Sobre Hegel Un Estudio de Brujeria
Sobre Hegel Un Estudio de Brujeria
Sobre Hegel Un Estudio de Brujeria
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Sobre Hegel: un estudio de brujera*
por Eric VOEgELin **
cuando los dioses son expulsados del cosmos, el mundo que dejan se vuelve aburrido. En el siglo diecisiete, el tedio explorado por Blaise Pascal era todava el humor de un hombre que ha perdido su fe y debe protegerse a s mismo de las tinieblas de la ansiedad mediante divertissements. Despus de la Revolucin Francesa, el tedio fue reconocido por Hegel como el sndrome de una poca de la historia. Haba sido necesario un siglo y medio para que la prdida de un mundo sin Dios dejara de ser un malestar personal ante la existencia y se convirtiera en una enfermedad social1. I Die Langeweile der Welt, el aburrimiento del mundo, es el smbolo hegeliano del estado espiritual de una sociedad para la cual han muerto sus dioses. La frase aparece en la llamada Fortsetzung des Systems der Sittlichkeiti, escrita entre 1804 y 1806ii, periodo en el que georg W. F. Hegel estaba trabajando en la PhnomeLa edicin original de este trabajo de Eric Voegelin (1901-1985) procede de una conferencia en la International Society for the Study of Time, pronunciada en Oberwolfach, Repblica Federal Alemana, en 1969, y publicada en 1971 (Studium Generale, n. 24, pp. 335-368). Este artculo tambin se puede encontrar en su obra completa: On Hegel: A Study in Sorcery, en: Published Essays 1966-1985. The Collected Works of Eric Voegelin, vol. 12, Louisiana State University Press, Baton Rouge and London, 1990. ** Traduccin de VicEnTE SERRAnO MARn. Se han respetado las notas numeradas al pie de pgina hechas en su momento por Eric Voegelin. Las aclaraciones del traductor van al final con el formato i, ii, iii, etc. Esta traduccin es una pre-publicacin de la edicin que la Editorial complutense har de diversas obras de Eric Voegelin con el ttulo Ensayos sobre omnipotencia (provisional). 1 Sobre la historia moderna de la melancola y del tedio vase el reciente estudio de Wolf LEPEniES, Melancholie und Gesellschaft, Frankfurt am Main, 1969.
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nologie2 iii. Segn el ms. el estado de aburrimiento ha ocurrido dos veces en la historia occidental. La primera en la Antigedad, en el despertar de la conquista imperial romana, y la segunda en la Modernidad, en el despertar de la Reforma. Hegel describe el estado de aburrimiento en los dos casos como sigue. La expansin del imperio Romano haba destruido los estados libres del mundo antiguo y con ellos la vitalidad de sus dioses en los que el espritu haba devenido objetivo. con la prdida de la individualidad viva de sus dioses y de sus cultos, los pueblos del imperio haban perdido su moralidad; y sobre su singularidad se propag la universalidad vaca de la ley imperial. En esa escisin del mundo en una singularidad no vinculada al espritu y en una universalidad que carece de la vida de la divinidad, la identidad primordial tena que resucitar con su fuerza eterna para superar el infinito dolor y reconciliar en una nueva totalidad lo que haba sido desgarrado en fragmentos o la humanidad habra perecido con ella (D 318). cristo se convirti en el fundador de una religin porque pudo articular el sufrimiento de toda una era desde la ms recndita profundidad, a travs del poder divino del Espritu, a travs de la absoluta certeza de reconciliacin que transportaba en s mismo, y porque mediante su propia confianza poda generar confianza en otros (D 319). La reconciliacin culminada por esa primordial identidad mediante la encarnacin de Dios en un hombre fue preservada por la iglesia. La inicial reconciliacin del Espritu con la realidad, mediante la resacralizacin del hombre, se extendi despus incluso hasta abrazar la sociedad y la naturaleza, sacralizacin que se extendera al poder normativo del monarca. En cada pas el mensaje de Dios dej sus huellas, de modo que cada uno tuvo su propia historia sagrada de reconciliacin. El mundo entero se haba convertido en un templo de vida a la que se haba vuelto a despertar (D 322). La gran escisin de la nueva reconciliacin fue producida por la Reforma. El protestantismo aboli la poesa de lo sagrado al desgarrar la nueva patria del hombre en dos, en la interioridad (Innerlichkeit)iv de la vida espiritual por un lado, y en un ininterrumpido descenso (Versenken) hacia la vulgaridad (Gemeinheit) de la experiencia emprica y de la necesidad diaria, por otro. Despareci el Sabbath del mundo y la vida se convirti en una vulgar jornada de trabajo falta de piedad (D 323). La belleza y la sacralidad del mundo de la pre-Reforma se perdi para siempre; la historia no puede volver atrs; tenemos que avanzar hacia una nueva
El Manuscrito (ms.), ahora perdido, fue en parte extractado y en parte referenciado por Karl Rosenkranz y Rudolf Haym. Una edicin crtica, basada en esas referencias, fue publicada por Johannes Hoffmeister [en] Dokumente zu Hegels Entwicklung, Stuttgart, 1936, pp. 314-325. En lo que sigue el Dokumente es citado como D. Die Langeweile der Welt se encuentra en D 318.
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religin que entiende la anterior reconciliacin como una antigua sacralizacin y que la reemplaza por una sacralizacin mediante el Espritu que se ha hecho interior: El Espritu tiene que sacralizarse a s mismo como Espritu en su propia forma. La escisin ser superada cuando un pueblo libre tenga la audacia, no de recibir una forma religiosa, sino de adquirirla por s mismo en su propio suelo y por su propia majestad (D 324). En el Protestantismo esa relacin entre Espritu y realidad ha culminado su progreso hacia la conciencia mediante la filosofa. La nueva filosofa restablece su vivacidad a la Razn y su Espritu a la naturaleza. La filosofa que emerge de la escisin protestante est destinada a seguir al catolicismo y al Protestantismo como la nueva, tercera religin (D 323). Pero ni las pocas de escisin (Zerrissenheit) y aburrimiento (Langeweile) se dan porque s, ni las nuevas religiones surgen sin ms. La fuerza eterna de la identidad primordial opera de forma concreta mediante seres humanos como cristo y Lutero. Si la filosofa debe ser la tercera religin sucediendo al catolicismo y al Protestantismo, quin debe suceder a cristo y a Lutero como el fundador de la nueva religin? Tal vez Hegel? La cuestin le preocup tanto a Hegel, que su presin conform su existencia como filsofo. En orden a calibrar su importancia ser conveniente en primer lugar distinguir los diversos estratos de la cuestin. 1. En cuanto filsofo en el sentido clsico, Hegel saba que no poda diagnosticar la escisin de la poca sin quedar l mismo exento en cierto modo de ese aburrimiento. En su propia existencia deba haberse realizado cierto grado de reconciliacin o l no podra haber reconocido la escisin por lo que era; como filsofo deba ser suficientemente sano espiritualmente como para poder diagnosticar la situacin espiritual de la sociedad como enfermedad; ms an, el anlisis de la enfermedad social deba transformarse para Hegel, como para cualquier filsofo, en la accin meditativa por la que el mdico, que ha nacido como hijo de su poca, se cura antes que nada a s mismo. Slo cuando a travs del diagnstico del mal que le circunda, en virtud de la gracia de Dios, llega a comprender la verdad de su propia existencia como hombre, l puede volverse efectivo como reconciliador y restaurador del orden existencial para sus semejantes. 2. El segundo estrato es representado por el pneumatismo del hombre interior y de la luz interior. Las sectas espirituales de la Edad Media y del Renacimiento, los hombres divinos y homines novi fueron seguidos en el mundo del siglo dieciocho por los ocultistas, visionarios y Schwrmerv, por los iluministas y tesofos, por Emanuel Swedenborg, Joachim Martinez de Pasqually, Saint-Martin y cagliostro, o Johann Kaspar Lavater, Heinrich Jung-Stilling y otros. Despus, con el comienzo de la Revolucin Francesa, una nube de nuevos
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cristos descendi sobre la tierra de Occidente: Henri de Saint-Simon, charles Fourier, Auguste comte, Johann gottlieb Fichte y el mismo Hegel. El periodo vital de Hegel (1770-1831) corre paralelo con el periodo estudiado por Auguste Viatte en su obra Les Sources occultes du romantisme, 1770-1820 (1927; 1965). La propia interioridad de Hegel est estrechamente relacionada con Jacob Boehme y los piestistas alemanes. 3. El tercer estrato es la construccin imaginativa de pocas, que permite al que la imagina anticipar el curso futuro de la historia. Mediante esta construccin el imaginador puede trasladar el significado de la existencia desde la vida en presencia de Dios, con sus deberes personales y sociales en el presente, al papel de un funcionario de la historia; la realidad de la existencia ser eclipsada y reemplazada por la Segunda Realidad del proyecto imaginativo. A fin de cumplir ese objetivo, el proyecto debe, en primer lugar, eclipsar el futuro desconocido por la imagen de un futuro conocido; debe adems dotar a la construccin de pocas de la certeza de la ciencia de una Wissenschaftslehrevi, de un sistema de ciencia, de una filosofa positiva, de un wissenschaftlicher Sozialismusvii; y finalmente debe concebir la edad del futuro de una manera tal que quien la imagine en el presente se vuelva su inaugurador y maestro. El propsito de asegurar un significado a la existencia, con toda certeza, al que se le asigna un papel dominante, nos revela los motivos que anidan tras esta construccin: la inseguridad existencial, ansiedad y libido dominandi de quien la erige. Es una megalomana a gran escala. Los mesas de comienzos del siglo diecinueve han dejado una impronta tan profunda en la as llamada poca moderna que hemos llegado a acostumbrarnos a su locura; nuestra sensibilidad para captar el elemento grotesco de su empresa ha quedado apagada. A fin de agudizarla de nuevo, permitmonos imaginar a Jess corriendo y anunciando a todo el mundo la buena nueva de que l es el hombre que dar lugar a la edad de cristo tal y como comte anunci urbi et orbi que, en 1854, con la finalizacin de su trabajo, la edad de comte haba comenzado. La interaccin de esos tres estratos en la existencia de Hegel hace de l un pensador caractersticamente moderno. Tenemos aqu un filsofo sensitivo y un espiritualista, un crtico de la poca neumtica y pneumticamente competente, una fuerza intelectual de primer rango y, a pesar de todo, no puede alcanzar completamente el estatus de su verdadero yo como hombre bajo Dios. Desde las tinieblas de su deficiencia existencial crece la libido dominandi y le fuerza a una construccin imaginativa de un falso yo como el mesas de la nueva era. La interaccin de los estratos no puede, entonces, ser articulada en una frmula simple. En la construccin del sistema, es verdad, la Segunda Realidad del tercer estrato prevalece y deforma gravemente la existencia del filForo Interno 2010, 10, 155-197
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sofo y del espiritualista. Pero Hegel no siempre construye su sistema. Puede escribir brillantes ensayos polticos de sentido comn, como puede escribir ensayos literarios que le revelan como un maestro de la lengua alemana y un gran hombre de letras. Por otra parte, las obras sistemticas mismas estn llenas de excelentes anlisis histricos y filosficos que pueden sostenerse por s mismos, sin ser afectados en su integridad por el sistema dentro del cual estn incorporados. Por tanto la modernidad de Hegel se puede caracterizar como la coexistencia de dos identidadesviii, como una existencia dividida entre un yo verdadero y uno falso, sostenindose cada uno al otro, en un equilibrio tal que ninguno de ellos llega a ser completamente dominante sobre el otro. ni el verdadero yo se vuelve nunca tan fuerte como para romper el sistema, ni el falso yo se vuelve suficientemente fuerte como para convertir a Hegel en un criminal revolucionario o en un caso psiquitrico3. II La existencia de un hombre moderno es complicada. En el lenguaje de Pascal el Sistema de ciencia de Hegel es un divertissement. El filsofo que busca sanar la enfermedad de la sociedad no es capaz de lograr la verdad de su propia existencia, sino que desarrolla una nueva escisin entre la intencin filosfica de su verdadero yo y la verdadera empresa de su falso yo y su rol en el proyecto imaginativo de la historia. Una segunda escisin en la existencia del filsofo se sobrepone as a la primera, que haba sido diagnosticada correctamente como enfermedad espiritual de la sociedad. Lo que resulta es el intrincado patrn de relaciones entre los dos relatos de escisin que en nuestra poca se caen a trozos en violentas catstrofes sociales y personales sin la redencin catrtica de la tragedia. En lo que concierne a la sociedad, la revuelta espiritualmente sensitiva contra su insatisfactorio estado es conducido por hombres existencialmente deficientes, que se aaden a s mismos como una nueva fuente de desorden respecto de problemas que ya eran bastante graves sin ellos. En lo que concierne a los rebeldes, el papel al que se lanzan ellos mismos no es fcil de ejecutar y raramente podran llevar su carga con tanta honestidad como Hegel. Precisamente, por su honestidad como pensador, el caso de Hegel adquiere la cualidad de un paradigma de las vicisitudes de aquella existencia, atravesada de mltiples tensiones, que llamamos moderna. como filsofo est constreido
3 Sobre la cuestin de las dos identidades: R. D. LAing, The divided Self. An Existencial Study in Sanity and Madness (1960), Pelican, 1965.
