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Baez, Luis - Miami, Donde El Tiempo Se Detuvo

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Miami, donde el tiempo se detuvo Revelaciones de Luis Ortega

Autor: Luis Bez

Gua . Advertencia . Observaciones . Dos Luises . Temprano enfrentamiento. . Naci mal. . Bomba de tiempo. . No, es tramposo. . Profetas de la violencia. . Los mismos tipos. . No lo dejan vivir tranquilo. . Falta de carcter. . Relaciones respetuosas. . Una nueva poca. . Algo de bondad. . Abrazo generoso. . As es la historia. . Polvo enamorado. . Posdata

A Ren Rodrguez Cruz Que hizo de la Fidel...idad el sentido de su vida

Agradecimientos

Quiero dejar constancia de mi gratitud a Rosa Miriam Elizarde, Rogelio Polanco, Aurelio Alonso, Pedro Garca, Mario Mainad, Lzaro Mujica, Gustavo Robreo, Luis Bez Delgado, Max Lesnick y Reynaldo Taladrid por las sugerencias aportadas al mejoramiento de esta obra.

Advertencia Hay entrevistas difciles, sumamente difciles e imposibles. Esta es un hbrido entre las dos ltimas clasificaciones. Entrevistar a alguien catedrtico en estas lides, de temperamento irascible y sin pelos en la lengua, no slo era un desafo, sino adems un reto. Si se conoce que se fue de Cuba hace 40 aos y, sin embargo, jams ha pertenecido a ninguna de las organizaciones que pululan en Miami, se tendr un atisbo de este personaje. Luis Ortega Sierra es uno de los grandes periodistas que ha dado Cuba. Desde que se inici en este oficio no ha dejado de escribir. Es un hombre muy polmico. Expone sus opiniones por encima de todas las consideraciones. Escritor, periodista, profesor tiene una amplia produccin literaria dispersa en peridicos y revistas. Es uno de los ms profundo y brillantes escritores cubanos. Su espritu crtico lo sita a considerable distancia de los que observan el proceso cubano con una tendencia demasiado simplista al sectarismo. Si fuera necesario ubicar a Ortega en alguna generacin literaria cubana tendramos que inscribirlo, de algn modo a la que por los
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aos 40 marc la tendencia a reaccionar contra el retoricismo y la frivolidad de las generaciones literarias anteriores. Hasta la dcada de los 50 su seccin "Pasqun" que se publicaba en el vespertino diario Prensa Libre era una de las ms ledas del pas. Poco tiempo despus del golpe militar del 10 de marzo de 1952, dej de redactarla. Permaneci exiliado hasta el triunfo revolucionario. Residi pocos meses en el pas y se volvi a marchar. No volvi hasta 1994. Estuvo 35 aos sin pisar la tierra que lo vio nacer. Despus sigui viniendo. Aprovech cada una de sus visitas para conversar de diferentes tpicos. No fue fcil. A veces, despus de concertar cita previa, interpretaba que no tena ganas de hablar: No empieces a joder Luis, me deca. Otras, con cara de pocos amigos, se limitaba a darme como respuesta un artculo suyo sobre el tema en cuestin y me lo lea integro, como diciendo sin decir: Pregunta otra cosa viejo que ya yo habl de esto. No obstante, cuando se lo propona, era una de las personas ms tratables del mundo. As es y as, llenos de estas sorpresas, fueron nuestros encuentros. Slo en una ocasin a lo largo de todos estos aos de lo vi triste: cuando me habl de su esposa Olga, ya fallecida. En uno de esos viajes mantuvo una larga y amplia charla con el presidente Fidel Castro, con quien tiene una vieja amistad. Recog sus impresiones de ese encuentro. En junio del 2000 cumpli sus 84 aos en La Habana. Deleit un cake exquisito, brind con refresco y convers hasta bien entrada la madrugada con amigos comunes. Se vea feliz.

Observaciones En los ltimos tiempos se ha puesto de moda utilizar el concepto excelencia para medir calidades, especficamente las de profesionalismo o maestra. Yo quiero comenzar estas lneas diciendo que el uso mismo del concepto me parece una superficialidad insoportable. Pero, quisiera aadir a la vez que dudo que exista una sola profesin, de las vinculadas con el pensamiento social, que sea ms compleja que el periodismo poltico en lo que a medir calidades se refiere. Personalmente, como lector, creo ser muy exigente con el periodismo poltico, hasta el punto que no podra excluir haber sido injusto alguna que otra vez en mis juicios. Pero, estoy seguro de no ser la excepcin. El periodista queda localizado siempre entre condicionamientos que hacen un conjunto muy difcil de balancear. No es este el lugar para teorizaciones, pero nos referimos al sector del quehacer intelectual donde las corrientes dominantes en el espectro social ejercen su mayor presin

Esta circunstancia eleva para el periodista el reto del compromiso individual con lo que se vive, lo que se ve y lo que se piensa y, al mismo tiempo, la disposicin correspondiente de asumir costos cuando se hace necesario. Ms importante y controversial que la cuestin de la libertad de prensa es la de la responsabilidad para hacer buen uso de ella. Y lo que en el mundo se encuentra cada vez con menor frecuencia no es la prensa libre sino la prensa responsable. Debe ser tambin un efecto de la globalizacin neoliberal, que lleva a su mxima expresin la mercantilizacin de la produccin espiritual de todo gnero. Sin embargo, si en algn sector de la mercantilizacin del intelecto la tradicin es tan vieja, como el mito liberal mismo creo que es en el periodismo. Si he comenzado por hablar de lo azaroso del oficio no es para que nos quedemos aqu. Quiero que me sirva ms bien de prembulo para reconocer el mrito de un periodismo de contra corriente. No digo de oposicin porque hablar de oposicin implica otro significado, legtimo en contextos puntuales. Una cosa distinta de la oposicin es reconocer que el buen periodismo no es, en contexto alguno, el que se somete a los

esquemas, las modas, los encasillamientos burocrticos, la complacencia y mucho menos a la tentacin de vender. Estos y otros agentes externos a la produccin constituyen condicionamientos que, en cualquier escenario, tienden a conformar corrientes. He accedido gustoso a prologar este nuevo libro de Luis Bez porque lo considero un singular ejemplo del tipo de periodismo que quiero ponderar. El autor nos ha motivado con no menos de cuatro ttulos de reconocido atractivo, muestra de su seoreo de la profesin: Los que

se fueron, Los que se quedaron, Secretos de generales, y Preguntas indiscretas. Desde el punto de vista formal, la diferencia
principal de este libro respecto de los que le preceden consiste en que no se trata de una coleccin de entrevistas, sino de una sola. O mejor sera decir de un dilogo, del testimonio casi una historia de vida del entrevistado, en este caso el periodista cubano emigrado Luis Ortega. Uno de sus valores consiste, a mi juicio, en que Bez no trata de arribar a demostraciones prefiguradas. Se limita a formular su batera de preguntas, montadas en el trayecto mismo de la conversacin, que facilitan al entrevistado expresarse sin presiones, decir lo que en

realidad siente y lo que piensa con plena libertad. El mrito de Bez radica, principalmente, en la lgica conductora de las preguntas. No intercala otro discurso, no confirma ni disiente. Hace gala de su habilidad para conducir al entrevistado, con economa de recursos visibles por parte del entrevistador, a la reconstruccin de una riqusima experiencia existencial. A Luis Ortega, quien abandon la Isla en 1959 cuando era ya un periodista consagrado, lo recordamos, sobre todo en Cuba donde es evidente que la memoria reciente es ejercitada con ms frecuencia que la remota , por sus artculos lcidos de los aos 90 en el Diario La Prensa, en Nueva York, y reproducidos en la revista Contrapunto, editada en Miami, cuyas crticas trastean con argumentaciones irrebatibles los srdidos entretelones de la mafia cubana de la emigracin, la cual ejerce un tenebroso poder sobre toda la comunidad de origen cubano en los Estados Unidos. De la mano de Bez, Ortega recorre lo que vivi y lo que conoci en las ltimas cuatro dcadas. La intensidad con la que se vive y la profundidad con que se conoce no es la misma para todas las personas. Ortega nos llega a hacer compartir, incluso, algunas de sus experiencias y emociones ms ntimas.

Esta figura del periodismo ha vivido de manera intensa y ha conocido mucho en estos 40 aos. Adems, sabe exponer con coherencia domina el arte de llevar con claridad al lenguaje lo vivido y lo conocido. Est exento, adems, de pretensiones: rechaza reconocerse a s mismo y no quiere que se le reconozca como converso, al cabo de estos 40 aos, a las posiciones de la Revolucin. El recuento de su historia se declara explcitamente libre de compromisos que no sean aquellos que mantiene con su propia conciencia. La solucin dialctica que se produce entre la narracin del viejo periodista, - quien se ha desempeado durante todos estos aos como un emigrado en los Estados Unidos -, que carga, tanto con sus alineamientos del pasado, como con sus frustraciones y relata sin parcializacin (al menos sin otra que la de su verdad) la propia lectura de su actuar y de su decir en aquel mundo - y el que interroga, que por la generacin a la que pertenece podra haber sido un hijo o discpulo -, ha dado lugar a un libro singular, atractivo y convincente. Pienso, por todo esto, que nos hallamos ante una muestra genuina de buen periodismo.

El testimonio de Ortega nos revela sin adornos todas las torceduras de la ideologa del exilio, artificialmente forjada y alimentada para configurar una comunidad contestataria que, a la vuelta de los aos, queda atrapada en una doble vida: por un lado, la que le bordan las instituciones - la compleja red que hacen entidades cubanoamericanas y las formaciones y organismos polticos del pas y, por el otro, la que marca sus intereses, ansiedades y necesidades vitales. La tragedia de una mayora silenciosa a la cual slamente le es dado romper su silencio para pronunciarse en una direccin. Todo lo que se aleje de all se traduce en costos tremendos para su insercin en la propia comunidad. Ciertamente no es la de Ortega la primera aproximacin a esta realidad de la cual tenemos noticias, pero dudo que existan al alcance del publico muchos testimonios que recorran de manera tan integral esa obra inquietante de ingeniera poltica e ideolgica que constituye el Miami de hoy; ncleo de la emigracin en general y polo de la oposicin radical encuntrese donde se encuentre al proyecto social de la Revolucin Cubana.

Siento que nos hallamos ante un libro necesario y revelador, un documento lleno de vitalidad, de aliento y de sensibilidad que el lector sabr aquilatar y agradecer. Aurelio Alonso La Habana, septiembre de 2000

Envejece como una nuez, quien vive lejos de su patria Jos Mart

Dos Luises

Luis Bez y Luis Ortega estn unidos por algo ms que por sus nombres. Los une una vocacin: el periodismo. Cuando Bez me pidi que escribiera unas lneas, a manera de prlogo, para su libro sobre Ortega tuve mis dudas. No es fcil escribir sobre un maestro en la profesin que uno practica. Hay en ello algo de miedo escnico. Porque en la historia del periodismo cubano Luis Ortega ha sido el paradigma de quienes hemos aspirado a un espacio en el arte del bien decir. Ortega es un escritor que en media cuartilla es capaz de expresar un pensamiento tan redondo y completo que logra pulverizar a un adversario, como si su mquina de escribir fuera un fatal atomizador.

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Es un periodista no muy comn en estos tiempos cibernticos. No utiliza grabadora ni computadora, sigue, como hace 50 aos, tecleando una vieja Remington. En sus tiempos de Jefe de Redaccin de Prensa Libre - en las dcadas de los 40 y de los 50 - era quin diseaba la primera plana del peridico ms "caliente" de La Habana con sus espectaculares titulares en azul, con letras de 120 puntos. Tambin era quien ordenaba y revisaba todas las entrevistas y reportajes del peridico. Y como si fuera poco, escriba una seccin en la ltima plana del diario, en la parte inferior derecha, enmarcada en un recuadro. En esa pequea columna, de menos de media cuartilla, haca ms estragos que una bomba de 50 megatones. La nota la firmaba "Sol"; es decir, sus iniciales al revs. Era el "Pasqun" de Luis Ortega Sierra. Sin dudas, la seccin periodstica ms aguda y leda de la prensa cubana de todos los tiempos. Luis Ortega, a pesar de sus aos y de sus viejos hbitos, es un hombre muy moderno. Est al da en los acontecimientos de actualidad como si todava fuera el jefe de Redaccin de un diario. Sus opiniones de hoy son tan controvertibles como lo fueron sus opiniones de ayer. Pero no es de los que se aferra a una idea por empecinamiento u orgullo personal. Su vida es dialctica. Cuando los tiempos indican que es necesario cambiar. El cambio no es un pecado. Quizs por eso tanta gente no lo comprenda y encuentre contradicciones en su larga vida de ejercicio profesional. Luis Ortega ha conocido a casi todas las figuras que se han destacado en la vida pblica cubana desde el inicio de la dcada de

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los 30. De gobierno y de oposicin. A unos ms que a otros. Pero, siempre los ha visto sin la pasin - de amor o de odio - que inspira la poltica. Pues l nunca ha estado envuelto en partidos ni en ideologas. De lo que ha estado bien seguro es de ser cubano. Y por sentirse muy cubano es que siempre ha estado frente a quienes han mirado a Washington como brjula de los destinos de la Isla. Eso explica su conducta y posicin vertical en contra de los que desde "la derecha de Miami" han pretendido retomar el camino del pasado para que Cuba vuelva a ser la sardinita obediente del tiburn del norte. Ortega no ha sido nunca un radical. Sin embargo, asisti y contribuy mucho como periodista a que dos hombres de la vida pblica cubanacalificados de radicales - ganaran espacio en la prensa de su poca. Uno fue Eduardo Chibs, quien primero como lder del Partido Autntico y despus como senador y aspirante presidencial ortodoxo, cont con un Ortega siempre dispuesto a cederle un titular de primera plana para sus denuncias contra la corrupcin poltica de la poca. El otro fue Fidel Castro. Algo vio Luis Ortega en aquel joven rubianco, alto y delgado, todava con cierto acento oriental. Algo sin precedente: cuando el novato estudiante de la Universidad de La Habana lleg a la redaccin de Prensa Libre, acompaado por el "Chino" Esquivel, para denunciar el aumento en el precio del pasaje en los mnibus de la capital, le concedi un buen espacio para sus declaraciones. Eso fue en 1945. Era la primera vez que el nombre de Fidel Castro apareca en forma destacada en un peridico de La Habana. La historia no termin ah.

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Muy lejos estaba el periodista de saber en ese momento que unos cuantos aos ms tarde, un da memorable, el 26 de Julio de 1953, cuando aquel joven - ya abogado - atacaba con un grupo de revolucionarios el Cuartel Moncada de Santiago de Cuba, los esbirros de la dictadura de Batista asaltaran la redaccin del peridico Pueblo empujando escalera abajo a su director Luis Ortega. Despus de la golpiza, el exilio en Miami. No sera el ltimo. Al triunfo revolucionario de 1959 Ortega regres a Cuba, pero no por mucho tiempo. Tena tambin enemigos en el nuevo Gobierno: los mediocres que envidiaban su talento intelectual, su inteligencia y sagacidad. Carlos Franqui, un excomunista resentido - los comunistas buenos son aquellos que lo siguen siendo -, le enfil los caones desde la direccin del peridico Revolucin. Ortega tuvo que irse de Cuba y regresar a Miami. Franqui vive en Puerto Rico y ahora habla mal de Fidel y bien de los americanos que le pagan sus servicios. Luis Ortega conoci desde el principio el paisaje y los personajes del exilio cubano del sur de La Florida. Pudiramos decir que de esa historia de ms de 40 aos es de lo que trata este libro sobre Luis Ortega escrito por el otro Luis. A Luis Bez lo conoc siendo todava muy joven. Yo tambin lo era. Como presidente de la Juventud del Partido del Pueblo Cubano tena relaciones con casi todos los periodistas de La Habana, principalmente con los mas jvenes por razones generacionales. Uno de ellos era Luis Bez, recin graduado de la Escuela de Periodismo quien trabajaba como reportero "novato" para el diario Avance, un

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rotativo muy profesional ubicado en la calle Consulado donde tambin estaba la redaccin del Diario Nacional, del cual era yo un columnista habitual. Lleg el ao 1959. Cuba estaba en revolucin. Eran tiempos convulsos y La Habana estaba revuelta con barbudos por todas partes. Fidel era el centro de atencin de la prensa nacional y extranjera, por lo que todos los peridicos de la capital decidieron asignar a un periodista de su redaccin para que acompaara al lder de la Revolucin a todas partes. Por toda Cuba y al extranjero. Avance, el diario para el que trabajaba Luis Bez, tambin tena que nombrar a un reportero para que informara de cuantos pasos diera Fidel. Me contaron que el director del peridico, Jorge Zayas, - vive en Miami y est contra la poltica de Estados Unidos hacia Cuba -, llam a Bez a su despacho y le dijo: " Mira Luis, aunque t no tienes mucha experiencia, me la voy a jugar contigo. Eres novato todava pero s de tu talento y ganas de triunfar. Te voy a escoger como el corresponsal del peridico al lado de Fidel. De ahora en adelante no te puedes separar ni una pulgada de l. A donde quiera que vaya, ah tienes que estar. Si va al campo, all tienes que ir. Si viaja al extranjero, tienes que acompaarlo tambin. En fin, Luis no te puedes separar de Fidel. l es la noticia. Sigue mi consejo. T eres joven y estoy seguro que vas a triunfar". Luis Bez cumpli con la orden del Director. Si en aquella ocasin sigui un consejo por profesin; durante ms de 40 aos - toda su vida- ha mantenido una actitud por conviccin: todava sigue al lado de Fidel.

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En Cuba y a donde quiera que viaja Fidel, ah est Luis Bez, el novato reportero de 1959, ahora veterano escritor, autor de varios libros fundamentales para entender la Cuba revolucionaria. Con esta nueva obra Luis Bez aade un eslabn ms a su larga cadena de triunfos como periodista y escritor. Luis Ortega y Luis Bez: dos Luises en un tiro que le ganan a un full de ases. Max Lesnick Miami, septiembre de 2000

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Temprano enfrentamiento

Luis Bez: Por dnde comenzamos? Luis Ortega: Empiezo aclarndote que no soy ni de los que se quedaron ni de los que se fueron. Yo no tengo arte ni parte en la Revolucin. Luis Bez: Cunteme algo de su vida. Luis Ortega: Nac en la capital el 21 de junio de 1916. Me grade de bachiller en Letras en el Instituto de La Habana. Matricul en las escuelas de Filosofa y Derecho en la Universidad de La Habana, pero no termin los estudios. En los aos 1956 1957 estudi en la Universidad Central de Madrid. Luis Bez: Qu lo llev al periodismo? Luis Ortega: La miseria, viejo. Uno se meta a periodista porque no se poda hacer otra cosa. Muchos cubanos se quejan de la Cuba del ao 2000, pero es que no conocieron la del ao 1936... Cuando uno cruzaba el Parque Central, en aquel ao, siempre tena que estar dispuesto a tirarse al suelo cuando empezaban a sonar los springfields. Empec a trabajar en la Discusin, que estaba en la calle San Ignacio. Era redactor, reportero y voluntariamente barra la redaccin porque me daba asco verla. Quiero aportarte un dato importante que brota de mi experiencia personal. En los aos de mi adolescencia y primera juventud, entre 1930 y principios de la dcada de los aos 40, la crisis que se vivi en Cuba fue mucho peor que lo que ustedes los cubanos han llamado periodo especial.

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Durante mucho tiempo no tenamos centros de estudio. Estaban cerrados. La clase media cubana viva de harina de maz. S acaso. Empatarse con un par de zapatos era una odisea. No haba trabajo para nadie. Las dictaduras de Gerardo Machado,1 primero, y de Fulgencio Batista2, despus, eran feroces. Tengo experiencias familiares desgarradoras provocadas por una miseria slida y consistente. No hay una sola calamidad que me pueda contar un cubano de ahora que yo no haya vivido intensamente en aquellos aos trgicos. Fue una poca de absoluta desesperanza. Luis Bez: Cunto le pagaban en su primer trabajo periodstico? Luis Ortega: Tres pesos a la semana. Lo curioso es que estaba feliz con aquellos tres pesos... Por esos aos particip en la publicacin de revistas literarias y tuve vnculos con algunos de los miembros de la Generacin de Orgenes3. En 1942 ingres como reportero en el peridico Prensa Libre. Durante varios aos fui jefe de informacin. En 1952 me fui del diario. Luis Bez: Cmo surgi su seccin Pasqun? Luis Ortega: Ah, no jodas Luis Bez:! A nadie le interesa lo de esa seccin ni nadie se acuerda de eso... Han pasado ms de 50 aos. Se agresivo. Luis Bez: Sobre qu quiere le pregunte? Luis Ortega: Sobre lo que te d la gana. Por ejemplo, pregntame si es cierto que yo soy un hijo de puta. Eso es interesante. Luis Bez: Bueno, est bien. Es cierto que ha sido siempre un hijo de puta? Luis Ortega: Siempre. Porque ese es un componente esencial de la mayora de los periodistas. Con perdn de las pobres madres. 18

Luis Bez: Tiene una opinin muy peculiar del periodismo. Luis Ortega: Ciertamente. La misin del periodista es la de ser testigo de su tiempo. Fjate bien, Luis Bez, lo que quiere decir testigo. Etimolgicamente el testigo es el testculo... Es el que est presente a la hora de engendrar. Es la hora ms ntima del ser humano. Entiendes? Luis Bez: Le gusta el uso de la irona como arma periodstica? Luis Ortega: Por supuesto. La irona revela inteligencia. Yo desconfo mucho de las gentes que se aferran a sus ideas. En la irona hay siempre un elemento de duda. Por eso es que no puedo ser revolucionario... Luis Bez: Cmo era el tiempo en que vivi en Cuba? Luis Ortega: Horroroso. Sin embargo, comparado con lo que se ha formado ahora en Miami ocurre que el pasado se reivindica. Nunca cre que el nivel intelectual del cubano pudiera descender a los niveles que se han establecido en Miami, es como un castigo celestial. Luis Bez: Hbleme del 10 de marzo... Luis Ortega: Ramn Valle Incln4 con sus esperpentos, intuy lo que iba a ser el 10 de marzo en la pintoresca Isla de Cuba... Logr meterme en el campamento dos horas despus que Batista haba dado el golpe... Y por esa sola razn Batista me ofreci un ministerio. Puro surrealismo. Al primer periodista que entr quisieron hacerlo ministro. Luis Bez: Y por qu no lo acept? Luis Ortega: Porque no tena nada que ver con aquello. Haba entrado para ver el espectculo y reportarlo. Adems, he sido, tal vez,

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uno de los pocos cubanos que ha estado consciente de que no sirve para ministro ni para nada que tenga que ver con la vida oficial... Luis Bez: Pero, apoy inicialmente el golpe... Luis Ortega: Es cierto. Pero por razones personales de salud... unos das antes del golpe los disidentes de la Unin Insurreccional Revolucionaria (UIR)5, encabezados por Orlando Garca,6 haban ido a algunos peridicos a publicar mi sentencia de muerte porque los haba acusado del asesinato de Alejo Cosso del Pino.7 Te acuerdas? El golpe me vino a salvar la vida. Al da siguiente del golpe los gngsters echaron a correr como liebres... Luis Bez: Le sali mal la cosa... Luis Ortega: Es verdad. El remedio fue peor que la enfermedad. Si buscas la coleccin de Prensa Libre de aquellos tiempos veras una nota ma en la cual deca que Batista haba acabado con el gangsterismo, pero haba creado gangsterismo uniformado. Sabes lo que ocurri despus que publiqu aquella nota? Luis Bez: S, qu? Luis Ortega: El Servicio de Inteligencia Militar (SIM)8 me detuvo y me llevaron en presencia del jefe del ejercito, Francisco Tabernilla.9 Este me dijo que haba tenido que aguantar a los muchachos que queran salir a buscarme. Fue un regao amable, pero amenazador. Y es curioso. Esto te demuestra lo delirantes que son los cubanos. Luis Bez: Slo le dijo eso? Luis Ortega: No. En la conversacin tambin Tabernilla me dijo: Mira, t ests defendiendo a este hombre, Rafael Garca Brcenas,10 y sin embargo los oficiales con los cuales est conspirando me lo informan todo a m. Tan pronto sal de Columbia me fui a buscar a 20

Garca Brcenas y se lo cont. Fue tan loco que sigui conspirando con la misma gente. Luis Bez: Despus, acept un puesto de Consejero Consultivo.11 Luis Ortega: Cierto, imperdonable. Fui un estpido. Lo que me salva, en cierto modo, es que nunca cobr un centavo all... Miguel de Marcos12 y yo nos fuimos para el Consejo para salir de Prensa Libre, que se haba convertido en una cosa horrible. Sergio Carb,13 a quien le estaba agradecido, se haba alejado del peridico... La presencia de Humberto Medrano,14 su yerno, se haba convertido en una tragedia. Era el hombre ms latoso del mundo. Nadie lo poda aguantar. Luis Bez: Qu ha sido del personaje? Luis Ortega: Ahora creo que es subdirector de Radio Mart y cobra unos 120 000 dlares al ao... Por eso Radio Mart es tan aburrida. Luis Bez: A qu se dedic despus del 10 de marzo? Luis Ortega: A los tres das o tal vez cuatro, me fui detrs de Carlos Pro15 para hacerle la primera entrevista en Mxico. Recuerdo que le hice una pregunta que lo desestabiliz. Luis Bez: Qu le pregunt? Luis Ortega: Le pregunt si era cierto que l y Batista haban estado de acuerdo para el golpe de Estado... Luis Bez: Cul fue la respuesta? Luis Ortega: Se puso de pie y me dijo que eso era una infamia. Le expliqu que no tena que ponerse bravo... Que eso era lo que se deca en la calle. Entonces se calm. Termin pidindome que le llevara un recado a Batista para que le devolviera un dinerito que haba dejado olvidado en Palacio. Te das cuenta, Luis Bez, que

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cuando uno es un testculo de su tiempo uno no puede creer en muchas cosas? Luis Bez: Le dio el recado a Batista? Luis Ortega: Se lo di. Y Batista le mand un dinero y unas joyas que se le quedaron en una caja de caudales en el Palacio Presidencial. Luis Bez: Cundo se produjo su primer exilio? Luis Ortega: El 26 de julio de 1953 Fidel Castro16 asalt el Cuartel Moncada,17 en Santiago de Cuba, y yo era director del peridico Pueblo que mantena una buena circulacin a nivel nacional. Al da siguiente, 27, bamos a publicar la mejor informacin sobre los asesinatos cometidos por el ejrcito de Batista en el Moncada. No fue posible. La polica asalt el diario y destruy las planas. Pude escapar con magulladuras en la espalda. Poco das despus me estren como exiliado en Miami. Luis Bez: Qu hizo entre 1953 y 1959? Luis Ortega: Reportajes en la revista Bohemia como corresponsal extranjero. Luis Bez: Cundo regres a Cuba? Luis Ortega: En enero de 1959. Luis Bez: Cmo vea usted a la Revolucin? Luis Ortega: En realidad en 1959 no era, exactamente, un enemigo de la Revolucin. Muchas de las leyes revolucionarias me parecieron, en aquel tiempo muy apropiadas, precisamente, porque haba vivido muchos aos en la podredumbre del pas y haba hecho siempre un periodismo de protesta. Tena la sana intencin de quedarme en mi pas, pero no fue posible. Luis Bez: Por qu? 22

Luis Ortega: No era posible... Nunca he sido hombre de puestos ni de partido. En 1959 era un periodista que regresaba del exilio de seis aos y que aspiraba a fundar una empresa independiente. Eso era irrealizable. A los pocos das de mi regreso me cay arriba Carlos Franqui18 que manejaba el peridico Revolucin. No haba conocido nunca a Franqui y tampoco a Guillermo Cabrera Infante.19 Ellos organizaron la cacera de todos aquellos periodistas que en el pasado haban tenido algn nombre, incluso, los que, como yo, haban estado en el exilio. As son las revoluciones y eso explica por qu no soy revolucionario. En los primeros tiempos siempre surgen todos los detritus de la sociedad. Franqui es un bandido que ha vivido de las obras de arte que sac de Cuba cuando se fue al extranjero... Estuvo viviendo muchos aos de la Revolucin antes de tomar partido en contra, en 1968... Luis Bez: Y Cabrera Infante? Luis Ortega: Si no hubiera ocurrido la Revolucin en 1959 este seor seguira escribiendo unas croniquitas de cine en la revista Carteles, la ms sonsa que exista en Cuba -, y recorriendo la calle Obispo, arriba y abajo, con un libro en el sobaco, presumiendo de su importancia y viviendo de un sueldo de alguna oficina del Estado. Fue necesario que el pas entrara en Revolucin para que este pobre gacetillero de Carteles lograra colarse en un peridico como subdirector, a la cola del pillo Carlos Franqui, para organizar aquella cosa horrenda y ridcula de Lunes de Revolucin.

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Cuntas cosas tuvieron que pasar en Cuba para que el pobre Cabrerita pudiera convertirse en personaje y vivir en Londres y lanzar ex comuniones y amenazas desde su precaria vivienda. Se lo debe todo a la Revolucin. La Revolucin lo hizo persona. Sin la Revolucin estara todava deambulando por la Habana Vieja y viviendo en la casa de vecindad de la calle Zulueta. Los aos que pas con la Revolucin los ha explotado muy bien. Haber estado y haber desertado, le ha dado material para construirse una personalidad refleja. En algunas de sus obras se puede apreciar a Cabrera Infante inventando a otro Cabrera Infante. Es un ejemplo tpico de la obsesin de un hombre por el homosexualismo de los otros. Es lo mismo que Franqui. Luis Bez: La Revolucin no persigui a nadie. Fueron hombres dentro del proceso. Luis Ortega: Tienes razn. Luis Bez: De qu lo acusaban? Luis Ortega: De lo que les daba la gana. Me convirtieron, a la brava, en un enemigo de Castro. Habra tenido que ser muy pendejo para no reaccionar en contra. El 1 de mayo de 1959 regres a los Estados Unidos. Ah comenz mi temprano enfrentamiento con la Revolucin. Luis Bez: Han pasado 40 aos, an considera que decidi correctamente? Luis Ortega: Tenamos razn los que nos enfrentamos a la Revolucin Cubana en 1959? Esa es una pregunta que me he hecho mil veces. Y la respuesta tiene que ser debidamente calibrada. Razones personales las tuvimos muchos. Razones histricas, no. Las 24

primeras son las que se refieren a la situacin personal de cada uno. Es decir, cuando la persona se siente agredida por un proceso poltico es natural que se enfrente a l. Los hechos mismos lo llevan a la confrontacin. Mas cules razones histricas podamos tener para enfrentarnos a una Revolucin que se iniciaba con el propsito de rescatar la soberana y romper la dependencia de la Isla de los Estados Unidos? No fue ese el propsito de los fundadores, de los mejores, y de varias generaciones de cubanos inteligentes? El movimiento contrarrevolucionario desde sus inicios estuvo hurfano de ideas. No tenamos razones histricas validas. Nuestras razones venan dadas por Washington. No eran razones. Era propaganda anticomunista. Era la retrica barata de la libertad y la democracia que se suele fabricar en los medios burocrticos de Washington. Luis Bez: Ya en Miami, cul fue su estrategia de lucha? Luis Ortega: Al llegar a los Estados Unidos crea que la lucha contra Castro y la Revolucin iba a tener las mismas caractersticas de los aos anteriores. Es decir, que los cubanos bamos a tener que luchar contra Castro en la misma forma que habamos luchado contra Batista. Con el transcurso de los das tom conciencia que los tiempos haban cambiado y que estbamos frente a una situacin totalmente nueva y sorprendente. Sin embargo, hay algo muy interesante. Mis crticas a Castro y a la Revolucin, durante aos, no me hicieron caer al lado de las gentes de Miami.

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Desde 1959, a pesar de vivir en Miami y estar navegando contra la corriente, fui un crtico muy severo de la entrega de los cubanos a los americanos. Por ah andan los peridicos de la poca. Estuve contra el Frente Revolucionario Democrtico,20 contra el Consejo,21 contra lo de Playa Girn...22 Fui el primero en Miami que le fue arriba a Jorge Mas Canosa23 y al aparato que estaba surgiendo... La posicin ma ha sido contradictoria, sin duda. Luis Bez: Cul era esa situacin? Luis Ortega: Quienes estbamos combatiendo a Castro, con la pluma o la accin, tenamos que meternos en una nmina del Gobierno americano. Era algo nuevo. Los jefes de la oposicin a Castro estaban en Washington y eran americanos. Luis Bez: Qu recuerda de aquellos das? Luis Ortega: A partir de los primeros meses de 1960, comenz uno de los procesos ms escandalosos en la historia de las luchas polticas. Miles de cubanos entraron en las nminas de Miami y detrs de los llamados lderes del Frente estaban los agentes americanos, con nombres supuestos, dirigiendo toda la operacin. En las oficinas del Frente ya se repartan los cargos pblicos en Cuba y se tachaba a quienes no podran regresar nunca. Se daba por seguro que la expedicin que estaban preparando en Guatemala iba a tomar el poder. En ningn momento se pens que los cubanos iban a desembarcar en Cuba para pelear. Esto estaba descontado. Iban a integrar una fuerza de ocupacin para mantener el orden. Eran los americanos los que iban a pelear para derribar al Gobierno. Por supuesto, todo era ilusorio. 26

El presidente John F. Kennedy,24 antes de lanzar la expedicin, aclar muy bien que se trataba de una operacin cubana y que los americanos no iban a intervenir. No lo creyeron. Eso explica por qu todava, tantos aos ms tarde, siguen acusando a Kennedy de traicin. Su traicin consiste, para esta gente, en no haber bombardeado a Cuba. Luis Bez: Cmo ha sido su vida en los Estados Unidos? Luis Ortega: Qu como ha sido mi vida? Muy mala. Me qued sin races en Cuba y no tengo races en los Estados Unidos. No hay nada peor que el destierro. Sobre todo cuando se sabe que este tiene un carcter permanente. Luis Bez: Por qu permanente? Luis Ortega: Porque nunca regresar a vivir en Cuba. Luis Bez: En los primeros aos, a qu se dedic? Luis Ortega: Desde aquella poca, es decir, 1960, he estado escribiendo en toda clase de peridicos y revistas. Por un lado, criticando severamente a la Revolucin y a Castro. Por el otro, manteniendo en todo momento, un tono crtico sobre las actividades de los cubanos. Me cabe el honor de no haber pertenecido nunca a organizacin. Alguna. No he participado nunca en colecta alguna. Ha sido una posicin muy difcil y que ha atrado sobre m muchas enemistades. De hecho, he estado condenado al ostracismo durante aos. Para sobrevivir econmicamente he tenido que trabajar fuera de Miami. Luis Bez: Viva del periodismo? Luis Ortega: Error. Nunca he vivido del periodismo en los Estados Unidos. Nunca he podido escribir bien en ingls. Y el periodismo en 27

espaol en los Estados Unidos es estrictamente marginal. Quienes escribimos en espaol en los Estados Unidos somos, un poco, como aquellos chinos que escriban o escriben en el barrio chino de La Habana. Luis Bez: En qu trabaj? Luis Ortega: He sido de todo. He manejado camiones, he sido taxista en Miami, he hecho algn dinero en el negocio de bienes races... En 1964, cuando me convenc de que no haba regreso a Cuba, me fui de profesor a West Virginia. Ya no poda soportar a Miami ni a sus gentes. Estuve diez aos en el norte. Aprovech para hacer un Master y un doctorado en la Universidad de Pittsburgh, en Pennsylvania. Eso me sirvi para refrescar la mente... He escrito miles y miles de artculos en diversas publicaciones, pero siempre o casi siempre en forma gratuita. Luis Bez: Cmo ha podido subsistir? Luis Ortega: En realidad, salvo el tiempo en que fui profesor en el norte, no he podido subsistir. Como siempre he sido, desde 1959, un crtico permanente de Miami y sus pandillas cubanas, jams he podido ganarme la vida en Miami. Nunca... He tenido que ir siempre al extranjero para poder ganarme la vida. Hace aos que vivo de la pensin de profesor. En suma, he sobrevivido sin comprometer nunca mi independencia. Es lo nico que he salvado del naufragio. Luis Bez: Cmo se refleja en el cubano la nostalgia? Luis Ortega: No s... Tal vez echan de menos la comida. Las cosas en los Estados Unidos no tienen el mismo sabor ni el mismo olor. 28

Pero, en realidad, no puedo opinar sobre eso. Luis Bez: Y cmo se refleja la nostalgia en usted? Luis Ortega: Despus de ms de 40 aos de destierro, con las races al aire, no s lo que es nostalgia. Luis Bez: Qu es lo que ms ha extraado de Cuba? Luis Ortega: El pas, las gentes, los tamales, los bollitos de carita que vendan en los puestos de chinos. Luis Bez: Qu criterio tiene de quienes desertan ahora del proceso revolucionario? Luis Ortega: Son unos sinvergenzas. Respeto a los que han sido leales a s mismos. A ti, por ejemplo. Quienes se fueron en los primeros aos tenan razones vlidas. Te repito los que se van ahora son unos sinvergenzas. Luis Bez: Qu recomienda a los jvenes que se inician en el periodismo? Luis Ortega: No te pongas bravo. Les recomiendo que se dediquen a estudiar la historia de Cuba sin sectarismos. Que confen en el futuro. Que vean el proceso revolucionario con objetividad, sin pasiones. Las races de esta Revolucin estn en la historia de Cuba. Nosotros nos pasamos aos hablando y escribiendo sobre la Revolucin que era necesario hacer para que Cuba fuera soberana e independiente. Pero no creamos que fuera posible. Entonces surgi Fidel Castro que es un hombre que cree en lo que dice e hizo lo que todos queramos. Es el ejecutor de un sueo que estaba anidado en la conciencia cubana. Ha sido el instrumento del destino... 29

Luis Bez: Cuntos aos ha vivido fuera de su patria? Luis Ortega: Entre los dos exilios me ha tocado la mala fortuna de vivir 47 aos, toda una vida, entre exiliados polticos cubanos. Soy un especialista en la materia. Los he visto vivir y luchar. Los he conocido buenos, malos y peores. Los he visto morir, algunos heroicamente por causas que no valan la pena, he conocido tragedias indescriptibles, me congratulo de haber tenido contacto con los pillos mayores de estos tiempos infortunados. Puedo asegurar que he pasado por todas las etapas del exilio poltico y he logrado siempre poner a salvo mi escepticismo. Luis Bez: Le guarda algn rencor a la Revolucin? Luis Ortega: Ninguno. Han pasado muchos aos. La Revolucin ha entrado en una fase reflexiva y las gentes como yo pueden poner en orden sus ideas y sentarse a conversar con Castro sin reservas de ninguna clase... Eso es muy bueno. Ni me van a exigir nada ni aspiro a nada. Creo que hay muchos cubanos que piensan as, como yo, y que no se atreven a ir a Cuba por miedo a las represalias del medio en que viven. Es decir, por miedo a los elementos que controlan el exilio o lo que llaman as, que no lo es... Luis Bez: Cules han sido los mejores y peores momentos de su vida? Luis Ortega: Eso est bien, Luis Bez, para las revistas del corazn...Yo no tengo mejores ni peores momentos. Luis Bez: Es vanidoso? Luis Ortega: Me imagino que s. En realidad, no lo s. No me gusta que me hagan entrevistas ni me gusta exhibirme. Tampoco me gusta 30

que me publiquen fotografas. Es hasta posible que sea un poco modesto. Pero, todo eso es confuso. No s. Luis Bez: Cmo ve la vida a los 84 aos? Luis Ortega: Como me dijo una vez Pio Baroja25 en una entrevista que le hice, si no me equivoco: como cuando uno acaba de comer y uno est lleno. Luis Bez: De qu se puede sentir orgulloso? Luis Ortega: De nada. Al contrario, estoy arrepentido de todo, incluida esta entrevista.
(1871-1939), En 1925 es elegido presidente. Reform la Constitucin e instaur una dictadura. Derrocado en 1933 huy a los Estados Unidos. 2 (1901-1973). Presidente de Cuba de 1940 19 44. El 1 de marzo de 1952 mediante un golpe de estado regres al poder. Derrocado el 1 de enero de 1959, huy a Repblica Dominicana. Muri en Espaa. 3 Fue creado en 1940 por un grupo de intelectuales que se caracterizaron por la defensa de la cubana. Tambin editaron una revista del mismo nombre. 4 (1866-1936). Novelista, poeta y dramaturgo espaol, 5 Surgi al finalizar la Segunda Guerra Mundial. Despus de 1948 degener en un grupo gangsteril. 6 Posteriormente al triunfo revolucionario se march de Cuba y se convirti en jefe de la seguridad del presidente venezolano Carlos Andrs Prez. Vive en la Florida. 7 Poltico perteneciente al Partido Autntico. 8 Aparato represivo creado en el Gobierno de Batista. 9 Militar estrechamente ligado a Batista. El 1 de enero de 1959 huy a la Florida. 10 Profesor universitario que conspir contra la dictadura de Batista. Despus del triunfo revolucionario fue embajador en Brasil. Muri en La Habana. 11 Organismo creado por Batista para sustituir al Congreso. 12 Destacado periodista cubano. 13 Periodista. Articulista. Dueo del diario Prensa Libre. Falleci en la Florida. 14 Periodista. Subdirector del diario Prensa Libre. 15 (1903- 1977). Presidente de Cuba de 1948 al 10 de marzo de 1952. Apareci muerto en su residencia en Miami. 16 (1926). Fundador del primer Estado socialista en el Hemisferio Occidental. 17 Principal campamento militar del ejrcito en Santiago de Cuba, Oriente, 18 (1921). Director del peridico Revolucin hasta 1963. Al ser sustituido, hombre profundamente resentido, traicion el proceso revolucionario. 19 (1929).Escritor cubano nacionalizado britnico. Durante varios aos ejerci como consejero cultural en la embajada cubana en Blgica. Al producirse su sustitucin se convirti en enemigo de la Revolucin. 20 Creado 15 de junio de 1960. Estaba integrado por exiliados cubanos de diferentes organizaciones. 21 Nuevo nombre que le dieron las autoridades norteamericanas al Frente Revolucionario Democrtico das antes de la invasin de Girn. 22 Una de las zonas por donde se produjo el desembarco de tropas mercenarias el 17 de abril de 1961.
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23 (1939 1997). Principal directivo de la Fundacin Nacional Cubano Americana (FNCA) creada en 1981 con la finalidad de derrocar a la Revolucin Cubana. 24 (1917-1963). Presidente de los Estados Unidos asesinado en Dallas, Texas, e l2 de noviembre de 1963. 25 (1872 1956). Se considerada el novelista espaol ms importante del siglo XX.

