FIRMEZA Y TERNURA Las dos caras en la educacin de los hijos

Para m, es un acto de fe fundamental creer en la posibilidad de poder liberar el fondo de bondad que existe en el hombre Paul Ricoeur Como padres solemos cuestionarnos acerca de la educacin que les brindamos a nuestros hijos. Por momentos nos sentimos culpables, desorientados y experimentamos toda gama de sentimientos. Deseamos que nuestros hijos logren gozar de una personalidad armnica y una adecuada integracin social, en definitiva, que sean felices. Pero, cmo lograrlo? Si bien no existen recetas fijas que se apliquen de igual manera a todos los casos, s existen dos elementos fundamentales que conjugados, nos pueden ayudar a lograr nuestros objetivos: la firmeza y la ternura. Estas dos son, como dice P. Antonio Cosp las dos manos del mismo amor. A. LA FIRMEZA Como sabemos, en la sociedad actual existe una crisis de autoridad dentro de la familia. Esta crisis tiene el efecto de deteriorar el papel de la institucin familiar como ncleo bsico de la organizacin social, perjudica la formacin para una vida adulta y provechosa e inhabilita a los jvenes de hoy para educar a la generacin siguiente. 1. Qu es la autoridad? El concepto latino de auctoritas significa sostener para crecer. En su sentido propio y riguroso, la autoridad se ejerce cabalmente en funcin de la libertad. La autoridad favorece que la libertad individual no coarte las libertades colectivas ni las de otros individuos. Ejercida en forma autntica es siempre un servicio a la libertad. Como nos ensea el Dr. Lyford-Pike, en su libro Ternura y firmeza con los hijos, la autoridad asertiva o afirmativa significa la permanente puesta en prctica de los derechos y obligaciones mutuas entre padres e hijos, de manera equilibrada y flexible; es la forma que ms ayuda a nuestro hijo en la formacin de su personalidad. Por lo tanto, no slo no se opone a la libertad que proclaman los partidarios de la permisividad, sino que la alienta y la fortalece dentro de un desarrollo ntegro de la personalidad. 2. Por qu es necesaria la autoridad? Sabido es que el ser humano al nacer es el animal ms incompleto, ms inacabado, ms frgil e indefenso. A su vez en las personas encontramos la presencia del germen del amor y del odio; de lo bueno y de lo malo; de construir y de destruir. Desconocer este desorden innato es un error

antropolgico. Este inacabamiento y desorden interno le impone dependencia de los dems para desarrollarse. As como un rbol joven necesita de un tutor para crecer derecho y firme, el ser humano, necesitar durante la primera parte de su vida, el apoyo afectivo y la gua disciplinada (el ejercicio correcto de la autoridad) de su familia, para funcionar plenamente en esa esfera y en el entorno ms amplio de la sociedad. La vida va mostrando los lmites naturales. Si el nio, al gatear, tropieza con la pata de una mesa y pretende que sta se retire, aprender que su llanto y bronca tropieza con la firmeza de la mesa. As va descubriendo que posee un espacio que le pertenece y del cual es responsable y otro que tiene otro dueo, que tiene derecho a ser firme con lo suyo y con la verdad y que debe respetar los derechos de otro. Este proceso de asumir lo propio y respetar lo ajeno va armando, en el ser humano, algo as como una columna vertebral de la conducta. Sin ella somos invadidos y nos convertimos en vctimas o avasallamos el campo de otro entrando en un rea de conflictos permanentes. Poseer esa columna interior es fruto del aprendizaje, gracias, especialmente a la firmeza que se nos regal a lo largo de la vida. Esto lo podemos ver con ms claridad si pensamos en lo necesarias que son las seales de trnsito, los semforos y las lneas pintadas a lo largo del camino cuando manejamos el auto. En nuestros recuerdos aparece siempre una persona que fue sinnimo de firmeza. Si la brind con respeto y, supo a la vez, fortalecer el respeto por nosotros mismos, nuestra autovaloracin, la recordaremos con la misma gratitud con la que recordamos a los que nos regalaron comprensin y calidez. En una clara expresin de Tagore, el ro que avanza y choca con las orillas, sufre con este lmite. Sin embargo la funcin de la orilla es esencial para el ro. Le indica: sigue, sigue hacia el mar, no te conviertas en agua estancada y putrefacta. La autoridad paterna y materna tiene una gran importancia en la constitucin de esta columna vertebral de nuestro comportamiento. En primera instancia sentimos a la autoridad como negativa, como negadora de la libertad y limitante del desarrollo. Y aunque es verdad que mal ejercida es destructora, bien llevada es una herramienta fundamental del amor para nuestra vida. Es necesario el ejercicio de la autoridad, inspirado en el amor, porque la firmeza significa limitar y exigir para lograr desarrollar lo que potencialmente est en aquel que amamos. Es hacer provisoriamente del tutor, orilla, columna vertebral para que nuestro hijo logre su plenitud. Por un lado, es indispensable estar tan unido al t que sabemos lo que necesita y lo que puede dar. Nuestra actitud firme debe llevar a motivarlo y a exigirle para que desarrolle lo que puede. No descansamos hasta ver logrado el objetivo o hasta descubrir que realmente no puede. Por otro lado, por cada exigencia que ponemos a otro debemos ponernos 99 a nosotros mismos. Toda exigencia que pongamos debe estar saturada de amor.

