1. El objetivo fundamental de las tablillas mágicas de maldición (defixiones) no era la destrucción de la víctima, sino su inhibición o parálisis para que no pudiera interferir con los deseos del que realizaba la maldición.
2. Aunque algunas defixiones parecen implicar la muerte de la víctima, la mayoría utilizan fórmulas que comparan a la víctima con un cadáver o un objeto inerte, lo que sugiere que el fin era dejarla paralizada más que matarla
0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
108 vistas12 páginas
1. El objetivo fundamental de las tablillas mágicas de maldición (defixiones) no era la destrucción de la víctima, sino su inhibición o parálisis para que no pudiera interferir con los deseos del que realizaba la maldición.
2. Aunque algunas defixiones parecen implicar la muerte de la víctima, la mayoría utilizan fórmulas que comparan a la víctima con un cadáver o un objeto inerte, lo que sugiere que el fin era dejarla paralizada más que matarla
1. El objetivo fundamental de las tablillas mágicas de maldición (defixiones) no era la destrucción de la víctima, sino su inhibición o parálisis para que no pudiera interferir con los deseos del que realizaba la maldición.
2. Aunque algunas defixiones parecen implicar la muerte de la víctima, la mayoría utilizan fórmulas que comparan a la víctima con un cadáver o un objeto inerte, lo que sugiere que el fin era dejarla paralizada más que matarla
1. El objetivo fundamental de las tablillas mágicas de maldición (defixiones) no era la destrucción de la víctima, sino su inhibición o parálisis para que no pudiera interferir con los deseos del que realizaba la maldición.
2. Aunque algunas defixiones parecen implicar la muerte de la víctima, la mayoría utilizan fórmulas que comparan a la víctima con un cadáver o un objeto inerte, lo que sugiere que el fin era dejarla paralizada más que matarla
Descargue como PDF, TXT o lea en línea desde Scribd
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 12
LA FINALIDAD DE LAS TABLILLAS MGICAS DE
MALDICIN (DEFIXIONES) '
O. Las tablillas mgicas conocidas habitualmente como defi- xiones son textos de carcter mgico, cuyo soporte es siempre el plomo -por lo general lminas, pero a veces tambin mufiequi- tas- y cuyo contenido es siempre la maldicin. Obedecen al deseo de perjudicar y causar males diversos a un enemigo, enclavndo- se, por tanto, en el contexto de la magia negra. Frente a los fa- mosos papiros mgicos, que recogen a modo de manual recetas variadas para todo tipo de encantamientos y conjuros, las defi- xiones son la prueba fehaciente del ejercicio de dichas recomen- daciones tericas, en concreto de las que se refieren a las prcti- cas malficas. Tenemos testimonios de defixiones en todo el m- bito griego desde el S VI a.c. (SGD 194, 95, 96, 103, Selinunte), hasta el 111 P.C., poca en que se recopilaron los papiros. La utilizacin del plomo no es gratuita, sino cargada de simbolismo: adems de las ventajas prcticas que su maleabili- dad y fcil obtencin ofrece, su frialdad, pesadez, esterilidad e impotencia lo hacen sumamente adecuado para la maldicin, se le considera por estas cualidades regido por Saturno, en as- trologa el planeta malfico por excelencia (vid. PGM XIII 1026), y por su color gris, vinculado con la muerte. Es reco- mendado como material de escritura para encantamientos er- ticos y defixionesl. Igualmente cargados de significado son los lugares donde de- ban depositarse las lminas, siempre relacionados con el mundo * Este trabajo ha sido realizado dentro del proyecto de Investigacin Reli- gin, magia y ciencias griegas en poca