Naci mal

Luis Bez: Quines fueron los iniciadores de las organizaciones contrarrevolucionarias? Luis Ortega: Los fundadores de este Miami, es decir, quienes pusieron las bases de este aparato poltico que opera en Miami fueron personajes que llevaban en s mismo el germen de lo que vendra despus. El 1 de enero de 1959 arrib el general Batista a Santo Domingo y en el aeropuerto lo estaba esperando el generalsimo Rafael Lenidas Trujillo.26 Se dieron un fuerte abrazo. Trujillo lo llev al hotel. - General lo voy a dejar descansar unas horas, pero necesito hablar con usted con urgencia... le dijo Trujillo al muy apendejado Batista. Y, en efecto, al cabo de tres horas, volvi Trujillo, se sent frente a Batista, lo mir a los ojos y le dijo: - General, ya lo tengo todo preparado. Usted y yo, al frente de un ejrcito bien armado, vamos a desembarcar en Cuba para reconquistar el poder y meter en la crcel a esta banda de barbudos... Batista lo mir con algo de desesperacin. - Debemos ser cautelosos...-, respondi. - No, seor, tenemos que actuar enseguida!, -, grit Trujillo. No hubo forma de convencer a Batista. Ni amarrado se atrevera l

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a regresar a Cuba. Entonces, Trujillo pronunci unas palabras muy sabias. - Mire, general usted tuvo para dnde correr y por eso est aqu, pero el da que eso me pase a m yo no tendr para dnde correr. Por eso tengo que acabar con Castro.

Luis Bez: Y, entonces, qu ocurri? Luis Ortega: A partir de aquel momento, Trujillo declar que quedaba fundado el movimiento anticastrista. Batista se convirti en su prisionero. Para poder escapar de Repblica Dominicana, Batista tuvo que soltar varios millones de dlares e implorar la ayuda de Washington. Lo que vino despus de establecida la jefatura de Trujillo en el movimiento anticastrista ya se sabe, aunque se trata de disimular: Jos Eleuterio Pedraza27 fue uno de los iniciadores. Es decir, aquello naci mal, desde 1959; Trujillo por un lado y Somoza por el otro. Recuerdo que el hombre que estaba en las playas de Nicaragua despidiendo a los expedicionarios de Baha de Cochinos28, en abril de 1961, era nada menos que el amo de Nicaragua, Luis Somoza.29 Con el pauelo le deca adis a quienes iban a libertar a Cuba. Luis Bez: Recuerda otros fundadores? Luis Ortega: La lista de los fundadores es enorme. Unos estn muertos y otros andan por Miami todava arrastrando la vejez. Al cabo de un tiempo, los americanos se dieron cuenta que tenan que renovar el team de libertadores para mejorar la imagen del 33

movimiento y empezaron a comprar gentes en Cuba. Las cantidades que se pagaron han quedado en el misterio. Se pagaba de acuerdo con la calidad de la mercanca. Con el tiempo y un ganchito, como dicen las viejas, las cosas fueron cambiando. Unos murieron y otros se retiraron avergonzados. Llegaron caras nuevas. Lleg la etapa dorada de la droga y los cowboys colombianos que manejaban dlares por arrobas. Lleg el tiempo feliz del lavado de dlares. Lleg esa cosa maravillosa de los hospitales y el Medicare30 y las estafas. El anticastrismo se hizo millonario. Algunos hasta se hicieron embajadores. Se metieron a los polticos americanos en el bolsillo dndoles unas migajas. Se colaron en la Casa Blanca. Llegaron a dominar todos los gobiernos locales y todos los contratos. Hoy Miami es un lugar encantador. Es un desprendimiento de la Revolucin Cubana. Casi todos son desertores. Hay ms de mil millonarios. Todos se engaan unos a otros porque nadie tiene memoria. Luis Bez: De qu se nutrieron? Luis Ortega: Desde el principio de 1959, el anticastrismo se nutri de las ideas que aportaban los agentes de Washington, que eran ultraconservadores (John Birchers Society).31 Todo el ideario anticastrista sigue las mismas normas: elecciones, democracia, etc. Washington lo resuelve todo con unas elecciones supervisadas. El caso de Cuba, donde ha existido una Revolucin, es demasiado complejo para caer en lo mismo que ha llevado a Nicaragua al caos y al bochinche.

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La John Birch Society, sobre todo hace unos aos, tuvo una influencia enorme en la formacin ideolgica de las mafias cubanas. El reverendo Pat Robertson,32 era y es el dolo de mafia. Despus de 40 aos, los centenares de grupos de Miami siguen recaudando dinero entre los infelices inmigrantes para realizar planes disparatados, como este de la flotilla. En el fondo se trata de un negocio, una industria, una manipulacin. Los medios de comunicacin locales son cmplices en esta farsa.

Luis Bez: Qu criterios tiene de las mencionadas organizaciones? Luis Ortega: Son una manera de vivir. Por lo general, son organizaciones de tipo familiar. Hemos visto cmo algunas gentes, micrfonos en mano, se han hecho ricos con maratones y colectas patriticas. Hemos visto aparecer 456 organizaciones pasando el cepillo de manera constante. Estoy abiertamente en contra de todos estos individuos que utilizan los micrfonos para el enriquecimiento personal. Ya est bueno de patraas. Los que hemos estado todo el tiempo en contra del anticastrismo de factura americana nos hemos quedado sin ubicacin ideolgica. Estamos en el limbo. Somos seres contradictorios y confusos. Es difcil ser algo cuando uno se mueve entre dos polos. Somos los desterrados del destierro. Actualmente estamos asistiendo a los funerales del aparato contrarrevolucionario. Luis Bez: Por qu lo dice? Luis Ortega: Lo que est en crisis, y en proceso de desaparicin, es 35

el anticastrismo como industria. Es decir, como aparato, como negocio. Las gentes, muchas gentes, aceptan la idea de que muchos sinvergenzas se han enriquecido con la industria. Estoy convencido que si el Gobierno cubano resuelve sus problemas econmicos y se abren an ms las puertas para que la mayor parte de los inmigrantes puedan visitar la Isla es evidente que la mayor parte de estos entraran en fase de indiferencia poltica. Es decir, no regresaran a Cuba, a no ser de paseo. Creo que eso sera lo mejor. De hecho, por imperativos del proceso, los emigrantes ya no tienen nada que ver con Cuba... Yo mismo me considero un emigrante. Hace aos que dej de ser un exiliado poltico. Luis Bez: Qu le parece el invento de la flotilla? Luis Ortega: Esta empresa de la flotilla ha terminado en forma ridcula. No poda ser de otro modo. Todo proyecto poltico tiene que estar respaldado por una tesis, por un repertorio de ideas. Aqu ya no hay ideas. En Miami se ha llegado al agotamiento, a la indigencia intelectual. Toda la empresa de la flotilla ha sido disparatada. Lo grave no es que se aparezca un tipo, el cual no sabe de donde viene ni qu lo trae, y que se lance a preparar expediciones martimas a las aguas territoriales de Cuba con fines ridculos. Lo grave es que inmediatamente aparecen centenares de papanatas en Miami hablando de la pujanza de una nueva generacin y elogiando al personaje. En las paginas del Herald he ledo artculos asombrosos analizando la insurgencia generacional. 36

Y todava ms grave, de inmediato se presentan varios centenares de cubanos irresponsables dispuestos a montarse en los barcos para ir a hacer el ridculo al borde de las aguas jurisdiccionales. Escuch un dialogo por los micrfonos de Radio Mamb entre Ramn Sal Snchez 33y el incoherente Agustn Tamargo34 que me dej pasmado. Uno siente vergenza al or cosas como esas. Tambin da vergenza tener que escribir sobre ellas. Cmo es posible descender a regiones tan profundas de la tontera humana? Hasta donde hemos descendido que se considera como un acto heroico arrimarse en un barco a las aguas de Cuba para tocar el himno? Y ni siquiera eso saben hacer. No se les ocurre consultar el estado del tiempo antes de salir. No se les ocurre inspeccionar los barcos para saber si estn haciendo agua. Recaudan miles de dlares y luego contratan barcos en mal estado. Hablan de morir en la empresa, pero todos llevan salvavidas. Jos Mart35 se mont en un bote para desembarcar en Cuba y no llevaba salvavidas. Tampoco lo llevaban los del Granma36. Que distancia enorme entre el pasado y el presente! Luis Bez: Combatir la Revolucin se convirti en un buen negocio? Luis Ortega: Eso no lo puede negar, nadie pero es obvio que la industria del anticastrismo en Miami se est enfriando poco a poco. Hay seales inequvocas de que el negocio como tal est perdiendo clientela. Eso no quiere decir que la oposicin a Castro, en ciertos sectores de la comunidad cubana, vaya a desaparecer. Lo que est en crisis es el negocio, es la industria, es la explotacin de las pobres

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gentes que han vivido confiando en las informaciones que se suministran por la radio. Hay como un despertar. Luis Bez: Los grupos ultra son amantes de la provocacin? Luis Ortega: Lo de la provocacin como estrategia poltica forma parte de la tradicin cubana. Responde, estrictamente, al concepto de la inevitable dependencia de Cuba a los Estados Unidos; la vieja frase cubana de que aqu tienen que venir los americanos emanaba de nuestro radical pesimismo nacional. Era necesario alterar el orden, provocar conflictos, alzarse en algn lugar con cuatro guajiros, poner unas cuantas bombas y siempre con el propsito de convencer a los americanos de que el que mandaba en Cuba no era buen capataz. Que era necesario destituirlo. Durante gran parte del siglo XIX se hicieron numerosos planes para enemistar a Espaa con los Estados Unidos. Las clases econmicas, que deseaban someterse a la proteccin de los Estados Unidos para salir de la dominacin espaola, siempre soaron con la intervencin de Washington. La voladura del Maine37, el 15 de abril de 1898, fue la provocacin perfecta. Nunca se sabr cmo fue la cosa, pero es evidente que los cubanos de aquella poca vieron el hecho como cado del cielo. Mart, quien temi siempre la intervencin de los Estados Unidos en el conflicto, debe haberse estremecido en su tumba. Este acontecimiento es un ejemplo que debe ser tomado en cuenta. Las tendencias anexionistas estaban muy arraigadas entre los cubanos a fines del siglo pasado y ese fue el motor que impuls a los terroristas que volaran el crucero americano.

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El propsito, en aquel entonces, fue provocar el conflicto entre Espaa y los Estados Unidos y, de este modo, conseguir que la isla pasara a manos de los americanos. Es evidente que lograron sus objetivos. Los 250 marinos americanos fueron sacrificados

persiguiendo un propsito poltico. Luis Bez: A partir de aquel momento, qu ocurri? Luis Ortega: A partir de aquel momento, la estrategia de la provocacin funcion siempre en Cuba. La mejor manera de combatir a un gobierno no era en las urnas. Lo que se haca era alterar el orden para que volvieran los americanos. Cuando Toms Estrada Palma38 quiso reelegirse en 1906, sus adversarios se alzaron y volvieron los americanos, para restablecer el orden. La estrategia funcion durante todos los aos de la repblica. A veces no volvan los americanos sino que mandaban a un procnsul a regaar al Presidente que se portaba mal. A Machado le mandaron al embajador Summer Welles39, con instrucciones de resolver el problema. Desde que lleg Welles a La Habana, la embajada se llen de cubanos que iban a dar quejas contra el Presidente. Con algunas pocas excepciones, los cubanos dieron, en aquel entonces, una demostracin de servilismo repugnante. Fue lo que se llam la mediacin. Machado fue destituido por el embajador. El proceso revolucionario que comenz en 1959 rompi con esa tradicin. En rigor, si se viene a ver, los dirigentes polticos que en 1960 huyeron de Cuba para buscar el apoyo de los Estados Unidos estaban haciendo lo mismo que haban hecho en el pasado, los

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adversarios de los otros gobiernos. Buscar el amparo de Washington para tumbar al Gobierno de Fidel Castro. Hicieron lo mismo que haban hecho los que haban corrido a la embajada para darle las quejas a Welles contra Machado.

Desde 1960 se estn oyendo las quejas. Desde entonces se estn acusando a los americanos porque son flojos, porque no tumban a Castro, porque no hacen nada, porque nos han olvidado, porque son unos traidores. Luis Bez: Trataron de implicar a Cuba en el asesinato de Kennedy. Luis Ortega: Eso es muy cierto. Algunos teoricos hablaron de la posible participacin de exiliados cubanos en el asesinato del Presidente Kennedy para provocar la intervencin en Cuba. Nunca se sabr la verdad. En los primeros momentos se pens en acusar a Castro del crimen. Tenemos que situarnos en la poca. El da del asesinato de Kennedy yo estaba en Ciudad Mxico y vi a un grupo de cubanos brindando alborozados por la muerte del presidente americano. Daban por cierto que ahora s los Estados Unidos tendran que intervenir en Cuba. A Kennedy lo odian a muerte los cubanos de Miami porque mand una invasin a Cuba y se neg a invadir a la isla. Durante la crisis de los cohetes en octubre de 1962 estos cubanos de Miami corran de un lado a otro entusiasmados ante la perspectiva de una guerra nuclear. Soaban con una catstrofe que hundiera a Cuba en las aguas del Caribe. Hasta dnde puede llegar el anhelo de los cubanos de provocar un conflicto para obligar a los Estados Unidos a desembarcar en Cuba? 40

En realidad, este anhelo de provocar a los Estados Unidos sigue vigente entre los cubanos. La estpida campaa sobre la planta nuclear de Juragu se hace para meterle miedo a los americanos. Nadie les hace caso, pero la intencin es buscar el conflicto. Ya todos los argumentos que se han estado usando desde 1959 han perdido importancia. Lo de los derechos humanos se ha convertido en un verdadero relajo. Pero, tienen que insistir en buscar pretextos para conmover a la opinin pblica americana. No lo pueden lograr, porque ya es tarde y ya hay fatiga. Luis Bez: Hay alguna coincidencia entre aquella situacin y la actual? Luis Ortega: Hoy estamos en una situacin parecida. La gran masa de cubanos anticastristas ha sido entrenada durante estos aos para entender que el futuro de Cuba como nacin tiene que basarse en la dependencia poltica y econmica a los Estados Unidos. Cuba tiene que ser un apndice de los Estados Unidos, escribi en un libro Carlos Alberto Montaner40, uno de los mejores idelogos de la tesis anexionista. Los intereses multimillonarios de las empresas licoreras y azucareras han aportado grandes sumas de dinero para provocar conflictos entre Cuba y los Estados Unidos. Los grupos cubanos de Miami que operan con criterios superados por la historia, se han agotado. Adems, la poca en que Washington mandaba emisarios a Cuba para regaar al Presidente qued atrs. Luis Bez: Entre las provocaciones y agresiones, se encuentra la operacin Peter Pan41?

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Luis Ortega: Me recuerdo muy bien. Eso fue en la dcada de los 60. A travs de las trasmisiones de Radio Swan42, se reg el rumor de que el gobierno cubano iba abolir la patria potestad. Incluso imprimieron un falso decreto mediante el cual el Gobierno le iba a quitar los nios a sus padres. Por supuesto, todo era falso. La intencin era crear el descontento en la Isla. El resultado fue que 14 000 nios fueron sacados de Cuba, apresuradamente, y almacenados en una especie de campo de concentracin en el sur de Miami, en un lugar llamado Matecumbe.43 Fue una operacin realmente sucia. Recuerdo haber estado de visita en aquel campamento lleno de nios sin padre. Era un espectculo triste. Qu necesidad haba de sacar aquellos nios de Cuba para distribuirlos por todos los Estados Unidos, muchos de ellos en orfelinatos? Los curas tuvieron mucho que ver en la operacin. Muchos de aquellos nios pasaron cinco, diez, quince aos solos en los Estados Unidos, viviendo de la generosidad americana. Algunos ni siquiera llegaron reunirse con sus padres. Algo realmente canallesco. Luis Bez: Y que me dice de los pronsticos de los economistas? Luis Ortega: Hay economistas en Miami, incluso profesores que llevan ms de tres dcadas demostrando en sus charlas por radio que, de acuerdo con las leyes ms elementales de la economa, ya a Castro le quedan apenas tres meses de vida. No pueden funcionar ms de tres meses, exclaman, apasionadamente, y los aos y las dcadas y nada, sigue funcionando.

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Por qu? Porque estos mismos economistas siempre parten de premisas falsas. Siempre se basan en informaciones falsas. Es decir, viven en otro mundo, en una sobre realidad. En una ficcin. Inclusivo los que se han enriquecido en este mundo, es decir, los pcaros, se sienten a gusto en esta nebulosa. Luis Bez: Cul es su opinin sobre Jorge Mas Canosa? Luis Ortega: Te dir que la muerte de Mas Canosa es la muerte de la Fundacin. Acumul demasiados millones de dlares. Y no se puede negar, en modo alguno, que sus compaas prosperaron al calor de sus relaciones en Washington y de sus contribuciones a las campaas polticas de los americanos. Mas Canosa hizo una cosa muy interesante: en vez de dejarse sobornar por los americanos se dedic a sobornarlos. Respeto mucho a los hombres inteligentes, aunque no tengan mucha vergenza. Nunca intercambi dos palabras con Mas Canosa porque era el tipo de cubano que hablaba a gritos y manoteaba mucho, pero es obvio que el hombre tena vocacin para el mando y era ejecutivo. l fue creador de Ileana Ross44 y Lincoln Daz Balart45, los dos pintorescos personajes del mundo cubano, que se desempean como legisladores. Quin les es iba a decir a los fundadores de la patria americana que dos energmenos como estos estaran sentados en el Capitolio Nacional. No es un secreto que algunos de sus socios en la Fundacin Cubano-Americana se quejan de que ellos no han podido participar, sustancialmente en los beneficios que recibi Mas Canosa. Es decir, hubo engao. Cuando los negocios van mal, los socios entran en

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disputa. Los otros, los que han puesto el dinero, no han recibido suficientes beneficios. Luis Bez: Por qu lleg a ese liderazgo dentro de la mafia? Luis Ortega: Por el dinero. Se hizo millonario, poniendo a un lado los escrpulos ticos y lleg a organizar un vasto sistema de complicidades polticas, consagrndose a defender los intereses de los Estados Unidos. En un artculo que public la revista The New Republic, el 3 de octubre de 1994, emplearon la palabra mobster para referirse a Mas Canosa y tambin la palabra megalomana. Eso lo irrit mucho. Qu es un mobster ? La palabra no aparece en los diccionarios ms comunes. Sin embargo, en los ms especializados se define mobster como el miembro de una banda de criminales. En Miami algunas gentes han tenido que pagar un alto precio por discrepar del pintoresco personaje que se proclamaba como el lder ms importante de la causa anticastrista. Con sus relaciones y con su dinero logr que algunos de sus crticos y competidores fueran investigados por el Bur Federal de Investigaciones (FBI)46 o por el Internal Revenue Service (IRS).47 Durante aos, la Fundacin estableci un rgimen de terror en Miami. En cierto modo se trata de una organizacin, hasta cierto punto secreta, que se infiltra silenciosamente en todas partes y premia a los que la obedecen y castiga a sus crticos. Ninguno de los candidatos, en ninguno de los municipios de Miami, y tampoco en el Gobierno del condado, podan atreverse a aspirar si no contaban con el visto bueno de la Fundacin y de Mas Canosa.

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Este personaje manejaba, con absoluta autoridad, las trasmisiones de Radio Mart y las de TV Mart.48 Esta ltima nadie la ve en Cuba, pero Mas Canosa obligaba al Gobierno a pagar por unos programas ridculos que nadie ve, simplemente para demostrar la fuerza que tena en la Casa Blanca y en el Congreso. Nadie poda trabajar en estas plantas si no tena la aprobacin secreta de Mas Canosa. Si algn da se creara una comisin de alto nivel para investigar las ramificaciones de la Fundacin en el sur de la Florida, en los gobiernos locales, en el Gobierno del Estado, en la obtencin de contratos millonarios, en la distribucin de puestos, etc. , el resultado sera espectacular. Cuntas gentes fueron amenazadas por Mas Canosa y por los elementos que formaban su guardia personal? El representante demcrata por Nueva York, Charles Rangel49, denunci que fue amenazado por Mas Canosa. La Fundacin se gast una considerable cantidad de dinero para impedir la reeleccin de Rangel. Claro est que fracas. En Miami, la lista de los amenazados sera interminable. Mas Canosa no tena una ideologa. Toda su poltica consista en sobornar a congresistas americanos, presionar en los medios de comunicacin y hacer mucha bulla para provocar una invasin a Cuba por las tropas de los Estados Unidos. Mas Canosa aspiraba llegar al poder del mismo modo que lo hizo el gordo Endara50, en Panam. Y despus? Venderlo todo. Vender las concesiones. Vender las propiedades. A eso tan simple se reduca su ideologa. La Fundacin es una especie de organizacin masnica sin ideales donde se han agrupado los peores cubanos que forman las filas de la 45

emigracin. Gente sin escrpulos morales de ninguna clase. Me imagino que en esa organizacin debe haber algunas raras excepciones. Yo no las conozco. Luis Bez: Qu tipo de sociedad han construido? Luis Ortega: El tipo de sociedad que han construido los cubanos que se llaman desterrados est calcada, al detalle, de la sociedad protestante usual en los Estados Unidos. El hroe no es Jos Mart que cruzaba a pie el puente de Brooklyn, ms pobre que una rata y se mont en un bote para ir a morir a Dos Ros. El hroe es Mas Canosa dedicado, en cuerpo y alma, a hacer millones de dlares a como sea y que cruzaba las calles de Miami, y tal vez el puente de Brooklyn, rodeado de guardaespaldas y en un lujoso carro blindado. Mas Canosa era el jefe agresivo, y poco escrupuloso, de un grupo de cubanos negociantes, el dueo de empresas que trajinaban con los gobiernos y que reciban millones dlares en contratos, frecuentemente amaados, esa era la gran figura para estas gentes. Han muerto a lo largo de estos 40 aos miles de cubanos que de buena fe estaban luchando por ideales, lo mismo del lado de ac que del lado de all, pero esos no tienen importancia. El anonimato los devora. De las cosas que publicaron en los peridicos sobre Mas Canosa o lo que se dijo por la radio y la televisin se podra tener la falsa impresin de que muri un patriota austero y digno que soaba con una patria mejor para todos. Pero, Mas Canosa en realidad representaba el pensamiento cubano que siempre ha querido mantener a Cuba como una colonia de los 46

Estados Unidos. Tena Mas Canosa algunas ideas polticas o saba realmente algo de la triste historia de Cuba? Creo que estaba muy lejos de eso. Era en verdad un dirigente poltico interesado en el destino del pas donde naci? No hay indicios de que este hombre haya hecho otra cosa que usar el problema de Cuba para beneficio personal y para enriquecer a sus socios. Era un hombre que iba a la radio a amenazar a sus adversarios y que jams produjo una idea que fuera de utilidad para la humanidad. Se construy una imagen de gran dirigente a fuerza de dinero y supo enriquecer a los miembros de su camarilla. Este hombre representaba los intereses coloniales de los Estados Unidos y fue el vocero de la anti-Cuba. Con su dinero y sus sobornos hizo todo lo posible para empobrecer y tratar de arruinar a Cuba. Se convirti en el mejor representante de las fuerzas oscurantistas y mercenarias que entregaron la Repblica el 20 de mayo de 1902. El ideal que este hombre defendi con sus campaas de propaganda era el de la invasin a Cuba, el bombardeo a la Isla, el saqueo de sus riquezas, la destruccin de sus ciudades, el bloqueo criminal. Desde un punto de vista poltico, al margen de la compasin humana, nada de eso lo hace merecedor de las lagrimas de los cubanos decentes. Cada cosa en su sitio. Paz a sus restos. Luis Bez: Los cubanos que arriban a Miami, son presionados por la Fundacin? Luis Ortega: El cubano que llega a los Estados Unidos se ve sometido a un barraje de propaganda que lo obliga integrarse a la mafia, so pena de verse excluido de todo. Discrepar de los esquemas mentales

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que se han creado es peligroso. Eso se considera traicin. Las discrepancias provocaron varios asesinatos. El terrorismo todava existe. Las puertas estn cerradas para todo los que protestan contra el sectarismo. Las mafias ejercen un control muy sutil, pero que se siente en el aire. La Fundacin Nacional Cubano Americana controla el acceso a las universidades y a la mayor parte de los cargos pblicos en el Condado de Dade. Los cuerpos de polica estn infiltrados, al igual que el servicio de aduanas. Es asombroso que no se haya iniciado una investigacin en el Congreso para poner al desnudo la corrupcin que existe en Miami y como estos grupos cubanos han organizado un sistema de extorsin y de persecucin que no tiene precedentes en los Estados Unidos. Se trata de un aparato de terror que se ha ido creando con el propsito de controlar las actividades polticas y econmicas. Richard Nixon51, Ronald Reagan52 y George Bush53 son los autores del manicomio de Miami y fueron los que ayudaron a enriquecerse a estas gentes. Los tres fueron muy importantes en el proceso de creacin de la mafia. Luego, entonces, otro republicano significara el retorno al pasado. No tienen ideas; tienen instintos. Si se hiciera una investigacin a fondo sobre el origen de las enormes fortunas que han hecho estos cubanos de Miami -siempre con el pretexto del problema cubano -, se descubrira la existencia de un bajo mundo muy srdido. Pero, esa investigacin no se har nunca, porque hay muchos elementos polticos americanos involucrados en el proceso. Luis Bez: Cuntas posiciones existen en el exilio?

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Luis Ortega: Podra decirse que entre la gran masa de cubanos que vive en el extranjero, -y que se hacen llamar exiliados, algunos con razn y otros sin ella -, hay cuatro posiciones muy definidas, o sea, cuatro maneras de enfocar el problema de Cuba. En cada una de las posiciones hay diversas variantes, pero en lo fundamental coinciden. Hay el sector de la vieja generacin congelada que aspira a darle marcha atrs a todo lo que se ha hecho en Cuba en estos ltimos 40 aos, lo bueno y lo malo. Estas gentes quieren la liquidacin del proceso revolucionario y ven con buenos ojos que la Isla retorne a la esfera de influencia de los Estados Unidos. Suean con un golpe de Estado, con el asesinato de Castro, con el castigo de todos los culpables, con juicios sumarios, etc. En este sector, adems de los viejos de la primera jornada que quedan vivos, aparecen todos aquellos que estuvieron complicados en los primeros aos de Revolucin. Hay que situar en este grupo al millonario Huber Matos54, a Agustn Tamargo, Carlos Franqui, Guillermo Cabrera Infante, Cesar Lante,55 Jess Daz56 y a todos los individuos que desertaron de la Revolucin y se han convertido en feroces conversos. Individuos que lograron convertirse en personajes gracias a la Revolucin son los ms intransigentes a la hora de hablar del problema cubano. Qu hubiera sido del difunto Mas Canosa si gracias a la Revolucin no hubiera salido de Cuba? Probablemente habra pasado el tiempo sentado en un banco del Parque Cspedes de Santiago de Cuba, rodeado de un grupo de amiguitos, hablando de la ltima pelcula de vaqueros.

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Ah tienes el caso de Jess Daz que cuando era secretario del Comit del Partido en el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematogrfica ( ICAIC) siempre se opuso a que destacados cineastas fueran militantes de partido debido a que eran homosexuales y desde su cargo de director del Caimn Barbudo 57 no tenia piedad con nadie que no mantuviera una posicin marxista. Lenin58 estuvo muy claro cuando dijo que debajo de la piel de un extremista haba un oportunista. El pesado fardo del pasado los obliga a tomar una posicin radical. Quieren sangre. Quieren disfrutar del dulce placer de la venganza. Ellos saben que no tienen regreso a nada. Muchos son demasiado viejos. Otros se han hecho ricos con la industria del anticastrismo. Los hay que son muy brutos y no les queda ms remedio que pedir soluciones simples. Este primer sector - que cada vez se va reduciendo ms porque la Revolucin ya lleva 40 aos en el poder y no hay seales de que se vaya a terminar -, cree, y lo dice, que mientras quede un cubano vivo en la Isla hay que seguir luchando desde el extranjero y disfrutando de las comodidades de lo que llaman exilio. Estn esperando que sean otros los que se sacrifiquen. Hay un segundo sector que ha prosperado en el extranjero utilizando el pretexto de luchar contra el castrismo. Son, sobre todo, los locutores de radio, casi todos analfabetos integrales, absolutamente ignorantes de la historia de Cuba, gentes sin una ideologa clara, individuos que han comercializado el anticastrismo. Hacen maratones todos los das. Incitan a las pobres gentes a huir en balsa. Recaudan dinero para todo lo que se les ocurre. Estafan a 50

sus pobres oyentes hacindoles creer que todo est a punto de cambiar. Llevan nada menos que 40 aos, con la misma historia. Por supuesto, estos dos primeros sectores se pueden mezclar. Un tipo puede encajar en el primero y tambin en el segundo. Mas Canosa, por ejemplo, jugaba en los dos grupos. Hay un tercer grupo o sector que discrepa de los dos primeros, aparentemente. Quieren una negociacin con Castro, pero una negociacin en serio; es decir, con ellos. Quieren ir a Cuba representando una cosa abstracta que se llama exilio para convencer a Castro de que tiene que hacer reformas polticas, incluyndolos a ellos. Quieren una transicin en la cual puedan insertarse. El ejemplo ms tpico de este sector es Carlos Alberto Montaner. Est loco buscando la manera de conseguir que Castro le d entrada y lo nombre mediador. La audacia es la virtud de los pcaros. Y Montaner es audaz. Pero, Castro es demasiado listo para dejarse atrapar por el individuo. Queda un cuarto grupo. Son los que observan el problema de Cuba en una forma absolutamente gratuita. Son gentes que conocen la historia de Cuba. Son los que no aspiran a nada. Se oponen a la guerra que le han declarado los Estados Unidos a Cuba y que lleva ya 40 aos. No comulgan con ninguna de las tesis que expresan los tres grupos anteriores. No hay aspirantes presidenciales en este grupo. No pertenecen a ninguna de las 456 organizaciones anticastristras que se dedican a recaudar furiosamente. Creen que es posible llegar a un entendimiento con los Estados Unidos, arrancando de una situacin de mutuo respeto. Se oponen al 51

embargo porque este es criminal. Entienden que el valladar contra las presiones de Washington de recuperar el control de la Isla es, precisamente, Castro. Conocen muy bien las maquinaciones de los grupos uno, dos y tres y han llegado a sentir un profundo desprecio por los elementos que se desenvuelven en esos grupos. Cada uno de los cuatro grupos puede dividirse y subdividirse. Hay infinidad de variantes. Luis Bez: A qu grupo pertenece usted? Luis Ortega: Me atrevera a decirte que al ltimo. Con ciertas reservas, porque detesto los grupos y es difcil encasillarme. Luis Bez: Hablan del duro pan del exilio. Luis Ortega: El exilio ha sido un buen pretexto para que muchas gentes se hayan desarrollado en un sistema econmico muy superior al de Cuba y que ofrece excelentes oportunidades. Lo que no es aceptable es que estas gentes pronuncien arengas hablando del duro pan del exilio. Lo ms gracioso de todo esto es que aquellos que de verdad se han comido el duro pan y no han prosperado en el destierro, esos prefieren no hablar. Y debe tenerse en cuenta que por cada uno que ha triunfado hay veinte que han fracasado. Miles de cubanos honestos han muerto en los Estados Unidos, devorados por la tristeza del destierro. Otros miles sufren todava las amarguras del alejamiento de la Isla. Pero, stos no hablan ni ejercen como lderes ni forman grupos ni van a los mtines. Es una masa silenciosa.

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(1891 1961). Manej los destinos de Repblica Dominicana durante 31 aos. Perdi la vida en un atentado el 30 de mayo de 1961. 2 (1903- ?). Militar cubano que huy haca Santo Domingo el 1 de enero de 1959. 3 Situada en el litoral caribeo, prxima a la Cinaga de Zapata, fue uno de los enclaves por donde se produjo el desembarco mercenario el 17 de abril de 1961. 4 (1922-1967). Presidente de Nicaragua de 1956 a 1963 5 Programa de salud del Gobierno norteamericano dirigido a las capas ms pobres. 6 Organizacin superreaccionaria. 7 Elemento extremadamente conservador. 8 Terrorista de origen cubano financiado por la FNCA. 9 (1924). Periodista. Vive saturado de amargura y resentimiento. Cae en profundo estados depresivos. Es el mximo consumidor de vodka en la ciudad de Miami. 10 (1853 1895). Apstol de la Independencia de Cuba. 11 Yate en que Fidel Castro y sus 81 compaeros hicieron la travesa desde Tuxpan, Mxico hasta las Coloradas, cerca del poblado de Belic, en las costas orientales de Cuba donde arribaron el 2 de diciembre de 1956. 12 Acorazado norteamericano que estall en el puerto de La Habana. 13 (1835 1908). Presidente cubano de 1902 a 1906. Su mandato fue de sumisin a los Estados Unidos y dependencia total de este. 14 Embajador norteamericano que desempe un papel importante en el derrocamiento de Gerardo Machado. 15 1942). Periodista de origen cubano. Firme partidario de la anexin de Cuba a los Estados Unidos. 16 Al frente de la operacin se encontraban los hermanos Pola y Ramn Grau Alsina en combinacin con autoridades norteamericanas y algunos sacerdotes. 17 Estacin de radio manejada por la Agencia Central de Inteligencia (CIA). Estaba ubicada en la isla Swan frente a las costas de Honduras 18 Campamento donde fueron alojados numerosos jvenes vctimas de la operacin Peter Pan. 19 Representante a la Cmara de origen cubano. Ms conocida como la loba. 20 Representante a la Cmara de origen cubano. 21 Dependencia del Departamento de Justicia y principal Agencia Federal de Investigacin. Tom su nombre actual en 1935. 22 Organismo encargado de cobrar los impuestos. 23 Emisoras anticubanas financiadas por el Gobierno norteamericano. 24 Representante a la Cmara. Opuesto al bloqueo a Cuba. 25 (1937). Guillermo Endara fue colocado al frente del Gobierno panameo en 1989 cuando las tropas norteamericanas ocuparon el pas. Permaneci hasta 1994. 26 (1913 1994). Gobern los Estados Unidos desde 1969 hasta 1974 en que se vio obligado a dimitir por el escndalo de Watergate. 27 (1911). Se mantuvo en la presidencia desde 1981 hasta 1989. Durante su administracin intervino en diversas ocasiones en los asuntos internos de otros pases, tanto de forma indirecta en el apoyo a los regmenes conservadores de El Salvador y Honduras, en la ayuda a la contrarrevolucin nicaragense, como en la invasin directa a la isla de Granada en 1893. 28 (1924). Estuvo en la presidencia hasta 1993 y es el mximo responsable de la invasin militar a Panam. Desempe un papel muy importante en la guerra del Golfo Prsico en 1990. 29 (1919 ). Ex comandante del Ejrcito Rebelde. 30 1928). Escritor. Profundamente extremista. Pidi asilo en Espaa en un viaje de trabajo. 31 Escritor. Autor de numerosos artculos y documentales a favor de la Revolucin hasta que traicion el proceso. 32 Publicacin de la juventud comunista.
33 (1870 1924). Fundador del Primer Estado Socialista.

