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Casablanca (Spanish)

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EL JOLIVÚ MONGOL

Más guiones en: www.vermail.net/jolivu

CASABLANCA
Guión de
Julius J. Epstein, Phillip G.Epstein y Howard Koch

Basada en la obra "Everyboby Goes To Rick's" de


Murray Burnett y Joan Allison

ABRE DE NEGRO:

INSERTO - Un globo terráqueo dando vueltas. Cuando deja de girar se


transforma en un mapa en relieve de Europa, y luego en un atlas.

Sobre este último mapa se superponen diversas escenas de refugiados que


huyen de todos los rincones de Europa a pie, en tren, automóvil y
barco, hasta confluir en un punto en el extremo norte de África:
Casablanca.

Una serie de flechas ilustran sobre el mapa las rutas que toman los
refugiados, mientras un NARRADOR describe la emigración.

NARRADOR (V.O)

Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, muchos ojos en la Europa


ocupada miraban con esperanza o desesperación hacia la libertad de las
Américas. Lisboa era el más importante punto de partida. Pero no todos
podían acceder allí directamente. Y así, se formó una tortuosa y
accidentada ruta de refugiados: de París hasta Marsella, a través del
Mediterráneo hasta Orán, luego por tren, automóvil o a pie, por el
borde de Africa, hasta Casablanca, en el Marruecos francés. Allí, los
afortunados, con dinero, influencias o suerte, obtenían visados para
Lisboa, la antesala del Nuevo Mundo. Pero los otros esperaban en
Casablanca... y esperaban... y esperaban... y esperaban...

La voz del narrador se desvanece.

CORTA A:

EXT. ANTIGUO SECTOR ÁRABE DE LA CIUDAD - DÍA


Al principio sólo se ven los minaretes y las azoteas, que resaltan
contra un cielo tórrido.

Las fachadas de los edificios árabes dejan paso a una callejuela en


zigzag, atestada de la vida políglota característica de cualquier
barrio de nativos. El intenso sol del desierto congela esta escena en
una adormecida tranquilidad. Apenas se ve actividad y no se oye ni un
solo sonido.

CORTA A:

INT. COMISARÍA DE POLICÍA - DÍA

Un AGENTE DE POLICIA coge un papel de su máquina de escribir. Luego se


vuelve hacia un micrófono y se pone a leer.

AGENTE DE POLICIA

A todas las autoridades! Dos correos alemanes con importantes


documentos, asesinados en el tren de Orán. El asesino y posibles
cómplices se dirigen a Casablanca. Detengan a todos los sospechosos y
busquen los documentos robados. Importante!

CORTA A:

EXT. UNA CALLE DEL ANTIGUO SECTOR ÁRABE - DÍA

Un policía hace SONAR su silbato varias veces.

Estalla un pandemónium mientras un escuadrón de guardias nativos


empieza a arrestar a la gente.

La SIRENA de un coche atiborrado de policías resuena por toda la calle


hasta que se detiene en el mercado.

Varios transeuntes tratan de escapar, pero los agentes logran


capturarlos y los encierran en un furgón.

DOS AGENTES detienen a un CIVIL europeo junto a una esquina y empiezan


a interrogarlo.

PRIMER AGENTE

¿Puede mostrarnos su documentación?

CIVIL

(nervioso)

Creo que no la llevo encima.

PRIMER AGENTE
En ese caso, le ruego que nos acompañe.

El civil se palpa los bolsillos.

CIVIL

Bueno, es posible que la tenga aquí... Si, aquí está.

Saca su documentación. El segundo agente la examina.

SEGUNDO AGENTE

Este pasaporte ha caducado hace tres semanas. Tendrá que venir con
nosotros.

De repente el civil se zafa de ellos y echa a correr como un loco por


la calle.

El policía GRITA: Alto!, deténgase!, pero el civil sigue corriendo.

JAN y ANNINA BRANDEL, una pareja de atractivos jóvenes, observan al


civil cuando pasa a su lado. No son más que unos pobres refugiados de
Bulgaria, habituados a la sencilla vida del campo, a los que las
circunstancias han arrojado a un mundo febril y desconocido.

SUENA un disparo y el hombre cae al suelo, bajo un gran mural del


mariscal Petain pegado a la pared, y que dice: "Je tiens mes promesses,
meme celles des autres."

Los policías registran con frenesí el cadáver, pero no encuentran más


que panfletos de propaganda de la Francia libre.

CORTA A:

EXT. PALACIO DE JUSTICIA - DIA

Vemos una inscripción grabada en un bloque de mármol que ocupa el


frontón del edificio: "Liberte, Egalite, Fraternite"

La cámara se desliza por la fachada, una muestra de la arquitectura


francesa, y luego por la arquivolta de la entrada, la cual reza "Palais
de Justice".

Ya en la entrada, los agentes conducen a los detenidos al interior del


edificio.

CORTA A:

EXT. TERRAZA DE UN CAFÉ - DÍA


Una PAREJA DE INGLESES de mediana edad está sentada a una mesa justo en
la plaza de enfrente, mientras observan la conmoción que se produce en
la entrada del Palacio de Justicia.

Llega otro furgón de Policía. Se abre la puerta de atrás y brota un


nuevo torrente de personas.

Un EUROPEO, sentado a una mesa cercana, observa a la pareja de ingleses


con más detenimiento que a la escena que se desarrolla en la calle.

DAMA INGLESA

¿Qué está ocurriendo ahí?

CABALLERO INGLÉS

No lo se, querida.

El europeo se acerca a la pareja.

EUROPEO

Perdónenme, perdón, monsieur, perdón, madame, ¿es que no lo han oído?

CABALLERO INGLÉS

Oímos muy poco, y entendemos todavía menos.

EUROPEO

Han matado a dos correos alemanes en el desierto... en el desierto no


ocupado. Así que no es más que la redada habitual de refugiados,
liberales y, por supuesto, alguna guapa chica para el capitán Renault,
el prefecto de Policía.

CORTA A:

EXT. PALACIO DE JUSTICIA - DIA

Los agentes sacan al rebaño de sospechosos del furgón y los introducen


en el Palacio de Justicia.

CORTA A:

EXT. TERRAZA DE UN CAFÉ - DÍA

EUROPEO

Por desgracia, la hez de Europa ha venido a Casablanca, mezclada con


esos pobre refugiados, cuya única esperanza es Casablanca y esperan
meses por el visado.
Pasa el brazo izquierdo por el hombro del inglés a modo de compasión,
mientras hurga en su espalda con la mano derecha.

EUROPEO

Se lo advierto, monsieur, mucho ojo. Mucho cuidado. Esto está plagado


de buitres, bandidos por todas partes, por todas partes.

El inglés parece desconcertado por esta repentina muestra de afecto.

CABALLERO INGLES

Ah, ah, gracias, muchas gracias.

EUROPEO

De nada. Au revoir, monsieur. Au revoir, madame.

El europeo se va. El inglés le observa, todavía perplejo por su


comportamiento.

CABALLERO INGLES

Au revoir. Divertido hombrecillo. ¡Camarero!

Al palparse los bolsillos de la chaqueta y los pantalones es cuando se


da cuenta de que le falta algo.

CABALLERO INGLÉS

Oh, vaya por Dios.

DAMA INGLESA

¿Qué pasa, querido?

CABALLERO INGLES

Mi cartera, me la dejé en el hotel.

DAMA INGLESA

Oh.

El inglés mira al fin en la dirección por la que se alejó el europeo, a


medida que su mente se va nublando de sospechas.

Les interrumpe el ZUMBIDO de un avión que vuela a baja altura.

Todos miran al cielo.

CORTA A:
EXT. VISTA DEL CIELO - DIA

Un aeroplano apaga el motor y se dispone a aterrizar.

CORTA A:

EXT. PALACIO DE JUSTICIA - DIA

Los refugiados se alinean en los exteriores del Palacio de Justicia.


Todos siguen con la mirada el vuelo del avión, símbolo de la esperanza
que todos comparten, y que se refleja claramente en su rostro.

Jan y Annina también observan el avión.

ANNINA

(llena de esperanza)

Tal vez mañana volemos en ese avión.

CORTA A:

EXT. VISTA DEL CIELO - DIA

El avión DESCIENDE junto a un letrero colocado sobre un edificio al


borde del aeropuerto.

El letrero dice "Rick's Cafe Americain."

CORTA A:

EXT. CAMPO DE ATERRIZAJE - DIA

Cuando el avión aterriza se puede distinguir una esvástica pintada en


la cola. El aparato rueda por la pista hasta detenerse frente a un
grupo de oficiales que marchan en formación hacia él. A su espalda
monta guardia un destacamento de soldados nativos, en posición de
firmes.

En el grupo destaca el CAPITAN LOUIS RENAULT, oficial francés nombrado


por el gobierno de Vichy como prefecto de Policía de Casablanca. Es el
típico francés de mediana edad, bien parecido, cortés y alegre, al
mismo tiempo que un astuto y siempre alerta oficial.

Con él están HERR HEINZE, cónsul alemán, el CAPITAN TONELLI, oficial


italiano, y el TENIENTE CASSELLE, ayudante de Renault.

Al abrirse la puerta del avión, el primer pasajero en salir fuera es un


alemán de mediana edad y elevada estatura, con un rostro pálido en el
que asoma una sonrisa producida más bien por un músculo facial
paralizado que por un carácter alegre. Siempre que algo molesta al
MAYOR STRASSER, su expresión se vuelve tan dura como el hierro.

Herr Heinze da un paso hacia él con un brazo en alto.

HEINZE

Heil Hitler.

STRASSER

Heil Hitler.

Se dan la mano.

HEINZE

Me alegra verle de nuevo, mayor Strasser.

STRASSER

Gracias, muchas gracias.

Heinze le presenta a Renault.

HEINZE

Permítame presentarle al capitán Renault, prefecto de Policía de


Casablanca. El mayor Strasser.

Renault saluda al mayor.

RENAULT

La Francia no ocupada le da la bienvenida a Casablanca.

STRASSER

(en perfecto inglés, sonriendo)

Gracias, capitán. Me alegro de estar aquí.

RENAULT

Mayor Strasser, mi ayudante, el teniente Casselle.

Mientras Strasser y Casselle se saludan, el capitán Tonelli se pone


delante del teniente y saluda a Strasser.

TONELLI

Capitán Tonelli, del servicio italiano, a sus órdenes, mayor.

STRASSER
Muy amable de su parte.

Pero Tonelli no obtiene más respuesta que esa, pues Strasser vuelve a
centrar su atención en Renault. Los dos se alejan del avión seguidos
por Heinze, mientras Casselle y Tonelli se enfrascan en la retaguardia
en una acalorada disputa dialéctica.

RENAULT

Tal vez Casablanca resulte un poco cálida para usted, mayor.

STRASSER

Oh, los alemanes debemos hacernos a todo, desde Rusia hasta el Sáhara.
O tal vez no se está usted refiriendo al clima.

RENAULT

(capta la indirecta con una sonrisa)

¿A qué si no, mayor?

STRASSER

(con supuesta indiferencia)

¿Qué pasa con la muerte de los dos correos, hay novedades?

RENAULT

Bueno, dada la importancia del caso hemos duplicado el número habitual


de detenciones.

HEINZE

Ya sabemos quién es el asesino.

STRASSER

Bien. ¿Está detenido?

RENAULT

No, no hay prisa. Iré a Rick's esta noche. Todo el mundo va a Rick's.

STRASSER

Ya he oído hablar de ese café, y del propio señor Rick también.

ENCADENADO A:

EXT. RICK'S CAFE - NOCHE


El letrero de neón colocado sobre la puerta destella con una luz
intensa. Los clientes van llegando y traspasan la puerta principal. Del
interior nos llega el sonido de MÚSICA y CARCAJADAS. La canción que
suena es "It Had to Be You."

De nuevo nos concentramos en el letrero de neón.

INSERTO DEL LETRERO: "Rick's Cafe Americain".

Seguimos a un grupo de clientes al interior del local.

INT. RICK'S CAFE - SALÓN PRINCIPAL - NOCHE

Rick's es un club caro y selecto, donde flota sin lugar a dudas un aire
de sofisticación e intriga.

SAM, un negro de mediana edad, está sentado en un taburete ante un


pequeño piano sobre ruedas de color salmón, mientras interpreta la
canción acompañado de una reducida orquesta.

Le rodea un incesante ZUMBIDO de voces, CHACHARA y RISAS.

La fauna que ocupa el local es muy variada. Hay europeos de esmoquin,


cuyas mujeres lucen unos maravillos vestidos y joyas. Moros ataviados
con chilabas de seda. Turcos con el fez característico. Mediterráneos.
Oficiales de la Armada. Miembros de la Legión Extranjera, claramente
distinguibles por el kepis.

En una mesa hay sentados dos hombres.

HOMBRE

Esperar, esperar, esperar. Jamás saldré de aquí. Moriré en Casablanca.

Su compañero no parece mostrar el menor interés por su dilema.


Evidentemente hay una gran escasez de simpatía en Casablanca.

Una MUJER muy elegante habla en otra mesa con un ARABE. Lleva un
brazalete en la muñeca, pero ninguna otra joya.

MUJER

¿Y no me podría dar un poco más? Por favor.

ARABE

Lo siento, Madame, pero el mercado está saturado de diamantes, los


venden por todas partes. En fin, dos mil cuatrocientos.

MUJER

Está bien.
En otra mesa charlan dos CONSPIRADORES.

CONSPIRADOR

El camión y los hombres están esperando. Todo está...

Se calla bruscamente al pasar dos oficiales alemanes al lado.

Un REFUGIADO conversa en otra mesa con otro HOMBRE.

HOMBRE

La barca de pesca "Santiago". Sale mañana al alba de aquí, de la punta


de La Medina. El tercer bote.

REFUGIADO

Gracias, gracias.

HOMBRE

Y lleve los quince mil francos en efectivo. No lo olvide, en efectivo.

Mientras nos dirigimos al bar pasamos junto a varias mesas de las que
brota una babel de lenguas extranjeras. Sólo aquí y allí atrapamos
alguna frase entrecortada en inglés.

SACHA, un joven camarero de origen ruso, muy simpático, da una copa a


un cliente diciendo el equivalente en ruso de "Que le aproveche". El
cliente responde "Salud".

CARL, el camarero de mesa, es un refugiado alemán grueso y jovial con


anteojos.

Se dirige bandeja en mano hacia una puerta privada ante la cual monta
guardia ABDUL, un hombre corpulento y fornido.

CARL

Abre, Abdul.

ABDUL

(con respeto)

Si, herr Profesor.

Abdul abre la puerta y Carl penetra en la sala de juego.

INT. RICK'S CAFE - SALA DE JUEGO - NOCHE

En las mesas se desarrolla una gran actividad. En una juegan a las


cartas DOS MUJERES y un HOMBRE. Echan un vistazo a otra mesa. Una de
ellas llama a Carl.
PRIMERA MUJER

Eh, camarero.

CARL

¿Si, Madame?

PRIMERA MUJER

Dígale a Rick que tome una copa con nosotros.

CARL

Madame, nunca bebe con los clientes. Nunca. No lo he visto nunca.

SEGUNDA MUJER

(decepcionada)

¿Por qué un simple tabernero se cree tan especial?

HOMBRE

(a Carl)

Ha de saber que yo era el director del segundo banco de Amsterdam.

CARL

¿El segundo? No creo que a Rick le interese. El primer banquero de


Amsterdam es ahora nuestro repostero jefe.

HOMBRE

Que nos veamos reducidos a esto.

CARL

Y su padre es el portero.

Carl se echa a reír.

El celador se acerca a una mesa con un papel en la mano.

Vemos entonces una copa y la mano de un hombre, pero nada más. El


celador pone un cheque en la mesa. La mano lo coge y escribe sobre él a
lápiz "Okay-Rick".

El celador recoge el cheque.

Es ahora cuando podemos ver a RICK, sentado solo a una mesa mientras
juega una partida de ajedrez solitario. Rick es un norteamericano de
edad indeterminada. Su cara no muestra la menor expresión: una
auténtica cara de palo.
Se produce un alboroto en la puerta cuando un grupo de gente intenta
entrar en la sala de juego. Rick hace un gesto de asentimiento a Abdul.

Un ALEMAN aparece en el umbral. Abdul mira a Rick, quien le responde


con un gesto que dice "no".

Abdul se dispone a cerrar la puerta ante las narices del alemán.

ABDUL

Lo siento, señor, este recinto es privado.

ALEMÁN

¡Eso no es verdad! Que se ha creído... ¡Se que ahí dentro se juega! No


es ningún secreto. ¡No se atreva a impedirme el paso!

El hombre pugna por entrar mientras Rick se aproxima.

RICK

(con frialdad)

¿Qué es lo que sucede?

ABDUL

Este caballero...

El alemán le interrumpe y muestra su tarjeta.

ALEMÁN

He estado en muchas salas de juego desde Honolulú a Berlín, y si usted


cree que puede impedirme entrar en ésta, está muy equivocado.

Ese es el momento que escoge UGARTE, un hombrecillo escuálido con aire


nervioso, para intentar abrirse paso a costa del alemán. Cuando al fin
lo consigue pasa al lado de Rick.

UGARTE

Oh, discúlpenme, por favor. Hola, Rick.

RICK

(amablemente)

Hola, Ugarte.

Rick mira con calma al alemán. Le coge la tarjeta de las manos y la


rompe en pedazos.

RICK
Su dinero será bien recibido en el bar.

ALEMAN

¿Qué? ¿Sabe usted quién soy yo?

RICK

Si. Y tiene suerte de que el bar esté abierto para usted.

ALEMAN

Esto es un ultraje. ¡Le denunciaré a la Policía!

El alemán se aleja hecho una furia, tras arrojar los pedazos al aire.

Rick se topa con Ugarte al dirigirse de nuevo a su mesa.

UGARTE

(con aire servil)

Vaya. Sabes, Rick, le hablaste a ese banquero como si toda tu vida


hubieses dominado la banca.

RICK

(poniéndose rígido)

¿Y cómo sabes que no fue así?

UGARTE

(esquivando el tema)

Oh, por nada. Pero al verte por primera vez en Casablanca, pensé que...

RICK

(con frialdad)

¿Pensaste qué?

Temiendo ofender a Rick, Ugarte se echa a reír.

UGARTE

Que sólo pienso tonterías.

Ugarte arrastra una silla hasta la mesa de Rick.

UGARTE

¿Puedo? Es una pena lo de esos correos alemanes, ¿verdad?


RICK

(indiferente)

Una verdadera pena. Ayer simples funcionarios, y hoy "Héroes Caídos".

UGARTE

La verdad es que eres muy cínico, Rick, si me permites que te lo diga.

Ugarte toma asiento.

RICK

(secamente)

Te lo permito.

Llega un camarero a la mesa con una bandeja de bebidas. Coloca una ante
los ojos de Ugarte.

UGARTE

Gracias.

(a Rick)

¿Tomas una copa conmigo?

RICK

No.

UGARTE

Olvidé que nunca bebes con clientes.

(al camarero)

Póngame otro, por favor.

