocer la situacin dentro del intervalo de la escala cualitativa de perjuicio esttico. En caso de cicatrices mltiples, adems de la puntuacin tras la ponderacin, conviene indicar siempre la puntuacin de cada cicatriz, con su grado de perjuicio esttico. EJEMPLOS 1/ Lesionado que presenta una sola cicatriz a nivel de la extremidad superior derecha (0,25) de 2 cm de longitud (2), inferior a 0,5 cm de dimetro (1), con cicatrizacin normal (1) que sigue la distribucin de los pliegues cutneos (1) de origen lesional directo (1).

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ZONA 0,25

DIMENSIONES Long Anch 2 1 Alt 1

RELACIONES 1

COLOR 1

CAUSA 1

TOTAL 0,5

PERJUCIO NO PERJUICIO

2/ Varn de 19 aos de profesin fontanero que sufri un accidente laboral por contacto con cola caliente con resultado de quemadura qumica de tercer grado en cara anterior de muslo izquierdo. Se le realiz injerto de piel de grosor medio tomado de la cara externa del mismo muslo. El paciente refera que ambas cicatrices (de la zona injertada y de la donante) se haban vuelto dolorosas y pruriginosas, al mismo tiempo que se haban comenzado a abultar Figura 1. Cicatriz hipertrfica secundaria a injerto en malla para correccin de defecto en quemadura de tercer grado. En los bordes se hizo queloidea y fue tratada con lser de CO2 con poca respuesta.

(figuras 1 y 2). En la exploracin se apreciaban dos cicatrices de 30 cm. de largo por 14 cm. de ancho, de color rojizo. La cicatriz post-quemadura (figura 1) era hipertrfica y secundaria a injerto en malla para correccin de defecto en quemadura de tercer grado. En los bordes se hizo queloidea y fue tratada con lser de CO2 con poca respuesta. La cicatriz de la zona dadora (figura2) del injerto en malla de la figura 1, tambin se muestra ligeramente hipertrfica. Figura 2. Zona dadora del injerto en malla de la figura 1. Se observa cicatriz ligeramente hipertrfica.

Primera cicatriz [figura 1: quemadura, zona injertada]


ZONA 0,25 DIMENSIONES Long Anch 10,25 2,65 Alt 1,25 RELACIONES 1 COLOR 1,25 CAUSA 1 TOTAL 10,61 PERJUCIO MODERADO

La longitud de la cicatriz es de 30 cm. Los primeros 24 cm dan una puntuacin de 9,65 (tabla 3). Los 6 cm que faltan hasta los 30 cm se puntan aadiendo 0,10 puntos por cm, es decir se aaden unos 0,60 puntos ms a los 9,65. En total son 10,25 puntos. Segunda cicatriz [figura 2: zona dadora]
ZONA 0,25 DIMENSIONES Long Anch 10,25 2 ,65 Alt 1,25 RELACIONES 1 COLOR 1,25 CAUSA 1,5 TOTAL 7,07 PERJUCIO MODERADO

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PERJUICIO ESTTICO: PROPUESTA DE VALORACIN DE CICATRICES

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La cicatriz de la zona dadora tiene las mismas dimensiones que la cicatriz donde se origin la quemadura. La puntuacin final es diferente (menor) porque la causa de la misma no es lesional, sino que es quirrgica por causa mdica (se divide por 1,5).

Ponderacin
(50 - M) x m (50 - 10,61) x 7,07 ----------------- + M = -------------------------- + 10,61 = 16,17 50 50

M es la cicatriz de mayor puntuacin m es la cicatriz con menor puntuacin


M: Cicatriz mayor 10,61 m: cicatriz menor 7,07 TOTAL 16,17 PERJUCIO MEDIO

Al considerar las dos cicatrices del paciente, y realizar la ponderacin, la puntuacin aumenta, y el grado del perjuicio se modifica. CONCLUSIONES El perjuicio esttico ha de ponderarse en su conjunto, y no procede atribuir a cada elemento una puntuacin y aplicar una frmula para lesiones con-

currentes. Ha de efectuarse una calificacin global [25]. Nuestra propuesta es orientativa y permite objetivar las lesiones. Se basa en propuestas de otros autores, modificadas y adaptadas a los criterios que considera la actual normativa espaola para la valoracin del perjuicio esttico [7, 11, 12].

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M. T. LRIDA ARIAS, L. J. DEL POZO HERNANDO

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ANALISIS DE LAS ENFERMEDADES PROFESIONALES DECLARADAS EN LOS TRABAJADORES INMIGRANTES DE LA REGIN DE MURCIA DURANTE EL PERODO 2000-2003

GLORIA GIL CARCELN*, MARA LOURDES GARCA SNCHEZ**, ROSA LPEZ TORNERO*** (*) Mdico del Trabajo, (**) Estadstico, (***) Mdico del Trabajo Seccin de Salud Laboral del Instituto de Seguridad y Salud Laboral de Murcia

RESUMEN El objetivo de este estudio fue conocer la tasa de incidencia, la etiologa y los diagnsticos de las enfermedades profesionales declaradas en la poblacin trabajadora inmigrante de la Regin de Murcia, y relacionar estos datos con los correspondientes a la poblacin trabajadora autctona de la regin. Previamente al estudio de las enfermedades profesionales de los trabajadores inmigrantes afiliados a la Seguridad Social en Murcia, se analiz la estructura demogrfica de dicha poblacin. A continuacin se revisaron los partes notificados de enfermedades profesionales en inmigrantes durante el perodo comprendido entre los aos dos mil y dos mil tres, registrados en la base de datos del Instituto de Seguridad y Salud Laboral de Murcia. Por ltimo, se realiz el tratamiento estadstico de las variables contempladas en dichos partes. Los resultados de este anlisis permiten afirmar que la tasa de incidencia de enfermedades profesionales en la poblacin trabajadora inmigrante, en el perodo analizado, ha sido significativamente menor que en la autctona. Respecto a la etiologa y a los diagnsticos de las enfermedades profesionales, no se han encontrado diferencias significativas entre ambas poblaciones. PALABRAS CLAVES Poblacin trabajadora inmigrante, poblacin trabajadora autctona, base de datos de enfermedades profesionales, clasificacin espaola de enfermedades profesionales.

ABSTRACT The objective of this study was to know the incidence rate, the etiology and the diagnoses of the occupational diseases notified among the immigrant working population within the Region of Murcia, in order to be able to appreciate if there were significant differences between them and the autochthonous working population. Previous to this study of the occupational diseases of the working immigrants registered in the Social Security, the demographic structure of this population was analysed. Subsequently, the notified reports of occupational diseases in immigrants, registered in the database of the Institute of Occupational Health and Safety of Murcia, were reviewed for the period between 2000 and 2003. Finally, a statistical analysis of the variables included in the reports was carried out. The results of this analysis allow us to affirm that the incidence rate of occupational diseases among immigrant workers, is significantly lower than the rate for the native population. Regarding the causes and the diagnoses of the occupational diseases, no significant differences were found between the two groups. KEY WORDS Immigrant working population, autochthonous (native) working population, occupational diseases database, Spanish catalogue of occupational diseases.

Med Segur Trab 2005; Vol LI N 200: 31-42

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G. GIL CARCELN, M. L. GARCA SNCHEZ, R. LPEZ TORNERO

INTRODUCCIN En los ltimos aos, la Regin de Murcia, ha pasado de ser un rea de emigracin para convertirse en una de inmigracin. La llegada de poblacin extranjera, es muy reciente, ya que, si en 1998 representaba apenas uno de cada cien habitantes, en el ao 2002 se aproximaba a valores de uno de cada diez habitantes (1). Centrndose en la poblacin trabajadora, en el ao 2003, la tasa de afiliacin de inmigrantes era de 115,51 por cada mil trabajadores afiliados en la regin, mientras que en el territorio nacional dicha tasa era de 55,69 por cada mil trabajadores. Este fenmeno, hace conveniente el estudio de la poblacin inmigrante desde puntos de vista muy diversos. En este estudio se han analizado la mayora de las variables contempladas en los partes de declaracin de enfermedades profesionales de la poblacin inmigrante de la Regin de Murcia. El presente estudio tiene como objetivo comparar la evolucin de las enfermedades profesionales (EEPP) entre la poblacin trabajadora inmigrante y la poblacin trabajadora autctona de la Regin de Murcia durante el perodo 2000-2003. METODOLOGA Se ha realizado un estudio descriptivo de tipo transversal (en un contexto geogrfico y temporal concreto), que analiza, por un lado, las caractersticas de la poblacin extranjera afiliada a la Seguridad Social en la Regin de Murcia entre los aos 2000 y 2003 y, por otro, las enfermedades profesionales declaradas en dicha poblacin en el mismo perodo. La informacin estadstica de afiliacin de extranjeros a la Seguridad Social se ha obtenido del Anuario de Estadsticas Laborales y de Asuntos sociales que publica el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales (2). Los datos analizados son datos de enfermedades profesionales declaradas en la Regin de Murcia, recogidas en la base de datos de EEPP del Instituto de Seguridad y Salud Laboral, por tanto se incluyen solamente las declaradas en aquellos inmigrantes afiliados a la Seguridad Social con las contingencias por enfermedad profesional cubiertas, quedando fuera del estudio el colectivo de inmigrantes ilegales, los afiliados al Rgimen Especial de Empleados del Hogar y los del Rgimen Especial de Trabajadores Autnomos.

Se analizaron las distribuciones anuales de enfermedades profesionales segn la mayora de las variables contempladas en el vigente Parte de Enfermedad Profesional, que agrupadas segn los cuatro apartados en los que se subdivide son: 1. Datos del Trabajador: nmero de bajas laborales (casos incidentes y recadas), pas de origen, gnero, edad, estado civil, antigedad en la empresa, oficio (segn clasificacin nacional de ocupaciones C.N.O.-94), tiempo de exposicin en el puesto de trabajo causante de la enfermedad profesional, y trabajos anteriores a la fecha de declaracin de la enfermedad. 2. Datos de la Empresa: actividad econmica de la empresa (segn clasificacin nacional de actividades econmicas-CNAE-93), y localidad y comarca del centro de trabajo. 3. Datos de las Empresas con riesgo de enfermedad profesional en las que el trabajador hubiera prestado sus servicios anteriormente (este apartado se analiza con menor profundidad porque en un gran porcentaje de casos llega sin cumplimentar). 4. Datos de la Enfermedad: etiologa, grupo o subgrupo de enfermedad profesional (segn el cuadro espaol), diagnstico (segn cdigo CIE.9.MC), carcter del diagnstico y grado de gravedad. En el estudio se presentan una serie de indicadores cuyas definiciones se exponen a continuacin: - Tasa de afiliacin de inmigrantes: nmero de inmigrantes afiliados a la Seguridad Social por cada mil afiliados en cada ao. Se consideran medias anuales de afiliados. - Tasa de afiliacin de inmigrantes segn Rgimen de afiliacin: nmero de inmigrantes afiliados a un determinado rgimen por cada mil afiliados en dicho rgimen, referidos tambin a cada ao. - Razn de masculinidad: nmero de hombres por cada mujer, referida exclusivamente a la poblacin de inmigrantes afiliados a la Seguridad Social. Se calcula a nivel nacional y regional, y para cada uno de los aos en estudio. - ndices de incidencia de enfermedades profesionales: nmero de EEPP declaradas por cada cien mil trabajadores afiliados a la Seguridad

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Social con las contingencias profesionales cubiertas. Se han calculado tanto los ndices anuales, referidos al nmero medio de afiliados anuales, como ndices globales, referidos al nmero medio de afiliados durante todo el perodo. - Tasas de incidencia de enfermedades profesionales: para las variables oficio y actividad econmica, al no disponer de datos de afiliacin a la Seguridad Social para cada una de las categoras de la variable, se han calculado tasas de incidencia utilizando como poblacin de referencia el nmero de ocupados extranjeros segn el Censo de Poblacin y Viviendas 2001, referidos por tanto a noviembre de 2001. As, la Tasa se refiere a nmero de EEPP totales del perodo 2000-2003 por cada cien mil ocupados extranjeros a mitad del perodo, mientras que todos los ndices anteriormente citados, se refieren al nmero medio de afiliados. RESULTADO DEL ANLISIS ESTADSTICO DE LA POBLACIN EXTRANJERA AFILIADA A LA SEGURIDAD SOCIAL EN LA REGIN DE MURCIA. Previamente al anlisis de las enfermedades profesionales en los trabajadores inmigrantes de la Regin de Murcia, es conveniente estudiar la estructura demogrfica de dicha poblacin. Este estudio se ha centrado en los trabajadores inmigrantes afiliados a la Seguridad Social en esta regin. La Tabla I muestra comparativamente la distribucin de los inmigrantes afiliados a la Seguridad

Social por gnero a nivel Nacional y Regional durante el perodo 2000-2003. Existen diferencias significativas entre las caractersticas de la poblacin extranjera afiliada a la Seguridad Social en la Regin de Murcia y la afiliada en el resto de Espaa (2). As, segn el porcentaje en cada Rgimen de Afiliacin, a nivel Nacional durante todo el perodo, predominan los extranjeros afiliados al Rgimen General y al Rgimen Especial de la Minera del Carbn (67,4%), mientras que en la Regin de Murcia el rgimen que representa un mayor porcentaje es el Rgimen Especial Agrario (REA). A pesar de lo cual, en la Regin de Murcia se viene observando una evolucin anual, segn la cual va adquiriendo peso el Rgimen General, a la vez que disminuye levemente el del Rgimen Especial Agrario, pasando el primero de representar un porcentaje del 22,2% de los afiliados en 2000 a un 36,3% en 2003, mientras que en el REA, ha pasado de un 71,1% en 2000 a un 58,3% en 2003. Cabe resear como dato de inters, el considerable aumento porcentual producido en esta regin, en el ao 2003, en el Rgimen Especial de Trabajadores Autnomos. No obstante, actualmente a nivel regional sigue siendo preponderante la afiliacin de la poblacin extranjera al Rgimen Especial Agrario. As, en el ao 2003, mientras que a nivel Nacional de cada mil trabajadores afiliados al REA el 28,91 eran inmigrantes, en Murcia ascendan al 446,14 por mil (2).

