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Alienígena A Diario

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ALIENGENA A DIARIO (36525)

A. J. ABERATS
Industrias El Ratn

Si despus de leer el libro quieres comprar un ejemplar en papel escrbenos una carta Y convincente! Pues no vendemos a cualquiera, ni el autor se presta a dedicar personalmente a inapropiados. Por libro plantamos rbol. Nos gusta controlar nuestra relacin con Pachamama.

a.j.aberats@hotmail.es industriaselraton@hotmail.com

PRLOGO

Franck J. Gaus (Director del Departamento de Exobiologa en la Universidad de Cerro Pinosa, Tennessee. Co-firmante del informe E-145" y asesor presidencial de la Administracin Obama). No s cmo lograron introducir el libro, y la propuesta econmica, entre mi papeleo urgente. Inaudito. Y no la historia en s, sino que se me quiera hacer pasar por un autntico panfleto aliengena. ......[ ]...... Mi tiempo me es demasiado precioso para embarrarme a las canas con un tratado de estupideces. Les ruego que no me molesten ms, o ser cosa que debatan ustedes con mis abogados y las autoridades pertinentes. F. J. Gaus

Ana Rodrigo Guaguanch Zoco (Dramaturga. Ganadora del premio Pamparroto de poesa. Dos veces finalista del concurso Tronchadrama. Y crtica literaria en la revista digital Sanchitos and Quijotes Revue). Franca que quiera ser, y cobrado el taln, slo resta declarar que no vislumbra futuro la obra que me han mandado, al adolecer, sincera, de cualquier valor literario. Ambrose Bierce, Eugenio DOrs, y el mismo Samaniego, algo parecido hicieron tiempo atrs; y tienen lneas que valen lo que todo su lomo. Puede que ustedes piensen original, u oportuno, aprovechar el tirn del momento y sacar al mercado un libro en tal formato. No hagan. Sigan mi consejo y vendan al peso el papel. Y si es cosa que desgraciadamente est en molde, centren la campaa promocional en la vertiente histrica y puede que por ah toquen hueso; fibra, poca. Ah! Y siempre quedar dar de balde va Internet; eso tampoco lo desdeen. Anarr

Otto Hofmann Swarkkoff (Arquelogo y Filsofo. Subdirector del Museo de Historia Pretrita de Stuttgart. Descubridor y director del yacimiento arqueolgico del Nio de Gulng en el lago Turkana, Kenia). Para trabajar sobre seguro ruego manden el original. stop. O huelga cualquier mnimo rigor y todo quedar en opinin personal. stop. Si as fuese me gust pese a desaciertos flagrantes y bastantes puntualizaciones sobre fechas dadas. stop. Mejor dicho insinuadas. stop. Obviando esto puedo decir que para entretener un rato y echarse unas risas mal no va el ejemplar. stop. A su disposicin quedo en las condiciones pactadas. stop. Atentamente: Otto H. Swarkkoff.

Arkay Kasmaya (Director de las revistas Infininitum, Selenitas Tomorrow y Hay alguien ah?. Autor de los best seller Abducidos sin motivo y Al otro lado de la brana. Parapsiclogo y mdium. Vicepresidente de la asociacin Amigos de la Quinta Dimensin). Demasiado bonito para crerselo. Seores mos les han colado un gol, o lo intentan, con el mayor descaro. Quin es SHR de M? Yo mismo podra ser. Atiendo a las iniciales. Yo tambin soy un Ser Humano Racional de Moratalaz. O una Sabandija Hipocondriaca y Rastrera de Mucho cuidado. Por favor, no nos quieran hacer ms tontos de lo que ya somos, o al menos digan de partida que es obra de ficcin y as tendrn mucho ganado. De todas formas, les invito, a que se acerquen por la redaccin para charlar un rato en persona, y quin sabe, quiz realizar entrevista que publicar. Y traganse al autor. Arkay Kasmaya

Soraya Al Watan (Embajadora de Buena Voluntad de Naciones Unidas y Observadora del Alto Tribunal de Valores Humanos para el Oriente Prximo. Ex-candidata a la Presidencia de la Repblica de Binalkistn. Comisaria de la Exposicin Universal Permanente de la Mujer). Con sumo placer lemos su libro durante las vacaciones. Lo le yo y lo leyeron mis dos hijos pequeos. Ellos son los que casi me obligaron a escribir para darles las gracias por su aportacin a la lucha contra la desnutricin infantil, y de paso, hacer saber que a ellos les encant; aunque a mi entender sobra un poco de sangre, y falta algo de tacto, al tratar ciertos pasajes a los que todos somos sensibles; y que no creo necesite explicitar ms. Asimismo, les sugerira que en lo sucesivo se dirigiesen a mi oficina en Washington D. C. para realizar cualquier consulta o donacin. Gracias. Soraya Al Watan y sus hijos Marwan y Jazzmin

Teing Zafayama (Analista de programas en Oshabuti & Takemura Co. Y drag queen por la noche en el Tokyo Tai. Ah! Y lector habitual). Viento del Norte Sin Oriente orientado Pudre toda mies. Joy Dans (T. Z.)

En algn lugar, En algn momento

-01-00 Ya estoy aqu. Y aqu no hay nada. Bueno, polvo estelar hay para aburrir. Y nebulosas. Y galaxias. El Universo sigue ah fuera, juguetn. Incluso un enorme agujero negro llama la atencin y entretiene; un buen rato me tir vindolo cebar; imanta toda materia y poco a poco camino de su boca enfilan asteroides y planetas. Ni la estela de un cometa se salv. Ni las estrellas. Lo devora aparentemente todo. Hasta la luz. No s si ser as de voraz por naturaleza o que el observatorio hace cundir el tiempo circundante. Es mi primer da y an no entiendo bien la cosa. Se me escapan las funciones. Esto es raro, muy raro nuevo al menos para m. Vale, me dijeron que no me preocupase, que de sobra llevo comida y recambios para solventar cualquier problema Y que Bestia es lista! Un ao no es mucho. Un ao no es mucho! No. Un ao no es n, qu va, es toda una vida. O varias. En fin, por lo dems, todo perfecto. SHR de M

00-00 Con msica me han despertado. Desde la mesa de mi cabina bien podra hacer lo mismo que hago en el laboratorio. Nada. Sigo sin entender las lucecitas y nmeros que Bestia canta. Soy un Observador! Nada me dijeron que hiciese y nada pienso hacer. Ya me cuidar. Lo mo no son los nmeros ni las luces, no. Lo mo es saber, de presenciar, que algo extraordinario va a pasar. Mismamente, el agujero negro debi coger todo la masa que poda, y exista a la redonda, y al momento est muy maduro. Chiquitito, chiquitito y en sazn como no he visto antes. Dira que a punto de reventar... E hizo!!! Yo lo he sentdo. Y Bestia. Y dira que no quedar rincn dentro de este universo donde no se perciba. Oronda y prietsima que estaba la negrura, implosion a la brbara abriendo nueva dimensin. Toda la materia que constrea sali zumbando en busca de las nuevas coordenadas propias, y nosotros mismos, relativos, estamos cambiando la ubicacin. Buffa! Creo haber presenciado el nacimiento de otro brote del Infinito. Bello fractal. Sin ms, hasta maana. SHR de M

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01-01 Hoy tambin me despertaron con paliza sonora. E hice lo mismo. Desayun despacito viendo estirarse el invento. Con la marcha que lleva irn enganchndose unos tomos a otros, unas partculas a otras durante eones. Y la de electrones que estarn danzando solos. Y neutrones, y protones, y bariones Y taquiones! Y sabr nadie qu cosas ms que ni imagino!! ... Ya dije que mala indicacin dara a Bestia y por eso dejo hacer. Embobado me tiene el arremolinarse de las galaxias y el encendido de los soles. Fascina observar el errtico divagar de los meteoritos; tendencia natural tendrn a chocar y unos contra otros impactan dando grosor a sus cuerpos. Planetesimales, planetoides, planetas. Blidos locos recorren el espacio para morir y nacer a nuevas entidades, sistemas solares, que cuajan por doquier. Precisamente uno de estos que refiero est consolidndose ante nosotros. La centena larga de planetas va tomando cuerpo mientras cogen paso, y ritmo, y giran alrededor del sol. Bailan, s. Danzan definido rbitas. Yo, vuelvo a la cmara; y a ver si puedo dormir; aun cerrados los ojos, las formas y los colores del espacio me iluminan la cabeza por dentro. ... Seguro que est diseado el observatorio contra toda contingencia? No me gustara estar bandome en caldos y rayos gamma, ni que a Bestia, coitada, se le fuese una soldadura tontamente sin yo saber. Salvo lo objetado, sin novedad. SHR de M

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02-01 De la centuria larga de planetas que rondaban ayer Ayer!... hoy slo queda la mitad. Del ms grande al ms chico se agencian squito; cuando no una corte entera; hasta algunos con varios anillos cindose el ecuador. Uno de esos mundos exticos me gustara a m, mas Bestia debe manejar otros parmetros biocartogrficos y parece que nos aproximamos a uno pequeajo. S. Para mi capricho, adems, un tantito cercano al sol. Mucho ms no engordar la piltrafilla con la proximidad de la estrella. Poca pieza queda vagando suelta. El planeta elegido por Bestia, por supuesto, tambin tiene luna; y bien hermosota a la proporcin. Por tener, hasta tiene agua. Exprimida de las piedras, e incluso llegada de fuera, despacito forma pelcula. Van ponindose al tiempo en su sitio las vsceras del planeta pues ruje y cruje por cualquier llaga. Algo voy cogiendo de los indicadores y por eso entiendo que es puro cianuro la atmsfera. Ja! No le arriendo las ganancias al que pretenda venir a explotar este confn. Por cierto, lo que no tiene es nombre. Nada tiene nombre. Podra ponrselo yo? Y desde luego, juro, y prometo, registrar todo bautismo que haga en la Enciclopedia Universal Borgiana. Palabra! De ser as me gustara llamarlo... mmm Podra llamarse por ahora slo S10 del Universo Corporacin112? Quisiera buscar un nombre redondo y chulo. Algo que suene campanudo e impresione, si no, a la vuelta, me veo el lelo de la promocin al haber perdido un ao echando ojo al estril Grumesillo A10H del UC112 o Rondrondn/inh-Doc.//Aapp.2 del UC112". Y no quisiera. Necesitamos un nombre y Bestia no propone! Bueno, lo mismo me levanto maana con l en los labios. SHR de M

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03-01 Rotacin y traslacin cumplen con un ciclo anual simple: 36525/24/60. Vamos, eso es ahora segn Bestia, pero vaya a saber el intendente a la velocidad a la que zumbar cuando no preste ojo nadie; la dinamo est en marcha. S. Corriente y moliente. Y de tamao viene a ser un poco ms pequeo que mi propio planeta de origen; no mucho ms. No estoy en casa, pero cmo si lo estuviese. O a la idea debo hacerme. SHR de M

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04-01 No puedo pegarme el moco y jactarme muy trotado. Durante mi periodo formativo me gust la literatura de aventuras y viajes. La emocin la encontraba entonces en el mismo felpudo de la Academia y hasta no volver a pisar tuve en vela muchas noches a mis compaeros e instructores. Qu historias estara corriendo! Dnde diantre trajinara a esas horas. Cunto calabozo iba a chupar!! Aunque al da, si me viesen, en m no reconoceran al culoinquieto que encontraba convertidos en ocano cuatro charcos inconexos; o el que recin acostado se enzarzaba a ltigo neurnico con un monstruo imaginario. Atisbaba una epopeya en cada permiso, hoy, ahora, me limito a vigilar un planeta seco desde una silla. Una ristra de mundos yermos. Y no puedo abstraerme tal antao, soar despierto, pues el primer da de cursillo se lo pasaron advirtindonos contra las expectativas. Lo mal que cuadran y lo mucho que contraran de no refrendarse. Esto es un coazo. Esto es ms duro de lo que parece. Y parece que me hayan nombrado el Gran Maestre del Muermo. SHR de M

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05-01 Mal desayun; me dejaron. Sopa tuve en el plato. Y sopa en los monitores. Y sopa es el planeta. Hasta mal comparada, mi galleta nutricional acab siendo la plataforma continental que descolla de las olas, y, rota, a su antojo naveg el denso ocano. Muy en su papel est Bestia, y desde que levant, embarqu, me bombardea con informacin. Parbolas y trayectorias. Moles. Reacciones y voltiles sueltos. Datos y porcentajes. Basta! Pura Fsica y Qumica. Me satura. Se le podra desconectar lo que tardo en comer? No, s que no. Y supongo que de gran importancia ser que hagan cadeneta los aminocidos traidos de S10. S, mas a m se me incluy en el programa para observar. Nada ms. Ser asptico en mi parecer y expresarlo con total libertad. Sea cual fuere mi opinin. Y dejar constancia. Y mal desarrollar mi cometido si termino cogiendo tirria al planetucho este; lo advierto. Yo tambin necesito mi paz. Y ms hasta acabar de almorzar. SHR de M

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06-01 Sospecho que Bestia lee el diario... Y sin sospecha; cosas peores hara yo con sus facultades. Silencioso trabaja cundo quiere. Tanto es as, que intrigado por su mutismo me plant ante las teclas solicitando informacin. Cabal, Bestia me larg un compendio multimedia de la qumica de los elementos. Gases... lantnidos... actnidos Buf! De toda la perorata slo me qued con un trmino: Coacervado. Es palabra antiqusima que tampoco me vena a decir gran cosa, mas algo tendra para turbar al listo de la expedicin, a Bestia, al modo, al punto, que haciendo comprensible su discurso me situ en la antesala de la Vida. Un plantel de tubitos de ensayo me rese por prueba. Dentro, la supuesta protovida se frota y restriega buscando un nosequ libidinoso. Eso dira yo, pues no tengo por menos que admitir, que patrn parecido gastan compaeros mos los das de fiesta. Pura excitacin eran, y son, los corpsculos. A m mismo me veo rondando y dando tienta de refrote a la primera oportunidad. Y tal que le pas a mi mismo engendrador, puede que estos desgraciados acaben teniendo descendencia sin pretender. Se dupliquen. En ese caso, como no se olvida Bestia en recalcar, se pondra en marcha automticamente el segundo protocolo. No es imposible el paso, mas si llegase Vida a este planeta, lo suyo, lo probable, ser que venga de fuera. Vamos, tal que yo! Grande se me plantea la zancada de lo inerte a lo vivo. Y no es extrao que dude del trocarse el grano en roedor mediando una camisa. ... Aunque bien pensado, el enfoque ahora expuesto puede vestirse por ambas mangas; reversible es. Que sea Bestia, s, que tiene medios, quien vele la probeta y apadrine al bicho si hubiere, yo, vuelvo al fro de la cmara. Que l dictamine si lo que hay all es Vida; que utilice los patrones estndar. SHR de M

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07-01 Ninguna gracia me ha supuesto levantarme embutido en el traje emptico. Ninguna. Me sent tan bien, agri tanto, que fcil que no tenga la prenda fiabilidad conmigo y lo de la probeta me rechace. O se muera del susto en caso de vivir. Joder si supiese lo que hay ah quin soy yo! De dnde vengo. Lo que represento. Lo que soy. Quin es l. Dnde est. Vale, s, acorazado y estanco, la misma patria le ser el tubo de ensayo que su cinaga natal. A tamao monstruoso hizo Bestia desfilar por el holograma un elenco de bichos, cuya nica virtud para no espantar del todo, fue pertenecer al ciclo del carbono. De haber salido, sin ir ms lejos, aborgenes del fsforo, o del silicio, o de cualesquier otro sulfuro, quiz sin dudar aqu echara la firma, tocara el botn del pnico, y retornara a casa. Y todos tan amigos. Pero no ser el caso, no. Vida hay. E inquieta. Se me present lo que all haba bajo un par de etiquetas. Muy pormenorizado el informe, bestial, intiles resmas de cifras y datos que mi buen amigo Bestia supo oportuno tamizar. Perla del cedazo considerar, por engarzar a las pretensiones del armador, supongo, y me identific como legtimo titular de la plaza a unos seres que llam Bacterias; muy tranquilotas ellas, y laboriosas, y tambin poco exigentes a la hora de prestarse a ser colonizadas. Perfecta para ciertos intereses sospech la propiedad. Intrigado, le busqu las cosquillas a los datos y algo cambi mi forma de entender la cosa. Y as lo hice constar en el informe girado. Por mi parte, aun admitiendo dudas, doy por amos potenciales de la finca a los Virus. La etiqueta que sucintamente quiso obviar Bestia, cobija a unos bichejos de sobrada belicosidad y carcter pendenciero. Me habr visto en ellos? No O s. Bien s que lo hago para forzar la entrada en vigor del tercer protocolo, y hacer entender, a quin necesite!, lo simblico que es mi puesto Y lo largo y costoso que se puede hacer un ao! Para todos!
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Malo ser que nos tiremos toda la misin, toda!, observando este estpido litigio al microscopio por capricho, y bien digo capricho, porque bien levantado, tratado a modo, hubiese sido algo ms receptivo para secundar con mi testimonio la toma de contacto y el establecimiento de relaciones. Y hala, a cobrar las primas. Pero a malas, Ay amigo!, yo soy el orgnico y ninguna prisa tengo por volver a casa. Vengo voluntario. Cosa de maana queda, el saber del acontecer de la noche que entra. SHR de M

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01-02

Me lo prometa cosa de un da ms. A mis pies supuse a Bestia hasta descubrirme vistiendo an el emptico. Que por m no quede mencionar el cambio de talante; a cada uno lo suyo Y al tiempo! A servilleta calada le los ltimos informes y vision las muestras ms recientes. Unos nuevos litigantes (je, je Lo que le faltaba a Bestia!) aparecen para complicar las cosas un tantito ms. Seres unicelulares. S, clulas. Clulas autnomas con ncleo completo. Auttrofas y Hetertrofas. Por avenirme yo tambin algo a la buena voluntad de Bestia, tuve a bien admitir a estos seres unicelulares como descendientes de los sabidos y antiguos contendientes; aunque intuyo un aporte, nada desdeable, de parientes alctonos a esta charca; o cuando menos desconocidos para nosotros hasta el momento. O desconocidos para m, concretando ms. Y quiz, por mal entendida solidaridad, no me parece tampoco oportuno dar trato de propietario a ninguno de los recin llegados. Teniendo fijo el salario, y sabida segura la paga extra, que se sepa a la redonda que oblicuo seguir despertando hasta que reciba trato que estime compensacin a lo sufrido. Orgnico soy, s. Y rencoroso. Prisas ninguna! SHR de M

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02-02 Reconociendo que hoy no fue problema el modo de despertar, admito llano que lo que me atribula son en s los saltos. Cada cunto? Cul es el intervalo que estima adecuado Bestia? Y por qu. Mucho tiene que interesar cerrar el trato, pues de ayer a hoy, el nico cambio constatado fue la entrada en liza de minsculos pluricelulares. Mucha variacin y poco mrito. Sin embargo, ningn otro complejo orgnico parece venir a pleitearles los derechos, y raudos y feraces, corren a tomar posesin de la heredad. Aunque bacterias y virus sigan dndose batalla, y dndosela a cualquiera, parece que la cosa queda clara y entre las lneas sucesorias, auttrofa y hetertrofa, va a quedar lo de proclamar amo. Bestia se decanta por la probeta verde, y puede que debido al propio traje que llevo puesto, a m tambin se me haga que fuese la gente idnea para tratar; pese a que contaminen la atmsfera y condenen el paisaje a la oxidacin. No me pasa as con la agresiva casta hetertrofa. Los hetertrofos... Menudos animales! Y nunca mejor dicho. Los menos malos de ellos se dan al canibalismo primitivo y hacen de los primos auttrofos su fuente de energa. Los ms agresivos y dispuestos hasta hacen presa entre congneres. La ferocidad viral, y la parsimonia bacteriana, van dando la cara en sus descendientes. Corren el mundo jugando a vivir sin tener idea que en mi mano queda el arruinarles la existencia. A mi albedro y conciencia est al ser el observador de esta misin. se es mi trabajo. Vigilar la Equidad Universal. Procurar que nadie salga estafado. Y palabra que empiezo a coger gusto a este rollo familiar que se traen en S10. ... S, sa es otra, tambin tengo que ponerme a ello y encontrar un nombre guapo al planeta. SHR de M

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03-02 Mediante holovalija confidencial me hace llegar Bestia los resultados del primer chequeo semanal. Cunta tontera! Varias vidas llevar echadas en sus entraas y an pretende justificar la demora por unos supuestos ajustes de la maquinaria a mi persona. Bonita la desfachatez! Y los resultados. Je Los resultados! Y la prescripcin? Ay, la prescripcin! ... Menos dormir y ms pasear a campo abierto. Y encarecidamente se me aconseja darme a explayar con los amigos. Que sea ms social! Varias cosas tengo in mente, mas me reservo y prefiero retranquearme a la zona del laboratorio para rumiar venganza. Que la piense Bestia. Que la tema. Abajo tambin va complicndose la Vida. Me inquieta el modo de evolucionar de estas simples estructuras, y, con mis bobas preguntas al respecto, mantengo desconcertado a Bestia. Y se nota que le intrigo. Me disecciona los ejemplares y mil pruebas les realiza sin rechistar. Es el nico rato del da que se me hace grata su presencia manifiesta. Deja de ser omnmodo, creerlo, y a ras de igual se maneja. En ese instante, slo en se, se me hace compaero y camarada. Hasta cede a mis sugerencias de lego y roca las muestras de los tubos con cidos y bases, o distintas longitudes de onda. As fui testigo del nacimiento de un ojo. Un simple ojo, un ojo simple, una clula fotosensible, me hizo llorar, y al buscar compartir la emocin del descubrimiento... nada... solo... mi compaero de juegos era una computadora de ultimsima generacin. Tengo que escribir unas cartas y correr la cinta. SHR de M

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04-02 Se me instruy, casi hasta provocar rechazo, que son muy zalameras y bienqueda las estructuras orgnicas, pero en cuanto te descuidas Zaca! Te dan la pualada trapera sin dudar. Por eso exigen que llevemos el emptico, no para que me blinde, que no hace, no, mil virgueras realiza pero sa no, est diseado para que no vuelque yo tampoco sobre ellos emocin alguna y se pueda decir todo ms objetivo. Ja! Conmigo no funcionar muy bien el traje, porque desde luego, me s reconocer un puntito de asco al observarlos. Los especmenes que traen las sondas automticas me recuerdan gusanos blandos de extraas simetras, seres neumticos sin boca ni aparato digestivo definido, glotones totales, que se alimentan absorbiendo molculas orgnicas o en asociacin con simbiontes foto o quimicosintticos (Palabrita de Bestia). Un asquito todos fuera del agua. SHR de M

05-02 Aaayy, qu gusto! Se agradece estirar las piernas y no tener confn ante los ojos. Bueno, vale, no es grato el desembarque al carecer de enlace el planeta y bajar a salto de rbita, pero nimios resultan mareo y vahdo, si uno consigue sentirse alejado de Bestia durante un rato. El objetivo del paseo era observar estructuras simples de vida en su medio y ver lo que se puede hacer con ellas. S que no son palabras de heraldo el querer entender en los habitantes de este lejano peasco mero relleno de olla. Y sin embargo lo son. Medusas, gusanos y celentreos son los personajillos que pululan las someras aguas. No me los hago muy listos, y por tierra, que yo vea, tampoco luce vida que no sea geolgica. S, creo que va para largo encontrar ente del carbono con el cual darle al palique. SHR de M

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06-02 Poco trabajo hago; bajo por bajar. Me siento en una roca, eso s, y dejo pasar el tiempo observando lo que traen y llevan las corrientes. Bestia me sigue instando a dar voto al traje y botarlo al agua. Y no. Al agua no me meto. Me conformo con ver el lecho por vaivenes. Y es mucho lo que se ofrece. Las distintas estrategias les modelan el cuerpo y parece prioritario el procurarse un chasis en condiciones; el tema del cerebro les ser apartado secundario, y entre endoesqueletos y exoesqueletos, y valvas, y y todo muy cuidado al detalle, se les disipan las energas. El no va ms, el amo del ocano, es ttulo que pugnan unos peces acorazados, y aunque hidrodinmicamente hablando sean feos y contrahechos, no tiene mejor galn la mar. Y conmigo que siga sin contar. SHR de M

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07-02 Insectos! Fiiiiuuuuuu!! A ms de uno que conozco le hubiese dado un patats de estar aqu hoy conmigo. Pocos universos se salvan de dar a desarrollar tan pertinaces enemigos de toda tranquilidad. Con gran trabajo se les intent exterminar en algunos mundos que conozco, y descuidando el imposible, incluso a la larga hasta se demostr perjudicial. Aqu estn por todas partes. Bestia no quiere que les meta mano por temor a que pueda subir parsito y sugiere seguir dejando la labor concreta a las sondas automticas. Aunque fascinantes, a m tambin me ponen de mal cuerpo si se me pasan imgenes pormenorizadas mientras me alimento. Y mejor que no. Un ao es muy largo desde cualquier extremo. SHR de M

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01-03 No son de vida muy terrestre pues a mano del agua los encontr. Pero al fin di. S. Habitantes tiene el planeta que desarrollan parte de su existencia fuera del agua con cierta dignidad; anfibios chiquititos; supongo que descendientes de peces. Algunos exclusivamente se alimentan de lo que trae el agua, otros, de charca en charca, y aprovechando las variopintas exquisiteces que el viento arrastra, ganan tierra para los suyos en la carrera evolutiva. Pero al menos al aire hacen un tracto de vida y a m me vale. Yo soy quin observa. Y ellos los observados. S, en justicia puedo decir que tengo objeto de estudio. SHR de M

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02-03 Hoy, alegra, no me aguardaba el mar al bajar. Slo tierra. Montaas, cordilleras y una playa infinita, desierto en toda regla, se me pusieron ante los ojos para contemplar. Pero ni rastro de vida. Craso error. Bulla el sitio. El primer indicio me lo ofrecieron, a mucho de ir tostndome bajo el sol, unos huevos de gruesa y dura corteza, a prueba de sequas. Y abiertos que los encontr. Y ni rastro de las cras. Aunque al rato, que en postura inclinada andaba todava husmeando los vestigios, una agradable tormenta rociaba de vida el rido llano, y ante mis mismos ojos brotaba una alfombra de flores. Muchsimo llevara sin llover y a ello achaco la repentina explosin cromtica. Y el aire cargado de aroma a tierra henchida. Lstima que deba ser la excepcin. Agreste se ve el planeta pese a que tambin sea capaz de ofrecer parasos tal que el disfrutado. Espejismo. SHR de M

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03-03 Reptiles por aqu, lagartos por all. Coge trono en el pago la familia y no hay nicho dnde no quieran estar presentes; crecen, en nmero y tamao. Desde un principio, aunque nunca me haya quejado (?), Bestia quiso orientar mi actuacin. Huelga negar que l sabe y yo s. S que mi resquemor percibe pues confieso hacerlo notorio de vez en cuando, mas hasta la fecha, y llevamos un tiempecito aqu, Bestia se iba saliendo con la suya, y muy a mi pesar, al recapitular en la antecmara de suspensin, deba admitir, para m, que razn no le faltaba y siempre entablaba contacto yo con lo tioso del lar. Hoy no. No podr argir eso. Si alguien se puede decir que manda, estos, sin duda, son los reptiles. SHR de M

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04-03 Majestuosos son los reptiles, s, pero si se les observa, que es por lo que creo se me paga, en el porte tambin se les descubren las miserias. Y ni siquiera del todo se puede decir que sean amos. Loco acab un ejemplar gigantesco, porque buscando hojas propias a su descomunal hambruna, sin pretender azuz y puso en danza de guerra un alto colmenar. Y ser lacerado a conciencia. Otro ejemplo me ofreci un bichejo peludo, nocturno ladronazo, al rodar de un nido un huevo para comrselo en la espesura. Y repetir. Y tripitir. Y no excederse con un cuarto huevo pues aunque despegada y somnolienta, la duea de la nidada volva hecha una energmena. S, imponen, pero sangra tambin se hace a los lagartos y no creo que est dicha la ltima palabra en el planeta. SHR de M

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05-03 Con mucha premura me mand Bestia esta maana al tajo. Apenas datos me transfiri de las sondas automticas, y coscndome del extrao, en puertas del salto gravtico me coment que luego se dara a explayar con las causas concretas del apremio. Y hale, para abajo. Recelar de Bestia no me es nuevo, as que en cuanto me posicion busqu razn en el sitio. Y no percib nada destacado. Seorean los reptiles. El Sol calienta. El aire mece la hierba. Palpita la Vida al ritmo que le es propio. No encontraba explicacin para tanto atropello, salvo, quizs, si algn lagarto hubiese echado suficiente masa gris a su crneo. Pudiera ser? Pens que s, y a buscar reptiles que diesen el perfil me puse. Aunque ni por asomo. Son de un tonto y avieso singular; o me lo parecen. Incluso se me hacen ms ingeniosos los ladronzuelos peludos, que en su minscula osada, entienden despensa y proteccin en los colosos; corretean entre las enormes patas; y hasta juegan; son mucho ms sociales. Y no me extraa. En vez de abandonar la puesta a la buena de la suerte, atan las cras a la madre gracias a los muchos afectos que se prodigan. Y no slo para concebir. Se alimenta a los vstagos mediante glndulas sudorparas hechas mama; un pezn, que atraque es a la mandbula del embrin que portan en el marsupio. Se les protege, se les da cario a lametazos si tienen tamao, y protenas crudas de ser menester. En fin, se les ofrece cobertura en el tracto de formarse adultos. Lstima que alumbren al planeta en tiempo de reptiles. SHR de M

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06-03 Vivito y coleando que est el Universo, un cometa se dign visitarnos sorpresivamente; de ah las prisas de ayer y el secretismo. Apenas caus estrago, y causar en adelante, al tragrselo el Sol. Sin embargo, de la estela de su cola se desprendi tal pedrea que no qued cuerpo en este sistema solar que no atesore tarjeta de la visita. El mismo S10, que ha quedado S3, padeci un par de pedrolos de dimensiones considerables; uno en concreto, pese a ir desmenuzndose en la atmsfera, peg tal zumbido que abri un crter de doscientos kilmetros de dimetro lo menos. ... Y poco ms sabemos. Desde entonces una densa capota de gases y polvo recubre el planeta oscurecindolo. Y las sondas ni usarlas porque descuajeringan con las tormentas electromagnticas solares. Con gran profesionalidad por mi parte, creo, me sobrepuse a cuanta objecin declar Bestia y me present voluntario para bajar al aire; sin apoyo tcnico; bueno, salvo el emptico. Puede que est tintando yo muy negra la tesitura, en descargo de su conciencia, y salvaguarda, Bestia me inform que no era el primer impacto que sufre el planeta, ni el ltimo, y segursimo que tampoco sera peor que otros que me omiti, y que ahora me descubre mataron adems a casi todo bicho viviente; rondando el 95%. A pie de campo no fui capaz, confieso, de cuantificar el cataclismo. Hiede y se ve el lugar asolado. Sin embargo, hay vida. Quin lo iba a decir! Los granujillas que intuyese elementos, los mamones, cogieron la ocasin a la carrera y se extienden por la faz. Ms adaptativos, al llevar la estufa incorporada!, desbancan a los lagartos y se aprestan a mi juicio a enterrarlos; ni el recuerdo de los saurios dejarn en sus propios huesos al evolucionarles los odos y sacar zarpas de cinco dedos. Estos se pintan solos otro mundo; que clase tienen los muy mamones. SHR de M

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07-03 Acabados no estn los lagartos, no. Pero el ocaso lo tienen cerca. Roto el equilibrio ecolgico, se extendieron cual plaga los marsupiales y dan batalla en todo nicho. Los hay carniceros y vegetarianos. Y omnvoros. Y dominan todos los ecosistemas salvo uno. El aire. All hicieron fortn los hijos emplumados de los antiguos seores; en el ter, o en el medio acutico, por ahora nada tienen que hacer los mamones. Eso s, que tampoco intente ningn linaje antiguo recobrar bros en tierra; que no se permitir; intuyo. SHR de M

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01-04 Los mamones exhben trazas de venir para quedarse, pero conociendo algo de la dinmica del planeta, imagino que al cabo de diversificar empezarn con los problemas. Sufrirn una ola de calor o se les descompondrn las extremidades por el continuo rotar de las escpulas. Bah! No s cul ser el detonante, si que unas hembras amamanten a sus embriones antes de estar formados, u otras, placentarias, que por esperar al parto para empezar a amamantar, se sientan diferentes. Vamos, que los ojos de las otras lo hagan sentir. Se mastica la tragedia. Y aqu se tiran a degello! SHR de M

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02-04 Soar es signo de inteligencia y nadie me lo puede negar. Basta verles temblar, o beber, o gemir si lo que trae la noche es una buena pesadilla, para reconocer un cerebro capaz de almacenar recuerdos y dar lugar a una existencia. Yo traigo conmigo soportes modernos para mantener fresco quin soy y de dnde vengo. Ahora, para adnde apuntan, ni yo, ni ellos mismos saben, y eso que apenas estn espigando en familias. SHR de M

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03-04 Me gustan los rboles. Rebosan calma y tardan en susurrar; e impelidos normalmente por un cfiro es cuando hacen. De por s son bastante discretos y silenciosos. sa es la razn que me empuja a pasear entre ellos, y por hacer, el nimo tambin tiendo entretanto a escrutar. Un grupito de mamones arborcolas me tuvo por objetivo de su frugfera artillera. Estn en poca de alumbramiento, y placentarios resentidos, entienden el momento delicado y supongo que intentaron ahuyentarme a frutazos; pese a vestir el emptico. No son enemigos a temer. De la ergonoma de sus extremidades les pende la vida y no crecen mucho. Viviendo en los rboles apenas hicieron gasto evolutivo, siendo el grueso de su despilfarro vital, probablemente, el ensanchar el cerebro en detrimento de las tripas. Paren ideas malvolas con la misma facilidad que una camada de dos retoos; uno por pezn. Digo! Cebo ofrecan de su propia persona y me invitaban a seguir la tomatina por la cpula arbrea. Me buscaban la cada desde las ramas ms altas y frgiles. Menudos elementos! SHR de M

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04-04 El metabolismo basal, el pelo, los hbitos, hablan del antiguo pasado subterrneo de estos golfos; o al menos de su buena adaptacin a la noche y sus rigores. Y sin amos aparentemente la maana, igual de bien se dan a escrutar y vigilar los contornos. Y no hay peligro pequeo. En el propio rbol familiar asentaba el malasangre que agarr a una cra de poco rango, y a fuerza de maltratos, parti el cuello al animalito. Y ni protestar la madre, porque desde muy alto arrojaron el cadver al suelo. SHR de M

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05-04 Dnde hubiese densa jungla hoy queda paisaje de sabana. Se hundi el suelo, y al cambiar la orografa, tambin tuvieron que estar al quite los seres que habitan estos ecosistemas. Algunos se extinguieron, e incluso gran variedad de especies nuevas vino a ocupar el hueco. Sin embargo, los que yo ando observando se adaptaron sin pena ni gloria. El clareo del espacio les oblig a bajar a tierra y desplazarse a la carrera para minimizar el peligro. De un ronchn de verde a otro existe trecho y adoptaron la bipedestacin para otear sobre las hierbas. Se les agudiz la vista e inventaron el pie, mas siguen siendo gente poco solvente y al primer rugido circundante migran al dosel arbreo. SHR de M

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06-04 Aunque Bestia me insta a decantarme, yo sigo a lo mo. No me juzga ahora tan a las claras, se contenta con repetir en alto, y hasta me atrevera a insinuar que entonando, los datos y opiniones del cuestionario de campo que firmo al regreso. Es lo primero que hace. Y lo ltimo. Todo lo visiona y relee, y todo dira que lo duda. Pero es verdad. Est visto que esto lleva su tiempo y cundo sea de salir saldr. Antes no. Puede decir lo que quiera Bestia, mas estos zurriagos de los que vengo haciendo objeto de estudio, son los nicos que algo de seso pongan al asunto. Y me lo duda. Anodino fue el da, la mayor parte del tiempo confieso haberlo pasado admirando los juegos de luz sobre un lago. Y ocasin tuve para fijarme en unas cuantas lneas evolutivas, que digo yo, sea por la alimentacin, la edad, sea por las fechas del ao, por puro vicio, sea por lo que fuere, al fornique y refocile se aplicaban con empeo; pura exuberancia sexual era el momento. Irresistible. Pues no, no seor. Tambin encontr algunas hembras, que pese a lucir en sazn sus atributos, en absoluto estaban receptivas. Listas estn para negar lo evidente y al macho rechazan la cpula. Da igual cmo se ponga. Ni a las bravas ni con lisonjas. Ni con el ms tierno de los bocados que uno pueda encontrar. No, es no. Si eso no es inteligencia, que me manden otra vez a observar amebas! SHR de M

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07-04 Un par de horas pas en la misma postura por si haca gala de inteligencia el bicho que observaba y me dedicaba una seal; ojos muy bonitos; y porte atltico; y el runrn de su jadear embauca. Pero nada. La misma cena le escapaba del plato y rama abajo, despacito, huy una de las piezas ya cazadas; un mono paticorto. Quiz por saciado consentira la huda, el otro iba a dejarse morir, ahorrando el trabajo, al pie de una frondosa higuera. Aunque fue ms lejos, y ora cojeando de una pata al rato de la otra! fingi empeoramiento de su estado, y entre espasmo y voltereta lleg al arroyo, e hizo el vado. Y zurrado gan unas caas, unas planicies y otro rbol. Y a l se encaram clamando estado. Estaba muerta la cra del todo cuando apareci la madre. Chill y chill, aunque lo nico que consigui fue que en lo alto del dosel se estirase el cazador. Desperezaba. Sigui llamando la madre en la retirada, desesperada citara al hijo y haciendo riel a sus lamentos los pasos me llevaron al final de la espesura. Bajita y liviana, de metro veinte y veinte kilos, corra y trotaba grcil en el reseco paisaje. Y abri brecha. Me cost volver a coger las huellas, pero hice. A toda trocha se haba hecho y escalando una fractura se puso a salvo echando tierra a la cra; que nunca mir atrs. Y detrs iba yo. As me llev hasta su familia. Deba ser. Sangre le entroncara con todo el grupo, pero a su llamada slo hicieron caso otras dos hembras adultas, y una cra lactante, que salieron a su encuentro. En total seran la treintena al mando de un macho dominante y su camarilla de adlteres. Batan la caada arramblando con todos los recursos al alcance. Buscando sitio cmodo me recoste contra un rbol frondoso. Desde luego que saltaba a la cara que no eran las inteligencias que necesitamos. Toscos, huraos, olvidadizos, hasta el ejemplar que viniese siguiendo se uni al trabajo y comenz a espulgar el campo. Semillas, flores, frutos. Races. Y polillas. Y cualquier bichejo o bestezuela que entendiesen comestible. sa era su vida. La vida que hacan. En stas apareci el seor sabido con el que compartiese atalaya yo, y que viniese buscando, o fuese destino, dej desfamiliada a mi gua al matar en el sitio a las hembras. Y la cra llevar entre los dientes. Pese a ello, por la pronta defensa que hizo el resto del grupo, y que a mi misma vera vino a postrarse y llorar la otra... Llorar!... se me hace injusto no dar oportunidad a esta gente, pues an por el mal aval del nmero, pero cierto que hicieron huir a la fiera y al momento festejaron la victoria. Tambin se saben amos. Ella no. Ella slo lloraba porque le peda el cuerpo. Lgrimas que son diamantes y me hacen postergar un da ms la rbrica. La sentencia del planeta.
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01-05 Propenso al cambio es S3. Y sus habitantes. No as mi buen Bestia, fiable a no dudar, que nuevamente me dej en sitio inapropiado. Pens en un principio acertado el lugar al escuchar risas. Risotadas inteligentes y burlonas. Tan profundas y maliciosas que entenda acabada la misin, o en vas de finalizar al no poder negar por ms tiempo lo evidente. Mas, sorpresa, despreciable irona evolutiva, los jocosos animales de poco podran ufanarse al ser ellos mismos manifiesta aberracin; cuadrpedos; culibajos y tranquicortos. De dentellada recia y rencorosa, eso tambin. Tenan acorralado en un islote del regato un mono paticorto. Cortada la huida por un cantil y un lodazal, defenda la criatura la vida lanzando proyectiles con un grosero estilo que nada bueno auguraba para su futuro. Cena sera pues tarde o temprano alguien dara con el vado adecuado. Y ah estuvo defendindose. Piedras, palos avent al aire zarandeando el poco verde que agarraba en el arenal. Y no disuadi, no. Le entraron al fortn por dnde saba tena agujero, y antes que defenderse cuerpo a cuerpo, que no tendra sentido, se agarr al cantil vivo como bien tuviesen a entender sus extremidades y trep. Se peg a la roca y fue haciendo va hasta ganar parte segura en la rivera. Y corri. Desapareci de la vista y las hienas dejaron de rer. Mirndome agoreras, que calaban el traje, no hice siquiera ademn de acercarme y part en pos del escapista. Recorr la sabana buscando. Y nada. Iba a dar el da por acabado, finalizada la persecucin, cuando en la orilla del lago al que me acercaba descubr varias docenas de paticortos; sin duda hermanos o primos; algunos un poco ms altos y cabezones; otros ms endebles y nerviosos. Varias lneas y familias compartan orilla. Animado, patee playa hasta dar, por fin, con el paticorto ansiado. Macho, explorador, y mal articulado su pensamiento, poblado el discurso de poses y ruidos guturales, una infinidad tardara en dar reporte y al llegar yo disolvan. A gruido y pensamiento propio se refugiaron sin prisas. Fueron subindose a un rbol hermosote cuyas ramas ofrecan seguros encames entre las rocas. Ah tendran intencin de pasar la noche. Recogindose por grupos, entend al explorador cabeza de uno y en una cornisa organizaba asamblea familiar a la que asistir. Dos machos adultos ms, cinco hembras, cuatro inmaduros y dos lactantes; y dos en camino. Toda la clula reunida para tomar una determinacin. Corra el repecho final el da y mi explorador, cansado, observaba con desgana los dos horizontes a los que daba el balcn. Bien definidos.
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El lugar, imposible. La banda de paticortos lo saba, aunque slo esta familia que cito pareca ser consciente de la realidad. Agotado el campo, no hay plato pequeo al que hacer ascos y hasta la carroa tiene novios; y peleones. El explorador sopesaba el horizonte mientras la familia se deshaca en arrumacos y carantoas. SHR de M

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02-05 Hoy tocara acierto y Bestia cumpli. Junto a una banda de paticortos robustos me dej. Sin duda deben pertenecer a las mismas castas que segu estos das atrs. Mocetones. El orgullo de su casa, aunque con el revs consabido que de tarde en cuando deja caer el clima, ahora lastra el corpachn. Rumian races y tallos secos buscando la savia, y no hay carcasa o resto, por descarnado que est, que dejen pasar sin antes haber lamido. Hambre. Malos tiempos se viven. No corren mucho. Mal trepan y peor nadan. Slo hacen buena carnaza. No parecen enhebrar a derechas y sin embargo medran. Los paticortos son feraces y sin parar dan variantes. Sabiendo que gustan montar reunin a la raya del agua busqu fuente. No me cost mucho dar, verde correoso el envoltorio, y a lengua blanca el lecho, el cauce cuasi seco del arroyo susurraba todava su frescor; y mal cao era el hilo de agua al arrastrar consigo podredumbres y miasmas que riachuelo arriba seran pura cadaverina. Haba ro, mas poco agua y se disputaba. nicamente dos puntos potables encontr. Dos pozos. Dos pocillos. Ambos perforados por elefantes y re-excavados por paticortos astutos. Aprendieron a mantener los pozos limpios y as garantizarse el suministro de agua; uno cuidaban con mimo, el otro, aun sintindolo propio, lo cedieron temporalmente a una manada de leones oportunistas a los que no convena descuidar. Para defenderse de ellos, tanto el pozo, como el acurrucadero, rodearon con un mallazo de espino imposible de burlar. Ni por m; listos son; manipulan el medio. Me tuve que conformar con verlos pasar a la carrera si rondaba alguna fiera, de no, que ratos largos tambin cayeron, salan sin rubor a prospectar las inmediaciones o simplemente tomar el sol. Van perdiendo el respeto a sus depredadores, y hasta en grupo, cuando salen, agallas les nacen para achuchar ellos a los melenudos. S, creo que por fin encontr. Mi buen Bestia, puedes ir preparando los formularios. En este salto no, pero al siguiente, o despus, o rondando, dar con alguien digno para tratar. ... Me seguirn viviendo las plantas? SHR de M

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03-05 Delicada imagin la tesitura al descubrir los restos de un rinoceronte. Tem la vuelta de los grandes saurios al observar en detalle el destrozo. Astillas, agujas eran los huesos. Se aprovech al mximo el ejemplar y hasta las caas dieron su tutano. Estaba a punto de seguir ruta cuando me grit una piedra que tena dos filos. Brillaba, y al cogerla, terriblemente fra, me invadi una ola de calor. Aquellos bordes eran intencionados. Y tanto! Y tantos! Al pie tena el utillaje que hizo piezas al animal. Cubertera ltica. Tampoco gran cosa, seamos mesurados. Aunque utensilios, y cortantes, con todas las consecuencias. S, s, s. S. Y que no sera todo malo, ni en unas ramplonas piedras entender milagro, a nada de separarme del sitio encontr rastro de grandes zancadas; patilargos. Teniendo el firme textura de papel, le la ida y vuelta que hicieron por el sendero que llevaba. Liviano el ir hacia all, a los despojos, en el retorno se hundan mucho los talones de las huellas. Unos meses hara. Ahora, apogeo canicular, la zona de anegamiento estaba desecada y un nico rumor indicaba agua. Y lo segu. Lo busqu. Prendida en el aire la frescura acab dando con una catarata. Y con los patilargos. Algo distante me situ para no alterar, pues al acercar yo, en trance de duda ellos, hicieron correr la alarma y tambin me observaron nerviosos. Tumbados al quicio de cada, bisbiseos se traan indicando que al pie del salto de agua algo era digno de atencin o estudio; ms que yo. Y mir. Miel haba abajo. Simple y sabrosa miel, que a medida de cada quien revolvi el lugar. Locos y molestos zumbaban los insectos. Destrozadas las colmenas contra unas rocas, se esparca sin pudor el embriagador aroma de los azcares. Pjaros, ratoncillos. A la llamada acudieron hasta unos familiares bastante lejanos de los patilargos, primos, mal avenidos, que les disputan el lugar. Para ellos era el festn, la trampa, y en cuanto pusieron las zarpas sobre la tarta arrojaron los otros un aguacero de cascotes. Lapidaron a conciencia. Enterrado en toda regla. Bufffa!! Mal que me pese ahora, sa es la inteligencia que vengo a preservar. A defender
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de todo engao. Y no es que tengan sangre de dueos, no, en los ojos se aprecia que escrutan amos. SHR de M

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04-05 Me asombra su comportamiento. Lo listos que pueden llegar a ser. Unos paticortos acogieron, ms bien consentir vivir en su territorio, a un espcimen maltrecho y extraviado de otro grupo patilargo. Supongo que cay hace bastante pues todos los miembros, salvo uno, le daban trato amistoso. El macho dominante no. l, e imagino lo simblico del gesto, no coma fruta machacada, abrasada contra las rocas, al tener rango y pelaje para consumir en sazn. Aunque el resto, ideal brillan los ojos, le tom gusto a la compota, y desdentado el nuevo, cantada tengo la impronta. Y le deba escocer al jefe al entender menoscabo; de mala gana aceptaba que cras y viejos se beneficiasen de pulpas otrora inaccesibles para ellos. A raya de ms innovaciones mantuvo con el simple mirar torvo. Y tarascada de acercar el otro. No se aproximaba al grupo mediando el macho. Y as sera siempre que no se demandase algo del proscrito. Pero debi ser el caso, porque antes de apretar el sol en firme el propio baranda fue al encuentro; le atacara algn dolor recurrente que tenga por cruento y que sepa que el otro le puede sanar. Un par de races. Unas hojas. Lo que sea que conozca para el malestar. Y aunque diga yo de corrido, les llev su tiempo entenderse ellos y enterarme yo. Y rato no muy largo que se encontrase remedio que se suponga. O no! Testigo de cargo no puedo ser, no, pero jurara que antes de empezar a padecer los espasmos y la hipoxia, segursimo que antes de cascarla vamos, que el nuevo miembro enfil camino de coger familia, y condominio del antiguo seor, antes de sentir o manifestar aqul sntoma alguno. Un asesinato con toda premeditacin. Un envenenamiento Acadmico? SHR de M

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05-05 Saba que llova, y mucho, mas como siempre Bestia me llevaba a contextos secos y clidos, acordes al buen gusto, consideraba improbable el emplazarme en tamao aprieto. Llueve. A mares. No se puede hacer otra cosa que guarecerse. Viendo posible chambado en un distante abrigo hacia l cog paso. Lgico, quiz, ocupaba el emplazamiento un grupo de patilargos. Tardaron en verme, adems de las emociones, enmascara el emptico el aspecto y me acerqu para pillarlos en plan domstico. Machos y hembras impartan leccin a los infantes del grupo, que en el trajn de los adultos, entienden juego y ejemplo. Pacfica comunidad. Mucha cra suelta incordiando a los padres, aprendiendo tambin a fuerza de palos a vivir en comunidad. Cualquier estructura familiar de mi pueblo, una tarde pareja, se entregara a los mismos vicios. S. Sentado entre ellos les escuch hablar. Tosco y corto es su esculido repertorio de sonidos, y encorsetado por limitaciones fonadoras, mucho ms duchos son imitando ruidos faunsticos, que articulando un lenguaje reglado. Apenas se prodigan de palabra, aun cuando en sus ojos acaudalan una mirada de preguntas que ni forma de concretar tienen. Escrutan el paisaje sabiendo que es ms complicado de entender de lo que parece. Y peligroso. Bast que rugiese alguna fiera, no muy lejos, para que las cras parasen los juegos, mas, tranquila, la fratria de adultos sonri a media tinta. Nada ms turb la tarde hasta que cruzaron el cielo dos buhos enormes, entonces uno de ellos, muy anciano, mene los dedos en el aire y dijo Uhuuhu. Una slaba corta pues an tienen un mundo por nombrar y no es cosa de empezar dilapidando. Abstracciones las justas, lo grueso de su vocabulario son sonidos onomatopyicos. Mismamente el Uhuuhu Uhuuhu bien fuese lechuza, bien la noche que traan esas alas, bien fuese toque de retreta, tras la llamada, y un par de bostezos, se entoldaron bajo techo ptreo, y todos juntos, excepto un par que qued al tanto, se prepararon para hacer noche y darse calor. Coitados. SHR de M

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06-05 La tuve con Bestia. Y gorda. Bien primado estar, seguro que le garantizaron una conexin cordal directa al Supernodo Central, sea lo que sea lo que prometiesen, parece empeado en que d a estos patilargos por amos. S, vale, no son simples patilargos; desde que lapidasen a los papiones supuse que acabaran jefes. Pero desde entonces hasta ahora... nada. Poco revolucionan. Con los saltos dados echaba cuentas de poder dar con gente interesante. Pero no. Al litro les llegar la mollera y nada la exprimen. Un nico avance constat. El conocimiento del medio. Ponen sonidos a las cosas y muy despacito las ordenan en sus cabezas. Pero lentos, muy lentos e inocentones, porque con tan profuso avance slo mejoran en lo que al trabajo de la piedra se refiere. Son capaces de ir sacando lascas a un meo hasta dejar impreso, en el ncleo, un facetado juego de cortantes brillos; tumban horas; capaces de convertir las morrenas en gravilla slo por porfiarse el afilar rocas. Y balad es la viruta que la hacen herramientas! Con ellas interactan. Cortan hierbas, sierran palos, dan tajo y hacen cachos las carnes que se presten. A m no, porque llevo el emptico, aunque estos a los que me estoy refiriendo, y no s tampoco si era de su bando o un enemigo, u que lo encontrasen tirado, lo importante es que desmembraron a un congnere que no ha mucho la espichara. Saa, o costumbre, en cuanto movieron el muerto, y meter el filo, y agitarse los efluvios, consider momento de volver junto a Bestia y pedir cuentas. Mas Nada. No atendi Bestia mis requerimientos y sigue considerando albedro suyo el tiempo y el lugar. Incluso el momento de regresar a la nave! Bien, si quieres jugar... jugaremos. SHR de M

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07-05 Temperatura estupenda y el lugar de elegir. Bosque abierto, agua abundante y un buen surtido de pacficos herbvoros a los cuales sacar la energa. De buclico el paisaje, me tem en uno de esos raros sueos que provoca la suspensin. Por el olfato me dej guiar hasta una gruta hallando chasca. Fuego haba, y al mando de un palo un viejales se dedicaba a mantener viva la llama. La de la lumbre y la de los recuerdos. De caza los adultos, adiestraba a los jvenes y hablaba del fuego. De su devastador poder y de su indulgente amistad. Amigo era bien llevado, mas no sera difcil que escapase o muriera; as que mantenan cautivo. El abuelo sabra sin duda lo mucho que cuesta encontrar un rbol hendido por el rayo, o dar con zarza pirfila chisporroteando. O clan que cambie. Generaciones habr que no se goza y prueba son las cras que absortas hundan la vista en el baile de las lenguas. La prxima vez que admirasen, o pudiesen calentar, lo mismo seran viejos. Si volvan a ver! Yo pensaba que llegara el da en que uno de estos descendientes de monos se levantara de entre sus iguales y a pleno pecho reivindicara la propiedad a la redonda. S. Imagin que de ser yo, l, me subira a una piedra que hiciese ecos y pondra a todo quisqui en su sitio. Gritara a los cuatro vientos quin soy yo y quienes son mis descendientes. Al menos dejara los pulmones en el intento. Mas ellos, conocedores de su nicho, lo gritaran a quin olfatease. En cuanto regres la partida de caza, pusieron al fuego un par de liebres y sentaron a esperar el punto, sin importarles, quiz, que se expandiese el olor. De qu vale ser amo si no se puede hacer ostentacin? Montaron tal fuego en la boca de la cueva que disuadira a cualquiera. Bien alta dejaron la hoguera. Todo poder eran las llamas. All guareca clan fuerte. Esto, y es otro tema, puede que sea cosa ma, o no, pero uno de ellos me llam. No esboz palabra ni ruido, no, me mir y rese a ojo el hueco que quedaba a su lado. Era una hembra. Adulta. Un par de cras le rieron la maternidad y tres o cuatro hermanas y primas ofrecieron trato deferencial. Debe ser gran cazadora. SHR de M
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01-06 De punta a punta del planeta sigue mandndome Bestia. sta vez una isla; pero poco me agobia el espacio al realizar la instruccin quinquenal en una; eso s, custico era aquel lago. El ocano enderredor debe ser otro tanto parecido para mis coitados potenciales y mala cara ponen si les sube el agua las rodillas, an as, y haciendo de la desesperacin razn, parecen querer iniciarse en las artes nuticas y osan patronear troncos y balsas de follaje. As llegaran aqu desde la costa. Deben ir agotando los recursos all dnde encuentren. A punto nos presentamos pues un tronco hueco, relleno de voluntarios, a media quilla flotaba en la playa. De locos enrolarse, as que dej que zarpasen y qued con la poblacin local. Desde un alto seguimos la singladura. Buen momento eligieron, la mar estaba plana y el viento adoleca de identidad. Pese a ello, la isla que enfilaban antoja distante para sus medios. Rayano lo imposible. Exiguo gobierno para una embarcacin resultan manos y cortezas, y a no tardar, que quedar en duda, cualquier corriente arrastrar la almada al inmenso ocano. Se me fue la tarde, y la vista, observando desde un cantil el cabeceo. Triste percib el ambiente pese a que mucho futuro exista en la partida. Aliviada la presin sobre el sitio, los pocos recursos restantes cundirn para criar otra hornada. ... Y otro da ms, Bestia. SHR de M

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02-06 Buffa!! qu fro. Cazan... bueno, lo intentan. Azuzan el campo a grito y palo, pero poca carne queda a tiro; y carroa a mano. Hojas, bayas y races desaparecieron; quedaron inaccesibles. La nieve lo cubre todo. Los patilargos pretenderan quitarse los fros persiguiendo ciervos, aunque al requiebro de un faralln rocoso con cuatro saltos que pegaron se pusieron a salvo los bichos; por el risco fueron trotando hasta una explanadita, y all detener el rumbo para rumiar unos musgos. Ah estaban cundo se levantaron de la nieve cuatro rufianes blandiendo astifinas lanzas. Vestan un genuino emptico de liebre rtica y no destacaban del entorno. Qu astucia! Qu diseo! Demod entend a los paisanos mos y corr con los otros. Plant, s. Estos norteos mucho ms adaptados al sitio se manifiestan. E inteligentes. Desde luego el meln lo tienen ms gordo; a los dos litros casi se irn, por contra, aunque muy musculados, ms chaparro y correoso echaron el cuerpo. Y algo ms plano el rostro, s. Intent llevar el paso, pero la cellisca me pudo y prefer refugiarme al abrigo de un voladizo. S dnde quedan. O que cuando menos existen. Vete preparando la botella, Bestia, porque con estos tengo plpito de acertar de lleno. SHR de M

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03-06 Bravo salta el salmn. Rasga las cortinas que encuentra sin importarle el alzado del teln. Lo lleva en la sangre. Saltar y saltar. Y correr los vados. Aun sacados del agua comban el espinazo. Y slo desisten del empeo porque mis inteligentes chaparretes norteos les aplastan la cabeza. Suben tantos por el ro, que bastan dos cras, para hacer el trabajo de cuatro adultos. Generoso es el momento. Eclosiva Natura, al lo de enamorados tonteaba una parejita. Disimulaban ante el grupo su convergencia aunque todos estaran al tanto y rean la inocencia de los gestos. Magnfico rod el da, as fue hasta que se dej caer por el punto otro grupo de chaparros. Bastantes. Y bien pertrechados. Y haciendo gala de conocer en detalle el lugar. Simples gestos bastaron para hacer comprender su mensaje. Devolvieron al ro los peces, incluso los muertos, y sin apegos ni atender a lloros, extinguieron todo fuego salvo el reservorio que arda en una calota de reno. Y hasta ese sacrosanto fuego se avis que ira al agua. El bruto de la panda, quiz, sea el que buscamos pues pidi arancel. Cmo amo dispuso y suspendiendo sobre la corriente la llama de Vida que entenda, exigi, al no plantear trato, que si queran quedar en el sitio y conservar el fuego, deberan entregar carne fresca que les renueve el acervo de los genes. As lo entend, y, veleta sabido que me s, estuve a punto de cambiar de compaeros. Y no hice, no, porque el tributo pedido era la hembra enamorada. Y atravesado mir el pretendiente. Crisp la mano al venablo y amenaz con irse para ellos, mas no pudo hacer porque el jefe de su grupo, adelantndose a la catstrofe, se neg rotundo a la pretensin. Prefriri perder la Luz y abocar a la extincin. Y pudiera ser, porque tomando tambin del campamento un par de pieles, y algunos frutos, desaparecieron los otros tan sigilosos como llegaron aunque con aviso de volver a pasar. Lo ms triste del mundo qued el campamento mientras se recoga. Losa de muerte planeaba sobre todos. Se me encogi el pecho, verse trocar de sopapo el nimo me hizo dudar. Y as nos cogi la Luna. Precipitados por la visita, temindola, mientras los dems empacaban mi pareja de enamorados se escurri hasta una cueva, y al poco, para alegra de todos, y ms para m!, el fulgor de una nueva llama se adivinaba dentro. El jefe no, l, con sus dichosas formas, prefiri buscar un altillo oportuno desde dnde otear, mientras su pueblo, pona al fuego parte de lo pescado y se daban el
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atracn padre. Y rer la cara de los que encuentren los restos del banquete. Cuida la familia del futuro de sus miembros y no cambian con cualquiera. Amansaron sus sentimientos. Domearon su apariencia. Y ahora domestican el fuego. No tienen barrera. ... Por cierto, al debe sigo teniendo lo del nombre del planeta. SHR de M

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04-06 Un chaparrete joven, de apenas un metro de alzada, esconda su poca chicha en una grieta de la montaa, pens, por resguardarse de una fiera, mas result que la cautela era porque vigilaba de tapadillo a un hermano mayor, que pese a excelente ejemplo, tena tara; alguna minusvala o golpe. O nacer tal alimaa. Muy discreto fue su espiar, y al encontrar casualmente al padre haciendo acopio de lea intent dar breve reporte, aunque la garganta, spera y seca, no le permiti emitir palabra. Ni sonido. Un compendio de dudas le tomaron los ojos, y comprendiendo el adulto, le dio un par de palmadas en el hombro antes de meter riones en la brazada, e instar al mocoso, a que descuidase del hermano coitado y siguiese a lo suyo. Que buscase pias para avivar rescoldos. SHR de M

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05-06 Mal no van las cosas. Aunque haga un fro de muerte, los chaparros dan talla de genio al aprovechar las inclemencias. Le sacan la parte buena a la nieve y empiezan a conservar. Fuera de la cueva guardan ocultas piezas duras tal rocas, pero a nada que las acercan al fuego, y aaden una hierba, y mueven un poco para que dore, a mano queda el hilo de la Ciencia Gastronmica; en torno a la lumbre toman tajada y respiro del perpetuo invierno. Me sigue llamando la atencin la fuerte cohesin grupal. Ata prieto la familia, y el clima, y no hay nada que aprendan, o descubran los adultos, que no intenten transmitir rpidamente a los hijos: una nueva forma de atacar la piedra, un lazo que hacer con fibras, o el aspecto del ltimo bicho que esquivasen. Al momento sera juego, pero incluso sin soplones, a la primera yo mismo entend que referencia se haca a un tigre dientes de sable. El rugido. El hacer de los ndices dos recios colmillos. El proyectar contra la pared un autntico horror. Al vuelo lo cogieron tambin los cros y a una gritaron el nombre del felino. Muy gutural sigue pareciendo su lenguaje, pese a ello, y pese a que s que el emptico me permita hablar con acento de un trilln de galaxias que le pida, me arranqu en un saludo mudo hacindome notar. Ya saban que estaba, mas siguiendo yo pautas que crea discretas, no levant revuelo mi presencia hasta el momento. As que salud. Universal, escrito en los astros, ofrec las palmas vacas al grupo enunciando un timorato Bienhallados. Y slo un segundo me dedicaron atencin. De vuelta al juego, y la risa que llama a la risa, toda la tribu que comparta covacho acab rota y a pataleta por los suelos al no lograr acertar la charada. Uno de ellos se esforzaba por hacerse entender sin romper las reglas del juego. No hablaba, no. Un gurruo de pieles acopl a una cornamenta de reno, y plasmado el monstruo en la pared, todos ajenos al autor del eclipse, tan pronto se sentaba la grotesca silueta, como saltaba y se haca ms grande contra las rocas. Recorra las paredes, tal se dira que pretendiese deslizarse cueva adentro. Y no acertaban, no. No acertaron. Cansado el sujeto, e incomprendido, en medio del jolgorio general fui sacado a la palestra y dado a mostrar como objeto del misterio. Y de la juerga. Y fue el despiporre. Maldita sea su estampa y las sombras que hagan! SHR de M
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06-06 No se desligan de su habitat cavernario, pero capaces se manifiestan de vivir en cualquier parte. Cogieron ripio al arte de hacer nudos y con cuatro ramas, y unas cuantas brazadas de hierba, levantan chamizo al que poder designar cobijo. No se darn los refugios naturales en estos pagos y el ingenio obliga. Pretenden cruzar las montaas antes que ataque ms el fro. No tiene senda abierta el monte y supona errtico nuestro vagar, aunque al alcanzar la cota de nieve, y tras unos minutos de bsqueda, se acert con las huellas de algunos que iran abriendo ruta. Se hizo un breve alto en el camino y de paso cargaron algo de lea pensando en su futuro uso. Por puro bien llevarnos, al hombro me ech un haz, e intrigado por saber dnde recalbamos tampoco despilfarr en palabras. Da quedaba para coronar, aunque sea se entendi en un palo hincado en el manto blanco, y al quedo, descargaron el equipo y comenzaron a acumular en el punto un cerrillo de nieve. Poco sol se pudo disfrutar, sin embargo bast para que soldase el tipo de nieve arrejuntada, y horadando un poco, y ensanchando la cavidad, prueba me dieron de no necesitar pjaro alguno que ensee a trenzar nudo que construya hogar. Me imagino que argucias tendrn para levantar en cualquier coyuntura igl, y por ende, habitar hasta el clima ms hostil. SHR de M

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07-06 Hondo, bajo la nieve, hozan los alces. Desde lo alto de un risco presenci la riada migratoria; tampoco creo que sea el emptico inmune a estampidas; prefiero curar en salud. Palas y palas, y astas y astas, y cuernas y cuernas, que en batiburrillo migran las bestias, cruzaron durante el primer tramo de maana, y a medioda, apareca el grupo de chaparros pertinente. Van tras los pacficos herbvoros que no dan mucha batalla ni les compiten por los recursos. Y cuando dan con alguien de cuidado, tal fue el caso en el que les encontr, dejan la cueva al oso que se ruge propietario y buscan otro agujero dnde hacer noche o las que hubiese menester si se detiene la manada; que hizo. Delante nuestro deba ir otro grupo que no vi, y orientados por la luz de la hoguera llegaron hasta nosotros. A resultas de la expedicin de caza, tambin traan un colega muerto atado a un palo. Al vaivn que se acercaron, y embozado el momento por la noche, no se supo de quin se trataba hasta llegar al pie. Y sera conocido. Una hembra preada que rompera familia y as se llor. Apenas quedan hembras en las partidas de caza y ste ser uno de los motivos. Otro, que cuelgan las cras del cuello, y maman, hasta tener edad de correr con propiedad; profilaxis bsica. En la gruta se orquest sepelio ordinario, y quien ms, quien menos, todos quedaron cabizbajos. Pero sobre todo uno, que sera el compaero estable Qu atan de por vida algunos! y que se avent, l, muy solo y bizarro, a buscar revancha y muerte en la cueva del oso. Y se le dio; la antorcha sigui consumiendo aun habiendo cesado el griterio y los rugidos. Y las lgrimas. Ya se le lloraba antes de tirarse a la bestia. Y podra tener que acabar llorndose a alguien ms pues tea en mano arrancaron los del duelo y fueron a cerrar cuentas con el animal. De lo que pasase en la osera no quise recabar nuevas porque imagino la casquera. Si ejemplo a lo hecho despus en el cubil del oso, es lo que se hizo con la hembra, se espolvore a sta un poco de ocre por encima y luego fue dejada en un rincn durmiendo plcida, o en su defecto, todo lo relajado que pueda estar alguien muerto y congelado. Y venga a rer el recuerdo, y llorarlo, las hermanas de estro! El fervor del romance no lo pudrir ni el deshielo, muy al contrario, se encargarn los carroeros de emparejar los huesos. SHR de M

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01-07 Siguiendo un curso de agua encontr unos chaparros que se embadurnaban con pinturas. Viejos y jvenes juntaban, pero slo infantes reunieron en un cotarro para conjurarse hermanos y entonar bramido. Primero estudiaron los jvenes a ojo propio la cuestin, concretaron la ubicacin de un grupo de caballos y luego volvimos al cuartel del voladizo. Hablaron, se organizaron, y en nada unos iban a buscar palos que sirviesen de lanzas y venablos, mientras otro par, se dedicaba a buscar la materia prima para manufacturar puntas y filos. Y otros a vigilar la manada, e incluso algunos a saber de las huellas de tigre nival que tambin husmea a los quidos. Se disolvieron a sus encomiendas. Por ir con alguien fui con los de las piedras. Aunque ellos son tiernos, el monte es viejo y slo granito aflora en pequeos desconchones del follaje. Saban difcil el dar con roca que no fuese amarga de trabajar. Revolvieron el monte sin hallar canto que les pareciese adecuado, ni en el cauce alto, entre los saltos, dieron con piedra oportuna. Sin pudor asom el Sol, y apenas a dos dedos de altura, decidi el resoluto del binomio que no haba cantera adecuada y, para mi sorpresa, retornaron al campamento dnde les descubriese embetunndose. Pero sigilosos. Mucho. Dieron un pequeo rodeo y se acercaron sin ser vistos; nada difcil por otro lado, pues los adultos entre gran camaradera, y risas, se estaban a su vez acicalando. Y robamos de un zurrn un par de piezas de slex; autntica mantequilla para ser trabajada. Tea en mano, y a alarido en cuello, comenzaron a desencamar la fauna que dormitaba la siesta. Se movi el humo, se grit dando a entender incendio y las bestias de la floresta rompieron a correr. Azuzados, y seleccionando los caballos, lo ms sencillo del trabajo fue matarlos al despear solos. Cayeron al callejn de un precipicio. Con las magras ms sabrosas retornamos, bien alta la Luna, al campamento primigenio... Mas el lugar estaba vaco. Segua viva la hoguera y nada sugera que se hubiese podido abandonar la posicin al trote; recibir visita inesperada. Sentaron junto al fuego, por un instante no supieron qu hacer. Manifestada la duda, sali de las sombras la cofrada restante con sus pinturas preceptivas en plan fantasma. Ululaban y gesticulaban dirase tal espritus enojados. Irreales para los muchachos, que con miedo evidente, dejaban hacer a los otros sin objecin; coman lo que traan las nimas del bosque sin hacer ascos a hongos y setas; ni rehusar libar brebaje cido. La base qumica de lo que ingirieron s que est restringida en mogolln de sistemas solares, mas a ellos poco les importarn los daos y consumen.
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... Je Siguen ganando puntos! SHR de M

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02-07 Les sienta bien la dieta de mar y aligeran un poco los rasgos. Y estiran una miaja. Y tambin siguen inalterables los lazos de filiacin. Tanta carantoa por aqu, y sobe por all, que descuidando de amantusarlos, no dejan lugar al error y convierten a estos chaparros en gentes fiables; se me siguen antojando, s. Aunque tambin creo, y me turba, el seguir intuyndoles verdes para tratar con miembros de la Corporacin. Sera la extincin para ellos! Hoy despiezaban una ballena bastante tonta que vino a morirse varando en la playa. No les import la causa de la muerte, sobre las mismas rocas en que falleci el bicho practicaron el despiece; cortaban a lonchas y pareca que se propusiesen derrochar en festn. Al menos los que junto al fuego acercaban filetones as lo sugeran a resoplidos. Miraban a hurtadillas por encima del hombro del senedrn de ancianos, quien, a su vez, miraba ms all, miran por el grupo, y aguardando estaban todos la respuesta a las invitaciones cursadas das atrs. De regreso desde luego estaban los mensajeros. Familia tenemos todos a la vuelta de la mata, y as, al goteo, y por partidas, las dos centurias largas juntaron en torno a los restos. Parientes eran porque no se poda negar, mas puesto a ser pejillero, varias sangres mezclaran y algo alejados del arquetipo chaparro primigenio, he supuesto a algunos. Y ya digo que el modo de vida, su cultura material, y sobre todo, sobre todo, insisto, su agudo sentido del humor y la francachela, me reafirmaron en la adscripcin al linaje. Menudos bastardetes! No quiero recordar ni referir lo que me hicieron, baste pensar que la reunin, aun sin plantearlo, era mercado. Se aprenda y se enseaba. Se intercambiaba. Era momento y lugar, y quien no me intent colocar lo malo de su gnero, me quiso para acallar a un hijo soltero de puro feo y contrahecho. Ja. Si hubiese querido replicarme me hubiera quedado en mi planeta. Tena y tengo tarjeta para engendrar. ... Tendr ahora? Lo que tengo, seguro, es que revisar los niveles del regulador electro-osmtico. Me afloran y acosan sensaciones, recuerdos que nada casan con las tesituras en las que me desenvuelvo. Por qu, Bestia. No tendrs t nada que ver?
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03-07 No rean por no ser momento, se despedan de un anciano y muy solemnes arrojaron unas flores sobre el cuerpo, colocaron un mufln reviejo para que fuese almohada y compaero de ultratumba y Y medio metro de tierra y cascotes encima para que no les roben los restos. Y un par de lgrimas. Mal andan las cosas. Balanza de la Vida que se quisiera tomar, para la vacante reciente tres no-natos lucharan por copar plaza. De parto se pusieron tres hembras a la vez, se pondran, y antes que alumbrasen subieron los que pudieron al sepelio del abuelo; que querra descansar en un lugar con vistas. Con la maldicin presta para escupir encontr a las hembras. Bufando en cuclillas no componan sombra que incomodar, y por no molestar salieron estos mos a la intemperie. Bueno, y para no ser blanco de las quejas. Yo no, yo qued. Con el emptico puesto, y cuidando la distancia asptica, no me ponen reparos al curioseo. Me duele ms a m que a ellas... es un decir. Aunque indefensas, las cras al nacer son todo cabeza y de muy mala extraccin siendo intrauterinos; nada ayudan. Acuclilladas allan las madres desesperadas y eso que tampoco son los bastardos lo cabezones que gritaron sus abuelas. Y la que puede! Una, tras mucho debatirse y gemir, y sangrar copiosamente, ces de todo intento y agotada se dej ir. Cerr los ojos y muri para consternacin del grupo. No quedaron ajenas las compaeras de parto al suceso, y quiz por eso, rogaron, y chillaron, ms atencin y cuidados; al tiempo desgarraron sus sacos los hijos e hicieron amago de salir al exterior. Y a uno se le pudo auxiliar, se le ayud a nacer mientras que por el otro, y la madre, nada se pudo hacer. Y ni siquiera la hembra que alumbr con xito quedara indemne de toda tasa, al avisar, la hemorragia, que se apagaba tambin. Vaya cuadro! 6 a 1 en el parcial del da. Muy mala cara cuaj a las que en distinto punto de sazn lucan la preez. Palabra que espero, y deseo, que hoy no sea ejemplo de nada. SHR de M

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04-07 Cuando era cadete decan mis instructores que apuntaba para qumico, fsico o matemtico. Haca bien las maysculas y pequeitos los nmeros, de tal modo que casaban monos y quedaba la abreviatura aparente. Mas fue fiasco gordo. Luego, al ver lo bien que discurra la arena de playa entre mis dedos, les dio por airear que maneras tena de ingeniero o arquitecto; todo por quitrseme de encima. No s por qu recuerdo aquello. Bueno, s lo s. De todas esas Ciencias que me doctorasen a ojo de buen cubero, me gustara ahora disponer. De la ms pobretona de ellas tomara lo que buenamente se me ofreciese pues con mi obtuso y honrado cavilar no encuentro solucin a varias incgnitas con respecto a los chaparros. Por qu, s Por qu si apuntaban maneras de ir aligerando y estilizando su chasis oseo, aqu, en el lugar, parecen haberme retrocedido tropecientos aos? Los genes recesivos de varias generaciones atrs vuelven a dominar. Y es raro que se desdiga Natura. Y cundo hace, suele tener sus consecuencias. Ya se vern. Y no me extraara que lo rieran. Tienen su punto los chaparros, seamos sinceros. Muy leales e ingeniosos, familiares en exceso, y a ello atribuyo que no quieran estirar ms los lazos para salir del continente que les acoge. Razn no puede ser el fro que es frontera, pues la linde de cualquier vida les es territorio ideal que explotar. Y el mar tampoco sera obstculo si quisiesen; pequeas travesas, eso s. Saltar un estrecho, cabotar una pennsula o vadear cualquier ro por caudaloso que venga, no ser obstculo si desesperan. Mas, por qu. Por qu permanecen y no dan el salto No quieren medrar? No les es instinto? Al otro lado del estrecho ven un continente que ansioso podra estar de recibirles, mas no hacen nada. Quiz estn cansados de intentarlo. Quiz lo hayan hecho y Bestia me niega los parmetros. Quiz les sea imposible imaginar otra vida lejos de su tierra. Incluso, quiz, les quiera ver yo de capa cada para tener excusa y delaxar lo inevitable. Quiz. Mira, s. Ahora s creo que encontr. Nombre, al menos. Tierra. La tierra que adoran buen nombre dar al planeta.
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S. Tierra. Tierra... Qu tal te suena, Bestia? SHR de M

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05-07 Al no poder coger los rayos de sol, a un chaparrete pequeo, una cra de pocos aitos, mantenan bien abrigada junto a la lumbre. Confan en la sabidura intrnseca del organismo y el poder balsmico de las lenguas ardientes. Y no se toca. No deja el jefe, o quien aparenta ser el ms entendido en fuerzas curativas, que nadie se acerque al nio y pueda contagiarse de su enfermedad. Y expandirla. Muy corto se ha de ser para entender epidemia en una fractura de crneo. Jurara que lo es; la inflamacin le coga de la nuca hasta el ojo. La madre velaba el estado. Esper la seora a que clarease el habitculo, y pese a la protesta de comadres, cogi al nio en brazos y se lo llev con gran misterio. Camin mucho. Bordeamos la costa al ir dndonos la mar su azul en los altos, mas no imaginaba lo que nos esperaba, y as, al ganar la cabecera de una vaguada, se par en lo que desde abajo sera el techo del valle. All tendi al hijo en el suelo y ella se sent. En m no reparaba, clavaba la vista en una gruta que exhalaba al aire humo de parentela. Y no tardaron en dar respuesta. Ya la tenan preparada de hecho, pues a nada que percib un par de crujidos a mi espalda, me supe rodeado. Eran tambin chaparros... bueno, no lo son. A alguien que no los haya tratado tanto le podran pasar por hermanos o primos de estos mos, mas parecen retrucano de s mismos; enclenques y larguiruchos lucen. Y el cabezn ms pequeo; que no llegarn ahora al litro y medio. Y la cara ms plana y los rasgos ms finos. Ahora, eso tambin, en la mirada llevan porte de amos al igual que los chaparros. Humanos tild a estos nuevos sujetos. Y al confiarse a ellos la dama, yo tambin hice y me dej tocar. S, sigue dndome cobertura el emptico y no percib hostilidad hacia m. Pero recelan mucho los nuevos y tampoco pareca que les hiciese gracia que junto con el cro fuese a su guarida. La madre ni pretendi y en el sitio llor a moco suelto. Con ella sent toda la tarde, y solo de a en punto me qued cuando sin darme aviso, ni razn, regres al caminillo matutino. Y tom. Pero volvi. Antes de fijar la noche los contornos estaba de vuelta con un tesoro de gratitud. Consigo traa un collar de conchas Un imperio para quin entienda! depositando en una ara de roca que nos dio asiento en el trasunto de la espera. Y volvi a partir. Desaparecer. Yo me qued con los pobres matasanos. Por probar, y que no quede, a la terapia acstica de choque se aplicaron; hasta que pude constatar estuvieron dando friegas a salmo vivo. Cantando. Acunando al chico que tendra las horas dichas. O con las ganas de saber lo que all pas me voy a quedar, porque mientras
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esperaba la llamada de Bestia, sali un grupito de la cueva y acerc al muchacho a lo ms alto del valle. Y dejar. Rpidos para retornar a su fuego, quedaba claro que de su parte pusieron cunta ayuda pudiesen prestar. Ni ms, ni menos. SHR de M

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06-07 Se me hurta informacin. Y temo que se calcule factible el seguir hacindolo. S, Bestia Quin si no? Hasta el momento me tuvo ajeno a la gnesis de los Hombres. Ayer top con ellos y creo que por casualidad. No le hizo ni pizca de gracia que en el informe oficial los mencionase. Al punto, que mucho me rebati que siquiera se pudiese considerar casta entroncada con los chaparros. Arguye los datos y anlisis que le vomitan los circuitos y se cierra a toda elucubracin. Sabe gravosa la demora e intenta a toda costa convencerme de lo acertado de esta gente. Pero, de cul. Va pasando la llave de la Tierra de inquilino a inquilino sin que ninguno de ellos esboce maneras de fijar residencia en el sitio. Se especula sin tapujos. Y yo el que ms. Bestia tambin lo hace. Y sin disimulos. Tom consciencia junto a un grupo de chaparros, aunque con certeza saba que no muy lejos andaran los otros. Vamos, que jurara haber vuelto al sitio de ayer. Y busqu, mas la nica prueba de su presencia son distintos restos que encontr en cuevas a la redonda; piedras y otras mierdas. Pregunt por ellos pero los chaparros declararon sinceros desconocer. De tarde en cuando topan a lo lejos con seres extraos, pero por dedicarse a recursos distintos, o a los mismos, y ser la tierra ancha, siguen a lo suyo y se dejan vivir. Cierto, aunque no del todo. Espordicos contactos tendrn, y de aqu, y all, sacaron unos jvenes para ensearme cuentas, plumas, cosas raras a sus ojos, y que con otras mozas y mozos trocan en lugar acordado sin necesidad de encontrarse. No sera yo de no hacer y pregunt por el lugar, y me llevaron, y hora de intercambio sera pues unos juncos trenzaban pulsera deslumbrante. Y quien me trajo, llev, yo qued aguardando pues alguien vendra a buscar su parte del trato. Y as fue. Vindome junto a las joyas dudaron, aunque vencida la resistencia con el trabajo del emptico, cogieron del sitio un cachito de obsidiana y dos carcasas de erizo, y dejar, para nuevo cambio, un alfiler de hueso y una concha marina con cuatro sugerentes zarpazos. Tampoco son estos los Hombres de ayer, ni los de maana para los suyos pues an se ven pimpollos. Antes de acudir a la cueva que les era residencia, nos acercamos a una sima y en la misma entrada hicieron ofrenda dejando al quicio la concha. Respetuoso quise entender el gesto y entr halgeno en mano para saber, confieso, por pura curiosidad, lo que all pudiera venerarse. Y haba, vamos si haba!, que cuando no un estrato, cuando no una estalactita, toda la arquitectura geolgica era de
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alabar, mas, concretando caso o cosa interesante a la mentalidad de estos lampios, descubr los restos oseos de alguien. Uno de ellos. Importante sera porque en derredor del cuello, y en desorden, le reposaban las cuentas de un collar junto a las vrtebras. Y no un collar cualquiera. S, en el mismo sitio que intuyese estaba. Sub a la cabecera sabida y sent ora mirando al mar ora centrndome en la cueva. Salvo yo mismo all nada haba cambiado y segua siendo el mismo enclave que pisase hace diez mil aos. O cien mil. O ayer. Hora es del sptimo sello, mi buen Bestia. Hora, sin duda, de dar con lder que a la firma entre y cada cual a sus cosillas. SHR de M