(a Rick, con tristeza)

Me desprecias, ¿verdad, Rick?

RICK

(indiferente)

Si alguna vez pensara en ti, probablemente si.

UGARTE
¿Pero porqué? Ah, quizá por la índole de mis negocios. Pero piensa en
esos pobres refugiados: si no fuera por mí se morirían esperando. Al
fin y al cabo, yo les proporciono los visados que tanto desean.

RICK

Por un precio, Ugarte, por un precio.

UGARTE

Piensa en esos pobres diablos que no pueden pagar lo que Renault les
pide. Yo se los doy por la mitad. ¿Y por eso he de ser un parásito?

RICK

No me importan los parásitos. Sólo los que actúan de un modo bajo y


rastrero.

UGARTE

Después de esta noche me retiro del negocio, Rick. Por fin me voy de
aquí, me voy de Casablanca.

RICK

¿Quién te consiguió el visado? ¿Renault o tú mismo?

UGARTE

(irónico)

Yo mismo. Mis precios son mucho más razonables.

Saca un sobre del bolsillo y lo muestra en la mesa.

UGARTE

¿Sabes lo que es esto, Rick? Algo que tú nunca has visto.


Salvoconductos firmados por el general De Gaulle. No pueden ser
rescindidos ni investigados.

Rick hace amago de cogérselo de las manos.

UGARTE

Un momento. Esta noche los voy a vender por más dinero del que había
soñado en mi vida, y entonces, ¡adiós a Casablanca! Sabes, Rick, tengo
muchos amigos en Casablanca, pero por alguna razón sólo confío en ti a
pesar de tu desprecio. ¿Querrás guardármelos por mi? Por favor.

RICK

¿Por cuánto tiempo?

UGARTE
Una hora o así, tal vez algo más.

RICK

No los quiero aquí toda la noche.

UGARTE

No te preocupes por eso. Guárdamelos, por favor. Sabía que podía


confiar en ti.

Rick coge los salvoconductos. Ugarte se levanta de la mesa en el


instante en que regresa el camarero.

UGARTE

Ah, camarero. Espero a unas personas. Si preguntan por mi, estaré aquí
mismo.

CAMARERO

Si, monsieur.

El camarero se aleja. Ugarte se vuelve hacia Rick.

UGARTE

Rick, esta vez espero haberte impresionado. Si me disculpas, voy a


compartir un poco de mi buena suerte con tu ruleta.

Se dispone a cruzar la sala.

RICK

Aguarda un poco.

Ugarte se detiene y Rick se le aproxima.

RICK

Verás, corre el rumor de que los correos muertos llevaban unos


salvoconductos.

Ugarte duda un momento.

UGARTE

¿Si? Yo también lo había oído. Pobres diablos.

Rick mira detenidamente a Ugarte.

RICK

(lentamente)
Tenías razón, Ugarte. Si que estoy un poco impresionado.

Rick deja la sala de juego y entra en el salón principal.

CORTA A:

INT. RICK'S CAFE - SALÓN PRINCIPAL - NOCHE

Rick se abre paso hasta Sam, que toca el número del "Knock Wood"
acompañado de la orquesta. El café está envuelto en penumbra. El foco
apunta a Sam, y cada vez que la orquesta se suma al juego del "Knock
Wood", el foco se gira hacia ellos.

Rick provecha uno de los instantes en que el foco apunta a la orquesta


para introducir los salvoconductos en el piano.

En ese momento entra FERRARI, el dueño del Loro Azul, un club de la


competencia. Toma asiento y se queda contemplando a Sam hasta que ve a
Rick. Se sonríen mutuamente. Al acabar el número Ferrari se llega hasta
el bar para hablar con Rick.

FERRARI

Hola, Rick.

RICK

Hola, Ferrari. ¿Cómo van las cosas por el Loro Azul?

FERRARI

Bien, pero quisiera comprar tu café.

RICK

No está en venta.

FERRARI

Aún no has oído mi oferta.

RICK

No está en venta a ningún precio.

FERRARI

¿Cuánto quieres por Sam?

RICK

No compro ni vendo seres humanos.


FERRARI

Mal asunto. Pues es el mejor negocio de Casablanca, el del mercado


negro de refugiados. Si te asociaras conmigo podríamos ganar una
fortuna.

RICK

¿Qué te parece si tu te ocupas de tus asuntos y yo me ocupo de los


míos?

FERRARI

¿Qué te parece si le preguntamos a Sam? Quizá le interese un cambio.

RICK

Me parece bien.

FERRARI

Mi querido Rick, ¿cuándo comprenderás que en el mundo en que vivimos el


aislacionismo ya no es una política práctica?

Rick y Ferrari se acercan al piano.

RICK

Sam, Ferrari quiere que trabajes con él en el Loro Azul.

SAM

Creo que estoy mejor aquí.

RICK

Te pagará el doble que yo.

SAM

Sí, pero prefiero gastarme lo que gano aquí.

RICK

Lo siento.

Aparentemente satisfecho, Ferrari se aleja.

De nuevo en el bar nos fijamos en YVONNE, una atractiva joven francesa,


que bebe brandi sentada sobre un taburete.

Sacha le llena el vaso mientras la contempla con ojos tiernos.

SACHA
Reserva privada del jefe. Porque te quiero, Yvonne.

YVONNE

(hastiada)

Oh, cállate.

SACHA

(cariñosamente)

Bien, bien. Porque te quiero, me callo, porque te quiero, Yvonne. Oh,


oh.

Rick vaga sin rumbo por allí y acaba apoyándose en la barra, junto a
Yvonne. No hace el menor caso. Ella le mira con amargura, sin decir una
palabra.

SACHA

Oh, monsieur Rick, monsieur Rick. Unos alemanes pagaron con este
cheque. ¿Está bien?

Rick examina el cheque y lo rompe. Yvonne sigue sin apartar los ojos de
él.

YVONNE

¿Dónde estuviste anoche?

RICK

¿Anoche? No tengo ni la menor idea.

YVONNE

¿Y qué harás esta noche?

RICK

(como si apuntara un simple dato)

No hago planes por anticipado.

Yvonne se vuelve hacia Sacha y le alarga la copa.

YVONNE

Dame otro.

RICK

Que no beba más.


YVONNE

No le escuches, Sacha. Llénamelo.

SACHA

Yvonne, te quiero, pero él me paga.

Yvonne se gira sobre sus talones hacia Rick con furia borracha.

YVONNE

Rick, ¿no crees que tengo derecho a...?

RICK

Sacha, llama a un taxi.

SACHA

Si, jefe.

Rick coge a Yvonne del brazo.

RICK

Vamos a coger tu abrigo.

YVONNE

¡Quítame las manos de encima!

Rick la lleva a rastras hacia la puerta.

RICK

Has bebido demasiado. Anda, vete a casa.

CORTA A:

EXT. RICK'S CAFE - NOCHE

Sacha llama a un taxi desde el bordillo de la calle que pasa frente a


Rick's.

SACHA

¡Taxi!

Al momento llega uno.

Rick sale del café con Yvonne. Le pone el abrigo sobre los hombros.
Ella se revuelve con violencia, en vano.
YVONNE

¿Quién te crees que eres para tratarme de ese modo? ¿Por qué me
enamoraría de un hombre como tú?

Rick e Yvonne se aproximan al taxi.

RICK

(a Sacha)

Sacha, encárgate de llevarla a casa.

SACHA

Si, jefe.

RICK

Y vuelve enseguida.

SACHA

(desilusionado)

Si, jefe.

Rick se queda mirando la luz de la baliza del aeropuerto, que le enfoca


a intervalos la cara.

Renault está sentado a una mesa en la terraza del café, entretenido con
esta escena nocturna.

RENAULT

Hola, Rick.

Rick se acerca a él.

RICK

Hola, Louis.

RENAULT

Es increíble el modo que tiene de despreciar mujeres. Tal vez falten


algún día.

Rick se sienta a la mesa.

RENAULT

(encantado con la situación)


Creo que éste es el momento de visitar a Yvonne. Puede que ahora me
acepte.

RICK

Es usted todo un demócrata, con las mujeres.

Entretanto, el capitán Tonelli y el teniente Casselle se dirigen a la


puerta de entrada. Casselle habla sin parar sin dejar que el italiano
meta baza. Se cuadran un momento ante Renault y reanudan la
conversación mientas penetran en el café.

RENAULT

¿Cree usted que podrán ponerse de acuerdo el italiano y el francés?

Rick suelta una carcajada.

Les interrumpe el ZUMBIDO de un avión que despega del cercano


aeropuerto, y se quedan mirándolo mientras les sobrevuela.

RENAULT

El avión de Lisboa.

(hace una pausa)

¿Le gustaría viajar en él?

RICK

(secamente)

¿Por qué? ¿Qué hay en Lisboa?

RENAULT

El vapor para América.

Rick no dice nada. No parece muy contento con la idea.

RENAULT

Más de una vez me he preguntado por qué no regresa usted a América.


¿Robó los fondos de una iglesia? ¿O se escapó con la esposa de un
senador? Quisiera creer que mató a un hombre. Soy un romántico.

Rick sigue mirando al aeropuerto.

RICK

Fue una combinación de las tres cosas.

RENAULT
¿Pero por qué demonios vino a Casablanca?

RICK

Mi salud. Vine a Casablanca a tomar las aguas.

RENAULT

¿Aguas? ¿Qué aguas? ¿Las del desierto?

RICK

Me informaron mal.

RENAULT

¡Oh!

EMIL, el croupier, sale del café y se acerca a Rick.

EMIL

Discúlpeme, monsieur Rick, pero un cliente ha ganado veinte mil


francos. El cajero no tiene dinero y...

RICK

Id a abrir la caja.

EMIL

No sabe cómo lo siento, monsieur Rick. No se cómo ha podido ocurrir...

RICK

No se preocupe, Emil. Todos cometemos errores alguna vez.

EMIL

Lo siento muchísimo.

Los tres hombres entran en el café.

CORTA A:

INT. RICK'S CAFE - SALÓN PRINCIPAL - NOCHE

Al pasar junto a Sam, que interpreta "Baby Face" al piano, Rick le da


una palmada amistosa en el hombro.

RENAULT

Rick, tendremos jaleo esta noche. Vamos a detener a alguien en su café.


RICK

(algo disgustado)

¿Qué, otra vez?

RENAULT

Se trata de alguien de excepción. Nada menos que un asesino.

Rick no puede evitar que sus ojos se deslicen hacia la sala de juego,
lo que no pasa inadvertido para Renault.

RENAULT

No pretenda avisarle. Es imposible que escape.

RICK

Yo no me juego el cuello por nadie.

RENAULT

Esa es una sabia política exterior.

Al ir a subir las escaleras hacia el despacho de Rick pasan junto a


Casselle, que sigue arengando a Tonelli.

CASSELLE

¿Y Córcega, y Túnez, y Niza? ¿Con qué derecho las reclamáis?

RENAULT

Verá, Rick, pude haberle detenido antes en el Loro Azul, pero en su


honor daremos la función aquí. Divertiré a sus clientes.

RICK

Ya se divierten bastante con lo que yo les ofrezco.

Ambos entran en el despacho.

INT. RICK'S CAFE - DESPACHO - NOCHE

Rick abre la caja fuerte, situada en un oscuro habitáculo junto al


despacho. Sólo podemos ver la sombra de Rick en tanto saca el dinero.

RENAULT

Rick, vamos a tener a un cliente importante esta noche: el mayor


Strasser del Tercer Reich vendrá aquá. Quiero que él mismo presencie el
arresto. Será una muestra de la eficacia de mi administración.
Rick sale a la luz.

RICK

Ya. ¿Y a qué ha venido Strasser? No creo que haya hecho el viaje hasta
Casablanca sólo para comprobar la eficacia de su administración.

RENAULT

Es posible que no.

Entrega el dinero a Emil.

RICK

Aquí tiene.

EMIL

No volverá a ocurrir, monsieur Rick.

RICK

Está bien.

Emil se va.

RICK

Louis, algo se trae usted entre manos. ¿Por qué no lo suelta de una
vez?

Rick cierra la puerta del despacho y vuelve a pasar cerca de la caja


fuerte.

RENAULT

Que observador es usted. Si, la verdad es que quiero hacerle una


pequeña advertencia.

RICK

¿Si? ¿Quiere un brandy?

RENAULT

Gracias. Rick, yo se muy bien que aquí se venden visados de salida,


pero que usted no ha vendido ninguno. Por esta razón le permito seguir
abierto.

RICK

¿No será porque le dejo ganar a la ruleta?

RENAULT
Esa es otra razón. Hoy ha llegado un hombre a Casablanca camino de
América. Esta noche ofrecerá una fortuna por un salvoconducto.

RICK

¿Ah, si? ¿De quién se trata?

RENAULT

De Victor Laszlo.

RICK

¿Victor Laszlo?

Renault se fija en su reacción.

RENAULT

Rick, es la primera vez que le veo tan impresionado.

RICK

Bueno, él ha logrado impresionar a medio mundo.

RENAULT

Es mi deber tratar de impedir que impresione al otro medio. Rick,


Laszlo no debe llegar a América. Se quedará en Casablanca.

RICK

Será muy interesante ver como lo logra.

RENAULT

¿Cómo logra el qué?

RICK

Escapar.

RENAULT

Rick, pero si ya le he dicho...

RICK

Cállese. Escapó de un campo de concentración, y los nazis andan a su


caza y captura.

RENAULT

Este es el final de la caza.


RICK

Veinte mil francos a que no.

Los dos se sientan para discutir los pormenores del asunto.

RENAULT

¿Habla usted en serio?

RICK

Acabo de pagar veinte. Quiero recuperarlos.

RENAULT

Dejémoslo en diez. Soy un oficial corrupto pero pobre.

RICK

De acuerdo.

RENAULT

Bien. Por muy listo que sea, sigue necesitando un visado, o más bien
debería decir, dos.

RICK

¿Por qué dos?

RENAULT

Viaja con una dama.

RICK

Entonces con uno basta.

RENAULT

Yo diría que no. He visto a la dama. Si no la dejó en Marsella, ni en


Orán, no la dejará en Casablanca.

RICK

Puede que no sea tan romántico como usted.

RENAULT

No importa. No habrá visado de salida para él.

RICK
Louis, ¿qué le ha hecho pensar que yo podría abrigar la intención de
ayudarle a escapar?

RENAULT

Porque creo que bajo su apariencia de hombre cínico es usted un


sentimental.

Rick hace una mueca burlona.

RENAULT

Ah, ríase si quiere, pero me conozco su dossier. Le mencionaré dos


detalles. En 1935 llevó rifles a Etiopía. En 1936 luchó en España con
los republicanos.

RICK

Y fui muy bien pagado en ambas ocasiones.

RENAULT

Los vencedores habrían pagado mejor.

RICK

Quizá. Bien, así que pretende reterner a Laszlo aquí.

RENAULT

Tengo mis órdenes.

RICK

Ya veo. De la Gestapo.

Renault se pone en pie.

RENAULT

Mi querido Ricky, sobreestima usted la influencia de la Gestapo. Yo no


me interfiero en sus cosas y ellos no se interfieren en las mías. En
Casablanca yo soy dueño de mi destino. Yo soy el capitán de...

Se calla ante la irrupción de su AYUDANTE.

AYUDANTE

El mayor Strasser ha llegado, señor.

Renault se incorpora en el acto.

RICK

¿Si, que estaba usted diciendo?


RENAULT

(con prisas)

Excúseme.

Se va apresuradamente. Rick sonríe con cinismo.

CORTA A:

INT. RICK'S CAFE - SALON PRINCIPAL - NOCHE

Renault se acerca a Carl.

RENAULT

Carl, dele al mayor Strasser una buena mesa, cerca de las señoritas.

CARL

Tendrá la mejor mesa. Siendo alemán la cogería de todos modos.

Renault se acerca a uno de sus oficiales.

RENAULT

Con calma. Dos guardias en cada puerta.

OFICIAL DE POLICIA

Si, señor. Todo está preparado, señor.

El oficial se cuadra ante él y se aleja para dar instrucciones a los


guardias.

Renault se dirige a la mesa de Strasser mientras Rick baja las


escaleras.

RENAULT

Buenas noches, caballeros.

STRASSER

Buenas noches, capitán.

HEINZE

¿Se sienta con nosotros?

Renault toma asiento.

RENAULT
Gracias. Celebro que haya venido, Mayor.

STRASSER

(al camarero)

Champán y una lata de caviar.

RENAULT

Le recomiendo Veuve Cliquot 1926, una cosecha magnífica.

CAMARERO

Muy bien, señor.

STRASSER

Muy interesante este local.

RENAULT

Sobre todo esta noche, mayor. Va usted a presenciar la detención del


hombre que mató a los correos.

STRASSER

No esperaba menos, capitán.

CORTA A:

INT. RICK'S CAFE - SALA DE JUEGO - NOCHE

Ugarte se halla junto a la ruleta. Dos gendarmes se le acercan por


detrás.

GENDARME

¿Monsieur Ugarte?

Ugarte se da la vuelta.

UGARTE

Oh. ¿Si?

GENDARME

¿Quiere hacer el favor de acompañarnos?

UGARTE

Por supuesto. ¿Puedo cambiar antes mis fichas?


El oficial asiente y le siguen hasta la caja. Ugarte coloca sus fichas
en la ventanilla y se las desliza al CAJERO.

UGARTE

He tenido suerte, ¿eh? Dos mil, por favor.

Dos nuevos guardias se apostan junto a la puerta para evitar que haya
problemas.

CAJERO

Dos mil.

UGARTE

Gracias.

Ugarte se dispone a abandonar el recinto, seguido de los gendarmes. Una


vez que llega al umbral, se escabulle de entre los guardias y cierra la
puerta a sus espaldas.

INT. RICK'S CAFE - SALON PRINCIPAL - NOCHE

Cuando los gendarmes logran abrir la puerta otra vez, Ugarte ha tenido
tiempo de sacar un arma.

DISPARA contra los gendarmes que ocupan la puerta. Los DISPAROS


provocan un terrible alboroto en el café.

Ugarte echa a correr por el pasillo hasta que se encuentra a Rick, que
viene en dirección opuesta, y le agarra.

UGARTE

¡Rick! ¡Rick, ayúdame!

RICK

No seas tonto. No podrás escapar.

UGARTE

Rick, escóndeme. ¡Haz algo! Debes ayudarme, Rick. ¡Haz algo!

En ese momento llegan los gendarmes y los guardias nativos y atrapan a


Ugarte. Rick permanece impasible mientras se lo llevan a rastras.

UGARTE

¡Rick! ¡Rick!

Nos trasladamos a la mesa de Strasser, quien no ha perdido detalle de


lo sucedido.
STRASSER

Excelente, capitán.

Rick sigue donde estaba, y un CLIENTE se le acerca.

CLIENTE

Cuando vengan por mi, espero que me proteja mejor.

RICK

Yo no me juego el cuello por nadie.

Rick se dirige al centro del salón. Flota un aire de tensa expectación


por toda la sala. Unos cuantos clientes se disponen a marcharse. Rick
procura tranquilizarles.

