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Informe Nacional de Desarrollo Humano, Guatemala 2005 1

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Captulo
El desarrollo humano y la
etnicidad
El desarrollo humano es el proceso que ampla las
libertades de las personas y les ofrece alternativas para
alcanzar vidas creativas y plenas.
1
En este contexto,
el concepto de libertad refiere a la capacidad de los
individuos para decidir y hacer por s mismos. Para
ello, hacen uso de su conocimiento, capacidades y
motivaciones y eligen las alternativas que, a su juicio,
se avienen de mejor manera a su situacin particu-
lar y a los objetivos que persiguen. En esa medida,
las personas se sienten, y son consideradas por los
dems, como las mejores jueces de sus actos y
decisiones, responsables de sus elecciones y de las
consecuencias directas que de ellas deriven.
2
Sin
embargo, la capacidad de decisin y accin de las
personas est frecuentemente limitada y restringida
por las oportunidades sociales, econmicas y polticas
que ofrece el entorno. Por lo tanto, la ampliacin de
las libertades humanas requiere de una interaccin
positiva entre stas y las instituciones sociales.
3
Entender el desarrollo de esta manera implica
reconocer que el crecimiento econmico, el incremento
del comercio y de la inversin econmica internacional
y los avances tecnolgicos son muy importantes, pero
constituyen los medios y no los fines. Exige adems
que las instituciones concentren todos sus esfuerzos en
eliminar las fuentes principales de privacin de la
libertad. Entre los propsitos de los Objetivos de Desa-
rrollo del Milenio para 2015 estn: reducir la pobreza
extrema y el hambre; lograr la enseanza primaria
universal; promover la igualdad entre los gneros y la
autonoma de la mujer; reducir la mortalidad infantil;
mejorar la salud materna; combatir el VIH/SIDA, la
malaria y otras enfermedades; garantizar la sosteni-
bilidad del medio ambiente y fomentar una asociacin
mundial para el desarrollo.
4
En otros casos, la falta de
desarrollo humano se debe a que no se reconoce la
vigencia de las libertades civiles y polticas o porque se
imponen restricciones explcitas o implcitas a la
libertad para participar en la vida social, poltica y
econmica de la comunidad.
1
Sen (2000:55).
2
A esta capacidad humana se le denomina agencia. Un agente es un ser dotado de razn prctica: usa su capacidad cognitiva y motivacin
para elegir opciones que le son razonables en trminos de su situacin y objetivos, para las cuales, excepto prueba concluyente en contrario, es
considerado el mejor juez. Esta capacidad hace del agente un ser moral, en el sentido que normalmente se sentir y ser considerado por otros
seres como responsable en la eleccin de sus opciones, al menos por las consecuencias directas derivadas de tales opciones. O Donnell (2002:19).
3
Sen (2000:74). Vanse, adems, los diferentes Informes sobre Desarrollo Humano, que, a escala mundial, ha publicado el PNUD (1990-
2005). As mismo, pueden consultarse los Informes Nacionales de Desarrollo Humano de Guatemala (1998-2003).
4
ONU, Resolucin A/RES/55/2. de la Asamblea General de las Naciones Unidas, octava reunin plenaria, septiembre de 2000.
E
n este captulo se revisan y discuten los conceptos fundamentales que, a lo largo del informe,
demarcan el abordaje de la diversidad tnico-cultural y su relacin con el desarrollo humano en
Guatemala. El enfoque de desarrollo humano, como alternativa a otras propuestas desarrollistas,
abre la discusin. Posteriormente, se exponen diferentes planteamientos acerca de etnicidad, desigualdad,
identidad, cultura, racismo, discriminacin y multiculturalidad, nociones en construccin, que admiten
frtiles dilogos entre enfoques, cuyas expresiones ms importantes se presentan sintticamente.
1. El concepto de desarrollo humano
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Por otra parte, el desarrollo humano es mucho
ms que simplemente lograr esas capacidades y/o
ampliar las libertades de las personas. No es
suficiente que en una sociedad algunos de sus
miembros gocen de un alto nivel de desarrollo
humano; la aspiracin es que todas las personas
tengan dicha opcin, independientemente de su
nacionalidad, de su lugar de residencia, de su
gnero, edad, de su adscripcin tnica, religiosa o
de su orientacin sexual.
Adems, para vivir una vida creativa y produc-
tiva, es necesario tener la opcin de participar
activamente en los procesos y decisiones que definen
el curso de la propia vida y la del conjunto de la
sociedad. No basta tampoco que las actuales
generaciones gocen de sus libertades y vivan una vida
plena y satisfactoria si al hacerlo, ponen en riesgo las
posibilidades de las que habrn de venir. Es as como
el desarrollo humano es tambin el proceso de
procurar la ampliacin de estas libertades de manera
equitativa, participativa y sostenible. Sin embargo,
ninguna sociedad contempornea ha logrado
alcanzar totalmente un desarrollo humano con estas
caractersticas. Persisten, tanto a escala global, y a lo
interno de los pases, asimetras y/o desigualdades en
las oportunidades reales que tienen las personas de
vivir una vida digna, creativa y llena de valor.
1.1. La persistencia de
desigualdades en el desarrollo
humano
El ndice de Desarrollo Humano IDH es una
medida sinttica que combina tres dimensiones:
disfrutar de una vida larga y saludable; disponer de
educacin y contar con recursos econmicos.
5
As,
ha sido empleado como un instrumento de poltica
para evaluar y contrastar los logros en desarrollo
humano entre los pases, a lo interno de los mismos
y monitorear los cambios ocurridos en el tiempo.
Por ello, ao con ao, el Informe Mundial de Desa-
Grfica No. 1.1
El concepto de desarrollo humano
5
Para una explicacin completa del clculo del IDH, vese anexo metodolgico.
Fuente: PNUD (2004).
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rrollo Humano publica una escala que ubica, en
un ordenamiento descendente, a los distintos pases
segn sus logros comparativos en desarrollo hu-
mano (con respecto a otros pases). Este orde-
namiento permite ver que no hay una relacin
directa entre Producto Interno Bruto per cpita
PIB y los logros en desarrollo humano que alcanza
una sociedad. As tambin, que el crecimiento
econmico y su medida sinttica, el PIB revelan
poco acerca de cmo viven las personas. Idealmente,
un PIB per cpita alto debera traer consigo muchos
servicios sociales y mejoras para la vida humana.
Lo decisivo, ms que su valor bruto, es la manera
en que el crecimiento en los ingresos se distribuye y
utiliza socialmente.
Por consiguiente, no es necesario que un pas
incremente primero su PIB per cpita para despus
asegurar a su poblacin un nivel adecuado de
desarrollo humano. En ese sentido, las prioridades
equivocadas o mal ubicadas, ms que la escasez de
recursos, es lo que impide frecuentemente asegurar
acceso universal a servicios bsicos de salud y de
educacin. Pases como Jamaica y Sri Lanka han
mostrado que es posible asegurar la casi univer-
salizacin de la provisin de salud y de educacin
an con relativamente bajos niveles de ingreso.
Por otra parte, el Informe Mundial de Desarro-
llo Humano del ao 2005 reporta que todos los
pases, inclusive aquellos que se encuentran ms
abajo en la escala mundial, han experimentado en
los ltimos 28 aos un incremento sostenido de su
IDH. Sin embargo, el mismo es, en muchos casos,
menor al que la capacidad econmica del pas
podra darle la posibilidad de aspirar.
6
De ello se
infiere que los beneficios del crecimiento econmico
de estas sociedades no se estn traduciendo
necesariamente en una ampliacin de las ca-
pacidades y libertades ms bsicas de todas las per-
sonas.
Guatemala no es una excepcin. Si bien su IDH
ha venido mejorando lenta pero sostenidamente
desde 1975, al parecer esto ha ocurrido ms a
expensas del crecimiento del PIB per cpita y menos
por incrementos importantes en las otras dimen-
siones (educacin y esperanza de vida al nacer) que
comprenden el IDH. Para el ao 2003, el pas pudo
haberse ubicado 11 puestos ms arriba en la escala
del desarrollo humano. Es decir, si tan solo se
invirtiera ms de esos recursos que la economa ya
genera en expandir las oportunidades educativas y
mejorar las condiciones de salud, Guatemala podra
ubicarse en el puesto 106 de la escala en lugar del
117 que actualmente ocupa. En contraste, pases
tan distintos como Honduras, Viet Nam y Armenia
han alcanzado varios puestos ms arriba en la
escala de lo que les correspondera segn su PIB
per cpita, siendo ste, en todos los casos, inferior
al de Guatemala (vase cuadro 1.1).
6
De 32 pases clasificados como de bajo desarrollo humano, 19 (59%) podran estar varios puestos ms arriba en la escala de lo que
actualmente estn, de acuerdo con su PIB per cpita. En el caso de los 88 pases con desarrollo humano medio, 36 (41%) podran estar ms
arriba en la escala. De 57 pases con alto desarrollo humano, 18 (31%) podran tener un IDH todava ms alto. PNUD (2005:244-246).
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1.2. Las desigualdades atentan
contra el desarrollo humano
El Informe Mundial de Desarrollo Humano 2005
seala que las desigualdades extremas inciden de
manera muy directa en lo que la gente est en condi-
ciones de ser y hacer; es decir, en las capacidades
del ser humano. Por un lado, la desigualdad
constituye una violacin esencial a los preceptos de
justicia social y de igualdad que forman parte de la
plataforma de valores que sustentan los Estados-
nacin modernos y de los regmenes polticos
democrticos y que se recogen en la Carta Funda-
mental de los Derechos Humanos.
Si bien en la actualidad las ideas sobre igualdad
de derechos y de oportunidades estn cada vez ms
extendidas y son cada vez ms aceptadas por la
mayora de personas, de igual manera, tiene la
percepcin de que no todas las desigualdades son
injustas. Por ejemplo, si bien hay un entendimiento
de que la desigualdad de ingreso es un producto
inevitable de cualquier economa de mercado que
funcione (aunque siga siendo tema de debate hasta
qu punto es posible justificar dichas desigual-
dades), es mucho menos aceptable que las desi-
gualdades de oportunidad fundadas en el gnero,
la adscripcin tnica u otras circunstancias sobre
las cuales los individuos no tienen mayor control,
sean las que les condenen a la desventaja social, a
la pobreza, muerte prematura, hambre, ignorancia
o limitaciones en el ejercicio de sus derechos civiles
y polticos.
