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Ateismo Contemporaneo

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Enrique Neira Fernndez

ATEISMO Y CREENCIA EN DIOS

2 EL ATESMO CONTEMPORNEO
Es un hecho palpable, "el fenmeno ms grave de nuestro tiempo" (Pablo VI) que el mundo actual vive, en gran parte, sin Dios. Y no se trata solamente de los que profesan un atesmo militante, sino tambin del espectculo ms doloroso de tantos creyentes que viven un atesmo prctico y para quienes Dios no es siquiera "problema" ni "misterio".

A) Rasgos comunes a los sin-Dios de hoy


1. Misma problemtica. La problemtica de los ateos de hoy no es metafsica sino existencial (moral). El problema filosfico de la creacin no les preocupa. Es el problema del mal en todas sus formas (miserias sociales e individuales) el que plantea en muchos la duda y lleva a una postura atea: "Dnde est mi Dios, mi Dios vivo?". En estos ateos no es la inteligencia humana la que se pone a prueba, sino la libertad humana. 2. Aceptacin gratuita de un mito. Sin tener en cuenta los datos de la razn y de la fe, se acepta sin ms como algo verdadero, el mito de la "muerte de Dios". Sin verificacin se acepta como hecho el que Dios haya desaparecido de la historia, cuando esto slo fue el anuncio sarcstico, lleno de odio y desespero de un hombre hace 100 aos2. 3. -Es una afirmacin "postulatoria". El atesmo de hoy se presenta como un postulado "a priori" que no se lo justifica, sino que hay que aceptar ciegamente. No es la conclusin de una demostracin filosfica o cientfica. Es una decisin que se toma libre y originalmente, antes de todo estudio. El atesmo anterior expona sus razones contra Dios. Era una hiptesis que se enfrentaba a la tesis de Dios. Ahora el atesmo se propone como tesis y es a los creyentes a quienes toca impugnarla. Los ateos actuales no justifican su posicin atea. Parten de ella y sus sistemas de ideas no son sino un esfuerzo por sacar de esa posicin previa todas sus consecuencias, como ha confesado el mismo Paul Sartre.

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4. Ms que atesmo es anti-tesmo. Los ateos de hoy son ms enconados en su negacin que antes. No se contentan con negar a Dios, con declararlo como algo superfluo e intil, del que no hay que preocuparse mucho en la vida... Consideran a Dios como una amenaza positiva que hay que combatir activamente, es Uno del que hay que desembarazarse... Dios es el Enemigo nmero 1 para los atesmos contemporneos. De ah su voluntad o ganas de suprimir a Dios (atesmo marxista) o de ausentar a Dios (existencialismo ateo). 5. Mismo fundamento de esta hostilidad. Dios se antoja a los ateos de hoy el mayor Enemigo de su libertad. La libertad o autonoma dicen o es absoluta o no es libertad. Para que el hombre pueda ser el creador de s mismo, para que pueda ser el Dios de su propio destino..., es preciso que Dios desaparezca... "Dios y el hombre no pueden coexistir".

B) Formas tpicas del Atesmo Contemporneo


Aunque se da una fisonoma comn con ciertos rasgos fundamentales, el atesmo contemporneo reviste formas muy diversas, que podemos catalogar segn las varias maneras como se entiende la alienacin religiosa. "Alienacin" viene del trmino latino alienus, que quiere decir: "pertenecer a otro", "ser cosa de otro". Ahora bien, la esencia del hombre es ser un "si-mismo". A juicio del atesmo, la fe en Dios implica como una transferencia: el creyente transfiere al Otro (= Dios) lo que constituye la esencia misma de su ser como ser libre, existente por s y para s, puesto que se considera como criatura de Dios, hecha por Dios para Dios. Existirn, pues, tantas formas de atesmo contemporneo cuantas maneras haya de entender la alienacin religiosa. Nos fijaremos especialmente en cuatro de ellas.

