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El Teatro Anterior A 1939

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El teatro anterior a 1939: tendencias, autores y obras principales

2 de Bachillerat o

EL TEATRO ANTERIOR A 1939 El teatro es un gnero literario especial, puesto que necesita ser representado por unos actores y ante un pblico para estar completo. Esto explica que nos encontremos con dos fuertes condicionamientos comerciales de las obras: por un lado, la necesidad de locales apropiados para la representacin (en este periodo van a ser de propiedad privada y, por tanto, estn orientados hacia el negocio). Por otro, el pblico que asiste a las representaciones es mayoritariamente burgus y acomodado. Esas dos condiciones implican dos consecuencias evidentes: En el plano ideolgico: la escasa crtica social y nulo compromiso poltico de las obras que slo buscan el xito comercial. En el plano esttico: la casi inexistente innovacin tcnica del teatro orientado hacia un pblico que entiende este gnero como simple divertimento. As, antes del 39 hay dos tendencias: Tradicional: es el que gusta. Puede ser: Comedia burguesa Benavente. Teatro en verso Villaespesa, Marquina y los Machado. Teatro cmico, costumbrista lvarez Quintero y Arniches.

Teatro innovador: pretende ofrecer un nuevo tipo de obras, bien por su carga crtica, bien por sus innovaciones tcnicas o bien por ambas. Sin embargo, normalmente es un fracaso comercial. Generacin del 98 y coetneos Valle Incln. Vanguardias y generacin del 27 Lorca. Aos 30 Jardiel Poncela.

I.- TEATRO TRADICIONAL 1.1.- Comedia burguesa Se denomina tambin alta comedia. Es un gnero caracterizado por presentar temas de actualidad con una leve crtica y poca irona, expresada de forma elegante y distinguida. Dentro de este gnero triunfa Jacinto Benavente. Inventa la comedia de saln, un teatro que ha evolucionado formal e ideolgicamente, pero sigue siendo respetuoso con los principios que defiende el sector tradicionalista. Asume el papel de cronista amable de la sociedad burguesa, a la que conoce perfectamente. Entre las caractersticas de sus obras cabe sealar la falta casi absoluta de accin dramtica, protagonizada por unos personajes que se fundamentan en la conversacin (se pasan

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el da hablando), con unos dilogos fluidos y naturales. La exactitud de ambientes se combina con cierta mordacidad irnica. Sin embargo, cae en esquematismos psicolgicos y en la falta de tensin dramtica. Benavente al principio es bien acogido por el pblico ms joven, al renovar el tema y el estilo (El nido ajeno). Pero ante el dilema de mantener su carga crtica y ser rechazado por el pblico, o aceptar sus gustos, apuesta por lo segundo. As, su teatro pierde el tono satrico y se limita a retratar a las clases altas con sus hipocresas y convencionalismos, pero la crtica prcticamente brilla por su ausencia. Su obra ms importante es Los intereses creados, una visin cnica de los ideales burgueses. Logra mucho xito y obtiene el Nobel. Posteriormente, la lnea teatral que parte de Benavente se prolongar en los aos de la posguerra por medio de dramaturgos ms jvenes como Luca de Tena o Calvo Sotelo. 1.2.- Teatro en verso Sigue los resabios posromnticos con rasgos modernistas. Es muy tradicionalista, exalta ideales nobiliarios y hechos del pasado. Lo cultivan Francisco Villaespesa, con obras muy desafortunadas tanto en la estructura como en la excesiva retrica, y Eduardo Marquina, con dramas histricos como Las hijas del Cid. Antonio y Manuel Machado escriben un teatro ms desenfadado. Podemos destacar La Lola se va a los puertos. 1.3.- Teatro cmico Trata temas intrascendentes, es breve, sencillo y costumbrista. Recrea ambientes pintorescos, con tipos populares que emplean un lenguaje casticista. Destaca Carlos Arniches, con sus sainetes madrileos. A partir de 1916 hace tragedia grotesca, con una observacin ms profunda de las costumbres y actitud crtica ante las injusticias. La seorita de Trevlez. Los hermanos lvarez Quintero sitan sus obras en la Andaluca tpica y superficial, sin entrar en los problemas reales de la regin. Slo hay problemas amorosos. As sucede en El genio alegre. Otro estilo es el de Muoz Seca, creador del astracn (comicidad basada en situaciones disparatadas y dilogos absurdos). En estas piezas todo est en funcin del chiste fcil y de la comicidad. Lleva el equvoco en la trama hasta el absurdo y el disparate. Un ejemplo es La venganza de Don Mendo. 1.4.- Teatro lrico

