Maples Arce Manuel Las Semillas Del Tiempo Obra Poetica 1919 1980
Maples Arce Manuel Las Semillas Del Tiempo Obra Poetica 1919 1980
Maples Arce Manuel Las Semillas Del Tiempo Obra Poetica 1919 1980
Las
sem~llas
del tiempo
por
RuBN BoNIFAZ Nuo
letras mexicanas
FONDO
DE
CULTURA
'
ECONMICA
And say which grain will grow and which will not,
Speak then to me, who neither beg nor fear
Your favors nor your hate.
SHAKESPEARE, Macbeth, act 1, scene 111, 58-61
ISBN
968-16-0802-X
Jmpreso en Mxico
!ll
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ESTUDIO PRELIMINAR
WIDENER LIBRARY
ANDAMIOS INTERIORES
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a la vez in~<;>mpleto.
"Yo soy un punto m11erto, en medio de la hora."
Un punto. Esa dimensin que carece q. dimensin. Esa existencia -que apenas se c;listingue de la nada y ,que, con todo, es el
embrin espacial de laJorm'l_ d~ to<;la e;xistencia. Y e! ,punto est
situado e~ el centro -otro punt?- del dmpo inabarcable.
Porque la hora que lo co~tiene es la expresin de la ei:ernida"
temporal. La hora, aqu~ es en este sentido tan eterna como 1~.
totalidad sin lmites o la diezmillonsima p.d't~ de 'un segundo.
Pero el punto! al parecr inmvil -m11erto.-, se mueve en.
realidad con' velocidad de cada vertiginosa, como un sistema de
mndene, as, a la misma
tomos o un o sistema de galaxias;
distancia de una estrella que naufraga. Llevada por terribles
gravitaciones se desplaza la estrella, al parecer inmvil. Y el punto humano que la contempa sigue ~s caida con el mismo impulso, conserv~dose sin tregua equidistante a ella, sin ser c'apaz
de huirle o de alcanzarla.
Y considrese el valor expresivo de la sinestesia: la luz de la
estrella se contagia del grito aterrorizado del hombre que se siente caer sin trmino, llevado por el naufragio sin fondo del cuerpo
celeste: "al grito nufrago de una estrella".
Y despus; la concienCia de la conciencia del hombre que, sabindose 'parte fatal del universo en movimiento, sabe que est
en su poder oca~ionar un 111QVill!ient anlogo. Y otra vez, pero
ahora dentro de lmites creados por l mismo, se r~vel.a l.a ~qje
cin del hombre a las fuerzas incontrastables: "Un parque de
manubrio se engarrota en la sombra."
La noche .celeste se. ha concentrado en un jardn oscuro y ad-
se
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f4
Dos expresiones, una por su complejidad y la otra por su tecurso a un objeto real para explicar un sentimiento timo, sorr
de se'alarse: ''Sus palabras mojdas se -me echaron al- Cuello" y
"una locomotora. . . la arranc de mis brazos".
'
En la primera, las palabras mojadas, con esa cocisin, pre-'
sentan la imagen. de la mujer llorosa que -habla, que se hace
palabras de despedida para abrazar violentamente a aquel que
ha de ser abandonado; en la segunda, la accin real de la par-
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lida de la locomotora sirve pata dar re(\lid,a~ objetiva al padecimiento tenaz de la ausencia.
Pero eso ya pas. Ida la presencia de la amada, no queda de
sus pal~bras ms q~e la mc;moria de un sonido que hiela, en .tanto que la electricidad con su luz y su energa es no ms qu,e Ul),a
demencia .im~til entre la n,oche que llueve; s<;>lg en su cuarto en
que las ventanas se han vuelto espejos para la memoria, mira
reflejarse en ellos el );w_tel vecino, r~~1,1ep;la Jllsic_a_s q.bandondas
y ebrias, qjos. cansados por las horas del vino de fiesta, y perchas
cuyo esqueleto no alcanza. a calentarse con los a.brigos c()lggQs:
en ellas:
"El cielo es un obstculo para. el hotel inverso 1 refractado- en.
las lunas sombras de. lqs espejos; 1 los vio.lip.es se suben como la
cha~paa, 1 y mientras las ojeras sondean la madrugada 1 el
invierno huesoso tirita en los percheros."
Cabria ot>serva:r eQ esta estrofa que, por fin, se. rompe el ritmo de los heptaslabos repetidos, y que ello ocurre precisamente
en un verso dop.de se trlta de e_xpresar el-trastorno !fe la I?orrachera, cosa que se consigue por medio del empleo de una ruptura rtmica sorpres!va: ''Los violines ,se 1suben cm;n,o la c.l!n!J.paa"-verso en que, .adems, la violenta metonimia de violines por
msica, .acenta la efectividad de la imagen.
A continuacin, el abndonado recapi-tula en su fatiga. El caer
de sus soledades lo lleva a recordar la cada inicial de aquella
~strella que gritaba en su naufr'!gio a travs de espacios densos
y silenciosos. Y -la estrella nufraga .se sobrepone a su memoria y
se iguala con ella: "Mis nervi_os se derraman. 1 La estrella del
recu~rd(). 1 naufwga en ~1 agua 1 del silencio."
Y viene otra, vez el ansia de compaa que estimula las potencias recoilstructoras del alw<\ que i~agina; y la no!;he !fe las despedidas se contagia de las noches de amor: "T y yo l coincid-.
mos 1 en la noche terrible, 1 meditacin temJJca 1 <;leshoja,da
en jardines."
. Con esto vuelve a aparecer el parque de manubrio, y la des-.
pojada margarita J).OCturna .se convierte en el pensamientc;>mismo
de los amantes.
El r.ecqe:rdo YIJ!!lve, ya sin prden., a m_ezclds y caticas I!J.aterias evidentes:
"Locomotoras, gritos, 1 arsenales, telgrafos."
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-- 'IF
....
-- -- --
na: "Bajo las pe7sianas ingenuas de-la hora / pasan los batallo-.
nes rojos.''
Y as se renueva. la visin de Rusia y su victoria iniciada. Y
otra vez el contraste fortalece el paso del poema: "El .romanti~
cismo canbal <f.e la msica yankee 1 ha. ido haciendo sus nidos
en los mstiles."
As, mientras las calles dtadinas se alumbran con el sol de l
revolucin, las cosas viejas, el romanticisrqo devorador de la dignidad humana, se refugian en la muestra artstica y ruin del pas
capitalista, y ocupan :clandestinamente al.turas viajeras. Y la idea
de los mstiles convoca la de los navos; y la de stos, la de los
puertos donde llegan a fondear.
Ahora sabemos por qu la ciudad invocada y cantada por
Maples Arce es un puerto de ocano. Porque un puerto, por- su
propia esencia, es una ciudad que no puede pertenecer a una
sola nacin, sino que es patria d.e todas: "Oh ciudad internaCional! 1 Hacia. qu rem<;>to meridiano 1 cort aquel trasatlntico? 1 Yo siento que se aleja todo." Es el puerto, como punto de
partida de un viaje salvador, cuyo 'trmino est en todas partes.
Y como hacia el niar enva la ciudad .sus barcos renovadores,
enva sus. trenes salvadores .hacia tierra adentro, hacia ciudades
lejanas que ocupan el.horizonte: "Yo siento que se aleja todo. 1
Los crepsculos ajados flotan entre la mampostera del panorama. 1 Trenes espectrales que van J hacia all f lejos, jadeantes
de civilizaciones."
Como una tela vieja y gastada, la lumbr~ del atardecer se
gasta an ms en las. "cimas de concreto de las ciUdades distantes.
Y en esa media claridad, como espectros de mquinas, jadean
los trenes llevando el peso de la comunicacin civilizadora.
De !nuevo bajo la luz de la tc'nica de los .encabalgamientos,
vale la pena leer los ltimos versos de esta estancia: "Trenes
espectraks que van", diceel primero de ellos, como si encerrara
un concepto completo. Pero el siguiente verso disipa esta idea:
los trenes van "hacia all"; como si fuera un all definido. Pero
esto tampoco es verdad. Los trenes "van hacia. all llejos", apun~
ta sin falla el segundo encabalgamiento. Y la idea de lejana se
acenta con. el jadear fatigado por
longitud del viaje de los
trenes civilizadores.
Un .nuevo.giro, y si"n transicin .aparente, el poema' se vuelve
la
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POEMAS ~NTERDICTOS
En la obra de .~odo poeta existe ~na sede de palabra,.,, significant_es qe conceptos o de contenidos emocionales, que .pueqen
servir de c1ave para descifrar l;r visin que l tiene del mundo.