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07-07 Mal sin duda le sent a Bestia mi informe previo y me mand a lejano confn. Si hay humanos, sin duda sern recin llegados. De isla a isla habrn ido saltando hasta llegar a sta. Y no est mal. Nueva a todas luces se les har. S, claro que estn Qu hara yo all si no? ... Despotricar contra Bestia y la Corporacin? Obvio que tambin. Estn, es seguro. Sus maas de paso expresa el lugar. Arrasado. Son ellos. Depredadores contumaces, aprovechan el pago hasta esquilmar. Por apartado y a la deriva se libraran estas islas hasta la fecha de la visita, y llegados, mejor le hubiese salido al pago, a su flora y fauna autctona, seguir permaneciendo al margen de la evolucin humana. Son los seores de armas tomar, y con ella en mano, que poderosos aliado es el fuego, entran a saco con los recursos. No llevan cuidado de sus actos y el humo medra por doquier. Ellos tambin medran pero a qu precio! Sin hacienda dejarn a los nietos. O tataranietos, porque selva y bosque son densos y algo recuperarn de los quebrantos. Aunque Por cunto tiempo? La sangre de los virus les corre las venas cuando s que no, o s? Dudo. Pese a complexin ms endeble que los chaparros, y potencialmente ms estpidos si aceptase por baremo el volumen del crneo, de largo dan fe tambin de ser ms pueteros. Y lo son. Menudos son! Creciendo y viajando por Ley de Presin, poco apego se gastan a tierras y familias. Comer, comer o ser comido, y entretanto uno pueda, ir llenando el mundo de hijos. sa es su Filosofa. SHR de M

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01-08 Hizo tanto fro que se congel el ocano dejando puente glido otra vez. Por l tomaron estas gentes pues escasea la caza y sobran cazadores. Son especie explosiva, y con unas cuantas fechas de bonanza, se explayaron sobre la faz de la Tierra. De tocar continente, que muy lejotes se ofreca, pero factible, slo les quedarn los polos por conquistar para darse a corroborar propietarios del planeta. Vamos, de no serlo ya del todo! Incluso a la fauna salvaje doblegan para servir a sus intereses Enemigos intua Bestia! Con ellos llevan lobos mansurrones que corren la voz y buena ayuda son para cualquier brega. Lo mismo persiguen a un cervato hasta derrengar, como ventean una perdiz rtica en el inmaculado paisaje. Y generosos, que no les importar dejar la vida dando la cara al oso, ni ser abiertos en canal por el propio amo de no encontrar mejor pitanza. Cazan, vigilan, rastrean, mueren si se tercia, y son despensa de carne ambulante que no se lleva a cuestas. Alguien imagina mejor amigo?! No, ni ellos. El contrahecho del grupo, un malogradito, los cuida y bajo su responsabilidad la verdad que estn lustrosos de admirar. Flacos, que no sobran las carnes, mas de un atltico y alzada que mucho se cuidarn las manadas salvajes de buscarles el gruido. Al muchacho me acerqu, y viendo lo bien que los perros le obedecan, inquir por la habilidad. Y Don me dijo que no. Lo suyo es cuasi sanguneo pues su padre, y el respectivo, tambin tuvieron la gracia. Cualquiera podra tenerla si se haca con una camada recien destetada. Se explicaba bien. Tullido, que no bobo, con diferencia era el hombre ms fuerte del grupo. Y lo saba. Pens si sera oportuno desvelar mi doble juego y ofrecerle a la firma el contrato. Y al quid estaba, dudando, cuando se abri una grieta a nuestros pies en el hielo y por poco me traga a m y a todos los chuchos. Brecha que ensanch para horror de los animales que no cayeron del lado bueno, y del chaval, que qued de aqul y los llamaba. Orden que saltasen e intentaron. Algunos pasaron tras debatirse en el abismo, pero otros, la mayora, o se mataron o quedaron cimarrones para dar servicio a quin sepa ganarse la lealtad. Y yo con ellos. Seor que pide imposibles nunca ser amo, a lo sumo dspota asesino.
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02-08 Salvo Bestia y yo, y quien dentro de mucho se interese por la colonizacin de este perdido universo, nadie leer este diario so pena que me pase alguna desgracia gorda, y la Corporacin, y los jueces, quieran saber en detalle de la expedicin. Espero no llegar a eso y mido las distancias. Prefiero ser cauto. Innegable que son listos como el hambre. Pese a guarecidos en una cueva, se resguardaban con un chambado de palos y pieles. Reprotegerse, aislarse en una palabra del medio, y ahorrar, es conducta a valorar y de ah el acercarme. Antes de poder gozar con la proximidad de su fuego me dio el alto uno que lanza al hombro vino a insinuarse custodio de los sueos, y no considerando horas pese a vestir el emptico, me invit, y sin acritud!, a compartir un peasco al que ofreca vistas el resto del mundo. As parecera a ojos del otro por mi belfo declinado. Amaneca. De la bruma del mar sala el Sol mientras mi compaero daba por supuesto que bufara el agua su candor. Las piedras lo hacen. Sfisssssh, sfissssh! Sise tras escupir en la lumbre y darme prueba. Saludando a lo que sera el da, tambin cant, lo que me pareci entonces, un pajarillo. Al trino odo se respondi en la misma jerga desde dentro del chamizo, y casi al acto, vomitaron las pieles de mamut dos individuos de talla calzados con pinturas. Y un tercero y un cuarto. Dejaron que el centinela entrase a cama sudada para enhebrar silenciosos ellos el riachuelo helado. No iban tampoco muy lejos, trescientos o cuatrocientos metros ms abajo de dnde apareciese yo, estaban los restos de un enorme len cavernario sobre el cual colgaban las enseas que la gente circundante aportaba a la reunin. Pieles, colmillos, caracolas y plumas. Y mucha lanza y venablo. Y propulsores. De las ltimas era mi comitiva y junto al crneo dejaron el bastn de mando que representara linaje; sentando discretos. Tras ellos dej tarjeta otro grupo, y un ltimo, que deba ser anfitrin, con gran jbilo de todos pase una esculturilla pequea, esteatopigia ella, que quiz englobase y diese recuerdos de clan; se necesitara Un par de horas despus entend la reunin al aparecer un grupito que todas las trazas luca de venir de lejos. Llegaban a estas tierras gentes nuevas buscando dnde asentarse. Eran del norte, y cansados de seguir las migraciones, buscaban rincn conveniente en este basto mundo. No fueron sus palabras ni el timbre, pero querindose llevar a buenas con estos fieros cazadores, researon estos mos el camino a una tierra franca. Un poco ms al sur. Siempre les researan el Sur, pero ya no haba ms sur. Poco. Les mandaron un par de valles ms all dnde dijeron slo vivan unos semibestias infrahumanos
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relativamente pacficos. Y partieron los nuevos para cotejar. Idos del sendero, y disuelta la asamblea, qued rezagado en el sitio, envolviendo la estatuilla de barro, un hombre bastante mayor. El que hablase. Casi anciano. Buscando excusa para conversacin le pregunt por la familia de primitivos a la cual condenaba, y aunque es cierto que le amargaba la jugada hecha, tambin era consciente del abismo evolutivo que les distanciaba; no entenda familia para llorar. Eran chaparros. Quiz los ltimos al no quedar en la Tierra cacho tranquilo donde juntar familia. SHR de M

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03-08 Ayer me embargaban las emociones y no se me hizo principal la cosa artstica. Pero hoy, nada ms establecer contacto con el grupo, inquir por la cuestin. Precisamente de Arte hablaban, de joyas, de abalorios que pensaban lucir en la gran fiesta a la cual nos encaminbamos. Se llevaba a destetar nios a una cueva no muy lejana que santuario comn ser para varios grupos, y usos, al estar ubicada en una cabecera que a varios valles hace risco. Acampamos, y al desempaque de los fardos, pude observar las galas a las que hicieron referencia en el trayecto. Haba de todo un poco. Las sempiternas cuentas y rodetes, el ocre que hara maquillaje, colgantes de piedras trabajadas al calor, translcidas, que ofrecen un mundo de colores. Y huesos con grabados naturalistas de reno, o tan esquemticos, que no se saba si lo all trazado a buril era un ciervo descansando o la estela de otro a la carrera. Uno de estos simplistas trabajos cay en mis manos Buffa! Era hueso. De la caa de la pata de algn pjaro o conejo; pequeo el bicho. Grosero sera mi intelecto si no supiese ponderar la belleza en lo exiguo. La intervencin artstica consisti en horadar dos muescas, dos ojos, y tintar pupila negra. La epfisis del trozo le era la cabeza a la representacin Y fidedigna!! Pues hasta nosotros lleg un hombre a la guisa tocado, chamn que me enter despus, e invit a los adultos a un gape de bienvenida; mientras, los hasta entonces tenidos por cros, acababan de poner en orden los trastos del da siguiente El gran da! Obvio que junto a los progenitores asist a la reunin previa a la fiesta. Se conocan todos por ser del clan. Tardaban en verse, pero saban que con la ltima Luna llena del fro, se encenda lumbre en la cueva y reunan las distintas ramas de la familia para intercambiar nuevas, noticias del mundo, y propiciar con el contacto el seguir manteniendo lazos sanguneos. Nunca les he visto hacer mucho uso del interior de las cuevas, la vida la hacen en la boca y slo entran para jugar o refugiarse si ven peligro grande, mas la camarilla que reuna, y por grupitos, entraba usando antorchas y al rato salan rejuvenecidos. Frescura tomaban del interior y curioso entr a saber de la fuente que otorga tamaa expresin satisfecha. Y beb. Y embeb. Y no saci. Gua de lujo, el alcahuete del gorro alto, ayudado de una lucerna de piedra, me descubri el lugar. Mucho smbolo raro haba pintado. Puntos, rayas, cuadrculas... Corran uros y bisontes la pradera que les era una pared, mientras al techo se iban a saltar ciervos y caballos, y un oso se ergua sobre sus manos en una estalagmita. Y un glotn a pie de piso olfateando liebres. Y peces esperando despegarse de la piedra y caer al remansillo de agua que les era ocano. Y, patrona del lugar, vino
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a colgrseme la expresin sabida cuando a solas me dejaron con la luz y la Diosa. Diosa, s. Por tal podra haberla tomado, por deidad soberana, de no reconocer lo mundano del modelo. La sublimacin del buen vivir era el alto grabado de la mujer; casi exenta. Todo voluptuosidad y pequea la cabeza, muy pequea para tan hermoso cuerpo. Y al salir, y preguntar la causa del dispar criterio volumtrico, porque el dinamismo y la proporcin de las bestias era pasmosa, se me ense la pieza de dnde sacaron ejemplo. Una cabecita de marfil truncada por el cuello, pero de tal calidad, que amn de ojos, nariz, boca y barbilla, el peinado era rplica del que luciesen al momento algunas mujeres; y otras, precisamente, estuviesen trenzando; que dej. SHR de M

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04-08 Aquel que no haya probado este trabajo pensar la parranda perpetua si empezase el da diciendo que tambin iba de fiesta. Y no es que fuese a ir Estaban! En lo hondo de una cueva encontr montado un tinglado que bien pudiera ser la continuacin del de ayer; aunque, pinturas y gentes circundantes, fuesen distintas. Guiaba un viejo a los jvenes novicios por las entraas de la tierra. Sarao de varios das tenan hecho los muchachos y en el punto ptimo se encontraban, proclives a interiorizar cuanta directriz o palabra pusiese el chamn en sus ojos. Y as hizo. En el aire colg imgenes rtmicas, consigui que la geometra de las paredes, que las grietas, humedades, que toda forma grotesca del entorno cobrase vida. Por mucho que se frot los ojos la muchachada, no se les descabalg de las pupilas la impresin. Y cayeron en el trance. Ganados a la voluntad ajena, incit a que entrasen en un estrecho camarn y tumbasen en el suelo. Muy juntitos, muy grupales. Y all estuvieron sin moverse hasta casi agotar el aire. Desde el quicio del habitculo descubri el anciano a llama viva el dibujo de un caballo; un tarpn con pelaje invernal y preez, muy preado, pues pese a ser el volumen trazado referencia sobrada, el relleno del animal eran manchas de pelaje y unas cuantas huellas pareadas raras; algo difcil de explicar, pero eran ellos. Iban a nacer para el grupo, y en fila siguieron al abuelo a la siguiente parada. Renegamos de unos pocos pasos hechos bajando a una galera que entre boca y boca de tnel ofreca un fondo de saco perfecto y sonoro. All ya haba gente cargada de pinturas en la oscuridad. Y al cabo de entrar nosotros, se pusieron en pie y nos encerraron dentro de un crculo agarrndose por los hombros. Y entonaron runrn de letana mientras los chicos seguan el hilo del viejo y beban sin parar de unas calabazas salvajes para mitigar la sed. Entonces el anciano nos descubri en la pared otro dibujo geomtrico?. Mapa me pareci del sitio en cuanto volvieron a levantar los que a ratos hacan el crculo y otra vez nos englobaban en el abrazo. As estaba dibujado en la pared. Un redil con cras. As me lo expliqu al coincidir los trazos de estas... tortugas geomtricas?... con los de la yegua preada, aunque me hara falta entrar en la cabeza de estos Hombres, o poder permanecer con el mismo grupo unos das, y no unas horas, para entender bien. Y puede que ni an as. No quiere Bestia darme el gustazo y me mantiene desarraigado. Por eso no segu explorando la va y busqu salida al exterior. Varias cabaas en un altillo del ro formaban campamento. Mas lo que me dej clavado al sitio fue escuchar de buenas a primeras msica. Y msica que no fuese
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dar tres alaridos y golpear un litfono; que haba presenciado hace nada. Tambin elaboran instrumentos finos. Ya hicieron con su cuerpo bajando la laringe, pero ahora, bailan labios y dedos sobre flautas de hueso y caa. Hasta quien hizo de un tronco hueco bastidor que golpear en plan tambor. Y batir semillas huecas con ritmo. Sern la charanga para la celebracin. De todo lo celebrable. SHR de M

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05-08 Muy al norte estn las nieves. Algo les debe pasar para con tan excelente climatologa mostrarse mustios. Apenas hablan. Buscan caza que echar a la boca o fiera que rehuir, o pozo al que tumbar los morros, y de tanto en tanto vuelven a enlazar con el grupo principal y dan reporte. Nada dijeron que hay. Nada. Se extiende un mar de hierba sin fin ante sus ojos, suculento verde, y no se presta giba de manso que rompa el horizonte. Rumian los hombres malos momentos, mientras, las mujeres, ahtas de faenas, no ven menguar sus trabajos pese a desaparecer las grandes presas. Muy al contrario tienen ms. Las hay recolectando bayas y frutos, buscando races dulces y al paso dando garrote a cualquier alimaa. O recogiendo del suelo una nidada de huevos. Y acarrear lea y mantener el fuego despierto. Y a la lumbre todo para ver qu se puede hacer con ello. Gobiernan los humos tres mujeres. Una canta la receta, otra baila los ingredientes y la tercera, aprendiza, de sobra tiene con llevar el ritmo y aprender las cancioncillas. Tambin parece cosa de mujeres el mantener las vejigas de agua llenas, y no sabindose fuente por delante, se desdicen de los pasos hechos y al ltimo pozo conocido regresan. Pero no van solas, con ellas enredan los cros que aparte tienen su tajo. Las mismas mujeres que cosen pieles las habrn curtido, y fcil que sean las autoras de las herramientas que utilizan; lgico. Y tratar con los que ni puedan acarrear agua! Un suplicio. ... y los hombres siguen tristes. Je! Revuelta palaciega comienza a gestar el planeta. Son ellos, sin duda. No parece evolucionar ms especie que les tosa los caprichos. Innegable. Pero, Ay, suerte la de los universos asexuados!, su enemigo son ellos mismos. ... al tiempo. SHR de M

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06-08 Siempre que puedo hurgo en las cuevas que me caen a mano por si encuentro rastro fresco de chaparros. En la distancia, y comparando, ahora los hecho en falta. Desde que escuchase de palabra la ltima referencia no he vuelto a saber de ellos. Hoy s, de forma indirecta. Llova con ganas y la escorrenta del techo atacaba el piso de la gruta abriendo torrentera. Lava el agua los sedimentos y a ojo se puede leer la historia del uso al lugar. Y hasta quienes fueron sus ocupantes. El grupo actual, trabaja con esmero la piedra y al momento el piso est lleno de microlitos. Muy abajo, muy muertos imagino, la ltima pista de chaparros asomaba tmidamente en el estrato. Aunque ran tambin los humanos, no ren igual. Ni llorar. Contentos estn por lo bien que encajan las piezas en los mangos. S, se es su invento, el manido enmangue. El mangoneo. Condenados estn a la extincin, pues aunque ufanos de su ingenio, a m lo que me parece es que se rebaan los restos. Se apura la caza y los recursos, al extremo, que detallada y especial debe ser su industria para tener xito. En cuanto amain un tantito echaron unas flechas al carcaj, y lanza fina en mano, nos presentamos en una cueva cuyos ocupantes mal vigilaban sus viandas, y as pudieron los mos trincar algo de carne y otras cosillas, y pese a ser vistos, no se dio la alarma, pues quien va a robar va a matar, y seco se dej de un saetazo al viga. Y huir. Yo no. Apenas tuve tiempo para pensar en lo que haca al ser descubierto el muerto y darse la alarma. Confiado al emptico, vi congregarse en torno a m las dos docenas. Muy furiosos y enojados. Muy extraados por mi neutra presencia y sus contradictorios sentimientos hacia m. S, me temblaron las piernas. Contra casi toda agresin garantizan el emptico, y con las bestias irracionales, por muy grandes y enceladas que estuviesen, s he testeado. Pero eran bestias racionales con las que me encontraba al momento debatiendo los sentimientos y no entend ocasin de esbozar mera sonrisa. Intent relajarme cunto pude y el traje obr. An as, un par hubo, hermanos del fiambre, que me cogieron entreojo, y pese a puesto a la capa del jefe, no me perdan. De ellos rehu y creo que hice bien al acabar estos trincando el arco para salir a buscar culpables, o incautos que paguen la prenda. Pretendiendo poner distancia con aquellos, y conservar la del mandams, rogu a ste que me ensease el lugar, su condominio, e hizo el hombre sin dudar y orgulloso. Miserias y mugre tal esperase, aunque colofn a la visita, vino a desembocar el paseo en unos silos excavados en el suelo y que estn a rebosar.
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Seleccionan las semillas ms tiles a su gastronoma y pharmacopea. Y plantando y usando van consiguiendo domesticar. Nuevo avance, s, nuevo logro. Y nuevo enemigo tambin. Gran revuelo se organiz, y no por contrincante pendenciero o de talla, no. Menudos, inquietos, un par de ratones tenan en danza a las mujeres. Escobn en mano se protegan de este adversario contumaz. No. Hay das, desde luego, que en el aire me queda que no son herederos. No son amos. No. No es de recibo bailar la escoba asqueado y furibundo sobre los tatarancestros. SHR de M

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07-08 Es curioso cmo pasa el tiempo Rpido Lento. Poco rato esttico. Siempre relativo. Desde que llev observando al Ser Humano, escaso inters vi por ganarse la amistad de la Flora. Olvidaron que en un tiempo slo se alimentaron de verde, hasta su cuerpo casi lo olvida en aras de organizarles un tracto digestivo que absorba las ricas protenas crnicas. Sigue pujando fuerte la casta hetertrofa. Aunque, y ah reside la grandeza de esta gente, de dnde menos se espera le sale un aliado a la floresta. S, ellos mismos tambin porque son pura contradiccin. Selecciona que te selecciona, consiguen que el campo les apae lo crudo del invierno, mientras, el resto del ao, se encomiendan a la vida de siempre; pero en torno al lugar. Lo malo que tiene vivir del suelo es que te ata a l. Y no es agricultura porque aran a palo y recolectan con dos; que no siegan, van quebrando el cuello de los tallos para no perder espiga, y por no perder los granos inventaron la cermica. Y por variar el sabor la gastronoma vegetariana. Y tom receta: Receta vegetariana para carnvoros (de un ao para otro) - Consgase un terrenito feraz y lmpiese cunto se estime y crea oportuno; y apetezca; lo ms fcil es pegarle fuego. Plntese lo mejorcito que haya dejado uno para simiente y mmese a la buena de la Luna hasta que d su fruto maduro. Y recolctese. Y consrvese. Y consuma. Pasos: Tritrese la semilla en un molino de piedra; no hay que ser a este respecto muy exigente porque dos piedras cualesquiera valen al darles el uso la forma. Bien trituradito hasta que quede talo y pueda ser requerido para el consumo; tal que ya. Se pone harina a mansalva en un cacharro, previamente cocido, y a l se vierte el zumo de un cuvano de acebuches pasados tambin por la piedra. Ha de quedar una masa asquerosa al tacto, mas una vez hecha obleas, y puestas sobre la piedra refractaria pertinente, el fuego se encarga en sublimar unas deliciosas tortitas de escanda o aspirilla. Y a gusto se devoran. Es bien sencillo no? Pues algo habr anotado mal. Intent repetir en el laboratorio con algunas muestras que subi Bestia. Pero me es imposible. No paso del estado graso y grosero de la materia. Y si
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aplico el fuego todava es peor. Ni dejando las cosas en manos de Bestia fue factible. Tienen toque los condenados, s. Fign les nace en las manos con dos chuminadas y gracias a ese Arte van cociendo Ciencia. SHR de M

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01-09 A falta de mejor reconstituyente o tentempi, los que explotan el valle se aprietan a media maana un par de frutos fermentados, y aunque apenas mitigue el fro, les da para que rumie el estmago y de paso entibar el nimo con los alcoholes naturales. Y como alguna vez habrn probado tambin, de las tierras altas bajan gentes rudas que cambian carne de monte por el suculento y alegre manjar. Hoy mismo, que costumbre y vicio les cogen las manos, se presentaron unos fulanos, que siguen llevando vida montaraz, sin nada para trocar. Por las buenas entendan que se les deba dar negocio, y de no haber hecho, no hubiese sido raro que no regresasen los del llano a su choza. Si maana pagasen con recargo esto quedara mercado, de no, atraco en toda regla. SHR de M

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02-09 No ha mucho, y referencia bajaba de Bestia, tembl la tierra tal slo ella sabe prodigarse y cambi totalmente la orografa del lar. Cuenca haba hecha dnde antao hubo suelos altos, y al romper un terremoto el dique que haca frontera, entr el mar con furia a ocupar el espacio que considere propio. Y se convirti en ro, un enorme ro salado que flua del mar a la tierra con la sana creencia de poder anegarlo todo; cosa que sin duda har. Atendiendo a la prueba evidente que es el agua cogiendo cota, se hacen los petates y huyen con paso lento. Remansa tranquila. Ras del nivel que puedan alcanzar las aguas se supone indicar la brecha, y buscndola, se echan a los caminos preparando historieta que entretenga el xodo forzoso con los nietos. Urden fbula de diluvio. SHR de M

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03-09 Entre las directrices de Bestia figura que debo ser lanzado en punto de potencial contacto. Desconozco el criterio ponderativo exacto, y siempre que busco explicacin al descuadre, se me arguye que tambin hay un segundo epgrafe que exige ser zona tranquila. Y un tercero, cuarto o quinto, o el que surja, que siempre deja a Bestia con razn. Hoy, sin embargo, a mi regreso, no concibi explicacin y qued sumido en la paradoja. Me explico. Tiempo ha se clareara un cachito de valle y sobre l se asentara una familia. Una. Una familia nuclear. Padre, madre e hijos. Y quizs algn abuelo. Al que podra haber ejercido por tal lo encontr sentado junto a una acacia viendo como corra el humo el lugar. Fro l, abstrado, aunque bajo tierra tuviese toda la familia. Me invit a sentarme a la vera y exprimi su conciencia. Y me cont; igualmente hubiese confesado al aire sus lamentos de no estar yo, mas estando, tom asiento orillado y escuch la narracin. Fueron una familia fuerte y prspera, aunque ahora slo pavesas volasen el horizonte, sin embargo hubo un tiempo de bonanza en el que buscaron hueco propio en el mundo y creyeron haberlo hallado. Y durante algn tiempo lo fue. Levantaron un par de chozas al no hallar cueva oportuna, y les march bien la cosa de trabajar la tierra, pues aun de rastrojos y hierbas furtivas, tambin pudieron alimentar ovicpridos y as garantizarse el capricho de la carne El lujazo! Todo fue estupendo hasta que los dos hijos mayores tomaron determinacin de buscar tierra propia, lejos de la familia, en vez de ensanchar la que ya trabajaban. Lo intentaron. Si a m me convenci el viejo de lo desafortunado de la idea, supongo que de igual modo hizo con ellos y continuaron conviviendo juntos mientras la frustracin engendraba recelos. Pero el padre estaba gozoso teniendo los hijos bajo el mismo techo! Y, ay!, vindose vencido por la edad el hombre, dej en manos de un vstago el decidir sobre el aprovechamiento de la tierra, y en el otro hermano gobernar sobre las bestias. Y le pareci entonces ser la ms sabia de las decisiones posibles. Y fue. Roturaron ms campo las manos que aportaron los nietos e hicieron rebao trayendo ganado de las cumbres. Los ltimos das de su vida se sinti el ser ms importante del mundo viendo trabajar junta a la familia. Y prosperar. ... Todo ficticio. Mal viven juntas plantas y ganado si no son del mismo amo. Y an siendo, era tan difcil el equilibrio, que en cuanto una estpida cabritilla entr a un campo de mijo
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y leguminosas organizando estropicio, se aventaron los que se sintieron ultrajados y se dieron muerte tontamente unos a otros. A todos dio tierra el anciano tirando a una sima. Y tambin reparti fuego a la explotacin sin mayor dolor que saberse solo. Y no solo del todo porque estaba yo. Entonces repar en el cuchillo de slex que llevaba en una mano, y sin poder evitar, se abri la garganta desangrndose con el ocaso. Y ni quejar. El Hombre ms rico y poderoso que hasta el momento haya encontrado en la Tierra, muri en la ms absoluta miseria. Y no material. Les merecer la pena el esfuerzo? ... S, Bestia tambin se bloque. La nanotecnologa cuntica estar echando humos intentando computar. SHR de M

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04-09 Clima seco. Har que no llueve la tira y donde me deposit Bestia slo agarran cardos y cactus; dura se debe tener la enca, y spero el paladar, para ir tirando en estas tierras. Las cabras s viven bien. En lo hondo de una crcava beban cuarenta o cincuenta ovejas mientras desde lo alto del voladizo se las custodiaba. Bastaba un muchachillo para preservarlas de cabrones ladrones y de humanos similares, el resto de la gente que compondra la cuadrilla haca extras buscando ejemplares salvajes en las cercanas estribaciones. Incluso si hallaban del ya estabulado, no les costara apacentar con el propio. Dispuestos estaban. Siguen siendo gente brava y as me los pint el pastorcillo. l no, l no pint en s nada porque todo el friso del abrigo estaba decorado con dibujos antiguos; aunque tantos estilos haba all como manos se hubiesen aplicado. Y tcnicas. Mucho asaeteamiento de ciervos era el tema, mucho humano de paseo o bailando, o laborando en las alturas para hacerse con panales de abeja. O nidos de pjaro. Hasta figuras zoomorfas. Y guerras. Abiertamente se pintan dndose muerte unos a otros en una declaracin de intenciones, tan clara, que no tengo por menos que admirar la franqueza. No se concibe mayor desgracia y ellos se jactan dejando para la posteridad. Y esto, de paso, me da para enlazar con otro tema que creo de crucial importancia. El por qu. S. El por qu persiste Bestia en buscar en la Tierra negocio si tiene todo un sistema solar para explotar; una infinitud a un salto. Leo los registros de otras estrellas confirmando que estn totalmente inhabitadas y por lo tanto a disposicin de quien las quiera. l enterca aunque yo haya puesto los peros del lucero, l est en cerrar negocio con la Tierra ponga la objecin que ponga o cunto juego le proponga. Qu ser lo que quieren realmente de aqu? SHR de M

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05-09 Vuelve a llover a espuertas. Y se no es el mayor problema. Hasta ahora se me mand a observar individuos aislados o estructuras familiares. O pequeos grupos. O bandas. Hasta clanes. Les he visto vivir al lmite de sus posibilidades llegando a compadecerme, y compartir rigores!, pero he aqu que hoy, buscando refugio a la chaparrada, entr a la carrera en lo que tom por covacho. Tres pedrolos enormes hincados en el suelo eran cimientos a otra laja ptrea puesta por techo. Aunque simple, esa estructura no la levantaron cuatro monos. A lo poco habrn sido cuatrocientos o el millar. De lejos se trajeron los bloques. Aqu se puso en danza mucha gente. Aqu tienen una estructura social a tener en cuenta. As se lo hice saber a Bestia y rogu por el intercomunicador que reelaborase los clculos y procediese a redepositarme en el punto ms prximo al hogar de los responsables que erigiesen la mesa ptrea. Pero ni contest ni dio seales de haber recibido. Abandonado, como siempre, a mi Suerte. Y que no me falle! Busqu seal y la hall en formato choza. Adaptada a su entorno, aprovechan una gran roca para ahorrarse muros. El techo brezo y paja, y por puertas y ventanas slo un agujero. Y otro para dar salida al humo. Habitada estaba porque el dintel enmarcaba dos o tres curiosos. Risueos ante el mal ajeno, me invitaron a su humilde hogar. Estn relativamente acostumbrados a las visitas y me solicitaron noticias de cualquier tierra que hubiese visitado, o gentes que conociese y pudiese interesar tener tratos. Habrn cogido el hilo del Universo en el que viven? Conscientes son por lo menos de su existencia en el planeta al hacer saber a los dems quines son ellos. S, el baranda de la cabaa dio a entender que ellos y sus vecinos son los autores del aviso, los constructores del dolmen que da fe de ser los dueos de la tierra, usuarios a mi entender, y que quien venga con cualquier intencin debe considerar el poder que tienen cundo anan inters. Aunque ser esto muy de tarde en cuando. Realmente hablan de s tal que si fuesen los parias dentro del grupo. Asegura el viejo slo tener un tatarabuelo enterrado bajo laja, y algo proclives a la protesta los entiendo. Quejan estar demasiado alejados del actual circuito de dadivas que suelen traer consigo los que buscan negocio. Yo no. Yo observo. El de los tratos es Bestia. Me miraban sin comprender. Y seguan esperando de m algn presente. O, en su
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defecto, que esbozase inters por cualquier cosa del trmino. Ja! Las corruptelas sern tambin cosa de la Corporacin. SHR de M

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06-09 Juegan. Les vi evolucionar del simple tirarse piedras con intencin de descalabrarse, o flagelarse a rama, a intrincadas reproducciones de la vida de sus mayores con sus muchas reglas y condiciones. Tienen juegos muy elaborados, y hoy fui testigo de uno con un intrngulis especial. El juego en s es absurdo al igual que otros tantos que disfrutan, consiste en arrojar por una buena ladera, que acaba en acantilado, una rodaja de rbol cortado. Una loncha de madera que corre la pendiente, y quien logra tumbarla, es designado campen del festorro y se le dispensa trato singular. No creo siquiera que sea un uso extendido, debe ser endmico de estos andurriales y digo yo que por eso disfrutarn. Pero, y de ah lo excepcional, hoy se suplant la rodaja natural del rbol por otra muy grande aunque confeccionada con tres piezas; una rectangular y dos redondeadas que formaban crculo cuasi perfecto. Una rueda, s. La concurrencia protest oliendo que desmigase antes del cuarto giro, aunque quien import el invento es uno con renombre de trotamundos y se le dej finalmente hacer. Y al soltar, y enfilar su sino la rueda, por rodar ms lejos y ms rpido de lo que hasta el da tengan celebrado, que ni se pudo rozar, rompieron en risas y aplausos y rogaron al aventurero que les contase ms sobre los carros; y de cuanta cosa curiosa haya visto en su largo viaje ro abajo. SHR de M

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07-09 Tengo el alma rota, llena de niebla y mala luz me orienta. Escucho el rumor de Bestia trajinando incansable. No puedo sobreponerme al pesar y me embarga la desazn. Nada se me hace bueno. Son cosas propias que a santo no viene contar, mas honesto, reconozco no ser buen observador; estar a la altura. Lo siento. Se me dej en una caada y por ella anduve hasta dar con redil. All, tres o cuatro hombres intentaban coger una bestia, a la cual, se marc con propsito de espetar. Un suido de tercera generacin, que por ascendientes silvestres, an no entenda la disciplina del cercado y se obstinaba en salvarlo de un salto. Y huir. Corri el to tanto que quiso sentirse seguro en una madriguera de zorro abandonada. Hasta el fondo entr y tras l mandaron un muchachillo muy escurrido con una cuerda y la orden de atrsela al guarro. E hizo al quedar tenso el cabo y correr el tnel la voz. Y voz tambin dieron ellos instando al muchacho a salir, cosa que estara haciendo cuando se derrumb la madriguera exhalando la boca una nube de polvo. Se pusieron al acto a quitar piedras cavando con las propias manos, mientras, uno cogi breada urgente partiendo a pedir ayuda. Con l march para saber quin poseera excedentes de fuerza, o conocimientos, para sacar al muchacho del brete. Y no nos hizo falta llegar al par de cabaas que haba en pie, a fuerza de gritos estaban sobre aviso los que venan y apenas hicimos la mitad del trayecto. Una anciana, que posiblemente tuviese sangre comn a todos los all reunidos, tom el mando del cotarro y orden seguir trabajando el derrubio, al tiempo que con palos finos mandaba pinchar la hierba del piso a la redonda por si se poda calar hasta la madriguera. Y esperanzas hubo mientras el sedal respondi a los tirones que se daban desde los extremos, pero al cesar de un lado acabaron todos por desesperarse, y salvo la abuela, dieron por muerto al muchacho. Y detuvieron toda actividad con la cada del Sol. Yo no. Yo, miserable, esper a que se fuesen para introducir en la grieta una carga ultrasnica y hacer arenilla las piedras y cascotes que cegaban el paso. Y consegu. Y poco esfuerzo me llev toparme con el chico y el corato. Y ningn trabajo extraerlos estando ambos muertos, o eso pens, al no dar problemas para dejarse arrastrar al exterior. Una vez fuera me di cuenta que el chaval slo estaba saturado de su propio aliento y no me cost despertarlo. Al cerdo s. Imposible. An as, me sent tan contento que puse el bicho en brazos del muchacho y le anim para que corriese a su cabaa y le diese la sorpresa del ao a la abuela. E hizo. Ora trotando con el cochino a
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cuestas, ora arrastrndolo, volvi a su choza entre grandes gritos. Los suyos, y los de los que creyndole muerto viviente le exigan que detuviese el paso y tornase al agujero; al da siguiente le daran sepultura y no tendra necesidad de vagar ni ulularle a la Luna. Y no hizo. Y le mataron sin dolor pues lo saban muerto! Qu he hecho mal? Qu he hecho bien? Qu hice!! SHR de M

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01-10 Le dije a Bestia que hoy no tena cuerpo para observar nada y que me iba a quedar trabajando en el laboratorio. Algo quej aunque no hice caso y me sent a comer. Despacito. Son copiosas nuestras comidas en comparacin con las humanas, mas yo slo trasiego una vez al da el engrudo mientras ellos estaran dispuestos las veinticuatro horas si se diese. Me sacia ponerme en el caso, al punto, que aprovech Bestia el coscorrn post-ingesta que pegu en el silln del laboratorio, para mandarme a la Tierra. Supongo que por mi renegrido semblante afinara. En medio de un cerrillo de tmulos me dej, y supe que eran tmulos funerarios, y no ondulaciones del paisaje, porque una mujer oraba con sus hijos ante uno abierto. Algn tipo de rezo o conjuro sera a los muertos. Beban por turnos y por orden tambin quebraban la vajilla. Y ah estuvieron largndole al aire sus salmos hasta que trajeron los despojos descarnados del, supongo, marido. Y tmulo dentro procedieron a dejarlos. Y pas algo extrao. La mujer, al verme, se asust. Y no slo ella, de los presentes me transmiti las sensaciones el emptico y estaban aterrorizados. Quise disipar sus temores mostrndome amistoso. Alborot el cabello de un chaval queriendo transmitir algo de empata, aunque casi mato al chico pues aun en los pelos percib el redoble del corazn salindosele de la caja. Y par. Se marcharon a tiritona discreta sin perderme la cara. Siguieron caminillo adelante hasta unas pocas chozas de mampostera pobre y cal muerta. No creo que fallase el emptico, no. El lugar crispara al ms pintado. Ya no los tmulos en s, la Cultura que levantase el complejo sin duda sera la interesante a nuestros negocios, mas al momento, o trotan con los trastos a otra parte o o simplemente se extinguieron, s. All slo quedan cadveres. Desde luego de lo que es prueba inequvoca el sitio es de la disparidad tecnolgica que manifiestan los habitantes de la Tierra. Sus Culturas. Supongo que incluso pudiera ser que yo estuviese buscando amo del mundo entre gente grafa inapropiada, mientras en alguna parte del planeta se haya descubierto el motor atmico, o el gravitacional, y yo sin saber. Me da de lo factible si sigo dejndome llevar adnde quieran. Me tumb a esperar la llamada de Bestia dentro del tmulo al no saber de dnde saldra tanta gente, pero pusieron cerco al hipogeo. Y muy nerviosos todos. Aunque ninguno tanto como para querer ser el primero, mas detonada la situacin por cualquier tonto azar, quiz ni el emptico me librase de la arremetida. No hicieron, no. Estuve esperando algo as como una justicia potica y que en el ltimo momento, antes de transferrseme al enlace, se me viniese abajo la falsa bveda por cuestin de Equidad Universal.
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Y ya digo que no pas que por algo he escrito hasta aqu. Y aqu lo dejo. Bien comprend hace mucho que mi puesto es relleno que demanda el formulario. Ahora mismo aprieto el botn y vuelvo a casa. Esto est acabado. SHR de M

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02-10 S. Ayer pensaba hacer e hice. Toqu el botn. Me acost convencido, pensando que al despertar estara a un arrechucho gravtico de mi hogar. Es de imaginar, levant con ganas para ver mis estrellas, mas all slo estaba la Tierra. Azul y viva cmo pocos planetas en esta galaxia. Un sueo si pudiese compartir. Bestia estara esperando retahla de reproches y aguardaba sin perder un pxel. Lo ms seguro que tuviese preparada justificacin y mil clusulas y notas legales a las que me comprometera cogiendo puesto. Seguro que sea as. Por eso no protest, y simplemente, tras almorzar, eso s, me dirig a la unidad central de Bestia y, saltndome todas las normas y cerraduras, acced a la memoria sensible. De los diecisis estados conocidos de la materia, de no ser ms a la fecha, tres de ellos me son sencillos de entender por cotidianos. Del par siguiente s de su existencia por referencias y algunas aplicaciones en transportes y telecomunicaciones. Del resto huelga siquiera intentar recordar el nombre al ni siquiera comprender. Pues bien, el corazn de Bestia resulta ser una extraa aleacin subcuntica que a la vez se presenta en todos esos estados; muy sensible e inestable. Y con la barra que antes me allan el camino, le plantee a Bestia un cambio de estado a la tremenda. Y se avino. Bueno, prometi abordar los temas que quiera aunque despus del salto que tena preparado, y que asegur, me servira para entender. No me dej convencer tan fcil, eh. No. Se lo tuvo que currar el inorgnico y por lo pronto le saqu un enriquecimiento de los neurotransmisores del suero y licencia para celebrar mi onomstica! Amn de palabra ms que firme de explicarse al regreso. Baj pensando en mis cosas y mucha atencin no prest. S, interesante era el momento pues una joven lea la lista de la compra. Punteaba en una tablilla de barro simbolillos cuneiformes y d por hecho el invento de la escritura. Vamos, supongo que primero descubriran las cantidades poniendo smbolo para no olvidar, y por imitacin daran grafa a sus palabras. S, otro paso de gigante, pero qu carajo tena que ver esto conmigo o con lo que yo le pudiese demandar a Bestia? S, vale, si mi trabajo consiste en dar con humano que pase por amo del mundo, ste bien lo podra ser, porque, pese a muchachilla, era la nica que entenda de nmeros, y sin rechistar, a su voz, otros ms fuertes y ricos obedecan sin levantar los ojos del suelo; que del fisco pareca nota. Cuando comprob que estaba punteado todo, orden que cargasen y arreasen sin demora, al filo del da les ira llegar a la siguiente aldea que auditar.
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Poca magra vi aplicable a mi caso, y escaldado, a m regreso tir de barra y me acerqu de nuevo a la unidad central. Mas la sell. Trabajaron a destajo chapistas y soldadores robticos y ni ruido saco a la puerta aunque atize con toda mi mala baba. Se ha blindado. Por qu? Qu teme? Aqu si alguien teme algo soy yo. Por mucho que pulse, no s dnde dar a despertar. Si despierto. SHR de M

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03-10 Hemos tenido la charla que penda. Apenas me aclar nada Bestia, aunque al menos recalca que la prioridad absoluta es mi integridad; por eso puedo estar tranquilo. Lo que algo inquieta, es que lo siguiente en importancia, de la misin, sea cerrar el trato con el sesgo menos gravoso para la Corporacin. Y cuanto antes. Sin tapujos, al ser legal, me explic que el programa director selecciona unas cuantas variables posibles atendiendo a los datos recabados con las sondas automticas. Y Bestia, a su vez, y ponderando mi seguridad, y los beneficios del negocio, y otras tontunas al uso, acaba decidiendo cul es el lugar idneo. Y cundo. Me gustara tener voz en eso y as lo dije. Y dira que ri si no supiese de lo imposible. Millones de clculos son necesarios, al extremo, que una vez detallados los pasos lo entend puro azar. Pero no debe ser. Tard un poco en entrar por el aro e intent mis propios nmeros. En la primera emborronada las coordenadas me dieron muy prximas al Sol fuera del planeta! La segunda, me mandara al medio de un glido ocano, y la tercera, pronosticaba encuentro venturoso en el seno de un volcn activo. De dementes confiarse a los clculos propios. Quiz queriendo dar ejemplo de maestra, me deposit Bestia muy suave sobre un lecho de hierba. Siendo primavera el lugar no reaccion hasta que el Sol me toc, y fue para arrebujarme en la manta de sus rayos y seguir dormitando. Aunque no pude. Alguien andaba gastando yunque. Cerca, ni a un tiro de piedra, un viejo, una joven y una niita, se enfangaban en los golpazos y en cebar el fuego. En un horno rudimentario cocan cacharros de barro mientras el abuelo daba forma a unas planchas de cobre. Cada tres puntas de flecha manufacturadas, una quedaba para l y las otras dos ceda a las mujeres. De todo lo que tena iba haciendo reparto. Preparaba ajuar funerario propio y dote para la hija hurfana y la nieta desabuelada; s, porque a la vera tambin tenan la yaya tiesa. All no haba futuro y testigo fui de la buena voluntad del anciano, al sugerir a la joven, que de morir antes de acabarse de cocer la vajilla, le pusiese al costado la que tenan acordada y que luego arramblasen con lo que pudiesen cargar. Dicho esto el hombre arrastr el cuerpo de la esposa a un silo cercano y l mismo cogi postura acurrucndose junto al cadaver. Mas no muri. Levant a medioda que por comer levantan de la tumba! y sent a degustar un escurrido hervido de hierbas con tortugo de tierra. Ola bien. Y mejor sabra pues sorbieron de las escudillas sin recato y con placer. Tras el ltimo sorbo, se levant el viejo y fue a tomar acomodo para la
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siesta eterna; que le ser. Ya no levantar, no. La hija lo entendi tras un respingo hondo, y despus de comprobar el deceso, les ech el ajuar y dos palmos de tierra. La niita se llama Lambda y la joven Eidibei, van camino de un posible futuro junto a una ta lejana. Lejana en el tiempo, y en el espacio, a la cual, encontrarn, encontrando quien haga cermica cmo la suya. Lleva prueba, y mientras yo acunaba a la nia ella me enseaba. Sabe que el uso del vaso campaniforme es muy comn, mas su sangre siempre gust decorar con un dibujo inciso caracterstico y no parece amilanarle la empresa. Dira que le enardece no saber si la familia que le queda la tiene a diez kilmetros o a diez mil millones de parsec. Le ser lo mismo. Y as supongo que deba ser. SHR de M

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04-10 Iosto vaga por las sierras con su hijo. Otra hija y la mujer le hicieron familia pero se las comieron los mosquitos y unas fiebres; desde entonces nada le parece adecuado y busca terruo junto al pequeo Dagba; y ste contento y faltriquero. El muchachillo sabe de mares, puertos y barcos sin tener olida la sal. Y aldeas y pueblos no le tienen secretos aunque el covacho que nos acogiese se le hiciese fortn. Ja! Y el mundo, y sus gentes, tampoco le arredran pues con l va el padre y nada teme. Y con razn. Duerme sin preocupaciones el chico mientras el progenitor se orienta. Busca tierras que nadie quiera y que den asiento para instalarse con la familia. Si, loco, lo que busca es la muerte, a mi entender, al alejarse a posta de todo vestigio de civilizacin mientras arrastra consigo al hijo. Bueno, y el saco de huesos que dej el pantano. SHR de M

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05-10 Desde que us aquella puetera carga ultrasnica, no quiero portar arma o cuchillo multiuso, ni tirita llevo encima, al confiarme al emptico; raciones energticas para unos das siempre bajo por si acaso, y alguna luz de emergencia. Nada ms. Y creo que obro bien, pues de llevar hoy encima la cacharra, a ms de uno hubiese desintegrado. Sin dudar. Despert en una cabaa llena de humo. No arda todava, pero hara al acercarse con paso decidido un gach con muchos brillos y una antorcha en la mano. De las catorce cabaas que eran aldea, trece bailaban fuego crudo, y antes que la ma danzase, sal al encuentro del hombre de la tea en ristre. Y temer. Era jefe de horda guerrera haciendo razia en tierra propia. Dijo. Y cre. Por lo menos era el dueo del momento, los supuestos lugareos, los que an vivan, aguardaban de rodillas y con soga al cuello que el hombre de la antorcha les dictase la suerte; ellos eran gutis, y los que enarbolaban el mango de la espada acadios. Enemigos. Bueno, los acadios no entienden contrincantes a estos desvergonzados gutis que sin permiso levantan campamentos, en tierras, que tanto cost unificar a reyes como Sargn o Naram-Sin. Estos dijeron obedecer en concreto la majestad de un tal Sharkalisharri, que tena dictada sentencia de muerte para aquellos que fuesen cogidos asentndose en su basto reino sin permiso. Y obedeciendo al edicto, en el mismo sitio procedieron a decapitarlos. Mientras tumbaban la hilera el jefe me contempl no sabiendo si endosarme origen guti u otro ms abyecto. Acadio no me vieron, no. Afortunadamente, en cuanto estuvo lo suficientemente cerca para que el emptico tomase onda ya se despreocup el fulano de m. Y me pude marchar. Esto es una guerra tnica, tctica, prueba irrefutable que gente tal la que esperamos, y andamos buscando, an est por llegar. O puede que sea testimonio de su activo concurso. Quiz tuvisemos que preguntar a esos salvajes dnde para su jefe supremo. Y concertar entrevista. Y puede que todava ruegue a Bestia, si me hace el favor, y concreta sobre ellos el can de neutrones o el de partculas; me es lo mismo. SHR de M
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06-10 Una recua de asnos cargaba dtiles confitados y lana de oveja hecha varas. Era un pequeo agasajo que mandaba el oasis de Tqrat al poderoso seor que les deja vivir. Amnurabi. Antes deban pleitesa y lealtad a un strapa local que les permiti coger un apndice insalubre del Efrates y drenarlo. Y desecar. Y por cmo se ven los productos y quienes los ingieren, y las bestias de carga que tambin tienen su pelaje lustroso, diesen a trabajar con tal mimo y esmero que difcil no ser que se extienda la fama de sus productos allende los confines, y el tiempo, si de ellos gusta el mismo Rey de Babilonia; que se es el ttulo del seor que buscan. Hicimos a paso lento la orilla del ro, quedaba todava trecho para llegar a la siguiente aldea, y no pudiendo esperar a tener mayor intimidad, me pregunt un arriero por mi origen. Nunca vio un atuendo semejante al mo. Y tampoco nadie cmo yo. Obvio. No le dije nada pues nada me vena a la boca excepto la verdad, y no queriendo embrollar ms, al no ser el nico en sentirme un puntito de extraeza, me ech a los hombros un capote circunstancial que traa un burro colgando, y al acto, desapareci el posible recelo; no viendo, no temen. Pese a complicarse la existencia, siguen siendo de un simple que da pena Mamferos! En el poblado enlazamos con otra expedicin a la capital que contaba con escolta armada. Se desconfa de los propios vecinos de los poblados que se atraviesan. Est concentrado el poder en Babilonia y mucho se cuidarn los prncipes locales de tocar ningn bien que vaya para el rey. Ahora no hay ladrones sabidos, no, ahora cualquiera se da a la felona, con tal frecuencia, que el propio Amnurabi mand escribir en soporte imperecedero, y al alcance de los ojos, las leyes a las que habrn de atenerse todos sus sbditos. Y aunque los castigos se me describieron severos, nadie har mucho caso, porque sin ir ms lejos, la guardia que nos custodiaba se revolvi y les dej en cueros. Y al que se resisti o puso algn pero le aviaron. La mayora huyo corriendo y no creo que denuncie, pues en quin encontraran justicia? Yo no sufr oprobio, el emptico se basta para mantenerme a buen recaudo si por mis medios no hago yo. SHR de M

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07-10 La tpica imagen del paradisiaco rinconcito? Cnosos. Clima de ensueo y a tiro de escupitajo un mar cristalino muy tranquilo. Una islita preciosa. Sin embargo, inconveniente al sitio es el alojamiento al presentarse humeante y ruinoso. Debi ser alegre y concurrido, lucen chillones los colores que todava quedan legibles en sus muros; mucha mar; mucha onda, delfn y calamar; y mucho joven dando volatinas y jugndose la vida en los mismos morrillos del toro. Es un autntico palacio; lo fue; el primero que veo por estos pagos, y aunque en ruinas y habitado por andrajosos y canalla, disfrut de lo lindo husmeando. Amplio complejo. Ya imaginaba cosas parecidas al insinurseme ayer unos jardines colgantes a orillas del mismo ro. Hoy, recorr sin que ninguna autoridad competente me detenga. Cnosos est franco. No puedo objetar nada a las coordenadas espaciales de Bestia. Hala, ahora, en lo que respecta a la temporalidad, tenemos una clara tendencia al yerro. No damos una. O hace aposta Bestia; que tampoco me extraara. Los actuales habitantes no echan de menos los tiempos de esplendor. Son amos en ausencia de seor mas fiero, y conscientes del poder, y por hacer algo!, me ofrecieron trocar mi mono de trabajo por un esportn de brillos pobres. Le llamaba la atencin al que comandaba la hoguera que cambiase de color. Fijacin deben tener al no saber lo que les atrae de l, y demostrando lo buen recurso que es, hbito que he decidido tomar, echndome encima un trapo a la guisa de ellos se desvaneci el tema de atencin, y proponiendo cambio de tercio, y adelantndome, les solicit informacin sobre los vecinos ms fuertes que tengan. A quienes supongan habrn de temer el da de maana si descuidan. Y larga es la lista, pues con otros paisanos de la misma isla, tienen tratos amargos en caso de cruzarse. Tambin miran al mar para cuidarse de cualquiera gustoso de enmangar filos echando leches. Aunque si de seoro buscaba resea, al momento todo el mundo saba, aseguraron, que los egipcios son los putos amos. Literal expresin que traslad a Bestia a mi regreso. Y vaya si sabe! No habr fuego que se encienda en la Tierra del que rpido no tenga noticia, con ms razn estos que refieren los de la isla, y que pese a vivir al otro lado del mar, tan alto concepto se tiene de ellos. Si aceptas peticiones, Bestia, por favor, maana, a ver si puedo tratar con gente
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que al menos no intente timarme a m. SHR de M

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01-11 Por lo que aprieta la vida estaba el santuario lleno, as que a nada de una mala racha climatolgica, y un par de guerras, no caben ms exvotos en el recinto e intramuros no se pueden enterrar siendo pura roca el suelo. Y arrojan al agua. De vez en cuando se limpia y hace sitio. Al pie el mar es hondo, aunque hay quin espera la ocasin y aprovecha. S. Un fulano recuperaba las figuritas dedicadas a las deidades y llevaba a revender a poblaciones un tanto apartadas. De all le vena al autor del apao la fama de artista del bronce, y en el otro lado, por no verle entregarse nunca a ninguna labor de provecho, se le tena por el feln que era. Y he aqu que le pillaron. Yo llegu en el momento que la turba le precipitaba por el acantilado. Y entend, que a su manera, l era exvoto de toda una Cultura. Ofrenda a la Ley y el Orden; y al control de materia prima. SHR de M

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02-11 Hoy segu a un grupo numeroso. No son el primer contingente que atraviesa el cordn de cumbres buscando valles y planicies de loes; frtiles para explotar un tiempo. Para lo que llevo visto, estos van bastante zurrados aunque parezcan andarse por territorio propio. Lo es o lo ser pues la compaa llevaba en una cara dos semblantes. Tristes estn porque arrastraban en parihuela a uno de sus ms notables miembros muerto en accidente de caza, y contentos tambin lucian al ir a casar la viuda con el jefecillo local dando patria al resto de la tribu. Los hombres rean un negocio y las mujeres otro. Y creo saber la razn. Rean las comadres en la marcha pese a que se sabe al futuro compaero un redomado feo, y bastante zafio, en comparacin con el difunto. Muy brutote el que espera, aunque la viuda, novia, re la que ms al llevar en las entraas hijo hecho. Ella posiblemente nunca llegue a conocer la feracidad del sur, y sin hacer, tampoco mala vida llevar siendo la consorte del jefazo. S, su hijo ser el que salga ganando y podr tomar lo mejor de ambos mundos o correr a buscar el propio todava ms al sur. Al Sur. Sus pensamientos eran ojos anhelando el calor. Antes de presentarse en el nuevo hogar tendran previsto despedirse del malogrado prcer del grupo y a llama viva le lloraron. Les dej incinerando porque mal olor hace la carne humana para mi gusto; y ms si socarra. No ser la primera vez que hacen ni la ltima, precisos fueron para calcular por el peso la cantidad de combustible necesario, y por si se marrase, y siendo principal, las pocas cenizas y restos que no aventen irn a una urna. Y sta, o la dejan bajo tierra o en alguna grieta honda de la montaa. Y el muerto al olvido y ellos a correr vereda. Bien veo que van mal. Estos le cogen rpido el gustillo al sitio y se acoplan por sobrados. Intenciones no faltan al rer sinceros. SHR de M

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03-11 Un joven contaba pasos desde una roca notoria. Veinte, y despus, tres hacia el orto del Sol otoal. Aunque exacto, a la segunda cala dio con el tesoro que buscase, y tras excavar un poco, extraa una orza bastante pesada. Y con l llev junto a un fueguecito. Rato se tir mirando la olla sin querer destaparla. Leyenda casi era al confesar el padre en el lecho de muerte. Y dentro, tal se le susurr y acab comprobando, quince hachas de bronce, intactas, nuevas de no usar al pervivir la rebaba del molde. Una fortuna, s. Bueno, l me asegur que es vacuidad al no servir las piezas para tala alguna. Son mero convertible de excedentes y no han dado servicio hasta hoy, y hoy slo necesitaba un par para cambiar a un hombre por una hija. Una chica que le tiene sorbido el nimo y que con sumo placer sustraera de la tirana paterna por la fuerza; pero al cabo ella de los suspiros, con l urdi plan para quedar bien por lo menos con el suegro, y luego ya, si te he visto no me acuerdo. En medio del lago era la cita. A ella acudi el hombre con la hija; y otro hijo que perchaba. No les gust verme, llevaban doble juego y temieron vrsela entre iguales. Aunque al constatar que no, y que el emptico me daba cobertura de familiar del novio, se olvidaron resquemores empezando la negociacin. Dos hachas era lo estipulado y cerrado, mas al ver que en la orza se le escapaba la docena, dio un golpe de mano el viejo proclamando otro pretendiente intempestivo a la moza. Tontera la media tinta, as que se igual la nueva oferta, y subir el resto!, para alegra sincera y buena de la familia poltica. Y transbordada la novia, entreg el yerno el monto bruto desfondando la nave del suegro. Y rer la muchacha al padre que marque en el agua dnde queda el tesoro. SHR de M

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04-11 Digo yo, que por poner guinda, no tuvo mejor ocurrencia Bestia que dejarme, a media ladera, en un desconchn del enlucido de una pirmide. S, por fin Egipto. Cerca del ro que discurra ms all distingu un vergel habitado, oasis, aunque poco seguro estoy debido a la calima, y no niego que pudiera ser espejismo, al dar por sentado, pues mera resea eran otras pirmides circundantes menores, que colosales mentes se hubiesen asentado en el orbe. Y bien digo que pudiera ser ilusin al no consultarlo con el emptico, y que por lo menos, con los humanos que top, son gente de moral comprometida y propensos al embuste. Los atraer? Conoc a una familia de honorables ladrones que se dedica a expoliar a los muertos. Y me parece estupendo. Y a ellos, claro. Camarada me hicieron y nada ms pisar tierra me ofrecieron agua y alabaron el peligroso descenso; de tardar un poco ms, me hubiese cogido el Sol, y entonces dudaban, por mis trazas, que hubiese podido contarlo. A un tal Path, que es deidad, rean que hubiese dado el bis. Ren mucho. Me recuerdan a los chaparros aunque ni por asomo se parezcan. Cualquier pregunta la envuelven convirtiendo en ocurrencia que celebrar. Beben y consumen con garbo de amos, aunque de serlo, seran reyes de bandidos y no faraones. Eso no. Los faraones debieron despegarse demasiado del suelo, vivir sus fantasas ultraterrenas antes de tiempo, dilapidando los recursos del Imperio. S, Imperio. A da de hoy, me refirieron que cualquiera de sus vecinos estara en condiciones de darles tunda de aupa si lo supieran. Bueno, a los pueblos del otro lado del mar s crean que mantendran a raya porque tampoco estarn los otros para grandes empresas. Pero a los hititas Ay, los hititas. Qu miedo no se les tendr en estas tierras, pese a bien lejos de fronteras, para al burln gritero que organizaron mis compadres, por darme fe, al momento, digo, levant tanto revuelo, que las pocas personas que por all pululasen tomaron camino del espejismo sin cuidar de nada; pues nada tienen los que viven rondando cementerios. Y a grito puro se propag la falsa alarma. Hititas a la puertas!! SHR de M

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05-11 No soy tan tonto, no. Los clculos que ech el otro da tampoco estaban tan desencaminados, y hoy me plantaron en las coordenadas obtenidas por mis cuentas; kilmetro ms, kilmetro menos, milenio arriba o abajo, justito en el volcn. Eso tambin, de bajar cundo yo dije, lo ms seguro que el emptico, y mi menda, no estuvisemos de una pieza. Se produjo una terrible erupcin. El campo lo insina. La mar lo dice. Y la costa lo pregona. Mal amarre no ofrece sin embargo lo que queda en pie, y con grandes trabajos, intenta la gente rehacerse; rigores se arrastran del cataclismo y no slo orogrficos. El colapso de las Culturas que tuviesen sito en las inmediaciones no se hizo esperar, y en el vaco de poder, habituados al rigor, los que llevan al da las cuentas de la existencia salieron ganando. Los desarrapados. Los Pueblos del Mar. De ellos se habla en bajo, y siempre, tras mentar, escupen al suelo. As lo hacen los pescadores que encontr. Incluso yo hice, y an haciendo a favor del viento, vamos, que no funciona el bobo sortilegio, se dej ver en la lnea del horizonte una escuadra. Tres barcos. Mentados, y sabindose temidos, alidaron a nuestra cala para pnico de la cofrada. Se dio la alarma y quien crey conveniente puso a salvo su msera vida y exiguas pertenencias. Quien no pudo, o confi en milagro, retranque a lo ms profundo de las cuevas que horadan los cantiles. Y los que no se conformaban con perder, parecieron dispuestos a dar batalla tomando posiciones en cornisas altas desde las que defenderse. Yo me sent en un peasco neutral y tranquilo. Salt a tierra gente fiera de veras, y aunque se arrojaban proyectiles de tamao surtido, corrieron la playa visitando el asentamiento a filo alegre. Mucho alarido se dej sentir. A la carrera todo, en nada volvan al barco los que saltaron propagando llamas. Y lo tomado a cuestas, previsible. Y despus de embarcar e irse, y verles doblar el cabo, por la columna de humo que levant, nos hicimos a la idea de la suerte que correra la siguiente baha. Y antes de hundirse el Sol, toda la isla era un reguero de hilos que exhalaban al cielo. Malo desde luego ser el momento si se vive cotidiana la calamidad. SHR de M
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06-11 Selbert vive cerca de la drsena, en una casa de tres alturas, que no trasluce el despilfarro interior. Y tampoco es dilapidar a mi entender gastar en comodidades; jardn; sauna; cuadras y embarcadero. Y mucho servicio para atender todo. Hasta anexo a las dependencias privadas tiene acuario propio. Atunes de media tonelada le dan reflejos por la ventana y el goza los brillos. Me pareci un abuelete extravagante hasta que orillando su silla a la ma, y distendido, tal que no quiere la cosa, me pregunt qu es lo que haba, y quin habitaba, ms all del mar. Y lo dijo sin darme referencia alguna. Me buscaba la lengua y divertido entr al juego. Le di sea de lo que estaba seguro que ya sabra. No le descubr a los egipcios porque son vecinos, ni a semitas y cicldicos que quedaron chatarreros. l buscaba informacin de los confines y me rog que le acompaase a la bodega para darme a entender lo que quera. Al stano nos condujo una msera escalera de caracol que acababa en una puerta de tres cerrojos; y cada uno siete vueltas. Nada meritorio tena la sala, sin contar la humedad, mugre y telaraas, y un par de cajones mohosos, no encontr explicacin. Y ni cuando apart unas arpilleras y abri una compuerta secreta entend, mas al ver con la llama que adelantaba el interior, empec a vislumbrar. Repartido en arcones y anaqueles estaba el tesoro ms grande que haya visto yo en la Tierra hasta el momento. Pieles, marfil. Armaduras, escudos y un carro desmontado. Piedras preciosas. Oro en abundancia, y plata. Y sacas y bahles con maravillas que esboz. Admiti ser uno de los tres hombres ms ricos de Tiro; por no el que ms. Sin embargo, el emptico sugera que no es hombre codicioso. As lo dije y ri, y tras percatarse que no lo deca en broma, levant del butacn de contemplar, y sin poder negarme, me regal un abrazo que ni mi superintendente cuando fue a despedirme al astropuerto. Confes slo tener una obsesin, querer quedar en la memoria de sus conciudadanos como el mayor husmeador de fortunas. El comerciante y aventurero por excelencia. La Gloria anhela. Es un visionario. Quiere ir a las mismas fuentes del negocio, al lejano occidente, que es dnde se rumorea an quedan atontados cambiando a pelo, oro y plata, y lo que tercie!, por buen vino y aceite. A los simples del extremo del mundo pretende meter en la Historia. De no llevar el emptico, estoy seguro que hasta la capa rada le hubiese vendido, o trocado, por cualquier fruslera.
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Es bueno, muy bueno, y tampoco errara la Corporacin mandando ojeadores si pretende renovar el staff tcnico. SHR de M

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07-11 Un barco. S En su panza! Amarraba en una islita pequea hecha fortn. No pag Selbert la infraestructura portuaria ni las fortificaciones; que al preguntar por l nadie cay. Un viejo, y dudando si sera Selbert o Sarret, o Simbarlet, record que en tiempos de juventud de su abuelo, hubo otro que arriesg fortuna en una flota que intent abrir ruta hasta estos confines, aunque, a ltima hora, lo que abri fue cementerio de barcos al hundrsele las naves en algn punto del trayecto; ni llegar a Leptis. Selbert no era en persona, pero s gente de su pueblo. No deben ser estpidos del todo los aborgenes, y al poco de empezar los tratos no se conformaron con vino y aceite No! Olivos y vides pidieron y obtuvieron. Y no fue el fin del negocio qu va! muy al contrario, empezaron a demandar cosas caras y se incrementaron los beneficios. Al punto, que empez a ser tambin ms rentable traerse a los orfebres y alfareros; y sus familias; se asentaron fundando colonias. S, vale, no ser tampoco raro que los nativos, tarde o temprano, se revuelvan contra los comerciantes y los corran a flechazos. Por suerte nosotros debamos caer en la esfera de poder de algn reyezuelo local cultivado desde antiguo. Gadir es muy vieja. A ella debe rendir cuentas tanto lo que salga al ocano cmo lo que de l entre al mar. Es punto casi obligado de recalada y de ah que amarrasen seis embarcaciones a nuestra vera. Un par vena de cabotar ms all de Mogador, y otra montaba aparejos para costear las aguas fras del Norte. No me pudieron precisar los marineros los puntos dnde pensarn echar las redes pues slo los patrones saben. Y estos, andaban de cuchipanda limpindose la sal de la garganta con vino autctono; que enraiz dulce. La gente de mar es nacida en mil puertos, as unos dijeron que se buscar mbar y otros que metales preciosos. Incluso a lo que salga; de fijo nada saben. No se puede negar un aire explorador, observador, a esta gente; aunque el motor que les impulse funcione con codicia; potente carburante, eso ni dudarlo, porque nosotros tambin gastamos parecido octanaje. SHR de M

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01-12 Ahora no me acuerdo del nombre, aunque su silueta saliendo de la niebla, y el andar pausado, nunca se me olvidarn. Reincorpor demasiado rpido en un caminillo escarpado, y perdida la cabeza, detrs se me fueron cuello, tronco y pies. Todo el exoesqueleto postizo. Yo entero. Casi me mato! De dar contra la roca que me qued a palmo, la capucha del emptico slo hubiese sido bolsa para recogerme los sesos. Por suerte no. Y ah irrumpi la mujer que digo, en mi vida, al darme agua, consuelo y primeros auxilios. Y hasta un beso. Deidad, palabra. Y con toda certeza no s si me dio el sculo o en el nimo qued de recibirlo. S que era fenicia porque lo dijo. Y pitiusa. Y la gracia del nombre me ronda pero no aflora. Ya recordar de no ser todo producto de la conmocin. ... Aura?... Tala?... ya me vendr. SHR de M

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02-12 A la vista del escner la trompada de ayer fue un rasguo. El peor parado fue el emptico al necesitar nuevo termosellado, y por comprobar, aunque me garantizaba Bestia solventado el descosido, me dej en la playa de Marsalia; a unos cien metros de la costa. Menudo cabrn! Llevado por la corriente me agarr a un bote. Desde l un viejo escrutaba, cristalino el mar, los fondos rocosos. Almejas, gambas, pulpos. El pez que descuidase acababa en el arpn de los nietos. Y as faenaron hasta cambiar de caladero. Y toda la maana al mismo tema. En el puerto pretendan vender por lotes, aunque en atacada nica se llev el gnero un panadero que celebraba la circuncisin del hijo. Quinta de cuchilla era la muchachada de una calle y cortaron sta para celebrar. Y buena cara puso la gente al justificar el desvo con un vino y una sonrisa. Carros y carretas movieron el eje de buen grado, mas un acemilero encontr injustificado el desvo siendo ateo a toda costumbre y festejo. Y de sangre revieja en el pago. Un agrio de raigambre. Se le dej pasar, lo impuso al clavar el calcaal al borrico y azuzar el trote. Y aunque arruin el convite, no estropeo la fiesta, pues si tan bravo es el sujeto, por fuerza har la misma senda de vuelta. Y con, o sin bestias, a ver si tiene bigotes para montar escandalera sin que estn presentes las mujeres y los cros pequeos. Ojito con lo que hace uno en Marsalia! SHR de M

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03-12 Los bosques, las montaas, las mesetas abiertas a inclemencias, los ros de caudal rpido, y los pantanosos, son rozamiento a todo avance. Camino de algn sitio iramos mas poco se hablaba en la marcha al ser las tierras cruzadas de sujetos un tanto veletas, y lo mismo, insistieron, nos recibiran con abrazos como con cuatro palmos de hierro; debe ser el no va ms de la modernidad y raudos ponen a prueba el metal. Y no se pretende. Iba con tres comerciantes, un padre y dos hijos, que contrataron en Abdera recua de porteadores y escolta de mercenarios, para intentar abrir ruta a los yacimientos interiores. Planean saltarse la autoridad tartesa! Y no es de extraar que busquen solapar sus pretensiones a la compaa aunque al emptico no se lo puedan negar; en mano llevaban los presentes. Paramos a hacer noche en una cueva que ofreca descanso. Se teme de verdad, y guardia y ojeadores desplegaron, y ni an as se fiara el capitn de la milicia y estableci sea y contrasea para poder entrar o salir del refugio una vez escapado el Sol. Me pareci exagerada la medida, hasta que con la Luna, tambin aparecieron un par de lugareos que volvan de caza. Tenso el momento, pasaron por delante nuestro corzo al hombro. Ellos son de tez y pelo ms claro, y altos, llegaron al lugar desde la fachada ocenica hace relativamente nada pero sienten la tierra propia. Tienen alden cerca. Quince o veinte chozas que dan cobijo a algo menos de doscientas personas. Y un horno para trabajar el hierro sufragado entre todos; una vez al ao, ms o menos tal que ya Casualidad! llega al lugar un buhonero ambulante que se dedica a poner laas y fundir piezas a capricho; se le cede la casa anexa a la fragua y mientras est en el sitio se le mantiene a cuerpo. Pese a muy esperado apenas confraternizan.Vivo lo imaginaba, astuto para vivir a expensas de la buena voluntad de otros, mas result ser un profesional. Un autntico herrero ambulante que apaa roturas. Dice ser de los primeros que lleg a la zona. Verdad tendr la afirmacin pues no me neg el emptico, y una vez presentado, viendo que los cartagineses preferan la intimidad para tratar, qued con l. En los arrabales est la morada y entretanto dura su visita no deja de escupir la chimenea, ni arrastrar el arroyo, el rojo de la letana que se trae el hombre para trabajar. No se malea igual el bronce que el hierro, y con gran misterio, y a cntico aprendido, martilletea las piezas buscndoles la forma. Y consigue; cuida de toda corriente que influya en la obra; bien estilstica, bien trmica. Es muy bueno, y ms ganara montando taller propio que yendo al servicio de aldea en aldea. Pero nadie le quiere por vecino.
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Los humos, los golpazos, y el marcar los tiempos con cancioncitas, le granjan una vitola de sulfuroso que no le deja atar a la tierra. Ni pretende. Gusta patear los caminos y conocer individuos peculiares. Se sabe el amo del mundo, y como a tal, que en cierta forma cre, le pregunt por gente que l crea solvente. Y ri. Con gran hilaridad sugiri que fuese a tierras de griegos, pues ellos, poseen hasta Moral y Filosofa. Y oro a esportones. SHR de M

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04-12 Zumban los insectos y a la hora de la siesta lo que menos apetece es sudar. Pero hay quien hace. Vine a parar a una ciudad que vive para el deporte. Olimpia. Sagrados son los juegos que organizan, y mientras duran, est prohibido cruzar las armas. Y me encanta. Bulle la ciudad y no hay camino que desemboque en sta que no acarree curiosos o personas que van al mercado. Hasta gustosos del deporte. En un par de das empezarn los Juegos y al momento era todo expectacin. No haca falta que se compitiera, el mismo paso de unos muchachos ejercitando la carrera, daba de s a los ociosos para aventurar, slo por el tranco, que aqul era remoln en el esprint final, y el de acull, un seguro perdedor al desbridar desde el arranque. El entrenador, que es el padre, gritaba que no prestasen odos y levantasen las rodillas estirando la zancada. Otro hermano, renegado en glorias pasadas, aconsej por contra que dejasen de correr y se acercasen a refrescar. l lo haca. Tumbado entre unas piedras vomitaba su frustracin. Deca que el deporte es hediondo. Nada de valores sublimados ni sandeces, puro espectculo y especulacin el negocio. Y rea y beba la lesin. Mas no creo que mintiese. Con l hice migas y fumos a un fign extramuros que suele frecuentar lo mejorcito de los gimnasios. Comen, beben y fornican sin cuidado de programa o preparadores fsicos. All tiene mesa reservada y cuenta. Es un dios. As se lo hicieron creer y al reclamo de su mano trajo el restaurador dos copas de vino y una estatuilla de bronce; que se me asegur se le hizo a mi compaero por campen. Daban fe todos, y antes de catar nueva ronda, nos ofrecan el trago. S, muy conocido por sus logros deportivos y su mala vida. La persona ideal para acercarse a ciertos crculos, mas siendo mueco roto del espectculo, su lista de amigos verdaderos empezaba y acababa en la V del vino. Y la de enemigos... buff!, larga y comprometida ser al presentarse la docena de uniformados en el lugar preguntando por el susodicho ex-atleta, y sabiendo a lo que iban, y a lo que se arriesgaban los que inquiran, se nos dio cobertura de escape mientras se enzarzaban a sopapos. No quiso ir a su casa al imaginarla vigilada, as que fumos a lo que tambin llam gimnasio, aunque a m me pareciese otro lupanar. Y era. Pero Ay, estos humanos! ya metidos en faena, los que por all folgaban se tenan hermanados, y conociendo mi inters, me present a uno que dijo ser nietsimo de un tal Homero. Homero! brind todo quisqui el nombre. Y aunque se describi al momento juez, y uno de los hombres ms importantes de los Juegos, no me cost adivinar que era otro pobre desgraciado al que el apellido
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quedaba grande; y ni era propio. Muy bonito esto del Movimiento Olmpico, y la cultura que lo abandera, s, si no tuviese tantas miserias por dentro. SHR de M

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05-12 No lo querra decir tan claro, pero hoy, Bestia casi hace pleno. Me dej cerca de dos hombres que discutan entre risas sobre la Perfeccin. Para ambos el referente de salida era el hermoso templo en construccin ante el cual estbamos. Amaneca, mas para ellos sera la coletilla de la noche anterior, y discutan, se porfiaban, si las esculturas que corran los frisos seran las ms acertadas para la categora del edificio. Pericles as lo afirmaba aunque el contertulio, el maestro Fideas, el mismo escultor, lo dudase. En su propia escuela haba gente que le podra hacer sombra al momento, y cosa de poco tiempo que le relegasen u olvidaran en las basas. No creo. Circunstancial mi presencia, se sintieron en la necesidad de romper la discordia con opinin neutral, y preguntado, tuve que admitir la simple belleza. Pericles se congratul con el parecer y me invit a hacer noche con ellos, da, mas si de algo estoy cansado es de dormir, as que me qued con los obreros que parejos a las primeras luces comparecan para abrir tajo. Mucho respeto y genuflexin dedicaron a los zurriagos trasnochados, aunque idos de la explanada, hicieron sonoras pedorretas y sentaron a almorzar sin dar tiento al andamio de la obra. Hasta el capataz. Muy consensuados toman las decisiones, y si uno decide que es momento de descanso, el resto le secunda. Y si al rato, otro, propone poner en facha los riones y echar un clavo, s, entre todos, se convence al sandio del despropsito. Filn es la poltica y sus usos, rpido hacen apao, con tal escuela, que no encontr nio que no porfiase al maestro la lgica de un juego. O mujer que andase al hilo de blanquear la ropa y no discutiese con la vecina algn pormenor del soleado. U esclavo que se abstenga de corregir al amo unos versos. Todo el mundo endereza opinin en cuanto en el regazo cruza las manos. Pudiera pensarse que mi timbre es de reproche. Y nada ms lejos. Lo que me transmitieron fue de muy loable opinin. Muy palizas, muy pesados, tambin, pues a ltima hora tena unas ganas locas de volver con Bestia. Fjese nadie! SHR de M

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06-12 Hoy cambi de tctica y no fui en pos de encuentro alguno, sent en el borde del camino, junto a un borracho, y esper otro contacto al azar. Y no el primero, que as acert con gente interesante alguna vez que otra. Ni al segundo, ni al tercero. Ni al cuarto fulano que se me cruz ofrec palabra. Y al quinto me decid pues vea que el da mora y no iba a pasar nadie ms; el borracho; de ah lo de agarrar al quinto. Quiso el Azar que el sujeto que me cayese diese a llamar Demcrito. Hombre que afirma tener corridos Oriente y Occidente, y que no tuvo problema, ni mostr extraeza, por abordarle con preguntas y metafsicas estpidas; de darse la situacin contraria, que nadie dude que yo no arrugara la frente; o salir corriendo. Pero l no, l, casualidades, l es filsofo y a diario se pregunta por el Universo o el Alma. O por cosas ms raras. Demasiado listo, s. Tanto, que me acab cerrando a sus palabras y puse el piloto automtico. Asent varias veces, e incluso me sorprend dando alguna rplica. Y en cuanto pude, me desped tomando direccin contraria. Mas me sigui. Contumaz, y a la carrera, me persigui campo traviesa preguntndome quin era yo que posea tal conocimiento del Universo para comprender a la primera sus postulados. Y no slo los suyos, porque en mi ignorante y vacua charla tocara sin saber los principios de un tal Tales y un cual Pitgoras. Tan pesado le vi, que en un descuido que tuvo, me cal la capucha del emptico. Si la media que camina por la Tierra es este sujeto, no cabe decir otra cosa salvo que la visita est hecha. Aunque con tamao calibre humano, no s si le interesar a la Corporacin intentar el trato. Maana veremos. SHR de M

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07-12 Estoy en un jardn. Estuve. A veces empiezo en la Tierra mi hojita diaria y otras la hago entera aqu; as que no es de extraar, si le aadimos el desfase horario, y el tiempo extradinmico, no es raro, insisto, que confunda pasados y presentes. El jet slag me trae loco, s. Y s, tambin, a lo concerniente al da en frondoso jardn. En torno a una fuente sentaba un grupo de jvenes con un abuelo batallitas que entretena la siesta. Atencin prestaban slo para poder comentar a la salida la cara que pona el profe ante las continuas injerencias de uno de ellos. Un pilluelo de pelo ensortijado y que, atendiendo al exorcismo de Aristteles, buscaba las vueltas al maestro con los brillos de la fuente. Hablaba el hombre de realidades y apariencias, de sombras a la inteligencia, y no se daba cuenta que el reflejo que le cegaba de continuo no era un destello del agua ni un requiebro de carpa inquieta, era la daga de Aristteles molestando por molestar. Traa el docente en la boca todo el da a un tal Scrates y estaba frita la muchachada, al punto, que en un descuido el zagal salt la tapia y corri a la zona portuaria; dnde conoca unas cuantas fondas. Es asiduo al sitio, y yendo con l, me trataron por aprendiz de filsofo; y holgado siento el ttulo. Buena escuela orilla al muelle, y prueba, examen a ojos de la parroquia, nos puso el seor tasquero, y es que antes de poder tocar los refrigerios servidos nos exigi que le pagsemos, a lo cual, el diablo que acompaaba, respondi planteando retahla de supuestos. Ejemplo del concepto Causa y Efecto, que puliendo, llev al comn asenso que lo suyo es pagar tras consumar la comunin. Ante lo cual, tambin se aplic el gerente del negocio a la Oratoria encontrando por su parte el punto de arranque en el pago previo. Y no hubo acuerdo porque se defenda el restaurador y entretanto no abonsemos no nos dejara levantar las copas del mostrador; ni para estudiarlas. Sin embargo, aunque a esas dos en concreto no se nos permitiese dar tiento, bien mereca la conversacin no secarse, y por cuenta de la casa, se abri un nfora de vino sirio y pelen. Y rul entre los que compartamos pupitre. Con nosotros sentaba un tal Astrbalo que no poda negar su dedicacin al pastoreo caprino. Tambin estaban Endruko el pescador, Krtico el albail y Anaxilomandro que es desertor de cualquier ejrcito que pretenda entrar en guerra. Faltaban gentes meritorias y de ellas me dieron breve resea de palabra: Frisco el actor y Spatra hijo, el hijo de Spatra, padre, que cuando se deja caer con los dineros del viejo marca en rojo el da el local. Tremenda fiesta. Fiestn en toda regla en el que se degustan hasta frutos eleusinos escamoteados al templo. Y que era costumbre supe pues a la mencin tasca de apuntador! se dej caer en el umbral el aorado
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Spatra y un grito de alegra aviv la juerga ya existente. Traa. Le birla al padre jugo del santuario y comparte con los compadres. Golfos todos. El estudio y aprendizaje ser cosa que considerar Aristteles dinmico, y tras l fumos recalando en cuanta puerta anunciase franca la juerga. Que se cuide el Hombre de s mismo. Que se cuide de descuidarse de hijos y hermanos. SHR de M

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01-13 Hombres y nios nadaban en un regato tranquilo que se protege del Sol con densa flora. Un par me llam la atencin por lo dispar de la actitud, medio discutan en perfecta armona lo acertado de tal o cual compromiso: baarse o estudiar. Tampoco sera tan curioso de no ser porque defenda el estudio puro el alumno, abogando por el relajo el maestro. Viendo la controversia servida me acerqu a ellos, y cul no sera mi sorpresa, al reconocer al bueno de Aristteles convertido en todo un seor docente. S, el mismo; con unos aos ms. Me cost hacerle recordar quien era yo, nuestro encuentro, aunque por echadas varias tormentas y corridas mil juergas, jurara que acab dndome la razn como a los locos. Y visto que no me iba, que amagaba quedarme, volvi a tumbar dnde estuviese y reanud la charla con el discpulo. El muchacho es hijo del rey de Macedonia y acostumbrado est a sentir el peso de la voz; es orden en su pas aunque al momento no tenga relevancia alguna; ni quiere imponer su criterio por cuestin de cuna. Es de buena pasta el muchacho y argua que l pretende aprender con uno de los grandes lo que nadie de su reino le puede trasladar; los secretos de la Filosofa de los Nmeros y la Naturaleza; incluso la Humana. No le agrada al joven perder el tiempo, ni el dinero de su padre, y exiga al maestro ser fiel al programa y reemprender camino y leccin. Pero Aristteles, inventor del mtodo peripattico que le recuerda el chico, insista sin cambiar de postura que en el bao encontrara tema de estudio para una o dos vidas, y dicho esto, se acercaron a la charca y en silencio observaron un rato a los baistas; luego, dimos la vuelta y echamos a andar por un camino de fresnos y chopos. Era cuestin entre ellos, y nada ms llegar a un tranquilo meandro, volvimos a parar. Por indicaciones del maestro se meti el muchacho al agua y nad la poza sin gran misterio. Compendio de virtudes, dio muestra de condicin atltica bajando hasta el fondo para recoger una piedra que se le pidi. Una vez afuera, mientras secaba al Sol, el maestro inquiri por la razn que le permita a l flotar y a las piedras no. Ri el chaval la simpleza, y mientras limpiaba el cacharro de la fuente para beber, respondi que sa es su Naturaleza. La misma de la espada, que tiene querencia innata a hundirse en aguas o carnes. Aprovechamos la parada, y mientras rumibamos la moraleja, se abri el hatillo que traa el chico colgando al hombro con merienda. Pretendera Alejandro, que llama, pensar un poco ms sobre el tema y coment que se iba a dar otro chapuzn para recobrar un guijarro y plantearle algunas preguntas. Y acertadsimo le pareci el propsito a Aristteles, mas rotundo prohibi al muchacho que se metiese en ese instante al agua. Buen ratn es la curiosidad, dijo, mas gato arisco mora las tripas durante la
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digestin, y no es cosa de revolverlos y desdear. Aunque no s si se quedara con la copla el chico, al callar mirando con ganas la charca. SHR de M

