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Evnagelios Apócrifos

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Los evangelios apcrifos

Tnganse en cuenta y relase la Referencia Introductoria de pgina 43.

Sobre este tema (que en algunos ambientes se ha puesto de moda), he recibido muchas consultas de variado tenor; como muestra, elijo una por estar suscrita por una persona que firma sugestiva (y desafiantemente) Un hombre que busca la verdad; y dice:
Hago tan slo una pregunta: es verdad que existen evangelios que la Iglesia no quiso mostrar, los cuales son escritos verdaderos pero no quisieron ponerlos por la poca y la creencia de esa sociedad antigua?

Tambin esta otra:


He escuchado que existen otros evangelios en la Iglesia Catlica que no son slo los cuatro conocidos, y que se llaman evangelios apcrifos que, de acuerdo a la informacin que tengo, habran sido escritos por los otros apstoles de Jess, (s que Lucas no fue apstol) y que por diversas razones, entre ellas contradicciones y un alto nivel para el pueblo en general, no son publicados ni dados a conocer. Qu hay de esto?

Ya he mencionado que, entre los protestantes, el trmino apcrifo designa los escritos del Antiguo Testamento que nosotros llamamos deuterocannicos. No es el objeto principal de las consultas hechas ms arriba; hablamos pues ahora exclusivamente de los escritos apcrifos llamados as por los catlicos (y que en lenguaje protestante se designan como apcrifos del Nuevo Testamento y

pseudoepgrafos del Antiguo Testamento). stos no estn incluidos en el canon de la Biblia ni catlica ni protestante. Apcrifo (que etimolgicamente proviene de apo krpt) significa cosa escondida, oculta; en la antigedad, el trmino serva para designar los libros que se destinaban exclusivamente al uso privado de los adeptos a una secta o iniciados en un misterio. As, entre los romanos, los libros Sibilinos y el Ius Pontificum. Despus, pas a designar entre los judos, el libro que tiene origen dudoso o cuya autenticidad se impugnaba. Los rabinos hablaban de hisnn, libros que estn fuera, o sea ajenos a la coleccin sagrada y empleados por los herejes y samaritanos. Entre los cristianos, se design como apcrifos a ciertos escritos cuyo autor era desconocido y que desarrollaban temas ambiguos, si bien se presentaban con el carcter de sagrados. Con el tiempo, el trmino apcrifo vino a significar un escrito sospechado de hereja o, en general, poco recomendable1. Consta por el testimonio de San Lucas (Lc 1,1) que ya desde el principio, muchos emprendieron el trabajo de coordinar la narracin de las cosas que tuvieron lugar en tiempo de Jess. Orgenes (muerto en el 253), al comentar este pasaje, distingua ya, al lado de los cuatro evangelios inspirados y recibidos como tales por la Iglesia, otros muchos compuestos por quienes se lanzaron a escribir evangelios sin estar investidos de la gracia del Espritu Santo2, y que, por tanto, estaban destituidos de toda autoridad. Segn l, tales libros estaban, sobre todo, en poder de los herejes. Lo mismo sealaron otros autores antiguos como San Ireneo (+ 202) y Clemente Alejandrino (+ 215), aunque sin tanto rigor. Eusebio de Cesarea, en el siglo IV, al tratar los libros
1 2

Cf. la bibliografa recomendada. Orgenes, Hom. In Luc. I, PG 13,1801.

del Nuevo Testamento, despus de enumerar los que unnimemente son aceptados por todos (protocannicos) y los que an son objeto de discusin (deuterocannicos), habla de otros que son bastardos y espurios, a quienes en griego denomina ntha. Entre stos distingue dos categoras: (a) los que, sin pertenecer al canon neotestamentario, son, sin embargo, citados por autores eclesisticos y presentan un carcter ortodoxo (por ejemplo, Hechos de Pablo, Pastor de Hermas, Carta de Bernab, Apocalipsis de Juan, Evangelio de los Hebreos, etc.), y (b) los que, teniendo contenido hertico, pretenden reemplazar a las escrituras cannicas y por eso se cobijan bajo el nombre de los apstoles (por ejemplo, Evangelios de Pedro, Toms, Matas, Hechos de Juan, etc.). Explcitamente dice de estos ltimos, que los han propalado los herejes y que jams uno slo entre los escritores ortodoxos juzg digno el hacer mencin de estos libros en sus escritos3. El nmero de estos escritos es muy grande. Entre los apcrifos del Antiguo Testamento, se cuentan los apcrifos histricos (en gran parte de carcter legendario, sin valor histrico: Libro de los Jubileos, 3Esdras, 3Macabeos, Vida de Adn y Eva, Apocalipsis de Moiss, Testamento de Adn, Asuncin de Isaas, Historia de los Rekabitas, Sentencias pstumas de Jeremas o de Baruc, Jos y Asenet, Testamento de Job, Testamento de Salomn, etc.,); apcrifos didcticos (en parte influidos por las ideas morales del Antiguo Testamento pero muy lejos de su dignidad; entre stos: Testamento de los doce patriarcas, Salmo 151, Salmos de Salomn, Oracin de Manass, 4Macabeos, Apndice a Job); apcrifos apocalpticos (rico material para entender las ideas apocalpticas de los tiempos
Eusebio, Historia Eclesistica, III, 25; PG 29,268ss. Hay versin bilinge espaol y griego, editada por BAC, Madrid 1973; se puede leer estos pasajes en pgs. 164-165.
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anteriores y posteriores a Cristo; entre stos: Libro de Henok, Asuncin de Moiss, 4Esdras, Apocalipsis de Baruk, Apocalipsis de Abraham, Testamento de Abraham, Apocalipsis de Elas, de Sofonas, de Ezequiel, Orculos Sibilinos, Prlogo a Lamentaciones). Entre los apcrifos cristianos, se cuentan ms de cien obras en una de las mejores colecciones que es la de Hennecke; en la edicin de Los Evangelios Apcrifos de Luigi Moraldi, stos ocupan ms de 2.000 pginas. Entre estos escritos, algunos son obras no evanglicas, que imitan los gneros literarios que aparecen en el Nuevo Testamento, particularmente epstolas (epstolas pseudopaulinas, o de otros apstoles), hechos apostlicos (Hechos de los apstoles atribuidos a Juan, Pedro, Pablo, Andrs, Toms), y apocalipsis (de Pedro, Pablo, Toms). Ms abundantes son los escritos que imitan los evangelios, que en su mayora llevan el nombre de apstoles o personajes clebres de la Iglesia primitiva (Toms, Santiago, Felipe, Mara, Nicodemo). Algunos son marcadamente teolgicos y tienen una relacin remota con la historia de Jess (como el Evangelio de la Verdad, escrito copto que es un tratado abstracto de tendencia gnstica). Algunos son de origen y tendencia marcadamente gnstica; otros, en cambio, fueron escritos para responder a la curiosidad popular por los detalles ignorados de la vida de Jess (algunos dan detalles de su vida oculta, o de lo que hizo durante su descenso a los infiernos). Algunos pocos son muy antiguos (por ejemplo, ya en el ao 150 se conoca una versin de los Hechos de Pilato), pero en general son ms tardos y no conservan verdaderos recuerdos histricos, aunque alguno de ellos haya ejercido de hecho una gran influencia en la piedad cristiana popular (el caso del llamado Protoevangelio de Santiago). Dentro de algunos de estos escritos (los menos influenciados por las tendencias e ideologas gnsticas), hay

