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CuPAUAM 31-32, 2005-2006, pp.

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LAS TRANSFORMACIONES DE LOS BALNEA RURALES DOMSTICOS DURANTE LA ANTIGEDAD TARDA EN HISPANIA (SS. IV-VI)
Virginia GARCA-ENTERO Universidad Autnoma de Madrid

Resumen El siglo IV d.C. constituye para la arquitectura balnearia un momento de especial desarrollo dado que es durante esta centuria cuando se reforman o construyen los ms monumentales balnea domsticos que, asociados a importantes villae, se caracterizan por su amplitud espacial, complejidad planimtrica y riqueza ornamental. No obstante, es tambin el siglo IV d.C. un momento en el que comienzan a evidenciarse transformaciones en el seno de estas instalaciones que, en muchos casos, dejan de tener funcin termal para, tras una serie de cambios estructurales, acoger funciones productivas, domsticas, cultuales y funerarias. En el presente trabajo analizamos las transformaciones que afectaron a los balnea rurales hispanos entre los siglos IV a VI d.C. y que conllevaron el final de su uso balneario y su conversin en espacios de distinta finalidad.
Palabras clave: Balnea, arquitectura domstica, Hispania, villae, transformaciones

Abstract The 4th century AD was a time of exceptional development in bath architecture. It was then when the most monumental domestic balnea, associated with important villae and characterized by spaciousness, planimetrical th complexity and ornamental richness, were either built or reformed. But it was also during the 4 century AD when these installations underwent a series of transformations, abandoning their thermal function to take on, -after a number of structural changes- productive, domestic, cultual and funerary functions. This paper analyzes the th th transformations that affected the rural Hispanic balnea between the 4 and 6 centuries AD that led to the end of their use as baths and consequently their conversion into spaces with different functions.
Key words: Balnea, domestic architecture, Hispania, villae, transformations.

Como ya hemos tenido ocasin de apuntar en diversos trabajos1, las instalaciones termales de mbito domstico fueron uno de los espacios que ms tardamente se incorporaron a la planta de la vivienda seorial romana -fines del siglo I a.C.-. La importancia de estas salas en la vida cotidiana terminaron por situarlas entre las dependencias ms
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El presente artculo se inscribe dentro del proyecto de investigacin Estudio analtico de los asentamientos rurales tardorromanos en Hispania y sus transformaciones entre los siglos IV y VII a partir de ejemplos paradigmticos. Una propuesta de trabajo interdisciplinar desarrollado en el Departamento de Prehistoria y Arqueologa de la Universidad Autnoma de Madrid (Proyectos Precompetitivos UAM) y dirigido por J. Lpez Quiroga.

significativas para el propietario de una domus -rural o urbana-, de tal modo que formaron parte de la zona pblica de la casa y se erigieron, junto a oeci, triclinia y peristila, como una de las principales vas de representacin del poder del dominus a travs de la arquitectura privada. En el mbito domstico rural hispano, la presencia de estancias de bao se inaugura en los ltimos aos del siglo I a.C., si bien el fenmeno, plenamente configurado, se generaliza a la totalidad del territorio durante el siglo II d.C. Estos primeros baos se caracterizan, salvo excepciones, por la simplicidad generalizada de su planta de la que formaron parte imprescindible las tres estancias bsicas que aseguraban la consecucin del circuito termal: frigidarium, tepidarium y caldarium. No obstante, las dimensiones de los balnea, el nmero de salas, la decoracin y la disposicin de las estancias

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permita establecer claras diferencias entre los edificios ms modestos y aqullos ciertamente sobresalientes2. Desde finales del siglo III e inicios del IV d.C., estas diferencias parecen acrecentarse al reforzarse el papel protagonista y propagandstico que asumen los balnea domsticos, tanto en el mbito rural como en el urbano. Es ste el momento en el que se reforman antiguas termas ya obsoletas o se construyen los balnea ms monumentales -excepcionales durante las centurias anteriores- entre los que cabe destacar los de las villae de La Olmeda (Pedrosa de la Vega, Palencia), Pago de Tejada (Quintanilla de la Cueza, Palencia), Dueas (Palencia), Almenara de Adaja (Valladolid), El Saucedo (Talavera la Nueva, Toledo), Torre guila (Barbao, Badajoz), La Cocosa (Badajoz), Milreu (Esti, Faro), Santa Vitria do Ameixal (Evora), el proyecto alico, nunca construido, de So Cucufate (Vidigueira, Beja), Torre Cardeira (Quintos, Beja) o Cercadilla (Crdoba) entre otros3. Comn a estos complejos transformados o erigidos desde finales del siglo III d.C. y a lo largo del siglo IV d.C., es el papel predominante de sus espacios fros (vestibula, apodyteria, frigidaria, etc.) que parecen convertirse en salas de recepcin de una elite aristocrtica que refuerza su cohesin a travs, entre otros elementos, del uso de grandes complejos termales privados4 (Fig. 1). La arquitectura balnearia
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privada se convierte as en uno de los vehculos de la aristocracia tardorromana para evidenciar la dignitas, rango social y riqueza del propietario en el marco de una nueva forma de representacin de la condicin social claramente trasladada a la esfera privada5. Como hemos apuntado, no todos los balnea fueron ahora erigidos sino que tambin se adaptaron a las nuevas necesidades y modas arquitectnicas antiguos baos que se mantuvieron en uso durante el siglo IV e incluso V d.C. gracias a reparaciones puntuales, restauraciones de mayor o menor envergadura realizadas principalmente sobre sus pavimentos, piscinas e hypocausta, o grandes transformaciones que afectaron a la totalidad del edificio. Numerosos son los ejemplos que hoy conocemos de balnea domsticos en funcionamiento durante estas centurias y que hemos analizado en otros trabajos6. Este inters por mantener en uso las termas de estos complejos rurales denota, sin duda, la importancia de la propia costumbre del bao diario entre las elites rurales tardorromanas e incluso en poca tardoantigua. La existencia de baos domsticos ms all de fines del siglo V o las primeras dcadas del VI d.C., como ponen de relieve el cambiante balneum de la villa de Callipolis/La Pineda (Vilaseca, Tarragona)7, el
respecto Garca-Entero, 2001, 354-356; 2003, 767769 y Koppel, 2004. Lavin, I., 1962: The house of the Lord. Aspects of the role of palace triclinia in the architecture of Late Antiquity and the early Middle Ages, The Art Bulletin 44, 1-27; Thbert, 1987; Ellis, S. P., 1991: Power, architecture and decor: How the Late Roman Aristocrat appeared to his guest, en Gazda, E. K. (ed.), Roman Art in private sphere, (Ann Arbor), 117134; Guidobaldi, F., 1999: Le domus tardoantiche di Roma come sensori delle transformazioni culturali e sociali, en Harris, W. V. (ed.): The transformations of Vrbs Roma in Late Antiquity, JRA Supp. Series 33, 52-68. Balmelle, 2001; Arce, 2004. No analizaremos aqu, sin embargo, las caractersticas planimtricas ni la evolucin acontecida en las salas de las instalaciones balnearias privadas durante la Antigedad Tarda, tema que hemos tenido ocasin de tratar en Garca-Entero, 2003 y 2005 e.p. Garca-Entero, 2001, 359-360, 2003, 775-781 y 2005 e.p. Erigido en el siglo II d.C., este balneum se mantuvo en funcionamiento hasta el VI d.C. tras un proceso continuo de reforma que, desde la primera mitad del IV d.C., est caracterizado por la reduccin paulatina de su espacio y la prdida de protagonismo de las salas calientes. Macas Sol, J. M. 2000: La villa romana de Callpolis (Vila-Seca, Tarragons), en Ruz de Arbulo, J. (ed.): Trraco 99. Arqueologia duna capital provincial romana, Actes de les jornades darqueologia sobre intervencions a la ciutat

Para el proceso acontecido en el seno de las termas domsticas de mbito campano vase el trabajo de E. Fabbricotti (1976). Por su parte, Y. Thbert ha estudiado la implantacin y evolucin de los balnea en el mundo urbano del Norte de frica (1987 y 2003, 60-67 y 363-369). La aparicin y evolucin de las termas domsticas en Hispania ha sido un tema que hemos tenido ocasin de estudiar en diversos trabajos a los que remitimos al lector (Garca-Entero, 2001; Garca-Entero, 2003; Garca-Entero, 2005 e.p.; Garca-Entero y Arribas, 2000; Fernndez Ochoa y Garca-Entero, 1999). 3 Vase al respecto Garca-Entero, 2003. Para Lusitania, de reciente publicacin vase Reis, 2004 en el que se incluyen la totalidad de termas y balnea conocidos en esta provincia romana. El proceso de monumentalizacin de los balnea en la parte occidental del Imperio ha sido analizado en GarcaEntero y Arribas, 2000. 4 Sobre el papel predominante que adquiri el sector fro de las termas respecto al resto de ambientes, vase Garca-Entero, 2003, 719-720; Garca-Entero, 2004 y 2005 e.p. El fenmeno ha sido igualmente atestiguado en los complejos galos (Bouet, 2003; Balmelle, 2001, 178 y ss.) y norteafricanos (Thbert, 2003); vid infra. Esta preeminencia no es slo planimtrica y volumtrica sino tambin decorativa, ya que los frigidaria presentan la mayor parte de la decoracin escultrica conservada en complejos. Vase al