En primer lugar, est el positivismo cientista, que sostiene que nicamente la ciencia positiva tiene valor de verdad. Todo lo que escapa al control de la experimentacin cientfica es ilusin o ingenuidad pre-cient-fica, propia de la mentalidad mtica. En segundo lugar, est el atesmo marxista. Estrechamente ligado con el anterior, el marxismo pretende que la fe en Dios y en el ms all, siendo en la evolucin de la conciencia humana una etapa explicable, debe sinembargo ser superada. La fe en Dios ha sido como la primera protesta del hombre contra la miseria fsica y social, ha sido una primera forma de decir "no" a su suerte,

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proyectando ante si un porvenir de felicidad y de libertad (cosa que el simple animal no es capaz de hacer). Pero esta primera protesta dicen los marxistas se ha vuelto contra el mismo hombre, al tomar un sentido de evasin y de mistificacin. De evasin, ya que la religin arrastra al hombre a una ideologa idealista; y de mistificacin, porque se sirve del temor de Dios y de una esperanza en un ms all mejor, para justificar y mantener las desigualdades sociales. En tercer lugar, est el atesmo de inspiracin existencialista (J. P. Sartre, Simone de Beauvoir, Fr. Jeanson y algunos pasajes de MerIeau-Ponty). La fe en Dios, se dice, aliena la libertad humana, libertad encarnada y situada. La fe en Dios conduce al creyente bien a divinizar las situaciones (lo que equivale a entrar en una moral de la resignacin y del fatalismo), o bien a divinizar el proyecto humano, como expresin de la Voluntad de Dios mismo (lo que equivale a caer en el fanatismo y en la intolerancia). De ambas maneras habra alienacin. En cuarto lugar, est el atesmo prctico o burgus, el atesmo fcil de la sociedad de consumo, que no es otra cosa que la indiferencia religiosa erigida como sistema de vida. 1. El atesmo neo-positivista "Muchos rebasando indebidamente los lmites de las ciencias positivas pretenden explicarlo todo sobre esta base puramente cientfica"(Gaudium et Spes. 19). Para Bertrand Russell (+1970) y los neo-positivistas, la religin ha sido histricamente el principio con el cual se ha perseguido a quienes se atrevieron a usar la razn por los caminos de la ciencia. La ciencia siempre avanza, busca, progresa. La religin, por el contrario, se basa en principios inmutables, fijos, condenados al anacronismo. Entre esos dos trminos no puede haber conjuncin posible, ya que son contradictorios. El caso de Galileo afirma Russell es bien diciente: la ciencia deca claramente que el universo es helio-cntrico. Pero la verdad religiosa deca que geocntrico. Qu se hizo? Condenar la teora cientfica en nombre de principios religiosos que deban permanecer intactos3. Por esto, para Russell y sus seguidores actuales, la religin y la idea de Dios es algo totalmente pernicioso. Solamente se la debe permitir como un mal inevitable pero con la condicin de que no influya en la vida pblica y se reduzca a la vida privada de algunos hombres.

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Juicio: A pesar de la posicin de algunos cientficos, la ciencia de nuestro tiempo no es ya tan ingenua como lo fue en el siglo pasado. Ya no cree que ella va a poder explicarlo todo. Reconoce que el problema religioso es de orden distinto al suyo y que la razn ltima de las cosas escapa siempre a las meras verificaciones cientficas. Hoy en da, nada impide ser un eminente hombre de ciencia y un creyente sincero! Una encuesta cuidadosa acerca de los 300 sabios ms notables ha llegado a la conclusin de que: 20 son indiferentes o incrdulos; 38 son de opinin religiosa incierta; 242 son creyentes sinceros. Razones muy distintas a las del progreso cientfico, son las que han determinado a algunos sabios a inclinarse hacia el atesmo.

