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Captulo 1
Poda sentir la fiebre familiar de la adrenalina
que recorra mi columna vertebral cuando el subastador se volvi hacia su izquierda. "El siguiente elemento a subasta." Hizo una pausa mientras miraba a travs de las gafas que se col en el puente de la nariz. Pareca tener problemas para concentrarse en la hoja de papel que sostena en una mano. "Artculo seiscientos setenta. Early estantera americana de abogado de Stickley. Alrededor de mil novecientos veinte. Intent no sonrer y alzar mi mano. No es que nadie prestara atencin, por supuesto. Ya lo saba. Pero eso no importaba. Todo era parte del juego. "Vamos a iniciar la puja en cien dlares?" Se puso las gafas en la nariz y escudri a la multitud de derecha a izquierda. Esper con impaciencia, conteniendo la respiracin. Era parte de mi estrategia. Ser paciente. No hacer una oferta demasiado pronto. No dejar que la competencia supiera que estaba interesada. "Cien dlares? Quin puja?" Frunci el entrecejo. Maldicin. Si yo no pujaba ahora, podra enviarlo de vuelta al almacn. Levant mi tarjeta de puja, lo suficiente para que pudiera verme. "Tengo cien. Tengo ciento cincuenta?" Ni siquiera tuve la oportunidad de respirar antes de que volviera a mirar hacia m. "Tengo ciento cincuenta. Tengo doscientos?" Otra vez la fiebre me atraves. La subasta estaba en marcha. Apret la mandbula y levant mi tarjeta de puja. "Doscientos. Tengo doscientos cincuenta?" Estaba en una puja de ida y vuelta. Apenas poda asentir con la cabeza antes de que l subastador me estuviera mirando de nuevo, esperando mi aceptacin.
"Tengo quinientos?"
Maldicin. Frunc el entrecejo, Quin diablos estaba pujando contra m, de esa manera? Yo no quera ir ms all de seiscientos dlares. No importaba que la estantera mereciera la pena o que realmente costara el doble de esa cantidad. Era por principios. La verdadera emocin vena de comprar algo por mucho menos de lo que vala. Si pagaba el precio justo, nunca me gustaba una vez que lo tena en casa. Mi determinacin era firme.
"Quinientos. Tengo los quinientos cincuenta?"
Gir la cabeza y segu su mirada, mis ojos se estrecharon mientras trataba de encontrar a mi competidor. Descubr mi objetivo y casi me ech a rer. Debera haberlo imaginado. Era ella. No es que yo supiera quin era. Slo que siempre pareca encontrrmela en estos lugares y que siempre pareca estar interesada en los mismos artculos que yo. La mir fijamente, deseando que mirara hacia m y aceptara mi desafo. Estaba levantando un brazo delgado y asintiendo con la cabeza al subastador.
"Tengo seiscientos?"
Apretando los dientes, levant la tarjeta de puja sin quitar la mirada de la mujer. Ella pareca ms cansada que de costumbre esta noche, casi sin gracia. Su pelo negro se desplegaba detrs de su cabeza y la tapaba un poco. Llevaba una blusa de manga corta sencilla con una falda campesina. Incluso desde la distancia, pude ver su mandbula contrada mientras se pensaba si elevar o no la oferta. Si era capaz de leer los pensamientos que le estaba enviando , saba que yo la estaba retando a que lo hiciera. Saba que iba a superar la oferta que hiciera. Yo casi siempre lo haca. Con un solo movimiento, hizo una breve inclinacin de cabeza hacia el subastador despus sus ojos se fijaron en los mos, sus ojos de color gris claro, lanzndome el reto de vuelta. "Tengo setecientos?" Su rostro se suaviz mientras continuamos mirndonos. Pareca cansada. Los crculos oscuros bajo los ojos la delataban. "Seiscientos cincuenta a la una." Poda or la voz del subastador por encima del zumbido en los odos. "Seiscientos cincuenta a las dos." Estaba casi sonriendo. Estaba segura de que poda ver el alivio extendindose por ella y una sonrisa se dibujaba en sus labios. Es su ltima oportunidad. Nadie da ms! Vendido! O gritar mi voz interior, pero la ignore. "Vendido al nmero de postor doscientos diecisiete." El sonido de la cada martillo me estremeci y mire brevemente en la direccin del ruido. Cuando volv a mirar hacia atrs, la mujer ya no estaba mirando hacia m. En lugar de eso estaba revisando la lista de artculos de la subasta. La mir fijamente un rato, deseando que mirara hacia m , pero no obtuve nada a cambio. Estaba disgustada conmigo misma. Cmo haba podido dejar que una pieza tan hermosa se me fuera? Y por qu? Mir de nuevo a la mujer otra vez. Para ella no significaba nada . No haba ninguna emocin en su rostro, ningn signo de victoria. Ni siquiera me envi ,una sonrisa o un gesto o un signo de agradecimiento . Mi entusiasmo se haba ido. Dije algunas frases a mi alrededor y me dirig a la salida ms cercana, al pasar al lado de la basura, arroje mi tarjeta de pujas.
Captulo 2
Haba momentos en que deseaba no haber renunciado a mi propio despacho, y ste era uno de ellos. Eran las cinco y media de la tarde del viernes, y yo debera estar ya i en casa , preparando el fin de semana. En su lugar, estaba sentada detrs de mi escritorio, con los dedos tamborileando en mi escritorio, mientras esperaba y esperaba. Tena que ir a casa de mis padres por una cena de recaudacin de fondos para su obra de caridad del mes. Si no me iba pronto no tendra tiempo para ir a casa a cambiarme. Y en este caso, yo saba que no tendra tiempo para recoger a Beth. A las cinco menos cuarto, Donald Gold haba asomado la cabeza en mi oficina para decirme que tena que hablar conmigo antes de que terminara el da. En mi mente, el da haba acabado haca ms de media hora. Pero Donald era socio de la firma, y yo saba que no tena ms remedio que esperar. Me pase la mano por la frente antes de moverme fuera de la mesa de caoba y prcticamente saltar del mullido silln de cuero. Todo en mi oficina era lujoso y caro, desde los muebles hasta los libros de leyes que se alineaban en cada pared hasta la gruesa alfombra que ahora amortiguaba el sonido de mis pasos cuando me acerqu a la nica ventana que adornaba un rincn de la oficina. Desde el trigsimo sptimo piso tena una vista de pjaro del trfico rugiendo a esas horas. La autopista era una sucesin de coches en ambas direcciones. Las rampas de acceso a Storrow Drive y el Mass Pike estaban abarrotadas por los vehculos que se incorporaban. Frunc el ceo. Yo no tena que lidiar con el trfico en el centro, cuando yo tena mi propio despacho. Mi vieja oficina estaba en un barrio relativamente tranquilo Cambridge, a pocos kilmetros de mi casa en Newton. Ahora me estaba riendo de m. Por entonces, Yo podra haber estado slo a unas pocas manzanas de mi casa, pero nunca haba sali de la oficina hasta altas horas de la noche. Por el contrario, en mi nuevo trabajo con Brown, Benning, y Gold, nunca acababa mucho ms tarde de las cinco. Las diferencias con mi vida anterior, eran considerables, en ms de un sentido. "Siento haberte hecho esperar." La voz de Donald me sobresalt. l se sent en una silla de la mesa redonda de conferencias y hizo un gesto para que me uniera a l. "El asunto de la adquisicin de McGrue e Hijo est llegando a su punto final." Se frot las manos curtidas, mientras juntaba sus ojos brillantes. "No tardara mucho tiempo ." Trat de ignorar el regocijo en su voz. Intent no pensar en cmo Jhon McGruewould estara sintindose este fin de semana, a sabiendas de que la empresa que haba construido para l y su familia durante treinta aos estaba a punto de ser absorbida por un gran gigante corporativo. Donald estaba acariciando la mesa. "Sintate, Acompame." Hice lo que me dijo, deseaba fervientemente estar en la calle, inmersa en el trfico en lugar de aqu. "Antes ejercas el derecho de familia. No es eso cierto?" Asent con la cabeza. "Si, durante doce aos". Yo esperaba que me dijera que deba volver al derecho de familia. Que yo era un abogado litigante psimo y que estaba claro que no saba un comino acerca de los clientes corporativos que llenaban los bolsillos de nuestra firma. Pero estaba equivocada. "Has llevado casos de divorcio?" Mis luces internas de advertencia se encendieron. Asent con la cabeza lentamente. "Bueno." Donald no perdi el tiempo. "Quiero que representes a mi hijo en su divorcio." Cruz las manos juntndolas. "Con el debido respeto, seor-" l levant la mano interrumpiendo mis argumentos. "Esto no es una opcin, Kate." Baj la voz y se inclin hacia adelante, la voz llena de gravedad. "Creo que el divorcio puede convertirse en un asunto incomodo, y necesito que est en manos de alguien del despacho. Alguien que ponga todo su corazn y su mejor inters." l me estaba mirando a los ojos, sin bajar la mirada. "Con todo el debido respeto, seor"-Me aclar la garganta-"En particular nunca fui un buen abogado de divorcios." "Por supuesto que s." Su sonrisa tena una pizca de maldad. "Slo que por lo general te has encontrado representando al cliente equivocado." Poda sentir como mi cara se pona roja. En la mayora de los casos de divorcio que haba llevado en el pasado, mis clientes eran lesbianas que se haban encontrado en el lamentable estado de santo matrimonio. El hecho de que casi la totalidad de sus maridos estaban amargados, resentidos, y se oponan a pasar a ser ex-esposos dificultaba mi trabajo y lo haca doloroso.
Yo no saba qu contestarle. As que me fije de nuevo en sus cansados ojos verdes y trat de no notar las arrugas que tan profundamente se alineaban en la cara. Era un rostro envejecido por el exceso de bronceado y el exceso de agotamiento, lo que imaginaba. El pelo canoso, peinado perfectamente domesticando lo que haba sido una masa rizada. La camisa blanca que llevaba era tan apretada y con tanto almidn que su cuello sobresala por encima de la lnea del cuello. Golpe un dedo sobre la mesa, y mis ojos bajaron rpidamente, fijndose en los puos blancos rgidos que contrastaban tanto con su piel bronceada. Llevaba dos anillos. En la mano derecha llevaba un anillo de oro grueso que sujetaba un gran rub. En la otra, llevaba el anillo de graduacin de la Harvard Law School, promocin de 1944. Estaba esperando mi respuesta, pero yo no le iba a dar una. Ignorar su insulto era el enfoque correcto, y sent una pequea sensacin de triunfo mientras jugueteaba nerviosamente. "En cualquier caso" - se aclar la garganta - "mi hijo necesita un abogado bueno en divorcios, por lo tanto el caso es tuyo." Levanto su mole de la silla y se dirigi a la puerta. "Te dar los detalles antes de la prxima semana. Quiero llevar este caso tan rpida y silenciosamente como sea posible." Mis dientes estaban apretados cuando lo vi llegar a la puerta. "Qu es exactamente lo que podra volverse moleste en este caso, Donald?" Mi voz sonaba petulante. Slo pude imaginarme en qu tipo de problemas Donald Jnior poda haberse metido. Donald Gold se volvi hacia m, con las cejas juntas mientras se mantena de pie. "Su esposa tena una aventura con otra mujer", afirm rotundamente. Slo una ceja ligeramente levantada me hizo saber que me no estaba bromeando. "Bastardo". Todava estaba echando humo cuando llegu a una zona alta cerca del final del camino de entrada a casa de mis padres. Haba coches por todas partes, estacionados a lo largo del camino en forma de herradura ms all de las puertas y en el trozo que sala a la calle de abajo. Sin dudarlo, cambi de velocidad y me detuve en el camino de entrada, pase ms all de los vehculos estacionados y busque el primer sitio que pude para aparcar. Siempre haba un espacio fijo para m dentro. Me eche un vistazo rpido en el espejo retrovisor y hice una mueca. Mi maquillaje se haba corrido en los pliegues debajo de los ojos azules, y un brillo de la luz se vea en mi frente. Saque un pauelo de papel de la guantera, limpi mi cara y no me molest en darme otra inspeccin antes de salir del coche. La puerta de la cocina estaba entreabierta y me cole, me encontraba en medio de un circo de servidores haciendo malabares con las bandejas de aperitivos y bebidas mientras se abran camino dentro y fuera de la cocina. Mis ojos buscaron la cara familiar de Mara, pero no encontraron nada. No era una buena seal si Mara no estaba all. Ella gobernaba la cocina con puo de hierro, y no le gustaba que nadie, especialmente los catering contratados, invadieran su espacio. Mirando a los camareros a mi alrededor, esper hasta que uno de ellos se hizo un movimiento como si fuera a salir al comedor, a travs de las puertas de vaivn; fui detrs de l, siguindolo a travs de la puerta. Supe de inmediato por qu Mara estaba aqu fuera en lugar de en la cocina. La gran cantidad de personas que haba me sorprendi tanto que di un paso atrs. En qu estaban pensando mis padres? Tena que haber cientos de personas, y sin duda Mara estaba entre ellos en algn lugar, asegurndose de que todo el mundo tuviera comida y bebida. "Ah estas, querida." Mi madre entrelazo su brazo con el mo mientras besaba mi mejilla. "Creo que tu padre se ha vuelto loco. Basta con mirar a la cantidad de gente que ha venido." Ella sacudi la cabeza, pero la sonrisa en su rostro la delataba. Nunca estaba enojada con mi padre. "Cuntas personas hay aqu?" Le pregunt, dando un paso para retirarnos fuera de la lnea de fuego de la puerta de la cocina y tirando de ella conmigo. Ella se encogi de hombros. "Demasiadas". Se ech a rer mientras abrazaba mi brazo ms cercano. Llevaba un vestido sencillo, de color blanquecino que se ajustaba a su pequeo cuerpo perfectamente. Su haba cortado su pelo rubio ms corto de lo que yo haba visto en mucho tiempo, un corte romo varios centmetros por encima de su hombro. "Te cortaste el pelo." Se volvi sonrindome, los ojos azules brillantes. "Pens que ya era hora". Mam siempre haba tenido el pelo largo, desde haca ya mucho tiempo, desde que tena memoria. A menudo se lo haba peinado hacia atrs y despejando su cara, pero de vez en cuando se lo haba dejado suelto. "Me estoy haciendo demasiado vieja para llevar el pelo largo." "No digas eso, mam. no eres vieja." Pero aun cuando lo negu, pude ver las largas arrugas en su cara. Hice un clculo rpido. Tena cincuenta y ocho aos. era veinte aos mayor que yo. Pero estaba en una forma notable. Envidiaba su espeso cabello rubio y su figura esbelta. Por desgracia, lo nico que haba heredado de la parte de mi madre eran sus ojos azules. El resto de mi cuerpo vino directamente de los genes de mi padre. A l le echaba la culpa de mi oscuro pelo, castao ondulado , nariz ancha y cuerpo fornido todo por lo genes de mi padre. "Will Bet se nos unir esta noche?" A pesar de la gente que nos rodeaba, mi madre estaba completamente centrada en m. Me encantaba la habilidad que tenia, con su mirada haca que todos sintieran especiales. "Ella dijo que me encontrara aqu. Y ella es slo una amiga, mam", me quej, y la vi sonrer. "Yo siempre espero algo, querida", me susurr, dando a mi brazo otro apretn. Mis padres eran hippies desde mucho antes de que yo naciera. Liberales en su esencia, y yo los amaba por ello. Tambin eran ridculamente ricos, cosa a la que no daba ninguna importancia en mi juventud. Mara se acerc a nosotros, con los ojos echando chispas, apenas me reconoci antes de girarse haca mi madre. Hablaba tan rpido que casi no la entenda, su acento era ms pronunciado que nunca. La atencin de mi madre cambi sin problemas, centrndose en calmar el temperamento de Mara. Mientras que mis ojos paseaban por la habitacin, me tome un momento para notar todos los muebles que no les pertenecan. Escritorios antiguos, mesas y armarios estaban esparcidos a lo largo de las habitaciones y de los pasillos, salpicados entre las diversas obras de arte. Por lo menos yo asum que eran de arte, ya que no tengo el mejor ojo para estas cosas. Pero las antigedades - el escritorio de persiana y la silla misin - si los reconoc . Mi ritmo cardaco se elevo a un nivel superior. "Mam qu es todo esto?" ' Aplacada, Mara me bes en la mejilla para darme la bienvenida adecuadamente antes de volver a desaparecer en la cocina. "Estoy segura de que te lo dije, querida." "Probablemente no estaba escuchando." Ella se ech a rer. "Es una subasta. Tu padre llamo a todo el mundo que conoce y consigui donaciones de todo tipo de arte y objetos de coleccin que vamos subastar esta noche. Todo el dinero va a parar a la fundacin de los New England Animal Shelter". No poda controlar la manera en que mis ojos saltaban de una pieza a otra. "Mam, sabes que es mi debilidad. Me habra acordado si hubieras dicho que iba a haber antigedades." "No te preocupes, Katie. no tienes que hacer una oferta, no te sientas obligada." Yo estaba horrorizada. "Ests loca? Por supuesto que quiero hacer una oferta. Pero no traje mi talonario de cheques." Mi madre estaba rindose de m ahora. "Tu crdito es bueno con nosotros, cario. puedes enviarnos un cheque maana." Ella me dio un pequeo empujn. "Sigue y echa una mirada por todo. No tenemos mucho tiempo. Creo que van a empezar la subasta en unos veinte minutos." No necesite que me animara mas, el poco tiempo que tena me abrumo y sent la ansiedad en aumento. No tena mucho tiempo para hacer una evaluacin adecuada. Sin ms dilacin, rpidamente me alej y pasando de una mecedora tome la direccin para acercarme a una mesa escritorio. Mi primer impulso fue llegar y pasar un dedo por la superficie curva del cierre, metiendo un dedo en el mango, en muesca pequea y levantar la tapa. Se abri sin problemas, y me enamore al instante. Haba estado coleccionando piezas de caoba durante aos, pero ltimamente mis preferencias se estaban decantando hacia el roble. El roble brillando bajo mis dedos me habl, abr un cajn tras otro, buscando la suavidad del movimiento y mirando todos los rincones y grietas. Lo guarde mentalmente y me fui a ver otras cosas. Con una sola mirada pase de una mesa de escuela con tintero incorporado. La coleccin de vajilla no mantuvo mi inters, y tampoco las mesas art- deco. La siguiente pieza me llam la atencin. Era una gran estantera de roble, perfecta para un despacho, no muy diferente de la que haba pujado y perdi slo una semana antes. Cont las cinco estanteras y extend la mano para abrir una puerta, me produjo una gran satisfaccin cuando se desliz sin problemas. Si antes me haba excitado con el escritorio, ahora estaba en xtasis. Despus de probar cada puerta por separado, di un paso atrs para admirar la obra, apenas poda creer mi suerte. Era al menos tan buena como la que yo haba perdido la otra noche. Tal vez incluso mejor. Demonios, por lo que saba podra ser la misma pieza. "Te suena?" La voz de la mujer fue casi un susurro en mi odo izquierdo. Sorprendida, me volv bruscamente. Me tom un momento antes de que la reconociera. Saba quin era esta mujer. Nunca habamos sido presentadas, pero yo la conoca. Su rostro estaba a escasos centmetros de mi cara, y me di cuenta de que nunca habamos estado tan cerca. Tena la cara ms redonda de lo imaginado, con los ojos de un alarmante tono de gris. El pelo que siempre pareca estar fuera de control estaba recogido hacia atrs en una trenza anudada. No pareca tan mayor como yo haba pensado, aunque haba algunas arrugas alrededor de sus ojos. Me tom mucho tiempo digerir sus palabras y la situacin. Finalmente reaccion. "Es esta la mismo?" Ella pareca divertida por mi tartamudez mientras asenta. "Ciertamente lo es." Sus palabras fueron como un suspiro y volvi sus ojos a la estantera. "Es un poco difcil desprenderse de ella", admiti. "No puedo creer que lo regales. Sobre todo a la caridad!" Me acord de la forma en que me haba conducido en la subasta y sent una oleada de culpa. "Si hubiera sabido que ibas a darla a la beneficencia nunca habra hecho una oferta tan alta por ella" le dije. Una irnica sonrisa ilumin su rostro. "En ese momento yo no saba que iba a regalarla. Pero Jonathan puede ser muy persuasivo." "Desde luego, puede serlo," estuve de acuerdo sin molestarme en mencionar que Jonathan era mi padre. "As que vas a hacer una oferta esta noche?" - pregunt ella. "Tengo que hacerla, no puedo dejar que se me escape dos veces en una semana!" Me re y fui recompensada con una amplia sonrisa. Siempre me haba parecido tan seria cuando estbamos compitiendo una con otra. No creo que jams hubiera visto su sonrisa. Pero, de nuevo, supuse que tena que estar bastante sera conmigo cuando nos enzarzbamos en una batalla de pujas serias. "Qu hay de ti?" Le pregunt. "Ves algo aqu que le interese?" Arrug la nariz y mir a su alrededor. Cuando la vi mirando en direccin a la mesa escritorio, casi salt de mi piel. "Por favor, no me digas que ests interesada en la mesa. No me gustara pujar contra ti esta noche." Ahora ella se ech a rer. "No, no. Me temo que es demasiado cara para m. A menos, por supuesto, que la oferta no llegue demasiado alto ..." Me tom un momento darme cuenta de que me estaba tomando el pelo, y sent una sonrisa en los labios. Era mucho ms atractiva y agradable de lo que haba imaginado. "Bien, bien. Dos de mis mujeres preferidas juntas." Mi padre puso sus brazos alrededor de las cinturas, y sent que se me erizaban los pelos. Cmo demonios conoca el a esta mujer? l le otorg su mejor sonrisa a la mujer de mi lado antes de darme un beso en la mejilla. "Estoy tan contento de que hayas podido venir, cario." "Hola, pap." Le di un abrazo rpido sin perder las formas, ella levant las cejas cuando pronuncie la palabra pap. Decid ignorarla. "Siento llegar tan tarde. Uno de los socios me mantuvo una reunin que no poda esperar," le expliqu rpidamente. "Mi hija la abogado," brome. Uno de sus pasatiempos favoritos era burlarse de cmo me haba vendido al mundo corporativo. "Bueno, eso lo explica todo." Dijo la voz de La mujer no identificada . La mir, incapaz de leer el tono de su voz. "Explica qu?" "El traje". Ella asinti con la cabeza hacia m y me mir de arriba a abajo, detenindose en el traje azul marino perfecto y la camisa blanca almidonada. Me encontr a la defensiva. "Slo te haba visto en vaqueros", explic. Mi padre nos mir rpidamente . "Ustedes dos se conocen , no?" Me sonri y se ri. "No realmente," empec a decir, mientras trataba de explicarme. "En realidad hemos coincido en varias subastas, . Pero nunca hemos sido presentadas." "Entonces perdonen mis malos modales", dijo mi padre sin problemas. "Annie, esta es mi hija favorita, Katherine Brennan." Baj la voz con complicidad. "Por supuesto que es mi nica hija y abogada , pero eso se lo hemos perdonado." Annie sonri y se ri en ese momento. Mi padre se volvi hacia m. "Y esta, querida, es Annie Walsh. Annie posee una tienda absolutamente exquisita en Cambridge llamada Secretos del Pasado . Tambin hace un poco de trabajo de caridad con tu madre y conmigo." l estaba radiante mientras nos miraba de una a otra. "Es un placer." Annie estaba sonriendo mientras me tendia la mano. Por lo menos yo pensaba que era una sonrisa. Pero algo dentro me dijo que estaba ms cerca de una sonrisa. "Mis amigos me llaman Kate," contest mientras estrechaba su mano . Su forma de dar la mano era firme, tena las manos speras. Mir hacia abajo. Manos de trabadora.
Mi padre estaba mirando su reloj. "Tengo que irme. La subasta debe estar a punto de comenzar en cualquier momento, y tengo que dar comienzo a la venta. Vas a venir este fin de semana?" Me pregunto mi padre. "Depende. Si tengo suerte esta noche, voy a tener que volver maana con un furgn." Me acord de la mesa de escritorio. "As que vas a pujar?" sonri. "Hay alguna duda?" - pregunt, y l se ri. "Bueno." Empez a alejarse. "Gastaras un poco del dinero que tienes, verdad? El refugio podra emplearlo bien." Se dio la vuelta y desapareci entre la multitud, mientras que Annie y yo nos quedamos mirndolo torpemente, pero sin mirarnos la una a la otra.
Captulo 3
Pas el da siguiente cargando y descargando tanto la estantera como la mesa de escritorio, quejndome todo el tiempo de que haba pagado demasiado por cada una de ellos. Por mi forma de ser, no poda entender que se haba apoderado de m. Yo estaba tan enfebrecida como siempre, las pujas aumentaban en cantidades escandalosas y yo las aumentaba sin un pestaeo. Haba tomado la determinacin que las antigedades seran mas, sin importarme lo que costaran. "En qu estaba pensando?" Me quej a m misma. "Ests segura de que no estabas tratando de impresionarla?" Lanc una mirada fulminante en direccin a Beth. "Impresionar a quin?" -Le pregunt, sabiendo perfectamente quien se refera. "A Annie. Su nmesis." "Pfft. Annie". Dije su nombre en voz alta por primera vez. "Estabas ms pendiente de ella que de m." Estuve a punto de dejar caer el extremo de la mesa, y decid que era hora de tomar un descanso. Bet hizo lo mismo, colocando suavemente las dos patas del escritorio sobre la alfombra. Beth estaba sonriendo cuando se acerc a m y se apoy en el escritorio. "Estbamos hablando de ti todo el tiempo. No podamos creer la forma en que estabas pujando. Parecas haberte vuelto loca". "Haaaaa." Me alej y desaparec en la cocina, cogiendo dos colas de la nevera antes de regresar. "Y cada vez que oa dos risitas por detrs estaba ms decidida que nunca a hacer una oferta an mayor." "Lo s. Estabas histrica." "Muy graciosa". Le entregu una de las sodas y la vi abrirla. Beth tena el pelo corto y rubio, ojos azules, y era delgada como un palo. Pero era ms fuerte que yo, y mucho ms femenina. Haca muchos que la conoca, y era mi mejor amiga. "Uffff. Deberas haber visto la forma en que apretabas la mandbula. Tan pronto como Annie lo vio me dio un codazo y me dijo: 'Mrala, all vamos. " "Muy graciosa", repet, y arranque la anilla de mi bebida. "En qu estaba pensando? Pague casi dos mil quinientos dlares." Me tome un largo trago. "Lo s," se ri Beth. "Yo te vi. Pero al menos era para la caridad." "Eso es lo que me digo. Caridad." Ech un vistazo a la mesa escritorio y luego mire al final del pasillo. "Dnde voy a ponerla?" Beth se encogi de hombros. "Deshazte de la que tienes ahora. Has estado quejndote al menos durante un ao." Pens en ello por un momento. "Lo s, pero es de caoba. Todo lo que tengo en el estudio es de caoba. El escritorio no coincidir." Beth se encogi de hombros. "Desde hace un tiempo te estas inclinando por el roble. Tal vez sea hora de reemplazar todo." Tom otro sorbo de soda. La idea me atrajo. Y tena ms de la mitad del trabajo hecho, ahora que tena tanto el escritorio de roble y la librera. Pero la idea de tratar de deshacerme de los muebles viejos me hizo temblar. "Cmo voy a deshacerme de las cosas viejas? La ltima cosa que quiero pensar es en tratar de venderlas." Los ojos de Beth brillaron. "Quiz Annie estara dispuesta a llevarlo en depsito a su tienda. Deberas llamarla." Annie. El nombre sali suavemente de sus labios, el nombre ya era una parte de nuestras vidas. "Claro", le dije. "Puedo ver ahora la sonrisa en su cara ." Beth ri. "Estbamos tomndote el pelo, Kate. Nos estbamos divirtiendo. Deberas llamarla. Tal vez te pueda ayudar." Pens en ello por un momento, la idea se deslizaba en mi mente. Poda pasar por su tienda y ver cmo era. Yo tena una excusa. No me gustaba la direccin que estaban tomando mis pensamientos. "Te gusta, verdad?" Las palabras de Beth me sobresaltaron. "Por favor. No la conozco." "Por supuesto que s. Has estado hablando de ella desde que regresaste de la subasta en Springfield". "S, lo molesto que era las veces que me encontraba con ella y pujaba siempre en mi contra." Cruc los brazos. "Sabes, yo nunca pens que podra tener una tienda. Siempre asum que era una mujer excntrica que tena el mismo gusto que yo por las antigedades ." "Cmo excntrica?" Las cejas de Beth se juntaron. Me encog de hombros y pens por un momento. "Creo que fue la forma en que sola vestirse. Vestidos de tipo campesina y grandes faldas, con el pelo todo estropeado." Beth arrug la nariz. "Desde luego no se parece en nada a lo que pens anoche cuando la vi." - Beth inclin la cabeza mientras trataba de encontrar las palabras correctas . "Pareca culta y fue muy agradable en todo momento." Mi risa era sarcstica. "Agradable? Esa mujer es un tiburn." "Oh, y tu no lo eres?" "Tienes razn. Pero no la conoces." Me estaba volviendo muy poco razonable. "Y que vas a hacer?" "Nada," admit. El silencio se extendi entre nosotras. "Pero te gustara?" La voz de Beth sonaba tranquila. "Beth!" "Yo no te culpo, Kate. Ella es una mujer muy atractiva." "Por lo menos te olvidas de un pequeo detalle", le dije. "Probablemente es hetereo." Beth hizo una mueca. "Tienes razn en eso, cario. Pero nunca se sabe. Ella pareca al menos muy a gusto con las mujeres. No creo que la viera hablar con un hombre soltero en toda la anoche. Excepto con tu padre, por supuesto." El pensar en mi padre me hizo rer. "Anoche se comporto como un salvaje . Era un animal." "l lo fue, no?" Prcticamente lo fue toda nuestra familia, Beth estaba especialmente encariada con mi padre. "Creo que nunca lo haba visto tan emocionado en una subasta. Deben de haber conseguido una fortuna!" "Veinte y cinco mil dlares", le dije. Ella dej escapar un silbido. "Wow. Haba ms de cien personas all, y t te las arreglas para contribuir a la causa exactamente con el diez por ciento", brome. "Caramba". "Era para la caridad." "Uh-huh. Y para impresionar a Annie." All estaba. Ese nombre de nuevo. "Por qu la conversacin siempre regresa a ella?" "Porque te conozco, Kate. Llmala". Puse los ojos en blanco, fingiendo exasperacin, pero saba que Beth no se lo creera ni por un momento. "Muy bien." Ced mentalmente "Me pasar por su tienda." Beth no se molest en ocultar su sonrisa.
