Abandonarse Al Amor
Abandonarse Al Amor
Abandonarse Al Amor
Recensin del libro "Abandonarse al Amor" que se public en el mes de noviembre en la editorial
San Pablo. Se reproduce el prlogo del Cardenal Carles, del Cardenal Norberto Rivera, del
Cardenal Mc Carrikc y por una presentacin de Mons. Cesar Franco, as como el prlogo del P.
Tadeusz Dajczer. En casi dos meses ha sido vendida la mitad de la edicin.
lvaro Crdenas Delgado, Pbro. - alvaro.cardenas@wanadoo.es
Recensin
Del prlogo del Cardenal Ricardo Mara Carles, Arzobispo de Barcelona
Del prlogo del Cardenal Norberto Rivera, Arzobispo Primado de Mxico
Del prlogo del Cardenal Mc Carrikc, Arzobispo de Washington
De la presentacin de Mons. Csar Franco, Obispo Auxiliar de Madrid
Prlogo del P. Tadeusz Dajczer
Abandonarse al amor
SLAWOMIR BIELA, Editorial San Pablo, Coleccin ALBOR, Madrid, 2002
La Editorial San Pablo, en su coleccin ALBOR, acaba de editar en Espaa Abandonarse al
Amor, un libro de intensa profundidad espiritual. De hecho, pocas veces un libro es
presentado por dos Obispos. Este viene prologado por el Cardenal de Barcelona, Mons.
Carles y por el Obispo Auxiliar de Madrid, Mons. Cesar Franco.
Su autor, de nacionalidad polaca, casado y padre de familia con tres hijos, es doctor en
Fsica y ha realizado estudios de Teologa Espiritual. Desde 1977 es estrecho colaborador del
P. Tadesusz Dajczer, profesor de Teologa, fundador del Movimiento Familias de Nazaret y
autor del libro Meditaciones sobre la fe, best-seller de fama mundial, del que se han
realizado 63 ediciones en 46 lenguas diferentes.
A semejanza de este clsico de espiritualidad, y en su misma lnea, nos introduce en la
escuela de la fe viva del Evangelio, a travs de la contemplacin del Misterio y nos orienta a
la unin con l. De este modo Abandonarse al Amor se inserta en la mejor escuela de esa
teologa arrodillada de la que hablaba el gran telogo suizo Hans Urs von Balthasar.
Deudor del magisterio espiritual de los grandes msticos, Santa Teresa de Jess, San Juan
de la Cruz y Santa Teresa del Nio Jess, nos invita a reconocer nuestra propia fragilidad
humana y miseria espiritual, protegindonos de la terrible autosuficiencia del orgullo, y a
esperar confiadamente todo de Dios, a ejemplo de Mara y sostenidos por su permanente
accin maternal, realizacin del Testamento de la Cruz de su Hijo con la que fue entregada
a la Iglesia como Madre.
De este modo Abandonarse al Amor constituye una viva llamada a la santidad y ofrece los
elementos fundamentales para recorrer este camino, como son la oracin, la humildad, la
confianza y el abandono total en Dios. Sus pginas invitan a una profunda experiencia de
Dios en el horizonte de la Nueva Evangelizacin, en sintona con las lneas magistrales
presentadas por Juan Pablo II para este comienzo del Tercer Milenio: la primaca de la
gracia, del amor incondicional y misericordioso de Dios, como de fuente y origen de todo
bien en nosotros; la oracin, como medio para abrirnos y acoger el don de Dios; el
descubrimiento de la verdad sobre nosotros mismos, es decir de la humildad, sin la cual
todo esfuerzo evangelizador es pura pretensin nuestra; el espritu de abandono confiado
en el Amor Providente de Dios, que sigue acompaando, sosteniendo, levantando e
impulsando a la Iglesia; y la compaa cercana de la Madre de la Iglesia, que sostiene a sus
hijos con el ejemplo de su fe viva, de su abandono confiado en Dios, y con su poderosa
intercesin. En fin, la santidad, como expresin de la vida y de la accin de Dios en
nosotros, sin la cual no puede ser eficaz ningn esfuerzo apostlico.
