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Libro de Horas Santas

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LIBRO

DE

HORAS

SANTAS

RECOP. GLORIA OCAMPO

TITULOS

1.-ORACION DE RODILLAS.
2.-ALABADO SEA EL AUGUSTO.
3.-DEVOCION AL SANTISIMO SACRAMENTO DEL ALTAR.
4.-HORA SANTA PRIMERA PARTE: ADORACIN.
5.-HORA SANTA SEGUNDA PARTE ACTO DE FE Y ADORACIN.
6.- HORA SANTA TERCERA PARTE: MISERERE
7.- HORA SANTA CUARTA PARTE: LET. AL S. CORAZN DE JESS
8.-HORA SANTA PARTE FINAL.
9.-CONVERSACIN CON CRISTO EN EL SAGRARIO
10.- TE DEUM
11.- VISITAS AL SANTSIMO SACRAMENTO SAN ALFONSO DE LIGORIO
12.-LOS QUINCE MINUTOS CON JESUS SACRAMENTADO
13.-UNA HORA CON JESUS

1.-ORACIN DE RODILLAS

De Rodillas ante el sagrario que guarda cuanto queda de amor y de


unidad,
Vengo con las flores del deseo para que me las cambies en frutos de
verdad.
Cristo en todas las almas y en el mundo la paz.

Tiradas a tus plantas, las armas de la guerra, rojas flores tronchadas por
un ansia de amar,
Hagamos de los mares y de la tierra como un inmenso altar.
Cristo en todas las almas y en el mundo la paz.

Como ests, mi Seor en la Custodia, igual que la palmera que alegra el


arenal,
Queremos que en el centro de la vida reine sobre las cosas tu ardiente
caridad.
Cristo en todas las almas y en el mundo la paz.

Como ciervos sedientos que van hacia la fuente, vamos hacia tu


encuentro sabiendo que vendrs;
El que la busca es porque ya en la frente lleva un beso de paz.
Cristo en todas las almas y en el mundo la paz.

Que en las almas gemelas de las almas amigas, se mueven todas juntas
en nico afn,
Como el aire ha movido las espigas que hicieron este Santo Pan.
Cristo en todas las almas y en el mundo la paz.

Cristo en todas las almas y en el mundo la paz.


Cristo en todas las almas y en el mundo la paz.
Cristo en todas las almas y en el mundo la paz.

2.-ALABADO SEA EL AUGUSTO

Alabado sea el augusto


Sacramento del altar,
Y por siglos infinitos
Ensalzada su deidad.

Venid, venid a las bodas


De aquel celestial esposo
Que amante, dulce y gustoso
Convida a las almas todas.

Venid, venid a gustar


El manjar ms regalado,
Que es Jess Sacramentado
En la mesa del altar.

All comen bueno y malo,


Pero con desigual suerte,
Que el malo come la muerte,
Y el bueno vida y regalo.

Quien tal maravilla vio


Que no se admire y asombre,
Viendo que all le d al hombre
Lo que el ngel no le dio.

3.-DEVOCIN AL SANTSIMO SACRAMENTO DEL ALTAR

Oraciones en forma de letanas al Santsimo Sacramento.

Seor, ten misericordia de nosotros.


!Oh Cristo! ten misericordia de nosotros.
Seor, ten misericordia de nosotros.
!Oh Cristo! yenos.
!Oh Cristo! escchanos.

Snos propicio, escchanos Seor.

Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros.


Dios Hijo, Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.
Dios Espritu Santo, ten misericordia de nosotros.
Santsima Trinidad, un slo Dios, ten misericordia de nosotros.
Pan vivo que bajaste del Cielo, ten misericordia de nosotros.
Dios escondido y Salvador, ten misericordia de nosotros.
Comida de los escogidos, ten misericordia de nosotros.
Vino que engendras vrgenes, ten misericordia de nosotros.
Pan substancioso y de los reyes regalo, ten misericordia de nosotros.
Sacrificio continuo, ten misericordia de nosotros.
Ofrenda pura, ten misericordia de nosotros.
Cordero sin mancha, ten misericordia de nosotros.
Mesa pursima, ten misericordia de nosotros.
Comida de los ngeles, ten misericordia de nosotros.
Man escondido, ten misericordia de nosotros.
Memorial de las maravillas de Dios, ten misericordia de nosotros.
Pan sobre substancial, ten misericordia de nosotros.
Verbo hecho carne, ten misericordia de nosotros.

Dios con nosotros, ten misericordia de nosotros.


Hostia Santa, ten misericordia de nosotros.
Cliz de Bendicin, ten misericordia de nosotros.
Misterio de fe, ten misericordia de nosotros.
Pre-excelso y Venerable Sacramento, ten misericordia de nosotros.
Sacrificio, el ms santo de todos, ten misericordia de nosotros.
Verdadero propiciatorio por los vivos y difuntos, ten misericordia de
nosotros.
Remedio Celestial, con el que nos preservamos de todos los pecados, ten
misericordia de nosotros.
Milagro asombroso sobre todos los milagros, ten misericordia de
nosotros.
Memoria Sacratsima de la Pasin del Seor, ten misericordia de nosotros.
Don que excedes a toda riqueza, ten misericordia de nosotros.
Memorial principal del amor divino, ten misericordia de nosotros.
Abundancia de liberalidad Divina, ten misericordia de nosotros.
Sacrosanto y augustsimo misterio, ten misericordia de nosotros.
Medicamento de inmortalidad, ten misericordia de nosotros.
Sacramento vivfico digno de todo respeto, ten misericordia de nosotros.
Pan hecho carne por el Todopoderoso, ten misericordia de nosotros.
Sacrificio incruento, ten misericordia de nosotros.
Comida y convidado, ten misericordia de nosotros.
Convite dulcsimo en el que sirven los ngeles, ten misericordia de
nosotros.
Sacramento de piedad, ten misericordia de nosotros.
Vnculo de caridad, ten misericordia de nosotros.
Oferente y ofrecido, ten misericordia de nosotros.
Espiritual dulzura, gustada en la misma fuente, ten misericordia de
nosotros.
Sustento de las almas Santas, ten misericordia de nosotros.
Vitico de los que mueren en el Seor, ten misericordia de nosotros.
Prenda de la Gloria que esperamos, ten misericordia de nosotros.

De la Comunin sacrlega, lbranos, Seor.


De la concupiscencia de la carne, lbranos, Seor.
Del deseo desordenado de los ojos, lbranos Seor.
De las soberbia de la vida, lbranos, Seor.
De toda ocasin de pecar, lbranos , Seor.

Por las cinco llagas de tu Cuerpo Sacratsimo, que por nosotros recibiste,
te rogamos, yenos.
Por aquel Memorial con que deseaste comer la Pascua con tus discpulos,
te rogamos, yenos.
Por la encendida caridad con que instituiste este Divino Sacramento, te
rogamos, yenos.
Por tu Sangre Preciosa, que nos dejaste en el altar, te rogamos, yenos.
Nosotros pecadores, te rogamos yenos.
Que te dignes aumentar y conservar en nosotros la fe, reverencia y
devocin de este admirable Sacramento, te rogamos yenos.
Que te dignes guiarnos por la verdadera confesin de los pecados, a la
frecuente Comunin, te rogamos, yenos.
Que te dignes librarnos de toda hereja, infidelidad y ceguedad de
corazn, te rogamos yenos.
Que te dignes hacernos participantes de los frutos Preciosos y Celestiales
de este Santsimo Sacramento, te rogamos yenos.
Que te dignes confortarnos y fortalecernos en la hora de nuestra muerte
con este Vitico Celestial, te rogamos yenos.
!Oh Hijo de Dios!, te rogamos yenos.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten misericordia de
nosotros.
!Oh Cristo, yenos!
!Oh Cristo, escchanos!
!Seor, ten misericordia de nosotros!
!Seor, ten misericordia de nosotros!

Padre nuestro, que ests en el cielo....


V. El pan del cielo les has dado.R. Que tiene en s todo el deleite.
V. Bendito eres, Seor, en los Cielos.
R. Digno de las alabanzas que se te den, y de ser exaltado y glorificado en
todos los siglos.
V. Seor, oye gustoso mi splica.
R. Y llegue a tu odo mi clamor.
V. El Seor est con ustedes.
R. Y con tu Espritu.

Oracin:
Oh! Dios, que nos dejaste la memoria de tu Pasin en este Admirable
Sacramento! Concdenos que de tal suerte veneremos los Sagrados
misterios de tu Cuerpo y Sangre, que experimentemos continuamente en
nosotros el fruto de nuestra redencin. T que vives y reinas con Dios
Padre, en unidad del Espritu Santo, Dios, por todos los siglos de los siglos.
Amn.

4.-HORA SANTA PRIMERA PARTE: ADORACIN

Eterno Padre, yo te agradezco porque Tu infinito Amor me ha salvado,


an contra mi propia voluntad. Gracias, Padre mo, por Tu inmensa
paciencia que me ha esperado.
Gracias, Dios mo, por Tu inconmensurable compasin que tuvo piedad
de m. La nica recompensa que puedo darte en retribucin de todo lo que
me has dado es mi debilidad, mi dolor y mi miseria.
Estoy delante Tuyo, Espritu de Amor, que eres fuego inextinguible y
quiero permanecer en tu adorable presencia, quiero reparar mis culpas,
renovarme en el fervor de mi consagracin y entregarte mi homenaje de
alabanza y adoracin.
Jess bendito, estoy frente a Ti y quiero arrancar a Tu Divino Corazn
innumerables gracias para m y para todas las almas, para la Santa
Iglesia, tus sacerdotes y religiosos. Permite, oh Jess, que estas horas sean
verdaderamente horas de intimidad, horas de amor en las cuales me sea
dado recibir todas las gracias que Tu Corazn divino me tiene reservadas.
Virgen Mara, Madre de Dios y Madre ma, me uno a Ti y te suplico me
hagas partcipe de los sentimientos de Tu Corazn Inmaculado.
Dios mo! Yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdn por los que no
creen, no adoran, no esperan y no te aman. Santsima Trinidad, Padre,
Hijo y Espritu Santo, te adoro profundamente y te ofrezco el preciossimo
Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Seor Jesucristo, presente en
todos los Sagrarios del mundo, en reparacin de todos los ultrajes,
sacrilegios e indiferencias con que El mismo es ofendido. Y por los mritos
infinitos de su Sacratsimo Corazn y del Inmaculado Corazn de Mara, te
pido la conversin de los pobres pecadores.

