Amigos Por El Viento y Clarice Inspector 6°
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la Continuidad Pedagógica
Educación Primaria
SEXTO
AÑO
Segundo Ciclo
PRIMERA ENTREGA
Fecha de entrega:
Los y las docentes orientarán las actividades educativas que se pondrán en marcha
en este periodo. Sin embargo, consideramos muy importante el papel que pueden
desempeñar las familias y las personas del entorno de las niñas, niños y jóvenes,
al colaborar con el desarrollo de sus tareas.
• Establecer un momento del día para leer y realizar las actividades del cuadernillo.
Los y las docentes de la escuela estarán en contacto con ustedes para que entre
todos y todas podamos atravesar esta situación de la mejor manera y asegurando
el derecho a la educación de los y las estudiantes.
Cuadernillo de actividades para
la Continuidad Pedagógica
PRÁCTICAS DEL
LENGUAJE
Sexto año
Prácticas del lenguaje
Educación Primaria
Segundo ciclo - Sexto año
En el 2014, Paka Paka publicó una serie titulada “Cuentos del sillón”.
Julieta Díaz, Nicolás Vázquez, Roberto Carnaghi y otros actores y actrices famosos se sientan en
el sillón de Enriqueta para leer cuentos de diferentes autores argentinos. Nos regalan momentos
mágicos mientras relatan historias de misterio, humor o amor escritos por Laura Devetach, Gustavo
Roldán, Silvia Schujer, Liliana Bodoc, entre otros.
Te proponemos que comiences con la lectura de “Amigos por el viento” de Liliana Bodoc.
A veces, la vida se comporta como el viento: desordena y arrasa. Algo susurra, pero no se le
entiende. A su paso todo peligra; hasta aquello que tiene raíces. Los edificios, por ejemplo. O las
costumbres cotidianas.
Cuando la vida se comporta de ese modo, se nos ensucian los ojos con los que vemos. Es decir,
los verdaderos ojos. A nuestro lado, pasan papeles escritos con una letra que creemos reconocer.
El cielo se mueve más rápido que las horas. Y lo peor es que nadie sabe si, alguna vez, regresará
la calma.
Así ocurrió el día que papá se fue de casa. La vida se nos transformó en viento casi sin dar aviso.
Recuerdo la puerta que se cerró detrás de su sombra y sus valijas. También puedo recordar
la ropa reseca sacudiéndose al sol mientras mamá cerraba las ventanas para que, adentro y
adentro, algo quedara en su sitio.
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Cuadernillo de actividades
para la Continuidad Pedagógica
Habían pasado varios años desde aquel viento que se llevó a papá. En casa ya estaban reparados
los daños. Los huecos de la biblioteca fueron ocupados con nuevos libros. Y hacía mucho que
yo no encontraba gotas de llanto escondidas en los jarrones, disimuladas como estalactitas en
el congelador. Disfrazadas de pedacitos de cristal. “Se me acaba de romper una copa”, inventaba
mamá que, con tal de ocultarme su tristeza, era capaz de esas y otras asombrosas hechicerías.
Ya no había huellas de viento ni de llantos. Y justo cuando empezábamos a reírnos con ganas y a
pasear juntas en bicicleta, aparecía un tal Ricardo y todo volvía a peligrar.
Mamá sacó las cocadas del horno. Antes del viento, ella las hacía cada domingo. Después pareció
tomarle rencor a la receta porque se molestaba con la sola mención del asunto. Ahora, el tal
Ricardo y su Juanjo habían conseguido que volviera a hacerlas. Algo que yo no pude conseguir.
–Me voy a arreglar un poco –dijo mamá mirándose las manos–. Lo único que falta es que lleguen
y me encuentren hecha un desastre.
–¿Qué te vas a poner? –le pregunté en un supremo esfuerzo de amor.
–El vestido azul.
Mamá salió de la cocina, la gata regresó a su canasto. Y yo me quedé sola para imaginar lo que
me esperaba. Seguramente, ese horrible Juanjo iba a devorar las cocadas. Y los pedacitos de
merengue se quedarían pegados en los costados de su boca. También era seguro que iba a dejar
sucio el jabón cuando se lavara las manos. Iba a hablar de su perro con el único propósito de
desmerecer a mi gata.