postclsica, subvencionado por la DGICYT PB 94-1109. ' PMGIV 328, V 304, VI1 397,432, X 36, XXXVI 1, VI1 12 y X 2. subterrneo y sus divinidades. La mayora de las defixiones grie- gas han sido halladas en tumbas2 -y de unos muertos determina- dos (los llamados w p o ~ y p ~ o e v a ~ o ~ ' ) - , pero una ubicacin alternativa igualmente frecuente eran los pozos, fuentes, bados y corrientes de agua en general, que se supona conectaban este mundo con el Hades. De todas las defixiones griegas, unas 200 han sido halladas en lugares de este tipo4. En ltimo caso, poda depositarse la lmina en los templos de divinidades catactnicas, como Demter, Persfone, Plutn o Hemess. 0.1. Aunque el objetivo o fm de estas maldiciones es -como hemos apuntado- siempre el mismo, en funcin de su contenido se pueden establecer diversos tipos de defmiones: erticas, depor- tivas, judiciales, comerciales y de negocios, contra ladrones, in- cluso polticas, aunque bien es verdad que la mayora de las lmi- nas no indican explcitamente el motivo de la enemistad, sino que se limitan a alguna frmula general, del tipo hago una atadura mgica)) seguida del nombrels de las vctimah. Su denominador comn es el deseo de perjudicar, de causar un dado a la vctima, enemistada con el autor por el motivo que sea. 0.1.1. Algunos textos, como los erticos, no buscan el dado como fin en s, sino como medio de atraerse al ser amado. Lo que las incluye en el terreno de la maldicin es el pretender hacerlo en contra de su voluntad, y por medio de la tortura (insomnio, im- pedimentos para comer y beber, fiebres, prdida de fuerza y vi- gor -cf. ( 3aov~oov a h 6 v T ~ V G L ~ V O L ~ V , T&S @p v a s KTX. (DT242,55, Cartago, S 111, de circo), adems de apartarlo, por supuesto, de otros posibles amantes. Estas entraran en el ti- po de prcticas de separacin descritas en los papiros XII 17 y LXVI. Son mltiples los documentos de este tipo -erticos-, pero es- pecialmente significativo es un grupo de textos procedentes de Egipto que siguen directamente el modelo del PGM IV, 330-430 (SGD151, 152,153, 155,156,161). SGD 11-I2,44,54, por citar slo las ticas. ' Cf. PMG IV 3, VI1 17, V 333, IV 330, 1400,2730, y IV 1390, 1885, 1910, respectivamente. DTA 104, 105, 111-120, 124, DT 22-37, 104, 105, 109, 110, 114-120, 129, SGD 13,14,21-38,138,139,164, cf. PMG VI 23,430,450,470. SGD 199-208, 116-121, en Sicilia, DT 1-13, en Cnido. LA FINALIDAD DE LAS TABLILLAS MAGICAS DE MALDICI~N 25 Algunos son muy curiosos, como ste en que una mujer pugna por el amor de otra: SGD 151, Hermpolis Magna, S.111-11 P.C.: ( ...) Atraedme a Gorgonia, a la que pari Nilogenia, atradme- la, torturad su cuerpo noche y da, sometedla hasta que abando- ne todo lugar y toda casa por el amor de Sofia, a quien pari Isa- ra, que se entregue a ella como esclava (...)P. Un ejemplo modlico puede ser ste: SGD 152, Antinopolis, S. 111-IV P.C.: K( ...) haz una atadura mgica a Ptolemaide, a la que pari Ayade, la hija de Orgenes, para que no pueda tener re- laciones sexuales, ni por delante ni por detrs, que no pueda ob- tener placer con otro hombre sino slo conmigo, Sarapamn, a quien pari Area; no le permitas comer ni beber, ni obtener pla- cer, ni salir, ni conciliar el sueo apartada de m, Sarapamn, a quien pari Area (...). Arrstrala por los cabellos, por las entra- as, hasta que no se separe de m, Sarapamn, a quien pari Area, y yo posea a Ptolemaide, a quien pari Ayade, la hija de Orgenes, sometida a m para todo el tiempo de mi vida, amn- dome, enamorada de m y revelndome lo que tiene in mente)). Otros, como SGD 161, son an ms explcitos. En todo caso, est claro