En este Tiempo de Pasin, en el que recordamos el sufrimiento, la muerte y

resurreccin de nuestro Seor Jeucristo, ninguna prueba debe hacernos perder la valenta. Ms que nunca debemos regocijarnos por la Cruz, en la que se encuentra nuestra salvacin, nuestra vida y nuestra resurreccin. La Cruz no es una maldicin sino una bendicin y es inseparable del cristianismo. Cada uno de nosotros debe revivir en la tierra la vida de Cristo. Por lo tanto, nuestra tarea no consiste slo en predicar Su Evangelio y practicar Su amor, sino por sobre todo en compartir personalmente Su sacrificio en la Cruz, que contina ofreciendo hasta el fin de los tiempos. Aunque la Cruz es una estupidez y una piedra de tope para la generacin incrdula, cuya voz se eleva tan a menudo y con tanta fuerza hoy en da en la Iglesia, para incontables fieles - los enfermos, los solitarios, los incomprendidos, los ancianos, aquellos que temen por la Iglesia, los oprimidos y los perseguidos - sigue siendo la mayor sabidura. Es gracias a ellos que nuestro Padre Celestial puede continuar viendo a Su Hijo amado en el desierto espiritual de hoy y se abstiene de maldecir para siempre a Su pueblo infiel. No podemos ni debemos quitar la Cruz de un mundo que ansa la redencin; por lo tanto, no nos queda ms que ayudar a Nuestro Seor, que sufre en sus hermanos afligidos, a cargar Su Cruz. Es la tarea secular de Vernica y Simn de Cirene, una tarea que es ms urgente que nunca en todos lados. El Seor, abandonado por todos, es arrastrado al lugar de su ejecucin. Cansado hasta el agotamiento, cae bajo la presin fsica y espiritual. Nuevamente se encuentra suspendido entre el cielo y la tierra: "Tengo sed", dice y "Dios mo, por qu me has abandonado?" Si realmente amamos a este Cristo abandonado, que es nuevamente crucificado, no podemos negar la Cruz en nuestras vidas. Pues nadie puede estar unido a El a menos que comparta Sus sufrimientos. Es por ello que la Iglesia es ms floreciente donde sufre persecucin y es ms profundamente necesitada all donde rechaza la Cruz.

AMAR - MORIR - RESUCITAR Debiramos preguntarnos seriamente qu tenemos que ver cada uno de nosotros, en nuestro diario vivir, con el AMOR del Jueves Santo, la MUERTE del Viernes Santo y la RESURRECCIN del Domingo de Pascua. AMAR, MORIR, RESUCITAR, son como tres movimientos "in crescendo" de la Semana santa. Tres realidades que, sin duda, son las ms importantes en la vida de cada hombre. AMAR es el verbo ms conjugado de la historia. El hombre est sediento de amor. Cuando lo encuentra y cuando lo da, es feliz. Pero amar como Jess con su medida y con su finalidad, no es fcil. Amar como El am supone negarse, olvidarse, vencerse. Amar como am Jess supone considerar de verdad a los hombres, a todos los hombres, como hermanos y estar dispuesto a compartir con ellos la herencia, toda la herencia. No, no es fcil amar as. Y por eso no lo hacemos. No lo hacen los hombres en general y no lo hacemos, evidentemente, los cristianos. Por eso, fcilmente, el Jueves Santo no lo entendemos. MORIR. Qu difcil! Y, sin embargo, la muerte est ah, dispuesta a acudir puntualmente a la cita. No queremos saber nada de ella. Vindonos, tambin nosotros mismos podramos pensar: Qu terrible una muerte sin respuesta! Qu angustiosa una muerte sin retorno! Qu cruel una muerte sin victoria! Contemplando el modo de vida de los hombres, tambin quiz el nuestro, cabra preguntarse: Qu esperan los hombres persiguiendo tan ansiosamente el poder, el dinero, la gloria? Est ah la meta anhelada, el fin ltimo, la aspiracin mxima? Qu piensan los hombres de la muerte? No es fcil aprender a morir; sin embargo, debiramos esforzarnos por dar, a la luz de la muerte y sin necrofilia, hondura y categora a nuestra vida, sabor cristiano y trascendente a nuestro existir. Pensar serenamente el Viernes Santo, a la sombra de la Cruz. RESUCITAR. Es la ltima palabra de la muerte. El triunfo, la gloria, la alegra. Jess, venciendo el tedio, el dolor, la angustia, la incgnita que se alza perturbadora ante la mente humana. Su triunfo es el

