Teoria General Del Acto Juridico
Teoria General Del Acto Juridico
Teoria General Del Acto Juridico
E. DI T O RIAL
JURiDjÇ
DE CHILE
9 .-i LL4bB
ISH 956.10.1488-2
5
00'N k
EDITORIAL
1
!UR1DICA
DE CHILE
Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la cubierta, puede ser reproducida,
almacenada o transmitida en manera alguna ni por ningún medio, ya sea eléctrico, químico,
mecánico, óptico, de grabación o de fotocopia, sin permiso previo del editor.
ISBN 956-10-1488-2
VICTOR VIAL DEL RIO
Profesor de Derecho Civil
(le la Faev liad (le Derecho
(le las Universidades de Chile,
Católica (le Chile y Andrés Belio
TEORIA GENERAL
DEL ACTO JURIDICO
Quinta edición actualizada
y aumentada
EDITORIAL
JURIDICA
DE CHILE
PRESENTACION
7
TEORLA GENERAL. DEL AíTOftIRIDICO
1. GENERALIDADES
1. CONCEPTOS GENERALES
Desde tiempos remotos se ha procurado encontrar el elemento
común vinculante de las diversas instituciones del derecho pri-
vado, labor ardua y difícil si se considera que las diferencias en-
tre ellas parecen ser más notorias que una eventual o hipotética
semejanza.
En efecto ¿qué podría tener en común el testamento con el
pago de una obligación, si el primero es un acto por el cual una
persona dispone de sus bienes para que tenga pleno efecto des-
pués de sus días, y el segundo es el cumplimiento de la presta-
ción debida? ¿O el acto por el cual un hombre y una mujer se
unen en matrimonio con el contrato de compraventa?
A primera vista, lo único que relaciona a los actos mencio-
nados es que surgen como consecuencia de la voluntad del hom-
bre; conclusión tan amplia y vaga que mal podría justificar una
construcción jurídica sobre la base de este único elemento como
vinculante.
Sin embargo, partiendo de dicho elemento común es posible
encontrar otros: en primer lugar, tales actos surgen de una mani-
festación de voluntad hecha con un propósito determinado —dis-
posición de bienes en el testamento; extinción de una obligación
en el pago; necesidad de formar una familia en el matrimonio;
necesidad de intercambiar bienes en la compraventa— propósito
que inspira a Ja parte o partes que intervienen en su celebración;
9
TWRIA GENERAL DEl. ACTOJURIDICO
10
LA tF)R1A I)FL A(1)JLR1DI(:)
11
TEORIA GENERAL DEI. ACTOjURIDIC()
12
LA TV.ORTA I)E1, A( :I011IRlI)1co
5. SUPUESTO JURÍDICO
Para que un hecho jurídico produzca consecuencias de derecho
es menester que la ley le haya atribuido tal virtud.
En doctrina se da la denominación de supuesto de hecho o
supuesto jurídico a los hechos y circunstancias que la norma legal
prevé y a los cuales atribuye la producción de efectos jurídicos.'
Como señala un autor, "los hechos concretos para ser hechos
jurídicos deben, en consecuencia, poder ser subsumidos en el
Roberto H. Brcbbia 1.: 1-lechos y actos jurídicos. Comentarios de los artículos 896
a 943 del Código Civil, Doctrina y jurisprudencia, Buenos Aires, Editorial Astrea, 1' edi-
ción, año 1979, pág. 11, cita a Savigny, que define los hechos jurídicos corno 'los
acontecimientos en virtud de los cuales las relaciones de derecho nacen y termi-
flan".
F. Santoro Passarelli: Doctrinas generales del Derecho Civil, Madrid, Editorial
Revista de Derecho Privado, ia edición, año 1964, pág. 109, dice que hechos jurí-
dicos son "los productores de un acontecimientojurídico consistente, en particu-
lar, en la constitución, en la modificación o en la extinción de una relación
jurídica, o bien en la sustitución de una relación por otra relación jurídica nue-
va; o también en otro caso en la cualificación de una persona, de una cosa o de
un hecho".
Emilio Betti Teoría General del Negocio jurídico, Madrid, Editorial Revista de
Derecho Privado, 14 edición, s/a.
Enneccerus, Kipp y Wolff: I. Tratado de Derecho Civil, Buenos Aires, Edito-
rial Bosch, año 1948, pág. 5, refiriéndose al supuesto de hecho, dicen que "el
conjunto de requisitos, a que el ordenamiento jurídico condiciona un efecto
jurídico, o sea, el nacimiento, la extinción o la modificación de una relación
jurídica, se llama supuesto de hecho de este efecto jurídico"; en igual sentido
Heinrich Lehniann: 1. Tratado de Derecho Civil, Madrid, Editorial Revista de Dere-
cho Privado, año 1956, pág. 195.
TEORIA GENERAL DEL A(T( )UR!L)I( o
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lA i'E( )RIA DEL A( FO JURIDICO
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TEORIA GENERAL DEL ACTO JURIDI(x)
16
lA 1'F.()RIA 1)iL. AGI)FURI1)I(X)
4
Un sector de la doctrina prefiere hablar de "relaciones o situaciones jurí-
dicas", porque tos hechos jurídicos pueden producir la adquisición, modificación
o extinción tic potestades o poderes que no son propiamente derechos subjeti-
vos, o incidir en deberes u obligaciones que no son propiamente obligaciones.
En este sentido, Carioca Ferrara y otros autores citados por R.H. Brebhia, op. cit.,
pág. 23.
'IEORIA GENERAL DEL A( TOjUR1D1(X)
B) Modificación
Como consecuencia de ciertos hechos jurídicos es posible que
una relación jurídica sufra cambios que, sin hacerla perder su
identidad, la hagan sustancialmente diferente de la relación ad-
quirida, ya sea porque cambia su contenido o los sujetos de la
relación.'
Las modificaciones de las relaciones jurídicas pueden pro-
ducirse por disposición de la ley o por la voluntad del hombre.
Por ejemplo, la destrucción de la especie debida por culpa
del deudor es un hecho jurídico que modifica la relación de obli-
gación por disposición de la ley. En efecto, si bien la relación
de obligación entre acreedor y deudor subsiste, ésta experimenta
un cambio sustancial como consecuencia de que se modifica el
objeto de la obligación, que no va a ser la especie que el deu-
dor debía dar o entregar, sino que el precio de la misma más la
indemnización de perjuicios. También la tradición es un hecho
jurídico que modifica una relación jurídica, pero en este caso
por voluntad de las partes: el dominio sobre una cosa del cual
era titular el tradente, se va a traspasar a la persona del adqui-
rente. El dominio, en cuanto potestad o poder sobre una cosa,
sigue siendo el mismo que antes existía. Pero se produce una
modificación sustancial de la relación jurídica anterior, pues ha
cambiado el titular del derecho.
C) Extinción
Extinción de un derecho es sinónimo de muerte del mismo.
Como dice un autor, "la extinción es la desaparición del dere-
R. II. Ri'ehbia, op. cit., pág. 38, cita a Von Thur y Oi'gaz.
18
LA I'I-X)RIA I)F1 At 1(JluRII)1(X)
19
TEORIA GENERAl, DEL ACTO LURIDICO
20
lA IEORIA DEL A:IO JURIDI( ()
21
rEoltiA (;ENERAI, 1)E1, AGIO JURIDI(X)
E. Betti, op. cit., pág. 51, expresa que, frente a los actos humanos, ci orde-
namiento jurídico puede actuar de tres maneras: a) no juzgando su función dig-
na o necesitada de tutela, por carecer de i rase ende ncia jurídica, en cuyo caso los
abandona a sí mismos, quedando desprovistos de atención; b) considerando su
función como socialmente trascendente y digna de tutela jurídica, y entonces lo
recoge y coloca bajo su protección; c) estimando la función reprobable, en cuyo
caso el acto produce efectos contrarios al fin perseguido (acto ilícito). Y agrega:
"sólo en la segunda hipótesis consignada es elevado a la dignidad de negocio ju-
rídico el acto de autonomía privada; entonces el derecho le concede los efectos
jurídicos destinados a asegurar el cumplimiento de la función que caracteriza a
su tipo y le da vida del modo más ajustado posible".
24
Heinrich Lehmann, op. cit., pág. 196, dice que "Acto es una conducta vo-
luntaria y externa. El acto en sentido jurídico no debe ser equiparado al movi-
miento corporal. En sentido propio se entiende como acto sólo el movimiento
corporal querido, el hacer. Sin embargo, la ciencia del derecho se vio obligada
hace tiempo a ampliar el concepto de acto, comprendiendo también las omisio-
nes dolosas y culposas. A ello obliga ya la propia manipulación de las leyes. Si la
omisión se comprende en el concepto de acto, tendremos las características esen-
ciales siguientes: el acto es una conducta externa querida, o, más exactamente,
una conducta externa que ha de reconducirse a una voluntad consciente, a una
situación anímica consciente. La conducta puede ser activa (positiva) —acto en Sen-
tido estricto— o inactiva (negativa) —omisión—." Agrega que "a pesar de esta ani-
pliación del concepto de acto, no son lelos: 1) los procesos internos, por ejemplo,
el pensar en la determinación que ha de adoptarse. 2) la conducta externa que
se produce inconscientemente —el enfermo altiidído iiicbaia el cuchillo al inédi-
co—, y 3) la conducta no originada por una deiei'iiiinula voluntad, sino (orzada
por vía absoluta." En este mismo sentido, Ennecccrus, Ki1p y Wolff señalan que
'acto es la realización querida o, al menos, previsible (It' un i'esiiltado externa-"
(op. cit., pág. 8.).
2'
F. Santoro Passarelli, op. cit., pág. 114.
22
lA IE( )RIA DEL ACi( )ILJRIDI(X)
23
TEORIA GENERAL DEL ACTOJURII)IGO
" Luigi Ferri: La autonomía prvada, Madrid, Editorial Revista de Derecho Pri-
vado, 1"; edición, año 1969, pág. 61, señala que esta distinción es didácticainentc
eficaz pero inconsistente, pues "no se puede ignorar su intrínseca debilidad que
le viene de estar basada en un elemento subjetivo, como es la intención de las
partes", y agrega que si un delito se cometiera por sus consecuencias Jurídicas,
sería negocio jurídico, lo que este autor estinia absurdo. Para Ferri en los nego-
cios jurídicos existe lo que llama una "voluntad tuiri uva", que es la de "crear
normas jurídicas con un efecto que vincula a las palles"; voluntad distinta a la
real o psicológica. Los efectos de los negocios uríclkos riRileifilali su taiisa efi-
ciente en esta voluntad normativa. En los hechos hiinianos que no son negocios
Jurídicos, es decir, en aquellos que no hay voluntad norimitiva, los lcÍos iiríçli-
cos encuentran su causa inmediata y directa en la ley (op (-¡t., pg. 75).
O. Stolfi, op. cit., pág. 3.
24
LA TEORIA [)EL. ACTO IIJ Rl DkX)
25
TEORIA GENERAL DEL ACTO jtJR1 D1(X)
26
LA T1ORIA DEL AC ro lJRIDI(X)
27
TEORIA GENERAL. DEL ACTO TURIfICo
G. Stolfi, op, cit. pág. 7, dice que sólo los efectos jurídicos son amparados
por el derecho y es por ello que para que el autor o las partes de un acto jurídico
puedan reclamar o beneficiarse del amparo de la norma el ordenamiento jurídi-
co contempla una serie de requisitos, más o menos onerosos. El autor o las par-
tes deben, en consecuencia, perseguir efectos jurídicos, lo que no significa que
deban conocer minuciosamente todos los efectos que el acto produce, los que
son determinados por la ley.
En este sentido, entre otros, L. Cariota Ferrara, op. cit., pág. 50, y E. Betti,
op. cit., pág. 75. Este último dice que el acto jurídico se concluye con un propósi-
to práctico, y que es errado exigir una intención dirigida a los efectos jurídicos
que determina exclusivamente la ley. Las partes sólo podrían excluir alguno de
esos efectos. Heinrich Lehmann, op. cit., pág. 219, se pronuncia en igual senti-
do, cuando manifiesta que "la voluntad de negocio es la intención dirigida a ob-
tener un resultado económico determinado, jurídicamente protegido".
Enneccerus, Kipp y Wolif, op. cit., pág. 54, citan a varios autores alemanes "que
exigen sólo un querer (o más exactamente un declarar un algo querido) de sig-
nificación económica o social", y expresan que "por regla general, al querer un
resultado económico o social se quiere también como medio para conseguir este
fin la consecuencia jurídica correspondiente; el resultado es querido como resul-
tado jurídico". Agregan que este fin empírico o práctico establecido para el dere-
cho común no está de acuerdo con las fuentes romanas.
28
lA rIc)RIA i»:i, A( l() URI[Jl(X)
' Vittorino Pietrobon El error en la doctrina del negocio jurídico, Madrid, Edito-
rial Revista de Derecho Privado, 1' edición, año 1971, pág. 473.