que se trata de algo malfico: habi- tualmente se solicita el concurso de un demon de muerto y se le insta a que cause dao, enfermedad o insomnio a la persona que se desea poseer, hasta que se cumpla la voluntad del mago y su cliente. Las divinidades a quienes se dirige la plegaria son las mis- mas de la magia malfica: Hermes, Persfone, Tifn y Hcate, aunque lgicamente no falten Afrodita y Eros. 0.1.2. Otras, como las maldiciones de carcter judicial, inclu- yen indicaciones concretas de lo que se desea, del tipo que su lengua se retuerza, se quede pegada al paladar, y no pueda ha- blar ante el jurado6, que no le crean)) y similares. En las defixiones deportivas, la mayora de ellas tardas (S 111 P.C.) y procedentes de Roma o el Norte de Africa, se pide que el rival en las carreras de caballos no pueda correr, y si llega a sa- lir a la pista, que se caiga y sea arrastrado junto con su carro. 0.1.3. Pero la mayora no son tan claras. O bien no especifican claramente el dao que se desea causar, o bien se utilizan frmu- las demasiado generales, incluso ambiguas, del tipo ~ a ~ a 8 6 Cf. SGD 1,11,44,46,48,51,69,72,75,77,99, 100, 108, DTA 108. Estudios ClLicm 11 2, 1997 (hago una atadura)). Eso plantea la cuestin de su finalidad pre- cisa, con qu intenciones exactas se acercaba alguien a un mago7, hasta qu punto quera dafiar a su enemigo: se conformara con quitrselo de en medio para que no entorpeciera sus negocios, venciera las carreras, o para que no ganara un pleito? jo bien quitrselo de en medio para siempre? e.d., quera, simple y di- rectamente, eliminar a su enemigo?. O por decirlo con otras pala- bras: des la muerte el fin ltimo de las tablillas de maldicin? 1. En 1991, C.A. Faraonevlantea que el fin ltimo de las ta- blillas mgicas de maldicin no es la destruccin de la vctima si- no slo su inhibicin. Se basa en las defones que emplean fr- mulas simiJia similibus, (as como este.cadver yace fro e inerte, as tambin Fulano ...N (p. ej. SGD23-38, Atenas, S 111 P.C.); Fa- raone considera demasiado fcil y gratuito simplificar y aceptar que, cuando en dichas frmulas se recurre a la comparacin con un cadver o con un material inorgnico, como es la propia lmi- na, lo que se desea es la muerte de la vctima. El las interpreta en sentido literal, lo cual no implicara la muerte de la persona, sino slo una parlisis, de la misma manera que en otras lminas se indica: que se queden mudos, ciegos, etc. DT 125, 27, 68, 69, 43,44,66. Segn l, a diferencia de las imprecaciones funerarias u otras formas de maldicin que mencionan especficamente la destruc- cin de la vctima, el fin ltimo de,las defixiones griegas ms an- tiguas, raramente es la muerte. Esta ( ~ ~ u ~ T o s ) no suele ser mencionada explcitamente en las primeras defixiones. As, el verbo M u ~ L y SUS compuestos, muy caracterstico de otras for- mas griegas de maldicin, slo aparecera cinco veces, -tres de ellas en lecturas dudosas- y no siempre referido a personas: DTA 75 a 6: [&'TFIXOLTO KUL -rb &p y a o ~ f i p ~ o , SGD89 (Camarina, S 11 a.c.): K ~ L T ~ ~ V O L K ~ L T ~ U O S (.. .) l o[ hl Xuo~a[ ~l Que tanto aqullos como aqul (...) perezcan)). Cfr. SGD 104,l (Seli- ' La existencia de magos profesionales est suficientemente estudiada y demostrada, vid., a propsito del Agora de Atenas, D.R. Jordan, Defiiio- nes from a well near southwest corner of the Athenian Agora, Hespezia 54, 1985, pp. 205-255. The Agnostic Context of Early Greek Binding Spells)), en Magrka He- m (Faraone-Obbing, eds.), Oxford 1991, pp. 3-32, esp. p. 8 SS. Estudios CIDim 112. 