TABLA I: DATOS COMPARATIVOS DE TRABAJADORES EXTRANJEROS EN ALTA LABORAL SEGN GNERO A NIVEL NACIONAL Y EN LA REGIN DE MURCIA. PERODO 2000 -2003 Ambos sexos
N

Hombres
N % 65,26 84,12 65,65 81,43 63,86 76,04 63,73 75,12 N 296.658 19.098 398.553 27.235 531.086 39.402 589.645 42.276

Mujeres
% 34,71 15,88 34,33 18,57 36,14 23,96 36,27 24,88 157.780 3.605 208.414 6.210 300.543 12.413 335.610 14.003

Razn de masculinidad
N hombres: N mujeres 1,9:1 5,3:1 1,9:1 4,4:1 1,8:1 3,2:1 1,8:1 3:1

2000 2001 2002 2003

NACIONAL R .MURCIA NACIONAL R .MURCIA NACIONAL R .MURCIA NACIONAL R. MURCIA

454.571 22.703 607.074 33.447 831.658 51.815 925.280 56.279

Fuente: Anuario de Estadsticas Laborales y de Asuntos Sociales 2000, 2001, 2002, 2003. Ministe

rio de Trabajo y de Asuntos Sociales

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G. GIL CARCELN, M. L. GARCA SNCHEZ, R. LPEZ TORNERO

RESULTADO DEL ANLISIS ESTADSTICO DE LOS PARTES DE DECLARACIN DE LAS ENFERMEDADES PROFESIONALES EN TRABAJADORES INMIGRANTES DE LA REGIN DE MURCIA. En la Tabla II se muestra la distribucin de las enfermedades profesionales declaradas en la Regin de Murcia, durante el perodo 2000-2003, segn el origen de la poblacin trabajadora y segn gnero. El total de la poblacin extranjera afiliada a la Seguridad Social en la Regin de Murcia, en el ao 2003, supone el 11,42% del total de la poblacin afiliada, y mientras que a nivel Nacional la razn de masculinidad se sita en torno a 2:1 durante todo el perodo, en la Regin de Murcia es bastante ms elevada, observndose, no obstante, una progresiva disminucin de las diferencias en cuanto a afiliacin

por sexo, pasando de una razn de masculinidad de 5:1 en el ao 2000 a 3:1 en el ao 2003 (2). Frecuencia e ndices de incidencia: De las 2800 EEPP declaradas en la Regin de Murcia en el total de la poblacin trabajadora afiliada a la Seguridad Social, durante el perodo estudiado, 175 se han declarado en la poblacin trabajadora inmigrante, lo cual representa el 6,25% del total (3,64% en hombres y 2,61% en mujeres). Comparando la evolucin de los ndices de incidencia anuales, de las enfermedades profesionales declaradas con baja, en el perodo estudiado correspondientes a la poblacin total trabajadora de la regin con los de la poblacin trabajadora inmigrante, se observa que estos ltimos han sido significativamente inferiores a los ndices regionales (3).

TABLA II: DISTRIBUCIN DE ENFERMEDADES PROFESIONALES DE LA POBLACIN TRABAJADORA, AUTCTONA E INMIGRANTE SEGN GNERO, EN LA REGIN DE MURCIA. PERODO 2000 -2003. 2000
AUTCTONOS HOMBRES MUJERES HOMBRES MUJERES 234 188 8 8 438

2001
362 347 18 20 747

2002
388 348 34 22 792
oral

2003
421 337 42 23 823

Total
1405 1220 102 73 2800

%
50,17 43,57 3,64 2,61 100

INMIGRANTES

TOTALES

Fuente: Base de datos de EEPP de la Regin de Murcia. Instituto de Seguridad y Salud Lab

Concretamente, en el ao 2003, las EEPP diagnosticadas en inmigrantes representaron el 7,90% del total de las declaradas en la regin en dicho ao. Considerando nicamente las enfermedades profesionales con baja, se declararon en Murcia un total de 62 en inmigrantes, lo que supone un ndice de incidencia de 116,26 por cada cien mil trabajadores inmigrantes en alta en la Seguridad Social, siendo significativamente inferior al ndice de incidencia regional de enfermedades profesionales con baja en dicho ao, 196,14 (3). Casos incidentes y recadas: Las recadas no se contemplan en el parte de enfermedad profesional, pero s se recogen en la base de datos de este Instituto. De las EEPP declaradas en la poblacin trabajadora inmigrante considerada en su conjunto, el

92,57% fueron casos incidentes y el 7,43% fueron recadas de procesos anteriores. En este colectivo, las mujeres han presentado un mayor porcentaje de recadas con baja que los hombres, 10,96% frente a 4,90%. A continuacin se desarrollan los resultados de las variables analizadas en los distintos apartados del parte de enfermedad profesional: DATOS DEL TRABAJADOR Segn el pas de origen y en correspondencia con el ltimo censo de poblacin, la mayora de las enfermedades profesionales, se han producido en inmigrantes procedentes de Marruecos y de Ecuador dada la importancia de estos colectivos en la Regin de Murcia. El 50% de las declaradas en hombres, han sido en trabajadores originarios de Marruecos, y,

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en el colectivo de las mujeres, el mayor porcentaje 32,8% se ha producido en ecuatorianas. Respecto al gnero, estado civil y edad, el 58,2% de las enfermedades profesionales acaecidas en inmigrantes se han producido en hombres y el 41,7% en mujeres. No obstante, teniendo en cuenta la proporcin de estos trabajadores en alta laboral segn gnero, puede decirse que las EEPP declaradas en inmigrantes en todo el perodo han sido ms frecuentes en las mujeres que en los hombres; especialmente en el ao 2000, en el que el nmero de enfermedades profesionales declaradas correspondientes a mujeres igualaba a las declaradas en hombres, a pesar de que aquellas representaban slo el 16% de los extranjeros afiliados a la Seguridad Social. Las enfermedades profesionales tambin han sido ms frecuentes en las mujeres trabajadores autctonas, aunque en menor proporcin que en las inmigrantes. Segn los datos extrados de los partes de EEPP estudiados, el 41,18% de los hombres eran solteros, y aproximadamente el 48% de las mujeres eran casadas. En relacin con esta variable cabe destacar la gran diferencia observada entre las enfermedades profesionales declaradas en mujeres casadas y solteras, relacin que no se corresponde con la estructura de la poblacin (4), en la que el nmero de casadas y solteras es similar. No obstante, estos datos deben ser interpretados con cautela, debido al alto porcentaje de partes de enfermedades profesionales de inmigrantes en los cuales no consta el estado civil del trabajador (35,29% en hombres y 24,66% en mujeres). El mayor nmero de EEPP, tanto en hombres como en mujeres, se ha producido en el grupo de edad comprendido entre los 20 y los 39 aos, como caba esperar segn los datos del ltimo censo de poblacin. Cabe destacar que en el ao 2003 se produjo un aumento de enfermedades profesionales en inmigrantes ms jvenes, de entre 20 y 29 aos, especialmente en los hombres. En cuanto a la antigedad en la empresa, se ha de tener en cuenta el carcter temporal de la mayora de los empleos que ocupan los inmigrantes. En el ao 2002, las modalidades de contratacin de mayor peso, en inmigrantes a nivel nacional, fueron las dos modalidades de contrato temporal, con aproximadamente un 46% de contratos por obra y servicio y ms de un 40% en la modalidad de eventual por circunstancias de la produccin. Incluso en los contratos de duracin determinada el plazo era de menos de 1 ao en el 45,7% de los casos (5).

En su mayora, las enfermedades profesionales se han declarado en trabajadores inmigrantes que tenan un ao o menos de antigedad en la empresa. Aproximadamente el 61% de los hombres y el 64% de las mujeres tenan una antigedad menor de un ao en la fecha del diagnstico de la enfermedad profesional. Slo el 1,96% de los hombres y el 4,11% de las mujeres tenan una antigedad en la fecha del diagnstico de ms de tres aos. Atendiendo al oficio segn la Clasificacin Nacional de Ocupacin - C.N.O.-94 (6): En la Tabla III se expresan los datos correspondientes a porcentaje de EEPP y Tasas de Incidencia en las distintas ocupaciones. Comparando la distribucin porcentual y las tasas de incidencia para hombres inmigrantes en cada uno de los oficios se encuentra que: 1. Aunque ms de la mitad de las EEPP se dan en "Peones agropecuarios", C.N.O. 94, este grupo solamente alcanza una tasa de 324,31 por cien mil. 2. Por el contrario los "Trabajadores de las industrias extractivas", C.N.O. 74, que slo representan un 0,98% de las EEPP en hombres inmigrantes, tienen la tasa de incidencia ms elevada, 6250 por cien mil. En este sentido destacan tambin los "Trabajadores de los servicios de proteccin y seguridad", con un 0,98% de las EEPP y una tasa de 1204. 3. Otras ocupaciones a destacar son los "Peones de las industrias manufactureras" y los "Trabajadores cualificados en actividades ganaderas" (incluyendo los trabajadores de las Industria crnica), estas se encuentran entre las ocupaciones con Tasas de Incidencia ms elevadas. En las mujeres inmigrantes, el nico oficio que presenta una baja tasa de incidencia pese a representar un alto nmero de EEPP es el C.N.O. 50, "Trabajadores de los servicios de restauracin". Presentan altas Tasas de Incidencia las ocupaciones "Trabajadores cualificados en actividades ganaderas" (C.N.O. 61), "Trabajadores cualificados en otras actividades agrarias" (C.N.O. 62) y "Peones agropecuarios y de la pesca" (C.N.O. 94). Respecto al tiempo de exposicin en el puesto de trabajo causante de la enfermedad profesional, se ha puesto de manifiesto que los tiempos de exposicin que con mayor frecuencia las han originado, han

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TABLA III: DISTRIBUCIN PORCENTUAL Y TASAS DE INCIDENCIA DE ENFERMEDADES PROFESIONALES EN INMIGRANTES SEGN OFICIO (C.N.O.94) Hombres C.N.O .
50 52 53 60 61 62 71 72 74 75 76 79 83 91 94 96 97

Mujeres % EEPP
1204,82 60,13 4958,68 392,73 364,52 6250,00 173,61 671,14 696,86 110,62 390,63 324,31 647,09 2675,59 329,06 5,48 2,74 4,11 4,11 4,11 75,34 4,11 100,00

Ocupacin
Trabajadores de los servicios de restauracin Trabajadores de los servicios de proteccin y seguridad Dependientes de comercio y asimilados Trabajadores cualificados en actividades agrcolas Trabajadores cualificados en actividades ganaderas Trabajadores cualificados en otras actividades agrarias Trabajadores en obras estructurales de construccin y asimilados Trabajadores de acabado de construcciones y asimilados, pintores y otros asimilados Trabajadores de las industrias extractivas Soldadores, chapistas, montadores de estructuras metlicas, herreros, elaboradores de herramientas y asimilados Mecnicos y ajustadores de maquinaria y equipos elctricos y electrnicos Trabajadores que tratan la madera, ebanistas, industria textil, piel, cuero, calzado y asimilados Operadores de mquinas fijas Empleados domsticos y otro personal de limpieza de interior de edificios Peones agropecuarios y de la pesca Peones de la construccin Peones de las industrias manufactureras No consta TOTAL

% EEPP
0,98 0,98 5,88 7,84 2,94 0,98 0,98 2,94 1,96 0,98 0,98 50,98 12,75 7,84 0,98 100,00

Tasa de Incidencia

Tasa de Incidencia
392,93 394,48 700,93 20000,00 75000,00 1377,07 895,52 573,18

Fuente: Base de datos de EEPP de la Regin de Murcia. Instituto de Seguridad y Salud Laboral Distribucin porcentual respecto al total de EEPP declar adas en inmigrantes Tasas referidas a nmero de trabajadores afectados por cada 100.000 extranjeros ocupados

sido menores de un ao, dndose el mayor porcentaje para el tiempo de exposicin de 1 a 3 meses, representando un 33,33% en hombres y un 46,58% en mujeres. Ver Figura 1. Puede ser que en el origen de esta circunstancia influya, entre otras variables, la formacin previa necesaria para desarrollar adecuadamente las tareas del puesto de trabajo, especialmente en aquellos inmigrantes que no dominan el idioma, entre los cuales la formacin resulta insuficiente en la mayora de los casos. No obstante, resulta de inters poner de manifiesto, que el tiempo de exposicin corto previo a la aparicin de enfermedades profesionales, no es exclusivo de la poblacin laboral inmigrante, puesto que se constatan igualmente
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porcentajes similares para los tiempos de exposicin en los trabajadores autctonos, como se refleja en las "Estadsticas de Siniestralidad Laboral" y en algunos de los estudios realizados por este Instituto (7). Los trabajos anteriores a la fecha de declaracin de la enfermedad profesional que desempeaban los inmigrantes no figuran en el 34% de los partes de los hombres, y en el 23% de los correspondientes a mujeres. A partir de los datos disponibles, tanto en hombres como en mujeres, predominan como trabajos anteriores los agrcolas, los cuales suponen el 27,45 % en hombres y 58,90% en mujeres, seguido de la
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ANLISIS DE LAS ENFERMEDADES PROFESIONALES EN MURCIA

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FIGURA1: ENFERMEDADES PROFESIONALES EN INMIGRANTES SEGN TIEMPO DE EXPOSICIN. TOTAL PERODO 2000-2003 40 35 30 25 20 15 10 5 0 0 meses De 1 a 3 meses De 4 a 6 meses De 7 a 12 meses De 13 a 24 meses De 25 a 36 meses Ms de 36 meses Hombres Mujeres

construccin de inmuebles (14,71%), en el caso de los hombres, y de la hostelera (5,48%) en el de las mujeres. DATOS DE LA EMPRESA Atendiendo al sector de actividad econmica segn la Clasificacin Nacional de Actividades Econmicas - C.N.A.E.-93 (8), en los hombres inmigrantes los sectores de actividad en los cuales se han declarado ms enfermedades profesionales han sido: los de Produccin agrcola (C.N.A.E. 011) con el 31,37% y el de la Construccin de inmuebles (C.N.A.E. 452) con el 19,61%. En los tres primeros aos del perodo, ha destacado la produccin agrcola (C.N.A.E. 011), sin embargo en el ao 2003 el sector preponderante pasa a ser el de la construccin de inmuebles (C.N.A.E. 452). Llama la atencin que, a partir del ao 2002, en el sector de la industria crnica (C.N.A.E. 151), concretamente en "mataderos", se han declarado el 9,80% de las enfermedades profesionales producidas en hombres inmigrantes. Al agrupar segn secciones de la C.N.A.E.-93 por dgitos alfabticos, la que presenta una mayor tasa de incidencia es la seccin K que abarca las "Actividades inmobiliarias, de alquiler y servicios empresariales", esto es debido a que esta incluye las empresas de seleccin y colocacin de personal, es decir, las Empresas de Trabajo Temporal (ETT), muy arraigadas en esta regin, principalmente en Agricultura, como lo verifica, que en el perodo 2001-2003, el 64% de los contratos de empresas usuarias de ETT en la Regin de Murcia fueron del sector agrcola (2).
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Las otras dos secciones con mayores tasas de incidencia son la seccin D que comprende la "Industria manufacturera", y la seccin F que abarca la Construccin. En mujeres inmigrantes los sectores de actividad en los cuales se han declarado ms EEPP durante el perodo analizado, han sido principalmente el sector agrcola, representado por: la produccin agrcola (C.N.A.E. 011) con el 53,42%, seguido de la industria de conservas vegetales, en concreto la preparacin y conservacin de frutas (C.N.A.E. 153), con el 12,33%. Segn agrupacin de C.N.A.E por secciones, las dos con tasas de incidencia ms elevada coinciden con las citados anteriormente para hombres inmigrantes, secciones K y D, seguida en tercer lugar por la seccin A "Agricultura, ganadera, caza y selvicultura". En cuanto a la localidad y comarca de ubicacin del centro de trabajo, se ha comprobado que, en general, las zonas que presentan una mayor nmero de enfermedades profesionales en inmigrantes, coinciden con aquellas con un mayor nmero de residentes extranjeros: Huerta de Murcia, Campo de Cartagena y comarca del Mar Menor (9). En los hombres inmigrantes las EEPP se han presentado con ms frecuencia en centros de trabajo ubicados en el municipio de Cartagena con el 31,37%, y el segundo lugar, lo ocupan los municipios de Murcia y Torre Pacheco, con un 10,78% cada uno. De los datos anteriores se desprende que, la localizacin comarcal de las enfermedades profesionales se ha producido principalmente en centros
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de trabajo ubicados en la zona sureste de la regin, sobre todo en las comarcas del Campo de Cartagena (32,3%), Mar Menor (17,6%) y Huerta de Murcia (11,8%). En cuanto a las mujeres inmigrantes, el centro de trabajo estaba ubicado con ms frecuencia en la localidad de Murcia 17,80%, seguida de San Javier 13,70%, y de Fuente lamo 12,33%. Tambin son las comarcas de la zona sureste de la regin las que presentan mayor nmero de EEPP en las mujeres. DATOS DE LA ENFERMEDAD Atendiendo a la distribucin de las enfermedades profesionales segn la etiologa, se ha podido observar que, tanto en hombres como en mujeres inmigrantes, la primera causa que ha originado EEPP en el perodo estudiado, han sido las tareas que implican movimientos repetitivos. En hombres han supuesto el 53,92% y en las mujeres el porcentaje ha sido bastante ms alto, de un 78,08%. La segunda causa originaria es muy distinta segn el gnero, as en los hombres ha sido el contacto con ganado, representando el 12,75%, y en mujeres, ha sido el contacto con sustancias irritantes y/o alergnicas, desencadenando principalmente dermatitis profesionales. La tercera causa originaria de EEPP en este colectivo, ha sido la manipulacin de cargas en los hombres (11,76%), y las posturas forzadas en las mujeres (4,11%). En hombres inmigrantes la cuarta causa desencadenante de enfermedades profesionales ha sido el contacto con sustancias irritantes y/o alrgicas y dentro de estas, el contacto con cemento representa el 7,84%.