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5.- HORA SANTA SEGUNDA PARTE


ACTO DE FE Y ADORACIN

Creo, oh Jess, con mi ms viva fe, que ests realmente presente, aqu,
delante mo, bajo las especies Eucarsticas; T, el Verbo eterno del Padre,
engendrado desde todos los siglos y encarnado luego en las entraas de
la Virgen Madre, Jesucristo Redentor y Rey. Creo, realmente, que ests
presente en la verdad inefable de Tu Divinidad y de Tu Humanidad.
Jess, eres el mismo de Beln, el divino Nio que aceptara por m, el
aniquilamiento, la pobreza y la persecucin. Eres el Jess de Nazaret, que
por mi amor abraz el ocultamiento, las fatigas y la obediencia. Eres el
Divino Maestro, aquel que vino para ensearme las dulces verdades de la
fe, a traer el gran mandamiento del amor: Tu mandamiento. Eres el
Salvador Misericordioso, el que te inclinas sobre todas mis miserias con
infinita comprensin y conmovedora bondad, pronto siempre a perdonar,
a curar, a renovar.
Eres la Vctima Santa, inmolada para gloria del Padre y bien de todas las
almas. Eres el Jess que por m sud sangre en el Huerto de Getseman;
quien por m sufri la condenacin de tribunales humanos, la
dolorossima flagelacin, la cruel y humillante coronacin de espinas, el
martirio cruel de la crucifixin. Eres quien quiso agonizar y morir por m.
T eres Jess Resucitado, el vencedor de la muerte, del pecado y del
infierno. Quien est deseoso de comunicarme los tesoros de la vida divina
que posees en toda su plenitud.
Jess mo, Te encuentras aqu, presente en la Hostia Consagrada, Santa,
con un Corazn desbordante de ternura, un Corazn que ama
infinitamente. En Tu Corazn, Jess, encuentro el Amor Infinito, la
Caridad Divina: Dios, principio de vida, existente y vivificante.
Qu dulce me es, Dios mo, Trinidad Santsima, adorarte en este Sagrario
en el que ahora ests! Por ello me uno a los Angeles y Santos quienes,
invisibles pero presentes y vigilantes junto a Tu Sagrario, Te adoran

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incesantemente. Me uno, sobre todo, a Tu Santsima Madre y a los


sentimientos de profunda adoracin y de intenso amor que brotaron de
Su alma desde el primer instante de Tu Encarnacin y cuando te llevaba
en Su seno inmaculado.
Y mientras Te adoro en este Sagrario, lo hago en todos los del mundo y,
especialmente, en aquellos en los cuales ests ms abandonado y
olvidado. Te adoro en cada Hostia Consagrada que existe entre el Cielo y
la tierra.
Te adoro, Dios Padre, porque por medio de Cristo has descendido hasta
mi humanidad y porque, por Su Corazn adorable, Te has unido tan
estrechamente al hombre, a m, pobre criatura ingrata. Te adoro en este
templo, santificado por la presencia siempre actual de Tu Ser divino; me
postro hasta la nada, en adoracin delante de Tu Majestad Soberana
pero, al mismo tiempo, el amor me eleva hasta Ti.
Te adoro, Dios Padre, y te amo; el amor y la adoracin estn totalmente
confundidos y mezclados en mi alma, tanto que no sabra decir si ms
adoro que amo o si ms amo que adoro...
Te adoro porque encuentro en Ti todo poder y toda santidad, justicia y
sabidura; porque T eres mi Creador y mi Dios. Te amo porque
encuentro en Ti toda belleza, toda bondad, toda ternura y toda
misericordia. Te amo porque me has hecho el regalo de un tesoro
invalorable.
Jess es mi tesoro, es mo y a cada instante puedo sacar de El gracias a
manos llenas, pues lo encuentro siempre abundante. De l tomo cuanto
necesito para pagar mis deudas, para remediar mis necesidades,
encontrar delicia, ganarme una corona. Qu don inefable es este Jess
con Su Corazn desbordante de ternuras! Un tesoro que jams se agota:
mientras ms saco, l ms aumenta.
Oh, Dios Padre, tanto has amado a tus criaturas que les diste a Tu nico
Hijo y, para que la Majestad de Tu Verbo no nos infundiese temor y
nuestras almas se pudieran dirigir a l con confianza, lo revestiste de una
carne semejante a la nuestra. Lo has embellecido con las gracias ms

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atrayentes y, sobre todo, le has dado un Corazn infinitamente perfecto;


tanto que deba ser la morada de Tus delicias, porque Tu divina plenitud
vive en l y la ms humilde de las criaturas tiene all su lugar de privilegio.
Ese adorado Corazn, inmenso como T, Dios mo, porque te contiene, es
tambin mi morada, pues me ama. En l me encuentro con Tu divinidad
y, al verme en este Sagrado asilo, Tu justa ira se aplaca y Tu justicia se
desarma.
Te adoro, Dios Padre, por Jess y en Jess. Adoro a Jess, Tu Hijo, quien
por Su Humanidad es mi hermano y por Su Divinidad es mi Dios. Te amo
por Jess y con Jess. Te amo por el Corazn de Jess, que el amor hizo
mo. Te amo en Jess. Por l Te llega mi amor, por l puedo alcanzarte y
abrazarte.

R/: Dios mo, reconozco que T eres la Bondad Infinita y creo


en Tu amor por m.

En el misterio sublime de la Unidad de Tu Naturaleza y de la Trinidad de


Tus Personas, R/.
En la armona de Tus perfecciones innumerables, R/.
En la riqueza inagotable con que haces los seres de la nada, R/.
En la pacfica posesin de Tu eterna Bienaventuranza, R/.
En la sabidura infinita con que gobiernas todas las cosas, R/.
En la bondad inefable con que elevas al hombre a la dignidad de hijo
Tuyo, R/.

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En la Misericordia infinita con que toleras y conservas al pecador, R/.


En el misterioso decreto que estableci la Redencin, R/.
En el infinito abajamiento de Tu Encarnacin, R/.
En las humillaciones, en los ocultamientos, en los trabajos de Tu vida
terrena, R/.
En los oprobios de Tu Pasin y muerte, R/.
En la gloria de Tu Resurreccin, de Tu Ascensin y de Tu triunfo en los
Cielos, R/.
En Tu divino Corazn, abierto por la lanza en el Calvario, R/.
En Tu divino Corazn revelado a Tus Santos en el transcurso de los siglos,
R/.
En Tu divino Corazn que late de amor por nosotros en Tu pecho
adorable y presente en nuestros Sagrarios, R/.
En Tu divino Corazn, desbordante de misericordia para los pobres
pecadores, especialmente en el Sacramento de la Penitencia, R/.
En Tu Sacerdocio, que a travs de los siglos contina Tu obra de
Misericordia y de salvacin, R/.
En Tu Vicario, que te representa visiblemente en la tierra, R/.

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En la Iglesia, que conserva y dispensa a las almas los tesoros de Tu divina


gracia, R/.
En su magisterio infalible, en su sabio gobierno, en su inefable poder de
santificacin, R/.
En Mara Santsima, Tu Madre, enriquecida con tantos privilegios y
constituida tambin Madre, Corredentora y Abogada nuestra, R/.
En la exuberante fecundidad con que produces Santos, R/.
En la conmovedora generosidad con que dispensas tus dones, R/.
En el misterioso trabajo de la gracia en la intimidad de las almas, R/.
En el don purificador de tu Cruz, R/.
En la maravillosa providencia con que sigues a cada criatura en el curso
de su vida, R/.
En Tu gloria infinita, que comunicas a Tus elegidos hacindolos
eternamente felices en el Cielo, R/.
Seor, la Iglesia, en la recitacin del Gloria de la Santa Misa, me invita a
darte gracias por Tu gran gloria, me invita a agradecerte, glorificarte y
alabarte por lo que T eres, Dios mo.
Por este motivo, me es grato repetirte: Te doy gracias, porque eres el
Amor Infinito. Despus de haberme postrado para adorarte en el Corazn
de Jess, quiero agradecerte. Te agradezco, mi Dios, porque T eres el
Amor y te agradezco por los dones de Tu amor. Y ya que los dones ms
preciados, los de la vida sobrenatural, nos los diste por Jess, es tambin

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por l, con l y en l que quiero elevar hasta Ti el himno de


reconocimiento.
En unin con Jess te agradezco, Dios Padre, por todas las gracias
personales que me has concedido. T me diste la vida, sacndome de la
nada y me la conservaste da a da hasta este momento. Pero T Me has
dado otra vida ms valiosa, la de la gracia, que me hace partcipe de Tu
misma vida divina y, despus de la primera gracia con la que me
santificaste en el da del bautismo, cuntas gracias me han sido
concedidas, que conservaron, aumentaron y, tal vez, reconquistaron la
vida sobrenatural!
Pienso en los dones de tu amor de los que tanto he gozado:
En la Iglesia, que me has dado para que sea mi maestra y gua hacia la
eternidad.
En los Sacerdotes, que me han otorgado los dones de Tu amor.
En los perdones continuadamente renovados.
En la Eucarista, que ha sido para m, alimento, sostn y consuelo.
En la Virgen, que es mi buena Madre, mi consoladora, mi ayuda, mi
especial protectora en cada instante de mi vida.
En el Paraso, que me has preparado y que con Tu gracia espero alcanzar.
Contemplo mi vida sembrada de alegras y dolores y comprendo que todo
en ella ha sido amor. Todo, oh mi Dios, porque de Tu Corazn amante no
puede salir nada que no sea gracia y amor.
Por todo esto, R/: Te doy gracias, Dios mo.
Por las alegras que me has permitido gozar, as como por los dolores y
las pruebas con que has sembrado mi camino, R/.
Por las gracias conocidas y por las desconocidas, R/.

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Por los favores del pasado y los del futuro, R/.