1997 LA FINALIDAD DE LAS TABLILLAS MAGICAS DE MALDICI~N 27 nunte, S. V, lectura de Jeffery): E k v ~ E X E L ~ L ~ a ai)-rbv ~ a i yevr! as SGD 60 (Amorgos): (05s ~LTFAOLTO Hasta que perezca^^; SGD 136, Theveste (Argelia), S.1 a.c.: [. . -1 &.rro)l)lw [m)v Ca~ol pvi vav 6 ~ & paviag &no T ~ S & ~ T L Gpas [fiOlq (?). Pero ocasionalmente encontramos otras expresiones que s pare- cen implicar la destruccin de la vctima: como dr+avicw (DTA 55 y 87), y KUTOPTTW (DT 49,17, ca. 300 a.c.: TOTOUS &n a v ~ a s ~ a ~ a 6 6 , <pavicw, K ~ T O ~ ~ T T W , KaTanaT- -raAw), o DT50, Atica, tarda : i hs ~ i s " AL ~ OU ~a- r apq~ <pIivoucra: Hemes Retenedor y Persfone, retened de Mirri- na, la mujer de Hagnoteo de El Pireo, el cuerpo y el alma, la len- gua, los pies, y las voluntades, hasta que descienda al Hades con- sumida)): i s &v EIS "ALGOU K ~ T ~ P ~ L (P0Lvoucm (3-4, 10) pq6' ~ L V L ~ T E i Gs v y ' ES ''ALGOU ~a-rapoo~ (14-15). Sin embargo, la frmula ~ a ~ a G 6 ~ a i OUK vaAoo TI)V . . . que aparece en dos defaiones ticas (DTA 158 y SGD 18), implicara que la atadura poda tener una duracin limitada o ser deshecha despus. En estos casos es dificil imaginar que el resul- tado de la maldicin fuera la muerte, que no tiene, lgicamente, vuelta atrs. Vuelta atrs que s parecan tener, al menos, las figuritas de vud atravesadas por clavos o alfileres, como prueban algunos testimonios como el de Sof r ~ni o~~, escritor cristiano del siglo VI, que nos cuenta cmo una persona escapa a una atadura mgica. Se trata de un paraltico, que descubre una figurilla que lo repre- senta atravesada por clavos; a medida que extrae los clavos va re- cuperando la movilidad. Esta historia sugerira que los efectos de las figuritas de voodoo, de conocimiento comn en poca clsica y bizantina, seran paralizantes, pero no fatales. Las frmulas s s i a sUnilbus y las figuritas de vud se han considerado siempre ejemplos claros de magiasimpattica) u (homeoptica), aunque para Faraone entraran ms bien en lo que el antroplogo S.J. Tambiah" denomina persuasivey ando- ' Gager, p. 2 1 SS., (ami3 he perishes~. 10 Naxratio M~aculonrm Sanctorum Cyri et J o a ~i s = PG 187.3, col. 3625 (en audollent pp. XXII-111), recogido por el propio Faraone, Lc. " Fom and Meaning of Magical Acts: A Point of Viem, en R. Horton-R. Fin- negan (eds.), Modes of Thougbt, Londres 1973, citado por Faraone, ibid, n. 36 28 AMOR WPEZ JLMNEZ gicd, porque, a diferencia de la magia simpattica, que se basa en la observacin para predecir una accin futura, las analogas persuasivas utilizan el ritual para fomentar una accin futura, es decir, para intentar provocarla. El limitado campo de accin de estas analogas persuasivas)) (jxrsuasively analogicd ) en las defixiones griegas seran para Faraone prueba de que su princi- pal motivacin era restringir o inhibir a la vctima, pero no des- tniirla. Recurre tambin a la comparacin de estos rituales privados (lminas y figurillas) con rituales pblicos anlogos, que se utili- zan para proteger ciudades, como el que relata Pausanias en 9.38.5: el orculo de Delfos recomienda a los orcmenos erigir una estatua en bronce de Acten, y atarla con hierro a una roca, para proteger a su pueblo del espritu vengativo de aqul. En este ejemplo y otros similares la atadura no se usa para destruir al enemigo, sino para defenderse de l. As pues, las ataduras mgi- cas seran un acto defensivo frente a un enemigo o rival, con el fin de neutralizarlo. La traduccin de las frmulas ~ a ~ a y p c $ a n a p / n p s + el nombre de una divinidad que se emplean en algunas defuriones (p.ej. la (gran dehkio de Selinunte: SGD 107, 475-450 a.c., donde se repite la frmula ~ a ~ a y p c # m n a p ' T&V hayv&v OEV), podran dar a entender que la vctima es literalmente en- viada al mundo infernal, lo cual significara su muerte; pero para Faraone (basndose en las evidencias recogidas por Versnel12 es- tas expresiones no deben ser interpretadas en sentido literal, sino legal o tcnico, es decir, que tranfieren a la vctima, en sentido abstracto, al dominio e influencia de los dioses. 