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BERMAN, Marshall. Todo Lo Sólido Se Desvanece en El Aire3

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Resumen

El autor
Marshall Berman (1940- ) filsofo marxista y escritor estadounidense de origen judo.

Ttulo de la obra
Marshall Berman utiliz la clebre frase de Marx " Todo lo slido se desvanece en el aire ", para ilustrar la emocin y el espanto de un mundo en el que todo se transforma apresuradamente.

Tesis
En contra de lo que convencionalmente se piensa, la revolucin modernista no ha concluido. A partir de las conmociones revolucionarias del arte, la literatura, la poltica y la vida cotidiana, el espritu del modernismo ha desarrollado unas tradiciones propias an vigentes. Berman hace un anlisis del impacto del modernismo en la vida contempornea y nos ofrece una nueva visin de las races del modernismo y su evolucin.

Objetivo del libro, segn el autor


Examinar las dimensiones del significado de la palabra modernidad. A travs de la lectura: a de textos de Goethe (Fausto), Marx (El manifiesto comunista); biografas de personas reales y de ficcin. b- del entorno social y espacial (arquitectura, pintura, etc.) Todos ellos tienen en comn el hecho de conocer la emocin y el espanto de un mundo nada es seguro, salvo el propio cambio, y en la que todo lo slido se desvanece en el aire.

Caractersticas del mundo moderno


Es paradjico y contradictorio: las organizaciones burocrticas tienen el poder de controlar, pero el hombre moderno lucha contra esas fuerzas para cambiar su mundo y hacerlo mejor. Ser modernos es ser conservadores y revolucionarios al mismo tiempo.

Introduccin. La modernidad: ayer, hoy y maana.


Para Berman su obra es un estudio de la dialctica de la modernizacin y el modernismo . Por esta razn en la Introduccin distingue claramente el significado de estos trminos: * Modernidad: es una forma de experiencia vital -experiencia del espacio y el tiempo, del ser y de los otros, de las posibilidades y los peligros de la vida- que todos los hombres y mujeres del mundo actual comparten.

-Experiencia vital
Ser modernos es encontrarnos en un entorno que nos promete aventura, poder, alegra, crecimiento, transformacin de nosotros mismos y del mundo -y que al mismo tiempo amenaza con destruir todo lo que tenemos , lo que sabemos y lo que somos.

- Compartida por todos los hombres y mujeres Los ambientes y las experiencias modernas cruzan todas las fronteras: las de la geografa, la etnicidad, de las clases sociales, de la nacionalidad, de la religin y de la ideologa. En este sentido, puede decirse que la modernidad une a toda la humanidad. No obstante, esta unin es paradjica; es una unin de la desunin: nos arroja a un remolino de desintegracin y renovacin perpetuas, de conflicto y contradiccin, de ambigedad y angustia. Ser modernos es ser parte de un universo en el que, como dijo Marx. 'todo lo que es slido se desvanece en el aire. Este sentimiento produjo numerosos mitos nostlgicos de un Paraso Perdido premoderno. Sin embargo, incontables personas padecen esta experiencia de la modernidad desde hace unos quinientos aos. El remolino de la vida moderna se alimenta de muchas fuentes: - los grandes descubrimientos en las ciencias fsicas , que cambian nuestras imgenes del universo y nuestro lugar en l; -la industrializacin de la produccin, que transforma el conocimiento cientfico en tecnologa, crea nuevos medios humanos y destruye los viejos, acelera el ritmo de la vida; - nuevas formas de poder jurdico y lucha de clases; -trastornos demogrficos, que separan a millones de personas de sus ancestrales hbitats, arrojndolas violentamente por el mundo en busca de nuevas vidas. - rpido crecimiento urbano; - sistemas de comunicacin masivos, dinmicos en su desarrollo, que envuelven y unen a las sociedades y las gentes ms diversas: - estados nacionales cada vez ms poderosos , que se estructuran y operan burocrticamente y se esfuerzan constantemente por extender sus dominios; - movimientos sociales masivos de la gente y de los pueblos, que desafan a sus gobernantes polticos y econmicos, que intentando ganar algn control sobre sus vidas; - un mercado mundial capitalista siempre en desarrollo y drsticamente variable, que rene a toda esa gente e Instituciones. * Modernizacin: en el siglo XX, es el concepto que agrupa a los procesos sociales que dan vida a esta vorgine y la mantienen en un estado de conversin perpetua. * Modernismo. En el siglo pasado (XIX), este trmino alude a las ideas, visiones y valores que pretenden hacer del hombre y la mujer los sujetos como los objetos de la modernizacin; es decir hacerles sentir que tienen el poder de cambiar aquello que est cambindolos. Historia de la modernidad (3fases) 1- La primera va de principios del siglo XVI a fines del XVIII, aproximadamente. La gente apenas experimentaba la vida moderna; no entenda qu era lo que los afectaba. Andaban a tientas, desesperadamente, en busca de un vocabulario: tenan poca o ninguna idea de pertenecer a un pblico o una comunidad modernos.