Pude verlo transitando por mi casa con los cordones de las zapatillas desatados, tratando de
anticipar la manera de quedarse con mi dormitorio. Pero, más que ninguna otra cosa, me aterró
la certeza de que sería uno de esos chicos que, en vez de hablar, hacen ruidos: frenadas de autos,
golpes en el estómago, sirenas de bomberos, ametralladoras y explosiones.
–¡Mamá! –grité pegada a la puerta del baño.
–¿Qué pasa? –me respondió desde la ducha.
–¿Cómo se llaman esas palabras que parecen ruidos?
El agua caía apenas tibia, mamá intentaba comprender mi pregunta, la gata dormía y yo esperaba.
–¿Palabras que parecen ruidos? –repitió.
–Sí. –Y aclaré– Pum, Plaf, Ugg... ¡Ring!
–Por favor –dijo mamá–, están llamando.
No tuve más remedio que abrir la puerta.
–¡Hola! –dijeron las rosas que traía Ricardo.
–¡Hola! –dijo Ricardo asomado detrás de las rosas.
Yo miré a su hijo sin piedad. Como lo había imaginado, traía puesta una remera ridícula y un
pantalón que le quedaba corto.
Enseguida, apareció mamá. Estaba tan linda como si no se hubiese arreglado. Así le pasaba a
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Prácticas del lenguaje
Educación Primaria
Segundo ciclo - Sexto año
A veces, la vida se comporta como el viento: desordena y arrasa. Algo susurra, pero no se le
entiende. A su paso todo peligra; hasta aquello que tiene raíces. Los edificios, por ejemplo. O las
costumbres cotidianas.
–Si querés vamos a comer cocadas –le dije.
Porque Juanjo y yo teníamos un viento en común. Y quizás ya era tiempo de abrir las ventanas.
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Cuadernillo de actividades
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Anotá en tu carpeta las respuestas y cuando vuelvan a clase, podrás intercambiar con el grupo.
e. ¿Qué querrá decir la siguiente frase: “sugirió la mujer que cumplía años, desesperada por la falta
de aire? ¿Y es que yo me lo había tragado todo para matar por asfixia a los invitados”?
f. ¿Y esta frase: “Entonces, busqué una espina y la puse entre signos de preguntas”? ¿qué significa?
g. ¿Por qué dirá, al final, que ya era tiempo de abrir las ventanas?
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Prácticas del lenguaje
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Segundo ciclo - Sexto año
Te invitamos a leer otro cuento: “Desafío” extraído de Cuentos con trenes, del autor Aldo Tulián.
Si quisieras escucharlo, Carlos Portaluppi lo lee en la Serie Cuentos del Sillón. Lo podés ver aquí:
https://www.youtube.com/atch?v=06d8RCJGx6c&=&list=PLVvU5Pgeah5x86Jj02xudLn5Noko9MIQO&=&index=4
Desafío
Aldo Tulián
La escuela quedaba en las orillas del pueblo, frente a las vías del ferrocarril. Más allá de las vías
comenzaba la pampa frutal. Miles y miles de árboles iguales, alineados, mansos y obedientes,
trabajaban en silencio para dar sus frutos a tiempo. Desde la escuela, a lo lejos, se veían a los
hombres andar entre los naranjos. Unas veces pasaban con un pequeño tractor echando una
lluvia finita y blanca que el viento elevaba asustando a las palomas. Otras, se trepaban a las
escaleras con tijeras enormes y recortaban hojas y ramas, dejando las copas de los árboles como
redondos nidos de plumas verdes. Cuando aparecían los azahares, en la escuela el perfume
barría con el olor a tinta.
Carlos y Zuleta caminaban lado a lado en silencio.
A Zuleta en la casa le decían Choclo, pero en la escuela hasta los compañeros lo llamaban Zuleta.
A él no le gustaba, pero lo había aceptado como al guardapolvo o a esos bancos incómodos y
antiguos con el pupitre surcado de iniciales grabadas a cortaplumas. Que lo llamaran Zuleta o
“niño” era parte de ese mundo que había empezado para él hacía cuatro años y al que tenía que
entregar sus tardes, menos las de los sábados y domingos.
Zuleta vivía más allá de las vías, donde comenzaban los naranjos infinitos. Era un experto
acomodando panales en los cajones de abejas o eligiendo plantas en el vivero junto a su padre,
pero la matemática se le estaba haciendo cuesta arriba.
Y no parecía que el año próximo fuera a ser mejor. Un chico de quinto le había dicho que estaban
aprendiendo raíz cuadrada y le mostró el cuaderno. Zuleta recordó aquel enjambre de números y
letras, levantó una piedra y la estrelló contra un poste de luz.