RICK

Lamento las molestias, amigos, pero ya todo ha terminado. Ocupen sus


asientos y sigan divirtiéndose.

Echa una mirada a Sam.

RICK

Música, Sam.

Sam asiente y se pone a tocar otro tema.

Renault, Strasser y Heinze siguen tranquilamente sentados en sus


asientos.

Rick pasa por su lado.

RENAULT

(llamando a Rick)

¡Eh, Rick!

Rick se detiene y se acerca a su mesa.

RENAULT

Rick, le presento al mayor Heinrich Strasser del Tercer Reich.

STRASSER

Tanto gusto, señor Rick.

RICK

Encantado.
RENAULT

Y ya conoce a Herr Heinze del Tercer Reich.

Rick saluda con la cabeza a Strasser y Heinze.

STRASSER

¿No se sienta con nosotros, señor Rick?

Rick se sienta con ellos.

RENAULT

Nos sentimos muy honrados esta noche. El mayor Strasser es uno de los
grandes artífices de la reputación del Tercer Reich.

STRASSER

Enfatiza usted lo de "Tercer Reich". ¿Acaso espera otro?

RENAULT

Personalmente, me adaptaré a lo que venga.

STRASSER

(a Rick)

¿Le importa si le hago algunas preguntas? No de modo oficial, por


supuesto.

RICK

Incluso de modo oficial, si lo prefiere.

STRASSER

¿Cuál es su nacionalidad?

RICK

(con cara de póker)

Soy borracho.

RENAULT

Eso le convierte en ciudadano del mundo.

RICK

Nací en Nueva York si eso le sirve de ayuda.

STRASSER
Tengo entendido que se marchó usted de París cuando fue ocupado.

RICK

Eso no es ningún secreto para nadie.

STRASSER

Usted es de los que no pueden imaginar a los alemanes en su amado


París.

RICK

En realidad no es mi amado París.

HEINZE

¿Nos imagina en Londres?

RICK

Cuando lleguen, pregúntemelo.

RENAULT

¡Vaya, diplomático!

STRASSER

¿Y en Nueva York?

RICK

Bueno, hay ciertos barrios en los que no les aconsejaría que se


metieran.

STRASSER

Ajá. ¿Quién cree usted que ganará la guerra?

RICK

No tengo ni la menor idea.

RENAULT

Rick es absolutamente neutral en todo. Y esto incluye también a las


mujeres.

STRASSER

No siempre ha sido usted tan prudente y neutral. Tenemos su expediente


completo.
Strasser saca una libreta negra del bolsillo y la abre en una página
concreta.

STRASSER

"Richard Blaine, americano. Edad, treinta y siete. No puede regresar a


su patria."

Strasser aparta la vista de la libreta.

STRASSER

La razón es algo imprecisa. Sabemos lo que hacía usted en París, señor


Blaine, y sabemos también por qué se fue.

Rick se arrima a él y le coge la libreta de las manos.

STRASSER

No tema. No vamos a divulgarlo.

Rick alza la mirada.

RICK

¿Tengo los ojos castaños?

STRASSER

Perdone mi curiosidad, señor Blaine. Pero es que un enemigo de Alemania


está aquí, en Casablanca, y estamos investigando a todo el que pueda
darnos alguna pista.

RICK

(mira de reojo a Renault)

Le aseguro que todo el interés que pueda sentir por Laszlo es puramente
deportivo.

STRASSER

En ese caso, no sentirá simpatía por el zorro, ¿eh?

RICK

No especialmente. Comprendo el punto de vista del sabueso.

STRASSER

Victor Laszlo publicó en los periódicos sucias mentiras contra Alemania


hasta que entramos en Praga, y aun después siguió calumniándonos desde
la resistencia.

RENAULT
Hay que admitir que posee un gran valor.

STRASSER

Digamos que es muy listo. Tres veces se nos escapó de las manos en
París y continuó sus actividades. Y no queremos que esto vuelva a
suceder.

Rick se pone en pie.

RICK

Dispénsenme, caballeros. Lo suyo es la política. Lo mío, dirigir este


local.

STRASSER

Buenas noches, señor Blaine.

Rick se dirige hacia la sala de juego.

RENAULT

¿Ha visto, mayor? No debe preocuparse por Rick.

STRASSER

Quién sabe.

Una pareja entra por la puerta principal. Se trata de VICTOR LASZLO, el


líder de la resistencia checa, y una preciosa joven ataviada con un
simple vestido blanco, la señorita ILSA LUND. De hecho, es tan hermosa
que la gente se gira para contemplarla.

El MAITRE les sale al paso.

MAITRE

Buenas noches, señores.

LASZLO

He reservado una mesa. Victor Laszlo.

MAITRE

Si, monsieur Laszlo. Venga por aquí.

El maitre les conduce hacia su mesa, y al pasar junto al piano la mujer


se fija en Sam.

Sam se concentra deliberadamente en el teclado. Diríase que ha


reconocido a la mujer. En cuanto se alejan, Sam les mira de reojo un
momento.

BERGER, un sujeto menudo y enclenque, observa la pareja a distancia.


El maitre acomoda a Ilsa en su silla. Laszlo se sienta frente a ella y
contempla el salón.

Strasser y Renault los observan desde su mesa.

LASZLO

Dos cointreaux, por favor.

CAMARERO

Muy bien, monsieur.

LASZLO

(a Ilsa)

Nadie responde a su descripción.

ILSA

Victor, creo, creo que no deberíamos quedarnos aquí.

LASZLO

No podemos irnos tan pronto, llamaríamos la atención. Ugarte puede


estar en otra parte del café.

Berger se acerca a su mesa.

BERGER

Discúlpenme, ¿están ustedes de paso para América?

LASZLO

Si. ¿Y bien?

Berger se saca un anillo del dedo.

BERGER

¿Allí podrían vender este anillo? Me veo en la necesidad de deshacerme


de él.

LASZLO

Gracias, pero no creo que...

BERGER

Cómpreselo a la señora. Es un anillo único.

Se lo muestra. Levanta con cuidado la tapa de la sortija y aparece...


INSERTO - UNA PLACA CON LA CRUZ DE LORENA DEL GENERAL DE GAULLE CHAPADA
EN ORO.

LASZLO

Oh, si, es muy interesante.

Berger se sienta con ellos.

BERGER

Bien.

LASZLO

(en voz baja)

¿Cómo se llama?

BERGER

Berger, noruego, estoy a sus órdenes, señor.

Renault se aproxima por la espalda de Laszlo. Ilsa le hace una señal


para advertirle.

ILSA

Victor...

Laszlo comprende el aviso.

LASZLO

(en voz baja)

Le veré un poco más tarde en el bar.

(en voz alta)

No, no podemos comprarlo. Pero gracias por mostrárnoslo.

Berger, que también se ha dado cuenta, se lamenta y vuelve a guardarse


el anillo.

BERGER

Es una gran ganga. ¿De verdad no lo quiere?

LASZLO
Lo siento. No.

Berger se levanta y se va en el instante en que Renault llega a la


mesa.

RENAULT

¿Monsieur Laszlo?

LASZLO

Si.
RENAULT

Soy el capitán Renault, prefecto de Policía.

LASZLO

¿Qué se le ofrece?

RENAULT

(amistosamente)

Darle la bienvenida a Casablanca y desearle una feliz estancia. Pocas


veces llegan aquí visitantes tan distinguidos.

LASZLO

Gracias. Le ruego que me perdone, capitán, pero la administración


francesa no ha sido siempre tan cordial. Le presento a la señorita
Lund.

RENAULT

Me habían informado de que es usted la mujer más bella que ha pisado


Casablanca. Se quedaron cortos, por lo que veo.

La actitud de Ilsa es cordial pero reservada, en tanto le responde con


una voz suave y delicada.

ILSA

Muy amable.

LASZLO

¿No se sienta con nosotros?

Renault toma asiento.

RENAULT

Si me lo permite
(llama al camarero)

Oh, Emil. La mejor botella de champán, por favor, y cárguela a mi


cuenta.

EMIL

Muy bien, señor.

LASZLO

No, capitán, por favor.

RENAULT

No. Insisto. Verá, es como un juego. Ellos lo apuntan y yo rompo la


factura. Un juego muy conveniente.

Ilsa echa un vistazo a Sam.

ILSA

Capitán, al hombre que toca el piano, le he visto en alguna parte.

RENAULT

¿Sam?

ILSA

Si.
RENAULT

Vino de París con Rick.

ILSA

¿Rick? ¿Quién es?

RENAULT

(sonriendo)

Mademoiselle, está usted en Rick's y Rick es...

ILSA

¿Es qué?

RENAULT

Un hombre del cual yo me enamoraría...

(se da un golpecito en el pecho)


... si fuera mujer y mucho más cándido. Un ser extraño y misterioso:
así veo yo a Rick. Pero que estupidez hablar a una bella mujer de otro
hombre.

Renault se pone en pie de un salto ante la irrupción de Strasser.

RENAULT

Discúlpenme. Ah, mayor. Mademoiselle Lund, monsieur Laszlo, permítanme


presentarles al mayor Heinrich Strasser.

Strasser hace una reverencia y sonríe con suma amabilidad.

STRASSER

Buenas noches. Este es un placer largo tiempo esperado.

Ni Ilsa ni Laszlo se dignan a devolverle el saludo.

Strasser espera a que le inviten a sentarse.

LASZLO

Lamento no poder decir lo mismo, mayor Strasser, pero tengo que


recordarle que soy checo.

STRASSER

Era usted checo. ¡Ahora es usted súbdito del Reich alemán!

Laszlo se pone en pie.

LASZLO

Nunca he aceptado ese privilegio, y ahora estoy en suelo francés.

STRASSER

Quisiera saber algo más acerca de su presencia en suelo francés.

LASZLO

No es el lugar ni es el momento.

STRASSER

(cada vez más serio)

Nos veremos en otro lugar y en otro momento. Mañana a las diez en la


Prefectura, con mademoiselle.

LASZLO

Capitán Renault, estoy bajo su autoridad. ¿Ordena usted que vayamos a


la Prefectura?
RENAULT

(amistosamente)

Digamos que se lo ruego. Es una expresión más agradable.

LASZLO

Muy bien.

Renault y Strasser hacen una breve reverencia.

RENAULT

Mademoiselle.

STRASSER

Mademoiselle.

Renault y Strasser se alejan de allí.

RENAULT

Una hábil retirada táctica, mayor.

Strasser le echa una mirada severa, pero no logra más respuesta que una
inocente sonrisa.

Laszlo se queda mirando a los dos hombres que se alejan.

LASZLO

Ahora si que intentarán detenerme.

ILSA

Victor, tengo miedo por ti.

LASZLO

Hemos vencido otras dificultades.

Ilsa le devuelve la sonrisa, pero su expresión sigue siendo preocupada.

En el estrado, CORINA rasguea una guitarra y comienza su número.

Entretanto, Laszlo mira a su alrededor con supuesta indiferencia. Ve a


Strasser y Renault hablando en susurros, y luego divisa a Berger en el
bar.

LASZLO

Voy a hablar con ese Berger.


ILSA

Ten cuidado.

LASZLO

Lo tendré, no te preocupes.

Se levanta y se va.

Vemos a Ilsa de perfil, con un semblante de preocupación.

Mientras Corina sigue cantando, Sam lanza una mirada inquieta a Ilsa.
Ella se da cuenta.

Berger está bebiendo un trago en el bar. Laszlo se acerca y se coloca


junto a él sin prestarle atención.

LASZLO

Señor Berger, ¿podría ver esa sortija?

BERGER

Si, monsieur.

LASZLO

(a Sacha)

Cóctel de champán, por favor.

Laszlo simula examinar el anillo.

BERGER

(en voz baja)

Le reconocí por las fotos de los noticiarios, monsieur Laszlo.

LASZLO

En el campo de concentración se tiende a perder peso.

BERGER

Leímos que le habían matado en cinco sitios diferentes.

LASZLO

(esboza una sonrisa torcida)

Y cada una de las cinco veces fue verdad. Escúcheme, Berger. Estoy
buscando a un hombre llamado Ugarte. Parece que estaba en disposición
de ayudarme.
Berger menea la cabeza.

BERGER

Ugarte ya no podrá hacer nada por usted. Le han detenido aquí esta
noche. Acusado de asesinato

Laszlo asume el golpe con calma.

LASZLO

Entiendo.

BERGER

(con intensa devoción)

En fin, vamos a ver lo que podemos hacer. La resistencia está


organizada como en otras partes. Mañana por la noche tenemos una
reunión en la Caverne du Bois. Si pudiera venir...

Se calla en el momento en que Sacha le da una copa a Laszlo.

Corina acaba la canción y el público aplaude con gran entusiasmo.

Ilsa sigue todavía sentada en su sitio.

ILSA

(al camarero)

¿Quiere decirle al pianista que venga aquí, por favor?

CAMARERO

Con mucho gusto, mademoiselle.

Renault se acerca a Berger y Laszlo.

RENAULT

¿Qué tal esas joyas, Berger?

BERGER

Eh, no muy bien.

(a Sacha)

¿Me da la cuenta, por favor?

RENAULT

Es una lástima que no viniera antes, monsieur Laszlo. Pasamos un rato


emocionante, ¿verdad, Berger?
BERGER

Si, claro. Discúlpenme, caballeros.

LASZLO

Mi cuenta.

RENAULT

No. Dos cócteles de champán, por favor.

SACHA

Si, señor.

Sam traslada el piano hasta la mesa de Ilsa, con el rostro nublado por
un extraño temor.

La propia Ilsa no está tan segura de si misma como pretende aparentar.


Algo misterioso se esconde detrás de todo esto.

ILSA

Hola, Sam.

SAM

Hola, señorita. No esperaba verla de nuevo.

Se sienta y comienza a tocar el piano.

ILSA

Ha pasado el tiempo.

SAM

Si. Ha pasado mucha agua bajo el puente.

ILSA

Toca mi vieja canción, Sam.

SAM

Si, señorita.

Sam comienza a tocar una pieza. Está nervioso, esperando a ver que
sucede.

ILSA

¿Dónde está Rick?


SAM

(con evasivas)

No lo sé. No lo he visto en toda la noche.

Sam parece muy incómodo.

ILSA

¿Cuándo volverá?

SAM

No volverá, esta noche no. Se fue, si, a casa.

ILSA

¿Siempre se marcha tan pronto?

SAM

No, nunca... bueno...

(desesperado)

... tiene una chica en el Loro Azul. Va por allí a menudo.

ILSA

Solías mentir mucho mejor antes, Sam.

SAM

Déjele en paz, señorita. Usted le trae mala suerte.

ILSA

Tócala, Sam, por los viejos tiempos.

SAM

No se a lo que se refiere, señorita.

ILSA

Tócala, Sam. Toca "As Time Goes By".

SAM

Se me ha olvidado esa canción. No recuerdo la melodía.

Por supuesto que la recuerda. Lo que pasa es que no quiere tocarla.


Cada vez se le ve más asustado.
ILSA

Te la recordaré.

Ilsa se pone a tararearla.

Sam empieza a tocar la canción muy suavemente.

ILSA

Cántala, Sam.

Y Sam se pone a cantar.

SAM

"You must remember this

A kiss is just a kiss,

A sign is just a sign,

The fundamental things apply,

As time goes by."

La puerta de la sala de juego se abre y Rick sale disparado. Su rostro


se pone lívido al oír la música.

SAM

"And when too lovers woo

They both say I love you,

On that you can rely,

No matter what the future brings

As time goes by."

Rick se acerca rápidamente al piano.

RICK

Sam, te había dicho que nunca volvieras a...

Al ver a Ilsa se para en seco. Sam deja de tocar.

DOS PRIMEROS PLANOS

de Ilsa y Rick mirándose mutuamente.


Rick se queda de piedra. Se queda mirándola un buen rato.

Sam aparta apresuradamente el piano.

Renault y Laszlo se aproximan a la mesa desde el bar.

RENAULT

(a Ilsa)

Preguntaba usted por Rick y aquí lo tiene. Permítame presentarle a...

RICK

Hola, Ilsa.

ILSA

Hola, Rick.

RENAULT

Ah, ¿ya se conocían, mademoiselle?

Ninguno de los dos le responde.

RENAULT

Entonces, tal vez también...

ILSA

El señor Laszlo.

LASZLO

Tanto gusto.

RICK

Encantado.

LASZLO

Todo el mundo conoce a Rick en Casablanca.

RICK

Y a Victor Laszlo en todas partes.

LASZLO

¿Quiere sentarse con nosotros?

RENAULT
(riéndose)

Oh, no. Rick nunca...

RICK

Gracias. Con mucho gusto.

Rick toma asiento.

RENAULT

¡Vaya! Se ha sentado un precedente. ¡Emil!

LASZLO

Este es un café muy interesante. Le felicito.

RICK

Y yo le felicito a usted.

LASZLO

¿Y por qué?

RICK

Su lucha.

LASZLO

Gracias. Lo intento.

RICK

Todos lo intentan. Usted lo consigue.

RENAULT

Lamento no entrar en liza. Debo informarle, Rick, que antes me preguntó


por usted de una forma que me hizo sentir celos.

ILSA

(a Rick)

No estaba muy segura. Nos vimos por última vez en...

RICK

En "La Belle Aurore".

ILSA
Es emocionante que lo recuerdes. Claro, fue el día en que los alemanes
ocuparon París.

RICK

Un día así no se olvida.

ILSA

No.

RICK

Yo recuerdo cada detalle. Los alemanes iban de gris y tú ibas vestida


de azul.

ILSA

Si. He guardado ese vestido. Cuando se marchen los alemanes volveré a


lucirlo.

RENAULT

Ricky, le veo a usted más humano. Supongo que hemos de agradecérselo a


usted, mademoiselle.

LASZLO

Ilsa, lamento tener que decirlo, pero se hacer tarde.

RENAULT

(consultando su reloj de pulsera)

Así es. Tenemos toque de queda en Casablanca. Y encontrar al prefecto


de Policía bebiendo después de la hora no sería un buen ejemplo.

Rick e Ilsa se miran mutuamente.

Laszlo hace una señal al camarero.

LASZLO

Siento que no podamos estar más tiempo.

RICK

Nada.

CAMARERO

(a Laszlo)

La cuenta, señor.
Rick toma la factura.

RICK

(al camarero)

Traiga, invito yo.

RENAULT

Vaya, otro precedente. Una velada grata e interesante. Les pediré un


taxi, aunque la gasolina está racionada. Buenas noches.

Renault se va.

LASZLO

Volveremos.

RICK

Cuando gusten.

ILSA

Despídeme de Sam, por favor.

RICK

Lo haré.

ILSA

Nadie en el mundo es capaz de interpretar "As Time Goes By" como Sam.

RICK

No la había tocado desde hacía mucho tiempo.

Ilsa sonríe.

ILSA

Buenas noches.

LASZLO

Buenas noches.

RICK

Buenas noches.

