Crónicas de 12 Personas y de Sus Viajes Por Jujuy y Salta
Crónicas de 12 Personas y de Sus Viajes Por Jujuy y Salta
Crónicas de 12 Personas y de Sus Viajes Por Jujuy y Salta
Hoy, lunes, después del colegio, y de armar el bolso, fuimos al aeropuerto. Allí, nos
despedimos de nuestras familias, para partir hacia nuestro destino premeditado desde hace
ya casi 6 meses, Jujuy. Mientras avanzábamos hacia la puerta donde íbamos a abordar,
nos estábamos dando cuenta que todo lo que estuvimos haciendo estos últimos meses,
para iniciar el voluntariado, iba a comenzar. Tanta preparación ya estaba por rendir su
fruto, pero primero, tendríamos que llegar allá, y veríamos como nosotros 12, Brian, Sergio,
Marian, Eric, Javi, Santi, Maxi, Tato, Herni, Fabián, Gaby y yo nos desempeñábamos.
Abordamos el avión alrededor de las 7, y alrededor de las 7 y media despegó. Fue algo
nuevo, ya que varios de nosotros no habíamos viajado nunca en avión. Disfrutamos de la
vista del despegue, entre otras cosas. Finalmente, alrededor de las 9, llegamos a Salta.
Ahí, agarramos nuestros bolsos, subimos a nuestra combi pre contratada, y partimos
camino a salta. En el viaje, lo único que pudimos hacer era dormir, ya que en general
estábamos cansados, y mucho paisaje no se podía apreciar, al ser de noche.
Alrededor de las 11, 11 y media, llegamos al barrio de Malvinas, donde conocimos a
Graciela, la chica que cuidaba de la casa donde íbamos a instalarnos por estos días. Acto
seguido, entramos, cenamos empanadas, acomodamos bolsos, y fuimos a dormir, ya que
mañana empezaba el diagnóstico para empezar a trabajar.
Hoy costo más que de costumbre levantarse, le echo la culpa a los ronquidos de Gaby (?)
pero bueno, como de costumbre levantarnos, desayunar, ir al colegio, como de costumbre,
saludar a los chicos de primaria, etc. Mientras Sergio, tato, Eric, Fabi y Gaby se
encargaban del audio, el resto nos pusimos a optimizar las computadoras. Javi estaba
tratando de revivir una de las computadoras, mientras que el resto seguía mis indicaciones
para instalar bien los drivers de las pcs. Le instalamos impresora a vicedirección, pero no
conseguimos que anduviera… En general, eso fue lo que hicimos de trabajo todo el día.
Alrededor de las 11, nos llamaron para conocer a los chicos de pastoral de Jujuy, y a los
de Paraná que llegaron hoy al colegio. Nos contaron sus experiencias, sus vivencias, nos
dimos cuenta que la gente de Paraná son bastante buenos, y que la gente de Jujuy tiene
otra manera de ver las cosas comparados con nosotros. Eso si, sinceramente hablando,
hubo algunas actitudes que estuvieron medio… no sé, raras? Escuchamos hablar de un
himno lasallano, y algunas de las madres y profesoras tenían una cara de caretas terribles
que detonaba una actitud que mucho no me gusto… Pero bueno, los estudiantes de
Paraná eran todos buenos chicos, macanudos, que hacían un viaje por todo Jujuy haciendo
voluntariados, aunque igual se iban a ir a Bariloche al otro año.
Los chicos de Jujuy nos contaron cosas respecto al asentamiento, y conocimos a dos de
las madres que viven en el asentamiento. Nos contaron de sus vidas, de su supervivencia,
y de los distintos intentos de la policía por sacarlos de ahí. Después, nos fueron mostrando
videos, entre otras cosas. Al terminar la reunión, una de las chicas nos dijo que iban a salir
hoy a la noche, todos los del la Salle de Jujuy, y los de Paraná, y preguntaron si no
queríamos ir. La cosa se complicaba un poco, ya que teníamos cena con los hermanos
Genaro y Walter, pero les dimos el sí. Después de esto, fuimos a seguir trabajando.