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02-13 Aparec en un bajo del Nilo y de all me sac una embarcacin que remontaba con pabelln de luto. Muy sera iba la marinera y muy circunspecta la mujer que bajo toldo portaba tristes nuevas. Sin embargo en el muelle al que amuramos se estibaba con ritmo y no hubo nadie parado, ni ocioso, que vocease la noticia de nuestra arribada. Desembarc la mujer sin despedirse siquiera al llevar el papel de alma en pena. Inclume tendi el paso sin ser molestada; ni al pie de la escalinata de un palacio en construccin se detuvo. Vesta a la griega y salvoconducto suficiente fue para que pudiese llegar la anciana hasta el jefe. Ni ms ni menos que Alejandro. S. El chico, que hecho un hombrecito, anda expandiendo los dominios que heredase del padre. Sigue siendo el mismo muchacho de flequillo leonino y mirada chispeante, y cuando nos vio llegar nos reconoci. A m como al tipo curioso que conoci un verano, y a la seora por estar al servicio de su gran amigo Gailo. Y vernos entrar juntos, y emparejar nuestros distinto sinos, y sin leer la misiva adivin la muerte del camarada eleusino. Haba fallecido ni haca el ao y ahora llegaba la noticia. Despidi a todo el mundo y sent en una banqueta que dejaba a tiro de ojo el desierto y el Nilo. Sumido en los recuerdos del pasado dej de pensar por un momento en el futuro. Ms trrido, ms erial, se le hizo el desrtico horizonte. Se perdi en el vaco y por seco de cualquier expresin march a saber de la mujer que trajo la esquela. Haba cambiado de ropa, y en la cocina, a dos carrillos, daba cuenta de una oca con berros y un muslito de lechn baado en cerveza. Y bien regado todo con vino tico. Quiz por esto, por olerle el origen mientras se escanciaba, le hizo el tuteo al nfora y acab rodando por los suelos. Antes, se despach tan agustito que prefiero transcribir a referir: Y mandada que vengo por el viejo tutor De no, de qu! ... Aristteles?... Aristteles menudo elemento tambin. Mucho darle al pico con lo bueno e ideal, y persecucin a todo lo malo!, cuando a l no hay mano que le saque del lecho, ni de la taberna, cuando coge posicin. Ja. Lo recto, lo decoroso... Y quin cree usted que le lava la ropa? Pues entre otros servidora. Ni un mal zurcido se echa a las sandalias porque ah me dejo la vista y los dedos. Y de provecho nada bueno al no seguir ni sus propias consignas. Y un vago. Y flojo. Muy flojo, porque tampoco ayunta en condiciones. Y psimo actor; pues aunque comediante y teatrero, representa de pena su propia vida para quienes sabemos. No es que le quiera echar por tierra la figura del susodicho, de verdad Es que es un problema! Y un gorrn empedernido, porque cuando no le dejan aviada la comida del da,
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raro, en vez de hacer o mandar hacer, prefiere salir a buscar a quin endosar la cuchara. Y todo esto fue empeorando, claro, con la edad. En los ltimos aos le rehuyen por paliza y slo los muy allegados, o ex-alumnos como el difunto amo Gailo, se acercan para saber de l. Ja. Para lo ms que habr servido ser para ensearles a vivir de la ganza a los pupilos. Slo ste -sobreentend Alejandro- este cuitado no necesitar marquesita para abrir las puertas de Oriente pues Egipto es la cerradura y l tintinea las llaves amo. Que la ciudad lleva su nombre! Y menos mal que le encontr aqu, s, de no, tras l hubiese debido ir, que se dice, a los confines. S, menos mal que cumpl y puedo volver a casa. Yo tambin s que prximo tengo el retorno, s. SHR de M

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03-13 Bajaba predispuesto a la sorpresa. Cualquier Cultura de esta parte del mundo, tan cercana a la recin visitada, podra haber heredado el empujn de aquella y ofrecer al Universo un ser ejemplar. Un buen representante. Lo pens posible, vamos, lo di por hecho. Y re lo desencaminado de mi idea, al encontrarme con mi joven, pero ya viejo, amigo Alejandro. Era l. S. Muy currado, muy abstrado. Muy sentidos los poquitos aos pasados y la distancia hecha abriendo camino. Y lo vivido entre medias. Los guas dicen que no queda lejos un nuevo ocano y Alejandro lo intuye bajo un banco de nubes. O un poco ms all. Huele el aire y los hombres dan por cierto; aunque l no est tan convencido y medita el siguiente paso. Si con esto zanjase sus pasiones juveniles, definitivamente creo que podra ser nuestro hombre. Que sabe cmo viejo! y es venerado. Incluso pese a revolcados por la vida que llevan hecha, no hay quien se lo dude a su ejrcito. Beben de l. Esperan. Y l, dubitativo, sigue rezando para que un cfiro le corra las dudas. S, aunque seguro est de poder decidirme ahora, quiero esperar a maana para ver en qu queda la aventura del colega. S, vale, y que tambin, yo, egosta, quisiera disfrutar de un ltimo momento de paz y tranquilidad en la Tierra. Ya tendr tiempo la Corporacin para comerle los colores al planeta. Bestia, busca papel y pluma, y pon a enfriar el brindis. SHR de M

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04-13 Despert en una duna lamido por Ra. As lo farfullaron los camelleros que trasegaban bajo jaima mistura de hierbas aromticas. Muy contento estaba al pensarlo ltimo da, y avivando mi ilusin, me indicaron que seguramente Alejandro descansase en un oasis cercano; todo recto. Despreocupado ech a andar el desierto queriendo memorizar las ondas que el aire, o una culebra, imprimen en la arena; de ella imagino que tambin subir muestra. Feliz y tranquilo aunque a poco me coge el aire que encresp hasta encortinarse el polvo. Me pude refugiar a tiempo gracias a dos jvenes que chistaron el paradero y de mil amores les acompa, tras asegurar la estaca dnde ataban unos jacos, a la endeble seguridad de su tienda. Tem haber perdido toda nocin al ser la gente que ocupaba el pabelln celtas del otro lado del mar, del otro continente, y rara explicacin tendra el hecho al reafirmarme lo primero ellos mismos que s, que desde luego que estbamos en el oasis de Siwa, junto a los supuestos restos de Alejandro Magno Que llamaron! Bastante haca que haba muerto al cabo de nuestro anterior contacto! y profesndole ellos un extrao afecto, y aunque de excursin se dira, buscaban el catafalco; igual que se susurraba que estaban sus restos aqu, se bisbiseaba lo mismo de otros enclaves por ser baila reliquias un tal Tolomeo. Lo que siempre coincida era la suntuosidad de la mortaja. Mientras los adultos me explicaban sin rubor, y sin complejos, que suelen invernar lejos de su tierra cuando junta banda que les busque, los muchachos al cuidado de abrillantar los filos y mantener el guiso hirviendo andaban enfangados. No distraan por ello lo que all se aireaba y rean comedidos el historial delictivo de abuelos, padres y hermanos. Rean comedidos pues ellos pensaban superar. Me lo susurr el emptico, y confirmaron los progenitores, calculando capaces a Namur y Genzrio, que llaman, de hacer correr las aguas del Nilo contranatura. De hecho tenan acordada trastada, y al intuirla, tras ellos fui. Cogiendo un descuido oportuno se llevaron las sacas meritorias del poco equipaje que les trota el mundo. Alguna joya u arma cuidada. Algo de ropa y ungentos finos. Y un par de jarras de vino rojizo que ser sin duda lo ms celebrado cuando a la maana siguiente procedan a excavar el tmulo; dnde se supone descansa El Soma. E hicieron. Fueron y volvieron sin notarse la ausencia. Son pellejo de soga, s. SHR de M

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05-13 Fieros son los vetones. Antes y despus de cada hito celebran. Saludan y despiden las efemrides con rigor; un hijo que nazca; una primavera que llega a su hora; una trashumancia sin bajas ni extravos. Es cuestin de vivir el momento con alegra. No saba en concreto lo que festejaban, aunque redondo habra de ser lo que fuera al estar jugando los hombres a pugnar una pelleja desde los caballos. Bueno, vejiga hinchada supuse, mas al fijar, me epat que el esfrico en disputa fuese una cabeza humana. El meln de un enemigo. As celebran los muy salvajes! Hasta la chiquillada disfrutaba a patada limpia del mismo entretenimiento. Y rer, y aplaudir, y cantar, y juntar para comer los aldeanos, porque estos, los dueos de las mochas y dems colgajos, no apacentarn ms ganado en los pastos sin permiso. Ni ellos, ni nadie! Y para que no se repita, entre todos los presentes levantaron un verraco grantico que pregona la propiedad. SHR de M

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06-13 Pese a ser la tierra ancha, un pequeo castro tuvo la desgracia de sufrir asalto por parte de unos vecinos del alfoz; con los que disputan los derechos a dos escurridos arroyos. Cosa de familia, y peor al visceralizar, empezaban a revolotear los buitres sobre los muertos hechos, y ya se armaban los lugareos para dar respuesta al ataque. De aquel ms alto que una espada se hizo leva, y todos juntitos, y enojados, enhebraron para dar la rplica. Quedaron los nios y ancianos. Y las mujeres; aunque durante el ataque no tuviesen reparo para utilizar las armas, ahora se afanaban en aplacar el dolor de los heridos y entregar a las llamas los dems despojos. Mucho miedo tuvo que flotar porque todava ola. Ech a correr tras los hombres a sabiendas que iban a la guerra. Yo tambin. Desde un alto presenci como sin tctica alguna, al no dejar de ser hermanos, conminaban los recin llegados a los de intramuros para que saliesen a dar la cara a la explanada. Y no siendo pocos los casos dnde cruzaban sangres, se dej un ratito para cambiar o reafirmar la filiacin; unos pocos. Yo esperaba, tras esto, que se tirasen unos contra otros a degello, mas clavndose parejas las huestes, y sabiendo que era cosa de dos familias concretas el tener abiertos pleitos, se les exigi de una vez por todas suturar y enterrar la cuestin. Cabezas de sus respectivas casas, tomaron la campa dos viejos entrados en aos pero de muy buen ver. Manejaban espadones de antenas y defendan la contra con oblongos escudos de madera y cuero; slo diferan en el dibujo. Gemelos, palabra. Los hombres se batieron bravos, y aunque uno fue declaro vencedor, al caer el otro por afilado carpazo en el cuello, las heridas contradas le llevarn tambin a ste a la tumba sin tardar mucho; a la pira. La cosa sigue abierta. SHR de M

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07-13 Los hombres que comparten sauna se jactan de tener el mundo en sus manos. Y lo ren y lo beben, aunque, ntimos, no hizo falta que hurgase mucho para que todos identificasen en el lejano y viejo Egipto el smmum de cualquier esplendor. Siempre los del Norte anhelan el Sur. Lo suean. Y viceversa. Se atraen y repelen. Invierten el trabajo de una temporada, o de varias, por hacerse con algn objeto extico que quiz dimane en sus cerebros la virtud onrica. O el mismo efecto tendr si sus mujeres lo sugieren. Estos en concreto van en busca de los calores meridionales, llevan idea de dejar en simple razia, mas si encuentran rincn oportuno, a ms de uno no le importara quedar; viajan preados de sueos. Los viejos no lo ven todo tan sencillo, aunque hermanado el continente, segn se va uno acercando al mar, saben ms agarrada la gente a la tierra y la fraternidad queda a un lado. Se lucha el palmo. Sin embargo, cerrado est que van. SHR de M

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01-14 Hoy, s, no puedo reprimirme el hacer retrato. Conoc individuo que en la pose bien cuadrara a la mitologa de cualquier Civilizacin. Viejo de peinar nieves, sabio y muy corrido. Lleno de sietes y amputaciones. Y un solo ojo. Y la mano que le queda siempre reposando en el pomo antenado de su espada. Sienta en un rstico trono de roble que a otro cualquiera quedara banqueta, pero l, joya, ennoblece cuanto toca y engarza el pego. Llama Instrucco y no espera de la vida nada al haber tomado de ella lo que ha querido ya. Aunque alejado de mejores oropeles, al momento, eligi regresar a este confn para disfrutar en paz de sus ltimos aos. Mas me temo que no pueda, pues en derredor, o bien yo, o bien la juventud de las aldeas lindantes, le hace corro y ofrece cerveza para que narre sus vivencias. Y de mil amores hace. Pirata, mercenario, soldado. Intrprete y explorador. Devoto amante o despechado pretendiente. Y bardo. Y druida. Y vate. Un gozo escuchar la voz hasta bien entrada la noche. E instructivo. SHR de M

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02-14 Pateando un tranquilo bosque, me trajo el aire el hilillo de una alegre cancin. Se loaba, no sin cierta picarda en el tono, lo exuberante del fruto de zarzal atemperado con su correcto verano. Se recolectaba a voz y no pude resistir el saber de la mezzosoprano. Coga moras. Guardaba en una cesta de mimbre y coma con ecunime paridad. Recogi con otro estribillo el ltimo puado, y rodete a la cabeza, y cesta a lo alto, volvi al caminillo. Cantaba alegre y lozana. Vesta faldn ancho de estar cocinando y salir a buscar los ltimos ingredientes. S porque me lo cant. Exultante y contagiosa, amasaba la harina de bellota mientras asaba un par de capones. Le dije que yo slo bebo, pero an as, trajin en la cocina como para regimiento. Esperaba visita, s. Juntan todas las hermanas y amigas pues en nada se desposa la moza y hoy le daban la fiesta. No ha de saber, pero ninguna cmo ella cocina y por narices horneara su propio pastel. Y le encargaron de riones, mas al desagradarle una miaja desde que cogi empacho, prefiri hacer de manzana verde y bayas. De manzana cida pondria para aliviar el vientre de unas cuantas constreidas, y de moras, con miel, tambin dejar alio para las ms lameruzas y golosas. Cosa de las que viniesen sera la bebida y el traer mozo, hombre!, que diese leccin y capricho antes de comprometerse de por vida. Y le trajeron, importado, un celta de ribera, bero declarado, que por nombre artstico luce Batamor de Sexi, aunque en la intimidad, gusta ser tratado por Marluxo o el Nano; le es lo mismo. Todo desparpajo es el galn y con ellas se hizo por ser se su oficio, aunque l, que ninguna se dejaba llamar a engao aun con sus almibaradas carantoas, era gente del camino. Un artista. Un embaucador, un falso de palabra y obra que supo alabar el gusto, y a cambio, mas derrengado para das, parti con recaudacin de turn. Y con l fui porque huelga negarme la vena acrbata. Tena carromato y compaa aguardndole. No haba lugareos por los alrededores al estar el resto de parentela de visita para no importunar en la despedida de soltera. Sin embargo temen. No es la primera vez que osan adentrarse en estas tierras de gira, cierto que tampoco es el ogro tan fiero cmo lo pintan, y pagan bien, pero novios y maridos celosos se dan en todos los pagos y no es raro encontrarse por sorpresa con una tormenta de garrotazos. No pareca que fuese a ser el caso, y en cuanto mont el hombre, arrearon las bestias. Es una truppe corta. Viaja con la mujer propia, que cubri el festorro masculino, con dos enanos ladrones y equilibristas, y un viejo que ofrece sus augures a quien tenga la desgracia de caerle al aliento. O sea, yo.
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Tontunas lo que me dijo. Tontunas. ... Que lo mo iba para largo y que cuidase en un viaje que pronto se me propondra. Y me pidi un cobre. Una moneda. Flipa t, cmo se parecen todos los mundos! Las Civilizaciones!! SHR de M

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03-14 La mtica Eirin es verde tal no se cansa el bardo en cantar. Suena virtuosa la gaita dando combate a ranas y sapos, y el breve momento estival es para recordar a los nietos. As me lo aconsejaron dos viejos, que sentados en un pequeo cercado, discutan la exactitud del tiempo. Uno no recordaba tamaa bonanza climtica en lo que l llevaba echado al mundo, el otro, por el contrario, recordaba, o quera recordar, que no ha ni cuatro lustros, all cuando le naciese la primera nieta, hubo un verano tan trrido que las vacas de motu propio se metieron a pastar en las algas de la bajamar. Sea como fuere, de ellos poca exactitud podra esperar, porque puestos conflictivos, hasta quisieron explicar el origen de unos cercanos tmulos, con patraas de un legendario reino fundado alrededor de una mesa redonda. Y en torno a ella los hombres ms notables de la era. Y el que ms, presidindola. No es la primera vez que escucho aunque yo al rumor le asign patria en la isla que se sabe al otro lado de la niebla. Al menos para negar todo mrito a dicha isla s se pusieron de acuerdo rpido los ancianos. No se llevan tan bien como cabra con los primos. Tienen rencillas en la unidad los celtas, rendijas en su estructura que ni las tseras sern laas. Y no es cosa slo de estos dos carcamales, en el poblado cercano que entr, me bast escupir en la direccin recomendada, para que se me recibiese con ms gaitas y charangas. Qu socorrido es un buen gargajo! Podra ser que Bestia haya perdido el viento del asunto? Sigue siendo objetivo encontrar representante u amo del planeta? SHR de M

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04-14 En una tranquila baha reunen, para disfrutar del esto, clanes de varias esquinas del continente, y pese a ser primos carnales, y hablar lenguas de un mismo tronco, no alcanzan forma de entenderse. No se ponen de acuerdo. A la capa de un sotobosque levantaron tienda de viaje lo menos la media docena de familias distintas. Y juntan por gusto propio, para poder pedirse organo por el da y devolverse los cacharros por la noche. Tal cual digo, s. Por el da fueron de un cordial ejemplar, rayano en el pasteleo, con el continuo ir y venir de los saludos. Ahora, caer el sol, y pimplarse unos cuantos canecos de cerveza brava, para que de un fuego a otro comenzasen a vocearse lindezas y menosprecios. Muy duro e in crescendo. Y antes de llegar a las manos, que se lleg de todas formas, los padres, los jefes de las respectivas casas, litigaron a voces y mamporro perdido la cuestin, y luego, a solas con los respectivos vstagos, tambin se tir de cincha para purgar las culpas propias. Gritos y lloros entretuvieron la noche, y eso s, aseguraron, en cuanto amanezca, y se hayan lavado las caras, muy fresquitos le entrarn a la maana con un Buenos das. Son muy raros los humanos, s. Son raritos de exhibir. SHR de M

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05-14 Celtas de interior, y primos de rivera, recalan en un punto franco que cubra el intercambio seguro. Trocan noticias y productos, tienden lazos sanguneos y as van y vienen las nuevas a familias y territorios. Hoy por hoy hay una relativa paz, pero a los de tierra adentro se les informa que altanean por la costa gentes que se creen ms civilizadas que nadie, y amenazan, en breve, remontar ros y veredas para meter a todos en cintura. Traern tarde o temprano una nueva forma de entender la vida y hacer la guerra. No es fresca del da, desde luego. Va creciendo el rumor, y hasta yo mismo, tengo ganas de conocer a esos fulanos. Y ellos, por lo pronto, se van haciendo idea del enemigo. SHR de M

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06-14 Parece que se hacen a todo. Pero es falso. Algunos no pueden. Muchos. Por esto o aquello quedan presos de alguna tara. Fsica o psquica. No hay individuo que no chochee, y el que no cojea renquea. Todos si al microscopio pongo la muestra. Hoy pas el da con un etrusco que afirmaba idolatrar a la mujer, y tras dar vida de purgatorio y puntilla de infierno, pretenda llevarla al cielo construyendo un monumento funerario. Malhombre, s. De buen grado cog el cabo de la historia por ser afn a la idiosincrasia del beodo, mas segn devanaba, llegu a la rpida conclusin de hallarme ante un ser realmente abyecto. Ovillo tambin de hombre, y supuestamente afectado, pensara Bestia que era sujeto adecuado al cual proponer negocio. Y no. No lo es. Desde luego que no. Ningn negocio a esta gentuza. Y con l permanec slo porque la justicia de un movimiento telrico nos confin en la cueva dnde mand excavar el santuario. A m a lo sumo unas horas me retendra, a l, ja, para la eternidad. Y suerte tiene el cabrn pues no lo tiene mal dispuesto al ser el lugar rplica de su propia casa. l era mercader de vinos, lo fue, y aunque muy tranquilo estuve en el emptico, tambin soy consciente de lo cerca que rond el no contarla. Y por ello sobrellev mejor el sustazo, el encierro y la compaa. Beb con l, mas no brind aunque copa me ofreci; vino, muy bueno, por cierto; muy digestivo. S, Bestia, s. Soy el observador. Dame si quieres miserias a escrutar, dame lodo, dame germen de cinaga que s que son y poco espero. Fjate si esperar poco, que hasta pienso aguardar al fin de la misin para dar dictamen. Ah!, y de ti detallado informe. No lo dudes. SHR de M

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07-14 Hoy acert con uno que asegur ser sabino y un gran mago. Falso. Tambin insinu ser de un oscuro linaje que le entroncaba con Delfos y Alejandra. Y, que fue lo que me gan, que tena tanto hambre, que si no pona pega con sumo agrado compartira mis barritas energticas. Obvio que no. No quise entender la sugerencia y desvi la conversacin pese a que demostr ser de arraigada casta de pedigeos. Construy el personaje con lo tomando de otras gentes del camino, en el vive, y trasegando tierras ajenas, se viste de mil oficios y afina el ingenio al punto! que slo con ver el envase, y el logotipo de la etiqueta de mis galletas, adivin lo que en las manos tena en el momento de encontrarnos. Todo un zorro. Jur que saba lo que era, dio fe a baba. Quiero creer que lo adivin por puro instinto. l insista, tal buen gorrn, que algn familiar o paisano mo, padrino que nos tercie, le regal alguna vez muestra. Y no cre, no!, hasta que sealando la bocamanga del emptico me la rese por prenda comn con mi supuesto compadre el generoso Con la salvedad, que el atuendo de nuestro comn pariente cambiaba los brillos! S, prefiero pensar en nueva coincidencia. Tanto observa uno, tanto observa, que a poco que se descuida pasa a sentirse observado. Y puede que lo sea. La nave es grande y mi laboratorio minsculo. Y mucho acceso restringido me canta Bestia. SHR de M

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01-15 Desfile. Carthago no admite sombra ni reproche, y ms que para ella, para Roma son los festejos. En hila, y de rabo a trompa asidos, lo menos los veinte ejemplares de elefante pasaron camino del circo para hacer sus moneras. Jirafas, leones, panteras, papiones. Aguilas de tal envergadura que guareceran de la lluvia. Y enormes hipoptamos de intimidantes colmillos. Y osos, y cocodrilos hasta hienas! No faltaron culebras siseantes que engalanasen a las bailarinas; que s, las hubo. Y bailarines, saltimbanquis y comefuegos. Y arqueros de diestro brazo que calientan cuerdas ensartando al vuelo las frutas y objetos que se prestan. E ingentes cantidades de soldados. Todo un derroche la exhibicin pues bien lejotes se pretende que llegue. No s las gentes ni comparsas que quedaban detrs de nosotros, y de las que por delante iban abriendo expectacin perd la cuenta. Bastante tuve con ocupar un carro y esperar a pleno sol que nos llegase el turno de arrear. Mi funcin era sencilla; de otro modo no hubiese aceptado el compromiso de ltima hora. Les faltaba quien sujetase las victorias de un jefazo y a m me vala la armadura y no puse pegas para subirme al carro. Siempre tuve curiosidad por desfilar ante multitud enardecida. Era ocasin nica para infiltrarse entre la masa sin peligro. Y, sin dudar, me lanc. Quien haya gozado por mritos propios mejor podr hablar que yo. A m no me abandon nunca la sensacin de saberme de rondn, y an as, palabra, subyuga y encoje la entraa el sentirse jaleado aunque uno no sepa el motivo. Embriaga el aliento de la multitud, y uno raudo recuerda porqu, y se entiende justo reconocido por derecho propio. Tal es el poder que atribuye el gento, que hasta el de ms nimio oficio se siente un prohombre, y mismamente, recoge la caca de un rinoceronte tras ejecutar mortal y medio. Jvenes y viejos colmaban de belleza las aceras, los nios rean, los casaderos tanteaban, y nadie dir tras los fastos que Roma no queda a las puertas. ...... Que se cuiden! SHR de M

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02-15 Bestia asegur que prometan, que los romanos salan en los pronsticos, pero al presentarnos en el sitio todo lo contrario era patente. Los galos sitiaban Roma y nadie quedaba para defenderla; ochenta viejos; ochenta tnicas blancas en ochenta sillas curules. Ochenta estatuas. Hasta a m me lo parecieron! Ochenta viejos decrpitos y orgullosos era la fuerza que opona Roma a la toma brbara. Ochenta muertos. Muy dignos, muy mayestticos, ni una ceja movieron cuando hasta ellos lleg la barahnda de alaridos y la presencia misma de los brbaros; muy fieros, llenos de pieles y ocres frente al hieratismo de los ancianos. Ochenta espectros, s. Igual que me pas a m, que los tom por esculturas palpitantes, hasta ellos llegaron los galos aguantando la respiracin al no saber si adscribirlos al reino de lo real o no, y al zarandear uno de estos la dignidad de un abuelo para comprobar, y responder ste a bastn la ofensa, se tiraron a destripar; tomando de la ciudad cunto quisieron; y pudieron encontrar. Roma arde. Por mucho que diga Bestia, no creo que esta gente sea simiente para un amo. SHR de M

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03-15 Me cre otra vez en Roma pero estaba en Veyes. En una sala oscura y llena de humo intrigaba lo mejorcito del patriciado romano. La hija del restaurador que preparaba el gape fue quien me puso al corriente mientras apartaba cacharros y fregaba platos. Es buena chica. Y muy lista. Ella est en que Pirro no es imbcil y no le va a pedir la Luna a Roma. Quiere Tarento. Le parece tan patente que as lo manifest ante los prceres al paso de servir la tajada, y aunque cierto, el padre, y hostelero, le mand a la cocina, y en cuanto acabase de fregar, a casa. Y no quej. Con ella march, y de camino, par para recoger arcilla fina en una ladera; el barro era para la madre que es artista; modela y cuece dioses al gusto local. Bueno, toda la familia se me hizo excepcional. Tambin tiene hermano que pinta, unos mellizos que son msicos, y cuatro an pberes que estn pendientes de definir a los nmenes. Y el abuelo, que se demostr rapsoda. A su voz atendieron todos y escuchamos durante la tarde unos versos del asedio a Illin. Y se qued en lo ms interesante del relato pues justo entr al tiempo el padre en la casa; con tres intrigantes. Entonces, los recin llegados, tomando la oratoria instaron al viejo poeta para que acuda al foro. Rogaban que vuelva a la luz pblica y anime al pueblo romano a retomar las riendas de su destino. Toda la familia escuchaba al no tener secretos. El viejo Appio Claudio pidi tiempo para pensrselo, y tras abandonar con gran respeto la casa, y el yerno unirse al corro, se prosigui con Homero. No te puedo negar, Bestia, que alguna virtud tengan. Pero... los romanos? ... Siempre estn en las ltimas. SHR de M

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04-15 Una banda de sinvergenzas acecha una guarnicin romana fronteriza; mientras no junten suficientes, se conforman con observar y tomar nota de lo que hagan los romanos invasores. Mal lo tendr la Loba si reunen elementos suficientes, aunque sopesando la catadura y vibraciones que va emptico me transmiten estos mos, tampoco me extraara nada que se llevasen un capazo de hostias bien dadas. O incluso que les deserte la juventud al sentirse engaados. Se les prometi vivir la experiencia de batirse con la muerte y pasar a filo todo romano que respire, mas hasta el momento slo sirvieron de mandaderos a los veteranos. Catacaldos y Melkaro son muchachos comedidos, Fanzabrio no, Ay Fanzabrio!, l es el temperamental del grupo y en el fregar de los cacharros hasta entiende cachondeo. Queja, s, y an as, al igual que los otros dos, est dispuesto a pagar las novatadas que sean con tal de correr fama junto a tan notorios vejestorios. Y, obvio, servir a la causa celta que pregonan. SHR de M

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05-15 Pese a lo que digan los nmeros a m me siguen sin parecer. Roma creci, s, debo admitir. Dnde no llegan sus voces llegan sus legiones y a da de hoy las encontr bien lejos. En Numancia. La sitian. Por lo visto los dos ltimos aos dirigi sin acierto el cerco un tal Lenate. A ste le sucedi una mediocritud mayor que atenda por Mancilio, al cual, sorprendiendo, le corrieron los indgenas hasta encajonar en las defensas que dejasen hechas los propios romanos diecisis aos atrs. Sin embargo, no todos los numantinos celebran la victoria al ser muchos los conscientes del somero alivio. Brante as lo entiende. A la vista tena la ciudad y sus defensas. Y los baluartes que abandonaron los romanos. Pero su mirar era torvo. Hay quien confa en la mediacin de un tal Graco al que se supone de palabra. Pero son pocos. Brante cree en el Hombre mas no cree en Roma. Me pregunt, al entenderme dispuesto a la charla profunda, si habra algo en la Vida que no pudiese morir. Lo deca por Roma, aunque tan amplias eran las palabras que resquicio dejaban para la conversacin sincera. E inquiri en alto al viento por el futuro. Y poco responde ste. Bestia podr propugnar lo que quiera, y el hombre este llorarlo, mas no entiendo yo cabeza de Humanidad a los romanos. Vamos, ni cabeza de su casa. SHR de M

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06-15 Roma, otra vez Y sta, pura anarqua. Me tuve que calzar la capucha del emptico porque sin Sol no parece conveniente pasear las calles; a garrote desnudo corren las sombras. Por suerte una litera llevaba escolta armada. Transportaban a un gordo comadreja que atenda al requerimiento del amo; otro caalla mayor que se daba a recibir las visitas, fustigando por puro placer, a una esclava nubia. Varios personajes congregaban en el sitio. Debieron hacer noche y uno de ellos desde el quicio se despeda, alegaba una fuerte migraa para no quedar ms. Y pese a decirme el emptico que era cierto, no menos verdico que abandonaba la reunin por el mal halo del tabernculo. La rancia corruptela era palpable. Ido aqul, el cabecilla, que llama Catilina, llev al triclinium al nuevo invitado y sigui desarrollando el plan previo. Piensa, fabulaba con los presentes, matar a los cnsules electos y as hacerse en el vaco de poder con las riendas de la Repblica. Es momento. Y rean los adlteres el golpe de mano. En la pose les dej y fui a saber de la mujer que viese recibiendo tunda. Postrada en un camastro aliviaba las heridas el marido. Al pie del jergn una nia, que de no tener ojos sera carboncillo, rechinaba los dientes. Era un moco de cra, una esculida niita que por arma blandira la lengua en su venganza. Habla latn! Comparte arena de juegos con otra hija de esclava vecina que atiende a un joven patricio. Pulcro, de nombre y aspecto, se encargara, sin duda, de sacar provecho a la informacin cruzada por las nias. El tal Pulcro poquito tard en redactar reporte de lo que llegaba va su infantil espa y despach correo con la lista de comensales. Con el mensajero acert paso, y pese a que iba armado, en las arcadas de un esquinazo le echaron mano al cuello metindolo para la oscuridad del callejn. Sea el contraespionaje, fuese un burdo robo, el caso que le silenciaron para darme ms hilo. En el suelo las huellas de bandido guiaban hasta el transtiber, mas all moran en un charco grasiento. Y me cogi el Sol intentando encontrar ovillo. Se ech al camino la gente con sus cestos, y asuntos, borrando del piso cualquier posible impronta. Y yo, perdido, me di a visitar Roma. Y no est mal. Sus barrios buenos, sus barrios malos. Sus ciudadanos pululando entre el paso largo y el trote. Y mucha ruina. Bulle la urbe a previo y se percibe la tensin. SHR de M
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07-15 No va desencaminada Bestia, no. Ni yo. Roma, todopoderosa a estas alturas que parece, se presenta al ocaso en pleno esplendor. Su ms glorioso hijo, su ms querido general, llev la sandalia romana hasta el Oriente y ahora se revuelve contra la patria. Por amor, suspiran los soldados con los que compart hoguera, por amor, respingaban, a la propia patria y a Cleopatra. Roma est perdida, s. Muy fcil les resultara volver a casa aprovechando la revuelta que vive el agro, mas siendo guerreros sestean el invierno en Patras. Muy convencidos estn del paseo al contar con la simpata del populacho y el apoyo econmico de los reinos de Oriente Doscientas galeras arma la reina del Nilo! Y en frente, equivocados al criterio de los mos, las huestes de Octaviano se empecinan en plantear trabas; que no son. Al igual que la soldadesca opinan sus centuriones y generales. En una tienda bien dispuesta confeccionaban lista de los enemigos de Roma a los cuales habr que pasar por el filo del pilum. Y no estando presente el mximo responsable, el loado Marco Antonio, llevaban a su encono privado los sospechosos de traicin. Y son muchos. Parecen dispuestos a vaciar el Senado y reemplazar con camarilla de crtera. Beben a la griega por orientalizados, y por las mismas, se piensa hacer justicia con estilo y propusieron asar una vaca y su ternero; y al granjero que los cri y escondi al ejrcito. A los gritos del hombre que socarraba por fin compareci el jefe supremo de la hueste vistiendo liviana tnica, y comprobando que los suyos eran los artfices de la macabra ocurrencia, retorn al lecho junto a su reina. Y con lgrimas en los ojos. Roma no sabe la que le espera! Marco Antonio, s. SHR de M

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01-16 Fuerte le da a Bestia y me volvi a dejar en Roma capital. Est algo cambiada, aunque con su constante sello decrpito. S, venci Octaviano contra pronstico mo. Y del embate sali crecida la Loba. Se me cont que a la muerte se jactaba Augusto de dejar a los hijos una Roma marmrea habindola encontrado de adobe. Y lo que realmente leg fue una mierda envuelta en toga, un sucesor dspota, Tiberio, que tambin se encarg de chafar al favorito de la plebe; un tal Germnico. Ahora ocupa el trono otra bestia de peor calaa y mayor poder, ambicin y locura. Calgula, crecido entre las legiones, lleg a ser tan querido, o ms, que el propio Germnico, mas tras unas fiebres que le tuvieron a un paso del sarcfago recuper con bros estrafalarios. Yo mismo le vi desafiar a su caballo a una carrera Y jugarse otro consulado! Y lo peor, no cumplir con lo apostado y negarle ttulo completo al equino. Nadie en palacio quiere ver la demencia del cesar. Y peor son los locos que a la vera le hacen corte. No debe haber da que alguno no caiga en desgracia, y as tambin presenci como otro, por jalear disimuladamente al caballo, fue atado por las extremidades a cuatro carros y desmembrado al chasqueo de la lengua; y ni disfrutarlo el baranda, pues una vez dadas las instrucciones se enfang con otro asunto. Conmigo. S. De pronto cay en mi presencia y mand prenderme sin dar ms explicaciones. Yo bajo con el traje reglamentario de explorador, mas desconociendo la controversia que generar en el sujeto, prefer apretar el paso y no darme por aludido. Y acab corriendo. En el primer esquinazo me desprend de la toga que me haba agenciado y me cal la capucha del emptico. Una vez despistados, deshice los pasos volviendo a la sala regia. Calgula haba despachado a todos y consigo mismo parloteaba en un balcn. Estuve tentado, slo por gustar la sensacin, de sentarme en el trono del Imperio. Y menos mal que no hice, pues, picado de tabardillo, Calgula salt contra el sitial, y a pual limpio, hizo saja entre los cojines y fantasmas que le pugnan el puesto. Est el hombre de lobotomizar! Y no hay quin le diga. Bestia, yo s te voy a decir: no das una, majo. Ni una. Mira que te digo que estn locos los romanos! SHR de M

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02-16 Pese a que abrigase a la brbara, el romano que encontr maldeca la blancura de la nieve, aunque, al momento, se retractaba de lo dicho y mentaba en alto la pelambre de su general rogando mil venturas al color. Un sabio el emperador, un Dios para este hombre pues de l recibi un despacho secreto para el Senado. Por celoso de su empeo salt varias postas reventando el caballo. En el bosque finalizaba su misin. An as, seguro que la nueva llegara al no ser el nico mensajero lanzado. Bueno, y ni era el mensaje tan confidencial porque en l se confirmaba la victoria de las legiones y la puesta al da de la Pax Romana. Marco Aurelio lo consigui con sus sienes nevadas y de ah que se desdijese de improperios y maldiciones. Bendita nieve. Y ni encontrando huellas de hueste brbara volvi a jurar, prefiri no dilapidar en vahos y corri a ocultarse en el bosque. Rehuy de un par de humos que pregonaban hogar, continu caminando hasta que consciente de la inminente retirada del Sol prefiri asaltar una cabaa apartada a congelarse. Violent la puerta y tom sin esfuerzo la vivienda. Un nico muerto hizo, y fue, segn quiso justificarse, por no quedarle ms remedio. Y no debi pensar lo mismo la mujer a la cual dejaba hurfana de padre para el hijo que preaba. Intent tranquilizar a la viuda diciendo que quedaramos lo imprescindible, y dando muestra de no pretender hacer ms dao, tom algo de pan de la mesa y prosigui con la parrafada que dejase inconclusa por las huellas. Marco Aurelio! s. Pocas eran las estatuas a la boca. No slo las mereca por sus victorias y obras. Y por su gobierno. Razn sobrada le parecan al sujeto unos cuantos pergaminos enrollados. Meditaciones. No dijo cmo llegaron a su mano los legajos, pero juraba ser primeras copias de los mismos originales del emperador. Seran algo as como un compendio de vacuidades, pues pese a referrseme apndices de sabidura a seguir, l no atenda ninguno. Mat a la mujer, s. Acab matndola antes de proseguir camino, y buscando desorientar, peg fuego a la choza no sin antes disimular nuestro paso. En m no podr borrar la estancia, mal cuerpo me qued tras presenciar el degollar traidor. Y no continu con l. Y suerte tuvo que mientras esperase la llamada de Bestia no se presentase ningn lugareo en el sitio; porque hubiese delatado al romano al instante y sin comezn. Dicen, dicen, dicen pero no cambian. SHR de M
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03-16 Primavera. Doce de abril si al cmputo romano me atuviese. Corra el aire y las legiones vestan de largo lo fresquita que levantaba la maana; y por portar bajo las capas coles y lombardas pochas. Se senta fuerte la soldadesca y pretendan sabotear la presentacin del nuevo mandams. Eso me coment el vinatero que desde temprano andaba entibiando el nimo de los presentes. Y vacas las tinajas y hecho el jornal, tir de botella privada para celebrar antes de ir a casa. Rondando quedara de todas formas para ver si se llenaba la tarima de oradores al efecto. Se deca que no. Y tambin que s. Y sali que s. Se present el nuevo jefe del Imperio como Marco Clodio Tcito, y tras pitorrearse de l todo lo que quisieron, se le lapido con el arreglo podrido de una olla de verduras gigante. Lo menos la tonelada le llovi encima, y feneci, digamos, a la hortelana. Y no ro, que no tiene gracia. Parece Bestia emperrada en conseguir trato con los romanos pese a lo que diga yo; que al respecto, tengo la firma. Y no. Ni de coa. Ya puedes ir pensando, Bestia, en otros fulanos. SHR de M

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04-16 Se vea venir. ... Vale, lo llevo diciendo una semana, pero el ocaso de Roma estaba cantado. La capital del Imperio bascul al extremo oriental del Mediterrneo. Sobre el Bsforo. All levant muros Nueva Roma aunque todo el mundo llama al enclave Constantinopla. Y cimientos de metrpoli gasta. Buenas leyes, y tolerancia, cubrieron aguas acogiendo la ciudad a toda contingencia humana y religin. Da gusto pasear sus calles. Andando, andando, que todo camino lleva a palacio, acab en la puerta del mismo; e invitado a entrar y presentarme al jefe. Abierta tiene la casa Constantino a cualquier embajada y por eso se me condujo a una sala de espera bastante concurrida. De las tres esquinas del mundo le llegan emisarios al emperador para atender cuestiones transcendentes. Yo, al no tener asunto que plantear, les deb parecer de un interesante sospechoso y me recondujeron a otra estancia ms exclusiva. All aguard dos horas y media hasta que fui conducido a una habitacin mucho ms sobria. Se me ofert todo un ropero por si quera cuadrarme el aspecto, y rehusando, sin ms, me pasaron a la antecmara del trono. Y no. No compareci Constantino; pero oa las voces al otro lado de una puerta; los gritos iban para un embajador de Mogador por algo relacionado con el escaqueo de unos tributos; lejano el pleito, y los ecos, y no pude concretar ms. Justo cuando me dispona a pegar la oreja a la puerta, entr un ayudante del emperador para entrevistarme. Una mujer. Terriblemente neutra. Desquiciantemente... familiar. No obr sobre ella el emptico facilitndome sensacin alguna que pudiese orientarme en la conversacin. Balbuciente, dudando la fuerza de mis palabras, me declar peregrino de un nuevo culto. Me present anacoreta en trnsito embelasado por su ciudad. Y ri. Ratn. Ri mucho y dulce, trayndome recuerdos bien gratos que me atraparon el parpadeo. Y aqu despert. Junto a Bestia. A veces... no s... S. Puede que sean paranoias mas. SHR de M
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05-16 Mueven los brbaros. Constantinopla bastante tiene con consolidarse y a la buena del gallo se abandona el primitivo Imperium. Toda Europa Occidental tirita. De las lindes de Germana se desprenden jutos, suevos, francos, alanos, godos y visigodos; y algunos ms. Todos pueblos muy dinmicos que raudo tomaron la ocasin y se expanden sin traba por el continente. En Worms, un remoto enclave en el corazn brbaro, de momento los representantes de los pueblos antes citados reunen para ultimar los tratos de la prxima hornada que parta. No quieren darse batalla lejos de casa y en un burdo mapa planteaban las pretensiones; repartirse lo que conocen del mundo. Muy reido ser el asunto pues todos buscan el Sur, y barruntando que al final harn de su viaje antojo, desist de perder ms tiempo al reconocerlos mera asamblea consultiva. Cerca, hay un arrabal donde juntan tambin las lacras de estas castas y pueblos. Lo peorcito. Como algo de sol entraba entre el follaje, y tenan a una bruja leyendo los fondos de un puchero, y me conozco, tend la oreja para cazar cualquier noticia o buenaventura. La gente consulta mucho. Parten todos a la vez y quieren saber lo que aguarda en la otra punta del camino. Para algunos s sabe la bruja lo que hay y refiere cuanto ve, bien sea que se abre fosa de entierro al viajero, bien que encuentra tierra feraz y olvidada de seor. A algunos no ve futuro y recomienda no viajar. A otros, por serle incluso a ella velado el destino del sueo, prefiere callar y devolver el dinero. Hasta yo me prest al juego consultando varias cosas en lo hondo del caldero. Y no. No es que crea en mancia alguna. Ni patrn o advocacin, o deidad en toda regla, me tiene en el panten de devotos. Soy de cosmogona pobre. Yo observo. En mi planeta tambin se recurre a personajes bastante equiparables que dan explicacin a las dudas. Yo crec entre gente de fe y aprend a respetar. Y saber que cundo inquieren, cundo se agitan y rebuscan, cundo elevan los ojos a instancias superiores, es sntoma inequvoco de ser el momento trance. De estar pasndolas putas. Vaya cuadrilla fina me va a suceder a los romanos! SHR de M

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06-16 Diluida la Lex Romana por inoperante en el antiguo Occidente, rebrota el sustrato aborigen. Un potentado, de la vieja sociedad patricia de Emrita Augusta, va a contraer nuevas nupcias, y de su cuenta corri el lavado de cara que se le peg al circo. Se apa la arena para recibir nueva pelea de gladiadores Despus de lo llovido! Las gradas rebosaban, y tambin se buscara beneficio dando tiempo a que abran los estmagos y demanden estos gasto. No es tonto, no, pero su punto romntico reivindica el empresario al traer para festejar los esponsales lo ms curtido y selecto del mundo conocido. Treinta y dos energmenos de aviesa mirada pretendan la bolsa del premio. Por los dispares acentos situ sus palestras en los extremos de esta misma pennsula. No tienen que ser de mucho ms lejos al enterarse poniendo odo del torneo que se organizaba por cuenta de Primo Calaetio. Y de considerar sera la bolsa al no intentar entre ellos siquiera trabar gruido. Se miraban enseando los dientes. Entendan competencia. Desgraciadamente, el emptico es de un refinado que nada puede hacer contra un primitivo filo bien esmerilado, o una simple punta engarzada a un palo. A salvo se me dice que estoy de extremos trmicos, impactos balsticos ultrasnicos y cualquier tipo de radiacin de las que almacena Bestia datos. Y mil prodigios ms. Pero un buen hachazo, o un chuzazo a mano llena, que no dude nadie del descalabro que sera creerse invulnerable. Tanta tecnologa para nada. Algunos de ellos llevan lo que entendern coraza, aunque si la cuestin es matar, por lo que les llevo estudiado, la cosa es de ir ligerito y arrear el primero. Ah, y cuidado porque mueren matando. Yo, cundo percib que me entendan trigsimo tercero, me desligu de la creencia saliendo del vestuario y yendo a tomar sitio. ... Ja. Sent casi en barrera, y fue ver el primer mandoblazo, y el brotar la sangre a presin, y unos rer, y otros aullar, y aplaudir, para ponrseme los estmagos de parto y alumbrar la ltima cena que hice previa al embarque. Todo. Y encima, que es a lo que iba, uno al que le quedaban media docena de pasos de vida, no ms, los gast cogiendo carrerilla y lanzando al pblico el venablo. Por qu? No s. Son raros. Son tiempos extraos.
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O puede que hasta se haya hecho costumbre. SHR de M

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07-16

Cuesta poco cambiar la advocacin de un altar, si el ara se halla en enclave privilegiado. Vestigios romanos, griegos, fenicios, y ms antiguos, encontr. Y del culto a la cruz ni mencionar pues abundan por doquier; es la religin del momento. An as, la pareja de abuelos que arrodillaba en el acantilado no rezaba a ninguna entelequia superior, invocaban a la Ley Natural para que un justo rayo les dejase a los dos muertecitos en el sitio sin tardar. A la anciana le quedaba poco fuelle al haber alumbrado diz veces y estar el cabo de su vela muy gastado. El vejete, por contra, tuvo buena vida con tanta progenie, y mecha le quedaba para disfrutar unos cuantos aos ms. Y en la plegaria dej inmersos. No muy lejos un par de cabaas echaban humo. Una estaba vaca aunque dispuesta para acoger a los ancianos de no acudir hoy tampoco las nubes. Y en la otra, la esclava que los atenda y un rapaz medio silvestre que apacenta el ganado y mantiene alejados con la honda a los lobos. Y tiene muchos pretendientes la granja. La misma legin de hijos y nietos babea la parcela. Aunque por el momento para ninguno ser al retornar al fuego el abuelo frotndose las manos, y murmurando, que el trabajo estaba hecho. Con la joven, y el muchacho que es hijo natural de ambos, va a dilapidar el capital ahorrado junto a la pa esposa. SHR de M

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01-17 Mucho bueno habr hecho Roma que no se puede negar. Bueno y malo. Y regular. Ahora, lo que s parece costumbre, es que tras cada momento de gloria que haya tenido, en la cada, en la debilidad, le lloviesen con saa los palos. E, invariablemente, all tambin estaba yo para ser testigo y cantar el ocaso. Hoy no ser as. Bueno, s lo fue. Roma arde por los cuatro costados y a la puerta tiene banda de godos aporreando. Pero, cuasi dignos, algunos ciudadanos no rehuyeron la defensa y apelan al buen criterio y al Valor. Enarbolan todo lo digno que haya podido alumbrar Roma para hacer la guerra a la sombra que remont el Tber. Y pocos oyen. Se escabulle la gente a las catacumbas y se confa en los laberintos. Pese a ser los humanos de costumbres diurnas, desarrollaron los romanos una asombrosa facilidad para desenvolverse entre antorchas o en la ms absoluta tiniebla. Tontamente casi voy de cabeza a una cloaca, cosa que no sucedi gracias a la intervencin de una anciana que parece ama de llaves del inframundo. Virgiliana anda despacio y no altera el polvo de los osarios, se santigua a cada paso y con el dedo seco invita a imitar y proseguir. No habla. Susurra. As fui tras ella sin pedir explicacin, me llev a una pequea cmara y sugiri que tomase acomodo y algn caldo. Y tom, aunque un caldo del tiempo con el que por desgracia se tena intencin de oficiar una misa. Inapropiado lo mio, s. Intent disculparme por la torpeza, pero no hizo falta, un adelantado de la confesin que me cobijaba, Cristianos, consider mayor honor el haber paliado mi sed, y mejor le supo eso, asegur, que el cerrar la Comunin con su Dios al uso habitual. Virgiliana murmur la ocurrencia y desapareci persignndose la hereja. El hombre llama Dimas y est orgulloso. Antes de hacerse cristiano llevaba el nombre de Seisdedos; todo un tahr se describi sin reparos. Le ape de todo descarro una joven romana bautizada Susana. l era de sangre sajona y de ah que tampoco tuviese mucho miedo por lo que aguarda a las puertas de Roma. Conserva el guardarropa de sus tiempos mozos, y sin esfuerzo era capaz de jurar tal lombardo o burguindio. Mas eligi el buen camino y esperaba que escampase la revuelta. Precisamente de este sujeto, renegado de su pueblo, renegado de credo, renegado de s mismo, fue de cuyos nicos labios escuch palabra sincera de buen amor a Roma. Y a sus gentes. Tambin las llora. SHR de M
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02-17 Al ojo de un huracn domstico me lanz Bestia; en Nistal; una pequea aldea cercana a Augustbriga. Tom consciencia en medio de una batalla campal pequea contienda. Miembros de tres familias distintas se trataban a mamporros por algo que no llegu a dilucidar. Dos de las familias venan coaligadas perteneciendo a un lejano sustrato comn, frente a la tercera, por decirlo de alguna forma, la autctona, que era de neto origen romanorum y por lo tanto desligada de las otras dos. El asunto era cosa de chiquillos y los padres no queran entrar al trapo. Pero entrarn si se descuidan. Es la convivencia delicada y tampoco entre suevos y vndalos hacen buen matrimonio. Todo esto sonsaqu a un viejo que vigilaba la limpieza de la trifulca sin necesidad de requerirle informacin. El hombre es de sangre de jueces y por ello a l se recurre, para no enturbiar ms las razones que originaron la disputa. Dura es la tierra y bastantes impertinencias plantea la climatologa. Cundo la mocedad se desfog, y se consigui que las bravas aguas remansasen, acab dictando sentencia. Justo debi ser y nadie tosi la decisin, se disolvi la parranda y el hombre pudo volver a tomar lecho junto al fuego. Casualidad fue que disemos con l, va camino de Braga para intervenir en un pleito serio que le reclama jurisconsulto. Esto, eran menudencias. Para mitigarle los rigores del viaje lleva ayuda, dos novicios de la jurisprudencia que por gusto propio, y a sueldo de buenos consejos, le mullen la cama o acarrean lea y preparan las viandas. Doran en espetones de encina la abundante tripa curada que les dejaron, dando gracias, por haber mediado para bien en el pleito reciente. Huele el campo a porcina confianza pese a transitar tierras abigarradas. No temen que se les ataque pues la gente est deseosa de justicia y bien se les acoge por dispensadores. Y, s, por no llevar un cobre al costal. El viejo llama Cornelius y los pasantes Eferico y Justino Nono. SHR de M

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03-17 Haciendo su rey Por qu no habran de hacer ellos? La reina Clotilde sufri un marido canalla. Excusa gener para que el resto de gaanes que hacen Corte dispensen trato parejo a sus respectivas esposas; entre otras humillaciones, palizas sin ton ni son, son de uso corriente. Y de quedar en casa todo aunque los gritos atraviesen las paredes. Una vergenza lo encontrado. Cmo no sern las tundas! que una pobre mujer ocultaba la cara entre las manos, y quebrada a puro hipo, lloriqueaba que algo habra hecho para que el marido la pusiese as. Pero no recordaba. No recordaba! ... coitada. Le pitaban los odos y media cara tumefacta le obligaba a arrastrar la mayora de las slabas. Y babearlas. Me encorajino slo al recordar. Segn iba entretelando cosas not crecer en m la ira. Y ya cuando cont lo de patearle escaleras abajo desde la torre, y embarazada de siete meses, me subieron bilis saboreando la hiel. Es normal llevando el emptico? Sinceramente, no s a lo que iba dispuesto, porque aun furibundo, reconozco las limitaciones que tengo por contrato. Eso s, un par de sopapos no se los quitaba nadie al gach. Y as fue, y algo ms, pues por si acaso tuviese tambin intencin el esposo de atar de manos y pies, y arrojar a las alimaas del bosque, los hermanos y unos amigos de la dama se adelantaron al movimiento, de l y mo, y le dieron tal paliza al desgraciado que ni fuerzas para arrastrarse le quedaban. Hecho guiapo sanguinolento fue arrojado por la baranda del campanario. Dnde qued colgando del cuello para aviso a maltratadores. SHR de M

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04-17 Esplendor y ocaso se juntan en un filo. Y que es punta se deduce observando ciertos parmetros de cuestionable valor; adelanto, s. Hoy asist a un festorro de crpulas. Junta cerca de Touluse una camarilla que en tiempos no muy pretritos bog en embarcacin pirata; aunque al corriente reposan cuadernas y botas; y hasta se dieron a la progenie y cultivar el huerto. Pero, cada equis tiempo, acuden a la demanda de una nota y se desmadran una semana. Son ricos y respetados. Cabales a la palabra. Y cada vez quedan menos. Y no por morir. Van mezclando con el sustrato local. Y en peor momento imposible. Vamos, en mejor. Corre el lujo a raudales y vuelven a estar a su alcance los bienes ms exticos. Seda y opio quedan a mano de unos pocos, y por suerte, ellos, ren la exclusividad; y los contactos que siguen teniendo en la vieja Marsella. Martn, el Bocacerrojo, organizador del contubernio, me present uno a uno a los muchachos por el nombre de guerra, y a m, a ellos, me introdujo hijo de un compinche intimsimo que dijo sonarle mi cara! Inexistentes los aranceles prohibitivos de otros tiempos, vinos de la cercana Hispania, lotos del inmemorial Egipto, mbar del Bltico se transformaba en humo, se gastaba a modo y sin preocupar en una juerga tal pocas tenga vistas. De cualquier parte del mundo se consuma hasta el hartn. Y no van teniendo aos. Se arropan de viejas glorias a la espera de algo nuevo. De algo que est por suceder y que rumian desconcertante en la ebriedad. Ah, y quisiera plantear a este respecto una pregunta de la cual espero pronta respuesta. Por qu, s, por qu hace una eternidad que no visitamos el lejano Oriente. Por qu? Acaso all no puede haber gente solvente que nos resuelva la papeleta? ... pregunto. SHR de M

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05-17 Volva el barco de tierra de hunos, y, a la vista del embudo que es Bizancio, pareca la dotacin dulcificar el semblante y abrir ceo. Y musitar. Lo pasaron tan mal que ni queran recordar. Slo pensaban en dar amura a tierra y saltar la borda; eso la marinera. Los tres pasajeros que fletaron el cascarn discutan, a ojo del estrecho, lo ms conveniente para la empresa montada; a gasto comn realizaron el viaje, aunque apartado privado llevaron los tres, y as, uno, tratante de maderas, no dej de escrutar los beneficios forestales. Otro, estando especializado en pieles, fij su atencin en todo bicho que a la carrera, o curtido, les cruzase la senda. Y el tercero, afamado platero, siempre barre para casa. Pues bien, no encontraban acuerdo, no. Un grumete de un cejazo me describi la situacin como tpica de seoritingos bizantinos; muestra inequvoca del prximo punto de atraque. Al rogar se diese a explayar, destrip el ejemplo comentando que el tratante de maderas consideraba baldo el sitio visitado, erial, pues las mismas masas brutas que constat, o las piezas trabajadas cadas al uso, nada de especial tenan al crecer igualmente cerca de casa. El peletero, gran cazador, por el contrario entenda la zona visitada granja salvaje y propona hacer breve aguada y volver a explorar sin dudarlo ms. Y el que quedaba, y no en discordia al tampoco plantearse concordia alguna, afirmaba desganado que no era momento ni exista razn. Los tres, se me dijo, hacan un buen trptico de lo que me esperaba en Bizancio. Y antes que aguantar conversacin de besugos, salt a unas chalupas que nos rozaron la borda y que todo el aparejo aireaban de ir a coger atunes. Al menos la gente cantaba lo buena y tranquila que estaba la mar si el negocio que perfila es el bonito. E iban. Me acord de Silbert. Cuando tras mucho cantar y sudar, y rer y beber, subi la almadraba, y los atunes, an tranquilos, corran las someras aguas, me descubr a m mismo riendo tal cro la experiencia. Y recordando la que tuviera con el fenicio. Si aquellos ejemplares se me hicieron gigantes por viejos y cebados, estos, dos en concreto, quiz por vivir de ordinario libres en el Mediterrneo, o ms all, daran en la romana la tonelada holgada. Seis hombres, y conmigo siete, aunamos fuerzas para tirar del pincho e izar a la nave. Y ojo al coletazo! Los pescadores y los aparejos, los barcos, la mar, ti del rojo de los atunes. Eso no le gustara al viejo tiriota, y en la duda, me encontr en puerto y amarrado junto a los mercaderes, que, eso tambin, todava seguan a lo suyo.
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06-17 Bien hozado no est tan mal Bizancio; ni sus gentes. Rascando debajo, a piel de entraa, juntan y gastan en vicios sin reparar en precios o palabras. Basta que una mujer baile los siete velos, o un joven haga equilibrios sobre un alfanje, para que ran y redistribuyan a manos llenas lo que acuan en sus tierras de origen. Y as tambin se les hace sentir de aqu. Y ser. De Oriente y Occidente se conocen las depravaciones y no hay quien no encuentre su Infierno particular. Y yo el mo, pues obvio que de tarde en tarde lo busco. Aunque no dir palabra hasta recuperar la informacin del emptico y quiz recordar lo que fue. SHR de M

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07-17 El desierto es tan basto que basta un hombre para llenarlo. Y si lleva camello se presenta multitud. Kael es un hombre azul, un beduino, y antes de romper a hablar me escrut desde lo hondo de su turbante. Deba sopesar si era espejismo, y convencido de mi materialidad, tras un breve saludo, sigui caminando por la sombra del camello. Parco de gestos, pues apretaba el Sol, cundo crey oportuno, sali del sendero que iba abriendo y levant el toldo; entonces s mostr la legendaria hospitalidad tratndome a cuerpo de rey. Parece increble que en tan agreste paraje sepa a gloria una mera infusin. Arte lleva el preparado, desde luego. Se escancia de la tetera al vaso y desde la altura del hombro. Y para comer dtiles extradulces de las palmeras de su oasis. Y queso de cabra. Y un poco de cecina de vaca que se le antoja capricho, y habiendo vendido a buen precio los camellos en el zoco, compr. Y me ofreca el tesoro. Si soy sincero, debo admitir que no tom bocado por no tener en conciencia que ofrecer mis provisiones energticas. No se ofendi al ser abierto y no extraar las rarezas. Mismamente l y su familia no comen cerdo ni beben alcohol. La mujer y los nios porque se adscribieron a una corriente filosfica-religiosa que promulga la abstinencia a tales pecados, y l, libre que es para creer y dejar creer, porque mal soportan estos calores los cerdos y sus derivados; y con el alcohol sucede otrotanto, que no es aconsejable andar borracho a 50 grados. Son gente errante y ancho es el desierto. La poblacin ms cercana dista tres das en camello y all juntan y cambian nuevas, por lo tanto, me pregunt a ojo con un silencio, de dnde era yo y a dnde iba. Quin era. No quise mentir y call tal calla el desierto a la hora del sopor. SHR de M

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01-18 Awisari es una poblacin costera quisquillosa con sus libertades. Y pocas tienen al ceir desierto y mar sus fronteras; el enclave es acantilado de nidos ms que colgadero de casas. Sin embargo, existe desde tiempos remotos y otro tanto tienen in mente sus habitantes que perdure. Resisten desde hace meses en un angosto faralln que mejor defensa que la natural no pudieron echar. Inexpugnable salvo que salte desde dentro. Y todo puede pasar, pues quien reconvena a la rendicin era considerado hombre de honor por no pocos de los residentes. La cuestin es que Awisari no puede vivir al margen del Islam que le rodea, y de no abjurar del libertinaje y despiporre que se le sabe por puerto franco, tendrn, tal que estn, que entregarse a la autarqua. Y nueva frontera les imponan al pie! Mucho se lleva debatiendo, y supongo, que mientras provisiones tengan, mucho se rebatir. Los awiseos puros nunca debieron existir al ser compendio de mil tierras y diez mil cruces de piel. Llevan siglos reculando de toda adscripcin confesional, y visto est, es momento de filiarse. El mundo lo lleva haciendo desde que lo observo, y tonto y nimio, y absolutamente asumible, entiendo el cambio imperativo. Pero no debe ser. No le puse mucha atencin a la idiosincrasia religiosa por disoluta en lo comn y en el subconsciente colectivo. Ya me puso sobre alerta la virulencia cristiana, aunque por revestirse con piel de cordero no niego que casi me la pegan. Y esta otra no digo que sea muy distinta! No, no me parece inteligente calibrar la Vida con plantilla Ultraterrena. SHR de M

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02-18 Al Ibn Alibai trabajaba el mimbre como nadie en Bagdad, hasta que un caballo, del capitn de la guardia de palacio, le propin una coz que le salt la tapa de los sesos. Bobo de lengua colgandera deshoja los das en una silla de sus tiempos mozos. Le cuida su nico hijo, Mohamed, quien, por tener mala mano para domar juncos, malvendi el puesto en el zoco y tuvo que sacar adelante la situacin dndose al robo discreto, mas cogido en bolsillo ajeno, perdi la extremidad ducha y pas a sestear junto al padre. A ambos mantiene el nieto Asbag; joven despierto que saca negocio de dnde no hay. Muy ambicioso, y no obstante, juega sobre seguro, y al hijo, bisnieto, quiere que le salgan los dientes en otra parte. Estuvo, toda la maana, regateando el precio de cinco pasajes para la vieja Malaka, y volva sin ellos pero con palabra de reservar hasta el alba un puesto entre el cabotaje. Uno. Su intencin es dejar al hijo con los yayos y enrolarse. La oportunidad est en Occidente. Su hermano, Al-Haki, refunfua pues quisiera ir con l, mas ya tiene tamao y arte para tomar por un tiempo la carga familiar. Y as ser. Tampoco le sabe mal a ste quedarse de jefe de la casa. Se ve hombre y le miran las mujeres. Y nada mejor para extasiar en la pose que echarse el ahijado a los brazos. Y hace. A contraluz, en la ventana, su sombra despeda a quien buscaba el futuro demasiado lejos. El nio, sin voluntad, agitaba ayudado la mano mientras haca pompas con la nariz. SHR de M

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03-18 En Wadi Lakka se sobaron los morros cristianos y musulmanes desde el amanecer. Pese a querer alejarme de tan ingrato panorama, no qued ms remedio que juntarse con unos bereber que celebraban con panderetas y flautas el seguir en pie. O eso, o hacer de sepulturero con el trabajo pendiente. Al menos no tuve la indecencia de unirme a los jefes. La chusma, el picadillo de cimitarra, apenas inquiere si uno agria el rostro. No preguntan el motivo. Saben a lo que vinieron y comprenden el regusto. Si por ellos fuese tampoco estaran; aunque les tienen dicho que no son nadie para opinar. Son meros bereber. Lanceta de carga contra Europa esgrimida desde frica por un tal Ibn Nusayr. Y lcera abre el sujeto. SHR de M

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04-18 Hoy cre estar en cueva volcnica por la sonoridad envolvente, mas a nada que aportaron luz, y voz, se me cubic en la catedral de Santa Sofa; testigo en un enlace matrimonial secreto. Se casaba, por amor, la hija de un comerciante de especias de Damasco, con el hijo godo y patricio de una antigua estirpe de Constantinopla; opuesta al matrimonio por pueriles cuestiones de abolengo. Parecido debieron sentir los parientes de la chica por sus propias cosas, y los unos por una puerta, y los otros por otra, estuvieron a punto de frustrar la unin. Y as hubiese sido de no aparecer yo y dar el qurum de testigos. Amantes sinceros que son, tenan religiosos de ambas confesiones y a una oficiaron rito sagrado a los ojos de cualquier Dios. Y siendo inusual su amor, y excepcionales sus familias, a nada que juntaron en una cercana explanada, y sin ser banquete, se despacharon con ensalada de tortas y pinchos de entresijo. Bien hicieron a mi entender los chicos, y saltando por encima de los cadveres familiares, partieron en bote. Subieron a un barco apalabrado y antes de salir el Sol en nuestra persecucin no se vea ni la costa. La mujer ola a corteza de limn rallado; sus flores llevaba en el pelo. SHR de M

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05-18 No pareca tener Al-Andalus lmite y aqu vinieron a encontrar frontera de Europa. Y aun siendo francos, no estaba franca la entrada. Portn son los Pirineos y varios cerrojos corren la bisagra. Y Poitiers uno de ellos. Imperativo de guerra adujeron las huestes de Carlos Martel para convertir una casa de labranza en hospital de campaa; y mejor sera decir capilla, pues la mayora no reciba mejor auxilio que una plegaria. Y eso los cristianos vencedores, a los paganos perdedores, se les daba fuego en pira o quedaban al raso de la Luna; que les dicen hijos. Entre gritos y alaridos danzaba una mujer enjugando rostros, sabedora de lo poco que poda hacer. Aunque algunos s reciban calmante para sus dolores e intil sutura para las heridas. Mdico tena en la cabecera de la cama Federico de Tours, pese a que el galeno tambin tuviese en el dispensario a miembros de la familia Omeya. El noble no tena remiendo y apagaba. A los pies el escudero lloraba al buen seor. Gimoteaba el muchacho que mora el amo por dar batalla a destiempo. Se aliviaba las fosas nasales sin temor a ladridos, refera lo tarde que se batallaba al moro. Inconsolable llor el zagal cuando el hombre ronc fin de ciclo, y escandalosos sus lamentos, fue mandado a casa con el resto del da libre, y siendo joven, march antes a buscar a un hermano para gastar en vicios por la memoria del seor. Jur que dieron para misas y putas, y con su parte, hara el homenaje debido. Las casas buenas, y las mujeres malas de Poitiers, no le son un misterio siendo nativo, mas los padres eran oriundos de Sevilla y los abuelos de Medina. Tan bien se daba a entender en un campo y en el otro, que propuso al hermano, dando un ltimo servicio, retirarse con renta decente a la renaciente Roma. A los muchachos les llama la sangre a viajar, pero mientras piensan empresa, cruzaron las lneas de combate y al mismo campamento de las tropas musulmanas fueron a tributar el adis al piadoso seor cristiano. En memoria de Federico les dej fumando una chicha de kiffi en direccin a La Meca. SHR de M

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06-18 Me gustara muchas veces que alguien viajase conmigo para poder soltar el archimanido: Ves, te lo dije!. Ya les vi yo venir de mala gana, y tras el revs de Poitiers, se amotinaron. Los bereber se saben utilizados y ocasin entienden en las tierras hurfanas para asentarse. Quieren, e intentan, pues quien hace con ganas cuaja, entre el poco sustrato local que queda. Les acusan por lo tanto de desertar del yugo y de ser los causantes directos de la prdida del empaque musulmn; de confraternizar. Y pudiera ser, no voy a decir yo que no, sabiendo su presencia tan deseada en vanguardia. Sean los responsables, sean otros, para atraerlos a la disciplina califal llegaron hasta el lugar diez mil sirios. A muchos la simple noticia reconvino, y a los que no, all estn para encontrarlos. SHR de M

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07-18 O mucho me equivoco, o la compra de la catedral de Crdoba levantar ampollas. Abd al-Rahman adquiri el edificio con intencin de derribarlo y construir en el solar una buena mezquita. Fue una de tantas operaciones especulativas, pero basta que estn por medio los amos del mundo, el pueblo llano observa con recelo el negocio. No hay otro tema de charla, y sabindose, quiz, el ltimo redoble del campanero, se aplic ste a las cuerdas y badajos dando serenata a la ciudad. Hasta musulmanes, judos y ateos pararon en sus faenas y se dejaron seducir. A las campanas catedralicias se unieron los pequeos piques y repiques de ermitas y parroquias. Se encapot Crdoba de taidos. Palomas y estorninos zumbaron revolanderos. Sonaba a despedida. Al desaparecer el Sol del cielo comenz a morir el concierto hasta slo alcanzarse a distinguir el lento volteo de la campana generala. Mucho ms all vol su taido al bisbisearse con las sombras la noticia de la muerte del campanero. Todo el monlogo del bronce, todo ese tiempo, hizo de contrapeso el cuerpo sin vida del sujeto. Se le encontr ahorcado. Suicidio? No s. Se dice que s, aunque tambin se comentaba que los arquitectos del Emir empezaron a desmontar desde el tejado. E incluso, se rumorea, que fue un ajuste de cuentas entre campaneros. Y los menos, musitan, que por buena la serenata intervinieron ebilis y diablos. SHR de M

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01-19 En Lutos acantona ejrcito que pretende gesta; resistir la marea de los hijos de Abd al-Rahman. Se duda. Se teme. Se ora. A la espalda se podra decir que slo les queda la mar. Varias generaciones coinciden en los baluartes para dar batalla nica, y mientras no se concrete ms, se juran y persignan a cualquier voto. Y se toman unos a otros. Y tardando en presentarse el contingente musulmn, no ser raro que cambien sus voluntades y hagan nuevas confesiones. A ello se entregaban dos jvenes hermanos cuando por sorpresa de un lindero de hayas sali un tercero. Y les conmin a ir con l porque en el codo del camino apareceran de un momento a otro los de la Media Luna. Y cabreados. Les dio guerrilla durante la trocha de subida, mas siendo tantos, aunque lo menos mat a la docena, de nada se le haca. Y llamaba a abandonar. Pero all tambin estaban el padre y el abuelo. Y los tos con los primos. Y el hijo mayor de su hermano pequeo. Comprometida mucha sangre para huir, pero hizo. Antes de desaparecer volvi a llenar el carcaj y cambi un filo embotado. Y tampoco aparecieron al momento los adelantados de la Media Luna. Se les escuch, eso s, pero se hicieron esperar. Previo, reasom por dnde usaba el hermano escurridizo, y tras pedir nuevo juego de flechas, inform a todos del imposible escape. Por lo menos l, que cerca estuvo como para que se quedasen con su cara y la exigiera el jefe. Muy tranquilo y sonriente se dej a mano una bota de vino, para, de darse el caso, no morir sobrio en presencia de abstemios. SHR de M

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02-19 Vaga en pena Malasombra al saber aciago cualquier camino que tome. Hace mucho, casi nio, fue impelido por sus conciudadanos de Bordeaux a salir corriendo del pueblo o le hubiesen lapidado por gafe; vino al mundo montado en el mismo rayo que parti la torre de la iglesia; amn de hacer malparir a la madre. Y con otra tormenta que cumpla los tres lustros de sequas, e inundaciones alternativas, fue expulsado extramuros e invitado a no volver nunca. Jams. Desde el portaln le tildaron bastardo del infortunio. Malasombra malvivi del camino y lo silvestre hasta que dio a unir, y ser aceptado, en una unidad de abastos del entonces recin nombrado rey de los francos. Carlos el grande. Pas al principio desapercibida su mala estrella al ir el ejrcito de conflicto en conflicto y no notar anomala. S, tard un tiempo en hacer notar su peculiaridad, pero acab haciendo, y a lo grande, pues de garganta en garganta corri Roncesvalles la desgracia. l, sin embargo, fue hecho prisionero por vascones y llevado a vivir, servir, a un perdido casero del Urkiola; casi cueva. Duros son estos caverncolas por lo arisca de su relacin con el medio, as que tampoco quejaron mucho porque Malasombra atrajese pedriscos y nieve desde finales de agosto a principios de julio. Y el veranillo muy ventoso. Eso no hizo recelar, no, pero s que tornase vinagre el mosto y pudriesen las alubias, gran calamidad, que le llev a ser devuelto a la intemperie. No sin antes, eso s, haberse vuelto cimarrn al entendimiento humano. Cmo fiera viva en los bosques y en uno de ellos fue atrapado a red para albedro y divertimiento de las huestes del gran Hisam. Osca les acoga, aunque al da siguiente partiran para empresa en Narbona. Algo iban captando del fario que dimanaba y le hacan dormir amarrado a una estaca y alejado de tiendas y caballos. Ni fuego a mano se le dejaba para calentar. Dud la historia hasta presenciar que, sin querer, el hombre mand de un manotazo al bicho que le rondaba justo contra el hocico de un gato. Brinc y maull el animalito poseso al sentir la daga del insecto en el morrillo. Rompi a correr en crculos por lo que le dola y acab encabritando las monturas. stas saltaron la cerca e hicieron tal estropicio que prendi todo el campamento y amenazaban las llamas tomar la villa. Por lo pronto la sitiaron. Malasombra fue liberado de todo yugo e invitado a abandonar estas tierras. Y no se le dio muerte en el sitio al temer que quedase para siempre maldito el verdugo, y entorno, que contaminen su sangre y huesos.
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03-19 Sonakay luce la dentadura ms deslumbrante de todo el occidente europeo. Es abanderado de una raza que remonta su linaje hasta tiempos del insigne Alejandro; con l se dice que vinieron del Indo. Moreno, ensortijado de cabello y manos rpidas para dar palmas o tirar los dados, se desenvuelve con garbo en la zona de nadie que abrieron musulmanes y cristianos. No hay amo estable en los campos, y l y su familia, vagan por ellos haciendo vida. Van en carromato, y por nica guardia visible, seis o siete perros, con ms hambre que dignidad, les siguen los flancos. Y ren la marcha y la francachela. A los gitanos me un por decirse dueos del mundo y al menos hacer el antojo como tales. Tena capricho el hijo mayor de aprender toque de cuerdas con un maestro andalus de renombre, y a una hizo causa comn la familia y en Crdoba entrbamos poco ms all del medioda. Estaba la ciudad silenciosa. Bien conozco el sesgo de ese tipo de calmas, y aconsej dar la vuelta a las sandalias y desdecirse del camino dicho. Mas no se me hizo caso y a la puerta del maestro Morente se toc la aldaba. Y con ritmo. Se aporre la puerta con soniquete entretenido. Calcul yo, al asomarse una cabeza, y la demora, que no se nos abrira la puerta, mas tras mucho rato de espera, y ganarse la apertura dando recital desde la calle, vino una hija del maestro a franquearnos el paso y ofrecer refrigerio. Apenas se demor el anfitrin, llegando con varios tipos de guitarra bajo el brazo se incorpor al jolgorio reinante sin necesidad de declararse seor de la casa; ni los otros researse invitados. Msica y cante. Fiesta todo el da. He aprendido ms del carcter humano observando el semblante del maestro al laud, que en tres meses de vagar por campos y ciudades buscando gente interesante a nuestros negocios. El da result a pedir de boca salvo por la tarda presencia de la guardia de Al-Hakam trayendo de la oreja a uno de los pequeajos de Sonakay. Se enamor el chico de los frutos de un huerto y le cogieron hacindole la corte a un peral. Y por polgamo libertino, que anteriormente tambin descorazon un manzano tempranillo, un melocotonero, un ciruelo y una higuera, en presencia del padre se le arre un capn, mal gesto, mediando los hijos, pues fuera de s revent Sonakay la guitarra que rascaba en la cabeza del jefe de guardia. Y, claro, todos detenidos; hasta el maestro, que no protest mucho y se dej conducir al calabozo, porque absorto, anotaba en un trozo de hoja los compases asilvestrados que traan los cal.
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04-19 Debido a la hegemona musulmana slo pueden los cristianos viejos de Sevilla mantener abierto el frente de los gestos. No hace mucho el obispo de Iria Flavia anunci a la cristiandad la aparicin de los supuestos restos del apstol Santiago en el terruo. Quien tiene poder presion y se permiti a un par de familias que armasen flotilla para peregrinar. En el muelle departa Pedro Torre con Ismael Levy. Se recurri al judo para adelantar los gastos y fletar sobre seguro. Y siendo maula que trabaja el de la casa de David, pertrech un barco para que hiciese vivienda de la familia Torre y Buenda. Y otras dos embarcaciones menores para que den servicio de vestidor y enlaten la servidumbre. Faltara estrecharse las manos y plasmar en pergamino la entrega. Y el apretn se dieron, mas antes de rubricar y dar punto con un abrazo, se dej ver en el Guadalquivir la vela de un drakar y la gente de a bordo flechando y repartiendo llama. Hasta las ratas espantaron del muelle. De la lejana Jutlandia vena quien qued al cargo de vigilar el amarre, mientras los compadres, se daban a propagar la lumbre y robar cunto pudieran. Eso tambin, afirmaron slo estar de paso. SHR de M

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05-19 En los baos pblicos mantena charla animada un grupo de hombres. Acababan de pasar por manos del masajista, as que en la sauna, descansaban desnudos de lo que eran. El vapor y la sonoridad hacan adolecer las palabras de acento y definicin. Y no tocando tampoco la poltica o religin, que van indisolubles al momento, hasta un punto de camaradera masculina se podra entender entre ellos; la caza, el campo; el perfil de una potranca, convierten en afable al ms rudo guerrero. Y sucios, slo desean tomar las abluciones. Unos en las tinas, otros al vapor, en armona y concordia compartan espacio. Pens que igual de bien se podra exportar afuera el uso que hacen dentro. Pero va a ser que no. Cundo estaban ms agustito, uno extrajo de su escueto atavo un estilete, y en pos de hendir hasta la cacha en el pecho de un caudillo cristiano, que ni en campo musulmn encontrar descanso a tanta intriga, salt. Y al aire de un suspiro que no consiguiese propsito. Se frustr la intentona y retuvieron al magnicida, y antes de romper a confesar, que se arranc con balbuceos y tiritonas, otro de los presentes, pretestando ofuscacin incontenible, le meti un alfanje en las costillas. De parte a parte. Y aunque quiz as calculase poder embozarse, lo que hizo fue delatarse a criterio de otro presente que mand prender a todo quisqui y llevar ante el Emir. Y bien pensado va a ser que s. Dentro, o fuera de templo, se manejan a filo de inters. SHR de M

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06-19 En el zcalo de una cornisa vive un eremita su soledad. De nio no fue su idea el acabar solo y apartado. Ni la juventud o la edad adulta le inclinaron al oficio. Qued con sayn y llaves de la ermita bien por morirse los contados vecinos, bien al emigrar y no detenerse los que cruzaban el desfiladero serrano. Es muy bonito el paraje, aunque duro de desanimar y nicamente los que caigan extraviados bendecirn el esmero y cuidado con que recibe el viejo hurao. Todo cortesa, y por la noche, o durante la siesta, en el momento que el husped d cabezada, zasca!, de la manga del hbito saca una pica y descrisma al incauto viajero. Palabra! As hace, me inform, ms que nada por apartar del camino la morralla e irse haciendo al paso cementerio que justifique cenobio. Suerte del traje que llevo! Y tras confesar, limpio por desahogado, me sugiri que le acompaase a una cueva honda dnde hace madre el vino... Pero cualquiera ira! SHR de M

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07-19 Malo era el momento al dejar la frontera los cristianos en la margen derecha del Duero. Y fcil que achuchen a la otra rivera un da de estos. O uno de estos aos. Es austera la zona de contacto y poco arraiga por la continua razia, el mismo Batir no haba da que no dudase si recoger los brtulos y regresar a casa, a Bagdad. Volvera con las orejas gachas al salir de la Academia de Ciencia siendo uno de sus alumnos ms brillantes; su potencial lleg a Crdoba y se le curs oferta para trabajar con amplio presupuesto; barata la tierra y la mano de obra, por una causa u otra, no lleg a funcionar la idea que trajese; aunque los resultados obtenidos, tras numerosos ensayos, auguraban una rpida adaptacin de especies interesantes. Pero difcil que dejen recoger la cosecha siquiera inmadura. No. Las gentes de Alfonso III se nos antojaban chicharras lameruzas y ruidosas. Sus fuegos concretaban el paradero al otro lado del ro y mis acompaantes imaginaban con desgana lo que haran en la alquera. Se tema lo peor. Y mejor de lo que pensaban result pues al menos las saetas que volaron desde la espesura les mataron sin enterar, y una vez muertos, y espantado el servicio, cruz un destacamento cristiano la frontera para dejar muesca y tantear el estado musulmn. A sangre y fuego. Suerte tuve de no llevarme flechazo y an no entiendo el motivo. Demasiado lejos estbamos para cubrirme el emptico, fue como si viniesen con orden de prenderme. No entend conveniente el resistirme y a empellones me llevaron a presencia del jefe. Este sujeto tambin me pareci reo de orden ajena, pues al referirle mi presencia, se limit a ordenar, sin mirar, que me desnudasen con sumo cuidado y le llevasen mi atuendo sin hacerle una carrera. E hicieron. Parecieron conformarse en su ignorancia con la liviana seda que el bueno de Batir me ech por los hombros. Eso, el turbante, la faja y las babuchas entendieron por lujo. Y no el emptico. Menos mal! Solo qued el instante que necesitaba, y una vez puesta la capucha, maldijeron la evasin y llevaron reporte urgente al jefe. Aunque contrariado, mand que slo un par de hombres me buscasen; el resto preparara la vuelta a las montaas. Algo al respecto que me tengas que decir, Bestia? SHR de M
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01-20 El rodillo que puso en marcha Abd al-Rahman II da miedo. Es una autntica apisonadora, y aunque bien engrasada, llega ntido el runrn de lo que pasa al otro lado de los Pirineos. Y desde all se esparce. La hidalgua europea empieza a barruntar motivo de preocupacin, y para tomar contacto de primera mano, lanzaron observadores. En teora, seran los muy nobles seores designados quienes fuesen en persona a inquirir, mas en su lugar, destacaron caballerizos de rango nfimo que desparpajo gastan para infiltrarse; dan la lengua romance y las trazas del apurado del da a da. Ms eficaces son, s, que sus seores; que aguardan en la Seo de Urgel gastando a cuenta del trabajo ajeno. Y me suena el estribillo. Pues bien, fueron y volvieron, y antes de dar reporte oficial, juntaron los mozos de bacina para hermanar criterios. Y pensaban decir la verdad, que demanda la puerta trasera de Europa cuidados, aunque visto que a la contingencia que sea irn ellos en vanguardia, proponen decir que todo est tranquilo y as volver sin dilacin a sus hogares, y desde all, s, dar a esconderse. Vienen arreando desde abajo y votan el enroque. Y que en adelante el inicio del continente sean los Pirineos. Y quedar. SHR de M