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Bomba de tiempo

Luis Bez: Realmente, existe un exilio? Luis Ortega: No hay tal exilio. Hace muchos aos que los cubanos estn viviendo una verdadera comedia poltica. Han convertido la palabra en un sitio. Aqu en el exilio, dicen, como si se tratara de un punto geogrfico. No hay tal. El exilio, el destierro, es una tragedia. Es la muerte que se lleva por dentro. Es la perdida de los hijos que les nacen hbridos y que llegan a despreciar a los padres que viven en el pasado. Es la perdida de la lengua, que es la sangre que vivifica el alma. Lo ms trgico que le puede ocurrir a un hombre es quedarse sin lengua y sentir que la estn destrozando en las calles. El exilio es una cosa muy seria. El verdadero desterrado es el que sale de su patria porque es perseguido y porque sus ideas polticas ponen en peligro su vida y la de su familia, que sabe que no tiene ms vida que la que podra recuperar con el regreso. Salvo una minora, sobre todo la que arranc al principio cuando muchas gentes no aceptaron los cambios que impuso la Revolucin, salvo esa minora el resto de esto que llaman exilio es una burda emigracin de tipo econmico y poltico. Digo poltico porque hay un sector de la poblacin cubana, - y siempre lo hubo- que, instintivamente, tuvo agazapado en el anhelo de trasladase al Norte. Lo que los retena en la Isla era la imposibilidad de emigrar. No hay nada fuera de la patria que pueda servir de consuelo al desterrado que se queda con las races al aire. No tiene futuro. Su

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futuro es su pasado. No es cierto que el desterrado tenga que besar la tierra que le da asilo, como han hecho miles de cubanos a travs de los aos. La tierra del asilo no es la libertad. La libertad ha quedado atrs, es su pasado. Nadie es libre fuera de su tierra. La tierra que lo acoge es fea y dura, sobre todo si es tierra de otra lengua difcil. Por eso deca Mart que nunca son ms bellas las playas del destierro que cuando se le dice adis. No son bellas cuando se llega a ellas. Lo son cuando la abandonamos. Luis Bez: Es el exilio una creacin de los Estados Unidos. Luis Ortega: El exilio cubano ha sido inventado, financiado, protegido y utilizado por los Estados Unidos, incluso en las campaas polticas presidenciales, debido al caudal de votos que han llegado a tener los cubanos, quienes, en gran mayora, son ya ciudadanos americanos. Y no se puede tener la menor duda de que miles de cubanos han asimilado muy bien la sutil propaganda que estn recibiendo desde hace aos y se sienten como patriotas que viven en un destierro similar al de los cubanos del siglo pasado. Los llamados dirigentes del exilio en el 2000 son individuos de un nivel intelectual y poltico muy bajo; a ocurrido un serio proceso de degradacin. Sin embargo, ellos, con el apoyo americano, insisten en que el exilio tiene que formar parte de cualquier solucin poltica. Hablando constantemente de que sin ellos no es posible llegar a un clima de paz en Cuba y eso es falso. La mayor parte de estos dirigente son ciudadanos americanos que se han enriquecido durante el proceso y ni siquiera estn capacitados desde el punto de vista intelectual para participar en un Gobierno en Cuba. 55

La documentacin que existe a estas alturas sobre la conducta de los cubanos a lo largo del proceso del exilio es abrumadora y revela un grado alarmante de entreguismo a los intereses americanos. Por primera vez en la historia poltica de Cuba ha sido imposible integrar una oposicin legtima al Gobierno de Castro ajena a las presiones de Washington. Los esfuerzos que se han hecho, algunos muy estimables, han degenerado siempre en el servilismo. Esta es la razn principal que explica la esterilidad de los grupos de supuestos exiliados. En su mayora son simples emigrantes econmicos que se disfrazan de exiliados y asumen el repertorio de ideas que desde el principio fue suministrado por los agentes de Washington. Ese repertorio, por supuesto, ha sido siempre de extrema derecha. El caso mo no es nico. Hay miles de cubanos que llevan muchos aos en los Estados Unidos con la etiqueta de exiliados y que, sin embargo, no comparten, en modo alguno, las corrientes ideolgicas que corren por Miami y otros centros de cubanos. No se expresan pblicamente porque la cautela les impone el silencio. Discrepar tiene sus peligros, sobre todo de naturaleza econmica. Eso no quiere decir, necesariamente, que estas gentes, y me incluyo yo mismo, estn de acuerdo con la Revolucin y estn dispuestos a un viraje de 180 grados. Luis Bez: Han montado una farsa? Luis Ortega: Eso es lo grave, lo peligroso, es la farsa. Lo grave es que se han convertido en factor de perturbacin que usan los americanos para tratar de rescatar la influencia que perdieron en Cuba. Lo grave es que operan como cmplices de los Estados Unidos 56

y en contra de los verdaderos intereses de Cuba. Lo bueno que tiene todo esto es que la comedia se est acabando porque las realidades de la vida se van imponiendo. Se van muriendo los viejos desterrados. Van surgiendo caras nuevas que no necesitan engaar a nadie. El lema de lo que importa es el cash se va adentrando en el alma de estas gentes. Luis Bez: Dnde radica el mal? Luis Ortega: En los orgenes. No hubo en lo que se refiere a la mayora, un verdadero exilio poltico. No eran perseguidos. Eran gentes sobornadas. La Revolucin, en rigor, tuvo pocos enemigos verdaderos. Tuvo perjudicados, gentes que fueron daadas por el nuevo proceso poltico que comenzaba. Fueron pocos los perseguidos. Con aquel material humano fue que los americanos inventaron lo que pomposamente se hace llamar el exilio cubano de Miami. En realidad hubo gentes inteligentes, pero vanales e irresponsables, en los primeros tiempos de la parodia. Ya han muerto casi todos. Lo que ha venido despus es la resaca. Bsicamente, los desertores de la Revolucin, los que hicieron horrores en los primeros tiempos y despus salieron huyendo. La composicin poltica, - llammosla as por generosidad, intelectual, profesional, empresarial, etc.- , de esto que llaman exilio cubano, es de un nivel muy discutible. Y en esto, precisamente, radica el fracaso. En 40 aos no han podido hacer otra cosa que buenos negocios, excelentes fraudes y crear un vasto sistema de complicidades. Eso es lo que los une. Por eso 57

se han desprestigiado. El cubano de Miami se ha segregado totalmente del tronco nacional cubano. Es falso eso de que conserva la lengua y las costumbres. En rigor no es la misma lengua y tampoco son las mismas costumbres. Una demostracin muy clara est en las relaciones del cubano supuestamente exiliado de Miami con el negro. El odio que existe entre cubanos y negros en Miami es de alta intensidad. Por eso en todo el pas, y en el mundo entero, el perfil del supuesto exilio cubano de Miami es abominable. Por eso, quizs, los dirigentes americanos han tenido que llegar a la conclusin de que tienen que quitrselos de arriba. Por primera vez en 40 aos el chantaje de los exiliados ha fracasado en el caso del nio Elin. El mundo mgico de Gabriel Garca Mrquez59 se queda corto si se le compara con el delirante universo que hemos creado los cubanos en estos ltimos 40 aos de magias e invenciones. Luis Bez: Por qu lo dice? Luis Ortega: Porque hay material suficiente para hacer una antologa del disparate. Nuestro Macondo est tejido con sueos. El tema ms interesante sera el de los presidentes de los gobiernos cubanos en el exilio con su cortejo de ministros, funcionarios, embajadores, periodistas y todo lo dems. Uno de esos casos fue el de Jos Morell Romero,60 quien firmaba decretos, conceda audiencias, nombraba embajadores, ministros y mandaba declaraciones a la prensa. Morell por ser el magistrado ms antiguo del Tribunal Supremo, el nico sobreviviente, se consideraba con capacidad de ejercer la 58

primera magistratura de acuerdo con una constitucin de 1940, de la cual ya nadie se acuerda. La idea del gobierno cubano en el exilio es un viejo sueo de los patriotas cubanos. Siempre han tropezado con la resistencia de los americanos, que se oponen, sistemticamente, al proyecto. En los aos 1963, 1964, cuando se desmantel el aparato de sueldos y subvenciones que tenan los americanos en Miami, un grupo de personajes de la poca, todos ya fallecidos, se lanzaron a la tarea de formar un gobierno en el exilio. Tambin hace muchos aos, otro viejo magistrado llamado Julio Garcern61 mont un gobierno en un modesto apartamento del ghetto de Miami. Era, en aquel momento, el magistrado ms antiguo. Nombr sus ministros, sus embajadores, hasta un Congreso. Algunos amigos lo aconsejaron que dejara esa locura, pero l se negaba pues tena un mandato sagrado. Los integrantes del nuevo organismo eran ex presidentes, ex senadores, ex ministros, ex embajadores y cosas as. La intencin que tenan aquellas gentes era, precisamente, crear el gobierno y entonces salir a recorrer la Amrica Latina, contratando emprstitos para la guerra que iban a hacer. El plan era absolutamente delirante. En aquellos tiempos yo tena acceso a las deliberaciones secretas de los personajes que estaban ya montando el negocio de las recaudaciones. Uno de los misteriosos americanos de la CIA que, en esos aos, le tomaban el pelo a los cubanos nos pidi, a un amigo y a m, que furamos a ver al Presidente para rogarle que renunciara, patriticamente, en aras de la sagrada unidad de los 59

cubanos. Fue una escena inolvidable. No es posible olvidarla. El presidente, sentado en un silloncito en la humildsima casita de Miami, mientras la esposa frea unos pltanos en la cocina, resisti durante tres horas nuestro asedio. No renunciaba porque el mandato constitucional era inapelable. Y no renunci. Pero, le ocurri algo peor: fue olvidado y muri decepcionado en algn estado del norte. Cuando empec a publicar los dilogos que tenan los miembros del gobierno en las reuniones que celebraban alrededor de la piscina de un ex senador, el plan empez a desmoronarse. Entraron todos en disputa, acusndose mutuamente de ser espas de la prensa. Fue algo as como si alguien hubiera intentado convencer a Sancho Panza de la conveniencia de renunciar al cargo de gobernador de la nsula de Barataria. Aquello era una cosa delirante. A travs de los aos, desde 1960, la propaganda ha estado dirigida a establecer la nocin de que los dos millones de cubanos que forman el exilio en los Estados Unidos son patriotas que han escogido el camino de la libertad. El hecho de que muchos ya se han naturalizado y estn asentados de manera permanente en el pas no influye en nada. Es hermoso y hasta heroico ser un desterrado. Es hasta potico. Mart dej toda una potica del desterrado. Tratar de convencer a la masa de cubanos de que han sido engaados y de que se han puesto al servicio de una potencia que trata de reconquistar su dominio sobre Cuba parece ser, a estas 60

alturas, un esfuerzo intil. No es fcil despojarlos de ese carnet de herosmo patritico. Luis Bez: Qu es lo que hay? Luis Ortega: Lo que hay, de hecho, es una mayor comprensin hacia la Revolucin Cubana y una clara disposicin para entender que ocurrido en Cuba es culpa, en gran medida, de la guerra que han desatado los Estados Unidos contra la Revolucin. Muchos de los viejos adversarios de la Revolucin que no estuvieron de acuerdo con el proceso, han ido cambiado de actitud. El tiempo ha operado en forma benfica. El exilio no tiene nada de romntico, sino todo lo contrario. Se trata de una estratagema mediante una inversin de miles de millones de dlares, con el propsito de impedir que la Revolucin Cubana llegue a consolidarse en paz. El exilio es un artificio montado por la poltica de Washington. Llevo aos opinando desde las entraas de este supuesto exilio del cual fui uno de sus fundadores. Nadie puede acusarme, y nadie lo hizo nunca, de haber participado en el proceso revolucionario. Yo no tengo nada que ver con la Revolucin de Castro y he sido vctima de ella. Con el tiempo he ido modificando mis criterios sobre el proceso cubano. Luis Bez: El vivir fuera de la Patria, es duro? Luis Ortega: Muy duro. Tradicionalmente, los exilios, en nuestra historia, han tenido un carcter hasta cierto punto romntico. En la poca de la colonia los emigrados revolucionarios disfrutaban de una aureola casi heroica. Era gente que - desde los Estados Unidos, perseguidos por 61

agentes espaoles y americanos- , luchaban contra Espaa y en tiempos de guerra se embarcaban en expediciones que eran atrapadas muchas veces por los americanos. Despus hubo exiliados en los otros gobiernos. En 1923 existieron ncleos de exiliados cubanos en Ocala, Florida. Entre ellos estaban el poeta Rubn Martnez Villena62, el escritor Jos Antonio Fernndez de Castro63 y Calixto Garca Vlez64 quienes estaban enfrentado al Gobierno de Alfredo Zayas.65 Los grupos de exiliados en tiempos de la dictadura de Machado - en 1930 - fueron ms nutridos y estuvieron asentados en Miami. Luis Bez: En la lucha contra Batista, les era fcil moverse a los exiliados? Luis Ortega: No slo durante el Gobierno de Batista, sino desde la poca de las guerras de independencia, y desde el siglo XIX, hasta 1959 los exiliados cubanos en la Florida, tanto en Miami, como en Tampa y Cayo Hueso, tropezaron siempre con la barrera de las autoridades americanas que prohiban las actividades contra el Gobierno de Cuba. Eso era as en tiempos de Espaa y en tiempo de los dictadores. En tiempos del Gobierno de Batista,- entre 1952- 1959, la vida de los exiliados cubanos en la Florida y en otras partes del pas fue muy dura. El Departamento de Inmigracin fue siempre un azote para los cubanos de aquella poca. Las oportunidades de trabajo eran muy escasas. Las autoridades locales y federales perseguan con saa a los cubanos que trataban de hacer algo contra el Gobierno de Batista. En ningn momento durante aquellos aos fue posible que los 62

exiliados pudieran conseguir un breve espacio en la radio - en Miami o Nueva York - para trasmitir propaganda contra Batista, quien era considerado un Presidente amigo. Tampoco fue posible hacer una publicacin, como no fuera clandestina. Algunos exiliados tuvieron que inscribirse como agentes extranjeros en el Departamento de Justicia de Washington para poder realizar alguna actividad contra el Gobierno de Cuba. Estos grupos de exiliados, en Miami, estuvieron siempre bajo la vigilancia del Gobierno de los Estados Unidos, en colaboracin con agentes cubanos. El ex presidente de Cuba, Carlos Pro, fue paseado por la calle Flagler de Miami esposado y lo arrojaron en una celda por delito de mezclarse en algunos actos contra el Gobierno de Batista. En aquellos tiempos los exiliados vivan en la miseria. No era fcil el exilio. Batista tena en Miami una tropilla de policas que espiaba a los exiliados. Casi toda la gran prensa americana, empezando por The Miami Herald, silenciaba las actividades de los exiliados. Es decir, no haba acceso a sus paginas. Los cubanos exiliados que queran obtener la residencia permanente tenan que pagar costosos abogados para gestionar las visas. Recuerdo a Felix Elmuza66 y a Juan Manuel Mrquez,67 dos cubanos humildes. Me visitaron la noche antes de embarcarse para Mxico de donde saldran al poco tiempo en el Granma para morir en el desembarco. Recuerdo a Jorge Agostini,68 volando a Cuba de noche en una avioneta, sin luces a sabiendas que iba a morir. 63

Por qu haba exiliados pasando miseria en aquellos tiempos y por qu haba otros que luchaban dentro de la Isla y moran? Sencillamente porque eran hombres honestos, hombres con ideales. Luis Bez: Cundo los norteamericanos cambian de actitud? Luis Ortega: Eso cambi radicalmente al triunfar la Revolucin en Cuba. Comenz la luna de miel de Washington con los cubanos que salan de la Isla. Ya en 1960 la oposicin a Castro estaba manejada por Washington. El financiamiento para las actividades subversivas provena de Washington. La campaa publicitaria contra Castro era pagada por los americanos y, adems, dirigida. Las visas las repartan en los parques. A los cubanos que formaban parte del Gobierno revolucionario se les ofrecan cantidades considerables de dinero para que desertaran y se les aseguraba un salario mensual. Se cre una oficina que llamaban Refugio y todos los que llegaban reciban permiso para trabajar, un sueldo mensual y hasta un ranchito todos los meses. As fue como empez a crecer la idea de que quienes se quedaban en Cuba eran traidores y los que llegaban a Miami eran hroes. El ideario que se ha estado manejando en Miami desde 1960 contra Castro ha sido diseado por los americanos. La condicin ineludible para ser aceptado como dirigente anticastrista ha sido, precisamente, la obediencia. Luis Bez: Cmo y por qu se produjo un cambio tan radical? Luis Ortega: La respuesta es muy simple. Cuba haba pasado a ser una ficha en la guerra fra y los Estados Unidos estaban iniciando la campaa para aplastar a Cuba. Necesitaban aliados. 64

De la noche a la maana todas las autoridades, locales y federales, comenzaron a hacerse de la vista gorda. Todo les estaba permitido a los cubanos. Las otras nacionalidades eran perseguidas y encadenadas, como los haitianos, pero los cubanos disfrutaban de privilegios que nunca se les haban otorgado a los extranjeros. Podan hacer lo que les diera la gana. Podan violar las leyes. En ultimo termino, los jueces se mostraban benvolos con los cubanos porque eran algo as como hroes. Los peridicos locales, como el Herald, fueron lentamente infiltrados por los cubanos y llegaron casi a convertirlos en aparatos de propaganda para la causa. Luis Bez: Los que opinan de un modo diferente se les persigue? Luis Ortega: No solamente se persigue a los que opinan de un modo diferente. Se quiere perseguir a quienes no opinan como lo exigen las normas de la chusma. Por supuesto que no es conveniente entrar en generalizaciones. Hay de todo. Y tampoco es posible acusar solamente a los cubanos de esas deficiencias. Inclusivo, sera hasta recomendable ir ms lejos y echarle la culpa a la herencia espaola. Cuando se quiere hablar de imprevisin y de irresponsabilidad siempre es conveniente volver los ojos al extremeo Hernn Cortes,69 que quem las naves cuando se intern en Mxico para la Conquista. Aquel gesto siempre ha sido mencionado como ejemplo de supremo herosmo, pero, en rigor, no hay mucha diferencia entre Hernn Cortes y el cubano que se lleva todas las luces rojas y

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stops en las calles de Miami, simplemente porque le da la realsima gana. Es la misma sangre. Los cubanos que quieren poner a salvo su estabilidad mental tienen que marcharse de Miami. O hacer lo que hago yo, es decir: tomar todas las precauciones para no contaminarse. Lo cual requiere una cierta dosis de agresividad. En 1960, todo pareca indicar que el presidente de la Cuba que iban a organizar los americanos despus del triunfo de la expedicin de Baha de Cochinos iba a ser Jos Mir Cardona70. La historia de Mir es muy triste. Luis Bez: Cul es la historia? Luis Ortega: El da antes de tirar a los expedicionarios sobre Playa Girn, el presidente Kennedy le envo un emisario de alto nivel para informarle que el Gobierno americano no iba a respaldar, en modo alguno, la pintoresca invasin. Esto est plenamente documentado. Mir, con una irresponsabilidad que debe haberle amargado sus ltimos das, en vez de suspender la expedicin, se call la boca y dej que saliera hacia el triste destino que tuvo. Te voy a contar algo para que veas como los cubanos ni aprenden ni se preocupan de la historia. El 18 de julio de 1994, el presidente de la brigada 2506, un hijo de Mir llamado Jos Mir Torra71 - cuando cay preso en Girn lloraba como una Margarita , le escribi una carta al Secretario General de la Organizacin de Naciones Unidas (ONU) exigindole en nombre de Dios, de la Cuba esclava y de la Cuba del exilio, la intervencin armada de

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las fuerzas militares multinacionales de la citada organizacin en la isla de Cuba. Por supuesto, cuando se habla de las fuerzas multinacionales de la ONU, se est entendiendo que son los marines americanos los que la encabezan mayoritariamente. Por qu se empean, 35 aos despus del fracaso de la invasin financiada por los Estados Unidos, en que vuelvan los Estados Unidos a meterse en la aventura de una invasin? Es increble! Los 300 mini partidos que existen en Miami revelan claramente el carcter delirante del cubano. Cada uno con sus respectivos lderes y con su programa. Todos son ciudadanos americanos entregados frenticamente a la tarea de mantener vivo un repertorio de ideas que ya no tienen vigencia en el caso cubano. Luis Bez: Hay cubanos moderados? Luis Ortega: El cubano moderado fue siempre el cmplice del colonialismo. Su misin fue disimular que estaba recibiendo rdenes del Norte. Los grandes abogados, los grandes periodistas, los grandes polticos, la clase rica, llegaron a inventarse una soberana para andar por casa. Ese fue el fraude de la Repblica. Fue un protectorado benvolo. Cuba era una colonia discreta con su burdel abierto. Comprendo muy bien que los moderados cubanos sean moderados, sobre todo si tienen que vivir y hacer sus negocios enl medio de Miami, lleno de energmenos, donde las desviaciones ideolgicas se castigan con el ostracismo. En Miami hay moderados, semimoderados y ultramoderados. Son, en rigor, aquellos que no comulgan del todo con los mitos que se han levantado en estos ltimos 40 aos; son los que exhiben, de tarde en 67

tarde, algn gesto de rebelda intelectual, pero, en lo fundamental, operan en el mbito del mito. Qu quieren los cubanos moderados? A juzgar por las cosas que insinan, quieren cambios en Cuba. Qu cambios? Es decir, que Castro se retire, que la Revolucin recoja velas. La aparicin de Castro dej encueros a todos. El ao 1959 marca la lnea divisoria entre una Repblica de cmplices y un pas que se lanz a la ruina para salvar su dignidad. Los Estados Unidos han quedado desnudos ante la historia. Los 40 aos de guerra contra Castro ha sido la respuesta de una potencia todopoderosa al gesto de desafo de un rebelde. Castro es el obstculo al colonialismo. Castro es el defensor de la soberana cubana. La guerra de los Estados Unidos es contra Castro. Es decir, si aniquilamos a Castro se vuelve al viejo estilo de la colonia. Eso es lo que suean algunos de los sinvergenzas de Miami. Es viable el sueo de Castro de una pequea isla respetada por el poderoso vecino del Norte? Yo no lo s. Luis Bez: Ya dej de ser sueo para convertirse en realidad. Luis Ortega: A ratos, lo dudo. Pero es correcto que yo dude, porque soy un hombre de muchas dudas. Soy un hombre de pensamiento. Yo no soy de los que hacen revoluciones. Yo no soy poltico. No paso de ser un espectador. Hay algo que s s, por supuesto. Hay millones de seres humanos en Cuba que vibran al conjuro de la sola mencin de la soberana. Si los Estados Unidos piensan que se arrojan sobre la Isla y que van a recoger la fruta madura se equivocan.

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Esos militares que andan en bicicleta, y no tienen maletas ni dinero en el extranjero, no son de las gentes que van a huir. Hay que matarlos. En Cuba hay una bomba de tiempo para los Estados Unidos. Esta es una cuestin sombra del problema que no ha sido suficientemente analizada en la Casa Blanca. Luis Bez: Cul es el objetivo esencial de estos seores? Luis Ortega: Hacerse cada da de ms dinero y de incitar a la violencia. Esos son tambin los objetivos de quienes escriben en los peridicos. Tienes el caso de Huber Matos que es millonario. Cuando lleg al exilio, despus de unos aos de prisin que se deslizaron con bastantes comodidades, le present al Gobierno de los Estados Unidos un presupuesto de 3 000 000 de dlares para mantener su organizacin fantasma. No s cunto le estarn dando todava. Pero, Matos ha recorrido medio mundo pasando el cepillo. Es un rico propietario en Miami. Sus viejos compaeros lo han abandonado acusndolo de traicin. Cmo es que este hombre se atreve a ir a una estacin de radio para acusar a quienes discrepan de sus disparates? Recientemente, un viejo profesor emrito que escribe en el Herald con ms aos que prudencia - contaba en un artculo que su sueo sera poder volar sobre Varadero, ametralladora en mano, arrasando con los turistas. Son cosas de la vejez, por supuesto, pero la incitacin est clara. Los cubanos de Miami siempre suean pasar sobre Varadero matando turistas. Otro personaje pattico, alcoholizado, grita por radio atropelladamente y habla de poner bombas en Cuba, lo cual tambin 69

contiene una incitacin a que se ataque a los intereses americanos en Cuba para acusar al Gobierno de Castro. Todas estas son referencias vagas, pero que estn en el ambiente. Los cubanos, puestos a provocar incidentes, pueden llegar a todos los extremos. Luis Bez: Estos cubanos, son felices? Luis Ortega: No creo mucho en la felicidad de quienes se han segregado de la patria en que nacieron para incorporarse a un sistema poltico y econmico que tiende a ser agobiante. La palabra Patria la uso con cierta repugnancia, porque detesto todo lo que parece retrica, pero no queda ms alternativa que usarla. Ah queda. El fenmeno que he observado, a travs de los aos, es el de la ruptura familiar, la prdida de la identidad, la descomposicin de la lengua materna. Los bienes de consumo no compensan la prdida de los valores originales del individuo.
1 (1928). Escritor colombiano. Premio Nobel de Literatura en 1982 2 Ex magistrado del Tribunal Supremo. 3 Ex magistrado del Tribunal Supremo. 4 (1899 1934). Poltico y escritor. Su obra literaria apareci publicada post mortem en 1936 y sus poemas se editaron bajo el titulo de la Pupila insomne. Muri a los 35 aos. 5 Destacado intelectual cubano perteneciente al Grupo Minorista. 6 General de la Guerra de Independencia. 7 (1861-1934). Presidente de Cuba en el periodo de 1921- 1925. 8 Periodista. Expedicionario del Granma. Muri en el desembarco. 9 Destacado luchador revolucionario. Expedicionario del Granma. Muri en el desembarco. 10. Valeroso revolucionario que fue asesinado por la polica batistiana. 11 (1848 1547). Conquistador espaol de Mxico. 12 )1902 1970). Primer ministro en las primeras semanas del Gobierno revolucionario. Con posterioridad embajador en Espaa y finalmente mximo dirigente de las organizaciones contrarrevolucionarias. Muri en San Juan, Puerto Rico. 13. Fue de los primeros mercenarios capturados en Girn.

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(1891 1961). Manej los destinos de Repblica Dominicana durante 31 aos. Perdi la vida en un atentado el 30 de mayo de 1961. 27 (1903- ?). Militar cubano que huy haca Santo Domingo el 1 de enero de 1959. 28 Situada en el litoral caribeo, prxima a la Cinaga de Zapata, fue uno de los enclaves por donde se produjo el desembarco mercenario el 17 de abril de 1961. 29 (1922-1967). Presidente de Nicaragua de 1956 a 1963 30 Programa de salud del Gobierno norteamericano dirigido a las capas ms pobres. 31 Organizacin superreaccionaria. 32 Elemento extremadamente conservador. 33 Terrorista de origen cubano financiado por la FNCA. 34 (1924). Periodista. Vive saturado de amargura y resentimiento. Cae en profundo estados depresivos. Es el mximo consumidor de vodka en la ciudad de Miami. 35 (1853 1895). Apstol de la Independencia de Cuba. 36 Yate en que Fidel Castro y sus 81 compaeros hicieron la travesa desde Tuxpan, Mxico hasta las Coloradas, cerca del poblado de Belic, en las costas orientales de Cuba donde arribaron el 2 de diciembre de 1956. 37 Acorazado norteamericano que estall en el puerto de La Habana. 38 (1835 1908). Presidente cubano de 1902 a 1906. Su mandato fue de sumisin a los Estados Unidos y dependencia total de este. 39 Embajador norteamericano que desempe un papel importante en el derrocamiento de Gerardo Machado. 40 (1942). Periodista de origen cubano. Firme partidario de la anexin de Cuba a los Estados Unidos. 41 Al frente de la operacin se encontraban los hermanos Pola y Ramn Grau Alsina en combinacin con autoridades norteamericanas y algunos sacerdotes. 42 Estacin de radio manejada por la Agencia Central de Inteligencia (CIA). Estaba ubicada en la isla Swan frente a las costas de Honduras

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Campamento donde fueron alojados numerosos jvenes vctimas de la operacin Peter Pan. 44 Representante a la Cmara de origen cubano. Ms conocida como la loba. 45 Representante a la Cmara de origen cubano. 46 Dependencia del Departamento de Justicia y principal Agencia Federal de Investigacin. Tom su nombre actual en 1935. 47 Organismo encargado de cobrar los impuestos. 48 Emisoras anticubanas financiadas por el Gobierno norteamericano. 49 Representante a la Cmara. Opuesto al bloqueo a Cuba. 50 (1937). Guillermo Endara fue colocado al frente del Gobierno panameo en 1989 cuando las tropas norteamericanas ocuparon el pas. Permaneci hasta 1994. 51 (1913 1994). Gobern los Estados Unidos desde 1969 hasta 1974 en que se vio obligado a dimitir por el escndalo de Watergate. 52 (1911). Se mantuvo en la presidencia desde 1981 hasta 1989. Durante su administracin intervino en diversas ocasiones en los asuntos internos de otros pases, tanto de forma indirecta en el apoyo a los regmenes conservadores de El Salvador y Honduras, en la ayuda a la contrarrevolucin nicaragense, como en la invasin directa a la isla de Granada en 1893. 53 (1924). Estuvo en la presidencia hasta 1993 y es el mximo responsable de la invasin militar a Panam. Desempe un papel muy importante en la guerra del Golfo Prsico en 1990. 54 (1919 ). Ex comandante del Ejrcito Rebelde. 55 (1928). Escritor. Profundamente extremista. Pidi asilo en Espaa en un viaje de trabajo. 56 Escritor. Autor de numerosos artculos y documentales a favor de la Revolucin hasta que traicion el proceso. 57 Publicacin de la juventud comunista. 58 (1870 1924). Fundador del Primer Estado Socialista.

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No, es tramposo

Luis Bez: En una poca usted fue columnista del Herald? Luis Ortega: Es cierto, pero el Herald ha perdido objetividad en el tratamiento del caso cubano. En su afn de complacer a las mafias que dominan el escenario de Miami, el Herald se ha ido aproximando peligrosamente al estilo de los energmenos de la radio. Lo cual, en rigor, no le sirve de nada. Basta leer una edicin del suplemento en espaol para entender, cabalmente, que la publicacin tiene slo una misin: publicar artculos contra Fidel Castro. Es increble como el estilo desmelenado y grosero de los locutores de radio de Miami y de los periodiquitos se ha infiltrado en un peridico como este que en una poca fue un diario serio. El Miami Herald, que se ha convertido en el rgano casi oficial de los grupos ms rabiosos de Miami, mantiene una poltica editorial implacable contra Cuba. La mayora de sus columnistas piden el bloqueo contra Cuba y llegan a solicitar la invasin militar. Luis Bez: Por qu se produjo su salida del Herald? Luis Ortega: Cuando Carlos Alberto Montaner se hizo cargo de las mencionadas pginas de opinin del Herald me provoc para que saltara. Es obvio que yo no encajaba en un ambiente tan sectario. Es comprensible que el Herald, infiltrado por los grupos cubanos, presionando desde afuera, casi sitiado por el odio de los cubanos, quienes llevan aos exigindole que insulte todos los das a Castro, es comprensible, repito, que se haya visto obligado a renunciar a los 76

atributos del buen periodismo para complacer la canalla de Miami. Es comprensible, pero adems, es lamentable. Tienes el caso de Andrs Oppenheimer,1 periodista argentino, antiguo miembro del Ejrcito Revolucionario del Pueblo (ERP), lo cogieron preso, habl ms que una cotorra y en premio los militares lo dejaron salir del pas. Vino a vivir a los Estados Unidos. Hace aos escribi un libro titulado La Hora Final de Castro, profetizando la inminente cada de Castro para ganar mritos con la mafia de Miami y le perdonaran sus pecadillos. El hecho de que Castro se haya resistido a complacer a sus sepultureros, se ha negado a caer, ha servido para profundizar los resentimientos del argentino. O el de Pablo Alfonso.2 Quin es este seor redactor del Nuevo Herald? Se afirma que Alfonso fue, en un tiempo pasado, miembro de los servicios de inteligencia cubanos. Todas estas gentes tienen un origen oscuro. Alfonso no pasa de ser un instrumento de la mitomana de Montaner y forma parte de su equipo. Luis Bez: Montaner tiene mucha influencia en el Herald? Luis Ortega: Tiene un gran control en la edicin en espaol. Montaner es jefe de un grupo poltico que opera con el nombre de Plataforma Liberal Democrtica y viaja por el mundo entero con las credenciales del Herald haciendo propaganda contra el Gobierno de Cuba. Casi todo el personal del peridico, incluida su hija, ha sido colocado por Montaner. Es la primera vez en el periodismo americano que un diario del tamao del Herald se convierte en un rgano 77

semioficial de un grupo poltico que se dedica a recaudar fondos en Europa y Amrica Latina.

Luis Bez: Usted lo conoce bien? Luis Ortega: Muy bien. Al igual que a su difunto padre Ernesto.3

Pudiramos decir que de tal palo tal astilla. Me ha acusado de que le he desatado una enconada persecucin. Esto no es cierto. O, al menos, no es enteramente cierto. Creo, en forma definitiva, que a Montaner hay que perseguirlo por razones higinicas. Es casi un deber de todo cubano que se respete. Este bicho est perpetrando la campaa ms innoble que se ha hecho jams en contra del espritu nacional cubano. Lo grave es que entre algunos cubanos de Miami se ha difundido la peregrina idea de que Montaner representa un conjunto de tesis polticas, lo cual no es cierto. Detrs de esta fachada hay un fraude. El hombre ms apto para organizar congresos de intelectuales cubanos sin intelectuales es Carlos Alberto Montaner. Su capacidad para inventar disidentes, falsificar poetas, recaudar enormes cantidades de dinero, viajar incansablemente por el mundo entero, coordinar festivales, piatas polticas, banquetes, negocios, editoriales, etc. , es extraordinaria. Nadie lo puede superar en ese terreno. Hay que ubicarlo en la picaresca espaola. Es un tipo muy hbil para hacer trampas y ganar dinero. Se promociona bien. Este tipo de hombre se ha dado siempre muy bien entre nosotros. Suea con un protagonismo que siempre se le escapa de las manos.

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Montaner no es un intelectual ni un periodista ni un poltico. Es un excelente publicitario. Y lo hace bien, sin escrpulos de ninguna clase. Ni siquiera se molesta en escribir o en elaborar ideas. Tiene un equipo que le trabaja la prosa de 9 de la maana a 5 de la tarde. Y en cuanto a las ideas, usa las ajenas con un desparpajo admirable. Hace aos, Montaner - cuya picarda me simpatizaba porque me hablaba mal de su padre - y yo tenamos un amigo en comn que se llamaba Horacio Ledn,4 un abogado cubano muy inteligente y muy serio que era todo lo contrario de Montaner. Ledn, ya fallecido, era un investigador acucioso, un hombre capaz de pasar meses, y hasta aos, investigando un tema. En aquellos tiempos Ledn era profesor en la Universidad Interamericana de Puerto Rico. Ocurri que un da desde Madrid Montaner llam a Ledn para anunciarle que iba a publicar un libro, no recuerdo sobre qu, y que lo iba a firmar con el nombre de Ledn. Eso te conviene, le dijo, con cierta desvergenza. La respuesta de Ledn fue tajante: Si te atreves, te voy a partir la cabeza. Por supuesto, el libro no sali con el nombre de mi amigo. Montaner debe haber usado otro nombre ms propicio. El gesto lo retrata de cuerpo entero. Luis Bez: Montaner en unin de Alvaro Vargas Llosa5 y Plinio Apuleyo Mendoza6 public hace algn tiempo un libro. Luis Ortega: Son tres juglares, adiestrados en juegos y picardas que han recorrido los pases de la Amrica hispana, predicando el nuevo evangelio que acaban de inventar. Es obvio que el libro titulado Manual del perfecto idiota latinoamericano es producto de una serie de subcontratos. Los altibajos en los estilos y los datos sobre economa, teologa, historia, 79

revelan que los firmantes han tenido poca intervencin en el libro, salvo los retoques finales.

La intencin del libro es convencer a los latinoamericanos de que ellos han sido unos idiotas al protestar contra el intervencionismo econmico y poltico de los Estados Unidos en sus pases. Slo un personaje tan audaz y desenfadado como Montaner es capaz de ponerse a recorrer los pases de la Amrica hispana, a un costo probable de un cuarto de milln de dlares en viajes y hoteles, para defender la imagen de los Estados Unidos en pases que han sido vctimas, histricamente, de las presiones de Washington. Es raro que no lo hayan recibido con huevos podridos. Vase este prrafo en el cual se retratan los tres supuestos autores:

... el espritu general que animaba a los Gobiernos norteamericanos en aquellos aos de MacKinley7 a F.D. Roosevelt,8 fue siempre el mismo: disciplinar a esos pueblos dscolos y oscuros del sur, aparentemente incapaces de autogobernarse eficientemente. Kipling9 en el State Department.
La alusin a Rudyard Kipling, el cantor del imperialismo anglosajn, es muy significativa y est a tono con el repertorio de ideas que profesa Montaner. Es lo mismo que ha dicho en un libro hablando de Cuba. El destino de Cuba es convertirse en un apndice de los Estados Unidos.

tambin mandaba

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Todo el libro est lleno de cosas como estas. Los autores defienden a las transnacionales que hacen negocios en la Amrica Latina. Los nativos son unos malagradecidos cuando protestan contra la United Fruit. La cada de Jacobo Arbenz10 en Guatemala, en 1954, no fue porque las leyes agrarias daaron a la United Fruit, sino porque Arbenz se puso a comprar armas a los checos. Luis Bez: Segn el libro, qu tienen que hacer los latinoamericanos para no ser tildados de idiotas? Luis Ortega: Imitar a los americanos. Ser pragmticos. Olvidarse de los nacionalismos y las soberanas. Los patriotas latinoamericanos son unos oligofrnicos. Augusto Cesar Sandino 11era un delincuente. Los latinoamericanos son pobres porque son estpidos. La mejor manera de ayudar a los pobres es no tratar de defenderlos. Es la tesis de los republicanos de Reagan. Que los pobres se las arreglen como puedan. Es el darwinismo. La supervivencia de los ms fuertes. La moda es el mercado. Al hablar de Cuba los tres juglares, responsables del libro, descienden a niveles escatolgicos. No hay tal bloqueo. Es un embargo que prohibe a los norteamericanos comerciar con Cuba. Los Estados Unidos le declararon la guerra a Cuba porque Castro iba deliberadamente al comunismo Los tres personajes del Manual, con absoluta irresponsabilidad, echan a un lado los datos de la historia y se dedican a hacer propaganda. Casi todos los datos, histricos y econmicos, que se ofrecen en libro son falsos o distorsionados. Todo el libro se acomoda a la intencin de propaganda. 81

En este libro se llega casi a justificar la accin de los escuadrones de la muerte en El Salvador. Los jesuitas asesinados llevaban largo tiempo introduciendo entre las brumas del incienso y las hojas del misal las tesis revolucionarias, se dice, insinuando que casi fue inevitable el crimen. La muerte del arzobispo Oscar Arnulfo Romero12 inspir las jeremiadas ms lacrimosas alrededor del mundo. La teora explicando por qu los Estados Unidos tuvieron que despojar a Mxico de la mayor parte de su territorio es acaso cmica. No se saba dnde terminaba la Louisiana. Hubo un error. La doctrina Monroe13 es muy apropiada y hay que elogiarla. El acorazado Maine, por ejemplo, fue volado por los mismos espaoles. Van acaso a decirle a los pobres panameos que son unos idiotas por protestar de los miles de muertos que dej el bombardeo de los poderosos aviones que envo George Bush en 1989? Qu decirle a los nicaragenses que todava estn sufriendo las consecuencias de la guerra estpida que le declar Ronald Reagan? Y qu hubo de los escuadrones de la muerte en El Salvador que dejaron miles de uertos? Y de los 100 000 muertos de Guatemala? Nada de esto tiene sentido. No es as como se defiende el prestigio de los Estados Unidos. No es con gentes como estas como se puede mejorar la imagen. Es decir, este libro, probablemente pagado por alguna fundacin de los Estados Unidos, que ha financiado tambin la costosa gira de los tres juglares por los pases de la Amrica Latina para acusar de idiotas a los que no se sometan, est respaldado por los elementos ms oscurantistas de la extrema derecha americana. Las opiniones que se emiten podra suscribirla el senador Jesse Helms14 82

Los tres juglares con pasin asombrosa se constituyeron en voceros de lo peor de Washington y fueron de pas en pas, de peridico en peridico, asistiendo a los programas de televisin y de radio y a las universidades, promocionando el pintoresco libro y lanzando excomuniones a diestra y siniestra. Mandar a estos tres juglares a insultar a los latinoamericanos, tildndolos de idiotas porque no aceptan la turbia propaganda que les quieren hacer tragar es un grave error. Es como echar sal en las viejas heridas. Ningn americano de verdad o ningn proamericano sincero, se habra arriesgado a cumplir una misin tan peligrosa y tan equivoca. Hay algo ofensivo y humillante en estos planteamientos. Luis Bez: A qu se debe que Montaner se haya convertido en su enemigo? Luis Ortega: He dicho tantas cosas desagradables de l que no le queda ms remedio que odiarme en silencio. Montaner se ha convertido en el vocero de las peores causas, eso es lo que me mueve a m a formular crticas frecuentes contra l. No se trata de nada personal. Es que este hombre tipifica lo peor de Cuba. Es un tipo de cubano servil que siempre tuvimos en la Isla y que influy poderosamente en la historia del pobre pas. Las opiniones emitidas por Montaner, con tanto descoco, son compartidas por un considerable numero de cubanos que, por odio a Castro, se han afiliado a las causas ms oprobiosas de la Amrica. Por respeto a nuestro mejor pasado, por respeto a la dignidad de la Isla que han tratado de destruir por la arrogancia de los Estados Unidos, que no perdonan la rebelda de Castro y que llevan 40 aos martirizando al pueblo de Cuba con la complicidad de las mafias 83

cubanas del exilio, por elemental sentido del decoro, uno tiene que hablar de estos individuos con desprecio. Tratar de convertir en una cuestin personal lo que es pura repugnancia ante la desvergenza de algunos cubanos es un grave error. Entre los cubanos circula un chiste muy gracioso. Se dice que cuando Montaner iba a nacer asom primero los pies y la enfermera pregunt si era varn o hembra y el mdico se limit a responder: No, es tramposo. Luis Bez: Volviendo al Herald, durante algn tiempo el jefe de la mencionada pgina de opinin fue Alvaro Vargas Llosa. Luis Ortega: El hijito de Mario Vargas Llosa,15 entre otras cosas, demostr que le debe ms lealtad a los rencores del padre que al sentido profesional. Parece cubano. El niito de Vargas Llosa desde las paginas del Herald pidi la invasin de Cuba. Alvarito, as se llama el muchachito, proclam en un largo artculo su condicin de cubano sobre la base de que su madre cuando lo llevaba en el vientre haba asistido a un acto en la Plaza de la Revolucin y se haba pasado varias horas oyendo un discurso de Fidel Castro. Casi, casi que naci en La Habana..., cuenta el hijito de Mario. Eso ocurra en los tiempos en que Mario - el padre - era un devoto de la Revolucin y todava no haba entrado en contacto con Rockefeller. Los tiempos han cambiado y ahora Mario es una especie de oligarca descafeinado que ha renunciado a la nacionalidad peruana indignado porque un chinito con dos cholitos le impidi poner al Per al servicio de Washington.