Al terminar de trabajar, y mover varias de las maquinas viejas que habíamos sacado, nos
fuimos yendo en tandas a bañarnos, para después comer con los hermanos. Ellos llegaron
a las 10, y de ahí nos fuimos a cenar. Nos contaron del tema del colegio, del asentamiento,
y demás cosas del lugar. Alrededor de las 11 y media, salimos del colegio para ir al lugar
de encuentro vía taxi, una especie de boliche bar llamado Baco, donde nos esperaba Mario
y Beto, dos de los chicos del la Salle de Jujuy, el resto, y las chicas los chicos de Paraná.
Allí, la pasamos de lo mejor, bailando rato largo, disfrutando de la noche, blah blah.
Resumido, espectacular. Salimos de ahí a la 1 y media, porque al día siguiente teníamos
que terminar de trabajar. Nos tomamos los taxis, y volvimos para la casa a dormir.
Al despertarnos temprano, caímos en que era nuestro último día de trabajo. Nos habían
dicho de ir temprano al colegio, nosotros sin saber que nos esperaba. Al llegar, a las 8, nos
llevaron a la sala de maestros, donde nos tenían preparado un desayuno completo,
mientras nos agradecían por nuestro trabajo.
Después de esto, fuimos a terminar los detalles, terminar de instalar drivers, el proyector,
y el resto del audio. Terminamos instalando 2 parlantes y 1 proyector en la sala de audio, 4
parlantes en el patio de jardín, junto con otras 3 maquinas para jardín, maquinas en
coordinación, pastoral, vicedirección + impresora, dirección + impresora, sala de maestros
+ impresora, y 21 maquinas en la sala de computación con Windows XP funcional, y con el
CS desinstalado, y con todos los drivers.
Mientras estábamos terminando, alrededor de las 11 y media, nos volvieron a llamar para
el patio. Nosotros no teníamos idea para que, hasta que llegamos y vimos que estaba toda
primaria ahí, y 12 sillas en el frente, como si fueran a hacer un acto. Nos indicaron que
fuéramos a las sillas, desde donde presenciamos un hermoso acto dedicado a nosotros,
chicos de primaria bailando folklore, además de entregarnos más laminas, tarjetas… Yo no
podía creerlo… Estaban haciendo tanto por nosotros, que nada más les instalamos unas
cuantas cosas… Aceptamos todo muy felices, además de que la directora nos recitara un
poema. Luego de esa maravilla, aún asombrados, fuimos para la sala de audio, donde nos
esperaba otra sorpresa. El staff estaba ahí, preparados para mostrarnos un power point en
el que mostraban fotos que nos fueron sacando, además de otras frases. Fue algo muy
emotivo. Agradecimos al staff, y almorzamos. Después de esto, continuamos trabajando en
otras cosas que necesitasen. A la hora de entrada de los chicos del turno tarde, nos
hicieron otra despedida, en la que nos hicieron tomar un agua de un río, para que volvamos
a Jujuy. Después de esta emotiva despedida, fuimos a seguir con lo nuestro. A mí me
dieron la tarea de ayudar con un power point que era dedicado a una de las profesoras. Las
chicas que me pidieron ayuda estuvieron muy agradecidas, por una simple cosa que hice
que no costaba demasiado, fue algo que, no sé porque, se grabó en mi mente.
Después de terminar en el colegio, nos volvimos a la casa, para armar los bolsos, y salir
a recorrer el asentamiento con Mario. Al pasar por allí, vimos el estado en el que estaba
todo, Gaby y Fabi nos contaron de el cómo creció todo en el último año. Vimos lo
carenciado y precario que era todo, pero vimos también el cómo iba progresando. Mientras
caminábamos, llegamos a una orilla de un río. Acá, Fabián nos dedicó un discurso, que nos
emociono a todos. Acto seguido, abrazo grupal, y marchamos para la casa, donde nos
estaba esperando la combi que nos llevaría al hotel.