Destaca que, aunque gran parte de los inmigrantes realizan tareas agrcolas, la inhalacin de plaguicidas slo represente el 1,96% de las causas desencadenantes de EEPP en los hombres. Ver Figura 2. Se ha comparado la incidencia de enfermedades profesionales entre la poblacin autctona y la poblacin inmigrante, atendiendo al grupo de enfermedad profesional segn el Cuadro Espaol (10). En la Tabla IV se exponen los ndices de incidencia comparativos de las enfermedades profesionales, entre ambas poblaciones trabajadoras. (Slo se han considerado los grupos y subgrupos de la clasificacin de enfermedades profesionales en los cuales se han declarado partes de enfermedad profesional en ambos colectivos). Estos datos ponen de manifiesto que en la mayora de los grupos de EEPP, la incidencia ha sido mayor en trabajadores autctonos, exceptuando el grupo D3 de enfermedades infecciosas y parasitarias, en el cual a partir de 2002 se produce una inversin en la incidencia, siendo esta mucho mayor en trabajadores inmigrantes que en autctonos: 12,3 por cada cien mil inmigrantes afiliados a la Seguridad Social frente al 3,9 por cada cien mil trabajadores autctonos afiliados. En 2003, esta diferencia es an ms significativa, ya que la incidencia en inmigrantes es 13,1 frente a una incidencia de 1,4 en autctonos. La incidencia en el grupo D3 de enfermedades infecciosas y parasitarias, en ambas poblaciones, se debe principalmente a la declaracin de brucelosis ocupacional (codificada con el 023.9 en la clasificacin CIE.9.MC). No obstante, mientras que en la

FIGURA 2: DISTRIBUCIN DE ENFERMEDADES PROFESIONALES EN INMIGRANTES SEGN LA ETIOLOGA DE LAS CAUSAS. PERODO 2000 -2003
HOMBRES
Inhal aci n pl agui ci das 2,0% Movi mi entos r epeti ti vos 53,9%
Cont act o con sust anci as i r r i t ant es y/ o al er gni cas 11, 0% 4, 1%

MUJERES
M ani pul aci n de car gas Sobr eesf uer zos1, 4% P ost ur as f or zadas 2, 7% Ot r as causas 2, 7% M ovi mi ent os r epet i t i vos 78, 1%

Contacto con cemento 7,8% Contacto con ganado 12,7%

Mani pul aci n de car gas 11,8% Sobr eesf uer zos 4,9% Postur as f or zadas 2,0% Contacto con otr as sustanci as i r r i tantes y/ o al r gi cas 4,9%

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TABLA IV: DATOS COMPARATIVOS DE NDICES DE INCIDENCIA DE ENFERMEDADES PROFESIONALES DECLARADAS EN TRABAJADORES AUTCTONOS E INMIGRANTES POR GRUPO DE ENFERMEDAD PROFESIONAL. PERODO 2000 -2003 Grupo de enfermedad B2 De la Piel Trabajadores AUTCTONOS INMIGRANTES C5 Asma C6 Irritacin vas areas superiores D3 Infecciosas y parasitarias AUTCTONOS INMIGRANTES AUTCTONOS INMIGRANTES AUTCTONOS INMIGRANTES E6a Bursitis AUTCTONOS INMIGRANTES E6b Tendinitis y Tenosinovitis AUTCTONOS INMIGRANTES E6e Neuropatas por presin AUTCTONOS INMIGRANTES 2000 22,9 4,7 2,2 0,0 0,3 0,0 1,3 0,0 0,3 0,0 90,8 66,1 11,1 4,7 2001 18,5 19,0 4,0 0,0 0,0 0,0 3,7 0,0 4,9 0,0 153,8 97,9 21,2 0,0 2002 17,8 12,3 3,6 0,0 0,9 0,0 3,9 12,3 6,6 2,0 153,6 77,6 23,5 10,2 2003 15,9 11,3 2,3 3,8 1,7 1,9 1,4 13,1 2,0 0,0 161,0 84,4 25,3 7,5

Fuente: Base de datos de EEPP de la Regin de Murcia. Instituto de Seguridad y Salud Laboral ndices referidos a nmero de trabajadores afectados por cada 100.000 afiliad os a la Seguridad Social

poblacin inmigrante, la incidencia es mayor y todos los casos son debidos a brucelosis, en los trabajadores autctonos, aunque el diagnstico principal del grupo D3 es tambin el de brucelosis, no es el nico, apareciendo tambin los diagnsticos de hepatitis B y C, tuberculosis pulmonar, varicela, fiebre Q, herpes circinado, dermatofitosis, y onicomicosis. La Tabla V refleja la distribucin de enfermedades profesionales en inmigrantes atendiendo al criterio diagnstico CIE.9.MC (11), observndose que, tanto en hombres como en mujeres, el diagnstico clnico ms frecuente ha sido la tendinitis de mueca y/o mano (cdigo 727.05), aunque con un porcentaje de presentacin bastante distinto segn sexo: mientras que en los hombres este diagnstico representa el 26,47% del total, en las mujeres, representan ms de la mitad de los diagnsticos (52%). En la poblacin autctona, tambin ha sido el diagnstico ms frecuente de enfermedad profesional. La incidencia de la tendinitis de mueca y/o mano para el perodo estudiado, ha sido de 210,3 por cada cien mil trabajadores autctonos, y de 159,8 por cada cien mil trabajadores inmigrantes.

Especialmente llama la atencin, que el segundo diagnstico ms frecuente en hombres inmigrantes, durante dicho perodo, haya sido el de brucelosis, representando el 12,75% de los diagnsticos. Esto puede deberse a que en el perodo estudiado un porcentaje importante de las plantillas de los mataderos estn ocupadas por hombres inmigrantes, en especial de origen marroqu. Segn la distribucin anual, los trece casos diagnosticados de brucelosis en inmigrantes, se produjeron en 2002 y 2003, siendo en el ao 2003, cuando se produce la mayor diferencia en la incidencia de esta enfermedad entre trabajadores autctonos e inmigrantes. En ese ao, el ndice de incidencia de brucelosis en inmigrantes fue de 13,1 frente al 0,3 por cien mil afiliados en trabajadores autctonos. Tomando como referencia la poblacin media afiliada a la Seguridad Social en el conjunto de los cuatro aos, el ndice de incidencia global para la brucelosis ha sido de 33,5 frente a 5,7 casos por cada cien mil trabajadores afiliados, en trabajadores autctonos considerados aisladamente.

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TABLA V : DISTRIBUCIN DE ENFERMEDADES PROFESIONALES EN INMIGRANTES SEGN DIAGNSTICO Y GNERO. PERODO 2000 -2003 Diagnstico (Cdigo CIE 9 MC) 727.05 Tendinitis mueca/mano 023.9 Brucelosis 727.09 Tendinitis codo/rodilla 727.04 Tenosinovitis estiloides radial 354.0 Sndrome tnel carpiano NCOC 692.6 Dermatitis alrgica plantas 692.4 Dermatitis contacto cemento y caucho 692.5 Dermatitis contacto ocupacional 726.0 Tendinitis y tenosinovitis hombro Otros diagnsticos TOTAL Gnero Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres
3 1 8 8 5 3 18 20 5 6 34 22 9 6 42 23 2 1 1 1 3 1 3 3 3 2 1 2 1 4 1 1 2 6 2 2 3 4 3 1 1 1 3 1

2000
2 6

2001
5 11

2002
9 8 6

2003
11 13 7

Total
27 38 13 0 11 2 8 5 5 5 0 5 6 0 5 2 5 0 22 16 102 73

%
26,47 52,05 12,75 0,00 10,78 2,74 7,84 6,85 4,90 6,85 0,00 6,85 5,88 0,00 4,90 2,74 4,90 0,00 21,57 21,92 100 100

Fuente: Base de datos de EEPP de la Regin de Murcia. Instituto de Seguridad y Salud Laboral

Con este estudio no puede precisarse si las brucelosis declaradas en hombres inmigrantes, han sido diagnosticadas por primera vez en la regin o si, algunos de los casos, han sido recadas de procesos anteriores contrados en su pas de origen. Teniendo en cuenta la distribucin de los casos de brucelosis de origen ocupacional por empresas, se observ que el 78,12% se haban declarado exclusivamente en una empresa dedicada al sacrificio de ganado. En dicha empresa la incidencia de brucelosis fue especialmente significativa en los aos 2002 y 2003, producindose un autntico brote epidmico en todos los trabajadores de la empresa, aunque ms acusado en los trabajadores inmigrantes. As, en el ao 2003, la enfermedad afect al 16,67 por cien de los trabajadores inmigrantes frente al 2,27 por cien de los trabajadores autctonos.

De los datos anteriores, se deduce que la incidencia de la brucelosis de origen ocupacional en la Regin de Murcia durante el perodo estudiado, no ha sido un hecho generalizado en la regin, sino que se debi a un brote epidmico localizado en una nica empresa. Como se observa en la Figura 3, en el colectivo de mujeres inmigrantes, el segundo diagnstico ms frecuente, ha sido el de las dermatitis profesionales, incluyendo en este epgrafe la dermatitis alrgica a plantas, y las dermatitis ocupacionales no filiadas. El tercer y cuarto lugar de los diagnsticos en hombres inmigrantes es debido a tendinitis de codo y/o rodilla (10,78%) y a tenosinovitis de la estiloides radial (7,84%), mientras que en las mujeres inmigrantes el tercer diagnstico ms frecuente vuelve a estar ocupado, entre otros, por dermatitis ocupacionales, en este caso no filiadas.

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FIGURA 3 : DISTRIBUCIN DE ENFERMEDADES PROFESIONALES EN INMIGRANTES SEGN DIAGNSTICO Y GNERO. PERODO 2000 -2003
H OM B R E S
Ot ros diagnst icos 21,57% 727.05 26,47%

Cdigo CIE 9 MC
023.9 Brucelosis

Diagnstico

726.0 4,90% 692.5 4,90% 023.9 692.4 6% 354.0 4,90% 727.04 7,84% 727.09 10,78% 12,75%

354.0 692.4 692.5 NCOC 692.6 726.0 727.04


M UJ E R E S
Otros diagnsticos 22%

Sndrome tnel carpiano Dermatitis contacto cemento y caucho Dermatitis contacto ocupacional Dermatitis alrgica plantas Tendinitis y tenosinovitis hombro Tenosinovitis estiloides radial Tendinitis mueca/mano Tendinitis codo/rodilla

727.05
727.05 51%

727.09

692.5 3% NCOC 692.6 7% 354.0 7%

727.04 7%

727.09 3%

Segn el carcter del diagnstico, se ha constatado que en la poblacin inmigrante, tanto en hombres como en mujeres, aproximadamente el 86% de los diagnsticos emitidos de enfermedad profesional, lo han sido con carcter de certeza, y solamente en torno al 14% lo han sido con carcter de presuncin. En cuanto al grado de gravedad de enfermedad, todas las enfermedades profesionales declaradas en inmigrantes durante el perodo estudiado han sido de carcter leve.

CONCLUSIONES Los resultados de este anlisis permiten afirmar que, durante el perodo analizado, la tasa de incidencia de enfermedades profesionales en la poblacin trabajadora inmigrante ha sido significativamente menor que en la poblacin trabajadora autctona. Respecto a la etiologa y a los diagnsticos de las enfermedades profesionales, no se han encontrado diferencias significativas entre ambas poblaciones.

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BIBLIOGRAFA
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RIESGO DE ENFERMEDAD CORONARIA EN DOS POBLACIONES LABORALES DIFERENTES


CARLOTA ESPINA ALVAREZ*, PEDRO ARCOS GONZLEZ**, ARTURO CANGA ALONSO*** LAURA MALLADA RIVERO*, FRANCISCO DAZ MORA* (*) Servicio de Prevencin MEDYCSA. (**) rea de Medicina Preventiva y Salud Pblica. Departamento de Medicina. Universidad de Oviedo. (***) Servicio de Prevencin Universidad de Oviedo.

RESUMEN
Objetivo: Estimar el riesgo coronario en dos poblaciones laborales diferentes para establecer programas de prevencin de enfermedades coronarias en el medio laboral segn los respectivos perfiles de riesgo. Metodologa: Estudio retrospectivo de factores de riesgo coronario (presin arterial sistlica y diastlica, ndice de masa corporal, colesterol total srico, tabaco y antecedentes familiares de coronariopata en menores de 55 aos) recogidos en el examen de salud de 3857 trabajadores de dos colectivos (ejecutivos y peones de construccin) aplicando una escala de riesgo cardiovascular. Los datos se analizaron con el paquete G-STAT y se usaron pruebas de Chi cuadrado y t de Student. Resultados: El riesgo coronario es ms alto en hombres mayores en los dos grupos estudiados; moderado en peones de construccin y moderadobajo en ejecutivos. En mujeres es ms alto en ejecutivas en el mismo grupo de edad aunque sea bajo, segn la clasificacin utilizada. Globalmente es mas alto en el grupo de edad mayor de 51 aos, tanto en ejecutivos cmo en peones. Por gnero y sin valorar la edad el riesgo es siempre mayor en hombres aunque en el nivel bajo Conclusiones: Hay diferencias en riesgo coronario por genero siendo ms alto, independientemente del puesto, en hombres que en mujeres. Los ejecutivos hombres tienen menor riesgo coronario que los peones hombres. En mujeres el riesgo coronario es mayor en las ejecutivas. Hubo adems diferencias importantes entre los dos grupos en la prevalencia de los factores de riesgo coronario.

