Parte 2 Aristoteles - Tratados de Logica (Organon)
Parte 2 Aristoteles - Tratados de Logica (Organon)
Parte 2 Aristoteles - Tratados de Logica (Organon)
(RGANON)
BIBLIOTECA CLSICA GREDOS, 115
ARISTTELES
TRATADOS DE LGICA
(RGANON)
11
SOBRE LA INTERPRETACIN. ANALfTICOS
PRIMEROS. ANALfncos SEGUNDOS
INTRODUCCIONE.!, TRADUCCIONES Y NOTAS POR
MIGUEL CANDEL SANMARTfN
EDITORIAL GREDOS
Asesor para la seccin griega: CARLOS GARCA GUAL.
Segn las normas de la B. C. G., las traducciones de este volumen
han sido revisadas por QUINTIN RACIONERO.
e EDITORIAL GREDOS, S. A.
Snchez Pacheco, 81, Madrid, 1995.
PRIMERA EDICiN, 1988.
l." REIMPRESiN.
Depsito Legal: M. 12605-1995.
ISBN 84-249-1663-8. Obra completa.
ISBN 84-249-1288-8. Tomo 11.
Impreso en Espaa. Printed in Spain.
Grficas Cndor, S. A., Snchez Pacheco, 81, Madrid, 1995. - 6760.
INTRODUCCIN
Con este segundo tomo concluye la publicacin por
la Editorial Gredos del texto completo del rganon, o
conjunto de obras de lgica de Aristteles de Estagira. El
lector del presente volumen que quiera tener, pues, una
visin de conjunto de este bloque temtico del Corpus
Aristotelicum deber consultar la traduccin de los textos
y los comentarios correspondientes, que, repartidos en in-
troducciones y notas, figuran en el vol. I de esta edicin
(Aristteles, ~ a t a d o s de Lgica {rganon}, vol. 1, Biblio-
teca Clsica Gredos 51, Madrid, 1982 [= TL-I). Igual-
mente, le resultar til consultar la Introduccin general
a la obra aristotlica que figura en la primera publicacin
dedicada a Aristteles en esta misma coleccin, el tratado
Acerca del alma (B.C.G. 14).
Ello no obsta para que hagamos tambin aqu, a mo-
do de complemento de la resefta contenida en el vol. I
(TL-I), algunas aclaraciones en torno al origen y trans-
misin de las obras de lgica en general y de las conteni-
das en este vol. 11 en particular, as como sobre el texto
griego utilizado y nuestra traduccin del mismo.
8
TRATADOS DE LGICA (RGANON)
La lgica: ha de la retrica e instrumento
de la ciencia
Aristteles distingue claramente, como buen platnico,
entre el discurso que tiene como objeto la verdad, lo que
es, al que llama ciencia (epistme), y el discurso que se
contenta con producir conviccin (p(stis), para el que no
usa un nombre especial, pero que considera objeto de la
retrica, o ciencia de la persuasin.
Ahora bien, tambin la ciencia, por ms que descanse
sobre el fundamento objetivo de la realidad extradiscur-
siva, debe mediarse, para ser comunicada, a travs del
vehculo de la persuasin.
Ello lleva a Aristteles, y con posterioridad, segn pa-
rece -al menos tras la acreditada investigacin de F.
Solmsen al respecto (ver TL-I, Bibliografa)-, a sus traba-
jos de retrica, a la elaboracin de un conjunto de ins-
trumentos (rgano) de anlisis y exposicin que sirvan
pQr igual para dar cauce al discurso meramente retrico
y al estrictamente cientfico. De ah surgen los Tratados
de lgica, entre los que los Tpicos estn ms cerca de
la tcnica de la persuasin y los Analfticos, de la tcnica
de la demostracin.
. Lgica que Aristteles, por cierto, nunca design as,
sino, en todo caso, con nombres ms precisos, que los
editores antiguos recogieron (aunque no todos figuren en
el cuerpo de los textos conservados), a saber: hermenuti-
ca, tpica, analtica. Y que la tradicin agrup (con total
fidelidad, por esta vez, a la explcita terminologa aristo-
tlica) bajo el epgrafe comn de dialctica, de tan amplia
resonancia en toda la historia de la filosofa, especialmen-
te desde el siglo XIX.
En realidad, Aristteles distingue, dentro del conjunto
de esos instrumentos de anlisis y exposicin que constitu-
INTRODUCCIN
9
yen su lgica, entre formas de argumentacin dialcti-
cas (basadas en enunciados plausibles, pero no necesaria-
mente verdaderos) y formas de argumentacin apodcticas
o demostrativas (basadas en enunciados de veracidad ga-
rantizada). Slo estas ltimas formas corresponden al dis-
curso cientfico. Pero ello no obsta para que, como reco-
noce Aristteles, tanto en Tpicos 1 2 de manera explcita,
como en Ana/(ticos segundos 11 19 de manera implcita,
haya que considerar el discurso dialctico epistemolgica-
mente anterior y fundante respecto al apodctico, pues la
demostracin, propia de la ciencia, debe partir necesaria-
mente de principios indemostrados, so pena de quedar sus-
pendida de una cadena infinita de presupuestos sin asidero
alguno.
Esa gnesis -hoy prcticamente aceptada por todos
los especialistas- de la lgica o dialctica a partir de la
retrica explica, creemos, la configuracin y ordenacin
cronolgica con que surgen los diversos tratados -al me-
nos, los tres centrales- del rganon. Frente al orden
fijado a partir de la edicin de Andrnico de Rodas (Ca-
tegoras, Sobre la interpretacin, Ana/(ticos primeros, Ana-
lticos segundos, Tpicos y Sobre las refutaciones sofs-
ticas), de las investigaciones de Solmsen, Gohlke, Ross,
Kapp y otros (ver TL-I, Bibliografa) se desprenden con-
clusiones bastante plausibles que abonaran, en mi opi-
nin, un orden cronolgico paralelo al orden en que apa-
recen los tratados en nuestra edicin, y que es tambin
un orden de formalizacin y rigor cientfico crecientes, a
saber: Categoras, Tpicos, Refutaciones, Interpretacin,
Ana/(ticos primeros y Analticos segundos. Solmsen invir-
ti el orden de los dos ltimos; presuponiendo que la si-
logstica general era la culminacin del esfuerzo intelec-
tual aristotlico en el campo de la lgica. y lo era, sin
10 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
duda, en el plano estrictamente formal. Pero si atende-
mos a la finalidad realmente perseguida por Aristteles
con este conjunto de obras, a saber, dar una forma dis-
cursiva adecuada (portadora, no slo de verdad, sino tam-
bin de certeza) a la ciencia, no podremos por menos de
encontrar natural que el rganon culminara con la apli-
cacin de la silogstica general, vlida para cualquier con-
tenido argumentativo, a la argumentacin apodctica o
por la causa, a la demostracin, en suma, propia de
la ciencia. De paso, eso permite explicar las numerosas
referencias que el propio texto de los Anal. seg. hace a
los Anal. pro sin tener que recurrir, como Solrnsen, a la
suposicin de interpolaciones posteriores.
Obra profusamente traducida y comentada desde la
Antigedad (a resear, el importante comentario de Ale-
jandro de Afrodisia a Anal .. pro 1), el rganon, y espe-
cialmente los pequeos tratados de las Categor(as (TL-I)
y Sobre la interpretacin (en este vol.), constituyen, con
la Ffsica y la Metajfsica, uno de los ncleos temticos cen-
trales de la escolstica medieval, especialmente fecundo pa-
ra obras como la de Guillermo de Ockham y, en general,
para toda la polmica sobre la naturaleza de los universa-
les. Ello hace que, como confirma en la Edad Moderna
el utillaje conceptual usado en la propia revolucin kan-
tiana, sea la lgica originada en Aristteles una de las
componentes principales de la reflexin filosfica de todos
los tiempos.
El texto griego
Seguimos, para el tratado Sobre la interpretacin, la
edicin crtica de L. Minio-Palluelo, publicada en la co-
leccin Oxford Classical Texts, a la que hacemos una se-
INTRODUCCIN
11
rie de pequeas correcciones, motivadas, fundamentalmen-
te, por razones de coherencia filosfica.
En cuanto al texto de los Ana/fticos, seguimos la edi-
cin de W. D. Ross, igualmente publicada en la prestigiosa
coleccin oxoniense. Esta edicin se basa fundamentalmen-
te en los manuscritos n, del siglo IX, y B, de mediados
del siglo X (cf. Clave al final de nuestras Variantes
textuales). Ello da lugar a numerosas, aunque no pro-
fundas, divergencias con respecto a la edicin cannica de
Bekker, basada en los cdices A, B, e y, en ocasiones,
D (cf. ((Clave, inlra). A esas diferencias se suman las
derivadas de conjeturas introducidas por Ross para dar,
desde su punto de vista, mayor coherencia al texto. No
siempre seguimos estas ltimas, especialmente cuando la
versin bekkeriana admite de por s una interpretacin fi-
losficamente coherente, con arreglo a nuestro juicio. Pe-
ro, a diferencia del criterio, un tanto complejo y propicio
a confusiones, seguido en TL-I, nuestra lectura bsica es,
en este volumen, la de Ross, por lo que slo indicamos
como variantes los puntos de nuestra lectura que se apar-
tan de aqulla, sin que exista una remisin ltima al tex-
to de Bekker. Por tanto, siempre que una traslacin, su-
plecin o seclusin de texto por Ross queda aceptada en
el texto griego de nuestra lectura, nos abstenemos de sea-
larla como variante respecto a Bekker, tanto en el original
como en nuestra traduccin (y ello, aun cuando Ross uti-
lice en su edicin las advertencias correspondientes, a lo
que l se ve obligado como editor de lo que es, en el
fondo, una revisin del canon bekkeriano).
Como se echa de ver en nuestra lista de variantes,
concedemos gran crdito (al igual que en TL-l) a las lec-
turas de Boecio, que verti al latn manuscritos ms anti-
guos y de familia paleogrfica distinta a los llegados hasta
12 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
nosotros. Lamentablement, el trabajo de Boecio slo pue-
de ayudarnos hasta los Anal. pr., pues su versin de los
Anal. seg. se ha perdido. Tambin son buenos jueces en-
tre lecturas discrepantes la traduccin siria de los Anal.
pro por el obispo Jorge de Arabia (hacia el 700 n. E.) y
el comentario de Alejandro de Afrodisia a Anal. pro I.
Nuestra traduccin
Como seftalamos ya en el vol. 1 de nuestra versin del
rganon, nos hemos propuesto restaurar, en la medida de
lo posible, la carga semntica que tenan en su poca los
tnninos y giros griegos empleados por Aristteles. No s-
lo por rigor filolgico, sino tambin por salvaguardar la
especificidad del pensamiento vivo del autor, fosilizado
luego tras la acumulacin sobre l de los abundantes se-
dimentos de la escolstica medieval y moderna. Ello nos
ha inducido a tratar de mantener el mximo paralelismo
sintctico y desenterrar la semntica propiamente aristot-
lica de debajo del lxico especializado.
Aunque de Aristteles nace toda la tenninologa tc-
nica (<<tecnologa, como era usual decir en el castellano
decimonnico) de la lgica pre-booliana, en Aristteles no
haba an un sistema lxico especializado que remitiera a
usos previos del sistema como tal, sino a los diferentes
usos de cada uno de los trminos dentro del sistema l-
xico comn. Eso, segn la mayora de las teorlas semnti-
cas modernas, implica diferencia de significado entre, por
ejemplo, el syllogisms aristotlico y el silogismo escols-
tico: aqul es an un vocablo de uso comn que apunta
a un uso especializado; ste es un tecnicismo totalmente
ajeno ya a cualquier uso comn.
INTRODUCCiN
13
Por eso, en todos aquellos casos en que el trmino
tradicional (simple trasliteracin, por lo general, del voca-
blo griego correspondiente) tiene en castellano un uso ex-
clusivamente tcnico (v.g.: silogismo, entimema, axioma,
etc.), hemos optado por intentar recuperar, en el texto de
la traduccin, la semntica propiamente aristotlica (uso
incipientemente tcnico sobre el trasfondo de un uso co-
mn).
Ninguna de las soluciones adoptadas es plenamente sa-
tisfactoria. No poda serlo, puesto que, fuera de los len-
guajes fuertemente denotativos y unvocos, como los de
la matemtica, la fsica, etc., no hay autntica traducibili-
dad; y, ex hypothesi, nuestra traduccin no lo es de tec-
nicismos propiamente dichos.
As, por ejemplo, la versin de syllogisms como ra-
zonamiento es excesivamente genrica: sera ms preciso
algo as como argumento conclusivo compuesto de varios
enunciados. Pero eso entrara ya en el terreno de la des-
cripcin, y hara muy farragosos los perodos en que apa-
reciera el trmino. Por ello preferimos la solucin dada,
que, en cualquier caso, resulta tan transparente para el
lector comn en lengua castellana como syllogisms lo era
para el lector profano en lengua griega contemporneo
de Aristteles: la correspondiente nota terminolgica (ver
TL-l, pgs. 93-94, n. 9) habr de servir para eliminar la
ambigedad.
Otro caso diferente es el de epag6gi, cuya versin mo-
derna habitual est mediada por el trmino latino hom-
logo inductio (<<induccin, literalmente: introduccin).
Las razones para verterlo como comprobacin son de
ndole bsicamente filosfica (el trmino, etimolgicamen-
te, significa trada) y se explican con cierto pormenor
en diversas notas de TL-l y de este volumen.
14 TRATADOS DE LOICA (RGANON)
Esperamos que el esfuerzo de regeneracin semnti-
ca)) aqu explicado (y que aplicamos exclusivamente al tex-
to aristotlico, no a la terminologa de nuestro comenta-
rio, que es la usual) resulte, si ms no, estimulante para
la reflexin sobre el sentido, alcance y vigencia del pensa-
miento lgico-dialctico de Aristteles.
VARIANTES TEXTUALES RESPECTO
A LAS EDICIONES SEGUIDAS
SOBRE LA INTERPRETACIN
EDICIN MINlo-PALVEUD NUESTRA LECTURA
1. 16a6: np)'t(llv npw'twe; (n, B, Am, St)
2. 16b10: 11tapxV'twv Ka9' t'ttpou )..&yoI1vo>v (n, B, Ar,
Sy, Bo, Tri)
3. 16b22: O! ouSt (n, B, Ack)
4. 17b4: unpXEI 1'1 111'\ unpxEl < 'tI) 1'1 111'\ (n, B, Am)
S. 17b12-13: Ka't1]yopoul!voo 'to Ka'tTIyopOul1tvou Ka96A.ou 'to Ka-
Ka9A.ou Ka'tTIyoPEiv nyopEiv (Bo, Am)
6. 18a37-38: nQoa Ka'tcpaole; nQoa Ka'tcpaOle; <1'1 dncpaOle;)
dA.'I9Te; 1'1 Ij/Eoo1'\e; dA.'Ier,e; 1'1 Ij/EuS1'\e; (Sy, Am, Ack)
7. 18b4: dA.TJ9i\ Elval dA.'I9ij <1'1 Ij/EOOfj) Elval (n, B, Ar,
Sy, Am, Ack)
8. 18b21: MUKOV Ka! l1tA.av MUKOV Ka! I1ya (n, B, Bo, Am,
Ack, Tri)
9. 19b26: VOOlI1EV VOOiJl1EV (B, Bo, Am)
lO. 23b39: [dA.'I9ie; yap Ka! aOntI dA.'I9Te; yap Km aln (n, B)
ANALfTICOS
EDICIN Ross
1. 2Sb4-S: 'tcp ~ dvYKT\e; unp-
XEW 1'1 't41 111) ~ dvYKlle;
111) ltPXElV
2. 26b3: [dSlOp{O'tOU 'tE Km tv
I1fpEI A.1]q)9tV'toe;1
NUESTRA LECTURA
'tcp ~ dvYKT\e; 111) unpXElv 1'1 'tcp
111) ~ dvaYKT\e; unpXElv (A, B,
e, d, Ge, Bo, Al)
dSlOp{O'to\) 'tE Ka! tv I!PEl A.llcp9tv-
'toe; (A, B, e, n)
16 TRATADOS DE LGICA (ROANON)
EDICIN Ross
3. 28bll: cl'lOtE tO rr mi tq, P
4. 30a40: tq, 5t B 7taV'ti
5. 34a38: A .1tl tv5&XEtUl 7taV'ti
tq, r
6. 34b31: qlawe;
7. 37a28: ou tO civYKTJe;
8. 41b39: AB Kai Ar.:\
9. 45a9-16: [7tA.1V el tO B ... ta
.1tl tv&x.1Eva tq, E u7tp-
XElV]
10. 50a2: .1avevoV't' ciU:yOV'tEe;
11. 50a21: 7tiiaa 5Va.11e;
12. 55b6, 7-9: [OA.I1e;] ... [Ka! el
ci.1qltepal... tn n ciA.l1-
9te;]
13. S7b20:
14. S9a32-41: [cllavepov ... fI citE-
A.eie;]
15. 62a4: oMtv ... [to] ci5vatov
16. 62a5: Ij/MOe;
17. 68a8-1O: [olov ... YEyovtval]
18. 69b36-37: [5,0... OUK latlV]
19. 70b19: [7t90e;]
20. 82a12: tq, H; 82a13: tq, e
21. 82a14: ole; u7tPXEl
22. 8Sb2S: aUto autq, atnov
23. 89a13: aKOA.oulh1aEl
24. 91bl0: tO t dval [tO B]
25. 92b23: d7tav O n tatv
26. 99a33: tomo yap U:yw Ka9-
A.ouc!>
27. 99b2: [tO A] U7tpX&l
28. 99b24: tKat&pOU [fI oil]
NUESTRA LECTURA
cl'latE Kai tO rr tlVi tq, P (B
2
, e,
Bo, Al)
tq, 5t B 7taV'tl tO A (A, e, d, Ge,
Bo)
A .1tl tv5&XEtal tq, r (A, B, e,
d, Bo, Al)
ciV'tlqlO&lle; (A, B, e, d, Bo)
ou .1VOV tO civYKTJe; (B, d, n,
Tri)
AB Kai Ar Kal Br (partim B, e,
d; n, Al)
7tA.1V ... 7tpX&lV (cods.)
.1av9vovta Aiyovn:e; (cods., Bo,
Al)
.1a 5Va.11e; (A
2
, B
2
, e
2
, Ge, Bo)
0).11e; ... Kai el ci.1cp6n:pal ... tn n
ci).I19tC; (cods.)
cIIavepbv ... fI cit&A.eiC; (cods., Ge,
Pb)
06 ... tO ci5vatov (A, B, e, Bo)
Ij/wl)Te; (B, n)
ibid., ne post 68a16 (tOUtO ci5va-
tov) trans/er. (cods., Bo, Pb)
5,0 ... OUK latlV (cods.)
7t9oc; (cods.) .
tO H; tO e (A, B, d)
ole; oUt 7tPXEl (n)
auto autq, atnov (A, n)
ciKoi..ou90ual (A, B, d, n)
tO t dVUl tO B (cods.)
d7tav 6tl tatv
tOUtO yap A.tyw Ka9A.ou O (A,
d, n)
tO A 7tPXEl (cods.)
tKattpou fI oil (cods.)
V ARIANTES TEXTUALES
17
CLA VE: < ... > = supplevi: texto alladido.
liS. - 2
[ ... ] = seclusi: texto eliminado.
A = Codex Urbinas 3S (saec. IX-X); AZ = altera manus.
B = Codex Marcianus 201 (ann. 9SS); B2 = altera manus.
C = Codex Coislinianus 330 (saec. XI); CZ = altera manus.
d = Codex Laurentianus 72.S (saec. XI).
n = Codex Ambrosianus 490 (saec. IX).
D = Codex Parisinus 1843 (saec. XIII) (ver Tratados de L-
gica l)
u = Codex Basileensis S4 (saec. XII) (ibid.).
Al = Alexandri recensio (saec. 111).
Am = Ammonii recensio (saec. V).
AI = Translatio Armenia (saec. V).
Do = Boethii translatio Latina (ann. SIO) (A en TL-l).
Ge Georgii episcopi translatio Syra (saec. VII-VIII).
Ph = Philoponi rccensio (saec. VI).
St = Stephani Alexandrini commentarium (saec. VII).
Sy = Translatio Syra anonyma (saec. V?).
Ack = Ackrill (cf. Bibliografa TL-l).
Tri = Tricot (ibid.).
cods. = Concordia omnium codicum (acuerdo en todos los c-
dices).
SUPLEMENTO BIBLIOGRFICO
(Incluimos aqu una serie de libros y artculos publicados con
posterioridad a los que figuran en la Bibliografa de Tratados
de Lgica (rganonj 1, as como alguna reedicin o traduccin
espa\ola de obras ya incluidas all.)
l. Ediciones completas
Aristotelis opera omnia Graece et latine, I-V, ed. F. DlDOT, Hil-
desheim, 1973 (reimp. de la ed. de Pars, 1874).
2. Traducciones completas
Aristotele. Opere, 11 vols., Roma-Bari, 1973.
3. Ediciones y traducciones' del rganon
Aristoteles, Organon, 4 vols., trad. y notas de E. ROLFES, Ham-
burgo, 1976 (reimp. de la ed. de 1922).
Aristotle's Posterior Analytics, trad. y notas por J. BARNES,
Londres, 1981.
Aristotle's Prior and Posterior Analytics, trad. y coment. de W.
D. Ross, Nueva York, 1980.
4. Comentarios sobre la lgica aristotlica
J. L. ACKRILL, Aristotle the philoso.pher, Londres, 1981.
20 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
1. ANGELELU, En torno a la silogstica modal aristotlica,
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M. ASTROH, Apophansis und Kontingenz. Zum neunten Kapi-
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H. WEIDEMANN, dn defense of Aristotle's theory of predica-
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W. WIELAND, Die aristotelische Theorie der Syllogismen mit
modal gemischten Pramissem), Phronesis 20 (1975), 77-92.
- Probleme der aristotelischen Theorie ber die Schlsse aus
falschen Pramissen, Areh. Geseh. Philos. 58 (1976), 1-9.
SOBRE LA INTERPRETACIN
INTRODUCCIN
El libro Sobre la interpretacin (Peri hermenefas) cons-
tituye una buena introduccin a los Ana/{ticos por dos ra-
zones: porque proporciona un anlisis semntico-grama-
tical de los elementos del enunciado, prerrequisito necesa-
rio de una lgica adherida al lenguaje natural, como es
la aristotlica, y porque analiza, ya desde un punto de
vista lgico (relaciones de verdad/falsedad entre enun-
ciados), los elementos atmicos del razonamiento: las aser-
ciones (apophseis). En ambos aspectos constituye una
propedutica necesaria para adentrarse en el estudio siste-
mtico del razonamiento en general (Analticos primeros)
y de la metodologa del conocimiento cientfico o episte-
mologa (Analfticos segundos).
En el cap. 1 expone el autor la primera teora de la
significacin conocida en que, frente a las ambigedades
del Crdtilo platnico, se 'establece una interpretacin ine-
quvocamente convencional del lenguaje (remachada en el
cap. 2): la escritura es smbolo (es decir, se\al convencio-
nal, como cada una de las dos mitades de la pieza que
se usaba en Grecia como contrasef\a para el reconocimien-
to mutuo de quienes se reencontraban despus de una lar-
ga separacin), smbolo de la palabra hablada, que, a su
vez, es smbolo de las imgenes o afecciones que hay en
el alma de los interlocutores. Estas imgenes, al igual que
las cosas de las que son s'emejanzas, son las mismas pa-
26 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
ra todos, a diferencia de sonidos y escritura, que varan
(prueba inequvoca de su convencionalidad) de un pueblo
a otro.
En los dems captulos define, respectivamente, el nom-
bre, el verbo y el enunciado, en lo que puede considerar-
se como primer esbozo histrico de una teora gramatical
sistemtica, que ser desarrollada despus por la Estoa.
Se trata, por supuesto, de una teora gramatical que no
conoce prcticamente otro criterio que el semntico, hasta
el extremo de que no concibe a los casoS o inflexio-
nes del nombre y el verbo como meras variantes morfo-
sintcticas, sino como alteraciones (cuasi degradaciones)
del significado del nombre o verbo por antonomasia, que
son, respectivamente, el nominativo y las fonoas de indi-
cativo presente.
Entre los enunciados, asla para su estudio minucioso
el enunciado apofntico o asertivo, que es, por defini-
cin, el susceptible de verificacin o falsacin.
Una vez acotado de esta manera el objeto del tratado,
el autor se dedica a estudiar: la diferencia entre asercio-
nes simples y compuestas (para lo que el criterio ser, una
vez ms, ontolgico-semntico, a saber, el carcter unita-
rio o no de la realidad designada por el enunciado); la
diferencia entre afirmacin y negacin (con su respectiva
exclusividad mutua en cuanto al criterio de verdad y fal-
sedad); la cuantificacin y oposicin de las aserciones; el
problema de la verdad en las aserciones de hechos futuros
(conocido por el clebre ejemplo de la batalla naval y su
aparente ineluctabilidad o imposibilidad en funcin de la
necesidad de que uno de los miembros de la contradic-
cin sea verdadero); las relaciones de consecucin entre
aserciones afirmativas de predicado negativo y aserciones
negativas de predicado positivo (v.g.: es todo hombre no-
SOBRE LA INTERPRETACIN (INTROD.) 27
justo. no es ningn hombre justo); la oposicin y con-
secucin entre las aserciones modales; Y. finalmente. un
estudio sobre la relacin de contrariedad, en que se dis-
tingue entre la contrariedad en la asercin y la asercin
de contrarios (por ejemplo, son aserciones contrarias: es
todo hombre justo - no es ningn hombre justo; y son
aserciones de contrarios: es todo hombre justo - es todo
hombre injusto).
Sobre el carcter peculiar de la asercin, como enun-
ciado que comporta verdad o falsedad, hay que decir que
Aristteles cifra esa peculiaridad de lo que l llama ap-
phansis o lgos apophantiks en la posicin de existencia,
como se desprende de los pasajes 16a12-18 y 16bI9-25,
en que distingue entre significar algo y significar la exis-
tencia de algo. Todos los nombres (sujetos) y verbos (pre-
dicados) significan algo, es decir, tienen un contenido no-
tico (mental); pero por s mismos no dicen si ese signi-
ficado est actualmente representado en un objeto real
(prgma) o no. Esta posicin de existencia/inexistencia s-
lo se da con la adjuncin del verbo ser o no ser (elnai/
~ elnai); aunque ni siquiera este verbo significa una co-
sa real, es decir, ni siquiera l establece o excluye por s
mismo la existencia de nada real, sino que slo cosigni-
fica , en unin de los trminos del enunciado, la existen-
cia en la realidad de lo significado por la sntesis notica
que esos trminos expresan (cf. infra. nn. 35 y 78).
Esta concepcin del carcter verificable/falsable de
los enunciados apofnticos o aserciones como posicin
(afirmacin, katphasis) o exclusin (negacin, apphasis)
de existencia, cosignificada por el verbo ser. lleva a
Aristteles a privilegiar la forma atributiva (o de verbo
copulativo y atributo) sobre la forma predicativa de los
enunciados. En el cap. 12 dice explcitamente, para aclarar
28 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
la cuestin de la negacin modal, que es lo mismo el
hombre camina que el hombre es uno que camina (es ca-
minante). La razn de ello es que as puede apreciarse
mejor la diferencia entre el contenido notico, significati-
vo, de un enunciado (expresado por los trminos sujeto
y predicado), y su forma apofntica, cosignificativa de
verdad (existencia) o falsedad (inexistencia) (cf. n. 103, in-
fra). Esta forma est representada por el verbo einai, que
adems Aristteles coloca siempre en primera posicin pa-
ra resaltar su funcin modalizadora del contenido (cf. in-
fra, DO. 58 Y 87).
En cuanto a la modalidad, el propio cap. 12 se dedica
a los enunciados que la tradicin posterior. clasific como
problemticos y apodcticos, es decir, modalizados por una
forma no meramente asertiva (o asertrica, en terminolo-
ga tradicional), sino cosignificadora de posibilidad o
necesidad. Lo cierto es que Aristteles, debido a su con-
cepcin de la verdad como existencia, tropieza con difi-
cultades considerables en su tratamiento de las aserciones
de posibilidad y necesidad. Un reflejo de ello es todo el
cap. 9, que gira en torno a una trabajosa aclaracin del
sentido en que puede hablarse de verdad necesaria de uno
de los dos miembros de la oposicin entre aserciones con-
tradictorias (ma/fana habr o no habr una batalla naval,
es el clebre ejemplo propuesto): el problema se le plan-
tea a Aristteles, dice Ackrill, por carecer de una distin-
cin entre necesidad lgica y necesidad material; pero la
raz de ello es; como decimos, la asimilacin de verdad
a existencia, ya que por otra parte Aristteles, a su ma-
nera, acaba formulando un cierto concepto de necesidad
formal cuando dice: por un lado es necesario que todo
sea o no sea, y que vaya a ser o no: sin embargo, no
<cabe> decir, dividiendo, que <lo uno o lo> otro sea
SOBRE LA INTERPRETACiN (INTROD.) 29
necesario (19a28-29; cf. infra, n. 73). Aunque la solu-
cin real que salva para l el escollo es la distincin on-
tolgica entre ser en potencia y ser o existir efectiva-
mente, o en acto.
Otra dificultad de la lgica modal aristotlica es la que
aparece en el concepto de posible o admisible entendido
como contingente, es decir, como reunin de los concep-
tos de no imposible y no necesario, con las inconsisten-
cias que de ello se siguen en la derivacin y oposicin de
unas frmulas modales respecto de otras (cf. nn. 114 y
119, infra).
Respecto a la ordenacin de las aserciones de distinta
forma e idntico contenido, segn relaciones de oposicin
y consecucin entre ellas, el texto aristotlico apunta una
serie de cuadros de los que algunos son explcitos, como
el de las oposiciones y equipolencias entre frmulas mo-
dales, que figura en 22a24-31, Y los de oposicin entre
afirmaciones de predicado positivo y afirmaciones y nega-
ciones de predicado negativo, que figuran en 19b27-20a3;
pero hay otros muchos implcitos, de los que el ms im-
portante es:
(1)
<A> <o>
.es todo hombre blanco -+- no es todo hombre blanco
.1. >< i
<1> <E.>
es algn hombre blanco -f- no es ningn hombre blanco
Se trata del clebre paralelogramo de oposicin entre los
enunciados apofnticos, transmitido por la tradicin esco-
lstica, donde A simboliza la asercin universal afirmati-
30 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
va, E la universal negativa, 1 la particular afirmativa y
O la particular negativa (todas estas letras son smbolos
aftadidos por la tradicin, no originales de Aristteles).
El cuadro (1) aparece esbozado en el cap. 7, tras una dis-
tincin entre cosas (pragmton) singulares (kath 'hkas-
ton) y universales (kathlou), as como de la posibilidad
de que estas ltimas se tomen universalmente o no, es de-
cir, que estn cuantificadas o tomadas en toda su ex-
tensin natural -llamo universal a lo que es natural
que se predique sobre varias cosas (l7a3940)- o en una
extensin restringida. Los signos convencionales que utili-
zamos para unir las distintas proposiciones expresan sus
mutuas relaciones o conexiones lgicas, a saber: '-+' =
oposicin de contradiccin (antphasis), '1---1' = opo-
sicin de contrariedad o incompatibilidad (enantits),
'--' = relacin de compatibilidad (sin designacin pro-
pia en el texto aristotlico), '--' = relacin de consecu-
cin o implicacin (akolorithsis). Aristteles expone, en
los caps. 7, 8, 10 Y 14, lo que hoy llamaramos las ta-
blas de verdad de todas estas relaciones, que son:
Contradiccin
A O A+O E 1 E+I
V F V V F V
F V V F V V
F F F F F F
V V F V V F
SOBRE LA INTERPRETACIN (INTROD.) 31
Contrariedad
A E ~ E
V F V
F V V
F F V
V V F
Compatibilidad
1 O 1--0
V F V
F V V
V V V
F F F
Consecucin
A 1 A -+ 1 E O E-O
V V V V V V
F F V F F V
F V V F V V
V F F V F F
Comparando con la lgica formal o logstica moderna,
veramos que existen profundas diferencias en todas las
tablas, excepto en la de contradiccin, que es la relacin
bsica, tanto en el sistema lgico aristotlico como en los
sistemas modernos. Pero no es ste el lugar adecuado pa-
ra tratar de ello (cf. las obras de Kneale, Lukasiewicz
32 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
y Patzig citadas en la Bibliografa del vol. 1 y en el Su-
plemento bibliogrfico de ste; igualmente: W. O. Quine,
Los mtodos de la lgica, Barcelona, 1969, 2. a parte, y
M. Candel, Las categoras del discurso en Aristteles, Uni-
versidad de Barcelona, Facultad de Filosofa, 1976, sec-
cin 9).
(Una observacin que conviene hacer de pasada es que
el orden en que suelen colocarse tradicionalmente las cua-
tro proposiciones no es el que nosotros damos aqu, sino
este otro:
AJ-----t E
! >K. !
1 --O
El cual se debe a Arnmonio, que lo expone en su comen-
tario In librum peri hermeneas, 7SV. Pero Aristteles si-
ta claramente las relaciones de contrariedad y comple-
mentariedad como diametral o diagonalmente opues-
tas -19b3S-36; cf.: Anal. pro 11 46, Slb36-S2a14-, apar-
te de que las oposiciones aparecen muchas veces como
series de contradicciones, en cuyo caso es natural colocar
las parejas de aserciones contradictorias en lnea; el paso
siguiente sera, pues, en lugar de inclinar los ejes que
unen las contradictorias, aftadir a dichos ejes horizontales
los de contrariedad y consecucin como ejes inclinados y
verticales, respectivamente.)
En el cap. lO, 20a20-30, Aristteles explica las relacio-
nes de obversin (v.g.: [A] ser todo hombre no-justo /vs/
[B] no ser ningn hombre justo, [C] ser algn hombre jus-
to /vs/ [O] no ser todo hombre no-justo) como relacio-
nes de consecucin o implicacin (A -+ B), (C-+ O), (B+ A),
(O+C), Y por tanto no simtricas (cf. infra, n. 82). Con
el mismo criterio establece en 19b33-3S el paralelogramo:
SOBRE LA INTERPRfTACIN (INTROD.)
33
(11)
es todo hombre justo
!
-+- no es todo hombre justo
t
no es todo hombre no-justo -+- es todo hombre no justo
La razn de que tanto el cuadro (1) como el (11) y las
relaciones de contrariedad, implicacin y obversin se
den en el sentido y con arreglo a las tablas de verdad que
antes se han expuesto (a diferencia de lo que ocurre en
la lgica moderna) es, una vez ms, la interpretacin del
functor asertivo o veritativo (cf. infra, n. 82) como exis-
tencial, por lo que, de la afirmacin es todo hombre no-
justo puede inferirse la negacin no es ningn hombre
justo, pero no viceversa: pues en este ltimo caso cabe
interpretar la asercin en el sentido de que no haya si-
quiera hombres, ni justos ni de ninguna otra clase, y par-
tiendo de esa posibilidad nunca podr inferirse que haya
hombres, del tipo que sean (cf. Anal. pr., Introduccin
y nn. 433 y 434).
Por ltimo, tambin las relaciones entre esquemas pro-
posicionales (aqu Aristteles no da ejemplos de proposi-
ciones concretas) modales, tal como las caracteriza Arist-
teles, pueden ordenarse en un paralelogramo anlogo a
(1) y (11):
(I1I)
N s
necesario que sea -+- no necesario que sea
p
><
R
no imposible que sea -+- imposible que sea
liS. - 3
34 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
donde la relacin __ " leda no ya como simple com-
patibilidad o disyuncin (SvP) , sino como conjuncin
(SAP), da lugar al concepto de contingente (Q), identifi-
cado por Aristteles con la acepcin vulgar de endecho-
menon, o admisible, en el uso lingstico normal.
Quedan as perftlados los esquemas y funciones veritati-
vas fundamentales sobre los que Aristteles va a levantar
a continuacin los edificios de la teora silogstica y la
apodfctica en los Ana/fticos primeros y segundos, respec-
tivamente.
SOBRE LA INTERPRET ACION I
1. Escritura, voz, pensamiento y realidad. Lo verdadero
y /0 fa/so
Antes de nada hay que exponer qu es un nombre y 16.
qu es un verb0
2
y, a continuacin, qu es una negacin,
qu una afirmacin, qu una declaracin y qu un enun-
ciado.
As, pues, lo < que hay> en el sonido 3 son smbo-
los 4 de las afecciones < que hay> en el alma, y la escri-
I Ttulo atestiguado por primera vez en el comentario de Ammonio
y en la traduccin armenia del siglo v de n. E. Es, sin duda, un ttulo
de edicin. Aristteles no define el trmino hermenea, pero s, de for-
ma indirecta, el trmino hermenelein: indicar mediante la expresin
(Refutaciones sofsticas 3, l66blO y 15-16. CL Aristteles, Tratados de
lgica (6rganonJ, vol. 1, Madrid, Gredos, 1982, pg. 316 [en adelante,
TL-/)); tambin se puede colegir su sentido a partir de textos como <das
aves se sirven de la lengua tambin para la hermene(a recproca ... , de
modo que en algunas de elJas parece haber incluso aprendizaje recipro-
co (Partes de los animales II 17, 600835), o llamo ... expresin a la
hermlne(a mediante <el uso de> denominaciones (Potica 6, 1450bI4);
de donde parece desprenderse que hermenea significa para Aristteles
comunicacin o fTUlni/estacin del pensamiento.
2 rhema, etimolgicamente: lo que se dice (latn: verbum).
3 phonei, lit.: voZ (es decir, sonido articulado).
4 sjmbola, etimolgicamente: contrato, convenio (queda claro,
pues, en la terminologa empleada, el carcter convencional que atribu-
ye Aristteles al signo lingstico (cf. P. AUBENQUE, Le probleme de
I'etre chez Aristote, Paris, P.U.F., 1966, pgs. 106-109).
36 TRATADOS DE LGICA (RGANO N)
tura' < es smbolo> de lo < que hay> en el sonido. Y,
as como las letras 6 no son las mismas para todos 7, tam-
poco los sonidos son los mismos. Ahora bien, aquello de
lo que esas cosas 8 son signos 9 primordialmente lO, las afec-
ciones del alma, < son> las mismas para todos, y aque-
llo de lo que stas 11 son semejanzas, 'las cosas, tambin
< son> las mismas.
As, pues, de esto se ha hablado en los < escritos>
sobre el alma 12, pues corresponde a otro tratado diferen-
10 te 13. Pero, as como en el alma hay, a veces, una nocin
sin que se signifique verdad o falsedad 14 y, otras veces, la
hay tambin, <de modo gue> necesariamente ha de darse
en ella una de las dos cosas 15, as tambin < ocurre> en
el sonido: en efecto, lo falso y lo verdadero giran en tor-
no a la composicin y la divisin 16. As, pues, los nom-
, ta graphmeno, lit.: (do escrito.
6 grmmata, signos escritos en general.
7 Lase: para todos los pueblos.
8 Es decir, los sonidos y las letras.
9 slmefa, etimolg,: sellos, marcas (este trmino denota una re;..
lacin menos extrlnseca, dentro del convencionalismo, que el trmino
sjmbola).
10 Ver variante textual nm. 1,
1\ Es decir, las afecciones del alma.
12 Cf. Aristteles, Acerca del Alma. Madrid, Gredos, 1978.
13 nema, contenido de pensamiento, no necesariamente discursivo,
objeto de lo que la escolstica llamar simplex apprehensio (cf. G. CA.
LOGERO, 1 !ondamenti della [ogica aristotelica. Florencia, la Nuova Ita-
lia, 1968
2
, que basa su interpretacin de la lgica del Estagirita en la
oposicin n ~ m Ivsl dinoia).
14 alitheein t psedesthai.
u A saber, la verdad o la falsedad.
16 sjnthesin kal diaresin. Esta'expresin tiene en Aristteles un sen-
SOBRE LA INTERPRETACIN 37
bres y los verbos, por s mismos, se asemejan a la no-
cin sin composicin ni divisin, V.g.: hombre o blanco,
cuando no se aftade nada ms: pues an no son ni falsos IS
ni verdaderos. De esto hay un ejemplo significativo: en
efecto, el ciervo-cabrfo 17 significa algo, pero no es verda-
dero ni falso, a menos que se ai\ada el ser o el no ser,
sin ms o con arreglo al tiempo 18.
2. El nombre. Nombres simples y compuestos. Los ca-
sos
Nombre, pues, es un sonido 19 significativo por conven-
cin sin < indicar> tiempo, y ninguna de cuyas partes es 20
significativa por separado: en efecto, en KllippOS20, ippos
tido tan genrico como el de los trnnos castellanos que empleamos
para su traduccin, como lo demuestra su empleo en Sobre las refuta-
ciones sofisticas (ver TL-I, cap. 4).
17 traglaphos, animal fabuloso: aunque Aristteles es el autor grie-
go que ms recurre a l, como ejemplo de trmino vaco, no es su inven-
tor, ya que aparece antes en ARISTFANES (Las ranas) y en PLATN (Re-
pblica 488a).
18 Es decir, en forma infinita (infinitivo, participio) o finita (en cual-
quiera de los otros modos que indican tiempo y persona, adems de la
pura accin).
19 Ver supra, n. 3.
20 Nombre propio dos partes (kall- e ippos) que con
otra disposicin moosintctica significarlan, respectivamente, hermo-
so y caballo)), peto no, en cambio, tal como aparecen en- Kdl/ippos
(ver n. sig.). Aristteles escoge por lo general, para probar sus tesis,
casos lmite)) (aqul, un nombre cuyas partes carecen de significado en
cuanto partes de dicho nombre, pero lo tendrlan fuera de l): una vez
probada la tesis para el caso llnte, queda probada a fortiori para to-
dos los dems casos. El ejemplo anterior, el ciervo-cabrlo (ver supra,
cap. 2), es un caso perfectamente anlogo: como nombre compuesto sin
correlato real, constituye casi un enunciado falso, pero no llega a serlo
por s mismo; con menos motivo, pues, lo sern otros nombres simples.
38 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
no significa nada por s mismo, como < s ocurre> en
el enunciado kolos h(ppos 21. Sin embargo, lo que ocurre
en los nombres simples no ocurre igual en los compues-
tos: pues en aqullos la parte no es significativa en abso-
25 luto, en cambio, en stos tiende < a serlo>, pero por se-
parado no lo es de nada; v.g.: en epaktrokles
22
, kles
2J
Por convencin < quiere decir> que ninguno de los nom-
bres lo es por naturaleza, sino slo cuando se convierte
en smbolo; puesto que tambin indican algo los sonidos
inarticulados, v.g.: de los animales, ninguno de los cuales
es un nombre.
30 No-hombre no es un nombre; ni siquiera hay un nom-
bre con el que llamarlo -pues no es un enunciado ni
una negacin 24_; pero digamos que es un nombre inde-
finido 2S.
En cuanto a de Filn o para Filn 26 y todas las < ex-
presiones> por el estilo, no son nombres, sino inflexio-
16b nes 27 del nombre. Su definicin 28 consta de las mismas
21 Caballo hermoso o el caballo' es hermoso,
22 Nave pirata,
21 Nave.
24 Como veremos, Aristteles reserva el trmino 'negacin' para las
proposiciones negativas.
2!5 En efecto, no significa nada determinado, pues en su campo se-
mntico cabe todo lo que no sea hombre.
26 Ph(/iJnos, Plu1iJni: genitivo y dativo, respectivamente, del nombre
propio P h / ~ n .
ri Aristteles es el primer autor conocido en usar el trmino pt6sis
(lit.: cada), caso o inflexin, para designar las variantes paradig-
mticas de un mismo lexema. Como veremos, el trmino no se aplica
slo a las distintas formas de la flexin nominal, sino tambin de la
verbal (ver infra, cap. 3, 16bl6-18; Pot. 20, 14S7a18; ver TL-I. pg.
30, nn. 3 y 4).
28 lgos, lit.: enunciado, discurso.
SOBRE LA INTERPRETACIN 39
< notas> que las otras < expresiones>, salvo que, unidas
a es o era o ser. no dicen verdad ni falsedad -el nom-
bre, en cambio, siempre-, V.g.: de Filn est o no est;
en efecto, no dice en ningn momento nada verdadero 5
ni falso.
3. El verbo. Peculiaridad del verbo 'ser' como verbo
puro
Verbo es lo que cosignifica 29 tiempo, y ninguna de sus
partes tiene significado separadamente; y es signo de lo
que se dice acerca de otro JO. Digo que cosignifica tiempo
en el sentido de que, mientras salud es un nombre, est
sano es un verbo: en efecto, cosignifica que se da ahora.
y siempre es signo de lo que se dice acerca de otro, en 10
el sentido de lo que < se dice> acerca de un sujeto JI.
A no est sano y no est enfermo no lo llamo verbo:
en efecto, cosignifica tiempo y siempre se da acerca de
algo, pero no hay nombre para < designar> su diferencia
< respecto del verbo propiamente dicho>; pero digamos 15
que es un verbo indefinido, ya que se da por igual en
cualquier cosa, tanto existente como no existente. De ma-
29 prossma/non.
JO Se define aqul el verbo por su funcin sintctica habitual (la fun-
cin de predicado), tras haberlo definido semnticamente (como pala-
bra que lleva aparejada la referencia paralela al tiempo -definicin, por
cierto, mucho ms rigurosa que la de la gramtica tradicional, que atri-
bula al verbo la significacin de acciones o estados-). Que la fun-
cin predicativa tiene primada sobre la cosignificacin de tiempo, lo
demuestra el hecho, entre otros, de que el primer ejemplo de verbo
aportado en este trabajo (ver supra, cap. 1, 16aIS) sea un adjetivo
(blanco).
JI Ver TL-I, Categoras, cap. 2, pgs. 31-32.
40 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
nera semejante, tampoco estaba sano o estar sano es un
verbo, sino una inflexin del verboj y se diferencia del
verbo en que ste cosignifica el tiempo presente, y aqul
el < tiempo> que envuelve < al presente>.
As, pues, dichos por s mismos, los verbos son nombres
y significan algo -pues el que habla detiene el pensa-
20 miento, y el que escucha descansa-, pero no indican en
en modo alguno si existe < algo> o no; en efecto, ni si-
quiera ser o no ser J2 es signo de la cosa real 33 , por ms
que diga lo que es 34 a secas. En s mismo, en efecto, no
25 es nada, sino que cosignifica una cierta composicin, que
no es posible concebir sin los componentes 3S.
32 Entindase aqu como fnnula simplificada del verbo ser en fun-
cin de tal (= es, son, no es, no son, etc.).
33 Traducimos aqu prgmalos por cosa real para evitar confusio-
nes con el uso de cosas como traduccin de neutros plurales sustanti-
vados. Respecto al sentido de este pasaje, ver la exhaustiva nota de J.
L. ACKRILL (Anslolle. Categories and De inlerpretatione, Oxford,
1963, pgs. 121-124).
34 Es decir, ni siquiera en la forma utilizada habitualmente para ;e-
ferrse a las cosas existentes en general o al concepto de cosa existente
en abstracto.
3S Este pasaje, de gran importancia lgica y ontolgica, es uno de
los que muestran ms claramente cmo Aristteles remite, en ltimo tr-
mino, su concepto de ser al anlisis gramatical en el que, a diferencia
de la confusin platnica del ser con un predicado generaUsimo, se re-
vela la naturaleza puramente funcional de ese tnnino clave de toda la
filosoffa teortica. Aristteles entiende el verbo ser. por un lado, como
el verbo por excelencia, es decir, como aqul ms claramente diferen-
ciado del nombre, pues es el menos provisto de contenido notico que
pennita detener el pensamiento sobre un significado determinado -lo
esencial de un verbo es la cosignijicacin de tiempo aplicada a algo, que
es tanto como decir la afirmacin o negacin de la existencia de algo,
como aclara Aristteles en las lneas 16b21-22 de este mismo pasaje:
(los verbos por s mismos) ... no indican en modo alguno si existe < al-
SOBRE LA INTERPRETACIN
41
4. El enunciado y sus clases. El enunciado asertivo
Enunciado es un sonido significativo, cualquiera de cu-
yas partes es significativa por separado como enunciacin,
pero no como afirmacin. Digo que hombre, por ejem-
plo, significa algo, pero no que sea o que no sea (aun-
que sera una afirmacin o una negacin si se aftadiera
algo); sin embargo, una slabra de hombre no <es signi- 30
ficativa>: en efecto, tampoco en raln es significativo
-tOn, sino que, en este caso, es meramente un sonido)6.
En cambio, en los < trminos> dobles s tiene significado
< cada parte>, pero no en s misma, como ya se ha di-
cho 37. Todo enunciado es significativo, pero no como un 17.
instrumento < natural> 38, sino por convencin, como ya
se ha dicho 39; ahora bien, no todo enunciado es aserti-
go> o no-; pero, por otro lado, ni siquiera el verbo ser puede tomar
en si mismo, sin la composicin con algo (el sujeto o el par sujeto-
predicado), como significante de existencia en general (de ahi que Aris-
tteles afirme repetidas veces que el ser no es ningn gnero ni entidad
de nada (Metqflsica B 3, 998b22 ss.; B 4, l00la5-6; Z 16, 1040b18; H
6, I04Sb3-7; 1 2, I052b23; K 1, 1059b27-33; Anal(ticos segundos II 7,
92bI4). ste es, quiz, el punto que mejor diferencia la ontologla aris-
totlica de la platnica, ms que el grado .de realidad atribuido a los
universales.
36 Tambin aqui toma Aristteles como ejemplo un caso limite: ni
siquiera una slaba que en otra cadena morfosintctica tendria significado
por s misma lo tiene cuando forma parte de una unidad semntica sim-
ple. El ejemplo griego es mjs ratn, cuya silaba S, en otro contex-
to, podrla significar cerdo (aunque en ese caso transcribiriamos hjs,
por tener la vocal aspirada). Cf. supra, n. 20.
37 Cf. supra, cap. 2, sobre los nombres compuestos.
38 Es decir, la relacin entre un enunciado y la realidad no es la
que hay entre sta y un instrumento, cuya naturaleza consiste en es-
tar diseflado especificamente para una detenninada actividad sobre la
realidad.
39 Cf. supra, caps. I y 2.
42 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
VO 40, sino < slo> aquel en que se da la verdad o la fal-
sedad: y no en todos se da, V.g.: la plegaria es un enun-
ciado, pero no es verdadero ni falso. Dejemos, pues, de
lado esos otros -ya que su examen es ms propio de la
retrica o de la potica-, ya que < el objeto> del pre-
sente estudio es el < enunciado> asertivo.
S. Aserciones simples y aserciones compuestas
El primer enunciado asertivo singular 41 es la afirma-
cin, y el siguiente la negacin; los dems < slo> tienen
10 unidad 42 gracias a una conjuncin 43. Necesariamente, to-
do enunciado asertivo < constar> de un verbo o una
inflexin del verbo 44: y, en efecto, el enunciado 45 de hom-
bre, si no se ai\ade el es, o el ser, o el era, o algo se-
40 apophontiks, de apphansis, revelacin, manifestacim). En
su fonna adjetiva se deja a veces sin traducir, transliterndolo simple-
mente del griego, como en la expresin: enunciado apofntico. La tra-
duccin ms aproximada seria declarativo y declaracin; pero, por
las connotaciones ajenas a la lgica que ha adquirido este ltimo trmi-
no, preferimos asertivo y asercin.
41 heis, lit.: uno.
42 Lit.: son unos.
43 syndsmi. Cualquier otra asercin no singular slo podr consi-
derarse como una asercin en la medida en que est fonnada por varias
aserciones singulares unidas por conjunciones. Lo que en realidad quiere
subrayar Aristteles es que, en definitiva, slo hay dos tipos de asercio-
nes: las afinnaciones y las negaciones; cualquier otra asercin aparente-
mente ms compleja se reducir a una combinacin de afinnaciones o
negaciones unidas por conjunciones, lo que equivale en la prctica a
una afinnacin o una negacin.
... Es decir, UD verbo en presente (verbo propiamente dicho; vase
cap. 3) o en cualquiera de los otros tiempos.
45 En este caso, enunciado equivale concretamente a definicin.
SOBRE LA INTERPRETACiN 43
mejante, no es en modo alguno un enunciado asertivo
(ahora bien, decir por qu animal terrestre blpedo es una
sola cosa y no varias -en efecto, no ser una unidad
simplemente porque se diga de un tirn- corresponde a IS
otro tratado). Es un asertivo singular el que in-
dica una sola cosa o el que tiene unidad gracias a una
conjuncin, y son mltiples los que no < indican> una
sola cosa o los que no van unidos por conjuncin. As,
pues, digamos que el nombre y el verbo son slo enun-
ciaciones, ya que no es posible decir que indiquen algo
con el sonido de tal modo que lo aseveren, bien a pre- 20
guntas de alguien, bien a iniciativa de uno mismo.
De las anteriormente dichas, la una es la asercin sim-
ple, v.g.: <afirmar> algo acerca de algo o <negar> al-
go de algo 46; y la otra es la compuesta de stas, V.g.: un
discurso 47 ya compuesto. La asercin simple es un soni-
do significativo acerca de si algo se da o no se da, con
arreglo a la divisin de los tiempos.
6. La afirmacin y la negacin
Una afirmacin es la asercin de algo unido a algo, y 2S
una negacin es la asercin de algo .separado de algo 48.
Ahora bien, como quiera que es posible, tanto aseverar
que no se da lo que se da, como aseverar que se da lo
46 ti kata tins - ti apo tins, lit.: algo acerca de algO)) - algo lejos
de algO). Se insina as la posible etimologla de las expresiones griegas
_correspondientes a afirmacin y negacin: la afirmacin seria la fusin
de dos trminos, y la negacin, su separacin (cf. supra, cap. 1: sjn-
thesis = composicin, dia{resis = divisin).
47 lgos.
48 Ver supra, n. 46.
44 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
que no se da, y de igual modo respecto a los tiempos
30 distintos del presente, cabra negar todo lo que uno afir-
mara y afirmar todo lo que negara; as que es evidente
que a toda afirmacin se le opone una negacin y, a to-
da negacin, una afirmacin. Y llamemos contradiccin
a eso, a la afirmacin y la negacin opuestas; digo que
3S se oponen la < afirmacin y negacin> de lo mismo acer-
ca de lo mismo (pero no de manera homnima, ni de
ninguna de las otras maneras que distinguimos contra las
distorsiones sofsticas).
7. Universal y singular. La oposicin de las aserciones:
contradiccin y contrariedad
Puesto que, de las cosas 49, unas son universales so y
otras singulares 51 -llamo universal a lo que es natural
que se predique sobre varias cosas y singular a lo que
40 no, v.g.: hombre es de las < cosas> universales y Calias
17b de las singulares-, necesariamente hay que aseverar que
algo se da o no, unas veces en alguno de los universales,
otras veces en alguno de los singulares. As, pues, si se
asevera universalmente sobre lo universal que algo se da
s o no, habr aserciones contrarias -llamo aseverar univer-
salmente sobre lo universal, por ejemplo, a <es> todo
hombre blanco, < no es> ningn hombre blanco-; en
49 pragmdtDn, lit.: hechos, aunque es el trmino de sentido ms
csico o (uealista de todos los empleados por Aristteles, lo que
abona de nuevo la interpretacin de los trminos por Aristteles como
cosas que se dicem>, reales en cuanto dichas y dichas en cuanto reales
(cf. TL-I, pg. 31, nn. S y 6).
so kathlou, lit.: acerca del todo.
51 kalh' hkaston, lit.: acerca de cada uno.
SOBRE LA INTERPRETACIN
4S
cambio, cuando se asevera sobre los universales, pero no
universalmente, no hay < aserciones> contrarias, aunque
las cosas designadas puede que sean contrarias S2 -llamo 10
aseverar de manera no universal sobre los universales, por
ejemplo, a es <el> hombre blanco, no es <el> hombre
blanco H; en efecto, siendo hombre universal, no se usa
universalmente en la asercin: pues todo no significa lo
universal, sino que < se toma> universalmente 54_. Aho-
ra bien, predicar universalmente sobre el predicado univer-
S2 A partir de este pasaje puede quedar claro por qu Aristteles,
al comienzo de este mismo captulo, dice de los trminos comunes, co-
mo hombre, que es natural que se predique sobre varias cosaS: es
decir, que su referencia espontnea es universal, aunque luego esa uni-
versalidad pueda verse restringida o, por el contrario, explicitada y, por
as decir, formalizada a travs de los cuantificadores como todo, alguno,
ninguno, etc.
S3 Es, realmente, difcil dar una traduccin de sti leuks nthropos
y ouk sti leuktJs nthropos que no traicione ni la estructura sintctica
ni el fondo semntico de ambos enunciados declarativos. Echar mano
del indefinido un, como hace Ackrill, supone aftadir una precisin parti-
cularizadora de la que el texto original carece en su voluntaria ambige-
dad (por ms que parezca contraponer estas expresiones a las universa-
les, en realidad no las contrapone como particulares, sino como carentes
de cuantificador universal). Pero la nica traduccin literal aceptable
en castellano desde el punto de vista de la norma lingstica seria: hay
(existe) hombre blanco, no hay (no existe) hombre blancQ, que en
su versin negativa contradice totalmente el sentido dado por Aristteles
al original (en efecto, convierte la indefinida negativa en una universal
negativa explcita). Por ello, no parece haber otra traduccin posible
que la obtenida mediante la adjuncin del articulo determinado, que en
espadol, a diferencia del griego (en que tiene un sentido casi dectico,
conforme a su etimologa), posee un carcter ambiguo, entre descriptor
y generalizador. lo que corresponde bastante aproximadamente a la am-
bigedad particular-universal que aparece en griego y que Aristteles sub-
raya. (Tricot adopta idntica solucin.)
S4 Ver supra, n. 52.
46 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
sal" no es verdadero: en efecto, no habr ninguna afir-
macin en que lo universal se predique del predicado uni-
IS versal, como, por ejemplo, es todo hombre todo animal.
Digo, pues, que se opone contradictoriamente a la ne-
gacin la afirmacin que significa lo universal respecto a
lo mismo que < la negacin significa> de manera no uni-
versal, V.g.:
< es > todo hombre blanco - no < es > todo hombre
[blanco,
< no es> ningn hombre blanco - es algn hombre
{blanco;
20 < se oponen> contrariamente la afirmacin de lo univer-
sal y la negacin de lo universal < como tales>, V.g.:
<es> todo hombre justo - <no es> ningn hombre
{justo;
por lo tanto estas ltimas -no pueden ser simultneamente
" Ver variante S. Desde Boecio hasta nuestros das, pasando por
los escolsticos y Pacius, este pasaje se ha traducido as: ((predicar uni-
versalmente sobre el predicado universab>, lo que corresponde, evidente-
mente, al sentido querido por Aristteles, tal como demuestra el ejem-
plo que viene a continuacin. Ahora bien, ello exige corregir el texto
llegado a nosotros a trav!s de los manuscritos de las familias principales
teniendo presente la lectura boeciana, que corresponde a un manuscrito
griego de otra familia ms antigua, hoy perdida. Conjeturamos, pues,
que la traduccin de Boecio: In eo vero quod universale praedicatur,
id quod est universaliter praedicare, non est verum, se debe a que ley
kathlou inmediatamente despu!s de katlgoroumnou, como adverbio de
ese participio, dejando el artculo exclusivamente para el infinitivo kate-
gorefn. Esta lectura queda confirmada por la frase anloga que aparece
dos lineas ms abajo (l7bIS).
SOBRE LA INTERPRETACIN 47
verdaderas S6, mientras que las opuestas a ellas cabe < que
lo sean> en relacin con la misma cosa, v.g.:
no <es> todo hombre blanco y es algn hombre blanco. 2S
As, pues, < en > todas las que son contradicciones uni-
versales de los universales, necesariamente < cada> una
de las dos ha de ser verdadera o falsa, y tambin < en >
todas las < que versan> sobre lo singular, v.g.:
es S6crates blanco - no es S6crates blanco,
en cambio, <en> todas las <que versan> sobre los uni-
versales de manera no universal, no siempre < es > ver- 30
dadera la una y falsa la otra; en efecto, es a la vez verda-
dero decir que
es < el> hombre blanco y que no es < el> hombre
{blanco,
y
es <el> hombre bello y no es <el> hombre bello;
en efecto, si < es > feo no < es > bello; y si se convierte
en algo, no lo es 57. Ello podra parecer a primera vista
absurdo, ya que no es < el> hombre blanco parece sig- 3S
nificar a la vez tambin que < no es> ningn hombre
blanco, pero no significa esto ltimo ni a la vez ni nece-
sariamente.
Es manifiesto que la negacin de una sola afirmacin
es tambin una sola: pues es preciso Que la negacin ni e-
56 Si una de las dos es verdadera, la otra es necesariamente falsa,
pero no necesariamente a la inversa.
51 Si est en proceso de llegar a ser algo, quiere decir que todavia
no lo es.
48 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
gue lo mismo que afirm la afirmacin, y de la misma
40 cosa, bien de alguno de los singulares, bien de alguno de
18. los universales, o como universal o como no universal;
digo, por ejemplo:
es Scrates blanco - no es Scrates blanco
(si < negara> alguna otra cosa o la misma de alguna
otra, no sera la opuesta, sino otra distirita de aqulla),
y a la < afirmacin>
5 <es> todo hombre blanco, la <negacin> no <es>
todo hombre blanco,
a la de
<es> algn hombre blanco, la de <no es> ningn
hombre blanco,
y a la de
es <el> hombre blanco, la de no es <el> hombre
blanco 58,
58 Como habr podido observarse a lo largo de todo el captulo, he-
mos colocado el verbo ser (expreso o elfptico) y los cuantificadores en
primera posicin, aun a costa de forzar un poco la sintaxis. Ello obe-
dece a que Aristteles hace exactamente otro tanto en todos los ejem-
plos citados, y ello, sin duda, con alguna intencin. Cul? A nuestro
modo de ver, la de aislar al mximo y poner de relieve el elemento
funcional, especficamente asertivo, que caracteriza al enunciado apofn-
tico diferencindolo de otros tipos de enunciados: pues bien, ese ele-
mento viene dado por los cuantificadores, las negaciones y, eventual-
mente, el verbo ser. Ms adelante, en los Anal(ticos. veremos culminar
esta tendencia analtica en la formulacin del enunciado declarativo por
parte de Aristteles, y podremos extraer todas las consecuencias herme-
que de ello se derivan. Esto aparte, hay que sef\alar una apa-
rente anomala: la inclusin de las aserciones opuestas que podemos ya
SOBRE LA INTERPRETACIN 49
As. pues. queda dicho que una sola afirmacin se opo-
ne contradictoriamente a una sola negacin. y cules son
stas. y que las contrarias son otras. y cules son stas. 10
y que no toda contradiccin es verdadera o falsa S9. y por
qu. y cundo es verdadera o falsa.
8. Unidad y pluralidad de las aserciones. Las aserciones
equvocas y su oposici6n
Es una sola la afirmacin y la negacin que significa
una sola cosa acerca de una sola cosa, bien de manera
universal siendo universal o bien de manera diferente, v.
g.:
todo hombre el blanco 60 - no es todo hombre blanco, 15
es <el> hombre blanco - no es <el> hombre blanco,
< no es> ningn hombre blanco - es algn hombre blan-
feo,
llamar indefinidas, esto es, las que afirman y niegan sobre lo universal
pero sin decir si tomado universalmente o no (en otras palabras, sin
cuantificador), entre las que se oponen antifdticamente. como miembros
de una contradiccin. Es obvio que se trata de una simple asimilacin
verbal, y no lgica, pues en 17b30-37 explica claramente Aristteles que
la verdad de una es compatible con la de su opuesta, aunque pueda
parecer lo contrario por su similitud con las universales explcitas; el
llamarlas contradictorias es slo por el hecho de que lo que diferencia
verbalmente a cada una de su opuesta es nicamente la presencia o
ausencia de la ,negacin, al igual que ocurre con las otras contradicto-
rias propiamente dichas (ver la nota de ACKRILL, Aristotle ... , a este
mismo cap. 7).
S9 Ver la segunda parte de la n. ant.
60 Aqu, por primera y nica vez, aparece una excepcin a lo que
decamos en la primera parte de la n. S8: Aristteles coloca parte de
lo que llamaremos functor asertivo, en este caso el es, no al principio
115. - 4
50
TRATADOS DE LGICA (RGANON)
si blanco significa una sola cosa. En cambio, si hay un
solo nombre para dos cosas de las que no resulta una so-
la, no es una sola la afirmacin, V.g.: si alguien pusie-
ra el nombre de manto a un caballo y a un hombre, es
<el> manto blanco no <sera> una sola afinnacin:
20 pues eso no se diferencia en nada de decir: es < el> ca-
ballo blanco y es < el> hombre blanco. Si, pues, stas
2S significan varias cosas y son mltiples, es evidente que
tambin la primera significa, o varias cosas, o nada -pues
no es ningn hombre caballo-; de modo que en esas
< aserciones> no es necesario que una < de las compo-
nentes de la> contradiccin sea verdadera y la otra falsa.
9. La oposicin de los futuros contingentes
As, pues, en las cosas que son y que fueron 61, es ne-
cesario que o la afirmacin o la negacin sea verdadera
30 o falsa; y < de las contradictorias> sobre los universales
como universales siempre la una < ha de ser> verdadera
y la otra falsa, y tambin sobre los singulares, como ya
se ha dicho; en cambio, sobre los universales no dichos
universalmente no es necesario; tambin acerca de esos ca-
sos se ha hablado ya.
En cambio, con los singulares futuros no < ocurre>
igual. En efecto, si toda afirmacin o negacin < es >
verdadera o falsa, tambin necesariamente todo < lo afir-
3S mado o negado> ha de darse o no darse; pues, si uno
sino al final de la asercin. Puede perfectamente tratarse de un error
de copista, pues en griego la presencia, como aqu, de un cuantificador
universal, al igual que la de un delctico o de un artculo, excusa de
aftadir expl/citamente el verbo ser, y de hecho Aristteles lo deja eJlpti-
co en todas las dems aserciones universales que aparecen en el texto.
61 epi t6n nllm kal genomnn.
SOBRE LA INTERPRETACIN SI
dijera que algo ser y otro dijera que eso mismo no ser,
es evidente que uno de los dos dice necesariamente la ver-
dad, si toda afirmacin es verdadera o falsa: pues en las
cosas de ese tipo no se darn ambas a la vez. En efecto,
si es verdad decir que. es blanco o que no es blanco, ne-
cesariamente ser blanco o no ser blanco y, si es blanco 18b
o no es blanco, ser verdad afirmarlo 62 o negarlo; y, si
no se da, se dice una falsedad y, si se dice una falsedad,
no se da; as que necesariamente la afirmacin o la nega-
cin ha de ser verdadera.
Ahora bien, entonces nada es ni llega a ser por azar, s
ni llega a ser cualquier cosa al azar, ni ser o no ser 63,
sino que todas las cosas son < lo que son> por necesidad,
y no cualquier cosa al azar (en efecto, o bien dice la ver-
dad el que afirma 64 o bien el que niega); pues < de otro
modo> lo mismo podra llegar a ser que no l l ~ g r a ser;
en efecto, lo que llega a ser cualquier cosa al azar no
tiene ni tendr por qu ser as o no ser as.
Adems, si es blando ahora, era verdad antes decir que 10
sera blanco, de modo que siempre era verdad decir, de
cualquiera de las cosas que llegaron a ser, que sera; y,
si siempre era verdad decir que es o que ser, no es po-
sible que tal cosa no sea ni vaya a ser. Ahora bien, lo
que no es posible que no llegue a ser es imposible 6S que
62 phnai, lit.: enunciar.
63 Es decir: ni tiene abierta por igual la posibilidad de ser y de no
ser (es otra forma de expresar un futuro no contingente sino necesario).
64 ho phs. lit.: el que enuncia (ver supra, n. 62). Aristteles usa
con frecuencia estas formas desprovistas del prefijo kata-, tanto del ver-
bo phlml como del sustantivo phsis. contrapuestas a las formas con
apo-, como afirmacin a negacin.
M No posible = mi h{Jfon. <<imposible = adjnaton. Aristteles
52 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
no llegue a ser; y lo que es imposible que no llegue a ser,
15 es necesario que llegue a ser; as, pues, todo lo que ser
es necesario que llegue a ser. Ahora bien, no ser en ab-
soluto cualquier cosa al azar ni ser por azar: pues, si
<fuera> por azar, no <sera> por necesidad.
Pero tampoco cabe en modo alguno decir que ninguna
de las dos cosas es verdad, v.g.: que ni ser ni no ser.
Pues, primero, < en ese caso> resulta que, siendo falsa
la afirmacin, la negacin no sera verdadera y, siendo
20 esta falsa, la afirmacin no es verdadera. Y, adems, si
es verdad decir que < es > blanco y negro, es preciso que
ambas cosas se den, y si < fuera verdad decir> que se
darn maftana, no ser cualquier cosa al azar, por ejem-
plo una batalla naval: en efecto, sera preciso que ni lle-
25 gara ni no llegara a haber una batalla naval.
Estos y otros por el estilo < son>, entonces, los absur-
dos que resultan si es necesario que, de toda afirmacin
y negacin opuestas, ya <versen> sobre los universales
enunciados como universales, ya sobre los singulares, la
una sea verdadera y la otra falsa, y que nada de lo que
30 sucede 66 sea cualquier cosa al azar, sino que todo sea y
suceda por necesidad. De modo que ni sera preciso delibe-
rar ni preocuparse, < pensando> que, si hacemos tal co-
hace aqu una sustitucin de negaciones Oa negacin de enunciados, mi
-que tambin podra ser ou-, por la negacin de adjetivos a-) que en
otros casos, como el de no-justo por injusto, declarara invlida. En
este caso, la validez lgica del expediente parece irreprochable, y tiene
la ventaja de hacer ms transparente el sentido de la tesis (tambin en
castellano es ms inequvoco imposible que no que no-posible que no,
y su equivalencia con necesario, que es el siguiente paso dado por Aris-
tteles, resulta mucho ms clara).
66 tofs gignomnois, del verbo gfgnomai, que traducimos habitual-
mente por llegar a sen>.
SOBRE LA INTERPRETACIN 53
sa, se dar tal cosa y, si no, no se dar. En efecto, nada
impide que uno diga para dentro de diez mil aftos que
habr esto y que otro diga que no, de modo que nece- 3S
sariamente ser cualquiera de las dos cosas que en aquel
momento era verdad decir < que sera>. Pero, desde lue-
go, eso no difiere de si algunos dijeron o no la contra-
diccin 67, pues es evidente que las cosas reales se com-
portan as aunque no < haya> quien afirme ni quien nie-
gue; en efecto, < las cosas> o sern o no sern no por
afirmarlas o negarlas, ni dentro de diez mil aftos ms que
dentro de cualquier otro tiempo. De modo que, si en to- 1911
do tiempo se comportan < las cosas> de tal modo que
uno de los dos dice la verdad 68, sera necesario que suce-
diera eso < o lo otro>, y que cada una de las cosas que
llegan a ser se comportara de tal modo que llegara a ser
por necesidad: pues lo que se dijera con verdad que haba
de ser no podra no llegar a ser; y lo que llegara a ser 5
siempre sera verdad decir que haba de ser.
Si eso es realmente imposible -pues vemos que el ori-
gen de lo que ha de ser radica en el deliberar y en el hacer
algo < previo>, y que, en general, en las cosas que no
siempre se realizan existen la posibilidad 69 de que sean y
de que no sean, de modo que tambin puede que lleguen 10
o que no lleguen a ser, y hay muchas cosas que nos re-
sulta evidente que se comportan as, V.g.: que este manto
de aqu es posible que se rasgue, pero no se rasgar, sino
que antes se gastar; de manera semejante, es posible que
no se rasgue: pues no Se dara el que antes se gastara si 15
67 Es decir, aserciones contradictorias.
68 A saber, el que afirma o el quc niega que una cosa vaya a ocu-
rrir.
69 to dynatn, lit.: (do posiblc.
S4 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
no fuera posible que no se rasgara; de modo que tambin
< pasa eso> con todos lo dems sucesos 70 que se dicen
segn ese tipo de posibilidad ~ ; entonces es manifiesto
que no todas las cosas son ni llegan a ser por necesidad,
20 sino que unas < son o llegan a ser> cualquier cosa al
azar y ni la afirmacin ni la negacin son en nada ms
verdaderas, y en otras es ms < verdadera> y < se da>
en la mayora de los casos una de las dos cosas, pero cabe,
desde luego, que suceda tambin la otra en vez de la pri-
mera.
As,_ pues, es necesario que lo que es, cuando es, sea,
y que lo que no es, cuando no es, no sea; sin embargo,
no es necesario ni que todo lo que es sea ni que todo lo
25 que no es no sea 12: pues no es lo mismo que todo lo
que es, cuando es, sea necesariamente y el ser por nece-
sidad sin ms; de manera semejante tambin en el caso
de lo que no es. Tambin en el caso de la contradiccin
< vale> el mismo argumento: por un lado es necesario
que todo sea o no sea, y que vaya a ser o no; sin em-
bargo, no <cabe> decir, dividiendo, que <lo uno o>
30 lo otro sea necesario. Digo, por ejemplo, que, necesaria-
mente 73, man.ana habr o no habr un batalla naval, pe-
70 genseon, lit.: generaciones; es el sustantivo habitual para de-
signar procesos, tanto si llevan aparejado un cambio o transformacin
sustancial como si no. En otras ocasiones, Aristteles usa el trmino en
sentido ms restringido y prximo a nuestro ((llegar a sen>.
71 djnamin. Corresponde, en otros contextos aristotlicos, al concep-
to, ms restringido, de ((potencia como opuesta a enrgeia efectivi-
dad o ((acto.
12 Quiere decir que no todo lo que es o no es se da o no se da
de forma necesaria e inevitable, sino que, igual que es, podra no haber
sido, y viceversa.
73 Separamos 'necesariamente' con unas comas, que no aparecen en
SOBRE LA INTERPRETACiN
55
ro no que sea necesario que maana se produzca una ba-
talla naval ni que sea necesario que no se produzca; sin
embargo, es necesario que se produza o no se produzca.
De modo que, puesto que los enunciados son verdaderos
de manera semejante a las cosas reales, es evidente que,
< en > todas las cosas que se comportan de tal manera
que pueden ser al azar cualquier cosa y lo contrario, la
contradiccin se ha de comportar de manera semejante;
lo cual ocurre en las cosas que no siempre son o no siem-
pre no son: de stas, en efecto, necesariamente ha de ser
verdadera o falsa < una u> otra parte de la contradic-
cin, pero no precisamente sta o sa, sino cualquiera al
azar, y < puede ser> verdadera una ms bien < que la
otra>, pero no verdadera o falsa ya 74. De modo que es 19b
evidente que no necesariamente, de toda afirmacin y ne-
gacin opuestas, ha de ser una verdadera y la otra falsa:
pues en el caso de las cosas que no son pero pueden ser
o no ser no ocurre como en el caso de las cosas que son,
sino como queda dicho.
10. La oposicin entre aserciones de verbo predicativo
y entre aserciones de verbo atributivo, con sujeto
definido o indefinido
Puesto que la afirmacin es la que significa algo acer- 5
ca de algo, y esto ltimo es un nombre o algo annimo,
la versin de Minio-Paluello, para indicar, de acuerdo con la intencin
de Aristteles, que la necesidad es propia del enunciado completo, es
decir, de la disyuncin tomada como un todo, y no de cada uno de
sus miembros por separado (<<dividiendo, como decla Aristteles en la
frase anterior).
74 Es decir: puede tener ms probabilidades de ser verdadera, pero
no est determinada de antemano
56 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
y es preciso que lo que hay en la afirmacin sea una so-
la cosa y acerca de una sola cosa (antes se ha explicado
ya 15 el nombre y lo annimo: pues a no-hombre no lo
llamo nombre, sino nombre indefinido -en efecto, signi-
10 fica de algn modo una cosa indefinida-,. as como no
est sano no es tampoco un verbo), toda afirmacin cons-
tar de un nombre y de un verbo o de un nombre y un
verbo indefinidos. Sin verbo no hay afirmacin ni nega-
cin alguna, pues es, o ser, o era, o /lega a ser, o to-
dos los dems por el estilo, son verbos, con arreglo a lo
15 ya establecido: en efecto, cosignifican tiempo. De modo
que una primera afirmacin y negacin < es >
hay hombre - no hay hombre 76,
a continuacin
hay no-hombre - no hay no-hombre,
de nuevo
est 77 todo hombre - no est todo hombre,
est todo no-hombre - no est todo no-hombre;
y el mismo discurso en el caso de los tiempos fuera < del
presente> .
En cambio, cuando el es se predica como un tercer
< elemento> afiadido, las oposiciones se dicen de dos
20 maneras. Digo, por ejemplo, es justo <el> hombre,
75 Ver supra, cap. 2.
76 stin nthropos - ouk stin nthropos; traducimos stin por hay
para darle sentido a la frase en castellano, lo Que, de paso, permite
mantener la indefinicin respecto al cuantificador.
77 Utilizamos ahora est para traducir stin por la misma razn
anterior de dar sentido a la versin castellana.
SOBRE LA INTERPRETACIN 57
< donde> digo que el es se combina como tercer
< elemento>, nombre o verbo 78, en la afirmacin. De
modo que, debido a esto, sern cuatro los <casos> en
cuestin, de los que dos se comportarn como las priva-
ciones segn el orden de secuencia respecto a la afirma-
cin y la negacin, mientras que los otros dos no; digo
que el es se aadir a justo o a no-justo, de modo que
tambin la negacin < se aadir as>. As, pues, sern 25
cuatro < casos>. Entendamos lo dicho a partir del dia-
grama siguiente:
<A> <B>
es justo < el> hombre - negacin de esto, no es justo
{< el> hombre,
<.1>
no es no-justo < el> hombre - negacin de es no-justo
(<el> hombre.
En efecto, aqu el es y el no es se aaden a justo y 30
a no-justo. Estas < aserciones>, pues, tal como se dice
en los A nal{ticos 79, se ordenan as. Se comportan de ma-
78 Aqul se aprecia claramente el carcter peculiar que atribuye Aris-
tteles al verbo ser: no se le puede llamar con propiedad nombre ni
verbo, por lo que se le puede llamar indistintamente de una manera o
de otra. Lo propio de l no es desempeflar ninguna de ambas funcio-
nes, sino dar al enunciado el carcter de asercin, de referencia actua-
lizada a la realidad, por ms que formalmente se identifique con la ca-
tegora de los verbos y que cuando acta como segundo elemento de
la asercin, en lugar de como tercero, cumple una funcin ms pro-
piamente verbal, predicativa: asl, por ejemplo, en los casos de asercio-
nes citados en 19b15-18.
79 Analticos primeros 146, 51b36-52a17. Este pasaje, de capital im-
portancia para entender todo el anlisis aristotlico del enunciado apo-
fntico, ser objeto de especial comentario en la Introduccin a los Ana-
58 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
nera semejante aunque la afirmacin sea del nombre to-
mado universalmente, v.g.:
<A'> <B'>
es todo hombre justo - no es todo hombre justo,
<4'> <r'>
no es todo hombre no-justo - es todo hombre no-justo.
35 Salvo que < en este ltimo caso> no cabe que las dia-
gonalmente opuestas sean verdad a la vez de manera se-
mejante, aunque s cabe a veces que lo sean 80. As, pues,
sas son dos < parejas> de oposiciones, y otras nuevas
< se forman> al aadir algo a no-hombre como sujeto:
<A"> <B">
esjusto <el> no-hombre - no esjusto <el> no-hombre,
<4">
lOa no es no-justo < el> no-hombre - es no-justo < el> no-
[homire.
No habr ms oposiciones que stas; estas ltimas son en
s mismas distintas de las anteriores, al usar como nom-
bre no-hombre.
Ifticos primeros. El hecho de que aqu se citen los Analfticos no es nin-
guna prueba de que Sobre la interpretacin sea posterior a este tratado
capital de la lgica aristotlica; el tratamiento sistemtico y la utilizacin
all de smbolos literales, en lugar de vocablos, corresponden, obviamen-
te, a un estadio ms avanzado de elaboracin del pensamiento lgico
que el que revela Sobre la interpretacin. La explicacin de la paradoja
estaria en que una mano posterior (o el propio Aristteles en una revi-
sin de su texto) afIadi la cita, cosa frecuente en las tradiciones tex-
tuales antiguas.
80 En el caso de las aserciones indefinidas de 19b27-29, la interpreta-
cin no universal del sujeto haca compatibles entre s a las opuestas
en diagonal. Estas otras, al hallarse cuantificadas, slo son compatibles
en el caso de B' y A', pero no en el de A' y r'.
SOBRE LA INTERPRETACIN
59
En todos los casos en que no encaja el es, v.g.: en
estar sano y caminar, en estos casos < los verbos> as
colocados hacen el mismo < efecto> que si se aftadiera
es,' V.g.:
est sano todo hombre 81 - no est sano todo hombre,
est sano todo no-hombre - no est sano todo no-hombre;
en efecto, no hay que decir no todo hombre, sino que el
no, la negacin, hay que aftadirla a hombre: pues el todo
no significa lo universal, sino que < se toma> universal-
mente; y queda claro a partir de lo siguiente, 10
est sano <el> hombre - no est sano <el> hombre,
est sano <el> no-hombre - no est sano <el> no-
{hombre
pues stas difieren de aqullas por no < tomarsO'> univer-
salmente; de modo que el todo o el ningn no cosignifi-
can nada ms, sino que se afirma o se niega el nombre
< tomado> universalmente; as, pues, es preciso aftadir
las mismas otras cosas.
Puesto que la negacin contraria a es todo animal jus- 15
to es la que significa que < no> es ningn animal justo,
es manifiesto que stas nunca sern verdaderas a la vez
ni sobre la misma cosa, en cambio las opuestas a stas
81 Tambin aqu se comprueba la preocupacin de Aristteles por
colocar en primer lugar los trminos funcionales, aunque en este caso
el verbo (hygianei) no hace la funcin meramente atributiva, sino tam-
bin la predicativa, por lo que no es puramente funcional (de hecho,
tampoco el verbo 'ser' lo es slrieto sensu, aunque permite el desdoble
de predicado, por un lado, y lo que podramos Uamar jllnetor asertivo,
por otro, por ms que este ltimo no deje de estar tenido de cierto va-
lor connotativo, como la idea de permanencia)) y la de ((identidad)),
entre otras).
60
TRATADOS DE LGICA (RGANON)
lo sern a veces; V.g.: no <es> todo animal justo y es
20 algn animal justo. Y stas se siguen 82 < as>: a
es todo hombre no-justo, <no> es ningn hombre justo,
a
es algn hombre justo, la opuesta < a la primera, > que
no es todo hombre no-justo;
en efecto, necesariamente habr alguno < que lo sea>.
y es manifiesto que en el caso de los singulares, si es
verdadero negar al ser preguntado, tambin es verdadero
2S afirmar, V.g.: - <es> todo hombre sabio? -No: <es>
Scrates no-sabio 83. En cambio, en el caso de los univer-
82 akolouthoUsi. La relacin que aqu establece Aristteles entre aser-
ciones negativas y aserciones afirmativas de atributo negativo se conoce,
en terminologla escoIhtica, como equipolencia. I..t transformacin de
unas en otras se llama tambin obversin. Como se ver a continua-
cin, Aristteles considera que la obversin slo puede darse legitima-
mente en uno de los dos sentidos, no en ambos, lo cual tiene gran
trascendencia para la correcta interpretacin de la lgica aristotlica,
muy diferente en este punto de la lgica moderna. Tendremos ocasin
de sacar las ltimas consecuencias de esas tesis aristotlica en el comen-
tario correspondiente a cienos pasajes paralelos de los Ana{(ticos.
83 Quiere decir que, si es verdad la negacin de que Scrates sea
sabio, tambin es verdad la afirmacin de que es no-sabio. Esto invierte
aparentemente la regla anterior, por la que, de la verdad de una afir-
macin con atributo negativo, se sigue la verdad de la negacin con
atributo positivo, y no al revs. Pero, como se ver a continuacin, esta
inversin es legtima si y slo si los sujetos son singulares, cuya exis-
tencia se da por supuesta por el simple hecho de designarlos con su
nombre propio. En cambio, si la negacin de toda la frase encierra la
posibilidad, como ocurre con los sujetos no singulares, de negar la exis-
tencia misma del sujeto, ya no es legitima la obversin de negacin de
enunciado a negacin de atributo.
SOBRE LA INTERPRETACiN 61
sales no es verdadera la < afirmacin> dicha de manera
semejante < a esta ltima>, y s es verdadera la nega-
cin, v.g.: - <Es> todo hombre sabio? -No: <es>
todo hombre no-sabio; en efecto, esto ltimo es falso 84; 30
pero no <es> todo hombre sabio s es verdad: esta lti-
ma es la opuesta ~ aqulla, en cambio, la contraria 86.
Las < aserciones> que se oponen a base de nombres
y verbos indefinidos, como por ejemplo. en el caso de no-
hombre y no-justo 87, podra parecer que son como nega-
ciones sin nombre o sin verbo: pero no lo son; pues siem-
pre, necesariamente, la negacin ha de ser verdadera o
falsa, y <:1 que diga no-hombre, si no aftade nada, no ha- 3S
br dicho ms ni menos verdad o falsedad que el que di-
ga hombre. Es todo no-hombre justo no significa lo mis-
84 Quiere decir que no se desprende su verdad de la verdad de la
negacin de la primera proposicin.
8S Lase: (da contradictoria.
86 Quiere decir: de la falsedad de una afirmacin, se sigue la verdad
de su negacin (su contradictoria), pero no necesariamente la verdad de
su contraria (ver supra, cap. 7). Ahora bien, <es> Jodo hombre no-
sabio es la equipolente de < no es> ningn hombre sabio, que es la
contraria de < es > todo hombre sabio. Luego la verdad de < es > todo
hombre no-sabio- no se sigue de la verdad de no <es> todo hombre
sabio (contradictoria de <es> todo hombre sabio, y, por tanto, verda-
dera si sta ltima es falsa).
87 Aqu, como en 16a15 (cf. supra, n. 30), Aristteles pone como
ejemplo de verbo (aunque sea indefinido) un adjetivo: est claro, pues,
que la funcin predicativa de lo que Aristteles llama verbO) se pone
aqul por delante de la funcin temporal, lo que confirma la idea de
que ambas funciones son independientes, reunindose en los verbos pre-
dicativos y separndose en los sintagmas verbales con atributo y verbo
copulativo; eso, como ya hemos apuntado, da pie a Aristteles a tratar
de aislar la funcin puramente asertiva (que coincide con la temporal)
asignndola al verbo ser, expreso o elptico, o a otros verbos de menor
carga esencial, como veremos en los Analfticos.
62 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
mo que ninguna de < las frases> anteriores, ni tampoco
la opuesta a esa, no es todo no-hombre justo,' en cambio,
40 <es> todo no-hombre no-justo significa lo mismo que
<no es> ningn no-hombre justo 88.
lOb Aunque se haga una transposicin de los nombres y
los verbos, <la asercin> significa lo mismo, V.g.:
es blanco <el> hombre - es <el> hombre blanco,
pues, si no es lo mismo, habr varias negaciones 89 de la
misma < asercin>, pero se ha mostrado ya que, de una,
slo hay una. En efecto, de es blanco <el> hombre la
negacin < es > no es blanco < el> hombre; por otro la-
do, si la negacin de es < el> hombre blanco no es la
misma que la de es blanco < el> hombre, ser, o bien
no es <el> no-hombre blanco, o bien no es <el> hom-
bre blanco. Pero la primera es la negacin de es < el>
no-hombre blanco, y la segunda de es blanco < el> hom-
bre
90
, de modo que habr dos <contradictorias> de una
10 sola asercin. As, pues, es evidente que al transponer el
88 En realidad no significan rigurosamente lo mismo, aunque, como
dira Aristteles, <do pueden significan>. Si no se trata de una interpo-
lacin, puede explicarse la imprecisin por el deseo del autor de subra-
yar el contraste entre lo que son puros trminos indefinidos y lo que
son propiamente negaciones o afinnaciones con trminos negativos, para
lo que borra provisionalmente las diferencias menores entre estas lti-
mas. Tambin" podria entenderse el tauton semanei (<<significa lo mis-
mo), no como signo de equivalencia, sino de equipolencia: de la ver-
dad de la primera se sigue la verdad de la segunda.
89 Lase: contradictorias. As! es como el argumento tiene fuerza,
pues por captulos anteriores sabemos que a cada asercin slo se le
opone una contradictoria.
90 Aparentemente hay aqu una peticin de principio, como dice
ACKRILL (Aristotle ... , pg. 14S). Pero, en realidad, Aristteles argumen-
SOBRE LA INTERPRETACIN 63
nombre y el verbo se produce la misma afirmacin y ne-
gacin.
11. Aserciones compuestas
Afirmar o negar una cosa de varias o varias de una,
a no ser que de las varias cosas resulte una compuesta,
no es una afirmacin ni una negacin nicas. Digo una 15
cosa, no si existe un nombre pero no hay una unidad a
partir de aqullas, V.g.: el hombre es seguramente animal,
bpedo y civilizado, pero tambin surge una unidad a par-
tir de esas cosas; en cambio, a partir de lo blanco, el
hombre y el caminar no surge unidad. De modo que no
< habr> una afirmacin nica, ni aunque alguien afir-
me una cosa nica acerca de sas -sino que el sonido 20
ta basndose, no en la forma estricta en que aparecen ordenados los
trminos de cada frase, sino en el sentido comn del hablante, que sin
duda entiende espontneamente no es el hombre blanco como negacin
de es blanco el hombre (la negacin tiene tendencia a invertir el orden
que guardan las palabras en la afirmacin, por razones de hiprbaton:
en efecto, los centros de inters de la frase estn, por este orden, en
la primera y la ltima posicin -descontando el verbo atributivo o co-
pulativo, que queda siempre en segundo plano por su carcter funcio
nal-; ahora bien, si queremos que blanco, que destacaba en la afIrma-
cin por su posicin inicial junto al functor es, siga destacando en la
negacin, hemos de trasponerlo a la ltima posicin, porque la primera
queda monopolizada por el adverbio de negacin, que es, por defIni-
cin, el centro mximo de inters de una asercin negativa). As, una
vez el lector se ve forzado a admitir, por presin de la norma lingis-
tica, que no es el hombre blanco es la negacin ms natural de es blanco
el hombre, sin que deje de serlo tampoco no es blanco el hombre, el
argumento de Aristteles es concluyente, aunque, eso s, con la cojera
que supone sustentarse en una mezcla de premisas lgicas y estiUsticas.
64 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
ser uno, pero las afirmaciones, varias-, ni aunque afir-
me sas acerca de una sola -sino que igualmente < se-
rn> varias < afirmaciones> -. As, pues, si la pregunta
dialctica es la exigencia de una respuesta, bien de la pro-
posicin, bien de uno de los miembros de la contradic-
cin 91, Y la proposicin es miembro de una contradiccin,
25 no habr una respuesta nica a eso: en efecto, la pre-
gunta no es nica, ni aunque sea verdadera. Ya se ha
hablado sobre esto en los Tpicos 9lbis. Es evidente, al mis-
mo tiempo, que el qu es tampoco es una pregunta dia-
lctica: pues es preciso que se haya dado a partir de la
pregunta < la posibilidad de> elegir la aseveracin del
miembro de la contradiccin que uno quiera. Pero < en
este caso> es preciso que el que pregunta distinga < al
30 preguntar> si el hombre es tal cosa o no lo es.
Dado que unas cosas se predican compuestas, < hacien<
do> un solo predicado global de los predicados separa-
dos, y otras en cambi<? no, cul es la diferencia? Pues
del hombre es verdadero decir por separado < que es>
animal y < que es> bpedo, y tambin decirlo como una
]S nica cosa, y tambin < decir> hombre y blanco yeso
mismo como una nica cosa; pero, si < se dice de alguien
que es> zapatero y bueno, no < es verdadero decir que
es> tambin buen zapatero. Pues, si < es verdad> que
< es > cada cosa y tambin las dos juntas, surgirn mu-
chos absurdos. En efecto, de hombre es verdadero < de-
cir> hombre y < decir> blanco, de modo que tambin
40 el conjunto; y de nuevo, si < es verdadero decir> blan-
91 Se refiere al mecanismo de discusin propio de los ejercicios dia-
lcticos, tal como se estudio en los Tpicos. Cf. TL-I, Tpicos, Intro-
duccin, pgs. 82-84.
91bis Cf. Tpicos VIII 7-8 (TL-I, pgs. 291-292).
SOBRE LA INTERPRETACIN 65
ca, tambin el conjunto, de modo que ser hombre blan-
co blanco, yeso al infinito; y de nuevo, msico blanco
caminante, yeso combinado mltiples veces. Y an, si 11.
Scrates < es > Scrates y hombre, tambin el hombre S-
crates, y, si hombre y bpedo, tambin hombre bpedo 92.
As, pues, es evidente que, si alguien establece sin ms s
que las combinaciones llegan a darse, ocurre que se dicen
muchas cosas absurdas; decimos ahora, en cambio, cmo
han de establecerse < esas cosas>. De las cosas que se
predican y de aquellas sobre las que viene a predicarse,
no sern una unidad aquellas que se dicen por coinciden-
cia 93, bien sobre la misma cosa, bien cada una sobre una
cosa distinta; v.g.: el hombre blanco es tambin msico,
pero lo blanco y lo msico no son una unidad: pues am- 10
bos son accidentes 94 de lo mismo. Y aunque sea verdade-
ro decir que lo blanco es msico, lo msico blanco no
ser, sin embargo, una unidad: pues lo msico es blanco
por coincidencia, de modo que lo blanco no ser msi-
co 95. Por eso tampoco el zapatero < ser> bueno sin
92 Con lo que se podra decir, por ejemplo, de Scrates, que es
hombre bpedo hombre Scrates, redundancia que Aristteles llama,
en Sobre las refutaciones sofisticas, parloteo vano o (ver
ibid., caps. 3 -pg. 312 de TL-I- y 13 -pgs. 341-342 de TL-I-).
93 kata symbeblks, normalmente traducido: por accidente)).
94 symbeblkta.
95 En todo este psaje hemos renunciado al empleo de la cursiva
(que suele corresponder a no usados, sino mencionados), por-
que Aristteles basa toda la fuerza de su argumentacin precisamente
en hacer ver la falta de conexin intdnseca real entre la blancura y la
musicalidad. Esto confirma lo que decamos en la Introduccin al vol. I
de esta misma edicin (TL-I, pg. 12), a saber, que Aristteles propia-
mente no menciona palabras como tales, sino slo en cuanto referidos
a algo (el grado de referencialidad -o suppositio, en terminologa de
115. - 5
66 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
IS ms, pero s que el animal < ser> bpedo: en efecto, no
lo ser por coincidencia. Tampoco < sern una unidad>
las cosas que estn incluidas una en otra; por eso lo blan-
co no < ser blanco> muchas veces, ni el hombre < se-
r> hombre animal u hombre bpedo: pues lo bpedo y
lo animal est incluido en el hombre. En cambio, es ver-
dadero decir < algo> de la cosa concreta 96 y decirlo tam-
bin sin ms, V.g.: que el hombre individual es hombre
20 o que el individuo blanco 97 es un hombre blanco; pero
no siempre, sino que, cuando en lo que se aftade se halla
incluida alguna de las cosas opuestas de las que se sigue
una contradiccin, no es verdadero, sino falso -V.g.: lla-
mar hombre a un hombre muerto-, pero, cuando eso no
se halla incluido, es verdadero. O bien, cuando se halla
2S incluido, nunca es verdadero y, cuando no se halla inclui-
do, no siempre: como, por ejemplo, Homero es algo, v.:
g.: poeta; entonces, es tambin o no 98? En efecto, el es
se predica de Homero accidentalmente, pues es en cuanto
poeta, pero el es no se predica en s mismo acerca de
Homero 99. De modo que, en todas las predicaciones en
30 que no hay incluida una contrariedad cuando se dicen las
Ockham- varia mucho, yendo de la plenitud -como aqu- a niveles
en los que casi se puede hablar de mencin pura).
96 toa tins, lit.: del alguno (cf. TL-I, pg. 31, n. 8).
97 Ms literalmente, habrla de traducirse por: el blanco individual,
o ms radicalmente an: el un blanco.
98 Lase: existe o no?. Mantenemos el uso de 'es' con ese senti-
do para facilitar la comprensin de por qu se plantea el problema en
griego.
99 Este pasaje demuestra que, para Aristteles, el sentido primario
de stin es existe. De lo contrario, no afirmarla que el uso con ese
sentido sin ms es la predicacin de stin en s mismo, opuesta a la
predicacin accidental, que es la que comporta la presencia de un atri-
buto (el cual modula aquel sentido primordial: Homero no existe sin
SOBRE LA INTERPRETACiN 67
definiciones en lugar de los nombres, y se predican < las
cosas> en s mismas y no accidentalmente, tambin ser
verdadero decir la cosa concreta sin ms. En cambio, no
es verdadero decir que lo que no es, en cuanto es posible
opinar de l, es algo: pues la opinin acerca de l no es
que es, sino que no es.
12. La oposicin de las aserciones modales
Una vez definidas estas cuestiones, hay que investigar
cmo se relacionan mutuamente las negaciones y afirma- 3S
ciones de lo que es posible que sea y lo que no es posi-
ble que sea, y de lo admisible y lo no admisible, y acer-
ca de lo imposible y lo necesario; pues presenta algunas
dificultades. En efecto, si entre las < expresiones resultan-
tes> de una combinacin < de trminos> se oponen en-
tre s todas las contradicciones que se ordenan con arreglo
al ser y al no ser 100, v.g.: si la negacin de ser < el>
hombre es no ser < el> hombre, no ser < el> no-hom-
bre, y de ser <el> hombre blanco es no ser <el> hom- llb
bre blanco, pero no ser < el> hombre no-blanco -pues,
si la afirmacin o la negacin es acerca de todos y cada
uno 101, ser verdadero decir que el le\o es < el > hom - s
ms, sino slo como poeta, es decir, en la medida en que su poesa si-
gue viva entre nosotros).
100 Como se ver por los ejemplos, quiere decir que slo es verda-
dera apphasis, negacin, la que niega al verbo ser, no al sujeto ni al
atributo (pues slo el verbo ser desempefta la funcin propiamente aser-
tiva, al menos en los enunciados no modales, asert6ricos).
101 katii pants (en griego tiene sentido distributivo, no globalizador,
como nuestro 'todo').
68
TRATADOS DE LGICA (RGANON)
bre no-blanco 102 y, si es as, tambin en aquellos casos
en que no se ai\ade ser har el mismo efecto lo que se
diga en lugar de ser, V.g.: la negacin de <el> hombre
camina no es <el> no-hombre camina, sino no camina
<el> hombre: pues no hay ninguna diferencia entre decir
que < el > hombre camina o decir que < el > hombre es
10 uno que camina 103_, entonces, si es as en todo, tambin
la negacin de lo que es posible que sea es lo que es po-
sible que no sea, pero no lo que no es posible que sea.
En cambio, parece que la misma cosa puede ser y no ser:
pues todo lo que puede cortarse y caminar puede tambin
no caminar y no cortarse; la razn es que todo lo que
15 es posible de este modo no siempre es efectivo 104, de mo-
do que tambin se dar en ello la negacin: pues lo ca-
paz de caminar puede tambin no caminar, y lo visible
102 El argumentp de Aristteles, muy conciso, es el siguiente: si la
negacin de ser el hombre blanco es ser el hombre no-blanco, entonces
para negar, por ejemplo, la evidente falsedad ellello es el hombre blan-
co, incurriramos en la no menos evidente falsedad el lello es el hombre
no-blanco. Ahora bien, comoquiera que esto es imposible debido a que,
como ya se ha demostrado antes, la negacin de una asercin falsa ha
de ser una asercin verdadera, es cIaro que la supuesta negacin no es
tal.
103 Aqu establece Aristteles claramente su famosa equivalencia (re-
duccin, ms bien) de las frases con verbo predicativo a frases con ver-
bo atributivo. Por encima de las crticas que ello le ha merecido, hay
que reconocer cul es la verdadera intencin que hay tras este expedien-
te: aislar el elemento puramente asertivo de los elementos designativos
del enunciado, para mejor estudiar su estructura. La utilizacin, para
ello, del verbo efnai, con todos los inconvenientes que conllevan sus con-
notaciones cscncialistas (reconocidas por el propio Aristteles en los
Tpicos 11 1, l()9all ss. -TL-I, pgs. 122-123-), es un lastre del que
se desprende en los Analiticos, sustituyendo efnai por el ms neutro ver-
bo hyprchein, estar disponible)), darse)) (cf. ibid. -TL-I, n. 48-).
104 energe, lit.: es eficaz)), es activo)), o acta)), obra)). Arist-
SOBRE LA INTERPRETACiN 69
puede tambin no ser visto. Sin embargo, es imposible
que las enunciaciones opuestas acerca de la misma cosa
sean verdaderas; entonces no es sa la negacin: en efec-
to, resulta de esto que, o bien se afirma y se niega lo
mismo a la vez acerca de la misma cosa, o bien las afir- 20
maciones y negaciones no se forman con arreglo al ser
y el no ser aadidos lOS. Si, pues, lo primero es imposi-
ble, habr que elegir lo segundo. Entonces la negacin
de es posible que sea es no es posible que sea. El mismo
argumento < vale> tambin para es admisible que sea:
en efecto, tambin la negacin de esto es no es admisible
que sea. Y de manera semejante en los dems casos, v. 25
g.: lo necesario y lo imposible. En efecto, sucede que, as
como en aquellos casos 106 el ser y el no ser son aftadidu-
ras 107, y las cosas supuestas 108 son blanco y hombre, as
teles crea, a partir de ese verbo, el sustantivo abstracto enrgeia, tradu-
cido defectuosamente en latln por aclus y, en castellano, por acto,
trminos hoy totalmente estereotipados: sera mejor, para conservar las
connotaciones del original, efectividad.
lOS Es decir, no se forman aplicando la negacin al verbo ser, como
en las aserciones fcticas.
106 Esto es, en los enunciados asertricos o aserciones fcticas.
107 Como se ve, la expresin ms usada por Aristteles para referir-
se a los trminos funcionales que dan carcter asertivo a un enunciado
(el verbo ser, por c;jemplo) es prslhesis aiIadidura, o proslithnal aJla-
din>. Con ello da a entender que son tnninos aparte, radicalmente
diferentes de los trminos designativos normales (cf. supra, cap. lO,
19b19: proskaligorlhi se predica ... como un ailadido; 19b24-2S: pros-
kersela; se aftadir; 19b30: prskeitai se aftade).