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edificio termal de la calle Nerja de Emerita Augusta8 o alguno de los balnea recientemente excavados y asociados a domus suburbanas de Tarraco9, constituyen excepciones que muestran, sin embargo, la complejidad de la disolucin del mundo romano, de los elementos que conformaron su cultura y sociedad y la pervivencia del modo de vida aristocrtico romano entre las elites tardoantiguas. No obstante, la excepcionalidad de la pervivencia de los usos termales en la fase final de la Antigedad Tarda, esto es, la poca visigoda, parece un hecho claro a tenor del conocimiento que hoy tenemos de los edificios termales hispanos10.
antiga i al seu territori (1993-1999), Documents dArqueologia Clssica 3, Tarragona (1999), 207-222. 8 Datada su construccin en el siglo VI d.C., este pequeo balneum estuvo vinculado, segn su excavador, a una residencia suburbana visigoda. Feijoo Martnez, S., 2000: Intervencin arqueolgica en la zanja para la canalizacin de aguas de la c/ Nerja. Unas termas de poca visigoda extramuros de la ciudad, Mrida. Excavaciones Arqueolgicas 1998. Memoria 4, 333357; Garca-Entero, 2003, 486-487. 9 Son varios los complejos balnearios domsticos del rea suburbana de Tarraco recientemente excavados y que parecen evidenciar una larga perduracin de los usos termales alcanzando, e incluso superando, el siglo VI d.C. Recogidos en Garca-Entero, 2003 vase tambin Adserias, M. Pocia, C. A. y Remol, J. A. 2000: Lhbitat suburb portuari de lantiga Trraco. Excavacions al sector afectat del PERI 2 (Jaume ITabacalera), en Ruz de Arbulo, J. (ed.): Trraco 99: Arqueologa duna capital provincial romana, Actes de les jornades darqueologia sobre intervencions a la ciutat antiga i al seu territori (1993-1999), Documents dArqueologia Clssica 3, Tarragona (1999), 137-154; Remol, J. A. y Vilaseca, A. 2000: Intervencions arqueolgiques al PERI-2 de Tarragona, Tribuna dArqueologia 1997-1998, 7795. 10 El fenmeno de la pervivencia de los usos termales durante la tardoantigedad fue ampliamente analizado N. Duval para el norte de frica (1971) y por B. Ward-Perkins (1984) y, ms recientemente por G. Cantino (1999) y F. R. Stasolla (2000 y 2002) en el centro y norte de Italia. En Hispania, esta pervivencia de los usos termales durante poca visigoda fue estudiado por I. Velzquez y G. Ripoll (1992), si bien su trabajo se realiz con anterioridad al boom acontecido en el estudio de los edificios termales que ha tenido su versin hispana a partir de 1995 y que ha permitido conocer con mayor precisin los momentos finales del uso balneario de las termas. Vase al respecto Fernndez Ochoa y Zarzalejos, 2001; Fernndez Ochoa, C., Garca-Entero, V., Morillo, A. y Zarzalejos, M., 2005 (e.p.): Proyecto Termas Romanas en Hispania. Balance de una dcada de investigacin (1993-2003), CuPAUAM 30, Madrid. Recientemente A. Fuentes se ha ocupado de los

Las transformaciones de los balnea domsticos rurales en Hispania durante la Antigedad Tarda (siglos IV-VI d.C.) La magnificencia que parece presidir buena parte de los complejos termales domsticos rurales erigidos o transformados durante el siglo IV d.C., no nos debe hacer olvidar, sin embargo, un hecho bien atestiguado: no todas la villae tardoantiguas disfrutaron de servicios termales. En muchas de ellas, continuadoras de explotaciones altoimperiales, los balnea haban sido abandonados y nunca sustituidos por nuevas termas11. Al abandono de algunos de estos baos le sigui su transformacin en espacios de diferente funcin a la original, principalmente productiva, pero tambin domstica, cultual e incluso funeraria. La reconversin funcional y la amortizacin del espacio de las instalaciones balnearias domsticas aunque atestiguada desde el Alto Imperio, es un fenmeno que se generaliza durante el siglo IV y, de manera ms evidente, a lo largo del V y VI d.C. Son estas transformaciones el objeto del presente estudio en el que pretendemos contextualizar estos cambios con los ya apuntados para otras zonas de la parte residencial de los establecimientos agropecuarios hispanos tardorromanos12.
procesos de reconversin, amortizacin y desaparicin de las termas hispanas durante la Antigedad Tarda (Fuentes, 2000). Con menor profundidad han abordado el tema J. A. Jimnez Snchez y J. Sales Carbonell (2004). 11 Es ste el caso de LEsquirol (Tarragona) cuyo balneum estuvo en funcionamiento hasta fines del siglo III d.C., momento en el que fue abandonado aunque la villa se mantuvo, al menos, hasta fines del siglo IV d.C. (Piol y Lpez Vilar, 2001; Garca-Entero, 2003, 86-87). Tampoco se han documentado nuevas estructuras sobre las termas de El Requejo (Zamora) y las segundas termas de Els Hospitals (Tarragona). Esta villa goz de un primitivo balneum que, amortizado en el segundo cuarto del siglo IV d.C. como latrina, fue sustituido por unas nuevas termas que se mantuvieron en uso hasta inicios del V d.C. (Menchn, J. J. y Garca, M., 1997: Memria de la intervenci arqueolgica duta a terme a la villa de Repsol Qumica (El Morell, Tarragons), Memoria entregada al Servei dArqueologia de la Generalitat de Catalunya, Barcelona. Indita; Garca-Entero, 2003, 81-84). Los balnea de la Ermita de la villa de la Encina (Jan) y La Loma de Benagalbn (Mlaga) fueron abandonados lentamente en distintos momentos del siglo V d.C. sin que se haya documentado la reutilizacin o amortizacin de las estructuras termales. 12 La investigacin espaola de la ltima dcada se viene ocupando de manera especialmente reiterada de la

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El anlisis del fenmeno de las transformaciones funcionales acaecidas en diferentes espacios de la villa tardorromana es, sin duda, complejo. No nos hallamos, en la mayora de los casos, ante grandes cambios arquitectnicos sino ante pequeas y puntuales reformas que no slo son en muchas ocasiones difciles de atestiguar en el registro arqueolgico, sino que resultan difciles de fechar ante la ausencia de materiales significativos asociados a ellas o las propias deficiencias metodolgicas empleadas durante la excavacin de parte de estas villae. Cuando las transformaciones de los balnea han supuesto su reconversin en espacios de produccin, estos cambios pueden ser bien caracterizados dada la singular naturaleza de las estructuras que tienen asociadas. Lo mismo ocurre cuando las amortizaciones o transformaciones son de ndole funerario o cultual, siendo evidentes los rasgos que caracterizan la instalacin de oratorios privados e iglesias sobre antiguas construcciones rurales13 o la presencia de enterramientos aislados o necrpolis14. No ocurre lo mismo, sin embargo, cuando la reconversin de los espacios supuso el desarrollo de otro tipo de actividad, como la meramente habitacional, de la que difcilmente podemos atestiguar datos en el registro arqueolgico. Es por todo ello que, aunque podemos apuntar que fue durante los siglos IV y V d.C. el momento en el que se asiste al fin de las instalaciones termales domsticas en Hispania -salvo contadas excepciones
caracterizacin de las transformaciones acaecidas en el seno de la zona residencial de las villae tardorromanas, comparando estos cambios con los observados en toda la parte occidental del Imperio (Van Ossel, 1992; Brogiolo, 1996; Christie, 2004), fenmeno recogido en Ripoll y Arce, 2001 y, ms recientemente, Chavarra, 2004b, con abundantes referencias. La bibliografa al respecto es muy amplia, si bien es la reconversin funcional de los espacios domsticos en complejos de culto cristiano la que ha suscitado mayor nmero de estudios como, entre otros, Cerrillo, 1995 y 2003; Ripoll y Velzquez, 1999; Lpez Quiroga y Rodrguez Martn, 2001-2002; Brogiolo y Chavarra, 2003; Chavarra 2004; 2004b y 2004c. Es el mbito noreste hispano el sector mejor conocido al respecto como consecuencia de los recientes trabajos de A. Chavarra quien se ha ocupado de estas transformaciones, prestando especial atencin a las de ndole productivo (1996, 1997, 1998, 2001 y 2004). Para el sector noroccidental vase tambin Pea Cervantes, 2000. Para el conjunto de Hispania vase la excelente sntesis de Chavarra, 2004. 13 Vase al respecto Ripoll y Velzquez, 1999 y Chavarra, 2004c, con numerosas referencias. 14 Vase Chavarra, 2001b con bibliografa.