Estas palabras son como un mjrador desde el cual el espritu
del lector _tiende la vista sobre el espectculo de su propio mundo conce~zdo por otros ojos, .revelado en aspectos para l hasta
entonces Ignorados. Porque I.a lectura de un poeta es, para quien
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~:p-
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por completo ss recursos, el poeta construye deslumbrantes arquitecturas verbales; situado e eF centro de su propia individualidad conquistada y consciente, mira todas las cosas a:- travs
de s mismo, sin ningU:ha contaminacin externa. Y las mismas
palabras reveladoras que aparecen en sus libros anteriores, se
condensan en ste y descubren plenamente ss ya esbozados contenidos de significacin profida.
Hallamos aqu tambin ios panoramas extensos, los horizontes como lmite siempre inalcanzable; los otoos que contagian
jardines y rboles y hojas y pjaros; los puertos, los ocanos, los
balcones, las calles, -la deshojadura del mundo entre la cual e_l
poeta, despierto sin remedio, hace trabajar su memoria. Y el recuerdo llega y se va con el tiempo, hcindose de modo itre-
misible doblemente pasado, y por lo mismo, doblemente inalcanzable.
Si; las cosas presentes no son para l ms que motivo de adis,
y lo mismo le ocurre con las cosas pretrtas que la memoria
vuelve a traer a su ahora fatalmente efimero. Huye irreparable el tiempo mientras l, cutivo del amor, siente que el amor
mismo se le escapa, se le escapa ya para siempre.
El adis y el recuerdo constituyen, as, la mdula er{torno a:
la cual este libro va creciendo. Y el adis y el recuerdo encuen
tran en el viaje el smbolo que los representa. Como asomd'
a 'u11a ventana en movimiento sin reposo, el poeta mira las- cosas
precipitarse en sentido inverso al de su camino. y de esta suerte
el espacio se puebla de condiciones temporales y pasa tambin;
es pretrito como la hora en que se vio su desapariCin.
y la vida, as, es un doble ir dejando atrs instantes y perspectivas. Y al admitirlo as el poeta, trata de alegrarse, con todo,
aunque al final hya de verse desolado por una angustia que
se le vin dentro y' que no fue poderoso a vencer.
Er timo poema de la primera parte del libro Poemas interdictos, se llama "80 H. P.". As como el primero, "Cancin desde
un aeroplano", describe la experiencia del viaje por el aire, con
sii dis~anciamiento natural de la tierra y quienes la habitan, ste
trata de i sensacin de Ul viaje'por caminos terrestres, impulsado; por el' mbtr d.e un automvil cuyo poder da nombre al
poema.
Aparece la sensaCin de lo que va dejlmdo'afrs en el tiempo
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- 'ip
nerales. 1 Para la amiga in~erferente 1 entregada a .las vueltas
del peligro."
Con qu parte del poeta interferir la presencia de esa amiga
que no teme el riesgo de los giros 4el automvil velocsimo?
El poema mismo parece responder a la posible pregunta. Su siguiente estanciar sintetiza la visin de la realidad inmediata en
aquel momento: la compaa femenina, condensada en una sonrisa en equilibrio sobre el movimiento y el peligro del viaje, y
una cabellera plida removida por el encuentro del aire, y el
paisaje huyente que se esparce como una caricia fugitiva dentro
de los ojos que lo miran: "he aqu su sonrisa equilibrista, 1 sus
cabellos boreales, / y sobre todo, el qmpo, 1 desparramado de
caricias'!.
Estn pl,anteados ya los elementos 'temticos del poema; el
poeta y la mujer que lo acompaa, dentr de un automvi~, han
dejado atrs la ciudad, como algo en proceso de destrucdqn, de
all las menciones de tintes crepusculares, y viajan velozmente
en el campo que los recibe como la libertad.
Ahora es ya la plenitud del viaje, en la cal se irn mezclando y ;lternando los estmulos de la mujer y del camino al aire
descubierto. Y, como otro Cristbal Coln, el poeta descubrir
un mundo desconocido para .todos, que esos estm4los irn revelando sola!llente a l, afortunado como nadie:
"Pases del quitasol 1 nuevo 1 mundo 1 latino f de sus ojos."
All est la idea, nace all para l la sensacin del descubrimiento. En los ojqs de ella, todo UQ. mundo desconocido, ~ro
lleno de antiguas tradicic:;mes y culturas propi<;:,ias. Y todo ese
mundo es slo para l, porque, la presentacin tipogrfiq del
pot::w.a as lo. revela, es una visin que slo l puede. disfrutar:
"-espectculo 1.exclusiva-", dice.
Todo esto se manifi~sta en un instante mismo,. como vuelve a
revelarlo la tipografa del poema. Y se manifiesta ~IJ. la identificacin del motor del automvil y el corazn del hombre; en el
ruido de la mquina y la angu,stia. del corazn, al.}.g4stia de soledad y de ansiedad y de amor; de este modo, por una p;;trte,
leemos: "En el motor 1 hay la misma cancin." Y frente a esto, y
como su equivalente, "(El corazn apretado como un pufo)". Y
es de observarse que la distribucin tipogrfica resulta aqu eficiente recurso potico, al presentar simultneamente realidages
'?.7
de orden diverso, realizando as una suerte de metfora .visual:
si dijera, por ejemplo, "Los pases del quit~sol, nuevo mundo
latino de sus ojos, son un espectculo exclusivo:', Y luttgo: "~n
el motor hay la misma cancin, mientras yo teng?' el corazon
apretado como un puo", el poema estara muy leJOS de coJ;Iseguir la comunicacin exacta e inmediata que logra con_ su presentacin en que los objetos pOticos, al colocarse frent~ a frente
las palabras que los designan, constituyen unidad efecuva.
La angustia sugerida por la expresin: "El corazn apretado
como un puo", no desaparece all, sino que se ~rolonga y se
extiende hasta abarcar el paisaje exterior y el mmo todo .del
poeta. Esa angustia vitd que le provoca el transcurso .que tod~
le arrebata. Como se aprieta su corazn, as es apretado el pai
saje que se va dejando en el pasado, con rapidez de-~faga de
tormenta, mientras hacia adelante la ruta se ~strecha Igual que;
en una pesadilla; e uiio de esos sueos tremendos en que uno
se esfuerza vanamente por apartar las paredes implacables que se
le cierran endma: "A veces pasan rfagas, paisajes estrujados, /Y
por momentos 1 el .camin es angosto como un sueo.'~
Pero, como si amaneciera o como si despertara, todo ese angostamiento de alma y de paisaje desaparee~- Se abre todo de
par en par, lo mismo que las puertas gel dia. Y esta aber~_ura
se produce y se revela mediante una imagen que, en su apar~e~
cia, es aquella favorita de Maples Arce de la mano que. deshoJa
una flor. Pero su significado no es aqu el de la prdida o el
acabamiento, sino el de la conquista de una inmensidad. Porque
'la flor deshojada no es ahora la margarita interrogada o la novia
blanca, sino la que -cntiene los. rumbos que conducen a wdas
partes, y de 'acuerdo con la cual se or'de?a _la. realidad del esp~;
cio. Y quien la deshoja es la mujer que s?lamente_ l ,est_ destinado a mirar en ese momento; describe, como s1 reflexiOnar~
sobre algo antes no 'advertido: "Entre sus dedos / se d~shoja / la
rosa 1 de los vientos." Abierto as mgicamente el camino, la 'alegra de asirse del momento presente ocupa al poeta. .
Habiendo admitido que todo se va, al igual que desaparecen
de su vista los rboles del camino que recorre; que todo regresa
haci ktrs, hacia su propio atardecer, que es su consuncin, se
rene todo l en fa gloriosa sensacin del presente; que toma
para l contenidos erticos irreemplazables.
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,'p
Cierto, las cosas qlle ahora se miran marchan' hacia atrs, y
all se quedaQ,semej~ntes a barrios de ciudades perdidas. Per~
existe ahora algo posedo indudablemente, -llenq de movediza
alegra, rebelde en su evidente. sumisip, d_eslumbrante en su
fulgor de piel amorosamente .prxima.
Por eso, despus de figurar. as sus sensaciones de viaje y de
prdida: "Los rboles turistas 1 a intervalos 1 regresan cop. la
tarde. 1 Se van 1 quedando 1 at_:r~li 1 -los arrabale~ ./ del recuerdo", despus de figurarlas as, se detiene para exclamar, como si
designara lo que para l conforma la totalidad del mundo y la
vida: "~oh el alegre motn de su b.lancura!-"
Ahora lo pose~ todo. Lib:re. recorre Jas vecindades de lil ciudad amada, que ahg_ra, en su .coQ.ciencia de la,, r~alidad,. no es
ya la gra.q urbe lejana; el puerto de ocano, sino oqa vez su
ciudad de Mxico, donde ha buscado. y en~qntrado la posibilidad de; sei:.