108 hypokemena, lit.: subyacentes. Sera incorrecto traducir por
sujetos, pues, como se ver, slo uno de los ejemplos corresponde
al sujeto gramatical, mientras que el otro es un tpico atributo. Hay
que entender que Aristteles est oponiendo aqu los trminos meramente
asertivos, que se superponen o aJladen a los primeros, tomados co-
mo base.
70 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
aqu el ser se convierte en algo as como un supuesto Ul9,
30 mientras que el poder y el admitirse son las ai\adiduras
que determinan lo verdadero en el caso de lo que es po-
sible que sea y lo que no es posible que sea, igual que
en los casos anteriores lo determinan el ser y el no ser.
Ahora bien, la negacin de es posible que no sea es
35 no es posible que no sea. Por eso es concebible que se
sigan mutuamente las < aserciones> es posible que sea
y es posible que no sea; en efecto, la misma cosa puede
ser y no ser: pues tales < aserciones> no son contradic-
torias entre s. Pero es posible que sea y no es posible que
sea nunca < sern verdad> a la vez: pues se oponen 110.
2211 Y tampoco es pOSible que no sea y no es posible que no
sea < sern> nunca < verdad> a la vez. De manera se-
mejante, la negacin de es necesario que sea no es es ne-
cesario que no sea, sino no es necesario que sea, de es
necesario que no sea, no es necesario que no sea. Y de
es imposible que sea no es es imposible que no sea, sino
no es imposible que sea; de es imposible que no sea, no
es imposible que no sea. Y, en general, como ya se ha
dicho, hay que poner el ser y el no ser como supuestos,
y adjuntar esas < expresiones> 111 al ser y no ser para
10 que hagan la afirmacin y la negacin. Y conviene consi-
derar opuestas las enunciaciones siguientes: es posible-
109 En efecto, en la asercin modal la funcin puramente asertiva
pasan a desempeftarla los trminos es posible, es admisible, es necesa-
rio, es imposible. Ntese, sin embargo, que el ser no se convierte en-
tonces en un ((SUDlICStO) normal, sino en ((algo as como (has) un su-
puesto.
110 Lase: ((contradictoriamente. En general, si no se dice explcita-
mente otra cosa,' Aristteles usa el verbo antikefsthai como sinnimo de
((oponerse contradictoriamente.
111 Es posible, es admisible, es necesario, es imposible, con sus res-
pectivas negaciones.
SOBRE LA INTERPRETACIN
71
no es posible, es admisible - no es admisible, es imposi-
ble - no es imposible, es necesario - no es necesario, es
verdadero - no es verdadero.
13. La derivacin de las aserciones modales
Puestas as las cosas, tambin las derivaciones 112 se
producen de conformidad con una regla 113; en efecto, a 15
es posible que sea le sigue es admisible que sea, y viceversa
y tambin no es imposible que sea y no es necesario que
sea; a es posible que no sea y es admisible que no sea,
< le siguen> no es necesario que no sea y no es imposi-
ble que no sea, a no es posible que sea y no es admisi-
ble que sea, es necesario que no sea y es imposible que
sea, a no es posible que no sea y no es admisible que 20
no sea, es necesario que sea y es imposible que no sea.
Vase lo que decimos a partir del cuadro sinptico si-
guiente:
<A> es posible que sea no es posible que sea <8> 25
es admisible que sea no es admisible que sea
no es imposible que sea es imposible que sea
no es necesario que sea es necesario que no sea
<C> es posible que no seo no es posible que no sea <D>
es admisible que no sea no es admisible que no sea
no es imposible que no sea es imposible que no sea 30
no es necesario que no sea es necesario que sea 114.
112 Es decir. las derivaciones de unas aserciones modales a partir de
otras.
113 kata lgon.
114 En este cuadro aparece una inconsistencia derivada de los dos
72 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
As, pues, lo imposible y lo no imposible se siguen de
lo admisible y lo posible y de lo no admisible y lo no
posible, por una parte de manera contradictoria y por
otra parte de manera inversa: en efecto, de lo posible se
3S sigue la negacin de lo imposible y, de la negacin, la
afirmacin; pues de no es posible que sea < se sigue>
es imposible que sea: en efecto, es imposible que sea es
una afirmacin, y no es imposible es una negacin.
Ahora bien, hay que ver cmo < se comporta> lo nece-
sario. Es manifiesto, ciertamente, que no < se comporta>
as m, sino que se siguen las contrarias, mientras que las
llb contradictorias estn aparte. En efecto, la negacin de es
sentidos que tiene el trmino 'admisible' en Aristteles (y que l mismo
distingue claramente en los Anal. pro 1 3, 25a37-40, y I 13, 31818-29),
a saber, no imposible, sin mds (lo que no excluirla que una cosa admi-
sible fuera tambin necesaria) y no imposible - no necesario, sentido para
el que el latn y el castellano tienen el trmino 'contingente', y que es
el sentido usual que tanto 'admisible' como 'posible' tienen en todas las
lenguas (por eso Aristteles, llevado por la tendencia a respetar la se-
mntica del lenguaje natural como marco de sus anlisis lgicos, al de-
cir unas lneas ms arriba que lo posible es lo que puede ser o no ser,
da esa acepcin ((compuesta como primordial). La inconsistencia est
en que, en los cuadrantes A y e del esquema, la implicacin slo es
vlida si 'posible' y 'admisible' se entienden en sentido compuesto (no
imposible - no necesario), mientras que en los cuadrantes B y D la im-
plicacin exige dar a esos mismos trminos su acepcin ((simple o res-
tringida (no imposible, sin mds): en efecto, si no es admisible que sea
se entiende en sentido compuesto, equivaldra a no es no necesario que
sea, que, simplificando la doble negacin, dar: es necesario que sea,
a saber, justamente lo contrario del cuarto esquema modal del cuadran-
te (es necesario que no sea). Aristteles corrige esta inconsistencia unas
lneas ms abajo intercambiando entre s los ltimos esquemas de los
cuadrantes A y C.
1\5 Es decir, la relacin que hay entre cada asercin de necesidad
y su paralela del cuadrante contiguo no es de contradiccin (como en
SOBRE lA INTERPRETACIN 73
necesario que no sea no es no es necesario que sea; pues
cabe que ambas sean verdad sobre la misma cosa: en efec-
to, lo que es necesario que no sea no es necesario que
sea. La causa de que no se sigan de manera semejante
a las otras es que, tomado de manera contraria 116, lo im-
posible se corresponde con lo necesario, al tener la misma
virtualidad 117; pues, si es imposible que sea la cosa en s
cuestin, es necesario, no que sea, sino que no sea; y, si
es imposible que no sea, es necesario que la cosa en cues-
tin sea; de modo que, si bien aquellas < expresiones 118
se siguen> igual que lo posible y lo no posible, stas,
~ cambio, < se siguen> a partir de la contraria, ya que
lo necesario y lo imposible significan lo mismo, pero co-
mo ya se ha dicho, de manera inversa. D acaso es im- 10
posible que las contradicciones de lo necesario se establez-
can as? En .efecto, lo que es necesario que sea es posible
que sea; pues, si no, se seguira la negacin: en efecto,
necesariamente se afirma o se niega; de modo que, si no
es posible que sea, es imposible que sea; ahora bien, en-
tonces < resulta que> es imposible que sea lo que es ne-
cesario que sea, lo cual es absurdo. Sin embargo, de es
posible que sea se sigue no es imposible que sea, y de IS
esto se sigue no es necesario que sea; de modo que resul-
ta que lo que es necesario que sea no es necesario que
sea, lo cual es absurdo 119. Sin embargo, de es posible que
el caso de lo posible y lo admisible, de un lado, y lo imposible, de
otro), sino de subcontrariedad o compatibilidad (cf. n. ant.).
116 Es decir, como necesario que no sea.
117 lo auto dynmenon. De ahl, latinizada, sale la expresin 'equipo-
lente', lit.: que puede lo mismo)).
118 A saber, las de lo imposible y no imposible.
119 Suponiendo, como hace Aristteles abusivamente, que lo posible
y lo necesario sean mutuamente convertibles, suposicin que apoya en
74 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
sea no se sigue ni es necesario que sea 120 ni es necesario
que no sea: en efecto, ambas cosas pueden darse en aqu-
lla 121, pero si cualquiera de esas dos cosas es verdad aque-
20 Ilas < aserciones> ya no lo sern 122; en efecto, es -posi-
ble a la vez que sea y que no sea; pero, si necesariamen-
te es o no es, no sern posibles ambas cosas. <Slo>
queda, por tanto, que de es posible que sea se siga no
es necesario que no sea: en efecto, esto es verdad tambin
acerca de es necesario que sea. Y, en efecto, sta resulta
ser la contradiccin de la < asercin> que sigue a no es
2S posible que sea; pues de aqulla se sigue es imposible que
sea y es necesario que no sea, cuya negacin es no es ne-
cesario que no sea. Se siguen tambin, pues, esas contra-
dicciones segn el modo explicado, y no resulta ninguna
cosa imposible al establecerlas as.
una aplicacin incorrecta del principio de tertio excluso a la relacin de
contrariedad entre necesario e imposible, que son conceptos incompati-
bles, pero que admiten justamente el trmino medio de lo contingente,
es decir, de lo no necesario y no imposible (o, simplemente, posible).
Pues bien, es precisamente la eliminacin de la nocin de contingencia,
o del sentido compuesto de la admisibilidad-posibilidad, lo que lleva
ahora a Aristteles a corregir acertadamente la tabla anteriormente ex-
puesta, aunque valindose de una justificacin incorrecta: bastaba, para
hacer la correccin, argumentar a favor de la preeminencia del sentido
simple de posible (compatible, pero no convertible, con necesario) sobre
el sentido compuesto (contingente) (ver supra, n. 114).
120 Aqul Aristteles razona correctamente, negando la convertibilidad
de posible con necesario.
121 Es posible que sea cubre por igual la posibilidad de ser y la de
no ser (en defInitiva, pues, es equivalente a es posible que no sea).
122 En efecto, si es posible que sea se interpreta en sentido positivo,
dando por seguro que es, ya no ser verdad que es necesario que no
sea. Y, si se interpreta en sentido negativo (no es), ya no ser verdad
que es necesario que sea.
SOBRE LA [NTERPRET AC[N 75
Alguien podra dudar de si es posible que sea sigue a
es necesario Que sea. Pues, si no la sigue, se seguir la 30
contradiccin, no es posible que sea: y si alguien dijese
que sa no es la contradiccin, habra que decir necesa-
riamente que < la contradiccin es> es posible Que no
sea: las cuales son ambas falsas acerca de es necesario
Que sea. Sin embargo, una vez ms, la misma cosa parece
tener la posibilidad de cortarse y de no cortarse, de ser
y de no ser, de modo que lo que es necesario que sea 35
sera admisible que no fuera; ahora bien, esto es falso.
Es manifiesto, sin duda, que no todo lo que es posible
,Que sea o que camine puede tambin < ser o hacer> lo
opuesto, sino que hay casos en los que eso no es verdad;
ante todo, en el caso de las cosas que son posibles pero
no con arreglo a la razn, V.g.: el fuego es capaz de ca-
lentar y tiene una potencia irracional
12l
-as, pues, las 13.
potencias racionales 124 lo son de varias cosas y de los
contrarios, en cambio las irracionales, no todas < son
as>, sino que, como ya se ha dicho, el fuego no es ca-
paz de calentar y no calentar, y tampoco todas aquellas
otras cosas que siempre son efectivas; algunas, sin em-
bargo, de las cosas con potencias irracionales pueden tam-
bin simultneamente lo contrario; pero esto se ha dicho
por mor de esto otro, que no toda potencia lo es de los 5
opuestos, ni siquiera todas las potencias que se dicen < ta-
les> con arreglo a la misma especie-, por otro lado, al-
gunas potencias son homnimas: en efecto, lo posible no
se dice de manera simple, sino, por una parte, que es ver-
dadero porque es efectivamente 12S, V.g.: capaz de cami-
l2l /ogon.
124 meta /dgou.
12S energeai (cf. supra, n. [04).
76 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
nar porque camina y, en general, que es posible que sea
porque ya es efectivamente lo que se dice que es posible
que sea y, por otra parte, porque acaso sera efectivo, v.
g.: capaz de caminar porque acaso caminarfa. Y esta lti-
ma potencia es propia slo de las cosas 'mudables, aquella
otra, en cambio, tambin de las inmutables; en ambos ca-
sos, sin embargo, es verdadero decir que no es imposible
que camine o que sea, tanto lo que ya camina y es efec-
15 tivo como lo capaz de caminar. As, pues, no es verda-
dero decir lo posible en este sentido acerca de lo necesa-
rio sin ms; lo otro 126, en cambio, si es verdadero. De
modo que, como lo universal sigue a lo particular 127, a
lo que es por necesidad le sigue lo que puede ser, aun-
que no todo. y quiz lo necesario y lo no necesario son
el principio de ser o de no ser para todo, y las dems
20 cosas es preciso investigarlas como derivadas de sas.
Es manifiesto sin duda, a partir de lo dicho, que lo
que es por necesidd es efectivamente, de modo que, si
las cosas eternas son anteriores, tambin la efectividad es
anterior a la potencia. Y unas cosas son efectividades sin
potencia, v.g.: las entidades primarias, otras lo son con
potencia -las cuales son anteriores por naturaleza y pos-
25 teriores en el tiempo- y otras nunca son efectividades,
sino slo potencias 128.
126 Lase: el otro tipo de posible, a saber, lo que es posible porque
se da efectivamente.
127 t; en mre;. 'Seguir a' no debe entenderse como 'estar implica-
do en', sino al revs, como 'incluir',
128 Este ltimo prrafo del captulo trata de ofrecer un correlato
ontolgico de los conceptos de necesidad, posibilidad o potencia, y efec-
tividad. Las efectividades (<<actos, en terminologa tradicional) puras
SOBRE LA INTERPRETACIN
77
14. La contrariedad de las aserciones
Es la afirmacin contraria a la negacin. o bien lo es
la afirmacin a la afirmacin, y el enunciado que dice que
<es> todo hombre justo al que dice que <no es> nin-
gn hombre justo, o <es> todo hombre justo a <es> 30
todo hombre injusto? V.g.:
es Calias justo - no es Calias justo - Calios es injusto,
cules de stas son contrarias? Pues, si lo < que hay>
en el sonido se sigue de lo < que hay> en el pensamien-
to, y all es contraria la opinin de lo contrario, V.g.:
que < es> todo hombre justo < es contraria> a < es>
todo hombre injusto, tambin en las afirmaciones que 35
< se dan> en el sonido es necesario que ocurra de ma-
nera semejante. Pero, si ni siquiera all la opinin de lo
contrario es contraria, tampoco la afirmacin ser contra-
ria a la afirmacin, sino la negacin ya dicha. De modo
que hay que investigar qu clase de opinin verdadera es
contraria a la opinin falsa, si la de la negacin o la que
opina que es lo contrario. Digo as: hay una opinin ver- 40
dadera de lo bueno < en el sentido de> que es bueno,
una falsa < en el sentido de> que no es bueno y otra 13b
< en el sentido de> que es malo, cul de esas es con-
traria a la verdadera? Y. si hay una sola, con arreglo
a cul de las dos es contraria < la verdadera>? (En efec-
to, creer que las opiniones contrarias se definen por eso,
seran, segn se desprende del conjunto de la obra aristotlica, las enti-
dades no sujetas a cambio; las efectividades asociadas a una potencia
seran las entidades naturales; y las potencias puras seran los indefini-
bles sustratos de los entes sublunares, a saber, la materia informe (ine-
xistente por separado).
78 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
porque lo son de los contrarios, es errneo, pues la < opi-
nin> de lo bueno < en el sentido de> que es bueno y
de lo malo < en el sentido de> que es malo es segura-
mente la misma, y es verdadera, ya sean varias, ya sea
una sola; ahora bien, stas son contrarias; pero entonces
no son contrarias por serlo de los contrarios, sino ms
bien por serlo de manera contraria.)
Si, pues, de lo bueno existe la opinin de que es bue-
no, de que no es bueno y de que es otra cosa cualquiera
que no se da ni es posible que se d (y ciertamente no
cabe sostener ninguna otra < opinin>, ni la que consi-
10 dera que se da lo que no se da, ni la que considera que
no se da lo que se da -pues ambas son indeterminadas,
as la que considera que se da lo que no se da, como
la que considera que no se da lo que se da-, sino que
< slo cabe sostener aquellas opiniones> en las que es
posible el errar y tales son las que < se refieren a cosas>
de las que < surgen> las generaciones 129 -y las genera-
ciones < nacen> de los opuestos, de modo que tambin
15 los errores-), si, por lo tanto, lo bueno es bueno y no
malo y en el primer caso lo es en s y, en el segundo,
por accidente (puesto que ha coincidido en ste no ser
malo), entonces, de cada una <de estas opiniones>, la
< que se refiere a> lo en s es la ms verdadera y asi-
mismo la ms falsa 130 (supuesto que tambin lo es la ver-
dadera). As, pues, la < opinin> de que no es bueno
lo bueno es falsa acerca de lo que se da en s mismo,
129 Es decir, las cosas que nacen, evolucionan y perecen: las cosas
mudables (slo sobre ellas es posible errar, segn Aristteles).
110 Lase: la ms falsa es tambin la que versa sobre lo que es en
s.
SOBRE LA INTERPRETACIN 79
mientras que la de que es malo < es falsa> acerca de lo
< que se da> por accidente, de modo que sera ms falsa 20
acerca de lo bueno la de la negacin que la de lo contra-
rio. Yerra al mximo, en torno a cada cosa, el que tiene
la opinin contraria 131: pues los contrarios son de las co-
sas que ms difieren acerca de lo mismo. Si, pues, una
de esas dos < opiniones> es contraria, y lo es ms la de
la contradiccin, es evidente que esa ser la contraria. La 25
de que lo bueno es malo es compleja: en efecto, segura-
mente es necesario dar por supuesto tambin que la mis-
ma < persona> no es buena.
Adems, si en los dems casos es preciso que se com-
porten de manera semejante, parecer que tambin en ste
se ha explicado bien < la cosa>; en efecto, o < lo contra-
rio es> en todos los casos lo < que versa sobre> la
contradiccin o no lo es en ninguno; pero en aquellas co-
sas de las que no hay < opinin> contraria, es falsa la 30
opuesta a la verdadera, V.g.: yerra el que cree que el
hombre no es hombre. Si, pues, estas son contrarias, tam-
bin las otras <que versan acerca> de la contradiccin.
Adems, se comporta de manera semejante la < que
sostiene acerca> de lo bueno que es bueno y la <que
sostiene. acerca> de lo no-bueno que no es bueno, y,
frente a estas 1J2, la < que sostiene acerca> de lo bueno
que no es bueno y la < que sostiene acerca> de lo no- 35
bueno que es bueno. As, pues, frente a la opinin, que
es verdadera, de que lo no-bueno no es bueno, cul es
la contraria? Pues ciertamente no es la que dice que es
IJI Es decir, la contraria a la verdadera.
132 Es decir, como contrarias, respectivamente, de las anteriores.
80 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
malo: en efecto, podra ser verdadera a la par < que la
anterior> y nunca una verdadera es contraria a otra ver-
dadera; pues hay algo no-bueno que es malo, de modo
que cabe que sean verdaderas al mismo tiempo. Y tam-
poco, a su vez, la de que no es malo; pues tambin esa
40 es verdadera: en efecto, tambin esas cosas seran simul-
14. tneas. Slo queda, ciertamente, que la contraria a la de
que lo no-bueno no es bueno <sea> la de que lo
no-bueno es bueno. De modo que tambin la de que lo
bueno no es bueno < es contraria> a la de que lo bueno
es bueno.
Es manifiesto que en nada se diferenciar <la cosa>
aunque pongamos la afIrmacin en forma universal: en
s efecto, la negacin universal ser la contraria, v.g.: a
la opinin que sostenga que todo lo bueno es bueno, la
que sostenga que nada de lo bueno es bueno. Pues la de
que lo bueno es bueno, si lo bueno < se pone> en for-
ma universal, es idntica a la que sostiene que cualquier
cosa que sea buena es buena: yeso no se diferencia en
nada de <decir> que todo lo que sea bueno es bueno.
De manera semejante en el caso de lo no-bueno.
14b De modo que, si en el caso de la opinin < las cosas >
se comportan as, y las afIrmaciones y negaciones < que
hay> en el sonido son smbolos de lo < que hay> en
el alma, es evidente que tambin es contraria a la afirma-
cin la negacin sobre lo mismo <tomado> universal-
mente, v.g.: a la de que todo lo bueno es bueno o que
todo hombre es bueno, la de que nada o ninguno lo es,
s y, de forma contradictoria, que no todo o no todos. Es
manifIesto tambin que la verdadera no cabe que sea con-
traria a la verdadera, ni la opinin ni la contradiccin;
pues son contrarias las < que versan> sobre los opuestos,
SOBRE LA INTERPRETACIN 81
y sobre stos cabe que la misma < persona> hable con
verdad: en cambio, no cabe que los contrarios se den a
la vez en la misma cosa 13l
13l Este ltimo pasaje es, sin duda, confuso. La interpretacin ms
lgica sera la siguiente: son contrarias las opiniones y aserciones que
versan sobre los opuestos (es decir, los opuestos por negacin, como
ha venido repitiendo Aristteles a lo largo de todo el captulo). Ahora
bien, sobre los opuestos cabe tener opiniones y formular aserciones que
sean simultneamente verdaderas (v.g.: lo que es bueno es bueno y lo
que no es bueno no es bueno), pero. no cabe en absoluto que los con-
trarios (que son una clase de opuestos) se den realmente (hyprchein)
a la vez en la misma cosa (v.g.: una cosa no puede ser a la vez buena
y no buena). La interpretacin de ACKRILL (son contrarias las <aser-
ciones> que implican a sus opuestas -esto es, son contrarias las uni-
versales, cada una de las cuales implica a la particular contradictoria-
mente opuesta a la otra-, y sobre stas -las particulares opuestas-
cabe que uno sostenga a la vez opiniones verdaderas ... etc.) nos parece
excesivamente rebuscada desde el punto de vista lgico e injustificable
desde el punto de vista filolgico (es difcil de creer que un simple peri
pueda significar implican).
lIS. - 6
ANALTICOS PRIMEROS
INTRODUCCIN
Estamos, por fin, ante la obra cumbre de la lgica,
aristotlica. Paradjicamente, es sta la ms instrumen-
tal de todas, la que menos substancia filosfica parece
contener si se la compara con el resto de la produccin
aristotlica. No por casualidad es la construccin ms ge-
nuinamente formal erigida por el Estagirita, el edificio
epistemolgico que iba a sentar el canon de toda la ar-
quitectura intelectual de las civilizaciones islmica y cris-
tiana hasta el siglo XVII, y qu no iba a ser sustancial-
mente superada, en rigor, hasta el XIX, con el desarrollo
generalizado de la lgica matemtica.
El ttulo de la obra hace referencia al carcter reduc-
ton> o simplificador de las frmulas deductivas que en
ella se presentan (estamos, aparentemente, ante un ttulo
autnticamente aristotlico), que permite, a diferencia de
la rapsodia de los Tpicos, condensar los diversos tipos
de argumentos en unos pocos esquemas deductivos, de los
que cabe, a su vez, una ulterior asimilacin a uno solo:
la llamada primera figura silogstica.
Este ltimo, por cierto, podra muy bien ser el ttulo
del tratado, como se sugiere ya en los ttulos de las dos
obras actuales ms importantes sobre el tema: las Silogsti-
cas de Lukasiewicz y Patzig (ver Bibliografa de Tratados
de Lgica 1 - TL-I-, Y Suplemento bibliogrfico de los
presentes TL-II).
86 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
Qu es un silogismo? Dicho sin recurrir a tecnicismos
opacos para los no iniciados en lgica formal, es un es-
quema de enlace de tres trminos (hroi) llamados, respec-
tivamente, trmino primero (protos hros) o extremo
mayor (mefdson kron), medio (mson) y trmino lti-
mo (schatos hros) o extremo menaD) (latton kron);
enlace que, a travs de dos enlaces binarios de cada uno
de los extremos con el medio, enlaces conocidos como
premisas o proposiones, permite establecer entre los
extremos una relacin no dada inicialmente (las relaciones
inicialmente dadas son slo las existentes por separado en-
tre cada uno de los extremos y el medio).
Este esquema adquiere su mxima transparencia y sim-
plicidad en' la llamada primera figura (prton schma),
en que el orden de los tres trminos es uno de generali-
dad descendente, o de concrecin progresiva de una reali-
dad universal en otra incluida en la primera como en un
todo. O bien -caso de que entre dos trminos exista
una relacin de exclusin, o negacin del uno respecto al
otro-, un orden cuya interrupcin por la negacin mani-
fiesta por s misma la ausencia de inclusin de la realidad
menos general del trmino menor en la ms general del
mayor.
Esta figura o esquema es la nica en que el trmino
medio ocupa realmente esa posicin: por ello, por su ca-
rcter deductivo obvio y transparente, y porque es la ni-
ca que permite probar aserciones de los cuatro tipos con-
siderados en el libro Sobre la interpretacin (universal
afirmativa, A; universal negativa, E; particular afirmativa,
1; particular negativa, O), Aristteles la pone como la ni-
ca autnticamente concluyente: las otras dos figuras deben
su validez a la posibilidad de transformarse, directamente
(por medio de la conversin -ver infra- de sus propo-
ANALTICOS PRIMEROS (INTROD.) 87
siciones) O indirectamente (por el llamado procedimiento
de reduccin al absurdo, o tambin por exposicin o k-
thesis -ver infra, n. 23-), en frmulas de la primera fi-
gura. Conviene recordar al respecto que el orden en que
habitualmente conecta Aristteles los trminos del silogis-
mo es el siguiente:
PRIMERA FIGURA: P-M, M-S: P-S (donde P = trmino pri-
mero; M = trmino medio; S = trmino ltimo).
O, con su propia expresin:
Se da (o no) A en (todo o ningn B), se da B en (todo o al-
{gn) C:
Se da (o no) A en (todo, ningn o algn) C
SEGUNDA FIGURA: M-P, M-S: P-S.
Esto es:
Se da (o no) M en (todo o ningn N, se da (o no) en (todo,
ningn o algn) O:
No se da N en (ningn o algn) O.
TERCERA FIGURA: P-M, S-M: P-S.
Esto es:
Se da (o no) P en (todo, ningn o algn) S, se da R en (to-
(do o algn) S:
Se da (o no) P en algn R.
Salta, pues, a la vista que, si bien en la segunda y ter-
cera figuras M ocupa al menos una vez la posicin in-
termedia, como corresponde a su papel de nexo, slo en
la primera se halla ntegramente en esa posicin. Y salta
igualmente a la vista, si procedemos a invertir el orden
de los trminos en las dos premisas de la primera, a fin
de obtener la llamada cuarta figura (atribuida a Galeno),
que sta (M-P, S-M: P-S) coloca al medio en los extre-
88 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
mos, razn decisiva, sin duda, para que Aristteles no la
tomara en consideracin. Pues Aristteles intenta con el
silogismo crear un mecanismo de convicci6n que, ;ns all
de la semntica de los trminos concretos (aunque tanto
las reglas de enlace como las de transformacin de unos
enlaces en otros son en definitiva reglas semnticas; ver
in/ra), haga patente por su misma estructura, por su fi-
gura, la concatenacin entre los extremos. Es esto for-
malismo? No en el sentido pleno de la logstica, pero s
en el sentido en que caba que lo fuera dentro de un tipo
de reflexin que todava no haba cobrado conciencia del
lenguaje como puro objeto, susceptible de ser manipulado
con total independencia de su referencia a la realidad.
Esa incapacidad para abstraer del lenguaje su pura sin-
taxis interna, libre de toda funcin denotativa, se aprecia,
como ya vimos al introducir y comentar el Sobre la in ter-
pretaci6n, en la utilizacin sistemtica del functor proposi-
cional (sea el puramente aseririco es, el problemtico po-
sible o el apodctico necesario) como actualizador de una
referencia a lo real. Slo con esa presuposicin existencial
puede reconocerse como vlida la implicacin de las aser-
ciones particulares por las universales de su mismo signo
(A -+ 1, E -+ O), cosa que en moderna lgica de predica-
dos no es de recibo, ya que, si bien la proposicin par-
ticular posee carcter existencial (<<hayal menos un x tal
que ... ), la universal carece por completo de l al inter-
pretarse como pura hiptesis general, vlida para todos
los individuos a los que pudiera aplicarse lo designado
por el primer predicado (equivalente al tradicional suje-
to de la lgica clsica), tanto si hay individuos de tales
caractersticas como si no (<<para todo x, si x es tal ... ):
ahora bien, de la pura posibilidad de algo no puede infe-
rirse su existencia.
ANALlTICOS PRIMEROS (INTROD.) 89
En Aristteles, en cambio, la universal afirmativa, por
ejemplo, se ha de interpretar: hay un conjunto de x ta-
les que, para todos ellos, si x es taL .. . Por supuesto, con
semejante interpretacin de la proposicin A, est claro
que su contradictoria, O, ha de interpretarse, no necesa-
riamente en el sentido de presuponer la existencia de al-
gn individuo conforme al trmino sujeto pero no confor-
me al trmino predicado (que es la interpretacin formal
moderna), sino tambin, alternativamente, en el sentido
de admitir la inexistencia siquiera de individuos conformes
al trmino sujeto. En efecto, la negacin de hay un con-
junto de x tales que ... puede ser ya de entrada no hay
un conjunto de x ... . Del mismo modo, la negacin de
1 (<<hayal menos un x tal que ... ) puede ser ya no. hay
ni siquiera un x ... (E). Tenemos, pues, un esquema, A,
que para salvar todas las inferencias que Aristteles da por
buenas en su silogstica (entre ellas, por ejemplo, dArAptl
y fElAptOn de la 3. a figura), hay que interpretar como
una aplicacin del esquema hipottico de la universal afir-
mativa definida por la lgica moderna de predicados, pe-
ro restringida por un postulado de existencia. Y tenemos,
por otro lado, unas negativas, E y O (adems de la par-
ticular afirmativa, 1, cuya posicin de existencia no se dis-
cute en ningn sistema lgico), que, en consonancia con
su carcter de negaciones de 1 y A, respectivamente, hay
que interpretar como posibles esquemas vacos, sin presu-
posicin existencial ninguna (lo cual se acepta tambin en
lgica moderna respecto a E, pero no respecto a O). Las
expresiones aristotlicas para E y O son, respectivamente:
A no se da en ningn B (E) y A no se da en todo B o
A no se da en algn B (ambas O). La posibilidad de in-
terpretar E como esquema vaco es congruente con la fr-
mula griega del cuantificador oudefs, ninguno, que in-
90 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
cluye la negacin en s mismo, al ser la negacin del pro-
nombre hefs, que, como el unO espaflol, tiene carcter
denotativo o existencial. En cuanto al esquema O, las dos
expresiones griegas alternativas, no todo y alguno no, co-
rresponden, respectivamente, a la interpretacin vaca (el
pronombre pOs, todo, significa propiamente cada uno,
frmula denotativa cuya negacin puede entenderse como
negacin de toda referencia para el trmino al que cuan-
tifica) y a la interpretacin no vaca (existe algn -tis-
individuo como sujeto, en el que no se da el predicado).
Pues bien, como regla general, Aristteles emplea slo la
frmula vaca no todo en las premisas y conclusiones de
aquellos modos silogsticos en que de ninguna premisa
pueda inferirse la existencia del sujeto de O: bsicamente
en el modo bArOcO de la 2. a figura:
M en todo N se da
M no en todo O se da
N no en todo O se da
En cuanto a las reglas de transformacin para reducir
todos los modos vlidos a los de la primera figura, son
cuatro, a saber (emplearemos a partir de aqu un simbo-
lismo especial para representar los cuatro tipos de enlaces
proposicionales: letra mayscula primera = predicado;
letra mayscula segunda = sujetO; 't' = universal afir-
mativa; 'f = particular negativa, negacin de la anterior;
'u' = particular afirmativa; 'd' = universal negativa, ne-
gacin de la anterior):
2. AI1B {? BdA (;11' es un esquema simtrico) Re as .
e
1.. AuB{? BuA ('u' es un esquema simtrico) I gl d
B
'
, .. . ) . conversl n
3. AtB -+ uA (t es un esquema antlSlm tnco
4.
8
Si A = (XI' X2 X
n
), B = (y. Y2 ... Ynl
y AtB,
entonces, al menos x = Y
I
Regla de
kthesis o
exposicin
ANALTICOS PRIMEROS (INTROD.)
91
Las reglas l. a y 2. a son de validez universal. Las reglas
3. a y 4. a, de validez restringida al sistema aristotlico, y
se derivan de una regla ms general, tambin estrictamen-
te aristotlica, que no es otra que la ley de implicacin
de las particulares por las universales de su signo respec-
tivo (A -. 1, E -. O; cf. Introduccin al libro Sobre la
interpretacin).
En cuanto a las frmulas con que expresa Aristteles
los esquemas lgicos en los Analticos, salta a la vista el
abandono del verbo efnai (ser) como functor asertivo y
su sustitucin por el verbo hyprchein (<<estar disponible
-darse, en nuestra traduccin-): su ventaja consiste
en que su sentido existencial es ms neutro, ms estricta-
mente fctico, a diferencia de lo que ocurre con efnai, que
connota una cierta (ddentidad o relacin intrnseca en-
tre sujeto y predicado, lo que lo hace especialmente apto
para los enunciados que expresan la esencia, o definitorios
(ver, en Tpicos (TL-J], la cuestin de los predicables, con
la observacin de Aristteles sobre la dificultad de in-
vertir la frmula B es A en la frmula A se da en B
cuando se trata de juicios no accidentales -pg. 123, n.
48, donde aparece una errata en la asignacin de las le-
tras maysculas al predicado y el sujeto lgicos; donde di-
ce: A pasa de sujeto a predicado, pero B pasa de com-
plemento a sujeto, debera decir: B pasa de sujeto a
predicado, pero. A pasa de complemento a sujeto-).
Por otra parte, la utilizacin de smbolos literales, jun-
to con la diferenciacin sintctica del sujeto y el predicado
lgicos -que en este caso no coinciden con el sujeto y
predicado gramaticales- como dativo y nominativo, res-
pectivamente, facilita la diferenciacin entre contenido
semntico y forma lgica (que, sin embargo, no es pura-
mente formal, como ya se ha dicho; de ah que se reser-
92 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
ven precisamente para ella las frmulas de lenguaje natu-
ral, mientras que en la lgica moderna el mayor grado
de formalizacin se da precisamente en la expresin de
las relaciones entre variables, de manera que es ms pro-
pia de ella una expresin como Vx(lIover-x A tronar-x) que
(X se da en algn Y).) Gracias a esa mayor diferencia-
cin, ya no es indispensable, como en el libro Sobre la
interpretacin, distinguir el functor asertivo colocndolo
siempre en primera posicin. Adems, hacia el final del
l. I del tratado, en el cap. 46, Aristteles da un paso
ms, llegando a atribuir smbolos literales a esquemas pro-
posicionales, precisamente para exponer lo que decimos
ms arriba en esta misma Introduccin y en la correspon-
diente al libro Sobre la interpretacin sobre la posibilidad
de inferir una asercin negativa a partir de una afirmati-
va de predicado negativo o indefinido, pero no viceversa,
dado el valor existencial del functor asertivo.
La mayor parte de las dems aclaraciones que requiere
este texto aristotlico (uno de los ms concisos, esquemti-
cos y elfpticos, lo que, unido a la dificultad intrnseca del
tema, lo hace extraordinariamente difcil en una lectura
a palo seco) las damos en las notas a pie de pgina,
para facilitar su seguimiento.
Por ltimo, hay que recordar que Aristteles no slo
aplica los esquemas silogsticos a trminos enlazados por
functores proposicionales fcticos o asertricos, sino tam-
bin problemticos (de posibilidad) y apodcticos (de nece-
sidad), combinndolos entre s, lo cual complica extraor-
dinariamente el sistema lgico expuesto en esta obra clave
de la aportacin aristotlica al desarrollo de la ciencia.
ANALTICOS PRIMEROS
LIBRO 1
< TEORA DEL RAZONAMIENTO EN GENERAL>
l. Proposicin. Trmino. Razonamiento: sus clases
Digamos primero sobre qu es la investigacin y a qu 14.10
< corresponde> 1, < aclarando> que es sobre la demos-
tracin y < corresponde> a la ciencia demostrativa; a
continuacin distingamos qu es una proposicin 2 y qu
un trmino 3 y qu un razonamiento 4, Y cul es el < ra-
zonamiento> perfecto y cul el imperfecto y, despus de
eso, en qu consiste que tal cosa est o no est en la to-
talidad de tal otra, y a qu llamamos predicar acerca de
todos o acerca de ninguno. IS
I Segn el comentario de Alejandro de Afrodisia. las expresiones
griegas peri t y tnos aluden. respectivamente. al objeto de la investiga-
cin y a la ciencia a la que corresponde esa investigacin (en este caso.
la ciencia demostrativa (apodeiktiks epistimes). tema de los Analti-
cos segundos. de los que los Ana/fticos primeros aparecen. pues. como
una mera introduccin.
2 prtasis (casi siempre traducido por premisa).
3 hros, literalmente: lmite (a veces, definicin).
4 syllogisms, lit.: clculo (tradicionalmente transcrito como silo-
gismo).
94 TRATAOOS DE LGICA (RGANON)
As, pues, la proposicin es un enunciado afirmativo o
negativo de algo acerca de algo: este enunciado, a su vez,
< puede ser> universal s o particular 6 o indefinido 7. Lla-
mo universal a darse en todos o en ninguno, particular
a darse en alguno o no darse en alguno o no darse en
20 todos, e indefinido a darse o no darse sin < indicar> lo
universal ni lo particular, v.g.: que es una misma la cien-
cia de los contrarios o que el placer no es el bien.
La proposicin demostrativa difiere de la dialctica en
que la demostrativa es la asuncin de una de las dos par-
tes de la contradiccin (pues el que demuestra no pre-
gunta, sino que asume), en cambio la dialctica es la
2S pregunta respecto de la contradiccin 8. Pero no habr di-
ferencia ninguna en lo relativo a la formacin del razo-
naliliento de cada uno de < esos tipos>: en efecto, tanto
el que demuestra como el que pregunta razonan asumien-
do que se da o no se da algo unido a algo 9. De modo
que la proposicin de un razonamiento 10 sin ms ser la
afirmacin o negacin de algo unido a algo, de la mane-
30 ra ya dicha, mientras que ser demostrativa si es verda-
UbIO dera y obtenida a travs de los supuestos de principio 11,
s kathlou, lit.: ((acerca del todo o ((con arreglo a la totalidad.
6 en mrei, lit.: ((en parte.
7 adiriston. Se refiere a proposiciones en que el sujeto va despro-
visto de cuantificador.
8 En la demostracin se toma postura a favor o en contra, por ejem-
plo, de la proposicin: todo placer es bueno. En la discusin dialctica,.
en cambio, se preguntara: es todo placer bueno o no?
9 ti katd tinds. A veces, Aristteles reserva esta expresin para ca-
racterizar las proposiciones afirmativas, aplicando a las negativas la ex-
presin ti apd tins ((algo separado de algO). Ver Sobre la interpreta-
cin 6, 17a25-26.
10 Con lxico tradicional di riamos: ((premisa silogstica.
11 Es decir, principios indemostrables o axiomas.
ANALfTICOS PRIMEROS 95
y ser dialctica, para el que averigua, como pregunta
< acerca> de la contradiccin y, para el que argumenta,
como asuncin de lo aparente y lo plausible, tal como se
ha dicho en los Tpicos 12. Qu es, pues, una proposicin,
y en qu se diferencian la del razonamiento < sin ms>,
la demostrativa y la dialctica, se expondr en los < li-
bros> que siguen 13, pero para el uso actual baste con IS
las distinciones recin hechas.
Llamo trmino a aquello en lo que se descompone la
proposicin, V.g.: el predicado y aquello sobre lo que se
predica, con la adicin del ser o el no ser. Y el razona-
miento es un enunciado en el que, sentadas ciertas cosas,
se sigue necesariamente algo distinto de lo ya establecido
por el < simple hecho de> darse esas cosas. Llamo por 20
el < simple hecho de> darse esas cosas al < hecho de que
aquello> se siga en virtud de esas cosas, y llamo el < he-
cho de que aquellQ> se siga en virtud de esas cosas al
< hecho de> que no se precise de ningn trmino ajeno
para que se d necesariamente < la conclusin>.
As, pues, llamo silogismo perfecto al que no precisa
de ninguna otra cosa aparte de lo aceptado < en sus pro-
posiciones> para mostrar la necesidad < de la conclu-
sin> , y llamo imperfecto al que precisa de una o varias 2S
cosas ms que son necesarias en virtud de los trminos
establecidos, pero no se han asumido en virtud de las
proposiciones .
El que una cosa est < contenida> en el conjunto de
otra y el que una cosa se predique acerca de toda < la
12 Cf. Tpicos 1 1, lOOa29 Y 1 10, l04aS (Tratados de lgica, 1 (TL-
1/. pgs. 90 y 104-106).
13 Los Analticos segundos sobre la demostracin cientfica y los T-
picos sobre la dialctica.
96 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
extensin de> 14 otra es lo mismo. Decimos que se pre-
dica acerca de cada uno IS cuando no es posible tomar
nada acerca de lo cual no se diga el otro < trmino> ;
30 Y de igual manera < en el caso del> acerca de ninguno.
2. La conversi6n de las proposiciones
15. Puesto que toda proposicin consiste en el < hecho de
que algo> se d, se d por necesidad o sea admisible
que se d y, de stas, unas son afirmativas y otras nega-
tivas, segn cada < tipo de> atribucin 16, Y a su vez, de
las afirmativas y negativas, unas son universales, otras
s particulares y otras indefinidas, es necesario que, en el
caso de la <asercin> privativa 11 universal, se puedan
invertir los trminos 18, v.g.: si ningn placer <es> un
bien, tampoco ningn bien ser un placer; en cambio, la
predicativa 19 es necesario que se invierta, pero no < toma-
da> universalmente, sino particularmente, v.g.: si todo
14 kata pants, lit.: acerca de todos y cada uno. Respecto a la ex-
presin anterior, en hli einai, no hay que entenderla como equivalente
a la ltima en el sentido de que se refiera a la inclusin del predicado
en la comprensin del sujeto, sino a la inclusin del sujeto en la exten-
sin del predicado, como muy bien observa TRICOT (Aristote. Organon,
vol. 111, Pans, 1936-1939), pgs. 2, n. 1, y como se desprende del paso
2Sb32-34, en que se utiliza dicha expresin para referirse a la inclusin
del ltimo extremo en el medio del silogismo.
IS Ver n. ant.
16 prsresin. Quiere decir que hay tantas afirmativas y negativas co-
mo modalidades de asercin, es decir, tres: puramente asenivas o asen-
ricas, posibles o problemticas y necesarias o apodcticas.
17 Es sinnimo de apophatikl: negativa.
18 En terminologa escolstica se dir que los trminos son converti-
bies.
19 katlgorikin. Es sinnimo de kataphatiki: afirmativa.
ANALfTICOS PRIMEROS 97
placer <es> un bien, tambin algn bien es un placer;
en cuanto a las particulares, la afirmativa es necesario 10
que se invierta < tornada> particularmente (pues, si algn
placer <es> un bien, tambin algn bien ser un placer),
en cambio la privativa no es necesario < que se invierta>;
(pues, si hombre no se da en algn animal, no por ello
animal no <ha de> darse en algn hombre 20).
Sea, por tanto, en primer lugar la proposicin privativa
universal AB. Si, pues, en ningn B se da A, tampoco IS
en ningn A se dar B21: en efecto, si se diera en algu-
no, V.g.: en e 22, no sera verdad que en ningn B se da
A: pues e es uno de los B 23. Si en todo B <se da> A,
20 Esta construccin de la proposicin asertrica, que Aristteles
anunci en Tpicos 11 1, I09al4 SS., consiste en sustituir la frmula A
es 8 por la frmula 8 se da en A. En el ejemplo concreto que aqu
se propone, hombre no se da en algn animal y animal no se da en
algn hombre equivalen, respectivamente, a algn animal no es hombre
y algn hombre no es animal.
21 La ventaja de esta frmula es que, unida al uso de variables lite-
rales, permite deslindar de manera definitivamente clara todos los ele-
mentos formales (<<cosignificativos))), que constituyen el esquema propo-
sicional, de los elementos materiales o dotados de contenido semntico
autnomo, sin ningn tipo de ambigedad y sin necesidad de recurrir
a tactemas (o sea, al seguimiento de un determinado orden sintctico
con funcin distintiva de significado), cosa que veamos en el tratado
Sobre la interpretacin (cf. supra, cap. 7, n. S8).
22 Aristteles usa en realidad la letra r (gamma), que es la tercera
del alfabeto griego.
23 ste es el llamado mtodo de demostracin por kthesis (<<exposi-
cim) o ((ctesis))), que en una lgica estrictamente formal no resulta con-
cluyente, pero sI dentro de los presupuestos denotacionistas de la lgica
aristotlica. El argumento, desarrollado, dira as: si, dada la verdad de
en ningn B se da A, no fuera verdad que en ningn A se da B, en-
tonces serIa verdad la contradctoria de sta ltima, a saber: en algn
A se da B; llamemos e a ese A que es tambin 8: como quiera que
liS. - 7
98
TRATADOS DE LGICA (RGANON)
tambin se dar B en algn A,' ya que, si no se diera en
ninguno, tampoco A se dara en ningn B: pero se su-
puso que se daba en cada uno 24. De igual modo si la
20 proposicin es particular. Ya que, si A se da en algn B
tambin necesariamente B se da en algn A 25: pues, si no
se da en ninguno, tampoco A se da en ningn B 26. Y,
si A no se da en algn B, no es necesario que B no se
d en algn A: V.g.: si B es animal y A hombre; pues
25 hombre no se da en todo animal, en cambio animal se
da en todo hombre.
3. La conversin de las proposiciones modales
Del mismo modo ocurrir con las proposiciones necesa-
rias. Pues la privativa universal se invierte universalmen-
e es, a la vez, A y B, ya no ser verdad lo que dbamos por sentado
al principio, es decir, que en ningn B se da A, pues s que se da, al
menos, en uno, en ese C que es tanto A como B.
24 Como se ve, esta regla de conversin o transformacin (AtB -
BuA) se basa en la anterior: AriB <:>BriA.
25 Es decir: AuB <:> BuA. Estas tres reglas forman en su conjunto
lo que podriamos llamar los axiomas. de la silogstica aristotlica; el in-
tento de Aristteles de fundamentar unos en otros conduce, como vere-
.mes, a un crcuJo vicioso, por lo que RQ hay ms remedio que considerar-
los lgicamente simultneos y de igual rango. En todo caso, dentro de
una lgica estrictamente formal y no denotacionista, tendrla preeminen-
cia AuB .. BuA, del que se desprenderia inmediatamente AuB .. BuA (pe-
ro no por la razn dada por Aristteles); en cuanto a AtB ..... BuA, no
seria formalmente vlido sin la presuncin de existencia con que entien-
de Aristteles la universal afirmativa (ver Introduccin).
26 Como vemos, AuB <:> BuA se basa en AriB <:> BIlA, con lo que
se incurre en la petitio principii que anuncibamos en la nota anterior:
en efecto. unas Uneas ms arriba, Aristteles justificaba la convertibili-
dad de AriB en BriA basndose, mediante la ctesis (ver supra, n. 22),
en la convertibilidad de AuB en BuA.
ANAL/neos PRIMEROS
99
te TI, en cambio cada una de las afirmativas < slo se pue-
de invertir> particularmente 28. Ya que, si es necesario 30
que A no se di en ningn B, es necesario tambin que
B no se d en ningn A: pues, si es admisible < que se
d> en alguno, tambin sera admisible <que se diera>
A en algn B 29. 'Si A se da necesariamente en todo o en
algn B, tambin es necesario que B se d en algn A:
pues, si no fuera necesario, tampoco A se dara necesaria-
mente en algn B. En cambio, la privativa particular no 3S
se invierte, por la misma razn que dijimos antes.
En cuanto a las admisibles, como quiera que ser admi-
sible se dice de muchas maneras (en efecto, decimos que
es admisible tanto lo necesario como lo no necesario y lo
posible) lO, en todas las afirmativas ocurrir lo mismo res- 40
pecto a la inversin < que en los casos precedentes>. En 5 ~
efecto, si A es admisible < que se d> en todo o en al-
gn B, tambin ser admisible < que se d> B en algn
A. Pues, si <no se diera> en ninguno, tampoco A <se
dara> en ningn B; en efecto, ya se ha demostrado esto
anteriormente 31. En cambio, en las negativas no ocurre
lo mismo, sino que todo lo que se dice que es admisible
por ser necesario que no se d o por no ser necesario
que se d, < se comporta> de manera semejante < a las s
27 Es decir, se pueden invertir los trminos manteniendo la universa-
lidad de la proposici6n.
28 Es decir, en forma particular.
29 Ver supra, nn. 22 y 2S.
30 En efecto, lo admisible (endechmenon) puede tener el sentido de
simplemente posible (aquello de lo que s610 sabemos que puede ser,
pero que cabe tambin que sea necesario) y el de contingente (que
puede por igual ser y no ser, es decir, el compuesto de posible y no
necesario), que es el sentido que tiene en el lenguaje ordinario.
31 Ver supra, cap. 2, 2Sa20-22, y n. 2S.
100
TRATADOS DE LGICA (RGANON)
otras negativas>, v.g.: si alguien dijera que es admisible
que <el> hombre no sea caballo o que <es admisible>
que lo blanco no se d en ningn vestido (pues, de estas
cosas, la una necesariamente no se da, la otra no es nece-
sario que se d, y la proposicin se invierte de manera
semejante < a las otras negativas>; en efecto, si es admi-
sible que caballo < no se d> en ningn hombre, tam-
10 poco hombre cabe <que se d> en ningn caballo; y,
si blanco no cabe < que se d> en ningn vestido, tam-
poco vestido cabe < que se d> en ninguna cosa blanca:
pues, si <se diera> necesariamente en alguna, tambin
estara necesariamente lo blanco en algn vestido; esto,
en efecto, se ha demostrado anteriormente 32), y de ma-
nera semejante en la afirmativa particular; en cambio, to-
do lo que se dice que es admisible como habitual 33 y por
15 predisposicin natural
34
, que es el modo como definimos
lo admisible 3', no se comportar de manera semejante en
las inversiones privativas.J6, sino que la proposicin pri-
32 Ver cap. 2, 25al4-17. Respecto al pasaje 2Sb4-S, ver variante 1.
33 hos epi to poi y; lit.: como en la mayoria de los casos .
34 t6i pephyknai. lit.: ((por haber nacido las .
3' Aqu Aristteles se decanta por la interpretacin de sentido co-
mn de lo admisible, es decir, la que identifica lo admisible con lo con-
tingente (aquello que suele ser pero no es necesario que sea). Esta inter-
pretacin es una variante de la nocin compuesta de lo endechdmenon.
como aquello que es a la vez posible y no necesario. Nocin perturbadora
para una lgica modal rigurosa, tal como vimos ya en el captulo 13
del tratado Sobre la interpretacidn, en que Aristteles presentaba una
primera labia de ((derivacim. o equivalencia de proposiciones modales
en que se identificaba lo posible o admisible, a la vez, con lo no-impo-
sible y con lo no-necesario, lo que introduca varias inconsistencias (cf.
nn. 114 y 119 al tratado Sobre la interpretacin).
16 Es decir, las inversiones o conversiones de proposiciones negati-
vas, tal como ha expuesto Aristteles en el cap. 2.
ANALtTlCOS PRIMEROS 101
vativa universal no se invierte, en cambio la particular s
se invierte. Esto se pondr de manifiesto cuando hable-
mos de lo admisible. Por ahora bstenos esta aclaracin
adems de lo ya dicho: que el ser admisible que no se d 20
en nada o en algo tiene la forma afirmativa 37 (pues el
es admisible se coloca de manera semejante al es, y el es,
en todas las < proposiciones> en las que se predica con-
juntamente 38, siempre y en cada caso produce una afir-
macin, como por ejemplo: es no-bueno, o es no-blanco,
o simplemente es no-esto; pero esto se demostrar tam-
bin en los < captulos> siguientes 39), y que las inversio- 25
nes se comportarn igual que las otras < proposiones > .
4. Los razonamientos asertricos de la primera figura
Hechas estas distinciones, digamos ya en virtud de
qu 40, cundo y cmo surge todo razonamiento; por lti-
mo habr que hablar sobre la demostracin 41. Ahora
bien, hay que hablar del razonamiento antes que de la de-
mostracin por ser el razonamiento ms universal que la
demostracin: en efecto, la demostracin es un cierto < ti- 30
po de> razonamiento pero los razonamientos no son to-
dos demostraciones.
37 kataphatikon chei to schma. El trmino schma. que Aristteles
usar luego estrictamente para designar las silogsticas, est
aqu empleado en sentido lato.
38 proskategortai. El verbo einai no es nunca un predicado propia-
mente dicho, sino un trmino (cf. Sobre la interpretacin
16b24) o copredicado (ibid . 19b191).
39 S:-f. in/ro, cap. 46, as como Sobre la interpretacin 21b 24-32.
40 dio t(nlJn.
41 Cosa que se har en los Analticos segundos.
102
TRATADOS DE LGICA (RGANON)
As, pues, cuando tres trminos se relacionan entre s
de tal manera que el ltimo est < contenido> en el con-
junto del < trmino> medio y el < trmino> medio est
o no est < contenido> en el conjunto del < trmino>
primero, habr necesariamente un razonamiento perfecto
entre los < trminos> extremos.
JS Llamo < trmino> medio a aquel que est < conteni-
do> en otro y otro est < contenido> en l, y que tam-
bin resulta ser intermedio por la posicin; llamo extremos
tanto al que est < contenido> en otro como a aquel en
que otro est < contenido> .
En efecto, si A se predica acerca de todo B y B se
predica acerca de todo e 42, es necesario que A se predi-
40 que de todo e 43, pues anteriormente se ha explicado c-
168 mo decimos acerca de todo. De manera semejante, si A
< no se predica> acerca de ningn B y B < se predica>
acerca de todo e, A no se dar en ningn e 44.
Si el < trmino> primero acompaila a todo el medio,
pero el medio no se da en ningn ltimo, no habr ra-
zonamiento entre los extremos; pues nada se desprende
s necesariamente de que ello sea as: en efecto, es admisi-
ble tanto que el primero se d en todo el ltimo como
que no se d en ninguno, de modo que ni lo particular
ni lo universal surgen necesariamente; ahora bien, no ha-
biendo nada necesario en virtud de esos < trminos>, no
habr razonamiento. Trminos de darse en cada uno: ani-
mal - hombre - caballo, y de no darse en ninguno: animal -
hombre - piedra 45.
42 Cf. supra, n. 22.
43 ste es el modo AAA, denominado mnemotknicamente bArbA-
rA en la tradicin escolstica.
44 Modo EAE, cE/ArEnt.
45 Quiere decir Aristteles que el modo silogstico AtB-BIIC, cuya
ANALTICOS PRIMEROS
103
Cuando ni el primero se d en ningn medio ni el me- 10
dio se d en ningn ltimo, tampoco en ese caso habr
razonamiento. Trminos de darse: ciencia - lfnea - medici-
na, de no darse: ciencia - lnea - unidad46.
As, pues, siendo los trminos universales 4" est claro
cundo habr y cundo no habr razonamiento en esta
figura, y que, si hay razonamiento, es necesario que los 15
trminos estn dispuestos como dijimos, y que, si estn
dispuestos as, habr razonamiento.
Pero, si uno de los trminos <se toma> universalmen-
te y otro particularmente respecto al otro, cuando la < re-
conclusin podra ser tanto AtC como AIiC, se puede ilustrar con esas
dos triadas de trminos, la primera (animal se da en todo hombre - hom-
bre no se da en ningn caballo) que podr(a tener como conclusin la
afirmativa AtC (animal se da en todo caballo), y la segunda (animal se
da en todo hombre - hombre no se do en ninguna piedra) que podr(a
tener como conclusin la negativa AdC (animal no se da en ninguna
piedra). Aun siendo esas dos hipotticas conclusiones proposiciones ver-
daderas, ninguna de. ellas es verdadera conclusin: su verdad no se da
en virtud de la relacin mutua entre los tres trminos del silogismo. El
procedimiento de Aristteles para demostrar la inconclusividad de un
modo silogstico es siempre ste: aportar dos triadas de trminos tales
que, aun formando ambas triad.as, entre el primero y el medio y entre
el medio y el ltimo, proposiciones verdaderas del tipo correspondiente
al modo en cuestin, formen luego, entre el primero y el ltimo, proposi-
ciones igualmente verdaderas pero correspondientes a tipos incompatibles
entre sI. En el caso que nos ocupa, queda invalidado el hipottico modo
AE?
46 AtiB-BIIC:('?)AuC (ciencia no se da en ninguna /(nea - /(nea no se
da en ninguna medicina:('?) ciencia se da en alguna medicina); AdB-
BIiC:(?)Arc (ciencill no se da en ninguna lnea - /(nea no se da en ningu-
na unidad:(?) ciencia no se da en alguna unidad). Se invalida as el hipo-
ttico modo EE?
47 Quiere decir: (domados los trminos universalmente, es decir,
formando proposiciones universales.
104 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
lacin> universal se establece con el extremo mayor, sea
predicativa o privativamente 48, Y la < relacin> particu-
lar se establece con el menor predicativamente, habr ne-
20 cesariamente razonamiento perfecto; en cambio, cuando
la < relacin universal> se d con el menor o los tr-
minos estn dispuestos de cualquier otra manera, < ser>
imposible. Llamo extremo mayor a aquel en el que est
< contenido> el medio, y menor el que est subordinado
al medio. En efecto, supngase que se da A en todo B
y B en algn C. Entonces, si predicarse de todo es lo
que se ha dicho al principio, es necesario que A se d
25 en algn C 49. y si A no se da en ningn B y B se da
en algn C, es necesario que A no se d en algn C so:
pues se ha definido tambin cmo decimos acerca de nin-
guno; de modo que habr razonamiento perfecto. De ma-
nera semejante si la < proposicin> BC fuera indefinida
siendo predicativa: pues el razonamiento ser el mismo
30 tomndola como indefinida y tomndola como particu-
lar SI.
En cambio, si la < relacin> universal se establece con
. el extremo menor, predicativa o privativamente, no habr
razonamiento, tanto si la < proposicin> indefinida o
particular '2 es afirmativa como negativa, v.g.: si A se da
35 o no se da en algn B y B se da en todo C: trminos
48 Es decir, afirmativa o negativamente.
49 Modo AH, dArIl.
so Modo EIO, fErIO.
SI Aristteles llama proposicin indefinida a la que carece de cuan-
tificadores, V.g.: A se da en B. Rigurosamente hablando, tanto se puede
asimilar a las particulares como a las universales. Vanse a este respecto
las oscilaciones de Aristteles en Sobre la interpretacin 17b29-37.
S2 Es decir, la primera proposicin, o premisa mayor (como la lla-
ma la Escolstica por contener el trmino mayof); segn ha dejado
sentado antes Aristteles, una de las dos premisas habla de ser particular
ANALlncos PRIMEROS lOS
de darse: bueno - estado - prudencia; de no darse: bue-
no - estado - ignorancia S3. Y an, si B no se da en nin-
gn C y A se da o no se da en algn B o no se da en
todo B '4, tampoco en ese caso habr razonamiento. Tr-
minos: blanco - caballo - cisne. blanco - caballo - cuervo 5'.
Cuando la < relacin> universal se produce con el ex- 16b
tremo mayor, predicativa o privativamente, y la < rela-
cin> con el menor se hace privativa particular, tampoco
habr razonamiento, ni tomado como indefinido ni como
particular '6; V.g.: si A se da en todo B y B no se da en
en este segundo grupo de modos de la primera figura: si no lo es la
menor (pues estamos dando por supuesto que el universal se pone en
relacin con el extremo menor), ha de serlo la mayor.
S3 AuB! ArB-BtC:(?)AtC (bueno se da o no se da en algn estado
- estado se da en toda prudencia :(?) bueno se da en toda prudencia);
AuB! ArB-BtC:(?)AIlC (bueno se da o no se da en algn estado - estado
se da en toda ignorancia :(1) bueno no se da en ninguna ignorancia).
Como se ve, Aristteles ejemplifica e invalida slo los hipotticos modos
lA? y OA? de entre los cuatro considerados inicialmente: lA?, lE?,
OA?, OE? (Pero vase, ms adelante, texto comentado en n. SS.)
S4 sta es la primera vez en los Analticos en que aparece la contra-
posicin (aunque aqu sea para indicar su equivalencia de hecho en el
caso de que se trata) entre las dos frmulas de la proposicin tipo O
(panicular negativa): tini mi hyprchein !vs! mi panO hyprchein (cf.
Introduccin).
ss AuB! ArB-BrlC:(?)AtC blanco se da o no se da en algn caballo -
caballo no se da en ningn cisne :(?) blanco se da en todo cisne); AuB!
ArB-BrlC:(1)ArlC (blanco se da o no se da en algn caballo - caballo
no se da en ningn cuervo :(1) blanco no se da en ningn cuervo). Se
invalidan as los hipotticos modos lE? y OE?
'6 Es decir, no se obtendr siquiera el tipo ms dbil de conclusin
posible, a saber, la indefinida o la panicular. Obsrvese que, cuando
Aristteles dice: no hay razonamiento (silogismo), se refiere funda
mentalmente a que no puede haber conclusin necesaria, por lo que
syllogisms puede entenderse en esos casos como prcticamente equiva-
lente a conclusin vlida.
106 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
algn C, o si no se da en todo C '7: en efecto, a aquel
< trmino> 58 en el que en algn caso no se d el medio,
tanto en todo como en ningn caso le acompai'lar el pri-
mero. Supnganse, en efecto, los trminos: animal - hom-
bre - blanco,' a continuacin, de entre las cosas blancas
de las que no se predica hombre, tmense cisne y nieve;
pues bien, animal se predica del uno en todo caso, del
otro en ninguno, de modo que no habr razonamiento '9.
lO Y an, supongse que A no se da en ningn B y B no
se da en algn C; y sean los trminos: inanimado - hom-
bre - blanco; a continuacin tmense, de entre las cosas
blancas de las que no se predica hombre, cisne y nieve:
en efecto, inanimado se predica del uno en todo caso, del
15 otro en ninguno. Adems, comoquiera que el no darse B
en algn C es indefinido, y resulta ser verdad, tanto si
no se da en ninguno como si no se da en cada uno, que
no se da en alguno 60, y al tomar unos trminos tales que
H Ver supra, n. 54.
S8 Lase: el trmino ltimo o menor.
S9 AtB.BtC:(?)AtC (animal se da en todo hombre hombre no se da
en alguna cosa blanca, v.g.: el cisne :(1) animal se do en todo cisne);
AtB-BtC:(?)AdC (animal se da en todo hombre - hombre no se da en
alguna cosa blanca, v.g.: la nieve :(1) animal no se da en ninguna nieve.
Se trata de una argumentacin por el procedimiento ya comentado de
la ctesis (cf. supra, n. 23): reduccin de blanco, alternativamente, a cis-
ne y a nieve. Se invalida as el presunto modo AO?
60 Aquf Aristteles asimila las proposiciones indefinidas por ausen-
cia de cuantificador a las particulares (negativas, en este caso), pues, co-
mo l mismo dice, el predicado no se da en algn representante del
sujeto tanto si no se da en ninguno como si no se da en cada uno.
Y. en erecto, sa es precisamente la ambigedad que caracteriza a las
proposiciones sin cuantificador (por ms que la oposicin afirmativa-
negativa entre las no cuantificadas es aparentemente ms excluyente que
entre las cuantificadas, pues'el sentido comn hace a aqullas contradic-
ANALfTICOS PRIMEROS 107
< B > no se d en ninguno < de los e> no se produce
razonamiento (pues esto ya se ha explicado anteriormen-
te) 61, resulta, pues, evidente que al estar dispuestos los
trminos de ese modo no habr razonamiento: pues, si lo
hubiera, tambin < lo habra> en aquellos casos. Igual 20
demostracin se har tambin si la < proposicin> uni-
versal se pone como privativa 62.
Tampoco habr de ningn modo razonamiento si am-
bas relaciones se dicen de manera particular, ya sea predi-
cativa o privativamente, o bien una predicativa y la otra
privativamente, ya sea una indefinida y la otra definida
o ambas indefinidas. Trminos comunes a todos los ca-
sos: animal - blanco - caballo, animal - blanco - piedra 63. 2S
torias, o al menos incompatibles, mientras que a las segundas las conside-
ra compatibles, cf. Sobre la interpretacin, caps. 7 y 8).
61 Ver supra, 26a2.
62 Aristteles acaba de emplear aqu dos mtodos de invalidacin
del hipottico modo EO? Uno, el ya conocido de mostrar dos conclusio-
nes verdaderas incompatibles por medio de una ctesis: AIIB-BtC:(?)AIIC
(inanimado no se da en ningn hombre - hombre no se da en alguna
cosa blanca, v.g.: el cisne :(7) inanimado no se da en ningn cisne)
AIIB-BtC:(?)AtC (inanimado no se do en ningn hombre - hombre no
se da en alguna cosa blanca, V.g.: la nieve :(7) inani11lJldo se do en toda
nieve). El otro, aplicable tambin a la invalidacin del anterior pseudo-
modo, AO?, se basa en la ya constatada ambigedad de la proposidn
O (panicular negativa), que es interpretable indistintamente como O sin
ms y como E (universal negativa); ahora bien, si los esquemas AE1
y EE7 ya han sido invalidados (cf. supra, 26a2-16), tambin han de serlo
A07 y EO?, pues cabe interpretarlos como aqullos.
63 AuB-BuC:(7)AtC (animal se da en algn blanco - blanco se da en
algn caballo :(7) animal se da en todo caballo); AuS;BuC:(1)AIIC (ani-
mal se da en algn blanco - blanco se da en alguna piedra :(1) animal
no se da en ninguna piedra): queda as! invalidado el presunto modo 111
ArB-BtC:(1)AtC (animal no se da en algn blanco - blanco no se da en
algn caballo :(7) animal se da en todo caballo); AtB-BtC:(1)AIIC (ani-
108 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
Resulta, pues, evidente a partir de lo dicho que, si en
esta figura hay razonamiento particular, es necesario que
los trminos estn dispuestos como dijimos: pues, si estn
dispuestos de otra manera, no se produce en modo algu-
no < razonamiento>. Est claro tambin que todos los
30 razonamientos < comprendidos> en esta < figura> son
perfectos (pues todos llegan a conclusin en virtud de las
<proposiciones> tomadas desde el principio), y que to-
dos los problemas se demuestran por medio de esta figu-
ra 64: en efecto, tanto se da < el predicado> en cada uno,
como en ninguno, en alguno y en alguno no. Llamo a
sta la primera figura.
5. Los razonamientos asertricos de la segunda figura
Cuando lo mismo se da, por una parte, en cada uno
35 y, por otra, en ninguno, o cuando en ambos casos se da
en cada uno o en ninguno, llamo a sta la segunda figu-
ra, y llamo en ella < trmino> medio al predicado de
mal no se da en algn blanco - blanco no se da en alguna piedra :(7)
animal no se da en ninguna piedra): queda asl invalidado el esquema
OO? Anlogamente para los esquemas 107 y Ol?
64 ((Problemas en sentido es decir, enunciados dobles que
contienen una pareja de proposiciones contradictorias unidas por una dis-
yuntiva (cf. Tpicos I 11). Quiere decir Aristteles que en la primera
figura pueden, a diferencia de las otras, darse conclusiones de todas las
combinaciones de cantidad y cualidad: bArbArA, cElArEnt, dArll, fE-
rIO. Por lo dems, Aristteles considera con razn esta figura como per-
fecta por el hecho de que las relaciones de inclusin o implicacin, res-
ponsables de la ilacin del razonamiento, siguen un orden perfectamente
rectillneo: descendente o ascendente en la misma secuencia en que se
enuncian los tnninos, por lo cual la concatenacin necesaria entre los
extremos (as! situados fsicamente) a travs del medio (en posicin real-
mente intermedia) resulta del todo transparente.
ANALfTlCOS PRIMEROS 109
ambas < proposiciones> y extremos a aquellos acerca de
los cuales se dice ste, extremo mayor al que se halla in-
mediato al medio, y menor al ms alejado del medio. El
medio se coloca fuera de los extremos, en primera posi-
cin 65.
As, pues, el razonamiento dentro de esta figura no se- 17.
r en modo alguno perfecto, pero ser posible, tanto si
los trminos son universales como si no. Si son, pues,
universales, habr razonamiento cuando el medio se d en
todos los casos en uno < de los extremos> y en ningn
caso en el otro, sea cual sea < la proposicin> privativa:
de otra manera < no habr razonamiento> en modo al-
guno. En efecto, supngase que no se predica M de nin-
gn N, pero que se predica de todo O 66. Comoquiera
que la privativa se puede invertir, N no se dar en nin-
gn M; ahora bien, M se supuso <ya que se daba> en
todo o: de modo que N no se dar en ningn O; pues
esto se ha demostrado ya anteriormente 61.
65 Todas estas aclaraciones sobre la posicin hacen referencia al or-
den relativo en que Aristteles enunciar las triadas de trminos para
esta figura.
66 En el original aparece la letra :::, que es la inmediatamente conse-
cutiva a la N en el alfabeto griego. Nosotros la sustituimos por la conse-
cutiva en el alfabeto latino.
67 Como vemos, Aristteles justifica la validez de este modo de la
segunda figura, EAE, mnemotcnicamente conocido como cEsArE, me-
diante su reduccin al modo cEIArEnt de la primera figura, ya probado
gracias a las reglas de conversin expuestas en el cap. 2. Segn las reglas
de formacin de los nombres mnemotcnicos de los modos, la inicial
(C en este caso) indica el modo de la primera figura al que se ha de
reducir el modo en cuestin (cEsArE a cElArEnt), y la letra S indica
que la proposicin designada por la vocal inmediatamente anterior se
ha de invertir por conversin simple.
110 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
y an, si M <se da> en todo N pero en ningn O,
tampoco O se dar en ningn N (pues si M < no se da>
10 en ningn O, tampoco O en ningn M; ahora bien, M
se daba en todo N: luego O no se dar en ningn N: en
efecto, se ha formado de nuevo la primera figura); y pues-
to que se puede invertir la < proposicin> privativa, tam-
poco N se dar en ningn O, de modo que ser el mis-
mo razonamiento 68.
Tambin es posible demostrar estas < conclusiones>
por reduccin a lo imposible 69.
As, pues, es evidente que, si los trminos estn dis-
puestos de ese modo, se produce razonamiento, pero no
perfecto: pues la necesidad no se hace concluyente slo
68 Los pasos completos de la transformacin son: dados MtN-MIIO,
convertir sta ltima: OIlM; a continuacin (paso no explicitado por Aris-
tteles), transponer entre s ambas premisas: OIlM-MtN, con lo que vol-
veremos a un EA de primera cuya conclusin ser E: OIlN. Ahora
bien, esta conclusin no sera formalmente la correcta para el modo de
la segunda figura analizado, pues en aqulla el extremo mayor es N,
que ha de aparecer, por tanto, como predicado de la conclusin. La difi-
cultad se obvia convirtiendo la conclusin en NilO. Es ste el modo AEE,
cAmEstrEs, donde las S indican, como ya vimos, la conversin de la
proposicin simbolizada por la vocal anterior y la M simboliza la trans-
posicin de las premisas, todo ello para efectuar la reduccin al modo
cEIArEnl de la primera figura.
69 eis lo adjnaton gonlas, lo que modernamente se llama ((reduc-
cin al absurdo. Esta prueba, que Aristteles no realiza aqu por no
ser necesaria, .consiste en formar un nuevo silogismo de la primera figura
con una de las premisas del original y la contradictoria de la conclusin.
De este silogismo se obtiene entonces como conclusin la contradictoria
de la otra premisa, cosa absurda, pues las premisas se suponen siempre
verdaderas en el momento de efectuar el razonamiento. Este mtodo in-
directo de validacin es necesario slo en algunos modos de la segunda
y la terCera figuras en que no es posible la reduccin simple a ningn
modo de la primera.
ANALlneos PRIMEROS
lIt
a partir de las < proposiciones establecidas> desde el prin-
cipio, sino tambin a partir de otras cosas.
En cambio, si M se predica en todo N y de todo O,
no habr razonamiento. Trminos de darse: entidad - ani-
mal - hombre; de no darse: entidad - animal - nmero; me- 20
dio: entidad 70.
Tampoco < habr razonamiento> cuando M no se pre-
dique ni de ningn N ni de ningn o. Trminos de dar-
se: lnea - animal - hombre; de no darse: lnea - animal -
piedra 7\. As, pues, es manifiesto que, si hay razonamien-
to siendo los trminos universales, necesariamente han de
estar dispuestos tal como dijimos al principio: pues si es- 25
tn de otra manera, no se produce la < conclusin> ne-
cesaria.
Si el medio se relaciona universalmente con uno de los
dos < extremos>, cuando se relaciona de manera uni-
versal con el mayor, predicativa o privativamente, y con
el menor de manera particular y de modo opuesto a la
<proposicin> universal (digo de modo opuesto cuando
la < proposicin> universal es privativa y la particular
afirmativa, y cuando la universal es predicativa y la par- 30
70 Cf. supra, 26b37-39 y n. 65, sobre el orden de enunciacin de los
trminos. La invalidacin procedera, anlogamente a la de los modos
no concluyentes de la primera figura, as: MtN-MtO:(1)NtO (entidad se
da en todo animal-entidad se da en todo hombre :(1) animal se da en
todo hombre); MtN-MtO:(1)NIIO (entidad se da en todo animal - entidad
se da en todo nmero :(?) animal no se da en ningn nmero). Queda
as invalidado .el esquema AA?
71 MIIN-MIIO:(?)NtO (linea no se da en ningn animal - lnea no se
da en ningn hombre :(?) animal se da en todo hombre); MdN-MIIO:
(?)NIIO (lnea no se da en ningn animal - linea no se da en ninguna
piedra :(1) animal no se da en ninguna piedra). Queda as! invalidado
el esquema EE1.
112 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
ticular privativa), < entonces> es forzoso que se produz-
ca un razonamiento privativo particular 12.
En efecto, si M no se da en ningn N y se da en al-
gn O, necesariamente N no se dar en algn O. Pues,
dado que se puede invertir la privativa, N no se dar en
ningn M; ahora bien, M se supuso que se daba en al-
35 gn O: de modo que N no se dar en algn O: pues se
produce razonamiento en virtud de la primera figura
73
y an, si en todo N se da M y en algn O no se da,
es forzoso que N no se d en algn O; pues, si se da
27b en cada uno, y tambin se predica M de todo N, es for-
zoso que M se d en todo O; ahora bien, se dio por su-
puesto que en alguno no se daba 74.
Y si M se da en todo N pero no en todo O, el razo-
namiento n ser que no en todo O se da N; la demostra-
cin es la misma < de antes> 76.
12 syllogisms, (uazonamiento; tiene aqu claramente el sentido de
conclusin.
73 Es ste el modo fEst/nO. Su validacin se hace por reduccin a
fErIO mediante conversin de la premisa mayor. Cf. supra, nn. 67 y 68.
74 Modo AOO, bArOcO. Su validacin slo es posible por reduc-
cin al absurdo, cosa que se indica mnemotcnicamente con la letra e
(contradictio) situada a continuacin de la premisa que queda contradi-
cha por la conclusin del nuevo silogismo formado como se indica supra,
n. 69. En este caso, el procedimiento es como sigue: si MtN-MtO:NtO
no es vlido, entonces contradiremos NtO dando lugar a NtO (que es
su negacin o contradictoria); ahora bien, de la verdad, ya supuesta,
de MtN (premisa mayor) y la verdad de NtO se inferir, por el modo
bArbArA de la primera figura, MtO (MrN-NtO:MtO), que es la contra-
dictoria de la otra premisa, MtO, dada por verdadera de entrada. Luego
no es posible contradecir la conclusin sin contradecir alguna de las pre-
misas, prueba indirecta de la validez del modo silogstico.
75 Lase: la conclusin.
76 Una vez ms Aristteles se siente obligado a contraponer las pro-
posiciones O de en alguno no a las de no en todo, aclarando que,
ANALlTICOS PRIMEROS
113
En cambio, si < M > se predica de todo O pero no se
predica de todo N, no habr razonamiento. Trminos: ani-
mal - entidad - cuervo, animal - blanco - cuervo 77. 5
Tampoco < habr razonamiento> cuando < M no se
predique> de ningn O pero s de algn N. Trminos de
darse: animal - entidad - unidad; de no darse: animal-
entidad - ciencia 78.
As, pues, cuando la < proposicin> universal sea de
modo opuesto a la particular, ya se ha explicado cundo 10
habr y cundo no habr razonamiento; pero cuando las
proposiciones sean de la misma forma, V.g.: ambas priva-
tivas o afirmativas, de ningn modo habr razonamiento.
En efecto, supngase primeramente que son privativas, y
que la relacin universal se establece con el extremo ma-
yor, V.g.: que M no se da en ningn N y no se da en
algn O: es admisible tanto que N se d en todo O co- IS
mo que no se d en ninguno. Trminos de no darse: ne-
gro - nieve - animal; en cambio, no es posible tomar tr-
minos de darse en cada uno, si M se da en algn O y
en alguno no. En efecto, si N se da en todo O y M no
se da en ningn N, M no se dar en ningn O; pero se
si la frmula que aparece en la premisa es (mo en todo, tambin ha
de ser sa la que figure en la conclusin (cf. Introduccin).
77 Invalidacin de OA?: MrN-MtO:(?)NtO (animal no se da en toda
entidad - animal se da en todo cuervo :(7) entidad se da en todo cuervo);
MrN-MtO:(?)NnO (animal no se da en todo blanco - animal se da en
todo cuervo :(7) blanco no se da en ningn cuervo).
78 Invalidacin de IE7: MuN-MnO:(7)NtO (animal se da en alguna
entidad - animal no se da en ninguna unidad (lase: unidad simple,
o matemtica) :(1) entidad se da en toda unidad); MuN-MnO :(7)
NnO (animal se da en alguna entidod - animal no se do en ninguna cien-
cia :(7) entidad no se da en ninguna ciencl).
liS. - 8
114 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
20 SUpUSO que se daba en alguno 79. As, pues, no cabe to-
mar trminos, sino que hay que demostrarlo a partir del
79 En efecto, mientras que es posible encontrar trminos, como los
propuestos negro - nieve - animal, que permitan presumir (no inferir) una
conclusin uIversal negativa (negro no se da en ninguna nieve - negro
no se da en algn animal :(?) nieve no se da en ningn animal: MliN-
MIO:(?)NliO), no es posible encontrar triadas que permitan presumir con-
clusiones universales afirmativas, porque el silogismo formado por esa
hipottica proposicin A (NtO), como premisa menor, y la mayor del
presunto silogismo analizado (MliN) -reduccin al absurdo- darla ne-
cesariamente MliO como conclusin (por cEIArEnt), siendo as que, para
obtener una conclusin de ~ p o A en el esquema siloglstico analizado
(EO?), habra que entender la premisa menor en sentido compuesto, v.g.:
negro no se da en algn animal pero se da en algn otro, con lo que
se podrla considerar tambin como MuO y, por tanto, quedarla contradi-
cha por MliO. La argumentacin es extremadamente dbil, porque el re-
curso a la interpretacin compuesta de la particular como afirmativa y
negativa a la vez, por ms que suela darse y sea verdadera en todos
los ejemplos que pueden aportarse para intentar verificar el esquema EO
en esta figura, amenaza la consistencia del edificio lgico levantado hasta
aqu por Aristteles, ya que diluye las relaciones de oposicin entre pro-
posiciones contradictorias y contrarias tal como se formulan en el tratado
Sobre la interpretacin, cap. 7. Para obviar el problema, bastara que
Aristteles se conformara con encontrar triadas de trminos que dieran
conclusiones contradictorias, ya que no contraras, de la conclusin obte-
nida con negro - nieve - animal (NuO), pues un esquema que puede dar
lugar a conclusiones contradictorias es tan invlido como el que da lugar
a contraras, V.g.: negro - cisne - animal. en que MnN-MtO:(?) :(?)NuO
(negro no se da en ningn cisne - negro no se da en algn animal :(?)
cisne se da en algn animal). Aunque quiz a Aristteles no le convence
esta solucin porque tambin puede considerarse vlida, a la vez que
cisne se da en algn animal. cislU! no se da en todo animal (segn la
interpretacin compuesta de la particular), lo que harla esta conclusin
subalterna de la obtenida con la primera trada de trminos e implicada
por ella (NliO - NtO). Pero, en cualquier caso, para salvar el rigor lgi-
co, hay que mantener siempre la interpretacin simple, indefinida, de
la particular, que es lo que hace a continuacin Aristteles para invalidar
el esquema EO?, sin necesidad de triadas de trminos concretos.
ANALITICOS PRIMEROS 115
< carcter> indefinido < de la proposicin particular>;
en efecto, puesto que tambin es verdad que M no se da
en algn O si no se da en ninguno y que, cuando no se
daba en ninguno, no haba razonamiento, es evidente que
tampoco ahora lo habr 80.
Y an, supngase que < las proposiciones> son predi-
cativas y que la relacin universal se da de manera seme-
jante, V.g.: que M se da en todo N y en algn O. Es 25
admisible, entonces, que N se d tanto en todo como en
ningn O. Tronos de no darse en ninguno: blanco - cis-
ne - piedra; en cambio, de < darse> en cada uno no ser
posible tomar por la misma causa que antes, sino que se
habr de demostrar a partir del < carcter> indefinido
< de la proposicin particular>.
Si la relacin universal es con el extremo menor, y M
no se da en ningn O ni en algn N, es adosible tanto 30
que N se d en todo O como en ninguno. Trminos de
darse: blanco - animal - cuervo; de no darse: blanco - pie-
dra - cuervo 81.
Si las proposiciones son predicativas, trminos de no
darse: blanco - animal - nieve; de darse: blanco - animal -
cisne 82.
80 Probada ya antes (27810-23) la inconclusividad del esquema EE?,
tambin lo queda la de EO?, por la posible equivalencia fctica de E
y O merced a la implicacin de sta por aqulla (argumentacin a ortio-
ri).
81 Invalidacin de OE?: Mt'N-MliO:(?)NtO (blanco no se da en al-
gn animal - blanco no se da en ningn cuervo :(?) animal se da en todo
cuervo); Mt'N-MliO:(?)NliO (blanco no se da en alguna piedra - blanco
no se da en ningn cuervo :(?) piedra no se da en ningn cuervo).
82 Invalidacin del esquema lA?: MuN-MtO:(?)NliO (blanco se da
en algn animal - blanco se da en toda nieve :(?) animal no se da en
ninguna nieve); MuN-MtO:(?)NtO (blanco se da en algn animal - blanco
se da en todo cisne :(?) animal se da en todo cisne).
116 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
As, pues, es evidente que, cuando las proposiciones
3S son de la misma forma, y una es universal y la otra par-
ticular, no se produce en modo alguno razonamiento. Pe-
ro tampoco si < el medio> se da o no se da por igual
en alguno < de los extremos>, o en uno s y en el otro
no, o en ningn caso se da en cada uno, o se da de ma-
nera indefinida. Trminos comunes a todos estos < ti-
pos>: blanco - animal - hombre, blanco - animal - inani-
mado
8l
As, pues, resulta evidente a partir de lo dicho que, si
los trminos se relacionan entre s tal como se dijo, se
produce por fuerza razonamiento y que, si hay razona-
miento, forzosamente han de estar los trminos as dis-
puestos. Est claro tambin que todos los razonamientos
s < comprendidos> en esta figura son imperfectos (pues to-
dos llegan a una conclusin gracias a que se aftaden cier-
tas cosas que, o bien se hallan necesariamente en los trmi-
nos, o bien se ponen como hiptesis, como, por ejemplo,
cuando demostramos por <reduccin a> lo imposible),
y < asimismo est claro> que por medio de esta figura
no se producen razonamientos afirmativos 84, sino que to-
dos son privativos, tanto los universales como los parti-
culares.
83 Invalidacin sumaria de los esquemas II?, OO?, lO? Y Ol? Baste
como ejemplo la invalidacin del primero con las dos tradas aportadas
por Aristteles, que bastaran, como l mismo dice, para invalidar a los
restantes: MuN-MuO:(?)NtO (blanco se da en algn animal - blanco se
da en algn hombre :(1) animal se da en todo hombre); MuN-MuO:(?)
NilO (blanco se do en algn animal - blanco se da en algn inanimado:
(?) animal no se da en ningn inanimado).
84 Lase: conclusiones afirmativas.
ANALITICOS PRIMEROS 117
6. Los razonamientos asertricos de la tercera figura
Si, respecto a la misma cosa, una se da en ella en to- 10
dos los casos y otra en ninguno, o ambas en todos o en
ningn caso, llamo a sta tercera figura, y llamo en ella
medio a aquel < trmino> acerca del cual < se dicen>
ambos predicados, extremos a los predicados, extremo ma-
yor al ms alejado del medio y menor al ms prximo.
El medio se coloca fuera de los extremos, en ltima posi- 15
cin. As, pues, tampoco en esta figura se produce razo-
namiento perfecto, pero ser posible tanto si los trminos
se relacionan de manera universal como no universal con
el medio.
As, pues, si son universales, cuando tanto P como R
se dan en todo S, P se dar necesariamente en R; en
efecto, dado que la < proposicin> predicativa se invier-
te, se dar S en algn R 8S, de modo que, comoquiera 20
que en todo S se da P y en algn R se da S, necesaria-
mente se dar P en algn R: pues se produce razona-
miento en virtud de la primera figura 86.
Tambin es posible hacer la demostracin mediante < re-
duccin a> lo imposible y por exposicin 87: pues, si am-
bos < trminos> se dan en todo S, en caso de tomar al-
guno de los S, como por ejemplo, N, tanto P como R
se darn en ste, de modo que en algn R se dar P 88. 25
8S Se aplica aqul la Uamada conversin parcial (RtS-+SuR), explica-
da en el cap. 2, en que no es posible mantener la cantidad de la universal,
y que sera invlida sin presuncin de existencia en la misma.
86 Queda asl validado, por reduccin a dArll, el modo AAI, dA-
rAptl (la P indica conversin parcial de la premisa A anterior), que
la lgica moderna no toma en consideracin por requerir la varias veces
aludida presuncin de existencia.
87 ekthsthoi, i.e., el procedimiento de ctesis, cf. supra, n. 23.
88 En efecto, el trmino N reunir la doble condicin de ser tanto
118 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
Y, si R se da en todo S y P no se da en ninguno, ha-
br razonamiento, < a saber> que por fuerza P no se
dar en algn R: en efecto, el modo de demostracin
< ser> el mismo < de antes>, invirtiendo la proposicin
RS 89. Podra tambin demostrarse por < reduccin a> lo
30 imposible, como en los casos anteriores.
En cambio, si R no se da en ningn S y P se da en
cada uno, no habr razonamiento. Trminos de darse: ani-
mal - caballo - hombre, y de no darse: animal - inanima-
do - hombre 90.
Tampoco habr razonamiento cuando ninguno de los
dos < extremos> se diga de S. Trminos de darse: ani-
3S mal - caballo - inanimado,' de no darse: hombre - caballo -
inanimado; medio: inanimado 91.
As, pues, es evidente tambin en esta figura cundo
habr y cundo no habr razonamiento siendo universales
P como R (por atribursele dichos predicados en las dos premisas); luego
hay algn R en el que se da P.
89 Modo EAO, fElAptOn, reductible a ferIO por conversin parcial
de la premisa A (segn indica la P): PS-SuR:PrR. Invlido en estricta
lgica formal, como todos los modos probados exclusivamente por con-
versin parcial o por ctesis, pero vlido en la lgica denotacionista de
Aristteles.
90 PtS-RdS:(?)PtR (animal se da en todo hombre - caballo no se da
en ningn hombre :(?) animal se da en todo caballo); PtS-RS:(?)PR
(animal se da en todo hombre - inanimado no se da en ningn hombre:
(?) animal no se da en ningn inanimado). Invalidado as el esquema
AE?
91 Invalidacin de EE?: PS-RS:(7)PtR (animal no se da en ningn
inanimado - caballo no se da en ningn inanimado :(?) animal se da en
todo caballo); PS-RS:(?)PR (hombre no se da en ningn inanimado -
caballo no se da en ningn inanimado :(?) hombre no se da en ningn
caballo).
ANALTICOS PRIMEROS 119
los trminos, pues cuando ambos trminos sean predicati-
vos, habr razonamiento, a saber, que el extremo se da
en algn extremo, pero cuando sean privativos, no habr.
Cuando uno sea privativo y el otro afirmativo, si el ma- 18b
yor resulta privativo y el otro afirmativo, habr razona-
miento, a saber, que el extremo no se da en algn extre-
mo, pero si es al revs, no habr.
Si un < extremo> se relaciona universalmente con el
medio, y el otro particularmente, siendo ambos afirma-
tivos, es forzoso que haya razonamiento, cualquiera que
sea el trmino universal 92. En efecto, si R se da en todo
S y P se da en alguno, es forzoso que p. se d en algn
R. Pues, como se puede invertir la afirmativa, se dar S
en algn P, de modo que, como R se da en todo S y 10
S se da en algn P, tambin R se dar en algn P: as
que tambin P se dar en algn R 93.
Y an, si R se da en algn S y P se da en cada uno,
es forzoso que P se d en algn R: pues el modo de la
demostracin es el mismo 94. Tambin es posible demos-
trarlo por < reduccin a> lo imposible y por exposicin,
como en los casos anteriores.
92 En realidad no son los trminos los universales (o mejor, todos
lo son, aunque unas veces se toman como tales y otras no: cr. Sobre
la interpretacin, cap. 7, l7a38-l7bl6), sino las proposiciones, es decir,
la relacin entre los trminos. Esta forma imprecisa de exposicin parece
motivada por el prurito de concisin que caracteriza casi toda la obra
aristotlica.
93 Modo IAI, dIsAmIs, que se valida por reduccin a la primera fi-
gura (dArll) convirtiendo la premisa particular, transponiendo las premi-
sas (como indica la letra M) y volviendo a convertir la conclusin de
ese nuevo silogismo de primera (cosa que indica la S final).
94 Modo AH, dAtlsl, validado por conversin de la premisa particu-
lar y consiguiente reduccin a dArIl.
IS
120 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
Si un < trmino> es predicativo y el otro privativo,
y el predicativo es universal, cuando el menor sea predica-
tivo, habr razonamiento. En efecto, si R se da en to-
do S y P no se da en alguno, es forzoso que P no se
d en algn R. Pues, si se diera en cada uno, y P se
diera < como se da> en todo S, tambin P se dara en
20 todo S: pero no se daba ~ Se demuestra tambin sin la
reduccin si se toma alguno de los S en que no se da
P 96.
En cambio, cuando el mayor sea predicativo, no habr
razonamiento, v.g.: si P se da en todo S y R no se da
en algn S. Trminos de darse en cada uno: animado-
2S hombre - animal. En cambio, de no < darse> en ninguno
no es posible tomar trminos, si R se da en algn S y
en algn otro no; pues, si P se da en todo S y R se da
en algn S, tambin P se dar en algn R: ahora bien,
se supuso que no se daba en ninguno 97. En lugar de eso,
9S Validacin de OAO, bOcArdO, por reduccin al absurdo median-
te un bArbArA de la primera.
96 Validacin por ctesis: tomemos los trminos: blanco (P) entidad
(R) - animal (S), con los que formaremos el silogismo: blanco no se da
en algn animal - entidad se da en todo animal : blanco no se da en
alguna entidad; expongamos, como ejemplo de animal en el que no
se da lo blanco, el cuervo. Formaremos entonces el siguiente silogismo
en fErIO: blanco no se da en ningn cuervo (puesto que partimos de
la base de que hemos tomado por ctesis un representante de S en que
no se da P en ningn caso, por lo que es equivalente a blanco no se
da en ningn animal) - cuervo se do en alguna entidad (por conversin
parcial de nuestro representante por ctesis de entidad se da en todo ani-
mal, a saber: entidad se da en todo cuervo) : blanco no se da en alguna
entidad (conclusin que tratbamos de confirmar).
97 Cf. supra, n. 79. Se trata de un razonamiento anlogo al que jus-
tificaba la inexistencia de trminos que verificaran una aparente conclu-
sin universal afirmativa para el esquema invlido EO? de la segunda
figura. Como all, en lugar de recurrir al perturbador sentido compuesto
ANAL/ncos PRIMEROS 121
hay que tomarlo como en los casos anteriores 98: en efec-
to, al ser indefinido el no darse en alguno, tambin es ver-
dadero decir que no se da en alguno lo que no se da en
ninguno; ahora bien, cuando no se daba en ninguno, no
haba razonamiento 99. As, pues, es evidente que no ha- 30
br razonamiento.
Si el tnnino privativo es universal, cuando el mayor
sea privativo yel menor afirmativo, habr razonamiento.
En efecto, si P no se da en ningn S y R se da en algn
S, P no se dar en algn R: pues ser una vez ms la ~
primera figura al invertir la proposicin RS 100.
En cambio, cuando el menor sea privativo, no habr
razonamiento. Trminos de darse: animal - hombre - sal-
vaje; de no darse: animal - ciencia - salvaje; < trmino>
medio en ambos: salvaje 101. Tampoco cuando ambos se
ponen como privativos y uno es universal y el otro par-
ticular. Trminos cuando el menor se relacione universal- 198
de la particular negativa para inferir la contradictoria de la universal que
se trata de encontrar como solucin, bastara buscar una trada que per-
mitiera obtener, dentro del esquema AO? analizado, una conclusin par-
ticular negativa, contradictoria de la otra conclusin anterior. En efecto,
si PtS-Rr5:(?)PtR (animado se da en todo animal - hombre no se da en
algn animal :(?) animado se da en todo hombre), tambin PtS-Rr5:(?)
Pt'R (v.g.: animal se da en todo hombre - blanco no se da en algn hom-
bre :(?) animal no se da en algn blanco).
98 Cf. supra, n. 80.
99 Se refiere a la refutacin anterior del esquema AE? Cf. supra, n.
90.
100 Modo EIO, fEr/sOn, validado por conversin de la segunda pre-
misa y consiguiente transformacin en fErIO.
101 Invalidacin de lE?: PuS-RJlS:(1)PtR (animal se da en algn sal-
vaje - hombre no se da en ningn salvaje :(?) animal se da en todo hom-
bre); Pus-RdS:(1)PdR (animal se da en algn salvaje - ciencia no se da
en ningn salvaje :(1) animal no se da en ninguna ciencia).
122 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
mente con el medio: animal - ciencia - salvaje, animal-
hombre - salvaje 102; cuando sea < universal> el mayor,
< trminos> de no darse: cuervo - nieve - blanco. En cam-
bio, de darse no es posible tomar < trminos>, si R se
5 da en algn S y en algn otro S no. Pues, si P < se die-
ra> en todo R y R en algn S, tambin P se dara en
algn S: ahora bien, se supuso < que no se daba> en
ninguno 101. En lugar de eso se ha de demostrar a partir
de lo indefinido 104
Tampoco habr en modo alguno razonamiento si cada
uno < de los extremos> se da o no se da en algn me-
dio, o si uno se da 'Y el otro no, o si uno se da en al-
guno y el otro no en cada uno, o de manera indefinida.
10 Trminos comunes a todos los casos: animal - hombre -
blanco, animal - inanimado - blanco lOS.
As, pues, resulta manifiesto tambin en esta figura
cundo habr y cundo no habr razonamiento, Y que,
estando dispuestos los trminos como se dijo, se produce
por fuerza razonamiento y, si hay razonamiento, es nece-
sario que los trminos estn as dispuestos. Resulta evi-
dente tambin que todos los razonamientos de esta figura
15 son imperfectos (pues todos llegan a conclusin al aftadir
algunas cosas) y que no ser posible razonar lo univer-
102 Refutacin del esquema DE?: PfS-RIiS:(?)PIiR (animal no se da
en algn salvaje - ciencia no se da en ningn salvaje :(?) animal no se
da en ninguna ciencia); PfS-RIiS:(?)PtR animal no se da en algn salva-
je - hombre no se da en ningn salvaje :(?) animal se da en todo hom-
bre).
101 Razonamiento anlogo al comentado supra, nn. 79 y 97.
104 El esquema EO? se invalidara entonces como corolario de la in-
validacin del esquema EE? (cf.-supra, n. 91).
lOS Invalidacin sumaria, al modo usual, de los esquemas II?, OO?,
lO?, DI?
ANALlTICOS PRIMEROS 123
sal 106 por medio de esta figura, ni en forma privativa ni
afirmativa.
7. Modos indirectos de las tres figuras. La reduccin de
los razonamientos
Est claro tambin que, en todas las figuras, cuando
no se produce razonamiento, siendo ambos trminos pre- 20
dicativos o ambos privativos, no se produce en absoluto
ninguna < conclusin> necesaria; en cambio, siendo uno
predicativo y el otro privativo, al tomar el privativo como
universal, siempre se produce razonamiento del extremo
menor respecto del mayor 107, V.g.: si A se da en todo o
en algn B y B no se da en ningn e, pues al invertir
las proposiciones, es forzoso que e no se d en algn
A 108. De manera semejante tambin en las dems figuras: 25
pues mediante la inversin siempre se produce razonamien-
106 Lase: obtener una conclusin universal.
107 Es decir, tomando como predicado de la conclusin al extremo
menor y por sujeto al mayor o de mayor extensin, al revs de lo que
ocurre en todos los modos ordinarios (lo lgico es que el trmino mayor
sea predicado del menor). Por ello se les llama a estas variantes modos
indirectos, y son los que dieron luego pie, supuestamente a travs de
Galeno (segn testimonio de Averroes)" a la llamada ((cuarta figura silo-
gstica.
108 Modo indirecto AEO, fApEsmO: validacin por reduccin a fE-
rIO (indicado por la inicial F) mediante conversin parcial de la primera
premisa (indicado por la P), conversin simple de la segunda (indicado
por la S) y permutacin o transposicin de ambas premisas (indicado
por la M), con lo que AtB-BIIC:(?) se conviene en CIIB-BuA:CtA. Como
todos los modos validados por ctesis o por conversin parcial (que im-
plican presuncin de existencia) no es admisible en lgica formal estricta.
Modo indirecto lEO, frIsEsOmorum: validado por reduccin a fErIO
mediante conversin simple y transposicin de las premisas: AuB-BIIC:(?)
se convierte en CIIB-BuA:Ct'A.
124 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
too Est claro tambin que lo indefinido, puesto en lugar
de lo afirmativo 109 particular, producir el mismo razo-
namiento en todas las figuras.
30 Es tambin manifiesto que todos los razonamientos im-
perfectos llegan a conclusin a travs de la primera figu-
ra. En efecto, todos concluyen por demostracin o por
<reduccin a> lo imposible: yen ambos casos se forma
la primera figura; en el caso de los < razonamientos>
que llegaban a conclusin por demostracin, porque todos
concluan mediante la inversin, y la inversin produca ia
primera figura; en el caso de los demostrados por < re-
35 duccin a> lo imposible, porque dando por supuesta la
falsedad < de la conclusin> se produce el razonamiento
a travs de la primera figura, V.g.: en la ltima figura,
si A y B se dan en todo e, A se da en algn B: pues,
si no se diera en ninguno, y B se diera en todo e, en
ningn e se dara A; ahora bien, estaba en cada uno.
De manera semejante en los dems casos.
19b Es posible tambin reducir todos los razonamientos a
los razonamientos universales 110 de la primera figura. Pues
es evidente que los de la segunda llegan a conclusin a
travs de aqullos 111, aunque no todos de la misma ma-
nera; sino que los universales < llegan a conclusin> al
5 invertirse la < proposicin> privativa, mientras que cada
uno de los particulares < llega a conclusin> por la re-
109 Se refiere a la premisa de tipo 1 resultante de la conversin, tan-
to de otra 1, como de una A (no se menciona la proposicin de tipo
O porque con la otra premisa de tipo E, exigida al principio del capitulo,
nunca dara silogismo).
110 Lase: razonamientos de conclusin universal.
111 cEsArE y cAmEstrEs por reduccin a cElArEnt (cf. supra, nn.
67 y 68).
ANALfTICOS PRIMEROS 125
duccin a lo imposible 112. En cuanto a los de la prime-
ra, los particulares llegan a conclusin por s mismos, pe-
ro tambin es posible demostrarlos por mediacin de la
segunda figura reduciendo a lo imposible, V.g.: si A <se
da> en todo B y B en algn C, A <se dar> en algn
C: pues, si no se diera en ninguno y se diera, en cam-
bio, en todo B, B po se dara en ningn C; en efecto, es- 10
to lo sabemos por la segunda figura IIJ. De manera seme-
jante ser la demostracin en el caso de lo privativo. En
efecto, si A no se da en ningn B y B se da en algn
C, A no se dar en algn C: pues, si se da en cada uno
y no se da en ningn B, B no se dar en ningn C: y
eso era la figura intermedia 114.
De modo que, puesto que todos los razonamientos de 15
la figura intermedia se reducen a los razonamientos uni-
versales de la primera, y los particulares de la primera a
los de la intermedia, es evidente que tambin los particu-
lares 1 u se reducirn a los razonamientos universales de la
primera figura.
112 Validacin de tEst/nO por reduccin al absurdo en cElArEnt:
MdN-MuO:NtO. Si NtO no es vlida, afirmaremos NtO que, unida a
MdN como premisas y transponiendo ambas, nos dar la conclusin
MdO, contradictoria de MuO cuya verdad se da por supuesta. bArOcO
por reduccin al absurdo en bArbArA: MtN-MtO:NtO. Si NtO no es
vlida, afirmaremos NtO que, con MtN y transponiendo, dar la con-
clusin MtO, contradictoria de la indiscutiblemente verdadera MtO.
111 Validacin de dArlI por reduccin a! absurdo en cAmEstrEs (pre-
misa mayor de dArlI. ms la contradictoria de la conclusin como pre-
misa menor).