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por la tradicin del filosofar desde la Antigedad hasta el presente, tradicin que conoca extraordinariamente bien. Sin embargo, una existencia como filsofo deba ser frustrante para Hegel; porque los filsofos, incluso del mximo rango, no son figuras histricas que dejan su firma en los milenios; despus de todo, vivimos en la era de cristo, no en la de Platn. Por lo tanto, en orden a complacer una libido dominandi, que no puede satisfacerse por una existencia filosfica, la filosofa debe ser disfrazada como religin. En la concepcin inicial de Hegel la filosofa es un estado de conciencia que emerge reflexivamente como tercera religin a partir del Protestantismo; en su concepcin tarda, la filosofa absorbe la religin en su interior. La filosofa se vuelve la ltima revelacin de la nueva identidad primordial, y el viejo Dios de la revelacin es declarado muerto para siempre. A fin de legitimar ese estratgico cambio de significado, Hegel debe entonces desarrollar un proyecto imaginativo de historia inmanente, con una construccin de pocas que incluir una ltima inaugurada por l mismo. Ese apocalipsis inmanentista, engendrado por la libido dominandi del pensador, tiene el propsito de eclipsar el misterio del significado en la historia expresado por el simbolismo cristiano de los eventos escatolgicos. Sin embargo, no debe confesarse que esa construccin ha sido provocada por una explosin de imaginacin libidinosa; el verdadero yo del filsofo es demasiado fuerte en Hegel como para permitir que la imaginacin sea entronizada como fuente de verdad superior a la razn, tal como se ha hecho por Andr Breton y los jvenes revolucionarios surrealistas de nuestra poca. Por el contrario, el aroma libidinoso que acompaa a la construccin y que perjudica su funcin legitimadora debe encubrirse doblemente: se declara que la nueva filosofa es, no un mero amor a la sabidura como la antigua, sino una posesin final de conocimiento; y adems se realza ese conocimiento por el nuevo smbolo de la ciencia que comienza a adquirir, en la estela de newton, su peculiar magia moderna. Y finalmente, si no se quiere que la historia imaginativa choque con la realidad histrica, entonces han de encontrarse en la historia contempornea eventos que parezcan propicios, como la ola del futuro del que el filsofo quiere convertirse en mesas. Si no quiere ser ridiculizado como un Schwrmer o un chiflado, el filsofo debe vincular sus ambiciones mesinicas a una fuerza poltica de su tiempo con razonables expectativas de xito. Documentar ahora el tortuoso camino por el que serpentea Hegel a travs de su existencia mediante las anotaciones de alguna de sus experiencias. El gran evento que impresion al joven de veinte aos como la apertura de una nueva poca fue la Revolucin Francesa. cuarenta aos despus en la Filosofa de la historia, el viejo Hegel recuerda el impacto y su naturaleza:
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Mientras el sol estuvo en lo alto del cielo y los planetas giraron en torno a l, no haba ocurrido que el hombre estuviera en su cabeza, que fuera dueo de su pensamiento y construyera la realidad de conformidad con l. Anaxgoras fue el primero en decir que el Nous gobierna el mundo; pero slo ahora se ha logrado entender que el pensamiento debe gobernar la realidad espiritual. Fue un esplndido amanecer, todos los seres racionales compartiendo la celebracin de la poca. La poca fue sometida a una sublime emocin, el mundo tembl mientras que el entusiasmo del Espritu (Geist) lo impregnaba, como si slo ahora lo divino se hubiera reconciliado verdaderamente con el mundo4.
En esta ltima fecha el lenguaje de Hegel se haba vuelto litrgico los smbolos lingsticos son usados con los significados que han adquirido en su obra de toda una vida. En el pensamiento (Gedanke) y en el Espritu (Geist) que se compenetran con la revolucin reconocemos la filosofa y la religin que Hegel ha absorbido en su ciencia del absolute Wissen (saber absoluto); y la relacin del pensamiento y del espritu con el Nous de Anaxgoras no es inteligible sin su construccin imaginativa de la historia. En la dcada de 1790 ciertamente Hegel no habra articulado la experiencia en el lenguaje del pasaje que fue pronunciado despus de la Revolucin de julio de 1830. Sin embargo, no hay razn para dudar de la validez de la anotacin. El impacto de la Revolucin fue en efecto la experiencia que conform de manera decisiva la existencia de Hegelix. El hecho de que hacia el final de su vida todava acepte aquella experiencia como vlida y que no la rechace como una aberracin juvenil, de que incluso la exprese con los smbolos que haba desarrollado en el proceso existencial que haba empezado con ella, es la mejor prueba de la autenticidad de la anotacin. Las reflexiones convencionales en torno al estatus de Hegel como filsofo de la ilustracin, o como el ltimo filsofo cristiano, o como el reaccionario glorificado por el Estado prusiano, se hacen irrelevantes a la luz de su auto-declaracin como el filsofo de la Revolucin Francesa. Ms prximas a una articulacin original de la experiencia son las pginas de la Fortsetzung des Systems des Sittlichkeit citada anteriormente. All habla Hegel de la razn (Vernunft) que ha redescubierto su realidad como espritu moral; del Espritu que ahora de nuevo puede sacralizarse a s mismo como Espritu en su propia forma; del Protestantismo que se ha despojado (ausgezogen) de la ajena sacralizacin dejando sin resolver si eso ajeno se refiere a un papado ultramontano o a una divinidad supramundana; y del pueblo libre que quiere darse a s mismo su propia forma religiosa (religi-
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se Gestalt), por su propia majestad (D 324). Los acentos recaen as en una empresa de auto-salvacin, con tonalidades de una subjetividad del nortex que es la nica capaz de la hazaa (D 323). El pasaje tiene ya el sabor de la admonicin de Friedrich nietzsche al hombre moderno a redimirse extendiendo la gracia sobre s mismo en lugar de esperar un divino redentor por la gracia de Dios. La nueva libertad y activismo de la auto-salvacin es experimentado por Hegel como el ncleo de significado en los grandes acontecimientos que sacudieron al mundo. Una situacin inquietantemente insatisfactoria ya que Hegel no haba comenzado la Revolucin Francesa, y las batallas de las guerras napolenicas bramaban a su alrededor mientras su propia existencia como Dozentxi en Jena era manifiestamente no combativa. En esos das le preocupaba la cuestin de cmo un filsofo podra participar en el significado de los sangrientos acontecimientos que para l eran los nicos verdaderamente significativos en el mundo. Karl Rosenkranz nos relata su respuesta a partir del manuscrito original: la filosofa, como suplemento ideal de la guerra, es necesaria para un pueblo. Ms especficamente:
Slo la muerte es trabajo absoluto (absolute Arbeit) ya que suprime (aufhebt) la singularidad determinada. El coraje aporta su absoluto sacrificio al estado. La humillacin de no haber muerto, sin embargo, es el destino de los que no mueren en batalla y todava poseen el placer de su propia singularidad. De ah que no les quede sino la especulacin, el conocimiento absoluto de la verdad, como la forma en la que la pura (einfache) conciencia del infinito es posible sin las determinaciones de una vida individual independiente (D 314).
no debe rebajarse este pasaje mediante la psicologizacin a partir de la mala conciencia del no combatiente. Hegel plantea seriamente la equivalencia entre la muerte en la batalla y la filosofa desde el presupuesto de que las batallas se libran para formar un pueblo libre y el proceso especulativo culmina en saber absoluto. En orden a obtener su forma, el pueblo libre necesita del supremo sacrificio tanto como del espritu absoluto. La filosofa de Hegel no es la prctica socrtica de la muerte es el equivalente de la muerte en el campo de la revolucin. Filosofar de una manera tal que el trabajo del filsofo se integre a s mismo significativamente en el proceso de la historia es una tarea difcil. Afortunadamente conservamos el texto del propio Hegel reflexionando sobre esta cuestin:
cada hombre particular es un eslabn ciego en la cadena de la absoluta necesidad mediante la que el mundo se conforma a s mismo (sich fortbilden). El hombre particular puede elevarse a s mismo hasta alcanzar el poder (Herrschaft) sobre
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un apreciable tramo de esa cadena slo si conoce la direccin general en la que la gran necesidad quiere moverse y si, de ese conocimiento, aprende a pronunciar las palabras mgicas (die Zauberworte) que evocarn su figura (Gestalt) (D 324).
Este pasaje revela el intenso resentimiento de Hegel tanto como la causa del mismo. Es un pasaje clave para la comprensin de la existencia moderna. El hombre se ha convertido en nada, no posee realidad alguna por s mismo; es una partcula ciega en un proceso del mundo que tiene el monopolio de la verdadera realidad y del verdadero significado. En orden a elevarse de ser nada a ser algo, la partcula ciega debe convertirse en una partcula capaz de ver. Pero incluso si la partcula ha logrado la visin, no ve nada ms que la direccin en que el proceso se mueve, independientemente de que sea visto por la partcula o no. Y sin embargo, para Hegel se ha producido una importante ganancia: la nada que se ha erigido a s misma en algo se ha convertido, si no en un hombre, al menos en un brujo que puede evocar, si no la realidad de la historia, por lo menos su figura. Vacilo casi al continuar el espectculo de un nihilista desnudndose resulta embarazoso. Pues Hegel revela con tantas palabras que el ser humano no es suficiente para l; y como l mismo no puede ser el Seor divino de la historia, va a conseguir la Herrschaft como brujo (sorcerer) que quiere evocar una imagen de la historia una figura, un fantasma pensada para eclipsar la historia fruto de la accin divina. El proyecto imaginativo de la historia encaja en su lugar dentro del patrn de la existencia moderna como instrumento de poder del prestidigitador (conjurer). Hegel concluye su reflexin con esta declaracin:
Ese conocimiento que significa incluir en uno mismo todo el sufrimiento y el conflicto que durante varios milenios ha gobernado el mundo y todas las figuras de su manifestacin (Ausbildung)xii, y a la vez elevarle a uno mismo sobre ello (o sea, el conflicto) ese conocimiento slo puede darlo la filosofa (D 325).
Recordemos que ese conocimiento es el conocimiento del cual su poseedor puede aprender las palabras mgicas que evocarn la forma de las cosas venideras. con respecto a su contenido ese conocimiento debe ser el libro omnicomprensivo del dolor y del conflicto en el proceso del mundo, pues slo si es omnicomprensivo, el poseedor de ese conocimiento puede elevarse por encima del sufrimiento y del conflicto del mundo. El tema de la escisin y de la reconciliacin es reanudado. El conocimiento omnicomprensivo debe alcanzarse para dar un fin al proceso del mundo, a esta pesadilla de sufrimiento y conflicto, y para inaugurar la era de la reconciliacin. Una figura es evocada, de hecho, por el programa de Hegel: la figura de cristo que toma el conflicto y el sufrimiento
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del mundo sobre sus espaldas y de este modo se convierte en su redentor. Ese conocimiento redentor es un conocimiento que slo puede dar la filosofa. La filosofa se convierte en el grimoire del mago (magician) que evocar para todos la figura y la reconciliacin que, en la realidad de su existencia, no puede obtener para s. III Hegel ha realizado su proyecto. En 1807 publica su grimoire bajo el ttulo de System der Wissenschaft: Erster Theil, die Phnomenologie des Geistes5. La forma y el lenguaje de la obra reflejan la complejidad de la existencia moderna cuya presentacin es su propsito. como gnero de literatura filosfica, la Phnomenologie es un tratado sobre la aletheia, sobre la verdad y la realidad, y ciertamente un tratado muy importante; ningn filsofo puede permitirse ignorarlo. Sin embargo, la escisin de la existencia de Hegel entre el verdadero yo del filsofo y el falso yo del brujo mesinico se impone en la obra, de modo tal que la excelencia filosfica acaba por subordinarse respecto al Ziel antifilosfico, con el objetivo de permitir a la filosofa finalmente renunciar a su nombre de amor al saber para convertirse en saber real (wirkliches Wissen) (Ph 12). ningn moderno ministro de propaganda podra haber ideado una frase que sonara ms inofensiva, ms persuasivamente progresista, como una pantalla para gestionar la desmesura que se oculta tras ella. Pues la filosofa, aunque sus visiones puedan avanzar, no puede ir ms all de su estructura como amor al saber. En la exgesis platnica del nombre, la filosofa denota la tensin ertica de lo humano hacia el fundamento divino de su existencia. Slo Dios posee la sophia, el conocimiento real; el hombre encuentra la verdad sobre Dios y el mundo, as como sobre su propia existencia, hacindose philosophos, amante de Dios y de su sabidura. El erotismo del filsofo implica la humanidad del hombre y la divinidad de Dios como los polos de su tensin existencial. La prctica de la filosofa en el sentido socrtico-platnico es el equivalente de la santificacin cristiana del hombre; es el crecimiento de la imagen de Dios en el hombre. La aparentemente inofensiva frase de Hegel cumple as el programa de abolir la humanidad del hombre; la sophia de Dios slo puede ser colocada en la rbita del hombre transformndole en Dios. El Ziel de la Phnomenologie es la creacin del hombre-dios.