1.1 ..l. Quiz s tuvieran esa intencin neutralizante, o pa- ralizante)) las maldiciones relacionadas con procesos judiciales. Si el conjuro se lanzaba antes del juicio13, con el fin de que el con- trincante no pudiera acusar o defenderse ante el tribunal, tal vez el autor se conformara con que su oponente se quedara sin habla o sin memoria temporalmente (cf. PGMVII 17, 48, XII 9 en los '' Magika Hiera, cap. 4. '' Ya hemos abordado la discusin sobre si la maldicin se lanzaba antes, du- rante o despus del juicio en nuestra tesis doctoral, TabeIlae Defiionis Aticas, Universidad de Valladolid, 1992, cap. IV 2 Las defixiones judiciales, Amster- darn, Hakkert (aparecer). LA FiNALiDAD DE LAS TABLILLAS MAGICAS DE MALDICI~N 29 que se pretende impedir que el rival hable o acte en contra, en- cadenando)) su boca, su voluntad o su ira). 1.1.2. Tampoco las defixiones que podemos considerar amo- rosas o erticas buscan en principio la muerte, sino atraerse al amado, aunque sea en contra de su voluntad, apartartndolo de otras posibles relaciones amorosas, aunque s pretenden producir daAo a la vctima, pues, como hemos visto (Cf. supra SGD 151 SS.), se la intenta atraer por medio de la tortura. Pero a veces, para conseguir las atenciones del amado, se re- curre directamente a la eliminacin deMa rival, como demuestra la lmina de Pela, que citaremos despus. 1.1.3. Ni requieren necesariamente la muerte las maldiciones de- portivas, que, en principio, lo que buscan es conseguir la victoria del equipo favorito eliminando a sus rivales. Bastara que se retira- ran de la carrera, pero por si acaso no lo hacen, (en magia procuran asegurarse la efectividad del conjuro previendo cualquier eventuali- dad) se les desea que sufran algn accidente, cuyo alcance se suele especificar de manera clara. As, se indica que los caballos no puedan correr, y los aurigas no puedan ver a sus rivales, vuelque su carro y que se caigan, siendo arrastrados por el hipdromo, con dafio para su cuerpo y fractura de extremidades)) (~ETOL PXpqs r ou oGpa r os ~ a ~ K E X W V ~ a ~ y p a r o s ) : DT234, 237, 238,239, 240, Cartago, S 11-111 P.C.: ( ...) derr- balos de sus carros y hazles volcar para que se caigan y sean arrastrados por todo el hipdromo junto con los caballos que conducen (...) con dafio para su cuerpo)) p ~ 7 8 PXpqs 700 o p a ~ o s ) . (Cf. en las latinas Vulneretur DT 250b14, 252, 39ss, 253,521). Pero no se excluye la muerte como posibilidad: D T 241, 14-15 (Cartago, S 11-111 P.C.): o-rppXaoov aUrWv T ~ V + U X ~ ~ V K ~ L rfi v ~ a p o a v '[va pfi T V W~ L V ({returceles [a los caballos] las almas y el corazn, para que no puedan respirar)). DT 167 b 3: o<Piyeov TOTOUS y DT163,72 (Roma, contra un conductor de carros): (xaXvooov ~ a i ) o<piveov 706- TOUS (frnalos y) estranglalos)). 