Carlos iba tratando de recordar la causa del desafío. ¿Por qué se iban a pelear? Zuleta era su
amigo. Bueno, bastante amigo. Aunque no tan amigo como Gerardo, que vivía al lado de su casa
y el papá le dejaba usar la bicicleta de reparto del almacén y daban vueltas a la manzana, uno
pedaleando mientras el otro iba sentado en la canasta, delante del manubrio. Con Gerardo nunca
se habían tenido que pelear, pero con Zuleta, era otra cosa. Zuleta era terminante y hosco. Una
vez tiró de espaldas de un empujón a Sarnelli, que es de quinto, cuando quiso matar a una culebra
con un medio ladrillo. Zuleta agarró la culebra con la mano y la metió entre los yuyos. Después
se dio vuelta y le sostuvo la mirada mientras el bicho se ponía a salvo. Carlos había querido
decirle que estaba de su parte, pero no le salió. Zuleta les dio la espalda y se fue a su casa solo,
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Cuadernillo de actividades
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como siempre. Zuleta era así. Con Zuleta no se discutía. Y hecho el desafío había que achicarse
o pelear. Llegaron al canchón que estaba al lado de las vías. Cada uno se fue desabrochando el
guardapolvo y lo dobló sobre la pila de cuadernos y libros. Hacía calor. Al fondo, los vagones de
carga dormían al costado de la vía principal.
Avanzaron hacia el centro del canchón. Una bandada de tordos salió de los matorrales alborotando
el aire. Desde el patio de tierra de la escuela, las casuarinas, altísimas, vigilaban.
Y fueron los dos un solo puño
El cuerpo sobre el cuerpo
El cielo y la tierra
El jadeo
Y luego, el silencio
Se miraron un rato sentados en el suelo. A Carlos le dolía la nariz pero dijo que estaba resfriado.
Zuleta le alcanzó su pañuelo, juntó el guardapolvo y los útiles, se fue caminando despacio y se
perdió en el naranjal.
El día siguiente fue sábado. Hizo un lindo día. Carlos tomó la leche con pan y manteca y fue al
kiosco a buscar el diario para su papá.
Después caminó por la vereda de paraísos hacia la escuela. Bordeó el patio de casuarinas, pasó
por el canchón, atravesó las vías y llegó a la casa de Zuleta. Dijo que venía a devolverle el pañuelo.
Zuleta lo estaba esperando, para jugar.
Anotá en tu carpeta las respuestas y cuando vuelvan a clase, podrán intercambiar con el grupo.
b. ¿Por qué crees que a Choclo lo llamaban Zuleta o “niño”? ¿por qué crees que él lo había aceptado?
d. En el cuento se dice “Carlos iba tratando de recordar la causa del desafío” ¿Cuál era el desafío?
¿en qué partes de la historia te hace pensar en la causa del desafío?
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Prácticas del lenguaje
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¿Por qué crees que el autor, Aldo Tulián, habrá decidido escribirlo así?
f. Después de la pelea ¿Por qué Zuleta estaría esperando a Carlos para jugar?
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Tortura y gloria
Clarice Lispector
Ella era gorda, baja, pecosa y de cabellos excesivamente crespos. Su busto se volvió enorme,
mientras todas nosotras seguíamos chatas. Como si fuera poco, se llenaba los bolsillos de la
blusa, por encima del busto, con caramelos. Pero tenía lo que todo niño devorador de historias
querría tener: un padre librero.
De poco le valía. Y a nosotras menos todavía: incluso para los cumpleaños, en lugar de algún
librito, ella nos entregaba una tarjeta postal de la librería de su padre. Y para colmo con el paisaje
de Recife, donde vivíamos, con sus puentes. Atrás escribía con caligrafía ornamentada palabras
como fecha de nacimiento y saudade.
Pero qué talento tenía para la crueldad. Ella era pura venganza, chupando sus caramelos y
haciendo ruido. Cuánto nos debía odiar esa niña, a nosotras que éramos imperdonablemente
bonitas, esbeltas, altas, con cabellos sedosos. Conmigo ejerció con calma ferocidad su sadismo.
En mi ansia por leer, yo ni notaba las humillaciones a las que ella me sometía: seguía implorando
en préstamo los libros que ella no leía.