5 Johannes HOFFMEiSTER (ed.), Phnomenologie, Hamburg, 1952. citada en lo que sigue como Ph.
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Las dificultades tcnicas que Hegel tiene que superar en orden a alcanzar su objetivo, mientras camufla lo que verdaderamente est haciendo, son enormes. Diremos algo ms sobre ellas inmediatamente. El principio de construccin de la Phnomenologie es, sin embargo, tan simple que no sera injusto llamarlo un truco de prestidigitacin. Puesto que incluso para el genio creativo de Hegel sera imposible pulverizar al Dios real y al hombre real mediante la maquinaria de la dialctica y salir de ella con un hombre-dios, l niega rotundamente el estatus de realidad tanto a Dios como al hombre. La Phnomenologie no admite la realidad sino slo la conciencia. Sus fenmenos van desde la conciencia de la sensacin (i-iii) y la autoconciencia (iV), pasan por la razn (V), el espritu (Vi) y la religin (Vii), hasta el saber absoluto (Viii)xiii. Puesto que la conciencia debe ser conciencia de alguien sobre algo, y puesto que ni Dios ni el hombre son reconocidos como alguien o algo, la conciencia ha de ser conciencia de s. Su realidad absoluta es por tanto propiamente definida como la identidad de la identidad y la no identidad. La sustancia se hace sujeto y el sujeto sustancia en el proceso de una conciencia que es inmanente a s mismaxiv. naturalmente Hegel no establece ese principio de formacin de modo tan escueto como yo acabo de hacerlo, pues en ese caso la empresa de su grimoire se frustrara. El lector se preguntara con razn cmo puede ser posible un tipo de conciencia que no es una conciencia de nadie? Y si no recibiera respuesta alguna, o si sta fuera aplazada ms o menos cortsmente, con la sugerencia de que es su falta si no ha comprendido lo que es claro como el cristal, el lector podra volverse desconfiado. no, la Phnomenologie tiene 564 pginas; y recorre con una increble riqueza de observaciones fenmenos como la relacin entre amo y esclavo, el estoicismo, el escepticismo, la conciencia desgraciada; actitudes existenciales como la del hedonista y el moralista, el hombre poltico y el no poltico, el ciudadano revolucionario y el leal, la tragedia clsica y la religin cristiana, la alienacin, la educacin, la fe, el intelectualismo, la ilustracin, la supersticin, la libertad y el terror, la Revolucin Francesa y el imperio napolenico. En la construccin hegeliana todos esos fenmenos son entendidos como etapas del proceso dialctico de la conciencia inmanente hacia el objetivo final del saber absoluto, pero el lector, viviendo en sus hbitos de sentido comn, entender las a menudo brillantes observaciones como reflexiones del filsofo sobre fenmenos dentro del mundo real de la existencia personal en la sociedad y en la historia. La Phnomenologie es un divertissement en el sentido enftico de un juego imaginativo, concebido de modo tan magistralmente cercano a la realidad que el excitado espectador puede olvidar que lo que est viendo no es ms que un juego. La ambigedad del juego debe ser aislada y reconocida como una estructura en la Phnomenologie, a fin de evitar un estril debate. Uno puede concen-
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trarse en la conciencia suspendida en el vaco como principio de construccin, y desechar la Phnomenologie como una muestra de desvaro. Pero uno puede concentrarse tambin en los estudios sobre los intelectuales ilustrados, o sobre la psicologa reduccionista, o sobre las masas terroristas, y admirar a Hegel como un profundo analista de las aberraciones existenciales. Ambos aspectos pueden defenderse perfectamente; y sin embargo, a este argumento le faltara el juego de reemplazar la Primera Realidad de la experiencia por la Segunda Realidad de la imaginacin constructiva, y de dotar a la realidad imaginaria de apariencia de verdad, hacindole as absorber parcelas de la primera realidad. Adems, el juego es jugado por un maestro cuya poderosa mente puede verdaderamente organizar tal cantidad de materiales histricos en el interior de la construccin que incluso un lector no tan inocente puede distraerse lo suficiente como para pasar por alto sus lagunas e inconsistencias, y creer que ha sido logrado el ostensible Ziel de transformar el amor a la sabidura en un sistema de ciencia. La astucia de Hegel para idear una frase que disfrace una desmesura existencial es equiparable a su habilidad para aplazar la decepcin. La ambigedad del juego, su astucia y su fraude, ha de ser reconocida como un fenmeno por derecho propio un fenmeno que no aparece entre los fenmenos de la Phnomenologie, pero que ha sido firmemente establecido por sta como el prototipo del gran juego de confianza jugado por el hombre moderno en su existencia escindida bajo rtulos tales como publicidad, propaganda, comunicacin y, de modo ms amplio, como ideologa poltica. La estructura del juego ha de ser aislada y reconocida, pero no ha de ser arrancada del contexto del grimoire. Hegel no quiere jugar el juego para su provecho, sino que quiere encontrar las Zauberworte que le den el poder sobre la realidad. Y en ese contexto, el juego no es la huida que se desva de la realidad tal y como aparece para el lector crtico, sino el recurso necesario para establecer el conocimiento real que permite a Hegel evocar la figura del futuro. Dado que esto no se puede conseguir en la realidad, sino slo en un acto de la imaginacin metastsica, y dado que la imaginera del acto ha de ser consistente en s misma, la historia tiene que transformarse en el proceso dialctico de una conciencia que quiere llegar a su propia plenitud reflexiva en la conciencia metastsica suspendida en el vaco de la imaginacin de Hegel. En orden a romper la cadena a la que Hegel imagina estar vinculado, l tiene entonces que vincular la historia con la cadena imaginaria del proceso dialctico. La metastasis del amante de la sabidura en el poseedor del conocimiento requiere la metastasis de la historia en la dialctica de la Phnomenologie. La construccin del grimoire es entonces una violenta destruccin de la realidad. En la realidad histrica, la verdad de un filsofo es la exgesis de su expeForo Interno 2010, 10, 155-197
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riencia: un hombre real participa en la realidad de Dios y del mundo, de la sociedad y de s mismo, y articula sus experiencias mediante un lenguaje simblico ms o menos adecuado. Pues aunque su experiencia y simbolizacin de la realidad pueda ser comprimida, incompleta, y necesitada de una ulterior revisin, ella posee su dignidad como la imagen real de un hombre acerca de la realidad divina del cosmos que le envuelve y le rodea. Adems, el filsofo sabe que su propia experiencia de participacin, aunque noticamente controlada alcanza visiones ms diferenciadas de la verdad de lo real de las que resultan posibles en el ms reducido medio del mito, es la misma experiencia de participacin en la misma realidad que ha engendrado los simbolismos menos controlados noticamente. Por muy importante que pueda ser su avance en visin, en cuanto hombre est tan lejos o tan cerca de la sophia divina como lo est su predecesor mitopotico; los avances en la visin pueden agudizar la comprensin de un ser humano respecto de su humanidad, pero no pueden abolir su condicin humana. Por mucho que puedan diferir en lo que respecta al estado histrico de su visin, el philomythos y el philosophos, el creyente en la salvacin por cristo, el gnstico antiguo, el alquimista medieval y el moderno brujo, son todos iguales en relacin con la equidistancia de su humanidad respecto de Dios. La equivalencia del simbolismo como expresin de la humana bsqueda de la verdad de s y del fundamento de su existencia es el principio, establecido por Aristteles, que gua la investigacin del filsofo concerniente a las mltiples manifestaciones de la verdad experimentada y simbolizada6. imaginar que la bsqueda de la verdad no es la esencia de la humanidad, sino una histrica imperfeccin del conocimiento a superar en la historia por un conocimiento perfecto que pondr fin a esa bsqueda, es un ataque a la conciencia humana de su existencia bajo la divinidad. Es un ataque a la dignidad del hombre. Ese es el ataque que Hegel realiza al sustituir la conciencia concreta del hombre concreto por la conciencia imaginaria que recorre su curso dialctico en el tiempo hasta la conciencia absoluta de S en su sistema. Sostiene su construccin imponiendo una relacin cerrada de relaciones en los smbolos Geist, historia, tiempo, espacio y mundo. no hay historia antes de que el Geist la ponga en marcha en los imperios asiticos de china, india y Persia; y no habr historia despus de que el Geist haya alcanzado su conciencia de S en el imperio napolenico y en el Sistema de ciencia de Hegel. Esta ltima figura del espritu (diese letzte Gestalt des Geistes) le da a su verdadero y completo contenido al mismo tiempo la forma del
6 Sobre el principio aristotlico de equivalencia, consultar mi Anamnesis, Munich, 1966, pp. 297-299.
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S mismo. El espritu apareciendo en ese elemento de conciencia (o, lo que es lo mismo, producido en l y por l) es ciencia. Es saber absoluto (Ph 556). Sin embargo, antes de que el Geist haya alcanzado su forma conceptual (Begriffsgestalt) tiene ya existencia (Dasein) como el fundamento y el concepto en su inmvil simplicidad, es decir, como la interioridad o el S mismo del Geist que todava no existe (noch nicht da ist). Hay una experiencia y un conocimiento del Geist como sustancia, esto es, como una verdad sentida, como una divinidad revelada eternamente en la interioridad, como una divinidad en la que se tiene fe, o cualquier otra expresin que quiera usarse. Pero esa experiencia (Erfahrung) del Geist como sustancia a travs de la religin tiene el carcter del ocultamiento (Verborgenheit) ms que el de la revelacin (Offenbarung), porque la sustancia no se revela todava plenamente como un momento en el proceso dialctico, que como tal slo puede revelarse retrospectivamente desde la posicin del saber absoluto alcanzado. Ese movimiento del Geist desde su oculta figura conceptual como sustancia hacia su figura conceptual revelada en la conciencia autorreflexiva del saber absoluto, es el contenido del proceso dialctico (Ph 557-558). El proceso imaginario de la conciencia imaginaria debe, pues, blindarse frente a la realidad de la historia transformando el tiempo en una dimensin interior de la dialctica. El tiempo es el concepto mismo en su existencia (der da ist), tal como se presenta a s mismo a la conciencia en cuanto una intuicin vaca (Anschauung); sta es la razn de que el Geist aparezca necesariamente en el tiempo, y de que seguir apareciendo en el tiempo hasta que no haya concebido (erfasst) el puro concepto de s, es decir, hasta que no haya abolido el tiempo mismo. El tiempo es el puro S mismo (Self), visto desde fuera del s mismo, pero todava no concebido por s. El concepto al concebirse a s mismo suprime su forma temporal (hebt seine Zeitform auf). Por tanto, el tiempo aparece como el destino y la necesidad del Geist que no ha encontrado an su plenitud en s mismo. Y no puede completar esa plenitud como geist autoconsciente antes de haber recorrido su curso como Weltgeist. El movimiento mediante el que produce por s mismo la forma del mismo conocer es el trabajo que realiza en cuanto historia real (Ph 558-559). El significado de la construccin quedar claro si se comprende que Hegel aplica al tiempo del Geist en la historia el mismo argumento que Platn y San Agustn aplicaron al tiempo del mundo: el tiempo es una dimensin interna de la realidad del mundo; no hay un tiempo en el que Dios creara el mundo, no hay un tiempo antes del tiempo. La historia real del Geist es en Hegel la historia de un mundo con una dimensin temporal interior. Su comienzo y su final se encuentran antes del Dios que lo hizo; no hubo tiempo antes del tiempo puesto por Hegel como su comienzo; y no habr tiempo despus de que la forma-tiempo haya sido suprimida por Hegel mediante su sistema. Hegel es el alfa y el omega de la historia real.
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Slo un maestro de la tcnica filosfica poda haber ideado la construccin de la conciencia que acabamos de analizar; pero ningn filsofo se podra nunca sentir satisfecho con esa construccin. El autor de la Phnomenologie padece tan profundamente su conflicto existencial entre sus dos identidades que casi no tiene sentido preguntarse qu es lo que realmente pensaba Hegel. El intrprete debe estar alerta ante los juegos de esa identidad dividida. Debe poner entre comillas a Hegel, porque ningn enunciado sobre la intencin de Hegel puede ser vlido, a menos que tenga en cuenta el intrincado movimiento de su yo. En el pargrafo precedente, por ejemplo, he caracterizado categricamente la construccin hegeliana como un ataque a la dignidad humana. Pero es eso realmente as? Si nos colocamos a nosotros mismos en el interior de la construccin no hay ningn ataque al hombre y a su dignidad, porque Hegel excluye a la conciencia del hombre real de su construccin imaginativa de la conciencia. El movimiento del conocimiento dialctico es el crculo que regresa sobre s, que presupone el principio que alcanza al final (Ph 559). Una vez que has entrado en el crculo mgico que el brujo ha dibujado a su alrededor ests perdido7. Y sin embargo, el ataque a la dignidad se produce realmente, porque Hegel concibe su construccin no como un divertimento privado, sino como una evidente proclamacin pblica de la verdad cientfica acerca de la realidad del hombre en la sociedad y la historia. Uno no puede sin ms desentenderse del Hegel de esta construccin como un imaginario manitico, porque existe el otro Hegel que pretende que su construccin sea un tratado de aletheia. Y entonces aparece el tercer Hegel que comprende a los otros dos, el potente brujo que impone su opus a una poca que est demasiado deseosa de encontrar el camino de salida de la escisin mediante la brujera. El juego de identidades (The game of the Selfs) debe ser observado con especial cuidado si uno quiere entender la proclama de Hegel de que Dios ha muertoxv. El asunto est an vivo, como se atestigua por la reciente ola revitalizadora de la muerte de Dios; pero difcilmente podra estarlo si sus adictos se hubieran sometido alguna vez a la disciplina, generalmente reconocida como desagradable, de leer cuidadosamente a Hegel. Pues en el contexto de la Phnomenologie, la muerte de Dios es inseparable de la vida de Dios que alcanza su plenitud en el sistema de Hegel. El asunto debe formularse ms bien en trminos de alternativa acerca de si Hegel se ha convertido en Dios, o si Dios ya era Hegel desde el comienzo y simplemente se tom el tiempo de la historia real para revelarse plenamente en su sistema. Vayamos pues a los distintos movimientos del juego.
7 Estudiosos de Hegel han sealado este problema; ver as: Jrg SPLETT, Die Trinittslehre G. W. F. Hegels, Freiburg/Munich, 1965.
