Mas Respeto Que Soy Tu Madre
Mas Respeto Que Soy Tu Madre
Mas Respeto Que Soy Tu Madre
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.
A Bernardo Erlich,
Nacho Laviaguerre
y Antonio Gasalla,
que mejoraron estos textos
en los ltimos diez aos.
A los primeros cien lectores.
A Cristina y Nina.
A Chichita.
Prlogo
Este libro recopila las confesiones de un ama de casa mercedina de cincuenta y dos aos, un marido, tres hijos y un
suegro. Mirta Bertotti escribe aqu sobre su familia, sobre su
vida y tambin repasa su temor a la vejez, al tedio matrimonial y al descalabro econmico. No hay mucho ms para decir
sobre la trama porque, en realidad, no se trata de un libro con
introduccin, nudo y desenlace. Es otra cosa.
Los casi doscientos captulos que lo componen fueron escritos por Mirta casi por casualidad o por desesperacin
en una pgina personal de internet, durante los ltimos meses
de 2003, que fueron horribles, y los primeros meses de 2004,
que no fueron mejores. Los redact ella misma, ayudada en la
parte tcnica por su hijo mayor, el Nacho, y los public da
tras da, sin ms objetivo que distraerse de su depresin.
Sin embargo, a poco de comenzar su historia, y por razones que Mirta nunca ha comprendido del todo, empezaron a
llegar decenas de miles de curiosos de todas partes. Su blog,
modesto y parecido a otros tantos, fue invadido por lectores
que se levantaban por la maana con ganas de saber qu haba
pasado de nuevo en la vida de los Bertotti.
Mirta comenz a coleccionar correos y mensajes de aliento,
y ms tarde regalos y visitas a su casa. Sus primeros lectores, a
los que llama prehistricos, son ahora sus amigos personales
y tan dueos de la obra como ella misma.
Cuando acab su aventura literaria, que se llam Weblog de
una mujer gorda y dur diez meses escasos, empez a recibir
9
10
Un da de locos
26 DE SEPTIEMBRE DE 2003
Ms problemas
26 DE SEPTIEMBRE DE 2003
11
Lo dicho
28 DE SEPTIEMBRE DE 2003
Brecha generacional
29 DE SEPTIEMBRE DE 2003
Adis, tatadis!
01 DE OCTUBRE DE 2003
Cortes de luz
01 DE OCTUBRE DE 2003
Cabecita de novia
01 DE OCTUBRE DE 2003
Ya es un hecho: el Caio le afan el telefonito a la Aurora Peroti. Todo sali a la luz hace un rato. Estuvimos toda la maana
mirando por TN el secuestro de una familia en Tortuguitas.
Ay, qu nervios! A eso de las diez y media los captores
liberaron al padre, y se quedaron con la mujer y una hija. Y
el padre tena un telfono mvil escondido y pudo llamar a
la polica. Cuando el Caio oy eso, envalentonado, nos dice:
Ven?, cuando vengan a secuestrarnos los voy a poder ayudar. Y mostr su trofeo de la cena de ayer.
El Zacaras lo empez a correr por toda la casa, y le gritaba: Llam a la ambulancia ahora, antes de que te agarre,
hijo de puta!.
Entre el secuestro en directo por la tele y la confirmacin
de que mi hijo es un caco, estoy de los nervios.
Sueo pesado
03 DE OCTUBRE DE 2003
Mi hijo es pelotudo
04 DE OCTUBRE DE 2003
Revolv toda la casa y no encontr una puta foto del Cantinflas para armar carteles y ponerlos por el barrio. No tenemos
un mango para dar de recompensa, pero yo confo en que la
gente es buena... Igual no encontr ni una foto del Cantinflas.
16
Domingo. Hace treinta aos que me despierto sobresaltada con la voz de un seor relatando una carrera de autos de
Turismo Carretera. Antes era la radio; ahora es la televisin.
Al Zacaras le gusta despertarse a las nueve, poner la carrera y
quedarse dormido otra vez. Es una mana.
Pero hoy me despert antes, con las patas calentitas. El
corazn me empez a latir entredormida: Es el Cantinflas,
pensaba sin abrir los ojos. Y era noms. Tiene el lomo todo
en carne viva, y la cara como un loco, como el Caio cuando
viene drogado de una fiesta. Rengueaba de la tercera pata y
me miraba de costado, como querindome explicar la historia
increble que vivi en las ltimas treinta y cuatro horas que es17
A veces es malo revolver cosas en tu propia casa. Ayer, buscando una foto del Cantinflas, me met en la pieza de la Sofi
y me encontr con una bombacha suya a la que ella misma le
haba cosido un voladito de encaje.
Una es madre, pero antes que madre es mujer, y hay cosas
que entiende al vuelo. As que sal corriendo y le muestro a mi
marido:
Mir tu hija, le puso un voladito a la bombacha.
Y? me dice el Zacaras.
Que la nena coge, pedazo de esquenn! le grito para
que se despabile. Si una nena se pone voladito en la bombacha es para que alguien se lo mire! Ergo, culea.
Y el Zacaras, que cada vez est ms vegetativo, me dice:
Quin sos? Petrocelli?
Cosa de mandinga
08 DE OCTUBRE DE 2003
Aniversario de casamiento
09 DE OCTUBRE DE 2003
20
Conversacin indiscreta
09 DE OCTUBRE DE 2003
un beso m
estaassssssss?
JoseMaria dice:
Nacho dice:
de lo nuestro, me imagino je je
Nacho dice:
por el culo?
Mirta dice:
22
Mirta dice:
co en el centro. Agregar el huevo batido con la grasa. Ver aparecer a la Sofi diciendo que otra vez el Caio la mira baarse
y despus se pajea. Entonces mezclar los ingredientes y a su
vez gritar Caioooo, ven para acaaa, e ir agregando agua y
harina despacio. Mandar a abrigarse a la Sofi que est en bombacha y corpio, y concentrarse hasta obtener un bollo bien
firme. Amasar puteando a tus muertos hasta obtener una masa
lisa y ver llegar al Caio con los ojos desorbitados diciendo qu
hay, vieja. En ese momento tapar la masa, dejarla descansar
media hora y aprovechar para cagar a patadas al Caio.
El relleno. Una vez castigado el hijo vuelta y vuelta,
colocar el dulce de membrillo en una sartn, cortado en trocitos. Or llegar al Nacho a casa y parar la oreja hasta escucharlo
discutir con el Zacaras; agregar el azcar, el vino y revolver
nerviosamente sobre el fuego hasta or los primeros golpes e
insultos en el comedor; retirar de la sartn diciendo ya estn
estos de nuevo, dejar enfriar y salir disparando a defender al
Nacho de las garras del bruto de tu marido.
23
Sexo y geometra
11 DE OCTUBRE DE 2003
Castigos al azar
11 DE OCTUBRE DE 2003
Escndalo en el barrio
13 DE OCTUBRE DE 2003
Aparicin matutina
14 DE OCTUBRE DE 2003
Post coito
15 DE OCTUBRE DE 2003
29
La verdad? Me levant sin la ms mnima expectativa, porque ltimamente no me dan ms que disgustos. Pero cuando
voy a la cocina, entre el pin de Sandro de Amrica y la entrada
del Gran Rex de noviembre del noventa y nueve, entre la receta de la pizza, es decir, pegada en la heladera, me encontr
con la sorpresa ms linda del mundo. Antes de abrir la puerta
ya me haba puesto a llorar de la emocin... Se acordaron los
guachos que es el Da de la Madre!, pensaba. As que abr la
heladera y ah estaba el regalito. Es un regalo de estos tiempos
de crisis, pero yo lo valoro ms que un anillo de diamantes.
Mis hijos me limpiaron la heladera de punta a punta, con trapitos, lavandina y detergente! Parece nueva! Los quiero mucho, hijitos mos. Los amo, sean como sean!
Expulsados
24 DE OCTUBRE DE 2003
Hace dos das que la Sofi empez con su negocio de la webcam y ya le ingresaron 71,50 dlares en su cuenta del Banco
Francs, que es ms que lo que cobra mi suegro de jubilacin
por mes. Si pudiera trabajar ms horas hara el doble, pero
tenemos que coordinarnos para que use la camarita solamente
cuando el Zacaras se va al Club Estudiantes a jugar al bingo.
Ella lo nico que tiene que hacer es estar sentada en la cama
con unos osos de peluche y mostrar las tetitas justo cuando
unos gordos que se ven en el netmeeting empiezan a babearse.
36
37
El Caio al psiclogo
28 DE OCTUBRE DE 2003
rincones y acordndonos del Sumcutrule, que era marca foxterrier y tena los mismos ojos que el Vctor Laplace.
Una semana despus del asesinato, la Sofi (que iba a la
primaria) dej de comer por culpa de la tristeza. El Zacaras dice que dej de comer por culpa de Menem, pero yo
creo que era por la tristeza. As que nos planteamos conseguir
otra mascota, que siempre es mucho ms fcil de conseguir
que otro presidente. Y justo cuando bamos a la veterinaria a
comprar una tortuga (que son ms duras y se mueren menos
que los perros), un vecino loco que ya muri, y que siempre
nos tiraba cosas al patio, nos sacude con un gato blanco recin nacido.
La Sofi enseguida lo agarr y lo empez a acariciar, y supimos
que se sera nuestro gato de ah en ms. Como le dola todo
el cuerpo al felino, en vez de maullar en castellano (miauuu)
maullaba en mexicano (mieeeeiiiuuu), as que el Nacho le puso
Cantinflas, como el actor Mario Moreno, por eso y porque tena bigote. Tambin le podramos haber puesto Don Ramn,
pero ya haba un zapatero en el barrio que se llamaba as. Eso
pas un treinta de octubre, que desde ese da es el cumpleaos
del Cantinflas y de Maradona. Feliz cumple para los dos!
La casa nueva
01 DE NOVIEMBRE DE 2003
Ya tenemos el local y la semana que viene nos mudamos. Resumo porque estoy excitada: vendemos esta casa y mi suegro la
suya; compramos una casa con local al frente en avenida Cuarenta casi esquina Quince, nos vamos a vivir todos ah y trabajamos en la pizzera. Como nos sobra plata, nos compramos dos
motos para el reparto a domicilio, que me acabo de enterar que
se llama delivery, y sacamos un crdito chiquito para el horno
y las cosas propias del negocio... No es un sueo de noticia?
Hasta el Nacho deja de alquilar su depto y se viene con nosotros! El Zacaras est bastante cagado en las patas, porque siem42
43
Antes de haber decidido tan alegremente poner la pizzera y vivir todos juntos, tendramos que haber aprendido de
las enseanzas del Gran Hermano. Hace solamente dos das
que estamos en esta casa y ya hay grupos, dimes y diretes, camarillas, recelos y caras de orto...
Resumiendo: el Zacaras no se habla con su padre por culpa de ese problema antiguo del que no sabemos nada; el Caio
y la Sofi se llevan a las patadas porque el Caio le quiere tocar
las tetas para ver si son duras; yo le tengo mucha mana a la
Negra Cabeza porque los paraguayos no son de fiar; la Sofi
sigue con trompa por la paliza de su padre cuando la encontr
media desnuda en la webcam; Nacho est angustiado porque
Caio se toma la ginebra que est para la venta; la Negra Cabeza pretende que mi suegro no la manosee en pblico, y aunque
le decimos que lo hace con todo el mundo, ella que no y que
no; yo estoy escorchada con el Nacho porque le pone peros
a la necesaria contratacin urgente del simptico chef uruguayo; Sofi quiere aumento de sueldo o dice que no se pone
ms minifalda para atraer clientela; Caio y la Negra Cabeza se
meten en el galponcito a contemporizar cuando hay clientes
esperando, y a veces hasta se oyen los gritos del coito; el Nacho
no soporta que la Sofi se pase dos horas hablando por telfono
con el Manija, porque dice que el negocio depende de que el
telfono est desocupado...
Ay, Virgencita, yo no s si esto va a funcionar como pensbamos. Adems, cuando se da la casualidad de que estamos
todos de buen humor y no hay peleas ni rencores, pasa lo de
anoche, que nos pusimos los siete un rato a jugar al chinchn
y cuando nos quisimos acordar eran las dos de la madrugada
y nos habamos olvidado de abrir. Un da perdido, la puta
madre! Hoy espero que estemos otra vez todos peleados, porque por lo menos as nos acordamos que tenemos trabajo. Si
45
El mago
05 DE NOVIEMBRE DE 2003
No son mi familia!
06 DE NOVIEMBRE DE 2003
Ay, qu desastre! Por dnde empiezo? El Nacho me pregunta hoy al medioda si lo puede traer a trabajar a la pizzera
a su novio. Ahora que se fue Douglas, vamos a necesitar a
alguien ms, me dice, sin mirarme a los ojos. Yo le digo:
Pero Nacho! Y tu padre? Tu pap se muere si se entera
que sos.... Me tendra que haber mordido la lengua antes,
porque por la mitad de la frase entra el Zacaras a la cocina,
con un vaso de agua vaco y en pijama. Nos quedamos los
tres como secos, inmviles, mientras las palabras empiezan a
rebotar por las paredes: ...tu pap se muere si se entera que
sos... si se entera que sos... que sos... sos.... Cuando la frase
deja de hacer eco, vemos que mi marido se empieza a poner
blanco, y despus flamea, y despus se pone amarillo, igual
que la bandera del Vaticano. Lo mira al Nacho con odio en
los ojos:
Qu sos vos? dice. Vos qu sos, Ignacio?
Soy diferente, pap susurra el Nacho despacito.
Diferente cmo? Y por qu yo no me tengo que enterar?
Viejo, no te pongas como loco le digo. El nene es...
Vos callte!! me interrumpe el Zacaras. Quiero
que me lo diga l.
Ignacio se sienta en una silla y se pone a llorar como un chico. Ninguno de los tres nos damos cuenta que don Amrico
ha entrado a la cocina.
o tengo tutta la culpa, figlio! le dice mi suegro a mi
marido. He sido o il culpbile! El Nachitto de Boca Juniors, non de Racing... Sempre ha sido de Boca, come el
suo Nonno, come o!! y el abuelo se tapa la cara con las
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manos y se pone a llorar. Todos nos quedamos mirando a Zacaras, sin respirar.
Mi padre y mi hijo mayor?? dice el Zacaras. Los
dos? De Boca?? Esto es la debacle de los Bertotti dice, y se
va de la cocina mudo, herido, desinflado y pegando un portazo que tir abajo tres cacerolas.
Cuando nos quedamos solos, don Amrico saca un ojo por
entre los dedos y nos mira. Se recompone y le dice al nieto:
As que sos putano, bambino? y le acaricia la cabeza
comprensivo. Y tu macho te mteno la pindonga a v, o
v se la mand a guardare a lui, eh? Perque si la met vo non
tan grave la enfermet...
Cada vez que el Zacaras se corta las uas de las patas es que
est sufriendo mucho. Debe ser su manera de canalizar. No le
pasa muy seguido, por eso siempre usa zapatos dos nmeros
ms grandes. Con uas largas calza 43, y cuando sufre mucho
vuelve al 41. En la primera poca de Menem, que estbamos
todos con trabajo, lleg a calzar 45: pareca un payaso, chiquitito y con zapatones gigantes. Cuando vino De la Ra y
empezaron a echar gente de Plastivida haba tanta tensin en
casa que un da le tuve que comprar unos mocasines 39. Hoy
me lo encontr en el bao cortndose las uas con una tenaza,
y me figuro que es porque piensa que el hijo mayor le sali de
Boca Juniors. Le digo:
No sufras, viejo, lo importante no es que sea de Boca o
de Racing, sin que sea feliz...