Rick y Laszlo se despiden con la cabeza. Laszlo e Ilsa se dirigen a la


puerta mientras Rick vuelve a sentarse y se queda mirándolos fijamente.
CORTA A:

EXT. RICK'S CAFE - NOCHE

Ilsa y Laszlo abandonan el café.

LASZLO

No acabo de entender a ese Rick. ¿Qué clase de tipo es?

Ilsa responde sin mirarle.

ILSA

No se que decir, aunque le vi a menudo en París.

Renault les espera en la acera junto a un taxi.

RENAULT

Hasta mañana en la Prefectura.

LASZLO

No faltaremos.

RENAULT

Adiós.

ILSA

Buenas noches.

LASZLO

Buenas noches.

Se montan en el taxi. Renault se queda mirando como se van, mientras


fuma con aspecto aturdido.

El letrero de neón se apaga, y la única luz que ilumina la entrada del


café es la que destella el faro del aeropuerto.

CORTA A:

INT. RICK'S CAFE - SALÓN PRINCIPAL - NOCHE

Todos los clientes se han ido. Las luces del local están apagadas.
Rick está sentado a una mesa. Tiene enfrente una botella de bourbon y
un vaso medio lleno. De igual modo hay otro vaso vacío frente a una
silla también vacía.

Llena el vaso y se lo bebe de un trago.

Rick se limita a estar sentado, sin mirar a ninguna parte. Su rostro no


muestra la más mínima expresión. La luz del faro del aeropuerto barre
continuamente el salón, lo que crea una sensación de ambiente irreal.

Sam entra en el salón y se queda de pie junto a él, sin atreverse a


hablar.

SAM

Jefe.

Rick sigue bebiendo, sin hacerle caso.

SAM

¡Jefe!

RICK

¿Qué?

SAM

¿No se va a la cama?

RICK

No, ahora no.

Sam se da cuenta de que Rick está de muy mal humor.

SAM

(con intención de animarle)

¿Y no piensa hacerlo en un futuro próximo?

RICK

No.

SAM

¿No piensa acostarse nunca?

RICK

No.
SAM

Pues yo tampoco tengo sueño.

RICK

Ven, anda, echa un trago.

SAM

No. No quiero, vámonos.

RICK

Bien, pues quédate sin echar un trago.

SAM

Jefe, tiene que salir de aquí.

RICK

(enfático)

No, señor. Estoy esperando a una dama.

SAM

(muy serio)

Vámonos, jefe. No debe meterse en líos.

RICK

Ella va a venir. Se que va a venir.

SAM

Podemos coger el coche, irnos a la aventura. Emborracharnos. Ir de


pesca hasta que ella se haya ido.

RICK

Cállate y vete a casa, ¿quieres?

SAM

(obstinado)

No, señor. Yo me quedo aquí.

Sam se sienta al piano y empieza a improvisar un tema lento.

RICK
Se llevan a Ugarte y aparece ella. Unos van y otros vienen. ¿Sam?

SAM

¿Si, jefe?

RICK

Sam, si es diciembre de 1941 aquí en Casablanca, ¿qué hora es allí en


Nueva York?

SAM

Eh, se me paró el reloj.

RICK

Deben de dormir en Nueva York. Deben de dormir en toda América.

De repente da un puñetazo en la mesa y entierra la cabeza en los


brazos. Al momento la levanta y procura controlarse.

RICK

De todos los tugurios de todas la ciudades del mundo, tuvo que venir
justo al mío.

Se coge la cabeza con la mano.

RICK

¿Qué estás tocando?

SAM

Una canción que he compuesto.

RICK

Para. Ya sabes lo que quiero escuchar.

SAM

No lo se.

RICK

La tocaste para ella, tócala para mi.

SAM

Bueno, es que no la recuerdo.

RICK
Si ella la resistió yo también. ¡Tócala!

SAM

Si jefe.

Sam empieza a tocar "As Time Goes By".

Rick se limita a mirar al vacío mientras la MUSICA de una orquesta se


une progresivamente a Sam.

ENCADENADO A:

MONTAJE - PARIS EN PRIMAVERA

A) El Arco del Triunfo visto a distancia.

B) Rick conduce un pequeño descapotable por un bulevar. Pasa el brazo


por los hombros de Ilsa. El escenario del fondo se transforma en una
carretera campestre mientras ella se aprieta contra él y apoya la
cabeza en sus hombros.

C) Un barco que hace la excursión por el Sena. Rick se halla en el


puente con Ilsa. Ella se ríe, y ambos parecen flotar en una nube de
éxtasis.

CORTA A:

INT. APARTAMENTO DE RICK EN PARIS - DIA

Ilsa coloca unas flores en la ventana mientras Rick descorcha una


botella de champán. Ella se sienta junto a él.

RICK

¿Quién eres en realidad y de dónde vienes? ¿Qué es lo que hacías y qué


es lo que pensabas? Dime.

ILSA

Dijimos "sin preguntas".

RICK

Esta va por ti, muñeca.

Ambos brindan y beben el trago.

CORTA A:
INT. CAFE DE PARIS - NOCHE

Rick e Ilsa bailan en un elegante café de París. Se les ve muy


enamorados mientras suena la MUSICA.

CORTA A:

INT. APARTAMENTO DE ILSA EN PARIS - DIA

Ilsa tira una moneda al aire y hace amago de lanzársela a Rick.

ILSA

Un franco por tus pensamientos.

RICK

En América no dan más que un penique. Y creo que no valen más que eso.

ILSA

No me importa pagar de más. ¿Qué piensas?

RICK

Pues me preguntaba...

ILSA

¿Si?

RICK

Por qué tengo la suerte de que vinieras a mi, de haberte encontrado.

ILSA

¿Por qué no hay otro hombre en mi vida?

RICK

Si.

ILSA

Es sencillo. Lo hubo. Y ha muerto.

RICK

Lo siento. Olvidé que habíamos dicho "sin preguntas".

ILSA
Bueno, hay una sola respuesta.

Ambos se besan apasionadamente.

CORTE A:

MONTAJE - EXTRACTOS DE UN NOTICIARIO SOBRE LA OCUPACION ALEMANA DE


FRANCIA

A) Las ruinas de un edificio incendiado. Una señal con una flecha que
indica hacia París.

B) Tropas alemanas cruzando un río.

C) Un grupo de tanques avanzando por la carretera hacia París.

D) Varios aviones de guerra alemanes sobrevolando el terreno.

CORTE A:

EXT. CAFE DE PARIS - DIA

Un hombre vende periódicos a la multitud que se arremolina a su


alrededor.

VENDEDOR DE PERIÓDICOS

¡París, ciudad abierta! ¡Los alemanes a las puertas de París! ¡París,


ciudad abierta!

Hay una enorme excitación. Rick e Ilsa están sentados a una mesa.
Compran un periódico y se ponen a leerlo.

En las inmediaciones se apiña un grupo de asustados parisinos alrededor


de un altavoz colocado sobre un camión. Una voz áspera chilla las
trágicas noticias sobre el avance alemán hacia París.

ALTAVOZ

Aquí Stuttgart, Alemania. Franceses, parisinos: las tropas francesas


han abandonado sus posiciones. Los alemanes estarán mañana en la
capital...

RICK

Ya no hay quien los detenga. Miércoles. El jueves a más tardar los


tenemos en París.

ILSA

(preocupada)
Richard, te pondrán en la lista negra. Ya no estarás seguro.

RICK

Ya estoy en su lista negra, su lista de honor.

CORTE A:

INT. LA BELLE AURORE - TARDE

Un pequeño café de Montmartre. En una sombra del suelo se refleja el


letrero que dice "La Belle Aurore".

Rick coge del bar tres copas y una botella de champán. Luego se dirige
a Ilsa, que espera junto al piano con Sam.

Sam toca "As Time Goes By".

Ilsa parece intranquila. Es obvio que algo pasa por su mente.

Rick sirve champán. Sigue mostrando una sonrisa torcida, pero sin la
amargura que le hemos visto en Casablanca.

RICK

Henri quiere que acabemos esta botella y tres más. Dice que prefiere
regar el césped con champán antes de que se lo beban los alemanes.

Sam contempla su copa.

SAM

Esto nos ayudará a olvidar la ocupación, ¿verdad, señor Richard?

RICK

¡Tú lo has dicho!

(a Ilsa)

Esta va por ti, muñeca.

De repente un altavoz GRITA un discurso en alemán. Tanto Rick como Ilsa


se miran mutuamente y corren hacia la ventana.

RICK

Mi alemán está un poco oxidado.

ILSA

Es la Gestapo. Dicen que esperan entrar en París mañana. Instruyen


sobre como actuar cuando las tropas entren.
Sonríe sin ganas.

ILSA

El mundo entero se derrumba y nosotros nos enamoramos.

RICK

Si. Es un mal momento, ¿verdad? ¿Qué hacías tú hace diez años?

ILSA

¿Hace diez años...?

(piensa un segundo)

... Te lo diré. Me habían puesto un alambre en los dientes. ¿Qué hacías


tú?

RICK

Buscar trabajo.

Ilsa le mira con ternura. Rick la coge de los brazos y la besa con
ansia. Una salva lejana de CAÑONAZOS interrumpe su abrazo.

ILSA

(asustada)

¿Ha sido un cañonazo, o el corazón que me late?

RICK

(ceñudo)

Es el nuevo cañón 77. A juzgar por el estruendo, debe de estar a unos


cincuenta kilómetros.

Suena otro CAÑONAZO.

RICK

Se va acercando a cada minuto. Anda, ten, bebe. Hay que terminar las
otras tres.

SAM

Los alemanes están a punto de llegar, y vendrán a buscarle a usted. No


olvide que hay un precio por su cabeza.

Ilsa hace un gesto de gran preocupación.

RICK
Les dejé una nota en mi apartamento. Sabrán donde encontrarme.

Ilsa le mira fijamente.

ILSA

Es curioso. Todavía sé tan poco sobre ti.

RICK

Y yo tampoco sé mucho sobre ti. Tan sólo que te arreglaron los dientes.

Suelta una carcajada.

ILSA

En serio, corres peligro. Debes abandonar París.

RICK

No, no, no, no. Debemos.

ILSA

(con seriedad)

Si, por supuesto...

RICK

El tren para Marsella sale a las cinco. Pasaré a recogerte a tu hotel a


las cuatro y media.

ILSA

(apresuradamente)

No. No en mi hotel. Tengo, tengo cosas que hacer antes de ir a la


estación. Nos veremos allí.

RICK

Bueno. A las cinco menos cuarto.

(una idea pasa por su cabeza)

¿Y si nos casamos en Marsella?

Rick suelta otra carcajada.

ILSA

(en tono ambiguo)

Eso está muy lejos todavía.


RICK

Es cierto, demasiado lejos. Bueno, ¿y el conductor del tren? ¿No podría


casarnos él?

ILSA

¡Oh, amor mío!

De repente Ilsa se da la vuelta y rompe a llorar.

RICK

¿Y por qué no? El capitán de un barco puede. No sería justo que... eh,
eh, ¿qué te ocurre, muñeca?

ILSA

Nada... que te quiero mucho, y odio esta horrible guerra. En este loco
mundo todo puede pasar. Si algo sucediera, si no, si algo viniera a
separarnos, donde quiera que vayas, y donde yo me encuentre, quiero que
sepas que...

No puede decir más. Alza la cabeza para mirarle. Rick la besa


suavemente.

ILSA

Bésame. Bésame como si fuera la última vez.

Rick la mira a los ojos y la mira como si fuera realmente la última


vez.

Ilsa deja caer la mano sobre la mesa y tira un vaso al suelo.

CORTE A:

INT. GARE DE LYON - NOCHE

Cae un verdadero diluvio sobre la estación de ferrocarril.

En los rostros de la gente se refleja la febril excitación que envuelve


el andén. Todos pretenden subir al último tren que sale de París.

Rick surge de entre la multitud. Se detiene, deja la maleta en el suelo


y consulta el reloj.

Un revisor hace la última llamada:

REVISOR

Señores viajeros al tren, faltan tres minutos para la salida.


Rick está empapado de pies a cabeza, pero no parece darse cuenta.
Vuelve a consultar nervioso su reloj.

En ese instante aparece Sam.

RICK

¿Dónde está? ¿No la has visto?

SAM

No, señor, no la encuentro. Se marchó del hotel. Pero esta nota llegó
hace unos minutos.

Sam saca un sobre del bolsillo. Rick lo abre y lee la carta.

INSERTO SOBRE LA CARTA

Querido Richard,

No puedo ir contigo ni verte nunca más. No me preguntes por qué. Pero


debes creer que te quiero. Ve, amor mío, y que Dios te bendiga.

ILSA

Las gotas de lluvia mojan la carta hasta borrar la escritura.

DE VUELTA A LA ESCENA

Suena un SILBATO.

SAM

(frenético)

La última llamada, señor Richard, ¿es que no me oye? Vamos, señor


Richard, salgamos de aquí. Vamos, vamos.

Lo lleva hasta el vagón como a un enajenado. El tren arranca en el


instante en que se montan en las escalerillas.

Rick mira al vacío, envuelto en la nube de vapor que suelta la m‡quina.


Por fin estruja la carta y la tira a las vías.

CORTA A:

INT. RICK'S CAFE - SALÓN PRINCIPAL - NOCHE


primer plano - un vaso sobre una mesa del café

Rick alarga la mano y tira el vaso. La cámara se aparta hasta mostrar


su rostro, con evidentes síntomas de borrachera.

Sam se acerca a la mesa para recoger el vaso y una silla que también ha
caído al suelo.

En ese preciso instante la puerta se abre y aparece Ilsa. Rick la mira


fijamente. Tras dudar un momento, Ilsa se acerca a él.

ILSA

Rick, tengo que hablar contigo.

Se comporta de modo inseguro, como si quisiera tantear su reacción,


pero decidida asímismo a llevar a cabo lo que ha venido a hacer.

RICK

Ya. Te he guardado una copa para que la tomes conmigo. Toma.

ILSA

No. No, Rick. Esta noche no.

RICK

Especialmente esta noche.

Ilsa se sienta en la silla que estaba dispuesta ante el vaso vacío.


Recorre con la mirada la cara de Rick, pero sólo se topa con una
expresión fría e impasible.

Rick alcanza la botella y se sirve otra copa.

ILSA

Por favor.

RICK

¿Por qué has tenido que venir precisamente a Casablanca?

ILSA

No habría venido de haberlo sabido. Créeme, Rick, no sabía que estabas


aquí.

RICK

Oigo tu voz y sigue igual. Aún la estoy oyendo. "Querido Richard, iré
contigo a donde vayas, te seguiré a cualquier parte del mundo".

ILSA
Basta, Rick. No sigas, te lo ruego. Comprendo lo que debes sentir.

RICK

¡Ja! Comprendes lo que debo sentir. ¿Cuánto duró lo nuestro, cariño?

ILSA

No conté los días.

RICK

Pues yo si. Uno por uno. Recuerdo muy bien el último. El tópico final
feliz. Era un día de lluvia en una estación, y un hombre esperaba con
el rostro crispado por una ridícula expresión porque le habían
arrancado las entrañas.

Echa un trago.

ILSA

¿Puedo contarte una historia, Rick?

RICK

¿Tiene un final feliz?

ILSA

Aún no se qué final tendrá.

RICK

Tal vez se te ocurra mientras lo vas contando.

ILSA

Una vez llegó una chica a París procedente de Oslo. Y en casa de unos
amigos conoció a un hombre de quien había oído hablar toda su vida, un
gran hombre idealista y valiente. El le abrió un mundo de nuevos
conocimientos, de bellos y altos ideales. Todo lo que ella era, lo que
sabía, se lo debía a él. Ella le admiraba, le reverenciaba, sentía por
él lo que suponía que era amor.

RICK

Una preciosa historia. Aunque conocida, yo ya había oído muchas


historias de esas en mis tiempos. Y hasta con música de fondo, la de un
piano que tocaban abajo en el salón. "Conocí a un hombre siendo casi
una niña", así empezaban todas. Ya. La verdad es que ninguna de esas
historias era divertida. Dime, ¿por quién me dejaste plantado? ¿Fue por
Laszlo o por algún otro entre medias? ¿O acaso eres de las discretas?

Ofendida, Ilsa se levanta y se va.

La cabeza de Rick se desploma sobre la mesa.


CORTE A:

INT. DESPACHO DE RENAULT - MAÑANA

Un letrero en la puerta reza: Capitán Renault, Prefecto de Policía.

Strasser está sentado mientras Renault atiende a unos papeles.

STRASSER

Tengo la sospecha de que Ugarte entregó los salvoconductos a Blaine.


Sugiero que registre inmediatamente su local.

RENAULT

Rick no haría la sandez de guardarlos en su establecimiento.

STRASSER

Creo que usted valora demasiado a Rick. A mí me parece uno de tantos


fantoches americanos.

RENAULT

Tal vez subestime usted a esos fantoches americanos. Yo vi a esos


fantoches entrar en Berlín en el 18.

Strasser le mira al fin.

STRASSER

Vigilen a Victor Laszlo las veinticuatro horas del día.

RENAULT

(en tono tranquilizador)

Quizá le interese saber que en este preciso instante viene hacia aquí.

CORTA A:

INT. VESTIBULO DE LA PREFECTURA - MAÑANA

Laszlo e Ilsa se abren paso entre la multitud que se apiña en el


vestíbulo de la Prefectura.

Jan y Annina hablan con un agente.

AGENTE DE POLICIA

(a Jan y Annina)
No hay nada que podamos hacer.

CORTA A:

INT. DESPACHO DE RENAULT - MAÑANA

Laszlo entra con Ilsa en el despacho de Renault.

Renault les saluda con una reverencia.

RENAULT

Estoy encantado de verlos. ¿Han descansado bien esta noche?

LASZLO

He dormido muy bien.

RENAULT

Que raro, porque nadie duerme bien en Casablanca.

LASZLO

(fríamente)

¿Podríamos empezar?

RENAULT

Con mucho gusto. ¿Quieren sentarse?

LASZLO

Gracias.

Ilsa y Laszlo toman asiento.

STRASSER

(ahora tan frío como Laszlo)

Muy bien, vamos a ahorrarnos palabras. Es usted un fugitivo del Reich.


Hasta ahora ha logrado eludir nuestra justicia. Está en Casablanca. Y
me veo obligado a retenerle en Casablanca

LASZLO

El que lo consiga o no resulta problemático.

STRASSER
En absoluto. El capitán Renault es quien tiene que firmar todos los
visados.

(se vuelve hacia Renault)

Capitán, ¿cree usted posible que Herr Laszlo obtenga un visado?

RENAULT

Me temo que no. Lo siento, monsieur.

LASZLO

Tal vez me guste estar en Casablanca.

STRASSER

¿Y mademoiselle?

ILSA

No debe preocuparse por mí.

LASZLO

¿Es todo cuánto tenía que decirnos?

STRASSER

¿Qué prisa tiene? El tiempo es lo que ahora le sobrará. Tal vez esté
aquí por tiempo indefinido... o tal vez vuele a Lisboa mañana, con una
condición.

LASZLO

¿Cuál es?