114 Es decir, la segunda figura. que es la intermedia de las tres. Vali-
dacin de fErIO por reduccin al absurdo en cEsArE (mayor del origi-
na!, ms la contradictoria de la conclusin como menor).
liS Quiere decir (dos razonamientos particulares de la primera figu-
ra.
126 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
20 Los de la tercera, si son universales los trminos, lle-
gan directamente a conclusin mediante aquellos razona-
mientos 116, Y cuando se toman particularmente llegan a
conclusin mediante los razonamientos particulares de la
primera figura 117; ahora bien, stos se reducan a aqu-
llos 118, de modo que tambin los particulares de la terce-
2S ra figura. As, pues, es manifiesto que todos se reducirn
a los razonamientos universales de la primera figura.
Queda dicho, pues, cmo se comportan los razonamien-
tos que indican que < algo> se da o no se da, tanto los
de la misma figura en s mismos, como los de distintas
figuras unos respecto a otros.
8. Los razonamientos modales. Razonamientos con dos
premisas necesarias
Comoquiera que darse es distinto de darse por necesi-
JO dad y de ser admisible que se d (pues muchas cosas se
dan, pero no por necesidad; y otras, ni se dan por nece-
sidad ni se dan de manera absoluta, sino que es admisi-
ble que se den), est claro que tambin el razonamiento
de cada una de esas cosas ser diferente, no comportndo-
se tampoco los trminos de igual manera, sino que uno
< concluir> a partir de cosas necesarias, otro a partir
de cosas que se dan y otro a partir de cosas admisibles.
116 Es decir, por reduccin al absurdo de dArAptI en cElArEnt y
de jElAptOn en bArbArA. DArAptI: PtS-RtS:PuR; si no, PIiR; ahora
bien, PIiR-RtS:PIiS (incompatible con PtS, cuya verdad se supone). FE-
IAplOn: PIiS-RtS:PrR; si no, PtR; ahora bien, PtR-RtS:PtS (incompati-
ble con PIiS, cuya verdad se supone).
117 Cf. supra, nn. 94.y 100.
118 Es decir, a los universales de la primera, mediante reduccin al
absurdo en los universales de la segunda y reduccin de stos, por con-
versin y transposicin de premisas, a cEIArEnt de la primera (cr. supra,
nn. 67, 68, 113 Y 114).
ANAL/TICOS PRIMEROS 127
As, pues, en las cosas necesarias ocurre casi igual que ]S
en las que se dan <sin ms>; habr y ~ habr razona-
miento de la misma manera, tanto al ponerse los trminos
en el darse como en el darse o no darse por necesidad,
con la nica diferencia de aftadir a los trminos el darse lOa
o no darse por necesidad.
En efecto, la < proposicin> privativa se invierte de
la misma manera, y explicaremos de manera semejante el
estar <contenido> en el conjunto de y el <predicarse>
acerca de cada uno. As, pues, en los dems casos se de-
mostrar la conclusin como necesaria del mismo modo,
mediante la inversin, como en el caso del darse < sin s
ms>; ahora bien, en la figura intermedia, cuando la
< proposicin> universal sea afirmativa y la particular
privativa, como tambin en la tercera, cuando la univer-
sal sea predicativa y la particular privativa, la demostra-
cin no ser igual, sino que es necesario, tras exponer
algo en lo que ambos < predicados> no se den en algn
caso, formar el razonamiento acerca de eso: pues en esos 10
casos ser necesario; y, si es necesario acerca de lo ex-
puesto, tambin < lo ser> acerca de aquella cosa parti-
cular: pues lo expuesto es precisamente lo que aquella cosa
particular es 119. Cada uno de los dos razonamientos se
forma dentro de la figura correspondiente 120.
119 BArOcO (2. a) y bOcArdO (3. a) no se pueden validar en su ver-
sin apodctica como en su versin asertrica, por reduccin al absurdo;
pues al negar sus conclusiones negaramos la forma necesaria de las mis-
mas, y no su contenido, convirtindolas por tanto en proposiciones con-
tingentes de cuya combinacin con premisas necesarias no podrfamos ob-
tener ninguna conclusin contradictoria de las otras premisas necesarias.
Por eso Aristteles propone como nica forma posible de validacin la
ctesis.
120 Quiere decir que el silogismo resultante de la ctesis en cada uno
128 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
9. Razonamientos modales de la primera figura con una
premisa necesaria y otra asertrica
IS Ocurre a veces que, siendo necesaria una < sola> de
las dos proposiciones, el razonamiento resulta necesario,
aunque no por serlo cualquiera de las dos, sino la refe-
rida al extremo mayor, v.g.: si se ha tomado A como
dndose o no dndose necesariamente en B, y B como
dndose simplemente en e: pues, tomando as las propo-
20 siciones, A se dar o no se dar por necesidad en e. En
efecto, puesto que A se da o no se da necesariamente en
todo B y e es alguno de los B, es evidente que tambin
para e ser por necesidad una de esas dos cosas 121.
En cambio, si AB no es necesaria y Be lo es, la con-
25 clusin no ser necesaria. Pues, si lo es, ocurrir que por
necesidad A se dar en algn B en virtud de la primera
y la tercera figuras. Ahora bien, eso es falso: pues es ad-
misible que B sea tal que no quepa que A se d en nin-
gn caso en l 122. Adems, tambin a partir de los trmi-
nos es evidente que la conclusin no ser necesaria, v.g.:
30 si A fuera movimiento, B animal y, en el lugar de e,
hombre: en efecto, el hombre es necesariamente animal,
de los modos en cuestin corresponder a la figura respectiv!I de cada
uno: cAmEstrEs para bArOcO y fElAptOn para bOcA rdO.
121 Es decir, ser o no ser A.
122 Silogismo mixto en bArbArA: lo correcto en l ser: A se da en
todo B - por necesidad B se da en todo C : A se da en todo C. Si la
conclusin fuera necesaria (reduccin al absurdo) tendriamos: por necesi-
dad A se da en todo C - por necesidad B se da en todo C : por nece-
sidad A se da en algn B (dArAptl, 3. figura); o bien: por necesidad
A se da en todo C - por necesidad C se da en algn B (conversin par-
cial de la menor): por necesidad A se da en algn B (dArll. 1. figura).
En ambos casos concluimos en una proposicin que allade la forma de
necesidad a una premisa del silogismo original que carecia de ella.
ANALTICOS PRIMEROS 129
pero el animal no se mueve necesariamente, ni tampoco
el hombre. De manera semejante si AB es privativa 123,
pues la demostracin es la misma.
En el caso de los razonamientos particulares, si la uni-
versal es necesaria, tambin la conclusin lo ser, pero si 3S
lo es la particular, no, tanto si es la privativa como si es
predicativa la proposicin universal. Sea primeramente ne-
cesaria la universal y supngase que por necesidad A se
da en todo B y B se da simplemente en algn C: es for-
zoso que por necesidad A se d en algn C: en efecto, 40
C est contenido en B y se supuso que por necesidad A
< se daba> en todo B; igualmente si el razonamiento
fuera privativo: pues la demostracin sera la misma. JOb
En cambio, si es necesaria la < proposicin> particu-
lar 124, la conclusin no ser necesaria (pues no se des-
prende nada imposible 12!i), al igual que en los razonamien-
tos universales. De manera semejante en los < razonamien-
tos> privativos. Trminos: movimiento - animal - blan- 5
co 126.
123 Silogismo mixto en cEIArEnt.
124 Silogismos mixtos en dArIl y fErIO.
m Quiere decir que, por ejemplo, en el silogismo A se da en lodo
B - por necesidad B se dl1 en algn e :, si la conclusin fuera por necesi-
dad A se da en algn e, su negacin (no necesariamente A se da en
algn e) se puede interpretar como A se da {simplemente] en algn e,
que, combinada con A se da en todo B o con por necesidad B se da
en algn e. no produce razonamiento, con lo que no da lugar a refuta-
cin por reduccin al absurdo. En cambio, la conclusin asertrica (A
se da en algn C). negada e invertida (e no se da en ningn A) y com-
binada con la premisa A se da en todo B. concluye e no se da en nin-
gn B o B no se da en ningn e. que es incompatible con la otra premi-
sa, por necesidad B se da en algn C. Luego por reduccin al absurdo
s queda confirmada la conclusin asertrica.
126 Ejemplo para el dArIl mixto AtB-nBuC:AuC (utilizaremos, a par-
tir de ahora, los prefijos 'n' = necesario que, 'a' = ((admisible que,
115. - 9
l ~ TRATADO. S DE LGICA (RGANON)
10. Razonamientos modales de la segunda figura con
una premisa necesaria y otra asertrica
En la segunda figura, si la proposicin privativa es ne-
cesaria, tambin la conclusin ser necesaria: en cambio,
si lo es la predicativa, la conclusin no ser necesaria. En
10 efecto, sea primeramente necesaria la privativa, y supn-
gase que A no es admisible en ningn B 127 pero que se
da simplemente en C. Entonces, comoquiera que la priva-
tiva se puede invertir, tampoco B es admisible en ningn
A; ahora bien, A se da en todo C, de modo que B no
es admisible en ningn C: pues C est contenido en A.
De igual manera si la privativa se pone en relacin con
15 C: pues si A no es admisible en nign C, tampoco C ca-
be en ningn A; ahora bien, A se da en todo B, de mo-
do que C no es admisible en ningn B: pues se forma
de nuevo la primera figura. Por tanto, tampoco B < es
admisible> en C: pues se invierte de manera semejante.
Pero, si la proposicin predicativa es necesaria, la con-
20 clusin no ser necesaria. En efecto, supngase que por
necesidad A se da en todo B y que simplemente no se
da en ningn C. Entonces, invirtiendo la privativa, se for-
ma la primera figura; y ya se ha demostrado en la pri-
mera que, no siendo necesaria la < proposicin> privati-
va respecto al < extremo> mayor, tampoco la conclusin
ser necesaria, de modo que tampoco en estos casos ser
25 por necesidad. Adems, si la conclusin es necesaria, ello
'p' = posible que, 'i' = imposible que y sus respectivas negaciones:
'ft', '1', '15', '1'): movimiento se da en todo animal - es necesario que
animal se d en algn blanco : movimiento se da en algn blanco.
127 Ser necesario que no se d es equivalente a (<no ser admisible
que se d , equivalencia que aplica aqu Aristteles para enunciar la pre-
misa nE (cf. Sobre la interpretacin 13, 22a25-27).
ANAL/ncos PRIMEROS 131
conlleva que por necesidad e no se d en algn A. En
efecto, si por necesidad B no se da en ningn e, tampo-
co, necesariamente, e se dar en ningn B. Ahora bien,
es necesario que B se d en algn A si A se daba en to-
do B por necesidad. De modo que es necesario que e no
se d en algn A. Pero nada impide que A se tome de 30
tal manera que sea admisible que e se d en todo A 128.
Adems, exponiendo trminos < concretos> tambin se-
ra posible demostrar que la conclusin no es necesaria
sin ms, sino slo necesaria por existir esas cosas 129, V.g.:
sea A animal. B hombre y e blanco. y tmense las pro-
posiciones de manera semejante 130: en efecto, es admisi-
ble que animal no se d en ningn blanco. Entonces tam- 3S
poco se dar hombre en ningn blanco. pero no por ne-
cesidad: pues es admisible que el hombre llegue a ser
blanco, pero no mientras animal no se d en ningn blan-
co. De modo que, al existir estas cosas, la conclusin se-
r necesaria, pero no necesaria sin ms 131 40
De manera semejante ocurrir tambin con los razona- 318
mientos particulares. En efecto, cuando la premisa priva-
128 Reduccin al absurdo: si nAtB-AIiC:nBIiC, entonces, invirtiendo
la supuesta conclusin (nCIlB) y combinndola como premisa mayor con
nBuA (resultante de la conversin parcial de nAtB), obtenemos el silogis-
mo en fErIO: nCJlB-nBuA:nCt'A, cuya conclusin, convenientemente in-
terpretada, contradice la premisa menor del razonamiento original, en
el sentido de que, una vez invertida sta (CIiA), al no afirmar la necesi-
dad de que C no se d en ningn A, pennite afirmar como admisible
que C se d en todo A (aCta .... Cr'A).
129 La conclusin no ser materialmente necesaria, por s misma, si-
no slo formalmente, por la necesidad interna del razonamiento (es de-
cir, en virtud de la existencia de lo designado por los trminos).
130 A saber: es necesario que animal se ~ en todo hombre - animal
no se da en ningn blanco.
131 Cf. supra, n. 129.
132 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
tiva sea universal y necesaria, tambin la conclusin ser
necesaria; en cambio, cuando la predicativa sea universal
y la privativa particular, la conclusin no ser necesaria.
s Sea primeramente universal y necesaria la privativa, y su-
pngase que no es admisible que A se d en ningn B 112
pero que se da en algn C. Entonces, dado que se pue-
de invertir la privativa, tampoco sera admisible que B se
diera en ningn A; ahora bien, A se da en algn C, de
10 modo que por necesidad B no se dar en algn C.
y an, sea universal y necesaria la predicativa y esta-
blzcase la predicativa en relacin con B. Entonces, si A
se da en todo B por necesidad, y no se da en algn C,
es evidente que B no se dar en algn C, pero no por
necesidad: en efecto, servirn para la demostracin los
IS mismos trminos que en el caso de los razonamientos uni-
versales 1lJ. Pero, si la privativa es necesaria tomada par-
ticularmente, tampoco ser necesaria la conclusin: en
efecto, la demostracin < ser> mediante los mismos tr-
minos < que antes> 134.
11. Razonamientos moda/es de /0 tercera figura con una
premisa necesaria y otra asertrica
En la ltima figura, cuando los trminos se relacionan
universalmente con el medio y ambas proposiciones son
20 predicativas, si cualquiera de ellas es necesaria, tambin
la conclusin ser necesaria. En cambio, si una es priva-
132 Cf. supra, n. 127.
m Es decir, animal - hombre - blanco: es necesario que animal se d
en todo hombre - animal no se da en algn blanco : hombre no se da
en algn blanco.
134 A saber: animal se da en todo hombre - es necesario que animal
no se d en algn blanco : hombre no se da en algn blanco.
ANALTICOS PRIMEROS 133
tiva y la otra predicativa, cuando la privativa sea necesa-
ria, tambin la conclusin ser necesaria, pero, cuando lo
sea la predicativa, no ser necesaria < la conclusin>.
En efecto, sean primeramente predicativas ambas pro-
posiciones, y supngase que A y B se dan en todo e, y 25
sea necesaria Ae. Entonces, comoquiera que B se da en
todo e, tambin e se dar en algn B por la inversin
de la universal en la particular, de modo que si A se da
por necesidad en todo e y e se da en algn B, tambin
es necesario que A se d en algn B: pues B est subor-
dinado a e. As, pues, se forma la primera figura. De 30
manera semejante se demostrar tambin si Be es necesa-
ria; en efecto, se invierte e < respecto> a algn A, de
modo que, si B se da por necesidad en todo e, tambin
se dar por necesidad en algn A IJS.
y an, sea privativa la < proposicin> Ae y afirma-
tiva Be, y sea necesaria la privativa. Entonces, comoquie- 35
ra que se invierte e < respecto> a algn B y por necesi-
dad A no se da en ningn e, tambin por necesidad A
no se dar en algn B: pues B est subordinado a e.
En cambio, si la predicativa es necesaria, la conclusin
no ser necesaria. En efecto, sea la < proposicin> Be
predicativa y necesaria., y Ae privativa y no necesaria.
Entonces, comoquiera que la afirmativa se puede invertir,
por necesidad se dar tambin e en algn B, de modo 40
que, si A no se da en ningn e y e se da en algn B,
A no se dar en algn B; pero no por necesidad. Pues Jlb
se ha demostrado ya en la primera figura que, no siendo
necesaria la proposicin privativa, tampoco la conclusin
ser necesaria. Adems, tambin resultara ello manifiesto
a travs de los trminos < concretos>. En efecto, sea A 5
l3S Y, por conversin simple, A se dar por necesidad en algn B.
134 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
bueno, animal en lugar de B, y e caballo. As, pues, es
admisible que bueno no se d en ningn caballo y es ne-
cesario que animal se d en todo caballo; pero no es ne-
cesario que algn animal no sea bueno 116, ya que es ad-
misible que todo animal sea bueno. O bien, si eso no es
posible 137, no hay ms que poner como trmino estar des-
10 pierto o dormir; pues todo animal es capaz de eso 1l8.
As, pues, si los trminos se relacionan universalmente
con el medio, ya se ha dicho cundo ser necesaria la
conclusin; en cambio, si uno es universal y el otro par-
ticular, siendo ambas < proposiciones> predicativas, cuan-
do la universal resulte necesaria, tambin la conclusin se-
15 r necesaria. La demostracin es la misma que antes: en
efecto, tambin la particular predicativa se puede invertir.
Entonces, si es necesario que B se d en todo e, y A es-
t subordinado a e, es necesario que B se d en algn
A. Y, si es necesario que B se d en algn A, tambin
es necesario que A se d en algn B: pues se puede in-
vertir.
20 De manera semejante si Ae fuera necesaria siendo uni-
versal: en efecto, B est subordinado a e 139.
En cambio, si es la particular la necesaria, la conclu-
sin no ser necesaria. En efecto, sea Be particular y ne-
cesaria, y supngase que A se da en todo e, pero no por
136 En la forma habitual: que bueno no se d en algn animal.
137 La imposibilidad podra radicar en la incongruencia de aplicar ca-
lificativos morales (bueno) a un caballo. Aunque 'bueno' tiene tambin
otras acepciones adecuadas al caso.
138 El nuevo silogismo sera: estar despierto no se da en ningn ca-
ballo - es necesario que animal se d en todo caballo : estar despierto
no se da en algn animal.
139 Por conversin simple de la particular afirmativa BuC. Los dos
modos recin analizados son dIsAmIs (lnAl) y dAtlsl (nAII).
ANALTICOS PRIMEROS 135
necesidad. Entonces, invirtiendo la < proposicin> Be,
se forma la primera figura, y la proposicin universal no
es necesaria, mientras que la particular lo es. Ahora bien, 25
cuando las proposiciones se comportaban as, la conclu-
sin no era necesaria, de modo que tampoco en el caso
de stas. Adems, resulta manifiesto tambin a partir de
los trminos < concretos>. En efecto, sea A estar des-
pierto, B bpedo y, en lugar de e, animal. Entonces, es
necesario que B se d en algn e, A es admisible <que 30
se d> en e y no es necesario que A se d en B: en
efecto, no es necesario que algn bpedo est dormido o
despierto. De manera semejante se demostrara, tambin
mediante los mismos trminos, si Ae fuera particular y
necesaria.
Si uno de los trminos es predicativo y el otro priva-
tivo, cuando el universal sea privativo y necesario, tam-
bin la conclusin ser necesaria: en efecto, si A no es 35
admisible en ningn e 140, y B se da en algn e, es nece-
sario que A no se d en algn B.
En cambio, cuando la afirmativa se ponga como nece-
saria, siendo universal o particular, o cuando la privativa
sea particular, la conclusin no ser necesaria. En efecto,
diremos lo mismo que en los casos anteriores; trminos
cuando la necesaria predicativa sea universal: estar des- 40
pierto - animal - hombre, medio: hombre 141; cuando la ne- 3h
ces aria predicativa sea particular: estar despierto - animal -
blanco; en efecto, es necesario que animal se d en algn
blanco, en cambio es admisible que estar despierto < no
se d> en ninguno y no es necesario que estar despierto
140 O bien, es necesario que A no se d en ningn >.
141 A saber: estar dupierto no se da en algn hombre - es necesario
que animal se d en todo hombre : estar despierto no se da en algn
animal.
136 TRATADOS DE LGICA (Il.GANON)
no se d en ningn animal. Cuando la privativa sea ne-
s cesaria siendo particular: bpedo - moverse - animal. me-
dio: animal 142
12. Comparacin entre razonamientos asertricos y ra-
zonamientos modales sobre lo necesario
As. pues, es evidente que no hay razonamiento sobre
el darse si ambas proposiciones no son sobre el darse, mien-
tras que s hay razonamiento sobre lo necesario aunque
slo una de las dos < proposiciones> sea necesaria. Pero
en ambos < tipos de> razonamientos, ya sean afirmati-
10 vos o privativos, es necesario que una de las dos propo-
siciones sea de la misma clase 143 que la conclusin. Lla-
mo de la misma clase < a una proposicin> si, dndose
< sin ms la conclusin>, ella se da < sin ms> y si,
siendo necesaria < la conclusin>, ella es necesaria. As
que tambin est claro esto, que la conclusin no podr
ser necesaria ni darse < sin ms> si no se toma una
proposicin como necesaria o como dndose < sin ms> .
13. Razonamientos modales sobre lo admisible
15 As, pues, sobre el <razonamiento> necesario, sobre
cmo se forma y qu tiene respecto al que se
da < sin ms>, se ha hablado quiz suficiente. Tras esto,
hablemos sobre lo admisible, sobre cundo, cmo y en
virtud de qu habr razonamiento al respecto. Llamo ser
admisible y admisible a aquello que, sin ser necesario y
142 A saber: es necesario que bpedo no se d en algn animal - mo-
verse se da en todo animal : bpedo no se da. en alguna cosa que se
mueve.
143 homoan: expresa igualdad cualitativa, semejanza.
ANALITICOS PRIMEROS 137
puesto como que se da, no dar lugar a nada imposi-
ble 144: pues < slo> homnimamente decimos que lo ne- 20
cesario es admisible 145. Que lo admisible es esto resulta
evidente a partir de las negaciones y afirmaciones de los
opuestos: pues no es admisible que se d y es imposible
que se d y es necesario que no se d. o bien son lo mis-
mo o bien se implican mutuamente 146, de modo que tam- 2S
bin los opuestos 147, < a saber> es admisible que se d
y no es imposible que se d y no es necesario que no se
d. o bien sern lo mismo o bien se implicarn mutua-
mente; en efecto, acerca de cada cosa <es verdadera>
o la afirmacin 148 o la negacin. Por tanto, lo admisible
ser no necesario y lo no necesario, admisible 149. Se des-
prende de ello que todas las proposiciones sobre el ser 30
admisible se pueden invertir unas en otras. Digo, no que
las afirmativas se inviertan en las negativas, sino que todas
las que tienen la forma afirmativa se invierten con arreglo
a la oposicin ISO, V.g.: ser admisible que se d en ser ad-
misible que no se d. y ser admisible < que se d> en
144 Caracterizacin ambivalente de lo admisible endechmenon) co-
mo lo no imposible y no necesario, caracterizacin que, como vimos en
Sobre la interpretacin (cap. 13, 22a14-23a26, cf. nn. 114 y 119 ad loe.),
introduce confusiones e inconsistencias en el edificio lgico aristotlico.
145 Aristteles considera, pues, equvoco y secundario el sentido sim-
ple de ser admisible, a saber, no ser imposible, cuya afirmacin no impli-
ca la afirmacin de lo necesario, pero tampoco su negacin, como hace,
en cambio, el sentido compuesto.
146 akoloulhei allilois.
147 Lase: los contradictorios.
148 phsis, lit.: enunciaciml.
149 Cf. supra, n. 145.
150 Aqu se podra traducir el trmino antistrphein por convertinl,
en lugar de la traduccin ms literal de invertinl, que damos habitual-
mente, ya que no se trata de un cambio de orden en los elementos de
138 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
cada uno en ser admisible < que no se d> en ninguno
o no en cada uno, y < ser admisible que se d> en al-
guno en <ser admisible> que no <se d> en alguno.
35 y del mismo modo en los dems casos. En efecto, puesto
que lo admisible no es necesario y lo no necesario cabe
que no se d, es evidente que, si es admisible que A se
d en B, es admisible tambin que no se d; y, si es ad-
misible que se d en cada uno, tambin es admisible que
40 no se d en cada uno. De manera semejante en el caso
32b de las afirmaciones particulares: en efecto, la demostra-
cin es la misma. Y las proposiciones de esta clase' son
, afirmativas y no privativas: pues el ser admisible se coloca
igual que el ser ISI, tal como se dijo anteriormente IS2.
Hechas estas distinciones, digamos an que el ser ad-
5 misible se dice de dos modos: uno como el suceder la ma-
yora de las veces y estar exento de necesidad, V.g.: para
el hombre, encanecer o crecer o menguar o, en general,
darse lo que le t:s natural (en efecto, eso no posee una
necesidad continua, por no existir siempre el hombre IS3,
pero, en caso de existir, se da por necesidad o la mayo-
10 ra de las veces); otro, como lo indefinido, lo que puede
< ser> as o no < ser> as, V.g.: para el animal, mar-
la proposicin, sino de una sustitucin de cienos contenidos por otros;
concretamente, en el caso al que se refiere Aristteles, del es admisible
que se d por es admisible que no se d, manteniendo la forma o
schma afirmativo del functor apofntico o factor proposicional <es ad-
misible que). No obstante, sigue presente la nocin de inversio, pues
se trata precisamente de invertir el sentido (afirmativo por negativo) del
contenido del esquema proposicional modal.
ISI Ser admisible ocupa aqu el lugar del ser de las proposiciones
asenricas como factor proposicional.
IS2 Cf. supra, cap. 3, 2Sb21.
IS3 Es decir, por no llegar siempre a la edad en que esos fenmenos
naturales se producen.
ANALTICOS PRIMEROS 139
char o que, mientras marcha, se produzca un terremoto
o, en general, lo que se produce por azar: en efecto, no
es en absoluto ms natural que se produzca de esa ma-
nera que de la contraria 154.
Cada uno de los dos < tipos de> admisibles se in-
vierte m, pues, con arreglo a las proposiciones opuestaS lS6, 15
pero no del mismo modo, sino que lo que es natural que
sea < se invierte> por no darse necesariamente (pues de
este modo es admisible que el hombre no encanezca), y
lo indefinido < se invierte> por no producirse en abso-
luto ms de esta manera que de la contraria. De las co-
sas indefinidas no hay ciencia ni razonamiento demostra-
tivo, por ser inestable el < tnnino > medio, en cambio,
de las que es natural que se produzcan, s lo hay, y casi 20
< se puede decir que> las discusiones y las investigacio-
nes tienen lugar sobre las cosas que son admisibles de es-
te modo; en cambio, sobre aquellas < otras cosas admisi-
bies>, cabe realizar un razonamiento, pero no se suele
investigar.
As, pues, esto se distinguir con ms precisin en lo
que sigue IS7; de momento digamos cundo y cmo y cul
154 Como se ve, ninguna de las dos acepciones de lo admisible es
claramente la pura y simple negacin de lo imposible, que sera la acep-
cin ms rigurosa y lgicamente manejable. La ms prxima, no obstan-
te, es la segunda, la llamada por Aristteles indefinida, aunque la in-
sistencia en afirmar que lo que puede ser, de acuerdo con esta acepcin,
puede a igual ttulo no ser, atrae peligrosamente la connotacin de inne-
cesariedad, que debe estar claramente al margen de la pura admisibili-
dad.
155 Cf. supra, n. 150.
156 Lase: contradictorias. Pero no en el sentido de que se con-
viertan entre 's las que son formalmente contradictorias, sino las de con-
tenido contradictorio (es admisible que se d con es admisible que no
se d).
157 Cf. Anal. seg. 1 8.
140 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
25 ser el razonamiento a partir de proposiciones admisibles.
Comoquiera que el ser admisible que tal cosa se d en
tal cosa es posible tomarlo de dos maneras: o como que
tal cosa se da en algo o como que la misma cosa es ad-
misible que se d en algo -en efecto, que A sea admisi-
ble acerca de lo mismo que B significa una de estas dos
cosas: o que es admisible en aquello acerca de lo cual se
dice B o que es admisible en aquello acerca de lo cual
30 es admisible que se diga B IS8; y no hay ninguna diferen-
cia entre que A sea admisible acerca de lo mismo que B
y que A quepa en todo B-, es evidente que se dir de
dos maneras el ser admisible que A se d en todo B. Di-
gamos, pues, en primer lugar, si acerca de lo mismo que
C es admisible B y acerca de lo mismo que B es admisi-
35 ble A, cul y de qu clase ser el razonamiento; pues as
ambas proposiciones se toman con arreglo al ser admisi-
ble, en cambio, cuando A es admisible acerca de aquello
en lo que B se da 1S9, una es fctica 160 y la otra admisi-
ble. De modo que hay que empezar por las de la misma
forma 161, igual que en los dems casos.
14. Razonamientos moda/es de la primera figura con dos
premisas admisibles
As, pues, cuando A es admisible en todo B y B en
40 todo C, ser razonamiento perfecto que es admisible que
I S8 Es decir, el resultado de la ilacin entre una proposicin asertri-
ca y otra modal sobre lo admisible es el mismo que el de dos modales
sobre lo admisible.
IS9 Es decir, acerca de C.
160 hyprchousa. lit.: que est disponible (<<que se da). Es, pues,
ms aproximado al sentido etimolgico fctica que asertrica, como
traduce Tricot.
161 Es decir, las dos admisibles.
ANAL/TICOS PRIMEROS 141
A se. d en todo C. Esto es evidente a partir de la defi-
nicin: en efecto, el ser admisible que <algo> se d en ll.
todo lo explicamos ya as 162.
De manera semejante, si A no es admisible en ningn
B y B es admisible en todo C, A no es admisible en nin-
gn C: en efecto, que acerca de lo que es admisible B no
sea admisible A era lo < mismo> que no admitir nada
de lo que es admisible que est subordinado a B.
En cambio, cuando A es admisible en todo B y B no
es admisible en ningn C, no se produce razonamiento
ninguno en virtud de las proposiciones tomadas; pero, in-
virtiendo BC con arreglo al ser admisible 163, se produce
el mismo de antes 164. Pues, ya que es admisible que B
no se d en ningn C, es admisible tambin que se d
en cada uno: esto ya se ha dicho antes 16'. De modo que 10
si B < es admisible> en todo C y A en todo B, se for-
ma nuevamente el mismo razonamiento.
De manera semejante < ocurre> tambin si, con el ser
admisible. la negacin se pone en relacin con ambas pro-
posiciones. Digo, por ejemplo, si es admisible < que no
se d> A en ningn B y B en ningn C: en efecto, no IS
se forma ningn razonamiento en virtud de las proposi-
ciones tomadas; en cambio, invirtindolas 166, surgir de
nuevo el mismo razonamiento de antes.
162 Remisin al cap. ant., 32b2S-37.
163 O sea, sustituyendo el contenido universal negativo por el univer-
sal afirmativo, sobre la base del sentido indefinido de ser admisible,
en el que cabe tanto lo uno como lo otro (en lugar de es admisible que
B no se d en ningn C, la de contenido contrario: es admisible que
B se d en todo C).
164 Es decir, el modo bArbArA, expuesto al comienzo del captulo.
16S Cf. supra, cap. 13, 32a34.
166 Pasando a es admisible A en todo B - es admisible B en todo C.
142 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
Es evidente, pues, que, al poner la negacin en rela-
cin con el extremo menor o en relacin con ambas pro-
20 posiciones, o no se produce razonamiento, o se produce
pero no perfecto: pues < slo> a partir de la inversin
surge la conclusin necesaria.
Si una de las proposiciones se toma como universal y
la otra como particular, al establecer la universal en rela-
cin con el extremo mayor habr razonamiento. En efec-
to, si A es admisible en todo B y B en algn C, A es
admisible en algn C. Esto resulta manifiesto a partir de
25 la definicin de ser admisible. Y an, si es admisible que
A no se d en ningn B y es admisible que B se d en
algn C, necesariamente ser admisible que A no se d
en algn C. La demostracin es la misma < de antes>.
En cambio, si la proposicin particular se toma como
privativa y la universal como afirmativa y mantienen la
30 misma posicin (v.g.: A es admisible en todo B y B es
admisible que no se d en algn C), no se produce razo-
namiento evidente en virtud de las proposiciones tomadas,
pero invirtiendo la particular y poniendo que es admisible
que B se d en algn C, la conclusin ser la misma de
antes, tal como en los casos del principio.
Si la < proposicin> del extremo mayor se toma como
35 particular y la del menor como universal, tanto si ambas
se hacen afirmativas como privativas, o se ponen de la
misma forma, y si ambas son indefindias o particulares,
no habr en modo alguno razonaptiento: pues nada impi-
de que B tenga ms extensin 167 que A y que no se pre-
diquen en igual nmero de casos 168; tmese C como aque-
167 hyperte(nein.
168 Es decir, que al ser el tnnino medio panicular en la premisa ma-
yor (y su extensin, por tanto, indefinida), no hay garanta de que la
ANALTICOS PRIMEROS 143
Ilo en lo que B supera a A; en efecto, es admisible que 40
A no se d ni en todo ello, ni en nada, ni en algo, ni 33b
en algo no, ya que las proposiciones sobre el ser admisi-
ble se pueden invertir y es admisible que B se d en ms
cosas que A. Adems, resulta manifiesto a partir de los
trminos < concretos>: pues, comportndose as las pro-
posiciones, es por igual no admisible 169 que el < trmi-
no> primero no se d en ningn ltimo y necesario que
se d en cada uno. Trminos comunes a todos los casos
de darse necesariamente: animal - blanco - hombre; de no
ser admisible, animal - blanco - vestido 170. As!, pues, es
evidente que, estando los trminos dispuestos de ese modo,
no se produce ningn razonamiento. Pues todo razona- \O
miento es de darse, o de ser necesario, o de ser admisi-
ble 171. Entonces, es evidente que < en este caso> no es
de darse ni de ser necesario: en efecto, el afirmativo que-
da destruido por el privativo y el privativo por el afirma-
tivo 172. Slo queda, entonces, que sea de ser admisible;
pero esto es imposible: pues se ha mostrado ya que, es-
tando as dispuestos los trminos, es por igual necesario 15
parte de B de la que se predica A en la mayor sea la misma que se
predica de C en la menor. Luego no hay ilacin necesaria.
169 No admisible que se d en alguno = imposible que se d en al-
guno = necesario que no se d en ninguno.
170 Es admisible que animal se d en algn blanco - es admisible que
blanco se d en algn hombre :(?) es necesario que animal se d en todo
hombre (aAuB-aBuC:(?)nAtC); es admisible que animal se d en algn
blanco - es admisible que blanco se d algn vestido :(?) es necesario
que animal no se d en ningn vestido (aAuB-aBuC:(?)nAdC; cf. n.
ant.).
171 Lase: todo razonamiento concluye en que algo se da. o en que
es necesario o en que es admisible.
172 Es decir. la conclusin afirmativa nAtC resulta incompatible con
la negativa nAdC.
144 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
que el primero se d en todo ltimo y no admisible que
se d en ninguno. De modo que no habr razonamiento
de ser admisible: pues lo necesario no era < segn vimos>
lo admisible.
Es manifiesto que, siendo los trminos universales en
las proposiciones admisibles, siempre se produce razona-
20 miento en la primera figura, tanto si son predicativos co-
mo privativos, salvo que, si son predicativos, se produce
un razonamiento perfecto y, si son privativos 173, imper-
fecto. Pero es preciso tomar el ser admisible no < como>
en los < razonamientos> necesarios, sino con arreglo a
la distincin ya explicada 174. Aunque tal cosa pasa a ve-
ces inadvertida.
15. Razonamientos modales de la primera figura con
una premisa admisible y otra asertrica
25 Si una de las proposiciones se toma como darse y la
otra como ser admisible, cuando la relativa al extremo
mayor signifique el ser admisible. todos los razonamientos
sern perfectos y de ser admisible m con arreglo a la dis-
tincin ya explicada, pero, cuando significa el ser admisi-
ble la relativa al extremo menor, todos sern imperfectos,
y los razonamientos privativos no sern de lo admisible
JO con arreglo a la distincin, sino del no darse por necesi-
dad en ninguno o en cada uno: pues, si < algo no se
da> por necesidad en ninguno, o en cada uno, decimos
que es admisible que no se d en ninguno o no en cada
173 Tanto si lo son los dos como uno solo: EA es ya razonamiento
vlido por cEIArEnt; EA o EE pueden serlo tras la conversin de aE
en aA.
174 Cf. supra, cap. 13. 32a18-20.
175 Lase: de conclusin admisible.
ANALiTICOS PRIMEROS 145
uno. Supngase, en efecto, que A es admisible en todo
B y establzcase que B se da en todo C. Entonces, co-
moquiera que C est contenido en B y en todo B es ad-
misible A, resulta evidente que tambin es admisible en 35
todo C; se produce entonces un razonamiento perfecto.
De manera semejante, si la proposicin AB es privativa
y la BC afirmativa, y la primera se toma como admisible
y la segunda como de darse, ser razonamiento perfecto
que A es admisible que no se d en ningn C. 40
As, pues, es evidente que, poniendo el darse en rela- 34.
cin con el extremo menor, se forman razonamientos per-
fectos; en cambio, hay que demostrar por < reduccin a>
lo imposible que, estando <el darse> dispuesto de mane-
ra contraria, habr razonamientos. Tambin estar claro
que son imperfectos: pues la demostracin no < surge>
de las proposiciones tomadas.
Hay que decir primeramente que, si al existir A es ne- 5
cesario que exista B, tambin al ser posible A ser posi-
ble B por fuerza. En efecto, supngase que, estando as
dispuestos < los trminos>, es posible aquello en cuyo lu-
gar se pone A e imposible aquello en cuyo lugar se pone
B. Entonces, si lo posible, cuando es posible que exista,
puede llegar a ser, y lo imposible, cuando es imposible,
puede no llegar a ser, y a la vez A es posible y B impo- 10
sible, sera admisible que A llegara a ser sin B y, si es
admisible que llegue a ser, tambin es admisible que exis-
ta; pues lo que ha llegado a ser, cuando ha llegado a ser,
existe. Es preciso tomar lo imposible y lo posible no slo
en el caso de la generacin, sino tambin en el de enun-
ciar la verdad y en el de darse, y en todos los dems mo- 15
dos en que se dice lo posible: pues en todos se compor-
tar de manera semejante. Adems, el que exista B al
existir A es preciso entenderlo no como que, al existir un
115. - 10
146 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
solo A individual, existir B: pues nada existe por necesi-
dad al existir una sola cosa individual, sino al existir al
menos dos, v.g.: cuando las proposiciones se comportan
de la manera que se explic en el caso del razonamien-
to 176. En efecto, si e <se predica> acerca de D y D
20 acerca de E 177, e se predicar tambin en E; y, si cada
una < de las proposiciones> es posible, tambin la con-
clusin ser posible. As, pues, si uno pusiera, por ejem-
plo, A como las proposiciones y B como la conclusin,
se desprendera, no slo que, si A es necesario, tambin
B es a la vez necesario, sino que, < siendo A> posible,
< B > es posible.
2S Demostrado esto, es manifiesto que, supuesta una cosa
falsa y no imposible, tambin lo que se desprende de la
suposicin ser falso y no imposible 178. V.g.: si A es fal-
so, pero no imposible y, al existir A, existe B, tambin
B ser falso pero no imposible. En efecto, como se ha
demostrado ya que, si al existir A existe B, tambin al
30 ser posible A ser posible B, y se da por supuesto que
176 La necesidad es, pues, segn Aristteles, un modo de relacin,
no una categora absoluta aplicable a entidades individuales por sepa
rado.
177 En el original r, .. y z.
178 En otras palabras: de una premisa posible, aunque falsa (en el
sentido, muy restringido, de que la existencia o inexistencia que supone,
aunque no es imposible que llegue a darse, no se da de hecho), cabe
inferir una conclusin posible verdadera (en la medida en que enuncie
la posibilidad de algo que se da realmente). V.g.: bfpedo se da en todo
cuervo - es posible que cuervo se d en toda ave (en el caso de que todas
las otras aves desaparecieran) : es posible que bpedo se d en toda ave.
Queda patente, pues, que Aristteles identifica aqul ser verdad con darse
o existir (hyprchein o enai). La utilidad de estas aclaraciones (34a5-33)
es la de poder sustituir, con fines demostrativos, las premisas problemti-
cas por las fcticas y viceversa.
ANALlncos PRIMEROS 147
A es posible, tambin B ser posible: pues, si fuera im-
posible, la misma cosa sera a la vez posible e imposible.
Hechas estas distinciones, supngase que A se da en
todo B y que B es admisible en todo C: necesariamente, 3S
entonces, ser admisible que A se d en todo C. En efec-
to, supngase que no es admisible, y que B se da < sim-
plemente> en todo C: eso <ser> falso, pero no impo-
sible 179. Si, pues, A no es admisible en C y B se da en
todo C, A no es admisible en todo B: en efecto, se for-
ma un razonamiento por la tercera figura 180. Pero se su- 40
puso que es admisible que < A > se d en todo < B > .
Necesariamente, entonces, es admisible que A se d en
todo C. Cabe tambin hacer <la reduccin a> lo impo- 34b
sible mediante la primera figura, poniendo que B se da
en C. En efecto, si B se da en todo C y A es admisible
en todo B, tambin sera admisible A en todo C. Pero
se supuso que no cabe < que se d> en todo < C > 181.
179 Ser o podr ser falsa la nueva premisa menor (B se do en todo
e) en el sentido de que de la simple posibilidad no cabe inferir la existen-
cia real. Pero la falsedad aqu no importa: basta la posibilidad a efectos
probatorios de la validez de los esquemas silogsticos.
180 En el modo fElAptOn: iAuC( = aAlIC)-BtC:aAr'B; no necesaria-
mente en el modo bOcArdO: lAtC( = aAtC)-BtC:aArB, como se habra
de interpretar con arreglo al texto de Ross-Paluello (ver variante textual
nm. S), que ai\ade un panti con el solo apoyo del manuscrito Ambrosio-
nus 490 (n). Para una prueba por reduccin al absurdo no es necesario,
en lgica aristotlica, partir de la contradictoria de la conclusin que
se trata de probar (O frente a A, en este caso): tambin sirve la con-
traria (E). En cualquier caso, la ausencia de cuantificador deja la puerta
abierta tanto a una interpretacin en O como en E. Obsrvese adems
que, en aplicacin de la convertibilidad expuesta en las lneas 34aS-33 ,
Aristteles sustituye al premisa aBtC por BtC en su prueba por reduccin
al absurdo.
181 La conversin es aqu doble: AtB -+ aAtB y aBtC -+ BtC. Este
esquema es una retorcida prueba por doble reduccin al absurdo: si de
148 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
Es preciso tomar lo que se da en cada uno sin limitarlo
en el tiempo, como por ejemplo <diciendo que se da>
ahora o en tal tiempo, sino de manera absoluta: en efec-
to, formamos los razonamientos en virtud de proposicio-
10 nes de este tipo 182, ya que, si se toma la proposicin con
arreglo al ahora, no habr razonamiento: pues nada im-
pide, seguramente, que alguna vez se d hombre en todo
mvil, v.g.: si ninguna otra cosa se moviera; ahora bien,
es admisible que mvil se d en todo caballo: pero hom-
bre no es admisible en ningn caballo 183. Y an, sea el
primer < trmino> animal, el medio mvil y el ltimo
15 hombre. Entonces, las proposiciones se comportarn de
manera semejante, pero la conclusin ser necesaria, no
admisible: pues el hombre es por necesidad animal 184 Es,
pues, evidente que lo universal se ha de tomar de manera
absoluta, y no haciendo distinciones de tiempo.
dos premisas, una de las cuales contradice la conclusin del anterior fE
IAptOn (o bOcArdO) y la otra es la menor de dicho esquema, se infiere
la contraria (o contradictoria) de la mayor, este esquema queda probado
como vlido en cuanto prueba por reduccin al absurdo, y por tanto
queda probada la validez del esquema bArbArA original. La rareza de
esta archiprueba (motivada, sin duda, por la obsesin aristotlica de
reducir todo razonamiento a los modos autoevidentes de la primera figu-
ra) ha llevado a algunos editores, como Becker y Waitz, a rechazar o
corregir el pasaje.
182 Lase: en sentido absoluto, no temporalmente limitado.
183 Prueba de que con premisas slo temporalmente verdaderas se
puede obtener una conclusin falsa (y de que, por tanto, no cabe tomar
premisas de ese tipo para hacer inferencias): hombre se da en todo mvil
(temporalmente, mientras slo se movieran los hombres) es admisible
que mvil se d en todo caballo :(1) es admisible que hombre se d en
todo caballo.
184 Nueva prueba, esta vez con una conclusin que, aun siendo ver-
dadera, no tiene el grado modal que le correspondera en vinud de la
modalidad de las premisas (en efecto, es necesaria en lugar de admisible):
ANALlTlCOS PRIMEROS 149
y an, sea universal privativa la proposicin AB, y as-
mase que A no se da en ningn B y que es admisible 20
que B se d en todo C. Entonces, puestas as estas <pro-
posiciones>, necesariamente ser admisible que A no se
d en ningn C. En efecto, supngase que no es admisi-
ble y dse por sentado que B se da en C, igual que an-
tes I8S. Entonces es necesario que A se d en algn B:
pues se forma un razonamiento por la tercera figura: aho-
ra bien, eso es imposible. De modo que ser admisible 2S
que A no se d en ningn C: pues al suponerlo falso se
desprende lo imposible. As, pues, este razonamiento no
es acerca de lo admisible tal como se ha definido, sino
acerca del no necesariamente darse en alguno (pues sta
es la contradiccin de la hiptesis hecha antes: en efecto,
se supuso que A se daba en algn C por necesidad, y el 30
razonamiento por < reduccin a> lo imposible es sobre
la contradiccin opuesta) 186. Adems, tambin a partir de
animal se da en todo mvil (temporalmente) - es admisible que mvil se
d en todo hombre :(7) es necesario (no simplemente admisible) que ani-
mal se d en todo hombre.
185 Cf. supra, 34a36-37, en que tambin se pasaba de una proposi-
cin admisible a la fctica correspondiente.
186 En efecto, la contradictoria de la conclusin es admisible que A
no se d en ningn e (aAdC) ser: no es admisible que A no se d
en ningn e ([AnC), o lo que es lo mismo: es necesario que A se d
en algn e (nAuC) (en virtud de la equivalencia X = nX, no admisible
que no sea = necesario que sea, establecida en Sobre la interpretacin
13, 22a29-31). Combinando esa contradictoria como premisa mayor con
la menor del silogismo original convertida de admisible (aBtC) en fctica
(BtC), obtenemos por dIsAmIs -nIAnI- nAuB, contradictoria de AuB,
o sea de aAnB (cf. Sobre la interpretacin, ibid.), o sea de AnB (por
la convertibilidad ya mencionada entre admisibles y fcticos). La verda-
dera conclusin, pues, del esquema EaA no es aE sino 1'11 (AnB-aBtC:
AuC).
150 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
los trminos < concretos> es manifiesto que la conclu-
sin no ser < simplemente> admisible. Sea, en efecto,
A cuervo, en lugar de B inteligente y en lugar de e hom-
3S breo Entonces, A no se da en ningn B; pues ningn
cuervo es inteligente. En cambio, B es admisible en todo
C: pues en todo hombre < es admisible> el ser inteligen-
te. Pero por fuerza no <se dar> A en ningn C: por
lo que la conclusin no es admisible. Pero ni siquiera es
siempre necesaria. En efecto, sea A mvil, B ciencia y,
en lugar de C, hombre. Entonces, A no se dar en nin-
40 gn B, pero B es admisible en todo e y la conclusin
no ser necesaria: pues no es necesario que ningn hom-
35. bre se mueva, sino que no es necesario que alguno lo ha-
ga. As, pues, est claro que la conclusin es acerca del
no necesariamente darse en alguno 187. Pero hay que to-
mar mejor los trminos 188.
Si la < proposicin> privativa se pone en relacin con
el extremo menor, que indica el ser admisible, a partir de
las proposiciones mismas as tomadas no habr razona-
s miento; en cambio, invirtiendo la premisa con arreglo al
ser admisible, s lo habr, igual que en los casos anterio-
res. En efecto, supngase que A se da en todo B y que
B no es admisible en ningn C. Entonces, estando as dis-
puestos los trminos, no habr ninguna < conclusin> ne-
187 Literalmente: en ninguno darse por necesidad (mdenl ex ann-
ks hyprchein), frmula que ha inducido a error a traductores como
Tricot, que interpretan la conclusin correctamente como de forma mo-
dal negativa, pero incorrectamente como de contenido universal afirmati-
vo, cuando obviamente es particular afirmativo (cr., en 35al, la inequ-
voca frmula ouk annk tin).
188 Aristteles se refiere probablemente a la dificultad que plantea
ciencia o saber, que est bien como sujeto de mvil pero mal como predi-
cado de hombre.
ANAL/TICOS PRIMEROS 151
cesaria; en cambio, si se invierte la < proposicin> Be
y se asume que B es admisible en todo e 189, se produce 10
razonamiento como antes: pues los trminos estn dispues-
tos en una posicin semejante. De idntico modo, en caso
de que ambas relaciones 190 sean privativas; si la < propo-
sicin> AB indica el no darse y la Be el no ser admisi-
ble en ninguno; en efecto, en virtud de las < proposicio-
nes> mismas as tomadas, no se produce en modo alguno
< conclusin> necesaria; en cambio, invirtiendo la propo-
sicin con arreglo al ser admisible, habr razonamiento. 15
En efecto, supngase que A no se da en ningn B y que
es admisible que B <no se d> en ningn e. Entonces,
en virtud de estas < proposiciones> no hay nada necesa-
rio; en cambio, si se asume que B es admisible en todo
e, lo cual es verdadero 191, Y la proposicin AB se com-
porta igual < que antes>, el razonamiento ser de nuevo
el mismo. Pero, si se pone que B no se da en ningn e 20
y no que es admisible que no se d < B en todo e>, no
habr razonamiento en modo alguno, ni siendo la propo-
sicin AB privativa, ni siendo afirmativa. Trminos comu-
nes < en todos los casos> de darse por necesidad: blan-
co - animal - nieve 192; y < en todos los casos> de no ser
admisible: blanco - animal - (la) pez.
189 Nueva acepcin de anlistrphein: cambiar la forma negativa por
la afirmativa (inversin cualitativa).
190 diostimata, lit.: intervalos, nueva manera de designar las pro-
posiciones o premisas.
191 La inversin con arreglo al ser admisible, o conversin de la
contingencia, permite invertir la cualidad (afinnativa/negativa) del conte-
nido del esquema es admisible que A ... 8: en efecto, lo que es admisi-
ble en sentido de contingente (ni imposible ni necesario, como lo ha defi-
nido Aristteles ms arriba -cf. cap. 13, supra-), tanto puede darse
como no darse.
192 Es admisible que blanco se d en todo animal (o es posible que
152 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
25 As, pues, es evidente que, siendo universales los trmi-
nos, y tomando una de las proposiciones como darse y
la otra como ser admisible, cuando se toma como ser ad-
misible la proposicin correspondiente al extremo menor,
siempre se produce razonamiento, slo que unas veces a
partir de las < proposiciones> mismas, y otras invirtien-
do la proposicin. Acabamos de explicar cundo < se for-
ma> cada uno de estos < razonamientos> y por qu
causa.
30 Pero, si una de las relaciones se toma como universal
y la otra como particular, cuando la correspondiente al
extremo mayor se toma como universal y admisible, ya
sea negativa o afirmativa, y la particular se toma como
afirmativa y fctica, habr razonamiento perfecto, igual
35 que cuando los trminos son <ambos> universales. La
demostracin es la misma que antes.
En cambio, cuando la < proposicin> correspondiente
al extremo mayor sea universal, fctica y no admisible,
y la otra particular y admisible, tanto si se ponen ambas
negativas como < si se ponen> afirmativas, o bien la una
40 negativa y la otra afirmativa, en todos esos casos habr
razonamiento imperfecto. Slo que unos se demostrarn
J5b mediante < la reduccin a> lo imposible, otros por in-
versin de la < proposicin> de ser admisible, tal como
blanco no se d en ningn animal) - animal no se da en ninguna nieve:
(1) es necesario que blanco se d en toda nieve. Es admisible que blanco
se d en todo animal (o lo contrario) - animal no se da en ningun pez:
(1) no es admisible que blanco se d en algun pez. Las dos conclusiones
respectivas, aun correspondiendo al mismo esquema aAtB(AdB)-BdC,
son incompatibles entre s, por ser contrarias: nAtC /vs/ MuC = nCuA
(por conversin parcial) /vs/ iCuA (por la equivalencia = i, que es
la funcin modal contraria de n, y por conversin simple de AuC). Lue-
go el esquema aA(E)E1 es invlido.
ANALfTICOS PRIMEROS 153
en los casos anteriores. Habr razonamiento por inversin
cuando la < proposicin> correspondiente al extremo ma-
yor signifique el darse y la otra, siendo particular priva-
tiva, tome el < sentido de> ser admisible, v.g.: si A se 5
da o no se da en todo B y B es. admisible que no se d
en algn C; en efecto, al invertir la BC con arreglo al
ser admisible se produce razonamiento 193. En cambio,
cuando la particular toma el < sentido de> no darse, no
habr razonamiento. Trminos de darse: blanco - animal-
nieve; de no darse: blanco - animal - (la) pez: en efecto, 10
hay que hacer la demostracin mediante lo indefinido 194.
Y, si se pone lo universal en relacin con el extremo me-
nor y lo particular en relacin con el mayor, ya sea, una
u otra proposicin, privativa o afirmativa, admisible o fc-
tica, no habr en modo alguno razonamiento.
y cuando las proposiciones se pongan como particula- 15
res o indefinidas, tanto si toman el' < sentido de> ser ad-
misible como el de darse o < ambos> alternativamente,
tampoco as habr razonamiento. La demostracin es la
misma que en los casos anteriores. Trminos comunes de
darse por necesidad: animal - blanco - hombre; de no ser
admisible: animal - blanco - vestido. As, pues, es evidente
que, si lo universal se pone en relacin con el extremo 20
mayor, siempre se produce razonamiento 19S; en cambio,
193 AtB(AIIB)-aBiC( = aBuC) : AuC(AiC): esto es, los ya probados
modos dArll y fErIO (Aalal, EalaO).
194 A fortiori, si en 3Sa20-24 veamos que de una premisa menor uni-
versal negativa fctica no surga razonamiento concluyente, tampoco de
una menor particular negativa fctica, que puede interpretarse, por su
carcter indefinido, como aqulla.
19S Con la excepcin aludida en 3Sb8-1O: es admisible que blanco se
d en todo animal - animal no se da en alguna nieve :(?) es necesario
que blanco se d en toda nieve (aAtB-BtC:(?) nAtC); es admisible que
154 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
si se pone en relacin con el extremo menor, nunca < ha-
br razonamiento> sobre nada.
16. Razonamientos modales de la primera figura con
una premisa admisible y otra necesaria
Cuando una de las proposiciones significa el darse por
necesidad y la otra el ser admisible, el razonamiento exis-
2S tir si los trminos se comportan del mismo modo < que
antes> 196, Y ser perfecto cuando lo necesario se ponga
en relacin con el extremo menor; y la conclusin, cuan-
do los trminos sean predicativos, ser acerca del ser ad-
misible y no del darse < sin ms>, tanto si se ponen
universalmente como si no; en cambio, si una < proposi-
cin> es afirmativa y la otra privativa, cuando la afir-
JO mativa sea necesaria < la conclusin ser acerca> del ser
admisible y no del darse < sin < ms>, y cuando lo sea la
privativa < la conclusin ser> tanto del ser admisible
que no se d como del no darse, sean o no universales
los trminos; el ser admisible, en la conclusin, ha de to-
marse del mismo modo que en los casos anteriores 197.
Ahora bien, del necesariamente no darse no habr razo-
]S namiento: pues es diferente el no necesariamente darse del
necesariamente no darse.
En todo caso, es evidente que, si los trminos son afir-
mativos, la conclusin no se hace necesaria. En efecto,
supngase que A se da por necesidad en todo B y que
blanco se d en todo animal - animal no se da en alguna pez:(7) es
necesario que blanco no se d en ninguna pe .. (aAtB-BtC:(7)nAlIC).
196 Es decir, el razonamiento ser vlido en las mismas combinacio-
nes de cualidad y cantidad que para los razonamientos con una premisa
admisible y otra asenrica, analizados en el cap. lS.
197 Es decir, como innecesariedad, al igual que en 34b27-28, supra.
ANALlTlCOS PRIMEROS 155
B es admisible en todo C. Entonces habr razonamiento 40
imperfecto, a saber, que es admisible que A se d en to-
do C. Que es imperfecto resulta claro a partir de la de- J6e
mostracin: en efecto, se demostrar del mismo modo que
en los casos anteriores 198. Y an, supngase que A es ad-
misible en todo B y que B se da en todo C por necesi-
dad. Habr razonamiento, a saber, que es admisible que
A se d en todo C, pero no que se da < sin ms>, y ,
ser perfecto, no imperfecto: pues concluye directamente
en virtud de las proposiciones < tomadas> desde el prin-
cipio.
Pero, si las proposiciones no son de la misma forma,
supngase primeramente que la privativa es necesaria, y
que A no es admisible en ningn B 199 Y que B es admi-
sible en todo C. Entonces < ser> necesario que A no
se d en ningn C. En efecto, supngase que se da en \O
cada uno o en alguno; ahora bien, se supuso que no era
admisible en ningn B. As, pues, comoquiera que se pue-
de invertir la privativa, tampoco es admisible B en nin-
gn A; pero est establecido que A se da en todo o en
algn C: de modo que no sera admisible que B se diera
en ningn C o no sera admisible que se diera en cada
uno; sin embargo, se supuso al principio que se daba en 15
cada uno 200. Y es evidente que se produce razonamiento
acerca del ser admisible que no se d si se produce acer-
ca del no darse.
y an, supngase que la proposicin afirmativa es ne-
cesaria, y que es admisible que A no se d en ningn B
y que B se da en todo C por necesidad. El razonamien- 20
198 ef. supra, 34a34-34b6.
199 Recurdese la equivalencia ax = n'X:.
200 Prueba de validez por reduccin al absurdo.
156 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
to, pues, ser perfecto, pero no acerca del no darse, sino
del ser admisible que no se d: pues la proposicin basa-
da en el extremo mayor se tom as, y no es posible re-
ducir a lo imposible; en efecto, si se supusiera que A es
admisible en algn e y se mantiene tambin que es admi-
sible que < A > no se d en ningn B, en virtud de estas
< proposiciones> no sobreviene ninguna cosa imposible.
25 En cambio, si la privativa se pone en relacin con el
extremo menor, cuando signifique el ser admisible, habr
razonamiento mediante la inversin, al igual que en los
casos anteriores 201: en cambio, cuando signifique el no ser
admisible, no habr razonamiento. Tampoco cuando am-
bas < proposiciones> se pongan como privativas, y no
sea admisible la correspondiente al < extremo> menor.
Los trminos < sern> los mismos < de antes>: de dar-
lO se: blanco - animal - nieve, de no darse: blanco - animal -
(la) pez.
Del mismo modo ocurrir tambin en el caso de los ra-
zonamientos particulares. En efecto, cuando la privativa
sea necesaria, tambin la conclusin ser de no darse. V.
35 g.: si A no es admisible que se d en ningn B y B es
admisible que se d en algn e, necesariamente A no se
dar en algn e. Pues, si se da en cada uno y, en cam-
bio, no es admisible en ningn B, tampoco B es admisi-
ble que se d en ningn A. De modo que, si A se da en
todo e, B no es admisible en ningn e. Pero se supuso
que se daba en alguno. En cambio, cuando la afirmativa
40 particular es necesaria, a saber, la < contenida> en el
J6II razonamiento privativo, V.g.: Be, o lo es la universal del
predicativo, V.g.: AB, no habr razonamiento <acerca>
del darse. La demostracin es la misma que en los casos
anteriores.
201 Cf. supra, 3Sb1-8.
ANAL/TlCOS PRIMEROS 157
y si lo universal se pone en relacin con el extremo
menor, afirmativo o predicativo, como admisible, y la par-
ticular como necesaria en relacin con el extremo mayor,
no habr razonamiento (trminos de darse por necesidad: s
animal - blanco - hombre; de no ser admisible: animal-
blanco - vestido). Pero cuando la universal es necesaria y
la particular admisible, siendo privativa la universal, < se-
ran> trminos de darse: animal - blanco - cuervo, y de 10
no darse: animal - blanco - (la) pez; y, siendo afirmativa,
< seran trminos> de darse: animal - blanco - cisne, y de
no ser admisible: animal - blanco - nieve. Tampoco cuan-
do las proposiciones se tomen como indefinidas o ambas
como particulares habr razonamiento. Trminos comunes
de darse: animal - blanco - hombre; de no darse: animal - 15
blanco - inanimado. En efecto, animal en algn blanco y
blanco en algn inanimado, es necesario, respectivamente,
que se d y no admisible que se d. De manera semejan-
te tambin en el caso del ser admisible, de modo que los
trminos en cuestin son tiles para todo.
Es, pues, evidente a partir de lo dicho que en < las
proposiciones de> darse y en las necesarias se produce 20
y no se produce razonamiento al comportarse los trmi-
nos de manera semejante < en uno y otro caso>, salvo
que al ponerse la proposicin privativa como darse, el ra-
zonamiento era de ser admisible, mientras que, al ponerse
la negativa como necesaria, el razonamiento era de ser ad-
misible y de no darse.
17. Razonamientos modales de la segunda figura con
dos premisas admisibles
En la segunda figura, cuando ambas proposiciones to- 25
men el < sentido de> ser admisible, no habr razona-
lS8 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
miento alguno, ni poniendo < las proposiciones> como
predicativas ni como negativas, ni como universales ni co-
mo particulares; en cambio, cuando una signifique al dar-
se y la otra el ser admisible, si la afirmativa indica el
30 darse, no habr en modo alguno < razonamiento>, pero
si lo indica la privativa universal, siempre lo habr. Del
mismo modo cuando una de las proposiciones se tome
como necesaria y la otra como admisible. Y tambin en
estos < razonamientos> es preciso tomar lo admisible en
las conclusiones como en los < razonamientos> anteriores.
35 As, pues, hay que demostrar primeramente que la pri-
vativa en el < sentido de> ser admisible no puede inver-
tirse, V.g.: si es admisible que A < no se d> en ningn
B, no necesariamente ser admisible tambin que B < no
se d> en ningn A. Entonces, comoquiera que en el ser
admisible las afirmaciones se convierten en las negaciones,
40 tanto las contrarias como las opuestas 202, y es admisible
37. que B no se d en ningn A, resulta evidente que tam-
bin sera admisible que se diera en todo A. Pero eso es
falso: pues, si es admisible que esto se d en todo eso,
no es necesario que tambin eso se d en todo esto; de
modo que la privativa no se puede invertir. Adems, nada
s impide que sea admisible que A no se d en ningn B y
que B no se d en alguno de los A por necesidad, V.g.:
es admisible que lo blanco no se d en todo hombre (y
que se d), en cambio no es verdadero decir que el hom-
bre no es admisible en ninguna cosa blanca; en efecto, en
muchas < de esas cosas> necesariamente no se da, y
< dijimos ya que> lo necesario no es lo admisible.
Pero tampoco a partir de lo imposible se demostrar
10 que puedan invertirse, V.g.: si alguien estimara que, pues-
202 anlikemenai. en este caso con el sentido de contradictorias,
ANALfTlCOS PRIMEROS 159
to que es falso que sea admisible que B no se da en nin-
gn A, es verdad que no es admisible que no d en
ninguno (pues < son> afirmacin 20) y negacin, respecti-
vamente) y que, si eso es verdad, tambin lo es que se da
en algn A por necesidad: de modo que tambin A < se
dar> en algn B; pero eso es imposible. En efecto, aun-
que no sea admisible que B no se d en ningn A, no
por ello es necesario que se d en alguno. Pues el no ser 15
admisible < que no se d> en ninguno se dice de dos
maneras, una si se da en alguno por necesidad, otra si por
necesidad no se da en alguno 204: en efecto, de lo que no
se da en alguno de los A por necesidad no es verdadero
decir que es admisible que no se d en cada uno, como
tampoco de lo que se da en alguno por necesidad es ver-
dadero decir que es admisible que se d en cada uno. Si, 20
pues, alguien estimara que, puesto que no es admisible
que e se <;t en todo D, necesariamente no se ha de dar
ese mismo < e > en alguno < de los D>, aceptara una
falsedad: pues se da en cada uno, pero, como en algunos
se da por necesidad, por eso decimos que no es < simple-
mente> admisible en cada uno lOS. De modo que al ser
20) phsis, lit.: etimolgicamente, pues, es trmino
genrico que incluye tanto la afirmacin como la negacin; pero su ca-
rcter de semantema no marcado le permite tambin actuar como opues-
to de apdphasis negacin.
204 En efecto, la inadmisibilidad de ,,8 no se da en ningn A pue-
de ser simultnea tanto de la verdad necesaria de su contradictoria (8
se da en algn como de la falsedad necesaria de su contraria (8
se da en todo A), que implica la verdad necesaria de 8 no se da en
todo A. En definitiva, recurdese que las proposiciones particulares l
y O son compatibles entre si y el functor modal ser admisible refuerza
esa compatibilidad.
205 Es decir, no es siempre admisible sin sino necesario in-
cluso, en algunos casos.
160 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
2S admisible que se d en cada uno se oponen el necesaria-
mente darse en alguno y el necesariamente no darse en
alguno. De manera semejante respecto al ser admisible
que no se d en ninguno. Est claro, pues, que, respecto
de lo que es admisible y lo que no es admisible tal como
lo definimos al principio, no slo hay que tomar el ne-
cesariamente darse en alguno. sino el necesariamente no
darse en alguno. Y al tomar esto ltimo no sobreviene
nada imposible, de modo que no se produce razonamien-
30 too As, pues, es evidente a partir de lo dicho que no se
puede invertir la privativa.
Demostrado esto, supngase que es admisible que A,
por una parte, < no se d> en ningn B y que, por otra
parte, <se d> en todo C. As, pues, mediante la inver-
sin no habr razonamiento: pues ya se ha dicho que la
3S proposicin de este tipo no puede invertirse. Pero tampo-
co por < reduccin a> lo imposible: pues, de poner que
es admisible que B se d en todo e, no se desprende nin-
guna falsedad; en efecto, sera admisible que A se diera
en todo e y en ninguno. En general, de haber razona-
miento, est claro que sera < acerca> del ser admisi-
ble 206, por no tomarse ninguna de las dos proposiciones
en el < sentido de> darse. y dicho razonamiento]J)7 sera
40 afirmativo o negativo; ahora bien, no cabe que sea de
37b ninguna de las dos maneras. Pues, si se pone como afir-
mativo, se demostrar mediante los trminos 208 que no es
admisible que se d y, si se pone como privativo, se de-
mostrar que la conclusin no es < simplemente> admisi-
ble, sino necesaria. En efecto, sea A blanco. B hombre
206 Es decir, la conclusin habra de ser admisible.
207 Lase: (da conclusin.
208 Quiere decir: mediante trminos concretos, o sea, mediante apli-
caciones de los esquemas Connales.
ANAL/T1COS PRIMEROS 161
y, en lugar de C, caballo. Ciertamente A, lo blanco, es 5
admisible que se d en cada uno o en ninguno < de los
otros>. Pero B en C ni es admisible que se d ni que
no se d. En todo caso, que no cabe que se d es evi-
dente: pues ningn caballo es hombre. Pero tampoco es
< simplemente> admisible que no se d: pues, necesaria-
mente, ningn caballo es hombre, y lo necesario no era
<como vimos, simplemente> admisible. As que no se 10
produce razonamiento. De manera semejante se demostra-
r tambin si se traspone la negativa 209, y si ambas <pro-
posiciones> se toman como afinnativas o como negativas
(en efecto, la prueba ser mediante los mismos trminos);
y cuando una sea universal y la otra particular, o ambas
particulares o indefinidas, o de todas las otras maneras 15
en que es admisible modificar las proposiciones: en efec-
to, la demostracin ser siempre mediante los mismos tr-
minos. As, pues, es evidente que, puestas ambas proposi-
ciones con arreglo al ser admisible, no se forma ningn
razonamiento.
18. Razonamientos modales de la segunda figura con
una premisa admisible y otra asertrica
Si una < proposicin> significa el darse y la otra el
ser admisible, poniendo la predicativa como darse y la 20
privativa como ser admisible nunca habr razonamiento,
ni tomados los trminos como universales ni como par-
ticulares (y la demostracin es la misma y mediante los
mismos tnninos < que antes; en cambio, cuando la
209 Es decir, si la proposicin negativa pasa a ser la premisa menor:
en lugar de aAliB-aAtC, aAtB-aAliC. (En realidad, lo negativo es slo
el ncleo proposicional, no el funetor modal.)
115. - 11
162 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
afirmativa < significa> el ser admisible y la privativa el
darse, habr razonamiento. En efecto, supngase que A
25 no se da en ningn B pero es admisible en todo C. En-
tonces, invirtiendo la privativa, B no se dar en ningn
A; ahora bien, sgase admitiendo A en todo C: entonces
se forma el razonamiento de que es admisible que B no
se d en ningn C en virtud de la primera figura. De ma-
nera semejante si la privativa se pone en relacin con C.
30 Pero si ambas son privativas y una significa el no dar-
se y la otra el ser admisible 210, en virtud de las mismas
< proposiciones> adoptadas no sobreviene nada necesa-
rio, pero al invertir la proposicin con arreglo al ser ad-
misible se forma el razonamiento de que es admisible que
B no se d en ningn C, igual que en los casos anterio-
]S res: pues ser de nuevo la primera figura.
En cambio, si ambas se ponen como predicativas, no
habr razonamiento. Trminos de darse: salud - animal-
hombre; de no darse: salud - caballo - hombre.
Del mismo modo ocurrir en el caso de los razonamien-
40 tos particulares. Pues cuando la afirmativa es fctica, to-
3h mada como universal o como particular, no habr nin-
gn razonamiento (esto se muestra de manera semejante
y mediante los mismos trminos que en los casos anterio-
res), en cambio, cuando <es fctica> la privativa, habr
< razonamiento> por inversin, igual que en los casos
anteriores. Y an, si ambas relaciones se toman como pri-
5 vativas y el no darse se toma como universal, de las pro-
posiciones mismas no saldr lo necesario 211, pero invirtien-
do el ser admisible como en los casos anteriores, habr
razonamiento. Si la privativa es fctica y se toma como
210 Lase: ((ser admisible que no ... .
211 Es decir, no surgir la necesidad de conclusin alguna.
ANALlTICOS PRIMEROS 163
particular, no habr razonamiento, tanto si la otra propo-
sicin es afirmativa como si es privativa. Tampoco cuan- 10
do ambas se tomen como indefinidas, afirmativas o nega-
tivas, o como particulares. La demostracin <ser> la
misma y mediante los mismos trminos.
19. Razonamientos modales de la segunda figura con
una premisa necesaria y otra admisible
Si una de las proposiciones significa el < darse> por
necesidad y la otra el ser admisible, siendo necesaria la
privativa habr razonamiento, no slo de que es admisi- IS
ble que no se d, sino tambin de que no se da; pero,
siendo necesaria la afirmativa, no 10 habr. En efecto,
supngase que por necesidad A no se da en ningn B pe-
ro es admisible que se d en todo C. As, pues, invirtien-
do la privativa, tampoco se dar B en ningn A; ahora
bien, era admisible que A < se diera> en todo C: enton-
ces, se forma nuevamente, en virtud de la primera figura, 20
el razonamiento de que es admisible que B no se d en
ningn C. Pero al mismo tiempo est claro que B no se
dar en ningn C. En efecto, supngase que se da: en-
tonces, si es admisible que A <no se d> en ningn B
y B se da en algn e, no es admisible que A < se d>
en algn C: pero se supuso que era admisible en cada 2S
uno. Del mismo modo se demostrar tambin si la priva-
tiva se pone en relacin con C.
y an, supngase que es necesaria la predicativa y la
otra admisible, y que es admisible que A < no se d>
en ningn B pero se da en todo C por necesidad. Estan-
do, pues, as relacionados los trminos no habr razona-
miento alguno. Pues puede ocurrir que por necesidad B
no se d en C. En efecto, sea A blanco, en lugar de B, 30
164
TRATADOS DE LGICA (RGANON)
hombre y, en lugar de e, cisne. Entonces, lo blanco se
da en el cisne por necesidad, pero es admisible que no se
d en ningn hombre y necesariamente el hombre no se
da en ningn cisne. As, pues, que no hay razonamiento
35 de ser admisible resulta evidente: pues lo < que se da>
por necesidad no era admisible < segn vimos>. Pero
tampoco < hay razonamiento> de lo necesario: pues lo
necesario se desprenda, o bien de < proposiciones> am-
bas necesarias, o bien de la privativa. Adems, estableci-
das estas < proposiciones>, tambin cabe que B se d en
e: pues nada impide que e est subodinado a B 212, que
A sea admisible en todo B y que se d en e por necesi-
40 dad, como, por ejemplo, si e fuera despierto, B animal
y, en lugar de A, movimiento. En efecto, en el que est
Jlb despierto <se da> necesariamente el movimiento, y tam-
bin es admisible < que se d> en todo animal: y todo
lo que est despierto es animal. As, pues, es evidente que
< el razonamiento> no es de no darse, ya que, al rela-
cionarse < los trminos> de este modo, es necesario el
darse. Ni tampoco de las afirmaciones opuestas, de modo
5 que no habr razonamiento ninguno. Se demostrar de
manera semejante tambin al trasponer la afirmativa.
Si las proposiciones son de la misma forma, siendo pri-
vativas, siempre se produce razonamiento al invertir la
proposicin relativa al ser admisible, igual que en los ca-
sos anteriores. En efecto, acptese que A no se da en B
10 por necesidad pero es admisible que no se d en e; as,
pues, invirtiendo las proposiciones, B no se da en ningn
A, pero es admisible que A < se d> en todo e: se for-
ma entonces la primera figura. De la misma manera tam-
212 Expresin recproca de ((B se da en ) (B es predicado de e o
incluye a C).
ANALTICOS PRIMEROS 165
bin si se pone la negativa en relacin con C. Pero, si
se ponen < las proposiciones> como predicativas, no ha-
br razonamiento. En efecto, del no darse o del necesa- 15
riamente no darse es evidente que no habr razonamiento
por no haberse tomado una proposicin privativa ni para
el darse ni para el darse por necesidad. Pero tampoco lo
habr del ser admisible que no se d: pues necesariamen-
te, al comportarse as < los trminos>, B no se dar en
C, como, por ejemplo, si A se pone como blanco, en lu- 20
gar de B, cisne y, en lugar de C, hombre. Tampoco lo
habr de las afirmaciones opuestas, puestG que ya se ha
demostrado que necesariamente B no se da en C. Por
tanto no se produce razonamiento absolutamente en nin-
gn caso.
De manera semejante ocurrir tambin en el caso de
los razonamientos particulares 213: pues, cuando sea la pri- 25
vativa la universal y necesaria, habr siempre razonamien-
to, tanto de ser admisible como de no darse Oa demostra-
cin, mediante la inversin), en cambio, cuando lo sea la
afirmativa, nunca habr razonamiento: en efecto, se de-
mostrar del mismo modo que en el caso de los univer-
sales, y mediante los mismo trminos. Tampoco lo habr
cuando ambas proposiciones se tomen como afirmativas: 30
y, en efecto, la demostracin de esto ser tambin la mis-
ma de antes. Cuando ambas sean privativas y la que sig-
nifica el no darse sea universal y necesaria, en virtud de
las propias proposiciones aceptadas no surgir lo necesa-
rio, pero, si se invierte la proposicin relativa al ser ad-
misible, habr razonamiento, como en los casos anterio- 35
res. Si ambas se ponen como indefinidas o particulares,
no habr razonamiento. La demostracin ser la misma
y mediante los mismos trminos.
213 Es decir, razonamientos de conclusin particular.
166 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
As, pues, resulta evidente a partir de lo dicho que al
ponerse la privativa universal como necesaria siempre se
produce razonamiento, no slo del ser admisible que no
40 se d, sino tambin del no darse, pero, al ponerse como
tal la afirmativa, nunca se produce. Y que se produce o
no razonamiento entre las < proposiciones> necesarias
398 del mismo modo, respectivamente, que entre las fcticas.
Tambin est claro que todos los razonamientos son im-
perfectos y que llegan a conclusin en virtud de las figu-
ras anteriormente expuestas.
20. Razonamientos modales de la tercera figura con dos
premisas admisibles
En la ltima figura, tanto si ambas como si una de
las dos < proposiciones> es admisible, habr razonamien-
5 to 214. As, pues, cuando las proposiciones significan el ser
admisible, tambin la conclusin ser admisible; tambin
cuando una significa el ser admisible y la otra el darse.
En cambio, cuando una se pone como necesaria, si es
10 afirmativa, la conclusin no ser necesaria ni fctica, pe-
ro, si es privativa, habr razonamiento < acerca> del no
darse, al igual que en los casos anteriores; y tambin en
este caso hay que tomar de manera semejante < a los ca-
sos anteriores> lo admisible en las conclusiones.
Supngase primeramente que son admisibles < ambas
proposiciones>, y que A y B es admisible que se den en
15 todo C. Entonces, puesto que la afirmativa se puede in-
vertir en parte 21S y B es admisible en todo e, tambin e
214 Este pargrafo inicial constituye un resumen anticipado del pre-
sente captulo y de los dos siguientes.
21S epi mrous: damos la traduccin literal, aqu plenamente adecua-
da, en lugar de tomando la proposicin como particular.
ANAL/TICOS PRIMEROS 167
sera admisible en algn B. De modo que, si A es admisi-
ble en todo C y C lo es en algn 8, necesariamente tam-
bin A se dar en algn 8: en efecto, se forma la prime-
ra figura. Y, si es admisible que no se d en ningn C 20
y que 8 se d en cada uno, necesariamente ser admisible
que A no se d en algn 8: pues nuevamente surgir la
primera figura mediante la inversin. Pero, si ambas se
ponen como privativas, de las propias < proposiciones>
aceptadas no surgir lo necesario, pero invirtiendo 216 las
proposiciones habr razonamiento, al igual que en los ca- 25
sos anteriores. En efecto, si es admisible que A y 8 no
se den en C, reemplazndolo por el ser admisible que se
den surgir nuevamente la primera figura mediante la in-
versin.
Pero si uno de los trminos es universal y el otro par-
ticular, habr o no razonamiento segn las mismas rela-
ciones entre los trminos que en < las proposiciones de>
darse. En efecto, supngase que A se da en todo C y 8 30
se da en algn C. Entonces surgir de nuevo la primera
figura al invertir la proposicin particular: pues, si A es
admisible en todo C, y C en algn 8, A es admisible en
algn B. y lo mismo ocurre si lo universal se pone en 35
relacin con la <proposicin> BC. De manera semejan-
te tambin si AC es privativa y BC afirmativa: pues de
nuevo surgir la primera figura mediante la inversin. En
cambio, si ambas se ponen como privativas, una universal
y la otra particular, en virtud de las mismas < proposi-
ciones> tomadas no habr razonamiento, pero invirtin- 39b
dalas s, igual que en los casos anteriores.
216 En este caso no se trata de invertir la posicin de los trminos,
sino de invertir el signo negativo del ncleo proposicional en afirmati-
vo (ver supra, n. ISO).
168 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
Cuando ambas se tomen como indefinidas o como par-
ticulares no habr razonamiento: puesto que necesariamen-
5 te A se dar en todo B y en ninguno. Trminos de dar-
se: animal - hombre - blanco; de no darse: caballo - hom-
bre - blanco; < trmino> medio: blanco.
21. Razonamientos modales de la tercera figura con una
premisa admisible y otra asertrica
Si una de las proposiciones significa el darse y la otra
el ser admisible, la conclusin ser que es admisible, no
que se da, y habr razonamiento segn que los trminos
se relacionen del mismo modo que en los casos anterio-
10 res. En efecto, supngase primeramente que son predica-
tivos, y que A se da en todo C y que B es admisible
que se d tambin en cada uno. Entonces, pues, invirtien-
do BC surgir la primera figura y la conclusin ser que
es admisible que A se d en algn B: pues, cuando una
15 de las dos proposiciones significaba, en la primera figura,
el ser admisible, tambin la conclusin era admisible. De
manera semejante, si BC < significa> el darse y AC el
ser admisible, y si AC es privativa y BC predicativa, sien-
do cualquiera de ellas la que < indique> el darse, en am-
bos casos la conclusin ser admisible: pues se forma de
20 nuevo la primera figura, y ya se ha demostrado que en
ella, al significar una de las dos proposiciones el ser ad-
misible, tambin la conclusin ser admisible. Pero si la
privativa se pone en relacin con el extremo menor, o
ambas se toman como privativas, en virtud de las mis-
mas < proposiciones> establecidas no habr razonamien-
25 to, pero s lo habr al invertirlas, igual que en los casos
anteriores.
Si una de las proposiciones es universal y la otra par-
ANALfTlCOS PRIMEROS 169
ticular, siendo ambas predicativas, o la universal privativa
y la particular afirmativa, se dar el mismo tipo de razo-
namientos: pues todos llegan a conclusin en virtud de
la primera figura. De modo que resulta evidente que el 3()
razonamiento ser de ser admisible y de no darse. Pero,
si la afinnativa es universal y la privativa particular, la
demostracin ser por < reduccin a> lo imposible. En
efecto, supngase que B se da en todo C y que A es ad-
misible que no se d en algn C: entonces, necesariamente
ser admisible que A no se d en algn B. Pues, si A 3S
se da en todo B por necesidad y se ha establecido que
B se da en todo C, A se dar por necesidad en todo C:
en efecto, esto se ha demostrado anteriormente. Pero se
supuso que era admisible que en alguno no se diera.
Cuando ambas < proposiciones> se tomen como inde- 40a
finidas o particulares, no habr razonamiento. La demos-
tracin es la misma que en los casos anteriores y median-
te los mismos trminos.
22. Razonamientos modales de la tercera figura con una
premisa necesaria y otra admisible
Si una de las proposiciones es necesaria y la otra ad-
misible, siendo los trminos predicativos, el razonamiento s
ser siempre de ser admisible, pero cuando una sea pre-
dicativa y la otra privativa, si la afirmativa es necesaria,
< el razonamiento ser> de ser admisible que no se d
y, si lo es la privativa, < ser> tanto de ser admisible
como de no darse. En cambio, de necesariamente no dar-
se no habr razonamiento, como tampoco en las otras 10
figuras.
Sean entonces los trminos, en primer lugar, predicati-
vos, y supngase que A se da en todo C por necesidad,
170 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
mientras que B es admisible que se d en cada uno. As,
pues, comoquiera que A se da necesariamente en todo C
y C es admisible en algn B 217, tambin A ser admisible
15 en algn B, y no se dar <sin ms>: en efecto, as ocu-
rri en la primera figura. De manera semejante se demos-
trar tambin si BC se pone como necesaria y AC como
admisible.
y an, sea una predicativa y la otra privativa, y la pre-
dicativa, necesaria; y supngase que es admisible que A
no se d en ningn C, pero que B se da en cada uno
20 por necesidad. Entonces surgir de nuevo la primera fi-
gura; y, como la proposicin privativa significa el ser ad-
misible, es evidente entonces que la conclusin ser admi-
sible: pues, cuando las proposiciones se comportaban as
en la primera figura, tambin la conclusin era admisible.
25 Pero, si es necesaria la proposicin privativa, la conclu-
cin, ser que es admisible que no se d en alguno y que
no se da. En efecto, supngase que por necesidad A no
se da en C pero es admisible que B se d en cada uno.
As, pues, invirtiendo la afirmativa BC, surgir la primera
30 figura, y la proposicin privativa ser necesaria. Ahora
bien, cuando las proposiciones se comportaban as, ocu-
rra que era admisible que A no se diera en algn C y
tambin que no se daba 218, de modo que tambin, nece-
sariamente, A no se dar en algn B.
Cuando la privativa se ponga en relacin con el extre-
mo menor, si es admisible, habr razonamiento al traspo-
35 ner la proposicin, igual que en los casos anteriores, pero,
si es necesaria, no lo habr, puesto que es admisible tan-
to que se d necesariamente en cada uno como que no
217 Por inversin (conversin parcial).
218 Remisin al cap. 16 supra, 36a32-39.
ANALlTICOS PRIMEROS 171
se d en ninguno. Trminos de darse en cada uno: sue-
o - caballo dormido - hombre; de no darse en ninguno:
sueo - caballo despierto - hombre.
Igual ocurrir si uno de los trminos se relaciona uni-
versalmente con el medio y el otro se relaciona particu- 40
larmente: en efecto, siendo ambos predicativos, el razona- 4Gb
miento ser de ser admisible y de no darse, y tambin
cuando una se tome como privativa y la otra como afir-
mativa, y la afirmativa como necesaria. Pero, cuando sea 5
necesaria la privativa, la conclusin ser tambin de no
darse: pues el tipo de demostracin ser el mismo tanto
si los trminos son universales como si no. En efecto, ne-
cesariamente los razonamientos concluirn en virtud de la
primera figura, de modo que en estos casos se inferir lo
necesario igual que en aqullos.
En cambio, cuando la privativa, tomada universalmen-
te, se ponga en relacin con el extremo menor, si es ad-
misible, habr razonamiento mediante la inversin, pero 10
si es necesaria no lo habr. Y se demostrar del mismo
modo que en el caso de las universales y mediante los
mismos trminos.
As, pues, es evidente tambin en esta figura cundo
y cmo habr razonamiento y cundo ser de ser admisi-
ble y cundo de darse. Y tambin est claro que todos 15
son imperfectos y que concluyen en virtud de la primera
figura.
23. Generalizacin de las tres figuras y su reduccin a
la primera
As, pues, a partir de lo dicho est claro que los razo-
namientos de estas figuras concluyen en virtud de los ra-
zonamientos universales de la primera figura y se redu-
172 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
20 cen a ellos; en cuanto a que todo razonamiento se ha de
comportar absolutamente as, resultar evidente ahora,
cuando se demuestre que todos se forman mediante algu-
na de estas figuras.
Necesariamente toda demostracin y todo razonamiento
2S demuestran que algo se da o no se da, y esto de manera
universal o particular y, adems, demostrativamente o a
partir de una hiptesis 219. La < demostracin> por < re-
duccin a> lo imposible constituye una parte de < las de-
mostraciones> a partir de una hiptesis. As, pues, ha-
blemos primero de las < propiamente> demostrativas:
pues, una vez demostradas stas, resultar evidente < lo
arriba dicho> tambin en el caso de las < reducciones>
a lo imposible y, en general, en las < demostraciones>
a partir de una hiptesis.
30 Entonces, si fuera preciso que A se probara acerca de
B como dndose o como no dndose, necesariamente ha-
bra que aceptar algo acerca de algo 220. Si, pues, se acep-
ta A acerca de B, se habr aceptado lo del principio 221.
Y, si < se acepta A> acerca de e y e no se acepta acer-
ca de nada, ni otra cosa acerca de aquello 222, no habr
3S razonamiento ninguno 223: pues de aceptar una sola cosa
219 Es' decir, por demostracin directa o propiamente dicha, basada
exclusivamente en las premisas de un razonamiento, o por demostracin
compuesta de un razonamiento y una hiptesis auxiliar distinta de las
premisas.
220 Quiere decir que toda demostracin o razonamiento exige propo
siciones, compuestas a su vez de, al menos, dos trminos (sujeto y predi-
cado), en terminologa gramatical.
221 Al tratar de probar una relacin entre A y B, no se puede partir
de la proposicin constituida por esos trminos, so pena de incurrir en
peticin de principio.
222 Es decir, acerca de C.
223 Para que haya razonamiento propiamente dicho (silogismo), no
ANALlTICOS PRIMEROS 173
acerca de una sola cosa no se desprende nada de manera
necesaria. De modo que hay que tomar tambin otra pro-
posicin. As, pues, si se toma A acerca de otra cosa u
otra cosa acerca de A, u otra cosa an acerca de C, na-
da impide que haya razonamiento, pero no se aplicar a
B en virtud de las < proposiciones> tomadas 224. Cuando 40
C se ponga en contacto con otra cosa y sta con otra
distinta, pero no con B, tampoco en ese caso habr razo- 4la
namiento. Pues dijimos, en general, que nunca habr ra-
zonamiento alguno de una cosa acerca de otra si no se
toma como intermedio algo que se relacione de alguna
manera en las predicaciones con cada una de las otras co-
sas; en efecto, el razonamiento sin ms consta de propo-
siciones, y el razonamiento respecto de tal cosa consta de 5
las proposiciones relativas a tal cosa, y el razonamiento
de tal cosa respecto de tal otra < se fonna> mediante
las proposiciones de tal cosa respecto de tal otra. Y es
imposible tomar una proposicin respecto de B sin predi- 10
car ni rechazar de ello 22' nada, o aun no tomando nada
comn entre A y B, sino predicando o rechazando algu-
nas cosas propias de cada una de aqullas. De modo que
hay alguna cosa intermedia entre ambas, que ponga en
contacto las predicaciones, si ha de haber razonamiento
de tal cosa respecto de tal otra. Si, pues, necesariamente
hay que tomar algo comn a ambas cosas, cabe < hacer>
esto de tres maneras (en efecto, o predicando A de C y
C de B, o C de ambos, o ambos de C), y sas son las 15
figuras explicadas: es evidente que por fuerza se formar
basta con una sola proposicin: hacen falta al menos dos (AB y BC,
en el ejemplo).
224 Es condicin necesaria de todo razonamiento que uno de los tr
minos de las premisas sea comn a ambas (el llamado trmino medio).
22S Es decir, de B.
174 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
todo razonamiento mediante alguna de esas figuras. En
efecto, el mismo argumento < vale> tambin si < lo
otro> se pone en contacto con B a travs de varias co-
20 sas ms: pues la figura ser la misma aun en el caso de
muchos < trminos medios>.
As, pues, es evidente gue los < razonamientos> de-
o mostrativos concluyen en virtud de las figuras anterior-
mente dichas; en cuanto a que tambin lo hacen los < ra-
zonamientos por reduccin> a lo imposible, quedar claro
a travs de lo que sigue. Pues todos los < razonamien-
tos> que concluyen a travs de lo imposible prueban lo
falso, pero la < proposicin> del principio la demuestran,
25 por hiptesis, cuando se desprende algo falso al suponer
la contradiccin; como, por ejemplo, que la diagonal es
inconmensurable < se prueba> porque lo impar se hace
igual a lo par al suponer que sea conmensurable. As,
pues, que lo par se hace igual a lo impar se prueba por
razonamiento; en cambio, que la diagonal es inconmensu-
rable se demuestra por hiptesis, ya que en virtud de la
30 contradiccin se desprende una falsedad. En efecto, en eso
consista el razonar a travs de lo imposible, en mostrar
< que se da> algo imposible en virtud de la hiptesis
< establecida> al principio. Por consiguiente, comoquiera
que en los < razonamientos> que se reducen a lo imposi-
ble se forma un razonamiento demostrativo de lo falso,
mientras que < lo establecido> al principio se prueba por
hiptesis, y como anteriormente dijimos que los < razo-
35 namientos> demostrativos concluyen en virtud de aque-
llas figuras, es evidente que tambin los razonamientos
por lo imposible lo sern en virtud de dichas figuras. De
igual manera tambin todos los dems < que parten> de
una hiptesis: pues en todos ellos se forma el razonamien-
to respecto de la < proposicin> que sustituye < a la del
ANAL/T1COS PRIMEROS 175
principio> y la del principio se obtiene en virtud de un 40
acuerdo o de cualquier otra hiptesis. Pero, si eso es ver- .. lb
dad, toda demostracin y todo razonamiento deben nece-
sariamente formarse en virtud de las tres figuras antes ex-
plicadas. Y, una vez mostrado esto, est claro que todo
razonamiento llega a conclusin en virtud de la primera
figura y se reduce a los razonamientos de sta. 5
24. Cualidad y cantidad de las premisas
Adems, es preciso que en todo < razonamiento> al-
guno de los trminos sea predicativo y se d lo universal:
pues sin lo universal, o no habr razonamiento, o no se
referir a lo establecido < al principio>, o se postular
lo del principio 226. En efecto, establzcase que el placer
musical es honesto. Entonces, si se estimara que el placer 10
es honesto sin aadir todo 227, no habra razonamiento:
si algn placer es < honesto>, en caso de que lo sea
otro 228, no < se concluir> nada respecto a lo estableci-
do y, si es el mismo, se toma lo del principio. Pero se
hace ms evidente en los dimetros, < al probar>, por
ejemplo, que los < ngulos> del issceles adyacentes a
la base son iguales. Llvense los < lados adyacentes a> 15
A y B al centro < de una circunferencia>. As, pues, si
se acepta que el ngulo AC es igual al ngulo DD, sin
estimar que, en general, los ngulos de los semicrculos
sean iguales, y an que C es igual a D sin aceptar tam-
bin que lo sean todos los del mismo segmento < de cir-
226 Es decir, se incurrir en petitio principii.
227 Como premisa mayor unida a la primera.
228 Lase: otro placer distinto del musicah>.
176 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
cunferencia> y adems se acepta que, al sustraer ngulos
20 iguales de los ngulos completos tambin iguales, los que
quedan, E y Z, son iguales, se postular lo del principio,
a no ser que se acepte que, al sustraer cosas iguales de
cosas iguales, quedarn cosas iguales 229.
As, pues, es evidente que en todo <razonamiento> es
preciso que se d lo universal, y que lo universal se de-
muestra a partir de trminos todos ellos universales 230,
mientras que lo particular se prueba tanto de esta manera
como de la otra 231, de modo que, si la conclusin es uni-
2S versal, tambin los trminos sern necesariamente univer-
sales, mientras que, si los trminos son universales, es ad-
misible que la conclusin no lo sea. Est claro tambin
que, en todo razonamiento, o ambas o una de las dos
229 Para comprender la argumen-
tacin de Aristteles es necesario
imaginar la figura adjunta, en la
que las prolongaciones de los lados
del issceles son otros tantos dime-
tros de la circunferencia circunscrita
(de ah el nombre que da Aristteles
al argumento). Los ngulos que Aris-
tteles llama AC y BD son, obvia-
mente, los rectos resultantes de la
suma de A + C y B + D Y los l1a-
mados ngulos E y Z, mencionados
al final del argumento, pueden ser
indistintamente A y B o C y D.
230 Una conclusin universal slo se infiere a partir de dos premisas
universales.
2JI Una conclusin particular puede, segn Aristteles (no segn una
lgica fonnal estricta), obtenerse tanto a partir de premisas todas ellas
universales como de una combinacin de universal y particular.
ANALfTICOS PRIMEROS 177
proposiciones resultarn necesariamente del mismo tipo 232
que la conclusin. Me refiero no slo a que sea afirma-
tiva o privativa, sino tambin a que sea necesaria o fcti- JO
ca o admisible. Y tambin es preciso considerar las otras
predicaciones 2J3
Es evidente cundo habr y cundo no habr razo-
namiento, y cundo ser posible y cundo perfecto, y
que, si hay razonamiento, es necesario que los trmi-
nos se comporten con arreglo a alguno de los modos J5
explicados.
25. Nmero de trminos, premisas y conclusiones
Est claro que toda demostracin se har mediante tres
trminos y no ms, aunque la misma conclusin surja a
travs de stos u otros <trminos>, V.g.: E a travs de
AB y de CD, o a travs de AB, AC y BC 234: pues nada 40
impide que haya ms < trminos> medios que sos. Pero,
en caso de haberlos, no hay uno, sino varios razonamien-
tos. O an, cuando cada uno de los < trminos> AB se 428
establece mediante un razonamiento (v.g.: A mediante DE
y B, a su vez, mediante ZH 235), o uno por comprobacin
y el otro por razonamiento. Pero tambin as son varios
232 homoan, lit.: tal cual, es decir, de la misma cualidad. Co-
mo es sabido, la cualidad corresponde aqu al carcter afirmativo o
negativo, necesario o contingente, etc., de la cpula o nexo proposicio-
nal.
233 Es decir, la posibilidad y la imposibilidad.
234 Aristteles, segn el comentarista Pacius, parece querer decir que
la misma conclusin puede obtenerse de dos parejas de trminos total-
mente diferentes entre s (AB y CD) o de dos parejas de trminos que
tengan en comn, respectivamente, el mayor o el menor. Cf. variante 8.
m En el original, Z y 9.
115. - 12
178
TRATADOS DE LGICA (RGANON)
los razonamientos: pues las conclusiones son varias, a sa-
s ber, A, B Y C. Pero, si < se pretende que> no hay va-
rios < razonamientos> sino uno solo, en ese caso es ad-
misible que la misma conclusin se produzca a travs de
ms < de tres> trminos, pero es imposible que se pro-
duzcan como C se produce a travs de AB. En efecto,
sea E la conclusin de ABCD. Entonces, es necesario que
alguno < de los trminos> se haya tomado en relacin
con otro, uno de ellos como todo y el otro como parte:
10 en efecto, antes se ha mostrado esto, que cuando hay ra-
zonamiento es necesario que algunos de los trminos se
comporten as. Supngase, pues, que A se comporta as
respecto a B. Entonces surge, a partir de esos <trmi-
nos>, una conclusin. Luego, o es E, o uno de los < tr-
IS minos> CD, o algn otro aparte de stos. Y, si es E, el
razonamiento surge slo de AB. Y, si CD se comportan
de tal manera que uno es como el todo y el otro como
la parte, tambin surgir algo d ellos, y ser, o bien E,
o uno de los dos < trminos> AB, o bien los razona-
mientos sern varios, o bien ocurrir que se concluir lo
20 mismo a travs de ms < de tres> trminos, como < se
dijo que> era admisible; y si es algn otro aparte de
sos, los razonamientos sern varios y sin conexin entre
ellos. Y, si C no se relaciona con D de tal modo que
formen un razonamiento, < los trminos> se habrn
tomado en vano, como no sea por mor de una com-
probacin, un ocultamiento o alguna otra cosa por el
estilo.
2S Pero, si de AB no sale E, sino alguna otra conclusin,
y de CD sale una de aquellas dos u otra aparte de las
mencionadas, se forman varios razonamientos y no respec-
to del sujeto: pues se supuso que el razonamiento era de
E. Y si de CD no sale ninguna conclusin, resulta que
ANALTICOS PRIMEROS 179
stos se han tomado en vano y que el razonamiento no 30
lo es de lo del principio.
De modo que es evidente que toda demostracin y
todo razonamiento lo ser mediante tres trminos tan
slo.
Una vez puesto esto como evidente, est claro que <el
razonamiento> consta tambin de dos proposiciones y no
ms (pues los tres trminos < dan lugar a> dos propo-
siciones), si no se aade algo ms, tal como se dijo al
principio, para el perfeccionamiento de los razonamien-
tos 236. As, pues, es evidente que el enunciado deducti- 35
vo m en que no son pares las proposiciones por las que
se produce la conclusin principal (pues algunas de las
conclusiones precedentes son necesariamente conclusiones),
o no se ha razonado como tal o ha planteado ms cues-
tiones de las necesarias para < establecer> la posicin 238 40
< de que se trata>.
As, pues, tomando los razonamientos con arreglo a 42b
las proposiciones principales, todo razonamiento constar
de proposiciones pares y de trminos impares: en efecto,
los trminos son uno ms que las proposiciones. Y las
conclusiones sern la mitad de las proposiciones. Pero, 5
cuando se prueba mediante razonamientos previos 239 o
mediante varios < trminos> medios contiguos, como,
por ejemplo, AB mediante CD, el nmero de trminos
igualmente superar en uno a las proposiciones (pues fue-
236 Se refiere a las nuevas premisas obtenidas por conversin para
reducir los silogismos de la 2. y 3. figuras a silogismos de la l., que
son los nicos perfectos (es decir, rectiHneamente concIusivos, cuyo
orden de enunciacin coincide con el orden lgico de la inferencia).
237 lgos syllogistiks.
238 thsin tesis.
239 prosyllogismOl:
180 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
ra O en medio < de ambos razonamientos> se pondr el
trmino que se aade: en ambos casos sucede que las re-
10 laciones 240 son una menos que los trminos), y las propo-
siciones son tantas como las relaciones; sin embargo, no
siempre sern stas pares y aqullos impares, sino alterna-
tivamente: cuando las proposiciones son pares, los trmi-
nos son impares; en efecto, se aade una proposicin a
la vez que se aade el trmino, sea del lado que sea 241,
de modo que si aqullas fuesen pares, stos seran impa-
IS res, y necesariamente a la inversa, al producirse la misma
adicin. Las conclusiones, en cambio, ya no seguirn la
misma regla, ni en relacin con los trminos ni en rela-
cin con las proposiciones, pues, al aadirse un trmino,
las conclusiones se aadirn < en nmero> inferior en
una unidad a los trminos previamente dados: en efecto,
slo con respecto al ltimo no < se > produce conclusin,
20 pero s con respecto a todos los dems, V.g.: si a ABe
se aade D, se anaden tambin inmediatamente dos con-
clusiones, una en relacin con A y la otra en relacin con
B 242. De manera semejante en los dems casos 243. Aun-
240 diastimata: quiere decir intervalos)) o relaciones entre trmi-
nos)), equipolente de proposiciones)).
241 Tanto si se coloca delante de los dems trminos como si se co-
loca detrs o intercalado entre ellos.
242 En efecto, dado el silogismo: A se da en B . B se da en e : A
se da en e, si al\adimos el trmino O al final, con lo que obtendremos,
por ejemplo, la nueva proposicin e se da en D, podremos inmediata-
mente extraer dos conclusiones ms: A se da en D y B se da en D.
Aristteles dice que hay nuevas conclusiones en relacin con A y B, pero
no respecto al ltimo trmino ai'ladido (O), en el sentido de que O no
puede ser el predicado de ninguna- conclusin, por ser el sujeto ltimo
de la cadena silogstica.
243 Las frmulas que expresan la relacin entre nmero de trminos,
ANALlTICOS PRIMEROS 181
que < el trmino> se ai\ada en medio, ocurre del mismo
modo: en efecto, slo respecto de uno < de los trmi-
nos> no <se> producir razonamiento. De modo que 2S
las conclusiones sern muchas ms que los trminos y que
las proposiciones 244.
26. Tipos de proposiciones que se establecen o refutan
en cada figura
Puesto que conocemos ya sobre qu < versan> los ra-
zonamientos, cules son en cada figura y de cuntas ma-
neras se hace la demostracin, tambin nos resultar evi-
dente qu clase de problemas es difcil y qu clase es fcil
de resolver.
En efecto, lo que se prueba en ms figuras y a travs 30
de ms modos W es ms fcil, lo que se prueba en me-
nos figuras y a travs de menos modos es ms difcil.
