Temas de Premilitar
Temas de Premilitar
Temas de Premilitar
Solucion:
Hay una falta de valores, tema en el que estamos trabajando de manera regular con la
aplicación del programa ‘Sembrando Valores', como una iniciativa de la fiscal general
de la República, Luisa Ortega Díaz
Causas:
Los casos de violencia de género -referidos al maltrato- constituyen la principal causa
de denuncias en la Fiscalía. Los delitos comunes, relacionados con agresiones contra las
personas y la propiedad, son atendidos por 10 despachos fiscales y también han
aumentado considerablemente. Los delitos cometidos por adolescentes, de drogas,
corrupción, -entre otros- constituyen delitos especializados y son investigados por 15
despachos fiscales. "Si debe haber represión también debe trabajarse arduamente en la
prevención del delito", informó la representante del Poder Público, quien rechazó las
denuncias de algunos abogados referidas a la ineficiencia e incapacidad operativa de los
despachos fiscales.
Sirit advierte que como toda institución del estado, el Ministerio Público registra sus
deficiencias por la cantidad de causas que debe atender, que en el caso de Lara supera
las cinco mil. "Hay muchísimas causas pendientes que están investigadas. Cuando llega
la denuncia a la Fiscalía o a los cuerpos de seguridad, se ordena el inicio de la
investigación y se comisiona al organismo que considere pertinente", explicó.
La fiscal superior de Lara no aportó cifras señalando por qué no han adelantado las
comparaciones con relación a años anteriores. "Simplemente nos abocamos a ofrecer
respuestas a la ciudadanía, trabajando las causas por igual en todas las competencias".
Manifestó que la Fiscalía General adelanta un análisis de los índices delictivos del
estado Lara, incluyendo los municipios, para crear el próximo año nuevos despachos
fiscales
Sin embargo, estas medidas no son, en todos los casos, ciento por ciento efectivas para
detener a los delincuentes. Por el contrario, estas acciones suelen generar más violencia.
Expertos en materia criminal señalan como responsable del aumento de las agresiones
en las calles a la descomposición social que se vive en Venezuela actualmente.
De igual manera, estos datos señalan que durante el año 2004 murieron 1,60
venezolanos por hora. Pero, fuentes ligadas al medio policial, aseguran que para 2005
las estadísticas de fallecidos en hechos violentos era más de 2 por hora.
A pesar de la crudeza y el obvio incremento del delito, en los últimos ocho años, las
fuentes oficiales insisten en asegurar que el delito en el país ha mantenido un constante
descenso.
En tanto, el consultar las fuentes oficiales resulta sumamente difícil y sólo es posible
obtener las cifras en Internet. Los datos recogidos en la web, de organismos como el
Cicpc, señalan que para el 2004 se registraron 9.719 homicidios. Por su parte, el
Ministerio de Salud y Desarrollo Social, en cifras encontradas en la gran red, asegura
que en el mismo año ocurrieron 8.382 asesinatos.
QUIEBRE DE LA CONVIVENCIA
Juan Carlos era una persona amable, servicial respetuoso de sus semejantes. Un día
llegando de su trabajo a su residencia, en La Candelaria, se le acercaron dos hombres
abordo de un carro negro a solicitarle una dirección.
Juanca (como lo llaman sus amigos) fue "ruleteado" por más de tres horas por toda la
ciudad. Este espacio de tiempo fue utilizado por los delincuentes para despojarlo de sus
pertenencias, claves de sus tarjetas de débito y crédito y golpearlo de manera brutal por
"pendejo". Después de este episodio, el protagonista de la historia cambió sus hábitos de
vida. Se convirtió en un personaje huraño, sombrío, siempre serio y poco dispuesto a
prestarle ayuda a cualquier persona, como lo hacía antes.
Este tipo de historias se repiten a diario en todo el país donde, hasta el ser un "buen
samaritano" puede representar un riesgo para la integridad física de la persona.