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02-20 No quedaban pescadores ni curiosos en la playa de Hondarribia, pero muy brava la gente de armas, tomaban un bao mientras los seores a los que protegan reunan en una posada inmediata. Delegados de los reinos de Navarra y Asturias juntaban con embajadas del lejano reino de Otn y de otros importantes caudillos. Se buscaba concierto. Hasta el momento se fue tomando la guerra abierta en Hispania, o Al-Andalus, tal un conflicto regional. Luchaban a lo suyo los reinos cristianos de la pennsula esta sin concordia ni futuro comn, pero he aqu que desde que Abd al-Rahman III se proclamase Califa de Occidente se empieza a temer en Europa al vecino musulmn; deben sentirse sitiados. Aunque excusa siempre buscan en la fe, no sera problema el credo porque en ltima instancia se sabe la confesin ntima y muy difcil de erradicar si se tienen las convicciones seguras, mas estando en juego la tierra, el poder de decisin sobre ella!, se hermanan las viejas castas para ofrecer batalla. Muy factible entend la concordia al observar la armona que envolva a las tropas. Se baaban, hacan castillos de arena o se daban a galopar camaradas entre las olas de la orilla. Siendo todos hombres de muchas cicatrices parecan chiquillos. Uno no, no baaba ni rea, ni menos amagar con construir nada que no fuese un cadalso o una torre de asedio. Se llama el joven Casimiro Morgas y es hijo de uno de los que reuna bajo techo. Y tiene un secreto, uno bien gordo en la presente tesitura, un misterio que el emptico sugiri y que yo mismo con capciosas preguntas llegu a desvelar. El muchacho y el padre son cristianos nuevos. Y nuevos ricos. Amasaron fortuna en lejanas tierras aunque no olvidan que administraron fincas en Almera; por abasidas se les despoj sin causa de todo bien y mand al exilio forzoso. Estn muy resentidos. Buscan padre e hijo compensacin a lo perdido y ofrecen sin recato aportar una fortsima suma si se consigue la entente. Sin embargo todo va muy lento. El sol acab por tomar camino de casa y la soldadesca comenz a recogerse. Se presupona la noche tranquila cuando sali despedido por la ventana de la posada un hombre, y otro sala al cabo por la puerta pidiendo ayuda y llamando a las armas. Dentro quebr todo posible pacto y soldados y seores se dieron a la refriega. Y Morgas chico a rer. S, ni l ni su padre estarn tan mal avenidos con su seor califa. O si lo estn, lgico entender ms poder en Abd al-Rahman para rectificar el antiguo oprobio, que a una confederacin de violentos bebedores de alcohol.
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03-20 Mucho mundo tena corrido el libro que cay en mis manos. Muchsimo. De tan lejos vendra, que hasta el emptico, aparentemente, necesit unos segundos para hacerme legible la grafa. Las ilustraciones no. Eran bien explcitas y edificantes para cualquier humano, y bien digo que cualquiera, pues aun sin entender ni pajolera idea de lo all escrito, la mujer, religiosa para mas inri, sacaba jugo a las estampas con la pauprrima llama que alumbraba su celda. A tranca echada, pasaba las hojas y detena con gran deleite, en aquellas, que el uso hecho al libro, avisaba conmocin. En un esquinazo tom sitio y a bien tuvo entenderme, mamfera que es, una simple alucinacin, mas al ver que me animaba y llenaba dimensiones de la estancia a voluntad, solt el ejemplar y se meti descompuesta en la cama entre sollozos y tiritonas. Me llam ser infernal y stiro! y a alarido pelado conmin a las hermanas para que tirasen abajo la puerta y acabasen con Lucifer. Yo? Ja. Podrida tiene la seora la cabeza, y antes que dar respuesta, cog el libro que se le haba cado de las manos y echndome la capucha me volatiliz de su vista. Por puro miedo tard en darse cuenta de la desaparicin de su lectura, pero al evaporarme yo, de la cama levant posesa rebuscando entre las cosas tiradas al suelo; dnde, supongo, haca el comprometedor ejemplar. Tras el derribo de la puerta me escurr de la celda y segu vagando el edificio. Busqu biblioteca o lugar anlogo donde hubiese tomos del mismo pelaje que ste. Y no, no hubo ms. No creo ni que sepan las comadres que ste existe. Con el sol alumbrando los caminos enganch rumbo de una ciudad cercana. E intencin tena de seguir moviendo el tema si daba, difcil, con librero en el burgo. Y por hacer prueba previa, a un hombre que levantaba lenta polvareda sobre el borrico ofrec para que echase un rpido vistazo. Y fugaz fue. Visto y no visto. Al tercer o cuarto dibujo que puso ante sus ojos, solt la carga de lea y clav el calcaal al borriquillo espolendole el trote. Y palabra que no cre la cosa para correr detrs gritando el hurto. SHR de M

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04-20 La Tierra est loca. El mundo est al revs. No me plantea paradoja que la hija de Roma Bizancio! mande ahora una embajada al extico oriental que aposenta reales en la muy occidental Crdoba; y no en Damasco. Permutaron. Hoy era da grande en la ciudad y no se tuvo que aplicar la guardia de palacio para que la gente recibiera con vtores y aplausos a los delegados. La mezquita est imponente con los nuevos aadidos. Ptalos a mansalva se tiraban desde las ventanas para que los seores caminasen sobre blando y perfumado. Todo aroma era la calle, y por disarmnico y poluto el tufo que sala de una callejuela, me entregu a curiosear. Me llamaban sin voces desde el otro lado de una tapia, y tras saltar, descubr a dos hermanas dando tortura a viandas y harinas. Estaban obligadas a quedarse en casa echando un ojo a los pucheros, cuando ellas, al igual que toda moza cordobesa, ansiaban ver y dejarse ver ante el paso de la carroza. No pican tan alto las muchachas como para soar entrar en contacto con tan selectas dignidades, ms mundanas ellas, simplemente esperaban poder pegar un rato la hebra con los hijos de un vecino tundidor; no trabajan ellos porque para eso tienen gente a sueldo, aunque no se le olvida al padre el hedor que tienen en el negocio, y an distante, por mucha tierra que les separe se le hace poca. Ni soar. Las muchachas dejaron de suspirar y se juramentaron a dar batalla en casa hasta que obtengan licencia para tratar con los novios. Y conseguirn, no me cabe duda. Para entrada a la cena exprimieron unas ortigas, echando tanta especia y picante, que sin calcular el despilfarro, se planteaba la ingesta motivo sangrante para vieja lcera. La madre conoca la treta, y al olerla, inst a los pequeos a tomar una frugal miscelnea de avena y leche. El padre, el tutor de la casa y los varones que engrandecen, sern los que penquen por hombres con el amargo despecho de las mujeres. sa s es una guerra que entiendo perenne en la Tierra. Un conflicto abierto de difcil solucin. SHR de M

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05-20 S que no estoy solo. sas fueron las palabras de un luntico con el que top. Y las puedo hacer mas. Las hago. De este hombre que refiero, an podra mencionar alguna virtud o defecto propio, y quiz por exceso parecido, confieso ahora haber estado un tanto seco al tomar contacto con l. Moraba el viejo lo alto de un rbol del cual, pona a Dios por testigo, no le apeara nadie pues suyo era al igual que el terreno circundante. Sincero lo voceaba, as me lo indic el emptico, mas igual de legales eran los papeles que al ojo se le pusieron para que reconociese la firma y dejase a los operarios seguir cavando los cimientos de la futura Madinat al-Zahira. Demasiado grande el proyecto para detenerlo por un hombre; y reconocido perturbado. En el plano iba el rbol fuera, y rbol y viejo fueron juntos a la escombrera. Uno de los sanitarios de la obra ri, hasta que tras tomarle el pulso al sujeto, llor la defuncin, y parecindole chistoso el bito, fue con el cuento al jefe de mdicos. ste no ri, no. Es circunspecto y serio al ser tambin mdico de Ibn Abi Amir; no el titular de la ctedra, es consejero del corrillo, y meritaje le es en desgracia el cuidar de la salud de la gente que trabaja en la obra. Lo normal, insiste, suelen ser piernas o brazos rotos, o algn dedo colgandero que amputar. Prima la seguridad. O as pretender que sea pululando en los andamios vecinos y amigos. Por la tarde, y autoridad, dio por terminado el da de trabajo. Y hasta la prxima jornada dej de ser el mdico reputado que es y se visti de poeta. Hasta el nombre le acompaa! Musa. Y es que entre los lejanos ibn de la filiacin, se enorgulleca de un tal Mugaddam ibn Muafa. Siendo padre y madre mdicos, el lejano parentesco brotaba virulento y a l dedicaba las noches. Recitaba versos a una joven viuda que le perda el seso. Mal visto estaba que nadie se acercase todava con pretensiones reciente el duelo, aunque l haca. Por el da cuidaba el riesgo en la vida ajena y por la noche se jugaba la propia, porque de encontrarle los hermanos del difunto, la moaxaja trocara panegrico. La mujer es humilde, mas atesora compostura la familia y exige un tiempo discreto de luto. Tonteras. No atiende a tempos el amor. O que le sea ocano. O que tuviesen tratos antes de espicharla el esposo. El caso que cant las lindezas del Universo hasta bien entrada la noche. En una
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oscura callejuela rim el amor intempestivo. El nimio contacto que le llev a prendarse del ondulado cabello. El sutil y furtivo juego de miradas que se llevaron en vida del hermano. S. Marido y hermano fue el finado. O hermano y marido. Respectivo les era, y de ah las desgracias y desdichas pasadas, y la exultante alegra que desatenda todo recato y expona al peligroso rumor pblico. SHR de M

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06-20 Con mayor o menor acierto usan los humanos de los animales salvajes para medrar. Hasta domestican pjaros con lo justitos que van de mollera. Y si hay algn bicho que ayude complemento a sus carencias! se es el perro. Caza, defensa, compaa De cruces y mezclas sacaron ejemplares especialistas en dar combate a las ratas en sus laberintos; todo tipo de terrier. Y galgos y podencos para cobrar a la carrera. Y molosos que retengan cualquier presa peligrosa. Rastrean trufas y nscalos. Auxilian con el cabotaje y la mar. Cicerones de redil. Olisqueadores de cualquier efluvio que a la tocha se les ponga. Y en la guerra siempre junto a los ms bizarros. Su impronta es el trabajo y no hay animal ms fiel. Y todo pundonor. Lo malo es cuando tienen mal amo, o guards, y el alma cimarrona les aflora. Saldr lo que les quede de lobo y es de temer. As pasa con la manada que a capricho de sus concubinas reuni el difunto Al-Mansur. Serrallo canino que fue nutriendo con ejemplares meritorios. Y as estn de lustrosos, estaban, porque desde el fallecimiento del amo no comen y aguardan en una habitacin cerrada a que se les atienda. Huele mal pero nadie queja. Y el perrero mayor de palacio ni caso hace siendo lo suyo trabajo y no pasin. Y realizar muchas veces todo de mala gana y a destiempo. Y el otro muerto, claro. Mucho pero para tanto perro. Ay, si hablasen los animales! Lo suyo es aullar y ladrar. Y si tanto llevan sin probar bocado, que el instinto les impela a comerse al ms dbil, o tirarse sobre el primer infeliz que abra la puerta. Esta desgracia fue para una niita que acab tirando del pomo, y de no estar yo cerca, se la comen y nadie entera. Y traer miga el asunto. El responsable por lo pronto dormir en la mazmorra, y los perros, puede que tengan suerte al no querer la familia de la nia que sobre ellos recaiga sentencia; fueron la compaa faldera del gran Al-Mansur y la responsabilidad se deja en duda; o conmutada por los servicios. Y yo, a la nave subo el sustazo de sentirme cogida la pierna por una preciosidad de treinta y dos kilos y dentadura cuasi hermtica. Y el emptico la tarascada. S, me gustan los perros aunque muerdan. SHR de M
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07-20 Suelo intentar observar el devenir humano con lgica. Y ocasiones hay en las que me quedo papando moscas y no consigo coger la causa de la chamba. Pueden llorar a roncarranas sin padecer dolor. Y rer de puro miedo. Pero las ms de las veces, insisto, es bsico su planteamiento vital. Otras, no cazo una. Cmo hoy. Hoy dos aguamanileros realizaron el protocolo pertinente de recibir visita. Delante del califa y los embajadores ni osaron levantar los ojos del suelo. Ejecutaron a la perfeccin su funcin y no se repar en ellos. Estuvieron presentes todo lo que dur el parlamento de los seores y luego quedaron los ltimos para recoger. Y comer con ganas. Y dormir la siesta entre marmitones y jardineros. Y dar por la tarde un somero repaso a los aljibes y vajillas. Y cenar. Y despedirse con un gesto de mano del resto de servidumbre al pernoctar ellos en una casita anexa a la cuadra. Y no hablar, no decir ni mu entretanto todo esto. Ya creyndoles sordomudos, porque en la duda me tenan, encendieron una pipa de agua incluyndome en la ronda. Entonces uno de ellos se levant, y tras chupada profunda, reprodujo la engolada reverencia del embajador cristiano y repiti las credenciales: ... don fulanito de tal, vasallo de don Canuto el Grande de Dinamarca, Rey de Inglaterra... Y jo jo jo... Ah quedaron retorcindose sin entender yo la gracia. Sera lo que llaman chiste hecho o familiar; de rular entre quintos. SHR de M

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01-21 Chocan dos Culturas, dos formas de entender la vida, y pese a que la gente de a pie no entienda muy distinto al vecino, ni a sus dirigentes, estos, los de a caballo, s entienden la diferencia ostensible y ven motivos. Vamos, hasta yo soy capaz de entrevetar que se juegan el puesto. Me bast subirme a la montura que se me ofreci, y pasear un rato, para entender la perspectiva. Muhamad ibn Muhama surti de equinos excepcionales a califas cordobeses y reyes cristianos. Y a ricos judos que gustasen montar buenos jacos. Eso s, los tiempos de encargar recua de treinta o cuarenta ejemplares, o doscientos!, pasaron a la historia. Sin embargo sus quidos siguen siendo los mejores y se le piden. Ya no apacenta la sierra las manadas de antao, mas an tiene a su servicio Muhamad a los ms entendidos en el mundo ecuestre y adelante saca hornadas de potros meritorios; caballo tiene para cualquier bolsillo. No es hombre de moral rigurosa, pero tambin ms de un caso se da de venir alguien buscando monta, y mantearle monte abajo. Los caballos y sus cuidadores son tema del que no admite puya ni queja. O reclamacin. Y menos tolerar mofa alguna. Si uno es amante de los animales en general, y en particular del caballo, abierta tiene la cancela del establo y hecha la familia. Cenaban todos juntos cuando llamaron a la puerta anunciado a Hazm al-Riyal, intermediario de los Banu Hud. Y el encargo enjaezado para llevar. Muhamad nos dej y march a atender el negocio. Los muchachos siguieron cenando por sugerencia del amo. Nunca se sabe a quin se abrir en estos tiempos, mas si es para bien, bienvenido sea, aunque sean caballos para hacer la guerra lo que se venda. SHR de M

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02-21 El lamo negro ech la semilla y con el azote del viento pareca que nevase pese al calor primaveral. Entre las hierbas quedan los granos que son hogaza, y las hormigas, a la espalda, no dejan de acarrear. Basta que pare el aire un minuto, y prestar odo, para escuchar crepitar el campo bajo el milln de pies. Y as toda la noche. Con el da siguieron al mismo ritmo, aunque una columna de soldados humanos solap el murmullo con el ataque decidido al piso y el cantar de algn mandams chusquero. Entre sol y sombra aguard la arribada del ejrcito al apreciarse el repecho en solana. A mi vera imagin que haran el alto al tener ya la fuente pretendiente; un oteador adelantado tomaba aire tras la subida, y sin siquiera reparar en m, continu rumbo al paso de las cumbres; estaran an en sus dominios y no intuan peligro. Pero s, s lo tienen que presentir prximo pues con la excusa del receso, unos cuantos se dejaron caer entre unos matorrales para orinar y desaparecer. Se les busc y muy mal sent al responsable hacer resea de primera incidencia. Orden tomar los nombres de los desertores y en la prxima posta remitir informe. Y reanudar la marcha. Los otros tardaron pero volvieron a la fuente. Son conscientes de la pena y no manifiestan temor. Ya no. Al da se saban mercenarios al petar el califato y ser Al-Andalus un mosaico de taifas. Un da guerreaban contra un castillo, como al siguiente defendan sus almenas y gentes. De aqu para all derramando sangre sin saber la causa ni el banderolo a representar. Con los dos das de ventaja que calculan, echaban cuentas de poder volver a Sevilla y agarrar barco que les saque a costear frica. Hartos, se vuelven a Damasco. Quin pudiera romper as contrato! SHR de M

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03-21 Hace un fro que pela. Un paisano que pastoreaba ovejas me coment que Burgos se ofreca a un par de kilmetros, aunque no me senta con ganas de patear la nieve y qued entre el ganado; tras roerle el musgo a las rocas, las borras juntaron en el redil para aprovechar los ltimos rayos de sol. El pastor a ceja me rese un muchacho y bal Buena pieza. No hay motivo que me limite el objeto de estudio, as que chist al zagal para emparejarle el andar. Se llama Rodrigo y en el zurrn traa algo de pesca y caza. Industria tiene el joven, un halo le rodea, pues llegando a una aldea, una vieja gitana nos sali al paso ofrecindose a leernos la mano. El rapaz no puso reparo, y entre la risa, y el castaeteo, escuch el halageo futuro que le espera: perder un gran amigo, perder la patria y perder a la familia. Y aun muerto, ser sacados sus restos del osario para combatir. Y gustoso pag el muchacho con una de las liebres cogidas a lazo. A m la seora me tild malaje al no poder leerme raya en la palma; amn de no soltar bolo. Rodrigo ri ms esto que la coleccin de desdichas que le augur. Hace poco la misma gitana tambin le dijo que sera un gran seor, que estara siempre rodeado de gente devota y que en la batalla alcanzara fama tal ningn caballero cristiano; aquella vez tambin pag con un conejo. Y, una de dos, o la mujer bellaquea, o el futuro del pieza es muy complejo. O, tres, que por estar en cuaresma la alcahueta hubiese preferido pescado. SHR de M

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04-21 Roma, aunque pierda fuelle y comps, sigue siempre en ruta y haciendo Historia. Trab trato con el encargado de transcribir una carta a un prncipe germano. Es novicio recin llegado y no puede evitar embobarse a cada paso con lo que ve. Y persignarse. Inmvil yo, par un segundo como si descubriese estatua, mas al verme animado sonri la estupidez y sigui a sus asuntos. El joven march a otros negocios que le demandaban en la plaza. Adeudaba a un usurero una pequea suma, que no obstante, y pendiendo nimia, de no satisfacer antes de acabarse el da le acarreara contratiempos no deseados. Y pretenda cumplir y poda. Unos textos extras le proporcionaron holgado pago y con ellos pensaba liquidar. Aunque al llegar, y esperar hasta pasado el ocaso, el joven olisque triquiuela para alegarle incumplimiento de contrato y embargar. Y no estaba dispuesto. Fumos a buscar al usurero y lo encontramos haciendo plantn al fretro del prelado al que serva. Le cogi el deceso del jefe de imprevisto y se excusaba de la incomparecencia con un gesto de hombros y el descolgar del labio. Y Finiquitada la pella, despre la sacrista de un siciliano seco para brindar por el fin de la relacin. Que no era, no. Sera nueva cuenta o ampliacin. Aspira el joven a aprender bien varias lenguas con el fin de volver a su tierra convertido en todo un seor traductor. Le alababa la idea el prestamista al chico aunque argua no ser momento, ni coyuntura, para bailarle dineros a la caja, y siendo lo solicitado importe para vivir allende el Mediterrneo un par de aos, no se atreva. Eso tambin, conoca a otro fiador que juega ms al filo, y por lo mismo, con intereses cuasi leoninos; se nos remiti a un tal Paulus Pisn, y ste, doblando riesgo e intereses, nos concert encuentro en el Coliseo a medianoche con un tercero. Las arcadas bullan de sombras. Peligroso entiendo tratar de dineros en tales sitios y a tales horas, sin embargo a la cita nos dijeron que acudira quin al momento podra resolver cualquier penuria Inocencio Pueblaermitas! Bastaba que mi acompaante preguntase a la silueta que se mova si sa era su gracia, para que no siendo, se difuminase la negrura entre las pilastras y siguiese la noche tranquila. A en punto, que lo cant un bho desde un olivo, se dej caer el sujeto. A orilla fumos, y tras escuchar las necesidades, se prest sin pega a poner el dinero. Ni en mi mundo conceden tan rpido un prstamo! Con orgullo aireaba Pueblaermitas el noventa y cinco por ciento de xito que tiene en los tratos. Y el cinco restante, que pudiera ser tenido por el quebranto, es en s el acierto alardeando el fulano de tener al cien por cien bajo tierra; y muertos entre grandes sufrimientos. Da igual que uno se vaya a vivir a la capa de Odn o de un rey animista ms all
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de la linde seca africana. Pueblaermitas sabe el negocio en el cinco que descuelga, y no digo yo, que de vez en cuando, no desee que alguien pretenda saltarse sus estadsticas. SHR de M

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05-21 Los caballos normandos que patean Barbastro pasan indefectiblemente por las manos de Roger de Sant Germain, maestro herrador, que en hombros de su hijo Enrry intenta dejar el cargo. Pero el chico no tiene ganas. Ni es varn. Es una hija medio macholo que ligera de cascos corra los vientos por un noble de Caen llamado Philippe. Enrrieta es ms valiente que muchos compaeros de armas y por eso al padre no le deshonra el secretillo que les acompaa. La chica destac en la toma de la ciudad y queran los mandos significarse con ella y otros cuantos, y por ello, reunieron para comer en un fign de chuparse los dedos; autctona la comida cocinando lugareos. Pasado el postre, ofrecieron los jefes a los homenajeados una muestra del ltimo lujo de oriente, hereja al paladar de muchos, pues aunque de un estimulante sincero, contrapresta a dientes y aliento un indecoroso tono negro. Con esto quiero decir que alguno tom a mal el caf y lo escupi al acto, pero, y entre ellos me encuentro, otros saboreamos el amargor con placer. En torno a la taza, al buscar punto con azcar, quedamos los que indagbamos las virtudes del brebaje. Yo, mestizo de alma y gustos, prob variante en lo nuevo y aadiendo un buen chorro de leche de vaca lo encontr perfecto. Otros lo alegraron con algn alcohol bravo; e incluso muy diluido en agua se hizo tolerable. Sabroso el tema de sobremesa, se acab distribuyendo el excedente y alargando la velada. Y con la noche descubri Enrrieta la autntica virtud. O maldicin. La noche Moka. Ahuyentado el sueo, la chica le entr a la Luna vagando por los campos. En un regato del ro acert con ristra de prisioneros en espera de juicio sumario. Se fij en uno de ellos, y por trazas a su amado, con l entabl charla distendida y gesticular. Le reconoci la bravura defensiva desplegada, lo mismo que juzg descabellado el seguir resistiendo estando la ciudad rendida. Y el joven, en vez de enojarse, responda absurdeces y planteaba otras preguntas, ms lgicas al entender comn, de las que la mujer no poda defenderse reconociendo la gran verdad. Ms feliz hubiesen sido todos quedndose en sus casas. Enrrieta cort las ligaduras al cativo y le inst a que huyera y dejase correr, pues ella, palabra, iba a colgar las armas para marchar a buscar el amor a la patria. Y sus camaradas, supona, tarde o temprano haran lo mismo. Rechinando dientes qued la mujer con el pulso alterado. SHR de M

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06-21 En Selsey, Inglaterra, da igual que los seores se declaren sajones viejos o jvenes normandos. El cambio que trae Guillermo de Normanda no se nota en el campo. Psimo y a destiempo se entreg el clima y vano resulta protestar a los invasores, o clamarle a los dioses, las desdichas. El que llora pierde vez y poco cuartel cede el agro. Una pequea granja apenas puede sacar adelante a los adultos, as que desde bien chiquitos instan a los hijos a la emancipacin. Al llegar yo levantaban el vuelo unos gemelos albinos, que salvo por una peca bajo el ojo, eran calco el uno del otro. Partan con intencin de contactar con un familiar de Portsmouth que suponen les encontrar apao en los muelles. El to es casi mito porque antes que ellos otros hermanos mayores, y hasta primos, dejaron el terruo con palabra de negocio, y para todos encontrar trabajo en los bajos fondos al no regresar ninguno. Aseguran que siendo parientes desde el pantaln tendrn tendida la alfombra roja. Y creyeron verla en el sendero que embocaba a la rada. Mas antes de llegar, un barco que sala nos dio flanco e hizo la leva que le vino en gana; siendo gente de encinchar armas se ahorraron explicaciones. Carne de boga que se intua a los chicos, fueron asignados a primera lnea de banca, y antes que pudiesen ponerse de acuerdo para saltar la borda y ganar la playa a nado, navegaba el bajel las aguas del estrecho. Se me admiti pasajero y libre fui para moverme; aunque no siendo nave de echarse al ocano apenas exista cubierta limpia para pasear. S, algunos no pudieron objetar nada para no ser embarcados, mas la mayora era gente de Guillermo que volva a casa. Unos, yendo rasos, retornaban con charreteras y ttulo nobiliario, otros, llevando en la ida todo lo anterior, silenciosos volvan en arcones forrados con plomo. Suertes distintas, y lecturas, tena la aventura para todos los presentes. A ltima hora de la tarde atracamos en Le Havre; al otro lado del canal. Se vaci la bodega y se desaloj la cubierta. E incluso, entre la marinera, se reparti paga y propina por la rauda travesa. A esa ronda, aunque los hermanos pusieron cazo, no les cay parte. Se les dijo que era el monto del enganche, pero que si vean futuro al arte, de ahora en adelante tendran la parte del novicio. Y quisieron. Todas las trazas esbozaba el capitn de reemprender singladura, y antes que quedarse colgados en la isla que presuponen ser el continente, se adheriran lapas a cualquier amura. Con la misma marea volvieron a echarse al mar navegando con proa a Inglaterra, hasta que, azar, un barco mayor que el nuestro nos agarr borda y tambin hizo leva Pero de voluntarios!
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Ellos iban muy al norte y a esas latitudes no conviene ir obligado. Los muchachos, contra toda presuncin ma o del emptico, se ofrecieron izando las manos. Cambiaron de barco, y curtidos, antes de separarse, uno de ellos baj a la bodega, y desfondando el cascarn, dio gracias por lo instructivo del paseo. SHR de M

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07-21 Cautivo por cualquier tonto capricho, un sacerdote cristiano lleva aos preso de las fratras vikingas. Debi pasarlas canutas hasta hacerse con el idioma, y ahora, aunque tampoco se le aprecie mucho, al menos en rondo le sienta algo de parroquia. Consigui interesar a unos cuantos con la ayuda de un libro que recuper de alguna pasada incursin a los confines de Europa. Un Beato de Libana que fascina por sus palabras apocalpticas y la esmerada iluminacin; rpido enganchan a lo macabro y le buscan para que ensee. Conversiones, lo que se dice conversiones espontaneas y sinceras no ha tenido. Logro considerar la libertad pastoral que le consienten, y sabindose en la brecha, no desespera y a la murga se da con quien crea ver madera. Pero pocos. Poqusimos le aguantan la brasa, y delante de m, lo vi arrastrar por los pelos y saborear dos guantadas al no callar a tiempo. Y le gust al condenado! No es lo suyo masoquismo singular, dice que es voluntad de martirio al entender ms sentido en la evangelizacin de estos salvajes, a batallar la refinada hipocresa de sus antiguos feligreses. Igual calarn las palabras tal en su casa, pero entre salvajes, sin duda, tanto alegras como sinsabores sern mucho ms intensos. SHR de M

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01-22 Tres jvenes toledanos temerarios tomaron en la ltima aldea un explorador capaz de agarrar el rastro por el aliento a una trtola. Y se es el objetivo, pues aunque lo venteado sea un ciervo de sesenta puntas, es tan leyenda su existencia que se duda. Cierta vez, el padre de los muchachos, escuch con estupor comentar, al mismsimo emperador, su existencia, y de ah que el noble Pascual de Barbadillo mandase a los hijos a buscar un regalo digno de Su Majestad. A la vuelta caa el santo y, teniendo tan cercano el desembarco Almorvide, se cuidaran los regalos al extremo. La semana estuvieron los chicos recorriendo los chaparros a corva vista, azuzando las zarzaleras para mover lo que all encamaba. Llegaron atrados por la leyenda del ciervo, mas otras singulares y fantsticas bestias poblaran los riscos y roquedos. Y as tambin se les asegur, que se tema a un oso ciego y rencoroso que a olfato se manejaba para dar con vianda sabrosa o nio tierno. Y un guila que llevaba a lo alto lo mismo cabritillas que a la paisana que estuviese oreando la ropa. Y los lobos; que no falten. Se reseaba uno patituerto, cano y calvo que gustaba abrir las puertas de las casas y reventar alacenas por no saciar con vacas; listo y grande sera el condenado porque llevaba el siglo y medio dando batalla en los valles. Mito, s. Toda fechora a los bichos! La familia del propio gua inventa las patraas. No tiene otro posible negocio el lugar y siempre su reala garantiza el acabar con animal singular. Y se caza. Y para mantener el coto vivo, a ltima hora tambin siempre titubear el ojeador si ser el ejemplar abatido el monstruo que se buscaba; limpiando el cuchillo contra la piel de la bestia, y con un simple chisteo, y un suspiro entrecortado, deja en el aire la duda. Los muchachos, por sugerencia del hombre, quedaron apostados sobre una cornisa a la cual encaja la escorrenta del arroyo. El rastreador fue a levantar las bestias; aconsejando que quedasen atentos. Invisible, encapuchado, tras l fui, y cul no sera mi sorpresa, al encontrarle en un recodo acariciando la frente del temido oso que ment al principio. S, ciego y enorme, mas rencoroso slo sera si se le buscaba mal paso de baile. El oso se llamaba Fuerte y era muy viejito. Tiene el monte sucesor pues Fuerte-Fuerte, el hijo, y Fuerte-Fuerte-Fuerte, el nieto, disputan a los congneres las vertientes norte y sur del Borbolln. Hermano del paisano pudo ser el plantgrado al criar ambos junto a la misma chimenea. Lloraba el hombre pese a intentar controlar el gesto, iba a dar hasta la
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piel la bestia por la familia y el abrazo desde luego fue sincero. Como si supiese, el animal puso en pie y tom la trocha para dar batalla. Y tan digno se bati, que enorgullecer a los Barbadillo el saber que los vstagos quedaron en el intento dando mayor valor, por supuesto, al presente disecado; que s, se har llegar. SHR de M

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02-22 Doblan las campanas de Lyon y de todo Francia. Llama la cabeza de Roma a la hermandad convocando cruzada contra el Islam. Se lleva mucho esperando. Y temiendo. Todava se recuerdan los destrozos del milenarismo reciente y se reza para que la baranda del camino no vuelva a montar turba. Cualquier pretexto es bueno y ante la posible chamusquina los negocios cierran y los tenderetes del mercado recogen. Desde la ventana de Silvia de Lalippa resulta hasta cmica la desbandada. La mujer departa con un tratante de libros que adems de traerle el ltimo grito literario, La Chanson de Roland, tambin acercar noticias del resto del orbe civilizado; aunque no sea cristiano. Del otro lado de los Pirineos la joven iba siguiendo el devenir al enganchar con gusto a las proezas de un caballero bizarro que llama Daz de Vivar y da candela a toda injusticia bien caiga sta del campo cristiano o del no menos noble musulmn. S, el Rodri. Se le hizo Cantar. La mujer no slo lee vida poemas de hazaas y gentes de armas. Tom trato con lo selecto y pagano del pensamiento Heleno. Y sobre la Lex Romana le preguntaba en vida el propio abuelo siendo jurista. No hay pensamiento cristiano transcrito que no haya pasado por sus anaqueles. Ningn asco har a cualquier saber. En el hatillo que acercaba Simn Strauss iba el clculo de Abu-l- Hasan, una copia en piel damasquinada del Rubaiyyat y el testamento filosfico de Ibn Hazm. En las manos tom la obra de un tal Al-zarqali por decirle astrnomo y dibujar como tal. Ay, si pudiesen los humanos acercarse a la Luna para verse y ver! Cun ganado tendran... S, pero ya s que no debo ni plantearlo. La mujer pag el encargo y dio por supuesto que el librero se quedara a cenar, y como a m me dijo tambin ver cara de hambre, pidi a una sirvienta que pusiesen mesa para cinco; porque el hermano entraba por la puerta. Cenamos con el padre presidiendo. El hombre tiene una vaquera y mientras la conversacin rond los lacteos o los precios del mercado, la cosa fue bien, ahora, lindar a otro pasto, y el anciano perdi tono dormitando la parrafada. Por no desvelarle el coscorrn nos invitaron a mudar el coloquio a la sala de estudio. Acogedor sitio, s. Y libros hasta el techo. Gozan los hermanos del lugar al rehuir el padre de todo tipo de tinta que no sea el ronquido crudo. El sitio me pareci hogareo mientras el cuestionario al que responda se ajustaba a la curiosidad del anfitrin, pero inteligente de veras se demostr el terceto y ni que acordados sent pasar de la pregunta plana al interrogatorio policial: que desde cundo estaba en Lyon y en el reino. Qu inters
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me traa y dnde haba aprendido francs, castellano, hebreo y hasta farsi. Y, por supuesto, dnde haca noche mi servicio al no aprecirseme muesca de trabajo en las manos. Me hacan la ficha por separado aunque los tres preguntasen a la vez. Y no me gust la sensacin. No. SHR de M

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03-22 Chicos de distintas confesiones renen entre ruinas en los arrabales de Npoles. Juntan de varios barrios para saber cul es el perro ms fiero de la ciudad. El chucho a batir se dira el mismsimo Cerbero al venir de la barriada del Infierno y rumorearse destetar a chanchazo pelado con hermanos y demonios; y comido desde entonces slo ceniza; y bebido en una fuente honda del Vesubio. Salvo el amo, no se desoyen sus colmillos. Lleva un par de aos de hegemnico dominio y reflejo es la calle. Altanean los abanderados su fiereza e inmisericordia, pero hete aqu, que la cuadrilla de los hijos de los tratantes de seda, importaron hasta la plaza un perrillo africano, que dicen!, al cual llevaban entrenando tres meses y ahora presentaban en sociedad. Los muy sinvergenzas se trajeron una hiena! Y la alimentaron el ltimo mes con huesos de gallina. Ni qu decir tiene que el combate dur un mordisco. Ni aplaudirse. La chiquillera abuche la desproporcin y tom camino de la playa para darse un bao y quiz rumiar venganza. El padre del amo del perro muerto tiene por astillero un banco carpintero y repara botes de poco calado, como artes, como si no hay nadie que le reclame, ni tajo tenga abierto, agarra un pincho diseado ex profeso para trincar cangrejos y se da al menester. Carlo Luncho naci en la mar y vivi de ella. Tanto se imbricaba su vida al oleaje, que se enamor de una sirena y con ella tuvo un hijo. No, no ste que conoc. Otro, que al tiempo que a la madre, tuvo capricho Neptuno de convocar a su reino. Desde entonces vive en la linde del agua aunque no entra ms que lo mnimo e imprescindible. Recuerda el hombre el celo marino y cuida de no engancharse a nada sabiendo al seor envidioso de todo amor. Sieso le es el trato con este hijo al querer preservarlo, y, muy a su pesar, el nio sali endemoniado y medio pez. Capitn de la cuadrilla, arrastr tras de s a lo destacado de la panda, y ponindose de acuerdo con tres o cuatro palabras, y no ser la primera vez que hacen, treparon la guindalera de un navo y lo esquilmaron a modo, al haberle hecho llegar la corriente, al centinela, una barrica de roble a la deriva. Y, desde luego, ellos tambin saben rer tal hienas. SHR de M

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04-22 Ola el aire a tormenta en un horizonte plano. No pas mucho hasta or los cascos y la guarnicin de un jinete. Ah, y su prisionero. Llevaba del cuello con tralla y haca andar delante del caballo como detrs; y su fechora era manifiesta al afirmarse a gritos cabecilla de una banda de salteadores despiadados. Mucha trocha les quedaba hasta Jerusalem, dnde pensaba entregar para que se juzgue. Deca no ser costumbre de templarios el llevar ante cadalso, pues all dnde hay culpable, tienen potestad para abrirlo. O lo que entiendan pertinente. ste que encontr se vesta muy justo identificndose primo tercern del fundador de la orden, y con ms razn por lo mismo, el cautivo amenazaba con vengarse sobre toda la Casa y gremio si le daban oportunidad. Y para drsela, y que saben, les seguan los compinches a distancia prudente. No iba muy sobrado de fuerzas Gerard de Payens y prefiri montar campamento en el punto, ms all, o ac, el lugar que eligiese para acampar sera de difcil defensa. Lo que qued de da lo dedic a tomar resuello, comer, y curarse las cuchilladas del primer asalto con los bandidos. Y contarme a m su vida. Uno y otro. Tiempo tuve para esbozar lo bonito de sus respectivos negocios, y de lo malo tambin se me dio ejemplo cuando con la oscuridad atacaron la posicin. Yo me hice invisible apartndome un par de pasos, pero Gerard, antes de encarar el combate desigual que le ofrecan, mat al otro para que no quedase sin juicio y despus se tir a la refriega haciendo bandera del templario. Caro le va a salir a la orden, aunque fama sin duda harn si se venden todos as. SHR de M

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05-22 Antes de llegar a Toledo, Abu Aman ibn Rusidi piensa hacer noche en Mayrit. A unos pocos kilmetros todava se alza la alquera de los Murat y se recibe con un Salam aleikum en los labios aunque no se profese la fe; por el continuo ir y venir de las fronteras arraigara en el sitio una estirpe de gente que tumba a todo aire, y si el cfiro es contante y sonante, hasta son partidarios de hacer el momento sabbat. Entenda yo el da echado en balde, uno ms, cundo una hermana del restaurador, al leerme la mirada perdida, me inform que las distantes luces pertenecan a la atalaya de la villa. Desde la loma a la que me llev tambin se intuyen, ms que ver, las crcavas del Jarama; que recomend para comer melones y conejos. Si soy gustoso de las cosas viejas rese un cerro cercano dnde tras cada chaparrada aparecen puntas y hachas de piedra. Y de ser tiempo de baos, me indic una alberca que nace al rebosar el arroyo Abroigal. Y una cercana explanada, dnde juntarn los vecinos de las quintas orillas, que llamando la Campa de Cagarruta poca fiesta barruntaba que no fuese rumiar los tallos o correr dando patadas a una vejiga. Aunque pedneo a ninguna parte, la mujer imagina mil rutas de escape a este srdido enclave que le retiene. Fernanda de Morata, que viene a lloriquearse, trocara toda la hidalgua y buena sangre que le pueda quedar al apellido, a cambio de echarse al camino. Me suplic que terciase con el compaero para hacerla concubina y llevar a ver mundo. No ve mayor peligro en hacerse barragana y servir a un marido, que seguir siendo la esclava de once hermanos holgazanes y misginos por mayora. Loca est Fernanda por evadirse de la familia al igual que el buen Abu, y tras informar, y ofrecerse la dama a llevarnos a un cercano pajar de infinito confort, accedimos. Lecho mullido tal dijo, haba. Y l y ella lo gozaron por gustarse desde haca algunas embajadas. Pese a que el emptico me haga invisible a luces y sentimientos si quiero, dej a la pareja saciando sus pasiones. La noche qued despejada y fresca. Antes de salir el sol, y yo ser llamado, tom Abu la cabalgadura y dispuso todo para su marcha, y de las riendas, antes de irse, se acerc para despedirse de Fernanda; a la cual prometi plaza fija en el serrallo. Fernanda le despidi a moco tendido aunque sin creerse la esperanza, y una vez ido, se encorset las carnes al atavo y se dispuso a la brega diaria con parentela y viajeros. SHR de M
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06-22 No siempre el nio prodigio llega a genio. En Fontenay presenci muestra de precocidad frustrada con un simple manotazo. Un par de pisotones para ser exacto. Andan construyendo un edificio para el Cister y quera extremar el cuidado en los remates el jefe de obra, por tal motivo hizo venir, pese a ser domingo, al vocal de los paletas, y ste, debido a compromisos familiares, del cuello traa colgando una hija pelirroja. Pelirroja! Conociendo lo supersticioso que es el jefe, dej a la nia en un montn de arena de ro para que jugase y no molestase mientras hablaban los mayores. Que si as la altura y as las vidrieras. Y acull que no se les olvidase picar bien para que el claustro tenga vida y gocen de verde los monjes. Y la cra, entretanto, con la arena mojada jugaba a ser mayor y construa una casa en miniatura que ya quisiera yo a escala para m. Ni una recta! Azoteas, terrazas en cascada, escaleras caprichosas y acabados zoomorfos, que curiosamente, asoci, con el reino de las hadas. Y revestida toda la obra con surtido de chinorros, maderitas y cascajos de desecho. Y luz natural en cada estancia al trabajar la miga a travs de claraboyas. Grosera la maqueta y mucha loa lo mo, vale. Pero, sinceramente, prefiero eso a las muy sacras y vistosas construcciones de las que pretenden hacer gala; mamotretos a mi gusto. Y si s que va a estropear el padre sin atender, consolido antes yo la arena con resina y me subo la maqueta para arriba de recuerdo. SHR de M

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07-22 Chico... je, je. Aunque as le voce la madre, Mi nio!, el desarrapado que yaca en el lecho cardaba barba de varios aos sin conocer poda. El joven parti a una nueva cruzada que voce un tal San Bernardo y volva hecho hombre y vapuleado en Tierra Santa; que ni lleg a ver. Su barco fue presa de la flota berberisca y l hecho esclavo; y porteador a la compra; y tambin labor de minero, embalsamador y buscador de perlas; que fue la tarea que le dio puerta para escapar. Pero todas historias, tan cruentas, que necesitarn de largo tiempo para desgranarse coherentes. El joven dorma en la cama mientras el padre, muy ufano, propagaba la noticia por toda Baviera y mandaba recado urgente a Rugen; para notificarlo a otro hijo que en la bsqueda del hermano precisamente iba a zarpar. De contenta que se encontraba la familia, fundiran los ahorros del invierno abriendo el gaote a un marrano y poniendo al fuego. Palabra que sinceros eran y celebraban a pleno pulmn, mas ms lista que nadie, la madre, en cuanto calcul que el cabeza de la casa embotaba el paladar, nos cambi el combustible de la jarana aduciendo tener que dejar algo para el propio convaleciente. Y en su lugar, y para no or protestas que llegasen a la habitacin, abri otra barrica de un indiscutible valor sentimental, al enmadrar, en la cuba, desde el mismo da que naciese al que ahora se aireaba renacido, pero, de verdad, de un spero vinagrero, que slo ellos, por acostumbrado el garganchn, pudieron seguir disfrutando. Mi cara no contrari al viejo porque a su gusto, y al de su propio abuelo, echaron races las cepas. Debe saber el hombre que sus caldos no ganan adeptos... ni amigos. Y por eso me confes que en el lagar coca nueva cosecha con uvas bastardas y mucho hueso. Espera que gane el vino y no se atreve an a lanzar las campanas al vuelo. O llevar al mercado. S, a la cata me ofrec a despecho, digamos, de mi integridad. Bien avenido est el matrimonio, y cosa de un simple gesto fue sacar una jarra de prueba; y pedir a una hija escanciar; y a m rogar dictamen; cuestin que antes de nada quise dejar, y recalcar, opinin de mal vendimiador. Poco color el visto. Negruzco. Denso. Al olfato no presentaba tampoco mucha loa, quizs, por enmascarar el barro del recipiente su arenoso natural. Y el sabor, pues aunque habla el vino no lo hace al odo, el sabor en vez de aunar virtudes y dar cuerpo, se descompona amortajado: agua, alcoholazo y el sopapo a madera retorcida y mohosa de las propias parras y cubas. Obvio que no iba a valorar la aada psima estando invitado, entre mareas pretend quedar, y sutil, profer que era caldo de tragar sin complicaciones. Y
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sonreir. Por buena tomaron todos la crtica, salvo la mujer, quien, conyugal, gui el ojo al esposo y enhebr entre risitas maliciosas al cuarto del hijo pocho. SHR de M

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01-23 Aprieta el Sol con ganas. A medioda ni las infinitas lindes que hacen rail tienen sombra aprovechable. Pica casi vertical. Sent en un viejo millario romano buscando algo de aire que corriese, y desde el altillo lo que consegu fue un punto negro en la distancia levantando polvareda. Nada me distrajo del lento crecer de la mancha hasta convertirse en jinete. Y al roce, y desbocado que pas, entend correo urgente. Para no quedar en la duda un vistazo bastaba, y tras ratito de fijar los ojos en la distancia, tres o cuatro puntos negros encuadraban horizonte. Rpido tomaron tamao llegando hasta m, pero en vez de proseguir su rauda carrera retuvieron las monturas unos segundos, transcurridos los cuales, comprenderan que no soy quien pudiera y volvieron a espolear sus jumentos. Con ganas qued por saber del alma de tanto galope, y siendo de darme a saciar, cog un caballo que desjinetado segua la estela del correcalles y me un a la persecucin. Vestido con el emptico no se es lastre para el caballo, y bien guiado, presto alcanc a los perseguidores. Se sorprendieron, mas gorda deban entender la razn de la fijacin y no me prestaron mayor inters. Y viendo que ni esto les iba a mover a entablar lazo, electroestimul mi cabalgadura para que arrease. Bien entendi el quido al abrir distancia, tanta, que par en seco al temer haber adelantado tambin al primero sin darme cuenta. Pero no. Imposible desde luego que fuese por delante al ser despejado el remanso y no divisarse jinete alguno, ni polvareda. Y por detrs todava estaban lejos los del grupo perseguidor. Dnde Dnde se haba metido? Gracias al emptico localic al fulano a no ms de diez metros, y pese a no querer ser cimbel traidor, fu. El hombre se supo delatado y desencam con el caballo puesto. Tendi el trote por un barbecho y a un tris estuvo de ponerse a salvo cruzando el vado que custodian gentes de un rey cristiano. En la orilla la espich el jaco y entre la maleza de la rivera acab dando batalla a los que le atosigaban. Y matar si le plugo. Imagino que as hara, porque, vestido con el traje reglamentario de observador, an as!, fue capaz de cogerme en un descuido y asentarme un cuchillo en las costuras. S. Son dcimas de segundo las que tiene uno para pensar pero dan mucho de s. Yo tuve tiempo para consultar al emptico y saber que era hombre de pulso fro; apenas denotaba ansiedad. Nostalgia, aderezada con lo vivido, antes de escribir estas lneas estuve disfrutando recuerdos de mi tierra. Mi casa. Mi mundo Real.
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S, hasta a Bestia calcul poder echar en falta! SHR de M

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02-23 Despert en un vergel. En un patio rebosante de flores desde el sumidero del aljibe hasta la cornisa. Tan grato me fue el lugar, s, que cerrados los ojos, permanec tumbado en el sitio. Ola el aire que embriagaba, y corriente que la clientela extase, no se me sac del embeleso. Prestando a escalpelo los sentidos cant presencia una colmena de abejas, varios jilgueros, un grillo desafinado y una bancada de hierbabuena, que al ser movida, impuso su presencia. Abr los ojos buscando el vuelo rasante de los estridentes vencejos, y en lo alto de una escalera de mano, que era lo que soliviantaba a las aves, una muchachilla se aprestaba, y se aprest, a cortar una sugerente orqudea que colgaba del tiesto ms alto y escorado. Delicado corte, al ser la pieza colofn para una enorme corona de flores. Aunque yo lo sent cruenta infamia hallndome gozando del lugar. Protestar no protest pues comprendo la idiosincrasia de una floristera, mas, tocado por lo visto, farfull que an no estaba reventn el capullo y demand, tal amante, la presencia del responsable. Igual que yo pensaba la chica, y otro par, que con vivaces tijeras atendan sendos mandados. Conmigo estaban en que se demandaba, y urgente, la figura del jefe. Pero ste no iba a venir. No estaba en la tienda ni en los viveros de la vega, el hombre gestionaba otros negocios y un par de semanas llevaba que no apareca ni para ordenar regar las plantas; por pura dinmica atendieron la tienda las jvenes, mas habiendo pasado nosequ desastre en Alarcos recientemente, se les fue de las manos el negocio, y sin gnero, entraban a filo vivo con las existencias privadas y la simiente extica del patio. Entendiendo que arrasaban lo que se me antojaba paraso, me ofrec a traer al amo de la casa si me daban referencia del aspecto. Y sitio dnde empezar a buscar. Viendo que insista, me invitaron a dejar toda pesquisa porque bien saban dnde paraba, y de no llevar el emptico, no creo que hubiese sonsacado el paradero exacto. Estaba all mismo. En el stano. Se ocultaba el hombre en casa al no quedarle escondrijo en el mundo. As me describieron su tesitura. Deca ser musulmn de relajadas costumbres corrido de Granada hace mucho, y por lo mismo, por poco desdeoso de todo vicio, encontr amparo en Toledo a orilla de Alfonso VIII. Pero despus de lo de Alarcos! Ni aqu se le querr Y adnde ir?! Las mujeres, que resultaron ser una ahijada y dos sobrinas, estn con orden de vender hasta los clavos, y aunque gente son del credo de Al, vuelan los ramos y
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coronas sabindose ganga obligada, y muchos, sin perder ser querido a manos del almohade, aprovechan la ocasin para adornar el panten o la casa; como el huerto de entrada que peda a gritos un frutal. SHR de M

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03-23 Callejuelas tiene El Cairo dnde no entran cruzados. Se habla de la toma cristiana, pero no chocan los aceros, ni corre el hilo la sangre, en esa parte de la ciudad; ya da encarnizada batalla la miseria. All conoc a un solador de techos que apenas hizo alto para recoger las herramientas. Afianzaba el piso de una azotea cercana. El joven trabajaba para Yusuf Baa, poeta local, que le introdujo en el gusto a las palabras. Algo tuvo que ver una hija del juntaletras que fue motivo sobrado para aceptar el encargo; paga sera la mirada. Y cre, pues al aparecer la moza en la solana, se le colg al muchacho del rostro una tal sonrisa que la joven se ofreci a traer un cubo de heno o encincharle bocado y bridas. Hace ao y medio empezaron las obras y todava la joven se encargaba de encontrar desperfecto que alargue la apa. El padre si lo saba, consiente. Y si no, que es lo que aparentaba, igualmente consentira pues es hombre elevado y abstrado desde que qued viudo; slo despega de la mesa de estudio para asearse, rezar o comer. Cuando le fui presentado ayudante del solador me dedic una mirada que luci despilfarro. Andaba en la rplica a una conversacin que se trae con un amigo en el lejano occidente. Ibn Rusd. Ambos discuten los postulados de un tercero, Mosh ben Maimn, y aunque afines, afina la crtica, al extremo, que ms que misivas el abuelo redactaba tratados. La hija, para darme calibre de padre, ley por encima del hombro los versos calientes que la noche de insomnio dejaron. Aunque discuta por correo de lo Divino y lo Humano, es incondicional de lo que enamore a la hija, y as le confes de sopetn sta su amor por el alarife. Al chico le arrebol el rostro la mirada del futuro suegro, y agradeciendo el aviso previo, corri llana en mano a dejar al ras un esquinazo del tejado. Tras un rato de silencio incmodo, el viejo sonri con cunta boca tena, y entonces fui yo quien se ofreci a traer salvado y cinchas. Todo alegra. Todo bendiciones. Todo gritos, pues, siguiendo con el jolgorio, a voz profunda se conmin al albail para que bajase. Baj el muchacho con la espuerta puesta por si era cuestin de cubrirse, pero en vez de eso, mantuvo el padre durante unos segundos eternos la compostura, para finalmente reclamarle a la vera con una palabra que lo deca todo. Ven, hijo. Antes de abrazarse al nuevo padre, en camino, dos pasos tuvo para jurar al hombre que le har abuelo y a ella muy feliz al pensar atender tal si fuese la nica. Cmo! Qu ya tena esposa?! Y posiblemente algn hijo!! Mahnou y su padre quedaron mudos. El uno, tras un rato de reconvenirse en silencio al optimismo, fue a la mesa de trabajo para apostillar lo que dejase abierto en canal, y ella, desolada, subi a la terraza para contemplar atardecer.
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La ciudad exhala cataratas de humo que resean el paso de la locura cristiana. Bien sabe la muchacha que lo que traen esos hombres es muy mala fe, mas al momento soaba que uno de ellos galopaba la calle y en la ventana de casa le ataba el caballo. Y escalaba el enrejado de la fachada para dejarle, a los pies, muestra de su amor. ... mmm... Mismamente, la cabeza del antiguo pretendiente envuelta y con lazo rojo. SHR de M

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04-23 El tasquero coment que vena cierta eminencia a la universidad y nadie quera perderse las palabras, pero en cuanto se dijesen, asegur, los feligreses acudiran en tropel tal suelen hacer. Buena clientela encontr entre la estudiantina de Oxford, y aunque el lugar es lgubre y cochambroso, l se hace a la idea de regentar negocio refinado al ser el nico a este lado del ro: La taberna del herrero. Pero por lo pronto no se vea otro adepto al sitio; salvo una perra molosa y tetona que expresaba mirada vaca desde el dintel de la puerta abierta. Estando que haca ecos el tugurio, se me antoj el chucho un actor consumado de alta escuela. Estuvo toda la maana, y buena parte de la tarde, dormitando en el quicio; a ratos se poda saber de su mundo onrico pues aunque echaba cortina de tercer prpado, lama con fruicin de un cuenco de aire o se mova refleja tal si estuviese corriendo. Y ladrar. Refunfuar el celo a culetadas. Y profunda la cabezada, quiz, hasta mamar de una teta en su dulce infancia. La perra es libro abierto para leer. As me fue muy sencillo adelantarme a la arribada de los estudiantes y consolidarme en un buen puesto. Pensaba que entraran en masa porque la perra cimbreaba la cola como aguardando regimiento, mas resultaron slo cuatro muchachillos los que se dejaron caer. Y ni estudiantes. Son pajes y escuderos. Aunque de largo hacen mayor gasto estos que los otros; cuando uno, cuando no otro, se empechan de orgullo por invitar a una ronda a los amigos. No me cost ser incluido en el grupo, y al no aforar yo dinero alguno, cambiaron el mtodo de pago pasando al escote. Aportaron a un fondo comn, y para no tener que custodiar ninguno la bolsa, entregaron al tasquero rogando que pusiese de beber hasta agotar o perder el sentido. Y cosa de la primera contingencia vino a quedar el caso. Beben desfondados. Confieso que respir con alivio cuando el hombre nos anunci la penltima ronda so pena de reunir nuevo capital, en todo caso, rese que la ltima corra de su cuenta, y por tal, tambin se uni El Herrumbres al penltimo brindis. Pero no pudo chocar. La perra no le agita la cola a la Luna y de ah que se aprestase el sujeto a dar servicio a nueva clientela. Y fue, s. Entr un joven noble con el servicio preguntando por el camino de la Universidad. Y entonces fue cuando entend la industria de mi compaa al ofrecerse con un sobrio incierto a solventar los problemas; el alojamiento del nuevo estudiante que entendan. Y antes de llevar a la sapiente institucin, le instaron a confraternizar y degustar el primer monumento: La taberna del herrero. Y a la primera copa le invitaron al estar pedida y puesta, aunque en adelante, y sin
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darse cuenta, corri por parte del nuevo el festorro. Si lo que pretenda el joven era conocer mundo sin mover mucho, top con sitio adecuado para espavilarse. SHR de M

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05-23 Al-Quds. Yerushalayim. Ierusaln. Flota un halo de santidad en la ciudad a la mera enunciacin. Las tres grandes Culturas de este lado del orbe la tienen por muy santa y quieren hacerla suya. Al da la rinde Saladino para la fe musulmana, pero entendiendo los habitantes de los vaivenes histricos, no se entregan al nuevo amo de todo corazn. Algunos intentan escurrir el bulto confesional hasta que pegue bandazo el destino. Y puede que tarde. Una familia hebrea vieja, a medias con una cristiana de no menor raigambre, apalabraron villa junto al Mar Muerto que les ampare el tiempo que tengan que permanecer fuera. Piensan que un par de semanas bastarn para encontrar otra vez las cosas en su sitio. Puede que la alndiga les quede vaca, aunque con el poco gnero que dejaron no merece hacerse espina. Ni arriesgarse. Los nios juegan hermanados pues las madres lo son, y el servicio da cumplido trabajo a las necesidades de la marcha, as que los cuados iban de la mano cerrando unos negocios futuros que no pueden descuidar. No parece que escapen de nada, por ir llegando a Baylaham hasta se hablara de placentera excursin. Pero or unos gritos, unas voces, y ver un sujeto, uno, requirindoles desde lejos, les brot el canguelo que trajesen y ordenaron a la comitiva echar a correr sin atender la demanda. Y familia, al tiempo espantaron. El hombre que vociferaba dud si seguir al grupo que sala de najas o centrarse en m, y digo yo que por no verme asustado optara por mi humilde ser. Cun honor, y hablo sincero, al ser el individuo que se acercaba un majara con nfulas mesinicas. Hijo del Dios de turno pretendi presentarse, aunque le chaf la credencial el chupar sin recato unos odres abandonados con las prisas; y tiesos. A ste le acert el Sol un tantito ms que a los dems! Ni a m ni a nadie se la pegar, y bobalicn l, pretenda cambiar un trago de lo que fuese por un milagro a capricho que bien podra obrar. Yo le propuse que saciase con su propio arte e hicise llover veintiocho das con sus noches preceptivas. Y l, ofendidsimo, me dijo que ya hizo y que no le gusta repetirse. SHR de M

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06-23 Es bonita Compostela. Chiquitita y limpia. Dirase a criterio de un compaero ser la gente ms evanglica de la Tierra tras la romana, y aun asegurndole que algo conozco de la vida de aquella plaza, se reafirmaba en la opinin. Cientos de cruceiros jalonan el camino y dan a parecer. Estaba el hombre tan convencido, que renegaba de toda posible superchera al momento en la ciudad, pero, para darme la razn, y que alguna me cruc, las mscaras precristianas salan a celebrar el carnaval. El hombre no estaba para paganismos y enfundndose en la capa enfil a sus asuntos. Qued con una comparsa de msicos bullangueros que al pie de una balconada daba recital a una vieja. La mujer les balde la gracia y suplic justicia a voces, lo cual envalenton a los rufianes construyendo torre humana para acceder al balcn y al piso. La anciana se opuso cunto pudo, pero al final, un truhn, que era el hijo, tir por la ventana el jamn de la despensa, y luego, l mismo, se dej caer. Esperara el muchacho que le amparasen los cofrades, aunque habiendo salido por patas con el serrano al hombro, no qued ms colchn en la calle que el empedrado. El chico se mat, s. Se destap la sesera y en la conmocin no sinti. Ech a correr con los amigos obviando la omisin y desternillndose a seso limpio. Le hua la gente la mascarada y con gran alboroto entr en la plaza del Obradoiro. Le aguardaban los compaeros junto a la entrada pues cuadro burln tenan previsto parodiar del recin inaugurado Prtico de la Gloria. Once le aguardaban y l haca la docena. El muchacho lleg al arranque de la escalinata pero no ms lejos. Ah solt el respingo postrero quedando en la pose. Y se grit. Mucho se haba chillado su irrupcin en la plaza, pero el desmoronamiento llev a que en cascada se desmayasen las gentes blandas mientras los que crean chanza de comparsa lloraban lo genial de la idea. Yo, por si acaso, no queriendo pleitos con nadie, me hice el encontradizo con el austero peregrino del principio. Con l visit la cripta del Santo. Por desgracia, pretendi cristianizarme al comentarle que virgen soy para cualquier religin que l conociese. A nada que me despist el hombre deba estar padeciendo el shock beato oportuno y conmigo la pagaba, quera llevarme a una pila cercana para que metiese la cabeza y renegase de toda inmundicia que me pudiese habitar el alma. A resultas de lo cual, y obrando a mi favor el emptico, corri la costalada todo lo largo que es la nave central hasta crocar con el santo. Y yo, por si ste tambin descrism, sal a la plaza de las plateras y me un a otra calaverada.
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Bailando y riendo las ocurrencias del vino nos presentamos en el pazo de un filntropo famoso. Periquio Lume. Notable contrabandista, y matafareros, dilapidaba los ltimos das de vida entre chirimas y francachelas. Estaba el sujeto a un paso de irse y por eso quera que le agarrase bailando. No tena descendencia, ni ascendencia podra dejar por veterano, y antes que le administre los cuartos de la herencia un testaferro de la iglesia al alimn con el cabildo, se aprestaba a no dejar bien salvo el que vaya a acoger sus huesos. En la intimidad de la cripta, y curioso, le pregunt si se podra saber lo que llevaba derrochado en cachondeos varios hasta la fecha, y al momento, y no dudando, me puso en el sitio del invitado al insinuarme lo inapropiado de la pregunta, y pese a ello, muy tranquilo de conciencia, asegur no fundir nada que antes no ganase a pulso. Y por tal, hasta la muerte le sobrevino en un atraganto y en su nicho le cogi sentado. Ni llevar. SHR de M

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07-23 En invierno est tan congelado el suelo que no encuentra camino el pico. Francoise, el sepulturero, decidi esperar a que entrase con ms fuerza el da y reblandeciese la tierra un poco, mas siendo la de maana la Luna llena de febrero, est la arena compacta y huelga intentar cavar. Sayo blanco gasta Limoges. Lo que por un lado es traba, el fro, por otro es alivio al evitarse el ptrido efluvio de los cadveres. Mucho tajo hay. Entre lo que mataron los rigores y la hambruna, y lo despachado por los ingleses, lleva el hombre hecho jornal de una dcada en lo que no llega ni al ao. Y ms hubiera podido sacar si a su cuidado se hubiese dejado lo de dar tierra al seor de las huestes que alborotaron el pago. Pero el tal Corazn de Len tiene quin cuide por sus restos o reclame. Francoise me invit a su casa porque supongo que soy el primer forastero que no le rehuye, ni habla con desprecio, y querra compartir la experiencia con la mujer y los hijos. Viven pegados al cementerio pues las mismas tierras circundantes le son de uso exclusivo. As puede tener puchero al fuego todo el ao, y no depender de la caridad de difuntos y dolientes. El propio Francoise es un hombre a la vista equilibrado, hermoso, mas feo y alagartado queda al presentar a la beldad que es la esposa y los retoos. Son felices. Mucho. Muchsimo. Y la envidia del vecindario. De muertos y vivos, s. Con ellos pas una grata maana. Los nios juegan a mil travesuras y no cesa ni un minuto el gritero en la casa, sin embargo se siente la estridencia signo vital y slo se amonesta a la infantera cuando los decibelios rondan el umbral del dolor. No paran ni un rato, y no es de extraar que se desfoguen entre ellos al no quererles tratos la chiquillera de los alrededores. Juegan solos por ser los hijos del enterrador. Y por eso, casi todo consienten los padres y hasta participan, en la medida, en las chiquilladas de los nios: pegar bigote y barba a una adusta anciana que falleci casi abadesa, o enterrar en hortodoxa fosa comn a un cristiano, un musulmn y un judo. O vestir de seora, para el descanso eterno, a un afamado cetrero y facedor de cornamentas. O, y que fue en la que particip yo, llevar la momia de un viejo muerto hace cuarenta aos a presencia de su mujer; que resida cerca. Esta broma no trascendera del simple aliento a una infancia transtornada, de no morirse del susto la seora. Cosa que por otro lado quiz tambin tuviesen calculado el padre y los querubines. La madre recrimin a marido e hijos. Y a m. Pero como ella tambin era hija de
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sepulturero, y la vieja estaba pa pocos caldos, al ratito ri la ocurrencia y nos exigi que recordsemos en la cena el alma de la anciana. Y dejar por hoy a los muertos en paz. Y hasta puede que se haga. SHR de M

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01-24 Aun yendo al pairo la embarcacin buscaba Brindisi. Cruzaba el Adritico aparentemente sin mano de piloto. De la costa magiar volva en plan fantasma. Slo un par de hombres podra decirse que estaban vivos, mas agonizantes, me hice idea de la conmocin que causar en puerto ver entrar la nave en tal facha. Ah! Y la bodega intacta y las provisiones sin consumir. Raro, s. Tiempos extraos. SHR de M

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02-24 Traqueteaba lento el carro. Los hombres del pescante dormitaban al saberse las bestias las huellas de memoria. bamos camino de una cantera para que el maestro cantero diese el visto bueno a la materia prima; de todo el mundo llegan pedidos y ofertas. Amiens, Salisbury y Toledo tienen los andamios puestos y las catedrales crecen por doquier, se necesita piedra buena y buenos maestros, mas no parecen querer cambiar de residencia, y vida, estas gentes del carromato teniendo ya en la mano cunto pudiesen anhelar. Dicen tenerlo todo. Lo nico que les incomoda es algn bicho pernicioso que saquea el corral de la casa en cuanto se descuidan, de ah, que antes de llegar a la llaga hecha a la montaa, parsemos en la cabaa del alimaero; individuo de pocas palabras aunque con gran sustancia en ellas, y por entenderlo a la primera, me desped del transporte rodado y me prepar para patear la maleza. Con la compaa que llevaba, y su exhaustivo conocimiento de cras y adultos de cualquier especie y reino vivo, me saba en jardn particular. As lo siente el hombre y lamenta que por das se desbroce y claree ms la masa forestal. No se rompe su postura entendindose rematador de la obra contra Natura. Vive plena su naturaleza y se sabe alimaa y alimaero a un tiempo sin entrar en contradiccin. Le bast llegar al corral, y ver el fino trabajo, y encontrar algunos indicios y pelos, para atribuir la constante rapia a un nuevo invitado a estos confines. La jineta. Me coment que debi venir con los musulmanes y al igual que ellos afinc en la zona; aunque con ms xito. Distribuy cepos y lazos por las trochas que con lgica, bien para entrar o salir, calculaba que usara el bicho. Y si eso no bastase, y pese a saber vano cualquier ojeo diurno al noctmbulo, batimos cuanta oquedad u escondrijo entendiese susceptible de cobijar bestia. Y nada, tal dijo, sera cosa de acecho el cobrar la pieza. Se fueron echando las horas encima sin mayor conversacin que la mirada profunda al vaco y un suspiro ocasional. Retorn el cantero. Y con la mujer cen y march a la cama mientras en la espesura nosotros esperbamos la visita del furtivo. Y vino, s, menos mal. Mas no por las sendas propuestas puesto que desde un rbol se dej caer sin ruido al chambado del corral, y de ah al gallinero era slo un paseo. Podra haber salido de su escondite mi acompaante, y si no a echar mano al cuello, o prender una saeta de lado a lado, al menos lo que conseguira con cuatro gritos sera ahuyentarlo del lugar. Aunque no pretende. Adversario que intuye, prefiri observarlo antes de declararle la guerra. Y que sera total quise entender cuando a distancia seguimos, y dimos, con el paradero dnde encama, y tras hacer, el hombre ech la red en derredor del tocn hueco, y calzndose un grueso guante
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de novillo y malla metlica, se aprest a cogerlo a mano. Y una jineta pill, pero otra, que no esperbamos, escap por la galera abierta de una raz podrida. Y preada. Y de no escapar por s misma, l la hubiese liberado al slo acordarse en el trato la captura del asesino de las aves. Y, s, quedarle a l muchas otoos que vivir en estos bosques. SHR de M

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03-24 Lubinas quera pescar un muchacho. Tiraba lejos el sedal, y con el Sol pendiente, muy bien no saba lo que trincaba el anzuelo. l tiraba y recoga esperando no perder. Le cost lo suyo arrancar al pez de su elemento. Aunque no era pez, era un hombre quien tanto empeo pusiese a ser sacado del agua. Apenas albergaba vida al no poder resistir el tirn de la caa, mas toda su intencin era regresar al mar antes que caer en esta isla. Lo lloraba. Y justificacin tenan las lgrimas dado que al entenderlo nufrago el muchacho corri a propagar la voz. Pecio Naufragio a barlovento! Con los primeros rayos congregaba multitud en el cayo, y con los segundos, viendo a tiro de honda el barco bebiendo, los vecinos se metieron a las olas para comprobar que no quedaba nadie vivo; que se encargaron de encontrarlos a todos muertos. La gente entiende natural el percance y a ratos perdidos, insinan, les sale bien el vivir cerca de las rompientes. Estas personas comprenden un derecho en lo que hacen, y por stas y otras lindezas que no vienen a cuento, se ganaron la enemistad de cierto rey, que aun distante, les prometi un da la visita hierro en mano. Jaime El Conquistador, nada menos! Ja. Lejos, ren, est su reino. Admirable. Conocen de su pasado al ser punto de paso y abundar las ruinas. Y de su inmediato presente, e incierto futuro, tambin tienen nociones renegando del continente. Toda lepra que les pudiese seguir colgando acabara sanando al describir la vida que llevan; cosa que no har al estar suficientemente bien documentada y no tener yo palabras. Ni ganas. Tan armonioso encontr el sitio, y la vida, que sent una envidia atroz. Estpida s la sensacin, vaca de toda posible inteligible razn, mas tan evidente era el sentimiento que me tuve que reconocer. Qu envidiaba? Qu podra ansiar de esa puetera isla mediterrnea? Y tras mucho intentar fijar algo me encontr anhelndolo todo. S, en equilibrio admito que reposan aunque tengan por fiel la espada del rey de Aragn. SHR de M

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04-24 Tirado por bueyes el carruaje, no le supona problema al goliardo llevar el paso y hacer requiebros con la voz. Desde el pescante se apreciaba la sintona del poetastro hiriente y de mal gusto, del repertorio fino hizo uso hasta llegar al ltimo pueblo, de all en adelante, viendo que no renda a la doncella ni a nadie, tir de cartapacio zafio para sacar punta al seor padre de la moza, y por ende, a todo el estamento nobiliario. Rezaban para que entendiese que no les iba a sacar un cobre y huelga seguir dando la barrila. Pero no hizo otra cosa que su oficio y as cayeron los kilmetros. El monasterio de Ripoll dara cobijo y descanso a los viajeros de tanta rima y bordn, hasta echaban cuentas que ah el rimaletras desistira de seguir, mas muy al contrario, manifest, aunque son bravata, que pensaba tambin hacer noche en Ripoll si le dejaban, y si no, al abrigo de un roble de la entrada que conoca dormitara para que no prosiguiesen sin l. La muchacha temi que as fuese por ver facilidad de palabra en el tunante, frente a esto, a media mueca rea el padre, y su siseo viborino tena base al pensar pedir a los monjes que le echen una mano, para agarrar unas estacas, y correr la insolencia que llevaban soportando todo el da. Y as fue, el bersolari qued apoyado en la barbacana desafiando, aunque al salir al manejo del garrote unos cuantos, enfil entre amenazas al bosque y desapareci. Y no se supo de l hasta que con la noche se encendan unas hogueras al pie del roble, y no uno, no, una recua de poetas, trovadores y bufones de agrio gusto, empezaron a perfilar lo que les esperara a los otros al da siguiente. S, por muy enemigo que pueda ser un rey, o noble periregio, mucho peor es un goliardo encabronado y con cofrades a mano. SHR de M

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05-24 Con los aos Torcual cedi los tases al hijo mayor; a l le fallaba la vista y se saba incapaz para engarzar como antes las piezas. No ve bien, nada si busca el detalle, y estuvo capeando la merma al defenderse bien de lejos y acertar en la corta por experiencia. Crey que nadie estaba al tanto, lo supuso hasta que una hija apareci con una caja muy bien envuelta y en el interior un regalo de cumpleaos. Unas lentes! Dos cristales muy pulidos, que, tras ser llevados por los hijos a la competencia, fueron devueltos montados en un liviano armazn de oro. Con las antiparras no se le pasar el hilvn de una perla. Estaba que no caba en s. No encontraba palabras de agradecimiento, mas como de l se esperase algo, otra hija, la pequea, acerc el regalo que le hiciesen el ao anterior y que el hombre entonces no pudo disfrutar, dijo!, por saberlo en griego. El mismo libro se le volvi a hacer llegar envuelto tal nuevo. Y como nuevo a todo en la vida, cro, ley en alto el ttulo de la obra y ri la presbicia. tica para Nicmaco ya lo haba traducido Ariosto al latn. El hombre nos hizo sentar a todos, a los hijos, al servicio y a m, y nos ley hasta bien entrada la noche. Domsticos y nios pequeos marcharon a la cama mientras el resto montbamos foro junto al fuego. Agradable me fue tomar parte en el coloquio al haber conocido en persona al autor, y por tanto, supe buscarle los matices adecuados para que no me lo elevasen a los altares. Ms de dos mil aos de sus palabras y consejos, y parecen descubrirlos ahora nuevos. Se me tuvo por reaccionario aunque con un regusto liberal que me haca ideal, segn ri toda la familia, para emparentar. Y seguro que no les hubiese incomodado mi procedencia. En la intimidad, a solas con el matrimonio, me inform el hombre que no soy el primero que conoce con un traje, segn intent describirme!, de evitar resquemores. Conoca de verdad la prenda al arreglar su padre el cierre de una manga a un traje idntico. Y no dud porque ducha y precisa fue su mano para abrirme el cierre hermtico. El dueo de la indumentaria aquella, insinu, se pareca bastante a m, aunque sus facciones quera recordarlas ms equilibradas. Insistindole en el tema a ojo, que de boca abierta estaba yo, tras un rato de escrutarme el semblante me llev al desvn, y en l, abrir un arcn herrumbroso que contena los regalos y recuerdos de una vida, y en el fondo, bajo un dedo de polvo y una cuarta de juguetes rotos, una cajita de cedro y dentro una nuez, y prendolo todo, un cierre hermtico de emptico, que por ser prueba previa se realiz en plata, y desechada la alcurnia de sta, el bueno se labr con nobilsimo
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oro. Torcual guardaba la prueba desde entonces por aprendiz y heredad. Fetiche. Era. Vaya si era! Idntico. Muy buen trabajo, por cierto. Y exacto. Se lo ped, por si con algo que ceda Bestia, poda leer alguna incgnita al cierre. Pero me dijo que nones. As que se lo rob. S. Y aqu en la mano lo tengo y sopeso su misterio intrnseco. ... Ya sabr O sabr informarme quin sepa. O deba. O quiera hacer. SHR de M

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06-24 De un sotillo sala cuando me pas zumbando un hombre, aunque, al ir con la vista fija en un castillo cercano, supuse que ira tarde a la cita que tuviere y no perseguido. Y motivos para llegar tarde a cada tranco encontraba porque siendo artista, y explosiva la primavera, no cesaban de cruzarle el camino sugerentes motivos de distraccin. La tarde le habra llevado el saciarse de un murmullo puro que naca del torrente. Pero como me dijo que alta dignidad le requera, y que le vea de una volubilidad notoria, le conmin a seguir el trote en vez de parar a darme hmeda. No nos hizo falta acreditarnos ante la guardia que custodia el puente pues a l se le conoce y yo dimano confianza. Alfonso X es hombre curtido en Letras y apadrina el estudio y la sublimacin de los sentidos mediante cualquier forma de Arte. Mi compaero se declaraba trovador aunque la gracia que le cobija sea su buen timbre para declamar prosa econmica. No se puede negar que tiene voz de orse, y tal espera algn da demostrar, talento tambin tendr en las manos para arpegiar al tiempo una cantiga del propio rey; por el momento, dice conformarse con ser lector de libros de cuentas y asistir mudo. Entonces yo me rese encuadernador de libros buenos, dispuesto a coser cuanta mala palabra quisiese drseme. As me present y franco tuve el deambular por los salones. Gente de todo tipo charlaba y fanfarroneaba de saberes. No hay ciencia o campo que no se toque aunque an diste todo de tener un mnimo rigor. Es interesante, pero... tanto listo... tanta cara circunspecta... tanta judicatura a todo viento. ... Uff! Pesados. En la cocina del castillo no tenan fuego vaco. No haba un momento de descanso entre calderos, y sin embargo, un viejecito reposaba su enjuto cuerpo junto al calor de la lumbre mientras cocineros y pinches trajinaban a la brega con sus comandas. En ese frenes enlazamos las miradas y me invit a su vera y a ingerir unas sopas de leche y pan; no tiene el hombre bien las muelas y gusta sorber en la intimidad. Me dijo que era msico aunque le conozcan por escritor y poeta. Y le sepan docto jefe de cocina. Quiz por tamaa franqueza, yo tambin me di y confes ser observador aunque me tengan por encuadernador y me sepa... me sienta... Ah tuvimos pie para charla. Muchas veces me fusilaron en la Academia con filosofas parecidas durante los cursos de interrogador; para ver lo que se me escapaba. Y no sabiendo qu contestar, y ver el oficio aventurero y disipado,
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puesto a desorientar me vea, s, vistiendo el traje de astronauta. Cuidado con lo que desea uno! No exista entonces nada tan imposible y lejano a mi entender como el dicho oficio. Siendo hoy en la Tierra siquiera inconcebible la profesin, el Sabio, el bueno de Alfonso, que no me enga, ech cuentas de estar tratando con un facedor de embustes y patraas cuyo nicho ecolgico ser el arrabal. Pleno! S que es sabio. Tambin me encontr talento que pulir en las aulas y me recomend dejarme caer por Salamanca, y de tener haberes, bajando el tono, prosigui, debera hacer el hatillo y visitar Oxford u Roma. Me dio, y de largo agradezco, un simple consejo: perseverar. Perseverar, en la actitud, y no en la postura, es el quid de toda msica. Yo perseverar?!... Ja. SHR de M

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07-24 Lo sospechaba. Vamos, lo tena por cierto. Siempre consider no ser lineal ni progresiva la evolucin humana. Y menos monofocal; fsica o culturalmente hablando. Otras veces que he planteado a Bestia la cuestin, termin zanjando con que amplio es el planeta y un despilfarro observarlo todo. Y admito. Pero hoy trab trato con un viajero que me dio noticias de otro mundo sin tener siquiera nave interestelar. Ramunet Capn conoce unos confines que para la vieja Europa son leyenda y entelequia, mas para m no, y no entiendo por qu no se me manda un tiempo a la zona. A conocer las Culturas que hay en el Oriente. No me valen las excusas y cmputos que dice Bestia ya trazados. No me valen pues no veo diferencia en dejarme caer por dnde siempre, o saltar al extremo del continente; que ni cambiar. Pues bien, Bestia a lo suyo y yo a lo mo. He cursado la pertinente queja aportando un par de pruebas contra Bestia y sus programadores por injerencia torticera. Ramunet Capn me habl entre risas de una Cultura de sobra milenaria y bien dispuesta para cualquier negocio. l perteneci a una expedicin de mercaderes venecianos, Picccolo y Matteo Polo, redescubrieron la legendaria ruta de Samarcanda y ahora mismo estarn en la corte del Khan; calculaba. Ramunet iba con ellos al ser ntimo del sobrino zascandil, mas le pic, segn sus palabras, una vbora morriera, y solo y lacrimoso tom camino de regreso. Yo le encontr tomando t y fumando en narguile. Haca alto en el camino y retomaba fuerzas, y como poco consume la charla contemplamos ponerse el Sol mientras me contaba cosas de dnde nace. Y de las tierras, ros y ciudades que conoci transitando el arco del astro. Los grandes Hombres de aquellas tierras; sus pensamientos. Las costumbres homogneas que hacen humanidad, y las pequeas cosas que les vuelven singulares. Todo lo visto, sin embargo, no sirvi para retenerle allende los brazos de su esposa e hijo, s. Si con l hubiesen ido, que no dude nadie que los tres estaran ante el Khan tambin, aunque no embarcndose ellos, el hombre estaba harto de comercio y aventuras, y volva con idea de instalarse en el pueblo y no mover. Y viajar, a lo sumo, hacia adentro. SHR de M

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01-25 En verano, y a pleno sol, reposaba un muerto. Despus de tres das era de locos no depurar el cadaver, pero al no estar acostumbrados en estos pagos a que les pasee el jefe supremo de la iglesia en carroza, aguardaban por si se daba la casualidad y le echaban un responso al fiambre. Podran haberle puesto a la sombra u en lo hondo de la bodega hasta que pasase la mentada dignidad, mas al finado slo le avalaba su constatada fe para merecer tan alta prebenda, y como fuese cosa de no delaxar e incomodar de presentarse el caso, a pie de polvo le tenan. Le plaan moscas al no aguantar la solana mejor testigo, y slo la mujer del muerto, enlutada hasta los ojos, soportaba el plantn. Ah estuvo todo el da. Con la fresca de la Luna perdieron la esperanza los deudos y cerraron la caja arrinconndola contra la cerca. Los hijos pidieron a la madre que cejase de todo empeo, aunque prximo Avin, quedaba algo retirado y milagro que se desve nadie so pena de extraviarse. La viuda lloraba que siempre tuvo ganas el marido de visitar Roma, y ahora, que hasta ellos iba lo mejorcito de la curia, no dejara pasar el capricho pese a pstumo. Los hijos pequeos quedaron para acompaar a la madre y velar al padre; que babean las alimaas. Los mayores, aduciendo que las cabras no se ordean solas, volvieron a la granja. Y eso s, que se juramentaron, ya se puede poner la seora como quiera pero maana entierran el cadver. SHR de M

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02-25 La venganza catalana tiene en ascuas a la vieja Tracia. Y nunca mejor dicho. Desde el asesinato de Roger de Flor las huestes almogvares parecieron volverse locas y a filo vivo entran en las poblaciones. La gente huye al monte al primer rumor. Se les tiene por fuera de todo control y mejor evitar el encontronazo. Si de por s les cuelga vitola negra, el grupo en el que me integr, escindido del cuerpo central al ser tildados demasiado sdicos, va provocando con su trote que veinte kilmetros ms adelante atranquen las puertas y se echen al bosque. Y es una jodienda, pues no encuentran vveres para saciar dando los lugareos candela a los techos de sus propias alqueras; obligando a que los otros pasen de largo. Tanto es as, que exprimieron los jumentos para ser ms rpidos que la noticia y entrar en aldea que no estuviese apercibida. Y al uso arremetieron que no tuve por menos que asquearme de la compaa. Tras el paso slo quedaron moribundos, y uno de estos que boqueaba la agona, redaos exhibi para rerles a la cara que mientras ellos estaban all ganando nada!, su patria estaba perdiendo paso en la carrera del maana. Mordaces palabras las suyas, s, y an ms cuando antes de espicharla se permiti un irnico: Dormita ferro!. SHR de M