Del prlogo del Cardenal Ricardo Mara Carles, Arzobispo de
Barcelona
Un profundo libro de espiritualidad, de la ms genuina espiritualidad cristiana, porque
refleja muy bien las lneas magistrales de las grandes doctoras y doctores de la Iglesia,
como Santa Teresa de Jess, San Juan de la Cruz y Santa Teresa del Nio Jess, maestros
todos ellos en extraer del Evangelio los rasgos de una autntica espiritualidad cristiana.
El autor de este libro de espiritualidad es un laico. Sawomir Biela naci en Polonia en el
ao 1956. Es doctor en Fsica del estado slido por la Universidad Tecnolgica de Varsovia.
Y resulta sorprendente y esperanzador que un cientfico de nuestro tiempo como lo es l,
haya realizado -y con tanto fruto- estudios en la especialidad de la teologa de la vida
espiritual en la Facultad Pontificia de Teologa de la misma ciudad de Varsovia.
Todos recordamos la fuerte influencia que tuvo en la vida del Santo Padre Juan Pablo II, en
su juventud, el magisterio y el testimonio de un mstico laico, sastre de oficio, Jan
Tyranowski, que lo introdujo en el misticismo carmelitano y en los grupos juveniles del
Rosario Viviente, donde naci su vocacin sacerdotal. El recuerdo del llamado sastre
mstico me ha venido a la mente al leer las lecciones de este fsico mstico. Quiera Dios
que conduzca a muchos por los caminos de aquella espiritualidad profunda que es la nica
que puede dar respuestas al hambre espiritual de muchos hombres y mujeres de nuestro
tiempo.
Del prlogo del Cardenal Norberto Rivera, Arzobispo Primado de
Mxico
De buena gana presento y recomiendo este libro, que (...) es una ayuda oportuna para leer
y aplicar a nuestras vidas, lo que est implcito en el encuentro entre la Madre de Dios y
Juan Diego, y as descubrir la forma en que Mara lo conduce al crecimiento de la fe y al
abandono total al amor de la Madre, como si esta fuera la pedagoga de Mara de Guadalupe
para la santificacin.
Es un claro, sencillo y profundo libro, en el que el autor nos desmenuza pedaggicamente
algunos elementos del camino a la santidad: la oracin, sus modelos, la manera de
introducirse en ella a travs de los caminos del Evangelio. El camino que nos presenta este
libro se nutre de la misma fuente, cava en la misma veta, del camino cristocntrico y
mariano del que se ha alimentado la espiritualidad y el pontificado de Juan Pablo II.
Slawomir Biela, polaco como el Papa, nos desmenuza tambin de su mano los hitos
centrales de la vida de aquella que nos precede en la peregrinacin de la fe. Mara es la
ayuda indispensable y el modelo de nuestro caminar en la oscuridad de la fe hasta llegar a
vivir adheridos totalmente a la voluntad del Padre.
Este libro est en la misma lnea del libro Meditaciones sobre la fe, best seller de
espiritualidad del que ha sido fundador del Movimiento de las Familias de Nazaret, el P.
Tadeusz Dajczer (libro que ha sido traducido ya a 46 lenguas y que lleva ente nosotros ms
de cinco ediciones).
Del prlogo del Cardenal Mc Carrikc, Arzobispo de Washington
Abandonarse al Amor ofrece al lector muchas, profundas y restauradoras reflexiones,
fundadas en las Sagradas Escrituras, sobre cmo profundizar en la propia vida interior y de
oracin. Es un fiel compaero de Meditaciones Sobre la Fe el tan aclamado tratado de
espiritualidad del P. Tadeusz Dajczer. Sin duda, el autor, Slawomir Biela, nos recuerda que
nuestro ms profundo anhelo por los dones preciosos de Dios, el amor incondicional y la
seguridad interior, no se puede colmar sin que renovemos continuamente nuestros
esfuerzos por descubrir la verdad espiritual de nosotros mismos a travs de la oracin.