2- La segunda fase se inicia con la ola revolucionaria de la dcada de 1790. La Revolucin Francesa y sus reverberaciones trajeron consigo, abrupta y dramticamente, un gran pblico moderno. Este pblico comparte la vida de una poca revolucionaria que genera trastornos explosivos en todas las dimensiones de la vida personal, social y poltica. Al mismo tiempo, el pblico moderno siglo XIX recuerda todava cmo es la vida espiritual y material en un mundo que no es moderno. Las ideas de modernizacin y modernismo surgen y se desarrollan a partir de esta dicotoma interna. Es decir, de esa sensacin que proviene de vivir en dos mundos al mismo tiempo. 3- Tercera y ltima fase, en el siglo XX. El proceso de modernizacin se expande para abarcar todo el mundo, y la cultura mundial del modernismo logra triunfos espectaculares en el arte y el pensamiento. Por otro lado, a medida que el pblico moderno crece, la idea de modernidad, concebida de modo fragmentario, pierde gran parte de su vitalidad, resonancia, profundidad y mucho de su capacidad para organizar y dar un sentido a la vida de la gente. Como consecuencia. Ahora nos encontramos en el centro de una poca moderna que perdi contacto con las races de su propia modernidad.

Rousseau, el arquetipo de la modernidad


La arquetpica voz moderna de la primera fase de la modernidad- anterior a las revoluciones francesa y estadounidense,- es la de Jean-Jacques Rousseau. El es el primero en usar la palabra moderniste en la forma en que se emplear despus durante los siglos XIX y XX. El es tambin es la fuente de algunas de nuestras tradiciones modernas ms vitales: desde el ensueo nostlgico hasta el escrutinio psicoanaltico y la democracia participativa. Rousseau fue un hombre profundamente atormentado. Gran parte de su angustia venia de su aguda respuesta a las condiciones sociales que habran de conformar millones de vidas. Rousseau asombr a sus contemporneos - al comienzo de los hechos revolucionarios- al proclamar que la sociedad europea estaba "al borde del abismo" Para l, la vida diaria en esa sociedad - en particular en Paris, su capital- era un torbellino , le tourbillon social. En la novela romntica de Rousseau, La nueva Elosa, su joven hroe, Saint-Preux, hace un movimiento exploratorio - del campo a la ciudad. Escribe a su amada Julie desde el fondo del tourbillon social y trata de comunicarle su asombro y su terror ante su experiencia de la vida en la ciudad. Saint-Preux desesperadamente algo slido a que asirse, pero slo encuentra atmsfera - de agitacin y turbulencia, destruccin de los lmites morales y ataduras personales. Esa es la atmsfera en que nace la sensibilidad moderna.

Marx y Nietzsche
Todos los grandes modernistas del siglo XIX atacan con vehemencia este medio ambiente y se esfuerzan por destruirlo o hacerlo estallar desde dentro: no obstante, se sienten sumamente cmodos en l. Para sentir la complejidad y riqueza del modernismo del siglo XIX hay que escuchar a dos de sus voces ms importantes: Nietzsche (a quien se lo considera por lo general como una fuente importante del modernismo de nuestra poca) y a Marx (a quien rara vez se lo asocia con alguna especie de modernismo) Marx deca, en 1856, que "Las llamadas revoluciones de 1848 no fueron sino pobres incidentes, pequeas fracturas y fisuras en la costra de la sociedad europea. Pero denunciaron el abismo. Debajo de la aparente superficie slida . Las clases gobernantes de la dcada reaccionaria de 1850 dicen al mundo que todo es slido otra vez; pero no queda muy claro si siquiera ellos lo creen as.