En el camino, vimos la carroza que iba a usarse para el desfile del día del estudiante, y
nos contaron respecto a ella. También, nos encontraron los chicos de primaria del turno
tarde, y nos vinieron a saludar, a despedir, y a hacer la terrible pregunta de “¿te vas a
quedar?”, “¿cuando vuelven?” y nosotros nos sentimos un tanto tristes por el hecho de que
no los íbamos a ver por un tiempo.
Continuamos camino, Javi y Maxi se quedaron atrás, el resto llego a la casa. En un
momento, llega Brian, que también se habían quedado atrás, gritando que los otros dos
estaban en el medio de una pelea separando. A continuación, vamos todo corriendo para
ver en que se habían metido, para enterarnos que era una pelea entre dos chicas.
Consolamos un rato a la chica lastimada, y volvimos a la casa, donde el flaco de la combi
ya nos estaba esperando hace rato. Cargamos las cosas, y nos fuimos para el hostal.
Una vez allá, repartimos los cuartos, nos bañamos, y nos fuimos a comer a una parrilla a
tenedor libre. De ahí, fuimos a Salamanca, un bar-karaoke que nos había indicado Mario,
para salir después. Estuvimos charlando un rato, cantando otro rato, y ya alrededor de las
3, nos volvimos para el hotel para descansar. Mañana íbamos a empezar con las
actividades del viaje.
Hoy, tuvimos que levantarnos más temprano que antes, para poder agregar una actividad
más a la excursión. Por esto, nos levantamos a las 7. Salimos del hotel a las 8, partiendo
camino a Tilcara, para conocer el pucará de este, que es un antiguo y restaurado pueblo
indígena, de los incas.
Al llegar, lo recorrimos, vimos las viviendas, los corrales, el altar donde realizaban los
ritos, el mirador, y el monumento dedicado a aquellos que descubrieron estas ruinas.
Adrian nos explicaba mientras nosotros tratábamos de escucharlos, ya que algunos se
distraían por el cansancio causado por el trekking del día anterior.
Acto seguido, nos llevó hasta Humahuaca, donde sacamos fotos a la famosa quebrada, y
vimos salir al santo Francisco Solanas, a las 12 (era una imagen, claro está). Después,
vimos la iglesia de Humahuaca, y fuimos a comer. De ahí, salimos a comprar por
Humahuaca.
Ya a eso de las 2 y media estábamos todos juntos, con la mercancía comprada para
partir. Por lo tanto, volvimos para Tilcara, donde vimos la iglesia de ahí, y nos contaron
varias cosas de ahí.
Cuando estábamos saliendo de Tilcara, Fabián se dio cuenta que había olvidado la
cámara en Humahuaca, así que decidimos volver para ver si la podíamos encontrar.
Desgraciadamente, no hubo suerte, y continuamos viaje sin la cámara. Fabián estaba un
tanto triste por la cámara, pero después de hablar con su mujer, se sintió mejor.
Siguiendo camino, llegamos a Terma de Reyes, un lindo lugar donde íbamos a relajarnos
completamente. Después del día de trekking, las termas vinieron como anillo al dedo, y fue
algo calmante, relajante, tranquilizante, etc. Luego de un rato ahí, decidimos salir y volver al
hostal, que teníamos que armar los bolsos, y prepararnos como de costumbre para ir al
Chung King.
Fuimos, comimos, volvimos al hostal, algunos durmieron, otros se pusieron a charlar con
un belga llamado Carlos, que era un tipo macanudo, que sabía bastante, hablaba 6
idiomas, estaba haciendo la tesis, casado con hijos, y por sobre todo, chamuyero, entre
otras cosas.
Hoy nos tuvimos que levantar aún más temprano, a las 5 y media sonó la alarma para
poder salir de Jujuy a las 7, y llegar al lugar donde haríamos rafting a las 10, 11.
Desayunamos, cargamos las cosas, nos despedimos de Jujuy, y partimos camino a Salta,
para hacer nuestra última actividad.