Hasta que llegó para ella el gran día de empezar a ejercer sobre mí una tortura china. Como sin
querer, me informó que tenía As reinações de Narizinho.
Era un libro grueso, Dios mío, un libro para vivir con él, comiéndolo, durmiendo con él. Y totalmente
por encima de mis posibilidades. Me dijo que pasara por su casa al día siguiente y que ella me lo
prestaría. Hasta ese día siguiente me transforme en la esperanza misma de la alegría: no vivía,
flotaba lentamente en un mar suave. Al día siguiente fui a su casa, literalmente corriendo. Ella
no vivía en un sobrado como yo, y sí en una casa. No me invitó a entrar. Mirándome fijamente
a los ojos, me dijo que le había prestado el libro a otra niña, y que volviese al día siguiente a
buscarlo. Boquiabierta, me retiré despacio, pero pronto la esperanza de nuevo me invadía toda y
yo retomaba la calle dando saltitos, que era mi modo extraño de andar por las calles de Recife.
Esta vez no me caí: me guiaba la promesa del libro, el día siguiente llegaría, los días siguientes
eran toda mi vida, el amar por el mundo me esperaba, y seguir saltando por las calles como
siempre sin caerme ni una vez.
Bueno, pero no acabó simplemente allí. El plan secreto de la hija del librero era frío y diabólico.
Al día siguiente allí estaba yo en la puerta de su casa, sonriente y con mi corazón latiendo. Para
oír la fría respuesta: el libro todavía no estaba en su poder, que volviese al día siguiente. No sabía
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Prácticas del lenguaje
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yo, como más adelante con el pasar de la vida, que el drama del día siguiente se repetiría con el
corazón latiendo.
Y así siguió. ¿Cuánto tiempo? No sé. Ella sabía que era un tiempo indefinido, en tanto la hiel no
se escurriese de su grueso cuerpo. Yo había empezado ya a adivinar que me había elegido para
que sufriera, a veces adivino. Pero, incluso adivinándolo, a veces acepto: como si quien quiere
hacerme sufrir necesitara que yo sufra.
¿Cuánto tiempo? Iba todos los días a su casa, sin faltar ni uno siquiera. A veces ella decía: pues
al libro lo tuve ayer a la tarde, pero como no viniste, se lo preste a otra nena. Y yo, que no tenía
ojeras, sentía que se me formaban bajo mis ojos espantados.
Hasta que un día, cuando estaba en la puerta de su casa, oyendo humilde y silenciosa su
negativa, apareció su madre. Debía extrañarle la diaria y muda aparición de aquella niña en la
puerta de su casa. Nos pidió explicaciones. Hubo una confusión silenciosa, entrecortada de
palabras poco esclarecedoras. A la señora le parecía cada vez más raro el no poder entender.
Hasta que esa buena madre comprendió. Se volvió hacia su hija y con enorme sorpresa exclamó:
“¡Pero ese libro nunca salió de esta casa y tu nunca lo quisiste leer!”. Y lo peor para ella no era esa
revelación, sino haber descubierto qué hija tenía. Con real horror nos observaba: la potencia de
la perversidad de su hija desconocida, y la niña de pie en la puerta, exhausta, enfrentada al viento
de las calles de Recife. Fue entonces cuando, rehaciéndose, dijo firme y calma a la hija: “Vas a
prestarle ya mismo As reinações de Narizinho”. Y me dijo todo lo que jamás me habría atrevido
a imaginar. “Y tú te quedas con el libro el tiempo que quieras”. ¿Entienden? Era más que darme el
libro: por el tiempo que yo quisiera es todo lo que una persona, pequeña o grande, puede querer.
¿Cómo contar lo que siguió? Yo estaba atontada, y así recibí el libro en mis manos. Creo que no
dije nada. Lo tomé. No, no me fui saltando como siempre. Me retiré caminando muy lentamente.
Sé que sostenía el libro con ambas manos, que lo apretaba contra el pecho. Cuánto tiempo me
llevó llegar a casa, poco importa. Mi pecho ardía, mi corazón estaba desmayado, pensativo.
Al llegar a casa, no empecé a leer. Fingía que no lo tenía, solo para sentir después el sobresalto
de tenerlo. Horas después lo abrí, leí algunas líneas, lo cerré de nuevo, me fui a pasear por la
casa, lo postergué más comiendo pan con manteca, fingí que no sabía dónde había guardado
el libro, lo encontraba, lo abría por algunos instantes. Creaba las más falsas dificultades para
aquello clandestino que era la felicidad. ¡Cuánto me demoré! Vivía en el aire... Había orgullo y
pudor en mí. Yo era una reina delicada.