Por todo lo que has hecho en m y por m, y por todo lo que todava
querrs hacer en el futuro, R/.
Sobre todo, por haberme llamado al conocimiento de Tu Amor y a
consagrarme a l, R/.
Por la luz y la alegra Tuyas, que estoy tan lejos de merecer, R/.
Por la luz y la alegra que el conocimiento de Tu Amor trajo a mi vida, R/.
Por la posesin de Tu amor que Te hace mo y a m me hace Tuyo, R/.
Pero no quiero y no puedo darte gracias slo por m. Te doy gracias
tambin por todos los dones que Tu Amor ha derramado en la Iglesia. Por
los beneficios otorgados a los Angeles y a los Santos, alabanzas perennes
de Tu Amor. Y sobre todo, por los beneficios innumerables que has hecho
a Mara Santsima, nuestra dulce Madre. Te doy gracias por haberla hecho
tan Grande, tan Santa, tan Hermosa. Te doy gracias por los privilegios que
le concediste, por el trono de Gloria sobre el cual la colocaste, por la
Misin que le confiaste. Te doy gracias por haber hecho de esta criatura
predilecta, una Madre en la que puedo y debo colocar todas mis
esperanzas.
Para que mi reconocimiento sea ms eficaz me permito, oh Seor,
vivificarlo con el amor. Por eso Te digo y Te repito: que Te amo con todo
mi corazn, con toda mi alma, con toda mi mente y con todas mis fuerzas.
A Ti, que eres el amor infinito, R/: Te amo, Dios mo.
A Ti, que me has salvado por Tu amor, R/.

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A Ti, que me ordenas amarte, R/.


Con todo mi corazn, R/.
Con toda mi alma, R/.
Con todo mi espritu, R/.
Con todas mis fuerzas, R/.
Por encima de todos los bienes y honores, R/.
Por encima de todos los placeres y las alegras, R/.
Ms que a m mismo y que a todo cuanto me pertenece, R/.
Ms que a mis padres y que a mis amigos, R/.
Ms que a todos los hombres y ngeles, R/.
Por encima de todas las cosas creadas en el cielo y en la tierra, R/.
Solamente por Ti mismo, R/.
Porque T eres el Sumo Bien, R/.
Porque T eres infinitamente digno de ser amado, R/.
Porque T eres infinitamente perfecto, R/.

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Aunque no me hubieras prometido el Paraso, R/.


Aunque no me amenazaras con el infierno, R/.
Aunque me probases con la miseria y la desventura, R/.
En la abundancia y en la pobreza, R/.
En la prosperidad y en el infortunio, R/.
En los honores y en los desprecios, R/.
En las alegras y en los dolores, R/.
En la salud y en la enfermedad, R/.
En la vida y en la muerte, R/.
En el tiempo y en la eternidad, R/.
En unin al amor con que todos los Santos y Angeles Te aman en el Cielo,
R/.
En unin al amor con que Te ama la Bienaventurada Virgen Mara, R/.
En unin al amor infinito con que nos amas eternamente, R/.
Oh, Dios mo, que posees en una abundancia incomprensible todo
cuanto puede haber de perfecto y digno de amor, extingue en m todo
amor culpable, sensual y desordenado hacia las criaturas, y enciende en

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mi corazn el fuego pursimo de Tu amor, a fin de que ame slo a Ti, por
Ti, hasta el punto que, consumido en Tu santsimo amor, pueda yo ir a
amarte eternamente en el Cielo, con los elegidos. Amn.
Seor, ahora quiero hacer ante Ti reparacin. Oh, Jess, Vctima divina
de nuestros altares, grande y nico Reparador, yo tambin me uno a Ti
para cumplir, contigo y por medio Tuyo, el oficio de pequea alma
reparadora.
Y me dirijo tambin a ti, oh Madre ma, para que as como en el Calvario
ofreciste al Padre a Tu Jess, que se inmolaba por su gloria y por la
salvacin de las almas, as renueves en este momento el mstico
ofrecimiento en mi lugar.
En el cliz de Tu Corazn Inmaculado ofrece, oh Virgen dulce, los dolores
de Jess junto a los Tuyos, para invocar la Divina Misericordia sobre m y
sobre el mundo entero. Despus de haberte dado gracias por Tus dones
sin fin, cmo puedo no confundirme a la vista de mis culpas y de mis
infidelidades? Con cunta ingratitud y frialdad he respondido a tus
beneficios! Postrado ante Ti, que tanto me has amado, lleno de confusin
y de arrepentimiento, invoco Tu perdn y Tu Misericordia.
Por el mal uso que hice de los dones naturales recibidos: mi vida, mis
energas, mi tiempo, mis sentidos, mi inteligencia, mi lengua,
R/: Oh, Jess, ten piedad de m!
Por las desobediencias, pequeas y grandes a Tu ley, R/.
Por los deberes descuidados o mal cumplidos, R/.
Por el bien que pude hacer y no hice, R/.

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Porque dej triunfar muchas veces en m las malas inclinaciones del


orgullo, de la vanidad y del egosmo, R/.
Porque no practiqu el mandamiento de caridad, como T lo ordenaste,
R/.
Porque dej estriles en m tantas gracias, R/.
Por la tibieza con que practiqu mi vida de piedad, R/.
Por la indiferencia y frialdad con que respond a los dones de Tu amor, R/.
Por haber preferido muchas veces a las criaturas y las satisfacciones
humanas, en lugar de Ti y de tus consolaciones, R/.
Por la poca fidelidad y generosidad con que he vivido mi consagracin,
R/.
Por la falta de fe y abandono en tu amor, R/.
Por la falta de dedicacin a las almas y a la Iglesia, R/.
Por mis rebeliones y mi poco amor a Tu Voluntad y a Tu cruz, R/.

Me confundo en Tu presencia, oh mi Dios. Me arrodillo a Tus pies. Me


postro junto a Ti, oh Jess, Hostia Divina, Redentor y Salvador mo, como
un da la Magdalena. Y si bien es cierto que soy indigno de Tu amor, estoy
seguro que tendrs para m, la misma ternura misericordiosa.

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6.--HORA SANTA TERCERA PARTE: MISERERE

Misericordia, Dios mo, por Tu bondad, por Tu inmensa compasin borra


mi culpa; lava del todo mi delito, limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado: contra ti,
contra ti solo pequ, comet la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrs razn, en el juicio resultars inocente. Mira, que
en la culpa nac, pecador me concibi mi madre.
Te gusta un corazn sincero, y en mi interior me inculcas sabidura.
Rocame con el hisopo: quedar limpio; lvame: quedar ms blanco que
la nieve. Hazme or el gozo y la alegra, que se alegren los huesos
quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista, borra en m toda culpa. Oh Dios, crea en mi
un corazn puro, renuvame por dentro con espritu firme; no me arrojes
lejos de Tu rostro, no me quites Tu santo espritu. Devulveme la alegra
de tu salvacin, afinzame con espritu generoso: ensear a los
malvados tus caminos, los pecadores volvern a ti.
Lbrame de la sangre, oh Dios, Dios, Salvador mo, y cantar mi lengua tu
justicia. Seor, me abrirs los labios, y mi boca proclamar tu alabanza.
Los sacrificios no te satisfacen:
Si te ofreciera un holocausto, no lo querras. Mi sacrificio es un espritu
quebrantado; un corazn quebrantado y humillado, t no lo desprecias.
Seor, por tu bondad, favorece a Sin, reconstruye las murallas de
Jerusaln: entonces aceptars los sacrificios rituales, ofrendas y
holocaustos, sobre tu altar se inmolarn novillos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo. Como era en el principio,
ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
Amn.

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Con la confianza de haber obtenido de Tu infinita Misericordia el perdn


por mis innumerables culpas, ofensas y negligencias me permito, oh
Jess, pedirte perdn tambin por mis hermanos. Pienso en los
innumerables pecados que se cometen en el mundo da a da: pecados de
los individuos y de las naciones, pecados de los sbditos y de los
gobernantes; pecados de orgullo, de sensualidad y de codicia; pecados de
pensamiento, de palabra, de obras y de omisin.
Por todos estos pecados y por los pobres infelices que los cometen, me
atrevo a pedir, oh Jess, la efusin de Tu infinita misericordia. Son los
pecados los que Te hicieron agonizar en el Huerto de los Olivos y
sumergieron Tu alma santsima en un mar de tristeza.
No olvides, oh Jess, que libremente quisiste cargar con ellos; que has
querido hacerte pecado, para borrar los nuestros; no olvides, oh Jess,
que Te ofreciste a la ira del Padre, para rescatar a Tus hermanos
culpables.
Oh Jess, Te ruego renueves Tu ofrecimiento al Padre, presentndole
nuevamente Tus llagas; mustrale las espinas, los flagelos y los clavos que
traspasaron tus carnes; pero, especialmente, hazle ver Tu Corazn herido
y rebosante de amor por l y por nosotros, y pide Su perdn.
Recuerda, oh Jess, que mayor que todas nuestras culpas es Tu
misericordia. Virtela, oh Jess, sobre el mundo culpable.
Busca las ovejas que se alejaron de Tu redil y mustrales cun grande es
la potencia de Tu amor de Salvador. Y ya que Tu Corazn est herido por
las culpas de los ms ntimos, para los que renuevan el beso de Judas o la
negacin de Pedro, tambin para ellos, oh Jess, invoco Tu perdn. Que
ninguno de ellos cumpla el gesto desesperado de Judas, sino que Tu
gracia los induzca, como a Pedro, a una reparacin de amor.

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7.- HORA SANTA CUARTA PARTE:


LETANAS AL SAGRADO CORAZN DE JESS

Seor, ten piedad de nosotros.


R: Seor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
R: Cristo, ten piedad de nosotros.
Seor, ten piedad de nosotros.
R: Seor, ten piedad de nosotros.
Cristo, yenos.
R: Cristo, yenos.
Cristo, escchanos.
R: Cristo, escchanos.
Dios, Padre celestial,
R: Ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, R/.
Dios Espritu Santo, R/.
Trinidad Santa, un solo Dios, R/.
Corazn de Jess, Hijo del Eterno Padre. R/.
Corazn de Jess, formado por el Espritu Santo en el seno de la Virgen
Mara, R/.

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Corazn de Jess, unido substancialmente al Verbo de Dios, R/.