Captulo 4
Donald estaba siendo un idiota absoluto. No importaba el tacto con que trataba de decirle que no poda representar a su hijo en su caso de divorcio, Donald no quera ni or hablar de ello. No me amenazaba exactamente con mi trabajo, pero yo saba que si este caso daba algn problema sera el fin de mi carrera en Brown, Benning, y Gold. No estaba segura de cmo me sentira si Donald decidiese hacer mi vida un infierno y me viera obligada a dejar la empresa. La verdad es que era un trabajo y nada ms, as que no creo que me importara mucho si tuviera que buscar trabajo en otra parte. Me pareca que el derecho empresarial era muy diferente del derecho de familia. Para ser un abogado corporativo con xito, haba que tener un corazn fro y una reputacin impecable. Hasta ahora mi reputacin estaba lo suficientemente limpia, y mi corazn no haba cambiado pese a los ingresos de los clientes del despacho. No era como mi viejo trabajo. Entonces me preocupaba demasiado. Cuando perd un caso, que me llegaba demasiado fue el colmo. Era un caso de custodia. Beth haba venido, rogndome que la representara en la vista por la custodia de su hijo de ocho aos de edad . En ese momento, no pareca que su ex marido fuera a pelear por la custodia. Pero eso fue antes de la vista, y antes de que l se enterara de que la que haba sido su esposa durante diez aos, haba decidido que era lesbiana. Perder la batalla de Beth en la sala me haba devastado. Tambin haba sido mi ltimo caso. Limpi mi oficina, avise a mi casero, y no estuve cerca de una sala de juicios casi durante un ao. Convertirme en un abogado corporativo despiadado me haba salvado, me record a m misma. "Seguro que es mejor que cualquier alternativa", dije en voz alta. "Est bien, Gold Junior," empec cogiendo el delgado archivo marrn que Donald me haba dejado esa maana. "Vamos a ver si podemos hacer que su pap feliz." Pas junto a la tienda de antigedades tres veces mientras trataba de reunir el coraje suficiente para entrar. Esto es ridculo, me dije. Tengo una razn para estar aqu. Vi mi reflejo en el escaparate y me di cuenta de que si alguien haba estado observando, deba parecer una tonta. Decid tratar de parecer despreocupada, y poco a poco deslic mis gafas de sol hacia la punta de la nariz, mientras finga estar fascinada por un reloj de Mickey Mouse este hizo un guio hacia m desde su caja original, Fossil metal. Saba que Mickey era popular, pero no tena ni idea de que sus recuerdos fueran tan valiosas. Eche un vistazo dentro de la tienda, pero no vi a nadie deambulando. No estaba segura de si eso era bueno o malo. Si alguien ms estaba dentro, poda pretender que buscaba algo durante un rato, poner mis pensamientos en orden y observar desde la distancia. Si no, me vera obligada a hablar con ella de inmediato. Un golpe seco en la ventana atrajo mi atencin. Cristo. La mano que estaba golpeando en la ventana desde el interior de la tienda perteneca nada menos que a Annie Walsh. Cristo. Mi corazn se desliz hacia mi estmago cuando me di cuenta de la mueca en su rostro. O tal vez debera haberla llamado una sonrisa. Eso habra estado ms cerca de la verdad, creo. En concreto, se trataba de un gesto de satisfaccin sonriente de Te lo dije. Saba que mi sonrisa vacil al colocar mis gafas de sol en su sitio y saludar sin entusiasmo. No haba vuelta atrs. Me alise la falda que estaba arrugada mientras giraba sobre mis talones y me acerqu a la puerta. Ella estaba al otro lado cuando la pequea campana de bronce son, anunciando mi llegada. "Hola." Mi voz era alegre. "Hola", respondi ella, con un monoslabo tena la frente levantada. "Slo pasabas por aqu?" - pregunt ella, burlndose de m. "No." Estaba irritada por el tono, era, por supuesto ridculo, pero me gust ver que haba estado trabajando. "En realidad, vine a hablar con usted." Pareca sorprendida de que yo fuera tan directa, y dio un paso a un lado para darme la bienvenida en su tienda. Tarde un momento en quitarme las gafas de sol de mi nariz y echar un vistazo alrededor de la tienda. No estaba segura de lo que haba esperado encontrar. Un montn de muebles antiguos pintorescos y adornos, supongo. As que me qued sorprendida por la variedad de objetos y colores que cubran cada centmetro de la tienda. "Wow." La exclamacin que sali lentamente, era completamente sincera. "Esto est muy bien." Mis ojos fueron de un sitio a otro. "No esperaba que me gustara la tienda, pero voy a tener que ver todos sus rincones." "Me alegro de que te guste." Su sonrisa era realmente sincera. Me di cuenta de que llevaba un par de modernos pantalones vaqueros , una novedad de las faldas que normalmente llevaba. El largo cabello castao se vea tan rebelde como siempre recogido por encima de su cabeza. Ciertamente tena curiosidad. "Nunca has estado por aqu antes?" "No." Negu con la cabeza. "No suelo ir a muchas tiendas de antigedades, aunque no estoy muy segura de por qu." "Tal vez las tiendas carecen de esa sensacin de emocin, de anticipacin y del triunfo que se obtiene en una subasta." Me qued mirndola con ojos asombrados. Tena razn, aunque yo nunca lo haba pensado una segunda vez antes de este momento. "Tal vez." No le dara la razn aunque la tuviera. "Me temo que no soy muy buena compradora. En realidad no suelo comprar nada. No me gusta ir de compras." Me miro extraada , como si estuviera loca. Por amor de Dios, acaso odiar ir de compras es un delito? Es Antiamericano?. "Entiendo", dijo finalmente. "Yo tampoco no soy una manitica de las compras , pero me gustan antigedades, en cualquier modo y forma." Ella se ech a rer, y yo estaba encantada de nuevo. "No hay nada mejor que cuando se encuentra una pieza en particular que has estado buscando mucho tiempo. A menos, por supuesto, que este en perfecto estado y el vendedor pida mucho menos de lo que vale realmente. Admito que tengo una emocin terrible con eso." "Una emocin ms grande que yo pujando en una subasta?" Decid probar mi suerte con un poco de humor, y fui recompensada con una sonrisa repentina, seguida de una mueca. "La verdad es que siempre me parece una oferta demasiado alta cuando eres tu contra la que estoy pujando." Era mi turno de rer. "Yo tambin!" "Entonces pregunt , por qu crees que es", y yo poda sentir el calor creciente en mis mejillas cuando nuestras miradas se encontraron. No poda soportarlo. "No podra tener algo que ver con mi naturaleza competitiva, estoy segura," le dije. "Ni con mi deseo de ganar a toda costa", respondi ella. Una vez ms nos remos, cerr los ojos. Sus ojos grises parecan mucho ms oscuros. Esta vez no fue capaz de llegar a una respuesta rpida. El silencio se prolong durante un poco ms de tiempo, hasta que finalmente encontr las palabras para evitar ,por suerte, lo que estaba segura era una nostlgica mirada por mi parte. "Entonces, Para qu queras verme?" baj la mirada y se alej de m, doblando la esquina hasta que estuvo firmemente plantada al otro lado de un largo mostrador de madera . Le estaba agradecida por la distancia y la distraccin. "Lo que te voy a decir es un poco vergonzoso, as que voy a ir directa al grano . Puedes recordar el escritorio y la librera que compre la otra noche en la subasta?" Otra vez esa sonrisa lnguida. "Como si pudiera olvidarlo. Te comportaste de una forma rara esa noche." Trat de no dejar que sus burlas me afectara. "Lo s. Me pase un poco de precio." "Pero ganaste," intervino. "S, lo hice, y fue porque era para la caridad," le record. "Uh-huh". Apenas poda soportar sus burlas, pero yo estaba decidida a no dejar que me afectaran. "En fin ..." Entrecerr mis ojos. "Una vez tuve todo en casa me di cuenta de que nada de eso pega con los muebles que tengo actualmente en mi oficina." Su boca se abri, con unos ojos horrorizados. "No va a renunciar a ellos, verdad?" "No", insist. "Me encantan esas piezas y tengo la intencin de disfrutar de ellos durante mucho tiempo, pero el problema es que tengo algunos muebles de caoba -. Escritorio, librero y aparador -. Que ya no necesito y me preguntaba si podras tenerlos aqu en depsito hasta que se vendieran. O tal vez ests interesada en comprrmelos" La expresin de su rostro era difcil de interpretar. "As que ests aqu por negocios." Casi me ahogo al tratar de averiguar exactamente qu quera decir con eso. Estaba decepcionada? "Ms o menos". Ella me mir, y yo la miraba con una sonrisa. "En realidad," tartamude, "Beth sugiri que te llamara a ver si estabas interesada o si podamos llegar a un arreglo. No pens que lo hara, pero recapacit y decid venir para hablar contigo." Ella sonri lentamente, un calor subi por mis entraas. "Beth es muy dulce. La conoces desde hace mucho?" La forma en que sonrea cuando mencion el nombre de Beth hizo que me desilusionara. Sera mi mala suerte el descubrir que estaba interesada en Beth. Contrlate, me dije. Ni siquiera sabes si es lesbiana. "Desde hace muchos aos", le respond, con la voz firme. "Desde la escuela secundaria." Ambas cejas se alzaron. "Wow. Eso es mucho tiempo." Sonre. "Ests insinuando que soy una vieja?" "Dios, no." Ella se ech a rer. "Estoy segura de que al menos tengo diez aos mas que tu." Quera preguntarle su edad, pero no lo hice. "En cualquier caso, parece que lo mejor sera que echara un vistazo a esos muebles suyos. No creo que lleves una foto verdad?" Me sonri tmidamente. Yo ni siquiera haba pensado en llevar una. Ella se encogi de hombros. "Bueno vale. Tal vez podra ir y echarles un vistazo?" La mir fijamente y parpadee con fuerza. N estaba preparada para ese giro de los acontecimientos. "Claro. Eso sera genial", por fin habl. "Cuando te va bien?" "Ah". Se dio la vuelta para recoger una agenda y comenz a pasar las pginas. "Desafortunadamente, slo estoy libre por las noches y los fines de semana", le dije. "Est bien", me dijo, levantando la mirada . "Qu tal el viernes o el sbado por la noche? Cierro la tienda alrededor de las cinco." Mi corazn dio un flip-flop inesperado. Pareca como si estuviramos concertando una cita. "El viernes me va bien. Incluso si quieres, podra hacer la cena." Casi me encog por el modo en que haban sonado esas . En qu estaba pensando? "T cocinas?" Ella sonri. Palidec. "En realidad, no. Pero se hacer un par de platos que guardo para aquellas ocasiones en las que es absolutamente necesario." Ella se ri de nuevo, causndome un cosquilleo que suba por toda mi columna vertebral. "Entonces La cena ser el viernes . Puedo estar all a las seis." "Muy bien. Te voy a dar mi direccin." Le di instrucciones para llegar a mi casa y la vi garabatear todo lo que dije. O el tintineo de la campanilla de la puerta, y ambas nos volvimos para ver a un seor mayor entrar en la tienda. Annie le salud y se disculp cuando el hombre le pregunt acerca de un determinado tipo de plato de porcelana que estaba buscando. Yo no quera irme sin decir adis, as que en su lugar aprovech la oportunidad para mirar por la tienda. No tarde mucho tiempo para ver que me haba estado limitando todos estos aos. Hasta ahora, mi inters siempre haba estado exclusivamente en muebles antiguos. Haba estado bajo la idea errnea de que las subastas eran la mejor manera de encontrar buenas ofertas, pero pronto me di cuenta de que me haba equivocado. No slo encontr varias piezas a un precio mucho ms barato de lo que esperaba, sino que tambin encontr todo tipo de tesoros que estimularon mi adrenalina. Claramente, me haba estado perdiendo todo esto. Lo primero que me atrajo fue ver la gran cantidad de objetos de Coca-Cola. Haba carteles de publicidad, un gran reloj de nen con el logotipo de Coca-Cola, servilleteros, y casi cualquier otra cosa que pudiera imaginar. Pero el elemento que realmente altero mi sangre era una mquina expendedora de Coca-Cola de gran tamao . Era el modelo que yo recordaba de mi infancia, tena una puerta de cristal estrecha por el lado izquierdo. Detrs de la puerta haba agujeros redondos que contenan botellas de diez onzas de refresco. El precio de la sosa era de diez centavos. Me re y sonre a la vez, los recuerdos me inundaban. Extend la mano y volv la etiqueta para ver el precio, encogindome la dej caer en su sitio. Tres mil ochocientos dlares. Uff. "Un precio alto, no crees?" No haba odo a Annie acercarse. "Es preciosa, y cara, tambin. Es un objeto raro?" La cabeza de Annie se movi hacia atrs y adelante. "S y no. Las viejas mquinas expendedoras son un poco raras. Pero las de Coca- Cola son las ms fciles de encontrar. sta ha sido completamente restaurada. Hay un hombre abajo en el Cabo que me hace un montn de trabajos en algunas cosas que encuentro . " Asent con la cabeza, de pie en silencio mientras admiraba la mquina. "Tienes una mquina de 7UP o de Pepsi?" Sus ojos se iluminaron. "Esas son mucho ms difciles de encontrar. Y ,con facilidad, alcanzan el doble de este precio." Mov la cabeza con negacin, sin duda estaba sintindome codiciosa. De repente quera una, y no tuve mas remedio que rerme. "No tena ni idea de que se podan encontrar cosas como esta", murmur. "Me temo que he llevado una vida recluida." Su ceja levantada me dijo que no crea una palabra de lo que deca. "No, no. Quiero decir que durante muchos aos apenas he puesto un pie fuera de la oficina. Nunca estaba en casa, y hasta hace un ao ,no me he molestado en comprar muebles de verdad . Mi casa est prcticamente vaca." Ella me mir extraamente, y me di cuenta de que lo que deca no tena ningn sentido. "Hace un ao me di cuenta de que estaba completamente quemada y en ese momento, renunci a mi trabajo. No fue hasta entonces que empec a notar cosas as, y a comprar el mobiliario de oficina roble. Eso tiene sentido?" "Claro, supongo." "Me di cuenta de que muchas cosas eran nuevas para m. Empec con algunas piezas aqu y all. Sobre todo cosas funcionales como muebles y estanteras. Pero al mirar alrededor de tu tienda, puedo ver que hay otro mundo, aparte de las antigedades y objetos de coleccin, acerca del cual no saba nada ". Mis ojos revolotearon a travs de la estrecha habitacin, abarcndolo todo . Mis ojos se centraron en un viejo telfono candelero de bronce, y me o jadear. "Dios mo, es de verdad?" Me di la vuelta y ande los ocho pasos que haba entre Annie y la alta vitrina detrs de ella. Ella se ech a rer cuando me vio mirando el telfono, colocndolo a pocos centmetros de mi cara . "Ms vale que lo sea. Me cobraron lo bastante como para que sea original." "Funciona?" Pase mi dedo ndice a lo largo del eje. "S funciona perfectamente. Todos mis telfonos lo hacen." "Todos?" Curiosa, dej que mis ojos volvieran a ella. Su sonrisa era un poco tmida. "Has descubierto mi verdadera debilidad. Colecciono mviles. Cada uno es una pieza original. Slo lo vendo en la tienda si ya tengo uno en mi coleccin personal. Y por supuesto cada vez que veo uno que est en mejor estado que el que ya poseo, tengo que comprarlo ". Ahora pareca avergonzada. "Realmente es mi debilidad." Dej que mis ojos se perdieran en su rostro. "Estoy contenta de saber que tienes un punto flaco." Ella se ech a rer. "Por qu?" "Porque hasta ahora crea que eras casi perfecta." Dije las palabras antes de darme cuenta de lo que podra parecer que estaba diciendo, y vi el color rojo subir a su rostro. Ella ignoro el comentario. "ste es un Western Electric con todas sus piezas originales. La patente es de mil novecientos doce." Tratando de recuperarme, trat de prestar atencin a lo que me estaba diciendo. "Es hermoso", dije, tomando el precio y dandole la vuelta. Trescientos dlares. Silb por lo bajo. Ella se ri de m. "Slo doscientos cincuenta por ser tu." Capt las pequeas arrugas alrededor de sus ojos y sent que mi corazn se hunda. " Sold ". dije antes de que pudiera arrepentirme. "Qu?" " VENDIDO. Me lo llevo." Ella levant una ceja, y casi poda leer sus pensamientos. Probablemente estaba pensando que deba ser agradable ser hija de padres ricos. Quera cambiar su pensamiento, pero era demasiado tarde. Sinceramente, no me gustaba hacer alarde del dinero. Pero no poda dejar de pensar que pareca que cada vez que estaba cerca de Annie me estaba gastando cantidades ridculas de dinero. "Como he dicho," me apresur a explicar: " Realmente estoy empezando a decorar mi casa, en realidad est un poco desierta." Era cierto. Mis paredes estaban desnudas y mis estanteras vacas. Ella estaba sonriendo de nuevo. "Entonces debes venir de compras ms a menudo!" "Tal vez lo haga," le dije. "Ahora que s qu maravillas tienes aqu." La campanilla de la puerta son de nuevo, y los dos nos miramos. Al momento ,una anciana entr en la pequea tienda. Ech un vistazo a mi reloj y me estremec. Iba a llegar tarde a mi primera reunin con Donald Junior. "Wow. Se me est haciendo tarde. Aceptas cheques?" "Por supuesto", me dijo Annie. Met la mano en mi bolso y saqu mi chequera y mi pluma, escribiendo locamente. "As que el viernes a las seis?" -Me pregunto en voz baja. De repente me puse nerviosa otra vez, casi desgarr el cheque al arrancarlo de su matriz. "El viernes a las seis," le dije. La mujer que acababa de entrar en la tienda se estaba aclarando la garganta. "Permtame envolverle el telfono " Sugiri Annie mientras miraba a la mujer y le sonrea. "No, no", le dije. "Tengo prisa. Por qu no me lo traes el viernes?" Ella se encogi de hombros. "Me lo confas durante tanto tiempo?" "Supongo que tendr que hacerlo." Mir a la mujer que golpeaba sus talones con impaciencia. "Ahora se ocupa de usted. Gracias por su ayuda." "Gracias. Disfrute de su da." Le sonre y agit una mano en respuesta mientras caminaba de vuelta a la luz del sol.
Captulo 5
Donald Gold junior era raro. No poda pensar en una palabra mejor para describirlo. Estaba vestido perfectamente con un traje de tres piezas, los puos de su camisa blanca estaban almidonados y era tan rgida como la de su padre. Supongo que era atractivo, guapo, de hecho. Pelo oscuro ondulado y una mandbula cincelada. Dientes perfectamente blancos y parejos. Pero l no me miraba a los ojos. A excepcin del primer momento en que nos dimos la mano, no me dejaba ver sus ojos. Se mova nervioso, su cuerpo pareca rebotar en la silla mientras le haca unas preguntas. "No hay ninguna posibilidad de reconciliacin?" "No lo creo." Su voz era dura. "Qu bienes conjuntos poseen ?" "La casa". l frunci el ceo. "Quiero la casa", espet. Era la tercera vez que deca esas palabras. Empez a inquietarse de nuevo conforme su impaciencia creca. "Pens que mi padre ya haba hablado con usted acerca de todo." Trat de mantener la calma. "l me dio una lista de los activos. Es usted consciente de lo que figura en esa lista?" "Por supuesto que lo soy. Soy el que la escribi." Asent con la cabeza, mordindome la lengua. "Quiero la casa y todo el mobiliario." Asent con la cabeza, tratando de controlar el enojo que haca temblar mis labios. "No estoy segura de si su padre le explic que, en virtud de la ley de Massachusetts" "No se preocupan por la ley. Tengo pruebas. Si ella pelea por la casa, la voy a arruinar . As de simple." Mi garganta trago con dificultad. Por primera vez desde el inicio de este encuentro, me miro a los ojos. "Le dijo mi padre lo que hizo?" Yo eleg mis palabras con cuidado. "Mencion que haba otra mujer involucrada." " Involucrada? Las encontr juntas , en nuestra cama con el culo al aire", espet. Quera estrangularle all. "Realmente no necesito tener detalles en este momento, seor Gold." "Voy a contarlo todo si este divorcio se lleva frente a un juez." Apoyo ambas manos con las palmas hacia abajo en la mesa que haba entre nosotros antes de levantarse y decirme ,sealndome con el dedo a la cara. "Usted asegrese de que su abogado comprende la situacin, de acuerdo?" Yo contuve la respiracin y me tragu la rabia que empezaba a ahogarme. "Creo que tengo suficiente informacin por ahora, Sr. Gold. Si tengo alguna otra pregunta que hacerle me pondr en contacto con Usted." l asinti con la cabeza, los ojos me miraron de nuevo. "Quiero terminar con esto lo ms pronto posible." "Voy a poner mi mayor empeo, Sr. Gold." Me puse de pie para despedirnos. La prudencia me sugera que extendiera la mano, pero me negu. La idea de tocarlo hizo que se me pusiera piel de gallina. "Tendr noticias mas pronto." Sus ojos cambiaron, asinti con la cabeza, aparentemente satisfecho. Hice algo poco profesional y me di la vuelta, ocupndome con unos papeles y pasando la mano por varios archivos. No mir de nuevo hasta que supe que se haba ido. Y cuando lo hice, me encontr casi asfixiada por mi enojo. La situacin era imposible.
Captulo 6
No haba estado bromeando cuando le haba dicho a Annie que no cocinaba muy a menudo. De hecho, probablemente me haba subestimado. Mara me haba preparado casi todas las comidas hasta que cumpl los veinte y dos aos. Yo haba asistido a la Wellesley College hasta mi licenciatura, y la vida en casa era demasiado cmoda y fcil para ni siquiera pensar en irme de casa. Por no mencionar el hecho de que entre mis padres y Maria, me haban mimado a mas no poder. Mara era una cocinera maravillosa, y yo haba pasado muchas horas en mi juventud sobre un taburete de la cocina colocado cerca del mostrador mientras miraba a Mara preparar nuestras comidas. Pas horas mirando mientras picaba, rallaba, mezclaba, y verta, mientras creaba deliciosos manjares de todo tipo. La comida Italiana era la favorita de mi madre, y Mara era una maestra. Yo haba estudiado la forma en que colocaba las capas de lasaa sobre el queso ricotta y la salsa de carne y, a continuacin, aada otra capa antes de cubrirlo todo de queso mozzarella. Ahora, mientras estaba en la cocina, no poda recordar el orden en que los diferentes ingredientes se colocaban en la fuente. Tuve la tentacin de llamar a Mara, pero decid que, probablemente, el orden de las capas no importaba. La salsa saba casi perfecta, y eso era lo que realmente importaba. Prob la salsa por ltima vez antes de sonrer y deslizar la fuente en el horno. Annie lleg justo a tiempo. Llevaba una botella de Merlot en una mano y mi telfono candelero en la otra. Su sonrisa era encantadora cuando nos saludamos y paso torpemente el vino y el telfono de sus manos a las mas. "Estoy muy entusiasmada con mi nuevo telfono. Vas a tener que ayudarme a decidir dnde ponerlo," Dije con nerviosismo mientras la llevaba desde el vestbulo principal a la sala de estar. Puse el telfono en la mesa y me excus mientras llevaba la botella de vino a la cocina. Cuando volv, ella estaba de pie en mediode la habitacin, con las manos entrelazadas detrs de la espalda mientras inclinaba la cabeza hacia el techo. Segu la direccin de su mirada y vi como sus ojos se perdieron en las tallas de la moldura que bordeaba el techo. "Un diseo muy bonito. Es todo trabajo original?" Realmente no tena idea de lo que estaba hablando. "Supongo que s. Todo estaba asi cuando compr la casa, as que no puedo estar segura." La casa era de un antiguo estilo victoriano, con los techos abovedados y molduras intrincadas. En parte, haba sido lo que me haba atrado en un principio. "Es exquisito." No crea que fuera as, en realidad nunca antes haba escuchado a alguien decir la palabra exquisita , y sonre por la expresin, pensando que quedaba perfecta en sus labios. "Exquisito?" Sus ojos se encontraron con los mos. "S. Los detalles son increbles . Me ests tomando el pelo, o es que realmente no sabes lo que tienes aqu?" Yo no estaba muy segura de cmo interpretar la pregunta. "No," dije tartamudeando. "Quiero decir, que me parece precioso , y fue una de las razones para comprar la casa. Pero ms all de eso, no, no s lo que quieres decir." Ella mir a su alrededor una vez ms, entornando los ojos antes de volver a mirarme. "Si todo es original, tienes una pequea fortuna aqu. Realmente es un trabajo notable No se ve con mucha frecuencia. Muchas personas remodelaron sus casas victorianas en los aos cincuenta y sesenta. Todo fue desmantelado y tirado abajo para modernizar las habitaciones. "Dio un paso hacia las puertas corredizas de vidrio que separaba el saln de lo que haba sido probablemente una vez un saln o una gran habitacin. Coloc las manos en cada puerta, poco a poco las empuj separndolas y las vio deslizarse suavemente, abriendo antes de desaparecer en las paredes. Dio un paso atrs y sacudi la cabeza. "Esto es maravilloso." "Gracias", le dije, un poco avergonzada. Mir por encima de ella por la puerta abierta hacia la gran sala vaca que tena delante. Probablemente era ms grande que muchos apartamentos, con suelos de roble y altas paredes blancas. Pero estaba completamente vaca de mobiliario. Rara vez entraba en esa habitacin. La verdad era que pocas veces entraba en cualquiera de las otras habitaciones, a excepcin del estudio y el dormitorio. Yo haba comprado la casa muchos aos antes, recin salida de la universidad. En ese momento haba imaginado llenar las habitaciones con muchas cosas preciosas. Pero de alguna manera mi trabajo se haba interpuesto en el camino hasta que mi casa paso a ser slo un lugar para dormir por la noche. Ahora Annie me estaba mirando por encima del hombro, con una ceja levantada y una sonrisa en los labios. "No estabas bromeando cuando dijiste que el lugar estaba vaco, verdad?" Me ech a rer, un poco avergonzada. "No me creas? Te lo dije, ahora estaba pensando en empezar la decoracin." Di unos pasos a su lado y miramos la habitacin vaca juntas. "Por desgracia, la decoracin no es uno de mis talentos. Voy a tener que contratar a alguien." "Eso sera una vergenza!" Arrugu una ceja en respuesta. "Decorarla podra ser divertido. Algo apasionante que te puede emocionar. Imaginando lo que quieres que parezca la habitacin y despus ir crendolo y ver cmo cobra vida." Su voz estaba llena de entusiasmo. Frunc el ceo. "No me gusta frenar tu nimo, pero hay un pequeo problema." "No me digas que no tienes tiempo." Me ech a rer. "No, no es eso." "O es por el dinero." Definitivamente haba sarcasmo en su voz. "Talento". Me encog de hombros. "N lo tengo. No tengo ni idea de las cosas que combinan bien juntas. Este lugar sera un completo desastre si lo decorara yo." Annie me lanz una mirada que deca que no crea una palabra de lo que estaba diciendo. Se volvi hacia la sala y mir a su alrededor. Segu su mirada y se paro en la mesa de caf en la sencilla alfombra en el centro de la habitacin. Un mullido sof forrado en una pared. Una mecedora estaba en un rincn, con una lmpara alta al lado. Una variedad de macetas con plantas estaban contra la ventana que daba a la parte delantera de la casa. Sus ojos se posaron en los mos, y me di cuenta de que estaba luchando con que decir. A continuacin, una amplia sonrisa se dibuj en sus labios. "Tienes una casa preciosa, Kate. Pero tienes razn. O eres un decorador horrible o la semana pasada acabaste la mudanza." Si alguien me hubiera dicho esas palabras , probablemente me habra puesto furiosa. Pero el escuchar el tono de burla en la voz de Annie me hizo rer. "Ves? Te lo dije y no me podas creer, verdad?" "No", se ri de nuevo. "Pens que estabas tomndome el pelo. Estaba segura de que tendras una hermosa casa de portada de revista de decoracin." "Como la casa de mis padres?" Levant una ceja. Su sonrisa vacil un poco, y casi poda leerle la mente. Era algo que haba visto en su rostro antes, y pens que tena algo que ver con la riqueza de mis padres. "Nia mimada de pap?" Las palabras salieron de mi boca antes de que pudiera detenerlas. Ella baj la mirada por un momento, y supe que tena razn. Su sonrisa mostr arrepentimiento. "Te pido disculpas. Supongo que hice algunas suposiciones cuando me enter de quin era tu padre." No podra describir la impresin que senta. S que estaba enojado, pero no con Annie. Yo estaba acostumbrada a ser tratada de forma diferente cuando la gente descubra quines eran mis padres, mi familia haba abierto muchas puertas para m, puertas que yo daba por sentado que se abriran. Haba momentos, sin embargo, en que vea el resentimiento en la cara de alguien. O que un nuevo amigo comenzaba a tratarme como a alguien con dinero en lugar de alguien con quien compartir una amistad. No quera que Annie fuera una de esas personas. Al parecer, no respond lo suficientemente rpido, porque Annie tena el ceo fruncido. "En realidad, Kate. Lo siento." Le hice un gesto con la mano de resignacin. "Estoy acostumbrada a ello." Sent que mi espalda se tensaba y tuve la necesidad de explicrselo. "Es verdad que nunca me ha faltado el dinero," comenc. "Tuve una infancia maravillosa y nunca tuve que preocuparme por nada. S que he sido muy afortunada. Pero no tengo que disculparme por ello. He trabajado muy duro toda mi vida ." Mi boca se cerro, y me sent a punto de llorar. Qu diablos pasa conmigo? "Mi abuelo me dej un fondo fiduciario de cincuenta mil dlares. Lo use como pago inicial de la casa. Mis padres pagaron mi educacin, pero no les he tenido que pedir ni un centavo desde entonces." Levante la barbilla desafiante. Por qu tena tanta necesidad de defenderme? No poda leer sus pensamientos. Su rostro endurecido se suaviz mientras me miraba . Luego una lenta sonrisa se extendi por su cara. "Te subestim, Kate. Lo siento." Dio un paso hacia m, levantando una mano y luego dejndola caer. "No lo volver a hacer." Sus ojos estaban serios, y mis defensas cayeron. "Disculpa aceptada," Sonre. "En realidad, yo saba desde el primer momento que quien superaba mi oferta deba ser una mujer muy firme e independiente. Supongo que descubrir que eres la hija de Jonathan Brennan me confundi un poco." Mi humor mejoro. "Realmente puje ms alto que t la primera vez?" "Por supuesto." Ella asinti sealando con la cabeza hacia la esquina de la habitacin. "Me robaste esa mecedora justo debajo de mis narices." "Ja!" Me burle de ella. "Compre la mecedora como un capricho. No pujaste lo suficiente." Ahora ella neg con la cabeza. "Ah, pero tenas ventaja, querida. Tengo que ser capaz de vender lo que compro obteniendo beneficio. No tuve ninguna posibilidad cuando continuaste subiendo el precio." Levanto una mano, colocndose un mechn imaginario de pelo detrs de la oreja. Incline la cabeza hacia un lado mientras pensaba en sus palabras. "Wow. Nunca lo haba visto de esa manera. Debe hacer que en ocasiones sea difcil ." "Aprovecho las oportunidades que tengo", respondi ella. "Eso que huelo es la cena?" Sonre y asent con nerviosismo. "Debera estar lista en un momento." "Entonces creo que es hora de que me invites a sentarme a la mesa. Tengo ganas de probar tu especialidad". Le hice seas para que me siguiera a la cocina. "Tienes una mesa y sillas, no?" Ella haba vuelto rpidamente a su tono burln. "No," dije en serio. "Pens que acabaramos acurrucadas en el sof con platos de papel." Mir con alegra mientras trataba de ocultar el horror de su rostro. "Slo estoy bromeando," me re. "Sgueme."