3. Qu capacidades debemos desarrollar en el ejercicio de la autoridad? Segn el Dr. Lyford-Pike, es de gran utilidad desarrollar tres capacidades claves en el ejercicio de la autoridad: Hablar claro: significa la forma ms conveniente de expresarnos para asegurarnos que nuestros hijos nos escuchan. La comunicacin asertiva requiere de los padres hablar en forma adecuada, utilizar algunas simples tcnicas no verbales para reforzar las palabras, saber cmo manejar las discusiones y la frecuente actitud argumentativa de los nios y reconocer las buenas conductas. Respaldar las palabras con hechos: para todos los nios, los hechos son ms elocuentes que las palabras porque les demuestran claramente y sin posibilidad alguna de duda que no nos limitamos a hablar sino que tambin ejecutamos las acciones correctivas cuando es necesario. Estas acciones deben ser planificadas previamente por nosotros como padres, para estar listos a responder con hechos; hablndoles asertivamente a nuestros hijos cuando stos no escuchan ni obedecen. Establecer reglas de juego: cubre la respuesta sistematizada de los padres a la conducta inadecuada de los hijos cuando la comunicacin asertiva y el respaldo de palabras con hechos no son suficientes. El establecimiento anticipado de las reglas del juego les informa a los nios, claramente y de antemano, que tal conducta impropia especfica provocar inevitablemente tal respuesta especfica de los padres. 4. Cmo comunicar los lmites en forma efectiva? Los padres somos los primeros responsables de la educacin de los hijos. Es una tarea indelegable; la escuela o el Estado, por ejemplo, no pueden asumir nuestro rol. Somos el apoyo y la esperanza de nuestros hijos mientras les vamos enseando a sostenerse por s mismos, al igual que la vara o tutor que se coloca junto a un rbol recin plantado para asegurar que crezca derecho. La autoridad paterna cumple su funcin educativa cuando se ejerce con cario, estmulo y paciencia. La ausencia de estos requisitos esenciales la convierte en un autoritarismo cuyas consecuencias son tan perniciosas como la equivocada permisividad que ha invadido tantas sociedades modernas. Ante las conductas inapropiadas de los hijos, el mensaje sera te queremos demasiado como para dejar que te portes as. No es una contradiccin quererlos mucho y exigirles . Hay que tener en cuenta que tambin se demuestra autoridad cuando se es capaz de estimular positivamente los cambios que van manifestando y cuando se reconocen los propios errores. El ejercicio adecuado de la autoridad se facilita con la aplicacin de lo que el Dr. Lyford-Pike llama la Educacin de la Personalidad (EP). Esto significa: Hacer valer eficazmente los derechos propios al mismo tiempo que respetar los derechos de nuestros hijos.