No me vengs con frases de esos libritos que les vos,
mujer! me dice. Preferira mil veces que tuviera cncer o
que fuera sordo, pero bostero? Nuestro hijo mayor, el nico que pareca normal? Cmo lo miro a los ojos yo ahora?
Cmo salgo a la calle?
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Mi marido y mi suegro siguen peleados entre ellos, y ltimamente hay mucha tensin en casa. Yo no s si estn reviviendo sus broncas de antes o algo, pero en vez de hablarse se
ladran, y cuando pasan uno al lado del otro ni se saludan. Un
da yo escrib en este cuadernito que la pelea entre ellos viene
de antes; yo la fui armando de a pedacitos, porque nunca nadie habl abiertamente del tema. Les cuento?
En los aos cincuenta don Amrico era camionero. Viva
ms en la Patagonia que en su casa. Doa Franchesca estaba
enferma de celos y siempre pens que el marido le meta los
cuernos. Cuando Zacaras cumpli cinco aos, lo sac de la
escuela y lo oblig a acompaar a su padre en sus viajes al
Sur. Don Amrico no se neg nunca a quitarle a su hijo los
estudios porque en esa poca era un pelotudo, igual que ahora
51
Te dijeron quin?
Zacaras mir un papelito anotado:
Un tal Scolcevich, no es el chico ese medio morochito
que vena a estudiar a casa el ao pasado...? Se peg un palo
con la moto en la avenida Veintinueve.
Yo lo primero que hice fue abrazar a mi hijo. Fue un acto
mecnico. Me import un carajo que el Zacaras sospechara
algo. El Nacho se puso a temblar y me apret tan fuerte que yo
pens que me estaba ahorcando. Y despus medio se desinfl
y se puso a llorar a los gritos. No lo podamos parar. Lloraba
como una sirena de ambulancia. Y entonces el Zacaras lo empez a mirar raro al hijo. Yo rec para que no dijera nada, pero
mi marido es mandado a hacer para decir lo que no debe.
Ehhh! dijo medio rindose. Ni que hubiera perdido Racing! Qu era, tu hembra ese muchacho?
El Nacho ya estaba fuera de s, pero la sorna del padre le
debe haber descuajeringado los tornillos. Se levant con la
cara deformada de dolor y lo empuj al padre contra la pared:
No, mi hembra no, pap! Mi macho es, hijo de una
gran puta, mi macho, la concha de tu madre!
Al Nacho todo eso le sali con la voz finita, aflautada como
la de un canario; muy, pero muy de puto.
Y despus de insultar al padre de arriba abajo se puso la
campera y sali para la calle dando un portazo. El Zacaras se
qued quieto como una estatua. Lo nico que haca era mirarme, como preguntndome todo con los ojos.
Yo no deca nada.
Cmo que el macho, Mirta? me dice al rato, como
un zombi. Ser posible que yo siempre me entere ltimo
de las cosas?
Pero yo no le contestaba nada, y l cada vez se daba ms
manija. Contestme, Mirta! Cmo que el macho! Ese
hijo de puta se lo coge a mi hijo?! Yo lo mato a ese hijo de
puta, lo mato!
Viejo, vos no mats a nadie le digo agarrndolo de los
53
Mostaza y mayonesa
19 DE NOVIEMBRE DE 2003
Ayer, en el hospital, el mdico de guardia le saca una radiografa de la cabeza al Caio y nos dice: Este chico tiene
una pequea deficiencia mental a causa de las palizas que recibe. El Zacaras se defiende: Disculpe doctor, esto vendra
a ser como el problema de qu fue primero, si el huevo o el
escroto: en realidad yo lo cago a patadas porque es idiota... Si
no fuera idiota no le toco un pelo al chico, qu gracia tiene
55
Bertottis intelectuales
24 DE NOVIEMBRE DE 2003
El domingo la Sofi iba por la mitad de Juan Salvador Gaviota, y nadie lo poda creer. Debe ser la primera Bertotti (sacando al Nacho) que va por la mitad de algo que tiene tapa.
El fin de semana se habr pasado como quince horas boca
abajo en el piso de la cocina leyendo. El libro es cortito, pero
ella tarda en leerlo porque tambin es cortita. Todos le pasbamos por arriba, al principio pensando que estaba dormida
o llamando la atencin, pero en una de esas se le escap un
lagrimn y despus un suspiro y nos dimos cuenta que no, que
estaba despierta, y que adems lea la guacha.
Al Zacaras no le gusta mucho que los hijos lean, porque
segn l toda la enfermedad del Nacho viene a raz de la lectura, cosa que un poco es cierto y un poco no. Tambin tiene que ver que el Nacho no hizo la conscripcin, pero eso el
padre no lo cuenta. La cosa es que estuvo todo el domingo
importunando a la Sofi para que dejara el libro: le pona la
tele fuerte, le pisaba la cabeza y hasta lleg a empaparla con
el chorro del sifn (hacindose el desentendido), pero la chica
estaba prendida al libro y no lo soltaba. Qu tiene, miel ese
libro de las gaviotas?, le dice el Zacaras en un momento, pero
la chica no atenda ni para discutir.
Entonces mi marido se encaprich, porque no le gusta que
no le hagan caso cuando habla, y le dijo que le diera el libro a
60
ver qu era. A ver, tra para ac, no sea cosa que ests leyendo
un libro chancho, le dice. Y la Sofi va y le pasa la novelita. No
tendra que haberle dado el libro. Ahora el Zacaras est desde
anoche con la Gaviota y no me apaga la luz de la pieza. No solamente que no me puedo dormir (porque mi marido cuando
se emociona se suena los mocos fuerte) sin que la Sofi se fue
con el Manija Pertossi quin sabe a dnde y ya son las cinco de
la maana y todava no volvi. Le acabo de decir al Zacaras:
Che, la nena est con el hijo del carnicero y ya casi amanece... Seguro que estn culiando.
Dios quiera dice el Zacaras llorando, que lee rapidito
para ver si puede terminar el libro antes de que llegue la nena
y se lo quite.
Para esta poca empezamos a decidir a dnde vamos a decirles a los vecinos que nos vamos de vacaciones. Lo que hacemos en realidad es encerrarnos quince das en casa sin asomar
la nariz a la puerta, pero igual hay que poner un lugar. El ao
pasado dijimos que nos bamos a Brasil, y cuando pasaron los
quince das salimos de nuevo a la calle con camisetas hering
y con bon-o-bon que habamos comprado en el Coto. Le regalamos bon-o-bon a todo el barrio. Este ao el Zacaras dice
que podramos decir que nos vamos a San Clemente, porque
Brasil no est tan barato como el ao pasado. Y qu mierda
te importa si no est barato si en realidad nos vamos a encerrar
ac adentro?, dice el Caio, que siempre se queja a esta altura
porque no le gusta encerrarse con nosotros para aparentar.
Pero hay que ser coherente, Claudio se queja el Zacaras, adems queda feo aparentar dos aos lo mismo.
Eso es verdad digo yo, una cosa es ser miserable y
otra no tener imaginacin.
Ms feo es mentir aporta el Nacho.
61
por primera vez a los veintitrs aos, y romp bolsa por ltima
vez cuando naci la Sofi, a mis treinta y ocho. Todava me
senta joven. Miro fotos de esa poca y tengo el peinado rarsimo, todas andbamos con la permanente y con hombreras.
Yo estaba ms flaca. Despus vinieron las vrices, las estras, el
Caio que naci cabezn y casi me desgarra, Alfonsn y el hambre, Menem y las cuotas. Pero la regla estaba, todos los meses.
A veces el sueldo no, a veces los revolcones con el Zacaras no,
pero la regla estaba. Puntual.
Yo siempre fui un relojito. La espero desde el mircoles y
nada. Nada de nada. La que lleg un da en medio de una clase
en el Colegio Misericordia y me dio vergenza que llegara ya
no viene ms. Ya no me importuna. El mes pasado fue la ltima vez de tantas cosas, corazones, y yo sin darme cuenta... No
s si entendern; ustedes son jvenes. No s si sabrn lo que
significa esto. Desde hoy, estn leyendo el diario de una vieja.
El weblog de una mujer que se est secando.
Mientras escribo navego en una pgina mdica, porque ya
me lo tema. Tiene usted dolores seos? S. Tiene depresin,
irritabilidad, angustia, insomnio? S. Tiene molestias en las
relaciones sexuales? Ni la ms puta idea, seor mdico virtual, porque mi marido el Zacaras no me ayuda a descubrirlo.
Tiene mayor flacidez en las mamas? S, parecen dos quesos
cremosos. Tiene sequedad vaginal? Tengo. Qu ms tiene,
seora? Qu ms tengo? Tengo cincuenta y un aos, once
meses y trece das de vida. Tengo ganas de llorar y de que
alguien me abrace. Pero son las cinco de la maana y toda la
familia duerme como si en esta casa no pasara nada.
Anoche pas una cosa rarsima. En realidad dos. La primera cosa rarsima es que me los encontr al Caio y a la Sofi
tomando mate en la cocina y hablando. Ni se escupan, ni se
71
Me acaba de llamar el Zacaras otra vez. Dice que la fianza es de mil quinientos pesos por los tres, y que entre l y el
Nacho solamente llegan a quinientos... As que eligi sacar al
Caio, me dice, para poder cagar a trompadas a alguien. Yo
le digo:
Pero pegle ac en casa, viejo! no sea cosa que lo metan adentro a l tambin y nos quedemos sin el cabeza de
familia.
79
Brindis
10 DE DICIEMBRE DE 2003
Pero y tu novio el Manija le digo, intentando entenderla, qu pas con el Manija, nena, lo dejaste?
No me dice la guacha, haciendo para arriba con los
hombros ...estoy probando con los dos un tiempito, qu s
yo, por el momento no devolv a ninguno.
Cmo probando? Cmo no devolv? Ay, nena, no
son ropita los hombres, mi amor! le digo con toda la impaciencia del mundo. Si uss dos vestidos uno arriba del otro
sos moderna, pero si uss dos muchachos a la vez sos media
puta, Sofa...
Ay, mam, vos sos la menos indicada para dar ctedra
sobre el tema, eh, hacme el favor me dice misteriosa, y
enseguida pega media vuelta y se mete para su pieza.
La sigo por todo el pasillo (recin ah me doy cuenta que
sigo con las bolsas de la basura en la mano) y me meto en su
habitacin antes de que se cierre con llave.
Qu me quers decir con eso de la menos indicada?
Conversacin terminada odio esa contestacin.
Mientras vivas en esta casa le digo, cada vez ms cabrera, las conversaciones se terminan cuando yo digo o cuando
alguien prende la tele. Me oste? Tens catorce aos, todava
no te sabs limpiar los mocos sola, y no te voy a permitir que
ests jugando a dos puntas, con dos chicos a la vez. Mucho
menos en el zagun, para que te vea todo el mundo y despus
seamos la comidilla del barrio.
Entonces me mira gravemente, con odio, y me dice justo lo
que no tena que decir:
Mir quin habla! La que hace una encuesta en internet
para ver si le mete los cuernos a pap y le responden cuatro mil
desconocidos de diecisiete pases. Hacme el favor! Si yo soy
media puta ser porque lo aprendo en casa.
No s cuntos de ustedes sern padres de una adolescente,
pero es hora de que sepan algo: no hay nada ms insoportable
que, en medio de una discusin con tu hija, la guacha te gane
tan fcil. Cuando te pasa eso hay que cambiar en una milsi82
Valijas
15 DE DICIEMBRE DE 2003
La cena con los Peroti se desarrollaba normalmente. Aburrida. Inspida. Como siempre, el Negro y mi marido nos
contaban por ensima vez sus ancdotas de la colimba, cuando eran compaeros en el Regimiento 6 de Infantera. Yo estaba atenta a la charla entre el Nacho y la Maril, que no
paraban de cotorrear entre ellos, indiferentes al mundo. Rean
y beban como si nadie los viera. Estbamos en los postres,
empezbamos a comer el flan. Nacho se ofreci a traer el caf,
y la Maril, simptica y servicial, se fue con l a ayudarlo.
Todo indicaba que, por una vez, una cena con los Peroti acabara bien. Qu equivocada estaba, corazones! Pasaron diez
minutos, y despus media hora. Ni el Nacho ni la rubiecita
volvan. Los Peroti no parecan enterarse, enfrascados con el
Zacaras en las ancdotas de la conscripcin. Un poco nerviosa, la mand a la Sofi a buscar a su hermano. Pasaron otros
muchos minutos. Y entonces empez uno de los das ms extraos de mi vida. Cuando la Sofi volvi estaba plida, como
descompuesta. Mam, pods venir un minuto que te busca
el Nacho?, me dijo, medio en secreto. De la mano me condujo no a la cocina, sino a la habitacin del Nacho. Por el pasillo
me solt unas palabras ms, que no entend. Qu loco, vieja,
los pibes estn abotonados. No s por qu pens que era algo
de los botones de la tele (yo soy de otra poca), as que abr la
puerta del cuarto del Nacho con toda confianza. El grito me
sali del alma cuando los vi:
Nene! me asust. Qu le ests haciendo a esa chica! Sal de ah atrs ahora mismo!
Es lo que intento desde hace media hora, mam dice
el Nacho, temblando.
88
Me mira:
Yo aceptara las orejas de Dumbo con tal de tener esa
toronja entre las patas! me dice. Pero el problema no es
ese, vieja... Vos viste cmo est pap con el Nacho ahora que
coge? Lo tiene en un pedestal al puto... Sabs cunto hace
que cojo, yo? Desde los once aitos! Alguna vez alguien me
hizo una fiesta por coger tan temprano? No! Vos viste con
la admiracin que lo mira pap al Nacho? Ni se da cuenta
que existo.
Bueno... le digo, bueno..., corazn. Solt todo, mi
amor, solt todo. Que ac est mam.
Y vos tampoco... me llora el Caio. Vos tampoco te
das cuenta que existo. Y la Sofi peor; a la Sofi le da vergenza
que yo sea tan petiso. Y la Negra Cabeza ya no me da bola:
anda llorando por los rincones porque lo extraa al abuelo y
se olvid de m... Qu vida de mierda!
No digas eso, Claudio Maximiliano! le digo, media
enojada. Ninguna vida de mierda. Todo el mundo te quiere, todo el mundo. Hay veces que les prestamos atencin a
otros hijos, pero es justamente porque andan con problemas,
como el Nachito estos das. Pero eso no quiere decir que no te
queremos, hijo.
El Caio baja la vista; se suena los mocos. Casi me sale decirle con la sbana no, mugriento de mierda!, pero no era el
momento. Le digo:
Me os, hijito? Te queremos mucho, mucho asiente
con la cabeza. Me da un beso.
Te dejo dormir? le digo.
Me levanto, y cuando estoy a punto de salir me dice:
M. Qu hora es?
Miro el reloj:
Las doce y cuarto.
Ya es viernes diecinueve?
S, ya es viernes le digo, intrigada.
Entonces dejme ser el primero en algo, aunque sea
94
De las sesenta veces que tocan el timbre en casa a la maana, ms o menos cuarenta son gente que pide. El resto, gente
que vende. A los que venden les hago que no con el dedo
desde el vidrio. Y a los que piden los miro bien para ver si son
conocidos, y segn la cara les abro o les hago que no con la cabeza. En Mercedes no se dice mendigo, ni linyera, ni croto. Se
dice uno que pide. Y cuando son conocidos se agregan datos.
Quin es? pregunto yo desde la cocina, por ejemplo
a la Sofi, que fue a atender.
Y ella me puede decir: Los hermanitos que piden, o el
rengo que pide, o la tuerta que pide. Si el visitante es nuevo, entonces dice uno que pide.