Captulo 7
La tarde fue mucho mejor de lo que poda haberse esperado. Annie alago mi lasaa, y yo hice un esfuerzo para aceptar sus cumplidos con humor. La conversacin fluyo con facilidad, y nos las arreglamos para pasar la noche sin discutir por ningn tema. Annie fue una maravillosa conversadora, animada, inteligente y reflexiva, nuestra charla fue desde las antigedades a la poltica y a los acontecimientos mas actuales. El nico tema del que no hablamos fue de nuestra vida personal. Admito que me senta cmoda con que eso fuera as, aunque un poco sorprendida. Dos personas no suelen pasar toda una tarde juntas, sin terminar hablando o preguntando sobre algo personal. Ella estuvo de acuerdo en llevarse a mi viejo mobiliario de oficina a su tienda y tenerlo en depsito, yo le estaba muy agradecida. Despus de una rpida llamada a Beth, nos organizamos para cargar el furgn de Beth y llevar todos los muebles, a la tienda de Annie ,el prximo sbado . De repente estaba esperando con impaciencia que llegara el fin de semana. Yo estaba dando golpecitos con mi lpiz. No era una buena seal. Los papeles del divorcio que haba presentado la vspera eran demasiado simples. Nunca me haba llevado tan poco tiempo preparar la documentacin y la declaracin de un cliente. Cada vez que lea el documento, estaba segura de que algo faltaba. Sin embargo, por mas que lo pensaba, no poda entender que poda ser. Me preocupaba que un hombre de cuarenta y ocho aos de edad, cuyo padre era muy rico y estaba muy bien relacionado, no tuviera casi nada en activos. Solo unos miles de dlares en una cuenta bancaria. No era una cuenta conjunta con su esposa, como era costumbre. No tena ninguna otra inversin, lo que me pareci extrao. Su nico activo real era la casa, de la que era dueo junto con una tal Hildegard A. Dorado. Odiaba admitirlo, pero yo no poda dejar de preguntarme qu clase de mujer tena un nombre como Hildegard en estos das. Slo poda esperar que utilizara un apodo. Poco dinero, sin inversiones. Me hice una nota mental para preguntarle a su padre sobre la ocupacin de su hijo. Tal vez eso explicara algunas cosas. El intercomunicador son en mi telfono de escritorio, y la voz de Millie pregunto. "Miss Brennan?" "S, Millie." Todo el mundo en la empresa la llamaba Millicent. Ella pareci sonrer cuando la llam Millie por primera vez, as que contine hacindolo, a pesar de que, ocasionalmente vea una ceja levantada por parte de alguno de socios. "Una tal seorita Barnes en la lnea tres para usted." "Gracias, Millie." Tarde un momento en recordar quin era exactamente la seorita Barnes. Cog el auricular y pulse el botn de la lnea de tres. "Kate Brennan." Desde haca mucho tiempo haba aprendido a contestar al telfono diciendo mi nombre, independientemente de si saba o no quien estaba al otro lado de la lnea. "Pensaba que habas renunciado a ejercer el derecho de familia." La voz de Melanie Barnes era cortante. "Perdn?" No tena ni idea de lo que Melanie quera, pero no me gusta el tono de su voz. "Pens que ahora eras una abogada corporativa . Por qu representas a alguien en un caso de divorcio?" "Vaya, hola a ti tambin, Mel. No te has molestado en preguntarme Qu tal estas? o algo as." Mi tono era sarcstico. Hubo un momento de vacilacin por su parte. "Lo siento, Kate. Cmo ests?" Me tuve que rer. Melanie y yo habamos compartido un edificio de oficinas y habamos trabajado juntas muchas veces en el pasado. Era famosa por ser un poco nerviosa, y yo saba la clase de esfuerzo que estaba haciendo para calmarse. "Estoy bien, Melanie. Y t?" Yo estaba sonriendo . Extraaba a Melanie. Con todos sus defectos, Melanie era mucho ms humana que los abogados, que en estos momentos, me rodeaban . "Yo estaba bien hasta que me enter de que vas a representar a un bastardo, Gold Junior, en su divorcio. No me puedo creer que, para empezar, representes a un hombre, y encima es un hijo de puta." A pesar del hecho de que estaba de acuerdo, de todo corazn, con la opinin de Melanie del carcter de mi cliente, no me gustaba el tono que estaba empleando conmigo. "En primer lugar, Melanie, s, ejerzo el derecho corporativo ." Pens con cuidado cada palabra que iba a decir. "Y en segundo lugar, hay un pequeo asunto llamado confidencialidad abogado-cliente que no me permite discutir con nadie a quin puedo o no representar fuera de la sala del tribunal." Hice una respiracin profunda. "Te acuerdas de la confidencialidad entre abogado y cliente, no?" "Muy divertida, Kate." Su voz era firme. "A quin representas probablemente no sera de mi incumbencia, salvo por el hecho de que una copia de la demanda de divorcio que has presentado, en nombre de tu cliente, la han entregado en mi oficina." Mi corazn se hundi. "No me lo digas." "La Seora Gold es mi cliente." Maldicin. Me qued en silencio mientras reflexionaba sobre eso. Ya era bastante malo que me obligaran a representar a quien fuera, en un caso de divorcio. Peor an era que mi cliente fuera un hombre. Estaba en contra de todo lo que haba tratado de lograr en mi anterior trabajo, ahora tena que representar a un hombre en un caso de divorcio y adems estaba usando el hecho de que su esposa fuera lesbiana en su contra. Y, para colmo de males, me iba a enfrentar a una conocida y querida colega. Colega que haba luchado tan duro como yo, o mas, cuando tena que preservar los derechos de nuestras clientes lesbianas. "Ests ah?" La voz de Melanie sonaba mucho ms tranquila ahora. "Estoy aqu", suspir. "Tal vez podramos, dentro de lo malo, tratar de hacer lo mejor para todos." "Cmo es eso?" Mis ojos se cerraron cuando me pellizque el puente de la nariz. "Tal vez podramos llegar a un acuerdo que fuera justo para todos, sin llegar al derramamiento de sangre." Mi risa era ms como una carcajada. "No apostara por ello", murmur. "Es un gilipollas total? " Sonre, pensaba lo mismo. "Sabes que no puedo hacer comentarios, Mel." "Off the record". Su voz era casi un susurro. Mir alrededor de mi oficina, como si alguien estuviera escondido en algn lugar y escuchando. Un sentimiento de inquietud se apoder de m. No me extraara que Donald Gold hubiera puesto micrfonos en mi oficina o intervenido el telfono. "Mi opinin sobre mi cliente es irrelevante, Melanie." Intente poner mi mejor tono de abogada profesional. "Por qu no quedamos para reunirnos y ver si podemos llegar a algn tipo de acuerdo." Melanie guardaba silencio. Poda imaginrmela analizando mis palabras mentalmente. "Lo siento, Kate. Eso no ha sido muy profesional por mi parte. Cuando ests libre?" Mir en mi agenda y consulte las citas que tena. Quedamos para el lunes siguiente, nos despedimos con una frase amable y terminamos nuestra conversacin.
Captulo 8
El trayecto hasta Secretos del Pasado fue casi insoportable. Beth y yo habamos discutido durante casi una hora sobre si debamos o no ir en vehculos separados. Como resultado, bamos con retraso, y una vez que estbamos en marcha, pens que me hubiera gustado haber ido en mi propio coche. "No te preocupes por eso," Me dijo Beth. "Si tengo que irme antes de que acabemos, estoy segura de que puedes conseguir que Annie te lleve a casa." Me quej. "Por qu ests tan empeada en que nos emparejemos? Por lo que se, podra estar casada ." "No lleva anillo", dijo ella alegremente. "Ella podra tener planes." "Ella podra." El tono montono de la voz de Beth me estaba volviendo loca. "Si los tiene, vas a tener que acompaarme. El partido de Billy no va a durar ms de una hora." Me mord la lengua. Pasar una hora viendo jugar al hijo de Beth de jardinero izquierdo en un partido de la liga de beisbol para nios no era la peor manera de pasar la tarde. A pesar de los esfuerzos de el ex marido de Beth para mantener a su hijo alejado de su madre, este le haba hecho la vida casi intolerable a su padre, insistiendo en que quera que Bet siguiera teniendo un papel importante en su joven vida. Era muy maduro con solo nueve aos, Billy se haba mantenido firme a la hora de incluir a su madre como parte de su vida. El ex marido de Beth poda haber ganado la custodia legal, pero era evidente que la duea del corazn de Billy era Beth. Incluso ahora, la culpa que me invada cada vez que se pronunciaba el nombre de Billy, era palpable. Crea que Beth nunca me perdonara por haber perdido la batalla por la custodia . Mi estado de nimo se puso serio. Bet fingi no darse cuenta. En vez de eso sigui parloteando sobre Annie y lo bueno que sera volver a verla. "Sabes, sigues tomndome el pelo con el tema de Annie". Me volv en mi asiento para mirarla de frente. "Creo que tal vez seas t quien se sienta atrada por ella." El genio de Beth no se disparo. "No es mi tipo." "Oh, por qu no?" Cruc los brazos sobre el pecho y fing no creer una palabra. "Sabes mis gustos" " El tipo butch". Ella apart la vista de la carretera justo el tiempo suficiente para deslizarme una mirada pcara y acariciar mi pierna. "Un poco como t." "Yo no soy butch". Bet saba tocar mis puntos dbiles, y ahora estaba atacando. "Si lo eres. No se puede decir que parezcas un marimacho, pero en todo lo dems si lo eres ." "Yo no creo en eso de butch - femenina", insist. "Lo s. Yo tampoco. Pero estoy segura que me gusta como se te ve." Abr la boca para darle una respuesta nada sutil , pero ella me interrumpi. "Es este el lugar?" Mir por la ventana y sent que mi estmago revoloteaba. "Si. hemos llegado." Estaba nerviosa de nuevo. "Te dijo dnde aparcar?" La calle estaba llena de parqumetros. "Ella me dijo que diramos la vuelta. Hay un muelle de carga o algo as ." Beth condujo su furgoneta a un callejn trasero, y nos sorprendi el ver una puerta de gran tamao en la parte trasera del edificio. Un cartel de madera spera que colgaba sobre la puerta anunciaba Secretos del Pasado. "Es bastante fcil", declar Beth. Luego puso la marcha atrs y arrimo el furgn hasta dejarlo a pocos metros de la puerta. El nmero de compradores que se arremolinaba alrededor de la tienda me sorprendi. Annie nos salud calurosamente. "Has llegado", dijo con una sonrisa. "Siento llegar tarde" dijo Beth . Se supona que bamos a estar aqu antes de que la tienda abriera al medioda. "No hay problema. Realmente no me puedo mover en este momento, pero si las dos quieren descargar los muebles en la parte trasera, tan pronto haya un descanso los pondremos adentro." Ella se retiro un mechn de pelo de la frente. "Me parece bien." Beth era todo sonrisas cuando salimos juntas del almacn y descargamos el furgn. Hacerlo llevo muy poco tiempo, y comenz mi problema. Era impensable dejar los muebles afuera y dejar que Annie los metiera en el almacn sola. Pero el nmero de clientes en la tienda me dejo claro que sera una larga espera antes de que Annie pudiera tomar un descanso. Bet no perdi el tiempo en resolver el problema. Esper hasta que Annie termino de envolver la compra de un cliente y a que les diera las gracias antes de acercarse al mostrador. "Annie, no me gusta hacer esto. Pero realmente necesito llegar al partido de bisbol de mi hijo." "No saba que tuvieras un hijo. Cmo se llama?" La sonrisa de Annie era amplia. "Billy", sonri Beth. "Por desgracia, no puedo pasar mucho tiempo con l, as que es muy importante para m estar all." Annie ech un vistazo haca m. "No te preocupes por eso. Pueden marcharse y seguir con sus cosas". "Oh no," Beth hizo caso omiso. "No se nos ocurrira pedirle que arrastraras todo eso tu sola. Kate puede quedarse todo lo que haga falta, si luego no te importa llevarla a su casa." Poda sentir mi cara enrojecida, y me mord el labio. Estaba segura de que Annie se senta como si tuviera que cargar conmigo. Pero estaba equivocada. "Qu idea tan maravillosa." Ahora volvi su atencin hacia m. "Puedo ponerte a trabajar mientras ests aqu?" estaba sonrindome. "Por supuesto lo puedes intentar", le dije. "Pero no puedo prometerte que vaya a ser de mucha ayuda." Dej que sus ojos vagaran con audacia hacia arriba y luego hacia abajo por todo mi cuerpo antes de asentir con firmeza. "Te ves bastante entrenable ". Fing que no me avergonzaba, pero no me extrao la sonrisa de Beth. Encogindome de hombros, me negu a mirar a los ojos de Beth. "Entonces soy toda tuya", le dije, sabiendo que la sonrisita de Beth se estaba convirtiendo en una enorme sonrisa. Una vez que Beth se haba ido, le pregunte a Annie si no tena a nadie para ayudarla en la tienda. "Parece haber mucho trabajo aqu para una sola persona." "He tenido alguna ayuda de vez en cuando. Pero no puedo darme el lujo de pagar mucho, y es difcil encontrar a alguien en que se pueda confiar." Su tono era de resignacin. Hizo una pausa para responder a una pregunta de una mujer joven interesada en una porcelana. "Me temo que no voy a serte de mucha ayuda," le dije. "Yo no entiendo nada de estos artculos." "Esta bien", dijo ella con regocijo. "Seras de gran ayuda si te quedaras aqu detrs del mostrador y recibieras a la gente en mi lugar." "Creo que eso puedo hacerlo. Pero no puedes darme algo un poco ms difcil de hacer?" No soporto sentirme intil. "Claro. Has trabajado con una caja registradora?" No quera admitir que nunca lo haba hecho, as que asent. Pareca lo suficientemente fcil para m. "Bueno. Te voy a ensear cmo apuntamos las cosas." Annie se puso en plan profesional, y me centre en aprender mientras ella me deca como se hacan los recibos de venta. Cada objeto de la tienda tena una etiqueta blanca que inclua un nmero de artculo, una descripcin del mismo y un precio. Toda la informacin se escriba en el recibo de compra que tena dos copias. La copia en blanco era para el cliente y la copia amarilla se guardaba en lo que pareca una pequea caja de zapatos que estaba debajo del mostrador. Cada precio se introduca en la caja registradora, que calculaba el impuesto sobre la venta y el precio total. El procedimiento era bastante simple, incluso para una chica como yo, que nunca haba vivido el rito del trabajo de verano que la mayora de los nios hacen en un momento u otro. Por ejemplo nunca haba usado un uniforme de McDonald, ni un solo da de mi vida. Aunque me hizo recordar el momento en que, como una preadolescente, envidiaba el uniforme de polister de color verde lima que usaban las chicas detrs del mostrador. Me acord de franja redonda y ancha que serva como tirador de la cremallera, y el sombrero de color verde lima, que iba a juego. Haba pensado que el traje era absolutamente impresionante. No fue hasta aos despus, cuando mi madre me record cun desesperadamente haba querido llevar ese uniforme, que me re hasta que estuve a punto de llorar. La idea de la grasa de las hamburguesas y las patatas fritas que impregnaba el traje de polister me hizo temblar al recordar el uniforme que tanto quera. Estaba sonriendo ante ese recuerdo y slo asenta con la cabeza cuando Annie me daba algn tipo de explicacin, al acabar se fue y me dej detrs del mostrador. Estaba sola. Las primeras dos horas pasaron sin incidentes. Me las arregl para tener una sonrisa cada vez que un cliente nuevo abra la puerta. Despus de que un par de personas trajeran su compra al mostrador, tuve el procedimiento de pago dominado.. Pasado un rato, me encontraba entusiasmada atendiendo a las preguntas que la gente me haca, por supuesto no tena ni idea de cmo responder. Pero eso me daba un motivo acercarme a Annie y transmitirle la cuestin . Despus de varias horas, me di cuenta de que en realidad haba estado disfrutando mucho, y me qued sorprendida y un poco decepcionada cuando casi era hora de cerrar la tienda. Alrededor de las cinco menos cuarto, un caballero entr por la puerta llevando una gran bolsa de papel y se acerc al mostrador. Pareca ser un poco mayor que yo, con algunas canas prematuras que comenzaban a salir en las sienes. Su sonrisa era amable, pero vacilante. "Hola. no creo haberla visto por aqu antes. Acaso Annie se ha puesto enferma y ha contratado a alguien para ayudarla?" Coloc la bolsa de papel sobre el mostrador. Sonre un poco con cautela. "En realidad estoy ayudndola solo por hoy." "Ella est aqu?" -pregunt alegremente. "Est por all en alguna parte." Seal al otro extremo de la tienda. "Quiere que vaya a buscarla?" Consider la cuestin durante un momento. "Creo que sera lo mejor." Acarici la bolsa que haba colocado en el mostrador. "Hice una compra hace un tiempo y tengo que hablar con ella." Ech un vistazo a la bolsa de papel con curiosidad y asent con la cabeza. "Est bien. Voy a localizarla." Mir hacia atrs al hombre una sola vez para asegurarme de que l se comportaba, encontr a Annie en el pasillo ms alejado, estaba reordenando una exposicin de vajillas. Ella sonri mientras me acercaba. " en el mostrador hay un tipo que quiere hablar contigo. Dice que compr algo hace un tiempo y que tiene que hablar contigo." Frunci el ceo. "Espero que no quiera un reembolso." Suspir y no perdi tiempo en caminar hacia el frente de la tienda. Yo la segu de cerca. "Jim. Cmo ests?" Ella lo reconoci de espaldas, y l se volvi y sonri. Me pareci que estaba nervioso. "Estoy bien, Annie. Y t?" "Bien. bien." Dio un paso tras el mostrador y lo mir, la sonrisa animaba su cara. "Qu puedo hacer por ti?" "Bueno, estoy un poco avergonzado por esto." Baj los ojos y empez a juguetear con la bolsa de papel. "Compr este juego de Eoff y Shepard hace un par de meses." Abri la bolsa y sac lo que pareca un juego de t y caf. Coloc las cuatro piezas en el mostrador. "Por lo menos pens que era un Eoff y Shepard." La frente de Annie se frunci mientras negaba con la cabeza. "Jim, no creo que nunca antes haya visto este juego . No recuerdo haberlo tenido en la tienda." "Lo s." Casi la interrumpi. "En realidad no lo consegu aqu ", balbuce. Empez a inquietarse, y mi curiosidad se despert. "Tu marido me la vendi." "Mi " "Es una larga historia." Por un momento no pude or nada por encima del sonido que martilleaba en mis odos. Annie estaba casada. Pens que mi corazn se iba a caer directamente al estmago. "Cuando lo vi le dije que estaba interesado en encontrar un juego de caf exclusivo de la marca Eoffand Shepard," empez a contar. "Unas dos semanas ms tarde me llam y dijo que haba encontrado un juego. Incluso lo llevo a mi oficina." Se detuvo el tiempo suficiente para ver el ceo fruncido en el rostro de Annie. "Pero el problema es, que no es original. Es una rplica. Fui a que lo tasaran para la mi pliza del seguro, y me dijeron que me haban estafado." Annie le mir estupefacta. Casi poda ver las ruedas de su cabeza girando mientras meditaba sus palabras. "Pero, Jim, esa transaccin no tiene nada que ver con esta tienda. Esto es entre t y " "No, por desgracia, eso no es cierto." Buscando a tientas l se meti la mano en el bolsillo de atrs y sac una billetera de cuero marrn. " tengo el recibo." Despleg un pedazo de papel y lo puso en el mostrador delante de Annie. Era sin duda uno de sus recibos, la copia en blanco, para ser mas exactos. "Pagaste seis mil dlares por esto?" Su voz era de incredulidad. "S", asinti con la cabeza. "Y est tasado en cincuenta dlares. Creo que te puedes dar cuenta de mi preocupacin." Levant los ojos cansados antes de mirar de nuevo la factura de compra, estudindola atentamente. Como si recordara de repente mi presencia, levanto la mirada encontrndose con mi intensa mirada, haba pillado con la guardia baja. No poda leer los pensamientos o emociones que pasaban por su mente. Estaba claramente perturbada, y por un momento me olvid de que estaba desanimada. Me excus, intentando separarme de ellos con tanta delicadeza como fuera posible. Un tanto para casamentera de Beth, mi mente estaba haciendo horas extras. Incluso mis propios instintos me haban fallado. En realidad haba pensado que Annie poda estar interesada en m. Adis a mi intuicin. Fing estar absorta en una muestra de platos de mantequilla mientras mis odos estaban atentos para poder escuchar la conversacin entre Annie y Jim. Probablemente hubiera sido acusada de espionaje si hubiera podido descifrar una sola palabra de lo que decan. Pero yo slo poda or los murmullos. Cog un plato en mi mano y le di la vuelta , fingiendo que no vea como Annie sacaba un talonario de cheques de debajo del mostrador y empezaba a escribir un cheque. Lo arranco de la matriz , su cara y su voz reflejaban una disculpa mientras se lo entreg a Jim. Su rostro estaba de un color rojo que yo no haba visto en mi vida; Yo no estaba segura de si era por vergenza o por la ira. No me acerque a ella de inmediato. En lugar de eso cambio, me mantuve ocupada hasta que el ltimo cliente sali de la tienda y Annie cerr la puerta detrs de l. Se la vea cansada cuando le dio la vuelta al cartel de la puerta, as que cuando crey que nadie ms iba a entrar, cerr con llave. Yo saba que ella no deseaba que estuviera all, y me sent como una intrusa invadiendo su terreno personal. Decid que lo mejor que poda hacer era fingir que no haba sido testigo de lo que probablemente haba sido un momento muy embarazoso para ella. "Deberamos continuar y mover los muebles?" Le pregunt alegremente. "Estoy segura de que tienes mucho que hacer y probablemente tengas ganas de quitarme de en medio." Estaba mirando en mi direccin, pero pareca vaca, como si estuviera realmente viendo ms all de m. Asinti con la cabeza y sin decir una palabra ms me hizo seas para que la siguiera. Ande varios pasos detrs de ella, observando la forma en que sus hombros abatidos parecan hundirse an ms con cada paso. Movimos los muebles desde el muelle hasta el interior de la tienda, los dejamos en un pasillo que haba al fondo, lo hicimos en total silencio. La nica vez que me habl fue para guiarme. "Cuidado con el escaln del suelo" y "Aqu hay una curva muy cerrada, intenta mantenerte lo mas recta posible." "Lista para irnos?" Me di cuenta de que estaba forzando una sonrisa mientras cerraba la tienda y se diriga a su coche. "Una buena noche", le dije sin conviccin. " un poco clida", respondi ella, y casi se ech a rer. Era a mediados de mayo. No haca calor en esa poca del ao. Su silencio era sepulcral mientras conduca desde Cambridge, a travs de Watertown en direccin a mi casa en Newton. Llegamos a casa y por fin habl mientras aparcaba el coche. "Siento lo que ha pasado en la tienda. Ha sido una situacin muy embarazoso, y me he puesto nerviosa." Ella no me miraba. En cambio, se qued mirando directamente al frente, centrandose en la puerta del garaje. "No te disculpes. No comprendo lo que ha pasando", ment. "Sabes que no tengo ni idea de quines son Eoff y Shepard ." Estaba tratando de poner un poco de humor, y fui recompensada cuando vi una la ligera elevacin en la comisura de sus labios. Pero no dijo nada. Finalmente le pregunt"Quieres entrar?." " Ya has comido uno de los platos que se preparar, pero puedo intentar cocinar algo para nosotras." Su voz sonaba cansada. "Nada me gustara ms que relajarme contigo esta noche." Respir hondo. "Pero no, por desgracia. Me temo que no sera muy buena compaa, y tengo un poco de trabajo que hacer." Su voz pareca tensa. "Est bien." No la iba a forzar. Llegu al pomo de la puerta y estaba a punto de abrirla cuando me interrumpi. "No saba que Beth tuviera un nio pequeo." Su voz era tranquila y normal. "No est casada?" Annie no tena ni idea de que estaba abriendo una de mis heridas. "No, ya no. Se divorcio hace par de aos. En realidad, todo el asunto fue una pesadilla, . Algn da te lo contare." Por qu estaba dicindole esto? Annie estaba asintiendo lentamente, intentando digerirlo. "Tu y Beth son pareja?" "Perdn?" No poda estar segura de que la haba odo bien. Pareci vacilar y pareca estar sorprendida por sus propias palabras. Sus ojos se encontraron con los mos, y su sonrisa era incmoda. "Lo siento, no es asunto de mi incumbencia." Sus ojos bajaron, y intento dejar el tema a un lado. "No, est bien. No estoy segura de si te he escuchado correctamente." Se me ocurri una vez ms que Annie podra estar interesada en Beth. Entonces me acord de que estaba casada. Ella me mir de frente. "Te he preguntado si T y Beth estn juntas." "Si, creo que eso es lo que haba entendido." Mi risa sonaba estrangulada, y me qued sin aliento mientras a su vez la miraba . "No, no lo somos. Pero no por falta de esfuerzo por parte de mi madre." Mi risa era cuantiosa. "Tu madre?" Por primera vez en la ltimas horas, la sonrisa de Annie era genuina. "S, ella adora a Beth. Mi padre tambin." "Pero no hay nada entre ustedes?" Era una pregunta difcil de responder. "Bueno, hemos pasado juntas la mayor parte de nuestras vidas, as que ha pasado mucho entre nosotras. Pero nada romntico. Por lo menos desde el sptimo grado." "El sptimo grado?" Otra pregunta importante. "S. En ese tiempo estbamos locas la una por la otra. Experimentamos un poco ..." A propsito dej la frase sin terminar. La sonrisa de Annie estaba torcida mientras asenta. "Experimentaron, eh? Supongo que esa es otra historia que tendrs que contarme alguna vez." Me encog de hombros, disfrutando de sus bromas. "Tal vez", le dije. " Ya te he invitado a pasar." "Lo s. Te lo agradezco. Pero realmente debera trabajar un poco esta noche. Podra ser otro da?" "Por supuesto," Yo asent, tratando de alcanzar el pomo de la puerta una vez ms. Entonces lo pens. Probablemente tena que ir a casa con su marido. Mi corazn volvi a desmoronarse, y luego pens en el enfrentamiento que probablemente tendra lugar cuando ella entrara por la puerta. "Yo no saba que estabas casada." Las palabras salieron de mi boca antes de que pudiera detenerlas. Su rostro no tena ninguna expresin. "Ya no lo estoy. Ya no." Sus palabras fueron sencillas y directas, pero dijeron menos que la dureza de sus ojos que agujereaban los mos. Sent un hormigueo en alguna parte entre mi corazn y mi vientre y casi me estremec. Ella no estaba casada. Y la mirada que me estaba lanzando me deca claramente que no era en Beth en quien estaba interesada.
Captulo 9
Melanie Barnes se vea mejor de lo que jams recordaba haberla visto. Llevaba un vestido de verano fino que se le ajustaba perfectamente, tena una gran con el traje marrn con que yo la recordaba. Era una pelirroja natural, con la piel ms blanca y ms pecas que nunca haba visto en otro ser humano. Ella envolvi su brazos delgados alrededor de mi cuello y me dio un fuerte apretn, cuando me salud. "Kate, te ves muy bien." "Quieres decir que me veo mejor de lo que estaba la ltima vez que me viste,?" me re. "Estaba empezando a parecer que nunca ibas a dormir a casa", admiti. "Me alegro de ver que el cambio ha sido bueno para ti." "As es", admit. El restaurante donde habamos acordado reunirnos estaba cerca de La Plaza Copley en el centro de Boston. El caf tena varias mesas al aire libre, a la sombra del fuerte sol. Decidimos disfrutar del buen tiempo y nos acomodamos en una mesa del rincn, apartadas de la mayora de los otros clientes. Empezamos a ponernos al da, Melanie me puso al corriente de cmo estaba todo el mundo y a lo que se dedicaban. Nosotros pedimos t helado y esperamos a que nos trajeran nuestras ensaladas. "Cmo est Beth? Alguna vez la ves?" "Le va bien. La veo continuamente." Me tom un segundo darme cuenta de que el ltimo contacto que tuvo Melanie con Beth, esta estaba en pleno proceso por la custodia de Billy. Se quedo mirando mi cara con cuidado, y yo saba adnde se dirigan sus pensamientos. "Adems, ahora tambin ve mas a menudo a Billy. Su ex marido dio marcha atrs despus de un tiempo. Billy estaba teniendo un montn de problemas de adaptacin, por lo que su ex finalmente cedi. Ella no tiene la custodia, pero estn pasando mucho tiempo juntos. " Melanie se qued callada, y sigui estudindome. "Estoy bien, Melanie," le dije. "No fue tu culpa, Kate. El Juez Leahy es un hijo de Puta de formacin campesina surea." Pude ver como empez a emocionarse y hice un esfuerzo para actuar. "Realmente lo s, Mel. Me he perdonado a m misma por haber perdido el caso." Saba que tal y como deca las palabras estaba mintiendo. Podra haber hecho ms para que Beth ganara la custodia . "Beth y yo hemos seguido adelante, y nuestra vida est bien. Libre de estrs." Ella entrecerr los ojos verdes. "Por supuesto, te ves ms feliz." "Lo soy. Te lo prometo." La camarera nos interrumpi al colocar dos grandes platos de ensalada en la mesa. Esper a que se alejara de la mesa antes de seguir hablando con Melanie. "Entonces, por qu no vamos al grano?" La observ atentamente mientras me llevaba una rodaja de tomate a los labios. "Entiendo que la nica propiedad conjunta que hay aqu es una casa en Cambridge." Melanie asinti. "La casa perteneci a los padres de mi cliente. Hered la casa cuando murieron hace unos ocho aos." Perd completamente el apetito. "Quieres decir que no compraron la casa juntos?" Melanie neg con la cabeza. "Ella slo puso su nombre en el ttulo para mantener la paz." Tragando saliva, se me cay el tenedor a la mesa. "Ese hijo de puta", murmur. "Aj". Melanie seal con el tenedor directamente haca m. "As que no sabas nada de la herencia?" Negu con la cabeza. "Yo saba que l era un grano en el culo. Pero realmente s muy poco acerca de l." Estaba que echaba humo, sacudiendo la cabeza. "No tena ni idea de la casa." Melanie estaba ponderadamente tranquila, masticando con agrado una hoja de lechuga. Tratar de controlar mi temperamento se me haca difcil. Yo estaba caminando por una lnea muy fina con mi vieja amiga. Quera despotricar y gritar acerca de la situacin en que me encontraba , pero al mismo tiempo era muy consciente cuales eran mis obligaciones profesionales. "Quiere la casa." Yo casi lo gru. "No quiere otra cosa". Melanie tom otro bocado de su ensalada, completamente tranquila. "Yo dira que lo que quiere es un robo", dijo entre bocado y bocado. "Me temo que es un robo legal." Tena el estmago encogido. "En realidad es ms bien un chantaje." Finalmente consegu la atencin de Melanie. "Qu quieres decir con chantaje?" "No lo sabes?" Melanie neg con la cabeza, y sent una emocin enfermiza ante la irona de la situacin. "Desde luego, no conozco los detalles," Empec. "Pero al parecer, mi cliente fue testigo de cmo su esposa tena relaciones sexuales con otra mujer." La sonrisa de Melanie era siniestra. "Me alegro por ella." "Melanie ..." Yo estaba exasperada. "Lo siento." Ella levant una mano. "Soy consciente de que mi cliente fue descubierta en una situacin bastante comprometedora con otra mujer." Su voz era casi remilgada. "En la casa que compartan, en su cama." "La misma que ellos no han compartido durante cuatro aos", intervino Melanie. La estudi detenidamente. "La casa o la cama?." "Las dos cosas." El sonido de una zanahoria crujiendo entre sus dientes sonaba demasiado petulante. "Estaban separados." "Desde hace cuatro aos?" Pregunte incrdula. "S". "Legalmente?" Melanie se detuvo. "Pues no. No llegamos a eso." Se tom su tiempo bebiendo de su vaso de t helado. "Al parecer, l no poda mantener un trabajo y se mantena trabajando en una cosa u otra. Finalmente ella tuvo suficiente y lo ech. Ella quera el divorcio, pero sinti pena por l." Estaba masticando alegremente, observando mi reaccin. "Debera haberse divorciado entonces, y ahora no estara pasando por todo esto." Aturdida por todo lo que me haba enterado, apenas poda ordenar mis pensamientos lo suficiente para saber como enfocar la situacin. Record las palabras de Donald Junior varias semanas antes, y se las repet a Melanie. "Dijo que l va a arruinarla," dije de manera textual. "Me dijo que si ella se negaba a darle la casa, se asegurara de que todo el mundo supiera que ella es lesbiana." Las delgadas cejas de Melanie se levantaron lentamente. "Interesante tctica ", murmur. "Pero me pilla totalmente por sorpresa." Ella coloco su tenedor sobre la mesa al lado de su plato de ensalada. "As que, bsicamente, en lo que a l respecta no hay acuerdo alguno." "No." Sacud mi cabeza, mis labios formaron una fina lnea . Melanie estudi mi rostro durante unos instantes. "Y se supone que debo informar a mi cliente de eso? Si lucha por la casa l la va a sacar del armario?" Asent con la cabeza, suspirando. "Ms o menos as est el asunto," me encog. Vi en su cara un asomo de furia antes de que se calmara y se encogiera de hombros. "En verdad no estoy sorprendida. Suena como un verdadero perdedor." Una vez ms, ella cogi el tenedor. "Entonces, cmo te involucraste con este tipo?" Cerr los ojos y me pellizque el puente de la nariz. "Sabes que no puedo decirte nada de eso." "En confianza, te lo prometo. Entre t y yo." Estaba inclinada hacia delante, con los codos en la mesa. Me daba vergenza admitir que bsicamente no poda dar mi brazo a torcer por la gente que tena detrs."Me sorprende que no te hayas dado cuenta." Jugu con mi tenedor para evitar sus ojos. "El padre de Donald Gold es el socio mayoritario en mi empresa." Poda ver las ruedas girando en la mente de Melanie. "Brown, Benning, y Gold." Ella se dio una palmada en la frente. "Cmo no me he dado cuenta antes?" Nuestros ojos se encontraron y se miraron durante varios minutos. "Djame adivinar. Te estn obligando a llevar este caso." "Ms o menos". Mi tono contena un toque de sarcasmo. Melanie estaba sacudiendo la cabeza. "Debes estar furiosa." "Ms o menos", repet. "No es que yo este loca por mi trabajo, pero no s si estoy lista para tirarlo a la basura slo porque me estn pidiendo que represente al hijo de mi jefe." "Incluso si es un idiota?" Frunc el ceo. "He tenido suficientes cambios en mi vida durante el ltimo ao. Mi trabajo ahora es estable y libre de preocupaciones." "Hasta ahora," Melanie me record. "Hasta ahora". Comenc a especular en mi mente acerca de mi situacin en la oficina. "Por qu no vuelves a al centro? Sabes que siempre hemos querido que ests con nosotros." La sola idea me hizo estremecer. "No puedo volver ahora. Tal vez no lo haga nunca." La ansiedad se desliz a lo largo de mi columna vertebral. "No me gusta mucho lo que estoy haciendo ahora, Melanie. Pero el dinero es increble y no necesito involucrarme emocionalmente con mis clientes." Mi voz era firme. "Ha sido muy bueno para m." La barbilla de Melanie se inclino hacia arriba mientras me juzg de nuevo. "Te ves como una persona completamente diferente a hace un ao. Obviamente este ha sido un buen paso para ti, Kate. Pero debes saber que todos te echamos de menos, y que te daramos la bienvenida con los brazos abiertos." Me dola la garganta al pensar en las mujeres con las que haba trabajado, a las que haba representado. En muchos momentos, nunca me haba sentido tan satisfecha ni tan desesperada. Y ahora crea que nunca podra volver.