2. El atesmo marxista El marxismo no es un atesmo, si se entiende ste como un rechazo de las pruebas de Dios o una lucha frontal contra la religin. En el siglo XVIII y tambin en nuestros das hay individuos que piensan que lo esencial de la experiencia humana es una lucha contra la religin, una negacin de la existencia de Dios. Para Marx, estos seores son unos romnticos. Para l el combate de la especie humana no puede ser un combate directo contra la religin4. Pero el marxismo s es un atesmo humanista, es decir, un atesmo que consiste en poner al hombre en lugar de Dios. El marxismo ms que un atesmo es un humanismo que quiere aportar al hombre la satisfaccin completa sin encontrarse nunca de cara con el problema de Dios. No debe, sin embargo, confundrselo con un agnosticismo, que dejara en suspenso la cuestin de Dios. Marx excluye sencillamente la cuestin de Dios: al hablar del hombre y al intentar comprender cmo se realiza el hombre efectivamente, Marx estima que en ningn momento ha necesitado tomar en consideracin un ms all del hombre. El ser humano, para el marxismo, aparece como una totalidad sin afueras, que encuentra en s misma sus condiciones de posibilidad y su coherencia. La antropologa marxista est fundada en la certeza de que el ser humano no puede darse por fuera de la materialidad, y por tanto, que no puede estar referido a una Totalidad que sobrepase el mundo sensible.
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En esta forma, el marxismo niega no tanto la idea de Dios, cuanto las necesidades que el hombre tiene de Dios. Su crtica va ms a las condiciones humanas que hacen que el hombre crea en Dios, y no tanto al concepto mismo de Dios. El atesmo marxista no es, pues, el punto de llegada de una reflexin especulativa y no quiere fundarse en una crtica conceptual de las pruebas clsicas de la existencia de Dios. Sencillamente pretende ofrecer una lectura distinta de la situacin histrica del hombre, de modo que aparezca claro que cuando el hombre deja de pensar en Dios y de creer en lo Divino, no pierde nada ni rechaza nada: no hace sino afirmarse a s mismo y realizarse con sus propias fuerzas. Este humanismo marxiano resulta, en realidad, la exclusin ms radical que se pueda concebir de toda perspectiva religiosa, y a la vez, de todo reconocimiento metafsico de un Absoluto. Por ello, algn autor ha podido hablar de Marx como de "un ateo absoluto" 5: "De una parte su atesmo es radical: no es posible ser ms ateo de lo que fue Karl Marx. Y de otra parte, su atesmo es integral: no se contenta con vivir en las profundidades ocultas del individuo privado, sino que quiere ser manifiesto, pblico, activo, en todos los dominios de la realidad humana". En el humanismo ateo de Marx, no hay lugar para Dios ni al comienzo ni al fin de la historia humana. Marx se cree con derecho a rechazar toda intervencin trascendente o divina al comienzo de la historia humana. La .presencia del hombre en el mundo, se explicara suficientemente segn l haciendo referencia a una materia eterna y a esa curiosa negacin de la naturaleza animal que es el trabajo. No habra, as, la menor necesidad de recurrir a un ms all del hombre para dar cuenta de una historia fundada en el trabajo. Es igualmente intil recurrir a un Dios para asignar un sentido a la historia y reconocerle un fin. El hombre es quien le da todo su sentido a la historia. El hombre es para el hombre el ser supremo; gira en torno a s como en torno a su sol. Y no hace falta ms 6. "Para Marx, el hombre se reconoce como autocreador, causa sui, en y a travs de la praxis. El adquiere la libertad humanizando la naturaleza por medio de su trabajo; l est instalado en el reino de una inmanencia del que tiene que asumir la soberana. No hay nada por encima de l, ni hay nada de lo que l dependa. Toda forma de trascendencia queda excluida de un mundo que no admite otras referencias fuera de la historia sometida a la razn humana" 7.

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Cuando hablamos del materialismo y atesmo marxistas nos referimos a los textos clsicos y a los grandes tericos del marxismo como son Engeis, Marx, Lenin, Stalin8. Reconocemos sin embargo que hoy existen varias lecturas diferentes del marxismo al nivel de interpretaciones tericas, que dan pie para intentar -segn algunos- una interpretacin ms benigna del rgido materialismo y atesmo tan constantes en el marxismo. Un estudio de autores marxistas como Rosa Luxemburg y Gramsci, como Plekhanov y Stroumiline, como Althusser, Garaudy y Luckcs permitira matizar algo las tesis y posiciones generales que a continuacin enumeramos.