De nuevo presentadas en orden simultn~o, aparecen la libertad musj_cal, ahora red!Jcida al mbito de su misma medida, y los
arrabales, no del recuerdq; s del presente espacial y temporal
en dqnde existe. Lo expresa de este modo: "Tacubaya, 1 San
Angel, 1 :'yfi~coac." "Pequeos, alrededores de la msica"_; medita, de. la mismfl suert~ que ~j encontrar(!. jq_s_to perderlq todo
despu_s de haberlo pQsedo rodo: "Despus 1 ~lq las praderas
del tiempo."~se tiempo vorz, aliado de la muerte que aguarda.
Tiefi.lpo 'Y muerte; confundidgs_ eli su conciepcia e identifica"
dos con la.:Qostilidad, multiplicada de Jas horas noctur.Qas, le dan
los ltimos versos: "All lejos 1 ejrcitos 1 de la noche 1 uos
esperan."
Es la ltimill e~peranzi: qpe el instante actual se prqlop.gue,
que la prdida, las filas destructor~s del tiempo, Ja oscura muerte, estn lejos. Que tengan q1,1e esperar todava largamente.
Agobiado por ese irse yendo incesante de todas las cosas: por
esa inmovilidad suya de viajero vertiginoso que presenoa la
dcadnci del mundo, el poeta intenta radicarse y enraizado
todo en un suelo firme, dentro y fura de si mismo.
Procura que las cosas se afirmen en una- pretendida duraci~
inmvil, y su esfuerzo no -da los :frutos buscados. Porque al arraigar su sueo slo lo arraiga i una terrible movilidad: " ... un
sueo arraig~do f en la luz vegetal, que se extiende en la tarde".
Si se coloca en el tiempo, ste es slo tina corriente de rumores:
"yo soy el pensamiento de -Uil ausente j a orillas de un esto
rumoroso de rboles". Su memoria, que persigue lo inmortal deJ
amor, se establece en un pedestal necesariamente transitorio, en
camino hacia una noche cercana: "un grito que se eleva sobre
el pedestal de la tarde!"
.
Y l, sin movimiento, s 'el punto donde convergen un mstante, para alejarse luego divergentes, rios, pasiones, fechas v?ltiles. y aspira a encontrar firmeza en lo pasajero, en esas_ m1~m~s
pr('!selJ.cias que llevan en s la certidumbre -de la ausencia: M1s
ros, mis cartaratas, mis rumores de bosques, f tdo lo que me
soiriia y me firma." Espera regresar con eflas, sacar de ellas
la evidencia de lo que existe libre del tiempo; pero al final lb
nico evidnt es el silenci; un silenCio slido eri el cual todo
viene a ser confundido: "Un abismo de letras, un cuerpo de silencio."
En medio de golpes y choques aniquilantes, trata de erguir
el inmenso da de la libertad, "el gran da que comienza";
pero la libertad es uii otoo que echa a volar pjaros como hojas
secas: "la libertad despide sus pjaros de octubre". Es una estacin combatida por constantes derrumbes, asediada "de estragos y de angustias". Los vientres preados sufren en sus frutos la
amenaza de hachas asesinas; contradice la quietud de los cielos
el angustiado fluir de la existencia; "palidez, sueos, / ceniza,
adis, bosque, mirada, mar, viento", todo lo efmero, forma los
elementos donde querra fundar la eternidad.
Y otra vez amenazan al fugitivo el silencio, la soledad a donde
todo se dirige, la noche donde el recuerdo mismo es deshecho;
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ella va todo lo {uga?:, "los recuerdos,. las hlices, los rieles"; Eugaz
.ella se mueve con alas; sueos, vrtigo, electrici.dad. Nada ~uyo,
sino en ap,ri~lld<!. puede detenerse.
.
. .
El amor, pues, depositado en un objeto transttono,.. ~~ h<!c~
transitorio 'tambin, y ~arece Q.el pode; d~ est,.ablecer y h]ar.
y slq le queda al poeta, como posibilidad .de esperanza d~
permanencia, la existencia de ~a poesi~, suya o de otros. Aquel
deseo de que, en un canto futuro, sean rec~tadas su vida~ sq
fbula, su ausencia. De que, consolidapa en ~!'~J.cin. de a;t~. _la
vida se. conserve p<!J: si~mpre. Y pretende que arte y am~r,_ ah~
dos en .su fuente, consigan perpetuar ese fruto de prod1g10 en.
un seguro renacim~!!nto.
.
"Renacimiento" es el nombre de uno de los ltimos poe1pas
de -es~ libro .. Es un paisaj!! de f:l~rid~d..es y ~on!<!os. l;>esp.ud~ la
mujer ~qmo t;l m~r. adq:uier~ de st~ la vasta resonancia rtmica,
ese. ruido de masas translci_das que propaga sus ondas q:.no lu,
ces entre follaje a los. c:u.,'!.les ga fondo la q:uietud .gel cielo previo
al crepsculo: "Su desnudez marina resuena entre los rboles 1
como la clarida4 pulida de la tarde."
.
Cqmo u:g t!!IJ!Plo d~rrum\>adJ>, como una derrumbada constelacin de rosas _cuyos despojos se confunden un instant~ con la~
saladas rosas. \>l~:P.~~s g_~ lp~ labio& Il).a,tinqs en la arena JI toral, el
cuerpo desnudo se ti_encle de mrmoles y ptalos: "las _columnas
tendidas, las rosas de s'Q cl]erpo / d,esgarr~ga~, a, ~mlla de la
"
.~~pum; .
.
.
Per.o todo ese fulgor, toda esa msica, sucumb~n baJO u~ .p~so
im:xQrble; son empuj'!dO!l hacia. su destrucCJ1, son asflxtados
por el transcurso que todo lo destr:uye: "Oh, gloria-estrangulada
por el tjeyQpo!"
Trasminado por esa presencia temporal desoladora,. nac~ ~~
principio ,de la segu.nda e.stal)..cia. del poema. Y la rebel.~q. mterior del hombre contra lo que combate al cuerpo que l ama, se
asocia con rebeliones colectivas; el dolor social se incorpora al
individual, y se manifiesta en sangre y en grito .libertario; a~are
ce de nuevo el-otoo como signo de la disolucin, ahora signQ
tambin de .conocimiento: "Desi:Q.tegra el ot<;>&<> ~u conci~ncia
amarilla 1 mientras sangra la voz de las insurrecciones."
Ahora el templo derrumbado, sus "columnas tendidas", rec;;obra su p.dqle carnal, removido precisamente p.or sq patentsc.o
p
con el mareri~l ptreo, cuyo fro lo sacude con un contacto de
vida consumida y pretrita, vida que le llega hasta lo intimo
despertando -~tra. vez, en su perfecta individualidad, los impulsos de la sohdar1dad .humana hacia la justicia. D'espertado el
cuerpo en la tarde junto al mar, siente en su interior la rebelda
contra el tiempo que lo estrangula y lo arruina, y .se contrae de
sbito a causa de. ese hecho, y se solidariza con todo cuanto se
opone en el mundo a las fuerzas injustas: "viene un soplo de
mrmol a estremecer su carne / y surge de la memoria de las ruinas, 1 las entraas crispadas de injusticias":
Y el hombre, junto a aquel cuerpo rendido ya a las amenazas
del tiempo, quiere verlo otra vez de mrmol, como un templo pe
renne> pleno ep. la duracin sin lmite de su materia y resplandeciente de belleza sin trminn. Pero en ese mismo instante cae en.
la cuenta de que la misma belleza que deba darle f\.mdameD'to'
inacabable es el principio de. su acabamiento: porque la fuerza
de la belleza es tan grande que lo absorbe todo y lo consume
como una hoguera despiadada: "belleza que consume, eternidad
petrificada!"
p
Andamios~ interiores
r
Poemas radiogrficos
1922
Verdadero artista es el hombre que cree
absolutamente en s, porque l es absolutamente l mismo.
SCAR WILDE
Prisma
34:
'
35
'Pt
El amor y la vida
son hoy sindicalistas,
y todo se dilata .en crculos concntricos.
FLORES ARITMTICAS
'
Locomotoras, gritos,
arsenales, telgrafos.
36
37
Este techo se llueve.