7
7
PNUD (2005:57).
Cuadro No. 1.1
Indicadores del IDH de pases con menor PIB per cpita y con mayor IDH que Guatemala
Fuente: PNUD (2005).
*
Primaria, secundaria, terciaria combinadas.
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Recuadro No. 1.1
La desigualdad tiene lmites
La visin de las privaciones tolerables tiene un lmite que resulta fundamental para la mayora de las
sociedades y sistemas de valores. Adam Smith explic con gran elocuencia este concepto bsico: No
puede haber una sociedad floreciente y feliz cuando la mayor parte de sus miembros son pobres y
desdichados. Fue l quien elabor el concepto de la pobreza relativa aseverando que todos los miembros
de la sociedad debieran contar con un ingreso que les permita presentarse en pblico sin vergenza.
Las religiones ms importantes del mundo expresan una preocupacin por la equidad y asignan a sus
adherentes la obligacin moral de hacer frente a las privaciones ms extremas de sus congneres.
Las encuestas de opinin, como un reflejo de las preocupaciones normativas ms generales de las perso-
nas, muestran que ms del 80% de los habitantes de Amrica Latina creen que la brecha entre ricos y
pobres es demasiado amplia. Aunque muy pocos entrevistados en estas encuestas podra indicar cul sera
un nivel aceptable de desigualdad, estos estudios apuntan claramente a que existe en las personas una
percepcin bsica sobre justicia social.
Fuente: PNUD (2005:58-59).
Tambin hay implicaciones de orden prag-
mtico: las disparidades profundas basadas en la
riqueza, la regin, el gnero y/o la adscripcin
tnico-cultural, son perniciosas tanto para el cre-
cimiento econmico como para la democracia
misma y para la cohesin social. En Amrica Latina
existe, desde hace unos veinte aos, una realidad
muy particular: los regmenes democrticos
coexisten con altos niveles de pobreza y desigualdad.
Ello ha colocado a estas democracias en una
encrucijada compleja, pues gran parte de sus
ciudadanos valora el desarrollo por encima de la
democracia e incluso le quitara su apoyo a un
gobierno democrtico si ste fuera incapaz de re-
solver sus problemas econmicos.
Esto significa que las desigualdades persistentes
contribuyen a acentuar la vulnerabilidad de la
democracia y la exponen a riesgos distintos y ms
complejos que los tradicionales del golpe militar de
Estado, que, por lo dems, tampoco han desaparecido
totalmente. Las crisis polticas ocurridas en los ltimos
aos en pases como Bolivia y Ecuador ponen de
manifiesto las tensiones que se generan cuando se
avanza en la construccin de la ciudadana poltica
pero ella no se acompaa de adelantos similares en
la consolidacin de la ciudadana civil y social, en
particular, entre aquellos grupos de poblacin en
situacin de mayor desventaja.
8
2. El concepto de
etnicidad
Si bien el trmino etnicidad es de relativamente
reciente acuo (recuadro 2), el sentido de relaciones
entre grupos, definidas por el parentesco, la solidaridad
y una cultura, han estado presentes en diferentes
perodos histricos y en todos las latitudes. Los trminos
sobre los que descansa todo el campo de estudio son
los de grupo tnico y relaciones tnicas. Sin em-
bargo, no existe una nica definicin consensuada
sobre ellos. No obstante, hay un cierto consenso en que
los grupos tnicos generalmente presentan, en grados
diversos, algunos rasgos que los caracterizan:
8
PNUD (2004).
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1. Un nombre propio, que identifica y expresa la
esencia de la comunidad que denomina.
2. Un mito acerca de la existencia de un ancestro
comn, e incluye la idea de un origen comn,
en tiempo y lugar, que le da al grupo un sentido
de parentesco y de pertenencia a una familia
mayor.
3. Una memoria histrica compartida, o memorias
compartidas de un pasado comn, incluyendo
hroes, eventos y su conmemoracin.
4. Uno o ms elementos de una cultura comn,
que no necesita ser especificada pero que incluye
generalmente a la religin, las costumbres y
tradiciones y el idioma.
5. Un vnculo con una tierra natal/ancestral,
aunque no necesariamente implica ocupacin
fsica; es suficiente la conciencia del vnculo
simblico con ella.
6. Un sentido de solidaridad de parte, cuando
menos, de algunos segmentos de su poblacin.
9
Recuadro No. 1.2
El trmino etnicidad
La primera vez que se registra el uso del trmino etnicidad es en 1953, por parte del socilogo nortea-
mericano David Reisman. No obstante, el trmino tnico es mucho ms antiguo; deriva de la voz griega
ethnos que a su vez deriva del trmino ethnicus, que originalmente significaba pagano. En el idioma
ingls fue empleado de esta manera desde la mitad del siglo XIV hasta la mitad del siglo XIX, cuando
gradualmente comenz a hacer referencia a caractersticas raciales. En los Estados Unidos de Norteamrica,
alrededor de la Segunda Guerra Mundial, tnico fue usado como un trmino para referirse cortsmente
a los judos, italianos, irlandeses y a otras poblaciones consideradas inferiores a los grupos dominantes de
ascendencia britnica. Desde la dcada de 1960, tanto los trminos tnico como etnicidad fueron
acuados por la antropologa social anglosajona. Sin embargo, ambos tienen mltiples acepciones que no
siempre son definidas con claridad al utilizarlos. En todo caso, casi todos concuerdan en que la etnicidad
tiene algo que ver con la clasificacin de poblaciones y las relaciones entre grupos. En la antropologa
social, se refiere a aspectos de las relaciones entre grupos que se consideran a s mismos, y son considerados
por otros, como culturalmente distintivos. Si bien es cierto que el discurso relativo a la etnicidad tiende a
concentrarse en unidades subnacionales y/o en minoras, las mayoras y los grupos dominantes, no por
ello son menos tnicas.
Fuente: traduccin libre de: Eriksen, T. Ethnicity, race, class and nation, en: Hutchinson y Smith (1996:29).
Adems, los enfoques que se basan en la
etnicidad ponen el nfasis en las relaciones que se
dan entre los grupos, planteando que la causa de la
diferencia socialmente reconocida no est en la
cultura, sino en la identidad que se crea a partir de
las relaciones con otros grupos.
10
As, las relaciones
que se denominan tnicas surgen de identificarse
con un colectivo con el que se comparte un origen,
manifestado en unos rasgos culturales o raciales,
en oposicin a otros con los que no se comparte.
11
9
Hutchinson y Smith (1996:5-7).
10
Barth (1976:15).
11
La importancia de la identidad se muestra en documentos como el Convenio 169 de la OIT (ver recuadro 1. 8), o el Acuerdo sobre Identidad
y Derechos de los Pueblos Indgenas -AIDPI-.
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Recuadro No. 1.3
Barth y la diferencia tnica
Aunque las categoras tnicas presuponen diferencias culturales, no podemos suponer una simple relacin
de paridad entre las unidades tnicas y las similitudes y diferencias culturales. Los rasgos que son tomados
en cuenta no son la suma de las diferencias objetivas, sino solamente aquellos que los actores mismos
consideran significativos... Algunos rasgos culturales son utilizados por los actores como emblemas de
diferencia, otros son pasados por alto y en algunas relaciones, hay diferencias radicales que son desdeadas.
Barth (1976: 15).
El aporte del enfoque tnico a partir de Barth
fue mostrar que esta relacin, en vez de hacer
desaparecer las diferencias culturales que existen
entre los grupos, hace que se refuercen, porque
ciertos elementos culturales ejercen como
marcadores
12
de la diferencia, y van cambiando
conforme cambian las relaciones y el contexto en
que se dan. El grupo tal y como se le reconoce
existe por su contraste con el otro, contraste que se
expresa en los marcadores culturales.
2.1. La etnicidad en el mundo
moderno
Con el aparecimiento del capitalismo y el Estado
moderno, la etnicidad y el referente de diferencia y
diversidad que sta ofrece, entra en conflicto con el
requerimiento de los nuevos Estados, de base nacio-
nal, que requeran que todo ciudadano se integrara,
en unidad y homogeneidad, a ese proyecto de
sociedad. Ello condujo a la emergencia de nuevos
conflictos en varios Estados cuya composicin tnica
era diversa. Adems, el colonialismo traz fronteras
y construy Estados sin tomar en cuenta las
identidades tnicas; paralelamente, estimul la
clasificacin tnica de la poblacin y requiri a
determinadas comunidades que desempearan un
papel preeminente o dominante en las polticas de
colonizacin. En el contexto de la modernidad, la
etnicidad frecuentemente ha constituido un
referente de los conflictos sobre la distribucin de
los recursos. En algunos Estados se han empleado,
adems, ideologas racistas para excluir a ciertos
grupos sobre la base del color, la cultura o
estereotipos fsicos. Esto ha conducido a movi-
mientos forzados de poblaciones enteras, asesinatos
masivos, etnocidios y genocidios.
13
Algunas corrientes de pensamiento sostienen
que las tendencias homogenizantes que trajo
consigo la modernidad, han dejado poco espacio
para la permanencia de identidades tnicas en los
Estados-nacin. Adems, se argumenta que la
globalizacin, tanto en lo econmico como en lo
cultural, tiende a reducirla a lo folclrico y que ni
las multinacionales ni los medios electrnicos de
comunicacin de masas tienen consideracin
alguna por la etnicidad o las fronteras nacionales.
As tambin, se plantea que los Estados post-indus-
triales multitnicos, particularmente en sociedades
constituidas por inmigrantes, deben constituir
identidades cvicas puras si han de permanecer
democrticas y asegurar la lealtad y participacin
de todos sus miembros.
12
Un marcador cultural es un elemento, rasgo como la vestimenta o el idioma que se asocia con un determinado grupo social y contribuye
a distinguirlo o diferenciarlo de otros.
13
Hutchinson y Smith (1996).