cosas muy valiosas, tal vez con datos y ancdotas histricas de Cristo que han pervivido en la tradicin; pero estn mezcladas con datos que son ciertamente falsos, como errores geogrficos de Palestina, falta de fidelidad histrica, relatos de milagros fantasiosos en la infancia de Cristo (en el Evangelio de Toms, por ejemplo, aparece Cristo haciendo pajaritos de arcilla y dndoles vida con un soplo) o milagros punitivos (Cristo hace milagros para castigar a quienes no quieren aceptarlo, como en el Evangelio de Pedro). Ante todo esto, la Iglesia reaccion prontamente, pues estos escritos tocaban de cerca las fuentes de la revelacin, introduciendo errores y confusin. No se conoce ningn decreto que catalogara y condenara los apcrifos, salvo el Decretum Gelasianum, considerado durante un tiempo como documento pblico de la Iglesia, pero hoy estimado como escrito privado. Sin embargo, sobre todo a travs de numerosos documentos patrsticos, se puede vislumbrar el sentir de la Iglesia sobre el tema. Son muy expresivos as, adems de los testimonios de Orgenes y Eusebio arriba citados, los de Inocencio I en su carta a Exuperio de Tolosa, en la que condena los escritos falsificados por Leucio, o la carta de Santo Toribio de Astorga condenando los apcrifos priscilianistas de uso en Espaa. Algunos Padres no guardaron esperanza de encontrar en ellos nada de provecho, como San Jernimo; otros, en cambio, dejando en claro su acanonicidad (o sea, que no pertenecen al canon de los libros inspirados), reconocieron que se poda encontrar algo de verdad en algunos relatos, as San Agustn, Clemente de Alejandra, Eusebio, San Epifanio, San Andrs de Creta, San Juan Damasceno. De todos modos, nunca los reconocieron como inspirados, y slo aceptaron como probable, aquello que de ningn modo se opona o contradeca lo que est contenido en los escritos cannicos.

Bibliografa: Aurelio de Santos, Los Evangelios Apcrifos, BAC, Madrid 1956. Tambin: Raymond E. Brown, Apcrifos. Manuscritos del Mar Muerto y otros escritos judos, en: AA.VV., Comentario Bblico San Jernimo, tomo V, Cristiandad, Madrid 1972, pp. 99-128. A. Dez Macho (dir.), Introduccin a los Apcrifos (vol. I de la obra: Apcrifos del Antiguo Testamento), 8 vol., Cristiandad, Madrid 1982 ss.; M. Erbetta, Gli Apocrifi del Nuovo Testamento, (3 vol.), Turn 1981; E. Hennecke-W. Schneemelcher, Neutestamentliche Apokryphen, 2 vol., Tubinga 1959-1964 (es la obra ms consultada por los estudiosos). Sobre el Evangelio de Toms (tan de moda hoy en da entre los influenciados por la New Age): A. Guillaumont, H. C. Puech, G. Quispel, W. Will, vangile de Thomas: texte copte et traduction fanaise, 1959; J. E. Mnard, Lvangile selon Thomas: introduction, traduction, commentaire, Leiden 1975; Philip Jenkinks, Hidden Gospels: How the Search for Jesus Lost Ist Way, Oxford University Press, New York 2001; Carl A. Raschke, The Interruption of Eternity: Modern Gnosticism and the Origins of the New Religions Consciousness, Chicago, Nelson-Hall 1980. Para ms informacin y compras, dirigirse a Ediciones del Verbo Encarnado El Chaaral 2699 CC 376 (5600) San Rafael Mendoza Argentina Tel: +54 (0)02627 430451 E-mail: ediciones@iveargentina.org http://www.edicionesive.org.ar http://www.iveargentina.org

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