(vid. supra)-, la definicin de las fases finales de estos complejos balnearios es ciertamente deficiente. Un anlisis detallado permite, sin embargo, establecer dos grandes fases en el abandono de los balnea rurales hispanos. La primera la atestiguamos desde fines del siglo III d.C. a las primeras dcadas del V d.C. mientras la segunda afect a las instalaciones termales, y al conjunto de las residencias rurales, a partir de mediados del siglo V d.C. Esta temporalidad tiene tambin su reflejo espacial, como recientemente ha puesto de relieve A. Chavarra, dado que observamos cmo las termas domsticas abandonadas a fines del III y durante el siglo IV d.C. parecen circunscribirse al mbito noreste y levantino, coincidiendo en el tiempo con el mximo esplendor alcanzado en la arquitectura balnearia domstica atestiguada en las grandes villae del interior peninsular y Lusitania. Los balnea de las villae de estas zonas, interior y Lusitania, resultarn inutilizados para el bao slo a partir de mediados del siglo V d.C., esto es, durante lo que venimos denominando como segunda fase. Las causas que explican estos cambios en los establecimientos agropecuarios tardorromanos son tambin diversas y complejas pero, en el estado actual de la investigacin, es posible diferenciar entre las que motivaron las transformaciones durante el siglo IV y aqullas que provocaron el final de los balnea y, en general, del carcter ms monumental de las villae hispanorromanas desde mediados del siglo V d.C. (vid infra). La transformacin de los balnea rurales en espacios productivos. Aunque comenzamos a atestiguar el abandono del uso termal de algunos balnea rurales y su reutilizacin como espacios productivos desde el siglo III d.C.15, es ste un tipo de transformacin que
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Es ste el caso del balneum de la villa de Torreblanca del Sol (Fuengirola, Mlaga) erigido a mediados del II d.C. e inutilizado como tal un siglo despus para la instalacin de una industria de salazones que parece haber estado en funcionamiento durante, al menos, los siglos IV y V. No obstante, en torno al antiguo edificio balneario se instal durante el siglo VI d.C. una necrpolis cuya relacin espacial con la factora est an por determinar (Garca-Entero, 2003, M.Vil.8; Puertas Tricas, R. 1984: Las Termas de Torreblanca del Sol, Arqueologa 83, Madrid, 48 n 1.49; Id. 1991-92: Las termas romanas de Torreblanca del Sol (Fuengirola) y su perduracin hasta el s. VIII, Mainake XIII-XIV, 205-249; Corrales Aguilar, M P. 1993-1994: Salazones en la provincia de Mlaga: Una aproximacin a su estudio, Mainake XV-XVI, 242-259. A un momento

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se hace ms evidente para el registro arqueolgico durante los siglos IV y V d.C. En Baos de la Reina (Calpe, Alicante), en el balneum asociado a la vivienda 1 (Fig. 2) se ha atestiguado una transformacin de carcter industrial o artesanal datada a inicios del siglo IV d.C. El balneum -de cierta importancia y amplitud16- parece haber estado en funcionamiento entre los siglos I y III d.C., producindose su transformacin funcional a inicios del siglo IV d.C. Para esta transformacin se mantuvo la estructura del edificio termal, modificndose e inutilizndose antiguas estructuras y erigindose nuevos espacios en relacin con la nueva vocacin del conjunto de claro carcter industrial, si bien sus excavadores ponen en duda una relacin con la elaboracin de salazones de pescado (Fig. 3). El pavimento y paramentos del antiguo frigidarium fueron revestidos de una gruesa capa de opus signinum. La piscina de agua fra situada al sur fue igualmente revestida por opus signinum, cegndose su desage y desmantelando los escalones de acceso, de tal forma que este espacio de bao fue convertido en una pileta de uso industrial. Tambin al este del frigidarium se crearon nuevas piletas tras la compartimentacin de un antiguo espacio termal y el revestimiento de sus paredes y pavimento con hormign hidrulico. Las necesidades del nuevo
no bien determinado entre fines del siglo II y mediados del III d.C. se asocia la inutilizacin de las salas termales de la villa de Ca lAlemany (Badalona, Barcelona) ante la instalacin de un horno metalrgico que parece confirmar la conversin de esta parte residencial de la villa en zona productiva (Prevosti, M. 1976: Campanya dexcavacions arqueolgiques Baetulo-76 (2). La villa romana de Ca lAlemany, Amistad. Boletn del Museo Municipal de Badalona 79, 4-6; Garca-Entero, 2001, 59-61). A fines del siglo II o inicios del III parece inutilizarse, al menos parcialmente, el balneum de la villa de Vilauba (Cams, Gerona) construido en un momento indeterminado del siglo I. Sobre parte de sus estructuras se instal una sala de almacenaje (Garca-Entero, 2001, 110-113; Castanyer, P. y Tremoleda, J. 1999: La villa romana de Vilauba. Un exemple de locupaci i explotaci romana del territori a la comarca del Pla de LEstany, Girona, 90-93). A mediados del siglo III d.C. se produjo la inutilizacin de las termas de la villa de El Empalme de Caravaca (Murcia) y su transformacin en espacios, en este caso, de habitacin y cocina, funcin que se mantuvo hasta inicios del VI d.C. (GarcaEntero, 2001, 169-171; San Nicols, M. 1995: Termas romanas del Empalme (Caravaca), Memorias de Arqueologa 3 (1987-1988), Excavaciones y Prospecciones en la Regin de Murcia, 248-257). 16 Garca-Entero, 2003, 28-31.

edificio condicionaron la creacin de nuevos espacios al norte, este y oeste del antiguo balneum erigidos con materiales de baja calidad constructiva. Por ltimo, los hypocausta del tepidarium y caldarium fueron desmantelados y colmatados para la creacin de dos nuevas salas. Estas transformaciones en el balneum deben ponerse en relacin con las tambin acaecidas en la propia vivienda situada a escasos metros de la instalacin termal. Esta domus, de gran riqueza arquitectnica y ornamental, fue erigida a fines del II o inicios del III d.C. y parece haber sido abandonada a lo largo de la cuarta centuria, instalndose a fines del siglo IV o inicios del V d.C. una necrpolis de la que se conocen 22 tumbas que rompieron los pavimentos musivos de ciertos espacios (deambulatoria del peristilo, etc.) para su instalacin. No obstante, no es ste el ltimo uso atestiguado en el solar durante poca tardoantigua puesto que despus de la fase de la necrpolis y, segn mencionan sus excavadores, perdido el recuerdo de los difuntos se construy en un momento posterior a fines del siglo VI un nuevo edificio de funcin an por determinar, cimentado incluso sobre las antiguas sepulturas17. El fenmeno de la transformacin de ciertos sectores residenciales de las villae tardoantiguas en espacios de funcin productiva18 ha sido especialmente bien estudiado en el sector noreste de la provincia tarraconense, donde las ltimas investigaciones llevadas a cabo por A. Chavarra permiten comprobar la proliferacin de casos en los que tales cambios han sido atestiguados. Estas transformaciones afectaron a un nmero significativo de balnea19 entre los que se
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Abascal, J. M., Cebrin, R. y Sala, F. 2000: El vicus romano de Baos de la Reina (Calpe, Alicante), en Ribera i Lacomba, A. (Coor.): Los orgenes del cristianismo en Valencia y su entorno, Valencia, 4964; Roig, P. y Bolufer, J. 1990: Els banys de la Reina, Calp, la Marina Alta, Excavacions arqueolgiques de salvament a la Comunitat Valenciana 1984-1988, Intervencions Rurals, 43-46. Tambin en zonas habitacionales, complejos cultuales y espacios funerarios. En algunas ocasiones como en la villa de Torre Llauder (Matar, Barcelona) la inutilizacin de las termas datable en un momento indeterminado del siglo IV d.C. no implica necesariamente la instalacin de estructuras productivas sobre sus salas pero s una definitiva reorientacin del establecimiento residencial hacia la produccin, dado que se ha atestiguado la reconversin de antiguas habitaciones residenciales en cella vinaria y zona de prensado de vino. En este caso, las termas simplemente dejan de estar en uso al inutilizarse los conductos de agua y erigirse un muro que impide el funcionamiento del edificio (Chavarra, 1996, 175-178). De difcil resolucin nos parece, sin embargo, la aparente