nuestro. De verdad lo creemos as los cristianos? Quiz en el fondo de nuestro ser s lo creemos. Nos falta avivar esa fe, hacerla realidad diaria, ponerla de relieve al enfocar la vida, al acercarnos a los hombres, al vivir con ellos. Hay que intentar resucitar cada da en un esfuerzo permanente por dar a nuestra existencia un tono y un estilo en el que se reconozca inmediatamente a Cristo, cuyo final no fue la Cruz, sino la Luz. AMAR, MORIR y RESUCITAR: tres realidades para pensar y para vivir en esta Semana Santa y en toda nuestra vida. DABAR 1978)

HOMILIA PARA EL JUEVES SANTO, 5 de abril de 2007 JUEVES SANTO (Juan 13) La cuaresma siempre comienza en el invierno. El tiempo es helado y la tierra estril. Pero termina en la primavera cuando todo es cambiado. La cuaresma nos lleva del invierno a la primavera, del egosmo a la preocupacin por los dems, de la esclavitud del pecado a la libertad de hijos de Dios. Algunos dicen que no deberamos ayunar durante la cuaresma, ms bien que procuremos a hacer obras de caridad. Pero tenemos que hacer las dos cosas: privarnos de bienes que nos gustan y atender las necesidades de otras personas. La primera prctica es para ensear a Dios nuestro amor y la segunda es para amar a otras personas. Al Jueves Santo recibimos un semejante doble mandato. En la segunda lectura San Pablo nos dice cmo Jess instituy la Eucarista la noche antes de que muriera. Tom el pan y el vino, dio gracias por los dos, y dijo, Esto es mi cuerpoEste cliz es la nueva alianza que se sella con mi sangre. Hagan esto en memoria ma Por esta razn celebramos la misa hoy y todos los das con la excepcin de maana, el Viernes

Santo. El lavatorio de los pies es el segundo mandato de Jess en el Jueves Santo. Curiosamente, el lavatorio de los pies ocurre solamente en el Evangelio segn San Juan donde Jess no ofrece el pan y el vino la noche antes de su muerte. Es que el Evangelio ignora la Eucarista? Seguramente, no. En el Evangelio segn San Juan Jess da el discurso largo sobre la necesidad de pan de vida. Dice: si ustedes no comen el cuerpo del Hijo del hombre y beben su sangre, no tendrn la vida (Jn 6). En el Evangelio segn San Juan en lugar de tomar el pan, Jess toma una toalla y lo ata alrededor su cinturn. En lugar de verter vino en un cliz, Jess echa agua en una jofaina y lava los pies de sus discpulos. Finalmente, les dice algo semejante a Hagan esto en memoria ma cuando les carga, Pues si yoles he lavado los pies, ustedes de ben lavarse los pies los unos a los otros. Por su puesto, Jess no quiere decir que un da del ao el cura ha de lavar los pies de algunos parroquianos. Ni que todos nosotros hemos de lavar los pies de unos y otros todos los das. No, el quiere que sirvamos a uno al otro. Cmo lo hacemos? Ustedes trabajadores no deben permitir el deseo de dinero impedir el mejor desempear de sus responsabilidades. Ustedes dueos deben proveer seguro mdico y las otras necesidades para la dignidad humana. Ustedes jubilados deberan poner su tiempo a la disposicin de organizaciones ayudando a otras personas. Ustedes padres deben tener cuidado en dar el mixto apropiado de disciplina y de apoyo para que sus hijos crezcan en personas conscientes. Al fin del ao pasado un hombre pasando de Florida a Colorado tena problemas con su carro en Tejas. Era noche lluviosa cuando el extranjero encontr a Willie Dancer, un mecnico afro-americano, en una tienda de abarrotes. El mecnico tuvo el carro remolcado a su taller y llev al hombre a un motel. El prximo da arregl el carro que tena un cinturn en pedazos, y el hombre estuvo en camino por el medio da. El costo al extranjero para remolque, piezas, y labor solamente $65. Por qu hizo el Seor Dancer tanto servicio por tan poco precio? l explic: Toda persona debe ser ayudada cuando est en necesidadSolamente es la cosa correcta.