Captulo 10
Me sent en el coche sin subir a la oficina y cont hasta diez. Al menos veinte veces. No estaba funcionando. Yo saba que si entraba en el edificio iba a ir directamente a la oficina de Donald Gold. Saba que iba a interrumpir lo que estuviera haciendo y exigir algunas respuestas. Saba que iba a romper toda regla tcita sobre cmo una joven miembro de un bufete de abogados debe tratar a uno de los socios principales. "Maldita sea!" Mi puo golpe el volante, y al instante lamente el haberlo hecho. "Ouch". Me frot la mano, sintiendo lstima por m misma. Por qu de repente las cosas tienen que ponerse tan difciles? Hasta ahora todo haba ido muy bien. Mi mundo haba comenzado a centrarse en mi casa y en mi vida personal. Era capaz de dejar el trabajo detrs de m, en la oficina, cuando acababa la jornada. Ahora estaba en un dilema. Todo en este caso pareca poco tico. Yo estaba involucrada por razones equivocadas, y mi estmago estaba revuelto. Puse la llave en el encendido y arranque el motor. No estaba dispuesta a subir las escaleras y hacer el ridculo explotando a la vista de todos. Yo no le dara esa satisfaccin a Donald Gold. Me imagino que encontrara una solucin a mi dilema. De alguna manera tena que creer que sera capaz de hacer las cosas bien. Fui a Cambridge. No pens el porqu o cmo, solo conduje hasta all. El vecindario de Secretos del Pasado pareca tranquilo, y no tuve ningn problema en encontrar una plaza de aparcamiento justo delante de la tienda. Sin pensarlo, abr la puerta del coche y gir mis pies haca la acera, caminando a paso rpido hacia la puerta de entrada. Agarr el pomo de la puerta y tir, sorprendindome cuando la puerta no se movi. Dando un paso hacia atrs, mis ojos se fijaron en el cartel de CERRADO a la ventana. Frunc el ceo, le los horarios de venta al pblico de la tienda y lance un juramento en voz baja. Cerraba los domingos y los lunes. Ahora, qu haca ? No es que tuviera planes. Pero quera ver a Annie. Estando lamentndome no escuch el chasquido de la cerradura abrindose ni vi como Annie abra la puerta. Al momento estaba de pie en la puerta, invitndome a pasar al interior. Tena el pelo suelto una cascada de cabello castao ondulado caa hasta sus hombros. Gir sobre sus talones, hacindome seas para que la siguiera. Entr, y ella ya estaba detrs del mostrador, hojeando un folleto y mirndolo distrada. Ninguna de nosotros siquiera haba dicho hola y me contuve, esperando a que rompiera el silencio. No tuve que esperar mucho tiempo. "Aqu". Ella estaba doblando de nuevo la pgina y levantndola en el aire para que la viera. No poda dejar de pensar que no pareca sorprendida de verme, como si hubiera estado esperado que yo entrara por esa puerta en cualquier momento. Estaba sealando una fotografa en blanco y negro que no poda captar desde esta distancia. "Estas podran ser perfectas." Entrecerrando los ojos, me acerque a la mala imagen de lo que pareca ser un vieja librera de mdulos. Era imposible saber lo que media o lo grande que era basndonos en la imagen, pero pareca ser muy alta, con varias secciones que deban cubrir muchos metros. Entrecerr los ojos, completamente perdida. No tena ni idea de lo que estaba hablando. "Perfectas para qu?" Me atrev a preguntar. Me mir por un momento, luego parpade con fuerza. "Para tu gran saln." Su tono daba la cuestin por hecha-, mientras sus ojos se posaron de nuevo a la fotografa. "No puedo estar segura de las dimensiones, pero creo que merece la pena echar un vistazo." Sus ojos se encontraron con los mos de nuevo, y esta vez reconoc la mirada que haba visto en su rostro tantas veces antes. La misma mirada que yo pona cuando descubra un mueble antiguo que tena que comprar. "Cul es tu presupuesto?" Yo estaba reteniendo mi sonrisa. "No saba que tena uno", le dije, tratando de contener la risa. Al parecer, no estaba ocultando demasiado bien mi reaccin, porque sus ojos recorrieron mi cara y luego parecieron centrarse en los mos. Su sonrisa fue lenta. "Hola." Seal lentamente con un monoslabo, en voz baja. "Me alegro de verte." La forma en que sus ojos brillaban hizo que mi estmago revoloteara. "Hola." Le devolv la sonrisa. "No pareces sorprendida de verme." "Tienes razn." Sus ojos se posaron en los mos mientras contemplaba su respuesta. "S que probablemente esto suene tonto, pero de alguna manera esperaba que pasases por aqu." Sus pestaas revolotearon mientras miraba el folleto que sostena en una mano. "Estaba sentada aqu pensando en ti y en lo bien que pueden quedar estas estanteras en tu casa. Levant la vista y all estabas, casi como te recordaba." Yo no saba cmo responder. Pareca casi mgica mientras estaba all, llena de encanto y lanzando un hechizo sobre m. "As que perdona", continu, al ver que yo no deca nada. "Qu te trae por aqu?" El cambio en el tono de su voz fue sutil, como si se arrepintiese de lo que acababa de decir. Yo slo pude encogerme de hombros. "Exactamente no estoy segura ," admit. "He tenido un mal da en el trabajo, y tuve que salir de all . Lo siguiente que supe es que estaba estacionada fuera de tu tienda." Annie me estudi con cuidado, entrecerrando los ojos por un instante. Pens en lo que haba dicho, en lo que poda significar y en lo que Annie poda pensar por haber querido verla. Dije lo que pesaba en voz alta "Supongo que slo quera verte." Mi cara se puso colorada al arriesgarme con esas palabras. Ella no respondi de inmediato, se tom un momento, como si de digeriera mis palabras y les encontrara algn significado. "Me alegro", dijo simplemente. Nos miramos una a otra torpemente hasta que mir el reloj y luego rompi el silencio. "As que ests haciendo novillos. Entonces supongo que deberamos divertirnos." Su sonrisa me animo. "A m me suena perfecto ." Casi poda adivinar haca donde se iba a dirigir la conversacin. Asent con la cabeza hacia el folleto que tena en la mano. "Tienes algo en mente?" "Ests preparada para una subasta? Hay una en el Saln de la Legin que empieza a las siete." De nuevo ech una rpida mirada a su reloj. "Podramos pasar por all y echar un vistazo para ver si hay algo interesante. Estas estanteras pueden quedar perfectas en tu casa; pero, probablemente, primero deberamos hacer algunas mediciones." Me ech a rer. "Quieres que gaste todo mi dinero?." Sus ojos se agrandaron. "No, no, no todo. Lo siento. Deb suponer " "Estoy bromeando", le interrump. "Simplemente no puedo creer que hayas tenido un segundo pensamiento en esa habitacin. Nadie ms ha mostrado nunca ningn inters". "Es una broma? Nada me hara ms feliz que ayudarte a redisear y decorar la habitacin." Sus ojos se iluminaron con entusiasmo. "Tengo una imagen visual de lo que hara con ella." Mir a lo lejos, y me encontr incapaz de controlar mi sonrisa. "De verdad quieres ayudarme con esto?" Le pregunt. "Simplemente no pensaba contratar a nadie para decoraral. Cada vez que miro en esa habitacin me siento abrumada." "Oh, Kate. Hay tantas cosas que se pueden hacer en ella. Tengo motones de ideas. S que probablemente debera mantenerme al margen, pero simplemente no puede evitarlo." La idea de tener a Annie en mi hogar, ayudndome a decorarlo, hizo que mi corazn cantara. "Me encantara contar con tu ayuda. Yo ni siquiera s por dnde empezar." "En serio?" "Pero tendramos que estar de acuerdo en el pago." "Por supuesto que no." "Pero va a tomarte mucho tiempo. Seguramente tienes mejores cosas que hacer." "No puedo aceptar tu dinero, Kate." Puso ambas manos en las caderas. "Sera un puro placer para m. Me divierte mucho. Y sera una buena distraccin para m." Levant una ceja. "Una distraccin de qu?" Ella pareca balbucear. "Oh, de la tienda. De las antigedades. El verano ya casi est aqu, y es nuestra temporada baja." No creo que la creyera ni por un instante, pero decid dejarlo pasar. "Nosotras tenemos que llegar a algn tipo de pago, Annie. Simplemente no me siento bien pensando que vas a hacer tanto trabajo sin recibir nada a cambio." Annie se neg de nuevo. "No es necesario, Kate. Adems, si me pagas pensare en ello como en un trabajo, no en un proyecto para divertirme" apret los labios firmemente. "Adems, vas gastarte un montn de dinero en el diseo y las mejoras." Su sonrisa era perversa. "Soy conocida por tener gustos muy caros cuando me estoy gastando el dinero de otra persona." Me ech a rer y la mire por unos momentos, pensando otra vez en lo que supondra tener su presencia tanto tiempo en mi casa. "Entonces, supongo que tendr que comprarte un regalo para agradecerte tu trabajo." Cre detectar un ligero rubor en sus mejillas. "No me lo agradezcas todava. Tal vez no te guste lo que haga." Suspir, completamente encantada. "No puedo imaginar eso, Annie," A continuacin, palidec con gusto al darme cuenta de lo que estaba pensando. No quera rechazarlo o negarlo por ms tiempo. Todo lo que quera en ese momento era trazar un camino hacia el corazn de Annie Walsh. "Vamos a ver". interrumpi mis pensamientos. "Eso quiere decir que tenemos un acuerdo?" Asent con la cabeza, la lengua paralizada otra vez. "Bueno." Ella meti la mano bajo el mostrador y sac una cinta mtrica. "Vamos a coger medidas. Podemos ir a la subasta y ver lo que tienen".
Captulo 11
Las estanteras eran enormes, habran encajado perfectamente salvo por el hecho de que estaban en muy mal estado. Annie arrug la nariz cuando las inspeccion, obviamente decepcionada. "Tendramos que restaurarlas. Hay tantas piezas que faltan, y obviamente alguien trat de quitar el barniz en esta parte y nunca se molest en terminar. Habra que terminar de quitrselo entero, hasta abajo." Estaba tratando de mantener su entusiasmo, pero estaba claro que su corazn no estaba en ello. "Es tu decisin. Pero creo que sera mucho trabajo." Fue fcil tomar una decisin. "Creo que, en este caso, voy a pasar . Este mueble tiene la palabra lamentable escrito por todas partes." "Quieres decir que no lo querras si lo llevara a casa." "Exactamente. Sera un gran problema conseguir llevarlo a la casa. Por no hablar de todo el trabajo que necesita." Negu con la cabeza. "Creo que vamos a tener que seguir buscando." Annie asinti con la cabeza, lanzo otra mirada alrededor de la habitacin llena de gente. "No veo nada aqu que haga que el viaje haya merecido la pena . Y t?" Negu con la cabeza. Todo se vea sucio. Nadie se haba tomado el tiempo y la energa necesarios para limpiar los artculos antes de la subasta. Mir a mi alrededor una vez ms para estar segura. "Nada", le dije. Ella asinti con la cabeza y empez a caminar hacia la salida. Todava era temprano, apenas las cinco. Habamos dejado mi coche en mi casa, y mi mente empez a trabajar frenticamente. No quera que mi tarde con Annie terminara tan pronto. "Quieres ir a cenar?" Le pregunt cuando salimos fuera. Yo esperaba que ella dudara, pero no lo hizo. "Suena bien. Estoy bastante hambrienta. Adnde vamos?" "Te gusta la pizza?" "Por favor." Ella puso en sus ojos un gesto dramtico. "Nunca es suficiente. Verdad?" "Por supuesto. Hay un pequeo lugar en la esquina de mi casa." Le envi una mirada tmida. "De hecho, la compro all un par de veces a la semana para llevarme a casa." Annie se ri. "Una mujer acorde con mi corazn." Exactamente. Murmur la palabra en voz baja. Comimos en el saln de mi casa, sentadas en el sof de color verde mientras Annie se quedaba mirando con nostalgia hacia la gran sala. "Tengo tantas ideas que no s por dnde empezar," suspir, limpindose los labios con una servilleta. "En realidad, siempre haba pensado que debera hablar con un contratista para construir estanteras en la pared." Termin el ltimo trozo de pizza y me sent completamente satisfecha. "Hay tanto espacio en el suelo que podra quitarle medio metro alrededor del cuarto y no se notara para nada." Annie me lanz una mirada indescriptible. Pude ver que su mente estaba lanzada cuando ella se puso de pie. "Eso es!." Ando los pocos pasos que haba hasta la puerta de cristal y entr en la otra habitacin. Camino hasta el centro y levant los ojos, mirando cada esquina del techo. "Hay suficiente espacio aqu para una biblioteca entera ." Se volvi cuando llegu por detrs para unirme a ella. "Podras colocar una fila a lo largo de toda la pared interior que tuviera una funcin de estanteras. de la moldura habra que hacer una copia para que coincidiera con el resto de la casa, pero se puede hacer." Arrug la nariz. "Te gusta la pintura blanca?" Negu con la cabeza. "Prefiero el color de la madera natural. Acerca de las paredes no estoy segura." Satisfecha, ella asinti con la cabeza y se volvi hacia la pared exterior, con los brazos cruzados sobre el pecho. "Estas ventanas son maravillosas. Podras aprovechar la luz que entra para poner en un asiento en la ventana. Nada demasiado extravagante. Simple pero de acuerdo con la artesana en madera del resto de la habitacin." Ella continu describiendo su visin hasta que casi pude ver la habitacin despus de su reforma. Yo asenta, de acuerdo con ella, viendo el entusiasmo crece en su rostro. "Es una gran idea", le dije. "Qu ms?" Se volvi de inmediato hacia el otro extremo de la habitacin donde haba una chimenea de piedra en el centro de la pared. En algn momento, alguien la haba pintado del mismo color blanco que las paredes. "La chimenea es hermosa. Apuesto a que si pudieramos quitar la pintura las piedras de debajo quedaran perfectas. Funciona chimenea?" Me encog de hombros. "Nunca la he probado." "Probablemente deberamos mirarlo. Me imagino que habra una gran diferencia en lo que decida hacer con ella si no se puede utilizar." "Eso tiene sentido." Estudi la repisa de piedra imponente, tratando de imaginarme como sera si el centro oscuro y fro tuviera por debajo un brillante fuego con llamas. "No estara bien poner una alfombra acogedora junto a la chimenea, con un suave y cmodo sof?" Asent con la cabeza. "Me encanta. Tienes un ojo maravilloso." Annie se centr en m una vez ms. "Eso crees?" "S. Todo suena bonito. Pero no tengo ni idea de por dnde empezar." Las cejas de Annie se juntaron mientras pensaba. "Vamos a hacer un par de llamadas telefnicas. Necesitas que algunos profesionales, especializados en reformas, te hagan un presupuesto. No queremos un novato que venga aqu y haga un trabajo de carpintera nefasto. El que sea, tiene que ser capaz de copiar el trozo de moldura que hay ". Camin hacia m y frunci el ceo. "Esto va a ser caro." "Suena caro", le dije. Ella hizo una mueca, encogindose en una disculpa. "Tienes un presupuesto en mente?" "Tengo una cuenta bancaria limitada." Me ech a rer. "Pero vamos a hacer algunos nmeros y a ver lo que sale." "En serio?" Dijo sin poder contenerse. "Si, estoy segura de que quiero hacerlo." "Kate, eso es maravilloso." Dio un paso hacia delante, envolviendo sus brazos alrededor de mi cuello y apretndome con fuerza. S que el abrazo dur slo unos segundos, pero se senta como si el tiempo se hubiera parado. El limpio y fresco aroma de su pelo llen mi nariz mientras tomaba una respiracin profunda. La sensacin inesperada de sus brazos y la cercana de su cuerpo contra el mo me dej sin respiracin. Cuando por fin me solt, hasta que no vi la sonrisa en su rostro no pude respirar. El sonido del aire que sala de mis pulmones era como un pesado suspiro anhelante.
Captulo 12
Mi estrategia fue simple. No decirle nada a Donald de mi encuentro con Melanie. No darle en absoluto ninguna indicacin de lo que me haba enterado. Haban pasado varias semanas desde nuestra reunin, y yo saba que Donald estaba empezando a agitarse. No iba con l solicitarme un informe de cmo estaba llevando el caso de su hijo y de cul era la situacin actual. Pero yo saba que l estaba esperando a que se lo dijera, y me negaba a hacerlo. Haba hablado con Donald junior una sola vez desde nuestra primera reunin, para hacerle saber que la fecha del juicio se haba fijado para mediados de agosto, faltaban diez semanas. Le dije que me haba reunido con el abogado de su esposa y que habamos discutido los trminos del acuerdo, pero que no habamos llegado a ninguna conclusin. Me record una vez ms que no se conformara con menos que el valor de la casa. Divertido. La forma en que se haba expresado, sonaba como si l no estuviera realmente interesado en la propia casa. Slo en el precio en que poda venderse y el dinero que se echara al bolsillo. Me preguntaba cunto tiempo tardara Donald en venir a mi oficina. Pero, pasadas tres semanas, no tuve que esperar ms. "Interrumpo?" El pelo blanco de Donald estaba en marcado contraste con su piel bronceada. Yo saba que la pregunta era una mera formalidad, y que a l no le importa un carajo si me estaba interrumpiendo o no. "Adelante", le dije, mi sonrisa era tensa y fija. All vamos. No cerr la puerta tras l, y en secreto eso me alivio. Por lo menos lo pensara dos veces antes de levantar la voz. "Qu tal estas?" Otro intento de ser corts. Pero yo no iba a dejarme seducir. "Estoy bien, gracias", le dije, con cuidado de mantener mi voz tenue. l sonri y asinti con la cabeza antes de sentarse en uno de los dos sillones mullidos que estaban en mi escritorio. "Pens en pasar y ver cmo iba el caso de Donald." Hizo una breve pausa. "Debo estar preocupado por el hecho de que no me hayas puesto al corriente del mismo en varias semanas?" "No, en absoluto." Me conteste con mis mejores maneras profesionales. "Simplemente no hay mucho que decir. La fecha de la audiencia ha sido fijada para el trece de agosto." Hice una pausa. Ms por hacerlo esperar que por cualquier otra razn. "Me reun con el otro abogado y expuse los deseos de su hijo acerca de la casa." A propsito par en ese punto para que me preguntara por el resto de la informacin. "Y?" Pude ver su impaciencia, a pesar de que estaba luchando para ocultarla. "Estuvieron de acuerdo con nuestros trminos?" Quieres decir, si estn de acuerdo con ser chantajeados? Quera decir estas palabras en voz alta, pero me contuve. Todava tena varias cartas ms para jugar. "El abogado dijo que iba a hablar con su cliente. Nos hemos citado para reunirnos de nuevo el jueves de la semana proxima." Donald asinti con la cabeza, y aproveche la oportunidad para suavizar mi voz y desempear el papel de la indefensa y ignorante mujer. "Donald. No creo que alguna vez se lo haya preguntado. Qu hace su hijo para ganarse la vida?" La arruga entre sus cejas se profundiz. "l trabaja en el sector inmobiliario". Bienes inmuebles. Qu apropiado. "Entonces tiene bastante xito?." Yo saba que estaba andando por una delgada lnea con este tipo de preguntas. "Realmente no veo porque eso es asunto tuyo", me espet, la ferocidad de su voz me sorprendi. Bingo. Haba tocado un punto sensible. Esto podra ser interesante. Forc mi voz para mantener la calma, incluso quise que pareciera casual. "Bueno, Donald, estoy de acuerdo en que en el plano personal, los asuntos financieros de su hijo no son de mi incumbencia. Pero como su abogado, tengo que admitir que me siento un poco prdida. Es como si algunas partes importantes de la informacin me faltaran". Bajando mi tono de voz dije. "Mi preocupacin es que parte de esa informacin puede surgir cuando vayamos a juicio." "Y yo estoy asumiendo que nunca dejars que este caso llegue tan lejos. Te pago para asegurarme de que esto se resuelva antes de que llegue ante un juez." Su voz era firme y quebradiza. Me qued tranquila, extendiendo mis manos sobre el escritorio. "Yo entiendo sus deseos, seor. Pero mi preocupacin es que la esposa de su hijo parece ser reacia a ajustarse a sus trminos. Si ella no quiere conformarse, entonces voy a estar mal preparada para explicarle al juez por qu su hijo merece tanto esa su casa ". Donald echaba humo, y yo no estaba segura de si deba estar contenta conmigo misma, o si deba temer por mi vida. Sus fosas nasales estaban dilatadas, y apretaba la mandbula. "Tu trabajo es asegurarte de que nunca se llegue tan lejos." Se repeta a s mismo. Podra ser que nunca hubiera considerado que tendra que explicarme que su hijo era un fracaso , y que poda quedar constancia pblica? "Lo entiendo, seor." Mi voz era respetuosa pero firme. "Pero vamos a suponer por un momento que esto llege ante un juez. Cmo se supone que voy a explicar a l o ella que su hijo merece ser el dueo de una casa en la que no ha vivido desde hace cuatro aos?" Yo esperaba ver humo saliendo de sus orejas. "Cmo te enteraste de eso?" gru. Por fin haba logrado alterarlo. Mi voz son con dulzura . "De verdad esperaba que no fuera a hacer mi trabajo?" Estaba incrdula. "Es por eso que me dio este caso? Debido a que tiene tan mala opinin de mi trabajo y habilidades que pens que me creera todo sin hacer preguntas?" "Por supuesto que no." Donald comenz a dar marcha atrs. "Su trabajo es extraordinario. Quera que el mejor abogado posible representara a mi hijo. Por eso vine a ti." Y una mierda de toro. Luch para morderme la lengua, y pareci interpretar mi indecisin como aceptacin. Como si fuera a creer una sola palabra de su adulacin. "Hay una recompensa esperndote si tienes xito en esto." Su voz se haba vuelto tenue, y pude ver que crea que haba tomado la delantera con mucha facilidad. "Y se lo agradezco, seor." Me las arregl para recuperar el control. "Pero creo que usted debe estar preparado para escuchar algunas palabras feas si esto va a juicio." l me miraba, la mandbula se contrajo de nuevo, pero no dijo nada. Tom su silencio como un estmulo para continuar. "Entiendo que usted y su hijo creen que tienen una base firme para seguir con su demanda. Pero seguro que otros podran sentirse inclinados a etiquetar sus trminos como chantaje." Se senta tan bien el poder decir estas palabras. "Particularmente a la luz del hecho de que su hijo no ha estado viviendo en la casa." La cara de Donald era un gesto torcido. No podra decir si estaba furioso conmigo o tal vez con su hijo. "Si esto llega delante de un juez, les puedo garantizar que esa informacin va a salir. Les prometo que la otra parte lo va a etiquetar de chantaje. Y tambin puedo prometerle que cuando un juez le eche un vistazo a todos los hechos, incluyendo el hecho de que la casa fue una herencia de los padres de su esposa a ella ". Tom una respiracin profunda para darme nfasis. "ese juez tendr muy difcil el justificar por qu su hijo se merece la casa." Ja. Seguramente iba a ver el error que estaba cometiendo y a cambiar de opinin. Seguramente pensara que era mejor ponerse el rabo entre las piernas que enfrentarse a la ira de un juez. Su mandbula dej de apretarse mientras sostena la mirada al frente. Su sonrisa era suave terminando en unos labios relajados. Los ojos verdes se estrecharon mientras se recostaba en el silln, y la sonrisa se convirti en una mueca de satisfaccin. "Y ah es donde te equivocas, querida." Trat de no perder el equilibrio. Esto no iba segn lo planeado. Se inclin hacia delante, como si quisiera compartir un secreto solo para mis odos . "Llevo siendo abogado mucho tiempo, querida." Si me llamaba querida una vez ms, podra tener la tentacin de darle una bofetada. "Conozco a todos los jueces en este pas, y no hay uno que no me deba un favor de algn tipo." Pens que iba a estallarle algn botn de la camisa sper almidonada mientras se hinchaba, orgulloso de s mismo . "As que ya ves, querida, el que este caso llegue ante un juez es la menor de mis preocupaciones." Se puso de pie , antes de despedirse tuvo las ltimas palabras. "Slo haz tu trabajo, y hare que haya merecido la pena. Deja de hacer preguntas, y pon tu mayor esfuerzo en que esta situacin este resuelta rpidamente." Hizo una pausa mientras extenda su mano hacia el picaporte. "Nos entendemos el uno al otro?" Desinflada, hice todo lo posible para ocultar mi decepcin e incredulidad, cuidado de no cruzar la lnea de la empresa. "Nos entendemos, seor", le dije, y me sent aliviada al ver como luego se retiraba de mi oficina. Con los hombros cados, me dej caer contra el respaldo de la silla. Cerr los ojos y me pregunt cmo haba podido pensar que iba a ganar esta batalla.
Captulo 13
El Lunes se haba convertido en mi da favorito de la semana. En las ltimas semanas, llegaba casa el lunes y me encontraba a Annie en mi casa. En un primer momento se haba reunido con los contratistas. Haba perdido tiempo en pedir presupuestos y hablar con varios profesionales hasta que haba contratado a los que consideraba haran un buen trabajo. Habamos estudiado los presupuestos, especificaciones, horarios y planos hasta que habamos dado con uno que nos gusto y con un precio que poda pagar. Annie aparentemente tena amigos en todos los lugares apropiados, porque la empresa constructora no perdi el tiempo en traer la madera y empezar lo que pronto iba a ser la biblioteca. Los lunes, estaba all para supervisar y dar las indicaciones necesarias cuando yo estaba en el trabajo. Y casi cada noche de la semana se presentaba en mi puerta con una sonrisa en la cara y con ganas de ver lo que se haba hecho durante el da. Cuando llegu, estaba sentada con las piernas cruzadas en el suelo delante de la ventana, quitando con cuidado las capas de pintura que los anteriores propietarios haban aplicado en la artesana de la madera. Llevaba un mono y una gorra de pintor ladeada de modo que no se saba si estaba sentada hacia adelante o hacia atrs. No me deba haber odo entrar por la puerta, me quit los zapatos y con sigilo y si hacer ruido entre en la habitacin, colocndome detrs de ella. Antes de hablar, Esper hasta que estuve tres pasos detrs de ella. "No estamos pagando a alguien mucho dinero para que haga eso?" El trabajo era tedioso. Barra suavemente y poco a poco la suciedad y el polvo del interior de la moldura de la carpintera. El rostro que se volvi hacia m era clido y sonriente. "Tienes razn. Ests pagando demasiado para que alguien haga esto." Se encogi de hombros, inclinando la cabeza hasta el hombro tocando la visera de la gorra. "Pero no puedo resistirme. No puedo decirte lo mucho que me gusta trabajar de esta manera." Volvi a su trabajo y roz el trozo de madera suavemente con un cepillo de cerdas duras. "Tenan un montn de cosas para hoy. Has visto que la estructura de las estanteras est en su lugar?" Me tom un momento antes de girarme y examinar la pared del fondo. Efectivamente, los estantes estaban preparados, todas las zonas de la pared blanca haban sido cubiertas con madera de cerezo. Ninguno de los estantes o las molduras decorativas estaban puestas en su lugar, pero la estructura estaba all. La visin de Annie fue cobrando vida ante mis ojos. "Wow. Se ve muy bien, no es as?" Annie se haba levantado del suelo y ahora estaba a mi lado. "Sin duda est tomando forma." Estaba tan cerca que poda oler la frescura de su cabello, algo a lo que tambin me haba acostumbrado y que al mismo tiempo me daba placer y me atormentaba. Era todo lo que poda hacer por el momento. No poda contar el nmero de veces que haba querido extender la mano y quitarle las horquillas del pelo. Ansiaba verlo caer, para ver cmo los rizos salvajes enmarcaban su rostro. Pero no haca nada. Slo la miraba desde la distancia, disfrutando los momentos en que estaba cerca de ella, como ahora, y fantaseaba acerca de lo que sera abrazarla. Me di cuenta, con un sobresalto que Annie me miraba con curiosidad. Deba haber estado mirndola de nuevo. "Ests bien?", pregunt. "Por supuesto", me recuper. "Pareces distrada", insisti. "Tal vez un poco," admit. "Cosas del trabajo?" -pregunt. Asent. "Puede ser. El caso en el que estoy trabajando es frustrante y me saca de mis casillas." "Lo siento." Sus cejas se unieron en una mirada de preocupacin. Rara vez hablamos de mi trabajo. En parte porque quera dejarlo todo en la oficina. Pero en parte tambin, sospechaba, Annie pareca tener cierto recelo con mi profesin. Deseche con un gesto su preocupacin. "Ni siquiera quiero pensar en ello", le dije. "Puedes quedarte a cenar? Me cambio y podemos pedir la cena por telfono. Qu tal comida china?" "Suena bien", sonri. Estudi su rostro, observando las pequeas arrugas en las comisuras de sus ojos antes de moverme haca mi habitacin. Me puse unos pantalones cortos y una camiseta, cuando regrese me encontr a Annie de pie frente a la ventana en la que haba estado trabajando antes. Tena los brazos cruzados contra su pecho mientras se apoyaba en el alfizar de la ventana, mirando hacia la luz mortecina. La moldura que antes tena estaba ahora tirada en el suelo a sus pies. Se vea tan seria y distante que no quera molestarla. Me detuve junto a la puerta para verla, mi corazn subiendo a mi garganta mientras trazaba el contorno de su perfil con mis ojos. "He pedido la cena. Espero que no te importe." Su voz sonaba tan distante como su mirada. Mantuvo los ojos fijos en algn punto lejano. El sonido de su voz casi me asust. Nunca haba odo su tono tan tranquilo. Pareca deprimida. Casi preocupada. "Puedo hacerte una pregunta?" -pregunt en voz baja. Por alguna razn inexplicable, mi corazn lata con fuerza mientras contestaba. "Por supuesto." No dijo nada de inmediato, y pens que necesitaba coger aliento. As que camin por la habitacin para reunirme con ella. Me coloque contra el alfizar de la ventana en el lado opuesto de la ventana. Un tres metros nos separaban. Ahora que estaba ms cerca, pude ver que sus mejillas estaban rojas, como si estuviera avergonzada. "Annie?" Pregunt suavemente, mirndola a esos ojos que con tanto cuidado esquivaban los mos. Ella sonrea, pero era una sonrisa irnica. Vacil, tomo una respiracin profunda y suspiro en voz alta antes de preguntar. "Ests saliendo con alguien?" Ella sigui mirando por la ventana. Mi corazn lata salvajemente. La tensin hizo que me riera nerviosamente. "Ests aqu todos los das. As que dime. Estoy viendo a alguien?" Estaba dispuesta a mirarla, pero su negativa a mirarme era constante. La tensin flotaba en el aire entre nosotras, y yo deseaba profundamente que su pregunta significara que estaba interesada en m. Estaba luchando con su respuesta, y yo poda sentir su angustia y sus dudas. Una vez ms un profundo suspiro escap de sus labios antes de hablar. "Supongo que eso significa que la nica persona con la que te ests viendo soy yo." Sus ojos me miraron antes de volverse haca un punto lejano. Pens que mi corazn dejaba de latir por completo. Ha dicho lo que creo que ha dicho? Mi mente estaba funcionando a toda velocidad al igual que mi corazn, saltando de un pensamiento a otro. El silencio se extendi, y pude ver la expresin de Annie vacilar. Estaba tan nerviosa. "Siempre que puedo." Le dije la verdad. Mi corazn palpitaba, tom una bocanada de aire. "Y si fuera por m, me gustara verte an ms." Ahora era mi turno de estar nerviosa. La mir de cerca, rezando para que hubiera dicho lo correcto. Que haba interpretado lo que me deca correctamente y no acababa de hacer el ridculo mas espantoso. Su expresin se aclar, una pequea sonrisa de dibujaba en sus labios mientras el alivio pareca invadirla. Luego movi la cabeza lentamente, siendo, al parecer incapaz de mirarme a los ojos. "Annie?" Mi voz sonaba humilde. Segua mirando hacia afuera cuando finalmente habl. "Estoy aqu contigo todos los das, Kate, y es todo lo que puedo hacer para estar cerca de ti." Sus labios se curvaron suavemente. "Tengo la esperanza de que tal vez t sientas algo tambin. Sientes algo de la misma forma que yo?" "Lo siento". Mi voz se hizo ms firme y mi corazn se dispar. Silencio. Entonces, finalmente, levant sus ojos haca los mos. La anchura de la ventana estaba entre nosotras, y lo nico que quera hacer, en esos momentos, era cerrar la brecha. Pude ver su nerviosismo en sus ojos. "En serio?" La palabra fue casi un susurro. "En serio". Yo estaba sonriendo ahora, llena de confianza. Sus ojos estaban fijos en mi sonrisa, y vi como sus labios se cerraban finalmente con timidez. "Entonces, por qu no me lo dijiste?" Su audacia estaba creciendo , casi jugando. Mi rostro palideci. "Primero, estaba muy asustada." Ella me estudi."Y lo segundo?" Tena la cabeza inclinada hacia un lado. Dud. "Cuando me enter de que habas estado casada, pens que tal vez fueras hetereo. No hay nada peor que acercarse a una mujer hetereo y ser rechazada." Considero mis palabras. "Supongo que eso es as. Pero pens que te estaba insinuando, de todas las maneras posibles, que estaba interesada en ti." "Excepto decrmelo directamente:" Interrump. "Por supuesto que no." neg con la cabeza. "Tena demasiado miedo." Me ech a rer. Las dos habamos tenido demasiado miedo. Nos miramos la una a la otra, bajando torpemente nuestros ojos, sin saber qu hacer a continuacin. Levant una mano hacia ella, y me sorprend al ver que se turbaba. Pareca ms nerviosa que nunca. Estudi su rostro, confuso e incierto. A continuacin, una idea se me ocurri. "Annie, alguna vez has estado con una mujer?" Ella palideci de nuevo antes de mirarme a los ojos. "S, he estado." Levant la barbilla desafiante. "Exactamente con una". Hizo una pausa antes de sonrer con picarda. "Por qu? Me veo como una novata?" Mi risa era completa y honesta. "En realidad, s. no conozco muchas lesbianas que sea como t." Frunci el ceo. "Es ridculo, no es as?" "Probablemente", admit. "Por no hablar de que ests pensando en un estereotipo", me reprendi, levantando un dedo y agitndolo en mi direccin. Me re. Entonces nuestros ojos se encontraron y sostuvieron la mirada, y la risa fue reemplazada por una espesa tensin. "Entonces, qu vamos a hacer al respecto?" pregunt. La contempl durante unos instantes, sin desear nada ms que envolver mis brazos alrededor suyo y tirar de ella hacia m. Pero algo me deca que sera un enfoque equivocado. "Te gustara salir en una cita?" Mis cejas se levantaron con sorpresa. "Creo que eso es lo que hemos estado haciendo." El sonido de su risa envi un escalofro por mi pecho. Apenas poda creer que hubiramos llegado tan lejos. "Es algo que se siente de una manera especial, no es as?" Arrug la nariz y estuvo de acuerdo conmigo. "Qu tal si tenemos una cita de verdad? el viernes," suger. Sacudi la cabeza. "No estara bien. Tengo que venir aqu cada noche para ver que han hecho los trabajadores , y la tensin sera casi insoportable." Ahora y con toda claridad estaba bromeando, seguro. "Est bien", balbuce mientras mi mente buscaba una solucin rpida e ingeniosa. Pero no se me ocurri nada. Encogindome de hombros, levant las manos en el aire, con las palmas hacia arriba. "Tienes alguna sugerencia?" Sus cejas se juntaron y frunci el ceo brevemente antes de levantar sus ojos hacia los mos. Su mirada era sensual. "Por qu no vienes aqu y me besas?" Pens que un dardo haba atravesado el pecho. Mi estmago revoloteaba, hice un gran esfuerzo para ocultar mi nerviosismo. "Quieres comprobar mis habilidades, eh? As es un poco difcil." "Apuesto a que lo haces muy bien bajo presin." Su sonrisa era algo malvada mientras lentamente se apart de la ventana y cubri los pocos pasos que haba entre nosotras. Era consciente de que mi sonrisa se haba borrado mientras ella se acercaba a pocos centmetros de mi cara. Su sonrisa tambin haba desaparecido, y yo no estaba segura de si los latidos del corazn que escucha eran del suyo o del mo. Con cuidado, con deliberada lentitud , llev una mano a un lado de mi cara. Con dos dedos, se coloc un mechn de pelo detrs de la oreja antes de dejar la palma de su mano descansando en mi mejilla. Instintivamente, mis labios se volvieron y encontraron el centro suave de la palma. Nuestros ojos se encontraron mientras dejaba que mis labios siguieran acariciado su piel. Hasta haca un momento haba pensado que no sera capaz de darle un beso, pero ahora tena en el estomago un cosquilleo familiar , y se palpaba la tensin en la fijeza de nuestra mirada. Cubri con su mano mi mano izquierda, y poco a poco quito la mano de mi boca mientras mi otra mano se deslizaba en su cintura. No tuve que pedirle que se acercara ms , porque antes de que me diera cuenta ella estaba en mis brazos, sus labios suaves y hmedos buscando los mos. Seguramente me haba muerto y estaba en el cielo.