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encuentran los de las villae de Font del Vilar (Avinyonet de Puigvents, Gerona)20, LAiguacuit (Tarrasa, Barcelona)21, Can Sans (Sant Andreu de Llavaneres, Barcelona), Barrugat (Btem, Tarragona)22, Els Munts (Altafulla, Tarragona)23, Mas dels Frares (Constant, Tarragona) 24 o La Llosa (Cambrils, Tarragona)25, cuyas reutilizaciones con funcin productiva de diversa ndole han sido ya tratadas por esta autora26. Especialmente evidente es la transformacin acontecida en el balneum de la villa de Can Sans, establecimiento rural que presenta una larga ocupacin (siglos I a VI d.C.) y del que, a
coetaneidad del muro semicircular erigido sobre parte del frigidarium y que se constituye como remate oeste del triclinium, con la clara vocacin productiva que asume el asentamiento durante el siglo IV d.C. (Clariana, J. M. y Prevosti, M. 1994: Un exemple de ruralitzaci a lAntiguitat tardana: La villa de Torre Llauder, III Reuni d'Arqueologia Cristiana Hispnica (Mahn, 1988), Barcelona, 117-126). 20 Las termas han sido analizadas en Garca-Entero, 2001, 107-109. 21 Para las termas vase Garca-Entero, 2001, 87-92. 22 Garca-Entero, 2001, 230-231; Revilla, V. 2000: Romanitzaci i poblament en el curs inferiors de lEbre, Ilercavnica 1, 53-71. En este caso la amortizacin de las termas para usos productivos parece deducirse de la inutilizacin de alguno de los mosaicos que solaron sus salas y la instalacin de dolia de almacenaje. 23 Garca-Entero, 2001, 221-229; 2003, 76. 24 Garca-Entero, 2001, 242-243. 25 Garca, M. y Puche, J. M. 2000: La villa romana de La Llosa (Cambrils, Baix Camp), en Ruz de Arbulo, J. (ed.): Trraco 99: Arqueologa duna capital provincial romana, Actes de les jornades darqueologia sobre intervencions a la ciutat antiga i al seu territori (1993-1999), Documents dArqueologia Clssica 3, Tarragona (1999), 231-242; Garca-Entero, 2003, 77-79 con toda la bibliografa. 26 Vid los trabajos de A. Chavarra apuntados en la bibliografa final. Frente a la interpretacin que esta autora propone para los cambios estructurales evidenciados en el balneum de la villa de Els Ametllers (Tossa de Mar, Gerona) que vincula con una clara reorientacin del complejo termal hacia usos productivos relacionados con el tratamiento de pescado (1996, 179-181; 1997), por nuestra parte proponemos que las transformaciones estn relacionadas con la reduccin de las termas y la conversin de antiguos espacios balnearios en espacios domsticos (Garca-Entero, 2001, 122-130). Desconocemos, por otra parte, los datos referentes a la posible reutilizacin productiva de los balnea de Sant Boi de Llobregat (Barcelona) y Can Tarrs (La Garriga, Barcelona) mencionadas por A. Chavarra (1998, 18). A los complejos termales de las villae tardorromanas del Camp de Tarragona han dedicado tambin un trabajo Ll. Piol y J. Lpez Vilar (2001).

pesar de las deficiencias metodolgicas de su proceso de exhumacin y la escasez de datos hoy conocidos, es posible apuntan que en un momento indeterminado de la Antigedad Tarda fue inutilizado para las actividades termales y, tras una serie de transformaciones, convertido en un torcularium para la elaboracin de vino o aceite27. La prensa se instal sobre parte del edificio termal de modo que sobre el caldarium, una vez colmatado su hypocaustum y repavimentada la sala con opus signinum, se construy el contrapeso, sobre el alveus el ara de prensado y sobre el praefurnium los arbores y el canal que conduca el lquido hacia un lacus construido al norte (Fig. 4). Tambin al mbito noreste de la Tarraconensis pertenecen los balnea de las villae de Ca lAlemany (Badalona, Barcelona), tempranamente inutilizado para usos termales y reconvertido en zona metalrgica28, Can Farrerons (Premi de Mar, Barcelona) y Sant Aman (Rajadell, Barcelona)29. Nos hallamos, en este ltimo caso, ante una villa de corredor erigida en la segunda mitad del siglo III y en cuyo extremo noroeste se instal un pequeo complejo termal que estuvo en funcionamiento hasta un momento indeterminado del siglo IV, momento en el que fue inutilizado y reconvertidas sus estructuras en un espacio productivo relacionado con la elaboracin de vino o aceite. Entre las transformaciones arquitectnicas atestiguadas por su excavador en el balneum, se encuentra el tapiado de las puertas y pasos de calor que comunicaban las salas termales y las cmaras de
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Ribas, M. 1949: La villa romana de Can Sans a Sant Andreu de Llavaneres, Museu 52, 52-56; Pujol, S. 1980: Estudi del material duna villa romana al venat de Can Sans de Llavaneres; Quaderns de Prehistria y Arqueologia del Maresme 11-12, 393407; No, J. 1982-1983: Estudi dels fragments de premsa romana trobats al venat de Can Sans de Llavaneres, Laietania 2-3, 224-227; Chavarra, 1996, 182; Garca-Entero, 2001, 85-87; Pea Cervantes, 2002, 48-51. 28 Vid nota 15. 29 A este grupo cabe aadir la denominada como villa bajoimperial de Rodae (Rosas, Gerona) de la que conocemos parte de las estructuras habitacionales de una domus cuya vida se desarrolla entre los siglos I a VI d.C. y a la que se asocia un pequeo balneum transformado a mediados del siglo IV d.C. en una factora de salazones para cuya elaboracin pudo aprovecharse una de las salas calefactadas. GarcaEntero, 2003, 205; Nolla, J. M y Nieto, F. J. 1980: La villa romana baix-imperial de la Ciutadella de Roses. Algunes consideracions i darreres novetats, Revista de Girona 93, 267-274; Puig, A. M 1999: Ciutat de Roses, en Del Rom al Romnic. Histtia, Art i Cultura de la Tarraconense Mediterrnia entre els segles IV i X, Barcelona, 100-101.

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sus hypocausta, la sobreelevacin de los niveles de circulacin y la repavimentacin con opus signinum de las antiguas salas; reformas todas ellas vinculadas con un torcularium situado al este del balneum30. En la villa de Can Farrerons (Premi de Mar, Barcelona) asistimos a un proceso muy interesante de reconversin de toda la pars urbana de esta villa que, organizada en torno a un peristilo octogonal, acoge, en un momento indeterminado de la Antigedad Tarda, actividades metalrgicas, productivas, de almacenaje y funerarias (Fig. 5). A la espera de la publicacin de los resultados de las recientes excavaciones31, podemos describir brevemente las transformaciones que afectaron al pequeo balneum de la villa. Mientras que las salas calefactadas fueron reutilizadas, sin desmantelar sus hypocausta, con funcin habitacional, en el sector fro del balneum se dispuso una prensa posiblemente destinada a la elaboracin de vino32. El pavimento de opus
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signinum del apodyterium se rompe para encastrar un contrapeso de forma cilndrica, que posiblemente accion una prensa de tornillo. En lnea con el contrapeso, pero ya en el frigidarium, se aprecia un ara circular marcada en el propio pavimento de opus signinum de la sala y dos encajes rectangulares para anclar los arbores. La piscina del frigidarium fue usada como cubeta de recepcin del mosto, tras aplicar en su interior una gruesa capa de hormign hidrulico (Fig. 6). Como hemos apuntado, la transformacin de espacios residenciales de las villae hispanas y, en particular, de sus salas termales, en espacios productivos de diversa ndole no es exclusiva del mbito noreste, si bien hemos de anotar que es en ese sector de Hispania donde ms ejemplos hay atestiguados hasta el momento. Ya hemos visto cmo el mismo fenmeno estuvo presente en las termas de Torreblanca del Sol (Fuengirola, Mlaga), convertidas en fbrica de salazones a mediados del siglo III d.C.33, y en el balneum de Baos de la Reina. Tambin al sector levantino corresponden las estructuras recientemente excavadas -2001 y 2002de la villa de LHorta Vella (Btera, Valencia), establecimiento agropecuario que arranca en poca altoimperial (inicios del siglo II d.C.) y cuyo balneum fue inutilizado como tal a finales del siglo IV d.C., momento en el que su frigidarium se reutiliz como espacio domstico mientras que sobre el caldarium se instal un torcularium, del que se conoce su contrapeso, y un lacus34. Desconocemos si esta prensa estuvo vinculada con la produccin de vino o de aceite. Dejando al margen el sector noreste de la provincia Tarraconensis y los casos localizados en la zona levantina y costera de la Baetica35, en el resto de
Cervantes su orientacin para la descripcin e identificacin de los torcularia contemplados en este trabajo as como las sugerencias respecto a su orientacin olecola o vincola. 33 Vid nota 15. 34 Jimnez Salvador, J. L. et alii, 2003 e.p.: LHorta Vella (Btera, Valencia). De villa altoimperial a establecimiento rural visigodo, en Pre-Actes de la VI Reuni dArqueologia Cristiana Hispnica, (Valencia, 2003), 85-86. 35 En esta provincia, tan slo hemos atestiguado, hasta el momento la ya mencionada reconversin funcional del balneum de Torreblanca del Sol. A finales del siglo IV d.C. se data la amortizacin del balneum del Cortijo de Aparicio el Grande (Gilena, Sevilla), si bien en este caso no con funciones productivas sino por la presencia de un vertedero y la instalacin de varias sepulturas. Garca-Entero, 2003, 566-569; Hernndez, J., Sancho, A. y Collantes, F. 1939-1955: Catlogo Arqueolgico y artstico de la Provincia de

