Comunicación Terapéutica en Enfermería
Comunicación Terapéutica en Enfermería
Comunicación Terapéutica en Enfermería
PURPLE
P-2665
comunicación
terapéutica en enfermería P-286
PURPLE
P-2665 PURPLE
P-2665
PURPLE
P-2665
P-286
Clara Valverde Gefaell
0. Primeras 24/5/07 11:56 Página 3
Madrid · Valencia
0. Primeras 24/5/07 11:56 Página 4
Impreso en España
Prohibida la reproducción total o parcial de la obra. Ninguna parte o elemento del presente
libro puede ser reproducida, transmitida en ninguna forma o medio alguno, incluyendo las
fotocopias, grabaciones o cualquier sistema de recuperación de almacenaje de información,
sin el permiso explícito de los titulares del copyright.
0. Primeras 24/5/07 11:56 Página 5
A Montserrat Teixidor,
directora de la Escuela Universitaria de Enfermería
Santa Madrona, por convertir la palabra “humanismo” en una
realidad en enfermería
5
0. Primeras 24/5/07 11:56 Página 6
0. Primeras 24/5/07 11:56 Página 7
Agradecimientos
7
0. Primeras 24/5/07 11:56 Página 8
0. Primeras 24/5/07 11:56 Página 9
Índice
Prólogo............................................................................................................................... 13
Introducción.................................................................................................................... 15
1. La comunicación terapéutica
◗ Introducción ............................................................................................................... 19
◗ ¿Qué es la comunicación terapéutica?....................................................... 19
◗ Objetivos de la comunicación terapéutica .............................................. 20
◗ Diferencia entre comunicación terapéutica y
comunicación social.............................................................................................. 21
◗ La relación de comunicación........................................................................... 24
◗ Elementos de la comunicación terapéutica ............................................. 25
◗ Modelos de comunicación en relación de ayuda
poco eficaces............................................................................................................ 28
◗ Confidencialidad ...................................................................................................... 30
◗ Resumen...................................................................................................................... 31
◗ Bibliografía .................................................................................................................. 32
2. La empatía
◗ Introducción ............................................................................................................... 37
◗ ¿Qué es la empatía? ............................................................................................. 37
◗ Distancia: ¿demasiado lejos o demasiado cerca? ................................ 44
◗ Proyecciones............................................................................................................. 46
◗ Diálogos....................................................................................................................... 47
◗ Bibliografía .................................................................................................................. 50
3. El respeto
◗ Introducción ............................................................................................................... 53
◗ ¿Qué es respetar? .................................................................................................. 53
◗ Falta de respeto por parte del profesional de enfermería................. 54
◗ Ejemplos de respeto ............................................................................................. 57
◗ No juzgar..................................................................................................................... 59
◗ Defensor del paciente .......................................................................................... 60
◗ Bibliografía .................................................................................................................. 62
4. La escucha receptiva
◗ Introducción ............................................................................................................... 65
◗ Dificultades para escuchar................................................................................. 65
◗ La utilidad de la escucha.................................................................................... 66
9
0. Primeras 24/5/07 11:56 Página 10
10
0. Primeras 24/5/07 11:56 Página 11
11
0. Primeras 24/5/07 11:56 Página 12
12
0. Primeras 24/5/07 11:56 Página 13
Prólogo
“No tengo tiempo para hablar, tengo mucho trabajo”
Han sido los miles de enfermeros/as a los que he dado clase quienes me
han hecho ver la necesidad de escribir un libro sobre la comunicación te-
rapéutica. Sus dificultades, sus malestares, su confusión y, sobre todo, su
deseo de ser más eficaces han sido para mí una motivación.
13
0. Primeras 24/5/07 11:56 Página 14
14
0. Primeras 24/5/07 11:56 Página 15
Introducción
ste manual tiene como objetivo facilitar la formación sobre la comuni-
E cación terapéutica en escuelas de enfermería y en centros de atención
primaria y hospitalaria. Se ha escrito con la intención de que resulte lo más
práctico posible para que sea útil a todo profesional de enfermería.
El tema del respeto se trata en el tercer capítulo, que invita a una reflexión
sobre el rol que éste desempeña en la relación de ayuda.
15
0. Primeras 24/5/07 11:56 Página 16
ocho expone las dificultades que presentan estas enfermedades para el pro-
fesional de enfermería. El noveno explora lo que vive y siente el enfermo
en estado crónico y las posibles intervenciones enfermeras, especialmen-
te antes y después de que el paciente reciba su diagnóstico. El capítulo diez
recupera el tema de las emociones, pero en este caso más concretamen-
te las del enfermo en estado crónico. El once ofrece ideas prácticas so-
bre cómo ayudar a estos pacientes a adaptarse a su enfermedad, a hacer
el duelo de lo perdido y a comenzar a definir una nueva vida.
16
1. Cap. 1 Com terapeutica 24/5/07 11:58 Página 17
Capítulo 1.
La comunicación
terapéutica
1. Cap. 1 Com terapeutica 24/5/07 11:58 Página 18
1. Cap. 1 Com terapeutica 24/5/07 11:58 Página 19
1. La comunicación terapéutica
Introducción
Este capítulo introduce el tema de la comunicación terapéutica en enfer-
mería, sus objetivos y sus diferencias con la comunicación social. También
se explica qué es un enfoque relacional y los elementos de una comuni-
cación terapéutica eficaz y se contrasta este modelo con otros menos efi-
caces. Estos temas serán elaborados con mayor detalle en capítulos si-
guientes.
19
1. Cap. 1 Com terapeutica 24/5/07 11:58 Página 20
20
1. Cap. 1 Com terapeutica 24/5/07 11:58 Página 21
LA COMUNICACIÓN TERAPÉUTICA
21
1. Cap. 1 Com terapeutica 24/5/07 11:58 Página 22
22
1. Cap. 1 Com terapeutica 24/5/07 11:58 Página 23
LA COMUNICACIÓN TERAPÉUTICA
Algunos ejemplos
23
1. Cap. 1 Com terapeutica 24/5/07 11:58 Página 24
Ejercicio de observación
La relación de comunicación
La comunicación terapéutica se basa en la idea de que lo principal de toda
relación de ayuda es la comunicación y que ésta está centrada en el paciente
[4]. La comunicación no es dar información (ésta es una parte muy peque-
ña de este proceso), es una manera de relacionarse, en la cual el profesio-
nal de enfermería está presente con todo su ser, como testigo empático,
con un compromiso de ayudar y acompañar al paciente en su realidad.
24
1. Cap. 1 Com terapeutica 24/5/07 11:58 Página 25
LA COMUNICACIÓN TERAPÉUTICA
Elementos básicos
◗ El pensamiento terapéutico.
◗ La empatía.
◗ La escucha receptiva y reflexiva.
◗ La atención a las emociones del paciente.
◗ El acompañamiento del paciente en sus reflexiones.
◗ Ayudar al paciente a aumentar su dignidad.
◗ La autoreflexión y auto-observación.
25
1. Cap. 1 Com terapeutica 24/5/07 11:58 Página 26
26
1. Cap. 1 Com terapeutica 24/5/07 11:58 Página 27
LA COMUNICACIÓN TERAPÉUTICA
Confianza
A través de la metodología de la comunicación terapéutica que se va a ir
explicando en este libro, el profesional de enfermería irá desarrollando ha-
bilidades que, se espera, ayudarán al paciente a sentir confianza en él. Por
medio de la empatía, el respeto y el acompañamiento, el paciente posi-
blemente confiará en el profesional.
Aun así, hay pacientes a quienes les cuesta confiar en las/os enferme-
ras/os. Si el profesional está utilizando una metodología terapéutica, pue-
de que sea debido a otras experiencias que el paciente ha tenido con
otros profesionales sanitarios en el mismo centro o en otros centros sani-
tarios. También puede deberse a alguna situación que ha vivido un pariente,
amigo o vecino con el sistema sanitario que no haya sido agradable.
Continuidad
Para una relación de ayuda de calidad es importante, dentro de lo posi-
ble, que el paciente tenga continuidad en los cuidados. En atención primaria,
esto quiere decir que el enfermo sea atendido siempre por el mismo pro-
fesional de enfermería y se eviten los cambios (y se busquen otras alter-
nativas cuando el cupo de un equipo está saturado). En atención hospi-
talaria, cada vez que un profesional de enfermería está trabajando, debería
tener los mismos pacientes si éstos siguen en la planta e, idealmente, como
se hace ya en muchos países, cada paciente hospitalizado debería tener
27
1. Cap. 1 Com terapeutica 24/5/07 11:58 Página 28
Ejercicio de observación
Enfoques generales
Los profesionales de enfermería, si no han recibido una formación espe-
28
1. Cap. 1 Com terapeutica 24/5/07 11:58 Página 29
LA COMUNICACIÓN TERAPÉUTICA
Ejercicio de observación
29
1. Cap. 1 Com terapeutica 24/5/07 11:58 Página 30
◗ Dar órdenes, imponer: “Tiene que tomar esto”, “debería hacer la die-
ta”, “tranquilícese”.
Confidencialidad
La confidencialidad es primordial para que la comunicación terapéutica se
pueda llevar a cabo, ya que si el paciente duda de que la enfermera guar-
de el secreto profesional, no tendrá confianza. Un diálogo en el que el pa-
ciente no se siente seguro de que lo que diga no irá más allá del profe-
sional que le escucha, no será un diálogo útil ni tendrá beneficio terapéutico.
◗ Evitar hablar de los pacientes individualmente (se puede hacer de una ma-
nera general, como: “Los pacientes diabéticos no encuentran la dieta fácil”).
◗ Si el profesional de enfermería necesita consultar a otro profesional so-
bre un paciente, evitará, hasta donde sea posible, dar información y
comentar características que fácilmente le identificarían.
◗ Si hay que hablar de un paciente con otro profesional y hay que iden-
tificarlo, es necesario asegurarse antes de que el otro profesional va a
guardar el secreto.
◗ Reflexionar sobre la información que se escribe acerca del paciente: ¿es
necesario escribirla?, ¿hay información que si se escribiera y fuera leída
podría causar problemas al paciente?
◗ Asegurarse de que toda información sobre el paciente está guardada
bajo llave y tener muy claro quién tiene copias de la llave.
◗ Toda persona que tiene acceso a historias clínicas, que las almacena y las
ordena o desplaza, debe estar formado en el tema de la confidencialidad.
◗ Asegurarse de que las historias clínicas están “en tránsito” lo menos po-
sible.
30
1. Cap. 1 Com terapeutica 24/5/07 11:58 Página 31
LA COMUNICACIÓN TERAPÉUTICA
Resumen
31
1. Cap. 1 Com terapeutica 24/5/07 11:58 Página 32
Empatizar Rescatar
Bibliografía
[1] Lazure H. Vivre la relation d’aide: approche theorique et pratique d’un
critère de l’infirmière. Montreal: Décarie Editeur; 1987.
[2] Ruiz Moral R, Rodríguez J, Epstein R. ¿Qué estilo de consulta debería
emplear con mis pacientes?: reflexiones prácticas sobre la relación médi-
co-paciente. Aten Primaria 2003; 32(10):594-602.
32
1. Cap. 1 Com terapeutica 24/5/07 11:58 Página 33
LA COMUNICACIÓN TERAPÉUTICA
33
1. Cap. 1 Com terapeutica 24/5/07 11:58 Página 34
2. Cap. 2 La empatía 24/5/07 12:47 Página 35
Capítulo 2.
La empatía
2. Cap. 2 La empatía 24/5/07 12:47 Página 36
2. Cap. 2 La empatía 24/5/07 12:47 Página 37
2. La empatía
Introducción
La empatía es la herramienta principal en la comunicación terapéutica: gra-
cias a ella ésta aumenta en eficacia [1]. Es una actitud necesaria que se ad-
vierte en la cara y en las palabras del profesional de enfermería y que co-
munica al paciente que su situación y sus preocupaciones nos importan.
Y de verdad nos tienen que importar, porque, si no es así y sólo estamos
fingiendo, el paciente lo notará en nuestra mirada y la comunicación se di-
ficultará.
Cuando el paciente nota que comprendemos lo que siente, sin juzgarle, sin
decirle que debería sentir y pensar de otra manera, experimenta una agra-
dable sensación de aceptación y alivio. Al mostrar empatía, el paciente sa-
brá que el profesional le está acompañando y que está “con él” y no “con-
tra él”.
¿Qué es la empatía?
La empatía no es lo mismo que la “simpatía”. Esta última es una reacción
en la comunicación social que tiene lugar cuando una persona muestra una
emoción paralela a la de su amigo. Por ejemplo, una persona siente tris-
teza y le cuenta a un amigo la razón de ésta; el amigo posiblemente tam-
bién muestre algo de tristeza por simpatía. En enfermería, la empatía es una
herramienta de la comunicación terapéutica y no una reacción paralela
(Ver Tabla 1).
37
2. Cap. 2 La empatía 24/5/07 12:47 Página 38
La empatía funciona
Numerosos estudios demuestran que la empatía es eficaz en la comu-
nicación terapéutica. Los pacientes que son atendidos por profesiona-
les de enfermería formados en mostrar empatía tienen menos ansiedad
y se comportan con menos hostilidad que los atendidos por los profe-
sionales que no han sido formados en este campo [3]. También los en-
fermos que son tratados con empatía experimentan una mejoría en los
dolores crónicos [4]. Finalmente, los pacientes que han sido tratados
con empatía dicen que es lo que más les ayuda a enfrentarse a su en-
fermedad [5].
38
2. Cap. 2 La empatía 24/5/07 12:47 Página 39
LA EMPATÍA
Para mostrar empatía, también hay que manifestar ganas de entender al pa-
ciente. Esto es parte del trabajo del profesional de enfermería. A veces
puede ser útil intentar imaginarse lo que está viviendo y sintiendo el pa-
ciente.
Ejemplos de empatía
Aunque la empatía es una actitud que sobre todo se percibe en la cara,
también es importante mostrarla con palabras. En la comunicación social
hay personas que opinan, pero esto no es compatible con la comunica-
ción terapéutica, ya que impide la empatía. Lo más importante para que la
empatía se muestre en nuestras palabras es comunicar al paciente que
hemos escuchado cómo se siente.
Ejemplo 1
Paciente: “Es mucho esfuerzo para mí tener que hacer esta dieta y to-
mar la medicación”.
No es empatía decir:
39
2. Cap. 2 La empatía 24/5/07 12:47 Página 40
Es empatía decir:
Ejemplo 2
No es empatía decir:
Es empatía decir:
Enfermera: “Siento que tenga que vivir esta situación. Es normal sen-
tirse enojada”.
Ejemplo 3
No es empatía decir:
40
2. Cap. 2 La empatía 24/5/07 12:47 Página 41
LA EMPATÍA
Es empatía decir:
Ejemplo 4
No es empatía decir:
Es empatía decir:
Ejemplo 5
No es empatía decir:
Es empatía decir:
41
2. Cap. 2 La empatía 24/5/07 12:47 Página 42
Ejercicio de reflexión
Con papel y bolígrafo, siéntese a pensar sobre los pacientes con los que ha tra-
bajado últimamente y conteste estas preguntas. ¿Con cuáles le costaba más
mostrar empatía? ¿Por qué? ¿Hay algún tipo de comportamiento, apariencia fí-
sica, estilo de vida o cultura ante la cual le cueste mostrar empatía?