A juicio de Porfirio Tamayo, director de la Comisión de Seguridad y Defensa de
Fedecámaras, estas acciones violentas sobre el ciudadano común han desencadenado
que los venezolanos se hayan convertido en seres "socialmente agresivos" e
intolerantes.
Destacó igualmente, que los altos niveles de violencias y la pérdida de respeto por la
autoridad han permitido que el ciudadano común se convierta en "seres restringidos",
con poco contacto social. Situación que aseguró tendrá graves consecuencias
socioculturales en el mediano y largo plazo.
De igual modo, Porfirio Tamayo, apuntó que los altos niveles de pobreza y el elevado
consumo de drogas han tenido alta incidencia en el incremento de los delitos en el país.
También, resaltó que la relación "costo-beneficio" para los delincuentes, que cometen
un delito, es sumamente baja; por lo que se genera un clima de impunidad negativo para
la sociedad. "El delincuente se pone a calcular las probabilidades de ser atrapado por
cualquier fechoría y el beneficio que puede obtener de ella y se da cuenta que el
beneficio es mayor. En Venezuela los niveles de castigo para las infracciones son muy
bajos". destacó Tamayo.
Por otra parte, el director de seguridad y defensa de la máxima cúpula empresarial del
país, manifestó que la "mala imagen" de los policías y las deficiencias en la formación
de los funcionarios, también ha tenido alta incidencia en el incremento de la violencia
en la ciudad.
Destacó que la formación de gendarmes bajo las doctrinas de la Fuerza Armada sería
negativo para las instituciones. Ya que, estos cuerpos de seguridad deben estar
preparados para interactuar en un entorno social cambiante y no bajo un régimen
"siempre represivo". Otro elemento que destacó como preponderante en el aumento de
los delitos, es el incremento de la densidad poblacional y el déficit de funcionarios que
existen en el país.
Por otra parte, Tamayo destacó que su seccional en conjunto con Fedecámaras se
encuentran preparando un documento con cifras, diagnósticos, propuestas para mejorar
la seguridad ciudadana y las estructuras policiales con el fin de garantizar más
protección a los venezolanos.
SOCIEDAD DETERIORADA
De igual manera, Pablo Elisio Guzmán, antiguo director del Cuerpo Técnico de Policía
Judicial (actual Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas)
coincide con Porfirio Tamayo en la teoría de que el deterioro de la sociedad es el
principal causante del incremento de los índices delictivos.
"La cantidad de armas que hay en la calle, el desequilibrio económico que existe, los
efectos de leyes copiadas y no bien estudiadas, hacen que la impunidad se incremente"
aseguró Guzmán.
POSIBLES MEDIDAS
Para el antiguo director de la PTJ es necesario que se tomen medidas estructurales como
la prevención, educación, represión primaria. Sin embargo recalcó que para que estas
medidas sean eficaces es necesario que exista "voluntad política" para aplicar acciones
contra crimen que sean coherentes y vayan más allá y busquen la manera de reeducar al
delincuente.
"La solución no es crear más policías se traduce en más pistolas en las calles; más
violencia; más tiroteos; más muertos y entonces volvemos a los casos de
ajusticiamientos, grupos de exterminio, linchamientos y la creación de un caldo de
cultivo para que en la sociedad se genere una especie de sálvese quien pueda", aseguró
Pablo Elisio Guzmán.
También señaló que de continuar estas cifras de muertos "la ONU tendrá que intervenir"
porque, a juicio de Pablo Elisio Guzmán, estas cifras rojas revelan la existencia de una
guerra interna entre venezolanos. Comparó la cantidad de víctimas de cada fin de
semana en Venezuela con los de la guerra en el Líbano y aseguró que las estadísticas
coinciden de manera asombrosa.
El Secuestro
¿Qué es el Secuestro?
Hoy en día, el secuestro es lo que se conoce como el acto por el cual se priva de libertad
de forma ilegal a una persona o grupo de personas, normalmente durante un tiempo
determinado, y con el objetivo de conseguir un rescate u obtener cualquier tipo de rédito
político o mediático.