STRASSER

Usted conoce a los jefes de la resistencia en París, Praga, en


Bruselas, en Amsterdam, en Oslo, en Belgrado, en Atenas.

LASZLO

Incluso en Berlín.

STRASSER

Si, incluso en Berlín. Si me facilita usted sus nombres y sus actuales


paraderos, tendrá el visado esta mañana.

RENAULT

Y el honor de haber servido al Tercer Reich.


LASZLO

Estuve en un campo de concentración durante un año. Suficiente honor


para toda una vida.

STRASSER

¿Nos dará usted los nombres?

LASZLO

Si no los di estando prisionero en aquel campo, donde había más


"persuasivos métodos" para obligarme, no voy a descubrirlos ahora.

La apasionada convicción de sus palabras descubre el alma de cruzado


que late en su interior.

LASZLO

Y aunque matasen a esos hombres, aunque nos matasen a todos, no podrían


matar a los miles que surgirían para reemplazarlos. Ni siquiera los
nazis podrían hacerlo.

STRASSER

Herr Laszlo, ahora comprendo la reputación que tiene de hombre


elocuente. Pero en un extremo está equivocado. Nuestros enemigos
podrían ser reemplazados, pero con una excepción: nadie podría
reemplazarle a usted si algo desafortunado le ocurriera mientras
trataba de escapar.

LASZLO

No se atreverá a retenerme aquí. Esta es la Francia no ocupada.

Cualquier violación de la neutralidad recaería sobre el capitán


Renault.

RENAULT

Desde luego, en todo cuanto está en mis manos...

LASZLO

Gracias.

RENAULT

A propósito, parece que anoche mostró cierto interés por un tal Ugarte.

LASZLO

Así es.

RENAULT
¿Traía un mensaje para él, quizá?

LASZLO

Nada importante. ¿Podría hablar con él?

STRASSER

En vez de conversación sería un monólogo. El señor Ugarte ha muerto.

primer plano de ilsa, luego de laszlo

al mostrar su decepción.

Strasser observa su reacción

ILSA

(apenas audible)

Oh.

Renault coge un informe.

RENAULT

Si, ahora iba a redactar el informe. Aún no hemos decidido si murió


suicidándose o tratando de escapar.

LASZLO

¿Ha terminado con nosotros?

STRASSER

Por el momento, si.

LASZLO

Buenos días.

Renault pulsa un timbre y abren la puerta desde fuera.

Un AGENTE entra al mismo tiempo que se van Ilsa y Laszlo.

RENAULT

Ahora acudirán al mercado negro, indudablemente.

AGENTE DE POLICIA

Perdóneme, capitán. Tenemos un nuevo problema de visado.

RENAULT
Que pase esa señora.

AGENTE DE POLICIA

Si, señor.

Renault se contempla en el espejo y se anuda la corbata.

CORTA A:

EXT. MERCADO NEGRO - DIA

El mercado negro es una típica callejuela árabe atiborrada de bazares,


tiendas y puestos ambulantes. Los mercaderes nativos exponen su
mercancía a una gran variedad de pueblos y razas.

Tanto hombres como mujeres llevan vestimenta tropical. Los toldos que
cubren los mercadillos les proporcionan cierta protección contra el sol
achicharrante.

A primera vista en los puestos flota una atmósfera lánguida, bajo la


que subyacen los siniestros tejemanejes de los negocios ilícitos.

Un FRANCES está arrimado a un NATIVO para hablar en voz baja.

NATIVO

Lo siento, monsieur, no intente acudir a la Policía. Quien se lo puede


arreglar es el señor Ferrari.

FRANCÉS

¿Ferrari?

NATIVO

Le será muy útil conocer al señor Ferrari. Prácticamente tiene el


monopolio del mercado negro. Le encontrará ahí enfrente, en el Loro
Azul.

FRANCES

Gracias.

CORTA A:

EXT. EL LORO AZUL - DIA

En el exterior hay un loro azul colgado sobre una percha.


CORTA A:

INT. EL LORO AZUL - DIA

Es un café mucho menos ostentoso que Rick's, pero con una nutrida
clientela.

Rick entra en el local y cruza las mesas hacia el despacho de Ferrari.


Este sale de allí en compañía de Jan y Annina, los cuales ofrecen un
aspecto de gran desilusión.

FERRARI

No se descorazonen. Tal vez puedan llegar a un arreglo con el capitán


Renault.

JAN

Muy agradecido, señor.

Jan lleva a Annina afuera.

RICK

Hola, Ferrari.

Ferrari se da la vuelta. Está encantado de ver a Rick.

FERRARI

Ah, buenos días, Rick.

Los dos se dan la mano.

RICK

Veo que llega el camión. Me llevaré mi cargamento.

FERRARI

Tranquilo, luego te lo enviaré. ¿Quieres una copa?

RICK

Nunca bebo por las mañanas. Y cada vez que me envías el cargamento,
siempre falta algo.

FERRARI

(con una risita ahogada)

Gastos de transporte, amigo, gastos de transporte. Anda, siéntate.


Quiero hablarte de algo que me tiene un poco inquieto, ¿sabes?

Llama a un camarero.
FERRARI

El bourbon.

(muy afligido)

La muerte de Ugarte me ha apenado mucho.

RICK

No me vengas con cuentos. Su muerte te importa menos que a mí.

Ferrari le mira fijamente.

FERRARI

Desde luego. Lo que pasa es que, faltando Ugarte, nadie sabe dónde
están los salvoconductos.

RICK

Prácticamente nadie.

FERRARI

Si estuvieran en mi poder, podría ganar una fortuna.

RICK

Y yo, aunque entiendo bien poco de eso.

FERRARI

Yo le propondía al que los tuviera hacer toda la operación, y me haría


cargo de todos los riesgos por un mínimo porcentaje.

RICK

Más los gastos de transporte.

FERRARI

Desde luego, siempre hay gastos imprevistos. Bueno, ésta es mi


propuesta para quienquiera que los tenga.

RICK

(secamente)

Se lo diré cuando lo vea.

FERRARI

Rick, he puesto las cartas sobre la mesa. Creo que tú sabes quién los
tiene.
RICK

El caso es que no eres el único. Renault y el mayor Strasser piensan lo


mismo que tú.

Rick mira por la ventana y distingue a Ilsa junto al bazar de tejidos.


Asímismo, Laszlo en encamina hacia el Loro Azul.

RICK

En realidad he venido para que puedan registrar mi café tranquilamente.

FERRARI

Rick, no seas loco. Confía en mí. Me necesitas como socio.

Rick no le está escuchando. Sigue mirando el bazar de tejidos a través


de la ventana abierta.

Rick se levanta.

RICK

Perdóname, tengo algo que hacer.

CORTA A:

EXT. EL LORO AZUL - DIA

Laszlo llega a la entrada del café a tiempo de cruzarse con Rick. Se


detiene y le saluda educadamente.

LASZLO

Buenos días.

RICK

Ferrari es el gordo sentado allí en el fondo.

Laszlo le ve marcharse sin comprender su reacción.

CORTA A:

EXT. MERCADO NEGRO - DIA

Ilsa examina un mantel en el puesto de tejidos, ante los ojos de un


árabe que trata de vendérselo como sea. Tiene en las manos una etiqueta
que dice "700 francos".

ÁRABE
No encontrará una joya igual en todo Marruecos, mademoiselle. Sólo
setecientos francos.

Ricks se acerca a Ilsa por la espalda.

RICK

Te va a engañar.

Ilsa le mira de reojo y vuelve a concentrarse en el mantel. Mantiene


una actitud educada pero distante.

ILSA

No me importa, gracias.

ARABE

Ah, ¿es usted amiga de Rick? Para los amigos de Rick hay un pequeño
descuento. ¿Dije setecientos francos? Se lo dejo en doscientos.

Coge una etiqueta con la inscripción "200 francos" de debajo del


mostrador y sustituye al que tenía antes.

RICK

Lo siento, no estaba en condiciones de recibirte cuando viniste anoche.

ILSA

Ya no importa.

ARABE

Y para amigos especiales de Rick hay descuentos especiales. Sólo cien


francos.

Vuelve a sustituir la segunda etiqueta por otra que dice "100 francos".

RICK

Tu historia me dejó algo confundido. Tal vez fuera el bourbon.

ARABE

Tengo manteles, servilletas...

ILSA

Gracias. En realidad no quiero nada.

ARABE

Por favor, un momento. ¡Espere!


El árabe se va precipitadamente a buscar algo.

Ilsa simula estar concentrada en las mercancías del mostrador.

RICK

Bien, ¿por qué viniste? ¿Para explicarme por qué me dejaste plantado en
la estación?

ILSA

Si.

RICK

Bien, explícamelo. Ahora estoy razonablemente sobrio.

ILSA

No lo creo necesario.

RICK

¿Por qué no? Al fin y al cabo me dejaste plantado con un billete de


más. Creo que merezco una explicación.

ILSA

Anoche comprendí que habías cambiado. Se lo habría dicho al Rick que


conocí en París, y él lo habría entendido. Pero el que me miraba con
tanto odio... en fin, pronto me iré de Casablanca y nunca más
volveremos a vernos. No nos conocíamos cuando nos amábamos en París. Si
no nos vemos más, recordaremos aquellos días y no Casablanca, ni lo de
anoche.

RICK

¿Acaso tuviste miedo a enfrentarte con la vida que yo podía ofrecerte,


huyendo de la Policía, huyendo, huyendo siempre?

ILSA

Si lo prefieres puedes creer eso.

RICK

Bueno, ya no tengo que huir más, me he establecido. Sobre un tugurio,


es cierto... pero si quieres venir, te estaré esperando.

Ilsa aparta la mirada.

RICK

Es igual, algún día mentirás a Laszlo... y volverás.


ILSA

No, Rick. Porque Victor Laszlo es mi marido... y lo era ya cuando te


conocí en París.

Se se dirige hacia el café, dejando a Rick completamente atónito.

CORTA A:

INT. EL LORO AZUL - DIA

Ilsa y Laszlo están sentados con Ferrari.

FERRARI

Le decía a monsieur Laszlo que me es imposible ayudarle,


desgraciadamente.

ILSA

Oh.

LASZLO

Cariño, todo el mundo conoce nuestra situación.

FERRARI

(a Ilsa)

Como cabeza de los negocios ilegales en Casablanca, soy un hombre


influyente y respetado. Pero me costaría el cuello ayudar a monsieur
Laszlo. Con usted el caso es diferente.

LASZLO

El señor Ferrari cree que podría obtener un visado para ti.

ILSA

¿Cómo, irme yo sola de aquí?

FERRARI

Usted sola.

LASZLO

Yo seguiré intentándolo. Estoy seguro de que pronto...

FERRARI
Hay que ser franco, monsieur. Tan sólo un milagro podría sacarle de
Casablanca. Y los alemanes han prohibido los milagros.

ILSA

Sólo nos interesan dos visados, señor Ferrari.

LASZLO

Por favor, Ilsa, no te obstines.

ILSA

(con firmeza)

No, Victor, no.

FERRARI

Dispensen, estaré en el bar.

Ferrari se pone en pie y se aleja.

LASZLO

No, Ilsa, no quiero que te quedes. Debes irte a América. Créeme, ya me


las arreglaré para seguirte.

ILSA

No, Victor, si el caso fuera al revés, y no hubiera más que un visado


para ti, ¿lo aceptarías?

LASZLO

(sin mucha convicción)

Desde luego que si.

Ilsa esboza una sonrisa. No le ha creído ni por un instante.

ILSA

Si, claro. Cuando estuve presa allí en Lille, ¿por qué no me


abandonaste? Y cuando yo estuve enferma en Marsella durante dos semanas
y tú estabas en peligro, ¿por qué no te fuiste entonces?

LASZLO

Lo intenté, pero siempre había algo que me lo impedía. Sabes que te


quiero mucho, Ilsa.

Ella vuelve a sonreir.

ILSA
Tu secreto está a salvo conmigo. Ferrari aguarda nuestra respuesta.

Ferrari está hablando en el bar con un camarero.

FERRARI

Pero no más de cincuenta francos.

Ilsa y Laszlo se aproximan a él.

LASZLO

Lo hemos decidio, señor Ferrari. De momento sólo nos interesan dos


visados. Gracias de todos modos.

FERRARI

Bien, buena suerte, y cuidado.

(señala con los ojos al bazar)

¿Sabe que le están siguiendo?

Laszlo echa un vistazo hacia allí.

LASZLO

Claro. Los huelo a distancia.

Ferrari mira con astuta complicidad a Ilsa.

FERRARI

Observo que en ciertos aspectos es usted un hombre muy afortunado,


monsieur. Le voy a hacer otra sugerencia, y no sé por qué, porque no
creo que yo pueda aprovecharla. ¿Oyó hablar de Ugarte y de los
salvoconductos?

LASZLO

Algo he oído.

FERRARI

Ugarte no los llevaba encima cuando lo detuvieron.

Hay un momento de pausa durante el que Ilsa y Laszlo asimilan la


noticia.

LASZLO

¿Usted sabe dónde están?

FERRARI
No estoy seguro, si bien yo diría que Ugarte se los entregó a monsieur
Rick.

El rostro de Ilsa se nubla un momento. Laszlo lo nota pero no dice


nada.

LASZLO

¿Rick?

FERRARI

Ese Rick es un tipo difícil. Siempre actúa de un modo imprevisto, pero


debe intentarlo.

LASZLO

Muchas gracias. Adiós.

ILSA

Adiós, y gracias por el café. Cuando me vaya lo echaré de menos.

Ferrari hace una reverencia.

FERRARI

Gracias por compartirlo conmigo. Adiós, mademoiselle, monsieur.

LASZLO

Adiós.

Mientras Ilsa y Laszlo abandonan el café, Ferrari aplasta con


despreocupación una mosca contra la mesa.

CORTA A:

EXT. RICK'S CAFE - NOCHE

El letrero vuelve a estar encendido y la MUSICA se filtra al exterior.

CORTA A:

INT. RICK'S CAFE - SALÓN PRINCIPAL - NOCHE

En el bar, el europeo ha encontrado otro TURISTA.

EUROPEO

Salud, señor.
TURISTA

Eh, a la suya.

EUROPEO

Ha sido un placer.

TURISTA

Mi cuenta por favor.

EUROPEO

Tengo que advertirle, monsieur...

El europeo le hurga en los bolsillos.

EUROPEO (cont.)

... de que éste es un lugar muy peligroso, plagado de buitres, bandidos


por todas partes. Gracias por todo, adiós.

El turista se ríe.

TURISTA

Eh, adiós, señor.

EUROPEO

Ha sido un placer conocerle.

Al irse precipitadamente choca con Carl.

EUROPEO

Oh, perdón.

Mientras el europeo se aleja, Carl comprueba que no le falta nada en


los bolsillos.

Sam y Corina interpretan una pieza acompañados por la orquesta.

Strasser entra con su séquito en el café y pasan junto a la mesa de


Rick.

Carl le trae a Rick una botella y una copa.

CARL

Monsieur Rick, se está usted convirtiendo en su mejor cliente.

Carl se va.
Renault aparece cuando Rick está encendiendo un cigarrillo.

RENAULT

Vaya, Rick. Celebro verle tomar vino. Se está comportando como un


verdadero francés.

RICK

Sus hombres pusieron esto patas arriba esta tarde. Apenas hubo tiempo
de limpiarlo para abrir.

Sirve un trago a Renault.

RENAULT

Le dije a Strasser que no encontraría los salvoconductos, pero a mis


hombres les mandé ser muy destructivos. Ya sabe lo que eso impresiona a
los alemanes.

(toma un sorbo)

Rick, ¿tiene usted esos salvoconductos?

RICK

¿Apoya usted a Vichy o a la Resistencia?

RENAULT

Eso me pasa por indiscreto. No se hable más del tema.

RICK

Me parece que llega usted un poco tarde.

RENAULT

¿Eh?

Rick señala a Yvonne, que se aproxima al bar acompañada de un OFICIAL


ALEMAN.

RICK

¿Lo ve? Yvonne se pasó al enemigo.

RENAULT

¿Quién sabe? Quizá a su manera constituya un segundo frente. Bien, es


hora de adular un poco al mayor Strasser. Hasta luego, Rick.

Renault se levanta y se aleja con calma.

En el bar, Yvonne y el oficial alemán piden sus consumiciones.


YVONNE

¡Sacha!

OFICIAL ALEMÁN

Dos cañones del setenta y cinco.

Yvonne ya está algo bebida.

YVONNE

Una batería completa, Sacha... Empieza aquí, y acaba aquí.

Le indica con la mano donde quiere que coloque las copas sobre el
mostrador.

OFICIAL ALEMAN

Empezaremos con dos.

Un OFICIAL FRANCES sentado en la barra le hace un gesto a Yvonne.

OFICIAL FRANCÉS

(en francés)

¿No le da vergüenza ir con alemanes?

YVONNE

(en francés)

¿Y a usted qué le importa?

OFICIAL FRANCES

(en francés)

Parece mentira...

YVONNE

(interrumpiéndole, en francés)

¡Déjenos en paz!

OFICIAL ALEMAN

(en francés)

¡No, no, no, no! ¡Un momento!

(en inglés)
¿Qué es lo que ha dicho? ¿Quiere repetirlo?

OFICIAL FRANCES

¡Lo que yo he dicho no le importa a usted!

OFICIAL ALEMAN

¡Pues si que me importa!

Empiezan a pelear.

YVONNE

(en francés)

¡Basta, por favor! ¡Basta!

Los clientes de las inmediaciones lanzan gritos sobresaltados. Un grupo


de oficiales alemanes sentados a una mesa cercana hacen amago de
sumarse a la lucha. Rick llega en el acto y separa a los contendientes.

RICK

(al alemán)

No quiero peleas en mi establecimiento. Así que o dejan la política o


se largan.

OFICIAL FRANCES

(en francés)

Sucio boche. ¡Ya sonará la hora de nuestra venganza!

Renault, Strasser y los otros oficiales vuelven a sentarse.

STRASSER

¿Lo ve, capitán? La situación no está bajo control, como usted afirma.

RENAULT

Mire, major, procuramos cooperar con su gobierno, pero no podemos


controlar los sentimientos de la gente.

Strasser le mira fijamente.

STRASSER

Capitán Renault, ¿está completamente seguro de qué lado está?

RENAULT
Confieso que carezco de convicciones. Yo voy con el viento, y los
vientos actuales provienen de Vichy.

STRASSER

¿Y si cambiaran?

Renault sonríe.

RENAULT

No creo que el Reich admita esa posibilidad.

Renault enciende un cigarrillo y suelta una bocanada.

STRASSER

No sólo soplan para Casablanca. Sabemos que el África francesa está


plagada de traidores, esperando la ocasión, y tal vez un líder.

RENAULT

(de pasada)

¿Un líder, como Laszlo?

STRASSER

Ajá. Lo he estado pensando. Es tan difícil dejarle ir como permitirle


que permanezca.

RENAULT

(pensativo)

Ya le comprendo.

Carl, botella en mano, se dirige a la mesa de unos alemanes de mediana


edad, el señor y la señora LEUCHTAG.