ABSTRACT
Goal: Evaluate the coronary risk in two different working populations to establish programmes to prevent coronary disease in the workplace adapted to their risk profiles. Methodology: We developed a retrospective study of coronary risk factors (systolic and diastolic blood pressure, body mass index (B.M.I.), seric cholesterol rate, tobacco consumption and history of relatives previously affected by coronary disease in workers who are under 55). These data were collected after having checked the health of 3857 workers belonging to two different working populations, executives and unskilled construction workers. The data were processed and analysed with G-STAT and we also applied ?2 and t- Student. Results: Coronary risk is higher for the oldest male workers belonging to both groups. It is considered to be average for unskilled construction workers and average-low for executives. As far as female workers are concerned, it is higher for executives belonging to the same age group, although it is low according to the rating used in the sample. All in all, it is higher for both groups of workers who are older than 51. As regards gender, the risk is always higher for male workers, though it is on the lower level of the scale. Conclusion: There are differences in coronary risk according to gender as the risk is higher for male workers no matter their working place. Male executives present a lower degree of coronary risk than male unskilled construction workers. Female executives have a higher degree of coronary risk when compared to female unskilled construction workers. We have noticed remarkable and important differences on the prevalence of coronary risk factors in both working populations.

PALABRAS CLAVES
Riesgo cardiovascular, medicina laboral, estudio poblaciones laborales.

KEY WORDS
Coronary risk factors, occupational medicine, working populations study.

Med Segur Trab 2005; Vol LI N 200: 43-49

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C. ESPINA ALVAREZ, P. ARCOS GONZLEZ, A. CANGA ALONSO, L. MALLADA RIVERO, F. DAZ MORA1 srico total, el consumo de tabaco y la presencia de antecedentes familiares de enfermedad coronaria antes de los 55 aos, recogidos sistemticamente en el examen de salud realizado a los trabajadores. Se aplic en todos los casos la escala de riesgo cardiovascular elaborada y validada por ANGGARD y Cols.(14) y propuesta por la Liga Espaola de Lucha contra la Hipertensin Arterial(15), en la que se puntan una serie de parmetros de la siguiente manera: Presin Arterial Sistlica medida en mm Hg y clasificada en Grupos 0 (0-140), I (141-160); II (161-200), IV (mayor de 200). Presin Arterial Diastlica medida en mm Hg en las categoras 0 (090), I (91-110) ; II (111-120), IV (mayor de 120). ndice de Quetelet en las categoras 0 (menor de 27.5) y II (mayor de 27.5) ; Colesterol srico total en mg/dl en las categoras 0 (0-174),II (175-215), IV (216-270), VI (271-348), VIII (mayor de 348); Hbito tabquico en cigarrillos/da en las categoras 0 (0), I (1-10); III (11-20), V (21-40), VII (ms de 40) y, finalmente, los antecedentes familiares de enfermedad coronaria antes de los 55 aos, en nmero de casos, con las siguientes categoras: 0 (ningn antecedente); I (1-2),II (3-4), III ( 5-6), IV (mas de 6). Para calcular el riesgo coronario se clasific la poblacin laboral estudiada en grupos de edad (menos de 30 aos, 30 a 40, 41 a 50 y mas de 50) y de acuerdo con ANGGARD y Cols.(14) y teniendo en cuenta la suma de la puntuacin asignada tanto al sexo cmo a los distintos factores de riesgo considerados se calcul el promedio de cada grupo de edad, estableciendo las siguientes categoras de riesgo : riesgo bajo (0 a 6), riesgo moderado (6 a 9) riesgo alto (10 a 15) y riesgo muy alto (mas de 15). Los datos obtenidos fueron analizados con el paquete estadstico G-STAT, utilizando como pruebas de examen de la significacin de las diferencias entre los grupos el test de Chi cuadrado (para las variables cualitativas) y t de Student (para las variables cuantitativas). RESULTADOS En la distribuciones por edad y sexo de los grupos estudiados hay una significativa (2 = 159.9; p = 0.0001) mayor proporcin de hombres que de mujeres en ambos grupos. Esta diferencia por sexo tambin era significativa (p=0.0001) en el caso de los hombres pertenecientes al colectivo de peones de la construccin. Por otro lado, tambin era significativamente mayor (t=18.5; p= 0.000) la edad media del grupo de ejecutivos (media = 41.4 aos; ds = 9.2) frente a la del grupo de los peones (media = 35 aos; ds = 10.9).

INTRODUCCIN Las enfermedades cardiovasculares (ECV, en adelante) son actualmente la primera causa de muerte en los pases occidentales(1). Espaa no constituye una excepcin y, aunque la tendencia de la mortalidad por ECV est en situacin estable en los ltimos aos(2), este grupo de enfermedades son tambin la primera causa de muerte en nuestro pas(3). De todas ellas, la cardiopata isqumica (en adelante, CI) constituye uno de los principales problemas de salud pblica, adems de la primera causa de mortalidad en la poblacin adulta de los pases desarrollados(4), incluida Espaa(5), sin olvidar la importante repercusin que la CI tiene en el mbito laboral, tanto por las bajas laborales que ocasiona cmo por su impacto en la reincorporacin laboral(6,7,8). En este sentido y, dado que los diferentes factores de riesgo cardiovascular suelen aparecer asociados en un mismo individuo y tienen un efecto sinrgico(9), para conseguir resultados ptimos en cuanto a estrategias preventivas, estas debern ser necesariamente multifactoriales(10,11). Habida cuenta que una de las actividades prioritarias de la Medicina del Trabajo es la prevencin y la promocin de la salud, a ella no deben escapar las ECV en sus conjunto(12) dado que, adems, la CI representa una proporcin importante de ese grupo de enfermedades, y la utilizacin de perfiles de riesgo ha demostrado su utilidad en Salud Pblica y Medicina Preventiva. El objetivo de este trabajo es estudiar el perfil de riesgo cardiovascular de dos colectivos con diferentes condiciones laborales mediante una escala de valoracin del riesgo cardiovascular(13) que sirva para identificar a los pacientes con mayores niveles de riesgo y en base a ello establecer la estrategia intervencin ms adecuada. MATERIAL Y METODOS La poblacin laboral estudiada estaba formada por 3857 trabajadores distribuidos por todo el territorio nacional y pertenecientes a dos colectivos laborales: el colectivo A formado por 2089 ejecutivos y el colectivo B formado por 1768 peones de la construccin y cuya caracterstica comn es que la vigilancia de la salud en sus empresas era llevada a cabo por el mismo Servicio de Prevencin Ajeno de mbito Nacional. Las variables estudiadas, procedentes de la historia clnico-laboral utilizada en los centros asistenciales del citado Servicio de Prevencin Ajeno, fueron la presin arterial sistlica y diastlica, el ndice de masa corporal (ndice de Quetelet), el colesterol

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Tal como se muestra en la tabla I, haba una diferencia global estadsticamente significativa en los dos grupos en cuanto a la distribucin de sus niveles de presin arterial sistlica (c2=11.4; p=0.003) y diastlica (2 =6.6; p=0.03), mientras que en el anlisis por categoras solo hubo diferencias estadsticamente significativas en cuanto a una mayor presin arterial sistlica en la poblacin de peones de la construccin en las categoras I (2 = 4; p=0.04) y II (2 =5.9, p= 0.01), que representa el 14.2 % de esta poblacin. Tabla I: Distribucin de los niveles de presin arterial sistlica y diastlica
Categora Presin Arterial Sistlica Total Presin Arterial Diastlica Total 0 I IV 0 I II Ejecutivos n (%) 1853 (88.7) 231 (11.0) 5 (0.2) 2089 (100) 1872 (89.6) 214 (10.2) 3 (0.14) 2089 (100) Peones construccin n (%) 1516 (85.7) 238 (13.4) 14 (0.8) 1768 (100) 1550 (87.6) 218 (12.3) 0 (0.0) 1768 (100) 2 (p) 0.51 (0.47) 4 (0.04) 5.9 (0.01) 11.4 (0.003) 0.2 (0.64) 3.3 (0.06) 2.5 (0.11) 6.6 (0.03)

Tabla III: Distribucin de los niveles de colesterol srico


Categora 0 II IV VI VIII TOTAL Ejecutivos n (%) 500 (23.9) 909 (43.5) 599 (28.6) 80 (3.8) 1 (0.05) 2089 (100) Peones construccin n (%) 692 (39.1) 644 (36.4) 366 (20.7) 63 (3.5) 3 (0.17) 1768 (100) 2 (p) 54.3 (0.001) 8.5 (0.003) 19.5 (0.001) 0.17 (0.67) 1.36 (0.24) 109 (0.001)

go, en la poblacin de peones de la construccin la diferencia significativa aparece en el grupo que tiene cifras de colesterol inferiores a 174 (2 =54.3; p=0.001). Por lo que se refiere al hbito de consumo de tabaco (Tabla IV) hubo diferencias globales estadsticamente significativas (2 =256.7; p=0.001). Es significativo (2 = 50.4; p=0.001) que el 75 % de la poblacin de ejecutivos estudiados manifiesta no ser fumadores, mientras que en la poblacin de peones de la construccin el 47 % es fumadora con una cifra comprendida entre 11 y 20 (2 = 100; p= 0.001), 21 y 40 (2 = 40; p= 0.001) y ms de 40 (2 = 9; p= 0.002) cigarrillos / da, con diferencias significativas en el sentido de un mayor consumo de tabaco en los peones de la construccin. Tabla IV: Distribucin de los niveles de consumo de tabaco
Categora 0 I III V VII TOTAL Ejecutivos n (%) 1578 (75.5) 169 (8.1) 231 (11.0) 103 (4.9) 8 (0.38) 2089 (100) Peones construccin n (%) 920 52.0) 176 (10.0) 459 (26.0) 191 (10.8) 22 (1.20) 1768 (100) 2 (p) 50.4 (0.001) 3.4 (0.06) 100 (0.001) 40 (0.001) 9 (0.002) 256.7(0.001)

En relacin con el ndice de masa corporal o ndice de Quetelet (Tabla II) hubo una diferencia significativa global entre los dos grupos (2 = 1.7; p= 0.001) y en el anlisis por categoras la significacin estadstica se hace patente en un mayor ndice de masa corporal en la poblacin de peones de la construccin con un ndice superior a 27.5 (2 = 75; p= 0.0001). Tabla II: Diferencias en el ndice de Masa Corporal
Categora 0 II TOTAL Ejecutivos n (%) 1428 (68.3) 661 (31.6) 2089 (100) Peones construccin n (%) 1175 (66.4) 593 (33.5) 1768 (100) 2 (p) 0.3 (0.58) 75 (0.0001) 1.7 (0.001)

Al considerar la presencia de antecedentes de enfermedad coronaria en familiares menores de 55 aos (Tabla V), se aprecia significacin estadstica global (2 =25.6; p= 0.0001); as cmo dentro de la poblacin de ejecutivos en el grupo que manifiesta tener 1 2 familiares con antecedentes de enfermedad coronaria (2 =19; p=0.0001). Tabla V: Distribucin de los antecedentes de enfermedad coronaria en familiares menores de 55 aos
Categora 0 I II Total Ejecutivos n (%) 1831 (87.6) 251 (12.0) 7 (0.34) 2.089 (100) Peones construccin n (%) 1636 (92.5) 130 (7.3) 2 (0.11) 1768 (100) 2 (p) 1.3 (0.24) 19 (0.0001) 2 (0.15) 25.6 (0.0001)

En lo que se refiere a la cifra de colesterol srico (Tabla III) hubo una diferencia significativa global (2 =109, p= 0.001) en los niveles medios de ambos grupos, en tanto que su anlisis por niveles mostr diferencias estadsticamente significativas para los niveles de colesterol comprendidos en las categoras II (175 a 215) (2 = 8.5, p= 0.003) y IV (216 a 270) (2 = 19.5; p= 0.001) ambas con el nivel de colesterol mayor en la poblacin de ejecutivos. Sin embar-

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C. ESPINA ALVAREZ, P. ARCOS GONZLEZ, A. CANGA ALONSO, L. MALLADA RIVERO, F. DAZ MORA1 Figura 1: Prevalencia de Factores de Riesgo
Porcentaje
60

56.25

50

45.70

Ejecutivos(%)
40

33.54 32.55 31.64

Peones (%)

30

24.46

20

14.25 12.35 10.39 12.33 7.46 11.30

10

Antecedentes coronarios

Hbito Tabac

Colesterol Total Ind Masa Corp Presin Art Diast Presin Art Sist

Factor de Riesgo

Tabla VI: Comparacin entre el riesgo coronario en hombres y mujeres de las dos poblaciones consideradas
Ejecutivos n (%) H M 110 48 (6.85) (9.94) 702 204 (43.7) (42.2) 490 149 (30.5) (30.8) 304 82 (18.9) (16.9) 1606 483 (100) (100) Peones n (%) H M 630 6 (37.5) (35.9) 599 6 (37.5) (34.1) 339 4 (25.0) (19.3) 184 0 (0.0) (10.5) 1752 16 (100) (100) Total Riesgo H M 3.93 2.5 5.59 6.44 7.06 5.31 3.83 5.75 0 3.81 n H 740 1301 829 488 3358 M 54 210 153 82 499 Riesgo global H M 2.11 1.65 4.94 5.80 6.39 5.12 3.56 4.55 5.84 4.03

Edad <30 31 40 41 - 50 51 Total

Riesgo H M 1.54 3.37 4.38 5.37 6 4.92 3.55 4.52 5.84 4.04

La Figura 1 resume la prevalencia de los diferentes factores de riesgo estudiados en los dos grupos; pudiendo observarse que, con excepcin de los antecedentes de enfermedad coronaria en familiares menores de 55 aos que resulta ser mas prevalente en los ejecutivos, los dems factores de riesgo estudiados son ms prevalentes en los peones de la construccin.