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Por el contrario, otras corrientes de pensamien-
to argumentan que los recientes avances en las
comunicaciones electrnicas y en la tecnologa de
la informacin proveen a los grupos tnicos de redes
culturales densas y extensas que contribuyen a
revitalizar los lazos tnicos. Por ello, las diferencias
tnicas no son necesariamente erosionadas ni por
las necesidades econmicas, ni por las polticas de
la modernidad y postmodernidad, pues la propia
dinmica social promueve la constante renovacin
de las identidades tnicas y de los mitos y parmetros
que mantienen vigentes los lazos y el sentido de
comunidad, a la vez que las expresiones culturales
que se les vinculan se van renovando.
14
2.2. Las distintas vertientes
de anlisis sobre la etnicidad
De esta cuenta, desde la mitad del siglo pasado, se
pueden identificar tres grandes corrientes o enfoques
conceptuales sobre el tema. Un primer grupo recoge
aquellos que, basados en el paradigma de la moder-
nidad, pretendan negar que la existencia de grupos
tnicamente diferenciados fuera una realidad a
estudiar. Dado que este planteamiento era difcil de
sostener, se gener un segundo conjunto de
propuestas que intentan acomodar esa diversidad
a algunas explicaciones existentes sobre la sociedad.
Finalmente, un ltimo bloque recoge los enfoques
que han trado la globalizacin y la postmoder-
nidad a los estudios sobre la diferencia tnica.
Adems, cada una de las formas de entender la
etnicidad conlleva todo un conjunto de concep-
ciones que se traducen a su vez, en accin e inaccin
en el actuar del Estado y en la definicin e imple-
mentacin de las polticas pblicas.
15
Por otra parte,
estos enfoques conceptuales y su aplicacin no
se manifiestan de forma secuencial o unvoca, ni
son excluyentes entre s. Ms bien, en sociedades
como la guatemalteca, se puede identificar su
presencia simultnea en distintos actores e
instituciones.
16
2.2.1. La primera vertiente: la negacin
de la etnicidad
La modernidad cre dos grandes paraguas expli-
cativos de la realidad social que negaron (y niegan
todava en muchos casos) la diferencia cultural o
social que no se ajusta al ideal de cultura e iden-
tidad que defiende. Son dos marcos desde los cuales
no se estudi la diferencia tnica como tal, pero s
a los diferenciados.
El primero tiene que ver con la idea de la
nacin, y propone que hay una tendencia inevi-
table hacia la homogeneidad cultural dentro de
los colectivos nacional-estatales. Esto hara obsoleto
el estudio de los colectivos diferentes, puesto que
eventualmente terminaran siendo absorbidos. Pero
tambin se basan en esta idea las doctrinas que se
ligan al darwinismo social y ven en el origen raza
o cultura un impedimento para formar parte de
ese conjunto homogneo.
17
Una segunda corriente que niega o minoriza lo
tnico, se ubica en algunas versiones de la doctrina
marxista. La divisin por clases era considerada como
la nica a tener en cuenta en el ordenamiento so-
cial, por lo que la diferencia cultural era vista como
un eufemismo que ocultaba contradicciones ms
14
Hutchinson y Smith (1996:3-14).
15
Estn presentes tambin, en mayor o menor medida, como se ver en el captulo 12, en los planteamientos que sobre el tema, se producen
en el seno del propio movimiento indgena, de la academia y de otras instancias de la sociedad civil.
16
Esta dimensin del anlisis, basado en el examen de los actores sociales guatemaltecos y sus propuestas, se aborda en detalle en el captulo
12.
17
Esta es una ideologa que est detrs de muchos planteamientos, como las tesis asimilacioncitas del melting pot o el american way of
life en los Estados Unidos de Amrica y en las ideas indigenistas o el proceso de ladinizacin que se vaticinaba para Guatemala y que
estaban implcitas en muchas de las etnografas de los aos 1930 a 1970.
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profundas, un remanente de conformaciones
sociales precapitalistas. En Latinoamrica estas ideas
tuvieron mucha influencia, e hicieron analizar la
problemtica indgena desde su dimensin cam-
pesina. Cuando se asumi que haba una identidad
tnica, fue considerndola como un nivel de la
identidad de clase. Dentro de las tesis del colonialismo
interno, las reas indgenas eran periferias de la
periferia en que an pervivan sistemas heredados
de la colonia.
18
2.2.2. La segunda vertiente: la etnicidad
en coexistencia con la modernidad
A lo largo de las dcadas de los 50 y 60 del siglo
pasado, fue hacindose evidente que los grupos
tnicos no se disolvan, ni en la nacin ni en las
clases. Como se expuso previamente, se plante que
era precisamente la relacin con otros grupos la que
les haca mantenerse como diferentes, poniendo as
la atencin en las relaciones sociales y quitando
importancia al elemento cultural en la definicin
de lo tnico.
19
Surgieron as otras interpretaciones
que, si bien no niegan que en el mundo moderno
existen conjuntos diferenciados cultural e iden-
titariamente, buscan unas explicaciones y formas
de resolver las dinmicas y conflictos que genera
que les den cabida en dicho mundo.
Desde esta perspectiva, se desarroll la idea de
que lo importante de la etnicidad estaba en la
interaccin social cotidiana. Es decir, la etnicidad
funcionaba como un recurso, normalmente mien-
tras se daba la total absorcin a la modernidad. Segn
algunos, las identidades tnicas surgan de una
resignificacin de las identidades tradicionales en
los entornos modernos, como un recurso para regu-
lar las relaciones entre los pobladores de estos espacios.
As lo plantearon tambin otros estudiosos en
Latinoamrica, que analizaron la migracin de
indgenas a las ciudades en formacin, y vaticinaba
que lazos regionales y paisanales acabaran desapa-
reciendo.
20
Esto mostraba cmo la identidad tnica
finalmente era un recurso que se abandonaba cuando
ya no era til.
Esta idea utilitarista de la identidad tambin
aparece en otros tipos de estudios que ven las
identidades tnicas como fruto de la creacin de
grupos de inters o de presin unidos por un origen
comn. Estos estudios surgen tanto en Estados Unidos
como en frica, y pretenden explicar el surgimiento,
reetnizacin o desetnizacin en funcin de la
existencia o no de unos recursos y beneficios por los
cuales organizarse. Dada la presuncin de los pocos
beneficios que a los indgenas les supona
mantenerse como tales, esta corriente de pensamiento
apenas se desarroll en Latinoamrica.
21
En cambio, por la situacin de pobreza y exclu-
sin en que ha vivido la poblacin indgena, en Lati-
noamrica s se desarrollaron planteamientos que
recogan la idea de la persistencia de sociedades
rgidamente estratificadas que ya haban expuesto
los marxistas previamente, y comprendieron la
presencia indgena como fruto de una pervivencia
precapitalista. Esta visin se vinculaba as a
corrientes que vean cmo la identidad tnica iba,
muchas veces, vinculada a un encapsulamiento
en posiciones e incluso espacios sociales cerrados,
slo para tales grupos.
22
18
En Guatemala, estas ideas de colonialismo interno y de luchas de clases fueron la base del trabajo de Martnez (1970), y fueron
recreadas de forma novedosa por Guzmn Bckler y Herbert (1970), dndoles un giro en que las clases tnicas eran definidas por su
cultura y el colonialismo era el ejercido por los ladinos sobre los mayas. Se estaba prefigurando lo que despus sera el modelo multicultural
en su versin ms nacionalista.
19
Barth (1976).
20
Un buen ejemplo son los trabajos de Altamirano (1984 y 1988) sobre la migracin andina a Lima.
21
El trabajo ms conocido de esta corriente fue el de Abner Cohen (1969), y en Latinoamrica, su influencia est presente en trabajos como
los de De la Pea (1993) y Zrate (1993).
22
El mejor ejemplo es la idea de las regiones del refugio de Aguirre (1967).
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2.2.3. La tercera vertiente: la etnicidad
en la era global y posmoderna
Desde los aos 80 se dan una serie de circunstancias
que obligan a cambiar los enfoques sobre la etni-
cidad. Por un lado, los grupos tnicamente definidos
no slo no desaparecen, sino que se va generali-
zando la llamada poltica de identidad, con la
cual los grupos tnicos se van convirtiendo en
actores polticos cada vez ms fuertes. Por el otro,
la generalizacin de las migraciones transnacio-
nales y el aumento del consumo global, estn
haciendo crecientemente obsoleta la vinculacin
directa entre territorio, sociedad y cultura, que haba
sido una de las bases del pensamiento de la
modernidad.
23
Adems, y en parte como consecuencia de lo
anterior, a travs de las crticas postmodernas se
aboga por una renovacin de las ciencias sociales.
En este nuevo marco, identidad y cultura ocupan
lugares importantes, y la diversidad es considerada
como parte integrante de todos los rdenes de la
vida social. De esta forma, la etnicidad pasa de ser
considerada como una desviacin del estndar
homogeneizador que anticipaba el paradigma de
la modernidad, a ser algo connatural a la vida so-
cial del mundo globalizado.
La renovacin de la importancia dada a la
cultura con el giro posmoderno se une a la fuerza
que van tomando los planteamientos que basan la
accin poltica precisamente en la identidad cul-
tural. La idea de la cultura como elemento
explicativo resurge, por ejemplo, de la mano del
multiculturalismo, que retorna a la cultura como
un elemento definidor del grupo y de la identidad,
pero asumiendo parte del relativismo posmoderno
en cuanto a su definicin.
24
En esta lnea, estn los
estudios culturales que han avanzado bastante
en las universidades estadounidenses, y tambin se
aprecia en la visin ms puramente posmoderna,
que plantea unas identidades voltiles acordes a la
dispersin de los referentes en el mundo globalizado;
entre los que se encuentra un consumo cultural,
tambin global, que finalmente acaba unificando
en la hibridez.
Por otro lado, el cambio hacia formas ms
comprehensivas de anlisis incide en el desarrollo
de planteamientos que abordan la etnicidad como
una dinmica que expresa relaciones de poder y
condiciones de desigualdad entre grupos. Se trabaja
a la etnicidad como una de las dimensiones de la
dinmica de dominacin/subordinacin de la vida
social, como el gnero y la clase, y como resultado
de construcciones histricas y sociales, en las cuales
es fundamental comprender por qu determinados
grupos tnicos mantienen una posicin de subor-
dinacin y desventaja frente a otros y la manera en
que el Estado a travs de su actuar y sus polticas
articulan las dimensiones de raza, cultura y
ciudadana en relaciones intertnicas ms o menos
equitativas.