Uno de los propsitos ms apremiantes de Marx era que la gente sintiera el abismo por debajo de la imagen de solidez: Por esta razn expresa sus Ideas mediante imgenes tan

extraas e intensas: temblores, erupciones volcnicas, etc. El hecho bsico de la vida moderna, como lo experimenta Marx, es que la base de la vida es radicalmente contradictoria. En nuestros das, todo parece estar impregnado de su contrario: la maquinaria, que tiene el maravilloso poder de acortar y fructificar la labor humana, provoca el hambre el agotamiento del trabajador. Las victorias del arte parecen comprarse con la prdida del carcter. Al mismo tiempo que los amos dominan la naturaleza, el hombre parece estar encadenado a otros hombres o a su propia Infamia. Estas miserias y misterios llenan de desesperacin a muchos modernos. Algunos se "liberan de las artes modernas con el fin de eliminar los conflictos modernos"; otros Intentarn equilibrar el progreso de la industria con una regresin neofeudal o neoabsolutista en la poltica. Sin embargo, Marx proclama una fe paradigmticamente modernista: Sabemos, deca, que para trabajar bien las nuevas fuerzas de la sociedad quieren ser dominadas por nuevos hombres, es decir, los obreros, que son una Invencin de los tiempos modernos tanto como la maquinaria misma. Ellos son los hombres nuevos, capaces de resolver las contradicciones de la modernidad. Pero, si vemos a Marx como a un modernista, notaremos el movimiento dialctico que subyace y anima su pensamiento, un movimiento abierto que fluye contra la corriente de sus propios conceptos y deseos. As, en el Manifiesto comunista el dinamismo revolucionario que ha de derribar a la burguesa moderna surge de los impulsos y necesidades ms profundos de la propia burguesa "La burguesa no puede existir sin revolucionar constantemente las herramientas de produccin, y con ellas las relaciones de produccin, y despus todas las relaciones de la sociedad ... Una alteracin constante de la produccin, el desorden ininterrumpido de todas las relaciones sociales, la agitacin e Incertidumbre permanentes, distinguen a la poca burguesa de las anteriores" As, el movimiento dialctico de la modernidad se vuelve, irnicamente, en contra de su primer promotor, la burguesa. Pero no se detiene ah: al final, todos los movimientos modernos estn encerrados en este ambiente -incluyendo el de Marx puesto que si las formas burguesas se descomponen y arribamos movimiento comunista: qu evitar que esta nueva forma social comparta el destino de su predecesor y se evapore en el aire moderno? En la dcada de 1880, Nietzsche manifest encontraremos prejuicios, alianzas y esperanzas diferentes aunque con una voz y un sentimiento similares hacia la vida moderna. Para Nietzsche, como para Marx, las corrientes de la historia moderna eran irnicas y dialcticas: de este modo los ideales cristianos de la integridad del alma, de la voluntad y de la verdad lo destruyeron. El resultado fue lo que Nietzsche llam "la muerte de Dios" y "la llegada del nihilismo". La humanidad moderna se encontr en medio de un vaco de valores y, sin embargo, al mismo tiempo con una abundancia de posibilidades. En Ms all del bien y del mal (1882) encontramos- como en Marx- un mundo en el que todo est impregnado de su contrario. La posicin de Nietzsche, hacia los peligros de la modernidad, es aceptarlos con entusiasmo. Sin embargo, Nietzsche no quiere vivir permanentemente rodeado de peligro. Tiene tanta fe en una nueva clase de hombres -como Marx - quien, oponindose a su presente, tendr el coraje y la imaginacin para "crear nuevos valores" que el hombre y la mujer modernos necesitan para guiar su paso por los peligrosos infinitos en que viven. Esto es as porque Een tiempos como stos, "el individuo se atreve a individualizarse". Por otro lado, ese individuo necesita desesperadamente de sus propias leyes, de habilidad y astucia para conservarse. Las posibilidades son grandiosas y aciagas a un tiempo puesto que los instintos pueden dirigirse ahora en cualquier direccin.