Corazn de Jess, de majestad infinita, R/.
Corazn de Jess, templo santo de Dios, R/.
Corazn de Jess, tabernculo del Altsimo, R/.
Corazn de Jess, casa de Dios y puerta del cielo, R/.
Corazn de Jess, lleno de bondad y amor, R/.
Corazn de Jess, hoguera ardiente de caridad, R/.
Corazn de Jess, asilo de justicia y de amor, R/.
Corazn de Jess, lleno de bondad y de amor, R/.
Corazn de Jess, abismo de todas las virtudes, R/.
Corazn de Jess, digno de toda alabanza, R/.
Corazn de Jess, Rey y centro de todos los corazones, R/.
Corazn de Jess, en quien estn todos los tesoros de la sabidura y la
ciencia, R/.
Corazn de Jess, en quien habita toda la plenitud de la divinidad, R/.
Corazn de Jess, en quin el Padre hall sus complacencias, R/.
Corazn de Jess, en cuya plenitud todos hemos recibido, R/.
Corazn de Jess, deseo de los eternos collados, R/.
Corazn de Jess, paciente y de mucha misericordia, R/.
Corazn de Jess, rico para todos los que te invocan, R/.
Corazn de Jess, fuente de vida y de santidad, R/.
Corazn de Jess, propiciacin por nuestros pecados, R/.

25

Corazn de Jess, despedazado por nuestros delitos, R/.


Corazn de Jess, hecho obediente hasta la muerte, R/.
Corazn de Jess, traspasado por una lanza, R/.
Corazn de Jess, vida y resurreccin nuestra, R/.
Corazn de Jess, paz y reconciliacin nuestra, R/.
Corazn de Jess, vctima de los pecadores, R/.
Corazn de Jess, salvacin de los que en Ti esperan, R/.
Corazn de Jess, esperanza de los que en Ti mueren y esperan, R/.
Corazn de Jess, delicia de todos los santos, R/.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, R: perdnanos, Seor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, R: yenos, Seor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, R: ten piedad y
misericordia de nosotros.
Jess, manso y humilde de corazn, R: haz nuestro corazn semejante al
Tuyo.
Sagrado Corazn de Jess, R: en Vos confo.
Sagrado Corazn de Mara, R: salvad el alma ma.
Jess y Mara os quiero con toda mi alma, R: salvad almas y salvad el
alma ma.

26

8.-HORA SANTA PARTE FINAL

SPLICA
Antes de alejarme de este Santo Sagrario quiero, oh Jess mo, recurrir a
las riquezas infinitas de Tu Corazn divino. Consagrado a Tu amor, creo
que no puedo pedir nada mejor que la satisfaccin de Tus mismos deseos.
Son estos, Tus deseos divinos, los que quiero presentar al Padre antes de
terminar este tiempo de gracias y en Tu nombre suplicar que los escuche.
El primer deseo de Jess es la salvacin de las almas; redimir al mundo
mediante el amor, establecer el Reino del Amor Infinito en toda la tierra.
Permite pues, oh Jess, que exprese mi ardiente voto de que se
establezca en todo el mundo el Reino de Tu Amor. Oh Amor Infinito,
viviente en el Divino Corazn de Jess, hazte conocer de los hombres a fin
de que ellos Te amen como T quieres ser amado.
El segundo deseo de Jess es el de servirse, para este gran trabajo, de los
Sacerdotes; hacer de ellos obreros activos y, por su intermedio, obrar en
las almas y en el mundo.
Oh Jess, Sacerdote eterno y Salvador del mundo, para realizar este
ardiente deseo de Tu Corazn, multiplica las vocaciones. Enva muchos y
santos operarios a Tu mies. Oh Jess, haz de cada Sacerdote un verdadero
sembrador de Tu amor.
Te ruego por el Santo Padre, por los Obispos, por todos los Sacerdotes
que me han hecho bien... por todos los Sacerdotes.
Te pido, oh Jess que los sostengas en las batallas, los confortes en la
soledad, los alientes en los fracasos, fecundes sus fatigas y derrames en
sus corazones el amor de Tu Corazn divino.
Seor, para celar Tu honra y Tu gloria,

27

R/: danos Sacerdotes santos.

Seor, para aumentar nuestra fe, R/.


Seor, para sostener Tu Iglesia, R/.
Seor, para predicar Tu doctrina, R/.
Seor, para defender Tu causa, R/.
Seor, para contrarrestar el error, R/.
Seor, para aniquilar las sectas, R/.
Seor, para sostener la verdad, R/.
Seor, para dirigir nuestras almas, R/.
Seor, para mejorar las costumbres, R/.
Seor, para desterrar los vicios, R/.
Seor, para iluminar al mundo, R/.
Seor, para ensear las riquezas de Tu Corazn, R/.
Seor, para hacernos amar al Espritu Santo, R/.
Seor, para que todos Tus ministros sean luz del mundo y sal de la tierra,
R/.

Oh Jess, Sacerdote Santo, Te pedimos con la mayor humildad del alma,


que aumentes las vocaciones sacerdotales y que los formes segn los
designios de Tu amante Corazn. Slo as conseguiremos Sacerdotes
santos y pronto en el mundo no habr ms que un slo rebao y un slo
Pastor. Amn.

28

ORACIN CONCLUSIVA

Oh, Jess, Sacerdote Eterno, Divino Sacrificado, T que en un impulso de


incomparable amor a los hombres, Tus hermanos, hiciste brotar de Tu
Sagrado Corazn el Sacerdocio cristiano, dgnate continuar derramando
sobre Tus ministros, los torrentes vivificantes del Amor Infinito.
Vive en Tus Sacerdotes, transfrmalos en Ti; hazlos, por Tu gracia,
instrumentos de Tu misericordia; obra en ellos y por ellos, y haz que,
despus de haberse revestido totalmente de Ti, por la fiel imitacin de Tus
adorables virtudes cumplan, en Tu Nombre y por el poder de Tu Espritu,
las obras que T mismo realizaste para la salvacin del mundo.
Divino Redentor de las almas, mira cun grande es la multitud de los que
an duermen en las tinieblas del error; cuenta el nmero de las ovejas
descarriadas que caminan entre precipicios; considera la turba de pobres,
hambrientos, ignorantes y dbiles que gimen en el abandono.
Vuelve, Seor, a nosotros por Tus Sacerdotes, revive verdaderamente en
ellos, obra por medio de ellos y pasa de nuevo por el mundo, enseando,
perdonando, consolando, sacrificando y renovando los lazos sagrados del
amor, entre el Corazn de Dios y el corazn del hombre. Amn.
Haz, oh Jess, que la Obra de Tu Amor responda siempre plenamente a los
fines para los cuales la quisiste; haz que se extienda y se consolide y
conquiste todas las almas al Reino dulcsimo de Tu Amor.
Oh, Jess, he pedido Tu Reino. No es necesario que pida nada para m,
tendr todo el resto por aadidura. T conoces lo que necesito; mira y haz
lo que Tu Corazn Te sugiera. Yo me confo a Tu Corazn, me abandono
en Tu dulce Providencia y, mientras, Te doy gracias por el don de estas
horas de intimidad Contigo. Te agradezco desde ya, unido a Mara, por
todos los beneficios que Tu Amor me reserva an en el tiempo y en la
eternidad.

29

CNTICO DE LA SANTSIMA VIRGEN: EL MAGNFICAT

Proclama mi alma la grandeza del Seor, se alegra Mi espritu en Dios, mi


Salvador; porque ha mirado la humillacin de Su esclava. Desde ahora me
felicitarn todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras
grandes en m: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de
generacin en generacin.

l hace proezas con Su brazo: dispersa a los soberbios de corazn, derriba


del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los
colma de bienes y a los ricos los despide vacos.

Auxilia a Israel, su siervo, acordndose de la misericordia, como lo haba


prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y su descendencia por
siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo. Como era en el principio,


ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
Amn.

30

9.-CONVERSACIN CON CRISTO EN EL SAGRARIO

Mi muy amado Jess, que suerte tengo, pues me encuentro contigo,


cerca de Ti, casi dentro de tu corazn. Ahora si que puedo abrirte el mo,
hablarte con toda confianza, implorar tu misericordia, pedirte todas las
gracias que necesito, y encomendarte el gran negocio de mi salvacin.
Cunto deseaba visitarte en tu soledad, mi dulce y amado Jess, y
conversar algunos instantes contigo! Lejos de Ti me encuentro como fuera
de mi centro, pero cerca de Ti, fcilmente olvido el mundo y todas sus
criaturas.
Mi dulce Redentor. Tu me presentaste la Llaga Santa de tu divino
Corazn, y me invitaste a descansar en l, y a enriquecerme del tesoro de
tus gracias. Qu bueno eres, Jess mo!, y que misericordioso es tu
corazn. Yo no mereca ms que tu indignacin por todas las ofensas que
te he hecho, y no obstante, Tu me amas todava, y con qu amor!.Me
permites arrepentirme cerca de Ti, llamarme dulcemente y decirme con
una ternura divina: "Hijo(a) mo(a), dame tu corazn.
Mi dulce Jess, Tu me pides mi corazn, pues bien, aqu lo tienes, te lo
doy todo entero. Dgnate tomar posesin de l para reinar en l, y reinar
de un modo tan absoluto, que ningn objeto creado encuentre en l lugar
en adelante, cierra de tal modo su entrada, que nada pueda penetrar
jams en l, sino solamente T. Jess, mo, si algo quisiera entrar, le dir
francamente: Mi corazn no es ya mo, es de Jess solamente, se lo he
consagrado sin divisin ni reserva. Mi dulce y tierno Jess, este corazn no
es, pues, mo, es todo tuyo y para siempre. Purifcalo, llnalo de los
sentimientos celestiales que animan a vuestro Corazn, y sobre todo,
consigue que arda en el fuego de amor, el mismo fuego que arde en el
tuyo.
Si, mi amable Jess, quiero amarte durante los pocos das que me restan
de vida, mas quiero amarte con el amor ms tierno, generoso y ardiente.
Quisiera amarte como te han amado en la tierra los corazones mas
fervorosos, como te ama el Corazn de la Santsima Virgen, quien por el