A veces me sentaba en la hamaca, me balanceaba con el libro abierto en el regazo, sin tocarlo,
en purísimo éxtasis. No era ya una niña con un libro: era una mujer con su amante.
(2 de septiembre de 1967)
Anota en tu carpeta las respuestas y cuando vuelvan a clase, podrás intercambiar con el grupo.
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b. ¿Qué querrá decir que “El plan secreto de la hija del librero era frío y diabólico”?
c. El cuento dice “Cuánto nos debía odiar esa niña, a nosotras que éramos imperdonablemente
bonitas, esbeltas, altas, con cabellos sedosos.” ¿Por qué dirá eso?
e. ¿Por qué el cuento se titulará “Tortura y gloria”? ¿en qué partes de la historia te hace pensar en
ambos elementos del título?
f. ¿En qué te hace pensar esta parte “¿Hubo una confusión silenciosa, entrecortada de palabras
poco esclarecedoras? A la señora le parecía cada vez más raro el no poder entender. ¿Hasta que
esa buena madre comprendió?”
g. ¿Por qué el cuento hablará del horror de la madre ante “la potencia de la perversidad de su hija
desconocida”?
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Prácticas del lenguaje
Educación Primaria
Segundo ciclo - Sexto año
Todos estos cuentos poseen algunas características en común ¿cuáles podrías mencionar?
¿Agregarías algún otro cuento que podría pertenecer a este grupo de cuentos?
Ahora que ya descubriste los aspectos en común de los tres cuentos anteriores, te proponemos
leer otros que forman parte del libro: “Cuentos raros e inquietantes”, disponible en Portal de las
escuelas.
https://portaldelasescuelas.org/wp-content/uploads/2016/03/
Cuentos-raros-e-inquietantes-COMPLETO-ilovepdf-compressed.pdf
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a. Podés empezar presentando el libro (título, autor). Si te estás grabando con un celular,
por ejemplo, a la manera de un/una booktuber, podés mostrar la tapa, la contratapa y las
ilustraciones si las hubiera.
Si hacés la recomendación por escrito podés comentar la tapa, agregar una imagen, contar si
la misma tiene o no relación con la historia.
b. Leé en voz alta fragmentos/párrafos que fueron significativos para vos, es decir, que te hayan
gustado o que te hayan inquietado o…
Si no te estás grabando, escribilos.
c. Comentá (en el video o por escrito) las razones por la que, según tu opinión, no deberían
perderse esa historia.
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Prácticas del lenguaje
Educación Primaria
Segundo ciclo - Sexto año
Si te gustaron estos cuentos, tenemos una novela que podrías conseguir para leer. Te dejamos la
recomendación de un sitio especializado en literatura infantil y juvenil, Jitanjáfora:
http://www.jitanjafora.org.ar/recomendacion/el-hormiguero/
El hormiguero
Aguirre, Sergio
Ilustraciones de Pez
Grupo Editorial Norma
2008
Omar, el protagonista de esta historia, pasará sus primeras vacaciones sin sus papás en el campo
cordobés de su tía Poli. La vio una sola vez. Lo poco que sabe de ella lo ha escuchado
de su madre. Ella llama a su hermana: “la loca de la naturaleza”. Quizá sea este el primer enigma para
el lector. Esta presunción a Omar parece no importarle.
Durante su estancia aprende a hacer fuego en el horno de barro, cebar mate y cortar leña. Con el
correr de los días lo que se transforma en una intriga para él son las hormigas. Quienes han hecho
desaparecer los rosales que él mismo se había encargado de comprar para su tía. Pero mientras que
para Omar son una amenaza, para ella no suponen la menor preocupación. Poli parece ser portadora
de un saber diferente. Esto su sobrino lo intuye pero no lo demora. Su obsesión es encontrar el
refugio de las hormigas. Lo que Omar sí sabe es que las hormigas viajan en ríos apretadísimos. Ha
leído a Horacio Quiroga. Su tía se lo recomendó.
A los lectores nos toca seguir el camino negro junto a él hasta llegar a la boca del hormiguero.