Garca-Entero, 2001, 75-77; Martn Menndez, A. 19961997: La villa romana de Sant Aman de Vilads (Rajadell, Bages), Tribuna dArqueologia 19961997, 117-139; id. 1999: Villa romana de Sant Aman, en Del Rom al Romnic. Histtia, Art i Cultura de la Tarraconense Mediterrnia entre els segles IV i X, Barcelona, 141-142. Sobre la orientacin olecola o vitivincola de este espacio vase nota 32. 31 Agradezco a Josep Font, director de la intervencin, los datos sobre este complejo cuyos primeros resultados se hallan en prensa. Bosch, M., Coll, R. y Font, J. 2002 e.p.: La villa romana de Can Farrerons (Premi de Mar, el Maresme). Resultats de les darreres intervencions, Tribuna dArqueologia 2001-2002. Vase tambin Garca-Entero, 2003, 40-43. 32 Se ha alertado, en numerosas, ocasiones sobre la dificultad de determinar el tipo de produccin asociada a una determinada prensa (Brun, J. P. 1993: La discrimination entre las installations olicoles et vinicoles, La production du vin et de lhuile en Mediterranem, Bulletin de Correspondance Hellnique, Supp. 26, 511-537; Callot, O. 1984: Huileries antiques e Syrie du Nord, Paris; Carrillo, J. R. 1995: Testimonios sobre la produccin de aceite en poca romana en la Subbtica cordobesa, Antiquitas 6, 53-92; Pea Cervantes, Y. 2002: La produccin de vino y aceite en la Hispania romana: Problemtica arqueolgica de los torcularia de la provincia Tarraconense, T.E.A. Indito, Dpto. Prehistoria y Arqueologa UAM). Los procesos de elaboracin de vino y aceite coinciden en el prensado utilizando unos mecanismos similares, tan slo la presencia de elementos de molienda o decantacin permiten determinar con certeza el producto elaborado. En este caso, la conversin del peristilo octogonal en una cella vinaria, con la colocacin de una serie de grandes dolia, nos permite apuntar una produccin vincola. Agradezco a Yolanda Pea

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Hispania el fenmeno de la reutilizacin productiva de los espacios balnearios de las villae tardoantiguas se convierte en significativamente anecdtico. Es ste un proceso que afect a las villae y balnea de estas zonas peninsulares -interior y Meseta- slo a partir de mediados del siglo V d.C., siendo las transformaciones atestiguadas de carcter cultual, funerario y habitacional. Los cambios de estas estancias hacia funciones productivas son muy escasos. En el mbito lusitano, por ejemplo, apenas tenemos constancia de la transformacin de dos balnea rurales hacia ambientes de funcin productiva -Torre guila y Freiria36-. Pero esta ausencia de datos, aplicable tambin a las grandes villae de la meseta castellana, puede responder a otro tipo de realidad en estas grandes villae tardorromanas?. Es ms que probable que en alguno de los balnea ya conocidos, su ltima funcin estuviera en relacin con algn tipo de actividad no termal que no pudo ser reconocida durante el proceso de exhumacin37. Pero
Sevilla, I-IV, Sevilla, 186-190; Larrey, E. y Morales, I. 1987: Excavaciones en el Cortijo Aparicio el Grande, AAA86. III, 408-412. 36 Hemos tenido ocasin de analizar 64 complejos termales domsticos asociados a villae lusitanas, siendo un hecho caracterstico el mantenimiento de los usos termales de muchos de estos edificios durante el siglo IV d.C. -en muchos casos fueron erigidos en esta centuria- e incluso a lo largo del V d.C. Creemos que esta falta de datos respecto a posibles reutilizaciones de los edificios termales domsticos de mbito rural lusitano hacia espacios de funcin productiva puede estar, en parte, en relacin con la antigedad de las excavaciones de estos complejos y la parquedad que preside buena parte de las noticias de su hallazgo (Garca-Entero, 2003). La escasez de datos tambin es mencionada igualmente por P. Reis, quien llama la atencin sobre el hecho de que tan slo el 18% de las termas y balnea por ella analizados -tanto pblicos como privados y de mbito urbano y rural- estaban en funcionamiento en el siglo V, suponiendo la autora que el resto haban sido abandonados, si bien buena parte de ellos cumplieron una ltima funcin como baptisteria (Reis, 2004, 45). 37 Evidencia de esta parquedad de datos es el hecho que al observar posibles reutilizaciones productivas sobre otros espacios residenciales de las villae, mbito en el que tambin la zona del NE peninsular aporta abundantes ejemplos (vid los trabajos de A. Chavarra citados en la bibliografa), en Lusitania apenas podemos mencionar el atestiguado en la villa de Monte do Meio (So Brissos, Beja). Excavada a finales del siglo XIX, se document la presencia de un rea de prensado asentada sobre dos estancias residenciales de la villa de las que una tena pavimento de mosaico. La reutilizacin de estas salas con funcin productiva, de la que se conoce entre otros elementos un contrapeso y una cubeta, debi

al observar las caractersticas de alguna de las grandes villae lusitanas y meseteas ocupadas durante la Antigedad Tarda (Torre de Palma, Milreu, Pises, So Cucufate, La Olmeda, Quintanilla, Dueas, Almenara, etc.) -en todos los casos dotadas de importantes complejos balneariosllama la atencin el hecho de que es precisamente el siglo IV el momento de su mayor esplendor vinculado, en los casos lusitanos, con la presencia de grandes unidades de produccin de vino y/o aceite ubicadas en sectores muy concretos de las villae. En todos estos casos podemos afirmar que la existencia de importantes sectores de produccin, relacionados tanto con el vino y el aceite como con el cereal, propiciaron gran prosperidad a sus propietarios que continuaron con el modo de vida de la aristocracia a la que pertenecan y en el que los balnea, como nuevo espacio de recepcin y lugar en el que desarrollar una actividad cotidiana, siguieron jugando un papel esencial en la vida de estas elites. Esta evidencia nos permite apuntar una de las posibles causas que provocaron la inutilizacin, durante el siglo IV, de parte de las termas de las villae del NE, costa levantina y Baetica. Aqu, la vinculacin de la aristocracia con el mundo urbano fue, sin duda, ms estrecha que en el interior peninsular y en Lusitania dado el distinto grado de urbanizacin que presentan estas zonas. La conversin de los balnea de algunas villae en ambientes productivos coincidi en el tiempo con fases de monumentalizacin y riqueza de otras villae del entorno (Centcelles, Darr, La Rectora, Els Hospitals, etc.38 ) y con la construccin de importantes domus intra o suburbanas como evidencian la domus del Bisbe Caador de Barcino o las villae periurbanas erigidas, durante el siglo IV, en el rea del Francol y la zona baja de Tarraco (PERI 2 c/ Felip Vedrell y c/ Pere Martell; Parc Central, etc.), en todos los casos dotadas de complejos termales que se mantuvieron en uso durante el siglo V d.C.39. Como ha apuntado recientemente A. Chavarra, las transformaciones hacia funciones productivas de espacios residenciales debe, en gran
realizarse en un momento posterior a fines del siglo IV d.C., data que se viene otorgando a dicho pavimento musivo (Viana, A. 1954: Notas histricas, arqueolgicas e etnogrficas do Baixo Alentejo, Arquivo de Beja 11, 13-17; Idem, 1959: Notas histricas, ...., Arquivo de Beja, 16, 36-43). Sobre las evidencias de la produccin de vino y aceite en las villae tardorromanas, vase el artculo de Yolanda Pea Cervantes en este mismo volumen La produccin de vino y aceite en Hispania durante la Antigedad Tarda siglos IV a VII). 38 Chavarra, 2001. 39 Sobre los balnea domsticos urbanos, vase GarcaEntero, 2003.