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Ahora Mario es espaol. Y el hijo es un cubano intrauterino que se siente obligado a exigir que los Estados Unidos manden a Cuba un ejrcito para apoderarse de la Isla. El que quiera entender hasta donde la vanidad puede cegar a un hombre no tiene nada ms que leer esa autobiografa que escribi Vargas Llosa hace algn tiempo contando su vida en la cual nunca ha ocurrido nada. Luis Bez: Igualmente, escribe Luis Aguilar Len16. Luis Ortega: Antes de escribir una columna en el Herald fue educador en Georgetown. Este profesor emrito lleg a escribir: Castro tiene el poder, pero nosotros tenemos los principios. Es decir, quienes tienen los principios son los 457 jefes de los grupos anticastristas (grupo de tres) que han convertido a Miami en un vertedero. Ese nosotros, por supuesto, no puede incluir a esa masa de casi un milln de cubanos que han abandonado la Isla por razones estrictamente econmicas y acosados por 40 aos de presiones ejercidas desde el pas del Norte. Siempre hay que hacer la distincin entre la masa silenciosa que ha salido de Cuba en busca de mejores condiciones de vida y dicen hablar en nombre de un exilio que no es exilio, pero que tiene que aceptar lo que le digan. Luis Bez: De qu principios habla Aguilar Len? Luis Ortega: Eso mismo me pregunto yo. De qu principios habla el retorcido profesor? Hay realmente principios en eso de ponerse al servicio de los Estados Unidos para tratar de destruir a la Isla con el propsito de reconquistar la influencia que perdieron a partir de 1959. Lo que ha ocurrido en Cuba, desde 1959 hasta hoy, gira siempre en torno a lo mismo. 85

Hay que restablecer el control de los americanos sobre la Isla. Cuba debe volver a la esfera de influencia de Washington. No importan las palabras utilizadas para expresar esto. El fondo del problema es la reconquista. El obstculo es Castro. No Castro, no problem, dicen de manera ingenua los patriotas de Miami. El problema es precisamente ese: la vieja colonia se ha sublevado y hay que devolverla al redil. El profesor Aguilar Len sabe algo de historia, por lo menos lo que le conviene para la rutina de la vida diaria, y es imperdonable que se aparezca con el cuento de que en Miami hay principios. Luis Bez: Son amigos? Luis Ortega: En un tiempo, hace aos, Aguilar hablaba muy bien de m. Pero ocurre que, a partir de cierto momento, me extravi y empec a pensar cosas que no eran convenientes. Me sacud de todos los mitos. En algunas ocasiones le hice crticas, tal vez excesivas, a este profesor, lo cual es un grave pecado entre nosotros los cubanos. No se puede discrepar sin caer en el mbito del odio. Aguilar, sin razn, me tiene ahora ubicado entre sus peores enemigos. Luis Bez: Cul es su opinin de Andrs Vargas Gmez17? Luis Ortega: Ese viejo aparte de descarado es un imbcil. En sus escritos de forma desesperada le llama la atencin a Washington para que despierte. La Unin Sovitica continua siendo un grave peligro. Cuba es una grave amenaza para los Estados Unidos. Revela un grado avanzado de demencia. Por qu dice estas cosas? Bsicamente, por el afn de protagonismo. Por esa incapacidad casi

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biolgica que tenemos de renunciar a la publicidad y adaptarnos al anonimato. No perder vigencia, aunque sea ridcula. Luis Bez: Cmo valora el Diario de la Amricas? Luis Ortega: Este es un peridico muy pintoresco, editado en espaol y en el que se difunden las ideas ms extraas del mundo: sus columnistas principales siguen luchando contra el imperio sovitico y la KGB18. El veneno de esta sutil programacin mental ha llegado a contaminar al Miami Herald. No hablemos de la radio. El cubano durante 24 horas est recibiendo consignas enloquecedoras que llegan a convertirlo en un bicho raro. Un bicho monopensante. Luis Bez: Cree en la llamada objetividad en el periodismo norteamericano? Luis Ortega: La llamada objetividad es como una flauta de pan que la estiras para donde ms te convenga. Los periodistas norteamericanos suelen llegar a Cuba cargados de los lugares comunes de la propaganda y no hacen el menor esfuerzo para analizar la situacin con independencia de criterios. La rutina es la norma en el periodismo americano. El Miami Herald, por ejemplo, infiltrado desde hace aos por elementos cubanos que forman parte de la mafia local, se siente obligado, casi siempre, a mantenerse en el marco de la mitologa que se ha ido elaborando sobre Cuba, Sus reporteros no viajan a Cuba a ver con nuevos ojos la realidad cubana y despojados de prejuicios, sino a confirmar lo que ya creen saber. Es decir, un rgimen al borde del colapso, etc.

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Ya existe un modelo de reportaje que se viene repitiendo desde hace muchos aos y encaja, perfectamente, en el proceso de desinformacin que hemos estado viviendo. El caso del Herald es tanto ms grave por cuanto ha tenido que lidiar durante mucho tiempo con la constante amenaza de la mafia local. Cada vez que se ha lanzado a operar con criterios independientes, al margen de la propaganda, cosa que ha ocurrido pocas veces, llueven sobre sus editores las amenazas de los grupos cubanos. Luis Bez: Existe honestidad? Luis Ortega: Esa palabra la han borrado del vocabulario. Entre los cubanos de Miami que trabajan en medios de comunicacin en espaol no abundan los que han llegado a un nivel aceptable de honestidad. No ejercen el periodismo en forma racional. El ambiente no permite la objetividad. Ha madurado la tradicin de que el deber patritico del periodista consiste en usar la pluma o la lengua para combatir a Castro. Es la negacin del periodismo. La cosa viene de atrs. Es una tradicin. En 1960, cuando Washington comenz la guerra contra Cuba, so pretexto del comunismo, los agentes americanos - casi todos con un pensamiento ultraconservador muy propio de la guerra fra - entrenaron a los cubanos en el manejo de la informacin con fines de guerra. Radio Swan - una planta de la CIA - fue el vehculo que se utiliz para que casi todos los peridicos de Cuba trasmitieran en el exilio sus programas de agitacin. El material se elaboraba con el propsito de provocar la guerra de nervios en Cuba. Era propaganda pura y simple. Los periodistas que participaron en aquello, algunos de los 88

cuales andan todava por ah, se convirtieron en simples propagandistas. Hay una distancia enorme entre la informacin y la propaganda. La caracterstica fundamental en Miami es, precisamente, esa. En los medios en espaol no hay periodistas. Han asimilado de tal modo las tcnicas de la propaganda que se han estado aplicando en el rea, desde hace 40 aos, que no pueden hacer otra cosa. Estn tarados. Eso explica porque en los peridicos de Miami, en la radio y en la televisin usted no puede encontrar otra cosa que propaganda contra Cuba, elaborada para complacer la audiencia de viejos cubanos que disfrutan las malas noticias sobre la Isla sin que les importe el factor veracidad. Eso ha sido durante aos. La desinformacin patritica es un deber y todo lo que tienda a la moderacin pasa a ser traicin. Miami, es decir toda la zona en torno a la ciudad, vive bajo una gigantesca campana de cristal, al margen de la corrientes universales. Es un mundo aparte perdido en el tiempo. Y todo esto no tendra mayor importancia si no fuera porque ese fenmeno extrao de una comunidad que se sale del mundo y se instala en el mito ha llegado a incidir de una manera lamentable sobre la vida y el futuro de ms de 11 000 000 de personas en la Isla, las cuales se ven arrastradas al mundo sombro de la obsesin poltica. Luis Bez: Tiene criterio sobre la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP)? Luis Ortega: La historia de la SIP es realmente lamentable. Podra relatar largas historias sobre la conducta de la SIP en el pasado. Son historias personales. En la prctica, la SIP es un club de dueos de peridicos que practican un periodismo gubernamental. Para los 89

americanos, sin duda, tiene una ventaja: es tax deductible, es un alivio anual. Esta decisin de la SIP de acoger en su seno a unos supuestos periodistas cubanos independientes es asombrosa. Supongo que esto se debe al presidente, David Lawrence19, el publisher del Herald; el nico peridico en el mundo que publica los reportes que envan los supuestos periodistas. Desde que empezaron a pagar sueldos a los disidentes en Cuba, cada da aparecen ms disidentes y cada da hay ms periodistas independientes mandando informes macabros. No conocen a los cubanos. Esos llamados periodistas independientes manejados y dirigidos por el Miami Herald ni son periodistas ni son independientes. Son agentes polticos que hacen propaganda bajo la cubierta periodstica. Los ejecutivos del Herald dan gritos de protesta cuando la CIA utiliza espas con la cubierta periodstica. Se considera un deshonor, en la prensa americana, que un periodista trabaje con la CIA. Pero, en el Herald ven con satisfaccin que se utilice la cobertura periodstica para el servicio de espionaje dentro de Cuba. Han puesto a un lado la tica para satisfacer el sectarismo. Si la Seccin de Intereses de los Estados Unidos sigue repartiendo visas y dlares entre los cubanos que se dispongan a enfrentarse al Gobierno de Castro, aparecern cientos de estos seores dispuestos a cobrar. Ahora bien, la SIP, como siempre, est fuera de foco. Denunciar la falta de libertad de expresin en Cuba es un disparate. Es algo peor.

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Es una idiotez. El rgimen cubano, por su misma naturaleza, excluye la libertad de expresin tal como se entiende en los Estados Unidos. Un pas que lleva 40 aos acosado por la potencia militar ms poderosa del mundo, sometido a un bloqueo implacable, donde no hay papel ni tinta ni petrleo, donde se le amenaza constantemente con una invasin y donde unos pilotos amparados por los Estados Unidos se pasan aos sobrevolando la Isla en forma amenazadora, cmo se puede esperar que sean tan estpidos como para tolerar una prensa independiente y privada? Solamente a David Lawrence se le puede ocurrir una cosa semejante. No se le puede negar al Estado cubano el derecho a defenderse y protegerse. Tengo en mis manos un fax que recibi un corresponsal de prensa en La Habana, trasmitido desde Miami, citndolo para tal hora y tal lugar, firmado por unos periodistas independientes. Es decir, que desde Miami envan invitaciones a Cuba a los corresponsales extranjeros para que asistan a una conferencia de prensa en La Habana. Es el colmo de la desfachatez. El hecho de que la SIP haya aceptado en sus filas a estos grupos de propagandistas revela el grave deterioro que existe en la citada organizacin. Estos individuos que mandan propaganda desde Cuba para afuera, bajo la cubierta periodstica y sobre todo en contubernio con la gente de Miami, estn traicionando a su propio pas y sirviendo al enemigo. Y con muy mala leche le pregunto a David Lawrence, publisher del Herald, por qu no incluyen a Miami entre los pases o regiones que no tienen libertad de prensa? Por qu no incluyen al Herald entre los peridicos que no respetan el derecho a la libertad de expresin? 91

Los medios de comunicacin de Miami no permiten, rigurosamente, que se expresen opiniones que discrepen de lo que la chusma exige, de modo amenazador, que se exprese. Todo gira en torno a un repertorio de ideas fijas. Yo, por ejemplo, soy un disidente en Miami que no recibo sueldo de la Seccin de Intereses de los Estados Unidos y tengo que ir a Nueva York a opinar. Cmo les cae eso?. Luis Bez: Por qu tiene que ir a Nueva York? Luis Ortega: Porque en Miami hay censura. El Diario de las Amricas es una hoja de propaganda anticastrista. El Herald, de hecho, ha terminado imitando al citado diario. Para poder escribir en Miami uno tiene que adaptarse a todas las idioteces que forman la mitologa del cubano que vive en esa ciudad... Luis Bez: La mafia ha publicado pginas enteras pagadas en los diarios y han colocado vallas en la que expresan que respetan el criterio de los dems, eso es exacto? Luis Ortega: Absolutamente falso. Miami es un coto cerrado. Quienes no comulgan con la chusma que domina la radio, los peridicos y la televisin son rigurosamente excluidos y acusados de comunistas. El ejemplo mejor soy yo que vivo en Miami, te repito, y tengo que escribir en Nueva York. Estn gastando miles de dlares en una campaa que no convence a nadie. 1 Especializado en Amrica Latina. Dirigente catlico en la provincia de Camagey. 3 Escritor. Ligado al Gobierno de Batista. 4 Abogado y escritor de origen cubano. 5 Periodista de padre peruano. 6 Periodista de origen colombiano. 7 (1843- 1901). Presidente norteamericano de 1897 a 1901. 8 (1882 1945). Presidente de los Estados Unidos de 1933 a 1945).
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(1865 1936). Novelista ingls. Considerado el poeta del imperio. 10 (1913 1971). Poltico y militar guatemalteco. Presidente de su pas 1951 a 1954-Derrocado por una invasin auspiciada por los Estados Unidos. 11 (1893 1934). Patriota nicaragense. Opuso tenaz resistencia a la ocupacin e intervencin de Estados Unidos en su pas. Asesinado a los 41 aos. 12 1917 1980). Prelado salvadoreo asesinado por elementos de la ultra derecha en los momentos en que celebraba misa. 13 (1758 1831). James Monroe, quinto presidente de los Estados Unidos. Fundador del Partido Republicano. Formul la denominada doctrina que lleva su nombre en la que se consideraba toda interferencia de las potencias europeas en los asuntos polticos del Continente Americano contraria a los intereses norteamericanos. 14 Principal promotor de la poltica de recrudecimiento del bloqueo contra Cuba. 15 (1936). Escritor peruano nacionalizado espaol. 16 (1925). Naci en Santiago de Cuba. Autor de varios libros contra la Revolucin Cubana. 17 En los primeros meses de 1959 represent a Cuba ante las oficinas europeas de Naciones Unidas. Desert. En los primeros das de Abril de 1961 se infiltr en el pas. Es capturado y condenado a varios aos de prisin. 18 Comit de la Seguridad del Estado de la antigua Unin Sovitica. 19 Ex presidente del diario Nuevo Herald.

Profetas de la violencia
Luis Bez: La radio tiene mucha influencia sobre la comunidad? Luis Ortega: Desgraciadamente eso es verdad. En ocasiones me pongo a or la radio. No en la casa, por supuesto. Me pongo a or

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las mesas redondas y cuadradas. Y enseguida se me calienta otra vez el brazo. Entre vomitar o empezar a mentar madres no me queda ms remedio que acogerme a lo ltimo, lo cual es como un desahogo. A veces, cuando los oigo, me viene a la mente un letrerito que durante muchos aos estaba colocado en la entrada de los edificios de Madrid que deca: No pase sin hablar con el portero. En Miami ocurre algo parecido. No se puede entrar, y vivir, si no se obtiene en la radio un certificado de pureza de sangre. Es lo mismo que haca la inquisicin en Espaa en los tiempos que la sangre juda significaba una condena a muerte. Una de las ltimas mesas que escuch me dej espantando. Eran dos hombres, uno de 88 aos y el otro de casi 70. Los dos hablaban al mismo tiempo. El primero es un ex banquero, ex abogado, ex contrabandista de whisky, ex periodista, hombre de una ignorancia asombrosa, pero que se ha establecido entre los exiliados como una especie de sucesor de Enrique Jos Varona20. El otro es un locutor que dice haber elevado el nivel intelectual del exilio y habla a borbotones sin saber lo que dice. El mismo se clasifica como el heredero intelectual de Jorge Maach.21 Claro est, se trata de un Maach en alpargatas. Luis Bez: De qu hablaban? Luis Ortega: Durante dos horas estuvieron acariciando con verdadero entusiasmo la posibilidad de que los Estados Unidos al fin, se lancen a la tarea de liberar a Cuba. Los dos suean con un desembarco de marines. Si uno analiza, framente, lo que 94

dicen los dos sujetos ante el micrfono se da cuenta, de inmediato, de que se trata de dos cipayos cubanos. Los dos, en su momento, se afiliaron a la Revolucin pensando que les iba a ir bien. Huyeron cuando la cosa se puso dura. El ms viejo hizo dinero en los tiempos del Consejo Revolucionario del ao 1960. Manej miles de dlares facilitados por los americanos. Al parecer sali rico de la empresa. Eso dicen. El ms joven, aunque tiene la voz cascada de un anciano de 80 aos, se ha alcoholizado en pocos aos. Es un despojo humano. Es un ser residual. El par de viejos se refocilan ante el micrfono soando con un ataque a Cuba. Qu maravilloso sera que los marines se aparecieran en La Habana para darle la libertad a Cuba! Hay que castigar a Castro. Hay que imponer sanciones a todos los traidores. Quines son los traidores? Los que estn en Cuba defendiendo la soberana. Quines son los hroes? Los que organizan en Cuba un Concilio con sueldos de los americanos y apoyados por el hampa de Miami. Los provocadores son los profetas de la violencia, los cuales creen que el problema de Cuba se resolvera de la noche a la maana si se organizan algunas acciones de provocacin para obligar a los americanos a intervenir. Es la misma mentalidad de aquellos anexionistas cubanos de la dcada de los 90 del siglo XIX, financiados por la clase de hacendados que quera incorporar a Cuba a los Estados Unidos. Aquellos tipos frustraron la guerra de independencia que haba organizado Mart y le entregaron el control de la Isla a los 95

Estados Unidos. La infortunada isla de Puerto Rico cay tambin en poder de los americanos. Desde entonces, hasta 1959, Cuba fue una colonia encubierta de los Estados Unidos. Lo trgico es que durante el perodo de la supuesta Repblica una casta de dirigentes polticos, sensata y llena de cordura, disfrut del poder y de la riqueza tratando siempre de disimular el estado de subordinacin en que viva la pobre Repblica. Luis Bez: Por qu tiene el criterio de que las estaciones de radio de Miami van camino de la quiebra? Luis Ortega: Estn en un proceso de declinacin econmica. Sus oyentes se estn muriendo a chorros. El nivel intelectual en las estaciones de radio es muy bajo. El ltimo ha sido Armando Prez Roura22 a quien han atrapado llevndose miles de dlares que estaban destinados a hacer la guerra de liberacin en Cuba... Su lugarteniente Agustn Tamargo, ya no sabe qu decir. Estn entrando en la fase de la incoherencia. Es que se han metido 40 aos diciendo lo mismo y se les ha agotado el discurso. Adems, casi todos ellos se han enriquecido... Para que Prez Roura y Tamargo, que son los apstoles de la nueva clase, puedan parir una idea sera necesario hacerles la cesrea. Ya no hay ideas ni ideales. Luis Bez: A qu se debe el poder que ha cogido Armando Prez Roura en la radio? Luis Ortega: Porque le tiene cogida la baja y otra cosa a Amancio Surez ,23 propietario de Radio Mamb.

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Esta emisora es el rgano oficial de un grupo de agitadores bien pagados, y muy enriquecidos, cuya misin es meterle miedo a todo el mundo en Miami. La amenaza consiste en acusar de comunista y de agente de Castro a todo el que tenga la ocurrencia de pensar que se pueden encontrar formas alternativas para darle solucin al grave problema de Cuba. En forma chabacana, incoherente, disparatada, los locutores de Radio Mamb ejercen una especie de inquisicin de la que no se salva nadie. Por ejemplo, ahora ocurre que yo soy comunista y castrista porque pido lo que est pidiendo todo el mundo, incluso las Naciones Unidas. Esto es que se eche abajo el estpido embargo. Prez Roura no aporta jams una sola idea. Su tesis es muy simple. l quiere la guerra. l convoca a la guerra. Pero, esto es obsceno. Porque no es hombre de guerra. Es un hombre con una voz ronca. Cmo es posible convocar a una guerra a la cual no se va a ir? En 1991, a bombo y platillo, con su micrfono, convoc a un movimiento de unidad para ir a la guerra. Casi 1 000 organizaciones de bolsillo se unieron a lo que se llam Unidad Cubana. Al parecer, la intencin era recaudar fondos, tal vez millones de dlares, para organizar un gran ejercito e invadir Cuba. En ese plan participaron todos los factores que han estado movindose en la industria anticastrista durante aos. Cunto recaudaron para la guerra que iban a hacer? No se sabr nunca. Evidentemente, el general en jefe de la imaginaria guerra era el locutor Prez Roura. Le llamaban el almirante de Coral Way. Pero, a medida que pasaba el tiempo las organizaciones que formaban parte de la armada de Prez Roura comenzaron a 97

percatarse de que estaban perdiendo su capacidad recaudadora. Los viejos de la Junta Patritica, privados del apoyo econmico del reverendo Moon,24 estaban pasando las de Can. El locutor haba centralizado las recaudaciones. La famosa Unidad Cubana inventada por Prez Roura prcticamente se ha convertido en una cosa abstracta. La forman los cuatro o cinco tipos que le hacen la corte en los estudios de Radio Mamb. Esto es triste. No es posible convertir a un buen locutor en un mal apstol. Luis Bez: Estos locutores se pasan la vida pidiendo dinero? Luis Ortega: En todas las esquinas principales de la ciudad de Miami, y de las otras que estn en los alrededores, siempre es posible encontrar gentes con un jarro pidiendo dinero para alguna cosa. Nunca se sabe, exactamente, para qu. En casi todos los programas de radio, diariamente, siempre aparece un tipo pidiendo. Unas veces es Andrs Vargas Gmez que pide y suplica que le manden dinero para liberar a Cuba. Otras veces es Prez Roura que quiere contribuciones para algo. En ocasiones es Tamargo, quien entona un largo quejido con el cura Enrique Vallina25 para levantar un templo a San Juan Bosco. O si no es el obispo Agustn Romn26 que quiere otros 200 000 dlares para la Caridad del Cobre.27 Los Hermanos al Rescate28 necesitan otros 200 000 dlares para hacerle un monumento al balsero desconocido en Key West. Hay que dar para los hermanos que estn en Bahamas. Y para los que estn en Suecia. Luego viene Nazario Sargn29 y quiere dinero para seguir liberando a Cuba. 98

Todas las semanas hay un maratn radial con el objetivo de recaudar dinero para la causa. Los combatientes verticales no se cansan de pedir dinero. Los curas tampoco. Los pobres viejos y sobre todo, las viejitas, que son quienes mejor se tragan las melopeas de los locutores se estn muriendo de hambre. En Miami todo cuesta un ojo de la cara. Cada dlar que le arrancan a una viejita es un crimen. Llevan 40 aos recaudando dinero para la causa infinita. Hay individuos en Miami que han logrado vivir en esta ciudad sin trabajar nunca. Si usted oye las melopeas de Prez Roura y Tamargo se le parte el corazn. Qu habilidad para mover el corazn de las pobres gentes! Qu picarda para vaciarle los bolsillos a los infelices! Cmo saben expresar su sagrada clera contra Castro! Mientras tanto, los dos congresistas cubanos - adems del gordito de Unin City - trabajaron activamente con Newt Gingrich30 para quitarle la miserable comida que reciben los viejitos de Miami. Y cuando los dos patriotas tengan que reelegirse tambin saldrn a pedir dinero para la campaa. Y se lo darn. Porque estos cubanos de Miami son bastante comemierdas. Luis Bez: Qu nivel tienen estos comentaristas radiales? Luis Ortega: Estn al nivel del Cojo de la Bocina31. Me imagino que t sabrs quin era el Cojo... A lo mejor se ha muerto el pobre Cojo. Ah tienes el caso de Tamargo que es un personaje pattico. Piensa con el mismo atropellamiento con que habla. Es un hombre a borbotones. Se pasa todo el tiempo incitando a los que estn en Cuba para que maten a Fidel Castro, pero l jams ha disparado un 99

chcharo contra Castro. Ni contra nadie. Est viviendo la mejor poca de sus setenta y tanto aos y bebiendo el mejor vodka. Para lograr ese milagro tiene que pasarse todo el da tirndole de la leva a Prez Roura, el hombre que se ha hecho millonario lanzando insultos contra Castro y declarndose sucesor de Mart. Or a Tamargo es una de las experiencias ms angustiosas del mundo. Jams se ha dado un caso ms grave de duplicidad y triplicidad. El hombre es hoy, en el vertedero de Miami, el que ms se esmera en insultar a Castro con los peores eptetos. Luis Bez: Usted conoce bien a Tamargo? Luis Ortega: Demasiado bien. l empez en el periodismo en el peridico Hoy, rgano oficial del Partido Socialista Popular (Comunista). Despus se convirti en articulista del diario Tiempo en Cuba de Rolando Masferrer32. El mismo que creo los llamados tigres que eran maleantes dedicados al pillaje y al asesinato en la poca de Batista. Un buen da conversando con Miguel Angel Quevedo33, director de Bohemia se lo recomend y pas a trabajar en la popular revista. Jams escribi nada contra el rgimen de Batista. Jams recibi un regao de los personajes de la dictadura. A lo ms que lleg fue a comprar un bono de dos pesos del 26 de julio. Era uno de esos cubanos, popularizados en un tiempo por Abela34, que aspiran a escribir enrgicamente, pero sin que nadie se de por ofendido. Es un arte maravilloso el de sobrevivir en voz baja. Pero, con qu vigor se destac el hombre contra la inmunda 100

dictadura cuando Batista ech a correr. Qu bellas paginas escribi en honor de Castro y de la inmaculada Revolucin. Luis Bez: Recuerda algunas? Luis Ortega: En aquellos das escribi: Con un pueblo as detrs, no hay lder que falle. Los lderes actuales no fallarn. Ellos son los nuevos libertadores, los nuevos despertadores de la conciencia cvica. En el futuro, otras conspiraciones como sta se levantarn. Hay mucho criminal de guerra, mucho millonario y mucho latifundista regado por aqu y por all para pensar que todo va a estar tranquilo. Traidores del frente interno ya han habido, y probablemente habrn ms. Pero tambin hay un pueblo. Un pueblo decidido, convencido. Un pueblo que no le ha fallado nunca a Fidel y a la Revolucin y que no le fallar. Un pueblo que ha encontrado al fin su camino y que no permitir que nadie lo aparte de l. Luis Bez: Tamargo ha dicho que el da que caiga la Revolucin hay que declarar tres das de libre matanza. Luis Ortega: Hay que tener bolas para venir ahora a hablar de que necesita tres das para que corra la sangre y poder castigar a los culpables del proceso revolucionario. Eso es una burrada. Yo he dicho burradas en mi vida, pero siempre me he arrepentido. Lo que pasa con Tamargo es que no sabe arrepentirse. En realidad, no sabe lo que dice. Eso pasa cuando se habla mucho. Luis Bez : Qu clase de hombre es Tamargo? Luis Ortega: Es de esa clase de hombres que, realmente, no vale la pena averiguar de qu clase son. Tamargo ni es de izquierda ni es de derecha. No es nada. Un hombre que se pasa todo el tiempo elogiando a todo el mundo, incluso a los peores 101

bribones, no puede ser tomado en serio. Luis Bez: Pero l comenta que lo ha elogiado mucho a usted... Luis Ortega: No se lo agradezco porque elogia a todo el mundo. Es el hombre ms cobero del mundo. Lo que le agradecera es que me atacara de frente. Luis Bez: Lo suyo con l es un problema personal? Luis Ortega: No hay nada personal, estrictamente personal. Lo que ocurre con Tamargo es muy simple. Para m este hombre es un smbolo. Luis Bez: Smbolo, de qu? Luis Ortega: l tipifica la estupidez del cubano que se ha convertido en un cipayo en Miami. En Tamargo se resume la cobarda histrica del cubano que se subordina a un repertorio de ideas que le permiten comer y beber. Es el cubano que hemos padecido a travs de la historia, y que trata de darle un revestimiento intelectual a ideas que son evidentemente falsas. Nuestra historia, es muy lamentable, est plagada de Tamargos que se pasaron la vida dando gritos y simulando un patriotismo de opereta. Cuando critico a Tamargo, y lo hago con frecuencia, estoy aludiendo a nuestra historia. Me estoy refiriendo, de manera indirecta, a toda esa espesa costra de ignorancia que se ha ido formando en Miami, y en otros centros de los exiliados, y que es radicalmente degradante. Nadie que se respete puede participar o aceptar esa conducta del cubano que se hace cmplice de los Estados Unidos para destruir al pueblo de Cuba. Los gritos que mete Tamargo, en su estilo incoherente, apoyando la Ley Helms Burton35 responden a la 102

presin del medio cubano y lo definen de modo ostensible. Al medio y a l mismo. Siempre hay un locutor que chilla ms que los otros y al cabo de un tiempo el hombre desaparece en el cementerio o en un asilo o termina sometindose a un tratamiento por el alcoholismo. Pero, siempre aparece otro y lo sustituye con nuevos bros. Ha sido una plaga. Hace pocos das o un programa de radio, en Miami, en el cual se estaba discutiendo, en forma apasionada, sobre la posibilidad de que los Estados Unidos esten cambiando su poltica hacia Cuba. No recuerdo bien que programa era. Tal vez el de Tamargo. No s. Es que todos son iguales y en todos se maltrata la lengua, el buen gusto y en todos se agrede, en forma despiadada, el sentido comn. Adems, son los mismos tipos que van de programa en programa diciendo lo mismo. Las mismas llamadas telefnicas. Las mismas ideas. Llevan ms de 40 aos sobando los mismos conceptos y lanzando las mismas amenazas. Y, sobre todo, llevan 40 aos anunciando el fin del castrismo. Luis Bez: Tambin cuentan con una estacin de radio pagada por el Gobierno norteamericano. Luis Ortega: Te refieres a la mal llamada Radio Mart. Esta emisora ha estado todo el tiempo en manos de elementos cubanos dedicados a la propaganda de guerra. Lo han hecho de una manera ms encubierta, porque tienen arriba las presiones del Gobierno federal. No han llegado a los extremos de la radio que sale de Miami. Pero, sin duda es pura propaganda. Hay manejo de la informacin con fines polticos. Mas Canosa 103

control al personal todo el tiempo. Las investigaciones que se han hecho para poner al descubierto las manipulaciones no han prosperado hasta ahora por presiones polticas de la mafia de Miami.

Los mismos tipos


Luis Bez: La gente en Miami ha cambiado? Luis Ortega: Que va! En Miami pasan los aos y se repiten los mismos tipos humanos. Nada cambia. Nada se pierde. Ni siquiera hay transformacin. Es lo mismo. Siempre lo mismo. Intilmente siempre. En los aos 60 haba en Miami un sujeto que todos los das se instalaba frente al micrfono de una de las estaciones de radio en espaol de aquel tiempo y se pasaba una hora, y a veces dos, derramando los insultos ms brutales contra Fidel Castro y contra la Revolucin Cubana, mientras zarandeaba una botella de whisky que siempre tena sobre la mesa, al lado del micrfono. El hombre ya muri. Sus amenazas quedaron relegadas al mbito de la retrica casi porno. Nunca fue para Cuba ni hizo nada. No era un mal hombre. El personaje presuma de periodista y hasta exhiba algunas credenciales. Pero, en realidad no lo era. No era cierto. Haba merodeado por los peridicos en La Habana, pero la falta de

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sintaxis y ortografa lo haba relegado a la radio siempre tan encubridora. Han pasado los aos. Han desaparecido casi todos los personajes que en aquella poca ejercan el magisterio en Miami y preparaban expediciones y cosas as. Pero han venido otros con la misma retrica, las mismas amenazas, las mismas citas de Mart, los mismos insultos a Castro, las mismas incitaciones al terrorismo. Aquel tipo que qued a la vera del camino, con su botella en la mano, ha sido sustituido por otro igual que hace lo mismo y que da gritos frenticos clamando al cielo por un vengador y pidiendo que todos los castigos del cielo caigan sobre el presidente Castro. Los hay que salen por las calles buscando dinero para hacer la guerra, son tambin una replica de aquellos que ya lo estaban haciendo hace ms de 40 aos. Es decir, en el eterno retomo. Pasan los aos, se mueren unos y vienen otros. Igual pasa con los que hablan por radio o escriben en el Herald. Luis Bez: Viven amargados? Luis Ortega: La amargura es tremenda. Recuerdo que hace algunos aos uno de esos infelices me deca: Fidel Castro me confisc mis propiedades y me dej sin patria, pero los Estados Unidos me han confiscado a mis hijos y agregaba: Me he pasado diez aos hablndoles de Carlos Manuel de Cspedes,36 Ignacio Agramonte,37 Antonio Maceo,38 Mart y otros patriotas; pero no hay modo. No estn interesados en nada de eso. Ayer les llev un lbum de fotografas de la Isla para ver si se 105

emocionaban y los tres muchachos, unnimemente, opinaron que Cuba es una porquera y que ellos no tienen el menor inters de volver all. Me desprecian porque mi ingls es bastante malo y sienten vergenza de que sus amigos americanos me vean... En estas pocas palabras est concentrada toda una tragedia a la cual no son ajenos, en mayor o menor grado, la mayora de los desterrados cubanos. Al principio todos tuvieron la impresin de que el destierro era cosa de traslado fsico. Vivir all o vivir ac. Trabajar all o trabajar aqu. Fro o calor, clima, idioma, etc. Pero ahora, mientras corre el ao 40 del castrismo, la tragedia la honda, la real, la ntima, la irrevocable ha madurado, ha crecido, ha echado barbas y pelos y anda por ah fumando marihuana. Los que sacaron a sus hijos de Cuba huyndole al famoso decreto de la Patria Potestad se ven ahora sin patria y sin potestad. Quienes le teman al Servicio Militar Obligatorio vieron marchar a sus hijos hacia Vietnam, tratados como bestias por sargentos americanos que los miraban como seres humanos de quinta categora. Los que teman que sus hijos se les corrompieran en la Cuba de Castro tuvieron que contemplar como se les perdieron por las calles de Nueva York o Miami, o Chicago, incorporados a un proceso de descomposicin social al cual son radicalmente ajenos. El medio los devora. Aquellos pequeos seres que llegaron a este pas de tres, cinco o diez aos, ya hoy son hombres y mujeres. Muchos con hijos y hasta nietos. No son cubanos. No operan espiritualmente dentro 106

de la tradicin de la Isla. Son ajenos a la empresa nacional cubana. Moralmente, espiritualmente, econmicamente, lingsticamente, culturalmente, han roto todos los amarres con la tierra que los vio nacer. Tampoco son americanos. Luis Bez: Fueron vctimas de la discriminacin? Luis Ortega: Se criaron en escuelas donde los otros muchachos nativos les arrojaban al rostro el insultante Dirty Cuban - cubano cochino, despreciable, inmundo -. Hablan ingls correctamente. Pero, llevan un apellido que es una calimba: Gonzlez o Prez o Martnez. Eso es un delito en los Estados Unidos, pas lleno de repugnantes tensiones raciales. A la hora del draft (reclutamiento militar) se llevan primero a un Gonzlez que a un Smith. Son seres sin races, sin tradicin a la que aferrarse. Quienes se refugiaron en ese ghetto que es Miami se quedaron con el alma de ghetto y subsisten en una especie de submundo. Viven por debajo de la ciudad. Los que se aventuran al exterior, los que tratan de incorporarse al conflictivo mundo americano, arrastran el apellido hispnico como una cruz. Es la tragedia de todos los hijos de emigrantes. Ni estn all ni llegan jams a estar aqu. Intelectualmente son deficientes, porque la inteligencia necesita siempre races en la tierra para poder absorber los jugos. Norteamrica es un pas triste. Habitado por gentes tristes. Las tensiones desgarran al pas y ahora que vivimos tiempos de crisis, las tensiones son an ms desgarradoras. El desterrado cubano se ve sin patria y sin hijos. Todo ha sido en vano. Los ve 107

luchando penosamente por incorporarse a una sociedad hostil, difcil, compleja. La cosa no era tan fcil. No se trataba slo de un traslado de domicilio, sino de un tremendo proceso de aclimatacin espiritual. Vinieron a los Estados Unidos buscando garantas. Y en el 2000, los Estados Unidos es el nico pas del mundo donde no hay garantas. El 80 por ciento de los jvenes americanos han perdido la fe en los destinos del pas. La corrupcin se desarrolla en todos los niveles. Las drogas son una fuga, una manera de protestar contra un rgimen social en crisis. Yo he odo murmurar a los cubanos en las covachas miserables del ghetto, temerosos de ser escuchados por los profesionales del anticastrismo, aquellos que administran el patriotismo y viven de l: Creo que si me hubiera quedado all todo habra salido mejor. Los muchachos no se me habran echado a perder, no me odiaran. Terrible confesin de esterilidad. Y totalmente intil. Lo trgico del desterrado es que no tiene donde volver los ojos. No tiene dnde ponerse. No hay marcha atrs. Es un proceso irreversible. Est entre lo malo y lo peor. El destierro ahora lo descubren es algo ms que un simple traslado. Es una derrota. Es un quedarse en el aire encueros. La patria es algo ms que un lugar donde se comen potajes. Es un hueco donde habita el espritu y cuando el espritu se queda sin hueco que habitar entra en un proceso de lenta consuncin. Es lo fatal. El nio, al crecer, se convierte en un monstruo. Grande, pero vaco. Recio, pero estpido. No hay espritu. En su alma se ha enredado 108

una cantidad abrumadora de ingredientes contradictorios. Ha crecido mal. Hace ms de 30 aos visit a un amigo cubano que huy de su patria en busca de la libertad y para que no le quitaran la patria potestad, y trajo un par de nios de poca edad. Cuando los conoc tenan 16 y 17 aos. No hablaban una palabra en espaol y tampoco en ingls. Es decir, s lo hablaban, pero no se les entenda. Haban descubierto unos extraos procedimientos para la comunicacin que consistan en emitir gruidos. Mi amigo y yo estbamos hablando de los tpicos usuales entre los cubanos viejos, cuando entr uno de sus hijos, grande y fuerte y con cara de pocos amigos. Mi amigo inmediatamente se call la boca y me hizo seas para que hiciera lo mismo. Despus que el monstruo se perdi en el interior de la casa, le pregunt por qu tenamos que callarnos. Es que l se pone bravo cuando me oye hablar en espaol, me dijo. Y si t no hablas ingls, entonces cmo te las arreglas?, le pregunt al infeliz. Pues no hablo, fue la respuesta. No empata el hogar con la escuela. El hogar y la escuela no tienen continuidad en el desarrollo. El odio empieza a comrselo aun sin darse cuenta l mismo. Se est incorporando emigrante en un vasto pas de emigrantes sin cohesin al substrato de odio que es el comn denominador en una tierra que no acaba de cuajar en nacin. Queda tan slo, la idea del regreso. Regreso? No, de ninguna manera. Es otra fuga ms. Es el anhelo de huir de aqu, de este vasto depsito de odios, para regresar al paraso perdido, a la 109

patria abandonada. Es una nueva ilusin ms. Por esta brecha se introduce la legin de bandoleros y recaudadores que administran la esperanza del desterrado. Luis Bez: Le ve alguna solucin al problema? Luis Ortega: El problema no tiene solucin. En realidad, los problemas nunca se resuelven, sino que se sustituyen. Si maana mismo se abrieran las puertas de Cuba para los padres que han visto crecer a sus hijos en los Estados Unidos, aquellos se enfrentaran a un nuevo conflicto. Los hijos, en su mayor parte, no van a regresar. Son seres hbridos, espiritualmente deformes. Simplemente, se han americanizado, que es, en rigor, una forma de corrupcin porque supone una falsificacin. El regreso, por lo tanto, trae consigo nuevos problemas. Queda una salida. La nica. Dse por perdido lo ya perdido. Y srvase a la pequea nacionalidad cubana cortando de raz la fuga de la Isla. No ms desterrados. Que no saquen ms parientes. Que no se escriban ms cartas mentirosas pintando como un paraso lo que es, en rigor, un infierno. Dgase la verdad sobre el destierro. Una nacin no se salva con la fuga de sus hijos, sino con la adhesin de estos a la tierra. El rgimen poltico, sea el que sea, no justifica la dispersin. Ha sido criminal fomentar el xodo y ahora se palpan las consecuencias del xodo. No ms xodo. Que no se embarque a nadie ms en la aventura estpida de venir a buscar la libertad a otro lugar que no sea la propia patria. El xodo cubano impulsado por las autoridades americanas y 110

por una legin de cubanos idiotas ha revelado nuestra dolorosa inmadurez nacional. Dgase a todos, sinceramente, cules han sido las consecuencias del xodo y pdase a todos que permanezcan all. Un televisor en colores no compensa al que se queda sin patria y sin hijos Luis Bez: Qu es lo que queda en Miami? Luis Ortega: Despus de 40 aos y con los cementerios llenos de viejos exiliados que fundaron el movimiento anticastrista, lo que queda en Miami, salvo raras excepciones, es una descendencia incorporada a la vida americana y con una visin irreal de Cuba. No entienden nada. No son capaces de sentarse en una mesa redonda para revisar la estrategia y modificar lo que ellos llaman ideas y que no son otra cosa que apetitos. Lo que ocurre es que ya quedan pocos cubanos en Miami. En su conjunto los que hay son cuban american. Forman un tipo muy especial, muy hbrido. Son ciudadanos americanos de origen cubano. Son gentes que trabajan en los gobiernos locales. O que cobran pensiones del Gobierno. O que estn en el welfare. O que tienen sus negocios. La relacin que tienen con Cuba es simplemente nostlgica. El cuban american es un animal inconcluso y deficiente. Es invertebrado. Lo nico que se le ocurre, cuando descubre que las cosas estn cambiando, es salir a las calles a dar gritos. A estas gentes, que son gentes prudentes y discretas en su generalidad, no se le puede llevar a participar en concentraciones peligrosas. Quieren estar dentro de la ley. Para gritar y hablar mal de 111

los comunistas e insultar a Castro, y decir que todos los que opinan en contra de ellos son infiltrados, etc., para eso s se puede contar con ellos. Pero nada ms. Esta comunidad es muy interesante. Vive en un plano distinto de la realidad. Despus de 40 aos, la comunidad cubana en Miami se ha segregado totalmente del tronco nacional cubano. Las distintas capas que forman esta comunidad, recibieron al llegar a Miami un repertorio de ideas fijas y de nociones trasmitidas por la radio y por los periodiquitos, reforzadas en las antesalas de los medios, y se han alimentado durante todo este tiempo de esas noticias y no sienten, en ningn momento, la necesidad de revisar el material que tienen almacenado en el cerebro. Un ejemplo muy claro est en la pasin que ponen algunos viejos en combatir al comunismo cuando ya no existe. Todava en Miami hay individuos que escriben en los diarios y hablan por radio y denuncian a la Unin Sovitica. Hay hombres y mujeres que llevan 40 aos entrenndose en los Everglades para la guerra en Cuba y todava no saben cundo va a ver esa guerra ni como. Y siguen recaudando. En eso son incansables. Los cubanos de Miami viven en un mundo congelado. Los viejos y los jvenes. La edad no importa. En ese mundo particular las informaciones no tienen que ser necesariamente ciertas. Eso no importa.