Si el que toca el timbre viene cargado de cosas, es uno que
vende. Quin es?, pregunto. Y el que va a atender me grita:
El turco que vende alfombras, o el pibe que vende escobas,
o la vieja que a veces pide y a veces vende (con esa nunca
se sabe). Pero si no lo conocemos, decimos uno que vende.
Para estas fechas, los que piden se multiplican, porque
aprovechan los sentimientos navideos. A los que conozco
les doy, siempre y cuando sean educados. Les hago as con la
mano, para que esperen, me meto adentro y les pongo en una
bolsa un pan, una mandarina, una pizza, algo, y les doy.
Si son adolescentes, les digo que me corten los yuyos de la
vereda. No porque lo necesite, sin para que sepan que trabajando se consiguen ms cosas. Y cuando terminan les doy,
adems de la bolsa, unos pesitos. Siempre les digo: Comprte
algo para vos, que no me lo cruce a tu pap con un cartn de
vino. No, no seora, para m, para m, me dicen.
Pero aunque sean cada vez ms, siempre cada barrio tiene
su mendigo oficial. El de siempre. Nosotros tenemos a Carnecruda, que hace como quince aos que pide por esta zona. Es
un tipo alto, que va con un carrito de supermercado y tiene un
97
bigote mostacho. Simpatiqusimo el croto. Estamos muy contentos con el mendigo oficial que nos toc en suerte. Cuando
viene Carnecruda a pedir, le abro y hasta charlamos un rato.
Es un mendigo de esos que antes eran profesionales, y que
despus la vida se les fue de las manos. Pero da gusto charlar
con l un ratito. A veces hasta te dan ganas de meterlo a la
fuerza y baarlo. Pero no se deja. Un da la vieja Monforte,
cuando estaba sana, lo quiso meter al bao y Carnecruda le
ara la cara.
Nuestro mendigo lleg al barrio hace muchos aos. La
primera vez que toc timbre en casa fue un veinticinco de
diciembre. El Nacho era chico y yo estaba del Caio. Almorzbamos en el patio de la otra casa; era el asado del veinticinco, y
nos tocan timbre. Quin es?, le pregunto al Nachito. Uno
que pide, me dice. Entonces sale el Zacaras y le lleva un buen
pedazo de asado. El tipo agradece y se va.
Como a la media hora toca el timbre de vuelta. Atiende
el Nachito, que le encantaba atender la puerta. Y vuelve a la
mesa con el asado del mendigo, intacto, en la misma bolsa.
Qu pasa? pregunta el Zacaras.
Dice el seor bigotudo que gracias, pero que te devuelve
la carne porque est media cruda.
Desde ah le pusimos el nombre. Y estbamos orgullosos
de tener en este barrio un mendigo exigente. Ahora es otra
cosa, ya no hay linyeras como el Carnecruda. Ahora hay tanta
gente pidiendo, tanto chico con hambre en serio dando vueltas por la calle, que una no sabe qu hacer en Navidad para
darles a todos algo, cualquier cosa. Un poquito de lo poco que
nos queda. Qu se habr hecho me pregunto a veces de
aquel pas en donde los mendigos devolvan la carne porque
estaba cruda? A m siempre en Navidad se me hace un nudo
en la garganta cuando me pregunto eso.
98
Te caste?
Ojal me hubiera cado, ojal! me dice el Nacho, con
los ojos en compota. En el aire, con una pierna adelante y
la otra atrs, como un bailarn, justo ah, se me escap el pedo
ms grande de mi vida. Fue como una studebaker arrancando
en segunda. Brommmmm!
Dios me libre y me guarde!
Sent que el tiempo se detena. Yo en el aire. Mis tripas
sonando como una trompeta ronca. Te juro que se volaron
las palomas de la iglesia. Yo en el aire! Debo haber estado
siglos suspendido, pensando qu carajo hacer. Todo era rpido
y lento a la vez. El envin haba sido perfecto. Entonces la
nica salida lleg de la nada. Apoy el primer pie, y despus el
segundo, y otra vez el primero, y segu corriendo, me fui a la
mierda mam!
Te escapaste, Ignacio, vos sos boludo?
Qu iba a decirles? Perdn, me cagu? No, jams!
Corr y corr, cortando campo. Corr hasta ac. Pero hubiera
seguido corriendo. En este momento tengo ganas de seguir
corriendo para siempre y olvidarme de m mismo.
Visto as le digo, tens razn..., lo mejor es salir
corriendo...
No es cierto, mami? me dice, acurrucndose entre
mis brazos.
Claro, nene le digo, haciendo puchero. Llor, mi
vida, llor.
se pusiera algo rojo (si le daba la gana) pero livianito. El cabezadura iba con la barba de algodn que le transpiraba todo el
cogote, y con el mameluco de invierno con gomaespuma, que
para peor era alquilado. Entre el jueves y ayer vino como tres
veces el chico de la casa de disfraces para que le devolvamos la
ropa. Trascartn cada vez que vena atenda la puerta siempre
mi marido:
Qu desea el muchacho? Vengo a buscar el disfraz,
don. Otra vez? Qu disfraz? El que lleva puesto, seor.
Ho ho ho! Ya le dije que no tengo ningn disfraz y le
cerraba la puerta en la cara.
Quin era, viejo? le preguntaba yo.
El muchacho ese que busca un disfraz me deca mi
marido. Ho ho ho! La gente est cada vez ms loca, seora.
Pero ayer se le pas todo de golpe. Y la historia de cmo
volvi en s merece ser contada. Resulta que se empecin en
ir hasta la Pampa Chica a buscar un repuesto para la moto.
Nosotros le advertimos:
Don Santa, no se le ocurra ir a la villa vestido as...
Ho ho ho... Pap Noel anda por el mundo sin importar
el cmo y el cundo dijo, y no lo pudimos parar.
Se fue con la motoneta destartalada a buscar una buja de
segunda mano, porque la de la moto estaba empastada por el
choque. Cruz todo Mercedes a pata, con la motito a cuestas, agarrada del manubrio. Por el centro solamente recibi
miradas cariosas y risas cmplices; algunos chicos hasta lo
saludaban y le daban besos. Eso era lo de esperar. Pero cuando
sals del casco urbano y las casitas de chapa ganan el paisaje, ay
mamita..., ya se sabe que el mundo es otro.
La Pampa Chica empieza donde se acaba el asfalto, que es
como decir donde se acaba el mundo. Las mujeres salen a la
calle en patas y le echan baldazos de agua a la calle para que no
levante polvareda. Es la zona donde hay ms chicos con mocos
por metro cuadrado. Por esos mundos todava pasa el afilador,
y al agua hay que ir a sacarla de un pozo. La polica no puede
105
entrar ms que martes y jueves, a buscar su parte. Resumiendo: no es buen lugar para entrar disfrazado.
Para peor cuando el Zacaras ya estaba en el corazn de la
villa, la calor lo mare un poco y medio que se perdi. Entr
a caminar por los recovecos hasta que encontr a un pibito de
unos doce aos, que estaba jugando con una pistola.
Ho ho! se present el Zacaras. No sabes, pequeo
de corta edad, para dnde queda la casilla de Antnez, el que
vende repuestos robados?
El chico abri los ojos como dos huevos de avestruz. Nunca
haba visto algo tan colorado, porque mayormente en la villa
todo es en blanco y negro. Se qued como petrificado. Enseguida reaccion:
Qudese un cachito ah, don dijo el chico. Un minutito, eh, qudese ah un minutito que ya vengo y sali
disparando. A los dos minutos volvi con dos docenas de chicos ms, de entre siete y diecinueve aos. Haba uno que iba
adelante y pareca ser el lder. Iba en cuero y tena el pelo como
Maradona cuando jugaba bien.
Mir vos quin se dign a venir dice el pibe caminando alrededor del Zacaras... Cunto tiempo sin aparecer
por ac, gordito...!
Se escuch la voz de un chico entre el grupo:
Matlo, Caraegoma! todos dijeron s, s, s.
El lder pidi silencio con la mano.
Y hubo silencio. Instantneo.
Sabs cuntos aos, la noche de los veinticuatro, miramos parriba a ver si vens, gordito? le dice Caraegoma al
Zacaras, apretndole un cachete. Pero vos solamente vas a
las casas del centro, con los pibitos ricos, no?
Usted se confunde, Caraegoma dice Zacaras, que de
a poco empezaba a tartamudear.
Vos sos el que le deja juguete a los que ya tienen juguete,
no, perejil? dice Caraegoma, tratando de masticar su rabia
de aos y aos de espera.
106
pero con su documentacin en la mano y su identidad, la verdadera, otra vez dndole cuerda al cerebro y bombendole en
el corazn.
A las once de la noche del treinta y uno, cuando ya estbamos todos cenando, el Nacho y la Lucha salieron de la pieza
con un hambre como para un batalln, y se sentaron a la mesa
con nosotros. El Nachito estaba irreconocible, despejado, sonriente, como si se hubiera olvidado por completo de la Maril
Peroti y la vergenza que pas en la confitera.
La noche en Mercedes era especial, tibia, suave, prometedora. Las agujas se fueron acercando a la medianoche en
medio de una charla familiar distendida y alegre. Soplaba el
viento y nos traa el aroma de los tilos.
El Caio y el Nonno fumaban antibitico y coman pionono. Se rean, se abrazaban. El Zacaras me quera llevar a la
pieza para que me probara el collar. La Sofi no vea la hora de
brindar para poder irse por ah con las amigas a mostrarles la
funda de la playstation...
Yo me fui a la cocina a buscar la sidra. Ya casi era la hora.
Desde la ventana los vi a todos juntos, reunidos, contentos,
charlando, y pens que tenamos suerte. Que a pesar de todas
las desgracias y la crisis ramos una familia con suerte. Estbamos todos juntos.
Dale vieja, mov el culo que son las doce! me grita el
Zacaras.
Llego a la mesa. Suenan cuetes y petardos por todo el barrio. Se ilumina la noche del sur. Nos ponemos de pie y nos
miramos. Levantamos las copas.
Feliche Anno Nuovo, figlios mos! dice don Amrico.
Y el 2004, flamante, entra en cada uno de nosotros.
Nooooo, idiotaa!!
Sin decirnos nada, con coordinacin automtica, yo me fui
a vestir, don Amrico fue a buscar plata y el Zacaras pidi un
taxi. Por qu ser que cada vez que al Caio se le ocurre alguna
idea, tarde o temprano necesitamos un taxi urgente?
Rpido! le digo al idiota. Subite al taxi con nosotros, y rez para que no sea demasiado tarde. Pobre minino!
El Caio se meti en el coche lloriqueando y preguntando
qu nos pasaba. Durante el viaje le fui contando lo que todo
el mundo sabe: el Circo de los Hermanos Chuan lleg por
primera vez a Mercedes har unos quince aos, desde la lejana
China. En esa poca era un circo famoso y puntual. Siempre
apareca en verano, montaba la carpa en el descampado de los
monoblocks y se iba a las dos semanas. Pero la crisis lo fue
desgastando, junto con el pas.
En los noventa, los hermanos Chuan (dos chinos acrbatas) ya estaban ms viejos. No venan en camiones enormes
como antes, sino en casas rodantes desvencijadas. Los leones
fortachones de otras pocas ahora estaban desteidos y con
los dientes amarillos. El payaso Cheu Lin, de repente viejo y
borracho, ya no haca rer a nadie con sus piruetas: ms bien
daba pena. El hombre forzudo tena menos fuerza que un
mono, el mono que le tiraba dardos envenenados a la bailarina
tena parkinson (lo descubrieron cuando mat a la bailarina),
etctera. Pero los chicos mercedinos, tan faltos de diversin,
se seguan alegrando con la llegada del circo de los dos chinos.
Pero hace tres aos le explico al Caio con la voz tembleque... pas algo horrible.
o men ricordo dice el Nonno, persignndose en el
asiento delantero del taxi.
Yo tambin me acuerdo, la puta madre agrega el taxista, mirndonos por el espejito. Fue muy triste: yo perd al
Sultn aquella vez.
Qu pas?! preguntaba el Caio cada vez ms asustado.
Los chinos putos secuestraban a los perros y a los gatos
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Desde hace una semana que vengo con una duda que me
carcome los huesos. Pero hubo tanto ir y venir con el tema de
las Fiestas, el viaje del Nonno, la llegada de la Lucha, las vacaciones del Nacho, etctera, que recin ahora puedo sentarme
otra vez en casa y mirar a mi alrededor. Ayer al medioda llego
a la cocina y le pregunto a mi marido sin prembulos:
Viejo, qu vendra a ser para nosotros la Negra Cabeza?
Mi marido chupa el mate, me mira como si yo estuviera
loca y me dice:
116
La sirvienta... no?
Cmo que la sirvienta? digo. Desde cundo tenemos sirvienta nosotros?
Qu s yo, mujer me dice, desde que la tomaste
como sirvienta. No me escorchs que estoy leyendo...
A nosotros nos hace falta dilogo, Zacaras Estanislao:
yo nunca tom una sirvienta!
Habr sido el Nacho dice el Zacaras sin darle importancia. Y lo que nos falta no es dilogo agrega bajito:
lo que nos falta es tema.
Me vengo como una tromba a la mquina y le mando un
mail urgente al Nacho. A eso de las cinco de la tarde ya tenamos una conversacin al respecto:
Una preguntita...
Qu s yo!
Yo pens que le pagbamos para que fuera la novia del
Caio! Pero si no es, no habra que pagarle.
Re: Re: RE: Re: Una preguntita...
Ay corazn!! me parece que tenemos a una desconocida viviendo ac desde el ao pasado! Besote, Mamita.
Es un escndalo! le digo al Zacaras mostrndole el
117
Mi suegra, la muerta
09 DE ENERO DE 2004
Don Amrico volvi de Europa muy cambiado, casi humano. Hace ya unos das que llora en un rincn, arrepentido
de haber tratado tan mal a su esposa. No sabamos qu hacer,
hasta que la Negra Cabeza, que es medio bruja, dijo que podamos invocar a mi suegra, la finada doa Franchesca, para
que el Nonno le pidiera perdn. La Negra Cabeza, en su salsa,
se puso una tnica gris sobre los hombros y pidi silencio con
una mirada aterradora:
Tekove vai ndajeko hosava... empieza a decir, con los
ojos cerrados.
Qu dice? me susurra el Zacaras.
Shhhhh! le digo.
Una que habla en guaran y la otra que habla en sifn
121
La Sofi entr a la cocina mientras yo estaba machacando las milanesas contra la mesada y me solt la pregunta sin
prembulos, mirndome a los ojos:
M, a vos a qu edad te desvirgaron?
El martillito de madera sali volando y le peg en la nuca a
don Amrico, que estaba mirando el noticiero en el comedor:
Assassina! Figlio de putana! grit el viejo, y se encerr en la pieza. Pero yo no estaba para pedir disculpas. La Sofi
esperaba una respuesta.
Te parece conversar de eso ahora, nena? le digo, toda
colorada. En cualquier momento van a llegar tu hermano y
tu padre de la pizzera...
Tens que decirme un nmero noms me insiste la
Sofi. No quiero conversar ni nada.
Un nmero? le digo. Del uno al mil?
Una edad, mam, no te hags la pelotuda! me dice.
Ay Sofa, estoy batiendo los huevos, dejte de escorchar... le digo temblando.
A qu edad te desvirgaron, m... no paraba la guacha.
No quers ir a ver El Chavo ahora que tu abuelo dej la
tele libre?
A qu edad te desvirgaron!
Diecinueve, nena, diecinueve! le digo, ponindole el
cuchillo entre los ojos. Ya ests contenta? Ahora vol de
ac si no quers que te tire el aceite a los ojos.