En la tabla 6 se muestra el riesgo coronario de los dos colectivos estudiados, comparativamente, segn el gnero, observando que el riesgo coronario es ms elevado en el grupo de edad igual o mayor de 51 aos en los hombres de los dos grupos estudiados, si bien mientras que en el grupo de ejecutivos se encuentra en el lmite entre riesgo bajo y moderado, de acuerdo con la clasificacin establecida, en cam-

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bio en el grupo de peones de la construccin se puede considerar moderado. En las mujeres del grupo de ejecutivos tambin es ms elevado en el mismo grupo de edad; mientras que en las del grupo de peones de la construccin es ms elevado en el grupo de edad comprendido entre 41 y 50 aos; si bien en ambos casos se considera bajo, de acuerdo con la misma clasificacin. Sin embargo, cuando se analiza el riesgo coronario globalmente, por edad, resulta ser mas elevado en el grupo de edad igual o mayor de 51 aos, tanto en el grupo de ejecutivos cmo en el de peones de la construccin, estando en el nivel bajo en ambos casos. Si analizamos la muestra en conjunto por gnero y sin tener en cuenta los distintos grupos de edad observamos que el RC es siempre mayor en los varones (4.92 y 5.31) aunque en el nivel bajo de la clasificacin antedicha. DISCUSION La distribucin por sexo de la poblacin estudiada muestra una marcado predominio de hombres (87.06%) sobre mujeres (14.86%). Este dato debe ser tenido en cuenta a la hora de analizar nuestros resultados, ya que los mltiples estudios previos ponen de manifiesto una mayor prevalencia de factores de riesgo coronario en hombres dentro del rango de edades en el que nos movemos en ste estudio16. La media de edad de la poblacin estudiada era de 41.4 ( 9.2 aos) en el grupo de ejecutivos y 35 10.9 aos en el de peones de la construccin; lo que nos permite afirmar que se trata de una poblacin joven. Al analizar las cifras de presin arterial sistlica y diastlica no podemos comparar nuestras prevalencias con las encontradas por VICENTE y Cols.16 (14.2%) dado que estos autores nos dan la prevalencia de hipertensin arterial en general de acuerdo con el criterio de la OMS (TAS 160 y/o TAD 95)17; ni con las comunicadas por MARTNEZ, M.A. y Cols.18 que oscilan entre el 8.4% y el 19.1%, sta ltima cuando se incluyen a individuos con valores limtrofes (TAS 140, TAD 90 mm de Hg) y por ALVAREZ,A. y Cols.19 que refieren una cifra de hipertensos del 30.7%, considerando cmo valores lmites los antedichos. En lo que se refiere al ndice de masa corporal (ndice de Quetelet) nuestra prevalencia (31.64% y 33.54%, respectivamente para cada uno de los colectivos estudiados) resulta ser muy inferior a la observada por MARTNEZ, M.A. y Cols.18 que obtienen una prevalencia de sobrepeso del 65.1 %; si bien no

podemos decir que estemos ante obesidad como sostienen VICENTE y Cols.(16), que la estiman en un 28%, ya que para tal aseveracin dichos autores sitan el ndice de Quetelet en valores mayores o iguales a 30. Si podemos afirmar la presencia de sobrepeso en el colectivo de peones de la construccin, considerando un ndice de Quetelet mayor de 27.5(13). En relacin con la hipercolesterolemia nuestra prevalencia (32.55% y 56.25%, respectivamente) resulta ser superior a la encontrada por VICENTE Cols.(16) (18%) e inferior a la observada por MARTNEZ, M.A. y Cols.(18) que dan cifras del 69.3 %. El tabaquismo es un factor de riesgo muy prevalente en Espaa llegando a alcanzar en 1997 la prevalencia del consumo de cigarrillos el 36%(20), habiendo sido el tabaquismo responsable en Espaa, segn las estimaciones realizadas, de 6.307 muertes por cardiopata isqumica y 5.803 por enfermedad cerebrovascular(21). En lo referente a los antecedentes familiares de enfermedad coronaria, es conocido que la CI tiene una fuerte asociacin familiar(22) y que los parientes en primer grado de pacientes coronarios tienen mas riesgo que la poblacin general(8); habindose observado en revisiones de historias clnicas de pacientes que murieron por CI antes de los 55 aos que dos terceras partes tenan antecedentes familiares de coronariopatas(23). En cuanto al nivel de conocimiento por parte de los trabajadores de la presencia de antecedentes de enfermedad cardiovascular en familiares de primer grado oscila entre el 27 %(8) y el 14.6 % citado en el "Estudio Preventcort" (24), estando relacionado con dos variables: por una parte, el mayor nivel cultural (los gerentes son quienes ms porcentaje presentan y los trabajadores manuales quienes menos)(8), hecho que tambin hemos encontrado nosotros en nuestro estudio, y, por otro lado, con la edad, ya que los jvenes tienen un menor conocimiento de ste hecho. En nuestro estudio la prevalencia encontrada oscila entre el 24.46% en el colectivo de ejecutivos y el 45.70% en la poblacin de peones de la construccin, que resulta ser; en ambos casos, inferior a la observada por VICENTE y Cols.(16) (52.5%), MARTNEZ, M.A. y Cols.(18) (44.2%) y ALVAREZ, A. y Cols.(19) (45.9%). Dicha prevalencia guarda relacin con el nivel de RC encontrado en nuestro estudio que tambin resulta ser ms elevado en la poblacin de peones de la construccin.

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C. ESPINA ALVAREZ, P. ARCOS GONZLEZ, A. CANGA ALONSO, L. MALLADA RIVERO, F. DAZ MORA1 Por otro lado, es significativamente ms prevalente el factor de riesgo "antecedentes familiares de enfermedad coronaria"; mientras que en el grupo de peones de la construccin son significativamente ms prevalentes el resto de los factores de riesgo "presin arterial sistlica", "presin arterial diastlica", "ndice de Masa Corporal" y "hbito tabquico". Ello indica la necesidad de diferenciar las estrategias preventivas en cada uno de los grupos para adaptarlas a su perfil de riesgo.

En general puede concluirse que hay diferencias en el nivel de riesgo coronario estudiado segn el genero de forma que el riesgo global, independientemente del puesto de trabajo, es mayor en hombres que en mujeres. En relacin con el puesto de trabajo, los ejecutivos hombres tienen un riesgo coronario menor que los peones de la construccin de su mismo gnero. Esta diferencia se da en sentido contrario en el grupo de mujeres estudiadas, es decir un mayor riesgo coronario en las mujeres ejecutivos.

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ANAMNESIS EN DERMATOLOGA LABORAL*


* (Primero de una serie de tres artculos sobre el estudio del enfermo con patologa dermatolgica laboral)

FELIPE HERAS MENDAZA, BLANCA DAZ LEY, LUIS CONDE-SALAZAR GMEZ. Servicio de Dermatologa. Escuela Nacional de Medicina y Seguridad del Trabajo. Instituto de Salud Carlos III

RESUMEN Resumen: La anamnesis es la principal herramienta diagnstica en Dermatologa Laboral. Puesto que alrededor del 90% de las dermatosis profesionales corresponden a dermatitis de contacto, nuestro interrogatorio se centrar principalmente en conocer las sustancias irritantes o sensibilizantes que se encuentran en el entorno laboral. Esto tambin incluye las medidas de proteccin (guantes, mascarilla, botas) y los jabones o cremas que utilice el paciente en relacin con su puesto de trabajo. Es importante adems indagar sobre empleos pasados y si presentaba algn problema dermatolgico en ellos, ya que podra explicar una sensibilizacin que no est relacionada con la dermatitis actual. La relacin temporal de las lesiones con la actividad profesional, y la mejora de las mismas cuando no trabaja, es un dato importante para sospechar una causa laboral. Otro dato que apoya un origen laboral es la afectacin de varios trabajadores en la misma empresa. La opinin del paciente acerca de cul es el producto que le produce la dermatitis de contacto nos puede ser de gran ayuda. Tambin debemos conocer cules son sus actividades y aficiones extra-profesionales y si presenta rasgos atpicos. Despus de una anamnesis bien realizada debemos sospechar el diagnstico, antes incluso de realizar la exploracin fsica, y utilizar sta y las pruebas complementarias para confirmarlo. PALABRAS CLAVES
Anamnesis, dermatosis profesional, dermatitis de contacto, historia clnica, eccema profesional.

ABSTRACT Anamnesis is the main diagnostic tool in Occupational Dermatology. Since about 90% of occupational dermatosis corresponds to contact dermatitis, our questions to the patient are, essentially, directed to know the irritants and allergenic substances present at workplace. This also includes protective measures (gloves, masks, boots) and soaps or creams used at work. It is important to know the past occupations of the patient and if he/she has had dermatologic problems, because this could explain a sensitization that is not related to the current dermatitis. Temporal relation of the lesions with the professional activity, and improvement when the patient does not work, is an important support of an occupational origin. Several workers affected in the same company also support it. The opinion of the patient about the cause of the contact dermatitis can be very helpful. We must also know his/her hobbies, domestic activities and atopic features. After a well done anamnesis, we must suspect the diagnosis, even before the physical examination. In fact, physical examinations and complementary tests must be used to confirm our suspicion. KEY WORDS Anamnesis, occupational dermatosis, contact dermatitis, clinical history, occupational eczema.

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INTRODUCCIN Existe la creencia generalizada de que los dermatlogos debemos llegar a un diagnstico exclusivamente con la visin de las lesiones que presenta el paciente. Incluso muchos de nuestros compaeros mdicos nos muestran, de forma repentina, una pequea zona de su piel con la esperanza de que les demos un diagnstico firme en los siguientes dos o tres segundos. La piel y algunas mucosas son muy accesibles a la exploracin, pero la simple visin de las lesiones no nos aporta tantos datos como lo hace el interrogatorio sobre los antecedentes del paciente, la evolucin que ha seguido el cuadro o los sntomas que lo acompaan. La palabra anamnesis proviene del griego y significa rescatar algo que ha sido olvidado (Amnesia es la falta de memoria. El prefijo "an" aadido niega la amnesia(1)) Se puede definir como el conjunto de informacin que se recoge del interrogatorio sobre la historia personal del paciente y de su enfermedad(2). En Dermatologa, como en el resto de especialidades mdicas, este interrogatorio es la principal ayuda que poseemos para orientar el diagnstico. Un diagnstico realizado con una anamnesis insuficiente no hace ms que aplazar el diagnstico correcto y aumentar el nmero de consultas y de pruebas complementarias que se necesitarn. Es ms, de poco sirven todas las pruebas existentes y las tcnicas ms sofisticadas si la anamnesis no es correcta. En el campo de las dermatosis profesionales esto tiene mayor importancia an. El catalogar una enfermedad dermatolgica como laboral se apoya, casi exclusivamente, en la anamnesis. La anamnesis no es una serie de preguntas estticas que se realizan a todos los pacientes por igual (eso sera un cuestionario), sino que se orienta hacia un campo u otro segn el caso que nos ocupe. Una anamnesis perfecta requerira un conocimiento profundo de las ms de 2.000 patologas dermatolgicas conocidas, con sus mltiples subgrupos, para realizar as las preguntas adecuadas. Como este conocimiento no est al alcance de nadie (incluidos los dermatlogos) nos guiamos por una serie de preguntas generales que nos pueden ayudar, sin olvidar que cada caso tiene las suyas propias. En el caso de la dermatologa laboral, este conocimiento debe abarcar tambin una idea sobre en qu consiste la profesin del paciente, cmo lleva a cabo

su trabajo, qu productos maneja, qu proteccin realiza y, en definitiva, todo lo relacionado con su ambiente laboral que pudiera tener un vnculo con su dermatosis. Este artculo pretende dar una serie de pautas generales que nos ayudan en la anamnesis ante un paciente con una probable dermatosis profesional. Son las pautas que seguimos desde hace ms de 30 aos en el Servicio de Dermatologa de la Escuela Nacional de Medicina del Trabajo y que intentamos actualizar constantemente. Es la principal enseanza que tratamos de inculcar a los mdicos que realizan una rotacin en nuestro Servicio (Mdicos del Trabajo, Dermatlogos y Alerglogos) y la gua que utilizamos diariamente para dar un nombre a los cuadros de los pacientes que estudiamos. LA ANAMNESIS EN DERMATOLOGA LABORAL Las dermatitis de contacto suponen en torno al 90% de las dermatosis profesionales(3). Por ello, gran parte de la anamnesis va orientada a conocer qu maneja el paciente, cmo lo hace y qu relacin existe ente la manipulacin de ciertos productos y la aparicin de las lesiones. El orden que seguimos en el interrogatorio de una posible dermatosis profesional vara ligeramente respecto a la clsica anamnesis mdica y dermatolgica. Por cuestiones prcticas, dejamos para el final los antecedentes personales y familiares del paciente, y sin embargo comenzamos con los datos relativos a su puesto de trabajo. Esto nos ayuda a orientar el problema del paciente y la posible relacin con su profesin. A continuacin describimos los puntos de la anamnesis que realizamos en Dermatologa Laboral, haciendo especial hincapi en las diferencias existentes con el interrogatorio mdico clsico: 1- Datos de filiacin: Al igual que en cualquier historia clnica, nos interesa conocer el nombre, apellidos, direccin, localidad de residencia, edad y estado civil del paciente. 2- Historia laboral personal anterior: Especificamos los empleos pasados del paciente, junto a la duracin que tuvieron. Esto nos da una idea de los alergenos a los que ha podido estar expuesto. De esta forma, se pueden explicar sensibilizaciones que encontremos en la prueba del parche (prueba epicutnea o patch-test) y que tendran una relevancia pasada, es decir, una hipersensibilidad tipo IV sin

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relacin con la dermatitis que presenta el paciente. Por ello, sealamos tambin si presentaba algn problema mdico en relacin con alguno de estos trabajos(4). P. ej.: Fue peluquera durante 2 aos. Refiere que presentaba "eccemas" en las manos al manejar tintes. 3- Historia laboral personal actual: Nos interesa conocer en qu trabaja y desde hace cunto tiempo. Muchas veces es necesario realizar una pequea descripcin de las tareas que realiza para hacernos una idea de cules son las partes de su cuerpo expuestas y a qu productos. P. ej.: Industria textil desde hace 11 aos. Pega botones sobre prendas de vestir. 4- Productos que maneja: Puesto que son mltiples, centramos nuestra atencin en los que tienen capacidad irritante o sensibilizante. No slo nos interesa conocer los productos que estn en su puesto de trabajo, sino todos aquellos que utiliza y tienen una relacin con el trabajo, como podran ser jabones para lavado de manos al abandonar la empresa, cremas emolientes para proteger sus manos, etc. Es de gran ayuda que el enfermo aporte las hojas de seguridad de todos estos productos, ya que en ellas se indica la composicin y concentracin de sustancias con conocida capacidad irritante o sensibilizante. Pero incluso en estas hojas de seguridad la informacin puede ser insuficiente. En estos casos es necesario ponerse en contacto con el fabricante para obtener estos datos; algo que no siempre resulta del todo til, ya que, o bien el propio fabricante puede desconocer con exactitud los componentes del producto que suministra, o bien puede mostrarse reticente a compartir dicha informacin. 5- Medidas de proteccin: Muchas veces son las medidas de proteccin la causa de una dermatitis de contacto. Por ello, debemos conocer cules son y su composicin. Respecto a los materiales de las medidas de proteccin, no slo es importante la composicin principal del producto (guantes de cuero, mascarilla de goma), sino tambin otros posibles alergenos que puedan contener, como pigmentos (ciertos colores azules, naranjas, rojos), conservantes, resinas, etc. Esto requiere un estudio exhaustivo, por lo que lo solemos reservar para los casos en los que parece que una determinada medida de proteccin es la causa del cuadro que presenta el paciente.