25
2.3 Los conceptos de identidad
y cultura en Guatemala
Las identidades, as como los elementos culturales,
no son arbitrarios: son producto de procesos hist-
ricos, lo que significa que cada cambio se da siempre
sobre lo previamente existente, de una forma
acumulativa, por lo que una cultura siempre est
marcada por la historia que la precede.
26
Siendo que
la forma de representar el mundo es tan cambiante
como es el mundo en s, no es correcto hablar de
una cultura maya o una cultura espaola
como conjuntos eternos, inmviles y completos.
23
Gupta y Ferguson (1992).
24
Como se dijo previamente, el trabajo de Guzmn Bckler y Herbert (1970) fue un precursor de esta lnea, que ahora en Guatemala han
desarrollado autores mayas, como Cojt (1997).
25
En esta lnea habra que destacar los trabajos de Taracena et al. (2003 y 2004).
26
Wilson (1999) y Bastos (2000).
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Cada una se compone de elementos compartidos
por ciertos individuos por el hecho de pertenecer a
ciertos grupos o categoras sociales.
Lo que era la cultura de los pobladores de lo
que ahora es Guatemala, provena de una matriz
maya que a su vez era parte de un entorno mesoa-
mericano, en esos momentos, dominado polti-
camente por los nahuas. De la misma forma, las
formas culturales de los espaoles que entonces
se reconocan como castellanos eran una
mezcla que surga desde unas races celtas e beras
que haban sido unificadas por los romanos y
despus los visigodos, y a los que se haban unido
elementos rabes y judos as como de la Europa
medieval cristiana.
En el origen de la relacin entre estos grupos,
hubo unos elementos diferenciadores, algunos de los
cuales fueron los utilizados como marcador, como el
idioma. Otros, en cambio, se intentaron suprimir,
como la espiritualidad. Pero hay otros elementos
culturales que pueden tener que ver ms con la ex-
periencia de subordinacin tnica, como las
autoridades, ahora llamadas tradicionales, que
se fueron creando y recreando en el entorno de los
llamados pueblos de indios y despus en las muni-
cipalidades republicanas, llegando hasta la actua-
lidad.
27
Pese a que surgen o se preservan por razones
diferentes, en todos estos casos hay elementos que en
estos momentos pueden decirse que son mayas,
porque estn dentro de la forma de pensar de quienes
se identifican y son identificados como indgenas o
mayas, a diferencia de quienes no los son.
Pero los no mayas tambin pueden com-
partir parte de esos elementos, porque las formas
culturales de cualquier grupo social son producto y
reflejo de su experiencia histrica y de la naturaleza
de las relaciones que establecen entre s jerrquicas
o no jerrquicas. Es decir, como ningn grupo se
ha formado solo o aislado, sus formas culturales
son producto de las interacciones con otros. Toda
cultura es, finalmente, una mezcla o hibridacin;
se va formando de una combinacin de elementos
idioma, vestimenta, costumbres a partir del
contacto con otros grupos. Adems ir trans-
formndose segn van cambiando las condiciones
de vida, por cambios tecnolgicos, polticos o
sociales, o nuevos procesos migratorios de gran
magnitud, como lo fue en su momento la emi-
gracin rural-urbana y en la actualidad, las
migraciones a los Estados Unidos de Norteamrica,
por ejemplo. En otras palabras, la cultura de quienes
son considerados indgenas tiene elementos de la
matriz europea, mientras que parte de los llamados
ladinos muestran rasgos de origen americano.
Por consiguiente, bastante de la cultura de los
guatemaltecos en una cultura mestiza.
Por estas razones, se podra hablar tambin de
la cultura de los mayas como el conjunto de
elementos culturales que los mayas guate-
maltecos de hoy comparten por el hecho de ser
considerados y considerarse a s mismos como
tales en el siglo XXI, y saber que esos elementos
provienen de la acumulacin desde tiempos lejanos
de una serie de experiencias histricas sobre una
matriz propia. Esta aclaracin es importante al
analizar una relacin tnica, pues con el tiempo,
se puede llegar a pensar que las expresiones de la
diferencia son la diferencia en s, confundiendo
rasgos culturales con identidad.
Esta confusin entre identidad quien yo siento
que soy y cultura los rasgos o elementos que se
asocian a ella surge del hecho de que la identidad
tnica es considerada, a la vez, como biolgica he-
redada y como social elegida. Se supone que uno
nace en un grupo que es con el que se identifica,
pero que puede cambiar e identificarse con otro, como
supuestamente ocurre con la ladinizacin. Si bien
27
Para Esquit (1998:304-305) el caso ms evidente de institucionalidad es la alcalda auxiliar y los comits... son las que organizan
la comunidad en su totalidad... se ha desarrollado una identificacin plena entre comunidad, auxiliares y comits.
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ello es factible, y de hecho, ha ocurrido en la historia
guatemalteca, tambin existe la posibilidad de cam-
biar los rasgos culturales, sin por ello cambiar de
identidad.
En realidad, las personas tienen mltiples
identidades, referidas a diferentes dimensiones de
su vida social, que coexisten simultneamente y no
son excluyentes entre s, ni tienen por qu cons-
tituirse en fuente de conflicto. stas pueden estar
dadas por la etnicidad, la religin, el gnero, la edad,
el territorio, la orientacin sexual, la clase social,
la nacin, entre otras.
28
Las afiliaciones basadas en
la identidad tampoco son nicas ni estticas, ni
inmutables; dependiendo de las circunstancias, los
individuos definen qu prioridad asignarle a cada
filiacin grupal con respecto a otra y en funcin de
cul identificarse e, inclusive, organizarse colectiva-
mente.
29
Por otra parte, las identidades se expresan
de manera diferente segn con quien se interacte:
puede ser que ante un capitalino, un chichicasteco
se sienta y acte como un indgena, pero si est
con un kaqchikel lo har como kiche, y si es con
un quetzalteco, como maxeo.
2.3.1. Las categoras tnicas
Los conjuntos culturales reflejan las relaciones de
poder entre los grupos tnicamente relacionados.
En el caso de Guatemala, algunas de estas relacio-
nes, como las que se dan con las colonias china o
alemana, entre capitalinos y orientales, o en-
tre kiches e ixiles no implican necesariamente una
relacin jerrquica. Al igual que en otras latitudes,
son resultado de que, desde sus orgenes, la
poblacin es mvil y los grupos sociales con
procedencias diferentes se han ido poniendo en
contacto entre s. Pero en otros casos s se da esta
jerarqua, y las relaciones reflejan una combinacin
cambiante de dominacin, imposicin, contraste
y resistencia. Tal es el caso de las relaciones entre
los llamados indgenas y los llamados ladinos
donde, como se expone ampliamente en el captulo
2, las relaciones intertnicas s han significado la
subordinacin de los primeros frente a los segundos.
Normalmente los trminos o etiquetas que
reflejan la identidad surgen de categoras creadas
para nombrarlos. Las categoras que son im-
portantes en este Informe, como indgena, la-
dino, guatemalteco, han sido creadas por la
ideologa tnica oficial implcita y/o explcita
que hace que stas sean incorporadas a la vida
cotidiana, convirtindose en las etiquetas que
nombran la identidad y regulan su contenido.
Conviven con otros trminos que se crean desde otros
espacios y que no llegan a ser usadas por todos.
Puede tratarse de otras formas de nombrar esas
categoras, como kaxlan o muus, que tienen un
uso tnicamente restringido: slo se da entre los
indgenas. Natural o lenguajero tienen su propio
significado entre los Chortis, que matizan el
otorgado al trmino indgena. Puede tratarse de
categoras olvidadas, como la poblacin afro-
americana, cuya importancia en el proceso de
mestizaje ha quedado en el olvido histrico y
actualmente est representada por los Garfunas.
Puede tratarse de casos como los chinos, los
alemanes, que forman grupos que se disuelven
entre los no indgenas.
Estas formas ms restringidas son importantes
para comprender las formas que toman las
relaciones sociales en esos espacios, pero la
importancia que ha tenido la dominacin sobre los
28
PNUD (2004a: 16 55).
29
Sin embargo, no todas las formas de identidad se traducen necesariamente en una afiliacin grupal del mismo tipo o grado; aquellas
identidades que, en un momento dado, si la generan, son las que se tornan particularmente significativas para el anlisis del desarrollo
humano.
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llamados indgenas, ha hecho que esta relacin
haya opacado otras que se daban, y se dan, entre
grupos con otros tipos de categoras. Si bien el
trmino indio comienza a ser aplicado a la
poblacin originaria como resultado de la creencia
errnea que tenan los espaoles de haber arribado
a las Indias; con la conquista y la colonizacin, el
trmino indio se aplic para denominar a toda
la poblacin originaria en un solo grupo, bajo el
mando de los nuevos dominadores, los espaoles.
Al hacerlo, estaban dndole un nuevo papel al
colectivo ya existente. Con el liberalismo cafetalero,
el trmino fue siendo cambiado por indgena.
Estas etiquetas fueron siendo asumidas por la
poblacin a que haca referencia como una forma
de auto-identificarse no la nica, aceptando
muchas veces la connotacin de subordinacin
respecto al otro.
En la actualidad, el trmino maya supone
toda una nueva forma de auto-percibirse y proponer
las relaciones tnicas que implican un reto a la
dominacin que se aprecia en los dos anteriores
trminos. Se trata de una categora de concepcin
poltica que aspira a convertirse en identidad so-
cial, y con ello transformar los contenidos de la
relacin.
30
Como se ver en el captulo 2, a lo largo de la
historia fue surgiendo la categora de ladino para
abarcar a toda la poblacin que no es indgena.
Desde finales del siglo XIX, el Estado intent crear
una comunidad nacional a expensas de los
indgenas, ladinizando a los no indgenas,
intentando convertirlos en un solo grupo.