Desde sus orgenes la actitud del marxismo respecto a todo tipo de religin, y en concreto del Cristianismo, ha sido de franco rechazo y eliminacin. Dicha crtica de la religin ha nacido en el marxismo de un doble supuesto9. Primero, el supuesto humanista que juzga existe una rivalidad insuperable entre la existencia de un Dios Creador y la existencia de un hombre responsable de s mismo y artfice de su historia. Segundo, el supuesto cientfico que juzga no existe ms realidad que aquella que es empricamente observable y verificable. El primer supuesto conduce a la interpretacin marxista de la fe religiosa como un tipo de alienacin del hombre. El creyente religioso estara as transfiriendo infundadamente cualidades propias del hombre a esa realidad inexistente que designamos con el nombre de Dios. El segundo supuesto conduce a la interpretacin marxista de la fe religiosa como ideologa. El creyente religioso estara as adoptando un tipo de conocimiento pre-cientfico y falseado de la realidad, fruto de una situacin histrica de ignorancia y desorden social. Siendo constante y unnime la crtica a la religin por parte de los marxistas, encontramos sin embargo ciertas variaciones en sus matices y formulaciones 10.

L.Feuerbach (1804-1872) suministra a Marx la base antropolgica para su negacin de Dios y de toda religin. Dios no sera sino una especie de objetivacin y de proyeccin que hara el hombre de s mismo, ms all de toda dimensin ultraterrena. Frases de Marx en la Crtica de la filosofa hegeliana del derecho: Introduccin, hacen recordar inmediatamente frases de Feuerbach en su Esencia del Cristianismo (1841):

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"Tal como el hombre piensa, como siente, as es su Dios. La conciencia de Dios es la autoconciencia del hombre, el conocimiento de Dios es el autoconocimiento del hombreDios es el eco de nuestros dolorosos gemidos. . . Este aire libre del corazn, este misterio expresado, este dolor anmico alienado, es Dios. Dios es una lgrima del amor vertida en la soledad ms profunda sobre la indigencia humanaDios es un gemido inexpresable que yace en el fondo de nuestras almas" (Feuerbach). K. Marx (1818-1883) es un ateo absoluto, fundamental y primario. La presuncin conciliadora de que su atesmo se hubiera producido por una legitima reaccin suya contra un tipo de religin demasiado ligada al capitalismo, no tiene pruebas a favor. Para un buen conocedor de Marx como es Dognin, "Marx abraz el atesmo desde su juventud por razones principalmente filosficas, an mucho antes de conocer la miseria obrera y de chocar con el escndalo de la timidez culpable de los cristianos en materia econmica y social... Este atesmo sobrevivi al abandono que Marx hizo de esa filosofa, que lo haba sostenido inicialmente, y que no es otra que la filosofa de Feuerbach" n. Habiendo sido ateo toda su vida, puede sin embargo hablarse de que el atesmo humanista predomina en el perodo juvenil de Marx ("Manuscritos de Pars", 1844), mientras el atesmo cientfico predomina en el perodo adulto de su vida ("El Capital", 1867). Sobre el supuesto de la crtica racionalista que Feuerbach hace de la religin ("la conciencia de Dios es la autoconciencia del hombre"), Marx construye una crtica prctica de la religin. La conciencia religiosa, esa conciencia alienada y falsa que el hombre produce. se debe en su raz sociolgica a las condiciones sociales y polticas injustas y absurdas. Marx comienza entonces a hablar de la religin como expresin de la miseria del mundo que la engendra con sus injusticias, y de la religin a la vez, protesta contra esa miseria, pero protesta ineficaz porque hace apartar la atencin del mundo para ponerla en el ms all. Marx acua entonces el fcil slogan que ha hecho carrera desde entonces: la religin es opio del pueblo, porque en lugar de curar la enfermedad que aqueja a la sociedad no hace sino aplicar lenitivo y sedante a la desdicha de la tierra con la referencia a una felicidad del ms all. "La miseria religiosa es, de una parte, la expresin de la miseria real y, de otra parte, la protesta contra la miseria real. La religin es el suspiro de la criatura agobiada, el alma de un mundo sin corazn, como es el espritu de las situaciones carentes de espritu. La religin es el opio del pueblo" 12.

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En una lgica estricta del pensamiento de Marx, no hara falta luchar contra la religin. Bastara cambiar las situaciones injustas de la sociedad, para que la religin por s misma desapareciera como algo superfluo, como excrecencia que es de unas relaciones sociales opacas y absurdas. "En suma, el reflejo religioso del mundo real slo podr desaparecer cuando las relaciones de la vida prctica de los das laborales del hombre representen cotidianamente para estos relaciones claras y racionales entre s y respecto de la naturaleza" 13.