La noche en el jardn
se da toques con pilas elctricas de ter,
y la luna est al ltimo grito de Pars.
En la sala ruidosa,
el mesero acadmico descorchaba las horas.
p:
Pero todo esto es slo
un. efecto ciriemtico,
porque ahora, siguiendo el entierro .de coches,
all de tarde en tarde estornuda un voltaico
sobre las caras lvidas de los "players" romnticos,
y florecen algunos aeroplanos de hidrgeno.
En la esquina, un "umpire" de trfico, a su modo,
va midiendo los "outs", y ~n este amarillismo,
se promulga un sistema 1uminista de rtulos.
VOCES AMARILLAS-
..
se muere haciendo grgaras
de plata
electrizada,
subido a los peldaos de una escala
cromtica,
barnizo sus dolencias con vocablos azules
- '
y anclada en un letargo de cosas pa.nol'micas,
su vida se evapora lo mismo que un perfume.)
-~i
41
(Y despus, quedamente:)
-Amor, oyes las hojas?
~.so!
-Si no es
de primavera.
-Entonces?
-Tal vez es un,a enferma
42
PERFUMES AP A.GADOS
Despu~
44
,..
45
Como
un~
gqte:J;"a ...
Un incendio de alas
a travs del telgrafo.
Trgicas chimeneas
agujeran el cielo.
.
Y el humo de las fbricas!
(As, todo, de lejos, se me dice como algo
imposible que nunca he tenido en las manos.)
Tramitamos. palabras
por sellos de- <;:arreo,
y la vida automtica
.
se asolea en los andamios de un vulgar rotat1vo.
Las canciones florecen
a travs de la lluvia,
en la tarde :vaca, sin teclado y sin lgrimas.
Los tranvas se llevaron las calles cinemticas
.empapeladas .de ventanas..
46
47
Vrbe
Sper-poema bolchevique
en 5 cantos
1924
A los obreros de Mxico
He aqu mi poema
brutal
y multnime
a la nueva ciudad.
poi
Sbitamente,
oh el fogonazo
verde de sus ojos!
- .'
49
F
!
50
li
51
del viento
se supuran,
perdida en los obscuros pasillos de la msica
alguna novia blanca
se deshoja.
IV
111
Entre los matorrales del silencio
la obscuridad lame la. sangre del crepsculo.
Las estrellas cadas,
son pjaros ~uertos
en el agua sin sueo
f
del espejo.
Y las artillerts
sonoras del Atlntico
se apagan;m,
al fin,
en la distancia.
Su juventud maravillosa
estall una maana
entre mis dedos,
y en el agua vaca
de los espejos,
,naufragaron los rostros olvidados.
y el jardn,
amarillo,
se va a pique en la sombra.
Sbito, su recuerdo,
chisporrotea en los interiores apagados.
Los obreros
son rojos
y marillos.
J.
52
~-
53
' [
La baha,
florecida
de mstiles y lunas,
se derrama
sobre la partitura
ingenua de sus manos,
y el grito lejano
de un vapor,
hacia los mares nrdicos.
Al margen de la almohada,
la noche, es un despeadero;
y el insomnio,
se ha quedado escarbandp en mi cerebro.
De quin son esas voces
que sobrenadan en la sombra?
Y estos trenes que allan
hacia los horizontes devastados.
Los soldados
dormirn esta noche en el infierno.
Dios mo!
Y de todo ,este desastre,
slo unos cuantos ,pedazos
blancos
de su recuerdo,
se me han quedado entre las manos.
Adis
al continente naufragado!
Entre los hilos de -su nombre
se quedaron las plumas de los pjaros.
Pobre Celia Mara Dolores;
el panorama est dentro de nosotros.
Bajo los hachazos del silencio
las arquitecturas de hierro se devastan.
Hay oleadas de sangre y nubarrones de odio.
Desolacin.
Los discursos marihuanas
de los diputados
salpicaron de mierda su recuerdo,
pero,
sobre las multitudes de mi alma
se ha despeado su ternura.
Ocotln
all lejos.
' Voces.
54
551
Poemas interdictos
1927
El estremecimiento
humanidad.
e~
la parte mejor de la
GoETHE
Las calles
sonoras y desiertas,
son ros de sombra,
que van a dar al mar,
y el cielo, deshilachado,.
es la nueva
bandera
que flamea
sobre la ciudad.
POEMAS INTERDICTOS
Estoy a la intemperie
de todas ]as estticas;
operador siniestro
de los grandes sistemas,
tengo las manos
llenas
de azules continentes.
Aqu, desde esta borda,
esperar la cada de las hojas.
La aviacin
anticipa sus despojos,
y un puado de pjaros
defiende su memoria.
Cancin
florecida
56
57
1 1
NewcYork,
Chicago,
Baltimore.
Reglamenta el gobierno los colores del da,
puertos tropicales
del Atlntico,
azules litorales
del jardn oceanogrfico,
donde se hacen seales
los vapores mercantes;
palmeras emigrantes,
ro canbal de la moda,
primavera, siempre t, tan esbelta de flores.
Pas donde los pjaros hicieron sus columpios.
Hojeando tu perfume se marchitan las cosas,
y t lejanamen te sonres y destellas,
oh novia electoral, carroussel de miradas!
lanzar la candidatura de tu amor
hoy que todo se apoya en tu garganta,
la orquesta del viento y los colores desnudos.
Algo est aconteciendo all en el corazn.
Las estaciones girando
mientras capitalizo tu nostalgia,
y todo equivocado de sueos y de imgenes;
la victoria alumbra mis sentidos
y laten los signos del zodaco.
Soledad apretada contra e,l pecho infinito.
De este lado del tiempo,
sostengo el pulso de mi canto;
tu recuerdo se agranda como un remordimiento,
y el paisaje entreabierto se me cae de las manq~.
59
El corazn
me ahoga en la distancia ..
T. S. H.
1
Ahora es el "Jazz-Band"
de Nueva York;
son los puertos sincrnicos
florecidos de vicio
y la propulsin de los motores.
11
El reloj
de la luna mercuri<).l
ha ladrado la hora a los cuatro horizontes.
.'
La soledad,
es un balcn
abierto
hacia la noche.
.
.. l ;
'
En dnde estar el nido
de esta cancin mecnica?
Las antenas insomnes del recuerdo
recogen los mensajes
inalmbricos
de algn adis deshilachado.
Prim.avera
El jardn alusivo
se envaguece de
esper~s
Mujeres naufragadas
que equivocaron las direcciones
trasatlnticas;
y las voces
deauxilio
como flores
60
Un soplo de radiolas
avienta hacia nosotros
sus rumores de vidrio.
Los poetas comentan la renuncia del da:
..
j
61
nuevo
mundo
lati11o
de sus ojos.
En el m~tor
{ (El corazn apretado
hay la mtsma cancin. como un puo)
80 H.P.
Pasan las avenidas del otoo
bajo los balcones marchitos de la msica,
62
..
atrs
los arrabales
del recuerdo
Tacubaya, { Pec_'eos
San Angel,
alrededores de la' msica. t
Mixcoac.
Despus
slo las praderas
del tiempo
All lejos
ejrcitos'
de la noche
nos esperan.
f
P_uerto
Llegaron nuestros pasos hast~ Ja borda qe la tarde;
el Atlntico canta debajo de los muelles,
y presiento un reflejo de mujeres
que sonren al comercio
de los pases nuevos.
y un viento de ceniza
me arrebata su nombre;
la navegacin agitada de pauelos,
y los adioses surcan nuestros pechos,
y eri la dbil memoria de todos estos goces,
slo los ptalos de su estremecimiento
perfuman las orillas de la noche.
i-
iit
;~
64
J
.
65
Revolucin
Viento, dictadura
de hierro
que estremece las confederaciones!
Oh las muchedumbres
azules
y sonoras, que suben
hasta los corazones!
La tarde es un motn sangriento
en los suburbios;
rboles harapientos
que piden limosna en las ventanas;
las fbricas se abrasan
en e incendio del crepsculo,
y en el cielo brillante
los aviones
ejecutan maniobras vesperales.
Banderas clamorosas
La artillera
enemiga, nos espa
en las mrgenes de la Naturaleza;
, los ruidos subterrneos
l pueblan nuestro sobresalto
~ Y se derrumba el panorama.
67
Trenes militares
que van hacia los cuatro puntos cardinales,
al bautizo de sangre
donde todo es confusin,
y los hombres borrachos
juegan a los naipes
y a los sacrificios humanos;
trenes sonoros y marciales
donde hicimos cantando la Revolucin.