29
LL()R1A GENERAl, DEL ACTO jURII)1(Á)
30
I.A 'rK)RIA DEI At '10 lti}k11)1C0
presupuestos que aquél impone para un acuerdo social válido". Es decir, la pro-
ducción de los efectos jurídicos requiere tanto de la manifestación de voluntad
COMO de la autorización o reconocimiento del ordenamiento jurídico.
31
TEORIA GENERAL 1)FL A(I'OJUR1I)I( O
les diciendo que "son todos los que concurren a formar un negocio jurídico en
general, y los necesarios para tener un determinado tipo de negocio (venta, per-
muta, arrendamiento, testamento); de tal modo que la falta de uno de ellos im-
plica la falta del mismo negocio jurídico". Y agrega que 'sólo los elementos
esenciales pueden llamarse requisitos del negocio, los otros no".
`José Castán Tobeñas: I. Derecho Civil Español común y foral (2), Madrid, Edito-
rial, Reus, 9" edición, año 1955, pág. 521, dice que elementos esenciales comunes
"son los propios del negocio jurídico como categoría general, y, consiguientemen-
te, los que han de concurrir en los diversos tipos de negocios". Y agrega que ele-
mentos esenciales especiales "son los específicos de un tipo determinado de
negocios: por ejemplo, el precio en la compraventa".
32
A IE( )RIA I)E1. A(fOJUR1D1C()
7
G. Siulfi, op. cit., pág. 17.
33
TEORIA GENERAL DEI. A(IOj1JRIL)I(:O
34
lA T)RIA Di,A. A( 1T)j t RL1JI(X)
() Elementos accidentales
Elementos, o mejor dicho cosas accidentales de un acto jurídi-
co, SOfl aquellas que las partes pueden, en virtud de la autono-
mía privada, incorporar a éste sin alterar su naturaleza.
Las cosas accidentales que suelen incorporarse a un actoju-
rídico se refieren, generalmente, a la existencia de Tos derechos
que emanan del acto o a la exigibilidad o a la extinción de los
mismos.
Así las partes pueden fórmular una declaración expresa de
voluntad por la cual agregan a un acto jurídico algo que la ley no
requiere como esencial para la existencia del acto y que tampoco
subentiende; señalando que su omisión impide que el acto nazca
y que produzca efectos. Tal cosa ocurriría, por ejemplo, si en un
contrato de compraventa de bienes muebles —que se perfecciona
por el solo consentimiento de las partes sobre la cosa y el precio—
las partes convienen que la venta no se repute perfecta hasta el
otorgamiento de escritura pública o privada (art. 1802 del Códi-
go Civil). Esta estipulación vendría i ser una cosa accidental del
contrato de compraventa, pero que las partes han elevado al ran-
go de esencial, pues del otorgamiento de la escritura pública o
privada dependerá que exista la compraventa. Mientras la escri-
tura no se otorgue, las partes entienden que no hay compraven-
ta, y por eso el artículo 1802 permite a cualquiera de las partes
retractarse mientras no se cumpla la solemnidad. También cons-
tituye una cosa accidental de un contrato referida a la existencia
del mismo la estipulación de una condición suspensiva, como ocu-
rre, por ejemplo, si las partes del contrato de compraventa esti-
pulan que los efectos de éste se producirán sólo en el evento de
que se cumpla una determinada condición.
Como cláusula que las partes incorporan a un acto jurídico
y que dice relación con la exigibilidad de los derechos que de
él emanan, un ejemplo típico lo constituye la estipulación de un
plazo para el cumplimiento de la obligación. Por ejemplo, como
efecto natural de la compraventa el vendedor se encuentra obli-
gado a la tradición de la cosa vendida inmediatamente después
del contrato, lo que determina que el comprador pueda hacer
exigible su derecho desde dicho momento; a menos que se hu-
biera estipulado que la obligación del vendedor se hará exigi-
ble una vez que se haya cumplido un plazo.
35
lEORIAGENERAI. 1)EIA(flOjURLDI(()
36
LA TIORIA I)ELMTOltJR11)l(X)
37
FEORIA GENERAl. DE!, A(:1nÍURIDIGO
38
lA rEc )RIA I)EI AclOJURII)I(X)
40
Ii. IE(>RIA DEI ACTO IJ Rl L)I(:o
41
TEORIA GENERAl. DEL ACTO jURII)D O
que por regla general dicho contrato es entre vivos, pues no re-
quiere, por naturaleza, la muerte de una de las partes para pro-
ducir los efectos que le son propios; por el contrario, la muerte
de una de las partes acarrea, por norma general, su extinción.
La ley contempla, sin embargo, la posibilidad de que el manda-
to suponga, precisamente, la ejecución de un acto que necesa-
riamente deba realizarse después de la muerte del mandante,
en cuyo caso los efectos propios del mandato están subordina-
dos a la muerte de éste (art. 2169 del Código Civil).
Lo que hace que un acto sea entre vivos o mortis causa es la
necesidad que éste puede o no tener de que se verifique la muer-
te del autor o de una de las partes, para lo cual hay que atender
a Ja naturaleza del acto. La compraventa y la generalidad de los
contratos son actos entre vivos, pues todos ellos, por su misma
naturaleza, producen sus efectos sin que sea necesaria Ja muer-
te de nadie. Ello no obsta a que las partes otorguen el carácter
de mortis causa a un acto que por su naturaleza no lo es, lo que
ocurriría, por ejemplo, en el contrato de compraventa en que
se estipula que la obligación del vendedor de hacer la tradición
de la cosa vendida o la obligación del comprador de pagar el
precio se hará exigible sólo después de la muerte de uno u otro.
42
1 A lEORIA DEi. A( T()JURII)1(X.)
Ver N° 226.
43
lE ORIA GENERAl. DEL M:T0j1'Rll)I(n
44
LA 1'F()RIA 1)KI, A( I)J1JRII)I(X)
45
nORIA GENERAL DII, MrroluRIDI(x)
Otras clasificaciones de los actos jurídicos serían las siguientes: Actos jurídi-
cos de disposición y actos jurídicos de administración. Los primeros, según la doctrina
francesa representada por Planiol, son aquellos que comprometen definitivamente
el porvenir de un ente económico. Por ejemplo, las enajenaciones, hipotecas, ser-
vidumbres son actos de disposición, pues comprometen definitivamente el por-
venir económico de un bien. En cambio, los actos de administración no
comprometen definitivamente el porvenir de un bien, sino por un tiempo corto,
y son frecuentemente renovables. Tienen tal carácter, por ejemplo, los arrenda-
mientos. Actos jurídicos abstractos y actos jurídicos causales. Los actos jurídicos abs-
tractos son aquellos que se caracterizan porque "ni expresan la causa del negocio,
ni la llevan incorporada en sí, debiendo buscarse la misma en una relación extra-
ña a él. Por ejemplo, los actos jurídicos cambiarios". Los actos jurídicos causales,
por la inversa, tienen su eficacia subordinada "a una causa material corno elemento
típico del negocio" (Federico Puig Peña: 1. Trotado de Derecho Civil español (2), Ma-
drid, Editorial Revista de Derecho Privado, año 1958, págs. 471 y Ss.).
46
CAPITuLo fl
LA VOLUNTAD JURIDICA
1. GENERALIDADES
Luis Claro Solar: XI Derecho Civil, Santiago, Editorial Nascimento, año 1941,
47
TEORIA GENERAL DEI, ACTO JLJRIDI(X)
pág. 98, dice que "la manifestación expresa es la que se hace por medio de pala-
bras entre personas presentes o transmitida por el teléfono, por escrituras, cartas
o telegramas, y por gestos o signos. Una inclinación de cabeza, un apretón de
manos, pueden ser considerados, con razón, reveladores de la intención de con-
tratar; y los tratadistas decían por esto que un sordomudo podría por este medio
manifestar esta intención de un modo expreso, lo que según nuestro código no
puede hacer sino por escrito, aun entre presentes".
48
LA VÜUN'LADJLR1L)ICA
49
'F101uA GENERAl. DEI, ACTO JURIL)ICO
21. EL SILENCIO
Puede ocurrir que una persona, enfrentada a un hecho determi-
nado, adopte lo que se llama una conducta omisiva, constituida
por hechos negativos. Es decir, no formula una declaración ni eje-
cuta una conducta concluyente, limitándose a guardar silencio.
Se produce, en tal caso, un silencio o reticencia de quien,
teniendo la posibilidad de obrar en un determinado sentido, no
lo hace.
Punto controvertido en doctrina es la posibilidad de atribuir
al silencio el significado de una manifestación de voluntad.
La regla general es la negativa, pues el silencio de por sí no
constituye manifestación de voluntad en ningún sentido.6° Como
dice Avelino León, "el silencio no es manifestación de voluntad
ni expresa ni tácita, ni positiva ni negativa, pues el silencio, en
sí, es siempre equívoco, no traduce voluntad alguna... Distinto
es el caso de la voluntad tácita en que hay acciones, hechos po-
L. Claro Solar, op. cit., pág. 105, estima que el Código exige en ciertos ca-
sos la manifestación expresa "con el propósito de llamar la atención de los con-
tratantes sobre la importancia de una obligación, de una aceptación o de una
renuncia", "o después de haber establecido una regla general, reserva la posibili-
dad de una estipulación contraria expresa" y cita como ejemplos los artículos 1413,
1511, 1611, 1637, 1907, 1946y2452.
u
L. Claro Solar, op. cit., pág. 106, dice que "por sí solo el silencio, compren-
diendo en él también la inacción, puesto que un acto puede importar una expre-
sión tácita de voluntad, no puede ser una forma del consentimiento. El que guarda
silencio y permanece en la inacción no manifiesta voluntad alguna, no dice que
no; pero tampoco dice que sí. El silencio no manifiesta más que una sola inen-
ción, la de callar y no tomar resolución alguna".
50
lA VOlUNTAD 1URID[A
61
A. León H., Op. cit., pág. 59.
`A. León H., op. cit., pág. 62.
51
lEORIA GENERAL DEL ACTO t) RIt)I(X)
' Para la doctrina italiana, el juez puede atribuir valor al silencio en los ca-
sos en que los usos y costumbres así lo permitieren —por ejemplo, el tráfico ner-
cantil— o induzca a ello la relación contractual preexistente y la buena fe. N.
Coviello, op. cit., pág. 390, dice que "es indudable, sea cual fuere la teoría que se
acoja, que nadie puede por su voluntad unilateral hacer que el silencio de aquel
a quien se dirige equivalga al consentimiento, aunque la oferta de contrato vaya
acompañada de la expedición de la cosa que debe ser objeto mismo, como cuan-
do se remiten periódicos o libros a quien no los ha pedido, con la advertencia de
que, si no se devuelven dentro de cierto tiempo, el destinatario se considerará
como abonado al periódico o como comprador de los libros. De no ser así, cada
uno podrá obligar a los demás a ejecutar un hecho positivo en su favor y restrin-
gir así, tan sólo por su gusto, la voluntad ajena".
52
LA VO[LJNIADIIJIUL)ICA
53
TFORIA GENERAl. DEL ACTO IUR1I)1C0
54
LA voIUN'rADIuRII)LGA
55
TEORIA GENERAL DEL ACTO JURII)1(X)
56
lA vOluNFDpUR1I)ICA
57
lEORIA GENERAl, DEL AGTOJURII)L(()
58
LA VO1UN'lAI}JI.JRIDI(A
59
rEORIA (;INERAL, i)I;L, A(LOJURII)1C()
61
TEORLA GENERAL DEL ACFO IURIISIGO
62
LA VOLUNTAD.1
VOLUNTAD. U R1I)ICA
33. LA OFERTA
Se da el nombre de oferta, policitación o propuesta al acto jurí-
dico unilateral por el cual una persona propone a otra celebrar
una determinada convención.4
vención todas las partes deben tener la intención de formar la obligación, ya que el
acuerdo que constituye el consentimiento no existe sino cuando la voluntad de cada
tina de las partes se une a la voluntad de las otras... El Código ha querido decir que
la obligación no puede existir sin que el deudor la acepte".
H. Lehmann, op. cit., pág. 337, expresa que "la conclusión del contrato se
produce de modo escalonado; la declaración que precede en el tiempo se llama
okrta; la que le sigue, aceptación".
Enneccerus Kipp y Wolif, op. cit., pág. 153.
H. Lehmann, op. cit, pág. 337, hace presente que "la oferta es en sí mis-
ma una declaración contractual, no un mero acto preparatorio. De ahí que la ofer-
ta ha de distinguirse rigurosamente de la simple comunicación de estar dispuesto
a concertar un contrato, y de la invitación a hacer ofertas. La oferta ha de hacer-
se en el sentido de que el contrato quedará cerrado mediante la declaración del
acuerdo por parte del destinatario'.
63
lEORIA GENERAL 1)EL AL TOJUR!I)1( o
Ello sin pejuicio, como se verá más adelante, que para el perfeccionamiento
de ciertos contratos 110 basta con la sola aquiescencia del destinatario de la ofer-
La, siendo necesario, además de ésta, la entrega de una cosa o el cumplimiento
de alguna formalidad.
H. Lehrnann, op. cit., pág 339.
En relación con el efecto que produce la ruptura de las conversaciones pre-
liminares, ver A. León U., op. cit., pág. 99.