As, pues, lo afirmativo universal se demuestra slo me-
diante la primera figura y mediante un solo modo de s-
ta; en cambio, lo privativo < universal> se prueba me-
diante la primera y la intermedia, de la primera mediante
un solo modo y de la segunda mediante dos; lo particu- 3S
nmero de proposiciones y nmero de conclusiones, para una determina-
da secuencia de trminos (ver nota siguiente), seran t = P + 1; c =
p(p - 1) (t - I)(t - 2)
; e =
2 2
244 En efecto, si en lugar de ai'ladir D al final de la serie ABC, lo
intercalamos as: ADBC, o as: ABDC, las nuevas conclusiones, mante-
nindose en cuatro el nmero de trminos. sern: D se da en e y B
se da en e (que, antes de la adicin de D, era una simple premisa).
4 ~ pt6sis, lit.: (<inflexin,,; se refiere aqu, segn Bonitz, a los mo-
dos silogsticos.
182 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
lar afirmativo, mediante la primera y la ltima, de un
solo modo en la primera y de tres en la ltima. y lo pri-
vativo particular se demuestra en todas las figuras, aunque
40 en la primera de un nico modo y en la intermedia y la
43. ltima de dos y de tres modos, respectivamente. As, pues,
es evidente que establecer lo universal afirmativo es lo ms
difcil y refutarlo es lo ms facil. En general, es ms fcil
para el que destruye atacar lo universal que lo particular;
pues, tanto si no se da en ninguno como si no se da en
alguno, queda eliminado; de estas < proposiciones>, la
5 de en alguno no se demuestra en todas las figuras, la de
ninguno en dos. De igual modo tambin en el caso de
las < universales> privativas: pues, tanto si se da en cada
uno como en alguno, queda eliminado lo del principio:
y esto 246 se daba, < como vimos>, en dos figuras. En el
caso de las particulares, en cambio, <se refuta> de una
sola manera, mostrando que se da en cada uno o en nin-
guno. Para el que establece son ms fciles las < conclu-
10 siones> particulares: pues < se obtienen> en ms figuras
y mediante ms modos. En general, es preciso no pasar
por alto que es posible destruir recprocamente las univer-
sales mediante las particulares y stas mediante las univer-
sales, en cambio no es posible establecer las universales
mediante las particulares, pero s stas mediante aqullas.
15 A la vez est claro tambin que destruir es ms fcil que
establecer.
Est claro, pues, a partir de lo dicho, cmo se forma
cada razonamiento y mediante qu trminos y proposicio-
nes, y cmo stas se relacionan entre s, y adems de qu
clase es el problema < demostrado> en cada figura y qu
246 La conclusin universal negativa.
ANAL/T1COS PRIMEROS 183
clase se demuestra 247 en ms < figuras> y qu clase en
menos.
27. Normas generales para la construccin de razona-
mientos asertricos
Hay que hablar ahora ya de cmo podremos disponer 20
siempre de razonamientos en relacin con la < cuestin>
propuesta y por qu va nos haremos con los principios
correspondientes a cada < cuestin>; pues seguramente
no slo es preciso entender la formacin de los razona-
mientos, sino tambin tener la capacidad de construirlos.
De todas las cosas que existen, unas son tales que no 25
pueden predicarse universalmente con verdad de ninguna
otra (v.g.: Clen y Calias y lo singular y sensible), pero
de ellas se predican otras (en efecto, cada uno de aqullos
es hombre y animal); algunas se predican ellas mismas de
otras, pero de ellas no se predican otras anteriores 248; y 30
algunas se predican de otras y las otras de ellas, V.g.:
hombre, de Calias, y animal, de hombre. As, pues, est
claro que algunas de las cosas que existen es natural que
no se digan de nada: pues casi cada una de las cosas sen-
sibles es de tal naturaleza que no se predica de nada, a
no ser por coincidencia 249: en efecto, decimos que aque- 35
110 blanco es Scrates y lo que viene es Calias. Sobre que
tambin yendo hacia arriba lSO se para uno alguna vez,
247 deknytai. Lo demostrado. por supuesto, no son las dos proposi-
ciones opuestas que constituyen el problema, sino una de ellas.
248 Los atributos adjetivos en funcin propiamente tal (cualidades,
relaciones. etc.).
249 kata symbebks, normalmente traducido: por accidente.
2S0 Remontndose a predicados cada vez ms genricos.
184 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
volveremos a hablar: de momento baste con esto. De es-
tos predicados, pues, no es posible encontrar otro predi-
cado, a no ser como simple opinin, pero ellos < se pue-
40 den predicar> de otros; tampoco los singulares se pre-
dican de otras cosas, pero s otras de ellos. Y est claro
que con las cosas intermedias cabe < predicar> de las
dos maneras (en efecto, ellas se dirn de otras y otras de
ellas): y casi todos los argumentos e investigaciones son
bsicamente acerca de esas cosas.
eb Es preciso, entonces, escoger las proposiciones acerca
de cada cosa del modo siguiente: primeramente el sujeto
mismo y las definiciones y todo cuanto es propio de la
cosa en cuestin, y despus de eso todo cuanto se deriva
de la cosa y, a su vez, aquello de lo que la cosa se de-
s riva, y todo lo que no es admisible que se d en ella. En
cambio, aquello en lo que ella no es admisible no hay
por qu recogerlo, en razn de ~ inversin de la priva-
tiva. Hay que distinguir tambin, de entre lo que se deri-
va < de ella>, todo lo que se predica en el qu es 2'. y
todo lo que se predica como propio y todo lo que se pre-
dica como accidental y, de eso, qu clase de cosas se pre-
dican a ttulo opinable y cules se predican con arreglo
a la verdad: pues, cuanto de ms cosas de ese tipo dis-
10 ponga uno, ms rpidamente llegar a una conclusin y,
cuanto ms verdaderas sean, ms <fcilmente> har la
demostracin.
Pero es preciso escoger, no lo que se sigue m de algo
< particular>, sino todo lo que se sigue de la cosa toma-
2'. La predicacin esencial, correspondiente a los predicables gnero
y definicin (ver Tpicos, libro I. caps. 4, S Y 9, en TL-I, pgs. 93-98
y 103-104).
252 En este captulo habla Aristteles de sujetos y predicados bajo
ANAL/TIeOS PRIMEROS 185
da en su totalidad, v.g.: no qu se sigue de algn hombre
< individual>, sino de todo hombre: pues el razonamien-
to < se forma> a travs de las proposiciones universales.
As, pues, en caso de ser indefinida, no est claro si la
proposicin es universal, pero en caso de ser definida es 15
evidente. De manera semejante hay que escoger tambin
en su totalidad las cosas de las que se sigue la cosa en
cuestin, por la causa ya explicada. Pero la cosa misma
que se sigue no hay que aceptar que se siga como un to-
do, digo, por ejemplo, todo animal referido a hombre o
toda ciencia referido a msica lB, sino que < hay que
aceptar que < se siga sin ms, tal como establecimos an-
teriormente; en efecto, la otra < proposicin> 254 es intil 20
e imposible, como, por ejemplo, que todo hombre sea to-
do animal o que la justicia sea todo bien. Pero de aque-
llo de lo que se sigue < algo> s se dice el todo. Cuan-
do el sujeto, del que es preciso tomar lo que se sigue,
est incluido en algo, en tal caso no hay que escoger lo
que se sigue o no se sigue de manera universal (pues se 25
ha tomado ya en los otros casos: en efecto, todo lo que
se sigue de animal se sigue tambin de hombre, y lo que
no se da se comporta del mismo modo; en cambio, lo
que es propio de cada cosa se ha de tomar: pues hay al-
gunas cosas propias de la especie aparte del gnero; en
efecto, es necesario que se den algunas cosas propias de
otras especies. Y tampoco hay que escoger, como aquello
de lo que se sigue lo universal, aquello de lo que se sigue
la denominacin, respectivamente, de antecedentes (o aquello de lo que
algo se sigue) y consecuentes (o lo que se sigue de algo).
253 Es incorrecta toda frmula enunciativa en que el predicado os-
tente algn grado de cuantificacin, V.g.: lodo hombre es todo animal.
U4 La proposicin de predicado cuantificado.
186 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
30 lo incluido < en lo universal>, v.g.: como < anteceden-
te> de animal aquello de lo que < en realidad> se sigue
hombre: pues es necesario, si animal se sigue de hombre,
que se siga tambin de todas aquellas cosas de las que se
sigue < hombre>; ahora bien, esas cosas son ms propias
de la eleccin de hombre 2S5. Tambin hay que tomar lo
que se sigue la mayora de las veces y aquello de lo que
eso se sigue: pues, de los problemas relativos a lo que
se da la mayora de las veces, tambin el razonamiento
< se forma> a partir de proposiciones < que versan>,
H o todas o algunas, sobre lo que se da la mayora de las
veces; en efecto, la conclusin de cada uno < de los ra-
zonamientos> es semejante a los principios 2S6. Adems,
no hay que escoger los < trminos> que se siguen de to-
dos: pues a partir de ellos no habr razonamiento. Por
qu causa < es ello as> quedar claro en lo que sigue.
28. Reglas para la obtencin del trmino medio en los
razonamientos asertricos
Si se quiere establecer algo acerca de un todo 2S7, hay
40 que fijarse en los sujetos de lo que se establece, acerca
de los cuales viene a decirse esto, y en todo lo que se si-
2SS Este pasaje, aparentemente crptico, quiere decir simplemente,
si sl!stituimos aquello de lo que se sigue x por el sujeto de x (eL
supra, n. 252), que no hay que dar como sujeto, pongamos por caso,
de animal, cosas que sean con ms propiedad (oikeidlera) sujetos de
hombre (como podrian ser, aunque Aristteles no cita ejemplos, letrado
o pilotoJ, aun cuando es obvio que todo sujeto de hombre es necesa-
riamente tambin sujeto de animal.
256, Es decir, las premisas.
257 kal tinos hdlou, lase: ((acerca de un universal,
ANALlTICOS PRIMEROS 187
gue de aquello de lo que es preciso predicar m: pues, si
alguno de ellos es la misma cosa, necesariamente se dar
el uno en el otro 2S9. En cambio, si < se quiere establecer
que algo se da>, no en cada uno, sino en alguno, < hay
que fijarse> en aquellas cosas de las que se siguen uno
y otro: pues, si alguna de ellas es la misma cosa, nece- 44.
sariamente se dar en alguno. Cuando es preciso que no
se d en ninguno, < hay que fijarse> en las cosas que
se siguen de aquello en lo que es preciso que no se d
< el otro trmino> y en aquellas que no es admisible que
estn presentes en aquello que es preciso que no se d;
o bien, a la inversa, < hay que fijarse> en aquellas co- s
sas que no es admisible que estn presentes en aquello en
lo que es preciso que no se d < el otro trmino> y en
las que se siguen de aquello que es preciso que no se d.
Pues, si esas cosas, sean las que sean, son las mismas,
no es admisible en ningn caso que se d el uno en el
otro: en efecto, se forma unas veces el razonamiento de
la primera figura y otras veces el de la intermedia. Y, si
< se quiere establecer> que no se da en alguno, < hay
que fijarse> en las cosas que se siguen de aquello en lo
que es preciso que no se d < el otro trmino> y en las
que no es posible que se den en aquello que < es preciso 10
que> no se d: pues, si alguna de sas es la misma cosa,
necesariamente no se dar en alguno.
Acaso cada una de las cosas que se han dicho resulte
ms evidente del modo que sigue. En efecto, supngase
que las cosas que se siguen de A son aqullas en cuyo
258 Es decir, en los posibles sujetos del trmino que ha de ser predi-
cado de la conclusin y en los posibles predicados del que ha de ser
sujeto: sas son las dos condiciones que, unidas en un Dsmo trmino,
hacen de ste un trmino medio.
259 Es decir, el predicado en el sujeto de la conclusin.
188 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
lugar est B, que en el lugar de aquellas de las que aque-
llo < A > se sigue est e y que en el lugar de las que
IS no es admisible que se den en aquello <A> est D; y
an, que en lugar de las que se dan en E est Z, en lu-
gar de aquellas de las que aquello < E > se sigue est H
y en lugar de las que no es admisible que se den en aque-
llo < E > est F 260. Si, pues, alguno de los e es lo mis-
mo que alguno de los Z, necesariamente A se dar en to-
lO do E: en efecto, Z se da en todo E y A en todo e, de
modo que < tambin> A en todo E. Y, si e y H son
lo mismo, necesariamente A se dar en algn E: en efec-
to, A se sigue de e y E de todo H. Y, si Z y D son lo
mismo, A no se dar en ninguno de los E, segn el ra-
zonamiento previo: en efecto, comoquiera que la privativa
se puede invertir y Z y D son lo mismo, A no se dar
2S en ninguno de los Z y Z se dar en todo E. Y an, si
B y F son lo mismo, A no se dar en ninguno de los E:
en efecto, B se dar en todo A, pero no se dar en nin-
guna < de las cosas> en cuyo lugar est E; pues era lo
mismo que F, y F no se daba en ninguno de los E. Y,
si D y H son lo mismo, A no se dar en algn E: en
efecto, no se dar en H, puesto que tampoco en D; aho-
ra bien, H est subordinado a E 261, de modo que en al-
30 guno de los E no se dar. Y, si B es lo mismo que H,
habr razonamiento por inversin: en efecto, E se dar
en todo A -pues B <se da> en A y E en B (en efec-
to, era lo mismo que H)- y A no necesariamente se da-
r en todo E, pero s necesariamente en alguno, porque
3S es posible invertir la predicacin universal 262 en la predi-
cacin particular.
260 En el original: 9.
261 estin hyp lo E, es decir, est incluido en E.
262 Quiere decir: la universal afirmativa)).
ANALTICOS PRIMEROS
189
As, pues, es evidente que hay que atender a las cosas
arriba explicadas de cada uno < de los trminos> dentro
de cada problema: pues a travs de ellas < se forman>
todos los razonamientos. Y es preciso tambin, de las co-
sas que se siguen y de aqullas de las que se sigue cada
uno < de los trminos>, atender sobre todo a las pri-
mordiales y universales, V.g.: en el caso de E < hay que
atender> ms a KZ que a Z solo, y en caso de A < hay 40
que atender> a KC ms que a C solo 261. Pues, si A se 44b
da en KZ, tambin se da en Z y en E; aunque, si no se
sigue de aquello < KZ >, cabe que se siga de Z. Hay que
fijarse igualmente en aquellas cosas de las que aquello
<A> se desprende: en efecto, si se sigue de los prime-
ros, tambin se sigue de los subordinados a ellos, pero,
si no se sigue de aqullos, cabe < que se siga>, sin em-
bargo, de sus subordinados.
Est claro tambin que la investigacin < se ha de ha-
cer> mediante los tres trminos y las dos proposiciones,
y que todos los razonamientos <se forman> en virtud
de las figuras arriba explicadas. En efecto, se demuestra
que A se da en todo E cuando se toma algo que es por
igual de los C y de los Z. ste ser el < trmino> me-
dio, y A Y E los extremos: as, pues, se forma la prime- 10
ra figura. En cambio, < se da> en alguno cuando se con-
sidera que C y H < son> lo mismo. sa es la ltima fi-
gura: en efecto, H se convierte en el < trmino> medio,
y < no se da> en ninguno cuando D y Z < son> lo
mismo. As < se forma> tanto la primera figura como
la intermedia; la primera porque A no se da en ningn
261 KZ y KC son, respectivamente, smbolos de otros tantos univer-
sales en cuya extensin se incluyen Z y C (K es la inicial de kathlou).
Lo que se quiere decir, en resumidas cuentas, es que los trminos medios
han de ser lo ms generales posible.
190 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
15 Z (si es que se puede invertir la privativa) y Z se da en
todo E, y la segunda porque D no se da en ningn A y
se da en todo E. Y que no se da en alguno, cuando D
y H sean lo mismo. sa es la ltima figura: en efecto,
A no se dar en ningn H y E se dar en todo H. As,
pues, es evidente que todos los razonamientos < se for-
man> en virtud de las figuras anteriormente explicadas,
20 y que no hay que escoger aquellas cosas que se siguen
de todo, por no producirse a partir de ellas razonamiento
alguno. En efecto, no era posible en absoluto establecer
< una proposicin> a partir de lo que se sigue 264, y no
cabe destruir < una proposicin> mediante lo que se si-
gue de todas las cosas: pues es preciso que en alguna se
d y en alguna otra no.
2S Resulta evidente tambin que las otras investigaciones
referentes a las elecciones < de los trminos> son intiles
para hacer un razonamiento, V.g.: si lo que se sigue de
cada uno de los dos < trminos> es lo mismo o si son
las mismas aquellas cosas de las que se sigue A y las que
no es admisible que se den en E, o an, si todas las co-
sas que no cabe que se den en ninguno de los < trmi-
nos> son las mismas: en efecto, mediante esas cosas no
JO se forma razonamiento. Pues, si las cosas que se siguen
son las mismas, v.g.: B y Z, se forma la figura interme-
dia con las proposiciones predicativas 26S; si aquellas co-
sas de las que se sigue A < son las mismas que> las que
no es admisible que se den en E, V.g.: e y F, <se for-
ma> la primera figura con la proposicin relativa al ex-
264 Es decir, de consecuentes o predicados.
26' Lo cual hace el esquema no concluyente, pues la segunda figura
ha de tener siempre una premisa negativa (cEsArE, cAmF.strEs, fEstlnO,
bArOcO).
ANALtTlCOS PRIMEROS 191
tremo menor como privativa 266. Y, < si son idnticas>
todas las cosas que no es admisible que se den en nin-
guno de los dos < trminos>, v.g.: D y F, ambas pro- 35
posiciones <sern> privativas, en la primera figura o en
la intermedia. Y as no hay razonamiento en modo al-
guno.
Est claro tambin que hay que determinar qu < tr-
minos> son idnticos entre los incluidos en la investiga-
cin y no cules son distintos o contrarios: primero por- 40
que la bsqueda es del < trmino> medio, y el medio no 45.
se ha de tomar como distinto, sino como idntico. Ade-
ms, en todos los casos en que ocurre que se forma un
razonamiento al tomarse < los trminos> como contra-
rios o no admisibles en cuanto a que se den en la misma
cosa, todos los casos en cuestin se han de reducir a los
modos anteriormente explicados, v.g.: si B y Z son con-
trarios o no es admisible que se den en la misma cosa:
pues, si se toman esas cosas, el razonamiento ser que A 5
no se da en ninguno de los E, pero no a partir de esas
cosas, sino del modo antes explicado; en efecto, B se da-
r en todo A y no se dar en ningn E: de modo que
necesariamente ser lo mismo que algn F. Y, a su 10
vez, si no cabe que B y H estn presentes en la misma
cosa, < se desprender> que A no se dar en algn E;
y, en efecto, surgir as la figura intermedia: pues B se
dar en todo A y no se dar en ningn E: de modo que
B ser necesariamente lo mismo que alguno de los F. En
efecto, que no sea admisible que B y H se den en la mis-
ma cosa no se diferencia en nada de que B sea lo mismo
266 Tampoco este esquema es concluyente, pues no corresponde a
ninguno de los modos vlidos de la 1.
1
: bArbArA, cElArEnt, dArll,
fErIO, en Que la menor es siempre afirmativa.
192
TRATADOS DE LGICA (RGANON)
IS que alguno de los F: pues se han tomado <en F> todas
las cosas que no es admisible que se den en E.
Es, pues, evidente que de esas mismas consideraciones
no surge ningn razonamiento, pero que, si B y Z son
contrarios, necesariamente estar B en alguno de los F y
20 en virtud de eso se formar el razonamiento. En realidad
sucede con los que consideran as las cosas que buscan
otro camino distinto del obligado porque les pasa inad-
vertida la identidad 267 de los B y los F.
29. Bsqueda del trmino medio en otros razonamientos
Los razonamientos que conducen a lo imposible se com-
portan del mismo modo que los demostrativos: en efecto,
2S aqullos se forman mediante las cosas que se siguen y
aquellas de las que se sigue cada uno de los dos < tr-
minos>. y en ambos casos la investigacin es la misma:
pues lo que se muestra demostrativamente es posible pro-
barlo tambin por < reduccin a> lo imposible mediante
los mismos trminos, y lo que se demuestra por < reduc-
cin a> lo imposible tambin < es posible probarlo> de-
mostrativamente, v.g.: que A no se da en ningn E. En
30 efecto, supngase que se da en alguno: entonces, como-
quiera que B < se da> en todo A 268 Y A en algn E 269.
B se dar en alguno de los E; pero no se daba en nin-
gun0
270
y an, <supngase> que se da en alguno: en
267 tautdteta: infrecuente caso de sustantivacin morfolgica de un
t ~ n n n o funcional (derivado de tautdn).
268 Presupone aqu Aristteles las mismas relaciones entre los trmi-
nos A, B, e, D, E, etc., que en el captulo anterior (ver, para AB,
44a12-l4).
269 Por la hiptesis en que se basa la reduccin al absurdo.
270 En efecto, segn 44a2S, B es igual a F y F es incompatible
con E.
ANA.LITlCOS PRIMEROS
193
efecto, si A no se da en ningn E y E se da en todo H,
A no se dar en ninguno de los H; pero se daba en cada
uno 271. De manera semejante en los dems problemas:
pues siempre y en todos < los razonamientos> ser po- 3S
sible la demostracin por < reduccin a> lo imposible a
partir de lo que se sigue y de aquello de lo que se sigue
cada uno de los dos < trminos>. y en cada problema
ser la misma la investigacin para el que quiera razonar
demostrativamente y para el que quiera reducir a lo im-
posible: pues ambas demostraciones < surgirn> a partir
de los mismos trminos, V.g.: si se ha demostrado que A
no se da en ningn E, porque resulta tambin que B se
da en algn E, lo cual es imposible; si se acepta que B 40
no se da en ningn E y s en todo A, es evidente que "!lb
A no se dar en ningn E. Y an, si se ha probado de-
mostrativamente que A no se da en ningn E, suponien-
do que se da en alguno se demostrar por < reduccin
a> lo imposible que no se da en ninguno. De manera
semejante en los dems casos: pues en todos < los razo-
namientos> se ha de tomar necesariamente algn trmino s
comn distinto de los supuestos 272, respecto al cual se da-
r la prueba de lo falso 273, de modo que, invirtiendo esa
proposicin y manteniendo igual la otra, habr razona-
miento demostrativo a travs de los mismos trminos. En
efecto, el demostrativo difiere del < de reduccin> a lo
imposible en que en el demostrativo ambas proposiciones
271 Cf. supra, 44aI2-14.
272 Los trminos mayor y menor, sobre los que versa el problema.
en su planteamiento previo a la demostracin: es o no verdad que A
se da en 81.
273 loI psedous ho syllogisms (se refiere, obviamente, a la reduc-
cin al absurdo).
lIS. - 13
194 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
10 se ponen con arreglo a la verdad, en el < de reduccin>
a lo imposible, en cambio, una se pone falsamente.
Esto, pues, resultar ms evidente mediante lo que si-
gue, cuando hablemos acerca de lo imposible; por ahora,
bstenos con tener claro esto, que cuando se quiere razo-
15 nar demostrativamente hay que atender a las mismas co-
sas que cuando se quiere reducir a lo imposible.
En los otros razonamientos < hechos> a partir de una
hiptesis 274, como, por ejemplo, todos los que < se for-
man> por sustitucin o segn la cualidad 27S, la investi-
gacin se har en los < trminos> supuestos, no en los
del principio, sino en los que los sustituyen, y el modo
de consideracin ser el mismo. Pero es preciso conside-
20 rar y distinguir de cuntas maneras son los < razonamien-
tos> a partir de hiptesis.
As, pues, cada uno de los problemas se demuestra as,
pero hay tambin' otro modo de probar algunos de esos
problemas, v.g.: los universales, a travs de la considera-
cin de la < proposicin> particular basada en una hip-
25 tesis. En efecto, si e y H fueran lo mismo y se aceptara
que E se da slo en los H, A se dara en todo E 276. Es
manifiesto, pues, que tambin hay que considerarlo as.
Del mismo modo en el caso de los < razonamientos> ne-
cesarios y los admisibles: pues la investigacin ser la mis-
ma y el razonamiento ser mediante los mismos trminos,
30 < colocados> en el mismo orden tanto para el ser admi-
274 Los tradicionalmente conocidos como razonamientos o silogismos
hipotticos.
27S A falta de ejemplos, Aristteles parece referirse a los razonamien-
tos analgicos: si A, que est con e en tal relacin, se da en B, que
est en idntica relacin con D, e se dar en D.
276 Nueva remisin a la interpretacin de los trminos dada en el
cap. 28, con las salvedades que aqu se explicitan.
ANALfTlCOS PRIMEROS
195
sible como para el darse. Y en el caso de los admisibles
hay que tomar tambin las cosas que, sin darse, es posi-
ble que se den: pues se ha demostrado que el razonamien-
to de ser admisible se forma tambin mediante esas co-
sas. De manera semejante con las dems predicaciones. 3S
Es, pues, evidente a partir de lo explicado, no slo que
cabe que todos los razonamientos se formen por esa va,
sino tambin que por otra va es imposible. En efecto,
se ha demostrado que todo razonamiento se forma a tra-
vs de alguna de las figuras anteriormente explicadas y 40
que no cabe que stas se constituyan mediante ninguna
otra cosa salvo lo que se sigue y aquello de los que se
sigue cada < trmino>: pues a partir de eso < se for- 46.
man> las proposiciones y < se hace> la eleccin del
< trmino> medio, de modo que ni siquiera cabe que se
forme un razonamiento mediante otros < trminos> .
30. gsqueda del trmino medio en las diversas disci-
plinas
As, pues, el mtodo para todos los casos es el mismo,
tanto en lo tocante a la filosofa como a cualquier arte
y disciplina: pues es preciso contemplar lo que se da y s
aquello en lo que se da respecto a cada uno de los dos
< trminos> y tener la mayor abundancia posible de ello,
y estudiar esto a travs de los tres trminos, destruyendo
de tal manera y estableciendo de tal otra; partiendo de lo
que est bien perfilado que se da en verdad, < cuando se
trata de razonar> en verdad; partiendo, en cambio, de 10
las proposiciones opinables 211 para los razonamientos dia-
lcticos.
211 kata ddxan, lit.: conforme a la opinin.
196 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
Se han explicado los principios de los razonamientos,
el modo como se comportan y el modo como hay que
buscarlos para no atender a todo lo dicho 278, ni a las
mismas cosas cuando establecemos < algo> que cuando
15 lo eliminamos, cuando establecemos <algo> acerca de
cada uno o de alguno que cuando eliminamos algo de to-
dos o de algunos, sino para atender a menos cosas y bien
definidas; < se ha explicado cmo> hacer la eleccin < de
los trminos> en cada una de las cosas que se dan, por
ejemplo acerca del bien o del saber. La mayora < de los
principios> son exclusivos de cada cosa. Por eso es pro-
pio de la experiencia el suministrar los principios corres-
pondientes a cada cosa; quiero decir, por ejemplo, que la
experiencia astronmica < suministra los principios> del
20 saber astronmico (en efecto, una vez captados correcta-
mente los fenmenos, se encontraron las demostraciones
astronmicas), de manera semejante tambin acerca de
cualquiera otra arte o saber existente: de modo que, si se
toma lo que se da en relacin con cada cosa, es ya < com-
petencia> nuestra exponer cumplidamente las demostra-
ciones. En efecto, si no se deja de lado en la descripcin
25 nada de lo que se da verdaderamente en las cosas, esta-
remos en condiciones, acerca de todo aquello de lo que
hay demostracin, de encontrar y probar esa < demostra-
cin>, y aquello de lo que no es natural que haya de-
mostracin hacerlo evidente 279.
En general, pues, se ha explicado ms o menos el mo-
do como hay que escoger las proposiciones; y con detalle
30 lo hemos tratado ya en el estudio sobre la dialctica 280.
278 Es decir, para que no nos perdamos en detalles secundarios.
279 Es decir, probarlo por mostracin sensorial en lugar de demos-
tracin racional.
280 ef. Tpicos 1 14.
ANALTICOS PRIMEROS 197
31. La divisin
Es fcil ver que la divisin en gneros es una pequefta
parte del mtodo explicado; en efecto, la divisin es co-
mo un razonamiento impotente: pues postula lo que es pre-
ciso demostrar y concluye siempre alguno de los < predi-
cados> superiores ZBI. Ahora bien, ante todo, eso mismo 35
les haba pasado inadvertido a todos los que la utilizaban
e intentaban convencernos de que es posible hacer una de-
mostracin de la entidad y del qu es. De modo que al
dividir no saban, ni lo que se puede probar por razona-
miento, ni que se poda concluir as, tal como hemos ex-
plicado. As, pues, en las demostraciones, cuando es pre- 40
ciso probar que algo se da, es preciso que el < trmino>
medio, a travs del cual se produce el razonamiento, sea 46b
siempre menor y menos universal que el primero de los
extremos; la divisin, en cambio, pretende lo contrario:
pues toma lo < ms> universal como < trmino> medio.
En efecto, sea animal < aquello> en cuyo lugar < pone-
mos> A, mortal en el lugar de B, inmortal en el de C
y hombre, cuya definicin es preciso obtener, en el de D.
Ahora bien, < el que divide> toma a todo animal como
mortal o como inmortal: esto es, que todo lo que es A,
o bien es B, o bien es C. A su vez, el que divide siem-
pre pone que el hombre es animal, de modo que acepta
acerca de D que < en l> se da A. As, pues, el razo-
namiento es que todo D ser B o C, de modo que es ne- 10
cesaro que el hombre sea mortal o inmortal, y que sea
ZBI Quiere decir que el resultado de la divisin es siempre un concep-
to ms genrico que el que resultara de un silogsmo; v.g.: en lugar de
probar, por ejemplo, que algo es un animal racional, la divisin ms
prxima a ese resultado se limitarla a enunciar que todo animal es racio-
nal o irracional.
198 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
un animal mortal no es necesario, sino que se postula:
ahora bien, eso era lo que haba que probar. Y an, po-
niendo A como animal mortal, en el lugar de B pedestre,
en el de e podo y hombre en el de D, de igual manera
15 se toma A como que est <incluido> en B o en e (pues
todo animal mortal es pedestre o podo), y acerca de D
< se toma> A (pues se acept que el hombre es un ani-
mal mortal); de modo que es necesario que el hombre sea
un animal pedestre o podo, pero no necesariamente pe-
destre, sino que se toma as: ahora bien, eso era lo que
20 haba que demostrar. Y a los que dividen siempre de es-
te modo les ocurre que toman lo < ms> universal como
< trmino> medio, y aquello acerca de lo cual haba que
hacer la demostracin, y las diferencias, como extremos.
Finalmente, no dicen en absoluto claramente que el hom-
bre, o cualquier otra cosa que se investigue, sea esto < o
25 lo otro> de modo tal que Sea necesario: en efecto, hacen
todo el resto del camino sin sospechar siquiera los recur-
sos que hay a su disposicin.
y es evidente que tampoco es posible refutar con este
mtodo, ni razonar acerca del accidente o de lo propio,
ni acerca del gnero, ni en aquellas cosas en que se ig-
nora si se comportan de esta manera o de esta otra, V.g.:
si la diagonal es inconmensurable o conmensurable 282. En
efecto, si se acepta que toda longitud es conmensurable
30 o inconmensurable y la diagonal es una longitud, se con-
cluye que la diagonal es inconmensurable o conmensura-
ble. Ahora bien, si se toma como inconmensurable, se to-
mar aquello que haba que probar. No es, pues, posible
demostrarlo; pues el camino es ste y por l no se pue-
282 Se refiere a la inconmensurabilidad de la diagonal del cuadrado
con su lado. que se hallan siempre en la relacin numrica irracional:
..ti.
ANALfTICOS PRIMEROS 199
de. < Supngase> inconmensurable o conmensurable en
el lugar de A, longitud en el de B, diagonal en el de C.
Entonces es manifiesto que el modo de bsqueda no se 35
ajusta a toda investigacin, ni es til en aquello en lo que
ms parece proceder.
Resulta evidente, pues, a partir de lo dicho, de qu
< elementos> constan las demostraciones y cmo y a qu 40
tipo de cosas hay que atender en cada problema.
32. Eleccin de las premisas, los trminos, el trmino
medio y la figura
Tras esto hay que decir cmo reduciremos los razona-
mientos a las figuras antes explicadas: en efecto, todava 47.
queda esta < parte> de la investigacin. Pues, si contem-
plramos la produccin de los razonamientos y tuviramos
la capacidad de encontrarlos, y si adems desmenuzra-
mos los ya producidos < ajustndolos> a las figuras an-
tes explicadas, llegara a su fin la tarea propuesta al prin- 5
cipio. Ocurrir a la vez que lo anteriormente explicado
se confirmar y resultar manifiesto que es as en virtud
de lo que ahora se dir: pues es preciso que todo lo ver-
dadero est de acuerdo consigo mismo en todos los as-
pectos.
En primer lugar, pues, hay que intentar extraer las dos 10
proposiciones del razonamiento (pues es ms fcil dividir
en < partes> grandes que en pequeas, y son mayores
las cosas compuestas que aquellas de las que < se hace
la composicin, luego hay que averiguar cul es en to-
do y cul en parte 283 y, si no se han tomado ambas, po-
283 en hdl; - en mire;. Es decir, universal y particular, respec-
tivamente.
200 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
ner uno mismo la que falta. En efecto, a veces < algu-
IS nos>, tras haber adelantado la universal, no toman la
<incluida>en ella 284, ni al escribir ni al preguntar; o
bien adelantan stas pero descuidan aquellas por las que
stas se prueban, y se preguntan otras cosas innecesaria-
mente. Hay que investigar, pues, si se ha tomado algo su-
20 perfluo y se ha descuidado algo de lo necesario, y hay
que poner esto y quitar aquello, hasta llegar a las dos
proposiciones: pues sin stas no es posible reducir los ar-
gumentos discutidos de ese modo < que hemos dicho an-
tes>.
As, pues, de algunos < argumentos> es fcil ver lo
que falta, otros en cambio pasan inadvertidos y parecen
concluir porque a partir de las < proposiciones> estableci-
das resulta algo necesario, como, por ejemplo, si se acep-
2S tara que, al destruirse la no-entidad, no se destruye la en-
tidad y que, al destruirse aquello de lo que algo consta,
lo que consta de eso tambin se,destruye: pues, al poner-
se estas cosas, resulta necesario que la parte de una enti-
dad sea entidad, pero no se ha razonado a travs de las
< proposiciones> tomadas, sino que se descuidan las pro-
posiciones < autnticas> 285. Y an, si al existir el hombre
es necesario que exista el animal y la entidad del animal,
30 al existir el hombre es necesario que exista la entidad: pe-
ro no se ha razonado en absoluto: pues las proposiciones
no se comportan como dijimos.
En los casos de ese tipo nos equivocamos porque resul-
ta algo necesario de las cosas establecidas y tambin el
284 Lase (da particular, o (da menor (si por ((Universal se entien-
de la mayor o ((ms universal).
285 No se trata de un razonamiento formalmente deductivo, pues fal-
tan varias premisas que actan slo impUcitamente en el ejemplo pro-
puesto, y que lo convienen en un polisilogismo o en un sorites.
ANALTICOS PRIMEROS 201
razonamiento es necesario. Ahora bien, lo necesario < se
da> en ms casos aparte del razonamiento: en efecto,
todo razonamiento es necesario, pero no todo lo necesa-
rio es razonamiento. De modo que, si al poner algunas 3S
cosas resulta alguna < otra>, no por eso hay que inten-
tar hacer inmediatamente la reduccin 286, sino que prime-
ro hay que tomar las dos proposiciones, luego hay igual-
mente que dividirlas en sus trminos y poner el trmino
medio de forma que est enunciado en ambas proposicio-
nes: pues es necesario que en todas las figuras el medio 40
est en ambas proposiciones.
As, pues, si el medio se predica y es predicado, o si 47b
l predica y de l se niega otra cosa, surgir la primera
figura 287. Si predica y se niega de algo, < surgir la figu-
ra> intermedia; y si otras cosas se predican de l, o una
se niega y otra se predica, la ltima < figura>. En efecto, s
as se comportaba el medio en cada una de las figuras.
De manera semejante tambin si las proposiciones no son
universales: pues la determinacin del < trmino> medio
es la misma. Es, pues, evidente que en el argumento en
que el mismo < trmino> no se emplea ms de una vez
no se forma razonamiento: pues no se ha tomado un
< trmino> medio. Y, como tenemos < sabido> qu cla- 10
se de problemas se prueba en cada figura, y en cul se
prueba lo universal y en cul lo particular, es evidente
que no hay que atender a todas las figuras, sino a la pro-
286 A las figuras silogsticas (cf. supra, 46b40-47al).
287 En esa frase tan concisa se expresan todas las posibilidades com-
binatorias de conclusin, A, E, 1 Y O dentro de la 1.' figura: mayor
afirmativa <predicativa)), segn Aristteles) con el medio como sujeto
y menor afirmativa con el medio como predicado (bArbArA y dArll),
y mayor negativa con .el medio como sujeto y menor afirmativa con el
medio como predicado (cEIArEnt y JErIO).
202 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
pia de cada problema. En cuanto a las que se prueban
en varias, conoceremos la figura por la posicin del me-
dio.
33. La cantidad de las premisas
15 As, pues, ocurre muchas veces que uno se engaa acer-
ca de los razonamientos a causa de lo necesario < de la
conclusin>, corno ya se ha explicado antes, y a veces
uno se engaa a raz de la semejanza de la posicin de
los trminos: 10 cual no debe pasarnos inadvertido. V.g.:
si A se dice de B y B de C: pues podra parecer que, al
20 relacionarse as los trminos, hay razonamiento, pero no
se produce, ni nada necesario, ni razonamiento < algu-
no>. En efecto, supngase que en el lugar de A est
existir siempre, en el de B Aristmenes pensable y en el
de C Aristmenes. Entonces es verdad que A se da en
B: pues siempre existe Aristmens como pensable. Pero
tambin B en C: pues Aristmenes es un Aristmenes pen-
sable. En cambio, A no se da en C: pues Aristmenes
25 es perecedero. En efecto, no se produjo razonamiento al
relacionarse as los trminos, sino que era preciso que la
proposicin AB se hubiera tomado como universal. Yeso
es falso, a saber, estimar que todo Aristmenes pensable
existe siempre, al ser Aristmenes perecedero. An, su-
30 pngase que en el lugar de C est Mcalo, en el de B
msico Mcalo y en el de A dejar de existir maana. En-
tonces es verdadero predicar B de C: pues Mcalo es el
msico Mcalo. Pero tambin A de B: pues Mcalo podra
35 dejar de existir maana corno msico. En cambio, A de
C es falso. Este caso es el mismo de antes: pues no es
universalmente verdadero que el msico Mcalo deje de
existir maana: y si esto no se tornaba < universalmen-
te>, no haba razonamiento.
ANALtncos PRIMEROS
203
As, pues, este error se produce al dejar pasar un pe-
queo < detalle>: pues damos por supuesto que no di-
fieren en nada decir que esto se da en esto y decir que 40
esto se da en todo esto.
34. Trminos abstractos y concretos
Muchas veces tambin acaecer que uno se engae a 41.
raz de no exponer bien los trminos de la proposicin,
V.g.: si A fuera salud. en el lugar de B < estuviera> en-
fermedad y, en el de e, hombre. En efecto, <sera>
verdadero decir que en ningn B es admisible que se d
A (pues en ninguna enfermedad se da la salud) y aun que 5
B se da en todo e (pues todo hombre es susceptible de
enfermedad). As, pues, podra parecer que en ningn
hombre es admisible que se d la salud. El motivo de es-
to es que no se han expuesto bien los trminos con arre-
glo a la expresin, puesto que, si se los sustituye por los
< correspondientes> estados, no habr razonamiento,
V.g.: si en lugar de salud se pone sano y, en lugar de en- 10
fermedad. enfermo. Pues no es verdadero decir que no
es admisible que el estar sano se d en el enfermo 288. Si
no se acepta esto, no se produce razonamiento, como no
sea < acerca> del ser admisible; pero eso no es imposi-
ble: pues es admisible que la salud no se d en ningn
hombre. Por otro lado, en el caso de la figura intermedia 15
la falsedad se dar de manera semejante: pues es admisi-
288 Los trminos abstractos (salud, enfermedad) oscurecen la re-
lacin, mientras que, si se pone en su lugar los adjetivos correspondientes
a esos estados (sano, enfermo), aparece claramente la falsedad de
la premisa mayor: no es admisible que sano se d en ningn enfermo,
o ningn enfermo puede estar nunca sano, ya que equivaldria a negar
la posibilidad de que los enfermos sanaran.
204 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
ble que la salud no se d en ninguna enfermedad y se d
en todo hombre, de modo que la enfermedad no se dar
en ningn hombre. En la tercera figura, la falsedad so-
breviene en el ser admisible, puesto que es admisible que
20 la salud y la enfermedad, la ciencia y la ignorancia y, en
general, los contrarios, se den en la misma cosa, pero es
imposible que se den los unos en los otros. Ahora bien,
esto no concuerda con lo explicado anteriormente: pues
cuando era admisible que varias cosas se dieran en la mis-
ma, tambin era admisible que se dieran las unas en las
otras 289.
As, pues, es manifiesto que en todos esos casos el error
25 se produce a raz de la exposicin de los trminos: pues
al sustituirlos por los correspondientes a los estados no
se produce ninguna falsedad. Est claro, pues, que en las
proposiciones de esta clase hay que sustituir y poner el
trmino correspondiente al estado en lugar del estado
<mismo> .
35. Los trminos compuestos
No es preciso tratar siempre de exponer los trminos
30 con un nombre: pues en muchas ocasiones habr enuncia-
dos para los que no hay nombre disponible; por eso es
difcil reducir los razonamientos de esa clase. A veces ocu-
rrir incluso que uno se equivoque por culpa de ese tipo
de bsqueda, < creyendo>, por ejemplo, que hay razona-
miento de los < argumentos> sin trmino medio. Sea A
289 Y, en efecto, as es tambin en el caso de las atribuciones de con-
trarios a un mismo sujeto, a condicin de que, en lugar de tomar como
trminos los sustantivos abstractos, se tomen los adjetivos concretos. En-
tonces est claro, por ejemplo, que el enfermo puede ser sano (o puede
sanar).
ANAL/TICOS PRIMEROS 205
dos rectos, en el lugar de B, tringulo y, en el de e,
issceles. As, pues, A se da en e a travs de B, pero 35
ya no en B a travs de otro (pues el tringulo tiene dos
rectos por s mismo), de modo que no habr <trmino>
medio de AB, aun siendo demostrable. En efecto, es evi-
dente que el medio no hay que tomarlo siempre as, co-
mo un esto 290, sino a veces como un enunciado, lo cual
ocurre precisamente en el caso mencionado.
36. La flexin de los trminos
El que el primer < trmino> se d en el medio y ste 40
en el extremo < menor> no es preciso tomarlo como que
siempre se vayan a predicar unos de. otros o que el pri- 48b
mero < se predique> del medio de manera semejante que
ste del menor. E igualmente en el caso de no darse. Pe-
ro conviene considerar que el darse 291 se dice de tantas
maneras como el ser y el ser verdadero decir eso mismo.
V.g.: que de los contrarios hay una sola ciencia. En efec- 5
to, sea A haber una sola ciencia, y < pnganse> los con-
trarios entre s en el lugar de B. Entonces A se da en B,
no de tal modo que los contrarios sean una sola ciencia,
sino que es verdad decir que hay una sola ciencia acerca
de ellos 292.
Ocurre a veces que el primer < trmino> se dice sobre 10
el medio, en cambio el medio no se dice sobre el tercero,
290 Quiere decir: como una unidad semntica perfecta. designable por
un nombre.
291 lo hyprchein. Ms abajo veremos que este paralelismo entre dar
se y sen) encubre una diferencia semntica: n. 297.
292 La ilegitimidad de la primera conclusin (<<los contrarios son una
sola ciencia) radica en la errnea identificacin del trmino 'contrarios'
en genitivo con ste mismo en nominativo.
206 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
V.g.: si la sabidura es una ciencia y hay sabidura del
bien, la conclusin < ser> que hay ciencia del bien; el
bien no es ciertamente una ciencia, aunque la sabidura
es un bien 293. Otras veces el medio se dice sobre el ter-
15 cero, en cambio el primero no se dice del medio, V.g.:
si de todo cual
294
o contrario hay ciencia, y el bien es
un contrario y un cual, la conclusin < ser> que del
bien hay ciencia, no que el bien es una ciencia, ni tam-
poco lo cual ni lo contrario, aunque el bien es estas < l-
timas> cosas. Y es posible que ni el primero se <diga>
20 del medio ni ste del tercero, dicindose a veces el prime-
ro del tercero, y a veces no. V.g.: si de lo que hay cien-
cia hay tambin gnero, y del bien hay ciencia, la conclu-
sin < ser> que del bien hay gnero; en cambio, nada
se predica acerca de nada 29S. Y, si aquello de lo que hay
25 ciencia es un gnero, y del bien hay ciencia, la conclusin
< ser> que el bien es un gnero: s que se predica el
primero acerca del extremo, pero no se dicen mutuamente
unos acerca de otros 296.
Del mismo modo se ha de tomar tambin en el caso
de no darse. Pues el no darse esto en esto < otro> no
293 cr. n. ant. Conviene sei'lalar que aqu no emplea Aristteles la
expresin decirse de (Igesthai to o lgesthai kata tofJ), sino decirse
sobre (Igesthai epi toa); eso le permite designar indistintamente la pre-
dicacin sobre un sujeto propiamente dicho (en nominativo) y sobre
un sujeto impropio (en genitivo); v.g.: del bien hay ciencia, distinto de
el bien es ciencia.
294 to poiofJ de la cualidad)).
29S Entindase que ninguno de los trminos se predica en nominati-
vo, que es la forma propia de la predicacin acerca de un sujeto, ya
que estn en genitivo.
296 Lase: en las premisas)).
ANALlncos PRIMEROS 207
siempre significa que esto no sea esto < otro> 297, sino, 30
a veces, el no ser esto de esto < otro> o esto para esto
< otro>, v.g.: que no hay movimiento del movimiento ni
generacin de la generacin, pero s del placer: luego el
placer no es una generacin. O an, que hay signo de la
risa, pero no hay signo del signo, de modo que la risa
no es un signo. De manera semejante en todos los dems
casos en que se elimina 298 el problema al enunciarse de
alguna manera en relacin con el mismo gnero 299. An, 35
que la ocasin no es el tiempo oportuno, pues la ocasin
es para dios lOO, en cambio el tiempo oportuno no, pues
nada es provechoso para dios 301. Pues hay que tomar co-
mo trminos ocasin y tiempo oportuno y dios, en cam-
bio la proposicin se ha de tomar con arreglo a la infle-
xin del nombre < respectivo>. En efecto, decimos esto 40
sin ms acerca de todo, < a saber>, que los trminos se
han de tomar siempre con arreglo a los nominativos 302
297 Se manifiesta aqul expUcitamente la diferencia semntica entre
darse y sen), como anuncibamos supra, n. 291. Esta diferencia, ven
tajosa para darse)) por ser ms polivalente y semnticamente neutro y
permitir conexiones lgicas ms variadas que la estricta inherencia pre-
dicado-sujeto (de ah lo grave del error, tan frecuente, de traducir hypdr-
chein por pertenecer a))), explica que Aristteles se decante en los Anal-
ticos por hypdrchein frente al uso exlcusivo de einai en Sobre la interpre-
tacin. Para una explicacin del propio Aristteles sobre la diferencia
entre einai e hyprchein, cf. Tpicos. II 1, l09aI1-26, en TL-I, pgs.
122-123, n. 48.
298 anaireitai, en el sentido de se niega)).
299 gnos, que aqul equivale de Jacto a trmino medio)), pues, co-
mo se ve en los ejemplos, se trata de silogismos de la segunda figura,
en que el medio hace siempre de predicado, con lo que se comporta de
forma anloga a un gnero respecto de sus especies.
lOO Lase: pertenece a dios)).
101 En el sentido de que dios no necesita nada)).
102 kliseis, lit.: denominaciones)) (<<actos de nombran).
208 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
49a de los nombres, v.g.: hombre, o bien, o contrarios, no
del hombre, o del bien, o de los contrarios, mientras que
las proposiciones se han de tomar con arreglo a las infle-
xiones de cada uno de < los nombres>: en efecto, o bien
< se dice> que a tal cosa, como igual < a tal cosa>, o
que de tal cosa, como lo doble < de tal cosa>, o que tal
cosa 303, como lo que golpea o viendo < tal cosa>, o que
5 ste 304, como el hombre < es > animal, o de cualquier
otra manera que se flexione el nombre en la proposicin.
37. Diferentes clases de predicacin
El darse tal cosa en tal otra y el ser verdad tal cosa
de tal otra se ha de tomar de tantas maneras como aque-
llas en que se dividen las predicaciones, y stas, tomadas
segn cmo o sin ms, y an, como simples o como com-
10 puestas: de manera semejante tambin el no darse. Pero
se ha de estudiar y distinguir mejor.
38. La reduplicacin de los trminos
El < trmino> duplicado en las proposiciones se ha de
aftadir al primer extremo, no al medio. Digo, por ejem-
plo, que, si se formara un razonamiento < que concluye-
ra> que de la justicia hay ciencia y < que sta ensefta>
que es un bien, la <expresin> que es un bien o en
cuanto bien habra que relacionarla con el primer trmi-
15 no. En efecto, sea A la ciencia de que es un bien, pn-
gase bien en lugar de B y, en lugar de e, justicia. En-
tonces es verdadero predicar A de B; en efecto, del bien
303 En caso acusativo o en caso recto neutro, que es siempre idnti-
co al acusativo.
304 En nORnativo (que no es propiamente un caso, o inflexin, sino
una denominacin directa; cr. Sobre la interpretacin 2, 16bl).
ANALITICOS PRIMEROS 209
existe la ciencia de que es un bien. Pero tambin es ver-
dadero decir B de C: pues la justicia es el bien por ex-
celencia. De este modo, pues, se obtiene una resolucin
< del argumento>. En cambio, si que es un bien se aa-
de a B O ~ no habr < razonaDento >: en efecto, A ser 20
verdad acerca de B, pero B no ser verdad acerca de C:
pues predicar de la justicia el bien que es un bien es falso
e ininteligible J06. De manera semejante, si se demostrara
que lo sano es objeto de ciencia en cuanto bien, o que
el ciervo cabro lo es en cuanto que no es, o que el hom-
bre lo es en cuanto perecedero o en cuanto sensible: pues 2S
en todos los casos de predicados redundantes hay que
aadir la duplicacin al extremo < mayor> .
La posicin de los trminos no es la Dsma cuando se
razona sin ms que cuando se razona < sobre> un esto,
o segn cmo, o de algn modo: digo, por ejemplo, cuan-
do se demuestra <que> el bien <es> objeto de ciencia
y cuando se demuestra <que es> objeto de la ciencia de
que < es> un bien: ahora bien, si se ha demostrado que 30
es objeto de ciencia sin ms, se ha de poner como < tr-
mino> medio que es; en cambio, si se ha demostrado que
es objeto de la ciencia de que es un bien, hay que poner
que es algo J07. En efecto, sea A ciencia de que es algo,
en lugar de B < pongamos> que es algo y, en lugar de
C, bien. Entonces < ser> verdadero predicar A de B:
pues, < segn dijimos>, que es algo era ciencia de lo que
es algo J08. Pero tambin < es verdadero> B de C: en
J O ~ En lugar de aftadirlo a ciencia.
J06 La ciencia es un bien, pero no en cuanto bien sin ms, 10 Que
equivaldrla a hacer bien y ciencia trminos coextensivos.
J07 No que es sin ms, sino que es una cosa determinada.
J08 Es decir: lo Que sabamos acerca de 10 que es algo era que es
algo.
liS. - 14
210 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
efecto, < de> lo que hay en lugar de C < cabe decir>
35 que es algo. De modo que tambin A < es verdadero >
de C; luego ser ciencia del bien que es bien: pues el que
es algo era signo de la entidad particular. Pero si el que
es se pusiera como medio y en relacin con el extremo
se dijera que es sin ms y no que es algo, el razonamien-
to no sera que es ciencia del bien que es un bien, sino
49b que es, V.g.: si en lugar de A < pusiramos> ciencia de
que es, en lugar de B que es, y en lugar de C bien. As,
pues, es evidente que en los razonamientos particulares
hay que tomar los trminos as.
39. Sustitucin de expresiones equivalentes
Es preciso tambin sustituir entre s las < expresiones>
que tienen el mismo valor 309, nombres por nombres y
5 enunciados por enunciados y nombre por enunciado, y
tomar siempre el nombre en lugar del enunciado: pues
<as> es ms fcil la exposicin de los trminos. V.g.:
si decir que lo que puede suponerse no es el gnero de
lo opinable no difiere en nada de decir que lo opinable
no es exactamente algo que puede suponerse (en efecto,
el significado es el mismo), en lugar del enunciado expre-
sado hay que poner como trminos lo que puede suponer-
se y lo opinable 310.
40. Funcin del artculo
10 Comoquiera que no es lo mismo el placer es un bien
que el placer es el bien, no hay que poner los trminos
309 fo auto dynofai, lt.: que pueden lo mismo.
310 Es preferible la segunda expresin por ser ms concisa y evitar
terceros trminos, como 'gnero'.
ANALTICOS PRIMEROS 211
de manera indiferente, sino que, si el razonamiento es que
el placer es el bien, hay que poner el bien y, si es que
es un bien, hay que poner un bien. As tambin en los
dems casos.
41. Interpretacin de ciertas expresiones
No es posible que sea lo mismo ni enunciar como idn-
tico que en aquello en lo que se da B, en todo ello se 15
d A Y que, en aquello en lo que B se da en todo, tam-
bin A se d en todo; en efecto, nada impide que B se
d en e, pero no en cada uno lII. V.g.: sea B bello y e
blanco. Si en verdad bello se da en algn blanco, < se-
ra> verdadero decir que bello se da en blanco; pero
quiz no en cada uno. As, pues, si A se da en B, pero 20
no en todo aquello acerca de lo que <se predica> B,
tanto si B se da en todo e como si se da simplemente,
no ser necesario, no ya que A se d en cada uno, sino
ni siquiera que se d. En cambio, si < A > se da en to-
do aquello acerca de lo que B puede decirse con verdad,
ocurrir que A se dir acerca de todo aquello de lo que
se diga B. Sin embargo, si A se dice acerca de aquello 25
de lo que B puede decirse en cada caso J12, nada impide
que B se d en e pero que A no se d en todo e o no
311 La distincin que aqul establece Aristteles es la existente entre
un silogismo con premisa menor indefinida (8 se da en C) y otro con
menor universal (8 se da en todo C); pese a la analoga entre ambas
frmulas, la primera es en realidad una proposicin particular, lo que
da un silogismo en dArll. frente al bArbArA de la segunda.
312 No hay que poner la expresin en cada caso (kata pantlis) co-
mo modificador de A se dice)), sino exclusivamente de 8 puede decirse)):
en efecto, se trata de una nueva forma de exponer la tesis sostenida al
principio del captulo Oa mayor indefinida funciona en realidad como
proposicin particular, que no puede dar lugar a ilacin ninguna), slo
212 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
se d en general. Entonces, con los tres trminos, est
claro que el que A se diga acerca de aquello de lo que
B se dice en cada caso equivale a que, acerca de cuantas
cosas se dice B, acerca de todas ellas se diga tambin A.
, 30 Y, si B se dice acerca de todo, tambin A; pero, si < B >
no se dice acerca de todo, no necesariamente < se dir>
A acerca de todo.
No hay que creer que al hacer una exposicin)IJ sobre-
venga algn absurdo; en efecto, no nos servimos para na-
]S da del ser un esto 314, sino al igual que el gemetra dice
que esta < lnea> de un pie y esta otra recta y esta otra
sin espesor existen, sin que existan < realmente>, pero no
las utiliza como si estuviera razonando tal cual a partir de
ellas. Pues, en general, < de > lo que no es como el todo
respecto a la parte y no tiene enfrente otra cosa como la
parte respecto al todo, a partir de eso en ningn caso ra-
zona el que hace una demostracin, de modo que ni si-
50a quiera surge un razonamiento. Nos servimos de la expo-
sicin como de la sensacin al aleccionar a un discpulo:
pues con ello no < queremos decir> que no sea posible
hacer demostraciones sin esos < ejemplos>, como < si
fueran> los elementos de los que consta el razonamiento.
Que ahora se utiliza una expresin ms paradjica, al anticipar la univer-
salidad de la menor. Como se ver por lo Que sigue, todo el sentido
del pasaje estriba en distinguir entre la expresin decirse un trmino
acerca de aquello de lo Que se dice otro totalmente y la expresin de-
cirse totalmente un trmino acerca de aquello de lo Que se dice otro)).
)IJ Se refiere Aristteles a la utilizacin de ejemplos concretos para
la demostracin de leyes generales.
314 tde ti einai: la realidad concreta. El que utiliza un ejemplo no
se refiere a su realidad concreta, individual, sino a sus caracteres genera-
les, comunes a otros objetos de su clase.
ANALtTlCOS PRIMEROS 213
42. Razonamientos compuestos
No olvidemos que, en un mismo razonamiento, no to- 5
das las conclusiones lo son en virtud de una nica figu-
ra, sino una en virtud de sta, otra en virtud de aquella
otra 315. Est claro, pues, que asi < es como> hay que
hacer tambin las resoluciones 316 < de los razonamien-
tos>. Y, comoquiera que no todos los problemas estn
en todas las figuras, sino ordenados < cada uno> en ca-
da una, a partir de la conclusin < ser> evidente la fi- 10
gura en la que hay que investigar J17.
43. Reduccin de las definiciones
Todos los enunciados, relativos a una definicin, que
se discuten respecto a algn elemento 318 de los que hay
en el trmino < por definir> se han de poner en relacin
con el trmino que se discute, no con todo el enunciado:
pues habr menos ocasin de embrollarse por la extensin
< del enunciado>, v.g.: si se demostrara que el agua es
un lquido potable, habra que poner como trminos po- 15
table yagua.
44. Argumentos por reduccin a lo imposible y otros
argumentos hipotticos
Adems, no hay que intentar reducir los razonamientos
que parten de una hiptesis: pues no es posible reducirlos
liS Se refiere a los silogismos compuestos, donde se combinan diver-
sas figuras que arrojan varias conclusiones previas a la conclusin final.
316 analjseis.
317 En efecto, as como la primera figura admite los cuatro tipos de
conclusiones posibles (A, E, 1, O), la segunda slo admite conclusiones
negativas, y la tercera, particulares.
318 hn ti, lit.: alguna unidad.
214 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
a partir de las < proposiciones> establecidas. En efecto,
no se han demostrado mediante razonamiento, sino que
todos se han acordado por convencin. V.g.: si se ha su-
puesto que, si no hay una nica potencia de los contra-
20 rios, no hay tampoco una nica ciencia, se demuestra en-
seguida que no hay una nica potencia de los contrarios
como, por ejemplo, lo sano y lo enfermo: pues la misma
cosa estara a la vez sana y enferma. As, pues, se ha
demostrado que no hay una potencia nica de todos los
contrarios, pero no se ha demostrado que no haya una
25 ciencia. Sin embargo, es necesario acordarlo: pero no a
partir de un razonamiento, sino de una hiptesis. As,
pues, no es posible reducir eso, pero s el que no haya
una potencia nica: pues esto < ltimo> tambin era se-
guramente un razonamiento, aquello, en cambio, una hi-
ptesis.
De manera semejante en el caso de los < razonamien-
tos> que concluyen por < reduccin a> lo imposible: en
30 efecto, tampoco stos se pueden resolver, pero la reduc-
cin a lo imposible s se puede (pues se ha demostrado
por razonamiento), mientras que la otra parte no: pues
se concluye a partir de una hiptesis 319. Difieren de los
< razonamientos hipotticos> anteriormente menciona-
dos en que en aqullos es preciso ponerse previamente de
acuerdo si se quiere convenir < en algo>, V.g.: que, si
se demuestra que hay una potencia nica de los contra-
35 rios, tambin la ciencia de los contrarios ser la misma;
aqu, en cambio, aun sin haberse puesto previamente de
acuerdo, se llega a la misma conclusin al ser evidente la
falsedad, V.g.: puesta la diagonal como conmensurable,
< se convendr> en que los < nmeros> impares son
iguales a los pares.
]19 ef. supra, cap. 23, 21a y ss.
ANALTICOS PRIMEROS
215
Muchos otros < argumentos> concluyen a partir de
una hiptesis, los cuales es preciso investigar y explicar 40
con claridad. Cuntas son sus diferencias y de cuntas 5Gb
maneras se produce < la argumentacin> a partir de una
hiptesis lo diremos posteriormente 320; por ahora bstenos
con que quede claro esto: que no es posible resolver en
las figuras < simples> los razonamientos de esta clase.
y ya hemos dicho por qu causa.
45. Reduccin de silogismos de una figura a otra
En cuanto a todos aquellos problemas que se demues- s
tran en varias figuras, si se prueban por razonamiento en
una de ellas, es posible reducir el razonamiento a otra,
V.g.: el privativo de la primera a la segunda, y el de la
intermedia 321 a la primera, pero no todos, sino < slo>
algunos. Quedar de manifiesto en lo que sigue. En efec- 10
to, si A <no se da> en ningn B y B <se da> en
todo C, A <no se dar> en ningn C. De ese modo,
pues, la primera figura, si se invierte la privativa, pasar
a ser la figura intermedia: pues B no se da en ningn A,
pero se da en todo C. De manera semejante tambin si
el razonamiento no es universal, sino particular, V.g.: si
A no se da en ningn B pero B se da en algn C: en 15
efecto, al invertir la privativa, surgir la figura intermedia.
De los razonamientos de la segunda, los universales se
reducirn a la primera, en cambio, de los particulares. s-
lo uno de los dos l22. En efecto, supngase que A no se
da en ningn B pero se da en todo C. Invirtiendo, pues,
la privativa, surgir la primera figura: pues B no se dar
320 Este anuncio queda sin cumplimiento en el resto de la obra.
321 La segunda figura.
322 fEstlnO, no bArOcO.
216 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
20 en ningn A, pero A se dar en todo C. Y, si la predi-
cativa est en relacin con B y la privativa con C, hay
que poner C como primer trmino 323: pues ste < no se
da> en ningn A, pero A < se da> en todo B; de mo-
do que C <no se dar> en ningn B. Por tanto, tam-
poco B < se dar> en ningn C: pues la privativa se in-
25 vierte. Y, si el razonamiento es particular, cuando la pri-
vativa est en relacin con el extremo mayor, se reducir
a la primera, V.g.: si A < no se da> en ningn B, pero
<se da> en algn C; pues, al invertir la privativa, sur-
gir la primera figura: en efecto, B < no se da> en nin-
30 gn A, pero A <se da> en algn C. En cambio, cuan-
do sea la predicativa 324, no se resolver, v.g.: si A < se
da> en todo B, pero no en todo C: pues ni AB admite
la inversin ni, una vez hecha sta, habra razonamiento.
A su vez, los de la tercera figura no se resolvern to-
dos en la primera, en cambio todos los de la primera se
3S resolvern en hl tercera. En efecto, supngase que A se
da en todo B y B en algn C. As, pues, comoquiera que
la predicativa particular se invierte, C se dar en algn
B; ahora bien, A se daba en todo B, de modo que se
forma hi tercera figura m. Y, si el razonamiento es priva-
tivo, de igual modo: pues la predicativa particular se in-
40 vierte, de modo que A no se dar en ningn B, pero C
se dar en alguno 326.
323 Es decir, si se trata de un cAmEstrEs (A en todo B - A en ningn
e : B en ningn C), poner la proposicin con e, invertida, como primera
premisa de un cEIArEnt: e en ningn A - A en todo B : e en ningn
B; Y. por tanto, B no se da en ningn e.
324 La que se relacione con el extremo mayor (mayor afirmativa:
bArOcO).
m A saber, el modo dAt/s/.
326 Reduccin afEr/sOn.
ANALTICOS PRIMEROS 217
De los razonamientos de la ltima figura slo uno no 518
se resuelve en la primera, cuando no se pone como uni-
versal la privativa 327, pero todos los dems se resuelven.
En efecto, predquense A y B de todo e; entonces e se
invertir en parte respecto a cada uno: por tanto < e > 5
se da en algn B. De modo que surgir la primera figu-
ra, si A <se da> en todo e y e en algn B. y si A
< se da> en todo e y B en alguno, el mismo argumen-
to: pues e se invierte respecto a B. En cambio, si B < se
da> en todo e y A en algn e, hay que poner como
primer trmino B: pues B < se da> en todo e y e en 10
algn A, de modo que B <se dar> en algn A. y co-
moquiera que la particular se invierte, tambin A se dar
en algn B. y si el razonamiento es privativo, siendo uni-
versales los trminos, se ha de tomar de manera semejan-
te. En efecto, supngase que B <se da> en todo e y
A en ninguno; entonces e se dar en algn B y A en
ningn e, de modo que e ser el <trmino> medio. De 15
manera semejante tambin si la privativa es universal y
la predicativa particular; en efecto, A no se dar en nin-
gn e, pero e se dar en alguno de los B. Pero si la
privativa se toma como particular, no habr resolucin,
v.g.: si B se da en todo e y A no se da en alguno: pues
al invertir Be ambas proposiciones seran particulares 328. 20
Es manifiesto tambin que, para resolver las figuras
unas en otras 329, hay que invertir en ambas la proposicin
relativa al extremo menor: en efecto, el paso de una a
otra se produca al cambiar el orden de esa < proposi- 25
cin>.
327 A saber, el modo bOcArda.
328 De donde, obviamente, no se desprendera ninguna conclusin.
329 La primera y la tercera entre s.
218 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
De los < razonamientos> de la figura intermedia, uno
se resuelve en la tercera, el otro no 330. En efecto, si A
no se da en ningn B pero se da en algn e, ambas
< proposiciones> se invierten de manera semejante en re-
lacin con A, de modo que B < no se dar> en ningn
30 A Y C < se dar> en alguno; por tanto el medio < se-
r> A. En cambio, cuando A se d en todo B pero no
se d en algn e, no habr resolucin: pues ninguna de
las proposiciones ser universal a partir de la inversin.
y los < razonamientos> de la tercera figura se resol-
vern en la intermedia cuando la privativa sea universal,
H v.g.: si A <no se da> en ningn C, pero B <se da>
en alguno o en cada uno. En efecto, tampoco C se dar
en ningn A, en cambio B se dar en alguno. En cam-
bio, cuando la privativa sea particular, no se resolver:
40 pues la negativa particular no admite inversin.
As, pues, es evidente que en estas figuras no se resuel-
ven los mismos razonamientos que tampoco se resolvan
51b en la primera, y que, cuando los razonamientos se redu-
cen a la primera figura, sos son los nicos que conclu-
yen a travs de lo imposible.
Cmo hay, pues, que reducir los razonamientos, y que
las figuras se resuelven unas en otras, queda de manifiesto
a partir de lo dicho.
46. Negacin del verbo y negacin del predicado nomi-
nal
s Ahora bien, hay alguna diferencia, al establecer o eli-
minar, entre considerar que significan lo mismo o que sig-
nifican cosas distintas el no ser tal cosa y el ser no-eso,
330 fEstlnO y bArOcO: el primero puede reducirse, el segundo no.
ANAL/TlCOS PRIMEROS 219
v.g.: el no ser blanco y el ser no-blanco 3JI. En efecto, no
significa lo mismo ni es negacin de ser blanco el ser no-
blanco, sino el no ser blanco. La explicacin de ello es 10
la siguiente. En efecto, se comporta de igual manera pue-
de caminar respecto a puede no caminar que es blanco
respecto a es no-blanco y conocer el bien respecto a co-
noce el no-bien. Pues conoce el bien y es conocedor del
bien no difieren en nada, ni puede caminar y es capaz
de caminar: de modo que tampoco sus opuestos, no pue- l'
de caminar - no es capaz de caminar. Si, pues, no es ca-
paz de caminar significa lo mismo que es capaz de no
caminar o que no caminar, se darn las < dos> cosas a
la vez en lo mismo (pues el mismo puede tanto caminar
como no caminar, y es conocedor del bien y del no-bien), 20
pero la afirmacin y la negacin opuestas no se dan a la
vez en la misma cosa. As, pues, igual que no es lo mis-
mo no conocer el bien que conocer el no-bien, tampoco
es lo mismo ser no-bueno que no ser bueno. En efecto,
de las cosas anlogas, si unas son diferentes, tambin las
otras. Tampoco es lo mismo ser no-igual y no ser igual: 2'
en efecto, en lo primero, lo que es no-igual, subyace al-
go, y es lo desigual; en cambio, en lo segundo, no sub-
yace nada. Por eso no todo es igual o desigual, en cambio
todo es igualo no-igual. Y an, el hay madera no blanca
y no hay madera blanca no se dan a la vez. En efecto, lO
si hay madera no blanca, habr madera; en cambio, lo
que no es madera blanca no necesariamente ha de ser
madera. De modo que es evidente que la negacin de es
bueno no es es no-bueno. As, pues, si acerca de cada
cosa simple es verdadera la afirmacin o la negacin, si
no lo es la negacin, est claro que lo ser, de alguna
331 ef. Introduccin.
220 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
manera, la afirmacin. Ahora bien, de toda afirmacin
35 hay una negacin: y de sta 332, por tanto, lo ser no es
no-bueno.
y guardan entre s el orden siguiente. Sea ser bueno
aquello sobre lo que < ponemos> A, no ser bueno aque-
llo sobre lo que < ponemos> B, ser no-bueno aquello so-
bre lo que < ponemos> D, debajo de A m. Entonces se
dar en cada cosa, o bien A, o bien B, y nunca < am-
40 bos> en la misma cosa. Y en todo aquello en lo que se
518 d e, necesariamente se ha de dar B (pues, si es verda-
dero decir que es no-blanco, tambin es verdad que no
es blanco: en efecto, es imposible, a la vez, ser blanco y
ser no-blanco, o ser madera no blanca y ser madera blan-
ca, de modo que, si no se da la afirmacin, se dar la
negacin); en cambio, no siempre, en lo que < se d>
5 B, se dar e (pues lo que ni siquiera es madera, tampoco
ser madera no blanca). En cambio, al revs, en todo lo
<que se d> A <se dar> D (pues <quedan> e o
D, pero, como no es posible ser a la vez no-blanco y
blanco, se dar D: en efecto, de lo que es blanco es ver-
dadero decir que no es no-blanco), en cambio, no de to-
do D es verdadero decir A (en efecto, de lo que ni si-
lO quiera es madera no es verdadero decir A, a saber, que
es madera blanca, de modo que <sera> verdad D, pero
no A, a saber, que es madera blanca). Y est claro que
A < Y > e < no son admisibles> nunca en la misma co-
332 A saber. de es no-bueno.
333 El grfico quedarla as:
A B
ser bueno -t- no ser bueno
D
X
f
e
no ser no-bueno -+- ser no-bueno
ANALlTICOS PRIMEROS 221
sa, en cambio B y e es admisible que se den en una mis-
ma cosa 334.
De manera semejante se comportan tambin las priva- 15
ciones respecto a las predicaciones colocadas en esta posi-
cin: igual en lugar de A, no-igual en lugar de B, des-
igual en lugar de e, no-desigual en lugar de D m.
Tambin, en muchos casos en los que una misma cosa
se da en algunas y no se da en otras, la negacin podra
ser verdadera de manera semejante, V.g.: que no son blan- 20
cas todas las cosas o que no es blanca cada una; en cam-
bio < podra ser> falso que es no-blanca cada cosa o que
todas son no-blancas. De manera semejante tambin, de
es todo animal blanco la negacin no es es no-blanco to-
do animal (pues ambas son falsas), sino no es todo ani-
mal blanco.
334 ste es el pasaje en que con ms claridad y detenimiento explica
Aristteles las relaciones de oposicin entre las proposiciones segn el
clebre cuadriltero que ya vimos en Sobre la interpretacidn. Sin embar
go, aqu se trata de esquemas proposicionales ms simples, sin sujeto
ni cuantificador, y donde el elemento discriminante es la negacin, segn
que afecte al functor veritativo (el es copulativo-existencial), al predicado
o a ambos. Las oposiciones, empero, son formalmente las mismas, a
saber, por el orden en que Aristteles las expone: contradiccin o ant(-
phasis (A -+- B Y e-+- D); implicacin o akolothlsis (e -+ B Y A -+ D,
no viceversa), que aqu coincide con la llamada obversin entre afIrma-
ciones de predicado negativo y negaciones propiamente dichas; contrarie-
dad, incompatibilidad o enantitls (A e); y compatibilidad (sin desig-
nacin especfica por Aristteles) (B - D). (ef. Introduccin.)
33S Aqu no se trata ya de proposiciones (al menos no de proposicio-
nes explcitas), sino de trminos simples, en que se llama privaciones .a
no-igual y no-desigual y predicaciones a igual y desigual. De donde se
deduce que siempre, para Aristteles, la negacin propiamente dicha es
la ms independiente de los trminos pleremticos (es ms independiente
'no' en no es blanco que en es no-blanco. y entre las negaciones incluidas
en 'no-igual' y 'desigual' es ms independiente la primera).
222 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
Ya que est claro que es no-blanco y no es blanco
25 significan cosas distintas y que la una es afirmacin y la
otra negacin, queda de manifiesto que no es el mismo
el modo de demostrar cada una, a saber, que lo que es
animal no es blanco o es admisible que no sea blanco,
y que es verdadero llamarlo no-blanco: pues esto ltimo
es ser no-blanco 336. Sin embargo, para llamar verdadero
30 a es blanco (, es no-blanco el modo es el mismo: en efec-
to, ambas cosas se demuestran positivamente))7 a travs
de la primera figura: pues verdadero se sita en un lugar
semejante a es))ll; en efecto, la negacin de <es> verda-
dero llamarlo blanco no es < es> verdadero llamarlo no-
blanco. sino no <es> verdadero llamarlo blanco. Enton-
ces, si fuera verdadero decir que lo que es hombre es m-
35 sico o es no-msico, habra que establecer que lo que es
animal, o es msico, o es no-msico 339, y quedara de-
mostrado. Ahora bien, que lo que es hombre no es m-
sico se demuestra negativamente con arreglo a los tres mo-
dos ya explicados
340
En resumen, cuando A y B se comporten de tal ma-
40 nera que no sea admisible que se den en la misma cosa,
y en cada cosa haya de d,arse necesariamente uno de los
S1II dos, y a su vez e y D se comporten de igual manera, y
A siga a e, y no viceversa, entonces D se seguir de B,
336 Es de(;ir, se trata de una existencia positiva, ser o existir como
no-blanco, frente a la posible inexistencia absoluta que cabe interpretar
bajo el enunciado no ser,
))7 kataskeuastik6s, o ((afirmativamente,
])8 Aqu queda de manifiesto el sentido de funcin lgica que da
Aristteles al verbo 'ser', a la par que le asigna un valor denotativo,
((existencial en algn sentido, como es el concepto griego de verdad,
))9 Como premisa mayor del silogismo.
340 cEIArEnt, c&ArE, cAm&tr&.
ANAL/TIeOS PRIMEROS 223
y no viceversa 341; Y A Y D sern admisibles en la misma
cosa, mientras que B y e no. Primeramente, pues, que
D sigue a B es evidente a partir de lo siguiente: en efec- 5
to, comoquiera que por necesidad < ha de darse> en ca-
da cosa C o D, y en lo que <se da> B no es admisible
que <se d> C por conllevar A y no ser A y B admisi-
bles en la misma cosa, es evidente que se seguir D. Y
a su vez, comoquiera que e no < se sigue>, a la inver-
sa, de A, y en cada cosa < ha de darse> C o D, es ad-
misible que A y D se den en la misma cosa. En cambio, 10
B Y C no es admisible que se den, por seguirse A de C:
en efecto, se desprende <de ah> algo imposible. As,
pues, queda de manifiesto que tampoco B < se sigue>,
a la inversa, de D, ya que cabe que D y A se den a la
vez <en algo>.
A veces ocurre, en esta colocacin de los trminos, que
uno se equivoca por no tomar correctamente los opuestos 15
de los que necesariamente ha de darse uno en cada cosa;
V.g.: si no es admisible que A y B se den a la vez en
la misma cosa y es necesario que, en lo que no se d el
uno, se d el otro, y con C y D, a su vez, ocurre igual,
y a todo aquello en lo que se da C lo sigue A, ocurrir,
en efecto, que all donde se d D por necesidad, se ha-
br de dar B, lo cual es falso. En efecto, supngase que 20
la negacin de A < Y > B es aquella sobre la que < po-
nemos> Z y, a su vez, que la de C <y> D es aquella
341 La posicin de las letras aqu es diferente de la del cuadro ante-
rior (ver. supra, n. 333):
X
e D
Aparte de eso, los smbolos no representan ya proposiciones, sino trmi-
nos con y sin negaCin.
224 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
sobre la que < ponemos> T. Entonces es necesario que
en cada cosa se d A o Z: pues o < se da> la afirma-
cin o la negacin. Y, a su vez, e o T: pues la una es
25 una afirmacin y la otra una negacin. Y en todo aquello
en lo que subyace e, subyace A. De modo que, en todo
aquello en lo que se da Z, se da T. A su vez, comoquie-
ra que en cada cosa < se ha de dar> Z o B, y lo mismo
en el caso de T y D, Y T se sigue en Z, tambin de D
se seguir B: en efecto, eso es lo que sabemos. Entonces,
si A < sigue> a e, tambin D a B. Ahora bien, eso es
falso: pues en las < proposiciones> que se comportaban
30 as la secuencia era a la inversa. En efecto, no es necesa-
rio, sin duda, que en cada cosa se d A o Z, ni Z o B:
pues la negacin de A no es Z. En efecto, la negacin de
bueno es no-bueno; y no es lo mismo no-bueno que ni
35 bueno ni no-bueno. De manera semejante tambin en el
caso de CD: pues las negaciones que se han tomado son
dos 342.
342 En efecto, Z no es una, sino dos negaciones, a saber, la de A
y la de B. Idem para T.
LIBRO 11
< PROPIEDADES DEL RAZONAMIENTO. CONCLUSIONES FALSAS.
OTROS ARGUMENTOS>
1. Multiplicidad de las conclusiones
As, pues, ya hemos explicado en cuntas figuras, y
mediante cuntas proposiciones y cundo y cmo se for-
ma el razonamiento, y adems de eso, a qu tipo de cues- 40
tiones debe atender el que elimina y el que establece, y 53.
cmo hay que investigar sobre lo inicialmente establecido
con arreglo al mtodo que sea, y an, a travs de que
camino llegaremos a tomar los principios relativos a cada
cosa. y puesto que unos razonamientos son universales y
otros particulares, todos los universales concluyen siempre
varias cosas, y, de entre los particulares, los predicativos s
< prueban> varias cosas, en cambio, los privativos slo
la conclusin. En efecto, las dems proposiciones se in-
vierten, en cambio, la privativa, no 343. Ahora bien, la
conclusin es algo acerca de algo, de modo que los de-
ms razonamientos prueban varias cosas, v.g.: si se ha 10
demostrado que A se da en todo o en algn B, tambin
es necesario que B se d en algn A, y si se ha demos-
trado que A no se da en ningn B, tampoco B se dar
en ningn A, yeso es distinto de lo de antes; pero si en
343 Lase: (da conclusin particular negativa.
115. - 15
226 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
alguno no se da, no es necesario que B no se d tampo-
co en algn A; en efecto, es admisible que se d en cada
uno.
15 sta es, pues, la causa comn de todos < los razona-
mientas>, tanto de los universales como de los particula-
res; pero de los universales es posible hablar tambin de
otra manera. En efecto, de todas aquellas cosas que estn
subordinadas al medio o a la conclusin, el razonamiento
ser el mismo, con tal de que las unas se pongan en el
20 medio y las otras en la conclusin, V.g.: si la conclusin
AB < se obtiene> a travs de e, de todo lo que est
subordinado a B o a e es necesario que se diga A: pues
si D est incluido en el conjunto de B y B en el de A,
tambin D estar en A 344; a su vez, si E est en el con-
junto de e y e en el de A, tambin E estar en A. De
manera semejante tambin si el razonamiento es privativo.
25 En cambio, en la segunda figura slo ser posible probar
por razonamiento lo subordinado a la conclusin, v.g.:
si A < no se da> en ningn B pero s en todo e, la
conclusin ser que B <no se da> en ningn C. Enton-
ces, si D est subordinado a e, es evidente que en l
34s
no se da B; en cambio, el que no se d en las cosas su-
bordinadas a A 346 no queda claro a travs del razona-
344 La expresin A est [incluido] en [el conjunto de] B debe in-
terpretarse simplemente como A es B (la construccin es, pues, inversa
de la habitual en los Analticos, A se da en B: en sta A es el predica-
do, en aqulla es el sujeto).
34S Es decir, en D.
346 Como se ve, aunque A forma tambin parte de la conclusin,
la regla que aqul se discute (a saber, el principio dictum de omni - dictum
de nu/lo) no se le aplica. Los trminos subordinados a la conclusin lo
son propiamente slo al sujeto de sta, es decir, al extremo menor del
silogismo (C, en este caso).
ANALlTICOS PRIMEROS 227
miento. Sin embargo, no se da en E si est subordinado 30
a A; pero que B no se da en ningn C se ha demostra-
do a travs del razonamiento, en cambio, que no se da
en A se ha aceptado sin demostrarlo, de modo que no
se desprende a travs del razonamiento que B no se da
en E. En el caso de los par.ticulares, no habr < prue- 35
ba> necesaria de las cosas subordinadas a la conclusin
(pues no se forma razonamiento cuando esa < proposi-
cin> se toma como particular), en cambio s habr
< prueba necesaria> de todas las cosas subordinadas al
medio, salvo que no a travs del razonamiento; v.g.: A
< se da> en todo B y B en algn C; en efecto, de lo
subordinado a C no habr prueba por razonamiento, en
cambio s la habr de lo subordinado a B, pero no a tra- 40
vs del que se ha formado previamente. De manera seme-
jante tambin en las dems figuras: pues de lo que es-
t subordinado a la conclusin no habr < prueba>; en 53b
cambio, de otra cosa s, slo que no mediante razonamien-
to, como tampoco en los universales, sino de la manera
como se demostraba a partir de lo indemostrado de la
proposicin lo subordinado al < trmino> medio: de mo-
do que ni en aquel ni en estos otros casos habr < con-
clusin> ..
2. Conclusin falsa de premisas verdaderas y viceversa
en la primera figura
Es posible, pues, que ocurra de tal manera que sean
verdaderas las proposiciones mediante las que < surge> 5
el razonamiento, es posible que ocurra de tal manera que
sean falsas y que una sea verdadera y la otra falsa. Aho-
ra bien, la conclusin <ser> por fuerza verdadera o
falsa. As, pues, a partir de cosas verdaderas no es posi-
228 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
ble probar por razonamiento algo falso, en cambio, a par-
tir de lo falso es posible probar lo verdadero, slo que
no el porque, sino el que: en efecto, el razonamiento del
lO porque no surge a partir de cosas falsas; la causa de ello
se dir en lo que sigue 347.
Primeramente, pues, el que a partir de cosas verdaderas
no sea posible probar por razonamiento algo falso, < que-
dar> claro desde ahora. En efecto, si necesariamente,
al existir A, existe B, al no existir B necesariamente no
existir A. Si, pues, es verdad A, necesariamente ser ver-
dad B, o bien resultar que la misma cosa ser y no ser
IS a la vez; pero eso es imposible. Sin embargo, no se crea
que, porque est A como nico trmino, es admisible que,
al existir una sola cosa, resulte necesariamente algo: pues
< eso > no es posible; en efecto, lo necesariamente resul-
tante es la conclusin, y lo mnimo a travs de lo cual
20 se genera sta son t r ~ trminos y dos intervalos y pro-
posiciones 3411. Si, pues, es verdad que en todo lo que se
da B se da A y en lo que se da e se da B, necesaria-
mente en lo que se d e se dar A, y no es posible que
eso sea falso: pues se dara y no se dara a la vez la mis-
ma cosa. As, pues, A est como una sola cosa, pero
comprendiendo a la vez dos proposiciones. De manera se-
2S mejante ocurre tambin en el caso de las privativas: pues
no es posible demostrar lo falso a partir de cosas verda-
deras.
En cambio, a partir de cosas falsas es posible probar
por razonamiento lo verdadero, tanto si son falsas ambas
proposiciones como si lo es una sola, siendo sta no una
347 cr. in/ra. 11 4, S7a40-bI7.
3411 Con la expresin (<intervalos (diastimataj. designa Aristteles las
relaciones entre pares de trminos para constituir proposiciones.
ANAL/TlCOS PRIMEROS 229
cualquiera, sino la segunda, si se toma como enteramente
falsa 349. Pero si no se toma toda entera, puede serlo cual-
quiera de las dos. En efecto, sea que A se da en todo e 30
pero en ningn B y que B no se da en e. Esto es admi-
sible, v.g.: animal no se da en ninguna piedra. ni piedra
en ningn hombre. Si, pues, se acepta que A se da en
todo B y B en todo e, A se dar en todo e, de manera
que, a partir de ambas falsedades, la conclusin es verda-
dera; en efecto, todo hombre es animal 349 bis. De igual ma- 35
nera tambin la privativa. Pues es posible que en e no se
d ni A ni B y que, en cambio, A se d en todo B, v.g.:
si, al tomar los mismos trminos, se pone hombre como
< trmino> medio; en efecto, en ninguna piedra se da
animal ni hombre; en cambio, en todo hombre se da ani-
mal. De modo que, si < un trmino> se toma como no 40
dndose en ninguna de las cosas en que se da, y como
dndose en todo los casos en que no se da, la conclusin
ser verdadera a partir de dos proposiciones falsas. Se de- Sta
mostrar de manera semejante aunque cada una de las
dos < proposiciones> se tome como falsa < slo> en al-
gn aspecto.
Si se toma como falsa una de las dos, en caso de ser
enteramente falsa la primera, v.g.: AB, la conclusin no
ser verdadera; pero en el caso de <que lo sea> Be, s
ser verdadera la conclusin. Llamo enteramente falsa a
la contraria HO, v.g.: si lo que no se da en nada se ha 5
349 En 54a4 y ss. se explica qu ha de entenderse por proposicin
enteramente falsa.
349 bis Sea el silogismo correcto: AdD (animal no se da en ninguna
piedra) . AtC (animal se da en todo hombre): Dile (piedra no se da en
ningn hombre); rehacindolo as: AtD - DtC: AtC, tendremos dos pre-
misas falsas con conclusin verdadera. (Obsrvese que el razonamiento
sigue siendo fonnalmente vlido.)
HO Lase: la contraria de la verdadera.
230 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
tomado como dndose en todo. En efecto, sea que A no
se da en ningn B y B en todo e. Entonces, si tomo la
proposicin Be como verdadera y la AB como enteramen-
te falsa, como si A se diera en todo B, es imposible que
la conclusin sea verdadera: pues < A > no se daba en
10 ningn e, si realmente A no se daba en nada en lo que
se diera B y B se daba en todo e. De manera semejan-
te, tampoco < habr conclusin verdadera> si A se da
en todo B y B en e, y se toma la proposicin Be co-
mo verdadera y la AB como enteramente falsa, como si
A < no se diera> en nada en lo que < se diera> B:
la conclusin ser falsa; pues A se dar en todo e, si
realmente A se da en todo aquello en lo que se da B y
15 B en todo e. Es, pues, manifiesto que, si se toma la pri-
mera como enteramente falsa, tanto si es afirmativa como
privativa, y la segunda como verdadera, la conclusin no
llega a ser verdadera.
En cambio, si no se"toma como enteramente falsa, s
ser < verdadera la conclusin>. En efecto, si A se da
20 en todo e y en algn B y B en todo e, V.g.: animal
< se da> en todo cisne y en algn blanco, y blanco < se
da> en todo cisne, si se acepta que A se da en todo B
y B en todo e, A se dar verdaderamente en todo e:
pues todo cisne es animal m. De manera semejante tam-
bin si AB fuera privativa; en efecto, cabe que A se d
25 en algn B y en ningn e, y B se d en todo e, v.g.:
animal en algn blanco y en ninguna nieve, y blanco en
toda nieve. Si, pues, se aceptara que A no se da en nin-
. JSI La falsedad parcial consiste en poner la universal afirmativa
(animal se da en todo blanco, A) en lugar de la particular afirmativa
(animal se da en algn blanco, Il.
ANALTICOS PRIMEROS 231
gn B Y B se da en todo e, A no se dara en ningn
em.
Pero si la proposicin AB se toma como enteramente
verdadera y Be como enteramente falsa, el razonamiento
ser verdadero: pues nada impide que A se d en todo
B y en todo e, y que, sin embargo, B no se d en nin- JO
gn e, V.g.: todas las especies del mismo gnero no su-
bordinadas entre s; en efecto, animal se da en caballo
y en hombre. caballo, en cambio, en ningn hombre. Si,
pues, se acepta que A < se da> en todo B y B en todo
e, ser verdadera la conclusin, aun siendo enteramente JS
falsa la proposicin Be. De manera semejante tambin si
la proposicin AB es privativa. En efecto, es admisible
que A no se d ni en ningn B ni en ningn e, y que
tampoco B se d en ningn e, V.g.: el gnero en las es-
pecies de otro gnero; en efecto, animal no se da en la 54b
msica ni en la medicina. ni msica en la medicina. Acep-
tando, pues, que A <no se da> en ningn B y B <se
da> en todo e, ser verdadera la conclusin. Y si Be
no es enteramente falsa, sino < slo> en algn aspecto,
tambin en ese caso ser verdadera la conclusin. En efec-
to, nada impide que A se d en el conjunto de B y de
e y que, sin embargo, B se d <slo> en algn e, v.g.: s
el gnero en la especie y en la diferencia; en efecto,
animal < se da> en todo hombre y en todo pedestre. en
cambio hombre < se da> en algn pedestre y no en cada
uno. Si pues, se aceptara que A se da en todo B y B en
todo e, A se dara en todo e; lo cual era precisamente
< lo que considerbamos> verdadero. De manera seme-
JS2 La falsedad parcial consist.e aqu en poner la contradictoria de
la verdadera. Recurdese (ver supra, 54a4 ss.) que la falsedad
viene constituida por la contraria, es decir, la ms de la ver-
dadera.
232 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
10 jante tambin si la proposicin AB es privativa. En efec-
to, es admisible que A no se d ni en ningn B ni en
ningn C y que, sin embargo, B se d en algn C, V.g.:
el gnero en la especie y la diferencia de otro gnero; en
efecto, animal no se da en ninguna prudencia ni en nin-
guna teor(a, en cambio prudencia se da en alguna teor(a.
Si, pues, se aceptara que A no se da en ningn B pero
15 B se da en todo C, A no se dara en ningn C; yeso
era <lo que considerbamos> verdadero.
En el caso de los razonamientos particulares es admisi-
ble tambin que, siendo enteramente falsa la primera pro-
posicin y verdadera la segunda, sea verdadera la conse-
cuencia, y tambin siendo falsa en algn aspecto la pri-
20 mera y verdadera la segunda, y siendo verdadera la pri-
mera y falsa la particular, as como siendo ambas falsas.
En efecto, nada impide que A no se d en ningn B pero
se d en algn e, y que B se d en algn C, V.g.: ani-
mal no se da en ninguna nieve pero s en algn blanco,
y nieve se da en algn blanco. Si, pues, se pone como
25 medio nieve y como primer < trmino> animal, y se acep-
ta que A <se da> en el conjunto de B y B en algn C,
entonces AB ser enteramente falsa, BC verdadera y la
consencuencia verdadera. De manera semejante tambin si
la proposicion AB es privativa: pues cabe que A se d en
el conjunto de B, no se d en algn C y, sin embargo,
30 B se d en algn C, V.g.: animal se da en todo hombre
y no acompana a algn blanco, pero hombre se da en
algn blanco, de modo que, si poniendo como medio a
hombre se aceptara que A no se da en ningn B y B se
da en algn C, sera verdadera la conclusin aun siendo
enteramente falsa la proposicin AB. Tambin si la pro-
35 posicin AB es falsa < slo> en algn aspecto ser ver-
dadera la conclusin. En efecto, nada impide que A se
ANALITICOS PRIMEROS 233
d en algn B y en algn e y que B se d en algn e,
v.g.: que animal se d en algn hermoso y en algn gran-
de y que hermoso se d en algn grande. Si, pues, se
acepta que A <se da> en todo B y B en algn e, la 55.
proposicin AB ser falsa en algn aspecto, Be ser ver-
dadera y la conclusin tambin. De manera semejante tam-
bin si la proposicin AB es privativa; en efecto, para
la demostracin los trminos sern los mismos y estarn
puestos de la misma manera.
Y, a su vez, si la AB es verdadera y la Be falsa, la
conclusin ser verdadera. En efecto, nada impide que A s
se d en el conjunto de B y en algn e, y que B no se
d en ningn e, v.g.: animal <se da> en todo cisne y
en algn negro, pero cisne < no se da> en ningn negro.
De modo que, si se aceptara que A < se da> en todo
B y B en algn e, sera verdadera la conclusin aun sien-
do falsa Be. De manera semejante tambin si se toma 10
como privativa la proposicin AB. En efecto, cabe que
A no se d en ningn B y no se d en algn e y que,
sin embargo, B no se d en ningn e, v.g.: el gnero en
la especie de otro gnero y en el accidente de sus propias
especies: pues animal no se da en ningn nmero y se da
en algn blanco, pero nmero no se da en ningn blan- IS
co; si, pues, se pone nmero como medio y se acepta que
A no se da en ningn B y B se da en algn e, A no se
dar en algn e, que era < lo que considerbamos> ver-
dadero; y la proposicin AB < ser> verdadera y la Be
falsa.
Asimismo, si la AB es falsa en algn aspecto y tam-
bin es falsa la Be, la conclusin ser verdadera. En efec- 20
to, nada impide que A se d tanto en algn B como en
algn e, y que B no se d en ningn e, v.g.: si B es
contrario de e y ambos son accidentes del mismo gnero;
234 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
en efecto, animal se da en algn blanco y en algn ne-
gro, pero blanco no se da en ningn negro. Si, pues, se
2S acepta que A <se da> en todo B y B en algn C, ser
verdadera la conclusin. Y lo mismo si AB se toma como
privativa: en efecto, para la demostracin se pondrn los
mismos trminos y de la misma manera. Y si ambos son
falsos, la conclusin ser verdadera; en efecto, cabe que
30 A no se d en ningn B pero s en algn C y que, sin
embargo, B no se d en ningn C, v.g.: el gnero en la
especie de otro gnero y en el accidente de sus propias
especies: pues animal no se da en ningn nmero, pero
s en algn blanco, y nmero no se da en ningn blanco.
Si, pues, se acepta que A <se da> en todo B y B en
algn C, la conclusin < ser> verdadera y ambas pro-
3S posiciones, en cambio, falsas. De manera semejante tam-
bin si AB es privativa. En efecto, nada impide que A se
d en el conjunto de By, en cambio, no se d en algn
C, ni B en ningn C, v.g.: animal se da en todo cisne,
pero no en algn negro, y cisne no se da en ningn ne-
40 gro. De modo que, si se aceptara que A no se da en nin-
gn B y B se da en algn C, A no se dara en algn C.
SSb As, pues, la conclusin es verdadera y las proposiciones,
en cambio, falsas.
3. Conclusiones verdaderas a partir de proposiciones fal-
sas en la segunda figura
En la segunda figura cabe perfectamente probar por ra-
zonamiento lo verdadero a travs de < proposiciones> fal-
sas, tanto si ambas proposiciones se toman como entera-
s mente falsas como si cada una se toma < slo> en algn s
aspecto, y tambin si una es verdadera y la otra falsa,
cualquiera que < sea la que> se ponga como enteramente
ANALfTICOS PRIMEROS 235
falsa, y si ambas son falsas < slo> en algn aspecto,
y si una es verdadera sin ms y la otra es falsa en algn
aspecto, y si una es enteramente falsa y la otra verdadera
< slo> en algn aspecto
m
, tanto en los razonamientos 10
universales como en los particulares. En efecto, si A no
se da en ningn B pero se da en todo e, v.g.: animal no
se da en ninguna piedra pero se da en todo caballo, si las
proposiciones se ponen como contrarias < de las verdade-
ras> y se acepta que A < se da> en todo B pero en nin-
gn e, la conclusin ser verdadera a partir de proposi-
ciones enteramente falsas. De manera semejante tambin .5
si A se da en todo B y no se da en ningn e: pues el ra-
zonamiento ser el mismo.
Nuevamente, si la una es enteramente falsa y la otra
enteramente verdadera: pues nada impide que A se d en
todo B y en todo e y, sin embargo, B no se d en nin-
gn e, v.g.: el gnero respecto de las especies no subordi-
nadas entre s. En efecto, animal < se da> tanto en todo 20
caballo como en todo hombre, y ningn hombre es un ca-
ballo. Si, pues, se acepta que, respecto al uno, se da en
cada uno y, respecto al otro, no se da en ninguno, esta
ltima < proposicin> ser enteramente falsa y aqulla en-
teramente verdadera, y la conclusin, verdadera, se ponga
en relacin con el < trmino> que se ponga la privativa.
]5] Este pasaje es un tanto confuso, confusin que llev a Waitz y lue-
go a Ross a suprimir algunas oraciones, especialmente las que hacen refe-
rencia a proposiciones parcialmente verdaderas, o verdaderas slo en
algn aspecto (cf. variante textual nm. 12). Lo cierto es que esto lti-
mo no tiene nada deextrai\o: sustituir una particular verdadera por la
particular, posiblemente tambin verdadera, (recurdese que ambas son
compatibles), de signo contrario" es enunciar una verdad parcial. Eso
es justamente lo que hace Aristteles en el ejemplo que analiza en S6a
12-18.
236 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
Tambin si la una es falsa en algn aspecto y la segunda
25 es enteramente verdadera. En efecto, cabe que A se d
en algn B y en todo C y, sin embargo, B no se d en
ningn C, v.g.: animal se da en algn blanco y en todo
cuervo, y blanco en ningn cuervo. Si, pues, se acepta
que A no se da en ningn B pero se da en el conjunto
de C, la proposicin AB < ser> falsa en algn aspecto,
la AC ser enteramente verdadera y la conclusin, verda-
dera. Y lo mismo si se cambia de posicin la privativa:
30 en efecto, la demostracin < se har> mediante los mis-
mos trminos. Tambin si la proposicin afirmativa es fal-
sa en algn aspecto y la privativa es enteramente falsa.
En efecto, nada impide que A se d en algn By, en el
conjunto de C, no se d, y que B no se d en ningn
C, v.g.: animal < se da> en algn blanco pero en nin-
3S guna pez, y blanco < no se da> en ninguna pez. De mo-
do que, si se acepta que A se da en el conjunto de B
pero en ningn C, la <'proposicin> AB <ser> falsa
en algn aspecto, la AC enteramente verdadera y la con-
clusin, verdadera. Tambin si ambas proposiciones son
falsas < slo> en algn aspecto ser verdadera la conclu-
40 sin. En efecto, cabe que A se d en algn B y en algn
56a C y que B no se d en ningn C, v.g.: animal <se da>
en algn blanco:.y en algn negro, en cambio blanco no
se da en ningn negro. Si, pues, se acepta que A se da
en todo B pero en ningn C, ambas proposiciones sern
falsas en algn aspecto y la conclusin, verdadera. De ma-
nera semejante tambin si se cambia de posicin la priva-
tiva manteniendo los mismos trminos.
Es evidente tambin en el caso de los razonamientos
particulares; en efecto, nada impide que A se d en todo
B y en algnC, y que B no se d en algn C, v.g.: ani-
mal se dar en todo hombre y en algn blanco, pero
ANALfTICOS PRIMEROS 237
hombre no se dar en algn blanco. Si, pues, se admite
que A no se da en ningn B pero s en algn C, la pro- 10
posicin universal < ser> enteramente falsa, la particular
verdadera y la conclusin verdadera. De igual modo si se
toma AB como afirmativa: en efecto, cabe que A no se
d en ningn B y tampoco en algn C, y que B no se
d en algn C, v.g.: animal no se dar en ningn inani-
mado, pero s en algn blanco, e inanimado no se dar
en algn blanco. Si, pues, se establece que A se da en 15
todo B pero no se da en algn C, la proposicin AB, la
universal, <ser> enteramente falsa, la AC, verdadera 354,
y la conclusin, verdadera. Tambin si se pone la univer-
sal como verdadera y la particular como falsa. En efecto,
nada impide que A no siga a ningn B ni a ningn C
y que, sin embargo, B no se d en algn C, v.8.: animal 20
no < se da> en ningn nmero ni en ningn inanimado.
y nmero no acompafta a algn inanimado. Si, pues, se
establece que A < no se da> en ningn B pero s en algn
C, la conclusin y la proposicin universal ser verdadera,
y la particular, falsa. Y de igual modo si la universal se 25
pone como afirmativa. En efecto, cabe que A se d en
el conjunto de B y de C y, sin embargo, B no siga a al-
gn C, v.g.: el gnero en la especie y la diferencia; en
efecto, animal sigue a todo hombre y al conjunto de pe-
destre. pero hombre no sigue a todo pedestre. De modo 30
que, si se acepta que A se da en el conjunto de B y no
se da en algn C, la proposicin universal < ser> ver-
dadera, la particular, falsa, y la conclusin, verdadera.
Es evidente tambin que, a partir de ambas < proposi-
ciones> falsas, la conclusin ser verdadera si se admite
lS4 Podrlamos alladir: slo en algn aspecto. ef. supra, 55b7-9 y
n. 353.
238 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
que A se da tanto en el conjunto de B como de e y
]S que, sin embargo, B no acompafta a algn e. En efecto,
si se acepta que A no se da en ningn B pero s en al-
gn e, ambas proposiciones son falsas y la conclusin,
verdadera. De manera semejante tambin si la proposicin
universal es predicativa y la particular privativa. En efec-
to, cabe que A no siga a ningn B pero s a todo e, y
40 que B no se d en algn e, v.g.: animal no acompana
56b a ninguna ciencia. Si, pues, se acepta que A se da en el
conjunto de B y no sigue a algn e, las proposiciones
< sern> falsas y la conclusin, verdadera.