Se dice: Eres lo que comes. Nos recuerda este dicho a contar las caloras y los carbohidratos. Sin embargo, nosotros catlicos llevamos adelante la frase un paso gigante. Cuando comemos la carne de Cristo y bebemos su sangre, tenemos su vida dentro de nosotros. Esta vida nos mueve de la esclavitud de pecado a la libertad de hijos de Dios, del egosmo a la preocupacin por los dems. Nos capacita a cumplir el mandato de Cristo para servir a uno y otro. Su vida nos capacita a servir.

Abuelita, Puedo Lavarte Los Pies? (Homilia para Jueves Santo) Tema Bsico: Lavar los pies a alguien trae alivio fisico - y indica liberacion de un cargo mas profundo. Esta Semana Santa he estado pensando en mis papas. Si todavia vivieran, celebrarian sus cumpleaos noventa. (Nacieron el 14 y 16 de marzo de 1918.) Una de las memorias favoritas de mi mam fue cuando mi sobrina le pidio, "Abuelita, puedo lavarte los pies?" Sorprendida, mi mam dijo, si, y Tonya trajo un tazon de agua caliente y una toalla. Fue lindo ver la expresion en la cara de mi mama. Como si todas sus preocupaciones y angustias se fueran. Mientras Tonya seco sus pies, ella parecia totalmente relajada. En el evangelio de esta noche, Jesus lava los pies a sus amigos. Trajo alivio fisico, pero algo mas. Jesus les dice a sus dicipulos, "El que se ha baado no necesita lavarse mas que los pies." El bao completo refiere a bautismo. Lavarse los pies refiere a una limpieza post-bautismal que trae alivio y liberacion. Para nosotros los catolicos, el Sacramento de Reconciliacion es una limpieza post-bautismal. Pero esa limpieza puede sucederse en otras formas - por ejemplo en la Vigilia Pascual cuando renovamos nuestros votos bautismales. Despues de lavar los pies a sus discipulos, dice que ha dado ejemplo para nosotros. Esta noche quisiera hacer una sugerencia. Ustedes saben que en algunas congregaciones todos los miembros se lavan los pies uno al otro. No creo que eso es correcto, pero quisiera pedirles hacer algo esta noche. Mientras el Padre Ramon y yo, juntos con los diaconos Ted y Abel, lavamos los pies a doce hombres - para representar a los doce apostoles piensa en alguien cuyos pies puedes lavar. Tal vez esta noche puedes decir a tu esposa, "Querida, puedo lavarte los pies?" Y despues de lavar a cada pie, besalo - como haremos con los que representan a los doce. Si lavas los pies a tu seora, experimentaran una

intimidad bella. Y no seria algo lindo si un joven puede lavar los pies a sus papa o abuelito? Es signficiante que Jesus lava los pies a sus discipulos antes de celebrar la Eucaristia con ellos. Los preparo para participar en aquella primera misa. Nos da un ejemplo de como debemos prepararnos para participar en estos misterios. Necesitamos la limpieza bautismal de una buena confesion o al menos un buen acto de contricion, como tenemos en el rito penitencial. Y podemos lavarnos los pies uno al otro - para liberar al otro de sus cargos y angustias. Como Jesus nos dice, "Les he dado un ejemplo, para que lo que yo he hecho con ustedes, tambien ustedes lo hagan."

