2 QUIJOTE Selectividad
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PREGUNTA 1
1. Descríbanse brevemente las tres salidas de don Quijote a lo largo de las dos
partes del libro. [2,5]
1. Cite los principales modelos, tipos o personajes literarios que imita don
Quijote. [3 puntos]
El alumno deberá citar, en el orden que quiera, algunos de los siguientes modelos:
caballeros andantes (de la materia de Bretaña, del ciclo de Amadís, del Palmerín,
etc.); amantes corteses; héroes del romancero; personajes históricos lejanos con
resonancias épicas, como el Cid, o cercanos; héroes de la épica culta, como Orlando
furioso; personajes de las historias romanas, griegas o tebanas; héroes bíblicos y
míticos; figuras de otros géneros literarios: pastoril, morisco, sentimental, etc.
Obviamente, don Quijote se siente más epígono de los primeros grupos, a los que
deberán referirse, prioritariamente, los alumnos.
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DON QUIJOTE Preguntas PAU
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DON QUIJOTE Preguntas PAU
PREGUNTA 2
2. Responda a estas cinco preguntas de multiopción. [2,5 puntos; 0,5 por cada
respuesta acertada]
2.1. c
2.2. b
2.3. c
2.4. c
2.5. a
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DON QUIJOTE Preguntas PAU
PREGUNTA 3
—De todo cuanto me habéis dicho, hermanos carísimos, he sacado en limpio que, aunque os
han castigado por vuestras culpas, las penas que vais a padecer no os dan mucho gusto y que
vais a ellas muy de mala gana y muy contra vuestra voluntad, y que podría ser que el poco
ánimo que aquel tuvo en el tormento, la falta de dineros deste, el poco favor del otro y,
finalmente, el torcido juicio del juez, hubiese sido causa de vuestra perdición y de no haber
salido con la justicia que de vuestra parte teníades. Todo lo cual se me representa a mí ahora
en la memoria, de manera que me está diciendo, persuadiendo y aun forzando que muestre
con vosotros el efeto para que el cielo me arrojó al mundo y me hizo profesar en él la orden de
caballería que profeso, y el voto que en ella hice de favorecer a los menesterosos y opresos de
los mayores. Pero, porque sé que una de las partes de la prudencia es que lo que se puede
hacer por bien no se haga por mal, quiero rogar a estos señores guardianes y comisario sean
servidos de desataros y dejaros ir en paz [...], porque me parece duro caso hacer esclavos a
los que Dios y naturaleza hizo libres. Cuanto más, señores guardas .añadió don Quijote., que
estos pobres no han cometido nada contra vosotros. Allá se lo haya cada uno con su pecado;
Dios hay en el cielo, que no se descuida de castigar al malo ni de premiar al bueno, y no es
bien que los hombres honrados sean verdugos de los otros hombres, no yéndoles nada en ello.
Pido esto con esta mansedumbre y sosiego, porque tenga, si lo cumplís, algo que agradeceros;
y cuando de grado no lo hagáis, esta lanza y esta espada, con el valor de mi brazo, harán que
lo hagáis por fuerza.
Tres de los cinco puntos serán para la evaluación de contenidos. Sería deseable que
los alumnos indicaran que se trata de la segunda salida de don Quijote, ya
acompañado de Sancho; en este paso pretende imponer, de grado o por la fuerza de
sus armas, la justicia divina para liberar a los galeotes; obviamente, su locura (que le
sitúa al margen de las leyes de los hombres), la transfiguración de la realidad y de sus
convenciones, le impide discernir las normas jurídicas y legales de la sociedad de los
ideales y usos de los libros de caballerías. De paso, Cervantes muestra entre líneas
algunos motivos que le preocupaban, como el de la falibilidad de la justicia y su
aparato, la precariedad de ciertos presos. Estructuralmente, se podrían citar tres
partes (hasta “teníades”, “hizo libres” y “en ello”, respectivamente), con una
consideración conclusiva en las tres últimas líneas.
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DON QUIJOTE Preguntas PAU
–¡Ay, señor mío! ¿No me conoce vuestra merced? Pues míreme bien, que yo soy aquel mozo
Andrés que quitó vuestra merced de la encina donde estaba atado. Reconociole don Quijote, y
asiéndole por la mano, se volvió a los que allí estaban y dijo:
–Porque vean vuestras mercedes cuán de importancia es haber caballeros andantes en el
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mundo, que desfagan los tuertos y agravios que en él se hacen por los insolentes y malos
hombres que en él viven […]. Digo que estaba atado a la encina, desnudo del medio cuerpo
arriba, y estábale abriendo a azotes con las riendas de una yegua un villano, que después supe
que era amo suyo; y así como le vi, le pregunté la causa de tan atroz vapuleamiento [...]. En
resolución, yo le hice desatar, y tomé juramento al villano de que le llevaría consigo y le
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pagaría un real sobre otro, y aun sahumados. ¿No es verdad todo esto, hijo Andrés? ¿No
notaste con cuánto imperio se lo mandé y con cuánta humildad prometió de hacer todo cuanto
yo le impuse y notifiqué y quise? […]
–Todo lo que vuestra merced ha dicho es mucha verdad –respondió el muchacho–, pero el fin
del negocio sucedió muy al revés de lo que vuestra merced se imagina. […]
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–No sólo no me pagó –respondió el muchacho–, pero así como vuestra merced traspuso del
bosque y quedamos solos, me volvió a atar a la mesma encina y me dio de nuevo tantos
azotes, que quedé hecho un Sambartolomé desollado; y a cada azote que me daba, me decía
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un donaire y chufeta acerca de hacer burla de vuestra merced.
