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Cuestionarios 3 y 4

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TERCERA FACILITACION

1.1 Identificar los factores que influyen en la criminalidad


dominicana.
Es innegable que en nuestro país ha aumentado significativamente la
criminalidad, y está motivado por los siguientes factores:

- La Falta de oportunidades.
- La Falta de dirección por parte de las familias.
- La crisis económica que acrecienta la criminalidad.

Factores que influyen en la delincuencia


Hay cierta correlación, pero no podemos decir que sea la causa. La
economía está relacionada con otra serie de factores que a su vez influyen
en la delincuencia:
Sistema familiar: familias numerosas, desintegración familiar, violencia
doméstica, abandono familiar,...
Absentismo escolar: si no van al colegio no aprenden y no estarán
capacitados para realizar trabajos en el futuro. Además, en las horas en que
no están en el colegio no están con niños de su edad, sino que están con
mayores de los que aprenden conductas modelo. El fracaso escolar está
relacionado con el aprendizaje de conductas delictivas. Se acaba
abandonando el proceso educativo y empiezan a frecuentar otros
ambientes de pandillas de chicos como ellos.
Ámbito relacional: El niño empieza a tener un ambiente muy restringido,
con características no positivas, que le va enseñando un código de
lenguaje. El líder suele ser alguien con contacto con el mundo de la
delincuencia (ej: tiene un familiar en la cárcel).
Malas condiciones de vivienda, sanidad, ...
Todo esto contribuye a la marginación, una situación que por sí misma
mantiene el proceso, se hace una situación crónica.

1.2 Exponer datos estadísticos sobre la criminalidad


dominicana durante el periodo de los últimos 5 años.
Cada año en República Dominicana se registraron 2,147 homicidios entre
el período 2005 al 2016. Al menos 26,760 personas han sido asesinadas en
los últimos doce años y tres meses. La mayoría de los casos se vinculan a
riñas, hechos violentos e intercambio de disparos. La Real Academia de la
Lengua Española (RAE) define la palabra homicidio como la muerte
causada a una persona por otra, mientras que conceptualiza el asesinato el
hecho de quitarle la vida a alguien con alevosía, ensañamiento o por una
recompensa.
En 2012 mataron 2 mil 268 personas y en 2013  mil 984. La
cantidad de muertos en estos dos años la arroja el informe “RD en
cifras”.
Año 2014
Al menos mil 808 personas fueron asesinadas en 2014, con un aumento de
133 casos en comparación con el 2015. Las riñas personales y la
delincuencia fueron también las principales causas de esas muertes,
apuntan las estadísticas de la PGR.
Año 2015
El 2015 cerró con mil 675 personas asesinadas en hechos violentos.  De esa
cifra, 822 de esos casos no están relacionados con hechos delictivos,
mientras que 455 casos sí guardaron relación con la inseguridad ciudadana.
En ese año, los días en los que ocurrieron más crímenes también fueron
fines de semana. El domingo 427 y el sábado 257, cita el informe oficial.
La mayor parte de esas tragedias ocurrieron en Santo Domingo y el Distrito
Nacional, con 369 y 208 casos, respectivamente.
En 2016 hubo mil 613 casos de homicidios. La mayoría de las víctimas
fueron hombres, de acuerdo a las estadísticas de la PGR.
De esas muertes, 190 corresponden a personas que intentaron atracar a
alguien, mientras que las victimas por esos asaltos fueron 114.
En la provincia de Santo Domingo hubo 366 casos de homicidios y en el
Distrito Nacional 223.
Con armas de fuego se cometieron 981 crímenes en todo el país durante ese
año.
La institución segmenta las muertes violentas según la edad de la víctima.
En esa división, 821 de los fallecidos tenían edades de entre 18 y 34 años,
siendo el grupo con mayor incidencia.

Retrospectiva 2019 a 2011

La tasa de homicidios intencionales por cada 100.000 habitantes mantiene


una fuerte tendencia a la baja, alcanzando al cierre de 2019 una tasa de 9.9,
la más baja del periodo.
En la siguiente retrospectiva 2019 a 2011 se observa la evolución de la
incidencia de homicidios intencionales, con desagregaciones por mes, edad
y sexo, en la que figuran los siguientes hallazgos:

-Desde el año 2011 la tasa de homicidios intencionales ha tenido una


tendencia sostenida a la baja, reduciéndose a más de la mitad (21.9
en 2011 y 9.9 en 2019).

-El número de homicidios intencionales se ha reducido 60% entre


2011 y 2019.