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El sainete, el juguete cmico y otros subgneros son preparados con partes cantables, se los ambienta regionalmente y aade msica. Con el declive de este gnero la zarzuela cobra prestigio y popularidad y su repertorio se renuevan durante pocas. II.- TEATRO RENOVADOR 2.1.- Generacin del 98 Dentro del teatro del 98, destacan Unamuno y Azorn. Las obras del primero son un intento serio, pero fracasado, de renovar el gnero dramtico, aunque sin considerar las exigencias escnicas. As lo hace en Fedra y en El Otro. Azorn intenta tambin renovarlo, haciendo un teatro antirrealista, abierto al mundo subjetivo, muy en la lnea del surrealismo europeo. Destaca Lo invisible, una triloga del sentimiento de angustia ante la muerte. Valle-Incln El escritor gallego comienza a publicar escritos a finales del siglo XIX. De hecho, muchos crticos lo adscriben a la Generacin del 98. Lleva una vida bohemia y, de tertulia en tertulia, va conociendo a los intelectuales de la poca. Su trayectoria literaria representa el paso del Modernismo finisecular al vanguardismo, lo que en su caso particular viene a ser el paso del decadentismo al expresionismo. Para entender la dramaturgia de Valle-Incln hay que partir del hecho de que es un autor totalmente al margen de cualquier planteamiento y pretensin comercial en la creacin y difusin de suc obras. stas son rotundamente originales y revolucionarias. En ellas se enfrenta crticamente con la sociedad de su pnca (la Restaurasin, el caciquismo, el desastbe del 98). La radicalidad de su teatrO surge de las relaciones conflictivas entre la concepcin de la realidad y de la literatura, por un Lado, y el teatro de su tiempo, por otro, ya que, ajte la imposibilidad de acceder a las salas comerciales, cus piezas se lib%ran de las convenciones y de la necesidad de ser representadas. El dramaturgo gallego concibe el teatro como un espectculo total2 una creacin de arte plstico. Hay en l una invariable voluntad de renovacin tcnica, formal y temtica. Incorpora a la accin dramtica elementos visuales, auditivos, la pintura, la arquitectura y la msica. Su teatro supone una nueva utilizacin del espacio escnico q5e se adelanda al nuevn teatro europeo. Podemos diferenciar va2ias etapas en sus obraq, teniendo en cuenta que la evolucin de su teatro no es rectilnea, sino que abre caminos en varias direcciones. Primeras obras: aunque durante su primera se dedica a la narrativa, da tambin sus primeros pasos como dramaturgo. Lgicamente, la orientacin de su primer teatro es la del modernismo decadente. As escribe Cenizas, que ser reescrita ms tarde con el

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ttulo El yermo de las almas. Compone tambin El Marqus de Bradomn, versin teatral de las Sonatas. Ciclo Crtico: entre 1907 y 1923 aparece su triloga Comedias brbaras, compuesta por guila de blasn, Romance de lobos y Cara de plata. Las dos primeras estn centradas en el personaje de don Juan Manuel de Montenegro, un seor feudal brbaro y lujurioso que reina sobre un medio social rural en el que abundan seres marginales y extraos, y que hace frente a sus seis hijos descarriados (los lobos). En ellas Valle-Incln ensaya un nuevo camino tambin propio del Modernismo: el primitivismo. Teatralmente, estas comedias, en las que se ha visto la huella de Shakespeare, suponen un avance sobre sus primeras tentativas dramticas. Las acotaciones adquieren uoa importancia tal que se ha hablado de hbrido entre novela y drama. Adems, el espacio esclico rebasa el marco convencional del teatro a la italiana. Ciclo de la farsa y teatro modernista: durante la segunda dcada del siglo, ValleIn#ln escribe #asi exclusifamente teatro, en su mayor parte en verso. Sin embargo, no tiene nada que ver con el teatro potico modernista del momento, sino de experimendos dramticos con los que crea un mundo artificioso y alejado de la realidad. Pasamos con la farsa a un mundo distinto, donde lo grotesco se presenta unido a lo potico, estilizado hasta lo cursi. As lo hace en Cuento de abril y en La Marquesa Rosalinda. En ellas observamos una evocacin de escenarios exticos y lejanos. Destacan tambin el Retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte y la Farsa y licencia de la Reina castiza . Estas obras suponen un intento de crear un teatro modernista, no carente de una visin irnica, pre-esperpntica de Espaa. Sus personajes sufren un tratamiento burlesco e irnico, que llegar a ser esperpntico en su siguiente etapa. Ciclo esperpntico: en Divinas palabras Valle-Incln retoma el mundo misterioso y primitivo de la Galicia ancestral. Pero slo queda ahora un mundo srdido y miserable, dominado por la avaricia y la lujuria, en el que un pueblo harapiento, ignorante y supersticioso es finalmente sometido y subyugado por efecto de unas palabras (las divinas palabras) dichas en un evanglico latn que no entienden. En esta tragicomedia de aldea, abundan personajes tarados y deformes fsica y espiritualmente. Tcnicamente, el dramaturgo escribe un teatro cada vez ms personal y alejado de la convencional escena espaola de su tiempo. Pero indudablemente es Luces de bohemia la obra clave en el giro radical de la literatura valleinclanesca. A ella y a las tres piezas incluidas en Martes de Carnaval, les da el nombre de esperpento. Los cuernos de don Friolera es la primera obra de esta