Ante las afirmaciones anteriores muchos se preguntan, con razn, a qu se debe entonces la guerra sistemtica que se ha montado siempre en los pases socialistas contra la religin y su prctica, y por qu pervive todava, en forma creciente, el fenmeno religioso y la prctica religiosa en esos mismos pases, despus de 70 aos de haberse cambiado radicalmente las estructuras socio-econmicas y las relaciones de trabajo, que eran las que originaban la religin, segn el marxismo. F. Engels (1820-1895) retrotrae la crtica marxiana de la religin a argumentos tomados de la filosofa materialista y positivista del siglo XVIII. Engels vuelve a esgrimir contra la religin los cargos de que es algo oscurantista que no va con la evolucin de las ciencias positivas y de que es una ideologa hostil. En adelante, el atesmo marxista invocar esta aparente contradiccin entre ciencias naturales y religin, entre la imagen cientfica del mundo (el materialismo dialctico marxista) y la imagen bblica del hombre y del mundo, para afirmar que no existe coexistencia alguna pacfica entre el marxismo y fe religiosa.

V.I. Lenin (1870-1924) da a la crtica marxista de la religin un tono marcadamente polmico. Bajo su pluma, la religin se convierte en opio para el pueblo, es decir, el aguardiente espiritual que las clases dominantes aplican al pueblo para adormecerlo y mantenerlo esclavizado. "El marxismo considera invariablemente a todas las religiones e iglesias actuales, a todas y cada una de las organizaciones religiosas, como rganos del capitalismo reaccionario, que sirven para proteger la explotacin y para ofuscar a la clase obrera" 14.

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Sin embargo, Lenin, como buen estratega, recomienda que "la propaganda atea de la democracia social debe estar subordinada a su fin principal: el desarrollo de la lucha de clases de las masas explotadas contra sus explotadores". En consecuencia, los jefes del Partido debern respetar tcticamente los "prejuicios religiosos" de los trabajadores, si de esta manera pueden ellos ser mejor conquistados para la accin revolucionaria. J. Stalin comienza sus breves pginas sobre El materialismo histrico y dialctico, en donde recoge en apretada sntesis lo mejor de la doctrina de sus antecesores, con el siguiente prrafo: "El materialismo dialctico es la concepcin del mundo del Partido marxistaleninista. Esta concepcin del mundo se llama materialismo dialctico porque el modo como aborda los fenmenos de la naturaleza y el mtodo de exploracin y conocimiento de esos fenmenos naturales es el dialctico, y porque su interpretacin de los mismos fenmenos, su comprensin, su teora, es materialista". Es claro que en esta doctrina filosfica -que es materialista y dialctica- no hay lugar para Dios, ni para la Religin, ni para el Cristianismo. En sntesis, aunque ha habido cambios en la presentacin de sus doctrinas y en la formulacin de su atesmo, el marxismo se presenta permanentemente ateo y crtico radical de toda religin y ms en concreto, de la fe cristiana. No nos convencen los intentos recientes de unos pocos marxistas y cristianos marxistas que pretenden que es posible ser, a la vez, marxistas en el terreno cientfico o metodolgico y creyentes en el terreno filosfico o religioso. "Pretender ser marxista sin ser, al mismo tiempo, materialista y ateo, sera lo mismo que pretender ser cristiano sin creer en la divinidad de Jesucristo", ha dicho bien un conocedor de estos temas
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. De la misma apreciacin es, por lo

dems, un connotado marxista, lder del actual euro-comunismo, de consistencia ms blanda que el rgido comunismo sovitico o chino: "Nosotros, los comunistas nos reclamamos de una filosofa materialista y dialctica. No queremos crear ilusiones sobre este punto: entre el marxismo y el cristianismo no hay conciliacin terica posible, no hay convergencia ideolgica posible. Los trabajadores comunistas tienen su concepcin del mundo; los trabajadores catlicos tienen la suya" 16.
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3. El atesmo de inspiracin existencialista Otra forma radical del atesmo contemporneo es el llamado existencialismo de izquierda, que se contrapone al existencialismo espiritualista o cristiano de filsofos- como Gabriel Marcel, Le Senne, Lavelle. El marxismo tiene rasgos definidos maduros. El existencialismo, en cambio, es de aparicin reciente, no es sistemtico, es variable y undvago como sus literatos y sus piezas teatrales. Jean Pal Sartre ha definido su existencialismo como "un esfuerzo por sacar todas las consecuencias posibles de una posicin atea consecuente". Y en uno de sus ltimos libros ha reconocido que ha tratado de realizar esta empresa cruel hasta el final; "El atesmo es una empresa cruel y de largo aliento: creo haberlo llevado hasta el fin"
(Les Mots, Pars, 1964, P. 211).