Captulo 14
A la maana siguiente hice algo que no creo haber hecho desde la universidad. Llam al trabajo diciendo que estaba en enferma. Despus de despertar y encontrarme a Annie acurrucada a mi lado , saba que de ningn modo me iba a dejar ir a la oficina. Nos tiramos en la cama hasta media maana, besndonos y tocndonos. Explorando nuestros cuerpos como si ninguna de nosotras hubiera estado antes con otra mujer. Nuestros besos eran lentos. Delicados y deliciosos. "Si hubiera sabido que esto iba a ser tan bueno, no habra esperado tanto tiempo para seducirte." Annie susurr las palabras en mi odo con la suavidad de su cuerpo tocando el mo. "T me sedujiste?" Puse mis manos sobre sus hombros y juguetonamente la empuje lejos. Le haba quitado las horquillas del pelo temprano la noche anterior, y ahora los rizos caan sueltos creado una sombra de oscuridad contra la luz brillante del sol que brillaba en la habitacin. Se puso de espaldas y yo la segu, acostada a su lado y apoyando la cabeza en una mano. "Tuve que hacerlo," ella se encogi de hombros. "Te estabas tomando tanto tiempo que pens que nunca te atreveras a hacerlo." Estaba sonriendo. "No tena ni idea de que fueras tan tmida." "No ser tan tmida nunca ms." Sonre. "No, no lo seas," estuvo de acuerdo. Su sonrisa se hizo ms grave cuando levant un dedo y traz el contorno de mi boca. "No puedo decirte lo mucho que quera que esto sucediera." "En serio? Cundo decidiste eso?" Ella no tena que pensar en su respuesta. "La noche en casa de tus padres, durante la subasta. Antes de eso, siempre pens que eras atractiva. Pero eras mi adversaria en tantas ocasiones." Me pellizc el trasero suavemente para dar ms nfasis, hacindome sonrer. "Pero esa noche supe que me gustara estar contigo si tuviera la oportunidad." Ella estaba dibujndome la clavcula con un dedo. "Qu hay de ti?" Sonre, recordando. "No estoy segura exactamente. Pero Beth saba que me gustabas mucho antes incluso de que yo estuviera dispuesta a admitirlo." "Beth?" Annie pareca sorprendida. Asent con la cabeza. "Ella es la que siempre me ha empujando hacia ti." "En serio?" Annie estaba sonriendo. "Recurdame que le d las gracias." "Lo har. Pero no s si podre soportar que diga Te lo Dije." Las dos escuchamos ruido en el piso de abajo, y juntamos nuestras cabezas. Tarde un momento en darme cuenta de que eran los ruidos. "Oh, Dios mo. Los trabajadores de la reforma. Todo por tomarme el da libre." Annie se ri y mir el reloj de la mesilla. "Probablemente debera abrir la tienda de todos modos", suspir. "Por qu no vienes conmigo? Necesito tu ayuda con algunas cosas. Podras ayudarme a mover algunas cosas de sitio y poner persianas nuevas". Pens que realmente sonaba divertido. "Slo me quieres por mi fuerza bruta", brome. Annie me miro de una forma ardiente. "Si solo te quisiera para eso, cario, contratara a algunos hombres fornidos. Tengo en mente otros muchos planes para ti." Sus palabras enviaron un escalofro a lo largo de mi espalda. Casi no poda esperar. Nuestras vidas comenzaron a caer en una especie de rutina. Annie continuaba apareciendo en mi puerta cada noche, inspeccionaba el trabajo realizado durante el da, y despus se una a m para la cena y tras esta tenamos largas conversaciones. De vez en cuando, por la noche regresaba a su casa a dormir. Pero con frecuencia, terminbamos acurrucadas una alrededor de la otra en la cama, y no se ira hasta que la luz del da iluminaba la habitacin. Los sbados, me una a ella en la tienda en la que iba aprendido ms cosas acerca de la empresa y el mundo de las antigedades. Aprenda mucho ms los domingos, cuando a vivamos a la tienda a hacer todo lo que no habamos podido hacer entre semana, la contabilidad , el inventario y colocar y reordenar los artculos. A continuacin mirbamos las prximas subastas y eventos y nos dedicbamos a buscar, en los peridicos locales, las posibles gangas. No tena ni idea de todo el trabajo que conllevaba el tener una tienda. Estuvimos cerca de tener nuestra primera pelea a la hora de cuadrar los libros de Secretos del Pasado a finales de junio. Despus de pasar horas tratando de entender los garabatos en el inventario y registro de ventas que Annie llevaba, finalmente la convenc para que me dejara pasarlo todo a una computadora. "Odio los ordenadores", insisti, alzando la barbilla desafiante. La mir fijamente, inquebrantable. "Tienes un ordenador?" Le pregunt. "No." Su tono era firme. "Alguna vez has trabajado con alguno?" Le pregunt. "No." Una vez ms su tono era firme. Me quera rer, pero me contuve y prob con el razonamiento lgico. "Y si pudiera poner toda esta informacin en una simple base de datos que te permita tener tu inventario en un solo sitio?" "Est todo en un solo sitio." Dio unos golpecitos con el dedo en el libro de contabilidad con el borde verde con el que haba estado luchando durante muchas horas. "Est bien," empec lentamente. "Pero de esta manera podra ser ms fcil de manejar. Y si pudiera poner todo tu inventario en una base de datos y poner toda tu contabilidad en un sistema nico." Hice mi mejor esfuerzo para razonar con ella. "No tendras que pasar tanto tiempo al final de cada mes tratando de cuadrarlo a todo." Ella pareci vacilar, as que aproveche la oportunidad y contine. "Todos los das sabrs exactamente tu situacin financiera, lo que se ha vendido, lo que hay que aadir al inventario ..." "Pero no s nada sobre ordenadores." Su voz haba dado paso a la ansiedad y la frustracin. "Te puedo ensear, Annie." Estaba arrugando la nariz. "Mi contable, sin duda, estar muy feliz." Ella suspir. "Ha estado detrs de m para que informatice todo desde hace dos aos." Baj los ojos y puso mala cara. "No me gustan los cambios," gru en voz baja. "Y qu si soy un idiota y no puedo aprender a usar un ordenador?" "Soy muy paciente, Annie." Mi sonrisa fue lenta. "Y una buen maestra, lo prometo." Annie levant la ceja. "Me imagino que lo eres," sonri. As que me puse a la tarea de comprar un ordenador y una impresora y instalarlas en la tienda. Mi misin era encontrar primero el software perfecto para poder hacer todo lo que queramos, y luego pasar todo el inventario y la contabilidad al nuevo sistema. Nuestras noches cambiaron cuando cada da, despus del trabajo, iba directamente a Secretos del Pasado, continuando donde lo haba dejado el da anterior. Annie se quej de que me haba convertido en una sosa, pero segu dicindole que era solo por poco tiempo. Pero viendo como miraba por encima del hombro lo que iba haciendo o la forma en que me responda a una pregunta cuando no poda descifrar sus garabatos en uno de sus libros, me di cuenta de que estaba agradecida. Ella tambin se puso al da en otras reas, no solo miraba los anuncios de subastas y los catlogos de los distribuidor, sino que sala y compraba artculos para traerlos a la tienda. Eso, junto con la reforma de la gran sala en marcha y avanzando rpidamente, haban transformado mi vida totalmente. Tanto era as que mi trabajo en la oficina se estaba resintiendo. Saba que slo estaba haciendo lo imprescindible para cubrir el expediente, y me di cuenta de que ni siquiera me importa. Pero a Donald Gold si le importaba. "En qu ests trabajando en estos das?" Su voz me sobresalt cuando su gran cuerpo ocup el hueco de la puerta de mi oficina. Supuse que estaba preguntando por el caso de su hijo, y respond del mismo modo. "Todava estoy trabajando en el caso de su hijo. Me voy a reunir de nuevo con su abogado la prxima semana para tratar de llegar a un acuerdo una vez ms." Pareci pensar en eso y frunci el ceo. "Trabajar en el caso de mi hijo es muy importante para m, te lo aseguro", comenz. "Pero no es un trabajo a tiempo completo." Su voz era suave y sarcstica. "En qu ms ests trabajando?" Haba logrado alterar mis nervios. "Estoy terminando la peticin para el caso Pritchard," tartamude. "Eso debera haberse hecho hace dos semanas", espet. Sus fosas nasales le quemaban, y pude sentir su ira extenderse por la oficina. "Tienes que empezar a poner a un lado lo que te tenga tan ocupada y centrar tu cabeza en el trabajo." l me mir, y trague saliva, incapaz de encontrar una respuesta. "Ha quedado claro?" "S, seor". Me las arregl para gruir las palabras, saba que en absoluto haran nada por m. El ceo de Donald se hizo ms profundo antes de darse la vuelta y alejarse. El silencio se hizo ensordecedor. Haba conseguido pillarme con la guardia baja. Tena razn, por supuesto. Yo no haba hecho gran cosa en semanas. Todo haba cambiado tanto, con la construccin, la tienda, la contabilidad ... y Annie. Esa era la diferencia. Annie haba producido grandes cambios en mi vida. Era ya un poco tarde para frenar un poco. Ambas parecamos estar yendo a toda velocidad hacia adelante, sumergindonos en la vida de la otra. Me frot los ojos. Lo realmente loco era que no tena ni idea de hacia dnde bamos. Todo el tiempo que pasbamos juntas, realmente no saba cmo se senta acerca de m o de nosotras. No es que yo hablara mucho de mis sentimientos hacia ella, me record a m misma. Pero se senta extrao estar reorganizando mi vida cuando yo no tena ni idea de hacia dnde se diriga esta relacin. Todava saba muy poco acerca de ella. Nunca hablaba del pasado, y mientras yo quera saber cosas de su pasado , nunca pareca ser el momento adecuado para preguntarle sobre ese particular. As que decid que tena tiempo de sobra para llegar a conocerla mejor, para entender cmo se haba convertido en la mujer que era. Me frot los ojos y deje escapar un largo suspiro. Tena que hacer algo con el trabajo, pero ni siquiera saba por dnde empezar. Saba que tena que encontrar un cierto equilibrio, que no era saludable estar centrndome tanto en Annie. Annie. Sonre al pensar en ella, y en lo mucho que haba cambiado mi vida en tan poco tiempo. Al diablo con Donald Gold, decid. l y su bufete de abogados tenan poco que ver con mi futuro.
Captulo 15
No poda entender lo que estaba viendo. La descripcin que haba en el libro junto a la entrada 12 de febrero, deca RC Plat F.D. SUST - $??. Yo saba que haba visto la misma frase RC Plat F.D. en otro lugar, pero no recordaba dnde. Para empeorar las cosas, ni siquiera pareca la letra de Annie; me haba costado pero ahora entenda la letra de Annie bastante bien. No tena idea de lo que un RC Plat F.D. era, o de la cantidad que deba poner como precio de venta del artculo, mi frustracin iba creciendo. Normalmente hubiera seguido adelante y pasado al da siguiente, pero ya lo haba dejado atrs dos veces y estaba todo preparado para cerrar el mes. Annie estaba fuera, en una subasta, yo estaba muy irritada por no ser capaz de terminar sola. Hasta ahora haba terminado dos meses, hasta junio, pero febrero me estaba dando problemas para terminarlo todo. Me mora de ganas de poder terminar y comenzar a ensearle a Annie cmo llevar el control de las cosas de ah en adelante. "Ah". De hecho, me dije en voz alta mientras me arrodillaba y buscaba en los estantes de debajo del mostrador, Annie guarda las copias de todos los recibos en cajas de zapatos debajo del mostrador. Todo lo que tena que hacer era encontrar la copia y asentar la cantidad. Bastante simple. Salvo que el nmero de recibo no estaba en su lugar. As que tuve que mirar cada recibo de la caja de febrero, uno a uno, hasta que finalmente encontr la copia que buscaba en la parte inferior. Treinta y ocho dlares. Misin cumplida, puse la caja donde la haba encontrado y me volv hacia el ordenador y teclee la cantidad. Con unas pocas pulsaciones del botn y unos cuantos clics ms tarde, me encontr con algunos informes y me sorprend por los resultados. No me cuadraba por treinta y ocho dlares. Maldicin. Los recibos de la caja registradora no coincidan con las entradas en el libro mayor. "Hola." O la voz de Annie a la vez que escuch el tintineo de la campanilla de la puerta. "Hola." No perd tiempo en doblar la esquina del mostrador y tire de ella en un fuerte abrazo. "Cmo te fue?" Gimi antes de responder. "Una prdida total de tiempo, de verdad. Todo estaba en un estado penoso, y no tengo ni el tiempo ni la energa ni la paciencia para ponerme a hacer trabajos importantes de restauracin." Me dio un beso rpido. "As que has vuelto con las manos vacas?" Le pregunt. "Me temo que s," suspir. "Cmo te va a ti? Has domado ya a la bestia?" Habamos comenzado a referirnos al proyecto que estaba llevando a cabo simplemente como la bestia. "Ya casi he terminado." Tuve que moderar mi entusiasmo. "Tengo todo cuadrado excepto febrero. Crees que si te enseo algo podras ser capaz de entenderlo?" "Tiene que ver con las matemticas?" se burl ella, y se ech a rer. "Slo un poco", le asegur. "Es slo esta entrada, estoy teniendo problemas con ella." Camin hacia el otro lado del mostrador y volv el libro hacia ella para que pudiera leerlo. Se inclin para verlo ms de cerca y yo empec a explicarle. "El nmero veintitrs-catorce, ves?" Seal a la entrada. "No hay precio al lado, as que he buscado la copia rosa." Alz los ojos a los mos con rapidez, todo rastro de la sonrisa anterior haba desaparecido. "La encontraste?" "S". Me agach y levant la tapa de la caja de zapatos, sacando lo que me peda. Me la cogi de las manos y se qued mirndola con fuerza. "Treinta y ocho dlares." Su voz sonaba hueca. "Si. As que pens que todo estaba solucionado, excepto que despus de apuntar la cantidad, tengo un descuadre, en el mes, de treinta y ocho dlares." Vi el ceo fruncido y el gesto de sus los labios, y en ese momento me hubiera gustado que nada de esto estuviera sucediendo. "En realidad, No es una gran cantidad. Tus depsitos en efectivo del mes cuadran salvo por treinta y ocho dlares. Eso es todo." Trat de sonar alegre, pero saba que mis intentos fracasaban. Annie estaba molesta. Su expresin facial y el lenguaje corporal gritaban a todo volumen. "Annie. Slo descuadran treinta y ocho dlares. No es gran cosa." Me estaba excluyendo, la ira que se reflejaba en su rostro era algo que jams haba visto antes. Cuando por fin habl, su voz era firme y invariable. "Me temo que es mucho ms que eso." La observ durante varios minutos, sin poder llegar a creer que estuviera tan molesta por una pequea cantidad de dinero. Finalmente, asinti con la cabeza hacia la caja registradora, y mis ojo siguieron su mirada. Haba estado all durante mucho tiempo. Una copia blanca de un recibo de venta que ella haba dejado a un lado de la caja registradora. Lo haba visto muchas veces, pero nunca haba preguntado si era importante o por qu estaba all. El nmero del recibo era el veintitrs catorce. Annie extendi la mano y tir de l con cuidado mientras estudiaba la escritura. RC Plat ED. - $ 2100.00. "Dos mil cien dlares?" Mi voz son profunda. Qu demonios significa todo esto? "Exactamente". La voz de Annie sonaba cansada mientras tomaba el recibo y lo puso junto a la copia rosa en el mostrador. A excepcin de la cantidad eran idnticos. Annie estaba sacudiendo la cabeza. "Annie". De repente me sent muy lejos de ella. "Qu est pasando? Qu significa todo esto?" Mi preocupacin fue creciendo. "Es una larga historia." Se vea derrotada, sus ojos vacios de su caracterstico brillo. "Hace un tiempo," comenz, y luego se corrigi. "Doce de Febrero, para ser exactos, mi ex marido vino agitado aqu diciendo que haba encontrado a alguien que estaba buscando una rplica de un plato Royal Copenhagen . Flora Dnica, para ser exactos. Al parecer, haba visto que yo tena uno en la tienda y me dijo: que estaba hacindole un favor a ese hombre recogindoselo. "Ella se detuvo y sacudi la cabeza. "Debera haber sido ms precavida." Segu mirndola fijamente, sin comprender. "No tuvo ningn problema en hacer un recibo y apuntarlo en el libro, y yo slo quera mandarlo a la mierda, as que le dije que se fuera. No me pago el plato, y no me moleste en cuadrar los treinta y ocho dlares". Su marido era un idiota. Ya me haba imaginado mucho antes que deba serlo. Pero aparte de eso, yo no entenda muy bien lo que todo eso significaba. Mirando de nuevo a los recibos, Annie, sacuda la cabeza. Su sonrisa era amarga cuando ,me mir de nuevo. "Ves la diferencia aqu?" Dijo, refirindose a los recibos. En la copia de la tienda, dice REPL, siglas de rplica. "En el original, no hay tal notacin." Vea la diferencia entre los dos, pero todava no tena ni idea de por qu estaba tan molesta. La mir fijamente sin decir nada. "Un caballero me devolvi el plato hace un mes. Dijo que mi marido se lo haba vendido como un Royal Copenhagen original. Haba pensado que estaba comprando una ganga por slo dos mil cien dlares." La luz se empezaba a hacer en mi mente. "Su marido vendi una copia como si fuera un original?" "Exactamente". Ella dej caer las manos en el mostrador. "Y se embols ms de dos mil dlares en la venta. Dos mil dlares que tuve que reembolsarle al tipo al que se lo vendi". "Pero fue l quien se lo vendi!" Yo estaba furiosa. "Si, pero el recibo tiene logo de Secretos del Pasado. El comprador crea que estaba haciendo la compra en una tienda de confianza. Tuve que devolver el dinero para mantener mi reputacin." Me qued muy sorprendida. Qu clase de hijo de puta hara una cosa as? "Annie, tenemos que hacer algo para recuperar tu dinero." Ella sacudi la cabeza. "Podemos presentar una demanda." Ella me estaba dejando a un lado. "Annie", le suplique, alzando la voz. "Soy abogada. Djame ir a por este tipo." "Tengo un abogado, Kate." "Pero yo .." "Cmo quedara que mi amante me representara en una demanda contra mi ex-marido? Qu bien se lo pasara." Pareca razonable. "Pero, Annie, no se trata de nosotras. Es un el robo y " "Tengo un abogado, Kate." Casi grit las palabras, detenindome en seco. "Est bien, Annie. Lo siento", dije en voz baja. "Slo estaba tratando de ayudar." "Lo s." suspir y cerr los ojos. "Lo siento, levant la voz. Estoy tan frustrada." Yo no saba qu decir. Tena tantas ganas de poner un plan en marcha. Mi mente lgica ya estaba escribiendo la demanda que debamos presentar. Pero era dolorosamente obvio que no quera mi ayuda en este asunto. No poda entender por qu. Por qu lo protega de esta manera?. La tristeza en sus ojos me hizo olvidar mis propias preguntas. Sin decir una palabra, di la vuelta al mostrador con mis brazos abiertos. Ella nunca me haba abrazado tan fuerte.
Captulo 16
"Lo de esta noche ha sido maravilloso." Annie murmur las palabras en mi odo mientras se acurrucaba contra mi cuello. "Me alegro de que te haya gustado," le dije, mientras que le alisaba el cabello. "Beth es tan dulce. Crees que se ha divertido?" Annie levant la cabeza lo suficiente para que nuestros ojos pudieran mirarse. "S que lo hizo", le dije. Habamos invitado a Beth y a su hijo a una parrillada, con la excusa de que quera que viera lo que habamos hecho en el gran saln. Beth no tena ni idea de que lo que realmente bamos a celebrar era su cumpleaos. Y si lo haba sospechado, no demostr nada. Estuvo bien tener a Beth y a Annie en la misma habitacin, a pesar de que se haban burlaban sin piedad de m y de cualquier cosa imaginable. Beth me haba llevado a un lado para decirme, en privado, lo contenta que estaba de que Annie y yo estuviramos juntas. "Las dos estn muy bien juntas, Kate." "Eso crees?" Le pregunt, repentinamente insegura. "Absolutamente", haba insistido. "Todo lo que he visto esta noche me dice que las dos son muy felices juntas. La forma de rer e interactuar. Ambas estn tan atentas la una a la otra."Sonri y agrando los ojos. "En realidad es un poco escalofriante, la forma en que estn en la Luna cuando se juntan." Me golpeo el brazo juguetonamente. "Nosotras no estamos en la Luna", insist. "Si lo estas. Las dos lo estn. Pero es muy dulce." Trat de soltar un gruido, pero fracas. La cara de Beth se puso seria. "Es bueno verte feliz , Kate. Y es evidente que Annie cuida de ti." Ahora sonre al recordar las palabras de Beth. "Beth dijo que es obvio que te preocupas por m", le dije a Annie. Ella estaba muy ocupada entrelazando sus dedos con los mos. "Ella cree eso, eh?" No pude ver sus ojos, pero poda decir por el tono de su voz que tenan un ligero desenfado. "Eso es lo que dijo," le dije. "Hm." Annie se alej de nuevo y me miro a los ojos. "Y t qu piensas? Crees que es obvio que me preocupo por ti?" Estudi mi rostro mientras sus dedos continuaban su baile de con los mos. Su pregunta me puso nerviosa. "Slo puedo esperar que lo hagas", fue mi respuesta. Pareca sorprendida por mi respuesta. "No es obvio para t?" De repente me sent tmida. "Bueno," comenc, en busca de las palabras adecuadas. "En realidad, nunca hablamos de nosotras, verdad? Parece que siempre estamos tan ocupadas haciendo cosas juntas que casi nunca tenemos momentos de tranquilidad como este." Vi su reaccin, pero su rostro era inexpresivo. "No me malinterpretes, Annie. Me encanta el tiempo que pasamos juntas. Pero hay que admitir que siempre estamos muy ocupadas." Su sonrisa fue lenta. "La vida parece ms agitada estos das, no es as?" "Ciertamente", estuve de acuerdo. "Pero no lo cambiara por nada." "En serio?" Sus ojos brillaban. "No hay nada que cambiaras si pudieras?" "Eso no es del todo cierto," admit. "Por un lado, me gustara cambiar mi trabajo. Aunque no estoy muy segura de lo que me gustara hacer, exactamente." "Uh-huh", Annie me animaba a seguir hablando. "Qu ms?" Busqu en sus ojos, tena miedo de decir lo que estaba pensando. "La verdad?" "Por supuesto", me anim, dndome un apretn en la mano y colocando una pierna sobre la ma mientras estbamos sentadas juntas en el sof. Mi duda fue breve. "Me gustara tener ms periodos de tiempo a solas contigo, as como ahora. Que pudiramos hablar ms y conocernos mejor. Te he visto casi todos los das desde hace uno meses, y s muy poco acerca de ti." Su sonrisa era suave. "Y qu te gustara saber?" Se inclin hacia delante lo suficiente para darme un beso en la barbilla. "Todo". Dej escapar un largo suspiro. "Tu color favorito. Cmo eras de nia. Me gustara saber cosas de tus padres y familiares. Ni siquiera s si tienes hermanas o hermanos." "Por desgracia no tengo hermanos", me dijo. "Creo que me perd tener a alguien con quien jugar de pequea. Aunque mis padres eran maravillosos." Su voz era suave. "Y el azul." "Perdn?" Haba perdido por completo el hilo de la conversacin. "Mi color favorito. El Azul". "Oh." Me re y extend mi mano libre para ponerla en su muslo antes de ponerme seria. Saba que estbamos a punto de entrar en terreno delicado. "Tambin me pregunto acerca de tu matrimonio", dije en voz baja. "S que no te gusta hablar de ello, pero estoy segura de que debe haber sido una parte importante de tu vida." La mir de cerca, esperando su reaccin. Esperaba que fuera a evitar el tema, y me sorprendi cuando empez a abrirse. "Tienes razn. No me gusta hablar de ello." Arrug la nariz. "Ni siquiera quiero pensar en ello." Cerr los ojos un instante y se sacudi. "Se trata de un mal, mal recuerdo. En muchos sentidos, ya ni siquiera me parece real. Mi vida esta tan bien ahora, slo quiero mantener eso en mi pasado. Eso tiene sentido?" Asent con la cabeza. "l no te hizo dao, verdad?" Neg con la cabeza. "No, no fsicamente, al menos. Era muy manipulador, lo aguante durante mucho ms tiempo del que deb." Se irrito y solt los dedos que tenamos entrelazados. Entonces sonri y levant una ceja. "En todo caso, por qu perder el tiempo hablando de l, cuando hay tantas cosas ms interesantes que decir." "De tu pasado, quieres decir?" Brome. Su voz igualo mi tono juguetn. "Tal vez", se encogi de hombros. "Ooh. Ahora tienes mi curiosidad va. Qu tipo de esqueletos ests escondiendo?" Su risa era gutural. "Me temo que mi vida ha sido bastante aburrida. Sobre todo en comparacin con la tuya." "Qu se supone que significa eso?" Fing escandalizarme. "Estas de broma? Una joven y guapa abogado como t? Debes haber roto varios corazones en tu camino." "No lo creo", le confes. "Realmente slo he tena una o dos relaciones importantes. La mayora de las veces he puesto primero mi trabajo. Ahora s que fue un error hacer eso." "As que eres una mujer ms sabia ahora?" Me encog de hombros. "Me gusta pensar que s. Por lo menos creo que ahora tengo mis prioridades en su lugar correcto." Annie estaba asintiendo en silencio. "Parece que te conoc en el momento justo." "Creo que, en eso, tienes razn." Asinti de nuevo. "Quieres decirme lo que est pasando contigo en el trabajo?. S que no eres feliz." "No lo soy", suspir. "Pero tampoco tengo prisa por irme. Tengo que cambiar mi situacin, pero no estoy segura de lo que debo hacer." Me encog de hombros. "No estoy tan preocupada por eso. Adems, pens que estbamos hablando de ti." Ella bostez y estir su cuerpo, sus brazos me rozaron mientras se estiraba. "Tengo demasiado miedo a que si te cuento todos mis secretos, pierdas el inters en m." "No", le asegur. "Adems" - su voz adquiri una dulzura seductora - "si hablamos de todo ahora, pronto te aburrirs conmigo. Tenemos que guardar algo para mantener la intensidad del fuego para cuando seamos viejas, nuestros cabellos estn grises y estemos sentadas en nuestras mecedoras en el porche delantero? " Probablemente hablaba en broma, pero quera tomar sus palabras en serio. "Es una proposicin?" Le pregunt. Su sonrisa era suave. "Puede ser. Excepto que slo llevamos vindonos unos meses y tengo una poltica firme de no casarme con alguien sin habernos conocido al menos durante un ao ." Casi me re, excepto que saba que , en parte, hablaba en serio. Suspir pesadamente. "Eres tan sensible, Annie Walsh." "Trato de serlo, Katherine Brennan." Me cogi la mano y se la llev a la boca, dejando sus labios a mi alcance. "Pero debo reconocer que he tenido fantasas que incluan esa parte." "En serio?" Ahora mi curiosidad se despert definitivamente. "Cmo qu?" "Adems de lo obvio?" Ella levanto la cejas maliciosamente. Luego respir hondo y habl en voz baja. "Fantaseo en cmo sera despertar a tu lado cada da. En compartir una casa contigo y tal vez remodelarla de arriba a abajo." Estaba teniendo problemas para aguanta una sonrisa. Mi corazn canturreaba mientras escuchaba sus palabras. Bes sus dedos, instndola a continuar. "Creo que mi vida se ha convertido en maravillosa desde que te conoc, y no puedo evitar pensar que me gustara mucho envejecer contigo, Kate." No pude contener la sonrisa por ms tiempo. Haba dicho tan elocuentemente lo que yo misma haba estado pensando. Slo poda pensar en el futuro y rezar para que nada se interpusiera en nuestro camino. "Te ves muy seria." Inclin la cabeza. "Espero no haber dicho algo equivocado, No me gustara que te asustes." Me apresur a tranquilizarla. "No me puedes asustar, Annie." Me di cuenta de lo mucho que me encantaba decir su nombre. Nuestros ojos se encontraron y nuestras expresiones oscilaron entre la felicidad y la precaucin. Mi respiracin se puso a temblar mientras un suspiro sala de mis pulmones. "Sabes que creo que te amo, no?" Era una manera tan tonta de decir las palabras, pero no poda mantenerlas por ms tiempo. "Seguro, espero que sea as." Ella sonri perezosamente y levant ambos brazos para envolverlos alrededor de mi cuello. "Porque creo que yo tambin te quiero." Hubiera sonredo, de no ser porque su boca encontr la ma y me estaba mordisqueando el labio inferior, haciendo que los ms extraordinarios estremecimientos recorrieran mi espina dorsal arriba y abajo.