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Luis Bez: En qu se han convertido los cubanos en Miami? Luis Ortega: En un estorbo. Agitan, gritan, escandalizan, forman tranques en las esquinas, son una salacin para el resto de la poblacin cubana que se dedica a sus labores habituales. Hay algo de chantaje en todo esto. Hay casi un milln de cubanos en el sur de la Florida y solamente una exigua minora es la que participa en estas extorsiones. Por supuesto, detrs de todo esto estn las contribuciones electorales de los cubanos. Los candidatos americanos nunca se han puesto averiguar de dnde salen esos millones. En algn momento habr un despertar y el Gobierno federal tendr que investigar de dnde salen las asombrosas fortunas... Luis Bez: Una gran mayora se ha hecho ciudadano norteamericanos? Luis Ortega: Han pasado ms de cuatro dcadas desgarrndose las vestiduras en todas les esquinas y exhibindose como vctimas de la Revolucin y al final todos han terminado como ciudadanos americanos y luchando por el poder poltico en el sur de la Florida y en Washington.

Los viejos cubanos que durante aos se resistieron a solicitar la ciudadana americana, porque decan que ni muertos renunciaban a su patria, ahora van por millares a jurar la bandera americana. Las viejas lloran de emocin al recibir el certificado de naturalizacin. Qu ha pasado? Simplemente, que si no se hacen ciudadanos van a perder los centenares de dlares que reciben todos los meses del Gobierno 113

Durante muchos aos, he estado oyendo el discurso patritico de aquellos que se llenaban la boca para decir que ellos nunca abandonaran la ciudadana cubana. Yo soy un exiliado poltico y nunca me har ciudadano americano, decan los tipos, mientras le estaban cogiendo los beneficios econmicos al Gobierno americano. Pero ahora, de pronto, algunos congresistas estn haciendo esfuerzos por quitarles los beneficios a todos los que no sean ciudadanos. Y cul ha sido la reaccin de los patriotas de Miami? Echar a correr hacia las oficinas que se han abierto en Miami para resolver esta situacin. Incluso en las carteleras teatrales se anuncia una obra bufa con el ttulo Mi hermano hay que hacerse ciudadano. Luis Bez: La emigracin no es nada nuevo. Luis Ortega: Ese es un fenmeno muy curioso que siempre se vivi en Cuba, ahora y antes de la Revolucin. El cubano que emigraba llegaba a los Estados Unidos en estado virginal, con todas sus virtudes nativas intactas. Cuba era una isla miserable de gentes corruptas. Hacan alardes de lo bien que vivan, de sus automviles, de lo honesto que eran todos los americanos y de cmo se respetaban las leyes en su pas de adopcin. Era difcil que un cubano americanizado llegara nunca a acoplar, espiritualmente, con las gentes de su tierra. Se produca una ruptura. La nuestra es una nacionalidad inconclusa. Una nacionalidad que, como se dijo, no cuajaba. No estabamos de acuerdo con la empresa nacional. La Revolucin ha servido de pretexto para 114

huir. Pero es una fuga gozosa. Es un placer ir al Norte. Es un placer dejar atrs la isla. Luis Bez: Hemos sido ms los que nos hemos quedado. Luis Ortega: Es cierto, y hay que admitirlo, han sido ms los que se han quedado que quienes se han ido. No hay uno solo de los dirigentes del exilio cubano, me refiero a los principales, a los que ms mean en la poltica, que no sea rico y, en algunos casos, millonario. La Fundacin Nacional Cubano Americana es un club de millonarios que exhiben descaradamente sus riquezas y se dan golpes de pecho. Los balseros venden churros en todas las esquinas de Miami. La mayora de los cubanos que componen esa cosa amorfa que han bautizado con el nombre de exilio son emigrantes definitivos. No tienen nada que ver con la nacin cubana. Los cubanos han construido un pas porttil al otro lado del estrecho. Lo que han hecho es inventarse una patria que dicen que es mejor que la otra. Hay un tipo de la Fundacin que, con un desparpajo increble, va a los programas de radio y declara con voz enftica que la soberana de Cuba reside en Miami. Nosotros somos el pueblo cubano del exilio y en nosotros est la soberana, afirma. Es decir, los que estn all, en la Isla, son extranjeros. Son un ejrcito de ocupacin. No son cubanos. Los americanos no estn violando nuestra soberana con la Ley Helms Burton. Tampoco la violaran si invadieran la Isla. Por qu? Porque nosotros, dice, somos la soberana. Luis Bez: El tema es largo y la vida breve. 115

Luis Ortega: El fervor de los primeros aos se ha evaporado. Usted sale por las calles de Miami a buscar un mrtir y regresa a su casa desalentado. A lo sumo lo que puede encontrar es un atorrante que, por 10 dlares, es capaz de meterle un coctel molotov al Centro Vasco39. Todo se ha ido hundiendo en el lodo y la corrupcin poltica. El truco del exilio y del anticastrismo militante apenas sirve para conseguir un puesto. Las nminas de los gobiernos locales estn llenas de patriotas que reciben cheques y no trabajan porque estn dedicados a la tarea de liberar a Cuba. Los jefes de las mil organizaciones cobran y no trabajan. Pero, eso s, como dijo Mas Canosa, Yo soy ciudadano americano, pero llevo la ciudadana cubana en el corazn. Tarro, dira un burln. Eso forma parte de la farsa. Al cabo de unos aos, el individuo empezaba a cambiar. Es decir, se alteraba. Se volva otro. Luego, cuando iba de visita a la Isla se portaba como un animal miserable. Se consideraba un ser superior. Se le salpicaba el habla de vocablos extraos. Miraba con desdn a todo el mundo. Le hacia ascos a los negros y a los pobres. Viva en un mundo donde todo era perfecto. Es cierto que no todos son iguales. He visto, desde 1959, a muchos desterrados verdaderos sufrir y morir en medio de una profunda desesperacin. Los cementerios de Miami estn llenos de gente as. Ya van quedando pocos. Esas gentes humildes, viejos y viejas de voz temblorosa que llaman a los sinvergenzas que han montado la tarima del patriotismo en la radio para sacarles los centavos no entienden que han sido vctimas de un fraude. Los locutores de la 116

radio son hombres ricos que explotan la tristeza de los pobres seres abandonados en las casuchas de Miami. Todo va a ser mejor y ms decente el da que los cubanos del exterior, entre los cuales me cuento yo, nos enfrentemos a nuestra dolorosa realidad. Luis Bez: Cul es esa realidad? Luis Ortega: Ya no tenemos nada que ver con Cuba. No tenemos derecho a entorpecer el proceso que se vive en la isla y que debe conducir a la estabilidad poltica y econmica. Sincerar nuestra relacin con el pas de origen es muy importante. Lo han hecho todas las minoras que se han establecido en los Estados Unidos. Solamente los cubanos han querido ser una excepcin. Este fraude, porque es un fraude en realidad, es lo que le ha dado el carcter peculiar que tiene la comunidad cubana de Miami, que es la ms alegre, feliz e irresponsable del mundo entero, a pesar de que llevan 40 aos hablando del duro pan del exilio. Hace ms de 20 aos un supuesto periodista me hizo una entrevista en Miami y me pregunt si yo era optimista o pesimista en relacin con la libertad de Cuba. Luis Bez: Qu le respondi? Luis Ortega: Le respond que era muy optimista. Me pregunt entonces por qu. Y le contest: Porque a pesar de los esfuerzos que hemos hecho durante aos para devolverles la isla a los Estados Unidos no lo hemos logrado. Por aquellos das me quisieron comer en Miami, pero no pas nada. 117

Luis Bez: Cul es la posicin de los cubanos con su pas de origen? Luis Ortega: Hay una mayora silenciosa que est por la

normalizacin de las relaciones con Cuba para poder mantener una relacin estable con sus familiares e incluso visitarlos sin correr ningn tipo de riesgo por parte de la mafia de Miami. Estos integrantes de la mafia lo que piden es la invasin militar de la Isla para volverla a convertir en un protectorado de los Estados Unidos. En todos estos aos, hemos visto desfilar una larga coleccin de personajes que se llenan la boca para hablar de la patria oprimida y luego pasan el cepillo. Luis Bez: Hablan de nuevas generaciones? Luis Ortega: Quienes hablan de una nueva generacin combatiente que hace acto de presencia, con sangre nueva, no sabe de que estn hablando. Las nuevas generaciones surgen cuando tienen reales motivaciones histricas y lo primero que hacen es enjuiciar severamente a la generacin precedente. Esto es, denunciarla. Esta gente ni denuncia a la anterior generacin ni aporta una sola idea al estril escenario de lo que llaman el destierro cubano, que no es destierro. Esta generacin de los espejitos lo que viene es a confirmar el fracaso de los grupos de Miami. Surgieron, artificialmente, en 1960 financiados por los Estados Unidos y han sobrevivido durante todos estos aos, sin base ideolgica de ninguna clase y como negocio, pero ya empiezan a desvanecerse.

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El hecho concreto e irreversible es que la generacin que est ya desapareciendo en los cementerios, y la que la precedi, no ha dejado mensaje alguno. Son dos generaciones que, salvo las excepciones, pertenecen al reino del olvido. La nueva generacin que ha despuntado en el exterior es hbrida. Est partida entre dos culturas. No se puede sustraer, por ms esfuerzos que hagan, a la profunda ignorancia que tienen de la historia de Cuba. No la entienden. Son ajenos a ella. Lo que se ha querido hacer en Miami durante estos aos ha sido un crimen imperdonable. Se les ha querido escamotear el derecho que tienen las nuevas generaciones cubanas a forjar su propio destino, sin presiones externas. Ha sido una torpeza querer disear desde Miami el destino de Cuba y hacerlo en complicidad con los Estados Unidos. Por eso, hemos fracasado. Luis Bez: Tienen algo que ver con Cuba? Luis Ortega: Les falta el coraje para reconocer que ya no tienen nada que ver con su pas de origen. No aceptan la idea de que son simplemente emigrantes. No son exiliados polticos. Tienen que aceptar como buenas todas las noticias que se les dan por la radio, porque eso los justifica ante ellos mismos. Por radio se transmiten los mayores disparates. Se inventan torturas, crmenes, se habla de una miseria espantosa, se hacen denuncias terribles, pero nadie pone en duda estas cosas. Porque es que se quiere creer que eso es as, tiene que ser as. Los que acaban de llegar se incorporan inmediatamente al mito y ratifican las noticias. Seran acusados de ser agentes de Castro si rectificaran algo. El mito tiene sus sacerdotes. 119

Estos locutores que manejan caprichosamente a los infelices de Miami, no tienen la menor idea de lo que estn haciendo. Los de la Fundacin son comerciantes organizados para el lucro; los de la plataforma estn a ver que pescan. La famosa unidad cubana no tiene otras miras que recolectar dinero para la guerra con el propsito de escamotearla. Es decir, en todo el lamentable panorama cubano de Miami lo que prevalece es la ignorancia, el afn de publicidad, las ambiciones desmedidas, los odios de pandillas y todo esto revestido de una retrica obsoleta. Es un mundo cerrado, srdido, inmvil. No es agradable para m tener que admitir que nosotros, cubanos, tenemos ciertas fallas en el carcter que, a juzgar por la forma en que se repiten, parecen formar parte del carcter nacional. Me estoy refiriendo a la tendencia al disparate, a la falta de previsin, a la irresponsabilidad. Adems, lo que los une es el municipio. Luis Bez: Por qu ? Luis Ortega: El cubano se ha municipalizado en el exterior. Se encuentran dos cubanos en una gasolinera. Se reconocen de inmediato por los hierros que llevan arriba. Por el espantoso ingls que hablan. Pero, sin embargo, al mirarse, se temen mutuamente. Casi se odian casi. Pero, al poco rato surge un rayo de luz. Descubren de pronto, que los dos son de Guantnamo. Mi hermano, coo, t eres de Guantnamo, dame un abrazo!. Y los dos animales empiezan a dar gritos. El municipio los ha solidarizado. La nacin no los une; los enlaza el municipio. 120

Lo que hay en el exterior son vastas comunidades rurales de cubanos que han destruido los barrios donde viven, poniendo vrgenes, cercas de alambres y pintando casuchas de rojo y amarillo. Estn llenos de deudas. No he visto en mi vida gente ms ridcula que estos cubanitos. Luis Bez: Existen divergencias entre los puertorriqueos y los exiliados cubanos? Luis Ortega: Los boricuas tienen muchas razones para quejarse de la conducta de una gran parte de los exiliados cubanos. Existen profundas divergencias polticas entre unos y otros. Estas diferencias surgen cuando se comienzan a organizar las mafias cubanas financiadas por los elementos conservadores americanos y se empieza a definir un repertorio de ideas o consignas que, en rigor, son las mismas de la extrema derecha americana. Esa ruptura de los cubanos exiliados con los boricuas se repite tambin en las relaciones con los negros. En Miami, hasta los mulatos ya se han vuelto racistas, siguiendo las prdicas de la extrema derecha. Las mismas diferencias se producen entre el exiliado y las gentes que viven en Cuba. Hay un abismo cultural entre el cubano que sigue dentro de la Isla y el que llega del exilio, cargado de porqueras para ayudar a los parientes. Las ayudas casi siempre adoptan un carcter humillante. Luis Bez: La lucha por la independencia de Puerto Rico ha tenido y tiene un poderoso apoyo del pueblo y Gobierno cubanos. 121

Luis Ortega: En Cuba, en la que yo conoc, hubo siempre una profunda simpata por Puerto Rico y su gente. El ideal independentista naci, simultneamente, en las dos islas. En la Universidad de La Habana, por ejemplo, estaba muy activo el comit por un Puerto Rico Libre, para gran disgusto de la embajada americana. La lista de los cubanos que no podan entrar en los Estados Unidos por haberse pronunciado a favor de la independencia de Puerto Rico era muy larga. Es decir, los antecedentes son muy claros y revelan una profunda afinidad, tanto poltica, como humana entre los dos pueblos. En la Cuba de hoy esas coincidencias son muy profundas. Entre los cubanos y los boricuas no existen diferencias. Esas diferencias s existen entre las mafias cubanas del exilio, ajenas al verdadero sentimiento del pueblo cubano y, desde luego, del pueblo de Puerto Rico.
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(1849 - |933). Filsofo y socilogo cubano. (1898 1961). Destacado intelectual cubano. Muri en Puerto Rico.

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Locutor de Radio Reloj en los primeros aos de la Revolucin. Hombre de negocios de origen cubano. 24 Sy Myung Moon fundador en 1954 en Corea del Sur de la Secta religiosa que lleva su nombre. 25 Sacerdote ligado a la FNCA. 26 Apoya la poltica de bloqueo a su pas de origen. 27 Patrona de Cuba. 28 Organizacin contrarrevolucionaria financiada por la FNCA. 29 Terrorista de origen cubano ligado a actividades contrarrevolucionarias.. 30 Poltico norteamericano. 31 Se situaba frente a los espectculos pblicos a esperar que salieran los polticos a los cuales a travs de una bocina les gritaba su nombre para que le diera algn dinero.
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(1919 1975). Despus del triunfo revolucionario huy a la Florida y fue asesinado en Miami, el 31 de octubre de 1975, cuando estall su auto a causa de una bomba de alto poder explosivo. 33 Propietario de la revista Bohemia En 1960 march al exterior. Sus amigos lo abandonaron. Al verse arruinado se suicid en Caracas, Venezuela. 34 Famoso dibujante cubano. 35 Poltico norteamericano es coautor de la ley del reforzamiento del bloqueo a Cuba. 36 (1819- 1874). El 10 de octubre de 1868, en su ingenio azucarero La Demajagua, se levant en armas y proclam la Independencia de Cuba y liber a los esclavos. Fue el primer Presidente de la Repblica en Armas. 37 (1841 1873). Militar y abogado. Sobresali por su arrojo y sus dotes en el campo de batalla. Comandante en Jefe de las fuerzas del distrito de Camagey. Muri en 1873 combatiendo a los espaoles en Jimaguay. 38 (1845- 1896). Patriota cubano. Hroe de la Independencia. Cay combatiendo contra los espaoles el 7 de diciembre de 1896 en Punta Brava, La Habana. 4 Restaurante.

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No lo dejan vivir tranquilo

Luis Bez: En Miami mencionan constantemente a Jos Mart. Luis Ortega: No lo dejan vivir tranquilo. Desde que los Estados Unidos en 1960, empezaron a construir una nacionalidad cubana de repuesto, con base en Miami, fue inevitable que los habitantes de ese pas mstico agarraran a Mart para ponerlo al servicio de una nueva liberacin de Cuba. La nocin de que los cubanos estn viviendo ahora un proceso similar al vivido hace cien aos, est arraigada en la conciencia de las masas rurales e inexpertas que componen el grueso de eso que llaman exilio cubano . De acuerdo con el escenario que se ha ido componiendo a travs de tantos aos, Cuba es una colonia y los cubanos de Miami son el equivalente de los patriotas del siglo pasado. Estn luchando contra un poder colonial implacable, tanto o ms que el espaol. Los Estados Unidos desempean el papel que ms les gusta. Son los aliados benvolos, humanitarios, que estn ayudando a los cubanos a sacudirse del yugo colonial. Se trata de una total subversin de la realidad. Anda por ah un seor, llamado Carlos Ripoll,1 que lleva muchos aos trajinando con los papeles de Mart tratando de convertirlo en una especie de nuevo lder de este exilio. Lo nico que le ha faltado a este pobre hombre es inscribir a Mart en las nminas de la CIA. Probablemente no ha podido hacerlo porque la CIA no exista en 1895. 128

Ripoll ha llegado al extremo de afirmar que cuando Mart hablaba de las entraas del monstruo se refera, con toda seguridad, al estado de corrupcin que se viva en los Estados Unidos en los tiempos en que l viva en Nueva York. Este sujeto delirante se pasa la vida diciendo que es necesario rescatar a Mart. No hay que rescatar a nadie. Lo que hay que hacer es dejarlo tranquilo de tal modo que estos sinvergenzas no lo sigan utilizando para sus fines. En los locales de los municipios de Cuba en el exilio nunca falta la imagen de Mart al lado de una bandera cubana. En los actos de los rotarios y leones siempre aparecen algunos viejos cubanos que se encaraman en las tribunas y disparan discursos encendidos en nombre del Apstol. La sacralizacin de Mart ha llegado hasta el extremo de utilizarlo para nombrar una emisora americana que lleva a Cuba un mensaje intervencionista. Eso revela el grado de distorsin en que se ha cado. Es un ultraje que le hayan puesto su nombre a la mencionada estacin radial. Pero, todo tiene su explicacin. Luis Bez: Cul es esa explicacin? Luis Ortega: Si todos esos grupos que fueron organizados por Washington, desde 1960, para combatir a la Revolucin Cubana no pudieran disponer libremente de Mart, qu podran hacer para justificar desde el punto de vista ideolgico su existencia? Los cubanos de Miami no pueden prescindir del mensaje de Mart, adaptado a sus intereses, es decir, distorsionado, porque si lo hicieran se quedaran encueros.

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Es asombroso ver a grupos de cubanos marchando por las calles de Miami llevando pancartas con la imagen de Mart, pidiendo a gritos la invasin militar de los Estados Unidos a Cuba para liberar la patria oprimida . El verdadero sentido del ideario de Mart no les importa; Lo que les interesa es la imagen. A medida que pasan los aos, y ya son 40, se va definiendo ms y ms la naturaleza ntima del conflicto cubano. No sus agencias subsidiarias. El anticastrismo naci dependiente y todo lo que ha producido ha terminado sindolo. El Gobierno norteamericano, por supuesto, tena sus propios objetivos y por eso propici ese predominio, lo ejerci y le aadi sofisticacin. Por un lado, preparaba la guerra, el sabotaje, el atentado; y, por el otro, el acercamiento, la infiltracin, el contraespionaje, el diversionismo y hasta el dilogo. Uno de los gestores del dilogo de 1978 ha declarado con toda candidez y sin recato alguno que segn regresaba de sus viajes a Cuba iba disparado para Washington a informar. No informaba a los cubanos de Miami que era lo lgico si iba a ser un dilogo entre cubanos -, sino a los jefes. No es que no deba informarse a Washington, pero si lo que usted est haciendo no es nada clandestino, es innecesario viajar de inmediato a un lugar tan lejos, porque Washington puede enterarse por los peridicos, por el correo o un poco ms tarde. Ahora la situacin acerca de cmo es necesario actuar ha cambiado. Ya no hay Unin Sovitica y las esperanzas de que Cuba se desplomara se han esfumado. Tarde llegaron a comprender que lo que ocurre en la Isla tiene sus propias races y no fue importado, 130

porque es ms resistente a las exportaciones de lo que poda suponerse. Luis Bez: Piden la intervencin militar? Luis Ortega: Eso es lo que hoy exigen, desde Miami. Esos que hasta acusan a Washington de traicin por no hacerlo son los herederos legtimos de aquella sociedad de hacendados plantadores de caa que en el siglo pasado defendan el estatus colonial de Cuba, lo mismo con Espaa que con los Estados Unidos, y que siempre vieron en Mart un loco. Por lo que necesariamente, tuvieron que ver su muerte con alivio. Los individuos de esas organizaciones, ms de 300, que hablan constantemente en Miami de la liberacin de Cuba para vincularla otra vez con los intereses americanos, coinciden, desde el punto de vista ideolgico, con los personajes que tomaron las riendas al morir Mart. Cien aos despus, con otros nombres, con otras caras, vemos a los mismos personajes diciendo las mismas cosas. Luis Bez: Han cambiado las tcticas? Luis Ortega: No lo creas. Las tcticas tambin se han modificado. La clsica tcnica del garrote y la zanahoria sigue usndose, pero de lo que la gente no se da cuenta es de que la zanahoria tambin es un garrote y de que uno de los garrotes es de zanahoria. El zanahoriazo busca lo mismo que el garrotazo. Lo diferente es el mtodo para procurar similar objetivo. Con el garrote garrote se amenaza, con el garrote de zanahoria se seduce y se recomienda la rendicin para evitar que se tenga que usar el otro garrote. Por eso es que en el mismo cartucho pueden caber

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terroristas, cabilderos y dialogueros. Washington tambin escribe derecho en renglones torcidos. No es que ahora me ponga a decir que todo el mundo es o no empleado de la CIA. Eso es lo de menos. Hay quien lo es y quien no lo es, aunque piense como si lo fuera. S me preocupa, sin embargo, esa disposicin tan acentuada en tantos cubanos a ponerse no al servicio del inters nacional cubano, sino del inters nacional norteamericano en lo que respecta a Cuba. Porque en lo que s no hay discusin es en que en los asuntos internos de Cuba los Estados Unidos no tienen derecho a meterse. Es totalmente lgico que Washington trate de salvar sus conveniencias e intereses y negocie con Cuba para ello, pero no es aceptable que se entrometa en los problemas que deben resolverse slo entre los cubanos, como partes componentes de una nacin independiente y soberana que ha pagado un precio muy alto para llegarlo a ser. Luis Bez: Hay diferencias? Luis Ortega: La diferencia esencial en la actitud que se asume con respecto a Cuba est en aceptar o no que para los cubanos ese es un asunto enteramente cubano. No se le puede pedir al Gobierno cubano una normalidad en que no vive, mientras el pas est amenazado por la potencia mundial ms poderosa y desmesurada de la historia de la humanidad. Primero hay que lograr que esa potencia se abstenga de inmiscuirse en los asuntos internos que slo a los cubanos competen. Muchas veces me he preguntado por qu a tanta gente le ha sido tan fcil renunciar a la cubana y asimilar los componentes de lo anticubano. Eso merece un estudio, como tambin lo merece el 132

investigar por qu a otros no nos ha ocurrido lo mismo. Por dnde se meti Platt2 es algo as como por dnde le entra el agua al coco. Luis Bez: Qu es lo qu se discute? Luis Ortega: Lo que se est discutiendo no es si se est o no de acuerdo con lo que ha pasado y est pasando en Cuba, lo que se discute es que eso es algo a discutir entre los cubanos, y nada ms que entre cubanos, y es necesario que el Gobierno de los Estados Unidos no se meta y nos deje hacerlo. Entonces todo se resolvera o no se resolvera. Terminara en besos y abrazos o en sabe Dios qu otra cosa, pero dentro del mbito de lo que es nuestro y no debe ser de nadie ms. Quien no entienda eso, quien no quiera entender eso, est totalmente despistado. Puede ser que haya abandonado la ruta de la violencia, pero est mintiendo cuando dice que propicia el dilogo, porque lo que quiere es bloquearlo, impedirlo, despretigiarlo; utilizar el lema como propaganda y como treta para luego acusar al Gobierno cubano de no aceptarlo. Lo que est haciendo, consciente o inconscientemente, es seguir la tctica del Gobierno norteamericano que quiere ganar a zanahoriazo limpio lo que no pudo ganar a garrotazos. Luis Bez: Es un problema de soberana. Luis Ortega: De eso no me cabe la menor duda. La soberana de Cuba - que no es una cosa abstracta -, es decir, el derecho que tiene Cuba, aunque sea un pas pequeo, a decidir su propio destino sin que tenga que obedecer las rdenes de un funcionario americano, eso es lo esencial del conflicto actual.

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Si Washington decide que Castro debe irse, como lo proclama de manera constante el Miami Herald en sus editoriales, es obvio que Washington entiende que ellos ejercen la soberana sobre Cuba. Que ellos tienen que decidir quienes gobiernan en Cuba y cmo. Nadie que haya nacido en la Isla y guarde un poco de respeto por ella puede hacerse cmplice de una situacin semejante. El odio que se le tenga a Castro, por las razones que sean, no justifica, en modo alguno, la complicidad con Washington. Que eso, en definitiva, es lo que han estado haciendo los cubanos y para esa tarea han utilizado a Mart. Es decir, el conflicto cubano ha quedado reducido a sus elementos ms simples. Es el problema de las relaciones con los Estados Unidos. Estos quieren ejercer un control absoluto y secreto sobre la isla. Castro representa la voluntad que se opone a ese control. Todos los otros pretextos que han manejado durante 40 aos han desaparecido. No tienen ya validez. El tiempo ha dejado encueros a los protagonistas del drama. Cada cual ha quedado expuesto a la verdadera luz. De lo que se trata es de hacer algo para impedir que la nacionalidad cubana desaparezca en las manos de los funcionarios americanos y de sus cmplices cubanos. Luis Bez: Qu simboliza Mart? Luis Ortega: El nacionalismo cubano. Su muerte en Dos Ros tiene un extrao simbolismo. Con l cay toda la concepcin ambiciosa del destino histrico de la Isla. Su desaparicin le abri el camino a los intereses americanos que fueron los que disearon el futuro de la incipiente nacionalidad. En 134

torno a su ideario, a la misma traicin de que fue objeto despus de su muerte, ha ido cristalizando la conciencia nacional cubana. Si se observa la muerte de Mart desde la perspectiva angustiosa del conflicto que exista en 1895, y que sigue vivo 100 aos despus, se ver el destino trgico de una Isla que lucha por sobrevivir con decoro a 90 millas de un vecino poderoso. La muerte de Mart dej abierto el camino a Toms Estrada Palma para disear la Repblica que naci en 1902 y que fue un protectorado americano hasta 1959. Los aos transcurridos desde que se inici el proceso revolucionario en Cuba han servido para desnudar todas las intenciones y poner a cada cual en el sitio que le corresponde. Es absurdo que los cubanos de Miami sigan utilizando a Mart para pedir la intervencin militar en Cuba. Incluso, los que en un principio, combatimos la Revolucin, como en mi caso, hemos tenido que entender el verdadero sentido del conflicto. Algunos lo dicen en voz alta; otros se lo callan. Pero es obvio que entre los cubanos hay un movimiento de regreso a las races histricas. No puede ser de otro modo. Ya no se trata de luchar contra un gobierno que no nos gusta, o contra un hombre, o contra el comunismo. Luis Bez: La Revolucin ha seguido el camino trazado por nuestros prceres. Luis Ortega: Es obvio que Castro no ha inventado este conflicto con los Estados Unidos. Lo que ha hecho es continuar la mejor tradicin cubana. Vase lo que deca Jos Antonio Saco3 a mediados del siglo XIX, hace casi 150 aos: 135

...La desmesurada ambicin de los Estados Unidos, es y ser un obstculo inmenso a la verdadera independencia de Cuba, pero aun suponiendo que llegase a conseguirla, muy pronto podra perderla, porque sin fuerzas propias para defenderse, y privada del apoyo de su antigua metrpoli, vctima sera de la rapacidad americana, en cuyas garras pereceran sus tradiciones, su nacionalidad y hasta el ltimo vestigio de su lengua. Luis Bez: Saco no era un revolucionario. Luis Ortega: Era un reformista. Ni siquiera apoy la guerra que se inici en 1868. Sobre todo, cuando la Cmara de Representantes - en abril de 1869 - en plena manigua aprob un acuerdo, respaldado por el entonces Presidente y por miles de firmas, solicitando del Gobierno norteamericano la anexin de la Isla a los Estados Unidos. Con esto se demuestra que estos cubanos de Miami que piden la intervencin americana tienen tambin sus antecedentes histricos. Saco a pesar de mantener esa posicin, siempre tuvo la idea de que Cuba llegara a ser un estado independiente no sujeto a los intereses de Washington. Luis Bez: Mart estaba muy claro. Luis Ortega: Su pensamiento poltico estaba inscrito en el marco de la ms limpia tradicin de la inteligencia cubana. El punto fundamental de su poltica, que lo llev a organizar la guerra en 1985, fue, precisamente, impedir que los Estados Unidos cayeran sobre Cuba. Vase lo que le deca a Manuel Mercado4 el da antes de morir: ...mi deber es impedir a tiempo, con la independencia de Cuba, que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza ms, sobre nuestras tierras de Amrica. Cuanto 136

hice hasta hoy, y har, es para eso. En silencio ha tenido que ser porque hay cosas que para lograrlas han de andar ocultas. El ideario de Mart est en Cuba; est en Castro. En Londres hace aos - en 1963 - C.A.M. Hennessy5 public un largo ensayo en International Affairs, en el que plantea: Una larga preparacin antes de la independencia no fue suficiente, en s misma, para dar al nacionalismo cubano un sentido de equilibrio. La ausencia de bases telricas en este nacionalismo fue la causa que tendiera a cristalizar alrededor de la figura de Mart. En este mismo ensayo destaca la influencia de Mart en Castro: Es difcil empezar a comprender a Castro sin considerar la influencia de Mart en l".
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Investigador de origen cubano. Enmienda propuesta por el senador norteamericano Orville Hitchcock Platt y aprobada por el Congreso de Estados Unidos en 1901 permita a Washington controlar los emprsitos y los tratados que pudiera efectuar Cuba y el derecho a intervenir militarmente en la Isla cuando lo consideraran oportuno. Derogada en 1934. 3 (1797 1897).Historiador y poltico cubano. 4 Intelectual mexicano. Gran amigo de Mart. 5 Intelectual de origen ingls.

Falta de carcter Luis Bez: Crey posible la presencia de una Revolucin socialista a 90 millas de los Estados Unidos? Luis Ortega: Los cubanos tenamos muy clara la nocin de que en Cuba no se podan hacer cambios sustanciales en la estructura del Estado, y mucho menos una Revolucin de largo alcance, sin contar con la aprobacin de los Estados Unidos. Ni siquiera los comunistas crean que eso era posible. 137

Esa es una idea que sigue vigente en las comunidades cubanas que se han formado en el exterior, sobre todo en Miami. No se puede hacer nada sin contar con la aprobacin de Washington. Existe un documento - estrictamente secreto y confidencial firmado por el Dr. Pedro Martnez Fraga6 en el cual se explica cmo y cundo comenz, a partir de la segunda mitad de 1959, la campaa para acabar con el nuevo Gobierno. Ese documento fue presentado el 24 de noviembre de 1961 y se titula: Examen de las relaciones del Gobierno de Estados Unidos con el Consejo Revolucionario Cubano . Se trata de un documento descarnado donde se revela el grado de dependencia que existi siempre entre las clases polticas de Cuba y Washington. Martnez Fraga fue un genuino representante del establishment poltico cubano anterior a la Revolucin. Este memorndum de 19 paginas es fundamental para entender lo que ocurri entre 1959 y 1962. Los revolucionarios de 1959 no tenan ms que dos caminos, uno: dejarse aplastar como haba ocurrido a los del 1933. Dos: buscar el apoyo y la proteccin de la Unin Sovitica con todos sus riesgos. Hay otro documento - muy extenso - firmado por Justo Carrillo,7 integrante del Consejo Revolucionario, donde hace una revisin histrica del exilio cubano, desde enero de 1960 hasta la invasin de Baha de Cochinos. Este memo corrobora el espritu de dependencia expresado en el de Martnez Fraga. Lo escribi Justo Carrillo poco antes de morir.