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1. La conciencia es absoluta realidad; su proceso es una teogona; y una vez completado, Dios es completamente real y presente. En efecto, al final del captulo Vi Hegel introduce el Ich que est seguro de la certeza del Geist en s mismo como el erscheinende Gott, como el Dios que se revela en medio de aquellos que se conocen a s mismos como conocimiento puro (Ph 472). Luego, el captulo Vii elimina al Dios de la revelacin cristiana al colocarlo en su lugar correspondiente, es decir como una Gestalt de la conciencia, ahora obsoleta y muerta; y finalmente, en el captulo Viii, la conciencia como saber absoluto est sola consigo misma. Puesto que estos captulos fueron escritos por Hegel, y puesto que, presumiblemente, no era inconsciente cuando los escribi, debemos concluir que en 1807 Hegel ha devenido Dios. 2. Esa conclusin no es, sin embargo, nada ms que la primera palabra en este asunto. Debe tenerse en cuenta el problema del crculo: lo alcanzado por el crculo de la construccin al final es el principio que ha sido presupuesto (Ph 559). Si Dios se revela a s mismo completamente en el final del sistema de Hegel, debemos concluir que Dios era ya Hegel incluso al principio slo que un Hegel ms simple, ms sustantivo y menos autorreflexivo. 3. La cuestin se complica ulteriormente por una pequea incertidumbre acerca de la posicin de Hegel sobre la Trinidad. no he encontrado ninguna indicacin en su obra de que Hegel fuera en ningn momento Dios Padre; ese papel est reservado para la entidad primordial. Pero si parece haber sido el Hijo. En la Logik (1812), no hay duda de que Hegel es el Logos, el Hijo de Dios, slo que ms y mejor pero hablaremos de esto dentro de poco. En la Phnomenologie (1807) se puede encontrar una definitiva declaracin de que Hegel no se considera a s mismo Dios Padre, sino slo el Hijo. Al final del captulo Vi el erscheinende Gott est presente, encarnado, entre nosotros que nos conocemos a nosotros mismos como conocimiento puro (Ph 472). De lo que no hay duda, sin embargo, es de que a lo largo de toda la Phnomenologie Hegel es el Espritu Santo. 4. Al final de su vida Hegel persisti en la ortodoxia protestante; y todava en 1830 pronunci la conferencia del tercer centenario de la Confessio Augustana. A primera vista el Hegel ortodoxo es incompatible con el Hegel que declara que Dios ha muerto. Las posiciones entrarn en conflicto, sin embargo, slo para los intrpretes fundamentalistas que entiendan la muerte de Dios como un contradogma ateo frente al tesmo del credo. Para Hegel, como he sugerido, Dios est muy vivo, revelndose a s mismo en el sistema con mayor perfeccin de lo que lo haba hecho nunca antes en las Gestalten en las que, en la construccin hegeliana, era ms un ocultamiento que una revelacin. Para el Hegel de la conciencia imaginaria la ortodoxia era una fase vlida en el proceso
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dialctico del Geist, aunque ahora sustituida, mediante el trabajo del Weltgeist, por su ltima Gestalt en el sistema. Dios ha muerto slo en relacin al sistema de Hegel. no se puede hablar de la muerte de Dios, segn Hegel, sin entrar en el sistema, del mismo modo como no se puede hablar de la muerte de Dios, o de su asesinato en nietzsche, si Dios no se convierte en el bermenschxvi. complacerse con la muerte de Dios, o extraer a partir de ella conclusiones atesticas, o intentar remediarla mediante la accin social, habra sido considerado por ambos, por Hegel y nietzsche, como despreciables pasatiempos. 5. Al final, la muerte de Dios es ininteligible sin la muerte de Hegel. En la Fortsetzung des Systems der Sittlichkeit Hegel haba postulado la especulacin como la alternativa a la muerte en combate. El saber absoluto tena que ser la forma en que la pura conciencia del infinito es posible sin la determinacin de una vida individual e independiente (D 314). En la Introduccin de la Phnomenologie, escrita despus de haber terminado el cuerpo completo de la obra, Hegel resume el problema de la especulacin como muerte de la vida individual:
El Ziel est tan necesariamente implcito en el saber como lo est el progreso hacia l; es decir, se da all (es ist da) donde no debe ir allende de s mismo, donde se encuentra a s mismo, donde el concepto se corresponde con el objeto y el objeto con el concepto. Lo que est limitado a la vida natural no puede ir, por s mismo, ms all de su existencia inmediata, pero es conducido ms all por algo distinto a ella misma, y este ser arrastrado ms all (hinausgerissen werden) es su propia muerte. La conciencia, sin embargo, es su propio concepto para s misma; ella es, en su inmediatez, el ser ms all de lo limitado y, puesto que lo limitado es parte de l mismo, es ms all de s misma; con su singularidad, se le da ese ms all de la singularidad, incluso si fuera slo un ms all desde el lado de lo limitado, como en una intuicin espacial. Por lo tanto, la conciencia sufre la violencia de su satisfaccin limitada siendo destruida (verderben) por ella misma (Ph 69).
Por lo dems Hegel reflexiona sobre la ansiedad despertada por la muerte de la conciencia limitada mediante el esfuerzo de la especulacin. El hombre retroceder ante la verdad, e intentar preservar aquello que est amenazado de perder; pero no ser fcil para l encontrar su paz mental (peace of mind) en la inercia irreflexiva o en el sentimentalismo de creer que todo est bien a su manera, porque la inquietud del pensamiento turbar la inercia irreflexiva y el sentimentalismo. Hegel concluye la lista con el miedo a la verdad que se esconde detrs de un celo tan ferviente hacia ella, que no permite encontrar otra verdad que la del trockene Ich, en todo caso siempre ms inteligente que cualquier tipo de pensamiento, sea propio o de otro. Desde este catlogo de huidas emerge el desasosiego del pensamiento (the unrest of thought) y la confianza en una rea-
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lidad que se mostrar tan dcil a la conceptualizacin auto-reflexiva como las cualidades existenciales del pensador que lucha por ir ms all de la natural limitacin de la existencia, hacia la muerte del saber absoluto. con el captulo final de la Phnomenologie, Hegel, en cuanto determinacin de una vida individual e independiente, muere. Dios ha muerto y ahora tambin Hegel con l. Algo as como la ltima escena de una tragedia isabelina. La muerte de Hegel no debe separarse de la muerte de Dios. Ambas son, en el contexto de la brujera especulativa, el equivalente de una theologia mystica que reconoce el simbolismo de la teologa positiva como vlido, conociendo al mismo tiempo la participacin mediadora en el fundamento divino, la unio mystica, que est ms all de ello. Hegel fue un mstico frustrado8. A modo de eplogo: la muerte de Dios es un peligroso juguete para intelectuales epgonos y telogos confusos. IV nadie puede salvar el desorden espiritual de una poca. Un filsofo no puede hacer mucho ms que librarse de los escombros de los dolos que, bajo el nombre de una poca, amenazan con lesionarle y enterrarle; y tal vez pueda esperar que el ejemplo de su esfuerzo ayudar a otros que se encuentran en su misma situacin y experimentan el mismo deseo de lograr su humanidad bajo la divinidad. Hegel, en cambio, pretenda llegar a ser no un hombre, sino un gran Hombre: ser el gran Hombre cuyo nombre marcara una poca en la historia era su obsesin. Ms an, no pretenda llegar a ser un gran Hombre en la historia, precedido y seguido por otros, sino el ms grande de todos; una posicin que slo poda asegurarse convirtindose en el gran Hombre que aboliese la historia, las edades y las pocas, mediante su evocacin de la ltima Edad que de ah en adelante llevara para siempre su impronta. El gran-gran Hombre en la historia es el gran Hombre ms all de la historia. La fuerza motriz de la brujera de Hegel fue ganar el poder sobre la historia poniendo un fin a la historia con su escisin y su tedio. Lo que induce a un potencial filsofo a la locura de convertirse en el grangran Hombre es algo impenetrable. como en el caso de los grandes sucesores de Hegel en la brujera, en el de Karl Marx y en el de nietzsche, que quisieron evo-
8 Acerca del problema del misticismo y de su deformacin por parte de Hegel consultar la excelente nota en la obra de Alexandre KOJVE, Introduction la lecture de Hegel. Leons sur la Phnomnologie de lesprit, Paris, 1947, p. 296.
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car el bermensch, la enfermedad espiritual de percibir la realidad y encerrar la propia existencia mediante la construccin de una imaginaria Segunda Realidad, es un secreto entre Dios y el hombre. no se puede hacer otra cosa que describir el fenmeno. En el caso de Hegel los cinco o seis aos que preceden a la publicacin de la Phnomenologie en 1807 fueron el periodo crtico en el que cristaliz el proyecto mgico. Aunque a uno le gustara que la documentacin del proceso fuera ms completa, lo que se ha publicado de los manuscritos hasta el momento es suficiente como para permitir una reconstruccin. Lo que cristaliz en esos aos crticos fue, en primer lugar, el simbolismo del Geist (espritu), del Gedanke (pensamiento), de la Vorstellung (representacin), y de la Idee (idea) el instrumento para eclipsar la realidad del Mito, la Filosofa y la Revelacin. Su naturaleza y funcin se hacen patentes en el criticismo hegeliano de los mitos platnicos: los mitos tienen encanto y son muy tiles desde el punto de vista pedaggico, convierten a los dilogos en atractivos de leer, pero revelan la incapacidad de Platn para penetrar en determinadas reas del Geist mediante el Gedanke. El mito es siempre una presentacin que introduce imgenes sensibles, apelando a la representacin, pero no al pensamiento; es en ese sentido la impotencia de un pensamiento que todava no puede apoderarse de s mismo. En la presentacin mtica el pensamiento no es todava libre; la figura sensible es una contaminacin del pensamiento, en la medida en que no puede expresar lo que quiere expresar el pensamientocon frecuencia Platn nos dice que es difcil continuar un tema mediante el pensamiento y, por eso, quiere traducirlo en un mito; ello, evidentemente, resulta ms fcil9. El pasaje suena como si Hegel nunca se hubiera percatado, ni siquiera fugazmente, de que la introduccin de mitos por parte de Platn manifiesta, no el fallo de un pensador, sino su comprensin crtica del anlisis filosfico y de sus lmites. El filsofo puede clarificar la estructura y el proceso de la conciencia; puede trazar con mayor claridad la lnea entre la realidad de la conciencia y la realidad acerca de lo que es consciente; pero ni puede expandir la conciencia humana hasta ocupar toda la realidad en la que se da un evento, ni convertir la realidad hasta hacer de ella un evento de la conciencia. Platn sabe muy bien que el mito el de Eros, el de la psique como lugar en el que el hombre busca el fundamento divino de su existencia, el de la inmortalidad del alma, el de su pre y post-existencia, el de su culpa y su purificacin, el del juicio
9 georg W. F. HEgEL, Vorlesungen ber die Geschichte der Philosophie, vol ii (Jubilumsausgabe, ed. Hermann glockner), pp. 188-189. El curso sobre Historia de la filosofa fue impartido por primera vez en el semestre de invierno de 1805-1806 en Jena.
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final, el del origen demirgico del cosmos simbolizan experiencias del Geist. Pero Platn sabe tambin que el Geist del hombre no es idntico a la realidad en la que participa conscientemente mediante la experiencia. La experiencia de participacin en un cosmos ordenado de modo divino, que se extiende ms all de lo humano, slo puede expresarse mediante el mito; no puede ser trasformado en un proceso de pensamiento en el interior de la conciencia. Es ms, Platn era tan profundamente consciente de la consustancialidad de lo humano con la divina realidad, pero de su no identidad con ella, que ide un smbolo especial para la experiencia humana de su estatus intermedio entre lo humano y lo divino: llam a la conciencia de ese estatus la metaxy, el ser-entre (the Inbetween) de la existencia. El ser-entre de la existencia no es un espacio vaco entre dos entidades estticas, sino el lugar de encuentro de lo humano y lo divino en la conciencia de su interpretacin e interpenetracin. Esa conciencia de la metaxy se da en un flujo histrico. La diferenciacin de la conciencia notica mediante los filsofos es un evento histrico; y una vez que se ha producido, la visin humana en la conciencia y en su ms all ha avanzado. El viejo mito fue adecuado para obtener una experiencia ms compacta del cosmos; cuando la conciencia recibe una iluminacin notica se requiere un nuevo mito. Platn contrapone ntidamente sus propios mitos a los mitos de Homero. Ese avance real de la visin notica, con su concomitante ajuste del mito, lo extrapol Hegel al postulado de una desmitologizacin metastsica que pretende absorber el ms all de la conciencia en el interior de la conciencia misma. Hasta qu punto era consciente Hegel de su transformacin de la metaxy de la existencia en la dialctica de una conciencia imaginaria es algo que debe permanecer incierto; considerando la naturaleza del caso, no poda dar una exposicin completa de su proceder falaz, so pena de abandonar el proyecto. Pero no hay duda, en cambio, respecto del propsito de postular la metastasis: slo si se hace coincidir la realidad con el concepto, la idea devendr existente. gobernar significa determinar el estado real, para actuar en l de acuerdo con la naturaleza de las cosas. Y eso requiere conciencia del concepto de las cosasLa idea debe ser realizada en la historia; Dios rige el mundo, la idea es el poder absoluto que se crea a s mismo10. El filsofo puede realizar la identidad con el poder divino de la idea que rige el mundo, si alcanza la metastasis de la filosofa en un movimiento de puro pensamiento, si efectivamente puede absorber la realidad en el concepto11 xvii.
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El filosofar de Platn tena, en la interpretacin de Hegel, el mismo objeto que el suyo: cuando Platn desea que los filsofos se conviertan en gobernantes quiere decir que el conjunto de la sociedad debera estar determinado por principios generales12. En las condiciones de entonces de una polis griega eso era algo imposible; pero bajo las progresivas condiciones del Estado moderno el objeto del filsofo debe modificarse, porque el objetivo inmediato de Platn ha sido realizado ya en una considerable medida. A partir de la poca de las invasiones, cuando el cristianismo se convirti en la religin general, la construccin del bersinnliche Reich en la realidad de la sociedad y de la historia se ha vuelto el propsito reconocido del Estado. En un Estado moderno, una vez que est gobernado por principios generales, ya se ha realizado el programa platnico del rey filsofo, como por ejemplo en el gobierno de Federico ii en Prusia. con este avance del Estado moderno respecto de la polis antigua, el papel del filsofo ha cambiado. La figura del rey filsofo se ha convertido hasta tal punto en una costumbre, en un hbito de la escena poltica, que a los prncipes ya ni siquiera se les llama filsofos13. Por lo tanto el filsofo ya no necesita preocuparse de la construccin de principios generales en el seno del orden social; el trabajo de realizar la idea en el proceso de la historia del mundo puede dejarse tranquilamente a figuras como la de Federico ii. El filsofo ha avanzado ms all de la simple realeza; se ha fundido con el poder absoluto de la idea en la historia. La obsesin de Hegel era el poder. Si quera ser el brujo que pudiera evocar la figura de la historia, deba penetrar en los acontecimientos polticos de su poca con el pensamiento, hasta que los eventos y el pensamiento llegaran a coincidir. Los acontecimientos de los aos que precedieron a la publicacin de la Phnomenologie fueron en verdad impactantes. El 18 de mayo de 1804 napolen fue proclamado emperador de Francia; el 11 de agosto Francisco ii reaccion asumiendo el ttulo de Francisco i, emperador de Austria; y entonces cada uno de los nuevos emperadores reconoci al otro. En 1805 se produjo la guerra de la Tercera coalicin, con las batallas de Trafalgar y Austerlitz, concluida el 26 de diciembre mediante el tratado de Pressburg. El ao de 1806 trajo la reorganizacin napolenica de Europa mediante el Sistema Federativo; el 12 de julio la confederacin del Rin fue organizada bajo el protectorado de napolen; el 6 de agosto Francisco ii renunci a la dignidad de emperador romano y declar extinguido el imperio Romano-germnico. Esos fueron los acontecimientos a los que
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respondi Hegel, el 18 de septiembre de 1806, al terminar su collegium sobre su as llamada filosofa especulativa con el siguiente discurso a los estudiantes:
caballeros, esta es la filosofa especulativa hasta donde yo he llegado en su elaboracin. considrenla como el comienzo de un filosofar que ha de ser continuado por ustedes. nos encontramos en una poca importante, en un fermento; el Geist, con un impulso brusco, se ha movido para dejar atrs su Gestalt anterior y asumir una nueva. Toda la masa de concepciones y conceptos aceptados hasta ahora (der bisherigen Vorstellungen), los vnculos del mundo, se han disuelto y colapsado como una visin onrica. Una nueva epifana (Hervorgang) del Geist se est preparando. Le corresponde a la filosofa saludar su aparicin y reconocerla, mientras que otros, en una impotente resistencia, se adhieren a lo que pertenece al pasado, y la mayora no es ms que una muchedumbre inconsciente de su aparicin. Pero la filosofa, reconocindolo (el Geist) como lo eterno, debe rendirle los honores que merece. Encomendndome a m mismo a su amable recuerdo, les deseo unas felices vacaciones14.
cuatro semanas ms tarde, el 14 de octubre, tuvieron lugar las batallas de Jena y Auerstdt. El da anterior a la batalla, Hegel tuvo el placer de poder ver a napolen en persona. Rememor su reaccin ante ese acontecimiento en la famosa carta escrita a su amigo niethammer, y que se fech en Jena, el lunes 13 de octubre de 1806, el da en que Jena fue ocupada por las tropas francesas y el emperador napolen entr en sus muros. Hegel escribi:
He visto al emperador esta alma del mundo cabalgando por la ciudad, y fuera de ella, en un paseo de reconocimiento; fue en verdad un sentimiento maravilloso poder ver a tal individuo que, concentrado en un solo punto, sentado en su caballo, alcanza el mundo en su totalidad y lo domina15.