El Siglo XX
El siglo XX ha sido, hasta ahora segn Berman, el ms creativo de toda la historia de la humanidad. Es un siglo que ha producido una sorprendente cantidad de obras e ideas de alta calidad. Nuestro siglo produjo un arte moderno espectacular, pero pareciera que hemos olvidado cmo comprender la vida moderna generadora de este arte. El pensamiento moderno desde Marx y Nietzsche se desarroll de muchas maneras, pero nuestra concepcin de la modernidad parece haberse estancado y retrocedido. Las opiniones de los escritores y pensadores del siglo XX sobre la modernidad comparadas con las de los hombres del XIX. Presentan una simplificacin radical de la perspectiva y una reduccin de la variedad imaginativa. Los pensadores del siglo XIX eran tan entusiastas como enemigos de la vida moderna; y lucharon exhaustivamente con sus ambigedades y contradicciones; sus autoparodias y tensiones interiores eran algunas de las fuentes principales de su poder creativo. Sus sucesores del siglo XX hacen polarizaciones ms rgidas y generalizaciones categricas. Se considera a la modernidad con un entusiasmo ciego y acrtico, o se la condena con lejana y desprecio. Se la concibe como un monolito cerrado, incapaz de ser transformado por el hombre moderno. Las visiones abiertas de la vida moderna fueron suplantadas por visiones cerradas.

* Las polarizaciones: el movimiento futurista y Max Weber - El Futurismo


Las polarizaciones bsicas se realizaron a principios de nuestro siglo. Aqu estn los futuristas italianos, partidarios apasionados de la modernidad en los aos previos a la primera guerra mundial. Para ellos el progreso triunfal de la ciencia vuelve inevitables los cambios en la humanidad . Todava, segn Berman, podemos sentimos agitados por el entusiasmo y el vigor jovial de los futuristas, por su deseo de mezclar sus energas con la tecnologa moderna y de crear un mundo nuevo. En la escritura futurista posterior manifestaron que buscaban la creacin de un tipo no- humano en el que el sufrimiento moral, la bondad del corazn, el afecto y el amor -a los que consideraban venenos corrosivos de la energa vital- sean abolidos.

- Secuelas del futurismo


Los futuristas, llevaron la celebracin de la tecnologa moderna a un extremo grotesco, autodestructivo, que asegur que sus extravagancias no se repetiran nunca. Pero su romance acrtico con las mquinas, unido a su lejana de la gente, reencarnara en formas menos extraas y ms duraderas. Este tipo de modernismo lo encontramos despus de la primera guerra mundial en las refinadas formas de la 'mquina esttica", los sermones tecncratas de la Bauhaus, Groplus y Mies van der Rohe, Le Corbusier y Lger, el Balet Mecnico. Lo encontramos nuevamente despus de otra guerra mundial, en las rapsodias de alta tecnologa de Buckminster Fuller y Marshall McLuhan y en Future Shock de Alvin Toffler. En Understanding Meda de Mc.Luhan, publicado en 1964: Este modernismo subyace a los modelos de modernizacin que los cientficos sociales estadounidenses de la posguerra, trabajando a menudo para gobiernos prdigos y con subsidios de apoyo, desarrollaron para exportar al Tercer Mundo. Pero su problema- dice Berman- y el problema de todos los modernismos en la tradicin futurista, es que al jugar las mquinas y los sistemas mecnicos todos los papeles principales -as como la fbrica es el tema de la cita superior-, al hombre moderno le queda muy poco por hacer, tan slo adaptarse.

- Max Weber
El polo opuesto del pensamiento del siglo XX da un "No!" decisivo a la vida moderna. En La tica protestante y el espritu del capitalismo (1904) de Max Weber, el poderoso cosmos del orden econmico moderno es considerado como una "jaula de hierro". Es decir, un orden inexorable, capitalista, legalista y burocrtico, que determina la vida de los individuos nacidos dentro de ese mecanismo.

