El Muro de Cristal
El Muro de Cristal
El Muro de Cristal
De pronto algo lo distrajo, una figura diferente a la derecha del muro estaba
llegando, pero el no la reconocía.
Era algo inesperado pues no le había sucedido antes, era algo muy diferente a sus
formas y colores.
La figura tomo forma detrás de el muro de cristal, junto frente a el.
Era lo mas hermoso que había visto en su vida, una dama se presentaba ante el,
con su cuerpo alto y esbelto, el cabello le caía por los hombros y llegaba a su
espalda, dorado como los rayos de el sol en verano, sus ojos oscuros y
penetrantes como los de una pantera a punto de atacar.
El enmudeció, no podía mover ni un músculo de su cuerpo, quedo petrificado por
la presencia de aquella mujer.
El muro impedía que pasaran los sonidos, aunque no podían hablar directamente,
pero este enviaba sus pensamientos en forma de oraciones.
Así fue que comenzaron a escribir sobre el muro para comunicarse.
Ella le escribió solo una frase "Hola", pero el muro era algo más que solo una
pared de cristal donde se podía escribir.
El muro reflejaba los sentimientos de los seres que en el escribían, así es que ellos
se conocieron y es donde comienza esta historia.
El comienzo
-Hola.
Respondió él.
-¿Quien eres tu y como has encontrado mi muro?
-No es solo tu muro, hay mas personas como tu del otro lado.
-Si lo se, pero este es mi muro, mí mundo.
-¿Como te llamas?
-Miguel, ¿Y tú?
-Adrissa
-¿Que clase de nombre es ese?
-De donde yo vengo es común, así me llamo. Pero si lo prefieres ponme un
nombre que te sea
fácil de pronunciar.
-No, este bien así, realmente es un nombre hermoso.
El muro en ese momento comenzó a cambiar los colores como un calidoscopio y
emitía los sentimientos más bellos, reflejando los sentimientos de estos dos seres
que acababan de entrar en contacto.
-¿De donde vienes?-Pregunto el.
-De muy lejos, otra cultura, otra forma de vida algo diferente a la que tu conoces
aquí.
-¿Y por que me has elegido para ponerte en contacto?
-Me llamo la atención algo que tu escribiste hace algún tiempo sobre este muro.
Porque por si no lo sabes lo que escribes en el llega a todas partes.
-¿Cual fue la frase que escribí que llamo tanto tu atención?
-No es solo la frase, fue la curiosidad. Porque no la entendí y esperaba que tu me
dijeras su significado.
Lo que en el cristal dice es lo siguiente."Maktub en una rosa con perlas de sal".
¿Que significa para ti?
-Mira si te lo digo te iras, y la verdad es que me agrada tu presencia en mi mundo.
Te hago una propuesta, conozcámonos y tal vez cuando me conozcas tú misma
descifraras el acertijo, de cualquier manera cuando quieras marcharte te daré la
respuesta, pues no quiero que pierdas tu libertad, por esperar mi respuesta.
-Bien es un trato.
Acá estaré todos los días y hablaremos un poco cada día, así tu me conoces a mi
y mi cultura y yo lo mismo contigo.
-Bien.
-Ahora tengo que marcharme. Pero recuerda, espera mañana en el muro que allí
estaré.
-Muy bien mañana nos veremos entonces.
-Así será.
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Conociéndose
Él regreso a la misma hora a el muro, y espero la llegada de aquel ser
nuevamente.
Como habían acordado ella regreso.
-Hola Adrissa, ¿como has estado?
-Bien esperando encontrarte.
-Me alegro, pensé que no regresarías.
-Realmente tengo ganas de conocerte y saber de ti.
-Yo también y aun no entiendo el por qué.
-¿Como es donde tu vives?
-Mira, es una ciudad pequeña, con edificios y casas de color gris se podría decir,
un poco frió.
-Acá al contrario, tenemos edificios muy altos y elegantes, y un clima sin
estaciones, es muy tropical.
-¿Y la gente como es ahí?
-Acá es muy rápido todo, la gente es normal, pero no tienes tiempo de conocer a
alguien realmente, por decirlo de alguna manera, son muy atentos pero no se
hacen un tiempo para demostrar quienes son detrás de sus caras.
-En mi ciudad al contrario, es muy lento, y la gente es muy amable, siempre
dispuesta a ayudar, es como si los conocieras a todos.
-Y cuéntame algo de ti, ¿Que haces en tu vida?
-Mira yo aquí trabajo en un centro de información al público, una especie de gran
biblioteca donde las personas vienen y retiran los libros que necesitan.
-Es un trabajo bastante interesante, siempre estas acompañado de publico.
-Si pero llego a mi casa y estoy nuevamente solo.
-¿Por eso vienes a este muro de cristal?
-Si, realmente acá me siento cómodo, este es mi mundo.
-Pero no tendría que ser así, ¿debes de tener a alguien más ahí contigo?
-No yo estoy solo.
-Bien te entiendo.
-¿Y tu que haces en tu mundo?
-Yo, bueno te cuento, estoy a cargo de una serie de centros de comunicación.
-A tienes a tu disposición dispositivos de comunicación global.
-Si es lo que hace mi empresa, se encarga de que las personas tengan un lugar
donde ir a
Comunicarse con quien ellos quieran, no importa lo lejos que estén.
-¿Y tu vida personal?
-¿Que quieres saber?
-¿Tienes a alguien viviendo con vos?
-No, realmente estoy sola yo también.
-Bueno Adrissa tengo que retirarme, ¿nos veremos nuevamente?
-Si por supuesto, no quiero que se pierda este contacto.
-Muy bien hasta pronto entonces.
-Hasta la próxima, mantén el contacto abierto.
-Lo haré.
Y así fue como se fueron conociendo estos seres de mundos tan distantes y
distintos a trabes de aquel muro.
Fueron teniendo sucesivas conversaciones hasta hacerse muy amigos y necesitar
estar en contacto casi permanentemente.
Pues sentían que uno sin el otro no funcionaban, y a pesar de las distancias se
extrañaban demasiado.
El conocimiento de un nuevo comienzo
A pesar de la distancia que separaba ambos mundos tanto Adrissa como Miguel
sentían que el otro estaba siempre ahí, a su lado compartiendo su vida.
Mientras tanto miguel en su mundo gris y aburrido sonaba con algún día viajar al
mundo de Adrissa y así conocerla personalmente.
El tiempo fue pasando y para le cumpleaños de Adrissa, Miguel le envía una Rosa
negra a donde ella vivía.
Siguieron estos dos seres escribiendo en el muro, sin una respuesta obvia de
Adrissa a la propuesta de Miguel.
Hasta que un día determinado tuvieron su ultimo contacto a trabes del muro de
cristal.
¿El final?