 Lograr que los hijos perciban y entiendan nuestro mensaje, incluyendo nuestros deseos, intereses y estados emocionales en el proceso de educacin. Tomar decisiones sobre lo que corresponde hacer con respecto a los hijos y llevarlas a cabo sin cambios de posicin que signifiquen una claudicacin. Si la indicacin no es clara, comprensible y directa, nuestro hijo se sentir menos inducido a cumplirla. Lo mismo sucede si no estamos seguros o nos sentimos culpables. Si anunciamos una decisin, pero luego damos marcha atrs, el nio absorber el mensaje ineficaz de que tiene margen para eludir el cumplimiento, tanto en ese momento como en casos futuros. La bsqueda de la aproximacin psicolgica como, por ejemplo, hablar con los hijos sobre los motivos de su mala conducta, es correcta, pero incompleta. Es como si fuera una sola cara de la moneda si no va acompaada de un mensaje, claro y preciso de lo que los padres esperamos de nuestros hijos, y cules son los medios para corregirlos. Las cuatro tcnicas de comunicacin, que nos llevarn a respuestas eficaces, son: a. Adecuado lenguaje asertivo: Al hablar a nuestros hijos debemos ser concretos. Evitemos frases vagas e imprecisas como s bueno o prtate bien, que reflejan apenas la expresin de un deseo, pero no transmiten la instruccin precisa de un mensaje claro, calmo y firme. Por ejemplo: Te entiendo que quieras seguir jugando, pero ya es la hora de comer y quiero que guardes esos juguetes en su lugar inmediatamente. b. Mensajes sin palabras: Para que una instruccin tenga el necesario efecto, es tan importante lo que le decimos a nuestros hijos como la forma en que lo decimos. Debemos tener en cuenta lo siguiente: no pedir algo ni dar una orden gritando; hablar siempre en tono firme, pero calmo; transmitir tranquilidad al dar una orden o instruccin, lo cual le comunicar al nio que somos los que controlamos la situacin; hablar siempre a los hijos mirndolos a los ojos; usar gestos no intimidatorios, por ejemplo, con las manos, para dar mayor nfasis y fuerza a nuestras palabras. En muchos casos, la mano de un padre sobre el hombro del nio tendr ms peso y significado que las palabras. c. Manejo de las discusiones: Se recomiendan tcnicas (sobre todo para aplicar con nios) para manejar las situaciones que se presentan cuando los hijos, en vez de obedecer una orden paterna, responden con diferentes tipos de argumentos para plantear una discusin. Tcnica del disco rayado:

En general, los adultos ignoramos que es imposible ganarle una discusin a un nio. Esta tcnica es para evitar que los hijos nos lleven a discusiones intiles y mantenernos en nuestro objetivo. El nombre refleja el hecho de que debemos seguir repitiendo lo mismo hasta lograr la aceptacin del mensaje. Para alcanzarlo debemos tener en cuenta lo siguiente: - determinar claramente qu es lo que queremos que nuestro hijo haga. - continuar repitiendo lo que queremos que haga y no contestar a sus argumentos. - si nuestro hijo todava no responde, debemos estar dispuestos a respaldar nuestras palabras con hechos. Por ejemplo: Madre: Toms, por favor, puedes recoger tus juguetes? Estn tirados por todo el cuarto. Toms: Por qu siempre tengo que juntarlos yo? Germn nunca los junta. Madre: (con voz tranquila) Ese no es el tema. Yo quiero que t levantes los juguetes (repeticin, disco rayado). Toms: Est bien, ya te escuch, ya los levanto. Tcnica del banco de niebla: Esto significa que hacemos el intento que nuestros hijos no nos saquen de las casillas. Consiste en aislarnos de las intenciones manipulativas de los hijos, como cuando pasa que una persona o un barco penetra en un banco de niebla y queda aislado de lo que lo rodea. Por ejemplo: Toms: Eres una mala!. Madre (calmadamente): Puede ser que a ti te parezca que soy mala (banco de niebla). Toms: Siempre me rezongas a m. Madre: Puede ser que t creas que siempre te rezongo a ti (banco de niebla). Tcnica de interrogacin negativa: Una respuesta hostil de un hijo esconde, a veces con agresividad, la verdadera razn de su descontento. Esta tcnica lo va conduciendo gradualmente hasta llegar al motivo real de la respuesta agresiva inicial. Por ejemplo: En el da de su cumpleaos... Mara: La torta est espantosa. Madre: Qu es lo que tiene la torta de espantosa? (interrogacin negativa). Mara: Que qued fea. Madre: Qu tiene para estar fea? (interrogacin negativa). Mara: Que mis compaeras se van a rer (se llega al punto que verdaderamente afecta a la nia). Madre: Por qu crees que se van a rer? Mara: Siempre se burlan de m y me pelean, no quieren jugar conmigo. Madre: Y slo se burlan de ti? Mara: S. Madre: Pero a veces se deben burlar tambin de otras chicas, no?. Mara: S, a veces s. Madre: Y no te parece que lo hacen para hacerte enojar y divertirse un rato? Mara: S, yo me enojo y dejo de jugar con ellas. Madre: Y qu podras hacer para no enojarte y seguir jugando? Mara: No hacerles caso.

Madre: Muy bien, crees que esa es la forma en que evitars que se ran de ti. Tcnica de extincin: Todo estmulo que no es respondido, se extingue. Cuando no se responde a un reclamo inadecuado de los hijos, habr inicialmente una explosin de llanto para captar la atencin y forjar una respuesta favorable. Luego, esta se ir extinguiendo poco a poco. Es imprescindible tener fortaleza para no ceder. Tcnica tiempo fuera: Consiste en terminar con el comportamiento indeseado de un nio separndolo de la situacin inconveniente donde se produce su mala conducta. Por ejemplo: un nio tira pedacitos de pan durante la comida y sus hermanos se ren. Lo ms eficaz ser llevarlo a comer solo. d. Reconocimiento de las buenas conductas: La medida del equilibrio con la que debemos tratar a nuestros hijos es establecer las medidas disciplinarias y luego, una vez mejorada la conducta, hacerles saber nuestra satisfaccin por el resultado. A menudo los padres no percibimos la importancia del reconocimiento y el aliento cuando los hijos se comportan adecuadamente. Es importante tener en cuenta que el buen estado emocional de los nios requiere que tengan confianza en s mismos. Para lograr esto, el reconocimiento de los padres ocupa un rol preponderante. Nuestro hijo necesita nuestra atencin. Si no la obtiene portndose en forma deseable y positiva, la buscar actuando en forma indeseable y negativa. El reconocimiento autntico, en el volumen y momento adecuados, demuestra al nio la atencin y la preocupacin paternas y lo ayuda a mantenerse en el buen camino. Tambin una sonrisa, un gesto, una palmada en el hombro comunican el apoyo y el reconocimiento de una conducta apropiada de nuestro hijo. Por ejemplo: Qu bien lo hiciste!, Qu bien que preparaste tus cosas solo!, Te felicito por lo bien que hiciste tus deberes. Stephen Covey, autor de varios libros, comenta que su madre le sola decir muy a menudo: Eres una persona maravillosa. l asegura que ese mensaje permanente le ayud a alcanzar grandes objetivos en su vida. 5. Qu es lo que no debemos hacer al poner lmites? Antes de encausar la conducta inadecuada de los hijos, es conveniente evaluar la forma en que respondemos habitualmente cuando stos no nos escuchan. Segn el Dr. Lyford-Pike las respuestas ineficaces de los padres se agrupan en dos categoras: a. Inseguras: se refiere a que los padres no establecen claramente a sus hijos lo que esperan de ellos o no respaldan sus palabras con hechos. Afirmacin inefectiva:

Las indicaciones en forma de pregunta, no slo no transmiten claramente lo que se espera de los hijos, sino que adems manifiestan falta de conviccin, debilidad o inseguridad por parte de quien las hace. Por ejemplo: Madre: Te ped que ordenaras tu cuarto, pero an no lo haces. Cuntas veces tengo que decirte que ordenes tus cosas?. La mayora de los hijos son plenamente conscientes de que estn haciendo algo inadecuado. Decirles slo lo que estn haciendo mal constituye un mensaje incompleto porque no transmite en forma clara y definida lo que queremos que hagan y cundo deben hacerlo. Por ejemplo: Todava no haces lo que te ped. Preguntas: El pedido paterno no funciona porque raramente el hijo puede o quiere explicarle el motivo de su comportamiento impropio. Por ejemplo: Cuntas veces tengo que decirte que termines los deberes?, por qu te portas mal conmigo? o por qu no me haces caso? La pregunta de la madre es insegura porque slo transmite disgusto materno sin expresar autoridad. Ruego: Por ejemplo: Madre: Anda a acostarte. Hijo: No tengo sueo. Madre: Es tarde y estoy cansada. Por favor, te vas a acostar. Hijo: Pero no estoy cansado. Madre: Pero yo s. Por favor... anda a dormir.... Cuando los padres ruegan, estn pidiendo a los hijos que les tengan compasin. Se transmite una imagen paterna de fragilidad y debilidad que induce a la desobediencia. Ignorar la desobediencia: Dar una orden sin verificar que se cumpla, es como decirle al nio: Tengo que darte esta orden..., pero si no me haces caso, no te preocupes porque no te pasar nada. Proceder as es minar la educacin en sus cimientos. b. Respuestas hostiles o agresivas: representan una mezcla equivocada de autoritarismo y exasperacin de nosotros como padres para lograr que los hijos se comporten de determinada manera. La respuesta hostil aleja al hijo porque lo hace sentirse rechazado por su padre. Cuanto ms gritemos a nuestros hijos, ms transmitiremos nuestra prdida de control y debilidad, haciendo que el mensaje carezca de autoridad. Formas de disminuirlos: Por ejemplo: Me vuelves loca. Eres un desastre. Amenazas sin contenido: Por ejemplo: Ya te la vas a ligar. Me las vas a pagar todas juntas. Si sigues portndote mal te voy a ..... Cuanto ms gritemos a nuestro hijo, ms inefectivo ser. El castigo debe tener un comienzo y un final. Cuando es excesivo, es frecuente que los padres

den marcha atrs, pasando as el mensaje de que pueden salirse con la suya debido a su incoherencia. Penitencias excesivas: Cuando nos damos cuenta de que la penitencia es excesivamente severa, muchas veces retrocedemos, lo que le da al nio un mensaje de debilidad e inconsistencia paterna. Pero otras, es un desahogo en un momento de frustracin. La penitencia pensada de antemano y con tranquilidad y de volumen acorde a la conducta impropia es generalmente til. Castigos fsicos: Los tirones de pelo, empujones o golpes son casi siempre resultado de una explosin paterna impensada, con efecto negativo sobre la educacin del nio. No conviene llegar a la agresin fsica. 6. Cules son las clases de familias segn cmo se ejerza la autoridad? travs declaustro: estas pginas hemos reflexionado acerca de la importancia a. ALa familia del rol de los padres como autoridad. Analizaremos las antes caractersticas propias Los nios necesitan padres que sean modelos de autodisciplina que predicadores de la misma. Aprenden lo que sus efectivamente hacen... Cuando para los padres exigen una de las tres clases de de familias enpadres el ejercicio de la autoridad identificar las rgida disciplina no practican lo que dicen), el nio resulta demasiado disciplinado... Un nio nuestras y as poder (y hacer las modificaciones necesarias. asprofesora es rgido, obsesivo, excesivamente controlado y obediente, ansioso por agradar a la gente y La Barbara Coloroso en su libro: Padres respetuosos, hijos dominado por la vergenza y por la culpa (John Bradshaw). responsables, explica que existen tres clases de familias segn la estructura que las mantiene unidas.