La mayoría del trayecto fue dormir, aunque nos atrasamos en un momento por el tráfico,
llegando a salta a eso de las 9, parando en una YPF para recargar provisiones. De ahí, al
estar llegando tarde, fuimos directamente al lugar donde íbamos a practicar rafting, en vez
de ir al hostal.
El viaje al rafting fue más de lo mismo, disfrutar del maravilloso paisaje alrededor nuestro,
o dormitar en nuestro medio de transporte. Llegamos al lugar a las 11 am, bajamos de la
camioneta, para tener que subirnos a otra que nos llevaría al lugar donde haríamos rafting.
Después de viajar otro rato más, llegamos, nos equipamos con salvavidas, casco y remo.
Acto seguido, nos dieron una leve explicación de la técnica, y zarpamos a navegar 11
kilómetros por el Río Juramento.
Pasamos por 9 rápidos, 7 de nivel 2, 2 de nivel 3. Fue algo que nos refresco, mientras
disfrutábamos del paisaje y la adrenalina. Estábamos divididos en dos grupos, uno en cada
balsa. En una, estaban Brian, Javi, Marian, Herni, Maxi y Fabián, mientras que en la otra
estábamos Santiago, Tato, Sergio, Eric, Gabriel y yo, y además de nosotros, navegó una
tercera balsa en la que viajaban una pareja de ingleses, y tres paraguayos. Al final del
recorrido, decidimos abandonar la balsa, y nadar hasta la orilla, por más o menos 500
metros.
Una vez que llegamos a la orilla, nos secamos un poco bajo el sol, y subimos a la combi,
camino al lugar donde estaba la combi de Adrian, en la que estaban nuestras cosas para
secarnos, cambiarnos, etc. Al llegar, nos tomamos una ducha rápida, cambio de ropa, y
partimos al lugar donde almorzaríamos.
Al llegar, compartimos mesa con los dos ingleses, (cuyos nombres desgraciadamente no
recuerdo) quienes nos contaron de sus vacaciones por Argentina a Adrian y a mí. Nos
contaron que vivían cerca de Manchester, y que ambos estudiaron temas relacionados con
criminología, la chica habiendo estudiado sociología criminalista y el joven informática
criminalística. Estaban de paseo por Argentina, pasando por Bs. As., Mendoza, ahora en
Salta, y en unos días iban a ir a Bolivia. Claro está, ni siquiera hablaban en castellano, pero
por suerte, nosotros entendíamos bien inglés.
Luego de almorzar, comprar un CD con las fotos del rafting, y despedirnos, fuimos al
hotel, para acomodarnos de una buena vez. Al llegar allí, descansamos un rato, vimos otro
poco de TV, y salimos para la plaza para recorrer y pasear un poco, comprar otro par de
cosas más, etc. Al terminar las compras, nos disponíamos a volver al hostal, cuando
Fabián nos dijo que no había apuro, y nos hizo sentar en la plaza. Ahí, nos pusimos a
hablar del viaje en general, del cómo se nos estaba terminando, y demás reflexiones. Fue
un momento muy emotivo, en el que varios rompieron en llanto. Al terminar, nos abrazamos
todos entre sí, y fuimos camino al hostal, para prepararnos a ir a comer.
A la noche, fuimos a un restaurante, donde pedimos pizza por metro, pidiendo 4 metros
de pizza. Comimos bien, rico y bastante barato. Acto seguido, salimos a buscar un lindo
lugar donde salir. Mientras tanto, Marian cumplió oficialmente 18, al ser 0:00 del 9/09.