64
IA V )1 UNLA!) JLJRI l)1( A
R) Oferta tácita
Oferta tácita es aquella que se desprende de un comportamien-
to que revela inequívocamente la pioposición de celebrar una
convención.
C) Oferta hecha a persona determinada
(Mérta hecha a persona determinada es aquella que va dirigida
a un destinatario que se encuentra individualizado. "Es la que
se hace a una persona cierta que el proponente conoce o con
quien desea contratar, y es la ordinaria y corriente".",'
1)) Ofrr1a hecha a persona indeterminada
Oferta hecha a persona indeterminada es aquella que no va di-
rígida a ninguna persona en especial, sino que al público en ge-
neral (por ejemplo, la oferta de venta contenida en un aviso en
el periódico).
A las ofertas hechas a personas indeterminadas se refiere el
artículo 105 del Código de Comercio, que dice: "Las ofertas in-
determinadas contenidas en circulares, catálogos, notas de pre-
(lOS corrientes, prospectos, o en cualquiera otra especie de
65
rEORL\ GENERAL DEI. ACIO JURII)CC()
A) Aceptación expresa
Aceptación expresa es aquella que se contiene en una declara-
ción en la cual el destinatario de la propuesta manifiesta en tér-
minos explícitos y directos su conformidad con ella.
La aceptación expresa puede ser verbal o escrita.
Aceptación verbal es aquella que se manifiesta por palabras
o por gestos que hagan inequívoca la conformidad con la pro-
puesta.
Aceptación escrita es aquella que se hace por la escritura.
rA V01.11 N l'ADJURIDICA
67
I'E( )RA (,ENERA[, DEL ACTO JtJRlI)1(X)
68
LA Vo1UNrAI)JIJRIDICA
69
lEORIA GENERAL DEL A( TOJURÍDI(:1)
70
LA VOlLJNr*J)IURII)ICA
71
T1'X)RIA GENFRAL DEL A(:ToJURu)( O
' L. Claro S., op. cit.., pág. 73, hace presente que "la disposición del artículo
101 del Código de Comercio es general y, por lo mismo, se aplica también al caso
en que el proponente se hubiera comprometido a esperar contestación durante
un detenninado plazo'.
72
1A VOIUNI'M)IURIDICA
73
'rEc)lUA GENERAl, DEL A( 'lO JURIDI(X)
C) Teoría de la recepción
El consentimiento se forma en. el momento en que la acepta-
ción, contenida en una carta o telegrama, llega al domicilio del
oferente.
"En el sistema de la recepción se exige que el documento
material que contiene la aceptación llegue a poder del propo-
nente, entendiéndose perfeccionado el contrato por el hecho
de llegar la aceptación a su casa, aunque el proponente ausen-
te o enfermo haya ignorado que ha llegado la carta o telegrama
que comunica la aceptación".""'
74
I VOLLJNTADIIJRID1CA
75
1E0RLA Gt:NLRAI, DEL A 10 JURIIHC()
N. Coviello, op. cit., pág. 417, señala que los vicios de la voluntad supo-
nen que la voluntad no se ha determinado de modo recto y normal, aunque es
posible que se haya manifestado exactamente; y agrega que "en general, la ley no
tiene en cuenta el proceso interno que precede a la formación del acto volitivo
ni, por lo mismo, las representaciones del entendimiento que han determinado
a la voluntad a hacer la deliberación, esto es, los motivos; pero cuando éstos son
de tal naturaleza que perturban el recto funcionamiento del querer, se toman en
consideración, corno vicios de la voluntad, o sea, como hechos que no la exclu-
yen, pero que la han hecho deteriorarse cuando sin aquéllos o no se habría de-
terminado, o se habría determinado de otro modo".
"Jorge Giorgi, iáoría de las obligaciones en el derecho moderno (6), Madrid, Edi-
torial Reus, año 1930, pág. 59, dice que "todo lo que extingue u of usca la inteli-
gencia, corno también lo que restringe o merma la libertad, constituye para
nosotros, según su gravedad, defecto o vicio en el acto interno del querer".
J. Giorgi, op, cit., pág. 59, hace presente que la filosofía jurídica no ha
sabido expresar con precisión convincente "cuáles son los defectos de la inteli-
gencia o de la voluntad que destruyen el acto volitivo y cuáles son los vicios (le
estas dos facultades, que sin destruirle, se limitan a que quede irnpenfécto el acto
incrno del querer" y agrega que "con todo, los principios filosóficos de la secta
estoica que estuvieran en boga en los escritos de los jurisconsultos romanos, deci-
dieron Con extraordinaria severidad, en materia de contratos, este punto (le con-
troversia, y adoptaron corno principio dominante en la cuestión (salvo ciertas
76
LA VOILJNIADJURII)I('A
SECCION PRIMERA
EL ERROR
especiales excepciones) el criterio qui vi, aut errore consentir, tarnen consentir".
Dichos principios inspiran, según Giorgi, al Código Napoleón y a todos los que
se han basado en él, según los cuales el error, la violencia o el dolo no destruyen
el consentimiento ni impiden la formación del contrato, "pero solamente hacen
inválido el consentimiento y abren paso a la rescisión o anularniento del contrato
mismo".
N. Coviello, op. cit., pág. 417, hace presente que los vicios de la voluntad
se pueden reducir a dos: ci error y el temor, "porque así como el error puede ser
causado por el dolo, y el temor que la ley ha tenido en cuenta es sólo el produci-
do por la violencia de otro, así también se habla de tres vicios de la voluntad: del
error, del dolo y de la violencia.
Oh
G. Stolfi, op. cit., pág. 171.
te Otras definiciones de error: J. Giorgi, op. cit., págs. 61 y 63, lo define como
"tina disconformidad entre las ideas de nuestra mente y el orden (le las cosas"; N.
Coviello, op. cit., pág. 418, dice que el error consiste "en un lalso juicio que se
forma de una cosa o de un hecho, basado en la ignorancia o incompleto conoci-
miento de la realidad de la cosa o del hecho, o del principio de derecho que se
presupone".
77
TEORtA GENERAL DFL A( T( )fUL4IDIC()
""' Vittorino Pietrohon: H ermr en la doctrina del negocio jurídico, Madrid, Edi-
torial Revista de Derecho Público Privado, 4 edición, año 1971, pág. 458.
° L. Claro S., op. cit., pág. 70.
78
LA V0ILJNTADjURIDR:A
79
TEORIA GENIRAI. 1)E1. ACTO JURIDI(X)
80
LA VO1UNTAI)IURII)ILA
81
TI:0RIA GENERA1, DIL ACTO JIJRIDI(X)
82
LA VOLLJNI'Al)Il+JR!DICA
83
TF()RIA GENERAL I)EI. ACTO JURLDIC()
n • Giorgi, op. cit., págs. 68 y 69, rechaza esta solución del Código Napo-
león, que contraría a la antigua doctrina francesa. Expresa, por otra parte, que
"sería a veces una injusticia solemne negar excusa a quien celebrara por error un
contrato, reprochándole, en resumen, la gran razón de que su error es un error
de derecho. ¿Hay alguien, no sólo entre los campesinos y las mujeres, sino entre
los mismos juristas, que lealmente se atreva a asegurar que tiene presente todas
las leyes, lucias las disposiciones particulares o locales y que no yerra nunca en
materia de derecho controvertido? Y esto, no ya cuando por razones de su cargo
sea llamado a aplicarlas, sino en el momento que, quizá, de improviso y por ne-
cesidad urgente tiene que celebrar un contrato"...
84
IA V( ) IÁ J NIAl) 1 l.JRII II (A
85
TEORLA GENERAl. DEL ACTO jURIDI(X)
86
LA VOL U NIAl) JURIUR A
87
TEORIA GENERAl. DEU ACITOJURIDICO
88
LA VOI. INFAI)JURII)I(A
89
FEORIA GENERAL IWI A(:roJURlIRx)
90
LA VOL ,UN1AI) URLDICA
91
tI'()RLA (;ENFRAL, DEL A(I'I1JRI1)I(X}
92
LA VOLUNTAD JURIDICA
"a Según J. Giorgi, op. cit., pág. 75, el legislador francés se inspiró en mate-
ria de error m substancia en Pothier, que decía expresamente que "el error anula
la convención no sólo cuando recae sobre la cosa misma, sino también cuando
recae sobre la cualidad (le la cosa que los contratantes tuvieron como mira y que
Forma su substancia". Sin embargo, por utilizar el Código Napoleón sólo el voca-
blo substancia, ha sido controvertido por la doctrina francesa su real significado.
Así, por ejeniplo, autores Corno Aubry y Rau, Toullicr y Duranton, restringen el
alcance del error in substancia a hipótesis tales como la venta de un objeto de es-
laño plateado, que el comprador cree de plata; o de un objeto de cristal que el
comprador cree un diamante.
93
ivJR1A (ENERA1. DEL A:IOIIJRII)I(()
94
LA V0IUNTAI)pLR1DICA
95
1FORIA 4FNEHAI. DEL A( :I'OJURU)I U
96
lA VOIuN1'Al)JURI)lcA
97
lEORIA (,ENERAI. DEI A(rIOI1JRII)Ico
98
A V( )L U NLAI} JURIDI( A
A. León H., op. cit., pág. 230, observa que la ley no exige que quien sufre
ci error haya dado a conocer explícitamente a la otra parte que la calidad acci-
dental de la cosa constituye el principal motivo que lo induce a contratar, sino
que requiere, simplemente, que ese motivo "haya sido conocido por la otra par-
te", lo cual podrá verificarse por distintos medios o formas que la ley no entra a
determinar, uno de los cuales podría ser la expresa declaración que formula una
parte a la otra; pero es posible que ésta conozca por otros antecedentes que el
principal motivo para contratar es la calidad accidental.
I»FRIA (;FNERAI. DEL AUTOJURIDIGO
100
I A V0LIINIAt)IURIDICA
101
'JEORIA (;ENERAI. DEL !(1o1IJRJ1)L(:ci
102
1 VOLUNTA1)JLJR1DI(A
103
1I)IUA GENERAL, IWI. AC1'{)JJR1DIC()
SECCION SEGUNDA
LA FUERZA
104
LA VI.IJNTAI)JURII)I(A
105
1I)ItlA GENERAL I)EI. ACTC)jURI1)1(X)
106
LA VOl LNTAI)JURIT)ICA
quiera manera que se haya producido, sino que considera como tal a la violen-
cia, en cuanto produce el miedo y constituye un acto ilícito.
107
IEX)RIA GKNERM, DEI. AC Iot. ItII)I(()
108
LA V( )I tJN1AI) URI1)1( A
miento cuando el mal amenazado sea injusto, y no es tal la declaración, por par-
te de quien es víctima de un delito, de denunciar éste, pues que se trata del ejer-
ciCio de una facultad permitida por la ley'; "la violencia debe ser ilícita, o sea,
injusta, y, por tanto, no puede reconocerse en el hecho del acreedor que, apo-
yándose en su derecho, proceda contra el deudor a actos conservativos y amena-
ce con el ejercicio (le ulteriores acciones judiciales para la realización de su
e redil o "
109
J'F.()RIA GENERAl, DII. ACTO JI IRIDICO
uj. Giorgi, op. cit., pág. 110, señala que "Para juzgar si una amenaza injusta
ha menguado en efecto la libertad de elección de quien se obliga, es inútil exa-
minar en abstracto si hubiera sido capaz de asustar a un hombre intrépido y de
ánimo viril, sino que se ha de ver si quedó o no aterrorizado aquel contra quien
se dirigió". Agrega que los legisladores modernos declaran que la violencia es causa
de nulidad cuando suscite temores de tal índole que impresionen a una persona
sensata; "pero que debe considerarse la condición personal de quien sufre la vio-
lencia". "Se examinará, si en las condiciones personales de la misma, la violencia
fue tal para poderla inducir al razonable temor de exponerse o que sus suhstan-
cias se expongan a un mal notable; y esta confrontación entre la cualidad de las
personas y la índole de las amenazas se desenvolverá en una indagación de he-
cho que debe dejarse enteramente al prudente arbitrio del juez".
110
lA VOIUNl'ALflURII)IGA
111
I'EORIA GENERAL 1)EI. A( TO IURII)I( o
112
LA VILJNTA1)JtJRII)ICA
113
'IX)R1A GENFRAL I)E1. A(TOIURI)1()
114
LA VOLI.JNTADJURII)ICA
SECCION TERCERA.
EL DOLO
115
1E()RIA GF:NERAI. I)EI. A( IO jURI[)t( :0
116
LA Vol . NIAl) URII)ICA
N. (ovidio, op. cit., pág. 426, dice que el dolo negativo consiste en omitir
una circunstancia que, por la lev, los usos del comercio o la naturaleza del nego-
cio, debía revelarse a la otra parte; y que la simple reticencia no constituye (1010
cuando no hay obligación de decir la verdad.