En la familia claustro, los nios son controlados, manejados y obligados a permanecer en estado de alerta. Sus sentimientos son ignorados, ridiculizados o negados. Los padres supervisan, dan sermones, ordenan, amenazan, recuerdan y se preocupan en exceso. La familia claustro es, en esencia, una dictadura. Las caractersticas bsicas de una familia claustro son: Jerarqua de control: Aqu mando yo. Letana de reglas estrictas: Te quedars aqu sentado toda la noche hasta que te termines la sopa. Puntualidad, limpieza, orden: Debes estar en casa a medianoche, ni un minuto ms tarde. Rgida aplicacin de reglas mediante la violencia de amenazas concretas o imaginarias: Abre la boca, ya te dije que si volvas a decir esa palabra te lavara la boca con jabn!. Intentos de quebrar la voluntad y el espritu del nio mediante el miedo y el castigo: Deja ya de llorar, o te dar motivos para el llanto. Aprendizaje de hbitos y rituales estrictos: Mientras vivas en esta casa, vendrs a misa con nosotros. Uso de la humillacin: Cmo puedes ser tan tonto?. Uso alternativo de amenazas y sobornos: Llegas a encender la televisin y te quedars en tu cuarto el resto del da. Marcado nfasis en la competencia: Eres mi hijo favorito, te quiero ms que a nadie. Las enseanzas tienen lugar en un clima de temor: Nos decepcionars si tus notas no alcanzaran para entrar a la universidad. El amor est totalmente condicionado: Si te portas bien, te quiero. Si no te portas bien, no te quiero ms. Roles sexuales estrictos y discriminados: Los hombres no lloran, no seas maricn. Ensear qu se debe pensar y no cmo pensar: Si a los nios se les ensea qu deben pensar, resultan ms fciles de manejar. Haz que pap se sienta orgulloso de ti. Riesgo de promiscuidad sexual, consumo de drogas y suicidio: En virtud de la carencia de una slida autoestima, los nios poseen un fuerte sentimiento de odio hacia s mismos, ira reprimida y furia. Soy fcil, mame, har todo lo que t quieras. Negativa a reconocer la necesidad de ayuda: Pap no est borracho, slo necesita dormir un poco. Ha estado trabajando demasiado. Las familias claustro dan pocas oportunidades a sus hijos para que descubran quines son y 8 quines llegarn a ser. No les permiten expresar sus opiniones ni sentimientos. Suelen volverse dciles y apticos, fcilmente manejables por cualquier figura con autoridad. Al llegar a adultos pueden formar pareja con personas que los controlan. Pueden maltratar a sus propios hijos y perpetuar el crculo vicioso.