Diecinueve? Eras re vieja! me dice la hija de puta.
Y fue con pap o con un tipo cualquiera?
127
El Nachito llam anoche desde Bariloche. Dice que extraa, que estn sobre la pista de la mam de la Lucha; me dice
que est enamorado... Cuando colgu el telfono, ser porque
estoy sensible, me sent en el silln a llorar un poco. No de
tristeza ni nada; son esas cosas que a veces hace una y no sabe
por qu. Ya hace mucho tiempo que no tengo esa pesadilla
con el Nacho, ese sueo tan cochino. Ojal que todo le vaya
bien al nene, porque es un sol.
El Caio estaba en el comedor, fumando achs y ahogando
unas hormigas en un frasco lleno de agua, y me empieza a
mirar. Se acerca despacio.
El Caio siempre le tuvo mucho respeto a mi llanto. Una
especie de pavor.
Ves que no soy el nico hijo que te hace llorar? me
dice satisfecho.
El Caio siempre fue celoso de los hermanos. Es tan celoso
que un da, viendo cmo el padre le pegaba un cachetazo a la
Sofi de esos perfectos, de revs, sonoros, me mir con bronca
y me dijo: Ves? A m, pap no me pega nunca con tantas
ganas. Muy celoso es el Caio.
Estoy llorando porque llam el Nachito le digo.
Aj! El Nacho tambin te hace llorar... No es tan buen
hijo como pensbamos... me dice triunfal.
Ay Claudio, no digs boludeces, que me duelen las vrices lo increpo. No me vas a comparar llorar de alegra
por el Nacho con llorar de desesperacin, como cuando lloro
129
Desde que se fue el Nacho los ingresos son los mismos pero
duran menos. Estamos despilfarrando y no sabemos en qu.
132
Celos de rinoceronte
20 DE ENERO DE 2004
Sueos y numerologa
26 DE ENERO DE 2004
141
Cuni... qu?
27 DE ENERO DE 2004
Hace un rato, aprovechando que el tro de Bertottis masculinos estaba haciendo la guardia nocturna de vecinos, tom
coraje y la sent a la Sofi en la cocina para tener la charla sobre
sexo que tenamos pendiente.
Ahora tiene que ser? me dice la guacha. Est por
empezar La Niera!
Te la sabs de memoria La Niera, Sofa le digo. Y
ya es hora de que te explique algunas cosas, porque as a ciegas
no pods seguir.
Nos sentamos en la mesa de la cocina, con dos cafecitos.
Puse la luz del patio, para dar un toque de intimidad, y trat
de no demostrarle a la nena mis nervios. Pero por adentro yo
misma me senta temblar como si me estuvieran pasando la
lustraspiradora por el intestino delgado. Para peor, la turra me
miraba como si estuviera a punto de empezar la funcin de
circo y yo fuera la pulga amaestrada.
Bueno le digo, levantando las cejas... Ac estamos.
Aj me dice, mirndose las uas.
Silencio absoluto. La Sofi masticaba el chicle mientras me
segua mirando, esperando que yo dijera algo. Me llegaba todo
el aliento a tutti-frutti. El segundero del reloj de la cocina daba
vueltas, despacito, pero con ritmo.
A ver le digo. Yo soy tu mam y eso lo sabemos...
Pero ahora hac de cuenta que soy tu amiga, y que me pods
preguntar lo que quieras. Soy una especie de amiga con mucha
experiencia, y tens la oportunidad de recurrir a m para que te
saque las dudas la miro fijo: qu quers saber?
Se rasca la cabeza, piensa un poquito y me dice:
Cmo hay que decirle a un pibe que la corte con el cunnilingus y vaya a los papeles? Se lo decs as noms, o te hacs
la pelotuda y le vas levantando la cabeza sin que se d cuenta?
Me qued quietita en la mesa. Quietita como un canario en
142
143
Ayer se vendi la casa vieja. La compr una gente de Capital, que quiere tirarla abajo y poner un Blockbuster. Nos
quedamos mudos cuando el de la inmobiliaria nos llam esta
tarde y nos dijo que la cerradura ya era otra y que solamente
tenamos que ir a firmar. Muy en el fondo pensbamos que
el cartel de Se Vende iba a quedar de por vida pegado en la
ventana. Y ahora que lo descolgaron nos agarr una especie
de impotencia. Como si se hubiera muerto un pariente y nos
hubisemos enterado seis meses despus. Ganas de llorar para
atrs: de haber llorado a tiempo. Cuando vayamos para ese lado
de la calle Quince, de ahora en ms y para siempre, nos va a
faltar el paisaje ms importante.
La Sofi y el Caio nacieron ah. No se acuerdan de otra cosa.
Se cagaron a golpes contra el parquet aprendiendo a caminar,
se escondieron y se dijeron piedra libre en todas las habitaciones, se subieron al rbol del patio hasta que lo parti el
rayo del noventa y tres... Por eso desde esta tarde andan los dos
medio estpidos, sin querer llorar pero con un nudo en la garganta que se les nota en la cara. Para Zacaras y para m comprar esa casa fue lo nico que nos sali bien en la vida. Pesito
sobre pesito, dolores de espalda y de cabeza, horas extras en
Plastivida, en la boutique. Con el Nacho chiquito, descuidado
por nosotros y medio criado por los abuelos, a veces nos mirbamos y nos dbamos cuenta de que no podamos ms, que
no tenamos de dnde carajo sacar fuerzas; nos humillaba vivir
en casa de mis viejos, pero dale que te dale. Era una obsesin
destartalada por tener algo nuestro, la pelea de dos cabezaduras... Queramos una familia y un techo. No queramos ms
nada en la vida. Y un da lleg. Y nos pasamos quince aos
abajo de ese cielo raso propio. Ah nacieron los chicos, y en los
ochenta lleg el empapelado con florcitas y se fue Alfonsn; y
en los noventa aparecieron los adornos del Todo x Dos Pesos
144
la crcel dos por tres, que se quiera culiar seoras jvenes, que
le habilite el achs al Caio...
o non li habilitto lachs a nessuno! corrige el Nonno. o se lo vendo al Caio! Coss el bambino aprende que
niente grati en cuesta vita...
Pap lo interrumpe el Zacaras, agarrndolo despacito
de los hombros... Pap, esccheme un segundo... Usted est
en una etapa en que debera mearse encima, cagarse encima...
... nosotros encantados de la vida si usted se nos meara,
don Amrico le digo, para alentarlo.
Usted, pap, debera empezar a confundirse los nombres
de los nietos contina el Zacaras, decir a cada rato que
se quiere morir, mirar Crnica TV... me entiende? Don Amrico lo mira, pero no dice nada.
A nosotros, Nonno le digo yo, ms calmada..., a
nosotros nos encantara ayudarlo en su vejez, pero usted tiene
que poner algo de su parte.
Ponere el qu? dice.
Ponerse viejo, carajo! le dice el Zacaras. Que ya va
siendo hora.
Don Amrico nos mira serio. Pero no entiende la propuesta. Cmo va a entender nuestros consejos con esa vincha roja
en la cabeza, con esa musculosa negra, nuevita, que dice AC/
DC, con esa muequera con puntas de metal...? Nos mira y
nos oye, s; pero ni nos ve, ni nos escucha.
Vieco sonno lo trappo rejilla dice. A la ma poca
non haba rocanrole, e alora hay. E a m me piache la batera.
Desde cuesto momento, o tengo una orchesta tpica de heavy
mtale. E tutto ustede chto!
El Zacaras, vencido, vuelve con sus plantas meneando la
cabeza... Yo me quedo parada en el pasillo, hacindole frente
al monstruo un poco ms. Lo miro a los ojos, enojada, seria.
l tampoco me quita la vista. Me dice, levantando una ceja:
E v, Mirta... V te pens que a Charlie Watts la nuera
le diche que no toque lo tambore? Una merda! y se mete
147
Ayer la Sofi lo trajo al Pajabrava, su noviecito nuevo, a tomar la leche a casa. Un susto tena ese chico! Se conoce que el
carcter del Zacaras debe ser famoso en el barrio. As que el
chico entr, despacito, colorado como un tomate, y se qued
quieto al lado de la nena.
Pap, mam nos lo presenta la Sofi, este es el Pajabrava, mi novio.
Yo estaba planchando, y el Zacaras miraba televisin medio cabeceando de sueo. Los dos levantamos la vista y lo carpeteamos un rato largo al chico, en silencio, ms que nada
para meterle miedo. Con cara de mala gente, sin saludarlo ni
nada. Despus nos miramos entre nosotros, como dos buitres
que ya huelen la carne muerta.
And a prepararle algo para tomar al chico, Sofa digo
yo con voz de mosquita muerta. Y vos nene, sentte ah,
como en tu casa y le sealo el sof donde descansa, impertrrito, el Zacaras.
No... yo... No quiero molestar, seora, mejor voy con la
Sofa... tartamudea el pichoncito.
Mi marido, secote, corre el diario y el control remoto para
que quede espacio en el sof. Cuando un futuro suegro te hace
sitio, querido, hay que sentarse: ya ests en la jaula del tigre.
As que el chico, muerto de miedo, va y se acomoda. El Zacaras y yo nos miramos, cmplices.
148
Lo que ms nos preocupa de esta nueva faceta del Nonnobaterista no es el ruido que pueda meter en casa. Eso se arregla
con cajas de huevo en las paredes o con algodn en las orejas.
El problema ms grave, lo que ms nos atormenta, es que se
convierta en el loco del barrio.
Para peor, don Amrico cumple con todos los requisitos del
cargo: est viejo, no es un mendigo, lo saluda mucha gente por
la calle, viene de una familia ms o menos conocida, se viste
raro y se comporta de una manera que, sin ser del todo un
delincuente, les da un poco de miedo a las viejas y a los chicos.
Eso es un loco, en Mercedes.
En este pueblo hay un montn de locos. Pero en cada barrio hay siempre uno que, por alguna razn, es el loco del
barrio. Cada vez que se muere el loco del barrio, lo suplanta
150
Mirta Bertotti?, me diran, usted es algo del loco Bertotti, el loco del pueblo?. No, por Dios! Se me pone la carne
de gallina de solo pensarlo...
Esos son los jejenes, tarado. Los genes son unas cosas
que comparts con tu pap.
Las adidas.
Cmo pods ser tan estpido? Los genes son la sangre.
La sangre Bertotti le explico... As que no hables mal de
los lujaneros, mi amor, porque la mitad de tu sangre pertenece
al partido de Lujn.
Se me qued mirando (congeladas las facciones; la boca entreabierta) tratando de asimilar esa nueva informacin. Pens
que iba a llorar otra vez, pero no. El desahogo vino en forma
de borbotn, desde el estmago.
No me devolvs en el mantel, asqueroso! le digo,
saltando para que no me salpique. Que no es para tanto,
Claudio.
Es que me da asco! dice, llorando a lgrima viva.
Lo abrac para que pudiera desahogar su dolor.
l se dej mimar, desconsolado, hasta que una sombra de
duda le sobrevol el entrecejo. Me mira, desconfiado, y me
pregunta con miedo:
Y vos no sers...? me dice, plido. Vos dnde naciste, vieja?
Sonro, acaricindole el flequillo:
Yo? Yo ac, mi amor! Vos tranquilo que mamita naci
en Mercedes...
O sea que el hijo de puta adems se coge a una mercedina? grita entonces, herido en su orgullo, y agarra un
cuchillo. Hay que matarlo al hijo de puta!
Lo par a tiempo, porque el descerebrado se meta en la
pieza y lo mataba al padre mientras dorma. Le tuve que decir
que no se manchara con sangre de lujanero, y ah solt el arma
y se fue a vomitar al bao. Es lo que yo digo: si el nene no
fuera tan impresionable ya estara preso desde hace aos.
154
Hablemos por ac, dale, que hace rato que no chusmeamos. Ya falta poquito para que vengas, pero no me
acostumbro a no charlar
Nacho dice:
Mirta dice:
Qu lindo!
Nacho dice:
Escuchme, m. Estoy en un ciber y me cierran en cualquier momento. Te cuento por arriba pero a la noche
tarde te llamo... No te pongs como loca, ni te hags
historias hasta que hablemos...
Mirta dice:
Qu pasa? Me asusts...
Nacho dice:
Mam?
Ests?
Mirta dice:
S s...
Nacho dice:
Me estn cerrando mam. Y no me digs eso de vosfeliz-yo-feliz que siempre que decs eso ests mirando
para abajo. No llores. En un rato te llamo por telfono
s? Por tu cuadernito no te preocupes tampoco, que te
lo sigo diseando desde ac en cuanto nos instalemos...
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Mirta dice:
Vos no te preocupes, Nacho, el cuadernito es una excusa... para estar con vos
Nacho dice:
Desde que el Caio descubri el nombre completo del Pajabrava, los varones Bertotti empezaron a mirar con otros
ojos al noviecito de la Sofi, porque resulta que ac en Mercedes los apellidos son como la cuenta bancaria de la gente,
y nunca falla.
Los apellidos espaoles bsicos son nuestra clase baja. En
la Pampa Chica abundan los Prez, los Sosa, los Gmez, los
Fernndez y los Garca, que no tienen a dnde caerse muertos.
Despus venimos nosotros, los apellidos italianos, que somos la
clase media trabajadora. En nuestro barrio somos Pertossis, Della Zizzas, Bertottis o Blandinis. Y hablamos todos a los gritos.
En el Barrio del Parque est la gente de clase media-alta,
y todos tienen apellidos franceses, vascos o catalanes: Betancourt, Caseneuve, Gorrosterraz, Goicochea, Ferrer y cosas
159
por el estilo. Pero los mejores apellidos, los apellidos que tienen seguridad privada, los que viven en la zona de chalets, son
los espaoles compuestos: los Lpez Ayala, los Prez Itrregui,
los Hernndez Olalla... Casi siempre tienen empresas grandes
a medias con un judo de Lujn, porque los judos de Mercedes por alguna razn no han sabido prosperar como en el resto
del mundo. Y resulta que ayer a la tarde el Caio le pregunta al
Pajabrava cmo se llama, y el chico, tmido, le dice su nombre:
Agustn Dmaso Iraola.
Ay, para qu! Desde ese momento, la informacin corri
como reguero de plvora por toda la casa. El Caio se lo dijo al
Nonno, y el Nonno le pas el dato al Zacaras. Un rato despus, los tres estaban invitando al Pajabrava a jugar al pquer
en la mesa del comedor, para desplumarlo. Y el chico, que es
tmido, no supo decir que no.
La Sofi lleg llorando al lavadero ni bien se vio amputada
de novio. Yo estaba lavando la ropa, ajena a todo.
Mam! me dice. Me robaron a mi Pajabrava!
Si te ama va a volver le digo, pedaggica. Y si no
vuelve, es porque nunca fue tuyo, Sofa.
Claro que va a volver! me dice. Pero va a volver
sin un peso! Y para qu lo quiero yo al esquenn sin un peso?
En diez palabras me explic que toda la familia lo estaba
descuartizando en la mesa de pquer, porque haban descubierto que era un Dmaso Iraola.
Tu novio es un Dmaso Iraola? le digo, abriendo los
ojos grandes. Es algo del dueo de la fbrica de cemento?
El hijo.
Ay mi vida, haber empezado por ah! le digo a los gritos, sin poder contener mi emocin desinteresada. Cuid a
ese chico, corazn, cuidlo mucho que es un amor de nene...
Se nota que es un santo, no me lo hagas sufrir...
Yo lo cuido! me dice. Pero and a poner orden al
comedor, vieja, porque quiero gastarme la plata yo, no mi hermano, mi pap y mi abuelo!