Marx, Nietzsche -y Tocqueville, Carlyle, Mill, Kierkegaard y todos los otros grandes crticos del siglo XIX - tambin entendieron que los modos en que la tecnologa moderna y la organizacin social determinaban el destino del hombre. Pero, sin embargo, ellos pensaban que los individuos modernos tenan la capacidad suficiente para entender su destino y luchar contra l. Por tanto, Incluso en medio de un presente desdichado, podan imaginar un futuro promisorio. Los crticos de la modernidad del siglo XX carecen casi por completo de esta simpata y fe en sus semejantes modernos. As, la sociedad moderna no slo est encerrada en una jaula, sino que toda la gente que est dentro vive determinada por sus rejas; somos seres sin espritu, sin corazn, sin identidad personal o sexual, casi podramos decir sin ser. Aqu como en las formas tecnopastorales y futuristas del modernismo, el hombre moderno como sujeto - como ser viviente capaz de respuesta, juicio y accin en y sobre el mundo- ha desaparecido. Weber tuvo poca fe en su pueblo, pero todava menos en sus clases gobernantes, ya fueran aristocrticas o burguesas, burocrticas o revolucionarias. As su posicin poltica, por lo menos en los ltimos aos de su vida, fue el liberalismo. Pero cuando la distancia y el desprecio de Weber por los hombres y mujeres modernos se separaron de su escepticismo y su perspectiva crtica, el resultado fue una poltica muy a la derecha de la poltica propia de Weber: Para muchos pensadores del siglo XX tanto las masas que presionan en la calle y el Estado no tienen una sensibilidad, espritu o dignidad como la de ellos. Por esta razn consideran que es absurdo que estos hombres-masa ("hombres huecos") tengan no slo el derecho a gobernarse, sino tambin de hacerlo a travs de sus mayoras. (En las Ideas y gestos intelectuales de Ortega, Spengler, Maurras, T. S. Eliot y Allen Tate, vemos cmo los supuestos aristcratas de la derecha del siglo XX se apropian, distorsionan y magnifican la perspectiva de Weber.)

- Los 60 y El hombre unidimensional (Marcuse)


Esta perspectiva prosper entre algunos de los demcratas de la Nueva Izquierda. A finales de la dcada de 1960 El hombre unidimensional de Herbert Marcuse se convirti en el paradigma dominante del pensamiento crtico. Segn este paradigma, tanto Marx como Freud son obsoletos; el estado de "administracin total" no slo aboli las luchas sociales y de clase, tambin los conflictos y contradicciones psicolgicas: Las masas no tienen Yo ni Ello, sus almas estn desprovistas de tensin o dinamismo interno: sus ideas, sus necesidades, incluso sus sueos, "no les pertenecen". Sus vidas Interiores estn "totalmente administradas", programadas para producir exactamente esos deseos que pueden satisfacer el sistema social y nada ms. " Los pueblos se

reconocen a s mismos por sus mercancas: encuentran su alma en sus automviles, aparatos de sonido, casas de dos pisos, equipos de cocina ".

Mientras los jvenes radicales de la dcada de los sesenta luchaban por cambios que permitieran a la gente controlar sus vidas, el paradigma "unidimensional" proclamaba que ningn cambio era posible y que estas gentes ni siquiera estaban realmente vivas. A partir de este punto se abrieron dos vertientes: 1- Una era la bsqueda de una vanguardia totalmente "fuera" de la sociedad moderna, el sustrato de nufragos y extranjeros, explotados y perseguidos por otras razas y otros colores, desempleados e intiles". Estos grupos, de los ghettos de Estados Unidos o las crceles del Tercer Mundo, podan clasificarse como la vanguardia revolucionaria por permanecer supuestamente intacta al beso de la muerte de la modernidad. Por supuesto, esa bsqueda est condenada a la futilidad. Nadie est o puede estar "fuera" del mundo contemporneo. 2- Los radicales que entendieron esto, aunque se tomaran en serio el paradigma unidimensional, lo nico que quedaba era la esterilidad y la desesperacin.