b. La familia gelatina:
Los nios que crecen en una atmsfera en la que faltan el amor y el cuidado o en la que se dan de manera incongruente, entran en la adultez... sin tener un sentido de seguridad interior, ms bien, tienen... un sentimiento de no tengo lo suficiente y la sensacin de que el mundo es imprevisible y nada generoso, y la de que ellos mismos son poco queribles y poco valiosos (Scott Peck). El extremo opuesto a la familia claustro es la familia gelatina, aquella que carece de una estructura firme. Se puede dividir en dos clases, aunque el efecto sobre los hijos es el mismo: Familia gelatina de tipo A: La forma un progenitor proveniente de una familia claustro que se compromete a no criar a sus hijos tal como l fue criado. Este progenitor slo sabe actuar de acuerdo a reglas y reacciona segn los miedos. Como teme repetir el abuso del que fue vctima, se vuelve extremadamente laxo en la disciplina y tiende a asfixiar a sus hijos. Todo lo que el hijo desea, lo obtiene. Reina el caos en temas como la hora de ir a la cama, la de las comidas, las tareas, los permisos, la resolucin de conflictos, etc. Familia gelatina de tipo B: La forma un progenitor que psicolgica o fsicamente abandona a sus hijos obligndolos a valerse por sus propios medios. Este padre tiene problemas personales que lo mantienen totalmente centrado en s mismo. No hay nadie en casa que asuma la crianza. Los hijos se sienten abandonados y comienzan a desconfiar de los dems. Las caractersticas fundamentales de una familia gelatina son: Caos y anarqua en el entorno fsico y emocional: Espera, djame encontrar un lpiz en medio de este embrollo... Nios, no hagan lo!. Carencia de estructuras reconocibles, de reglas, de pautas: Los nios comen cuando tienen ganas, si engordan, engordan, no es culpa ma. Castigos y recompensas inesperados y autoritarios: Eres una nia tan dulce que te comprar ese vestido que viste ayer. Los sermones y los desprecios son herramientas utilizadas en las relaciones: Si no te hubieras gastado todo el dinero en esos juguetes insignificantes, ahora tendras para comprar ese que te interesa. Segundas oportunidades que se otorgan arbitrariamente: Ya s que te dije que si abollabas el auto, tendras que pagarlo. Esta vez lo pagar yo, pero la prxima tendrs que pagarlo t, te lo aseguro. Las amenazas y los sobornos son algo de todos los das: Si te sacas un excelente, te dar $10. Todo tiene lugar en una atmsfera de caos: Nunca hay tiempo para sentarnos y comer todos juntos. Las emociones gobiernan el comportamiento de los padres y los hijos: Estoy demasiado deprimida y cansada para levantarme del sof y preparar la comida para los chicos. Los nios aprenden que el amor est totalmente condicionado: Te querra mucho ms si te cortaras el pelo. Los nios son fcilmente dominados por sus pares: No quedars embarazada, te lo aseguro. Existe el riesgo de promiscuidad sexual, consumo de drogas y suicidio: A falta de una slida autoestima, los hijos buscan afecto y aprobacin mediante la actividad sexual, un sentido de pertenencia o de huida por medio de las drogas y una forma de evadirse del dolor en el suicidio. Los padres son indiferentes con respecto a los principales problemas de la familia y no

aciertan a reconocer la necesidad de buscar ayuda.

Los hijos se vuelven insoportables, maleducados, asustados y vengativos. Tienden a ser pesimistas y temen expresarse.

En una familia claustro o gelatina, los hijos pueden sobrevivir pero no pueden madurar plenamente.