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Susurros en el patio
10 DE FEBRERO DE 2004
Pero yo le hago silencio con el dedo, porque me encanta cuando los chicos hablan en vez de pelearse.
Yo creo que s hay Dios susurra la Sofi... Vos no
cres en el alma ni nada?
En el alma s que creo, pero en Dios no asegura el Caio.
Tenemos alma, no cierto Clau? Aunque no la podamos ver...
Claro que tenemos... Cuando tens acidez lo que te duele es el alma, porque no es ni la panza ni la garganta. Es algo
en el medio, que debe ser el alma.
Me tapo la boca. Las cosas que dice el Caio me dan risa.
No s por qu.
Yo nunca tuve acidez confiesa la Sofi.
Las chicas no tienen alma ni tienen acidez le explica el
hermano, porque son cosas que se te aparecen en los eructos
y en los pedos. El alma es algo que vos la ves venir, pero que no
la pods tocar, como los autos de la ruta. Por eso se encandilan
los perros de la ruta.
A m me da miedo de que se mueran mam y pap,
Clau, vos no pensaste nunca en eso?
S, y me agarra una cosa ac... Zacaras baja la vista;
me mira serio. Como un retorcijn, no? A m tambin...
Me agarra la sensacin de que hay que empezar a trabajar, y es una cagada eso.
Y no solamente trabajar dice la Sofi. No penss
que es todo intil? Que despus tambin nos vamos a morir
vos y yo y nadie se va a acordar que estbamos?
El que primero se va a morir seguro es el Nonno, que es
el ms viejo...
E una merda! susurra don Amrico sacando la cabeza
por la ventana de su pieza. Se ve que tambin los estaba oyendo escondido.
Abuelo, ests despierto? le dice el Caio. Ven con
nosotros, dale, que estamos hablando ac afuera y la noche
est brbara...
163
Anoche pasaron otra vez Los puentes de Madison, y siempre que agarro esa pelcula en el zapping me digo lo mismo:
Mirta no la mirs, cambi de canal Mirta. Yo no s lo que
me pasa con esa historia, es como que me hipnotiza y no me
deja apretar los botones, y despus de verla me agarran unos
calores en el bajo vientre! Unas ganas de despertarlo al Zacaras me agarran...
Trascartn, la pelcula es con Meryl Streep, que es calcadita
a m de cara cuando era ms joven, y entonces me siento ms
identificada con esta mujer, que es un ama de casa de Madison (un pueblito como Mercedes), que est casada desde hace
mucho con un Zacaras cualquiera, y tienen un Caio y una
Sofi como todo el mundo. Hasta que zcate! se aparece en el
pueblo un fotgrafo de Buenos Aires para sacarle unas fotos al
puente del Parque Municipal.
Para peor el Zacaras se haba ido a pescar a San Andrs de
Giles, y se haba llevado a los chicos. O sea que Meryl Streep
estaba sola en la casa, limpiando atrs de los muebles, escuchando la radio, haciendo flancitos para cuando volviera la
familia, y cosas as... Pero quiso Dios que al fotgrafo (que es
Clint Eastwood, un churro brbaro) justo se le pare la studebaker en la puerta de la casa de esta mujer.
Y ah es donde me empiezan los calores. Porque se ven venir las ganas que tiene la Meryl de que le destapen las caeras,
porque se ve que el Zacaras es un buen campesino de Madison, pero se conoce que es muy catlico, porque la cama la
usa noms para rezar. En cambio el Clint Eastwood este es un
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Julito
12 DE FEBRERO DE 2004
a vivir a Francia. Y cuando yo nac, en el cincuenta y uno, apareci su primer libro de cuentos: un libro precioso que mi mam
me ley muchas veces; tantas, que cuando lo releo me acuerdo
ms de la voz de mi mam y de mi infancia que del escritor.
Yo de libros no entiendo, porque en la poca que poda
haber disfrutado con esas cosas tuve que trabajar, y ahora que
puedo, la casualidad quiere que escriba. Pero una vez fallecida
mam, dos de las personas ms importantes de mi vida salieron muy lectoras, y gracias a ellos (a mi hermano Francisco y
al Nacho) Cortzar sigui entrando y saliendo de casa como si
fuera un to soltern y buena gente.
Una vez me llev a Mar del Plata una novela del Julito,
pero no pude. No entend nada. Me desmoralic, porque me
la llev pensando que la iba a leer de punta a punta. En cambio ese primer libro de cuentos, de tapas amarillas, gastado,
me gust siempre muchsimo y todava lo hojeo, sobre todo
en verano.
Hace muchos aos le pregunt a mi hermano qu tena
Cortzar, por qu era tan bueno escribiendo, y me acuerdo
patente lo que me dijo:
No s si es tan buen escritor, Mir, pero es uno de los
mejores amigos que tengo.
Francisco lo adoraba. Tanto lo quera, que cuando supo
que lo estaban buscando, pobrecito, haba metido en un bolso
una muda de ropa, un cartn de jockey club y su edicin de
Rayuela destartalada. Pero no hizo a tiempo a irse del pas ni
de ninguna parte. No pudo irse.
Muchos aos despus, y sin haber conocido a su to, el
Nacho me deca casi lo mismo:
Si Cortzar viviera, viejita, tendra un blog, y no s si
sera el mejor blog, pero mientras los otros tendran solamente
lectores, el suyo estara lleno de amigos.
Mi mam lo sobrevivi a mi hermano, y por eso se muri
tan pronto: de tristeza. Pero estaba viva el da que los diarios
dijeron que Julito se haba muerto en Pars de leucemia. Vi168
vamos en su casa, el Zacaras, el Nacho chiquito y yo. La Argentina empezaba a tener democracia y un poco de esperanza,
despus de tanto desastre. Fue un doce de febrero caluroso, de
hace veinte aos.
Qu contento se va a poner mi hijito cuando lo vea,
va a estar menos solo! dijo mam, llorando, cuando vio la
noticia en la tapa del Clarn, y el Nachito, mirando la foto,
no saba que ms tarde ese hombre de los ojos separados sera
tambin su amigo.
Yo no soy una gran lectora, ustedes ya lo saben. Yo no s
nada. Pero tres de los seres que ms am y amo en este mundo
fueron felices y mejores personas despus de haber conocido a
Julio Cortzar. Y hoy, que dos de esas personas ya no estn, y la
que est se me fue a vivir tan lejos, toco con la yema de los dedos ese primer libro amarillo, ese Bestiario deshojado, y pienso
que s, que si ellos lo decan, ese hombre de ojos de gato, tan
buen mozo, altsimo, tambin es amigo mo. Y lo quiero como
si lo hubiera ledo siempre, como si a m tambin su amistad
me hubiese cambiado la vida.
No te cases ni te embarques
13 DE FEBRERO DE 2004
171
Nos vamos al Sur, de vacaciones imprevistas. Mientras escribo esto, a las apuradas, Zacaras est en el telfono averiguando horarios de mnibus. Don Amrico est en su habitacin hacindose la valija y cantando canzonetas felices. El
Caio y la Sofi, incrdulos todava, sonrientes, con los cachetes
colorados, no pueden entender que van a conocer la nieve.
No s cunto podr costarnos este viaje, no s si tenemos
tanto dinero en la caja, pero esta vez no nos importa nada. Cerramos la pizzera unos das (nos lo merecemos) porque todos
tenemos algo que hacer all abajo, en la Patagonia. Ojal pudieran verme, corazones, en este momento, mientras les escribo con torpeza. Ojal ustedes pudieran ver mi sonrisa gigante.
Es un viaje planeado en dos horas. Un viaje en conjunto,
enloquecido. No s cunto tardaremos en llegar a Lago Puelo.
Pero mejor les cuento desde el principio: hoy a la tarde llam
el Nacho. Atendi el Zacaras, pero mi hijo quiso hablar conmigo, quiso que yo fuera la primera en enterarme.
Estn todos ah con vos? me pregunt. S, nene,
qu pasa dije. Pero estn todos todos? Est el abuelo
Zaca, el Bisnonno, el to Caio y la ta Sofi? Seguro estn todos, abuelita?
Entend enseguida. Tan boluda no soy. Pero no pude hablar, no me sala ninguna palabra. Quera decirle tantas cosas
al Nachito, pero no poda. Me puse a llorar en el telfono,
mientras el Nacho me deca que quera estar seguro antes de
decirnos nada, y que por eso la noticia me la daba ahora, y no
la semana pasada... Y que l y la Lucha, me deca mi hijito,
estaban saltando en una pata de la alegra.
Cuando colgu con mi hijo, yo misma me encargu de darle la noticia a la familia. Se quedaron todos diez segundos petrificados, y despus nos abrazamos como cuando Maradona
les hizo el gol a los ingleses. Ahora no me acuerdo quin dijo
172
El blido rojo
18 DE FEBRERO DE 2004
Lo dems fue pan comido. Para los pequeos detalles tambin ayudamos las mujeres. La Sofi le sac brillo a todo el
auto (ayudada con las escupidas de la vieja Monforte), Teresa
Gmez se empez a arrepentir de habernos regalado algo tan
lindo, y yo en media horita le tej al crochet un cubrevolante.
El Manija Pertossi, que sabe mucho de carpintera, se consigui unas maderas y nos hizo unos asientos en la parte de atrs,
porque nos estamos rotando en el viaje, ya que todos no entramos adelante. Parecen los asientos de la iglesia. A esa altura
ya lo sacamos otra vez a la calle y nos preparamos para el viaje.
Antes de irnos, le hicimos la ltima foto a El blido en
la placita de la avenida Cuarenta, y despus de agradecerle a
todo el mundo encaramos para el Sur, cantando la cancin del
elefante que se balanceaba sobre la tela de una araa. Unidos
y en auto nuevo, con olor a pintura y el corazn palpitante.
A ritmo constante grit el Zacaras antes de irnos,
maana a esta hora ya estamos abrazando al Nacho! Aguante
El blido rojo!
Un carajo! Les escribo esto desde un cibercaf de la ciudad
de Azul, a trescientos cuarenta kilmetros de Mercedes. Ac,
en este pueblo, se nos rompi El blido rojo a las once y
treinta y cuatro de la noche. Cuatro horas nos dur la felicidad. A El blido le empez a salir humo por los cuatro
costados, y hace un ruido espantoso.
Qu ruido hace, pap? le pregunt recin el Zacaras
a don Amrico, que viajaba en la parte de atrs.
Igualitte que la moulinex cuando le met carne con hueso grafica el Nonno.
Todava nos quedan mil seiscientos kilmetros y no sabemos qu hacer. Con lo que nos tenemos que gastar en hotel,
hubiramos ido en mnibus a Lago Puelo y ya estaramos ah,
cache en diez... Pero qu lindo que es cuando los hombres
se arremangan y hacen algo todos juntos, aunque siempre lo
hagan tan mal!
175
todo el tiempo pienso que tengo que hacer la comida, preparar los guardapolvos para los chicos, limpiar... Entonces abro
los ojos y veo esto, respiro un aire completamente distinto al
de Buenos Aires, y me dan ganas de llorar por no haberlo hecho antes, o por no haberlo hecho siempre.
Hoy vinieron unos vecinos y nos trajeron una torta de
bienvenida. Para la familia de Ignacio, dijeron, y nos saludaron a todos, uno por uno, desendonos una feliz estancia.
Tom mate! El Nacho habla con la gente de ac como si hiciera aos que viviera en Puelo. Los quieren mucho, a l y a la
Lucha. Los vecinos son como el nene, gente tranquila, lectora
y trabajadora, con hijos chiquitos y con ganas de vivir en paz.
Nos sentimos sapos de otro pozo.
Hace un rato el Nonno y el Caio se pusieron a pelear a los
gritos en la calle, y sali todo el mundo a ver qu pasaba. Ah
nos empezamos a dar cuenta que estamos en otro mundo. El
Nacho se puso colorado, y nos peda que hablemos bajo, que
no hagamos escndalo.
Ac no hay que gritar nos deca, retumba mucho.
El Nacho est un poco preocupado desde que llegamos.
Por un lado le encanta que hayamos venido, pero no le gusta
mucho que hayamos roto su paz interior.
El viernes a la noche tuvo que salir con la combi hasta Telsen (despus de ver en este cuaderno la noticia de nuestra detencin), pag la fianza y nos trajo hasta ac. Pero se pas el
viaje dicindonos que no hiciramos lo cuando llegramos.
Ahora lo entiendo: se avergenza un poco, tiene miedo de
volver para atrs con su vida.
A veces yo misma quiero decir algo y me sale a los gritos. Es
la costumbre. Aos de gritar porque s, de hacerme mala sangre por todo, de contar la plata que nos queda y la plata que
nos falta. Lo miro al Nacho, que no tiene nada, que ni siquiera
tiene una casa terminada, y est feliz y contento. En paz. Le
toca la pancita a la Lucha, corta lea, habla con sus nuevos
amigos, mira el cielo. Encontr algo y se le nota.
181
sospechamos que podra llegar a nada serio. Por eso ayer intentamos detenerlo:
Adnde vas, Claudio, con esas cajas de zapatos?
Voy a El Bolsn, a poner un puesto en la feria hippie
nos dijo, esperanzado.
Y por qu te siguen las moscas? quiso saber el Zacaras.
Voy a vender mis artesanas aclar el Caio, sealando
las cajas de zapatos.
Nos agarramos la cabeza y pensamos: Otra vez el Caio
metindose en quilombos. El Zacaras quiso ir ms all: estuvo a punto de frenarlo con un ladrillazo, pero el Nacho le
detuvo la mano:
Pap, ya te lo dije mil veces: en este lugar no queremos
violencia le explic por quinta vez. Si quers que el Caio
recapacite, intent hablarle. No le tires cosas a la cabeza.
Yo no tengo facilidad de palabra, Ignacio se quejaba
mi marido, lo nico que tengo es puntera... Eduqu a mis
tres hijos a cascotazos, no me pidas que cambie mi sistema
pedaggico...
El Caio se escabull en medio de la discusin, y se fue noms a la Feria Artesanal de la Plaza Pagano, en El Bolsn.
Volvi despus del medioda, acompaado por un grupo de
hippies. Los melenudos tendran mi edad, eran hippies viejos
y mugrientos, y palmeaban al Caio como si fuera un hroe.
Vend todo! nos dijo el nene exultante, y nos mostraba un abanico de billetes de euros y dlares.
Al principio no dimos crdito a la novedad. And a cagar,
Claudio..., le dijo, incrdula, su hermana.
A eso vengo explic el Caio. Se me acab la mercadera y tengo que preparar ms. Voy al bao, Cartucho, esperme ac que ahora vengo.
El Cartucho era el hippie ms viejo, que nos mir a todos
lleno de alegra:
Ese pibe es una mina de oro nos dijo, sealndolo.
Hace treinta aos que estoy ac, vendindoles porqueras a los
183
mos el uno al otro en conversaciones largas, nocturnas, cuando la familia nos enloqueca. Pero nunca habamos hablado
de esto. Cada vez que lo necesit estuvo conmigo, me dio
consejos fabulosos, nunca me subestim. Esto mismo, este
cuaderno que escribo desde septiembre, fue una idea de l y
me salv la vida.
Yo nunca expliqu con detalles quin era yo un mes antes de este blog, en qu me estaba convirtiendo. Mam, me
dijo un da, te ests volviendo una vieja, qu queras antes
de conocer a pap? Fue en septiembre del ao pasado. Y yo
no lo pens: Escribir, le confes. Y l dijo dos palabras ms:
Entonces dale.
No importa si lo quiero a tu padre, Nacho le digo.
La pregunta es otra... Vos qu quers cuando te vas a dormir,
cuando la abrazs a la Lucha?