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Cuadernillo de actividades para
la Continuidad Pedagógica
MATEMÁTICA
Sexto Año
Matemática
Educación Primaria
Segundo ciclo - Sexto año
Este material fue pensado para que los chicos y chicas de los últimos años de la Primaria puedan
seguir aprendiendo y revisando lo que ya saben de matemática. Para eso les proponemos
actividades, que pueden hacer solos, y algunos juegos que podrán compartir con familiares,
amigos y amigas.
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Cuadernillo de actividades
para la Continuidad Pedagógica
B• Su primo le dijo que le va a regalar una carta de un TRICERATOPS que vivió hace sesenta y
ocho millones novecientos veinte mil años.
¿Cómo se escribe ese número? ¿Dónde lo ubicaría Julieta?
C• Armá tu propia carta de dinosaurio, pero teniendo en cuenta que tiene que haber vivido entre
el ANKILOSAURIO y el ARGENTINOSAURIO. Podés usar datos reales o inventados.
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Matemática
Educación Primaria
Segundo ciclo - Sexto año
D• Su tía le consiguió una carta de un PISANOSAURUS y dijo que es el más antiguo porque vivió
hace un billón de años. ¿Tendrá razón? ¿Por qué?
E• Julieta estuvo mirando una revista científica. Encontró la siguiente información y no puede
decidir cuál vivió antes. ¿Cuál habrá sido? ¿Por qué?
A• ¿Cuál es el mayor número de 5 cifras que se puede obtener a partir de 62.834, cambiando de
lugar una sola cifra? ¿Y si cambiamos dos cifras de lugar? ¿Por qué?
B• ¿Cuántos números de 5 cifras podés formar con los siguientes dígitos 1, 2, 3, 4 y 5 si el 3 está
siempre en el lugar de los cienes? No vale repetir ninguno.
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Cuadernillo de actividades
para la Continuidad Pedagógica
C• Elegí tres números de los que armaste en la parte b y escribí cómo se llaman.
A• En el visor de la calculadora aparece el número 26.583, Santino dice que hizo un solo cálculo
y logró que en el lugar del 5 apareciera un 3 sin modificar los otros números. ¿Es posible?
Explicá por qué.
B• Micol le dijo que ella puede transformar el 26.583 en el 20.543 también con un solo cálculo
¿Será posible? ¿Por qué?
C• Felipe dice que su calculadora no funciona. Para cambiar solo el 9 del 39.200 sumó 1.000
pero obtuvo 40.200. ¿Cómo le explicarías a Felipe por qué no cambió solo el 9?
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Matemática
Educación Primaria
Segundo ciclo - Sexto año
Se necesita:
- Cartas como las que están a continuación (también podés inventar las tuyas). Cada una
tiene algunas condiciones que deben cumplir los números que tendrán que escribir.
- Lápiz o birome y papel para cada equipo.
Cómo jugamos: en este juego pueden participar 2 o más personas. Se trata de una competencia
en la que se debe colocar el mazo de cartas mezcladas hacia abajo en el centro de la mesa.
Luego se da vuelta la primera carta del mazo y, durante 30 segundos, cada equipo o jugador
debe escribir la mayor cantidad de números que cumplan con las condiciones que presenten las
cartas. Al finalizar el tiempo se coteja si los números son correctos o no. Cada número correcto
vale 100 puntos, y cada número erróneo descuenta 50 puntos. Pueden jugar tantas manos como
quieran, o poner un tope, por ejemplo: el primero que llega a 2.000 puntos es el ganador.
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Cuadernillo de actividades
para la Continuidad Pedagógica
A• Nicolás y Natalia están jugando al juego de las pistas. La carta que dieron vuelta es la siguiente:
17.230 17.236
17.235 17.237
17.238 17.234
17.230 17.250
17.240 17.235
17.245 17.255
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Matemática
Educación Primaria
Segundo ciclo - Sexto año
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Cuadernillo de actividades para
la Continuidad Pedagógica
EDUCACIÓN
SEXUAL INTEGRAL
Sexto Año
Educación Sexual Integral
Educación Primaria
Segundo ciclo - Sexto año
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Estamos trabajando...
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Cuadernillo de actividades
para la Continuidad Pedagógica
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Educación Sexual Integral
Educación Primaria
Segundo ciclo - Sexto año
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SUBSECRETARÍA DE EDUCACIÓN DIRECCIÓN GENERAL DE
DIRECCIÓN DE EDUCACIÓN PRIMARIA CULTURA Y EDUCACIÓN