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Acuerdo de Paz Firme y Duradera

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Acuerdo de paz firme y duradera

Guatemala, 29 de diciembre de 1996


Considerando:
Que con la suscripción del presente Acuerdo se pone fin a más de tres décadas de enfrentamiento
armado en Guatemala, y concluye una dolorosa etapa de nuestra historia,
Que a lo largo de los últimos años, la búsqueda de una solución política al enfrentamiento
armado ha generado nuevos espacios de diálogo y entendimiento dentro de la sociedad
guatemalteca,
Que de aquí en adelante empieza la tarea de preservar y consolidar la paz, que debe unir los
esfuerzos de todos los guatemaltecos,
Que para ese fin el país dispone, con los acuerdos de paz, de una agenda integral orientada a
superar las causas del enfrentamiento y sentar las bases de un nuevo desarrollo,
Que el cumplimiento de estos acuerdos constituye un compromiso histórico e irrenunciable,
Que para conocimiento de las generaciones presentes y futuras, es conveniente recoger el sentido
profundo de los compromisos de paz,
El Gobierno de la República de Guatemala y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca
(URNG) acuerdan lo siguiente:

I. Conceptos

1. Los acuerdos de paz expresan consensos de carácter nacional. Han sido avalados por
los diferentes sectores representados en la Asamblea de la Sociedad Civil y fuera de ella.
Su cumplimiento progresivo debe satisfacer las legítimas aspiraciones de los
guatemaltecos y, a la vez, unir los esfuerzos de todos en aras de esos objetivos comunes.

2. El Gobierno de la República reafirma su adhesión a los principios y normas orientadas


a garantizar y proteger la plena observancia de los derechos humanos, así como su
voluntad política de hacerlos respetar.

3. La población desarraigada por el enfrentamiento armado tiene derecho a residir y vivir


libremente en el territorio guatemalteco. El Gobierno de la República se compromete a
asegurar su retorno y reasentamiento, en condiciones de dignidad y seguridad.

4. Es un derecho del pueblo de Guatemala conocer plenamente la verdad sobre las


violaciones de los derechos humanos y los hechos de violencia ocurridos en el marco del
enfrentamiento armado interno. Esclarecer con toda objetividad e imparcialidad lo
sucedido contribuirá a que se fortalezca el proceso de conciliación nacional y la
democratización en el país.

5. El reconocimiento de la identidad y derechos de los pueblos indígenas es fundamental


para la construcción de una nación de unidad nacional multiétnica, pluricultural y
multilingüe. El respeto y ejercicio de los derechos políticos, culturales, económicos y
espirituales de todos los guatemaltecos, es la base de una nueva convivencia que refleje la
diversidad de su nación.

6. La paz firme y duradera debe cimentarse sobre un desarrollo socioeconómico


participativo orientado al bien común, que responda a las necesidades de toda la
población. Dicho desarrollo requiere de justicia social como uno de los pilares de la
unidad y solidaridad nacional, y de crecimiento económico con sostenibilidad, como
condición para atender las demandas sociales de la población.

7. Es fundamental para lograr la justicia social y el crecimiento económico, la


participación efectiva de los ciudadanos y ciudadanas de todos los sectores de la
sociedad. Corresponde al Estado ampliar estas posibilidades de participación y
fortalecerse como orientador del desarrollo nacional, como legislador, como fuente de
inversión pública y proveedor de servicios básicos, como promotor de la concertación
social y de la resolución de conflictos. Para ello el Estado requiere elevar la recaudación
tributaria y priorizar el gasto público hacia la inversión social.

8. En la búsqueda del crecimiento, la política económica debe orientarse a impedir que se


produzcan procesos de exclusión socioeconómica, como el desempleo y el
empobrecimiento, y a optimizar los beneficios del crecimiento económico para todos los
guatemaltecos. La elevación del nivel de vida, la salud, la educación, la seguridad social
y la capacitación de los habitantes, constituyen las premisas para acceder al desarrollo
sostenible de Guatemala.

9. El Estado y los sectores organizados de la sociedad deben aunar esfuerzos para la


resolución de la problemática agraria y el desarrollo rural, que son fundamentales para
dar respuesta a la situación de la mayoría de la población que vive en el medio rural, y
que es la más afectada por la pobreza, las iniquidades y la debilidad de las instituciones
estatales.
10. El fortalecimiento del poder civil es una condición indispensable para la existencia de
un régimen democrático. La finalización del enfrentamiento armado ofrece la
oportunidad histórica de renovar las instituciones para que, en forma articulada, puedan
garantizar a los habitantes de la República la vida, la libertad, la justicia, la seguridad, la
paz y el desarrollo integral de la persona. El Ejército de Guatemala debe adecuar sus
funciones a una nueva época de paz y democracia.

11. La incorporación de la URNG a la legalidad en condiciones de seguridad y dignidad


constituye un factor de interés nacional, que responde al objetivo de la conciliación y del
perfeccionamiento de un sistema democrático sin exclusiones.

12. Las reformas constitucionales contenidas en los acuerdos de paz, constituyen la base
sustantiva y fundamental para la conciliación de la sociedad guatemalteca en el marco de
un Estado de derecho, la convivencia democrática, la plena observancia y el estricto
respeto de los derechos humanos.