31

ardor y la constancia de su amor mereci ser ensalzada sobre los Angeles


y Santos.
Y tu divina Madre, Madre querida del incomparable Amor, tu que tanto
quieres que tu divino Hijo sea amado por todos los hombres, consigue con
vuestra poderosa intercesin que reciba y acepte la solemne consagracin
que le hago en este da de mi corazn y de toda mi persona, para que mi
nombre sea escrito con letras indelebles en el nmero de aquellas almas
fieles y constantes, que jams se separaron del amor de tu amado y
venerado Hijo.
Cristo Jess, acurdate de m, en la hora de mi muerte.
Oracin
Seor Jess, clementsimo salvador del mundo, te suplicamos por tu santo
Corazn que todas las ovejas hoy descarriadas se conviertan a Ti. Pastor y
Obispo de sus almas, que vives y reinas con Dios Padre, en unin del
Espritu Santo. Por todos los siglos de los siglos. As sea.
.
HIMNO AL SANTSIMO SACRAMENTO
Pange, lingua, gloriosi
Corporis mysterium,
Sanguinisque pretiosi,
Quem in mundi pretium
Fructus ventris generosi
Rex effudit gentium
Tantum ego Sacramentum
Veneremur cernui:
Et Antiquum documentum
Novo ceda ritui;
Praestet fides suplementum

Sensuum defectui.
Genitori Genitoque
Laus et jubilatio,
Salus, honor, virtus quoque
Sit et benedictio,
Procedenti ab utroque
Comprar sit laudatio. Amn
V. Panem decoelo praestitisti eis.
R. Omne delectamentum in se
habentem

32

Cante la voz del cuerpo ms glorioso


El misterio sublime y elevado,
Y de la sangre excelsa que amoroso,
En rescate del mundo ha derramado,
Siendo fruto de un vientre generoso
El Rey de todo el orbe, ms sagrado.
Se arrodilla:
Demos, pues, a tan alto Sacramento
Culto y adoracin todos rendidos,
Y ceda ya el antiguo documento
A los ritos de nuevo instituidos:
Constante nuestra fe de suplemento
Al defecto de luz los sentidos.
Se levanta:
Al Padre con el Hijo sea dado
Jbilo, aplauso y gloria eternamente;
Salud, virtud y honor interminado.
Bendicin y alabanza reverente:
Y al espritu, de ambos aspirado,
Sea gloria y loor no diferente.
V. Les diste, Seor, el pan venido del cielo.
R. Que en si contiene toda suerte de espirituales delicias.
Oh Dios! Que en el admirable sacramento nos dejaste la memoria de
vuestra Pasin: os rogamos Seor, nos concedas el que de tal manera
veneremos los misterios de vuestro Cuerpo y Sangre, que siempre
sintamos en nosotros el fruto de vuestra Redencin. Tu que vives y reinas
con Dios Padre, en unin del Espritu Santo, Dios por todos los siglos de los
siglos. Amn.

33

A estas solemnidades tan sagradas


Corresponda el placer y alegra;
suenen las alabanzas publicadas,
Que a la voz generoso el pecho enva:
Huyan las cosas viejas ya veloces;
Sea nuevo ya, todo en este da,
El corazn, las obras y las voces.
Jess Sacramentado, dame lo que necesito para hacer lo que tu quieras
de m .

10.- TE DEUM

A Vos Oh Dios te alabamos, confesmoste Seor Nuestro.


A Vos, eterno Padre, te venera toda la tierra.
A Vos, todos los ngeles, los cielos y las potestades todas.
A Vos, los Querubines y Serafines con Vos incesable estn aclamando:
Santo, Santo, Santo Seor Dios de Sabaoth.
Los cielos y la tierra estn llenos de la majestad de su gloria.
A Ti te alaba el coro glorioso de los apstoles;
A Ti el nmero laudable de los profetas;
A Ti el puro ejrcito de los mrtires;
A Ti te confiesa la Iglesia por toda la redondez de la tierra;
Padre de inmensa majestad;

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Tambin a tu adorable, verdadero y nico Hijo.


Igualmente que al Santo Espritu Parclito.
T Oh Cristo! Eres Rey de la gloria.
T eres Hijo sempiterno del Padre.
T, tomando a tu cuenta librar el hombre, no te desdeaste de habitar las
entraas de la Virgen.
T, triunfando de la guadaa de la muerte abriste el reino de los cielos a
los que creen.
T en la gloria del Padre, ests sentado a la diestra de Dios.
T eres Juez que, creemos, ha de venir.
A Ti, pues, rogamos que socorras a los que te sirven, a aquellos mismos
que redimiste con tu preciosa sangre.
Haz que sean contados en la gloria eterna con tus Santos.
Salva a tu pueblo Oh Seor! Y bendcelo como a heredad tuya.
Y dirgelos y enslzalos hasta la eternidad.
Todos los das te bendecimos.
Y alabamos tu nombre por los siglos y por los siglos de los siglos.
Dgnate, Seor, mantenernos sin pecado este da.
Ten misericordia de nosotros, Seor; ten misericordia.
Venga, Seor, tu piedad sobre nosotros, como lo esperamos de Ti.
En ti esperar, Seor; no ser confundido por toda la eternidad.

35

11.- VISITAS AL SANTSIMO SACRAMENTO


SAN ALFONSO DE LIGORIO
(Doctor de la Iglesia)

"No hay gente dbil


y gente fuerte en lo espiritual,
sino gente que no reza
y gente que s sabe rezar"

Seor mo Jesucristo, que por amor a los hombres ests de da y de noche


en este Sacramento, lleno de amor y de piedad, esperando, llamando y
recibiendo a todos los que te vienen a visitar, creo que ests presente en
este Sacramento; te adoro desde el abismo de mi nada, y te doy gracias
por tantos beneficios que me has hecho, especialmente por haberme dado
en ese Sacramento vuestro cuerpo, sangre, alma y divinidad, y por
haberme concedido por mi abogada a Vuestra Santsima Madre, la Virgen
Mara, y haberme ahora llamado a visitarte en este lugar santo. Adoro tu
amantsimo corazn y deseo adorarlo por tres fines: el primero, en
agradecimiento de esta preciosa ddiva; el segundo para desagraviarte
de todos los ultrajes de vuestro enemigo en este Sacramento, y el tercero,
porque deseo en esta visita adorarte en todos los lugares de la tierra,
donde ests sacramentado con menos culto y ms olvido.
Jess mo! Te amo con todo mi corazn; psame de haber ofendido
tantas veces tu infinita bondad; propongo ayudado de tu gracia,
enmendarme en lo venidero, y ahora, miserable como soy, me consagro
todo a Ti, y pongo en tus divinas manos mi voluntad, afectos y todo
cuanto soy y puedo.
En adelante, haced de m y de todas mis cosas lo que te agrade. No te
pido y no quiero ms que tu santo amor, la perseverancia final y el
cumplimiento perfecto de tu Santsima Voluntad.

36

Te recomiendo las almas del Purgatorio, y en particular las ms devotas


del Santsimo Sacramento y de la Santsima Virgen Mara. Tambin te
ruego por los pobres pecadores. En fin, yo uno Salvador mo y mi bien,
todos mis afectos a los de tu Corazn Amantsimo, y as reunidos los
ofrezco a tu Eterno Padre, pidindole por tu amor y en tu nombre, se
digne aceptarlos y orlos.

12.- LOS QUINCE MINUTOS CON JESS SACRAMENTADO

Te escucho, Jess.
No es preciso saber mucho para hablarme y agradarme mucho; basta que
me ames mucho. Hblame, pues, aqu, sencillamente, como hablaras al
ms ntimo de tus amigos, como hablaras a tu madre, a tu hermano....
Necesitas hacerme en favor de alguien una splica cualquiera? Dime su
nombre, bien sea el de tus padres, bien el de tus hermanos y amigos. Dime
en seguida qu quisieras hiciese yo actualmente por ellos. Pide mucho. No
vaciles en pedir. Si pides por otros, sabe que me gustan los corazones
generosos, que se olvidan de s mismos para atender a las necesidades
ajenas.
Repasar nombres. Pedir por todos.
Hblame, pues, con sencillez, con llaneza: de los pobres a quienes
quisieras consolar...; de los enfermos a quienes ves padecer...; de los
extraviados que anhelas volver al buen camino...; de los amigos ausentes
que quisieras ver otra vez a tu lado. Dime por todos una palabra siquiera;
pero palabra de amigo, palabra entraable y fervorosa.
Rogar por los conocidos ms necesitados.

37

Recurdame que he prometido escuchar toda splica que salga del


corazn. Y no ha de salir del corazn el ruego que me dirijas por aquellos
a quienes tu corazn ama muy especialmente?
Poner confianza y fe. Seguridad total.
Y para ti, no necesitas alguna gracia? Hazme, si quieres, una como lista
de tus necesidades, y ven, y lela en mi presencia
Llevarla. O repasar todo mentalmente.
Dime francamente que sientes soberbia, vanidad, orgullo, amor a la
sensualidad y al regalo, que eres tal vez egosta, inconstante, negligente...
Y pdeme luego que venga en ayuda de los esfuerzos, pocos o muchos, que
haces para sacudir de encima de ti tales miserias.
Examinar el estado de la propia alma.
No te avergences de tu poca virtud. En el Cielo hay muchos santos y
santas de primer orden que tuvieron esos mismos defectos tuyos. Pero
rogaron con humildad, lucharon con valenta, los vencieron poco a poco
hasta verse libres de ellos... y alcanzaron una santidad grande.
Hacer actos de humildad, tan agradable a Dios.
No dudes en pedirme bienes tanto espirituales como corporales, todo
cuanto te ha de perfeccionar a ti: salud, memoria, xito feliz en tus
trabajos, negocios o estudios... Todo eso puedo dar, y lo doy, y deseo que
me lo pidas. Te dar todo lo que no se oponga a tu santificacin y est
conforme a la voluntad del Padre.
Pedir sin miedo!
Y hoy, ahora, qu puedo hacer por tu bien? Si supieras los deseos que
tengo de favorecerte!... Traes ahora mismo entre manos algn proyecto?
Cuntamelo todo minuciosamente. Qu te preocupa? Qu piensas?
Qu deseas? Qu quieres que haga por tus padres, por tus hermanos,
por tus hijos, por tus amigos, por tus superiores, por tu ser ms querido?
Qu desearas hacer por ellos?...

38

Exponerle asuntos y contarle cosas. Para Jess todo es importante.