4. Conclusiones verdaderas a partir de proposiciones fal-
sas en la tercera figura
Tambin en la tercera figura ser posible < probar >
5 lo verdadero a travs de < proposiciones> falsas, tan-
to si ambas < se toman como> enteramente falsas, como
si cada una < se toma slo> en algn aspecto, tanto si
una < se toma como> enteramente verdadera y la otra
como falsa, como si una <se toma como> falsa en al-
gn aspecto y la otra como enteramente verdadera, y vice-
versa, y de todas las dems maneras en que cabe modifi-
lO car las proposiciones. En efecto, nada impide que ni A ni
B se den en ningn e y que, sin embargo, A se d en al-
gn B, v.g.: ni hombre ni pedestre 'siguen a ningn inani-
mado, sin embargo hombre se da en algn pedestre. Si,
pues, se acepta que A y B se dan en todo e, las propo-
15 siciones sern enteramente falsas y la conclusin, verdade-
ra. Lo mismo tambin si una es privatia y la otra afirma-
tiva. En efecto, cabe que B no se d en ningn e pero
A se d en cada uno, y que A no se d en algn B, v.g.:
negro < no se da> en ningn cisne, en cambio animal se
da en cada uno, y no en todo negro se da animal. De
ANALfTICOS PRIMEROS 239
modo que, si se acepta que B se da en todo C y A en
ninguno, A no se dar en algn B; y la conclusin < se- 20
r> verdadera y las proposiciones, falsas.
Tambin, si cada una es falsa < slo> en algn aspec-
to, ser verdadera la conclusin. En efecto, nada impide
que tanto A como B se den en algn C y que A no se
d en algn B, v.g.: blanco y hermoso se dan en algn
animal y blanco se da en algn hermoso. Si, pues, se es- 25
tablece que A y B se dan en todo C, las proposiciones
son falsas en algn aspecto y la conclusin verdadera. Y
de manera semejante si AC se pone como privativa. En
efecto, nada impide que A no se d en algn C pero B
se d en alguno, y que no en todo B se d A, v.g.: blan-
co no se da en algn animal, en cambio hermoso se da
en alguno, y no en todo hermoso se da blanco. De mo- 30
do que, si se admite que A < no se da> en ningn C
y B < se da> en cada uno, ambas proposiciones < se-
rn> falsas en algn aspecto y la conclusin, verdadera.
De igual manera si se toma una como enteramente fal-
sa y la otra como enteramente verdadera. En efecto, cabe
que tanto A como B sigan a todo C y que, sin embargo, 35
A no se d en algn B, v.g.; animal y blanco siguen a
todo cisne, sin embargo no en todo blanco se da animal.
Puestos, por tanto, unos < trminos> de ese tipo, si se
acepta que B se da en el conjunto de C y, en el mismo
conjunto, no se da A, BC ser enteramente verdadera,
AC enteramente falsa y la conclusin verdadera. De ma- 40
nera semejante tambin si BC es falsa y AC verdadera;
en efecto, los tnninos para la demostracin < sern> los 57.
mismos < ya usados en otra ocasin reciente>: negro-
cisne - inanimado m. Pero tambin si ambas < proposicio-
lB Ross propone suprimir la trada de trminos, por no coincidir
con la ltima enumerada (animal - blanco - cisne).
240 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
nes> se tomaran como afirmativas. En efecto, nada im-
pide que B acompae a todo C pero que, en su conjunto,
no se d A Y A se d en algn B, v.g.: en todo cisne
5 se da animal, negro no se da en ningn cisne y negro se
da en algn animal. De modo que, si se admite que A
y B se dan en todo C, BC <ser> enteramente verdade-
ra, AC enteramente falsa y la conclusin, verdadera. De
manera semejante tambin si se toma AC como verdadera:
en efecto, la demostracin <se har> a travs de los
mismos trminos.
< As es> nuevamente si una es enteramente verdadera
10 y la otra falsa en algn aspecto. En efecto, cabe que B
se d en todo C y A en alguno, y que A se d en algn
B, v.g.: bpedo se da en todo hombre, pero hermoso no
se da en cada uno, y hermoso se da en algn bpedo. Si,
pues, se acepta que tanto A como B se dan en el con-
junto de C, BC < ser> enteramente verdadera, AC falsa
15 en algn aspecto y la conclusin, verdadera. De manera
semejante si AC se toma como verdadera y BC como fal-
sa en algn aspecto: en efecto, la demostracin ser cam-
biando de posicin los mismos trminos < de antes>.
Tambin si una es privativa y la otra afirmativa. En efec-
to, como cabe que B se d en el conjunto de C y A se
d en alguno y que, cuando < los trminos> se compor-
20 ten as, no en todo B se d A, entonces, si se acepta que
B se da en el conjunto de C y A no se da en ninguno,
la privativa < ser> falsa en algn aspecto y la otra en-
teramente verdadera, as como la conclusin. Y, a su vez,
como se ha demostrado que, no dndose A en ningn C
y dndose B en alguno, cabe que A no se d en algn B,
25 es manifiesto que tambin, siendo enteramente verdadera
AC y BC falsa en algn aspecto, cabe que la conclusin
sea verdadera. En efecto, si se acepta que A <no se da>
ANALITICOS PRIMEROS 241
en ningn C y B <se da> en cada uno, AC <ser> en-
teramente verdadera, en tanto que BC falsa en algn as-
pecto.
Es evidente, tambin en el caso de los razonamientos
particulares, que ser perfectamente posible < probar> lo JO
verdadero a travs de < proposiciones> falsas. En efecto,
hay que tomar los mismos trminos < de antes> y, cuan-
do las proposiciones sean universales, trminos predicati-
vos en los < razonamientos> predicativos y privativos en
los privativos. En efecto, para la exposicin de los trmi-
nos no hay ninguna diferencia entre suponer que < algo>
se da en cada uno cuando no se da en ninguno y supo-
ner que se da universalmente cuando se da < slo> en
alguno; de manera semejante tambin en el caso de las JS
privativas 356.
As, pues, es manifiesto que, si la conclusin es falsa,
necesariamente sern falsas todas o algunas < proposicio-
nes> de las que surge el argumento; en cambio, cuando
la conclusin es verdadera, no necesariamente sern verda-
deras ni alguna ni todas ellas, sino que es posible que,
sin ser verdadera ninguna de las cosas que hay en el ra- 40
zonamiento, la conclusin sea igualmente verdadera; pero
no necesariamente. La causa < de ello> es que cuando
dos cosas se relacionan entre s de tal manera que, si 5,.,
existe una, por fuerza ha de existir la otra, si no existe
sta, tampoco existir aqulla, pero, si existe, no necesa-
riamente ha de existir aqulla; ahora bien, es imposible
que, si existe y no existe la misma cosa, exista necesaria-
356 En otras palabras, no hay diferencia entre poner proposiciones
enteramente falsas (las contrarias de las verdaderas) y poner proposicio-
nes parcialmente falsas (las universales del mismo signo que las verdade-
ras).
115. - 16
242 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
mente una misma cosa m: digo, por ejemplo, < que es
imposible> que, si A es blanco, por fuerza B haya de
ser grande y tambin, si A no es blanco, B haya por
fuerza de ser grande. En efecto, cuando al ser blanco es-
to, o sea A, es necesario que sea grande esto otro, o sea
B, y al ser grande B es necesario que e no sea blanco,
si A es blanco, es necesario que e no sea blanco. Y cuan-
lO do, de dos cosas, al existir una, es necesario que no exis-
ta la otra, si no existe sta, es necesario que exista la
primera. Entonces, si B no es grande, no es posible que
A sea blanco. Pero si, aun no siendo A blanco, es nece-
sario que B sea grande, ocurre que, al no ser B grande,
15 por fuerza es grande el mismo B: yeso es imposible. En
efecto, si B no es grande, por fuerza A no ser blanco.
Si, pues, aun no siendo ste blanco, B ha de ser grande,
ocurre que B, si no es grande, es grande, como < si se
hubiera probado> a travs de los tres < trminos> 358.
357 Quiere decir que no es posible que una misma conclusin ver-
dadera brote necesariamente por igual de premisas verdaderas y de las
correspondientes falsas (sus contrarias o contradictorias). Esta imposibili-
dad es lo que Aristteles se aplica a demostrar en lo que resta del cap/-
tulo.
358 La argumentacin es, en resumen, la siguiente: nuestro hipotti-
co adversario pretende que, igual que de A es blanco se desprende B
es grande, tambin, si A no es blanco, B es grande; ahora bien, la regla
bsica de la deduccin, enunciada un poco ms arriba (S7a40-b3), pres-
cribe que, si B no es grande, A no es blanc;o (inversa de la ya aceptada);
tenemos, pues, la siguiente ilacin: si B no es grande. A no es blanco
(aceptada por todos) y, si A no es blanco. B es grande (sostenida por
el adversario); luego, si B no es grande, B es grande. absurdo evidente,
como contradiccin que es. La referencia final a una prueba mediante
tres trminos alude a la posibilidad, no explotada aunque esbozada en
S7b6-9, de hacer la prueba en forma silogstica cannica. Lo esencial
de la argumentacin de Aristteles estriba en probar que las conclusiones
verdaderas no brotan necesariamente de las premisas falsas (como s, en
cambio, de las verdaderas), sino slo accidentalmente.
ANALTICOS PRIMEROS
243
5. La demostracin circular en la primera figura
El demostrar en crculo y recprocamente consiste en
probar, a travs de la conclusin y de tomar una de las
proposiciones a la inversa en cuanto a la predicacin H9,
la restante proposicin que se tom en el otro razona- 20
miento. V.g.: si fuera preciso demostrar que A se da en
todo e, y no se demostrara a travs de B y, a su vez,
se demostrara que A se da en B, habiendo aceptado que
A se da en e y e en B: antes se supuso, a la inversa,
que B se daba en e 360. o, si es preciso mostrar que 25
B se da en e, si se acepta que A se da en e, que era
la conclusin, y que B se da en A: antes se acept, a la
inversa, que A < se daba> en B 361. De otra manera no
es ya posible demostrar algo recprocamente. Pues si se
tomara otro < trmino> medio, ya no seria demostrar en
crculo: en efecto, no se aceptara ninguna de las mismas 30
< proposiciones de antes>; y si se toma alguno de esos
< trminos de antes> , necesariamente < se podr tomar>
slo una de las dos proposiciones: pues si se toman am-
359 La inversin en cuanto a la predicacin consiste, no en la in-
versin o conversin propiamente dicha (por la que AltB puede cambiar-
se por BIIA y AtB y AuB, por BuA, con garanta de verdad), sino en
el intercambio de tnninos manteniendo inalteradas siempre la cualidad
y la cantidad (o prescindiendo de sta ltima), v.g.: AtB por BtA o ArB
por BtA.
360 Primer silogismo: A se da en B - B se da en e : A se da en e
Segundo silogismo: A se da en e (conclusin anterior) - e se da en B
(inversa en predicacin de la menor anterior) : A se da en B (mayor
anterior). Obsrvese que Aristteles elimina aqu el cuantificador, para
obviar los problemas de la inversin del tipo AtB.
361 Segundo silogismo esta vez: A se da en e (misma del
primero) - B se da en A (inversa en predicacin de la mayor primitiva):
: inversin del orden de las proposiciones y B se da en e (menor del
razonamiento anterior).
244 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
bas, la conclusin ser la misma, y es preciso que sea
otra.
As, pues, en el caso de los < trminos> no inverti-
bIes, el razonamiento se forma a partir de proposiciones
de las que una es indemostrable: pues no es posible de-
3S mostrar mediante esos trminos que el tercero se da en
el medio o el medio en el primero. En cambio, en el ca-
so de los invertibles es posible demostrarlo todo recpro-
camente, V.g.: si A, B Y e se intercambian mutuamente
la posicin. En efecto, supngase que se ha demostrado
AC a travs de B como medio y, a su vez, se ha demos-
40 trado AB a travs de la conclusin y de la proposicin
58a Be invertida, e igualmente la BC a travs de la conclu-
sin y de la proposicin AB invertida. Ahora bien, es
preciso demostrar tanto la proposicin CB como la BA:
pues slo de ellas nos hemos servido sin demostrarlas. Si,
pues, se acepta que B se da en todo e y e en todo A,
la prueba por razonamiento ser de B respecto de A 362.
5 A su vez, si se acepta que e se da en todo A y A en
todo B, necesariamente se dar C en todo B. En ambos
razonamientos se ha aceptado la proposicin eA sin de-
mostrarla: en efecto, las dems estaban demostradas rec-
\O procamente. Si, pues, se acepta que C se da en todo B
y B en todo A, ambas proposiciones se toman ya demos-
tradas, y es necesario que e se d en A. Es, pues, mani-
fiesto que slo en el caso de las < proposiciones> que se
invierten es admisible que las demostraciones lleguen a ha-
cerse en crculo y de manera recproca, en las otras, en
15 cambio, < ocurre> como dijimos antes. Pero tambin
ocurre en estos ltimos < razonamientos> 363 que se utili-
362 Es decir, se habr probado DA (D como predicado y A como
sujeto).
363 Los tres ltimos de demostracin circular.
ANALlTlCOS PRIMEROS 245
za para la demostracin la misma cosa demostrada: en
efecto, se demuestra C acerca de B y B acerca de A su-
poniendo que C se dice acerca de A, y C se demuestra
acerca de A a travs de esas proposiciones, de modo que
nos servimos de la conclusin para la demostracin. 20
En el caso de los razonamientos privativos se hace la
demostracin recproca de la manera siguiente. Sea que B
se da en todo e y A en ningn B: la conclusin es que
A no se da en ningn C. Entonces, a su vez, si es pre-
ciso probar que A < no se da> en ningn B, lo cual se
haba supuesto antes, sea que A <no se da> en ningn ~
C pero C < se da> en todo B: pues as la proposicin
queda al revs 364. Y si es preciso probar que B < se da>
en C, ya no hay que invertir de manera semejante AB
(pues es la misma proposicin que B no se d en ningn
A y que A no se d en ningn B) 365, sino que hay que
364 La inversin de este tipo es ilegitima, a no ser que sujeto y pre
dicado sean coextensivos (como en la predicacin de la definicin o de
una propiedad).
365 En efecto, en este caso como en el de la particular afirmativa,
sujeto y predicado son perfectamente intercambiables sin necesidad de
modificar el cuantificador. De modo que ambas premisas seran negati
vas y, por tanto, no concluyentes. El argumento que Aristteles va a
desarrollar consiste en sustituir la universal negativa invertida, BIIA, por
el falso prosilogismo siguiente: ((en aquello en lo que no se da A en
ningn caso, se da B en todo caso (sea tal cosa, por ejemplo, C); ahora
bien, A no se da en ningn C: luego B se da en todo C (AIIX .... BtX -
XuC - AIIC : BtC). Esta argumentacin es, en su conjunto, inconcluyen-
te, pues todo el complicado prosilogismo se reduce a la afirmacin BtC,
que es lo que se pretenda demostrar: ahora bien, nunca se puede poner
como premisa lo que se quiere que sea la conclusin. En definitiva, cabe
decir que la fascinacin ante la simetra de las demostraciones reciprocas
confunde a Aristteles, inducindole a forzar la argumentacin con me-
canismos ilegtimos como ste ltimo o como la ((inversin en cuanto
a la predicacin de las universales afinnativas.
246 TRA TAOOS DE LGICA (RGANON)
suponer que, en aquello en lo que A no se da en ningn
caso, B se da en cada caso. Sea que A no se da en nin-
lO gn C, lo cual era la conclusin < anterior>, supngase
que, en aquello en lo que A no se da en ningn cso,
B se da en cada caso: necesariamente, pues, B se dar
en todo C. De modo que cada conclusin se ha obtenido
habiendo tres trminos, y el demostrar en crculo es eso:
lS tomando la conclusin y la otra proposicin al revs, pro-
bar por razonamiento la proposicin restante.
Ahora bien, en el caso de los razonamientos particula-
res no es posible demostrar a travs de las otras la pro-
posicin universal, pero s la particular. Que no es, pues,
posible demostrar la universal es evidente: en efecto, lo
40 universal se demuestra a travs de lo universal; ahora
bien, la conclusin 366 no es universal, y es preciso demos-
trar a partir de la conclusin y de la otra proposicin 367.
Adems, en definitiva, ni siquiera se forma un razonamien-
!lb to al invertir la proposicin: pues ambas proposiciones vie-
nen a ser particulares. En cambio, es posible < demostrar
en crculo> la particular. En efecto, supngase que se ha
demostrado A acerca de alguno de los C a travs de B.
Si, pues, se acepta que B < se da> en todo A 368 Y la
s conclusin se mantiene, B se dar en algn C; en efecto,
se forma la primera figura, y A < es el tnnino> medio.
Si el razonamiento es privativo, no es posible demostrar
la proposicin universal, por lo que ya se dijo antes; pe-
ro es posible demostrar la particular, si AB se invierte de
366 Que debe pasar a constituir la mayor del nuevo silogismo.
367 Que. naturalmente. tambin ser particular.
368 Una vez ms se aplica la inversin en cuanto a la predicacin.
intercambiando sin ms sujeto y predicado y manteniendo el cuantifica-
dor universal y el sentido afirmativo. Esta inversin slo seria legtima
en el caso apuntado supra, n. 364.
ANALTICOS PRIMEROS 247
igual manera que en el caso de los < razonamientos>
universales, v.g.: en aquello en lo que A no se da en al-
gn caso, B se da en algn caso; en efecto, de otro mo- 10
do no se forma razonamiento, por ser negativa la propo-
sicin particular 369.
6. La demostracin circular en la segunda figura
En la segunda figura no es posible demostrar de este
modo la < proposicin> afirmativa, pero s la privativa.
As, pues, la predicativa no se demuestra por no ser am- 13
bas proposiciones afirmativas: pues la conclusin es priva-
tiva, mientras que la < proposicin> afirmativa se demos-
traba, < como vimos>, a partir de dos < proposiciones>
igualmente afirmativas. La privativa, en cambio, se de-
muestra de la manera siguiente. Supngase que A se da
en todo B pero en ningn C: la conclusin es que Bno
se da en ningn C. Si, pues, se acepta que B se da en 20
todo A, necesariamente A no se dar en ningn C: pues
se forma la segunda figura; el medio es B. Si AB se to-
mara como privativa y la otra como predicativa, sera la
primera figura. En efecto, C <se da> en todo A 370 Y B
en ningn C, de modo que A <no se da> en ningn
B: por tanto, tampoco 8 en ningn A. As, pues, a tra- 23
369 El razonamiento original sera: AIiB - BuC : AlC. Para probar
BuC se transforma AIiB (de modo anlogo al explicado en supra, n.
365) en una premisa compuesta o (falso) prosilogismo: Arx -+ BuX -
XuC - AlC : BuC. As se evita que ambas premisas sean negativas, pero
al precio antes comentado. La referencia al caso de los razonamientos
universales alude a la prueba de la menor de cEIArEnt, paralela a
la aqu expuesta (cf. supra, 58a26-32 y n. 365).
370 Invirtiendo la menor del modo cEsArE en cuanto a la predica-
cin.
248 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
vs de la conclusin y de una proposicin no se forma
razonamiento, pero aftadiendo otra, s surgir 371.
Y si el razonamiento no es universal, la proposicin glo-
bal 372 no se demuestra, por la causa que ya dijimos an-
30 tes 373, la particular, en cambio, se demuestra cuando la
universal es predicativa; en efecto, supngase que A se
da en todo B pero no en todo e: la conclusin < ser>
Be. Si, pues, se acepta que B <se da> en todo A pero
no en todo e, A no se dar en algn e; el medio es B.
En cambio, si la universal es privativa, la proposicin Ae
35 no se demostrar invirtiendo la AB: pues ocurre que o
ambas proposiciones o una de ellas vienen a ser negati-
vas, de modo que no habr razonamiento 374. Pero se de-
mostrar de manera semejante a como en el caso de los
< razonamientos> universales, si se acepta que, en aque-
llo en lo que B nO' se da en algn caso, A s se da en
alguno
m
.
7. La demostracin circular en la tercera figura
En la tercera figura, cuando ambas proposiciones se to-
man como universales, no cabe demostrarlas recprocamen-
40 te; en efecto, lo universal se demuestra mediante lo uni-
371 Quiere decir que no se obtiene propiamente la mayor de cEsArE,
sino su conversa. Para obtener propiamente aqulla es necesario un nue-
vo paso.
372 en hl6i, sinnimo de kalhlou, universal.
373 Porque las dos premisas del nuevo silogismo serian paniculares y,
por ende, inconcluyentes.
374 En el sentido de que, o no habr conclusin si ambas premisas
son negativas, o la conclusin ser negativa con slo que una de las pre-
misas lo sea, en cuyo caso lo probado no ser la proposicin afirmativa
que acta como premisa menor.
m Remisin a 58a29 ss. Ce. supra, nn. 365 y 369.
ANALITICOS PRIMEROS 249
versal, mientras que en esa figura la conclusin es siem-
pre particular, de modo que es evidente que en conjunto 598
no cabe demostrar mediante esta figura la proposicin uni-
versal.
Y, si una es universal y la otra particular, unas veces
ser posible y otras no. As, pues, cuando ambas se to-
men como predicativas y la universal se relacione con el
extremo menor, ser posible; en cambio, cuando se rela- 5
cione con el otro extremo, no lo ser. En efecto, supn-
gase que A <se da> en todo C y B en alguno: la con-
clusin < ser> AB. Si, pues, se acepta que C se da en
todo A, se ha demostrado que C se da en algn B, pero
no se ha demostrado que B se d en algn C. No obs- 10
tante, es necesario que, si C se da en algn B, tambin
B se d en algn C. Pero no es lo mismo que esto se d
en eso y que eso se d en esto; sino que hay que ai\adir
adems que, si esto se da en algo de eso, tambin lo otro
se da en algo de esto. Pero, al aceptar eso, ya no se for-
ma el razonamiento a partir de la conclusin y de la otra
proposicin. Pero, si B <se da> en todo C y A en al- IS
gn C, ser posible demostrar AC cuando se acepte que
C se da en todo B y A en alguno. En efecto, si C se da 20
en todo B y A en algn B, necesariamente A se dar en
algn C; el medio es B. Y cuando una sea predicativa y
otra privativa, y la predicativa sea universal, se demostra-
r la otra. En efecto, supngase que B se da en todo C
y que A no se da en alguno: la conclusin es que A no
se da en algn B. As, pues, si se supone adems que C 25
se da en todo B 376, es necesario que A no se d en algn
C; el medio es B. En cambio, cuando la privativa se hace
universal, la otra no se demuestra, a no ser como en los
376 Inversin en cuanto a la predicacin de la menor.
250 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
casos anteriores, si se acepta que en donde esto no se da
en algn caso, lo otro se da en algn caso, V.g.: si A
< no se da> en ningn e, B < s se da> en alguno: la
conclusin es que A no se da en algn B. Si, pues, se
acepta que, en aquello en lo que A no se da en algn ca-
so, e se da en alguno, es necesario que e se d en algn
B. De otro modo no es posible, invirtiendo la proposicin
30 universal, demostrar la otra: pues no habr en modo algu-
no razonamiento.
Queda de manifiesto, pues, que en la primera figura la
demostracin recproca se realiza a travs de la tercera y
la primera figuras. En efecto, cuando la conclusin es pre-
3S dicativa, a travs de la primera, pero cuando es privativa,
a travs de la ltima: pues se supone que, en aquello en
lo que esto no se da en ningn caso, lo otro se da en
cada caso. En la intermedia, si el razonamiento es univer-
sal, < se realiza la demostracin> a travs de esa misma
figura y de la primera, pero cuando es particular, a tra-
vs de la misma y de la ltima. y en la tercera, todos
< los razonamientos> a travs de ella misma. Queda de
40 manifiesto tambin que, en la tercera y en la intermedia,
los razonamientos que no se forman a travs de ellas, o
no son susceptibles de demostracin en crculo, o son im-
perfectos.
8. La conversin de los razonamientos de la primera fi-
gura
59b Invertir un razonamiento es cambiar de sentido la con-
clusin y probar que, o bien el extremo no se da en el
medio, o bien ste no se da en el ltimo <extremo>.
Pues es necesario que, al invertirse la conclusin y mante-
s nerse una de las proposiciones, se elimine la restante; en
efecto, si fuera < verdad>, tambin la conclusin lo se-
ANAL/TIeOS PRIMEROS 251
ra. Ahora bien, hay diferencia entre invertir la conclu-
sin opuestamente 377 o contrariamente 378: pues no se for-
ma el mismo razonamiento en cada uno de los dos casos;
esto quedar claro a travs de lo que sigue. Llamo opo-
nerse a <darse> en todo respecto a no <darse> en to-
do, y a < darse> en algo respecto a no < darse> en na- 10
da, y llamo contrariamente a <darse> en todo respecto
a < no darse> en nodo y a < darse> en algo respecto
a no <darse> en algo. Supngase, en efecto, que se ha
demostrado A acerca de e a travs de B como medio.
Entonces, si se aceptara que A no se da en ningn e,
pero s en todo B, B no se dara en ningn C. Y, si A
< no se da> en ningn e pero B se da en todo e, no
en todo B se dar, y no simplemente en ninguno: pues 15
< vimos que> mediante la ltima figura no se demuestra
lo universal. En general, no es posible refutar universal-
mente la proposicin relativa al extremo mayor mediante
la inversin: pues siempre se elimina mediante la tercera
figura; en efecto, es necesario tomar ambas proposiciones
en relacin con el ltimo extremo 379. Y, si el razonamien- 20
to es privativo, de igual manera. En efecto, supngase
que se ha demostrado que A no se da en ningn e a
travs de B. Por tanto, si se acepta que A se da en todo
e pero en ningn B, B no se dar en ningn C. y si A
y B se dan en todo e, A se dar en algn B; pero < vi-
mos que> no se daba en ninguno.
Pero, si la conclusin se invierte opuestamente 380, tam- 25
bin los razonamientos sern opuestos y no universales.
377 Sustituyndola por su contradictoria, que es la opuesta por anto-
nomasia.
378 Sustituyndola por su contraria o subcontraria.
379 Es decir, con el extremo menor (convertido en medio) como su-
jeto en ambas, lo que es caracterstico de la 3.' ligura.
380 Lase: de modo contradictorio (cf. supra, S9b8-IO).
252 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
En efecto, la segunda proposicin viene a ser particular,
de modo que tambin la conclusin lo ser. Sea, en efec-
to, predicativo el razonamiento e invirtase del modo di-
cho. Entonces, si no en todo C se da A, pero se da en
lO todo B, B <no se dar> en todo C; y, si A no <se
da> en todo C, pero B se da en cada uno, A no < se
dar> en todo B. De manera semejante tambin si el ra-
zonamiento es privativo. En efecto, si A se da en algn
C y en ningn B, B no se dar en algn C, no simple-
mente en ninguno; y, si A se da en algn C y B se da
H en cada uno, como se supuso al principio, A se dar en
algn B.
En el caso de los razonamientos particulares, cuando
la conclusin se invierte opuestamente, se eliminan ambas
proposiciones; en cambio, cuando se invierte contrariamen-
40 te, no se elimina ninguna de las dos. Pues ya no tiene
lugar, como en los < razonamientos> universales, una eli-
minacin en que la conclusin de la inversin tenga ca-
rencia 181, sino que ni siquiera tiene lugar eliminacin al-
60a guna. En efecto, supngase que se ha demostrado A acer-
ca de algn C. Entonces, si se acepta que A no se da en
ningn C y B se da en alguno, A no se dar en algn
B; y si A no se da en ningn C, pero se da en todo B,
B no se dar en ningn C. De modo que se eliminan am-
bas. Pero, si se invierte contrariamente, no se elimina nin-
s guna de las dos. En efecto, si A no se da en algn C
pero se da en todo B, B no se dar en algn C, pero no
se elimina en modo alguno lo del principio: pues cabe que
en alguno se d y en alguno no se d. Y de la universal,
la AB, ni siquiera se forma razonamiento: pues, si A no
10 se ',da en algn C y B se da en alguno, ninguna de las
381 Expresin con la que Aristteles alude a la transformacin de
una' proposicin, que antes era universal, en particular.
ANALfTlCOS PRIMEROS 253
dos proposiciones es universal. De manera semejante si el
razonamiento es privativo: pues, si se aceptara que A se
da en todo e, se eliminaran ambas <proposiciones>,
pero si se acepta que se da en alguno, no se elimina nin-
guna de las dos. La demostracin es la misma < de an-
tes> .
9. La conversi6n de los razonamientos de la segunda
figura
En la segunda figura no es posible eliminar contraria- 15
mente la proposicin relativa' al extremo mayor, sea cual
sea la inversin que se haga 182; en efecto, la conclusin
siempre estar en la tercera figura, y en sta < ya vimos
que> no era posible el razonamiento universal. En cam-
bio, eliminaremos la otra < proposicin> de manera se-
mejante a como <se haga> la inversin. Digo de manera
semejante < en el sentido de que>, si se invierte contra- 20
riamente, < se eliminar> contrariamente, si se invierte
opuestamente, <se eliminar> opuestamente. En efecto,
supngase que A <se da> en todo B pero en ningn e:
la conclusin < ser> Be. Si, pues, se acepta que B se
da en todo e y se mantiene AB, A se dar en todo e:
pues se forma la primera figura. Y, si B < se da> en to- 25
do e y A <no se da> en ningn e, A no <se dar>
en todo B: la figura es la ltima. y si Be se invierte opues-
tamente, AB se demostrar de manera semejante y Ae
opuestamente. En efecto, si B se da en algn e y A en
ninguno, A no se dar en algn B. A su vez, si B < se
da> en algn e y A <se da> en todo B, A <se dar>
382 Es decir. no se puede probar la contraria de la premisa mayor.
tanto si se parte de la contradictoria como si de la contraria de la con-
clusin.
254 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
30 en algn C, de modp que se forma el razonaDento opues-
to. De manera semejante se demostrar tambin si las pro-
posiciones se comportan al revs 383.
Si el razonanento es particular, al invertir la conclusin
contrariamente no se elimina ninguna de las dos proposi-
ciones, al igual que tampoco < se eliminaban> en la pri-
35 mera figura; en cambio, si se invierte opuestamente, se
eliDnan ambas. En efecto, supngase que A no se da en
ningn B pero s en algn C: la conclusin es BC. Si,
pues, se pone que B se da en algn C y se mantiene AB,
la conclusin ser que A no se da en algn C, pero no
se eliminar lo del principio: pues es admisible que en al-
40 guno se d y en alguno no. A su vez, si B < se da> en
algn C y A < se da> en algn C, no habr razonamien-
to: pues ninguna de las < proposiciones> tomadas es uni-
6Gb versal. De modo que no se eliminar AB. En cambio, si
se invierte opuestamente, se eliminan ambas. En efecto,
si B <se da> en todo C y A <no se da> en ningn
B, A <no se dar> en ningn C: pero se daba en alguno.
A su vez, si B <se da> en todo C y A <se da> en
5 algn C, A < se dar> en algn B. La Dsma demostra-
cin tambin si la universal es predicativa.
10. La conversin de los razonamientos de la tercera
figura
En la tercera figura, cuando la conclusin se invierte
contrariamente, ninguna de las dos proposiciones se eliD-
na en ninguno de los razonamientos; en cambio, cuando
se invierte opuestamente, se eliminan todas y en todos los
razonamientos. En efecto, supngase que se ha demostra-
383 Quiere decir: si la que es afirmativa fuera negativa y viceversa.
ANALTICOS PRIMEROS 255
do que A se da en algn B, pngase como medio e y
sean universales las proposiciones. As, pues, si se acepta lO
que A no se da en algn B y que B se da en todo e,
no se forma razonamiento de A y de e. Tampoco, si A
no se da en algn B pero s en todo e, habr razonamien-
to de B y e. De manera semejante se demostrar tambin IS
si las proposiciones no son universales. En efecto, es nece-
sario, bien que ambas sean particulares a causa de la inver-
sin, bien que la universal se forme en relacin con el ex-
tremo menor: ahora bien, < nosotros ya vimos que> as
no haba razonamiento ni en la primera figura ni en la
intermedia. En cambio, si se invierte opuestamente, se eli-
minan ambas proposiciones. En efecto, si A < no se da> 20
en ningn B y B <se da> en todo e, A <no se dar>
en ningn e; a su vez, si A < no se da> en ningn B
pero <se da> en todo e, B <no se dar> en ningn
e. Y, si una no es universal, lo mismo. En efecto, si A
no se da en ningn B pero B se da en algn e, A no
se dar en algn e; y si A < no se da> en ningn B
pero <se da> en todo e, B <no se dar> en ningn e. 2S
De manera semejante si el razonamiento es privativo.
En efecto, supngase que se ha demostrado que A no se
da en algn B, y sea predicativa Be y negativa Ae; en
efecto, < ya vimos que> as se formaba el razonamiento.
As, pues, cuando se tome la contraria de la conclusin,
no habr razonamiento. En efecto, si A <se da> en a1- 30
gn B y B <se da> en todo e, <ya vimos que> no
haba razonamiento <acerca> de A y de e. Tampoco ha-
ba razonamiento < acerca> de B y de e si A < se da>
en algn B pero <no se da> en ningn e. De modo que
no se eliminan las proposiciones. En cambio, s se elimi-
nan cuando < se toma> la opuesta. En efecto, si A se
da en todo B y B en e, A se da en todo e: pero < vi-
256 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
3 ~ mos que> no se daba en ninguno. A su vez, si A < se
da> en todo B y <no se da> en ningn C, B <no se
dar> en ningn C: pero <vimos que> se daba en cada
uno. De manera semejante se demuestra tambin si las
proposiciones no son universales. En efecto, AC viene a
ser universal y privativa, y la otra, particular y predicativa.
40 Si, pues, A ocurre 384 en todo B y B en algn C, A ocu-
rre en algn C: pero < vimos que> no se daba en ningu-
61. no. A su vez, si A <se da> en todo B pero en ningn
C, B < no se dar> en ningn C: en cambio, < vimos
que> resida en alguno. Pero, si A <se da> en algn
B y B en algn C, no se forma razonamiento; tampoco
si A <se da> en algn B pero en ningn C. As que,
de aquella manera, se eliminan las proposiciones, de esta
otra, no.
~ Queda de manifiesto, pues, a travs de lo dicho cmo
se forma el razonamiento al invertir la conclusin en cada
figura, y cundo < se forma> la contraria de la proposi-
cin y cundo la opuesta, y que en la primera figura los
razonamientos se forman a travs de la intermedia y la
ltima, y que la < proposicin> relativa al extremo me-
10 nor siempre se elimina a travs de la < figura> interme-
dia, y la relativa al extremo mayor, a travs de la ltima;
que en la segunda < figura> es a travs de la primera y
la ltima, la < proposicin> relativa al extremo menor
<se elimina> siempre a travs de la primera figura, y la
relativa al extremo mayor, a travs de la ltima; que en
la tercera < figura> es a travs de la primera y de la in-
termedia, y que la < proposicin> relativa al < extremo>
~ mayor < se elimina> siempre a travs de la primera, y
la relativa al menor, a travs de la intermedia.
384 Aristteles emplea aqul el verbo symbanei en lugar de hypdrchei.
ANALTICOS PRIMEROS 257
11. La reducci6n al absurdo en la primera figura
As, pues, queda de manifiesto qu es la inversin y
cmo y qu razonamiento se forma en cada figura.
Ahora bien, el razonamiento a travs de lo imposible
se demuestra cuando se pone la contradiccin de la con- 20
clusin y se aftade otra proposicin, y se forma en todas
las figuras: pues es semejante a la inversin, salvo que di-
fiere en que la inversin se hace una vez formado el razo-
namiento y aceptadas ambas proposiciones y, en cambio,
se reduce a lo imposible no por haberse puesto previamen-
te de acuerdo sobre la < proposicin> opuesta, sino por 25
ser evidente que es verdad. Por otra parte, los trminos
se comportan de manera semejante en ambos casos, y la
manera de tomar < las proposiciones> es la misma. V.g.:
si A se da en todo B y el medio es e, en el caso de que
se suponga que A no se da en todo o en ningn B, pero
s en todo e, lo cual era verdad, necesariamente e no se
dar en ningn B o no en cada uno. Pero eso es impo- 30
sible, de modo que el supuesto es falso: luego la opuesta
es verdadera. De manera semejante tambin en las dems
figuras: pues todos los casos que admiten la inversin ad-
miten tambin el razonamiento a travs de lo imposible.
As, pues, todos los dems problemas 311$ se demuestran
a travs de lo en todas las figuras, aunque la 35
universal predicativa se prueba en la intermedia y en la
tercera, pero no en la primera. En efecto, supngase que
A no se da en todo B o en mngn B, y adase otra
proposicin en cualquiera de las dos posiciones: o que en
todo A se da e o que B se da en todo D: en efecto, as
sera la primera figura. Si se supone, pues, que no en to- 40
do B se da A, no se forma razonamiento, se tome la pro- 6lb
38S Lase: todas las conclusiones.
115. - 17
258 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
posicin en la posicin que se tome; y si se supone que
no se da en ninguno, cuando se aada BD, el razonamien-
to ser < acerca> de lo falso, pero no se demuestra lo
previamente establecido. Pues, si A < no se da> en nin-
gn B y B <se da> en todo D, A no se dar en ningn
s D. Supngase que eso es imposible: entonces es falso que
en ningn B se d A. Pero, no porque el < no darse>
en ninguno sea falso, <ser> verdadero el <darse> en
cada uno. En cambio, si se aade CA, no se forma razo-
namiento, ni cuando se supone que no en todo B se da
A 386. As que resulta evidente que el darse en cada uno
10 no se demuestra en la primera figura a travs de lo im-
posible.
En cambio, el < darse> en alguno, el < no darse> en
ninguno y el <no darse> en cada uno, se demuestra. En
efecto, supngase que A no se da en ningn B y acptese
que B se da en todo o en algn C. Entonces, necesaria-
mente A no se dar en nipgn C o no en cada uno. Ahora
bien, esto es imposible -pues supngase que es verdadero
y evidente que A se da en todo C-, de modo que, si eso
IS es falso, necesariamente A se dar en algn C. En cambio,
si la otra proposicin se toma respecto a A, no habr razo-
namiento. Tampoco cuando se d por supuesto lo contra-
rio de la conclusin, V.g.: que en alguno no se da. As,
pues, es evidente que hay que suponer lo opuesto.
386 o bien tendramos, adadiendo una m\lyor, CtA-ArB (modo AO?,
inexistente en la primera figura), o bien, ai\adiendo una menor, ArB-BtD
(modo OA 7, igualmente imposible en la primera figura). Igualmente in-
concluyente sera CtA-AtiB (AE?). En cuanto a AtiB-BtD:AtiD, prueba
una proposicin supuestamente falsa por ser la contraria de una premisa
aceptada, y por tanto tambin la falsedad de AtiB, falsedad, empero, de
la que no se desprende la verdad de la conclusin original, ya que las
contrarias pueden ser igualmente falsas a la vez.
ANALfTlCOS PRIMEROS 259
Supngase, a su vez, que A se da en algn B, y acptese
que C se da en todo A. As, pues, es necesario que C se 20
d en algn B. Ahora bien, supngase que esto es imposi-
ble, de modo que lo supuesto sea falso. Si es as, < ser>
verdad que no se da en ninguno. De manera semejante
si CA se toma como privativa. En cambio, si se toma la
proposicin respecto a B, no habr razonamiento. Cuando
se d por supuesto lo contrario, habr razonamiento y
<concluir> lo imposible, pero no se demuestra lo pre- 25
viamente establecido. En efecto, supngase que A se da
en todo B y acptese que C se da en todo A. Entonces,
necesariamente se dar C en todo B. Ahora bien, eso es
imposible, de modo que es falso que A se d en todo B.
Pero de ningn modo es necesario que, si no se da en
cada uno, no se d en ninguno. De manera semejante tam- 30
bin si la otra proposicin se tomara respecto a B: pues
habra razonamiento y < concluira> lo imposible, pero
no se elimina la hiptesis; de modo que hay que suponer
lo opuesto.
Para demostrar que no en todo B se da A, hay que
suponer que se da en cada uno; en efecto, si A < se,.
da> en todo B y C en todo A, C < se dar> en todo 35
B, de modo que, si esto es imposible, <ser> falso lo
supuesto. De manera semejante tambin si la otra pro-
posicin se tomara respecto a B. Y si CA fuera priva-
tiva, lo mismo; pues tambin as se forma razonamiento.
En cambio, si la privativa est en relacin con B, no
se demuestra nada. Y si se supone, no que se da en ca-
da uno, sino que se da en alguno, no se demuestra que
no se da en cada uno sino en ninguno. En efecto, si A 40
se da en algn B y C en todo A, C se dar en algn B. 61a
Por tanto, si eso es imposible, es falso que A se d en
algn B, de modo que es verdad que no se da en nin-
260 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
guno. Pero, una vez demostrado esto, se elimina adems
la < proposicin> verdadera: pues A se daba en algn
B y en algn otro no se daba 387. Adems, lo imposible
s no sobreviene con arreglo a la hiptesis: pues sta sera
falsa, ya que es imposible probar por razonamiento lo fal-
so a partir de lo verdadero; pero en realidad < la hipte-
sis> es verdadera: pues A se da en algn B. De modo
que no hay que suponer que se da en alguno, sino en
cada uno. De manera semejante tambin si demostrramos
que A no se da en algn B: en efecto, si es lo mismo no
10 darse en algo y no en todo, la demostracin es la misma
en ambos casos.
Queda, pues, de manifiesto que en todos los razona-
mientos hay que suponer, no lo contrario, sino lo opues-
387 El argumento de tiene consecuencias disolventes para
su sistema lgico. Se trata de probar la validez de una conclusin particu-
lar negaliva. El mtodo es partir, no ya de la contradictoria de At'B,
sino de su contraria (en realidad, su ((subcontraria o compatible),
AuB. Para completar el razonamiento suponemos verdadera una propo-
sicin de tipo A: CtA. Tenemos as: CtA-AuB:CuB (dArll). Pero CuB
es la contradictoria de CIiB, que se ha supuesto verdadera. Luego no
es verdad AuB, y por tanto s lo es AIiB. Pero lo que haba que probar
que era verdad era simplemente At'B, es decir, el que algunos A no fue-
ran B, pero otros sI. Al expresarse de este modo, dando cabida a una
interpretacin conjuntiva de la particular (At'B.AuB), Aristteles da paso
inconscientemente a la posibilidad de desmontar totalmente su construc-
cin silogstica. En efecto, si la proposicin del tipo O no es slo compa-
tible sino inseparable de la del tipo 1, sus contradictorias respectivas,
A y E, dejan de serlo, pues al implicar cada una de ellas a su particular
correspondiente estar implicando tambin a la particular correspondien-
te a la otra. Desaparece as la oposicin de contradictoriedad, la ant(pha-
siso cuya funcin central en el sistema lgico aristotlico, y en cualquier
otro, resulta imprescindible. Por supuesto que Aristteles incurre en esas
inconsistencias por laxitud expositiva unida a un prurito de sacar de su
sistema silogstico ms partido del que ste buenamente permite.
ANALTICOS PRIMEROS 261
too En efecto, as surgir lo necesario y ser plausible la
estimacin 188. Pues, si acerca de cada uno hay una afir-
macin o una negacin, una vez demostrado que no lo
es la negacin, es necesario que sea verdad la afirmacin.
A su vez, si se establece que no es verdadera la afirma-
cin, es plausible estimar que lo es la negacin. En cam- 15
bio, la < proposicin> contraria no cabe estimarla de nin-
guna de las dos maneras: en efecto, ni es necesario que,
si es falso < el no darse> en ninguno, sea verdadero < el
darse> en cada uno, ni es plausible que, si lo uno es
falso, lo otro sea verdadero.
12. La reduccin al absurdo en la segunda fi.gura
Es, pues, evidente que en la primera figura todos los 20
dems problemas se demuestran a travs de lo imposible,
el universal afirmativo, en cambio, no se demuestra. Pero
en la intermedia y en la ltima tambin ste se demuestra.
En efecto, establzcase que A no se da en todo B, y acp-
tese que en todo e se da A. Entonces, si no < se da> 25
en todo B, pero s en todo e, no en todo B <se dar>
C. Ahora bien, eso es imposible: en efecto, ha de ser evi-
dente que e se da en todo B, de modo que es falso lo
supuesto. Luego es verdad que se da en cada uno. Si se
supone la contraria, habr razonamiento y tambin < re-
duccin a> lo imposible, pero no se demuestra lo previa-
mente establecido. En efecto, si A <no se da> en ningn
B, pero s en todo e, e < no se dar> en ningn B. 30
Ahora bien, esto es imposible, de modo que es falso que
188 axoma. Rehuimos tambin aqul la traduccin-transcripcin me-
diante el cultismo axioma)), tanto ms cuanto que ste tiene moderna-
mente un uso tcnico mucho ms preciso que el que hace de l Aristte-
les.
262 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
no se d en ninguno. Pero, no porque esto sea falso, ser
verdad < que se da> en cada uno.
En cuanto a que A se da en algn B, supngase que
A no se da en ningn B y que se da en todo C. Entonces
3S es necesario que e no se d en ningn B. De modo que,
si esto es imposible, es necesario que A se d en algn
B. En cambio, si se supone que en alguno no se da, ser
lo mismo que en el caso de la primera figura 389.
Supngase, a su vez, que A se da en algn B y que no
se da en ningn C. Es, pues, necesario que e no se d
en algn B. Pero < se supuso que> se daba en cada uno,
40 de modo que lo supuesto es falso: luego A no se dar en
ningn B.
En cuanto a que A se da en todo B, supngase que
6lb se da en cada uno, pero en ningn C. Necesariamente,
pues, e no se dar en ningn B. Pero eso es imposible,
de modo que es verdad que no se da en cada uno. As,
pues, es evidente que se forman todos los razonamientos
a travs de la figura intermedia 390.
13. La reduccidn al absurdo en la tercera figura
De manera semejante tambin a travs de la ltima. En
efecto, establzcase que A no se da en algn B y que e
se da en cada uno: luego A no se da en algn C. Si,
pues, esto es imposible, es falso que en alguno no se d,
de modo que es verdad <que se da> en cada uno. En
cambio, si se supone que no se da en ninguno, habr razo-
namiento y tambin < reduccin a> lo imposible, pero
389 Remisin al cap. 11, 6Ib39-62a8 (ver supra, n. 387).
390 Expresin extremadamente descuidada: deberla precisar que es po-
siblc probar todas la proposiciones (universales, particulares, afirmativas,
negativas) por reduccin al absurdo mediante silogismos d la 2.' figura.
ANAlTICOS PRIMEROS 263
no se demuestra lo previamente establecido; en efecto, si JO
se supone la contraria, ser lo mismo que en los casos .
anteriores 391.
Sin embargo, para el darse en alguno hay que tomar
esta ltima hiptesis. En efecto, si A <no se da> en
ningn B pero C < se da> en algn B, A no < se dar>
en todo C. Si, pues, esto es falso, es verdad que A se da
en algn B.
En cuanto a que A no se da en ningn B, supngase 15
que se da en alguno, y acptese tambin que C se da en
todo B. Entonces, necesariamente A se dar en algn C.
Pero < supusimos que> no se daba en ninguno, de modo
que es falso que A se d en algn B. En cambio, si se
supone que A se da en todo B, no se demuestra lo previa-
mente establecido, pero para el no darse en cada uno hay
que tomar esta ltima hiptesis. En efecto, si A se da en 20
todo B y C se da en todo B, A se da en algn C. Pero
esto no era posible, de modo que es falso que se d en
cada uno. Y, si ello es as, <ser> verdad <que> no
< se da> en cada uno. En cambio, si se supone que se
da en alguno, ser lo mismo que en los casos anteriormen-
te dichos 392.
Queda, pues, de manifiesto que en todos los razona- 25
mientas a travs de lo imposible hay que suponer lo opues-
to. Est claro tambin que en la figura intermedia se de-
muestra de alguna manera la < proposicin> afirmativa
y, en la tercera, la universal 393.
391 Remisin a 6Ib39-62a8 y 62a28-37 (ver supra, n. 387).
392 Remisin a 62b8-11 y a los pasajes citados en la n. ant. y co-
mentados en la n. 387.
393 En =bio, la utilizacin normal o directa de la 2.' figura (sin
el rodeo de la hiptesis contradictoria -opuesta- o contraria de lo
que se quiere probar) nunca da conclusiones afirmativas (modos cEsArE,
264 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
14. Reduccin al absurdo y prueba directa
La demostracin < por reduccin> a lo imposible difie-
30 re de la demostrativa < propiamente tal> en que pone lo
que quiere eliminar reducindolo a lo previamente acorda-
do como falso; la demostrativa, en cambio, parte de las
tesis previamente acordadas. As, pues, ambas < demos-
traciones> toman dos proposiciones acorda-
das; pero sta ltima toma aquellas de las que < surge>
el razonamiento; aqulla toma una de stas y una < que
35 es la> contradiccin de la conclusin. Y aqu J94 no es
necesario que se conozca la conclusin < previamente> ,
ni que se presuponga que es < verdadera> o que no; all,
en cambio, es necesario presuponer que no es < verdad> .
Por otro lado, no hay diferencia en que la conclusin sea
una afirmacin o una negacin, sino que se comportan
igual en ambos casos.
40 Todo lo que se prueba demostrativamente se demostrar
tambin a travs de lo imposible, y lo < que se prueba>
a travs de lo imposible < se prueba> detnostrativamente
63. a travs de los mismos trminos. En efecto, cuando el ra-
zonamiento se forma en la primera figura, lo verdadero
surgir en la intermedia y en la ltima la < conclu-
sin> privativa en la intermedia y la predicativa en la
ltima. Cuando el razonamiento <se forma> en la inter-
media, lo verdadero J96 < se prueba> en la primera para
cAmEstrEs, fEstlnO, bArOcO), ni la 3.' da nunca universales (dArAptl,
jElAptOn, dIsAmIs, dAtlsl, bOcArdO, jErlsOn).
J94 Lase: en la demostracin directa.
J95 Lase: por reduccin a lo imposible.
396 En todo el resto del captulo Aristteles alude con razonamien-
tO al utilizado para la reduccin al absurdo, y COD lo verdadero a
la prueba directa. La exposicin es extremadamente concisa. En las seis
nOlas siguientes desarrollamos, para mayor claridad, el hilo argumental
ANALlTlCOS PRIMEROS 265
todos 'los problemas. Y cuando el razonamiento < se for- 5
ma> en la ltima, lo verdadero < se prueba> en la pri-
mera y en la intermedia, las < proposiciones> afirmativas
en la primera y las privativas en la intermedia. En efecto,
considrese demostrado que A < no se da> en ningn o
no en todo B a travs de la primera figura. Entonces la
hiptesis era que A se da en algn B, y se aceptaba que 10
e se da en todo A, pero en ningn B; en efecto, as se
formaba el razonamiento y <la reduccin a> lo imposible.
Ahora bien, sa es la figura intermedia, si e se da en
todo A y en ningn B. Y <resulta> evidente a partir de
estas < proposiciones> que A no se da en ningn B 397.
De manera semejante tambin si se ha demostrado que no
se da en cada uno. En efecto, la hiptesis <era> que se 15
da en cada uno, y se aceptaba que e se da en todo A,
pero no en todo B 398. Y si CA se tomara como privati-
va, lo mismo: pues tambin as se forma la figura inter-
media 399. Supngase, a su vez, demostrado que A se da
del texto, pero en el bien entendido de que el orden seguido por Aristte-
les es el inverso: primero se considera demostrada una proposicin por
reduccin al absurdo y luego se forma el silogismo de su prueba directa,
tomando como premisas las verdades probadas indirectamente por el
silogismo anterior. Los pasajes no anotados pueden desentrai\arse fcil-
mente aplicando un mecanismo anlogo al de las nn. 397-402.
397 Prueba directa de AdB: CtA-CdB:AdB (cAmEstrEs, 2.' figura);
prueba por reduccin al absurdo: CtA-AuB (contradictoria de AdB): CuB
(imposible, contradictoria de una premisa aceptada) (dArIl, l. figura).
398 Prueba directa de ArB: CtA-CrB:ArB (bArOcO, 2. figura); prue-
ba por reduccin al absurdo: CtA-AtB (contradictoria de ArD): CtB (im-
posible, contradictoria de una premisa aceptada) (bArbArA, l. figura).
399 Si CtA se sustituye por CdA, pueden probarse igualmente AdB
y ArD. En efecto, prueba directa de AdB: CdA-CtB:AdB (cesArE, 2.'
figura); prueba por reduccin al absurdo: CdA-AuB (contradictoria de
AdB): cra (imposible, contradictoria de una premisa aceptada (fErIO,
1.' figura). Prueba directa de ArD: CIiA-CuB:ArD (IEstlnO, 2.' figura);
266 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
en algn B. As, pues, la hiptesis <era> que no se da
.' .
20 en ninguno, y se aceptaba que B se da en todo C y A
en todo o en algn C: en efecto, as surgir lo imposible.
y sta es la ltima figura, si A y B < se dan> en todo
C. y es evidente a partir de estas < proposiciones> que
necesariamente A se dar en algn B 400. De manera se-
mejante tambin si se aceptara que B o A se dan en al-
gn C40I.
2S Considrese demostrado, a su vez, en la figura interme-
dia que A se da en todo B. Entonces, la hiptesis era que
no en todo B se da A, y se ha aceptado que A < se da>
en todo C y C en todo B: pues as surgir lo imposible.
y sta es la primera figura, que A < se da> en todo C
y C en todo B 402. De manera semejante tambin si se ha
30 demostrado que se da en alguno: en efecto, la hiptesis
era que en ningn B se da A, y se ha aceptado que A
se da en todo C y C en algn B. Si el razonamiento es
privativo, la hiptesis <.era> que A se da en algn B,
y se ha aceptado que A no se da en ningn C y C se da
3S en todo B, de modo que se forma la primera figura. Y,
si el razonamiento no es universal, sino que se ha demos-
prueba por reduccin al absurdo: CIiA-AtB (contradictoria de ArB): CdB
(imposible, contradictoria de una premisa aceptada) (cEIArEnt, l. figu-
ra).
400 Prueba directa de AuB: AtC-BtC:AuB (dArAptl, 3.' figura), o
AuC-BtC:AuB (dIsAmIs, 3. figura); prueba por reduccin al absurdo:
AdB (contradictoria de AuB)-BtC:AdC (imposible, contraria o contradic-
toria de una premisa aceptada) (cEIArEnt, l.' figura).
401 ltima posibilidad de probar AuB. Prueba directa: AtC-BuC:AuB
(dAtlsl, 3. figura); por reduccin al absurdo: AdB (contradictoria de
AuB)-BuC:AtC (imposible, contradictoria de una premisa aceptada).
402 Prueba directa de AtB: AtC-CtB:AtB (bArbArA, l. figura); por
reduccin al absurdo: AtC-ArB (contradictoria de AtB): CrB (imposible,
contradictoria de una premisa aceptada) (bArOcO, 2. figura).
ANALTICOS PRIMEROS
267
trado que A no se da en algn B, lo mismo. En efecto,
la hiptesis era que en todo B se da A, y se ha aceptado
que A no se da en ningn C y C se da en algn B: pues
as <se forma> la primera figura.
A su vez, considrese demostrado en la tercera figura 40
que A se da en todo B. Entonces, la hiptesis era que no
en todo B se da A, y se ha aceptado que C se da en to- 63b
do B y A en todo C: pues as surgir lo imposible. Y sta
es la primera figura. De igual manera si la demostracin
es sobre alguno: pues la hiptesis < era> que A no se
da en ningn B, y se ha aceptado que C se da en algn
B y A en todo C. y si el razonamiento es privativo, la 5
hiptesis era que A se da en algn B, y se ha aceptado
que C no se da en ningn A pero s en todo B: y sta
es la figura intermedia. De manera semejante tambin si
la demostracin no es universal. En efecto, la hiptesis
ser que en todo B se da A, y se ha aceptado que C no
se da en ningn A, pero s en algn B: y sta es la fi- 10
gura intermedia.
Queda de manifiesto, pues, que es posible probar tam-
bin demostrativamente 403 mediante los mismos trminos
cada uno de los problemas. De manera semejante ser po-
sible tambin, habiendo razonamientos demostrativos, re- 15
ducir a lo imposible en los trminos ya dichos, cuando se
tome la proposicin contraria a la conclusin. En efecto,
se forman los mismos razonamientos que a travs de la
inversin, de modo que obtenemos tambin directamente
las figuras a travs de las que surgir cada < problema> .
Est claro, pues, que todo problema se demuestra de am-
bos modos, a travs de lo imposible y demostrativamente,
y no cabe separar lo uno de lo otro.
403 Por silogismo directo, demostracin por antonomasia.
20
268 TRATADOS DE LGICA (RGANO N)
1 S. Conclusiones de proposiciones opuestas
En qu figura es posible probar por razonamiento a
partir de proposiciones opuestas 404, Y en cul no lo es, se
pondr de manifiesto de la manera que sigue. Digo que
son opuestas las cuatro posiciones opuestas con arreglo a
25 la expresin.os, V.g.: en cada uno a en ninguno, y en ca-
da uno a no en cada uno, y en alguno a en ninguno, y
en alguno a en alguno no; aunque con arreglo a la verdad
< son> tres: pues en alguno se opone a en alguno no slo
con arreglo a la expresin 406. De stas, < llamo> contra-
rias a las universales, el darse en cada uno y el no darse
en ninguno, V.g.: toda ciencia es buena frente a ninguna
30 ciencia es buena, y a las dems < las llamo> opuestas 407.
As, pues, en la primera figura no hay razonamiento a
partir de proposiciones opuestas, ni afirmativo ni negati-
vo; afirmativo, porque es preciso que ambas proposiciones
sean afirmativas, y las opuestas son afirmacin y nega-
35 cin; negativo, porque las opuestas predican y rechazan
lo mismo < acerca> de lo mismo; ahora bien, en la pri-
mera figura el < trmino> medio no se dice acerca de am-
bos < extremos>, sino que de l se rechaza una cosa y
l se predica de otra: y esas < proposiciones> no se opo-
nen.
404 Aqu vuelve Aristteles a la acepcin genrica de 'opuesto', no
equivalente ya necesariamente a 'contradictorio'.
40S kata fin Ihin.
406 La compatibilidad entre las proposiciones 1 y O hace que su opo-
sicin no sea tal en realidad {los comentadores acabaron llamndola hype-
nantsis. o ((subcontrariedad).
407 Nuevamente ((opuestas por excelencia, es decir ((contradictorias))
(relacin que en Sobre la interpretacin aparece designada especficamen-
te por el trmino antiphatiks).
ANALTICOS PRIMEROS 269
En cambio, en la figura intermedia es admisible que se 40
forme un razonamiento tanto a partir de las opuestas co-
mo de las contrarias. En efecto, sea bueno en lugar de 648
A Y ciencia en lugar de B y de C. Entonces, si se acepta
que toda ciencia es buena y que ninguna < lo es>, A se
da en todo B y en ningn C, de modo que B no se da
en ningn C: luego ninguna ciencia es ciencia 408. De ma-
nera semejante si, habiendo aceptado que toda medicina
es buena, se acepta que no es buena; en efecto, A < se 5
da> en todo B pero en ningn C, de modo que la ciencia
individual 409 no ser ciencia. Tambin si en todo C < se
da> A, pero < no se da> en ningn B, y B es ciencia,
C medicina y A creencia,' en efecto, habiendo aceptado
que ninguna ciencia es creencia, se acepta que alguna cien-
cia es creencia. < Esto> difiere de lo anterior en la inver- 10
sin respecto a los trminos: pues antes la afirmativa era
respecto a B, ahora, en cambio, respecto a C. y si una
de las dos proposiciones no es universal, lo mismo: pues
el medio es siempre el que dice negativamente del uno y
afirmativamente del otro < extremo>. De modo que cabe 15
probar los opuestos, aunque no siempre ni de manera ab-
soluta, sino slo cuando los trminos subordinados al me-
dio se comportan de tal manera que son idnticos o como
el todo respecto a la parte. De otra manera es imposible:
pues las proposiciones no sern contrarias ni opuestas de
ninguna otra manera.
En la tercera figura nunca habr razonamiento afirma- 20
tivo a partir de proposiciones opuestas, por la causa ya
408 El silogismo es formalmente correcto, pero, precisamente por eUo,
la conclusin es absurda, ya que las premisas eran incompatibles entre s.
409 he tis epistiint, lit.: (<la ciencia alguna. El trmino mediciM fun-
ciona en todo este captulo como ejemplo de ciencia concreta, equiva
lente a alguna ciencia.
270 TRATADOS DE LGICA (RGANO N)
dicha en el caso de la primera figura, pero s habr razo-
namiento negativo, tanto si los trminos son universales
como si no. En efecto, sea ciencia en lugar de B y de e,
2S y medicina en lugar de A. Si, pues, se acepta que toda
medicina es ciencia y ninguna medicina es ciencia, se ha
aceptado que B < se da> en todo A y e en ninguno. de
modo que alguna ciencia no ser ciencia. De manera seme-
jante tambin si la proposicin BA no se toma universal-
mente: en efecto, si alguna medicina es ciencia y, a su
vez, ninguna medicina es ciencia, ocurre que alguna cien-
30 cia no es ciencia. Si los trminos se toman universalmente,
las proposiciones son contrarias, pero, si uno de ellos se
toma particularmente, son opuestas.
Hay que comprender que es admisible tomar las opues-
tas tal como dijimos, que toda ciencia es buena, y, a su
vez, que ninguna < lo es>, o que alguna no es buena:
]S lo cual no suele pasar inadvertido 410. Pero es posible pro-
bar por razonamiento una de las dos < proposiciones>
a travs de otras preguntas, Q tomarla como se dijo en
los Tdpicos. Puesto que las oposiciones de las afirmacio-
nes son tres, se pueden tomar de seis maneras las opues-
40 tas: o en cada uno y en ninguno, o en cada uno y no
64b en cada uno, o en alguno' y en ninguno, y se puede in-
vertir esta <relacin> entre los trminos, v.g.: A en todo
B y en ningn e, o en todo e y en ningn B, o en todo
ste y no en todo aqul, e invertir, a su vez, esta < rela-
cin> entre los trminos. De manera semejante en la ter-
cera figura. As que queda de manifiesto de cuntas mane-
s ras y en qu clase de figuras es admisible que se forme
un razonamiento a travs de proposiciones opuestas.
410 Es decir, este tipo de sofisma salta a la vista como tal. No as
los argumentos que Aristteles expone a continuacin.
ANALITICOS PRIMEROS 271
Es manifiesto tambin que a partir de < proposiciones >
falsas es posible probar por razonamiento lo verdadero,
tal como se ha explicado antes, pero a partir de las opues-
tas no es posible: pues el razonamiento se hace contrario
a la cosa, V.g.: que, si < algo> es bueno, no es bueno, 10
o si es animal, que no es animal, debido a que el razona-
miento surge de la contradiccin y los trminos que lo
sostienen o son idnticos o uno es el todo y el otro la
parte. Est claro tambin que en los razonamientos desvia-
dos nada impide que se produzca la contradiccin de la
hiptesis, v.g.: que, si es impar, no es impar. En efecto, 15
a partir de las proposiciones opuestas < vimos que> el
razonamiento era contrario; si, pues, se aceptan esas < pro-
posiciones>, surgir la contradiccin de la hiptesis, y
hay que comprender que as no es posible probar simult-
neamente cosas contrarias a partir de un nico razonamien-
to, de modo que la conclusin sea que lo que no es bueno
es bueno, o alguna otra por el estilo, si no se toma direc-
tamente una proposicin de esa clase (v.g.: todo animal 20
es blanco y no-blanco y el hombre es animal), pero, o bien
hay que aftadir la contradiccin (v.g.: toda ciencia escreen-
cia, luego tomar la medicina es ciencia y ninguna medicina
es creencia, tal como se hacen las refutaciones), o bien
< se prueba> a partir de dos razonamientos. De modo 25
que el que sean en verdad contrarias las < proposiciones>
mencionadas no es posible de otro modo que ste, tal co-
mo se ha dicho antes.
16. La peticin de principio
Postular y tomar lo del principio consiste, por conside-
rarlo en su gnero, en no demostrar lo que se plantea, y
esto ocurre de muchas maneras: en efecto, < ocurre> tan- 30
to si no se prueba en absoluto por razonamiento como
272 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
si se prueba a travs de cosas menos conocidas o igualmen-
te conocidas < que la conclusin>, o como si se prueba
lo anterior a travs de cosas posteriores; pues la demostra-
cin es a partir de cosas anteriores y ms convincentes.
Ahora bien, nada de esto es postular lo del principio 411;
pero, comoquiera que unas cosas es natural que se conoz-
lS can por s mismas, y otras, a travs de otras distintas (en
efecto, los principios < se conocen> por s mismos, las
cosas subordinadas a los principios, a travs de otras),
cuando uno intenta demostrar por s mismo lo que no es
conocido por s mismo, entonces se postula lo del princi-
pio. Y esto es posible hacerlo de tal manera que se d por
40 vlido directamente lo que se plantea; cabe tambin, pa-
sando a otras cuestiones que sera natural demostrar a tra-
65a vs de aquello, demostrar a travs de stas lo del princi-
pio, v.g.: si A se demostrara a travs de B y B a travs
de e, y lo natural fuera demostrar e a travs de A; en
efecto, resulta que los que razonan as demuestran A a
trlU's de s mismo. Lo cual < es > precisamente < lo
que> hacen los que creen dibujar paralelas: en efecto, no
se dan cuenta de que toman cosas tales que no es posible
demostrarlas si no existen ya las paralelas 412. De modo
que los que razonan as resulta que dicen que cada cosa
411 Lase: no es propiamente postular lo del principio. En efecto,
hasta aqu se ha hablado de las caractersticas generales, comunes tanto
a la peticin de principio como a otras falsas inferencias. La caracteriza-
cin especfica la hace Aristteles a continuacin.
412 La exposicin concentradsima de Aristteles alude a un intento,
acaso frecuente en aquel tiempo por parte de los ge6metras, de probar
la existencia de paralelas en una figura a travs de la existencia en dicha
figura de otras propiedades (igualdad de ngulos correspondientes o al-
ternos, por ejemplo) que slo se pueden probar, a su vez, si se parte
de que las paralelas son realmente tales.
ANALlTICOS PRIMEROS 273
existe si existe cada cosa: as, todo sera concocido por
s mismo; lo cual es imposible.
Si, pues, siendo incierto si A se da en e, as como en 10
B, alguien postulara que A se da en B, no estara en mo-
do alguno claro si postula lo del principio, pero s est
claro que no demuestra: pues no < puede ser> principio
de una demostracin lo que es igual de incierto < que su
conclusin>. No obstante, si B se relaciona con e de tal
manera que son lo mismo, o est claro que se pueden in-
vertir, o el uno se halla en el otro, < entonces> se pos- 1 S
. lula lo del principio. En efecto, < alguien> demostrara
a travs de esos mismos < trminos> que A se da en B,
si fuera posible invertirlos 413 (aunque ahora < la demos-
tracin la> impide esto 414, no el modo 41'). Pero, si lo hi-
ciera, hara lo ya dicho e invertira a travs de tres < tr-
minos> 416. De igual manera, si se aceptara que B se da
en e, siendo igualmente incierto si A se da en e, < no 20
se postulara> en modo alguno lo del principio, pero no
se demostrara. En cambio, si A y B fueran lo mismo,
por poderse invertir o por seguir A a B, se postula lo del
principio por idntica causa; en efecto, hemos explicado
ya qu puede < ser postular lo del principio>, a saber,
413 Es decir, intercambiar sus posiciones en la proposicin.
414 El hecho de que en realidad no sean intercambiables.
415 El modo silogstico que pudiera emplearse, que podra ser cual-
quier de los vlidos de conclusin afirmativa.
416 Es decir, obtendra, como conclusin del razonanento en que se
realiza la inversin, la mayor del razonamiento inicial. Desarrollando este
abstruso pasaje: de AtB-BtC se obtendra (ver supra, AtC, con-
clusin incierta si AtB fuera incierta, aunque todava no peticin de prin-
cipio. Pero, si invertimos BtC en CtB (dando por supuesta la convertibili-
dad de B con C), podemos invertir el orden de los tres tnninos: AtC-
CtB, y obtener as AtB, lo que en conjunto es un abierta peticin de
principio.
lIS. - 18
274 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
25 demostrar por s mismo lo que no est claro por s mis-
mo.
As, pues, si postular lo del principio es demostrar por
s mismo lo que no est claro por s mismo, esto es, no
demostrar, cuando son igualmente inciertos lo demostrado
y aquello a travs de lo que se demuestra, bien por darse
las mismas cosas en lo mismo o lo mismo en las mismas,
es admisible que se postule de ambas maneras lo del prin-
30 cipio en la figura intermedia y en la tercera, aunque en
un razonamiento predicativo < puede darse> tanto en la
tercera como en la primera. En cambio, cuando < se d>
negativamente, < se postular lo del principio> cuando
<se nieguen> las mismas cosas de lo mismo; y ambas
proposiciones no < se comportarn> de manera semejan-
35 te (igualmente en la < figura> intermedia), debido a que
en los razonamientos negativos los trminos no se invier-
ten 417. Es posible postular lo del principio en las demos-
traciones respecto a las cosas que se comportan de esta
manera con arreglo a la verdad, y en los <razonamien-
tos> dialcticos respecto a las que se comportan de esta
manera con arreglo a la opinin.
17. La objecin a la reduccin al absurdo
La < objecin>: la falsedad no resulta en funcin de
eso 418, que solemos enunciar con frecuencia en los argu-
417 No se invierten en el sentido de que, por negarse el uno del otro,
no pueden ser idnticos, y la inversin de que aqu se trata es la recipro-
cidad basada en la total identidad de ambos (cf. supra, 65a21-23).
418 Objecin que puede hacerse a una argumentacin in absurdum,
consistente en negar que la causa de que aparezca una contradiccin con
premisas ya aceptadas sea precisamente la hiptesis (es decir, la nega-
cin de la proposicin cuya verdad se pretenda, indirectamente, demos-
trar).
ANAL/neos PRIMEROS 275
mentos, aparece primeramente en los razonamientos < por 40
reduccin> a lo imposible, cuando se trata de la contra- 65b
diccin de aquello que se prob por la < reduccin> a
lo imposible. En efecto, ni el que no contradice dir que
no es funcin de eso, sino que se ha puesto algo falso
entre las < proposiciones> anteriores, ni tampoco se dir
en la < argumentacin> demostrativa 419: pues < en ella>
no se pone lo que contradice < a la conclusin>. Adems,
cuando se elimina demostrativamente algo mediante ABC,
no es posible decir que el razonamiento no se forma en
funcin de lo planteado. En efecto, decimos que no se 5
forma en funcin de eso cuando, aun eliminado 420 eso,
no por ello deja el razonamiento de probar, lo cual no
es posible en los < razonamientos> demostrativos: pues
una vez eliminada la tesis el razonamiento ya no ser rela-
tivo a ella. As, pues, es evidente que el no en funcin
de eso se dice en los < razonamientos por reduccin> a
lo imposible, y cuando la hiptesis del principio se relacio- 10
na de tal manera con lo imposible que, tanto si sta existe
como si no, no por ello deja de resultar lo imposible 421.
As, pues, el modo ms evidente de que la falsedad no
resulte de la tesis es que el razonamiento < formado> a
base de los medios < que llevan> a lo imposible no est 15
en conexin con la hiptesis, lo cual se ha explicado ya
en los Tpicos 422. En efecto, el poner lo no causal como
causal es eso, como si uno, por ejemplo, que quisiera de-
419 Es decir, en los razonamientos corrientes o directos, sin rodeos
a travs de la reduccin al absurdo.
420 Lase: negado.
421 sta es la condicin, se entiende, para que la objecin no en fun-
cin de eso pueda formularse con razn.
422 Referencia, en realidad, a Sobre las refutaciones sofsticas, cap.
5, 167b21-36 (TL-I, pgs. 320-321).
276 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
mostrar que la diagonal es inconmensurable, echara mano
del argumento de Zenn de que no es posible moverse,
y redujera lo imposible a esto; en efecto, de ningn modo
20 y por ninguna parte est en conexin la falsedad < esta>
con la afirmacin del principio.
Otro modo sera que lo imposible tuviera conexin con
la hiptesis, pero no sobreviniera a travs de ella. En efec-
to, esto cabe que suceda tanto en el caso de que la cone-
xin se tome hacia arriba como en el caso de que se tome
25 hacia abajo 423, v.g.: si se establece que A se da en B, B
en e y e en D, y que es falso que B se d en D. Pues,
si al eliminar A no por ello deja de darse B en e y e
en D, la falsedad no surgir a travs de la hiptesis del
principio. O an, si uno toma la conexin hacia arriba,
v.g.: si <establece que> A se da en B, E en A y Z en
30 E, Y que es falso que Z se d en A: pues tampoco as
dejar en absoluto de resultar lo imposible aunque se eli-
mine la hiptesis del principio. Pero es preciso que lo im-
posible tenga conexin con los trminos del principio: pues
as surgir a travs de la hiptesis, v.g.: si uno toma la
35 conexin hacia abajo, < lo imposible ha de estar> en re-
lacin con el predicado de los trminos (en efecto, si es
imposible que A se d en D, al eliminar A ya no habr
falsedad); y si se toma hacia arriba, < lo imposible ha
de estar en relacin con aquello> acerca de lo cual se pre-
dica 424 (en efecto, si no cabe que Z se d en B, al elimi-
nar B ya no habr imposible). De manera semejante si
40 los razonamientos son privativos.
423 Lo de ((arriba es lo que se predica de ms cosas, lo ms gene-
ral. Y viceversa lo de ((abajo. cr. H. BoNITZ, Index aristotelicu.s, 68b
SO, 379b39.
424 Es decir, el sujeto.
ANALITICOS PRIMEROS 277
As, pues, queda de manifiesto que, si lo imposible no 66.
est en relacin con los trminos del principio, la falsedad
no resulta en funcin de la tesis. O bien ni siquiera as
surgir siempre la falsedad a travs de la hiptesis? Pues
incluso si se ha supuesto que A no se da en B, sino en
K, y que K se da en e y ste en D, aun as se mantiene 5
lo imposible (de manera semejante si los trminos se to-
man hacia arriba); por tanto, ya que, tanto si esa < hip-
tesis> est como si no, sobreviene lo imposible, esto no
depender de las tesis 425. O bien no hay que tomar lo
de que si no estd esa < hiptesis>, no por ello deja de
producirse la falsedad < en un sentido> tal que, si se po-
ne otra < hiptesis>, sobreviene lo imposible, pero, cuan- 10
do se elimina aquella < hiptesis primera>, se concluye
la misma cosa imposible a travs de las dems proposicio-
nes, ya que seguramente no es nada absurdo que la false-
dad resulte a travs de ms de una hiptesis, v.g.: que las
paralelas convergen, o que es mayor el < ngulo> interno
que el externo, o que el tridngulo tiene mds de dos rec- 15
tos?
18. Causas de la falsedad de la conclusin
El argumento falso se produce en funcin de la false-
dad previa. En efecto, todo razonamiento consta de las
dos proposiciones o de ms. Si, pues, consta < slo> de
las dos, necesariamente una de las dos o ambas sern fal-
sas: pues a partir de < proposiciones> verdaderas no ha-
bra razonamiento falso. En cambio, si consta de ms,
42S. Como se ve, Aristteles usa aqu indistintamente tesis e hip-
tesis para referirse a la negacin de la proposicin por demostrar me-
diante reduccin al absurdo. De igual manera, suelen ser sinnimos los
verbos correspondientes, poner y suponer.
278 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
20 V.g.: e < probado> a travs de AB, y stos a travs de
DEFG
42
6, alguna de las <situadas> ms arriba ser fal-
sa, y en funcin de ella, tambin el argumento: pues A
y B se prueban a travs de ellas. De modo que en funcin
de alguna de ellas resulta la conclusin y la falsedad.
19. El contrarrazonamiento
25 Para no ser cogido en un contrarrazonamiento 427,
cuando < alguien> pregunta el argumento sin < decir > ~
conclusiones, hay que cuidar de no dar dos veces lo mismo
en las proposiciones, ya que sabemos que sin < trmino>
medio no se forma razonamiento, y el medio es el que
se enuncia ms de una vez 428. En cuanto a la manera de
30 descubrir el medio para cada conclusin, resulta evidente
desde que se sabe qu clase < de conclusin> se demues-
tra en cada figura. Y esto no nos pasar inadvertido, ya
que sabemos cmo sostener el argumento.
y lo que recomendbamos que evitaran los que respon-
den, conviene que lo oculten los que intentan probar. Esto
35 ser < as>, primeramente, si no sacan las conclusiones
de los razonamientos previos 429, sino que stas quedan sin
mostrarse una vez tomadas las < proposiciones> necesa-
. 426 En griego: delta, epsiln, dseta y eta, que son consecutivas en
su alfabeto.
427 En griego: katasyllogdsesthai, de donde saldra el tecnicismo ca-
tasilogismo.
428 Luego, si no le proporcionamos un trmino medio a nuestro ad-
versario dialctico, ste no podr construir con nuestras mismas proposi-
cions un contrargumento. Toda la disquisicin contenida en este capitu-
lo tiene sentido slo en el marco de la metodologla dialctica que era
el tema central de los Tpicos (ef., especialmente, Tpicos VIII, y Sobre
las refutaciones sofisticas).
429 prosyllogdslintai, de donde el tecnicismo prosilogismo.
ANALtTICOS PRIMEROS 279
rias, y si adems no se preguntan las cosas seguidas, sino
de manera que queden lo menos mediadas posible. V.g.:
supngase que hay que probar A acerca de F; los medios
son BeDE. Hay que preguntar, pues, si A <se da> en
B y, a su vez, no si B <se da> en e, sino si O <se
da> en E, y luego si B <se da> en e, y as las res- 40
tantes. Y, si el razonamiento se forma a travs de un solo 66b
medio, empezar por el medio: pues as < es como> le pa-
sar ms inadvertido al que responde.
20. La refutacin
Ya que tenemos < claro> cundo y con qu relacin
entre los trminos se forma un razonamiento, < resulta- s
r> evidente tambin cundo habr y cundo no habr
refutacin. En efecto, si todas < las proposiciones> estn
acordadas, o si las respuestas estn colocadas altemativa-
mente
4JO
, v.g.: una negativa y otra afirmativa, cabe que
se produzca una refutacin. En efecto, haba razonamien-
to tanto si los trminos se comportaban de esta manera
como de aqulla, de modo que, si lo establecido es con- 10
trario a la conclusin, necesariamente se producir refuta-
cin: pues la refutacin es la prueba por razonamiento de
la contradiccin. En cambio, si no se acordara nada, sera
imposible que se produjera la refutacin: pues no haba
razonamiento cuando todos los trGlinos eran privativos,
de modo que tampoco refutacin; en efecto, si hay refuta-
cin, es necesario que haya razonamiento, aunque, si hay
razonamiento, no necesariamente habr refutacin. De IS
430 Acordadas quiere decir aqul que las proposiciones son afir-
mativas; y puestas alternativamente, que una es afirmativa y la otra
negativa, o viceversa.
280 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
igual manera si en la respuesta no se pusiera nada global-
mente 43\ : pues la defInicin de refutacin y de razona-
miento ser la misma.
21. El error
A veces ocurre que, al igual que nos equivocamos en
el establecimiento de los trminos, tambin' se produce el
20 error en la interpretacin 432 < de aqullos>, V.g.: es ad-
misible que lo mismo se d inmediatamente en varias co-
sas, y que una de ellas pase inadvertida y se crea que en
ningn caso se da aquello < en ella> pero se sepa que
en la otra s. Sea A que se da en B y en e en s mis-
mos 433, Y stos en todo D de idntica manera. Entonces,
si se cree que A se da en todo B y ste en D, pero que
25 en ningn e se da A y ste se da en todo D, se tendr
de la misma cosa en relacin con la misma cosa saber e
ignorancia. A su vez, si alguien errara acerca de los < tr-
minos> de la misma serie, V.g.: si A se da en B, ste en
e y e en D, pero se supusiera que A se da en todo B
y, a su vez, en ningn e, a la vez que se sabra que se
30 da se creera que no se da. As, pues, no se estimar,
a partir de esto, ninguna otra cosa, sino que, lo que uno
sabe que se da, supone que no se da? En efecto, se sabe
de alguna manera que A se da en e a travs de B, como
43\ Es decir, si no hay ninguna proposicin universal.
432 hyplepsis, lit.: suposicim>. Expresa la idea que nos hacemos
a propsito de un tnnino, el significado que le atribuimos. En la esco-
lstica medieval se traduca por suppositio. Evitamos la traduccin por
juicio, dada entre otros por Tricot, porque dicho trmino se emplea
en la tradicin filosfica para referirse al contenido de la proposicin.
433 Es decir, esencialmente, en virtud de su propia esencia.
ANALITICOS PRIMEROS 281
se conoce lo particular mediante el < saber> 434 universal,
de modo que, lo que de alguna manera se sabe, se estima
que no se cree en conjunto: lo cual es imposible.
En cuanto a lo dicho anteriormente, si el medio no es
de la misma serie, no cabe interpretar ambas proposiciones ]S
en relacin con cada uno de los medios, v.g.: A <se da>
en todo B y en ningn C, y estos dos en todo D. En efec-
to, ocurre que la primera proposicin se toma, o absoluta-
mente o en algn aspecto, como contraria. En efecto, si 40
se piensa que A se da en todo aquello en lo que se da
B, y se sabe que B se da en D, tambin se sabe que A 67.
se da en D. De modo que si, a su vez, se cree que A no
se da en nada de aquello en lo que se da C, en algo de
lo cual se da B, se cree que A no se da en esto ltimo.
Pero el creer que < A se da> en todo aquello en lo que
< se da> By, a su vez, creer que no se da en algo en
lo que se da B, es contrario < a la interpretacin ante-
rior> , o absolutamente o en algn aspecto. s
No es admisible, pues, interpretarlo as; en cambio, na-
da impide interpretar < as> una < de las proposiciones>
en cada uno < de los razonamientos> o ambas en uno de
los dos, v.g.: que A <se da> en todo B y B en D y,
a su vez, A < no se da> en ningn C. En efecto, tal
error es semejante a cuando nos equivocamos en relacin
con las particulares, v.g.: si A se da en todo aquello en 10
lo que se da B y B se da en todo C, A se dar en todo
C. Si, pues, alguien sabe que A se da en todo aquello en
lo que se da B, sabe tambin que se da en C. Pero nada
impide que ignore que existe C, v.g.: si A es dos rectos
y, en lugar de B, tringulo y, en lugar de C, tringulo
434 El uso por Aristteles del articulo femenino (t; kathlou) no ad-
mite ms explicacin que el que se trate de una elipsis de epistimi, como
queda confirmado ms adelante (67a2932).
282 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
sensible. En efecto, alguien podra pensar que no exist.e
IS e, aun sabiendo que todo tringulo tiene dos rectos, de
modo que sabra e ignorara a la vez la misma cosa. Pues
saber de todo tringulo que tiene dos rectos no es < un
conocimiento> simple, sino que, por una p a r t ~ < consis-
te> en tener el conocimiento universal y, por otra, el sin-
gular. As, pues, en cuanto a lo universal, se sabe de e
que < equivale a> dos rectos, pero en cuanto a lo singular
20 no se sabe, de modo que no se sostendrn las < propo-
siciones> -contrarias m. De manera semejante < es > cri-
ticable el argumento del Menn 436, de que el aprendizaje
es reminiscencia. En efecto, en modo alguno ocurre que
se conozca de antemano lo singular, sino que el conoci-
miento de las cosas particulares se adquiere a la vez que
< se realiza> la comprobacin 437, como si se reconocie-
ran < las cosas>. Pues algunas cosas las sabemos directa-
2S mente, v.g.: que <consta> de dos rectos, si sabemos que
es un tringulo. De manera semejante en los otros casos.
As, pues, consideramos las cosas particulares median-
te el < saber> universal, no mediante el propio 438 < de
43S Sostener conscientemente proposiciones contrarias o contradicto-
rias es imposible. Slo cuando la incompatibilidad queda disimulada por
darse entre dos planos distintos (aunque coincidentes en algn punto)
es admisible el error.
436 El dilogo homnimo de PLATN (cf. Menn 85c-e).
437 epagge. ste es precisamente uno de los pasajes que abonan
nuestra interpretacin de la tradicionalmente llamada induccin, no
como un ascenso de lo singular a lo universal sino como un reconoci-
miento (anagnrl1.ein) de lo universal y lo singular expllcitos a partir
de la comprobacin, en las diversas sensaciones, de una nocin previa
y confusa de universal adquirida ya en la primera experiencia de cada
cosa (cf. Tpicos 1, TL-I. pgs. 101-102, n. 21).
438 ti oikeiii. Alude a un conocimiento exclusivo de cada cosa, que
slo se da en la sensacin.
ANAL/TICOS PRIMEROS 283
ellas>, de modo que es admisible que uno se equivoque
tambin acerca de esas cosas, aunque no de manera con-
traria, sino que se tenga el < saber> universal pero se ye-
rre en el particular. De manera semejante, pues, que en 30
los casos antes mencionados: pues el error con respecto
al medio no es contrario del saber con respecto al razona-
miento, como tampoco. lo es la interpretacin respecto a
cada uno de los dos medios 439. Y nada impide que el que
sabe que A se da en el conjunto de B y ste, a su vez,
en e c r e a q ~ e A no se da en e, V.g.: <que sabiendo> 3S
que toda mula es estril, y que sta es una mula, crea que
sta se halla encinta,' pues no sabe que A < se da> en
e, al no considerar conjuntamente lo correspondiente a
cada una de las dos < proposiciones>. As que est claro
que, si se conoce una < proposicin> y no se conoce la
otra, tambin se yerra; lo cual es < la manera> como se
relacionan los saberes universales con los particulares. En 67b
efecto, no conocemos ninguna cosa sensible que se pro-
duzca fuera de < nuestra> sensacin, por ms que ya la
hubiramos sentido, sin tener el saber universal y el propio
de ella, aunque no el saber en acto 440. En efecto, el sa-
ber se dice de tres maneras, o como universal, o como
propio, o como en acto, de modo que el errar se dice de
otras tantas maneras. As, pues, nada impide saber y errar
439 Se refiere a los pasajes anteriores del mismo capitulo, en que apa-
recen razonamientos ramificados a travs de dos trminos medios.
440 ti energefn. Los tres tipos de conocimiento de las cosas sensibles
que aqu enumera Aristteles corresponden al universal o general (con
contenidos comunes a distintas sensaciones), el exclusivo de cada sensa-
cin, que no necesita, empero, la presencia inmediata de la cosa sensible
dentro de nuestro campo sensorial (puede tratarse de una simple huella
en nuestra memoria), y el propio de la sensacin actual (en acto). Arist-
teles considera aqu el caso de las sensaciones pasadas (nicas con las
que cabe propiamente el error).
284 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
acerca de la misma cosa, aunque no de manera contraria.
Lo cual le ocurre tambin al que conoce lo correspondien-
te a cada una de las proposiciones sin haber observado
previamente. Pues al creer que la mula est encinta no tie-
10 ne el saber correspondiente al acto, aunque no por ello
esa creencia es un error contrario a lo que se sabe 441: pues
el error contrario al saber universal es un razonamiento 442.
Ahora bien, el que supone que el ser del bien es el ser
del mal 443, supondr que es lo mismo el ser del bien y
el ser del mal. En efecto, sea, en lugar de A, el ser del
bien. en lugar de B, el ser del mal. y otra vez el ser del
IS bien en lugar de C. As, pues, comoquiera que se supone
que B y C son lo mismo, tambin se supondr/que C es
B e igualmente, a su vez, que B es A, de modo que tam-
bin se supondr que C es A. En efecto, de la misma ma-
nera que, si era verdad B acerca de aquello de lo que era
verdad C, y A acerca de aquello de lo que era verdad B,
20 tambin era verdad A acerca de C, as tambin < ocurre>
con el suponer 444. y de manera semejante con el ser:
pues, si era lo mismo C que B, y B que A, tambin era
lo mismo C que A; de modo que tambin < ocurrir>
igual con el opinar. As, pues, es necesario esto ltimo
si uno concede lo primero? Pero quiz es falso aquello,
a saber, que alguien suponga que el ser del bien es el ser
441 Es decir, que toda mula es estril.
442 El error est en extraer la consecuencia esta mula est encinta.
Pero este error, como proposicin particular, no es cGntrario a lo que
se sabe universalmente, ya que entonces sera: ninguna mula es estril.
443 to agatMi efnai - to kak6i enai. Literalmente sera el ser para
el bien, el ser para el mal. En relacin con esta frmula de denomina-
cin de la esencia es como hay que entender la clebre expresin lo t
~ enai: el qu es el ser (para tal cosa) (cf. Tpicos 1, TL-I, pgs.
94-95, n. 12).
444 Es decir, si se sustituye ser verdad por suponer que.
ANALTICOS PRIMEROS 285
del mal, a no ser por accidente: pues cabe interpretar esto 25
de muchas maneras. Pero esto se ha de examinar mejor.
22. Inversin y comparacin entre lo deseable y lo re-
chazable
Cuando se invierten los extremos, necesariamente se in-
vertir tambin el medio respecto a ambos. En efecto, si
A se da en C a travs de B, se invierten y, en todo aque-
llo en lo que se da A, se da C, tambin B se invierte res-
pecto a A y, en todo aquello en lo que se d A, se dar 30
B a travs de C corno medio; y C se invertir respecto
a B a travs de A corno medio. Y de igual manera en el
caso de no darse, V.g.: si B se da en C pero A no se da
en B, tampoco A se dar en C. Entonces, si B se invierte
respecto a A, tambin C se invertir respecto a A. En efec-
to, sea que B no se da en A: entonces, tampoco C pues 35
B se daba en todo C. Ysi C se invierte respecto a B,
tambin A se invertir; pues C < se dice> acerca de todo
aquello de lo que < se dice> B. Y si C se invierte respecto
a A, tambin B se invertir. Pues en lo que se da B, se
da C; en cambio, en lo que se da A, no se da C. y slo 68.
este ltimo < razonamiento> parte de la conclusin, en
cambio los dems no < se forman> corno el razonamien-
to predicativo.
A su vez, si A y B se invierten, y de igual manera C
y D, y A o D se han de dar necesariamente en cada uno,
tambin B y D se comportarn as, de modo que uno u
otro se ha de dar en cada uno. En efecto, puesto que en
lo que se da A, se da B y, en lo que se da C, se da D, 5
Y A o C se dan en cada uno, aunque no a la vez, es
evidente que tambin B o C se han de dar en cada uno,
aunque no a la vez; V.g.: si lo que no nace no se destruye
y lo que no se destruye no nace, necesariamente lo que
286 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
lO nazca se destruir y lo que se destruya habr nacido; en
efecto, se yuxtaponen dos razonamientos. A su vez, si A
o B y C o D se dan en cada uno, aunque no a la vez,
y A y C se invierten, tambin B y D se invierten. En efec-
to, si B no se da en algo en lo que se da D, est claro
que A s se da. Y si se da A, tambin C: pues se invier-
ten. De modo que < se darn> a la vez C y D. Pero eso
15 es imposible 445.
En cambio, cuando A se da en el conjunto de B y de
C y no se predica de ninguna otra cosa, y B se da en todo
C, necesariamente se han de invertir A y B: en efecto, co-
moquiera que A se dice slo de B y C, y B se predica
20 tanto de s mismo como de C, es evidente que B se dir
acerca de todas aquellas cosas de las que se dice A, excep-
to del mismo A. A su vez, cuando A y B se dan en el
conjunto de C y C se invierte respecto a B, necesariamente
se ha de dar A en todo B: en efecto, que A
se da en todo C, y C en B por invertirse, tambin A se
25 dar en todo B.
y cuando, habiendo dos cosas, A es ms deseable que
B, siendo ambas opuestas, y D es ms deseable que C,
si A y e son ms deseables que B y D, A es ms desea-
ble que D. En efecto, hay que perseguir A y rechazar B
de manera semejante (pues son opuestas), y tambin e res-
30 pecto a D (pues tambin stas se oponen). Si, pues, A es
tan deseable como D, B ser tan rechazable como C: pues
445 Aplicando el ejemplo anterior, sea A = corruptible. B = inco-
rruptible. e = nacido. D = no-nacido. Si A es intercambiable con e
(eso es lo que quiere decir, de hecho, que se invierten), tambin B
lo ha de ser con D. De lo contrario habra alguna cosa que, siendo no-
nacida, no sera incorruptible o, lo que es lo mismo, sera corruptible
y, por tanto, nacida, porque nacido y corruptible (segn la fsica aristot-
lica) se intercambian.
ANAL/neos PRIMEROS 287
cada una de ellas es tan rechazable como la otra persegui-
ble. De modo que tambin A y C juntas respecto a B
y D juntas. Pero, puesto que < una> es ms < que la
otra>, no es posible que sean < deseables o rechazables>
de manera semejante: pues entonces B y D seran igual
de deseables < que A y C>. Pero si D es ms deseable
que A, tambin B < ser> menos rechazable que C: pues
lo menor se opone a lo menor. Y es ms deseable el bien 3S
mayor y el mal menor que el bien menor y el mal mayor:
luego el conjunto, BD, es ms deseable que AC. Pero en
realidad no es < as >. Luego A es ms deseable que D
y C es menos rechazable que B. Entonces, si todo amante,
en virtud de su amor, prefiere A, < a saber>, que < el 40
amado> est dispuesto a conceder favores, pero no los
conceda (sobre lo que < ponemos> C), en lugar de que
los conceda (sobre lo que < ponemos> D) sin que est 6Ib
dispuesto a concederlos (sobre lo que < ponemos> B), es-
t claro que A, estar dispuesto, es ms deseable que con-
ceder favores. Luego ser amado es ms deseable, en virtud
del amor, que la unin carnal. Por tanto el amor es ms
propio del afecto que de la unin carnal. Y si es propio
sobre todo de aqul, aqul es < su > fin. Luego el unirse s
carnalmente, o no es en absoluto < propio del amor>,
o lo es con miras a ser amado; en efecto, tambin los de-
ms deseos y las artes < se comportan> as.
23. La comprobacin
Queda, pues, de manifiesto cmo se comportan los tr-
minos con arreglo a las inversiones al ser ms deseables
o ms rechazables. Ahora habra que decir que no slo 10
los razonamientos dialcticos y demostrativos se forman
a travs de las figuras antes explicadas, sino tambin los
288 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
retricos y, sin ms, cualquier argumento convincente y
con cualquier mtodo. Pues de todas las cosas tenemos
certeza, bien a travs de un razonamiento, bien a partir
de la comprobacin.
IS As, pues, la comprobacin y el razonamiento de com-
probacin consisten en probar, a travs de uno de los ex-
tremos, que el otro <se .da> en el medio, v.g.: si el me-
dio de AC es B, demostrar que A se da en B; en efecto,
as hacemos las comprobaciones. Por ejemplo, sea A larga
vida, en lugar de B, carente de hiel y, en lugar de C, larga
20 vida singular, v.g.: hombre, caballo y mula 446. Entonces
A se da en el conjunto de C (pues todo C es de larga
vida); pero tambin B, el no tener hiel, se da en todo C.
Si, pues, se invierte C respecto a B y el medio no tiene
mayor extensin, es necesario que A se d en B. En efecto,
2S antes se ha demostrado 447 que si dos cosas cualesquiera
se dan en lo mismo y el extremo se invierte respecto a
una de ellas, la otra se dar en el predicado invertido. Hay
que concebir C como compuesto de todas las cosas singula-
res: pues la comprobacin < se hace> a travs de todas
< ellas> 448.
446 Es decir, ejemplos de seres que tienen lo que se considera larga
vida.
447 ef. supra, 68a21-25.
448 Este pasaje es el que ha dado origen a la interpretacin tradicio-
nal de la induccin como un proceso discursivo simtrico del deductivo:
demostracin de lo universal a partir de lo singular. La responsabi-
lidad de ese equvoco, ajeno a la teora epistemolgica aristotlica, co-
rresponde al propio Aristteles, a su euforia de descubridor de un instru-
mento nuevo, a su gusto por estirar ms de la cuenta, aunque slo sea
metafricamente, la aplicacin de ese instrumento del pensamiento: el
silogismo. Ello le lleva al callejn sin salida de tener que poner como
condicin la reciprocidad total entre el trmino medio y el extremo me-
nor del silogismo inductivo, con la consiguiente exigencia de entender
ANALTICOS PRIMEROS 289
Tal razonamiento es la prueba de la proposicin prime- 30
ra como algo inmediato: pues, de aquello de lo que hay
medio, la prueba por razonamiento es a travs del medio;
de aquello de lo que no lo hay. es a travs de la comproba-
cin. y en cierto modo la comprobacin se opone al razo-
namiento: pues ste prueba el extremo < superior> res-
pecto al < trmino> tercero a travs del medio, aqulla, 3S
en cambio, prueba el extremo < superior> respecto al
medio a travs del tercero. As, pues, es anterior y ms
conocido el razonamiento a travs del medio, pero es ms
difano para nosotros el razonamiento a travs de la com-
probacin.
24. El razonamiento por ejemplificaci6n
Hay ejemplo cuando se demuestra que el extremo < su-
perior> se da en el medio a travs de lo semejante al ter-
cer < trmino>. Pero es preciso que sea conocido que el 40
medio se da en el tercero y el primero en lo semejante.
ese mismo extremo menor como conjunto de todos los individuos a
los que se aplica el trmino medio, hacindolo, pues, depender de una
enumeracin exhaustiva. Pero cmo se sabe si se han tenido en cuenta
todos los individuos? D ningn modo: el conocimiento as entendido
es un conocimiento indeterminado e indeterminable. Para llegar desde
l al conocimiento universal hay que dar un salto cualitativo, que se da
de todas maneras espontneamente, por pocos que sean los casos concre-
tos considerados. El silogismo inductivo, pues, no slo no es tal silo-
gismo (en el sentido de razonamiento con necesidad interna, que determi-
na por s mismo la conclusin), sino que es, adems, un rodeo intil
para llegar a un punto que es, a la inversa, el punto de panida del cono-
cimiento, previo a todo razonamiento. El pasaje en cuestin, pues, slo
puede entenderse como la formulacin, en trminos silogsticos, de una
comprobacin <induccin) ya realizada previamente, no como el proce-
so mismo de su realizacin (cf. J. M. LE BLOND, Logique et mthode
chez Aristote, Pars, Vrin, 1973, pgs. 127-128).
lIS. - 19
290 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
V.g.: sea A el mal, B emprender la guerra contra los veci-
6911 nos, en lugar de C, los atenienses contra los tebanos y,
en lugar de D, los tebanos contra los locios. Si, pues, que-
remos demostrar que hacer la guerra a los tebanos es un
mal, hay que aceptar que es un mal hacer la guerra contra
los vecinos. La certeza de esto < brota> de los casos se-
s mej antes , v.g.: que < es un mal> para los tebanos la
<guerra> contra los focios. Asi, pues, como contra los
vecinos es un mal, y contra los tebanos es contra los veci-
nos, es evidente que hacer la guerra contra los tebanos es
un mal. As, pues, que B se da en C y en D es evidente
(pues los dos consisten en emprender la guerra contra los
10 vecinos), y tambin lo es que A se da en DC (pues a los
tebanos no les convena la guerra contra los focios); en
cambio, que A se da en B se demostrar a travs de D.
Del mismo modo tambin si la certeza de la relacin del
medio con el extremo < superior> naciera a travs de va-
rios casos semejantes. Es manifiesto, pues, que el ejemplo
no es, ni como una parte respecto al todo, ni como un
todo respecto a la parte, sino como una parte respecto a
IS otra parte, cuando ambos casos estn subordinados a lo
mismo, y uno de los dos es conocido. Y se diferencia de
la comprobacin en que sta demostraba que el extremo
< superior> se da en el medio a partir de todos los indivi-
duos, y no aplicaba el razonamiento al < otro> extremo,
mientras que aqul s lo aplica y no demuestra a partir
de todos los < individuos> .
25. La reduccin
20 Hay reduccin cuando est claro que el < trmino>
primero se da en el medio y, en cambio, es incierto que
el medio se d en el ltimo aunque sea tan o ms cierto
ANALTICOS PRIMEROS 291
que la conclusin; tambin si los medios entre el ltimo
< trmino> y el medio son pocos: pues ocurre en todos
esos casos que se est ms cerca de la ciencia 449. V.g.:
sea A enselfable, en lugar de B, ciencia, C justicia. Enton- 25
ces, es manifiesto que la ciencia es enseftable; en cambio,
es incierto que la virtud sea ciencia. Por consiguiente, si
BC es tan o ms convincente que AC, hay reduccin: pues
est ms cerca del saber, gracias a aftadirse la ciencia
AB ~ que antes no se tena. O an, si los medios de BC
son escasos: pues tambin de ese modo se est ms cerca 30
del saber. V.g.: si O fuera ser cuadrado, en lugar de E,
recti/fneo y, en lugar de F, cfrculo: si de EF hubiera un
solo medio, a saber, que a base de lnulas el crculo se
hiciera rectilneo 4S1, se estara cerca del saber. En cambio,
cuando ni BC es ms cierta que AC ni los medios son
pocos, no lo llamo reduccin. Tampoco cuando BC es in- 35
mediata: pues semejante proposicin es ya ciencia.
26. La objecin
La objecin es una proposicin contraria a otra. Se di-
ferencia de la proposicin < objetada> en que es admisi-
ble que la objecin sea particular, mientras que la propo-
sicin, o no es admisible que lo sea en absoluto, o no en 69b
los razonamientos universales. La objecin se presenta de
dos maneras y a travs de dos figuras; de dos maneras
porque toda objecin, o es uruversal, o es particular; a
partir de dos figuras porque se presentan como opuestas
a la proposicin, y las opuestas se prueban slo en la pri-
449 Aunque sin llegar a la certeza propia de la ciencia.
4S0 Es decir, la ciencia enseftable.
4S1 Mtodo empleado por Hip6crates de Qulos para intentar probar
la cuadratura del circulo.
292 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
mera y en la tercera figura 4S2. Pues cuando se estima que
<algo> se da en todo, objetamos, o que no se da en
nada o que en algo no se da: y de esos casos, el < no
darse> en nada < se prueba> a partir de la primera figu-
ra, y el no <darse> en algo, a partir de la ltima. V.g.:
sea A el haber una ciencia nica y, en lugar de B, los
contrarios. Entonces, si se adelanta que la ciencia de los
10 contrarios es nica, o bien se objeta que la de los opues-
tos no es la misma, y los contrarios son opuestos, de modo
que se forma la primera figura, o bien se objeta que no
es nica la de lo cognoscible y lo incognoscible: y sta es
la tercera figura; en efecto, acerca de e, lo cognoscible
y lo incognoscible, es verdad que son contrarios, pero es
15 falso que haya una nica ciencia de ellos. De igual manera
< ocurre>, a su vez, con la proposicin privativa. En efec-
to, si se estima que no hay una nica < ciencia> de los
contrarios, decimos que, de todos los opuestos o de algu-
nos contrarios, es la misma, v.g.: de lo sano y lo enfermo:
que < lo es> de todos < se prueba> a partir de la prime-
ra figura, que < lo es> de algunos, a partir de la ter-
cera.