2.1. No hay que olvidar tampoco la preferencia -ya mencio- nada-, por depositar las lminas de plomo, una vez inscritas con Estudios Clsicos 112, 1997 30 AMOR LbPEZ JIMNEZ el nombre de la/s vctima/s y dentro de un ritual preciso (que des- criben los papiros y prueba en muchos casos la arqueologa) en tumbas, y no de unos muertos cualesquiera, sino de muertos pre- maturos (los d o p o ~ ) o violentamente (los p ~ a ~ o e v a - r o ~ ) , a quienes se supona deseosos de vengarse en los humanos por su prematura e injusta muerte. Estas divinidades sern las encarga- das de provocar la enfermedad, la ruptura o la muerte14. El he- cho de depositar la lmina en estas tumbas no es, en modo algu- no gratuito, como no lo es nada en magia, sino que, por la ley mgica de la asociacin, revela el deseo del autor de arrastrar a su vctima hacia la tumba, y por consiguiente, hacia la muerte. 2.2. Por si nos quedan, no obstante, dudas de la verdadera in- tencin de los autores y, por consiguiente, de la finalidad de las defixiones, comprobemos qu dicen los propios textos y si contie- nen instrucciones ms explcitas a este respecto. 2.2.1. En una lmina hallada en Atenas, de fecha tarda, (DT 51) tras desear que a Gmeta, hija de Higia hija de Macrodio, le invadan unas dificiles fiebres todos los miembros)), se pide a los dioses subterrneos que (unaten)) ( K ~ T ~ K ~ ~ V E T E ) SU (...), SU alma y su corazn)): I VP~METE ~UPETOUS xaAd-robs ELS[ nv- r a Ta pAr\ [TapETfjs ijv ETEKEV [ Y y h Ma ~ p o I - Sl w, ~ a ~ a ~ a i v ~ ~ e , ~ a ~ a x B v d o ~ 1 , TE ~ a [ L..)] Quxf i v KE ~ f i v ~ a p S l a v T a p ~ ~ j s (...) (Audollent: Petit a diis devo- veas ut ia ternis ignius uratur et occida t Gameta, Hygiae flia) . 2.2.2. La ya mencionadaSGD 60 (Amorgos, S. 1I.a.C.): &s &. r r Ao~~o ( ...) que sufran los peores y ms terribles males has- ta que perezca)). 2.2.3. SGD 136, Theveste (Argelia), S.1 a.c.: [. . -1 &noMw [ ~ f i v Ca ~ o l p v i v a < v > SL& p a u t a s &no T ~ S & ~ T L d p a s fjSIr\ (. . .) &no~n- r w n a o a v a6n) v (. . .) [Que a Saturnina le sucedan cosas amargas y funestas hasta que est al borde de la muerte ]( ...); destruyo a Saturnina por medio de la locura desde el momento presente, ya, hasta la eternidad. (...) La corto en pe- dazos toda entera por toda la eternidad. (...). " Preisedanz, PMG, p. 44, cf. PMG IV 2500, VI1 17, 48, XII 9, XII 17 o LXVI. EFtudim CIrim 112, 1997 LA FiNALIDAD DE LAS TABLILLAS MAGICAS DE MALDICI~N 31 2.2.4. SGD 138, Cartago, S 11-111 P.C.: (...) ~~I TXOLTO a- TOUS IIT~TOUS - K ~ L dMous Que (...) perezca, (...) los caba- llos (...) y dems (...)D. 2.2.5. En otra lmina de Cartago publicada recientemente aparece por dos veces el trmino B v a ~ o s en una peticin clara: 6 6 7 ~ ~ c t oe v~a v TS AL ~ L XL ~ L ' Yye i a ~ ... ~ a e v a ~ o v , IV b 1: 8 6 s 8VUT0V TQ A i p ~ X i a ~ ' Y y d a ~ ". 2.2.6. Aunque hemos dicho que las defixiones amorosas no buscan, en principio, la muerte de su vctima, una lamina ertica de Pela (Macedonia), del siglo IV a.c. L16, nos demuestra lo con- trario: la autora intenta impedir el matrimonio entre su amado Dionisiofonte con otra mujer, a la cual desea sin paliativos 1.7: tcai K ~ K & K ~ K W ~ O ~ ~ i p a b n X q ~ a ~ : ( ...) (que [el matri- monio] no se lleve a cabo) y que Ttima muera de mala muerte)). Y concluye: ((entonces ser feliz y dichosa)) (ipE 6i ~66al po- v a ~ a i pa t c p~a v y v e o ~ a ~ ) . 2.2.7. En DT92, 6-7, (Quersoneso Turico, contra los nego- cios) encontrimos de nuevo el verbo nXhvp~: p.4 TLS a&- TOTS E ' L ~ ~ 7 - j o ~ ~ [&Ud1 ~ ~ T T OUOL VT O ~ a naT6~s ~ a afi ~o^Ls' ~. Extendiendo, como no es infrecuente, la maldi- cin a sus descendientes (Cf. SGD 104, Selinunte). 2.2.8. An encontramos otras frmulas que parecen indicar la voluntad de que la vctima muera, como V L K P ~ O ~ T E (= VE KP ~ O~ T E ) , ~ o ~ T E , ~ T T w~ ~ T ~ OC L T E TOV . . . (DT 16 X 101, Afeca, Siria, 1.4, 13). 