Tendencias respecto al modernismo durante los `60


El modernismo de los aos sesenta puede dividirse aproximadamente en tres tendencias, basadas en sus actitudes hacia la vida moderna como un todo: 1- afirmativa, 2- negativa, 3- marginada *El primero de estos modernismos -el que lucha por marginarse de la vida moderna fue lo defendido por Roland Barthes en la literatura y Clement Greenberg en las artes visuales. Greenberg alegaba que el nico inters legtimo del arte modernista era el arte mismo: adems, el nico enfoque correcto de un artista en cualquier forma o gnero determinados era la naturaleza y los lmites del gnero: el medio es el mensaje. El modernismo era, entonces, la bsqueda de un objeto de arte puro, cuya, referencia fuera l mismo. Y eso era todo: no exista una relacin propia entre el arte moderno y la vida social moderna. Barthes situ esta ausencia bajo una luz positiva, heroica: el escritor moderno " le da la espalda a la sociedad y se enfrenta al mundo de los objetos sin pasar por ninguna de las normas de la vida social o de la historia". El modernismo surge as como un gran intento por liberar a los artistas modernos de las impurezas y vulgaridades de la vida moderna. Muchos escritores y artistas - e incluso crticos de arte y literatura- agradecen a este modernismo el establecer la autonoma y dignidad de sus vocaciones. Sin embargo, muy pocos artistas o escritores modernos se han quedado con este modernismo por mucho tiempo: un arte sin sentimientos personales o relaciones sociales es propenso a la aridez despus de un tiempo. * Visin del modernismo como revolucin permanente y sin fin contra la totalidad de la existencia moderna (derrocar a la tradicin) La obra de arte moderna busca la destruccin violenta de todos nuestros valores, y le importa poco la reconstruccin del mundo que destruye . Esta imagen adquiri fuerza y crdito conforme progres la dcada de los sesenta y se agit el clima poltico: en algunos crculos, 'el modernismo" se convirti en una palabra clave para todas las fuerzas en conflicto.

* Visin afirmativa del modernismo La visin afirmativa del modernismo fue desarrollada en la dcada de los sesenta por un grupo heterogneo de escritores: John Cage, Lawrence Alloway, Marshall McLuhan, Leslie Fiedler, Susan Sontag, Richard Poirier y Robert Venturi. Esta visin coincida vagamente con el surgimiento del arte pop a principios de esa dcada. Sus temas principales eran que debemos despertar a la vida que estamos viviendo" (Cage), y cruzar la frontera, cerrar la brecha" (Fiedier). Esto significaba, en principio, romper con las barreras existentes entre el 'arte" y otras actividades humanas como el entretenimiento y la tecnologa industrial, la moda y el diseo, la poltica. Tambin animaba a los escritores, pintores, bailarines, compositores y cineastas a trabajar juntos en las producciones y realizaciones de comunicacin mixta que crearan artes ms ricas y multivalentes. Para estos modernistas, que algunas veces se autodenominan "posmodernistas", el modernismo de forma pura y el de rebelin eran ambos demasiado limitantes para el espritu moderno. Su Ideal era abrirse a la inmensa variedad y riqueza de las cosas materiales e ideas que trajo consigo el mundo moderno. Trajeron nuevos aires e ingenuidad a un ambiente cultural que en la dcada de los cincuenta se haba vuelto solemne, rgido y cerrado. El modernismo pop recre la apertura hacia el mundo y la generosidad de algunos grandes modernistas del pasado como Baudelaire, Whitman, Apollinaire, Mayakovsky y William Carlos Williams. Pero si este modernismo Igual su simpata imaginativa, en cambio nunca aprendi a rescatar su tono crtico. El problema fue que el modernismo pop nunca desarroll una perspectiva crtica que esclareciera el punto en el que deba detenerse la apertura hacia el mundo moderno, y el punto en que el artista moderno tiene que ver y decir que algunos poderes de este mundo deben desaparecer. Todas estas Iniciativas fracasaron, pero surgieron de una grandeza de visin e imaginacin, y de un deseo ardiente por disfrutar el da. La ausencia de estas generosas visiones e iniciativas fue lo que hizo de los setenta una dcada tan estril. En la actualidad casi nadie acepta las grandes relaciones humanas que representa la Idea de modernidad. Por lo tanto, el discurso y la controversia sobre el significado de la modernidad, tan vivos hace una dcada.' han dejado virtualmente de existir. Muchos intelectuales se han sumergido en el mundo del estructuralismo, un mundo que simplemente borra del mapa la cuestin de la modernidad -junto con todas las cuestiones sobre el ser y la historia. Otros adoptaron una mstica del posmodernismo, que se esfuerza por cultivar una