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medida, ponerse en relacin con el proceso de concentracin de la propiedad agraria: Following the studies of Vera (1992; 1992-93;1995), based on an exhaustive documentary analysis, there is now a consensus that from the second century AD onwards there existed a tendency towards a concentration of rural property ownership, at least in the Mediterranean area. This process had important consequences for the way that properties were workes and probably also for the ways in which owners used the buildings located in their properties. I would propose that the productive and industrial reuse of many smaller villas and the contemporaneous monumentalisation of buildings at other sites was directly linked to this process of agglomeration of rural ownership. The absorption of such lesser properties into the hands of some landowners prompted that abandonment of the residential buildings of these bought out sites and allowed their reuse for new economic activities. (Chavarra, 2004, 87). Es sta, por tanto, una de las principales causas que motivaron la prdida del carcter residencial, y por tanto la inutilizacin de los balnea, de algunas villae durante el siglo IV y parte del siglo V d.C. y su orientacin hacia una produccin dependiente, ahora, de una propiedad ms amplia. Veamos los casos mencionados de transformacin de balnea en espacios de funcin productiva que hemos atestiguado, hasta ahora, en Lusitania. En la villa de Torre guila (Barbao, Badajoz) es posible, como apuntamos, identificar reformas importantes llevadas a cabo en el balneum erigido durante el siglo IV d.C. (Fig. 7) y que suponen la inutilizacin del edificio para usos balnearios y su conversin en espacio de almacenaje. Nos referimos a la inutilizacin, tras su colmatacin y repavimentacin, de una de las piscinas del frigidarium y a la instalacin en esta estancia de varios dolia que fueron insertados una vez roto el pavimento de la antigua sala balnearia (Fig. 8). Junto a estas reformas, se ha atestiguado el posible apuntalamiento de su techumbre mediante grandes troncos que apoyaban sobre seis bloques de granito40. Estas reformas se inscriben dentro de una serie de actuaciones que tuvieron lugar en distintas parte de la villa y que G. Rodrguez data en un momento indeterminado de fines del siglo VI y primera mitad del VII. Tambin en Lusitania, en el balneum meridional de la villa de Freiria (Sto.
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Domingo de Rana, Cascais) es posible observar una reutilizacin de sus salas hacia actividades de funcin productiva en un momento indeterminado de la Antigedad Tarda. Entre las reformas se encuentra la instalacin de un molino de mano y, posiblemente, un horno cermico41. La misma ausencia de evidencias anotada para Lusitania la encontramos en el interior peninsular donde no hemos tenido ocasin de atestiguar, hasta el momento, la transformacin de ningn balneum rural tardorromano hacia funciones productivas, siendo ste el mbito, junto con Lusitania, que acogi durante el siglo IV las grandes construcciones termales domsticas asociadas a importantes villae (La Olmeda, Quintanilla, Dueas, El Requejo, Almenara de Adaja, Los Casarejos, etc.)42. Transformacin de los balnea en espacios de culto cristiano: Como hemos apuntado al inicio de este trabajo, son las transformaciones cultuales de los espacios domsticos, junto a las ya tratadas reutilizaciones de carcter productivo, los cambios que mayor rastro dejan en el registro arqueolgico obtenido en las excavaciones de las termas en Hispania. Son numerosos los ejemplos de estructuras rurales convertidas en algn momento de la Antigedad Tarda en espacios de culto cristiano43. No obstante, al concentrar nuestra atencin sobre los balnea rurales, dos son los edificios termales domsticos rurales de las villae tardorromanas en Hispania en los que hemos atestiguado una transformacin de sus estructuras en espacios de carcter cultual44. Nos
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A estas reformas alude su excavador, G. Rodrguez Martn, 1988: La villa romana de la dehesa de Torre guila en Barbao-Montijo (Badajoz), Extremadura Arqueolgica I, 201-219. Vase tambin Lpez Quiroga y Rodrguez Martn, 2001-2002, 171-172; Garca-Entero, 2003, 312-318.

Cardoso, G. y Encarnao, J. de, 1999: Economia agrcola da regio de Olisipo. O exemplo do lagar de azeite da villa romana de Freiria, en Gorges, J. G. y Rodrguez Martn, F. G. (eds.): conomie et territoire en Lusitanie romaine, CCV 65, Madrid, 391-401; Carbalho, A. 1999: Evidncias arqueolgicas da produo de vinho nas villae romanas do territrio portugus. Granhas de uva, alfaias vitcolas e lagares de vinho, en Gorges, J-G y Rodrguez Martn, F. G (eds.).: Economie..., 361-390. Vase Garca-Entero, 2003, 392-394. 42 Garca-Entero, 2003. 43 En buena parte recogidos por C. Godoy, 1995: Arqueologa y Liturgia. Iglesias Hispnicas (siglos IV al VIII), Barcelona y E. Cerrillo (1995); son numerossimos los trabajos dedicados al tema. De reciente publicacin Ripoll y Velzquez, 1999; Lpez Quiroga y Rodrguez Martn, 2001-2002; Lpez Quiroga, 2002; Mateos y Caballero, 2003; Brogiolo y Chavarra, 2003; Chavarra, 2004a y 2004c). 44 No incluimos aqu el problemtico caso de la villa de Bell-Lloc dAro (Santa Cristina dAro, Gerona) en el

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referimos a las baslicas erigidas sobre el apodyterium/frigidarium de las grandes termas de la villa de El Saucedo (Talavera la Nueva, Toledo) y sobre parte del balneum de la villa de Monte da Cegonha (Vidigueira, Beja)45. No obstante, hemos de hacer una puntualizacin; si bien en el primero de los edificios nos hallamos ante una clara reutilizacin del espacio tras una serie de transformaciones estructurales, en Monte da Cegonha se trata de la construccin del templo cristiano sobre las ruinas del edificio termal que sirvi, en parte, de cimentacin al nuevo complejo cultual erigido a inicios del siglo IV d.C.46 Es por ello que, en este caso, debemos hablar,
que Ll. Esteva ha identificado la posible construccin de un edificio martirial datable en los siglos VI-VII d.C. sobre los restos de una estancia circular calefactada vinculada, quizs, con el balneum de la villa. Vid. Garca-Entero, 2001, 121 con la bibliografa correspondiente. Cabe sealar, al respecto, la posibilidad de que en la villa de Veranes (Cenero, Gijn) se produjera la conversin de una de las salas de su balneum en parte del edificio de culto surgido sobre un antiguo espacio de representacin de la villa tardorromana. Nos referimos al hecho de que la posible sudatio octogonal se transformara, con fines todava no bien definidos, en espacio litrgico al abrirse un vano entre el antiguo oecus/triclinium, ahora baslica, y esta sala termal. Ya en su momento M. Valds Gutirrez expuso la posibilidad de que este ambiente octogonal fuera el baptisterio de la iglesia; sugerencia posteriormente recogida por J. Manzanares, circunstancia plausible desde el punto de vista arquitectnico y litrgico pero que no est exenta de interrogantes y dudas que difcilmente tendrn resolucin dado el estado de arrasamiento en el que se hallaba este sector de la villa en el momento en el que se retomaron las excavaciones por parte de C. Fernndez Ochoa y F. Gil Sendino. Vase al respecto, Valds Gutirrez, M. 1922: Iglesia y monasterio de Santa Mara de Veranes. Siglo VI. Abada de Cenero-Gijn, La Felguera; Manzanares, J. 1968: El Torrexon de San Pedro en Veranes, Baslica paleocristiana con baptisterio (s. VII) entre Oviedo y Gijn, Oviedo; Fernndez Ochoa, C., Gil Sendino, F. y Orejas Saco del Valle, A. 2004: La villa romana de Veranes. Un complejo rural tardorromano y propuesta de estudio del territorio, AEspA 77, 197-219. Se trata de una villa con evidencias materiales de ocupacin desde poca augustea y estructurales ya desde poca julio-claudia, momento al que se asocia un primer complejo balneario. ste result amortizado por las importantes reformas acaecidas en el yacimiento en poca flavio-trajanea que supusieron la monumentalizacin de la villa y la creacin de una nueva instalacin balnearia. Son stas las termas que resultaron arrasadas y amortizado su espacio por la construccin, a inicios del siglo IV d.C., de un pequeo oratorio privado convertido en baslica en un