13. Las elecciones son esenciales para la transición que vive Guatemala hacia una
democracia funcional y participativa. El perfeccionamiento del régimen electoral
permitirá afianzar la legitimidad del poder público y facilitar la transformación
democrática del país.

14. La implementación de la agenda nacional derivada de los acuerdos de paz, constituye


un proyecto complejo y de largo plazo que requiere la voluntad de cumplir con los
compromisos adquiridos y el involucramiento de los Organismos del Estado y de las
diversas fuerzas sociales y políticas nacionales. Este empeño supone una estrategia que
priorice con realismo el cumplimiento gradual de los compromisos, de forma tal que se
abra un nuevo capítulo de desarrollo y convivencia democrática en la historia de
Guatemala.

II. Vigencia de los acuerdos de paz

15. Al presente Acuerdo de Paz Firme y Duradera quedan integrados todos los acuerdos
suscritos con base en el Acuerdo Marco sobre Democratización para la Búsqueda de la
Paz por Medios Políticos, suscrito en la Ciudad de Querétaro, México, el 25 de julio de
1991 y a partir del Acuerdo Marco para la Reanudación del Proceso de Negociación entre
el Gobierno de Guatemala y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca, suscrito
en la Ciudad de México el 10 de enero de 1994. Dichos acuerdos son:
- El Acuerdo Global sobre Derechos Humanos, suscrito en la Ciudad de México
el 29 de marzo de 1994;

- El Acuerdo para el Reasentamiento de las Poblaciones Desarraigadas por el


Enfrentamiento Armado, suscrito en Oslo el 17 de junio de 1994;

- El Acuerdo sobre el Establecimiento de la Comisión para el Esclarecimiento


Histórico de las Violaciones a los Derechos Humanos y los Hechos de Violencia
que han Causado Sufrimientos a la Población Guatemalteca, suscrito en Oslo el
23 de junio de 1994;

- El Acuerdo sobre Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas, suscrito en la


Ciudad de México el 31 de marzo de 1995;

- El Acuerdo sobre Aspectos Socioeconómicos y Situación Agraria, suscrito en la


Ciudad de México el 6 de mayo de 1996;

- El Acuerdo sobre Fortalecimiento del Poder civil y Función del Ejército en una
Sociedad Democrática, suscrito en la Ciudad de México el 19 de septiembre de
1996;

- El Acuerdo sobre el Definitivo Cese al Fuego, suscrito en Oslo el 4 de diciembre


de 1996;

- El Acuerdo sobre Reformas Constitucionales y Régimen Electoral, suscrito en


Estocolmo el 7 de diciembre de 1996;

- El Acuerdo sobre Bases para la Incorporación de la URNG a la Legalidad,


suscrito en Madrid el 12 de diciembre de 1996;

- El Acuerdo sobre Cronograma para la Implementación, Cumplimiento y


Verificación de los Acuerdos de Paz, suscrito en la Ciudad de Guatemala el 29 de
diciembre de 1996.

16. Con excepción del Acuerdo Global sobre Derechos Humanos, que está en vigencia
desde su suscripción, todos los acuerdos integrados al Acuerdo de Paz Firme y Duradera
cobran formal y total vigencia en el momento de la firma del presente Acuerdo.
III. Reconocimiento

17. Al culminar el histórico proceso de negociación para la búsqueda de la paz por


medios políticos, el Gobierno de Guatemala y la Unidad Revolucionaria Nacional
Guatemalteca dejan constancia de su reconocimiento a los esfuerzos nacionales e
internacionales que han coadyuvado a la conclusión del Acuerdo de Paz Firme y
Duradera en Guatemala. Resaltan el papel de la Comisión Nacional de Reconciliación, de
la Conciliación, de la Asamblea de la Sociedad Civil, y de la Moderación de las Naciones
Unidas. Valoran asimismo el acompañamiento del Grupo de Países Amigos del Proceso
de Paz de Guatemala, integrado por la República de Colombia, el Reino de España, los
Estados Unidos de América, los Estados Unidos Mexicanos, El Reino de Noruega y la
República de Venezuela.

IV. Disposiciones finales

Primera. El Acuerdo de Paz Firme y Duradera entra en vigencia en el


momento de su suscripción.

Segunda. Se dará la más amplia divulgación al presente Acuerdo, en


especial a través de los programas oficiales de educación.

Ciudad de Guatemala, 29 de diciembre de 1996.

POR EL GOBIERNO DE GUATEMALA:

GUSTAVO PORRAS CASTEJÓN

RAQUEL ZELAYA ROSALES

RICHARD AITKENHEAD CASTILLO


General de Brigada
OTTO PÉREZ MOLINA

POR LA UNIDAD REVOLUCIONARIA


NACIONAL GUATEMALTECA:
RICARDO RAMÍREZ DE LEÓN
(Comandante ROLANDO MORÁN)
JORGE ISMAEL SOTO GARCÍA
(Comandante PABLO MONSANTO)
RICARDO ROSALES ROMÁN
(CARLOS GONZÁLES)
JORGE EDILBERTO ROSAL MELÉNDEZ

POR LAS NACIONES UNIDAS:

BOUTROS BOUTROS-GHALI

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