En efecto, resumiendo, en todas < las objeciones> uni-
20 versales es necesario que el objetante contradiga al univer-
sal de los <trminos> adelantados, v.g.: si estima <el
adversario> que no es la misma < la ciencia de los con-
trarios> , diciendo que la de todos los opuestos es una so-
la. As, ser necesariamente la primera figura: pues el uni-
versal relativo al < trmino> del principio se convierte en
452 En efecto, la objecin debe poder oponerse tanto a una proposi
cin afirmativa como a una negativa (y ser, por tanto, ella, inversamente,
negativa o afirmativa). Ahora bien, en la segunda figura slo pueden
probarse conclusiones negativas, mientras que la 1.' y la 3.' prueban
conclusiones de ambos signos.
ANALTICOS PRIMEROS 293
< trmino> medio. En cambio, en < las objeciones> par-
ticulares < hay que contradecir> al universal acerca del
cual se dice la proposicin <objetada>, V.g.: <decir> 25
que no es la nsma' < la ciencia> de lo cognoscible y lo
incognoscible: en efecto, contrarios < se dice> universal-
mente respecto a esos <trminos>. Y se forma la tercera
figura: pues lo tomado en parte es el < trmino> medio,
V.g.: lo cognoscible y lo incognoscible. En efecto, trata-
mos de enunciar las objeciones a partir de aquellos <tr-
minos> desde los que es posible probar por razonamiento
lo contrario. Por ello las presentamos slo a partir de esas 30
figuras: pues slo en ellas < se forman> los razonamien-
tos opuestos; en efecto, a travs de la < figura> interme-
dia no era posible < probar> afirmativamente. Adems,
la < objecin hecha> a travs de la figura intermedia pre-
cisara de un argumento ms largo, V.g.: si no se concedie-
ra que A se da en B porque de ste ltimo no se sigue
C. En efecto, esto queda claro a travs de otras proposi-
ciones; pero es preciso que la objecin no recurra a otras 35
cosas, sino que resulte directamente evidente la' otra pro-
posicin 453. Por eso mismo no es posible el < razonanen-
to mediante el> signo 454 a partir, nicamente, de esa fi-
gura.
Hay que hacer un examen tambin de las dems obje-
ciones, v.g.: de las objeciones a partir de lo contrario, de
lo semejante y de lo correspondiente a la opinin, y de 70a
si es posible tomar la particular a partir de la primera
< figura> o la privativa a partir de la intermedia.
453 Es decir, la proposicin con la que se formula la obje-
cin.
454 Referencia al razonamiento probable, tratado en el capItulo
siguiente.
294 TRA T ADOS DE LGICA (RGANON)
27. El razonamiento probable
10 El razonamiento probable ." es un razonamiento a par-
tir de verosimilitudes o signos: aunque lo verosmil y el
signo no son lo mismo, sino que lo verosmil es una pro-
posicin plausible: en efecto, lo que se sabe que la mayo-
ra de las veces ocurre as o no ocurre as, o es o no es,
eso es lo verosmil, V.g.: detestar a los envidiosos, tener
afecto a los amados. El signo, en cambio, quiere ser una
proposicin demostrativa, necesaria o plausible: en efecto,
si al existir < algo>, existe una cosa o, al producirse
< algo>, antes o despus se ha producido la cosa, aque-
llo es signo de que se ha producido o de que existe < di-
cha cosa>.
11 Ahora bien, el signo se toma de tres maneras, tantas
como el medio en las figuras; en efecto, o < se toma>
como en la primera, o como en la intermedia, o como en
la tercera, V.g.: demostrar que <una mujer> ha dado a
luz porque tiene leche < se hace> a partir de la primera
15 figura: pues el medio es tener leche. En lugar de A, dar
a luz, B tener leche y mujer en lugar de C. En cambio,
4SS enthYmema. Tambin aqu estamos ante un trmino que ha pasa-
do a la tradicin filosfica como helenismo totalmente incomprensible
para un profano, siendo as! que se trata de una palabra corriente en
el griego de la poca aristotlica. Su sentido, ((conclusin basada en con-
sideraciones subjetivas (en thymoi), le sirve a Aristteles para designar
con tal trmino, nada esotrico en su lengua, el tipo de argumento sintti-
co, basado en indicios, que aqu analiza. Puede decirse tambin que se
trata de un ((silogismo al que le falta una premisa (sentido tcnico esco-
lstico de ((entimema), cuya conclusin, por tanto, es ms fruto de la
intuicin del que lo expone o lo escucha que de la necesidad objetiva
propia de la deduccin. La traduccin, aproximada, que hemos escogido
tiene sin duda el inconveniente de la ambigedad, pero no en mayor me-
dida que el trmino griego cuando Aristteles lo empez a utilizar en
el sentido aqu expuesto.
ANALlTlCOS PRIMEROS
295
< demostrar> que los sabios son honrados, pues Pitaco
< era> honrado, < se hace> a travs de la ltima. En
lugar de A, honrado, en lugar de B, los sabios, en lugar
de e, Ptaco. Entonces es verdad que tanto A como B
se predican de C; aunque lo ltimo no se dice porque ya
se sabe, y se toma lo primero. En cuanto a < probar> 20
que < una mujer> ha dado a luz porque < est> plida,
quiere tener lugar a travs de la figura intermedia: pues,
como la palidez acompaa a las parturientas, y acompaa
tambin a sta, se cree haber demostrado que ha dado a
luz. Plida en lugar de A, dar a luz en lugar de B, mujer
en lugar de C. Si, pues, se dice una sola proposicin, se
produce solamente un signo, en cambio, si se aftade tam- 2S
bin la otra, se produce un razonamiento, V.g.: que Pitaco
< era> liberal: pues _lOS ambiciosos son liberales y Ptaco
<era> ambicioso. O an, que los sabios son buenos: pues
Ptaco <era> bueno, pero tambin sabio. De este modo,
pues, se forman razonamientos, slo que el < formado>
a travs de la primera figura es indesmontable, si es verda-
dero (pues es universal), en cambio, el < formado> a tra- JO
vs de la ltima es desmontable, aunque la conclusin sea
verdadera, debido a que el razonamiento no es universal
ni concerniente al asunto: en efecto, no porque Pitaco
< fuera> honrado tambin han de serlo necesariamente
los dems sabios 456. Y el < formado> a travs de la fi-
gura intermedia siempre y en todo caso es desmontable:
pues nunca se forma razonamiento cuando los trminos ]S
456 El entimema de este tipo (tercera figura) no es universal en nin-
gn sentido, pues consta de dos premisas particulares (v.g.: Pitaco es
honrado - Pftaco es sabio), de las que la nica conclusin que sacar
es tambin particular, aunque no estrictamente singular, como las premi-
sas (v.g.: algn sabio es honrado), pero por ello mismo no concierne
al asunto, a saber, si todos los sabios son honrados o no_
296 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
se comportan de ese modo; en efecto, no porque la que
ha dado a luz est plida, y sta est plida tambin, es
necesario que sta haya dado a luz. As, pues, lo verdade-
ro se dar en todos los signos, pero con las diferencias
mencionadas.
7Gb Entonces, o bien hay que dividir as el signo, y de esas
< partes> tomar el < trmino> medio como prueba (pues
se dice que la prueba es lo que < nos> hace conocr y
tal es sobre todo el < trmino> medio), o bien hay que
llamar signo a los < argumentos> basados en los extre-
5 mos, y prueba a los basados en el medio: pues el ms
plausible y verdadero es el < formado> mediante la pri-
mera figura.
Es posible juzgar por las apariencias corporales 4S7, si
uno concede que todo lo que son afecciones naturales ha-
ce cambiar a la vez el cuerpo y el alma; en efecto, el
que ha aprendido msica ha hecho seguramente cambiar
10 algo su alma, aunque sa no es una afeccin de las que
nos son naturales, pero las pasiones y los deseos, por ejem-
plo, s que son movimientos naturales. Entonces, si se con-
cediera eso, as como que de una sola cosa hay un solo
signo, y pudiramos captar la afeccin y el signo propios
de cada gnero, podramos juzgar por las apariencias. En
efecto, si hay una afeccin que se da exclusivamente en
15 un gnero indivisible 458, v.g.: la valenta en los leones, es
necesario que haya tambin algn signo: pues se ha su-
puesto que el cuerpo y el alma se ven afectados igual la
una que el otro. Y supngase que ese < signo> sea el te-
4S7 physiognomen. De aqu deriva nuestro vocablo 'fisonoma'.
4'8 Esto es, una especie que no admite subespecies. Como es obvio,
los tnninos 'gnero', 'especie' e 'individuo' ('indivisible') tienen un sen-
tido relativo, que depende del grado de concrecin o generalidad que
les atribuyamos en cada momento.
ANALITIeos PRIMEROS 297
ner las extremidades grandes; lo cual es admisible que se
d tambin en otros gneros, < aunque> no en su totali-
dad. En efecto, de esa manera el signo es propio, en cuan-
to que la afeccin es propia del gnero en su conjunto,
y no de una sola cosa, como solemos decir. Y tambin 20
se dar eso en otro gnero, y ser valiente el hombre y
algn otro animal, y tendrn, por tanto, algn signo: pues
< supusimos que> haba uno solo de cada uno. Si, pues,
eso es < as>, y podemos reunir los signos de ese tipo
en aquellos animales que tienen una sola afeccin como
propia, aunque cada uno tenga un signo, ya que necesaria-
mente tienen uno solo, entonces podremos juzgar por las 2S
apariencias corporales. En cambio, si el gnero en su to-
talidad tiene dos < afecciones> propias, v.g.: el len,
< ser> valiente y generoso, cmo conoceremos cul, de
los que acompaan exclusivamente < a esas afecciones>,
es el signo de la una o de la otra? Acaso < sea posible
conocerlo> cuando, en caso de que ambas < afecciones
se den> en alguna otra cosa < pero> no en su totalidad,
y en aquellas cosas en cuya totalidad no se da cada una
de las dos < afecciones>, < algo> posea una < afec-
cin>, pero no la otra: pues, si < alguien es> valiente
pero no liberal, y posee slo tal o cual de los < signos>, JO
est claro que tambin en el len es se el signo de la va-
lenta.
y es posible juzgar por las apariencias corporales si se
invierte, en la primera figura, el medio respecto al primer
extremo, pero tiene ms extensin que el tercero y no se
puede invertir, v.g.: < sea> A valenta, extremidades gran- JS
des en lugar de B, y e len. Entonces, en lo que < se
da> e, en todo ello <se da> B, pero tambin en otras
cosas. En cambio, en lo que < se da> B, en todo ello
< se da> A, Y no en ms cosas, sino que se invierten:
si no, no habra un solo signo de cada cosa.
ANALTICOS SEGUNDOS
INTRODUCCIN
Una vez expuesta la naturaleza y funcionamiento del si-
logismo en general, objeto de los Analticos primeros, esta
segunda parte de la obra se consagra a lo que podramos
describir como utilidad cientfica del silogismo, caso par-
ticular privilegiado de la universal aplicabilidad de aquel
mecanismo de la razn. Eso equivale a decir que este trata-
do del rganon contiene, esencialmente, una teora episte-
molgica o exposicin del mtodo cientfico.
El silogismo cientfico recibe el calificativo de demostra-
tivo o apodctico, porque su ilacin no es meramente fcti-
ca, sino apodctica, aunque no se exprese con la frmula
explicita necesario que (cf. Analticos primeros I 8-22).
Ello se debe, segn Aristteles, a que el conocimiento cien-
tfico es el conocimiento por causas. Ahora bien, la causa
no es tal si no produce necesariamente su efecto.
o El razonamiento cientfico, pues, no es aquel que se cir-
cunscribe al establecimiento de relaciones formalmente ne-
cesarias entre hechos materialmente contingentes o indife-
rentes a una cualificacin modal, sino aquel que descubre
conexiones materialmente necesarias entre aspectos de la
realidad. No versa sobre el hti, el que, sino sobre el diti,
el porque. Y ese diti, esa causa que vincula necesariamen-
te los trminos de las premisas, est expresada en el trmi-
no medio. No poda ser de otra manera: el mismo elemen-
to que hace, en el plano formal de la deduccin silogstica,
302 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
de causa de esa ilacin, debe corresponder, en el plano
de la demostracin de conexiones reales, al propio nexo
que las produce. El silogismo demostrativo reproduce as,
en su propia estructura fonnal, la estructura material de
la causacin.
Pero, como es sabido, Aristteles distingue cuatro tipos
de causas: la motriz o eficiente, la final, la material y la
formal. Cul de ellas es la que debe recoger el trmino
medio del silogismo apodctico? Ante todo hay que tener
en cuenta que la ilacin silogstica presupone la relacin
simultdnea entre los tres trminos, so pena de que se rom-
pa el nexo lgico. Ahora bien, las causas eficiente y final,
como tales, son anterior y posterior, respectivamente, al
efecto. Slo la material y la formal son simultneas. Pero
la material carece de necesidad intrnseca, pues la carencia
de determinacin es su rasgo definitorio (Aristteles, por
ejemplo, considera el gnero como materia respecto a
la especie o esencia estricta: por s mismo, sin la determi-
nacin ai!.adida como diferencia, no da razn de ningu-
na de las especies en que se divide y se actualiza a la vez).
Queda, pues, la causa formal como nico garante de la'
conexin necesaria que debe manifestarse en el tnnino me-
dio del silogismo apodctico.
Decir causa formal es lo mismo que decir esencia o de-
finicin (cf. Ffsica 1I 7, 198al4-b9). Tenemos, pues, que el
elemento fundamental, la clave de la deduccin silogstica
til para la ciencia es la definicin de la entidad sobre la
que dicha ciencia versa. La causalidad cientficamente vli-
da es la causalidad formal. Planteamiento que no puede
por menos de hacer pensar en la crtica de David Hume
a la presunta validez epistemolgica del concepto de causa
(entendida ya exclusivamente, desde el nacimiento de la
fsica moderna con Galileo, como causa eficiente o mo-
ANALTICOS SEGUNDOS (INTROD.) 303
triz): Aristteles quedara a cubierto del escepticismo em-
pirista al reducir el mbito del razonamiento cientfico a
los juicios analticos, es decir, a aquellos que se limitan
a derivar conceptos a partir de una nocin previa que los
contiene ya implcitamente.
Claro que una ciencia que slo merece llamarse tal en
su camino descendente, en su vertiente deductiva, es una
ciencia harto limitada y, sobre todo, dependiente de otro
tipo de conocimiento que podramos llamar (en coherencia
con una definicin tan estricta de ciencia) precientfico
y que cargara con la responsabilidad de la fase heursti-
ca, de hallazgo y elaboracin de las nociones previas en
cuyo suelo nacer el rbol del saber apodctico. Esas no-
ciones previas son de dos tipos: a) axiomas (estimaciones,
en nuestra traduccin, para recoger el sentido pretermino-
lgico del vocablo, que sigue en gran parte vigente, y cuyo
significado exacto Aristteles aclara) y principios (como el
de no-contradiccin), que son verdades generalsimas apli-
cables a cualquier deduccin o a un nmero indefinido de
deducciones con la misma estructura formal, aunque per-
tenezcan a ciencias distintas; b) definiciones, que constitu-
yen los principios inmediatos propios de cada una de las
ciencias. Cmo se llega a conocer unos y otras, siendo
as que la ciencia propiamente dicha, segn Aristteles, no
permite obtenerlos, antes bien los presupone, y siendo as
tambin que esos principios, mediatos e inmediatos, del
saber deben ser ms conocidos que las conclusiones a
las que permiten llegar? .
En los Tpicos (cf. I 13-18), Aristteles apuntaba a la
dialctica y sus razonamientos no deductivos, basados en
el tanteo y la contrastacin de hiptesis, como etapa de
adquisicin de esos principios (un ejemplo clebre de ese
tipo de razonamiento es el que aparece en Metafsica IV
304 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
4, donde se prueba que el principio de no-contradiccin:
a) no puede probarse positivamente, puesto que se presu-
pone en toda prueba y el intento de demostrarlo dara lu-
gar a un crculo vicioso, pero b) tampoco puede refutarse,
pues en el instante de hacerlo se negara la validez de esa
refutacin misma; de ah la conclusin, por reduccin al
absurdo, de la validez predemostrativa, pero no menos fir-
me y segura, de ese principio fundamental para todo cono-
cimiento discursivo.
Ahora bien, en el caso de principios generalsimos de
ese tipo se trata de verdades, por as decir, en ejercicio,
verdades no temticas, que la demostracin no exige enun-
ciar explcitamente y que, por ende, no constituyen trmi-
no ni premisa alguna del razonamiento deductivo. Harina
de otro costal son los principios inmediatos, a saber, las
definiciones.
Aristteles dedica los caps. 3 al 8 del 1. II a la discu-
sin de las relaciones entre definicin y demostracin. En
ellos seala que: a) ni todas las demostraciones pueden ser-
lo de definiciones, pues stas son siempre juicios universa-
les afirmativos, y aqullas pueden versar, como se echa
de ver en el estudio de los silogismos, sobre juicios de
los cuatro tipos posibles (afirmativos, negativos, universa-
les y particulares); b) ni todas las definiciones pueden ser
demostradas, pues ello obligara a retrotraer indefinida-
mente el discurso cientfico a la fundamentacin de sus
propios fundamentos, lo que impedira en ltimo trmino
demostrar nada; y que c) la definicin versa sobre el qu
es, sobre la esencia de algo, mientras que la demostracin
concluye en un esto es o no es en algo, en una declara-
cin de existencia (esta ltima afirmacin que Aristteles
hace en II 3, 91al-2, no se contradice con la concepcin
del silogismo apodctico como razonamiento analtico
ANALfncos SEGUNDOS (INTROD.)
305
-en sentido kantiano, sinttico en sentido tradicional-,
es decir, el razonamiento articulado en torno a la causa
formal, pues el que el nexo de las premisas sea la causa,
el diti, no es incompatible con que la conclusin sea un
hecho, un htij.
Est claro, pues, que la definicin no se obtiene nunca
en la conclusin de un silogismo, precisamente porque ella
es el alma del movimiento silogstico mismo .. En el mejor
de los casos, puede ser que la conclusin de un silogismo
verse sobre el gnero o materia lgica de una definicin;
pero nunca sobre la diferencia o forma propiamente di-
cha (como en el ejemplo del eclipse y el del trueno, expues-
tos en 11 8 Y 10); la diferencia vendr siempre indicada
por el trmino medio. Como dice literalmente Aristteles,
no hay razonamiento ni demostracin del qu es (la defi-
nicin), no obstante se pone en claro a travs del razona-
miento y la demostracin: en ese sentido la definicin po-
see tambin" como el principio de no-contradiccin, y en
relacin con la demostracin, un cierto carcter de ver-
dad en ejercicio (Anal. seg. 11 8, 93b15-20).
Sin embargo, no hay duda de que la definicin es tam-
bin una verdad temtica y, tal como se expona en los
Tpicos, susceptible de confirmacin o refutacin. Por ello
hay que ver en su obtencin un proceso ms elaborado
que en el caso de los principios generales. Sobre todo si
se tiene en cuenta que, a diferencia de esos principios, su
grado de certeza dista de ser absoluto, y de hecho cabe
siempre la posibilidad de que el que define lo haga err-
neamente sin que, por otra parte, se pueda recurrir al silo-
gismo para probar su error.
Volvemos, por tanto, al mtodo de tanteo apuntado en
los Tpicos, como nico instrumento heurstico con el que
completar, ascendiendo a las definiciones y principios, el
liS. - 20
306 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
movimiento parablico del conocimiento cientfico, cuya
rama descendente corresponde al silogismo apodctico. Aun-
que, por otra parte, como seala Aristteles en el ltimo
pasaje citado (93blS-20), las definiciones, una vez obteni-
das, se ponen en claro (en otras palabras: confirman
su validez) a travs del ejercicio de su funcin de causa-
-nexo en el razonamiento demostrativo, Ambos momentos,
pues, el inductivo (para el concepto de induccin, ver in-
Ira) y el deductivo, forman un todo inseparable en el fun-
cionamiento de la definicin.
Ahora bien, esa induccin de las diferencias que
constituyen a la vez, como causas formales, los trminos
medios de los silogismos apodcticos y las formas que al
determinar al gnero-materia generan la definicin, requie-
re una explicacin que salga al paso de diversos malenten-
didos habituales.
Ante todo hay que descartar el llamado silogismo in-
ductivo, que Aristteles explica en Ana/{ticos primeros 11
23, y que no pasa de ser un ejercicio expositivo de la in-
duccin ya obtenida (como lo demuestra el hecho de que
una de las premisas deba consistir en el enunciado de to-
dos los casos particulares a los que se aplica la nocin su-
jeto de la conclusin). Hay que acudir, en cambio, al lti-
mo captulo de la obra que comentamos, el 19 del 1. n,
para hacerse una idea ms cabal de cmo se obtienen, se-
gn el Estagirita, las nociones universales constitutivas de
los principios inmediatos de la demostracin.
En el capitulo en cuestin se viene a identificar la induc-
cin (traducida aqu por comprobacin) con la percep-
cin sensorial fijada y decantada en la memoria. Pero, le-
jos de plantearse la irresoluble cuestin del paso de lo
sensorial a lo intelectual entendidos como planos gnoseol-
gicos esencialmente distintos (cuestin que dio origen en
ANALfTICOS SEGUNDOS (INTROD.)
307
la Edad Moderna a la polmica entre racionalismo y empi-
rismo), Aristteles no establece ninguna solucin de conti-
nuidad entre la sensacin sedimentada en sucesivos actos
sensoriales y la intuicin designada por el trmino now
intelecto o mente. Como l mismo dice, con claridad
que no deja margen a la duda, cuando se detiene en el
alma alguna de las cosas indiferenciadas (las sensaciones
previas a todo anlisis discursivo, que ser el que introduz-
ca 'diferencias' en esa unidad indistinta)J [se da] por pri-
mera vez lo universal en el alma, pues aun cuando se sien-
te lo singular, la sensacin lo es de lo universal ... La mente
no hace, pues, sino fijar algo que ya est dado en la per-
cepcin desde el principio, que no es, por tanto, una suma
de sensaciones (como dir, en cierto modo, Locke), sino
la forma inmediata cuyo reconocimiento implcito desde
el primer momento en que aparece permite precisamente
que las sensaciones ulteriores se registren como repeticio-
nes de aqulla. La certeza que ese conocimiento propor-
ciona es radical, superior a la de la ciencia demostrativa,
pues la epagogi (que es el mtodo con el que se obtiene)
consiste en la simple comprobacin, en sensaciones re-
petidas, de la esencia captada en cualquier sensacin ori-
ginal.
No hay, pues, innatismo alguno de las ideas, sino que
stas son las improntas de las cosas en el alma. Las cosas,
por supuesto, son singulares, pero sus improntas son uni-
versales, El alma, por su parte, no aftade nada de su cose-
cha a esa impronta, como no sea su mera disposicin a
recibirla: el alma es tal como para ser susceptible de eso.
Lo que Aristteles no ve claramente es en qu consiste
la funcin propiamente comprobadora del noOs. Que el
noOs no es una intuicin meramente pasiva queda claro
en el tratado Acerca del alma III 5-8, donde se distingue,
308 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
junto a esa receptividad, indiscernible en ltimo trmino
de la sensibilidad en general, una capacidad activa, el in-
telecto agente, que es quien fija las improntas recibidas
por la sensacin, hacindolas por eso mismo universales
y aptas para desempei'!.ar el papel de principios inmediatos
de la deduccin cientfica. Es claro, para la generalidad
de la filosofa actual, que esa fijacin no se reduce a la
conservacin en la memoria de una huella indeleble de las
impresiones sensoriales: eso, al fin y al cabo, ocurre en
otros muchos animales, como dice el propio Aristteles en
Metaflsica 1 1, 980a27 -b27. Lo esencial y diferenciador,
en el caso del conocimiento humano, es algo que Aristte-
les dice como de pasada, sin que parezca percatarse de Su
trascendencia: en algunos (animales) surge un lgos a
partir de la persistencia de tales cosas, y en otros no.
Ese lgos (que traducimos por conceptO) es, indisoluble-
mente, razn y lenguaje. En efecto, la obtencin de los
universales es un proceso activo, no meramente receptivo
(aunque esa actividad no tiene por qu presuponer ningn
esqu!:matismo aprioristico), por el que se fija y condensa
el flujo continuo de sensaciones en experiencias disconti-
nuas (<<pues los recuerdos mltiples en nmero son una
nica experiencia), en ndulos ordenados dentro de un
sistema de oposiciones mutuas mediante el lenguaje. La
abstraccin no es slo persistencia de sensaciones en la me-
moria, sino asociacin de esos residuos sensoriales a un
signo. hbrido de presencia y ausencia, que permita reali-
zar la funcin bsica del universal: recoger no slo la im-
pronta real de las cosas, sino tambin la impronta posible.
A falta de ese paradigma explcitamente lingstico (los
anlisis aristotlicos, con todo, son siempre lingsticos de
manera implcita: se pliegan por dentro a los contornos
de los moldes verbales de la experiencia, pero nunca llegan
ANALITICOS SEGUNDOS (INTROD.) 309
a dar el salto que les permitira situarse fuera, relativi-
zando as las formas lingsticas concretas del conocimien-
to), a falta, pues, de ver en el lgos, no slo el resultado,
sino el instrumento primordial del proceso abstractivo, Aris-
tteles recurre a un paradigma natural que integre en el
proceso de conocimiento la pasividad y la actividad, cuya
mutua concurrencia en dicho proceso no puede dejar de
reconocer. Cul es ese paradigma?
Este punto merece una consideracin ms detenida, pues
su trascendencia filosfica, no slo para la comprensin
del aristotelismo, sino de la corriente principal del pensa-
miento heredero de la cultura clsica, es decisiva. Aristte-
les (a diferencia quiz de Platn, para quien el sabio no
lo es si despus de ascender a las ideas no es capaz de
descender a las cosas -Repblica 519d-52Oe-) establece
una separacin tajante entre teora y accin (en su doble
vertiente, sta ltima, de accin inmanente, prxis, y ac-
cin trascendente, polesis). La ciencia es teora y, como
tal, esencialmente pasiva, no mediada por la accin del
sujeto (tanto es as que no hay conciencia de sujeto como
tal, como punto de referencia gnoseolgico, sino slo co-
mo substrato o residuo indiferenciado de la experiencia
tras la ordenacin de sta en conceptos). Pero, por otro
lado, es obvio para Aristteles, como sei'1albamos hace
un momento, que el lgos no es pura pasividad, pues de
ser as, cualquier animal con memoria razonara. El len-
guaje, cuya convencionalidad llega a reconocer Aristteles
en el plano lxico, no es, con todo, segn l, pura creacin
artificial del hombre: su estructura sintctica sera natural,
reflejo de estructuras reales (Aristteles no dice eso explci-
tamente: lo presupone en su metodologa; decirlo habra
supuesto cobrar conciencia del problema, pero resolverlo
mal; y Aristteles no suele resolver mal los problemas que
310 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
se plantea; simplemente deja sin plantear, y por ende sin
resolver, se y otros muchos problemas). Cules son esas
estructuras reales que la estructura lingstica refleja, se-
gn el creador de la zoologa'? Precisamente las estructuras
biolgicas con arreglo a las cuales unos seres se hacen dife-
renciables morfolgica y funcionalmente, o mejor, se dife-
rencian a s mismos mediante la reproduccin de su especie
a partir de un gnero capaz de recibir otras diferencias y
en el que subsisten una serie de rasgos comunes por debajo
de ese proceso de diferenciacin, as como subsisten rasgos
especficos comunes a los distintos individuos en los que
se encarna cada especie. La actividad que fija y decanta
a la vez las diferencias y las semejanzas (indisociables las
unas de las otras) no es una actividad del nous (al menos
no del nous humano: ciertas derivaciones del aristotelismo
recogern el aforismo de Anaxgoras, ho noUs kratef, para
hipostasiarlo en forma de intelecto creador; pero tampoco
puede responsabilizarse aqu a Aristteles de los excesos
especulativos de algunos de sus epgonos), sino una activi-
dad natural, externa, cuya dinmica el noQs recoge e inte-
rioriza en el proceso ascendente del saber a cuyo trmino
quedan constituidos los principios inmediatos de la ciencia
deductiva.
Naturalismo, pues, de la epistemologa aristotlica, muy
alejado del convencionalismo extremo de los neopositivis-
tas lgicos, sobre cuyos modelos de ciencia se cimienta
gran parte de la cosmovisin operacionalista del cientfico-
tecnlogo moderno. Tan parcial, por supuesto, aqul co-
mo ste. La ventaja de Aristteles es que su limitacin es
ingenua, precientfica en el fondo, mientras que el reduc-
cionismo moderno tiene todas las agravantes de ignorar
voluntariamente siglos de reflexin al respecto. En Arist-
teles estn las bases para su propia superacin. En ciertos
ANALfTICOS SEGUNDOS (INTROD.) 311
positivistas modernos parece haber una voluntad expresa
de deforestar el pensamiento para mejor construir en l
aspticas tecnoestructuras que canten exclusivamente las
loas de un nous creador cuya realidad se reduce toda ella,
paradjicamente, a su propia creacin.
ANALITtCOS SEGUNDOS
LIBRO 1
< TEORA DE LA DEMOSTRACIN>
l. Los conocimientos previos
Toda enseftanza y todo aprendizaje por el pensamien- 71.
to 1 se producen a partir de un conocimiento preexistente.
Yeso < resulta> evidente a los que observan cada una de
esas < enseftanzas >; en efecto, entre las ciencias, las ma-
temticas proceden de ese modo, as como cada una de
las otras artes. De manera semejante en el caso de los ar-
gumentos, tanto los que < proceden> mediante razona- 5
mientos como los que < proceden> mediante comproba-
cin; pues ambos realizan la enseftanza a travs de conoci-
mientos previos: los unos, tomando algo como entendido
por mutuo acuerdo; los otros, demostrando lo universal
a travs del < hecho de> ser evidente lo singular. De la
misma manera convencen tambin los < argumentos> re-
tricos: pues, o bien convencen a travs de ejemplos, lo 10
cual es < una forma de> comprobacin, o bien a travs
1 dianoetiki. Derivado de dinoia pensamiento, se contrapone fre-
cuentemente en Aristteles a nos ((mente o (dnteleccin, como lo dis-
cursivo a lo intuitivo. No hemos querido, con todo, taducirlo por un
trmino demasiado especfico, porque en griego conserva siempre una
fuerte dosis de ambigedad.
314
TRATADOS DE LGICA (RGANON)
de razonamientos probables 2, lo cual es < una forma de>
razonamiento.
El conocer previo necesario es de dos tipos: en efecto,
para unas cosas es necesario presuponer que existen 3, pa-
ra otras hay que entender qu es lo que se enuncia 4, para
otras, ambas cosas; v.g.: respecto a que para cada cosa
es verdadero el afirmar o el negar, < hay que conocer pre-
viamente> que existe < tal principio>, respecto al trin-
15 gula, que significa tal cosa, y respecto a la unidad 5, am-
bas cosas, qu significa y que existe; pues no < resulta>
clara de la misma manera para nosotros cada una de estas
cosas.
Es posible conocer conociendo las cosas previas y to-
mando conocimiento de las simultneas, v.g.: todo lo que
resulta estar subordinado a lo universal, a partir de lo cual
se tiene conocimiento . < de ello>. En efecto, que todo
20 tringulo tiene ngulos equivalentes a dos rectos, se cono-
ca previamente; en cambio, que esto que est dentro de
un semicrculo es un tringulo, se conoce simultneamen-
te, al comprobarlo 6. (En efecto, el aprendizaje de algunas
cosas es de ese modo, y no se conoce el ltimo < trmi-
no> a travs del medio, a saber: todas las cosas que son,
2 enthjmema. Cf. supra, n. 455 a los Analticos primeros.
3 La presuncin de existencia de lo denotado, al menos por algn
trmino de la proposicin, queda ah! abiertamente expuesta por el propio
Aristteles (ver las Introducciones a Sobre la interpretacin y los Anal-
ticos primeros).
4 Es decir, la nocin contenida en los trminos.
5 Se entiende referido a un objeto sensible considerado como uni-
dad.
6 epagmenos, de la misma raz que epagogt. Aqu! queda claro que
se trata de un ~ r o e s o de comprensin simultnea de lo universal y lo
singular, o de comprobacim> de lo uno en lo otro (ver supra, n. 448
a los Anal. pr., as! como TL-I, Tpicos 1, n. 21, pgs. 101-102).
ANAlfTlCOS SEGUNDOS 31S
de hecho, singulares y no <se dicen> de sujeto alguno).
Hay que decir seguramente que, antes de hacer una com- 25
probacin o de aceptar un razonamiento, se sabe ya en
cierto sentido, y en otro sentido no. En efecto, lo que no
se saba si existe sin ms cmo se sabra que tiene dos
rectos sin ms? Pero est claro que se sabe de esta manera,
en cuanto que se sabe de manera universal, pero no se
sabe sin ms. Si no, surgira la dificultad < planteada>
en el Menn 6 bis: en efecto, o no se aprender nada o se 30
aprender lo que ya se sabe. Pues, ciertamente, no hay
que hablar como algunos < que> pretenden resolver < es-
ta dificultad> : Sabes o no que toda diada es par? Si uno
afirma, se le presenta una dada < cualquiera> que no
sospechaba que existiera, de modo que tampoco <saba>
que fuera par 7. En efecto, lo resuelven afirmando que no
se sabe que toda dada es par, sino < slo> la que se sabe
que es una dada. Sin embargo, se sabe aquello de lo que 71b
se hace y de lo que se acept la demostracin; ahora bien,
no se acept <la demostracin> de todo aquello que se
sabe que es tringulo o es nmero, sino acerca de todo
nmero y todo tringulo sin ms; en efecto, ninguna pro-
posicin se toma de este modo, por ejemplo: lo que t 5
sabes que es nmero o lo que t sabes que es rectilineo,
sino acerca de todo. Pero nada impide (creo) que lo que
se aprende sea posible, en cierta manera, saberlo y, en
cierta manera, ignorarlo: pues lo absurdo no es que se se-
pa en cierta manera lo que se aprende, sino que se sepa
6 bis PLATN, Mendn 88 e ss.
7 Es decir, se le ensel\a una pareja de objetos que no haya visto nun-
ca, con lo cual se le obliga, supuestamente, a incurrir en una contradic-
cin, pues al no saber de esa pareja ni siquiera que existiese tampoco
saba, a fortiori, que fuera par, luego era falso que supiera que toda
dada es par, como haba sostenido.
316 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
que es as, V.g.: en el aspecto en que se aprende y del mo-
do que se aprende.
2. La ciencia y la demostracin
Creemos que sabemos cada cosa sin ms, pero no del
lO modo sofstico, accidental, cuando creemos conocer la cau-
sa por la que es la cosa, que es la causa de aquella cosa
y que no cabe que sea de otra manera. Est claro, pues,
que el saber es algo de este tipo: y en efecto, < por lo
que se refiere a> los que no saben y los que saben, aqu-
llos creen que actan de ese modo, y los que saben actan
< as realmente>, de modo que aquello de lo que hay
IS ciencia sin ms es imposible que se comporte de otra ma-
nera.
As, pues, si tambin hay otro modo de saber, lo vere-
mos despus, pero decimos tambin < que consiste en>
conocer por medio de la demostracin. A la demostracin
la llamo razonamiento cientfico; y llamo cientfico a aquel
20 < razonamiento> en virtud de cuya posesin sabemos. Si,
pues, el saber es como estipulamos, es necesario tambin
que la ciencia demostrativa se base en cosas verdaderas,
primeras, inmediatas, ms conocidas, anteriores y causales
respecto de la conclusin: pues as los principios sern tam-
bin apropiados a la demostracin. En efecto, razonamien-
to lo habr tambin sin esas cosas, pero demostracin no:
2S pues no producir ciencia. AS, pues, es necesario que
aquellas cosas sean verdaderas, porque no es posible saber
lo que no lo es, v.g.: que la diagonal es conmensurable.
y que < el razonamiento> se base en cosas primordiales
no demostrables, porque no se podrn saber < si no es
as>, al no tener demostracin de ellas: pues saber de ma-
nera no accidental aquellas cosas de las que hay demostra-
cin es tener su demostracin. Y han de ser causales, ms
ANAL(TlCOS SEGUNDOS 317
conocidas y anteriores: causales porque sabemos cuando 30
conocemos la causa, y anteriores por ser causales, y cono-
cidas precisamente no slo por entenderse del segundo mo-
do 8, sino tambin por saberse que existen. Ahora bien,
son anteriores y ms conocidas de dos maneras: pues no
es lo mismo lo anterior por naturaleza y lo anterior para
nosotros, ni lo ms conocido y lo ms conocido para no- 72a
sotros. Llamo anteriores y ms conocidas para nosotros
a las cosas ms cercanas a la sensacin, y anteriores y ms
conocidas sin ms a las ms lejanas. Las ms lejanas son
las ms universales, y las ms cercanas, las singulares: y 5
todas stas se oponen entre s. < Partir> de cosas prime-
ras es < partir> de principios apropiados: en efecto, lla-
mo a la misma cosa primero y principio. El principio es
una proposicin inmediata de la demostracin, y es in-
mediata aquella respecto a la que no hay otra anterior.
La proposicin es una de las dos partes de la asercin 9,
<que predica> una sola cosa acerca de una sola cosa:
dialctica la que toma cualquiera de las dos < partes>, de- 10
mostrativa la que toma exclusivamente una de las dos, por
ser verdadera. La asercin es cualquiera de las dos partes
de la contradiccin; la contradiccin es la oposicin en la
cual no hay intermedio; una parte de la contradiccin es
la afirmacin de algo acerca de algo, la otra, la negacin
de algo respecto de algo.
Llamo principio inmediato de razonamiento a una tesis 15
que no es posible demostrar ni es necesario que tenga
< presente> el que va a aprender algo; lo que es necesario
que tenga < presente> el que va a aprender cualquier cosa
8 Referencia al conocimiento previo consistente en conocer el signifi-
cado de los trminos (cf. supra, 71aI2).
9 Es decir, afinnaci6n o negacin, que son las dos panes en que se
divide el enunciado asenrico. ef. Sobre la interpretacin 4-5, 17&2-9.
318 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
es la estimacin 10; en efecto, algunas cosas son de este
tipo: pues acostumbramos a dar ese nombre sobre todo
a esas cosas. < Aquel tipo> de tesis que toma cualquiera
de las dos partes de la contradiccin, v.g.: cuando digo
20 que algo existe o no existe, es una hiptesis; sin esa < in-
determinacin>, sera una definicin. En efecto, la defini-
cin es una tesis: pues el aritmtico establece 11 que la uni-
dad es lo indivisible en cantidad; ahora bien, < eso> no
es una hiptesis: pues no es lo mismo < decir> qu es
una unidad que el que una unidad exista.
25 Puesto que para tener certeza de la cosa y conocerla
hay que tener < presente> el razonamiento que llamamos
demostracin, y ese razonamiento existe al existir esas co-
sas de las que parte, es necesario, no slo conocer previa-
mente las cosas primeras, bien todas o bien algunas, sino
tambin conocerlas mejor < que la conclusin>; en efec-
to, aquello por lo que cada cosa se da, siempre se da en
mayor medida que ella, v.g.: aquello por lo que amamos
JO < algo> es ms amado < que esto ltimo>. De modo
que, como conocemos y tenemos certeza a travs de las
cosas primeras, tambin conocemos mejor y tenemos ma-
yor certeza de stas ltimas, porque a travs de ellas co-
nocemos las posteriores. Ahora bien, no es posible que,
de aquellas cosas que ni se llegan a conocer ni se est
< respecto de ellas> en mejor disposicin que si se cono-
JS cieran 12, se tenga mayor certeza que de las que se cono-
cen. Esto ocurrir si ninguno de los que se convencen me-
diante una demostracin tiene conocimientos previos: pues
10 axfQma. Ver la n. 388 a los Anal. pro
II t(thetai, de la misma ralz que thsis.
12 Alusin a un posible conocimiento intuitivo, sin mediacin discur-
siva.
ANAL/ncos SEGUNDOS
319
es ms necesario tener certeza de los principios, sean to-
dos o algunos, que de la conclusin.
El que pretenda llegar a poseer la ciencia que < se ob-
tiene> mediante la demostracin no slo ha de conocer
mejor los principios, y tener mayor certeza de ellos que
de lo demostrado, sino que tampoco ha de haber nada 'lb
ms cierto ni ms conocido para l que los opuestos a
los principios de los que surgir el razonamiento del error
contrario, ya que es preciso que el que sabe sin ms sea
inconmovible en su conviccin 13.
3. Errores posibles en la demostracin cientfica
As, pues, como hay que saber las cosas primeras, les s
parece a algunos que no existe ciencia, y a otros que s,
pero que de todo hay demostracin: ninguna de las cuales
cosas es verdadera ni necesaria. En efecto, los que supo-
nen que no es posible saber en absoluto sostienen que se
retrocede hasta lo infinito, diciendo correctamente que no 10
se saben las cosas posteriores mediante las anteriores si no
hay unas primeras respecto a stas: pues es imposible reco-
rrer lo infinito. Y si se sabe y hay principios, stos son
incognoscibles si de ellos no hay demostracin, la cual di-
cen que es precisamente el nico saber; ahora bien, si no
es posible conocer las cosas primeras, tampoco es posible
saber simplemente ni de manera fundamental las que < se
desprenden> de stas, sino a partir de una hiptesis:. que IS
existan aquellas cosas primeras. Los otros estn de acuer-
do en que < es posible> saber: en efecto, < dicen> que
slo lo es por demostracin; pero que nada impide que
13 ametpeiston.
320 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
haya demostracin de todo: pues es admisible que se pro-
duzca la demostracin en crculo y la recproca 14.
Pero nosotros decimos que no toda ciencia es demostra-
20 tiva, sino que la de las cosas inmediatas es indemostrable
(y es evidente que esto es necesario: pues, si necesariamen-
te hay que conocer las cosas anteriores y aquellas de las
que < parte> la demostracin, en algn momento se han
de saber las cosas inmediatas, y stas necesariamente sern
indemostrables). De este modo, pues, decimos < que son>
estas cosas, y que no slo hay ciencia, sino tambin algn
principio de la ciencia, por el que conocemos los
25 trminos. Y est claro que es imposible demostrar sin ms
en crculo, ya que es preciso que la demostracin se base
en cosas anteriores y ms conocidas; en efecto, es imposi-
ble que las mismas cosas sean a la vez anteriores y poste-
riores a las mismas cosas, a no ser del otro modo, V.g.:
las unas respecto a nosotros y las otras sin ms 1 ~ modo
en el que hace conocida < una cosa> la comprobacin.
30 Pero, si fuera as, no estara bien definido el saber sin
ms, sino <que sera> doble; o simplemente, no es de-
mostracin sin ms la otra, la que se forma a partir de
las cosas ms conocidas para nosotros.
Ahora bien, a los que. dicen que la demostracin es en
crculo no slo les sucede lo que se acaba de decir, sino
que no dicen nada ms que: esto es si esto es; pero as
es fcil demostrarlo todo. Est claro que sucede esto si
35 se ponen tres trminos. En efecto, no hay ninguna diferen-
cia entre decir que el crculo se forma mediante muchas
cosas y decir que se forma mediante unas pocas, o incluso
dos < tan slo>. En efecto, cuando existiendo A existe
14 Cf. Anal. pro 11 57.
1 ~ Referencia a la anterioridad por naturaleza y la anterioridad
para nosotros (ver supra, cap. 2, 71b34-72a5).
ANALfTICOS SEGUNDOS 321
necesariamente B y, si esto, C, <entonces> al existir A
existir C. Por tanto, si al existir A es necesario que exista
B y, al existir esto, A (pues eso era <probar> en crcu- 73.
lo), pngase A en lugar de C. As, pues, decir que al exis-
tirB existe A es decir que existe C, y esto, a su vez, que
al existir A existe C; ahora bien, C es lo mismo que A.
De modo que los que afirman que la demostracin es en
crculo no vienen a decir nada ms, sino que al existir A
existe A. Pero as es fcil demostrarlo todo. 5
Pero en realidad ni siquiera eso es posible, a no ser en
aquellas cosas que se siguen recprocamente, como los pro-
pios 16. As pues, si hay una sola cosa, se ha demostrado
que nunca es necesario que haya otra (llamo una sola cosa
a que ni al poner un solo trmino ni una sola tesis < sea
necesaria otra cosa, en cambio, a partir de dos tesis
primeras, aun mnimas, cabe < que sea necesaria otra co- 10
sa>, puesto que < as> ya se razona. Si, pues, A sigue
a B yaC, y stos se siguen recprocamente adems de
seguir a A, de ese modo es admisible que se demuestren
recprocamente en la primera figura todas las cosas que
se postulen, como se ha demostrado en los < libros> so-
bre el razonamiento. Y se ha demostrado tambin que, en
las dems figuras, o no se forma razonamiento, o no so- 15
bre las < proposiciones> aceptadas. Pero las cosas que
no 'se predican recprocamente no es posible en modo algu-
no demostrarlas en crculo, as que, como son escasas en
las demostraciones las cosas de aquel tipo 17, es evidente
que resulta vano e imposible decir que la demostracin es
recproca y que es admisible demostrarlo todo a travs de 20
ella.
16 El atributo propio es aquel que, sin ser esencial, es exclusivo del
sujeto e intercambiable con l (ver TL-I, Tpicos 1 S, pgs. 96-97).
17 Las recprocas.
115. - 21
322 TRATADOS DE LGICA (RGANO N)
4. Definicin de acerca de todo, en s y universal
Comoquiera que es imposible que se comporte de otra
manera aquello de lo que hay ciencia sin ms, lo que se
sabe con arreglo a la ciencia demostrativa habr de ser
necesario; y es demostrativa aquella que tenemos por tener
una demostracin. Por tanto, la demostracin es un razo-
2S namiento a partir de cosas necesarias. Por consiguiente,
hay que buscar cules y de qu tipo < son> las cosas en
las que se basan las demostraciones. Primero distinguire-
mos a qu llamamos acerca de todo y en s y universal.
Llamo, pues, acerca de todo a aquello que no es en al-
gn caso < s> y en algn caso no, ni a veces < s> y
30 a veces no, V.g.: si animal < se dice> acerca de todo
hombre, si es verdadero decir que ste es hombre, tambin
es verdadero decir que es animal, y si lo uno < es ver-
dad> ahora, tambin lo otro, y si en toda lnea hay < al-
gn> punto, lo mismo. Un indicio 18 <de ello>: en efec-
to, cuando somos interrogados' acerca de cada < caso> ,
planteamos las objeciones as: si < no ser que> en algn
caso no o si alguna vez no.
35 Son en s todas las cosas que se dan en el qu es 19,
v.g.: la lnea en el tringulo y el punto en la lnea (pues
la entidad de esas cosas est < constituida> a partir de
aqullas y < aqullas> se dan dentro del enunciado que
dice qu es <cada una; tambin todas aquellas que se
dan dentro del enunciado que indica qu es < cada una>
de las que se dan en ellas, V.g.: lo recto y lo curvo se
40 dan en la lnea, y en el nmero lo impar y lo par, y lo
73b primero y lo compuesto, y lo cuadrado y lo oblongo; y
respecto a todas esas cosas, dentro del enunciado que dice
18 semefon, lit.: signo.
19 En la esencia de algo. Ver TL-l, Tpicos 1 S, n. 1S, pg. 97.
ANALTICOS SEGUNDOS 323
qu es < cada una>, se dan, all la lnea y aqu el n-
mero. De manera semejante, tambin en los dems casos
digo que tales cosas se dan en s mismas en cada cosa;
en cambio, todas las que no se dan de ninguna de las dos
maneras <las llamo> accidentes. V.g.: msico o blanco s
en animal.
Adems, < es en s> lo que no se dice de otro sujeto
cualquiera, V.g.: lo que camina, siendo alguna otra cosa,
es caminante 20, Y tambin lo blanco; en cambio, la enti-
dad, y todas las cosas que significan un esto. son precisa-
mente lo que son sin ser alguna otra cosa. Entonces, las
cosas que no < se dicen> de un sujeto las llamo en s,
y las que < se dicen> de un sujeto, accidentes.
y an, de otro modo, < es > en s lo que se da por lO
s mismo en cada cosa, y lo que no se da por s mismo
es accidente, v.g.: si, mientras uno caminaba, relampa-
gue, es un accidente: pues no relampague porque uno
caminara, sino que decimos que eso coincidi 21 < con lo
otro>. En cambio, si < se da> por s mismo, es en s,
V.g.: si muri al ser degollado, tambin muri en el dego-
llamiento, porque muri por ser degollado, pero no coinci- IS
di < simplemente> que muriera al ser degollado. Por
tanto, en el caso de las cosas sabidas sin ms, las cosas
que se dicen en s en cuanto que se dan dentro de los pre-
dicados o en cuanto que los predicados se dan en ellas
son por s mismas y por necesidad. En efecto, no es admi-
sible que no se den sin ms o que se den las opuestas,
20 Aun siendo un accidente, caminante se atribuir en s a algo
que camine.
21 synbl, del verbo symba(no, lit.: (r juntos. Del participio de
ese verbo sale el trmino symbebiks, que podra traducirse, pues, por
coincidente; aunque la suficiente trasparencia y extensin de uso de
accidente nos permiten aqu mantener el trmino tradicional.
324 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
20 V.g.: en la lnea lo recto o lo curvo, y en el nmero lo
impar y lo par. Pues lo contrario, o bien es una privacin,
o bien es una contradiccin dentro del mismo gnero, V.g.:
lo par es lo no impar en los nmeros, en cuanto se siguen
< lo uno de lo otro>. De modo que, si necesariamente
hay que afirmar o negar, tambin necesariamente se darn
las cosas que son en s.
25 As, pues, distngase de este modo el acerca de todo
y el en sr.
y llamo universal a lo que se da en cada uno en s y
en cuanto tal 22 Por tanto es evidente que todos los uni-
versales se dan por necesidad en las cosas. En s( y en
30 cuanlo 101 son lo mismo, V.g.: el punto y lo recto se dan
en la lnea en s misma (en efecto, se dan en ella en cuanto
linea), y tambin los dos rectos en el tringulo en cuanto
tringulo (en efecto, el trangulo es en s mismo equivalen-
te a dos rectos). Lo universal se da cuando se demuestra
en un < sujeto> cualquiera y primero 23. V.g.: tener dos
22 Es sta la definicin aristotlica ms acabada de ((universal: lo
que no slo se da en cada individuo de la especie que designa (hecho
cuyo conocimiento puramente emprico resultara imposible, por ser indefi-
nida la serie de los individuos), sino que es de tal naturaleza que necesa-
riamente se ha de dar en ellos, por lo cual ya no depende la certeza
de nuestra afinnacin de un interminable proceso de observaciones emp-
ricas, sino de la claridad en s (koth 'haut) del concepto en cuanto tal
(hi aut). La contrapartida de esta certeza es su alcance restringido a
los atributos esenciales del sujeto de que se trate y a los accidentales
comprendidos en una divisin del gnero al que pertenece el sujeto (v.g.:
escaleno respecto a tringulo) o ligados al sujeto por relacin causa-
-efecto.
23 Quiere decir: el predicado se da universalmente cuando se da en
no importa qu sujeto dentro del mismo gnero y cuando, adems, ese
gnero es el primero, el ms ((genrico de los que abarcan a todos los
sujetos en cuestin.
ANALITIeos SEGUNDOS
325
rectos no es universal para figura (aunque es posible de-
mostrar acerca de una figura que tiene dos rectos, pero 35
no acerca de una figura cualquiera, y el que demuestra
no se sirve de una figura cualquiera: pues el cuadrado es
una figura, pero no tiene el equivalente a dos rectos); el
issceles, en cambio, tiene, sea el que sea, el equivalente
a dos rectos, aunque no es primero, pero s es anterior
el tringulo. Por tanto, en aquello primero que se demues-
tre que, sea lo que sea, tiene dos rectos, o cualquier otro 40
< predicado>, es en lo que, como primero, se da univer- 74.
salmente < ese predicado>, y la demostracin de ello es
en s universal, en cambio la de otras cosas no es, en cier-
to modo, en s; y no es universal <acerca> del issceles,
sino sobre algo ms amplio 24.
5. Errores en la universalidad de la demostracin
No hay que perder de vista que muchas veces se yerra
y lo que se demuestra como primero y universal no se da
en la medida en que parece demostrarse como universal
y primero. Cometemos ese error cuando, o bien no es po-
sible tomar nada superior a lo singular ~ ; o s lo es, pero
es algo sin nombre, en el caso de las cosas diferentes en
especie 26; o resulta que es particular el conjunto sobre el
24 No es propiamente universal la demostracin de que el issceles
tiene dos rectos, sino la de que tiene dos rectos el gnero, ms amplio,
de los tringulos.
25 Es decir, cuando no se puede predicar un autntico gnero acerca
de sus especies (lo que aqu llama Aristteles ((singulan>, kath'hkaston,
y que no hay que entender en sentido estricto, como (dndividuos).
26 Se refiere al caso de que varias especies diferentes se puedan con-
cebir como incluidas en un gnero inmediatamente superior, pero no
exista nombre para designar a ste ltimo. (Un ejemplo, un tanto artifi-
cioso, sera el de los mancos y los cojos, caracterizados en comn por
326
TRATADOS DE LGICA (RGANON)
10 que se demuestra: pues la demostracin se dar respecto
a las cosas particulares, y ser acerca de cada una, pero,
a pesar de ello, la demostracin no lo ser de esto como
primero y universal. Digo <que hay> demostracin de
esto como primero en cuanto tal cuando es demostracin
de algo primero y universal. Si, pues, alguien demostrara
que las rectas no se encuentran, podra parecer que es la
demostracin de esto porque lo es para todas las rectas.
IS Pero no lo es, si no < es verdad> que se hacen iguales
a eso precisamente de esa manera, sino que son iguales
de cualquier otro modo 27. Y si no hubiera ms tringulo
qe el issceles, parecera que se da 28 en cuanto issce-
les. Y el que lo propOrcional tambin <se da> en orden
alterno, en cuanto nmeros y en cuanto lneas y en cuanto
slidos y en cuanto tiempo, al igual que se demostr por
20 separado en alguna ocasin, sera admisible demostrarlo
acerca de todos con una sola demostracin 29; pero al no
ser posible dar un nombre nico a todas esas cosas, n-
la falta de una extremidad, pero sin ningn trmino en castellano para
designar ese gnero comn como gnero inmediato superior: mutilado
seria demasiado genrico, pues incluira tambin a los que carecen de
partes del cuerpo distintas de las extremidades.)
27 La supuesta demostracin aludida resulta totalmente elptica en el
texto. Podra tratarse, como sugiere Tricot siguiendo a Pacius, de una
prueba a partir de la medida de los ngulos formados por las rectas en
cuestin con una secante: si esos ngulos, tomados de dos en dos los
internos o los externos, suman dos rectos, se trata de rectas paralelas.
La falsa demostracin consistira en creer que iguales a dos rectos
quiere decir que cada uno ha de ser recto, con lo que tendramos una
falsa universalidad, de extensin inferior a la de la prueba real.
28 A saber, la propiedad de tener ngulos equivalentes a dos rectos.
29 La proporcionalidad en orden alterno (ti anlogon ena/lx) es la
propiedad de las proporciones de admitir la trasposicin de sus trminos
en un cierto orden, v.g.: a:b::c:d = a:c::b:d.
ANAL/T1COS SEGUNDOS 327
meros-longitudes-tiempos-volIDenes, y al diferir entre s
en especie, se tomaron por separado. Pero ahora se de-
muestra universalmente, pues lo que se supone que se da
universalmente < en esas cosas> no se daba en cuanto l-
neas o en cuanto nmeros, sino en cuanto tal cosa. Por 2S
eso, si alguien demostrara caso por caso, con una sola de-
mostracin o con varias, que cada tringulo singular tiene
dos rectos, el equiltero, el escaleno y el issceles por sepa-
rado, no sabra en modo alguno que el tringulo < equi-
vale> a dos rectos, a no ser al modo sofstico, ni < que
ello se da> en el tringulo, aunque no haya ningn otro
tringulo aparte de sos. Pues no sabe < que tiene dos rec-
tos> en cuanto tringulo, ni que todo tringulo < lo tie- 30
ne>, como no sea segn el nmero: pero no todo segn
la especie, aunque no haya ninguno que no conozca 30.
As, pues, cundo no se sabe universalmente y cundo
se sabe sin ms JI? Est claro que < se sabra universal-
mente> si fuera lo mismo el ser del tringulo y el del
equiltero, de cada uno o de todos. Pero, si no es lo mis-
mo, sino algo distinto, y se da en cuanto tringulo, no
se sabe < universalmente> J2. Pero se da < en ello> en 3S
cuanto tringulo o en cuanto issceles? Y cundo se da
en ello como < sujeto> primero? Y de qu cosa es uni-
JO Si slo se conoce la propiedad como algo que se da en cada suje-
to independientemente de los otros, aunque se conozcan todos los sujetos
existentes, no se conoce la propiedad como algo universalmente inherente
a dichos sujetos. Viceversa: bastara saber que se da en uno solo, pero
como algo necesariamente inherente a l en virtud de su naturaleza, para
conocer universalmente.
JI Aqu sin ms (hapls) equivale a universalmente.
J2 En todo el pasaje se est suponiendo que partimos de nuestro co-
nocimiento de cada una de las especies de tringulo como equivalente
a dos rectos. Ese conocimiento slo seria automticamente universal si
el gnero tringulo se redujera a una cualquiera de sus especies.
328 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
versal la demostracin? Est claro que cuando se d en
ello como primero al eliminar < lo dems>. V.g.: en el
tringulo issceles de bronce se darn dos rectos, pero tam-
74b bin al eliminar el ser de bronce y el ser issceles. Pero
no < al eliminar> la figura o el lmite. Pero < stos>
no son primeros. De qu < sujeto>, pues, < se dice>
como primero? Si del tringulo, < los dos rectos> se dan
tambin en los dems en virtud de l, por tanto es univer-
sal la demostracin.
6. Necesidad y esencialidad de las premisas de la demos-
traci6n
5 As, pues, si la ciencia demostrativa parte de principios
necesarios (pues lo que ella sabe no es posible que sea de
otra manera), y los < predicados> en s se dan como ne-
cesarios en las cosas (en efecto, unos se dan en el qu es,'
y respecto a los otros, tomados como predicados de ellos,
se dan en el qu es aquellas cosas en las que es necesario
10 que se d uno de los dos contrarios), es evidente que el
razonamiento demostrativo partir de algunas cosas de es-
te tipo: pues todo se da as o por accidente, pero los acci-
dentes no son necesarios.
Entonces, o bien hay que hablar as, o bien poniendo
como principio que la demostracin es de cosas necesarias
y, si se ha demostrado, no es posible que sea de otra ma-
nera; luego el razonamiento ha de partir de cosas necesa-
15 rias. En efecto, tambin es posible razonar a partir de co-
sas verdaderas sin demostrar, pero no es posible razonar
a partir de cosas necesarias si no es al demostrar: en efec-
to, ya eso es < propio> de la demostracin. Una prueba
de que la demostracin es a partir de cosas necesarias es
que incluso las objeciones a los que creen demostrar las
20 hacemos as, < diciendo> que no necesariamente, ya crea-
ANALlneos SEGUNDOS 329
mos que es totalmente admisible que sea de otra manera,
ya sea por mor de la argumentacin. Queda claro, a partir
de estas < consideraciones>, que son ingenuos los que
creen tomar bien los principios si la proposicin es plausi-
ble y verdadera, V.g.: los sofistas < al decir> que saber
es tener ciencia 33. Pues lo plausible no es para nosotros 2S
un principio, sino lo primero en el gnero acerca del cual
se demuestra; y no todo lo verdadero es apropiado.
Que el razonamiento ha de partir de cosas necesarias
es evidente tambin a partir de las < consideraciones> si-
siguientes. En efecto, si el que no tiene explicacin del por-
que, aun siendo posible la demostracin, no tiene ciencia,
si ocurriera de tal modo que A se diera por necesidad en
e, pero B, el medio por el que se demuestra, no < se die- 30
ra> por necesidad, no se sabra el porque. En efecto,
esa < conclusin> no se debe al medio: pues es admisible
que ste no exista, y en cambio la conclusin es necesaria.
y ms an, si alguien no sabe ahora algo, a pesar de que
posee la argumentacin y de que se conserva l, conservn-
dose asimismo el hecho, sin que se haya interrumpido su
memoria, < eso es que> no lo saba previamente. Pues lS
el < trmino> medio podra destruirse, si no es necesario,
de modo que l tendr la argumentacin, conservndose
al mismo tiempo que se conserva el hecho, y, sin embargo,
no lo sabr; luego no lo saba previamente. Y si < el me-
dio> no se ha destruido, pero cabe que se destruya, la
consecuencia sera posible y admisible. Pero en unas con-
diciones as es imposible conocer.
As, pues, cuando la conclusin es por necesidad, nada 75.
impide que el medio por el que se demostr no sea necesa-
rio (en efecto, es posible probar por razonamiento lo nece-
33 Alusin a un argumento sofstico desarrollado por PLATN en el
Eutidemo 277b.
330 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
sario tambin sin partir de cosas necesarias, al igual que
lo verdadero sin partir de cosas verdaderas); en cambio,
cuando el medio es por necesidad, tambin la conclusin
lo es, al igual que a partir de cosas verdaderas siempre
<se prueba> lo verdader0
34
(en efecto, sea A <verda-
dero> acerca de B por necesidad, y ste acerca de e: en-
tonces es necesario tambin que A se d en e); en cambio,
cuando la conclusin no es necesaria, tampoco es posible
que el medio sea necesario (en efecto, sea que A se da
en e no necesariamente, y tambin en B, y que ste ltimo
10 se da en e por necesidad: entonces tambin A se dar en
e por necesidad; pero se supuso que no).
As, puesto que si se sabe algo por demostracin es pre-
ciso que se d por necesidad, est claro que la demostra-
cin ha de tener lugar con un < trmino> medio tambin
necesario; de lo contrario no se sabr, ni el porque ni que
15 es necesario que aquello sea, sino que, o bien se creer
< que se sabe> sin saberlo si se interpreta como necesario
lo no necesario, o bien no se creer < siquiera>, tanto
si se sabe que < algo es> a travs de medios, como si
se sabe el porque y a travs de cosas inmediatas 35.
De los accidentes que no son en s del modo en que
se definieron las cosas en s 36, no hay ciencia demostrati-
34 Ver Anal. pro 11 2-4.
35 Lo que Aristteles argumenta en este prrafo es que el hecho de
que unas premisas contingentes puedan dar una conclusin necesaria no
quiere decir que se trate de una demostracin propiamente dicha, para
la que es requisito saber, no slo que la conclusin es necesaria, sino
tambin que no puede dejar de serlo (en otras palabras: que lo es en
virtud de la necesidad formal del nexo silogstico).
36 Es decir, los atributos que, sin ser esenciales, tienen algn tipo
de relacin necesaria con el sujeto, bien por relacionarse como causa
efecto, bien por integrar una divisin en alguno de cuyos miembros ha
de estar incluido el sujeto (ver supra, cap. 4, 73a34-b24, y n. 22).
ANALTICOS SEGUNDOS 331
va. Pues no es posible demostrar por necesidad la conclu-
sin; en efecto, el accidente es admisible que no se d: 20
pues hablo de ese tipo de accidente. Sin embargo, quiz
alguien se planteara la dificultad de por qu hay que pre-
guntar esas cosas acerca de esto, si < en ese caso> no
es necesario que haya conclusin 37; en efecto, eso no se
diferencia en nada de que alguien, habiendo enunciado
< proposiciones> cualesquiera, enunciara inmediatamente
la conclusin. Pero hay que preguntar, no porque surja 25
algo necesario a travs de "las cosas preguntadas, sino por-
que es necesario que el que dice aquellas cosas diga < la
conclusin> 38, Y que la diga con verdad si las < propo-
siciones> se dan verdaderamente.
Comoquiera que en cada gnero se dan por necesidad
todas las cosas que se dan en s y en cuanto que en tal
< gnero>, es evidente que las demostraciones cientficas 30
son acerca y a partir de las cosas que se dan en s. En
efecto, los accidentes no son necesarios, de modo que no
se sabr necesariamente por qu se da la conclusin, ni
aunque se diera siempre, si no es en s, v.g.: los razona-
mientos por signos 39. En efecto, lo en s no se sabr en
s, ni se sabr el porque (saber el porque es saber a travs 35
de la causa). Por tanto es preciso que el < trmino> me-
dio se d por s mismo en el tercero y el primero en el
medio.
37 Alusin al debate dialctico: por u ~ habra que intentar que el
que responde aceptara premisas no necesarias para probar algo necesa-
rio?
38 La necesidad de la argumentacin no tiene por u ~ traducirse en
enunciados referidos a hechos necesarios (necesidad material), sino que
basta que sea necesaria la ilacin que lleva a la conclusin (necesidad
formal o lgica).
39 Cf. Anal. pro 11 27.
332 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
7. Exclusin mutua de los gneros
Por tanto no es posible demostrar pasando de un gne-
ro <a otro>, v.g.: <demostrar> lo geomtrico por la
aritmtica. En efecto, son tres los < elementos que se
40 dan> en las demostraciones: uno, lo que se demuestra, la
conclusin (esto es lo que se da, en s, en algn gnero);
otro, las estimaciones 40 (hay estimaciones a partir de las
75b cuales < se demuestra; el tercero, el gnero, el sujeto
del cual la demostracin indica las afecciones y los acci-
dentes en s. As, pues, < las estimaciones> a partir de
las cuales < se hace> la demostracin es admisible que
sean las mismas; en cambio, de las cosas cuyo gnero es
distinto, como la aritmtica y la geometra, no es posible
5 que la demostracin aritmtica se adapte a los accidentes
de las magnitudes, si las magnitudes no son nmeros; aho-
ra bien, ms adelante se explicar que esto es admisible
en algunos casos.
La demostracin aritmtica siempre tiene su gnero,
acerca del cual es la demostracin, y de manera semejante
las otras. De modo que, o bien es necesario que el gnero
sea el mismo sin ms, o bien que lo sean hasta cierto pun-
to, si se pretende que la demostracin pase < de uno a
10 otro gnero> . Que de otra manera es imposible est claro:
en efecto, es necesario que los extremos y los medios sean
siempre del mismo gnero. Pues, si no son en s 41, sern
accidentes. Por eso no es posible demostrar mediante la
geometra que la ciencia de los contrarios es una sola, pero
tampoco que dos cubos son un cubo 42; ni < es posible de-
40 axidmata. CC. Anal. pro 11 11, n. 388.
41 Los atributos en 51 estn habitualmente dentro del mismo gnero
que el sujeto o viceversa.
42 Aristteles alude a un problema consistente en encontrar la pro-
ANALlTICOS SEGUNDOS
333
mostrar> lo propio de una ciencia mediante otra, a no ser
que todas las cosas en cuestin estn subordinadas las unas
a las otras, V.g.: las cuestiones ptimas respecto a la geo- ~
metra y las armnicas respecto a la aritmtica. Tampoco
en el caso de que algo se d en las lneas no en cuanto
lneas ni en cuanto basado en los principios propios < de
las ciencias>, V.g.: si < se dice que> la recta es la ms
bella de las lneas o que se comporta contrariamente a la
curva: pues eso no se da como gnero propio de ellas, si- 20
no como comn < a otras cosas>.
8. Valor perenne de la demostracin
Si las proposiciones en las que se basa el razonamiento
son universales, es manifiesto tambin que necesariamente
ser tambin eterna la conclusin de semejante demostra-
cin. Por tanto, de las cosas corruptibles no hay demostra-
cin ni ciencia sin ms, sino igual que acerca del acciden- 25
te, porque no la hay acerca de l en su totalidad, sino
a veces y segn cmo.
Cuando hay < demostracin de esas cosas> , es necesa-
rio que una de las proposiciones sea no universal y pasaje-
ra -pasajera porque, al serlo, tambin lo ser la conclu-
sin, no universal porque, de los casos en los que se da,
se dar en ste y no en aqul-, de modo que no es 30
posible probar universalmente por razonamiento, sino
que <se da> ahora. De manera semejante ocurre con las
definiciones 43, puesto que la definicin es, o bien un prin-
porcin en que hay que prolongar la arista de un hexaedro para obtener
otro de volumen doble, problema insoluble en la geometra plana, que
es la que propiamente se llamaba geometra en la poca.
43 Quiere decir, enlazando con el principio del captulo, que las defi-
niciones versan tambin sobre verdades perennes.
334 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
cipio de la demostracin, o bien una demostracin que
difiere por la posicin < de los trminos>, o bien la con-
clusin de una demostracin. Pero las demostraciones y
las ciencias de las cosas que suceden con frecuencia, v.g.:
del eclipse de luna, est claro que, en la medida en que
3S son < demostraciones> de una cosa de ese tipo, siempre
son, pero en la medida en que no sean siempre, son par-
ticulares. Y, como el eclipse, igual en los otros casos.
9. Los principios indemostrables de la demostraci6n
Como es evidente que no hay manera de demostrar ca-
da cosa si no es a partir de sus principios < propios>, si
lo que se demuestra se da como tal, no es posible saber
eso < de otra manera>, aunque se demuestre a partir de
40 cosas verdaderas, indemostrables e inmediatas. En efecto,
as es posible demostrar, como Brisn, la cuadratura < del
crculo> 44. Pues esos argumentos demuestran con arreglo
a algo cmun, que se dar tambin en otra cosa: por eso
los argumentos se pueden aplicar tambin a otras cosas
76. que no son del mismo gnero. As, pues, no se sabe aque-
llo en cuanto tal, sino por accidente: pues, si no, la demos-
tracin no se aplicara tambin a otro gnero.
Cada cosa la sabemos, no por accidente, cuando la co-
s nocemos en virtud de aquello por lo que se da, a partir
de sus principios en cuanto tal, v.g.: el tener < ngulos>
equivalentes a dos rectos, con respecto a aquello en lo que
lo dicho se da en s, a partir de sus principios < propios> .
De modo que, si tambin eso se da en s en aquello en
lo que se da, necesariamente el medio estar dentro del
44 Brisn, matemtico de Mgara, que pretendi demostrar la cua-
dratura del crculo mediante principios matemticos verdaderos, pero mal
aplicados.
ANALTICOS SEGUNDOS
335
conjunto de cosas del mismo gnero. Si no, slo es posible
< en casos> como el de las cuestiones armnicas a travs
de la aritmtica. Las cosas de ese tipo se demuestran de la 10
misma manera 4S, aunque hay alguna diferencia: en efec-
to, el que 46 < es propio> de otra ciencia (pues el gnero
<del> sujeto es distinto), en cambio, el porque <es pro-
pio> de la ciencia superior, de la que son < propias>
las afecciones en s mismas. De modo que tambin a partir
de estas < consideraciones> es evidente que no es posible
demostrar cada cosa sin ms si no es a partir de sus princi-
pios < propios>. Pero los principios de esas cosas tienen IS
algo en comn.
y si eso es evidente, tambin lo es que no es posible
demostrar los principios propios de cada cosa; en efecto,
aqullos 47 seran los principios de todas las cosas, y la
ciencia de ellos sera la ms importante de todas. En efec-
to, se sabe mejor lo que se conoce a partir de las causas
superiores: pues se conoce a partir de los < principios> 20
superiores cuando se conoce a partir de causas incausadas.
De modo que, si se conoce mejor y de manera ms perfec-
ta, tambin la ciencia correspondiente ser la mejor y ms
perfecta. Ahora bien, la demostracin no se puede apli-
car a otro gnero 48 , a no ser, como ya se ha dicho, los
4S Se refiere a los casos anlogos al de la armona respecto de la
aritmtica.
46 lo hli, es decir, el heeho que se demuestra, la conclusin.
47 Se refiere Aristteles, con ese simple pronombre, a los principios
de los que debera partir la ciencia que intentara demostrar, a su vez,
los principios de cada ciencia particular.
48 En otras palabras, no parece que pueda haber ciencia universal,
ya que, para que la hubiera, habramos de contar con unos principios
demostrativos comunes a todo, lo cual se ha demostrado imposible en
prrafos anteriores, al probar la mutua exclusin de los gneros y, por
ende, de los principios demostrativos pertinentes, que deben estar con te-
336 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
< principios> geomtricos a las cuestiones mecnicas u p-
25 ticas, y los artimticos a las armnicas.
Es difcil conocer si se sabe o no. En efecto, es difcil
conocer si sabemos a partir de los principios < propios>
de cada cosa o no: lo cual es precisamente el saber. Cree-
mos que, si tenemos un razonamiento basado en algunas
cosas verdaderas y primeras, sabemos. Pero no es eso, si-
30 no que la < conclusin> tiene que ser del mismo gnero
que las proposiciones 49.
10. Los diferentes principios
Llamo principios, en cada gnero, a aquellos que no ca-
be demostrar que son. Se da, pues, por supuesto qu signi-
fican las cosas primeras y las derivadas de ellas; en cuanto
al < hecho de> que son, los principios es necesario darlos
por supuestos, y las dems cosas, demostrarlas; V.g.: qu
35 es la unidad, y qu lo recto y el tringulo, y que la uni-
dad y la magnitud existen, se ha de dar por supuesto, lo
dems se ha de demostrar.
De los < principios> que se utilizan en las ciencias de-
mostrativas, unos son propios de cada ciencia, y otros son
comunes, aunque comunes por analoga, puesto que se
puede utilizar slo lo que est incluido en el gnero subor-
40 di nado a la ciencia < en cuestin>; son < principios>
propios, por ejemplo, el ser tal clase de lnea y el ser
r e c t o ~ y comunes, por ejemplo: si se quitan < partes>
nidos en el propio gnero de la cosa demostrada. Es ste un tema recu-
rrente en todo el Corpus aristotelicum.
49 pr3tois, lit.: cosas primeras, que quedara demasiado vago en
su traduccin literal, siendo as que se refiere obviamente a las premisas
del silogismo.
~ En otras palabras, la definicin de lnea y la de recto, no la linea
ni lo recto sin ms.
ANALTICOS SEGUNDOS 337
iguales de cosas iguales, las que quedan son iguales. Y ca-
da uno de stos es adecuado slo en < su > gnero: en
efecto, valdr lo mismo aunque no se tome acerca de to-
do, sino slo acerca de las magnitudes, y para el nmero 76b
en la aritmtica.
Son tambin propias de una ciencia las cosas que < s-
ta> acepta como existentes y sobre las que estudia lo que
se da en ellas en s, V.g.: las unidades <respecto a> la
aritmtica, y < respecto a> la geometra, los puntos y las
lneas. En efecto, se acepta que estas cosas son y son pre- s
cisamente esto. En cambio, qu significa cada una de sus
afecciones en s, se da por supuesto, V.g.: < respecto a>
la aritmtica, qu es lo impar o lo par o el cuadrado o
el cubo, <respecto a> la geometra, qu es lo irracio-
nal 51 o el estar quebrado o el inclinarse; en cuanto < al
hecho de> que son, se demuestra a travs de las cuestio- 10
nes comunes y a partir de las cosas ya demostradas. Y
lo mismo la astronoma 52. En efecto, toda ciencia demos-
trativa gira en torno a tres cosas, a saber, todo aquello
cuyo existir establece (y esto es el gnero del que la ciencia
estudia las afecciones en sO, y las cuestiones comunes lla-
madas estimaciones, a partir de las cuales, como cuestio-
nes primeras, se demuestra, y lo tercero, las afecciones, 15
de las que se da por supuesto qu significa cada una. Sin
embargo, en el caso de algunas ciencias, nada impide dejar
de lado algunas de esas cosas, v.g.: no <ocuparse de>
establecer que el gnero existe si es evidente que existe (en
efecto, que exista el nmero no est igual de claro que
el que exista lo fro y lo caliente), y no <ocuparse de>
51 d/ogon, lit.: inexpresable o incalculable)). Se refiere a la incon-
mensurabilidad de la diagonal con el lado del cuadrado.
52 En griego. astr%gfa, que no tiene el sentido pseudocientffico que
ha adquirido en las lenguas modernas.
liS. - 22
338 TRATADOS DE LGICA (ROANON)
20 interpretar qu significan las afecciones, si estn claras; co-
mo < no ocuparse> tainpoco de interpretar qu significan
las cuestiones comunes '3, < como la de> quitar < par-
tes> iguales de cosas iguales, por ser conocido. Pero no
por ello dejan de ser tres por naturaleza estas cosas: aquel
gnero acerca del cual se demuestra, aquellas < afeccio-
nes> que se demuestran y aquellas < estimaciones> a par-
tir de las cuales se demuestra.
Aquello que necesariamente es y necesariamente debe
parecer por s mismo no es una hiptesis ni un postulado.
En efecto, la demostracin no < se refiere> a la argumen-
tacin exterior, sino a la < que se da> en el alma, como
25 tampoco el razonamiento. Pues siempre es posible objetar
contra la argumentacin exterior, pero no siempre contra
la argumentacin interior. As, pues, todas las cuestiones
que uno mismo acepta sin demostrar, aun siendo demos-
trables, si las acepta parecindole bien al que aprende, son
cosas que se suponen, y no son' hiptesis sin ms, sino
lO slo respecto a aquella cuestin < concreta>; en cambio,
si lo mismo se acepta sin que haya ninguna < otra> opi-
nin al respecto, o habiendo una opinin contraria, es al-
go que se postula. Y la hiptesis y el postulado difieren
en eso: en efecto, el postulado es lo que va contra la opi-
nin del que aprende, o lo que alguien acepta y utiliza
sin demostrarlo, aun siendo demostrable.
35 As, pues, las definiciones'" no son hiptesis (pues no
se dice para nada que existan o no), sino que las hiptesis
n Lase: las estimaciones (axiiJmata).
,.. h6roi, lit.: hitos, demarcaciones. Ese significado bsico hace
apta la palabra, tanto para designar los trminos del razonamiento (que
son los puntos de referencia del mismo), como las defmiciones (que son
las delimitaciones de los conceptos). Ello no obstante, Aristteles emplea
ANALTICOS SEGUNDOS 339
estn en las proposiciones, en cambio las definiciones slo
hay que entenderlas: yeso no es una hiptesis (a no ser
que uno diga que tambin el escuchar es < hacer> una
hiptesis), sino que lo son todas aquellas cosas al existir
las cuales, por < el hecho de> existir, se produce la con-
clusin. (Tampoco el gemetra hace suposiciones falsas,
como afirmaron algunos, diciendo que no hay que servirse 40
de lo falso, y que el gemetra dice cosas falsas al decir
que mide un pie lo que no nde un pie, o que es recta
la lnea trazada sin que sea recta". El gemetra no con- 77.
cluye nada por el < hecho de> que tal linea sea lo que
l ha declarado, sino las cosas que quedan claras a travs
de esas < suposiciones. Adems, todo postulado o hi-
ptesis es universal o particular, mientras que las defini-
ciones no son ninguna de las dos cosas.
11. Los axiomas
As, pues, no es necesario que las especies o un cierto
uno existan al margen de las mltiples cosas para que haya
demostracin, pero s es necesario que sea verdadero decir
lo uno acerca de las mltiples cosas S6 pues no existira lo
con tanta o mayor frecuencia, para designar la definicin, la palabra
horisms, derivada de la misma ralz de hros.
ss Quiere decir que el gemetra atribuye valores imaginarios a las di
mensiones de las figuras que maneja, con fines puramente ilustrativo
didcticos; pero no basa sus conclusiones en los valores falsos como valo
res absolutos, sino en los valores relativos, en las relaciones entre magni
tudes, cuya realidad no depende de aqullos como tales, sino de sus pro-
porciones mutuas.
S6 Critica de la teorla de las ideas separadas, atribuida a Platn, o
ms bien a cienos platnicos. Hay que notar que la palabra efdos sig-
nifica propiamente aspecto, visin objetiva de algo, pero se suele
traducir, dependiendo del contexto, tanto por idea como por especie
340 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
universal si ello no fuera < as>; y si no existiera lo uni-
versal, no habra < trmino> medio, de modo que tampo-
co demostracin. Por tanto, es preciso que haya algo uno
e idntico, no homnimo 57, en la pluralidad.
10 Lo de que no es admisible afirmar y negar a la vez no
lo toma ninguna demostracin S8, a no ser que haya que
demostrar tambin as la conclusin. Y se demuestra supo-
niendo que < afirmar> el primer < trmino> acerca del
medio es verdadero, pero negarlo no lo es. El medio, en
cambio, da igual suponer que es o que no es, al igual que
15 el tercero. En efecto, si se concede <algo> acerca de lo
cual es verdad hombre, aunque tambin sea verdad no-
hombre. con tal que < se conceda que> el hombre es slo
animal y no es no-animal, ser verdadero decir que Calias
-aunque tambin sea verdadero decirlo < de > no-Calias-
es con todo, animal y no es no-animal. La causa < de
ello> es que el primero no slo se dice acerca del medio,
20 sino tambin de algo ms S9, por estar en ms cosas, de
modo que, aunque el medio exista como tal y como no-tal,
para la conclusin dar lo mismo 60.
(sta ltima es palabra procedente del latln species, Que tiene el mismo
significado bsico Que su homlogo griego).
S7 Ver CategorlS 1, TL-I, pgs. 29-30.
S8 En efecto, es un principio Que se da por descontado siempre sin
Que haga falta explicitarlo en una demostracin corriente.
'9 Por ejemplo, animal se dice, no slo de hombre, sino tambin de
no-hombre (v.g.: caballo, buey, etc.).
60 La argumentacin de Aristteles, un tanto crlptica por su conci-
sin, es la siguiente: slo vale la pena aplicar expUcitamente el principio
de no-contradiccin en las premisas cuando la conclusin lo exige, v.g.:
para probar Que Calias es animal y no es no-animal. Para eIJo basta
explicitarlo en la mayor: todo hombre es animal y no es no-animal. En
la menor, y tanto en relacin con el medio como con el tercer trmino,
no es necesario hacerlo, porque, aunque se predicaran conjuntamente la
ANALfTICOS SEGUNDOS
341
Lo de que todo < se ha de> afirmar o negar, lo toma
la demostracin < por reduccin> a lo imposible, y esto
ni siquiera siempre universalmente, sino en cuanto sea ade-
cuado, y es adecuado para el gnero. Digo <adecuado>
para el gnero, por ejemplo, < respecto> al gnero sobre 25
el que se aplica la demostracin, como ya se ha explicado
anteriormente 61.
Todas las ciencias se comunican entre s en virtud de
las < cuestiones> comunes (llamo comunes a aquellas de
las que uno se sirve demostrando a partir de ellas, pero
no aquellas acerca de las cuales se demuestra ni aquellas
que se demuestran), y la dialctica se comunica con todas
< las ciencias>, como una < ciencia que> intentara de- 30
mostrar universalmente las cuestiones comunes, v.g.: que
todo <se ha de> afirmar o negar, o <lo de> las <par-
tes> iguales de cosas iguales, o cualesquiera de este tipo.
Pero la dialctica no es < ciencia> de cosas definidas de
tal o cual manera 62, ni de un gnero nico. En efecto,
si no, no preguntara: pues al demostrar no es posible pre-
guntar, ya que, si se dan las < proposiciones> contrarias,
no se demuestra lo mismo. Esto se ha demostrado en los 35
< libros> sobre el razonamiento 63.
afirmacin y la negacin de cada trmino, la conclusin sera la misma,
v.g.: Calias y no-Calias (por ejemplo, Argos, Bucfalo, etc.) son hom-
bres y no-hombres (por ejemplo, perros, caballos). La conclusin, Ca/ias
es animal y no es no-animal, no queda alterada (aunque deja de ser la
nica conclusin posible).
61 Ce. supra, caps. 7, 75a42, y lO, 76b13.
62 Es decir, no versa sobre gneros bien definidos de cosas, por lo
que no es una ciencia propiamente dicha.
63 Ver Ana/. primo I 1 Y 11 15, 64b8ss.
342 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
12. La interrogaci6n cientfica
Si es lo mismo la pregunta < propia> de un razona-
miento y la proposicin < que forma parte> de una con-
tradiccin 64 y si en cada ciencia hay proposiciones en las
que se basa el razonamiento de cada una, habr una pre-
gunta cientfica sobre las cosas a partir de las cuales se
40 forma el razonamiento propio de cada < ciencia>. Por
tanto, est claro que no toda pregunta ser geomtrica o
mdica, y de manera semejante en las dems < ciencias> ;
77b sino que < slo sern geomtricas> aquellas a partir de
las cuales se demuestra alguna de las cuestiones sobre las
que versa la geometra, o que se demuestran a partir de
las mismas cosas que la geometra, como las cuestiones
pticas. De manera semejante en las dems < ciencias> .
y acerca de estas cuestiones hay que dar tambin razn
5 a partir de los principios y conclusiones geomtricos; en
cambio, acerca de los principios, el gemetra en cuanto
gemetra no ha de dar razn; de manera semejante en las
dems ciencias. Por tanto, ni hay que plantear toda pre-
gunta a cada conocedor de una ciencia 6S, ni hay que res-
ponder todo lo que se pregunta acerca de cada cosa, sino
< slo> las cuestiones definidas con arreglo a la ciencia
<en cuestin> 66. Si se discute as con un gemetra en
10 cuanto gemetra, es evidente que, si se demuestra algo a
partir de esas cuestiones, < se har> bien. < En caso con-
trario> , en cambio, est claro que ni siquiera se refutara
al gemetra, a no ser por accidente; de modo que, entre
64 V.g.: es o no es el placer el supremo bien?
6S epistimona. La traduccin por cientlfico, en mucha mayor me-
dida que la de episliml por ((ciencia, resultara anacrnica.
66 Es decir, las cuestiones que ya presuponen los principios propios
de esa ciencia.
ANALITleos SEGUNDOS 343
los no versados en geometra, no sera posible discutir so-
bre geometra: pues el argumento mal hecho pasar inad-
vertido. De manera semejante pasa tambin con las dems IS
ciencias.
Puesto que hay preguntas geomtricas, las hay tambin
ageomtricas? Y, para cada ciencia, las cuestiones, < di-
gamos>, geomtricas dentro de qu clase de ignorancia
estn? Y cul es el razonamiento correspondiente a la ig-
norancia, el razonamiento basado en las < proposiciones> 20
opuestas o el razonamiento desviado, pero dentro de la
geometra, < pongamos por caso>, o el basado en otra
arte, V.g.: la cuestin musical es una pregunta ageomtrica
sobre geometra, mientras que el creer que las paralelas
se encuentran es geomtrico de algn modo y ageomtrico
de otro? Pues esta cuestin es doble, como tambin lo
arrtmico: en un caso es ageomtrico por no tener <co- 2S
nacimiento de geometra> y en otro caso por tener < ese
conocimiento> equivocadamente 61: y sta ltima ignoran-
cia, y la que parte de los principios de ese tipo, es la
contraria <al saber>. En cambio, en las matemticas, el
razonamiento desviado no es del mismo tipo, porque el
< trmino> medio es siempre doble: pues se dice < algo>
acerca de todo l, y l, a su vez, se dice acerca de otra 30
cosa en la totalidad (el predicado no se dice nunca como
todo 68), y estas cosas slo es posible verlas con la inte-
leccin 69, en cambio mientras que en los enunciados pasa
61 El ejemplo del ritmo da la clave: llamamos arrltmico)), bien a
lo que no tiene ritmo de ninguna clase, bien a lo que tiene un ritmo
irregular.
68 Referencia, un tanto ociosa, a que el predicado no ha de llevar
cuantificador (cf. Sobre la interpretacidn. cap. 7, 17bI2-16).
69 .' izobei. Quiere decir que el doble scntido del trmino medio no
aparece expreso y slo podemos distinguirlo en nuestra mente.
344 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
inadvertido: -Es todo crculo una figura? (Si se dibuja,
est claro que s). -Pero, entonces, los versos picos
son una figura? 70. Es evidente que no lo son.
No hay que presentar objecin contra ello 71, si la pro-
3S posicin es comprobatoria 72. En efecto, como no hay nin-
guna proposicin que no verse sobre varias cosas (pues,
< si no>, no versara sobre todas, y el razonamiento es
a partir de cuestiones universales), est claro que tampoco
la objecin 73. En efecto, las proposiciones y las objecio-
nes son idnticas: pues lo que se presenta como objecin
podra convertirse en proposicin, demostrativa o dialc-
tica.
40 Ocurre, por otra parte, que algunos hablan de manera
no razonada al suponer que los consecuentes lo son reci-
,la procamente, como hace, por ejemplo, Ceneo, < diciendo>
que el fuego < crece> en proporcin mltiple: en efecto,
el fuego crece rpidamente, como l dice, y sa es la pro-
porcin. Pero as no hay razonamiento, sino < slo> en
el caso de que la proporcin mltiple siga a la proporcin
ms rpida y la proporcin ms rpida siga al fuego en
movimiento 74. As, pues, a veces no cabe razonar a par-
70 Se juega con la ambigedad del trmino kjklos ((circulo, con su
doble acepcin de figura geomtrica y de repeticin peridica de aconte-
cimientos, sentido, ste ltimo, en el que se aplica a la poesa pica.
71 Lase: ((contra el razonaIlentO.
72 epaktikt. de epagQgt, ((comprobacin, segn nuestra versin.
13 Es decir, tampoco la objecin puede dejar de versar sobre varias
cosas.
74 El sofisma de Ceneo, demasiado sucintamente resumido por Aris-
tteles, consista en poner los trminos en orden inverso al correcto. El
orden de menor a mayor extensin debe ser el que Aristteles acaba de
indicar: el fuego en movimiento - crecer de la manera (en la proporcin)
ms rdpida - crecer en proporcin mltiple ((en progresin geomtrica,
diramos nosotros).
ANALTICOS SEGUNDOS
345
tir delas <proposiciones> mencionadas, ya veces s que
cabe, pero no se ve.
Si es imposible demostrar lo verdadero a partir de lo
falso, ser fcil resolverlo: pues necesariamente se produci-
ra la inversin. En efecto, sea que A existe y, al existir
ello, existen estas tales cosas, que yo s que existen, V.g.:
B. Por tanto, a partir de stas demostrar que existe aque-
llo. Se puede invertir sobre todo en las matemticas, por- lO
que no toman nada accidental (precisamente en eso se di-
ferencian de los < razonamientos> de las discusiones), si-
no < slo> definiciones.
< El razonamiento> no se ampla a travs de los me-
dios, sino mediante la aadidura < de extremos>, V.g.: A IS
de B, ste de e y ste a su vez de D, y as indefinida-
mente; tambin colateralmente, por ejemplo, A acerca de
e tanto como de E, V.g.: hay un nmero de tal magnitud
o indefinido, yeso < se pone> en lugar de A, el nmero
de tal magnitud impar en lugar de B, y un nmero impar
en lugar de C: entonces se da A acerca de C. y existe
el nmero de tal magnitud par en lugar de D, y el nme- 20
ro par en lugar de E: entonces se da A acerca de E.
13. El conocimiento del hecho y de la causa
Es diferente saber el que y saber el porque, primera-
mente en la misma ciencia, y en sta de dos modos: de
uno, si el razonamiento no se produce a travs de < pro-
posiciones> inmediatas (pues no se toma la causa primera, 2S
y la ciencia del porque es con arreglo a la causa primera);
de otro modo, si es a travs de < proposiciones> inmedia-
tas, pero no a travs de la causa, sino del ms conocido
de los <trminos> invertidos. En efecto, nada impide
que el ms conocido de los predicados recprocos sea a
346 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
veces lo que no es causa, de modo que la demostracin
30 ser a travs de l; V.g.: que los planetas estn cerca por-
que titilan. Sea, en lugar de C, planetas, en lugar de D
no titilar, en lugar de A estar cerca. Entonces es verdadero
decir D acerca de C: pues los planetas no titilan. Pero
tambin A acerca de D: pues lo que no titila est cerca;
35 y esto acptese por comprobacin o por percepcin. As,
pues, es necesario que A se d en C, de modo que se ha
demostrado que los planetas estn cerca. ste es, por tan-
to, el razonamiento, no del porque sino del que: pues no
estn cerca por no titilar, sino que, por estar cerca, no
titilan. Pero cabe tambin demostrar lo uno por lo otro,
40 y ser la demostracin del porque,' V.g.: sea C planetas,
71b en lugar de D estar cerca, y A no titilar; entonces tambin
se da D en C y A en D, de modo que tambin en C se
da A. Y es el razonamiento del porque: en efecto, se ha
tomado la causa primera. Y an, cuando demuestran que
la luna es esfrica a travs de sus aumentos -en efec-
to, si lo que aumenta as es esfrico, y la luna aumenta
s < as>, queda de manifiesto que es esfrica-; de ese mo-
do, pues, se ha formado el razonamiento del que y, po-
niendo al revs el medio, del porque: pues no es esfrica
por los aumentos, sino que, por ser esfrica, toma esa ela-
tO se de aumentos. Luna en lugar de C, esfrica en lugar de
D, aumento en lugar de A. En cambio, en aquellos casos
en que los medios no se invierten y lo no causal es ms
conocido, se demuestra el que, pero no el porque.
Tambin en los casos en que el medio se pone fuera
< de los extremos> 7S. Tambin en stos, en efecto, la de-
mostracin es del que y no del porque: pues no se dice
7S En la segunda y tercera figuras, en que, a diferencia de la prime-
ra, el medio no ocupa fsicamente, aunque si lgicamente, la posicin
intermedia.
ANAL/neos SEGUNDOS 347
la causa. V.g.: -Por qu no respira el muro? -Porque 15
no es un animal. En efecto, si sa fuera la causa de no
respirar, el ser animal tendra que ser la causa de respirar,
V.g.: si la negacin es la causa del no darse, la afirmacin
< lo es> del darse, como por ejemplo, si el estar despro-
porcionado lo caliente y lo fro < es la causa> de no estar
sano, el estar proporcionados lo es de estar sano; de ma- 20
nera semejante tambin, si la afirmacin <es la causa>
del darse, la negacin < lo es> del no darse. pero en las
< proposiciones> concedidas de este modo 76 no ocurre lo
que se acaba de decir: pues no todo animal respira. El
razonamiento de este tipo de causa se forma en la figura
intermedia. V.g.: sea A animal, en lugar de B respirar,
en lugar de C muro. As, pues, en todo B se da A (pues 25
todo lo que respira es animal), pero no se da en ningn
C, de modo que tampoco B se da en ningn C: por tanto
el muro no respira. Y este tipo de causas se asemeja a
los dichos exagerados 77: esto ltimo es enunciar el medio
yendo demasiado lejos, como por ejemplo el < razona-
miento> de Anacarsis, < que dice> que entre los escitas 30
no hay tocadoras de flauta, pues tampoco hay viftas 78.
En una misma ciencia y en el establecimiento de los
medios son sas las diferencias entre el razonamiento del
que y el del porque; de otro modo tambin difiere el por-
que del que en que cada uno se considera a travs de una
ciencia distinta. Tales son todas aquellas cuestiones que 3S
se relacionan entre s de tal modo que una est bajo la
76 En el ejemplo que inaugura el prrafo.
77 kuth' hyperbolin. tambin en o hiperblico.
78 El argumento desarrollado seria que, al no haber villas, no hay
vino ni, por tanto, simposios ni. por tanto, espectculos a base de flautis-
tas, que al parecer eran complemento imprescindible de los simposios
griegos a panir de determinada poca.
348 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
otra 79, v.g.: las cuestiones pticas respecto a la geometra,
las mecnicas respecto a la estereometra, las armnicas
respecto a la aritmtica y los datos de la observacin 80
40 respecto a la astronoma. Y algunas de esas ciencias son
79a casi sinnimas entre s, V.g.: la astronoma <con> la ma-
temtica y la nutica, y la armnica < con> la matemti-
ca y la correspondiente al odo. En efecto, aqu el conocer
el que es < propio> de los que sienten; en cambio, el co-
nocer el porque es <propio> de los matemticos: pues
stos tienen las demostraciones de las causas, y muchas
veces no conocen el que, al igual que los que consideran
s lo universal muchas veces no conocen algunas de las cosas
singulares por falta de observacin. Tales son todos los
< saberes> que, siendo diferentes por su entidad, se ocu-
pan de las especies 81. En efecto, las matemticas versan
sobre especies: pues no son acerca de un sujeto; en efec-
to, aunque las cuestiones geomtricas son acerca de un
10 sujeto, no son, sin embargo, acerca de un sujeto en cuan-
to tal. Tal como la ptica se relaciona con la geometra,
as otra se relaciona con ella, V.g.: el < saber> sobre el
arco iris: en efecto, conocer el que < es propio> del fsi-
co, y conocer el porque < es propio> del ptico, bien sin
ms, bien con arreglo a la matemtica. Pero tambin mu-
chas de las ciencias no subordinadas entre s se relacionan
de esa manera, V.g.: la medicina con la geometra: pues
IS saber que las heridas circulares se curan ms lentamente
< es propio> del mdico, < saber> el porque < es pro-
pio> del gemetra.
79 Subordinadas.
80 phainmena, lit.: lo que se manifiesta, lo que aparece, oe
donde fenmenos. La aplicacin del trmino en el texto a un caso
restringido se debe a que los fenmenos celestes son los fenmenos por
antonomasia.
81 Es decir, de las definiciones y realidades genricas.
ANALlncos SEGUNDOS 349
14. Superioridad de la primera figura
La ms cientfica de las figuras es la primera. En efecto,
las ciencias matemticas conducen las demostraciones a tra-
vs de sta, V.g.: la aritmtica y la geometra y la ptica
y, por as decir, casi todas las que realizan la investiga- 20
cin del porque: pues, o bien en su totalidad o bien la
mayora de las veces y en la mayora de los casos, el razo-
namiento del porque < se hace> a travs de esa figura.
De modo que, tambin por eso, sera la ms cientfica:
pues lo principal del saber es considerar el porque. Por
otra parte, la ciencia del qu es 82 slo es posible conse-
guirla a travs de ella. En efecto, en la figura intermedia 2S
no se forma razonamiento predicativo. y la ciencia del qu
es < consta> de una afirmacin; y en la ltima s que se
forma, pero no universal, y el qu es es una de las < pro-
posiciones> universales: pues el hombre no es un animal
bpedo < slo> en cierta manera. Adems, esta < primera
figura> no precisa para nada de aquellas < otras>, mien- JO
tras que aqullas se cumplen y desarrollan a travs de sta,
hasta llegar a las cuestioneS inmediatas. Queda, pues, de
manifiesto que la primera figura es la ms importante para
el saber.
15. Las proposiciones negativas inmediatas
As como era admisible que A se diera en B indivisible-
mente 83, as tambin cabe que no se d. Llamo darse o
no darse indivisiblemente al < hecho de> que no exista JS
82 El conocimiento de la esencia, de la definicin.
83 atmos. sinnimo aqu de amsos (inmediatamente) y de protos
(primeramente), para designar el carcter simple de los principios, irre-
ductibles a una concatenacin de trminos realizada a travs del trmino
medio.
350 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
un <trmino> medio de esas cosas: en efecto, de ese mo-
do ya no ser posible que se den o no se den con arreglo
a otra cosa. As, pues, cuando A o B o ambos estn den-
tro de algn conjunto, no es admisible que A, primaria-
mente, no se d en B. En efecto, <supngase> que A
est dentro del conjunto de C. As, pues, si B no est den-
40 tro del conjunto de C (pues cabe que A est dentro de
algn conjunto y B no est en l), habr prueba por razo-
79b namiento de que A no se da en B: pues, si en todo A
<se da> C, pero <no se da> en ningn B, A <no se
da> en ningn B. De manera semejante tambin si B est
dentro de algn conjunto, V.g.: en D; pues D se da en
todo B y A en ningn D, de modo que A no se dar en
5 ningn B a travs del razonamiento. Del mismo modo se
demostrar tambin si ambos estn dentro de algn con-
junto. El que sea admisible que B no est dentro del con-
junto en el que est A, o an que A no est dentro del
conjunto en el que est B, resulta evidente a partir .de to-
das aquellas series < de tnninos> que no se confunden
entre ellas. En efecto, si ningn < trmino> de los conte-
nidos en la serie ACD se predica de ninguno de los conte-
10 nidos en la serie BEF, y A est dentro del conjunto H,
que es de su misma serie, es evidente que B no estar en
H: pues se confundiran las series. De manera semejante
tambin si B est dentro de algn conjunto. Pero si ningu-
no de los dos est dentro de ningn conjunto y A no se
da en B, es necesario que, indivisiblemente, no se d. En
efecto, si hay algn medio, necesariamente uno u otro de
15 ellos estar en algn conjunto. Pues, bien en la primera
figura, bien en la intermedia, habr razonamiento. Si es,
pues, en la primera, B estar dentro de algn conjunto
(pues es preciso que la proposicin relativa a esto se haga
afirmativa); y si es en la intermedia, cualquiera de los dos
ANALTICOS SEGUNDOS 3S1
< trminos estar dentro de algn conjunto> (en efecto,
al tomarse la privativa respecto a uno u otro de ellos, se
forma razonamiento; en cambio, si ambas son negativas, 20
no habr razonamiento).
Queda de manifiesto, pues, que es admisible que una
cosa, indivisiblemente, no se d en otra, y ya hemos dicho
cundo y cmo.
16. Los errores derivados de las proposiciones inmediatas
La ignorancia que no se llama as en funcin de una
negacin, sino de una disposicin 84, es, por una parte, el
error nacido del razonamiento, y ste sobreviene de dos 25
maneras en las cosas que se dan o no se dan primariamen-
te: en efecto, o bien cuando se supone sin ms que se da
o no se da, o bien cuando se acepta la suposicin a travs
del razonamiento. As, pues, el error de la suposicin sim-
ple es simple, y el < mediado> por el razonamiento es
mltiple. En efecto, supngase que A, indivisiblemente, no 30
se da en B: si, pues, se prueba por razonamiento que A
se da en B, habiendo tomado como medio a e, se habr
uno engail.ado a travs del razonamiento. As, pues, es ad-
misible que ambas proposiciones sean falsas, y es admisi-
ble que lo sea una de las dos tan slo. En efecto, si ni
A se da en ninguno de los e ni e en ninguno de los B,
y se ha aceptado cada una de las dos < proposiciones>
al revs 8S, ambas sern falsas. Y cabe que e se comporte 3S
de tal manera respecto a A y a B que, ni est subordinado
84 Es decir, no la ignorancia absoluta, por simple ausencia de cono-
cimiento, sino la ignorancia derivada de una mala interpretacin de lo
ya conocido de alguna manera.
es Es decir, en sentido afirmativo universal, que es exactamente el
inverso del negativo universal, el ms alejado de l.