Una vez haya clarificado cuáles son sus situaciones más difíciles para mostrar
empatía, puede tenerlas en cuenta para, cuando se encuentre en ellas, recor-
dar la importancia de mostrar empatía y replantearse al paciente (Ver Aparta-
do de “Reevaluación de pensamientos para mostrar empatía”).
42
2. Cap. 2 La empatía 24/5/07 12:47 Página 43
LA EMPATÍA
Para mostrar empatía, se podría intentar pensar: “Está incómodo”, “se ex-
presa como puede, como ha aprendido”, “algo le pasa”, “estoy trabajando”.
Para mostrar empatía, el profesional podría intentar pensar: “Por algo será
que no se siente cómodo”, “puedo intentar averiguar cómo se siente”, “a
lo mejor puedo hacer algo yo para que sienta más confianza”.
Para mostrar empatía, el profesional podría pensar: “Por alguna razón no pa-
rece muy interesado; será cuestión de preguntárselo”, “a lo mejor le preo-
cupa otra cosa”, “si averiguo lo que siente, a lo mejor le puedo ayudar”.
Ante un paciente que no lleva a cabo las recomendaciones que se le han hecho
para su salud
No facilita la empatía pensar: “No se quiere responsabilizar de su salud”,
“es una persona irresponsable”, “si no hace lo que le decimos, no le pue-
do ayudar”.
43
2. Cap. 2 La empatía 24/5/07 12:47 Página 44
La empatía y el tiempo
En enfermería a menudo no se dispone del tiempo deseado para cada
paciente pero, para mostrar empatía, no se necesita tiempo ya que es, so-
bre todo, una actitud y una mirada. El paciente que recibe una mirada em-
pática se siente mejor, no sólo cuando el profesional de enfermería le está
mirando, sino también durante mucho tiempo después.
Dos segundos de mirada empática son más útiles para el paciente y para
la comunicación terapéutica que cinco minutos de conversación en los
que el enfermo note indiferencia por nuestra parte.
Ejercicio de observación
Antes de ver al paciente, decida mostrar empatía (piense: “Me importa lo que
el paciente está viviendo”). Aunque sólo esté con él unos segundos, ¿nota una
diferencia entre las veces que muestra empatía y las veces que no la muestra?
44
2. Cap. 2 La empatía 24/5/07 12:47 Página 45
LA EMPATÍA
Demasiado “lejos”
Puede ocurrir que, por nuestra propia manera de ser o por ciertas expe-
riencias, tengamos una reacción negativa hacia algún paciente y nos cues-
te mostrarle empatía. El paciente lo notará y se perjudicará la comunica-
ción.
Demasiado “cerca”
También puede ocurrir que, con ciertos pacientes en particular, nos preo-
cupemos mucho, que incluso pasemos buena parte de nuestro tiempo libre
inquietándonos por ellos. Se ha generalizado la idea de que un profesional
de enfermería que se preocupa mucho por los pacientes es un buen profe-
sional. Ésta es una idea errónea, ya que el paciente nota la intensa preocu-
pación del profesional y se agobia, de la misma manera que puede ocurrir
cuando un familiar, inevitablemente, se preocupa por él. El enfermo ya tie-
ne suficiente reto con su propia situación y no le ayuda notar el malestar emo-
cional del profesional de enfermería. Además, estar tan preocupado por los
pacientes desgasta al profesional.
Para evitar esto hay profesionales que creen que no hay que “implicarse”;
sin embargo, hay que hacerlo para ser eficaz. Sí, conviene implicarse e in-
teresarse por los pacientes, pero sin ser una carga para ellos, evitando ha-
cer de “papá” o “mamá” y aceptando que, aunque se les puede ayudar y
apoyar, no se les puede “rescatar” de su sufrimiento.
45
2. Cap. 2 La empatía 24/5/07 12:47 Página 46
Proyecciones
Proyectar es comunicar algo al paciente sin darse cuenta. Por ejemplo, un
paciente entra en la consulta de la enfermera y ésta ve que tiene cara de
mal humor. Sin darse cuenta, la enfermera, en sus pensamientos, le etiqueta
de “pesado” y se pone a la defensiva.
Ejercicio de reflexión
Piense en el tipo de pacientes que le hacen sentir incómodo. Haga una lista de
los comportamientos, características físicas (color de piel, manera de vestir, etc.),
maneras de hablar, estilos de vida y etnia de origen que tienen estos pacientes.
Cada vez que conozca a un paciente nuevo, piense si algo de él está en su lis-
ta. Si es así, recuerde que tiene que hacer un esfuerzo mayor para mostrar em-
patía y para trabajar de una manera más consciente y eficaz que no dañe la
relación terapéutica.
46
2. Cap. 2 La empatía 24/5/07 12:47 Página 47
LA EMPATÍA
Diálogos
47
2. Cap. 2 La empatía 24/5/07 12:47 Página 48
48
2. Cap. 2 La empatía 24/5/07 12:47 Página 49
49
2. Cap. 2 La empatía 24/5/07 12:47 Página 50
Bibliografía
[1] Rogers C. Psicoterapia centrada en el cliente. Barcelona: Paidós; 1981.
[2] Rogers C. El proceso de convertirse en persona. Barcelona: Paidós; 2002.
[3] La Monica EL, Wolf RM, Madea AR, Oberst MT. Empathy and nursing
care outcomes. Sch Inq Nurs Pract 1987; 1(3):197-213.
[4] Muñoz M, Ruiz Moral R, Pérula de Torres L. Evaluation of a patient-cen-
tred approach in genereralized musculoskeletal chronic pain/fibromyalgia
patients in primary care. Patient Educ Couns 2002; 48(1):1-3.
[5] Mercer SW, Watt GCM, Reilly D. Empathy is important for enablement.
BMJ 2001; 322(7290):865.
[6] Levinson W, Gorawara-Bhat R, Lamb J. A study of patient clues and phy-
sician responses in primary care and surgical settings. JAMA 2000;
284(8):1021-1027.
50
3. Cap. 3 El respeto 24/5/07 12:11 Página 51
Capítulo 3.
El respeto
3. Cap. 3 El respeto 24/5/07 12:11 Página 52
3. Cap. 3 El respeto 24/5/07 12:11 Página 53
3. El respeto
Introducción
En este capítulo nos centramos en el tema del respeto en la relación con
el paciente. Se explora el concepto de respetar, se analizan ejemplos de
falta de respeto hacia el paciente y se anima a una reflexión sobre el res-
peto y las opiniones. Además se proponen ideas sobre el concepto del pro-
fesional de enfermería como defensor del paciente.
¿Qué es respetar?
El respeto es fundamental en la comunicación terapéutica, ya que sin él la
relación terapéutica no se puede establecer.
Esto puede parecer extraño y hasta injusto, pero tiene una explicación: el pro-
fesional de enfermería necesita mostrar respeto para establecer la relación te-
rapéutica, sin la cual no es posible trabajar con el paciente. Pero si el pacien-
te no muestra respeto al profesional de enfermería no lo vemos mal: se
contempla como una expresión de su malestar.
53
3. Cap. 3 El respeto 24/5/07 12:11 Página 54
Trivializar
Otra manera en la que, a veces, no se muestra respeto al paciente es tri-
vializando sobre lo que dice, lo que vive y cómo lo expresa. Las siguien-
tes frases del profesional son una falta de respeto:
Nombre
Una manera de mostrar respeto al paciente es llamarle por su nombre.
Expresiones como las que vemos en las frases siguientes son una falta de
respeto [1]:
Tutear
Es difícil definir exactamente en qué situaciones se puede o no tutear al
paciente, pero existe una tendencia, no muy terapéutica, a tutear demasiado.
Llamar a un paciente de usted establece la distancia y el contexto terapéutico
54
3. Cap. 3 El respeto 24/5/07 12:11 Página 55
EL RESPETO
Lo que se escribe
También hay profesionales de enfermería que muestran una falta de res-
peto a través de lo que escriben en el historial clínico del paciente, poniendo
opiniones y comentarios de tipo social (“es un pesado”). Esto es grave
por dos razones:
No creer al paciente
No creer lo que dice el paciente es otra manera de no mostrarle respeto.
A este tema se ha dedicado una sección en el Capítulo 6.
Espacio y cuerpo
A veces, sin darnos cuenta, los profesionales de enfermería tratamos el
cuerpo del paciente sin respeto. Es importante tener en cuenta su intimi-
dad, asegurarnos de que se descubre lo menos posible el cuerpo cuan-
55
3. Cap. 3 El respeto 24/5/07 12:11 Página 56
Horarios
En el hospital hay horarios para el buen funcionamiento de la institución
y del colectivo, pero a veces es necesario ser flexible para respetar las ne-
cesidades y deseos de los pacientes. Un ejemplo de falta de respeto es,
por la noche, cuando el paciente ya está durmiendo, entrar en la habita-
ción haciendo mucho ruido y encender la luz. También es muy frecuente
que los pacientes de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), las salas
de recuperación y las plantas se quejen de que las enfermeras; por la no-
che, hablan muy alto entre ellas (muy a menudo sobre temas irrelevantes
para la enfermería) y no les dejan dormir.
56
3. Cap. 3 El respeto 24/5/07 12:11 Página 57
EL RESPETO
Ejemplos de respeto
La mejor manera de saber cómo mostrar respeto a los pacientes es ima-
ginarnos cómo nos gustaría ser tratados.
Está hospitalizado por un fallo renal que le ha ocurrido sin haber tenido problemas
previos. Es una sorpresa para usted y para su familia. Se le van a hacer diver-
sos análisis y se va a considerar la posibilidad de empezar a hacerle diálisis y
de ponerle en lista de espera para un trasplante de riñón.
57
3. Cap. 3 El respeto 24/5/07 12:11 Página 58
Es usted un paciente de atención primaria. Tiene diabetes tipo II desde hace diez
años y acude cada mes para controles y recetas.
58
3. Cap. 3 El respeto 24/5/07 12:11 Página 59
EL RESPETO
No juzgar
No juzgar es aceptar al paciente sin condiciones, como es ahora y con su
pasado, con su estilo de vida y su manera de ser, sin juicios de valor ni
opiniones. Aparte de que no tenemos derecho a juzgar a otro ser huma-
no, hacerlo pone en peligro la relación de ayuda y la comunicación tera-
péutica. Ayudar al otro es imposible si éste nota que le estamos juzgando
y nuestro trabajo en enfermería pierde su utilidad.
59
3. Cap. 3 El respeto 24/5/07 12:11 Página 60
Ejercicio de reflexión
Es usted una persona con diabetes tipo II. Se cuida mucho, sigue la dieta y
toma la medicación. No es fácil todo lo que hace y lleva haciendo desde que
le diagnosticaron hace diez años la enfermedad. Nota que tener diabetes tiene
mucho impacto en su vida familiar, laboral y social, pero ha conseguido inte-
grar la enfermedad en su vida y en general no está desanimado por su situa-
ción. Imagínese que va a atención primaria para un control y le dicen comen-
tarios tales como:
Reflexione sobre...
Para ese viaje del paciente por el sistema sanitario, el papel del profesio-
nal de enfermería como su defensor es muy necesario, ya que abandonarle
a su suerte ante la complejidad del sistema sería una falta de respeto.
Las tareas que el profesional enfermero puede llevar a cabo como de-
fensor del paciente incluyen:
60
3. Cap. 3 El respeto 24/5/07 12:11 Página 61
EL RESPETO
61
3. Cap. 3 El respeto 24/5/07 12:11 Página 62
Bibliografía
[1] Sieh A, Brentin LK. The nurse communicates. Philadelphia: WB Saun-
ders Company; 1997.
[2] Allué Martínez M. Discapacitados: la reivindicación de la igualdad en la
diferencia. Barcelona: Ed. Bellaterra; 2003.
[3] Frank AW. The renewal of generosity: illness, medicine and how to live.
Chicago: University of Chicago Press; 2004.
[4] Charmaz K. Good Days, Bad Days: The Self in Chronic Illness and
Time. New Brunswick, New Jersey: Rutgers University Press; 1991.
[5] Frank AW. At the will of the body: reflections on illness. Boston: Hough-
ton Mifflin Company; 2002.
[6] Horowitz KE, Douglas M. Witness to illness: strategies for caregiving and
coping. Massachusetts: Addison-Wesley; 1992.
62
4. Cap.4 La escucha 24/5/07 12:16 Página 63
Capítulo 4.
La escucha
receptiva
4. Cap.4 La escucha 24/5/07 12:16 Página 64
4. Cap.4 La escucha 24/5/07 12:16 Página 65
4. La escucha receptiva
Introducción
Un profesional de enfermería que no escucha es como un informático que
trabaja sin ordenador, ya que la escucha es una de las herramientas más
útiles para el enfermero. En este capítulo se planteará la utilidad de la es-
cucha en la comunicación terapéutica para el paciente y para el profesio-
nal, lo que se escucha y cómo, qué es la narrativa, el concepto del tiem-
po en la escucha, ejemplos de cómo escuchar de una manera eficaz y
modelos de escucha que son ineficaces.
Ejercicio de observación
En una situación social (en un café, en el metro o en una reunión familiar), ob-
serve a la gente que está hablando. ¿Cuánto tiempo escucha cada uno? ¿Cómo
escucha? ¿Deja al otro acabar sus frases?
Ejercicio de observación
Hay muchas enfermeras que aún piensan que escuchar no sirve para nada,
aparte de para recoger información, que escuchando “no se soluciona
nada”.
65
4. Cap.4 La escucha 24/5/07 12:16 Página 66
Otra razón por la cual la escucha no está aún en el centro del trabajo de
muchos profesionales sanitarios es que al escuchar uno nota lo que sien-
te el paciente. Esto, para profesionales que no están familiarizados con las
emociones, es un problema. También se dice que “no hay tiempo” para
escuchar. Este tema será tratado más adelante.
Sin embargo, en este capítulo se intentará mostrar, sobre todo, que es-
cuchar es el centro de nuestro trabajo, que en lo que dice el paciente y
en cómo lo dice está el material más útil para una comunicación tera-
péutica.
La utilidad de la escucha
Ejercicio de reflexión
Escuchar al paciente sirve para obtener información sobre él, pero es mu-
cho más que eso.
66
4. Cap.4 La escucha 24/5/07 12:16 Página 67
LA ESCUCHA RECEPTIVA
Para elaborar los cuidados más relevantes para un enfermo, para enten-
der cómo vive su enfermedad, para ayudarle a adaptarse a su situación
y lograr la mejor calidad de vida dada su realidad, la clave está en lo que
dice el paciente y en cómo lo dice. A través de su narrativa, el paciente,
al oírse a sí mismo, comenzará a entender cómo ve su problema de sa-
lud, cómo vive su situación y cómo influye su enfermedad en su vida y
en la vida de su familia y, así, poco a poco comenzará su proceso de
adaptación y cambio ante las nuevas realidades que la enfermedad le
presenta.
El que el paciente pueda hablar de su realidad, una y otra vez, y ser es-
cuchado, es necesario para que, con la ayuda del profesional de enfer-
mería, vaya deshaciendo ese ovillo que es su experiencia y así se adap-
te a la persona que es ahora, diferente de la que era antes del diagnóstico
o al principio de su enfermedad [4]. Contar es salir de uno mismo y ser
testigo de la experiencia propia. Desde esa distancia, el paciente pue-
de encontrar un nuevo sentido e imaginar nuevas posibilidades en su
vida [5].