Y por m? No sientes deseos de mi gloria? No quisieras hacer algn
bien a tus prjimos, a tus amigos, a quienes amas mucho, y que viven
quiz olvidados de m? No llevas, no quieres llevar algn apostolado
entre tus manos?...
S, Jess; hablemos de ti y de tus intereses.
Dime qu cosa te llama hoy particularmente la atencin, qu anhelas
ms vivamente y con qu medios cuentas para conseguirlo. Dime si te sale
mal lo que emprendes, y yo te dir las causas del mal xito. Quieres
interesarte algo en tu favor? Piensa que yo soy el dueo de los corazones,
y suavemente los llevo, sin perjuicio de su libertad, adonde me place a m.
Exponerle todo a Jess.
Sientes acaso tristeza o mal humor? Cuntame, cuntame tus tristezas
con todos sus pormenores. Quin te hiri? Quin lastim tu amor
propio? Quin te ha menospreciado? Acrcate a mi Corazn, que tiene
blsamo eficaz para curar todas esas heridas del tuyo. Dame cuenta de
todo, y acabars en breve por decirme que, a semejanza de m, todo lo
perdonas, todo lo olvidas..., y en pago recibirs mi ms amplia bendicin.
Desahogarse con el Seor.
Tienes algn temor? Sientes en tu alma algo de melancola, que,
justificada o injustificada, no deja de ser desgarradora? chate en brazos
de mi providencia. Contigo estoy: aqu, a tu lado me tienes. Todo lo veo,
todo lo oigo, y no te desamparo ni un momento.
Decirle que se confa en l!
Sientes la frialdad de personas que antes te quisieron bien, y ahora,
olvidadizas, se alejan de ti, sin que les hayas dado el menor motivo?
Ruega por ellas, y yo las volver a tu trato, si no han de ser obstculo a tu
santificacin.
T, Jess, no me vas a fallar nunca.

39

No tienes tal vez alguna alegra que comunicarme? Por qu no me


haces participante de ella como a tu mejor amigo que soy? Cuntame lo
que desde ayer, o desde la ltima visita que me hiciste, ms ha consolado
o alegrado tu corazn. Quiz has tenido agradables sorpresas. Quiz has
visto disipados turbios recelos. Quiz has recibido faustas noticias, una
carta, una muestra de cario... Tal vez has vencido alguna dificultad, o
salido de algn trance apurado. Todo eso es obra ma, y yo te lo he
procurado. Por qu no has de manifestarme por ello tu gratitud? Dime,
pues, sencillamente, como hace cualquier persona educada y fina: Gracias, muchas gracias!... El agradecimiento trae consigo nuevos
beneficios, porque al bienhechor le gusta verse correspondido.
Hablar alegremente con Jess.
Tampoco tienes alguna promesa que hacerme? Ya sabes que yo leo en el
fondo de tu corazn. A los hombres se les engaa fcilmente; a Dios, no.
Hblame, pues, con toda sinceridad. Tienes firme resolucin de no
ponerte ms en aquella ocasin de pecado..., de privarte de aquel objeto
que te da..., de no leer ms aquel libro ni volver a ver aquella pelcula o
video que exalt tu imaginacin..., de no tratar ms a aquella persona que
turb la paz de tu alma?... Volvers a ser dulce, amable y
condescendiente con aquella otra, a quien, por haberte faltado, has
mirado hasta ahora como enemiga?...
Exigente. Pero es la mayor prueba de amor.
Ahora, vuelve a tus ocupaciones habituales, a tu taller, a tu familia, a tu
estudio... Pero no olvides estos quince minutos de grata conversacin que
hemos tenido aqu los dos ante mi Sagrario, en la soledad del templo.
Guarda en lo que puedas una actitud recogida. Y ama a Mara mi Madre,
que lo es tambin tuya. Vuelve otra vez pronto, con el corazn siempre
cargado de amor y entregado a m. En el mo hallars cada da nuevo
amor, nuevos beneficios, nuevos consuelos.
S, Jess. S que aqu me esperas.

40

13.- UNA HORA CON JESS

(Dictada a Mara Valtorta)


14 de junio de 1944.

Hora santa de Jess.


I.
Si no te lavare no tendrs parte en mi Reino.
Alma que amo, y vosotros todos que amo, odme. Soy Yo quien os habla,
porque quiero pasar con vosotros esta hora.
Yo, Jess, no os alejo de mi altar aunque a l vengis con el alma
maltrecha por plagas y enfermedades, o envuelta en lianas de pasiones
que anonadan vuestra libertad espiritual, entregndoos atados en poder
de la carne y de su rey: Lucifer.
Yo contino siendo Jess, el Rab de Galilea, aquel a quien los leprosos, los
paralticos, los ciegos, los endemoniados, los epilpticos llamaban a gritos
diciendo: Hijo de David, ten piedad de m. Yo contino siendo Jess, el
Rab que tiende la mano a quien se ahoga y le dice: Por qu dudas de
M?. Yo sigo siendo Jess, el Rab que dice a los muertos: lzate y vive.
Lo quiero. Sal de tu sueo de muerte, de tu sepulcro, y camina y os
devuelvo a quien os ama.
Y quin os ama, oh dilectos mos? Quin os ama con amor verdadero,
no egosta, no inconstante? Quin os ama con un amor no interesado ni
avaro, sino cuya nica meta sea la de daros lo que ha acumulado para
vosotros y deciros: Toma. Todo es tuyo. Todo esto lo he hecho por ti, para
que sea tuyo y lo disfrutes? Quin? El Dios eterno. Y Yo os devuelvo a l.
A l que os ama.

41

No os alejo de mi altar. Porque este altar es mi ctedra, es mi trono, es la


morada del Mdico que cura todo mal. Desde aqu os enseo a tener fe.
Desde aqu, Rey de Vida, os doy la Vida. Desde aqu me inclino sobre
vuestras enfermedades y las sano con mi soplo de amor.
Y an hago ms, oh hijos! Desciendo de este altar y os salgo al encuentro.
Heme aqu que me asomo al umbral de estas casas mas, en las que
demasiados pocos son los que entran y menos an los que entran con fe
segura. Heme aqu que, figura de paz, me asomo a vuestros caminos por
los que pasis abatidos, amargados, abrasados por el dolor, por los
intereses, por el odio. Heme aqu, que os tiendo las manos, porque os veo
vacilar cansados bajo el peso de enormes piedras que os habis impuesto
y que han usurpado el lugar de aquella cruz que haba puesto en vuestras
manos para que fuera vuestro apoyo, como lo es el cayado para el
peregrino. Os digo: Entra. Descansa. Bebe, porque os veo exhaustos,
sedientos.
Pero vosotros no me veis. Pasis junto a M, me empujis, a veces por
mala voluntad, otras porque vuestra vista espiritual est ofuscada, a
veces me miris. Pero sabis que estis sucios y no osis acercaros a mi
candor de Hostia divina. Mas este Candor sabe compadeceros.
Conocedme, hombres, que desconfiis de M porque no me conocis.
Od. He querido dejar la Libertad y la Pureza que son la atmsfera del
Cielo y descender a vuestra crcel, con este aire impuro, para ayudaros,
porque os amo. Y an he hecho ms: me he privado de mi libertad de Dios
y me he hecho esclavo de una carne. El Espritu de Dios encerrado en una
carne, la Infinidad aprisionada por un puado de msculos y de huesos,
sujeta a sentir las voces de esta carne que padece el fro y el sol, el
hambre, la sed y el cansancio. Poda ignorarlo todo. He querido conocer
las torturas del hombre cado de su trono de inocente para amaros
todava ms.
Y an no me he conformado con esto. He querido porque para
compadecer hay que padecer lo que padece aquel a quien se compadece
he querido sentir el asalto de todos los sentimientos para sentir vuestras
luchas, para entender cun astuta que es la tirana que Satans os pone

42

en la sangre, para entender qu fcil es quedarse hipnotizados por la


serpiente si tan slo por un momento se bajan los ojos sobre su mirada
fascinadora, olvidando que se vive en la luz. Porque la serpiente no vive en
la luz. Va a los escondrijos sombros que aparecen sosegados y en cambio
son engaosos. Para vosotros estas sombras tienen nombre: mujer,
dinero, poder, egosmo, sentido, ambicin. Os eclipsan la Luz que es Dios.
En medio de ellas est la Serpiente: Satans. Parece un collar. Es la cuerda
para vuestra estrangulacin. He querido conocer esto porque os amo.
No me ha bastado an. A M me hubiera bastado. Pero la Justicia del
Padre poda decir a su Carne: T has triunfado contra la insidia. Sin
embargo, el hombrecarne como T no sabe triunfar, que sea castigado
por ello porque Yo no puedo perdonar a quien est inmundo. He tomado
sobre M vuestros oprobios. Los pasados, los de este momento y los
futuros. Todos. An ms que Job para encubrir sus llagas, estuve
sumergido en un estercolero cuando, hundido por el pecado de todo un
mundo, no osaba ni tan siquiera alzar los ojos para buscar el Cielo, y
gema sintiendo pesar sobre M la clera del Padre acumulada durante
siglos, consciente de las culpas que prevea. Un diluvio de culpas sobre la
Tierra, desde su amanecer hasta su noche. Un diluvio de maldiciones
sobre el Culpable. Sobre la Hostia del Pecado.
Oh hombres! Yo era ms inocente que el nio que la madre besa cuando
vuelve del bautismo. Y de M se horroriz el Altsimo porque era el Pecado,
porque haba tomado sobre M todo el pecado del mundo. He sudado de
repugnancia. He sudado sangre por la repugnancia ante esta lepra en M,
Yo que era el Inocente. La sangre me ha roto las venas por el asco ante el
ftido charco en el que estaba sumergido. Y para completar esta tortura,
a este exprimirse la sangre de mi corazn, se ha unido la amargura de
estar maldecido, porque en aquel momento no era el Verbo de Dios: era el
Hombre. El Hombre. El Culpable.
Acaso puedo, Yo que lo he padecido, no comprender vuestro abatimiento
y no amaros porque estis abatidos? Por eso os amo. No tengo ms que
recordar aquel momento para amaros y llamaros: Hermanos!. Pero el
llamaros as no es suficiente para que el Padre pueda llamaros: Hijos. Y