117
I'EORIA GENERAl DEL. AGTO]URLDI( :0
118
LA Vol .0 NIAL) JURLL)l( A
119
II)RIA GENERAL IWIACTOJURJI)I(X)
120
lA VOl .1 JN1AL) j U Rl 1) it A
121
rEORIA (ENERAI, DEL AcIOJURll)rc()
SECCION CUARTA
LA LESION
122
LA V( )I 1 J NIA1)j (JRLI)IGA
A) Criterio subjetivo
Si se aborda la lesión con un criterio estrictamente subjetivo, ésta
tendría el carácter de vicio del consentimiento. Para algunos, se-
ría un vicio del consentimiento propio y específico, distinto del
error, de la fuerza y del dolo; para otros, en cambio, un vicio del
consentimiento que resulta del error, fuerza o dolo que hubiera
padecido la víctima, y por lo tanto, accesorio a uno de éstos.
123
Ii()RIA c;I:NRAI. L)Ft, A( TO JURIDR:D
J. (dorgi, op. cit., págs. 125 s 129, dice que la lesión es un daño 1tiitto
merecedor de reparación si fue efecto de un vicio del consentimiento por parte
de aquel que ha sufrido la lesión, es decir, de una coacción que le priva de wui
parte de su liberad, o de un error o engaño. por el cual no supo el contratante
evaluar aquello que daba o lo que recibía" y desprende que "la lesión en la teo-
ría de los vicios del consentimiesflo es un título subsidiario del error, de la violen-
cia o riel dolo, porque al concurrir las condcioes p ntes es una prestincióli
jaiis el d'juie del error, de la violencia o del dolo".
124
LA VOItINíAt)L]Ril)1CA
B) Criterio objetivo
Un sector de la doctrina estima que la lesión debe apreciarse
con un criterio estrictamente objetivo. Ello, porque la lesión no
guarda relación alguna con el consentimiento de la víctima, con
la mentalidad de los contratantes ni con los fines por ellos per-
seguidos; la lesión opera, lisa y llanamente, cuando el contrato
concluido por las partes revela una desigualdad de las presta-
ciones que supera los márgenes permisibles, sin que se tomen
para nada en cuenta las razones subjetivas que hayan produci-
do dicha desigualdad.
El legislador, por lo tanto, debe establecer hasta qué límites
o "quantum", como lo llaman algunos, la desigualdad de las pres-
taciones es tolerada, pasando a ser ilícita la que excede de di-
cho límite.
Lo anterior no obsta a que si la lesión se produjo como con-
secuencia de error, fuerza o dolo, la víctima pueda alegar la nu-
lidad del contrato por el vicio del consentimiento respectivo;
quedando a su arbitrio anularlo por esta vía, o bien, anularlo
por lesión, para lo cual le bastará con demostrar que se produ-
jo una desigualdad de las prestaciones de las partes que excede
los márgenes tolerados por la ley.
C) Criterio mixto
Hay algunos que aprecian la lesión con un criterio llamado mix-
to, que resulta de la fusión de los dos anteriores.
125
I1)RIA (fliNKRAI. DF:1. M :JciIURIIflc()
126
IURIDLCA
LA VOLUNTAD
127
I1X)HJA GENERAL 1wL. A( in JtJRIl)1( O
128
lA VOl .1]NI'Al)jl'RlI)ICA
129
rt ORIA GENERAl, 1)11. ACrOURll)IC()
n Dice el artículo 1544: "Cuando por el pacto principal una de las partes se
obligó a pagar una cantidad determinada, como equivalente a lo que por la otra
parte debe prestarse, y la pena consiste asimismo en el pago de una cantidad de-
terminada, podrá pedirse que se rebaje de la segunda todo lo que exceda al du-
plo de la primera, incluyéndose ésta en él. La disposición anterior no se aplica al
mutuo ni a las obligaciones de valor inapreciable o indeterminado. En el prime-
ro se podrá rebajar la pena en lo que exceda al máximum de interés que es per-
mitido estipular. En las segundas se deja a la prudencia del Juez moderarla, cuando
atendidas las circunstancias pareciere enorme".
El artículo transcrito distingue tres situaciones: cláusula penal enorme en un con-
trato oneroso conmutativo, en que la obligación de una de las partes consiste en una
cantidad determinada, como equivalente a la obligación de la otra parte, y la pena
consiste, asimismo, en el pago de una cantidad determinada; cláusula penal enorme
en el mutuo y cláusula penal de obligaciones de valor inapreciable o indeterminado.
En cada uno de estos casos el legislador fija el límite máximo de Ja cláusula penal,
traspasado el cual pasa a ser enorme. En el primer caso nos encontraríamos, por ejem-
plo, en un contrato de compraventa a través del cual A se obliga a entregar a B 10
corderos, como equivalente de la obligación de P de pagar $ 100, estipulándose que
si A no entrega los corderos en la fecha convenida, deberá entregar 15 corderos más
de los que constituían su obligación principal (esto es, deberá entregar, en total, 25
corderos). Esta cláusula penal es enorme porque el deudor se obliga a pagar por
concepto de obligación y de pena, en conjunto, más del doble de la obligación prin-
cipal. O dicho de otro modo, la cláusula penal es enorme porque el vendedor sólo
por concepto de pena y sin incluir a la obligación principal, se ha obligado a pagar
más de lo que constituye el monto de esta última. Cabe hacer presente que la cláusu-
la penal enorme no se sanciona con la nulidad. Simplemente el deudor puede exi-
gir que se rebaje la pena, de modo tal de pagar, por concepto de obligación principal
y de pena, conjuntamente, no más del doble de la obligación principal. En el ejem-
plo, el deudor se obligó a entregar por concepto de obligación principal y de pena,
conjuntamente, 25 corderos, en circunstancias que el máximo a que podría obligar-
se era a entregar, por igual concepto, 20 corderos. Podrá pedir, entonces, que se re-
bajen 5 corderos. En el segundo caso, o sea, en el contrato de mutuo, la cláusula
penal es enorme cuando excede el máximo de interés que es permitido estipular.
Dicho máximo, tanto en el mutuo regido por la Ley N° 18.010 como en el mutuo de
cosas fungibles que no sean dinero regido por el Código Civil, es el interés corriente
aumentado en un 50% (art. 6° inc. final Ley ° 18.010 y art. 2206 del Código Civil).
La estipulación de intereses que exceda al máximo que es permitido estipular se re-
duce al interés corriente que rija al momento de la convención.
130
lA V( )1 , 1 NAI)
131
TEORIA GENERAL. DEL ACTO.JURIDICO
132
[A VOLÁJN1ADJURJDIGA
I2
Ver Francisco Ferrara: La smutacjón de los negocios jurídicos, Madrid, Edito-
rial Revista de Derecho Privado, U edición, año 1960.
133
rF)R1A GENERAL DEL A(U)JLJRlI)I( 1)
134
LA VoILJNLkl)JURIDICA
C) Teoría de la declaración
Las deficiencias de la teoría de la voluntad —que en concepto
de numerosos autores puede en la práctica constituir un peli-
groso atentado contra el principio de la seguridad y estabili-
dad de las relaciones jurídicas— hacen surgir otra, que
constituye el extremo opuesto de la anterior: la teoría de la
declaración, que postula, en síntesis, que la declaración que
proviene de una persona capaz produce plenos efectos jurídi-
cos, aunque no corresponda a la voluntad real del declarante;
siendo, en consecuencia, intrascendente el desacuerdo entre
voluntad y declaración.
135
TI:ORIA (;I:NRÁI, 1)1:1. A(1c)IuRL1)I(x)
D) Pensamiento de Hartma.nn
Hartmann estima que la solución equitativa del conflicto no
debe buscarse en una regla o principio único y de aplicación
general. En concepto de este autor corresponde al juez, luego
de analizar las circunstancias particulares del caso sometido a
su conocimiento y de ponderar la buena o mala fe de las partes
sobre la base de la observación de la actitud hipotética que ten-
dría el "hombre ideal" en sus relaciones jurídicas, sentenciar lo
que estime másjusto y conforme a la equidad.
Cuando el proceso deja en evidencia que una de las partes
no ha actuado como lo hubiera hecho el "hombre ideal" en cir-
cunstancias similares, ésta debe soportar todas las consecuencias
del acto realizado, aunque su declaración no hubiera correspon-
dido a su voluntad real. 1'7
Ferrara comenta que el pensamiento vital de la teoría de
Hartmann, o sea, que si bien de ordinario lo normal es la vo-
luntad de las partes no se atiende, sin embargo, a la divergen-
cia interna cuando lo prohíben la buena fe y la seguridad del
comercio jurídico, es acogido generalmente por los escritores
más autorizados y gana terreno cada día".¡ 8
E) Conclusión
Tanto la teoría volitiva como la de la declaración han sido obje-
to de críticas que han suscitado una controversia que aún per-
dura.
Se critica fundamentalmente la teoría volitiva, porque obli-
ga a averiguar o inquirir la intención psicológica, mantenida en
el fuero interno del individuo y ajena, por lo mismo, al campo
del derecho, con lo que la labor del juez o la del intérprete, más
que jurídica, sería psicológica.
Se critica, asimismo, la situación desmedrada en que la teo-
ría volitiva deja al destinatario de la declaración, ya que el de-
clarante puede pedir la invalidez de ésta alegando que no
corresponde a su querer real, lo cual atenta contra la seguridad
del comercio jurídico.
136
LA VOLLJN'IAI)jIJRIDILA
137
lEORIA GENERAl. DEL ACTO JLJRII)RX)
138
LA vOLUN1At)LJRID1CA
Vi. LA SIMULACION
139
lEORIA (;1:NERAI 1)EIAci'OJURII)r( o
140
I V0l ,1JNIA1) IURIDICA
141
rE0RIA GENERAL DEI A( TO JLíRI DI( O
2Ii
• Ferrara, op. cit., pág. 49, cita como partidario de esta interpretación a
Messineo.
F. Ferrara, op. cit., págs. 49 y 50.
2I
A. León H., op. cit., pág. 62.
142
LA V011INI'ADItJRIF}LCA
143
'lE ORIA (ENERA1. DEL ACTO IUR!DI( X)
144
lA VOLtJNIAl) Jl1141l)ICA
145
IT( )RIA (1ENRIZAL 1)FI. ACTO JURII)I( O
146
LA VOLIJNIM)IURII)I(A
147
LEORIA (;FNERA1. DEE A1optRIDI(;o
mente está señalando que entre las partes prima siempre su vo-
luntad real, inclusive en. el caso de que la voluntad real conste
en una contraescritura privada y el acto simulado conste en una
escritura pública. Por ejemplo, en escritura pública de compra-
venta en que son partes A y B se expresa que el segundo paga
el precio de venta al contado, declarando el primero recibirlo
en el mismo acto de la escritura. La voluntad real de las partes
es que R se obliga a pagar el precio en un determinado plazo,
por lo que la declaración de pago al contado que figura en la
escritura pública es ficticia, y así se expresa en un documento
privado firmado en dos ejemplares por las partes y que queda
en poder de cada una de ellas. Ahora bien, si B no pagara el
precio invocando la declaración de pago al contado contenida
en la escritura pública, A puede oponer en su contra la contraes-
critura contenida en el documento privado que deja constancia
de la deuda, que prima sobre aquélla.
Es importante tener presente, por último, que el principio de
que entre las partes siempre prima la voluntad real sobre la de-
clarada, si bien obliga a probar la voluntad real, pues la ley pre-
sume que la declaración constituye un reflejo de ésta, no requiere
para su eficacia que la voluntad real conste necesariamente en
un documento o en una contraescritura. La falta de un documen-
to que deja constancia de la voluntad real de las partes puede di-
ficultar en la práctica la prueba de ésta, pero no es obstáculo para
que tal voluntad pueda acreditarse por otros medios.
B) Efectos de la simulación respecto de terceros
La situación que hemos expuesto es totalmente diversa en lo re-
lativo a los efectos de la simulación respecto de terceros.
Para los terceros solamente existe el acto ostensible, es de-
cir, el contrato simulado que da cuenta de la voluntad declara-
da por las partes. La voluntad real de éstas, que mantuvieron
encubierta, no afecta por regla general a terceros.212
1)icho alcance fluye del propio artículo 1707. La voluntad real, aunque
esto acreditada por una contraescritura, no se puede hacer valer en contra de ter-
Ceros, a menos que dicha contraescritura consista en una escritura pública, que
debe cumplir, además, las túrmalidades que determine el artículo 1707. Si la vo
luntad real ni siquiera consta en una contraescritura, con mayor razón aún no se
podrá hacer valer contra terceros.
148
1 VO1ÁJNTADfURII)ICA
149
1E( )RIA GENERAL 1)II, A( 1'() JURII)1( O
150
LA VO1.LJN1tAI)ILJRIDICA
151
1E( )RIA (,rNtiRAI. I)E1 ACTOJURIDICO
152
LA V(>1UNFAD1URU)1CA
153
TE( )RIÁ GFNERAL l)EI ACTO jIJRII)IC()
' Sobre la prueba de la simulación, puede consultarse aJ. Giorgi, op. cit.,
págs. 161 a 166, ya Avelino León H., op. cit., págs. 161 a 163.