67
4. Cap.4 La escucha 24/5/07 12:16 Página 68
Ejercicio de observación
Pida a un amigo que le escuche diez minutos sin interrumpirle ni darle conse-
jos. Cuéntele un problema que tenga. Al día siguiente, haga lo mismo con otro
amigo y, el tercer día, hágalo otra vez con otro amigo. Obsérvese. Cada vez que
ha contado el problema, ¿lo ha visto y sentido de la misma manera? ¿Qué ha
cambiado? ¿Ha descubierto nuevas cosas sobre su problema y sobre usted?
La responsabilidad de la escucha
En la comunicación social, la calidad de la comunicación es responsabili-
dad de los dos interlocutores. En la comunicación terapéutica, la respon-
sabilidad de la calidad de la escucha corresponde al profesional de enfer-
mería, ya que la escucha terapéutica es una metodología de trabajo. Siguiendo
esta metodología, el profesional habla poco y escucha mucho. Su escucha,
sin embargo, no es pasiva, sino receptiva: utiliza sus habilidades de obser-
vación, piensa en lo que dice el paciente, intenta entender y sigue el hilo
conductor de su historia y los eventos de importancia para el paciente.
¿Qué se escucha?
Normalmente, el profesional de enfermería pide al paciente que hable de
su “enfermedad” (síntomas y tratamientos) pero no de su “experiencia de
la enfermedad”. La experiencia de la enfermedad es cómo el paciente ve
la enfermedad, cómo la vive, cómo influye en su vida y en la de su fami-
lia, cuáles son los eventos significativos relacionados con ella, cómo cree
que ha evolucionado y cuál ha sido su experiencia con los tratamientos y
cuidados. En fin, es la narrativa del paciente y contiene el material más
importante para la enfermera.
68
4. Cap.4 La escucha 24/5/07 13:06 Página 69
LA ESCUCHA RECEPTIVA
◗ Como en su familia hubo mucha gente que tuvo diabetes, ve esta en-
fermedad como normal, como “ley de vida”.
◗ Que su padre y sus tíos, que tenían diabetes, nunca hicieron una die-
ta especial ni tomaron medicación, sino que trabajaban duro en el cam-
po y vivieron más de 80 años.
69
4. Cap.4 La escucha 24/5/07 12:16 Página 70
Recuerde…
¿Cómo se escucha?
A veces, el profesional de enfermería no ha sido formado en el arte de es-
cuchar. Por eso uno se puede sentir incómodo con este tema, pero es
cuestión de reflexionar y practicar.
70
4. Cap.4 La escucha 24/5/07 12:16 Página 71
LA ESCUCHA RECEPTIVA
◗ Creyendo al paciente
◗ Mirándole a la cara, asintiendo
◗ Afirmando su experiencia de la enfermedad
◗ Respetando su verdad
◗ Mostrando empatía (comunicándole que “usted me importa”)
◗ Manteniendo la tranquilidad (las prisas no aumentan el tiempo)
◗ Recordando que cinco minutos de escucha empática y tranquila son la mejor
ayuda
◗ Sabiendo que es mucho más importante que el paciente se sienta escuchado,
sea escuchado y se oiga a sí mismo que hablar uno
◗ Recordando que la escucha es el elemento más importante para que el pa-
ciente se adapte a su problema de salud, su adhesión a los tratamientos y su bie-
nestar emocional
◗ Asegurando al paciente que se va a mantener la confidencialidad
◗ Con atención
◗ Con ganas
◗ Con una mirada que respeta pero no rescata
◗ Sin interrumpir
◗ Sin juzgar ni opinar
◗ Sentado (aunque sea dos minutos), apoyando la espalda contra el respaldo de
la silla
◗ Sin escribir mientras se escucha (no mire la pantalla del ordenador, mire al pa-
ciente, su cara)
◗ Sin jugar con el bolígrafo
◗ Cuando habla usted: sea breve, hable desde su papel terapéutico, haga pre-
guntas neutras y abiertas y asegúrese de que sus intervenciones muestran em-
patía y respeto
◗ Recuerde que el rol de enfermería no es solucionar, resolver, “hacer ver” ni in-
sistir, sino acompañar
71
4. Cap.4 La escucha 24/5/07 12:16 Página 72
El silencio
Hay mucha comunicación en el silencio. Aunque en nuestra cultura no esta-
mos cómodos con él, es una parte importante de la comunicación terapéutica.
Ejercicio de reflexión
Respuesta 2: silencio.
72
4. Cap.4 La escucha 24/5/07 12:16 Página 73
LA ESCUCHA RECEPTIVA
Ejercicio de reflexión
Ejemplo 2: el paciente dice: “Vivir con esta enfermedad es muy difícil” (silencio
que el profesional no interrumpe).
¿En cuál de los dos ejemplos nota mejor las emociones del paciente?
Pero lo importante en esos tres, cinco o diez minutos es escuchar con to-
tal atención, empatía y receptividad y, si es posible, sentados y siguiendo
las directrices del recuadro “¿Cómo escuchar? Algunas ideas” de este ca-
pítulo.
73
4. Cap.4 La escucha 24/5/07 12:16 Página 74
Ejercicio de observación
Ejercicio de observación
Cuando vaya a escuchar a un paciente, en vez de pensar: “Sólo tengo tres mi-
nutos”, piense: “¡Qué bien que tengo tres minutos para escuchar a este pa-
ciente!”.
Situaciones específicas
Aquí se ofrecen algunas ideas de cómo escuchar y cómo pensar mientras
se escucha y, en algunos casos, cómo intervenir en situaciones específicas.
Piense que…
74
4. Cap.4 La escucha 24/5/07 12:16 Página 75
LA ESCUCHA RECEPTIVA
Cómo escucharle
Piense que…
Cómo escucharle
75
4. Cap.4 La escucha 24/5/07 12:16 Página 76
Piense que…
Cómo escucharle
❩ Su autoestima y su autoimagen.
❩ Su vida familiar, afectiva y social.
❩ Su vida laboral y económica.
❩ Sus planes de futuro.
Escúchele sin decirle lo que tiene que hacer ni darle “soluciones”, ya que
lo importante es que se oiga a sí mismo.
76
4. Cap.4 La escucha 24/5/07 12:16 Página 77
LA ESCUCHA RECEPTIVA
Piense que...
Cómo escucharle
◗ No recriminar ni “reñir”.
◗ No “echarle un sermón”.
◗ Pregúntele qué opina de los tratamientos y recomendaciones que se
le han dado.
◗ Pregúntele cómo le afecta el problema de salud en su vida.
◗ Pregúntele sobre las otras preocupaciones que tiene en su vida.
◗ Pregúntele qué es lo más difícil de los tratamientos y las recomenda-
ciones que se le han dado.
◗ Escuche sin juzgar ni opinar.
◗ No repita información que ya se ha dado.
◗ No insista o intente convencer.
◗ Pregúntele qué cosas hace él (que no son parte de los tratamientos y
recomendaciones) que cree que le ayudan con su salud.
◗ Ofrézcale un refuerzo positivo (felicítele) por lo que hace por su salud
(venir a los controles, etc.) y dígale que entiende que no es fácil vivir
tanto tiempo con un problema de salud.
Si el paciente se queja
Piense que…
77
4. Cap.4 La escucha 24/5/07 12:16 Página 78
Cómo escucharle
◗ Escuchar la queja del paciente con tranquilidad y con una mirada com-
prensiva y empática.
◗ Decirle: “Gracias por hablarme de lo que le molesta, a lo mejor ahora
le puedo ayudar mejor. Cuénteme cómo cree que yo podría ayudarle
con esto”.
◗ Recuerde que no es nuestra función “solucionar” los problemas del
paciente. Si puede hacer algo sobre lo que le dice y está dentro de su
rol, hágalo. Si no, derívele o anímele a buscar sus ideas y sus estrate-
gias.
Piense que…
◗ Tendrá sus razones para sentirse así, aunque usted no las entienda en
ese momento.
◗ Es contraproducente para una relación de ayuda tomarse personal-
mente lo que dice: está hablando a aquello que usted representa.
◗ Es la manera en la que se puede expresar en ese momento.
◗ La rabia es una emoción como cualquier otra; no es “negativa”.
◗ Es bueno que el paciente se desahogue.
◗ No le está “faltando al respeto”, expresa su malestar.
◗ Debajo de esa rabia seguramente hay otras emociones: inseguridad,
miedo, vergüenza, decepción, etc.
◗ La rabia, a menudo, es un mecanismo de defensa para cuando uno se
siente inseguro.
Cómo escucharle
78
4. Cap.4 La escucha 24/5/07 12:16 Página 79
LA ESCUCHA RECEPTIVA
◗ No se ponga a la defensiva.
◗ No discuta ni le lleve la contraria.
Al empezar y al acabar
Al principio de toda conversación, indique al paciente el tiempo que tiene
para que él pueda decidir cómo priorizar lo que quiere contar. Se puede
hacer diciéndole: “Sólo tengo tres minutos ahora, pero me interesaría sa-
ber cómo está”.
◗ Interrumpiendo.
◗ Sin dejar silencios.
◗ Con prisas.
◗ Guiando y dirigiendo la conversación.
◗ Mirando al ordenador y dando prioridad a los protocolos que hay que
rellenar.
◗ Sin mirar al paciente a la cara.
◗ Dando por hecho lo que va a decir.
◗ Juzgando con mensajes verbales o no verbales.
◗ Sin empatía.
◗ Intentando “hacer ver”.
◗ Moviéndose.
◗ De pie.
◗ Sin escuchar la experiencia del paciente ni sus emociones.
◗ Interpretando lo que se oye de una manera social y no terapéutica.
Bibliografía
[1] Lazure H. Vivre la relation d’aide. Montreal: Décarie Editeur; 1987.
[2] Valverde C. ¿Quién está escuchado? La narrativa del paciente, caos y
cronicidad. Aten Primaria 2005; 36(3):150-161.
[3] Institute of Medicine. Crossing the Quality Chasm: a new health system
for the 21st century. Washington: National Academy Press; 2001.
79
4. Cap.4 La escucha 24/5/07 12:16 Página 80
[4] Brody H. My story is broken; can you help me fix it? Medical ethics and
the joint construction of narrative. Lit Med 1994; 13(1):79-92.
[5] Diekelmann N. Narrative pedagogy: Heideggerian hermenautical analy-
ses of lived experiences of students, teachers and clinicians. ANS Adv Nurs
Sci 2001; 23(3):53-71.
[6] Greenhalgh T, Hurwitz B (ed.). Narrative based medicine. London: BMJ
Books; 1998.
[7] Frank, AW. The wounded storyteller: body, illness and ethics. Chicago:
University of Chicago Press; 1995.
[8] Kleinman A. The illness narratives: suffering, healing and the human
condition. New York: Basic Books; 1988.
[9] Adler HA. The history of the present illness as treatment: who is liste-
ning and why does it matter? J Am Board Fam Pract 1997; 10(1):28-35.
80
5. Cap. 5 Las emociones 24/5/07 12:25 Página 81
Capítulo 5.
Las emociones en
la comunicación
terapéutica
5. Cap. 5 Las emociones 24/5/07 12:25 Página 82
5. Cap. 5 Las emociones 24/5/07 12:25 Página 83
Introducción
En este capítulo se mostrará la importancia de aprender a trabajar con las
emociones: lo que son, qué hacer ante ellas, cómo trabajar con el desá-
nimo del paciente, su ansiedad y su rabia, en qué se diferencian las emo-
ciones de los comportamientos y, finalmente, las emociones del profesio-
nal de enfermería en el contexto de la comunicación terapéutica.
83
5. Cap. 5 Las emociones 24/5/07 12:25 Página 84
84
5. Cap. 5 Las emociones 24/5/07 12:25 Página 85
El tiempo
Hay enfermeras que piensan que, si el paciente expresa sus emociones,
tendrán que estar mucho rato escuchándole, más de lo que pueden. Invi-
tar al paciente a hablar de sus emociones no quiere decir que haya que
estar escuchándole media hora. Se le escucha un poco y luego se le in-
dica cuándo podrá hablar más.
85
5. Cap. 5 Las emociones 24/5/07 12:25 Página 86
Buenas intenciones…
¿Por qué la enfermera de este ejemplo ha intervenido así? Sin duda, tie-
ne buenas intenciones, quiere que la paciente esté mejor. Pero la falta de
formación sobre las emociones hace que hable de una manera social, lo
cual no ayuda a la paciente.
◗ Sentarse a su lado.
◗ Hablar lo menos posible.
◗ Dejar que llore si quiere.
◗ No minimizar su emoción (no decir: “No es para tanto”).
◗ No intentar cambiar su emoción (no intentar tranquilizarle ni animarle).
◗ Invitar al paciente a hablar de lo que siente, preguntarle cómo lleva su
situación y qué preocupaciones tiene.
◗ Si el paciente llora, no se interrumpe su llanto con preguntas; se le es-
cucha en silencio.
◗ Considerar que ayudar al paciente a expresar lo que siente es parte del
trabajo.
◗ No ver la emoción del paciente como “negativa”.
86
5. Cap. 5 Las emociones 24/5/07 12:25 Página 87
Algunos profesionales enfermeros dicen que no hay que dejar que el paciente
desanimado se “hunda”. En realidad, el paciente necesita llegar al fondo de
su desánimo y desesperación porque así después podrá pensar y ver su si-
tuación de otra manera. Es una gran ayuda para el paciente que una enfer-
mera le acompañe cuando se desespera, por lo menos una vez, sin inten-
tar censurarle o animarle. Así, el paciente verá que experimentar desesperación
no es el fin del mundo y que es una etapa necesaria en momentos difíciles
(malas noticias, diagnóstico, duelo, etc.). Una vez el paciente ha pasado por
la experiencia de desesperase y desahogarse acompañado por un profesional
empático, ya podrá hacerlo solo en el futuro, cuando surjan retos otra vez.
Depresión reactiva
Aunque puede haber depresiones problemáticas, muchos pacientes pasan
por depresiones reactivas como consecuencia de un evento como la muer-
te de alguien querido, un diagnóstico, un empeoramiento, la pérdida de la
independencia, etc. Este tipo de depresión constituye una fase en la adap-
tación del paciente a una pérdida [1].
87
5. Cap. 5 Las emociones 24/5/07 12:25 Página 88
Recordar que…
La pena y el desánimo
88
5. Cap. 5 Las emociones 24/5/07 12:25 Página 89
89
5. Cap. 5 Las emociones 24/5/07 12:25 Página 90
Intervenciones que no ayudan a ◗ Decir “tranquilo”. Esto sólo hace que el pa-
los pacientes con ansiedad ciente se sienta más solo e incomprendido
◗ Dar falsas esperanzas. El paciente posible-
mente no es un profesional sanitario, pero
no es tonto. Es un adulto y sabe que cuan-
do decimos frases como “todo irá bien”, no
es verdad. No podemos garantizar tal cosa.