siguiendo las consideraciones de Y. Pea, ms de amortizacin del espacio que de reutilizacin en sentido estricto (Pea, 2000). La villa de El Saucedo (Talavera la Nueva, Toledo) es un importante establecimiento rural que fue objeto de un gran proyecto de monumentalizacin a fines del siglo III o inicios del IV d.C. A este momento corresponde la planta hoy conocida de la villa y las monumentales termas que ocuparon todo el sector occidental del complejo47 (Fig. 9). A finales del siglo V o inicios del VI d.C. la villa sufri un cambio radical de orientacin al instalarse sobre el amplio apodyterium/frigidarium de sus antiguas termas una baslica cristiana con baptisterio. Para ello se hicieron necesarias una serie de transformaciones de los espacios balnearios (Fig. 10), como la construccin de una cabecera cuadrangular al sureste -rompiendo para ello el muro de cierre del apodyterium/frigidarium-, la instalacin del baptisterio sobre parte de la antigua sudatio y la ereccin de un pequeo muro que compartiment la sala y centr la cabecera en el espacio de la nueva baslica. Este muro fue levantado directamente sobre el mosaico ya deteriorado de la sala termal. La construccin del baptisterio y la necesidad de crear un desage ocasion la apertura de una zanja en el mosaico que recorre la totalidad del antiguo apodyterium/frigidarium, zanja que fue posteriormente cubierta con un tosco parche de mosaico48. La ocupacin del asentamiento se mantuvo, como evidencian hallazgos de la zona rstica, hasta fines del siglo VII o inicios del VIII. Resulta evidente que la conversin al cristianismo de los propietarios rurales tardorromanos no entraba en conflicto con el mantenimiento de las instalaciones balnearias que siguieron siendo, durante el siglo IV y V d.C., espacios habituales de reunin y disfrute49. La
momento no bien determinado de esta misma centuria. Parte de los muros del antiguo balneum sirvieron de cimentacin para el edificio cultual. Lopes y Alfenim, 1994; Alfenim y Lopes, 1995. Bendala, Castelo y Arribas, 1998. Sobre el complejo termal vase Garca-Entero, 2003, 327-336. Existen otra serie de reformas realizadas en el balneum para la reconversin del espacio termal en espacio de culto, as como una serie de intervenciones identificadas por sus excavadores y vinculadas con el propio funcionamiento de la baslica. Vase al respecto Castelo, Lpez, Torrecilla y Panizo, 2000. No debemos olvidar que gran parte de la aristocracia tardorromana era, como buena parte de la sociedad, cristiana. La actividad edilicia de las elites de la iglesia en relacin con la construccin de termas asociadas a complejos eclesisticos no permite dudar de la convivencia del hbito del bao y del culto

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reconversin funcional del balneum de El Saucedo a baslica no estuvo en relacin con un conflicto religioso sino, creemos, con una nueva articulacin del territorio y con la instalacin de un centro de culto sobre las ruinas de una villa desocupada como tal desde haca tiempo. En este caso, la solidez del edificio termal y la amplitud de su apodyterium/frigidarium debieron condicionar la eleccin de este espacio para la construccin de la iglesia. La reutilizacin de los balnea en espacios habitacionales. Como hemos apuntado, ms difcil de evidenciar es la transformacin de algunos espacios de las villae tardoantiguas en zona habitacional de uso
cristiano. Tenemos referencias, tanto escritas como materiales, de la presencia de complejos termales privados asociados a las elites eclesisticas y que deben ponerse en relacin con la perduracin y vigencia de las costumbres aristocrticas entre dicha jerarqua. As, conocemos las termas privadas de la residencia papal de San Juan de Letrn frecuentadas por Constancio II en el ao 664 (Lib. Pont. I, 343), as como constantes alusiones a los baos erigidos durante los siglos V y VI junto a los complejos episcopales y destinados no slo al obispo sino a toda la comunidad eclesistica (Agnellus, RR.II,SS, 183 y 217; Gesta Ep. Neap. 406). Esta actividad de patronazgo vinculada a la reconstruccin de antiguas termas y a la edificacin de nuevos complejos se mantuvo con una considerable vitalidad durante los siglos VII a IX, siendo tambin beneficiaria la comunidad cristiana -peregrinos, enfermos y pobres- a la que estuvieron destinados algunos de estos baos erigidos junto a los edificios de culto (Lib. Pont. II, 27-28). Entre los complejos arqueolgicamente mejor documentados se encuentran las termas eclesisticas levantadas, quizs a finales del V o inicios del VI d.C., al noroeste de la baslica de Vitalis de Sufetula (Sbetla, Tnez), amplio edificio de c. 500 m2 en cuya superficie se localizan hasta siete dependencias balnearias al margen de los espacios para el bao y las salas de servicio (Thbert, 2003, 157-159 y pl. LII y LIII; Duval, N. 1971: Les basiliques de Sbeitila deux sanctuaires opposs, Paris; Id.: Les glises africaines deux absides, I, BFAR 218, 304-309), y las termas vinculadas con las baslicas de San Demetrio y del arzobispo Pedro de la ciudad de Thebes (Tesalia, Grecia) en los tres casos vinculadas con el clero (Karagiorgou, O., 2001: Demetrias and Thebes: the fortunes and misfortunes of two Thessalian port cities in late antiquity, JRA Supp. Series 42, 182-215; Praktika, 1935, 65-69 y 1960, 61-62). Vid tambin Duval, 1971; Ward-Perkins, 1984; Stassola, 2002.

domstico50. A esta nueva funcin se puede asociar la presencia de compartimentaciones de los espacios precedentes realizadas con muros de baja calidad edilicia, la instalacin de hogares o la existencia de huellas de poste que evidencian la presencia de construcciones de madera. Conocemos un nmero significativo de villae tardorromanas en las que tales cambios han sido atestiguados estando, en ocasiones, vinculados con la reorientacin productiva de otros espacios, si bien, segn A. Chavarra, estas transformaciones parecen ser ms frecuentes en el interior de Hispania (El Val, La Cocosa, Los Quintanares, Cantarroja, Las Tamujas, etc.) y su cronologa debe llevarse despus de mediados del V d.C. (Chavarra, 2004). Entre los balnea rurales analizados por nosotros hemos tenido ocasin de constatar un uso habitacional en las salas termales de las villae de Casn-Pedregal (Jumilla, Murcia) y las ya comentadas de El Empalme de Caravaca (Caravaca de la Cruz, Murcia), Can Farrerons (Premi de Mar, Barcelona), Callpolis (Vilaseca, Tarragona), LHorta Vella (Btera, Valencia) y Freiria (Sto. Domingo de Rana, Cascais)51. Tan slo en el caso de Casn-Pedregal podemos apuntar que la
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A este respecto, no podemos dejar de mencionar las reutilizaciones atestiguadas en el barrio de Morera de Mrida y, en concreto, en la Casa de los Mrmoles. Esta importante domus que fue objeto de monumentalizacin a finales del siglo III o inicios del IV d.C., momento en el que se construy su segundo balneum, result destruida a inicios del siglo V. Tras unas dcadas de abandono en las que la residencia result expoliada, a partir de un momento muy avanzado del siglo V la domus, junto con otras residencias de Morera, acogi a los nuevos residentes de Mrida, convirtindose en solar para siete familias que se repartieron la superficie de la domus. En la zona del balneum se instal uno de estos grupos familiares que construy una cocina en la parte de las fauces y una segunda en el apodyterium/frigidarium. Arruinado totalmente el piso de las salas calefactadas del balneum, las cmaras de calor fueron rellenadas con materiales varios procedentes de las destrucciones acontecidas en la casa durante el siglo V d.C. y reutilizadas como dormitorio. Por su parte, la piscina del frigidarium fue empleada como lugar de almacenaje. Vase al respecto Alba Calzado, M. 1998: Consideraciones arqueolgicas en torno al siglo V en Mrida: repercusiones en las viviendas y en la muralla, Mrida. Excavaciones Arqueolgicas 1996, Memoria 2, 361-385; Id. 1999: Sobre el mbito domstico de poca visigoda en Mrida, Mrida. Excavaciones Arqueolgicas 1997, Memorias 3, 387418. 51 Aqu se ha atestiguado, sobre el potente nivel de cenizas procedentes del horno cermico acumulado sobre las ruinas de las salas calientes una ocupacin domstica que G. Cardoso data en el siglo VII d.C.