El pasaje ofrece una muy buena imagen del estado anmico de Hegel en esos aos crticos. Hay en l la penetrante observacin sobre las masas que nunca saben lo que les afecta; de los tradicionalistas irreductibles que no pueden creer que una mansin que han dejado decaer durante siglos acabe finalmente por derrumbarse; acerca del deber que incumbe a la humanidad de comprender qu es lo que est ocurriendo a su alrededor y de orientarse en una situacin de cambio revolucionario. La actual respuesta al desafo revela no obstante la confusin pneumatolgica de un hombre cuyo yo filosfico se est desintegrando, mientras
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Aus Jenenser Vorlesungen, (D 335-352), 352. Briefe von und an Hegel, vol. i (ed. de Johannes Hoffmeister), 1952, p. 120.
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que el yo del brujo empieza a cristalizar. El thaumazein aristotlico se ha convertido en un sentimiento maravilloso provocado por la visin de un emperador; Dios ha desaparecido detrs de un alma del mundo neoplatnica, que a su vez aparece sentada a caballo; un jinete capaz de traer a la memoria evocaciones del Apocalipsis ha devenido, entonces, una nueva Gestalt del Geist que llega al mundo para dominarlo; y el honor ofrecido por la filosofa a la nueva Gestalt no es exactamente lo que se entiende como dar al csar lo que es del csar, y a Dios lo que es de Dios. cuando un filsofo se apresura a presentar sus respetos a una conquista imperial en marcha, nos hace sospechar de que se trata de un imprudente oportunista; cuando proclama que el deber de la filosofa es rendir el honor debido a la nueva Gestalt en la historia, suena como si la filosofa se degradara al papel de ancilla potestatis; cuando exhorta a sus estudiantes a seguir su ejemplo, parece practicar aquella autntica corrupcin de la juventud que Platn consideraba un crimen cuya atrocidad era superada slo por el asesino fsico; y cuando, tras Waterloo, transfiere los honores del imperio derrotado al Estado prusiano, parece dar el toque final al retrato de una persona detestable. Aunque ningn retrato podra distorsionar ms insidiosamente que ste la personalidad de Hegel, es necesario dibujarlo porque su fidelidad muestra la apariencia pblica de la moderna deformacin de la existencia. La enfermedad espiritual no es un asunto privado, sino que tiene consecuencias pblicas; el hombre que se deforma a s mismo no vive en un vaco, sino en medio de la sociedad, y la Segunda Realidad que ha creado para s mismo incide en la Primera Realidad en la que vive. Los rasgos de carcter reunidos en el retrato resultan de la friccin entre la Segunda y la Primera realidad estos distorsionan maliciosamente la verdad tal y como se ve desde la posicin del hombre espiritualmente enfermo que se involucra en tales situaciones, pero son en realidad las autnticas y lamentables consecuencias de la existencia en la no verdad. La respuesta de Hegel a la translatio imperii que presenci puede parecer desubicada si se la juzga desde los estndares del Mito, de la Filosofa y de la Revelacin, porque esos simbolismos expresan la realidad tal como es experimentada por un hombre cuya alma est abierta al fundamento divino del cosmos y de su propia existencia. Aqulla no aparecer, en modo alguno, confusa si se la juzga bajo los estndares de la existencia de brujo que Hegel desarrolla y que moldea en smbolos lingsticos durante esos aos en Jena. Si un hombre vive en apertura hacia Dios, lme ouverte de Bergson, su conciencia de su tensin existencial ser el ncleo cognitivo en su experiencia de la realidad. Si un hombre deforma su existencia cerrndola hacia el fundamento divino, el ncleo cognitivo de su expe-
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riencia de la realidad cambiar, porque deber reemplazar el polo divino de la tensin por algn fenmeno inmanente al mundo. El ncleo cognitivo deformado implica entonces un estilo deformado de conocimiento, por el cual la Primera Realidad experimentada en la existencia abierta es transformada en una Segunda Realidad imaginada en una existencia cerrada. La eleccin hegeliana de un imaginario polo absoluto fue el imperio, entendido como la organizacin ecumnica de la humanidad bajo la idea de la historia; y la deformacin del polo cognitivo impuso el deformado estilo de conocimiento que produce la historia imaginaria de la idea. Ese estilo, sin embargo, tiene una lgica propia. Aunque la gnesis de la Segunda Realidad hegeliana puede aparecer confusa, e incluso sin sentido, si se la confronta con la Primera Realidad mediante procedimientos cognitivos de la Primera Realidad, resulta inteligible en sus propias premisas. Las reflexiones que siguen acerca de ese proceder cognitivo deformado estn basadas en la seccin Aus Jenenser Vorlesungen, de las que ya he citado el discurso final a los estudiantes, procedente de los Dokumente de Johannes Hoffmeister. Hegel no estaba interesado en el poder poltico, sino en el poder de la idea. La pura idea es el poder absoluto que se genera a s mismo. La pura idea es el poder del misterio divino, de cuyo inalterado hermetismo (ungetrbte Dichtheit), la naturaleza y el Geist consciente son liberados para existir por s mismos (D 348). La dialctica inmanente del absoluto es la historia vital (Lebenslauf) de Dios (D 348-349). La creacin del universo es el decir de la Palabra absoluta, el retorno del universo a s mismo es el escuchar (la Palabra), de modo tal que la naturaleza y la historia se convierten en el Medium entre el decir y el escuchar que desaparecer como Ser-Otro (Anderssein). El Medium entre el hablar y el escuchar la Palabra es, en el lenguaje de Hegel, el equivalente de la metaxy platnica para la conciencia de la existencia en el ser-entre lo divino y lo humano. Para Hegel, sin embargo, la filosofa no es la conciencia de la metaxy, de su exploracin y de la ordenacin humana de la existencia mediante la visin lograda, como lo es en Platn, sino que es la empresa de abolir el Medium a travs del acto mgico de la especulacin. La verdad as como es concebida por la religin revelada debe ser purificada mediante el conocimiento (Erkennen). La conciencia, al elevarse a s misma hasta el ltimo punto de vista posible, se completa con la metamorfosis de sus Gestalten. Al elaborar el Sistema de la ciencia la conciencia alcanza la identidad de su certeza con la verdad de la religin revelada. gracias a su realizacin de la absoluta esencia, el contenido de la ciencia se ha vuelto para la autoconciencia: a) la autoconciencia general, b) toda la realidad o la esencia (Wesenheit) en s misma, y c) esa autoconciencia individual para s misma (D 329-30). Bajo el ttulo de la ciencia, entonces, la filosofa penetra el misterio divino y se convierte a s misma en autoconciencia
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del hombre individual que ha completado esa penetracin, es decir, de Hegel. El Medium del mundo ha llegado a su final mediante el acontecimiento apocalptico de la Palabra que se escucha a s misma hablando a travs del Sistema de la ciencia de Hegel. Aunque el universo regresa a s mismo como una totalidad, no todos los participantes en la abolicin del Medium actan con el mismo grado de conciencia. En el nivel poltico, el regreso apocalptico es ms sentido que reflexionado, permanece semi-consciente; para alcanzar el sentido apocalptico del acontecimiento con plenitud de conciencia es necesaria la filosofa. napolen es el gran Hombre porque es el servidor histrico-mundano de la idea en cuanto que llega a su plenitud; Hegel es el gran-gran Hombre porque su Sistema de ciencia pone el sello de la autorreflexin consciente en la metastasis de la realidad. La expansin imperial de napolen y la elaboracin de la filosofa especulativa por parte de Hegel se compenetran como dos niveles de conciencia en el regreso apocalptico. como consecuencia de esa construccin imaginativa Hegel podra no ser considerado, desde su propia posicin, un oportunista poltico. La deformacin de su ncleo cognitivo le haba cegado respecto de la historia pragmtica de la Primera Realidad y de las vicisitudes del poder. Ya haba transformado los acontecimientos de la Primera Realidad en acontecimientos simblicos dentro del drama apocalptico de su imaginacin; o para ser ms exactos, en los aos de Jena esa transformacin estaba ya en proceso. La expansin metastsica puede ser diagnosticada ya en el lenguaje de la cita anterior: la ganze Masse der bisherigen Vorstellungen, que ahora colapsan como una imagen onrica (D 352). La frase no puede ser traducida de forma adecuada al ingls, porque la lengua inglesa no ha absorbido los smbolos apocalpticos modernos en el mismo grado en que lo ha hecho el alemn. El adjetivo bisherige rene todas las concepciones de la historia y del orden social vigentes hasta el escrito de Hegel en un sueo, que ahora debe ser suprimido por la verdad de lo real. Ese adjetivo, utilizado por Hegel como smbolo apocalptico operativo, se col en la primera frase del Manifiesto comunista: Die Geschichte aller bisherigen Gesellschaft ist die Geschichte der Klassenkmpfexviii; y en alemn se ha mantenido operativa en frases como das Ende der bisherigen Geschichtexix (Alfred Weber) despus de la convulsin de la Segunda guerra Mundial. Versiones inglesas como all previous conceptions or the history of all hitherto existing society no transmiten el peso apocalptico de bisherige. Al transformar la historia pragmtica en un drama apocalptico, el que imagina se transforma a s mismo de un hombre comn en una existencia abierta, de un eslabn en la cadena, en un gua intelectual de la humanidad en su camino hacia la liberacin metastsica.
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He aislado el smbolo bisherige porque concentra el poder mgico de la especulacin en la esfera de la sociedad y la historia. Su supervivencia en las combinaciones de alle bisherige Gesellschaft y Geschichte es una prueba de su mordacidad. con todo, las ltimas simplificaciones y vulgarizaciones arrancan al smbolo de su contexto especulativo del que deriva su poder mgico. Un brujo de primer rango que conozca su oficio no considerara ni por un momento una metastasis de la historia sin la metastasis del cosmos del que la historia es una parte. Por tanto, Hegel proporciona el trasfondo de sus bisherige Vorstellungen al pronunciar las Zauberworte que transforman el cosmos divino: el regreso del universo a s mismo; la escucha de la palabra creadora que hasta ahora slo ha sido pronunciada; la relegacin de la historia al pasado del Medium que ahora debe ser abolido; la reconciliacin de la realidad escindida mediante el poder de la idea finalmente realizada en la conciencia autorreflexiva; y la liberacin de los lmites del mundo antiguo, que ahora est colapsando como una imagen onrica a causa de la entrada del hombre en el misterio divino. Slo en una Segunda Realidad, imaginada como un cosmos en cambio metastsico, rigen las relaciones entre imperio y filosofa de las que Hegel depende para su operacin mgica de evocar la Gestalt del nuevo mundo. Slo si en un acto de especulacin metastsico la renovacin del cosmos es imaginada como real, la renovacin puede convertirse en un nuevo factor por el que el conquistador de un nuevo orden de poder es vinculado a una renovacin meditativa de la visin de un filsofo. Hegel estableci la renovacin como el elemento comn del imperio y de la filosofa en sus fascinantes reflexiones acerca de la relacin entre Alejandro y Aristteles (D 345-346): el gran Hombre de la historia aparece en aquellas pocas de transicin cuando la vieja forma tica de las naciones (die alte sittliche Forme der Vlker) va a ser radicalmente vencida por una nueva. cuando el tiempo est maduro las naturalezas perceptivas que llevan a cabo la transicin slo tienen que pronunciar la palabra y las naciones les seguirn. Pero para poder lograr tal hazaa, estos grandes espritus deben purificarse a s mismos de todas las singularidades de la precedente Gestalt. A fin de culminar la obra en su totalidad, deben comprenderla tambin en su totalidad. Si algn hombre slo puede avanzar parcialmente en la tarea, la naturaleza le derribar y colocar en su lugar a otros al frente, hasta que la obra sea completada. De todas formas, si ha de ser la obra de un solo hombre, entonces ese hombre debe haber comprendido la totalidad y gracias a esa comprensin haberse purificado a s mismo de cualquier limitacin (Beschrnkheit). Los terrores del mundo objetivo, todos los vnculos de la realidad moral, y junto a ello cualquier apoyo externo (fremde Sttzen) para mantenerse en este mundo, as como cualquier confianza en un vnculo firme en el mismo, de todo ello debe haberse despojado, es decir, debe
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haberse formado en la escuela de la filosofa. En virtud de su formacin en esa escuela puede erigir la Gestalt de un nuevo mundo moral desde su sueo y entrar en liza contra las antiguas formas del espritu del mundo, como Jacob luch contra Dios, con la seguridad de que las formas que puede destruir son una Gestalt obsoleta y de que la nueva es una nueva revelacin divina. En la persecucin de este propsito est autorizado a considerar a la humanidad en su conjunto como una materia (Stoff) de la que puede apropiarse y para ser insertada en el interior del organismo de su gran individualidad, una sustancia viva que formar, ms activa o ms inerte, los rganos de la gran ciudad. As, Alejandro de Macedonia sali de la escuela de Aristteles para ir a la conquista del mundo. Hegel estaba en la mitad de su treintena cuando mezcl las metforas acerca de la Bella Durmiente y el prncipe, de la lucha de Jacob con Dios, y del cuerpo mstico de cristo, para explicar a los estudiantes lo que ocurre cuando uno acude a la escuela de la filosofa. napolen estaba ante portas. Y el grimoire a punto de ser terminado. La Phnomenologie se termin la noche antes de la batalla de Jena. En una carta a niethammer del 29 de abril de 1814, Hegel le rememoraba a su amigo la noche histrica en la que el alma del mundo preparaba el clmax de su revelacin, tanto en el imperio como en la filosofa. Pero napolen no haba acudido a la escuela de la filosofa, no era Alejandro, y el 11 de abril de 1814 haba abdicado. grandes cosas han ocurrido en el mundo que nos rodea, escribe Hegel. Es un inmenso espectculo contemplar a un genio enorme destruyndose a s mismo. Esto es lo tragikotaton [lo ms trgico] que existe. La gran masa de la mediocridad, con su absoluta y plmbea solemnidad, inexorable e implacablemente, presiona hasta hacer descender a su nivel a lo que le es superior y someterlo. El punto de inflexin, la razn de que la masa tenga el poder y se mantenga en lo alto, como el coro, reside en la gran individualidad misma, puesto que es ella la que ha otorgado el derecho para esa inflexin y se ha destruido a s misma. Hegel, en ese momento, quiere enorgullecerse de s mismo, por haber predicho esa total convulsin en la Phnomenologie. La empresa imperial estaba viciada desde el comienzo por la libertad absoluta de la ilustracin, es decir, por una libertad abstracta que se destruye a s mismaxx. napolen fue una de esas grandes individualidades, caracterizadas en las pginas dedicadas a Aristteles y Alejandro, que podan completar slo en parte la tarea impuesta por la poca. Otros tendrn que sacar adelante la parte imperial de organizar la ecmene. Por el momento, Hegel se ha quedado sin un compaero; el peso de revelar el alma del mundo reposa ahora nicamente sobre sus espaldas16.