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Luis Bez: Usted es un hombre que vivi intensamente la poltica cubana, cmo se manejaban los norteamericanos en la Isla? Luis Ortega: Las nuevas generaciones de cubanos, tanto en la Isla como en el exterior, ignoran como era la Cuba anterior a la Revolucin y cmo eran las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos. Yo viv aquel mundo y conoc intimidades. Por eso creo, y siempre lo he credo, que el problema de Cuba no ha sido el comunismo y tampoco Fidel Castro. El problema fundamental ha sido precisamente, la necesidad de ajustar las relaciones de la Isla con el vecino del Norte. Ese problema que estaba en el subsuelo moral se encuentra en los orgenes de la conflictiva nacionalidad. Nadie poda ascender en la vida poltica en Cuba si no tena el visto bueno de la embajada norteamericana y mucho menos si se atreva a tocar los intereses americanos. Eran sagrados. Los peridicos corran el riesgo de quedarse sin papel si se portaban muy mal. Se les permita algo, pero que no se excedieran. Cuba fue una colonia americana, ms o menos encubierta, desde que se sacudi de arriba la dominacin espaola. Las nuevas generaciones no tienen idea de hasta donde llegaba el control de la economa y la poltica. Eso ocurra, en parte, porque un sector importante de las clases dirigentes cubanas, tanto en la economa, como en la poltica, se senta muy feliz con esa situacin. Hasta se enorgullecan del tipo de relaciones que tenamos con los Estados Unidos. Es curioso. Cada

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vez que llegaba el 4 de julio, todos los peridicos publicaban ridculos editoriales entonando alabanzas al poderoso vecino del Norte. Por eso, precisamente, es que le ha sido tan fcil a Washington montar una nacin cipaya en Miami, poblada por cubanos que suean con rescatar la colonia. Eso explica por qu un aventurero como Carlos Alberto Montaner deleita al grupo de papanatas que le siguen, prometindoles que en el futuro todos van a ser yanquis. El hombrn ha convertido la sumisin en un ideal. Es obvio que Cuba seguir siendo un problema mientras los Estados Unidos no entiendan que tienen que renunciar a la mentalidad colonial y aceptar que se puede establecer un sistema de relaciones mutuamente respetuoso. Hasta ahora se han equivocado en su anlisis del castrismo. Lo importante no es su contenido ideolgico. Castro ha llegado a simbolizar el ideal de independencia y soberana en una Isla que ha sido muy maltratada por los Estados Unidos. Luis Bez: Qu rasgo es el que ms sobresale de la poltica norteamericana? Luis Ortega: La arrogancia. Los Estados Unidos se han atribuido siempre el derecho, casi divino, de decidir lo que es bueno y lo que es malo. Fidel Castro es un malvado porque defiende la soberana cubana. Es decir, los Estados Unidos, histricamente, se han arrogado el derecho divino de decidir sobre la calidad moral de sus adversarios. En el fondo de todo esto, incrustado en la conciencia americana, esta el concepto de la predestinacin. 140

Un Fulano, por ejemplo es rico y bueno porque Dios lo ha decidido as. Y si es pobre y malo es porque ha sido predestinado para eso. Esto explica el respeto que sienten los americanos por los ricos y el desprecio por los pobres. Luis Bez: Cul fue el mayor error del extinto presidente Kennedy en su poltica hacia Cuba? Luis Ortega: El error mayor de Kennedy no fue la fracasada expedicin de Baha de Cochinos sino haber resuelto que a Castro era necesario liquidarlo con presiones econmicas o mediante un atentado. Los resultados de aquella torpe decisin estn a la vista. El prestigio de los Estados Unidos est por los suelos. Nunca se ha dado en la historia el caso de un pas tan poderoso como los Estados Unidos empeando toda su fuerza para arruinar a una Isla indefensa solamente para darle gusto a la arrogancia americana. Luis Bez: Qu poltica debiera aplicar Washington en su relacin con Cuba? Luis Ortega: La nica poltica inteligente para Washington es prestar atencin a las voces que le piden moderacin. Lo inteligente es abandonar los grupos de cubanos mafiosos de Miami y avanzar hacia un sistema de relaciones con Cuba ms racional. Los Estados Unidos pueden convivir con Cuba en paz y armona si renuncia al proyecto de determinar el futuro poltico de la Isla. Cuba ya no es el mismo pas de hace 40 aos. Luis Bez: Qu criterio tiene sobre la Ley Helms Burton? Luis Ortega: La Ley Helms Burton es una versin aumentada y corregida de la Enmienda Platt. Yo no soy partidario de la Revolucin 141

Cubana, cosa evidente por mi historial personal sin embargo, estoy protestando contra la mencionada ley que es una afrenta a Cuba. Esa ley es el caso ms repugnante de presin extraterritorial. Solamente un personaje tan siniestro como el senador de Carolina del Norte - manejado por intereses tabacaleros -, enemigo de los cubanos, podra prestarse a promover una legislacin que supera en arrogancia al episodio de la Enmienda Platt. Al referirse a la citada ley, el ex presidente James Carter8 dijo: De todas las estupideces que ha hecho mi pas la peor ha sido la de la Ley Helms Burton . En esto tiene toda la razn. Es una vergenza que Jesse Helms sea senador pero peor es que esa ley haya sido aprobada por mayora en el Senado y en la Cmara y, adems firmada por el presidente Bill Clinton.9 Lo dicho por Carter es cierto. Pero, lo que se calla es que cuando l lleg a la presidencia en 1976 en vez de tener el coraje de darle un vuelco a la estpida poltica de Washington respecto de Cuba, lo que hizo fue continuar la labor de sus predecesores. Luis Bez: La Ley est pagada por intereses econmicos? Luis Ortega: La Ley Helms-Burton, pagada por los intereses econmicos de los cubanos va encaminada a asegurarle a esos intereses la posesin de la Isla en complicidad con Washington. Es peor que la Enmienda Platt. La historia de Cuba desde sus orgenes, y aun desde el siglo anterior, ha estado presidida por un criterio de que hay que aceptar la realidad. Es decir, hay que ceder a la presin del pas del Norte. Hay que aceptar la tutela, por el bien de la patria .

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La clase de los hacendados azucareros - siempre funesta para Cuba desde la colonia - estuvo siempre dispuesta a aceptar todas las presiones de Washington con tal de salvar la zafra y el precio. Fueron los hacendados y los agentes del comercio importador los que llamaban loco a Mart porque se atreva a hablar de soberana e independencia. Lo que queran era que Cuba entrara a formar parte, de algn modo, no importaba cul, de los Estados Unidos. Lo dems eran locuras. Ese mismo tipo de gente - los azucareros, los licoreros, con todas sus variantes - son los que ahora pagan buenas contribuciones electorales a polticos americanos para sacar adelante la Ley Helms Burton que les garantiza el control de los Estados Unidos sobre la Isla. El propsito es garantizarle a la mafia de Miami que solamente ella podr gobernar en Cuba en el futuro. Slo ellos podrn contar con el permiso de los americanos para formar un gobierno en la Isla. La nueva generacin cubana queda borrada del mapa poltico. Esto es una estupidez. La ley le pone en la mano a Castro la posibilidad de convertirse en la vanguardia de un amplio movimiento en defensa de la independencia de la Amrica Latina. Frente a la grave amenaza que representa esta ley, lo que se impone es un vasto movimiento de defensa de la nacionalidad. Hace falta un poco de audacia. El nacionalismo amenazado es capaz de mover montaas y encontrar solidaridad en el mundo entero. La Helms Burton, con la complicidad de los cubanos en los Estados Unidos, es un ataque brutal a la nacionalidad cubana. Esos

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cubanos que aplaudieron al presidente Clinton cuando este firm la ley son traidores a Mart y Maceo. Estn aplaudiendo la opresin. Esta es la opinin de alguien que nunca fue revolucionario, que no va a ser nunca y, sin embargo, mantiene vivo un sentimiento nacionalista a pesar de los aos y la distancia. Recientemente el presidente Clinton vino a Miami para buscar dinero y votos. Hubo una comida en un hotel para recaudar fondos. El cubierto se pag a 1 500 dlares. En su discurso, el Presidente cometi el error de mencionar la Ley Helms Burton pensando, tal vez, que los asistentes eran todos miembros del circo cubano de Miami. La reaccin de los asistentes fue sorprendente. Clinton fue abucheado. Es decir, hay un sector importante en Miami que entiende que es correcto apoyar a Clinton y pagar 1 500 dlares en una comida de recaudacin de fondos, pero la ley Helms Burton no disfruta de muchas simpatas entre los cubanos inteligentes. En rigor se trata de una ley pagada por un grupo de millonarios cubanos de la Florida para defender sus propios intereses y son pocos los que estn dispuestos a apoyarla. Salvo una minora vociferante que vive del negocio del anticastrismo y opera en la radio y en los diarios, el resto es una mayora silenciosa que aspira a ver que el problema de Cuba se resuelva de forma racional y se establezcan relaciones normales entre Cuba y los Estados Unidos. Luis Bez: Esa ley nos ha unido ms a los cubanos. Luis Ortega: Lo s. Con toda razn. Conozco que en la Isla se han producido gigantescas movilizaciones contra la conducta de los

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Estados Unidos y en repudio a las leyes Helms Burton, Torricelli,10 y de Ajuste Cubano11 , as como contra el embargo. Vi las imgenes que trasmiti la CNN de la marcha el pasado 26 de julio; fue algo realmente impresionante. Cmo explicar ese torrente humano que se contempl en la pantalla de la televisin si se parte de la nocin, tan difundida entre los cubanos de Miami, de que el rgimen est agonizando? Cmo es posible que 40 aos despus del triunfo de la Revolucin, con todo el desgaste que una Revolucin lleva aparejado, se pueda organizar una marcha tan abrumadora? Cmo se explica eso? Debo suponer que lo que provoc la gigantesca movilizacin fue, precisamente, la indignacin que siente el pueblo cubano contra la conducta de los Estados Unidos y el respaldo a su proceso revolucionario. Ni afirmo ni niego. Me atengo a los hechos. Por otro lado, no se puede negar, de manera objetiva, que Castro encarna el espritu de resistencia del pueblo cubano. Por cierto, es curiosa la reaccin de la prensa frente al caso de las marchas realizadas en el pas. Las fotografas donde se ve el ro humano que ha desfilado en las diversas movilizaciones no son publicadas por los diarios en espaol editados en Miami. No les gusta admitir que la realidad est contra la propaganda. Luis Bez: Qu opinin le merece Jesse Helms? Luis Ortega: Este seor se ha convertido en el dolo de los cubanos de Miami y de los llamados disidentes que operan en Cuba, precisamente, porque stos han perdido todo sentido nacionalista. Blancos y negros de Cuba, sobre todo los negros, la pasaran muy mal si Jesse Helms llegara a ser un factor decisivo en un gobierno 145

cubano. Hay una coincidencia muy peligrosa entre los ideales del senador sureo y los del Ku Klux Klan.12 Luis Bez: Ya qu los mencion, cmo enjuicia a esos elementos? Luis Ortega: Los disidentes en Cuba son gente sin importancia poltica. Son tteres de la mafia de Miami. Estn al servicio de la Seccin de Intereses de los Estados Unidos que los mueve de un lado a otro del mismo modo que los pcaros de Miami mueven a los viejitos de un lugar a otro para estafar el Medicare. Son gente que reciben salarios y orientacin ideolgica del Gobierno americano. Esto no es un secreto. El presidente Clinton le otorg un crdito de 500 000 dlares a la organizacin Freedom House13 para financiar las actividades de estos seores dentro de la Isla. Pensar que ese elemento puede representar un movimiento poderoso de oposicin al Gobierno es una tontera. Luis Bez: Cmo analiza la conducta del presidente Clinton en el caso cubano? Luis Ortega: La conducta de Clinton en el caso de Cuba revela la falta de carcter y poca estatura presidencial. En lo que se refiere a Cuba, Clinton se ha metido en un callejn sin salida al ponerse, incondicionalmente, al servicio de los grupos mafiosos de Miami. Clinton se dej manejar por Mas Canosa y la Fundacin. Razones monetarias. Ni siquiera por los votos, porque la Fundacin no tiene votos. Los grupos vinculados a la Fundacin le entregaron a Clinton casi un milln de dlares para su campaa poltica. Mentalmente, Clinton estaba operando con la tradicin histrica de los Estados Unidos. Siempre los Estados Unidos ha colocado peones 146

en las regiones que aspira a controlar y luego ha sublevado a sus peones para reclamar el territorio. Lo hicieron en Cuba durante todo el siglo XIX para minar la dominacin espaola y les sali bien el juego. Lo hicieron en el norte de la Florida cuando era espaola. Lo hicieron en Panam para separar la regin de Colombia, es decir, para despojar a Colombia. Ya lo haban hecho con anterioridad cuando introdujeron sus peones en la regin del suroeste para despojar a Mxico de una parte enorme de su territorio. En el libro de Ramiro Guerra, 14 La expansin territorial de Estados Unidos a costa de Espaa, se explica muy bien la estrategia del pas del Norte. Esto es, en rigor, lo hecho por los Estados Unidos para minar y desprestigiar la Revolucin Cubana. Han creado una masa enorme, ignorante, mercenaria, manipulada con informacin falsa, en el sur de la Florida para legitimar la reclamacin de una supuesta democracia en Cuba. Lo que ha querido hacer Clinton es introducir esa horda de cubanos en la Isla - con vaselina, para que no duela - con el pretexto de reclamar reformas, democracia, dialogo, etc. , y minarle el terreno a Castro que es el baluarte real de la soberana cubana. Clinton se hizo ilusiones si pens que Castro se iba a tragar la pldora. La respuesta la tiene ante los ojos. Castro desmantel el aparato del Concilio 15y tumb los dos aviones que estaban provocando el conflicto. Fue una respuesta inevitable. Frente a la ingenuidad de los americanos que ignoran los antecedentes histricos de la Revolucin y las conflictivas relaciones entre Cuba y los Estados Unidos - a travs de 200 aos -, es decir, 147

frente a la subestimacin de Washington y los asesores de Clinton, la respuesta de Cuba era ineludible. Clinton se ha hecho famoso por su incoherencia en relacin con la poltica hacia Cuba. Hoy dice una cosa y maana dice otra. Su poltica de constante zig zag lo ha hecho impopular. Ha tenido todas las condiciones para normalizar las relaciones con Cuba. Nixon tuvo los pantalones para restablecer las relaciones con China. El problema de Clinton es que anda en shorts. No usa pantalones. Luis Bez: Es una cuestin de soberana. Luis Ortega: Al margen de las simpatas o antipatas que se tengan por la Revolucin Cubana, hay algo que se sobrepone a la postura personal: el profundo sentimiento de solidaridad con el ideal nacional de independencia y soberana. Ese ideal es anterior a la Revolucin y va mucho ms atrs en el tiempo. Pensar que la Revolucin descubri el conflicto con los Estados Unidos es un disparate. Ese conflicto lo llevamos disuelto en la sangre las gente de mi generacin y la de las generaciones precedentes. Llevo muchos aos protestando contra todos los intentos que se han hecho para sofocar el espritu revolucionario en Cuba y volver a someter la Isla a los caprichos de Washington. Y no lo he hecho en defensa de la Revolucin, con la cual nunca he tenido relaciones muy estrechas; al contrario, he sido ms bien hostil a ella. Mi adhesin va ms all de la Revolucin. Apunta hacia el ideal de independencia y soberana, cada vez ms amenazado por las fuerzas externas que se conjuran contra la Revolucin, precisamente, porque esta se ha mantenido todos estos aos defendiendo ese ideal.
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Intelectual de origen cubano.

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(1912 1994). Poltico de origen cubano. Ocup importantes cargos en los gobiernos autnticos. 3 (1924-). Presidente de Estados Unidos de 1977 a 1981. 4 (1946). 42 Presidente de los Estados Unidos. 5 Representante a la Cmara. Autor de leyes anticubanas. 6 Puesta en vigencia por el gobierno norteamericano en 1966 permite a todo cubano que arribe a suelo norteamericano darle refugio. 7 Organizacin terrorista secreta creada en los Estados sureos de Estados Unidos durante la reconstruccin del periodo que sigui a la guerra civil. 8 Institucin creada por el Gobierno norteamericano que entre sus funciones est la de actuar como intermediario con elementos disidentes. 9 (1880 1970). Destacado historiador y pedagogo cubano. 10 Grupo contrarrevolucionario.

Relaciones respetuosas

Luis Bez: Cul es su opinin de los anlisis que hacen sobre Cuba algunos acadmicos norteamericanos? Luis Ortega: No solo los acadmicos, sino tambin periodistas se pasan la vida haciendo anlisis en los que no apuntan nada nuevo sobre el tema. Lo que me llama la atencin es, precisamente, el hecho de que a travs de los aos se han estado repitiendo los mismos tpicos en relacin con Cuba de una manera rutinaria y con un asombroso desconocimiento de los antecedentes histricos del conflicto. Hay una serie de lugares comunes en estos anlisis sobre Cuba y Castro que trasmiten de un autor a otro, sin variaciones. Cuando los americanos se ponen a analizar el caso de Cuba lo primero que se preguntan es por qu Castro no hace unas elecciones para legitimar la Revolucin. Siempre, por lo general, terminan hablando de la dramtica situacin econmica que se vive en Cuba y de la intransigencia de Castro al no ceder a las presiones que se ejercen para que la Isla entre por el camino de las reformas polticas.

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Y me pregunto si es posible, es decir, si tendra sentido, hacer una Revolucin de tan hondo calado como la cubana, con tanta sangre derramada, con tanto sufrimiento, con el sacrificio de todo un pueblo acosado por los Estados Unidos, para venir al final, como un pendejo cualquiera, a celebrar unas elecciones para complacer a los Estados Unidos y para que el pobre costarricense Oscar Arias16 se sienta feliz. Una Revolucin es una cosa muy seria y la de Cuba la ha sido ms que ninguna otra porque ha sido una Revolucin a 90 millas de las costas del principal adversario de la soberana cubana. Ha sido un desafo a los Estados Unidos. Eso es lo que le da un carcter muy particular a la Revolucin Cubana. Luis Bez: Qu es lo bsico del caso cubano? Luis Ortega: Es el espritu de secesin de la Revolucin de los Estados Unidos. La obstinacin de los Estados Unidos en retener su influencia en Cuba a toda costa - incluso sacrificando a once millones de seres humanos que viven en la Isla - es un vago eco de la guerra civil que ensangrent el territorio americano el siglo pasado. Castro es un rebelde contra el Norte revuelto y brutal de que hablaba Mart. Es el malvado que le ha escamoteado a Washington una porcin del territorio. De lo que ellos consideran que es su traspatio. El hecho concreto es que esa Revolucin - nos guste o no - tuvo lugar, ha durado 40 aos y cambi radicalmente la fisonoma moral y poltica de Cuba y sobre todo, las relaciones econmicas. Pensar que es posible darle marcha atrs a todo lo que se ha 150

hecho en Cuba para devolverles las propiedades a los millonarios cubanos que viven en la Florida quienes le dan dinero al Congreso para que apruebe leyes y contribuyen generosamente a las campaas presidenciales de demcratas y republicanos -, pensar que la cosa es tan simple es, de hecho, una estupidez. Un cambio brusco en Cuba, un retorno traumtico al pasado, lleva aparejado un ro de sangre. No se hace una Revolucin en balde. Tiene mucha responsabilidad el que se lanza por un camino tan angustioso. Solamente los cubanos mediocres de Miami pueden albergar la extraa idea de que el problema de Cuba se puede resolver, alguna vez, con una invasin americana o con una ridcula gestin del ex presidente Carter para convencer a Fidel Castro de que celebre elecciones. Este t anlisis es tpico de la mentalidad de cierto periodismo americano que arranca de la pobre nocin de que, Cuba es una pequea isla del Caribe, una factora azucarera, no es necesario perder el tiempo indagando las races histricas de lo que all est ocurriendo, Se puede opinar sobre Cuba y analizar el conflicto sin averiguar nada, aplicando al caso cubano el mismo cartabn que sirve para entender la poltica domestica americana. Esto es un error. Kennedy en 1961 pag un precio altsimo por haber cometido el error de subestimar el empuje de la Revolucin Cubana. Luego, por la misma razn, se vio al borde de un conflicto nuclear. Nueve presidentes despus no han sabido qu hacer. Clinton, l ultimo, ha cometido el error de creer que Cuba le sirve solamente para nutrir sus fondos en la campaa electoral. 151

Es decir, a medida que se ha ido bananizando la poltica americana, a medida que los estadistas americanos pierden estatura intelectual, el caso de Cuba se va complicando. Evidentemente, hay un claro genocidio en la poltica americana sobre Cuba. Nunca se ha dado el caso, sobre todo en Amrica, de que una potencia del nivel de los Estados Unidos se pase 40 aos tratando de liquidar fsicamente al dirigente poltico de una pequea isla - utilizando procedimientos a veces siniestros - y no ceda en sus propsitos de acabar con el pueblo cubano sitindolo por hambre. Eso es un desprestigio para los Estados Unidos y las gentes ms lucidas del pas lo entienden as. Hace muchos aos que los Estados Unidos debieron haber renunciado, de manera explcita, a la guerra contra Cuba. Luis Bez: En algunos de estos anlisis se plantea que Cuba no est interesada en tener mejores relaciones con Washington. Qu opina al respecto? Luis Ortega: Eso coincide, exactamente, con el pensamiento de la mafia de Miami. He vivido muy de cerca lo que ha pasado en la isla durante los ltimos 60 aos. La actitud de crtica severa frente a los Estados Unidos no ha sido inventada por Castro. Viene dada por la historia de Cuba. Tuvo su mxima expresin en Mart. Estuvo viva durante todos lo aos de la Repblica prerevolucionaria. Castro lo que ha hecho es tomar el legado y ponerlo en prctica. Siempre se ha querido tener mejores relaciones con Washington. Siempre se ha luchado por la prosperidad del pueblo. El obstculo mayor ha sido Washington. 152

La poltica americana hacia Cuba ha consistido siempre en exigir subordinacin. No quieren relaciones respetuosas y cordiales. Quieren la subordinacin. Antes de cumplirse un ao de inaugurase el perodo revolucionario - en 1959- , ya los Estados Unidos le haban declarado la guerra a Castro. Ni siquiera se puede decir que fue contra el comunismo, porque todava Cuba no tena relaciones con el bloque sovitico. La guerra fue contra la rebelda de Castro. En 40 aos no han cesado un solo da de combatir la Revolucin. Por qu vamos a reprocharle a Castro que quiera ver culminada su obra? La generacin que est gobernando hoy en Cuba, con la excepcin de Castro, no es la misma que hizo la Revolucin. El proceso de relevo est en marcha.

Luis Bez: En qu momento los Estados Unidos se constituye en el principal partido de la oposicin a la Revolucin? Luis Ortega: En 1959 iniciaron el movimiento sobornando a grupos de cubanos, mediante sueldos para cubrir las apariencias. Desde entonces, la oposicin a Castro, dentro y fuera de la Isla, ha estado financiada por los Estados Unidos, utilizando elementos cubanos mercenarios. Esto es un hecho que ya ni siquiera se trata de disimular. Se hace a cara descubierta. No ha podido surgir - hasta ahora, en 40 aos - un solo movimiento cubano de oposicin que se haya podido sustraer a la tutela de los americanos. Es obvio que Castro no tiene otra alternativa que ser intolerante con los grupos que pretenden organizarse dentro de Cuba con financiamiento y direccin 153

americana. La culpa de todo lo ocurrido en Cuba durante 40 aos le corresponde en mayor proporcin a los Estados Unidos. Ciertamente, si Castro no hubiera iniciado una Revolucin en Cuba en 1959 y se hubiera plegado a las ofertas de Washington es posible que nada de esto habra ocurrido. Si hubiera sido dcil y complaciente con el embajador americano no habra habido guerra. Todos los que gobernaron en Cuba, antes que Castro, fueron dciles y comprensivos y no hubo problemas. Luis Bez: Cundo comienza el problema? Luis Ortega: El problema comienza cuando se plantea una poltica revolucionaria frente a los Estados Unidos. Una poltica nueva. Pero, una poltica que vena dada por la historia de Cuba. Una poltica que haba estado sepultada por muchos aos en la conciencia del pueblo cubano. Eso explica el masivo apoyo que tuvo la Revolucin en sus comienzos. Si no hubiera existido la Revolucin no se habra desatado la hostilidad de los Estados Unidos. Pero, se le puede reprochar a Castro, y al pueblo que lo ha seguido desde el comienzo que soaran con un pas soberano por imposible e irrealizable que pareciera? Creo que desde el siglo pasado marchan paralelamente las dos tendencias que se han disputado el destino de la Isla. Por un lado, la presin de los Estados Unidos para apoderarse de la Isla, mediante compra o conquista y siempre con la colaboracin o complicidad de un tipo de cubano que era partidario de la ley y el 154

orden para proteger sus negocios de caa o tabaco o de lo que fuera ese cubano conservador se inclin en los ltimos aos del siglo XIX a propugnar la entrega de la Isla a los Estados Unidos. La otra tenencia paralela ha estado siempre soando con un destino ms elevado para la Isla. Mart es la figura ms alta de esa corriente de pensamiento. Hoy, en el ao 2000, todava estn enfrentadas las dos tendencias. Los cubanos que estn al servicio de los Estados Unidos en Miami son los descendientes de aquella mentalidad colonial que le dio vida a la Repblica en 1902 y que en la actualidad apoyan el bloqueo a la Isla. La pregunta que siempre le hago a quienes mantienen esa actitud es: de dnde arranca ese sagrado derecho a presionar a un pueblo que aspira a trabajar y a vivir en paz?, por qu tienen los Estados Unidos que utilizar ese instrumento de presin para tratar de doblegar al pueblo cubano? En el futuro, cuando se pueda contemplar, en fro, el horror de la poltica de presin que han ejercido los americanos sobre un pueblo pequeo, el caso de Cuba se convertir en un baldn en la historia de los Estados Unidos. No existen justificaciones histricas para esa conducta, salvo la soberbia. Luis Bez: Cmo analiza la poltica de Washington hacia Cuba? Luis Ortega: Nadie comparte la posicin de los Estados Unidos en relacin con Cuba. El propio Clinton, al hacer un alto en su habitual frivolidad, ha confesado que estn solos . Claro que estn solos. Los nicos que apoyan la poltica de Washington son estos atorrantes de Miami que hacen negocio con el caso de 155

Cuba. El propio Papa, que no es comunista, est contra el bloqueo, contra Washington, contra los mil millonarios cubanos de Miami que le pagan a salvadoreos para que vayan a poner bombas en Cuba. En su visita a la Isla, Juan Pablo II17 envi un claro mensaje a Washington: dejen tranquilo a los cubanos, cesen de hostigarlos, acaben de cambiar su poltica hacia el pequeo pas. Hasta el extinto presidente de Francia, Francois Mitterrand,18 reconoci que esa poltica era una estupidez. En la propia ONU los Estados Unidos han sido derrotados de una manera apabullante en su poltica de bloqueo a Cuba. Luis Bez: Le quedan a los gobernantes norteamericanos pretextos para normalizar las relaciones con Cuba? Luis Ortega: Todos los pretextos que se pusieron desde 1960 para perseguir y acosar al pueblo de Cuba ya no tienen razn de ser, aunque realmente nunca tuvieron razn de ser. Los mismos polticos de los Estados Unidos se han encargado de desnudar sus propias intenciones. Despus de 40 aos se han quedado sin razones vlidas para continuar la guerra contra Cuba. Cuando hablan de una posible negociacin con Cuba estn pensando en un proceso encaminado a recuperar el control de la isla. Despus de haberse pasado 40 aos enfrentndose a las pretensiones de los Estados Unidos, los cubanos no van a renunciar al respeto internacional que se han ganado aceptando una mediacin que implique la dejacin de una sola parcela de soberana. Creo que Castro ha aceptado que todo es negociable, 156

menos la soberana. Aceptarle a los Estados Unidos que impongan condiciones para levantar el bloqueo y que esas condiciones consistan en celebrar elecciones y hacer reformas polticas es ya, de hecho, aceptar que quienes ejercen la soberana sobre Cuba son los Estados Unidos. As era en el pasado. As fue en 1902. As fue hasta 1959. Y eso es lo que quiere Washington. El retorno al vasallaje. Luis Bez: Hay personajes europeos que piensan igual que los norteamericanos? Luis Ortega: Son muchos los dirigentes polticos de Europa y Amrica Latina que mantienen la tesis de que Cuba debe ceder para que Washington la perdone. Esa posicin lo que revela es una absoluta ignorancia de la historia de Cuba en sus conflictivas relaciones con el vecino del Norte. Para entender la intransigencia de Cuba y la que expresamos los que en el extranjero defendemos la soberana cubana (sin limitaciones) hay que ir a la historia de la Isla durante los siglos XIX y XX. El conflicto actual de Cuba no es un invento de Fidel Castro. Es un conflicto que estaba agazapado en las entraas del pueblo cubano. Pudo haber estallado en 1902 y se pospuso hasta hoy. A medida que avanza el tiempo se va viendo, claramente, que los Estados Unidos no tienen ms que dos opciones: la primera es arrasar con la Isla mediante una brutal invasin militar para imponer a los miembros de la mafia de Miami; que eso es lo que quieren las gentes que andan dando gritos en los peridicos de 157

Miami y en la radio. Esta opcin no debe ser descartada. La segunda es tomar decisiones, en forma unilateral, sin condiciones de ninguna clase. Eliminar el bloqueo; abandonar la base naval en Guantnamo; restablecer relaciones respetuosas con Cuba renunciando a la idea de determinar su futuro poltico. Las condiciones para esta segunda opcin estn dadas. Es obvio que el gobierno de Cuba parece dispuesto a negociar, siempre que se haga sobe la base de la igualdad y sin interferir en los asuntos internos del pas. Luis Bez: Desde su ptica, cmo ve Amrica Latina a Cuba? Luis Ortega: Mi impresin es que en Amrica Latina, sobre todo entre los elementos ms inteligentes del liderazgo poltico, se est abriendo paso la nocin de que no se le puede pedir a Cuba que haga reformas polticas en forma unilateral sin que antes los Estados Unidos adopten una posicin ms sensata en relacin con la Isla. Eso de sugerir que Castro debe hacer reformas, celebrar elecciones, cambiar el sistema y luego le vamos a pedir a Washington que levante el bloqueo es un disparate. Eso solamente se le puede ocurrir a los energmenos de Miami. Cuba ha estado sitiada durante ms de tres dcadas por la potencia militar y poltica ms poderosa del mundo. Cuando se dice democratizar lo que se quiere decir, en realidad, es que hay que entregarle la Isla otra vez a los Estados Unidos a travs de sus aliados: los cubanos que componen el pas de respuesto que se ha formado en Miami. La situacin geogrfica de Cuba, su pasado colonial, la 158

formacin de una nacin de repuesto en Miami con respaldo norteamericano, todo eso es un obstculo insalvable para una inmediata democratizacin. Yo no soy ni he sido nunca partidario del sistema que existe en Cuba. No comparto la posicin de Castro. Nunca estuve de acuerdo con la Revolucin. El odio a Castro - que tiene caracteres hormonales en los que fueron sus partidarios en los primeros tiempos -, debe subordinarse al inters general. Pobre de Cuba si esas mafias cubanas que se han formado en Miami llegaran a tener alguna influencia en el destino del pas! Esas mafias son insaciables. Y, adems, ya no son ni cubanas. Son otra cosa. Luis Bez: Fidel siempre ha planteado su disposicin a negociar, pero sin condiciones. Luis Ortega: S acepta condiciones lo joden. Las condiciones impuestas desde el exterior, como paso previo para suspender el bloqueo, es la piedra de toque en el caso cubano. Parece una cosa muy simple: Tu haces lo que yo digo y entonces, tal vez, empezar a pensar en perdonarte la vida. Esa es la estrecha visin que se le quiere imponer a Cuba. Los que hablan de arreglos y reformas democrticas no saben nada de la historia de Cuba en sus relaciones con los Estados Unidos. La ms leve cesin por parte de Castro abrira el camino para un proceso de subversin y sobornos manejado desde los Estados Unidos con el objetivo de desarticular el Gobierno. El soborno ha sido siempre un arma formidable en Cuba. La 159

historia est llena de antecedentes que confirman lo que digo. Soy de los creen, y me baso en un anlisis muy sobrio, que para negociar con Castro los Estados Unidos tienen que olvidarse de la idea de los pasos calibrados. Tienen que proceder de forma unilateral a desmantelar la guerra contra Cuba, sin condiciones. Tienen que olvidarse del propsito de tratarla como un pas vasallo. Lo que ocurre en Cuba tiene sus propias races y no fue importado, porque es ms resistente a las exportaciones de lo que poda suponerse.
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Investigador de origen cubano. Enmienda propuesta por el senador norteamericano Orville Hitchcock Platt y aprobada por el Congreso de los Estados Unidos en 1901 permita a Washington controlar los emprsitos y los tratados que pudiera efectuar Cuba y el derecho a intervenir militarmente en la Isla cuando lo consideraran oportuno. Derogada en 1934. 3 (1797 1897).Historiador y poltico cubano. 4 Intelectual mexicano. Gran amigo de Mart. 5 Intelectual de origen ingls.

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(1941). Presidente de Costa Rica de 1986 a 1990. La visit se realiz en 1998. 18 (1916-1996). Presidente de Francia de 1981 a 1995.

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ALGO DE BONDAD

Algo de bondad

Luis Bez: En Cuba usted era un periodista conocido y respetado. Luis Ortega: Durante muchos aos escrib una columna diaria en Prensa Libre, uno de los peridicos de mayor circulacin de Cuba. Me refiero a la Cuba anterior a la Revolucin. La columna dur hasta 1953, es decir, hasta el momento en que sal al destierro, al comenzar la etapa de terror del rgimen de Batista. Ahora por qu esto? Lo saco a relucir para explicar las diferencias entre lo que hice y lo que hago. Aquella columna diaria, Pasqun -, firmada la mayor parte del tiempo con un seudnimo, - SOL -, provocaba un contacto cotidiano con miles de lectores interesados realmente por los problemas ms palpitantes de la Isla. Es decir, yo saba quienes eran los lectores, aunque no pudiera identificarlos por sus nombres. Los lectores llamaban, insultaban, se quejaban, amenazaban, elogiaban. Exista un vnculo entre el que escriba y analizaba los problemas, o lo informaba, y el cuerpo de lectores annimos. Estbamos en una ciudad viva, agitada, revuelta, a veces brutal, y el periodismo tena una funcin especfica. Un artculo poda provocar una crisis poltica. O un duelo. O un tiro en la cabeza. Era un mano a mano con la vida intima del pas y con sus conflictos. Luis Bez: Para quin escribe? Luis Ortega: Esa misma pregunta me la hago a veces. Para quin estoy yo haciendo - desde hace aos, hasta ahora - esta columna semanal en el diario La Prensa. Quines son los lectores? Para quin escribe uno? Yo tengo la sensacin de que escribir en espaol en una ciudad americana es como cantar en la ducha. El individuo que despliega el diario por las maanas y tropieza con mi columna tiene problemas inmediatos y necesariamente debe irritarse un poco cuando se ve enfrascado en un tema distante por lo general, el de Cuba - que tiene poco o ninguna relacin con su vida cotidiana. Hay que agregar que el tema de Cuba est absolutamente desprestigiado. Hay gente inferior opinando sobre Cuba y diciendo disparates que casi podra decirse que se siente un poco de vergenza al abordar el tema. En Miami, por ejemplo, todos los peridicos y emisoras de radio y televisin se pasan las 24 horas hablando en espaol del tema de Cuba y diciendo las mismas cosas. Eso est ocurriendo desde hace ms de 40 aos. Incluso, los peridicos en ingls han cado en esa misma trampa. Sin embargo, Nueva York es otro mundo. Qu peso puede tener una columna en la que se toca frecuentemente el tema de Cuba en una ciudad estremecida por tantos problemas? La respuesta es obvia. Se escribe para una minora. Pero esa minora, en la que predomina el cubano, ha estado durante aos asimilando nociones falsas en el caso de Cuba. Existe ya una mitologa, un repertorio de ideas fijas, una vasta coleccin de imgenes, hasta un vocabulario. Jams en los Estados Unidos se ha dado el caso de un tema poltico ms distorsionado, ms

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desfigurado, ms envenenado, que el de Cuba. Son muchos aos acumulando nociones falsas. Son muchos millones de dlares invertidos en la tarea de crear una opinin pblica determinada contra Cuba. Cmo es posible tratar ese tema e intentar un modo de anlisis que pueda penetrar en la costra de ignorancia y fanatismo que recubre el caso de Cuba? Lo he intentado y tengo que confesar que me siento pesimista. Existe ya una matriz de opinin. Quin quiera abordar el tema con independencia, eludiendo la rutina, se expone a ser acusado de agente de Castro. Desde hace 40 aos, todo el que discrepa de la mitologa anticastrista y se refiere a las desvergenzas acumuladas en torno al tema de Cuba corre el riesgo de ser abrumado por los insultos. Existe una persecucin contra los que discrepamos. Son muchos, y multimillonarios, los intereses que se mueven alrededor del conflicto cubano. En los 40 aos de destierro vividos en los Estados Unidos no he conocido a un solo dirigente de esos que llaman el exilio cubano que pueda exhibir la menor credibilidad. Los nicos respetables son aquellos que han muerto en sus empresas, probablemente engaados. El anticastrismo es un vasto negocio con ramificaciones en la poltica americana, sobre todo en perodos de elecciones. Es en realidad pattico contemplar el espectculo de polticos americanos, frecuentemente demcratas, que utilizan el tema de Cuba para recaudar fondos. No puedo ocultar mis dudas. Vale la pena escribir en espaol en Nueva York para una minora y sobre un tema tan manoseado y desprestigiado como el de Cuba? Es un esfuerzo hasta cierto punto degradante. No se puede perder el tiempo en fobias ni filias. Ya no hay razones vitales para ceder ante nada. Lo que importa es la fidelidad a uno mismo. Uno puede mentir y hasta hacerse cmplice de muchas cosas, algunas indecorosas, por inters personal o por codicia o hasta por temor, pero ya en el ultimo tramo de la vida, con los ojos fatigados, lo que importa es tratar de no perdernos el respeto a nosotros mismos. Se anda mejor cuando uno se libera de todo lastre. Luis Bez: Pudiera ampliarme la idea? Luis Ortega: Lo que quiero decir es que en mi caso particular he llegado a un momento en que me es difcil aceptar las falsificaciones y tolerar la ignorancia. Uno necesita, en este proceso de reduccin a lo esencial, saber qu es verdad y qu es mentira. Hace pocas semanas mand al carajo a un amigo de 40 aos porque me haba pasado todo este tiempo disimulndole la estupidez. Yo saba que era un hombre frvolo, irresponsable, poco confiable, ignorante, superficial, pero siempre, basndome en que era simptico y buena gente, tuve la generosidad de disculparle sus defectos. Hasta que un da decid, sbitamente, al verlo cometer otra estupidez, que ya no lo aguantaba ms. Recuerdo una pelcula francesa de hace muchos aos, creo que de Vctor Fransen, [1]en la cual el protagonista iba a despedir el duelo de un compaero suyo - un artista de teatro - y comenzaba el discurso prodigndole elogios al muerto de acuerdo con la rutina de estas despedidas de funerales. Eras un coloso de la escena... comenzaba diciendo el orador. Pero, de pronto, se interrumpi e hizo un gesto desesperado con las manos. No, no, no... No puede ser. No eras un coloso, es mentira. Era un mal actor, el actor ms malo de nuestra escena. No eras inteligente. Tal vez ni siquiera eras buena persona. Eras, eso s, un ser humano angustiado, un pobre ser humano, y eso es lo que importa en esta hora final... Nunca he olvidado aquella pelcula que vi hace ms de 50 aos. Las dos o tres veces que he soportado