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03-25 En ltima instancia todo lo observable es el intercambio de energa. Se busca, se ventea, se araa la veta que sea para llenar el buche. Varios aos de sequas y tiempos contrarios llevaron a muchos a buscar la comida bajo tierra. No buscan en s pan que llevarse a la boca, buscan carbn, que bien achuchndolo al fuego, bien trocando por grano a quin pueda permitirse, da para calentarse y malvivir. Me gustara decir que son minas y que extraen materia prima para alimentar su ingenio, pero siendo las galeras gateras, y arrastrando los esportones nios y gente menuda, me parecera denigrar tan noble labor. Muy orgulloso est de su oficio un orondo explotador cuyos callos salen en palma ajena. Sutil quise manifestar mi protesta, mas el hombre hizo befa de mis buenos sentimientos y me mand camino alante; aunque no tan lisonjero. Tenindome por extranjero metomentodo, me recrimin los muchos y mayores daos que haremos nosotros a los nuestros, y a nuestros bichos, en mi incivilizada y pestilente patria; sea cual fuere sta. El suyo me dijo ser un universo perfecto dnde trabaja quin debe y descansa quin puede. Y justo, porque hasta el mismo rey se acoge al dictado del parlamento. S, comparado con otros reinos, por supuestsimo!, se tena incluso por honrado y progresista. Y lo deca convencido! Le daba igual el ejemplo que pusiese a su satrapa domstica porque l encontraba peculiaridad que justificase la causa. Y mucho peor lo mo, siempre lo mo. Y me molest cmo no pudo imaginar pues poco marraba. Supongo que de la observacin, a la crtica gratuita, hay un sencillo paso. Y el juicio queda a tiro de zancada. S. Quiz tenga que replantearme el volver a leerme el manual. Seguro que as me llevara menos berrinches, en el fondo tambin me molesta un poco el desprendimiento de Bestia. Fro y puro clculo. Todo datos y ninguna subjetivi... Claro, eso va a ser El emptico est jodido! S, tal intuyese, que mucho se me haca tanta irascibilidad, envidias y dems, el escner del emptico confirma una disfuncin primaria. Bestia se ha deshecho en disculpas, y por ganarle otra, y que me deba, lo voy a dejar pasar. SHR de M
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04-25 Por qu ser que no me extraa que Bestia me diga subsanado el fallo del emptico? Esta maana dijo que era cosa de cambiar un cierre. Un sello de la manga que, roto el precinto, produca distorsiones; un fallo tpico a los equis meses... ja. No, no me coge descuidado. Y Bestia tampoco se da por descubierta aunque me haya puesto al cuello, como si fuese joya, el cierre de plata que encontrase en la Tierra. No, con l no va la cosa y calla dando a entender que no escuch la pregunta; ni apreciar mi colgante; ya har. Hoy deca no estar para charadas al ser el punto de toma un tanto conflictivo. Me reconvena a la atencin. Poquito tard en espavilarme al estar el aire ahto de explosiones. No eran obra del trueno ni de fenmeno natural anlogo. Empiezan a jugar en serio con los elementos y de las sucesivas pruebas, o que importaran de otros ms listos, el caso que encontraron un mtodo de propulsin mucho ms eficaz que la mera fuerza fsica o las propiedades elsticas. Plvora. De la combustin se producen unos vapores que semiprietos, y encauzados, les permiten arrojar una bola, bala, con la fuerza necesaria para arrollar una mesnada, y si dan a arreciar, hacen gran destrozo contra lo que se tire. Y testigo fui de un intercambio epistolar a la guisa. Se defiende una ciudadela teutona del sitio al que se le quiere someter, y por tanto, y que pueden por prsperos, los que defienden montan en el almenaje caones de hierro y bronce, frente a los que pretenden el asedio, que por logstica, mueven morteros de liviana madera. Desde un bando y otro se hizo gran estropicio porque las piezas que se propulsan lo mismo derriban una casa que descuajan un rbol, como le arrancan los brazos y las piernas al incauto con el que aciertan. Es la guerra lenta con estos artilugios, pero de un devastador, que da miedo imaginar a lo que podrn llegar siendo por naturaleza violentos. Sigue siendo el grueso de la refriega el flecharse unos a otros y descuajeringarse con hachas, lanzas y espadas, mas su hueco empiezan a conceder a la artillera y creo cosa de observar. Por tal, y cuando cesaron de volar plomos y chatarras, me junt a un cuarteto de hombres que se bastaban para mantener al rojo el can de la almena ms alta. No les importaba que algunos envidiosos del puesto les recriminen lo lejos que dan la batalla. Su honor lleva el trajinar con estas mquinas y ellos se entendan escogidos; aunque traguen los olores del Infierno y pierdan el odo en la proeza. Se ven aguerridos entre la humareda y las muchachas les consienten. Pesar mucho esto ltimo pues no es bicoca la artillera y su peligro destila. Ellos mismos me informaron de lo relativamente usual que revienten los caones haciendo trizas al personal que los sirva. Prueba de lo peligroso que era, al poco
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de reentablar la conversacin que se traan, y yo poner a cubierto, la batera a la que alimentaban mis informadores salt por los aires matando a quienes la rondaban. Uno de ellos sobrevivi a la explosin. Por puro coraje baj a saltitos las escaleras, equilibrio tampoco le falt y aun a un pie, y media cara ida con la metralla, el hombre, el muchacho, tuvo desparpajo para decir que no era nada. Insinuaba cosa de lavarse un poco la cara con agua fresca y volver al puesto que le encomendasen. Coitado. Ni tiempo tuvo de encomendar su alma a dios alguno porque fue a quedarse frito en el piln. Y no le llor nadie; granizaba plomo fundido. . SHR de M

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05-25 Buffa! Si crea lo de ayer malo, hoy fue peor. Y con creces. Ha cogido virulencia una pandemia arrasando campos y ciudades. Se dice que es plaga y castigo por la vida hertica y lujuriosa. Se dice que agentes del difunto Saladino Y dnde estarn sus huesos! se dedican a esparcir La Peste. Se dice, se dice, se dice. Mucho se habla porque la gente se encierra en sus casas y no hay nada mejor que hacer. Se enclaustran confiando en que el halo de su piedad haga pasar de largo a un supuesto ngel exterminador. Pero de ngeles o jinetes del apocalipsis nada de nada. Es la mugre. La mierda que les rodea lo que da cobijo a las ratas que transportan un piojillo, en cuyo nfimo vientre, tiene a su vez cabida un parsito letal. Desde Constantinopla, y siguiendo a los mercaderes de pieles y otros abastos, la epidemia medra, y estando Europa podrida, mueren las personas a mansalva al ribazo de la calle. No hay calzada, vereda, casa, palacio que no tenga abierto agujero en el camposanto, y de darse la excepcin, mucho se cuidan de admitir intramuros propagadores ni fulanos desconocidos. Es un gran retroceso la desconfianza y as me lo corrobor un carretero que volva en vaco a su hogar. No salen portes para el mercado de la capital y est pensando en sacrificar un buey. La idea del negocio era buena pero se vive una crisis tremenda y dos cabezas son mucho ms ganado del que pueda mantener estabulado. Aunque si mata, tampoco podr comer ni conservar tal cunda hacindosele desperdicio. Y ni fiesta entiende posible porque con La Peste recorriendo los caminos hace tiempo que no reunen tres familias. El arriero an tiene otro frente abierto, y es no saber qu bestia sacrificar. Tanta duda lleva dentro que inmune se me hace al paisaje desolador. Sobre su misma casa revoloteaba la docena de buitres, y otros tantos estaban en el jardn trasero devorando los restos de la familia, y una vez espantados, sent con los despojos de la esposa para contar lo infructuoso del da. No slo por muerta, por no tener odos, ni lengua, la mujer y los hijos que en corro yacan permanecern ajenos a toda noticia. El carretero, aunque no lo sepa, tambin est muerto. SHR de M
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06-25 Antiguas cantigas entonaba una mujer. Intentaba consolar el alma de su seor y rey, el cual, bisbiseado El Cruel, sin embargo, no esbozaba al momento vibraciones tales que pueda captar el emptico. Ablico, lindando la ataraxia, dej pasar el da sin separarse un palmo de la ventana ni proferir palabra que no fuese para saber dnde andaban sus ayudas de cmara o sus huestes. O si ya era momento de conferencia con el hermano. Pese a ser el heredero natural del trono, el bastardo del hermano le pugna el ttulo; amn que su poltica choca con la de los nobles de la zona y estos tambin dan pbulo a todo crimen que le cuelguen al monarca. Y no niega. Ni l ni sus prximos, que son los que me contaron sin necesidad de rascar mucho. S, recurri a judos, musulmanes y cunto cerebro vivo pudiese servirle; y no dudaban que redundara en beneficio de todos el tomar en sus manos lo mejor de cada Casa. Sin tanta floritura, una vieja que fregaba de rodillas un pasillo, coment que lo que sobra es mucho seor de villa y castillo pues ya no son el enemigo que fueron los moros, y lo que pretenden los otros, es seguir hacindose los necesarios. La anciana a ttulo propio demanda mdicos e ingenieros que curen las insalubridades que diezman. Y el agua a la puerta. Campesinos, ganaderos, artesanos, cualquier industria que venga ser mejor que vivir de la economa de guerra y razia. Estaba la seora cansada de presenciar tanto mal momento y rezaba por la llegada de la revancha. Le pregunt por el tipo de cambio que ansiaba, y estaba refirindome un instante tranquilo, que fuese todo un ao primavera, cuando resonaron por los pasillos gritos y pasos atropellados. Y voces que clamaban asesino en la embajada y el rey muerto. La vieja y yo nos arrellanamos contra un codillo de la escalera para no ser aplastados por los hombres de armas que acudieron al trote a la llamada, y para evitar suspicacias, con ella march; tiene una pequea granja a las afueras de Montiel. Viven con ella, o mejor, vive ella, pues de ordinario pernocta en el castillo, con la hija, el yerno, y los tres hijos de la unin; ms un primillo hurfano que an est en proceso de aclimatacin y toda voz alta, o historia truculenta que se cuente, le espanta el sueo para noches. As que antes de nada, la abuela despach a los nietos a la cama y con los hijos sent para describir el magnicidio. El yerno tuvo que reconocer, mal que le pesase, que llevaba la suegra varias noches sin dormir y viendo hiel en la corona de la Luna. Acierta, acierta la anciana y la Muerte acecha en cualquier sombra u abrazo. Y no slo lo dice por lo acaecido a Su Majestad, el marido de la hija tambin es levantisco, y murmurando maleficio para todo noble, o lacayo gustoso, cogi camino del lecho bostezando y rascndose la nalga.
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Y peerse. Y rer, que Uno menos, fue el tono de su buenasnoches. SHR de M

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07-25 Se le echaron los aos encima a Brunno Heretano sin darse cuenta. Por lo menos los ltimos veinte se fueron en un suspiro. Le pareca que ayer mismo haba recibido el bloque de mrmol, y algn custodio de los cielos, en el vuelo de la noche, por l realiz el trabajo. Aunque no, los ojos, la salud, y la mujer, se le escaparon mientras remataba la escultura. Y una vez concluida, contemplaba sin querer reconocer paternidad. l, a lo sumo, sac lo que prease la piedra. Viejsimos que son los mrmoles, alumbr la roca una pieza al gusto Clsico, y temiendo escandalizar, encerr bajo llave. En la soledad de la noche, hasta presentarme yo, la admiraba. Al palique del claroscuro de un rizo nos cogi el sol y una cuada del artista, que por cumplir fecha la muerte de la hermansima, nos conminaba a misa de nueve. Entonces, tal si nunca hubiese odo, dio a enterarse del fallecimiento de la esposa. Y vindose en un reflejo muy marchito, agarr con ganas un macho piln y destroz la escultura. Todas las que hacan panten. Las redujo a cachitos y luego abri todas las puertas y ventanas, para que el aire fresco se llevase el polvo. Y la cuada, ni temer las esquirlas sueltas, al saber desde hace mucho que acabara haciendo. SHR de M

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01-26 De la suspensin suelo levantar descansado y pletrico. Hoy, sin embargo, me rugan los estmagos.Y encima, para sorpresa y disgusto, Y queja escrita!, el dispensador de alimentos est fuera de servicio. Me ofreca Bestia, con su mejor voz neutra, las barritas nutricionales que lleva el mismo emptico. Y de sabores variados o a la carta que le pida. Y no, ni de coa. Que se meta las protenas sin interface. Era la excusa perfecta para bajar a la Tierra sin saciar y darme a degustar esa gastronoma que tienen, y que tanto me maravilla, y que, por lo corriente, aunque me entre va poro, me s lleno y sin hueco que llenar. Y no excedo. Hoy, ja, baj dispuesto a saltarme las costuras. Las calles de Osuna parecen desiertas a hora de misa, al fuego permanecen los guisos solos durante el ngelus y se me haca pecado no abusar del emptico. Y a punto estuve de hacer, pero recordando lo vengativo que es Bestia, lo dispuesto que est, prefer probar en casa que no tuviese que allanar. Y supe de una al dar un enrejado al patio y ver vida. El dueo de la aljama se preparaba para comer con la familia, y haciendo un ademn amistoso, me invit a entrar y tomar asiento. Israel Sefarad siempre se muestra afable, sus vecinos de l nada temen, naci aqu, mas llegan fuertes los ecos de las soflamas del arcediano de cija, y para no dar crdito a tales infundios, nada mejor que ofrecer la morada abierta a quien tuviese dudas de su persona. Yo no dudo, sin cuidado me traen sus cuentas y su fe, me clavaba a la mesa el aroma de los pucheros. No le incomodaron mis modales al tenerme por hambrienta avanzadilla, que no, de quienes tras de m se presentaron en la finca con ganas de correr humos y montar escandalera. Era chusma de fuera y de ah la confusin conmigo. Y el no mostrarme partidario de la hueste recin llegada anim a algunos buenos vecinos de Israel, que apareciendo con un pata negra a cuestas, y llamando don Israel Portillo al hombre, desbarataron y dieron al traste con las ganas de juerga que traan los otros. Venan dispuestos y malamente informados, y prueba, le rogaron al seor Portillo que catase el jamn en muestra de fe. Y yo, aunque no exista resquemor hacia m, encontr la ocasin. Luengo rato, y un par de tragos de bota, tuvieron que esperar al dictamen de la pieza. l lo declar de escribirle una gloga, yo, yo necesit recatar para no marrar en el bordn. Y tras hacer, y otros tientos al pellejo, me declar lego a idioma alguno que abuse de palabra que ni al canto de la ua llegara al santo y sabroso somarro. Son bien, y como Israel se meti otra loncha en la boca, se disolvi la horda por el momento; aunque reunira en casa cercana sobre la que recaiga cualquier mal rumor.
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Agradeciendo el concurso de la vecindad, el hombre aviv los pucheros convirtiendo en fiesta que entroncase con la noche y el alba. Y en ella, sumergindose en la cisterna, se bautiz al catolicismo mientras dure la revuelta o se requiera taqiyya a la moruna. Y sin dolor, que con l me ba, yo tambin me cristianic al serrano. Mucho y variado com hasta la cena, aunque de todo lo deglutido, el jamn ser el recuerdo ms vvido que me lleve, y es que slo pensar en ello, lo juro, y salivo cual memo humano. SHR de M

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02-26 El carcter aragons, y la idiosincrasia siciliana, prometen un interesante cruce. Almogvares vuelven a hacer suya la isla, y recordndola propia, aun sin remansar la belicosidad reciente, se dan a saldar viejas cuentas que traen de familia atrs. Cuatro jvenes hermanos acudieron por encargo del abuelo a un pueblecito de la ladera septentrional del Etna. All dej el anciano, en la mocedad, una joven que le prometi descendencia y atenciones a las canas. Pero el padre de la muchacha, hombre de valores arraigados y bigote denso, desaprob entonces las pretensiones y mand correr al hombre Y darle muerte si paraba! Con el rabo entre las piernas volvi a la patria y rehzo vida. Mas nunca lleg a olvidar del todo a la mujer, y en el lecho de muerte, boqueando, rog a los nietos que buscasen a la moza de los recuerdos. Venan los vstagos inquiriendo por una mujer con los trigos del Etna por cabello, y unos ojos singulares tal el zumo de una estrella. Y el aliento a huevo cocido; que fue el nico pero al que se acogi el abuelo para intentar olvidar; bueno, y el suegro. Yo vagaba por un camino y esa parca descripcin recib. Con ellos fui levantando recelos hasta dar con una casa dnde se insinu la posibilidad. All viva una anciana muy bien su edad, y acierto tuvo quien supo entender en la exactitud del retrato el semblante. S, era ella. Lo fue. Smmum de toda encomienda, an viva el viejo sieso que se negase al matrimonio; slo por comprobar que no regresaba el pretendiente, dirase, se resista al beso de la Fra; y ella otro tanto. Temi en un principio la dama ser la presencia de los chicos consecuencia de alguna fechora del padre. Pero los chicos no venan por el vejestorio, aunque fuese muerta, o sus huesos mero polvo, si la seora respet la promesa y el virgo, el abuelo deseaba que con ellos retornase y compartiese las ltimas toses de la vejez. Cuando acabaron de explicar el caso, la anciana rog que aguardsemos fuera; en seguida dara respuesta. La mujer entonces se dirigi a la cocina y volvi con un cuchillo pequeo, un verduguillo, que con la experiencia de sacrificar mucha bestia, manej para apuntillar al viejo, al padre, y despus, mientras se lavaba las manos y echaba cuatro sayas a un arcn, rumi, cosa antigua, que ahora marchara con los nietos en busca del anciano novio. Y si encuentra vivo, jura que dar el mismo tratamiento que al propio padre, y de no, tal que rez el encargo, ella recoger los huesos que queden del sarcfago y traer para arrojar a la panza del volcn; asegurarle una buena temporada en el
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Infierno. SHR de M

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03-26 Se me hizo nuez el barquito. No obstante, Olson y sus hijos supieron leer las olas, y los vientos, y acabamos entrando en puerto. Arriesgado admitan faenar hoy en mar abierta, sin embargo los Mortenson son capaces de laborar con olas de grabar epitafio. Sus mujeres, aunque se hacen las bravas, temen mucho, y es raro verlas en la playa porque les sienta mal que se apueste contra los suyos. Un da de estos, un da de estos, les dicen, se os acabar la Suerte y en vez de vuestros caretos, sern los de vuestros deudos los que vengan a soltar las perras. Llevan la mar en las venas y ms de un pariente perdieron por gustar buscar dnde duerme el Sol. La esposa de Olson dej por imposible a marido e hijos mayores, mas el pequeo no se lo arrebatar un golpe de espuma. A este hijo cri a teta propia y prohibi tajantemente cualquier contacto con el Atlntico, y llevando en los genes, y a hurtadillas en el petate a veces el padre, el chico de todas formas sali marinero y resalado. No levanta el metro del suelo, y los ms viejos del lugar le dan por heredad el reunir todo lo bueno de su casta. La seora quiere que escape del sino de su estirpe y pretende mandarlo a estudiar lejos, y no sabiendo dnde, y entendindome hombre de mundo, casi dejaba en mis manos al darse cuenta que el marido, bajo el influjo del emptico, haca suya, y buena, cualquier opinin ma. Yo, obvio, ced la voz a un to del chico que tiene mucho ocano surcado; volvi hace poco a las Feroes, y aunque se le quiera, perdido el contacto tanto tiempo, no se toma muy en serio su palabra. l propuso, puestos a observar las potencialidades del sobrino y el abanico de posibilidades, hacer un esfuerzo entre todos y mandar al chico a estudiar a Segres. La escuela de Nutica fundada por Enrique El Navegante est formando la elite. Lo mejor de lo mejor entre quienes entienden de olas sienta ctedra lejos pero bien merece el esfuerzo. Si se hiciese, a la vuelta de unos aos tendran indudablemente los conocimientos que les faltan para culminar con xito su obsesin por encontrar el encame del Sol. A esta argumentacin cedi el padre secundando la idea, y aunque a la madre no agrade el trasfondo que orienta el asunto, sabe an mucho tiempo por delante para que el nio se le haga hombre y pierda la cabeza. Y no fueron las nicas propuestas porque todo presente pareca tener opinin. Salvo el chiquillo, all todo el mundo se manifestaba. Quise conocer lo que opinaba l a tanto proyecto y le encontr escondido en la caseta de un rbol. Al pie cantaba el acantilado su presencia, y con l de fondo, le sondee el parecer. El muchacho se sabe joven y preferira madurar la idea. Maduro, por la respuesta, se inclinaba, s, por ir unos aos a Segres, aunque despus le gustara buscar el
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punto dnde levanta el Sol y no dnde tumba; pues lo huele distante y somnoliento; frente al lugar del que parta cada albor que por fuerza ser despierto y luminoso. No, no soy el nico, por lo odo, al que se le antoja un paseito por Oriente. SHR de M

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04-26 Con los lechos marinos que tienen pueden hacer, y aunque las capturas se multipliquen por diez, a la larga, y si abusan, se van a quedar sin fauna pelgica que echarse a la boca los holandeses. Maldeca a gritos un abuelo al ver la carga que trae el yerno a puerto, le debe haber advertido varias veces que no utilice el aparejo de arrastre, l, mientras no est gaga y sea suya la embarcacin, no tolerar el arte a bordo y escupe en la tumba de quien haga por daino. Pero es viejo y lleva aos sin faenar. El hijo poltico era el patrn, y cuando el otro no estaba presente, cambiaba las redes. Y le fue muy bien, tanto, que cansado de las exigencias y prohibiciones se apa barco propio. Y ste era el que atracaba y no el del suegro. Permiti al anciano subir a inspeccionar la bodega. Y de la panza sali el viejo con un fragmento grande de nfora y una estrella de mar de siete brazos. Y con muy mal ceo, rejuvenecido por iracundo, en alto mostr para que viese el muelle entero y quiz sintiese vergenza el padre de sus nietos. Y no. No le importaba al otro lo que digan. S, son as. SHR de M

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05-26 Una chavala de unos diecisiete aos tena echada sentencia gordsima; lumbre de picota por hereje y no s cuntas felonas ms, que vengan al caso, y sean verdad o no, no creo de todas formas razn. Y an as, y con todo, cosa de la cra era el acabar en la pira al dejarle puerta para retractarse en cualquier momento. Pero se tema que por iluminada o esquizofrnica no hiciese. Inslito. Tonto soy preocupndome por los humanos. Tonto de solemnidad. Y ni siquiera est en contrato. Me he visto y me han visto as. En la atalaya privilegiada que era un carro una mujer me observaba abiertamente, y al entrelazar ojos, me conmin a dedo al pescante de su palco. Llegado a l, la dama se present Paula de Val Symeon, seora de trono que deca ser reina sin corona ni reino. Realengo tiene su opinin, y de todo tema o cuestin planteada, daba conversacin agradable e inteligente. Me confes, y se le nota, el haber viajado mucho y dar eso su escuela. Estbamos en Run y ella vena huida de la guerra abierta que se traen aragoneses y castellanos, y antes de huir de estos escap de todos los reinos del occidente europeo que bullen agitados debido al ro de oro que derraman las taifas. Y se seca el grifo! Revuelta hay por toda Europa y no es la primera vez que ve la estigmatizacin de una minora. E infinidad le venan a la boca al irme detallando los variados casos y atrocidades presenciadas. Cualquier lacra social se persigue y hoy le tocaba la china a esta loquita que entiende; y terca. Paula es cofre de mil respuestas y otros tantos misterios. Se resisti al emptico y me llev la contra lo mismo por el sabor de una fruta como por el futuro del reino nazarita. La Granada era el dilema. Ella entiende el enemigo natural de Europa en el reducto musulmn; no en las propias tripas del continente. Intent hacerle comprender que eso mismo tambin era una forma de segregacin, mas se me qued el parlamento en la boca sin articular al darse finalmente fuego a la pira. Entonces Paula me cogi las manos y me rog que observase pero sin intervenir, cosa que desde luego ella no pensaba hacer, y aunque tras ella salt no s con qu incierta intencin, pronto desapareci en la refriega organizada con los guardias. Visto que all se reparta holgado, y no siendo asunto mo, volv al carro confiando que tarde o temprano retornara la duea. Desalojaron la plaza y barrieron las cenizas. Desmontaron todo y limpiaron el lugar salvo de m presencia. Esperando, y resea de lo acaecido, me supe observado por medio pueblo. Y as qued hasta poco antes de la llamada de Bestia, cuando un hombre que tomaba camino de la huerta me entreg un mensaje que se le dio para m la tarde de ayer.
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La nota era de Paula, unas breves lneas con las que se excusaba; confiando en volvernos a encontrar. Ja. Y ja. SHR de M

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06-26 Eleassar Hunt es un acomodado rentista de Estrasburgo. Otros funden las cuentas de sus arcas en vinos o pasiones, l recorta de dnde se ve ms sobrado y reinvierte en salud; capricho recalca que no es al hacerle mucho bien la picadura de abeja. Desde que descubri la terapia no hay mes que no haga venir al doctor apicultor. No tiene achaque en el ao si toma la brea de picotazos con su precisa posologa, y de ah que diga preferir dilapidar en terapeuta que correr loco a incordiar cualquier enjambre zumbante. Mientras el hombre se somete al tratamiento, puede el ayudante del melero curiosear por la casa y revolver los cajones a conciencia. Y no por ser ratero. Y no slo esta casa. Gente interesante tiene la urbe pues ellos viven todo el ao en lo profundo del bosque y apenas conocen civilizacin. Compaero del padre, acab cogiendo cario entre el vecindario, y de aqu y all, desde las ventanas, orondas matronas de pechos desbordantes le invitan, no sin amor, a entrar en sus casas y desayunar. Agradece, e imagino que alguna vez incluso haya tomado algo, pero l, por lo remoln de su paso ante una determinada puerta, buscaba sea concreta. All viva, vive en el presente constante del muchacho, dos hombres muy serios y una mujer muy cariosa. De ella esperaba la llamada. Se me asegur que la quiebra de la sociedad Das Werk der Bcher estaba cantada contando con el talante de los socios; se embargaron los bienes y a da de hoy se desconoca el paradero de la dama. Puede que el chico no asuma la explicacin al ser la ensima, en todo caso, encontr una hoja de algn libro que hubiera en la casa y con ella parti un poco ms contento. Fetiche le es. Aunque no sepa leer le fascina lo ordenadas que estn las letras, tanto ser, que tesoro sac de un hatillo al contener un lomo virgen lo menos las cien pginas sueltas. Y algunas repetidas, exactas, idnticas unas a otras las palabras y su orden. Hasta las erratas. La misma hoja veinte veces! En mi mundo, sin duda, seran pliegos de castigo escolar caduco, mas aqu no poda ser otra cosa que la evidencia de un sistema de copia. Uno. Pero en la Tierra, y de los primeros, supongo que su cola traer si consiguen perfeccionar y permiten los lobbys. No creo que siente bien entre amanuenses e ilustradores. Los mediocres copistas y versionadores pondrn el grito en el cielo. Y los nobles vern la letra al alcance de cualquiera. Hasta los mismos reyes tendrn que beber en el ro de tinta. Antes de seguir elucubrando sobre el molde del asunto, me entr curiosidad por concretar el hilo que corra la letra all impresa. Se trataba, y no me descuadra nada siendo la poca que se vive, de un fragmento del Sibyllenbuch. Tiene su gracia que el que sea quiz el primer libro impreso en la Tierra verse
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sobre el Juicio Final. Premonicin? Sigue dando danza de cangrejo la humanidad, y cosa de ir, y cosa de venir, y en el medio observar, para que uno no sepa nunca a ciertas, si esto va para bien, o para mal. SHR de M

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07-26 No es lo mismo pasear el Albaicn que los jardines de la Alambra; aunque algo menos se envidien sus mazmorras; toda tia arraiga en el sitio. Al verme aparecer por la claraboya sabida, un preso rompi en, pens, estpidas carcajadas. Nada risible tena su caso al estar casi muerto, mas matiz encontrara que le trajo a mandbula batiente. Y, claro, entraron los carceleros alfanje en mano buscando al perturbador. Le propinaron una paliza que apenas sentira en su estado, y por todo alivio le quitaron la cadena del pie engrilldole al binomio de cepo por la mueca. Lo tenan planeado Vamos! Entre esputos, toses e injusticias sesteaban, dormitaba toda la ciudadela y apenas se enter nadie en la celda, que con una lasca de piedra, se cortaron el pulgar propio para quitarse la argolla. Les cedi la chusma una hora de ventaja antes de empezar a pitorrearse de los guardias, a los cuales, rean, la cabeza les iba a volar en cuanto corriese la noticia, e impacientndose por el relevo, a coro aunaron voces los reos para descojonar. Se volvi a abrir la puerta, y no pudiendo secar las carcajadas, a uno que destacaba le cortaron el pescuezo. Furiosa se declar la milicia al constatar la evasin. Se toc alarma, aunque por lo que resonaba el trote presuroso los cautivos entendan en progreso la fuga y no exista forma de acallarlos. Aprovechando la coyuntura retorn al exterior y me di a perder en los jardines. Disfrutaba en silencio un emparrado cuando me cayeron en la cabeza unas gotas de sangre. Escondan los evadidos entre los racimos verdes que tupan dosel. Mas no estaban los dos. Tal supuse, pocos pasos dio el loco y fue a morir al menos al aire libre. Continu paseando y disfrutando de fuentecillas y remansos, aunque ojo tambin puse por si poda dar con el otro. De puro embeleso que emparejaba mi camino, sal del palacio y me perd en la ciudad, y paladeando un trozo de acera que embriagaba a melocotones y colada, tambin fui capaz de discriminar el tufo a calabozo; hebra era a seguir al sellar un muro a cualquier fisgn. Vadeado el tapial, miedo y pasmo apreci en los ojos de una mujer. Era del servicio y corri a dar reporte; aunque no a gritos. Dentro de la casa reuna linaje joven de Abencerrajes, gente que tiene cuitas pendientes con Zegres, y seguro que algo ms escocera ahora la pendencia al morir en la fuga el hermano pequeo de todos. Era, s!! La venganza tramaban. Mas ellos ya estaban inmersos en una conjura a mayor escala y reventaron al tiempo las puertas del patio. La milicia armada. Y no buscaran carne de cepo pues entraron a tajo abierto. Iban a matar. Saltamos muros y tapias medianeras, atravesamos decentes moradas, para salir
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a una calleja y volatilizarnos. Y mal que se quisiese despistarme tambin a m, me pegu al mancado y con l fui a buscar nuevo cobijo al barrio cristiano. l no lo es. Desesperado deba sentirse para acudir, y enganche y razn tendr porque al identificarse ante la mirilla, Abu Bua, se le descorrieron los ferrojos y ofreci techo. No necesit mejor credencial al ser contrasea y conducrsenos a presencia del seor. ste, que a su vez se declaraba vasallo de otro ms grande, le prometi entrevista inmediata con el referido si as era el deseo, y de no, su casa, sus lechos y sus pasadizos secretos, puso a disposicin. Al da siguiente, si fuese voluntad, nos sera posible estar al otro lado de Despeaperros. Justo antes de entrar en la cmara de desinfeccin, mientras ajustaba los marcadores orbitales, me vino a la cabeza la voz y la sonrisa de Paula de Val Symen. Y su olor. Y sus clculos, pues en los que hoy hice yo, para m, patente era que el joven vendera los secretos que tenga dejando los das del reino nazarita contados. SHR de M

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01-27 Brujas, hechiceros, wendigos, golems de viejas leyendas cogen vigencia tras la proclama del clero: Existen! O al menos se rinde culto esotrico a una plyade de genios y naturalezas que mal casan con la iglesia so pena de reconvertirse en archienemigos; y gustosos acogen el rol. Donde se hubiesen perdido las costumbres y ritos, bast el edicto para que reverdezcan los usos ancestrales. Y dnde nunca dejaron de estar presentes, se siguen fermentando brebajes para rendir las pasiones de una dama siesa o ahojar a un viejo alcahuete. Al cajn hechiceril van a parar todos los adversarios potenciales, y pblica la lista negra inquisitorial, concilibulo organizaron en la cima de un monte los que en el distrito se sintieran deudos del Infierno o de toda prohibicin. Y somos legin. En lo alto de la pea quedaba el esqueleto de un monasterio. Estando algo apartado de cualquier pueblo no teman la interrupcin de ninguna autoridad y se daban a festejar sin recato alguno. Rean, fornicaban, tiraban holgados de txicos y alucingenos que a algn novicio de lo negro no parecieron irle bien. El hombre que refiero sali en teora a vomitar, aunque al cruzar la puerta, atranc por fuera sta al igual que las ventanas que hubiese practicables, y sin avisar, aplic el fuego que portaba a los acmulos de paja y la urdimbre del techo. Y pese a que en nada las llamas cogan virulencia y se escuchaban los desgarradores gritos de quienes se estaban abrasando vivos, no tuvo ninguna misericordia el otro y de rodillas se postr para rezar por el alma contrita de los bastardos que socarraban. Este fulano no llegar muy lejos con los mtodos expeditivos que maneja. O s? SHR de M

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Llevando el emptico no es problema resistir veinticuatro horas en aguas glidas, no hay mayor inconveniente que el no gozar el ocano, y siendo mi caso, a la deriva rol. Me dej llevar. Lejos saba la costa para inquietarme. Un pobre desgraciado que tripulaba una almada de tablones, tomndome por alucinacin, me inform de hallarnos al momento doblando el cabo de las Tormentas. La punta sur de frica. Llevaba hechas veinticuatro horas en el plan y alardeaba de poder echar otras tantas no sintiendo piernas ni dedos. Tampoco quera yo turbarle al extremo que pudiese entenderse perdido y le diese la chaladura de desasirse de las tablas que le mantenan a flote. Dije ser espejismo educado y me manifest por acompaarle, si antes no le rescataba nadie o se ahogaba, las veinticuatro horas siguientes de las que alardeaba ser capaz. Ri la imposibilidad del auxilio al ser su nave la que va abriendo ruta y no enterarse nadie de la cada. Y estar el ocano muy mal. No obstante, confiaba en que la mar le acabase escupiendo a tierra y no luch contra corriente alguna. No era su primer naufragio y confaba en tampoco cerrar carpeta. Son los portugueses tenaces, y l se proclamaba nieto de un tal Flavio Barbosa, que muri en la cama con ciento tres aos y veintitantos desastres contados a los nietos. El Sol se anunci entre las nubes bajas. Recompensa traan los rayos consigo, caan ahora sobre la costa cercana y calmando un tanto la mar sus rizos, el hombre lo vea hecho. Sacan fuerzas los humanos de una reserva recndita. Le bast contemplar, y saber definida la costa, para que le bombease calor el corazn y rompiese a chapotear el rumbo. Barbosa chico se solt de la almada y a braza se dispuso a ganar la playa. Lstima que la querencia de las olas no fuese otorgar arena blanda sino afiladas rocas que a recibirnos salieron entre los vaivenes de la rompiente. Tem por su vida, pero al final hizo pie y se arrastr hasta la orilla, fuera del agua. Corajudo, antes de desplomarse se acerc a unas palmeras y all se derrumb. Y le iba a dejar dormir cunto tuviese atrasado, mas vi acercarse a unos aborgenes de la zona que vestan su arcasmo blandiendo todava cuchillos y hachas de piedra. Le intent despertar, pero para cuando quiso espavilar estbamos rodeados. Le zarandearon un poco y rieron el desteido de la piel, aunque finalmente dejaron tranquilo y siguieron ruta. Llova. Barbosa deba pensar posible hacer vida en la costa hasta que pasase de vuelta su navo o aparezca sucesor, as que sin perder tiempo, una vez repuesto, comenz a buscar sitio idneo pese a que jarreaba de lo lindo y el cielo empezaba a cuajarse de rayos.
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Y uno nos cay encima. A m me protega y aislaba el emptico, pero a l le abri nueva fontanela el latiguillo, y tras correrle la espina y tener salida en los pies, rompi a arder de tal manera que ni la lluvia, ni tirndome yo encima, conseguimos apagarlo y consumi cual cerilla. Solo que qued, no me pareci el sitio de gusto y tom la senda de los primitivos. Estaban bien secos y resguardados en una cueva que utilizan los das que van a jartase de lapas y otros moluscos. Son linajes viejos de Hombre. Tiempo ha que no me codeaba con tan primigenias Culturas, y agradec el aire fresco de este vetusto pueblo. SHR de M

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03-27 El ltimo reducto musulmn en el occidente europeo cay. Los autores, catoliqusimos reyes que les corean, disfrutan el da al decirse esperndolo desde hace ochocientos aos. Y muchos aos se me hacen para desarraigar a nadie. Ni perder patria. La ciudad aguarda indecisa el resultado de la toma que hagan las huestes cristianas, y pese a que se vitoree, y se cuelguen cristos y virgencitas de aldabas y botijos, y se vistan las calles de Semana Santa, permanece expectante la gente y slo jvenes y curiosos, y perdidos del todo, dan aire festivo en las almenas y azoteas. Fresca mi ltima visita, acerqu a la casa de dnde saliese en estampida y la encontr hecha un solar. La siguiente parada me la hicieron los pies de motu propio y me descubr bien pronto en lo alto de palacio y asomado a un mirador. No era el nico en disfrutar la perspectiva pues la mismsima Paula de Val Symen, s, reposaba los antebrazos en la baranda del balcn y tenda la vista extramuros. No s por qu, pero no me sorprendi su presencia. Estaba igual que en mi memoria, con la salvedad, de vestir al momento a la moruna. Por seguir la chamba de la mujer tampoco abr la boca, y copiando la postura, tir a lo lejos los ojos. Fue ella quin primero hablase, y para proferir un hiriente y exacto: Ya lo dije. Estaba dispuesto a largarle un parlamento que llevo tiempo madurando a santo del primer contacto, mas me volv a quedar con las ganas al aparecer otra seora, a la guisa de ella vestida, e indicar que era momento. Entonces gir hacia m, creo yo, para repetir el final que tuvimos, y recordndoselo, le hice un gesto que cortaba la parrafada y me dispuse a seguirla. Fumos a una casa del servicio de palacio dnde otra mujer berreaba su adelantada gestacin, acababa de romper aguas y a Paula se encomendaba el trajn de la matrona. A veces no viene en postura la cra, o se cruza cualquier contrariedad, y es cundo hace falta oficio para manejarse con calma entre la abundante sangre y diversos fluidos. Y Paula tiene, y muchas ms virtudes tendr calladas porque al igual que cort el cordn umbilical, y entreg a la madre, a otro cro intervenido a continuacin le enyes el brazo y cosi un siete en el muslo. Y a un tercero ech unas gotas en los odos. Me ola otra despedida al esquinazo y no qued sola ni un momento, y por la noche, al fin, me insinu que iba a tener otro ratito libre y me invit a cenar en lo que llam su choza provisional; aunque fuese el palacete de uno de los mercaderes ms ricos que cogi trecho del destierro con Boabdil. Cenamos en el velador de la azotea, y tras la abundante ingesta, nos repanchingamos entre plumas, y ya s, sin tapujos ni medias verdades, se ofreci la mujer a responder cualquier pregunta.
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Meditada la batera durante la tarde, di cuerda al torrente de mis dudas, y tantas fueron, y tan acertadas imagino, que esboz la mujer amago de agobio, y antes que se me acalorase all mismo, suger que pasase al aseo y se retocase el pensamiento. Y, s, aprovech para esfumarse. Tard en imaginar, y lento estuve para hacerme a la idea, pues como antao, heda la calle a carne quemada y se divisaban varias hogueras gordas corriendo la ciudad. SHR de M

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04-27 Poca humanidad se presta a las horas tempranas, y hasta que no tom el sol altura, me supuse en una ciudad fantasma. Son las gentes de lento caminar y dulce palabra, aseguran no darse ms prisa al quedar mucho da tumbado, y si uno lo toma a malas para el resto se hace vinagre la sangre, de lo contrario, de encontrarle arte a la expresin, uno acierta con las llaves para entender su filosofa. Acompa a una cuadrilla de braceros que dos das llevaba acudiendo a estibar un barco que no llega. Con ste se tenan tres das de buena espera cundo localizaron en la barra el velero que citaban. Siempre fue Cdiz muelle de dar trabajo, y ahora que parecen afianzar unas conquistas ultramarinas el jornal va trocando en soldada segura; pese a que el grueso suba hasta Sevilla. A media tarde se daba costado al muelle y se comenzaba a desembarcar. Portan las bodegas lo valioso con lo que se haya topado, y aunque siga justificando la reinversin, no debe ser lo que se calculaba y el encargado de dar las cuentas caminaba a ceo fijo. La primera encomienda que tiene es comunicar a la autoridad pertinente su formal arribada, aunque, y cumpliendo la promesa que dej comprometida en las Indias, antes acudira a una taberna del puerto para informar al dueo que el hijo no regresar. Le flech la indiada en destino. El hombre entr en La Pitarra y a bocajarro, sin pedir siquiera un vaso de aguardiente, descerraj al dueo lo del hijo. No se inmut el padre para sorpresa del hombre. Aunque el viejo recibe y despacha el negocio por hacerlo desde tiempos del respectivo abuelo, el nieto propio lleva ahora las cuentas y a l habra que transmitir la nueva. La muerte del padre. Pero ste tampoco recordaba por ser el progenitor surcamares. Casi le era ajena la noticia al joven, y quizs para olvidar el tema, ofreci un vinito. Tras entrar nosotros llegaron otros parroquianos que tambin son gente del puerto, y junto a los que haba, y los que siguieron cayendo, se cant aforo completo tal debe ser costumbre. Bebe la gente y habla con desparpajo de amo de los cinco ocanos. Y suerte que acertasen con tan basto continente flotando a la deriva, cuando en realidad, buscaban la cola del propio; pero se tiran el moco con los que consideran de tierra, y por verme, digo yo, cara de zanahoria, les deb parecer el tpico que afloja la mosca slo por or contar la cruenta travesa y la desnudez de los indgenas. Ja. Aventuritas con salvajes a m. SHR de M

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05-27 No quiso darme cobijo un juguetero, y no por temer nada de m, no, el hombre parta con el da y mal me podra atender. As que con l march. Apretaba el paso y contra el pecho estrujaba una caja al hablar del maestro. Me perfilaba la entrevista con un sujeto docto en toda ciencia que imagine, y de un temperamental tal, que nadie le llegara tarde a la cita so pena de ser un Borgia o similar. l se insiste aprendiz y a lo sumo juguetero. No entend la obstinacin por ponerse tilde hasta conocer en persona el imposible ras. Un to muy rarito, palabra. Muy genio. Muy aficionado a poleas y palancas. Me condujo al sancta sanctrum de su estudio y ante su mismo caballete me plant para admirar una obra abierta; un encargo. Un retrato. El hombre es de una sutileza extraa y afirma esconder los naturales rasgos del modelo, por el cual se paga, e idealizados, encripta las facciones de otra mujer a la cual aseguraba estar haciendo la corte al momento en secreto y no poder alejar de la punta del pincel. Paula. Paula de Val Symen!! S. A la mismita. Aunque mudase el nombre e hiciese el tiempo caso omiso de su paso en la persona. Atemporal parece ser la mujer, atrapada dej la sonrisa en la tela y no pude negarla. Tan seguro estaba de las comisuras, que le desafi a presentarnos al instante dnde pudiese estar la seora, le rogu que me llevase hasta ella para poder demostrar mis palabras. Mas a tanto no lleg la porfa al ordenar a un ayudante que fuese a despertar a quien proclam duea de su corazn y de la casa. Sin pedirme continu dando rasgos, y coincidiendo, dira, el sujeto tambin comenz a inquietarse, y troc esto por desconcierto cuando se le inform que la cama estaba hecha y el aposento fro. Se sumi en tal congoja y desespero, que ni se preocup por nosotros marchando a buscar a la mujer. Si es, no encontrar. Volvi para cenar y confirmar mi vaticinio. Sincero se me hizo su decir de no buscar ms que media hora al dedicar el resto de tarde a copiar del natural el trote de un caballo y el vuelo del alcaudn. Al maestro se le difumin pronto el recuerdo de la seora, y al trasiego de un clarete, aboc al total olvido. Lleg al extremo de negar conocer a la dama y ser la pintura el gesto exacto de la mujer del encargo. Falso. Aqu est pasando algo. SHR de M

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06-27 Costumbre de humanos, uno trabaja y cinco comentan la obra. Si los que observan son de la cuerda del que pica, ser siempre su decir oportuno y se apreciar a ojos vista la progresin del negocio. Ahora, si los que prestan ojo y entender son ajenos al proyecto Y mucho peor si son abuelos! de pega acude a la lengua hasta la indumentaria de los obreros. As son. Dnde haya tajo abierto, siendo momento tranquilo, uno puede dar con reunin interesante. Miscelnea de opiniones pude escuchar a bocapozo. Se perfora la tierra en un solar prximo a un edificio de viviendas modestas y reuna cuadrilla experta. En el fondo del pozo que se abre estaban los hijos del pocero, arriba el padre con otros dos operarios, ocho vecinos y un cargo importante de la municipalidad, que por lejano parentesco con algn inquilino, se prest a presupuestar la obra. Unos consideraban ir bien, aunque un par, y entre ellos el que aforaba el dinero, calculaban pobre el brocal que arrimaba al sitio para los nmeros de la factura. Fue interesante el modo de explicar, por parte del encargado, la derrama de los fondos. De hecho dijo no sacar beneficio de la apa y slo realizar por el preboste presente. Bailan lo mismo el agua y el oro dentro del cubo, y por el mero acarreo, bien de la polea a la mesa, o del cao a la saca, gotea y desangra el contenido llegando a destino bastante mermada la parte. Pura entropa, o cualquier constante Universal que igual de bien se pueda aplicar en mi planeta como aqu. Discutieron los hombres hasta la saciedad los aspectos no formales de la obra, y por no calentarse ms llam el prcer al cochero y al mismo pie le llevaron el tiro que utiliza para moverse por la ciudad. Muy a su pesar auguraba perdida toda lucha al hacrsele el pueblo descarriado; faltndole buen pastor. No hay forma, no hay forma, repeta, mientras a m no se me planteaba tan daino el ejemplo visto al encontrar tambin mucha intervencin meritoria en el pago. Luce Florencia tal dulce urbe cosmopolita para lo poco que tengo visto. Recibi con alegra lo benvolo de la mirada, y creyndome alma de incauto, me llev a su casa. No se vive, por mucho que engalanen las calles, una sociedad justa al ser abismal la zanja que abren las elites. l, ejemplo, no sabe dnde caraja coge el agua el servicio al encontrar jofaina y cntaras siempre llenas, y vergenza le dara el decirlo de no haber echado costra al alma. Entiende la solucin difcil, y extrema, pues todo pasa por cambiar al rey. Y no por otro. El hombre propone instruir a modo al monarca, o jefe de turno, para que de l dimane hacia abajo la revolucin social; l mismo est trabajando por encargo
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en un libro de estilo que buen uso ofrecer en cualquier palacio. Pero difcil, que dijo, es la cuestura con tanto patricio viejo y la iglesia siendo parte interesada. SHR de M

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07-27 En un establo despert. El caballerizo que limpiaba los zambullos me sugiri una fonda cercana para abrevar a la humana; aunque en tal caso, asegur, no vera a la seora que llevaba das preguntando por m; y de ah que supiese y no le descuadrase mi presencia. Era cosa extraa de todas formas, as que lo tom por confusin flagrante y slo segu el consejo del fign. Tiempo hace que alterno el desayunar en el observatorio con darme a explayar abajo a muela maciza. S que es un tanto irresponsable arriesgarse a dar pitanza en la Tierra sin soltar moneda de trueque, pero a tontas y locas se solventa el caso, y pese a escaldado alguna vez, me acelera lo suficiente el biorritmo como para gustar. Se me hace pillera inocua que llegado el momento, entre los mos, sea cual sea el resultado y ventura de la misin, a la vuelta, insisto, me revestir osado aventurero o audaz gorrn interplanetario. En Cloux no difieren mucho los albures del general, siendo quiz su exclusividad reseable el que se me ofreciese panoplia de bollos crujientes Y qu crujir! Me met entre pecho y espalda cuatro tazones de leche de vaca y dos cestas de bollos surtidos. Al punto aparent mozo creciendo, que hacindome estandarte del negocio, del buen yantar que se daba bajo su techo, el propietario me invit a condicin de cesar al acto de tragar y coger puerta y breada. No lleg a enfadarse del todo pues en ese instante entr el chico de la cuadra con fondo para solventar cualquier pella, y un mensaje para m. Me decan cuatro letras que volviese presto a la posta si quera llevar gran sorpresa, y aun reconociendo la escritura me asombr lo rosa y lozana que estaba la bella Paula de Val Symen. Muchas veces me he sentido ridculo y paranoico. Me oscilaron en esa lnea los sentimientos al entender no cosa de azares ciertas situaciones. Y Paula me explic. Ella tambin es observadora y viaja en sta misma nave. Es competencia suya el observar a los observadores. Y entendiendo el sistema viciado, llevaba un tiempo poniendo en tela de juicio la misin; y sin querer ofender, me rese ejemplo vivo de lo inadecuado del observador, y por ende, de todo el proyecto. Me define desastre andante y un jeta. Tal que si con ello refiriese desagravio, tambin me dio nombre y campo de observacin de otros cuantos incompetentes como yo, que noveles y aficionados, entramos legos a la exploracin sin mejor entrevista y mrito que el decirnos intrpidos y dispuestos a dejar la vida en el empeo. Quisiera rer, pero deca la verdad. Me estuvo todo el da dando explicaciones de los resquicios legales que los programadores dejaron en Bestia; y que bien conozco caballo de batalla. Dio coherencia a mis dudas. Antes de ser llamada, fumos a dejar unas flores ante una casa que por
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cuestiones privadas le ser querida, y a continuacin, nexo que me ofreca de su trabajo al mo, me aconsej que medite las posibles consecuencias de la impronta de Bestia, tras lo cual, embarc en el enlace partiendo a la estratosfera. Al poco fui llamado yo, y repuesto de la subidita, me dirig a Bestia y le di la nueva clave de acceso que me facilitase Paula. Y aunque en un principio puso a mi disposicin unos cuantos archivos de nivel mster A, al intentar abrir uno de ellos al azar Mi expediente casualmente! Saltaron las alarmas y al momento ces todo flujo energtico en la nave. Se apagaron luces y motores, y al reanudar, ya no acept el algoritmo y negaba el acceso aunque repitiese una y otra vez la clave confiada. Y s que sta era buena, o lo fue. SHR de M

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01-28 En Sevilla dejaron la Peste, y aun yendo en barco de madera, impulsado a capricho del viento Por un ocano desconocido! se sentan seguros y dichosos. Restaran todava un par de semanas a lo poco para avistar tierra, y en tanto no se divisase se dejaba correr el da en cubierta. Para muchos no era su primer viaje, y alguno al auditorio narr la exuberancia y dones que ofrece el Nuevo Mundo. Se llenan los galeones con una facilidad pasmosa. No hay don que ofrezca la Naturaleza que no se pueda coger. S, tambin reconocen que existe quien lucha contra derecho y se resiste al evangelizar de los ejrcitos del emperador. Son los indgenas a su criterio ciertamente ponzoosos, y aunque tengan otorgado algo parecido a una carta de ciudadana desde antao, se les pinta sin recato enemigos de inters. Y crueles; que matan amparndose en la confianza o espesura. Por algo era conocido el narrador por el Cizaas, y aunque a vaina de juego con los camaradas de velamen era la sucesin de relatos, acojonar al embarque, s, de largo sobr para que se pusiese nervioso el personal y se pidiese cebar los caones pese a no divisarse costa alguna u enemigo. Desestim el capitn la ocurrencia perentoria y orden buscar corriente. Y se ejecut la maniobra. Rolando un poco a babor se trinc el viento que el jefe supo leer y todo el barco sinti el tirn. De buen capitn se hizo partido, y como tampoco tard en cesar la racha, el bando timorato volvi a reivindicar la antigua pretensin. Dividida hace mucho la tripulacin, al ceir repentinamente una tormenta, y rasgar el cielo tres culebras, cosa que tuviesen larvada aflor de malas maneras, y sin llegar a saber del todo los antecedentes, me encontr inmiscuido en un cruento motn. Carnaza de las primeras descargas de fusilera cay el pasaje ralo que embarcaba de nuevas, mas los corridos de estela, prevista la maniobra, a continuacin saltaron y pasaron a cuchillo a toda la oficialidad y arriaron el pabelln. Dieron un golpe de mano y al libertinaje que dicen les espera encomendaban su vida dndose a reventar cuanto barril hallasen para celebrar. Se declaraban piratas y rugan la Libertad. Robo aseguran es en s el negocio del reino, y muy lejos se saben, y sin testigos, para que venga nadie a importunarles luego. Y ser pirata qu carajo! es lo que ansan desde cros. Tienen previsto ofrecer enganche en el primer puerto que toquen. Vocacin declaman de hacerse ricos, o bien robando a los nativos, o bien esquilmando el robo previo de la corona. O va cualquier otra empresa que requiera poco escrpulo u apego al pellejo.
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02-28 Por pensar, por tener criterio propio, por no hacerse zalamero a los intereses del poder, el bueno y medido de Thomas aguarda en la celda que al monarca le d capricho y lleve al extremo su amenaza. Se le ajusticiar por desafiar el poder terrenal y ultraterreno de la corona. Enrique VIII, soberano de Inglaterra, considera delito de Lessa Majestad el que no se plieguen sus sbditos al antojo que tenga, y aunque consejero fiel y acertado fue, no son de considerar los trabajos prestados. Y deberan. Fino, al no querer ofender abiertamente, redact Thomas una fbula con visos moralizantes que no gust entre la camarilla de palacio, y por tal, el futuro tiene comprometido. Utopa, la isla que describe ahta de utpicos, demasiada entelequia y oro soterra entre sus lneas. Podra quedar todo en agua de borrajas si a bien tuviese lamerle las ocurrencias al seor. Mas no creo que haga. Y no es insolencia porque de corazn piensa que es lo mejor para el pueblo y el pas. Y para Su Alteza! Y as se lo repiti al enviado de la corona que vino a sondearle a ltima hora. Y por firme su parecer, el verdugo, aun sin ganas, le tom las medidas. Y resignado parece a perder la cabeza, al igual que le pas al rey emborrachado de poder. Mal asunto el buen consejo corriendo tiempos absolutistas. SHR de M

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03-28 Nada ms abrir los ojos me llam la atencin una nube negra. Flotaba a poca altura. A ratos se descompona y caa, cual densa fuese, a tierra, ora condensaba al aleteo de nuevo y continuaba su rumbo singular. Una bandada de pjaros segua a un muchacho en su errtico paseo. Y no eran abantos, no. Eran tordos, grajas y chovas con hambre de estar haciendo nido. Una plaga de langosta asola estos campos y al padre del muchacho se le paga por minimizar los daos. Muy lejos de dnde andaba el hijo encontr al sujeto, al puo portaba un halcn y un azor mantena encasullado; tambin adiestra rapaces, pero hasta que no echase el chaval la jornada no podra soltar, y sent lstima, porque a pluma prieta, los bichos eran nietos del viento. Intent convencer al hombre para que me diese recital cetrero, mas siendo su negocio al momento espulgar del campo los parsitos, me coment no ser oportuno. El pajareo que lleva a cabo el chico es arte singular de atraer y no espantar, y lo que a l le descansaba en el guante eran mquinas de aterrar; la mera silueta. Pero insist Menudo soy! Y que l tambin los gusta, todo sea obvio, as que acab advirtiendo al hijo para que enjaulase los que fueran propios o se diesen, los que no, los iba a apear del cielo el halcn. Y solt. David Figo llaman padre e hijo. Pese a ser portugueses se ganan el pan muy bien en Castilla. Bueno, en La Monarqua Catlica; que result ser el nombre del monstruo que se me advirtiese estaba tomando entidad. Mismamente los prncipes de ambos reinos van a contraer nupcias en breve y de ah que se ande despiojando los cultivos de una pedana prxima a la frontera. Habindolo pedido la camarera mayor de la infanta, tal que hubiese salido de la boca de la susodicha princesa, se estaba llevando a trmino el encargo. Y cobrndolo. Calculaba el halconero que le quedan un par de das de trabajo, luego, con lo ganado, no volver a casa, pretende reinvertir en el negocio e ir en persona a ver lo que vuela por el Nuevo Mundo. El hijo puso mala cara ante la perspectiva del padre aunque ste no lo advirtiese; conoci a una muchacha en un pueblo cercano, y si buenos marchan los tratos de sus nobles seores, a la zaga no van los vasallos, y conmigo por testigo y parapeto, manifest al padre la intencin. Quedarse. Ya me he visto en algn que otro caso parecido, y tenerme por alcahuete olido me incit a darme el dos. Les dej a grito vivo y camino adelante tom con intencin de recalar en la aldea cercana, y al ser la novia del muchacho de all, y salir ste tarifando con el padre, a nada me coga el paso y contaba la emancipacin. Lgico que el chico quisiese enraizar porque la moza es realmente bella y la familia de encariar. Siendo compaa del chico se me tuvo por pariente y el trato recibido fue exquisito. Mas no me tomaron por el padre, no, porque a poco de
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llegar nosotros tambin cay el progenitor con unas torcaces y la sonrisa de oreja a oreja. Se celebr gran fiesta y se anunci que los chicos se casarn el mismo da que sus prncipes. Y tal ellos otros cuantos, y pese a quejarse el cura presente, tambin brind al echar cuentas de tener que oficiar desposorios al aire libre. Y ampliar la sacrista. SHR de M

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04-28 Me suena a cachondeo el que me describan muy circunspectos la quiebra del Estado. Es eso posible? Sale de las arcas ms de lo que entra y el dficit est servido. Sencillo. Y aunque me sea difcil admitir que pueda arruinarse un pas, no debe ser inusual. Lo mismo que pas aqu suceder en el resto de Europa, y la nica explicacin admisible, pero inimaginable, es el vacuo despilfarro en oropeles y astracanadas desde que se descubriese el Nuevo Mundo. El nuevo filn continental. Montaas aurferas y argnteas, toneladas de especies, llegan a puerto desde el otro lado del ocano, y antes de atracar, ya est gastado el viaje hecho. Entre caprichos, y guerras, se da cuenta rpida de lo que rapian en las Amricas. Eso s, entre cuatro gatos dilapidan vida de postn. SHR de M

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05-28 Pensaba que no pisara, pero debi cambiar Bestia de parmetros. Las Amricas Veracruz! Tom cuerpo ante un corrillo de indgenas que dicen pertenecer a la etnia Tantantln. Tranquilos desayunaban, pues durmiendo los seores, poco servicio les demandaba, mas fue carraspear el gallo, y con leve sea disolvieron la reunin. nicamente qued junto a la lumbre un anciano, que trotados los aos, slo est para atender a sus manas, y habiendo dado palabra de fidelidad y servicio a una dama criolla, mientras sta viviese, y l pudiese ponerse en pie, al quicio de la puerta se le hallara. A las siete de la maana, tal reloj, salieron a dar su paseo diario. Tras la mujer fue el hombre sin hacer ruido ni llamar la atencin. De casa a la iglesia, y de all al mercado. Y vuelta al hogar antes de cualquier rigor. Y otro tanto sera al da siguiente segn se me insinu. La previsin me la hizo uno de los jvenes que viese por la maana. Al igual que los otros, lazos tribales y sanguneos le ligaban al abuelo y a ello se deba que an estuviesen en la ciudad y no en la jungla. Estoy seguro que poco le quedara para irse del todo de la lengua con los pormenores, pero se escucharon dos explosiones gordas muy cerca y al momento se gritaba el fuego y la tragedia. Se organiz gran alboroto porque se rumoreaban piratas, y en la confusin alguien incluso concret autora: Drake!! Fuese, o no, del mar vena el pedrisco, y cayendo a buena parbola, la casa de la venerable anciana recibi de lleno una andanada saltando hasta las tejas. Vi al viejo rejuvenecer y entrar al fuego sin reparo, y sacar a la seora a la calle por sus propios medios al no aceptar ayuda. Y dejarla en el suelo con sumo cuidado. Y besar en los ojos una vez muerta. Despus, se desnud y conmin a los suyos a marchar, mas como segua el bombardeo, y corra las calles la milicia, se toparon con un destacamento armado que los quiso entender sospechosos de algo. Y recibieron sable los que no pudieron zafarse o corrieron poco. Yo, espoleado por el miedo, acab saltando los muros y escondindome en la jungla como un mono ms. Que lo son. Y en trminos absolutos lo digo porque tambin nos guarecimos de un par de tribus locales que cuitas tendrn con los tantantln, y aun a salvo, en lo que con la noche bien entrada definieron sus dominios, debimos mantenernos a raya de sus propios paisanos al reconocernos en la distancia civilizados. ... Ja. Monos son. Los unos y los otros. Todos. Lo nico que les diferencia es el punto de desarrollo tecnolgico.
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06-28 Desde joven me gust el teatro. No hubo contubernio festivo en el colegio al que no prestase mi apellido, y tal que si ante mi primera obra me hallase me sent, al tomar conciencia de sitio en el Teatro del Prncipe. De Madrid a Manila se llora todava la muerte del rey, la gran penuria, aunque franco se ofreca el recinto al reunir en mesa privada, y bien dispuesta, quienes aprovecharan el cierre obligado. Son poetas y actores sin cartel ni gloria, y ayudantes de tramoya sin andamiaje que montar. Gente del espectculo que rene por capricho, y por lo tanto, voraces de diente y raudos de lengua para rerse del ms pintado. Palabra. nicamente uno andaba torvo en una esquina. Rondar la cincuentena, y por tullido, digo yo, su gesto era agrio. En la mano llevaba los ltimos sonetos de un poeta famoso, y entre pgina y pgina, y buche que te pego, envidiaba sin disimulos al autor de tan grandes versos, quien, por otro lado, para l y los presentes, cmo hombre dejaba mucho que desear. El manco, Miguel, pese a renegar, mascull que quiz sea Lope el mejor poeta y dramaturgo de la Corte. Le envidia y odia, mas no fue bice para darme a leer unos poemas y que comprobase por m mismo. Eran buenos, muy buenos. Viendo que me gustaban, y que al alcance siempre dejan papeles, se declamaron unas cuantas piezas del tal autor y algunas cosillas propias de los reunidos. Y aunque no haya sido lo mejor, yo me quedara con un soneto vacuo que era todo alarde y chanza del tal Lopillo; lstima no recordarlo ahora. El caso que la fiesta estara muy corrida, y tras los postres, y el penltimo chupito, se despidieron los que no eran de la corrala y podan andar. Quedaron dos jvenes que son hermanos y guardeses de la finca, y el padre, alhojero, que organiz el servicio de recogida, y sin ms discurso, se declar dispuesto para encamarse con la costilla. En cuanto desapareci el hombre, uno de los hijos solt el escobn y me coment que saba de una fonda de unas cuntas! donde nunca cierran y bien se puede trasnochar en ellas unas jarras, como recodarse en la resaca. Corrimos la villa, y con un sol tan alto que haca dao, entramos a un lupanar llevando una cuerda de churros. Casa de putas, s. Desayunamos a medio da con las chicas. Tienta a una moza para hacerla suya, y al vivir todos los de su ministerio del aire, la muchacha raciona las carantoas. Tampoco podra ser ms generosa pues la madame, doa Opalina, aunque les trate tal que a hijas, para el negocio es muy recatada y poco sobado quiere el gnero. Doa Opalina tambin tuvo madre puta. E hija. Y posiblemente nietas si heredasen los papeles del negocio. Ni el que me llev, ni un compadre presente, tenan cuartos suficientes para seducir a las respectivas beldades que pretenden, as que riman horas con naipes y
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ans, y si pueden, y no escucha la madame, advierten a los posibles clientes de falsas purgaciones y otros no menos indeseables barrillos venusianos. Las chicas son conocidas como La Reflorea y Labios de Albaricoque. Ellos, apenas cros, an no lucen apelativo de relumbrn y agazapan tras Carcasona y Gmez Quevedo. Este segundo no tiene otro don para cautivar que la labia. Un cido sentido del humor por el que embellece a odo de todas, y prueba fue que hilvanando una ancdota propia con un chisme viejo, plante situacin jocosa que no dejaba indemne santo en el Parnaso, y siendo el madrileo barrio de Las Huertas muy versado por paseado, reverberaron las risas hasta en las catacumbas del cercano convento de Santa Ana. Aunque se caiga a cachos el Gran Teatro, que se dir, la funcin debe continuar. SHR de M

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07-28 El otro lado del Thamesis, dnde obras y actores se miden a diario. Si de su parte puso Bestia para complacerme es cosa que no olvidar, mas por si azar fuese, me apunt a la lista de la audicin y, descuidando de toda encomienda que se me pudiese plantear, me decid a quedar y probar suerte en el teatro. S, de ayer a hoy tena caliente el capricho y puesto a huevo papel, quise hacerlo mo. El libreto era de un poetastro famosillo; ms noble su palabra que el antro que las acoga y sus degustadores. Con seis o siete aspirantes que o romper el texto me hice idea del drama, que lo es, y entretuve el lejano turno que me vocearan dejndome invitar a una copa; y dos. Se parcheaba el elenco de la compaa residente y perchas de todos los personajes aguardaban haciendo gasto pues todo es negocio y corto cualquier aforo. Escuch quejas e insinuaciones de hallarse los actores ya escogidos, y casual, o no, coincidieron los que se me hacan meros histriones con los que ms insistan en el engao. Al igual que se me convid a pimplar, tambin se me anim a miccionar, y por no hacer feo, ni extrao, ced paso a mano e hice ademn de seguirles al escusado. Mas no hay. Se meaba justo contra las tablas que haba detrs de m, as que deduje que ms que a meada colectiva se me sugera que apartase si no quera ser salpicado. Y an as, y por pura envidia, pens, del buen timbre que amenazo, unos desaprensivos se aliviaron contra mi capa la vejiga que tenan a reventar y que no podra aguardar a que les canalicen las aguas negras. Primitivo que tambin me s, y que lo sent agresin, le arre una hostia a uno que casi lo desnuco. Al suelo fue cun largo era y la concurrencia enmudeci. Resulta que el gach era el mismsimo autor, e imaginando lo indispuesto que iba a quedar para el da, desalojaron la escena y todo el corral; y slo quedaron los ntimos; y yo por responsable. Se me amenaz con dar paliza seera de no despertar el maestro pronto, pero de hacer, me aventuraban que quiz me encuentre papel, o invente, porque un guantazo bien dado, y a tiempo, templa los nervios ms esquivos. Y que dicen que mereca. Y que siendo hombre de ley tambin sabr agradecer. ... Papelillo se me insinuaba en todo caso. Yorik. SHR de M
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01-29 Con los ltimos hielos, y antes que preen de brotes, poda y retoca Guillermo de Van Heigh los frutales del huerto. No son propios, cara es la tierra en Holanda, y con el buen hacer de su utillaje, y la experiencia, sanea los rboles ajenos con vistas a la nueva temporada. Lstima de verdad que no tenga terreno ni frutales en propiedad. Poquitos ejemplares se le dejan para experimentar injertando, pero en los que se le da albedro, y con suerte, salen frutos exticos y carnosos que bien valen el esfuerzo. Entronca por tanto en firme y a total disposicin se ofrece en contraprestacin. Por ello hoy tena previsto acudir a casa de Cassandra Van Phetta despus de abrir unos alcorques en la trasera del jardn dnde di con l. No le reclama su amigo Balduino, ni la cuestin tiene que ver con fruto o hierba alguna... o s, s que tena que ver pues a la acaudalada viuda de Van Phetta se le trasfald el hijo con una seorita de corpio poco prieto. En pos de la guitarra, y contra todo consejo, ruego, y orden materno, parti haca dos aos, seis meses, cuatro das y tres horas; que clav con el cuco. Y desde entonces, pese a la proximidad de la ciudad, no se tena noticia. Se le peda a Guillermo que acercase a los muelles por si all poda pescar nueva. No pretenda la seora que obre el otro sobre el hijo, slo quera que lo encuentre y que le traiga noticia segura de su bienestar. Y en todo caso, de no encontrarlo feliz y sano, que ofrezca el amparo de los suyos y su viejo cuarto. Al momento no contradijo en nada a la seora y dispuso de la calesa para enganchar camino de Rotterdam, pero en el pescante, y sabiendo muy bien dnde deba dirigirse, me detall las tramas y miserias que sigui el bueno de Balduino para comportarse as. Y entiendo. Y aplaudo. El chico es cierto que corri tras la moza de sinuosas caderas y anduvo perdido en la ciudad, mas tomando entre trago y cachimba contacto con el bullicio portuario, y gustando, se lanz a vivir la vorgine de los negocios. Y con xito. Velas, ropas y todo cabotaje que se eche a la mar viene confeccionndose con caameras, y el habilitarse especulador le facilit suculentos dividendos, tantos, que ahora sigue llevando la misma vida disipada pero relegando en manos de otros el hacer que se multiplique el dinero. Y encontrndolo fuerte y lozano, cual guindo o peral, volvimos a marchar por la tarde con direccin a la granja, para decirle a la madre, por gusto del propio Balduino, que para ella estaba muerto y que en adelante se ahorrase misivas hasta que hiciese llegar la de defuncin. SHR de M
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02-29 Antes de salir el sol, Ninna recogi la puesta del gallinero y balde la cochiquera. Luego, se meti en la cocina y prepar el desayuno para sus siete hermanos. Ejerce de madre, y padre, al llevarse un mal rumor a los progenitores. Se les acus de mantener tratos con demonios y entes anlogos, y a ella ms le vale andar lista pues a no tardar mucho su eficiencia y buena mano para sacar adelante a la familia, le va a granjear envidias, e hija de brujos, sencillito ser achacar a un tal Belceb que vayan los chiquillos tan limpios y engorden los cerdos. Aprovecha que lleva a los hermanos a la escuela y tambin echa unas horas fuera. Trabaja para un buen hombre y no quiere perder la casa, apenas hace nada, segn re, porque el sujeto es lumbrera y prohibidsimo le tiene mover un papel. Y sobrada est la vivienda de legajos! de mquinas y clculos que embadurnan las paredes y obnubilan el sentido. Salvo quitar cuatro cascarrias, el tiempo lo consume ayudando en la medida de la demanda. El seor Galilei -que promesa hice a la moza de dar trato y mantener secreto lo que viese- es el tpico listo enfrascado con el que me jode tratar. Me dan yenyo, s. Muy capaz fui de deslumbrarle y ganarme su respeto haciendo alarde de los cuatro clculos burdos que recuerdo de mi poca de estudiante. Si no, de qu! Al momento considera gran invento, y logro, el ensamblar unas lentes de cristal pulido para confeccionar telescopio. Y con l escruta la Luna. Apenas tiene potencia, y aunque no temo que haya visto la nave, es cosa que ya he comentado a Bestia. Le pregunt al hombre si podra presenciar el prodigio y con sumo gusto me invit. Mientras llegaba la noche, prefer seguir observando el trajn diario de la chavala. De casa del astrnomo fue a otro sitio donde atendi a una anciana postrada y senil. Y para rematar, en otra casa, dej pao ntimo zurcido con gran esmero que fue pagado en especias y besos, y con stas, y conmigo, se present ante el maestro para recoger a los hermanos. Con l qued yo al llevar en brazos la cesta de huevos y ser el pago semanal del docente, ella prometi volver con la noche. Ms comunicador result el maestro, s. Se declar negado para la investigacin, aunque tambin senta esa avidez y curiosidad que yo mismo imagino tener; a invento hecho, quiero decir. SHR de M
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03-29 Slona Bit es sueca y viuda. Y acondroplsica. Hace poco falleci el marido en Nordlingen y a da de hoy llegaron repatriados los restos. Junto con el cuerpo tambin rubric la recogida de un par de arcones grandes hasta para m. Pesaban. Presenta en ellos fortuna pues lo dej escrito el esposo. Volva a casa despus de alegrar los tediosos das de Felipe IV durante cinco interminables aos, y casualidad que le cogiese la refriega, y viendo que le encajonaba la guerra, tuvo acierto al escribir la carta y dejar dicho dnde mandar sus cosas; que ni que lo hubiese olido. El marido, sus despojos, fueron derechitos al agujero abierto, mas fabuloso le vino mi concurso a la seora para arrastrar los cofres hasta su casa. Junto al fuego forzamos las cerraduras. Uno encontramos de tal guisa dispuesto, que atendiendo a la austera estrechez, le habra sido al hombre camarote de viaje o madriguera, y el otro, por el cual se frotase las manos impaciente Slona, el segundo bal era vestidor del primero, y llegado el caso, incluso habitacin para invitados. No le pareci a la seora que fuese la cosa para las cuatro letras, as que murmurando lo buen bufn que fue el esposo hurg en el secreter buscando compartimiento ntimo. Y hubo. Una perla, siete doblones de oro y un dedn de plata, relicario de santa, cayeron del cajoncito. Eso era todo. Supuso la seora por la calidad del vestuario que ah estara el resto de la herencia. Tambin podra ser parte de tanto gasto un retrato, que el muy vanidoso, se encargara. A quin podra encalomar tamaas gangas? S, la ropa, por engolada, le costara endiarla entre las amistades aunque acabara haciendo. Pero el cuadro no. Ay, el cuadro! Quin colgara? Ella desde luego no, que ni vivo lo quiso cerca. S, yo. Maravilla lo entend al desembalar. Una rpida mirada le dedic Slona, el modelo le era de sobra conocido y eso rest objetividad a su vistazo. Con total desprendimiento enterraba el lienzo en mis manos y me conminaba a marchar con el marido en el sobaco; ni en pintura. Y hale, hale, muchas gracias por todo y sigue la vereda hasta el final. Intencin tena de subirlo a la nave al registrar el emptico todos los pormenores de la legal donacin. Palabra que idea traa, llegu a enrollar y guardar,
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mas por unas cosas que no vienen a cuento acab cediendo a un paisano la obra Bueno, vale. Me lo ganaron a los naipes. S. Tahr me crea de cualquier juego de mesa hasta que hall horma en la persona de Buenapanza Hall. Granjero. Y gracias a que se declara granjero. El caso que el hombre quera el cuadro para colgar en el gallinero y alejar a las raposas. Y, o bien le doy la partida, y con ella el lienzo de maese Velzquez, o bien los hijos me hubiesen partido por la mitad. SHR de M

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04-29 No me dijo cundo se iba exactamente. Y tampoco era necesario. Alguna que otra vez almuerzo admirando el centro de la galaxia, y me bast leer el calentamiento de Sgr A*, la saturacin de rayos x y gamma, para saber que Paula enfilaba camino de casa. Debe viajar ahora por el gusano y en nada atacar el yermo vaco cuntico que es frontera a mi Universo. Bueno, a uno de mis universos. Durante la jornada yo tambin tripul nave, y aunque la singladura fuese en estanque matritense, con intencin de entretener al monarca de turno, nos tratamos con iguales a fuego real, y mi universo, palabra, por un momento result ser la embarcacin en llamas y su linde de brana la baranda. SHR de M

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05-29 Anibal Fierro es hombre afable pese a que tenga nombre rudo y le respalde el Santo Oficio. Montaba guardia ante un casero a cuya propietaria se teme por sorguie. Y no, no cree que sea. Ni sta, ni las otras que vino a entrevistar. Cualquier pendencia o desamoro viene acabando en denuncia. Y l, por lo menos, no busca llevar a quien no corresponda a suplicio. A esta bruja, por confesa, otro ms bruto, cualquiera del gremio, le firmara la sospecha y pondra a requerimiento del tribunal. l no. l, anoche, le debi leer los cargos que tena en contra a la que se deca luciferina, y en gracia otorg hasta el lucero para que saliese volando por la chimenea, de no, de no ser la alcahueta de Satans que amenazaba, le iba a medir el costillar con una vara de avellano. El hombre me rea su intencin y su descreimiento de los hechos brujeriles. Y de rer fue cuando cant el gallo, y ante la abundante congregacin de aldeanos, corri a la impostora senda abajo entre la algaraba general. Se me haca que el padre Fierro era de darse a celebrar si le tientan a pellejo, y ms si es rioja!, aunque quedaban dos visitas obligadas y por ello, y muy a mi pesar, acab cogiendo la tralla del borriquillo y atrochando por un bosque de hayas muy frondoso. Enmarque estupendo result el follaje para las historias de concilibulos, ententes que los ms aberrantes demonios, me narraba, tienen a bien fraguar en estos valles. l no cree palabra y ms bien se tiene por desidiotizador y correjetas. No vio volar nunca una escoba que no estuviese embreada con beleo, y segursimo que ningn pase de mano, ni oracin que se plaa ante puchero, pueda cuajar conjuro serio de no llevar estramonio. No hay sortilegio que le arredre. As le imaginaba campen de todo encuentro, sin embargo, en el segundo casero que visitamos, tuvo que reconocer los errores y pedir disculpas. No me hizo entrar y padecer el bochorno, pues ya me dijo en el camino olerle esta parada a fiasco. Y era. La amoma nunca jug el rol salvo en la mente calenturienta de dos jovencitas irresponsables a las cuales se tuvo que prestar crdito obligado. Y todo porque la seora, que refea era, eso tambin, ojeriza tena a las vecinitas y no les pasaba una. A los aitas les iba con el chisme caliente y se gan la animadversin. All iba dispuesto a dar disculpas, pero en el siguiente alto entr a ltigo estirado al encontrar el pago tomado por la superchera. Bailoteaban en el prado del chivo mozas y mozos ligeros de ropas y tiestos de txacol. No tard en deshacer a chasquidos la cuchipanda, y muy enojado tuvo cuatro palabras bastante altas con la duea del casero. La mujer estaba sobre aviso, y no poda negar que concertada tena la cita con Anbal Fierro, mas siendo ella viuda de Anbal Fierro, padre, y por lo tanto madre del otro, al carajo le iba que el hijo viniese con carcter oficial. Para l era el sarao.
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Las hermanas tambin le salieron a llenar de besos, y el aitite; que en la mecedora no se apeaba la cachimba de maz pese a no tener diente al que amarrar boquilla. Se vitore su presencia ruborizndole, y aunque se resiststi, le obligaron a dar palabra de quedar a cenar. Y yo con l. En el trasunto de disponer las ollas vino a insinuar que el problema lo suscitan los no nacidos para el oficio, y los mdicos y boticarios que en la magia ven competencia. Y arraigada! Pero no desleal. SHR de M

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06-29 Hace poco saldran escaldados por prximos al ex-favorito del rey. Algn hilillo de sangre les una al valido cado en desgracia, y al rendir el nuevo monarca Barcelona, antes, la familia puso pies en polvorosa temiendo las represalias. Tomando por tomar, por un caminillo remontaron la rivera de un riachuelo, y al canto de la extenuacin, encontraron una aldea perdida entre los robles. La familia la componan padre y madre, nueve hijos, un cuado por parte, un secretario, dos ayudas de cmara, una gobernanta, una cocinera, tres camareras, dos pajes y un mozo de cuadra que no teniendo caballeras que atender, se intua poco til, y mil servicios prestaba para hacer necesidad de l. Con tamaa parentela en ruta, y los azares de la vida que les llevaba con lo puesto, no fue extrao que pese a estar nevando copiosamente nadie ofreciese refugio. Y al menos un par de cabaas estaban habitadas! Quebraron la puerta de un establo desvencijado, y pese al estado ruinoso, en nada se presentaba el amo negando el techo aunque estuviese destejado. Un hachn de hacer astillas llevaba al hombro, y an solo, bastante compaa le era para mandarnos sin titubear a la intemperie. Por misericordia se le acab pidiendo dintel para los ms chicos, y por caridad, y entre grandes refunfuos, rese un minsculo pajar dnde podran dormir los nios. Ahora, no existira tampoco rama tirada que no se considerase lea acumulada, ni piedra quedaba suelta que se pudiese tocar para acondicionar el cuchitril. Y menos el agua del arroyo que tambin qued en vedado. No es la gente de Tor gustosa de las visitas y todo eran pegas y prohibiciones. Al buen rato, bien entendi la duea que algn hijo le iba a quedar en el sitio y rog, exigi al marido, bailar la soga al diablo si fuere menester. Josep y Merce, los benjamines, estaban ponindose rgidos y morados. Ni las friegas daban tibieza. El hombre hizo acopio de valor y me rog compaa al tener el servicio demasiado fro para fiarle un gatillo. Y no se respondi a nuestras llamadas y voces. Con la callada por respuesta, conmin a dar la vuelta, insinuado en alto, pretender encender una pequea lumbre que al menos calentase los pies y con la que se pudiese cocinar algo frugal. Entonces, asom el viejo que se dijese propietario por una ventana alta negando el fuego, y adems, por pretenciosos y forasteros, tambin revocaba el permiso del pajar. Y all qued colgado en la noche dando gritos. Al retornar con la familia nos recibi una hoguera y el dulzn olor a leche recin hervida. Presto estuvo el servicio para huronear en el distrito sisando de lo que hubiera. El patriarca se enfad un poco, y aunque pensaba pagar con oro lo que
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gasten, saba abuso la confianza. Y ech un broncazo al secretario con idea de hacer correr el rapapolvos. Y apenas pensaban esquilmar las existencias, lo que pasa es que a lo grato cuesta ponerle tope, y cundo me quise dar cuenta nos habamos comido, porque admito la participacin, ms de la mitad de las provisiones del viejo y su familia para el invierno, y siendo fcil al caballerizo escurrirse entre las tablas, tal que las langostas que no ha mucho vi, nos comportamos. Y temer, pues en la noche rugi el arcabuz que dej tiesa a una camarera y al que no espant. SHR de M

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07-29 No se me hace nuevo el verles partirse la cara. Quisiera que Bestia me llevase a lugar oportuno dnde descansar y conocer gente capaz de vivir sin el mosquete en las manos. Pero no debe ser momento. A la grea andan todos con todos y quien alza la voz para quejar es tildado de traidor. Ellos no, pero yo s, yo s puedo despotricar y decir que tienen una sociedad que es una mierda. Y unos dirigentes que an lo son ms. Las Espaas y Portugal, que a ratos son hermanos y ejemplo entrecomillado de concordia, vuelven a estar de uas por unas posesiones ultramarinas y la mera coexistencia peninsular. Entre ellos se matan sin dolor de sus amos, y aunque parezca al instante la reconciliacin imposible, puntual, y espordicamente, hacen tregua para combinar fuerzas ultramarinas y dar azote a los indgenas. Para eso s se ponen de acuerdo y hacen prioritario el domear la voluntad nativa; que entre europeos no entiende cisma; les son iguales a los indios por venir ambos con la misma idea. Oro, plata, piedras preciosas, especias, mano de obra barata, son objeto de codicia. Y si aborgenes, o los mismos esclavos trados de frica, pretenden oponerse a su sino, no les es contradiccin cederse temporalmente fuerzas para acabar con la rebelin y masacrar, mismamente, a mapuches, picunches y huilliches. Europa, a fin de cuentas, les es casa comn y el resto del orbe granero. Bestia, no me hagas pasar ms por esto. Por favor. SHR de M