Sartre no se toma el trabajo de aducir pruebas contra Dios. Simplemente acepta sin ms el postulado del mito de la "muerte de Dios". Todo su intento es mantener ausentado a Dios del espritu humano consciente, aunque siga existiendo en lo ms hondo de nuestro ser y tengamos nostalgia de El. Dios contra la libertad. En la educacin recibida de su madre, Jean Pal Sartre encontr la decepcin con respecto a Dios. Sus familiares le enseaban a protegerse siempre, por medio de oraciones rutinarias contra la amenaza de Dios: le decan que mientras l creyera, no importaba el gnero de vida que llevase. De su abuelo, un luterano amigo de blasfemar, dice el propio Sartre: "Como estaba seguro de encontrarlo (a Dios) a la hora de la muerte, lo tena fuera de su vida" 17. Tal concepcin de Dios, lleva a este nio inteligente a comprender que es intil un ser como el que sus parientes pretenden alabar. Y, ms que intil, es un perjuicio para el hombre: porque ese "Dios-seguridad" se torna en "Dios-amenaza", en espa para cualquier acto del hombre, siempre dispuesto a castigar el menor desliz. Sartre decide entonces liberarse de tal enemigo. El momento llega cuando, an nio, quema una alfombra de su casa al jugar con unos fsforos. Le sobreviene un sentimiento de culpabilidad:

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"Dios me vio, sent su mirada en el interior de mi cabeza y en las manos; estuvo dando vueltas por el cuarto de bao, horriblemente visible, como un blanco vivo. Me salv la indignacinBlasfem, murmur como mi abuelo: Maldito Dios, maldito Dios, maldito Dios! No me volvi a mirar nunca ms" 18. Desde entonces. Dios deja de ser la idea atormentadora, insoportable, esclavizante. Sartre queda ahora solo con su libertad y su existencia: "Dios no existe, Dios no existe: Alegra, lgrimas de alegra! Aleluya! Loco! No peques: Te estoy libertando y liberndome! No ms Cielo, no ms Infierno: slo la Tierra!"19. Despus de esto vienen ya los desarrollos explicativos. Si Dios existiera llega a sostener sera el ms absurdo de los seres: habra creado al hombre, con un cmulo de potencialidades, para despus burlarse de l dejndolo como una pasin intil. Esto no puede ser as: por lo tanto, Dios no existe. La libertad omnmoda, absoluta e incondicionada. es la primera consecuencia lgica, y justificacin a la vez, del atesmo de Sartre. Es una "libertad suspendida en el vaco", que no tiene otro fundamento sino ella misma. Sin Dios, el hombre es quien se hace a s mismo. La libertad es creadora de los valores morales y de los fines, puesto que es creadora de las esencias... El hombre que quiere ser libre no puede, en consecuencia, sjno escoger el atesmo como postulado de su accin: "El exstencialismo ateo que yo represento, es ms coherente. Declara que si Dios no existe, hay al menos un ser en el que la existencia precede a la esencia y que este ser es el hombre. No hay, pues, una naturaleza humana, porque no hay Dios para concebirlaEl hombre no es ms que lo que l mismo se hace"
(Sartre, L'existentialisme est un humanisme, Pars, 1947, p. 21).

Juicio: 1. Desde el punto de vista filosfico, los errores del existencialismo que representa J. P. Sartre, son muy graves y peligrosos. No hacemos sino recoger el juicio final que da sobre l un autorizado profesor de filosofa contempornea 20.