31
En esta
construccin del ladino como no indgena, se
busc que ste olvidara su pasado mestizo y asu-
miera como suyas las caractersticas del criollo: el
idioma y la religin entre otras, pero, sobre todo, el
hecho de no ser indgena. Esta operacin tuvo un
xito parcial: muchos grupos sociales aceptaron
identificarse como ladinos y en la actualidad
existen diversos colectivos sociales e individuos que
se consideran a s mismos como tales, haciendo
referencia a una serie de contenidos culturales vari-
ables que les diferencian de lo indgena y les acerca
a lo espaol, y se asocia a lo guatemalteco. Sin
embargo, como se ver en el captulo 4, entre los
ladinos se ha demostrado una diversidad de orgenes
y rasgos culturales que limitaran su identificacin
tnica aunque esto no implica tampoco que
eventualmente podra llegar a construirse dicha
identificacin. Otros provienen de mestizajes ms
recientes, o pertenecen a los grupos criollo o blanco,
que se diferencian claramente de la identidad que
ellos mismos crearon, o son herederos de grupos
inmigrantes minoritarios que mantienen sus
identidades de origen (coolies, chinos, coreanos,
otros); otros se identifican como parte de la
minoritaria presencia negra en el Atlntico.
32
Pero ya desde mediados del siglo XX qued
claro que no toda la Guatemala no indgena se
consideraba como tal: la categora tnica no haba
llegado a generalizarse como identidad tnica.
33
Pero, por otro lado, cualquiera de esas personas que
asumen otras identidades, se dirn ladinos si
temen verse como indgenas al negarlo.
30
Cojt (1997) Bastos, y Camus (2003).
31
Taracena et al. (2003 y 2004).
32
Samayoa (2005:4).
33
En el censo de 1964 se us la categora no indgena por primera vez (Taracena et al., 2004).
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Recuadro No. 1.4
La identidad indgena y la maya
La asuncin del ser maya como identidad, representa todo un cambio en la forma de percibir la diferencia
tnica... Facilita una plataforma comn para los ms de 20 grupos lingstico-territoriales mayoritarios en
Guatemala, antes conocidos en genrico y con tinte despectivo como indgenas, indios o naturales.
Frente a la carga de subordinacin que tienen estos trminos impuestos desde el colonizador, el nosotros
maya, se construye en torno a una serie de elementos culturales asociados a la diferencia, sobre todo la
historia, lengua y la espiritualidad, que ha permitido la idea de un nosotros positivo, unificado y dinmico,
an no generalizado pero en expansin.
Bastos y Camus (2004: 92).
3. Desigualdad, racismo y discriminacin
ridad biolgica; en la actualidad esa interiorizacin
est basada, predominantemente, en los rasgos
culturales.
Esto significa que, hoy en da, el racismo propone
que hay grupos tnicos que son atrasados y por
ello constituyen un obstculo para el desarrollo, en
contraste con otros grupos, cuyas caractersticas,
valores y logros representan la modernidad a alcanzar.
De nuevo, suponen la naturalizacin de esas diferen-
cias, de una forma que puede parecer aparentemente
contradictoria. sta es la forma en que normalmente
se acostumbra a pensar en el racismo: cuando es la
base de una discriminacin, de un comportamiento
diferenciado segn el origen de la persona con la que
se est tratando. Es la manifestacin cotidiana, la que
se da en las relaciones personales y se muestra a cada
rato. El racismo permea, adems, todo el com-
portamiento social, no slo de forma personal, sino
institucional, pues en diversos grados y expresiones,
forma parte de la construccin ideolgica en que se
ha crecido y contribuye a mantener la situacin de
dominacin y desigualdad.
34
Casas (1998).
Como se ha expuesto hasta ahora, y se ver con
amplitud en el captulo 2, existen razones histricas
por las que Guatemala es un pas en que conviven
varios grupos culturalmente diferenciados pero
donde las relaciones intertnicas no pueden ser vis-
tas de forma horizontal, sin jerarquas entre s, como
puede ocurrir en otras latitudes. Frente a otras
relaciones intertnicas existentes en Guatemala, la
relevante en la actualidad la que se da entre los
indgenas y los que no lo son desde que surgi, ha
estado estructurada de forma jerrquica.
El racismo es la ideologa que sustenta la
dominacin tnica, a travs de hacer creer que las
desigualdades entre los grupos son naturales, y que
no son realmente consecuencia de una estructuracin
social dada. Como tal ideologa, el racismo ha ido
cambiando a lo largo del tiempo, cambiando para
adaptar su funcin de naturalizacin a las circuns-
tancias. Cuando ya no fue posible aducir diferencias
biolgicas para justificar la desigualdad, se recurri
a las culturales.
34
Es decir, en su concepcin inicial,
el racismo estuvo basado en la diferencia e inferio-
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Recuadro No. 1.5
El racismo cotidiano escondido
Bsqueda de atencin entre los mam de Quetzaltenango
Un estudio etnogrfico realizado en varias aldeas de [un municipio de Quetzaltenango] mostr que los
aldeanos sentan un rechazo enorme hacia la enfermera auxiliar del puesto de salud ms cercano. Aparte
de ausentarse con frecuencia, la enfermera regaaba a los usuarios por su forma de vestir, hablar y su
supuesta falta de higiene. Tal era el rechazo hacia esta enfermera que incluso en casos de enfermedad
grave las familias demoraban dos y hasta tres das para buscar atencin, mientras juntaban el dinero
necesario para poder pagar la consulta requerida en el dispensario de la iglesia catlica o en las otras dos
clnicas comunitarias... En la cabecera municipal tambin atenda un mdico privado que hablaba mam,
cuyos servicios eran grandemente apreciados, pero su costo no permita utilizarlos con la frecuencia que
la poblacin hubiera gustado.
Mazariegos, et al., (2005: 37).
Pero sta no es su nica forma de expresin:
fruto de las condiciones racistas con que fueron
considerados, un sector de la poblacin se encuentra
en inferioridad socioeconmica, pero tambin en
cuanto a su participacin poltica. As, aunque en
la actualidad no haya nada que diga que tengan
que ser inferiores, de hecho estn en esa condicin.
Esto es lo que se llama el racismo estructural, que
no tiene que ser explcito para funcionar, sino que
est inserto en la misma conformacin actual de la
sociedad y por ello, contribuye a la gnesis y perpe-
tuacin de la desigualdad en el pas.
Por otra parte, en Guatemala, como en toda
Latinoamrica y en todo el mundo, existe una
racializacin de la estima social, del estatus, que
se aprecia cuando en la vida cotidiana, los rasgos
biolgicos acompaan a los culturales, creando una
escala, una gradacin del estatus en que se combina
la clase social con color de la piel.
35
De esta forma,
todos los guatemaltecos y guatemaltecas estn
ubicadas en un lugar de esa escala, en la que los
indgenas estn en la parte ms baja, discriminados
por todos los que no lo son.
36
Estos elementos se
ilustran en los captulos 4 y 5. Esta escala no es
dicotmica; en ella, todos pueden ser racistas y
vctimas, dependiendo de con quin se est. Esta
racializacin recuerda que, antes de la Indepen-
dencia, las relaciones sociales se ejercan, no como
es ahora entre quien es y no es indgena, sino entre
quien era o no era blanco, espaol, europeo. En ese
caso, el factor de diferenciacin lo pona la sangre: la
sangre pura espaola de criollos y peninsulares
frente a la mezclada o impura de los dems: mes-
tizos, ladinos, africanos, zambos o indios.
3.1. Etnicidad y estratificacin
socioeconmica
En la sociedad coexisten diversas formas de
dominacin: la de clase es socioeconmica, ligada
al sistema de produccin capitalista. Pero hay otras,
como la discriminacin de gnero y la tnica; racis-
mo y patriarcalismo son formas universales de desi-
gualdad, presentes en todas las sociedades. En el
caso de la categora analtica de clase, la desigual-
dad es parte intrnseca de su definicin: la situacin
socioeconmica es producto de la posicin relativa
en la escala de clases, que combina elementos de la
35
Gonzlez (2004).
36
Velsquez (2004).
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produccin, distribucin y estatus.
37
Pero en la
tnica no es as. Ocurre como con la dominacin
de gnero: es ideolgica, se basa en planteamientos
culturales que sustentan construcciones ideol-
gicas de dominacin. Ambas parten de hacer creer
que una diferencia existente biolgica en un caso,
cultural o racial en otro implica una inferioridad
social y poltica, que se reproduce en trminos de
menores derechos.
38
Todos estos sistemas se refuerzan entre s, aun-
que sean autnomos. La exclusin tnica refuerza la
desigualdad social: para ello fue articulada a fines
del siglo XIX. El factor tnico da una base ideolgica
a la desigualdad econmica y a la exclusin poltica
de un grupo concreto, el supuestamente marcado por
su inferioridad. Se puede apreciar en el hecho de que
la mayora de los pobres de Guatemala sean ind-
genas, o de que la mayora de los indgenas sean
pobres como se expondr ampliamente en posteriores
captulos de este Informe. La sociedad est tni-
camente ordenada travs de los efectos del racismo
estructural que antes se mencionaba: por la
discriminacin histrica, aunque ahora no hubiera
desigualdad, quienes estn en posiciones tnicamente
marcadas acumulan ms razones para sufrirla. Sin
embargo, esas dos condiciones nunca han ido juntas
del todo: la desigualdad en Guatemala supera a lo
indgena, pues la explotacin afecta tanto al mundo
no indgena como al indgena.
Con el proceso de modernizacin que inici a
mediados del siglo XX, cada vez ms indgenas
pudieron escapar de la explotacin de las fincas e
incluso llegar a poseer ciertos medios de produccin,
o llegar a niveles de escolaridad que les situaban en
la clase media y de esta forma, cambiaba su
situacin de clase. Pero ello no implicaba que
cambiara su identificacin o ubicacin tnica. Estos
casos demostraron que se poda seguir siendo
indgena sin ser pobre; y seguir sufriendo la
discriminacin racista sin ser pobre. Los cambios
en la estructura productiva que se vienen dando de
la mano de la insercin en la economa global van
a tener impacto en la forma en que estas dos
dimensiones se relacionen entre s.
37
ste es un tema que dio bastante de qu hablar en su tiempo, hace 30 aos, cuando el pensamiento clasista buscaba explicar la emergencia
de actores tnicamente articulados. Entonces se lleg a la idea de la contradiccin secundaria de lo tnico frente a la que representaba la
clase social. Hoy da pareciera que el nfasis se ha corrido al otro extremo; tras la cada poltica del paradigma marxista, la dimensin
clasista de la desigualdad y la opresin desaparecen del anlisis, como si slo existiera el racismo como forma de exclusin.