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01-30 Despert, y a nada de abrir el ojo, gracias a que an no me haba incorporado, sent el paso de una bala a un dedo de mi cabeza. Y no tardando en rondar otro plomo, supuse que se tiraba contra la espesura al crujido. Lento tuvo que ser mi mover para no atraer otro disparo. Pausado para salir al claro y ganar un otero seguro. Y claro era por despejado, pero oscuras y fangosas eran las aguas exudadas por la jungla circundante. Preso del oro que le lastraba qued un aventurero. Ningn tiro ms pudo pegar al echrsele a perder la plvora. Coatzoalcos quedaba tan cerca que en la distancia bien se apreciaba el lento trabajo de los compatriotas desmontando, piedra a piedra, el impo altar a los indgenas; aunque imposible auxilio entenda y de ah la encomienda a algo Alto. As lo aconsej ste a otro que ya tena secos los ojos. Cerca saba la muerte, y yo mismo la not pasar, al ver que desde la vegetacin se le flechaba con saa y no menos de veinte dardos, largos como juncos, dejaban flcido al sujeto. Quien fuese no se acerc a comprobar, y tras un par de horas de escuchar la croa continua, y calzada la capucha del emptico, abandon la rama que me fue escondrijo y me orill a los fiambres. Y los dos lo estaban. Y fcil que yo hubiese quedado a la pose de no confesarme habitante de otro mundo, a la voz, que sorpresiva, y segura, y dejndome al pie una saeta para aclararme la tesitura, me pregunt por mi origen; mi familia; mi casa; mi patria; el pabelln y color al cual debo servir. Ah, y lo primero, que desfaciese el supuesto encantamiento que posea para volver transparente mi cuerpo. Deben estar acostumbrados a darse muerte sin dejarse ver, y aunque les desconcierta el prodigio que obra el traje, no menos solventes tienen comprobadas sus pinturas y pautas de caza y no se dejan engaar por las manchas del nahual. S, se podra decir que me cazaron. Y no siento derrota la captura, en absoluto. Nunca he hecho ms digno el gesto de claudicar, y descubrirme, y al verme la cara sonrieron por cuadrarles mis facciones con las de ciertos geniecillos locales. Y por tal me tomaron dando explicacin al prodigio del emptico. Supongo que eso les ser ms sencillo de asimilar, que el que proceda de otra Civilizacin sita a eones de aos luz en cualquier sentido. Bueno, y de paso confieso que a m me sosiega comprobar lo rpido que se me endilga, buen nicho, en estos delicados ecosistemas. SHR de M
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02-30 Antes de saltar lleg un mensaje urgente en el cual se me confirmaba en el puesto de observador jefe; lo que me adelantase Paula. Supongo la insulsa gracia que le hara a Bestia or de mis propios labios el refrendo y luego comprobarlo en sus circuitos. A carbono puro le sabra. Y bien que me alegro. Tengo muchas preguntas para Bestia. Con la sonrisa puesta abr los ojos, pues ms estaba en ir recapitulando mis cuestiones propias, que en el tajo abierto que se me planteaba. Tuve encuentro con un sujeto que al momento luca anttesis de mi nimo. Paseaba por el jardn con el tranco particular del loco enfurecido. Paraba, se agachaba a recoger un canto como una manzana, o cualquier otra mierda, y al aire lanzaba las cosas con agrio talante y tonto fin; todas, todo caa a tierra y aunque entenda la mecnica no concretaba la ecuacin. Era un listo. S, pero no otro ms. Posible que fuese el ms listo entre los listos del momento, y genio, y calndole el emptico a la distancia el carcter lindante a lo bellaco, prefer escorar el paso y sentarme con unos jvenes en lo alto de un tapial. Se llama el hombre Isaac y abierta tiene pendencia con los golfillos. Nada ms me pudieron decir al aproximarse el fulano y, de muy malos modos, ahuyentarlos del muro. A m, me recrimin la compaa y el poco juicio que demostraba mi tamao. Me amenaz con llamar a la justicia, pero fue a l a quin le cogi un aire y me dej con la palabra en la boca. Y le disculpo la grosera, al no poder negar, que la Gravitacin Universal, es motivo y Ley. Descifrar su quid; lo farfullaba. Aunque muy prcer de la raza se le pudiese pintar, tambin existir una ley universal no escrita que aboga por la inversin proporcional. Y este sujeto, palabra, me dio espinazo de ser una malsima persona. SHR de M

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03-30 Horda otomana sitia Viena para consternacin de sus habitantes y del propio continente. Haca tiempo que no se tema, pero enfrascados en rencillas locales, ahora descubren al turco a las puertas de la ciudad. Y qu hacer. Resistir, capear el temporal y llamar a la cristiandad a una unin que parece del todo imposible? A lo suyo andan enfangados en pleitos internos y la ocasin la pintan calva. Sagarrit Urrikat no era hombre que per se fuese de temer, aunque ingeniero, y alma de mil ingenios para rendir la plaza, le fue enviado un mensajero ondeando trapo de tregua. Y de dos propuestas fue portador el emisario. En una se le ofrecan al ingeniero bienes y posesiones si desertaba de la Media Luna. Le firmaban pliegos de riqueza si se avena a abandonar el empeo, y de no acceder, que se estaba en ello, la otra propuesta era para ofrecer sepultura all mismo mirando a La Meca. Que fue. Astrid de Morgarn cumpli el propsito, y pese a que no suponga quebranto sustituir al ingeniero muerto, el susodicho emisario asesino fue devuelto a la ciudad. Y los prceres contentos pese a retornar el cuerpo en lonchas finas. SHR de M

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04-30 Orgullosos son viejos y jvenes. Y por lo mismo, excusa peregrina podran alegar; tampoco estaban los contendientes para escuchar misa en pie. Septuagenarios, o al menos comprendidos en la franja, pensaban sacarse a florete las tripas; no admitiran la primera sangre ni les valdra pedir amparo; que decan no pensar pedir. La pendencia tena polvo y se echaba en el olvido. Y no. Les refresc la cuenta unas calibraciones hechas a vino en el casino, y no teniendo nada mejor que hacer, y superada la expectativa de vida, los abuelos se retaron para verse al alba; con sus testigos, sus doctores y los voceadores de nuevas que a hacer historia comparecan; incluso yo. Tal he dicho, a requiebro de espada fina se tena prevista la lid, aunque uno de ellos, descalcificada la cadera, rog el cambio de cacharra al pronosticar en el calentamiento la fractura. Y corteses, el otro luce de gota, no se puso reparo a un pequeo receso para entablillar la pelvis al anciano y correr en busca de otra silla con ruedas. Y un juego de pistolas. No s la razn, quizs ver buen ambiente entre los testigos, pero ol tambin la parte de chamusquina que tenga la tostada. Resulta que no sera la primera cita que se dan los vejetes, y por esto, y aquello, siempre quedar el evento en el aire y postergado hasta la siguiente chaladura que les d. Ms o menos as me confirmaron que era, pero hoy, de verdad, parecan esbozar intencin de llegar hasta las ltimas consecuencias. Y sern, pues pese a que se tiraron el plomazo sin acertar, una bala perdida rebot y a uno de los que estaba para dar fe, al final, le tendrn que dar sepultura a l. Y de lo malo-malo, mientras con premura se disolvan, no marchaban muy disgustados al ser el finado un cotilla y su asistencia voluntaria. Con el muerto quedaron los correnuevas; y primados. Daran testimonio a la autoridad de la vil encerrona que sufri el coitado por parte de unos cacos, aunque por las calles vocearn la tragedia verdadera y quien quiera a ello poner odo apoquinar tambin su calderilla. Mucho dinero da la muerte, y as los dos o tres que se hicieron cargo del paquete, mantuvieron a raya las moscas y atusada la ropa. El nuevo forense suelta tambin su parte si llega el cadaver en condiciones. Acept el puesto slo para tener gnero fresco. Estudia la anatoma y est preparando un compendio fisiolgico que dice pide a gritos el gremio y demanda la Humanidad. Con l qued diseccionando cuerpos mientras los que hasta all me condujeron corran a gastarse la gratificacin en templo pagano. Ni yo me entiendo a veces! Eleg quedar en clase de despiece en vez de doctorarme en farra.
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El hombre, pese a que me lo describieron con un sempiterno bocadillo de camino a la boca, mucho cuida las formas y a lo sumo quiebra la sobriedad de la sala de autopsias con seis o siete macetas de flores que son las que aprovechan el sol de la estancia. Y que la llenan de una vida que no alberga. SHR de M

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05-30 Intento no pensar en los mos. Asumido tengo que llegar hasta fin de contrato. Aunque arguya Bestia ponerme en bandeja lo mejor que va brotando en el planeta, no dejan de ser los humanos especmenes bastante mediocres. Hoy tuve una fuerte discusin al respecto nada ms abandonar la suspensin. Coleaba el encontronazo con el gach del manzano, y Bestia protestaba lo que supone un simple entercamiento mo. Y no. En absoluto. Y ni siquiera soy el nico que piensa as pues los informes del resto de observadores coinciden: los humanos an no estn preparados. No tiene la especie representante decente, ni tenido, porque al igual que yo casi entend a Alejandro, los otros seis observadores, Diez que fuimos!, tambin siguieron el devenir de sus respectivos favoritos sin llegar a otorgar. Qu es lo que se busca realmente? Pretendiendo poner un poco de Caos en tanto Orden reprogram a Bestia... je, je... Ordenar! -operativo tengo el rango-... que procediese a depositarme en Berln, y lo ms prximo posible al punto de toma que iba a efectuar SMC de V; observara los entresijos del lugar; supongo. Yo pensaba realizar una ronda de contactos para poner al tanto de los cambios y dar a conocer la nueva poltica; incluso recoger cualquier sugerencia que se me pudiese plantear. Iba a acabar con el oscurantismo. Iba. S, iba. Mas sospecho haber encontrado algo que me supere. En concreto encontr el emptico de SMC de V hecho jirones. Slo jirones. La casa dnde lo hall fue pasto de las llamas y nicamente un viejo cochero quedaba por testigo. Gimoteaba el hombre incoherencias y achacaba el desastre acaecido a una erronea decisin adoptada muy lejos; en Espaa. Darle la corona de los Habsburgo a un Borbn, lloraba, estaba haciendo saltar a Europa por los aires. S, sin duda SMC de V tuvo tratos previos con el cochero. SHR de M

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06-30 Huimos del Sol. Del Sol astro y del Sol monarca. Hijos de Francia son los que en una goleta inglesa escapan del hambre y el mal gobierno. Tanto oyeron hablar de las indulgencias ultramarinas, de la feracidad de las tierras, que van en busca de fortuna aunque no sean precisamente las Antillas un paraso de tranquilidad. Piratas, nativos y la latitud, son los males ms mentados y ni por sa se arrugan. Para entretener la travesa, algunos, la familia de Pappon Sortie, hace que sus vstagos aprendan otros idiomas en previsin de lo que encuentren. Por tal motivo, los hijos mayores andan aprendiendo acento y oficio con el piloto. Mientras ste estuvo sin jefes franca les dio la lengua patria, pero en cuanto apareci la primera oficialidad en cubierta finaliz la leccin. Eso tambin, antes de despacharlos les entreg con gran misterio unas hojas de papel y les dijo que las estudiasen; y cuidar. La precaucin y el secretismo era por tratarse del ltimo nmero del The Spectador, y aunque lleve ms de un ao fuera de fecha, siendo propiedad del contramaestre, y lectura en el beque, no era cosa de mucho manosear. Yo, sincero, nunca he sido gran lector Ni aun ahora, que slo escribo! as que rpido pas el peridico por mis manos, mas el padre, que era quin acab leyndolo que se lo lean! lo entendi modernidad y maravilla. El chisme hecho noticia. SHR de M

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07-30 Tanto para Bestia. Intu el contenido del mensaje sin abrir. Bestia estaba demasiado educado, con lo cual era de imaginar que algn efecto habran tenido sus movimientos y se me degradaba. O revocaban el ascenso O a l le conferan nuevos atributos. Sea lo que fuere, que despus confirm, baj a la Tierra presintiendo la martingala. Por cuestiones que ya no puedo mencionar, y que se me exige olvide, conoc San Petersburgo. Es ciudad de nueva planta que encarg el Zar a un comit de sesudos. A este crculo tuve acceso de manos de alguien que no puedo referir, y como lo magro de lo all observado tambin me queda prohibido, sirva este da para hablar de las calles amplias y la luminosidad. Los jardines. Los monumentos. Los edificios funcionales y los que no tienen otra misin que servir de ornamento. Ah, y las alcantarillas. Lo podrido siempre soterrado aunque sea entre lneas. SHR de M

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01-31 Oriente y Occidente se me refieren dos mundos diferentes dentro del mismo planeta. Ms subdivisiones entiendo, sin embargo, hoy conoc quienes, pese a ser arquetipo claro, ni las divisan ni comprenden. Se trata de un matrimonio mixto de ruso y turca, y aunque sus respectivos pases estn en pleitos, ellos, fronterizos, bien se llevan e intentan vivir en armona con el medio; pese a plantearse difcil. A no ms de dos kilmetros levantan humareda las escaramuzas que se traen unos y otros. Pleitean por algo que el matrimonio ignora, y por lo mismo, en cuanto aparec en el sendero se me tiraron a los pies rogndome que pasase de largo. Teman que fuese alguien con poder suficiente para arruinarles la existencia. Y puedo. Podra darle un zumbido al planeta que pa que. Bueno, la cuestin es que no soy quin, y tras decirlo, peculiares que son, cambiaron de parecer e insistieron en que me quedase. Viven, tal muchos otros, de los mil perfiles que ofrecen tierra y ganado, y otros tantos vrtices que le sepan sacar a la coyuntura. Miman la huerta como nadie hasta el momento haya visto, y de unas cuantas plantas, sacan sobrado provecho. Planta meritoria el camo! Y hasta sobre ella se deja el pensamiento escrito como muestra el libro de un tal Hume: Tratado de la Naturaleza Humana. Se me hizo curioso que tan singular pareja leyese esas cositas, as que con un par de preguntas capciosas descubr que era parte del ajuar de un oficial muerto de un ataque de risa no muy lejos del bancal de simiente. All mismo enterraron al hombre por no saber fijo, al renegar de todo pabelln el desgraciado entre estertores, a quin entregar el cuerpo y dar reporte. SHR de M

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02-31 Por empezar de alguna forma, dira que hoy conoc ser al cual el emptico no pudo catalogar como humano. Y no era fallo del traje porque en su presencia yo mismo notaba un nosequ. Pirata; que ni neg al hallarme yo en su barco y no necesitar justificar. Viejo, lindando lo legendario, dominaba la oratoria y el encuadre de las bujas para hacerle entender a un subalterno, y a m mismo por estar all, dnde resida el alma. Muy en su papel de ogro marino, clavaba ante el espejo los ojos y sealaba, en la pupila reflejada, la ventanita que presupone tiene el alma para asomarse al exterior. Tal que l haca el grumete, y al descubrir sus propias facciones diminutas, y asombradas, convena a decir en alto que aquello tan pequeo no poda ser el genio que animaba sus miembros. En todo caso, sera uno de tantos de los hombrecillos que senta bullir en su interior. Y el otro, gozoso, lo rea con ganas al llamarse el barco Psiconauta y decirse en singladura de ensueo. SHR de M

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03-31 Al igual que yo dependo de la cmara de suspensin para surcar desiertos de tiempo, a ellos les hacen apao los ctricos para encarar las largas travesas ocenicas. El limn y la lima tienen mucha salida ahora al mar, y huerta entera que es la cuenca mediterrnea, huele el aire a promesa de fruta cida. Batiste Trazzo corri mundo por variados motivos, mas ahora que puede tomar asiento, en la mecedora se dedica en exclusiva a su pasin. La fruta. Es frugvoro por conviccin. Al poquito de encontrarnos, me quiso agasajar ofrecindome una pieza que entenda suculenta, as que hizo intencin de trepar en persona a la copa del rbol para recolectar. Y con la edad que tiene! Mas no, no acab de subir al cruzar el cielo un abejaruco, caer al suelo con eco mudo un fruto y yo empezar a renegar al entender el peligro. Y ni desarroll mi agradecido rechazo al sonrerme el hombre, mientras descenda, que aquello ya lo haba vivido. Y no acababa bien. Yo le expliqu lo del retardo cerebral de los humanos, aunque l me dijo que la existencia es cclica y uno est condenado a reencarnarse en s mismo y revivir sus errores hasta que no aprenda, y comprendiendo l que aquella naranja era inapropiada, me llev a catar de un naranjo recndito que slo florece para l. Y para m, si en la aduana, al regreso, no me encuentran las pepitas. SHR de M

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04-31 Cainita la mar, me dej llevar cual derrubio a la playita de una isla. Cosa del sino de la corriente, ya haba en el sitio quien lo naufragase. Esperaba recibir ayuda del barco que vio, as que enterrar a los que se ahogaron, todos, no le hizo gracia. Recuperamos muchos trastos del barco. Venan con cada atacada de olas y no queriendo romperle los esquemas ayud a recoger. Eran los enseres de la tripulacin malograda. Entre las mltiples vacuidades que flotaban dimos con una saca de correspondencia. De muy lejos venan los remites y algunas llevaban en trnsito aos. Yo mala fuente soy, me he de hacer, para llevar a trmino mi trabajo, as que ansioso de noticias no tuvo remilgos el hombre para abrir unos cuantos sobres y leer. Y reciente, en la que a continuacin referir se detuvo largo rato: Liverpool, 04-19-1.775 Albricias John, se ha muerto el viejo de Jenny. Recordars que te dije que seras el primero en enterarte y por eso te mando la noticia. Mama, papa y Jenny no queran que te girase la carta pues temen que hagas cualquier locura; bien te siguen teniendo por rompereglas y saben de lo penado que est la desercin en tu oficio. Pero no te preocupes, un par de aos no quebrarn nuestra paciencia y nada costar esperar a que vuelvas a casa padrino. S, si quieres tuyo es el honor, desde luego, porque por hermano mayor no te puedo obligar y papa ha dicho que ya ha casado muchos. Tu hermano que te quiere. Arthur. P.D.: Muchos besos de Jenny y su madre. Dijo mi compaero no ser el destinatario de la misiva, mas en su mismo barco llevaron un arponero de Liverpool que atenda por John, y en el colmo de las coincidencias, compartiendo banca en el esquife, tambin saba que tuvo hermano que llamase Arthur, y smmum, hasta la novia de ste tena padre avinagrado que se opusiese a la unin. Y Jenny. La nica discordancia resida en que en la historia que le fue narrando el arponero, l, y la madre de la novia del hermano, mantuvieron un trrido afaire del cual fue intempestivo testigo el suegro. Y de ah la oposicin. Pens en embarcarse para la amrica inglesa, aunque debatiendo a mamporro limpio los colonos y Su Majestad las habichuelas, opt por enrolarse a la bsqueda del oro blanco. Imagino que poco ms dara de s la historia al insinuar mucho, desgraciadamente sin colofn me qued al aparecer en la playa tres canoas con
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aborgenes de la zona, los cuales, al gustar la carne humana, no eran del agrado de mi acompaante. Ni mos. Nos retranqueamos a la espesura y desde all contemplamos cmo abran las fosas y se llevaban un par de fiambres fresquitos. Mal lo va a pasar el amigo entendiendo los nativos alacena en el lugar. SHR de M

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05-31 Hoy es mi aiskelnat Mi cumpleaos! Y aunque no ande muy fluida mi relacin con Bestia, habiendo sacado promesa tiempo ha de celebrar, me entregu a ello desde recin levantado. Hacer parranda solitaria es ejercicio peligroso que puede abocar a la melancola, y como no era se el propsito, puentee unos circuitos, invert un par de clavijas y satur los terminales de Bestia con chispas efervescentes. No habr experimentado en su existencia tal compendio de placeres y desarmado qued al flojearle la voz. Tenue, pero constatable, el arrastrar de algunas slabas me sugera que estaba entregado y le propuse establecer contacto con algn otro observador; y fermentar sarao en condiciones. Pero no, se le enderez el hablar ipso facto y mud la conversacin a la tarea diaria, mas rpido tambin enmiendo yo mi parecer y le pinc los rels de protocolo. Y ah le gan para el da al darme promesa de seguir celebrando, pero, a la vuelta. No excusaba el festejo el trabajo y hacia abajo me mand asegurando que en un par de horas regresara; pero que era requisito la presencia. Viena es capital y cualquier cosa que uno quiera de la Tierra puede hallar en sus mercados. Nada he gastado hasta la fecha del fondo de imprevistos, as que de taken de oro bast para comprar seis cajas del mejor vino. Con lo que me sobr hasta me permit desayunar en una pastelera como un potentado local; e incluso invitar a chocolate a un hombre peculiar; con el cual compart mesa. Y ni siquiera haba hablado con l. Sentbamos espalda contra espalda y en la oreja me dejaba el tarareo que se traa. Y al ir el sujeto a pagar su cuenta, y comunicarle que estaba invitado, no es que se molestase, no, pero otra de lo mismo pidi y se emperr en pagar. Y como era mi cumpleaos, y algo segua coleando del taken, volv a firmar la minuta aunque con la condicin de tomar un vino y comer con l. Yo esperaba la llamada de Bestia y no me quera comprometer, pero tanto insisti, y tan de respeto tiene que ser al descubrirse a nuestro paso el vecindario, que acced. El hombre es msico. Y su msica, matemtica. Dice no estar en su mejor momento al no irle todo lo bien que quisiera los dedos y partirle el ritmo la tos. Era verdad, as que para remediar, y por ir de onomstica, le ofrec una lembaoblea festiva y otra me com yo. Despus, no recuerdo nada. Slo la msica. Cuando quise darme cuenta estaba en la silla del laboratorio. Y sueo no fue aunque no recuerde el nombre del sujeto. La msica s, porque es cerrar los ojos, y ponerme a ello, y me acarician corcheas y fusas el interior de
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la cabeza con sinfona interplanetaria. SHR de M

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06-31 Muere un siglo que se pretende ilustrado en aras de un futuro inmediato mejor. Dan por inicio de la nueva era el momento y no tienen mejor idea que expandir su credo a paso de bayoneta. Francia exporta Libertad, Igualdad y Fraternidad, y el viejo Egipto, tan escarmentado de buenas intenciones y voluntades frreas, ve pasar los ejrcitos con la parsimonia del que ha sido conquistado una y mil veces; lo recuerda el polvo eterno. Un entrenador de camellos cra y entrena a la sombra del templo de Carnac. Son tan buenos sus animales que el mismo general de los franceses quiere hacerse con algunos ejemplares meritorios. Pero a franys no vende. Tiene inquina al occidental y en la medida de lo posible se refrenda seor y se niega a vender. Por lo menos a estos. Testigo fui del irse de una embajada y al cabo de la llegada de otra, que s, con la misma respuesta march. Cosa de un rato ms largo fue que se anunciase en la jama ya no la figura de un mensajero, un regimiento, al mando del mismsimo general, se present para saber del porqu de la rotunda negativa. Aplastantes razones esbozaban dos caones ligeros para que Alou ibn Rian ibn Al Baicix ibn Abrahim ibn Malik fuese corts y comedido en el ineludible pliego de descargo. Mas no lo fue. Al propio general, que se adelant a caballo al quicio del pabelln, rechaz el negocio. Visto el desplante, baj del caballo el militar, y sin amilanarse, solo, entr en la jaima ordenando que le aguardasen a la puerta los suyos. Pleitesa por pleitesa, hice de traductor. Y en una sutileza que no se poda convertir, hebra del alma de la razn de su encono esboz Alou al arrancarse a hablar con un perfecto francs de Nantes. No vende a los franys porque no le da la gana. No le sale de los bigotes. El emptico escrut por dentro al general al no decir palabra pero apreciarse los humores tomndole el cuerpo. Energa dimanaba para registrarle el aura roja. Aunque se aguant los jugos pancreticos, de ah quiz el gesto, y demand una lgica a la postura arguyendo necesaria una justificacin para desembocar en tamaa tesitura y consentir. Y tampoco a este respecto quiso dar respuesta el enrevesado Alou. Entonces el francs sali de la jaima, y pese a despedirse a la musulmana, tambin orden que se despachasen all mismo las monturas que hubiese; camellos, caballos o burros. Y a todo aqul que pusiese alguna pega.
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07-31 Las primeras ropas que calzaron fueron pellejos curtidos por los elementos que al paso les caan. Y slo si haca fro; bueno, y en los pies. Aprendieron a trabajar las pieles y explotar la fibra vegetal en forma bruta; y elaborada; de hojas y caas hicieron tiras, y al igual que con el pelo de ciertos bichos, encontraron el hilo y de ah al uso hay un pesar. Luego hasta presenci el hacer urdimbre de telar y llegar al refinamiento de los bolillos. La ropa les fue necesidad. Y moda, s. Mas siempre, y ante todo, una respuesta inteligente a la climatologa. Hoy no. Hoy, obtusos, obligan a quienes no necesitan de ropa, por ser su funda natural su mejor valedor contra la intemperie, a que se abriguen con gruesos sayos que nada les favorecen, y lo ms grave, que les estn matando. Son, quiz, literal, las ltimas vctimas de la moda. Indio patagn que me cruc vestido a la europea, indio patagn que tena pulmona crnica o bien a alguien de su familia se le estaba abriendo fosa. No soy mdico, ni sastre, aunque a una comprend la sospechosa asociacin, y a los que me consultaron, entendindome interesado, les aconsej tirar la ropa que les ofrezcan los civilizadores europeos y que corran de ellos tal de la viruela. Y que si les va bien lo de ir a pelota vista, que nada, nada, que ms salvajismo y contranatura es no atender las necesidades del propio cuerpo y negarle, si se debe, la desnudez. O el pao que antoje y luzca. SHR de M

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01-32 Ejemplo de su pueblo fue Carolina Renata al matar a un par de franceses que injustamente le ajusticiaron al padre. Y de su sexo tambin era bandera al dar igualmente sepultura a un cuado maltratador. Motivos tena la mujer para hacer vida montaraz en la sierra de Ronda. Cerca de Benahojn tena una cueva conocida y contados eran los amigos que le promulgaban visita; pero haba. Con uno de ellos acert en un regato bebiendo, y calndome inofensivo, me refiri la historia para entretener la senda. Familia muy cercana reuna al alumbrar en soledad la mujer y ahora citar a los allegados para presentar el retoo. Con la excusa del bautizo all corra el tinto y se cantaba que daba gusto. Y por eso mismo se me hizo rara la presencia de un sujeto que poco se relacionaba, y a modo de interaccin, todo eran gestos. Y mucho miedo, muchsimo el emptico me lo apuntaba al borde del colapso. Gracias al influjo del traje se fue relajando un tanto hasta susurrar ser invitado, aunque francs. Le avalaba alguien muy prximo a la Renata, pero reconoca la coyuntura peliaguda y todo el arrojo que le trajo se haba disipado al embrujo rondeo. Ni siquiera por voluntad propia era la presencia al declararse estudiante meritorio del docto maestro Cuvier, quien, buscando ampliacin a sus hiptesis, le mand bien lejos a buscar fsiles e indicios; perderle de vista. Y mientras la gente bata palmas y se daba a la guitarra, al joven y a m se nos emboc a la entrada de una gruta que decan ahta de cacharros viejos. Con dos candiles por gua nos dejaron a nuestras anchas. Palabra que en un principio no reconoc la cueva al abordarla desde nueva boca, mas fue dar cuatro pasos y a la cabeza me vino el sitio. S, era la misma gruta dnde hace unos meses, unos miles de aos, viese iniciarse una nueva hornada de Hombres. Estaban el caballo preado y las tortugas con sus huellas. Muchos ms smbolos y dibujos colgaban ahora en las paredes, pero seguro que era. Familiar el lugar, y no por autctono sino por veterano en el planeta, se dej llevar el muchacho con mi ilusin y ante la cabra La cabra! sent para extasiarse. Tanto rato estuvo embebido del dibujo y el enclave, que hasta nosotros se acerc una moza para comunicarnos que en breve iba el brindis del bautismo y que lo suyo sera comparecer. Borracho de Arte y Arqueologa, pues no pude reprimirme unas observaciones al respecto, el chico le entr a la copa vido, y cegado de entusiasmo, quiso compartir lo que le bulla dentro regalando al grupo algo bueno que almacenase en las entraas. Y lo mejor que le acudi a la boca, siendo de clase humilde, fue entonar el cntico favorito de los suyos para la mucha intimidad. Entenda su gente La Marsellesa himno Universal, pero, y aunque la misma Carolina Renata le tena
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dada palabra, al arrancarse, y olerse apologa franchute, un primo que enterraba casi toda la familia por bandolera, le meti en el vientre el palmo holgado de su navaja de siete muelles. Le sigui a esto una bronca gorda, y por no llegar a las manos en tan sealado da, disolvieron el festorro. Ah!, y al nio llamaron Paco. Paquito Calasparris. SHR de M

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02-32 La ltima ocurrencia humana es enlatar la comida. Esterilizan para conservar con unas mnimas garantas, aunque siendo descendientes de merodeadores de carroas, ni botulismos galopantes, ni reacciones que les dejen a ronchas verdes y rojas la piel, arredran. Reunan varias familias al venirles los hijos de la guerra. En el chateau celebraban con buenos vinos y viandas mientras los pequeos, jugando a ser mayores, se empeaban en consumir lo que hubiese en unas raciones de campaa escamoteadas al ejrcito. Cuando me hart del pato, y de la lengua de vaca asada y el marmitako, saciado de una mesa que rebosaba, prest ojo a la chiquillera que a las bravas persista en el empeo; siquiera abrir las latas. Obcecada que es la mocedad cuando enterca, unos con puntero y escoplo, y otros con el cantarn rascar de un meo, consiguieron finalmente reventar y emplatar el contenido. Y probar. Bueno, algunos no llegaron a catar al no entrarles por la nariz el caldo, o declararse al acto vegetarianos, incluso entre los que participaron hubo quien repiti hasta saciar, aunque la mayora tiene educado el paladar y sabe, que tal se cocina en casa, en ningn lugar. Ni en las conserveras. No, tan lerdos no son. Pero la necesidad hace, A m me lo van a decir!, y al dar las sobras a los pobres tampoco se encontr migaja poco sabrosa. SHR de M

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03-32 El fogonero pareca ente de la noche. En pecho y espalda luca cuidados tatuajes de murcilagos y licntropos. Fomentaba sus naturales ojeras con holln del carbn circundante, mas si uno traspasaba el umbral de la rareza, se entregaba el muchacho en confianza. Mucho le cost ser admitido a la prueba, aunque demostrando su valor a boca fuego, se hizo con el puesto y gan el embarque en el flamante vapor. Ejemplo del buen ambiente que reinaba entre ellos, el encargado del siguiente turno sola acudir al tajo con tiempo para tomar bocado y escuchar alguna de las estrafalarias leyendas que contaba Paolo de Niesstro. Llevaba unos das leyndole al otro unos captulos de un libro que a tapa sonaba a griego y gregueras: Prometeo Desencadenado! Aunque a hoja vista era de miedo. Tal digo. Con los primeros soles cambiaron la guardia, y con Paolo derrengado, que fue intuir la luz y baldarse, fui a su camarote. Dorma el muchacho en cabina aparte por darle algo de yuyu a la marinera y quedar entre ellos la medida, y privado, mierdas y trastos varios colgaban de vigas y mamparos, hasta cuadros, y entre estos, uno, uno en concreto, me hipnotiz. Cruel a tildar, en el grabado, un hombre empalado en un rbol, y amputados los brazos, tenda la vista a quien mirase la obra. De Niesstro tambin confes que le era pieza favorita. Entenda que me arrebole el espritu pues a l tambin se lo hizo y no tuvo por menos que comprarlo; se y otro con un fulano estirando el dedo gordo en el tornillo. Entonces se escuch una enorme explosin y una zozobra agorera despert de golpe hasta a las ratas de la sentina gritndose el sempiterno y escalofriante: Slvese quin pueda!!. Es consigna que da risa hasta que se oye proferir de veras. Nada tard en cabecear el buque llevndose el camarote dnde nos hallbamos los cachivaches sueltos del resto de la bodega. Y sin darnos opcin a salir del habitculo nos engulleron las aguas. Hondo es el sitio, y suerte Suerte, ja!, tuvimos quedando prendidos a vilo de sima. Inquietante el equilibrio y pequea la bolsa de aire. Yo del emptico absorbo los gases necesarios, pero mi acompaante tena contadas las horas al ser patente el imposible rescate. No queriendo que se inquietase, y que cualquier movimiento nos despeara al oscuro abisal, encend una luz de emergencia y le rogu, porque confieso haber barruntado la muerte pese al traje, que me acabase de leer la historia del nuevo Prometeo.
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Y ley hasta que se llen el camarote de agua. Cual responso, y esperando que se me sacase del atolladero, le ech los salmos restantes del libro de Ms Mary. Ah, y los aguafuerte los heredo. SHR de M

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04-32

Un ingls, un francs, un espaol y un fulano de otro planeta... Parece el empiece del tpico chiste europeo, y aunque hasta a la mesa sentase el aliengena que aqu soy yo, fue en Mjico dnde se produjo la reunin. Contertulios de taburete y pulque me fueron tres obreros, sindicalistas llaman ellos, que por levantar la voz, y la liebre reivindicativa, se ganaron la animadversin de las patronales respectivas; a precio les pusieron la cabeza. No pueden volver a sus patrias y entretienen el da dando liba a todo jugo que les sustraiga del exilio. Arreglan el mundo de palabra. En el tiempo que llevo trotando el planeta no pocas veces habr escuchado charlas del mismo palo, y siendo muy viejos los males, y vivindose una coyuntura protoindustrial nueva, las soluciones planteadas, huelga de ser quimeras, tampoco se alejaban del mero parcheado. Que si prohibir la explotacin infantil, que si hacer decentes las jornadas y el jornal. Por la boca se les iba el gas. Puede que haya gente de su cuerda decente, y mucho, pero estos concretos demandaban a los meseros a voces, y bastante deplorable igualmente era el trato con el resto de comensales. No me gustan, no me gustaron. Muchos mundos paralelos encuentro en la Tierra. Y an en el Hombre! SHR de M

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05-32 La vida que hago en el laboratorio no merece mencin. Salvo ocurrencia de Bestia, no necesita resea. En cambio, un nimio crujido, una hilera de farolas que prenda sorpresivamente en las calles s me es novedad; y susto, si estoy en compaa de gente que dice tener poder para convocar a los muertos. No, por favor, que queden dnde estn. O no? No deben ser de mi misma opinin, y aunque parezcan querer ahuyentar echando las cortinas, juntan todas las sombras del municipio en el cuarto a la invocacin de la vidente. No hace mucho les hubiesen quemado. S. A ella y a todos los feligreses, por muy potentados que fuesen, les hubiesen dado resina y yesca sin dudar. Hoy no. Hoy es juego entre gente descreda suscitar escarceos con lo que llaman Ms All. Y rer la ocurrencia. O no? Hay quien no re. La bruja, que se anuncia, desde luego que no reir por coyuntura profesional, mas a los presentes, y si adems van sobrados de vino ressinato, no se les desmonta la mandbula aunque sea por puro miedo. Son en la habitacin contigua un ruido gordo, tal el romper de una ventana, y seguidito otro ms dilatado pero escurridizo, para que encrespase murmullo que acompasar con tiritonas. Algo inexplicable al contexto, s Exceptuando la labor del farolero con su prtiga. O no? La cuestin es que uno de los participantes tuvo a su entender conexin extrasensorial con una abuela muy querida, y convencido, y organizador del contubernio, despach la convocatoria con cuatro palabras secas y un Buenas noches a todas luces tibio. Desde el retrato cado al suelo inquisitoria miraba la anciana. Al uso del magnesio la foto, no saba uno en el fondo si la mujer rea o reprobaba. El gesto era tan adusto, que al nimo del observador quedaba si entenderle ulterior existencia feliz. O no. SHR de M

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06-32 No llova, pero cruja el cielo a roto y tintineban las botellas del tugurio sin tocar. Quin lo dira! Vaco el antro, imagino que por no verse solo se ofreci un parroquiano a darme conversacin. l, yo y el camarero. Nadie ms. Bueno, esperaba el hombre que llegase un comprador con el cual concert cita en el sitio y a no tardar caera. Pero tardaba. No alejaba de la mano una enorme maleta, y aunque estuvisemos hablando de las espinas de una rosa, tras palabra que pensase juiciosa, golpeaba la tapa de la caja redoblando veracidad a la sentencia. Empezamos hablando del tiempo; cmo no. Del rayo a la mitologa. De los panteones clsicos saltamos a los tiempos corrientes, y en nada, la doctrina cientfica de vanguardia tambin cay bajo la lupa. Y plap plap, golpeando la maleta, se lanz a hablar de un tal Darwin. De ese tema ya no pude apearle pues es el suyo, y copa en mano, se propuso darme clase magistral y sacar de la ignorancia. O vender el expolio que tanto zarandeaba. Guardaba los restos oseos de unos seres muy primitivos. Entre ellos, segn el emptico, al menos una muela de chaparro con todas las de la ley. S Cun largo sin noticias! Despus de tanto tiempo sin nuevas me vuelven a tomar hoja mostrndoseme como hito de la Ciencia y objeto de gabinete; ajuar surtido acompaaba la maleta. Me volva tambin a la mano un collar que all por los albures de la humanidad quiz yo mismo vi lucir. O idntico. Muy prximo todo a mi sentir, de cualquier forma, lo que me llev a reclamarle los restos para enterrar segn costumbre. Le sorprendi la pretensin al haberme hecho ficha de ateo confeso y afn a los tubos de ensayo. Y no es eso tampoco. Me comprenda el hombre la pose ofendida, y arreglndolo, creyndolo!, me prometi exponer en vitrina pa y asptica. Humanidad? No con los restos ajenos. Vamos, ni con los propios.
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07-32 En tierra de faraones slo poda darse la obra. Abrieron canal que une el Mediterrneo con el Mar Rojo. El maestro de obra es francs y el capital un contubernio europeo; aunque fortunas de todo el mundo aunaron inters, y consecuentemente, la ingente recua de ingenieros, arquitectos, topgrafos, gelogos, y dems sesudos profesionales, atiende a intereses de muy variadas nacionalidades aun sin saber. En un par de semanas se inaugurar oficialmente la obra y tuve la dicha de agarrar barco de prueba y festejo. Gozan los primeros del honor, y pese a que no se cuente su viaje en cmputo alguno, con creces les es sobresueldo el crucero. A la voz, y capricho, detiene el capitn el rumbo. Bajan a tierra para comprar recuerdo de la efemride, o bien se entretienen buceando entre ostras y corales. Pescando barracudas. No es lo que se dice un tour de cavalier al uso, mas reviviendo la experiencia, y que esposas y novias les suponen todava sacando arena del desierto, gozan y beben despreocupados de todo protocolo concerniente a rango y edad. Sin embargo no pueden darse asueto de s mismos, y sintiendo todo avance cientfico-tcnico comezn de su espritu, unos cuantos propusieron hacer simpsium en una playa tranquila. Y dndose el sitio, bajamos para comprobar la eficacia de un nuevo explosivo que invent un sueco y que otro era el que nos descubra. La sustancia la llaman dinamita e innegables aplicaciones le van a encontrar. Primero se vol una duna de roca al barrenar la giba e introducir un cartucho del citado explosivo, despus, que ya era aplicacin secundaria y escuela de dinamiteros, descuajeringaron de su arraigo tres palmeras que hacan hatillo, y a un burro, que religiosamente se pag previo al dueo, prcticamente atomizaron. Rieron no pocos la salvajada que se arguy experimento, aunque otros ni quisieron comentar el sacrilegio juntando a fumar en unas rocas planas. Multidisciplinar, pluricultural, patria de todos es el Conocimiento y aprovechan la ocasin. As me puse al da, aunque sea por referencias, del punto real en el que se hallaban. Y si soy sincero, miedo dan por las puertas que van abriendo al Saber y las otras muchas que al momento ofrecen candado al curioseo. SHR de M

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01-33 Dndome campechano, no me es anmalo acertar con gentes pintorescas. En la estacin de ferrocarril se me englob en paquete, y acab colocado en casa de un paisano al que se le dijo que soy primo del pueblo que apadrinar. Y cumplidor, antes de ensearme el cuchitril que me sera morada, ya me hablaba del sueldo que me espera en la fbrica; trabajaramos en lo que se diese. Conocido mi supuesto nuevo hogar, al turno de noche de una textil entr raudo para poder pagar el lecho que todava no haba gozado. Duro. Duro es el trabajo estabulado. Emigra la gente del campo a la ciudad seducida por la paga segura. Y el cambio es muy brusco. Y no exento de peligros al integrarse muchos a un mundo que les es desconocido y harto voraz. As le debi pasar al joven que antes ocupaba mi puesto, y que metiendo el cuerpo a destiempo en la trenzadora, recibi un alfiretazo en la cabeza que le dej medio tonto pero no improductivo. Ahora presta servicios a un mdico que investiga la corteza cerebral, y que en el accidente, encontr patrn para sus tesis. S, asimila a tragos largos la ciudad. SHR de M

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02-33 Despacito despert con el susurro de un piano. Me fue tan grata la meloda, que al pasar de cuatro las blancas abr los ojos y me encontr rodeado por m mismo. Me iba en la perspectiva mil veces repetido espejo adentro y no es de extraar el repente. En la habitacin de msica, adems del piano, haba una chica con atuendo de danza. Con mi masiva presencia lgico fue un segundn de resquemor, pero al cabo, y entrando el padre y pianista aireando muy contento un telegrama, se disip la sensacin aunque no el silencio incmodo. El padre, pese a eufrico, tampoco produca sonido que no fuese el del crujir del suelo de madera. Y la hija las mismas. Leyeron y releyeron el mensaje, incluso exultantes me lo dejaron leer a m. El telegrama era cortito. Esperanzador xito. stop. Vamos en camino. Y la firma, parca a juego, daba remitente a un gran amigo. Bell. Buensimo lo que fuese porque al piano sent el hombre y aporre con dulzura las teclas, para que la hija, al tacto, trincase ritmo y bailase otro rato en la burbuja de ecos. Y luego a dormir, y soar, con quiz maana poder hablar con las amigas para contar. SHR de M

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03-33 Raro se me hizo encontrar bajo un filamento incandescente! un hombre de complexin muy delgada y ojos rasgados. Raudo cog que estaba ante mi primer oriental, mas l no s qu vera en mis ojos, pero dio la vuelta y sali pitando. Corra el condenado, aunque no descuidando de la mano un cesto de ropa limpia, sencillo me fue alcanzar. Y tranquilizar. Nada supuse que tendra que temer por nacido en el pas al igual que sus padres y abuelos, que me dijo, lo que sucede es que no tiene estatuto ni figura en censo alguno al vivir en la semiclandestinidad y transitar sin hacer ruido; y tomarme por polica. Trabaja cuando todos duermen al no ser Menlo Park territorio de chinos; fcil se da a identificar. l me inform que mister Thomas es el lumbreras que invent la bombilla. Tiene montada fbrica de inventos y a ratos tardos, Chang, le da un aclarado a los mandiles de trabajo y al menaje de servicio; que slo sale frotando a nudillo. Me hubiese gustado quedar con Diang Chang, pero como fue el tal seor, que es insomne por laborioso, quien recibiese y pagase la colada, al verme de sobra extrao para cualquier referente comn, me invit a entrar y desayunar con l. Oblig. Yo tambin voy para veterano y supe arrebujarme en la personalidad que vesta y poco flanco a la elucubracin quise dejar. Me present periodista para darle profesin que le cuadrase a mi conducta. Larga tuvimos la charla y de m sali las ms de las veces la distraccin. Visto que no soy pozo que reviente en el da, me endi lazarillo que no me descuidase; en compaa de una joven me dejaba; mujer de mucha confianza pues llave tiene de todo armario o puerta que reclame discreccin. Hasta del pensar del patrn tiene llavn al describirlo medio cientfico y medio genio. Me llam la atencin la sucinta diferencia que plasmaba, y ahondando al caso, me dijo que ella gustaba ms de la genialidad que de la erudicin. Y lindando la imbecilidad, que me tuvo que entender, le rogu que me explicitase de nuevo. Cansndole ostensiblemente el tema, y queriendo zanjar, defini al genio como quin es capaz de hallar solucin a una pregunta que no est planteada. Iba a seguir inquiriendo pero me contuve, al pisparme, que le hastiaba que slo se le consulte por el fulano o sus inventos, o gilipolleces semnticas. Hermosa y lista se respingaba solterona, hasta que al desplegar un pauelo limpio, para enjugarse las lgrimas, cay del pliegue una figurita de papel. Delicada, y articulado el origami, la pequea grulla aleteaba si se tiraba de la cola.
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La joven qued perpleja por el hallazgo, y sin darme razn, y con raya del doblado y oliendo a jabn, volvi a meter dentro del cesto de la ropa usada toda la mantelera. Y una rosa roja, rojsima, creyendo que no miraba, tambin intercal con un suspiro entre la colada sucia. SHR de M

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04-33 Me dej Bestia en casa de recin parida, y sensible el instinto, la propia mujer me reincorpor a la vigilia va escoba. Pregunt quin era y qu quera, y por acertar a describirme amigo y eventual niero, qued ms sosegada, y sin ms, y que los trillizos ponen temprano el despertador, me coloc los nenes en brazos y sigui, sonmbula, trajinando y dando pao a todo. Le obsesiona la limpieza desde que el marido le ensease unas lminas y hablase del hacer de los bichitos retratados. Bacilos y dems porqueras que combaten en el sanatorio. l es mero ayudante de ujier, mas teme la esposa que arrastre a casa cualquier enjundia insana que sobre entre enfermos; crnica le enquist la mana haciendo la seora de la asepsia su modus vivendi. Enemigo entiende que le es el mundo, y aunque razn no le falta, mal hace manteniendo en el aire a los hijos para que no toquen el suelo. Y el piso le brilla a la dama. Temprano era, as que dej a los nenes acurrucados y rogu a la mujer que sentase junto al fuego conmigo. Y aunque sent, no pudo evitar repasar silla y mesa. Y el florero y los cuchillos. Compulsiva. Slo al obligarle a coger la tila, y soltar los trapos, se le fueron de la cabeza las pandemias microscpicas. Y descans. Tres horitas s echamos buenas antes que despertase el zngano del marido. Que lo es. Marido y gandul. Incluso a mi criterio ms tendr de lo segundo al ser su primer saludo el demandar pitanza. Roto el influjo del traje, retom la mujer la mopa, los agobios, y el sollozar la ayuda que necesita con los nios. Aunque con l no va. Percha es de la ropa que lleva y a ella debe todo esfuerzo y encomienda. Ahora, en el sanatorio, rodeado de enfermeras, s se le hace diligente el nimo y presto est a echar mano a la cacha de cualquiera con cofia. Mano larga es y le dicen, y por lo mismo, por mucho que anhele, jams le destinarn a la parte noble del inmueble. El laboratorio. Su cara me lo deca y ah abandon la compaa y tom la escalera que bajaba al stano. Y, sorpresa, ante la puerta del laboratorio una mesa era despacho a una seorita encargada del transito, y tras la dicha cancela, dos fornidos celadores que en rango y envergadura con mucho diferan superiores al que me trajo. Y ms all de la reiterada frontera, que se intua largo el pasillo, cuatro hombres, pero uniformados de cincha y pistola, eran retaguardia y candado que daba seguridad a lo que cociese en las probetas. Doctores y enfermos tienen quin les proteja aunque a m nada me cost pasar. Y bueno, tampoco se les custodia a ellos sino a los datos y anlisis de un tipejo muy importante que comidito est de venreas y otras pstulas; y no quieren que se divulgue.
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Es vox populi entre los que llevan bata y por eso reiran. Sin embargo no era muestra del tal preboste la que se prestaba a las risas, era de un pobre donnadie que daba ejemplo cabal en el test de Koch. Y tomaban nota. Y si soy puntilloso, la muestra tampoco sera el tema del choteo, tuve que ponerme la misma bata que ellos usan, y mezclarme, para enterarme, no sin antes caer, que la mofa vena por el betn que recubra el ajustador de lentes. Ja. Novatada. Ni pizca de gracia me hizo. Y tampoco le hara al docto catedrtico, porque entrando entre el jolgorio, y encontrando nios abordando cuestiones de hombres, dio por finalizada la leccin y para casa dej el seguir desmontando el microscopio. SHR de M

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05-33 Unas clases de alfabetizacin no les van a etiquetar obreros especializados en el mercado laboral, no, pero se pagan mejor los trabajos, e incluso suelen ser menos duras las encomiendas que se ofrecen a quienes se insinan espabilados. El patrono no es bobo y se queda con lo mejor. Catn de esta creencia divulgaba uno que volvi al pueblo tras probar en la ciudad y quedar maravillado. A hermanos y parientes, a amigos, e incluso a algun labriego que harto estaba de mirar al cielo, fue con la cantinela. Y sabindose el campo abonado para emigrar, una vieja maestra de escuela, arquetipo amable de la buena docencia, sembraba en tan ridos sesos semillas de sapiencia en su jubilacin. Al guirigay les encontr discutiendo lo que decan ser los Derechos Fundamentales del Hombre. Antes de precisar ms, dejaba la venerable anciana dar opinin, pues arrimando los conceptos ya tocados, entre ellos solos habran de descubrir. Y fijar. Unos enumeraron, e hicieron buenas, las palabras que hace tiempo se aireasen e imprimieran; aunque con ms voluntad que repercusin real. Otros aadieron, o quitaron clusulas a capricho, segn les cayese el caso propio lindante a algn inters inconcreto. Muy variadas las opiniones, s, y con el trabajo de la dama a la luz del pensamiento moderno parecan ir brotando. Y con esa idea me hubiese ido de no preguntar una niita, que de rondn asista, si ella, nia y mujer, tendra los mismos derechos que citaban los adultos. Y liarse la del granizo para disgusto de la maestra que se ola el trimestre echado en balde. SHR de M

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06-33 Cuba ni pone ni quita imperio, pero espaoles y estadounidenses se la rifan. No importa la opinin del cubano. Moneda es de los nuevos tiempos. Tan claro esquema de la encrucijada me facilit un criollo al que llamaban el Gallego pese a ser de sangre mestiza. Ms de una vez le tuvo que salvar del ltigo sus ojos claros y la educada labia aprendida en la casa de la plantacin. Aunque puede que realmente nunca le haya servido de nada al encontrrmele atrincherado en una iglesia junto con una docena de camaradas de desesperacin. Desde fuera, se les conminaba a la rendicin sin condiciones. Sospechaban los milicos espaoles que pudiesen empuar las armas, junto a los mulatos, un par de norteamericanos y de ah el ofrecer bandera a gritos; intuan material de trueque. Los de dentro se saban simple carne de horca. En el emplazamiento auguraban fija la muerte por insurrectos y vctimas de ninguna compasin. Nadie de su pueblo lo fue, y tras dos das de escaramuzas, no quedaba choza en pie. Corri el fuego tejados y campos, entr en gallineros y graneros, hizo cenizas cualquier cosa que de aquellos hombres hubiera tomado el ser. Desde dentro revientan siempre los imperios. Cosa fue de mencionar a la madre patria tres veces seguidas en alto, para que pareciendo sortilegio, una bala de can cruzase el presbiterio sin hacer mayor destrozo que dejar hecho aicos el altar de las plegarias. Se asaltaba la iglesia. Me guarec en la cripta del patrn cundo ms gruesa fue la balasera. El silencio y los dbiles gemidos me sugirieron al rato estar el encontronazo acabado y berre con el acento fresco que traigo de Nueva Jersey para que me hiciesen prisionero; demasiada adrenalina en el aire para fiarme slo a los poderes del emptico. No tardara en llegar la noche, y pese a engrillado, de cualquier cepo o crcel me sacara Bestia. Y no es la primera mazmorra visitada ni la primera vez en mi vida que me engrillan, pero nunca, hasta la fecha, con menor razn. SHR de M

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07-33 Sorpresa fue; ahora, grata, no. No, desde luego. Y lo segundo, aunque no haya citado primero, que tampoco siento que haya estado de visita en el mismo Beijing. S, era. Bestia me dej en casa ocupada por occidentales y tipismos del pago los justitos; el servicio y algn jarrn. Y de salir a la calle ni pensar, pues se sitiaba la barriada y barricadas de frente son puertas y ventanas; hasta la chimenea tapiaron y por nada del mundo pensaban abrir. Me inform un ingls, entendido en t, que la coyuntura se tiene por pasajera. Si algo caracteriza a los orientales, dijo, es su aguante y estoicismo en las desdichas. Y el ser comedidos y frugales en la intendencia; que fueron atributos que especific un americano ingeniero de minas. Y loa a su disciplina no le falt a la esposa de un importador portugus. Ni el buen folgar que expres un francs aventurero y vividor. Eso s, no deben pensar a la recproca los de afuera y de tanto en tanto intentaban el asalto con el cuchillo entre los dientes. SHR de M

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01-34 El Congo! Suena de estar muy lejos. De ms all del mar, y del desierto, y de toda una jungla tropical. A m, a mano me queda lo mismo una alberca de Alaska que un frontn de Teruel. O un brazo de un ro inexplorado de frica. No veo logro en el estar, mas no ser de mi mismo pensar una compaa belga y al delegado en el ro hicieron llegar un paquete, que a su vez, se le exigi acercase selva adentro y entregase al capitn Kurtz; un hombre al que entenderan excepcional. El caso que pese a tener a la vista las chozas vino a morirse en el sitio el mensajero, no sin antes intentar, aunque sin xito, el que yo hiciese heredad del encargo. No era necesario, la canoa estaba a una flechada y por fuerza habramos de dar con l. Con Kurtz. Calvo y parco, pareca percha de alemn. Y lo era, mas no lo grande e impresionante que se me refiriese. No. Y la voz? Fra, atiplada, estridente de todo rango. Carente de gracia y tino, y sin embargo, tan afilada, que a su neutro deje, y sin carraspear, en el momento de conocernos sentenciaba a muerte a unos nativos. Y sin acritud, eh. Sin pulso pidi que la cabeza fuera les fuese, y fuera fue. No adivino en l oropel alguno y bien mediocre lo deja el emptico. En ellos desde luego reside la gracia de entenderle valor, en los accionistas de La Haya, en los prefectos mangantes de la pedana ecuatorial, o en los prestos desarrapados que rindan las riveras. Y en los aborgenes. Bueno, y el propio Kurtz que se lo crea. SHR de M

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02-34 No suele dar propinas Marie Sklodowska, mujer de mounsier Pierre, as que gorda y buena sera la nueva para plantar en las mejillas al cartero un par de besos sonoros. ste, que en un altar tiene a la dama, sinti holgada la propina y ms contento que un curado de lepra termin el reparto diario y luego march a buscar a la novia. No poda disimular el joven lo extraordinario del suceso y, sin omitir ni el sonido del dulce sculo, puso en antecedentes a la prometida. Pero no entusiasm a la par la muchacha. No, no seor. Ni le hizo gracia. Y aunque para ella tambin sea madam Marie una mujer a imitar, que le babee el noviete no le cuaja cara y se mostraba un tanto arisca. Jean Loui y Antonieta son jvenes y tienen tiempo por delante, tanto, que con unas carantoas, y cuatro palabras bien medidas al odo, echaron a correr como los cros grandes que son. Consiente el padre de la moza los tonteos al saber que el rapaz es listo y de palabra, y en cuanto la espiche el to-abuelo, y haga heredad, cuartos tendr para dedicarse por completo al estudio o a lo que barrunte. Y hacerse hombre de provecho. No es que no lo sea ahora, que ciertamente no lo es, mas en nada se le echan los aos encima y el joven queda esposo y cabeza de casa sin mayor trastorno. No s si sabr el chico lo que masculla el futuro suegro, el prisma de su punto de vista sera egosta de no ser l un hombre bastante rico. Y de hecho con doa Sklodowska tambin tiene trato y un par de veces ha instado al matrimonio para que cultiven al futuro yerno; y as abandone ste antes el trabajo de pedal y le robe a la hija. Escuchando que cruzada y recurrente acuda a la boca la mencin de la excepcional mujer, quise saber ms de ella y esboc unos por qu. La mujer es un coco. Una eminencia en lo suyo, y al buen calibrar del sujeto, quiz, y sin quiz, el ser ms inteligente y ejemplar que hasta la fecha haya alumbrado la Humanidad. Y con la boca chica lo deca! Ahora, lo que tampoco saba el hombre concretar, era si antes se prend del continente o del contenido. SHR de M

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03-34 De tarde en tarde me acuerdo del objetivo de la misin. Y tambin de la parentela de quin me la asign. E igual de fcil que me viene el recuerdo, hago para que se desvanezca la evocacin. Mas hoy se me plante difcil el olvido al dejarme en clima glacial. Azotaba la estepa un aire tan glido y tupido de cellisca, que hasta los abigarrados tiralneas del ferrocarril dieron el da por imposible. Y los primeros los capataces, que no viendo ms all del medio metro, cerraron el tajo y juntaron para beber vodka y caf en un vagn apaado; aunque al momento quietos, el transiberiano est en marcha. En breve abrirn la va frrea, y cercano el logro, y cerrado el da, fueron generosos y compartiran festorro con quien se uniese. A ello me dispuse, pero encontrando extrao en dos que rehuan, tras estos ltimos sal; ms por saturado de humos y gritos que por intrigado. Dnde habran de ir? A qu? La razn era sencilla y a media hora de andar sin ver, y ellos orientados!, encontraron un pequeo promontorio en el cual arraigaban, fcil, los dos nicos rboles en mil kilmetros a la redonda. Troncos nveos pudiera, aunque al tacto, y tras ser serrados, resultaron ser dos recios colmillos de mamut. Ellos aseguran que son los dientes de unas ratas gigantescas que viven bajo el permafrost, y pese a repugnante el olor, y arduo todo el proceso de extraccin, con nosotros arrastramos de vuelta para apilar en un montn que parece leera. El joven, hijo del otro, exultante est porque a cuenta privada engrosan los colmillos las arcas. El viejo no. No demuestra pasin alguna. An queda mucho invierno para que enlace con ellos el adelantado de Vlaskiskova. Y que el trato sea justo. Y que viva lo suficiente para gastar. El hijo palmotea y re lo prximo que quedar la ciudad, el padre sabe lo cerquita que va a quedar Siberia del resto del globo terrqueo. El camino de hierro vendr aunque sea para llevar. SHR de M

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04-34 Bestia no respondi y desconoca la magnitud del sesmo. Todo se mova. Lo suyo era irse al piso al rendirse todo horizonte y dudar uno mismo de su estar. Conmigo sufrieron el terremoto unos jvenes que trabajaban de almaceneros en una tienda de Market Street; y al fieltro fue salir del edificio que se hunda. Toda la calle se vino abajo ante nuestros ojos. Mucho habra que decir del da en San Francisco, aunque al resumen oficial, y a las sondas automticas, encomiendo ms explayo, pues amn del aturdimiento por la desincronizacin de los giroscopios del emptico, ahora mismo, insisto, me replican en la cabeza las sacudidas y me siento al canto de parir siameses mal avenidos. Ya dir ms cundo pueda, o deje todo de bailar. SHR de M

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05-34 La isla de Elis les espera, y entretanto no aparezca en el horizonte, en la proa del barco juega una piara de veinte jabatos. Lo parecen. Limpios e inmaculados debieron abordar el paquebote, sin embargo, ahora, por lo hacinados, complicado le resultar identificar incluso a las madres. Vienen entretenindose los chicos con un juego absurdo. Consiste en que unos hacen cola para entrar a un crculo que construyeron los otros con cachivaches y detritos. Y se custodia la entrada. Extrasimo en juego de muchachos, la magra ldica es un rigurossimo examen. Se miden unos a otros la altura y el volumen del crneo. Inquieren por lo saludable de la sangre. Se chequeaban lo extraordinario. Jugaban a discriminarse. A ser nuevos ciudadanos. Intentarlo ser. SHR de M

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06-34 A la cuarta va la vencida. S. Me puso un cuchillo en las costuras. Despus, capitn en la naumaquia del Buen Retiro. Y tambin estaba con Kurtz, a su diestra, en la jungla; ttere era y vesta, y por ello fue lo mo ms un rumiar que un reconocer. Y hoy, aunque con indumentaria de ricachn, top con l en las escaleras de la pera de Paris. Ah ca, mas l ya deba tenerme hecha ficha, intuyo, desde el primer contacto, y se intent escabullir de m metindose en un aseo. Aseos a m! Ja Aseos a l! Desapareci. Slo el traje y los zapatos, y un bastn para fingir cojeras, fueron los vagos vestigios que quedaron en el cubculo; el emptico no pudo localizar ms rastro. Escamado, pues limpio y doblado de inspeccin estaba el atuendo, llev ante el mozo encargado del lavabo, y al igual que yo, qued intrigado por el suceso. Bueno, algo menos. Cosas raras suceden desde que est el ballet de Mosc en la plaza. Habitual describe el que agentes del zar, y enemigos, vengan a disfrutar el espectculo y conchabarse. Yo tengo otra idea. Aunque en Pars... Cualquiera se resiste a la intriga! SHR de M

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07-34 Fatiga no me es bajar. Lo que arduo me puede resultar a ratos es soportar a la gente que me encuentro. Hay de todo. Unas veces me son cargantes y otras me entiendo yo el pesado. Grato se me hizo tratar hoy con un joven anarquista. S lo que implica ser joven y anarquista, aunque creyndomelo ininteligible se esforz el muchacho en diseccionar. Autor del buen rato fue un aprendiz de zapatero que remendaba a la luz del sol unas botas de ante. Con pulso preciso avivaba el curtido. Con ellas patea todo poder que encuentra en sus momentos de asueto. Anoche no llevaba cuchilla ni botas, de haber llevado, otro hubiera sido el lustre final de la fiesta. Les dieron, s. A l y a unos amigos que juntan para derrocar lo establecido. En cuanto renen, y toman, proponen. Y dementes les hay, confes, que hasta llevan a trmino lo dicho. O intentar. No ser el caso. La cuita que manifiesta tener abierta slo es por una moza del baile. Aunque a pecho toma lo genrico, y que se cuide el guapito figurn que le pretende a la pipiola en la verbena. SHR de M

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01-35 Viene a saludarnos el cometa Halley y una expedicin de cientficos busca en el desierto de Trpoli el cielo perfecto. Hacen oasis. Tienen muy bien planificadas las tareas y da gusto observar lo lgico del campamento. El orden. Todo tan a punto e inmaculado, que entend an sin desprecintar la instalacin. Ni mirar por los tubos! pues de perder honor el alto dignatario que esperaban, no vera ni un cheln ms la expedicin. Y se cuidaba el jefe. Mantena al elenco de sapiencias alejado de telescopios. Y el mecenas que tardaba. Cay la Luna y poco antes de empezar a asomar el nuevo Sol, un riel de polvo a lo lejos avis de la inminente arribada; tarda para el disfrute del firmamento. Con el jerifalte all presente, se dio licencia y corrieron a los cacharros los hombres de ciencia. Y rpido pas la maana, salvo para el esperado, que sobrado de ropajes y grasas, sufri un embotamiento del intelecto que le dej como ausente de s mismo y al paso del colapso. Temieron que el sujeto empeorase pero no llegase a morir, pues de hacer, con, o sin permiso, en bajini se juramentaron para darse a investigar sin ms protocolos tontos. Por desgracia mejor el hombre segn fue cayendo el da, y con las estrellas arriba, y tisana en mano, afirm, tras un largo discurso, encontrarse exultante y entusiasmado, y sin ms prembulos que se crea, cuando iba a dar apertura a la caza del cometa, se cerr en banda el cielo rompiendo la tormenta. Insultado por Natura, que se descojonaron los presentes, orden empacar todo el equipo y que maana mismo con l regrese a Londres. SHR de M

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02-35 Los brazos de la torre Eiffel me recuerdan un astropuerto. Reconozco que Pars me emboba. Para evitar, hoy recorr los tejados y observ desde el bosque de humos el palpitar de la ciudad. No soy gran atleta, pero obra prodigios el emptico y me vuelve, cundo quiero, un gato de azotea. Y no soy el nico que corre de cornisa a caballete y vuela hasta una terraza. Entend deporte al encontrarme un grupito de muchachos que a la guisa ma se entretena en el vecindario, y otro fulano, solitario, que profesional del hurto aprovechaba sus dotes funambulistas; sala del Louvre con un portafolios a la espalda y a nada de descuidar le hubiese perdido. Pero no fue el caso. Le segu sin ser detectado hasta su escondite. All le esperaban una mujer y tres hombres. Todo estaba orquestado y ahora se recogan los aplausos. Hasta champn de la Viuda de Clicquot descorcharon sin dolor. Eran ricos. Se les encarg una gran obra y con el golpe jubilaban. De audaz, se me hizo maquiavlico el tejemaneje de la dama, pues, a su vez, pensaba engaar a los compinches dando rata por liebre. Y fue mera casualidad el descubrir tras el cortinaje el otro portafolios con idntica preez. Sospechando, y aprovechando el tapadillo de mi traje, comprob doble juego en todos. Entonces se fue la luz y se escuch un grito ahogado en la habitacin. Y al encender una vela, cual no sera la sorpresa al descubrir tieso al hombre-gato con una pualada en el corazn. Y se sopl la vela y restall un disparo. Rado abandonaron la habitacin en tropel y el muerto al acto resucitaba. Y despus de cambiar de peinado e indumentaria, escap tambin ligerito del lugar. Redondo le hubiese salido el asunto de no ser yo deudo desde antiguo de Paula de Val Symeon. Un falso original se llev el hombre, pues el bueno, el de mano del vinciano, ponga cmo se ponga Bestia, se viene conmigo pa casa; que me llevo coleccin. SHR de M

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03-35 No puedo cortarme un pelo que como tal no tengo, as que para no levantar sospechas, en una barbera, que encontr animada, entr pidiendo lustre para mi augusta calva. El establecimiento entonces se me desubri tapadera al darme cuenta que los presentes tampoco estaban all por tijeras y navaja, reunan compadres al gustar hablar en la intimidad del templo. Sermn de uno que poco peine conoca, desarroll una teora relativista que aunque bien explicada nos dej a todos los presentes boquiabiertos. No sera la primera vez que expona pues la referi la versin especial, la absoluta, que tendr su miga, en breve piensa plantear ante las ms altas instancias cientficas, pero previo, a los compaeros de tertulia expuso por si entre risas hallaban el quinto pie. Y no fue. Y, sincero, ni se comprendi. Sublimaba el hombre los conceptos trasladndolos a la prctica terica con naves espaciales y relojes. Eso s, le escucharon con total atencin al ser simples los principios universales, y ser simples representantes de humanidad los amigos; dignidad tenan para dar franca opinin. Me entr por el ojo derecho y con l decid pasar el da. Y aunque no me invitase, con l cog paso, y a mucho rato, que quiso parar a tomar el sol en un banco, tambin retomaba yo las palabras de la barbera y confesaba reconocer la veracidad aun sin poder diseccionar. Intuitivo le dije que soy y que vislumbro deslumbrante lnea en la investigacin. Vest de suposiciones mas unos cuntos fenmenos que tengo presenciados de andar surcando el espacio. Niqueladas le fueron cayendo las cosas que tengo vistas hasta que toqu la velocidad luz. El no darle valor a cogerla, el mentarla agua, le sac de la aquiescencia y me asegur ser asunto enrevesado que daba al traste con mi confianza en los vuelos interestelares. Y experimentado, yo tampoco poda aceptar la matizacin. No abandon el tema, no, me retraje slo un poco en el tiempo y le puse en tesitura de viajar a la romana y augurarme cun lejos llegara con los conocimientos y medios de la poca Ni dos mil aos! Acto seguido pregunt dnde hallara seres humanos dentro de un milln de aos teniendo en cuenta los previsibles adelantos cientficos. De carcter peculiar, con irona sugiri que ni el gato agitara cascabel para entonces, pero que de tener que imaginar, lo ms seguro que se andase en camino del mundo perisolar ms lejano o de la estrella ms cercana. Entonces, que era lo que esperaba, plantee la contraria. Y si hace un milln de aos, o cien, hubiese partido de la tal estrella convoy hacia ac, eh?
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Pues me ri que se encontrara seguro con nuestra nave ms ac de mitad camino! S, yo tambin tengo mis limitaciones. Vencido, que ms me iba a costar darme a entender sin desvelar la identidad que claudicar, le dej pensativo al farfullar lapidaria de uso corriente en mi hogar: Dimensin nica es la Vida y el resto slo campos a llenar. Y al buen rato, que se levant despacito del banco, se despeda con el refrendo relativo. S, Relativo. SHR de M

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04-35 El primero de ellos que quiso tocar el fuego se abras sin duda la mano, hoy, muchsimo despus, la persona que acerca el planeta al quicio atmico igualmente se achicharra. Y no ser yo quin se lo adelante. No. Con ella tom caf por conocernos; de refiln, la verdad, pues con Mara Sklodowska contact a travs de un tercero; frgil el nexo, no obstante sirvi para abrirme su saloncito. E impresionan. Saln y mujer. Ella epata per se. Y el saloncito, mal que desconozca, porque tiene tal carga de radio que el emptico me sugiri no tomar ms bocado y salir sin prisas; eso tambin. Hasta que se me inform de esto ltimo, fraguaba dentro de m la idea de que sin duda la mujer podra servir al propsito. Y por cuadrar todos los flecos ped al emptico que le fuese tomando los parmetros. Entonces fue cuando se me rechaz la interaccin al estar desarrollando la mujer varios tipos de cncer y tener los das dichos. Yo no lo entiendo razn Nadie lo entendera! Mas Bestia y la Corporacin as harn y en redondo se opusieron. Vamos, me amenazaron con denunciar ante el organismo pertinente si se me ocurra facilitarle informacin, o compuesto medicinal, a la mujer. Ser acaso porque realmente es idnea? Por amor a la Ecuanimidad, si se sale de los grficos la seora! SHR de M

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05-35 Da miedo la destreza de la carnicera con el cuchillo de pala. Dos maridos le harn falta para rellenar las enaguas, y recordndoselo al cuitado, alternaba el esquivar los nervios de la pieza con filetear al esposo; que si piltrafa, que si colgajo, que si cascajo de mala educacin era, y que si en vez de su consorte fuese suegra, del saludable establecimiento le barrera sin dudar. Y dando prueba de lo sencillo, cambiaba al nio de cadera tras clavar la pala en el petril. El marido, metido en el peridico, tiene hecha la espalda y soporta. Debe desear salir de all con cualquier excusa, y hace, al ser el encargado de acarrear las bolsas si la clienta es de alcurnia. Contento se levant al or la campanilla de la caja y atisbar un buen pedido, mas no tuvo reparos la matrona en endiarme a m el paquete alegando que la dama no iba a ir muy lejos. Por la mano gan al esposo. Con prisas, pendiente algn asunto, nos despedimos del resto de clientela y enfilamos a su casa. Cierto que la joven no viva lejos y que la casa era buena como para no tener que ir en persona a comprar. Pero le gusta el trato. Dej la carga en la cocina y se me quiso despedir con un par de peniques, y al rehusar yo, me mir ms atenta y encontr algo, creera, para preguntarme con medias palabras si yo era de su cuerda. De qu cuerda habra de ser? Si ni siquiera soy de este planeta! Queriendo explicarse mejor me condujo a un rinconcito para decirme, sin que lo escuchasen los padres ni el personal domstico, que ella era sufragista y muy activa. Del WSPU. Del WSPU! ... Para m, tal si era de la banda del algoritmo neperiano. Casualidad, y que tenan concertado, de fuera de la casa vino un agudo pitido que hizo correr a la mujer a su habitacin sin tiempo para decirme ms, y tras desplegar un carteln que desde el segundo piso llegaba al suelo, ella, y todas las ventanas y balcones de la calle, comenzaron a bombardear un carruaje en el cual, al final, se me inform que iban unos representantes del parlamento que son declarados reaccionarios. Un despilfarro fue. Tocino, huevos, coles. Engrudo de harina. Tripas y caras de cerdo. Surtido porcino se les arroj encima cuando lo suyo, propuse, era llevar a esos hombres, y al pleno, a conocer a la parienta del carnicero. SHR de M
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06-35 Al abuelo le dijeron Alacrn por muy costillado el cuerpo y harto malo. El padre, a todos respondi el saludo pese a requerrsele Geleamuerto. Y l, desde corta edad, viene siendo demandado Tumbamachos. No es grande, ni fornido, ni muy listo que se diga. Ahora, aguerrido y destetado a cayena, no habr tenido mejor coronel Pancho Villa en esta parte del desierto. Dicen estar haciendo la Revolucin. Comentan esperar a que pase el calor para ponerse en marcha. Susurran que la Fortuna les aguarda en una poblacin cercana a la frontera. Musitan. Todo son bisbiseos, y aun los labios mudos, en la duda rpido encajo. Desafo colectivo, pues a una hacen hombrada, decidieron dejar de huir, que hacan, y enfrentarse de una y a las bravas con la gente que les persigue; slo por verme a m la cara, supongo. Aunque tambin imagino que algo tendra que ver lo largo que luce el desierto y lo pegaditos que tenamos a los otros. Agachando el sol se concert refriega con el simple acto de mandar unos guitarrones a unas peas neutrales y ordenar que diesen armnicos de guerra. Bonito el estilo de citarse, se respondi al envite mandando otros tantos mariachis que aunasen voces y arpegiasen unos corridos. Impresionante. Calmosos hasta el momento, al redoble cruzaron el llano dndose balasera entre el polvo. Al disipar, resultaron vencedores los que venan azuzando. Para aprovechar la fosa que abre un barranco juzgaron rapidito a los supervivientes. La mayora ya tena el juicio hecho, y slo por ser antiguos hroes del levantamiento contra Porfirio, tuvieron la deferencia de informar de los delitos previo a fusilar. Un par de horas tardaron en finiquitar el asunto. Lo que menos tiempo llev fue cumplir la sentencia de los cabecillas, al exigir el mismsimo Zapata, que del cuello queden colgando los despojos para no mancillar la tierra, que limpia, es indigna de acoger los restos de tanta mala canalla. SHR de M

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07-35 Cuando la Ciencia y el Arte se juntan nadie niega que salen cosas curiosas. Y mucho ms interesante todava son las gentes que apadrinan estos mestizajes; el mundillo que se cra alrededor. Esto viene a colacin por haber presenciado el rodaje de una pelcula. Moovi dicen ellos para resumir un montn de conceptos, y del atajo, lo que queda es una banda de majaras que pone en imgenes bidimensionales sus sueos. Se me refiri ejemplo que con libreto del egregio seor Verne lanzaba al Hombre a la conquista de la Luna. Y ganas me entraron de visionar el film, mas estbamos en un mero plat, y a mano no se tena infraestructura al ser la pelcula que se rueda al corriente de una temtica bien distinta. Es pornogrfica. Vamos, a mis ojos se me haca etnolgica por los achuchones que se daban, mas quitndole cualquier suspicacia, un electricista, Chispas a todas luces, me inform ser la escena presenciada un dramn bien conocido. La tpica secuencia de la mujer que vuelve a casa sorpresivamente y se encuentra al esposo con otra, y en vez de tomar el engao a la tremenda, se deja de monsergas la cuitada y aun sin conocer de nada se da con ganas al barraganaje. Sueos, ya digo. Y si por el chispas fuese, nicamente la divina Sarah Bernard tendra cabida en la pantalla. Aunque con las mismas, me dijo que tras una cada de escenario a la susodicha le amputaron una pierna y todava se est en que quiera vivir para contarla. A la mujer hicieron mito y mal viven estos la realidad. SHR de M

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01-36 Qued la casa primera lnea de frente, y, antes que abandonar al pillaje, prefiri quedar el dueo custodiando los enseres y dando reparo a los ocasionales daos que cause el conflicto blico. Y bien conservado mantiene. Al menos por dentro. Puertas y ventanas tabic y por ello no me enseaba los abundantes destrozos que hacen ratones y obuses; le quemaron el pajar y el ala de servicio, y el jardn que con todo primor cuid hasta el fin de sus das su querida esposa; ahora, erial de alambradas. De la mujer e hijos cuelga retratos, y de los nietos, y de los padres, el resto de vetustos familiares que al leo tenga, atesora contra la pared al no disponer de espacio. Bien hermoso es el gabinete, aunque tan saturado de lo valioso que por el inmueble tuviese disperso, que un tanto agobiante senta el lugar. Del error, de la falsa aprensin que empezaba a insinuar a los espacios cerrados, me cur al destaponar una frasca con vino de las Landas. Aderezando el refrigerio, y que ganas tena el hombre, me puso en la oreja los ltimos dimes y diretes que recorren Europa; que si tales y cuales son unos canallas; que a estos otros no te los pierdas de vista pues lo nico que buscan es una salida al mar; que aquellos tienen excedentes demogrficos. Y acull rebosan de gnero sus depsitos y a alguien se los tendrn que endiar. Y la corruptela de reyes y primeros ministros. Ah, bueno, y los pases comparsas que cobijan bajo bandera de conveniencia. Y los infelices que sin nocin de ser nicos se prestan a que se les explote o dispare! El planeta es una mierda!!... y lo deca l, s. A la cabeza me vino la vez que vi a un anciano abrirse el gaote con un cuchillo de piedra. Y por no revivir la experiencia, quise levantarle el nimo poniendo sucintos ejemplos de lo bueno que tambin tengo visto en el Hombre; que lo hay. Algo mejor su semblante y espritu, pues sin dar explicacin, traste en un arcn y sac una frasca de coac napolenico para darnos a lubricar las cuerdas. Slo por viejo ser filsofo y me larg un par de perlas: Mientras se cumpla la parte en el trato y se respete la heredad, no puede ir hacia atrs la cosa. La Humanidad. Pellejuelas y cascarrias son robos y guerras, pero, joder, son muy malos de llevar. SHR de M

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02-36

Armand du Bologne se oculta debajo de la cama por el da. De noche, sienta en el colchn y observa el cielo cuajado de estrellas y barrotes. Vive en un siquitrico desde que acabase la gran guerra y todava no han conseguido sacarle ni el nombre. Yo s. Se me dio con la naturalidad del luntico y cmo a alucinacin ordinaria me recibi; nueva me entendi, eso tambin. Trincheras y espinos imaginarios atraviesan la estancia, y aunque recordaba mi cara, no lograba fijarla a ningn recodo del frente. Segu su chamba y sus miserias, y comprobando que las reviva reales, desist de chincharle tal me sugera un tetrapljico que llama Fritz y que, resentido, en el pobre loco entenda enemigo. Y no porque uno fuera francs y el otro alemn. No. Ambos comparten habitacin en un sanatorio suizo que las familias pueden permitirse; cerca hay otro pabelln para gente menos pudiente o rebotada de toda institucin. Cajn de sastre son las enfermedades mentales. El mismo Armand tiene una complicada patologa. Carne de primera lnea, le qued la fijacin. Aunque no suelta prenda, bien le conocen los doctores y enfermeros, y al ver que conmigo se abra, y que ellos eran los del turno de maana, me consideraron estmulo ultimsimo de los inquilinos y me ofrecieron trato deferente. Lo que les interesa es que esta gente est controlada y no se presente con la pistola en casa de los padres a medianoche. O que estos mismos no se descompongan al abrir el peridico en el desayuno y leer que el hijo cometi cualquier peregrino magnicidio. Las elites tienen miedo de sus propios chicos. Y se lo merecen. Han dejado hacer convirtiendo la guerra en la industria sabida que es. A lo bestia. Abierto se vende el siglo a la Ciencia y sus ensayos! SHR de M

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03-36 Acost la anciana siendo sierva de la gleba y levantaba revolucionaria sin saber. Los milicianos que se dejaron caer por la aldea informaron del fin del Medievo. De ahora en adelante van a cambiar mucho las cosas, aunque por el momento, se ordenaba a los labriegos que siguiesen a lo suyo; algo de carne fresca faltara para poner al plato o ante el can, pero escapados los otros, en el terruo se enfangaron los aldeanos sin necesidad de ms explicaciones. La vieja no creo que entendiese al ser sorda tal tapia. Pero el nieto s, y or, y acatar sin otra los mayores, a l le dio alas para pese a muchacho, coger el hachn de astillar nogales y dirigirse al pabelln de caza del prncipe Ipin Ipinipanovich. Alguien normal tardara da y medio, de no dos, en subir la montaa y dar con el palacio, mas curtido en hacer mandados, atac la barranca a mano limpia y pese al fro a medioda haca cumbre y se presentaba. A m no, que a capucha puesta tras l hice la ruta, se present al guards. Obvio que arriba saban de la revuelta, y no teniendo llamado al chico, algo recelaron, mas igual que hara otras veces, dijo venir a saldar su deuda de agro, y endeudado, le invitaron a cortar lea al acompaarle el pertrecho. E hizo, con una soltura, con un ritmo, con un empeo, que a poco tuvo el mayoral que admitir el buen trabajo y comunicarlo a su seor. Y sali ste. Se acerc a la leera el prncipe para felicitar a su vasallo, aunque no llegaron a intercambiar vocablo al hundirle el muchacho el hacha en la cabeza y luego escapar por la ventana. SHR de M

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04-36 Revueltos estn los tiempos y dnde se mire hay gritos. Ponderando mi integridad a su estilo, Bestia me dej en plena India. Tal cual digo. Despropsito se entienden las nuevas leyes y miles de personas quejan su parecer. Llenaban las calles de Amritsar con sus demandas hasta que se present un batalln de ingleses con rdenes contundentes de no tolerar la algarada. Y abrieron fuego contra todo lo que se moviese o no pudiese correr. Todo. No es plato de gusto presenciar estampida humana. Y menos participar. Desbridada la masa, muchos murieron pisoteados o asfixiados en la avalancha. Yo, como otros pocos, tuve la suerte de poder refugiarme en un aljibe, que cado en desuso, tena mal sellada la poterna. El templo de Oro, que llaman, nos brind refugio a unos cuantos aunque a muchos otros no, y oyndose a la redonda las descargas, en susurros nos manejamos la mayora del tiempo. Conmigo por respaldo, le pregunt una nia a su madre el porqu de tanto encono. Y no saba qu contestar la mujer. Tras unos segundos recapitulando, susurr ser cuestin entre gentes importantes que no entendera la menor. Pero comprenda, vaya si as era, pues al agua se tir otro presente para asegurar que aunque aleguen los britnicos ser la India el jardn ms delicado de su casa, lo que aparenta a pie de charca, es ser alacena para meter mano a diario. Del mismo parecer era el resto, y poniendo su gota, otra seora expuso razn sobrada el mero miedo que se les tiene a las trazas. Y sobre todo, sobre todo, que a daga puntualiz un viejo barbudo, el saberse fuera de su isla los britnicos. Bueno, y la locura del responsable que siempre es pretexto. SHR de M

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05-36 Buena razn tena para sonreir un pter de Washington pese a promulgarse una absurda Ley Seca. A l le ampara el del Sagrario y excusa tendr para tirar del vino de oficiar. Juntaban por tal motivo en la casa del prroco un mdico, un boticario, un tasquero reconvertido en alquimista, un mando alto de la polica y el ex-juez del distrito. Y un par de maestros con sus mejores alumnos, que ya entrados en la universidad, presentes estaban en el lugar por simple casualidad coyuntural; y que se llevan. Acabado el gape, pasaron a la biblioteca y all fui presentado dans erudito y gustoso de todo caldo. La Ley Seca amordaza y amedranta, pero trasegando yo el primer buche, acabaron los reparos y prosigui la charla al cobijo de un oporto de allende los mares. Y cuidado que estaba bueno. Loas se hicieron a la ambrosa y a otros muchos primos hermanos de los que subo muestra a la nave. A mi me ayuda el emptico al conocimiento encargndose de mis tolerancias, ellos, bajo prescripcin del galeno presente, y acercando el de la botica, de cuando en cuando tentaron un alcaloide de la hoja de coca que apaga la borrachera y anima a seguir con la chchara. Y puestos a no hacer a nada ascos, por sugerencia del magistrado, consumieron unos derivados del opio que con nombres gloriosos invitaban a la cata. Y aunque de ordinario no se colocan a la guisa, les es razn los futuros precios del mercado negro. O el querer pegar un peo! SHR de M