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inutilizacin de parte o la totalidad del balneum supuso la reconversin del espacio en un ambiente de representacin de la nueva villa caracterizada, segn sus excavadores, por su monumentalidad52. En Can Farrerons y lHorta Vella parecen convivir en el espacio del antiguo balneum las labores productivas lagar- con el uso habitacional. La amortizacin del espacio de los balnea en lugar de enterramiento. La amortizacin durante distintos momentos de la Antigedad Tarda de diferentes espacios de las villae como lugar de enterramiento es un hecho harto frecuente que no siempre va acompaado del abandono habitacional del lugar. A partir del anlisis de este fenmeno entre las villae hispanas, A. Chavarra ha diferenciado entre la presencia de enterramientos aislados, el uso parcial de la villa como necrpolis y la instalacin sobre todo el complejo residencial de amplias necrpolis. Si bien en los dos primeros casos el uso funerario, datable durante los siglos IV y V d.C., no implic el final de la ocupacin de la villa, la instalacin de grandes necrpolis sobre complejos residenciales ya abandonados es un fenmeno especialmente frecuente en el interior de Hispania durante los siglos VI y VII d.C. (Chavarra, 2001b y 2004a). Si centramos nuestra atencin en la amortizacin de los balnea o parte de las salas termales para usos funerarios, contamos con la referencia de 4 edificios rurales (Monasteruelo, Cortijo de Aparicio el Grande, Balazote y Freira) y 3 suburbanos (Los Vergeles, c/ Francesc Bastos 16 (Tarragona) y Casa de Hippolytus). En Monasteruelo (Velilla de los Oteros, Len) se ha atestiguado la presencia de una necrpolis instalada sobre el nivel de abandono de la zona residencial de la villa y de su balneum datable en un momento posterior al siglo IV d.C.53 El balneum de la villa del Cortijo de Aparicio el Grande (Gilena, Sevilla) result amortizado a finales del siglo IV d.C., instalndose sobre l varias sepulturas54. En la villa de Balazote (Albacete), en las proximidades del balneum, se atestigu la presencia de varias inhumaciones datadas en los siglos VI-VII
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d.C. momento en el que las termas estaban abandonadas desde haca ms de un siglo55. En Freira (Cascais), G. Cardoso anota la presencia de una inhumacin del siglo VII d.C. sobre un potente nivel de cenizas acumulado sobre las ruinas de las salas calientes del balneum56. En el mbito suburbano atestiguamos la presencia de inhumaciones sobre niveles de abandono de los balnea a partir de inicios del IV d.C. como ocurre en el edificio de PERI-2, Parcela 12 c/ Francesc Bastos 16 de Tarragona57. A partir del V d.C. se fecha la necrpolis instalada sobre la villa y el balneum de Los Vergeles, de la c/ Primavera 22 de Granada58 y, ya a fines del V o inicios del VI d.C., las sepulturas localizadas en el sector norte y occidental del balneum de la Casa de Hippolytus de Complutum (Alcal de Henares, Madrid)59. A la vista de los edificios analizados es posible concluir que el siglo IV d.C. constituy una centuria de cambios y continuidades para la arquitectura balnearia domstica, del mismo modo que lo fue para el conjunto de las villae hispanorromanas. Asistimos durante esta centuria a la construccin o transformacin de los ms importantes balnea domsticos de mbito rural de los que conocemos un nmero significativo de edificios localizados principalmente en la Meseta Norte y Lusitania y que se caracterizan por su amplitud, complejidad planimtrica y riqueza ornamental. Los balnea de las villae de La Olmeda, Dueas, Quintanilla, El
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Requejo, Almenara, Los Casarejos, El Saucedo, La Cocosa, Milreu, Torre guila, Torre Cardeira, Sta. Vitria do Ameixal, proyecto alico de So Cucufate, Centcelles o el complejo suburbano de Cercadilla son buena muestra de ello. Junto con estos edificios ahora erigidos o transformados, siguieron en funcionamiento otros balnea construidos con anterioridad y que se fueron acomodando a las nuevas necesidades. El hbito del bao, por tanto, se mantuvo en vigor, e incluso se reforz su papel de representatividad, entre la elite rural tardorromana que, en la mayora de los casos citados, sigui manteniendo sus instalaciones balnearias incluso durante buena parte del siglo V d.C. Resulta evidente que la condicin cristiana de estos propietarios rurales tardorromanos no entraba en conflicto con el mantenimiento de las instalaciones balnearias que siguieron siendo, durante el siglo IV y V d.C., espacios habituales de reunin y disfrute para la elite. No obstante, es tambin el siglo IV d.C. el momento en que se hace evidente el final del uso de numerosos complejos termales domsticos y su reutilizacin hacia espacios de diversa funcin; amortizaciones y reutilizaciones que afectarn al conjunto de la zona residencial de las villae y que ya habamos observado, en menor medida, desde finales del siglo II y durante la primera mitad del III. Estas transformaciones que, como hemos tenido ocasin de analizar, determinaron la vinculacin de los antiguos baos hacia actividades eminentemente productivas pero tambin domsticas y, en menor medida, cultuales-, afectaron a las villae hispanas en dos fases. Durante la primera fase, datable desde fines del siglo III a las primera dcadas del V d.C. observamos una generalizacin hacia la conversin de salas residenciales, y en concreto de los balnea, en espacios de funcin productiva. Estos cambios afectaron a villae localizadas en el NE, levante y zona costera de la Baetica y coinciden en el tiempo con la monumentalizacin de otros asentamientos cercanos, confluencia temporal que ha de ponerse en relacin con un proceso de concentracin de la propiedad agraria que supuso la prdida del carcter residencial de algunas villae (termas, mosaicos, salas de recepcin, etc.) y su insercin en propiedades ms amplias de las que pasaron a depender. En Baetica, Lusitania y el centro peninsular este hecho es, a tenor de los datos hoy disponibles, apenas anecdtico, circunstancia que contrasta con la construccin a lo largo del siglo IV d.C. -en Lusitania y la Meseta norte- de los monumentales balnea antes apuntados y que formaron parte de grandes latifundios vinculados con el cultivo del cereal y la produccin de vino y aceite. Nos hallamos, por tanto, ante realidades distintas atestiguadas en zonas concretas de Hispania.

La segunda fase de transformaciones se desarroll a partir de mediados del siglo V d.C. y su carcter dej de ser productivo para orientarse los antiguos espacios termales hacia usos habitacionales, cultuales y funerarios. Durante esta fase se produce la inutilizacin de los grandes balnea erigidos durante el siglo IV d.C. en Lusitania y la Meseta y la prdida del carcter monumental de las grandes villae tardorromanas. Estos cambios atestiguados en los balnea forman parte del complejo proceso de desintegracin de las formas de vida netamente romanas y, en definitiva, de la disolucin del mundo romano.

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Fig.1: Algunos ejemplos del proceso de monumentalizacin que protagonizan los espacios fros de los balnea durante el siglo IV d.C.

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Fig. 2: Vivienda 1 y balneum de Baos de la Reina (Alicante) (a partir de Abascal, Cebrin y Sala 2000).

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Fig. 3: Transformaciones acontecidas en el balneum de Baos de la Reina (a partir de la Cebrin y Sala, 2000 y Roig y Bolufer, 1990).

descripcin de Abascal,

Fig. 4: Villa de Can Sans (Sant Andreu de Llavaneres, Barcelona) con localizacin del balneum y transformaciones acaecidas en ste.

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Fig. 5: Villa de Can Farrerons (Premi de Mar, Barcelona) con localizacin balneum.

Fig. 6: Transformaciones efectuadas en el balneum de Can Farrerons para su conversin en prensa vincola (a partir de planta amabilidad e J. Font).

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Las transformaciones de los balnea rurales domsticos

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Fig. 7: Villa de Torre guila (Barbao, Badajoz) durante el siglo IV y localizacin de su balneum (a partir de Rodrguez Martn, y Garca-Entero, 2003)

. Fig.8: Transformaciones llevadas a cabo en el balneum de Torre guila para su conversin en espacio de almacenaje.

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Virginia Garca-Entero

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Fig. 9: Villa de El Saucedo (Talavera la Nueva, Toledo) con localizacin del balneum.

Fig. 10: Transformaciones llevadas a cabo en el balneum de El Saucedo para su conversin en baslica (a partir de Bendala, Castelo y Arribas, 1998 fig. 3; Ramos, 1992 lm. 1a y planta general de la villa amabilidad del equipo de excavaciones de El Saucedo).

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