154
CAPITULO III
EL OBJETO
1. GENERALIDADES
155
]]()RIA GENERAL DEL A(;()pUR1DI(X)
156
IL (}BEIO
157
J'E( }I&IA (a:NERAI, 1)IT. A( IJURlI)1Co
158
El. OI3IET()
A) Cosa real
Que la cosa objeto del acto jurídico sea real significa que debe
existir al momento de la declaración de voluntad o, a lo menos,
esperarse que exista. Así lo establece el inciso primero del ar-
tículo 1461, que dice que no sólo las cosas que existen pueden
ser objeto de una declaración de voluntad, sino las que se espe-
ra que existan.
Supongamos, por ejemplo, un contrato (le compraventa en
virtud del cual A vende a B un caballo en un precio determina-
do. El caballo objeto del contrato que el vendedor se obliga a
dar al comprador debe existir físicamente al momento de su ce-
lebración; si no existe, no hay compraventa, a menos que el con-
trato tuviera por objeto un caballo que las partes saben que no
existe, cuando esperan que adquiera existencia en el futuro.
De conformidad con lo dispuesto por el artículo 1813, la ven-
ta de una cosa cine no existe, pero se espera que exista, se en-
tiende hecha bajo la condición de que la cosa llegue a existir, a
menos que se exprese lo contrario, o que por la naturaleza del
contrato aparezca que se compró la suerte.
Por consiguiente, la venta de cosas futuras es por regla ge-
neral condicional; es decir, los efectos del contrato están subor-
dinados al cumplimiento de una condición: que la cosa llegue
a existiI
La condición constituye una cosa de la naturaleza de la com-
praventa de cosas futuras. La ley la subentiende, sin necesidad
de una declaración expresa de voluntad de las partes.
Sin embargo, esta regla general presenta dos excepciones,
constituidas, la primera de ellas, por la expresa declaración que
pudieran formular las partes en el sentido de que la compra-
venta de la cosa que no existe no debe entenderse subordinada
a la condición de que ésta llegue a existir; y la segunda por la
naturaleza de la compraventa específica de que se trata, de la
cual aparece o se desprende que lo que se compra es la suerte
159
1i( )RIA C.F.NERAL I)Rf ACTO)JURII)1( O
1160
El OBJETO
161
11( )RIA GENERAL DEL A( T()Jl 1 RirflCo
A) Hecho determinado
El hecho objeto de la declaración de voluntad debe encontrar-
se determinado, lo que significa que tiene que especificarse de
manera tal que evite toda ambigüedad en cuanto a qué es lo que
debe hacerse o no hacerse.
B) Hecho física y moralmente posible
El hecho objeto de la declaración de voluntad debe ser física y
moralmente posible.
De acuerdo con lo establecido por el inciso final del artícu-
lo 1461, es físicamente imposible el hecho cuando es contrario
a la naturaleza, y moralmente imposible el prohibido por las le-
yes o contrario a las buenas costumbres o al orden público.
162
KL OnIK1'()
163
FIORIA (;rNFRAI. DEL AGIO jLIRIDI(X)
164
EL OBJETO
165
1l)RIA (;l:NFRU, I)EIA(1()jtJRII)1(X)
22
Rivista de Derecho yjurisprudencia, tomo JET, sección 14, pág. 349.
166
El. OBJETO
167
rEORIA GENERAL DEI. AC1'()JURII)Ic()
168
EL OBJETO
169
FI)RIA GENERAL [)II A( 1( Jj ti R1I)1( x)
170
EL OBJE]()
171
T.OkIA (;FNERAI, D1I. A( f()JUk1I)1(()
172
El, OBJEI(J
173
IEORIA (;ENERAL, I)EI. ACTO ÍURII)I( O
174
EL ()L3FIO
175
TEORIA r;ENERA1, DEI. A(TOUR1I)LC()
176
EL OBJETO
tran dentro del comercio humano, toda vez que son susceptibles
de dominio o de posesión por los particulares. Tienen, eso sí, la
particularidad de ser inalienables, lo que significa que el titular
de dichos derechos no puede transferirlos a otra persona.
Estimamos, en consecuencia, que el Código no es redundan-
te en el N° 2° del artículo 1464, pues sigue la doctrina romana
que distingue entre cosas incomerciables y cosas inalienables.
Todas las cosas incomerciables son, también, inalienables; pero
no todas las cosas inalienables son incomerciables —como suce-
de con los derechos personalísimos—, pues pueden ser suscepti-
bles de dominio o de posesión por los particulares.
Citada por Ave lino León Hurtado: El objeto en los actús jurídicos, Santiago,
Editorial jurídica de Chile, ia edición, año 1958, pág. 124.
2
Eugenio Velasco Letelier; El objeto ante la jurisprudencia, Santiago, Editorial
Nascimento, año 1941, págs. 101 a 103, señala que, al referirse el artículo 1464 a
la enajenación de las cosas que enumera, ha excluido una serie de contratos, como
por ejemplo, la compraventa y el arrendamiento, respecto de los cuales el juez
podría decretar prohibición. Ahora bien, si se infringiera una prohibición de ven-
der o arrendar, por distar mucho dichos Contratos de lo que constituye una ena-
jenación, no podría aplicarse el artículo 1464 y considerarse que en la venta o
arrendamiento que infringe la prohibición habría objeto ilícito. De aplicarse es-
trictamente la letra de la ley, sería forzoso concluir que carece de sanción la in-
fracción a tina prohibición de celebrar actos y contratos sobre determinados
bienes, interpretación que el autor citado rechaza, aduciendo que dejar en la im-
punidad la infracción va, evidentemente, contra el espíritu del legislador. Con-
177
TEORIA GENERAL DEI, ACTO JURIDIO
cluye E. Velasco que el artículo 296 del Código de Procedimiento Civil, ha modi-
ficado los N" 3' y 4' del artículo 1464 del Código Civil, "en el sentido de que tra-
tándose de prohibiciones judiciales de celebrar actos y contratos", se aplica el
articulo 1464 cuando se infringe la prohibición, adoleciendo, por tanto, la infrac-
ción clt objeto ilícito, aunque la prohibición no haya sido de enajenar.
178
El, OLJEL()
179
TEORLA GENERAL DF:1, Al TI) jURI1J(X)
180
EL OBJETO
181
'FEORIA GENERAL. DEl, AG'I'()jtJRIDEX)
182
E1 OBJETO
183
'rEORIA (ENERA1. DEL A(TOfUHU)I( O
184
EL OBJETO
185
I'EORI\ GENERAl. DEL AGio ILJRII)I(:()
186
I1 (_)I}r()
187
CAPITULO IV
LA CAUSA
1. GENERALIDADES
189
1F.( )R 1 A GENERAL 1)11 A( 1() j U Rl I)1( (
B) Causa final
Como dice un autor, "la causa final es el fin inmediato o inva-
riable de un acto, o sea, el fin próximo que determina la volun-
tad a obrar y que siempre es posible encontrar en la estructura
misma del contrato y que es siempre idéntica para todos los ac-
tos pertenecientes a la misma especie".228
En este sentido, la causa o fin del comprador, en todos los con-
tratos de compraventa, es incorporar a su patrimonio una cosa; y
la causa o fin del vendedor, asimismo, en todas las compraventas,
es procurarse dinero, a cambio de las cosas que entrega.
C) Causa ocasional
"Está constituida por el fin lejano y variable de un acto y es de
carácter estrictamente personal y psicológico. Es diferente para
cada individuo, ya que es el móvil, la razón que lo impulsa a ce-
lebrar un acto o contrato en determinadas circunstancias. De
ahí que una misma especie de acto pueda tener infinitas cau-
sas, según sean los fines que hayan perseguido las partes".229
Así, la causa ocasional para el vendedor puede ser la necesi-
dad de cumplir una obligación, para lo cual necesita dinero; y
causa ocasional para el comprador puede ser la necesidad de
hacer un regalo de matrimonio con la cosa comprada.
190
LA CAUSA
191
11()RIA CIENERAL I)E1 AcI() jUR1IM(X)
192
LA CAUSA
193
I1'ORlA GENERAL I)EI. ÁcI'OÍURIL)I(x)
194
LA CAUSA
195
'rFORIA GENERAL ii. AGO JURIDI(X)
196
LA CAUSA
2
Ver Henri Mazeaud, el aL, op. ch., págs. 279 y ss.
197
IE()RIA (;ENF;RAI, DEI, A(I( )JURII)I(:()
198
LA CAUSA
199
TE:ORIÁ (NIRA1. DEL A( 1'( )jU RlI)I( 0
200
lA CAUSA
201
lF()RIA (ENERA1 DEL ALIDIURLDI(X)
202
LA (:A[ 1 S
203
TI)RIA GLNERAI, I)E1, A:1ojtJRII)1(:O
204
LA (:AIJSA
205
IF()RIA (ENKRA1. I)1I. A(IOfRU)J(X)
2l
V. Pietrohon, op. cit., pág. 505.
V. Pietrohon, op. cit., pág. 507.
206
LA CAUSA
207
TF()RIA GENERALDEL AcTO!LTRII)Ux)
208
LA CAUSA
209
fI()kIA (:FINERAL DEU A( 1() prRIL)1( X)
210
1 CAUSA
211
lEORIA (ENERAI, DFI.A(;n)fIJRIDIC0
212
LA CAUSA
213
I1)RIA GENERAL DF1. ACTO.JURIOICO
214
CAPITULo V
LAS FORMALIDADES
1. GENERALIDADES
215
I'I:c)RIA (;I;NERAI. DEL AcIuJuRrDI(;()
25
Enneccerus, Kipp y Wolif, op. cit., tomo 1, pág. 119, observan que la liber-
tad de forma es la regla general, solución que estiman justa, "pues una disposi-
ción general de forma significa un entorpecimiento tan grande para el tráfico que
a veces casi necesariamente deja de ser observada; y además su última consecuen-
cia es que el contrayente de buena fe se entrega al de mala fe, porque el hombre
de conciencia se considera también obligado por la promesa sin forma, al paso
que el de mala fe no tiene escrúpulo en invocar la invalidez del negocio en que
no se ha llenado la forma legal".
' Enneccenss, Kipp y Wolff, op. cit., pág. 119, dicen que las disposiciones
de forma que la ley requiere en ciertos casos "tienen por objetivo la protección
contra la precipitación, la mayor seguridad de la conclusión del negocio ('y su (lis-
tiución de los actos preparatorios) y del contenido del mismo, facilitar la prueba
y, a veces también, la posibilidad de que sea conocido por terceras personas".
216
lAS FORMALIDADES
lar el artículo 1802 del Código Civil: "Si los contratantes estipu-
laren que la venta de otras cosas que las enumeradas en el inci-
so segundo del artículo precedente no se repute perfecta hasta
el otorgamiento de escritura pública o privada, podrá cualquie-
ra de las partes retractarse mientras no se otorgue la escritura o
no se haya principiado la entrega de la cosa vendida".
El artículo 1921 faculta a las partes del contrato de arrenda-
miento para una estipulación similar.
Se pueden citar varios casos en que la ley requiere para la
existencia misma del acto una determinada solemnidad. Tal ocu-
rre, por ejemplo, en el contrato de promesa, que debe necesa-
riamente constar por escrito (art. 1554 Nt' 1°); en el contrato de
compraventa de bienes raíces, servidumbres, censos y de una
sucesión hereditaria, que no se reputa perfecto ante la ley mien-
tras no se ha otorgado escritura pública (art. 1801 inc. 2°); en
el contrato de hipoteca, que deberá otorgarse por escritura pú-
blica (art. 2409); en el usufructo que haya de recaer sobre in-
muebles por acto entre vivos, que no valdrá si no se otorgare
por instrumento público inscrito (art. 767); etc. En estos casos,
la solemnidad está constituida por un instrumento público o pri-
vado.
En el matrimonio la ley exige como solemnidad para la exis-
tencia del acto mismo la presencia del oficial del registro civil.
217
flXJRIA (;ENF:ItAI, I)1;I. A( L1>JLJRID1(X)
218
LAS 1()RMALII)AI)ES
219
11;ORIA GI:NERA1. DEL ACTO ptRlflIcc)
220
LAS FORMAL IDAL)F:s
221
CAPITULO VI
EFECTOS DE LOS ACTOSJURIDICOS
L GENERALIDADES
223
1I( R1A Cl1NFRAL 1)E1 ACIOJLJ RII)1( o
224
EFECTOS DE LOS AGIOS IUkIDICOS
225
I1)RIA (INERAI. I)11 A(:I)pUR11)Ic()
11,121,'
E. Betti, Os). cit., pág. 189.
226
II'l'(IOS DE LOS AI)S11JR11)R'()S
los herederos del autor y otras personas, tales como los legata-
rios o acreedores testamentarios Y°22°
B) Actos jurídicos bilaterales
Se citan en doctrina como casos en que una convención produ-
ce efectos respecto de terceros que no son parte en ella, la esti-
pulación en favor de otro y la promesa del hecho ajeno.
En la estipulación en favor (le otro (prevista por el art. 1449
del Código Civil) no tiene la calidad de parte el tercero benefi-
ciario. Por ejemplo, A, que no es mandatario de B ni lo repre-
senta, compra para éste una casa a C.