CARL

(en alemán)

Ya estoy aquí, señor Leuchtag. Le he traído nuestro mejor brandy. Sólo


para los de la casa.

Le sirve una copa para cada uno.

SEÑOR LEUCHTAG

Gracias, Carl.

CARL
(mientras le sirve brandy)

Señora.

SEÑORA LEUCHTAG

Gracias, Carl.

CARL

Señor Leuchtag.

SEÑOR LEUCHTAG

Gracias, y siéntese con nosotros.

SEÑORA LEUCHTAG

(resplandeciente de alegría)

Celebramos nuestra partida para América mañana.

Carl se sienta.

CARL

No saben cuánto me alegro. Pensé que me lo pedirían, así que traje el


mejor brandy y... mi copita.

Saca una copa del bolsillo trasero de su levita.

SEÑORA LEUCHTAG

Al fin llegó el día.

SEÑOR LEUCHTAG

Mi esposa y yo hemos dejado de hablar alemán.

SEÑORA LEUCHTAG

Porque ahora nuestro nuevo hogar será América.

CARL

Una juiciosa decisión.

SEÑOR LEUCHTAG

(alzando su copa)

Por América.

CARL Y LA SEÑORA LEUCHTAG


Por América.

Todos chocan sus copas y beben.

SEÑOR LEUCHTAG

Liebchen, eh, cariño, ¿qué hora es?

Su esposa consulta su reloj.

SEÑORA LEUCHTAG

Diez en punto.

SEÑOR LEUCHTAG

(sorprendido)

¿Tan tarde?

CARL

Eh, les irá estupendamente en América.

Annina se encuentra con Renault al abandonar éste la sala de juego.

RENAULT

¿Le ha sonreído la suerte hoy? Oh, que pena. Vaya a hablar con Rick.

Annina divisa a Rick y se acerca a su mesa.

ANNINA

¿Monsieur Rick?

RICK

¿Si?

ANNINA

¿Podría hablar un momento con usted, por favor?

Rick se para a contemplarla.

RICK

¿Cómo ha entrado aquí? No tiene la edad.

ANNINA

Vine con el capitán Renault.

RICK
(cínico)

Debí figurármelo.

ANNINA

Mi esposo también ha venido.

RICK

¿Ah, si? Vaya, el capitán se está volviendo muy liberal. Siéntese.


¿Quiere tomar algo?

Annina menea la cabeza.

RICK

No, claro. ¿Le importa si yo...?

ANNINA

No.

Rick se sirve un trago.

ANNINA

Monsieur Rick, ¿qué clase de hombre es el capitán Renault?

RICK

Pues un hombre como otro cualquiera.

ANNINA

Ya, pero, ¿puedo confiar en él? ¿En su palabra?

RICK

Eh, un momento. ¿Quién la ha mandado venir?

ANNINA

Él mismo. El capitán Renault.

RICK

Entiendo. ¿Y su marido?

ANNINA

Jugando a la ruleta, para ganar lo que cuestan los visados. Está


perdiendo, claro.

Rick la mira fijamente.


RICK

¿Cuánto tiempo llevan casados?

ANNINA

Ocho semanas. Venimos de Bulgaria. Oh, las cosas están muy mal allí,
monsieur. El pueblo está en la miseria. Y Jan y yo, no, no queremos que
nuestros hijos pasen calamidades.

RICK

(aburrido)

Y decidieron irse a América.

ANNINA

Si, pero tenemos poco dinero, y viajar cuesta mucho y es muy difícil.
Gastamos mucho dinero en llegar aquí. Y el capitán Renault nos vio así,
y es tan cariñoso que quiere ayudarnos.

RICK

Si, es un hombre muy bueno.

ANNINA

Dice que puede facilitarnos los visados, pero no tenemos dinero.

RICK

¿Y él lo sabe?

ANNINA

Si.

RICK

¿Y aún quiere darles los visados?

ANNINA

Si, monsieur.

RICK

¿Y usted quiere saber...?

ANNINA

Si cumplirá su palabra.

RICK
Siempre lo ha hecho.

Se produce un momento de silencio. Annina está sumamente turbada.

ANNINA

Escuche, usted es hombre. Si una mujer le amase, le amase mucho, tanto


que no pensase en otra cosa más que en verle a usted feliz, y si para
ello hiciera algo malo, ¿podría usted perdonarla?

Rick clava los ojos en el vacío.

RICK

Nadie me ha amado nunca de ese modo.

ANNINA

Y si él no se enterase, y ella guardase siempre el secreto en su


corazón, podría todo seguir igual, ¿verdad?

RICK

(con aspereza)

¿Quiere mi consejo?

ANNINA

Oh, si, por favor.

RICK

Vuélvanse a Bulgaria.

ANNINA

¡Pero significa tanto para nosotros llegar a América! Pero si Jan se


enterase... No es más que un muchacho. En muchos sentidos yo soy mucho
mayor que él.

RICK

Si, todo el mundo en Casablanca tiene problemas. Ya verá como todo se


resuelve. Discúlpeme.

Rick se levanta bruscamente.

ANNINA

(desolada)

Gracias, monsieur.
Rick se va rápidamente, dejando a Annina sentada junto a la mesa,
desmoralizada, sin fuerzas para mover un solo músculo.

Mientras Rick consulta la lista de reservas, Ilsa y Laszlo entran en el


café.

Suena de fondo la música de "It Had to Be You", que Sam toca a modo de
ironía.

Rick saluda a la pareja.

RICK

Buenas noches.

LASZLO

Buenas noches. Aquí estamos de nuevo.

RICK

Lo tomaré como un cumplido para Sam.

(a Ilsa)

Supongo que te recuerda a París, y días más felices.

Laszlo mira alrededor.

ILSA

(tranquilamente)

Así es. Queremos una mesa cerca de él.

LASZLO

Y lejos del major Strasser, si es posible.

RICK

A ver si podemos arreglar esas disputas fronterizas.

Rick chasquea los dedos al maitre.

RICK

¡Paul! ¡La mesa treinta!

MAITRE

(a Ilsa y Laszlo)

Si, señor. Síganme, por favor.


RICK

(a Ilsa)

Diré a Sam que toque "As Time Goes By". Creo que es tu canción
favorita.

ILSA

(sonriendo)

Gracias.

Rick se acerca a Sam y le susurra algo. Sam deja lo que estaba tocando
y comienza "As Time Goes by". Menea con resignación la cabeza al irse
Rick.

Un camarero se llega hasta la mesa de Ilsa y Laszlo.

LASZLO

Dos coñacs, por favor.

CORTE A:

INT. RICK'S CAFE - SALA DE JUEGO - NOCHE

Jan está sentado a la ruleta. Sólo le quedan tres fichas y parece


desorientado, sin saber que hacer.

CROUPIER

La partida continúa. Hagan juego, damas y caballeros, hagan sus


apuestas.

Rick entra en el momento en que el croupier dice a Jan:

CROUPIER

¿Quiere usted hacer otra apuesta, señor?

JAN

No, no, ahora no.

Rick se coloca a espaldas de Jan.

RICK

(a Jan)

¿No ha jugado usted al veintidós? He dicho al veintidós..


Jan mira alternativente a Rick y a las fichas que tiene en la mano.

Duda un momento hasta que se decide a colocar las fichas sobre el


veintidós.

Rick cambia una mirada de complicidad con el croupier. Ha comprendido


lo que pretende. Hace girar la ruleta.

Carl aguarda fascinado a ver que sucede.

La ruleta gira y gira hasta detenerse.

CROUPIER

(en francés)

Veintidós, negro, par y pasa.

Jan ha ganado. Sentado a una mesa próxima, Renault se da cuenta de lo


que está pasando.

El croupier arrastra una pila de fichas al veintidós y Jan hace amago


de cogerlas.

RICK

(sin siquiera mirarle)

Déjelas ahí.

Jan duda un momento, pero al fin decide retirar las manos.

Carl sigue observando con expectación.

La ruleta vuelve a girar. Nadie se atreve a decir una sola palabra


hasta que al fin se detiene.

CROUPIER

Veintidós, negro, par y pasa.

Jan ha ganado otra vez. El croupier arrastra hacia él otra pila de


fichas.

RICK

(a Jan)

Cámbielas y no vuelva por aquí.

Jan se levanta y se dirige al cajero.

Un CLIENTE se queja a Carl.

CLIENTE
¿Seguro que éste es un sitio honrado?

CARL

(fervorosamente)

¿Honrado? ¡De una honradez acrisolada!

Entretanto, Rick se acerca al croupier.

RICK

¿Qué tal va la noche?

CROUPIER

Bueno, unos dos mil menos de lo que yo pensaba.

Rick sonríe ligeramente y se dirige a la puerta.

Annina corre a abrazarle.

ANNINA

Monsieur Rick, yo...

RICK

Es un chico con suerte.

CARL

(solícito)

Monsiuer Rick, ¿quiere una taza de café?

RICK

No, gracias, Carl.

CARL

¡Monsieur Rick!

Al ver que Jan ha ganado, Renault se levanta de la mesa y sigue a Rick.


Jan y Annina se cruzan con él.

JAN

Capitán Renault, ¿podría...?

RENAULT

Aquí no, por favor. Venga a mi despacho por la mañana, y arreglaremos


todo al modo oficial.
JAN

Estaré allí a las seis.

RENAULT

Y yo estaré a las diez. Me alegro mucho por ustedes dos, aunque es


extraño que haya ganado.

Divisa a Rick por encima del hombro.

RENAULT (cont.)

Bueno, tal vez no tan extraño. Hasta mañana.

ANNINA

Muchas gracias, capitán Renault.

CORTE A:

INT. RICK'S CAFE - SALÓN PRINCIPAL - NOCHE

En el bar, Carl susurra algo al oído de Sacha.

SACHA

¡No es posible!

Corre hacia Rick.

SACHA

Jefe, ha hecho algo maravilloso.

Besa a Rick en las dos mejillas.

RICK

¡Déjame, ruso loco!

Carl le sirve una copa de brandy.

Rick mira hacia Ilsa con disimulo. Renault se acerca a él.

RENAULT

Tal como sospechaba, es usted un sentimental.

RICK

¿Si? ¿Por qué?


RENAULT

(regañándole)

¿Por qué se interfiere en mis dulces romances?

RICK

Bah, lo hago en aras del amor.

RENAULT

(con ánimo afable)

Bueno, le perdono por esta vez. Pero mañana vendré con una rubia
imponente, y me vendrá muy bien que pierda al juego.

Sonríe y se aleja. Laszlo se acerca a Rick.

LASZLO

Monsieur Blaine, ¿podría hablar un momento con usted?

RICK

Adelante.

LASZLO

¿No habría un sitio más tranquilo? Lo que tengo que decirle es


confidencial.

RICK

En mi despacho.

LASZLO

Bien.

ENADENADO A:

INT. RICK'S CAFE - DESPACHO - NOCHE

Rick se sienta con Laszlo para discutir el problema.

LASZLO

Es preciso que yo pueda salir de Casablanca. Como usted sabe, tengo el


honor de encabezar un gran movimiento. Lucho por la libertad. Y
significa mucho para el mundo, para la vida de miles de personas, que
yo pueda llegar a América y continuar mi lucha.
RICK

No me interesa la política. Y los problemas del mundo no son de mi


incumbencia. Yo sólo dirijo un café.

LASZLO

Mis informes no corroboran esa afirmación. Llevó usted armas a Etiopía.


Combatió al fascismo en España.

RICK

Bueno, ¿y qué?

LASZLO

¿No es curioso que siempre estuviera en el bando de los desafortunados?

RICK

Si, resultó una afición muy cara. Pero los negocios siempre se me han
dado muy mal.

Rick se levanta, al igual que Laszlo.

LASZLO

¿Tanto como para no poder apreciar una oferta de cien mil francos?

RICK

La aprecio, si, pero no la acepto.

LASZLO

La subo a doscientos mil francos.

RICK

Amigo, aunque me ofrezca usted un millón de francos, o tres, la


respuesta es y será la misma.

LASZLO

Debe haber alguna razón para negarse a vendérmelos.

RICK

La hay. ¿Por qué no se la pregunta a su mujer?

LASZLO

Perdón, ¿cómo ha dicho?

RICK
Le he dicho que pregunte a su mujer.

LASZLO

¿A mi mujer?

Laszlo le mira completamente atónito.

RICK

Si.

Oyen a un grupo de VOCES MASCULINAS cantar abajo.

CORTA A:

INT. RICK'S CAFE - SALÓN PRINCIPAL - NOCHE

Un grupo de oficiales alemanes canta junto al piano la marcha de "Wacht


am Rhein". El resto del público guarda silencio.

CORTA A:

INT. RICK'S CAFE - CORREDOR - NOCHE

Rick observa a los alemanes desde el corredor que pasa frente a su


despacho.

CORTA A:

INT. RICK'S CAFE - SALÓN PRINCIPAL - NOCHE

Renault está sentado en el bar, y le mira alzando las cejas.

CORTA A:

INT. RICK'S CAFE - CORREDOR - NOCHE

Laszlo aprieta los labios al oír la canción. De improviso se lanza


escaleras abajo.

CORTA A:

INT. RICK'S CAFE - SALÓN PRINCIPAL - NOCHE


Laszlo pasa junto a la mesa de Ilsa y se dirige raudo hacia la
orquesta.

Yvonne sigue sentada junto al oficial alemán, pero mirando


pensativamente a su copa.

Laszlo habla con autoridad a la orquesta.

LASZLO

¡Toquen "La Marsellesa"! ¡Tóquenla!

Los músicos miran de reojo a Rick, apostado en las escaleras, quien les
hace una señal de asentimiento.

La orquesta empieza a tocar "La Marsellesa" mientras Laszlo y Corina


cantan el himno. El propio Strasser se encarga de dirigir a los
alemanes, en un intento de ahogar a la competencia.

Todo en vano, pues el público entero se pone a cantar "La Marsellesa".

Al cabo de un rato, Strasser se rinde y los alemanes se sientan en


silencio. Sin embargo, "La Marsellesa" continúa.

Yvonne se levanta de un salto y canta con lágrimas en los ojos.

Ilsa, sobrecogida por la emoción, mira llena de orgullo a Laszlo, quien


canta con más pasión todavía.

Al final todo el café se pone en pie y sigue cantando con el rostro


encendido de entusiasmo. El himno acaba en una gran nota triunfal.

En el rostro de Yvonne se refleja el fervor patriótico. Mira


deliberadamente al rincón donde están los alemanes y GRITA a pleno
pulmón.

YVONNE

¡Vive la France! ¡Vive la democracie!

PÚBLICO

¡Vive la France! ¡Vive la democracie!

La gente aplaude y lanza gritos de alegría.

Strasser está enfurecido. Cruza a grandes pasos el salón hasta llegar a


Renault, que sigue bebiendo tranquilamente en el bar.

STRASSER

¿Lo ve usted, capitán? Si Laszlo puede crear una escena como ésta en un
café, ¿se da cuenta del peligro que supone su presencia en Casablanca?
Cierre este local inmediatamente.

RENAULT
(con aire inocente)

Pero si todo el mundo lo está pasando muy bien.

STRASSER

Si, demasiado bien. Debe cerrar el local.

RENAULT

¿Con qué pretexto voy a hacerlo?

STRASSER

(bruscamente)

Invente uno.

Varios oficiales franceses rodean a Laszlo y le ofrecen una copa.

Renault se queda pensativo hasta que da un fuerte PITIDO con su


silbato. En el salón se va haciendo el silencio mientras todos le miran
expectantes.

RENAULT

(gritando)

¡Todo el mundo debe abandonar el local! ¡Se cierra este café hasta
nuevo aviso! ¡Salgan inmediatamente!

Un murmullo de enfado recorre las filas del público a medida que se


levantan y se disponen a abandonar el café.

Rick se acerca rápidamente a Renault.

RICK

¡Con qué derecho me cierra usted el local!

RENAULT

¡Qué escándalo, qué escándalo! He descubierto que aquí se juega.

Lo dice con tanta sangre fría que deja sin defensas a Rick. El croupier
va hacia Renault desde la sala de juego. Le entrega un fajo de
facturas.

CROUPIER

Sus ganancias, señor.

RENAULT

Oh. Muchas gracias.


Vuelve a dirigirse al público.

RENAULT

¡Todo el mundo fuera!

Mientras el café se va vaciando, Strasser se aproxima a Ilsa y le habla


de manera brusca pero cordial.

STRASSER

Mademoiselle, tras este disturbio Laszlo ya no estará seguro en


Casablanca.

ILSA

¿No había dicho usted que no debía abandonar Casablanca?

STRASSER

Cierto, así es, excepto con un destino: el de la Francia ocupada.

ILSA

¿La Francia ocupada?

STRASSER

Ajá. Llevará un salvoconducto mío.

ILSA

(con vehemencia)

¿Qué garantía es ésa, teniendo en cuenta las garantías de los alemanes


en el pasado?

STRASSER

Sólo le quedan dos opciones.

ILSA

¿Cuáles son?

STRASSER

Es posible que los franceses puedan encontrar motivos para internarlo


en un campo de concentración aquí.

ILSA

¿Y la otra opción?

STRASSER
Querida mademoiselle, ya habrá podido usted observar que la vida en
Casablanca tiene muy escaso valor. Buenas noches, mademoiselle.

Ilsa le mira y comprende a que se refiere.

Strasser se va con una reverencia y se cruza con Laszlo.

Laszlo e Ilsa abandonan el café.

ILSA

¿Qué ha pasado con Rick?

LASZLO

Luego te lo diré.

CORTA A:

INT. PASILLO DEL HOTEL - NOCHE

Ilsa y Laszlo se dirigen a su habitación.

CORTA A:

INT. HABITACION DE HOTEL - NOCHE

Laszlo enciende la luz al entrar. Mientras Ilsa se quita las joyas él


se acerca a la ventana y escudriña la oscuridad. Ve a un hombre oculto
bajo una arcada, al otro lado de la calle. Laszlo sonríe y baja la
persiana.

LASZLO

Nuestro fiel amigo sigue ahí.

ILSA

Por favor, no vayas a la reunion de la Resistencia esta noche.

LASZLO

(con orgullo)

Debo ir. Me gusta aparecer como un héroe ante los ojos de mi mujer.

Coge un cigarrillo de una caja al otro extremo de la habitación y


prende una cerilla.

ILSA
No bromees. La amenaza de Strasser es seria, estoy asustada.

LASZLO

La verdad es que yo también lo estoy. ¿He de permanecer escondido en un


hotel, o continuar luchando por mis ideas?

Enciende el cigarrillo.

ILSA

Diga lo que diga continuarás. Victor, ¿por qué no me has hablado de tu


conversación con Rick?

LASZLO

Sin duda tiene los salvoconductos.

ILSA

¿Entonces?

LASZLO

Pero no tiene intención de venderlos, ni por motivos humanitarios ni


por dinero.

Ilsa no puede disimular su turbación.

ILSA

¿No te dio ninguna razón?

LASZLO

Dijo que te lo preguntara a ti.