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a) "Asombra cmo se puede decir que este existencialismo es optimista cuando convierte al hombre en gratitud y absurdidad, sin Dios y sin prjimo; a fuerza de hacer al hombre no ms que hombre y solamente hombre, lo convirti en menos que hombre, despojndolo de su interioridad, de su consistencia de ser por otro y para otro, y condenndolo a correr intilmente tras una imposible sombra, hasta que experimente la nusea de su desesperacin." b) "Los argumentos en favor de su atesmo estn viciados del prejuicio materialista y, por tanto, no se pueden presentar razones filosficas contra la existencia de Dios. La hiptesis de su argumento es un absurdo, y de un absurdo se puede deducir cualquier cosa. Si se le ha dado la primaca al 'en-s', cmo se encuentra en l el 's'? Concebir a Dios como un 'en-s' absoluto, una materia absoluta, es una consecuencia de un previo materialismo que no se prob y que se refuta en sana filosofa". c) "De este mismo prejuicio nace el concebir la libertad como nada de ser 'en-s' o material, nada positivo: no existe sino la materia? La negacin de materia es pura nada o es un serespritu?. . . d) "Ms que probar el atesmo, Sartre lo asume para proponer un existencialismo que degenera en humanismo de libertinaje". El filsofo italiano F. Sciacca en su libro La filosofa, hoy resume asimismo en una frase, varias de sus ideas a propsito del sistema de Sartre: "Sartre, el inmanentista puro, el ateo sistemtico, el materialista absoluto, el jansenista sin Dios y sin gracia, pero no menos jansenista en concebir a la existencia como nada o *cada original', es la nusea de todas las teoras que, aceptadas por l como categoras de la existencia, le han llevado a concluir con la doble nusea: la que el yo tiene del mundo y la que el yo tiene de s mismo" 21. En realidad Sartre no justifica racional ni cientficamente su atesmo. Tiene en alguna de sus obras un intento de razonamiento de gran pobreza metafsica, que en manos de un buen filsofo como Tresmontant se convierte en una excelente contraprueba a favor de Dios y la absurdidad del atesmo.

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Dice Sartre 22: "Por definicin la existencia no es la necesidad" (es decir, el ser es esencialmente contingente). "Para superar esta contingencia algunos han inventado un ser necesario, causa de s. . . Pero ningn ser necesario puede explicar la existencia". "Luego no se da sino el absurdo total: el mundo deba no existir" (pues no tiene la razn de ser en s ni en otro). Replica Tresmontant 23: "El ser es esencialmente contingente: el del mundo-Concedo. El de Dios-Niego. "No se aduce ninguna razn para mostrar que la existencia del Ser necesario (que tiene la razn de ser en s) no explique la existencia del ser contingente (que no tiene la razn de ser en s). "Dado que existe el mundo, el absurdo no es el mundo, sino el atesmo que est mostrando as que es incompatible con la existencia del universo!".

4. El atesmo prctico capitalista "Otros ni siquiera se plantean la cuestin de la existencia de Dios, porque, al parecer, no sienten inquietud religiosa alguna y no perciben el motivo de preocuparse por el hecho religioso". (Gaudium et Spes, 19). Existe en nuestro tiempo una forma menos llamativa de atesmo, pero no por eso menos radical. Es la indiferencia religiosa de los pases de occidente, de las sociedades de la abundancia, de las clases sociales aburguesadas. La indiferencia religiosa consiste en que, para una persona o un ambiente determinados, ni siquiera se plantea el problema religioso. Esta indiferencia religiosa es ante todo una actitud sicolgica, una sensibilidad, una mentalidad, una experiencia en la que no encuentra lugar la dimensin religiosa. Dios, exista o no, no es un valor, algo que cuenta para esa persona o ambiente. Dios es

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admitido tericamente como un Ser, pero no como un valor! Dios quiz explica la realidad, pero no cambia gran cosa la vida. Esta indiferencia religiosa admite varios grados. El mayor de todos es la ausencia total de inquietud religiosa. Pero, en formas menos acentuadas, se introduce perniciosamente en la actitud prctica de muchos creyentes. "Atesmo prctico e indiferencia religiosa son dos actitudes bastante prximas: tienen en comn el sentimiento de que Dios no es un valor y que, por consiguiente, su afirmacin c su negacin carecen de importancia, no cambian gran cosa. Se distinguen por el hecho de que el indiferente no toma posicin en el plano terico mientras que el ateo prctico afirma tericamente la existencia de Dios" (J. Girardi).