2.2.9. OTEV~KT& 8$KLT TOV I T ~ O Y E Y P ~ ~ ~ V O V (Aud: hoc est: misere in sepulcrum condite) (DT 22, 24, 26, 28, 29, 30, 31, 32, 35, 37 Chipre, con invocacin a los dkmones de las fosas comunes, WPOL y P L ~ L O ~ ~ V ~ T O L ) . 2.2.10. O metforas como (entregad al Portero del Hades)), una clara encomendacin de la vctima a los dioses subterrneos, que se repite en esa misma serie de defmiones chipriotas DT22, D.R. Jordan, Notes from Carthage)), ZPE 111, 1996, p. 116 SS., n. 2: An invocation of angels to send debility and deatlw IIIc 2 SS.). Cf. DT 189 d 3 TW &xv[VTL] (o 8 a v [ ~ ~ ] (Aud.) (fragmento). l6 L. Dubois, Une tablette de malediction de Pella: s'agit-il du premier texte macedonien?, REG 108, 1995, pp. 190-197. l7 (= Gager 76). &tudios Clsicos 1 12, 1997 32 AMOR L ~ P E Z JIMNEZ 2.2.11. Las maldiciones deportivas, contra aurigas, ofrecen otras c~tntas muestras: (~~CTCLTE, K ~ T ~ ~ & o ~ T E , &C.), 6A& G ~ T E , &- ~ O I C T L V ~ T E L..) T ~ V .. ., DT 187,57 (Roma, contra un conduc- tor de carros), junto a la ya citada (xaXivooov K ~ L ) oc#&vEov TOTOUS DT l63,72 (Roma, contra un conductor de carros). 2.2.12. O la expresin rraUoov +v ~ f l v (Aud: idem ualet at- que occide) DT252,28,253, 37-38 (Cartago, contra un conductor de carros), y nos consta que esta expresin equivale a occidere porque DT 253 es una lmina mixta, escrita mitad en griego y mitad en latn, donde junto a dicha frmula, en latn emplea la expresin e x t e d a t e T z a d n i (1.43), que no deja lugar a du- das. (Cf. extenninate DT247). 2.3. Las defixiones latinas ofrecen paralelismos claros, que confirman esta hiptesis: peroccide c..) Praesetecium (DT 140,17, Roma, S 111 P.C.), Cf. DT 250 b 20: occidere, occidite (DT243,24, Cartago, latina con palabras mgicas en griego); oc- cidite, exterminate, vulnera te GaJZcu ... (DT 247,2)., 2.3.1. Cf. otra defxio de Cremona, 1. 4: quo is apud deos $e- ros ut pereant18. 2.3.2. DT286 y 290, poca imperial tarda: c..) ut equos c..) occidas, et agitatores 6. .) occidas, coJJigas neque spintum 22s re- litlquas ( ...) demon (...) tortura y mata (...) a los caballos (...); mata y destroza a sus aurigas (nombres). No dejes aliento en ellos)). Esta frmula recuerda el encantamiento recogido en PGM IV, 2500: Para la destruccin (Muerte) di: "saca el alien- to, seirora, de la nariz de Fulana")). 3. Parece, pues, claro, que en estos casos s se desea la muerte de las vctimas. Adems, cuando no quieren matar sino simple- mente paralizar, como piensa Faraone, se utilizan otras expresio- nes, como p.ej., dormir: ~ a ~ a ~ o ~ p i o a ~ ~ ( T ~ V yXOooav, T ~ V Oupv, T?~V Bpyqv): DT22,24,26,28,29,30,31,32,33, 34, 35, 37 (Chipre). Igualmente en las latinas: que les invada, un dulce suefio (paralizador): DT 289: auferas gis dulce somnum, fac eos ne currere possint, etc. Incluso estos casos, interpretando '' Solin, (Analecta Epigraphicm, Arcfos 31, 1987, pp. 130-133. fitudios CILiws 112, 1997 LA FINALIDAD DE LAS TABLILLAS MAGICAS DE MALDICI~N 33 el sueflo en sentido metafrico como una alegora de la muer- te, podran utilizarse tambin para ratificar nuestra hiptesis, pe- ro en rigor preferimos cefirnos a su significado literal. 