Deseamos que todo vaya bien, pero no de-
cimos frases que el paciente sabe que no
son verdad
◗ Intentar que se distraiga. Si el paciente quie-
re distraerse de su ansiedad, ya lo hará, pero
nosotros le podemos ayudar creando un es-
pacio en el cual pueda desahogarse
Intervenciones que ayudan a los ◗ Estar con el paciente. Entrar a verle a menudo
pacientes con ansiedad ◗ Mostrarle empatía con lo que siente
◗ Invitarle a hablar de lo que le preocupa
◗ Ver con el paciente qué estrategias le ayu-
darían a sentirse mejor
90
5. Cap. 5 Las emociones 24/5/07 12:25 Página 91
El enfermero debe tener en cuenta que lo más importante que hay que ha-
cer ante la rabia del paciente es pensar de una manera terapéutica.
Veamos un ejemplo:
Enfermero (con voz tranquila): “Bueno, veo que no está muy conten-
to. Cuénteme…”.
91
5. Cap. 5 Las emociones 24/5/07 12:25 Página 92
Los comportamientos
Uno de los problemas principales e innecesarios que los profesionales de
enfermería se crean a ellos mismos es despistarse y confundirse ante los
comportamientos del paciente.
Los comportamientos del paciente son una expresión del malestar de vi-
vir con un problema de salud. Si el paciente no puede expresar su malestar
en el sistema sanitario, ¿dónde lo puede hacer?
◗ “Estoy trabajando”.
◗ “Es su manera de expresar su malestar”.
92
5. Cap. 5 Las emociones 24/5/07 12:25 Página 93
◗ “Algo le pasa”.
◗ “No se encuentra bien y tiene derecho a expresar ese malestar”.
◗ “El paciente no ha venido aquí para que le cambien sus com-
portamientos ni para que se los critiquen”.
Agresividad
La agresividad se manifiesta por diversas razones. Puede ser una reacción
a las injusticias o carencias que el enfermo vive. A menudo, el paciente
siente que no ha sido tratado con respeto y empatía por los profesionales
sanitarios. Los estudios muestran que, frecuentemente, no se respeta su
dignidad, su privacidad, su inteligencia y su participación [3]. También la
agresividad puede ser una manera de esconder o “defenderse” de la pena
y el miedo que sienten.
“Quejas”
Los profesionales de enfermería tienden a ponerse nerviosos y de mal hu-
mor cuando el paciente se queja, ya que ven la protesta como un ataque
personal, como una crítica. En realidad las quejas son información necesaria
para que la enfermera pueda ayudar mejor al paciente.
93
5. Cap. 5 Las emociones 24/5/07 12:25 Página 94
“Mala educación”
En la comunicación social hay unas normas culturales en cuanto a lo que
es “buena educación” y “mala educación”. Estas normas no son relevan-
tes en la comunicación terapéutica porque los comportamientos del paciente
conforman una expresión necesaria de su malestar.
Indiferencia
Hay pacientes que muestran indiferencia o lo que se llama ahora “pasotismo”.
Tal indiferencia es, en realidad, una defensa. Ya ha vivido mucho, ha sobrevi-
vido mucho y está harto. Sí le importa lo que vive. Sí le preocupa su situación.
Falta de confianza
Por muy buenas habilidades de comunicación terapéutica que tenga la
enfermera, es normal encontrar pacientes que parecen no confiar en ella.
94
5. Cap. 5 Las emociones 24/5/07 12:25 Página 95
Esto es debido a que la mayoría de los pacientes han tenido ya malas ex-
periencias con profesionales sanitarios [4].
Para poder trabajar con el sufrimiento del paciente, sin hacerle sufrir más ni
sufrir nosotros más de lo inevitable, es necesario conocerse a uno mismo.
Nuestras emociones
¿Qué hacer?
95
5. Cap. 5 Las emociones 24/5/07 12:25 Página 96
La otra herramienta para trabajar con las emociones del paciente y vivir con
las nuestras lo mejor que podamos, es llevar a cabo una comunicación te-
rapéutica lo más eficaz posible.
Implicarse
Hay profesionales de enfermería que creen que la mejor manera de cui-
dar sus propias emociones es no implicarse, levantar una pared ante el su-
96
5. Cap. 5 Las emociones 24/5/07 12:25 Página 97
¿Sufrir?
Ejercicio de auto-observación
En una hoja, haga dos listas con los títulos: “Lo que me falta en la vida” y “lo
que me sobra en la vida”.
Bibliografía
[1] Tamparo C, Lindh WQ. Therapeutic communications for allied health pro-
fessionals. New York: Delmar Publishers; 1992.
[2] Pollin I, Gollant SK. Taking charge: how to master the eight most com-
mon fears of long-term illness. New York: Random House, Times Books;
1994.
[3] Main D, Tressler C, Staudenmaier A, Nearing KA, Westfall JM, Silvers-
97
5. Cap. 5 Las emociones 24/5/07 12:25 Página 98
tein M. Patient perspectives on the doctor of the future. Fam Med 2002;
34(4):251-257.
[4] Fundació Biblioteca Josep Laporte. The future patient Project. Focus
Group Research in Spain. Barcelona: Fundació Biblioteca Josep Laporte;
2001.
[5] Bermejo JC. Relación de ayuda. En el misterio del dolor. Madrid: San
Pablo; 1996.
[6] Horowitz K, Lanes D. Witness to illness: strategies for caregiving and co-
ping. New York: Addison-Wesley Publishing Company; 1992.
98
6. Cap. 6 Acompañar al paciente 24/5/07 12:27 Página 99
Capítulo 6.
Acompañar al
paciente en su
reflexión
6. Cap. 6 Acompañar al paciente 24/5/07 12:27 Página 100
6. Cap. 6 Acompañar al paciente 24/5/07 12:27 Página 101
Introducción
En este capítulo se trata el concepto central de la comunicación tera-
péutica, el de “acompañar” al paciente, y la manera en la que se lleva
a cabo tal idea. También se presentan reflexiones complementarias
como: la ineficacia de los consejos, las ventajas de la neutralidad, la im-
portancia de creer al paciente y el problema de darle mensajes confu-
sos.
101
6. Cap. 6 Acompañar al paciente 24/5/07 12:27 Página 102
Hasta ahora, casi todo el tiempo que las enfermeras dedican a hablar con
el paciente es para darle consejos. Pero esto es una pérdida de tiempo.
Veamos un ejemplo:
102
6. Cap. 6 Acompañar al paciente 24/5/07 12:27 Página 103
Es verdad que una tarea importante del trabajo del profesional de enfer-
mería es ofrecer información al paciente para que pueda tomar decisiones
sobre su salud y su vida. Pero, a menudo, confundimos esta tarea con
aconsejar (decir al paciente lo que debería hacer). Y si se cree que es ne-
cesario que el paciente tenga información, no se le “da”, se le “ofrece”, ya
que es libre de decidir si la quiere o no. También es necesario asegurar-
se de que no se le está dando información que ya tiene y tener en cuen-
ta otras consideraciones que se elaborarán en el Capítulo 7.
Puede ocurrir que estemos aconsejando sin darnos cuenta. Para evitar
esto, es necesario observarnos y escucharnos a nosotros mismos. Si oí-
mos que estamos presionando al paciente a que haga algo en particular,
sería necesario fijarse y no insistir. A veces esa presión la hacemos de
manera amable y suave, pero sigue siendo contraproducente.
103
6. Cap. 6 Acompañar al paciente 24/5/07 12:27 Página 104
Ejemplo de neutralidad
Enfermero: “¿Cómo va?”.
Paciente: “Desanimado”.
Enfermero: “Lo siento. ¿Qué es lo que más le desanima?”.
Paciente: “Que no veo el final del túnel”.
Enfermero: “¿Qué sería para usted ‘el final del túnel’?”.
Paciente: “Curarme… bueno, por lo menos mejorar. Sí, mejorar un poco.
Sería un alivio… Claro que si no mejoro…”.
104
6. Cap. 6 Acompañar al paciente 24/5/07 12:27 Página 105
La neutralidad no es indiferencia
La neutralidad no es indiferencia. Respetar al paciente sin opinar ni juzgarle
no quiere decir que no nos importe lo que hace, dice o siente. Aceptar la
autodeterminación del paciente no implica desentenderse, sino implicarse
y trabajar desde una metodología terapéutica y respetuosa.
Creer al paciente
Para acompañar al paciente en su reflexión es primordial creerle. El
paciente, sean cuales sean sus emociones, sus comportamientos, sus
ideas, su cultura o su enfermedad, tiene su verdad. El profesional de en-
fermería también tiene la suya. No hay una verdad universal: la verdad
de cada uno es el producto de muchos factores. Varias personas que
han vivido un mismo hecho tienen interpretaciones, “verdades”, diferentes
de lo mismo.
Para trabajar eficazmente con el paciente tenemos que trabajar con su ver-
dad. No es tan importante si los hechos son 100% correctos. Lo relevan-
te es la interpretación y el impacto que ese hecho ha tenido sobre el pa-
ciente.
105
6. Cap. 6 Acompañar al paciente 24/5/07 12:27 Página 106
106
6. Cap. 6 Acompañar al paciente 24/5/07 12:27 Página 107
En esta situación, la enfermera cree que su propia “verdad” (el que hace
una hora que le ha dado la medicación y el que ella “ve bastante bien” al
paciente) es más importante que la verdad de éste.
Es posible que el paciente tema que, si nos dice la verdad (que no está
tomando la medicación), le regañemos. Casi todos los pacientes tienen
una experiencia en la que no han seguido las recomendaciones del pro-
fesional sanitario y han recibido una “regañina”. La mayoría de ellos no han
visto a un profesional sanitario reaccionar con comprensión y empatía en
tal situación.
107
6. Cap. 6 Acompañar al paciente 24/5/07 12:27 Página 108
cional, empatía y una escucha receptiva por parte de los profesionales sa-
nitarios (lo cual, hasta ahora, ha ocurrido poco). También necesitan tiem-
po para poder hacerse a la idea de que tienen un problema de salud.
Ante esta situación, la enfermera acepta que el paciente debe tener sus ra-
zones para decirle lo que le está diciendo. Después le muestra que no le
va a regañar si le dice la verdad, sino que le va a mostrar comprensión y
empatía. Y, finalmente, le invita a hablar de cómo vive su problema de sa-
lud con intervenciones como:
Nuestro rol no consiste en decirle qué hacer (“lo que debería usted hacer…”),
ni cómo ver las cosas (“tendría que darse cuenta…”), ni “hacer ver”, ni con-
vencer, ni decirle lo que algo significa para él (“esto es importante para su
salud”). Todo esto lo debe decir y oír él mismo, si puede y quiere.
Nuestra tarea es hacerle preguntas abiertas y neutras para que pueda ir re-
flexionando (no sólo cuando está con el profesional de enfermería).
108
6. Cap. 6 Acompañar al paciente 24/5/07 12:27 Página 109
Las preguntas neutras son aquéllas en las que no se opina. Hay preguntas
que en realidad son opiniones. Éstas son, sobre todo, las que comienzan
con “¿no cree que…?”, como: “¿No cree que debería hacer la dieta?”. En esta
interrogación no se está preguntando al paciente su punto de vista: se le está
diciendo lo que debería hacer. Es una opinión de la enfermera.
Ante las dificultades que él define como tales (si decirle o no cierta cosa
a su familia, qué hacer ante ciertos tratamientos y pruebas, etc.), el profe-
sional no le da “soluciones”, sino que le anima a:
Un ejemplo sería
Un paciente diabético que ha tenido un episodio de mareos y desmayos
en el trabajo no sabe si decir a su jefe que es diabético:
109
6. Cap. 6 Acompañar al paciente 24/5/07 12:27 Página 110
Dados los ejemplos que aún existen en el sistema sanitario de cómo co-
municarse con el paciente de una manera poco terapéutica y debido a la
falta de formación específica sobre la comunicación terapéutica en mu-
chas escuelas de enfermería, es normal que, a veces, el profesional de en-
fermería esté tentado a decir qué hacer al paciente. Para evitar esto, es
importante que el profesional se observe.
Ejercicio de observación
Después de tener una conversación con el paciente, anote las veces que tenía
ganas de darle un consejo o de opinar. ¿En qué situaciones era? ¿Sobre qué
temas? ¿Por qué cree que necesitaba opinar?
110
6. Cap. 6 Acompañar al paciente 24/5/07 12:27 Página 111
111
6. Cap. 6 Acompañar al paciente 24/5/07 12:27 Página 112
112
6. Cap. 6 Acompañar al paciente 24/5/07 12:27 Página 113
xiona sobre por qué viene cuando viene, qué pide y qué se le ofrece, etc.
Es muy importante que la enfermera dialogue con el paciente sobre sus
expectativas del sistema sanitario y lo que se le ofrece.
Bibliografía
[1] Kleinman A. The illness narratives: suffering, healing and the human
condition. New York: Basic Books; 1988.
[2] Farber BA, Brink DC, Raskin PM. La psicoterapia de Carl Rogers: ca-
sos y comentarios. Bilbao: Editorial Desclée de Brouwer; 2001.
[3] Valverde C. El médico y el paciente como exploradores en una geo-
grafía de historias emergentes: hacia un nuevo paradigma clínico para las
enfermedades crónicas. El Norte de Salud Mental 2006; VI(25):77-81.
[4] Beckman H, Frankel R. The effect of physician behavior on the collec-
tion of data. Ann Intern Med 1984; 101(5):692-696.
[5] Rhoades DR, McFarland KF, Finch WH, Johnson AO. Speaking and in-
terruptions during primary care office visits. Fam Med 2001; 33(7):528-
532.
[6] Rabinowitz I, Luzzatti R, Tamir A, Reis S. Length of patient’s monolo-
gue, rate of completion and relation to other components of clinical en-
counter: observational intervention study in primary care. BMJ 2004;
328(7438):501-502.
[7] Participants Bayer-Fetzer Conference on Physician-Patient Communi-
cation in Medical Education. Essential elements of communication in me-
dical encounters: The Kalamazoo Consensus Statement. Acad Med 2001;
76:390-393.
[8] Alexander L. The double-bind between dialysis patients and their
health practitioners. In: Eisenberg L, Kleinman A. (dir.). Relevance of So-
cial Sciences for Medicine. Holland: D. Reidel; 1981.
[9] Lazure H. Vivre la relation d’aide. Montreal: Décarie Editeurs; 1987.
113
6. Cap. 6 Acompañar al paciente 24/5/07 12:27 Página 114
7. Cap. 7 Cambios de hábitos 24/5/07 12:33 Página 115
Capítulo 7.
Cambio de hábitos:
la comunicación
terapéutica para el
cambio
7. Cap. 7 Cambios de hábitos 24/5/07 12:33 Página 116
7. Cap. 7 Cambios de hábitos 24/5/07 12:33 Página 117
Introducción
En este capítulo se aborda lo que se ha llamado hasta ahora “educación
sanitaria”, que creemos que está mejor definida por la expresión “comu-
nicación para el cambio”. Se reflexionará sobre las expectativas y exigen-
cias que los profesionales de enfermería tienen en cuanto a los posibles
cambios de hábitos de los pacientes, se observarán la realidad y los retos
que implica cambiar hábitos, se analizará la educación sanitaria ineficaz y
se propondrá un enfoque más eficiente. También se dará una breve in-
troducción al tema de la motivación.