352 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
a A ni <se d> universalmente en B. En efecto, es impo-
sible que B se d dentro de algn conjunto (pues se dijo
que A, primariamente, no se daba en l), pero A no nece-
sariamente ha de estar universalmente en todas las cosas
existentes, de modo que ambas < proposiciones> son fal-
40 sas. Pero tambin es admisible que se tome una como
verdadera, pero no una cualquiera de las dos, sino AC:
lOa pues la proposicin CB ser siempre falsa por no estar B
contenido en nada; en cambio, AC cabe < que sea verda-
dera> , v.g.: si A se da indivisiblemente tanto en C como
en B (en efecto, cuando lo mismo se predica primariamen-
te de varias cosas, ninguna de ellas estar en la otra). Y
s no hay ninguna diferencia aunque se d de manera no in-
divisible.
As, pues, el error de < creer> que < algo> se da se
produce por esos motivos y slo as (pues el razonamiento
del darse no surga en ninguna otra figura), en cambio,
el error de < creer> que < algo> no se da se produce
tanto en la primera figura como en la intermedia. Diga-
mos, pues, primeramente, de cuntas maneras se produce
lO en la primera, y bajo qu comportamiento de las propo-
siciones.
Cabe < que se produzca el error> al ser falsas ambas
proposiciones, v.g.: si A se da en C y en B indivisiblemen-
te; pues si se acepta que A < no se da> en ningn C y
C <se da> en todo B, las proposiciones son falsas. Y
es admisible tambin al ser falsa una de las dos, sea sta
IS la que sea. Pues cabe que AC sea verdadera y CB falsa:
AC verdadera porque A no se da en todas las cosas exis-
tentes, y CB falsa porque es imposible que se d C en B,
en el que en ningn caso se da A; en efecto, < si CB no
fuera falsa>, la proposicin AC ya no sera verdadera;
20 y al mismo tiempo, si ambas son verdaderas, tambin la
ANALTICOS SEGUNDOS 353
conclusin ser verdadera. Pero tambin es admisible que
eB sea verdadera si la otra es falsa, V.g.: si B est con-
tenido tanto en e como en A 86: en efecto, es necesario
que uno de los dos < ltimos> est subordinado al otro,
de modo que, si se acepta que A no se da en ningn e,
ser falsa la proposicin. As, pues, es evidente que, tanto 25
al ser falsa una de las < proposiciones> como al serlo las
dos, el razonamiento ser falso.
En la figura intermedia no es admisible que ambas pro-
posiciones sean enteramente falsas 87; en efecto, cuando A
se d en todo B, no ser posible tomar nada que en uno
de los dos se d en cada caso y en el otro no se d en
ninguno; ahora bien, hay que tomar las proposiciones de 30
tal manera que en uno se d < el medio> y en el otro
no se d, si realmente ha de haber razonamiento. Si, pues,
tomadas as, < las proposiciones> son falsas, est claro
que, tomadas de manera contraria, se comportarn al re-
vs: pero eso es imposible. En cambio, nada impide que
cada una de eUas sea falsa en algn aspecto, V.g.: si e
se diera en algn A y en algn B; en efecto, si se acepta 35
que se da en todo A y en ningn B, <sern> falsas am-
bas proposiciones, pero no enteramente, sino en algn as-
pecto. Y poniendo al revs la primitiva 88, lo mismo. Y
es admisible que una de las dos, no importa cul, sea fal-
sa. En efecto, lo que se da en todo A tambin se da en 40
86 La expresin estar contenido en ... (eina; en 16i) no es equiva-
lente, sino recproca de darse en ... (hyprchein 16; ... ). El sujeto de
sta ltima es correspondiente al predicado lgico de la proposicin,
mientras que el de la primera coincide con el sujeto lgico.
87 Sobre proposiciones falsas en algn aspectO o enteramente fal-
saS, ver Anal. pro Il 2.
88 Es decir, intercambiando la posicin de las premisas (pasando de
cAmEslrEs a cesArE).
115. - 23
354 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
8Gb B:si, pues, se aceptara que C se da en la totalidad de
A y que no se da en B en su conjunto, la CA sera verda-
dera y la CB, falsa. Y an, lo que no se da en ningn
B, tampoco se dar en todo A: pues, si se diera en A,
tambin se dara en B; pero < vimos que> no se daba.
s Si, pues, se acepta que C se da en la totalidad de A, y
en ningn B, la proposicin CB <ser> verdadera y la
otra, falsa. De manera semejante si se cambia de sitio la
privativa. En efecto, lo que no se da en ningn A tampoco
se dar en ningn B; si, pues, se acepta que C no se da
en A en su conjunto pero se da en la totalidad de B, la
10 proposicin CA ser verdadera y la otra, falsa. Y an,
suponer que lo que se da en todo B no se da en ningn
A, es falso. En efecto, es necesario que, si se da en todo
B, se d tambin en. algn A; as, pues, si se acepta que
C se da en todo B y en ningn A, la CB ser verdadera
y la CA, falsa. As, pues, es evidente que, tanto si son
15 falsas ambas como si lo es slo una, habr razonamiento
errneo en < el caso de> las < proposiciones> indivisi-
bles.
17. Los errores derivados de las proposiciones mediatas
En < el caso de> las < proposiciones> que se dan de
manera no indivisible, cuando el razonamiento de lo falso
se forma a travs del < trmino> medio apropiado, no
20 es posible que sean falsas ambas proposiciones, sino slo
la relativa al extremo mayor. (Llamo medio apropiado a
aquel a travs del cual se forma el razonamiento de la con-
tradiccin 89). En efecto, supngase que A se da en B a
travs del medio C. Comoquiera, pues, que necesariamen-
89 Se entiende <da contradiccin de la proposicin (aunque, en rea-
lidad, se trata, como veremos, de una proposicin contraria).
ANALlTICOS SEGUNDOS
355
te se ha de tomar la < proposicin> CB como afirmativa
al formarse el razonamiento, est claro que sta ser
siempre verdadera: en efecto, no se invierte. En cambio, 2S
la AC ser falsa: pues al invertirse sta se forma el razona-
miento contrario 90. De manera semejante tambin si el
medio se toma de otra serie <de trminos>, V.g.: D, si
est dentro del conjunto de A y se predica acerca de todo
B; pues es necesario que la proposicin DB se mantenga
y que la otra se invierta, de modo que aqulla sea siempre 30
verdadera y la otra, siempre falsa. Y ese tipo de error es
casi el mismo que el < que tiene lugar> a travs del medio
apropiado. Y, si el razonamiento no se forma a travs del
medio apropiado, cuando el medio est subordinado a A
y no se d en ningn B, necesariamente han de ser falsas
ambas < proposiciones>. En efecto, se han de tomar las 3S
premisas de manera contraria a como se comportan < en
realidad>, si se quiere que haya razonamiento; y al to-
marlas as, se hacen falsas ambas. V.g.: si A se da en la
totalidad de D y D en ninguno de los B; pues al invertirse
stas habr razonamiento y ambas proposiciones sern fal-
sas. En cambio, cuando el medio, v.g.: D, no est subor- 81.
90 En efecto, dados dos silogismos de la l.' figura (nicos conside-
rados aqu por Aristteles) de conclusiones opuestas, una verdadera y
otra falsa, la premisa menor (CB, que siempre es afirmativa en la l.'
figura), al no poder (cinvertirse respecto de la cualidad convirtindose
en negativa, ha de ser verdadera tanto en el silogismo de conclusin ver-
dadera como en el de conclusin falsa (pues ha de ser verdadera, al me-
nos, en aqul y, como no cambia, seguir siendo verdadera en el de con-
clusin falsa: no vale aqu la regla de que premisas falsas pueden dar
conclusiones verdaderas, pues aqu hay trmino medio ((apropiado, que
funciona como tal, lo que excluye esa posibilidad -ver Anal. pro 11 4,
57a36-b17 y n. 358-). Por el contrario, la mayor (AC) ha de ser alterna-
tivamente verdadera y falsa, para que su (cinversin de cualidad, que
es la nica posible, arrastre la inversin de sclltido de la conclusin.
356 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
dinado a A, AD ser verdadera y DB falsa. En efecto,
AD es verdadera porque D < vimos que> no estaba den-
tro de A, y DB es falsa porque, si fuera verdadera, tam-
bin la conclusin lo sera: pero < vimos que> era falsa.
s Cuando el error se produce a travs de la figura inter-
media, no es admisible que ambas proposiciones sean fal-
sas enteramente (en efecto, cuando B est subordinado a
A, no es admisible que haya nada que se d en cada caso
en uno <de los extremos> y en ningn caso en el otro,
tal como ya se dijo anteriormente) 91 pero cabe que lo sea
una de las dos, y no importa cul. En efecto, si C se da
10 en A y en B, y se supone que en A se da y en B no,
AC ser verdadera y la otra, falsa. A su vez, si se supone
que C se da en B pero no se da en ningn A, CB ser
verdadera y la otra falsa.
15 Si, pues, el razonamiento del error es privativo, ya se
ha dicho cundo y a travs de qu < proposiciones> sur-
gir el error; en cambio, si es afirmativo, cuando ;< se pro-
duzca> a travs del medio apropiado, es imposible que
ambas < proposiciones> sean falsas: pues necesariamente
ha de mantenerse la < > CB, si realmente ha
de haber razonamiento, como ya se dijo anteriormente.
20 De modo que AC siempre ser falsa: pues sta es la que
se invierte. De manera semejante si el medio se toma de
otra serie, como se dijo tambin en el caso del error priva-
tivo: pues es necesario que DB se mantenga y AD se in-
vierta, y el error es el mismo que antes. En cambio, cuan-
do no < se produce> a travs del < medio> apropiado,
2S si D est subordinado a A, esa < proposicin> ser ver-
dadera y la otra, falsa: pues cabe que A se d en ms
cosas que no estn subordinadas. Pero si D no est su-
91 Ver supra, cap. 16, 8Oa27.
ANALTICOS SEGUNDOS
357
bordinado a A, est claro que esa < proposicin> ser
siempre falsa (pues se toma como afirmativa), mientras que
es admisible tanto que DB sea verdadera como que sea
falsa: pues nada impide que A no se d en ningn D y 30
D se d en todo B, V.g.: animal en ciencia y ciencia en
msica. Tampoco, a su vez, <impide nada> que, ni A
< se d> en ninguno de los D, ni D en ninguno de
los B.
As, pues, queda de manifiesto de cuntas maneras y 35
a travs de qu < proposiciones> cabe que se produzcan
los errores en virtud del razonamiento, tanto en < el caso
de> las < proposiciones> inmediatas, como en el de las
< obtenidas> mediante demostracin.
18. La sensacin, requisito de toda ciencia
Es manifiesto tambin que, si falta algn sentido, es ne-
cesario que falte tambin alguna ciencia, que <ser> im-
posible adquirir. Puesto que aprendemos por comproba- 40
cin o por demostracin, y la demostracin <parte> de 'lb
las cuestiones universales, y la comprobacin, de las parti-
culares, pero es imposible contemplar 92 los universales si
no es a travs de la comprobacin (puesto que, incluso
las cosas que se dicen procedentes de la abstraccin 93,
< slo> ser posible hacerlas cognoscibles mediante la
comprobacin de que en cada gnero se dan algunas 94 y,
92 theoresai, operacin simple del entendimiento, frente a nuestro
"teorizan), que es la operacin ms compleja, el objetivo final del mto-
do cientfico.
93 apha(resis.
94 Gnero no es aqu el concepto general, que abarca esas cosas
abstractas)), sino el conjunto de individuos que se caracterizan por poseer
esos caracteres abstrados por nuestro entendimiento.
358 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
5 si no existen separadas, < mediante la comprobacin de>
cada una en cuanto precisamente tal 95), ahora bien, es im-
posible comprobar sin tener la sensacin. En efecto, la
sensacin lo es de los singulares: pues no cabe adquirir
< directamente> ciencia de ellos; ni < cabe adquirirla>
a partir de los universales sin comprobacin, ni a travs
de la comprobacin sin sensacin.
19. Finitud o infinitud de los principios de la demostra-
cin
10 Todo razonamiento se hace a travs de tres trminos;
y < hay> uno que es capaz de demostrar que se da A
en C por darse en B y ste, a su vez, en C; y otro. privati-
vo, que tiene una de las proposiciones < que dice> que
se da una cosa en otra, y otra < que dice> que no se
da. Es, pues, manifiesto que. los principios y las llamadas
15 hiptesis son stos: en efecto, al tomar estas cosas as, ne-
cesariamente se demuestra, por ejemplo, que A se da en
C a travs de By, a su vez, que A se da en B a travs
de otro medio y que B se da en C de la misma manera.
As, pues, est claro que los que razonan con arreglo a
la opinin y slo dialcticamente han de atender slo a
20 esto: si a partir de las cosas ms plausibles que son admi-
sibles se forma el razonamiento, de modo que si, aunque
no haya verdaderamente un < trmino> medio entre A
y B, parece haberlo, el que razone a travs de l habr
razonado dialcticamente; respecto a la verdad, en cam-
bio, hay que mirar a partir de las cosas que se dan. Las
cosas estn de esta manera: como existe aquello que se
25 predica acerca de otra cosa no por accidente -llamo por
95 Es decir. como si existiera por separado.
ANALlTICOS SEGUNDOS
359
accidente, por ejemplo, el que digamos acaso que aquella
cosa blanca es un hombre, que no es lo mismo que si deci-
mos que el hombre es blanco: pues ste es hombre no por
ser una cosa diferente; en cambio, lo blanco < slo es
una cosa blanca> porque ha coincidido en el hombre el
que fuera blanco-, existen, por tanto, algunas cosas de
un tipo tal que se predican en s mismas.
Sea, entonces, e de tal clase que l ya no se d en otra 30
cosa pero en l se d primeramente B y no haya ningn
otro < predicado> en medio. Y lo mismo, a su vez, E
respecto a Z y ste respecto a B. As, pues, es necesario
que esto se detenga o es admisible que siga hasta el infini-
to? Y, a su vez, si de A no se predica nada en s pero
A se da en F primeramente, sin que haya nada anterior 35
en medio, y F se da en H y ste en B, tambin es ne-
cesario que esto se detenga o es admisible que se vaya has-
ta el infinito? Esto ltimo difiere de lo de antes en cuanto
que lo primero consiste en < preguntarse> si es admisible
que, empezando por una cosa tal que no se da en ninguna
otra pero s que se da otra en ella, se vaya ascendiendo 96 40
indefinidamente, mientras que lo otro, partiendo de una lla
cosa tal que ella se predica de otra, pero de ella no se
predica ninguna otra, < consiste en> mirar si es admisible
que se vaya descendiendo 91 indefinidamente. Adems, es
admisible que los trminos intermedios entre los extremos
bien definidos sean infinitos? Digo, por ejemplo, que, si 5
A se da en e y el medio entre ellos es B y hay otros entre
B y A, y entre sos hay otros un, es admisible tambin
que stos vayan hasta el infinito, o bien es imposible? Es
lo mismo mirar esto que mirar si las demostraciones proce-
96 epi to ano. hacia atributos de extensin cada vez mayor.
91 epi 10 kalo. hacia atributos de extensin cada vez menor.
360 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
den hasta el infinito, y si hay demostracin de todo o si
estas cuestiones se limitan mutuamente.
Otro tanto digo en el caso de los razonamientos y pro-
10 posiciones privativas, V.g.: si A no se da en ningn B, o
bien < ser as> primariamente, o bien habr algn .< tr-
mino> intermedio anterior en el que no se d < A > (v.g.:
H, que se d en todo B), y, a su vez, en otro anterior a
se, V.g.: F, que se d en todo H. Pues en esos casos,
o bien son infinitas las cosas anteriores en las que no se
da < A >, o bien se detiene < la serie>.
15 En el caso de los <trminos> que se invierten, en cam-
bio, no pasa igual. En efecto, en los predicados recprocos
no hay ni un primer ni un ltimo < sujeto> del que se
prediquen: pues todos los < trminos> se comportan res-
pecto a todos de manera semejante en este aspecto, tanto
si son infinitos los predicados acerca de aquel < sujeto> ,
como si son infinitos ambos < tipos de trminos> en cues-
20 tin 98; a no ser que quepa invertirlos de manera no se-
mejante, sino WlO como accidente y el otro como predica-
cin < propiamente dicha>.
20. Finitud de los trminos medios
As, pues, est claro que los trminos medios no es. ad-
misible que sean infinitos, si las predicaciones hacia abajo
y hacia arriba se detienen < en algn punto>. Llamo ha-
cia arriba a la < predicacin que va> hacia lo ms univer-
sal, y hacia abajo a la < que va> hacia lo particular. En
efecto, si al predicarse A acerca de Z fueran infinitos los
25 intermedios, sobre los que < pondremos el smbolo> B,
est claro que sera admisible que tambin a partir de A
hacia abajo se predicara una cosa de otra hasta el infinito
98 Es decir, tanto los sujetos como los predicados.
ANAlTICOS SEGUNDOS
361
(pues antes de llegar a Z < seran> infinitos los interme-
dios) y tambin a partir de Z hacia arriba <se predica-
ran> infinitas cosas antes de llegar a A. De modo que,
si eso es imposible, tambin es imposible que haya infini- 30
tos < trminos> entre A y Z. En efecto, ni aunque al-
guien dijera que los de < la serie> ABZ 99 son contiguos
entre s, de modo que no hay intermedios, mientras que
los otros no es posible captarlos, habra diferencia alguna.
Pues, torne yo el < trmino> de los B que tome, los inter-
medios hacia A o hacia Z sern infinitos o no. < Sea cual
sea> el primero a partir del cual sean infinitos < los de-
ms>, directamente o no, no hay diferencia alguna: pues ]S
los < que vienen> a continuacin de sos son infinitos.
21. Finitud de los medios en las demostraciones negativas
Es manifiesto, tambin en el caso de la demostracin
privativa, que < la serie de trminos medios> se detendr,
ya que en el caso de la predicativa se detiene en ambos
sentidos. En efecto, supngase que no es admisible ir hasta
el infinito, ni a partir del ltimo < trmino> hacia arriba
(llamo ltimo < trmino> a aqul que no se da en ningn
otro, pero otro se da en l, V.g.: Z), ni a partir del pri- 81b
mer < trmino> hasta el ltimo (llamo primer < trmi-
no> a aqul que <se dice> acerca de otro, pero ningn
otro acerca de l). Entonces, si eso es < as>, tambin
se detendr < la serie> en el caso de la negacin. Pues
se demuestra de tres maneras 100 que < algo> no existe.
En efecto, o bien en lo que se da e, en todo ello se da
B y, en aquello en lo que se da B, en nada de ello se s
99 Recurdese Que Aristteles acaba de designar con la letra B una
serie infinita de intermedios entre A y Z.
100 Las tres figuras silogsticas.
362 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
da A; en cuyo caso es necesario llegar a cuestiones inme-
diatas en relacin con la < proposicin> Be, y siempre
en relacin con uno de los dos intervalos 101: pues ese in-
tervalo < ha de ser> predicativo 102 En cuanto al otro,
est claro que, si no se da en otro < trmino> anterior,
v.g.: D, ser preciso que ste ltimo se d en todo B. Y,
10 si no se da en otro < trmino> anterior a D, ser preciso
que dicho <trmino> se d en todo D. De modo que,
comoquiera que el proceso hacia arriba se detiene, tam-
bin se detendr el proceso hacia A y habr algn < tr-
mino> primero en el que no se d 103.
Y an, si B se da en todo A y en ningn e, A no se
da en ninguno de los e. y si, a su vez, hay que demostrar
15 eso 104, est claro que, o bien se demostrar a travs del
.modo de arriba 105, o a travs de ste 106, o del tercero.
As, pues, el primero ya se ha explicado, pero el segundo
se demostrar < a continuacin>. Se demostrar as, por
ejemplo: D se da en todo B y en ningn e, si es necesario
101 distma: recurdese que Aristteles usa el trmino como sinni-
mo de prtasis proposicin.
102 Una, al menos, de las proposiciones debe ser afirmativa para que
haya ilacin, y se ha dado por supuesto que en las proposiciones afir-
mativas no puede haber infinitos medios (la demostracin de ello se har
infra, cap. 22).
103 En resumen: toda premisa negativa, suponiendo que hubiera de
deducirse siempre de otras, slo podria salir de un silogismo en el que
una premisa, al menos, habria de ser afirmativa; ahora bien, las afirmati-
vas, supone Aristteles, surgen siempre de deducciones finitas; luego las
negativas obtenidas a travs de eUas, tambin. Hasta aqu, la prueba de
la tesis para la primera figura.
104 No la conclusin, que ya lo est, sino la menor, que es la nega-
tiva.
10' Es decir, la primera figura.
106 Es decir, la segunda figura.
ANAL/TICOS SEGUNDOS
363
que se d algo en B. Y, a su vez, si eso 107 no va a darse
eri e, en D se dar otra cosa que no se da en C. As, 20
pues, como el darse siempre en un < trmino> superior
se detiene, tambin se detendr el no darse 108.
Y el tercer modo sera: si A se da en todo B y e no
se da, e no se da en todo aquello en lo que se da A.
Eso 109, a su vez, se demostrar, o a travs de los < mo-
dos> arriba mencionados, o de manera semejante < al
modo actual>. De aquella manera, ciertamente, se detiene 2S
< la serie>; y si < argumentamos> de esta otra manera,
se supondr, a su vez, que B se da en E, en el cual no
se da e en cada caso. Y esto, a su vez, de manera seme-
jante. Y como se da por supuesto que < la predicacin>
hacia abajo se detiene, est claro que se detendr tambin
la de que e no se da 110.
Es manifiesto que, aunque no se demuestre por un solo
camino, sino por todos, unas veces a partir de la primera 30
figura, otras a partir de la segunda o la tercera, tambin
as se detendr < la predicacin>: pues los caminos son
limitados, y todas las cosas limitadas, < tomadas> un n-
mero limitado de veces, necesariamente dan un resultado
limitado.
As, pues, est claro que en el caso de la privacin se
detiene < la serie de predicaciones>, si es que realmente 3S
se detiene tambin en el darse. Y que se detiene en eS9S
casos resulta evidente para los que lo consideran discur-
sivamente 111, del modo que sigue.
107 A saber, D.
108 Argumentacin exactamente paralela a la de la primera figura
(ver supra, n. 103).
109 A saber, la premisa CB, negativa.
110 Ver supra, n. 103.
111 logiks, sinnimo de dialektiks.
364 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
22. Finitud de los trminos en las demostraciones afir-
mativas
As, pues, en el caso de las cosas que se predican en
el qu es, est claro < lo expuesto>; en efecto, si es posi-
ble definir, o si es cognoscible el qu es ser 112, Y no es
preciso recorrer infinitos < trminos>, necesariamente que-
83. dan limitados los predicados en el qu es. Pero, en gene-
ral, decimos del modo siguiente. A saber, es posible decir
con verdad que lo blanco camina y que aquella cosa gran-
de es madera y, a su vez, que la madera es grande y que
el hombre camina. Sin duda es diferente hablar de esta
s manera o de aqulla. En efecto, cuando digo que lo blan-
co es madera, estoy diciendo que aquello en lo que ha
coincidido el ser blanco es madera, pero no en el sentido
de que lo blanco sea el sujeto de madera 113, pues, cierta-
mente, ni como lo que es blanco 114, ni como lo que es
precisamente algn tipo de blanco, se convirti una cosa
en madera, de modo que < lo blanco> no es < madera> ,
sino por accidente. En cambio, cuando digo que la madera
10 es blanca, no < estoy diciendo> que hay alguna cosa blan-
ca y que en ella ha coincidido el ser madera, v.g.: cuando
digo que el msico es blanco (pues entonces estoy diciendo
que es blanco el hombre en el que ha coincidido que es
msico), sino que la madera es el sujeto, que es precisa-
112 lo 11' en e/noi. Cf. Tpicos 1 4, TL-I, n. 12, pgs. 94-95.
113 Aristteles no emplea, claro est, el trmino sujeto en una acep-
cin meramente gramatical, sino lgica, o ms bien metafsica, aunque
el criterio para definirlo est tomado de la forma habitual como se jerar-
quizan los trminos de la predicacin en el enunciado (que no es, obvia-
mente, la de poner el adjetivo como trmino primario -sujeto- y
el sustantivo como trmino secundario -predicado-).
114 Es decir, lo que es esencialmente blanco.
ANAL/TICOS SEGUNDOS 365
mente lo que se hizo < blanco>, sin ser otra cosa sino
lo que es precisamente madera o un cierto tipo de madera.
Entonces, si hay que poner una regla, ser predicar el 15
hablar de esta ltima manera lIS; en cambio, el hablar de
aquella otra, o no es en modo alguno predicar, o es pre-
dicar, pero no sin ms, sino predicar accidentalmente. Y
el predicado es como lo blanco, y aquello de lo que se
predica, como la madera. Supngase entonces que el pre-
dicado se predica siempre, de aquello de lo que se predi-
ca, sin ms, y no accidentalmente: en efecto, as prueban 20
las demostraciones. De modo que, cuando una sola cosa
se predica acerca de una sola cosa, o bien se predica en
el qu es, o bien que es cual, o cuanto, o respecto a algo,
o que hace o que padece algo, o donde, o cuando 116.
Adems, los < predicados> que significan la entidad
significan que aquello acerca de lo cual se predican es pre- 25
cisamente tal cosa o un tipo de ella 117, en cambio, todos
los que no significan la entidad, sino que se dicen acerca
liS A saber, poniendo como sujeto gramatical el sustantivo y como
predicado el adjetivo.
116 Lista incompleta de las categoras o modos de predicacin (faltan
el estado y el hdbito: para la lista completa, ver Categoras 4, TL-I, pg.
33, Y Tpicos 1 9, ibid., pg. 103). Como se ve (y ya qued claro en
Tpicos 1 9), la predicacin de la esencia o de la entidad no se contrapo-
ne a las dems como la predicacin esencial a la accidental -contrapo-
sicin imputable a una miope interpretacin escolstica-, sino que Aris-
tteles reduce la segunda a aquellos casos en que, tanto el predicado
como el sujeto, estn referidos a un tercer trmino implcito en el cual
coinciden sin necesidad mutua alguna. Esta situacin puede -pero no
tiene por qu- darse en cualquier modo de predicacin o categora (sal-
vo en la predicacin de la entidad); pero, viceversa, la predicacin esen-
cial puede darse en todas las categoras.
117 Es decir, que el sujeto agota su realidad en el predicado o en
la de una especie del predicado.
366 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
de un sujeto distinto 118, que no es, ni lo que precisamen-
te es aquel < predicado>, ni algn tipo de ste, son acci-
dentes 119, V.g.: blanco acerca de hombre. Pues el hombre
no es, ni aquello que precisamente es blanco, ni algn tipo
as de blanco, sino, en todo caso, animal: en efecto, el
30 hombre es lo que precisamente es animal. Ahora bien, to-
das las cosas que no significan la entidad han de predi-
carse acerca de algn sujeto y no puede haber un blanco
que no sea alguna otra cosa que es blanca. En efecto, v-
yanse a paseo las especies 120: pues son msica celestial y,
si existen, no se relacionan. para nada con esta discusin:
3S pues las demostraciones versan sobre las cosas de aquella
<otra> clase.
Adems, si tal cosa no puede ser cualidad de tal otra
y sta, a su vez, de aqulla, ni puede haber una cualidad
de una cualidad, es imposible que se prediquen recproca-
mente de esa manera, sino que es admisible decir < algo>
verdadero, pero no es admisible que se prediquen recpro-
camente con verdad 121. En efecto, o bien se predicar < el
83b sujeto del predicado> como entidad, V.g.: como si fuera
el gnero o la diferencia del predicado. Ahora bien, se ha
demostrado ya 122 que stos no pueden ser infinitos, ni ha-
cia abajo ni hacia arriba (v.g.: el hombre es bfpedo, y s-
118 Es decir, un sujeto que no agota su realidad en la del predicado.
119 Pero no por accidente: la equivocidad en el uso del verbo sym-
banein (ocurrir, coincidir) por parte de Aristteles, con expresiones
como kata symbebks y la que figura junto a la llamada de esta nota,
symbebkta, no debe hacernos perder de vista la distincin seftalada
supra, n. 116.
IZO Lase: (das especies separadas, es decir, las ideas platnicas.
121 Como inversin parcial, es posible decir sin falsedad, por ejem-
plo, que algo blanco es madera, pero no en el sentido pleno en que se
dice, en cambio, una madera es blanca: no son atribuciones simtricas.
122 Ver el principio de este mismo captulo.
ANALTICOS SEGUNDOS
367
te m es animal, y ste es otra cosa; ni tampoco animal
acerca de hombre y ste acerca de Calias, y ste acerca
de otra cosa en el qu es), pues toda entidad de este tipo 5
es posible definirla, y pensando 124 no es posible recorrer
lo infinito. De modo que no es posible definir aquella
< entidad> de la que se predican infinitas cosas. Por tan-
to no se predicarn mutuamente como gneros recprocos:
pues entonces la misma cosa sera lo que es precisamente
uno de sus tipos 12S. Tampoco se predicar de lo cual 10
< ello mismo> ni ninguna de las otras < predicaciones> ,
a no ser por accidente: pues todas stas van junto con al-
go 126 y se predican acerca de la entidad. Pero tampoco
sern infinitos < los trminos> hacia arriba: pues de cada
cosa se predica, o bien lo que significa cual, o cuanto,
o cualquiera de estas cosas, o bien lo < que hay> en la
entidad 127; y stas cosas estn limitadas, como estn limi- 15
tados los gneros de las predicaciones: pues son cual, o
cuanto, o respecto a algo, o que hace, o que padece, o
donde, o cuando.
Se da por supuesto, entonces, que se predica una sola
cosa acerca de una sola cosa, y que las cosas que no
< significan> qu es no se predican de s mismas. En 20
efecto, todas son accidentes, pero unas son en S
l28
y otras
123 Lase: ((el bpedo.
124 noonta. Aqu se borra la oposicin noen-dianoen, menciona-
da ms arriba (ver supra, n. 1).
12S Es decir. el gnero se identificara con una de sus especies.
126 symbblke. No confundir con la expresin inmediatamente ante-
rior: kata symbebeks.
127 Es decir. las cractersticas esenciales (gnero, diferencia).
128 kath' hautd es lo verdaderamente opuesto a kata symbebeks: se
confirma, por tanto, una vez ms que no es lo mismo predicacin de
un accidente que predicacin accidental.
368 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
de otro modo; y decimos que todas stas se predican de
un sujeto, mientras que el accidente no es un sujeto: pues
damos por sentado que ninguna cosa de ese tipo es lo que
se dice sin ser nada ms que lo que se dice, sino que ella
se dice de otra y sta acerca de otras ms. Por tanto,
25 no se dir que una sola cosa se da < indefinidamente>
en una sola cosa hacia arriba ni hacia abajo. En efecto,
< elementos> que estn en la entidad de cada cosa y acer-
ca de los cuales se dicen los accidentes no son infinitos 129;
en cuanto a stos mismos y a los accidentes < que se pre-
dican> hacia arriba, ninguno de ambos < grupos> es in-
finito. Por tanto es necesario que haya algo de lo que se
predique algn < predicado> primero, y otro ms de ste,
30 y que esa < serie> se detenga y haya algo que ya no se
predique acerca de otra cosa anterior ni otra cosa anterior
se predique acerca de ello.
As, pues, ste es el que se llama primer modo de de-
mostracin, pero an hay otro, si de aquellas cosas de las
que se predican otras anteriores es de las que hay demos-
tracin y, respecto de aquellas cosas de las que hay demos-
35 tracin, no cabe que haya nada mejor que conocerlas ni
cabe conocerlas sin demostracin, y si tal cosa es conocida
a travs de tales otras y estas otras no las conocemos ni
tenemos respecto de ellas nada mejor que conocerlas 130,
tampoco sabremos lo que es conocido a travs de ellas.
Si, pues, es posible conocer algo por demostracin sin ms
129 En efecto, son las notas definitorias de la entidad, que no pue-
den ser infinitas, como ha dicho Aristteles ms arriba (83bS-7), sin im-
posibilitar la definicin.
130 Se entiende que no hay ningn tipo mejor de conocimiento que
el que tenemos de ellas a travs del razonamiento demostrativo (esto es:
se supone que no podemos disponer, para conocerlas, del conocimiento
intuitivo, fruto de la comprobacin).
ANALfTlCOS SEGUNDOS 369
y no a partir de algunos < conocimientos previos> ni a
partir de hiptesis, es necesario que se detengan < en al-
gn punto> las predicaciones intermedias. En efecto, si 84.
no se detienen, sino que es posible siempre < ir> ms
arriba de lo aceptado I3I, habr demostracin de todas
< las proposiciones>; de modo que, si no cabe recorrer
las infinitas cuestiones de las que hay demostracin, no
conoceremos esas cuestiones por demostracin. Si, pues,
no tenemos respecto de ellas nada mejor que conocerlas,
no ser posible saber nada por demostracin sin ms, sino s
a partir de una hiptesis.
As, pues, discursivamente, se tendra la certeza de lo
que se ha dicho a partir de esas < consideraciones>; ana-
lticamente 132, en cambio, quedar ms sucintamente de
manifiesto a travs de las < consideraciones> siguientes:
a saber, que no es admisible que en las ciencias demostrati-
vas, sobre las que versa esta investigacin, los predicados 10
sean infinitos, ni en sentido ascendente ni en sentido des-
cendente. En efecto, la demostracin lo es de todos aque-
llos < predicados> que se dan en s en las cosas. Y son
en s de dos maneras: en efecto, por un lado, todos los
que estn incluidos dentro del qu es de aquellos < suje-
tos> y, por otro lado, aquellos en los que dichos < su-
jetos> se dan dentro del qu es 133; v.g.: respecto al n-
mero, lo impar, que se da en el nmero, pero el nmero IS
mismo est incluido en su definicin y, a su vez, la plurali-
131 Lase: de las premisas.
132 analytiks, lit.: desmenuzadamente.
133 Es decir, predicados que expresan la esencia del sujeto y predica-
dos cuya esencia es expresada por el sujeto. Aparte de esos tipos de pre-
dicados en s, hay tambin otro sin ningn tipo de relacin esencial con
el sujeto, sino accidental, pero igualmente necesaria, dadas detenninadas
circunstancias (ver supra, cap. 4, 73a34-b24).
liS. - 24
370 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
dad o lo divisible est incluido en la definicin de nmero.
Ninguno de estos dos grupos es admisible que sea infinito,
ni como lo impar respecto del nmero (pues habra, a su
vez, otro < trmino> distinto de impar, en el que estara
incluido a la vez que impar se daba en l: pero, si existe
20 ste, nmero ser el primer < trmino> que estar inclui-
do en los que se den en l; as, pues, si no es admisible
que se den esos infinitos < trminos> dentro de uno solo,
tampoco los habr infinitos en sentido ascendente: antes,
al contrario, es necesario que todos se den en el < sujeto>
primero, v.g.: en nmero, y nmero en ellos, de modo
25 que sern reversibles, pero no ms extensos); ni tampoco
son infinitos los que estn incluidos en el qu es: pues no
sera posible definirlo. De modo que, si todos los predica-
dos se dicen en s, y stos no son infinitos, se detendr
la serie ascendente y, por consiguiente, tambin la descen-
dente.
Si ello es as, lo que haya en el intermedio entre dos
30 trminos < ser> siempre limitado. Y si eso es < as> ,
est claro ya tambin que necesariamente habr unos prin-
cipios de las demostraciones y que no de todas las cosas
hay demostracin, que es precisamente lo que decamos
que dicen algunos en relacin con los principios. En efec-
to, si hay principios, ni todas las cosas son demostrables,
ni es posible proceder hasta el infinito: pues el que se d
35 una cualquiera de esas dos cosas no quiere decir sino que
no hay ningn intervalo 1J4 inmediato e indivisible, y que
todos son divisibles. En efecto, lo que hay que demostrar
se demuestra intercalando un trmino dentro < del interva-
lo de la conclusin>, pero no aadindolo, de modo que,
si es admisible que esto siga hasta el infinito, sera admisi-
134 Lase: ((proposicim>.
ANAL.lTICOS SEGUNDOS 371
ble que los medios entre dos trminos fueran infinitos. Pe-
ro eso es imposible, si las predicaciones hacia arriba y ha-
cia abajo se detienen. Y que se detienen, se ha demostrado I14b
antes discursivamente y ahora analticamente.
23. Corolarios
Una vez demostradas estas cuestiones, si lo mismo se
da en dos cosas, V.g.: A en e y en D, de no predicarse
la una en la otra, bien en ningn caso, bien no en cada s
uno, es evidente que no siempre se dar < A > con arreglo
a algo comn. V.g.: en issceles y en escaleno se da con
arreglo a algo comn el tener ngulos iguales a dos rectos
(en efecto, en cuanto que son una cierta figura, se da, y
no en cuanto que son diferentes; pero esto no siempre
ocurre as. En efecto, sea B aquello con arreglo a lo cual
A se da en e y en D. Est claro, pues, que B < se da- 10
r> en e y en D con arreglo a otra cosa comn, y sta
con arreglo a otra, de modo que entre dos trminos se
intercalaran infinitos trminos. Pero ello es imposible. Por
tanto, no necesariamente se dar siempre una misma cosa
en varias' con arreglo a algo comn, si realmente ha de
haber intervalos inmediatos. Es necesario, en cambio, que IS
los trminos estn dentro del mismo gnero y surjan de
las mismas < proposiciones> indivisibles, si realmente lo
comn ha de ser de las cosas que se dan en s: pues no
era posible que las cosas que se demuestran pasen de un
gnero a otro.
Es manifiesto tambin que, cuando A se da en B, si hay
algn medio, es posible demostrar que A se da en B, y 20
los elementos de esto son los mismos y en igual nmero
que los medios: en efecto, las proposiciones inmediatas
son elementos, o bien todas ellas, o bien las universales.
372 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
Pero si no hay < medio>, ya no hay demostracin, sino
que ste es el camino hacia los principios m. De manera
25 semejante si A no se da en B: si hay algn < trmino>
medio o anterior en el cual no se da < A >, hay demos-
tracin, si no, no la hay, sino que es un principio, y los
elementos son tantos como los trminos; pues las proposi-
ciones < formadas> de stos son los principios de la de-
mostracin. Y, al igual que son indemostrables algunos
principios como que esto es esto de aqu y que esto se
30 da en esto de aqu. as tambin que esto no es esto de
aqu y que esto no se da en esto de aqu. de modo que
unos principios consistirn en que existe algo y otros en
que no existe algo.
Cuando sea preciso demostrar, hay que tomar aquello
que se predica primariamente de B. Sea C, e igualmente,
de ste, D. Y procediendo siempre as nunca se toma una
proposicin ni un atributo 136 de fuera de A en el acto
de demostrar, sino que se va concentrando 137 siempre el
35 < trmino> medio, hasta que surgen < trminos> indivi-
sibles y que son uno. <Un trmino> es uno cuando se
hace inmediato, y es una proposicin una, sin ms, la
< que es> inmediata. Y al igual que en las dems cosas
el principio es simple, pero no en todas partes el mismo,
sino que en el peso es la mina, en la msica el semitono,
85. y otro distinto en otra cosa distinta, as tambin en el ra-
m Quiere decir que lo que se est enunciando entonces no son ya
proposiciones cuya verdad ha de ser probada, sino proposiciones eviden-
tes por s mismas, prximas o idnticas a los principios de la demostra-
cin.
136 hypdrchon, participio presente del verbo que habitualmente tra-
ducimos por darse.
137 pyknotai, lit.: se va espesando. Quiere decir que cada vez se
da un trmino medio ms simple e indivisible, hasta llegar a algo inme-
diato que no requiere ms explicacin.
ANALfTICOS SEGUNDOS 373
zonamiento lo uno es la proposicin inmediata, en la de-
mostracin y la ciencia, en cambio, es la intuicin 138. As,
pues, en los razonamientos demostrativos de que algo se
da no cae nada fuera 1J9; y en los privativos, all 140, na-
da de lo que es preciso que se d cae fuera, V.g.: si A
en B a travs de C no <se da> (en efecto, si C <se 5
da> en todo B, A, en cambio, < no se da> en ningn
C): a su vez, si es preciso < demostrar> que A no se
da en ningn C, hay que tomar un < trmino> medio
entre A y C, y as se proceder siempre. En cambio, si
es preciso demostrar que D no se da en E por darse C
en todo D y no darse en ningn E, nunca cara < el
medio> fuera de E: y ste es <el trmino> en el que
ha de darse. En el tercer modo 141, nunca se saldr de 10
aquello respecto de lo que hay que establecer la priva-
cin 142, ni de aquello que se ha de establecer como pri-
vacin 143.
24. Superioridad de la demostracin universal
Al haber una demostracin universal y otra particular,
y una predicativa y otra privativa, se discute cul es la
mejor: asimismo sobre la que se dice que demuestra < sin 15
138 nous (tambin traducido a veces por entendimiento)), intelec-
tO)) o mente))), que es, por as decir, para Aristteles el principio de
todos los principios del saber.
139 Lase: fuera del intervalo formado por la conclusim). Quiere
decir que el medio est comprendido realmente entre la extensin del
predicado y la del sujeto de la proposicin demostrada.
140 Al parecer, esta inslita indicacin adverbial alude a la l.' figura
silogstica.
141 La tercera figura.
142 El sujeto de la conclusin negativa.
143 El predicado de la conclusin negativa.
374 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
ms> 144 Y sobre la demostracin que lleva a lo imposi-
ble. As, pues, investiguemos primero sobre la universal
y la particular; una vez hayamos mostrado esto, hablemos
tambin sobre la que se dice que demuestra < sin ms>
y la < que lleva> a lo imposible.
20 Quiz parecera, pues, a algunos que la particular es la
mejor si lo enfocaron del modo siguiente. En efecto, si
es mejor demostracin aquella en virtud de la cual sabe-
mos ms (pues se es el mrito de la demostracin), y sa-
bemos ms de cada cosa cuando la conocemos en s misma
25 que cuando la conocemos en otra (v.g.: al msico Crisco
cuando < sabemos> que Crisco es msico < ms > que
cuando < sabemos> que un hombre es msico: y de ma-
nera semejante tambin en los dems casos); ahora bien,
la < demostracin> universal demuestra que otra cosa tie-
ne lugar, no que tiene lugar ella misma (v.g.: respecto al
issceles, no que es issceles, sino que es tringulo), la
particular, en cambio, demuestra que tiene lugar la cosa
misma. Entonces, si es mejor la <demostracin> en s,
30 y tal es la particular ms que la universal, tambin ser
mejor la demostracin particular.
Adems, si la uDversal no es algo al margen de los
singulares, y la demostracin crea la opinin de que existe
algo as con arreglo a lo cual demuestra, y de que se da
alguna naturaleza as en las cosas que existen, v.g.: < una
naturaleza> del tringulo al margen de los tringulos in-
dividuales 14', < una naturaleza> de la figura al margen
]S de las figuras individuales y una del nmero al margen
de los nmeros individuales, y por otra parte la < demos-
tracin> sobre lo que es es mejor que la < demostra-
144 Es decir, la demostracin directa.
14' fa fin, lit.: los algunos.
ANALTICOS SEGUNDOS 375
cin> sobre lo que no es, y aquella por la que uno no
va a engaftarse es mejor que aquella por la que s, y la
universal es de este tipo (pues los que proceden a ella de-
muestran como si < trataran> sobre la proporcin 146,
V.g.: que ser proporcin aquello que no sea ni lnea, ni l5b
nmero, ni slido, ni superficie, sino algo al margen de
esas cosas); si, pues, esta <demostracin> es ms univer-
sal, y versa menos que la particular sobre lo que es, y
crea una opinin falsa, ser peor la universal que la par-
ticular.
Ahora bien, en primer lugar, el primer argumento no
es ms < aplicable> acaso a lo universal que a lo particu-
lar? En efecto, si el < ser equivalente> a dos rectos se 5
da, no en cuanto issceles, sino en cuanto tringulo, el
que sabe que es issceles lo conoce menos, como tal, que
el que sabe que es tringulo. En suma, si, no existiendo
algo como tringulo, se demuestra como tringulo, no ha-
br demostracin, en cambio, si existe, el que sabe de
cada cosa que se da ella como tal la conoce mejor. Por
tanto, si tringulo existe en ms cosas, y la definicin es 10
la misma y no < se llama> tringulo en virtud de una
homonimia 147, Y si en todo tringulo se da lo de los dos
< rectos>, entonces no es el tringulo en cuanto issceles,
sino el issceles en cuanto tringulo, el que tiene as los
ngulos. De modo que el que sabe lo universal sabe ms,
en cuanto a que se da, que el que sabe lo particular. Por
consiguiente, es mejor la < demostracin> universal que
la particular. Adems, si el universal es un enunciado ni- 15
co y no una homonimia, no ser en absoluto menos que
146 ano lgon. El trmino lgos contiene, en general, la nocin de
razn en sentido matemtico: ver, por ejemplo, HERCLITO, fr. 31.
147 Ver Categoras 1, TL-I, pgs. 29-30.
376 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
algunos de los particulares, por cuanto las cosas incorrup-
tibles estn entre aqullos 148, mientras que los particula-
res son ms corruptibles. Adems, no hay ninguna necesi-
dad de suponer que < el universal> es algo al margen de
esas cosas 149 por el hecho de que indique una cosa nica,
20 no ms que en el caso de todas las otras cosas, que no
significan un algo, sino un cual, o un respecto a algo, o
un hacer. Por tanto, si < se supone aquello>, no es la
causa la demostracin, sino el que escucha ISO.
Adems, si la demostracin es un razonamiento demos-
trativo de la causa y del porque, lo universal es ms cau-
25 sal (pues aquello en lo que algo se da en s es en s mis-
mo la causa de ese algo; ahora bien, lo universal es lo
primero: por tanto, lo universal es la causa); de modo
que tambin la demostracin < universal> es mejor: pues
es ms demostracin de la causa y del porque.
Adems, buscamos el porque hasta el momento en que
-y entonces creemos saber- algo se genera o es no por-
30 que se genere o sea alguna otra cosa: en efecto, lo ltimo
<que se encuentra> as es el fin y el lmite. V.g.: -Pa-
ra qu vino? -Para recibir el dinero, y esto para devolver
lo que debla, y esto para no incurrir en delito; y siguiendo
as, cuando ya no < acta uno> por otra cosa ni para
otra cosa, decimos que viene y es y se genera por eso,
tomado como fin, y que entonces es cuando mejor sabe-
35 mos por qu vino. Por tanto, si pasa igual con todas las
causas y todos los porque, y as es como mejor sabemos
en lo tocante a todas las causas que < indican> el para
148 Lase: los universales. En efecto, las definiciones, que expre-
san la esencia, inmutable por s misma, de las cosas, se enuncia en forma
de proposicin universal.
149 Lase: <das particulares.
150 Es decir, el que interpreta mal la naturaleza de lo universal.
ANALTICOS SEGUNDOS 377
qu, tambin en los dems casos sabemos mejor cuando
ya no se da tal cosa porque se d tal otra. As, pues,
cuando sabemos que los < ngulos> externos son equiva-
lentes a cuatro < rectos> porque < forman> un issceles,
todava queda pendiente por qu el issceles <es as>:
porque es un tringulo, y esto porque es una figura rectil- l6a
nea. y si eso ya no es a causa de otra cosa, entonces
< es cuando> mejor sabemos. Y entonces < conocemos>
lo universal: luego la < demostracin> universal es la
mejor.
Adems, cuanto ms particular es una cosa, ms cae
dentro de lo infinito; en cambio, la universal cae en lo s
simple y en el lmite. Y < las cosas particulares> , en cuan-
to infinitas, no son cognoscibles cientficamente, en cam-
bio, en cuanto estn limitadas, son cognoscibles. Por tan-
to, en cuanto universales, son ms cognoscibles que en
cuanto particulares. Por tanto son ms demostrables las
universales. Ahora bien, de las cosas ms demostrables
hay ms demostracin; pues las cosas relativas a algo son
ms simultneas ISI. Por tanto, es mejor la < demostra-
cin> universal, ya que tambin es ms demostracin. 10
Adems, si aquella < demostracin> en cuya virtud se
sabe tal cosa y tal otra es preferible a aquella en cuya vir-
tud se sabe slo tal cosa. El que posee la < demostra-
cin> universal conoce tambin lo particular; en cambio,
el que <conoce esto ltimo> no sabe la <demostracin>
universal; de modo que aun as ser preferible < la univer-
sal> .
Adems, del modo siguiente: en efecto, lo universal es
ms < fcil> de demostrar porque se demuestra a travs
ISI Quiere decir que las cosas que son lo que son en funcin de
otras (como la demostracin en relacin con lo demostrable) se dan indio
solublemente con sus correlativas.
378 TRATADOS DE LGICA (RGANO N)
15 de un medio que est ms cerca del principio. Pero lo
ms prximo es lo inmediato: pues eso es el principio. Si,
pues, la demostracin a partir del principio es ms exacta
que la < que no parte> del principio, y la < que parte>
ms del principio es ms exacta que la < que parte> me-
nos, sa tal es la ms universal: por tanto ser ms fuerte
la <demostracin> universal. V.g.: si fuera preciso de-
20 mostrar A acerca de D; en el lugar de los medios, B o e,
y B es superior: de modo que la < demostracin> me-
diante ste ltimo es ms universal.
Pero algunas de las consideraciones hechas son discursi-
vas: y es, sobre todo, evidente que la < demostracin>
universal es ms decisiva porque, de las proposiciones, si
25 tenemos la anterior, sabemos tambin en cierta manera y
tenemos en potencia In la posterior; v.g.: si alguien sabe
que toc;l.o trin8\lW ~ es igual> a dos rectos, sabe tambin
en cierta manera que el issceles < es igual> a dos rectos,
en potencia, aunque no sepa que el issceles es un tringu-
lo; en cambio, el que tiene esa otra 1Sl, no sabe en abso-
luto la proposicin universal, ni en potencia ni en acto.
y la universal es inteligible 154, la particular, en cambio,
30 termina en la sensacin.
2S. Superioridad de la demostracin afirmativa
As, pues, bstenos todo lo dicho sobre que la < demos-
tracin> universal es mejor que la particular; en cuanto
a que la demostrativa I ~ ~ es mejor que la privativa, < que-
dar> claro a partir de aqu. En efecto, supngase que,
1 ~ 2 dynmei.
ISJ Es decir, la proposicin posterior, menos universal.
154 notl.
I ~ ~ Lase: demostrativa sin ms, es decir, afirmativa.
ANAL/TlCOS SEGUNDOS 379
mantenindose idnticas las dems cosas, es mejor aquella
demostracin que parte de menos postulados, o hiptesis,
o proposiciones. Pues, si < todas las proposiciones son> lS
igualmente conocidas, a travs de stas ltimas \S6 se dar
el conocer ms rpido: y eso es preferible. Ahora bien,
el argumento de que la proposicin que parte de menos
cosas es mejor es, en conjunto, ste: en efecto, si fuera
igualmente < cierto> que los medios son conocidos y las
cuestiones anteriores son ms conocidas, supngase que la
demostracin a travs de los medios B, e y D es que A
se da en E, y que la demostracin a travs de Z y H es 86b
que A se da en E. Entonces se comporta igual < la propo-
sicin de> que A se da en D y la de que A se da en
E. Ahora bien, que A <se d> en D es anterior y ms
conocido que el que A < se d> en E, pues lo ltimo
se demuestra a trav.s de lo primero, y es ms. derto aque s
110 por lo que < algo se demuestra>. Por tanto, tambin
la demostracin a travs de menos < medios> es mejor,
permaneciendo idnticas las dems cosas. As, pues, am-
bas se demuestran a travs de tres trminos y dos proposi-
ciones, pero una de ellas acepta que algo es, la otra, en
cambio, acepta que algo es y algo no es: por tanto < se
hace> a travs de ms cosas, de modo que es peor.
Adems, como se ha demostrado que es imposible que, 10
siendo privativas ambas proposiciones, se forme razona-
miento, sino que es preciso que una de las dos sea tal,
pero la otra < diga> que algo se da, hay que aceptar,
adems de lo ltimo, lo siguiente: en efecto, es necesario
que, al ampliarse la demostracin, las < proposiciones>
predicativas se hagan ms numerosas, mientras que las pri-
vativas es imposible que sean ms de una en todo razona-
IS6 Es decir. las proposiciones con menos presupuestos.
380 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
IS miento. En efecto, supngase que A no se da en ninguna
de las cosas en las que se da B, mientras que B se da en
todo C. Entonces, si hay que aumentar a su vez ambas
proposiciones, hay que intercalar un medio. De la < pro-
posicin> AB sea D, de la BC, E. Entonces, es evidente
20 que E < respecto de B y C> es predicativo, mientras que
D es predicativo respecto de B, pero est establecido como
privativo en relacin con A. En efecto, es preciso que D
se d respecto de todo B, pero que A no se d en ninguno
de los D. As, pues, se forma una sola proposicin privati-
va, la AD. El mismo modo <se aplica> tambin a los
dems razonamientos. Pues el medio de los trminos pre-
2S dicativos es siempre predicativo respecto a ambos; en cam-
bio, el medio de la privativa es necesario que sea negativo
para uno de los dos, de modo que slo esa proposicin
se hace tal 117, y las otras, predicativas. Entonces, si es
ms conocido y ms cierto aquello a travs de lo cual se
demuestra < algo>, y la < proposicin> privativa se de-
30 muestra a travs de la predicativa, mientras que sta no
se demuestra a travs de aqulla. al ser anterior y ms co-
nocida y ms cierta, ser mejor. Adems, si el principio
del razonamiento es la proposicin universal inmediata, y
la proposicin universal es afirmativa en la < prueba> de-
mostrativa 158 y negativa en la privativa y, por otra parte,
la afirmativa es anterior a la negativa y ms conocida que
ella (pues la negacin es conocida a travs de la afir-
3S macin, y la afirmacin es anterior, igual que el ser res-
pecto al no ser), entonces el principio de la demostrativa
es mejor que el de la privativa: y la < demostracin>
que se sirve de principios mejores es mejor. Adems es
157 Lase: negativa)).
158 Ver supra, n. 155.
ANALTICOS SEGUNDOS 381
ms semejante a los principios: pues sin la que demuestra
< sin ms> no es posible la privativa.
26. Superioridad de la demostracin directa sobre la re-
duccin al absurdo
Puesto que la < demostracin> predicativa es mejor 87.
que la privativa, est claro que tambin es mejor que la
que conduce a lo imposible. Pero hay que saber cul es la
diferencia entre ellas. Sea que A no se da en ningn B,
mientras que B se da en todo C: entonces es necesario que
A no se d en ningn C. Tomados, pues, as, la demostra- s
cin privativa de que A no se da en C sera demostrativa
<sin ms> 159. En cambio, la <que conduce> a lo im-
posible no se comporta de es manera. Si hubiera que de-
mostrar que A no se da en B, habra que suponer que
se da, y tambin que B se da en C, de modo que resulta
que A se da en C. Pero supngase que esto es sabido y
reconocido de mutuo acuerdo como imposible. Entonces 10
no es posible que A se d en B. Si, pues, se acuerda que
B se da en C, es imposible que A se d en B. As, pues,
los trminos se colocan de manera semejante, pero se dife-
rencian en cul de las dos proposiciones negativas es ms
conocida, si la de que A no se da en B o la de que A
no se da en C. As, pues, cuando es ms conocida la con- 15
clusin de que no es 160, se produce la demostracin <por
reduccin> a lo imposible, en cambio, cuando es ms co-
nocida la < proposicin que hay> dentro del razonamien-
to, se produce la demostracin < sin ms>. Por naturale-
za, la de A respecto a B es anterior a la de A respecto
159 Aqu no se opone a demostracin negativa, sino a reduccin
a lo imposible.
160 A saber, A no se da en C.
382
TRATADOS DE LGICA (RGANON)
a C. En efecto, aquellas cosas de las que parte la con-
clusin son anteriores a la conclusin: ahora bien, que A
20 no se da en C es la conclusin, y que A < no se da>
en B es aquello de lo que parte la conclusin. Pues, si
resulta que algo se elimina, eso no es una conclusin
< propiamente dicha>, ni aquello es de lo que parte la
conclusin, sino que aquello de lo que parte el razona-
miento es algo que se comporta de tal manera que, o bien
est como un todo respecto a la parte, o bien como una
parte respecto al todo, mientras que las proposiciones AC
25 y BC no se comportan as la una con la otra. Si, pues,
la < demostracin> que parte de < proposiciones> ms
conocidas y anteriores es ms fuerte, y ambas son convin-
centes a partir del no existir algo, pero una a partir de
algo anterior y la otra a partir de algo' posterior, ser me-
jor sin ms la demostracin privativa que la < que con-
duce> a lo imposible, de modo que, si la predicativa es,
JO a su vez, mejor que aqulla 161, est c ~ r o que < la predi-
cativa> es tambin mejor que la < que conduce> a lo
imposible.
27. Condiciones de la superioridad de una ciencia
Es ms exacta que otra ciencia y anterior a ella una
ciencia que sea ella misma del que y del porque, pero
no por un lado del que y por otro del porque, y la que
no < trata> acerca del sustrato < es anterior> a la que
<trata> acerca del sustrato 162, V.g.: la aritmtica respec-
to de la armnica; y la que parte de menos cosas < es
161 Lase: la negativa.
162 hypoke{menon, aplicado en otros contextos al sujeto de un enun-
ciado: aunque no se trate en absoluto de acepciones homnimas o equi-
vocas, sino anlogas.
ANALTICOS SEGUNDOS 383
tambin anterior> a la que parte de una adicin <de va-
rias cosas>, vg.: la aritmtica respecto de la geometra 163. 35
Digo a partir de una adicin < en el sentido de que>,
por ejemplo, la unidad es una entidad sin posicin, mien-
tras que el punto es una entidad con posicin: sta ltima
es a partir de una adicin.
28. Unidad y diversidad de las ciencias
Es una la ciencia de un solo gnero, a saber, < de >
todas las cosas que constan de los primeros < principios
de ese gnero> y que en si son partes o afecciones de
ellos. En cambio, es distinta una ciencia de otra < cuan- 40
do> todos sus principios, ni parten de las mismas cosas,
ni parten los unos de los otros. Un signo de esto < se l7b
da> cuando se llega a las cuestiones indemostrables: pues
es preciso que las propias cuestiones < demostradas por
esas ciencias> estn en el mismo gnero que las indemos-
trables 164. Y < se da> tambin un signo de esto cuando
las cosas demostradas a travs de ellas estn dentro del
mismo gnero y son homogneas.
29. Multiplicidad de las demostraciones
Cabe que haya varias demostraciones de la misma co- 5
sa, no slo tomando un medio no continuo de la misma
serie 165, V.g.: entre A y B, los <medios> C, D y Z, si-
163 Se consideran, en definitiva, anteriores y ms exactas las ciencias
ms generales y abstractas.
164 Por tanto, si eso no ocurre, es que no se trata de dos ciencias
idnticas, sino distintas.
16S Trminos de la misma serie son los encadenados por una rela-
cin de inclusin. Un trmino medio no continuo)), en este contexto,
es aquel que no est inmediatamente por encima o por debajo de los
extremos con los que se relaciona en las premisas.
384 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
no tambin tomndolo de otra serie distinta. V.g.: sea A
cambiar, en lugar de D, moverse, B sea gozar y H, a su
vez, reposar. As, pues, < ser> verdadero predicar tanto
10 D de B como A de D: pues el que goza se mueve 166 y el
que se mueve, cambia. A su vez, es verdadero predicar
A de H y H de B: pues todo el que goza reposa 167 y el
que reposa cambia 168. De modo que el razonamiento < se
hace> a travs de medios distintos, no de la misma serie.
Pero no hasta el punto de que ninguno de los medios se
15 diga acerca del otro: pues es necesario que ambos se den
en una misma cosa. Tambin < habra que> examinar a
travs de las otras figuras de cuntas maneras es admisible
que se forme el razonamiento de la misma cosa.
30. Indemostrabilidad de lo azaroso
De lo que resulta del azar no hay ciencia por demostra-
20 cin. En efecto, lo que resulta del azar, ni es necesario,
ni < se da> la mayor parte de las veces, sino que se pro-
duce al margen de esos < tipos de> hechos; en cambio,
la demostracin < versa> sobre uno de los dos < tipos> .
En efecto, todo razonamiento se hace mediante proposi-
ciones necesarias o mediante proposiciones < que se dan >
la mayor parte de las veces; y, si las proposiciones son
necesarias, tambin lo es la conclusin, si las proposicio-
nes se dan la mayor parte de las veces, tambin la conclu-
25 sin. De modo que, como lo que resulta del azar no se
da la mayor parte de las veces ni es necesario, no hay de-
mostracin de ello.
166 En el sentido, amplsimo, de que toda sensacin es un movi-
miento del alma.
167 En el sentido de que el placer aplaca el deseo y tranquiliza.
168 Es decir, pasa del movimiento al reposo.
ANALTICOS SEGUNDOS
385
31. Imposibilidad de demostracin mediante los sentidos
Tampoco es posible tener conocimiento cientfico 169 a
travs de la sensacin. En efecto, aunque la sensacin lo
sea de algo de tal clase 170 y no de esta cosa concreta 171,
sin embargo es necesario sentir una cosa determinada en 30
algn lugar y en talo cual momento. En cambio, lo uni-
versal y lo que se da en todos < los individuos> es im-
posible sentirlo; en efecto, no es esto ni <se da> aho-
ra: pues, si no, no sera universal; en efecto, llamamos
universal a lo que es siempre y en todas partes. As,
pues, como las demostraciones son universales, y esas co-
sas no es posible sentirlas, es evidente que tampoco es
posible tener conocimiento cientfico a travs de la sen- 3S
sacin, sino que est claro que, si fuera posible percibir
que el tringulo tiene los ngulos equivalentes a dos rec-
tos, buscaramos la demostracin y no tendramos, como
algunos dicen, conocimiento cientfico de ello: pues nece-
sariamente se siente lo singular, mientras que la ciencia
es conocer lo universal. Por eso tambin, si estando so-
bre la luna viramos que la tierra se interpone, no sabra- 40
mos la causa del eclipse. En efecto, percibiramos que ...
se eclipsa, pero no por qu en general; pues < vimos
que> la sensacin no lo era de lo universal. No por ello,
sin embargo, a base de contemplar muchas veces ese acon-
tecimiento, dejaramos, tras captar lo universal, de tener
una demostracin: pues a partir de la pluralidad de singu-
lares se hace evidente lo universal. Pero lo universal tiene s
169 eprstasthai. Esa oposicin a la simple sensacin es la que obliga
a reconocer a este trmino un sentido ms intelectual que a otros ver-
bos de conocimiento.
170 toO toioOde. Lase: de una cualidad.
171 toOde tinos.
liS. - 2S
386
TRATADOS DE LGICA (RGANON)
el mrito de que indica la causa: de modo que por lo que
respecta a todas aquellas cosas cuya causa es distinta de
ellas, el < saber> universal es ms vlido que las sensacio-
nes y que la intuicin 172; en lo que respecta a las cues-
tiones primeras, en cambio, el asunto es diferente 173.
Es manifiesto, pues, que es imposible saber cosa alguna
10 de las demostrables mediante la sensacin, a no ser que
uno llame percibir a poseer la ciencia a travs de la demos-
tracin. Hay, sin embargo, algunas cuestiones, entre los
problemas, que se reducen a un defecto de percepcin.
Pues algunas cosas, si las vemos, ya no las buscamos, no
porque las sepamos al verlas, sino porque captamos lo uni-
versal a raz de verlas. V.g.: si viramos el cristal perfo-
15 rada 174 y la luz pasando a su travs, estara claro por qu
se enciende, < pues> al verlo por separado en cada cris-
tal, se comprendera al mismo tiempo que en todos los
casos es as.
32. Diversidad de los principios
Es imposible que los principios de todos los razonamien-
tos sean los mismos; primero, si se considera discursiva-
20 mente. En efecto, de los razonamientos, unos son verda-
deros y otros, falsos. Pues, aunque es posible probar por
razonamiento lo verdadero a partir de < proposiciones>
falsas, con todo, eso ocurre una sola vez; v.g.: si A es
172 nsis: como se ve, comparando con el cap. 24, 86a29 (n. 154,
supra), se contrapone tanto al pensamiento discursivo como a la sensa-
cin, aunque aqu se asimila ms a sta.
173 En efecto, como se ha indicado ya en el cap. 23, 8Sal (ver su-
pra, n. 138.
174 Se refiere a los minsculos orificios o poros que, segn Aristte-
les, explicaran el fenmeno de la trasparencia, al dejar pasar la luz a
su travs.
ANALTICOS SEGUNDOS 387
verdadero acerca de C y el medio, B, es falso: pues ni A
se da en B ni B en C; pero, si se toman < trminos> me-
dios respecto de esas proposiciones m, sern falsas < las
nuevas proposiciones>, debido a que toda conclusin falsa 2S
surge de < proposiciones> falsas, mientras que las verda-
deras surgen de verdaderas, y < por tanto> son diferentes
< los principios de las> falsas y los < de las> verdaderas.
Adems, las <conclusiones> falsas tampoco surgen de
< principios> idnticos entre si: pues es posible que las
< conclusiones> falsas sean contrarias entre s y simult-
neamente imposibles, V.g.: que la justicia sea injusticia o
cobarda, y que el hombre sea caballo o buey, o que lo 30
igual sea mayor o menor.
Por otra parte, a partir de las cuestiones establecidas,
< se puede probar> de la manera siguiente: en efecto,
tampoco los principios de todas las < conclusiones> ver-
daderas son los mismos. Pues, de muchas de ellas, los
principios son distintos en gnero y no coinciden unos con
otros, V.g.: las unidades no coinciden con los puntos; pues
aqullas no tienen posicin, stos, en cambio, s la tienen.
y necesariamente habran de encajar siquiera, o como me- 35
dios, o de arriba abajo, o de abajo arriba 176, o habran
de estar unos en medio de los trminos y otros fuera de
ellos. Pero ni siquiera de entre los principios comunes es
posible que haya algunos desde los que se demuestre todo;
llamo comunes, por ejemplo, a todo se afirma o se niega.
En efecto, los gneros de las cosas existentes son distintos, 81b
y unas cosas se dan slo entre los cuantos, otras entre los
cuales, < predicaciones> con las que se hacen las demos-
l7S Es decir, otras proposiciones que formen prosilogismos para pro-
bar las primeras.
176 Lase: como extremos superiores (mayores) o como extremos in-
feriores (menores).
388 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
traciones a travs de los < principios> comunes. Adems,
los principios no son muchos menos que las conclusiones:
s en efecto, son principios las proposiciones, y las proposi-
ciones surgen, bien de la aposicin, bien de la interposi-
cin de un trmino. Adems, las conclusiones son infini-
tclS, los trminos, en cambio, limitados. Adems, unos
principios son necesarios, otros, en cambio, admisibles.
Considerando, pues, las cosas de esta manera, es impo-
10 sible que los mismos < principios> sean limitados, siendo
infinitas las conclusiones. Si alguien dijera esto de una ma-
nera algo diferente, V.g.: que < los principios> de la geo-
metra son estos de aqu, los de los clculos, estos otros,
y estos otros los de la medicina, qu otra cosa se habra
dicho, si no que existen unos principios de las < distin-
tas> ciencias? En cambio, < decir> que son los mismos
IS porque ellos son idnticos a s mismos sera ridculo: pues
de esa manera todas las cosas resultaran idnticas. Pero
tampoco el < decir que> cualquier < conclusin> se de-
muestra a partir de todos < los principios> es < lo mismo
que> investigar si los principios de todas las cosas son
los mismos: pues < sera> demasiado obvio. En efecto,
ni en las disciplinas ms evidentes ocurre eso, ni es posible
en el anlisis 177: pues las proposiciones inmediatas son los
principios, y una conclusin distinta se forma afladiendo
20 una nueva proposicin inmediata. Y, si alguien dijera que
esas proposiciones primeras inmediatas son los principios,
< habra de tenerse en cuenta> que hay una en cada gne-
ro. Pero, si no se pretende, ni que a partir de todos < los
principios> se demuestre cualquier < conclusin>, ni que
sean tan distintos que los de cada ciencia sean unos dife-
rentes, queda la posibilidad de que los principios de todas
177 Anlisis es lo mismo que lgica deductiva, o silogstica.
ANALlneos SEGUNDOS 389
las cosas sean homogneos, pero los de estas cosas, estos
de aqu, y los de esas otras, aquellos de all. Ahora bien, 2S
tambin es evidente que eso no es admisible: en efecto,
se ha demostrado que los principios de las cosas diferentes
en gnero son diferentes en gnero. Pues los principios son
de dos clases: aquellos a partir de los cuales < se demues-
tra> y aquello sobre lo que <se demuestra>; as, pues,
los primeros son comunes, los segundos, en cambio, son
exclusivos, v.g.: el nmero, la magnitud 177bi!.
33. Ciencia y opinin
Lo cognoscible cientficamente y la ciencia se diferen- 30
cian de lo opinable y la opinin en que la ciencia es uni-
versal y < se forma:> a travs de < proposiciones> nece.
sarias, y lo necesario no es admisible que se comporte de
otra manera. En cambio, hay algunas cosas que existen
y son verdaderas pero que cabe que se comporten tambin
de otra manera. Est claro, pues, que sobre sas no hay
ciencia; en efecto, sera imposible que se comportara de 3S
otra manera aquello que es posible que se comporte de
otra manera. Sin embargo, tampoco < hay sobre esas co-
sas> intuicin 178 (en efecto, llamo intuicin al principio
de la ciencia) ni ciencia indemostrable: esto es la aprehen-
sin de la proposicin inmediata. Pero la intuicin y la 8911
ciencia y la opinin, y lo que se dice por mediacin de
ellas, pueden ser verdad: de modo que queda la posibili-
dad de que la opinin verse sobre lo verdadero o sobre
lo falso que es admisible que se comporte tambin de otra
177bis Aquello a partir de lo que se demuestra: los axiomas comu
nes. Aquello sobre lo que se demuestra: las nociones bsicas propias de
cada ciencia.
178 nos.
390 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
manera. Y esto ltimo es la aprehensin de la proposicin
s inmediata y no necesaria 179. Y de esta manera se est de
acuerdo con las apariencias: pues la opinin es insegura
y tal es la naturaleza < de lo opinable>. Adems de esto,
nadie cree estar opinando cuando cree que es imposible
que < algo> se comporte de otra manera, sino que est
conociendo cientficamente; pero cuando < se cree> que
< algo> es as, pero que nada impide que sea tambin
de otra manera, entonces < se cree> estar opinando, co-
lO mo que de una cosa de ese tipo hay opinin, de lo necesa-
rio, en cambio, hay ciencia.
As, pues, cmo es posible opinar y saber la misma
cosa y por qu la opinin no ha de ser ciencia, si se sostie-
ne que es admisible opinar sobre todo aquello que se sabe?
En efecto, el que sabe y el que opina van juntos a travs
de los < mismos> medios hasta llegar a las cuestiones in-
mediatas, de modo que, si aqul realmente sabe, tambin
15 el que opina sabe. Pues, igual que es posible opinar sobre
el que, tambin lo es sobre el porque: y ste es el medio.
O bien, acaso si las cosas que no es admisible que se
comporten de otra manera se interpretan igual que las de-
finiciones a travs de las cuales se hacen las demostracio-
nes, no se opinar, sino que se sabr? Pero, si < se inter-
preta> que esas cosas son verdaderas pero no se dan en
20 los < sujetos> con arreglo a la entidad y la especie, se
opinar y no se sabr realmente, tanto sobre el que como
sobre el porque, si se opina a travs de cuestiones inmedia-
tas? En cambio, si no se opina a travs de cuestiones inme-
diatas, se opinar slo sobre el que? La opinin y la cien-
cia no lo son en absoluto de la misma cosa, pero, as
179 En contraposicin a la ciencia y la intuicift, mencionadas ms
arriba, cuyo objeto es necesariamente verdadero.
ANALlncos SEGUNDOS 391
como en cierto modo hay <opinin> falsa y <opinin>
verdadera de la misma cosa, tambin hay ciencia y opinin 2S
de lo mismo. En efecto, que haya opinin verdadera y opi-
nin falsa de la misma cosa, como algunos dicen, conlleva
aceptar, entre otras < conclusiones> absurdas, que lo que
se opina falsamente no puede opinarse; ahora bien, como-
quiera que lo mismo se dice de varias maneras, es posible
que sea admisible < en un sentido> y que no lo sea en
otro. En efecto, opinar con verdad que la diagonal sea 30
conmensurable es absurdo; pero, dado que la diagonal so-
bre la que < versan> las opiniones es la misma, < ambas
opiniones> son, en ese sentido, de lo mismo, mientras
que el qu es ser contenido en el enunciado propio de
cada una no es el mismo. De manera semejante tambin
la ciencia y la opinin de lo mismo. En efecto, la < cien-
cia acerca> del animal es de tal manera que no cabe que
no sea animal, la < opinin>, en cambio, es de tal mane- 3S
ra que s cabe, v.g.: si aqulla <dice> que <animal>
es exactamente lo que es < propio> del hombre, sta
< dice> que es < propio> del hombre, pero no exacta-
mente lo que es < propio> de l. En efecto, es lo mismo,
porque es hombre, pero < se toma> como si no fuera lo
mismo.
A partir de estas consideraciones queda de manifiesto
que tampoco es admisible opinar y saber al mismo tiempo
lo mismo. En efecto, se sostendra la interpretacin de que 89b
la misma cosa se comporta de manera diferente y no se
comporta de manera diferente. Lo cual, ciertamente, no
es admisible. Pues es admisible que una y otra 180 se den
< acerca> de la misma cuestin en distinto < individuo>
como se ha dicho, pero, en el mismo y de esta manera,
180 Es decir, la ciencia y la opinin.
392 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
no es posible: pues se sostendra a la vez la interpretacin
de que, por ejemplo, el hombre es precisamente lo que
5 es animal (pues en eso consista, < como vimos>, el no
ser admisible que no fuera animal) y la de que no es preci-
samente lo que es animal: < admitamos que> sea eso, en
efecto, el ser admisible.
Respecto a las restantes cuestiones: cmo hay que distin-
guir entre pensamiento 181, intuicin, ciencia, arte, pruden-
cia y sabidura, son < cuestiones> ms propias, unas, de
la teora fsica, y otras, de la tica.
34. La vivacidad mental
ID La vivacidad mental consiste en acertar, en un tiempo
imperceptible, con el <trmino> medio, v.g.: si uno, al
ver que la luna tiene siempre brillo en la direccin del sol,
enseguida intuye por qu es eso, a saber, porque recibe
el brillo del sol; o si se reconoce que uno est hablando
con un rico porque recibe un prstamo; o la razn de
ser amigos, a saber, que son enemigos del mismo. En efec-
15 to, en todos esos casos se reconocieron los medios, < que
son> las causas, al ver los extremos. En lugar de A,
< pngase> ser brillante en la direccin del sol, en lugar
de B recibir el brillo del sol, en lugar de e la luna. Enton-
ces en la luna, en e, se da B, recibir el brillo del sol;
ahora bien, en B se da A, a saber, brillar en la direccin
de aquello de lo que se recibe el brillo: de modo que tam-
20 bin en e se da A por mediacin de B.
181 dinoia. lase: pensamiento discursivo.
LIBRO 11
< TEORIA DE LA DEFINICIN Y DE LA CAUSA>
l. Los diferentes tipos de investigaciones
Las cuestiones que se plantean son iguales en nmero
a las que se saben. Ahora bien, planteamos cuatro cuestio-
nes: el que, el porque, si es y qu es. En efecto, cuando, 2S
poniendo un cierto nmero de cosas, buscamos si es sta
o sta otra, V.g.: si el sol se eclipsa o no, buscamos el
que. Una prueba de ello: en efecto, si descubrimos que
se eclipsa,nos damos por satisfechos; y si desde el princi-
pio vimos ya que se eclipsa, no buscamos si < lo hace o
no>. En cambio, cuando sabemos el que, buscamos el
porque, V.g.: sabiendo que < el sol> se eclipsa y que la 30
tierra se mueve, buscamos por qu se eclipsa o por qu
se mueve. As, pues, esas cuestiones las planteamos as,
algunas otras, de otro modo, V.g.: si es o no es un cen-
tauro o un dios: digo si es o no es sin ms 182, y no si
es blanco o no lo es. Ahora bien, cuando sabemos que
es, buscamos qu es, V.g.: qu es, pues, o qu 3S
es el hombre?
182 Es decir, en el sentido puro y simple de existir. Este sentido
est presente siempre en el verbo griego e/na;, unido o no al de cpula
en sus mltiples funciones. En castellano, en cambio, el ser sin ms
es casi obligado expresarlo con nuestro existir, cosa que hacemos habi-
tualmente, pero no en este caso, para dar algn sentido a la aclaracin
.
394 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
2. La bsqueda del trmino medio, cuesti6n central
As, pues, las cuestiones que planteamos y las que sa-
bemos, una vez las descubrimos, son tales y tantas.
Ahora bien, cuando buscamos el que o si es sin ms,
estamos buscando si hay o no hay un medio de eso; en
cambio, cuando, conociendo ya el que o si es, sea en al-
90a gn aspecto 183 o sin ms, buscamos, a su vez, el porque
o el qu es, entonces buscamos cul es el < tnnino > me-
dio. Digo que es en algn aspecto o sin ms <en el senti-
do siguiente>; en algn aspecto: la luna se eclipsa? o
la luna crece? En efecto, en tales cuestiones buscamos
si es una cierta cosa o no es una cierta cosa; sin ms, en
s cambio: si es o no la luna o la noche. Por tanto, ocurre
que en todas las indagaciones se busca si hay un medio
o cul es el medio. En efecto, el medio es la causa, y en
todas las cuestiones se busca eso. Se eclipsa? <quiere de-
cir>: hay alguna causa <del eclipse> o no? Despus
de eso, una vez sabemos que hay algo, buscamos qu es,
pues, ello. Pues la causa de ser, no tal cosa o tal otra,
10 sino la entidad sin ms, o la de ser no sin ms, sino ser
alguna de las cosas en s o por accidente, es el medio.
Digo sin ms <refirindome> al sujeto, V.g.: luna, o
tierra, o sol, o tringulo; digo, en cambio, alguna cosa
< refirindome> a eclipse, igualdad, desigualdad, si est
15 en medio o no. En efecto, en todas estas cuestiones es
evidente que es lo mismo qu es y por qu es. -Qu
es un eclipse? -Una privacin de la luz de la luna por
la interposicin de la tierra. -Por qu es el eclipse, o
por qu se eclipsa la luna? -Porque falta la luz al in-
183 epi mrous. No confundir con el cuantificador particular, aun-
que la expresin aislada es una de las que se emplean en contraposicin
a kathlou.
ANALlTICOS SEGUNDOS 395
ter ponerse la tierra. -Qu es un acorde musical? -Una
relaci6n numrica en lo agudo y lo grave. -Por qu
forman un acorde lo agudo y lo grave? -Porque lo agu-
do y lo grave guardan una relaci6n numrica. -Es po- 20
sible que lo agudo y lo grave formen un acorde? <o
sea>: La relacin entre ellos es numrica? Y, una vez
hemos comprendido que 10 es, <preguntamos>: Cul
es, pues, la relaci6n?
Que la indagacin es indagacin del medio queda claro
en todas aquellas cosas cuyo medio es sensible. En efecto, 25
10 buscamos porque no lo percibimos, V.g.: en el caso del
eclipse, si lo hayo no 184. En cambio, si estuviramos so-
bre la luna, no indagaramos si se produce ni por qu se
produce, sino que < ambas cosas> seran patentes a la
vez. En efecto, a partir de la percepcin nacera tambin
en nosotros el conocimiento de 10 universal. Pues la sensa-
cin < sera> que < la tierra> se interpone en tal o cual
momento (en efecto, est claro tambin que en tal o cual
momento se eclipsa): y de ello nacera tambin lo univer- 30
sal.
As, pues, como decimos, conocer el qu es es 10 mis-
mo que conocer por qu es, y esto, a su vez, simple-
mente y no como alguna de las cosas que no se dan 8 ~
o como una de las cosas que se dan, V.g.: <iguala> dos
rectos, o mayor, o menor.
3. Diferencia entre definici6n y demostraci6n
As, pues, est claro que todas las cuestiones que se 35
indagan consisten en la bsqueda del < trmino> medio;
digamos < ahora> cmo se demuestra el qu es, y cul
184 Lase: un medio que pennita explicar el eclipse.
185 Lase: como un predicado determinado.
396 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
es el modo de la remisin 186, y qu es la definicin y de
qu cosas, planteando primero ciertas dificultades en torno
9Gb a dichas cuestiones. Y sea principio de lo que viene a con-
tinuacin aquel que es ms propio de los argumentos ya
dichos. En efecto, podra uno plantearse la dificultad: es
lo mismo y con arreglo a lo mismo saber por definicin
y saber por demostracin, o es imposible < que sean lo
mismo>? Pues la definicin parece ser acerca del qu es,
s y todo qu es es universal y predicativo; en cambio, razo-
namientos los hay privativos y no universales, v.g.: todos
los de la segunda figura son privativos, y los de la tercera,
no universales. Adems, 'ni siquiera de todos los predicati-
vos de la primera figura hay definicin, v.g.: que todo
tridngulo tiene < ngulos> equivalente a dos rectos. La
explicacin de esto es que saber lo demostrable es poseer
10 < su > demostracin, de modo que, como de las cuestio-
nes de ese tipo hay demostracin, est claro que de ellas
no habr tambin definicin: pues uno las sabra tambin
en virtud de la definicin, sin tener la demostracin; en
efecto, nada impide que no se tengan < ambos conocimien-
tos> al mismo tiempo. Tambin a partir de la comproba-
IS cin es suficiente la certeza; en efecto, nunca hemos cono-
cido nada definindolo, ni de las cosas que se dan en s,
ni de los accidentes 187. Adems, si la definicin es el co-
nocimiento de una entidad, es evidente que las cosas de
ese tipo no son entidades.
As, pues, est claro que no hay definicin de todo aque-
llo de lo que hay demostracin. Qu, pues? Acaso de
todo aquello de lo que hay definicin hay demostracin?
186 anagog. tnnino aplicado a la reduccin de la definicin a la
demostracin, bien como principio de sta, bien como conclusin suya.
187 Uso poco cuidadoso; debera decir: de las que se dan por acci-
dente.
ANAL/neos SEGUNDOS 397
O no? Tambin sobre esto hay una explicacin, la misma 20
< que antes>. En efecto, de lo uno, en cuanto uno, hay
una sola ciencia. De modo que, si saber lo demostrable
es poseer < su > demostracin, sobrevendr un imposible:
pues el que tiene la definicin sin la demostracin sabr
< lo demostrable>. Adems, son las definiciones los prin-
cipios de las demostraciones, de los que ya se ha demos- 25
trado antes que no habr demostraciones 188: o bien los
principios sern demostrables y habr tambin principios
de los principios, yeso seguir hasta el infinito, o bien
las cuestiones primeras sern definiciones indemostrables.
Pero, si la definicin y la demostracin no son en cada
caso de lo mismo, lo sern, sin embargo, en algn caso?
O es imposible? En efecto, no hay demostracin de aque-
llo de lo que hay definicin. Pues la definicin lo es del JO
qu es y de la entidad; las demostraciones, en cambio, pa-
recen presuponer y dar por sentado todas el qu es. V.g.:
las matemticas < presuponen> qu es la entidad y qu
es lo impar, y las dems < ciencias>, de manera semejan-
te. Adems, todas demostracin demuestra algo acerca de
algo, V.g.: que es o que no es; en cambio, en la definicin
no se predica nada de otra cosa distinta, V.g.: ni animal J5
acerca de bpedo ni esto acerca de animal. y tampoco figu-
ra acerca de superficie: pues la superficie no es una figura,
ni la figura una superficie. Adems, una cosa es demostrar
el qu es y otra el < hecho de> que es. As, pues, la de- 91a
finicin indica qu es < tal cosa>, la demostracin, en
cambio, indica que tal cosa es o no es con relacin a tal
otra. Pero la demostracin de una cosa diferente es < tam-
bin> diferente, a no ser como una parte de la demostra-
cin global. Digo esto ltimo porque se ha demostrado
188 ef., supra, libro 1, cap. 3, 72bI8-2S, y 22, 84a30-b2.
398 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
ya que el issceles < es equivalente a> dos rectos si se
ha demostrado que todo tringulo lo es: en efecto, aquello
s es una parte, y esto ltimo el todo. En cambio, aquellas
cuestiones, la de que es y la de qu es, no se relacionan
mutuamente de esa manera: pues la una no es parte de
la otra.
Queda de manifiesto, por tanto, que, ni de todo aque-
llo de lo que hay definicin hay demostracin, ni de todo
aquello de lo que hay demostracin hay definicin, ni, en
general, es admisible que ambas se den de la misma cosa
en ningn caso. De modo que est claro que la definicin
10 y la demostracin, ni pueden ser lo mismo, ni puede la
una estar incluida en la otra: pues entonces tambin sus
sujetos se relacionaran de manera semejante.
4. Indemostrabilidad de la esencia
Hasta aqu, pues, la exposicin de esas dificultades;
ahora bien, del qu es hay razonamiento y demostra-
cin o no, tal como supona ahora mismo el argumento?
Pues el razonamiento demuestra algo acerca de algo a tra-
15 vs del medio; por otra parte, el qu es es < algo> pro-
pio y se predica dentro del qu es 189. Ahora bien, estos
< trminos> son necesariamente reversibles. En efecto,
si A es propio de e, est claro que tambin lo es de B,
y ste de e, de modo que todos ellos lo son recproca-
mente. Pero tambin, si A se da en todo B dentro del
20 qu es, y B se dice universalmente de todo e dentro del
189 El primer qu es se refiere simplemente a la defmicin y el se-
gundo al conjunto de los atributos. El trmino propio no debe entenderse
tampoco en el sentido estricto definido en Tpicos I 5 (pgs. 95-96 de
TL-I), segn el cual se contrapondra a definicin como un predicable
distinto.
ANALTICOS SEGUNDOS
399
qu es, es necesario que A se diga de e dentro del qu
es. Pero, si no se toma as por duplicado 190, <es de-
cir>, si A se predica de B dentro del qu es. pero no
se predica dentro del qu es de todas aquellas cosas de
las que se predica B, no ser ya necesario que A se pre-
dique de e dentro del qu es; y esas dos < proposicio-
nes> contendrn el qu es: por tanto, tambin B ser el
qu es con relacin a C. Entonces, si ambas < proposi- 2S
ciones> contienen el qu es y el qu es ser. el qu es
ser estar antes en el lugar del < trmino> medio 191. En
general, si se trata de demostrar qu es el hombre, sea
e hombre. A el qu es. bien animal bpedo. bien otra
cosa. Si se hace, pues, el razonamiento, necesariamente
se ha de predicar A acerca de todo B. Pero eso ser otro 30
enunciado < tomado como> medio, de modo que tam-
bin eso ser el qu es el hombre 192. As, pues, se toma
lo que hay que demostrar: pues tambin B ser el qu es
el hombre.
Pero hay que estudiarlo en el caso de < que sean> las
dos proposiciones primeras e inmediatas: pues lo dicho se
hace evidente al mximo. As, pues, los que demuestran 3S
qu es el alma, o qu es el hombre, o cualquier otra de
las cosas que existen, a travs de la inversin, postulan
lo del principio, V.g.: si alguien estimara que el alma es
aquello que es causa de su propia vida, y que eso es un
nmero que se mueve a s mismo 193: pues necesariamente
se postula que el alma es precisamente aquello que es un
nmero que se mueve a s mismo, de tal modo que son 9lb
la misma cosa. En efecto, si A se sigue de B y ste de
190 Lase: en las dos proposiciones del razonamiento.
191 Lase: antes de que aparezca en la conc1usin.
192 O sea, la definicin de hombre.
193 Tesis sostenida por Jen6crates.
400 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
C, no por eso ser A el qu es ser para C, sino que ser
solamente < aquello que es> verdadero decir de C; tam-
poco si A es aquello que es precisamente algo y se predica
acerca de todo B. ,En efecto, tambin el ser del animal 194
s se predica acerca del ser del hombre (pues es verdad que
todo ser del hombre es ser del animal, al igual que todo
hombre es animal), pero no de tal manera que sea una
sola cosa. As, pues, si no se toma as, no se probar por
razonamiento que A es el qu es ser y la entidad para C.
Pero si se toma as, se habr tomado previamente el qu
10 es de C, < a saber>, B, como su qu es ser 19S. De mo-
do que no se ha demostrado: pues se ha aceptado ya al
principio.
s. Imposibilidad de obtener la esencia a partir de la di-
visin
Pero tampoco el camino a travts de las divisiones lleva
a probar por razonamiento < la definicin>, tal como se
ha dicho ya en el anlisis en torno a las figuras 196. En
efecto, no resulta en modo alguno necesario que exista tal
15 cosa al existir estas otras 197, sino que ni siquiera la de-
muestra el que comprueba. Pues la conclusin no ha de
ser una pregunta 198, ni ha de surgir al concederse algo,
194 lo z6;,5; eina;, frmula abreviada de lo I( z6;{j; n tina; (lit.: el
qu es ser para el animah.), es decir, la esencia propia del animal.
19S Es decir, que la atribucin a e de un predicado esencial (8, por
ejemplo), con lo que se pretende probar la definicin de la esencia propia
de e, en realidad presupone ya esa definicin en las premisas.
196 Ver Anal. pro I 31.
191 En efecto, la esencia que se trata de definir no brota por s mis-
ma de esta u otra rama de la divisin, sino que sta se queda siempre
en el plano de la disyuncin.
198 Es decir, no tiene por qu ser as en una demostracin propia-
mente dicha.
ANAL/TIeOS SEGUNDOS
401
sino que necesariamente ha de darse al darse aquellas
< proposiciones>, aunque el que responde diga que no.
<V.g.:> el hombre es animal o inanimado? Enseguida
se toma animal, < pero> no se ha probado por razona-
miento. Y an, < se plantea si> todo animal es pedrestre
o acutico: se toma pedestre. Y que el hombre sea el con- 20
junto < de ambas cosas>, animal pedestre, no es necesa-
rio a partir de lo que se ha dicho, sino que tambin eso
se acepta < sin ms>. y no hay ninguna diferencia en
que se haga as con muchos o con pocos < trminos> :
pues es lo mismo. (As, pues, para los que proceden as,
el uso < de la divisin> es intil para probar, incluso en
relacin con las cosas que es admisible que se prueben por
razonamiento). En efecto, qu hace que ese conjunto 199 2S
sea verdadero acerca de hombre pero no indique el qu
es ni el qu es ser? Por otro lado, qu impide aadir,
o quitar algo de la entidad, o rebasarla en algn aspecto?
stas son, pues, argumentaciones que pueden fallar, pe-
ro que cabe solventar tomando todo lo que hay en el qu
es y haciendo la divisin de manera continua 200 tras ha- 30
ber postulado el primer < trmino> y no descuidando nin-
guno. Ello es necesario, ya que todo debe caer dentro de
la divisin y no debe faltar nada: pues es preciso que est
incluso lo indivisible. Pero, a pesar de todo, no hay razo-
namiento y, en todo caso, < la divisin> nos hace cono-
cer de otro modo. Y esto no es ningn absurdo: pues se-
guramente tampoco el que comprueba demuestra 201, sino 3S
199 A saber, animal bpedo.
200 ephexes: quiere expresar la idea de que entre los sucesivos trmi-
nos de la divisi6n no deben quedar huecos, sino que la divisi6n ha
de ser exhaustiva.
201 Aqu, por fin, Arist6teles reconoce lo impropio de llamar de-
mostraci6n (o razonamiento)) propiamente dicho) a la epaggt o com-
liS. - 26
402 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
que, en vez de eso, indica algo. El que enuncia la defini-
cin a partir de la divisin no enuncia un razonamiento.
En efecto, al igual que en las conclusiones que < se obtie-
nen> sin < trminos> medios, si uno dice que, siendo
tales cosas, necesariamente ser tal otra, es admisible que
se pregunte por qu, as tambin en las definiciones por
92. divisin 202. <V.g.: > -Qu es el hombre? -Animal
mortal, con pies, bpedo, sin alas. -Por qu?, < puede
uno preguntar> ante cada adjuncin < de trminos>. En
efecto, < el otro> dir y demostrar -as cree l- con
la divisin que todo es mortal o inmortal. Ahora bien, ese
enunciado no es todo l definicin, de modo que, aunque
< sta> se demuestre con la divisin, la definicin, con
todo, no se convierte en razonamiento 203.
6. Imposibilidad de demostrar la esencia con un razona-
miento hipottico
Pero es posible demostrar el qu es correspondiente a
la entidad a partir de una hiptesis, suponiendo, por un
lado, que el qu es ser es lo propio de entre lo que hay
en el qu es y, por otro lado, que slo hay tales y cuales
< elementos> en el qu es, y que el conjunto es propio
probacin, tal como hizo en el libro II, cap. 23, de los Anal. pro (ver
supra, n. 448).
202 En ste y en algunos otros pasajes Aristteles emplea hdros (ha-
bitualtnente trmino) en lugar de horismds para designar la definicin
(cf. supra, n. 54).
203 En efecto, el razonamiento slo puede tener una determinada con-
clusin; ahora bien, aqu se ha obtenido una concatenacin de trminos
de los que slo unos cuantos forman parte de la definicin propiamente
dicha, pero sin que haya nada en la propia mecnica de la divisin que
nos indique cules son necesarios para la definicin y cules no. Luego
no puede identificarse la divisin con el razonamiento.
ANALTICOS SEGUNDOS 403
< de la cosa definida>? En efecto, eso es el ser de la co-
sa en cuestin. O bien se ha dado por supuesto el qu 10
es ser tambin en esa < proporcin>? en efecto, es nece-
sario demostrar a travs del medio. Adems, as como en
el razonamiento no se toma < como proposicin> qu es
el probar por razonamiento (pues cada proposicin de las
que consta el razonamiento es siempre un todo o una par-
te 204), as tampoco ha de estar el qu es ser incluido en
el razonamiento, sino al margen de las < proposiciones>
establecidas, y al que discute si se ha probado por razona-
miento o no, hay que replicarle que eso era en realidad 15
el razonamiento, y al que pone en duda que se haya pro-
bado por razonamiento el qu es ser, hay que replicarle
que s: pues habamos establecido que eso era el qu es
ser 0 ~ De modo que necesariamente se habr probado
por razonamiento algo sin < la definicin de> qu es el
razonamiento y sin el qu es ser.
Tambin en el caso de que se demuestre a partir de una 20
hiptesis, v.g.: si el ser del mal es el ser divisible, y el
de lo contrario es el ser contrario a < algn> contrario,
en todas aquellas cosas para las que hay algn contrario,
y el bien es lo contrario del mal y lo indivisible lo contra-
rio de lo divisible: entonces el ser del bien es el ser indivisi-
ble. En efecto, en ese caso tambin se demuestra tras ha-
ber tomado el qu es ser: ahora bien, se toma para demos-
trar el qu es ser 206. Pero es un qu es ser distinto, 25
204 Es decir, una de las proposiciones est siempre incluida en la
otra, total o parcialmente (la menor en la mayor).
2 0 ~ Es decir, slo dialcticamente cabe afirmar la demostrabilidad de
la definicin a travs de un silogismo, en la medida en que el silogismo
confirma por s mismo su propia definicin al funcionar tal como lo
habamos definido.
206 Se comete, por tanto, una peticin de principio.
404 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
< dir alguno>. Sea: pues tambin en las demostraciones
< suponemos> que tal cosa es en relacin con tal otra;
pero no es el mismo < trmino> ni su definicin 207 es la
misma, y tampoco se invierte.
Frente a ambos < argumentos>, tanto el que demues-
tra 208 en virtud de la divisin como el razonamiento de
aquel tipo 209, la dificultad es la misma: por qu ha de
ser el hombre un animal pedestre bpedo y no un animal
30 y un pedrestre? En efecto, a partir de los < trminos>
tomados no hay ninguna necesidad de que surja un nico
predicado, sino que < podra ocurrir> como cuando un
mismo hombre es msico y gramtico 210.
7. Indemostrabilidad de la esencia por la definicin
Cmo demostrar, pues, la entidad o el qu es el que
3S define? Pues, ni como quien demuestra a partir de cosas
previamente acordadas pondr de manifiesto la necesidad
de que, al existir aqullas, exista tambin alguna otra dis-
tinta (en efecto, eso es la _ demostracin), ni como el que
comprueba, a travs de las cosas singulares que son paten-
tes, que todo es de tal o cual manera porque nada es de
una manera diferente: en efecto, no demuestra qu es, sino
9lb que es o que no es. Qu otro modo < de probar> que-
da, entonces? Pues, ciertamente, no se demostrar con la
sensacin ni < sei\alando > con el dedo.
Adems, cmo se demostrar el qu es? Pues es nece-
s sario que el que sabe qu es el hombre, o cualquier otra
207 lgos. Se refiere a la definicin del trmino medio de la demos-
tracin, que es distinto del extremo mayor (a diferencia de lo que ocurre
en el ejemplo de la esencia del bien).
208 Lase: que pretende demostrar.
209 Es decir, el hipottico sobre la esencia del bien.
210 Es decir. podra tratarse de una unin accidental.
ANALlTICOS SEGUNDOS 405
cosa, sepa tambin que'es (en efecto, lo que no es no sabe
nadie qu es, aunque el enunciado o el nombre signifiquen
algo, <como> cuando digo ciervo-cabro, pero es imposi-
ble saber qu es un ciervo-cabro). No obstante, si se ha
de demostrar qu es y < el hecho de> que es, cmo se
demostrar con un mismo argumento? Pues la definicin
y la demostracin indican una cosa nica: ahora bien, qu 10
es el hombre y <el hecho de> que el hombre sea son
cosas distintas.
A continuacin decimos tambin que es necesario mos-
trar a travs de una demostracin que cada cosa es, si no
es una entidad 211. Ahora bien, el ser no es la entidad de
nada: pues lo que es no es un gnero 212. Por tanto la de-
mostracin ser < de > que es .. Lo cual es precisamente 15
lo que hacen las ciencias hoy. En efecto, el gemetra da
por sentado qu es lo que significa tringulo y demuestra
que existe 213. As, pues, qu demostrar el que define?
Acaso <demostrar> qu es el tringulo? Entonces, aun
sabiendo uno por definicin qu es < una cosa>, no sabr
si es. Pero ello es imposible 214.
211 Aristteles considera que la entidad, entendida como entidad pri-
maria (ver Categoras, cap. 5, TL-I, pgs. 34-37), contiene en su propia
definicin la afirmacin de su existencia.
212 Esta idea, fundamental en la ontologa aristotlica y en su critica
de la dialctica platnica, aparece tambin im Tpicos IV 1, 121al0-19
(TL-I pgs. 162-163), y en Metafsica B 3, 998b17-28 (ed. trilinge por
VAlENT'N GARC'A YERRA, Madrid, 1970, pgs. 120-121). Queda claro,
en estos textos, que el concepto aristotlico (y griego) de t n tiene co-
mo nota central la existencia.
213 Lase: que existe en tal o cual figura.
214 Se acaba de afirmar que la demostracin lo es siempre de la exis-
tencia de algo (en algn sentido). Ahora bien, la demostracin-defini-
cim> es contradictoria en s misma, pues demuestra el qu es sin de-
mostrar que es: luego demuestra sin ser demostracin.
406 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
Es manifiesto tambin con arreglo a los modos actuales
20 de las definiciones que los que definen no demuestran que
< la cosa> existe. En efecto, aunque haya algo < que dis-
ta por todas partes> igual del centro 21S, sin embargo,
por qu existe lo definido? Y por qu es eso un crculo?
En efecto, acaso sera tambin posible decir que eso es
< la definicin> del latn 216. Pues las definiciones no po-
nen de manifiesto que sea posible lo enunciado ni que sea
aquello de lo que las definiciones dicen que es, sino que
25 siempre es posible decir: por qu?
Por tanto, si el que define muestra qu es o qu significa
el nombre, y no es posible en modo alguno < mostrar na-
da> del qu es, la definicin ser un enunciado que signi-
fica lo mismo que el nombre 217. Pero eso es absurdo.
Pues, en primer lugar, habra < definicin> de las no-
30 entidades y de las cosas que no son: pues tambin las co-
sas que no son significan algo: Adems, todos los enuncia-
dos seran definiciones: pues se podra poner un nombre
a cualquier enunciado, de modo que todas aquellas cosas
sobre las que conversramos seran definiciones, y la I1a-
da sera una definicin. Adems, ninguna demostracin
puede demostrar que tal nombre indica tal cosa: conque
tampoco las definiciones pondrn de manifiesto eso.
35 As que, a partir de esas < consideraciones>, ni parece
que la definicin y el razonamiento sean lo mismo, ni que
el razonamiento y la definicin lo sean de lo mismo; ade-
2U Definicin del crculo (muy abreviada).
216 orechalkon. Parece aludir a la posible confusin de alguien que
identificara el circulo en general con el chapado circular de un escudo,
por ejemplo, para el que sola emplearse ese tipo de aleacin metlica.
217 Es decir, que no explica ni desarrolla la nocin contenida en el
nombre, ya que carece de la fuerza demostrativa que se supone debera
poseer para hacerlo.
ANALTICOS SEGUNDOS 407
ms de eso, que ni la definicin demuestra ni muestra 218
nada, ni es posible conocer el qu es por definicin ni por
demostracin.
8. Relacin entre definicin y demostracin
Hay que examinar de nuevo cul de esas < considera- 93.
ciones> est bien enunciada y cul no, y qu es la defini-
cin, y si de algn modo hay demostracin y definicin
del qu es o no las hay en absoluto.
Puesto que, como dijimos, es lo mismo saber qu es
< una cosa> y saber la causa de si es (y la explicacin 5
de esto es que hay < siempre> alguna causa, y sta, o
bien es la misma cosa 219 o bien es otra distinta, y, si es
otra distinta, o bien es demostrable, o bien es indemostra-
ble). Por consiguiente, si es otra distinta y cabe demostrar-
la, es necesario que la causa sea el medio y se demuestre
en la primera figura: en efecto, la < proposicin> demos-
trada es universal y predicativa. Un modo sera, entonces, 10
el que ahora se ha explicado, a saber, demostrar el qu
es a travs de una cosa distinta. En efecto, necesariamente
el medio de los qu es ser un qu es, y el de los propios
218 En todo este captulo Aristteles ha venido jugando con la utili-
zacin alternativa de delknysthai (lit.: mostrar) y apodeknysthai (lit.:
demostrar), que, aunque vienen a significar lo mismo, se diferencian
en que el primer trmino es ms genrico y sirve para designar cualquier
tipo de prueba, no necesariamente la demostracin silogstica estricta,
para la que es ms propio el segundo. El uso de la forma ms genrica
en ciertas fases parece plenamente intencionado para facilitar la argu-
mentacin paradjica con que refuta la posibilidad de una definicin
demostrativa.