Nunca como ahora me he sentido tan cerca de.Ja muerte.
Pasamos la velada junto a la lumbre intacta del xecuerdo,
pero llegan los otros de improviso
apagando el concepto de las cosas,
las imgenes tiernas al borde del horscopo.
All lejos,
mujeres preadas
se han quedado rogando
por nosotros
a los Cristos de Piedra.
Despus de la matanza
otra vez el viento
espanta
la hojarasca de los sueos.
Sacudo el alba de mis versos
.sobre los corazones enemigos,
y el tacto helado de los siglos
me acaricia en la frente,
mientras que la angustia del silencio
corre por las entraas de los nombres querido"s.
POEMAS DE LA LEJANA
Partida
Ruta
68'
69
11.
A,puro su recuerdo
hasta el fondo
del xtasis,
y laten en el pecho
los colores lejanos de sus ojos.
Hoy pasaremos junto del otoo
y estarn amarillas las praderas.
Me estremezco pr ella!
Horizontes deshabitados de la a1,1sencia!
Maana estar todo
nublado de sus lgrimas,
y la vida que llega
es dbil como un soplo.
Paroxismo
Camino de otros sueos salimos con la tarde;
una extraa aventura
70
71
Evocacin
72
''ti
Saudade
73
Y los aviones,
pjaros de estos climas estticos,
no escribirn su nombre
en el agua del cielo.
Memorial de la sangre
1947
A Blanche
Memorial de la sangre
74
75
06
T llegas en la hora
en que una tempestad de ;;tcero
sopla sobre lejanas poblaciones,
y otros van a confundirse
en un abrazo sangriento de naciones.
Oh! t, hecho de mi sangre y de mi fu~rza,
t de forma mor~f. t que no rezas,
.
absoluta presencia que sube de las profundi(i~des.
T traes el germen
.
Espaa, 1936
.Ptl
V oicj le temps des assassins.
RIMBAUD
r
78
79
8Q
Cntico de 'fiberadn
82
empedernidos ruiseores
desalteran su sed de impaciente belleza.
La muerte abre su surco y depo~ita, su .germen negro.
Y cuando las estrellas y los ros de la fiebre
y el vientre de las mujeres y el hacha de los verdugos
y el cielo y la existencia mutilada
despeen mi silencio,
t de futura vida,
estremecido, por la fuerza insonora de mi canto,
proclamars la dura voluntad de mi estrofa,
y al soplo irresistible que del eterno mar te invoca,
volver a florecer quemante y viva
la voz que aqu dejaron mis labios calcinados.
Me desborda un deseo de ignotas maravillas.
La turbadora brisa
el alma me satra de frescas pubescencias:
nostalgias de jardines esclarecen sus litros,
y de la fiel semblanza superpuesta de ptalos
la obscuridad borra su imagen
y entre mis manos
queda slo el tremor de un acto.
Eres t el arcano latido de la sangre?
Un til secreto que exalta y nos libera?
Sublime perfeccin de arduos imposibles
o el progreso ardiente que se eleva
en el hombre?
Al curso inteligible
del tiempo da mi nombre
demudada de ausencias y estupores silbicos.
Razones son de .ti el pes de las maternidades,
palidez, sueos,
ceniza, adis, bosque, mirada,
mar, viento, eternos elementos,
83
' o
Qu espanto de absdlto
brota de los anales de la piedra?
Potencias del silencio nos abisman
en el misterio de las metamorfosis.
Yo abro espacios de fuerza hacia la noche
donde se pierden las trilms del recuerdo
que persiguen los gritos famlicos del tiempo.
'
84
1
extranjero, en un puebl<;>
que flage~a la muerte.
Camino en las ciudades con una sed amarga
y me devora un fuego de blasf~mias;
miro los esplendores del orden,
las estatuas ecuestres,
las cenizas votivas y los dientes
orificados de la fuerza.
J \
Elega meditrrnea
86
\'\.
Hoy todava la paz que te circunda alteras
y remueves la: tierra de zozobras mortales,
un crter se presiente tras barrotes de odio
y la memoria acaba su agona,
aqu, donde cesa de respirar el silencio.
Oh! das corrompidos de miseria y de lodo,
que excav de horror la tirana;
contra el alma conspiran augurios de tristeza.
Slo cumbres fatales
de la antigua belleza
me retienen.
De su abrupto recuerdo el fuego crepitante,
la culpable cabellera ondea
al pie de la violencia,.
las bestias fabulosas husmean en su garganta de nieve .
el olor sofocante que invade sus c;aminos
y el esplendor amortiguado de su sexo duerm"e
entre los pliegues profundos de la muerte.
Oh, Mar Mediterrneo que arrullaste las pocas d"e oro,
mar de viajes ardientes y cadencia eterna,
espuma entre columnas, discpulas del tiempo,
tu razn de diamante purifica mis sueos!
Si la toca el repentino qielo de los siglps
la sangre sin color suspende su latido,
forma pura, el milagro. visible arde e.~ Il!is ojos;
reconozco su espritu lejano
que surge incorruptible de los aos.
Para qu revivir la luz de los sentidos?
Vivo slo del brillo de tu ausencia,
y la llaga que nie" abre un ruiseor efmero
me impide ver la flora del sueo en sus entraas,
y cantar es esta fuerza mortal que me. destroza.
88
Elega paterna
89
Dnde las voces sec.ul<J.;res
que el dolor soterra?
Un soplo repentino
la flor de vuestro esfuerzo aterra
y las horas no lucen ya su brillodivin.o.
La luz bate sus alas en las logias de esto
y a los esquivos senos se retira.
La tierra, el aire, el mar bravo
insinan una virtud gentil.
Es una v~d la sangre en que se mira
mi sueo florecido. Un deseo vago suspira
por las cimas de abril.
Gira el tiempo en su pura geometra
y en el ayer perfecto nos reposa:
El mar trmulamente
como un romance antiguo entre el pinar se oa.
Siento afi la mordente maravilla
y yo apoyado en la viril mejilla
buscando por la sombra ardiente
el carro de la Osa.
Los aos ms hermosos pasan en vana espera
desdeando en soledad seera
los vientos del favor;
en eL pecho socaba su n~stalgia la onda
mientras el mar marmreo corre entre la fronda
con el mismo furor.
De dudas y deseos entretejida
contempl en los ~esnudos
ramajes del inyiel)lo
la claridad de vvestra vida
declinar.
~o
9!
Plenitud
Venus prospecto
Una brisa de hlices publica
su aparicip, transflmica en la tarde.
Los expresos sinfnicos transportan sus sonrisas,
y su voz reverbera blanca de abecec;larios.
Un silbato lejano da idea de sus cabellos,
y transmiten sus seas veloces, los peridicos.
Suben, bajan de precio las reglas del desnudo
y saludan los pjaros sus ofertas risueas.
Telegramas ingenuos, sin races de imprenta,
la aproximan; convergen hacia ella
los recuerdos, las hlices, los rieles.
Por declives de pjaros desciende,
escaleras de sueo la sorprenden,
y habla sola, de noche, con palabras de vrtigo
verbigrafisilovelosilsticamente
en los eclipses rtmicos de la General Electric.
Mas duerme; al fin, detenida,
de su salto d"e trnsito,
a la prisa,
toda trmula de vida,
sin memoria del Louvre entre mis brazos.
Ocenida
El azul colonial de los prospectos
despierta bruscamente mis instintos 'de imprenta;
un grito de horizontes la refugia en mis brazos
mientras la tarde vuela de la palabra "Spolding".
94
Verbo
La palabra principia su rumor de Universo.
No hay indicio siquiera de fractura en el aire.
La letra estereoscpica que corre .por mis venas
acumula en silencio sus promesas de idioma.
Los deportes agrupan su alfabeto de hurras
y las sirenas cantan sus barcos al odo;
sonoriza septiembre la trasmisin de un trino
y en voz alta despido un motor de saliva.
El rumor estertreo que recorre a la rosa
en el disco respira su "modelo de ausencias:
hallo! hallo! a qu extremo ha llegado
su sombra ligersima de ali~nto telefnico.
Yo comienzo a llamarla con fuerzas ferroviarias
y una diccin de fbricas me responde en la URSS,
95
Renacimiento
T sonres desde el orde de un xtasis desnud
y despiertan de pronto 'los jbilos. a~c~nos,
pero la ~qrma slo responde por el tacto.
Una caiici flota 'despiendida de' mundo:
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Transfiguraci'~
Verano
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91
Mensaje
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Poemas no coteccionados
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PERSONAS Y RETRATOS:
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1919-1980
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Osado aquel
que intente copiarte
-paradigma del artepor buril o pincel!