4. Si aceptamos que la magia es un fenmeno de caractersti- cas universales e intemporal, no tendramos ms que observar si este deseo de eliminar a un enemigo, provocndole la muerte, persiste en otras pocas y en otras sociedades, incluso en nuestros das, en nuestra propia sociedad, para comprobar que, en efecto, as es, como demuestran los diversos manuales de magia mal- fica, negra, encantamientos, conjuros y embrujamientos que pro- liferan en la actualidad. No vamos a detallar aqu unos conse- jos -por otra parte poco recomendables- que se pueden encon- trar en cualquiera de estos pintorescos manuales, aunque su pa- ralelismo -justo es reconocerlo- con las recetas recogidas en los papiros griegos resulta a veces asombroso. Nos limitaremos a re- producir, a modo de ejemplo, unas palabras de Paracel~o'~, quien, a pesar de sus conocimientos mdicos y su formacin hu- manstica acorde con el racionalismo de la poca, no dudaba en los efectos de la magia sobre las personas y su capacidad de pro- ducir enfermedades. Paracelso nos relata cmo un campesino de Bretala, llamado Juan el Rojo, que pereci en la hoguera en 1314, declar a sus jueces que, efectivamente, se vala de figuritas de cera para hacer morir a la persona que le designasen, de la si- guiente manera: (...) y as, todo dispuesto, entrega la figurita a la persona que se la hubiese encargado, para que ella, o la fundiese a fuego lento cuando quisiera, invocando al demonio y formu- lando sus ms vehementes deseos de ver muerto entre mil tortu- ras a su enemigo, o la tirase a una sepultura recin abierta (...) to- do lo cual habra de dar por resultado la muerte de la vctima, sin que mdico alguno pudiera salvarla, sin sospechar nada)). El pa- ralelismo con el procedimiento de fabricacin y empleo de las de- fmiones (aunque nos hemos limitado aqu a hablar del plomo co- mo material, la utilizacin de figuritas de cera era un acompafia- miento frecuente20) es evidente. '' Obras completas (Opra Chnnia), trad. esp. E. Lluesma-Uranga, Sevilla, CSIC. 1992. " DTA 55a: a stos les hago una atadura mgica en plomo y cera, SGD 152-153,155, cf. PMGIV 335-408. 34 AMOR L ~ P E Z JIMNEZ 5. A la vista de estos ejemplos, y sin pretender en modo algu- no prejuzgar intenciones, no cabe duda que en muchos casos el autor de la maldicin buscaba verdaderamente la eliminacin to- tal de su enemigo, es decir, su muerte. Indudablemente el odio es un sentimiento tan consustancial a la naturaleza humana como cualquier otro. El recurso a la magia daba, de algn modo, ga- ranta de no ser descubierto, y por consiguiente, penalizado. La vctima ira enfermando y su muerte parecera natural. Sin le- vantar sospechas)), como nos transmite Paracelso. Sin duda mu- chos de los clientes acudiran a los magos con la secreta esperan- za, incluso convencimiento, de que el conjuro funcionara y su enemigo desapareciera, sin, aparentemente, mancharse las ma- nos ni sufrir las consecuencias (penales o, simplemente, una ven- ganza personal). En la mentalidad mgica, por otra parte, no se duda de la efectividad de los encantamientos si stos se ejecutan con exactitud, pero, aun si no fuera as, los clientes tampoco arriesgaban nada. No queremos con esto af mar que los autores de las defixiones griegas buscaran siempre la muerte de sus vcti- mas, como esperamos haber dejado claro, pero en determinados casos no dudamos que sta era verdaderamente su intencin. Es dificil especular sobre intenciones; si de hecho estos procedimien- tos daban o no resultado, eso es algo cientficamente indemostra- ble y que entra ms en el campo de las creencias, y que por tanto no procede discutir aqu. ABREVIATURAS DTA = R. Wnsch, Deiiiionum TabeUae Atticarum (= IG III,3), Berln 1897. DT= A. Audollent, Defmonum TabeUae, Pars 1904. Gager = J.G. Gager, Curse TabIets and BIdIg Spel/s fiom the Ancient Worjd, New York-Oxford, Oxford University Press, 1992. PGM = P. Preisendanz, Papyi Graecae Magicae, trad.esp. J.L. Calvo-D. Snchez, Madrid, Gredos, 1987. SGD = D.R. Jordan, A Survey of Greek Defixiones)), GRBS 126,2, 1985, 151-197. AMOR L ~ P E Z JIMENO Universidad de Valladolid