Captulo 17
Tema mi encuentro con Melanie. Despus de todo, no haba nada nuevo que decir, y ciertamente no haba posibilidad de llegar a algn tipo de acuerdo que Donald junior aceptara. Toda esta pesadilla iba a terminar frente a un juez, y la clienta de Melanie iba a terminar jodida. Por mucho que quera devolverle la pelota al hijo de mi jefe, saba que era incapaz de hacerlo. No tena ni argumentos para planterselo. la Oficina de Melanie formaba parte del Derecho de Familia Cambridge Center en Massachusetts Avenue. Sentada en el estrecho espacio que una vez habamos compartido, compar el despacho con la exuberante elegancia a la que me haba acostumbrado . La diferencia era inconfundible, pero al estar en la oficina de Melanie record la prctica de abogaca que haba dejado atrs. Despus de todo, tal vez haba llegado el momento de reconsiderarlo y volver a mi antiguo trabajo. "As que dime que tienes buenas noticias, Kate." Melanie estaba centrada en el caso. "Sinceramente deseara que fuera as , Melanie. Pero no tengo nada nuevo que ofrecer." Sus labios dibujaron una lnea recta. "As que vamos a juicio", afirm de manera semejante. "Tena la esperanza de evitarlo." Asent con la cabeza totalmente de acuerdo. "Lo s, Melanie. Quiero que sepas que he intentado razonar con Gold y con su padre, pero simplemente no quieren." "Es un hijo de puta, Kate." "Ya lo s. Tal vez incluso mejor que t." Hice una pausa, pensando lo mucho que poda decir. Al diablo con l, decid. No le deba lealtad a Donald Junior. "Escucha, Melanie. Por si sirve de algo, creo que deberas saber que saqu a colacin todo lo que me dijiste cuando hable con los dos. Les dije que poda ponerse realmente feo en el juzgado y que no dudaba, bajo ningn concepto, que saldran todas las cuestiones acerca de la casa y que esta, es una herencia de sus padres a tu cliente. tambin mencion el hecho de que ni siquiera haban vivido juntos durante cuatro aos. le dije al padre que no crea que eso fuera bueno para su hijo, si se deca delante de un juez ". "Y?" "Entre t y yo, prcticamente se ri de m y me record que tena un montn de amigos entre los jueces y que no haba uno solo que no le debiera un favor." Escup cada palabra con amargura. Melanie silbo por lo bajo. "As que no vamos a poder evitar el enfrentamiento." Negu con la cabeza. "No, en absoluto. Se regocijan de tener la oportunidad de acabar frente a un juez." Melanie estaba sacudiendo la cabeza. "Esto es una mierda, Kate." Tuve que estar de acuerdo. "Ya lo s . Creme, he tratado de encontrar la manera de salir de este lo, pero no veo ninguna manera de que tu cliente salga airosa." Pareca realmente triste. "Lo siento, Melanie." "Lo s, Kate. Yo tambin." Ella suspir. "Esto va a ser horrible." Sus ojos cansados se posaron en los mos. "Tienes alguna otra buena noticia para m?" "Ninguna. Lo siento." No poda creer lo mal que me senta. Y eso que no quera tener implicaciones emocionales con mis casos. En lugar de sentirme mal por mis clientes, me encontraba en la posicin de sentirme culpable por culpa de los clientes de mi empresa que representaba. Ya fuera representando a Donald Junior en su divorcio o en representacin de un conglomerado empresarial que haca una compra de una pequea empresa, todo lo que senta ahora era culpa y tristeza hacia las personas que se cruzaban en el camino de mi bufete. "Muy bien." Melanie suspir y se apart de la mesa. "As que supongo que esto significa que te ver en una semana, no?" No me molest en tratar de ocultar mi gemido. "Me temo que s." Me puse de pie y levant mi maletn, le indique que no se molestase en levanterse para acompaarme. Se vea tan derrotada cuando se sent detrs de su escritorio, mirando por la ventana, olvidndose de yo que estaba all. "Adis, Melanie." Ella murmur un adis, y decid que no haba nada que pudiera hacer, excepto dejarla con sus pensamientos. Estaba tan distrada cuando cerr la puerta del despacho de Melanie que apenas la vi. Estaba sentada a slo dos metros de distancia, llevaba uno de sus vestidos favoritos de algodn, el pelo recogido sobre sus hombros. Incluso despus de que me diera cuenta, mi mente tard varios minutos para registrar su imagen y reconocerla. Estaba tan fuera de contexto que no me la imaginaba fuera de nuestra rutina normal. "Annie?" Sus ojos se iluminaron, a continuacin, con la misma rapidez, se transformaron en una mirada burlona, caracterstica de ella. "Hola." Se puso en pie. "Qu ests haciendo aqu?" -pregunt ella. Hice una mueca. "Trabajo. Un asunto doloroso." "No saba que conocas a Melanie." Me cost un momento ver su nerviosismo, y empec a preguntarme por qu iba a estar sentada en el Centro de Derecho de Familia Cambridge. Entonces me acord de los problemas que haba tenido con su ex marido, y me relaj. Mi sonrisa era tranquilizadora. "Conozco a Melanie desde hace aos, en realidad hace mucho solamos trabajar juntas aqu " La puerta que acababa de cerrar de la oficina de Melanie se abri de repente, y la mirada en el rostro de Melanie estaba cercana al horror. "Ests bien?", " Annie" Dijimos casi al mismo tiempo, mirndonos mientras Melanie mir primero a Annie y luego a m. "Ustedes dos se conocen?" Sus ojos siguieron mirando de una a otra. Me ech a rer. "Muy bien, en realidad." Me volv hacia mi amante y sent que mi estmago comenzaba a revolverse cuando vi la mirada en su rostro. Su tez haba palidecido, y pareca como si estuviera en shock. Estaba mirando directamente a Melanie. Segu su mirada y vi que Melanie estaba devolvindole la mirada. Algo estaba definitivamente mal. Me senta como si acabara de entrar en una habitacin y hubiera encontrado a mi amante teniendo una aventura. Mi mente daba vueltas mirndolas rpidamente. "Qu est pasando?" -Pregunt. "Por qu estis actuando de esta manera?" Annie dej escapar un gran suspiro a mi lado. Melanie pareca recuperarse de lo que fuera que la haba molestado tanto, y una especie de calma cay sobre ella. "Creo que tenemos un problema", dijo en voz baja. Me sent completamente desarmada. "Con qu?", Le pregunt estpidamente. Melanie mantuvo su atencin centrada en Annie. "Annie, Kate est representando a tu esposo en tu caso de divorcio." "Perdn?" Obviamente, yo no haba odo bien. "Lo ests representando?" El sonido de su voz era como un grito en mi odo. Me sent confusa, como si todo lo que estaba ocurriendo sucediera repentinamente a cmara lenta y yo no pudiera seguir el ritmo. Eso era simplemente ridculo. "Quieres decir que Donald Gold ?" Mis ojos iban a Melanie y de nuevo a Annie. Annie era un hervidero. "Por supuesto que me refiero a Donald Gold. T eres su abogado?" "Bueno, s. Pero no entiendo, Annie. Qu es todo esto?" Mis ojos se dirigieron de nuevo a Melanie, pidindole que me ayudara a dar sentido a la confusin. "Todo esto es algn tipo de confabulacin, no es as?" Annie comenz a divagar irracionalmente. "l te ha metido en esto, no es as." Comenz a andar y moverse por el suelo. "Annie". Dije su nombre varias veces, pero era como si no me escuchara. Entonces dej de caminar, con su rostro a escasos centmetros del mo. Sus labios se curvaron sarcsticamente. "T eres buena", se ri. "Me enamor de ti por completo." Sacudi la cabeza, la ira y la tristeza mezclndose en sus ojos. "Asegrate de decirle a Donald que todo lo que te est pagando, que sin duda ser mucho, ha sido bien invertido." Se dio la vuelta y comenz a caminar lejos de m. "Annie". La llam y di dos pasos en su direccin cuando sent la mano de Melanie sujetarme firmemente por el hombro. Trat de quitrmela de encima. "Annie" Saba que mi voz era demasiado fuerte, pero no me importaba. Las personas me miraban desde todos los rincones de la oficina. Annie no se molest en esperar un ascensor. Abri la puerta de la escalera y desapareci de mi vista. "Ven a mi oficina." Apenas poda or a Melanie decrmelo al odo. Me volv hacia ella, furiosa y desconcertada. "No!" Solt su mano de mi brazo. "Qu diablos est pasando, Mel?" Su expresin era sombra cuando me agarr del brazo y me llev a su oficina. La segu en un trance estupefacta, dejndome caer en la silla frente a su escritorio, mientras cerraba la puerta detrs de ella. "Jesucristo", murmur. "Qu desastre". Se dej caer en la silla y se frot los ojos. "Por qu no me dijiste que la conocas?" Levant los ojos acusndome. "Melanie". Mi carcter estaba casi fuera de control. "Yo ni siquiera s qu coo est pasando aqu. Todo lo que s es que mi amante esta repentinamente furiosa conmigo y ahora me ests acusando de algo de lo que no s nada." Me deslic hacia adelante en la silla. "De qu est hablando, Mel? Qu est pasando?" "De verdad no lo sabes?" "Saber qu?" Podra haberla estrangulado. Me mir fijamente, con los ojos suaves. "Annie es la esposa de Donald Gold". La mir fijamente. No comprenda nada. Sin asimilarlo. Definitivamente no lo poda creer. "Eso es ridculo", insist. Annie est divorciado, no es cierto? No dice que estuvo casada? No se refiere a su esposo como su ex? "Es cierto, Kate." Me negu a creerla. "Eso es imposible. Donald Junior est casado con una tal Hildegard Gold. Revis los papeles de divorcio, Mel." Mi voz estaba cargada de sarcasmo. Melanie asinti con la cabeza, su voz era tranquila ahora. "El nombre de Annie es Hildegard Ann Gold". "No", insist. "Es Annie Walsh." Melanie tom una respiracin profunda. "Walsh es su apellido de soltera. Lo mantuvo porque hace las cosas ms fciles para fines comerciales. Sus padres eran dueos de Secretos del Pasado y tena sentido seguir usando el nombre que todo el mundo conoca." Parpade con fuerza y me empez a entrar el pnico. Esto no puede ser verdad. No puede. Pero mi estmago se hunda y mis piernas se sentan dbiles. "Jesucristo". Mi estmago comenz a agitarse, y me incline hacia adelante, vi estrellas romperse y estallar detrs de mis ojos cerrados. "No tenas ni idea?" Me pregunto Melanie. No", insist. "Por qu tendra que haber pensado que Annie era la esposa de Gold? Me dijo que estaba divorciada." Pens en ello por un momento. "Por lo menos creo que eso es lo que dijo." Negu con la cabeza, tratando de despejar las telaraas que me estaban envolviendo. "Cunto tiempo han estado vindose?" Su voz era tranquila y suave. "Unos pocos meses." Negu con la cabeza, tratando de escrutar todo. "Nunca habl de su marido. Siempre pareca evitar el tema." Mir a mis manos, luego a Melanie. "Por qu iba a haberme ocultado eso?" dije, la ira, estaba empezando a sustituir a la sensacin de confusin que tena. Melanie se encogi de hombros. "No estoy segura, Kate. A menos que fuera porque estaba en pleno proceso de divorcio y no quera que eso fuera parte de su relacin." Segu moviendo la cabeza, sin creer en lo que pasaba. "Esto no puede estar pasando", dije en voz alta. Entonces me volv hacia Melanie. "Esto es una pesadilla." Melanie estaba asintiendo. "En ms de un sentido, Kate", comenz. "S que ests molesta y que ests cuestionndote la relacin ", hizo una pausa. "Pero piensa por un momento en las implicaciones en el proceso judicial, Kate." Consigui toda mi atencin . No crea que pudiera aguantar mucho ms. Tena que ir detrs de Annie, hablar con ella y tratar de averiguar qu haba sucedido. "Acaso el padre de Gold Junior tena alguna idea de que conocieras a Annie?" Melanie se estaba poniendo en su condicin de abogado. "Por supuesto que no. l no sabe nada acerca de mi vida personal." Tan pronto como dije las palabras, me di cuenta de que no estaba ya segura de nada. "Ests segura? Es posible que de alguna manera se lo dijeras?" Los ojos de Melanie se dirigan a los mos. Trat de repasar lo sucedido y recordar todos los momentos. "No puedo estar segura," admit. "No me puedo imaginar cmo podra tener algn conocimiento de mi relacin con Annie. Pero, de nuevo, no me extraara que l pensara manipularme para conseguir lo que quera." Melanie analizo este pensamiento durante unos momentos. "As que es posible", comenz a decir, "que Gold te diera este caso sabiendo que estas involucrada con la esposa de su hijo." Mi sangre comenzaba a hervir mientras segua su lnea de pensamiento. Mis puos se apretaron mientras continuaba. "Es posible que l supiera que tarde o temprano descubriras quin era Annie y que todo el caso, te estallara en la cara." "Y si el argumento principal de Gold es que l encontr a su esposa teniendo relaciones sexuales con otra mujer ..." "Imagnese qu tipo de argumentos tendra si se las arregla para retorcer todo esto delante de un juez y hacer que parezca como si Annie te sedujo con el fin de poner en peligro tu posicin con tu cliente." Me dola la cabeza. "Esto es una locura." Me frot los ojos, mi mente volvi a Annie. Dnde poda haber ido? "Tal vez." Melanie se encogi de hombros. "O puede que no." Se inclin hacia delante. "Tenemos que ir con cuidado, Kate. Tenemos que dar un paso atrs y planificar nuestros prximos movimientos." Saba que ella tena razn, pero estaba ms all del razonamiento. "Lo s", suspir. "Las dos necesitamos un poco de tiempo para pensar. Tengo que hablar con Annie ..." Melanie estuvo en silencio durante unos momentos. "Entonces ve y habla con ella, Kate. Mira lo que puedes hacer y lo que puedes averiguar." Yo ya estaba en pie. "Pero mantenme informada, de acuerdo? Promteme que vamos a unir nuestras fuerzas y pensar algo." "Est bien." Cog mi maletn. "Vamos a estar en contacto." "Y Kate?" Me volv hacia ella mientras abra la puerta. "S?" Su sonrisa era dbil. "Buena suerte, Kate. Annie es un encanto, y recuerda que por lo que ha pasado es muy grave, de acuerdo?" Asent con la cabeza, digiriendo sus palabras. "Gracias", balbuce, sintiendo como la garganta se me contraa. "Ella lo es todo para m, Mel." Trat de sonrer. "Todo".
Captulo 18
Mi reaccin fue ir en coche a la tienda. Era un martes, as que saba que tena que abrir la tienda. Aparque el coche justo en frente del edificio. El cartel de CERRADO colgaba en la ventana y mir el reloj. Casi la una. La tienda debera abrirse al medioda. Negndome a rendirme tan fcilmente, abr la puerta del coche y ande hacia la puerta principal. El pomo de la puerta no se movi. "Maldita sea". Tena la llave de la tienda en mi llavero, y la sostuve en mi mano, mirndola y dndole vueltas varias veces. Poda utilizar la llave para entrar en la tienda de Annie pero, dadas las circunstancias, pareca mala idea. La forma en que se haba ido del despacho de Melanie, haca que no pudiera predecir cmo reaccionara si me encontraba esperndola dentro de su propia tienda. Se sentira amenazada, sin duda. Volv, los pocos pasos que haba andado, hasta mi coche y me desliz detrs del volante. Tena que haber una solucin, una manera de encontrarla. "Bueno, duh!" Dije en voz alta. Podra ir a su casa. Puse la llave en el contacto y luego deje caer la mano, un dedo fro recorra mi columna vertebral. Nunca haba estado en su casa. Ni siquiera s dnde vive! Me ca en el asiento, la boca abierta y el abatimiento inundndome. "Quin ha estado manipulando a quin, Annie?" Pens en voz alta. Las cosas de repente empezaron a estar en su lugar. Annie siempre haba sido reticente a hablar de s misma. Haba evitado hablar de su ex marido y prcticamente de cualquier otra cosa sobre su vida pasada o personal. Nunca, ni una sola vez, me haba invitado a su casa. En esos momento no lo haba pensado mas. Era muy feliz de tenerla en mi casa todos los das, entrada y salida cuando quera. Sin duda se me haba pasado por la cabeza un par de veces que inusualmente reacia a compartir algunas partes de su vida conmigo, pero yo haba pasado por alto todas las seales de advertencia. "Tu me mentiste." Me haba dicho que ya no estaba casado. Ahora estaba segura de ello. Pens en volver a mi oficina, pero lo descart inmediatamente. Entonces me acord de los papeles en el maletn, los papeles del divorcio que incluan la direccin de la casa que Donald Gold quera quitarle a su esposa. Su esposa! Podra ir ahora, pens. Podra enfrentarme a ella y exigirle saber por qu me minti. Mi mente empez a imaginar diversos escenarios, ninguno de ellos me gustaba. Cerrando mis ojos, trat de ordenar todo lo que haba sucedido. Qu pasaba si Melanie tena razn? Qu pasara si Donald Gold de alguna manera me haba pedido que representara a su hijo porque l saba que yo me estaba viendo con Annie? No saba cmo poda haberse enterado, pero sin duda era posible. La imagen de Annie felizmente casada con Donald Junior nadaba en mi mente. Todava no poda creerlo y sacud la cabeza, borrando la imagen de mi mente. Por qu Annie haba mentido? y si supiera ms, acerca de mi relacin con el padre de Donald, de lo que pensaba? Seguramente tiene que haber sabido que trabajaba para Brown, Benning, y Gold. Rara vez hablbamos de mi trabajo, pero ciertamente haba docenas de mis tarjetas de visita esparcidas por la casa. Mi imaginacin tom algunas ideas nuevas y les dio vueltas. Tal vez me haban utilizado, pero tal vez haba sido Annie la que me haba estado manipulando. Se haba enterado de que yo trabajaba para el padre de Donald antes de que habamos empezado a vernos? Era posible que hubiera visto una oportunidad de desarmar las demandas de su marido saliendo conmigo? Dej mis pensamientos a la deriva a lo largo de estas ideas. Si Annie haba credo que poda hacer que me enamorara de ella, entonces tal vez lo haba planeado todo desde el principio. Como amante suya, no iba a hacer todo lo que estuviera en mi mano para disuadir a Donald de querer apropiarse de su casa? Levant una mano y me frot los ojos. Lo que pensaba, estaba empezando a tener mucho sentido. Era posible que pudiera ser tan astuta, fra y calculadora? Dej escapar un largo silbido mientras que esos pensamientos se apoderaban de m. Pero no iba a ver los obstculos legales de su plan? Que entonces debera haberme retirado del caso, razon. Si nuestra relacin sala a la luz, Donald me despedira inmediatamente. O no? Tal vez era Donald quien tena un plan en el que yo estaba incluida. Estaba demasiado confusa, demasiado insegura para tratar de arreglarlo todo. Tratando de dejar mis pensamientos a un lado, aceler el motor y puse el coche en marcha. Me faltaba tiempo para llegar a mi casa lo suficientemente rpido.
Captulo 19
Llevaba tres das sin ver a Annie. Ni una sola llamada telefnica. Ni una sola. Le haba dejado mensajes en su casa y en la tienda todos los das, dicindole que estaba completamente equivocada sobre lo que sospechaba y pidindole que me llamara. Pero mi telfono jams sonaba. Cada da llegaba a casa del trabajo, esperando y rezando para que estuviera en el gran saln, las inspecciones de los trabajos se haban terminado desde ese da en el despacho de Mel. Cada da era una decepcin. Decepcionada era un eufemismo. Devastada estaba, probablemente, ms cerca de la verdad. Me puse de pie en el centro del cuarto. Era primer viernes por la noche en muchos meses que no iba a pasar con ella. El dolor en mi corazn pareca irradiarse por todo mi cuerpo y la tristeza y la frustracin se apoderaron de m. El olor del serrn flotaba en el aire. Haban terminado de lijar toda la carpintera. La chimenea haba sido completamente despojada de la pintura blanca, quedando la piedra. No llevara mucho tiempo a los trabajadores barnizar, sellar y dar todos los toques finales. Y por qu? Sent lastima y lagrimas de frustracin se asomaban al borde de mis ojos. Era cierto que haba querido hacer algo con esta habitacin. Pero haba sido el entusiasmo de Annie el que me haba impulsado a hacer el trabajo. La pura emocin y la emocin en el rostro de Annie haban sido toda mi motivacin. Y ahora saba que nunca podra entrar en esta habitacin sin pensar en ella. Haba pasado horas y horas tratando de decidir si deba o no aparecer en su puerta. Haba conducido hasta Secretos del Pasado por lo menos una vez al da, slo para encontrarme el cartel de CERRADO colocado en la ventana. El telfono empez a sonar y me apresur a volver a la sala de estar, mi corazn estaba esperanzado cuando cog el telfono. "Hola?" "Kate?" Mi corazn se hundi. "Melanie?" Me dej caer en el sof y durante unos momentos solo escuche el silencio. "Ella me despidi, Kate." "Qu?" Las cosas podran estar peor? "Espera un poco." La voz de Mel sonaba a hueco. "Recib una llamada de su nuevo abogado, que me informo de que ya no se necesitan mis servicios." "Mierda, Mel. Ella te dio una razn?" "l", me corrigi. "Bob Gleason lleva el caso." Bob era otro antiguo compaero con el que Melanie y yo habamos trabajado, juntos o enfrentados, en muchas ocasiones. "Qu dijo?" "Me cont que haba estado reticente a aceptar el caso y que le dej claro a Annie que estaba totalmente en contra de lo que estaba haciendo. Pero me dijo muy claro que ella no quera que la representara". Poda or la tristeza en su voz. "Al parecer, Annie le dijo qie se encantaraba preocupada, que las dos estbamos conspirando en su contra." "Eso es ridculo!" -Grit. "Desde cundo esta tan paranoica?" Ella suspir. "No me sorprende, la verdad. No tienes ni idea de lo que el marido y su familia le han hecho pasar. Est convencida de que nunca va a quitrselos de encima, y esto slo aviva sus peores temores." "Pero, Melanie, no tena ni idea de nada de esto." "Lo s. Pero no hay nada ms que puedas hacer." Ella dud un momento antes de continuar. "Deberas saber que planean presentar una denuncia al tribunal, basndose en que los Gold conspiraron en su contra, y que tu y yo estbamos de acuerdo con ellos." Me sent como si el viento me hubiera golpeado. Empec a mordisquearme el labio inferior, mi mente dando vueltas en crculos. "Eso es lo peor que puede hacer." "Lo s, Kate. No estoy segura de si se trata de un farol o si realmente cree que tiene base para presentar un caso." "Tengo que ir a hablar con ella, Mel." Los planes comenzaron a concretarse en mi mente. "Hay que hablar con Bob. Hazle saber que tiene que convencer a Annie para que no presente esa denuncia." "Y cmo voy a convencerlos para que no hagan eso?" "No lo s, Mel. Y tcnicamente no estamos teniendo esta conversacin." Nos quedamos en silencio durante unos momentos. "Qu tienes en mente, Kate?" "Ni siquiera estoy segura", admit. "Pero hay que convencer a Bob que me d de tiempo hasta el martes antes de presentar la denuncia." "Esa es la fecha en que hay que estar en el juzgado." "Ya lo s. Pero si van a presentarla, no les har dao si es en el ltimo minuto." Tena que hablar con Annie y convencerla de que estaba completamente equivocada en todo lo que pensaba. "Hazlo, Mel. Llmalo. Consgueme algo de tiempo." "Voy a intentarlo." Su voz sonaba resignada. "Esfurzate, Mel." "Qu ests tramando, Kate? Prcticamente puedo or las ruedas de tu cabeza dando vueltas." Por primera vez en varios das, me re. "Ni siquiera estoy segura de m misma, o de que vaya a funcionar," le dije. "Pero lo estoy pensando, es probable que sea extremadamente inmoral y que es mejor para ti no saber nada al respecto." "Ten cuidado, Kate." Sonaba triste. "Lo har", le asegur. "Slo convence a Bob para que no haga nada, al menos hasta el martes." Nos despedimos y colgamos. Annie y yo bamos a tener una larga conversacin, y ayer no era lo suficientemente pronto para m. Cog el telfono de nuevo, dudando brevemente antes de marcar el nmero de telfono de Annie. Colgu el auricular cuando escuche el contestador automtico activarse. "Est bien", dije. "Si no vas a coger el telfono, entonces me vas a tener que cerrar la puerta en la cara." Corr escaleras arriba para ponerme unos pantalones cortos y una camiseta. Cog mis llaves y me dirig hacia la puerta. Bajando por Storrow Drive, tome la salida ms cercana a Secretos del Pasado, pensando que podra estar ah , al menos, vala la pena intentarlo. Conduca lentamente y vi que el cartel de CERRADO estaba colocado en su lugar. Genial!. Apret el acelerador y luego, con la misma rapidez, frene en seco. Algo no cuadraba. Mir de nuevo a la tienda, tratando de ver ms all del cartel de la ventana. Las luces estaban encendidas. Mir el reloj, y sealaba casi las siete y media. La tienda cerraba a las cinco de la tarde todos los das, y las luces tenan un temporizador para que se apagaran a las seis en punto. Eso significaba que Annie deba estar dentro. Dirig el coche a la acera, sent que mi corazn comenzaba a correr. No saba que decirle si estaba all. Y si se negaba a escucharme? La idea de Annie rechazarme me produjo una sensacin nauseabunda. Pero no poda preocuparse por eso. Apague el motor, me llevo hacer varias respiraciones profundas para calmar mis nervios. Eche un vistazo mientras me acercaba a la puerta. No pude ver ningn movimiento, pero estaba segura de que Annie se encontraba aqu. Cog con cautela el pomo de la puerta y lo gire, con la esperanza de que abriera fcilmente. La puerta estaba cerrada. Ahora tena un verdadero dilema. Poda llamar, en cuyo caso ella podra elegir entre ignorarme o simplemente negarse a abrir la puerta. O poda usar mi llave. Por un momento me pregunt si haba cambiado las cerraduras, pero la llave se desliz y dio la vuelta a la cerradura fcilmente. Mi corazn lata con fuerza, dicindome que entrara. La campanilla de la puerta son, y pens que mi corazn iba a explotar. Tratando de calmar mis nervios, cerr la puerta tras de m, asegurndome de que la cerradura estaba echada antes de ir haca el. Trate de escuchar buscando signos de actividad, mis odos se llenaron con el silencio y el vaco. Se me puso piel de gallina por todo el cuerpo, y de repente sent la tentacin de irme de la tienda. Saba que tcnicamente no era un allanamiento de morada. Pero si quera, Annie poda hacrmelas pasar muy mal. "Annie?" La llam suavemente por el nombre y escuch una respuesta, sin entender nada. El zumbido de lmparas fluorescentes me atrajo y entre en la estancia, donde o un chirrido leve proveniente del fondo de la tienda. Al acercarme, sonaba como si alguien estuviera levantando y moviendo muebles pesados. Me imagine que Annie deba estar moviendo una compra nueva desde la plataforma de carga externa, y no estaba muy lejos de mi suposicin. Estaba de espaldas a m y yo la vea levantar un extremo de una mesa de comedor de caoba. Estaba caminando hacia atrs y tirando de la mesa con fuerza, las piernas deslizndose por el suelo de roble. Ella solt la mesa, y eleg ese momento para interrumpirla. "Annie?" Ella salt hacia atrs y se llevo una mano al pecho cuando me vio. "Te has asustado?, tienes miedo de m?." "Lo siento." El solo verla me hizo olvidar lo que haba ocurrido durante la semana pasada. Di un paso hacia adelante, con las palmas hacia arriba, y mi estmago se hundi cuando ella dio un paso hacia atrs alejndose de m. "Qu ests haciendo aqu?" Su voz era dura, su ojos acusadores. "Tenemos que hablar, Annie." Mantuve mi voz calmada y tranquila. "As que acabas de decidir venir en tu coche?" "He venido con mi coche das desde la semana pasada." Luch contra el sarcasmo. "No has devuelto ninguna de mis llamadas telefnicas, y tengo que hablar contigo antes del martes." "Habla con mi abogado", me espet, volviendo a su tarea de mover la mesa. Poda sentirme cada vez mas enojada, y me llevo un poco de esfuerzo tratar de frenarme. "No seas un culo, Annie. Tenemos que hablar." A pesar de mis esfuerzos, pude or la frustracin en su voz. "No, Kate." Su voz explot cuando se cuadro y se enfrent a m. "Tcnicamente no debera estar hablando contigo de nada. Estas representando a mi marido en nuestro caso de divorcio. Demanda que me podra destruir totalmente en ms de un sentido. Sabe tu cliente que ests aqu?" "Por supuesto que no." "Y sabe que has estado confraternizando con el enemigo desde hace unos meses?" Sus manos se clavaron en las caderas. "O estaba en lo cierto al suponer que desde un principio te haba meti en esto con ese fin." No la reconoc. No era para nada la mujer que haba conocido y con la que haba pasado tanto tiempo estos ltimos meses. Estaba enojada y completamente irracional. Suspir. "Honestamente, exactamente no estoy segura de lo que los Gold saben o no saben," le dije. "Pero nunca te he mencionado de ninguna manera personal con ninguno de ellos." Sus ojos se apoderaron de m. "No te creo." Me qued boquiabierta. "Ni siquiera saba que Donald Gold era tu marido hasta hace tres das!" "Eso es lo que dices. Pero no creo que sea cierto." Quera gritar. "Annie, me dijiste que estabas divorciado. Yo ni siquiera saba que estabas casado, recuerdas?" Ella se encogi de hombros, con los ojos cerrados. "Eso es lo que quisiera creer, por lo menos. Pero nada me resulta fcil de creer ahora." "Creer qu?" No tena paciencia. "Me resulta difcil creer que no tuvieras ni idea de que estaba casada con tu cliente. No puedo creer que lo estabas representando todo ese tiempo y qu no te dieras cuenta de que l y yo estbamos casamos. Eso no sera tan difcil de entender. " Negu con la cabeza. "No lo saba, Annie." "Por cierto, no investigaste mucho," resopl. "Incluso tu padre saba lo de Donald." Lo saba? Empec a reprenderme a m misma. Me haba quedado dormida en lo concerniente a este caso? Me haba sentido tan atrapada y manipulada por Gold que no me haba tomado la molestia de hacer los deberes? Me senta impotente. "Mira, Annie. Puedes seguir adelante y pensar que soy una abogada de mierda. Lo cierto es que yo no saba nada." Me di cuenta por la mirada en su rostro que no estaba haciendo mella en ella. Se mantuvo firme en su negativa a creerme. "Djame que te diga lo que pienso", respondi ella, apoyndose contra la mesa que haba estado moviendo de sitio. "Creo que el padre de Donald te meti en todo. Creo que hizo que te mereciera la pena seducirme y meterme en tu cama." "Ests siendo irracional, Annie." "Seguro?" Levant una ceja. "l sabe que eres lesbiana, no es as?" "Nunca hemos hablado de ello", le contest. "Pero l lo sabe", me asegur. "Se suba por las paredes cuando se enter de que su hijo me haba sorprendido con una mujer. Simplemente sera perfecto seleccionarte para que representaras a su hijo." No poda estar en total desacuerdo con ella. Acaso no haba sospechado lo mismo? "No me preocupo por ellos, Annie. Me preocupo por nosotras." Estaba empezando a suplicarle. "En serio?" Su voz era tan fra. "Creo que todo ha formado parte de un plan. Una vez que me involucr contigo casi perd cualquier oportunidad que tuviera con mi acuerdo de divorcio." "Crees que fing todo esto?" Dije incrdula. Asinti con la cabeza. "La evidencia habla por s misma, Kate. Los Gold tienen un montn de dinero y poder. No es difcil creer te han pagado muy bien para poder atacar con algo que haga mucho dao." "No digas tonteras" Mi risa era dura. "Has estado viendo demasiadas pelculas." "Y usted est subestimando a su jefe", respondi bruscamente. Luego hizo una pausa, como si repensara su respuesta. "A menos que te este subestimando a ti y t ests jugando conmigo otra vez." Sacudi la cabeza, y se quedo en silencio un momento. "No s lo que creo, Kate. Pero ahora mismo no puedo creer una palabra de lo que dices. En absoluto deberamos estar hablando." "Realmente no me crees?" Ella neg con la cabeza. "No puedo, Kate. Sera tonto por mi parte hacerlo." Suspir profundamente. "Se va a llevar a mi casa, Kate." "S", le espet. "Una casa a la que ni siquiera me invitaste." Mi enojo creca. "Te cuidaste mucho de mantener tu matrimonio y todo lo relacionado con tu vida de manera que fuera un secreto para m." Me estudi un momento antes de encogerse. Su indiferencia me enfureci. "Me dijiste que estabas divorciada," le record. "Fuiste tu quien me minti, Annie. Recuerdas?" Me observ durante unos momentos ms antes de elegir sus palabras cuidadosamente. "Puedes salir en cualquier momento que lo desees, Kate. "Sabes dnde est la puerta." "Maldita sea, Annie. No puedo creer que ests actuando de esta manera." Mis emociones estaban en algn lugar entre la ira y las lgrimas. "Y yo no puedo creer que vengas aqu y trates de convencerme de que toda nuestra relacin no era otra cosa que una farsa." Sus ojos estaban furiosos. "Puedes dejar que tu cliente crea que puede quedarse con la casa de mis padres, pero yo no voy a darme simplemente la vuelta y dejar que se la quede." Record lo que Melanie me haba dicho, que Annie y su abogado tenan previsto acudir a la corte y acusarnos de conspiracin y manipulacin, y slo Dios sabe de qu ms. "Annie, no tengo ni idea de si Gold padre ha manipulado esta situacin. Pero tienes que saber que nunca te he mentido. No he conspirado contra ti de ninguna manera." "Estas tratando de salvar tu culo", me solt. "No, Annie. Ah es donde te equivocas." Puse firme mi mandbula. "Estoy tratando de salvarnos." Nos miramos la una a la otra durante mucho tiempo, mientras me preguntaba si haba alguna posibilidad de que hubiera llegado hasta ella para hacerla razonar. Algo parecido a la tristeza pareca caer sobre sus facciones, pero entonces cruz los brazos sobre su pecho, y sus labios se juntaron en una sonrisa condescendiente. "Creo que es hora de que te vayas, abogada. Te ver en la corte." Ella se anot un golpe directo. La ira se evapor hasta que slo qued la impotencia. Sin decir una palabra, me di la vuelta y volv sobre mis pasos hasta la puerta principal.