117
7. Cap. 7 Cambios de hábitos 24/5/07 12:33 Página 118
Cuando una enfermera decide que el paciente tiene que ver su problema
de salud como una prioridad y le dice de qué manera cambiar, “sabotea”
la relación terapéutica. Las ganas o la falta de ganas de cambiar son del
paciente, no pueden ser del profesional.
Ejercicio de reflexión
118
7. Cap. 7 Cambios de hábitos 24/5/07 12:33 Página 119
El cambiar tiene que ver con la información pero, sobre todo, con los as-
pectos emocionales, psicológicos, culturales y sociales.
Para llevar a cabo los cambios, con todas las dificultades que eso repre-
senta, es necesario que la enfermera sea para el paciente un acompañante
empático que utilice la comunicación terapéutica como se detallará pos-
teriormente en este capítulo.
119
7. Cap. 7 Cambios de hábitos 24/5/07 12:33 Página 120
◗ Que el profesional decida por el paciente cuáles van a ser los objeti-
vos de éste.
◗ No partir de la demanda del paciente.
◗ Insistir, imponer.
◗ No atender a las necesidades reales del paciente [4].
◗ No averiguar las opiniones, conocimientos, realidades o creencias del
paciente.
◗ Dar al paciente información que ya tiene y repetirla.
◗ Hablar al paciente sobre cambiar como si fuera fácil.
◗ Juzgarle, verle mal por no cambiar sus hábitos.
Imponer
En otros tiempos, las enfermeras decían al paciente: “¡Tienes que hacer
esto y ya está!”. Ahora, con un estilo más amable, muchos profesionales
siguen intentando imponer con frases como: “Va, venga, hazlo”. Los dos
ejemplos son igual de ineficaces ya que, cuando se intenta imponer o
empujar a un paciente a hacer algo, se refuerzan sus defensas y es más
difícil que considere hacerlo. Con el viejo estilo más “duro”, el paciente,
que ahora tiene cierta conciencia sobre sus derechos, verá fácilmente
que el profesional no está trabajando de una manera adecuada. Pero con
el estilo más “amable”, sentirá cierta confusión porque creerá que le es-
tán imponiendo pero al mismo tiempo verá cierta amabilidad. La tensión
entre sus defensas, que se reforzarán, y la aparente amabilidad del pro-
fesional se convertirá en un mensaje contradictorio y dañará la relación
de ayuda.
120
7. Cap. 7 Cambios de hábitos 24/5/07 12:33 Página 121
Juzgar
En el estilo “duro”, al paciente que no había seguido unas recomenda-
ciones se le decía: “Pues si sigues así, vamos mal”. En el nuevo estilo
“amable”, se sigue juzgando al paciente en estas situaciones, pero el len-
guaje ha cambiado: “Ay, ay, ay… así no vamos bien”.
Enfadarse
Antes era bastante común que, si un paciente empeoraba o no seguía las
recomendaciones, el profesional de enfermería se enfadase con él. Aho-
ra no se hace de una forma tan explícita, pero el paciente nota, en la mi-
rada y en el tono de voz del profesional, ese mismo enfado.
Repetir
En el sistema sanitario, se continúa creyendo que si se repite la informa-
ción muchas veces, el paciente acabará por seguir la recomendación. Esto
va en contra de la investigación y del sentido común. Antes se repetía la
información con frases como: “¡Ya te he dicho que…!” y ahora se hace di-
ciendo: “Bueno, te lo explico otra vez”. Ninguna de las dos intervenciones
es útil. Si el paciente no sigue las recomendaciones, hay que averiguar lo
que piensa, siente, vive y opina. Repetir sólo le va a hacer sentir que se le
está tratando como a un niño.
Paternalismo
Aunque el profesional sanitario y el paciente desempeñan roles muy dife-
rentes en la relación de ayuda, los dos son seres humanos iguales. No
hay razón para que el profesional hable como si fuera superior. En el vie-
jo estilo se oían, y aún se oyen, frases que trataban al paciente como in-
ferior: “Bueno, ¿aquí quién es la enfermera?”. Ahora el paternalismo se
manifiesta a través de actitudes de querer “salvar” o “rescatar”, como las
que se pueden oír en frases tales como: “Bueno, vale, te lo explico otra vez.
No creo que me hayas entendido”.
121
7. Cap. 7 Cambios de hábitos 24/5/07 12:33 Página 122
Ejercicio de reflexión
122
7. Cap. 7 Cambios de hábitos 24/5/07 12:33 Página 123
sean unos ideales relacionados con la salud física del paciente, no son
necesariamente los que éste tiene. A lo mejor el paciente prefiere no lle-
var una dieta tan estricta y vivir con los posibles problemas que eso le
pueda causar, pero no añadirse el estrés de una dieta difícil cuando tiene
otras prioridades familiares y laborales, que le preocupan más en ese mo-
mento.
Para que el paciente pueda comenzar a decidir cuál es el objetivo que tie-
ne en cuanto a su salud, es necesario que vaya reflexionando, elaboran-
do sus pensamientos y sentimientos sobre los posibles cambios, pero tam-
bién sobre los temas relacionados.
123
7. Cap. 7 Cambios de hábitos 24/5/07 12:33 Página 124
Motivación
Antes se creía que la motivación era algo que una persona tenía o no y
los que no parecían tenerla eran tachados de “flojos”, “vagos”, etc. Pero aho-
ra la investigación nos muestra que, en una relación terapéutica, hay fac-
tores internos y externos que influyen en la motivación del paciente [6]. Los
factores internos son los del paciente y los externos son los del profesio-
nal que le atiende.
124
7. Cap. 7 Cambios de hábitos 24/5/07 12:33 Página 125
Etapas de cambio
Para ayudar al paciente a aumentar su motivación, es necesario entender en
qué etapa de cambio está. No es lo mismo alguien que piensa que su com-
portamiento dañino para su salud (por ejemplo, utilizar sal cuando se tiene hi-
pertensión) no es un problema, que alguien que quiere cambiar pero no se
siente capaz o que alguien que ya ha cambiado pero le cuesta mantenerse.
Etapa de precontemplación
Cuando una persona está en esta etapa, no le preocupa su hábito (por
ejemplo, seguir fumando cuando tiene bronquitis crónica) y no ve la ne-
cesidad de cambiar. Otras personas de su entorno posiblemente estén
preocupadas (médico, familia, etc.) y le digan que debería cambiar. A los
125
7. Cap. 7 Cambios de hábitos 24/5/07 12:33 Página 126
126
7. Cap. 7 Cambios de hábitos 24/5/07 12:33 Página 127
◗ Escucharle para que note que entendemos lo que siente y que nos im-
porta.
◗ No intentar cambiarle.
Etapa de contemplación
Ésta es la etapa de la “ambivalencia”. El trabajo principal de la motivación
está enfocado en este momento, en el cual el paciente define su proble-
ma y su deseo de cambiar. Surgen miedos al cambio y al fracaso.
127
7. Cap. 7 Cambios de hábitos 24/5/07 12:33 Página 128
Etapa de acción
El paciente que está en esta etapa, comienza a probar cambios. La enfer-
mera le anima a que empiece por pequeños cambios realistas, los que
cree que puede hacer más fácilmente.
Etapa de mantenimiento
En esta fase, el paciente mantiene el cambio de una manera más o me-
nos consistente. De esta etapa, a menudo, se vuelve a la etapa de “con-
templación”.
128
7. Cap. 7 Cambios de hábitos 24/5/07 12:33 Página 129
Ejercicio de observación
Al final de cada visita con cada paciente pruebe alguna de las ideas que se
ofrecen en esta sección:
Bibliografía
[1] Haynes R, McDonald H, Garg A. Helping patients follow prescri-
bed treatment. Clinical applications. JAMA 2002; 288(22):2880-
2883.
[2] Tuckett D, Boulton M, Olson C, Williams A. Meetings between experts:
an approach to sharing ideas in medical consultations. London: Tavistock;
1985.
129
7. Cap. 7 Cambios de hábitos 24/5/07 12:33 Página 130
130
8. Cap. 8 Enfermo crónico 24/5/07 12:33 Página 131
Capítulo 8.
La comunicación
con el enfermo
crónico
8. Cap. 8 Enfermo crónico 24/5/07 12:33 Página 132
8. Cap. 8 Enfermo crónico 24/5/07 12:33 Página 133
Introducción
En este capítulo hacemos una breve introducción a la comunicación te-
rapéutica con el enfermo crónico. Se observan ciertos aspectos específi-
cos de la comunicación en el ámbito de las enfermedades crónicas y las
diferencias entre trabajar con enfermedades crónicas y con enfermedades
agudas, se introduce el concepto de la “cronificación” del profesional, se
hacen sugerencias sobre cómo ver al paciente crónico y se dan ideas
para mejorar la comunicación con éste.
Enfermedades crónicas
La diferencia más grande entre una enfermedad crónica y una aguda es
que la crónica es permanente, no está limitada en el tiempo como la agu-
da. Al ser permanentes y tener una recuperación muy limitada, las enfer-
medades crónicas tienen un gran impacto en las vidas del enfermo y de
su familia en todos los ámbitos: rutinas, roles, vida social, situación económica,
planes de futuro, autoimagen, comportamientos, emociones, etc. También,
la falta de curación afecta a los profesionales que trabajan con estas en-
fermedades. El “para siempre” crea un gran reto para pacientes, familiares
y profesionales.
133
8. Cap. 8 Enfermo crónico 24/5/07 12:33 Página 134
Son invisibles. Gran parte de las enfermedades crónicas son invisibles [3],
como la diabetes, la enfermedad de Crohn, la endometriosis, la esclerosis
múltiple y tantas otras. El paciente no tiene ninguna señal externa de la en-
fermedad. Esto dificulta el diagnóstico y, sobre todo, hace que al paciente
no siempre se le crea en su entorno. Uno de los comentarios que a los en-
fermos crónicos más les hace sentirse aislados, solos e incomprendidos es:
“Pues tienes buena cara”.
134
8. Cap. 8 Enfermo crónico 24/5/07 12:33 Página 135
Ejercicio de reflexión
135
8. Cap. 8 Enfermo crónico 24/5/07 12:33 Página 136
◗ Se aburre.
◗ No cree al paciente cuando éste habla de sus síntomas.
◗ Los objetivos que tiene para el paciente no son realistas para una en-
fermedad crónica.
◗ Se enfada con el enfermo.
◗ No capta el sufrimiento del paciente.
◗ Recurre a expresiones superficiales que no ayudan, tales como: “tran-
quilo”, “paciencia”, “esto es lo que hay”.
◗ Empieza a hablar de sus pacientes a otros profesionales con etique-
tas como: “pesado”, “quejica”, “histérico”, “hiperfrecuentador”, “pupas”,
etc.
◗ Utiliza una metodología ineficaz y que no es terapéutica, como inten-
tar convencer al paciente.
◗ La conversación entre el profesional y el enfermo se parece más a una
discusión, a un “tira y afloja”, que a un diálogo terapéutico.
Ejercicio de reflexión
Piense en pacientes crónicos que haya tenido. ¿Cómo se sentía con ellos?
¿Por qué? ¿Qué le hubiera gustado que hubiera ocurrido?
¿Cómo los veía? (su opinión de ellos).
136
8. Cap. 8 Enfermo crónico 24/5/07 12:33 Página 137
Ejercicio de reflexión
137
8. Cap. 8 Enfermo crónico 24/5/07 12:33 Página 138
El paciente crónico, para ser tratado por la enfermera de una manera te-
rapéutica, necesita ser visto no como un pesado que viene demasiado a
la consulta o que no viene a los controles, con lo cual sería un “incumpli-
dor”, sino como alguien que está sufriendo.
Otras ideas para poder ver al paciente crónico con empatía y respeto:
◗ Es alguien que tiene una “sentencia”, una situación difícil para el resto
de su vida.
◗ Es una persona a quien le ha cambiado la vida sin quererlo.
◗ Se siente solo e incomprendido.
◗ Normalmente no tiene apoyo emocional eficaz: su familia también está afec-
tada por la enfermedad (están hartos y tienen miedo), el médico le rece-
ta medicaciones que, en su mayoría, no mejoran su situación y le dice que
tenga “paciencia”, sus amigos y vecinos se han cansado de sus quejas.
◗ El sistema sanitario no le ayuda en su experiencia de la enfermedad, en
el impacto emocional, social, familiar y económico, sólo le dicen que ten-
ga “paciencia” y una “actitud positiva”, dos consejos que no ayudan.
◗ Los profesionales sanitarios, en vez de escuchar las preocupaciones y
penas del paciente, le dicen cómo debería ver y vivir su enfermedad, aun-
que es obvio para el paciente que no ha pasado por su experiencia.
138
8. Cap. 8 Enfermo crónico 24/5/07 12:33 Página 139
Recompensa
La satisfacción de ver que el paciente se cura no existe en las enferme-
dades crónicas, pero hay otras satisfacciones que ayudan a motivar a los
profesionales sanitarios:
Repetición
Es posible que una enfermera atienda al mismo paciente crónico durante años.
Esto se puede ver como una ventaja, ya que los años harán que el profesio-
nal conozca mejor al paciente y que éste confíe más en él.
139
8. Cap. 8 Enfermo crónico 24/5/07 12:33 Página 140
Otro tipo de repetición que se da en las enfermedades crónicas son los con-
sejos y comentarios no solicitados de familiares, amigos y conocidos. Esto
causa un gran estrés al paciente porque le hace sentir solo, incomprendi-
do y como si no estuviera viviendo bien su enfermedad, trivializa su situa-
ción y le culpabiliza con el mensaje de que, si siguiera esos consejos, ya
no estaría enfermo. Es importante que la enfermera sepa que esto supone
un estrés añadido para los pacientes crónicos y los ayude a buscar mane-
ras de frenar y poner límites en tales intromisiones.
140
8. Cap. 8 Enfermo crónico 24/5/07 12:33 Página 141
141
8. Cap. 8 Enfermo crónico 24/5/07 12:33 Página 142
142
8. Cap. 8 Enfermo crónico 24/5/07 12:33 Página 143
◗ Es más útil escuchar el malestar del paciente cinco minutos que darle
consejos.
◗ Es necesario que el paciente se desahogue y se oiga a sí mismo para
que pueda ir adaptándose a su situación.
◗ Escuchar con empatía ayuda al paciente a sentirse mejor.
◗ Es importante escuchar con tranquilidad, aceptación y atención.
◗ Decirle al paciente: “tranquilo” o “anímese” no le ayuda y le hace sen-
tir más solo e incomprendido.
◗ Las emociones y los pensamientos del paciente no son cosas que se
deban “arreglar” ni “solucionar”, sino escuchar y acompañar.
◗ Escuchar con respeto hace que el paciente se sienta más acompaña-
do en su enfermedad.
◗ En lo que dice el paciente hay información importante sobre cómo
ayudarle.
◗ Cualquiera podría estar en la situación del paciente.
Bibliografía
[1] Bury M. Chronic illness as biographical disruption. Sociol health illn
1982; 4(2):167-182.
[2] Conrad P. The experience of illness: recent and new directions. In: Roth
JA, Conrad P (eds.). Research in the Sociology of Health Care: the expe-
rience and management of chronic illness Vol. 6. Greenwich: JAI; 1987.
p. 1-32.
[3] Donoghue P, Siegel M. Sick and tired of feeling sick and tired: living with
invisible chronic illness. New York: WW Norton; 2000.