6- Datos de la empresa: Nos interesa el nombre, direccin y telfono, as como el nmero de trabajadores. Segn el nmero de trabajadores sabremos si cuenta o no con un mdico de empresa y si sera ms o menos factible una reubicacin del paciente en un nuevo puesto de trabajo dentro de la misma empresa, si es que fuera necesario. El diagnstico no cambia por las posibilidades que tenga el paciente de tener un puesto diferente o dejar de manejar determinados productos, pero s cambia el tratamiento, es decir, la actitud que se recomiende seguir. 7- Observaciones: En este punto incluimos otros datos relacionados con su vida laboral que puedan ser de utilidad en la consulta y que no estn incluidos en los apartados anteriores. Solemos dejar constancia, por ejemplo, de si el paciente sigue trabajando, a pesar del cuadro que presenta, si est de vacaciones o de baja laboral; y si es as, desde cundo. 8- Anamnesis del problema actual: En relacin al problema concreto que presenta el paciente, las clsicas tres preguntas "Qu le pasa? Desde cundo? A qu lo atribuye?" son la base del interrogatorio. Como en cualquier historia clnica, comenzamos por la descripcin del problema y la situacin en el tiempo. Puesto que en muchas ocasiones cuando vemos al paciente presenta lesiones residuales o ausentes, nos es muy til una historia de cmo eran las primeras lesiones, sus sntomas y cmo fue su evolucin. El paciente puede no conocer el sentido que damos a trminos como "vesculas", "descamacin", "ppulas" pero podemos ayudarle con preguntas como "Le salieron burbujitas? Granitos con lquido?", "Se le sec despus?", etc. No se trata aqu de describir lo que el mdico observa en la exploracin, sino de hacernos una idea de cmo eran las lesiones que no hemos visto. A esto lo podramos llamar "exploracin referida". Limitarse a frases como "Present lesiones pruriginosas en el dorso de las manos" es sacar poco provecho de la anamnesis. La pregunta "A qu lo atribuye?" tiene especial importancia en las dermatitis de contacto. Muchas veces el paciente ya tiene una sospecha bien fundada sobre cul es la causa de las lesiones que presenta. De todos modos, aunque su idea sea disparatada

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o intente achacar su problema de forma vehemente al trabajo para obtener un beneficio econmico, no debemos obviar su opinin. Si no la refiere espontneamente quizs sea porque piensa que su opinin va a parecer ridcula, por miedo a perder su empleo, etc., por lo que siempre conviene preguntarle a qu achaca lo que le sucede. Un enfoque aproximado de la causa nos puede evitar muchos quebraderos de cabeza y pruebas innecesarias. P. ej.: Refiere que desde hace 3 meses presenta, en dorso de la tercera falange de los dedos II y III de la mano izquierda, placas eritematosas, pruriginosas, con vesculas, que en pocos das se desecan formando pequeas costras y que posteriormente evolucionan hacia la descamacin. Lo achaca a un nuevo pegamento que comenz a utilizar 2 semanas antes. Con la anamnesis del ejemplo anterior podemos sospechar ya, incluso antes de la exploracin, que por el tipo de lesiones, su evolucin y sus sntomas, se trata de un eccema, y que ste podra ser debido al contacto con una resina. Un punto muy importante en Dermatologa Laboral es la relacin temporal que tiene la clnica con el trabajo. Siempre debemos conocer si las lesiones mejoran o desaparecen los das que no trabaja (fines de semana, vacaciones y periodos de baja laboral). A veces existe un empeoramiento a medida que avanza la semana (peor el viernes que el lunes). Otras veces, las lesiones slo se presentan a los pocos das de realizar una actividad determinada en su trabajo. De todos modos, la relacin temporal con el trabajo es orientativa. No siempre que una determinada clnica aparece exclusivamente cuando trabaja nos encontramos ante una dermatosis profesional. Y al contrario, el hecho de que persistan las lesiones durante la baja laboral, o incluso empeoren, no significa que podamos descartar que se trate de una dermatosis profesional. Debemos indicar tambin los tratamientos aplicados y si han sido o no eficaces. El tiempo que tard en resolverse el cuadro puede ayudarnos a diferenciar, por ejemplo, algunas dermatitis de contacto irritativas (que se resuelven en muy pocos das) de las alrgicas (que suelen necesitar entre 1 y 2 semanas). Otra cuestin importante es conocer si otros compaeros del trabajo han presentado problemas

similares5. En general, una dermatitis de contacto que afecta a varios individuos dentro de un grupo suele ser irritativa, mientras que las de causa alrgica afectan a muy pocos (por ejemplo, a uno o dos trabajadores de cada cien) Por ltimo, nos interesamos por los estudios realizados por otros mdicos que hayan visto al paciente y sus conclusiones. 9- Aficiones: Determinadas actividades que realice el paciente en su vida privada pueden ser la causa de una dermatitis de contacto. Pueden adems coincidir los das de trabajo y de algn "hobby", llevndonos a catalogar errneamente una dermatitis de contacto "privada" como de origen laboral. Cualquier aficin es relevante, pero ms an las que se acompaan de mltiples alergenos, como el bricolaje, mecnica, pintura, jardinera, etc. Otra actividad extra-laboral que es fuente de mltiples dermatitis de contacto son las tareas domsticas, que muchas veces acompaan y agravan una dermatitis de contacto de origen laboral, como suele suceder con el eccema irritativo de las manos en trabajadores de hostelera, peluqueras, limpiadoras 10- Antecedentes personales: Son de especial importancia las patologas relacionadas con el cuadro que presenta el paciente. En general, ante una dermatitis de contacto nos debemos centrar en: Posibles alergias a medicamentos sistmicos o tpicos. Conocer si estamos ante un paciente con una "ditesis atpica". Muchos eccemas de contacto, urticarias y sensibilizaciones se explican por una predisposicin atpica, por lo que debemos indagar sobre rinitis alrgica, conjuntivitis, asma, picaduras frecuentes de mosquitos, pieles sensibles y secas, eccemas previos en los pliegues, etc. Sobre todo en las mujeres, se debe investigar si existe intolerancia al nquel con preguntas como "Tolera la bisutera; los pendientes y joyas baratas?" Dada la alta prevalencia de sensibilizacin a este metal, esto nos puede orientar a la hora de diferenciar si la relevancia de una prueba positiva es actual (en relacin con el cuadro que presenta) o pasada (sin relacin). Adems de otras enfermedades e intervenciones que haya sufrido, debemos conocer los medica-

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mentos que toma, y especialmente los inmunosupresores que puedan alterar los resultados de las pruebas que realicemos. Dentro de los medicamentos utilizados por el paciente, no hay que olvidar los que son de uso tpico, ya que pueden ser stos la causa de una sensibilizacin (como ocurre con los productos mercuriales). Conocer los cosmticos, perfumes o cremas que el paciente utiliza nos puede aportar muchos datos de cara al diagnstico y tratamiento: Muchos de los productos utilizados para la higiene personal presentan sustancias (conservantes, fragancias) tambin presentes en productos industriales (aceites de corte, jabones). 11- Antecedentes familiares: Dentro de nuestra bsqueda de "atpicos", debemos preguntar si los hay entre sus familiares de primer grado. Adems, y segn el cuadro del paciente, nos puede interesar conocer si existe algn familiar con psoriasis, determinadas patologas neoplsicas, etc. CONCLUSIN La anamnesis es la herramienta principal para llegar al diagnstico en Dermatologa Laboral. Conocer cmo desarrolla su trabajo el paciente, las sustancias y objetos que maneja, la relacin temporal de la clnica con su actividad profesional y sus antecedentes personales, es lo que ms nos aporta para dar nombre y poner remedio a su patologa. La exploracin y las pruebas complementarias permanecen an en un segundo plano, a pesar del desarrollo cientfico y tcnico de los ltimos tiempos. Incluso una especialidad tan visual como la Dermatologa tiene en la anamnesis su principal herramienta. Una anamnesis bien realizada nos suele llevar al diagnstico correcto antes incluso de ver las lesiones del paciente. De hecho, con la exploracin y las pruebas complementarias slo buscamos confirmar lo que ya sospechbamos tras el interrogatorio. Es ms, si despus de la exploracin fsica no vemos claro an el diagnstico, suele ser ms til volver sobre detalles del interrogatorio que hayamos pasado por alto que realizar las pruebas complementarias "a ciegas". Puede decirse, pues, que el equipo humano es mucho ms til que las diferentes tcnicas y pruebas complementarias. Algo que no siempre se tiene en cuenta. En general, los pacientes suelen valorar ms

que se les haya realizado un anlisis de sangre, unas pruebas epicutneas exhaustivas, una resonancia magntica que la entrevista que hayan tenido con el mdico. Incluso los mdicos tendemos muchas veces a desconfiar de las impresiones que obtenemos de nuestra anamnesis por considerarlas subjetivas6. Estamos en la era de la Medicina basada en la evidencia y del rechazo a todo lo que es instintivo. Pero los datos "objetivos" (los resultados de las pruebas complementarias) se obtienen despus de haber llegado a una sospecha bien fundada del cuadro que presenta el paciente; Es decir, con la anamnesis. Y estos datos "objetivos" slo se comprenden si son coherentes con la historia clnica. Pero no slo por la utilidad prctica de la anamnesis deberamos esforzarnos en realizarla de forma correcta. Tambin por el aspecto intelectual: No es acaso una de las mayores satisfacciones que podemos obtener como mdicos el hecho de llegar al diagnstico de un caso complejo despus de formular al paciente la pregunta clave? Tabla 1. Principales cuestiones en la anamnesis de las Dermatosis Profesionales
EMPLEOS ANTERIORES - Qu actividades laborales ha realizado? - Presentaba algn problema realizndolas?

EMPLEO ACTUAL - En qu consiste su trabajo? - Qu productos maneja? - Qu medidas de proteccin realiza?

ENFERMEDAD ACTUAL - Qu le pasa, desde cundo y a qu lo atribuye el paciente? - Mejoran las lesiones cuando no trabaja? - Hay otros empleados con lesiones similares? - Qu tratamientos ha realizado? Han sido eficaces? - Qu aficiones y activida des extra-laborales tiene?

ANTECEDENTES PERSONALES - Tiene alergias a medicamentos sistmicos o tpicos? - Tiene una predisposicin atpica? - Toma medicacin por algn motivo? - Utiliza medicamentos o cosmticos tpicos? - Qu enfermedades tiene o ha padecido?

ANTECEDENTES FAMILIARES - Existen alergias o atopia en sus familiares?

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BIBLIOGRAFA
1. Diccionario Griego-Espaol. Jos M. Pabn S. de Urbina y Eustaquio Echauri Martnez. Ediciones Spes, S.A. 3 edicin. 1955. 2. Patologa General. Semiologa Clnica y Fisiopatologa. J. Garca-Conde, J. Merino Snchez, J. Gonzlez Macas. Ed. Interamericana-Mc Graw Hill. 1999. Pg. 10. 3. Dermatologa Profesional. L. Conde-Salazar Gmez, A. Ancona Alayn. Ed. Biblioteca Aula Mdica. 2004. Pgs. 3-4. 4. Dermatitis de Contacto. Jos M Gimnez Camarasa. Ed. Biblioteca Aula Mdica. 1999. Pg. 364. 5. Tratado de Dermatosis Profesionales. Antonio Garca Prez, Luis Conde-Salazar, Jos M. Gimnez Camarasa. Ed. Eudema. 1987. Pg. 23. 6. Fitzpatricks Dermatology in General Medicine. Volumen 1. 6 edicin. Ed. Mc Graw Hill. 2003. Pg. 12.

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V CONGRESO ESPAOL DE MEDICINA Y ENFERMERA DEL TRABAJO


Hacia el compromiso y la responsabilidad social Valencia, del 5 al 8 de octubre de 2005

En el V Congreso Espaol de Medicina y Enfermera del Trabajo se han debatido las bases del futuro de la salud de los trabajadores El V CEMET rene en Valencia a 700 profesionales de la Medicina y la Enfermera del Trabajo
El pasado sbado 8 de octubre se clausur en el Palacio de Congresos de Valencia el V CEMET, Congreso Espaol de Medicina y Enfermera del Trabajo, que ha congregado a unos 700 especialistas en salud laboral de nuestro pas. Adems, se han acercado hasta Valencia para participar en el evento congresistas de Israel, Brasil, Francia y Portugal. Durante el Congreso se entregaron los premios de investigacin en medicina del trabajo, entre los que cabra destacar el premio a la mejor investigacin, otorgado al doctor Miguel Santibez por su trabajo sobre el riesgo de determinadas profesiones a desarrollar cncer de esfago y el premio al mejor trabajo cientfico, otorgado a la doctora Mara Jos Prieto y que versaba sobre la evolucin en el periodo 1988-2003 de la exposicin a sustancias txicas por parte de los trabajadores de la industria del calzado. Desde la organizacin se considera que el congreso ha sido gran una oportunidad para definir los roles que habrn de desempear los profesionales de la salud de los trabajadores tras la entrada en vigor del nuevo marco normativo. VALENCIA, 10 DE OCTUBRE DE 2005- El Palacio de Congresos de Valencia ha acogido entre el 5 y el 8 de octubre de 2005 el V Congreso Espaol de Medicina y Enfermera del Trabajo, que ha reunido a gran parte de la profesin, unos 700 profesionales, y en el que se han estudiado cules son los aspectos que inciden en el mantenimiento y la mejora de la salud de los trabajadores en Espaa. La representacin de profesionales valencianos de la medicina y enfermera del trabajo ha estado en torno al 30% y el otro 70 % acudi del resto del territorio nacional y del extranjero. Es el caso de los especialistas en medicina del trabajo que acudieron al congreso desde Francia, Brasil, Portugal o Israel. Por otra parte, cabe destacar que en el V CEMET se ha hecho pblica la Declaracin de Valencia, resultado del trabajo de ms de 50 profesionales de reconocido prestigio cientfico a nivel nacional. Este documento bsico resume lo que debe ser la prctica de la Medicina del Trabajo desde el punto de vista de los profesionales y es una apuesta por el

sostenimiento de la formacin MIR en esta especialidad y para hacer posible la extensin y universalizacin de la Medicina del Trabajo. Adems y dando respuesta al lema del congreso, Hacia el compromiso y la responsabilidad social, se cre en su da otro grupo de trabajo que ha desarrollado la herramienta informtica ARSISAT. Este programa informtico se ha presentado durante la inauguracin del Congreso, y a travs de l los organismos, empresas e instituciones podrn obtener una valoracin sobre su responsabilidad social corporativa interna por lo que respecta a la salud de sus propios trabajadores. Cursos pre-congreso, mesas, talleres y foros sectoriales. Durante el V CEMET se han debatido los temas de ms inters en la medicina del trabajo y en la mejora de la calidad de vida de los trabajadores. As, en los cursos pre-congreso se ha tratado el tabaquismo, el riesgo biolgico, la osteoporosis o el asma laboral. En las mesas han estado presentes otros temas de gran actualidad para estos profesionales como la responsabilidad social de la medicina del trabajo, la relacin entre la medicina del trabajo y el servicio pblico de salud, los aspectos jurdicos y ticos de la medicina del trabajo, enfermedades emergentes en el mbito laboral o la exposicin ocupacional a sustancias txicas y cancergenas. Adems, se han organizado talleres especficos sobre la exploracin y valoracin del equilibrio, el manejo y uso de desfibriladores y la valoracin fsica de la carga en la mujer embarazada, entre otros. Por su parte, en los foros sectoriales se han tratado temas de gran trascendencia social como la prevencin de las agresiones en los centros sanitarios, los daos para la salud y la exposicin a campos electromagnticos, la obligatoriedad de la deteccin de drogas de abuso en el sector del transporte o los incumplimientos de la administracin en la implantacin de la prevencin de riesgos laborales. Finalmente, para el acto de clausura se program una conferencia magistral dedicada a los hallazgos toxicolgicos en trabajadores y voluntarios en la retirada de fuel del Prestige a cargo del doctor Rafael Cabrera Bonet, del Instituto Nacional de Toxicologa . Presencia de las principales sociedades de medicina del trabajo y presidencia de honor de la Casa Real. El V Congreso Espaol de Medicina y Enfermera del Trabajo, organizado por la Asociacin de la Medicina del Trabajo en la Comunidad Valenciana y la Asociacin Espaola de Especialistas en Medicina del Trabajo, ha contado con el apoyo y participacin de las principales asociaciones de especialistas en la materia de todo el territorio nacional, as como con la colaboracin y la presencia de las principales instituciones pblicas con responsabilidades en la salud de los trabajadores, como son el Instituto de Salud Carlos III, la Tesorera General de la Seguridad Social, el Ministerio de Sanidad y Consumo y la Generalitat Valenciana, a travs de la Conselleria de Sanidad, Trabajo y Bienestar Social. Adems, la Casa Real acept la Presidencia de Honor del V Congreso Espaol de Medicina y Enfermera del Trabajo.