Qu pretende de .m l maravilla;
el mrmol blanco que del Ponto vino
y en un ciego tumulto de contino
a su pasin de espumas me arrodilla?
. :,
' 1
l.
Trmulo palpitar,
locura o razn
de no pdder sujetar
la insuicia de la ocasin.
Yo tengo la quemadura
de su visitacin,
y el mar
la ternura
d'e:su despertar . '.
A 'ldolina
't
100
~ r.
'
"f"'
__! ~ ~
1.~
' ,.
Ro~agnoili
J
r~ .. ~
un retrato
Oh delcia imperante
del musical gorjeo!
Comparado
al andante
de su voz, el discurso encumbrado
es un ftil gangueo.
101
t entras en el mundo
cuando me marcho yo.
A un amigo*
Aunque a su corazn le fatigue la fspera
.
volver a verlo antes de que d,ecJipe el a~o.,f, _._)
Auguro que los campos c~c.ros de primav~ra ..
iluminen su alma con el .f:r~~co:t. de !lnta~o.,) , l
Yo no s por qu fui a remotas frontera~, 'F- ~ r
en busca de otros cielos como los emigrante~, , L
cuando gloria y honores no son ms que q~~}P~r~s.
Ah el to de la belleza! Ah, mirajes distantes!
Mucho lo he recordado en los tiempos postreros:
en un tren, a la o.rill~. del ~ar, ~n los senderos
de un parque, en -el silencio de un sala vaca.
Sueo que un da elevemos.nuestrac;opa t;spumante
y que apun,te. ~:o, sus ojps aqueLfulgor chisp~an~e
de cuando goberna'f?.a "Ji a. 1a vez combati!'. .. l
Heriberto Jara.
r .
Elega
a Ignacio Milln,
~
,'
r
1
Tt
,,
.-
_1
'.
I.,.
-1
.
l
En Jalapa, vergel de''airebolad~~ tarde~,
qu alegra verlo! Traa o_iisigo :siempre
la"s nvedades de" la Revista d(/ Occidente:
t
.. ~,
...
_.r-Lr-r...
El Espectador de Ortega y Gasset,
, . ; J
embeleso; poesa, r~sas de Aranjuez;'
La Decadencia famosa de Oswaid Spengler, ~;r
~
_......._
~-
'
'
'' -
Mi!'ia hab~l.
(
' .'"f"
02
'"!'"
~ '
,..
i'o3
' 1
....
.
..
< 1W)
corre por el silenCio que esconden las ciudades; i
:Profetisa del suefo, haz t este milagro.' : ~
Regrsame su sombra~ aufique -est' ms~ 'osctir. l J
1
..
q'll:e el mismsimo Fausto l tan claro!
'J,
y permite'qlie venga
-
.- : 1 _;~.
'<1! -respirar tohmigo -el aire del pdema-.
Las viejas diS<:iplina~~de los poetas -trgicos. - 1 ,
llegan hasta la rena rnianciaca de cadveres,.: t"
f
frente al mat-y las oh1,sque en voz alta te nombran:
Milln, Milln, Millri, te lhmii las site"ns :1 r
desde la nieol inmehsa de mi vieja memoria. 1
Cuando. lega el crepsculo me quedo pensti\;oy me dig-o a: m{ mismo, ante tu- apagamiento:
t ya no tienes penas,
yo tengo sosiego~=. ' . -l
Duerme, querido amigo,- el sueo del olvido.- ' r
La vida es ci qe hye, y su furor, l naaa. - '
J
.,
'
'
'
'
j''l
io6
- ,
(En el 80 anivers"fio, de
'Gepnn List Arzubide)
LA P~~
DORAITA
Te escribo de un taf'de una: plaza de ~yer, _ quiz la q1s hermosa de cuantas conoc.
El sol apenas dora. su gracia de 'mujer:.
el tiempo y la .historia estn frent~- a m. -
'
CONFRN'rACIONES
..
ni"
l
__ ,_
. ,,o#
c._.,J
Pretendes que el a pi;. uso se oiga en la tierra enteray que todos te adniren: por tu inmenso valor?
,ENCUENTROS
'.
JOS
L _
r ~i
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109
LAMsCARA
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EL
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.. ,
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T llevabas
l'mscara canbal
en que Cueto
' r .
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fij tu risa abrupta, como un lrio reto.
_ ") y :;-;.1
Quin no . te recno~~? ES es~ tu r~t'rat_~ ..fl.J
, .!-y no le hace falta ni el menor garabato. .n!.o {
PAS DE LA
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lNTERROGJ\,CIONES
HQ
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1 ...
In
E& VLS"bEL
PEYOTE
f .
....
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Si alguien por el' camin-o 'te grita Adenf!-' . es porque falS ruta hace en el mismo instimte.
ii2
113
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ALARMA
BIFURCACIN
A~is.
ARS PoT{CA
DESTELLOS
'
Hoy sal
busca d~ mi perd,ida juve!Jtud;
y encontr su~ destellos: la alegra, a salud,
la amistad,' que hace'I1 bien. Expulsa al tiempo ruin,
la polilla, la mscara. Manda a volar el frac.
Que el mundo de la mentira y la farsa haga. crac!,
Recuerd las bellezas de nombre fronteriz:
la danza y el teatro, la poesa y el hechizo.
Tenas t un apetito de tiburn ha~briep,~o;
yo una larga avidez de camello sediento.
El mundo era tav leve: ci~Jo, estrellas, mar,
la aventura infinita como el respirar..
De qu mangos, _de q11 gl\ayas, de q pias
me perd,
pues a aquella fruta coh lores, de campias
no volV!
Olvida tu cadver, que nada te atorinente,
y bbete conmigo, melanclicamente,
los ltimos raudales de un da acariciador.
Porque nunca desert~s la amis!a~ y et amor!
Y aun, que en muchos aos, lo mismo que en la escuela,
cuando oigas tu nombre, puedas decir P~esente!
La vida se marchita <;on el tiempo q4e vuela
'
bajo el veredicto de la hiz mortecina.
T, vive en mi poema de confeti y carmn.
Desastre mexicano! Diana de la: vicioiia(
Poeta, malgr t9ut, y a peSa.r de la e'stotia
'1-)
'-
TRES CIUDADES
A Veracruz
Gaya ciudad de acentos liberales
que ostentas la flor de la sonrisa;
118.
Guadalajara
A Puebla,
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EL POETA Y EL RfO
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Jos
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THN
ausen~e,
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semente.ra~
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tanto se ha conturbado,
reino. un da te encontr;
lejano y ensoado
en la verdad que, fue.
Bruselas
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_..,
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. !.:.fi'l.,
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" - . ,~. - : ~
- _ ! !. :. .....,.
1i j ~
r- r: . . )._ r-~j
TrabaJo en una estancia que mira hacia el pasado:
en silen~o~ t;n,edito y ,escribo
.mi pensat,,.,
. . ::!.>
~;.,-ji_
,.r ~'"' ',~_Jf!)1
la tarde s<:_ "d~spide en. un trance mora~o.
. _, ~Una slaBa-a veces me apar,ta~d un.~sf!r. <.... :,_:
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poeta y el cigo
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128
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Otoflo
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1-
11
Post Scriptu.m
(Sobre un tema de Cames)
III
Teora
Cuando miro a trav$ de los viejos jardines
de las vagas marinas el azul deslumbrante,
se enciende su recuerdo de gracia palpitante
al fondo de una fiesta de mgicos confi_nes.
130
El pueblo
l~jano
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Zaleta, el em~.rujaqo _;
y brujo del pistn
que perdi la chavetal.
'
por la que no lo ama,
pues ama p ~oJr_o.,;p_arqn. \
Y o sueo ton lo arcano
y el diablo entra en Jo ;ya~o__
haciendq una piru(:t_a :. .l :... ,
por el escotilln ..
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132
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133
y en bailes y tinglado'S
arguye su pasin.
Todo es suave y vago,
la noche mero halago,
la mar pleno cantar.
El mgico insondable
que cuelga sus tesoros
tachado de meteoros
me clava el formidable
mirar del ultramar.
Entonces me deca:
Cul es la profeca?
La vida es un afn?
Hay gentes laceradas,
mujeres encintadas
y buques que se van.
M u chachas de ojos zarcos
que esperan blancos barcos
riberas de la mar,
con senos y caderas
de tensas primaveras,
como barcas veleras
ansan tambin bogar.
Yo andaba por los cielos
buscando en mis desvelos
la curva kepleriana,
cuando el sutil intruso
ligero me pr.opuso
los senos de Mariana.