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Briefe von und an Hegel, vol. ii (ed. de Johannes Hoffmeister), 1952, p. 28.
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La perspectiva de Segunda Realidad donde Hegel sita ya su obra en 1814, refleja fielmente la perspectiva que ha desarrollado realmente en sus aos de Jena y en el mismo grimoire una vez terminado. En el Prlogo de la Phnomenologie explica detalladamente el propsito y la tcnica de la brujera metastsica. Su propsito es la abolicin de la Zerrissenheit, de la escisin. Mientras que en los contextos antes citados la escisin haba sido enunciada a propsito de las pocas, ahora es concebida ms cuidadosamente como una caracterstica fundamental de la condicin humana. Si la escisin, presente en cualquier poca, es experimentada de forma ms extrema por la poblacin en general, puede convertirse en la caracterstica de una poca; y una poca como esa, entonces, est madura para ser superada por una nueva Gestalt del Geist en la historia. Pero aunque Hegel pretende superar la escisin de su propia poca, no quiere ver la Gestalt de Alejandro-Aristteles, o de la iglesia y el imperio, seguida ahora de la poca napolen-Hegel que a su vez debe decaer; ms bien pretende abolir la fundamental escisin de lo humano, de modo que la edad inaugurada por la Phnomenologie ser la ltima edad de la historia. Desde el momento, sin embargo, en que Hegel no puede admitir, en el lenguaje de la existencia abierta, que pretende cambiar la naturaleza humana mediante la escritura de un libro, a partir de ese momento la declaracin de intenciones se ve abocada a su ejecucin mediante la brujera. Para realizar la transicin, Hegel usa los principios de construccin que hemos expuesto ms arriba en este ensayo: Dios y el hombre son eliminados del universo del discurso; su lugar es asumido por la Bewusstsein imaginaria o el Geist; y los smbolos de la filosofa desarrollados a lo largo de una existencia son transferidos al mbito de poder de la nueva Segunda Realidad. Ya no se necesita predicar la Zerrissenheit de un hombre o de su alma, sino que aqulla se ha convertido en propiedad del Geist; su abolicin es un proceso inmanente al Geist; y se evita as el embarazoso espectculo de un Hegel manipulando la naturaleza del hombre (Ph 29-30). Para que sea efectiva como opus mgico, el Sistema de la ciencia tena que satisfacer dos condiciones: 1. La operacin en la Segunda Realidad tena que parecer como si fuera una operacin en la Primera Realidad. 2. La operacin en la Segunda Realidad tena que escapar al control y al juicio segn los criterios de la Primera Realidad. Slo si satisficiera esas dos condiciones, el autor del sistema podra esperar que los imaginarios resultados de su operacin resultaran aceptables como soluciones reales a problemas reales en la Primera Realidad. Hegel cumpli la primera de las
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condiciones mediante el uso de smbolos filosficos como unidades conceptuales de su construccin. El lector de buena fe puede encontrar el libro indigerible, pero si se ve abrumado por el vocabulario del intelecto, de la razn y del espritu, del ser y el no ser, de la lgica analtica y dialctica, de la conciencia, de la ciencia, de la historia, de la vida y de la muerte, y as sucesivamente, no dudar de que est leyendo una obra filosfica. La segunda condicin la cumpli Hegel no presentando nunca las experiencias de la realidad que haban engendrado los smbolos como sus medios de expresin, y apenas mencionando a los filsofos que los haban creado. Mediante esta tcnica Hegel puede romper el vnculo entre los smbolos y la Primera Realidad, en la que tienen su lugar y su significado. no hay que preguntar acerca del origen y del significado de los smbolos usados; por alguna razn, ellos estn ah y constituyen un mbito autnomo, a la espera de que el Geist los organice en un sistema. El Geist, en su despliegue para llegar al conocimiento de s, es ciencia, y a la inversa, la ciencia es la realidad del Geist, y el mbito que se construye para s en su propio elemento. Puro autoconocimiento, este ter en cuanto tal, es el suelo en el que la ciencia crece. cuando la filosofa ha devenido ciencia, su comienzo no depende de nada ms que de s misma; su comienzo est en-el-comienzo de lo divino absoluto. El comienzo de la filosofa presupone y exige que la conciencia se encuentre a s misma (sich befinden) en ese elemento (Ph 24). Porque ese elemento, esa inmediatez del Geist, es su verdadera sustancia, la inmediatez es esencia transfigurada (verklrte Wesenheit); es pura reflexin, lo inmediato como tal para s, el ser que es reflexin en s mismo. La ciencia exige de la autoconciencia que se haya elevado a s misma hacia ese eter (Ph 25). cualquier criticismo que apele a la realidad experimentada es, finalmente, excluido por la norma hegeliana de que la visin tiene que justificarse a s misma nada ms que mediante la presentacin del sistema mismo (Ph 19ss.). Hacia el final de la Phnomenologie Hegel resume ese crculo autnomo de la reflexin en la frase: El Geist apareciendo en su elemento para la conciencia, o lo que es lo mismo, siendo creado en su elemento por la conciencia, es la ciencia (Ph 556). La proteccin frente a un anlisis cuidadoso es especialmente importante para el mtico en-el-comienzo. El propsito de la Phnomenologie es la abolicin de la Zerrissenheit; y la escisin es el predicado del Geist. Hegel introduce el Geist como el concepto ms sublime; un concepto que pertenece a la modernidad (neuere Zeit) y a su religin (Ph 24). La Zerrissenheit no es introducida en absoluto; ella slo aparece como una propiedad del Geist (Ph 30). Ambos, el Geist y la Zerrissenheit son absolutos (Ph 24, 30). A partir de tan escasa informacin nadie podra deducir que la Zerrissenheit es parte de un cuerpo de smbolos neoplatnicos centrado en torno al problema de la tolma, es decir, la audaz inquietud del alma que hace que ella olvide su origen divino. Sin conocer esa raz
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es imposible comprender ni la trasmigracin del smbolo neoplatnico al concepto hegeliano, ni la solucin dada por Hegel al problema. citar el pasaje clave de las Enadas de Plotino sobre la tolma:
Qu es lo que realmente ha hecho que las almas hayan olvidado a Dios Padre, a pesar de que son partes que proceden de l y que le pertenecen en su totalidad, y que no conozcan ya ni a Dios ni a s mismas? Pues bien, el origen del mal para ellas fue la inquietud (tolma), la generacin (genesis), la alteridad primera (heterotes), y la voluntad de pertenecerse a s mismas. Una vez que han adquirido apariencia, gozan de su autonoma, hacen amplio uso de su libertad de movimiento para lanzarse a la carrera en la direccin opuesta [a Dios]; y habiendo alcanzado una distancia considerable, ya no saben de dnde proceden, como nios que, alejndose de su padre y habindose criado durante mucho tiempo lejos de l, ya no se conocen ni a s mismos ni a sus padres17.
Ulteriores simbolizaciones de un estado original de quietud (hesychia) en el Uno y de una perturbacin de la quietud por la curiosidad por la accin (polypragmosyne) y un deseo de autogobierno (archein autes) se producen en iii. vii. ii, donde Plotino intenta clarificar la relacin entre el tiempo y la eternidad. ste es plenamente consciente de estar desarrollando un mito de tipo platnico cuando narra la historia de una cada dentro de la divinidad, algo estrechamente relacionado con la cada de sophia en los textos gnsticos, para hacer inteligible la experiencia de la inquietud en la actividad auto-asertiva, el sentido de la quietud como lo propio de la existencia y el deseo de retornar al propio hogar perdido. La enfermedad de la existencia, entonces, puede curarse mediante la iniciacin del contramovimiento: debe ser despertada la conciencia de la enfermedad como de un estado de prdida, de modo que el alma pueda volver (epistrophe, la periagoge platnica) hacia el fundamento divino del que se haba alejado; el recuerdo (anamnesis) del estado de quietud perdido debe ser despertado; hasta que el movimiento de regreso (anagoge) mediante el ascenso meditativo hacia el Uno comience su curso. Este ritmo de auto-asertividad hacia el exterior y de regreso meditativo, as como la dinmica del atrevimiento, la curiosidad, el descubrimiento y la polypragmasy, de la independencia gozosa y el autogobierno, de la inquietud, de la perdida, y de la alienacin (allotriosis), de la bsqueda (zetesis), del regreso, y as sucesivamente, son procesos y estados de nimo del alma, tensiones y distensiones propias de la existencia humana. Esa tensin de la existencia es la condicin humana. no hay otro medio de abolirla que la muerte.
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PLOTinO, Enadas, V. i. i.
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Hegel estaba familiarizado con la experiencia de la tensin existencial y con su simbolizacin neoplatnica. Su preocupacin por el estado de prdida auto-asertiva lo prueba el largo catlogo de smbolos que usa para distinguir sus diversos aspectos: Anderssein, fr sich zu sein, eigenes Dasein, Bewegung des Sichselbstsetzens, selbstbewute Freiheit, abgesonderte Freiheit, Entzweiung, Geschiedenheit, Verschiedenheit, Zerrissenheit, das Konkrete, Hrte, Negativitt, fremd, Entfremdung, Unwirklichkeit, Todxxi. La enumeracin no pretende ser completa. Por otra parte Hegel demuestra su comprensin del problema al rechazar toda filosofa que huya de lo negativo y que no presente nada ms que una verdad positiva. Un filsofo debe mirar a lo negativo a la cara; debe lograr soportar el horror de la no realidad (Unwirklichkeit), el horror de la muerte, si es a eso lo que queremos llamar la no realidad (Ph 29). Al filsofo no le est permitido establecerse en el polo positivo de la tensin existencial; slo la tensin en su polaridad entre lo no real y lo real representa la verdad completa de la realidad. La verdadera identidad de Hegel, de hecho, fue la de un gran filsofo y mstico18 xxii. El sufrimiento ante la existencia en la no realidad, el conocimiento de su muerte, es el sepulcro desde el que Hegel se levanta como el brujo y asciende hacia el elemento del ter. El propsito es claro: no es la curacin de la prdida y la alienacin mediante el regreso al Uno, sino la metastasis de la tensin existencial como un todo. no habr ms movimientos y contramovimientos en el interior del ser-entre de la existencia; la misma tensin existencial, junto con sus polos de Dios y del hombre, debe disolverse en el proceso dialctico. Hegel es un pensador enrgico y como quiera que los datos del problema resultan profundamente familiares a su verdadero yo, la tarea tcnica de ejecutar la
18 Un estudio crtico de la Phnomenologie se ve seriamente obstaculizado por la pobreza del Sachregister recogido en la edicin de Hoffmeister. Algunas de sus omisiones pueden ser explicadas por simple negligencia, como, por ejemplo, la omisin de uno de los ms importantes pasajes acerca de la muerte de Dios o de la Entfremdung. Pero cuando de los ms de diecisiete smbolos de alienacin enumerados, slo aparecen en el ndice Negativitt y Tod; o cuando los smbolos das Beschrnkte, Jenseits, Ruhe, Unruhe, Trgheit, Gedankenlosigkeit, Angst vor der Wahrheit, Furcht vor der Wahrheit, que Hegel usa para caracterizar el estado existencial del intelectual ilustrado, son omitidos en su conjunto; uno empieza a preguntarse si el autor del ndice de materias tena una idea suficientemente clara de los problemas de Hegel. Y as, cuando no se encuentran por completo los smbolos clave ther, Kreis, Zauberkraft, Zerrissenheit; o cuando encuentra Element slo en el contexto en el que se refiere al aire, agua, fuego, pero no cuando se refiere al elemento del ter; uno se pregunta si la supresin de todas las referencias, mediante las cuales un lector podra tomar conciencia del estado de alienacin de Hegel, resulta suficientemente explicada por una simple laguna de comprensin. Sea como fuere, en futuras ediciones de la Phnomenologie la elaboracin del ndice analtico debera dejarse en manos de jvenes estudiosos que estn al da en los mtodos de la ciencia, especialmente de la religin comparada.