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una despedida de duelo he tenido presente aquella escena llena de realismo. Nos pasamos la vida movindonos entre mentiras y lo nico que nos justifica es que al final nos enfrentamos a la verdad nuestra y a la verdad de los otros. En mis juicios no hay pasin poltica. Yo digo lo mo, con absoluta sinceridad y tratando de ser objetivo, y que cada cual diga lo que le venga en ganas. No me molestan los insultos y tampoco las calumnias y nadie debe temer que recurra al procedimiento de las demandas judiciales para callar a los que discrepan de m. Nunca lo he hecho. Mientras pueda escribir para defenderme o atacar no necesito abogados para poner pleitos. Por supuesto, sta es mi posicin de ahora y de siempre. Al reducir mis posiciones a lo esencial, y sin tener nada que ganar ni perder, no me queda ms remedio que decir cosas pocas agradables. Todo lo que digo, siempre con un poco de mala leche, est en los papeles. No estoy inventando nada. Quienes me leen, si lo hacen con frialdad, tienen que entender que estas cosas se aproximan mucho a la verdad. Todos nos conocemos Luis Bez: En sus escritos, alimenta resentimientos personales? Luis Ortega: Hay gente que suelo mencionar con desprecio en los artculos que escribo y eso se presta a que se difunda lo que me preguntas. Otros mencionan que me dejo influenciar por los apasionamientos polticos. No es cierto. Yo no tengo ideologa ni tampoco la quiero. Es ms, tengo una cierta repugnancia por las gentes que se aferran a una sola idea. Las ideas deben fluir, un poco como los ros. Despus de cometer muchos errores y pecar mucho, uno llega a una etapa de la vida, que debe ser la final, en que es necesario desembarazarse de todo lo superfluo y concentrarse en lo esencial. Luis Bez: Incluso, se dice que es muy duro con sus compatriotas, Es cierto? Luis Ortega: Eso no es cierto. Soy exigente, pero no demasiado. Si me pusiera a hablar de la cantidad de alcornoques que he visto desfilar a travs de los aos por el farandulero mundo cubano de Miami, podra escribir un libro enorme. Sin embargo, no lo hecho. He preferido ser discreto. Hasta cierto punto, queda en mi algo de bondad. Pero, no puedo pasar por alto contarte en esta conversacin el glorioso incidente del torturador cubano en Vietnam y vers que no soy tan hijo de puta como dicen. Es una historia maravillosa. Luis Bez: Cul es la historia? Luis Ortega: La historia, por supuesto, comienza en el Miami Herald con el inevitable Pablo Alfonso, secundado por Roberto Fabricio.[2] Son inseparables en todos los sentidos. No hay que olvidar que fueron los autores de aquel extrao episodio de la doctora cubana que haba estado al lado de la cama donde agonizaba Fidel Castro en un hospital de La Habana. Te recuerdas? La mujer haba huido a Costa Rica y estaba escondida en algn lugar de San Jos. Alfonso vol all - a l le gusta volar - y en Miami qued su socio, Fabricio. Entre los dos manejaron la historia ms sorprendente del mundo. Fidel se nos mora en secreto. La doctora ofreca los detalles mortuorios. Alfonso y Fabricio no caban en s de puro gozo. Qu grandes periodistas somos!, le deca el uno al otro por telfono. Todo Miami estaba conmovido. La Fundacin les estaba preparando un homenaje a los dos reporteros. Pero, a los pocos das las cosas se aclararon. Fidel decidi no morirse. La doctora no era doctora.
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Estaba loca o era una sinvergenza. Alfonso y Fabricio, una vez ms, quedaron desprestigiados. En esta ocasin el desprestigio salpic al peridico. Luis Bez: Ahora, qu inventaron? Luis Ortega: En la nueva novela particip un tal Juan Tamayo.[3] Ocurre que descubrieron que en Vietnam hace ms de 30 aos unos cubanos torturaban a prisioneros americanos. Eran unos monstruos. Se trataba de Fernando Vecino Alegret,[4] actual ministro de Educacin Superior, y Ral Valds Vivo,[5] ex embajador en Vietnam. Lo interesante es que esta vetusta historia sali a relucir en los momentos en que la pintoresca secretaria de Estado, Madeline Albright,[6] acababa de inaugurar el consulado americano en el antiguo Saign. Es decir, en los momentos en que americanos y vietnamitas se estaban dando abrazos maana, tarde y noche. Los americanos hicieron horrores en Vietnam, como se sabe, pero los vietnamitas los han perdonado. Ya no hay rencores. Se les acab el rencor. Eso es muy bueno. Pero los bichos de Miami viven en un tiempo histricamente distinto. No se han enterado de que se acab la guerra de Vietnam. La historia es muy graciosa. En la edicin en ingls del 9 de septiembre de 1999 aparece en primera pagina la foto de ese personaje increble que se llama Lincoln Daz Balart y a su lado -ms increble todava - su colega Ileana Ross. Ambos contemplaban con evidente complacencia a un pobre americano llamado Ed Hubbard,[7] ya un poco pasado de aos. Este hombre era coronel y estuvo preso en Vietnam. Los dos parlamentarios le estaban mostrando al americano una vieja foto de Vecino Alegret. Y el americano, sin vacilar, afirm que ese era el que lo torturaba en Vietnam. Que maravilla! Que gran cosa! Ahora si que los tenemos cogidos, debe haber pensado Pablo Alfonso. Imagnate la escena. Los dos ilustres parlamentarios, Ileana y Daz Balart, haban convocado a una conferencia de prensa y haban invitado a todos los patriotas cubanos de Miami. Estaban presentes los veteranos de la gloriosa expedicin de Girn, tambin los personajes de la Fundacin, los hroes de la Flotilla, los personajes de Hermanos al Rescate, as como representantes de los 345 grupos cubanos de la lucha anticastrista. Todos estaban tan entusiasmados que decidieron entregarle al americano Hubbard un botoncito en premio por sus 30 aos de servicio a la lucha contra el comunismo. Los parlamentarios pronunciaron encendidos discursos alabando al hroe de Vietnam. Y entonces le lleg el turno a Mr. Hubbard, quin dijo: Yo creo que ha llegado la hora de que los Estados Unidos levanten el embargo contra Cuba. Creo que la mejor manera de cambiar las cosas es restablecer relaciones con Fidel Castro. Tal fue el silencio que se poda or volar a una mosca. A Lincoln se le cay el maquillaje; estaba debajo de una mesa. Ileanita ech a correr. Todos echaron a correr. Han sido un poco bruscos, dijo el americano Hubbard, sorprendido al verse tan solo y tan odiado. La informacin sobre la conferencia de prensa se public en el Herald en ingls tal como ocurri. En el
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Herald en espaol fue al revs. Alfonso omiti el trgico final de la conferencia y la fuga de los patriotas indignados. Despus se pasaron una semana haciendo aclaraciones que nadie crey. Lo cierto es que el americano les sali jorobado. Y el gordito Bob Menndez [8]puso el grito en el cielo cuando se enter de las declaraciones de Hubbard. Luis Bez: De dnde sali Menndez? Luis Ortega: El hombre no es cubano. Naci en los Estados Unidos de padres cubanos. El espaol de Menndez es muy pobre y a veces algo disparatado. Exhibe una ignorancia absoluta de la historia de Cuba. Es una de esas gentes que creen que los cubanos deben sentirse orgullosos de que los Estados Unidos hayan sido tan generoso de libertar a Cuba de Espaa en 1898. Es increble que una persona tan inculta pueda ser representante a la Cmara por New Jersey Luis Bez: Qu tal ha sido el desarrollo literario de los cubanos que viven en el exterior? Luis Ortega: La produccin literaria entre los cubanos que forman las comunidades del exterior, enmarcados en eso que llaman exilio, es muy pobre. Es increble la cantidad de personas, hombres y mujeres, que escriben versos abominables en Miami. Y los publican. Y se dan homenajes. Y se hacen presentaciones de libros. Incluso, en una poca tuvimos hasta un poeta oficial del exilio que ya, por suerte, se retir de este mundo. Sus versos se repiten con emocin en todas las barberas de Miami. Todas las semanas - o casi todas - me llega una amable invitacin por correo para asistir a la presentacin de un nuevo libro. Muchas veces, estas fiestas del espritu, como las llaman se celebran en los salones de la Universidad Internacional de la Florida (FIU) a la que los malvados llaman el Faro de la Incultura en el sur de la Florida, lo cual es absolutamente injusto porque no es cierto que all exista faro alguno. Es una metfora desafortunada. Siempre, en cada uno de los actos de presentacin se anuncia, un poco de forma amenazadora, que varios Fulanos importantes van a hablar. Casi siempre son los mismos. En otros tiempos estos Fulanos solan hablar en las despedidas de los entierros. Estaban siempre cazando a ver quin se mora para ver si podan encaramarse sobre su tumba a pronunciar la oracin fnebre. Ahora, porque los tiempos cambian, se han dedicado a presentar libros. Esa vocacin para el discurso se trasmite entre los cubanos de generacin en generacin. Otros pueblos tambin cultivan el gnero, pero los cubanos vamos a la cabeza. De vez en cuando agarran un extranjero y lo meten en la presentacin para darle brillo al libro. Lo cierto es que no he ido nunca a estos actos. Tampoco ir nunca. La razn es obvia: me dan vergenza. A juzgar por lo que me cuentan, todas estas presentaciones son rigurosamente ridculas. Yo tengo una tesis muy exigente y hasta un poco arbitraria. Creo que mis paisanos, los cubanos, nunca deberan reunirse en grupos de ms de tres y ya es mucho. Soy un decidido partidario de la dispersin de los cubanos. S por experiencia que cada vez que se renen para algo pasan cosas desagradables. Las 413 organizaciones anticastristas que hay en Miami avalan mi tesis. Si los cubanos se quedaran en sus casas leyendo o cortando la hierba o cocinando todos seriamos ms felices. Todos aquellos que convocan para una reunin, la presentacin de un libro, un velorio, una pachanga en la Calle 8, un entrenamiento en los Everglades para invadir a Cuba, un acto de unidad patritica, son
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enemigos soterrados de la nacionalidad cubana. La nacin solamente la podremos consumar en la soledad y en el silencio creador. Cada vez que alguien escribe un libro o un folleto el autor sale a la calle y empieza a cacarear como hacen las gallinas cuando ponen un huevo. Esta comparacin entre el libro y el huevo es absolutamente reveladora. No quiero ofender a nadie. Comprendo que todo el mundo quiere publicar un libro y meter el discurso que lleva agazapado entre pecho y espalda. Lo que critico, con la mejor intencin, es que armen tanto revuelo y tiren tantos voladores cada vez que publican un libro. Luis Bez: Qu no entienden? Luis Ortega: Lo que no entienden es que la creacin literaria o artstica siempre es fundamentalmente silenciosa y humilde. No se puede forzar la gloria. Cervantes cuando pari El Quijote ni siquiera saba que el libro iba a ser tan ledo e iba a tener tanta trascendencia. Mozart[9] nunca supo que era Mozart. Tampoco Shakespeare.[10] Los grandes creadores trabajan en silencio. El libro de un Fulano o una Fulana no va a ser importante por el hecho de que vayan unos tipos al acto de presentacin a elogiar el libro o por la cantidad de pastelitos y bebidas que se le regalen a los asistentes al acto. Es terrible lo que estn haciendo los cubanos en Miami en el campo editorial. Cualquiera escribe un libro, paga la publicacin y empieza a tirar la casa por la ventana cuando la obra sale de la imprenta. Siempre hay gentes que se prestan a escribir prlogos y solapas. Y despus comienza el acoso para que se escriban artculos sobre el libro. Luis Bez: Se dice que usted es enemigo de los poetas. Luis Ortega: No soy enemigo de los poetas, sino de los malos poetas que estafan a las gentes con sus monsergas. He sido amigo y admirador de todos los grandes poetas de Cuba. Lo que ocurre es que en Miami, ahora, no hay grandes poetas. Y si los hay estn escondidos; se han metido debajo de una piedra. Casi todas las mujeres que escriben y publican libros en Miami, ya sean de poesa o de prosa, tienen siempre a Gertrudis Gmez de Avellaneda[11] en la mente. Han tomado muy en serio aquella escena maravillosa de cuando le pusieron a Doa Gertrudis una corona de laurel en un teatro habanero. Fue la consagracin. La idea tan difundida de que todo el que sufre puede escribir versos es absolutamente disparatada. Eso no tiene nada que ver, necesariamente, con la poesa. Si un hombre ha estado en la crcel 30 aos eso no quiere decir que pueda producir mejores versos que otro que nunca ha estado preso. Los dos pueden ser espantosamente malos, lo cual no excluye que tengan calidad. La abundancia de poetas y poetisas, cargados de emocin fcil, es un sntoma de la indigencia. Cuando hablo de indigencia intelectual me estoy refiriendo a la falta de imaginacin para replantear seriamente el problema de Cuba, al margen de las ideas que pusieron en circulacin los americanos que fundaron el anticastrismo en los primeros aos del triunfo revolucionario. Desde 1960, hasta hoy, no ha ocurrido variacin alguna en el repertorio de ideas sobre el castrismo y la estrategia para combatirlo. Hay que remontarse un poco al pasado. En 1960, un grupo de agentes de la CIA con una formacin
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intelectual muy precaria - tan precaria que llevaron al pas al desastre de Baha de Cochinos - fueron los que alimentaron intelectualmente la propaganda contra Castro. Los cubanos de aquella poca, muchos ya desaparecidos, tomaron muy en serio las orientaciones de aquellos trogloditas que no saban nada de Cuba y operaban mentalmente con la obsesin de la guerra fra. Las ideas que pusieron en circulacin aquellas gentes son las mismas que alimentan a las masas de cubanos del exterior; son las mismas que trasmiten a diario los locutores a sus oyentes. Nada ha cambiado. Los editores de libros debieran ser un poco ms selectivos. Hay que pensar un poco en el dao que se le hace a la cultura - para llamarla de algn modo - de una comunidad cuando el que le da la gana, simplemente porque lo paga, puede publicar un libro y armar un escndalo publico. Cuando un joven se adentra en el mundo de la literatura o la poesa lo ms difcil que hay es saber diferenciar entre lo que sirve y lo que no sirve. Hay una cierta tendencia a creer que todo lo que se publica, por el hecho de que est en letra de molde, debe ser bueno y merece ser ledo. La publicidad es engaosa. Es venenosa. Se difunde la incultura y la ignorancia cuando se le da prestigio y realce a un libro que no debi ser publicado nunca. Debiramos crear una comisin de hombres severos que sometan los libros a una rigurosa censura. Francamente, soy partidario de la censura. Del mismo modo que soy partidario del aborto, si hubiera muchos abortos no se publicaran tantos libros malos. Dulale a quien le duela. Hay que reconocer que los mejores escritores son los que llegaron formados. Es decir, quienes tienen races en el pas de origen. Luis Bez: Qu piensa de la reunificacin familiar? Luis Ortega: Cuando se habla de la reunificacin familiar todo el mundo se calla la boca. No hay nada que decir. Es un concepto sagrado. Quin se va a oponer a la reunificacin? Los americanos, por ejemplo, siempre dispuestos a sentirse caritativos, se ablandan cuando se les menciona esa cosa tan hermosa de empatar a los parientes unos con otros. Pero qu es en el fondo, esto de la reunificacin? Qu contenido poltico hay en el meollo de la palabra? Numerosos cubanos llevan 40 aos entregados frenticamente a la tarea de reunificarse en los Estados Unidos. No lo hacen en otra parte. No lo hacen en Madrid, ni en Mxico, ni en Caracas. Tienen que encontrarse en Miami. La cita tiene que ser en Miami. Quienes hayan presenciado alguna vez el espectculo emocionante de los cubanos en el aeropuerto abrazndose, golpendose las espaldas, dando gritos de jbilo, llorando y las mujeres cayendo en trance, tienen que pensar, necesariamente, que en estos reencuentros se produce algo as como un milagro. Las veces que he estado en Cuba me he quedado asombrado al observar que por cada cubano que se embarca en el aeropuerto de Rancho Boyeros, Jos Mart - acuden 25 a despedirlo y a darle manotazos, besos, empujones, gritos, etc. No hay manera de moverse en el estrecho saln del aeropuerto. Las despedidas son desgarradoras. Se despide a los que se van, aunque sea por unos das, como si se tratara de rupturas eternas.

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Se despide con profundo dolor a quienes han ido a la Isla de visita. Y tambin se recibe con el mismo escndalo a los que llegan. Es como si los parientes cuando chocan entre s para encontrarse o desencontrarse produjeran chispas. Pero, estas escenas pavorosas se producen en Cuba, en Miami, en todas partes donde se aglomeren parientes cubanos. Todos los presentes lloran a lgrima viva. La verdad es que los americanos se impresionan mucho con estos espectculos. Y cmo no? El concepto de la reunificacin familiar es infinito. Cada cubano que llega para reunificarse con el que est all deja detrs cuatro o cinco que, oportunamente, irn a reecontrarse. Y, a su vez, estos dejarn atrs a otros esperando por el turno. Y as sucesivamente. No hay limites para el proceso de reunificacin. Ahora bien, no hay que engaarse. Hay algo de farsa en todo esto. De cada diez cubanos que corren para Miami con la finalidad de reunificarse con los parientes, al menos cinco, terminan involucrados en una pelea a muerte con el protector. Hay algo de irremediable en esto: el choque de dos estilos de vida produce la ruptura. La aparente prosperidad de los que viven en Miami deslumbra a los que llegan e inmediatamente se sienten autorizados para exigir que se les otorguen los mismos beneficios. Ellos creen que el dinero crece en los rboles. Los que llegan no siempre se resignan a emprender el largo calvario que conduce a una relativa comodidad. Por lo general, el que llega sobrestima la capacidad econmica del pariente que lo recibe y se siente traicionado cuando no puede compartir la inexistente prosperidad. Te podra contar miles de relatos de los fracasos que han tenido los padres con los hijos, los hermanos con los hermanos, los primos con los primos, los tos con los sobrinos, las madres con los hijos. Lo paradjico es que los parientes se quieren mucho cuando estn separados y con frecuencia, se pelean cuando entran en el proceso de la reunificacin. Luis Bez: En Miami ms de uno ha sido asesinado por discrepar con la Mafia. cmo ha podido usted subsistir? Luis Ortega: Eso tambin yo me lo pregunto. Quienes hemos mantenido esta posicin hemos tenido que pagar un precio muy alto. Sobre todo, viviendo en los Estados Unidos y rodeados - por todas partes -, de gentes cubanas delirantes que entienden y proclaman abiertamente que toda discrepancia de la poltica americana de hostilidad a la Revolucin es una traicin a no se sabe qu. Estas gentes quieren liberar a Cuba enganchndola al carro de Washington. A medida que ha ido creciendo en poder el aparato de represin en Miami y otros puntos de los Estados Unidos, quienes tenemos una posicin clara en defensa de la soberana cubana hemos tenido que ir radicalizando nuestra conducta. Nadie con un poco de vergenza y de dignidad nacional puede ver en silencio cmo se ha ido degradando el cubano en esa cosa turbia que llaman exilio, hasta el punto de que se ha perdido todo decoro y ya recorren las calles pidiendo el bloqueo y la invasin a Cuba por las tropas americanas. Cmo no reaccionar contra eso? No hay otra alternativa que apoyar a la Revolucin, a pesar de todo, porque en esta reside, de hecho, el espritu de defensa de la independencia y soberana cubanas. Si la Revolucin cae, es decir, si las mafias de Miami, aliadas con los peores intereses americanos,
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logran vencer a la Revolucin, Cuba se convertir en una caricatura de Hait. Lo peor que le podra ocurrir a Cuba es que el vandalismo de los grupos de Miami cayera sobre ella para saquearla. La prensa americana, que en cierto modo siempre refleja el pensamiento del Gobierno, suele girar en torno a la posibilidad de una negociacin con Castro, pero lo curioso es que los trminos de esta negociacin llevan implcito el vasallaje. Es decir, todo va dirigido al hecho de que Cuba abandone sus principios y retorne mansamente al seno del podero americano. El odio y la pasin que sienten contra Castro estos siniestros personajes que en un tiempo lo adoraron y se arrodillaron ante l tiene un carcter estrictamente hormonal. Hay algo femenino en estos odios frenticos. Quienes, nunca le servimos a Castro ni estuvimos a sus rdenes nos podemos manifestar como nos d la gana. Yo puedo pensar en el caso de Cuba sin la interferencia del odio. No se trata de un problema personal; se trata de hacer algo a favor del pueblo cubano. A pesar de que soy uno de los crticos ms duros que tienen los cubanos - los de aqu y los de all -, no puedo desprenderme del recuerdo que all nac y all viv muchos aos. Eso no se olvida fcilmente. Hace aos que estoy buscando un amable cirujano que me extirpe la raz hispnica, pero no le he encontrado, la llevo como una cruz. La lengua, a veces, se nos convierte en un cncer que nos devora. Luis Bez: Ha sido amenazado? Luis Ortega:-. Nunca. O, al menos, no me he enterado. Desde hace muchos aos estoy en franca discrepancia con las gentes del exilio. Si se revisaran mis escritos de 1960, 1961, se vera que yo estaba haciendo ya una crtica muy dura de la entrega a los americanos. No pertenezco a grupo alguno. Siempre me he burlado de los cubanos de Miami. Soy un tipo desagradable. Adems, soy un cubano tan arbitrario que nunca voy a los velorios.

Luis Bez: Es tan importante ir a los velorios? Luis Ortega: Muy importante si uno se niega a participar en los velorios, donde se suele ir a comer mierda, uno se convierte en un ser repulsivo. Conozco un personaje importante que hizo una lista de todos los que no fueron al velorio de su esposa y se ha peleado con ellos. Usted va a un velorio y es para orinarse de risa. Cada viejo es una organizacin. Es la influencia de los modos y maneras del medio rural... A pesar de que soy un hombre escptico, an mantengo esperanzas. Luis Bez: Cules son sus esperanzas? Luis Ortega: Mi esperanza est en Cuba. En Cuba est lo bueno y lo malo; los errores y los aciertos. Estn las nuevas generaciones. Son las que han vivido ntimamente la tragedia de la Isla sitiada por los Estados Unidos. Pero, tambin est la nica posibilidad de independencia, soberana, justicia social, libertad, democracia, solidaridad, ms o menos perfectas, ms o menos imperfecta, pero andante, caminante, peregrina, hacindose de caminos al andar.

[1] Director de cine.

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2 Funcionario de la SIP. 3 Periodista de origen cubano.. 4 Revolucionario cubano. 5 Periodista y diplomtico cubano. 6 (1937). Diplomtica norteamericana. 7 Militar norteamericano. 8 Representante a la Cmara. 9 (1756-1791). Compositor del siglo XVIII; es uno de los genios musicales ms destacados de todos los tiempos. 10 (1564-1616). Poeta y autor teatral ingls considerado uno de los mejores dramaturgos de la literatura universal. 11 (1814-1873). Naci en Cuba y vivi en Espaa desde los 22 aos. Figura descollante del romanticismo hispanoamericano del siglo XIX.

Una nueva poca

LB: Cul es su criterio sobre el final del caso del nio Elin Gonzlez?[4] LO: El caso de Elin le ha puesto la tapa al pomo. No s, exactamente, qu es lo que se quiere decir con esta vieja frase a pesar de que llevo muchos aos oyndola. Tal vez quiere decir algo as como que ya esto se jodi. No hay nada que hacer. Con el viaje de regreso de Elin se inaugura una nueva poca. Hay algo irreversible en esto. Al final, la nica accin que queda disponible para los cubanos de Miami es la que se realiza ante la mesa de domin. Lo curioso es que los americanos, que fueron quienes inventaron el exilio cubano en 1959, estn recibiendo ahora el merecido castigo. Durante 40 aos han estado dirigiendo y manteniendo a los cubanos y ahora ocurre que estos se vuelven airados contra sus protectores y les lanzan los peores
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insultos. Sera interesante que alguien con un poco de imaginacin se ocupara de publicar un Libro Negro recogiendo todos los insultos que han lanzado los cubanos de Miami contra el presidente Clinton, contra su esposa, contra Janet Reno[4] y contra el Partido Demcrata, con la excepcin de Bob Graham,[4] el inefable senador que ejerce como cubano honorario. Hay que or la radio de Miami y leer los peridicos. Nada de esto tendra importancia si no fuera por el hecho de que el exilio cubano es una creacin exclusiva de Washington. La impunidad que se les otorg les permiti desde el principio vivir al margen de la ley. Ahora todo ha cambiado. Los cubanos de Miami se estn volviendo ferozmente antiamericanos por el hecho de que Washington no ha cumplido su promesa de derribar a Fidel Castro y porque, en ltima instancia, los tribunales han devuelto el nio a Cuba. Estn echando chispas. Estn perdiendo la impunidad, lo cual ha sido el factor ms importante en el escandaloso enriquecimiento de estas gentes que dirigen los negocios de Miami. Los tipos estn llorando ante los micrfonos. Algunos hasta temen que los inspectores del Internal Revenue los citen para averiguar de dnde han salido los millones. LB: Por qu le dieron tanta publicidad? LO: Al principio del escndalo de Elin los cubanos estaban encantados con la idea de que el mundo entero se interesara en la disputa y que Miami se llenara de reporteros. Eso los estimul a gastar ms dinero y hasta una docena de abogados se dispuso a trabajar en el caso. No pudieron prever que al poner los ojos en Miami la prensa internacional iba a descubrir este srdido mundo. El espectculo de la chusma aglomerada frente a la casa de Elin en Miami se convirti en la imagen cotidiana en todos los medios de comunicacin del mundo. El resultado fue desastroso. Hoy, con razn, se quejan de que el mundo est contra los cubanos. Es cierto. El caso de Elin ha sido como un cido que ha revelado la verdadera imagen de Miami. Nadie define mejor la triste situacin de los cubanos de Miami que la reunin de los miembros del Foro Patritico en la cabina de la emisora Radio Mamb para pronunciar discursos y darse nimo unos a otros mientras pasaban la careta de oxgeno para recuperar el resuello despus del fallo de la Corte de Apelaciones de Atlanta a favor del padre de Elin. Todos anunciaban la guerra inminente. Las edades de los combatientes iban de 75 a 92 aos. Esta vez la guerra contra Washington se basaba en manifestaciones. LB: Cmo fueron esas manifestaciones? LO: La mafia de la radio dio la orden de paralizar a Miami, lo cual es muy fcil, sobre todo en el centro de la ciudad. Pero, lo cierto es que en el centro eran ms las gentes en las aceras observando el espectculo desagradable de aquellos tipos obstruccionando el trafico que los mismos manifestantes. En el resto de la ciudad, segn pude observar, muy pocas gentes detuvieron sus automviles. Fui al centro de Miami para ver en que consista la manifestacin. Lo que vi all fueron unos 300 cubanos con banderitas dando gritos. Hay que entender que el downtown de Miami est siempre congestionado por los automviles y las gentes. Tantas gentes dando gritos y agitando banderas en una esquina es natural que produzcan una cierta
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conmocin. Mientras tanto, yo estaba oyendo en la radio del automvil las consignas que daban por Radio Mamb. Por ejemplo, o a Huber Matos dando gritos espantosos y exigiendo justicia. Este seor se ha enriquecido asombrosamente en Miami con diversos negocios, hasta el punto que un hijo esta huyendo por fraude de 5 000 000 de dlares al Medicare y Medicaid.[4] O tambin al congresista Lincoln Daz Balart, en tono enftico de culebrn de la radio, acusando a Castro de ser un monstruo e insinuando que Clinton es un canalla. Algn da ser inevitable que surja una investigacin seria sobre las actividades de los Daz Balart en los negocios. Son ya demasiados Daz Balart. Al poco rato, los manifestantes empezaron a desfilar por la calle Flagler, en direccin al este, con banderas y siempre dando gritos. Los gritos forman parte de la tradicin de mis compatriotas. Entonces se sentaron en las bocacalles para impedir que los automviles se movieran. Yo estuve paralizado en una esquina que sala a Flagler, creo que la South Miami Avenue. Un cubano con un tabacn en la boca se haba tirado en medio de la calle con una bandera cubana. Mientras tanto, un viejo se dedicaba a vender banderas cubanas y americanas a cinco dlares cada una. Los carros estaban paralizados. Sonaban los claxons. Entonces advert que unos tipos con walkie talkies dirigan las operaciones. La polica de Miami, integrada en su mayor parte por policas cubanos, se haca la boba. El alcalde Joe Carollo,[4] probablemente, les haba dado rdenes de que no se mostraran muy exigentes en la defensa de los derechos de los infelices ciudadanos... Haba cierta impunidad. En otras ciudades ms civilizadas la polica los habra cargado a todos y los habra metido en jaulas, tal como exigen las ordenanzas. Este jaleo del nio Elin fue de una mediocridad espantosa. Uno quiere creer que en otros tiempos ramos ms racionales. Tal vez para consolarnos. Lo trgico del almacenamiento de los cubanos en Miami es que son ms visibles y eso engendra una mayor vergenza. Este Carollo sumergido en Caimito del Guayabal o en Bolondrn[4] pasara inadvertido y su profunda ignorancia - que opera en dos lenguas - no producira tanta repugnancia. Lo mismo se puede decir del pequeo atnito Alex Penelas[4]. No son presentables. LB: Corri mucho dinero? LO: Existi negocio en todo este bochinche. Porque en eso s es verdad que mis compatriotas nunca fallan. Lo primero es cash. No se sabe cuntas gentes vivieron y manejaron miles de dlares a costa del pobre nio. Armando Gutirrez[4] - el agente de relaciones pblicas -, que estuvo trabajando la manipulacin se las sabe todas y tiene fama de ser muy ducho en el manejo del dinero. Los millonarios de la Fundacin financiaron la operacin. Incluso, se ha dicho que el Canal 23 pag 500 dlares diarios para estacionar un camin junto a la casa. Los otros vecinos tambin recibieron dinero. Se mojaron con su platica. Prez Roura, por su parte, logr recaudar unos 250 000 dlares entre las viejas que oyen sus programas.
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Eso sin contar todo lo que entr por la izquierda. Los tipos pagan por aparecer ante los micrfonos. Nadie rinde cuentas de los gastos. Eso es secreto El barullo del nio Elin fue manejado y financiado por los cubanos de Miami que no quieren perder la impunidad poltica que les ha permitido copar todos los negocios. Han manipulado a esta pobre gente usando la radio, la televisin y los peridicos. Vamos a estar claros. Se gastaron muchos miles de dlares en organizar este escndalo. A la cabeza se encontraba la Fundacin Cubano Americana, que est agonizando y sometida a varios juicios por fraude. El escndalo de Elin lo dirigi la Fundacin para vengarse de Clinton. En el ltimo viaje que hizo Clinton para pedirle dinero a los cubanos el hijito de Mas Canosa, quien no entiende nada de las cosas de Cuba y que no ha heredado la picarda de su padre, recibi un desaire del presidente, al parecer decidido a sacudirse el peso de la Fundacin. LB: La mafia tiene un gran control? LO: En Miami la mafia cubana lo controla todo: jueces, abogados, policas, departamentos de construccin, funcionarios pblicos, medios de comunicacin, etectera. En Miami se puede hacer de todo. Se puede amaar los contratos, estafar al publico, abusar de las gentes, repartirse los contratos, sacar de la crcel a los acusados con penas leves, etc. Los jueces dependen del voto de los cubanos de la mafia y de sus contribuciones electorales. Los candidatos presidenciales vienen a Miami y recaudan millones de dlares. Es la tierra de nadie. LB: Por qu la mafia se disgust con el gobierno norteamericano? LO: Por primera vez en tantos aos, Washington no se dej chantajear por la mafia cubana de Miami. Quienes manejan el circo de Miami vieron que se les iba de la mano la influencia que han ejercido durante aos. Haba que or los insultos groseros de Lincoln Daz Balart contra el presidente Clinton y contra el candidato Al Gore[4] para comprender que el propsito del escndalo era consolidar el voto cubano a favor de George W. Bush.[4] Detrs de todo esto estaban los republicanos y los millonarios de la Fundacin. Toda la riqueza, ms o menos legitima, que han acumulado los cubanos en Miami surge en la etapa del gobierno de Nixon y se reafirma en 1981 con Ronald Reagan. Es una riqueza vinculada a los republicanos. Los cubanos gozaron de plena impunidad con los republicanos. Han convertido a Miami en uno de los sitios ms corruptos del mundo. Por otra parte, ocurre que los imperios se mueven por sus intereses econmicos. Para m es obvio que despus de 40 aos de errores los Estados Unidos quieran rescatar los once millones de consumidores que residen en Cuba. Hay fuerzas que marchan en esa direccin. Si se viene a ver, esto supondra algo muy importante. Y es que Washington ha llegado a entender despus de tantos aos que tiene que respetar la soberana del pueblo de Cuba. Eso es bueno para Cuba. Y malo, muy malo, para el aparato de corrupcin de Miami, definitivamente desconectado de la realidad cubana. Ya no son cubanos.

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Lo que no entienden, porque son torpes, es que con Bush o Gore la situacin va ser la misma. Estn dando gritos desesperados y provocando conflictos porque Washington est recuperando el control de su poltica sobre Cuba. Sin dudas, 40 aos son muchos aos. LB: Diversos senadores pretendieron otorgarle al nio la ciudadana norteamericana. LO: Cinco senadores, con el dinosaurio Helms a la cabeza, le pidieron al presidente Clinton que se le concediera la ciudadana a Elin. Queran establecer un precedente. Entre sus planes tambin estaba aplicarle la Ley de Ajuste. LB: Ya que mencion la Ley de Ajuste Cubano, cul es su criterio al respecto? LO: Desde hace 40 aos la estrategia de Washington para destruir al pueblo cubano se ha basado en la promocin de la fuga. Despus de la primera oleada de batistianos, comenz el plan secreto para ir comprando uno a uno a los cubanos que parecan tener algn prestigio. Recalco lo de parecan. Las cantidades oscilaban entre 25 000 y 50 000 dlares contra entrega de mercanca. Y luego un sueldo. La etapa del Frente y del Consejo fue una de las ms bochornosas en la triste historia de la Isla. Despus vinieron las visas repartidas a voleo para nutrir un exilio. Personalmente, tengo un recuerdo triste de aquella poca. Por haber ejercido entonces el derecho a la critica, como hago ahora, recib una curiosa condena de Mir Cardona, el jefe de los mercenarios: T sers el nico que no podr regresar a Cuba despus que la liberemos. La vida tiene estas ironas. El jefe nunca regres. Yo s. El cubano de Miami tiene muy metida en la conciencia la idea de la fuga. En realidad es una consecuencia de la famosa Ley de Ajuste Cubano de 1966, la cual fue aprobada por el Congreso con el propsito de destruir el tejido social del pueblo cubano. Obviamente, la ley produjo resultados excelentes para los que queran daar al pueblo de Cuba y a la Revolucin. Ha sido funesta. Considero, con sinceridad, que el gobierno de Cuba en estos momentos est luchando con suficiente vigor para obligar a los Estados Unidos a echar abajo esa ley. Se comprende que los cipayos de Miami la apoyen de manera incondicional, porque les ha sido muy til. El crecimiento de la comunidad cubana en el exterior les ha servido de pretexto y base para organizar un vasto sistema de corrupcin poltica. El anhelo de llegar a los Estados Unidos no va extinguirse en Cuba. Es lgico. Las gentes quieren venir. Sigue vivo el sueo de la prosperidad. En los prximos aos veremos como se multiplican las organizaciones de disidentes en Cuba. Ser disidente y estar perseguido es una excelente excusa para lograr que la Seccin de Intereses otorgue una visa. La disidencia y los derechos humanos se han convertido en un relajo en Cuba y en Miami. El juego est claro: no le damos visa, pero si usted se las arregla para tocar territorio americano - no importa como sea - enseguida obtiene el derecho a quedarse y al ao es residente. Con esa Ley de Ajuste Cubano, durante aos, los legisladores americanos han tratado de decidir el destino del pueblo cubano y han llenado el estrecho de la Florida de miles de cadveres. Esa ley ha servido para destruir la calidad de vida en el sur de la Florida. Esa ley ofrece la esperanza de un mundo mejor y muchas gentes huyen en busca de un paraso inexistente.
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LB: Si a ciudadanos de otros pases les dieran las mismas facilidades inmigratorias en los Estados Unidos que han dado a los cubanos, qu pasara? LO:-. Lo he dicho mil veces. Millones de gentes emigraran hacia el Norte. La poltica americana hacia Cuba ha sido criminal. Han sacado a ms de un milln de cubanos, dndoles facilidades, para fundar un pas de repuesto en territorio americano... Eso ha sido criminal. Han desangrado la nacionalidad cubana. LB: Existe mucha corrupcin? LO: El ambiente de corrupcin en Miami ya es asfixiante. La impunidad es insoportable. Los americanos desde 1959 empezaron a crear este monstruo de la corrupcin cubana en Miami. Ahora se lo tienen que soplar en silencio. Clinton ha sido dbil. Los tres aspirantes a la Alcalda de Miami se han portado como retrasados mentales. Maurice Ferr,[4] por ejemplo, amenaz con abandonar el Partido Demcrata si deportaban a Elin, Carollo rebuzn; a Xavier Suares[4] le dio el santo. En este ultimo escndalo hay algo infame que revela la inconsistencia de las mafias cubanas de Miami. LB: A qu se refiere? LO: Ni un solo negro particip en la operacin. Solamente blancos y mulatos. Y nadie alz la voz para denunciar la deportacin de 409 negros haitianos que acaban de ser deportados a Hait sin contemplaciones. Hablan de derechos humanos, pero vamos a estar claros: son derechos para ellos, los blancos y mulatos de Cuba, desertores casi todos de la Revolucin Cubana y que se han apoderado de los negocios de Miami, muchos bastante sucios. Los negros han quedado excluidos. Los votantes haitianos y negros de Miami probablemente tomarn esto en cuenta cuando lleguen las elecciones. Realmente el espectculo que acaban de dar los cubanos en Miami con el alboroto del nio Elin ha sido revelador para el mundo. Ha sido como un destape. El conflicto de Cuba, mal planteado desde 1959, ha sido visto con una nueva luz. En Miami, la poltica americana se empe en construir un vasto movimiento contra la Revolucin Cubana sobre la base de sobornos y dndole impunidad a los grupos cubanos para que construyeran un formidable aparato de corrupcin, y al final se enfrentan a la necesidad de utilizar la fuerza para reducir a la chusma desbocada. Elin es el smbolo de una poltica mal entendida. Es como un castigo a nueve presidentes. LB: De todo esto, qu qued en evidencia? LO: La mediocridad de los cubanos de Miami se ha puesto en evidencia cuando se enorgullecen pblicamente de la enorme difusin que tuvo en el mundo entero el caso del nio Elin. Eso ha sido, precisamente, lo que los ha hundido en el desprestigio. Ha sido como un destape internacional que ha puesto al desnudo la podredumbre del aparato anticastrista de Miami. Un constante desfile de personajes grotescos ante las cmaras de la televisin: los alcaldes irracionales, el encargado de las relaciones publicas, los locutores, los abogados incompetentes presentando alegatos disparatados, la exhibicin del nio atacando al padre, la monja vacilante, el discurso incoherente Gloria Estefan,[4] los locutores agarrando miles de dlares, la chusma frente a la