ignorancia de la historia y la cultura modernas y habla como si todo el sentimiento, la expresin, el juego, la sexualidad y la comunidad humanas slo fueran inventos -de los posmodernistas-desconocidos, Incluso inconcebibles, hasta la semana pasada. Mientras tanto, los cientficos sociales, eludieron la tarea de construir un modelo que pudiera ser ms vlido para la vida moderna. En vez de eso, dividieron a la modernidad en una serie de componentes separados: industrializacin, edificacin del Estado, urbanizacin, desarrollo de mercados, formacin de lites- y resistieron los Intentos por integrarlos en un todo. Esto los liber de generalizaciones extravagantes y vagas -pero tambin del pensamiento que debla comprometer sus propias vidas y obras, y su lugar en la historia. El eclipse del problema de la modernidad en los aos setenta signific la destruccin de una forma vital de espacio pblico. Aceler la desintegracin de nuestro mundo en una coleccin de grupos de material privado e inters espiritual, viviendo en mnadas sin ventilacin, mucho ms aislados de lo que debemos estar.

- Michel Foucault
Casi el nico escritor que tiene algo sustancial que decir sobre la modernidad es Michel Foucault. Y lo que tiene que decir es una serie interminable, de variaciones sobre los temas weberianos de la Jaula de hierro y la Incapacidad humana cuya alma est conformada para adaptarse a las rejas. Foucault est obsesionado con las prisiones, los hospitales, los asilos. Foucault niega la posibilidad de cualquier tipo de libertad, ya sea fuera de esas instituciones o dentro de sus intersticios. Las generalizaciones de Foucault devoran cualquier otra faceta de la vida moderna El desarrolla estos temas implacablemente, y, con adornos sadistas, encajando sus ideas en los lectores como barras de hierro, girando cada dialctica en nuestra carne como si fuera una nueva vuelta de tuerca. Foucault reserva su desprecio ms feroz para las personas que se imagina que la humanidad moderna puede ser libre. Solamente segn Foucault_nos mueven " las modernas tecnologas de poder que toman a la vida por objeto ", conducidas por "el despliegue de sexualidad mediante el poder, en su control sobre los cuerpos y su materialidad, sus fuerzas, sus energas, sensaciones y placeres".

Opinin de Berman sobre la postura de Foucault


Dice que no usamos la mente para desenmascarar la opresin -como parece Intentarlo Foucault- Intil, todas las formas de investigacin de la condicin humana tan slo trasladan a los individuos de una autoridad disciplinaria a otra, y por lo tanto slo se suman al triunfante discurso del poder. Despus de estar sujetos durante un tiempo, nos damos cuenta de que no hay libertad en el mundo de Foucault, porque su lenguaje forma un tejido sin costuras, una jaula mucho ms hermtica de lo que Weber hubiera soado, en la que ninguna vida podra germinar. El misterio reside en por qu tantos intelectuales quieren ahogarse all junto con l. La respuesta es que Foucault ofrece a toda una generacin de refugiados de la dcada de los sesenta, un pretexto histrico- mundial para el sentimiento de pasividad desamparo que invadi a tantos y en los aos setenta.

No tiene ningn sentido tratar de resistir las opresiones e injusticias de la vida moderna, ya que incluso nuestros sueos de libertad solamente endurecen las argollas de nuestras cadenas; no obstante, una vez que comprendemos, la futilidad total de todo eso, por lo menos podemos relajarnos .

Paradjicamente, resulta que los primeros modernistas del XIX pudieron entender mejor que nosotros mismos la modernizacin y el modernismo.Si pudiramos hacer nuestras sus visiones, y usar sus perspectivas para ver nuestros propios ambientes con nuevos ojos, veramos que hay ms profundidad en nuestras vidas de lo que creemos. Sentiramos una comunidad con la gente de todo el mundo que luch contra los mismos dilemas que nosotros. Y volveramos a estar en contacto con la cultura modernista

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