DECLARACIN DE VALENCIA: "HACIA EL COMPROMISO Y LA RESPONSABILIDAD SOCIAL DE LA MEDICINA DEL TRABAJO"


GRUPO REDACTOR(1) : SORIANO, G.; FERRS, JM.; GUILLEN, P.; AGUILAR, E.; MORAT, L. (1) Asociacin de Medicina del Trabajo de la Comunidad Valenciana-AMTCV

INTRODUCCIN La globalizacin ha introducido el trmino responsabilidad social en la vida de las empresas como un nuevo contrapeso tico y de solidaridad para nuestra aldea global. Algunos organismos nacionales e internacionales han optado por etiquetar as esta necesidad de solidaridad a fin de vender mejor a consumidores, empresarios y trabajadores, algo que siempre ha sido una utopa: El trabajo puede y debe ser un pilar sustancial de la salud. As lo reconoce, entre otros, el objetivo 13 del Comit Regional para Europa de la OMS: "Antes del ao 2015, los habitantes de la regin deben tener mayores oportunidades para vivir en un entorno fsico y social saludable en el lugar de trabajo." Entre el trabajador y el empresario, adems del Estado, es bueno que est tambin la sociedad civil, y -como una minscula parte de ella- los profesionales de la salud de todo tipo, albaceas naturales de la ciencia y la tecnologa. Pero con todos ellos, necesariamente, estamos y estaremos los profesionales sanitarios que ejercemos la Medicina del Trabajo. Nuestra profesin, hasta hoy mal e insuficientemente valorada en su importancia social, est llamada a ser un elemento de intervencin preventiva y un generador de salud de primer orden pese al desconcierto pasado y presente. Desde la etimologa de la palabra prevenir (praevenire: preparar y disponer con anticipacin lo necesario para un fin, conocer de antemano o con anticipacin un dao o perjuicio), esta Declaracin de Valencia pretende ser una seal, un cdigo interpretable por una comunidad de intereses y de saber, que ayude a procesar el mensaje de la responsabilidad social.
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La salud laboral, independientemente de las ideologas, debe ser un ejercicio individual y colectivo de lo que constituye su esencia: La mejora de la salud de los trabajadores. Para ello, para definirla ms en nuestra permanente dificultad de poner nombre a cada cosa, ha de servir este esfuerzo de sntesis. Creemos entonces principios, pues son voluntades inalterables, morales, que han de soportar en el tiempo cualquier accin humana, y -por supuesto, las nuestras. DEFINICIN, OBJETIVOS Y FUNCIONES DE LA MEDICINA DEL TRABAJO La Medicina del Trabajo es el arte y la ciencia de conocer, prevenir y tratar los problemas de salud relacionados con las condiciones del trabajo, con la finalidad de proteger y promover la salud de los trabajadores y de preservar sus capacidades laborales. Dentro del concepto de salud organizacional, los Mdicos del Trabajo tienen un marco para la consecucin de un objetivo comn: mejorar la salud de los trabajadores y contribuir a la creacin de organizaciones saludables que permitan al trabajador desarrollarse, alcanzar y poder utilizar plenamente todo su potencial, adems de permitir conseguir un enfoque equilibrado que combine al mismo tiempo los factores econmicos y humanos. En las organizaciones, el Mdico del Trabajo ejerce sus funciones en cinco reas primordiales: Promocin de la Salud, Prevencin, Vigilancia de la Salud, Asistencia Sanitaria y Pericial, a las que se pueden aadir otras tres, que comprenden, la Gestin y Asesoramiento, la Investigacin, la Formacin y la Docencia. En el ejercicio de estas funciones, el Mdico del Trabajo debe desarrollar un amplio abanico de actuaciones para:

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SORIANO, G.; FERRS, J.M.; GUILLEN, P.; AGUILAR, E.; MORAT, L.

Fomentar conductas de vida saludables y una cultura preventiva dentro de la empresa, adems de promover el desarrollo de programas sanitarios frente a patologas prevalentes en la comunidad y colaborar con el Sistema Pblico de Salud. Participar en la identificacin y evaluacin de los riesgos inherentes a los puestos de trabajo y medioambientales, proponer y desarrollar medidas preventivas, y evaluar la eficacia de las mismas. Disear las actividades de vigilancia de la salud, realizar los exmenes de salud, interpretar y comunicar individual y colectivamente sus resultados. Identificar, diagnosticar y notificar los problemas de salud relacionados con el trabajo, aplicar tcnicas de control biolgico, y promover medidas de adecuacin del trabajo al trabajador. Proporcionar la asistencia medica necesaria -en coordinacin con Atencin Primaria y Especializada- para el diagnostico, tratamiento y seguimiento de las enfermedades relacionadas con el trabajo, adems de evaluar la relacin entre la especial susceptibilidad individual y las condiciones de trabajo. Valorar la aptitud tras un problema de salud relacionado o no con el trabajo, orientando su actuacin a promover la adaptacin del puesto a las caractersticas psicofsicas del trabajador.

mejora de sus condiciones, como a las empresas, con una reduccin de los costes y una mejora de la rentabilidad y de su responsabilidad social. CONTRIBUCIN Y COMPROMISO DE LA MEDICINA DEL TRABAJO A LA SOCIEDAD DEL BIENESTAR Los pilares bsicos en los que se sustenta la sociedad del bienestar, son sin lugar a duda, la educacin, la salud y los sistemas de proteccin social. Por ello, no es casualidad que aquellas organizaciones que ms recursos destinan a la formacin y cualificacin de sus miembros, y a velar por la mejora de las condiciones de trabajo y el mantenimiento de la salud de los trabajadores , son al mismo tiempo, las ms competitivas y las que ms aportan a este objetivo comn. Sin embargo, dado que la Salud Laboral no ha constituido uno de los objetivos prioritarios en las Polticas de la Administracin, la prctica de la especialidad se ha visto condicionada en nuestro pas por diferentes amenazas y deficiencias presentes en el entorno o en el sistema. Como amenazas o deficiencias, destacamos entre otras, las dificultades para la adaptacin al nuevo marco normativo, la demora en la implantacin efectiva de la vigilancia de la salud en las empresas, la falta de coordinacin entre las distintas administraciones, la ausencia de la especialidad dentro del Sistema Pblico de Salud, la formacin en las Escuelas Profesionales y el modelo de financiacin de la formacin (en clara desigualdad con respecto al resto de especialidades mdicas), la escasa valoracin y reconocimiento social de la especialidad, el trabajo de forma aislada del resto del servicio de prevencin, la inexistencia de un rea de conocimiento universitaria especfica, el escaso desarrollo de una investigacin de calidad o la disgregacin de las sociedades profesionales y cientficas. Asimismo, la practica de la medicina del trabajo se ha visto igualmente afectada por los cambios en la aparicin de nuevas enfermedades emergentes relacionadas con el trabajo, los efectos de la globalizacin sobre la organizacin del trabajo y los patrones de empleo, la inmigracin, las nuevas sustancias y tecnologas, el nuevo perfil de poblacin activa, el creciente envejecimiento de la poblacin laboral, el incremento de los trabajadores autnomos o la incorporacin masiva de la mujer al trabajo.

Respecto a las funciones de gestin, formacin e investigacin, tendr las siguientes competencias:
O

Gestionar recursos y actividades con criterios de calidad, trabajar de forma integrada en el equipo multidisciplinar de prevencin, y ejercer una Medicina del Trabajo basada en la evidencia, con criterios ticos y de responsabilidad social. Identificar las necesidades de formacin y disear programas adecuados. Realizar investigaciones, con criterios epidemiolgicos, sobre problemas de salud relacionados con el trabajo y difundir sus resultados.

La puesta en practica de todos estos aspectos, conlleva a la creacin de organizaciones saludables, con unas buenas condiciones de trabajo que beneficien tanto a los trabajadores, en cuanto a la calidad y

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Todas estas circunstancias han propiciado una ralentizacin en la implantacin de la especialidad circunscrita mayoritariamente a las grandes empresas, una baja declaracin de enfermedades profesionales o relacionadas con el trabajo, una excesiva orientacin asistencial y una escasa implantacin de programas de promocin y educacin para la salud en los lugares de trabajo. No obstante, tambin se han producido cambios muy positivos, como la universalizacin del derecho a la salud en el lugar del trabajo, la paulatina sensibilizacin social para adoptar una actitud activa frente a los daos de origen laboral, la extensiva realizacin de exmenes de salud orientados a los riesgos, el reconocimiento por parte de la Administracin del papel de los servicios de salud laboral en la promocin de la salud de los trabajadores, la mayor implicacin de los profesionales en temas como la realizacin de estudios para la adaptacin de puestos de trabajo o para la proteccin de trabajadores susceptibles, la identificacin de daos a la salud en relacin con los riesgos y el notable incremento en la notificacin y registro de enfermedades profesionales, el nuevo modelo formativo de la especialidad o el desarrollo de la Carrera Profesional. Es evidente que el desarrollo de nuestra especialidad va unido a los cambios que se producen en las empresas y que en los ltimos aos est adquiriendo una nueva dimensin por el especial inters que conlleva la responsabilidad social, siendo la prevencin de riesgos laborales, uno de los aspectos fundamentales de la responsabilidad social interna. La Medicina del Trabajo debe comprometerse con este principio esencial que se denomina "la nueva cultura de empresa". La responsabilidad social primaria: condiciones de trabajo dignas que favorezcan la seguridad y la salud laboral, el desarrollo humano y profesional, y el respeto del medio ambiente; y la responsabilidad social secundaria: calidad de vida en el trabajo en equilibrio con la vida familiar y social, reinsercin laboral del enfermo o accidentado y asistencia sanitaria. Ambas se corresponden con las bases de los objetivos de la Medicina del Trabajo: mejorar la salud de los trabajadores y contribuir a la creacin de organizaciones saludables. Todos estos cambios en las circunstancias de la vida laboral y en los perfiles del mercado laboral y macroeconmicos, influyen en las expectativas de la sociedad con respecto a los profesionales de la salud laboral, y hacen necesaria la adaptacin de nuestro

ejercicio a estos cambios. Lo que hacemos, lo hacemos bien, pero, estamos haciendo bien lo que hay que hacer?. PAPEL DE LA MEDICINA DEL TRABAJO SOBRE LOS DETERMINANTES DE LA SALUD DE LOS INDIVIDUOS, LAS ORGANIZACIONES O LA POBLACIN A los clsicos determinantes de la salud tanto desde una ptica individual como colectiva propuestos por Lalonde, entre los que se encuentran la biologa (carga gentica), el medioambiente (incluido el medioambiente laboral), los estilos de vida y la accesibilidad a los recursos sanitarios (entre los que se encuentran los Servicios de Salud Laboral), habra que aadir hoy un quinto elemento, que es la globalizacin, que est provocando un fuerte impacto, tanto en el perfil de las patologas laborales- fruto de los cambios en la naturaleza del trabajo y del empleo-, como en el ejercicio de nuestra profesin en este nuevo milenio. Por ello, se hace necesario que los profesionales de la Medicina del Trabajo adopten una visin integral, no exclusivamente centrada en los aspectos tcnicos y puramente cientficos de la salud, sino que abarque tambin los aspectos sociopolticos, econmicos y ticos. Las transformaciones que genera la globalizacin, donde se han roto las barreras del espacio y del tiempo, han agudizado ms -si cabe-, las desigualdades referentes tanto al bienestar social general como a la salud de los trabajadores en particular. Las alteraciones de la salud relacionadas con el trabajo, por definicin, se pueden prevenir, ya que dependen de las condiciones de trabajo, y estas pueden ser modificadas. Por consiguiente, el papel del Mdico del Trabajo, como experto que conoce la relacin entre trabajo y salud, y su actuacin en el marco de un equipo multidisciplinar, contribuye a mejorar la salud de los trabajadores, sus condiciones de trabajo y el clima laboral, y por ende, a la creacin de empresas generadoras de salud, condicin previa para establecer una competencia comercial socialmente justa y sostenible. Para que esto sea posible, los profesionales de la Salud Laboral deben gozar de una total independencia profesional en el ejercicio de sus funciones, y deben adquirir y mantener la competencia necesaria para este ejercicio y exigir las condiciones que les