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casa del nio, los curas invocando a Dios para legitimar el secuestro del nio, los parientes de Miami desafiando al Gobierno. Todo ha formado una panormica reveladora del vasto deposito de miseria e idiotez en que se ha convertido el Miami cubano. Contrariamente a lo que piensan estas gentes, la difusin internacional del sainete ha servido para revelar al mundo lo que ha estado ocurriendo con el caso de Cuba. Lo que se ha puesto al desnudo, por otra parte, es el hecho de que el aparato de agitacin de los cubanos de Miami es escandalosamente minoritario. El nfasis lo han puesto siempre los medios de comunicacin infiltrados por elementos cubanos, la mayora de ellos desertores de la Revolucin. De casi un milln de cubanos que viven y trabajan en el sur de la Florida, apenas hay un millar de activistas capaces de andar por las calles dando gritos y molestando al resto de la poblacin. Las cmaras de televisin han revelado al mundo entero el carcter minoritario del bochinche cubano de Miami. LB: Qu opinin le merece la parentela de Miami? LO: Los parientes de Miami nunca conocieron a la pobre madre del nio. Tampoco saban de la existencia del nio. El parentesco con el padre es bastante lejano. Son tos abuelos y primos. Nunca se sabr por qu el nio apareci flotando en un neumtico -despus de dos o tres das en el mar - y, sin embargo, no estaba quemado ni deshidratado. La idea de que se trataba de un milagro es difcil de tragrsela. Hay muchos brujos en Miami que han intentado una explicacin sobrenatural. Otros sostienen que todo ha sido una farsa. La idea de que estos parientes lejanos de Miami tenan derechos para quedarse con el nio, dejando a un lado al padre, no la aceptaba nadie que tuviera un poco de sentido comn. El mundo entero est contra nosotros y por eso nos quieren quitar al nio!, geman los locutores de la radio de Miami. Los de la televisin, lo cual es falso. Es que no hay razn alguna para despojar a un padre de su hijo. Lzaro Gonzlez[4] obtuvo temporalmente la custodia del nio, pero luego una juez seria de Miami se la quit. De hecho, el nio qued secuestrado en la casa de los Gonzlez. Lo que hicieron los federales fue rescatarlo y devolverlo al padre. El to abuelo Lzaro Gonzlez es todo un prototipo. Sus admiradores temblaron de emocin al verlo desafiar a la Casa Blanca. Haba que matarlo para llevarse al nio. Grave error. Es obvio que la accin relmpago de los agentes federales estuvo perfectamente justificada. Las negociaciones haban quedado estancadas por las exigencias ridculas de los parientes que tenan secuestrado al nio. Las amenazas que lanzaba la chusma contra el Gobierno y los insultos que proferan contra Clinton y la secretaria de Justicia, Janet Reno eran demasiados sucios y no permitan suponer que se podra llegar a un acuerdo inteligente. Las turbas frente a la casa atacaron a los agentes federales cuando se retiraban del lugar. Incluso, las fotos que se publicaron despus del nio en brazos del padre, muy feliz y contento, fueron denunciadas como montajes por los locutores de la radio y la televisin. Llegaron a emplear a unos supuestos expertos cubanos para que analizaran las fotografas y demostraran que no eran autnticas. Insistan en afirmar que el nio fue robado en Miami y no se encontraba a gusto con su propio padre. Los hechos demostraron lo contrario. En Miami se miente
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continuamente. El to abuelo fue vctima de la incompetencia de los numerosos abogados. Se llevaron al nio y no pas nada. El nio apareci feliz con su padre. Estos parientes de Miami son casi emblemticos. Es difcil aceptar tanto amor por un nio al que no conocan. Prcticamente, les cay del cielo. LB: Juan Miguel [4]mantuvo una actitud muy digna. LO: No es fcil olvidar la escena. Frente a la residencia donde estaba parando Juan Miguel - en Maryland - un grupo de cubanos se encontraba estacionado para hacer lo que, por naturaleza, tienen que hacer. Es decir, el bochinche, eso forma parte de nuestra tradicin. No importa si es en Miami o en Maryland o en Nueva York. Es algo que nos acompaa siempre como la sombra sigue al cuerpo. La consigna era reunirse frente a la casa para exigirle a Juan Miguel que se asilara. Que no fuera cobarde. Que se pusiera los pantalones. Al cabo de un rato, apareci en la puerta el padre de Elin. Muy serio, callado, el hombre mira hacia la pandilla que est en la acera de enfrente y les muestra el dedo del medio, recto, firme, implacable. Es un gesto muy afincado en la tradicin popular cubana. El padre de Elin es un hombre humilde. No sabe pronunciar discursos. Pero, s sabe hacer seas impdicas con el dedo y se hace entender muy bien. La extrema derecha cubana lleva muchos aos acorralando en todas partes a los que salen de la isla incitndolos a desertar. En los primeros aos, 1960, 1961, 1962, comisiones de patriotas cubanos recorran el mundo ofreciendo dinero a los partidarios de la Revolucin que solan viajar al extranjero, a cambio de que desertaran y denunciaran al rgimen de Castro. El dinero lo pona Washington. Las ofertas eran tan jugosas que no hay antecedentes de que nadie haya levantado el dedo en la forma en que lo hizo el humilde padre de Elin. El hecho est ah y ya entrado en la historia para unirse a otras hazaas inolvidables. Tal vez el primero en levantar el dedo fue el general Antonio Maceo en los Mangos de Baragua cuando se lo puso ante los ojos al asombrado Arsenio Martnez Campos.[4] Lamentablemente, nadie lo alz cuando los americanos se apoderaron de la Isla en 1898; hasta septiembre de 1933, cuando Ramn Grau San Martn [4]ech abajo la Enmienda Platt. Y luego Castro, en los primeros tiempos de la Revolucin, cuando se pas horas leyendo la larga lista de propiedades que les confiscaba a los americanos. LB: Pretendan que Juan Miguel se quedara en los Estados Unidos. LO: Hace 40 aos se arraig en la conciencia del cubano de la Isla la conviccin de que lo nico que se poda hacer frente a la Revolucin era irse. Hubo una minora que quiso luchar, pero una mayora se fue. Se hicieron llamar exiliados, pero no era cierto. As comenz la farsa. Eran emigrantes. No era cierto tampoco que le quitaran las casas o los hijos. Las abandonaban, las entregaban voluntariamente. Lo que les atraa era Miami, la posibilidad de encontrar buenos trabajos y una mejor vida. Era, en realidad, el viejo sueo de todos los emigrantes. Eso fue lo que hicieron los irlandeses, los

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italianos, los espaoles, los polacos y otros muchos. Pero, stos nunca se disfrazaron de exiliados polticos. En el caso de los cubanos, atrados a Miami con generosas ofertas, lo conveniente para la nueva poltica americana era inventar el exilio. Los dirigentes ms conocidos de la poltica cubana fueron tentados con sobornos de miles de dlares para que escogieran el camino de la desercin. Lo que no le perdonan a Juan Miguel es que no haya pedido asilo poltico. De acuerdo con la mentalidad irracional de Miami, es un crimen imperdonable. La prima Marisleysis, llorando a lgrima viva, no se cans de acusarlo de cobarde. Los locutores de Miami lo insultaban en todo momento. Le reprochaban que no hubiera viajado a Miami a buscar a su hijo. La intencin estaba clara. Todas las gestiones que hicieron hasta ultima hora, y que se frustraron, estaban basadas en una reunin de toda la familia en un lugar neutral. El propsito era quedarse a solas con Juan Miguel para tratar de convencerlo de que aceptara las proposiciones tentadoras que estaban haciendo los millonarios cubanos de Miami. Todos daban por seguro que el hombre iba a pedir asilo poltico cuando llegara a Washington. Todos les pedan que escogiera la libertad. Se exhiban cartelones incitndolo a asilarse. Desde Miami sali una comisin de pcaros que iban a tratar de convencerlo. Le hicieron llegar mensajes secretos. Un grupo de millonarios de la llamada mafia hizo una colecta de millones para sobornarlo. Habl a solas con la Reno y la directora de Inmigracin. Pudo haber pedido asilo si hubiera querido. Nadie lo habra podido impedir. El Miami Herald public en ingls un editorial, probablemente escrito por una cubana ingenua, en el cual se confiesa, de manera implcita, lo sorprendente de que este cubano raro no se haya asilado. Tan metida est en la cabeza de los cubanos de Miami la idea de la fuga, del soborno, del fraude, de la trampa, de la traicin, que se quedan con la boca abierta cuando aparece un cubano que dice que se queda en Cuba, que vuelve a Cuba, que no quiera asilarse. Esto revela ms que nada la mentalidad prevaleciente en Miami y sobre todo en los cubanos que trabajan en el Herald. No son capaces de admitir que en Cuba hay once millones de personas y la mayora no quiere abandonar el pas, a pesar de todas las necesidades provocadas por el bloqueo y el acoso de los Estados Unidos. Hay un sntoma alentador en esto. Yo que soy un poco cnico, y no suelo creer en muchas cosas, tengo que admitir que hay un gesto enaltecedor en la conducta de este hombre humilde. Ha surgido un cubano que cree que su deber es quedarse en su pas y educar a sus hijos all. En 40 aos de trampas e infamias este es un caso que honra a la Revolucin. El editorial del Herald, en ingls, es revelador: A pesar de lo difcil que es comprender cmo Mr. Gonzlez ha podido rechazar la oportunidad de vivir con su familia en libertad, tenemos que entenderlo, escribe quien me imagino es una editorialista incapaz de ocultar su sorpresa. Y confiesa su desilusin. Algo nuevo est ocurriendo. Y es bueno. Para esta gente era una cuestin de honor hacer todo lo posible con el propsito de obligar al hombre a quedarse en los Estados Unidos. A que pidiera asilo. A pesar de todas las presiones, Juan Miguel se

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mantuvo firme. Eso ha sido una bofetada para una sociedad integrada, fundamentalmente, por desertores. En Cuba debieran darle un gran homenaje a Juan Miguel Gonzlez. LB: Fidel manej la situacin inteligentemente. LO: Castro demostr que le edad no le ha restado brillantez a su juego poltico. Se equivocan en Miami los que insisten en hablar de su decadencia fsica e intelectual. Manej hbilmente la situacin y logr un respaldo masivo dentro de la Isla utilizando un tema muy emotivo. Es estpido decir que las multitudinarias manifestaciones en toda la isla fueron forzadas por el Gobierno. Es obvio que existi un evidente respaldo a la demanda de la devolucin del nio. Lo ocurrido a la vista del mundo entero representa un triunfo para Castro

As es la historia

Luis Bez: En qu ao conoci a Fidel? Luis Ortega: En 1948. Luis Bez: Supieron los polticos valorar a Fidel?

Luis Ortega: Fueron muchos los que no valoraron a Fidel. Recuerdo que en 1957 el ex presidente Carlos Pro estaba reunido con un grupo de sus amigos en un lugar de Miami. La conversacin, como siempre, giraba en torno a la inminente cada de Batista. Uno de los presentes le hizo una pregunta a Pro: Presidente y qu vamos a hacer con Fidel Castro?. Pro, muy tranquilo, sin vacilar dijo lo siguiente: No habr problemas con este muchacho...Yo estoy seguro de que bajar enseguida de la Sierra y si lo
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nombramos Director de la Renta de Lotera[11] quedar satisfecho. Luis Bez: Usted qu dijo? Luis Ortega: Frente a una decisin tan extraordinaria no me atrev a decir nada. Luis Bez: Con Batista ocurri algo parecido? Luis Ortega: No podemos olvidar que un ao antes, en 1956, el presidente Batista estaba jugando bridge en casa de Jorge Garca Montes[11] y Pancho Tabernilla se le acerc para comunicarle que haba un desembarco por Oriente. Luego hablaremos de eso, respondi Batista. Al terminar su juego, varias horas ms tarde, le pidi a un ayudante que le buscara un mapa de la ESSO[11], lo extendi sobre la mesa y de acuerdo con su gran experiencia militar hizo una valoracin de la situacin. Entonces, orden que unos cuantos soldados de la Guardia Rural le cayeran atrs a los invasores y se fue a dormir tranquilo. Luis Bez: A Nixon le pas por el estilo? Luis Ortega: En 1959, en abril, despus del triunfo de la Revolucin, Fidel fue a Washington y lo recibi el vicepresidente Richard Nixon. Fue una conversacin muy interesante. Nixon le aconsej a Castro que imitara la poltica econmica que haba seguido Luis Muoz Marn[11] en Puerto Rico. Pero es que Puerto Rico es una colonia americana, le respondi Fidel. Nixon, de todos modos, no qued muy complacido y aconsej a Dwight Eisenhower[11] que lo mejor era tumbar a Fidel. All comenz la cosa, hace 40 aos. Sobornaron a unos cuantos supuestos dirigentes polticos, ayunos de ideas, reclutaron unos mil cubanos que no tenan la menor idea de lo que iban a hacer y los tiraron en la Cinaga de Zapata. Ya se sabe lo que pas. Es decir, la incompetencia, la frivolidad, la falta de sentido histrico, la ignorancia, la arrogancia, la estupidez, la avidez de dinero, todo eso, en un extrao cctel, ha sido la base de la poltica hacia Cuba, tanto entre los pobres cubanos, como entre los americanos. Luis Bez: En ese anlisis le falta algo. Luis Ortega: Qu me falta? Luis Bez: La subestimacin. Luis Ortega: Siempre han subestimado a Castro en lo personal y no han podido entender el profundo sentido histrico que tiene su gesta.

Luis Bez: Cul es su criterio del ideal nacionalista de Fidel? Luis Ortega: El ideal nacionalista de Castro y su lucha por la independencia de Cuba no es una vocacin unipersonal. Ni empez con l ni va a terminar con l. Es algo que tiene races. Fidel Castro siempre ha sido muy hbil en sus relaciones con la realidad. Cuando todos creamos que era imposible hacer una Revolucin y tomar el poder sin el concurso del ejrcito, Castro demostr que s era posible. Estuvo muy claro para entender que el pas estaba hueco por dentro. Que el ejrcito no era, realmente, un ejercito y estaba desmoralizado. Que todas las instituciones estaban huecas. Que las clases
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ms ricas del pas no estaban preparadas para resistir una acometida. Que la prensa, los jueces, los sindicatos, todos estaban corrompidos. La conducta de los cubanos, sobre todo de los llamados dirigentes polticos, a partir de 1959, sirvi para corroborar que la Cuba anterior estaba seriamente deteriorada. Lo nico que se les ocurri a quienes se declararon adversarios de la Revolucin fue ponerse a las rdenes de Washington. En todos estos aos no han descubierto que tomaron la ruta equivocada. Se han muerto, pero no rectificaron. Luis Bez: Qu tiempo le daba de vida a la Revolucin? Luis Ortega: Seis meses. El valor mayor de Castro es que ha durado 40 aos. Ya tiene seniority. Esa experiencia que tiene es lo que le permitir resolver los problemas de Cuba... Luis Bez: Despus del triunfo revolucionario, lo ha visto? Luis Ortega: S.

Luis Bez: En qu fecha? Luis Ortega: En noviembre de 1995. Despus lo he visto en otras ocasiones. Luis Bez: Dnde se encontraron por primera vez? Luis Ortega: En el Palacio de la Revolucin. Luis Bez: Qu tiempo conversaron? Luis Ortega: Estuvimos hablando tres noches seguidas hasta altas horas de la madrugada. Luis Bez: De qu hablaron? Luis Ortega: Nada importante. Fue una conversacin en grupo. Muy amena. El podra decirte que yo he sido tal vez el nico cubano que no fue a darle consejo alguno de cmo tiene que resolver "la problemtica cubana". Me imagino que la tendencia a hablar con Castro para ofrecerle soluciones debe ser muy frecuente. Los cubanos, en general, siempre nos inclinamos a "fijar nuestra posicin histrica". Luis Bez: Y usted no tiene posicin histrica? Luis Ortega: Si me pongo a pensar es hasta posible que pueda improvisar una. Por qu no? Luis Bez: Public esas conversaciones? Luis Ortega: No lo hice. Luis Bez: Cul fue la causa? Luis Ortega: No me pareci que era necesario. Hay algo de exhibicionismo en esas publicaciones. No era

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una entrevista periodstica. Luis Bez: Pudo haber sido? Luis Ortega: Yo concibo la entrevista periodstica en un tono de enfrentamiento. Y yo no tena ni tengo el menor inters en hacerle preguntas desagradables a Fidel Castro. Luis Bez: Qu impresin le produjo Fidel? Luis Ortega: Muy buena. Fue muy deferente conmigo. Fue una gran experiencia, sin dudas. Yo dej de ver a Fidel antes del Moncada, tal vez en 1953. Era entonces un joven al que ya se le adivinaba la dinmica. En 1995 lo que encontr fue un mito. Luis Bez: Por qu? Luis Ortega: Porque ya ha rebasado la historia, ya es invulnerable. Es una leyenda de tiempos fabulosos. Eso es un mito. Muchas gentes quieren tocarlo para ver si es real. Cuando l se desliza por un pasillo, lentamente, midiendo sus pasos, un poco a cmara lenta, como suelen siempre caminar los mitos, no es que est enfermo o que le duela nada; es que lleva ya sobre los hombros una carga tan grande de historia que ha tenido que renunciar a la agilidad de los primeros aos. La imagen que proyecta sobre el mundo es mucho mejor que la que tena en los aos iniciales de la Revolucin. Su prestigio internacional ha crecido desde la cada de la Unin Sovitica. La imagen de Castro est consagrada. Luis Bez: Qu lo conduce a esa conclusin? Luis Ortega: Al desaparecer el comunismo ocurre que Castro emerge con luz propia, como el dirigente de un pas que lleva 40 aos luchando contra los Estados Unidos y sin ningn apoyo... Si lo reciben con entusiasmo en todas partes no es por su filiacin comunista sino a pesar de eso. Es decir, que no tiene importancia alguna si es comunista o no. Se ha ido por encima de eso. Despus de la desaparicin del mundo sovitico, todos los dirigentes comunistas en el mundo, con algunas pocas excepciones, han sido rechazados y hasta encarcelados. Algunos han sido hasta fusilados. En el caso de Castro la situacin es distinta. Ninguno de los cubanlogos que se rompen la cabeza, en Miami y en Washington, para desentraar los misterios del castrismo se ha dado cuenta del extrao fenmeno de que la imagen de Castro ha crecido despus del crepsculo del marxismo. En otras pocas, hace aos, cuando Castro viajaba al extranjero y era bien recibido se buscaban explicaciones ms o menos racionales. Se deca que eran los comunistas quienes organizaban las recepciones y detrs estaba la Unin Sovitica. Pero, he aqu que se cay la Unin Sovitica. Cuba se qued a la intemperie. La gente de Miami dio por sentado que Castro tenia los das contados. Hasta un periodista del Herald public un libro alborozado, hablando de los das finales de Castro. En los Estados Unidos se organizaron comisiones para reconstruir a Cuba despus de la cada de Castro. Pero, han pasado los aos. Castro no se ha cado; al contrario, lo que est ocurriendo es que est viviendo, en estos momentos su mejor poca. Ya son muy pocos los pases que no han restablecido
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relaciones con Cuba. El mundo entero le est exigiendo a los Estados Unidos que suspendan el bloqueo contra Cuba. Miles de empresarios americanos y europeos vuelan a Cuba constantemente tratando de investigar las oportunidades de hacer negocios en la Isla. Cada vez que l llega a un pas es recibido con aplausos y elogios y hay manifestaciones de apoyo a Cuba. En Copenhague, una asamblea de jefes de Estado se pone de pie para aplaudirlo; en Pars, el presidente Mitterrand le tiende una alfombra roja para rendirle homenaje; en Argentina, su presencia provoca manifestaciones callejeras; en Mxico, Colombia, Ecuador, Trinidad, los gobiernos y los pueblos le salen al paso para vitorearlo. Cmo se explica que Castro despus de la cada de la Unin Sovitica haya renacido con una imagen ms atractiva y sea como un hroe en todos los pases que visita? Cmo explicar que Cuba empieza a salir del aislamiento cuando desaparece el mundo comunista? El prestigio internacional de Castro es ms grande que nunca. Luis Bez: A qu se debe ese prestigio? Luis Ortega: La estatura que ha adquirido Castro en estos 40 aos se debe a su enfrentamiento con los Estados Unidos para sustraer a la Isla de su tutela. No creo que exista un solo observador desapasionado del caso cubano, en el mundo entero, que no est dispuesto a suscribir este planteamiento. Lo que s tiene una real importancia es haber sublevado una de las ms importantes colonias de los Estados Unidos y haberse mantenido al frente de ella durante todos estos aos. Es obvio que cuando Castro llegue al cielo o al infierno, porque nunca se sabe, all no aparecer en la lista como comunista sino como rebelde, como el hombre que se enfrent a Washington para independizar a Cuba. Castro no ha cedido en nada; es decir, ha sido intransigente. No ha aceptado las presiones de los Estados Unidos. Ha resistido con una decisin admirable. Se ha enfrentado siempre a la realidad. Opera desde una sobre realidad que choca con la costumbre. Esto es nuevo en Cuba. Esto es algo que representa un viraje total en la historia de Cuba. Si nos adentramos un poco en el pasado, podemos entender a Castro. En 1900, ms o menos, el gobernador militar de Cuba, Leonardo Wood,[11] le dijo a los patriotas cubanos que aceptaban la Enmienda Platt, - lo cual echaba por tierra los sueos de independencia- o de lo contrario seguira la intervencin de los Estados Unidos y no habra Repblica para nadie. Fue un planteamiento brutal. Los patriotas cubanos que escucharon al general Wood decirles, crudamente, que si no aceptaban el yugo se quedaran sin repblica se miraron asombrados. En aquel instante se decidi el destino de Cuba. No hubo nadie que se atreviera a decirle al Gobernador que si no se marchaba de Cuba con sus soldados los cubanos reanudaran la lucha inmediatamente. Yo nunca he entendido aquello. Siempre desde nio me pareci que aquellos patriotas cubanos se haban equivocado. Supongo que Castro aprendi la historia, de nio, en los mismos textos mos.

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Acostumbrados como estabamos los cubanos a que los embajadores americanos en Cuba daban rdenes a los presidentes nos parece una hereja que Castro se niegue, tercamente, a obedecer las rdenes de Washington. Su resuelta oposicin a ceder ante ninguna presin tiene una base lgica. Es decir, muy racional. El poder que ejerce no es militar, porque Cuba no es una potencia. Es un poder de tipo moral que emana de su intransigencia y de su decisin de no aceptar que los Estados Unidos le pongan condiciones de ninguna clase. No se puede negar, objetivamente, que Castro encarna el espritu de resistencia del pueblo cubano. De hecho, nos guste o no, la historia ya absolvi a Castro. Hay que aceptar que la historia le ha dado la razn a Castro. Todos comenzamos en 1959 como mercenarios, creyendo que la historia estaba de nuestra parte. Grave error. No lo estaba. No lo est. Hay que tener un poco de coraje, o de vergenza, para reconocer el error. Luis Bez: En la historia de Cuba, cules son los momentos estelares? Luis Ortega: Han existido dos momentos estelares en la historia de Cuba. Uno lo protagoniz Jos Mart en 1895 cuando organiz una guerra para llevar a un pueblo, que no conoca, a un destino histrico. El resultado fue la grotesca Repblica de 1902. El segundo momento - para m - lo representa Fidel Castro cuando organiza la Revolucin de 1959 y convoca al pueblo para llevarlo a un destino histrico. Fidel Castro es un hombre con un gran mrito. Luis Bez: Cul es su gran mrito? Luis Ortega: Reconozco que el gran mrito de Castro es haber resistido durante 40 aos el asedio. Pasar a la historia como el hombre que se enfrent a los Estados Unidos y llev adelante una poltica de soberana con firmeza e intransigencia. Al principio cre que Castro iba a rendirse al final. Toda la historia de Cuba, desde 1898, ha sido tan lamentable que cre que Castro iba a ser ms de lo mismo. Luis Bez: Ah se equivoc. Luis Ortega: Tengo que admitir que Castro ha sido fiel a un ideario que yo llevaba adentro desde aquellos aos de 1933 cuando desfilaba en las manifestaciones antimperialistas por las calles habaneras. Yo no estoy a favor de la Revolucin Cubana, sino en contra de la errnea y criminal poltica de los Estados Unidos con respecto a Cuba. Estoy en contra de la industria del anticastrismo que se ha ejercido en los Estados Unidos, pero no estoy a favor del castrismo. Mi posicin es muy clara. Los Estados Unidos deben sacar las manos de Cuba y dejar que Castro resuelva el problema y salve a la Isla... Hasta ah, sin dudas, estoy con ustedes. Luis Bez: Qu pens cuando hablaba con l?
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Luis Ortega: En realidad, ratificando lo que he estado pensando durante muchos aos... Luis Bez: Qu? Luis Ortega: Yo siempre he lamentado no haber podido participar en la experiencia revolucionaria. Es decir, no haber podido presenciar el proceso de cerca. Luis Bez: Qu le llam la atencin? Luis Ortega: Su confianza en el futuro. En todo momento habl con un gran optimismo Luis Bez: -. Sali satisfecho? Luis Ortega: Sal muy complacido. Fue una gentileza de su parte invitarme. Una experiencia que yo estaba echando de menos. Creo, con toda sinceridad, que Castro es ya un personaje que ha entrado en la historia. Es una leyenda. Ya no necesita ser revolucionario para destacarse. Podra hasta hacer la crtica de la Revolucin sin perder prestigio. El repertorio de acusaciones que forman parte del bagaje propagandstico de la mafia de Miami resbala sobre la imagen de Castro. Cuba no ha producido nunca, a travs de toda su existencia, una figura del nivel histrico de Fidel Castro. Luis Bez: Ya Fidel est en la historia. Luis Ortega: Las revoluciones no son nunca blancas o negras. No caben los juicios definitivos. Hay muchos matices. La Revolucin Francesa, en su tiempo, fue el hecho ms impopular de Europa. La literatura contra la Revolucin tuvo una difusin extraordinaria. La historia, sin embargo, no ha recogido los nombres de aquellos escritores que produjeron enormes tratados contra los Jacobinos, contra los Masones, contra la Revolucin y les ha reservado un puesto importante a los revolucionarios. Una Revolucin es una Revolucin. De la Revolucin francesa, te repito, se guarda memoria de sus protagonistas, pero nadie se acuerda de quienes participaron en el largo y furibundo proceso que se vivi en toda Europa durante la lucha contra ella. Va a pasar lo mismo en el caso de Cuba. Fidel queda, nosotros, ellos, pasan. As es la historia. Luis Bez: Tanto en Washington, como en Miami encaminan su poltica a esperar la muerte de Fidel, pues consideran que ese sera el fin de la Revolucin, comparte ese punto de vista? Luis Ortega: Despus de nueve presidentes y 40 aos de disparates, los Estados Unidos han llegado a elaborar una poltica genial: No hacer nada y esperar que Fidel Castro se muera de viejo y entonces mandaremos a la isla a un tipo a comprar cubanos al por mayor. Es decir, comprar otra vez la vieja colonia y sobrecargarla de pcaros que abundan. Ah se vuelven a equivocar. Castro muerto se convertira, de la noche a la maana, en algo ms peligroso que un mito. Tal vez un mito con una sobrecarga explosiva poco usual. La muerte de Castro, en medio de un pueblo condenado al exterminio por Washington durante 40 aos, producira una reaccin internacional, sobre todo en Amrica Latina, de proporciones mayores. Su lucha durante tantos aos contra el vecino implacable del Norte cobrara, de pronto, un sentido impresionante.
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Se equivocan los que piensan que el Gobierno de Cuba se vendra al suelo, a la manera como cay Batista en 1959, si Castro muere. Tal vez ocurrira todo lo contrario. Castro, como smbolo yacente y sepultado es ms peligroso para los Estados Unidos que el Castro que camina por los pasillos del Palacio de la Revolucin.

Polvo enamorado

Luis Bez: Usted ser recordado, entre otras cosas, como el cronista del exilio. Luis Ortega: No quiero que me recuerden ni un carajo. A m me ha tocado la mala suerte de tener que or a unos y a otros y esta mala leche que tengo, y podra emplear en empresas mejores, la tengo que malgastar en cosas tan pequeitas. Mi destino cruel es ser el cronista de este circo que es el folklore cubano de Miami.

Luis Bez: Qu piensa de la muerte? Luis Ortega: Le tengo espanto, como t, pero la espero a pie firme. Adems, lo nico que me consuela, al ver la mierda en que se ha convertido el mundo y sus gentes, es que me queda poco tiempo de vida. Le tengo un poco de piedad a quienes empiezan a vivir en este mundo de hoy. Luis Bez: Dnde va a pedir ser enterrado? Luis Ortega: Yo he pedido que me quemen. Y cada vez que pienso en eso se me encogen los que t sabes. Luis Bez: Ha vivido momentos muy tristes? Luis Ortega: Hay muertes que nos llenan de tristeza y que vienen a ser como un preludio de la propia. Eso ha sido la muerte de Olga, mi esposa. La muerte de Gastn Baquero[11], convertido tambin en cenizas, fue otro profundo golpe que he recibido en los ltimos tiempos. Cuando se llega a cierta altura de la vida son tantas las cruces que van quedando en el camino que uno se va familiarizando con la idea del ltimo viaje y va perdiendo el miedo. Luis Bez: Cundo vio a Baquero por ltima vez? Luis Ortega: La ltima vez que vi a Baquero fue en Madrid - en el verano de 1995 - cuando acababa de entrar en el asilo de la tercera de edad. Estaba muy deprimido y sin embargo, ya se haba creado en torno a su persona una atmsfera de amor y simpata.
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Nunca entend por qu Gastn decidi buscar refugio en Espaa. Por qu no vas a los Estados Unidos?, le pregunt en abril de 1959 en vsperas de su salida de Cuba a travs de una embajada. Me hizo seas, aludiendo al color de su piel. All nos discriminan, me dijo. Tal vez exageraba un poco. Con el tiempo he descubierto que la discriminacin no es solamente por el color de la piel. S algn da se tratara de escoger al cubano que puede simbolizar el destierro sera necesario acudir a Gastn Baquero. Lo de Gastn fue un fracaso desde el primer da que lleg a Espaa. Vivi en Madrid, durante 38 aos, hasta el da de su muerte. Hubo pocas en que no le abra la puerta a nadie. En una carta a Justo Rodrguez Santos,[11] recientemente publicada, le deca lo siguiente: Estoy retirado, automarginado, voluntariamente alejado de todos. No voy a reuniones, conferencias, lecturas de poemas, etc., porque comprendo que en mi estado de nimo, terriblemente pesimista y negativo, no se debe andar por la calle. He perdido por completo la fe en la comunicacin. Era un hombre muy aferrado a su tierra y a sus frutos. Para l, es obvio, el destierro fue un castigo brutal. Espaa siempre ha sido un paraje inhspito para los cubanos, a pesar de la comunidad de lengua, que es engaosa. Baquero, en Espaa, tanto en tiempos de Franco, como en los posteriores debi haber ocupado un lugar importante en la literatura y la poesa y no fue as. No recuerdo quin fue el que dijo, a lo mejor el propio Baquero, que los espaoles a lo ms que llegan es a permitirnos contemplar su vivir. Nada ms. No se admiten ms que observadores y admiradores. Sus opiniones polticas sern olvidadas, porque en realidad no tenan autenticidad. Brotaban de su tristeza profunda al tener que vivir fuera de Cuba. En l, como en nadie, esto se dio como castigo. Luis Bez: La desaparicin de su esposa se trata de algo ms que una muerte. Luis Ortega: Son 63 aos de ntima vinculacin de un hombre con una mujer buena y noble. Es una larga historia con todos sus horrores y delicias. Olga muri despus de una larga y penosa enfermedad. Quiero hablar del horror de la desolacin. Por qu lo hago? Tal vez para dejar constancia de mi protesta contra el propio Dios, su Dios de siempre, que se la llev de una manera tan cruel. O para protestar contra el encanallamiento de los mdicos y hospitales de Miami. Pero siempre para protestar, porque esa es mi ley, ese es mi modo. No me quejo. Lo que hago es protestar contra toda el alma. Yo mereca mejor ese flagelo. Ella recibi el diagnostico del cncer con un estoicismo admirable: le doy las gracias a Dios porque voy a morir primero que tu, fue su respuesta a la condena a muerte. Esa era su obsesin. Morir primero. Ahora que me tengo que enfrentar al inmenso vaco que me ha dejado esta mujer excepcional puedo entender sus temores. Me pidi morir en silencio. Me hizo jurar que no tendra funerales. Ni ceremonias. Nada de esquelas en los diarios. Ni misas. Nada. Simplemente, la cremacin y luego la dispersin de sus cenizas en el parque, junto a la baha, donde ella, hace 43 aos, llevaba a jugar a nuestros dos hijos. Luis Bez: Por qu no quiso funerales? Luis Ortega: En las ansias del amor quera protegerme todava ms. Es que hay muchas gentes en Miami que no te quieren por las cosas que escribes, y pienso que cuando se enteren de que ests
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sufriendo por mi muerte se regocijaran. Tal vez exageraba, no s, pero era el amor el que la impulsaba. Quera salir de la vida en silencio, para que no me hirieran. Olga tuvo la desdicha de unir su destino, a los 18 aos, a un hombre sin fe ni sede, que no crea en las mismas cosas en que ella crea. No fue un matrimonio fcil. Ninguno lo es. Pero, el vnculo fue siempre indisoluble. Ella, tan dbil y vulnerable y, al mismo tiempo tan fuerte de espritu, gan todas las batallas porque tena una divisa inapelable: la nica fuerza en el mundo es el amor. Fue siempre leal a su fe. Y no fue solamente una divisa. Fue su propia vida, predicada con el ejemplo. Fue una profesora inolvidable, un evangelio vivo. Treinta aos despus sus viejos alumnos llaman por telfono para llorarla. Luis Bez: Una mujer excepcional. Luis Ortega: Tengo que confesar que, a la hora de su muerte, me siento culpable. No es posible vivir 63 aos al lado de una mujer excepcional por su bondad y su inteligencia y no sentir que uno tiene culpas inexcusables. No he sido nunca el hombre apto para la vida matrimonial apacible. El destino me empujo siempre a una vida llena de avatares. No fue justo hacerla compartir esa vida. No fue justo, lo digo con tristeza. Pero ella nunca se quej. No nos falt nunca el amor profundo, esencial y eterno. Solamente la muerte ha podido arrancrmela. Lo poco bueno que puede haber en m se lo debo a esta mujer. Ella me ense con su ejemplo de amor y tolerancia. Ella me ense como es que se debe morir con dignidad. El dilogo de 63 aos no ha terminado ni terminar nunca. La gente pensara que estoy loco, al verme hablar solo. Es posible. Ella se acaba de anotar otra victoria de amor. Ya no puedo alardear ms de que no tengo fe. La necesito. La idea de la destruccin y la nada me resulta repugnante. Tengo que creer que ella est en otra parte, en otro mundo mejor. Lo que me queda entre los dedos son sus cenizas, pero tiene sentido. Polvo sers, ms polvo enamorado.

Posdata

Luis Bez: Estando el libro listo para entrar en proceso de edicin se produjo el escndalo de la eleccin presidencial en los Estados Unidos. No quise perder la ocasin para conocer la opinin de mi entrevistado: Cmo enjuicia la forma en que George W. Bush ha sido electo presidente de los Estados Unidos? Luis Ortega: Desde que apareci en el escenario, hace ms de un ao, todos supimos, por una extraa intuicin, que Bush iba a ser presidente. Era como si lo empujara el destino. Su mediocridad, lejos de perjudicarlo, casi que lo engalanaba. Se saba que estaba recaudando enormes cantidades de dinero para su campaa. El dinero es muy importante en este pas. Es algo que tiene mucho que ver con la predestinacin. Los que tienen dinero son bellos, son buenos y Dios los mira con agrado. Adems, se rumoraba que las grandes corporaciones confiaban en l. Claro que George no tena ningn mrito particular salvo la recomendacin de su padre. Se expresaba
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ALGO DE BONDAD

mal. No daba la sensacin de manejar bien las ideas. Hasta pareca humilde. Vesta bien. Sonrea. De vez en cuando se le iba un gracioso disparate. La industria farmacutica, decan los chismosos, estaba dndole grandes cantidades de dinero. Necesitaban en la Casa Blanca un hombre que los ayudara a seguir abusando de los enfermos pobres. Luis Bez: La industria de guerra tena puestas sus esperanzas en Bush? Luis Ortega. Claro. Sobre todo, sabiendo que Colin Powell y Dick Cheney estaban a su lado. Los fabricantes de armas y aviones suean con otras masacres como las de Panam e Irak. Luis Bez: Cmo vea a Al Gore? Luis Ortega: Gore es bobo. Quiso alejarse de Clinton y eso le hizo mucho dao. En sus presentaciones publicas pareca un hombre rgido. Era casi amenazador. Una vez hablaba de las medicinas. A veces mencionaba el peligro del tabaco. Era un hombre imprudente. Tal vez por eso mismo las encuestas favorecan a Bush. Era como una cruzada. Era necesario parar a Gore. Luis Bez: Gore sac ms votos que Bush. Luis Ortega: Le sac una ventaja a Bush de ms de trescientos mil votos. Y lleg a tener 267 votos electorales. Solamente le faltaban tres votos para obtener la presidencia. Bush haba quedado atrs con solamente 246 votos electorales. A pesar de eso, los partidarios de Bush, empezando por el siniestro Cheney, acusaban a Gore de ser muy obstinado. Debe aceptar la derrota, decan. Qu derrota? La Florida era, como dicen las gentes cursis, la manzana de la discordia. El hermano, Jeb, era el gobernador. El Congreso estatal estaba desesperado por proclamar la victoria de Bush. Luis Bez: Hubo fraude? Luis Ortega: El fraude se produjo en varios condados, sobre todo en Miami Dade. Los fraudes han sido siempre un valor entendido en la Florida. Las pandillas cubanas estaban muy preocupadas. Gore haba ganado Palm Beach, Broward, Miami Dade y Monroe. Es decir, casi todo el sur de la Florida, a pesar de que los cubanos estaban seguros que le daran la presidencia a Bush. En Miami Dade residen ms de ochocientos mil cubanos pero Bush sac solamente 289,574 votos, mucho menos que Gore. Tal vez los fraudes no fueron suficientes. En esos 289,574 votos para Bush tal vez los votos cubanos sean menos de la tercera parte. Hay que tener en cuenta que en esos 289,574 votos estn incluidos anglos, negros y otros hispanos. Luis Bez: Qu quiere decir eso?

Luis Ortega: Que existe una farsa en lo del voto cubano. De los 800,000 y ms cubanos que viven en Miami - Dade apenas unos 90,000 votaron por Bush a pesar de la intensa campaa que hicieron los cubanos durante ms de un ao y a pesar de las enormes cantidades que les cogieron a los republicanos. Ni la radio, ni los peridicos, ni la televisin, donde abundan los bichos cubanos frenticos, han servido para nada. Es curioso, el pasado domingo un avin arrastraba por los cielos de Miami un gigantesco letrero que

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deca: Bush Victory es la venganza de Elin. En rigor, framente, el voto cubano no ha servido para nada a Bush. Al Gore gan el Condado con 328,867 votos. Es decir, la ventaja de Gore fue de 39,293 votos. Luis Bez: Impidieron el recuento de los votos? Luis Ortega: Eso es algo muy interesante. Cuando se trat de hacer un recuento de los votos de Miami Dade un grupo de americanos y cubanos, a las puertas de las oficinas del Condado, en un piso 19, arm un bochinche para impedir que se recontaran los votos. Teman que se descubrieran los fraudes que son habituales en la zona. La opinin ms generalizada, en la Florida y en el extranjero, y tal vez en otros estados, es que si se hubieran contado los votos religiosamente, sin trucos, el triunfo habra sido de Al Gore. De hecho, entonces, los cinco jueces de la Corte Suprema de Washington dieron un golpe de estado para imponer a Bush. Para darle el triunfo a Bush fue necesario impedir que se siguieran contando los votos. Una extraa manera de hacer elecciones. El juez Stevens de la Corte Suprema dijo algo terrible que resonar durante muchos aos en la historia de los Estados Unidos. Una cosa es cierta, escribi el juez Stevens, aunque no sabremos nunca la identidad del ganador de estas elecciones presidenciales, la identidad del perdedor est perfectamente clara. Es la confianza de la nacin en el juez como guardin imparcial de las leyes. En rigor, Stevens lo que hizo fue dejar establecida la ilegitimidad de Bush como presidente. Luis Bez: La mafia cubana particip en los fraudes? Luis Ortega: Es una historia increble. Ahora, los cubanos, con sus trucos electorales, casi paralizaron el pas al meterse en el proceso electoral de la Florida para sacar presidente, a la caona, al candidato Bush. Los otros 49 estados de la Unin, en forma legitima, concluyeron sus elecciones normalmente, sin problemas. Solo en la Florida, tal vez en alianza con el gobernador Jeb Bush (que es cubano honorario), la cosa se enred de una manera horrorosa. La participacin de la mafia cubana en todo este bochinche es un secreto a voces. Con el tiempo todo saldr a la luz publica. No nos olvidemos del Watergate. Es un escndalo inslito.

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