Con golpe acelerado:
-Estate bien portado,
135
te vas a condenar.-.
tus das_ :cqntados
gritme el emf?oscado
con hond(). resr?na,r.
Mas hcele yo'1trente,
y le solt estridete:
-Me haes los mindadps."
-De m te has de acordar.
'
~Estn
Natura es un enigma , .
que pone como estigma
su sexo al tulipn,
desde su verde entraq,
la vida es miel de caa,
azcar de arrayn.
'
Modele Dios su barro
,;
de donde yo me agarro
igual que hierro d imn~-,
Que no me queme el fuego .
1
de su divino Ego,
'
y same leve el jue..go
de vienen y se van.
"t.
El tiempo_ chinchurreta
y el vicio con careta
del brazo juntos vqn~
Que suba el proxeneta,.
ms alto que un cometa,,
y enrdese en ~u treta
el diablo-sacristn. .
(_
'
r
en el azul vigila
la casa de la cuna
ya sin sus moradores.
Adis., gentil Zaleta,
.en mi corazn queda
tu mgica escaleta
y la
queja de tus amores.
Quin, con la meloda
de' tu msica, un da,
hubiera imaginado
que me consolara
del hoy y del pasado?
1
....
* * *
Despej la noche el ceo,
se desnubl' mi pesar,
como en el viejo cantar,
todo fue tan slo un sueo
a las orillas del mar.
Cuando levant la vista entre el cerro y la solana caa la claridad del cielo; las sombras de los rboles comenzaban a
concretarse y despertaban las primeras disonancias matinales.
El mar -plata y azul, vaivn y espuma-= tiene una suave
palpitacin. No me canso de contemplar el horizonte y la
curva del cielo. Siento una vaga nostalgia,. sensacin fabulOsa de tiempo y de distancia. La inmensidad se esfuerza por
139
.,
,\
Pesvanecimiento
:_,
140
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"
La
'
plaza iabrada
. .f
Cancin
~ntigua
El viaJero
U na vesta de rosado
y la otra de caf.
Ah Manuel de mis pecados!
La tercera iba de qu?
Por el camino de Jalapa,
de Jalapa a Coatepec,
una tarde de verano
a las tres me declar;
La primera dijo quin sabe?
la segunda: lo pensar,
la tercera, baj los ojos,
y ya no supe despus.
Haba flores! haba pjaros!
y corrientes de cristal!
Haba danzas acordadas!
.y capullos que cortar!
Cuando pasaron los aos
y a Jalapa regres,
no haba bosque, ni muchachas.
Muerto estaba mi querer.
Historia personal
142
143
;'
1 .
HAMLET O EL OSCURO
Yo le doy m moribunda voz.
Personajes
"J. .
HAMLET,
Tiempo y etern'idad
EL POETA ADOLESCENTE.
LA MUERTE.
VocEs.
El tiempo que me acribilla
me da mucl:to ,en qu pensar:
es cosa, que maravilla
qlle. siendo slo arenilla
se mezcle a la eternidad.
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'.i.
PoETA;
.\
145
de la onda a lo certero?
J;>or las espumas del mar,
por el cielo de ail,
por las manos de marfil
de Ofelia en trance sutil,
por el arte de alta ley,
por las pas de nuestra grey,
por las hierbas de aburar,
no me hagas desesperar,
Oh Hamlet, de mi emocin,
abandona tu atad,
venga a m tu aparicin,
scame de esta inquietud,
y aydame a ventilar
el pasmo de la cuestin.
(Hamlet llega a bordo de un remolcado_r. Salta al muelle)
HAMLET:
PoETA:
HAMLET:
PoETA:
HAMLET:
PoETA:
HAMLET:
PoETA:
HAMLET:
146
1 _f~
es el pasaje agotado
sobre la etern cuestin:" 1
T o be or not to .be . : ._
HAMLET: Djalo p~ra despus
porque est en el tercer acto.
PoETA:
Pero estuvo de.. antewano
en el segupdo.
HAMLET:
l]n tracto
lo arranc de su lugar. 1
PoETA:
Derecho v(!.mos al pu~to:
Seguirs tras el difunto?
HAMLET: Espectro -qu.err\s decir ..
Es lo mismo que~morii:.
''
Estuviste conturb:.do
cuando hablabas con' el en_te
y no queras avanzar
ms all. del terrado.
HAMLET: T leste ma.l mi .drama;
Nada de eso es..ciertq,
Ests en: grJln. _(Jesconciertq
con tus .cuentos <;le pilmama.
Siempre t tan arrogante. '
PoETA:
No dudo que seas valie~te,
lo probaste en lta mar
al abordar l<:>s piratas
en incr~ble. disl<J.t~,
cuando salt el disparate
y dio banda,zo.s tu autor.
Pero te encogiste f.r~Qte
al fantasma peregrino
tan parecido. a tu padre.
.'
HAMLET: Por el ~gntrario, fui adredemente .etr.e..mj gente
para abririi_le camino.
Sin -embargo, e% p.atural
PoETA:
.,
~,
POETA:
HAMLET:
y HdmTet
l'e- sujeta
., cuello)
por 'el
,-
148
~\
PoETA:
HAMLET:
sa es la cuestacin.
M e sacars canas verdes,
jams vi. tal sinrazn.
T ni ~tas ni desatas,
y si :de la cuestin tratas,:
l.
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l
! .1
t te pierdes y me pierdes
y no queda apelacin.
PoETA:
No volver a transgredir
la ley de nuestro vivir
aunque sea -contract.l;
de clialquir manera mata.
HAMLET: Lo que el tiempo te sopl
ei viento se lo llev,
y la vida te amarg,
pero todo queda igual.
PoETA:
Tu crueldad con os galanos
Rosencrantz y Guildenstern
te mancha. Erais realmente amigos, pues no en vano
ellos crean servirte,
ya que ignoraban la urdimbre
inventada por el rey.
Obedecerle era ley.
Los trataste a o gitano.
HAMLET: Pero t ignoras el timbre
del pbder y la realeza;
yo mando por mi cabeza
y no por lo que otros ven.
PoETA:
No creo que estuvo bien
el pliego en substitucin
al que envi el soberano:
tuviste la ide<!, villano, "
de escribir en el papel,
mtalos hasta inconfesos.
Qu dices. de estos excesos?
Cuando estaba humillado el. ~
asesino y a tu alcance,
con el alma ya serena
de lq J1mJindicia _lustrado;
no cumpliste su condena,
151
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HAMLET:
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153
1
defendiendo tu mana
cuando a Polonia, sin vida,
dejaste de una estocada,
y expusiste. su barriga
digna de mejor intriga.
Tambin los sepultureros
hicieron sus chistes torvos,
y todos ponan estorbos
que estropeaban el mandat,
que adrede el destino loco
con un pretexto barato
guardaba en su desbarato.
Slo Horado era sensato
'
pues era parco al hablar,
por lo que se supo poco,
Y ante la duda es mejor
absolver que condenar.
El acero y la ficcin,
la aagaza, el expediente,
he aqu tu sealamiento
y tu determinacin.
HAMLET: N o sa"b es 1o que es la tica,
y yo s mi" qbligacin
de prncipe y de poeta.
POETA:
Entonces, anacoreta
prefiero ser y no Borgia.
HAMLET: T sales de alguna logia
liberal, chambn, inculto,
hablas por aprpximacin,
slo al ta,nteo y al bulto. .
j Por mi sangre eliza.btica deba darte un coscorrn!
PoETA:
No seas tan impaciente,
atempera tu corriente.
No. es q"LJe. yo quiera insultarte
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PoETA:
Qu hermosa revelacin
de Jo que estaba ocultado,
apenas tornasolado
vulvese brillante sol!
HAMLET: Qu te. importa< lo encubierto?
T piensa slo en lo cierto,
lo precipuo es .la cuestin.
Cuando te grite la parca
ya tu tiempo se acab,
procura estar en la barca
y que tu "yo" sea tu. "yo".
A favor de quin ests?
PoETA:
Miremos a .Un9 por unO".
HAMLET: Te simpatiza. Unamuno,
Sartre, Marcel, Kierkegaard?
No olvides al nzifs
PoETA:
Heidegger.
Faltaba ms!
HAMLET:
Das Nichts nichtet.
En suma, Nadas de nada.
Aparta lo sibiino,
al' 'pan pan y al vino vino.
HAMLET: Sartre dijo: Soy la n.da.
Y yo digo, n soy l,
PoETA:
pues lo~ falso est en la mente~
HAMLET: Lucrecio afirm tambin
que el miedo era inexistente
y est sl ttas la frente.