Los hombres de todos los tiempos y lugares celebran la vida de familia, la hospitalidad y la amistad en torno a una mesa. Cundo el seor de la casa se siente ms Seor? Cuando rene a sus invitados en torno a su mesa. Cundo el seor de la casa se siente ms feliz? Conversando en torno a su mesa. Cundo el seor de la casa se siente ms padre? En torno a su mesa. Cundo los nios se quejan ms, piden ms, dan ms trabajo? En torno a la mesa. Cundo sentimos ms el gozo de la compaa y la amistad? En torno a la mesa. Cuando tenemos algo que celebrar, en qu pensamos primero? En poner la mesa. Los primeros cristianos decan: "No podemos vivir sin celebrar el da, la mesa, del Seor". "Deja todo el da del Seor y corre a tu asamblea porque es tu alabanza de Dios. De otro modo, qu excusa presentarn a Dios los que no se renen para escuchar la palabra de vida y

alimentarse con el divino alimento que perdura para siempre? (Didascalia) Durante la persecucin de Diocleciano, desafiando al emperador, los mrtires de Abilinia confesaban : "Sin miedo celebramos la Cena del Seor porque no podemos faltar, es nuestra ley". "S, yo fui a la asamblea y celebr la Cena del Seor con mis hermanos porque soy cristiano". La Eucarista que celebramos cada domingo desde aquella primera Eucarista que celebr Jess en el cenculo nunca ha dejado de celebrarse. Tal vez sea el nico mandato de Jess que la iglesia ha cumplido fielmente hasta hoy. La Eucarista hace tres cosas. Reunin. Congrega a los seguidores de Jess en torno a una mesa. Rene a gentes de toda raza, lengua y nacin para compartir el nico banquete de Cristo. Los bautizados sabemos que no nos salvamos solos sino como miembros del Cuerpo de Cristo, del pueblo de Dios. Afirmacin. "Ninguna actividad de la iglesia es tan vital y constructora de la comunidad como la celebracin del da del Seor y de la Eucarista". Es el abrazo de Cristo a todos los marginados, a todos los no queridos ni amados del mundo. Todas las etiquetas que discriminan a las personas son superadas en torno a la mesa del Seor Jess. Reto. Nuestra participacin en torno a la mesa del Seor declara que los comensales se comprometen a redimir el mundo por el amor. Caminamos hacia el "ltimo Da del Seor", al domingo sin fin. Anticipamos la fiesta escatolgica de las "Bodas del Cordero". Apocalipsis 19,9. El da de Jueves Santo recordamos las dos tradiciones de la ltima Cena. La tradicin cultual, narracin de la institucin, de Pablo, Lucas, Mateo y Marcos y la tradicin testamento de Juan 13,17. Ambas tradiciones son necesarias. "Haced esto" en el culto, en el sacrificio de alabanza y "Ejemplo os he dado" en el diario sacrifi cio de la vida, en el servicio, en el lavatorio de los pies. El ritual del servicio y la estima de los hermanos ms pobres. Lavar los pies de los huspedes es un trabajo de esclavos. No se puede afirmar de una

manera ms elocuente que lavar los pies de los hermanos corresponde a la naturaleza del compartir eucarstico: alimentar los cuerpos y las almas se hace tanto mejor cuanto se respeta la dignidad y la libertad de aquellos a los que se lava los pies.

VIERNES SANTO Miren al que levantaron en la cruz. Miren a Jess, al hombre que

pas su vida haciendo el bien. Miren al Hijo de Dios, sucio y roto, crucificado por nosotros. Mrenlo, s, pero con los ojos del corazn, con los ojos del amor, con los ojos de su madre. Es Viernes Santo, da de luto para la gran familia cristiana, Da de derramar una lgrima sincera por Jess, Da de congregarse en familia para despedir al hermano y contar juntos sus bondades. Miren y empiecen a subir la escalera que lleva por la cruz a la puerta del cielo. Uno de los grandes recuerdos de mi infancia est para siempre asociado a una escalera, que a mi, nio, me pareca inmensa. La escalera del Viernes Santo. La escalera del Descendimiento de Jess de la cruz. Mi boca y mis ojos se abran grandes mirando unos hombres que suban por la escalera y poco a poco y con gran cuidado bajaban a Jess de su cruz. Era como aquel primer Viernes Santo cuando Nicodemo y Jos de Arimatea bajaron a Jess de su cruz y se lo entregaban a su madre Mara. Hoy, hermanos y hermanas, les invito a todos a hacer memoria y