38
Para la relacin entre etnicidad y desigualdad, ver Daz (1981), Solares (1989), Comaroff & Comaroff (1992). Sobre el entorno poltico
nacional, Anderson (1993), Alonso (1994) y Williams (1989). Esta autora tambin trata las relaciones entre raza y cultura; que Gonzlez
(2004) relaciona la ideologa del progresoy lo blanco y lo occidental. Sobre colonialismo y racismo, Memmi (1996), Casas (1998)
y Velsquez (2004).
Recuadro No. 1.6
Las expresiones del racismo
Cuando alguien dice soy pobre porque soy indio, o soy indio porque soy pobre est asumiendo que
ambas dimensiones la tnica y la de clase van unidas, siendo entonces natural su posicin econmica.
Y cuando, al revs, otro dice soy pobre pero no soy indio, est mostrando cmo ha interiorizado una jerarqua
tnico-racial que le permite sentirse superior por razones tnicas, pese a su posicin econmica comn.
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Recuadro No. 1.7
Las intersecciones de gnero, etnia y clase en el anlisis del desarrollo humano y la
desigualdad
La realidad de Amrica Latina est marcada por profundas desigualdades que se han mostrado resistentes
frente a la modernidad y el crecimiento econmico. Se requiere avanzar en la comprensin de los mecanismos
a travs de los cuales se produce y reproduce dicha desigualdad... La mirada habitual ha estado enfocada
a determinar el papel que cada factor o proceso histrico por s mismo etnia, gnero y clase social tiene
en la generacin y perpetuacin de las desigualdades, pero se requieren esfuerzos analticos mayores que
permitan considerar la influencia que tienen estos factores entre s para reforzar la desigualdad.
Al pasar por alto estas intersecciones, se produce en el anlisis de la desigualdad una separacin artificial de
los elementos tnicos de los de gnero, con lo que se termina obteniendo una visin incompleta. Reconociendo
que las personas pertenecientes a los pueblos originarios y afro-descendientes viven como colectivo social
una situacin de marginalidad y exclusin, que se expresa en una mayor tasa de pobreza y menor autonoma
y ejercicio ciudadano, la pregunta central que debera plantearse es si hombres y mujeres pertenecientes a
grupos excluidos, se relacionan de manera diferente con el sistema de exclusiones.
La lucha por el reconocimiento de la diferencia, enfatizando la identidad de grupo construida en relacin al
gnero, etnia o sexo, se ha convertido en una de las principales expresiones de conflicto poltico en el
mundo actual. La dominacin cultural, los patrones de interpretacin y comunicacin a que estn sujetas
las mujeres y la poblacin indgena y afro-descendiente, asociados a una cultura que les es extraa por
androcntrica y eurocntrica, tiende a desplazar la atencin de la explotacin como un mecanismo funda-
mental de injusticia y, por lo tanto, de movilizacin poltica. En la prctica, entre tanto, las luchas por el
reconocimiento se estn dando en un marco de crecientes desigualdades redistributivas, tanto al interior
de los pases como entre pases. Por ese motivo, las polticas de redistribucin y reconocimiento deben
conjugarse en una poltica social de igualdad, articulando la justicia social, cultural y econmica en una
propuesta que subvierta todas las formas de subordinacin. Es necesario enfrentar el falso dilema de
situar la justicia en polos excluyentes, como un asunto de igualdad social o de reconocimiento cultural
exclusivamente, y la tendencia a separar o colocar en jerarqua por orden de importancia, la etnia, el
gnero y la clase.
Fuente: Fraser (1997) citado en: OIT (2004).
4. Las formas de comprender y articular la
diferencia tnica
Las sociedades en el mundo moderno han debido
enfrentar el desafo y las contradicciones que
implica el hecho de ser multitnicas frente a la
aspiracin de constituirse en sociedades alineadas
lo ms posible al ideario de homogeneidad cultural
y poltica que se construyera desde el paradigma de
la modernidad. Ms recientemente, con el auge de
los movimientos reivindicativos indgenas en el
continente, aunado al desarrollo conceptual que
han estimulado el auge de las visiones postmo-
dernas y las dinmicas de globalizacin, se vienen
desarrollando planteamientos orientados a una
reconfiguracin de los Estados-nacin para
incorporar, de manera ms plural y equitativa, las
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demandas y derechos de los distintos grupos tnicos
que los constituyen. As, en la actualidad, en el
contexto latinoamericano y guatemalteco, se
distinguen bsicamente dos enfoques a partir de los
cuales se ha pretendido conjugar y resolver esta
dialctica: el asimilacionismo (para el caso guate-
malteco conocido como ladinizacin) y el mul-
ticulturalismo (con su variante de la inter-
culturalidad).
4.1. El asimilacionismo y la
ladinizacin
En la modernidad, segn Anderson, la idea de la
nacin implica la de una comunidad ima-
ginada, en la que todos sus integrantes se sienten
o han de sentir parte de una mismo conjunto
social, que comparte una historia, una cultura y
un idioma.
39
Pero, en la prctica, en casi todos los
Estados, esta idea sirvi para imponer unos rasgos,
una historia y una identidad nicos sobre conjuntos
que antes eran tnica y culturalmente diversos.
40
De
esta forma, la dominacin poltica de un grupo
sobre otros, implic tambin la dominacin cul-
tural a travs de la creacin de un idioma oficial,
una historia patria, entre otros smbolos, mientras
que las del resto de los grupos quedaban para los
museos o el folclore. Esta situacin se completaba
con la idea de la igualdad ante la ley que
homogeniza el conjunto social al no reconocer que
pueda haber personas que no comparten los rasgos
culturales que se asumen como de todo el
conjunto nacional.
41
De esta manera, Estado,
nacin y cultura se vuelven una unidad.
42
Como se desarrolla ampliamente en el captulo
2, en Latinoamrica, la diversidad tnica, cultural y
de orgenes qued asociada, a travs del sistema
estamental de la colonia, a la desigualdad social, eco-
nmica, y eso no desapareci a pesar de que, poste-
riormente, se asumiera la ideologa liberal de la
igualdad ante la ley. Se pas a regular implcitamente
la participacin poltica y el acceso a los recursos a
partir de las diferencias culturales hablar o no el
castellano, vestir de una u otra forma y, con base en
ello, se cre la ciudadana y su negacin.
43
Dado que
la nacin se concibe como uniforme, hay resistencia
a que exista una cultura distinta a la oficial: el idioma
oficial ser el castellano, la religin, la catlica, el
derecho, romano. De ah surgir el discurso de
asimilar a los indgenas, de incorporarles a la nacin
a travs de su castellanizacin. Pero al mismo tiempo,
la poblacin indgena es vista como atrasada y por
ello ser segregada de la nacin y excluida de las
ventajas del progreso. As, mientras el plan-
teamiento asimilacionista es el que tericamente
acta, el segregacionista que no se plantea
abiertamente, es el que rige el comportamiento so-
cial. La tensin entre ambos marcar el resultado de
la ideologa tnica en cada pas. Guatemala es un
caso quiz extremo con respecto a sus pases vecinos:
aqu la nacin nunca se concibi como mestiza, sino
desde la fractura de la poblacin en dos etiquetas
tnicas: la del indgena y el ladino.
Cuando alrededor de mediados del siglo XX
en el resto de Amrica Latina se empiezan a poner
en marcha las polticas activas de asimilacin, en
Guatemala, sta funciona ms bien como una
ideologa. A travs de la idea de la ladinizacin se
pens y mucha gente lo piensa an que los
indgenas que accedieran a la educacin, la
urbanizacin y ciertos niveles de consumo, dejaran
de ser indgenas y pasaran a ser ladinos y con ello
terminara su situacin de subordinacin. Esto
muestra varios de los elementos que estn detrs de
39
Anderson (1993).
40
Alonso (1994), Kymlicka (1996).
41
Para el pacto liberal, la sociedad tiene que pensarse, verse a s misma como un conjunto articulado, y este conjunto es la nacin: La
soberana reside en la nacin, reza la Declaracin de los Derechos del Hombre.
42
Bastos (2001:107).
43
Bastos (1998).
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las construcciones tnicas como la guatemalteca,
como pensar que al cambiar los elementos
culturales, debiera cambiar la situacin de
subordinacin. Detrs de esta idea est la suposicin
de que quien cambia de cultura cambiara tambin
de identidad o, dicho de otra manera, que la
identidad slo es un mero reflejo de los contenidos
culturales. Permite as una salida, que no involu-
cra el examen del sistema social y cmo en su seno
se genera la desigualdad, sino que concentra su
atencin en el grupo, en el indgena que se niega a
cambiar, como la fuente del problema.
44
4.2. El multiculturalismo
El multiculturalismo como doctrina poltica tiene
sus orgenes en las transformaciones ideolgicas que
se gestaron en los aos 60 en Estados Unidos y
Canad, y se ampliaron a Europa en los 70 y 80,
buscando hallar una salida poltica a la creciente
diversidad tnica, cultural y de orgenes de las socie-
dades post-industriales.
45
Esta atencin a la cultura
y la identidad colectiva no es casual: desde hace unas
dcadas, en todo el globo se oye la voz de grupos
que claman por el respeto a los rasgos que los carac-
terizan, demostrando que prcticamente dentro de
todas las sociedades contemporneas desarrolladas
o no existen grupos culturalmente diferenciados.
La idea de homogeneidad que sustentaba a las
naciones est siendo cuestionada tanto por los
hechos la evidencia de la diversidad al interior de
las sociedades como por la presin de estos grupos
hasta ahora excluidos. Para haber llegado a ello
han sido particularmente importantes los movi-
mientos migratorios cada vez ms intensos que se
dan alrededor del globo y que han colocado
fsicamente a gente de distintas culturas en un
mismo territorio.
46
Tambin ha contribuido la
generalizada adopcin en Amrica Latina de la
democracia como rgimen poltico, que ha creado
espacios para que las demandas latentes de equidad
y participacin por parte de los grupos subordinados
en la sociedad puedan ahora hacerse explcitas. Por
ltimo, la finalizacin de la guerra fra redujo las
diferencias ideolgicas, brincando a la palestra las
de orden cultural. La globalizacin plantea adems,
serios retos a los Estados tal y como han sido
concebidos en su relacin con la nacin. Su
soberana est siendo retada por los flujos transna-
cionales de capital y la proliferacin de organismos
multinacionales, los tratados comerciales (como el
TLC) y dems.