Tipos de Secuestros
En la actualidad mundial conocemos 2 clases de secuestros, que a su vez se subdividen
en otros tipos, entre ellos se encuentran:
Vale la pena aclarar que para que exista la utilización apropiada de la palabra secuestro
extorsivo, es necesario que los delincuentes exijan una suma de dinero por su liberación
y exista negociación en ese proceso. La segunda modalidad mencionada anteriormente
no podría llamarse secuestro, ya que es literalmente un rapto con robo.
Un aspecto fundamental del secuestro político es el impacto que causa sobre la opinión
pública, considerando que su finalidad es la de atemorizar a líderes y organizaciones
políticas que se contraponen a la influencia de los grupos armados al margen de la ley
En 1976, ocurrieron los dos primeros secuestros en Venezuela, el primero fue el del
industrial William Niehouse, Alfredo Pardi Dávila y Ricardo López Sánchez.
Entre 1990 y 1995, se denunciaron 118 secuestros, 14 han sido en áreas urbanas, es
decir, el 11.8% y los 104 plagios restantes (88.2%) tuvieron lugar en los campos. Con
esto se observar que a partir de 1976 tuvo un gran auge en zonas apartadas y con poca
población.
El delito del secuestro ha ido invadiendo cada vez más a la población y ha ido
dirigiéndose incluso hacia las grandes ciudades, ya que como anteriormente se
mencionó Inicialmente los plagios se realizaban muy cerca de las haciendas, luego se
comenzaron a efectuar en los lugares de trabajo y ahora se realizan secuestros en las
propias casas, con estrategias muy bien planificadas.
Según la ONU, los derechos humanos “son los derechos esenciales que las personas
deben gozar para poder vivir como seres humanos de pleno derecho. Todos los seres
humanos merecen la oportunidad de lograr el crecimiento y desarrollo de sus
capacidades, más allá de sus necesidades básicas y de su supervivencia”
El secuestro constituye una violación a los derechos humanos, que atenta contra la
LIBERTAD, INTEGRIDAD y TRANQUILIDAD de la victima y de las familias
víctimas del delito. Por lo tanto, el secuestro no solo afecta a la víctima sino a la familia
en general; ya que éstos son sometidos a lo que los psicólogos, que trabajan el duelo,
conocen como el proceso de la “muerte suspendida”, que es la angustia que caracteriza
al secuestro, y que se suma a lo que los juristas llaman la pérdida de libertad.
Contrabando
La reforma experimentada por la Ley Orgánica de Aduanas en 1998 afectó en forma
sensible -lo que no significa que de manera conveniente- las normas atinentes al delito
de contrabando (Por cierto, esa reforma se encuentra todavía vigente, ya que la única
modificación ulterior de esa Ley se produjo en 1999 y solamente afectó su artículo 156,
que obligaba a promulgar un Reglamento único). La Ley modificada, la de 1978, era a
nuestro entender más coherente desde el punto de vista técnico-penal -lo que tampoco
significa, ni mucho menos, que no era perfectible- sobre todo en lo relativo a la
estructuración del articulado y a la precisión terminológica. En efecto, la Ley original
fijaba los tipos delictivos en tres disposiciones: el artículo 102 (que consagraba el tipo
básico o fundamental), el artículo 103 (que desglosaba diferentes conductas específicas
a fin de dejar claro que también constituían contrabando) y el artículo 103 (que recogía
el caso muy particular de la participación de algún funcionario aduanero en el delito).
Por su parte, el artículo 105 establecía en forma precisa y adecuada cuáles eran las
circunstancias agravantes del contrabando.
¿Qué hizo la reforma de 1998? En primer lugar, englobó en una sola disposición (el
actual artículo 104) los tipos delictivos que antes separados en tres normas, con las
siguientes modalidades: se mantuvo el tipo básico o fundamental del viejo artículo 102;
se incluyeron algunas conductas contenidas en varios literales del viejo artículo 103,
descartándose otras que pasaron a erigirse en circunstancias agravantes; y, finalmente,
se suprimió como tipo penal la participación irregular del funcionario aduanero, que
pasó también a configurar una circunstancia agravante.