Estar con ella.
No hace falta decirle a un hijo lo que cuesta una familia, lo
que se llora, lo que se pierde. No creo que haga falta explicar
que el amor se va muy pronto y lo que queda es otra cosa, mucho ms difcil de explicar... Cmo se le dice a un chico que
no cumpli treinta que un da te vas a despertar con alguien
que ya no te desea, pero que sin embargo no seras nada sin l?
El otro da, cuando hablbamos del pas, me falt decirle al
Nacho que mi pas no es Mercedes ni el Sur, que me importan tres pepinos la centralizacin, el federalismo y la mar en
coche. Que mi lugar es cualquiera, mientras me abra la puerta
de casa el bruto del Zacaras.
Quers estar con ella, corazn? le digo, y el consejo
ms natural del mundo sale solo: entonces dale.
de m misma cuando les dije me parece bien. Siempre sospech que estaba en contra de que la gente se junte, sin papeles,
pero a esta altura de la vida me importa un pepino, mientras
el nene sea feliz.
La nica desventaja de no casarse dijo la Lucha es
que nos perdemos la luna de miel.
Y creo que as sali el tema. La Sofi me pregunt entonces
adnde nos habamos ido nosotros, el Zacaras y yo, de luna
de miel. El Caio tambin quiso saberlo. Y el Nacho nos miraba con curiosidad.
A ninguna parte dije yo, avergonzada. En esa poca
juntbamos pesito por pesito para comprar la casa vieja.
Me da no s qu hablar del tema, porque el Zacaras siempre se sinti culpable de no haberme podido llevar de luna de
miel. El Caio, sin querer, puso el dedo en la llaga:
Qu raro vos, viejo ironiz, con lo que te gusta darle los gustos a mam.
El Zacaras tiene esa fama en casa, pobre. Fama de marido
poco atento. Generalmente no se acuerda de los aniversarios,
ni de mi cumpleaos, ni de casi nada que tenga que ver conmigo. Yo s que en el fondo es tmido, y que se siente medio
maricn cuando tiene que demostrar sus sentimientos. Pero se
gan la fama, y lo sabe.
La luna de miel en esa poca era cosa de ricos se defendi Zacaras, y adems la Mirta estuvo de acuerdo.
El tema cambi enseguida, empezamos a hablar de otras
cosas y un poco ms tarde nos fuimos a hacer la siesta. Pero yo
creo que todo empez ah, en esa conversacin. Hace un rato,
antes de acostarnos, el Zaca me dice:
Si quers vamos.
Adnde? le digo, sorprendida de verlo ruborizado.
A la luna de miel esa me dice, sin mirarme a los
ojos. Te la debo.
Casi me desmayo; casi lloro.
Es la primera vez en muchos aos que este hombre me pro187
pone algo que tiene que ver con una actividad conjunta. Pero
en vez de desmayarme o llorar, sonre:
Ests borracho vos? le digo. O ests hablando en
serio? Mir que agarro viaje y no te pods volver atrs...
Te digo en serio... Si quers, les pedimos la combi a los
chicos y nos vamos. Adonde vos quieras. Cunto hace que no
estamos solos: veinte aos? y despus de tomar aire, va y me
insiste: Qu decs, gorda?
Que vamos digo, claro que vamos! y lo abrazo fuerte. Te hace bien el aire del Sur a vos.
Una sola condicin me dice, muy serio, levantando el
dedito. Vos y yo, nada ms.
Claro! No vamos a llevar a tu pap, me imagino.
Vos y yo quiere decir otra cosa me dice. Quiero decir solos, sin que tengas que salir disparando una vez por da a
escribirle a todo el mundo si te tiraste un pedo. Me entends?
Ahora la que se queda seria soy yo.
Sin mi cuadernito?
Si nos vamos de luna de miel, quiero irme con vos, no
con un personaje gracioso. Vos no te das cuenta, gorda, pero
hace cinco meses que cada vez que abro la boca tengo miedo
de salir en tu cuadernito y que un montn de gente que no
conozco se ra de m.
Serio me hablaba. Muy serio. Y yo asenta.
Si vos quers me dice, agarrndome de la mano,
nos olvidamos un tiempo de los chicos, de la pizzera y de
todo. Y estamos vos y yo, en alguna parte, desconectados. Vos
sos capaz de desconectarte unos das por m?
Emocionada como una adolescente, le di la respuesta al
Zacaras sin dudarlo ni un segundo.
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Pods deshacer las valijas, empezar a archivar la ropa de verano, mirar si no se muri ninguna planta, ver si el Cantinflas
tiene comida y agua, llamar por telfono al banco para que
te perdone, saludar otra vez a los vecinos, escribir tu primer
apunte despus de un mes de silencio, despertar a la Sofi para
que vaya al colegio, planchar delantales, tomar mate en el patio, darte cuenta que no hay caf, que se acab el detergente,
que la vida sigue; pods retomar tus das como si nunca te
hubieses ido... Pods hacer lo que quieras cuando volvs de vacaciones. Pero yo no sent que haba vuelto a Casa, as con maysculas, hasta que no me sent a cagar en mi propio inodoro.
Parece mentira, pero era fundamental sentarme en este
agujero que fue tomando la forma de mi pandulce a travs
de los aos, este agujero que me conoce como si me hubiera
parido. El inodoro es el nico electrodomstico de la casa que
conoce lo peor y lo mejor de m: mis grandes esfuerzos y mis
grandes fracasos. Por eso nos trajimos el inodoro de siempre
cuando nos mudamos de la casa vieja. Yo no habra podido ir
de cuerpo en un aparato nuevo. Hubiera sido como cambiar
de gineclogo a los cincuenta. Si ya tens a uno que conoce
tus miserias, para qu empezar de nuevo? Es ms o menos lo
mismo que me pasa cuando lo miro al Zacaras: Para qu
cambiarlo ahora, si a este ya le conozco los botones?.
En los hoteles donde estuvimos de luna de miel me sent
en cada inodoro que todava no me entra en la cabeza... Incluso haba uno que interpretaba que ya habas hecho lo que
tenas que hacer, y sin avisar, as de sopetn, te echaba un
chorro de aire caliente en el upite. Ay qu julepe, madre ma!
Ustedes me dirn que no hay mejor lugar para cagarse del
susto, pero no es cuestin de andar murindose en temporada
alta... Me agarr tanta repulsin que al da siguiente tuve que
hacer malabares para mover el vientre.
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Qu hacs cagando en una bolsa del Coto? me pregunt el Zacaras cuando sali de baarse.
No seas bocasucia, viejo, que estamos de luna de miel
le digo.
Y vos no seas chancha! Cagar en una bolsa es peor que
ser bocasucia me retruca, con razn.
Es que el inodoro te sopla el culo, y no aguanto la cosquilla le advierto.
No me quera creer el esquenn, pero al rato me lo encontr con la cabeza metida en la taza, secndose el pelo con
el chorro de aire caliente. Cuando sali pareca que hubiera
andado en moto sin casco. Pareca la Pantera Rosa el da que
se qued encerrada en el lavarropas.
Pero a lo que iba: volver a casa despus de un mes es muy
raro, y sentarte en tu propio bao te va devolviendo de a poco
a las pequeas cosas. Igual, todo te parece difcil, cada retorno
al da a da es siempre en cmara lenta, te cuesta acostumbrarte. Todo lo que hasta hace un mes una haca automticamente
ahora me cuesta un per. Incluso este primer apunte, corazones.
Cmo carajo haca todo esto sin quejarme? me deca
yo misma esta tarde, mirando la pila de ropa para planchar,
mirando un negocio que mantener, mirando un cuadernito
que llenar con palabras, mirando un hijo drogadicto que rehabilitar... Virgen del amor hermoso, qu vida complicada!
Pero me faltaba sentarme en mi bao, eso me haca falta...
Me faltaba ese momento de meterme para adentro de m misma, de mirar con cara de idiota los azulejos rotos, los remedios
vencidos arriba del mueblecito, la telaraa de siempre en el
rincn de la baera, el Nuevo Cronista del lunes pasado arriba
del canasto de la ropa sucia... El silencio de esta habitacin
en la que siempre ests sola, haciendo lo mismo de siempre:
cagando y pensando en qu se convertir tu vida despus de
tirar la cadena. Ustedes me perdonarn que empiece despacio,
sin grandes estridencias y tanteando el terreno. De a poco voy
a ir agarrndole el ritmo, y les contar sobre la luna de miel y
190
193
Pero cmo es posible, con lo recatada que sos vos, Sandrita! les digo, tratando de no mirarle a nadie ninguna parte
del cuerpo recubierta con pelitos. Cmo es eso del strippquer, qu corno es, como el juego de la botella?
Nada que ver! me dice la Sofi, que solamente tena
puesto el reloj. El que muestra una carta ms alta que el dos
se tiene que sacar algo de ropa.
Pero si la mayora de las cartas son ms altas que el dos,
desfachatada! le grito.
Y por qu te penss que estamos todos en bolas? dice
el Caio.
Me los qued mirando a los cinco sexpatas. Parecan esos
cuadros de los museos, todos en pelotas en el suelo. Se conoce
que la Sofi y el Caio pasaron bastante hambre en la poca de
De la Ra, pens, porque se les marca mucho el costillar.
Sofa, Sandrita y Jsica les ordeno, se me visten las
tres ahora mismo, antes de que llegue el Zacaras.
Pero mam! se queja la Sofi.
Y ustedes dos sealando al Caio y al Pajabrava: Miren a las chicas a los ojos! Por lo menos disimulen, que parecen
perros alzados...
La Sofi tiene ojos? dice el Pajabrava, y Sofa lo mira
enamoradsima, como si el chico le hubiera dicho un piropo
de amor.
Vos no te hags el vivo, nene, y tapte un poco ah que
me da impresin le digo. Cuntos aitos tens?
Diecisis me dice el Pajabrava.
Igual que el Caio? me sorprendo. Qu diferencia
de ancho!
Mam, viste las tetas que tiene la Sofi? No estar embarazada tu hija? cambia de tema el Caio, que no le gusta que
le comparen el aparato con el de otros seres humanos.
Todava hacs chistes vos? le digo. Junt las cartas antes que tu abuelo se entere que le estuvieron usando las
Fournier Edicin de Oro!
195
E per qu non preparamo una pizza bene catlica, apostlica e romana? propuso mi suegro, y a todos nos pareci
lo ms correcto.
Hubo dos o tres ideas que desechamos enseguida (dibujar
encima de la pizza un Cristo de muzzarella nos pareci medio
hereje, mxime porque al Caio se le ocurri hacerle al Jess
los bigotitos con anchoas y la sangre con morrones), hasta que
por fin dimos con la clave: la pizza, en vez de masa comn,
iba a tener lminas de hostia. Como digo yo siempre: en la
sencillez est el arte.
Para promocionar el nuevo producto de Pizzera Bertotti,
mandamos hacer unos panfletos en la imprenta el mismsimo
mircoles, y mientras la Sofi y la Negra Cabeza repartan los
panfletos, nos quedamos toda la noche cocinando y rezando.
El rumor se expandi rpido, y a las ocho de la maana del
jueves ya haba feligreses haciendo cola para llevarse una hostia a los cuatro quesos y dos cocacolas.
Lo que no hubiramos pensado nunca era que la Iglesia se
nos iba a enojar. El jueves anduvo todo bien. Vendimos como
doscientas pizzas a la hostia y unas cincuenta pizzas normales
(porque en Mercedes hay mucho ateo tambin). La cosa se
complic cuando el Nonno, envalentonado, se puso a confesar gente por un plus de dos pesos.
Una pizza a la hostia e una confechione per cuatro con
chicuanta pregonaba, e la fanta naranca te sale grati!
Es verdad: un poco se nos fue de las manos el asunto, porque no paraba de llegar gente; incluso algunos se conoce
que los ms fieles venan propiamente de rodillas desde sus
casas, y adems de venderles la pizza haba que curarles las
patas con merthiolate.
Pero el viernes, cuando ya todo Mercedes se haba comido por lo menos dos porciones de la pizza milagrosa, cay
por el negocio el arzobispo Emilio, caliente como una pipa,
acompaado del subcomisario Rementera y un abogado de
la Dicesis.
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para los pobres (as qued escrito en el contrato). Segn el arzobispo, l mismo en persona va a ir esta semana, casa por casa de
los pobres, a darles un pedacito de la ganancia. Lo que es la fe!
Cumpl mis primeros quince aos en el medio de la dictadura de Ongana. Mi pap, imprentero y comunista (que es
una mezcla muy fea), haba tenido que desaparecer del mapa
un tiempo, y mi mam andaba llorando tanto por los rincones que no tuvo tiempo ni de acordarse que ese diecinueve
de diciembre era el da en que yo me haca seorita. Tuve un
trauma gigante, corazones.
Fui una de las pocas de mi curso que no tuvo su Fiesta de
Quince, y aquello a finales de los sesenta era como no tener dientes. Por eso desde que naci la Sofi fui pasando a dlar
cada pesito que me sobraba de las compras, de las propinas de
la boutique, de los pastelitos que reparta por el barrio antes de
la pizzera..., porque siempre tuve muy presente que su Fiesta
de Quince, la de Mi Hija, tendra que ser como la que yo no
tuve nunca. Igual que el sueo que estaba en mi cabeza.
Y anoche lleg el momento de darle la sorpresa de su vida.
La nena cumple sus primeros quince el veintiocho de este mes.
Faltan dos semanas noms, as que alquil el Saln Ans, lo
ms pituco de Mercedes. Con la otra mitad de los ahorros
estuve a punto de comprarle el vestido, pero lo pens mejor y
decid que lo eligiera ella. As que anoche la sent en la cocina
y se lo dije, con mi mejor sonrisa.
Fiesta de Quince? Para m? Vos ests en pedo me
suelta la guacha, frunciendo la nariz como si le estuviera hablando de lavar el bidet. Eso es mersa, vieja. No se usa ms
la Fiesta de Quince.
Me qued un segundo con la sonrisa petrificada en la boca,
con los dientes apretados, como si los labios fueran una vidrie201
Al Zacaras lo vi llorar tres veces en la vida. Cuando le dijeron que el Nacho era un varoncito, cuando les metiste el
203
segundo a los ingleses y cuando te echaron del Mundial noventa y cuatro. As que date cuenta: gracias a vos descubr que
mi marido tena sangre en las venas. Por eso si l reza, yo rezo.
Y no me importa si otra vez hay que rezar por vos. En esta
casa, cuando mi marido dice que hay que prender dos velas, se
prenden dos velas y sanseacab.
Vos no sos santo de mi devocin, ya te lo dije mil veces;
siempre me caste para el culo porque sos un fanfarrn y un
bocasucia. El Zacaras me dice que si me gustara el ftbol
sera otra cosa, que vos adentro de la cancha eras algo que no
tena nombre, una cosa de otro mundo, que en tus mejores
pocas eras capaz de enloquecer las leyes de la fsica y bla
bla bla. Pero por ese lado a m nadie me compra. Yo soy una
seora, no entiendo y no quiero entender de pelotas y pantaloncitos cortos.
En cambio hay otras cosas que s entiendo. Y por esas cosas
rezo estas noches, pero ojo: no es por vos. Sabs por qu rezo?
Porque hubo momentos en los que no tuvimos nada, pero lo
que se dice nada, arriba de la mesa, y vos le dabas alegra a mi
familia.
Alfonsn estaba haciendo estragos, y gracias a Dios justo
nos cay del cielo un Mundial que ganaste de punta a punta.