Tratamos de entrar en un boliche llamado XXI, que parecía espectacular, pero, cuando
tratamos de pasar, ya habían cerrado puertas y no dejaban pasar a nadie. Seguimos
camino, recorriendo, hasta que llegamos a un lugar donde se podía jugar al pool y al
bowling. Por supuesto, una vez adentro, compramos fichas para el pool, y empezamos a
jugar. Nuestro equipo, Santi, Herni y yo, desgraciadamente, perdió el primer partido por 3
faltas, y perdimos el segundo porque Herni metió la bola 8 antes de tiempo. Igual, la
pasamos bien, mientras Tato dormía en una de las mesas. Al terminársenos las fichas,
salimos de ahí, camino al Hostal. En el camino, nos perdimos, nos desorientamos, nos
volvimos a ubicar, y pudimos llegar al hostal a las casi 3 de la mañana. Al llegar, directo a
dormir.
Finalmente, un día que nos pudimos levantar un poco más tarde, a las 8, pero para
bañarnos. A las 9, fuimos a desayunar, le cantamos el feliz cumpleaños a Marian, comimos
la torta que este había comprado ayer en la feria, y fuimos a acomodar los bolsos. Acto
seguido, Adrian fue a buscar la camioneta, y cuando volvió nosotros cargamos los bolsos.
De ahí, fuimos al aeropuerto para despachar nuestros bolsos. Ahí, nos dimos cuenta de
algo cómico, los sensores infrarrojos no me detectan. ¿Cómo nos dimos cuenta? Al
acercarme a la puerta, no se me abría, le tuve que pedir ayuda a uno de los chicos para
que se abriera… En fin, despachamos los bolsos, ya nos estábamos por ir, cuando nos
dimos cuenta que faltaba Brian. Lo fuimos a buscar, y lo encontró Fabián camino al baño.
Una vez que lo tiramos en la combi, salimos a pasear por Salta, en la camioneta. Vimos
monumentos, edificios, el cabildo, y demás cosas, desde la combi.
Después de recorrer, fuimos a Doña Salta a comer, donde muchos pidieron locro, el resto
pastas. Se comió bien, pero era caro comparado con Chung King. Después de esto, fuimos
caminando a la Catedral, donde vimos distintas cosas, imágenes de santos, de la virgen,
etc. Al salir de ahí, fuimos hacia un museo histórico de Salta. Acá, Adrian nos conto
también la historia de Salta, entre otras cosas. Al salir, unas señoras nos pararon para
saber si estábamos interesados en firmar por una campaña para ilegalizar el paco.
Firmamos, y nos volvimos a la combi.
De ahí, nos fuimos a la cima de un cerro, donde había una estación de teleféricos. Gaby
estaba muy cansado, así que el resto bajamos por el teleférico, mientras la combi fue por
donde vino. Nos dividimos en grupos, subimos, y bajamos. Estuvo bueno, había una buena
vista, entre otras cosas. ¿Adrenalina? Zero, nula, por ende: pocos lo disfrutaron.
Al bajar, lo esperamos a Adrian, y fuimos a realizar las últimas compras. Yo preferí
dormir, ya que estaba seco en plata. A eso de las 6, seguían comprando, y Santi había
comprado una canasta de abuela para guardar el resto de sus cosas, lo cual fue
demasiado cómico (Imaginarse un flaco de 1,90 de alto, llevando equipaje en una canasta
con colores rosa y violeta). A eso de las 7 y media, partimos para el aeropuerto, ya con
todo comprado, mates para profesores, bolsos para guardar cosas, etc.
Al llegar, nos despedimos de Adrian, hicimos el check in, y después de esperar,
decidimos salir del aeropuerto, porque Fabián había pedido fiambre y pan para hacer
sanguches antes de viajar. Al terminar de comer, entramos y esperamos a que nos
llamaran. Después de LARGO tiempo, pudimos pasar, para tener que seguir esperando…
Finalmente, a las 22:20 abordamos al avión. Le dimos una última despedida a Salta,
mientras el avión despegaba. Durante el viaje, unos miraban películas, el resto dormía.
Después del viaje, ya abajo, recogimos nuestros respectivos bolsos, y salimos a donde
nos esperaban nuestras respectivas familias. Nos despedimos con un “Nos vemos el
lunes”, y cada uno partió camino a su casa, pues el viaje en avión nos había dejado a todos
cansados.