Nada digas de repente,
hablar es delicuescente,
y tente tieso a tu vez.
La vida es sentimental.
PoETA:
HAMLET: La vida es. circunstancial.:
La vida tan slo es una,
PoETA:
HAMLET: Querrs.decir que no es dada:
POETA:
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11
(Interviene la Muerte)
MUERTE:
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PoETA:
Fantoches de la tiznada
vern si la nada es nada
nadie puede probar nada.
La nada es nada de nada.
Y la misma nada es nada.
Yo nado con la quimera.
Cambie171os por la pantera~
La muerte es ms. sandunguera.
Da vueltas.l.a ventolera.
Yo lucho contra la nada.
La nada es tu compaera.
Entonces yo soy la nada?
Ah viento de ventolera!
Y~ no quierQ nada, nada. (Pausa.)
Dime, Hamlet, mi hermano,
por qu dudas en, la accin?
Si sabe~- que todo es vano,
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Qu lo!
POETA:
HAMLET: para caer en la hu esa
abrumado de tristeza.
Mas tus gritos infernales?
PoETA:
Tu querella irracional
en medio del barrizal?
Acababan de enterrar
a Ofelia. T la ofuscaste,
la dejaste ml herida
y causaste su suicidio
(deberas ir a presidio),
pero antes, de una embestida,
a su padre le sangraste.
Dijiste, es. una r<1,t~,
no era cierto, fue :un;;:t errat,
y hasta lo puedo jurar.
HAMLET: Me saltaba en la retina.
Estab;;:t tras la. cprtina.
PoETA:
HAMLET: Ya no importa, un b9tarate,
que tena qu_e despachar.
Escrito a ntivitate
estaba ya.
-Tate, tate ...
PoETA:
Todo es veneno y acero.
en tu determinacin.
HAMLET: Lo ms terrible del drama:,
por la ca~sa de un botri, 1
fue la muerte a la derrama:.
Explcate, barbinzn.
PoETA:
HAMLET: Tena veneno el flor~te
de Laertes, que entr en la trama,
pero hubo el truequ~ fatal.
Yo pinclilo a l, el uaf
me esgrafi a m, igual.
En la copa haba cicuta
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'172
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dialctico, iropariguaJ,
es slo u~o, :rio dos; Y si vaja hay para-dos,
,pues es pas de excep~in,
Y aunq~e no tiene Dios,
s tiene su calavera
'
su Tonantzin agorera
. crismada de Concepcin.
Que este pueblo de rebozo
anda en busca di mejor;
si~te tiene ya en retozo
Y. es ca paz de echarse al pozo
s1 a! traste da con su gozo
el emboscado mayor.
Baraja y deja cortar.
HAMLET: Hablamos distinto idioma.
Yo digo las cosas cienas
1
aunque parezcan oscuras;
t las cosas alertas
"' '
como si fueran locuras.
PoETA:
Hablo lo mejor qve Roma,
me ense d~ .su. vivencia
. '
a veces un poco vago,
"
pues me el}canta el simbolismo
me gusta" la_ ambivalencia,
'
aire y donaire de FranGia.
U na expresin sin Jtalago,
un _p_oema sin fragancia
me cae como sinapismo.
..
HAMLET: Sin embargo, hay algo acjago
en tu lengu_aje extraplan.o; ~ '
presiento omo un enga!o.~ - ~
En algunos intersti(:ig~
.se ven ya los estropicios;
;de la, verdad, y los vicios.
-
'
J'"
173
---
""
.....
-POETA:
HAMLET:
PoETA:
HAMLET:
PoETA:
HAMLET:
'
A ellos y a ti les digo _
que ya el gusan enemigo
les est royendo de:vtrd.
Pero, H:amlet, s indulgente,
no te eniades del relente.' '
Crees qe todo el inundo gir
l
en tomo a lo que nos t1ra.
Mira un poto lo medulaF, ..
al trauma, 3! ;lo trausente~
- \'",.
Qu me quieres s1,1gerir? .
Que- n todo es s:oaF,. ..
que. no todo .es morir,.
que no es todo acabr~ Hay que mediar, hay que transar,
hay que entender, h,ay..que adquirir,
PoEtA:
HAMLET:
PoETA:
74
175
,~ ~ ,,,.J.... ;;a.va;;wmliJAt.mzaua:;q;IM,.&A#ili!Pftfm;f.!!..... !!
,\,.tijll~
-~-
'
176
HAMLET:
..
.l
t I
Entonces de la empanada
qu?
Ni nadas de la: nada
PoETA:
porque se habrn vuelto orujo.
HAMLET: T eres del alib.
PoETA:
N o, ni del alelev
porque nunca me escond.
HAMLET: Agente de la gazapa,
chanchullero, urdemalas,
que todo lo descabalas.
No vales una zurrapa.
PoETA:
sos eran los del rey
pero no los de mi ley;
esos .fueron los de ayer
pero ya no se han de ver.
HAMLET: Yo crea que tus anhelos
miraban a la poesa,
y <).Ue con ella tUS duelos
y tu languor finiran.
Qu desengao ay de m!
siempre, siempre l tem.
Me heriste en -el corazn.
PoETA:
Yo no quise hacerte mal.
Perdname, somos dbiles.
HAMLET: S, somos flbiles, flbiles,
y' equivocas la emulsin.
POETA:
Ah, Ham'Iet de mi ambiCin!
C~o -pude traicionarte!
HAMLET: Yo mismo me lo .pregunto
para Uegar hasta el :punto
de igualar tll condicin.
PoETA:
Pero la c'ulp~ e; de Olarte"'
y la tergiver-sacin,
que yo nunca tuve parte
en aquella rebelin.
177
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1
HAMLET:
PoETA:
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---~~---
PoETA:
HAMLET:
PoETA:
HAMLET:
PoETA:
HAMLET:
POETA:
HAMLET:
VocEs:
PoETA:
A Hamlet
;Oh Hamlet, camarada de este sueo
que
has venido
a buscarme hasta mi ~o1
j.
180
1
181
\.
',,.!
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NDICE
'
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g.
Estudio preliminar
ANDAMIOS INTERIORES
Poemas radiogrficos
1922
35
Prisma
Flores aritmticas
37
38
39
V oces amarillas
40
42
43
Perfumes apagados
44
45
46.
Al margen de la lluvia .. .
Tras los adioses ltimos .. .
Como una gotera. . . .
' l1
VRBE
Sper-poema bolchevique en 5 cantos
1924
l.
U.
IH.
IV.
He aqu mi poema. . . .
Esta nueva profundidad del panorama ...
La tarde, acribillada de ventanas .. .
Entre los matorrales del silencio .. .
V.. Las hordas salvajes de la noche. . . .
48
51
52
53
54
185
'
....
POEMAS INTERDICTOS
Transfiguracin
Mensaje
1927
Poema~
97
98
inter(iictos
. POEMAS NO COLECCIONADOS
1919-1980
5'/
60
61
62
64
Personas y retratos
66
Poemas de la lejana
Partida .
Ruta.
Paroxismo
Evocacin
Saudade .
69
69
70
72
73
'
1 '
La plaza dorada .
Confrontaciones
. Encuentros .
La mscara .
1
El pas de la U
Interrogaciones
El vals del peyote
Alarma
Bifurcacin
Ars Potica
Destellos .
Autorretrato con paisaje
MEMORIAL DE LA SANGRE
1947
75
M'emorial de la sangre
Espaa, 1936
Este da de pasin ...
Cntico de -liberacin
Fundacin del. olvido
Elega mediterrnea
Elega paterna .
.77
79
81
84
. 87
99
lOO
lOO
101
102
102
103
107
107
107
-J98
110
'Iil
ni
112
' 115"
115
116
117
118
89
Trt;s ciudades
La memoria y el viento
Metamorfosis
Plenitud .
Cita .
Venus prospecto
Ocenida
Verbo
Renacimiento .
Verano
186
A Veracruz .
A Guadalajara .
A Puebla
92
93
93
94
94
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~.
120
El poeta y el ro
95'
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96
118
119
'
11
Evocando el tiempo .. .
Cuando en pensarme .. .
Contigo van ...
Oigo el pulso latir ...
120
121
122
122
187
'
123
124
124
125
125
126
127
128
129
129
131
131
Aire de ausencia
El pueblo lejano
Tajn
Serenata pueril .
Desvanecimiento
La plaza labrada
Cancin antigua
132
132
133
140
141
141
143
143
144
01
:z
Hamlet o el oscuro
Pieza teatral
A Hamlet
188
145
181