-A pesar de que el número de homicidios de mujeres se ha reducido


de 233 en 2011 a 145 en 2019, el porcentaje de mujeres víctimas de
homicidio aumentó de 9.3% en 2011 a 14.1% en 2019.

1.3 Breve enfoque de la criminología crítica o radical, teorías


y representantes.
Criminología clínica: es esa vertiente de la Criminología, que aplica
sus conocimientos y teorías al sujeto individual para tratar de
alcanzar una explicación integral a cada caso; considera al ser
humano como una entidad biológica, psicológica, social y moral; se
ocupa del estudio del delincuente, de la persona del infractor.
La criminología clínica se va encargar de diagnosticar y dar el
tratamiento adecuado a todos aquellos problemas y trastornos
mentales que puedan tener los individuos. Intenta averiguar qué es
lo que lleva a un sujeto a cometer un delito y cada caso se va
estudiar individualmente ya que no se puede generalizar.
La criminología crítica es una rama de la criminología que
construye su perspectiva sobre la base
del marxismo, feminismo, economía política y la teoría crítica. Uno
de los objetivos de esta disciplina es el estudio sistémico de
la delincuencia y la justicia dentro de la estructura de clases y los
procesos sociales. En esta perspectiva, la ley y la pena son vistas
en relación con un sistema que perpetra la opresión y las
desigualdades.

1.4 Visitas al laboratorio de criminalística del Estado


Dominicana (INACIF).
NO HUBO VISITA AL INACIF

1.5 Breve reflexión en el ambiente sobre lo observado en el


laboratorio del (INACIF).
NO HUBO VISITA AL INACIF

1.6 Breve reflexión en torno a la investigación del Lic.


Humbar Alcántara, EL 10 DE Octubre del 2005, fuente: La
violencia desde una perspectiva social, autor: Octavio.
Ramírez pág. 61-78.
Las deplorables condiciones en que viven los jóvenes de nuestros barrios, las
dificultades para acceder a la educación, los altos niveles de deserción escolar, el
amplio consumo de bebidas alcohólicas y estupefacientes, la falta de orientación
familiar, la promoción del facilismo y los falsos valores, así como la impunidad
con que se manejan las élites empresariales y políticas, se han convertido en el
caldo de cultivo para la delincuencia en el país.

Así lo considera el abogado Octavio Ramírez, en su libro “La violencia desde


una perspectiva social ¿Es una respuesta de los marginados sociales?”, una
especie de radiografía, en la que el autor retrata las causas que dieron origen al
flagelo que se ha convertido en el dolor de cabeza de las autoridades y de la
propia ciudadanía en las últimas décadas.

Para Ramírez, el aumento de la violencia y el surgimiento de numerosas


pandillas de naturaleza criminal guardan estrecha relación con el desempleo
juvenil y el uso de drogas y alcohol.

Fines políticos

Sin embargo, al analizar su origen, refiere que muchas bandas de delincuentes


fueron en sus comienzos iniciativas gubernamentales con propósitos políticos.
“Puede decirse que en gran medida el “Know how” o (saber hacer) de la
actividad delincuencial lo aporta originalmente la política, bien en forma de
decisiones gubernamentales encaminadas al sostenimiento de gobiernos
impopulares, bien a través de iniciativas de fuerzas políticas que intentaron
combatir a esos gobiernos con sus propios métodos, como es el caso de los
grupos políticos que se dedicaron a cometer asaltos para procurarse
financiamiento durante los primeros gobiernos del doctor Balaguer”, afirma.

En su libro, Octavio Ramírez argumenta que muchos de los que participaron en


estas acciones políticamente inspiradas se convirtieron luego en delincuentes
comunes, que aprovecharon su experiencia para organizar grupos criminales,
tanto aquí como en los Estados Unidos.

Indica que otros propiciadores de bandas o pandillas, son los agentes policiales
deshonestos que degeneraron en vándalos. “Estos grupos formados con
estructuras dirigenciales no se forman de la noche a la mañana, no son el
producto del azar, sino la consecuencia degenerativa de la sociedad en la cual nos
desarrollamos”, puntualiza.

Acentuada desigualdad social

En su libro, el abogado Octavio Ramírez indica que el problema de la


delincuencia urbana se ha agudizado en los últimos años al mismo ritmo del
empobrecimiento de la gente, y paradójicamente, del crecimiento económico,
frente a la incapacidad del Estado de producir respuestas a las necesidades de los
grupos más carenciados.