219 Lase: (da misma cosa causada; se refiere a la causa de aqueUo
que se explica por s mismo.
408 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
un propio. De modo que, de los qu es ser de una misma
cosa, se demostrar uno pero no el otro 220.
Se ha dicho anteriormente que ese modo < de razonar >
15 no sera, pues, una demostracin, sino que es un razona-
miento discursivo 221 del qu es. Pero digamos el modo en
que es admisible, explicndolo otra vez desde el principio.
En efecto, al igual que buscamos el porque cuando tene-
mos el que y a veces se hacen manifiestas tambin ambas
cosas al mismo tiempo, pero en ningn caso es posible que
se conozca el porque antes del que, est claro que, de ma-
nera semejante, tampoco < se da> el qu es ser sin el
20 < hecho de> que sea 222: pues es imposible saber qu es
< una cosa> ignorando si es. Ahora bien, unas veces te-
nemos < conocimiento de> si una cosa es por accidente,
otras veces teniendo < conocimiento de> algo < propio>
de la cosa misma 223, V.g.: < cuando sabemos> del true-
no que es un estrpito de las nubes, y del eclipse que es
una privacin de luz, y del hombre que es un animal, y
del alma que es lo que se mueve a s mismo. As, pues,
25 todas las cosas de las que sabemos por accidente que son
es necesario que no se relacionen de ninguna manera con
el qu es 224: pues ni siquiera sabemos que son m; y bus-
220 Es decir, para evitar el circulo vicioso, la conclusin del razona-
miento demostrativo de una definicin no podr contener a sta entera,
sino slo una parte, que se demostrar a travs de otra parte indemostra-
da que actuar de premisa.
221 logiks, de donde saldr nuestro trmino 'lgico'. Aqu equivale
a 'dialctico', en contraposicin a 'cientlfico'.
222 No hay esencia sin existencia, diramos en nuestra terminologa
actual.
223 Es decir. alguna caracterstica esencial del objeto.
224 Lo que se conoce accidentalmente ha de ser tambin accidental,
de lo contrario se conocera necesariamente.
22S El conocimiento accidental, al no ser conocimiento de la esencia,
ANALTICOS SEGUNDOS
409
car qu es sin tener <conocimiento de> que es, es no
buscar nada. En cambio, con las cosas de las que tenemos
< conocimiento de> algo, es ms fcil < la bsqueda>.
De modo que, en la medida en que tenemos < conocimien-
to de> que < algo> es, as mismo tenemos tambin < co-
nacimiento> respecto al qu es. As, pues, en el caso de
las cosas sobre las que tenemos < conocimiento de> algo
del qu es, sea primeramente as: eclipse en lugar de A, 30
luna en lugar de C, interposicin de la tierra en lugar de
B. As, pues, el < buscar> si se eclipsa o no es buscar
si B es o no es. Yeso no difiere en nada de buscar si
hay una explicacin de ello; y si existe eso, tambin deci-
mos que existe aquello. O < se puede investigar> de cul 3S
de los dos < miembros> de la contradiccin es la explica-
cin, si de tener dos rectos < el tringulo> o de no tener-
los. Cuando lo encontramos, sabemos a la vez el que y
el porque, si ello es a travs de < proposiciones> inmedia-
tas; si no, sabemos el que, pero no el porque. < Sea>
C luna, A eclipse y, en lugar de B, el no poder dar som-
bra con luna llena sin que haya ninguna cosa perceptible
que se interponga ante nosotros. Si, pues, en C se da B,
el no poder dar sombra sin que haya ninguna cosa que 93b
se interponga ante nosotros, y en ste se da A, el eclipsar-
se, est claro que se eclipsa < la luna>, pero an no est
claro el porque, y sabemos que hay un eclipse, pero no
sabemos qu es. En cambio, si est claro que A se da en
C, buscar por qu se da es buscar qu es B, si una inter- s
posicin, o una rotacin de la luna, o < su > extincin.
y esto es la explicacin del otro extremo, por ejemplo,
en esos casos, de A: pues el eclipse es la interposicin de
la tierra. - Qu es el trueno? -La extincin del fuego
no es tampoco autntico conocimiento de la existencia, pues ambas son
inseparables.
410 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
en lo nube. -Por qu trueno? -Porque se extingue el
10 fuego en lo nube. < Sea> e nube, A trueno y B extin-
cin del fuego. Entonces en e, la nube, se da B (pues en
ella se extingue el fuego), y en ste, A, el ruido; y B es
la explicacin de A, el primer extremo. Y si, a su vez,
hubiera otro < trmino> medio de se 226, sera alguna de
las explicaciones restantes.
15 As, pues, se ha explicado ya cmo se toma y se llega
a conocer el qu es, de modo que no hay razonanento ni
demostracin del qu es; no obstante, se pone en claro
a travs del razonanento y la demostracin: de modo que
ni es posible conocer sin demostracin el qu es de aquello
de lo que es causa otra cosa, ni hay demostracin de ello,
20 como dijimos en las disquisiciones < anteriores> 227.
9. lndem0s.trabilidod de los principios
De algunas cosas hay una causa de ellas, de
otras no. De modo que est claro que tambin de los qu
es unos son inmediatos y principios, cuyo ser 228 y cuyo
qu es hay que dar por supuesto o poner de manifiesto
de otro modo (que es lo que hace precisamente el aritmti-
25 co: en efecto, da por supuesto qu es la unidad, y tam-
bin que existe); en cambio, de las cosas que tienen un
medio y de cuya entidad es causa una cosa distinta, es po-
sible indicar el qu es a travs de la demostr.acin, sin de-
mostrarlo < directamente> .
10. Tipos de definiciones
Puesto que se dice que la es el enunciado del
30 qu es, es evidente que una sera la explicacin de qu sig-
226 A saber, de B.
227 Cf. supra, cap. 3.
En el sentido de existencia.
ANAL/ncos SEGUNDOS
411
nifica el nombre, u otro enunciado nominal, v.g.: qu sig-
nifica tringulo. Respecto al cual, cuando tenemos que es,
buscamos por qu es; y as es difcil captar las cosas que
no sabemos que son. La causa de la dificultad ya se ha
dicho anteriormente 229, a saber, que no sabemos siquiera
si es o no ms que por accidente. (Por otra parte, un 35
enunciado es uno de dos maneras: o por conexin, como
la I1ada, o por indicar una sola cosa acerca de una sola
cosa de manera no accidental).
Una definicin de definicin es la ya explicada, otra de-
finicin es enunciado que indica por qu es < algo>. De
modo que la primera significa < algo>, pero no demues- 94.
tra, mientras que la segunda es evidente que ser algo as
como una demostracin del qu es, diferente de la demos-
tracin por la posicin < de los trminos>. En efecto, es
diferente decir por qu truena y decir qu es el trueno:
pues se dir as: -Porque se extingue el fuego en las nu-
bes. -Qu es el trueno? -El estrpito del fuego que se 5
extingue en las nubes. De modo que se dice el mismo enun-
ciado de otro modo, y en un caso es una demostracin
seguida 230, en el otro una definicin. (Adems, la defini-
cin de trueno es ruido en las nubes: y es la conclusin
de la demostracin del qu es). Y la definicin de las cosas
inmediatas es la posicin indemostrable del qu es 2JI 10
Por tanto, una definicin es el enunciado indemostra-
ble del qu es, otra el razonamiento del qu es, que se
diferencia de la demostracin por la inflexin 232, Y la ter-
229 Cf. supra, cap. 8, 93aI6-27.
230 Es decir, en forma silogstica, con ilacin directa entre las premi-
sas y entre stas y la conclusin.
231 Tercera clase de definicin: la de las cuestiones primeras e inde-
mostrables, que slo cabe ponen) o afirmar sin ms.
232 ptdsei, que aqu parece equivaler, en consonancia con 94a2, a
412 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
cera la conclusin de la demostracin del qu es. As,
pues, es evidente a partir de lo dicho cmo es la demos-
15 tracin del qu es y cmo no es, y de qu cosas la hay
y de cules no, y tambin <es evidente> de cuntas ma-
neras se dice la definicin y cmo demuestra el qu es y
cmo no lo demuestra, y de qu cosas la hay y de cules
no, y tambin cmo se relaciona con la demostracin, y
cmo cabe que la haya de la misma cosa < que la demos-
tracin> y cmo no.
11. Las causas como trminos medios
20 Puesto que creemos tener ciencia cuando sabemos la cau-
sa, y puesto que las causas son cuatro, a saber, una el
qu es ser 233, otra el que tal cosa sea necesariamente al
ser ciertas cosas 234, otra la de qu movi primero < tal
cosa> m, y cuarta el para qu
2J6
, todas esas causas se
demuestran a travs del medio. En "efecto, que al ser esto
sea necesariamente tal cosa, no es posible si se toma una
25 sola proposicin, sino dos como mnimo: esto es, cuando
tengan un nico medio. As, pues, una vez tomado ese
nico < medio>, es necesario que la conclusin sea. Que-
da claro tambin de la manera siguiente. Por qu es recto
el < dngulo inscrito> en un semicfrculo? Es recto al darse
thsei posicin. De hecho, el cambio de posicin de un trmino en
una proposicin, o de una forma verbal ('tronar') a otra nominal ('true-
no') del mismo lexema, conlleva un cambio en la flexin gramatical.
233 La esencia, o causa formal.
234 La condicin, o causa material, asimilada aqu a las premisas del
razonamiento, o ms bien a los trminos medios en general. Cf. Fsica
11 3, 195aI8-19.
23' La causa motriz o eficiente.
236 La causa final. ARISTTELES explica con ms claridad y detalle
la cuatriparticin de la causa asimilada al trmino medio en Metafsica
H 4, l044bl Y A 4, 1 070b26 , por ejemplo.
ANALfTlCOS SEGUNDOS 413
qu cosa? Sea recto sobre lo que < se pone> A, mitad
de dos rectos donde B, < ngulo inscrito> en un semi-
crculo donde C. Entonces la causa de que A, el recto, 30
se d en e, en el < ngulo inscrito> en el semicrculo,
es B. En efecto, ste es igual a A, y e es igual a B, pues
< e > es la mitad de dos rectos. As, pues, al ser B la mi-
tad de dos rectos, A se da en e (eso era < la proposicin
de> que < el ngulo inscrito> en un semicrculo es rec-
to). Yeso es lo mismo que el qu es ser, ya que la defini- 35
cin < de A> significa eso. Pero se ha demostrado que
el medio es tambin el qu es ser 237.
De otro lado: -Por qu sobrevino a los atenienses la
guerra con los medos? Cul fue la causa de que los ate-
nienses hicieran la guerra? -Que atacaron Sardes con los 94b
eretrios: pues eso fue lo que la impuls primero. <Sea>
guerra sobre lo que <se pone> A, atacar los primeros
B, atenienses C. Entonces B se da en e, el atacar los pri-
meros en los atenienses, y A en B: pues se hace la guerra
contra los que faltaron primero a la justicia. Entonces A 5
se da en B, el hacer la guerra en los que empezaron prime-
ro; y ese B se da en los atenienses: pues empezaron los
primeros. Tambin aqu la causa es el medio, a saber, lo
que movi primero.
Tambin en aquellos casos en los que es causa el
para qu, V.g.: -Por qu se pasea? -Para estar sano.
-Por qu hay una casa? -Para guardar los muebles; 10
en un caso, para estar sano, en el otro, para conservar.
Ahora bien, en nada se diferencian por qu hay que pasear
despus de la comida y para qu hay que hacerlo. Sea e
el paseo despus de la comida, que no sobrenaden los a/i-
237 Cf. supra, caps. 8, 93a3, o lO, 94a5 ss. En definitiva, el trmino
medio es, en un sentido, causa formal y, en otro, causa material de la
conclusin.
414 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
mentos < en el estmago> en el lugar de B, estar sano
en el lugar de A. Entonces supngase que en el pasear des-
15 pus de la comida se da el hacer que los alimentos no se
queden en la boca del estmago y que eso es sano. En efec-
to, parece que en C, pasear, se da B, que no sobrenaden
los alimentos, y en esto se' da A, sano. Cul es, pues,
la causa de que A, aquello para lo cual < se da algo>,
se d en C? Es B, que no sobrenaden < los alimentos>.
y esto es algo as como la definicin de aquello 238: pues
20 A se explicar as. Por qu B es < la causa de que A
se d> en C? Porque estar sano es eso, a saber, hallarse
en un estado as2
39
Hay que intercambiar de posicin los
enunciados, y as aparecer cada cosa con ms claridad.
Pero las generaciones se producen aqu al revs que en las
causas de los movimientos: en efecto, all es preciso que
25 el medio surja primero, aqu, en cambio, es preciso que
surja primero C, el ltimo < trminQ >, y que aquello pa-
ra lo cual se da algo surja al final 240.
Es admisible que la misma cosa sea para algo y por ne-
cesidad, V.g.: la luz a travs de la lmpara: en efecto, lo
que consta de partculas ms pequeas pasa por necesidad
30 a travs de los poros mayores, si realmente la luz se pro-
duce por penetrar a su travs, y pasa para algo, a saber,
para que no tropecemos. As, pues, si es admisible que sea
238 A saber, de A.
239 Es decir, como el expresado por B: ausencia de alimentos en la
boca del estmago.
240 En la realidad, primero uno se pasea (e), luego -y a consecuen-
cia del paseo- tiene una buena digestin (B) y, como resultado final,
se conserva sano (A). En el silogismo por la causa eficiente (<<causa del
movimiento) se imita dicho orden. En el silogismo por la causa final,
en cambio, se pone como medio lo que en la realidad se produce al
final (A).
ANALTICOS SEGUNDOS 415
<as> 241, es tambin admisible que se produzca <as>
(como, por ejemplo, si truena porque al extinguirse el fue-
go es necesario que silbe y haga ruido, y si, como dicen
los pitagricos, truena para amenaza de los del Trtaro,
a fin de que tengan miedo)? Hay muchsimos casos de este 3S
tipo, y sobre todo en las cosas que se constituyen y estn
constituidas por naturaleza: en efecto, la naturaleza acta
en unos casos para algo, en otros casos por necesidad. Y
la necesidad es de dos clases: en efecto, una lo es por 95.
naturaleza y por el impulso, otra por fuerza y a pesar del
impulso; como, por ejemplo, la piedra se desplaza por ne-
cesidad tanto hacia arriba como hacia abajo, pero no por
la misma necesidad < en ambos casos> 242.
Entre las cosas originadas a partir del pensamiento 24] ,
unas nunca se dan por azar, como una casa o una estatua,
ni por necesidad, sino para algo; otras, en cambio, como s
la salud y la conservacin, tambin se deben a la fortuna.
< Esto ltimo ocurre> sobre todo en todas aquellas cosas
que es admisible que < se den> de tal manera o de tal
otra: cuando la produccin, sin deberse a la fortuna, tiene
lugar de modo que la finalidad es buena, < la cosa> se
produce para algo, tanto por naturaleza como por arte.
En cambio, nada se produce para algo gracias a la o r ~
tuna.
241 Es decir, que deba a la vez su existencia a una causa eficiente
y a una causa final.
242 Segn la teora aristotlica del lugar natural, la piedra descen-
der por su propio impulso natural, en cambio ascender s610 por efecto
de una fuerza contraria (antinatural) a dicho impulso.
243 Es decir, los productos humanos.
416 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
12. Simultaneidad de la causa y el efecto
10 La causa de las cosas que se producen y de las que se
han producido y de las que sern es exactamente la misma
que la de las cosas que son (pues la causa es el medio),
con la salvedad de que, para las cosas que son, es lo que
es, para las que se producen, lo que se produce, para las
que se han producido, lo que se ha producido. y para las
que sern, lo que ser. V.g.: -Por qu se ha producido
un eclipse? -Porque se ha producido la interposicin de
15 la tierra; se produce < el eclipse> porque se produce < la
interposicin>. lo habr porque la habr y lo hay porque
la hay. Qu es un cristal? Supngase que es agua congela-
da. <Sea> agua sobre lo que <se ponga> e, congelado
sobre lo que A, y la causa, el medio, sobre lo que B, a
saber, falta 244 completa de calor. Entonces en e se da B,
y en ste el estar congelado, sobre lo que < se pone> A.
20 Se produce el cristal al producirse B, se ha producido
< aqul> al haberse producido < esto> y habr < aqul>
al haber esto 245.
As, pues, la causa de este tipo se produce a la vez que
aquello de lo que es causa, cuando esto se produce, y es
al mismo tiempo, cuando < esto> es; y lo mismo en el
caso de haberse producido y de tener que ser. Ahora bien,
25 en el caso de las que no son a la vez, es posible, como
nos parece, que unas cosas sean causas de otras en un
tiempo continuo 246, a saber, de que tal cosa se haya pro-
ducido, otra distinta, y de que haya de ser, que haya de
244 ((Falta o ((ausencia es la traduccin literal de kleipsis. que, en
el caso de referirse a los astros, se vierte por el helenismo ((eclipse.
245 En todos estos casos se trata de causas formales, que son las que
coinciden con la esencia del efecto.
246 Es decir. sin solucin de continuidad entre causa y efecto.
ANALTICOS SEGUNDOS
417
ser otra distinta, y de que se produzca ahora, que se haya
producido algo antes? Entonces el razonamiento parte de
lo que se ha producido en ltimo lugar (en cambio, el
principio de esas cosas es lo que se ha producido < ante-
riormente: por eso tambin es igual en el caso de las
cosas que se producen < ahora>. Por el contrario, a par- JO
tir de lo anterior no hay <razonamiento> 247, v.g.: pues-
to que tal cosa se ha producido, que se ha producido tal
otra posterior 248 y lo mismo en el caso del haber de ser.
En efecto, ni en un tiempo indefinido ni en un tiempo de-
finido ser posible, porque sea verdad decir que tal cosa
se ha producido, que sea verdad decir que se ha producido
tal cosa posterior. En efecto, en el intervalo < entre ambas
cosas> ser falso decir eso, aun cuando ya se haya produ-
cido la otra cosa. Y el mismo argumento tambin en el J5
caso de lo que ha de ser: tampoco porque tal cosa se haya
producido se ha de producir tal otra. Pues es preciso que
el medio sea homogneo < con los extremos>, que se ha-
ya producido en el caso de las cosas producidas, que haya
de ser en el de las que han de ser, que se produzca en
el de las que se produzcan, que sea en el de las que sean;
ahora bien, de se ha producido y de ser no es admisible
que haya un <medio> homogneo. Adems, no es ad- 40
misible que el intervalo de tiempo sea indefinido ni defini-
do: pues en ese intervalo ser falso decir < que tal cosa 95b
es efecto de la anterior> 249. Pero hay que investigar qu
es lo continuo, que hace que, tras el haberse producido,
247 El razonamiento sigue siempre el orden inverso a la concatena
cin causal: se deduce la causa a partir del efecto, no viceversa.
248 Inferencia imposible.
249 El razonamiento que anticipe un efecto no producido todava es
tar falseando la realidad, al menos durante el intervalo que medie entre
la aparicin de la causa y la del efecto.
115. - 27
418 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
se d el producirse en las cosas 2J(). O est claro que lo
que se produce <ahora> no est en contacto con lo que
se ha producido < antes>? En efecto, ni siquiera < una
cosa> que se ha producido est en contacto inmediato
con <otra cosa> que se ha producido: pues son cosas
delimitadas e individuales 2'1; as, pues, al igual que los
puntos no estn en contacto unos con otros, tampoco las
cosas que han sucedido: pues unos y otras son indivisi-
bles m. y tampoco lo que se produce < est en contac-
to> con lo que se ha producido, por la misma razn: pues
lo que se est produciendo es mientras que
lo que se ha producido es indivisible 2.54. As, pues, al igual
que la lnea se relaciona con el punto, as tambin lo que
se produce se relaciona con lo que se ha producido: pues
10 se hallan incluidos infinitos hechos producidos en lo que
se est produciendo. Pero acerca de estas cuestiones hay
que tratar con ms claridad en los < libros> acerca del
movimiento en general m.
As, pues, sobre cmo se comporta el medio como cau-
sa, si la produccin de hechos tiene lugar consecutivamen-
2'0 Aristteles se plantea el problema de la inteligibilidad del nexo
causal, problema planteado por la irreductibilidad de su orden al del ra-
zonamiento deductivo.
2'1 Y, por tanto, no pueden confundirse sus lmites respectivos.
2n Es decir, no tienen distintas partes, de las que pudieran compar-
tir unas y no otras.
BJ En la medida en que tiene una duracin.
B4 En efecto, una vez est concluido, todos sus instantes forman
una especie de unidad indivisible. En estas consideraciones influye sin
duda decisivamente el hecho de que el presente del verbo griego tiene
valor durativo, mientras que todos los pretritos, a excepcin del imper-
fecto, poseen valor puntual, como hechos en los que no cabe distinguir
fases o extensin temporal susceptible de cortes en su interior.
2" Referencia a F(s;ca VI.
ANALTICOS SEGUNDOS 419
te, baste con todo lo que sigue. En efecto, t ~ m i n en
esos < razonamientos> m el medio y el primer < trmi-
no> son inmediatos. V.g.: A se ha producido porque se 15
ha producido C (pero C se ha producido despus, y A an-
tes: sin embargo, C es el principio por ser lo ms prximo
al ahora, que es el principio del tiempo 257). Ahora bien,
C se ha producido si se ha producido D. Entonces, al pro-
ducirse D, necesariamente se ha producido A. Pero la cau- 20
sa es C: pues, al producirse D, necesariamente se ha pro-
ducido e, yal haberse producido C, necesariamente se ha
producido previamente A.
Tomando uno de este modo el medio, se detendr en
algn momento en una < proposicin> inmediata, o bien
se dejar caer a travs de lo infinito? En efecto, lo que
se ha producido no est en contacto con lo que se ha pro-
ducido, como ya se dijo. Sin embargo, es necesario partir 25
de lo inmediato y de lo actual y primero. De manera seme-
jante en el caso del ser. Pues si es verdadero decir que
D ser, necesariamente ha de ser verdadero previamente
decir que ser A. Ahora bien, la causa de esto es C: pues
si D ha de ser, antes ser C; y si C ha de ser, antes ser
A. De manera semejante, tambin en estos < razonamien- 30
tos> la particin ser infinita: pues las cosas que han de
ser no estn en contacto entre s. Pero tambin en estos
< razonamientos> se ha de tomar un principio inmediato.
As ocurre en los hechos < reales>: si se ha producido
una casa, necesariamente se han cortado y producido pie-
dras. Esto por qu? Porque necesariamente se han hecho
unos cimientos, si realmente se ha hecho una casa; y si
2S6 A saber. aquellos en que lo anterior se concluye a partir de lo
posterior.
2S7 En el sentido de que es el punto de partida o referencia para la
triparticin temporal habitual.
420 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
3S se han hecho unos cimientos, necesariamente se han pro-
ducido piedras. A su vez, si ha de haber una casa, de
igual manera habr previamente piedras. Y, de manera
semejante, se demuestra a travs del medio: pues previa-
mente habr cimientos.
y comoquiera que en las cosas que se producen vemos
que hay una generacin en crculo, es admisible que eso
se d si el medio y los extremos se siguen unos de otros;
40 pues en estos < razonamientos> es posible invertir < los
96a trminos>. y esto, a saber, que las conclusiones se invier-
ten, se ha demostrado ya en los primeros < libros> 258;
ahora bien, eso es < producirse> en crculo. En los he-
chos < reales> se manifiesta de la manera siguiente: si se
ha mojado la tierra, necesariamente se produce un vapor,
y, al producirse ste, una nube, y, al producirse sta,
s agua; pero al producirse sta ltima, necesariamente queda
mojada la tierra: y esto era lo del principio; de modo que
se ha dado la vuelta en crculo; en efecto, al haber una
cualquiera de esas cosas, hay otra, y al haber sta hay
otra ms, y al haber sta, la primera.
Hay algunas cosas' que se producen universalmente
(en efecto, siempre y en cada caso se comportan o se pro-
ducen as), y otras que no siempre, pero s la mayora de
10 las veces, v.g.: no todo hombre varn tiene pelo en el
mentn, sino < slo> la mayora de las veces. Y de las
cosas de ese tipo es necesario que tambin el medio se d
la mayora de las veces. En efecto, si A se predica univer-
salmente acerca de B y ste tambin universalmente acerca
de e, necesariamente se predicar tambin A acerca de e
IS siempre y en cada caso: pues eso es lo universal, < lo que
se da> en cada caso y siempre. Pero se supuso que se
258 cr. supra, libro 1, cap. 3, y Anal. pro n 3-5, 8-10.
ANAL/TlCOS SEGUNDOS 421
daba la mayora de las veces: por tanto, necesariamente
ser tambin la mayora de las veces el medio, sobre el
que < figura> B. Sern, pues, tambin inmediatos los
principios de las cosas < que se dan> la mayora de las
veces, todas las cuales son o se producen la mayora de
las veces.
13. Definicin de la entidad por composicin. Uso de la
divisin
As, pues, se ha dicho ya anteriormente cmo se traduce 20
el qu es en los trminos, y de qu modo hay o no hay
demostracin o definicin de l; digamos ahora cmo hay
que buscar los predicados incluidos en el qu es.
De los < predicados> que se dan siempre en cada cosa,
algunos se extienden a ms de una, pero sin salirse del
gnero. Digo que se dan en ms de una cosa cuantos 25
< predicados> se dan universalmente en una cosa singu-
lar 2S9 sin por ello dejar de darse en otra. V.g.: hay algo
que se da en toda trada, pero tambin en < lo que> no
< es > trada, como, por ejemplo, lo que es se da en la
trada, pero tambin en < lo que> no < es > nmero, y
tambin lo impar se da en toda trada y en ms cosas
(pues tambin se da en el quinteto), pero no fuera del 30
gnero: en efecto, el quinteto es un nmero, y nada fuera
del nmero es impar. Las cosas de este tipo hay que to-
marlas hasta un punto en que se tomen en cantidad tal
que, primeramente, cada una de ellas se d en ms cosas,
pero todas juntas ya no: en efecto, sa ser necesariamente
la entidad de la cosa. V.g.: en toda trada se da el n- 35
mero, lo impar y lo primero en ambos sentidos, a saber,
2S9 hekstoi, lit.: en cada uno.
422 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
lo que no se deja medir por nmero alguno 260 y lo que
no est compuesto de nmeros 261. Eso, pues, es ya la tria-
da: nmero impar primero y primero en ese sentido. En
efecto, cada una de esas cosas se dan, las primeras, en
96b todos los impares, y la ltima en la dada, pero todas
juntas en ningn < otro nmero> . Ahora bien, comoquie-
ra que hemos puesto de manifiesto ms arriba que los pre-
dicados contenidos en el qu es son universales (y las cosas
universales son necesarias), y como los <predicados> acep-
tados para la trada, o para cualquier otra cosa que se to-
s me de esa manera, estn incluidos en el qu es, entonces
esas < cosas> sern por necesidad una trada. Que < esas
cosas son> la entidad quedar claro a partir de lo que
sigue. En efecto, es necesario que, si eso no es ser para
la trada 262, sea, por ejemplo, como un gnero, con nom-
bre o sin l. Se dar, por tanto, en ms cosas, en ms
cosas que en la trada. En efecto, hay que admitir que el
gnero es de un tipo tal que se da potencialmente en ms
10 de una cosa. As, pues, si no se da en ninguna otra cosa
ms que en las triadas concretas, eso ser el ser para la
triada (puesto que hay que admitir tambin esto, a sa-
ber, que la entidad de cada cosa en concreto es esa cla-
se de predicacin ltima aplicada a los individuos); por
consiguiente, tambin en cualquiera otra de las cosas que
se demuestran as, ser de manera semejante el ser pa-
ra ella.
260 Expresin equivalente a no ser divisible por ningn otro nme-
ro.
261 Expresin equivalente a no ser resultado de la suma de otros
nmeros. Aristteles no considera la unidad como un nmero, sino co-
mo el principio de todos los nmeros.
262 Aqu aparece, aplicada a un caso particular, la frmula qu es
ser (to ti en efnai), equivalente a ((quididad o ((esencia propia.
ANALTICOS SEGUNDOS 423
Cuando uno trata de algo global, conviene dividir el g- 15
nero en las primeras cosas indivisibles en especiel6
3
, v.g.:
el nmero, en trada y dada, y a continuacin intentar
tomar as las definiciones de ellas, v.g.: la de la lnea recta
y la del crculo, as como la del ngulo recto; y despus
de eso, una vez admitido qu es el gnero, v.g.: si es de 20
los cuantos o de los cuales, observar las afecciones pro-
pias 264 a travs de las primeras < propiedades> comunes.
En efecto, para las cosas compuestas de individuos 26' es-
tarn claros, a partir de las definiciones, los < caracteres>
que las acompaan 266, porque el principio de todos ellos
es la definicin y lo simple, y los < caracteres> que las
acompaan se dan en s mismos y nicamente en las cosas
simples U,7, mientras que en las dems cosas 16II se dan en
la medida en que se dan aquellas < especies> .
Las divisiones con arreglo a las diferencias son tiles 25
para proceder de ese modo: ahora bien, la manera como
demuestran se ha dicho ya en los < captulos> anterio-
res 269. Pero sern tiles as slo para probar por razona-
miento el qu es. En realidad podra parecer < que no sir-
ven> para nada ms que para tomar directamente todas
las cosas 270, como si uno las tomara desde el principio
sin divisin. Pero hay diferencia entre predicar el primero 30
o el ltimo de los predicados, como, por ejemplo, entre
263 Quiere decir las especies irreductibles a ninguna otra inferior.
264 Propias del gnero en cuestin.
26S Es decir, l ~ especies ltimas.
266 la symbanonla.
U,7 Es decir, en las especies ltimas, indivisibles en subespecies de
ningn tipo.
268 Es decir, en los gneros y especies superiores.
U,9 Cf. supra, 11 S, 91b12 ss., y Anal. pro 1 31, 46a3I.
270 Es decir, para enunciar cualquier definicin sin demostrarla.
424 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
decir animal domesticado b(pedo o b(pedo animal domesti-
cado. En efecto, si todo consta de dos cosas, y una < de
ellas> es animal domesticado, y, a su vez, a partir de eso
y de la diferencia < se define> el hombre (o cualquiera
35 otra cosa que sea lo que se ha hecho uno), es necesario
exigir que se haga la divisin.
Adems, sa 111 es la nica manera de no dejar nada
de lado en el qu es. En efecto, cuando se ha tomado el
primer gnero, si se toma alguna de las divisiones inferio-
res, no todo caer dentro de ella, V.g.: no todo animal se-
r de alas enteras o de alas hendidas, sino todo animal
97. alado: pues sta es su diferencia. La primera diferencia-
cin 112 de animal es aquella en la que todo animal queda
comprendido. De manera semejante en cada una de las
dems cosas, tanto de los gneros externos como de los
subordinados a se, V.g.: el de ave, en el que queda com-
prendida toda ave, y el de pez, en el que queda comprendi-
5 do todo pez. Procediendo de esa manera, pues, es posible
ver que no se deja uno nada; de otra manera, en cambio,
es forzoso dejarse < algo> y no verlo.
El que define y divide no tiene por qu conocer para
nada todas las cosas que existen. No obstante, dicen algu-
nos que es imposible conocer las diferencias correspondien-
tes a cada cosa sin conocer cada cosa; por otra parte, no
10 es posible conocer cada cosa sin las diferencias: pues aque-
llo de lo que algo no se diferencia es 10 mismo que eso,
y aquello de 10 que se diferencia es distinto de eso. Ahora
bien, primeramente esto es falso: pues < la cosa en cues-
tin> no ser distinta con arreglo a toda diferencia; en
271 A saber, la divisin.
271 dia/or: debe entenderse, en este prrafo, como sinnimo de di-
visin.
ANALTICOS SEGUNDOS 425
efecto, muchas diferencias se dan en cosas de la misma
especie, pero no con arreglo a la entidad ni en s mismas.
Luego, cuando se tornan los opuestos y la diferencia y se
acepta que todo cae dentro de tal mbito o de tal otro,
y se acepta que lo buscado est en ambos < opuestos>, 15
Y se conoce esto, no hay ninguna diferencia entre saber
y no saber todas las dems cosas sobre las que se predi-
can las diferencias. En efecto, es manifiesto que si, pro-
cediendo as, se llegara a aquellas cosas de las que ya no
existe diferencia, se tendra el enunciado de la entidad. El 20
que todo caiga dentro de la diferencia, si son cosas de
las que no hay intermedio 273, no es un postulado < ileg-
timo>: pues necesariamente est todo incluido en uno de
los dos miembros < de la divisin> si la diferencia < to-
mada> es realmente la suya.
Para establecer una definicin mediante las divisiones es
preciso apuntar a tres < objetivos>: tomar los predicados
en el qu es, ordenarlos < sei'ialando > cul es primero o 25
segundo, y que stos sean todos. El primero de estos < ob-
jetivos> es posible, porque, al igual que en relacin con
lo accidental se puede probar por razonamiento que se da,
tambin se puede establecer < la definicin> a travs del
gnero. El ordenar corno se debe ser tambin posible si
se torna lo primero < corno tal >. y ello ser < as> si
se torna lo que acompafla a todas las < dems> cosas sin
que a ello lo acompai'ie ninguna: en efecto, necesariamente 30
ser algo de esa clase.' Una vez tornado esto, el modo < de
ordenar ser> ya el mismo para lo subordinado a aquello:
pues lo segundo ser la primera de las otras cosas, y lo
tercero la primera de las siguientes; en efecto, descontando
lo superior, lo que sigue entre lo que queda ser lo prime-
273 Es decir, trminos contradictorios.
426 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
35 ro. De manera semejante tambin en los demas casos. Y
que estos < predicados> sean todos < los posibles> que-
dar de manifiesto a partir del < procedimiento de > to-
mar lo primero segn la divisin, a saber, que todo animal
es esto o esto otro, que se da esto y, a su vez, que la
diferencia < lo es> de este todo 27., pero que del ltimo
todo ya no hay diferencia, o tambin que, inmediatamen-
te despus de < tomada> la ltima diferencia del conjun-
97b to, ste ya no admite ninguna diferencia de especie. En
efecto, est claro que, ni se aftade nada ms (pues todos
esos < predicados> se han tomado en el qu es), ni falta
nada: en efecto, < lo que faltara> sera gnero o diferen-
cia; pues bien, lo primero que se ha tomado < ha sido>
el gnero, y ste unido a las diferencias: y las diferencias
estn todas comprendidas, pues no hay ya ninguna dife-
5 rencia ulterior: en efecto,' < de ser as> el < predicado>
final se diferenciara en especie < del anterior>, pero ya
se ha dicho que no se diferencia m.
Es preciso investigar en primer lugar, considerando las
cosas semejantes e indiferenciadas, qu tienen todas ellas
de idntico; a continuacin hay que considerar a su vez
otras distintas que estn en el mismo gnero que aqullas
y son idnticas entre s en especie pero distintas de aquellas
lO otras. Cuando en stas se establece qu tienen todas de
274 hlou, lit.: ((entero. Se r e f i ~ r e por ejemplo, al conjunto de tr-
minos animal (gnero) - racional - ",\ortal (diferencias).
m El sentido de este pasaje es el siguiente: si a la definicin anima/-
racional-morta/, aceptado que sea la definicin de la especie hombre,
fuera preciso anadirle alguna diferencia ms, v.g.: negro, entonces el pre-
dicado conjunto final resultante (animal-raciona/-morta/-negroJ, como de-
finicin de especie que es, se diferenciara en especie del anterior predica-
do conjunto: luego sera la definicin de otra especie distinta de hombre,
en contra de lo que se pretenda.
ANALlTICOS SEGUNDOS
427
idntico, y de igual manera <se hace> en las otras, hay
que observar, a su vez, si hay algo idntico en las cosas
as consideradas, hasta llegar a un nico enunciado: pues
ste ser la definicin de la cosa. En cambio, si no se
llega a uno solo, sino a dos o ms, est claro que no es
posible que lo investigado sea una cosa nica, sino varias.
Digo, por ejemplo, que, si investigamos qu es el orgullo, 15
habr que observar, en algunos orgullosos que conocemos,
qu tienen en comn todos ellos en cuanto tales. V.g.: si
es orgulloso Alcibades, o Aquiles y yax, ~ tienen to-
dos en comn? El no soportar ser injuriados: en efecto,
< por eso> el primero hizo la guerra, el segundo se enco-
leriz y el tercero se mat. A su vez, en otros casos, co- 20
mo Lisandro o Scrates: si < tienen en comn> el ser in-
diferentes a la buena y la mala fortuna, tomando esas dos
cosas, miro qu tienen en comn la imperturbabilidad ante
< las variaciones de> la fortuna y la impaciencia ante las
afrentas 276. Si < no tienen> nada < en comn>, habr
dos especies de orgullo. Por otra parte, toda definicin 25
es siempre universal: en efecto, el mdico no dice lo < que
es> sano para un ojo, sino para todo ojo, o para una
especie determinada. Es ms fcil definir lo singular 277
que lo universal, porque hay que pasar desde los singulares
a los universales: en efecto, las homonimias pasan ms 30
inadvertidas en los universales que en las cosas indiferen-
ciables 278. As como en las demostraciones es preciso que
276 Obviamente, los dos sentidos del trmino griego megalopsycha
(lit.: grandeza de alma, que aqul vertemos por ((orgullo), no encajan
exactamente con las diversas acepciones de esta palabra castellana.
277 No lo singular en sentido estricto, que sera el individuo indefini-
ble como tal, sino la especie particular.
278 Es decir, en las especies que ya no admiten ninguna diferencia
ulterior en especies subalternas.
428 TRATADOS DE LOOICA (RGANON)
se d el quedar probado por razonamiento, as tambin
en las definiciones es preciso que se d la claridad. Y ello
ser as si, a travs de los singulares tomados, es posible
definir por separado en cada gnero, V.g.: lo semejante,
JS no todo, sino lo < que se da> en los colores y las figu-
ras; y lo agudo, lo < que se da> en la voz; y as hasta
llegar a lo comn, teniendo buen cuidado de no ir a caer
en una homonimia. Y, si no hay que discutir con metfo-
ras, est claro que no hay que definir con metforas ni
hay que definir todo aqueUo que se dice con metforas:
pues < en tal caso> ser necesario discutir con metforas.
14. Determinacin del gnero
9Ia Para hacerse con los problemas hay que escoger las par-
ticiones y las divisiones, y escqger de esta manera: dando
por supuesto que el gnero es lo comn a todos, V.g.: si
fueran animales las < cosas> consideradas, < estudiar>
qu propiedades 279 se dan en todo animal, y una vez to-
madas stas, < estudiar>, a su vez, cules de las restantes
s siguen en todo caso a lo primero; V.g.: si se trata de un
ave, cules siguen a toda ave, y as siempre < pasando ca-
da vez> a lo ms prximo: pues est claro que entonces
ya estaremos en condiciones de decir por qu se dan las
cosas que siguen a las incluidas en el < gnero> comn,
V.g.: por qu se dan en el hombre o en el caballo. Sea
A en lugar de animal, sean Bias < propiedades> que
10 acompaan a todo animal, y, en lugar de los animales in-
dividuales, e, D, E. Entonces est claro por qu B se da
en D: en efecto, se da a travs de A. De manera semejante
en los otros casos; y en el caso de las cosas subordinadas,
siempre el mismo argumento.
279 poia. lit.: cules cosas)).
ANALlTICOS SEGUNDOS 429
Hasta ahora, pues, estamos hablando en el mbito de
cosas que reciben nombres comunes, pero no hay que estu-
diar slo stas, sino que, si se descubre que se da alguna 15
otra cosa comn, tambin hay que tomarla y despus
< ver> a qu cosas acompaa y qu propiedades la siguen
a ella, v.g.: a los < animales> que tienen cuernos, el tener
libro 280 y el no tener dientes en ambas mandbulas; a su
vez, < ver> a qu animales acompaa el tener cuernos.
Pues est claro por qu se dar en ellos lo ya dicho 281:
se dar por tener cuernos.
Otro modo, adems, es el de elegir < los gneros> en 20
funcin de la analoga. Pues no es posible tomar un nico
y mismo < nombre> con el que llamar al esqueleto de
la sepia, a la espina y al hueso: en cambio, habr cosas
que sigan a stas como si hubiera una nica naturaleza
de esa clase.
15. Po/ivalencia del trmino medio
Algunos problemas son idnticos, por tener el mismo
< trmino> medio, v.g.: que todos < los hechos> son 25
<resultado de> una reaccin. De stos, algunos son idn-
ticosen gnero, a saber, todos los que tienen diferencias
por ser de cosas distintas o de manera distinta, v.g.: por
qu surge el eco, o por qu el reflejo, y por qu < se
produce> el arco iris; en efecto, todas esas < cuestiones>
son un problema idntico en gnero (pues todas esas co-
sas son una < forma de> repercusin), pero son distintos
en especie. Otros problemas se diferencian por ser distinto 30
280 echinos. lit.: erizo. Se refiere al tercer estmago de los rumian-
tes (cf. Partes de los animales III 14, 674bS-IS).
281 A saber, la posesin de ms de un estmago y la ausencia de
dientes en una mandbula.
430 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
el medio, V.g.: -Por qu el Nilo fluye ms <crecido>
al acabar el mes? -Porque el mes ,!S ms lluvioso cuando
se acaba. -Por qu es ms lluvioso al acabarse? -Por-
que la luna decrece. En efecto, estos < hechos> se relacio-
nan entre s de esta manera.
16. Relaciones entre la causa y el efecto
35 Ahora bien, acerca de la causa y de aquello de lo que
es causa, podra uno tener dudas sobre si, cuando se da
lo causado, se da tambin la causa (como, < por ejem-
plo>, si < una planta> pierde sus hojas o < la luna>
se eclipsa, tambin estar < presente> la causa del eclip-
sarse o del perder las hojas; V.g.: si sta ltima es el tener
98b las hojas anchas y la del eclipsarse es el que la tierra est
en medio; en efecto, si no se da lo uno a la vez que lo
otro, la causa de estas cosas ser alguna otra), y si, cuando
se da la causa, se da tambin al mismo tiempo lo causado
(v.g.: si la tierra est en medio, < la luna> se eclipsa, o,
si <la planta> es de hojas anchas, pierde sus hojas). Y
5 si es as, < ambas cosas> sern a la vez y se demostrarn
la una por la otra. En efecto, sea perder las hojas aquello
sobre lo que < ponemos> A, de hojas anchas < aquello>
sobre lo que < ponemos> B, Y vifla sobre lo que < po-
nemos> C. Entonces, si A se da en B (pues toda < plan-
ta> de hojas anchas pierde sus hojas) y B se da en e
(pues toda via es de hojas anchas), A se da en e, y toda
10 via pierde sus hojas. La causa es B, el medio. Pero tam-
bin es posible demostrar que la via es de hojas anchas
por <el hecho de> perder sus hojas. En efecto, sea D
de hojas anchas, E perder las hojas, y villa en lugar de
Z. Entonces E se da en Z (pues toda vifta pierde sus ho-
jas) y D en E (pues todo lo que pierde sus hojas es de
ANAL/neos SEGUNDOS
431
hojas anchas): luego toda via es de hojas anchas. La cau- 15
sa es el perder las hojas. En cambio, si no es admisible
que haya causas recprocas (pues la causa es anterior a
aquello de lo que es causa, y la causa del eclipsarse < la
luna> es que la tierra est en medio, pero no es causa de
que la tierra est en medio el eclipsarse), si, pues, la de-
mostracin a travs de la causa es demostracin del por-
que, y la demostracin sin mediacin de la causa lo es del 20
que, se sabe < en ste ltimo caso> que < la tierra> est
en medio, pero no el porque. Que el eclipsarse no es causa
del estar en medio, sino esto ltimo del eclipsarse, es evi-
dente: pues en el enunciado < definitorio> del eclipsarse
est incluido el estar en medio, de modo que est claro
que aquello se conoce a travs de esto, pero no esto a tra-
vs de aquello.
O bien es admisible que haya varias causas de una so- 25
la cosa? En efecto, si la misma cosa se predica acerca de
varias cosas primarias, sea que A se d en B como en algo
primario y en e como en otra cosa primaria, y stas, a
su vez, en D y E. Entonces A se dar en D y E: B ser
la causa de <que se d> en D, y e la de que <se d>
en E; de modo que, al darse la causa, es necesario que
se d el efecto 282, pero al darse el efecto no es necesario JO
que se d todo lo que puede ser causa, sino alguna causa,
pero no todas. O no ser que, si este problema es siem-
pre universal, la causa es un cierto todo 283 y aquello de
lo que < es > causa es un universal? V.g.: el perder las
282 prgma, lit.: hecho.
283 hlon. ARISTTELES juega aqu, al igual que en otros pasajes de
sus obras (cf. FIsiaz 1 1, 184a21-26), con la etimologa de universal,
kathlou, que es una forma derivada de hlon. Normalmente, hlon se
aplica a un todo concreto, es decir, a un singular; pero tambin lo uni-
versal, como totalidad significativa, es en cierta manera un todo.
432 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
hojas < se da> en un todo delimitado y, aunque haya
< diversas> especies en ese todo, < se dar> universal-
mente en stas, en las plantas o en tales o cuales plantas:
35 de modo que el medio ha de ser igual respecto de aquellas
cosas de las que es causa, y ha de invertirse 284. V.g.: por
qu los rboles pierden sus hojas? Si realmente es por la
coagulacin de su humedad, entonces, si el rbol pierde
sus hojas, es preciso que se d la coagulacin y, si se da
la coagulacin, no en cualquier cosa, sino en el rbol, es
preciso que se d el perder las hojas.
17. Pluralidad o unicidad de las causas de un efecto
998 Es admisible que la causa de una misma cosa no sea
la misma en todos los casos, sino distinta, o no? D bien,
si se ha demostrado algo en s mismo, y no segn un signo
ni accidentalmente, no es posible < lo anterior>? En efec-
to, el mclio es el enunciado <definitorio> del extremo
< mayor>; pero si no es as m, s que es admisible < lo
primero>. Es posible tambin considerar accidentalmente
s aquello de lo que <hay> causa y aquello en lo que <se
da> la causa 286: ahora bien, entonces no parece que pue-
da haber problemas 287. Pero, si no, el medio se compor-
tar de manera semejante 288. Si < los extremos> son ho-
284 Es decir, ser convertible con las designaciones de los efectos.
28S Lase: ((si el medio no es la definicin del maY0f.
286 El efecto y la causa (o su sujeto), respectivamente.
287 Es decir, no habr premisas (que no son sino cada uno de los
dos miembros de la disyuncin expresada en los problemas) aptas para
constituir silogismos apodlcticos, que deben versar sobre ne-
cesarias.
288 ((Si no se refiere a la negacin de la objecin sobre la inexisten-
cia de premisas en caso de que se consideren nexos ((causales accidenta-
les: quiere decir que, si realmente se enuncian relaciones causales acciden-
tales, ser tan accidental el trmino medio como los extremos.
ANALTICOS SEGUNDOS 433
mnimos, el medio <ser> homnimo, si <se dan>
genricamente, el medio se comportar de manera seme-
jante. V.g.: por qu <entre los trminos de> la propor-
cin <es posible> el intercambio? En efecto, la causa es
distinta e idntica en el caso de las lneas y en el de los
nmeros: en cuanto lnea, es distinta, pero, en cuanto sus- 10
ceptible de tal o cual aumento, es idntica. As en todos
los casos. En cambio, respecto a que el color es semejante
al color y la figura a la figura, < la causa> es distinta
en cada caso. En efecto, semejante, en estos casos, es ho-
mnimo: pues aqu 289 quiz < la semejanza comiste en>
que tiene los lados proporcionales y los ngulos iguales;
en cambio, en el caso de los colores, en que la sensacin
es nica, o alguna otra cosa por el estilo. Las cosas que IS
son idnticas por analoga tambin tendrn anlogo el
<trmino> medio.
La consecucin mutua entre la causa, aquello de lo que
es causa y aquello en lo que es causa tiene lugar de esta
manera: si se toman las cosas en cada caso singular, aque-
llo de lo que es la causa <se da> en ms casos, v.g.:
el que < los ngulos> exteriores sean iguales a cuatro
<rectos, se da> en ms casos que el tringulo o el cua-
drado, pero si se toman todos los casos, se dan en igual 20
nmero (en efecto, en todas las cosas en que los < n-
gulos> exteriores son iguales a cuatro rectos): y el medio,
de manera semejante. El medio es el enunciado < defi-
nitorio> del primer extremo, por eso todas las ciencias
se realizan mediante la defmicin. V.g.: perder las hojas
acompai\a a via y, al mismo tiempo, tiene ms alcance,
y tambin a higuera y tiene ms alcance: pero no < tiene
ms alcance> que todas < esas plantas>, sino el mismo
189 En las figuras
lIS. - 28
434 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
2S alcance. Si tomas el medio primero 290, es el enunciado
< definitorio> de perder las hojas. En efecto, habr un
medio primero respecto a ambas cosas 291, a saber: que to-
das ellas son de esa clase; a continuacin, un medio de
esto ltimo, a saber: que se coagula el jugo o cualquier
cosa por el estilo. Y qu es perder las hojas? Que se coa-
gule el jugo germinal en el punto de contacto < de las ho-
jas con el tallo>.
30 En lo tocante a las representaciones esquemticas 292,
los que. investigan la implicacin entre la causa y aquello
de lo que es causa las expondrn del modo siguiente. Su-
pngase que A se da en todo B y B en cada uno de los
D, pero tambin en ms cosas. Entonces B sera universal
para los D: pues llamo universal a aquello que no se in-
vierte, y universal primero a aquello con lo que cada cosa
singular no se invierte, pero todas juntas si se invierten y
3S se extienden por igual 293 Entonces, para los D, la causa
de A es B. Por tanto es preciso que A se extienda a ms
cosas, aparte de B; si no, por qu habra de ser esto
ms causa de aquello? Entonces, si A se da en todos los
E, todas aquellas cosas sern algo uno distinto de B. En
efecto, si no, cmo se podr decir que en todo aquello
en lo que <se da> E <se da> A, pero no en todo
99b aquello en lo que < se da> A < se da> E? Pues por
qu no ha de haber una causa como A, que se d en to-
290 El ms prximo al extremo mayor.
291 Es decir, la vii'la y la higuera.
292 Ion schemton: es el mismo trmino que se usa para designar las
figuras silogsticas.
293 El universal sin ms es aquel con el que no podemos convertir
sus subordinados (por no conocerlos todos), mientras que en el universal
primario s se da ese conocimiento y es posible, por tanto, la conver-
sin.
ANALiTICOS SEGUNDOS 435
dos los D? Pero tambin los E sern algo uno? <Tam-
bin> esto se ha de tener en cuenta: sea, < por ejem-
plo>, C. Entonces es admisible que haya varias causas
de la misma cosa, pero no en las cosas idnticas en es- 5
pecie, v.g.: <la causa> de que los cuadrpedos sean lon-
gevos es el no tener hiel, la de que lo sean las aves, el
< hecho de> ser enjutas o alguna otra cosa < por el es-
tilo> .
18. La causa prxima
Si no se procede hasta llegar directamente a lo indivisi-
ble y el medio no es slo uno, sino varios, tambin las
causas <sern> varias. Cul de los medios es la causa
de los singulares: el correspondiente al universal primario
o el correspondiente al singular? Est claro que el ms pr- 10
ximo a cada cosa de la que es causa. En efecto, se es
la causa de que lo primero 294 est subordinado al univer-
sal, V.g.: respecto a D, e es la causa de que se d B.
As, pues, respecto a D, e es la causa de que se d A,
respecto a e, B, y respecto a ste ltimo, l mismo.
19. La aprehensin de los principios
Es manifiesto, pues, acerca del razonamiento y de la de- 15
mostracin, qu es cada uno de ellos y cmo se forma,
as como acerca de la ciencia demostrativa: pues es lo mis-
mo. En cambio, acerca de los principios, cmo llegan a
ser conocidos y cul es el modo de ser 29' que los conoce,
294 Lase: ((el sujeto.
29' hxis, tradicionalmente traducido por ((hbitQ). El sentido de es-
te trmino en Aristteles parece ser el de ((actividad que forma parte
del sen> de quien la ejerce, es decir, de naturaleza ms intrnseca y, a
115. - 28
436 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
quedar claro a partir de ahora para los que de entrada
encuentran dificultad.
20 Se ha dicho antes, pues, que no cabe saber mediante
demostracin si uno no conoce los primeros principios in-
mediatos. Ahora bien, respecto al conocimiento de los
< principios> inmediatos, y sQbre si es el mismo < que
el conocimiento por demostracin> o no, quiz encuentre
alguien dificultad, as como respecto a si hay ciencia de
ambas cosas 296, o si de una de ellas hay ciencia y de la
otra hay algn gnero distinto < de saber> y si los modos
25 de ser < por los que conocemos los principios>, no siendo
innatos, se adquieren, o si, siendo innatos, pasan inadver-
tidos.
En efecto, si poseemos < los principios> 297, la cosa es
absurda: pues resulta que, poseyendo conocimientos ms
exactos que la demostracin, nos pasan inadvertidos. Pero
si los adquirisemos sin poseerlos previamente, cmo co-
noceramos y aprenderamos sin partir de un conocimiento
JO preexistente? En efecto, es imposible, como ya dijimos en
lo tocante a la demostracin. Es evidente, por 'tanto, que
no es posible poseerlos < de nacimiento> y que no los
adquieren quienes los desconocen y no tienen ningn mo-
do de ser < apto al respecto>. Por consiguiente, esnece-
la vez, menos mecnica que lo denotado por hbito. Recurdese que
ARI!ITTELES lo aplica especialmente a la virtud, que por otro lado distin-
gue de las facultades (dyndmeis) y las pasiones o afecciones (pdlhe), es
decir, de todos aquellos aspectos de la naturaleza del alma ms caracteri-
zados por la pasividad o receptividad que por la actividad (cf. tica Ni-
comdquea II R [B.C.O. 89, Madrid, 1985, pgs. 165-166)).
296 A saber, de las conclusiones obtenidas mediante demostracin y
de los principios inmediatos.
297 Lase: si son innatos en nosotros,
ANALlTICOS SEGUNDOS 437
sario poseer una facultad 298 < de adquirirlos>, pero no
de tal naturaleza que sea superior en exactitud a los men-
cionados < principios>. Ahora bien, parece que esto se
da en todos los seres vivos. Pues tienen una facultadinna-
ta para distinguir, que se llama sentido; pero, estando el 35
sentido < en todos>, en algunos animales se produce una
persistencia de la sensacin y en otros, no. As, pues, to-
dos aquellos en los que < esta persistencia> no se produce
(en general o para aquellas cosas respecto de las cuales
no se produce), no tienen ningn conocimiento fuera del
sentir; en cambio, aquellos en los que se da < aquella per-
sistencia> tienen an, despus de sentir, < la sensacin>
en el alma. Y al sobrevenir muchas < sensaciones> de ese loo.
tipo, surge ya una distincin 2\l9, de modo que en algunos
surge un concepto 300 a partir de la persistencia de tales
cosas, y en otros, no.
As, pues, del sentido surge la memoria, como estamos
diciendo, y de la memoria repetida de lo mismo, la expe-
riencia: pues los recuerdos mltiples en nmero son una
nica experiencia. De la experiencia o del universal todo
que se ha remansado en el alma 301, < como> lo uno ca-
be la pluralidad, que, como uno, se halla idntico en todas
aquellas cosas 302, < surge el> principio del arte y de la
298 d;namis, tambin traducible por potencia.
2\l9 diaford, lit.: diferencia.
300 lgos, lit.: enunciado, aunque dentro de su significado se in-
cluye la idea de reunin o conexin entre distintos elementos (al
igual que ocurre con concepto, lit.: tomado conjuntamente).
301 rem!Santos en ti psychi. ef. Sobre la interpretacin 3, l6b20-
21.
302 La caracterizacin cuasi platnica que aqul se hace del universal
excluye una interpretacin empirista estricta del proceso epistemolgico
de su formacin, como podra suponerse a partir de las lneas inmediata-
meRte anteriores sobre la transformacin de la sensa<in en experiencia.
438 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
ciencia, a saber: si se trata de la realizacin 101, < princi-
pio> del arte, si de lo q ~ es 104, <principio> de la cien-
cia.
JO Entonces, ni los modos de ser lOj son innatos como ta-
les, ya definidos, ni proceden de otros modos de ser ms
conocidos, sino de la sensacin, al igual que en una bata-
lla, si se produce una desbandada, al detenerse uno se de-
tiene otro, y despus otro, hasta volver al < orden del>
principio. Y el alma resulta ser de tal manera que es capaz
de experimentar eso. Lo que se dijo ya bastante antes 106,
15 pero no de manera clara, digmoslo de nuevo. En efecto,
cuando se detiene en el alma alguna de las cosas indife-
renciadas 107, < se da > por primera vez lo universal en el
alma (pues, aun cuando se siente lo singular, la sensacin
100b lo es de lo universal, V.g.: de hombre. pero no del hom-
bre eolias) 308; entre estos < universales> se produce, a su
vez, una nueva detencin < en el alma> hasta que se de-
tengan los indivisibles y los universales 109, v.g.: se detie-
lOl gnesin. lit.: nacimiento, generacim>.
304 lo n, en el sentido de lo que es ya realidad y admite, por tanto,
juicios seguros a su respecto.
JOj Lase: ((propios del conocimiento de los principios.
106 Probable referencia a 11 13, 97b7.
lOO Es decir, la sensacin concreta de algo, todava no juzgado por
la mente y, por consiguiente, carente de atributos o ((diferencias que
permitan identificarlo como miembro de un gnero y una especie deter-
minados.
1011 Queda claro, pues, que la forma comn, asignable a varios indi-
viduos, se ((capta desde el primer instante de la percepcin, aunque to-
davla no se tematice -lo que es funcin propia del intelecto activo (cf.
Acerca del alma III s-s [B.e.G. 14, pgs. 234-242)).
109 Tanto la individualidad como la universalidad se decantan en la
mente, como los dos polos inseparables de toda nocin real, a travs
del proceso de abstraccin: del universal implcito en el individuo dado
se pasa al universal explicito en el individuo reconstruido temticamente
ANALlncos SEGUNDOS 439
ne tal animal hasta que se detenga animal, y de igual mo-
do < ocurre> con esto ltimo 310. Est claro, entonces,
que nosotros, necesariamente, hemos de conocer por com-
probacin 311, pues as < es como> la sensacin produce
< en nosotros> lo universal.
Por otra parte, puesto que, de los modos de ser rela-
tivos al pensamiento por los que poseemos la verdad, unos
no son siempre verdaderos y estn expuestos a < incurrir
en> lo falso, v.g.: la opinin y el razonamiento 312, mien-
tras que la ciencia y la intuicin son siempre verdaderas,
que ningn otro gnero de saber es ms exacto que la in-
tuicin 313, que los principios son ms conocidos que las
como interseccin de nociones generales. La verstil construccin con ad
jetivos neutros permite a Aristteles obviar la tipificacin de los objetos
de conocimiento como (mociones, objetos mentales o cualquiera otra
de las categorizaciones a que nos vemos obligados a recurrir en nuestra
lengua, con los consiguientes problemas de interpretacin sobre el tipo
de los referentes de esas expresiones aristotlicas.
310 El proceso no se detiene en los universales (especficos o de pri
mer orden (como (animal), sino que se remonta hasta los gneros su-
premos. En todo este pasaje Aristteles utiliza a fondo la metfora de
los soldados que se van deteniendo progresivamente en su huda hasta
lograr el reagrupamiento de toda la formacin.
311 epagogt. Tras los prrafos precedentes sobre la presencia del uni-
versal ya en la sensacin, queda plenamente justificada, creemos, nuestra
traduccin frente a la tradicional de induccin. Cf. Tpicos 1 8, TL-I.
pgs. 101-102, n. 21.
312 logisms: trmino ms genrico, aunque de la misma matriz se-
mntica que syllogisms (ste ltimo sera, etimolgicamente, un razo-
namiento compuesto por sntesis de proposiciones.
313 Aparece aqu un claro paralelismo con la epistemolog/a cartesia-
na: todo conocimiento basado en juicios no analizados (opinin) o en
cadenas discursivas (razonamiento) est sujeto a error, cosa que no ocu-
rre con la intuicin (nolis). que es inmediata y momento esencial de la
ciencia (epistime). (Obsrvese que el trmino nolis, habitualmente tradu-
cido por mente, h ~ e aqu referencia a la funcin mental bsica, pre-
440 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
10 demostraciones, y que toda ciencia va acompaftada de dis-
curso 314, no habr ciencia de los principios; y, comoquie-
ra que no cabe que haya nada ms verdadero que la cien-
cia, excepto la intuicin, habr intuicin de los principios,
tanto a partir de estas consideraciones como < del hecho
de> que el principio de la demostracin no es la demos-
tracin, de modo que tampoco el de la ciencia es la cien-
cia. Si, pues, no poseemos ningn otro gnero <de cono-
cimiento> verdadero aparte de la ciencia, la intuicin ser
15 el principio de la ciencia. Y aqulla 3IS ser el principio
del principio, en tanto que sta 316 se comporta, en cada
caso, de manera semejante respecto de cada cosa 1I7.
discursiva ~ ms bien, condiscursiva- sobre la que se funda el
pensamiento discursivo o pensamiento sin ms -didnoia-).
314 meta lgou. La ciencia, por ms que se funde en la intuicin,
no se reduce a sta, sino que debe desplegarse en un proceso discursivo
para que la intuicin se enfrente consigo misma a travs de la reflexin,
que es el conocimiento en acto.
3IS La intuicin.
316 La ciencia.
317 La intuicin, inteligencia o mente, es, como fundamento subjeti-
vo de los principios, el principio universal. Las distintas ciencias guardan
con sus objetos la misma relacin que la intuicin con los principios de
esas ciencias. Empirismo o racionalismo aristotlico? Como dice
LE BLOND (Logique el mthode chez Aristote, Par/s, 1973
3
, pgs. 128-
140), ambas interpretaciones de este clebre cap. 19 cuentan con argu-
mentos a favor. Conclusin: ninguna de las dos es vlida. La epistemolo-
gla aristotlica se sita en un plano previo a la clsica oposicin que
escinde a la filosofa moderna. Esa falta de definicin esconde, por su-
puesto, todas las antinomias que estallarn a partir del cartesianismo.
NDICES
NDICE DE NOMBRES
Alcibades, 97b18.
Anacarsis, 78b30.
Analfticos, 19b31.
Aquiles, 97b18.
Aristmenes, 47b22.
atenienses, 69al, 94a37.
Brisn, 75b40.
Calias, 17bl, 23a31, 43a27,
77a17, 83b4, l00b1.
Calipo (Kllippos), 16a21.
Ceneo, 17b41.
Clen, 43a26.
Corisco, 85a24.
eretrios, 94b1.
escitas, 78b30.
Filn, 16&32.
focios, 69a2.
Homero, 21a25, 27 sigo
lIfada, 92b32, 93b36.
Lisandro, 97b21.
medos, 94a36.
Menn, 67a21, 71a29.
Micalo, 47b30.
Nilo, 98a31.
Pitaco, 70a16,26.
pitagricos, 94b33.
Sardes, 94b1.
Scrates, 17b28sig., 18a2, lOa
25 sig., 21a2.
tebanos, 69al-lO.
Tpicos, 2Ob26, 24b12, 64a37,
65b16.
Zenn, 65b18.
NDICE DE TRMINOS
accidente, accidental (symbebe-
ks): Categ.: 5a39; 5blO; 7a
27, 32, 36. Interpr.: 21a8-
31; 21a11 21b18; 23b16, 20.
Anal. pr.: 43a34; 43b8; 46b
27. Anal. seg.: 71bl0; 73b4,
9, 11; 75aI8-22; 75bl; 81b24;
83a16, 20, 27; 83b21, 26.
admisible (endechmenon): Ca-
teg.: 7b34; 8a14; 10833; 10b
29; 12b40; 14all s. Interpr.:
17a30; 17b33; 18b17; 19a1O,
21,34; 19b35 s.; 21a36; 21b
24 S.; 22a14-34; 22bl, 19;
24b6, 8 s. Anal. pr.: 25837,
39; 25b14, 21; 31b8; 32a16-
4Ob16. Tp.-Refut.: 102b6.
afinnacin, afinnativo, afinnar
(katphasis, kataphatiks):
Categ.: 2a6 S.; 12b5-16; 13b2
s. Interpr.: 16a2; 16b27, 29
s.; 17a25; 17b20 S., 28-37;
18al0-12, 26 S.; 18a33-19b2;
19b5 SS.; 19b20-2Ob12; 21a34-
22a13; 23a27-24b9. Anal. pr.:
27b12; 28b2; 32822. Anal.
seg.: 72a13; 86b35. (phsis,
phnai): Interpr.: 21b21.
Anal. pr.: 32828; 51b20, 33;
62a14. Anal. seg.: 71a14;
liS. - 29
73b23; 77a1O, 22, 30. Tp.-
Refut.: 135a5; 181 b30.
argumento, argumentacin (I-
gos): Tp.-Refut.: l04b24;
105a4; 160b21-33; 161a16;
162a35; 162b3, 25; 164a4;
165a32-34, 38; 172a9; 173a24;
182b15, 32.
asercin, asertivo (apphansis,
apophanliks): Interpr.: 16a
2; 17a2, 6, 8, 10, 12, 20-23,
25 S.; 17bS, 11. Anal. seg.:
72al1. Tp.-Refut.: 176b19.
causa (aftion): Categ.: 14b12,
19 S., 28, 31; 15alO. Anal.
seg.: 71b9-31; 76a19; 78a27;
78b4, 15; 93aS; 93b21-28; 94a
21; 94b8; 95alO-b37; 98a35-
99bI4. Tp.-Refut.: 167b21-
37; 168b23.
ciencia, saber (epistiml): Ca-
teg.: lbl, 17-20; 6b3, S, 16;
7a37; 7b23-34; 8b11, 29-31;
9a6, 8; 10b2, 4; 11824-34;
llb27-31; 14836 S.; 15b19.
Anal. pr.: 32b18; 67a18;
67b3, 4. Anal. seg.: 71a3, 28;
71b9-33; 12b6, 18-25; 73a21,
22; 74b5, 23; 75b24; 76a4,
446 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
11; 76b12; 78b32-79aI6;
83b38; 87a31; 87b28-37;
88a9; 88b30-89b9; 94a20;
99bI5-100bI7. Tp.-Refut.:
104a16; 114aI8; 130b15, 18;
177a13.
comprobacin, comprobar
(epagogl, epgein): Categ.:
13b37. Anal. pr.: 42a3, 23;
67a23; 68bI3-37; 69a16.
Anal. seg.: 71a6, lO, 21, 24;
72b29; 78a34; 81a38-b9; 90b
14; 91b15, 35; 91837; l00b4.
Tp.-Refut.: 103b3; 105a13,
16; 108b7, lO, 11; lllb38;
164aI2.
concluir (pera;nein): Anal. pr.:
41a21; 42b30.
conclusin (symprasma): Anal.
pr.: 3OaS; 32a8-14; 41b36-42b
26; 53a8, 17. Anal. seg.:
75b22.
contradiccin, contradictorio
(antphasis, antiphatik6s): In-
terpr.: 17a33; 17bl6-18a12,
26 S.; 18b29; 18b37; 19817,
35, 37; 20b23 S., 28; 21a22;
21a38 SS.; 21b37; 21839-b28;
22b30. SS.; 23b24, 29, 32;
24b7. Anal. pr.: 41a25;
61a19; 62b34; 64bl1. Anal.
seg.: 72a12-14; 73b21; 93a34.
Tp.-Refut.: I04aI4-26.
contrariedad, contrario (enan-
tits, enantisis, enant;os):
Categ.: 3b24-32; 4a1O-b18;
5bll-15, 31-35, 39; 6a12; 6a
15 S., 18; 6b15; IObI2-24;
llbl-4, 18,21; llb34-12a25;
12b26-13a36; 13b13-19; 13b
36-14a6; 14a6-14, 15-24; 15b
1-16. Interpr.: 17b4-8, 20;
18al0; 19a32-35; 20a16;
21a29; 22b8; 23a27-24b9.
Anal. pr.: 61b17, 24; 62all,
17,28; 63b28, 41; 64a18, 31.
Tp.-Refut.: 105M; 112b27;
123bl-37; I 53a33-b24.
cosignificar (prossemanein): In-
terpr.: 16b6, 8 S., 12, 18, 24;
19b14; 20813.
cual (poin): Categ.: Ib26, 29;
3bI5-21; 8b25; 9a32; 9b23,
27, 29; 10al, 5, 14-19; lOa
27-bll; lObl5; lOb25-llaI4;
11a32; 15b8-13. Tp.-Refut.:
103b22 , 26, 28, 32, 38.
cualidad (poits): Categ.: 8b
25-lIa38; 15b18. Anal. pr.:
45b17.
cuando (pot): Categ.: lb26;
281; 11b12.
c u n t ~ (posn): Categ .. 1 b26,
28; 3b28-32; 4b2O-6a35; IOb
22; 15b19. Tp.-Refut.: 103b
22, 26, 28, 35, 38.
darse (hypdrchein): Anal. pr.:
25al; 29b29; 32b36; 33b9;
33b25-35b22; 36b29; 37b19-
38812; 39a7; 39b7-40a3.
Tp.-Refut.: I09al4, 35;
115a29; 124a2; 154bl1.
definicin (horisms, h6ros):
Categ.: 6a16; 8a29, 33. Anal.
pr.: 43b2; 50al1. Anal. seg.:
72a21; 75b31; 9Oa35-91all;
92b4-93b20; 93b29-94alO;
96b22; 97bI3;99a22. Tdp.-
tNDlCE DE TRMINOS 447
Refut.: I01b22, 37 S.; 102a4
S., 8, 10; 102b1O, 28; 103bS-
18; 139a24, 26-31; 145a25;
153a15.
demostracin, demostrativo
(apdeixis, apodeiktiks): Ca-
teg.: 14a37. Anal. pr.: 24all,
22; 25b28; 32b18; 4Ob23;
46a36; 46b38; 64b32; 65a36;
68bl0. Anal. seg.: 7lb18;
72b5-7, 17; 72b25-73a20;
73a22, 24; 74al, 12; 74a32-
b4; 74bI5-18; 75a13; 75a39-
bll; 76a22-25; 76bll; 82a8;
83a20; 84a31; 85al, 13;
85a20-86a30; 86a32; 87a2;
87b5-18; 94a6. Tp.-Refut.:
167b9.
dialctico, dialcticamente (dia-
lektiks, dialektik3s): In-
2Ob22. Anal. pr.: 24a
22, 25; 46a9, 30; 65a37.
Anal. seg.: 77a29, 31-34,
81bl9, 22. Tp.-Refut.:
IOlb2; I04a3, 8; 158a14;
159a32; 164b3; 165b3; 170b8;
171b7; 172a12; 172b6;
183a39.
diferencia (diophor): Categ.:
lbI6-24; 3a21-b9. Interpr.:
16b13; 20b33. Anal. pr.:
46b22. Anal, seg.: 83bl;
96b25-97b6. Tp.-Refut.:
101b18; 123a7-1O;
14<hl28; 144a9-19; 149a19.
disposicin (dithesis): lal4-24;
6a32 s.; 6b2; 8a27-9a13; 9b17
ss.; IOb3, 30-32; llal S.,
20-36; 15b18. Tp.-Refut.:
121 b38; 145a34.
donde (po): Categ.: lb26; 2al;
10023; 11 b12, 14.
eliminar (anaskeudsein): Anal.
pr.: 42b40-43aI5. Tp.-Re-
fut.: 102a16; l09b26; 154b14.
en s (kath' haut): Anal. seg.:
73a34-b24; 73b28; 74b6-10;
75bl; 84aI2-17.
entidad (ousa): Categ.: Ib2 s.;
181l-4bI8; 6al; 8a13-b24.
Anal. pr.: 46a36. Anal. seg.:
73b7; 83b5; 96a34; 96bI2.
Tp.-Refut.: 103b28; 146b3.
enunciacin (phdsis): Interpr.:
16b26 SS.; 17al7; 21b18;
21811.
enunciado (/dgos): Categ.: 4b8
s., 23, 32-35; 5a33-36; 12b6-
10; 14bl4-22. Interpr.: 16a2,
22,31; 16b26 S., 33 S.; 17a2
SS., 8-17, 22; 19a33. Anal.
pr.: 48a30. Anol. seg.: 76b24;
93b30. Tp.-Refut.: 101b38;
107a20; 112a32; 121a12;
130a39.
especie (edos): Categ.: lb 17;
3bl, 20; 8b27; 14a15; 15al S.,
13. Interpr.: 23a6. Anol. seg .. '
79a7. Tp.-Refut.: 121a27;
122a27; 122b25, 39; 123a30
S.; 141b28; l44blO.
establecer (kataskeudsein):
Tp.-Refut.: 102a15; l09b26;
110a15; 1l0b9, 11, 29;
112b30; 132a34.
estado (hxis): Categ.: 6b2, 5;
8b27; 8b28-9aI3; 11a22-36;
llb18, 22.
448
TRATADOS DE LGICA (RGANON)
estar (chein): Categ.: lb27; 2a
3; llb12 s.
estimacin (axoma): Anal. pr.:
63a13. Anal. seg.: 72a17; 75a
41; 76b14.
esto (tde ti): Categ.: 3blO; 12,
. 14; 8a38; 8b4, 8. Ana/. seg.:
73b7; 87b29. Tp.-Refut.:
116a23; 150b27; 169a34; 178b
38-179al0.
exposicin, exponer (kthesis,
ektthesthai): Anal. pr.: 28a
23; 28bI4; 30a9, 11 s.; 30b31;
48al, 25, 29; 49b6, 33.
extremo (kron): Categ.: 12a23.
Anal. pr.: 25b36; 26a22; 26b
37; 28a13, 15; 46bl, 22; 48a
41; 48b26; 49a37; 59b2, 19;
68b34 s. Tp.-Refut.: 123b
25; I 24a7.
falsedad, falso (pseUdos, ~ u
dis): Categ.: 2a7-1O; 4a23-b9;
13b2-35; 14bl4-22. Interpr.:
16aI2-18; 17a4; 17b26-37;
18a10-12, 26-33; 18a33-19b4;
20a16-30, 34; 23a38-24b7.
Anal. pr.: 34a25; 53b7 s.;
53b8-57bI7; 62a5; 64b7;
66aI6. Anal. seg.: 88a25-30.
Tp.-Refut.: 162b3.
figura (schma): Anal. pr.: 25b
26-29b28; 39a3; 4ObI7-41b5;
42b27-43aI9; 50b5-51b4; 63b
22. Anal. seg.: 79a17.
gnero (gnos): Categ.: lb21,
22; 2al4-18; 2b7-14, 17-26;
3a39; 3b3 s., 21-23; 6al7 s.;
9a14, 28; lOall; lla23-31,
38; 14aI5-25; 15a4 s. Anal.
pr.: 46a31-b37. Anal. seg.:
75a38; 76a23. Tp.-Refut.:
IOlb37; 102a31; 120b12.
hacer (poiein): Categ.: Ib27;
2a3; 11 bl-8.
hallarse situado (keisthai): Ca-
teg.: lb27; 2a2; 5a18 S., 22,
25; lIbIO.
hiptesis (hypthesis): Anal.
pr.: 4Ob25; 41a24; 45b16;
50a16. Anal. seg.: 72a20-24;
72b;15; 76b23-77a4; 83b39;
92a6-33. Tp.-Refut.: 119b
35; 158a32; 163b33.
homonimia, homnimo (homo-
nym(a, homdnymos): Categ.:
la1. Interpr.: 17a35; 23a7.
Ana/. seg.: 85bll, 16; 97b36;
9987. Tp.-Refut.: 148a23;
165b26, 30; 178b25.
identidad, idntico (tauttes,
taut): Anal. pr.: 45a22.
Tp.-Refut.: 103a6.
imposible (adjnaton): Categ.:
1a25; 2830; 2b6; 3a17, 13a31,
34. Interpr.: 18b13 s.; 19a7;
21a37; 21b17, 22; 22a6 s., 12
s., 14-37; 22b3-26. Anal. pr.:
27a15; 28a7, 29; 29a35; 29b5;
34a3; 35a4O; 37a9, 35; 41a22;
45a23-b20; 61aI8-63b21; 77a
22; Tp.-Refut.: 157b34 ss.;
167b23.
indefinido (aristos, adiristos):
Interpr.: 16832; 16b13; 19b8-
lO; 2Oa31. Anal. pr.: 24a19;
tNDlCE DE TRMINOS
449
26a28; 26b14, 27b20, 28; 28b
28; 29a6; 35b 11; 43b 14.
individuo, individual (tomon):
Categ.: 1b6; 3a35-b2, 7, 12.
Ana/. seg.: 91b32. Tp.-Re-
fut.: 109bI6; 121a36; 132b21;
144b2.
inflexin (ptosis): Categ.: la13;
6b33. Interpr.: 16b1, 17; 17a
10. Ana/. pr.: 42b30. Tp.-
Refut.: 106b29; 114a33; 118a
34; 124al0; 124b36; 125a5;
133b36; 136bI5; 148all;
151b30; 153b25; 173b27, 32;
182a27.
intuicin, inteleccin (nous):
Ana/. seg.: 85al; 88b36; 89b
8; l00b5-17. Tp.-Refut.:
1l2a19.
inversin, invertir (antistropht,
antistrphein): Categ.: 2b21;
6b28-7bI4; 12b22-24; 14a30,
33s.; 14bll, 14, 17, 27, 29;
15a5, 8. Interpr.: 22a34;
22b9. Ana/. pr.: 25a6, 8, lO,
28; 25a37-b25; 31a31; 32a30;
36b35-37a31; 45b6; 51a4;
52b9; 53a7; 57b32-58bI2;
59a30; 59bl-61aI6; 61a22;
64a 11, 40; 65a 15; 67b27-
68a25; 68b8. Ana/. seg.:
80b25. Tp.-Refut.: 1 09a 10;
125a6; 149b12; 163a30.
mayor (extremo) (meidson
kron): Ana/. pr.: 26a21;
26b37; 28a13.
medio (trmino) (mson): Ana/.
pr.: 25b35; 26b36; 28aI2; 41a
3; 42b34 S., 39; 44a8; 44b20;
47a38-bI4; 48a15; 50b8;
66a28. Ana/. seg.: 74b26-
75a17; 75b11; 76a9; 78b8;
80b17-22; 81a17; 89b36-
9Oa30; 93a7; 95a36; 99a4.
menor (extremo) (/atton
kron): Ana/. pr.: 28a22;
26b38; 28a14.
necesidad, necesario (annke,
anankaion): Categ.: 2810;
7a6; 7b12; 8b9, 13, 18, 12a3,
lO, 12; 12b28-13aI4; 13b23;
14a6, 18, 32; 15a7, 18, 23,
27. Interpr.: 16all; 17a9;
17bl; 18a26, 28; 18a33-19b4;
2Oa23; 21a37; 22a3-5, 14-31;
22838-23a20 s. Ana/. pr.:
24b19; 25a18, 27; 26a4;
29b29-30aI4; 30b32, 39;
32a19, 29; 33b17, 22; 34a17;
35b23-36b25; 36b31; 37b9;
38a13-39a3; 39a8; 4Oa4-bI6;
4Ob36; 45b29; 47813, 33;
53b17; 57a40; 62a12. Ana/.
seg.: 73b18; 74b14, 16, 26;
94b37.
negacin, negar (apphas;s,
apophna;): Categ.: 12a23;
12b7. Interpr.: 16a31; 17a8
s., 25; 20a8. Ana/. pr.:
32a22; 62a14. Ana/. seg.:
72aI4. Tp.-Refut.: 158a20.
nombre (noma): Categ.: lal-
4, 7, 9, 13; a ~ 9 ; 3a16;
7a6, 13, 19 s., 26; 7bll;
lOa33; 10b16; 12a20, 22. In-
terpr.: 16al, 13, 19 S., 23,
27, 29, 30 ss.; 16b8 S., 13;
17a17; 18a18 S.; 18b7; 19b8,
450 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
10 S., 21; 2Oa2, 20-29; 2Obl-
12, IS; 2 1 a 3 ~ Tp.-Refut.:
129b30; 13Oal; 132b4; 16Sa7;
174a8; 182b23.
objecin (nstosis): Anal. pr.:
69a37-70a2. Anal. seg.:
73a33; 74b18-21; 77b34-39.
Tp.-Refut.: 114a20; 115b14;
117a18; 117bI4; 123bl7, 27,
34; 124b32; 12Sal; 128b6;
lS6b18; 157a31, 3S, 37;
161a9; 164b3.
oposicin, opuesto (antthesis,
ant;kemenos): Categ.: lbl6-
14a2S; 12b3, 12. Interpr.:
19b20; 2Oal, 30. Anal. pr.:
27a29; 31822; 32a32; SlblS;
S2bIS; S9b6; 61b18, 32;
62a1l; 62b2S; 63b22-64b27;
68a26; 69b3l. Anal. seg.:
72a12. Tp.-Refut.: IOSb33;
113b1S; 13Sb7; 142a24;
146a27; lSlb3S.
padecer (psche;n): Categ.:
Ib27; 2a4; I1bl-8.
parnimo (parfnymos): Categ.:
la12; 6b13; l0a28 S., 33;
IObl, S S., 8, 10; l1bll.
Tp.-Refut.: l09bS; ll1a34.
particular, particularmente (en
mre;, kata mros): Interpr.:
23al6 s. Anal. pr.: 24a17;
2Sal0, 20; 43a9; S3a4 S.;
67a38; 69a14. Tp.-Refut.:
166b38.
plausible (ndoxos): Tp.-Re-
fut.: lOOa20; 100b21-23;
104a8, 13, 28; IOSbI3; liZaS;
119a38; IS9839.
porque (d;t;): Anal. pr.: S3b9.
Anal. seg.: 7S83S; 78a22;
78b33; 79a23; 87a32; 89a16;
89b24.
posesin (hxis): Categ.: 12a26-
bS; 12bl6-2S; 12b26-13a36;
13bS, 9, 20-29; lSb17 s.
Tp.-Refut.: I06b21; 114a8-
13; 121b38.
posible (dynatn): Categ.:
13a18, 21, 23. Interpr.:
19a9-b4; 21a3S; 2IbI0-22a2;
22all; 22aI 4-23a20. Anal.
pr.: 2Sa39; 27a2; 28a16;
31b8; 41bJ3.
posicin (thsis): Categ.: 6b3,
6, 12 ss.; IOal6-23.
postulado (atema): Anal. seg.:
76b23, 31-34; 77a3; 86834.
(axoma): Tp.-Refut.:
IS6a23; IS9a4; 179b14.
postular lo del principio (a;tei.-
tha; to ex arches): Anal. pr.:
41b9, 20; 46a33; 46bll;
64b28-6Sa37. Anal. seg.:
91a36. Tp.-Refut.: 162b33;
163al4, 20, 23, 26; 167a37;
181alS.
predicacin, predicar (katego-
ra, kategorein): Categ.:
IbI0-3b4; IObI9-23; 12a1, 7,
14, 16, 40; 12b29. Interpr.:
17a40; 17b13, IS; 2Ob31;
21a7, 27, 29 s. Anal. pr.:
24b16; 43a2S-40; 47bl;
48a41; 49a7, 16. Anal. seg.:
73b17; 82a17; 83b16. Tp.-
INDICE DE TRMINOS 451
Refut.: 103b20, 29, 39;
107a3, 26; 178a5; 181b36.
predicativo (afirmativo) (kat-
gorik6n): Anal. pr.: 26a18,
31.
principio (archi): Anal. pr.:
43a21; 43b36; 46al0; 53a3;
65a13. Anal. seg.: 72a7, 36;
76a31; 77b5; 88a18; 88b4, 21,
27; 9Ob24; 99bI7-100bI7.
158a37; 158b5-
7, 39; 162b31, 34; 163a14,
26; 183b12.
privacin, privativo (stresis,
stertik6s): /nterpr.: 19b24.
Anal. pr.: 37b20; 38a14;
39b22; 52a15. Anal. seg.:
73b21. Tp.-Refut.: l06b21;
114a7.
problema (pr6blima): Anal.
pr.: 42b29. Anal. seg.: 88a12;
98al-34. T6p.-Refut.: 101b
16, 17, 28-36; l04bl, 6, 35;
105b20, 25; 108b34; 109a2;
110alO.
propio (dion): Categ.: laS;
2b12; 3a21; 3b27; 4alO; 4b2,
17; 6a26, 35; llal5; 13b33.
Anal. pr.: 43b2. Anal. seg.:
73a7; 76a38; 91a15; 92a8.
T6p.-Refut.: 101 b17, 19, 37;
102a18; 103bll; 128b14.
proposicin (pr6tasis): Interpr.:
2Ob23s. Anal. pr.: 24a16;
24a22-bI2; 25al; 32all, 30;
32b35 S.; 33b2, 19, 38; 35a5,
26 S.; 35b15; 39b21; 4Ob36;
41b28; 42a32; 43bl-46a30;
47alO; 53b20; 63b22; 66aI7,
27. Anal. seg.: 71b4; 72a7,
10; 74b23; 77a36; 77b34, 39;
84b22; 84b36-85al; 87bl9-27;
91812. Tp.-Refut.: 101b15,
17, 29-35;
que (Mt;): Anal. seg.: 75a16;
76all; 78a22-79aI6; 87a32;
89a15; 89b23-35; 93aI7-20.
qu es (t esti): Anal. pr.:
43b27. Anal. seg.: 82b37;
89b24;90a31,36;90b3;92b4;
96a20. T6p.-Refut.: 102a32;
103b22, 27; IOSb22; 120b21-
29; 122b16; 127b31; 128810;
154a30.
qu es ser (t en einai): Anal.
seg.: 91815; 91 b8, 10, 26;
9187,9, 16,24 S.; 93a12, 19;
94a21 , 34 s. T6p.-Refut.:
101b21, 38; 103blO, 12;
132al; 133al; 153a14 s.
razonamiento
Anal. pr.: 24bI8, 22; 25b27,
35; 26b29; 27a2, 16; 28a15
S.; 29a30; 29bl; 33810; 34a2;
4Ob18; 41a22; 41b3; 41b6-
42b26; 45b17;
46b40; 47812-48a28; 63b17;
68b15. Anal. seg.: 71b18, 23;
74bll; 79a22; 81bl0-14;
85a3. Tp.-Refut.: 100815,
30; l00b24; 156810; 165al;
167b23; 170a40; 171b8;
176b31.
razonamiento desviado (paralo-
gisms): Anal. pr.: 64b13;
77b20, 28. Tp.-Refut.:
101a6; 166b21.
452 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
razonamiento probable (enthy-
mema): Anal. pr.: 70alO.
Anal. seg.: 71alO. Tp.-Re-
fut.: 164a6.
reduccin, remisin, reducir
(apagog#, anagogi, apgein,
angein): Anal. pr.: 29bl;
4Ob19; 41b4; 46b40-47bI4;
50a16; 50b5-51b2. Anal. seg.:
9Oa37. Tp.-Refut.: 168a18.
refutacin (lenchos): Anal. pr.:
66b4-17.
respecto a algo (prs ti): Ca-
teg.: lb26, 29; 3b30; 5b13-
6a9; 6a1O; 6a36-8b24; lOb22;
llbll, 18, 20 24-33; 12b16-
25; 13b4 s., 7 s. Tp.-Refut.:
103b22; 124b18; 142a28;
173b6; 181b26.
sensacin, sensible (a(sthess,
asthitn, asthetikn): Ca-
teg.: 6b3, 35 s.: 7b35-8aI2;
9b5. Anal. seg.: 78a35;
81a38-b9; 86a30; 87b28-
88a17; 99b34-1ooa3; looal7;
loobS. Tp.-Refut.: l11aI6;
114a22-25.
ser (einai, n): Categ.: la5, 11,
20; 7a36 S.; 7b5, 8; 13a20.
Interpr.: 16a18; 16b2 s., 23;
17all; 18a28; 18b15; 19a8,
23 ss., 27, 36; 19b3, 13, 19,
21, 24; 21a27 s., 32. Anal.
pr.: 51b5-52a38. Anal. seg.:
92b14, 30. Tp.-Refut.:
146b4.
significar, significativo (slma(-
nein, semantiks): Categ.:
lb26; 3blO-21; 5b27; lOal8;
llbl3; 15b30. Interpr.:
16aI7-20b2; 22b8.
signo (semeion): Interpr.:
16a16; 16b7, lO, 22. Anal.
pr.: 70a3-b38.
singular (kath' hkaston): Ca-
teg.: 2b3; 8b3; lla23-36;
13b37; 15b2. Interpr.: 17a38-
b3, 28,40; 18a31, 33; 18b28;
20a24. Anal. pr.: 43a27, 40;
67a22. Anal. seg.: lOOal7.
sinnimo (synnymos): Categ.:
la6; 3a34; 3b7, 9. Tp.-Re-
fut.: 107b4, 17; 127b5;
148a24.
sujeto (hypoke{menon): Categ.:
la2O-bI2; 2a12 s., 21, 26-32;
3a7-b5; 3b16. Interpr.:
16blO; 19b37; 22a9. Anal.
seg.: 75a42; 76a12; 79a9;
83a6, 13; 83b22; 91al1. Tp.-
Refut.: 127bl; 132bI9-34.
trmino (hros): Anal. pr.:
24bI6; 27b20; 41b6; 41b36-
42a31; 44b6; 47a38; 48a29-
40; 49a27-b2; 53b19. Anal.
seg.: 76b35-77a4; 93b38;
97b26.
tesis (thsis): Anal. pr.: 65b14,
66a2. Anal. seg.: 72a14-
24; 73a9-10. Tp.-Refut.:
104b19; 109a9; 110all;
ll1all; 123a4; 159a39;
163b18.
todo, en todo (pIis, pantO: In-
lerpr.: 17b12; 20a9, 12 s.
Anal. pr.: 24b28; 25b37;
30a3; 34b7. Anal. seg.:
73a26-34; 74a30-32.
INDICE DE TRMINOS
453
unidad (monds): Anal. seg.:
72a22. Tp.-Refut.: I08b26.
universal (kathlou): lnterpr.:
17a38 s.; 17b2-18a7, 13 ss.,
29-33; 19b31-20aIS. Anal.
pr.: 24a18; 41b6; 43a26 s.,
40; 4Sb23; 47b26; S3a4;
67a18. Anal. seg.: 71a8, 17;
73b26-74a3, S; 79aS; 81b2;
88aS; 99a34.
uno (hn): Categ.: 3b16; Sa14;
8b26; 12b37; 13a2, IS, 20;
14a31 ss. lnterpr.: 16b31;
l7a8-17; 17b38; 18a12; 19b6,
9; 2Ob4 ss., 13, 14-22; 20b31-
21a33; 23b2, 6. Anal. pr.:
34a17; 4Ob3S. Anal. seg.:
73a7; 93b3S; 94a24.
verbo (rhema): lnterpr.: 16al,
13; 16bll-18; 17a9 s., 17 S.;
19b1O-14; 20a31 ss.
verdad, verdadero (alithis): Co-
teg.: 2a4-lO; 3bIl, IS; 4a23-
b9; 7b16, 22; 8a1S; 8b20;
l3a4; 13b2-3S; 14bI4-22;
lSa20. lnterpr.: 16aI2-18;
17b13, 14; 17b22-37; 18a
10-12, 26-33; 19b4; 20a16-3O,
34; 2Ob25 , 33, 36, 38; 21a
12, 22-2S, 31 s.; 22b19 s.,
37; 23al3, IS s.; 23a38-24b7.
Anal. pr.: 47a8; S2a32; S3b7
s., 11; S3b26-57b17; 57a40;
64b7 S.; 67b20. Tp.-Refut.:
139a2S.
NDICE GENERAL
Pgs.
INTRODUCCIN 7
La lgica: hija de la retrica e instrumento de la
ciencia ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 8
El texto griego . .. ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 10
Nuestra traduccin ... ... ... ... ... ... ... ...... 12
VARIANTES TEXTUALES RESPEcrO A LAS EDICIONES SEGUI-
DAS ............................... " ... ... ... ...... 15
SUPLEMENTO BIBLIOGRFICO ... ... ... ... ... ... 19
SOBRE LA INTERPRETACIN
Introduccin ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 25
1. Escritura, VOZ, pensamiento y realidad. Lo ver-
dadero y lo falso ... ... ... ... ... ... ... ... ... 35
2. El nombre. Nombres simples y compuestos. Los
casos ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...... 37
3. El verbo. Peculiaridad del verbo 'ser' como ver-
bo purO ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 39
4. El enunciado y sus clases. El enunciado asertivo 41
5. Aserciones simples y aserciones compuestas ... 42
6. La afirmacin y la negacin ... ... ... ... ... ... 43
7. Universal y singular. La oposicin de las asercio-
nes: contradiccin y contrariedad ... ... ...... 44
456 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
Pgs.
8. Unidad y pluralidad de las aserciones. Las aser-
ciones equvocas y su oposicin ............... 49
9. La oposicin de los futuros contingentes ... 50
10. La oposicin entre aserciones de verbo predica-
tivo y entre aserciones de verbo atributivo, con
sujeto definido o indefinido ..... , ... ... 55
11. Aserciones compuestas ... ... ... ... ... ... ... 63
12. La oposicin de las aserciones modales ... 67
13. La derivacin de las aserciones modales 71
14. La contrariedad de las aserciones ... ... ... 77
ANALTICOS PRIMEROS
Introduccin ... 85
Libro 1: < Teora del razonamiento en general> 93
l. Proposicin. Trmino. Razonamiento: sus clases,
93. - 2. La conversin de las proposiciones, 96. - 3.
La conversin de las proposiciones modales, 98. - 4. Los
razonamientos asenricos de la primera figura, 101. -
S. Los razonamientos asenricos de la segunda figura,
108. - 6. Los razonamientos asertricos de la tercera fi-
gura, 117. - 7. Modos indirectos de las tres figuras. La
reduccin de los razonamientos, 123. - 8. Los razona-
mientos modales. Razonamientos con dos premisas nece-
sarias, 126. - 9. Razonamientos modales de la prime-
ra figura con una premisa necesaria y otra asertrica,
128. - 10. Razonamientos modales de la segunda figu-
ra con una premisa necesaria y otra asertrica, 130. -
11. Razonamientos modales de la tercera figura con una
premisa necesaria y otra asertrica, 132. - 12. Compa-
racin entre razonamientos asertricos y razonamientos
modales sobre lo necesario, 136. - 13. Razonamientos
modales sobre lo admisible, 136. - 14. Razonamien-
tos modales de la primera figura con dos premisas ad-
tNDlCE GENERAL
misibles, 140. - IS. Razonamientos modales de la pri-
mera figura con una premisa admisible y otra asertrica,
144. - 16. Razonamientos modales de la primera figu-
ra con una premisa admisible y otra necesaria, IS4. -
17. Razonamientos modales de la segunda ligura con dos
premisas admisibles, IS7. - 18. Razonamientos moda-
les de la segunda figura con una premisa admisible y
otra asertrica, 161. - 19. Razonamientos modales de
la segunda figura con una premisa necesaria y otra admi-
sible, 163. - 20. Razonamientos modales de la tercera
figura con dos premisas admisibles, 166. - 21. Razona-
mientos modales de la tercera figura con una premisa ad-
misible y otra asertrica, 168. - 22. Razonamientos mo-
dales de la tercera figura con una premisa necesaria y
otra admisible, 169. - 23. Generalizacin de las tres fi-
guras y su reduccin a la primera, 171. - 24. Cualidad
y cantidad de las premisas, 175. - 25. Nmero de tr-
minos, premisas y conclusiones, 177. - 26. Tipos de
proposiciones que se establecen o refutan en cada figura,
181. - 27. Normas generales para la construccin de
razonamientos asertricos, 183. - 28. Reglas para la
obtencin del trmino medio en los razonamientos asert-
ricos, 186. - 29. Bsqueda del trmino medio en otros
razonamientos, 192. - 30. Bsqueda del trmino me-
dio en las diversas disciplinas, 195. - 31. La divisin,
197. - 32. Eleccin de las premisas, los trminos, el tr-
mino medio y la ligura, 199. - 33. La cantidad de las
premisas, 202. - 34. Trminos abstractos y concretos,
203. - 35. Los trminos compuestos, 204. - 36. La fle-
xin de los trminos, 205. - 37. Diferentes clases de
predicacin, 208. - 38. La reduplicacin de los trmi-
nos, 208. - 39. Sustitucin de expresiones equivalentes,
210. - 40. Funcin del artculo, 210. - 41. Interpreta-
cin de ciertas expresiones, 211. - 42. Razonamientos
compuestos, 213. - 43. Reduccin de las definiciones,
213. - 44. Argumentos por reduccin a lo imposible y
otros argumentos hipotticos, 213. - 45. Reduccin de
silogismos de una ligura a otra, 215. - 46. Negacin
del verbo y negacin del predicado nominal, 218.
457
458 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
Libro 11: <Propiedades del razonamiento. Conclu-
siones falsas. Otros argumentos> ... ... ... ... ... 225
l. Multiplicidad de las conclusiones, 22S. - 2. Con-
clusin falsa de premisas verdaderas y viceversa en la pri-
mera figura, 227: - 3. Conclusiones verdaderas a partir
de proposiciones falsas en la segunda figura, 234. - 4.
Conclusiones verdaderas a partir de proposiciones falsas
en la tercera figura, 238. - S. La demostracin circular
en la primera figura, 243. - 6. La demostracin circu-
lar en la segunda figura, 247. - 7. La demostracin cir-
cular en la tercera figura, 248. - 8. La conversin de
los razonanentos de la primera figura, 2S0. - 9. La
conversin de los razonamientos de la segunda figura,
2S3. - 10. La conversin de los razonamientos de la
tercera figura, 2S4. - 11. La reduccin al absurdo en
la primera figura, 2S7. - 12. La reduccin al absurdo
en la segunda figura, 261. - 13. La reduccin al absur-
do en la tercera fJguI'a, 262. - 14. Reduccin al absurdo
y prueba directa, 264. - IS. Conclusiones de proposi-
ciones opuestas; 268. - 16. La peticin de principio,
271. - 17. La objecin a la reduccin al absurdo,
274. - 18. Causas de la falsedad de la conclusin,
277; - 19. El contrarrazonamiento, 278. - 20. La re-
futacin, 279. - 21. El error, 280. - 22. Inversin y
. comparacin entre lo deseable y lo rechazable, 28S. -
23. La comprobacin, 287. - 24_ El razonamiento por
ejemplificacin, 289. - 25. La reduccin, 290. - 26. La
objecin, 291. - 27. El razonamiento probable, 294.
ANALTICOS SEGUNDOS
Introduccin 301
Libro 1: < Teora de la demostracin> ............ 313
1. Los conocinentos previos, 313. - 2. La ciencia
y la demostracin, 316_ - 3. Errores posibles en la de-
NDICE GENERAL
mostracin cientfica, 319. - 4. Definicin de acerca de
todo, en s y universal, 322. - 5. Errores en la univer-
salidad de la demostracin, 325. - 6. Necesidad yesen-
cialidad de las premisas de la demostracin, 328. - 7.
Exclusin mutua de los gneros, 332. - 8. Valor peren-
ne de la demostracin, 333. - 9. Los principios inde-
mostrables de la demostracin, 334. - lO. Los diferen-
tes principios, 336. - 11. Los axiomas, 339. - 12. La
interrogacin cientlfica, 342. - 13. El conocimiento del
hecho y de la causa, 345. - 14. Superioridad de la pri-
mera figura, 349. - 15. Las proposiciones negativas in-
mediatas, 349. - 16. Los errores derivados de las pro-
posiciones inmediatas, 35 l. - 17. Los errores derivados
de las proposiciones mediatas, 354. - 18. La sensa-
cin, requisito de toda ciencia, 357. - 19. Finitud o in-
finitud de los principios de la demostracin, 358. - 20.
Finitud de los trminos medios, 360. - 21. Finitud de
los medios en las demostraciones negativas, 361. - 22.
Finitud de los trminos en las demostraciones afirmati-
vas, 364. - 23. Corolarios, 371. - 24. Superioridad de
la demostracin universal, 373. - 25. Superioridad de
la demostracin afirmativa, 378. - 26. Superioridad de
la demostracin sobre la reduccin al absurdo, 381. -
27. Condiciones de la superioridad de una ciencia,
382. - 28. Unidad y diversidad de las ciencias, 383. -
29. Multiplicidad de las demostraciones, 383. - 30. In-
demostrabilidad de lo azaroso, 384. - 31. Imposibilidad
de demostracin mediante los sentidos, 385. - 32. Di-
versidad de los principios, 386. - 33. Ciencia y opinin,
389. - 34. La vivacidad mental, 392.
459
Libro 11: < Teora de la definicin y de la causa> 393
l. Los diferentes tipos de investigaciones, 393. - 2.
La bsqueda del trmino medio, cuestin central, 394. -
3. Diferencia entre definicin y demostracin, 395. -
4. Indemostrabilidad de la esencia, 398. - 5. Imposibi-
lidad de obtener la esencia a partir de la divisin, 400. -
6. Imposibilidad de demostrar la esencia con un razona-
460 TRATADOS DE LGICA (RGANON)
miento hipottico, 402. - 7. lndemostrabilidad de la
esencia por la definicin, 404. - 8. Relacin entre defi-
nicin y demostracin, 407. - 9. Indemostrabilidad de
los principios, 410. - 10. Tipos de definiciones, 410. -
11. Las causas como trminos medios, 412. - 12. Si-
multaneidad de la causa y el efecto, 416. - 13. Defini-
cin de la entidad por composicin. Uso de la divisin,
421. - 14. Determinacin del gnero, 428. - lS. Poli-
valencia del trmino medio, 429. - 16. Relaciones entre
la causa y el efecto, 430. - 17. Pluralidad o unicidad
de las causas de un efecto, 432. - 18. La causa prxi-
ma, 43S. - 19. La aprehensin de los principios, 43S.
NDICES
ndice de nombres
ndice de trminos
443
445