El multiculturalismo llega a su maduracin
en la dcada de los noventa del siglo XX y se basa
en el argumento de que se puede regir la diversidad
bajo un liberalismo que reconozca los derechos
colectivos adems de los individuales. El plan-
teamiento de ciudadana multicultural de Will
Kymlicka se centra en el anlisis de las cuestiones
relacionadas a las minoras nacionales y los grupos
tnicos, que han sido marginados dentro de su
propia sociedad nacional o de su grupo tnico. Se
plantean tres tipos de ciudadana diferenciada, que
ayudan a proteger a una minora del poder
econmico o poltico de la sociedad en la que estn
englobados:
Los derechos especiales de representacin para
un grupo dentro de las instituciones polticas del
conjunto de la sociedad, que hacen menos pro-
bable que una minora nacional o tnica sea
ignorada en decisiones que afectan globalmente
al pas.
Los derechos de autogobierno, que confieren
poderes a unidades polticas ms pequeas, de
manera que una minora nacional no puede ser
desestimada o sobrestimada por la mayora en
decisiones que son de particular importancia
44
Este factor de discriminacin persistente, a pesar de acceder a educacin y empleo por ejemplo, se ha documentado tambin en el caso de
las mujeres. Ver PNUD (2002), por ejemplo.
45
Dietz, G (2003).
46
Stewart (2001).
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para su cultura, como las cuestiones de edu-
cacin, inmigracin, desarrollo de recursos,
lengua y derecho familiar.
Los derechos politnicos, que protegen prcticas
religiosas y culturales especficas que podran no
estar adecuadamente apoyadas mediante el
mercado (por ejemplo, subvencionando pro-
gramas que fomenten las lenguas y el arte de
los grupos), o que estn en desventaja (muchas
veces inintencionadamente) en la legislacin
vigente (por ejemplo, las exenciones a la
legislacin de cierre dominical o pautas indu-
mentarias que entran en conflicto con creencias
religiosas).
47
Al profundizar en la concepcin de derechos
polticos, el principio de la igualdad ante la ley
pasa de lo individual a lo colectivo, pues parte de la
constatacin de que un sector de la poblacin no
disfruta de los derechos universales como puede
ser hablar y que le hablen en su propio idioma. Por
ello, propone reconocer unos derechos que son
especficos de un grupo, pues ese grupo es
diferente en algunos aspectos.
Pero estas ideas bsicas pueden plasmarse de
formas diversas, y de hecho provienen de dos
tradiciones. En su formulacin estadounidense, se
dirige hacia la poblacin inmigrante. Ante el
fracaso de la posicin asimilacionista el melting
pot se decanta por una aceptacin de la existencia
de otras culturas, entendiendo que pueden desa-
rrollarse en convivencia pacfica bajo unas normas
nacionales comunes. Se fomenta la participacin
poltica desde sus identidades diferenciadas
etiquetadas. En Europa esta doctrina surge al
reconocer la existencia de pueblos, naciones que
ocupan espacios concretos, con historias e iden-
tidades propias que exigen reconocimiento poltico.
En Latinoamrica se encuentran situaciones
que combinan ambas tradiciones. Algunos ind-
genas plantean llegar a unos Estados multi-
nacionales, en que se les reconozca una serie de
derechos polticos asociados a su carcter de
nacin oprimida. Pero estos Estados normal-
mente han trabajado desde la lgica de unas
Naciones multiculturales, que reconocen estar
formados por grupos diversos que requieren una
serie de derechos culturales. Cada una de estas
concepciones supone romper de distinta forma la
ecuacin que iguala Estado, nacin y cultura, y
tiene implicaciones polticas diferentes.
En Latinoamrica, esta doctrina toma forma
cuando la lucha de los indgenas lleva a la
formulacin de una serie de demandas recono-
cidas por Naciones Unidas en el Convenio 169 de la
OIT que viven bajo una situacin de colonialismo
interno y demandan el reconocimiento legal de su
existencia, el derecho a ejercer los elementos cultu-
rales que les distinguen, y un tipo de representacin
poltica que les tenga en cuenta. A partir de estas
demandas, en las dcadas de los 80 y los 90 del siglo
pasado, los estados latinoamericanos han ido
transformando sus legislaciones y poniendo en
marcha diversos tipos de polticas pblicas que
podran tipificarse como multiculturales.
48
En
Guatemala, la propuesta multicultural hizo su
aparicin de la mano de la legitimacin de lo
maya como nueva categora tnica y del concepto
poltico de pueblo y obtuvo su mxima expresin
en el Acuerdo de Identidad y Derechos de los Pue-
blos Indgenas AIDPI.
47
Kymlicka (1996: 61).
48
Respecto a las luchas indgenas y la multiculturalidad en Latinoamrica, ver Bonfil (1981) y despus, Cott (1995), Assies (1999) y Sieder
(2002).
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Recuadro 1.8
El Convenio 169 de la Organizacin Internacional del Trabajo OIT
El Convenio 169 de la OIT Sobre Pueblos Indgenas y Tribales en pases independientes, de 1989, fue
aceptado y ratificado por Guatemala en 1996. Es instrumento jurdico internacional especfico en la mate-
ria, acerca del cual la Corte de Constitucionalidad ha declarado que ste no contradice la Constitucin
Poltica de la Repblica (Opinin consultiva del 18 de mayo de 1995, expediente 199-95).
El Convenio contiene captulos sobre diversas materias, entre las cuales figuran temas tales como: Tierras,
contratacin y condiciones de empleo, formacin profesional, artesanas e industrias rurales, seguridad
social y salud, educacin y medios de educacin, contactos y cooperacin a travs de fronteras.
1. El presente Convenio se aplica:
a) a los pueblos tribales en pases independientes, cuyas condiciones sociales, culturales y econmicas les
distingan de otros sectores de la colectividad nacional, y que estn regidos total o parcialmente por sus
propias costumbres o tradiciones o por una legislacin especial;
b) a los pueblos en pases independientes, considerados indgenas por el hecho de descender de poblaciones
que habitaban en el pas o en una regin geogrfica a la que pertenece el pas en la poca de la conquista
o la colonizacin o del establecimiento de las actuales fronteras estatales y que, cualquiera que sea su
situacin jurdica, conservan todas sus propias instituciones sociales, econmicas, culturales y polticas, o
parte de ellas.
Sugiere tomar en cuenta:
2. La conciencia de su identidad indgena o tribal deber considerarse un criterio fundamental para determinar
los grupos a los que se aplican las disposiciones del presente Convenio.
3. La utilizacin del trmino pueblos en este Convenio no deber interpretarse en el sentido de que
tenga implicacin alguna en lo que atae a los derechos que pueda conferirse a dicho trmino en el
derecho internacional.
Fuente: OIT (1989).
Esta doctrina propone corregir los efectos de la
aplicacin del liberal homogeneizador, reconociendo
abierta y legalmente la existencia de grupos cul-
turalmente diferenciados dentro de los Estados
nacionales, y convertirlas en base de unos derechos que
se disfrutarn de forma colectiva. Por ello, su accin se
basa en la poltica del reconocimiento de la existencia
de esos grupos antes negados y en la implementacin
de una serie de polticas que aseguren el ejercicio de la
diferencia cultural y la participacin poltica como
integrantes de tales grupos.
La propuesta poltica del multiculturalismo no
busca hacer desaparecer lo que diferencia a las per-
sonas que habra sido la apuesta liberal de la
igualdad, sino trata de dotar de un nuevo contenido,
ahora positivo, a lo que ya exista previamente: el
grupo y sus elementos caractersticos. Por ello, la
diferencia no se oculta ni se niega, sino que se
refuerza. En el caso guatemalteco, esto se expresa,
por ejemplo, en un cambio de actitud hacia varios
elementos culturales de la identidad maya, que
previamente eran asociados con inferioridad o atraso
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y que ahora son vistos como signos de legitimidad y
de autenticidad: de dialectos se pasa a idiomas
mayas; de idolatra a espiritualidad maya; de
brujos a guas espirituales mayas. Se expresa
tambin en el reconocimiento a las identidades Xinca
y Garfuna como distintivas y diferenciadas. De esta
manera, el multiculturalismo facilita que la cultura
y la identidad se constituyan en ejes de derechos y
deberes polticos.
Por otra parte, el multiculturalismo propugna
por una actitud de todos los ciudadanos de respeto
y tolerancia frente a la diversidad cultural, pero
no aborda necesariamente con ello la eliminacin
de actitudes racistas o discriminadoras existentes
en la sociedad. Asimismo, hay una tendencia a crear
polticas concretas para comunidades especficas.
Por ejemplo, en Estados Unidos, los nios y nias
inmigrantes deben entrar en programas para
aprender el idioma ingls, pero los nios blancos
estadounidenses no estn obligados a estudiar los
idiomas que hablan otros nios de su misma aula.
En el caso guatemalteco, como se plantea en el
captulo 7, mientras los indgenas deben insertarse
en un programa bilinge (idioma maya-espaol),
los no indgenas no estn obligados a estudiar
idiomas indgenas o Garfuna o Xinca.
49
4.3. La interculturalidad
Las ideas sobre el respeto y promocin de la
diversidad cultural han avanzado ms all del mero
reconocimiento de la multiculturalidad, para
llegar a la promocin de la interculturalidad, desa-
rrollando la idea de un conjunto social nico forma-
do por una diversidad de grupos culturalmente
definidos, surge el planteamiento de la inter-
culturalidad como una forma de entender la
gestin de la diferencia que busca conducir las
relaciones entre estos grupos hacia la convivencia
armoniosa.
El trmino comenz a usarse en el campo
educativo, pensando que la situacin de diversidad
no slo necesitaba de una adecuacin cultural por
el lado idiomtico, con la educacin bilinge, sino
que era necesario trabajar para adecuar las actitu-
des de todos los miembros del conjunto social a esa
realidad diversa. Hay diversas formas de entender
esa educacin intercultural: en algunos casos,
sigue siendo nada ms una educacin bilinge; en
otros se complementa con informacin sobre
elementos culturales de cada uno de los grupos.