Otro factor que destaca Ramírez en su libro, es la incapacidad del Estado de


perseguir y castigar a los infractores de la ley. “Los tantos ejemplos de
delincuentes manifiestos que logran reconocimiento social constituyen un
peligrosísimo estímulo a la delincuencia”, indica.

Falta de transparencia en política

Señaló que las prácticas clientelares de los partidos que no discriminan a la hora
de agenciarse fondos para sus campañas, generan compromisos y vínculos
tácitos con la delincuencia común, que luego se expresan en la penetración de los
estamentos del Estado por los grupos comprometidos con el crimen, en el tráfico
de influencias y en la impunidad.

“Las malas prácticas políticas hacen que el Estado sea incapaz de garantizar la
irreversibilidad del castigo contra quienes incurren en hechos delictivos, lo que
genera impunidad e incita la delincuencia”.
TEMA DE REFLEXION O GUIA DE LECTURA
UNIDAD IV
CUARTA FACILITACION

4.1 El dilema central de la criminología contemporánea o criminología radical.


La criminología crítica es una rama de la criminología que construye su perspectiva
sobre la base del marxismo, feminismo, economía política y la teoría crítica. Uno de los
objetivos de esta disciplina es el estudio sistémico de la delincuencia y la justicia dentro
de la estructura de clases y los procesos sociales. En esta perspectiva, la ley y la pena
son vistas en relación con un sistema que perpetra la opresión y las desigualdades.

Los criminólogos críticos tienden a afirmar que las criminologías convencionales no


ponen "al descubierto las desigualdades estructurales que sustentan los procesos a través
de los cuales se crean y hacen cumplir las leyes" y que "la desviación y la criminalidad
son moldeadas por las estructuras de poder e instituciones". Además de no tener en
cuenta que el poder representa la capacidad 'para hacer cumplir sus propias
reivindicaciones morales', lo que permite a los poderosos 'volver aceptable su propia
moral' y legitimar los procesos de 'represión normalizada’. Así, fundamentalmente, los
criminólogos críticos critican las definiciones estatales del crimen, eligiendo en cambio
centrarse en nociones de daño social o derechos humanos.

En el libro de "Criminología Critica y Critica del Derecho Penal" de Alessandro Baratta


se observa que en la denominada nueva Criminología critica es la contraparte de la
criminología clásica o positiva, ya que es la criminología critica la que analiza el delito
dentro del contexto sociales, las diversas clases sociales y corrientes del pensamiento.

4.2 Origen y desarrollo del plan de sugerida barrio seguro; ¿Por qué fracasa
dicho plan?
Luego de casi ocho años de creado, y muchas expectativas en sus inicios, los resultados
del plan contra los delincuentes Barrio Seguro parece que enfilan hacia el fracaso
absoluto, tras el dispendio de más de 60 millones de pesos en apenas ocho años por
parte del gobierno saliente.
Resulta obvio que el estado dominicano actual ha mostrado una incapacidad inaudita
para enfrentar la espiral de violencia y delictiva que tiene en jaque a la población día por
día en distintos barrios del país. Cada vez corre más la sangre inocente en pueblos y
ciudades. Por más que voceros oficiales intentan opacar las críticas de la opinión
pública, la realidad delictiva y sus efectos los desmienten.
Tanto así, que sectores religiosos y oficiales ya admiten en público que el plan anti
delincuencial no ha dado los resultados que se esperaban, para el gobierno morado que
un día dijo que era preferible darle plata y no plomo a los delincuentes. Ante la falta de
plata, ahora los antisociales en sus tropelías pasan factura a la población, y el gobierno
del PLD se desentiende de su responsabilidad social.

El ministro evangélico Juan Bautista Tejada, de San Francisco de Macorís, propuso el