Juicio: Este atesmo apenas si se expresa en el plano doctrinal. Y en el plano prctico raras veces adopta formas militantes o agresivas. Quizs por ello este tipo de atesmo es ms insidioso y se infiltra ms sutilmente en nuestros ambientes tradicionalmente creyentes, pero tocados de capitalismo burgus. Es adems un fenmeno grave de total senectud y cansancio, pues la indiferencia hacia los valores religiosos suele ir acompaada de una indiferencia ante toda visin del mundo, incluso ante todo valor ideal simplemente humano. No se cree en los valores religiosos porque en ltimo trmino, no se cree en nada. Sin llegar a esta actitud extrema de indiferencia, muchos son los que se dejan absorber de tal manera por las preocupaciones terrenas y valores simplemente "profanos", que pierden todo inters por los problemas religiosos. Ayuda tambin a la indiferencia religiosa de muchos contemporneos, el hecho de la aparente ineficacia.

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ATEISMO Y CREENCIA EN DIOS

_____NOTAS_________
2. NIETZCHE, Also sprach Zarathustra, 1883. 3. RUSSELL, Ciencia y Religin, cap. II. 4. Puede verse a este propsito la Tesis 4 de Marx sobre Feuerbach. 5. Georges MOREL, "Un ateo absoluto: Karl Marx", en Dios: alienacin o problema del hombre?, Madrid-Barcelona, Marova-Fontanella 1970, pp. 73-99. 6. Vase Jean-Yves JOLIF, "El atesmo marxista y la interpretacin de la historia", en la obra colectiva El atesmo contemporneo. Madrid, Cristiandad 1971, vol. III, pp. 281-304. 7. Henri ARVON, L'Athisme, Pars, Presses Universitaires 196". p. 90. 8. Son clsicas las 27 pginas Sobre el materialismo histrico dialctico, publicadas por Stalin en 1938, en las que recoge autorizadamente el pensamiento de Engels, Marx y Lenin. Hoy la exposicin doctrinal del marxismo oficial sovitico se encuentra en el Manual del Marxismo-Leninismo dentro de la voluminosa obra Fundamentos de la filosofa marxista, publicada en Berln oriental en 1966. 9. Para un ms amplio tratamiento del tema, remitimos al lector al captulo nuestro "Atesmo marxista-cristiano?" publicado en el volumen 3 de la Coleccin Manoa: Cristianos marxistas? Algunos puntos de cuestionamiento, Caracas, Universidad Andrs Bello 1977, pp. 63-87. 10. Puede verse I. FETSCHER, "Cambios en la crtica marxista de la religin", Revista internacional Concilium N9 16, junio 1966, pp. 291-310. 11. P. D. DOGNIN, Introduccin a Karl Marx, Bogot, CEDIAL 1975, p. 47. 12. K. MARX, En torno a la crtica de la filosofa del derecho de Hegel. Introduccin, Mxico, Grijalbo 1967, pp. 3-4. 13. K. MARX, El Capital, Buenos Aires, Cartago 1973, T. I., pp. 92-93. 14. V.I. LENIN, Werke XV, Berlin 1963, p. 405. 15. Ren COSTE, "Les chrtiens et l'analyse marxiste", Revue Thologique de Louvain, Belgique 1973, n 1, pp. 3637. 16. George MARCHAIS, secretario general del Partido comunista francs: Interview, Le Journal La Croix, 19 novembre 1970. 17. SARTRE, Las palabras. Fd. Losada, Buenos Aires, 1965, p. 66. 18. SARTRE, Las palabras, p. 68. 19. SARTRE, El diablo y Dios, Ed. Losada, Buenos Aires, 1957, p. 151. 20. Jaime VELEZ CORREA, SJ. Filosofa moderna y contempornea, Bogot, 1965, p. 390. 21. M. F. SCIACCA, La filosofa, hoy, Barcelona, 1965, p. 273

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Enrique Neira Fernndez

ATEISMO Y CREENCIA EN DIOS

22. SARTRE, La Nausee, pp. 161-166. 23. Claude TRESMONTANT, Comme se pose aujourdhui le problme de 1'existence de Dieu, Pars, 1966, pp. 141- 148.

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