Peri Se Hace La Muerta
Peri Se Hace La Muerta
Peri Se Hace La Muerta
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Roque va en camino a casa
No hay lugar como el hogar
Peri se hace la muerta
Lecturas niveladas
Nmero de palabras: 1.358
1505258
ISBN-13:
ISBN-10:
978-0-547-03673-1
0-547-03673-6
por Antonia Burton
ilustrado por Ashley Wolff
Copyright por Houghton Mifflin Harcourt Publishing Company
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Impreso en Chile
ISBN: 978-0-547-03673-1
ISBN Edicin Chile: 978-0-547-87280-3
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Muy temprano en una agradable maana de
otoo, Peri le pregunt a su mam si poda pasear ella
sola. Peri quera ver las bellas hojas de colores en el
bosque. Ella deseaba observar los gansos que volaban
hacia el sur. Quera tenderse en la suave y alta hierba
que cubra su prado favorito.
Puedes ir dijo la madre de Peri, sorprendida de
que su hija deseara salir a dar vueltas por ah durante
el da. Pero no deambules cerca de la ciudad. Es
peligroso para las zarigeyas.
Peri prometi que tendra cuidado. Cuando Peri
llegaba al otro lado del prado, oy un sonido extrao,
un estruendo que no haba odo nunca.
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Estos deben ser autos y edificios, se dijo a s
misma. Mam siempre dice que debo tener cuidado
cuando estoy por aqu.
Todo pareca tan interesante que Peri deseaba
mirarlo ms de cerca. Ella se senta como una
exploradora que descubra un nuevo territorio.
Pero antes de que Peri pudiera pasar la calle como
una flecha, oy un sonido an ms peligroso.
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Peri se volte para ver un enorme perro que grua
y tena unos dientes enormes! Miraba a Peri como si ella
fuera un pollo frito.
Peri trat de correr, pero el perro le bloque el
paso. Trat de huir en otra direccin, pero el perro era
demasiado rpido.
Los ojos cristalinos del perro se entrecerraron
hasta convertirse en una terrible mirada. Este gru
violentamente.
Temblando hasta la punta de los pequeos dedos
de su pie de zarigeya, Peri trat de recordar lo que su
madre le dijo que tena que hacer cuando llegaba
el peligro.
Jugar a hacerse la tonta?. No.
Jugar al corre que te pillo?. No.
Jugar a ser pianista?. No.
Entonces ella record.
FINJO QUE ESTOY MUERTA!.
Peri cerr sus ojos y se tumb en el suelo. Se qued
tan quieta como una roca.
El perro la olfate y le dio la vuelta. La olfate otra
vez y comenz a relajarse.
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Funcionaba! El perro pens que ella estaba muerta
y perdi su inters.
Tan rpidamente como haba llegado, el perro se
dio la vuelta y desapareci. Peri se qued tranquila, con
miedo a moverse.
Pero el hacerse la muerta demasiado tiempo tena
sus desventajas.
Cuando Peri casi se iba a poner de pie, escuch otro
estruendo, despus un chirrido y un portazo.
Ella abri un ojo lo menos que pudo y vio a un
hombre alto y flaco con un overol azul que vena
hacia ella.
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El hombre la empuj con la punta del pie.
A la pobre zarigeya seguro la golpe un auto, se
dijo. Creo que debo quitar a esta pobre criatura muerta
del lado del camino.
Antes de que Peri pudiera reaccionar, el hombre se
inclin y la levant con sus gruesas manos enguantadas.
Entonces camin hacia un gran camin y lanz a
Peri en un bote de basura en la parte de atrs.
El olor en el bote era horrible. Estaba lleno de
basura empapada y apestosa! Un lquido marrn y
pegajoso sala de una bolsa en el fondo del bote. Peri
saba que tena que salir de all y rpido!
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Peri mir hacia fuera del bote mientras el camin
comenzaba a moverse. Ella pas zumbando casas,
tiendas, personas e incluso algunos perros. Peri se senta
atrapada. No se atreva a saltar del vehculo
en marcha.
Unos pocos minutos ms tarde, el camin se detuvo
y el hombre sali de l. Mientras el hombre abandonaba
el camin, Peri se movi lentamente hasta la parte de
arriba del bote y mir hacia fuera.
Ahora era su oportunidad! Salt fuera del bote y
del camin. Entonces corri tan rpido como pudo.
Al ignorar sus alrededores, Peri cay en una gran
caja de arena cerca de donde se detuvo el camin. Fue
demasiado tarde, cuando se dio cuenta de la nia que
jugaba en la arena.