En segundo lugar, eliminó el viejo artículo 105 sobre circunstancias agravantes para,
entre otras cosas, incluir como tales nuevas conductas y algunas de las que, como
dijimos, antes se encontraban señaladas en el artículo 103 como constitutivas del delito.
La norma anterior era precisa al indicar que las diversas variantes de los artículos 103 y
104 también constituían contrabando. La Ley vigente, en cambio, no lo expresa así y
simplemente se limita a decir que las conductas desglosadas en los diferentes literales
del artículo 104 merecerán “igual pena” que la del contrabando básico o fundamental.
De otro lado, la norma anterior aludía textualmente a “circunstancias agravantes”,
mientras que la disposición hoy en vigor se limita a indicar: “con la misma pena,
aumentada de un tercio a la mitad, se castigará…”
Decimos esto porque para nosotros, sin ninguna clase de duda, las diversas conductas
que hoy especifica la Ley en los distintos literales de su artículo 104, configuran
variantes del delito de contrabando, aunque la Ley no lo haya expresado así en forma
textual. Y también sin ninguna clase de duda y aunque la Ley tampoco lo haya
expresado así de manera literal, el actual artículo 105 tan solo contiene en sus diferentes
literales las circunstancias agravantes del delito, y no otros tipos individuales de éste.
Pensamos al respecto que aunque algunas de esas circunstancias agravantes merecían
ser tildadas como tipos de contrabando, EL LEGISLADOR NO LO DECIDIÓ ASÍ, lo
que impone el deber de respetar su voluntad, acogiéndonos de paso al principio
elemental de interpretar la norma penal en sentido estricto y siempre a favor del
investigado.
En el quehacer cotidiano del ejercicio profesional, como decíamos, hemos notado que
los organismos e instituciones antes nombrados han pretendido convertir tales
circunstancias agravantes en tipos delictivos autónomos de contrabando, ignorando de
manera grosera e injustificable que las circunstancias agravantes, dado su carácter
accesorio, sólo se activan cuando el delito se ha previamente configurado por cumplirse
en la realidad el tipo penal hipotético que lo consagra.
Con algunos ejemplos aclararemos lo antes dicho: una circunstancia agravante consiste
en que las mercancías de contrabando sean de operación aduanera prohibida o
reservada, según la letra o) del artículo 105 vigente. La activación de esta circunstancia,
como se ve, exige como condición sine qua non el que se haya cometido un delito de
contrabando según lo prevenido por el artículo 104 de la actual Ley, ya que es posible
que la mercancía prohibida o reservada haya sido sometida a control e intervención
aduanera (lo que excluiría la comisión de ese delito), en cuyo caso lo pertinente sería
aplicar la sanción de comiso establecida en el artículo 114 de la Ley, es decir, calificar
la conducta ilícita como simple Infracción Aduanera y no como un acto delictivo. En
otras palabras, según nuestra legislación el simple hecho de ser una mercancía prohibida
o reservada NO SIGNIFICA QUE AUTOMÁTICAMENTE ESA MERCANCÍA
DEBA SER TENIDA COMO DE CONTRABANDO, puesto que la cualidad de la
mercancía sólo constituye una circunstancia agravante del delito.
En suma, podemos o no estar de acuerdo con el legislador cuando excluyó de los tipos
de contrabando algunas determinadas conductas que podrían merecer consideración de
delito, o cuando convirtió esas conductas en meras circunstancias agravantes, o cuando
dejó de prever la institución del fraude aduanero como paralela al contrabando y
merecedora de las mismas consecuencias jurídicas de éste. Lo que definitivamente no
podemos hacer es torcer el espíritu y la letra de la Ley bajo el muy demeritado -y en
muchos casos vergonzoso- pretexto de que se está luchando contra el delito de
contrabando. El contrabando se combate, primero que nada, con un estricto apego a la
Ley. Lo contrario equivale, en el fondo, a emplear las mismas tácticas de los
contrabandistas.