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metastasis no es muy difcil: (1) Puesto que el hombre experimenta la tensin de la existencia desde dentro, como aquella realidad a travs la que ha de orientar su humanidad, en primer lugar la tensin debe transformarse en un objeto sobre el que el brujo pueda operar. Para este propsito crea las hipstasis de la Bewutsein y del Geist. (2) En segundo lugar debe crear una base a partir de la que la operacin pueda ser ejecutada. Puesto que no tiene otro medio para construir esa base que su propia humanidad, su propia condicin de prdida y alienacin debe ser transformada en la posicin absoluta a partir de la cual operar. Los smbolos neoplatnicos de la inquietud, del devenir, del auto-movimiento, de la auto-asertividad y dems, que expresan la distancia o la lejana de un hombre respecto de la realidad, se usan ahora para simbolizar la realidad en su sentido ms eminente. En particular Hegel transforma Selbst, Ich y Subjekt, que en el simbolismo de la Primera Realidad simbolizan la fuerza portadora del movimiento alienante, en las hipstasis con las que pretende reemplazar la realidad de Dios. Ms an, la energa del pensamiento que es una propiedad del puro yo (des reinen Ich) es reconocida como el inmenso poder de lo negativo y en calidad de tal elevada al rango del absoluto poder. (3) Y en tercer lugar, las hipstasis operacionales del Selbst, del Ich y del Subjekt deben relacionarse con la hipstasis sustantiva del Geist. Eso se realiza atribuyendo a la sustancia Geist la propiedad de Werden, de devenir, y haciendo del Subjket operacional la fuerza motriz en el Werden del Geist. El Geist se transforma as en una sustancia en proceso de llegar a su conciencia autoreflexiva como Subjekt; y el Subjekt llega a su propio autoconocimiento como la fuerza motriz en el Werden de la Substanz. La tcnica de la brujera de Hegel es lo suficientemente simple como para ser reducida a estas tres reglas enumeradas. Pero Hegel no formula esas reglas mediante las que transforma el estado de alienacin en verdadera realidad; l est comprometido en el acto metastsico mismo. Unos pocos pasajes revelarn claramente la verdadera situacin: slo porque lo concreto se separa de s mismo y se hace no real es auto-movimiento. La actividad de la separacin es la fuerza y el trabajo del entendimiento (Verstand)xxiii, del ms grande y maravilloso poder, o mejor dicho, del poder absolutoLa muerte, si queremos llamar as a lo no real, es la fuerza ms espantosa (das Furchtbarste), y para soportar firmemente lo que ha muerto se requiere la mayor fuerzaPero no es la vida que teme la muerte y quiere mantenerse libre de la desolacin, sino aquella que debe soportar y sostener su propia muerte, la vida del Geist. El Geist puede alcanzar su verdad nicamente si se encuentra a s mismo en esa absoluta ZerrissenheitEse poder lo es solamente si mira a la cara a lo negativo y vive con ello. Esa permanencia (Verweilen) es la fuerza mgica (die Zauberkraft) que convierte lo negaForo Interno 2010, 10, 155-197
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tivo en existente. Esta Zauberkraft es lo que hemos llamado antes el Subjekt (Ph 29-30). El lector que no sabe que los smbolos que aparecen en este pasaje son en la Primera Realidad los smbolos de la existencia alienada, difcilmente va a entender lo que est pasando. La mgica fuerza del brujo es identificada finalmente como el Subjekt. Pero cmo ha llegado el sujeto a su Zauberkraft? El pasaje siguiente nos informa al respecto:
Adems del yo percibido o concebido sensualmente, es el nombre como nombre el que primariamente denota al puro Sujeto, al Uno vaco no conceptual. Por esa razn puede ser til, por ejemplo, evitar el nombre Dios. Porque esta palabra no es ella misma un concepto, sino en sentido propio un nombre, la firme quietud del Sujeto como fundamento. Trminos como Ser, o el Uno, o Unidad, o el Subjekt, y otros, sugieren inmediatamente conceptos (Ph 53-54).
La Zauberkeit madura en el Subjekt porque el Subjekt es la metastasis de Dios. Y qu ha ocurrido con cristo? Que debe ser expulsado, es algo que ha quedado claro tras las pginas sobre Alejandro y Aristteles, donde se define al gran Hombre como el hombre que ha renunciado a cualquier soporte externo. La frase alle fremden Strtzen, subrayada por Hegel, se refiere a cualquier soporte que no sea inmanente al mundo (D 346). Ahora se clarifica tambin este punto; pues el Subjekt es l mismo la verdadera sustancia, ser o inmediatez, que no tiene mediacin fuera de s, sino que es ella misma esta mediacin (Ph 30). El Subjekt ha asumido los papeles del Uno y del Mediador. El brujo ha atrado hacia s el poder tanto de Dios como de cristo. De los textos emergen los contornos de una biografa espiritual. Mediante su verdadera identidad (self) como mstico, Hegel experimenta su estado de alienacin como una aguda prdida de realidad, incluso como una muerte. Pero no puede o no quiere iniciar el movimiento de retorno; la epistrophe, la periagoge, son imposibles. La desesperacin de la prdida se convierte as en el estado de nimo de la rebelin. Hegel cierra su existencia sobre s mismo; desarrolla una falsa identidad (a false self); y deja que su falsa identidad se involucre en un acto de autosalvacin que es usado como sustituto de la periagoge de la que es incapaz su verdadera identidad. La alienacin que, en la medida en que permanece como un estado de prdida en la existencia abierta, puede ser curada con el retorno, ahora se solidifica en el acheronta movebo del brujo, que, mediante operaciones mgicas, fuerza la salvacin de la no realidad de su prdida. Sin embargo, puesto que la no realidad no tiene poder de salvacin, y la verdadera identidad de Hegel lo sabe muy bien, el falso Hegel debe dar el siguiente paso y,
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mediante la energa del pensamiento, transformar la realidad de Dios en la dialctica de la conciencia: el poder divino le corresponde al Subjekt, que se involucra en la propia salvacin alcanzando el estado de reflexiva autoconciencia. Si el alma no puede regresar a Dios, Dios debe ser alienado de s mismo y arrastrado en el estado humano de la alienacin. Y finalmente, puesto que ninguna de estas operaciones en la Segunda Realidad cambiara nada en la Primera Realidad circundante, sino que produce slo el aislamiento del brujo respecto del resto de la sociedad, el mundo entero debe ser arrastrado hacia la Segunda Realidad imaginaria. El brujo se convierte en el salvador de la poca imponiendo su Sistema de ciencia como la nueva revelacin a toda la humanidad. La humanidad entera debe acompaar al brujo en el infierno de su perdicin. Hegel puede evocar la figura de la humanidad ecumnica ms all de la escisin, porque su ltima poca est ms all de la historia. El Geist se ha desplegado en el tiempo de la historia del mundo hasta su cumplimiento en la completa penetracin de la Substanz y el Subjektxxiv. Antes de Hegel este proceso no poda ser comprendido porque no se haba completado todava; pero ahora el movimiento del concepto abrazar la total mundanidad de la conciencia en su necesidad (Ph 31). El Geist del mundo ha emprendido el grandioso trabajo de crear sus Gestalten en la historia del mundo; ahora que la tarea ha terminado, lo individual, aunque debe penetrar la misma sustancia con pensamiento, puede hacerlo con mucho menos esfuerzo, porque la inmediatez de la realidad ha sido ya conquistada y su Gestaltung ha sido reducida a la abreviatura de un simple trmino de pensamiento (Gedankenbestimmung). El contenido de la historia del mundo es pensamiento que ha sido pensado (ein Gedachtes) y de este modo se convierte en la propiedad (Eigentum) de la Substanz. Por lo tanto no es ya necesario convertir la existencia (Dasein) en la forma del ser-en-s (Ansichsein); lo nico que queda por hacer es la conversin del s mismo recordado en la forma del ser-para-s (Frsichsein) (Ph 2728). Traducido a un lenguaje ms inteligible este pasaje significa: el proceso de la historia del mundo ha recorrido su curso. cada Gestalt en la historia es un pensamiento en el despliegue del Geist; y cada pensamiento del Geist se ha transformado en Gestalt. El individuo, es decir, Hegel, que hoy da quiere entender la historia no tiene por qu ser el Weltgeist y realizar toda la historia de nuevo. La tarea est ya terminada. Sin embargo, ha de volver a ejecutar la historia en el modo de la anamnesis haciendo inteligibles los eventos de la historia como escalones en el pensamiento del Geist. Los eventos deben convertirse en Gestalten de la conciencia que se despliega y que ha alcanzado su luminosidad auto-reflexiva en la conciencia del individuo Hegel. Los hombres y los eventos en la historia pierden su presencia ante Dios; se les transforma como por
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encanto en fases dentro del proceso de la conciencia, esto es, en el Subjekt, es decir, en Dios, es decir, en Hegel. Hasta ah llega Hegel en la explicacin de su tcnica de transformacin mgica, pero no ms all. Adems, su frmula explicativa requiere una traduccin para que su alcance sea inteligible. La Phnomenologie es, en efecto, un libro ininteligible, porque Hegel no puede ir mucho ms all a la hora de mostrar su modus operandi. En este momento no puede decir simplemente: voy a falsear la historia en la existencia abierta hasta que encaje en mi historia en la existencia cerrada. como tampoco en el ejemplo anterior poda decir: tomo los smbolos de la alienacin de varias fuentes neoplatnicas, gnsticas y msticas, y los voy a usar como punto de partida de mi empresa mgica de auto-salvacin. La efectividad del grimoire depende de la transformacin de la Primera Realidad en la Segunda como un fait accompli. El libro est escrito en un cdigo mgico que el lector debe descifrar si no quiere ser capturado. Este proceso de descodificacin de la Phnomenologie es siempre difcil, y en ocasiones casi imposible, especialmente cuando los eventos polticos han sido codificados. como ejemplo citar un pasaje para el que afortunadamente disponemos de la descodificacin del propio Hegel:
como el reino de lo real transita hacia el reino de la fe y de la visin, as la absoluta libertad transita desde su propia realidad auto-destructiva hacia otro territorio (Land) del Geist auto-consciente, donde en su no realidad ella (a saber, la libertad) es aceptada como verdad, cuyo pensamiento, en tanto que es pensamiento y permanece como pensamiento, edifica el Geist que conoce ese ser, encerrado en la auto-conciencia, como la esencia completa y perfecta. La nueva Gestalt del espritu moral (des moralischen Geistes) ha sido creada (ist entstanden) (Ph 422).
En la carta a niethammer citada previamente, del 29 de abril de 1814, Hegel escribe sobre ese pasaje:
Por lo dems debo sentirme orgulloso de haber predicho esa completa convulsin. En mi obra (terminada la noche antes de la batalla de Jena) en la pgina 547 digo: la absoluta libertad (previamente descrita como la libertad formal, abstracta, de la Repblica Francesa tal como emergi, como he demostrado, a partir de la ilustracin) transita desde su realidad auto-destructiva hacia otro territorio [cuando escriba esto tena en mente un pas] del Geist auto-consciente, en el que su no realidad es aceptada como la verdad, cuyo pensamiento, en tanto que es y permanece como pensamiento, edifica el Geist que conoce ese ser, encerrado en la auto-conciencia, como la esencia completa y perfecta. La nueva Gestalt del Espritu moral se hace presente (ist vorhanden).
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Traduciendo la interpretacin: la libertad esencial del Geist auto-consciente se vici en la versin de la Repblica Francesa por una abstraccin que derivaba de la ilustracin. Por causa de esa abstraccin la libertad degener en violencia y terrorismo. con todo, incluso en esa libertad abstracta hay una verdad que el Geist sabe apreciar siempre que permanezca como pensamiento, como un momento en el proceso dialctico. Sin embargo, ese pensamiento no debe ser puesto en accin. Porque de la corrupcin por causa de la libertad abstracta en Francia, el Geist se trasladar a Alemania. La transicin se hace efectiva gracias a la inclusin por parte de Hegel de la libertad francesa como un pensamiento en el proceso de su propia auto-conciencia plena. A travs de la Phnomenologie, el geist en su forma moral (subrayada por Hegel) ha renacido en otro pas. con una pequea variacin del texto original, la carta puede por lo tanto decir que esa forma moral est ahora presente (ist vorhanden) en Alemania. Y no veo razn para desconfiar del desciframiento de Hegel en 1814, pero leyendo este pasaje yo jams hubiera conjeturado una interpretacin semejante. Las dificultades apenas ejemplificadas hacen imposible comprender el propsito del grimoire sin un cdigo en la mano que permita descifrar pgina por pgina. Ese cdigo, comparando los pensamientos de la Segunda Realidad con las personas y eventos de la Primera Realidad que han sido convertidos en pensamientos, fue elaborado por Alexander Kojve en el curso de sus lecturas de la Phnomenologie y publicado como un apndice sobre la Structure de la Phnomnologie en su Introduction la lecture de Hegel (1947). Presento ahora el desciframiento de Kojve para una pgina crtica, all donde Hegel formula su relacin con napolen19.