Captulo 20
El domingo fue quizs el da ms largo de mi vida. Pas la mayor parte del da con Beth, llorando en su hombro. Haba tardado casi una hora en explicarle todo lo que haba sucedido. Sonaba tan increble que me costaba creer que me hubiera sucedido a m misma. La respuesta de Beth pas de la incredulidad a la clera y, por ltimo, a la tristeza. En algn momento haba tratado de ayudarme a ver el punto de vista de Annie. Si haba estado realmente bajo el yugo de los Gold, durante tanto tiempo, entonces tena sentido que ahora sospechara de m. "No tienes ni idea de lo que ha pasado, Kate," razonaba Beth. "Si no la tengo, es porque ella no me lo dijo. Nunca me dijo nada acerca de su pasado. Y lo poco que hablaba de ello, era slo despus de un montn de preguntas por mi parte." La cara de Beth estaba sombra. "Lo siento, Kate. Esto es una pesadilla." Slo poda estar de acuerdo con ella. Era una pesadilla. Entonces me puse a pensar en el da siguiente. En algn momento tendra que reunirme con Donald Gold. Qu iba a decirle? ticamente, estaba obligada a contarle todo. Estaba obligada a decirle que acababa de descubrir que haba tenido una relacin con su nuera durante meses. Mencion este hecho a Beth, y ella intent sin xito echarle un poco de humor. "Entonces tu pesadilla acaba de comenzar", me inform. Como si no lo supiera ya. "Gracias por el aliento", le dije. "Tienes que decrselo?" Pregunt Beth. "Debera." Hice una pausa, pensando. "Tengo informacin que podra afectar al caso de mi cliente. Adems, es posible que ya la conozca." "De verdad crees que eso sea posible?" Me encog de hombros. "Podran. En cuyo caso, o estn esperando que siga adelante o estn pensando en decime esa informacin cuando les interese o soltarla en el juicio en el ltimo momento. Estoy segura de piensan utilizarla donde les sea ms ventajosa." "No suena como si tuvieras alguna posibilidad de salir airosa, Kate." Mi risa estaba llena de irona. "Por desgracia, parece que podra ganar fcilmente el proceso. Especialmente si los Gold hacen esas llamadas recordando los favores hechos." Mis pensamientos se desviaron hacia Annie. Me haba sentido mal por la esposa de Donald Junior cuando ni siquiera saba quin era ella. Ahora que saba que era Annie, mi corazn estaba ms cargado de dolor. "Pero perders a Annie", Me record Beth. "Probablemente ya la he perdido", le dije. "Estaba tan enojada, Beth. Ni siquiera la reconoc." "Cree que la has traicionado, Kate." Sus palabras estaban haciendo muy poco para calmarme. "Lo s, Beth. Y no creo que encuentre una oportunidad de convencerla de lo contrario ni en el infierno." No s si dorm en toda la noche. Mi mente estaba en funcionamiento sin parar, , saltando de un pensamiento a otro. Una y otra vez, Repet mi conversacin con Annie. Luego mis pensamientos se deslizaron hacia adelante, a la reunin que tena por la maana con Donald Gold. No importaba cmo la conversacin se desarrollaba en mi mente, siempre terminaba sintindome peor de lo que estaba en la situacin anterior. Poda ser despedida, despojada de mi licencia o, peor an, Donald Gold Oro estara sonriente y me dara palmaditas en la espalda. Pero no importaba la reaccin de Donald, o cmo el juez se pronunciase, una cosa era cierta. No vea ninguna manera de que Annie pudiera ganar. Sostuve la almohada que haba acunado su cabeza tantas noches cerca de mi pecho, abrazndola con fuerza. En algn momento durante la noche, una idea cruzo por mi mente, dicindome que me aferrara a ella. Cuando la alarma son a las seis y media, me despert con una sensacin molesta. Se supona que deba recordar algo. Algo importante que podra ser la manera de salir de este lo. Y si hubiera estado soando? No, no lo crea. Pero no fue hasta despus de ducharme y me vestirme que cuando me diriga hacia la puerta me acord de lo que era. Mientras reflexionaba sobre la idea, una pequea sonrisa apareci en mis labios. Esto podra funcionar, me dije. Esta puede ser la solucin. La primera cosa que hice cuando llegu a la oficina fue levantar el telfono y marcar el nmero de Melanie. "Has odo algo?" Ni siquiera me molest en saludarla. "No es que est llevando el caso, recuerdas?" Por el tono de su voz, me di cuenta de que Melanie tampoco haba dormido mucho durante el fin de semana. "Lo s. Me preguntaba si has hablado con Bob." Tan cansada como estaba, no s como mi mente y mi corazn estaban corriendo. "Lo hice. Aunque era muy reacio," suspir Mel. Mi corazn se deprimi. "As que no va a posponer la presentacin de la denuncia?" "No dijo que no lo hara." Sent un rayo de esperanza. Si slo tuviera el tiempo suficiente ... "Pero tampoco dijo que lo hara, tampoco, verdad?" "No." El tono de su voz se elevo. "Pero ya sabes cmo va esto de los abogados. Ese doble discurso y sacando el tema sobre el secreto profesional y la tica. Luego, por supuesto, mencion que a veces los documentos se archivan y de alguna manera se olvidan hasta que es demasiado tarde para que l pueda presentarlos en el da". Casi me re. Bob iba a hacer todo lo posible para retrasar la presentacin de la denuncia, y me daba la oportunidad de intentar hacer las cosas a mi modo. Haba ganado un poco de tiempo. Ech un vistazo a mi reloj. Ocho horas para ser mas exactos. "Gracias por intentarlo, Mel. Te lo agradezco." "En todo lo que pueda te ayudare, Kate. Ya lo sabes." Ella vacil brevemente. "Entonces, tienes un plan en mente?" Lo tena, pero haba algo ms que quera preguntarle. Pero la paranoia empez a atacarme y tuve que elegir mis palabras con mucho cuidado. "De hecho, s." Le dije. "Y tengo una pregunta para ti". No respondi, por lo que me adelante y pregunte, tratando de ser lo ms vaga posible. "Hay alguna otra informacin que tu ex cliente te diera recientemente sobre su marido? Cualquier cosa que pueda ser de valor?" "Me temo que no. Al menos no ms que lo que ya he compartido contigo." Mi cabeza empez a trabajar. No tena sentido, de verdad. Pero slo porque Annie haba decidido no utilizar la informacin, no significaba que yo tena que hacer lo mismo. "Gracias, Melanie." De nuevo tena esperanzas. "Estaremos en contacto." "Antes de que acabe el da?" Me ech a rer. "Puede ser. Ya veremos cmo van las cosas. Me imagino que hablaremos en algn momento antes de la noche." Melanie pareca casi aliviada. "Buena suerte, Kate. Hablaremos ms tarde." Me desped y, en mi mente, me puse a desarrollar una conversacin con Donald. Poda haber sido una tontera de mi parte, pero una pequea parte de m estaba realmente enfermiza con ganas de tener esa conversacin. Decid no esperar ms. Si todo iba como crea, el tiempo era absolutamente crucial. Para templar los nervios, sal de la oficina y me dirig andando por el pasillo a su despacho. Mejor cogerlo con la guardia baja y en su propia oficina, decid. El adelantarme a l, al menos me dara la ilusin de llevar el control, y necesitaba toda la ayuda que pudiera conseguir. Lo o gruir a alguien a varias oficinas de distancia. Millicent montaba guardia, y me hizo esperar, mientras continuaba su perorata. Estaba hablando por telfono, abroncando a un pobre tonto. Le expliqu a Millie que tena que hablar con l inmediatamente. "Tiene que ver con el caso de divorcio de su hijo." Dej caer, mi voz tena un tono de complicidad, su inters haca mi volvi de inmediato. Baj la voz y me aseguro que vera lo que poda, luego desapareci en la oficina de Donald. Le oa aseverar en detalle antes de que, finalmente, prestara su atencin a su secretaria. Dos frases ms tarde, colg el telfono y me llamaron para entrar en su oficina. Ah vamos. Tom varias respiraciones profundas. No haba vuelta atrs. l era todo sonrisas cuando entr en su despacho, estaba de pie y temblando cuando me acerqu a su mesa. "Sintate, Kate." Su voz retumb. "Estamos preparados para el gran da de maana?" "Creo que lo estamos, seor." Habl con confianza. "Bien, bien. Todos estaremos ms contentos cuando todo esto haya terminado." "S, seor". Me mord la lengua y le mire de cerca, en busca de alguna seal de que l saba ms de lo que me estaba diciendo. l, en cambio, me miraba entornando los ojos mientras frunca el ceo. "Hay algo ms?, Algo que quisieras comentar?" Habl con cautela, dejando caer mi voz slo para sus odos. "Hay algo ms, seor. Algo que no estoy muy segura de cmo manejar." "Qu es ello?" "Es sobre el caso de su hijo, seor." l frunci el ceo de nuevo. Record nuestra ltima conversacin sobre el divorcio de su hijo y la forma en que haba menospreciado mis preocupaciones. No cabe duda de que se estaba preparando para darme otra reprimenda. Apenas conteniendo su impaciencia dijo. "S, Kate. Qu es lo que tienes? Habla." Volv a respirar hondo y solt el aire lentamente. Si Donald Gold me haba preparado el camino, tal y como Annie deca, lo iba a saber en breve. "Hace poco obtuve alguna informacin acerca de su hijo, seor", me detuve, observando su reaccin de cerca. "Puesto que l es mi cliente, pens que deba hablar con l directamente. Pero dada la naturaleza de la informacin y mi relacin con usted y la empresa, pens que podra ser ms apropiado comentarla primero con usted." l frunci el ceo de nuevo. No estaba muy segura de cmo interpretar su lenta reaccin. Pero sabiendo lo que se deca acerca de Donald Junior, me imagin que no era la primera vez que alguien se haba acercado a su padre con informacin que no era precisamente muy halagadora. "Esa informacin puede tener algn impacto en el proceso de maana?" "Me temo que podra", le dije, manteniendo mi tono de amiga. Por fin se sent, se acerco a su escritorio y se inclin hacia delante, las manos cruzadas sin apretar. Como no deca nada contine, me decid a incidir en lo que haba dicho. "Como le he dicho, mi primer impulso fue discutir esto directamente con su hijo. Pero no estaba segura de si deba acudir a usted primero." Estaba mordisquendose el labio inferior. "Quieres decir que no sabes si debes o no cubrir tu culo." Su voz ya no era amable. Me sonri brevemente y asent con la cabeza. "Algo as, seor." Mejor seguir jugando con sus reglas. "Entonces probablemente has hecho lo correcto al venir a verme a m en primer lugar. Qu es entonces? Qu ha hecho mi hijo esta vez?" Por un momento casi sent pena por l. Por el tono de su voz, me imagin que se haba pasado toda la vida teniendo conversaciones que comenzaban como sta. Me aclar la garganta para no perder el equilibrio y me lance a decir lo que haba estado elaborando en mi mente. "He tenido conocimiento de una informacin que podra resultar muy perjudicial para su hijo." Aqu era donde tena que elegir mis palabras con mucho cuidado. "Al parecer, al menos en dos ocasiones, su hijo ha vendido mercancas a clientes utilizando el nombre y los recibos de la tienda de antigedades de su esposa." Donald sigui mirndome, mostrando paciencia por primera vez en mi presencia. "El problema es que su hijo presentaba esos artculos como autnticas antigedades, cuando en realidad no eran ms que reproducciones." De inmediato se sinti aliviado, rechazando mis preocupaciones con facilidad. "Eso no parece un problema", dijo. "Cometi un error." "Si fuera solo eso, sera cierto, seor, pero hay ms detalles que usted debe conocer." Frunci el ceo otra vez, apretando la boca cerrada. "En una ocasin, el articulo estaba en la tienda, marcado con un precio y una etiqueta de rplica. Su hijo lo sac de la tienda y lo vendi a los compradores que haba encontrado a travs de otros contactos. Al parecer su hijo presento y vendi la pieza como un original , y se embols el dinero de la venta ". El pliegue entre las cejas de Donald se profundiz, y por primera vez, sent como si en realidad pudiera tener la sartn por el mango. "En el otro caso," continu, "la mercanca no sali de la tienda. Pero su hijo entreg un recibo con el nombre de la tienda, al parecer, para darle al tema ms viso de autenticidad." "Hay algo ms?" -gru, ya no tena tanta prisa por hacerme salir, a m y a mis preocupaciones, de su despacho. "S, seor. En ambos casos quedo reflejado en los libros de contabilidad de la tienda. Las entradas y los ingresos estn escritos con su letra. Adems los compradores, volvieron a la tienda a reclamar por la venta de artculos falsos, y la mujer de su hijo les ha reembolsado el precio falso que cada uno haba pagado ". Hice una pausa, para concluir. "Hay una prueba solida en la letra de los libros seor. Y hay testigos." Ya estaba. Haba plantado la semilla. Ahora slo tena que asegurarme de que no haba dicho demasiado, y dejar que Donald Snior tomara la direccin que evitara a su familia y a s mismo tener que dar la cara en un juicio. Su reaccin fue interesante . No intento negar los hechos ni insisti en que su hijo nunca hara una cosa as. Slo poda imaginarme el nmero de veces que Donald haba rescatado a su hijo de un desastre tras otro. "Cmo sabes que no es ms que una cortina de humo?" Su voz era inusualmente tranquila y sosegada. "En realidad, vi la evidencia, Donald." Experiment un pequeo placer al cambiar de actitud. Ya no era slo una empleada. Ahora iba a jugar el papel de amiga y confidente. "Cmo lo has conseguido?" -pregunt rpidamente. Dej caer mi voz y confi en l. "Probablemente no ha sido muy tico de mi parte, si usted sabe lo que quiero decir. Pero tena que ver con su hijo y la empresa, as que ..." Deje la frase sin terminar, que creyera lo que quisiera. Me ofreci una pequea sonrisa. "Le agradezco su lealtad y sean cuales sean, los riesgos que ha tenido que pasar para conseguir tener en sus manos esta informacin." El alivio se extendi sobre m. Se haba tragado el anzuelo. Esper en silencio sus siguientes palabras. Si supiera algo de mi relacin con Annie, ahora sera el momento perfecto para soltrmelo. Contuve la respiracin y esper. "Crees que van a usar esa informacin?" Era una pregunta ridcula, por supuesto. Lo mir de manera uniforme, una vez ms pensando detenidamente antes, le respond. "No lo hara usted?" Su sonrisa era irnica cuando asinti con la cabeza, su voz tranquila y reflexiva. "Y por supuesto que no nos dejaron conocer de antemano que tenan esta informacin. Su plan era soltar esto ante nosotros y el juez una vez que estuviramos en la corte." Casi poda ver el juego de ajedrez al que estaba jugando su mente. "Movimiento inteligente por su parte, no ensearnos todas sus cartas." Asent con la cabeza. No tena sentido responder. "Hay algo ms que debera saber?" Quera volver a sus asuntos. "Creo que eso es todo, Donald. Slo necesito que me aconseje en este momento. Debo contactar con su hijo y comunicarle esta informacin?" Saba que no haba ninguna posibilidad de que me dejara hablar con Donald Junior, antes se helara el infierno. "Oh no". Fue enftico. "Yo me ocupare de mi hijo. No te sientas obligada." Pareca distrado. "Puede que tengamos que tomar algunas decisiones de ltimo momento." Decisiones?. Qu demonios significaba eso? Mi corazn estaba fro. Era posible que despus de esta conversacin, de todo lo hablado, todava pudieran tener algo contra Annie? Los Gold todava eran capaces de encontrar una manera de luchar por la casa de Annie? "Entonces estar en mi oficina si me necesitas." Trat de mantener la voz firme cuando me levant y me excus. Me di la vuelta ,sal de su despacho y me dirig a mi despacho por el pasillo. Tena la incmoda sensacin de que la situacin an no haba terminado, y que tena varias horas de espera para saber si haba dado un tropezn.
Captulo 21
Mis nervios estuvieron de punta por el resto del da, al pensar lo que podra estar ocurriendo al final del pasillo. Haba vislumbrado a Donald junior cuando paso por mi oficina de camino hacia la de su padre, y lo nico que poda hacer era quedarme quieta y esperar a ver qu pasaba. A las tres y media, la secretaria de Donald llamo, me peda que fuera a su oficina. Por la mirada que Millie me envi cuando pas junto a su escritorio me entraron ganas de esconderme. Me imaginaba que poda escuchar cada palabra que se deca dentro de esas cuatro paredes. Llam a la puerta y la abr lo suficiente para asomar la cabeza dentro. "Quera verme, seor?" "S. Entra y cierra la puerta." Hice lo que me dijo, cerrando la puerta detrs de m cuando entr en la oficina. No estbamos solos. Su hijo estaba sentado a un lado de la habitacin. Tena la cara roja como un tomate, y no me miraba a los ojos. Sirenas de advertencia comenzaron a sonar en mi cabeza. Esto no era una buena seal. Un enfrentamiento con Donald junior no era exactamente lo que tena en mente. "Sintate, Kate." Una vez ms, hice lo que me dijo, los ojos lanzaban dardos de ida y vuelta entre el padre y el hijo. Empec hablndome mentalmente, tratando de calmarme. No estara bien que pareciera nerviosa en este momento. Donald Snior se aclar la garganta. "Parece que tenemos mucho trabajo que hacer." Sus ojos estaban fijos en su hijo, y empec a sentir la tensin que haba entre ellos. "Habl con mi hijo acerca de la informacin que tienes , y parece que no tiene defensa." l se diriga a m, pero sus ojos an no se haba apartado de su hijo. "No es as, Donald?" El color en el rostro del joven se ensombreci mientras mantena sus labios apretados y cuidadosamente juntos. "De hecho" - la voz de Donald fue elevndose - "Aqu mi hijo ha confesado que, prcticamente, ha hecho un modo de vida el robar a su esposa en su tienda." Una vez ms se detuvo para dar nfasis. "No es as, Donald?" l repiti la pregunta a su hijo y esta vez tampoco obtuvo respuesta. Por primera vez desde que entr en la oficina, mi jefe volvi su mirada hacia m. "Parece ser que ha decidido aadir el robo y el hurto a sus muchas habilidades." Apenas poda creer lo que estaba escuchando. Mantuve la boca cerrada con fuerza mientras le devolva la mirada. "Insist en que se quedara aqu cuando te llame a mi oficina." Su sonrisa era forzada. "Ves, esta es slo una de las muchas cosas que he probado en los ltimos aos para ver si aprenda. Lo que estoy tratando de hacer con l ahora mismo es que vea que la humillacin que est sufriendo en este momento no es nada." - hizo una pausa antes de subir su voz y volver su atencin a su hijo - "nada en comparacin con la humillacin que tu y los miembros de tu familia sufriran si tus indiscreciones actuales llegaran a hacerse pblicas". El contraste entre su vozarrn y el sbito silencio que se produjo en la habitacin fue ttrico. Me di cuenta de que haba estado conteniendo el aliento y ahora lo deje escapar lentamente. Volvi su atencin de nuevo a m. "Cul es la pena de prisin por robo a gran escala de forma continuada?" La pregunta era retrica, y no esper mi respuesta. "Cinco aos? Diez aos? Tal vez veinte?" Asent con la cabeza, sabiendo que no esperaba una respuesta de m. No era ms que un apoyo silencioso en su proceder contra una sola persona. Otra vez el silencio era ensordecedor. Cuando abri la boca para hablar, su voz era baja y amenazante. "Has comprendido mi punto de vista Donald?" Eche un vistazo a Donald Junior, estaba casi acurrucado en una silla que no era lo suficientemente grande como para que se hiciera invisible. Sus ojos me evitaron cuando apret la mandbula. "Donald" El joven brinc ante la llamada de atencin. "S, seor", murmur mientras segua centrndose en mirar la alfombra delante de sus pies. "Entonces te puedes ir." La voz de Donald fue cortante. Con un gesto de la cabeza sealo hacia la puerta y el hijo se fue un conejo asustado. Me hubiera gustado unirme a l. Una vez que haba dejado la oficina, volv mi atencin hacia el hombre que estaba sentado en el otro lado del amplio escritorio. Pareca viejo y cansado. "Mis disculpas por pedirte que presenciaras esa pequea diatriba a mi hijo." Sonri. "Quera hacerle entender que hablaba en serio." Hizo una pausa. "Tambin quera que entendiera la gravedad de lo que hizo y que sufriera una buena humillacin. Slo puedo esperar que haya aprendido algo de todo esto." Lo mir fijamente y me atrev a hacer una pregunta. "Crees que lo har?" Pareca herido. "Lo dudo. Pero mi esposa y yo hemos sido en extremo blandos con l. Ha sido un vividor toda su existencia, no importa lo que su madre o yo hayamos intentado." Sus ojos parpadearon mirando a los mos y casi se ri. "Oh, ya s que soy un hijo de puta, querida. Pero mi mujer es un ngel absoluto. Ella es una mujer amable y generosa que no merece un hijo tan despreciable como el que tiene." Su voz se apag, y puso un gesto de preocupacin. Transcurrieron unos minutos antes de que l pareci recordar que yo todava estaba en la habitacin. Se aclar la garganta y se seren. "Quiero que hables con el abogado de Annie." Era la primera vez que haba odo su nombre en boca de Donald. "Quiero que le diga a ella que estamos dispuestos a abandonar la lucha por la casa de Cambridge." Mi corazn empez a revolotear, y me encontr calmando mi reaccin. "Con una condicin", aadi rpidamente. Como si tuviera motivos para exigir nada, pens. "Quiero por escrito que se comprometa a no formular cargos penales contra mi hijo a cambio renunciaremos a todo lo que pedimos dejndole todos los bienes comunes". Hizo otra pausa, escrutando mi reaccin. "Crees que aceptaran?" "No puedo estar segura, seor", le contest. "Tienen argumentos muy fuertes. Pero voy a ver si puedo convencerlos". "Bien." l asinti con la cabeza, satisfecho. "Entonces esfurzate al mximo. Se est haciendo muy tarde, y s que usted tiene que hacer algunas llamadas. No voy a entretenerla." Eso fue todo. Haba esperado que el cielo tronara sobre mis odos, pero, en su lugar, me haban enviado a hacer un ltimo trabajo sucio para mi jefe. "En cuanto tengas una respuesta quiero saberla." Su voz lleg a mis odos cuando cog el pomo de la puerta. Le asegur que as sera. Mantuve la compostura hasta que llegue al final del pasillo y entre en mi propio despacho. Cerr la puerta y me tape los ojos."S!" Exclame de gozo en un susurro silencioso. Me permit un momento de triunfo antes de sentarme en la silla detrs de mi escritorio y alcanzar mi agenda.
Captulo 22
Bob cogi el telfono al primer tono. "Bob Gleason." Pareca agobiado. "Bob, soy Kate Brennan." "Kate". Su voz lo deca todo. "Tena la esperanza de que me llamaras hoy." Mi pnico aument. "Espero que no sea demasiado tarde." "Eso depende, Kate", respondi. "Creo que ya lo sabes." Sent alivio. Aun estaba a tiempo. "Creo que tengo una oferta que nos satisfar a todos, Bob." Temple mi entusiasmo. An quedaban varios obstculos por delante. "Soy todo odos", dijo simplemente. Me detuve brevemente, asegurndome de que estaba a punto de decir las palabras correctas. "Mi cliente est dispuesto a desistir de todas las reclamaciones sobre las propiedades conjuntas que comparte con su cliente. Sin embrago hay un par de condiciones." Bob solt un bufido. "Tengo ganas de escuchar eso, Kate. Ms vale que sea bueno." No hice caso de sus comentarios al margen y continu. "El Sr. Gold quiere un acuerdo por escrito que ponga que su cliente no intentar presentar cargos penales contra l en relacin con la apropiacin indebida de fondos y mercancas de Secretos del Pasado." "Qu?" La confusin llenaba su voz. "No tengo ni idea de lo que ests hablando, Kate. Qu es todo esto?" "Creo que si hablas con tu cliente, te va a explicar cualquier detalle que necesites para entenderlo." Eleg mis palabras con cuidado, para no decir nada que pudiera ser mal interpretado, o peor an, interpretado como una ruptura de la confianza de Annie. De repente me di cuenta de que estaba haciendo un enorme acto de fe. Tambin podra perder toda mi credibilidad si alguien se enteraba de que haba utilizado informacin personal para manipular a mi propio cliente. Lo que haba hecho era completamente inmoral. "Kate". Ahora su voz sonaba grave. "Todo esto es un lo que no me agrada. No necesito ningn misterio ms, de acuerdo? Dime de qu se trata." Cerr los ojos y suspir. Bob no estaba reaccionando de la manera que esperaba. l debera estar lleno de entusiasmo por haber encontrado una forma de que Annie no perdiera su casa. "Bob, no puedo decirte nada ms que eso." Baje mi voz hasta un susurro. "Estoy pisando una lnea muy fina, Bob. Creo que ya lo sabes. Slo por favor lleva esta propuesta a tu cliente y pdele que la firme. Creo honestamente que los trminos le van a gustar." "Esto es poco corriente, Kate. No tengo ni idea de cmo aconsejar a mi cliente." "Vas a tener que pedirle una explicacin a ella, Bob. Y como t me has recordado, se est haciendo tarde." Bob gimi. "No estoy contento con esto." Su reticencia era ya irritante. "Entiendo, Bob. Creme, no eres el nico." l ignor mi comentario y me dijo que no me fuera de mi oficina. "Quiero dejar todo esto aclarado esta misma noche. No quiero ms sorpresas de ltima hora." "Muy bien", le dije, y luego escuche la seal de lnea en mi odo. Me dije que en comparacin con Bob, Melanie era un ngel. Entonces hice una nota mental para hacerle saber lo mucho que me gust trabajar con ella. Mir el reloj y vi que pasaban de las cuatro y media. Me di cuenta de que estaba hambrienta y mi estomago reclamo alimento para corroborarlo, cog el telfono de nuevo. Pareca que iba a tener una tarde muy larga por delante, y unas pizzas podran ayudarme a pasar el tiempo. Trat de imaginar la reaccin de Annie cuando Bob le hablara de la oferta. Primero estara confusa, de eso estaba segura. Ms all de eso, no poda estar segura de nada. Nunca podra haber previsto su comportamiento durante las ltimas semanas, y desde luego no tena ni idea de cmo podra reaccionar ante este nuevo giro de los acontecimientos. Probablemente se enoje conmigo por revelar lo que haba sabido de los robos de Donald en su tienda. Probablemente no confiara en que la oferta fuera completamente sincera. Por lo menos tendra sospechas. Pero esperaba que, una vez le explicara a Bob de lo que se trataba, este sera capaz de aconsejarla para que firmara la oferta. A las seis y media, Donald Gold asomo la cabeza en mi oficina. "Se sabe algo?" Haba estado con la mirada fija en el espacio, fantaseando con que Annie estara muy feliz y emocionada por el giro de los acontecimientos y que estara esperndome en la puerta, cuando fuera a casa. "No, todava no." Me tome un momento para ordenar mis pensamientos y centrarme en Donald. l asinti con gravedad. "Voy a estar en mi oficina. Avsame cuando te enteres de algo." "Si Seor," le promet, me quede tranquila cuando desapareci por el pasillo. No crea que la espera se fuera a alargar mucho ms tiempo. A las siete menos cuarto, mi telfono son por fin y me abalance sobre l. "Kate Brennan." "Kate? Bob Gleason." dejo las presentaciones. "Tenemos una contraoferta." Se me revolvi el estmago. La paciencia y la esperanza que haba tenido al principio del da estaban desapareciendo. "Vamos a ver de qu se trata." Estaba haciendo mi papel. De repente Bob pareca estar disfrutando demasiado de todo esto. "Mi cliente ha aceptado su oferta, en principio, con una pequea condicin." Abr los ojos. Qu diablos quera Annie ahora? "Y eso sera ..." Yo estaba dando golpecitos con mi pluma mientras sostena el telfono en la oreja. "Ella est buscando algn tipo de compensacin financiera". Mi corazn se hundi. Oh no, Annie. Vas demasiado lejos. Ahora tambin vas a pedir dinero? "Cunto?" Oprim los prpados y apret los dientes. Bob se tomo bastante tiempo antes de hablar. "A ella le gustara un reembolso por todas las prdidas que tenga la tienda como consecuencia de las acciones de tu cliente." Eso es todo? Eso era todo? Ahora estaba sonriendo. "Y tienes una cifra, Bob?" "Todava no, me temo. Quisiramos treinta das para llevar a cabo una auditora completa antes de llegar a una cifra total." Mi sonrisa se hizo ms amplia. "Eso suena bastante justo, siempre y cuando podamos ponerlo todo por escrito." Hice una pausa, deseando desesperadamente preguntarle a Bob sobre la reaccin de Annie. Pero no pude. "Ahora mismo se lo voy a ensear a mi cliente. Puedo ir a tu oficina en un cuarto de hora?" Me dijo que se iba ya a su casa y me dio su nmero de telfono mvil. "Gracias por tu ayuda, Bob. Estoy segura de que seremos capaces de conseguir este acuerdo antes de esta noche." "Esperemos que as sea. Y Kate?" "S?" Tena prisa por colgar el telfono y presentarle la oferta a Donald. "Bravo". Prcticamente susurr la palabra antes de colgar el telfono. Me qued mirando el telfono durante unos momentos y dej que el alago se extendiera sobre m. Entonces lo puse de nuevo en su soporte y hice un profunda respiracin. Estbamos llegando a la recta final. Donald estaba mirando por la ventana cuando entr en su despacho. "Disculpe, seor? "S, querida." Sus ojos estaban cansados cuando se encontraron con los mos. "Han aceptado la oferta con una condicin, seor." Levant una ceja en respuesta. "Ella quiere que se le reembolse el dinero que su hijo " Me encontr a m misma buscando la palabra adecuada, porque no quera ofenderlo. "Le robo?" l termin la frase por m. "Eso me parece ms que razonable, supongo. De cunto estamos hablando?" "No tienen aun una cifra. Les gustara disponer de treinta das para hacer una auditora." l asinti con la cabeza, pareca digerir la noticia. Entonces sus ojos se alzaron haca los mos. "Es extrao que no tengan una cifra exacta, no te parece? Considerando que la fecha del juicio es maana y hubiera esperado que entonces saltaran sobre nosotros con todo eso." Me pare en seco. estaba como congelada. Me haba pillado con la guardia baja? Era este el momento en que Donald iba a lanzarme la bomba? Me miraba fijamente, mientras yo trataba de rehacerme. "Segn tengo entendido la esposa de su hijo cambio de abogado la semana pasada. Tal vez eso tenga algo que ver con eso." Lo mir con valenta, deseando que se tragara mi farol. "Hummm", fue su nica reaccin. "Parece probable que su primer abogado no estuviera haciendo bien su trabajo", conjetur. "Parece que con la sustitucin dio en el blanco." Dio varios pasos hacia adelante y cogi la chaqueta que reposaba sobre una silla. "Muy bien. He redactado un acuerdo que, si hace falta, se puede retocar por la maana." Se acerc a su escritorio y cogi un trozo de papel que sostuvo ante m. "Me gustara que estuviera firmado cuanto antes, para terminar con esto. Puedes arreglarlo?" Asent con la cabeza. "Lo har, Donald." Mis ojos dieron un rpido vistazo a el acuerdo. l me estaba sealando la puerta de su oficina. "Gracias, Kate. Una vez ms, agradezco su lealtad y discrecin en este asunto." Hizo un intento de una sonrisa mientras me adelantaba en el pasillo. "Nos veremos por la maana." "Buenas noches, seor." Su suspiro fue hondo. "Esperemos que as sea, Kate. Tengo que contarle a mi esposa todo lo que hoy ha pasado." "Lo siento, seor." Sent cierta simpata. Su nica respuesta fue una mano levantada mientras se diriga hacia los ascensores. No perd tiempo en contactar con Bob para contarle las buenas noticias. Quedamos en encontrarnos en el palacio de justicia a la una de la tarde del da siguiente. Pasamos mucho tiempo intercambiando firmas en los documentos antes de que el divorcio se hiciera efectivo en los tribunales. Todo sali de acuerdo a lo previsto. Bob era todo sonrisas cuando me dio la mano y me dio una copia firmada del acuerdo que me haba enviado por fax al principio de la maana. Haba esperado tontamente que Annie estuviera all para firmar los documentos ante m, y trat de ocultar mi decepcin por su ausencia. El tiempo que estuvimos delante del juez fue corto, ya que exista un compromiso de resolucin como se indica en el acuerdo. Al cabo de diez minutos, el divorcio era definitivo, y Annie conservara su casa. "Bien hecho, abogada." Bob me dio unas palmaditas en el hombro mientras sonrea. "No estoy muy seguro de entender todos los detalles." "Probablemente sea mejor as", le dije. l se ech a rer. "Probablemente. Me alegro de que las cosas salieran bien para Annie. Es una buena mujer, Kate." No estaba segura de cunto saba acerca de nuestra relacin, as que decid ir sobre seguro. "Cmo estaba cuando hablaste con ella, Bob? Espero que el trato fuera de su agrado." l se ech a rer. "Al principio estaba furiosa y con los ojo saltones. Me llevo un tiempo que se calmara. Estaba convencida de que se trataba de otra estratagema de tu parte. Pero esta maana, una vez que nos has enviado una copia del acuerdo he sido capaza de convencerla de que todo estaba conforme y a su favor ". No me sorprendi la descripcin de su reaccin. Slo esperaba que ella se mostrara satisfecha con el acuerdo. "Estoy contenta de que todo haya terminado", le dije torpemente. De repente me senta muy triste, preguntndome si alguna vez tendra la oportunidad de hablar con Annie otra vez y tratar de averiguar si podamos dejar todo esto atrs. "Dile que me llame en algn momento, quieres?" Me di cuenta de que mi garganta se cerraba mientras deca las palabras. Su expresin era un tanto desconcertada. "Lo har, Kate." Me tendi la mano, y la tom entre las mas. "Ten cuidado." "Gracias. T tambin." Puse una pequea sonrisa antes de darme la vuelta y dirigirme a la salida de la corte. Era un da de agosto anormalmente clido y hmedo. Debera haber estado llena de alegra, pero todo en lo que poda pensar era en Annie. Mis hombros se sentan pesados como si sostuviera el peso del mundo. Deberamos estar celebrndolo en estos momentos, pens. Pero ella haba dejado muy claro, la ltima vez que hablamos, de que no me quera en su vida. No iba a ir a buscarla. Otra vez no.