43

Yo quiero que os llame as. Qu hermano sera si no os quisiera conmigo


en la Casa paterna?
Entonces, pues, os digo: Venid, que Yo os lave. Nadie est tan
sumamente sucio que no le limpie mi bao. Nadie es tan puro que no lo
necesite. Venid. Esto no es agua. Hay fuentes milagrosas que sanan las
llagas y las enfermedades de la carne, pero sta es ms que sas. Esta
fuente mana de mi pecho.
He aqu el Corazn desgarrado del que brota el agua que lava. Mi Sangre
es el agua ms cristalina que exista en lo creado. En ella se anulan
enfermedades e imperfecciones. Y vuelve vuestra alma blanca e ntegra,
digna del Reino.
Venid. Dejad que Yo os diga: Yo te absuelvo!. Abridme vuestro corazn.
En l se encuentran las races de vuestros males. Dejad que Yo entre.
Dejad que Yo desate vuestras vendas. Os repugnan vuestras llagas?
Vistas bajo mi luz os aparecen lo que son: hormigueros de gusanos
inmundos. No las miris. Mirad las mas. Dejadme hacer. Tengo la mano
ligera. No sentiris ms que una caricia... y todo quedar curado. No
sentiris ms que un beso y una lgrima. Y todo quedar limpio.
Oh, qu hermosos estaris entonces alrededor de mi altar! ngeles entre
los ngeles del sagrario. Y mi Corazn tendr una alegra inmensa. Porque
soy el Salvador y no desprecio a nadie. Pero tambin soy el Cordero que
pace entre los lirios, y me complazco cuando estoy circundado de candor
porque he tomado la vida y la he dado para haceros cndidos.
Oh cmo veo a mi Padre sonreiros y al Amor fulguraros con sus fulgores,
porque ya no estis manchados de pecado!
Venid a la fuente del Salvador. Que mi Sangre descienda sobre el nimo
contrito y una voz, en la que est la ma, diga: Yo te absuelvo en el
nombre del Padre, del Hijo y del Espritu Santo.
II.
Uno de vosotros me traicionar.

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Uno de vosotros! S, en la proporcin de uno a doce, uno de vosotros me


traiciona.
Cada traicin es ms dolorosa que una lanzada. Mirad la Humanidad de
vuestro Redentor: desde la cabeza hasta los pies es toda una herida. La
flagelacin hace horrorizar a quien la medita y agonizar a quien la
padece. Fue un dolor atroz, pero dur una hora. Vosotros, que me
traicionis, me flagelis el Corazn, y lo hacis desde hace siglos.
Yo os he amado, Yo os amo y os compadezco; Yo os perdono, Yo os lavo
quitndome la Sangre para daros un bao purificador, y vosotros me
traicionis.
Soy el Verbo de Dios, estoy glorioso en el Cielo; pero en este Cielo no estoy
slo como Espritu, sino tambin como Carne. La carne tiene sentimientos
y afectos por qu queris renovarme continuamente ese fuego corrosivo
que es la cercana de un traidor? Est lejos el Cielo? No, hijos que me
traicionis, Yo estoy cerca de vosotros, estoy entre vosotros, y vosotros
me quemis con la llama de vuestro traicionar.
Miro, buscando un consuelo, entre las distintas clases de personas y en
cada una encuentro miradas y miradas de traidores por qu me
traicionis? Yo estoy entre vosotros para haceros el bien por qu queris
hacerme dao? Yo os traigo mis dones por qu me lanzis vboras
mordaces? Yo os llamo amigos por qu vosotros me respondis:
Maldito? Qu os he hecho? Qu hombre conocis que sea ms
paciente y ms bueno que Yo?
Mirad. Cuando sois felices nadie os abandona, pero si lloris, si la riqueza
os abandona, si una enfermedad os hace contagiosos, es entonces cuando
todos se alejan de vosotros. Yo permanezco. Ms an os acojo
precisamente entonces, porque es cuando vens. Ya no tenis a nadie con
quien llorar y hablar, y entonces os acordis de M, y Yo no os digo: Vete
que no te conozco. Podra decirlo porque de hecho mientras que erais
ricos, sanos y felices nunca habis venido a decirme: Lo soy y te lo
agradezco.

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Pero no, ni siquiera pretendo esto de quien an no es un gigante de amor.


Las gracias no las pretendo. Me conformara con que me dijerais: Soy
feliz. Decdmelo. No me consideris un extrao. Acordaros de que Yo
tambin estoy aqu y dedicad un pensamiento a este Jess. Las gracias
las dir Yo por vosotros a Dios: Padre mo y vuestro. En cambio nunca
vens. Y podra decir: No os conozco. En cambio, heme aqu que os abro
los brazos y digo: Ven, que lloramos juntos.
Mirad. Estoy en las crceles, en las celdas pequeas y viles, sentado a la
misma mesa que el presidiario, y le hablo de una libertad ms verdadera
que esa que est ms all de las cuatro paredes, de una libertad que ya no
teme el ser herida por culpas que deben ser castigadas. Y sin embargo,
aquel encarcelado es uno que me ha traicionado, ofendiendo mi ley de
amor. Quizs ha matado, quizs ha robado, pero ahora me llama y heme
aqu con l. El mundo le desprecia, Yo le amo. He llamado amigo a quien
me mataba y me arrancaba de la vida. Puedo llamar amigo a este infeliz
que vuelve a M.
Estoy, llama de amor, cerca de los enfermos. Sus fiebres conocen mis
caricias, su sudor mi sudario, sus languideceres mi brazo que les sostiene,
sus angustias mi palabra. No obstante, muchos estn enfermos por
haberme traicionado, traicionando mi ley. Han servido a la carne y la
carne, fiera enloquecida, se ha extraviado y les pierde, ahora, tambin en
la vida. Y de todas formas, Yo soy el nico que no me canso de su mal y
velo con ellos, y sonro ante sus esperanzas y, en cuanto que el Padre lo
permite, las transformo en realidad. Mas si veo que el decreto es de
muerte, entonces tomo a este hermano que tiembla ante el misterio de la
muerte y que me llama, y le digo: No temas. Crees que sea tiniebla: es
luz. Crees que sea dolor: es alegra. Dame tu mano, conozco la muerte, la
conoc antes que t. S que es un instante en el que Dios auxilia
sobrenaturalmente, para mitigar los sentidos y evitar que el alma se
abata en la lucha final. Fate. Mrame. Slo a M... Ya est! ves? has
atravesado el umbral. Ven conmigo, ahora, al Padre. No temas tampoco
en este momento. Yo estoy contigo, y el Padre ama a quien amo.
Estoy en las casas desiertas. Antes haba voces alegres. Ha pasado la
muerte o la miseria. El superviviente vaga solo. Los amigos huyeron. Los

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amados, lejos por trabajo o por la muerte. Hay sol en el cielo, pero para el
superviviente todo es tiniebla. Hay paz en el aire de la noche, pero para el
superviviente no hay descanso. Y sin embargo muchas veces se me ha
traicionado en esa casa, deificando a las criaturas. Se ha amado
idlatramente a las criaturas traicionando mi ley. Pero Yo entro, y voy a
poner un rayo en las tinieblas, a infundir paz donde hay tempestad. Aquel
superviviente me ha llamado... quizs distradamente, quizs sin una
autntica voluntad de tenerme, pero Yo voy sin tardar.
Oh! slo pido estar con vosotros. Todo recuerdo de los errores pasados se
desvanece cuando me llamis: Jess!.
Pero no flagelis mi Corazn. Ya est abierto y desangrado. No irritis su
herida. Y a quienes me han entendido en mi dolor de traicionado, digo:
Uno de vosotros me traicionar. Dadme vuestro fiel amor como
blsamo. Y lo digo a todos: a los santos, mis predilectos como Dios; a los
pecadores, mis predilectos como Jess. Porque tambin los pecadores, por
quienes me hice Jess, pueden curarme esta herida.
Sois samaritanos? Ya lo s, pero mi parbola habla de un samaritano
bueno que cura las heridas que no fueron curadas por los hijos de la ley
que pasaron de largo, absortos por las prisas de servir a Dios. No saben
que a Dios se le sirve ms amando que cumpliendo preceptos.
Yo soy el Herido que languidece en vuestros caminos. Los salteadores me
han asaltado y desnudado. Los salteadores: los que indignamente se
aprovechan de mi sacrificio de Dios que se hace carne. Me desnudan:
negando mis atributos con sus mltiples herejas. Desnudan a la Verdad,
les apetece ese ropaje porque es resplandeciente. Pero no saben que
resplandece porque lo lleva puesto quien es Sol, y que en sus manos, que
lo cubren con las babas de sus mentes soberbias, se convierte en un trapo
cualquiera.
La Verdad es verdad, y con esta luz se ilumina todo cuando se ve unido a
Dios. Separada, se convierte en lenguaje bablico. Porque la Verdad es
Ciencia y Sabidura, pero desarraigada de Dios se convierte en caos.

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Curadme vosotros, aunque seis samaritanos. Dadme vuestro aceite y


vuestro vino: el aceite, el amor; el vino, la contricin de vuestro yo.
Medicadme, no os desdeo. Que la pecadora que refresca mis pies
cansados os hable, y diga si desprecio al pecador.
Pero no me traicionis nunca ms. Id y no pecad ms. Todo os lo perdono
si todo en vosotros me ama. Dadme un beso sincero. Mi mejilla arde por el
beso de los traidores. Curadla con el beso de la fidelidad.
III.
Amaos los unos a los otros como Yo os he amado.
Desde la cuna hasta la cruz. Desde Beln hasta el monte de los Olivos, os
he amado.
El fro y la miseria de mi primera noche en el mundo no me han impedido
amaros con mi espritu y, anonadadamente hasta no poder deciros, Yo
Verbo: os amo, os he dicho aquellas palabras con mi espritu,
inseparable del espritu del Padre y con l operante en una actividad
inextinguible.
La agona de mi ltima noche en la Tierra no me impidi amaros. Al
contrario, ha tocado las ms altas cumbres del amor, ha ardido en el
incendio ms vivo, ha consumado todo lo que no era amor hasta exprimir,
junto con la repulsin por el pecado y el dolor por el abandono paterno, la
sangre de mis venas.
Qu amor hay ms grande que el de aquel que sabe amar sabindose
odiado? Yo os he amado as.
El primer gesto de mis manos, una caricia; el ltimo, una bendicin. Y
entre estos dos gestos, nacido el primero en la oscuridad de una noche de
invierno, el ltimo en el resplandor de una abrasadora maana de verano,
treinta y tres aos de gestos de amor, que respondan a otros tantos
movimientos de amor. Amor de milagros, amor de caricias a los nios y a
los amigos, amor de maestro, amor de benefactor, amor de amigo, amor,
amor, amor...