19 Los cursos de Alexander Kojve sobre la Phnomenologie fueron impartidos en los aos 1933-1939, en Lcole Pratique des Hautes tudes bajo el ttulo la Philosophie religieuse de Hegel. Las notas tomadas en esos cursos por M. Raymond Queneau, revisadas por Kojve, fueron publicadas en 1947 con el ttulo Introduction la lecture de Hegel: Leons sur La Phnomnologie de lesprit. A las notas de Queneau fueron aadidos diversos papeles por Kojve, as como el Apndice iii Structure de la Phnomnologie (pp. 574-595). Es a ese ndice analtico, que compara las secciones de la Phnomenologie con las personas y eventos de la Primera Realidad, a lo que he llamado cdigo. El cdigo es indispensable para cualquier lector riguroso de la Fenomenologa y debera adjuntarse para cualquier edicin futura de la obra, hasta que tengamos el nuevo ndice de materias al que he urgido en la nota 18. Al destacar la importancia del trabajo de Kojve como un momento crucial (un punto de inflexin) para la comprensin de Hegel, no quiero disminuir el valor del intento comparable de Jean HYPPOLiTE, Gense et structure de la Phnomnologie de lesprit de Hegel (Paris, 1946). El trabajo de Hyppolite es la ms completa de las interpretaciones convencionales de la Phnomenologie. Por convencional entiendo aquella interpretacin que sita la obra de Hegel en el contexto de sus predecesores y contemporneos que tratan de los mismos problemas; en particular me estoy refiriendo a la presentacin de los problemas
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Ya desde Platn, una asociacin como esa siempre haba tentado a los grandes filsofos. Pero en este punto el texto de la Phnomenologie es (deliberadamente?) oscuro. Sea como fuere la historia ha llegado a su final20.
como en el caso del propio desciframiento de Hegel de la pgina 422 de la Phnomenologie, en la carta a niethammer, debo confesar que una interpretacin como esta jams se me habra ocurrido. De hecho, las notas escritas en el margen de mi ejemplar muestran, antes de haberme familiarizado con la obra de Kojve, que yo haba explorado la posibilidad de un equivalente hegeliano a la especulacin sobre la Trinidad. Aunque debe aceptarse en principio, la interpretacin no es convincente en todos los detalles. Queda la incongruencia de una dualidad en la obra de un pensador al que ciertamente no le gustan los dualismos. Kojve, es verdad, percibe el rompecabezas, pero la solucin que sugiere no puede apoyarse en la evidencia. Ms an: que Hegel se hubiera considerado una imitatio de napolen y que jugueteara con la ideas de convertirse en el filsofo de la corte de napolen contradice no slo la idea de su papel como gran-gran Hombre de la historia, sino tambin todo lo que conocemos acerca de su perspicaz comprensin del proceso poltico en la Primera Realidad. La sugerencia del ejemplo de Platn resulta especialmente desafortunada, porque Hegel ha sido bastante explcito respecto de la tentativa de Platn de utilizar lo individual como un medio para realizar su ideal del Estado en una consideracin incidental acerca de la eleccin de Dionisio como pupilo21. Pero si se sustituye como modelo a Platn-Dionisio por Aristteles-Alejandro, la cosa no va mejor, porque Hegel hace especial hincapi en que Aristteles se limit a la formacin de la personalidad de Alejandro, pero que no influenci en su poltica la expansin en Asia fue un plan de la corte de Macedonia y de su estado mayor, incluso ya bajo Filipo22. Y entonces se debe creer con buenos motivos la aseveracin de Hegel de haber predicho la debacle de napolen en la Phnomenologie tanto ms creble teniendo en cuenta que el ao de Austerlitz fue tambin el ao de Trafalgar, y Hegel no fue el nico en valorar as la situacin. no, Hegel no pretenda actuar en el papel principal de una comedia shaviana como El filsofo del emperador. La aparente incongruencia puede disolverse a travs de una lectura ms detenida del texto. En primer lugar, la dada no es una entidad esttica, sino una relacin entre distintos momentos en la conciencia de Hegel, en el punto de transicin hacia
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KOJVE, Introduction, pp. 153-54. HEgEL, Geschichte der Philosophie, vol. ii (Jubilumsausgabe, vol. 18), p. 303. ibid., pp. 303ss.
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el interior de la mnada del Ich. Los dos yoes estn a punto de entregar sus opuestas existencias y de convertirse mediante el s reconciliador en la nica existencia del nico Ich que se ha expandido en la Zweiheit. Esto sera una hazaa asombrosa en la Primera Realidad; pero en cuanto realizada en la Segunda Realidad de la conciencia, que de todos modos es la conciencia de nadie, un brujo competente lo puede hacer fcilmente pronunciando las palabras: Das Dasein des zur Zweiheit ausgedehnten Ichsxxv. Aun as, el resultado es extraordinario en la medida en que la mnada, reconciliada para su expansin en una dada, es el Dios revelado entre nosotros que nos conocemos a nosotros mismos como puro saber (Ph 472). Una vez resuelta la cuestin tcnica del ser dual mediante una magia elemental, queda abierta la cuestin, antes que nada, de por qu la fastidiosa dada debe aparecer. A fin de comprender la aparicin de la dada hay que recordar la condicin emprica, establecida por el mismo Hegel, para la construccin del Sistema de ciencia: la historia del mundo debe llegar a su final; el Geist, abrindose camino hacia las Gestalten de la historia, debe haber penetrado completamente su Substanz a partir de su Subjekt; y el camino de las Gestalten es el del auto-asertivo Anderssein, el de lo Bse, de lo Hrte en el Geist. El fin de la historia significa la ltima reconciliacin del Sein y del Anderssein en el Geist mediante su mutuo reconocimiento y perdn (Verzeihung)xxvi. no obstante, este fin de la historia debe haber acontecido realmente, o estar en el proceso de acontecer, y resultar reconocible como un evento en la Primera Realidad, o de lo contrario el sistema sera una fantasa sin relacin alguna con la Primera Realidad en la que est destinada a operar su magia. Ese evento es para Hegel la Revolucin Francesa y el imperio napolenico. Todos los dems acontecimientos, relativos a su Anderssein, pertenecen al pasado; nicamente su memoria necesita de una conversin al pensamiento de la conciencia. Sin embargo, en el presente en el que la historia llega a su final, en la revolucin y el imperio, la conciencia auto-reflexiva se confronta con el Anderssein en la realidad de su Hrte. Esta dureza del Ich en su Anderssein exige ser reconocida por el Ich que est empeado en la accin de conversin. En el presente en el que napolen y Hegel acontecen, la diferencia entre los dos Geister deviene absoluta, porque ambos estn situados en el elemento del puro concepto. Ambos conjuntamente, en su diferencia y oposicin, son la interioridad del Geist en su perfeccin (das vollkommen Innre) que se enfrenta a s mismo y sale a la existencia (Dasein) (Ph 47). La palabra de reconciliacin es el Geist existenteEntra en la existencia (Dasein) nicamente en la altura (auf der Spitze) en la que el puro conocimiento de s deviene oposicin y mutuo intercambio consigo mismo (Ph 471). La tensin entre el Sein y el Anderssein llega a su conciencia como la estructura didica del Ich en el presente metastsico cuando el Geist se confronta consigo mismo en la dada del imperio y el sistema.
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La mnada didica es el Geist en el acto de la metastasis. El Geist ha alcanzado su concepto, en ese ter de su vida despliega su existencia y su movimiento; deviene ciencia (Ph 562). Su profundidad ha sido revelada; y la revelacin es la abolicin de su profundidad (Ph 564). Elevando el Anderssein al elemento del ter, Hegel ha curado la escisin, no slo de la poca, sino tambin de la humanidad, y as ha evocado el nuevo mundo de la existencia. El acto mgico ha sido completado y Hegel es ahora libre para moverse como filsofo en el ter del concepto. Lo que significa ser un filsofo que ha determinado la forma de la historia puede entenderse a partir del siguiente pasaje:
Los filsofos estn ms cerca del Seor que aquellos que viven de las migajas del espritu; ellos leen, o escriben los decretos del gabinete de Dios en su versin original; es su deber registrarlos. Los filsofos son los mystai que han estado presentes en la decisin en el santuario ms recndito23.
La desdeosa alusin a la parbola de Lzaro y el hombre rico en Lucas: 16 revela, mejor que podran hacerlo extensas explicaciones, la direccin en la que se est moviendo la libido dominandi de Hegel: a fin de ser l quien revela los decretos, debe reemplazar a cristo a la derecha de Dios. Y de hecho, elimina a cristo. En la Wissenschaft der Logik (1812) podemos admirar al nuevo cristo debidamente instalado en su lugar, promulgando el nuevo evangelio:
La Logik debe ser entendida como el sistema de la razn pura, como el reino del puro pensamiento. Este reino es la verdad tal como es sin ningn velo y para s misma. Por lo tanto, es lcito decir que su contenido es la presentacin (Darstellung) de Dios en su ser eterno, antes de la creacin de la naturaleza y de cualquier espritu finito24.
En el principio fue el Logos; y el Logos estaba con Dios; y Dios era el Logos. El En-el-comienzo de la construccin hegeliana en el elemento del ter se ha convertido, finalmente, en el en arche del Logos antes de la creacin en el Evangelio de San Juan. El erscheinende Gott se revela ser el brujo que se ha transformado a s mismo, como por encanto, en cristo.
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HEgEL, Geschichte der Philosophie, vol. iii (Jubilumsausgabe, vol. 19), p. 96. HEgEL, Wissenschaft der Logik, vol. i (ed. Lasson), p. 31.
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textos es posible traducirlo as; no en este caso que dara lugar a un mal espaol. Por eso hemos optado aqu por el trmino identidad, como en otros simplemente por el trmino yo, o en otros, donde eso es posible, por s mismo. ix Es bien conocido el episodio en el que Hegel y sus entonces compaeros de habitacin en el Stift de Tubinga, el filsofo Friedrich Wilhelm Joseph von Schelling y el poeta Friedrich Hlderlin, celebraron la Revolucin. Ese acontecimiento determin la evolucin de los tres y la de la filosofa alemana a partir de Kant, de la que ellos fueron protagonistas. x La expresin Espritu del Norte se explica en trminos anlogos a la idea de interioridad propia del protestantismo a la que nos hemos referido ms arriba, y Hegel vuelve a usarla en distintos momentos de su obra para referirse a la modernidad. xi Se refiere a su perodo como profesor en Jena, decisivo en su trayectoria y conocido como perodo de Jena (1801-1807), donde Hegel acudi ayudado por su antiguo compaero Friedrich Schelling, y donde realmente madur su sistema, redactando all la Fenomenologa. xii El trmino ingls que utiliza Voegelin para Ausbildung es manifestation. Hemos mantenido el trmino manifestacin. Sin embargo, la traduccin ms adecuada del trmino Ausbildung alemn, que el mismo Voegelin coloca entre parntesis, sera la de formacin, que combina tanto el sentido de aprendizaje como el ms dinmico de despliegue o desarrollo. xiii Voegelin hace aqu un escueto resumen de los principales hitos por los que atraviesa la conciencia, desde la certeza sensible al saber absoluto, que es el proceso al que Hegel llam precisamente fenomenologa, como expresin del despliegue de la conciencia que se muestra, que aparece como fenmeno en distintas figuras (Gestalten), hasta alcanzar la culminacin en el saber absoluto. xiv La sustancia hecha sujeto es una expresin que podra resumir la tarea que asume Hegel en su filosofa. La frase se comprende en el contexto del que surge su filosofa, en el que el criticismo de Kant, que trata de completar el llamado idealismo subjetivo de Fichte, enfatiza el papel del sujeto frente a las filosofas dogmticas y precrticas organizadas en torno a la sustancia (como la de Baruch de Spinoza, en opinin de Kant y de Fichte). Hegel propone reconsiderar la sustancia incorporando esa dimensin activa de la subjetividad que ya haba desarrollado Fichte. El espritu absoluto y su devenir seran la expresin de esa sustancia hecha sujeto, sustancia-sujeto que, por ser sujeto, regresa sobre s y al hacerlo revela el universo en toda su riqueza, cerrando as las contradicciones que ella misma ha desplegado en su devenir. xv Esa proclama puede encontrarse ya en la obra mencionada de 1802 Fe y saber, donde Hegel, dcadas antes que nietzsche, habla de la muerte de Dios y la expresa en la frmula de lo que llama el Viernes Santo especulativo: Fe y Saber, Biblioteca nueva, Madrid, 2000, p. 164. xvi Es el trmino que habitualmente se traduce en espaol por superhombre o por ultrahombre. xvii El propio Hegel lo expresa muy bien en una de sus frases ms citadas y conocidas, tomada de su Filosofa del derecho: todo lo racional es real y todo lo real es racional. xviii La historia de toda sociedad precedente (hasta hoy, anterior) es la historia de la lucha de clases. xix El final de la historia acaecida hasta hoy. xx Se refiere a la explicacin que da Hegel del terror revolucionario en la Fenomenologa. xxi Anderssein (ser otro), fr sich zu sein (ser para s), eigenes Dasein (existencia propia), Bewegung des Sichselbstsetzens (movimiento de ponerse a s mismo), selbstbewute Freiheit (libertad autoconsciente), abgesonderte Freiheit (libertad aislada), Entzweiung (discordia), Geschiedenheit (separacin), Verschiedenheit (diferencia), Zerrissenheit (escisin), das Konkrete (lo concreto), Hrte (dureza), Negativitt (negatividad), fremd (extrao), Entfremdung (extraamiento, alienacin), Unwirklichkeit (irrealidad), Tod (muerte). Son todos trminos caractersticos de la filosofa de Hegel.
Foro Interno 2010, 10, 155-197
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xxii Das Beschrnkte (lo limitado), Jenseits (ms all), Ruhe (quietud), Unruhe (inquietud), Trgheit (inercia), Gedankenlosigkei (irreflexin), Angst vor der Wahrheit (angustia ante la verdad), Furcht vor der Wahrheit (temor a la verdad), ther (ter), Kreis (crculo), Zauberkraft (fuerza mgica), Zerrissenheit (escisin). xxiii Voegelin se refiere al anlisis que de esa facultad hace Hegel en la Fenomenologa. El entendimiento, que en la Crtica del razn pura de Kant es la facultad de los conceptos, se consideraba por Hegel como una fuerza disgregadora, sobre la que habr de actuar la razn (que en Kant era la facultad de las ideas) como fuerza unificadora y capaz de salvar esa escisin propia del entendimiento y de lo que durante un tiempo Hegel llam filosofas de la reflexin, para referirse las filosofas de Kant y Fichte y en general a las filosofas de la Modernidad. xxiv Ver nota xiv. xxv La existencia del yo desplegado en la dualidad. xxvi Una de las ideas motrices de la Fenomenologa, y uno de los hallazgos de Hegel, es precisamente la negatividad, sin la cual resulta incomprensible su dialctica. La sustancia hecha sujeto a la que nos hemos referido ms arriba slo es posible a partir de la capacidad del Geist para recorrer ese crculo al que se ha referido Voegelin. Un posible punto de partida del recorrido, aunque no el nico, es precisamente la escisin de la que Voegelin se haca eco al comentar el fragmento titulado Continuacin del sistema de la eticidad. Lo que en ese fragmento se analizaba slo en trminos religiosos como escisin, en la Fenomenologa, y en general en la filosofa hegeliana tal como se plasma de modo ms amplio y formal en la Ciencia de la Lgica, adopta la forma de negatividad, en la cual el Sujeto se opone a s mismo como ser otro. Trminos como anderssein (ser otro), Bse (mal), o Hrte (dureza) hacen referencia aqu a esa negatividad mediante la que el Geist se despliega a lo largo de la Fenomenologa dando lugar a las distintas figuras de la conciencia y a travs de cuyo avance en sucesivas superaciones de su propia negatividad, llega finalmente a reconciliarse consigo mismo como saber absoluto.
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