Este cuento trata sobre un erizo feo que vivía solo, ocultándose de los demás. Un día, alguien tomó varios objetos preciosos como perlas y piedras y los enhebró en las púas del erizo, transformándolo en un animal fabuloso. Cuando la gente lo vio, quedaron maravillados por su belleza. El erizo estaba feliz de recibir atención, pero no se movió por miedo a perder su hermoso atuendo. Permaneció quieto todo el verano hasta que murió
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Este cuento trata sobre un erizo feo que vivía solo, ocultándose de los demás. Un día, alguien tomó varios objetos preciosos como perlas y piedras y los enhebró en las púas del erizo, transformándolo en un animal fabuloso. Cuando la gente lo vio, quedaron maravillados por su belleza. El erizo estaba feliz de recibir atención, pero no se movió por miedo a perder su hermoso atuendo. Permaneció quieto todo el verano hasta que murió
Este cuento trata sobre un erizo feo que vivía solo, ocultándose de los demás. Un día, alguien tomó varios objetos preciosos como perlas y piedras y los enhebró en las púas del erizo, transformándolo en un animal fabuloso. Cuando la gente lo vio, quedaron maravillados por su belleza. El erizo estaba feliz de recibir atención, pero no se movió por miedo a perder su hermoso atuendo. Permaneció quieto todo el verano hasta que murió
Este cuento trata sobre un erizo feo que vivía solo, ocultándose de los demás. Un día, alguien tomó varios objetos preciosos como perlas y piedras y los enhebró en las púas del erizo, transformándolo en un animal fabuloso. Cuando la gente lo vio, quedaron maravillados por su belleza. El erizo estaba feliz de recibir atención, pero no se movió por miedo a perder su hermoso atuendo. Permaneció quieto todo el verano hasta que murió
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La inmolacin por la belleza
Cuento
Marco Denevi
El erizo era feo y lo saba. Por eso viva en sitios apartados,
en matorrales sombros, sin hablar con nadie, siempre solitario y taciturno, siempre triste, l, que en realidad tena un carcter alegre y gustaba de la compaa de los dems. Slo se atreva a salir a altas horas de la noche y, si entonces oa pasos, rpidamente erizaba sus pas y se converta en una bola para ocultar su rubor. Una vez alguien encontr una esfera hspida, ese tremendo alfiletero. En lugar de rociarlo con agua o arrojarle humo -como aconsejan los libros de zoologa-, tom una sarta de perlas, un racimo de uvas de cristal, piedras preciosas, o quiz falsas, cascabeles, dos o tres lentejuelas, varias lucirnagas, un dije de oro, flores de ncar y de terciopelo, mariposas artificiales, un coral, una pluma y un botn, y los fue enhebrando en cada una de las agujas del erizo, hasta transformar a aquella criatura desagradable en un animal fabuloso. Todos acudieron a contemplarlo. Segn quin lo mirase, semejaba la corona de un emperador bizantino, un fragmento de la cola del Pjaro Roc o, si las lucirnagas se encendan, el fanal de una gndola empavesada para la fiesta del Bucentauro, o, si lo miraba algn envidioso, un bufn. El erizo escuchaba las voces, las exclamaciones, los aplausos, y lloraba de felicidad. Pero no se atreva a moverse por temor de que se le desprendiera aquel ropaje miliunanochesco. As permaneci durante todo el verano. Cuando llegaron los primeros fros, haba muerto de hambre y de sed. Pero segua hermoso.