Cristina Peri Rossi
Cristina Peri Rossi
Cristina Peri Rossi
Soy la advenediza la que lleg al banquete cuando los invitados coman los postres Se preguntaron quin osaba interrumpirlos de dnde era cmo me atreva a emplear su lengua Si era hombre o mujer qu atributos posea se preguntaron por mi estirpe "Vengo de un pasado ignoto dije de un futuro lejano todava Pero en mis profecas hay verdad Elocuencia en mis palabras Iba a ser la elocuencia atributo de los hombres? Hablo la lengua de los conquistadores, es verdad, aunque digo lo opuesto de lo que ellos dicen." Soy la advenediza la perturbadora la desordenadora de los sexos la transgresora Hablo la lengua de los conquistadores pero digo lo opuesto de lo que ellos dicen.
Te he cedido por una vez el papel y el lpiz la voz que narra la crnica que fija contra la muerte la nostalgia de lo vivido. Y me va bien el cambio te aseguro. Quiero contemplar quiero ser testigo quiero mirarme vivir te cedo gustosamente la responsabilidad como un escriba ocupa mi lugar goza si puedes con el relevo sers mi descendencia mi alternativa. La que vivi para contarlo.
Las palabras nodecir la verdad la verdad no es decible la verdad no es lenguaje hablado la verdad no es un dicho la verdad no es un relato en el divn del psicoanalista o en las pginas de un libro. Considera, pues, todo lo que hemos hablado t y yo en noches en vela en apasionadas tardes de caf London, Astoria, Arlequn slo como seduccin en el mismo lugar que las medias negras y el liguero de encaje: estrategias del deseo.
Historia de un amor
Para que yo pudiera amarte los espaoles tuvieron que conquistar Amrica y mis abuelos huir de Gnova en un barco de carga. Para que yo pudiera amarte Marx tuvo que escribir El Capital y Neruda, la Oda a Leningrado. Para que yo pudiera amarte en Espaa hubo una guerra civil y Lorca muri asesinado
despus de haber viajado a Nueva York. Para que yo pudiera amarte Catulo se enamor de Lesbia y Romeo, de Julieta Ingrid Bergman film Stromboli y Pasolini, los Cien Das de Sal. Para que yo pudiera amarte, Llus Llach tuvo que cantar Els Segadors y Milva, los poemas de Bertolt Brecht. Para que yo pudiera amarte alguien tuvo que plantar un cerezo en la tapia de tu casa y Garibaldi pelear en Montevideo. Para que yo pudiera amarte las crislidas se hicieron mariposas y los generales tomaron el poder. Para que yo pudiera amarte tuve que huir en barco de la ciudad donde nac y t resistir a Franco. Para que nos amramos, al fin, ocurrieron todas las cosas de este mundo y desde que no nos amamos slo existe un gran desorden.