[4] Frank AW. The wounded storyteller: body, illness and ethics. Chicago:
University of Chicago Press; 1995.
[5] Brody H. My story is broken; can you help me fix it? Medical ethics and
143
8. Cap. 8 Enfermo crónico 24/5/07 12:33 Página 144
144
9. Cap. 9 Lo que vive y siente 24/5/07 12:35 Página 145
Capítulo 9.
Lo que vive y
siente el enfermo
crónico
9. Cap. 9 Lo que vive y siente 24/5/07 12:35 Página 146
9. Cap. 9 Lo que vive y siente 24/5/07 12:35 Página 147
Introducción
En este capítulo se exponen los malestares de un paciente crónico antes
y después del diagnóstico y el rol del profesional de enfermería en tales
situaciones. También se explica el concepto de la somatización y se dan
ideas para intervenciones relevantes.
Desde hace un tiempo, Sonia se nota más torpe y se le caen las cosas de
las manos. Al principio no le da importancia, pero con el tiempo empieza
a preocuparse. Va al médico, que le dice que seguro que es estrés, porque
los profesores tienen un trabajo muy duro. Le propone que se tome una baja
y le receta un ansiolítico que Sonia decide no tomar.
Durante dos años la autoestima de Sonia se ve muy afectada por sus pen-
samientos y dudas: “¿Qué me está pasando?, ¿por qué tengo ahora estas
dificultades?, ¿por qué no soy capaz de vivir con el estrés cotidiano si an-
tes podía?”.
Todas estas dudas le causan ansiedad. Su marido dice que el médico te-
nía razón.
Un día, Sonia está tomando un café con una amiga y su mano empieza a
temblar sin parar. Su amiga le lleva a ver a un conocido que es neurólogo.
Después de hacerle pruebas, le diagnostica enfermedad de Parkinson.
147
9. Cap. 9 Lo que vive y siente 24/5/07 12:35 Página 148
el impacto de recibir la mala noticia, pero en gran parte es alivio, como dijo
ella, “de finalmente saber que no me estaba volviendo loca”.
Hay aún muchos médicos a quienes les cuesta admitir que la medicina alo-
pática tiene sus limitaciones, que todavía hay mucho por descubrir. Ade-
más la mayoría de los médicos no están debidamente formados en el tema
de la somatización y, cuando no pueden establecer un diagnóstico, lo ta-
chan de “cuento” sin respeto por la complejidad del ser humano y sus as-
pectos psicoemocionales.
María tardó mucho más tiempo que Sonia en obtener un diagnóstico. Era
enfermera, madre de dos hijos y separada. Era muy activa, divertida y tra-
bajadora. Cuando tenía 35 años, un día, ella dice que se acuerda del día
exacto, se puso enferma con algo que parecía una gripe muy fuerte.
Pasaron las semanas pero no mejoraba. Se dijo que ya debería estar me-
jor e intentó volver al trabajo, pero no podía. Tenía un gran cansancio, do-
lor por todo el cuerpo, dificultades para andar más lejos que la esquina de
su casa y, a menudo, fiebre. Los médicos le decían que no tenía nada y lo
único por lo cual le podían dar la baja era por depresión.
148
9. Cap. 9 Lo que vive y siente 24/5/07 12:35 Página 149
Pero María estaba segura de que tenía algo más. Su familia y conocidos es-
taban seguros de que estaba deprimida y ella lloraba, pero no por depre-
sión, sino por frustración.
149
9. Cap. 9 Lo que vive y siente 24/5/07 12:35 Página 150
La espera, el tiempo desde que la persona nota malestares hasta que reci-
be un diagnóstico, puede ser breve o muy largo. Por ejemplo, en muchas
enfermedades crónicas el paciente va notando primero síntomas leves, po-
siblemente fatiga, dolor, malestar generalizado, inestabilidad u otros. Es po-
sible que hasta que sea diagnosticado pasen meses o años. La duración
de la espera depende de varios factores: del desarrollo de la enfermedad,
de la habilidad del médico y del enfermero para escuchar los pequeños de-
talles de lo que dice el paciente, que pueden dar pistas importantes, y de
los conocimientos médico-científicos del médico.
Los años se construían a base de fiebre y fatiga. Una semana sí y otra no,
caía en ese mundo sin nombre, en ese laberinto en el cual me perdía. Sola
ante… ¿nada? Sola ante lo que decían que no tenía ni encontraban. No me
creían y yo tampoco creía lo que me estaba ocurriendo. “Esto no te está pa-
sando a ti”, me decían. “Esto no me está pasando a mí”, me decía yo. “No
me lo creo. No me creo. Entonces, ¿qué es esto?, ¿cómo lo puedo nom-
brar?, ¿qué diré que han sido estos años?, ¿quién soy yo, hasta ahora tan
responsable y trabajadora? Me da vergüenza no saber lo que tengo, no
poder decir lo que tengo”, pensaba yo día tras día.
150
9. Cap. 9 Lo que vive y siente 24/5/07 12:35 Página 151
Intervenciones no terapéuticas
Lo que muchos enfermeros y médicos hacen y dicen cuando no pueden
encontrar un diagnóstico para los malestares del paciente se añade a la in-
quietud de éste. Estas intervenciones no son terapéuticas y muestran un
bajo nivel de competencia de los profesionales:
◗ No creerlo.
Intervenciones terapéuticas
151
9. Cap. 9 Lo que vive y siente 24/5/07 12:35 Página 152
152
9. Cap. 9 Lo que vive y siente 24/5/07 12:35 Página 153
153
9. Cap. 9 Lo que vive y siente 24/5/07 12:35 Página 154
154
9. Cap. 9 Lo que vive y siente 24/5/07 12:35 Página 155
¿Aceptar la enfermedad?
Hay teóricos y profesionales sanitarios que hablan de la importancia de que
el paciente “acepte” la enfermedad. Éste es un concepto cuestionado. El
paciente es el que decide cómo ver su enfermedad y cómo definir su re-
lación con ésta. Hay pacientes crónicos que definen su relación con su en-
fermedad como “adaptación”, otros como “normalización”, otros más como
rabia, etc. Hay pocos que utilicen la expresión “aceptación”. Es importan-
te que el profesional no imponga una manera de definir y ver la enferme-
dad. El que está enfermo es el paciente y es él quien define. Si se le co-
munica al paciente que pensamos que “debería aceptar” la enfermedad,
seguramente será inadecuado, ya que, normalmente, la relación entre el
enfermo y la enfermedad es más compleja [6].
El primer empeoramiento
Un momento clave después de recibir el diagnóstico es el primer empeo-
ramiento. Mientras el paciente no tenía diagnóstico, aunque la incertidum-
bre le causaba un gran sufrimiento, tenía una cierta esperanza de que su
dolencia desapareciera. En el primer empeoramiento después del diag-
nóstico, se le confirma la realidad de su enfermedad. Éste es un momento
clave en el que el profesional puede ser una gran ayuda para el enfermo.
Algunas ideas para colaborar con el paciente en esta situación son:
155
9. Cap. 9 Lo que vive y siente 24/5/07 12:35 Página 156
¿Somatización?
Cuando el médico no encuentra la causa biológica del malestar físico del
paciente, a veces se dice que está “somatizando”. Esto expresa que la
energía de los malestares psicoemocionales del paciente le está causan-
do molestias físicas. Por ejemplo: una persona que lleva un tiempo preo-
cupada por un problema laboral podría somatizar y desarrollar una úlcera
en el duodeno. En realidad, no se puede decir cuánto de muchas enfer-
medades y malestares físicos tiene un origen biológico o emocional. Esto
no es importante. Lo que importa es que el problema de salud se esté
atendiendo correctamente y que el malestar emocional también se atien-
da con la comunicación terapéutica.
Un ejemplo
La señora Ruiz, de 42 años, desde hace tres años va al centro de salud cada
mes quejándose de cansancio y a veces de sensación de ahogo sin razón
aparente. Está casada, tiene un hijo de diez años y trabaja como funcionaria
en la administración pública. El médico le ha hecho varias pruebas y la ha de-
rivado al cardiólogo. No encuentran la causa de sus malestares. El médico
dice a la enfermera que los síntomas de la Sra. Ruiz son “subjetivos” y le pide
que hable con ella, pero la enfermera no sabe qué hacer o qué decir.
¿Qué pasa?
Antes de decidir cómo intervenir con la Sra. Ruiz, la enfermera necesita re-
flexionar sobre qué puede estar ocurriendo con esta paciente para que su
intervención sea lo más eficaz posible.
156
9. Cap. 9 Lo que vive y siente 24/5/07 12:35 Página 157
Posibilidad 2: somatización
El ser humano es un ser biopsicosocial con una gran riqueza y compleji-
dad. Nadie puede decir que sabe vivir cómodamente con todos los aspectos
emocionales de la vida. Todo el mundo hace lo que puede y es normal
que se tengan conflictos internos sobre lo que se está viviendo o se ha vi-
vido.
¿Qué hacer?
Una vez que la enfermera ha reflexionado sobre estas dos posibles cau-
sas, sería conveniente que observara sus propias actitudes y emociones
hacia el paciente. El profesional de enfermería, a veces, tiene pensamien-
tos hacia un paciente como la Sra. Ruiz como: “Esta señora es una que-
jica” o “es una pesada y se queja por quejarse”. Para que la comunicación
con el paciente sea lo más fluida posible, la enfermera puede reconocer
que sus pensamientos no están dentro de la comunicación terapéutica,
dejarlos a un lado e intentar mostrar al paciente empatía.
Como no podemos estar seguros de que las quejas de la Sra. Ruiz no de-
rivan de que aún no se le ha dado un diagnóstico, es importante no de-
cirle: “No tiene usted nada”. Algo le pasa, aunque no sepamos si es de ori-
gen físico o emocional.
Hay que intentar ponerse en la situación de la Sra. Ruiz. Una persona que
no se encuentra bien pero no tiene un diagnóstico claro, vive una situación
difícil. Posiblemente los médicos y su entorno le dicen que no tiene nada,
que son “los nervios”, y ella puede empezar a dudar de sí misma. A veces
piensa que a lo mejor es verdad, que sólo es estrés, pero la insistencia de
los síntomas hace que esté bastante segura de que está enferma.
Intervenciones
La enfermera puede intervenir con la Sra. Ruiz de las siguientes maneras:
157
9. Cap. 9 Lo que vive y siente 24/5/07 12:35 Página 158
Bibliografía
[1] Frank AW. The wounded storyteller: body, illness and ethics. Chicago:
University of Chicago Press; 1995.
[2] Commitee on Quality of Health Care in America, Institute of Medicine.
158
9. Cap. 9 Lo que vive y siente 24/5/07 12:35 Página 159
Crossing the Quality Chasm: a new health system for the 21st century.
Washington: National Academy Press; 2001.
[3] Charon, R. The patient-physician realtionship. Narrative Medicine: a mo-
del for empathy, reflection, profession and trust. JAMA 2001;
286(15):1867-1902.
[4] Kleinman A. The illness narratives: suffering, healing and the human
condition. New York: Basic Books; 1988.
[5] Bury M. Chronic illness as biographical disruption. Sociol health illn
1982; 4(2):167-182.
[6] Donoghue P, Siegel M. Sick and tired of feeling sick and tired: living with
invisible chronic illness. New York: WW Norton; 2000.
159
9. Cap. 9 Lo que vive y siente 24/5/07 12:35 Página 160
10. Cap. 10 Las emociones 24/5/07 12:36 Página 161
Capítulo 10.
Las emociones
del enfermo
crónico
10. Cap. 10 Las emociones 24/5/07 12:36 Página 162
10. Cap. 10 Las emociones 24/5/07 12:36 Página 163
Introducción
Este capítulo se centra en las emociones directamente relacionadas con
las enfermedades crónicas y en cómo utilizar la comunicación terapéutica
ante éstas.
Emociones en la cronicidad
Sin repetir lo dicho en el Capítulo 5, dedicado totalmente a las emociones,
queremos resaltar los aspectos particulares de las emociones en las en-
fermedades crónicas.
Ejercicio de reflexión 1
◗ ¿Qué siente?
163
10. Cap. 10 Las emociones 24/5/07 12:36 Página 164
◗ ¿Qué teme?
◗ ¿Cómo afecta a su vida familiar, social, afectiva, profesional y educativa te-
ner esta enfermedad?
◗ ¿Qué no le gusta de estar en el hospital?
◗ ¿Qué siente que ha perdido?
◗ En el hospital, ¿cómo expresa su pena? Y además...
La vida con una enfermedad crónica es como un viaje a una tierra desconoci-
da y cada paso está lleno de incertidumbre y retos.
Ejercicio de reflexión 2
Imagínese que tiene cincuenta años. Hace treinta años le diagnosticaron esclerosis
múltiple. Piense:
Pena y duelo
Si estoy triste me dicen: “¡Anímate, podría ser peor!”.
Si estoy animada me dicen: “¿Estás segura de que estás enferma?”
Paciente anónimo
164
10. Cap. 10 Las emociones 24/5/07 12:36 Página 165
El enfermo crónico siente pena por lo que ha perdido [2]. Éstas son algunas
de sus pérdidas:
Ejercicio de observación
Pregunte a todos sus pacientes crónicos cuál es la pérdida que más pena les
da haber sufrido.
¿Qué hacer?
Como se vio en el Capítulo 5, nuestro rol con respecto a las emociones del
paciente no consiste en intentar cambiarlas, sino en acompañar y escuchar
al enfermo para que pueda elaborarlas, sentirlas y desahogarse de ellas. Las
emociones son estados que se han de vivir y no hay una emoción mejor
que otra, ni emociones “positivas” ni “negativas”. Son una reacción a una
situación o pensamiento específico.
Por la actual falta de formación sobre el tema de las emociones entre los
profesionales sanitarios, a veces se hacen intervenciones que no son efi-
caces, como la que se describe a continuación.
165
10. Cap. 10 Las emociones 24/5/07 12:36 Página 166
166
10. Cap. 10 Las emociones 24/5/07 12:36 Página 167
Miedo
¿Cuándo mejoraré? ¿Mejoraré? ¿Y si me quedo solo? ¿Quién cuidará de
mí? ¿Se cansará la gente de mí? ¿Mañana me podré levantar? ¿Va a ser así
el resto de mi vida? ¿Podré cuidar de mí mismo? ¿Qué pasará cuando no
pueda trabajar? ¿Cómo viviré con una pensión tan pequeña? ¿Por qué no
me llaman los amigos? ¿Será porque les aburre oír mis problemas? ¿Por qué
no hay una medicación para aliviarme este dolor? ¿Este problema que el
médico dice que no va a ir a peor, irá a peor? ¿Qué pasará cuando ya no
pueda andar? ¿Por qué las conversaciones que oigo ahora me parecen
tan triviales? ¿De dónde voy a sacar yo la motivación para seguir?
Paciente anónimo
167
10. Cap. 10 Las emociones 24/5/07 12:36 Página 168
tido del humor para afrontarlo. Pero ahora no puede contar con su cuer-
po y, por el duelo que vive relacionado con la enfermedad, se da cuenta
de que ya no tiene ese sentido del humor que le caracterizaba. Cuestio-
nes tan fáciles como ir al quiosco de la esquina se han vuelto una aven-
tura para el paciente con Parkinson. No sabe si podrá andar hasta esa es-
quina. Al sacar la cartera, es posible que se le caiga el dinero y sienta
vergüenza. Este paciente ha perdido el control de lo que antes daba por
hecho.