Pero, ms importante an, es que Dios nos llama a reconocer quines somos en realidad -
para gradualmente darnos cuenta de los variados mecanismos de defensa y pretensiones de
nuestro viejo yo- sin temer Su rechazo o Su juicio, madurando as en nosotros la conciencia
de que el Amor Divino, el Amor Misericordioso de Dios, lo supera todo.
Al presentar la santidad (...) Biela se adhiere a la constante enseanza del Santo Padre al
enfatizar el papel de nuestra Santsima Madre como fuente de nuestra esperanza. A travs
de la imitacin de su humilde y sin embargo glorioso ejemplo, se nos da una verdadera
esperanza conforme luchamos por avanzar en nuestro camino a la santidad. El autor
tambin nos recuerda, con los ejemplos del Hijo Prdigo y la Mujer Cananea, que tal
esperanza se fundamenta en la humildad y la confianza, donde el reconocimiento de la
propia pequeez e impotencia delante de Dios, atrae la efusin de Su redentora
misericordia.
Me conmueve, en esta obra, la apertura y el ardor con que el autor comparte con el lector,
sus convicciones interiores y reflexiones sobre el sorprendente amor de Dios, y, de modo
especial, sus reflexiones sobre la forma en que Nuestra Santsima Madre, vive tan
plenamente una vida de total confianza. Este pequeo volumen revela la fidelidad de Biela
al lema Totus Tuus Mara, tanto como ha sido manifestado tan bellamente en la vida de
Juan Pablo II.
Abandonarse al Amor es el fruto de la amorosa relacin del autor con el Seor, quien nos
ha dado a Mara, Su Madre, para ser nuestra Madre. En los brazos llenos de amor de Mara
y a travs de su humilde ejemplo, nosotros tambin podemos volvernos santos, que nunca
envejecen ni pasan de moda. Todo lo contrario, los santos se mantienen como los testigos
de la juventud de la Iglesia por siempre (Homila de Juan Pablo II en Lisieux, Junio 2 de
1980).
De la presentacin de Mons. Csar Franco, Obispo Auxiliar de Madrid
Tienes en tus manos un libro que va dirigido al corazn, a la sede de los afectos, lugar
donde se realiza la conversin de todo nuestro ser a Dios. No es un libro que se quede por
las ramas, en los aledaos de la vida espiritual, sino que va directamente al ncleo ms
ntimo del hombre y a los temas esenciales de la vida cristiana, como son la oracin y el
encuentro con Dios, el seguimiento de Cristo y la devocin a Mara como tipo de la Iglesia y
Madre del cristiano. Abandonarse al Amor pretende suscitar y alimentar la experiencia
bsica de la vida cristiana, que es el amor de Dios, manifestado en Cristo, de forma que el
cristiano, seducido por el Amor, se deje llevar a sus ms ntimas y fecundas profundidades.
A modo de introduccin, Tadeusz Dajczer, fundador del Movimiento de las Familias de
Nazaret, sita el libro en el contexto eclesial de la nueva evangelizacin vista desde la
imperiosa llamada a la santidad, sin la cual, la evangelizacin se convierte en un programa
fro y sin alma.
Abandonarse al Amor es una sencilla escuela donde el lector puede, paso a paso, entrar
por la va de la santificacin. El autor, con pedagoga certera, propone un mtodo de orar en
el que se conjuga la sabidura mstica que la Iglesia ha almacenado durante siglos con el
mtodo agustiniano de entrar en el interior de uno mismo y descubrir la verdad revelada,
conversin y propsito de vivir en Cristo se alternan en estas pginas que sirven tanto para
orar, como para conocer los caminos de la vida espiritual. Ya desde el inicio del libro, se
muestra cul es la actitud fundamental para entrar en la relacin Dios: humildad. La
humildad del publicano por la que es justificado ante Dios. Humildad es verdad, deca santa
Teresa de Jess.