Cada uno está en sus respectivas casas, y estoy seguro que mientras está en facebook,
MSN, escuchando música, o simplemente saliendo afuera a pasear, está pensando en lo
vivido estos últimos días. Jujuy fue, como estuvimos hablando allá, algo único. Cuando nos
recibieron con ese cantito al mejor estilo “porque es un buen compañero”, sentimos que ya
nos agradecían por cosas que ni siquiera habíamos empezado a hacer. Pensábamos que
les debíamos cosas, de tanto que nos agradecieron. Pensábamos “no es mucho lo que
hicimos”, ellos nos dieron su apoyo, nos recibieron, nos vinieron a saludar, los chicos se
nos tiraron encima… Eran todas cosas a las que no estábamos acostumbrados, tantas
muestras de cariño por algo que íbamos a hacer. Después, el acto que nos dedicaron, que
llevó tanto tiempo… tanta gente para moverlos y que saliera perfecto, solamente para
nosotros… Cosas como esas quedaron grabadas en nuestras mentes, el irnos de Jujuy nos
deja un leve dolor por no poder ver a los chicos, pero nos deja con una sensación nueva, la
de haber realizado un bien, ¿no? Esa sensación de ayudar al otro cuando lo necesita, sin
nada a cambio… El ver como reaccionaron por nuestra ayuda, fue algo jamás
experimentado. Solo sé que, allá no se cansaban de decir gracias por cada cosa que
hacíamos, por más chico que fuera, estaban contentos. Estoy eternamente agradecido con
ellos porque, además me enseñaron a valorar a quienes tengo a mí alrededor, a mis seres
queridos, a valorar la vida en sí, y a valorarme a mí mismo. Este viaje no solo me ayudo a
descubrir el cómo ayudar a otro, me ayudo a descubrirme no solo a mí mismo, sino al resto
de los chicos. Todos son únicos a su manera, todos te ayudan de distintas formas, de
manera tal que en este viaje, el grupo creció fuera del título de curso, y llego a algo ya tan
íntimo como una familia. Las charlas que tuvimos con los guías del trekking, que nos
decían que gente como nosotros ya son muy difíciles de encontrar… Este tipo de personas
esta en lo profundo de cada uno, es una cuestión de redescubrirse, porque haciendo un
bien, uno se siente bien con uno mismo, y con el que ayudo. Mientras hablábamos con
Gabriel y Fabián en la plaza… Nos decían que este viaje no terminaba acá, porque,
aunque no volvamos a Jujuy en un tiempo, ya fuimos tocados por su encanto, por su buena
voluntad, y esta bondad, esta necesidad de ayudar al otro, ya fue generada, y es algo que
hay que alimentar, para poder sentirse bien con uno mismo. Esto es lo nuevo que creció en
cada uno. Unos ya lo tenían dentro, otros la generaron por esta experiencia, pero lo que
sabemos, es que hay que ayudar a esta bondad a crecer, a no dejar en el pasado esta
experiencia que vivimos, usarla para seguir viviendo, seguir adelante con nuestras vidas,
como mejores estudiantes, mejores personas, como una mejor comunidad de amigos.
Esto inicio como un viaje de estudios, y sigue como un viaje de vida que nunca termina.
¿Cómo sigue? Siguiendo este aprendizaje del cómo ayudar al otro, como estar bien, como
no desear el mal ajeno, iniciaríamos el camino del hombre bueno, alguien ausente en
general hoy en día, pero todo podría comenzar con el simple hecho de cumplir con una
vieja promesa realizada allá en Jujuy: “Vamos a volver. No importa cuando, donde, vamos
a volver acá a Jujuy. No sé si será con ustedes, esperemos que sea con ustedes, pero este
viaje no puede terminar acá. Es más, no termina acá. Es solo el comienzo de una nueva
aventura llamada vida.”
Gracias por la molestia de leerse esto, se les desea feliz día, y sigan adelante, que la vida
nunca para.
Nacho, Dante, Klammer;
Ignacio Ezequiel Miauro, Estudiante de 3 EL