1. tuertos: injusticias.
2. Le pagaría todo el dinero que le debía, e incluso más.
3. traspuso: salió.
4. Me contaba un chiste (donaire y chufeta) para burlarse de vuestra merced.
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DON QUIJOTE Preguntas PAU
3. Comente el siguiente fragmento del Quijote (II, 3), relacionándolo con las
ideas cervantinas sobre la novela. [3 puntos por el contenido; 2 puntos por la
capacidad de argume ntar y estructurar coherentemente el comentario]
—Ahora digo —dijo don Quijote— que no ha sido sabio el autor de mi historia, sino algún
ignorante hablador, que a tiento1 y sin algún discurso se puso a escribirla, salga lo que saliere,
como hacía Orbaneja, el pintor de Úbeda, al cual preguntándole qué pintaba respondió: «Lo
que saliere». Tal vez pintaba un gallo de tal suerte y tan mal parecido, que era menester que
con letras góticas escribiese junto a él: «Éste es gallo». Y así debe ser mi historia, que tendrá
necesidad de comento para entenderla.
—Eso no —respondió Sansón—, porque es tan clara, que no hay cosa que dificultar en ella: los
niños la manosean, los mozos la leen, los hombres la entienden y los viejos la celebran; y
finalmente, es tan trillada y tan leída y tan sabida de todo género de gentes, que apenas han
visto un rocín flaco, cuando dicen: «Allí va Rocinante». Y los que más se han dado a su letura
son los pajes: no hay antecámara de señor donde no se halle un Don Quijote, unos le toman si
otros le dejan, éstos le embisten y aquéllos le piden. Finalmente, la tal historia es del más
gustoso y menos perjudicial entretenimiento que hasta agora se haya visto, porque en toda ella
no se descubre ni por semejas2 una palabra deshonesta ni un pensamiento menos que
católico.
1. a tiento: ‘a ciegas’.
2. ni por semejas: ‘ni de lejos’.
Tres de los cinco puntos los aportará el comentario de los contenidos. Así, el alumno
deberá caracterizar cómo, por boca de Sansón Carrasco, Cervantes reitera una parte
de las ideas desplegadas en su prólogo a la Primera parte del Quijote: su novela
quiere ser veraz, imaginativa, divertida; provocar admiración; adaptarse a todos los
públicos y edades, para todos los temperamentos y situaciones, incluso servir para la
formación moral del lector. Por boca de don Quijote, sin embargo, hay una crítica a los
libros poco veraces y verosímiles, y, de paso, hay una velado reproche a quienes
hicieron de la novela un pretexto para mostrar erudición (como Lope de Vega, según
Cervantes en el citado prólogo señala, aunque veladamente) y llegar a un público muy
concreto. El alumno también deberá situar el pasaje en su contexto concreto.
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DON QUIJOTE Preguntas PAU
—Vencido sois, caballero, y aun muerto, si no confesáis las condiciones de nuestro desafío.
Don Quijote, molido y aturdido, sin alzarse la visera, como si hablara dentro de una tumba, con
voz debilitada y enferma, dijo:
—Dulcinea del Toboso es la más hermosa mujer del mundo y yo el más desdichado caballero
de la tierra, y no es bien que mi flaqueza defraude esta verdad. Aprieta, caballero, la lanza y
quítame la vida, pues me has quitado la honra.
—Eso no haré yo, por cierto —dijo el de la Blanca Luna—: viva, viva en su entereza la fama de
la hermosura de la señora Dulcinea del Toboso, que sólo me contento con que el gran don
Quijote se retire a su lugar un año, o hasta el tiempo que por mí le fuere mandado, como
concertamos antes de entrar en esta batalla.
[…] Levantaron a don Quijote, descubriéronle el rostro y halláronle sin color y trasudado.
Rocinante, de puro malparado, no se pudo mover entonces. Sancho, todo triste, todo
apesarado, no sabía qué decirse ni qué hacerse: parecíale que todo aquel suceso pasaba en
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sueños y que toda aquella máquina era cosa de encantamento. Veía a su señor rendido y
obligado a no tomar armas en un año; imaginaba la luz de la gloria de sus hazañas escurecida,
las esperanzas de sus nuevas promesas deshechas, como se deshace el humo con el viento.