ILSA

¿A mí?

LASZLO

Si. Dijo, "pregunte a su mujer". No se por qué lo dijo.

Laszlo apaga la luz. Ilsa vaga por la habitación hasta que se sienta en
el sofá.

LASZLO

Nuestro amigo pensará que nos hemos acostado. Esperaré unos minutos.

Se sienta a su lado en el sofá. Permanecen callados durante un rato. El


silencio se hace insoportable. Hasta que...
LASZLO

Ilsa...

ILSA

¿Si?

LASZLO

Cuando yo estaba en el campo de concentración, ¿te sentías sola en


París?

Ilsa no se atreve a mirarle.

ILSA

Si, Victor, muy sola.

LASZLO

(compasivamente)

Yo se lo que es sentirse solo.

(con mucha calma)

¿Tienes algo más que decirme?

ILSA

(en voz baja)

No, Victor, nada.

LASZLO

Sabes que te quiero mucho, amor mío.

Ilsa se decide por fin a mirarle.

ILSA

Si, lo se. Pase lo que pase, podrás creerme si te digo que...

LASZLO

No necesitas decir nada. Yo te creeré. Buenas noches, cariño.

Se inclina para besarle la mejilla.

ILSA

Buenas noches.
Ilsa se queda mirando como se aleja.

ILSA

¡Victor!

Se levanta y le alcanza cuando Laszlo ya ha abierto la puerta. La luz


del pasillo entra por la rendija y deja ver la cara tensa y preocupada
que luce Ilsa. La joven duda por un momento hasta que...

ILSA

Ten cuidado, por favor.

LASZLO

Claro que tendré cuidado.

Le besa en la mejilla y sale por la puerta. Ilsa permanece quieta unos


segundos y cruza de improviso la habitación para atisbar por la
ventana.

La figura oculta bajo la arcada ha desaparecido. Tras ver a Victor


alejarse calle abajo, Ilsa baja otra vez la persiana. Coge un abrigo
del armario y abandona la habitación.

CORTA A:

INT. RICK'S CAFE - SALÓN PRINCIPAL - NOCHE

Rick está sentado con Carl estudiando la contabilidad en el mostrador


del bar. Carl está muy concentrado haciendo en sus cálculos. Alza la
mirada hacia Rick.

CARL

Bueno, hasta ahora el negocio va bien, herr Rick.

RICK

¿Cuánto tiempo aguantará cerrado?

CARL

Oh, dos semanas, tal vez tres.

RICK

Intentaré el soborno como otras veces, aunque no me gusta. Mientras


tanto, todo el mundo seguirá cobrando.

CARL

Oh, gracias, herr Rick. Sacha se pondrá muy contento. Le debo dinero.
Carl se echa a reír.

RICK

Cuando acabe cierre el café, ¿quiere, Carl?

CARL

Si, señor. Y luego iré a una reunión de...

RICK

(interrumpiéndole)

No quiero saber a dónde va.

CARL

De acuerdo.

RICK

Buenas noches.

CARL

Buenas noches, monsieur Rick.

Rick sube las escaleras hacia su apartamento.

CORTA A:

INT. RICK'S CAFE - APARTAMENTO - NOCHE

Rick abre la puerta y penetra en la oscura habitación. La luz


procedente del pasillo revela una silueta junto a la ventana. Rick
enciende una lámpara. Ilsa surge ante él, con la cara pálida pero llena
de determinación. Rick se queda inmóvil durante un segundo, atónito.

RICK

¿Cómo has llegado hasta aquí?

ILSA

Por la escalera trasera.

Ilsa se aproxima a él.

RICK

Después de lo de esta mañana pensé que volvería a verte, pero no tan


pronto. Bueno, ¿no te sientas?
ILSA

Richard, tengo que hablarte.

RICK

Ahora vuelvo a ser Richard, como en París.

ILSA

Por favor.

RICK

¿Esta inesperada visita no será debida a los famosos salvoconductos?


Parece que, mientras los tenga, nunca estaré solo.

ILSA

Pídeme lo que quieras, pero dame esos salvoconductos

RICK

Ya lo hablé con tu marido. No hay nada que hacer.

ILSA

Comprendo tus sentimientos hacia mí, pero por favor, olvídalos por algo
más importante.

RICK

¿Tengo que oír de nuevo que tu marido es un gran hombre, que combate
por una causa justa?

ILSA

También fue tu causa. Y tú también luchaste por lo mismo que él.

RICK

Ya no lucho por ninguna causa más que por la mía propia. La mía es la
única causa que me interesa ahora.

Se dirige a la ventana. Tras un momento de duda, Ilsa se acerca a él.

ILSA

Richard, Richard, nos amamos en París. Si aquel amor significó algo


para ti...

RICK

(interrumpiéndole con brusquedad)


No me vengas ahora con París. Es un procedimiento barato.

ILSA

Por favor, escúchame. Si tú supieras la verdad, y lo que realmente


ocurrió...

RICK

(bruscamente)

No me es posible creer tus palabras. Dirías cualquier cosa para


convencerme.

Rick abre una pitillera de una mesa cercana, pero se encuentra con que
está vacía. Ilsa va tras sus pasos y se encara con él.

ILSA

Quieres compadecerte a ti mismo, ¿verdad? No ves más allá de tus


propios sentimientos. Porque una mujer te hirió, quieres vengarte de
todo el mundo. Eres, eres débil, y un cobarde.

Sus ojos se llenan de lágrimas.

ILSA

No. Oh, Richard, lo siento. Lo siento, pero tú, tú eres nuestra última
esperanza. Sin tu ayuda, Victor Laszlo morirá en Casablanca.

RICK

¿Y eso qué importa? Yo también moriré en Casablanca y nada pasará. Es


un buen lugar para hacerlo.

Se gira para encender un cigarrillo, y luego se vuelve hacia Ilsa.

RICK

Ahora bien, si...

Se queda mudo al ver a Ilsa sostener un pequeño revólver en su mano, el


cual apunta directamente a él.

ILSA

Muy bien. He intentado razonar contigo. He hecho cuanto he podido.


Ahora exijo esos salvoconductos. Ve a buscarlos.

RICK

No es necesario. Los llevo aquí.

ILSA

Ponlos sobre la mesa.


RICK

(negando con la cabeza)

No.

ILSA

Por última vez, ponlos sobre la mesa.

RICK

Si Laszlo y su causa te importan tanto, nada va a detenerte. Muy bien,


te lo pondré más fácil.

Se arrima a ella.

RICK

Anda, dispara. Me harás un favor.

Pero Ilsa deja caer la mano, y sus ojos vuelven a llenarse de lágrimas.

Se da la vuelta y se aparta de él.

ILSA

Richard, he tratado de olvidarte. Creí que nunca volvería a verte, que


estabas fuera de mi vida.

Rick la sigue y la coge entre sus brazos. La estrecha con fuerza contra
él.

ILSA

El día que te fuiste de París, no sabes lo que tuve que sufrir. No


sabes cómo te quería, y te quiero todavía.

Rick la besa apasionadamente. Ilsa pierde la noción del tiempo entre


sus brazos.

ENCADENADO A:

INT. RICK'S CAFE - APARTAMENTO - MAS TARDE

Rick contempla desde su ventana la luz del faro del aeropuerto.

Ilsa está sentada en el sofá. Tiene ante si una mesa sobre la que
descansa una botella de champán junto a dos copas a medio llenar.

Rick pasea por la habitación cerca de ella.

RICK
¿Y luego?

ILSA

Poco después de casarnos Victor tuvo que volver a Checoslovaquia. Le


llamaron de Praga, pero allí le esperaba la Gestapo. Lo leí en los
periódicos: "Victor Laszlo detenido. Enviado a un campo de
concentración". Viví unos meses de angustia sin noticias. Llegaron al
fin. Había muerto tratando de escapar. Me quedé sola, sin nada, sin
esperanzas. Hasta que te conocí.

RICK

Pero lo del matrimonio, ¿por qué me lo ocultaste? ¿Por qué lo


mantuviste en secreto?

Rick se sienta junto a Ilsa.

ILSA

No era mi secreto, Richard. Fue Victor quien tomó la decisión: pensó


que así me protegía. No se lo dijo ni a nuestros mejores amigos. Yo
conocía bien su labor, y si la Gestapo descubría que yo era su mujer,
sería peligroso para mí, y también para los que trabajan con él.

RICK

¿Y cuándo te enteraste de que vivía?

ILSA

El mismo día en que tú y yo íbamos a marcharnos juntos. Un amigo vino a


decirme que estaba enfermo, escondido en un vagón de carga en los
alrededores de París... y que me necesitaba. Quise decírtelo pero, pero
no me decidí a hacerlo. Sabía, sabía que no te habrías marchado y que
la Gestapo te habría detenido. Bien... ya, ya sabes el resto.

RICK

Ya. Sigue siendo una historia sin final. ¿Qué va a pasar ahora?

ILSA

¿Ahora? No lo sé. Sólo sé que ahora no podré abandonarte de nuevo.

RICK

¿Y Laszlo?

ILSA

Ahora no puedes negarte a ayudarle, ¿verdad, Richard? El tendrá su


trabajo, y todos los ideales por los que vive.

RICK
Todos menos uno. No te tendrá a ti.

Ilsa apoya la cabeza en el hombro de Rick.

ILSA

Ya no puedo luchar más. Una vez huí de tu lado. No quiero hacerlo otra
vez. Oh, ya no sé si está bien o mal lo que hago. Tendrás que pensar
por los dos, por todos nosotros.

RICK

De acuerdo, así lo haré. Esta va por ti, muñeca.

ILSA

Ojalá no te quisiera tanto.

Se arrima aún más a Rick.

CORTA A:

EXT. RICK'S CAFE - NOCHE

Laszlo y Carl corren entre las sombras hacia una entrada lateral de
Rick's. Se meten corriendo bajo los soportales.

Las sirenas de un coche de Policía se dirigen a gran velocidad hacia


ellos.

Los dos hombres se oprimen contra la pared para evitar ser detectados.
Las luces pasan de largo.

CARL

Creo que los hemos despistado.

LASZLO

Si. Pero han debido de arrestar a otros.

CARL

Vamos adentro. Venga.

CORTA A:

INT. RICK'S CAFE - SALÓN PRINCIPAL - NOCHE

Sin aliento debido el esfuerzo, Laszlo y Carl entran en el salón y lo


cruzan en dirección al bar.
CARL

Venga conmigo, herr Laszlo. Yo le ayudaré, no se preocupe.

LASZLO

Gracias.

Carl se pone tras el mostrador.

CARL

Le daré un poco de agua.

CORTA A:

INT./EXT. RICK'S CAFE - APARTAMENTO - NOCHE

Rick e Ilsa oyen voces abajo. Rick llega hasta la puerta y la abre lo
suficiente para ver lo que pasa debajo. Luego apaga la luz.

Ilsa está a sus espaldas. Hace amago de salir al corredor, pero Rick la
detiene y la sitúa detrás de la puerta.

Rick va hasta la barandilla del corredor.

INT. RICK'S CAFE - CORREDOR/SALON PRINCIPAL - NOCHE

Rick ve a Carl atendiendo a Laszlo, que parece estar herido.

RICK

¿Qué pasa, Carl?

Tanto Carl como Laszlo alzan la mirada hacia él.

CARL

(agitadamente)

La Policía irrumpió en la reunión, herr Rick. Hemos escapado de


milagro.

RICK

Suba aquí un momento.

Tras un instante de asombro, Carl se dirige a las escaleras.

CARL
Si, ya voy.

RICK

Haga el favor de apagar las luces de atrás. Podrían atraer a la


Policía.

CARL

Pero si Sacha las apaga siempre...

RICK

Esta noche se le olvidó.

CARL

Muy bien, ya voy.

Carl sube las escaleras.

CORTA A:

INT. RICK'S CAFE - APARTAMENTO - NOCHE

Al entrar en el apartamento de Rick, Carl se topa con Ilsa. Mira a Rick


sin decir nada.

RICK

(en voz baja)

Lleve a la señorita al hotel, por favor.

CARL

Si, señor.

CORTA A:

INT. RICK'S CAFE - SALÓN PRINCIPAL - NOCHE

Rick baja las escaleras. Laszlo se tapa un corte en la muñeca con una
servilleta. Rick le interroga con la mirada sobre la herida.

LASZLO

No es nada. Tan sólo un rasguño. Saltamos por una ventana.

Rick coge una botella del bar y llena una copa.


RICK

Esto le sentará bien.

LASZLO

Gracias.

RICK

Por poco, ¿eh?

LASZLO

Si, desde luego.

Laszlo toma el trago.

RICK

¿Nunca se ha parado a pensar si su causa merece tanto sacrificio?

LASZLO

Pregúnteme por qué respiro. No respire y morirá. No combata al mal y


morirá el mundo.

RICK

¿Y qué más da? Así acabará con su miseria.

Rick saca su pitillera de la chaqueta, la abre y coge un cigarrillo.

LASZLO

¿Sabe usted la impresión que me da? La de un hombre que intenta


convencerse a si mismo de algo que no puede creer. Cada uno tiene su
destino, para bien o para mal.

RICK

Si, ya le comprendo.

Rick enciende el cigarrillo.

LASZLO

No estoy tan seguro. En verdad está usted intentando escapar de si


mismo, y nunca lo conseguirá.

RICK

Parece saber mucho sobre mi destino.

LASZLO
Sin duda sé más de lo que usted supone. Sé, por ejemplo, que está
enamorado de una mujer. Y por extrañas circunstancias, los dos amamos a
la misma mujer. La primera vez que entré en este café, me di cuenta de
que había habido algo entre Ilsa y usted. Como no hubo culpables, no le
pido explicaciones. Sólo le pido una cosa. ¿No me quiere dar a mi los
salvoconductos? De acuerdo. Pero salve al menos a mi mujer. Hágalo como
quiera, pero utilícelos para sacarla de Casablanca.

RICK

¿La quiere hasta ese punto?

LASZLO

Al parecer usted ve en mí tan sólo al líder de una causa. Pero también


soy un ser humano.

Aparta la vista un instante.

LASZLO

Si, la quiero hasta ese punto.

En ese instante se produce un ESTRUENDO en la entrada del café y varios


gendarmes derriban la puerta. Un oficial francés da unos pasos al
frente y se presenta ante Laszlo.

OFICIAL FRANCES

¿Señor Laszlo?

LASZLO

¿Si?

OFICIAL FRANCES

Acompáñenos. Tenemos orden de detenerle.

LASZLO

¿Con qué cargo?

OFICIAL FRANCES

El capitán Renault se lo comunicará después.

RICK

Según parece sigue cumpliéndose su destino.

Laszlo le mira un instante y pasa con callada dignidad por delante del
oficial. Los gendarmes conducen a su prisionero hacia la puerta. Rick
les sigue con la mirada, pero su expresión no revela la más mínima
señal de sus pensamientos.
CORTA A:

INT. DESPACHO DE RENAULT - MAÑANA

Renault fuma sentado ante su escritorio mientras Rick manosea con


nerviosismo su sombrero. Les interrumpe la entrada de un ordenanza.

Renault entrega unos formularios al ordenanza. Cuando éste sale


prosigue la conversación entre los dos hombres.

RICK

No tiene ningún cargo ni prueba contra él, y usted lo sabe. Esto no es


Alemania, ni la Francia ocupada. Lo único que puede hacer es multarle y
encerrarle treinta días. Más vale que lo suelte ya.

RENAULT

Ricky, le aconsejo que no ponga tanto interés en defender a Laszlo. Si


por casualidad le ayudase a escapar...

RICK

¿Por qué iba a jugarme el cuello por Laszlo?

RENAULT

Porque apostó diez mil francos a que se escaparía. Y usted tiene los
salvoconductos, no pretenda negarlo. Y bueno, puede que lo haga porque
no le gusta la cara de Strasser, que por cierto, a mí tampoco me gusta.

RICK

Son excelentes razones.

RENAULT

Confía demasiado en mi amistad, Ricky. En esto no puedo hacer nada. Y


tampoco deseo perder los diez mil francos.

RICK

No es usted sutil, pero si muy eficaz, capitán. Ya le comprendo. Si,


tengo los salvoconductos, pero quiero usarlos para mi. Me voy de
Casablanca esta noche, en el último vuelo.

RENAULT

¿Qué?

RICK

Y voy a llevarme a una amiga. Creo que sabrá apreciar mi elección.


RENAULT

¿Qué amiga?

RICK

Ilsa Lund.

(hace una pausa)

Ahora comprenderá que no me interesa que Laszlo escape. No me gustaría


verlo en América.

RENAULT

No ha venido para decirme esto. Tiene los salvoconductos. No tiene más


que poner los nombres de los dos y marcharse cuando quiera. ¿Por qué le
interesa aún lo que le pase a Laszlo?

Renault se levanta de la silla y se coloca ante el escritorio, junto a


Rick.

RICK

No me interesa. Pero si me interesa lo que nos pase a Ilsa y a mí.


Tenemos derecho legal a irnos, es cierto. Pero muchos han sido
retenidos en Casablanca a pesar de sus derechos.

Renault saca otro cigarrillo de la caja que tiene sobre el escritorio.

RENAULT

¿Por qué iba a retenerle a usted?

Renault enciende el nuevo cigarrillo con la colilla del anterior.

RICK

Ilsa la mujer de Laszlo. Tal vez sepa cosas que le gustaría conocer a
Strasser. Oiga, ¿por qué no hacemos un trato? En vez de esa pequeñez de
que le acusa, encuéntrele algo importante, algo que pueda enviarle a un
campo de concentración durante años. Se apuntaría usted un buen tanto,
¿verdad?

RENAULT

Si, no cabe duda. Alemania... eh, Vichy me lo agradecería mucho.

RICK

Entonces suéltele. Y venga a mi café media hora antes de salir el


avión.

Renault vuelve a sentarse en su silla.

RICK
Laszlo acudirá allí para comprarme los salvoconductos, y eso le dará a
usted la base legal para arrestarle. En cambio a nosotros nos dejará
ir. Los alemanes tendrán a Laszlo y no les importará.

RENAULT

(perplejo)

De todos modos no acabo de entender una cosa. Ilsa es muy bella, es


cierto, pero a usted nunca le interesó ninguna mujer.

RICK

Ella no es ninguna mujer.

Rick clava la vista en el suelo y vuelve a mirar a Renault.

RENAULT

Ah, ya. ¿Y cómo sé que cumplirá usted su parte?

RICK

Voy a hablar con Laszlo ahora mismo en la sala de visitas.

RENAULT

Le echaré de menos, Rick. Es usted la única persona en Casablanca que


tiene menos escrúpulos que yo.

RICK

Oh, gracias.

RENAULT

Vaya, Ricky.

Renault pulsa un TIMBRE situado en su escritorio. La puerta de su


despacho se abre y Rick se dispone a marcharse.

RICK

Por cierto, llame a sus sabuesos. No los quiero ver husmeando por mi
casa esta noche. No tengo ninguna confianza en usted.