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permitan llevar a cabo sus tareas, de acuerdo con la buena prctica y la tica profesional LOS VALORES PROFESIONALES DE LA MEDICINA DEL TRABAJO Los profesionales de la Medicina del Trabajo tienen unos valores que definen sus compromisos con la sociedad. El aprendizaje y la interiorizacin de estos valores, es imprescindible para una adecuada actividad profesional. Podemos agrupar los valores de los profesionales de la Medicina del Trabajo en cuatro compromisos: Compromiso con las personas: El trabajador es el destinatario de la atencin que prestan los profesionales de la Salud Laboral, y sus actuaciones, por encima de cualquier otro inters, estn centradas en la mejora, proteccin y el mantenimiento de la salud individual y colectiva de los trabajadores. Compromiso social: Los profesionales de la Medicina del Trabajo tienen una alta responsabilidad social, tanto en lo referente al uso eficiente de los recursos sanitarios, su papel dentro del sistema sanitario, su influencia en la mejora de las condiciones de vida de la poblacin, as como en evitar activamente la discriminacin laboral o las desigualdades sociales por motivos de salud. Compromiso con la propia especialidad: La polivalencia, la transversalidad y la incertidumbre con la que trabajan permanentemente los profesionales de la Medicina del Trabajo, no deben considerarse una limitacin, sino una caracterstica propia de la especialidad. Adems deben suponer un incentivo para participar activamente en el desarrollo, consolidacin, actualizacin y mejora continua de sus contenidos, as como de su disposicin a investigar sobre aquellas cuestiones que son pertinentes a fin de ofrecer un mejor servicio a la sociedad. El Mdico del Trabajo toma sus decisiones sobre la base de las evidencias cientficas actualizadas y por ello mantiene al da sus conocimientos, habilidades y actitudes profesionales a travs de la formacin continuada y el compromiso cientfico con la especialidad. Compromiso tico: Las complejas y a veces conflictivas responsabilidades de los profesionales de la Salud Laboral con respecto a los trabajadores, los empresarios, la poblacin o las autoridades competentes, han situado a la tica en el centro de la prctica mdica laboral. Por ello, los Mdicos del Trabajo son exigentes con la Administracin Sanita-

ria y con el resto de actores del sistema sanitario, y deben mantener una actitud tica en su prctica, asegurando la confidencialidad en el ejercicio de sus funciones. En funcin de todos estos argumentos, la Declaracin de Valencia "hacia el compromiso y la responsabilidad social de la Medicina del Trabajo", considera que:
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El mdico del trabajo es el experto que conoce la relacin entre trabajo y salud. Por ello, su actuacin en el marco de un equipo multidisciplinar, contribuye a mejorar la salud de los trabajadores, las condiciones de trabajo y la creacin de organizaciones saludables. El perfil del Mdico del Trabajo y su compromiso con los trabajadores, con la sociedad y con la mejora continua, le convierten en un profesional necesario para el buen funcionamiento del sistema de salud pblica. La nueva orientacin de los programas de formacin en medicina y enfermera del trabajo, con la dotacin de los recursos econmicos necesarios, facilitarn la adquisicin de las competencias y habilidades precisas para el desempeo de sus funciones en este nuevo marco, desde una ptica multidisciplinar y una elevada competencia cientfica. El desarrollo de nuestra especialidad debe ir paralelo a la implantacin de la responsabilidad social interna en las organizaciones, con el objetivo comn de la mejora de la salud de los trabajadores y su contribucin al bienestar social. La implicacin de todos los agentes sociales, resulta imprescindible para establecer una base slida para este cambio. Muy especialmente, se hace necesario que tanto la Administracin Sanitaria como el Ministerio de Educacin, se involucren en todas las reas relacionadas con la Salud Laboral, y que establezcan todos los mecanismos necesarios para la adecuada coordinacin entre las diferentes Comunidades Autnomas. La prctica de la Medicina del Trabajo, debe basarse en los principios de universalidad, equidad, solidaridad, independencia, tica, participacin activa de los distintos actores sociales y de respeto al medio ambiente, todo ello en concordancia con el cdigo tico internacional para los profesionales de la salud laboral (ICOH).

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Todos los trabajadores tienen el derecho a acceder a servicios de Salud Laboral eficientes y de calidad (incluidos los trabajadores de pequeas y medianas empresas y los trabajadores autnomos) La importancia creciente de la Medicina del Trabajo, ser consecuencia de una mayor calidad y oferta de los Servicios de Salud Laboral, as como de la mejor formacin y capacidad resolutiva de los profesionales que los integran. Uno de los aspectos fundamentales del ejercicio correcto de la Salud Laboral es la plena independencia profesional, es decir, que los profesionales de la Medicina del Trabajo deben disfrutar de la misma, en el ejercicio de sus funciones, que les permitan emitir dictmenes y proporcionar asesoramiento sobre salud y seguridad de los tra-

bajadores en la empresa de acuerdo con su conocimiento y moral profesional.


O

La responsabilidad primaria sobre la salud y la seguridad de los trabajadores en los lugares de trabajo, corresponde a los empresarios. La funcin de los profesionales de la Medicina del Trabajo es el asesoramiento competente en como establecer y mantener un entorno de trabajo seguro y saludable para proteger y fomentar la salud de los trabajadores.

En consecuencia, slo las organizaciones proactivas y comprometidas, con el apoyo adecuado de expertos en salud y seguridad, pueden lograr el xito socioeconmico duradero, estableciendo una competencia comercial socialmente justa y sostenible.

BIBLIOGRAFA
Decls J., Betancourt O. Marqus F., Tovaln H. Globalizacin y Salud Laboral. Arch Prev Riesgos Labor 2003; 6(1): 4-9 Grupo de Trabajo sobre las competencias profesionales de los mdicos del Trabajo. Las competencias profesionales de los mdicos del trabajo. Barcelona 2003. Cdigo tico internacional para los profesionales de la salud laboral . International Comisin on Occupational Health (ICOH).

Seccin de Medicina del Trabajo de la Unin Europea de Especialistas Mdicos. Visn europea de la salud laboral, la organizacin saludable y el papel de los mdicos del Trabajo. Arch Prev Riesgos Labor 2004; 7(4): 164-166 Principios directivos tcnicos y ticos relativos a la vigilancia de la salud de los trabajadores. Ginebra, Oficina Internacional del Trabajo, 1998 (Serie Seguridad y Salud en el Trabajo, num 72) Medicina del Trabajo en Europa : mbito y competencias. WHO European Centre for Environment and Health. Bilthoven. 2000.

ADHESIONES: Para sumarse a la lista de adhesiones a la presente Declaracin de Valencia, solicitar formulario en www.amtcv.org

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Grupo de Trabajo y Panel de Expertos participantes en el proyecto DEVA (por orden alfabtico)
Aguilar Jimnez, Encarnacin (Generalitat Valenciana. Servicio de Prevencin de Riesgos Laborales. Conselleria de Sanitat. Valencia); Agull Vidal, Albert (Presidente de la AEEMT en Catalua. Barcelona); Alday Figueroa, Enrique (INSHT.CNNT. Jefe de la Unidad de Neumologa y Alergia Laboral. Madrid); lvarez Martn, Leopoldo (Director de Medicina del Trabajo del SPA Fraternidad Muprespa. Madrid); lvarez Saenz, Juan Jos (Director Escuela Nacional de Medicina del Trabajo. Madrid); Boix i Ferrando, Pere (Unin de Mutuas. Valencia); Cabanillas Moruno, Juan Luis (Coordinador de la Unidad Docente de Medicina del Trabajo de Andaluca. Servicio Andaluz de Salud. Sevilla); Camisa Jimnez, Francisco (Mdico del Trabajo. Valencia); Coto Fernndez, Juan Carlos (Osalan. Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laborales. Barakaldo); De Montserrat i Non, Jaume (Director del CSCST de Girona. Departament de Treball i Industria. Generalitat de Catalunya. Girona); Esteban Buedo, Valentn (Generalitat Valenciana. Jefe de Servicio de Salud Laboral. DGSP. Valencia); Ferris Gil, Juan Manuel (Generalitat Valenciana. Coordinador del Servicio de PRL. Conselleria de Educacin y Cultura. Valencia); Garca Benavides, Fernando (Director del Observatorio de Salud Laboral. Universidad Pompeu Fabra. Barcelona); Garca Garca, Ana M (Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pblica. Universitat de Valencia-Estudi General. Valencia); Garca Maci, Ramona (Generalitat de Catalunya. Departament de Salut. Responsable de PRL. Barcelona); Gelabert Cubillo, Mara Luisa (Presidenta de la ACMT. Barcelona); Guilln Robles, Pedro (AMTCV. Valencia); Hermoso Iglesias, Javier (AEEMT. Representante de la OMC en la Comisin Nacional de la Especialidad de Medicina del Trabajo. Madrid); Hermoso de Mendoza Urrizola, Jess (FIMET. Pamplona); Iniesta lvarez, Antonio (Coordinador Mdico MAZ D.T. Centro. Madrid); Lobato Can, Jos Rafael (Director de la Escuela Profesional de Medicina del Trabajo. Universidad Miguel Hernndez. Alicante); Llorca Rubio, Jos Luis (Jefe sector de Enfermedades Profesionales. GSHT. Valencia); Martnez York, Alfonso (FIMET. Pamplona); Morat Moscard, Lucila (Servicio de Prevencin de CEMEX. Valencia); Palmer Juaneda, Rafael (AEEMT. Baleares); Plana Almun, Pere (Presidente SCSMT. Barcelona); Purti Pujals, Elisabeth (Directora del rea Sanitaria. Direccin Nacional Servicio de Prevencin de Asepeyo. Barcelona); Rescalvo Santiago, Fernando (Jefe Servicio de Salud Laboral. Hospital de Valladolid. Valladolid); Ribelles Villalba, Alfredo (Presidente de la AMTCV. Valencia); Roel Valds, Jos M (Jefe sector de Enfermedades Profesionales. GSHT. Alicante); Ruiz-Frutos, Carlos (Director Departamento de Biologa Ambiental y Salud Pblica. Universidad de Huelva); Snchez Lores, Javier (Presidente de la AEEMT. Madrid); Sanz Galln, Pere (Responsable Departamento de Medicina del Trabajo. SGS TECNOS, S.A. Barcelona); Serrano Estrada, Carmen (Coordinadora Vigilancia de la Salud Asepeyo. Madrid); Soriano Tarn, Guillermo (Coordinador del rea de Medicina del Trabajo. Divisin de Prevencin y Medioambiente. SGS TECNOS, SA. Valencia); Tormo Prez, Eduardo. (Jefe Unidad Salud Laboral de la EVES . Valencia); Vera Quesada, Manuel (Generalitat Valenciana. Jefe Servicio de Prevencin Conselleria de Administracin Pblica y Justicia. Valencia); Vicente Herrero, M Teofila (Servicio de Medicina del Trabajo Correos. Valencia).

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CONCLUSIONES DEFINITIVAS DEL V CONGRESO ESPAOL DE MEDICINA Y ENFERMERA DEL TRABAJO

La responsabilidad social ha sido el eje central del encuentro de los profesionales de la Medicina y la Enfermera del Trabajo celebrado en Valencia entre el 5 y el 8 de Octubre de 2005. Sobre la definicin de responsabilidad social corporativa interna (RSCI), existe un consenso sobre que se trata de la integracin voluntaria, por parte de las empresas, de las preocupaciones sociales y medioambientales en sus operaciones comerciales y en las relaciones con sus interlocutores. Entre los diferentes objetivos que se derivan de ella se encuentran la Seguridad y la Salud de los trabajadores. La RSCI exige establecer indicadores para su evaluacin, pero tambin la conciencia de que su desarrollo puede verse amenazado, por la globalizacin y los diferentes modelos del llamado estado del bienestar. Pese al inters que suscita, y como concepto dinmico, la mayor parte de las iniciativas actuales corresponden a su vertiente externa, y su desarrollo puede estar influido por el tamao de la empresa. El establecimiento de beneficios fiscales y la reconduccin de los excedentes de la gestin de las Mutuas, podran ser un soporte que financiara estas acciones. Nos encontramos actualmente ante esperanzador escenario que propicia el desarrollo de iniciativas para potenciar la investigacin en Medicina del Trabajo, debido fundamentalmente a la aportacin de nuevos recursos econmicos, el cambio del modelo formativo de la especialidad e iniciativas como la Fundacin de Investigacin en Medicina del Trabajo. La gran cantidad de datos e informacin del que disponemos en salud laboral, permite realizar

estudios de carcter epidemiolgico, que potencien y mejoren la investigacin y la evidencia cientfica. Es imprescindible en materia de Prevencin de Riesgos Laborales la puesta en marcha del sistema de informacin sanitaria en salud laboral y la creacin de nuevas unidades de epidemiologa para garantizar la calidad del trabajo que realizamos. Los diferentes modelos de gestin en Espaa provocan una discontinuidad en las acciones preventivas de los servicios de prevencin ajenos respecto a los servicios propios, dado que la planificacin preventiva se realiza a medio y largo plazo. Existe una desconfianza bastante generalizada en la Unin Europea sobre la eficacia de los sistemas de Vigilancia de la Salud. El debate debera centrarse en la calidad de lo qu se hace y no en modelos formalistas. Analizados los diferentes modelos en sus ventajas e inconvenientes, stos no se pueden trasladar o intercambiar, debido a las peculiaridades nacionales y a sus diferentes culturas sociolaborales. La legislacin promueve la integracin de los recursos preventivos, sin embargo, nos encontramos ante la paradoja de que su aplicacin prctica ha supuesto una masiva externalizacin. Los servicios de prevencin ajenos deberan quizs tener una actuacin complementaria de los propios. Existen nuevas adicciones en el medio laboral que el Mdico del Trabajo debe conocer para poder establecer programas de Prevencin, tratamiento y rehabilitacin de las mismas.

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Uno de cada seis trabajadores padecer en su vida laboral alteraciones psiquitricas, se plantean polticas de adecuacin de estas patologas emergentes al mundo del trabajo. Constatamos la necesidad de mejorar la comunicacin, colaboracin y coordinacin entre Servicios de Prevencin y Sistema Nacional Salud. Se define la figura del Mdico del Trabajo como gestor de salud de los trabajadores. Es imprescindible la creacin de cauces de colaboracin entra las Sociedades Cientficas de Medicina de Familiar y Medicina del Trabajo. Los cambios en los nuevos modelos formativos de los especialistas en Medicina y Enfermera del Trabajo mejoraran el desarrollo de nuestras competencias profesionales y pasan sin lugar a dudas por el Aseguramiento de las condiciones de formacin en igualdad con el resto de Especialidades Mdicas. La confidencialidad no es tan solo el cumplimiento de la Ley Orgnica de Proteccin de Datos sino que comprende todas las actividades de la Medicina y Enfermera del Trabajo. Existe actualmente un creciente debate sobre los posibles efectos de ciertos agentes ambientales y ocupacionales en la fertilidad, destacando: metales pesados, pesticidas, disolventes y agentes fsicos. El sndrome de fatiga crnica es una patologa emergente de etiopatogenia desconocida, diagnstico complejo y tratamiento curativo poco eficaz siendo su repercusin econmica muy importante.

Las causas de patologa psicosocial, tienen con frecuencia su origen en el trabajo, y generan nuevos daos en la salud de los trabajadores. Disponemos de instrumentos de cribado tiles para su diagnstico precoz y prevencin. Es fundamental la correcta aplicacin de las tcnicas de control biolgico de exposicin a sustancias qumicas y el papel que desarrolla el personal de enfermera en ello. La aparicin de nuevos riesgos por la utilizacin de enzimas sobre todo en el Sector qumico y alimenticio dan lugar a procesos de sensibilizacin diversos, as como los nuevos riesgos neurotxicos de tipo degenerativo y de larga evolucin tanto en sectores tradicionales como en la industria qumica avanzada. Debemos actuar sobre los factores individuales modificables y laborales elaborando protocolos para la vigilancia de la salud. La implantacin de la protocolizacin del consejo mdico vial en Medicina del Trabajo y la inclusin en las historias mdico-laborales de aspectos relacionados con la conduccin e implicar a todas las organizaciones sanitarias en la prevencin del accidente de trfico. Deben establecerse relaciones estructuradas entre servicios de Medicina del Trabajo y las unidades de sueo. Lo importante es la evaluacin objetiva funcional de la resistencia del individuo a la somnolencia diurna previa y posterior al tratamiento.

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