recordar algo, alguien, que en un Viernes Santo ya lejano se grab

para siempre en su corazn. Yo con mis ojos de nio recuerdo la cruz altsima plantada delante del altar y la escalera inmensa por la que suban y bajaban a mi Jess ensangrentado, al Jess de mi infancia. Este Viernes Santo del 2006 es ms Viernes Santo que nunca para nosotros. Ao de guerra, de destruccin y muerte, los cimientos de la tierra y de la humanidad se han estremecido una vez ms y hemos contemplado la negrura del corazn humano. Junto a la cruz de Jess, una escalera para llegar hasta l, para subir al cielo. Mis palabras, hoy, quieren ser una invitacin a todos los cristianos del Pilar a subir por la escalera que Dios y la iglesia ponen a nuestro servicio a lo largo de nuestro vivir. Dice una hermosa leyenda que Dios bajaba todos los das por una escalera para caminar y conversar con Adn y Eva por el jardn del Edn. Y el da en que desobedecieron y pecaron Dios retir la escalera y nunca ms la us. Comenz la vida errante y peregrina y Adn y Eva se convirtieron en los primeros emigrantes, los primeros buscadores de un sueo terrenal y americano que nunca encontraron. Sin la escalera por la que Dios bajaba a ellos, todos los sueos son estriles. La Biblia nos cuenta la historia de otra escalera, la de Jacob. Este

hua de la ira de su hermano y una noche cansado del camino se qued dormido y, en sueos, vio una escalera que llegaba hasta el cielo y por ella bajaban y suban los ngeles. Al final de la escalera estaba Dios. Dios bendijo a Jacob y a todos sus descendientes. Pero cuando lleg la plenitud de los tiempos, cuando Dios quiso que su amor por nosotros se hiciera palpable y visible, cuando Dios quiso bajar de nuevo para estar con nosotros, nos envi una escalera que une cielo y tierra, sta se llama Jess. Jess, el justo, ajusticiado. Jess, el hombre para todos, crucificado por nosotros. Jess, el hombre que baj por la escalera del amor para conversar

con nosotros, para plantar la cruz de la salvacin en el Glgota, una cruz que llega hasta el cielo, que abre el cielo y que Dios bendice. Cristo, dice la carta a los Filipenses, "apareciendo en su porte como un hombre cualquiera, se humill y obedeci hasta la muerte y una muerte de cruz. Por ello Dios lo exalt y le otorg el nombre que est sobre todo nombre." Este Cristo, humillado y obediente, escndalo para unos y locura para muchos, este Cristo y su cruz son, hoy, la escalera por la que nosotros estamos llamados a subir para heredar la gloria. Este Cristo del que nosotros hacemos memoria en este Viernes Santo no es una reliquia del pasado. Es eterno presente, diaria presencia en medio de su pueblo. Hermanos y hermanas, miren a su Seor. No son los clavos los que

hacen que Cristo est en la cruz clavado. Es el amor por Usted, el amor por todos nosotros, y slo el amor el que hace que Cristo no baje de la cruz. Hermanos y hermanas, miren a su amante crucificado como si fuera la primera vez y decidan, hoy, subir por la escalera de la cruz hasta los brazos del Padre. El es el final del viaje. Jess y su cruz son escalera y puente para cruzar hasta la orilla de la vida sin fin. Hermanos y hermanas, miren al que traspasaron, es Jess. Jess no tiene doble. Es El. No hay otro. No hay otra cruz, otra escalera, otro amor que pueda salvar. Y en este Viernes Santo nosotros miramos y miramos pero sobre todo le pedimos que nos mire l, que nos ame l, que nos ayude con su gracia a poner nuestros pies en el primer escaln que sube hasta su corazn. Por esta escalera Jos de Arimatea, Nicodemo y otros amigos bajarn a Jess de su cruz y lo pondrn en brazos de Mara ,su madre. Mara fue la primera escalera por la que Jess baj a visitarnos, la