En la promesa del hecho ajeno (prevista por el art. 1450 del
Código Civil) son partes el prometiente del hecho ajeno y el be-
neficiario, sin que tenga calidad de tal el tercero que puede re-
sultar obligado. Por ejemplo, A celebra un contrato con B en
virtud del cual el primero se obliga a que C dé, o haga o no haga
algo en beneficio del segundo.
En ambas convenciones se formula una especie de llamado
• un tercero, para que acepte ser beneficiario de la estipulación
• favor de otro o para que acepte dar, o hacer o no hacer algo
en beneficio de otro en la promesa del hecho ajeno. Tal es el
alcance o relación que guardan la estipulación en favor de otro
y la promesa del hecho ajeno respecto de terceros.
Ahora bien, puede ocurrir que el beneficiario de la estipu-
lación en favor de otro acepte detentar tal calidad, pasando así
a ser acreedor de la misma, o que el tercero que puede resultar
obligado en la promesa del hecho ajeno acepte detentar la cali-
dad de deudor, comprometiéndose a dar, o hacer o no hacer
algo en beneficio de otra persona. Pero, para que los terceros
pasen a tener calidad de acreedor y de deudor, respectivamen-
te, es menester su aceptación; la sola estipulación en favor de
227
IFORtA GENERAL DEL A(I)URJI)IC()
228
E,FF.OS DE 1,05 A( 1()SJtJRILI(;()S
229
IF()KI\ (FNFR/1. L)II. A(1()(JRL[)I(X)
230
EFECTOS DL; tS AIuspI;R1DI;os
231
CAPITULO VII
INEFICACIA DE LOS ACTOS JURIDICOS
1. GENERALIDADES
233
1IX)RIA (INERAI. c)I. \(1OJURIDI((>
234
INEFICACIA DE 1( )S A(1OS}U1t11)!()S
23
II)RIA uENERAI, 1)1:1. Ac1pcR11Ico
2íI
En este caso, el acto es jurídicamente inoponible a terceros. Según L. (a
nota Ferrara, op, cit., pág. 324, "se tiene inoponibilidad del negocio cuando éste
no puede tener valor contra el tercero, en el sentido de que, respecto a éste, las
cosas se hallan como si el negocio no existiese; su situación jurídica no está in-
fluida en absoluto por e] negocio. Para que el negocio esté, así, privado de valor
frente a él, no hay necesidad de ninguna acción dirigida a destruir los efectos de
éste; podrá ser útil sólo una acción de fijación.
236
INEFICACIA 1)1 LOS AC LOS JLJRII)l(X)S
237
II')RIA GENIRA.I. I1I1. AC1() LKIt)I( X)
273
uis Claro Solar: XII. Explicadones de Drreho Civil Chileno y comparado, San-
tiago, Editorial Nascirnento, año 1938, pág. 582.
174
L. Claro 5., op, cit., pág. 582.
238
INEFICACIA 1)F LOS ALIOSj'Rt1)I()S
239
1E)kIA (;:NERAI. DEL ACTOJ1JRtD(:o
240
INEFICACIA DE LOS A(1i)SjURfl)I(X)S
241
¡'FX)RIA GENIRAI. DEL M T( )IU Rl 1)1(X)
242
INEFICACIA I)K LUS AI'OSIURLDI(flS
243
TF:OR!A GENRAI, DEL A(1)URI1)I(X)
244
INEFICACIA 1)E LOS A(roSJI:R11)I()S
245
IEcJRIA GENERAL 1)EI, A( I( )J IJRJI)K O
246
INITI(.A(:IA L» LOS AcrosJuRlDl(:c)s
247
Il.()RIA (Er4:RAI, DEL A(I'oJURID1(:()
SECCION PRIMERA
LA NULIDAD ABSOLUTA
248
IN1YI( IM tA DE LOS A( .105 ti1(11)10.05
249
rEORJA GENERAL DEL ALTO jIJRIDILO
250
INEFICACIA DE LOS AUFOSJURIDICOS
251
1F()RIA GENERAL, 1)F:LA(ropURIDI(x)
252
INEFICACIA DE lo' Ac'U)SJl.Rll)I(X)S
la ley dice que la nulidad puede ser pedida por todos los que
tienen interés en ello no juzgó necesario incluir al heredero de
tina de las partes del acto o contrato anulable, porque el dere-
cho que tenía el causante para pedir la mencionada declaración
se transmite al heredero, quien puede solicitarla en el interés
propio del causante, sin necesidad de invocar un interés propio
o personal. De lo anterior se infiere que si el causante no podía
demandar la declaración de nulidad absoluta porque sabía o
debía saber el vicio que invalidaba el acto o contrato en que fue
parte, el heredero tampoco puede hacerlo, pues no puede ejer-
cer un derecho del cual el causante, a quien representa, care-
cía. Otros piensan que si bien el heredero puede pedir la
declaración de nulidad absoluta de un acto o contrato en vir-
tud del interés que tenía el causante como parte del mismo, tam-
bién tiene éste facultad invocando el interés propio o personal
que le asiste para obtener la declaración de nulidad absoluta de
dicho acto o contrato, pudiendo en este caso pedir tal decla-
ración aunque el causante no hubiera podido hacerlo, porque
sabía o debía saber el vicio que invalidaba al acto. Así, los here-
deros del comprador que sabía que la casa que compró se en-
contraba embargada por decreto judicial no pueden demandar
la nulidad absoluta de la compraventa por el vicio de objeto ilí-
cito, si para demandar dicha nulidad invocan el interés que les
asiste como herederos de una de las partes; pero sí pueden soli-
citar la declaración de nulidad absoluta en su calidad de perso-
na que tiene un interés propio y directo en tal declaración, ya
que en tal caso su interés no emana de la calidad de parte en el
acto o contrato, sino que de la de tercero, a quien no afecta el
impedimento para pedir la declaración de nulidad.
El tema es complejo y la solución es discutible, más si se tie-
ne en cuenta, como lo hacen quienes siguen la primera inter-
pretación, que cuando la ley establece las personas que pueden
demandar la nulidad relativa de un acto o contrato señala en
tal calidad a aquellos en cuyo beneficio la ha establecido la ley,
sus herederos o cesionarios, en lo que constituye una remisión
expresa a los herederos. En cambio, cuando la ley establece las
personas que pueden demandar la nulidad absoluta, no dice que
tienen tal derecho los herederos de alguna de las partes, lo que
no es obstáculo para que éstos puedan pedir la declaración de
253
II:ORIA GENERAL 1)1:1, A(I)J1JKIL)1(X)
254
INEFICACIA 1W LOS ACTOSJL1RII)ICOS
255
]'FORJA GENERAL DFL A( I'() U RI1)I(W)
2!
L. (Jaro Solar, op. cii., torno XII, pág. 611.
256
INEFICACIA 1)1 IÁ)S ALR)SJL'RII)I(X)S
SECCION SEGUNDA
LA NULIDAD RELATIVA
257
Ii( )RIA GENF.RAL DEL Al 11) (J KIDI( X)
258
INEFICACIA 1)1; LOS Ao:LOSJL.JRIL)1(()s
259
'Ii( )RIA GENERAL DEL AC It 1 RCI )I ( ()
260
INEFICACIA DE LOS A(rrosII!RJDLCOS
261
1 I)R1A GEN1kAI. I)El A(1OI1!R11)tc()
262
INEFICACIA DE [OS ACTOS JURIL)kOS
263
lEORIA GENERAl. 1)11 M:TOIuRIDLCO
264
INIF1cAClA DL: lOS ACTOS JUR1DICOS
265
'lFX ) RIA ( [`,N ERAl DEL lo ¡[IR¡ DICO
266
INEFICACIA DE LOS A( lOS1lJR11)1COs
A. Alessandri B., op. cit., torno II, pág. 992, dice que esta definición la for-
muta Juan de Dios Carmona.
L. Cariota Ferrara, op, cit., pág. 291
267
TIa)RIA GENIRA1 I)F1. AeIopLRIDICO
A) Confirmación expresa
La confirmación expresa se produce cuando la parte que tiene
derecho a pedir la rescisión de un acto jurídico, o los herede-
ros o cesionarios de ésta, en términos explícitos y directos, de-
claran su voluntad de validar dicho acto, haciendo desaparecer
el vicio que lo afecta.
B) Confirmación tácita
El Código Civil dice que la ratificación tácita —o confirmación
tácita, como prefiere la doctrina— consiste en la ejecución vo-
luntaria de la obligación contratada (art. 1695).
268
INEFICACIA 1)1; lOS ACIUSJURIDICOS
269
rl:ORIA ( :NIRAc DEE A(:I)JLRÍI)1( O
2b
L. Cariota Ferrara, op. cit., pág. 293.
270
INEFICACIA DF IÁ)S AL lOS jL'RLDICOS
271
TEORJA {.ENERAt. 111I A1'oILJRIDIcO
272
INEFICACIA DE LOS ACTOS JURII)I(X)S
273
1I'()RIA GKNIRA[. 1)111. AG]'0.;( SIDICO
SEC(ION TERCERA
NULIDAD TOTAL Y NULIDAD PARCIAL
274
INEFICACIA DI I.(.}.S ACT()SIUR1DICOS
275
1I)RIA (1NRAI, I)ELA( lO 11.JRIDICO
SECCION CUARTA
EFECTOS DE LA NULIDAD
276
INEFICACIA DE LOS ACTOS LJRIDI(X)S
277
1'I()RIA (ENERAI. DEI A(1 OJIJRII)I(X)
278
INEFIGAGFA DE LOS AGIi)SltJkCDl(X)S
279
I'E()RIA GENERAL DEI. A{.IOpURIDICO
Como dice el inciso segundo del artículo 1687, "en las resti-
tuciones mutuas que hayan de hacerse los contratantes en vir-
tud de este pronunciamiento, será cada cual responsable de la
pérdida de las especies o de su deterioro, de los intereses y fru-
tos, y del abono de las mejoras necesarias, útiles o voluptuarias,
tomándose en consideración los casos fortuitos y la posesión de
buena o mala fe de las partes; todo ello según las reglas genera-
les y sin perjuicio de lo dispuesto en el siguiente artículo". Las
reglas generales a que alude la disposición, según las cuales de-
ben efectuarse las restituciones mutuas, son las que se contie-
nen en el Título XII del Libro II del Código Civil "De la
Reivindicación".
Lo primero que se debe restituir es la cosa que una o ambas
partes recibió con anterioridad a la declaración de nulidad del
acto o contrato. La obligación de restitución de la cosa no admi-
te excepción alguna, ni siquiera en beneficio de la parte que se
encontraba de buena fe.295 Junto con la cosa deben restituirse los
frutos naturales y civiles de la misma, aunque en la restitución de
los frutos se atiende a la buena o mala fe, en aplicación de lo dis-
puesto por el artículo 907 —ubicado entre las disposiciones que
regulan las prestaciones del poseedor vencido en el juicio reivin-
eficacia alguna: (le ahí que cada uno pueda reclamar que le sea restituida la pres-
tación dada, restituyendo, a su vez, lo que ha recibido, porque en otro caso el
negocio nulo produciría el singular efecto de conservar en el patrimonio del ae-
cipiens una prestación que no tenía derecho a retener".
280
INEFICACIA DE LOS ACI'OSJURIDICOS
281
lEORIA (;ENFRAI, IWt. AIoiUR1DIcO
282
INEFICACIA 1E IsU VOS] !RIL)I(:OS
283
TEt)RIA (ENERAI, DEL A(I()J'RDI(X)
284
INEFICACIA DE LOS ACTOS JURIDICOS
285
FE( )I(IA Gl:NI:RAI UEI A(:'[ OJIJRIL)t( (.)
286
INEFICACIA I)V LOS A( I()s JURTI)l( ( )S
Otros casos que se suelen citar como excepciones a la regla general del
art. 1689, son la rescisión del decreto de posesión definitiva de los bienes del des-
aparecido —caso en el cual, de conformidad con el art. 94 N" 4", se recobran los
bienes en el estado en que se hallareis, subsistiendo las enajenaciones, las hipote-
287
I'n)RlA GENERAL ¡)EI. A(I()JURID1CO
SECCION QUINTA
CONVERSION DEL ACTO NULO
`losé Luis de los Mozos: J.c conversión del negocio jurídico, Barcelona, Edito-
rial Bosch, 1' edición, año 1959, pág. 9.
2José Luis de los Mozos, op. cit., pág. 43, da otro concepto: "la conversión
consiste en la sustitución de los efectos jurídicos del negocio nulo o ineficaz, por
los producidos por un negocio afín, pero distinto, con el objeto de salvaguardar
y nialitener, en lo posible, el fin propuesto por las partes al concertar el negocio
tachado (le nulidad o incticacia'. Y agrega que el fundamento (le la conversión
ha sirio debatido CTS doctrina; para algunos, el acto convertido es siempre queri-
do por las partes; para otros, el acto convertido debe ser querido en realidad; y,
finalmente, hay quienes estiman que el acto no debe ser querido en sustancia,
sino que basta con que sea querido en el nombre.
° Arículo 1424 del Código Civil italiano.