Para algunos autores, esta educacin debera
implicar un trabajo sobre aquellos elementos de las
culturas que son ms similares entre s, mientras
que para otros debera ser lo contrario. Para otros,
debe afectar sobre todo a los indgenas, mientras
que para otros debe ser sobre todo una educacin
anti-racista impartida a los no indgenas.
50
Desde la educacin, la interculturalidad ha
pasado al vocabulario de la poltica tnica o de
la gestin de la diferencia cultural, para referirse a
todo un ideario complementario al multicultu-
ralismo, que pretende ir ms all del reconoci-
miento de la diferencia y los derechos asociados a
ella para desarrollar frmulas de convivencia entre
los grupos. De esta forma, se centra sobre todo en
los procesos y relaciones entre los grupos cultu-
ralmente diferentes, para tratar de llegar a unas
relaciones armnicas entre ellos. Convivencia es la
palabra clave.
49
Estos ejemplos ilustran las dificultades de poner en prctica el multiculturalismo en las polticas pblicas. Otro plano en que esta dificultad
se torna patente es las dimensiones poltica y jurdica, como se expone en los captulos 9 y 10 del presente Informe.
50
Heckt (1997), Dietz (2003).
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Recuadro 1.9
La propuesta de la interculturalidad
En el Proyecto Qanil B, la interculturalidad se entendi como:
un planteamiento pluralista sobre las relaciones humanas que debera haber entre actores culturalmente
diferenciados en el contexto democrtico y participativo y de la nacin pluricultural, multilinge y multitnica;
la promocin sistemtica y gradual, desde el Estado y desde la sociedad civil, de espacios y procesos de
interaccin positiva que vayan abriendo y generalizando relaciones de confianza, reconocimiento mutuo,
comunicacin efectiva, dilogo y debate, aprendizaje e intercambio, regulacin pacfica del conflicto,
cooperacin y convivencia.
Fuente: Gimnez (2000: 26).
En algunos pases, como en Guatemala, el
trmino interculturalidad se ha convertido en el
ms utilizado dentro de este vocabulario, aumen-
tando con ello la gama de significados y perdiendo
claridad conceptual. Por un lado, es utilizado de
una forma descriptiva, para referirse a cualquier tipo
de relaciones o situaciones en que se encuentren o
entren en contacto diferentes culturas. Pero ese
mismo significado se vuelve normativo cuando
interculturalidad se refiere a las relaciones
cuando son armnicas, como se desea. Por ltimo,
se referira a las polticas necesarias para llegar a
esa situacin.
As, la interculturalidad plantea una nueva
forma de entender las relaciones en la diversidad
pero, por la cantidad de significados que se le da,
corre el peligro de perder utilidad. Adems, si bien
implcitamente, la interculturalidad reconoce que
las relaciones entre los grupos no son armnicas,
las acciones que de ella se derivan colocan a la
diferencia cultural como la causa, dejando de lado
o minimizando el hecho que las relaciones entre
grupos son, en su origen y cotidianeidad, bsi-
camente asimtricas y desiguales en todos los
mbitos de la vida social. Algunos intelectuales
mayas han manifestado su preocupacin en el
sentido de que, detrs del planteamiento intercul-
tural, y en nombre de la armona y la con-
vivencia pacfica, se siga tolerando el racismo y
la discriminacin existentes en la sociedad
guatemalteca. En este sentido, la preocupacin prin-
cipal es que, al igual que ha ocurrido con el discurso
de la igualdad liberal que esconde las desi-
gualdades reales, el de la interculturalidad podra
servir de pantalla, en nombre de la tolerancia y la
armona, para no enfrentar abiertamente el racismo
y la discriminacin tnica en el pas.
51
51
Cumes (2004:141) La interculturalidad, en la medida en que no plantee un tratamiento del racismo y la discriminacin, puede convertirse
en una nueva forma de tolerar estos problemas en nombre de la armona y la convivencia pacfica.
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5. Cultura y etnicidad en los Informes de Desarrollo
Humano
La dimensin de la diferencia cultural est tomando
cada vez ms importancia en los informes sobre
desarrollo humano. De hecho, la cultura y la
diversidad son temas centrales en varios de los
Informes latinoamericanos de los ltimos aos.
En 2002, el Informe de Chile plante la
importancia de la cultura para el desarrollo
humano, y el logro de una identidad nacional.
Aunque no es el enfoque central, s dedica todo un
apartado a la diversidad tnica y la importancia de
los pueblos originarios en esa identidad. El informe
de Bolivia de 2004 se centr directamente en la
diversidad cultural a travs del concepto de
interculturalismo como meta utpica del manejo
beneficioso de la diversidad multicultural existente
en la sociedad boliviana. Desde ah se lee la realidad
social y el reto que supone la insercin a la
globalizacin. En el 2005, Nicaragua dedic su
informe a la Costa Atlntica, centrndose en la
situacin de autonoma que viven las dos Regiones
que la forman (Regin Autnoma del Atlntico
Norte y Regin Autnoma del Atlntico Sur) Plantea
la necesidad de un manejo equilibrado de la
diversidad cultural al interior de estos espacios y
tambin del ejercicio pleno de la autonoma
atlntica para el desarrollo de todo el pas.
Pero donde seguramente se ha avanzado ms
en esta temtica es en el Informe Mundial de 2004, a
travs del concepto de libertad cultural. Esta idea
consiste bsicamente en incorporar al anlisis del
desarrollo humano, y a la consecucin de las
libertades que lo propician, el derecho a tener la op-
cin de poder elegir la propia identidad, a escoger
quin es uno y vivir conforme a ello, sin por ello per-
der el respeto de los dems o verse excluido de otras
alternativas. Implica tambin la posibilidad de elegir
los elementos culturales que le permitan a la persona
expresar una determinada identidad y tambin, de
cambiar dichos elementos e inclusive, la propia
identidad (o ambos) si as lo estima aceptable. De
esta manera, la libertad cultural se torna en un
elemento decisivo para que la gente viva de acuerdo
con sus preferencias y tenga la oportunidad de escoger
entre las opciones a su disposicin o aquellas que
podran estarlo.
52
A pesar de que se identifican algunas limita-
ciones de orden conceptual en el planteamiento
sobre libertad cultural,
53
ste es un elemento que
supone un avance fundamental en la resolucin
de tensiones en sociedades diversas. Se basa en el
marco liberal del respeto a la persona individual,
pero incluyendo la importancia de esta nueva
dimensin que es grupal en la vida poltica. As
se cuida de no caer en una exaltacin de la
particularidad cultural que puede reforzar las
lgicas grupales ms excluyentes.
52
PNUD (2004a:1).
53
El concepto de la libertad cultural presenta algunas limitaciones importantes de considerar: 1) Asimila automticamente cultura e
identidad, y no problematiza ninguna de las dos. 2) Es un planteamiento ahistrico: no explica de dnde surgen en cada caso las diferencias,
y por tanto no las distingue entre s. Es igual el kurdo en Irak, los hispanos en los Estados Unidos que los musulmanes en Nigeria. 2)
Tampoco problematiza la diversidad cultural: Est y es buena per se, aunque se cuida de caer en lo que llaman el enfoque de la diversidad
cultural 3) Al hablar de la libertad cultural pone un nfasis en la capacidad de opcin entre las identidades que no se corresponde con
las posibilidades reales de muchas de las situaciones.
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5.1. La libertad cultural:
necesaria pero no suficiente
para impulsar el desarrollo
humano en Guatemala
Los planteamientos como el de la libertad cultural,
el reconocimiento de los pueblos y sus derechos
especficos, se basan en el respeto a la diferencia
cultural y de identidades existente dentro de los
Estados, que es el comn denominador de la situa-
cin mundial en estos momentos. Sus plantea-
mientos han mostrado los lmites que la idea de la
nacin y de los derechos individuales ha tenido para
tratar con la diversidad. Las medidas polticas que
propone, en cuanto a los derechos culturales y
participacin poltica de los grupos diferentes,
supone un avance importante en cuanto a estas
dimensiones de la vida social y un paso fundamen-
tal para acabar con la discriminacin que sufren.
54
Sin embargo, la presente edicin del Informe
Nacional de Desarrollo Humano argumenta que el
problema en Guatemala no es slo que un sector de
la poblacin no pueda ejercer su libertad cultural,
practicando su propia cultura, sino que adems,
histricamente no han gozado y no gozan todava
del mismo rango de derechos sociales, econmicos y
polticos que el resto de sus compatriotas, por ser
diferentes. En otras palabras, en el caso guatemalteco,
la diferencia va unida a la exclusin social en unos
trminos que no son reconocidos oficialmente ni
aparecen en ninguna legislacin. Como en toda
Latinoamrica, esa diferencia cultural es producto de
un proceso histrico concreto, ligado a la exclusin
en otras dimensiones, adems de la cultural. La
dimensin socioeconmica es la ms evidente y hace
que la variable tnica aparezca como una de las que
generan ms asimetras en el IDH y en todos los
anlisis que se hacen sobre la desigualdad en Guate-
mala
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y como se expone ampliamente en la parte II
del presente Informe. Se requiere entonces, com-
prender las complejas interrelaciones existentes en-
tre identidad, cultura, desigualdad y racismo. Para
ello, hay que entender que lo tnico es una dimensin
que se muestra en su forma ms clara y lacerante en
la exclusin de los indgenas, pero que es algo que
afecta a toda la sociedad, pues los principios de
exclusin que esta diferencia justifica, son uno de los
pilares sobre los que se ha constituido la sociedad
guatemalteca a lo largo de la historia, como se expone
en el captulo 2.
Por otra parte, el reconocimiento de este hecho
es motivo tambin del optimismo que el presente
Informe quiere transmitir, pues implica que
tambin existe la posibilidad de romper ese vnculo
estrecho que se ha forjado con los siglos entre
diversidad y desigualdad y catapultar as al pas a
otra escala de desarrollo humano, a travs de
contribuir al desarrollo de propuestas que garan-
ticen a todas las personas, independientemente de
su adscripcin tnica, una creciente ampliacin de
libertades y opciones para vivir una vida digna,
creativa y productiva.
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Sin embargo, hay temas, como el alcance poltico de la categora de pueblos, que son conflictivos an, como se aprecia en la aclaracin
del punto del Art 1 del Convenio 169 de la OIT.
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Por ejemplo Prez Sainz et al. (2004).

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