Para m fue un invierno horrible, porque solamente poda hacer buuelos de acelga en el almuerzo y buuelos de acelga en
la cena. Pero si hoy les pregunto al Nacho o al Zacaras qu se
acuerdan de ese invierno, ellos te nombran, se llenan la boca
de vos, sonren... No se acuerdan de otra cosa; no tienen la
menor idea de que pasaron hambre.
Afuera, en la puerta de la clnica donde respirs por un tubito, est lleno de periodistas extranjeros sacndole fotos a un
mundo de gente que prende velas y que se pasa la madrugada
recitando el rosario. A veces me da un poco de vergenza que
el resto del mundo crea que somos tan bsicos, tan cabezones.
Pero despus me dan ganas de explicarle al mundo que nadie
reza por el bocasucia, ni tampoco por el fanfarrn. Me dan ga204
Ms o menos a esta hora, quince aos atrs, yo estaba pariendo por ltima vez. Pero no recuerdo esa poca con alegra. La Sofi lleg al mundo sin que la buscramos, pero lo
peor es que adems vino en el peor momento de la Argentina.
En 1989 estbamos tan mal, pero tan mal, que no solamente
pensamos en abortar a la Sofi, sino que incluso barajamos
muchas veces la posibilidad de matar al Caio, que tena ao
y medio y morfaba como lima nueva. Figrense, corazones,
cmo estaba el pas.
Los problemas econmicos, adems de hambre, traen muchas peloteras en las familias. Gritos y portazos. La plata que
no alcanza. Discusiones por cualquier cosa... Para peor, el Zacaras haba votado a Luder y yo a Alfonsn. As que el esquenn, cada vez que vea cmo se le desaparecan los australes
del bolsillo, me echaba la culpa a m:
Ves lo que pasa cuando se le da la espalda al peronismo?
me deca. Adems de gorila sos pelotuda...
Era la poca de la hiperinflacin. Esa palabra, cada vez que
la escucho, me sigue haciendo temblar las patas. La cosa ms
horrible que le puede pasar a un ama de casa, adems de que
te entre gente embarrada al comedor cuando terminaste de
encerar, es que la plata de la comida no alcance para alimentar
a tus hijos.
Me acuerdo patente del da en que lleg la Sofi. Yo estaba
con la panza gigante, pasada de fecha, haciendo la cola en el
supermercado. Por fin haba conseguido aceite cocinero, que
escaseaba mucho. Llevaba tambin una cerveza para el Zacaras y un litro de leche para el Caio. Tena un billete de mil
australes apretadito en la mano, que alcanzaba justo justo para
todo. En un momento, la cajera dice por micrfono:
Desde la seora de pulver colorado para atrs, los productos sufren un aumento del treinta por ciento.
206
Por supuesto, yo estaba atrs de la seora de pulver colorado, y entonces mi compra ya costaba mil trescientos australes. Me acuerdo que me puse a llorar porque no saba qu
devolver, a quin dejar sin nada en mi familia. Y en ese momento, en el medio del llanto y de la impotencia, romp bolsa
y las contracciones me paralizaron.
Dos horas despus, en el Hospital Dubarry, cuando vi por
primera vez a mi hija, tendra que haber pensado cosas lindas,
haberle dado gracias a Dios porque me la entreg sanita, haberla llenado de besos felices. Pero en cambio no pens nada
bueno cuando la partera la puso en mis brazos. Le vi la carita, los puos apretados respirando por primera vez el aire del
mundo, y pens: Y a esta qu carajo le doy de comer?.
La miseria te hace egosta; la incertidumbre te provoca rabia... Por eso la Sofi fue siempre la luz de mis ojos, la nena
chiquita a la que le doy todo lo que me pide. Porque no me
olvido que las colillas que el Zacaras se fum, nervioso, mientras esperaba que llegase su hija, las tuvo que levantar del suelo. Y porque me acuerdo siempre que los primeros paales de
la Sofi fueron de tela, a la vieja usanza, porque no haba un
mango para desechables.
Tuve que rezar mucho durante la primera semana de mi
hija; rezarle a Dios para que me diera buena leche ma, porque
si no me daba leche de madre bamos a tener que robar para
comprar de la envasada. Yo creo que en el ochenta y nueve me
la pas rezando para que se fuera Alfonsn y dejara a mis hijos
en paz. (Dios me escuch, s, pero el de esa poca era un Dios
muy puto: lo sac a Alfonsn y mir a quin puso.)
Hace un rato, a las doce en punto de la noche, cuando los
relojes decan que ya era veintiocho de abril, me fui derecho a
la pieza de la Sofi a llenarla de besos, a tirarle quince veces las
orejas, a agradecerle a Dios haberla trado al mundo a pesar
de todo.
Y cuando abr la puerta, corazones, la sorpresa me la llev yo: estaban los tres hermanos juntos, esperndome (cmo
207
hizo el Nacho para llegar del Sur sin que lo oyera entrar?), y
los tres me miraban sonriendo. Cada uno vino al mundo con
un presidente de mierda. Pero ahora estaban ac, en casa como
cuando eran chicos y haba un solo sandy para los tres. En
casa. Y entonces supe que la Fiesta de Quince de esta noche,
con la silla del Nacho ocupada, con el Caio peinado como a
m me gusta con la raya al medio, y con la Sofi de blanco y
preciosa, iba a ser tambin la primera gran Fiesta de mi vida.
210
Mi hijo estuvo tres das en casa, y en esos tres das fuimos de nuevo una familia. Volvi a su pieza, que desde que se
fue qued igual que la ltima vez. Durmi con las sbanas de
siempre, y cada uno de los tres das lo despert con el desayuno. Y conversamos de nada.
Ests bien, viejita?
Ac, tirando... Vos sabs...
No tens que bajar los brazos, me os?
Ponte mermelada, mir que hay ms en la heladera.
No hace falta ms que eso con l. Nosotros decimos un
cachito noms de las frases: el resto lo entendemos. Yo ya les
cont mil veces, corazones, que el nico de la familia con el
que vale la pena hablar de cosas profundas es con l. Los dems estn en sus cosas. Pero el Nacho siempre tuvo tiempo
para preguntarme cmo andaba o qu me estaba pasando por
la cabeza. Por eso lo extrao siempre, un rato cada da. Pero no
con bronca ni nada. Incluso si estoy ocupada con algo y es la
hora de pensar en l, me tomo cinco minutos para extraarlo
ms relajada.
Ahora, cuando lo miro, me siento vieja. Lo veo enorme,
independiente, lejos, enamorado. Todas las cosas que ms cagazo me daban, las cosas que en secreto odiaba que un da
pudieran pasar. Todo lo que siempre quise para l.
A veces no puedo creer que ests tan lejos.
No es tan lejos, mam, es Chubut.
Abro la puerta de tu pieza y me imagino que ests ah,
escuchando a Spinetta.
Vos lo odiabas a Spinetta.
Ahora no sabs cmo lo extrao al melenudo ese.
Hace mucho que no sueo esa pesadilla horrible (alguna
vez se las cont) donde el Nacho y yo nos besbamos, y yo era
su novia. Ahora, que ya no est conmigo, solamente tengo su
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212
De las tres personas que ms dao le hicieron a este pas, resulta que dos son del pueblo. Se acuerdan de la Junta Militar
del setenta y seis? De esos tres hijos de puta, Videla y Agosti
nacieron ac, a tres cuadras. Siempre tuvimos eso atorado en el
cogote, y cada da intentamos limpiar nuestra imagen.
Trascartn, el idiota de Ral Porchetto tambin es mercedino. Dos torturadores y un cantante de protesta, no hay
derecho!
Despus la democracia nos aliger un poco la vergenza.
Vino el Juicio a los Militares, Agosti se muri y Porchetto se
hizo catlico y se retir de los escenarios. Pero nosotros seguamos siendo la ciudad donde nacan los monstruos. Las madres
de los otros pueblos les decan a sus hijos:
Dormte de una vez o te subo al tren en Once y te llevo
a Mercedes...
Y los chicos se dorman, cagados en las patas. Tenamos
ese estigma, y no nos podamos quitar la mala fama ni con
acarona.
En los ochenta necesitbamos ms que el agua consagrar a un famoso que no hubiera matado a nadie, y por suerte
la Virgen Mara nos mand a Osvaldo Prncipi. Segn el Zacaras, Prncipi es el nico relator de boxeo gracioso de todo el
mundo. A m tambin me cae simptico ese chico, y desde que
se hizo conocido nos pusimos tres a uno. Tres malos contra uno
bueno. Seguamos perdiendo, s, pero ya no era por goleada.
En los aos noventa, despacio pero con garra, empatamos y
nos cubrimos de merecida gloria. Nos cost, pero nos pusimos
tres a tres, gracias a Carolina Fal, una actriz muy buena que
hace de mala en las novelas de la noche, y a Mariano Toledo,
un diseador de modas que al Caio y al Nonno les encanta
porque saca a todas las modelos en tetas arriba de la pasarela.
Y una vez que habamos empatado (despus de tanto su213
frir) nos envalentonamos y quisimos el triunfo completo. Estbamos a un paso de regalarle al mundo el cuarto mercedino
pulenta de la historia. A punto de ser, por primera vez, un
pueblo como Dios manda. Ya nos escorchaba un poco que
Lujn tuviera a Cadcamo, San Pedro a Lalo Mir, Villegas a
Antonio Carrizo y Bragado a Hctor Larrea. Nosotros tambin queramos ser un pueblo normal, sin dictadores ni cantantes amariconados. Con gente famosa que no le hiciera mal
a nadie. Era mucho pedir?
Y entonces, a finales del ao pasado, apareci en el horizonte de nuestra esperanza Gustavo Luza, el capitn del equipo argentino de la Copa Davis.
Date cuenta, gorda... Tenis! Pasin de multitudes me
deca el Zacaras, emocionado, mientras colgaba el pster de
Luza en el corcho de la pizzera.
Estbamos a punto de conseguir los laureles, corazones.
Luego de tres dcadas de escarnio, los nubarrones de la historia daran paso a un cielo limpio y mercedino. Nos bamos
a poner cuatro a tres arriba, y despus bamos a salir todos, el
pueblo entero, a la Plaza San Martn, con banderas blanquigualdas y cantitos chanchos de victoria.
Pero el mundo est en nuestra contra y la noche se nos vino
encima. El tiro nos sali por la culata y otra vez el pueblo se
convirti en esta cueva de tristeza y mediocridad. Parece que
Luza (de un da para el otro) se puso del lado de los malos.
Sali ayer y hoy en el Clarn, as de grandote, y mi marido me
lea esta tarde la noticia con lgrimas en los ojos.
Mir qu mala suerte, gorda! se quejaba el Zacaras. Todos los jugadores de tenis de Argentina mandaron
una carta a no s dnde (sera al Vaticano) para que lo echen y
le quiten la camiseta de capitn me contaba entre sollozos.
Y el pobre Luza, igual que Agosti, que Porchetto y que Videla,
renunci a su cargo anoche diciendo haber cumplido con su
deber. Las palabras mgicas que dicen todos los mercedinos
cuando se mandan una cagada nacional.
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De repente la vejez
10 DE MAYO DE 2004
El Nonno dorma, ya en su habitacin, su sueo sin memoria, y nosotros tratbamos de no hacer ruido para no molestarlo; bamos silenciosos por los pasillos, entre la alegra y la
angustia de tenerlo otra vez en casa. Aunque sigue muy desmejorado, estbamos todos los Bertotti juntos. O eso nos pareca... Porque hace un rato apareci un fantasma del pasado.
A las tres de la maana, cuando ya nos habamos acostado
para quitarnos de encima las malas horas del hospital, son el
timbre con furia, y yo supe que no poda ser nada bueno.
Me puse el batn y sal en chancletas, sin hacer escombro,
porque el Zacaras dorma a pata suelta en la cama y haba
pasado unos das horribles. Quin puede ser, pens, un mircoles a las tres de la maana? Algn desubicado, un amigo del
Caio, un testigo de Jehov madrugador... Puse un ojo en la mirilla y vi la silueta de un hombre a punto de prender un cigarro.
Quin es? pregunt con mala espina. El corazn me
lata como un galope, y no saba por qu.
Del otro lado el desconocido prendi el fsforo y le vi,
como en una foto del pasado, la cara inconfundible. Los labios finitos, los ojos vacos. Y me dieron ganas de llorar, pero
me agarr fuerte al picaporte.
Jeremas me parece que le dije... Qu hacs ac?
Me intuye por la mirilla, clavndome los ojos.
Muri pap, no? me dice, sin saludar, con la voz
seca. Y nadie pensaba avisarme, como siempre.
La ltima vez que el Jeremas Bertotti haba asomado la
220
Claudio le dice el Zacaras, tu abuelo no es un supertemerario, dejte de escorchar que est muy frgil.
No dijo el mdico que hay que ejercitarle las extremidades por si se despierta? retruca el chico. Le estoy ablandando las articulaciones. Y si lo hago con creatividad es cosa
ma... El estado vegetal no tiene por qu ser aburrido.
No s si habr sido por eso, o por una recuperacin natural,
pero anoche el Nonno habl. Estbamos cenando en la cocina
(todos menos el Caio, que siempre hace guardia) y escuchamos un grito del esquenn:
Vengan, vengan! chillaba el Caio. Habl el fiambre!
Nos pusimos todos contra el marco de la puerta y, en un susurro muy dbil, escuchamos las primeras palabras del Nonno:
Otto... chento... deeee...
Nos quedamos en silencio. El Caio levant una mano, para
que siguiramos escuchando. El Nonno, haciendo un grandsimo esfuerzo, dijo:
Nachio... nale... a la... capocha...
El Jeremas, como si entendiera algo, anotaba todo en una
libretita. Nosotros no entendamos nada.
Qu dice? pregunt, asustada.
El Caio y el Jeremas se miraron, serios.
Dice que le juguemos al 802 a la cabeza, en la Nacional
tradujo el Caio, desinflado y triste.
Es vidente! grit el Zacaras. Mi pap se convirti
en vidente! Ya mismo corro a jugarle, a ver si por lo menos se
paga la internacin...
El Caio se levant cejijunto, mientras el Jeremas tiraba la
libreta al suelo, resignado.
No vays a ninguna parte que sali ayer dijo el Jeremas.
Cmo, to? pregunt la Sofi.
El 802 detall el Jeremas sin ganas, sali ayer en
la Nacional... Este viejo atrasa un da. Qu suerte de mierda!
Nos volvimos todos a la cocina, desencantados. Siempre,
por hache o por b, llegamos tarde a las grandes fortunas...
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Puntitos, go home
24 DE MAYO DE 2004
Ya est. Ahora s que no hay vuelta atrs. Una puede disimular la menopausia, las patas de gallo, las vrices y las canas;
la miopa, el miedo a los ladrones y las ganas de llorar porque
s; una puede disimular que los hijos sean ms altos y que las
tetas se te caigan y se estren... Casi todos los sntomas de la
vejez pueden disimularse, menos uno.
Hace un rato, a las 02:11 am, de un segundo para el otro,
me salieron los puntitos esos. Los de las manos. Esos que dicen
que, ahora s, y hasta el final, vas a ser una vieja. No entiendo
cmo llegaron tan de sopetn los puntitos, porque yo pensaba
que se te instalaban de a poco, pero no. Vienen en patota, en
manifestacin, y se te meten por abajo de la piel, sin respetar
las arrugas ni nada. Y van derechito a las manos, que es lo que
una ms usa.
No s por qu tengo la costumbre de usar las manos para
todo. Ha de ser una cuestin cultural. Para saludar, para cocinar, para pegarle un sopapo carioso a la Sofi, para decirle
al Caio ven para ac maleducado, para pedir una cocacola.
Para todo tengo que usar estas manos que ahora estn llenas
de puntitos. Qu vergenza!