En l resuenan ecos de la espiritualidad del santo abandono en la tradicin cristiana.
Abandonarse no es una actitud fcil para el corazn humano celoso de su propia autonoma
y defensor de su libertad. El hombre quiere llevar las riendas de su vida y no acepta que
otro le conduzca. En los tiempos actuales, el hombre padece una sobredosis de autonoma
que le hace pensar ingenuamente que l puede hacerse plenamente a s mismo. La
espiritualidad cristiana va por otro camino: el discpulo que nace del seguimiento de Cristo,
nico Seor y gua del cristiano. Slo quien se deja ensear y guiar llega a trmino, pues
slo l es camino, verdad y vida. Es preciso abandonarse. Pero este abandono nace del
Amor dado por Cristo, es fruto de la confianza que da saber que l me am y se entreg a
s mismo por m (Gal 2, 20). Es el amor confiado en el amor de Alguien que nos ha
precedido en el gesto nico y, por ser quien es, inimitable de dar la vida por sus amigos.
Slo este amor, dice Hans Urs von Balthasar, es digno de la fe. Digno por tanto del ms
radical, pleno y gozoso abandono. As se explica que en este libro resuene constantemente
la doctrina mstica de santa Teresa de Lisieux, maestra incontestable de confiado abandono
en el amor.
Te animo, pues, querido lector a leer este libro tranquila y sosegadamente. La sencillez de
sus pginas requiere atencin, silencio y profundo respeto a lo que Dios puede hacer
contigo en esta escuela de oracin. Adntrate con la mirada puesta en Jess, el que inicia y
consuma la fe (Heb 12, 2). l, y slo l, es el programa de nuestra vida. Nos lo ha
recordado recientemente Juan Pablo II, con el Duc in altum del Seor, al cruzar el umbral
del nuevo milenio: El programa ya existe. Es el de siempre, recogido por el Evangelio y la
Tradicin vida. Se centra, en definitiva, en Cristo mismo, al que hay que conocer, amar e
imitar, para vivir en l la vida trinitaria y transformar con l la historia hasta su
perfeccionamiento en la Jerusaln celeste (NMI 29).
Prlogo del P. Tadeusz Dajczer
LA NUEVA EVANGELIZACIN: REALIZACIN DE LA LLAMADA UNIVERSAL A LA SANTIDAD
En su obra, titulada De civitate Dei, San Agustn dice que en la tierra existen, y existirn
hasta el fin del mundo, dos grandes reinos. La frontera entre ellos no divide a los hombres,
ni tampoco a las sociedades, sino que se encuentra en el interior de cada alma humana.
Dos amores crean estos dos reinos: el amor propio llevado hasta el desprecio de Dios
(Amor sui usque ad contemptum Dei"), y el amor de Dios llevado hasta el desprecio de uno
mismo (Amor Dei usque ad contemptum sui). En el transcurso de la historia, van
extendiendo poco a poco sus territorios, uno a costa del otro. El objetivo de la historia de la
humanidad, as como el de la vida de cada persona es precisamente la construccin del
Reino de Dios, es decir, hacer que Cristo crezca dentro de cada uno de nosotros. La
aceptacin o rechazo de Cristo define la historia individual de cada alma humana. La
llamada de Juan Pablo II a la Nueva Evangelizacin parece situarse precisamente en este
contexto.
Cristo nos da a su Madre como modelo y ayuda especial para la construccin del Reino y
para la continuacin de la obra de la evangelizacin del mundo. Mara que nos da el
testimonio ms autntico de vida de fe, esperanza y amor, nos llama a la conversin y a la
santidad. La improvisacin y la transigencia no transformarn el mundo, que en el proceso
de secularizacin se ha apartado demasiado de los ideales del Evangelio. La obra de la
Nueva Evangelizacin exige nuestra entrega total a Cristo, a imitacin de Mara. El desafo
de nuestro tiempo y el de la situacin actual de la Iglesia, precisan el radicalismo de la fe.