CORTA A:

INT. EL LORO AZUL - DIA

Un camarero lleva una tetera y dos tazas a Rick y Ferrari, que están
sentados a una mesa en un reservado del salón principal.
FERRARI

¿Hacemos papeles o basta con el apretón de manos?

RICK

No, no basta. Pero como tengo prisa me tendré que conformar.

Ferrari sirve una taza a Rick, quien toma un sorbo.

FERRARI

¡Ah, marcharse de Casablanca e irse a América! Qué suerte tienes.

RICK

A propósito, Sam se lleva el veinticinco por ciento de los beneficios,


y eso ha de seguir en vigor.

FERRARI

Hmmm. Yo sé que se lleva el diez, pero vale el veinticinco.

RICK

Y Abdul, Carl y Sacha seguirán en sus puestos, o no hay venta.

FERRARI

Claro que si. Rick's no sería Rick's sin ellos.

RICK

Bueno, pues adiós.

Rick se levanta, al igual que Ferrari. Los dos se dan la mano para
sellar el trato.

Rick se dirige a la puerta, cuando se detiene y se da la vuelta.

RICK

Y recuerda que le debes a Rick's cien cartones de cigarrillos


americanos.

FERRARI

Si, tendré que pagármelos a mí mismo.

Rick se va. Ferrari coge un matamoscas de la mesa y aplasta una mosca.

CORTA A:
EXT. RICK'S CAFE - NOCHE

Un coche frena en seco a la entrada del café.

Hay un gran pasquín clavado en la puerta, que dice:

CERRADO

Por orden del Prefecto de Policía

CORTA A:

INT. RICK'S CAFE - SALÓN PRINCIPAL - NOCHE

Rick está sentado a una mesa, en tanto inspecciona los salvoconductos.


Alguien APORREA CON FUERZA la puerta y vuelve a guardárselos en el
bolsillo. Abre la puerta y deja paso al capitán Renault.

RICK

Llega tarde.

RENAULT

Laszlo acaba de salir ahora mismo del hotel. Aún estamos a tiempo.

RICK

Le dije que se llevara a sus sabuesos.

RENAULT

Oh, no se preocupe, no vendrán.

Renault echa un vistazo al café, por una vez completamente vacío.

RENAULT

Este café nunca será el mismo sin usted, Ricky.

RICK

Ya se a que se refiere. Se lo he dicho a Ferrari, y usted seguirá


ganando a la ruleta.

RENAULT

¿Y los salvoconductos?

Rick señala al bolsillo interior de su chaqueta.


RICK

Si, aquí los tengo.

RENAULT

Dígame, ¿dónde los había metido?

RICK

En el piano de Sam.

RENAULT

Eso me pasa por tener tan mal oído.

Oyen el CHIRRIDO de unos neumáticos al frenar en seco.

RICK

Aquí llegan. Será mejor que espere en mi despacho.

Renault sube las escaleras hacia el despacho de Rick.

CORTA A:

EXT. RICK'S CAFE - NOCHE

Laszlo paga al taxista. Ilsa aprovecha para dirigirse con rapidez a la


entrada.

LASZLO

(al taxista)

Tenga.

CORTA A:

INT. RICK'S CAFE - SALÓN PRNCIPAL - NOCHE

Rick abre la puerta a Ilsa, quien entra como una exhalación. La emoción
de su rostro revela la presión a la que está sujeta. Rick la coge de
ambos brazos y la estrecha contra él.

ILSA

Richard, Victor cree que me voy con él. ¿No se lo has dicho todavía?

RICK
No, aún no.

ILSA

Pero seguro que todo está arreglado, ¿verdad?

RICK

Todo está en su sitio.

ILSA

¡Oh, Rick!

Ilsa le mira con una leve mirada interrogante.

RICK

Cuando lleguemos al aeropuerto. Allí será mucho más fácil para todos.
Por favor, confía en mí.

Ilsa hace una pausa y mira a Rick, insegura por un momento.

ILSA

Está bien.

Laszlo entra en ese momento y cierra la puerta tras él.

LASZLO

Monsieur Blaine, no sé como agradecerle...

RICK

Déjelo. Tenemos muchas cosas que hacer.

Los tres se dirigen hacia el bar. Laszlo deja su sombrero al pasar


junto a una mesa.

CORTA A:

INT. RICK'S CAFE - DESPACHO - NOCHE

Renault abre la puerta del despacho y se asoma para observar lo que


sucede.

CORTA A:

INT. RICK'S CAFE - SALÓN PRINCIPAL - NOCHE


LASZLO

He traído el dinero, monsieur Blaine.

RICK

Guárdelo. Le hará falta en América.

LASZLO

Pero hicimos un trato.

RICK

(cortándole)

Olvídelo. No tendrá usted problemas en Lisboa, ¿verdad?

LASZLO

No. Está todo arreglado.

RICK

Bien. Aquí tengo los salvoconductos.

Saca los documentos del bolsillo.

RICK

No hay más que poner los nombres y firmar.

Se los entrega a Laszlo, quien los coge con un gesto de agradecimiento.

RENAULT

¡Victor Laszlo!

Los tres oyen pisadas y se giran para ver a Renault caminando hacia
ellos desde el pie de las escaleras.

RENAULT

Victor Laszlo, queda detenido...

(mientras va hacia ellos)

... como cómplice del asesinato de los correos portadores de estos


documentos.

Su irrupción a pillado a Ilsa y Laszlo completamente desprevenidos. Se


vuelven hacia Rick, perplejos. El horror se refleja en los ojos de
Ilsa.

Renault coge los salvoconductos.


RENAULT

Oh, ¿le sorprende lo de mi amigo Ricky?

Es obvio que Renault disfruta con la situación. Sonríe mientras se


vuelve hacia Rick.

RENAULT

La explicación es bien simple. El amor triunfó sobre la virtud.


Gracias...

Su sonrisa desaparece de golpe. La mano de Rick porta una pistola, que


apunta hacia Renault.

RICK

Despacio, Louis. No va a detener a nadie, al menos de momento.

RENAULT

¿Pero es que se ha vuelto loco?

RICK

Así es. Será mejor que se siente.

RENAULT

Baje esa pistola.

Renault se dirige hacia Rick, quien le encañona para detenerle.

RICK

No quiero matarle, Louis, pero lo haré si da usted un paso más.

Renault se detiene y estudia la actitud de Rick.

RENAULT

Dadas las circunstancias, me sentaré.

Se dirige a una mesa y se sienta.

RICK

(secamente)

Las manos sobre la mesa.

Saca una pitillera.

RENAULT
Supongo que sabe lo que hace, ¿pero sabe lo que significa?

RICK

Lo sé. Y tenemos tiempo para discutirlo luego.

RENAULT

Y yo que despedí a mis hombres.

RICK

Y ahora llame al aeropuerto. Confirme la salida y no olvide que le


estoy apuntando derecho al corazón.

RENAULT

Ese es mi punto menos vulnerable.

Mientras Renault coge el auricular y marca un número, Rick vuelve a


coger los salvoconductos.

RENAULT

(al teléfono)

¿Es el aeropuerto? Habla el capitán Renault. Envío a dos personas con


salvoconductos para el avión de Lisboa. No pongan impedimentos. Bien.

CORTA A:

INT. CONSULADO ALEMAN - NOCHE

Strasser está al teléfono.

STRASSER

¿Oiga? ¿Oiga?

Cuelga el auricular y pulsa un TIMBRE en su escritorio. Entra


rápidamente un oficial.

STRASSER

(al oficial)

¡Mi coche, rápido!

OFICIAL

(saludando)

Zu Befehl, Herr Major.


El oficial se va y Strasser vuelve a llamar por teléfono.

STRASSER

Aquí el mayor Strasser. Mande una patrulla al aeropuerto


inmediatamente. ¿Me oye? ¡Inmediatamente!

Cuelga el auricular y, tras coger su gorra, sale precipitadamente.

ENCADENADO A:

EXT. AEROPUERTO - NOCHE

El aeropuerto entero está envuelto en una espesa niebla. Apenas puede


distinguirse la silueta de un avión de carga, estacionado en el campo
de aviación y listo para despegar.

CORTA A:

INT./EXT. HANGAR DEL AEROPUERTO - NOCHE

Un ORDENANZA de uniforme habla por teléfono cerca de la puerta del


hangar.

ORDENANZA

¿Aló? ¿Torre de control? El avión de Lisboa despega dentro de diez


minutos por la pista este. Visibilidad: dos kilómetros y medio.
Neblina. Espesor de la capa: doscientos metros. Cielo despejado.
Gracias.

Cuelga y se dirige a un vehículo que acaba de aparcar junto al hangar.

El ordenanza se cuadra ante Renault cuando éste sale del coche. Rick le
sigue de cerca, con la mano derecha en un bolsillo de la gabardina, en
el que esconde el arma con la que apunta a Renault.

Laszlo e Ilsa emergen de la puerta trasera del automóvil.

RICK

(indicando al ordenanza)

Louis, diga al sargento que lleve el equipaje del señor Laszlo.

RENAULT

(inclinándose con ironía)

Claro, Rick, lo que usted diga.

(al ordenanza)
Lleve el equipaje del señor Laszlo al avión.

ORDENANZA

Si, señor. Por aquí, por favor.

El ordenanza escolta a Laszlo hacia el avión. Rick saca los


salvoconductos del bolsillo y se los entrega a Renault

RICK

Si no le importa, ponga usted los nombres. Así será más oficial.

RENAULT

Piensa usted en todo, ¿eh?

Renault se da la vuelta en dirección al hangar.

RICK

(con calma)

Los nombres son Victor e Ilsa Laszlo.

Renault se para en seco y se da la vuelta. Tanto él como Ilsa miran a


Rick con absoluto asombro.

ILSA

¿Pero por qué mi nombre, Richard?

RICK

Porque te vas en ese avión.

ILSA

(confundida)

¿Pero es que tú no vas a venir?

RICK

Yo me quedo aquí hasta ver que el avión ha despegado.

Ilsa comprende de golpe las intenciones de Rick.

ILSA

No, Richard, no. ¿Pero qué te ocurre? Anoche dijimos que...

RICK
Anoche dijimos muchas cosas. Dijiste que yo tenía que pensar por los
dos, y es lo que he hecho. Y sé que tienes que subir a ese avión con
Victor, que es a quien perteneces.

ILSA

(protestando)

Pero Richard, no, escucha...

RICK

Escúchame tú. ¿Tienes idea de lo que te espera si te quedas aquí?


Créeme, los dos acabaríamos en un campo de concentración, ¿verdad,
Louis?

Renault está firmando los documentos.

RENAULT

Me temo que Strasser insistiría en ello.

ILSA

Dices eso para que me vaya.

RICK

Lo digo porque es cierto. Y es cierto también que perteneces a Victor.


Eres parte de su obra, eres su vida. Si ese avión despega y no estás
con él, lo lamentarás.

ILSA

No.

RICK

Tal vez ni hoy ni mañana, pero si más tarde, durante toda la vida.

ILSA

¿Y nuestro amor no importa?

RICK

Siempre nos quedará París. No lo teníamos, lo habíamos perdido, hasta


que viniste a Casablanca. Pero lo recuperamos anoche.

ILSA

Dije que nunca te dejaría.

RICK
Y nunca me dejarás. Yo también tengo mi labor que hacer. Y no puedes
seguirme a donde voy. En lo que he de hacer, no puedes tomar parte. Yo
no valgo mucho. Pero es fácil comprender que los problemas de tres
pequeños seres importan un bledo en este loco mundo. Algún día lo
comprenderás. Vamos, vamos...

Ilsa tiene los ojos arrasados de lágrimas. Rick le pone la mano en la


mejilla y le alza la cabeza para encontrarse con su mirada.

RICK

Esta va por ti, muñeca.

CORTA A:

EXT. CARRETERA - NOCHE

El major Strasser conduce a toda velocidad hacia el aeropuerto. Toca el


CLAXON furiosamente.

CORTA A:

INT./EXT. HANGAR DEL AEROPUERTO - NOCHE

Laszlo regresa. Rick se acerca al hangar y Renault le entrega los


salvoconductos. Rick se dirige luego hacia Laszlo.

LASZLO

¿Todo en orden?

RICK

Excepto una cosa que debe usted saber antes de partir.

LASZLO

(intuyendo lo que le va a decir)

Monsieur Blaine, no quiero que me explique nada.

RICK

Es preciso que lo haga para que no puedan surgir dudas algún día. Dijo
que sabía lo de lo mío con Ilsa.

LASZLO

Si.

RICK
Pero no sabe usted que ella vino a verme anoche a mi casa. Había venido
a buscar los salvoconductos. ¿No es así, Ilsa?

ILSA

(mirando a Laszlo)

Si.

RICK

(fingiendo)

Hizo lo imposible por obtenerlos. Incluso se empeñó en hacerme creer


que aún seguía queriéndome. Pero eso pasó hace tiempo. Por usted, ella
pretendió que no, y yo la dejé mentir.

LASZLO

Entiendo.

RICK

Aquí los tiene.

Rick entrega los salvoconductos a Laszlo.

LASZLO

Gracias. No sabe cuánto lo aprecio.

Laszlo extiende la mano a Rick, quien se la estrecha con firmeza.

LASZLO

Bienvenido a la lucha. Esta vez si que seremos los vencedores.

En el campo de aviación, el motor del aeroplano ARRANCA y las hélices


empiezan a girar. Todos se vuelven para ver como el avión se dispone a
despegar.

Ilsa mira a Rick, quien responde a su mirada con expresión neutra.


Luego mira a Laszlo, al igual que Ilsa.

Laszlo se encarga de romper el silencio.

LASZLO

¿Estás lista, Ilsa?

ILSA

Si, Victor.

(a Rick)
Adiós, Rick. Que Dios te bendiga.

RICK

Dense prisa, van a perder el avión.

Rick observa a Ilsa y Laszlo mientras se dirigen con determinación al


avión.

RENAULT

Tenía yo razón. Si que es un sentimental.

RICK

No se acerque. ¿De qué demonios está hablando?

Rick se pone un cigarrillo en la boca.

RENAULT

De lo que ha hecho por Laszlo, ese cuento de hadas para que ella se
fuera con él. Conozco a las mujeres, amigo. Se fue sabiendo que usted
mentía.

RICK

De todos modos, gracias por echarme una mano.

RENAULT

Bueno, esto no va a ser agradable para ninguno de los dos,


especialmente para usted. Tendré que detenerle, claro.

RICK

Cuando haya despegado, Louis.

Un asistente cierra la puerta del avión, que empieza a rodar hacia la


pista de despegue.

En ese momento se detiene junto al hangar un coche que llega a toda


velocidad. Strasser sale precipitadamente y corre hacia Renault.

STRASSER

¿A qué ha venido esa llamada?

RENAULT

Victor Laszlo va en ese avión.

Renault señala al campo de aviación. Strasser se vuelve y distingue al


avión mientras se dirige hacia la pista de despegue.
STRASSER

¿Por qué no lo detiene? ¿Por qué no se mueve?

RENAULT

Pregunte a monsieur Rick.

Strasser echa un vistazo a Rick. Luego hace amago de dirigirse hacia el


teléfono situado junto a la puerta del hangar.

RICK

No se acerque a ese teléfono.

Strasser se detiene, mira a Rick, y ve que lleva un arma.

STRASSER

(con ojos acerados)

Le aconsejo que no se interponga.

RICK

No he matado al capitán Renault, pero estoy dispuesto a matarle a


usted.

Strasser observa desesperado el avión. Sus ojos se clavan en el


teléfono. Se precipita hacia él y coge ansiosamente el auricular.

STRASSER

¿Oiga?

RICK

¡Cuelgue el teléfono!

STRASSER

¡Póngame con la torre!

RICK

¡Cuélguelo!

Mientras sostiene el auricular con una mano, Strasser saca una pistola
con la otra y DISPARA rápidamente a Rick, pero la bala falla el blanco.

Rick DISPARA a continuación a Strasser, que se desploma al suelo.

Rick y Renault se vuelven al oír el ruido de un coche que se aproxima.


Un coche de Policía LLEGA A TODA VELOCIDAD y frena cerca de Renault.
Cuatro gendarmes salen apresuradamente de él.
A distancia, el avión vira para encarar la pista de despegue.

Los gendarmes corren hacia Renault. El primero en llegar ante él se


cuadra sin dilación.

GENDARME

¡Mon Capitaine!

RENAULT

Han matado al mayor Strasser.

Renault calla un segundo y mira a Rick. Este aguarda sus palabras con
una mirada desprovista de emoción.

RENAULT

Arreste a los sospechosos.

GENDARME

Oui, mon Capitaine.

Los gendarmes cargan el cuerpo de Strasser en el coche y se alejan de


allí.

Renault se encamina hacia el hangar. Coge una botella de agua de Vichy


y la abre.

RENAULT

Bien, Rick, ya no es sólo un sentimental, sino que además es un


patriota.

RICK

Quizá sea éste un buen momento para empezar.

RENAULT

Es muy posible que si.

Mientras se sirve un vaso de agua, Renault repara en la etiqueta de


Agua de Vichy y TIRA con asco la botella a una papelera, a la que
aparta a continuación de una PATADA.

Luego se queda inmóvil junto a Rick, y no apartan la vista del avión


hasta que despega y desaparece entre las nubes.

Rick y Louis caminan despacio desde el hangar hacia la pista.

RENAULT
Tal vez le conviniera desaparecer de Casablanca una temporada. Hay
tropas de la Francia libre en Brazzaville. Podría facilitarle un
pasaje.

RICK

¿Un salvoconducto? Me vendría bien un viaje, y gastarme el dinero de la


apuesta. Aún me debe diez mil francos.

RENAULT

Y esos diez mil francos cubrirán nuestros gastos.

RICK

¿Nuestros gastos?

RENAULT

Ajá.

RICK

Louis, creo que éste es el comienzo de una hermosa amistad.

Ambos desaparecen juntos en la noche.

FUNDIDO A NEGRO

FIN

FICHA TÉCNICA

1943
Estados Unidos
Largometraje
35 milímetros
102 minutos

Título Original: Casablanca

Director: Michael Curtiz

Guión: Julius J. Epstein, Phillip G.Epstein y Howard Koch

Intérpretes: Humphrey Bogart: RICHARD "RICK" BLAINE


Ingrid Bergman: ILSA LUND LASZLO
Paul Henreid: VICTOR LASZLO
Claude Rains: CAPTAIN LOUIS RENAULT
Conrad Veidt: MAJOR HEINRICH STRASSER
Sydney Greenstreet: FERRARI
Peter Lorre: UGARTE
S.Z. Sakall: CARL
Madeleine LeBeau: YVONNE
Dooley Wilson: SAM
Joy Page: Annina BRANDEL
John Qualen: BERGER
Leonid Kinskey: SASCHA

Director de Fotografía: Arthur Edeson ( Blanco y negro - Normal )

Montador: Owen Marks

Productor: Hal B. Wallis y Jack L. Warner

Dirección Artística: Carl Jules Weyl

Sonido: Francis J. Scheid

Compañía Productora: Warner Bros-First National (Estados Unidos)

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