pasado 16 de julio una alianza con el gobierno para rescatar a los adictos a drogas, así
como una alianza con las autoridades para enfrentar la adicción a las drogas, la
violencia intrafamiliar, el crimen organizado y la delincuencia común que agobian en
esta etapa de su historia a la sociedad dominicana.
El pastor entiende que su ministerio está en capacidad de ser auxiliar vital para evitar la
problemática del consumo de drogas, donde miles de jóvenes han caído en la
delincuencia, y sugiere al nuevo gobierno entrante facilitar la colaboración de las
iglesias en los planes de Danilo Medina, si es que los tiene.
La intención del ministro es loable. ¿Pero qué ha dicho el padre de la criatura llamada
Barrio Seguro? El catedrático boliviano Eduardo A. Gamarra, amigo personal del
"máximo líder" del PLD y mentor del Programa de Seguridad Democrática y Barrio
Seguro, hace rato que tiró la toalla ante un panel del Senado de Estados Unidos.
A mediados de diciembre del 2011, ante el subcomité de Asuntos del Hemisferio
Occidental, Gamarra dijo que el problema más serio que enfrentó en la República
Dominicana para poner en práctica el programa fue la incapacidad de reformar la
Policía Nacional, "institución que se resiste al cambio por razones que van desde la
corrupción, a una severa falta de entrenamientos y recursos".
Además de la falta de apoyo internacional, el catedrático de la Universidad
Internacional de la Florida dijo que otros factores del fracaso de Barrio Seguro fueron la
falta de apoyo internacional y la percepción en Estados Unidos de que las iniciativas del
presidente saliente dominicano se perciben con escepticismo y sospechas.
Para nadie es un secreto que la Policía Nacional responde por vía directa al presidente
de la República, no al Ministerio de Interior y Policía, sobre cuya responsabilidad cae en
teoría la función de supervisión de ese organismo represivo, integrado por muchos
delincuentes pero también por gente honorable con uniforme.
De manera que resulta paradójico que su titular, José Ramón Fadul, intentara el pasado
21 de abril justificar el desembolso de más de 60 millones de pesos en préstamos y
becas en barrios calientes a través un programa de contención de violencia que no ha
dado resultados tangibles en materia de seguridad ciudadana a una población asediada
por los delincuentes y atrincherada detrás de rejas en sus hogares y negocios en busca
de la seguridad que el Estado no garantiza.
Más aún, para ponerle la tapa al pomo, tres meses después, es decir el 16 de julio, el
asesor en materia de drogas del Poder Ejecutivo reveló que "cerca de 300 mil jóvenes
han caído adictos a las drogas y, de entrada, le echa la culpa al narcotráfico
internacional que se ha aposentado en el país, con la anuencia de ciertos sectores.
En medio de su laberinto mental, el funcionario subraya que "el problema real está en
que el entrenamiento de la estructura encargada de desarrollar la persecución (léase la
Policía Nacional) y el juzgamiento (es decir, la Justicia) ha resultado insuficiente". O
sea, que el gobierno de PLD no tiene la culpa por el dispendio, la mediocridad y la
disfuncionalidad de instituciones cuya misión ha sido politizada hasta el tuétano por la
administración de turno, sin importar el dolor ajeno ni las consecuencias con tal de
lograr sus objetivos.
La cruda realidad, más allá de las excusas y justificaciones de quienes tienen el poder y
deciden el destino y el dinero del pueblo dominicano, es que aumentan las víctimas, los
velorios, el dolor de la población indefensa, el pandillerismo, la delincuencia y el
narcotráfico. Parece que no hay voluntad deliberada para combatir dicho flagelo.
A ello se suma al temor creciente de los comerciantes que ven a los agentes de la Policía
como cómplices de los delincuentes, como resultado de la manipulación política
interesada del cuerpo del orden y su falta de coordinación con el ministerio de Interior y
Policía, también convertido en un ente político al servicio del Ejecutivo.
Cualquiera diría que al pueblo dominicano le han dejado en el abandono. Solo, con la
opción que armarse y tomar la justicia en sus manos, por la ausencia de autoridad
confiable y la amenaza de la ingobernabilidad, alimentada por la corrupción, la
violencia y los desafueros morados que pretenden devorarlo todo y a todos.
4.3 Clasificación de la víctima según Olga Elena Resumil en su obra
Criminología General.
“La palabra víctima proviene del vocablo latino vincire o animales sacrificados a los
dioses. Pero hay quienes entienden que la misma proviene de vincere que representa
al sujeto vencido”.4 El término ha ido evolucionando, al punto que la victimología en
sentido estricto o victimología empírica, como rama de la criminología que estudia la
víctima y su relación con el autor del hecho, considera a la misma, como “toda persona
que directa o indirectamente y mediata o inmediatamente sufre las consecuencias
lesivas, patrimoniales, físicas o morales, del hecho delictivo” , dando margen a que,
por extensión, sean considerados al momento de la comisión de un delito y de
determinar a quiénes afecta, a una serie de personas que deben ser necesariamente
tomadas en cuenta.
Tal y como apunta Olga Elena Resumil de Sanfilippo, en su obra “Criminología
General”, al referirse a la definición contenida en la Declaración de los Principios
Básicos de Justicia para las Víctimas del Delito y del Abuso de Poder, de la Asamblea
General de Naciones Unidas a la que nos hemos referido en párrafos anteriores, “En
este contexto, se reconoce como víctima no únicamente al directamente afectado por
la conducta delictiva sino en los casos apropiados a sus familiares inmediatos o
dependientes y aquellas personas que hayan intervenido directamente en la asistencia
de la víctima en momentos de sufrimiento o en la prevención de la victimización”.
Clasificación de las Víctimas
Respecto a la clasificación de las víctimas, puede ser atendiendo a la relación o grado
de culpabilidad entre la víctima y el infractor, por un lado, y a la forma en que el
criminal escoge a su víctima, por el otro.
Dicha clasificación es expuesta de la siguiente forma
Con relación al grado de culpabilidad entre la víctima y el infractor. Esta clasificación
elaborada por Benjamín Mendelsohn toma como punto de partida, las correlaciones
existentes entre víctima y victimario desde el punto de vista de la culpabilidad de la
víctima en la comisión del hecho.
El mismo resalta la existencia de tres grupos de víctimas, dependiendo del grado de
participación de la misma en el hecho punible de la siguiente forma.
Víctimas que no participan en la comisión del delito.
a. Víctima inocente: es la víctima que no provoca ni participa en la comisión del delito
de que es víctima. En estos casos, se dice que el infractor es el protagonista principal
en la comisión del hecho punible.
Víctimas que colaboran en mayor o menor grado con el victimizador
a. Víctima Provocadora: Es la que incita al infractor a cometer el ilícito con su conducta.
b. Víctima Voluntaria: Aquélla que por voluntad propia se convierte en víctima. Es el
caso del suicidio.
c. Víctima por ignorancia: Es aquélla que por desconocimiento se produce un daño a sí
mismo, es el caso de la mujer que se practica por medio propio un aborto y por
ignorancia pierde la vida durante el mismo, convirtiéndose en víctima. d. Víctima por
negligencia: Es aquélla que por imprudencia se convierte en víctima.
4.4 Breve enfoque sobre la cinta cinematográfica relativa a la criminalidad.
SERA EL TEMA DE LA V
4.5 Los nuevos planes sobre política criminal del Estado.
¿Qué es la política criminal del Estado?
La política criminal es una política pública orientada hacia los fenómenos definidos por
la ley penal como delitos. Sus estrategias se orientan a la prevención, control,
investigación y sanción de la criminalidad, la atención a las víctimas y el tratamiento de
los condenados.