Miedo a la dependencia
La dependencia afecta a la autoimagen y a la autoestima del enfermo, lo
cual hace que, cada vez que se plantea el tema de necesitar ayuda (para
lavarse, para salir, etc.), se remuevan en el paciente emociones contradic-
torias: por un lado quiere ayuda, por el otro preferiría no necesitarla y sien-
te rabia al tener que pedirla. Además, a veces el enfermo tiene que pedir
ayuda a familiares u otras personas a las que él no querría pedírsela.
168
10. Cap. 10 Las emociones 24/5/07 12:36 Página 169
le, que están de mal humor y que los amigos llaman menos. Hasta cierto
punto, el enfermo, la familia y el entorno, se sienten atrapados. Uno nece-
sita ayuda, los otros, aunque no quieran ayudar, se sienten obligados. Esto
crea sentimientos contradictorios que aumentan el miedo al rechazo del
enfermo. En la mayoría de las familias no se habla abiertamente de estos
temas.
Miedo a la desesperación
El intenso viaje emocional que es vivir con una enfermedad crónica tiene
situaciones muy difíciles en las cuales el enfermo pierde la esperanza. Exis-
te el temor a no contar con ayuda emocional en los momentos de de-
sesperación. El paciente teme que nadie le acompañe cuando se deses-
pere [5].
Miedo al aislamiento
Cuando la persona enferma no puede seguir con su trabajo y su vida so-
cial fuera de casa, el aislamiento crece. Al principio de la enfermedad, el
enfermo recibía llamadas y visitas pero, como la enfermedad es crónica y
se alarga en el tiempo, los amigos no llaman tan a menudo. Para una per-
sona que está en casa enferma, el tiempo transcurre muy lentamente. Para
una persona sana que está ocupada trabajando y con una vida social ac-
tiva, el tiempo vuela. La persona enferma desearía que amigos y familia-
res estuvieran más disponibles para verle, pero la realidad es que están ocu-
pados.
Miedo a la pobreza
Para la mayoría de las personas con una enfermedad crónica, si tienen
que dejar de trabajar y al tener gastos específicos por sus necesidades es-
peciales, su situación económica empeora drásticamente. El miedo en
cuanto a cómo sobrevivir económicamente se añade al malestar del pa-
ciente.
Miedo al sufrimiento
El sufrimiento físico es una preocupación constante. El enfermo crónico se
acostumbra a las molestias físicas, pero siempre tiene el temor de que, si
sus malestares empeoran, no podrá convivir con el sufrimiento. El enfermo
169
10. Cap. 10 Las emociones 24/5/07 12:36 Página 170
Miedo a la muerte
Aunque la mayoría de las enfermedades crónicas no amenazan al principio
la vida del paciente, con el tiempo la mayor parte de ellas son una de las cau-
sas principales de la muerte. Una persona con enfermedad de Crohn, esclerosis
múltiple, problemas cardiacos, EPOC, Parkinson o lupus, entre muchas otras,
cuando tiene un empeoramiento, no puede evitar pensar que la muerte es
una posibilidad cercana. El entorno del enfermo y los profesionales sanita-
rios probablemente no se den cuenta de que el paciente tiene este temor.
¿Qué hacer?
Lo más importante, ante los miedos del paciente, es que el profesional de
enfermería le crea y se lo demuestre en su escucha. El paciente, al hablar
de sus miedos, necesita ver que el profesional intenta comprenderle y que
le acepta.
Una manera útil de ayudar al paciente crónico con sus miedos es tener una
actitud de acompañamiento, sobre todo en atención primaria; éste es el cen-
tro del trabajo.
El miedo no es una emoción que se deba eliminar, sino con la cual apren-
der a convivir con apoyo.
170
10. Cap. 10 Las emociones 24/5/07 12:36 Página 171
Rabia
¡Esto es injusto! ¿Por qué me ha tocado esta enfermedad a mí? Miro a los
demás: no se cuidan, fuman, comen mal, viven con mucho estrés y yo, que
171
10. Cap. 10 Las emociones 24/5/07 12:36 Página 172
Razones
El enfermo crónico tiene muchas razones para sentir rabia. La principal es
que siente que no es justo padecer una enfermedad. También hay otras
razones como la incomprensión, el aislamiento, las condiciones económi-
cas y el sufrimiento que conllevan las enfermedades crónicas.
¿Qué hacer?
Es primordial aceptar la rabia del paciente crónico y mostrarle respeto y
empatía. Como se explicó en el Capítulo 5, es importante no tomarnos la
expresión de rabia del paciente de una manera personal y nunca poner-
nos a la defensiva. El paciente está expresando su malestar y nuestra fun-
ción es mostrarle empatía e intentar entenderle. Para esto, le hacemos
preguntas abiertas y neutras sobre lo que siente y nos aseguramos de que
no estamos pensando mal de él ni le estamos juzgando ni reprochando
nada.
172
10. Cap. 10 Las emociones 24/5/07 12:36 Página 173
Culpa
Veo que toda la familia está afectada por mi enfermedad. Mi marido tiene
que hacer más tareas en casa y tiene más responsabilidad económica. Los
hijos se enfadan porque no podemos hacer muchas cosas que hacíamos
antes y me dicen: “¡Siempre estás enferma!”. Ayer, el pequeño, en su carta
a los Reyes escribió: “Quiero una mamá que no esté enferma, como la de
los otros niños”. Les he fallado. Hago lo que puedo en la casa, pero nece-
sito ayuda y, en los días peores, no puedo hacer nada y tienen que arre-
glárselas sin mí. Y lo que contribuyo económicamente es muy poco y se
va a tratamientos alternativos. Cuando estoy sola en casa, lloro. Lloro por-
que me siento culpable.
Paciente anónimo
173
10. Cap. 10 Las emociones 24/5/07 12:36 Página 174
¡Parece que todo es mi culpa! Si los niños están de mal humor, es mi cul-
pa. Si mi marido está “depre”, es mi culpa. Si estoy demasiado mal para ir
de vacaciones: es mi culpa. Si ya no hay zumo en la nevera: es mi culpa.
Parece que todo lo que no va bien en esta casa es mi culpa. Todos me echan
la culpa. No tienen que decirlo… con sólo una mirada… Este mes, cuando
el coche se estropeó y no teníamos dinero para arreglarlo, mi marido me
miraba enfadado. Sé lo que estaba pensando.
Paciente anónimo
Razones
La culpa es un sentimiento ilógico pero que a menudo surge en las en-
fermedades crónicas. El enfermo crónico a veces siente que, de alguna ma-
nera, podría ser culpable de su enfermedad. Hay muchas razones com-
plicadas por las cuales este sentimiento existe: razones familiares,
psicológicas, culturales, etc. En muchas culturas se cree que estar enfer-
mo es el resultado de algo “malo” que ha hecho uno o sus padres. Este
sentimiento añade más malestar al que ya sufre el enfermo crónico.
¿Qué hacer?
Aunque ayudar al enfermo crónico que se culpabiliza es un trabajo com-
plejo, es mejor si lo realiza un profesional de la salud mental, el profesio-
nal de enfermería puede también ser una gran ayuda. Lo principal es que
se asegure de que ningún profesional sanitario esté culpabilizando al pa-
ciente. Al animar al paciente a hablar de cómo se siente, el profesional sa-
nitario puede reforzarle en todo lo que ha hecho hasta ahora, eso quiere
decir felicitarle por todo lo que ha aprendido sobre cómo vivir con su en-
fermedad. Queremos reforzar en el paciente la idea de que no es un fra-
caso, sino un experto en cómo vivir con el reto que le ha tocado.
Soledad
Sola. Tantas horas y días aquí encerrada. Miro por la ventana las nubes y
escucho mis pensamientos, que son mi única compañía, aunque me can-
so de ellos. Observo por la ventana y no espero nada. El tiempo parece ha-
berse parado hace mucho. Recuerdo cuando aún tenía energía para coger
el teléfono y llamar. Ahí fuera, oigo el tráfico. En el piso de al lado, escucho
voces. El mundo sigue sin mí. Quiero levantarme, abrir la ventana y gritar:
“¿Alguien ahí se acuerda de mí?”
Paciente anónimo
Razones
Parte de la soledad que siente el paciente crónico está relacionada con su
aislamiento físico. Muchos enfermos crónicos, por sus limitaciones físicas,
174
10. Cap. 10 Las emociones 24/5/07 12:36 Página 175
no salen mucho de su casa. Los enfermos que han tenido que dejar de
trabajar han perdido también ese contacto social cotidiano.
Pero la soledad no es sólo ver a menos gente. Se puede uno sentir solo
rodeado de personas. La gran soledad del paciente crónico es la incom-
prensión. Al enfermo no le sirve tener compañía si esa persona o perso-
nas no entienden ni aceptan lo que está viviendo y sintiendo. La incom-
prensión es la peor soledad.
¿Qué hacer?
Lo más importante que puede hacer una enfermera con un paciente cró-
nico, ante su soledad, es mostrarle comprensión y aceptación de lo que
vive y siente. Haciéndole preguntas abiertas y neutras sobre lo que está
viviendo y escuchándole con empatía y respeto, el profesional le comu-
nica al paciente que no está solo en su enfermedad.
Bibliografía
[1] Charmaz K. Good days, bad days: the self in chronic illness and time.
New Jersey: Rutgers University Press; 1997.
[2] Donoghue P, Siegel M. Sick and tired of feeling sick and tired: living with
invisible chronic illness. New York: WW Norton; 2000.
[3] Pollin I, Golant S. Taking charge: how to master the eight most common
fears of long-term illness. New York: Random House; 1994.
[4] Frank A. At the will of the body: reflections on illness. New York: Hough-
ton Mifflin Company; 2002.
[5] Wendell S. The rejected body: feminist philosophical reflections on di-
sability. New York: Routledge; 1996.
[6] Célérier MC, Oresve C, Janiaud-Gouitaa F. El encuentro con el pa-
ciente. Madrid: Síntesis; 1999.
175
10. Cap. 10 Las emociones 24/5/07 12:36 Página 176
11. Cap. 11 AYUDAR AL PACIENTE 24/5/07 12:37 Página 177
Capítulo 11.
Ayudar al paciente
crónico en su
adaptación
11. Cap. 11 AYUDAR AL PACIENTE 24/5/07 12:37 Página 178
11. Cap. 11 AYUDAR AL PACIENTE 24/5/07 12:37 Página 179
Introducción
En este capítulo se destaca la importancia del acompañamiento al paciente
crónico, la comprensión de los cambios que está viviendo, el tema de los
días “buenos” y los días “malos” en la enfermedad crónica, cómo ayudar al
paciente con sus miedos y, finalmente, cómo comprender las pérdidas y los
cambios que la persona enferma vive y su posibilidad de transformación.
Acompañar en la enfermedad
Hay profesionales sanitarios que piensan que, porque las enfermedades cró-
nicas, a menudo, no requieren mucha intervención médica, “no hay nada
que hacer”. En realidad, las enfermedades crónicas son una especialidad
que exige amplios conocimientos y trabajo. El objetivo principal es la ca-
lidad de vida del paciente y ésta, en gran parte, depende de la calidad del
acompañamiento que le brinde el profesional de enfermería.
179
11. Cap. 11 AYUDAR AL PACIENTE 24/5/07 12:37 Página 180
180
11. Cap. 11 AYUDAR AL PACIENTE 24/5/07 12:37 Página 181
◗ Su rol en la familia
◗ Su vida social
◗ Sus prioridades
◗ Sus ideas/valores
◗ Cómo ve el futuro
◗ Cómo ve el pasado
◗ Lo que le ilusiona
◗ Sus necesidades (afectivas, sociales, de reconocimiento profesional, etc.)
◗ La imagen de usted mismo (apariencia física y sexual)
◗ Sus actividades laborales y su situación económica
◗ Sus actividades lúdicas
Cuando tengo que planificar algo, sobre todo si implica a otra gente, como
ir al médico o quedar con alguien, siempre me entra la ansiedad sobre si
cuando llegue el día estaré en condiciones para hacerlo. Ya sé que no es
el fin del mundo si no puedo, pero es una inseguridad constante el no po-
der hacer planes más concretos.
181
11. Cap. 11 AYUDAR AL PACIENTE 24/5/07 12:37 Página 182
Lo que es un día bueno para mí este año es lo que era un día malo el año
pasado. Bueno, en realidad, y esto no se lo digo a nadie, ya no tengo días
tan buenos como los malos del año pasado.
Aunque parezca un juego de palabras, definir y redefinir los tipos de días pue-
de ser muy útil para decidir cómo adaptarse y para tener planes alternativos.
María, que vive con el síndrome de la fatiga crónica (SFC), sabe que últi-
mamente para ella un día bueno es despertarse hacia las once, disponer
de una hora en la que puede hacer algo por casa, descansar un poco an-
tes de comer, hacer una siesta después de comer y, por la tarde, a lo me-
jor tiene otra hora útil.
A una persona sana -dice María- mi día bueno le parecería una ridiculez,
pero para mí es un gran día. Claro que tengo que tener cuidado porque cuan-
do me despierto y noto que podría tener un par de horas útiles, tengo la ten-
tación de hacer demasiado, de hacer lo que no he podido en todos los
días malos. En los días que defino como “buenos” tiendo a pasarme y lue-
go lo pago, con lo cual ahora estoy intentando poner en práctica la idea del
50%. Esto consiste en que en los días que yo defino como “buenos”, hago
sólo la mitad de lo que pensaba hacer, porque en el SFC, por mucho que
se descanse, no es suficiente.
182
11. Cap. 11 AYUDAR AL PACIENTE 24/5/07 12:37 Página 183
Como para los días buenos, para los días malos también se necesita una
estrategia.
Montse, la mujer con esclerosis múltiple, dice que incluso, cuatro años des-
pués de su diagnóstico, le cuesta seguir su plan en un día malo. Pero, ideal-
mente, sería éste:
En los días malos, la percepción del espacio y del tiempo cambia. Como
uno no puede moverse tanto, el espacio se reduce. En cambio, el tiempo
parece alargarse, ya que las actividades que normalmente lo llenan no se
pueden llevar a cabo.
183
11. Cap. 11 AYUDAR AL PACIENTE 24/5/07 12:37 Página 184
Cuando estoy teniendo un día malo -dice Montse- y estoy echada en el sofá,
a veces mi marido o alguna amiga me han dicho: “Qué suerte tienes de po-
der estar descansando”. ¿Es que no ven lo que vivo? Honestamente, los días
malos son un infierno. Lo peor es la confusión mental y el cansancio. Echa-
da en el sofá, sin casi poder pensar, ¿qué puedo hacer? ¿Cómo crees que
me siento?
Los días malos, como los días buenos, son experiencias que se han de vi-
vir con acompañamiento y comprensión del entorno.
Cuando el miedo sale del paciente por su voz, se convierte en algo sobre
lo cual se puede hacer algo específico y ya no es sólo una sensación que
da mil vueltas por su cabeza, aumentando la ansiedad [2].
184
11. Cap. 11 AYUDAR AL PACIENTE 24/5/07 12:37 Página 185
185
11. Cap. 11 AYUDAR AL PACIENTE 24/5/07 12:37 Página 186
◗ Hacer el duelo.