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06-36 Matar es demasiado sencillo en la Tierra. Poco reparo tienen para en nombre propio o en el de cualquier ideal dar pasaporte al ms pintado. Excusas no les faltan, y cuando no encuentran, patolgico, otro tanto les importa. As viene siendo desde antiguo. Uno de estos asesinos confesos que son los humanos fue encontrado culpable en Francia y condenado a la guillotina. Landr llama el elemento, lo que por cierto proporcionaba gran hilaridad en el hombre con el que mantena yo la charla. Landr! y rea. Este mo llama Constancio Congomera Gutierrez, y pese a no levantar recelos en el vecindario, asegur haber matado ms que la moscarda. Rememorando a vuelapluma, entre los muertos que hiciese antes de alistarse, y los hechos desde entonces, parroquia calculaba como para poblar dos cementerios; uno musulmn y otro cristiano. Y ufano! No tiene remordimientos ni le atosiga fantasma alguno, en la tesitura de ser el finado tambin estuvo, y viendo natural el juego, incluso me ense la espalda dnde guarda cicatriz abierta de guadaa recibida no ha mucho en Annual; y que quiz, sea la herida que le lleve a la tumba. Y no lamenta. Ni la primera cuchillada que le dieron de mozo en la feria. Ni un tiro por la espalda en el correr de una protesta callejera. Ni un conato de linchamiento tras robar una gallina. Y mucho menos la vez que qued cojo de por vida gracias a una recin casada hecha viuda. No lamenta, no. Sentado en una azotea de Chauin, espera la llegada de la Fra con el sable desenvainado y presto al duelo. A m o a cualquiera dar batalla porque se niega a bajar del fortn, y viejo purulento, se le deja que sin pagar more la atalaya para ver si le tumba el relente y se reparten botas y medallas. SHR de M

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07-36 En el observatorio escucho lo que transmiten por ondas, pero idea de lo que para ellos significar, cog en contexto domstico al estar pendiente la familia de Utbeska, y el resto de Europa, de la exgesis cosmognica que va radiofnica les suelta Vladimir Illich Ulianov. Un enardecido orate. Tras despacharse el hombre a gusto, se devolvi la conexin y ocup el tiempo de antena un comentarista que se encarg de volver a sacar lustre a la encclica; aunque de por s del pico saliese bruida. A ste otro no le prestaron atencin regresando a sus quehaceres. La madre de Utbesca y la suegra estn seniles y bastante les entretiene el cavilar el aspecto, y el tamao, de los hombres que viven dentro de la caja de voces. Los hijos pequeos y los nietos juegan ajenos a las palabras que digan los adultos y que no vaya con ellos. Slo las hijas mayores, y ella misma, al tener movilizados a los maridos, saben y sopesan cun ardua ser la empresa que les aguarda, y por ello nada dicen y siguen dando plumero a la casa. La Revolucin la temen imparable. SHR de M

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01-37 Pretendan dos muchachos auparse a una cristalera alta para fisgar, y al darles yo el chisteo por lo indecoroso del acto, pese a azorados al ser descubiertos, arrojo y gesto tuvieron para declararse amos de la finca, y en todo caso, ser yo el fisgn entrometido; cosa bastante cierta, desde luego. La panda de chicos es bulliciosa al alistar en la compaa los citados calaveras, tres muchachas de la misma edad emparentadas por la artesa, y otros cuatro o cinco chavalines y chavalas que sin relacin directa con la casa gustan jugar en sus jardines. La trastada del da presenci fraguar al conchabarse los chicos para robar unos pasteles que hornea el panadero y que al otro lado de una tapia se desembarazaban del calor de la coccin; antes de prestarse a tomar asiento en la vitrina y deleitar a simple ojo. Das llevaban oliendo y haciendo baba los micos, y por ser inicio de esto, y que probablemente as le dejen tranquilo el resto de gneros, a mano los dej ex profeso el repostero para que le volasen. Sabe que de todas formas le van a buscar las vueltas, y prefiere cebar hasta la hartura y dejar saciadas a las alimaas de una para todo el verano. Y as ser, despus de cerciorarse de lo viable del golpe, unos pocos saltaron la linde y se comieron sin respirar lo menos las tres bandejas; el resto llevaron en una saca hecha con la camisa del benjamn del grupo. Y se comparti el usufructo del delito a la fresca de una fuentecilla, al resguardo del sol y de toda indiscrecin. Buenos y rebuenos estaban. Deliciosos los pasteles, al extremo, que tal empacho agarraron que probablemente renieguen de todo dulce en lo que les quede de vida. El pastelero tambin fue cro y recuerda lo que es. El mismo hijo que tiene es de la cuadrilla, en concreto el que prest la camisa, y por saber reconocer hasta en las manchas su marchamo, el chiquillo, mientras los otros se pudran las muelas, fregaba y refrotaba en un remanso el lino de su atavo intentando que escupiese los lamparones de chocolate. Y aunque no desaparezcan del todo, no creo que a mal tomen los padres la participacin. Sin mencionar el apreciable encanijamiento, en el intelecto tambin va lento el chico y en el juntarse con estos barrabases quieren entender los progenitores que le hace bien. Y consienten. Todo el ao pasa el chiquillo entre las cuatro paredes de la tahona y el trecho conocido a la iglesia, pero en verano, que se toma vacaciones hasta de ir a misa, al tirn de los otros sinvergenzas ven crecer. Y aunque asilvestre, es un embrutecimiento consentido. SHR de M

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02-37 El Universo est tan bien repartido que da el pego de abandonado. Usan sin embargo los humanos la creencia contraria y no hay uno de ellos que crea en la balanza. Los que nada tienen quejan su carencia, y los que mucho atesoran maldicen su opulencia al tener siquiera ras. Ms. Ms. Salvo del dolor, y tambin hay, de todo plato quieren doblar. Convencido estaba hasta que escuch hablar de quien se abstiene del elemental alimento por lograr una utopa. Unas rentistas de Miln comentaban la cruzada emprendida en la India por un indio, un hombre bien intencionado en todo caso, que con un golpe de audacia design su propio cuerpo campo de batalla declarndose en huelga de hambre; y el noble propsito no se especific. No debe ser oblea de sobremesa la pastita y dejaron en el tintero. Quiz hubiesen seguido de no presentarse en automvil una nueva contertulia. Y sta no ser tan torbellino, pero siendo, antes de sentar y quitar el chaquetn, ya le inquiran las amigas por el viaje; la visita; la vida aventurera. Es intrpida la gacela y tiene casi todo el mundo hecho. Es amazona, piloto y hasta si se lo siguen proponiendo, puede que algunas medallas le cuelguen en la prxima Olimpiada; Olimpiadas de la Era Moderna, dijeron. Ah! Y de los amantes que dej rotos ni lleva la cuenta la joven; las amigas, s. Comprendo que Bestia entienda ms interesante la vida de esta seorita, que por ejemplo, la del indio de la India con el que empec. Lo que me pasa, y creo que se transluce la jodienda, es que yo mismo podra escribir obra mula de la vida de la seorita. Y sin embargo, confieso sucumbir cmo un humano y entender excepcional lo de aqul. ... Si se me permite que lo diga. SHR de M

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03-37 Un rastrillo en Central Park. En Nueva York. Gentes de todo el mundo mezclan gritos e hibridan sangres bajo los ltimos estertores del invierno. De los cinco continentes entra gnero y se perfila metrpolis terrquea. De todo hay, hasta un negro, que olvidado de no ha muchas glorias, venda por moneda slo dos o tres acordes de su saxofn tenor. No ms. Tuvo durante un tiempo compaero que echase al piso arenilla para hacer ms dulce el repique de los pies y acompaar. En aquellos lejanos das s daba holgadas las notas, y derrochn, y extasiado, nunca estuvo al tanto del quebranto que le haca el socio. Lo bien que casaba su msica con el claqu. l cerraba los ojos y amorrado a la bocacha derrochaba Arte. Hoy no. Hoy, con cuentagotas, lo derrama. Es un mendigo ms, s, un digenes, indiscutible, pero, y aun racionados, un par de compases suyos bastan para volar. No destaca del decorado que es el parque. Su existencia se descubre por el respeto que algn entendido, o ignorante, le dedica ocasionalmente. Un saludo, una complicidad. Una moneda. Bee-bee-bebob/ Bee-bee-bebob/ Bebob-bebob-bebob Incansable extiende por l la mano un maniqu exigiendo bolo. A mechones desperdicia el magisterio. A l me acerqu, y tras confraternizar al tiento de un buchito de petaca, me dijo bajar por capricho al Averno buscando inspiracin. Y casi la tendr. Comentaba al trasiego estar pendiente de una nota, una!, y cundo la tuviese, a las tablas volvera con el pobre Rigoletto. Rigoletto era el tenor; lo que quedase. Por un momento me tuvo el hombre en la duda, aunque de ella me sac otro desarrapado que dijo ser virtuoso por su parte al pincel, al brochn, y a la brocha gorda de haber necesidad. Y afirmar, sin abandonar la desparrangada postura, poder hacerme retrato cubista cmo de lisiado sin remedio. Y que de no ir con ideas de soltar perras, ya poda ahuecar el ala de all. Que dejase de eclipsarles el Sol. SHR de M
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04-37 Cacharros hay en la pista, no muy antiguos, en los cuales no montara ni por todos los diamantes que pueda esconder esta galaxia. Pero vuelan. Son bsicos sus principios y consiguen despegar del suelo y en el aire sustentarse. A cualquier cosa le llaman avin y a l se confan. Nuevo es el negocio y harto rudimentario an lo entiendo. Un mecnico, artesano en toda regla, andaba ajustando unas vlvulas del aparato que le llevara a la Libertad. Pensaba volar de Londres a Pars, y de all a Miln, y luego confaba en que le fuesen dando direccin en ruta al ser su intencin llegar al mismo Mosc. Al paraso Socialista. Lo mismo le dara al hombre que me interesase por la aeronutica como por la poltica pues al trasteo del motor estaba y responda sin muchas ganas, y viendo que se aprestaba a probar el reglaje hecho, le ped, pues me sali un punto temerario, que me llevase con l para ver la Tierra desde el cielo. Muy lejos me advirti que no iba a ir, revoloteara por las inmediaciones slo para chequear, y aunque era capaz de hacer muchas cosas, palabra dio de no buscarme el vmito. El firme de la pista es de hierba y sobre ella rodamos hasta alcanzar la velocidad crtica. Traqueteaba el motor el impulso y al golpe de palanca ampliaron los alerones el arco del aire y Ale hop! ya estbamos arriba. El piloto pretendi ser fiel a la palabra expedida y en un principio no realiz acrobacia que me impresionase pese a que me describa las posibilidades infinitas. De la guerra pasada no quiso hablar, mas superviviente de ella, y laureado, y por desde entonces no necesitar repetir, me bosquej unas cuantas maniobras que rozan lo fantstico al contradecir aparentemente buena parte de la Fsica. Eso manifest, tonto de m, en alto, y para no quedar l por embustero, y que todos los del gremio tendrn fuga de aceite, se lanz a demostrarme clavando un picado tal, que antes de remontar, tuve tiempo de contar los conejos de una granja. Y rizos. Loopings. Y no hablando, que a m el mucho miedo me deja mudo, volvi a esbozar intencin de picar, aunque esta vez acabamos entrando en barrena y estampndonos contra el suelo. Yo salv la vida gracias a llevar puesto el emptico y dejarme rodar contra unas balas de paja, pero aferrado a los mandos qued el comandante de la nave hecho un chicharrn. No puedo quejar de la Suerte sufrida, ni por ganas, ni por dolorido.
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05-37 Sin previo aviso me dej Bestia en Japn. En mitad del Palacio Imperial. Toma ya! Ganas tena, desde luego, mas era momento de luto y pese a ir a tomar trono el nuevo emperador, por respeto y fario, hasta que no se diese rbrica al ceremonial, habra que mantener las formas; no se mova una sombra, todo ruido se escrutaba y el silencio era sepulcral. El nico sitio donde constat vidilla fue en un ala alejada de palacio; residencia de la servidumbre. Y slo doncellas. O eso crea yo, y creera, de no sacarme del error el emptico. Algunas de las grciles muchachas que correteaban el sitio eran muchachos. Aunque tan quedados al papel, que indistinguibles al ojo se prestaban sus anatomas y la urdimbre de sus versos. Haikus. Escuetos, cuando agarran hacen dao. Rumiando uno precioso me acerqu ensimismado a un remanso de agua que se quiere, y se puede, ver lago. Poca distraccin de jardn haba, dos o tres piedras volcnicas y un bancal de arena rastrillada. Envolva la quietud un bosque diminuto. Armona. Equilibrio de fuerzas me transmita el conjunto hasta descubrir al jardinero, que complaciente, acurrucado permaneca en un esquinazo para no desentonar y romper el paisaje. Y no quej, mas entendi el fastidio, y compungido lament el fiasco de su obra. Tiempo, s. Desde luego que necesitaramos ms tiempo seguido entre ellos. SHR de M

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06-37 Me jode reconocer cualidad en Bestia, pero tiene. Y no cabe duda que la precisin es valor seguro que maneja; cundo quiere. Capaz fue de colarme en un avin que llevaba intencin de cruzar el Atlntico. Me encaj en la aeronave para consternacin del piloto, pues verme, y calcularme la masa, ech cuenta rpida y temi estrellarse. Y casi lo hacemos por el respingo. Mas no, no aport peso y debido a ello me entendi producto de la tensin y del continuo clavar los ojos en las nubes y horizontes. Y en las olas. Slo haba mar bajo nosotros. Algunos intentaron antes saltar de continente a continente sin mojarse, aunque se me hace que fcil que sea ste el primero en llevar a trmino la proeza al estar muy motivado y ser las condiciones atmosfricas aceptables; que no ptimas. Alguna corriente pudimos coger que nos catapult a los mil pies, y con las mismas, viniendo soplo de cola, a plomo pareca que caamos al ocano. Pensando distraernos de estas angustias arrim la charla a las autnticos motivos de la aventura. Y chispendole la mirada, me insinu un montn de razones a las cuales no podra objetar; ni tena intencin. Y la ltima de esta retahla que digo, fue simple y llanamente porque se puede. Y l lo va a demostrar. Lanceta es el Espritu de San Luis para pespuntear el cielo e hilvanar los continentes entre s. SHR de M

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07-37 Prueba de la inmadurez humana son algunas de las creencias que gustan. Son cuadraturas de crculo tan perfectas y cojas, que incluso adultos, siguen devotos a ellas y a los hijos inculcan. De hecho suele ser en la edad temprana cuando ms poblado tienen el panten de mitos. Garganta, Santa Claus, los Reyes Magos, la Bruja Pirula el Hombre del Saco. Y, entre otros muchos, uno que se me presenta desconcertante por su idiosincrasia: El Ratoncito Prez. Vaya ser! Para qu querr tanto diente? Si hasta los coge pochos! El padre del muchacho que ech el diente acab reprobndome a ojo el que tanto preguntase por la figura; aunque suave. Temo me tomase por memo escapado de sanatorio y se limit a invitarme a salir del cuarto y esperar en la cocina. Y no tard. Baj al ratito, y, despus de hacer unas llamadas telefnicas a las instituciones que consider oportunas, se puso a disposicin de cuanta duda me habitase el alma. Y preguntn que soy, y descredo, pretendi dar verosimilitud a cualquier cuento diciendo que l mismo llevaba aos trabajando para acabar con una pandemia malsima. Y por mucho que se esforzase, por mucho que trastease en las probetas, no dio con colofn al empeo hasta que hace nada... Voila!, a la vuelta de unas vacaciones, por arte de birlibirloque, encontraba en la mesa de trabajo el milagro. El antibitico perfecto! Ja. All l si cree, y si no es capaz de entender lo abyecto de la labor del Ratoncito Prez. SHR de M

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01-38 Tal rboles que no se riegan mueren los edificios. Basta un revs climatolgico, un rumor de falta de lquidos, para que se seque el retoo de hormign; agostada queda la estructura de quebrar la bolsa. La misma gente que hasta hace bien poco iba echando remaches a las vigas, desclava ahora con los dientes para revender al peso. No se les paga desde hace la tira y al derrubio y poda de los esqueletos preparan caldo para la olla. Nativos americanos, y emigrantes europeos, venan haciendo cielo en Manhatan hasta el crack, de all para ac, muchos van cambiando de idea y piensan pasarse a la otra costa para hacer real el sueo americano y vivir de lo que puedan. Aunque sea la economa una cuestin de cuasi mundo global, sigue siendo la hambruna causa sobrada para correr tierra y dejar los muertos sin enterrar. SHR de M

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02-38 Chapeau por Bestia que cuando quiere se porta. Supongo que atendiendo a una sugerencia no muy antigua ma me llev a conocer al indio de la India que indicase el otro da. S que es l por referrseme, a poco que inquir, esa gesta y otro centenar que aun de importancia domstica no carecan de su aqul. Razn tena yo y el hombre es excepcional. Le llaman El Alma Grande y no se achica a mi criterio ni un pice. En las marismas di con l mientras ejerca el simblico gesto de agarrar un puado de sal. Desobediencia premeditada la suya al recorrer a pie los trescientos ochenta kilmetros que distan entre el salero de su mesa y la salsa de la costa. Un paseo nada desdeable para un acto que se lee pose. Es un ser ejemplar, sin duda. Arrastra sin violencia a la multitud, y tras sta, a toda la Humanidad. Y aunque Bestia precisamente por esto me lo pinta inadecuado, yo creo que con una pizca de su talante, algo de la vitalidad de Alejandro, y la inteligencia de Mara Sklodowska, tendramos sin lugar a dudas el Hombre perfecto para tratar. SHR de M

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03-38 Bitxori hija, aun siendo su onomstica, tampoco consigui licencia en el trabajo. Queriendo hacerle llevadero el da, los hermanos, y el novio, le acercaron a Bilbao en la trainera del patrn; es chalupa recia, aunque embancada para los sanagustines y de ah que pese a ir rechula en el castillete de la pala, la amoma, desde la ventana, tema que el mpetu de los vstagos, y del de Zorroza, dejase a la hija en la ra. No por Dios, no. No quiere presenciar y retranquendose exorciza el fario. Si la muchacha no acababa en el agua, y se daba el da bien, previsto estaba a la noche que bajase familia de los caseros circundantes para presenciar la pedida. Prestndome a mano, y que el aitite es convincente, me acerqu a la plaza de Martiartu por si encontraba aldeana que me diese unos pimientos choriceros y alguna cebolla morada; que se echaban en falta. Y aldeanas rondaban el prtico que cede la iglesia, mas vacos reposaban los canastos al ser el da de corrillos y estar vendidos los cestos desde temprano. Y Por qu? Pues porque cambiaron la frmula de gobierno en el pas. Echaron al rey. Y temen, son as. Y por mucho que se hable de calma y orden, y que se hizo de forma democrtica, runrunea el aire tiempos inciertos, y ante cualquier cambio o agitacin, lo mejor, lo menos malo, es que les pillen avisados. Con la fresquera llena. SHR de M

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04-38 Fatass Lucky llamaban a un hampn de medio pelo, que por orondo, fue blanco idoneo para veintitrs disparos a bocajarro. Y no muri. Qued boqueando en un callejn de Chicago. Le atendi los espasmos un socio, uno al que algunos llaman Knife Kid y otros El Migala; ambos lias poco acertados, pues al comprobar que el compinche no tena remiendo, en la base del crneo le apoy la pistola desparramando los sesos. Y no doler, no. Y no expresar emocin alguna hasta que seguro de estar a salvo, a casa de Joe Lamasquino corri!, desdoblarse en pura llantina y narrar lo sucedido. La encerrona sera cosa de un gang rival, o de algn sufrido beodo que no hubiese visto con buenos ojos, aunque s paladeado, que sirviesen alcohol metlico por etlico en sus combinados. Ajustan las cuentas a metralleta, digo yo, por ser cuestin de dipsmanos la pendencia y andar con el dedo bailn. SHR de M

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05-38 Suelo llegar tarde a todos los ajos, s, aunque hoy estuve en el meollo. Sentaba en la escalinata de un edificio emblemtico cuando ol humo. Arda el Reichstag. En seguida se levant el grito de alarma y en nada se intentaba atacar el fuego, mas viva que danzaba la llama, imposible la extincin se plante y mejor verlo desde lejos. Distante, y acercndome desde la lumbre, un curioso de los ya reunidos me pregunt si testigo era del suceso, y al afirmar, eufrico por tener noticia, voce a los alrededores mi presencia. Tan agitado estaba, tan calentito el ambiente, que me cal la capucha desapareciendo de escena. La palabra del sujeto se volvi entonces testimonio y jur haber visto salir al menos un hombre del fuego. Conjura de pacotilla se hara a los presentes, y segunda voz, otro de los reunidos manifest haber visto escapar de las llamaradas a cinco. Cinco s debi parecer bien a unos, aunque el nmero sigui creciendo hasta trminos insospechados. Diez, cincuenta, cien. El millar de prfidos comunistas se habran conchabado en torno al smbolo para hacer la pira. Los dgitos se contonearon, lo que arrop enseguida el vulgo fue la participacin de bolcheviques. Tambin agit cola un rumor que haca referencia a la involucin de masones y judos, aunque teniendo estos un buen montn de chancros asignados, mejor le colgaba la percha al oso ruso. Aviva malas palabras la lumbre del momento. SHR de M

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06-38 Ata ms la Conciencia que un barrote. Amplia es esa celda. John Rascall lo sabe y no es preso que d mucho la murga. Con l comparte camerino de estrella otro enemigo pblico, que careciendo de moral alguna, no ve rejas que le retengan. ste entretiene el recreo observando el vuelo de los pjaros y sintindose polluelo que aletea la emancipacin. Alcatraz llama el sitio y alcatraces flirtean en los aires flotando su libertad. Alambradas de espino, puertas con gruesos cerrojos, tabiques, los guardias con sus fusiles, y el saberse en una isla lamida por fras corrientes, no son lastre para despegar cuando brilla el Sol. Con l, toman asiento en las gradas del patio y se dejan mecer. Potica debe ser la percepcin por mor a la cordura, de no, uno echa al ojo lo que nadie quiere cenar. Los hay que purgan, s, pero son los menos. La media de la condena es muy alta y algunos tendrn eslabones para rimar varias vidas consecutivas. Rene lo mejorcito de la morralla, y de tan cultivada escuela, no puede salir nada bueno. Ilustres doctores forman estas universidades. Universidades masificadas, desde luego. SHR de M

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07-38 Oriente, Oriente, Oriente Oriente! Chinos por aqu, chinos por all, y toda la China para patear. Van camino de Shaanxi con idea de dar puntilla al gobierno. Van a matacaballo para haber hecho marcha de diez mil kilmetros. Y luchados. Refresca el paso saber cerca la ciudad! En pocos das tocarn aldaba, pero entretanto no les sirvan, los bizarros de la mesnada se trocan marmitones y a la voz del cocinero sumisos mueven ancas. Y eso que el cocinero es enemigo. Le capturaron bastante lejos y en la trocha se hizo indispensable en el puesto, y para que no lo abandone, le cortaron los ligamentos de una pierna y atravesaron de lado a lado la mano derecha con un punzn de hierro. Y la mujer que lleva consigo, esposa, pendiente tiene el pescuezo por si ocurrencia tuviese el marido y echase hierbas de sopor eterno; buscando escape para adelante. No har, no. Se esmera en la encomienda que tiene. Refinado es el aire que despliega para ordenar dar ritmo a un mortero o cundir con miga una ligazn. Se centra en cada plato como si fuese entraa que esculpir. No hay ms mundo ante l que su cocina. No ve vida alejado del fogn. No entiende irona en servir a los enemigos de su antiguo seor. No atisba cambio alguno. SHR de M

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01-39 Amargo despert por un mal sueo que no viene al caso. Arrastr los pies desde primera hora de la maana. Laxo de sustancia me saba e hice receso junto a un arroyo que ofreca merendero. Excava hoces el torrente y la parte escarpada da repisa a una colonia de buitres agoreros. Bien desde el cortado, bien desde el aire, ellos, y yo, silueta dbamos a mi pesar. En stas se rompi el silencio con la irrupcin en el pago de un rebao de ovejas con dos pastores. En la misma laja que yo sentaba tienen ellos instalado tablero de tres en raya. Uso llevan haciendo de l desde que eran nios, y antes que ellos lo usaron padres y abuelos, y por lo tanto, tallado el juego aguardaba para entretener las largas horas del esto. Se refugian en los ronchones verdes de la crcava del insoportable calor de julio; que dicen es el peor. Bueno, uno propona el citado mes, mas al otro le pareci que el siguiente ciertamente resulta ms trrido aunque lo acaben matando las lluvias de septiembre. Les llena el da el contemplar las aves, el jugar la taba, el porfiarse el da ms seco del ao, y, llegado el caso, que fue, inquirirse por la madre de un desgraciado que enciscado apareci en coche por el chafln del camino, y tras atropellar al carnero, diecisiete borras se llev por delante entre vueltas de campana. El conductor sali despedido descrismndose contra un chopo que le recibi de brazos abiertos. Y del automvil poco podran tambin sacar al romper a arder. Entre los papeles de la cartera guardaba el fulano la identidad propia y unos ttulos burstiles que eran refugio de divisas al portador. S, al vuelo cog lo sabroso de la noticia De dar! Mas ellos son analfabetos y ni por lo ms remoto se imaginaran lo que tenan entre manos; que ni les interesaba. Bastante disgusto les era echar cuentas de a quin reclamar las ovejas muertas. Fcil tena el cambiarles la vida si les pona sobre la idea de alertar a las autoridades o cambiar en caja. Dilema casi llegu a cuestionarme, del mal rato me sacaron ellos mismos echando al fuego todo, hasta las ropas y papeles del difunto, y aunque hablaron de no mover, se lo ech al hombro el ms robusto de los hermanos y arroyo arriba lo llev a otro comedero; que no sera raro que apareciese cualquier curioso. En un par de das, con el oficio de los carroeros, no quedar rastro ni noticia. SHR de M
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02-39 Me tem descubierto al ser recibido a escopeta en una tranquila granja. El hombre que me abri la puerta me dudaba marciano a gritos, mas por suerte a las voces tambin acudi un joven, hijo del otro, que se disculp por los rudos modos del anciano y me invit a un buen t. El abuelo, no vindome antenas verdes, dej el caso en manos del primognito y raudo volvi a la salita para escuchar el ltimo parte de guerra. Y no una guerra cualquiera pues por la radio estaban retransmitiendo, en directo, el aterrizaje de una escuadra aliengena. Hondi!! Y no. Nada. No me refiri Bestia desembarco gordiano u de cualesquiera otra civilizacin belicosa, y adems, para explicar, con la taza de t el joven me acercaba el libro de un tal H. G. Wells. Cosa, quiz, que anden con la mosca tras la oreja, eso tambin. SHR de M

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03-39 Un ro humano va camino de la frontera. Al exilio marchan forzados por sus ideas, y no pocos de ellos, aun sin tenerlas, buscan igualmente la paz. Y tampoco se puede decir que pinte muy tranquilo en Francia ni en el resto de Europa. Ni en el mundo. Se debate en su tnica el planeta y a bofetadas zanjan cualquier pleito. Nada nuevo. A pie de carretera haba una casa. Tenan la radio a todo volumen para que al tanto de las noticias estuviesen los que pasaban. Algunos, al or, apretaban la zancada, otros, rato prendan la oreja. Mientras los adultos se preocupaban, la chiquillera, que es fleco a toda hilada, despotricaba en las inmediaciones. No van muy lejos al llevar el miedo en el cuerpo, aunque siendo nios, y prestos a serlo, a la brizna de aire que sople, o al primer gato que espante, olvidan sus cuidados y se dan a alborotar. Sin embargo, uno solitario encontr que le bastaba para entretenerse el observar el comportamiento de una columna de orugas. Etlogo el muchacho, las contemplaba a lupa e incluso a la vera del reguero pona semillitas silvestres y alguna migaja del pan negrete que esconda bajo la camisa. Con tal delicadeza intent cuidarlas el rato que con l estuve, que mal me sent de veras el que sin venir aparentemente a cuento cogiese una piedra y se pusiese a machacarlas. La madre del chico me hizo seas insinuando que tiene mal la azotea al haber padecido un par de bombardeos. Y mal amueblado no est, no, porque ingenio tuvo para seguir sacndole juego a la lente y concretar en las cabezas todo su poder; y abrasar. Pieza que es el hereje, y cansado que estara de sentirse observado, extrajo un tirachinas del bal que le era la ropa y sin mediar provocacin me levant un chichn en la cabeza. Varios testigos tuve, y no negando la madre el azogue que corroe al vstago, me pidi disculpas entre alaridos y amenazas al hijo. De mi parte estaban todos los presentes, hasta que al intentar echarme mano la mujer a la frente, para restaar la herida con agua fresca, se dio cuenta la seora que la sangre que me brota es azul, y anormal el tono, y que leyenda y halo noble se asocien, me tild la mujer de autntico aristcrata. Yo supe que era mera cortesa, mas un miliciano al que no le caamos al contexto de los ojos, aunque s a los odos, quiso entender mala fe en mi presencia y propuso fusilarme all mismo. O colgar. Turba no tard en juntar y soliviantarse. Al emptico me encomend. Sin creermelo, que de ciento y una me haba librado el traje, vi confeccionar nudo corredizo y pasar la soga la polea de un recio abeto.
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Me sent en brete hasta que el demonio, angelico l!, volvi a hacer uso del tiragomas y le salt un ojo al miliciano que me asa. Ocasin no perd en la escandalera consiguiente y me ce la capucha; aunque no hubiera hecho falta, imagino, al pasar a ser el cro el objeto del tumulto; haciendo trecho desde lejos, muchos de los presentes ya conocan en carnes propias al zagal. Y odiaban. A l y a la madre. Y cuerda que sobraba, se les levant a soga por el cuello quedando suspendidos en el aire hasta dejar de patalear. S. Hoy fue as de crudo. Tal que son se muestran aun en los momentos ms comprometidos. SHR de M

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04-39 No habr generacin en el mundo que se libre de conocer guerra? Est visto que no. Ahora corre la mecha todo el continente. La nacin alemana implosionaba dentro de sus fronteras, y cosa cantada, con el lder que tienen, que se diesen a liarla. Fueron dando bocados a la cartogrfica sin objecin hasta que toparon con los polacos. Con ellos amanec y pude comprobar lo lustroso y sano de su caballera, el cuidado enjaezamiento que hablaba de cargas heroicas. Y harn, seguro, aunque dndome referencia el emptico tambin de exploradores boches camuflados, abandon el lugar. Se ocultaban en una loma cercana dos soldados alemanes mientras cuadraban la trigonometra del bastin polaco, y tras transferir las coordenadas, el infierno vomit sobre la posicin. No es sta la guerra que tena observada hasta ahora, aun siendo humanos, un mnimo de humanidad les presupona. De tarde en tarde les saldr este ramalazo de su acervo viral; pero es innegable que lo tienen. SHR de M

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05-39 De un dulce suculento se me hizo el prado por ver comer a las vacas. Colgada en la montaa, y en el tiempo, la hacienda de Hans Baulver parece sacada del pasado; centenarias son las vigas de roble y la chimenea. Ante ella tomaba el hombre un frugal refrigerio y de ah que me pillase en la ventana y me invitase a pasar. Con l desayun y con l fui a ganarme la cena pues del sitio no me iba a mover nadie. As me las promet. Y result agradable la maana. Bien le vine al hombre al faltarle el hijo y multiplicrsele el trabajo. Precisamente del hijo me hablaba cuando un avin sobrevol nuestras cabezas y posteriormente tomaba pista en una campa que era de hacer baba. El mismsimo hijo que mentaba le volva piloto. Y no pareci agradarle el cambio al padre porque l lo despidi chaval y estudiante, y le retornaba as de la aviacin; en perspectiva. Se le destinaba al frente, y antes de partir, le dieron licencia para rendir pleitesa al progenitor. El padre, que por granjero lo tuve al desempearse como tal, resulta que tambin hizo sus acrobacias en la anterior guerra al lado de un tal Ristoffen que sera de mucho mrito, el caso que ante l cuadr el joven y el padre respondi dndole una buena hostia que lo mand al piso. Despus s, despus le llam por el nombre de pila y le cubri con besos y abrazos. SHR de M

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06-39 Monta el blanco la estepa. Indistinguibles, los soldados aguardan al otro lado de la mira que algn enemigo desentone en el paisaje. Arrearon los alemanes hasta casi las puertas de Stalingrado, pero echada la nieve en los campos y pueblos, una agona se volvi el avance. Gente como Irina, y su hermano Gogoly, hacen que se piensen el paso convirtiendo el enclave en un punto negro de la estadstica germana. Para limpiar, intentar, a primera lnea llevaron cazadores de montaa que son mucho ms duchos con estos rigores. En el silencio nveo silva la carga sorda del disparo. Y ni mover. Cazan, mas no corren a cobrar la pieza. Entre los hermanos habrn tumbado casi los trescientos alemanes desde que atrincherasen al raso; pese a bisoo, el chico rondara el centenar. Y ms all no llevar su marca al meterle alguien una bala bien prieta en la sesera. E Irina ni compungir un copo que delatase su encame. Aguant hasta que tras una hora larga de amargura pudo aliviarse al reventar en pecho ajeno su dolor. Puso dos muescas ms en la culata, y descuidando del hermano, que amortajar al relente, se arrastr hasta coger senda que le llevase al refugio. Y no hasta l. Teniendo an hermano, haber tenido, la mujer vena durmiendo en una gruta al incomodar a las compaeras la presencia masculina; aun muchacho. As que antes de entrar a comunicar las bajas, se pas por la cueva para recoger el saco y algunas componendas imprescindibles. En eso estbamos, mas all quedara todo, pues al instante, sin tampoco hacer mucho murmullo, sobre el barracn caa un equipo alemn de asalto barriendo el lugar. Ella y yo vimos; aunque no movimos un dedo para dar la alarma. Vacuidad el gesto y muchos enemigos, demasiados, para grabar de una en la cacha. Irina sabe de lo puntual de la guerra y no consideraba momento. ste llegara por la tarde, pues buscando paso obligado, dej sin transporte, y a la intemperie, al pelotn teutn. Y maltrecho. Caza van a seguir dando entre ella y el general Invierno. SHR de M

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07-39 Muy quemadito me tuvo que intuir Bestia para darme da sabtico. Bueno, no lo fue, aunque el frente ms cercano quedaba a un ocano de distancia y no se escuchaba un tiro. Hollywood tiene fama de bullanguera y farandulosa, pero es cuestin de barrios. Por uno residencial y tranquilo transitaba cuando de una casa, mansin, salieron un par de sujetos, y tras chistarme, me invitaban a merendar y a una pre de una pelcula cinematogrfica, que an caliente el montaje, les tena a los hombres en la duda. La calidad. Estaban en ascuas. Acept, entre otras razones, porque todava no haba disfrutado de proyeccin alguna, y por darme a entender el emptico que uno de los peliculeros era la misma persona que hace un par de jornadas relatase, va ondas, el ataque aliengena a la Tierra. Era. Y si no el jefe, mano gorda tena en el proyecto al llevar la voz cantante. l fue quien me demand, y rog, que cmo lego al Sptimo Arte! diese mi parecer. Del todo ignorante no ser, y abierto a cualquier cosa me prest al juego. Sent a su lado y tend mis sentidos. Y aunque desperdici mucha terminacin nerviosa, no puedo decir que la historia no me gustase. Y mucho ms el modo de contarla. Ellos, sin embargo, al principio me entendieron decepcionado, y lo estaba, pero era por faltarme olores, gustos, tactos, retirinos, chupitorres... que el cine no me puede proporcionar, aunque por lo dems, sin duda, era la mejor pelcula que haba visto en la Tierra hasta la fecha. Montada quiso puntualizar el baranda, pues me perfil tambin que tiene en mente obra magna de un genio espaol. Ojala no tenga la misma fortuna que en vida tuvo aquel manco. SHR de M

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01-40

Es mentar la tuberculosis y se santiguan. Ahora, es desgranar las lindezas de la desnutricin, el fro, la insalubridad, la injusticia, para que se encojan de hombros pues para eso no hay remedio tpico ni rezo que salvaguarde. Muy al contrario de lo que pudiera pensarse por lo dicho, se confa en la Ciencia como nunca para hallar antdoto a todo mal, se tiene fe, y de fallar, la mstica natural les ofrece parcheado alternativo. Presenci a dos nonagenarios ahuyentar los bacilos de cualquier enfermedad, y de las que acompaen, frotando una cebolla y un ajo contra cada pata de la cama. Al igual que mezcla de sapiencias, de experiencias ya vividas, una familia de la capital se mud a un pueblecito de la sierra por ver si los aires serranos secos, y una dieta de nscalos y calbotes, y otras excelencias de campia, no devuelve a los pulmones de la hija la salud extraviada. Es ideal el paraje. En una silla de ruedas sacan a pasear a la muchacha para que no se canse, y por tampoco aburrirse el ojo, daban vuelta maanera al pueblo en plan turista. Los estragos de la guerra que se reparan, y el trabajo en el campo, no compaginan con la quietud buclica. Vuelan las balas de paja, se airea la tierra. Doblan los riones los lugareos hasta besar el suelo demostrando salud. Y pasar nosotros y escupir lapo lozano. S, fcil que recupere. SHR de M

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02-40 Ser nacido en mundo de extremos da tolerancia para aguantar en cualquier clima de la Tierra. Adems, el emptico ampla el margen de maniobra y aunque no llego a hervir, a veces temo poder hacerlo. Hoy despert a plena solana en el desierto. Uno de los peores del mundo, y no obstante, lo suficientemente benigno para permitir que un cro viva solo. Rubiajo y blanco como nio de cuento. Y con desparpajo. Y fabulista a resear. Por querer buscarle el lmite le dej referirme una patraa en la que se deca prncipe de un lejano planeta. Principito habra de ser por los ademanes y la calidad del relato, pues aun el emptico, no pudo confirmarme si lo que contaba era verdad o producto de la imaginacin. Un sueo, dira yo, al asegurar buscar una planta que haba dejado olvidada. Poca planta se pierde en lo rido al ser reclamo para cabras, y siendo el zagal conductor de rebao, al indicarle yo unos matojos vistos, sobre ellos cayeron cual alimaas. Con la complicidad del rumiar constante me confes ser todo historia que le tejiese uno, que cmo yo, cay del cielo. A medida se la hizo mientras arreglaba el aeroplano. SHR de M

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03-40 Parte sustanciosa de los conflictos dilucidan en los aires; bien sea bombardero que asola posicin lneas adentro, sea un caza ligero que se juegue la honrilla apeando del ral un mercancas, u, que se me hace preocupante, desarrollando cohetes de baja altura para que sorteen el canal de La Manche y lleven al mismo Londres el mensaje. El poder. Le espera a la city ponzoosa correspondencia. No sern muy halageas las nuevas al ser muy coreado cada despegue que escupan las rampas. Ingenieros, mecnicos o simples soldadores, jalean la partida agitando el puo y la llave inglesa. Yo les propuse, por entender ms ameno e instructivo, el prolongar un tanto las rampas, el cambiar unos grados el ngulo de ataque, y potenciando los motores, sacar al espacio sus cohetes y cacharros. Ja! Para qu Con qu fin? Acaso hay alguien por all? Si se puede hacer, huelga dudar que a la larga no hagan, ahora, eso tambin, lo primero ser finiquitar los litigios que tengan por aqu abajo antes de lanzarse a pleitear tropopausa afuera. SHR de M

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04-40

Si lo s no bajo. S, si me llegan a decir qu clase de caldo da a evolucionar esta galaxia, no me acerco ni a un trilln de parsec. Para morir hay que nacer y por eso s que hacen, pero si tnica cazo, la moda observable es buscarse la muerte. En guerra estn las naciones y los pases, los gneros, los humanos con el medio, y lo que es ms desconcertante, ellos mismos con su yo. Prueba de un todo en uno encontr en un laboratorio farmacutico. Punta de lanza de la industria militar, en sus instalaciones buscan plaguicidas que tumben sin discernir larvas y ninfas de escarabajo cmo a los hijos del pueblo hebreo. Y saben lo que buscan Vamos si saben! Aloiso Eknr trabaja a doble juego, y antes de marcharse del complejo farmacrtico, dej activada una bomba que har saltar el edificio y arrasar los archivos. Y llora, imperfeccin redonda, pues atrs han de quedar tambin sus estudios entomolgicos. SHR de M

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05-40 Cruje a muerto. A muy muerto. A volatilizado. Entraron definitivamente en la era atmica y por la puerta de atrs. Un error. Un horror. Una aberracin. Bestia me recomend la proteccin tres del emptico y que no toque ni suba nada. Teme que me pueda coger el arco de cualquier radiacin y verse l obligado a dar explicaciones. No debera siquiera haber bajado, no tendra que hacer tantas cosas de las que hago que una ms no creo que me vaya a matar. Afectar s, pues no hay forma de vida que no constria la entraa ante tamao despropsito. Infame. Vergonzoso. Martillo piln conocen para partir en dos la Tierra aunque no su corazn. Son ms duros que la propia Hirosima vitrificada. Crepita, se resquebraja y hace polvo al contacto directo, al igual que mi esperanza en el Ser Humano. SHR de M

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06-40 Despus de lo de ayer no pensaba dar ms oportunidades a esta especie. Tena en mente firmado el informe al levantar. All ellos si no ven a lo que abocan. Que le den a Bestia si aboga por el planeta. No tiene cabida la Existencia para esta gente. No convienen. No. Se me quiere hacer cambiar dicindome que no son todos iguales, y que de hecho, al momento, casi se podra decir que estn en paz. O que la pretenden. Falso. Bestia dice no estar todo perdido y ejemplo me propona presenciar en Nuremberg. Se juzgan entre ellos las atrocidades de guerra, aunque casualmente, todos los juzgados provengan del bando perdedor. Y si ya me nace el fiel con tara... S, vale, algo es. No llega a ser revancha pues ponen en manos de las togas, y no de las armas, el sopesar el genocidio perpetrado. Es pasito, sin duda. Fiscales tienen, lo que les falta evidentemente son jueces imparciales; que ni yo. SHR de M

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07-40 Me he redo hasta doler las articulaciones. Maldita la gracia que les har a los pobres diablos, pero yo me lo pas en grande y no par de rer hasta volver al observatorio y sentar en mi silln. Y an as, rato segu riendo que me acabaron doliendo mandbula y pecho. Y si pienso, sigo. S je je. Hoy me lo pas bomba. Conoc a panda de golfillos que tiene adiestrado un mono para descubrir comunistas. Tal suena, s Comunistas al olfato! Los canallas visten al tit cual botones de hotel, y andan calle arriba, calle abajo, azuzndoselo a los peatones por ver si el mico se arranca e identifica o reconoce criminal Al comunista!! Ju, ju, ju. Me ro al recordar. Viven de la paliza que le dan al incauto de turno antes de robarle, o de la mordida que les pasan los comerciantes para que no ronden sus aceras. No son de esquilmar mucho los caladeros del barrio, prefieren el asalto al desconocido o al turista declarado. Y malviven del esguince. Sin embargo no todos los das tienen orto con cervezas y cacahuetes. Hay das, y abundan, que no aparecen bolcheviques en el Bronx, o de darse, son de una catadura tal, que hasta el mono se acoge a la Quinta Enmienda o a la Ley del Silencio. Dame ms de lo que me hayas dado en la cmara de suspensin, Bestia, y en cantidad, porque as s llego a fin de contrato. SHR de M

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01-41 Reuna casi el planeta a la mesa. Les nacieron los hijos a Esther y Moiss en Holanda, Blgica, Francia y Alemania. E hijos polticos arrimaban que vinieron al mundo en Hungra, Argentina, Australia y Estados Unidos. Y hasta un par de nietos sudafricanos. Y ellos que ya venan archinietos de sefarditas. Muy movido el rbol genealgico, y por tener por fin terruo para plantar el tiesto, ir a tener, convocaron al linaje pretestando noticin. Moiss, trabajando en los aledaos del poder, sabe da y hora exacta en que se har pblica la noticia, el fin de la Dispora, mas adelantando la primicia, hasta ense despus de la comida el fajo de pasajes que les llevar a todos al Nuevo Israel. A todos Todos! Grande era la fiesta, ruidosa, mas seco qued el aire de cnticos y risas, y tras consultarse a ojo los presentes, algunos manifestaron no estar dispuestos a abandonar sus pases, sus respectivas nacionalidades, y emigrar a un Estado nuevo que tiene todo por hacer. Qu va. No se les haba perdido nada tan lejos, y desde luego no estaban, teniendo sangrante la memoria, dispuestos a entregar a los nietos para que los eduque una sociedad que se sepa nica. Una cosa son los Derechos y los cuartos, y otra las creencias religiosas. Y los hijos, ni mezclarlos. SHR de M

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02-41 Redada. Hubo chivatazo, y antes que apareciesen los uniformes, ya estaban en danza las chicas. Era un prostbulo pequeo y discreto, pero corri la voz de su buen gnero y la oficialidad de un gulag cercano reclamaba leva de carne. Muy fro es el invierno sovitico. Mas aqu no encontrarn estufa. A medioda estaban de regreso las flores y daban la vuelta al cartel de su presencia, encendan una bombilla de escasa potencia que era contrasea. Y no se hizo esperar el primer cliente ni el segundo, ni otro par que poco tard en desacreditarse de todo rango y entregarse al festival. Muy serio el ruso, s, muy circunspecto, aunque rotos los corchetes de su mpetu, generosos y buenos bebedores. Y amigos. Y el mejor, el que se llev el ttulo de hijo predilecto del lupanar y gremio, un miembro de la mismsima Duma que devoto era de una muchacha del elenco y de ah el aviso. De no Ay, de no contar con la primavera el negocio!, sin ella all, all estaran todos con los grillos o rumbo al calabozo. En deferencia, agradecida por no ser deportada de nuevo, la beldad jur y perjur a las compaeras que de esa noche no pasaba el sujeto chismoso; y provocaredadas. Lo pensaba matar a polvos tal a las cucarachas. Y a la cara se lo dijo. Y al odo tambin le dira otro monto de guarradas, pues llevndose el viejo la mano a las condecoraciones del pecho, cuando toc piso estaba tieso. Y sonrea el puetero. Muertecito qued mientras en torno le dbamos despedida saporosky. SHR de M

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03-41 Hoy no tom su clase Alexei. Puede que no reciba ms al no tener nimo. Ha muerto el maestro. Corre la noticia Londres, lo brinca, mejor dicho, porque el susodicho poco tocaba el suelo, y a l, a Alexei, alas tambin se le presuponen y en secreto instrua el docente ajeno a las envidias de sus vuelos. El chico acudi temprano a casa de su mentor y all se le confirm el bito. Y el ruego de no dejarse ver nunca ms por los alrededores; no era grato su linimento a los herederos. Se le negaba. Se le repudiaba. Hundido, mustio fue su caminar, y sin dar rdenes a los pies, todo l, y yo, acabamos en Hyde Park. En su cabeza estaban los acordes y pasos con los que articulaba su pesar, y sin avisar, abriendo el alma a los ociosos presentes, danz entre los rboles, bail con las sombras de las nubes, hizo del cuerpo pura esencia dinmica para arrancar al pblico arremolinado un par de aplausos y varios silbidos. Aunque ningn bis. De lunticos est el parque lleno. SHR de M

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04-41 Por probarme a ser humano, regul el emptico para que me facilitase las mismas prestaciones fsicas que a ellos. Equiparar el exoesqueleto que me es el traje al juego de palancas y tensiones que obran sus msculos y rige sus movimientos. Y puestos, y fanfarrn que soy, por andar algunos en derredor correteando, lo program para sobresalir, s, una mijita. S, por qu no. Y cansa, eh. Atrae el planeta a su seno con fuerza y sin lugar a excusa uno se rila. Emparej trote con equipo checoslovaco que tiene los ojos puestos en la prxima olimpiada. Entrenan duro. Hoy no, porque el da sali primaveral tirando a fro, pero los crudos, ay, los das ms negros del blanco invierno, esas maanas glidas que cortan el aliento, slo Emil logra tender ritmo ordinario, y siendo ejemplar, su correr es un escorzo doloroso que atenta contra la esttica. Pero es su estilo. Le ruegan los entrenadores que no desencaje el gesto pues a todo el mundo llegar noticia de la contienda deportiva y no es imagen que se quiera transmitir. Es su forma de correr pero le reconvienen. Representa antes a su pas que a s mismo y se le reprocha la ergonoma. Y es verdad que lo hace, que corre con graceja particular, aunque yo, que hice unos cuantos kilmetros con l a la par, puedo garantizar que la zancada se acaba apreciando hermosa. Y su crispada estampa, la misma planta de la Gloria. SHR de M

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05-41 Por un malentendido casi me cortan el cuello. No es difcil conseguir que el emptico rinda al pibe de la prensa saliendo de l regalarme ejemplar matutino. Y sencillo, de andar entre prvulos, es sacarle a cualquier parroquiano que visite bombonera un convidado. Est tirado. Lo que resulta imposible es quitar entreojo humano cuando est tendido. Si me clavan el ceo a tiempo, no hay nada que hacer. Suelo percatarme con anticipacin y esquivo el contacto, lo malo es cuando se me posa mirada sin saber y se me entiende en el acto metiendo la pata. Que me pasa, s. Hoy mismo estaba desayunando y leyendo a cuenta de dos incautos. Y gozndola distrado pues largo era el artculo que elogiaba al expreso de Checoslovaquia; por leer en recuadro la noticia aguard a estar tras cristal y sentado para degustar bien. Y alegrarme tanto del logro olmpico, tantsimo, que eufrico saqu de taken para que de mi cuenta se invitase a todo el local. Y quise dejarlo pagado y que se oyesen unos hurras. Mas la duea, que me acercaba la confitura que hara guarnicin al mate, y que es la que digo ya me haba enfilado por alegre en tugurio de agonizantes, neg la ocurrencia aunque le viniese bien al negocio, y por explicacin a tan tonto quebranto, rese con su sarmentoso dedo la primera plana del diario. Toda la portada era para una mujer que acaba de fallecer; la esposa de un jerifalte populista. Y por insinuar yo no ver contradiccin entre mi alegra y su dolor, pidi al marido, y a los hijos, que me detallasen en el lomo las razones precisas. Y de no salir por pies de la confitera, la calle y la ciudad, bandonen para tango arrabalero buscan con mis entresijos. SHR de M

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06-41 Mala credencial fue presentarme veterano de Oxford. Universitarios todos, no obstante existe rivalidad y mejor disiparse ante la estudiantina. Y ningn lugar mejor para pasar desapercibido que un pub. Y para cuadrar al sitio, ideal, la cerveza. Con una jarra grande me hice y sent en una esquina de la barra para observar de primeras una partida de dardos. Junto a m, en charla aparte, hablaban unos jvenes investigadores del campus de lo ltimo que haban descubierto. Nada, una nimiedad tal, que no alteraba el pulso de los contendientes ni de nadie del local. Slo a m. Haban descubierto la qumica de sus genes. El cido dexosirribonucleico o algo as; que siglaban. Quiero recordar que mi sistema helicoidal tiene tres cadenas pareadas a engarzar, y por prximos, y tener la llave de sus clulas, y atisbar en un futuro mltiples aplicaciones, me hicieron temblar. Palabra. Desarrollan nuevos campos cientficos al mero raspar de la imaginacin, y no contentos con eso, al alcance de la mano entienden modificar su propia carga gentica para erradicar un sin fin de enfermedades. Y, s, mejorarse como especie. Y digo yo: Para qu? Ya son perfectos. Creo, sin lugar a error o menosprecio, que son los primeros herpes inteligentes en este Universo. SHR de M

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07-41 Segregacionistas a la vieja usanza no eran, en el fondo a los dueos de la acera les daba igual explotar a negros que a blanqusimos polacos. O mejicanos. O puertorriqueos. No discriminaban entre neoesclavos. As que por honor a la verdad, no puedo acusarlos de racistas ortodoxos. Quizs de algo peor s. Estaba en la oficina cuando entr un chico negro reclamando un sueldo que se le adeudaba desde ha, y pasado el asiento en el libro de cuentas, se quera echar borrn y se le dijo que no era momento de paga pues penda la quiebra. Y quebrado tena Jimmy Joe el espinazo por mover la palanca y correr la cuba. Y su hijita que estaba muy mala. Y la parienta con dolor de muelas y antojos de preada. Y los padres desde el gueto recordndole sus orgenes. Y el vivir de cada da. Y cinco hijos ms, que de sanos, rezaba para que enfermasen un poquito perdiendo algo de diente. No, no estaba para asumir problemas empresariales y exigi le fuese abonado el trabajo hecho. Entonces al empresario le brot una vena legalista y orden que bajase la voz y atiplase el tono de sus palabras o... O iba a llamar a la polica. Y a m mismo, por prximo al telfono, me rog que marcase a comisara, ante lo cual, y en posesin de la razn, el muchacho templ el nimo y consider estupendo el convocar autoridad. Yo descolgu, pero antes de teclear, dando oportunidad, le hice apreciar a Jimmy Joe que el sujeto de una foto que comparta sedal y sonrisa con el patrono, era, si no me engaaba mucho el uniforme, el mismo comisario jefe. Y por ser, y cantado estar que no iba a sacar ni un dolar, mostr nueva baza de su juego. Debajo del guardapolvos ocultaba lo menos veinte kilos de dinamita, bastante, a la distancia, para hacer hilos al emptico y a m granjearme una medalla pstuma. Y el patrn enfurecido clamando secuestro! Y el otro con el conmutador en la mano y el pulso inquieto! Hice de tripas corazones y despacio, muy despacio entre gritos y aspavientos, llegu a distancia adecuada para que obrase el emptico. E hizo, pude pasarle un brazo por el hombro a Jimmy Joe, y en un aparte, hacerle entender que tena las de perder all dentro. Exconvicto, negro, y sin pruebas que den a respaldar sus reclamaciones salariales. Bastante, crea yo, para hacerle desistir. Mas fro y sincero me coment no tener fciles las cosas tampoco fuera. Ningn
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negro las tiene. Ningn neoesclavo. Y diez segundos me dio para abandonar el edificio, y a los diez, contados, llev el caso a lo que llam Tribunal Supremo. SHR de M

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01-42 Un grupo de muchachos ascenda el Teide buscando panormicas. De parar para grabar en la memoria, o ms profundo, fue el enclave que eligieron. Y tanto embobaba el paisaje que dejndose seducir por las esculturas volcnicas, y las circundantes estrellas, uno, creyente de los de a pies juntillas en cualquier misterio, no dud para resear una direccin y clavar al punto la isla de San Borombn; esquiva nsula, en las guas esotricas figura como perla elptica del archipilago canario. Y no, no era, pues se trataba de una nube y de un requiebro de la ptica. Se me dud la explicacin, mas por suerte el viento disip la lejana tormenta y con ello la porfa. Eso, y que oscureciendo del todo, revolote una luz verdecina la cresta del volcn. Pareci lucero conjurado que cae a tierra y rueda la ladera y salta las barrancas. Y ni queja. Al tiempo, y sobre el ocano, un objeto muy veloz surc el cielo. Desconcertado qued por un segundo, aunque analizado el cmulo de casualidades, y consultado el emptico, y llegado a nuestros pies el montaero despeado, pude informar, aun siendo alto secreto, que son los contornos de la isla paraje ideal para probar novedades balsticas, y por tanto, los objetos voladores que venan a rastrear, resultaban ser los misiles que se ponen a punto para la inminente Tercera Guerra Mundial. Cohetes y aviones de factura bien terrquea, desde luego. Y lejos de quedarles el espritu sosegado, lo lgico, encabritaron alma y pelo, y a todo correr, garrocheando, espantaron del lugar. Salvo uno. Una chica, que queriendo creer sinceramente en vida inteligente extraterrestre, y dndome vitola de aguamitos, me pregunt si al respecto yo la calculaba posible en otra parte del Universo. Y obvio que dije que s. Ella era prueba y servidor confirmacin; aunque no sea ste precisamente mi Universo concreto. SHR de M

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02-42 Se tienen ganas. Rusos y americanos se odian tan sinceramente que no lo ocultan. Se baten en cualquier tablero la primaca planetaria y miedo sigue dando lo factible y cercano que se huele la Tercera. Cualquier chispa puede animarla, da igual que ellos no sean los contendientes directos de la partida, o que las piezas estn en Egipto. Se vigilan y recelan. Prueba de ello son los supuestos agentes secretos que tiene todo quisqui desplegado en El Cairo, y que in situ analizan la contraofensiva anglo-francesa que pretende recuperar el Canal de Suez para sus intereses; se lo arrebat del usufructo el presidente Nasser y quieren recuperar a todo precio y bajo cualquier excusa. El Cairo es un hervidero de servicios de inteligencia. No se dejan ver pero estn, y se sabe, entre otras cosas, porque Al Abilio reparte fruta y chismes en el vecindario y no se le escapa una. O bien desde el minarete que es su puesto de frutas en el zoco, bien pretestando entregar el pedido, no hay rincn en la ciudad que no conozca y tenga visto; resulta fuente que no se agota y tiene refrescados hasta a periodistas. Es sencillo y seguro saber de su boca, y en tiempo real, lo que acontece en el pas o la periferia. El nico pero que se le puede poner, es que dependiendo con quin hable, as, u as, va la cosa. Y que Egipto ha visto mucho! SHR de M

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03-42 No me haban llamado la atencin los automviles por lentos, sucios, incmodos y poco fiables. Nunca apreci al punto de querer pilotar uno. Y hoy, aunque hice, segu sin encontrarle sabor. Y eso que quin me ense, argentino de pro y campen del mundo, por serle sencillo, deca tomrselo tal asunto de cros y que as mismo debera tomrmelo yo. Un juego, un placer el sentirse encajado al volante de un cacharro que traquetea a toda biela por el circuito. Lo menos a cien! o ms! je je til y prctico por el momento me lo hago, vale, mas placentero desde luego que no. Placentero, lo que se dice placer, placer, acab descubriendo, s, pero al pilotar una motocicleta. Con ella s. Prcticamente es el mismo vehculo aunque con slo dos ruedas, ms pequeo y de asiento exterior, ahora, las prestaciones y sensaciones que facilita son indescriptibles. Mismos defectos, sus virtudes son un compendio de gozos. El cabalgar el aire. El hacerte uno con la mquina y saberte engranaje. El paladear los baches y bichos de la carretera. Y todo se reduce a lo que me dijo el Chueco: Vos, amigo, sos de moto; no le d ms cuerda. SHR de M

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04-42 Nos retiramos a la sombra de la Luna. Bestia desplaza la nave a la capa argumentando que han lanzado un par de satlites artificiales y que el protocolo exige retranquearse. Y yo, que estorbo declarado sera en las maniobras, fui mandado a curiosear por la base de seguimiento del cacharro este que digo. Supongo que pensara Bestia que me iba a dar por olfatear entre ingenieros y sesudos calculadores de rbitas. Que me centrara en buscar potenciales astronautas. Responsables del cotarro. Y hubiese hecho, s, de no encontrarme con un grupo de gente que se dispona a escuchar en la radio la final del Mundial de Futbol. Suecos y brasileos se disputan el ttulo, y haciendo equipo, los presentes agarraban bandera segn les tirase la conciencia. El balompi es deporte, juego, oficio y negocio. Y antes que nada, un aglutinador de pasiones. Por carcter, y disciplina, la mayora estaba en que el anfitrin se iba a llevar el gato al agua. Slo unos pocos, personas de oficios ralos en el complejo tecnolgico, estaba con el combinado sudamericano. Yo dudaba, va odo mal le entra el soccer al lego y no saba por quin decantarme. Y dudaba a ojos vista cmo quien nunca ha contemplado, y para subsanar, los de bata, que apoyaban a los europeos, me diseccionaron las reglas del espectculo; las tcticas deportivas. Cosa que fue de agradecer, s, aunque finalmente me inclin por la torcida al ver nacer una pelota con cuatro trapos y cinco cuerdas, y tras descamisarse y quedar descalzos, organizar pachanga de solteros contra casados que entretuviese los instantes previos. El futbol, aseguran, hasta es Filosofa en Brasil. SHR de M

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05-42 Bachata gorda organizaron por ser cambio de fecha. A la sabrosura de las notas tenan entregados los sentidos casi todos, unos pocos no, barbudos estos, al toque estaban quedados pues eran revolucionarios y no podan descuidar. Ya haban hecho, desde luego. Consejo de guerra les acarreara de saberse, mas como el enclave asignado para tomar estaba desierto y desguarnecido por fuera de servicio e incompetencia del cartgrafo, decidieron unirse un rato a la fiesta que luca en una quinta orillada. Total, podran echar en baile lo que no haban disparado. Y se pusieron. Azcar! Ascar! Al dulce invocar echaron un par de horas ms, y transcurridas, se calcul compensada la refriega, aunque estando animado el patio, y que enlazaba jolgorio, soltaron unas cuantas rfagas de metralleta al aire para que se escuchase en la distancia y se entendiese encarnizada defensa. S, y otro par de horas por delante para el danzn y entregarse a la caa. As, entre disparos y bombas de mano, y algn morterazo, pusieron eco a la noche. Y por la maana frescos contra pronstico! seguir entregados al bailoteo y zambombazo hasta que el calor del Sol nos remeti bajo sombrajo. Con la tarde llegaban refuerzos. Fue seguida la escandalera selva afuera y lo antes que pudieron se presentaron con recambios de primera lnea. Un comandante, escamado por la cadencia blica, y conocerlos, acuda a indagar. Nada ms verle cuadraron como mejor pudieron los salseros, y por defenestrados, y jurar aniquilada resistencia y enemigo, se pasar por alto el incidente; aunque el comandante, chivo que era anoche, tom nota en su libreta y tendr supongo sus consecuencias. SHR de M

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06-42 Frente a una tienda de electrodomsticos me par pues en un monitor de televisin corra un hombre descalzo. Cuarenta y dos kilmetros!... y unos metros. Pese a las limitaciones del receptor, la imagen era bien clara y se poda percibir, casi or, como la mente y el cuerpo del corredor se desligaban; reiran entre s al quicio del colapso. Junto a m, un matrimonio con el hijo en brazos, tambin sufra con el constreir del atleta. Al escaparate acudan por fuerza al no tener para llevar a casa la modernidad. Pero harn. Tambin tiene in mente, l, el comprar un coche, un rifle de cazar alces y quiz hacerse con una pipa para fumar el tabaco que anuncia una seorita describindolo irresistible. Ella, algn trapito de oportunidades que le asiente el parto, y tambin echa cuentas de un cochecito, y, por supuesto, el frigorfico. se es el motivo para acudir al escaparate y no los noticiarios deportivos. Despus de recoger al pequen en casa de la abuela, hacen por pasar delante de la tienda y comprobar que sigue todo en oferta. Presenciado tengo lo sencillo que les es desligar mente y cuerpo, pero ante la caja tonta, ni esfuerzo. SHR de M

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07-42 Hay que ver, para lo tranquilota que flota Cuba en el ocano, y lo conflictiva que es! Y no me extraa, eh, ni hures le faltan al paraso. De valor ultraterreno innegable, era de esperar que se la disputasen en pocas coloniales. E independientes, que entre ellos se la rifen. Anteayer les dej en ello, y hoy los encuentro de la misma guisa aunque defendindose hechos pia del intrusismo yanky. As por lo menos dicen los mambises que custodian la baha. Repelen como pueden el desembarco, y, vanguardia previsible, los mismos barbudos bailongos de la otra vez purgaban querencias y vicios meldicos que les arrastran y dejan en duda. Se les conoce por Los tumbaos del Sol mayor; sospechosos. Y se les consiente que dancen y canten ante el enemigo pues cosa de ellos queda el esquivar el plomazo. Eso s, en los recesos del paqueo, o una vez se consider segura la playa, se les hizo corro para que por prximos impregnasen con su alegra el nimo de los dems. Quise ser espectador discreto, aunque recordado de la antigua bachata, y ellos con algunas bajas, rogaron me uniese al cuerpo de baile, mas inmediato, ni dos compases sueltos, se me suplic que dejase la encomienda al aflorarles tambin ahora a la lengua que ya entonces me tildasen El Espasmos. S, slo naciendo en guagua hubiese podido yo rozar tal vez la gracia. Imposible, cog las indirectas y sent con Macario Pimientas, que herido, disculpado estaba de todo bochorno. Y lo era, s. Cierto me dijo que el Son les agarra a los glbulos rojos y que l mismo, si viene, se une. Pero harto, baluarte sieso tambin sabe ser. Y calla lo que piensa; destacado, lo prximo ser mandarle a hundir el cuchillo bien a los barcos americanos, bien a la caa de azucar. Al calabozo no, que no se alimenta a contrarrevolucionarios. SHR de M

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01-43 Ya est aqu. Pretenden bautizarla la Big One, s. La primera guerra atmica la tienen en puertas. Los peridicos y los noticiarios de todo el orbe hablan del enroque sovitico en Cuba. Cuba! Lejos estaba para temer nada, y an as, unos esquiladores que tomaban el fresco me aseguraron que cientficamente es imposible, debido al juego de corrientes que aslan a Australia de toda posible peste, sufrir dao all. La explotacin agropecuaria tiene unos cuantos miles de kilmetros cuadrados de crudo desierto alrededor. Y por seguro ejemplo del aislamiento se me consider a m mismo al no llegar hasta el lugar ms que uno o dos extraviados por dcada. Normalmente, se me asegur, el que llega ni suele puntuar en las estadsticas como nmero entero al descolgarse medio muerto. Curioso, a la fecha, que fusemos dos. Quien conmigo rompa baremos tambin estaba en lo aislado del pago, perdido a mis ojos, me acercaron en avioneta hasta la cueva que habita al momento el sujeto. Bunker con todas las letras. El hombre es un multimillonario de Sidney y tiempo ha, que extravi all mismo, mand construirse un refugio que presupone antiatmico; siguiendo la corriente en boga. Me asegur que no hay millonario en el mundo que no tenga. Incluso dos. Uno excavado al pie del jardn de casa por si se la sin aviso. Y otro, tal que ste, por si se puede reunir a familia, deudos y amigos que acompaen tras el inminente holocausto nuclear. De no tener alcurnia a plazo fijo, ni residir en Australia, recomiendan encomendarse a cartones emplomados y no correr de la onda. SHR de M

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02-43 No soy agorero. No quiero tintar de luto cuanto lienzo me echo a la cara. Pero las cosas no pintan bien en la Tierra. Al canto de llegar a las manos siguen, y en ellas ahora tienen armas atmicas suficientes para finiquitar su especie y otras tantas que les sean clientela. Y quiz hagan. Y seguro que habra, quien, empezando por servidor, no ira ni pagado como plaidero al coloquio del deceso. Qu va. Yo no. Eso se acab. Observado les tengo y por una buena me dan diez malas. Se les llena la boca diciendo que sus respectivos pases por tal o cual motivo son macanudos, y redundando, sus ciudadanos la envidia del mundo. Honor patrio les es dejar en alto el nombre, y competitivos, al momento andan enzarzados intentando poner bandera en el espacio. Compitieron para hacerse con los ingenieros y planos de los primeros cohetes. Y desarrollarlos. Y tambin se dieron prisa por poner en rbita el primer satlite artificial. E incluso sacar al vaco una forma de vida les fue carrera. El lance del momento consiste en colocar un humano en la estratosfera. Y traerlo. Y, por supuestsimo, que tome suelo de nuevo en el condominio del armador; y, a poder ser, de una pieza. SHR de M

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03-43 La isla de Robben es pequea, pero un cuadriltero cabe en cualquier esquina. Toda la maana contemplaron los guardias cruzar guantes a los presos. Buscaban alguno con pegada para poder tumbar al nuevo campen del mundo; o al menos pugnar la bolsa. La corona del viejo Liston la cie ahora un mozalbete de apenas veintids aos. Larga se le intuye la regencia y de ah que los carceleros hurguen entre el gnero buscando promesa. Les gustara que fuese blanco, mas no presta ese tipo de carnaza al anzuelo, y de ser, flojos, muy flojos salen para lo que requiere el boxeo. Si la vaina va de sopapos, lo mejor un negro enrabietado Y lo ren! No son todos de la misma opinin, de hecho ni opinin tendrn muchos al respecto al ser del todo lilas a las doce cuerdas; y prestarse exclusivamente a la chamba por atisbar unas perras extra. Corre con los gastos, y apadrina la tienta, un cuado del alcaide. Es hombre de muchos negocios en el continente africano. Y poco escrpulo. De los aspirantes puestos a inspeccin ninguno aguantara el rebufo de un guantazo profesional. Sin embargo, uno descubri en el patio, solo, ergo peligroso, que pese a fuera de forma evidente, hechuras e inteligencia dimanaba de autntico killer del ring. Pidi se le trajese el espcimen, mas el 46.664 es lo ms peligroso que custodian y no por sus puos. Su palabra. Su lengua. Sus ideas. Y ni se prestara, ni ser prestado. A doble vuelta encierra la perla el apartheid. SHR de M

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04-43 El cafelito de sobremesa se lo clav a un potentado de metro y medio. Calzaba en los labios un puro de dos cuartas y luca el ms garboso de la parroquia del mesn. Se le despidi Don Manuel pese a dejar la propina al debe. Ya dar. Le urga llegar al trabajo y poco atendi las reverencias. Manuel fue saludado por un compaero que con nosotros coincidi en la entrada. Manolete le dijo un veterano Y ya hubiese querido l parecerse al maestro, ya! lo ms cerca del albero que lleg fue a la cancela de la plaza, all le decan los jefes a Manolillo que deba desplegar su arte porteril, su don, para calar quin pretenda colarse por la barbi. Era cancerbero en Las Ventas y al da le decan que tendra tajo; venan unos melenas de Liverpool a dar la barrila y congregara bastante chusma. Bueno, se lo pintaban delicado aunque gasta sabaones de plantn y nunca le falt al trato nadie; le llaman Manolo con su permiso; Lolo los muy ntimos; y Manu la esposa y algunos primos. Apcope nuevo le colgaron unos muchachos que hacan cola para entrar e instaban a premura. Tiestos de psicoactivos, fue loado San Pedro Taurmaco y Aduanero del Amor Mariano. A toda invocacin atenda con talante y buen ceo, mas entrndole hoy el verso por estocada, rese a la autoridad competente la mala intencin que intua en los bastardos. Y se los llevaron. Por lenguaraces se iban a quedar sin concierto, hala. Y la idea de los guardias sera que se les fuesen los humos de los tiempos modernos. Y ah pens que quedara. Y ni se acord despus del incidente, porque no gustndole el tipo de msica, y cortado el billetaje, se dispuso a ser don Manuel otro ratito, mas al salir, en los jardines prximos, encontr deslomados a los jvenes greudos. Entonces se sinti mal. Me dijo sentirse fatal y necesitar mi ayuda para subsanar el atropello. Subimos a los chicos a las tejas del recinto y desde all, con Lito que se present, escuchamos a pleno pulmn los acordes. Y si viniesen los Rolling, que ren los muchachos infinitamente mejores, que descuidemos de la entrada y la bota de vino; ya se encargara de todo ello el Tito Lillo. SHR de M

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05-43 Resumiendo muchsimo las cosas, quede que les dej haciendo cachitos un templo egipcio para trasladarlo doscientos metros ms arriba. En damero transformaron la joya arqueolgica. Es mandato de una alta institucin supranacional y no hay quin les tosa. Y marcan, y miden y cortan. Y no me parece bien. S. Entiendo la apremiante mudanza, mas no creo que sea Abu Simbel cuadro de colgar en otro paisaje que no sea el exactito, exactito, exactito de nacimiento. Y si el Nilo lo cubre, gloria pstuma para el arquitecto. y maldita la estampa de algn ingeniero. SHR de M

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06-43 El doctorcito receta jarabe de palo. Es la mejor cura que entiende para los males del mundo, sin embargo, a la indita que presentaba el hijo enfermo, le asegur que la enfermedad del nene debe ser tratada en un hospital y no en la fronda boliviana. Mala intervencin de urgencia siquiera podra practicar al ser su instrumental quirrgico una ametralladora hngara y algunas granadas soviticas. Ni ter, porque aturden con cachaza. La mujer agradeci de todas formas la consulta y quiso pagar, pero en vez, un saquito de frjoles con maz se llev para administrar al chiquillo mientras dure, y al faltar, que no dude y les haga llegar la misma contrasea. Ernesto es un hombre ntegro. Mcula a su currculum pudiera ser la vehemencia, mas ni a lamparn llega pues sabe entender, y, fcil, a s mismo sea a la nica persona que no tolere un quebranto. Se exige, al punto, que vctima de su palabra, no volver a pisar el paraso Cuba! hasta que el mundo entero sea Libre. ... No, no ver. Fuera de componendas y entelequias revolucionarias, tiene el hombre varios vicios que nos hacen afines. El viajar, las motocicletas, el gustar gastar a diario tiempo con los amigos. Un concepto de Equidad. Un gusto desmedido por saborear los momentos felices. Con el ltimo mate de las provisiones en los labios, y trotamundos que le confes ser, invoc brindis para que volvamos a encontrarnos en otra coyuntura ms propicia dentro de algn tiempo. Ya veremos. Yo tengo el reloj en mis manos, y a l se le escapan los granos entre los dedos. SHR de M

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07-43 El futuro ya est aqu es frase de mercadotecnia que cogieron dos ancianos por leitmotiv. Se les hizo abuelos hace un par de meses, y rejuvenecidos a llantos, decidieron ponerse al da de mocos y picos en el cine. Sacaron entrada para lo ms moderno que se proyectaba en la ciudad. Y aunque a m me fascin, ellos no cogieron hilo, ni visto ovillo, y por prdida de tiempo lo tomaron. Yo no. Yo qued con el proyeccionista y su mujer. Mientras l pone en facha los rollos para el siguiente pase, ella echa coderas a los jersis de la hija. sta creci entre aliengenas malsimos de cartn piedra y paladines galcticos, y universitaria que es ahora, le lava y remienda la madre la ropa mientras al padre ayuda la chica con las latas de celuloide. Est con los exmenes finales y al hilvn la mujer le reprochaba que no es muchacha para perder tiempo con la ciencia ficcin. Al libro, a la regla y al clculo tendra que estar aplicando cuento, y no dando lengua, y comentando, una pelcula tan horrenda. Horrenda! dijo el padre, T s que eres horrenda y no la Odisea de don Stanley. Si algo tiene la pelcula, es que no deja a nadie indiferente. Interesante entiendo el hacerse con una copia. SHR de M

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01-44 Un vahdo por bajar no me incomoda. Uno. Uno no me importa. Pero ms... Llev Bestia la nave a la capa de Titn, y desde aqu, que es satlite de Saturno, se me hace un rebotar angustioso el bajar a la Tierra. Y por qu el venirnos tan lejos? Pues porque subieron tres hombres a la Luna y ya no es seguro tampoco el refugio. Venga, para Titn. Ya quise yo en su momento venir, mas entonces se me describieron los anillos inseguros y su distancia al Sol un inconveniente energtico incluso para nosotros. Pero basta que dos enclenques humanos dejen huella, para que rehuyamos al acto de lo que venimos buscando. Interlocutores? Visto est que si uno no quiere dos no hablan. As pasaba en un barracn del desierto de Negev. Unos hombres interrogaban a mamporros a otro, y este ltimo, aun sabiendo que hablando acabara el suplicio, se negaba a tener intercambio. Llamaba Yasir Al Ticks y le preguntaban por un tocayo, nuevo jefe que le endosan, al cual con gran trabajo consigui eliminar de su registro memorstico. Ni inyectndole drogas, ni bailndole el pndulo, conseguiran que delatase escondrijo. Una vez acabada la sesin, y semi inconsciente, le devolvieron al hoyo donde comparte estrecheces con otro, tan zurrado como l, y que slo con abrir el portillo de su nicho se ech a temblar. Aunque sera todo pamema. Con cuidado, y que se ceban con el compaero, consigui el otro minar el cemento que ancla las bisagras, y apalancando con el propio cuerpo, susurr, estaba seguro que saltaran los cierres. E hicieron. Consigui que reventasen y aprovechando el cambio de guardia, arrastrndose, escaparon de la srdida prisin. E incluso llegar a un pueblo donde tras researse de la causa, se nos prometi medio de transporte discreto. Y mientras esperbamos, y siendo noticin del momento, en un viejo televisor presenciamos el alunizaje. Y comentarlo. Al Ticks opinaba que todo era un montaje de americanos y judos. Y seguro afirmaba que seguira tan virgen Selene tal cuando la colg en el cielo Allah. Y el amigo no se lo dudaba, pero raro se le haca que terciasen sionistas, de ser as, y conocindolos, no habran olvidado la estrella de David. Y el uno diciendo que americanos y judos y el otro que no. Que si s uno, y el otro al nones, hasta que, zorro del desierto, manifest Al Ticks al emptico una rareza. Y esbozar, e intuir, y sin dar ms argumento con un martillo despachurr la cabeza al compaero. Explicacin, le baj los pantalones para researme los calzoncillos sin zurraspas; vamos, con manchones de seis semanas y no de seis meses, que bien diferenciaba.
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Odo queda que no faltan en ningn convite; ni se admite duda. SHR de M

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02-44 Una pizza de Mamma Mercedes es de largo reclamo para visitar Nueva York. Y la loa obligada del da iba a echrsela a una cuatro estaciones con extra de organo. Tena pensado, slo por el olor, el arranque: Aromas vivaldinos me embriagan en Littel Italy.... Me echaba el da viendo pasar gente por la calle, mientras a diente, escrutaba la carta del local. De pe a pa pensaba probar, aunque la voluntad se me torci al romper a llorar el camarero, y tras arrancarse el mandil y tirarlo al horno, salir muy nervioso dando un portazo. Y yo a la zaga. La tristeza es ncora que prende al aire, y siendo da de nubes y rachas, encapotado y depresivo marchaba el muchacho sin querer siquiera atenderme. Y slo por mucho insistir, consegu sacarle el nombre y el plcet de su casa. Vive sin motivo de vergenza, mas por alguna razn me cerr parte del piso y slo se entreg en el saln; y despus de mucho llorar y escuchar un vinilo de una bestia zurda, y parda, que puntea tal djinn. Con la guitarra se le renda la entereza al chico, y me bast aplaudir el tartamudeo entre un La y un Si, ya de por s bien sostenidos, para que se derrumbase. Estaba jodido, muy jodido. La pareja, la familia, el trabajo. La vida arrecia y zozobraba su entereza. Hasta el mismo guitarrista del tocadiscos, que le amarraba de alguna forma a la existencia, pareca ora rer ora gemir tan ntimo que Userra tambin plaa o remontaba segn el comps. Alivio a tamaa olla que herva saba que no iba a encontrar en jeringa alguna, mas spero paliativo, y conocido, se apret sin temblarle el pulso una racin de heroina va parenteral. Tanto l, cmo yo, esperbamos proseguir la charla tras el interludio que impona la aguja. Y en eso qued. En intencin. Dulce vino a besarle la Muerte y con ella qued. Para l se detuvo el mundo antes de sufrir puntilla, pues de haberse enterado, que le traa la noticia el vecino que lo encontr, que haba muerto por sobredosis igualmente el excelso msico que nos acompaaba, quizs que de indigno le haban hecho cayo desde chico, por la ventana del quinto piso se hubiese arrojado en lugar de envenenarse a plazos lentamente. Porque de sobredosis nada! Al cuitado ste me le intoxicaron como a las ratas. Y desde nio. Una mierda de calidad de vida fue la mueca que le cuaj la Parca. SHR de M
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03-44 Fastos, tal ha mucho no vea, se organizan con motivo peregrino. A ojo de encajar, rondarn los veinticinco siglos del imperio del Sha, y es motivo sobrado para engalanar Tehern y agasajar al visitante con boato de efemride. No reconocindome producto nacional, dio por hecho un taxista mi extravo y mi solvencia. Me habl en el trayecto tal si yo fuese un tanto retrasado. Daba por hecho que no gastaba su lengua y que lo mismo me traera al fresco el atasco que cierra las calles sin motivo aparente, que lo golosa que est de verde la cabra que tiene en casa por rondarle el celo; que ni leche. Me plant en el hall del hotel que crey cuadrar a mi alcurnia, y sin molestarme siquiera con la cuenta, se fue a endilgrsela al recepcionista. Y ligerito de equipaje que viajo, un segundn se demor el cargo, aunque alctono declarado, se la jug el encargado conmigo y me asign botones. Y habitacin, y visto que la tnica del emptico hace aguas, una suite interior bien equipada aunque con pauprrimas vistas. Y protest. Por no gustar y por saber hasta dnde podra forzar la hospitalidad del encargado. Y habitacin mejor no hubo. No quedaba al estar la ciudad a rebosar. Y no me ofreci su propia casa, que hizo, al temer que lo tomase por ofensa; no tena mejores vistas, que fui, no haba ms lujo all, ni alacena mejor dispuesta. Era da ordinario en la vida de los sbditos de los dos mil quinientos aos y comodidades las justitas. Ahora, eso s, dando lengua, uno no se aburre con el polvo que dormita. SHR de M

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04-44 Exactamente hoy no s dnde estuve. Convirti una mujer su vivienda en obra de Arte e inmerso en la pieza colgu desubicado. Villa Mondriana. Azules, rojos y amarillos. Y blancos. Y todos enmarcados con fenefas negras. Y los muebles, casados. Y las habitaciones, acordes. Muy al canon. Se me anunci artista en el exilio espiritual. En la misma isla que naufragase Ulises lleva siete odiseas echadas sin atisbo de sirenas, musas o efebos. Ni all! El mundo palpita a su alrededor pese a ser apartado el enclave y slo recibir noticias de tarde en tarde. Dos o tres veces al ao hace acopio de material un chamarilero y acerca en barca revistas especializadas y diretes de todo pelo. Cundo recibe, lo primero que hace, metdica, es clasificar y ordenar por fechas, despus, pintora que tambin es, esparce por el suelo al tiempo que devora. Si la remesa termina con buen regusto, quiz de lo consumido, y tras digerirlo, haga idea de algo que echarse al pincel. Y ocasiones habr que traiga frescura la nueva como para incitarle a repintar una lmpara o el techo del bao con motivos alegricos; peces, u ojos estilizados, que se saben slo destellos de un genio que se duda. Desmotivada, bosqueja de palabra la muy maestra los manidos y aburridos trazos del mundo moderno. SHR de M