4.6 Reflexión en torno al aprendizaje de la asignatura.


-La criminología es una ciencia que aborda la mente criminal, cómo enfrentarse a un
delito o cómo prevenirlo, sin olvidarse de la víctima, el delincuente y el control social.
-Los aportes criminológicos han contribuido y contribuyen a un conocimiento más
acabado de la delincuencia, así como a la conformación de instrumentos positivos para
evitar en la medida de lo posible el saldo nefasto que desde los diversos ángulos acarrea
la criminalidad para la sociedad actual.
- La Criminología como ciencia, ha recorrido un largo camino desde su aparición
estrechamente dependiente del Derecho Penal hasta su conformación actual como
sistema teórico y práctico, con desarrollo propio y como un indicador pertinente de la
calidad de la vida social, al ofrecer sus frutos investigativos como elemento de
contención para el avance de la criminalidad y sus consecuencias económicos sociales.

Representa un sistema coherente y lógico de elevada importancia en la instrumentación


y empleo de mecanismos preventivos para el estudio del asunto criminal. La
importancia concedida en la comunidad científica actual, el papel que esta ciencia
desempeña en la reevaluación y redefinición del Control Social tanto formal como
informal, la sitúa como ciencia de carácter relevante tanto en el plano jurídico como
social.
La adopción de medidas de índole criminológica es reclamada por teóricos penalistas y
profesionales del universo científico, tanto en la búsqueda de alternativas a las penas
privativas de libertad como a propuestas sociales para reorientar al sancionado.
Permite además la medición de la eficacia de las fórmulas jurídicas que se relacionan
con el enfrentamiento de la criminalidad para minorizar las formas agravadas que se
observan en la delincuencia actual (delincuencia empresarial y el crimen organizado) ya
que el incremento de hoy día reclama nuevas vías para su disminución.
Los aportes criminológicos han contribuido y contribuyen a un conocimiento más
acabado de la delincuencia, así como a la conformación de instrumentos positivos para
evitar en la medida de lo posible el saldo nefasto que desde los diversos ángulos acarrea
la criminalidad para la sociedad actual.

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