LA NUEVA EVANGELIZACIN EXIGE SER PROCLAMADA Y QUE LOS QUE LA PROCLAMEN SE
ENCAMINEN DE MANERA AUTNTICA A LA SANTIDAD. Como sugiere Karl Rahner, el
cristiano del siglo XXI ser mstico o no ser cristiano. No basta con renovar los mtodos
pastorales - escribe Juan Pablo II - ni organizar y coordinar mejor las fuerzas eclesiales, ni
explorar con mayor agudeza los fundamentos bblicos y teolgicos de la fe: es necesario
suscitar un nuevo anhelo de santidad. El Concilio Vaticano II nos recuerda que el
radicalismo de la fe no es posible sin el radicalismo de nuestra conversin y sin la
realizacin de la llamada universal a la santidad. De otro modo jams llegaremos a ser
testigos autnticos del Evangelio. La santidad es un presupuesto fundamental y una
condicin insustituible para realizar la misin salvfica de la Iglesia. La Iglesia siempre, pero
sobre todo en la actualidad, necesita santos que, segn las palabras de Juan Pablo II, jams
envejecen ni se devalan, y permanecen siempre como testigos de la juventud de la
Iglesia.
Algo fundamental para la Nueva Evangelizacin, y que debera ser nuestra respuesta a la
llamada universal a la santidad, es nuestra oracin. La eficacia de la evangelizacin depende
de que la oracin sea una expresin autntica de fe y amor a Dios. La oracin se convierte
en fermento del apostolado, cuando es testimonio de la amistad ntima con Dios y en ella
se perfecciona, de manera que sea un encuentro y unin de amor, en el que la criatura
confa totalmente su voluntad al Amigo Divino.
El hecho de acentuar el valor de la oracin no significa quietismo porque el amor siempre
requiere del testimonio de las obras. Sin embargo, lo importante es aquello que fundamenta
nuestra actividad. La confianza en nuestras propias fuerzas imposibilita la realizacin de la
vocacin universal a la santidad. Es indispensable buscar la voluntad de Dios con espritu de
humildad evanglica. Slo quien vive con este espritu, no espera reconocimiento humano ni
frutos visibles, no pregunta en qu etapa del camino hacia Dios se encuentra, sino que
acepta permanecer en la oscuridad y en la incapacidad para comprender las experiencias
que vive. Ese hombre es como un nio que en medio de la oscuridad de la noche se agarra
con fuerza a la mano de su padre. Entonces empieza a vivir la profundidad de la fe,
abandonndose en todo a su Padre Celestial.
Para guardar el equilibrio adecuado entre la accin y el abandono a Dios en la oracin, que
son los dos polos que enmarcan nuestro camino hacia Dios, debemos poner tanto empeo
en nuestra actividad como si todo dependiera de nosotros, pero, al mismo tiempo, tener
tanta confianza como si todo dependiera de Dios. No obstante, de acuerdo con la economa
divina, que es la economa de la gracia y de la misericordia, nuestra actuacin debe brotar,
sobre todo, de una disposicin interior del corazn. Esta disposicin debe ser la fuente de
nuestro empeo en la obra de la Nueva Evangelizacin. Porque la santidad - como dira
santa Teresita - no se expresa plenamente ni en la accin, ni en las prcticas concretas,
sino en una disposicin del corazn que nos hace pequeos y humildes en los brazos del
Padre, conscientes de nuestra propia debilidad e impotencia, confiados hasta la locura en su
amor paternal.
La Nueva Evangelizacin se realiza en una situacin extremadamente difcil, puesto que se
dirige a un mundo profundamente herido por la corrupcin de los valores humanos y
cristianos. Lo importante es por tanto, recordar al hombre contemporneo, incapaz de
negarse a s mismo y de apartarse de su propio egosmo, el ideal de la infancia evanglica.