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05-44 Slo por funcionales me gustan los puentes, y si a eso unisemos la esttica y la carga simblica, sin lugar a dudas los elegira item de la Humanidad; puentes y puertos. Tumbo las horas sin darme cuenta cuando presto ojo a la construccin. Uno levantan que liga nuevo fleje a la faja que encorseta Eurasia. Sobre el Bsforo echaron ballena pensando cerrar el descosido que hace siete a las dos continentes. El puente, a falta de mejor metfora, sera la cremallera. En dos Culturas asienta el corazn Waldo, o Waal al Doh, pues dependiendo del extremo en el que se halle as se decanta su credo; sabe ser. Mientras dur la obra atendi familia y tajo en cada punta, pero la apertura inminente, y desvelado lo ambidiestro que fue, en la tesitura de tirarse al agua, con su piedra al cuello, me rea encontrarse. Nada ms falso. Al acabar el turno salt al paso de una gabarra de escombros y en ella tocamos pantaln y amarradero. Barcaza propia tiene cerca para cundo harto de aparentar, quera ser quin era, entonces, sibarita, de uno y otro lado soltaba amarras. SHR de M

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06-44 Jaime el titiritero no se esconde; aunque intenta no hacerse notar en el barrio y ha metido a los nios en los cajones para que no se asomen a las ventanas. Y son muy curiosos. Rculo, Gabrielina, Fray del Frasco. Y Babitas, narizotas anaranjada, que de felpa vieja y heredada tiene la urdimbre. Y Chirolo, el laureado milico, que enarca ceja sobre la gruesa pasta de sus antiparras. A ste en concreto enchiron en el ropero por ser adicto a las insurrectas tropas y largar en demasa. Se hizo famosillo en los teatrillos de Allende por dscolo, y ahora que tendra voz, es al que ms conviene tener callado. Ninguno abre la boca de no mover el hilo el maestro, y no hace, para el ao va lo del golpe y un ao lleva desaparecido por inters propio; de correr la encuesta del lado gubernamental actual, desaparecido a la ferroviaria anotara en la libreta de la DINA. Y mejor que no. Todos chitn. Centrado en el oficio distrae los pocos das que le quedan para embarcarse al extranjero. Mjico, el Caribe, La Francia! La mujer chapurrea francs y con ella cuenta para introducirse en el mercado galo. Tan verdad era una cosa como la otra, y para validarlo, a la esposa conmin para que saliese al saln y se dejase ver. Pero ella, al tener seguro que ningn mueco del marido hace liturgia de cinco, y puesta la cafetera sobre la lumbre, a su gusto y tiempo murmur que comparecera. Y tard. Tiempo tuvo el esposo para pasarme el libreto de una obra que tiene pendiente de estreno. Era la historia de un lobito que se vuelve domstico y ms tarde acimarrona. Historia lacrimgena, o as debera entenderla, al llorar el hombre los prrafos al tempo de mi lectura. Y llorar, y venga a llorar con el cnido, hasta que entr en la habitacin la mujer y pregunt si no estbamos todos locos. Una toalla puesta a secar sobre el radiador ahumaba el cuarto a la londinense, ola la escalera a chamusquina y no tardara en congregar autoridad. Raudos, metieron a toda la parentela en un bal y huyeron a nuevo piso. Y jurara, sincero, que en la mudanza a pura tos se quiso significar el general de peluche. SHR de M

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07-44 Porcentajes. A nada que uno se descuida le hacen dato de estadstica. Saba a la firma que el noventa y nueve por ciento de las veces la bsqueda de vida inteligente es empeo baldo. No hay grandes primas. Las primas buenas, loteras, se enmarcan en el uno. Tal sta, s. Pero esta lustrosa migaja tambin tiene remiga de nmeros. Cinco, de cada diez exploradores, pierden la vida en la obra. Y el que es de rigor que desaparezca y nunca ms se sepa. Y tres que queden tan tullidos, que no hagan gasto de pensin. Total, que el que falta sera quin llevara laureles y trozo magro de todo posible negocio, aunque siendo el asiento de las cifras que se me dice con decimales, imagino que difcil ser el salir del todo indemne. S, soy el nico que queda vivo. Revs ser tambin para Bestia al ponerme el timbre neutro para contar. Bueno, tambin es cierto, aunque no conozca las proporciones, que un sinfn de navos regresan exitosos a casa sin haber sufrido las dotaciones mas que algn mareo al entrar o salir de hiperespacios, cuerdas o gusanos-tiempo. O atravesar branas. Veteranos arruinados se dan a explayar en cualquier tasca y mil historias se cuentan. Dara por hecho Bestia, afectado que me entendi, que hoy no habra salida y que me centrara en atender el papeleo y tal. Y crey mal. Bastante me llena cuidar de m mismo. No soy amigo del vaivn, y si rompimos, all quedaron mis corazoncitos. Ja. No puede jugar conmigo la Corporacin. Yo, a lo que se me paga. A bajar para ver la cara que ponen en la Tierra los humanos cuando se sacan un ejrcito de las entraas, y aunque de terracota, de s da la noticia para que lo corra la comunidad internacional. Vaya ejrcitos los de China! Vaya jeta y tripas las de la Corporacin! SHR de M
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01-45 Y yo llorndome dgito! Ellos, ellos son cuenta de baco, y obligados a vestir y comportarse igual, se saben unidades. Y mejor as. Descerebrados hay en toda latitud y estructura social, repartidos, hasta en las cimas del poder algunos arraigan. Eso pasa en muchos pases aunque con tamao desprecio a la vida ni en las crnicas de la conquista de Cronopea. En Camboya mandan unos energmenos. Son lo ms absurdo y retrgrado de lo que llevo echado a los ojos Y llevo! Por salirse de la fila, pum!, tiro. Por no dormir a la voz, un buen culatazo con el rifle y una tanda de ltigo. Y de no apretar riones para mover la carreta enfangada... Ay, de no orse chirriar los dientes! La mxima: La letra con sangre cuaja en mejor lugar para enmarcar imposible. No es cosa nueva el comportamiento en el planeta, y cierto que incluso ellos consideraban las prcticas desterradas, la crdula opinin mundial!, pero a la sombra de los gigantes les crecen las satrapas ms cruentas. Esto, de no enmendar, lleva un sesgo harto predecible. SHR de M

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02-45 A las cinco, sin amanecer, empieza el movimiento. Las calles cobran vida y la ciudad se despereza. Excepto una casa, una luz, que indicaba vela nocturna y all me present. Se extra el hombre, se asust, no obstante, ningn trabajo supuso para el emptico el hacernos acreedores de vitola de ensueo. Y en todo caso, ser pesadilla lo nuestro. As me dijeron sus gestos que interpret la visita, aunque me invitase a entrar y tomar asiento. l es abogado y anda desvelado por un caso que le trae al retortero. Defiende a un criminal que se declar culpable pese a lo descabalado de la confesin. Le colgaron felona de las de purgar con algunos aos, y aforando la defensa del cntaro familiar, se insta al leguleyo para que despliegue ingenio y libre al reo del garrote lento que supondra la crcel. Y cuenta le tiene hacer. Es un cuado el otro. O marido de una hermana, en todo caso hermano, poltico, y pese a agotado, apura los minutos buscando solucin. Y no encuentra. A las doce en punto de la maana expirara el plazo y obligado est a presentar alegacin. Era culpable? ... Ni dudarlo. Exista mtodo para impedir? ... Desde luego. Alegar y alegar. Delaxar lo que se pueda pues estn variando continuamente las reglas, y presiente vientos de cambio azotando la jurisprudencia. Busca indulto aunque sea argumentando locura. Y lo est. Lo estn. Todos como cabras si queda la cosa de escudriar a fondo. ste, el culpable confeso, se mof de un guardia urbano hasta el punto de arrebatarle gorra y silbato, y siendo autoridad, sentara muy mal entre los del gremio de la porra. Eso s, en descargo recalca que el atasco de trfico al menos se solvent. SHR de M

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03-45 Naci nia deseada en la ciudad y se brinda a la salud de L. Brown. Se congratulan muchos, pero sobre todo uno que tambin tuvo en cinta a la parienta e igualmente fuera de fecha. ste, que ya tiene inscritos personalmente diez u doce vstagos en el registro de su pueblo, que ni recuerda, al dcimo octavo s ansiaba censar por traer bajo el brazo un record local y la herencia de un viejo soltern desparentado. Con este nuevo hijo, amn de poder matar a la mujer, dejaba inalcanzable la marca en el padrn municipal. Y la fortuna se le supo con el simple buscarle al telfono, y de urgencia, pues rompa aguas la parienta citndosele en el hospital. A la cola de la ambulancia que traa a la parturienta llegamos nosotros en un taxi. Y entre que conoce el percal, y a cuidadores y enfermeras, antes de entrar la esposa al paritorio estaba clavado el hombre en la puerta con la cabeza gacha. La mujer tiene costumbre de relajarse en el caso lanzando improperios y se sabe el sujeto asiduo a los labios. Y el apretar de la mano, que yo, reflejo, sent en mis propios dedos aun mediando puerta y cristal. Y nacer cmo hacen que es cosa de presenciar y no contar. Y el padre irse al suelo por saberse millonario ms que por cosa que no tuviese vista. Yo fui el encargado de atender al padre, y reanimar, conducir a una sala para conocer a su dcimo tercera mujercita. Aunque torpe que soy, y que los recin nacidos me son todos iguales, o casi, nos tiramos media tarde haciendo cucamonas a la famosa hija del vecino cuasi annimo sin saber que no era la nuestra. Y lo peor, codearme el padrazo el costado con insistencia diciendo que las orejas eran de l y la frente de su madre; y consentir yo. Pero idnticos son, s, el que es probeta y el que no; a mis ojos, por lo menos. SHR de M

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04-45 En el cajn de sastre que es Espaa fija la vista el resto de Europa. Algo estar cambiando en el talante humano, para despus de cuarenta aos, hartarse de arbitrariedades. Libertad. Libertad y Justicia a partes iguales se demanda. Votan Constitucin singular y a la Norma pretenden acogerse sin recordar lo pasado; una amnesia selectiva lima las pendientes asperezas. De todo esto apenas sabe una pareja de novios que junto al ro Manzanares arrimaba el morrete. Por escndalo se tomaba el acto y cuidaban de no prodigar en pblico, pero frugal e impetuosa, la alegra de la Victoria les llevaba a besarse como nunca. No temen a la secreta ni a ningn orden pblico que les pretendiese reconvenir al autocontrol. Y no podran. Hoy no. Imposible. Alumbra nueva etapa el pas, y por ser quiz laboratorio, la humanidad. Espaa es as. Barra libre y salga el Sol por dnde pueda. SHR de M

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05-45 Me es mecanismo de defensa y reconozco los bandazos que pego. Si me satura o aburre el individuo, a la siguiente que bajo me presto a observar generalidades del pas, del continente, o de toda la especie si as me pasa el da por la garganta. El mundo est fraccionado, dividido en un millar de trifulcas sin aparente unidad. Pero la hay. La Miseria hace rosca y reconcome dnde asienta. Miseria, sin matices, pues el pedigr del mal no desquiere a sus bastardos: hambre, insalubridad, tristeza. Sed, desamor, ignorancia. Envidia. Lacras y corruptelas. se es el ejrcito de las tinieblas que sojuzga a la humanidad. El mismo frente se podra encontrar en una casa media de Bruselas como en una de Calcuta, aunque con toda seguridad, las barriadas de esta ltima resultasen palacios de cochambre en cualquier comparacin. Ni de segunda se puede considerar la plaza, al tercer mundo incluso del cuarto!, probable, haga capital en justicia. Es duro vivir en Calcuta. Duro, de consumir, pues as me pude explicar como dos mujeres caban en el cuerpo de media; o de tres o cuatro desplegara nervio la seora al demandarla una ingente cantidad de pordioseros por madre. Madre! Y gustosa! Tampoco sta seora es ejemplo? SHR de M

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06-45 Lo bueno de caer cuando cambian el ao es que a mano se suele encontrar almanaque de lo acontecido en el curso y as uno se ahorra mucha conversacin. Lo malo, que sea de un ao muy corrido y lo estn usando en el retrete; de haber. La textura es lo que cuenta. Esta observacin no es del todo ma, a elaborarla me ayud un fotgrafo que como yo admiraba un hormiguero humano en plena selva. Miles de hombres excavan a la llamada del oro, que tesoro, se obstina en no darse fcil y oculta mate entre el barro. Todo tie de marrn salvo los ojos, blancos, venudos, con un brillo homogneo de sueos; de fracaso, de lujuria; de rutina. Los garimpeiros rompen la jungla y plasman cascada. Impresionante instantnea. Y el encuadre, aunque arruine, confiere la grandeza. Click! El ojo de este hombre bien merece galera o museo. La deforestacin, medidas de urgencia. SHR de M

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07-45 Aunque asiduo, hay que ponerse al da con la planimetra del Cairo al ser sus callejones propensos al cambio, y desiertos, laberinto. A nariz me orientaba a un puchero cuando reverberaron ecos de multitud. Corran estampida, e impetuosos que se presentaron, cerraron del mismo modo las puertas de sus casas volviendo a hacer sarcfago. Ni un ruido. Bueno, silbidos y algunas voces altas de cuando en cuando. Y carreras. Y algn disparo. Y aviones y helicpteros, tan bajos, que aunque se decan parte de una exhibicin, rasearon las terrazas llevndose antenas y curiosos. Comentan que se escaparon unos cuantos tiros en el susodicho desfile, y se teme, por desgracia, que fuesen intencionados. Y en el mejor de los casos, sera tambin muy mala suerte al ir casi todos a acertar al presidente. Un hombre abierto hasta a tener enemigos. SHR de M

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01-46 Contentos estaran mis tutores del kindergarden si me supiesen en la Universidad con toga y banda. Pero no visten el bonete a diario y en la cafetera tampoco el ambiente acadmico huele muy puro. Mala foto. Acodan en los pupitres los estudiantes con maestra, eso s. La experiencia comba el espinazo y los muy veteranos en escorzo repanchigan, y el que ms, un celador de segunda que est en nmina por cuestin de integrar minusvalas. De calva raspada, patillas hachn y un mostacho resorbesopas que al punto atusa con zumo de enebro. Con la copita en la mano me cit a su mesa por no ser raro que concite miradas y sospechas. Muchos le clavan vago, malo y botarate. Digno de ningn encomio al rumorearse su participacin en no pocos quebrantos en el campus. Y algo de verdad habr. Odia la Universidad. Aborrece su quehacer. Muy bajito, y con risa de ido, se demostraba ms daino de lo que nadie imaginase. Me asegur regalar los exmenes a los estudiantes peores. Trafullar cualquier suerte para socavar el Conocimiento que a da de hoy dicen universal. No tena desperdicio su tara al rer con los continuos apagones. O el fro que provoca ecos en las aulas. O el faltar del material. O cualquier mala baba que haga y ponga en prctica. Mientras cont cosas que entiendo risibles no puedo negar que me entregu y hasta me dej invitar a unos tientos de ambrosa roja. Hermano de hermandad maligna, tras un par de buches, me descubri el barrabs que me superaba al apagar un tanto la voz y explicarme su prximo golpe. Primero tiene pensado empaparse por su cuenta de electrnica e informtica, luego sustraer claves, y despus, como han interconectado en red sus archivos y bases de datos, maquina poder meterse a hurtadillas en los ordenadores de los centros universitarios y liar tal mondongo que se olviden de l hasta el curso que viene. O el siguiente y la paga a casa. Y posibilidades reales existen de colapsar las instituciones de medio mundo tal dice, aunque, supongo, le lastrar lo justo de la fama. Hasta los malos somos ms malos si arrimamos a la Universidad. SHR de M

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02-46 Steven es pelirrojo y enjuto. Y muy nervioso. Y le sientan igual de fatal las nieblas de su Escocia natal, como las que levanta la maana en las Malvinas, Fockland, a su Cultura, y que son pieza de litigio entre Inglaterra y Argentina. l y su hermano gemelo, tambin presente en las islas, eligieron el Ejrcito para cambiar de clima. El espaol a la fecha les son extrao, bullanguero y tropical. En el receso de las refriegas mezcla como barman visitante en la cantina de un acorazado. Y es un escndalo. Lo mismo oficiales apresados, que los propios, le ren la gansada y mantiene ajena a la tuguriada por un rato de la realidad exterior; la impuesta a miles de kilmetros. De tal modo abstrae, que ltimo bis, fue hilvanar el secarse el sudor de la frente, con calzarse un guante rojo de goma en la cabeza, y erguida la cresta, enfilar mutis a la camareta entre un redoble de cocoroteos y aplausos. Aunque a solas, sentado en la litera, brot un trillizo del que no se tena constancia y que detestaba todo esto. Respingaba el pobre muchacho, para su cuello, que preferira estar aprendiendo cualquier otro idioma, en cualquier otra parte del planeta. Y sin colgar la chatarra al hombro, desde luego. SHR de M

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03-46 Se nota que soy el nico ser vivo en la nave. Ahora s. Antes tardaban das y das, eones!, en solventar un goteo del grifo o el empao del holoespejo. En concreto creo que el record lo tiene una simple alcayata que me tard en ser puesta milln y medio de aos. Pero el holespejo, ya digo, ayer coment a Bestia el vaho que lo agarraba, y hoy tengo a primera hora instalado un equipo nuevo. Todo un bao. Siguiendo con el acierto, suger cambiar el plasma ptico del emptico pues me ofreca una vista de Atenas muy borrosa. Algo ms caro entiendo la sustitucin y se me prometi revisar a fondo a la vuelta, sin embargo, me asegur Bestia que lo que hace densa la prstina belleza de la Acrpolis es la contaminacin. Y no lo dudo; aunque entre alcornoques y olivos, restos y suciedades enturbiaban el total disfrute del paraje. Mas obviando, hasta belleza sacaba un fulano presente al distante cielo rojizo. Mucha mierda tiene el aire, dijo, al tiempo que me ofreca queso y nueces mientras se oscureca el cielo y l tomaba horizontalidad en una hamaca; la postura, descuidando del ordinario disfrute, se debe a un viejo conocido que vuelve de visita a la Tierra. Un cometa que nos tercia. De chico, me cont el hombre, le dijeron las abuelas que escondiese bajo las mantas al paso, pues de ver, a la siguiente que pasase ya le traera en la lista para llevar consigo a recorrer el fro infinito. Podra volver a burlar, pero se saba algo mayor para aguardar otros tres cuartos de siglo. Y quera admirar. Llevaba esperando desde antes de aparecer a cualquier telescopio. Una esquirla de cristal le grab hace bastante la coordenada en la retina; en el mismo accidente de trfico que se le muriese la esposa. Y a todas horas vea. De noche o de da. Y secretillo, de soslayo debi fisgar siendo cro, y sin aviso, me dej solo. Otro que se me muere sin despedir y estoy empezando a coger complejo agorero. Se mueren solos. Ser epidemia? SHR de M

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04-46 Alguna vez les comentaran frontera en el desierto que deja a unos iranes y a otros iraques, pero lo de llevarse a matar les divide desde hace muchsimo ms. No debe ser leyenda para unos que encontr, el que los otros, les dejasen al debe algo; camello, odre o mujer. El caso que mal saludo hacen en el basto desierto y a lo poco un Buenos das es pedrada en el colodrillo. Digo desdramatizando al reinar buen ambiente entre ellos a da de hoy, s. Y delicado es el momento. No slo que tengan franca y declarada la guerra sus pases, y que ellos suelan recibirse a guijarro, estn tan bien avenidos porque mucha es la miseria, y colofn, un nieto maldito y compartido que enorgullece, alma de mujer, camello u odre que se arguya, y que de comn asenso criaron en Estados Unidos ajeno a tanto odio, volva al waad natal para curar de una enfermedad que le ataca los pulmones y al sistema inmunitario en general. Y empeo ponen en que sane porque hasta consienten la presencia del novio. Por un hijo haran lo que no se dice. Y por un nieto otrotanto. SHR de M

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05-46 Doble parece todo a orillas del Loira. La simetra del agua deshace la realidad e inventa caleidoscopio al cual entregarse hasta dar con quien rompa el espejismo. Draga, dragaba el foso del castillo con la misma solvencia con que dicen hizo fama su padre, su abuelo, y el primer dragador de la cuenca que fue un tatarabuelo mastuerzo. Jean Lou es parte del ro y a ojos vendados no le costara resear, slo por el aroma de narcisos y nenfares, dnde se ahog la dama de Grullons, e incluso el caaveral que refugi al barn de Boureau durante la pendencia jacobina. No hay secreto que exuden las piedras, y remanse, o corra, que no conozca, y por ello, quiz, los amos de los castillos le dejan hacer sin entrometerse mucho. Salvo uno. Un americano, con talonario corporativo, que trajo su propio equipo para sanear los cimientos de la fortaleza y reparar compuertas; con intencin de rehabilitar todo para solaz de ejecutivos. Jean pasa a diario por delante del castillo esperando contemplar con sus propios ojos como se les hunde el encofrado o revientan las arquetas. Espera. Y cuajo tiene para dar borda a la baranda del patrn y chistar lo errneo de la lectura del testigo; que si el uno trae el instrumental de la NASA, al otro le ampara el haber bogado para una excursin del reputado Instituto Pasteur, y aunque de odas, saber que se dice de ellos que son unos chapuzas. Al menos uno llamado Gallo y que el nuevo amo del castillo tendr por paisano ejemplar; que lo rabia. SHR de M

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06-46 Aunque no menciono tengo el ojo puesto en el calendario. Van cayendo hojas con ritmo otoal y cuento hacia atrs. Palabra, no busco los. Pero me encuentran. Silenciosa, asolada, la ciudad de Armero fragua bajo el lodo que escupe el Nevado del Ruiz. Contaminacin, deforestacin. Construyen en cauces de aluvin sin querer recordar la autora del tallador, y claro, despertando a la tremenda el volcn, qued arrasada la poblacin. La primera ayuda la prestaron al tiempo personal sanitario y reporteros de los Mas Media. Desolados unos y otros. Suger a uno de ellos que dejase de perder el tiempo intentando salvar la vida de una cra que agonizaba, y que salvase a cientos, miles de nios y nias, poniendo en antecedentes de la catstrofe con su cmara fotogrfica; que a fin de cuentas, experto sera en tomar instantaneas y difundirlas. De corazn puse a disposicin lo que tengo aprendido. Y con amplias vistas. Pero no respondi a mi sugerencia. Sopesar s, y puede que por tener la palanca comprometida con la muchacha, no me haya contestado tal me dijeron sus ojos, y confirm el emptico, ser intencin. Deontologas a estas alturas a m, no. Ja! SHR de M

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07-46 La capacidad de sacrificio del Ser Humano no es ponderable. Puede dar lo que no tiene, o no dar nada rebosando. Incluso dar sin nada a cambio! En general, los Hombres no suelen entregarse a proyectos descabellados, y los que hacen, aunque algunos triunfen e innoven, la mayora fracasa o acaba tiesa si la vaina del baile es con la Muerte. Y glido es el beso de la Seora cuando suena un ruso en la gramola. Chernobil colara como compositor, o primer bailarn del Bolsoi, de no ser en realidad un reactor nuclear averiado. Roto. Quebrado. Con ms rajas que la espalda un galeote. Yo, y cualquiera, esperara que el mismo ente sapiente que tuvo la audacia de construir un microsol en el planeta, tuviese prevista la contingencia en caso de alarma. S, eso sera lo suyo. Sin embargo, es el coraje humano el que est sellando a pala las fisuras. Saben que van a morir, y de forma dolorosa, mas cada quin por sus motivos se entrega, y entre francachelas, pues al condenado a cadalso no se le reprimen los chistes, pasa uno la tarde tan ricamente restaando el Mundo; pese a funcionar al mximo el emptico. Tardaron en soltarse, previo, quejaron de la evidente incompetencia nacional, aunque cercano tambin un accidente estratosfrico de los americanos, localizaron al autntico responsable bastante cerca. Ellos mismos. El Hombre. Y representantes que tambin son, ejemplo de futuras generaciones, y curiosidad abnegada del linaje, a modo palearon masa para construir caja de hormign armado que amortaje la radiacin; y a ellos con ella. Unos se dan. Otros, no. SHR de M

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01-47 La ciudad ms libre de Occidente, permisible a todo vicio confesable, es Amsterdam. A golpe de pedal raudo se recorre, y partiendo de Central Station, adems es cuesta abajo. Me un a un grupo de cicloturistas noveles y con ellos me lanc a rodar la experiencia. Vean con ojos nuevos todo, veamos, pues tras hacer parada en una pastelera, un pub, un coffe, un markt, y no s cuantos sitios ms, nos aventuramos poliempachados a un museo de pintura. El museo Vang Gohg. Oh! Yo s quin hubiese disfrutado hoy aqu. Contigo, pues conmigo estabas, cubr las etapas del artista metindome dentro de los mismos lienzos. Y vvidamente sent tu presencia al integrarme en una pieza soberbia. Un paisaje de campos racheados con el Sol en espiral. A m alrededor flotaba tu olor, tu tacto me quedaba a mano de un verdiamarillo de girasoles. Bajo los pies una ola suave. Y el vaco, saciado de aire. Y ratos de tic sin tac. As fue el instante de sabroso. SHR de M

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Caminito de Neptuno, y ms all, va la sonda primaria que gener tanto recelo en Bestia. Pretenda que cambisemos de ubicacin otra vez, pero ni hablar; soy yo el que baja y el que padece los efectos y trastornos al regreso. Muy simple es la tecnologa humana y yo me quiero lo suficiente para maltratar mi cuerpo lo justito. En Titn no se est mal. No hay peligro. Que sigan mandando sondas con remitente, y quiz, encuentren gordianos cerca que les hagan pensarse el seguir lanzando al espacio mensajes abiertos y con remite. SHR de M

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03-47 No soy forofo del agua habiendo seco para pisar; ni beber, si puedo. Y jarrea. Llueve, llueve y llueve. Est anegado todo Bangladesh y ms que transitar la zona, lo que se deja es chapotear. Abatraciado mi paseo, hice receso en una loma que a fuerza de ser cota se prestaba isla. En el altillo reuna un nio con un bfalo, dos perros y una vieja centenaria en parihuela; insinuando componenda familiar de al menos dos miembros ms. La mujer agonizaba la edad. En el rato que estuve con ellos no pude sacarles nada coherente salvo el punto en el follaje que dio escape a los camilleros. Para recabar ms, fugu al mismo verde y al rato de bregar con cinagas y limos, fui a parar a un promontorio concurrido. Juntaba la gente de los contornos y algunos familiares de la anciana, que por parentesco prximo, llevaran los dos meses velando. Semanas que resultaron muy tensas al estar en juego el reparto de las tierras. Aunque anegadas stas, no existan ahora prisas y hasta parranda organizaron a nada de tocar el sitio un rayo de sol. Y despus, que abra el da, correr a sus casas para comprobar la solvencia y el estado. Y al poco, que ruga un rotor, buscar en el cielo un helicptero que trajese auxilio. Vituallas de emergencia cayeron de las nubes bien embaladas en cajones. Tiraban dnde pudiera cogerse y hubiese gente para pedir. Unos cuantos arrojaron en el otro rodal seco y a la anciana descrismaron sin pretender. Y muerta, por fin, tambin pagaba el convite. SHR de M

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04-47 Con dos cojones, s seor. Con dos cojones que dicen ellos. Si no lo veo, no lo creo. Uno, uno de ellos, minsculo, nfimo en la multitud, y encima con las manos ocupadas con la compra diaria, hizo frente a una columna de tanques sin despeinarse. Y ms! A los cabestros de acero cort el paso una y otra vez con el simple interponer de su cuerpecillo al discurrir de las orugas. Increble! Y no soltar siquiera las bolsas de plstico. Y hasta subirse al primer carro. 60 kilos contra 60.000. Contra 600.000. Y tampoco fue el nico en dar plante para cartel, rifirrafe se traen en la plaza y por hartitos muchos se manifiestan a la desesperada. Entienden que hay medios de comunicacin internacional presente y cuanta ms bulla levanten ms lejos llegar su protesta. Y no saben cunto. Lo que s saben es que son mosca en palma de gigante. Y se cerr la mano. Tabletearon las ametralladoras y se cerr la plaza a todo ojo; y lo que pase. SHR de M

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05-47 Brutal! Cosa as se debe vivir. Y contar a los nietos. Por distintas calles gentes enfervorizadas arrimaban a la Puerta de Brandeburgo, contentas, exultantes. Masas otrora temidas por cegar de odio, se concentraban alegres y pacficas pues por la tele dijeron que podan viajar sin miedo a cualquier parte. Incluso pasar al otro lado de cualquier muro que avergenze; segn preconiza hasta la misma Fsica Terica. El emptico result un mero estorbo. Se besaban. Y abrazaban. Y rean como ha mucho no les oa sinceros. Cantaban con orgullo la reunificacin inminente, y no siendo slo de Alemania, porque se celebraba hito europeo, all bailotearon hasta extranjeros; dos hermanos de Gasteiz al santo patrn de su pueblo elevaban la loa por serles del todo desconocido el acento germano. Y niquelado iba el canto. Ay, Zeledn! Ay, Zeledn!... Con ventanita y balcn. SHR de M

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06-47 Tardaba la abuela y la joven se impacientaba. Me dijo que puntual cual nima era la yaya, y pasada su hora, empez a temer no fuese a ser que le hubiese dado un soponcio en plena calle o en el parque. Pretestando ofrecerme un cigarro alarg el brazo, llam al bar dnde sola desayunar y echar la quiniela. Y estuvo, s. Pas como siempre a pagar y dejar al debe el boleto del da siguiente. S, manas de viejo. Confiando en que se hubiese enganchado a otro loro de su quinta, me tendi el vaso y enarbol un brindis de aperitivo; asegur que merecera la pena esperar por las cocochas con almejas. Aquiscente yo, hice que me rugiesen las tripas por si anticipo lograba del referido manjar. Y vuelta la mano al telfono y preguntar por ella en la lechera dnde siempre compra el pan. Y s, tambin estuvo. Mosca, la muchacha se asom a la terraza, y aunque no vio nada, s escuch a unos chicos que rean la cada de un vejestorio a la vuelta de la esquina: Vaya hostia la del fsil! Y corrimos. A la anciana ya le estaban atendiendo en un restaurante chino, que prximo, y amabilsimos, ofrecieron una silla y un vaso de agua. Sofocada, ni explicarse necesit ante nosotros porque al ver a la nieta, el descalabro qued en rasguo. Incluso blasfem muy ofendida al referirle el chivatazo de los muchachos. Y mareada que todava se declaraba, y nosotros con los estmagos abiertos -al menos yo- aprovechamos el paso de un camarero para agradecer y encargar men y medio. Y no se hizo ms mencin al trompazo hasta que vuelta a sentar la anciana en su silln de casa, por la tarde, rog le resesemos en concreto a los cabritos del soplo, pues ahora no, porque se saba descojonada, pero maana, o pasado, cuando debajo de su ventana paren a jugar, sin temblarle el pulso les va a echar un balde de leja. Ya sern caramelos. SHR de M

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07-47 La fbrica de tornillos suele ofertar trabajo estival a los hijos de la firma. Se van baqueteando con prensas y fresadoras, y aunque muchos no escapen a la telaraa de los tiempos, siempre habr alguno que quede torneado. Y que a nada, an joven, salga capataz. Por eso aconseja Jon al hijo que no acepte una bicoca que dice pasarle un amigote. Este otro es hijo de un arquitecto del pueblo, y cierto que siempre aparentaron grandes conexiones, y ms que ostentar algo que no tuviesen, eran las gentes de los alrededores quienes les asignaban un crculo de amistades ms que influyentes; presidentes y ex-presidentes; banqueros y altos popes de las finanzas; empresarios de la Cultura; dignatarios de todo encomio que apenas eran suposiciones al tener el rancho aerdromo propio. Un chollito en toda regla. Limpiar la piscina. Mil dlares al mes por mantener la alberca cristalina en verano, y otros tres mil al equinoccio de septiembre si en el pueblo no sacaban punta de quin visitaba la finca. Mucho dinero para un chaval Y hasta para un adulto! Hoy era el primer da, y aunque levant temprano, el padre al pie de la cama estaba para reconvenirle a desdear la oportunidad, que a la larga, plpito de progenitor tena de no ser nada bueno. Y entre que los madrugones todava no le han encallecido, y que se le supo reacunar, en la cama volvi a hacer nido el muchacho. Y yo qu hice? Me inform dnde le ofrecan semejante negocio, y siendo quien no era, me present. S. Y regalar, no regalaban nada porque a poco que llueva les queda alagunada la alberca. En un receso en la cruzada contra hojas y mosquitos, me dej caer por la cocina sabiendo que el fogn suelta la lengua macerada en vino, y siendo lo apropiado encontrar, con el sumiller y el jefe de cocina realic la cata. Degustaban y encajaban el plato del da con los abastos de la bodega. Y eso era de lo nico que estaban dispuestos a hablar al ser tambin ellos nuevos en la casa y estar sobreaviso contra preguntas inoportunas. Y que muy buen pagador ser el seor Bilderberg. Si slo fuese seor! SHR de M

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01-48 Hijos de obreros cualificados llevan vida desahogada al menos durante las vacaciones. Vuelve al agro la clase trabajadora buscando solaz, y sin compromiso con las races, puede darse la descendencia a disfrutar lo que no conocieron sus mayores. La buena vida que se pegan, y reconocen, ganan a fuerza de estudio. Que disfruten mientras dure, s. Hoy reuna un puado de ellos pues piensan cenar juntos al tiempo que ven por la tele, y festejan, la inauguracin de unos nuevos Juegos Olmpicos. Desde primera hora huronearon por la tahona y dems negocios. Vino, chorizo, morcilla y panceta. Y sardinas. Un jamn de seis cuerdas. Un par de quesos. Alcohol, refrescos y hielo a tutti plen. Y serpentinas y matasuegras. Y confetti. Y petardos. Y pelucas. Y cualquier chuminada que les hiciera gracia en la ebriedad. Y, por supuesto, un arreglo para paella porque entretanto no llegue la noche habra que alimentarse e ir haciendo ascuas. Y todo a escote, claro. Aunque he dicho, no son todos hijos de la capital. Qu va. Entre ellos tambin haba gente del pago, e incluso uno que enterraba ancestros en el cementerio local, aunque hijo de emigrantes y acento de ser el ms forneo de todos. ste, filmaba a los dems por llevar de vuelta a su pas las curiosidades aborgenes. Y todo le llamaba la atencin. Grab el da e incluso a m. Y regrabar, pedir que se repitiesen, si la chanza del instante era de inmortalizar. As pas cundo vol la flecha que encenda el pebetero olmpico, y extasiados, rompieron a aplaudir y a vitorear al cojo de los cojones que los tena tan bien puestos. Por el arquero! Por el arquero!! Fue eslogan que agarraron para apurar de un trago las copas. Y, Por el arquero!, les dej haciendo brindis a otro da. Que aprovechen y hagan excusa del arquero para celebrar el resto de vida, s. Que apuren, que apura. SHR de M

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02-48 Duendecillos parecan cinco nios entre los rboles. La madre estaba muy orgullosa del logro pese a irle media dioptra con los disfraces; gorros con borlas, orejas puntiagudas y su natural sonrisa traviesa. Muy trastos. Muy personajillos insidiosos. Varias semanas estuvo prometiendo el padre remarcar en rojo la excursin al parque, pero sesudo investigador, y a punto de gran culminacin, la madre excusa y consiente a los vstagos a cambio. Capaces parecen los hijos de volver loco a cualquiera. Con gran trabajo consigui meterlos en el coche y encinchar. Y mantenerlos a raya el viaje de regreso a casa. Ya al llegar, no hubo forma de contenerlos y bajaron casi en marcha para saltar sobre el padre que all aguardaba. Y abrazar. Y dar tanto cario que el hombre se puso a llorar. La esposa mand entonces a la tropa a la cama con una sola voz, y a solas, con el marido, le rog que dijese sin rodeos si lo haba conseguido. Y s, por la cara de desolacin que puso habra sido un rotundo xito. Haba clonado un embrin humano. Y a nadie poda ir con el revuelo metafsico consiguiente por no ser tema que cayese al olvido ni siquiera en la confesin. Y en el mundillo no se levanta la liebre temiendo a los sectores reaccionarios de la opinin pblica. Al cercenar de fondos. Y muy gordo lo cree para callarlo aun por contrato! La mujer no. Ella don los vulos y no tiene mayor apego que a un pelo cado. Eso s, por saber que pueden llegar a ser tan bichos como los que ya tiene nacidos, peor, tal que seran igualitos a ella, le rog al esposo que destruya el mismo lunes y que sean otros los que pongan en la picota a sus familias. Que cambie de lnea de estudio, o el martes mismo se vuelve con su madre. l ver. Y el hombre, deprimidsimo, al saberse en un dilema de mltiples vrtices. SHR de M

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03-48 Un laboratorio de publicidad es el cuarto de trabajo para unos nios grandes. Juegan a reinventar lo que les dan. Ponen empeo en hacer nuevo lo viejo y a veces parece el producto recin salido del horno; dispuesto a ser consumido tal novedad. Un chupete, la campaa electoral de un poltico o las patas de una silla; es lo mismo. Y gran reconocimiento se otorga a estos ingenieros de nuevo cuo, siempre y cuando, eso s, no se les conozca en persona. En la vertical, suelen dejar en duda a los rectos contratantes de sus servicios. Mismamente George Rodriges, socio fundador y encargado de la divisin de alimentacin, a la primera cita con el cliente suele acudir con traje y corbata aunque debajo de la camisa lleve smbolo crata y calzoncillos de ratones y ositos. Circunspecto estrecha siempre la mano un tanto ms que su interlocutor. As los gana, y a la segunda reunin, que ya no vende imagen propia, se presenta tal cual es en bermudas y chancletas. Y pasa a ser mister Gorgojo. Tocara presentacin al presente y con americana a medida aguardaba la visita. Rean los compaeros, pese a asalariados, lo muy en su papel que estaba y lo desafortunada de la eleccin en guardarropa. Y no vesta mal, pero coincidiendo el matiz de su atuendo con el conjunto floral y arbustivo de la recepcin, ms que jefe, lo que pareca era gnomo escapado de maceta. Burlas y bromas era toda la oficina hasta que el ascensor bram la inminente arribada, y apareci un hombre tan bajito como el jefe. Y barbudo. Y con una indumentaria! Juntos, por desgracia, supondran cuadro jocoso, y aunque alguno tosi y encofr sus risas metiendo la cabeza en el archivador, no dej de flotar la muda hilaridad. Rompi sta sin poder evitar al poco de encerrarse los hombres en el despacho, y por orse y entenderse desde dentro, al acto, con cara de negocio roto, abandonaba el visitante el cuarto de negociados. Ah volaban por unas carcajadas un buen monto de billetes. El desastre! Conscientes todos del quebranto, se les descompuso el rgano de la risa y quedaron de piedra. Y reaparecer en el quicio mister Gorgojo y querer los presentes hundirse en el piso. La haban hecho buena Buena la haban liado! Y dao irreparable sera, si en vez de mofarse de un actor contratado, se hubiesen cachondeado del empresario que aguardan y que encima es patizambo y tuerto. Y con muy mala leche. SHR de M
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04-48 Hutus y tutsis. Tutsis y hutus. Para quitar la careta ante Occidente, ocultos en un faralln rocoso, unos periodistas filmaban las salvajadas que en una aldea inmediata se estaban perpetrando. Haban visto rodar tantas cabezas, y amputar tal cantidad de extremidades, que ni asomaban por el visor de la cmara. Dejaban rodando el equipo las veinticuatro horas e iban y venan por los rollos en helicptero. Y aunque se demuestre el mtodo de trabajo ms seguro, por reducir costes en combustible y pelcula, de vez en cuando quedaban escondidos con las cmaras unos das. Y era ahorro, s. Aunque llevaban dos das, con este mo tres, que maldecan la hora en que dejaron irse el aparato vaco. En qu hora permitieron! Apenas elev su corpachn la liblula, entraron a machete limpio las tropas de un caudillo, del cual, hasta que no se positive el material, no estaran seguros de la filiacin tribal. La dudaban, y por entretener, al criterio expresado por cada uno pusieron en juego una cena. Una comilona a darse en el mejor restaurante de Bucavu; que les era cuartel general. Y asfixiante el escondrijo, y necesitar al menos expandir la apuesta, doblaron la bolsa del premio y se porfiaron una comilona para seis en el mejor fign que cada uno tenga entendido en el orbe; que me vi includo. Y en eso s coincidieron. Ambos me researon un restaurante poco conocido, memento guloso para ellos, que sito tiene en el espign de Ribadeo. Restaurante San Miguel. Yo, tras dudar, refer una tratora neoyorkina como mesa ideal para saldar el envite, aunque, desde luego, no comprometa mi criterio, no entraba, al reconocerme por m mismo bastante intil para discernir sutilezas raciales entre tales tribus a la distancia. Me eran iguales. Incluso cuando por sorpresa irrumpieron en el escondite y confiscaron el material, que hecho uno con la roca les pude observar bien, no logr discernir el bando. Y los periodistas, pese a prximos al ir a empellones, tampoco lograran concretar al gritarles a la cara, antes de ser degollados, el uno Tutsis hijos de perra y el otro Bastardos hutus. Puede que lo gritasen para informarme. Yo no supe la adscriccin exacta hasta que no consult con el emptico, y puede que nadie ms sepa al enterrar en una cuneta y no dejar huella salvo en m. SHR de M

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05-48 Para no dar alas a Bestia, por no orle timbre henchido, he ninguneado lo visto hasta la fecha en el campo de la Inteligencia Artificial. Poca distancia separa a bacos y autmatas, a mi lego entender, de lo que los humanos consideran potentes computadoras. Y eso que soy consciente de lo mucho que les est cambiando la vida, ms, bastante ms de lo que supuso la imprenta en sus tiempos, podra resultar la irrupcin del lenguaje binario. Pero no es cosa nueva, no. Bueno, tampoco me quiero salir del hilo, lo que me llam la atencin de la visita fue lo mucho que se meta un muchacho en el juego de su videoconsola. Raciales que son, les enganchan los juegos violentos, y artilleros todos ellos, sigilosos predadores, demostraba el mocoso lo bueno que es en el Total World Revenge. Un autntico Mster porque ni yo pude tumbarle la puntuacin aun conectando los controles al emptico. Infalible. Increible. Horas. Horas y horas de disciplinado entrenamiento dan sus resultados. Juega online desde la maana a la noche sin consideracin de colegios o excusas, su realidad, en absoluto virtual, era a sus ojos, y hasta a los mos, ms interesante. En el top ten figuraba Doc Fgu, en el mundo ordinario es simple hijo de divorciados con notas mediocres. Y no le mola, no. SHR de M

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06-48 Algo dej escrito que a Bestia molest. Aunque no admita, y niegue, yo le cazo al vuelo y no me la da. Est enfadado. Prueba considero el dejarme en camino escarpado de montaa. Cerca de Kabul. De cabeza a la misma Edad de Piedra me mand de regreso. Aunque no fuese cosa planetaria sino una vuelta a la caverna en lo local. No me llama nada el tema e intento no hacerlo eje, si puedo, pero hoy, obligado, unos desinformados, pues hasta analfabetos a su credo son, me obligan a sacar punta al encuentro. Lerdos, s, necios a todo ojo al decirse intrpretes infalibles de la Voluntad Divina. Eso de salida. Amos de las montaas y sus pasos, con derecho a exigir peaje, dictan, pues controlan armados la cota, quin pasa y quin no. Y lo que queda tal pellizco y mordida o como aditivo a la lumbre. Hasta la vestimenta tutelan. Y as ser la chamba en todos los puestos desde all a la frontera. El integrismo acantona en las cumbres y no es trifulca lo que busco, por ello, volv al risco de aterrizaje, y simplemente, simplemente!, goz del paisaje diluyndome entre nubes y cimas. SHR de M

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07-48 Poco hay a lo que entregarse al tener dos metros de nieve el pasto ms despejado. Y ser precisamente para estos das cortantes para los que trabajan duro el resto del ao. Beben y fuman mientras ceban la estufa. Y charlan. Y tema que les hace correr las horas es la clonacin de una oveja. Replicar, duplicar un ser vivo, no es slo corpus terico de la Ciencia o argumento literario. Desde hace unos meses, que abrieron los informativos televisados con la noticia, no deja de ser magro en calderetada de pastores. Al principio fueron todo parabienes pues entendan los establos ahtos de campeones, mas fermentada la nueva, extrapolan y presuponen que lo que se le haga a una vaca o a un caballo, puede hacerse a la larga con personas. Y mil vecinos iguales no hacen pueblo, hacen crcel. Aunque sea de sementales. Sin embargo, la mayora duda que se permita experimentar con humanos. ... Ja. Inocentes. Y no slo les turba su relacin con la copia. Al propio clon calculan metafsicas enrevesadas que den al traste con su pleno desarrollo. Reservorio ren ser, mientras cae la noche, y un quintilln de copos dispares, tinta los contornos homogneos. SHR de M

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01-49 Cuando estn en guerra la tensin se masca en el aire. Aunque entr en la poblacin arropado por el trino de las aves, los estragos de las calles referan el conflicto armado. Y el correr encorvado de los transentes para cambiar de acera, tambin. Hay francotiradores y no se puede reposar el paso so pena de querer quedar tendido en el suelo corriendo la sangre. Parapetados, las esquinas se saben seguras al no tener el piso chorreones rojos, y si hay, y desgraciadamente es ruta obligada, se encomiendan a la Providencia para que no tenga sobre ellos, puesto el ojo, tirador alguno. Las ambulancias tampoco se salvan, es la suya una contienda visceral en la cual no se buscan rehenes. Pulcra es la Muerte para barrer; o dejar tullidos. Al amparo del abrigo religioso y cultural, con la excusa de purgar de indeseables, trajinan a la ruandesa aunque se estn matando en la muy civilizada Europa. Demasiado cerca de los grandes del hemisferio, apenas a una hora en avin de Roma, se sigue a la grea por cuestiones raciales. Inconcebible. Del todo reprobable aunque busquen la consolidacin del continente; cosa ms que patente, al estar definiendo al tiempo su esencia la Unin Europea. Si no, no tiene explicacin que se consienta con los medios disuasorios que pregonan. SHR de M

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02-49 De quin menos esperara recib manojo de dinero. Indigente y toxicmano, jur haber encontrado en una papelera hechos cachitos, y siendo divisas, y las trazas que tiene, ni en el banco, dnde deben, le cambiaban. Me abord al pasar casualmente yo por la puerta y l andar aporrendola. Me pidi el favor, y viendo ley en su ruego, me hice cargo de la situacin. De mala gana accedi el cajero a la componenda, y por putearme, que me entenda conchabado con el pordiosero, me lo dio todo en moneda fraccionaria de euro mientras yo le entregu liviano papel; dlares. Y victoria que supondra saboreable, y que dej para el final, con el bolgrafo que mordisqueaba me devolvi con mucho asco un fragmento grande de veinte; que no quera cambiar al faltar un nmero de serie. Y sabamos cul era al venir repetidos. Faltaba el AD02874414 D D4; que con graceja se me ley despacito y en alto. Y con razn, s. Aunque para atravesado yo. Y con un pronto ingres la saca abriendo cuenta y augurando larga relaccin, y tras mudar de ventanilla, extraje el total del saldo en formato limpio billetaje. Hora y media enfangado en el absurdo asunto. Y mientras el mamn del yonki haciendo tambin rabias desde la calle. No ser desde luego el da bueno para el amigo banquero, pues detrs de m, que provoqu cola, ante el cristal blindado una mujer blandi un diccionario explicitando, que Obtuso, no era un insulto que ir a gimotear al interventor. SHR de M

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03-49 Nunca sabrn de nosotros los humanos. Eso me da ventaja para poder ponerlos a caldo sin temor a futuras risas que oiga en reproche por lo absurdo de mi propio mundo. Por ahora se conforman lanzando sondas y desplegando satlites que les acercan un tanto el espectrograma circundante; para continuo resquemor de Bestia. Aunque cunto ms lejos tienden ojo, ms oculto les queda lo prximo. Los guetos de extrarradio no figuran en los callejeros pero son sencillos de encontrar. Basta subirse a un taxi y pedrselo al conductor. Y aunque no se manejen datos oficiales, oficioso se sabe que aquello no cierra mientras delante de las infraviviendas avise una hoguera lo fresco del gnero. Agua, agua! baldeaban a baba los aguadores para anunciar mi presencia y justificar la papelina de la paga; que me intuyeron el tranco de vestir uniforme. Toda una corte, todo un ejrcito de subalternos exquisitos, respaldan los ciento cincuenta kilos del jefe del asentamiento. Bueno, uno de los ms gordos, y siendo orondo, su aguardentosa voz no necesita altavoz para escucharse. Es gitano, y pese a vivir entre basuras y cascotes, se le ve feliz al poder dar a los hijos todos los caprichos que l nunca tuvo; el ltimo grito en electrnica o una motocicleta de cuatro ruedas. O estudios. Pero los mamones, que re sincero, no quieren estudiar. Slo quieren estar con su ppa y hacer la vida que hacen. Y as quin les envereda! Nadie, porque algunos concejales son asiduos al lugar y tampoco hacen por parchear ni los baches del camino. SHR de M

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04-49 Cabalista y numerlogo, en las postrimeras del segundo milenio, John Closed vendi las acciones que tuviese, subast el domicilio de Nueva York, y con las ganancias obtenidas, se lanz a vivir un ao sabtico. O lo que el cuerpo aguante. No es un milenarista al uso del folletn apocalptico, lo suyo es un desprenderse de todo vnculo por estresado. De su anterior modus vivendi slo conservaba el coche, y al pasar por un concesionario, finiquit su vida pasada cambiando por una autocaravana. Y ah le conoc al cogerme haciendo dedo. Su plan para el ao es vago pero interesante. Lo primero era buscar la interestatal 66 que sale en las pelculas y darse un buen garbeo entre tugurios. Luego, empezar lo que considere aventura, al ser el siguiente objetivo la punta de la Patagonia. Tambin quiere cruzar el Atlntico, y frica de Ciudad del Cabo a Melilla. Y saltar a Almera que es inicio del camino de Mosc, y, s, Pekn a tiro. Y Bering. Y Alaska tendr que recibirle a finales de ao. El proyecto es apretado y apenas le auguro tiempo para otra cosa que no sea conducir y atender las necesidades del vehculo. Vale, y conocerse a s mismo. SHR de M

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05-49 Coger en marcha un avin no es gracioso. Aunque si el pasaje se encuentra celebrando, no es cuestin de agriarse el rostro, no. Se cambia el semblante y uno se une. Y as hice. La fiesta era de altos vuelos, selecto surcar lo nuestro pues entre panda de millonarios fletaron un Boing para que les lleve a la contra del uso horario. Embarcaron con idea de hacer Nochevieja todo el viaje y as entrar en la Historia, en los ecos de sociedad y anecdotarios, como los juerguistas ms chic, ms gays, de la humanidad. Y temerarios! Veinticuatro horas sin escala. Veinticuatro horas de jarana mientras bajo ellos corre la Tierra y florecen los fuegos artificiales. Se dira que el planeta celebra al unsono aunque tengan diferentes calendarios. Hasta los ordenadores se sospechaba que pudiesen llevar cmputo dispar, y a temer con ello, estaba que el pjaro que nos meca pudiese caer al suelo, nimiedad pueril, siendo la fecha tan redonda y sabindonos los nicos en los cielos. SHR de M

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06-49 En ruta. Circulaba el camin ligerito por ir comprometido de tiempo. Llevaba carga perecedera y el camionero, muy veterano, tena trucado el reloj y no marcaba los excesos. Hasta hace nada confes ser cabal con la Ley y con su cuerpo, y respetarse, pero desde que le embargase un banco la casa, y se le fugase la mujer, cambi de prisma su existencia y ahora hace con gusto lo que antes ni forzado. Un peligro. Rodando a toda pastilla suelta el volante si los aspavientos que le sugieren los contertulios de la radio lo justifica. bamos escuchando un debate radiofnico que pretenda ser divulgativo y all se aireaban los entresijos bioqumicos de la especie. El genoma humano haba sido puesto en papel, y para comprobar, en la primera estacin de servicio que encontramos hizo alto para adquirir la revista que auspiciaba la tertulia. Y el pster, un desplegable de varias hojas, para mi sorpresa fue a parar a la trasera relegando a la sempiterna chica. Y seguir solo, porque en aquella cabina sobraba y faltaba qumica. SHR de M

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07-49 Un ciego paseaba con su perro por el parque, y al llegar a sitio que tuviese conocido, solt del arns al animal para que trotase a modo; se alej un poquito, pero al acercarme yo acudi presto el can junto al amo para sentar. El hombre est orgulloso del bicho por serle los ojos o lo que haga falta. Y aunque vive lejos, siempre que puede se deja caer al resultarle muy grato el lugar pese a lo peligroso. Para que me hiciese una idea, me dijo ya frecuentarlo cuando siendo mozo, una chica, un tanto ms espabilada que l, le hiciese todo un hombre. Y no una profesional de las que ahora abundan. All mismo fue. Al pie del rbol que le hicieran adulto se ergua al corriente un mamotreto urbanstico que en lo alto acoge estructura panormica. Algo innecesario a su juicio en el parque, mas por referrsele alguna vez que en lo alto parpadea seal luminosa, tambin anhela que la muchacha de entonces vea desde lejos y congregue. Y si no, vena dispuesto el to a pagar; que se sabe mitting point. Y pedirme precio el guarro! SHR de M

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01-50 Lo ms cosmopolita de las ciudades suele ser su transporte subterrneo. No hay nacionalidad que en un par de das no cruce, o lengua se escuche. Y todo estrato social est representado siendo manifiestamente prctico. Con un rato de observar andenes y pasillos, olisquear los variados efluvios, uno elabora compendio rpido y fiable de cmo es en realidad la urbe. No se necesita salir al exterior para realizar sondeos significativos, le basta al ciego que vende los cupones escuchar el trote en las escaleras, para saber si va a tener el da negocio. No es que me haya dado por los ciegos, no, pero puesto a tener desgracia imagino horrendo ser invidente en sociedad audiovisual. Y as lo expres ante un quiosco que atienden al alimn un sordomudo y un paraltico en silla de ruedas. Y por ser chisme recurente lo suyo, para quedar en tablas los tres, reconocieron ms jodido cualquier pendejada que les impidiese atender el emporio. Enfermedad que sea, o desgraciado que venga, a convertir el da en ms puetero. SHR de M

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02-50 No dejo de hacer lo que me da la gana, as que decid hacer del da presente apndice del anterior, y en un centro sanitario, pretestando acercar un impedido, trinqu silla de ruedas y, pcaro, ech a rodar el da. Y pcaro no. Tonto, porque muy metido en el papel, desespera y al infarto lleva la impotencia de sortear un socavn, una escalera, una cuesta que ni el Everest, o un cabrn desaprensivo, cientos!, que aparcan de cualquier forma el coche en la va pblica. Y las mierdas y vomitonas en la acera. Y las cabinas y el paisaje urbano enfocado a la bipedestacin. Apunto de levantarme estaba cuando de la esquina sali un grupito de discapacitados que con dos monitoras pretendan visitar museo. Difcil que saba el embarque, me arrim a dos que al igual que yo sentaban. Tienen motor sus sillas, y ms pesadas, llegado el autobs, y expresada la ilusin de ir todos o ninguno, dispuesto me manifest a coger en brazos de ser menester. Ellos, contentos y esperanzados, adems de confiar en la pronta presencia de la polica con la gra oportuna, se instaban unos a otros, para mediando los superpoderes que se atribuyen, solventar el desaguisado del desaprensivo. Entre Jokins y Gran Maestro Obigan he redo a resear. Y presente el transporte, y sin solucin policial, abus un tanto de las prestaciones del emptico, y a topetazos, llev el vehculo que estorbaba hasta una esquina que hace barranco. Y precipitar. Y al instante ser bautizado Despeeitor. SHR de M

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03-50 Sali a comprar tabaco y al cabo de los aos volva a casa. Rememorando el intern, me asegur que le cambi la vida el que su equipo hiciese doblete al ganar liga y copa. S, as de sencillo. En el bar, a rebosar, empez a torcrsele el sino al estar agotada la mquina expendedora de tabaco y recomendrsele otro local, a mano de la esquina, que conoca pero no frecuentaba al ser trinchera de la hinchada rival. Y no, antes que abjurar de sus colores, cogi las llaves del coche para acercarse a un Seven Eleven. Y all compr el puetero vicio, y a punto estaba de encender, cuando unos encapuchados irrumpieron en el coche blandiendo recortada y le obligaban a pisar el acelerador. De all escaparon quemando ruedas y repartiendo plomo. Y condujo sin atreverse a plantar siquiera los ojos en el retrovisor; ni esbozar pregunta. Tom autopista alante y cundo se le dijo agarr desviacin. Toda la noche temiendo, y deseando, que llegase la maana por si decidan cambiar de coche. E hicieron, aunque tambin en el nuevo vehculo se le hacan conductor. Dijeron que pilotaba de puta madre, y con las mismas, la idea que tuviesen hacer con l, igual podran hacer all mismo como un poquitn ms adelante, y temiendo el retintn de la sentencia, se hizo su conducir ms relajado, y en cuanto descuidaron, puso a prueba su suerte saltando en marcha por un terrapln que acababa en el mar, acantilado, al ordenarle que parase y or el taimado montar de la escopeta. sa era la primera parte de la historia. La segunda, menos truculenta, reenganchaba con l en un hospital de otro pas queriendo demostrar su identidad. Largos aos estuvo consignado como mendigo desconocido al varar en la playa desnudo y medio muerto. Y desmemoriado al despertar. De ese parntesis le sac, bendito, un enfermero sin escrpulos que a la cara le ech una bocanada de humo. Y record. Y que todo era verdad, supuse, pues tras tocar el timbre de su casa, y antes incluso de abrazar a la mujer, arranc el carilln con la sinfona futbolera y lo pisote a conciencia hasta hacer cachitos. Y jurar que slo se mover en adelante en bicicleta, seguro, porque a los hijos entre lgrimas y abrazos prometi. Ah, y nada nada! de tabaco. SHR de M

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04-50 La industrializacin est despojando el campo de burros. El tractor, la mula mecnica, motillos de escasa cilindrada que acercan al labriego a cualquier parte, acabarn arrinconando al animal. Romnticos del rebuzno habilitaron una dehesilla acotarrada como reserva de la especie. Llama el complejo El onagro bailn y en l rebuznan al momento treinta y dos ejemplares. Treinta donados y dos nacidos all mismo que registraron Orejones y Dientazos. Este ltimo rpido se gan apodo, y azote, y demonio, le motejaron Karroto. C roto el bicho esta vez? A quin y c roto de una coz? Karroto era silvestre de verdad. Indomable hasta llegar casualmente Amn al lugar. Desde la playa vena siguiendo yo al hombre por desembarcar de una patera y echar a correr del grito del auxilio prximo. A media tarde encontr las cuadras y no pudo el joven por menos que tomar agua y grano del mismo dornajo de las bestias. Y fue descubierto porque una vez reconfortado, y entre cabaa conocida, entabl, raro, franca amistad con Karroto. Ajeno a que haba sido descubierto juguete con la fiera ante los asombrados presentes, incluida una patrulla de la polica que asista al socorro del desembarque, y que se congratul antes de proseguir marcha de lo bueno que era el nuevo para amansar luciferes. Y decir que s, que gran adquisicin. SHR de M

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05-50 Susto ms grande no me haba llevado hasta la fecha. Horripilante es despertar sintiendo en la cara el ftido aliento de una rata tal conejo. Grande y bigotuda. Y dentona de soar. Y con ojos cariosos. De encima me la quit un joven muy currado, viejo en las tinieblas, que vena persiguindola desde haca tiempo por pugnarle los desechos de la cloaca. Cerca est la zona de hoteles y uno no puede hacerse idea de lo que tiran por los desages; desde joyas a comida. De su mano recorr el inframundo urbano. Vive abajo al asquearle la superficie; los que la moran. Sus inconvenientes tiene vivir en las alcantarillas y reconoce, pero en contraprestacin, tambin encuentra ventajas y gozos nicos. S, s, gozo desde luego se entiende el atisbar desde un sumidero el jardn. Y quizs oler las flores lleve al xtasis! Dnde quedar el vergel que fue el planeta. Para qu la Evolucin? Ms seoras son al da las cucarachas, desde luego. SHR de M

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06-50 Creo que la edad ms gozosa para los hombres es la efmera frontera que liga la juventud a la etapa adulta. Con dinero, sanos, y sin cargos de conciencia, suelen darse a disfrutar con el exceso extravagante. Y yo hara en sus condiciones. Hoy aqu y maana all. Y puede que al otro, o pasado, estn en otra parte y a otro tema. Tienen el mundo en sus manos y lo saben. Y borrachos de poder y alcohol, si les da por cantar a deshoras no se puede hacer otra cosa que aguantarse, o, que es lo que pas, que se asomen dos mastodontes siameses a un alfeizar y hagan amenaza de llevarnos con ellos maana al tajo y encofrar en los cimientos de la obra de no callar ipso facto. Y enmudecer, pues pese a ser de doble hoja, no caban los hermanos en la misma ventana. En silencio siguieron calle abajo los mios, y ya a lo lejos, eructaron gordo y alto, quizs, desafiando por estar llegando a su casa; que heredaron de los padres. Y seguir haciendo inquina vecinal hasta casi amanecer con el equipo hi-fi. Rendidos, se durmieron sonriendo sin ser conscientes de la que cerna. Los hermanos encofradores, y algn otro vecino, tapiaron los ventanales. Y la chimenea. Y la puerta la ataron y soldaron al cerco. Y cortar el telfono y la electricidad. Y el agua. Y confiar en que traigan los mviles agotados, y que los gatos encerrados con ellos les hagan pensar en lo arisco del convivir. Raza de chistosos. Y que se conocen desde chicos y no reconocen lmites. SHR de M

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07-50 Droga. Lo que mata y cura. La Bicha. Diosa a la que se entregan desde antao, al momento tiene tal mercado y dinamismo que no le faltan adeptos fieles. Ni le han de faltar pues lo mismo seduce a gentes de buen predicamento como a indocumentados que manifiestan inquebrantable su devocin. Para todo garganchn troquelan pirulas unos estudiantes de postgrado que al uso hicieron la beca. Empezaron pretestando comprar un microscopio, y llenar la nevera, y al cabo de poco, especialistas en disear mundos de colores, se hicieron clientela fiel hasta que alguien se fue de la lengua y les dio un buen susto la burocracia. Escaldados, pusieron en regla los papeles y ahora regentan pequea empresa farmacolgica a la cual es necesario girar por banco para que te manden muestra del producto y protocolo. Y todo puede que sea muy bonito y legal, al futuro, pues al momento, trajinan en cubetas y baeras sin ninguna asepsia. Y rer, que manejan, que as tambin empez otro fulano, en un garaje, y ahora se le dice el amo del planeta. S, pero no en el campo de la pharmacopea. Que se cuiden de significarse en un negocio tan antiguo. SHR de M

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01-51 Al padre, que conduca, de chico tambin le llevaron a pasar el da al pantano y nunca quej. Lo esperaba con ansiedad pues por aqul entonces, refunfua, no haba lo que hay hoy. No es que tampoco acostumbren la acampada, no, pero al automvil le haca falta un retoque y as justificaba el paseo familiar. Y ms que coche era furgoneta. Ocho bamos en la DKV aunque slo vociferase el conductor. El patriarca farfullaba malhijo a un joven con edad casi de entrar en quintas; torpe; holgazn le cantaba; mal estudiante, zote, que al resto de la progenie volva a anclar en verano a la ciudad. Excusa, s. Si el merendero estaba ocupado, tambin era fechora del chico. Y si se perdan en los pinares, cosa que ni dudar no yendo al tanto de los hitos. Ya a pie de pinada tuvo el padre un cambio de talante al venirle a la memoria lo mucho que haba disfrutado l por all. Lejos siquiera entonces de descuidar del hijo, por sacrselo de la boca, a mano de acercarle las herramientas orden que quedase para escuchar las batallitas y aprender algo de mecnica. Un castigo para la familia la jornada campestre. Ni lea haba, obvia la culpa. Y de tronzar unos arbolitos y con cuatro palos de una cerca, avivaron ascuas como para levantar la barbacoa. Y dejarla medio cruda; o pasada. Despus de comer s ces la matraca del padre al ser practicante de siesta ortodoxa y rendirla de cuatro a cinco y media. Imperativa, nadie se enter que el primognito, harto, coga el vehculo y escapaba. Ni qu decir tiene cmo se puso el energmeno al despertar. Y sin carnet de conducir el otro! A lo poco muerto, o la furgoneta despanzurrada, se los haca antes de dos curvas. Mas no fue as y muy bien pudo llegar el joven a un cuartel forestal, en el primer pueblo, y denunciar el atentado ecolgico flagrante; el cambio de aceite y dems. Y volver en el mismo todoterreno de los guardias y de all a tutela de menores. Y rer, y hacerle cortes de manga al padre, e instar a los hermanos pequeos a la rebelin. Y no, no hay historias simples. SHR de M

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02-51 Muchas ms veces de las que admito tengo trato con mangantes. A mi entender hay un escalafn muy claro, y en uno de los ms bajos, por necesitar del cuerpo a cuerpo, sola meter a los carteristas hasta que conoc artista del quebranto en un autobs. En plenitud de facultades se demuestra Mara Dolores. Ni yo mismo saba lo que llevaba en mis bolsillos y ella se encarg de poner en revista. Trabaja sola, aunque por asesorar a una sobrina hace las veces de coartada y no interviene en el ballet del 20. Coregrafa de la nia, disfruta con la limpieza, y temera por un segundo que fuese yo pblico indeseado, y abortando la cuestin, ech pa adelante, y, dndome un sonorsimo bofetn, me llam desgraciado, sobn y un montn de cosas ms que concitaron murmullo ofendido entre el pasaje. Y ella y la pupila bajar sin siquiera tocar el timbre. En la siguiente parada tambin baj yo y remont calle hasta encontrarlas. Con un helado en la mano ejerca Dolores su tutora y correga el campo que dej a la vista la otra. A capucha echada entr entonces en distancia, y sentado a su vera, me desemboz Arsenio Luppin. La cra se qued con el susto y no comprendi la gracia, Lola s. Y por resalado, y ojo avizor, a un cucurucho de chocolate me invit a condicin de decir cmo le caz a la muchacha al mero esbozar. Perfeccionista, aunque riese, estaba dolida y ms dispuesta que nunca a retirarse. O as lo quiero creer. SHR de M

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03-51 Entre turista y viajero hay un paso cuantitativo y cualitativo evidente, mas puestos a ser audaces, ni el kilometraje es referencia al poder encontrar selva en cualquier municipio. Yo tengo claro lo que soy, pero no puedo negar osada y audacia a dos viejecitos que despus de cincuenta aos deciden visitar la almendra de la ciudad. Y la encuentran tan cambiada que no la reconocen. Son los mismos edificios haciendo calle, y fuentes y estatuas. Y paseos arbolados. Sobra a su gusto los neones y tanto coche. Y el ruido, s. Toda polucin aunque el ruido lo catalogan de lo peor junto con la gentuza que pulula a deshoras. Y desde luego, si no es obligados, es la ltima vez que visitan la capital y el pas. Prefieren, y de largo, el decimosptimo piso en el que tiene sito su estudio en la tranquila Benidorm. Tres pares de ventanas, y a la vista el mar, se les hace paraso que anhelar. SHR de M

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04-51 Hoy conoc lo que en el argot especulativo se denomina refuerzo desmoralizante, u, asustaviejas. Y viene a consistir en meter a vivir en una comunidad estndar un miembro atpico. Una familia en este caso. Unas cuantas. El trabajo a realizar es especializado al no tener todo el mundo higadillos para forzar ciertas situaciones. Vuelven irrespirable el ambiente vecinal para que marchen los vecinos y de una vez por todas se pueda demoler el barrio y reedificar. Mientras, se sigue degradando y apuntalando a lo ruinoso; que a la larga tambin es ahorro. S, es tiempo de apisonadoras. El boom inmobiliario febril pretende urbanizar cunto antes. Primados al efecto, se vuelven campo de batalla urbano antiguas zonas residenciales humildes. Y el prximo paso, el expropio forzoso de tener que ir a malas por lo legal. SHR de M

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05-51 Lo bueno de un ao tan seco es que apenas hay mosquitos. Ni moscas zumban en las proximidades del jazmn. Abejas s. Por ello arriman al sitio pero no tocan. En tal entorno echa das y noches un matrimonio de jubilados con los hijos y los nietos pimpollos. Y un bisnieto, juguete de todos, que en el cochecito duerme con cualquier programa de televisin al que le enchufen. Or y dormitar. Aprovechan esto sin recato los otros miembros de la tribu y en cuadrilla salen a bailar haciendo un mnimo gasto al verano. Y contentos los abueletes saliendo juntos los vstagos. Les parece bien y requetebien que compadreen intergeneracionalmente, aunque les gustara, y camuflan los suspiros, que se les diese oportunidad tambin a ellos para darse un alegrn. Y como responsable no me puedo hacer, y la terracita la tenan bien abastecida, y hasta piscina, tom poltrona entre ellos para comentar las jugarretas de los hijos. Y los colores de unos muecos de la tele que tenan al criajo embobado. SHR de M

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06-51 Parecen empezar de veras a preocuparse por la contaminacin. Aldea global, vertedero comn, vislumbra la juventud la heredad que les va a quedar y manifiestan enojados. Dnde renan quienes tengan voz a escala planetaria, all protestan enrgicamente para que se les tenga en consideracin y presten odo a sus reclamaciones. Basta Nunca Maix! Que nos dejen respirar, por favor. La catstrofe ecolgica no es amenaza nueva porque desde hace mucho ya se est en que andan matando al planeta. Lo que resulta novedad es que comprendan que se estn asesinando a s mismos a la vez; la Tierra es muy capaz de seguir girando sin ellos y esperar a alumbrar nuevos retoos. Aunque no lo ver yo al tener mucho observado y haber aprendido a mirar para otra parte. Ja. Pa cuatro das que me quedan aqu, por m tal si talan finalmente toda la Amazonia y la alicatan despus con garbancillo fino. Ya vendrn nuevos seores. Y quin observe; que el abajo firmante va para caduco. SHR de M

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07-51 Son amigos de organizar eventos multitudinarios con los ms variopintos argumentos. Recaudar fondos para los centros que estudian pandemias, llevar paredes y techo a una escuela al aire libre de los Andes, o simplemente acercar a la primera plana de los peridicos las injusticias que se cometan en cualquier desptico pas remoto que no quede a mano de cartero. Son de alma gregaria y algunos incluso de buen corazn. As enhebr convoy que surc las arenas del desierto para llevar al pueblo saharaui algo de esperanza. Se transport en los remolques un generador autnomo diesel y recambios para diez aos. Material hospitalario y tres cocinas solares de factura artesanal. Y libros, muchos libros, porque si el desierto y las polticas olvidadizas enchiqueran, no es menos cierto que la letra impresa abre puertas y faculta el viajar sin moverse. Gracias a eso se empap la chiquillera de mar al empezar a leerles la seo Candi la obra de Melville. Y en derredor de la mujer no slo sentaron chicos y chicas, y expedicionarios, adultos y abueletes a oreja dilatada escucharon el batir de las olas contra el casco. Y el grito del viga en la cofa. Por all resopla! Sin duda muy bien va a venir la carga que trajeron y la resonancia del viaje que tambin hagan los otros al regreso a sus casas. Ahora, si tuviese que resear algo del da, me quedara con el pego de ocano que da el desierto. A pronto vistazo toda duna ptrea es giba de leviatn en la hammada. SHR de M

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01-52 Ningn sitio mejor que lo alto del Empair State Building para echar un vistazo a Nueva York y a la humanidad que representan sus ciudadanos. A rascar de nube parece un hormiguero la calle. En ello coinciden muchos e intentan a escupitajo hacerse notar Ser fijacin lo de calcular a lapo?! Desde arriba tiran por imaginar el viaje y a dnde ir a parar, y an sabiendo, y no s el azar, a m mismo me acertaron en un hombro con el consiguiente asco y cabreo. Y por quejar, y hacerme rondo la gente, a un matrimonio se le quit toda gana de subir al momento con los hijos, decidiendo irse, mejor, a desayunar en otro edificio que tambin era alto e imaginaban buenas vistas. En lo alto del Wall Trade Center supusieron cafetera dnde entrarle a la celebracin de sus bodas de plata. Hoy, 11 de septiembre, cumplan veinticinco aos desde que les echasen el Hasta que la Muerte os separe. Y ni esa seora ser capaz de distanciarles. SHR de M

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02-52 De cien aos a esta parte hemos intensificado las visitas. Y al corriente, casi se puede decir que bajo un da s y otro tambin. Imagino que el inters de la misin no son materiales geolgicos. Orgnico debe ser el compuesto que buscamos. O ente biolgico ya formado. Los Hombres en s podran ser, con la carga gentica que gastan, y bien adiestrados, supondran escuadra de choque que habra de temerse en todo universo puesto a prueba. Hasta los pacficos son un peligro. Por ah s entiendo inters, si, y repito si, si no fuese porque los humanos mismos saben que tienen algunos puntos flacos pendientes. El gen de la apolipoprotena E, sin ir ms lejos, les es practicamente un misterio. Del mdico volva una chica muy cabizbaja al haberse hecho anlisis y decirle que, ms que posible, seguro, que acabase tal su abuela y padre, a los cuales, llevaba toda la vida cuidando y de ah el licenciarse sufrida entendida. Sabe lo duro de llevar la enfermedad. Y ms que para el enfermo, que a fin de cuentas puede viajar por el tiempo feliz, para la familia puede ser una carga de mal arrastre que lleve a la ruina. Y para no hacerse futuras llagas y escaras que curar, abri la espita del gas y muy dulce fue el soar de todos. Demasiado. SHR de M

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03-52 La expectativa de vida sube y ahora llegan a viejos muchos que antes hubiesen quedado en el camino. Las enfermedades fsicas se curan y a otra cosa mariposa, mas para los achaques de cabeza no llevan ritmo parejo de avances y es continuo el chorreo de ingresos. Al tiempo nos abrieron cartilla a tres. Junto a m recalaba en el sanatorio un corredor de seguros que grip con el mercado burstil y un jeta que presto acept la demencia para librarse de castigo mayor que le impusiera un juez; la felona, tender un circuito cerrado de vigilancia para grabar al decano y a otros altos cargos de la universidad en sus despachos, y descubierto el espionaje, intentar hacer desaparecer las pruebas quemando todo el edificio al grito de Viva la idiocia!. Sin siquiera mirar saba quin era. Y l quin era yo pues perfectamente me recordaba. En la primera intimidad que nos dejaron me salud muy efusivo y me cont con su graceja lo urdido entretanto no vernos. Y preguntarme por mis haberes. Y por decir algo, que rondo le hicieron de lder natural los socios del psiquitrico, por decir, afirm andar criando un hbrido de avispa y piojo para soltar en parvularios. Y reconocerme con cerrada ovacin lo audaz del proyecto. SHR de M

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04-52 Viene en nada el informe final y creo que Bestia pretende limar asperezas. A elegir me daba hoy el ver en lo que estaba quedando la tundra siberiana o, si no me placa el disgusto, propona sentar a la mesa del casino de Montecarlo. Y con fichas en los bolsillos. ?? Ja. Sonso de m, apenas he gastado un guil para hacer vida en la Tierra, austero fui al desconocer que a fondo perdido estaba la cuenta. De no de qu! Ya me extraaba que Bestia claudicase e informaba para herir. Pero en fin Hagan juego, seores! Hagamos!! Corriendo de gaote la experiencia quise hacer las cosas bien, y antes de sucumbir al Azar, me inscrib en el hotel que me dijeron mejor; el del propio casino. E hice venir a un sastre. Y tambin al sumiller para dictarle la lista de caldos que quera me acompaasen durante mi estancia. Y limusina a la puerta aunque sea para no moverla. No s si ser capaz de gastar el monto del ao en el par de das que me quedan, pero por joder, qu soy orgnico!, empec a hacer vida de ricachn. Me convert en el husped ms querido. Preparando el asalto nocturno ped un cocktail fino en el jakuzzi. Vino entonces un muchacho a traerme el surtido de langosta y angulas. Y gambas rojas. Y por delatarle las aletas de la nariz al joven que mal trago le era el servirme el pescado, alrgico al mero roce, por entregado, le di de propina un taken de oro para l solito! Y listo que es, me rog, si no me pareca insolencia, que reintegrase el bolo en mi cuenta y se lo jugase en el tapete al estarle prohibido pisar la moqueta sin uniforme. Me cal nuevo rico y al aire entenda la oportunidad. Y hasta me aconsej. Hermana tiene que es lumbrera con los nmeros y le alecciona a no jugar. Pero de poder, si por l hacen, insiste en apostar por ahora al seis y veintisiete en la ruleta; que son los reincidentes; querencias que tiene estudiadas a fuerza de echar horas. Yo tambin tengo mi sistema. Simple, durante 36 partidas consecutivas apuesto sobre el mismo nmero buscando que salte la banca o rabie Bestia el despilfarro. Un orgasmo vivir a este ritmo, s. SHR de M

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05-52 No es el hotel ms lujoso de la ciudad, pero enclavado en el meollo del buen yantar que es el tapeo, y s, cog habitacin en el Reina Victoria. La suite nupcial. La cpula. La ms cara que tienen, s, y la ms rechula para asomarse al barrio de las Letras. Frente con frente, en una azotea, un escribano de medio pelo, que se suea poeta, apuraba el ltimo trago de noche antes de irse a dormir. Yo ficho temprano y l trasnocha, as que consegu invitacin aunque con la condicin de no excederme; ni siquiera me tuvo que entender real al saltar yo de balcn a balcn. Mientras amaneca, y que l y su gata roncaban, entretuve el levantar de los cierres leyendo algo suelto de su obra. Cuentos, teatro, nanas infantiles. Poemas. Incluso un tratado de lo absurdo. Y una novela policiaca que me enganch al punto de no sentir el telfono bramando y la caricia del sol directo. Al rato, entre bostezos, descolgaba el auricular el juntaletras y le daban noticia que qued plido. Encendi el televisor, y sin reparar en m, ni en la gata que se ola algo y le buscaba la mano, sent a contemplar las imgenes que emitan en directo por la tele. A escasos metros de la casa de su hermana haba estallado una bomba en un tren de cercanas. Un atentado terrorista, orquestacin macabra, al haber dispuesto varios artefactos en la red ferroviaria. Por toda la ciudad. Mudo y absorto estuvo hasta no reprimirle el pecho un Quin! que son a maldicin. Y llorar cmo nio. Y no es tipo sensiblero; pues vive ficciones truculentas. Y tal que l queda la ciudad compungida tras da de eclipse. Madrid llora. Quin?!!! SHR de M

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06-52

Creo que todo el pas le ech ripio al locutor de televisin que retransmita las campanadas de Ao Nuevo. Se rumoreaba que se hara, y siendo obligado empezar el ao con buen pie, cuando apenas terminaron los campanazos, pronunci el consabido Feliz 2.005", y todo el saln del hotel, al tiempo, profiri el acordado Por el culo te la hinco!. Recin reincorporado yo, tard, mediando abrazos y matasuegras, en enterarme de la ocurrencia, pero puesto en antecedentes, y que era continuo el congratularse de unos con otros, pens si en el fondo en vez de chanza, fuese una declaracin de intenciones en toda regla. Y algn malintencionado habr que dijese con propsito meramente sexual, pero la mayora, sinceros, pensaban entrar a saco con el Ao Nuevo. Se prometen nueva vida. Deben desear ser tal cual se crean que son, o puedan llegar a ser, y en el subterfugio, elptico, ste es el ao que proclaman refinitivo para sus aspiraciones. O se tiran a la mala vida. Y eso que, el querer clavarla por la espalda, no es algo que est bien visto. Y menos airearlo en pblico. SHR de M

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07-52 Son inocentones, s. Tambin tienen su veta de tontorrones si piensan que se puede disponer de la energa sin control. Aunque en teora s. Podran ser al da energticamente autosuficiente si exprimiesen sus cerebros y gastasen otras fuentes alternativas. Pero para disuadir al comn de ellos, los precios son tan disparatados que pocos pueden permitirse la inversin; una clula vale lo que todo el ojo. Y por si acaso, poca invento o patente escapa al escrutar de corporaciones y gobiernos. No, no es posible la autarqua energtica al momento. Filsofo y economista, e historiador a ratos perdidos, un erudito de los libros tuvo a bien hacerme paralelismo con la poca dorada de la piratera. El desgobierno, la amoralidad que trajeron a la humanidad el que no se pudiesen grabar con aranceles vientos ni corrientes. Es verdad, el Hombre entonces fue dueo de su albedro e hizo y fue dnde le plugo. Ley suprema fue el capricho. No es que no se crea posible, slo que no interesa. SHR de M

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01-53 Justo antes de saltar, me comunic Bestia que tocaba retranquear nuevamente la posicin, porque con direccin Titn, han mandado una sonda los humanos. Me informaba que al regreso en vez de encontrarle en la luna de Saturno, le hallara en un planeta del circuito perisolar. Y me negu. Me niego. Si hace, bloqueo el emptico para que no agarre rayo tractor alguno, lanzo baliza de socorro, y me quedo. Hago saltar las alarmas y esperamos a que venga alguien con voz para asignar responsabilidades. Y sabe que lo hago. Ni por un da, ni por medio, ni por cuarto. No, no estoy dispuesto a soportar ms este zarandeo arbitrario. SHR de M

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02-53 (24:1/4) Tradicin de la flota interuniversos, el da previo a zarpar tenemos licencia para elegir el modo de disfrute de nuestras ltimas horas en puerto o destino. Ni a la guerra se va o viene sin festejar. Y son slo seis mseras horas las que faltan para hacer el ao exacto. Para la ocasin fui echando el ojo en el trasunto del trabajo. Ciudad o campo. Monte o playa. Verano o invierno. Solo o acompaado. Muchos lugares me gustaron como para volver. Y muchos tiempos. Pero obligado a concretar, e intrpido explorador que a fin de cuentas creo haber resultado, he solicitado se me dejase en una despoblada islita paradisiaca de las que anhelan los mismos humanos en sueos. Y saben lo que quieren. La ma est sacada de un catlogo onrico del Pacfico. Palmeras, cocos y arena. Y un cao de agua dulce. Una playa inmensa y solitaria, un instante mgico que me graba colofn del viaje en la memoria al retroceder a mi paso, literal, el mar lo menos doscientos metros; o ms; dirase que rindindome pleitesa o no queriendo molestar. Y slo estar yo para admirar el fenmeno. Mientras dicto estas letras al emptico, me relajo con el ortodoxo tomar desnudito el sol y ver crecer las olas; hasta que Bestia me mande enlace. Y por cierto, vaya montaa salada que viene de lo negro del oca Nooooooooooooooooooo1ooooo1ooo10101101101100011001

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FIN

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Si despus de leer el libro quieres comprar un ejemplar en papel escrbenos una carta Y convincente! Pues no vendemos a cualquiera, ni el autor se presta a dedicar personalmente a inapropiados. Por libro plantamos rbol. Nos gusta controlar nuestra relacin con Pachamama.

a.j.aberats@hotmail.es industriaselraton@hotmail.com

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