Mam! chill una vocecita. Mira!
Un perrito!
Peri se qued paralizada, se dej caer de costado y
cerr sus ojos.
Eso no es un perrito dijo una voz de
mujer. Eso es una pequea zarigeya que est
lastimada. Seprate de ella, Tania! Deja que
Mam se ocupe de ella.
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Inmediatamente, Peri sinti que una gran pieza
de cartn se deslizaba por debajo de ella. La mujer la
levant en el cartn y a continuacin la desliz
en una pequea caja y la cubri bien. Peri poda
ver un poco fuera de la caja, porque tena
pequeos huecos por todas partes.
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Solo nos quedaremos en casa con esta pobre
criatura hasta que Pap pueda llevarla al refugio de
animales dijo la mujer a su pequea nia.
Peri rebotaba dentro de la caja mientras la mujer
la llevaba a la casa. Tania introduca una vara en
la caja.
Tengo que salir de aqu, pens Peri. Esta
nia me va a sacar un ojo!
Pronto, dej de dar botes y Peri escuch a la
mujer hablar.
Dejaremos la caja aqu en el garaje hasta que
tu padre llegue a casa desde la estacin de polica
dijo ella.
Peri sinti que la caja cay sobre un piso duro y
oy que la mujer y Tania se alejaban.
Ella trat de empujar la tapa de la caja con su
cabeza. Pero esta no cedi. Frustrada y asustada, se
dej caer dentro de la caja y se pregunt qu hacer a
continuacin.
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Hola, perrito escuch Peri la voz de Tania que
susurraba a travs de los huecos en la caja. La pequea
nia quit la tapa de la caja.
Ahora no tienes necesidad de jugar a hacerte la
muerta, pens Peri. Esta nia sabe que estoy
bien viva.
Con toda su ferocidad, Peri le buf a la pequea
nia mostrndole sus puntiagudos dientes de
zarigeya. La pequea nia grit mientras Peri saltaba
fuera de la caja y corra hacia la puerta del garaje.
Mam! escuch Peri. El perrito se sali.
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Peri corri tanto como pudo a travs de varias
bellas parcelas. Cada una de ellas estaba cubierta
de coloridas hojas y tena una gran casa y un garaje
detrs de ellas.
Peri corri hasta el prximo lugar donde
esconderse que encontr y abri la ventana de un
stano. Salt a travs de la ventana y aterriz en una
suave y caliente pila de ropa. Se senta acogedora
como su guarida subterrnea all en su casa. Ella
trat de escuchar si haba peligro, pero todo estaba
silencioso, caliente y en calma.
Pronto Peri se qued dormida.
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Peri se levant a tiempo para sentir cmo la
acogedora y suave pila de ropa desapareca. Una vez
ms, Peri se qued totalmente quieta.
Mira! dijo una mujer. La Sra. Garca nos
dej unas viejas ropas preciosas para la venta de
beneficencia. Y observa este bello sombrero de piel!
La mujer levant a Peri en el aire y se puso a la
zarigeya en su cabeza!
Las seoras de la venta de beneficencia estarn
tan envidiosas coment la mujer mientras tomaba la
pila de ropas y sala.
Mientras la mujer paseaba por la calle, Peri se
mantuvo quieta. Todas las personas la observaban y
apuntaban hacia ella. Pronto, un pequeo grupo de
personas rodeaba a la mujer.
Por qu todos miran mi sombrero? demand
la mujer.
No es un sombrero! dijo un pequeo nio.
Es una zarigeya y creo que est viva.
La mujer chill. Peri salt de la cabeza de la mujer,
se meti por un angosto hueco entre el grupo de
personas y corri hacia la calle. No ms jugar a
hacerse la muerta por hoy!
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Peri pas como un cohete a travs de la sala de
ventas de beneficencia. Pas a toda velocidad por el
garaje de Tania. Pas volando por el parque donde se
escap del camin de basura.
No baj la velocidad hasta que regres a su
conocido prado.
Aromas conocidos llenaron su hocico de zarigeya.
Peri trot de regreso por el camino del bosque, sin
observar las coloridas hojas.
Pronto Peri estaba de regreso en casa.
Mam chill, mientras se alojaba en la clida y
adorable piel de su madre.
El jugar a hacerse la muerta fue una aventura.
Pero el estar viva es mucho mejor!
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Roque va en camino a casa
No hay lugar como el hogar
Peri se hace la muerta
Lecturas niveladas
Nmero de palabras: 1.358
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ISBN-10:
978-0-547-03673-1
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