288
INEFICACIA DE IflS ACTOS JURLDI(X)S
289
tE ORIA GFNERAL I)Ii, ACIOIURID1CO
m A. Alessandri 8., op, ch., tomo II, págs. 1122 y 1123, cita como casos de
conversión en la antigua legislación el reconocimiento de un hijo natural nulo
por vicios de forma, produce efectos como reconocimiento de hijo simplemente
290
INEFICACIA I)K 1 OS AtOS ltJIUflEC()S
291
IV()RIA GENERAl. DEL AC1OIURII)ICo
292
INEFICACIA ni: 15)5 A( 1'OSJURI1)1(0S
293
rEORIA (ENIRA1 1)lL. \(IOf IRtI)I(()
294
IN1FICAC1A DE IÁ)S A( 1( )S JI!R]D1( 05
295
CAPITULO VIII
1. GENERALIDADES
297
lEORIA (;ENERAI. LIiAGI)JLRIDI(X)
Federico Puig Peña, 1. iralado de Derecho Civil Lspaol (2), Madrid, Edito-
rial Revista (le Derecho Privado, P edición, año 1958, pág. 576, menciona otras
definiciones, que atribuye a Ruggicro y a Colin y Capitant, respectivamente: "La
representación es aquella institución por virtud de la cual una persona realiza un
acto jurídico en lugar de otra, con la intención de que el acto valga como realiza-
do por ésta y produzca en realidad sus efectos en la misma"; "existe representa-
ción cuando un acto jurídico se realiza por una persona por cuenta de otra en
condiciones tales que los efectos se producen directa e inmediatamente para el
representado, como si él mismo hubiere ejecutado el acto".
" G. Siolfi, op. cit., pág. 231.
298
LA REPRESENTAGION EN LOS AUTOS JUkWlOS
299
II:()RIA ¿.;ENIRAI. DEI. A( 10 JLJRIDI( (1
A) Representación legal
La representación legal o necesaria, como también se le llama,
supone que una persona se encuentra en la imposibilidad jurí-
dica de ejercer por sí sola la autonomía privada, careciendo, p°
lo mismo, de la aptitud para disponer de los intereses que se
encuentran dentro de su órbitajurídica.
La ley, a través de normas inderogables, 'sustrae al incapaz
la facultad de proveer por sí mismo a sus propios intereses, y al
juicio del interesado sustituye el juicio y la decisión de otro su-
jeto, al cual se confía, conjuntamente, la competencia para cui-
dar de los intereses del incapaz, las resoluciones en la gestión
de sus asuntos y la representación en los negocios que celebre
por cuenta de aquél".719
La persona que es representada legalmente carece de liber-
tad para decidir quién la represente. Su representante es, nece-
sariamente, el que determina la ley. Como dice Betti, la
representación legal constituye, en realidad, un cargo u oficio de
derecho privado. "Con tal cargo —señala— son investidas determi-
nadas personas sobre la base de una relación de patria potestad
o a falta de tal relación mediante providencia de nombramien-
hita de derecho ajeno o son realizados en nombre propio (por ejemplo, la venta
de una cosa dada en comisión) O en nombre del titular de la esfera de derecho
ajena. Cuando la atitonzación tiene por objeto actos de disposición de esta últi-
ma clase, lenenios el apoderamiento en sentido típico: concesión del poder ne-
cesario para una representación eficaz".
300
LA }(I!'lESEN1A(Á0N IN LOS ALT()sluRrl)I(x)s
R) Representación voluntaria
La representación voluntaria, a diferencia de la legal, surge ex-
clusivamente como consecuencia de un acto voluntario del in-
teresado, que otorga poder a otra persona para que actúe a su
nombre. Supone, en consecuencia, la más amplia libertad del
interesado para decidir, en primer término, si actúa o no perso-
nalmente; y, en caso de optar por actuar representado, para es-
coger la persona del representante que puede, inclusive, ser una
persona incapaz.
"La representación voluntaria —expresa Stolfi— supone nece-
sariamente una persona capaz, como lo es el dominus, el cual
puede decidir si hacerse representar por otro o contratar per-
sonalmente: por consiguiente, es obvio que pueda hacerse sus-
tituir por quien tenga por conveniente que, a su juicio, puede
301
'IFORIA GENERAL l)EÉ, ACTO IURII)I(X)
302
LA I'EPLLESENIACLON EN LOS A(TOSIURIL)1(X)S
303
I'EORIA GEN1RAI. DEL A(:ro,J.rRIDI(:o
304
lA REl'RESlNlAClON EN LOS ACTC)SIURII)l(X)S
305
1'EORIA (;EN1•:RAI. 1)Et. A(:!()JtJRII)I{:()
306
IA REI'Iu:sENTAC:aoN EN LOS ACTOSJURIDICOS
•0J.
Hupka, np. cit., pág. 41.
307
1I( )RIA GENI:RAI. DEL A{ ID IUI(U)1( .0
308
LA R1I'RESENrACION EN 11)5 A1 US1LJRD1CDS
309
TE()RIA GrNERA1. IW1, A(1OjURI1)1(X)
310
LA REPRESEN1A(:]ON EN IOSAUFOSpURII)ICOS
311
TE()RIA GENERAL DEL ACTO URJDI(X)
312
LA REI'RESENIACION EN LOS AcIOSjURIDI((LS
A. [con H., La volun/ady la capacidad en los (cías iijiítlicoi, pág. 29, dice
(lt "esta solución, que. esta (le itClierdO con la 1iuiia doctrina, la ha tecuisocido
nuestro legislador en algunos textos, corno por ejemplo, los artículos 678 y 712
que, en materia de tradición y posesión, consideran, respectivamente, el error o
la violencia de que sean víctimas los representantes'.
313
lEORLA GENERAl. DEL A{ LO JLRII)1( O
314
lA RIPRESIN'FACEON 1N l.OS ACTOS JIJRII)R.OS
315
rEL)RIA GENERAL 1)FLACI)RJR1DC()
Para que los acreedores del deudor puedan impugnar las ena-
jenaciones que éste ha hecho en perjuicio de aquéllos, es me-
nester la existencia del denominado "fraude pauliano", que
consiste en el conocimiento que tiene el deudor del mal estado
de sus negocios.
Si existe fraude pauliano en el deudor representado, los
acreedores podrán deducir la acción pauliana para revocar la
enajenación efectuada por el representante del deudor, aunque
no exista en dicho representante el conocimiento del mal esta-
do de los negocios de su representado.
En relación con la situación inversa, es decir, si el deudor
representado no comparte el fraude pauliano que sí existe en
el representante que enajenó bienes de aquél, se dice en doc-
trina que "el,&aus o conscien1ia fraudis del representante debe per-
judicar al representado, lo mismo que la violencia o el dolo de
que el representante hiciera víctima a la otra parte contratan-
te". Y ello, porque es "ciertamente más justo otorgar la mayor
protección posible a los acreedores contra el perjuicio que pue-
da seguírseles de los actos (le disposición realizados sobre el fraii-
de del deudor insolvente. En consecuencia, si el representante
actuó fraudulentamente, es justo que el principal se vea priva-
316
LA REPRESENTALI()N EN 1.05 A(E0SJ1IR!I)IC0S
V. REQUISITOS DE IA REPRESENTACION
317
1I)RIA (;EN4I:RAI, I)ELA(11()flJRII)LC()
318
LA REI'RESENi'ACION EN los ACIoSjURII)1(oS
141
G. Stolfi, op. cit., pág. 234.
319
1OR1A GENERAL 1)11. A(rfl)j1JRII)I(X)
E. Betti, op, cit., pág. 443, dice que "el poder de representación se ejerce
en los negocios jurídicos que el representante celebra en nombre del interesado,
o sea, dictando reglas, de manera cxleriormentc reconocibles, a tinos intereses
que no son los suyos, sino los de aquel representado".
El apoderamiento necesario para que exista representación voluntaria es
tui acto consensual, es decir, se perfecciona con la sola voluntad del poderdante,
niaiufestada de cualquiera manera. Así lo entiende la mayoría de la doctrina. Sin
embargo, en nuestro país, ]¡¡jurisprudencia no ha sido uniforme, pues hay sen-
encias que declaran que si ci acto para el cual se confiere el poder es solemne,
ci poder debe .sujearse a la misma fornialidad. Por ejemplo, el poder para coin-
pral' o vender 111) bien raíz debería otorgarse por escritura pública.
A. León 1-1., op. ch ., págs. 257 a 293, rehuta esta interpretación, aun cuando
dice que por razones de conveniencia practica es más apropiado cumplir en el
poder para tun acto solemne con la misma solemnidad requerida para éste.
320
1 REPRF:5ENTACION EN 105 ACTOS JURIDICOS
321
'IFORlA (;:NERAI. LW,L A(ru)IURII}I(x)
322
LA REPRESEN[ACR)N EN LOS ACTOS IUR!I)ICOS
323
TFC)RLA GENERAl. DEL ACTO IURR)TCO
224. LA RATIFICACIÓN
Hemos visto que el actojurídico que celebra una persona a nom-
bre de otra, en exceso o defecto de poder, no adolece de un
vicio de nulidad por este hecho.
Como dice un autor, "el negocio concluido en nombre aje-
no sin poder de representación es un negocio ineficaz, o, con
más precisión, un negocio con eficacia suspendida, porque, en
todo caso, se atribuye al interesado un derecho de ratifica-
ción",`
El acto jurídico celebrado en las condiciones mencionadas
será ineficaz si la persona a cuyo nombre se realiza no lo ratifi-
ca; y será plenamente eficaz en caso contrario.
La ratificación se define como "el acto mediante el cual el
interesado por sí hace eficaz el acto que ha sido concluido en
su nombre, o como se suele decir, se apropia los efectos del
acto".
Ia ratificación es un acto jurídico unilateral, al igual que el
poder, lo que significa que debe emanar del interesado, o des-
pués de la muerte de éste, de sus herederos, ya que éstos, por
el solo hecho de suceder al causante en todos sus derechos y
obligaciones transmisibles, incorporan para sí el derecho de ra-
tificar que tenía el causante en su patrimonio.
La ratificación es un acto jurídico irrevocable, una vez que
la persona en relación con la cual se otorga toma conocimiento
de ella.
Se discute en doctrina quién es la persona en relación con
la cual se otorga la ratificación, si es el que actuó como repre-
324
lA RF.I'RESENI'A(;l()N EN los ACTOS jURLI)I( OS
325
IFX)RÍA GENERAL DEL ACTO ILJRIDI(X)
A. León H., op. cit., pág. 297, dice que este principio, que se deduce (le
varios artículos del Código Civil, corno por ejemplo, 672, 673, 721 y 1577, lo ha
reconocido expresamente la Corte Suprema en materia contractual.
326
CAPITULO IX
LAS MODALIDADES DE LOS ACTOSJURIDICOS
LGENERALIDADES`)
327
i1t)RIA GENERAL. DEL A(1()IURIDI(()
328
LAS MODALIDADES DI: LOS ACTOS JVRIDI(X)S
II. LA CONDICION
329
i'EORIA GENERAL 1)11 AGTO j(]Rtl)I(X)
330
LAS MODALIDADES DE LOS ACTOS JURIDICOS
331
rE0RIA GENERAL VEL A( I( )IU RIDI( ( }
332
LAS MODALIDADES DE LOS ACTOS JLJRIDICOS
33
TE ORIA GENERAL 1)11 M)1URII)I(X)
334
LAS MODALIDADES DE 1,05 MTOS1URIDlOS
335
TEORIA GENERAL DEL AC fl) JU RII)IL()
336
LAS MODALIDADES i» LOS ACTOS IURIIM(X)s
337
I'EORIÁ UINERAI DEL A(IopURI1)1c()
338
lAS MODALIDADES DE LOS ACTOS IURIDICI)S
339
TEORIA (ENERAI DEL A(IOJURI1)I(X)
340
lAS Mol)AlIl)AI)ES DE LOS A(iOSpURll)I(OS
341
TEORIA GENERAL I)EI. ACTO UR1DI(X)
342
LAS MODÁLII)AIWS DE los A(TOSjURIDI((}S
343
I.()R1A GENERAL L)!I. A(rI()JURII)I(()
344
LAS MODALIDADES DE LOS ACTOS IURID1COS
345
rEc)RIA GENERAL DEL A(1OURt1)I(X)
346
LAS MODALIDADES i» 1.05 AIOSpURLDlr()S
347
i'F( )RIA (.INlRA1 A( 1' I RID!(()
348
LAS MODALIDADES LW los ACTOS JURIDICOS
349
11()RIA ('4NKRAI. DELAUTO.JURIDICO
350
I-NS MODALIDADES DE LOS ACTOS JURIDUX>S
351
'II.()R1A GENERAL DEL A( rI'( )JL)RI1)I( ()
352
[AS MODALIDADES DE LOS ATOSfURIDICOS
353
I'I)R1A (;l:NRAI, DEL ACTO 1URI1)I((>
354
lAS MODALIDADES 1W 105 A( I0SJLJRlD1(X)S
355
TEORIA GENERAL DEL AcTo luRwrcc)
356
lAS MODALIDADES 1W los A(1'OS IUR!1)IC( )S
357
TEORIA (*NERAL DEL A(TIOIURII)L( o
358
LAS MODALIDADES DE 10.5 ACTOS jtJRI11CÜS
359
fFORIA G.ENERAL DEL ACI)J( IR] I)l(()
360
1 AS MODALIDADES 1W 11)S A( i'( )S IURII)I( XIS
361
['FORIA GEN ERAL IWI A( T() ILIRI I)I( o
362
[AS MOt)AI.IL)AI)S L)F I()S A('FSRiR1DI(:()S
363
I'EC)RIA (NERAL I)E1, A(
solución del contrato, que una vez declarada por sentencia firme
opera efectos similares a los de la declaración de nulidad de un
contrato, en el sentido de que la ley, tanto en los contratos nu-
los como en los resueltos —que son aquellos respecto de los cua-
les se declaró judicialmente su resolución— finge que el contrato
nunca se celebró, de lo cual deriva como lógica consecuencia que
no se adquirió ningún derecho, no sólo por la parte que infrin-
gió su obligación o contratante negligente, sino que también por
el contratante diligente.
b) Tratándose de la condición resolutoria ordinaria o de un
pacto comisorio atípico estipulado con la intención de que pro-
duzca los efectos de aquélla, sabido es que no corresponde de-
mandar judicialmente para obtener una declaración de que la
condición resolutoria se ha cumplido, pues los efectos de la con-
dición resolutoria cumplida se producen de pleno derecho.