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ltima triloga. En ella parodia el tpico del honor calderoniano, reiterado hasta la saciedad en los melodramas de su tiempo que tanto gustan al pblico. Las galas del difunto y La hija del capitn completan la triloga, cuyos protagonistas son tambin grotescos militares. El objetivo de los esperpentos es poner de manifiesto todo lo que la realidad tiene de distorsin, injusticia y desequilibrio. Basndonos en Luces de bohemia, podemos definir sus rasgos fundamentales: la distorsin de la realidad mediante el ensalzamiento irnico o la degradacin, animalizacin y cosificacin de los seres humanos, lo grotesco como forma de expresin, la presencia de la muerte como personaje principal, la literaturizacin y la deformacin y la estilizacin del lenguaje, bajo el que subyace el significado de la crtica satrica. En cuanto a los recursos, Valle-Incln emplea la tcnica de los contrastes violentos, mezclando los gneros. Adems, presenta lo extraordinario como normal y verosmil y recurre a tcnicas cinematogrficas, que hacen difcil llevar a escena sus propuestas. Como en el caso de Shakespeare, para Valle-Incln el teatro es un espejo de la realidad. Lo novedoso de su concepcin estriba en que compara su obra dramtica con un espejo cncavo y deformante que devuelve una imagen distorsionada de la realidad. Esto influir negativamente en la recepcin de sus piezas a principios de siglo, puesto que ni el pblico ni la crtica en general las reciben con agrado. Ha sido el paso del tiempo el que lo ha colocado como uno de los autores teatrales ms grandes. 2.2.- Novecentismo Durante el Novecentismo, contamos con el teatro innovador de Jacinto Grau, cuya pieza ms famosa es El seor de Pigmalin, de trama simblica, en la que se plantea la identidad de las criaturas y su relacin con el creador, de modo que es patente la influencia de Pirandello y Unamuno. De esta etapa es tambin el teatro anticonvencional de Ramn Gmez de la Serna, con obras como Los medios seres. 2.3.- Generacin del 27 Se caracteriza por la depuracin del teatro potico (menos grandilocuencia), la incorporacin de las vanguardias y el intento, slo conseguido por Lorca, de acercar el teatro al pueblo. Pedro Salinas y Miguel Hernndez ( El labrador de ms aire) hacen un teatro difcil de comprender. Alberti tambin lo intenta, con obras como Fermn y Galn (poltico). Por edad mencionamos aqu a Alejandro Casona, quien aunque est exiliado no hace teatro comprometido. Triunfa en los 60. Su obra ms reconocida es La dama del alba. Garca Lorca

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El otro gran renovador del teatro es Federico Garca Lorca. El granadino vive a caballo entre Madrid y Granada hasta que a finales de los aos veinte, en plena crisis personal, viaja a Estados Unidos. Este lugar le marca tanto por el gigantismo de sus ciudades como por el egosmo extremo y las grandes desigualdades sociales que percibe. Durante la Segunda Repblica participa en la nueva poltica cultural dirigiendo el grupo teatral La Barraca. A mediados de julio del 36 ser asesinado por los fascistas. No hay duda de que Garca Lorca es el mximo representante del teatro de la Generacin del 27. Por debajo de su personalidad arrolladora late ese hondo malestar y dolor de vivir que aparecer en toda su obra, en la que poesa y realidad se dan la mano y en la que con el tiempo se har patente tambin una intencin didctica. En su teatro de esta manera se entrelazan el yo y el nosotros, lo personal y lo social. En cuanto al estilo, destaca el uso tanto de verso como de prosa, con unos dilogos llenos de viveza e intensidad. Su l%nguaje mezcla lo popular y lo poitico. Abunda el simbolismo de lo metadsico y logra grandes hallazgos verbales. La temtica profunda de sus obras asombra por su unidad. En todas ellas aparecen la frUstracin y el deseo imposible, fbuto del choqua entre el ensueo ideal y la realidad desgarradora. Revitaliza los grandes mitos trgicos, plenos de amargura existencial. Vierte en esce.a personajes con destinos trgicos, con una clara intencin de dar voz a los marginados, normalmente mujeres. stas ven sus pasiones condenadas a la soledad y a la muerte. Algunas tienen deseos de maternidad, que se vern frustrados por la esterilidad. Los enemigos del hombre sern metafsicos (el paso del tiempo y la muerte) y sociales (los prejuicios de casta, las convenciones y los yugos sociales). Todo se traduce en el enfrentamiento entre la libertad y la autoridad. Lorca se nutre de diversas tradiciones teatrales a la hora de crear sus propias piezas. As, recoge del teatro modernista la estructura base, la preferencia por el mundo rural y la distribucin de las escenas. Como miembro de la Generacin del 27, es buen conocedor del teatro clsico espaol, del que toma elementos que se funden con la trama, como la danza y la msica, concibiendo el teatro como un espectculo total. Incluso resuenan en sus obras ecos de Shakespeare. No duda en incorporar vanguardias y en intentar hacerlas llegar al pblico, de ah que recoja del teatro de tteres el color popular y el encuentro con lo primigenio. De todas estas fuentes surge la variedad de gneros que cultiva: la farsa, el teatrillo de guiol, el drama simbolista, la tragedia, el drama urbano y rural En cuanto a su trayectoria teatral, dividiremos la evolucin del teatro de Lorca en tres momentos que desarrollamos a continuacin:

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Primeros tanteos: son aos de experimentacin, con formas y registros diferentes. Su primera obra es El maleficio de la mariposa , alegora del amor imposible, de corte modernista. A primeros de los aos veinte inicia Los tteres de cachiporra , que recrean, con nostalgia de la infancia perdida, su aficin a los tteres y marionetas. Contina con la Tragicomedia de don Cristbal y la se Rosita , una farsa que no se publicar hasta 1948, y el Retablillo de don Cristbal , otra farsa para guiol. Ambas muestran la conjuncin de teatro popular y potico y constituyen una crtica al teatro burgus de la poca. A estas obras hay que aadir dos farsas trgicas sobre amores desgraciados: La zapatera prodigiosa y Amor de don Perimpln con Belisa en su jardn, en las que se distingue ya la intencin artstica de Lorca. Se perciben en ellas toques vivaces tras los que se esconde el mito de las ilusiones insatisfechas y la lucha entre la realidad y la fantasa.

La experiencia vanguardista: entre finales de los aos veinte y principios de los treinta, Lorca conoce las vanguardias y su teatro se hace eco de ellas. De esta etapa son las obras que l mismo denomina misterios o comedias imposibles, en las que destacan la imaginacin y el lenguaje surrealista. En As que pasen cinco aos, Lorca reflexiona sobre el paso del tiempo. El pblico es una obra en la que los personajes encarnan los conflictos interiores del poeta y dramaturgo, que lanza acusaciones contra la sociedad que no acepta la homosexualidad. Es una crtica contra quienes no reaccionan valientemente ante ello y una proclamacin de la dignidad de cualquier forma de amor.

La etapa de plenitud: Lorca dar un giro e intentar en esta etapa hermanar el rigor esttico con el alcance popular, de modo que sus obras van a tener un ansia de comunicacin mayor que las anteriores. As, alcanza un gran xito y produce piezas de suma calidad en las que crece la importancia del papel de la mujer, nacida de la comprensin simptica por los personajes perseguidos, por los ms dbiles. Son obras cargadas de simbolismo en las que recrea sus temas recurrentes: el conflicto de la libertad frente a la autoridad que impone una moral frrea y la frustracin ertica y sexual. Mariana Pineda trata sobre la herona que muri ajusticiada en Granada por

haber bordado una bandera liberal. Es tambin la historia de un amor trgico, con huellas romnticas. En Doa Rosita la soltera o el lenguaje de las flores , Lorca recrea el asunto de una granadina que espera la vuelta del novio que se fue a Amrica. Es un drama potico que aborda el tema del inexorable paso del tiempo.

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Pero son sin duda sus tres dramas rurales los que reflejan la plenitud del dramaturgo. Bodas de sangre cuenta el rapto de la novia por su amante el da de su boda, y la venganza del novio, que termina con la muerte de los dos hombres. Los ecos de la tragedia clsica estn presentes en los temas tratados (el amor, la violencia, la muerte y la lucha con los instintos reprimidos) y en la misma escena (en el tercer acto aparece un coro de leadores). En Yerma pone en escena a una mujer condenada a la esterilidad, resignada a vivir sin hijos, lo que le hace sentirse vaca e inservible. Es Yerma una mujer que busca en la maternidad el sentido de su vida. El final es clsico, como recuerdan los coros (esta vez formados por vecinas, lavanderas y mscaras). La crtica considera que La casa de Bernarda Alba es la mejor obra de Lorca. En ella da cuenta de Bernarda y el luto al que somete a sus cinco hijas tras la muerte de su segundo marido. Vuelven a la escena la autoridad, la represin frente al ansia de vida y de amor. Las hijas sern la encarnacin de las distintas actitudes frente a la autoridad de la madre. En cuanto al estilo, esta pieza est escrita en una prosa desnuda y directa donde lo potico y las expresiones populares andaluzas conviven en dilogos fluidos, inmediatos pero intensos.

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