primera escalera para hacerse hombre como nosotros, la primera escalera por la que el ngel baj el da de la Anunciacin, y el primer peldao fue su s. Mara, escalera santa, al pie de la cruz, nos ofrece a todos a recibir a su hijo para hacerlo nuestro hermano, nuestro Seor y Salvador. S, Jess es la nica escalera a subir pero quin nos ensear a subir por ella? Quin nos dar el valor para vencer el vrtigo de la altura? Quin nos acompaar en esta ascensin? Quin fortalecer las rodillas vacilantes? Quin sealar los peldaos ms eficaces? Quin? La iglesia, nosotros, comunin de hermanos que nos recordamos hoy y siempre que Jess es la escalera que nos lleva hasta el Padre. Quin? La iglesia, que a travs de los sacramentos nos libera del peso de la culpa y nos devuelve la alegra de la salvacin. Quin? La iglesia, que nos recuerda que para subir esta escalera no hay que llevar ningn peso, slo el peso de un gran amor a Jess y a los hermanos es la carga que podemos llevar a la espalda. Quin? La iglesia del Pilar es para nosotros, una escalera por la que Jess sube y baja hasta nosotros sus hijos.

Motivo Para Vivir (Homila para Pascua de Resurreccin) Quisiera comenzar con algo de Gilberto Chesterton, un autor ingls que escribi cuentos magnficos, pero tambin era famoso por hacer cosas excntricas. Era un hombre grande en altura y anchura. Siendo tan gordo, llevaba un abrigo en el cual poda esconder muchas cosas, incluyendo una pistola larga. Cuando alguien se quejaba, mi vida no tiene valor. Estoy cansado de ella. Me gustara morir no ms, Chesterton sacara la pistola y

le dira: Esta bien. Djame ayudarte. Despus de recuperarse del choque, el hombre se dara cuenta, Pues, quizs tengo unos motivos para seguir viviendo. Unas personas vienen a la iglesia el Domingo de Pascua buscando un motivo para vivir. (No se preocupen. No voy a sacar una pistola.) Quisiera ofrecerles lo que Pedro ofreci en su sermn pascual. Lo hemos escuchado en la primera lectura de Hechos. Dio un resumen de la enseanza, milagros, pero ms importante la muerte y re-aparicin misterioso de Jess. Concluyo con estas palabras: Cuantos creen l reciben, por su medio, el perdn de los pecados. Si quieres un motivo para vivir el primer paso es reconocer que eres libre. No estoy refiriendo al hecho que vivimos en pas libre, sino algo mucho ms importante: que puedes escoger entre el bien y el mal. Algunos imaginan que nuestros genes, nuestra heredad nos predetermina. Dicen: Era mi genio irlands. O mi sangre latina. Quizs. Pero, No hubo un momento que podas haber evitado decir lo que dijiste o hacer lo que hiciste? No es totalmente la culpa de tus paps, o tu esposa, o tu padrn. Seguramente, tu tienes circunstancias especiales, pero profundamente en tu ser puedes decidir que camino tomars. Podemos escoger cosas bellas amor, compasin, familia pero como Pedro nos dice, tambin hemos escogido mal. Nuestras malas decisiones, nuestros pecados han puesto a Jess en la cruz. Sin embargo y esto es la parte asombrosa ahora est vivo y nos ofrece perdn. Sin costo. Gratis. Un ministro evanglico dice que cuando pregunta a catlicos practicantes como esperan ir al cielo, solamente treinta por ciento aun mencionan a Cristo. Dicen cosas como, Trato de vivir una vida buena y decente, o trato de ser amable con todos. Hay demasiado yo no hay suficientemente Cristo en esas respuestas. Detodos modos, trata de ser amable y vivir una vida decente, pero reconoce que ninguna obra buena puede salvarte solo Cristo crucificado y resucitado. Eso es lo que anunciamos, particularmente en Pascua: Jesus murio por nosotros y ahora vive. No como un espritu sin cuerpo, sino cuerpo y alma, humanidad y divinidad. Y que ahora tu tienes algo o mejor dicho, Alguien como motivo para vivir. Quiere que lo recibas en fe y en los sacramentos. Yo s que esto es mucho para absorber en una sola vez. No se preocupe si esta maana tienes solamente un poco de fe. En la Iglesia Catlica, Pascua no es solamente un da, sino siete semanas. Regrese el prximo domingo. Tienes algo y Alguien como motivo para vivir.