Ir descubriendo que nos faltan las fuerzas necesarias para llevar una vida asctica, puede
conducirnos a la actitud de humildad y confianza del nio, que atrae el poder del Reino de la
gracia. Hay que ser pequeo como un nio para atraer el poder del Amor de Dios que se
derrama sobre el mundo, y as ser llenado por l. La infancia espiritual, que se expresa en el
reconocimiento del abismo de la propia pequeez y debilidad, llama y atrae a otro abismo,
el de la Misericordia ('Abyssus abyssum invocat').
Para que la Nueva Evangelizacin proclame con un nuevo ardor el Evangelio al hombre
contemporneo, debe estar vinculada a nuestra entrada en el camino de las
Bienaventuranzas de Cristo, que constituyen la esencia misma del Evangelio. Su expresin
ms plena es la primera de ellas: "Bienaventurados los pobres de espritu ..." (Mt.5,3). El
desprecio agustiniano del propio egosmo ("contemptus sui") es una forma de pobreza de
espritu que prepara el lugar para el Reino del amor y de la gracia, un espacio para el amor
de Dios. El Reino de los Cielos fue prometido precisamente a los pobres de espritu, que ya
no tienen nada y esperan a Dios mismo.
La economa de la gracia, segn ensea el Concilio de Trento, se realiza a travs de la
justicia (per iustitiam) y a travs de la misericordia (per misericordiam). Muy a menudo
nuestra relacin con Dios queda reducida al plano de la justicia: yo te doy, para que T me
des (do ut des). Esto nace del convencimiento de que el hombre debe merecer el amor de
Dios, de que Dios nos concede sus dones dependiendo de la medida de la generosidad con
la que le demos, de nuestro trabajo y sufrimiento por l. En el programa de la Nueva
Evangelizacin, segn el mensaje de santa Faustina Kowalska, parece necesario centrar
nuestra atencin especialmente en la espiritualidad de la misericordia.
El hombre contemporneo que tanto experimenta su propia debilidad, que sufre y percibe
con cunta frecuencia sus esfuerzos no dan frutos, tiene una oportunidad: descubrir la
necesidad existencial de abandonarse confiadamente al amor del Buen Pastor, a semejanza
de la oveja desvalida. El cristiano debe ser profundamente consciente de que la santidad no
se puede conquistar, solamente puede recibirse como un don de Jess si se aspira
verdaderamente a ella. No somos nosotros quienes damos algo a Dios, es Dios quien nos lo
da todo. Al final cada uno de nosotros, en el ocaso de su vida, se presentar ante Dios con
las manos vacas. Entonces, el mismo Jess saldr con las manos llenas al encuentro del
hombre que se fatiga por Dios, pero que permanece ante l con las manos vacas.
Dios desea que le dejemos manifestarnos su amor, y que, en respuesta a este amor,
permitamos que l mismo acte en nosotros.
Nuestra pecaminosidad no elimina su actuacin en nosotros. Porque al experimentar la
confusin interior causada por el pecado podemos abrirnos a las palabras de nuestro
Redentor dirigidas desde la Cruz a san Juan, el discpulo amado, que experiment tambin
la debilidad y el pecado, y en l a cada uno de nosotros: Ah tienes a tu madre (Jn.19,27).
Y as como Juan, entregado entonces a la Virgen, la acogi en su casa", tambin nosotros
podemos descubrir en estas palabras una invitacin de Dios a abandonarnos en Mara, para
que Aquella que form el rostro humano de Jess, pueda formar este mismo rostro tambin
en nosotros. De esta forma al introducirnos en la comunin de vida con Mara
abandonndonos confiadamente a Ella, iremos entrando en el camino de la unin cada vez
ms plena con Jess, en el camino de la santidad.
El libro Abandonarse al amor es una llamada ardiente a seguir a Cristo hasta el extremo,
porque el mundo, para descubrir de nuevo el Evangelio, sobre todo necesita santos.