Lo que corresponde preguntarse es si la condición resoluto-
ria ordinaria o el referido pacto comisorio atípico producen la
extinción del derecho de una sola de las partes que celebraron el contra-
to en que se estipuló la condición resolutoria ordinaria o el pacto comi-
sorio, o producen la extinción de los derechos que adquieren ambas partes
si el contrato es bilateral.
La condición resolutoria ordinaria pactada en un contrato
unilateral extingue el derecho de una de las partes y la obliga-
ción correlativa de la otra, con lo que se producen en la prácti-
ca efectos similares a los derivados de la resolución de un
contrato, como consecuencia de la cual se entiende que el con-
trato no generó derecho ni obligación alguna. Lo mismo ocu-
rre con el pacto comisorio atípico en que se estipula que el
incumplimiento de la única parte obligada acarrea la resolución
del contrato unilateral.
La situación puede ser diferente tratándose de la condición
resolutoria ordinaria estipulada en un contrato bilateral, cuan-
do del cumplimiento de la condición depende la extinción del
derecho de una sola de las partes: de aquella que lo adquiere
sujeto a tal contingencia; y no la extinción del derecho de la otra.
En tal caso, solamente la parte respecto de la cual se extingue
el derecho contrae la obligaciói de restituir a la otra lo que re-
cibió en virtud del contrato.
364
LAS MODALIDADES DE los AC1-(}SJUR1DICOS
365
rF:ORI.A (FNIRAI. DEI AC tU1JRIDI( o
366
lAS MODALIDADES DE LOS ACTOS JUffll)I(X)S
367
rIRIA GENERAL DEE AC!OJt RII)I(()
368
LAS MODALIDADES DE LOS A(:LosJtJRII)L(:OS
369
TEORIA GENERAL DEL ACTO URlfl1(5)
370
LAS MODALIDADES DE LOS AcrosJLJRlDl(:os
371
TI)R1A (}NERAl DEL Á( 1 f1 lRIDC o
372
LAS MODALIDADES i» LOS AUTOS JLJRIDIU)S
373
II)RI A GFNERAL DEL At 1 ) fiIR] 1)1(1)
374
lAS MODAl lI)AIWS DE los Ac1OSIURIDIC)S
375
TEORIA GENMAL DEI A( T() U RII)I( O
376
lAS MODALIDADES 1W lOS A( TOS JURII)I(1( )S
377
'r;oRIA GENERAL 1)EIACI()tJRIL)1C()
378
LAS MOI)AIfl)AL)ES i» LOS AíOSUk1DC)S
379
TEORrA (WN!RAI DEL A( 1 () JURII)I( o
380
LAS MODALIDADES 1)E LOS A(TOSjURIDI(X)S
381
1JÁ)RIA GENERAL r)F:I, A(1'( pVRI1)1(X)
382
LAS MODAIIDAIfl.S 1» LOS A(I OSItIRIDI(X)S
383
TEORIA GENERAL I)E1. ACTO IURI I>IC()
384
lAS MODALIDADES 1W 1.05 A(F0SURlDICOS
III. EL PLAZO
385
'rEÁRIA GENERAl, DEL Acrc)ptJRIni(x)
386
LAS MODALIDADES DF LOS ACTOS IURII)CCOS
387
TEOkIA (dNERAI, DEL A(IOJLk11)I(Á)
388
LAS MODALIDADES 1W 1Á)SACTOS1JR1I)I(X)S
389
TFOIA GENERAL DEI. A(T() J1JRI I)1( z)
390
LAS MODALIDADES DE LOS ACTOS JURI1)ICOS
391
TEORIA GFNERAI. DEL A( T() JIJIUDI( X)
392
lAS MODALIDADES DE los AUl{JSIURID1(X)S
IV. EL MODO
393
TEORtA (;1NERAI. DEL A( 10 LURI I)I( (1
394
LAS MODAIÁDA1)ES 1)F LOS ACI'OSjURIDICOS
395
TEORIA (ENERA1. 1)EIA(FUifURJDICO
396
INDICE
Pre.çentación . 7
CAPITULO 1
LA TEORIA DEL ACTO JURIDICO
1. GENERALIDADES
397
1I)RIA GINERA1. DEL A(fl() jURIDI( O
CAPITULO [1
LA VOLUNTAD JURIDICA
1. GENERALIDADES
18. Conceptos generales ..................................47
19. La manifestación de voluntad ...........................47
20. La manifestación de voluntad en el Código Civil chileno 49
21. El silencio ...........................................50
22. Reglamentación aplicable al silencio .....................52
23. La manifestación de voluntad debe ser seria ................
24. Fases en que puede observarse el elemento subjetivo ........53
SECCION PRIMERA
El, ERROR
398
INDICE
SECCION SEGUNDA
LA FUERZA
SECCION TERCERA
FI. DOLO
399
IEORLA GENERAL, DEL ArFo JURIDI(:()
SFICCION CUARTA
LA LESION
VI. LA SEMUIACION
93. Conceptos Generales ................................. 139
94. Clasificación de la simulación .......................... 140
95. Formas de simulación ................................ 141
96. Desde qué momento existe la simulación ................ 142
97. Simulación y reserva mental ........................... 142
98. La simulación y el fraude a la ley ....................... 143
99. La simulación relativa ................................ 143
100. Consecuencias de la simulación ........................ 144
101. Liberalidad disfrazada bajo la forma de un contrato oneroso 145
102. Simulación en el contenido del contrato: objeto, precio, fe-
cha, modalidades y pactos accesorios .................... 146
103. Simulación en los sujetos o interposición ficticia de personas 146
104. Efectos de la simulación .............................. 146
105. Terceros que quieren prevalerse de la voluntad real ........ 149
106. Terceros que quieren prevalerse de la voluntad declarada en
el acto simulado ..................................... 150
107. Acción de simulación ................................. 153
CAPITULO III
EL OBJETO
1. GENERALIDADES
108. Conceptos generales .................................155
109. Requisitos del objeto .................................156
400
INDICE
CAPITULO IV
IA CAUSA
1. GENERALIDADES
401
TORIA GENERAL I)EI, ACTO JIJRILMO)
V CAUSA REAI.YLICITA
136. Conceptos generales .................................208
137. Labor del juez en relación con la determinación de la causa
real y lícita ..........................................210
138. Sanción para la falta de causa y para la causa ilícita ........211
CAPITULO V
LAS FORMALIDADES
1. GENERALIDADES
142. Conceptos generales .................................215
143. Formalidades propiamente tales o solemnidades ..........215
144. Formalidades habilitantes .............................218
145. Formalidades por vía de prueba ........................218
146. Formas o medidas de publicidad .......................219
402
INDICE
CAPIT IJLO VI
EFECTOS DE LOS ACTOS JURIDICOS
I. GENERALIDADES
151. Conceptos generales .................................223
152. Clasificación de los efectos de los actosjurídicos ...........224
153. Otra clasificación de los efectos de los actos jurídicos .......225
CAPITULO VII
INEFICACIA DE LOS ACTOS JURIDICOS
1. GENERALIDADES
157. Conceptos generales ................................. 233
158. Clases o especies de ineficacia .......................... 234
159. Ineficacia por la omisión de un requisito esencial para la exis-
tencia de un acto jurídico ............................. 234
160. Ineficacia por la omisión de un requisito esencial para la vali-
dez de un acto jurídico ............................... 235
161. Ineficacia de un actojurídico válidamente formado ........ 235
162. Actosjurídicos impugnables ........................... 237
403
EORLA ( EN1'RAI DEL A( 1( )fURI I)r( ( )
SECCION PRIMERA
LA NULIDAD ABSOLUTA
172. Concepto de nulidad absoluta .........................
173. Causales de nulidad absoluta ..........................
174. La declaración de nulidad absoluta .....................
175. Declaración de nulidad absoluta a petición de una persona
que tiene interés en ello ..............................
176. Declaración de nulidad absoluta a [)etiçiÓfl del ministerio pú-
blico ...............................................
177. Declaración de nulidad absoluta de oficio por el juez ......
178. Saneamiento de la nulidad absoluta .....................
SECCION T:RCERA
NULIDAD TOTAL Y NULIDAD PARCIAl,
191. Invalidez total y parcial ...............................274
192. Principios doctrinarios aplicables a la nulidad parcial ......275
193. Invalidez parcial en el Código Civil chileno ...............275
StCCION CUARTA
EFECTOS DE LA NULIDAD
194. Conceptos generales .................................276
404
INDICE
195. Efectos que produce la nulidad para las partes que celebra-
ron el acto o contrato nulo ............................277
196. Excepciones a la regla general establecida por el artículo 1687 281
197. Efectos de la nulidad judicialmente declarada en relación con
terceros ............................................285
198. Excepciones a la regla general del artículo 1689 ...........286
SECCION QUINTA
CONVERSION DEI, ACTO NULO
199. Conceptos generales sobre la conversión ................. 288
200. Requisitos para que opere la conversión ................. 289
201. La teoría de la conversión en el Código Civil chileno ....... 289
SECCIÓN SEX'TA
EL ERROR COMUN ACERCA DE IA CAUSA DE INVALIDEZ
202. Conceptos generales del error común ................... 291
203. Fundamentos de Ja teoría del error común ............... 292
204. Requisitos del error para validar un acto nulo ............. 292
205. Doctrina que rechaza el efecto validante del error común
como principio general ............................... 293
206. La teoría del error común en el Código Civil chileno ....... 294
CAPITULO VIII
1. GENERALIDADES
207. Conceptos generales sobre la representación .............297
405
IFORrA (ENEkAI 1)EI, AC lo IURII)l( O
214. En relación con las formalidades que exige la ley para los ac-
tos de ciertas personas ................................312
215. En relación con los vicios del consentimiento ..............313
216. En relación con la buena o mala fe del sujeto .............315
217. En relación con la disposición legal que impide demandar la
nulidad absoluta al que sabía o debía saber el vicio que inva-
lidaba al acto y con aquella que impide repetir lo pagado por
objeto o causa ilícita a sabiendas ........................315
218. En relación con las impugnaciones de las enajenaciones del
deudor, ........... ........... ...... ....... ..... 316
V REQUISITOS DE LA REPRESENTACION
219. Enumeración de los requisitos ..........................317
220. El representante debe declarar su propia voluntad .........317
221. El representante debe actuar a nombre del representado. Con-
templalw domini ......................................318
222. El representante debe tener poder de representación .......320
223. Exceso o defecto de poder de representación .............321
224. La ratificación ........................................324
CAPITULO IX
1. GENERALIDADES
II. LA CONDICION
227. Conceptos generales ..................................329
228. Clases de condición .................................. 330
229. Condiciones positivas y negativas ....................... 331
230. Condiciones posibles e imposibles ...................... 331
231. Condiciones potestativas, casuales y mixtas ............... 332
232. Condiciones suspensivas y resolutorias ....................336
233. Estados en que puede encontrarse la condición suspensiva 338
234. La condición resolutoria .............................. 343
235. Clases de condición resolutoria ........................ 347
236. La condición resolutoria ordinaria ...................... 348
237. La condición resolutoria tacita ......................... 349
238. La acción resolutoria ................................. 352
239. El pacto comisorio ................................... 354
240. Efectos del pacto comisorio típico ...................... 356
406
INDICE
III. EL PIAZO
247. Las obligaciones a plazo ...............................386
248. Clasificaciones del plazo ..............................387
249. Estados en que puede encontrarse el plazo ...............389
250. Causales de extinción del plazo ........................390
IV. EL MODO
251. Las obligaciones modales .............................393
252. De qué manera el modo es una modalidad ...............394
253. Efectos que produce la infracción de la obligación modal 395
407