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TRAZOS de LUZ Eduardo Cadava 2015

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NOMBRE Y APELLIDOS La verdadera imagen del pasado pasa fugazmente. El pasado silo pueie apresarse como urea imagen gue relanpagien un ins- tante, en el que puede ser conocida y jams vista vuelta « ver. [..] Pues es la imagen irrecuperable del pasado que amenaza con desaparecer cada vez que el presente no se reconoce aluaido en ella Water Benjamin, “Tesis sobre el con- cepto de historia” 1. HISTORIA El estado de emergencia, la perpetua alarma que, segin Benjamin, caracteriza a Ia historia, corresponde al hecho fotogréfico. En las “Tesis sobre el concepto de historia”, reunidas mientras escapaba de la Alemania nazi, poco antes de su suicidio en 1940, Benjamin concibe la historia a través del lenguaje de la fotografia, como si nos ofreciera una serie de instanté- reas de su ultima reflexion sobre la historia. Escritas desde la perspectiva del desastre y la catéstrofe, las tesis, constituyen un tiempo histérico-biografico puntuado por la cémara, que funciona como un flash-back de las Preocupaciones benjaminianas, especialmente aquellas que se advierten en sus escritos de los afios 30 sobre la complicidad entre la ideologia estética y la estetizacion de la politica y a guerra, llevada adelante por el fascis- mo. Al evocar las imagenes del pasado que relampa- guean s6lo para desaparecer, los momentos inaugurales 45 de un nuevo calendario revolucionario que sirven como camaras en movimiento y los heliotropismos secretos que vinculan el pasado con la historia de la luz, estas te- is cuestionan esas formas de pragmatismo, positivismo istoricismo que Benjamin entiende como versiones de un realismo que establece su verdad al evocar la autori dad de los asi Hamados— hechos.! Para Benjamin no puede haber fascismo que no esté tocado por esta ideologia realista que, al mismo tiem- Po, Pertenoce y no pertenece ala historia de la fotografia, La consideracién benjaminiana de ciertas preguntas his- t6ricas y filoséficas sugeridas por la aparicién y el ocaso de lo fotografico puede, entonces, ser entendida como un esfuerzo por medir el grado en el cual los medios de reproductibiliciad técnica se entregan a fuerzas politicas ¥y sociales que, segiin Benjamin, van en la direccién de lo peor. También puede ser entendida como una reflexion acerca del potencial revolucionario de tales medios, espe- Gialmente en la deconstruccién de valores de autoridad, autonomia y originalidad de la obra de arte —valores que, para Benjamin, ayudan a formular lo que Philippe Lacoue-Labarthe ha llamado los mitos de origen esté- fico-nacionales, predominantes en la Alemania fascista de ese momento. La critica de Benjamin a la “formali- zacién”, su lectura de la relacién entre la emergencia del fascismo y el concepto de estética, da cuenta del vinculo 1. Ce este punto con el andliss de Hamacher, en “Journal, Politics, acerca dela “Logica” de este realism, tal como aparece en *Chientce {u'un collaboraieur” de Sartre y en Ios textos dela guerra de Paul de Man, 2. Véase Lacoue-Labarthe, Heidegger, Art and Potties, 62-70, Para otro anilisis reciente cela relacion entre el prayecto politico del Nacional Socialismo y el esteticismo, véase “Journals, Politics" de Hamacher, 46 entre la ideologia del organicismo y compromiso con el poder tecnolégico. Su preocupacién por la fotografia — su invencién y su historia— coincide con su interés por los efectos de la técnica sobre nuestro modo de entender lo estético, efectos que delinean los atributos de nuestra modemidad. El advenimiento de la fotografia pone en escena, segiin Benjamin, el problema de la obra de arte en Ia época de la reproductibilidad técnica, entendida como una problemética del fascismo y, a partir de ello, inaugura la reelaboracién de una serie de “conceptos he- redados (como el de creacién y genialidad, perennidad y misterio), cuya aplicacién descontrolada, y por el mo- mento dificilmente controlable, lleva a la elaboracién del ‘material factico en el sentido fascista” (D118 / GS 1:495)3 Su insistencia en la necesidad de formular estas Preguntas y sus relaciones —tanto en los afios 30s como ahora, ala luz oa la sombra de un momento histérico un poco menos desastroso— se vuelve hoy, antes que nada, una convocatoria que requiere un esfuerzo del pensa- miento apasionado y firme Uno ya no puede escapar 3 len conoddo ot hecho de qu Berfami conalderab ete tiva de repensar el status y la naturaleza de la obra de arte come un medio para combatir el fascismo. Véase Wolin, Wally Benjani sme 15.8 y Dinan, “Tadon nd Desc Ass dle la apuesta politica que implica su pensamiento sobre la foto setup Ware eects aloe ce excelentes sobre el rol del arte y los meds Senos en la agenda po ltl del Nacional Socialisme: Hitler de Syberberg, War and Cinna de Virilio; y mis recentemente, Ronell, Telephone Book y "Diferemts of Man (especialmente 268), 4. Aunque hoy probablemente comprendamos la importancia y relevancia de estas reflexiones, ya no se teata simplemente de une ‘cuestiin de crisis. Todo ocurre coma si entendigramos y compartic. ramos la sensatez, todo ocurre como si todos reconaciéramos el rol ‘masivo que las tecnologia fotogrificas —su produceién,difusion y ” de la obligacién de pensar ni de la obligacién de actuar. Y lo que debe ser pensado y actuado, bajo la iluminacién © la penumbra de estos interrogantes, es la posible con- vergencia de la fotografia y la historia, una convergencia que Benjamin generalmente ubica en el acontecimiento istoriografico. Dice Benjamin: La tradicin de la sociedad burguesa puede comparar se-conla de la cimara, El académico burgués la observa como el amateur que disfruta las coloridas imSgenes en. el visor de la cémara. EI materialista dialéctico trabaja con ellas, Este trabajo consiste en poner en faco [fstet= stelle], Puede optar entre un teleabjetivo o un gran an- gular, entre una dura iluminacién politica o entre otra histérica, més suave; pero finalmente ajusta el dispara dor y dispara. Una vez que retiré la placa fotogréfica Ia imagen dol objeto ente6 en la tradicién social—, el concepto adquiere sus derechos y el fotSgrafo revela la fotografia, Porque la placa slo puede ofrecer un nega- tivo. Es el producto de un aparato que sustituye [a luz por la sombra y la sombra por la luz, Para una imagen ‘manipulacion— desempenan en To que lamamos “nuestra realidad histrica”. Bfectivamente, no hay un instante de nuestras vidas que no esté marcada por Ia reproduccion tecnoligica de imégenes: aqui podriamos considerar una amplia variedad de formas ideoligicas — rroda, eine ustraciones en peribdicos, representacionestolevisivas, ppublicided, campanas politcas, ete. Basta recordar la tragedia de fo ‘que hoy llamamos “Guerra del Golfo”. Siesta guerra nos enseA algo fue algo que se aplica« todas las guerras: no puede exist guerra que no dependa de las teenologias de representacién, Fue una guerra en la «que todas las operaciones dependieron de las tecnologias visuales: fo tograffa sateltaly area, potentes cimaras de television, lashes infra ojos, aparatos vsuales, imagenes termogréficase incluso cémaras en Ine cabezas de los mises. La maquinaria béica era, en todo sentido, tuna méquina fotogréfica. Pensar aquello que hizo posible Ia Guerra

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