◗ Aprender a pedir y recibir ayuda.
◗ Establecer objetivos razonables.
186
11. Cap. 11 AYUDAR AL PACIENTE 24/5/07 12:37 Página 187
◗ “¿Qué teme?”.
◗ “¿En qué situación no se ha sentido muy apoyado?”.
◗ “¿Cuándo se siente más solo?”.
◗ “¿Cuándo se siente más acompañado?”.
◗ “¿Quién le acompaña?”.
◗ “¿Quién más le podría acompañar?”.
Afirmar el pasado
Para poder comenzar un proceso de adaptación a la enfermedad crónica,
el paciente necesita hacer el duelo del pasado, de lo que ha perdido, de
lo que ya no es. Para esto necesita hablar de la vida que tenía antes, llo-
rar por lo perdido y celebrar lo que consiguió.
187
11. Cap. 11 AYUDAR AL PACIENTE 24/5/07 12:37 Página 188
◗ Que dibuje “la línea de su vida”; una línea en la que ponga las fechas
significativas.
◗ Que grabe en una cinta trozos de la historia de su vida.
◗ Que haga una lista de todos sus éxitos hasta ahora.
188
11. Cap. 11 AYUDAR AL PACIENTE 24/5/07 12:37 Página 189
Bibliografía
[1] Frank AW. At the will of the body: reflections on illness. New York:
Houghton Mifflin Company; 2002.
[2] Pollin I, Golant SK. Taking Charge: how to master the eight most com-
mon fears of long-term illness. New York: Random House; 1994.
[3] Charmaz K. Loss of self: a fundamental form of suffering in the chroni-
cally ill. Sociol health illn 1983; 5(2):168-195.
[4] Denzin NK. On understanding emotion. San Francisco: Jossey-Bass;
1984.
[5] Charmaz K. Good days, bad days: the self in chronic illness and time.
New Brunswick: Rutgers University Press; 1997.
[6] Lifton RJ. Death in life: survivors in Hiroshima. New York: Random Hou-
se; 1968.
189
11. Cap. 11 AYUDAR AL PACIENTE 24/5/07 12:37 Página 190
12. Cap. 12 La familia del enfermo 24/5/07 12:38 Página 191
Capítulo 12.
La familia del
enfermo y el rol
del profesional de
enfermería
12. Cap. 12 La familia del enfermo 24/5/07 12:38 Página 192
12. Cap. 12 La familia del enfermo 24/5/07 12:38 Página 193
Introducción
La enfermería centrada en la familia es un enfoque en aumento [1]. La idea
no es, como en tiempos anteriores, que la familia realice tareas enfermeras,
sino que se vea a los familiares como los pacientes secundarios que son,
ya que están afectados por la enfermedad de uno de ellos. Conocer lo que
es una familia, ese sistema en el cual se ha formado el ser humano, ayuda
a la enfermera a entender mejor al paciente y a ser más eficaz.
Las familias adoptan muchas formas y cambian con el tiempo: familias nu-
cleares, monoparentales, gays, reconstruidas (con hijos de matrimonios
previos), con hijos adoptados, etc. Lo importante es quién considera el pa-
ciente que es su familia y que el profesional de enfermería entienda la
complejidad de las estructuras familiares.
193
12. Cap. 12 La familia del enfermo 24/5/07 12:38 Página 194
◗ Escoja a uno de sus padres, aquél con el que haya tenido una relación más
cercana. Intente escribir, como si fuera él, un monólogo sobre su pareja.
Empiece con: “Cuando conocí a mi pareja, me pareció…” y luego con: “En-
tonces, más adelante, me di cuenta de que…”
◗ Ahora haga un monólogo parecido desde el punto de vista del otro
Roles
Los padres, de una manera subconsciente o consciente, asignan a cada hijo
un rol: el inteligente, la ayudadora, el artístico, etc. Estos roles son produc-
to del deseo de los padres y de muchas más generaciones. Los papeles
se otorgan, en la mayoría de los casos, en relación con el orden de naci-
miento del niño, su género, su apariencia física, los sueños no realizados de
los padres o de los abuelos, el momento específico en el que el niño nace
o cualquier otra razón. Normalmente, los roles son otorgados sin hablarse
194
12. Cap. 12 La familia del enfermo 24/5/07 12:38 Página 195
Ejercicio de reflexión
Subsistemas
En cada sistema familiar hay subsistemas: padre y madre son uno, los hi-
jos son otro, la madre y la hija pueden formar otro, el padre y el hijo tam-
bién, etc. Lo que define un subsistema es que las personas comparten
algo que las acerca más a unas que a otras. Es importante que el padre y
la madre, ese subsistema, tengan su propia comunicación y compartan te-
mas que no comparten con nadie más en la familia. Lo mismo pasa entre
hijos o en otros subsistemas.
Ejercicio de reflexión
195
12. Cap. 12 La familia del enfermo 24/5/07 12:38 Página 196
Reglas y normas
Todo sistema tiene sus normas y reglas. Cada familia tiene las suyas. Al-
gunas son creadas en esa familia, otras vienen de generaciones pasa-
das y otras son culturales. Los problemas surgen cuando algún miem-
bro de la familia no está de acuerdo con alguna regla o con quién las
decide [5].
◗ Haga una lista de cinco normas o reglas (lo que “había que hacer”, lo que
“no se podía hacer”, lo prohibido, las demandas o las exigencias), verbales
o no verbales, que había en su familia cuando era pequeño o adolescente.
◗ ¿Quién establecía estas reglas?
◗ ¿Quién se aseguraba de que se llevaran a cabo?
◗ ¿Era fácil o difícil cambiarlas?
◗ ¿Cómo cree que le afectaron estas reglas cuando era pequeño?
◗ Ahora, de adulto, ¿ha cambiado alguna de ellas?, ¿ha mantenido alguna?
Creencias
En la familia se afirman y se desarrollan creencias. Algunas de éstas pro-
ceden de la cultura en la que se vive; otras, de otras generaciones y al-
gunas más se desarrollan en la familia misma. Que existan creencias fa-
miliares tiene sus ventajas y sus desventajas. Tenerlas ayuda a los niños
a socializarse y a desarrollar su identidad, pero pueden ser una desventa-
ja cuando algún miembro de la familia tiene creencias diferentes y no son
aceptadas.
◗ ¿A qué creía ella que se debían los problemas de salud? (la causa)
◗ ¿Qué pensaba ella que debía hacer una persona ante un problema en su
propia salud?
196
12. Cap. 12 La familia del enfermo 24/5/07 12:38 Página 197
◗ ¿Qué pensaba ella que había que hacer para ayudar a alguien cuando es-
taba enfermo?
◗ ¿Cuál pensaba ella que debía ser el rol de la familia cuando una persona es-
taba enferma? ¿El rol de los hombres? ¿El rol de las mujeres?
◗ ¿Cuál pensaba ella que era la mejor manera de motivar a alguien para que
cambiara de hábitos?
◗ De las creencias de su abuela, ¿cuáles cree usted que tienen sentido aho-
ra? ¿Cuáles no?
Comunicación
Toda comunicación en una familia es significativa: lo que se dice, lo que
no se dice, la manera en la que se dice, los gestos, etc. Todos los miem-
bros conocen, conscientemente o no, los significados de cada compo-
nente de la comunicación en su familia.
197
12. Cap. 12 La familia del enfermo 24/5/07 12:38 Página 198
Emociones
Las emociones del enfermo y de los familiares se verán afectadas. El en-
fermo puede sentir culpa al pensar que es responsable de que su familia
esté pasando por esa situación. También puede sentir rabia por estar él en-
fermo y los demás sanos. Una emoción muy común en el enfermo ante
su familia es el miedo: miedo a que los familiares se cansen de él y dejen
de ayudarle, miedo a que no sepan cómo cuidarle, etc.
Problemas de comunicación
Aun si la comunicación entre familiares ha sido eficaz, a veces, con la en-
fermedad, pueden surgir problemas como:
198
12. Cap. 12 La familia del enfermo 24/5/07 12:38 Página 199
Preocupaciones e inquietudes
199
12. Cap. 12 La familia del enfermo 24/5/07 12:38 Página 200
◗ “¿Cuáles son los cambios más grandes que usted ha notado en su fa-
milia desde el principio de la enfermedad?”.
◗ “¿Quién en la familia tiene más dificultad para adaptarse a los cambios
que conlleva esta enfermedad? ¿A qué cree que es debido?”.
◗ “¿Han cambiado algunos roles a causa de esta enfermedad? ¿Cuá-
les? ¿Cómo han sido aceptados estos cambios por todos en la fami-
lia?”.
◗ “¿Quién en la familia está más afectado por la enfermedad de su pa-
dre? ¿A qué cree que es debido?”.
◗ “¿Es aceptable en su familia expresar frustración?”. Si no: “¿cómo cree
usted que se expresa?”.
◗ “¿Es posible, en su familia, hablar de la enfermedad y del pronóstico o
es demasiado difícil? ¿Quién se beneficiaría más de poder hablarlo?
¿Quién se beneficiaría menos?”.
◗ “¿Cuál es el momento más adecuado, en su opinión, para hablar de es-
tos temas?”.
◗ “¿Qué es lo que más les ayuda, como familia, a convivir con la enfer-
medad y la hospitalización? ¿Quién les ha ayudado más hasta ahora?”.
◗ “¿A quién, fuera de la familia, recurren para tener ayuda? ¿Reciben el
apoyo que necesitan? ¿Cómo?”.
◗ “¿Cómo se reserva usted un poco de energía para afrontar esta situa-
ción?”.
200
12. Cap. 12 La familia del enfermo 24/5/07 12:38 Página 201
Posibles intervenciones
201
12. Cap. 12 La familia del enfermo 24/5/07 12:38 Página 202
Enfermera: “Sí, y si hay algo más que usted cree que pode-
mos hacer por su madre, no dude en decírnoslo”.
Hija: “No, está bien cuidada… es que esto es muy fuerte, era
tan independiente”.
Enfermera: “Sí, vaya cambio. Y usted, ¿cómo lo lleva?”.
Hija: “Yo, yo estoy aquí para ayudarla a ella”.
Enfermera: “Sí, y lo hace muy bien pero, ¿cómo se siente us-
ted?”.
Hija: “Bueno… un poco cansada. Bastante. Entre el trabajo,
mis hijos en casa y ahora esto. No sé”.
Enfermera: “Debe de ser mucho”.
Hija: (se pone a llorar).
Enfermera: (le toca el brazo y se queda a su lado en silencio).
Hija: “No quiero que usted piense que yo no puedo con esto”.
Enfermera: “No, yo no pienso eso. Pero es normal sentirse
desbordada. ¿Con quién se desahoga usted? ¿Habla con al-
guien de esto?”.
Hija: “No, la verdad es que no”.
Enfermera: “Bueno a lo mejor, si hay otra oportunidad, me
cuenta más”.
Puede ser que una familia exprese su malestar y su estrés creando conflictos
entre ellos, otras siendo muy amables con todo el mundo, otras poniéndose
nerviosas, otras enfadándose con los profesionales de enfermería, etc.
No entrar en alianzas
Es normal que en las familias existan “alianzas”, subgrupos que a veces se
ponen “en contra” de un familiar o de varios. Por ejemplo, dos hijos que
piensan que el padre está demasiado mal para vivir solo y que debería ir
202
12. Cap. 12 La familia del enfermo 24/5/07 12:38 Página 203
a una residencia, se ponen “en contra” del padre y de otro hijo, que no es-
tán de acuerdo. Tales alianzas son normales en un sistema familiar, pero
las enfermeras no deberían ser parte de ellas, no tendrían que tomar par-
tido. La neutralidad enfermera es muy importante cuando se está trabajando
con las familias.
Una pareja de setenta años acude a atención primaria para los con-
troles del marido de su hipertensión.
203
12. Cap. 12 La familia del enfermo 24/5/07 12:38 Página 204
Secretos y conspiraciones
A veces unos familiares tienen un secreto que no quieren que sepa otro fa-
miliar o familiares, se lo dicen a la enfermera y le piden que lo guarde. El
profesional mantiene el secreto de la misma manera que guarda confiden-
cialidad respecto a todo lo que dice el paciente y no opina si es bueno o
no guardar tal secreto; sin embargo, puede ayudar a quien se lo ha dicho
a reflexionar sobre el impacto emocional que está viviendo.
204
12. Cap. 12 La familia del enfermo 24/5/07 12:38 Página 205
Reforzar a la familia
Es importante que los familiares, para seguir el difícil viaje de ayudar al
que está enfermo, reciban apoyo y refuerzo. Ésta es una tarea del profe-
205
12. Cap. 12 La familia del enfermo 24/5/07 12:38 Página 206
sional de enfermería, que cada vez que trabaja con la familia la puede fe-
licitar por todo lo que está haciendo.
206
12. Cap. 12 La familia del enfermo 24/5/07 12:38 Página 207
El cuidador principal es una persona que está viviendo una situación com-
pleja. Por razones económicas, culturales, de roles familiares y otras, esta
persona desempeña la exigente tarea de cuidar de un familiar enfermo y,
como en todo en la vida, existen emociones contradictorias. Por un lado,
en la mayoría de los casos, el CP quiere cuidar del familiar pero, por otro
lado, siente rabia y rencor porque esta tarea le roba autonomía y le da
mucha responsabilidad y trabajo. El CP tenía su vida y ahora tiene que
cambiarla completamente para abarcar esta tarea.
A menudo hay otros familiares que podrían ser también CP (o por lo me-
nos compartir las tareas con éste) pero, por razones culturales y de este-
reotipos familiares, casi siempre la responsabilidad cae sobre alguien en par-
ticular (normalmente la esposa o la hija) sin que la familia se haya sentado
a hablar claramente de la división de esta tarea.
Culturalmente, en nuestro país, hay una gran presión para que las muje-
res sean las cuidadoras, sobre todo las hijas. A una hija que no cuida de
su madre o padre enfermo, se la ve como “mala hija”. Aún es un tabú ad-
mitir que uno no puede o quiere cuidar de su padre o madre.
207
12. Cap. 12 La familia del enfermo 24/5/07 12:38 Página 208
Ejercicio de reflexión
208
12. Cap. 12 La familia del enfermo 24/5/07 12:38 Página 209
Bibliografía
[1] Wright L, Leahey M. Nurses and families: a guide to family assessment
and intervention. Philadelphia: FA Davis Company; 1994.
[2] Linares JL. Modelo sistémico y familia multiproblemática. En: Coletti
M, Linares JL. La intervención sistémica en los servicios sociales ante la
familia multisistémica. Barcelona: Paidós; 1997.
[3] Minuchin S, Nichols MP. La recuperación de la familia: relatos de es-
peranza y renovación. Barcelona: Paidós; 1994.
[4] Bowen M. De la familia al individuo. La diferenciación del sí mismo en
el sistema familiar. Barcelona: Paidós; 1991.
[5] Laing RA. El cuestionamiento de la familia. Barcelona: Paidós; 1982.
[6] Duhamel F. La santé et la famille: une approche systémique en soins
infirmiers. Montreal: Morin; 1995.
[7] Gómez Sancho M. Cómo dar malas noticias en medicina. Madrid: Aula
Medica; 1996.
209
12. Cap. 12 La familia del enfermo 24/5/07 12:38 Página 210