Estuve a punto de despertarlo al Zacaras y contarle, pero
prefer hablar del tema con alguien ms sensible:
Cagu, corazn le digo al Nacho por telfono, antes
incluso de decirle hola.
Mam? me dice, con la voz ronca. Sos vos? Son
las dos de la maana... Pas algo con el Nonno?
No, el Nonno est bien, mejor que yo est le digo,
media llorando. A m me pasa.
El qu te pasa.
Me salieron los puntitos.
Qu puntitos? me dice con voz de dormido.
Los de las manos, cules van a ser, esquenn! le
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Desde que el Jeremas viene seguido a casa a visitar al Nonno, la Negra Cabeza anda mucho ms pizpireta y emperifollada que de costumbre, y mueve el pandulce mientras limpia
los pisos, para hacerse notar. Le apetece un cafecito, don
Jere?, le dice la guacha a cada rato, cuando a nosotros en la
puta vida nos ofreci ni un mate cocido con leche. Ser perra.
A m esta mujer siempre me pareci una bertottiadicta.
Cualquier cosa masculina que lleve el bendito apellido le pone
los pezones de punta y enseguida quiere contemporizar. Pero
no pens que iba a ser capaz de mancillar nuestro lecho de
matrimonio.
Ayer llegu a casa de la farmacia y me met en mi pieza
para prepararle al Nonno las inyecciones... Ay, Dios bendito,
yo nunca en mi vida haba visto semejantes acrobacias corporales. Y eso que soy moderna. Pero la imagen me agarr as, de
sopetn, y no tuve ms remedio que pegar un grito.
Zacaras, ven para ac! le digo al otro estpido, que
se la pasa leyendo la revista Corsa en vez del Kamasutra.
Mir tu hermano, las cosas que hace!
La paraguaya y mi cuado, despelotados en mi cama y en
una posicin inexplicable, se quedaron inmviles, con las ca231
Ni siquiera las olimpadas para discapacitados motrices? insisto, y l niega con la cabeza, de un lado al otro de
la cocina. Entonces, como una boluda, como siempre, voy y
le pongo el agua.
Y el abuelo un da...
02 DE JUNIO DE 2004
Ayer a la tarde el Caio nos dio la noticia, un poco ruborizado, pobre: Mam, pap, tengo novia, y esta vez vamos en
serio. Ay, corazones, qu alegrn ms grande que me baj
por el esfago! El Zacaras, que cuando se emociona es un
bruto, le palme la espalda al Claudio y casi le hace escupir un
pulmn. Y eso no es todo nos dice despus de toser, la
invit a cenar esta noche.
Haba poco tiempo para prepararlo todo. Lo ms importante en estos casos es que parezcamos normales, as que nos
pusimos a ordenar la casa, a perseguirlo al Nonno para que se
bae (llevaba un mes sin enjuagarse, con la excusa del coma) y
a cocinar algo rico para la futura nuera.
Mientras tanto, yo trataba de sonsacarle al nene as,
como al pasar algunos datos de la chica, no sea cosa que
239
El Zacaras en el club
11 DE JUNIO DE 2004
Estamos en medio de la debacle, del fin de la familia Bertotti. El vecino de atrs, Schafetti, perdi el trabajo y se dio de
baja de DirecTV, y ahora nos quedamos sin televisin por cable. A la mierda! Nueve meses estuvimos colgados del Primer
Mundo, y fueron los meses ms felices de nuestra vida. Ahora
nos espera otra vez, agazapada, la mesa de Polmica en el Bar.
Ayer a la noche eran todas caras largas en casa. El Zacaras
y el Nonno se haban anotado en un croquis, pegado a un
corcho, todas las fechas de la Eurocopa. A la Sofi le empezaba el jueves la cuarta temporada de unos dibujitos animados
que se la pasan puteando y que son un plato. El Caio miraba
las reposiciones de Cha Cha Cha, y yo me haba enganchado
con los documentales de sexo de Cosmopolitan. Toda nuestra
vida estaba organizada! En vez de eso, estamos los cinco con el
plato de sopa en la mesa, sin saber qu cara poner.
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de las tres. Eso se ha comentado siempre, desde que tengo memoria, y a la Sofi le pone los pelos de punta, porque se piensa
que la palabra trilliza es algo de tres cabezas.
La gente de otros barrios se conoce que por envidia lo
desmiente diciendo que las Legrand son mellizas y solamente
dos. Por eso nosotros, que nos encanta tener gente famosa
aunque sea de incgnito, siempre aclaramos que la vieja es la
ms olvidada.
Lo que s es seguro es que todos los mediodas, la vieja pone
platos de ms en la mesa y almuerza con su hermana y los
dems invitados, mirando fijo el televisor, y a veces acotando
cosas en la charla. El Caio, en una poca, se suba por la claraboya y se pasaba la tarde mirando ese espectculo, que para mi
gusto es ms bien ttrico.
Segn el Nonno, que est en el barrio desde antes que nosotros, la familia Legrand la abandon cuando era chica, porque la vieja Monforte haba salido la ms morochita de las
tres. Ahora ya es tarde para preguntarle nada a la vieja, porque
te escupe. (En eso no se parece mucho a las hermanas.)
La leyenda ms reciente no es, por ser nuevita, menos inquietante. Y es que nunca, pero nunca, lo vimos al Borjamari
en la carnicera, ni en el almacn, ni en el Coto, ni en ninguna
parte donde vendan comida. Ese dato, acompaado de que
es propiamente un chancho, ha hecho correr la bola por todo
Mercedes de que el funebrero se alimenta nicamente de carne humana.
La gente que vive cerca de la funeraria incluso es capaz de
dar informacin ms fidedigna: cuentan que se come pedazos
enteros de los pobres fiambres ms que nada las piernas y
las papadas y que despus los viste con polera para que la
parentela no se avive que al difunto le faltan partes. Tambin
se habla mucho de que tiene recetas muy rebuscadas y que a
todo le pone mucha albahaca. Pero eso ya es hablar por hablar.
Nachito, cuando fue novio del Borja, jura y perjura que el
chico come mucho, s, pero cosas normales; pero una siempre
253
Una vez muy cada tanto el Zacaras y el Caio tienen dilogo. Son unas charlas de hombres, secretas, y por eso bajan al
garage para poder hablar tranquilos. La Sofi, el Nonno y yo,
inmediatamente, nos metemos en la piecita que tiene la claraboya, con tres vasos, para poder escucharlos mejor. Parece que
el Caio est celoso de los amigos de la Carmencita:
Vos nunca pensaste que eras poco para mam? le dice
el nene, que es un sol. Que ella se mereca algo mejor?
No me vengs con temas rebuscados, Claudio dice el
padre. Si hablamos de tus cosas, hablamos de tus cosas.
El Zacaras se sienta en el banquito de siempre. El Caio por
lo general, como es chiquitito, usa las cajas del juego de magia
y del equipo de qumica apiladas, como taburete.
La Carmencita va a la facultad empieza el nene. Tiene un grupito de amigos y toda esa mierda en lata, no? Gente
que se mete la camisa adentro y tienen un renault cada uno.
Unos putos sintetiza el Zacaras.
S, eso es lo que le digo yo a la Carmen. Pero ella me dice
que no, que son buenas personas, y que lo que pasa es que yo
soy un metrgrado, o algo as.
Un metrnomo corrige el padre. Los que no tienen ritmo.
Lo que sea. Pero lo nico que est claro es que ella los defiende. Y si los defiende es que un da va a terminar cogiendo
con alguno y me va a dejar a m tirado en una zanja.
254
El licenciado Mastretta lo dio de alta al Caio. Ay, qu alegrn ms grande! No era que estuviese loco, sin que estaba
alzado. As que lo invitamos a cenar a casa para agradecerle
que le haya devuelto la cordura al nene, despus de tantos
esfuerzos, y sin querer terminamos haciendo terapia grupal.
El tema lo sac mi suegro, que aprovech que tena un
psiclogo cerca para hacerle una pregunta que lo preocupaba:
o sogno sempre que me chuppa un platto voladore non
identificatto se sincera el Nonno, eso grave, dottore?
Todos nos quedamos mirando al licenciado, que se limpi
con una servilleta y repregunt, como hace siempre esta gente:
Y qu le ocurre adentro del plato volador, abuelo?
La vedo a la ma donna disfrazatta destraterrestre, que
me diche: Mascalzone, borracho, figlio de putana.
Pero su esposa alguna vez le ha dicho esas cosas en la
vida real?
Adentro di un platto voladore no. Nunca.
Usted lo que siente es culpa, abuelo. Es posible que no
haya resuelto algunos temas de su matrimonio.
Y ust me puede curare? Perque cuesto sogno non me
deca dormire.
El licenciado Mastretta, rpido como los bomberos, le dio
cita al Nonno para el lunes. Los psiclogos son as: te arreglan
un hijo pero enseguida te encuentran defectuoso un suegro.
Son capaces de cualquier cosa con tal de sacarte la plata.
El asunto es que la cena iba lo ms bien, y en la sobremesa
nos pusimos todos a hablar de sueos recurrentes, que es un
tema muy lindo, sobre todo cuando aparece una en el sueo
del otro.
La Sofi le cont al licenciado que suea que vuela desnuda,
y el Zacaras se puso en guardia, como para fajarla.
Tranquilo, tranquilo lo contuvo Mastretta. El de
258
263
aos. Mi novia Xian Ling alora limpia tutto. Se va a quedare a vivire con nosotro. A la merda la Negra Cabeza! Las
domstica chinesse sonno de m categora que las paraguacha.
Xian Ling me miraba, sonriendo como un sol naciente.
Ven que te muestro dnde est el blem le digo.
Cunta razn tiene Kirchner con lo de las relaciones bilaterales con los chinos! Un da noms de integracin con el
lejano oriente y ya tenemos sirvienta nueva. Cada vez nos falta
menos para ser de clase pudiente.
Un adis en guaran
09 DE JULIO DE 2004
va, que no se vaya, que no sea pava, que le perdono todos los
desplantes, que necesito a alguien que entienda nuestra idiosincrasia, pero a la Negra Cabeza que Dios la tenga en la
gloria ya se la haba tragado la esquina.
me emocion toda cuando empec a leer. Qu pelotuda: ahora la releo y se nota a la legua que era todo verso! Pero en
ese momento me acuerdo que met la carta en una cajita de
msica y la lea, la lea, la lea..., y al mismo tiempo trataba de
acordarme de todos los empleados del taller de chapa y pintura que estaba frente al regimiento.
Despus la llam a la Carmen, que era prima segunda ma,
y le ped ms datos del muchacho este; me dijo solamente
dos cosas: que era buen mozo (se parece un poco al Nstor
Fabin, me false la mentirosa, pero lleno de grasa de auto)
y que no sea boluda. Que le diga que s a la salida al cine y me
dejara de escorchar suspirando por el Alberto, que era el chico
del que yo estaba enamorada. Y le hice caso.
La segunda carta que encontr en el bal es casi de un ao
despus y me sac enseguida de esos recuerdos iniciales. La
letra del esquenn ya era ms parecida a la verdadera (sera
porque ya haba conseguido llevarme a la cama la semana antes). Pero igual se lo notaba enamorado y triste, porque estaba
corriendo carreras de regularidad y andaba por toda la provincia sin poder vernos:
07 de mayo de 1971
Pimpoyo: Bragado es como Mercedes pero ms fea porque no estas vos. Cuento las horas que faltan para volber a
mi casa y que estemos juntos y que me digas Zaca-corcho,
como me decias el domingo pasado. No puedo dejar de pensar en ese domingo, que fue el dia mas feliz de mi vida.
Podria escribir los versos mas tristes esta noche pero estoy
reventado de la carrera asi que mejor me voy a torrar. Un
beso ahi y otro por alla para que no te olvides que sos mia.
Te quiere, tu Terremoto. Posdata: regreso el da nueve: volcamos en Ayacucho y el torino fundi motor.
l me deca Pimpollo, y yo le deca Terremoto. Qu pelandrunes! Estuvimos tres aos noviando. Nos casamos de apuro
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el diez de octubre del setenta y cuatro (creo que ya una vez les
cont), pero desde que naci el Nacho el Zacaras no me escribi nunca ms nada. Igual no haba por qu, si ya estbamos
viviendo bajo el mismo techo.
Pero a m me gustaban mucho esas cartas del principio,
llenas de faltas de ortografa, un poco salvajes, y con esa letra
horrible. Esas cartas de una poca en que los dos ramos otros,
aunque tuviramos los mismos nombres que ahora.
Ser por esa sensacin que me qued de revisar el bal, de
acordarme de esos tiempos, que dej para despus la bsqueda
de ropa para el nieto y me lo fui a buscar al comedor, sin importarme que estuviera mirando la Copa Amrica.
Cunto falta para que termine? le pregunto.
Ya est. Dos minutos me informa. Qu lindo que
es romperles el orto a los uruguayos. Es una sensacin ac, en
el bajovientre...
Y despus no quers que vayamos un rato a la cama,
Terremoto? le digo mirndolo a los ojos, con la voz ms
dulce que puedo poner.
El pavote se da vuelta, para ver si hay alguien atrs:
Con quin habls? dice. Con vos... Zaca-corcho...
El Zacaras me mira, yo les juro, con la cara de susto ms
grande que le vi nunca. Ms tarde me confes que crea que
me haba dado arteriosclerosis como al Nonno el mes pasado,
que se me haban aflojado los tornillos. Me confes que sinti
miedo en serio, que no fue joda.
Pero cuando entendi (y tard un buen rato) aquellos apodos de novios, se acord todo de golpe. Yo no s si el cuatro
a dos contra Uruguay tuvo algo que ver, o si de verdad lo excitan los viejos sobrenombres que usbamos, pero haca rato
que no juntbamos los pelos con tanto mpetu. Dios quiera
que Bielsa siga teniendo suerte, pensaba yo, mientras mi hroe
transpiraba la camiseta.
Pero ustedes ya saben: la felicidad con el Zacaras siempre
es breve. Nunca dura mucho, por ms que nos esmeremos.
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Y entonces, la felicidad
23 DE JULIO DE 2004
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Eplogo
Como si nos costara poco traer el pan, el Caio pas un rojo y
nos cay una multa. Esas fueron las primeras palabras de este
cuaderno, el veintisis de septiembre de 2003. Dos das antes
lo haban echado a mi marido de Plastivida y nos habamos
quedado sin nada. Noms tenamos la tatadis para que el
Nacho fuera al puesto y nos trajera su sueldo. Y el pelotudo
del Caio sale a comprar porro y le secuestran la moto. Nos habamos cado a un pozo. Y yo no saba qu hacer con mi vida.
La maana de ese veintisis de septiembre, que cay viernes, el Nacho me encontr llorando bocabajo en la cama grande. El llanto ms humillante que existe es cuando no se te
ocurre la manera de poner algo en la mesa. No es impotencia:
es desesperacin. Te das cuenta de que sos capaz de lo que sea
con tal de que tus hijos coman. Incluso si tens un hijo como
el Caio, que se merece el ayuno por la vida eterna.
El Nacho lleg a la cama y me empez a acariciar la cabeza.
Llors como si fuera la primera vez que pap y vos se
quedan sin trabajo me dijo, con esa voz suavecita que tiene. Siempre estuvimos en el medio de pocas malas. Te
acords con Alfonsn?
Lloro por eso le contest, con la almohada en la
boca, porque no es la primera vez, ni va a ser la ltima.
Lloro porque es siempre lo mismo, y yo ya no puedo ms. No
me dan los brazos de tanto remar, nene.
Ahora no es igual me dice. Ahora yo soy grande. Ustedes me educaron cuando haba mucha ms miseria que ahora.
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