Captulo 23
La gran sala estaba terminada. Las estanteras de cerezo llenaban las paredes desde el suelo hasta el techo. Haban frotado aceite de Tung en la rica madera , con lo que mostraban un color vivo y natural de gran belleza. La ventana se haba instalado y estaba completa. Incluso la chimenea de piedra haba sido limpiada y borrado todo rastro de la pintura blanca hasta que cada piedra lanzaba un guio y brillaba a la luz del sol. La chimenea peda ser encendida disfrutando de la funcin para la que fue construida. Pero no encontr ningn placer en la terminacin del proyecto. Para m, marcaba el final de mi breve relacin amorosa con Annie. Y as, la chimenea se qued fra, y la sala vaca. Tanto Beth como Melanie haban venido en mi rescate en las semanas que siguieron al final del divorcio de Annie. Ambas hicieron todo lo posible para ayudarme a que me olvidara de Annie y siguiera adelante con mi vida. "Deberas considerar la posibilidad de volver al derecho de familia, Kate. No es posible que sea feliz trabajando en ese lugar." Melanie tom una zanahoria y se la meti en la boca, hacindola crujir ruidosamente. Ella y Beth estaban en mi casa, donde nos pasamos el da haciendo barbacoas y descansando sin hacer casi nada. "Oh, Mel. No s." La idea de cambiar de trabajo despus de todo lo que haba sucedido en los ltimos meses me resultaba agotadora. Melanie y Beth compartieron una mirada de complicidad entre ellas. "Qu?" Les pregunt a las dos, mis ojos yendo de una a otra. "Ella tiene razn, Kate," Beth afirm "Lo odias." Rebusque en mi ensalada hasta que encontr un tomate. Me lo met en la boca y lo mastique lentamente. La ltima cosa de la que quera hablar en ese momento era de mi trabajo. "Ambas tiene razn", les dije. "No me gusta trabajar all. No me gusta el hecho de que estn estafando a los clientes a troche y moche y que aplasten a los que consideran insignificantes." Cog un trozo de apio y escuch su satisfactorio crujido al meterlo en mi boca. Ambas estaban mirndome, esperando a que tragara. "Y?" Pregunt Mel. "No estoy lista para hacer un nuevo cambio, Melanie. Solo el pensarlo me agota." Las miradas en sus rostros me dijeron que no estaban convencidas. "Adems, no s lo que hara." "Eso es fcil. Vuelve al Centro." Mir con fuerza en direccin a Melanie. "Hemos tenido esta conversacin antes, Mel. Sabes por qu me fui y que por eso no voy a volver." "Kate". Beth estaba inclinada hacia adelante, con sus ojos suaves buscando los mos. "Te tienes que dejar de culpar a ti misma por perder la custodia de Billy. No fue tu culpa, y las cosas han ido bastante bien para nosotros desde entonces." Beth y yo nunca habamos hablado de lo que senta por perder su caso. Incluso cuando abruptamente haba cambiado de trabajo, nunca haba hablado con ella de los motivos. Todo lo que poda hacer era mirarla. "T confiaste en que te ayudara en el momento ms importante de tu vida, y fracas", le dije. "Cmo puedo dejar de pensar en ello? Cmo puedo fingir que nunca sucedi?" "Porque tienes que hacerlo", fue su respuesta. "Nunca te culp por lo que pas. Nunca he pensado, ni por un momento que no hiciste todo lo que pudiste para obtener la custodia de Billy." Ella se inclin sobre la mesa y me cogi la mano. "Tu no nos fallaste, Kate. El sistema lo hizo. El juez puritano que estaba sentado en ese banco no escuch una sola palabra de lo que dijiste. Lo nico que le importaba era que yo soy lesbiana. Tena tomada su decisin antes de que el caso se iniciara ". Melanie estaba inclinada hacia adelante tambin. "Es cierto, Kate, y t lo sabes. Deja de pensar en ello. Cmo puedes alejarte de las injusticias de nuestro sistema judicial? Cmo le puedes dar la espalda cuando sabes que lo que realmente se necesita es alguien que luche? Alguien que est dispuesto a representar a todas aquellas personas que de otro modo, sin su ayuda, no tendran ninguna oportunidad? Basta con pensar en la cantidad de vidas que has tocado y las has hecho mejor. " "Creo que lo habra hecho muy bien sin m." Me lleve un botelln de cerveza a los labios. Beth me solt la mano. "Eso es ridculo, y lo sabes. Quieres la lista de todas las personas a las que has ayudado en los ltimos aos, slo para refrescarte la memoria?" Me senta acorralada y castigada. "Y no me digas que ests harta de ello" Melanie intervino "Nunca te he visto ms animada que cuando ests luchando en una denuncia o defendiendo a un cliente particular. Est en tu sangre." Me qued mirndolas a la una y la otra. "Estn olvidando que, en aquel entonces, no tena una vida? Te acuerdas de las horas que sola pasar en la oficina? Incluso rara vez vea el interior de mi casa." Beth se apresur a responder. "Perdname, Kate. Puedes culpar a tu profesin de tu falta de vida personal, si as lo deseas. Pero el hecho es que realmente slo tienes que encontrar un equilibrio. No hay nada de malo en quedarse un par de horas extra aqu y all, pero tienes que saber cundo retirarte ". Las dos estaban en lo cierto, por supuesto. Pero yo no estaba dispuesto a ceder tan fcilmente. "Acabas de decir que no tengo vida personal?" Entrecerr los ojos para burlarme de ella. "Bueno, s. Supongo. Al menos no antes de conocer a Annie." Ouch. Su nombre era como un cuchillo en mi corazn. Deb reaccionar ante la mencin de su nombre, ya que Beth se apresur a disculparse. "Lo siento, Kate. No estaba pensando." Trate de dejar su preocupacin a un lado. "Est bien. Tarde o temprano voy a tener que acostumbrarme a escuchar su nombre." "Has odo algo de ella?" Melanie se uni de nuevo a la conversacin. Negu con la cabeza. "Y t?" Asinti con la cabeza lentamente. "Llam a principios de esta semana. Se disculp por la forma en que me ataco. Admiti que haba sido irrazonable y me dio las gracias por todo lo que haba hecho." De repente sent envidia. As que Annie haba llamado a Mel. Al menos, eso significaba que por fin empezaba a relajarse y pensar racionalmente. "Eso es bueno, supongo", dijo Beth. "No crees?" Se volvi hacia m. Asent con la cabeza. Melanie dud un momento antes de hablar de nuevo. "Tambin mencion que en realidad era a ti a quien tena que dar las gracias. Le dije que realmente habas puesto en peligro tu integridad y reputacin profesional haciendo lo que hiciste." Miro a Beth. "Puedes imaginar lo que habra ocurrido si Gold hubiera sabido todo el raro que ellas dos estaban saliendo?" Bet hizo una mueca. "Hubiera sido un desastre." Nos quedamos en silencio mientras mis pensamientos se dirigieron de nuevo a Annie. "Parece que est bien, entonces," dije en voz alta. Mis palabras se juntaron con sus miradas en blanco. "Me alegro de que est bien." La vida comenz a cambiar con bastante rapidez a partir de ah. Al cabo de una semana, Donald estaba en mi oficina con una gran sonrisa en su rostro. "Slo quera hacerte saber que todo ha terminado. He enviado un cheque a Annie esta maana, as que todo est finiquitado." No tena idea de la respuesta que l esperaba, o por qu se haba tomado la molestia de venir a decrmelo. Mi relacin con el socio principal de la firma se haba limitado en las ltimas semanas a contestar a sus saludos en el pasillo. "Me alegro de or eso", fue mi escueta respuesta. "Ahora que todo se ha arreglado, slo quera venir y darte las gracias de nuevo por todo lo que hiciste. Mi esposa y yo apreciamos el hecho de que hayas podido evitar el desastre antes de que nos explotara en la cara." Rara vez haba odo salir de sus labios un monlogo tan largo. "Ha sido un placer, seor." Qu ms poda decir? "No, querida. No creo que lo fuera." Pareca buscar en su cerebro para decir las palabras adecuadas. "Creo que te subestim, tanto a ti como a tus habilidades. Te he tratado mal, y me gustara arreglar eso dentro de lo posible." Levant una mano y se meti la mano en el bolsillo del pecho. Sac un sobre blanco largo y delgado y lo coloco en sobre la mesa delante de m. Me qued mirando al sobre, y luego a l. "brelo", insisti, y obedec. Dentro del sobre haba un cheque de veinte mil dlares. Cont los ceros dos veces antes de levantar los ojos hacia l. "No puedo aceptar esto, Donald." Puse de nuevo el cheque en el sobre y lo empuje hasta el final de la mesa. "Es slo un pequeo agradecimiento. Una paga adicional, si lo prefieres." "Le agradezco su generosidad, Donald. Pero no puedo aceptar el dinero." Ya era lo bastante malo que, bsicamente, le haba mentido y manipulados para que perdiera el caso contra Annie. Otra cosa completamente distinta era coger su dinero por haberlo hecho. Poda haber estado complacida al ser capaz de que Annie mantuviera su casa, pero en el fondo todava tena que hacer frente a un pequeo sentimiento de culpa. Donald pareci aturdido. Supuse que nadie antes haba rechazado su dinero. "Pero por qu no, Kate? Has hecho un buen trabajo , y me promet hacer que te mereciera la pena. El dolor y el sufrimiento que has evitado a mi familia creo que vale la pena muchas ms que la cantidad de ese cheque." No quera ofenderle, pero estaba decidida. "Como he dicho, Donald, se lo agradezco. Pero no puedo aceptarlo." "No seas ridcula." Su enojo estaba aumentando. "Donald" - le interrump - "No puedo aceptarlo porque me voy de la empresa." No s cul de los dos estaba ms sorprendido. Desde luego, haba estado pensando en esa posibilidad, pero no saba que, inconscientemente, ya haba tomado la decisin. El no pareci sorprenderse. En cambio, acept mi renuncia con un gesto de la cabeza. "T no ests hecha para el derecho mercantil." Era una afirmacin, no una pregunta. Obviamente, l se haba dado cuenta de mi falta de entusiasmo. Arrugu nariz. "Me temo que mi corazn no est por ello, seor." l asinti con la cabeza. Por un momento se me ocurri que debera estar loco porque no estaba tratando de convencerme de lo contrario. Pero al parecer, no haba estado engaando a nadie. "Cuando lo vas a dejar?" Sinceramente, no lo saba. Ahora que me haba decidido a irme, supongo que tenia tomar algunas decisiones. "No estoy muy segura. Hay una serie de decisiones que tengo que tomar. Tengo que encontrar otra empresa que est dispuesta a contratarme." Me re y lo vi sonrer. "Entonces, por qu no aceptas este cheque como tu paquete de indemnizacin?", sugiri. "Arregla un par de cosas aqu y pon al da de tus casos a Brbara. Despus te puedes tomar un tiempo para decidir lo que realmente quieres hacer." Le devolv la mirada por un momento, dispuesta a protestar. "No voy a aceptar un no por respuesta, Kate. Toma el cheque como muestra de nuestro agradecimiento." Se dio la vuelta para dirigirse a la puerta. "Te deseo la mejor de las suertes, Kate." "Gracias", conteste, pero ya se haba ido. Supongo que era inevitable que terminara reunindome con Melanie en el Law Center Familia Cambridge. A las pocas semanas haba alquilado un despacho en el edificio y haba comenzado la tarea de llevar mis libros de leyes y mis brtulos a la oficina. Faltaba la pequea misin de tener que comprar muebles de oficina, y fue Beth quien hizo una observacin obvia. "Vaya, qu pena que no supieras que ibas a estar en esta situacin antes de que llevramos tu antiguo mobiliario de oficina a Secretos del Pasado." Hice una mueca ante el recuerdo. "Lo han vendido?" Pregunt Beth. "No tengo ni idea. No lo haba vendido la ltima vez que estuve all." Mis ojos flamearon sobre Beth. "No ests pensando lo que creo que piensas, cario. Si crees que voy a ir a recuperar los muebles vas lista, qutatelo de la cabeza." Bet se encogi de hombros. "Voy a ir." "No, no lo hars." Dije convencida. "Por qu no? Tiene mucho sentido." De hecho era lo lgico. "Tu no vas a ir all por m, Beth." "Ooh". Me mir. "Me ests diciendo lo que puedo y no puedo hacer?" "Cuando se trata de esto, s, lo estoy." Me desliz una mirada traviesa. "No me toques las teclas, Kate. Me ests dando ideas." "Bueno, no lo hagas. Por favor." Fing una sonrisa. "Adems, estoy pensando en comprar algo mucho ms moderno. Algo de tipo de luminoso y menos imponente." Beth no me crey. "Ese no es tu estilo." "Es lo que quiero", le espet. "Quieres acompaarme a comprar muebles de oficina?" Beth se ri. "Sabes cmo hacerme pasar un buen rato." Se quej un rato ms antes de llegar a mi auto y comenzamos a buscar. Despus de tres das, Beth me dej claro que ya haba tenido suficiente. "Odias todo lo que vemos y me ests volviendo loca. Por qu no empiezas a buscar en las tiendas de antigedades Seras mucho ms feliz." "Y t tambin lo seras?" Brome. "Exactamente". Consider su sugerencia. "No creo que sea tan fcil. Podra llevarme semanas encontrar algo que me gustara." Beth gimi. "Hay otra posibilidad." "Ni siquiera lo digas, Beth." Estaba molesta. "Entonces ests sola, cario. Ya he tenido suficiente." Me dej de mal humor en los escalones del porche. Bien, me decid, empezare a buscar en las tiendas de antigedades maana. De no ser porque el da siguiente era domingo. Bueno, empezare el lunes. Sin embargo, lo que no pensaba hacer era empezar a acudir a las subastas. Quera asegurarme de que no hubiera ninguna posibilidad de encontrarme con Annie. El domingo por la tarde recib una llamada de Melanie, preguntndome si poda reunirme con ella a la maana siguiente. "Estoy atascada en un punto del caso en que estoy trabajando, y creo que me podras ayudar." "Pero oficialmente todava no estoy trabajando," le dije. "Slo porque aun no tienes los mueble puestos", replic ella. "No hay excusa. Necesito tu ayuda." "Est bien, est bien. Ir maana." Diablos. Por qu todo el mundo estaba tan molesto por esto de los muebles? Tena una caja de material de oficina que llevaba junto a mi puerta mucho tiempo. Al salir a la maana siguiente, me acord de recogerla y llevarla conmigo. Es hora de ponerse las pilas, me decid. Tengo que comprar algunos muebles esta semana sin falta. Melanie no estaba en su oficina cuando llegu, as que me coloque mi caja de utensilios bajo el brazo y me dirig por el pasillo hasta mi oficina. Deslizando la llave en la cerradura, gir el pomo y abr la puerta. Me detuve en seco, mirando a la habitacin. Mi viejo escritorio de caoba estaba en el centro. El aparador a juego estaba detrs de ella, y la estantera estaba contra una pared. Mis emociones iban desde tener ganas de llorar a querer matar a alguien. "Tiene buena pinta, verdad?" Melanie se coloco detrs de m. "Perfecto," admit, entrando en la habitacin y poniendo la caja en el suelo. Dej que mis dedos se deslizaran sobre la superficie lisa de la mesa y sent un gran dolor en mi corazn. Annie tena que estar involucrada en esto. Por lo menos en parte. "A sido cosa tuya?" Le pregunt a Mel. "Slo parcialmente", admiti. "A sido, ms que nada, cosa Beth. Hizo el trabajo sucio y se fue a recogerlo. Quedamos aqu y la ayud a descargarlo." Busqu sus ojos y ella saba lo que estaba pensando. "No. Annie no est aqu." Mis labios se reprimieron, y asent. De pie de nuevo eche otro vistazo, estaba ms que satisfecha. "Realmente se ve muy bien, Mel. Gracias." "Deberas agradecrselo a Beth," me dijo. Me ech a rer. "Tal vez la estrangulara. Le dije que no lo hiciera." "Lo s. Pero realmente tena sentido hacerlo." No poda discutir. Adems, de que realmente me pareca perfecto. "Por qu no echamos un vistazo a ese caso que me ha arrastrado hasta aqu. Cmo te puedo ayudar?" "Ment," ella sonri. "Slo quera que vinieras aqu antes de que pudieras elegir otros muebles." Me ech a rer. "Eres tan retorcida", brome. "Qu vas a hacer ahora? Quieres ayudarme a deshacer los brtulos?" "Ooh. Trabajo fsico? Es una broma?" Comenz a retroceder. "No lo creo, Kate. Ests sola en esto." Sin decir una palabra, desapareci de mi oficina y me dej sola. Me puse de pie, mirando a mi alrededor abarcndolo todo. Un afn se apoder de m, y empec a abrir cajas, vaciando su contenido por todas partes, y buscando el lugar perfecto para cada objeto.
Captulo 24
En el momento que entre en casa sent algo extrao. Fui a la sala de estar y me detuve para mirar alrededor y escuchar. Nada pareca fuera de lugar, y la casa estaba en silencio. Pero la piel de gallina que tena en mis brazos me deca que algo no estaba bien. Y si haba alguien en casa? Mir por la ventana, pero no vi nada fuera de lo normal excepto por el antiguo coche, un Volvo Vagn, estacionado frente a mi casa. No haba visto el coche antes, y su visin slo logr causarme que un estremecimiento recorriera mi columna vertebral. Sin duda, algo no estaba bien. Puse las llaves del coche en la mesa de caf y me fui a la cocina, pero no encontr nada fuera de lugar. Volviendo a la sala, vi que las puertas corredizas a la gran sala estaban separadas unos centmetros. Mi piel comenz a erizarse. Con cautela, me acerqu a la puerta y mir a travs de uno de los paneles de vidrio. Contuve la respiracin. Annie estaba sentada en el asiento de la ventana, slo su perfil era visible al estar mirando a travs del cristal. Estaba congelada, sin poder moverme, mis ojos tenan una visin que no haba credo que volvera a ver. Llevaba uno de los vestidos de verano que tanto me gustaban, con el pelo recogido en una trenza. Si se daba cuenta de que yo la miraba, no hizo ningn movimiento que lo indicara. Pareca tranquila y pacfica, ajena a mis ojos que la miran. Tomando una respiracin profunda, llegu a la manilla de la puerta y la abr. Esper a que se girara, pero ella sigui mirando por la ventana, con los ojos fijos en un punto. Era evidente que tendra que dar el primer paso, por lo que entre con cautela en la habitacin. "Es muy bonito." Su voz lleg a mis odos cuando estaba a varios metros de distancia, y me detuve. No respond, y su mirada finalmente cay sobre m. "La habitacin, quiero decir. A quedado tal y como habamos imaginado." La visin de ella casi me dej sin aliento. No saba cmo responder, o por qu estaba all. Mi instinto me hizo ser sarcstica. Probablemente no era la mejor opcin. "Te refieres a la forma en que lo habamos previsto." La vi abrir y cerrar dos veces antes de hablar. "Sin embargo le vendran bien unos muebles. No crees?" Me sorprend al descubrir que la ira estaba comenzando a hervir en mis venas. Quin se crea que era? Ella me haba acusado de un comportamiento vil y me haba sacado de su vida. Ahora apareca en mi puerta y solo quera hablar de decoracin? "Sabes que la decoracin, remodelacin y conjuntar muebles no es exactamente mi fuerte." Trat de mantener el sarcasmo de mi voz. Sus labios se curvaron en una mueca. "Lo siento. Esta no es la manera en que quera empezar esta conversacin." Apart los ojos un momento mientras yo segua en silencio. "Quera hablar contigo", comenz. "No podas llamar por telfono?" Sus ojos me miraban fijos ahora. "Si quieres saber la verdad, no crea que me contestaras." Habra hablado con ella? No me poda imaginar no hacerlo. "As que decidiste aparecer por sorpresa?" Mi voz sonaba severa y distante, lo contrario de lo que estaba sintiendo. "En realidad, fue Beth quien me convenci " "Beth te meti en esto?" No me lo poda creer. "No, no." Levant una mano en mi direccin. "No te enojes con Beth. Quera hablar contigo desde hace tiempo. Cuando ayer lleg a la tienda le pregunt por ti. Me convenci de que no me odias y que deba venir. " Contuve una sonrisa. "Me odias, Kate?" Sonrea nerviosamente. "Por supuesto que no, Annie. Cmo podra?" Mis rodillas temblaban, y andando los pocos pasos de distancia entre nosotras me un a ella en el asiento de la ventana. Me sent a cierta distancia, mirndola mientras ella, con la cabeza baja, miraba hacia el suelo a ningn punto en particular. "Debera haber venido y hablado contigo hace semanas", comenz. Su voz era firme, pero mantuvo los ojos lejos de los mos. "Pero estaba tan avergonzada de m misma." Yo no saba qu decir y por eso me qued en silencio, lo que le permiti continuar. "Dije algunas cosas espantosas de ti. Acusarte de conspirar y planear en mi contra , jams habra credo que yo pudiera haber pensado esas cosas." "De verdad crees que yo me propuse hacerte dao de esa manera, intencionadamente.?" Por mucho que yo quera facilitarle las cosas, necesitaba algunas respuestas. "Creo que no estaba pensando nada en ese momento", me dijo. "Todo lo que o fue el nombre de Donald, y de repente no confiaba en nada ni en nadie." Alzo los ojos a los mos. "Ya s que no es excusa, pero no tienes ni idea de lo mal que ese hombre y su familia me lo han hecho pasar en mi vida. Todo lo que poda pensar era que haban encontrado otra manera de destruirme." Sacudi la cabeza. "En ese momento estaba completamente irracional, Kate. Debera haberte escuchado y credo en ti. Lo siento." Por fin estaba escuchando las palabras que tanto haba soado que me dira. Pero algo todava me inquietaba. "Por qu me mentiste, Annie? Por qu me dijiste que estabas divorciada?" Su suspiro fue pesado cuando sus ojos se dirigieron de nuevo al suelo. "Hubo una serie de razones. Pero ninguna de ellas tiene mucho sentido ahora", admiti. "Al principio no te lo dije porque pens que te podra resultar muy intimidatorio el hecho de estar viendo a una mujer casada. El divorcio se supona que sera definitivo en un par de meses, y pens que slo era una pequea mentira ". La excusa me son poco convincente. "La otra razn por la que no te lo dije, y por la que tuve la precaucin de mantenerte lejos de mi casa, era porque tena miedo de que Donald, de alguna manera, se enterara de lo nuestro. Ya haba hecho antes una escena fea cuando se enter de que estaba con otra mujer. lo ltimo que quera era darle ms argumentos antes de que el divorcio se resolviera ". Crea lo que estaba diciendo, pero an as me pareci que haba ido demasiado lejos por mantener su vida en secreto apartada de m. "No puedo creer que no me dijeras todo lo que estaba ocurriendo contigo. Annie, podra haberte ayudado." "Ahora lo s. Pero en ese momento tema que te alejaras de m si te enterabas de lo complicadas que estaban las cosas." Negu con la cabeza. "T no confiabas en m." "No", admiti. "Probablemente no. Era difcil para m creer que realmente te preocupara lo suficiente para que me ayudaras." "Eso es ridculo, Annie." Nada de esto tena sentido. "Tal vez para ti. Pero despus de aos y aos viviendo con ese hombre, aprend, de la forma ms difcil, a no confiar en nadie." Yo estaba escuchando sus palabras, tratando de entenderla e incluso comprenderla. Pero me senta vaca. "Entonces, qu te hizo venir aqu hoy?" Le pregunt en voz baja. Otro suspiro alto y claro. "Para disculparme. Y darte las gracias por lo que hiciste." Estaba inquieta, tratando de sonrer. "Bob me cont lo poco que saba. Melanie me puso al corriente de lo dems. Tomaste un gran riesgo, Kate." Me encog de hombros. "Probablemente. La verdad es que no me gustaba Gold incluso antes de saber que l era tu marido. Pens en todo tipo de estratagemas para evitar que se quedara con la casa. Luego, cuando me enter de que su mujer eras t ..." Me estremec ante el recuerdo. Nos sentamos juntas durante unos minutos mientras yo jugueteaba torpemente, tratando de encontrar algo que hacer con las manos. El silencio se rompi finalmente cuando Annie se levant bruscamente. "Supongo que debera irme." Me pillo con la guardia baja, por lo que simplemente la mir. Debi entender mi falta de respuesta como una censura de algn tipo, porque me hizo una breve inclinacin de cabeza y comenz a andar hacia la puerta. La ira me inund. "Espera un minuto," le grit, saltando al suelo. Se detuvo en seco y se volvi hacia m. La expresin de sus ojos fluctuaba entre el miedo y la tristeza. "Eso es todo?" Pregunt. "No s nada de ti durante casi dos meses y slo apareces aqu a limpiar tu conciencia para luego irte?" Yo estaba furiosa. Sigui mirndome, se haba quedado sin habla. "Nada de que tal, Kate, cmo has estado? "o "Hola, Kate, qu has estado haciendo ltimamente?" Se vea tan triste y todo lo que yo quera hacer era agitarla o besarla o hacerla rer. Cualquier cosa que pusiera una sonrisa en esa hermosa cara. Mi voz se suaviz y mi corazn empez a debilitarse. "Qu tal?" "Me alegro de verte, Kate. Te he echado de menos." Una lenta sonrisa se formo en sus labios. Se aclar la garganta y respir hondo. "Hola, Kate. Me alegro de verte", repiti mis palabras hasta que su sonrisa se extendi a sus ojos. "Te he echado de menos." hizo una pausa. "Mucho." Me olvid de las acusaciones y la desconfianza. "Te he echado de menos", le dije. "Crees que alguna vez me podrs perdonar?" Pens que poda ver un brillo de lgrimas en los ojos. "Crees que alguna vez podrs confiar en m?" Dije yo. Su sonrisa se torci. "Touche". Una vez ms nos quedamos mirndonos en un silencio incomodo, la tensin haba desaparecido por completo. "Ests saliendo con alguien, abogada?" Me ech a rer. "Sabes eso mejor que nadie, Annie." "Slo de pesca." Ella sonri, y asinti con la cabeza. Era tan bueno slo verle la cara, escuchar su voz. "Por qu, tienes a alguien en mente?" Le pregunt tmidamente. Ella asinti con la cabeza. "La verdad. Estaba pensando en algn modo de tender puentes hacia la reconciliacin." Ahora me estaba sonriendo. "Contigo". De pronto pareca tmida. "Si me quieres." "Sabes que te quiero," le dije. "Pero creo que sabes que tenemos un montn de cosas de que hablar." "lo haremos, Kate." Dio unos pasos lentos para cerrar la distancia que haba entre nosotros. "Y te prometo que te voy a decir cada aburrido y horrible detalle de mi vida, si todava quieres que lo haga." "Lo quiero. Cada detalle." Estaba tan cerca ahora que podra haberla tocado con estirar la mano. Poda oler su frescura y ver las pequeas arrugas alrededor de sus ojos. "Pero antes de seguir, estaba pensando que lo que realmente me gustara, ms que nada, es abrazarte." Mi corazn lata con fuerza cuando eleve mis brazos. Nos colocamos as, envolviendo los brazos una alrededor de la otra y estuvimos as durante mucho tiempo. "Oh, Kate," murmur en mi odo. "No puedo creer lo estpida que he sido." Me di cuenta por el sonido de su voz que estaba llorando. "Est bien, Annie. Solucionaremos todo lo que sea." No haba nada ms que deseara. "Todava quiero envejecer contigo, lo sabes." Sus labios seguan presionados contra mi odo, pero ella pareca ms tranquila. "Es una propuesta?" Sonre al recordar la conversacin que habamos tenido haca muchas semanas. "S", respondi ella sin dudarlo. Levant la cabeza para mirar a los ojos. "Espera un minuto," me re. "Pens que tenas una regla de no casarte hasta que hubieras conocido a alguien por lo menos durante un ao." Ella se ech a rer tambin, los ojos brillantes. "Mi amor, despus de todo lo que ha pasado en los ltimos meses, no doy nada por sentado." Se inclin hacia delante hasta que presion su frente contra la ma. "Lo siento tanto que me duele el alma, Kate. Te quiero mucho." La haba odo bien? Busqu en sus ojos y vi una mezcla de emociones que no dejaban lugar a dudas acerca de cmo se senta. Acaricie sus labios con los mos. "Yo tambin te quiero, Annie." Nuestros labios se juntaron, suavemente al principio, recordndose. Me estremec en sus brazos, disfrutando del momento. Luego el beso se hizo urgente y exigente. Tenamos dos largos meses de separacin que recuperar.