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Y amor ms que humano en la ltima Cena. Antes de que fueran atadas y


traspasadas, estas manos mas han lavado los pies de los apstoles
incluso de aquel al que habra querido lavar el corazn, y han partido el
pan. Y me rompa el Corazn con aquel pan. se os daba. porque saba
cercano mi regreso al Cielo y no quera dejaros solos. Porque saba qu
fcil os es olvidaros y quera que os vierais, hermanos sentados a una
nica mesa, alrededor de mi mesa, para deciros el uno al otro: Somos de
Jess.
Qu amor ms grande que el de aquel que sabe amar a quien le tortura?
Con todo, Yo os he amado as, y he sabido pedir por vosotros mientras que
mora.
Amaos como Yo os he amado. El odio extingue la luz, e incluso el simple
rencor ofusca la paz. Dios es paz, es luz, porque Dios es amor, pero si no
amis, y amis como Yo os he amado, no podris tener a Dios.
Como Yo os he amado. Por eso sin soberbias. De este sagrario, de esta
cruz, de este Corazn slo salen palabras de humildad.
Soy Dios y soy vuestro Siervo, y estoy aqu en espera de que me digis:
Tengo hambre para darme a vosotros hecho Pan. Soy Dios y me
expongo a vuestros ojos sobre el madero, que era un patbulo infame,
desnudo y maldito. Soy Dios y os ruego que amis mi Corazn. Os lo
ruego. Porque os amo, porque si me amis os hacis el bien a vosotros
mismos. Yo soy Dios, con o sin vuestro amor sigo siendo Dios, pero
vosotros no. Sin mi amor no sois nada: polvo.
Os quiero conmigo. Os quiero aqu. Quiero con vuestro polvo hacer una luz
de bienaventuranza. Quiero que no muris, sino que vivis, porque Yo soy
la Vida y quiero que vosotros tengis la Vida.
Amaos sin egosmo. Sera un amor impuro, destinado a morir por
enfermedad. Amaos queriendo para los dems mayor bien del que deseis
para vosotros mismos. Es muy difcil, lo s, pero veis este Pan
eucarstico? Ha forjado mrtires. Eran criaturas como vosotros: miedosas,
dbiles, hasta viciosas. Este Pan les ha convertido en hroes.

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En el primer punto os he indicado mi Sangre para vuestra purificacin. En


el tercer punto os indico esta Mesa y este Pan para santificaros. La
Sangre, de pecadores os ha hecho justos; el Pan, de justos os hace santos.
Un bao limpia pero no nutre; refresca, repone, pero no se hace carne de
la carne. La comida, en cambio, se hace sangre y carne, se hace parte de
vosotros mismos. Mi Comida se hace parte de vosotros mismos.
Oh! pensad! Mirad a un nio pequeo. Hoy come su pan y maana de
nuevo y tambin pasado maana, y el otro, y el otro. Entonces se hace
hombre: alto, robusto, hermoso. Su madre lo hizo as? No, su madre lo
ha concebido, llevado en su seno, dado a luz, criado y amado, amado,
amado. Pero el pequeo hubiera perecido de inanicin, si tras la leche no
hubiera tenido ms que baos, besos y amor. Este pequeo se hace
hombre porque toma comida para adultos. Aquel hombre lo es porque
toma su alimento cotidiano.
Lo mismo sucede con vuestro yo espiritual. Nutridlo con el Alimento
verdadero que desciende del Cielo y que desde el Cielo os trae todas las
energas para haceros viriles en la Gracia. La virilidad sana y fuerte
siempre es buena. Mirad cmo es ms fcil ver a un enfermizo ser spero
y sin compasin ni paciencia. Mi Alimento os har sanos y fuertes en la
virilidad del espritu y sabris amar a los dems ms que a vosotros
mismos, como Yo os he amado.
Porque, mirad, hijos, Yo os he amado no como uno se ama a s mismo sino
ms que a M mismo. Tanto es as que me he dispuesto a la muerte para
salvaros a vosotros de la muerte. Si amis as conoceris a Dios.
Sabis qu quiere decir conocer a Dios? Quiere decir conocer el gusto de
la verdadera Alegra, de la verdadera Paz, de la verdadera Amistad. Oh!
la Amistad, la Paz, la Alegra de Dios! Es el premio prometido a los
bienaventurados, pero ya se le da a quien, en la Tierra, ama con todo su
ser.
El amor, para ser verdadero, no lo es de palabras, es de hechos, activo,
como su fuente que es Dios. Nunca se cansa de obrar ni siquiera por las

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decepciones que dan los hermanos. Pobre de aquel amor que cae como un
pjaro de dbiles alas cuando un obstculo le hiere.
El verdadero amor, an herido, sube. Si no puede volar, trepa con las uas
y con el pico para no yacer en la sombra y en el hielo, para estar en el sol,
medicina de todo mal. Y en cuanto est restablecido vuelve a volar. Y va
de Dios a los hermanos y de stos a Dios, mariposa anglica que lleva el
polen de los jardines celestiales para fecundar las flores terrestres, y lleva
a Dios los perfumes raptados de las flores ms humildes, para que los
acoja y los bendiga.
Pero ay de ella si se aleja del sol! El Sol es mi Eucarista, porque en Ella
est bendiciendo el Padre y amante el Espritu, mientras que Yo, el Verbo,
obro.
Venid y tomad. ste es mi Alimento que ardientemente pido que sea
consumado por vosotros.
IV.
Si permanecis en M y mi doctrina permanece en vosotros, se os dar
cuanto pidis.
Desciendo en vosotros y me hago vuestro alimento. Pero, como Centro
que soy, hacia M os aspiro. Vosotros os nutrs de M, pero con mayor
razn Yo me nutro de vosotros. Ambas hambres son insaciables y
continuas. La vid nutre a sus sarmientos, pero son los sarmientos los que
hacen la vid. El agua nutre los mares pero son los mares los que nutren el
agua, volviendo a subir en evaporaciones para descender de nuevo. Por
eso tenis que permanecer en M como Yo en vosotros. Separados, no Yo
sino vosotros morirais.
Yo soy alimento para el espritu y alimento para el pensamiento. El
espritu se nutre de la Carne de un Dios. Esencia efundida por Dios, slo
puede recibir su alimento de lo que es su matriz. El pensamiento se nutre
con mi Palabra que es el Pensamiento de un Dios.

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Vuestro pensamiento! la inteligencia es la que os hace semejantes a Dios,


porque en la inteligencia est la memoria, el intelecto y la voluntad como
en el espritu est la semejanza por ser espritu, libre, inmortal.
Vuestro pensamiento, para ser capaz de recordar, entender, querer lo que
es el bien, tiene que estar nutrido por mi Doctrina. sta os recuerda los
beneficios y las obras de Dios, quin es Dios, qu se le debe a Dios. sta os
hace comprender el bien y discernirlo del mal, os hace desear el bien. Sin
mi Doctrina os hacis esclavos de otras que tienen el nombre de
doctrina pero que son errores. Y como naves sin brjula ni timn vais a
la deriva. Sals de las rutas. Y entonces cmo podis decir: Dios me ha
abandonado cuando sois vosotros los que le habis abandonado a l?
Permaneced en M. Si no permanecis en M es signo de que me odiis. Y
mi Padre odia a quien me odia, porque quien me odia, odia al Padre,
siendo Yo uno con el Padre. Permaneced en M. Haced que el Padre no
pueda distinguir al sarmiento de la vid, en tal modo el sarmiento es uno
con ella. Haced que el Padre no pueda ver donde termino Yo y comenzis
vosotros, tan plena es la semejanza. Quien ama acaba tomando
inflexiones, dichos y gestos del amado.
Yo quiero que vosotros seis otros Jess. Y esto porque quiero que
obtengis cuanto peds fundidos conmigo slo podis pedir cosas
buenas y no tengis que conocer denegaciones. Y esto porque Yo quiero
que tengis an ms de cuanto peds, porque el Padre efunde sus tesoros
sobre su Hijo en un continuo flujo de amor, y quien est en el Hijo disfruta
de esta efusin infinita que es el amor de Dios que se deleita en su Verbo y
que circula en l. Ahora bien, Yo soy el Cuerpo y vosotros los miembros, y
por esto la Alegra que me inunda y viene del Padre, el Poder, la Paz y
toda perfeccin que circula en M se os comunica, mis fieles, a vosotros
que sois parte inseparable de M aqu y allende.
Venid y pedid. No tengis miedo de pedir. Lo podis pedir todo porque
Dios lo puede dar todo. Pedid por los presentes y por los ausentes, pedid
por los pasados, los presentes, los futuros, pedid por vuestra jornada, y
por vuestra eternidad, y por sta y aquella de quienes amis.

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Pedid, pedid, pedid. Por todos. Por los buenos para que Dios les bendiga,
por los malvados para que Dios les convierta. Decid conmigo: Padre,
perdnales. Pedid: la salud, la paz en la familia, la paz en el mundo, la
paz para la eternidad. Pedid la santidad. S, tambin sta. Dios es el Santo
y es el Padre, pedidle, junto con la vida que os mantiene, la santidad a
travs de la Fuerza que proviene de l.
No tengis miedo de pedir. El pan de cada da y la bendicin cotidiana. No
sois slo cuerpo, an no sois todo espritu. Pedid por ste y por aqul y se
os dar.
No temis ser demasiado osados. Yo por vosotros he pedido mi misma
gloria, ms an, incluso os la he dado para que seis semejantes a
Nosotros que os amamos, y el mundo conozca que sois hijos de Dios.
Venid. En mi Corazn est vuestro Padre. Entrad, para que l os pueda
reconocer y decir: Que se haga una gran fiesta en el Cielo porque he
recobrado a un hijo que amaba.

Te he complacido dice Jess. He hablado Yo todo el tiempo. He querido


que hablara mi Voz eucarstica. Tenedla como mi regalo. Te bendigo y a
todos los que la escucharn.

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