Delincuencia juvenil
El autor llama la atención acerca de las limitaciones de su tipología, admite que gran
parte de los estudios empíricos realizados no encajan perfectamente en el cuadro
clasificatorio. Sin embargo, se cuenta con una base empírica suficiente para atribuir
características a ciertos tipos de transgresores.
El proceso que utilizó Gibbons para clasificar en tipos fue el resultado de una
exhaustiva revisión de anales criminológicos y notas diferenciadoras ya existentes y,
por medio de deducciones lógicas, estableció los rasgos fundamentales que distinguían
un tipo de otro. Así llegó a una clasificación de jóvenes delincuentes según nueve
modalidades de su actuación en la sociedad:
I. El pandillero ladrón
II. El pandillero pendenciero
III. El pandillero casual
IV. El delincuente casual no pandillero
V. El ladrón de automóviles
VI. El drogadicto
VII. El agresivo de peligrosidad extrema
VIII. La joven delincuente
IX. El delincuente psicópata
CONCLUSIONES
· El diálogo en las familias se esta perdiendo cada día mas debido a la falta de
atención de los padres hacia sus hijos.
· En los colegios no existe la debida orientación de temas como drogadicción,
pandillaje y delincuencia.
· Las Autoridades no están aportando con la debida vigilancia.
Narcotrafico en Venezuela
El narcotráfico se ha convertido, en las últimas décadas, un mal mundial. Igual que el
terrorismo. De allí que todos los gobiernos, y el de Venezuela no es la excepción,
despliegan sus mejores esfuerzos por combatir esas plagas que atentan contra el futuro
de la humanidad y la paz de las naciones.
Estudios recientes de las Naciones Unidas señalan que el narcotráfico ha crecido en los
últimos años, especialmente en Latinoamérica y el Lejano Oriente. En Colombia, su
gobierno y el de Estados Unidos llevan a cabo el Plan Colombia, ahora Plan Patriota,
contra la siembra, procesamiento y tráfico de drogas. Las acciones policíaco-militares
de la nación vecina han desplazado hacia Venezuela el narcotráfico, convirtiéndonos en
puente para la exportación de drogas, especialmente cocaína y marihuana, hacia
Estados Unidos, el Caribe y Europa.
De ello han demostrado estar conscientes las autoridades nacionales, si juzgamos por
los resultados que en los últimos tiempos ha dado la lucha contra el narcotráfico. El
mismo informe de la ONU señala que Venezuela es el cuarto país en decomiso de
drogas, lo que da idea de dos cosas: de la cantidad de estupefacientes que circulan por
nuestro país y del empeño de sus autoridades para evitarlo.
Entendemos que los planes que los planes que el ministro para las Relaciones Interiores
y Justicia, Pedro Carreño, ha desplegado para combatir el narcotráfico han dado sus
frutos. La prueba está en que apenas en las últimas dos semanas se capturaron, en tres
procedimientos, más de cinco toneladas de cocaína, destinada a la exportación,
utilizando nuestro territorio como paso desde Colombia hasta su destino final.
A lo anterior, que sólo son los cargamentos notables, deben agregarse otras capturas
recientes de menor cuantía en diferentes puntos del país, pero que revisten la misma
importancia desde el punto de vista de la lucha que emprendió el ministro Carreño
contra el narcotráfico. Igual con el combate que se mantiene en las calles y barrios de
las principales ciudades, donde los traficantes del detal son acosados y capturados en el
marco de esa política antidroga.
Estos decomisos señalan que ha crecido la cantidad de drogas que pasa por nuestro
país, a lo que deben estar alertas las autoridades del MIJ. Y aunque los resultados
enumerados sean despreciados y desconocidos por las autoridades norteamericanas y
los opositores al gobierno del presidente Chávez, los venezolanos palpamos esa
realidad.
Guerrilla