c. Familia pilar:
La capacidad de vivir una vida basada en el amor, de ser no violentos, de ser generosos y de respetar los derechos y las necesidades de los dems, provienen de haber sido generosa y consideradamente amados y respetados (Rita Nakasima Brock). La familia pilar no es jerrquica, burocrtica ni violenta. Los padres no exigen respeto, lo demuestran y lo ensean. Los hijos aprenden a desafiar la autoridad que no es dadora de vida. Aprenden que pueden decir que no, que pueden escuchar y ser escuchados, que pueden ser respetuosos y respetados. La familia pilar aporta coherencia, firmeza y ecuanimidad, as como la tranquila y serena estructura que necesitan los nios para completar la percepcin de su verdadero yo. Los nios son estimulados y crecen para transmitir a los dems lo que han aprendido acerca del potencial del espritu humano. Las caractersticas bsicas de una familia pilar son: Los padres tejen una red de contencin para sus hijos, gracias a seis mensajes fundamentales que son transmitidos da a da: - creo en ti; - confo en ti; - s que podrs manejar las diferentes situaciones de la vida; - eres escuchado; - eres atendido; - eres muy importante para m. La democracia se aprende en la experiencia. Se crea un mbito propicio para la actividad creativa, constructiva y responsable. Las reglas se establecen con sencillez y claridad. Las consecuencias de un comportamiento irresponsable son naturales o razonables. La disciplina se maneja con autoridad que da vida al aprendizaje de los nios : A stos se les muestra qu han hecho mal, se les ofrecen maneras de solucionarlo. Su dignidad se deja a salvo. A los nios se les motiva para ser todo lo que puedan llegar a ser. Los nios reciben muchas sonrisas, abrazos y buen humor. Los hijos tienen una segunda oportunidad: Puedes volver a conducir el auto despus de que hables con la compaa de seguros y arregles un plan para la reparacin del guardabarros trasero. Hasta entonces, tendrs que caminar, andar en bicicleta o tomar un micro. Los hijos aprenden a aceptar sus propios sentimientos y a proceder responsablemente de acuerdo a esos sentimientos gracias a un fuerte sentido de autoconocimiento. La competencia y la cooperacin se aprenden y se estimulan mediante ejemplos. El amor es incondicional. A los nios se les ensea cmo pensar: Puedes decirme cmo te sientes y qu piensas que podemos hacer para solucionar ese problema?. Los hijos son alejados de la promiscuidad sexual, el consumo de drogas y el suicidio mediante refuerzo cotidiano de mensajes que promueven autoestima. La familia est dispuesta a buscar ayuda: Los problemas no se ocultan o se niegan. En nuestra condicin de padres, podemos proporcionar a nuestros hijos tanto estabilidad como flexibilidad, y la posibilidad de madurar en una estructura fsica, afectiva y moral dentro de nuestros hogares: una familia pilar. Sabemos que tanto nuestros hijos como nosotros nos merecemos el esfuerzo que significa cuestionar el pasado y establecer una nueva estructura que sustente nuestro hogar. Requiere de un compromiso constante con nosotros mismos y con nuestros hijos.

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7. Cmo convertir la norma en un valor? Los valores mueven la conducta desde adentro hacia afuera. Por el contrario, las normas mueven la conducta desde afuera hacia adentro. Las normas son externas, vienen desde afuera y ordenan hacia adentro. Los valores son internos y conducen desde adentro. Nuestros hijos pueden obedecer las normas o las rdenes sin comprenderlas, esperando nicamente evitar el castigo o una sancin. Entonces, cuando nadie los ve y nadie los puede sancionar, transgreden la norma. Pueden tambin obedecer las normas porque descubren el valor que se encuentra detrs de ellas. Entonces la norma tiene un sentido para ellos. Por ejemplo, nuestros hijos pueden evitar peleas con sus compaeros para no ser amonestados o pueden hacerlo por respeto a los dems. En un plano adulto, podemos cumplir con las seales de trnsito para que no nos pongan una multa o por respetar y cuidar nuestra vida y la de los dems. Cuando, como padres, nos esforzamos en que nuestros hijos descubran el valor que est expresando la norma, se produce una integracin en la conducta, una razn de ser en el hacer y la norma entonces se hace humana y personalizante. En este caso, nuestro hijo hace lo que realmente quiere, lo que significa un valor digno de realizarse. Por eso la comunicacin y especialmente la escucha emptica es tan importante, porque conduce al descubrimiento de valores. La relacin entre norma (por ejemplo: estudiar porque sino vendr una penitencia) y valor (estudiar porque es importante aprender) es similar a la relacin entre la motivacin extrnseca (estudiar porque se exige y para evitar una penitencia) y motivacin intrnseca (estudiar porque es importante aprender). Al comienzo en la educacin y mientras menores sean nuestros hijos aplicaremos ms la norma y la motivacin extrnseca. Sin embargo, esto se debe hacer con el fin de que descubran el valor en la norma y estn motivados intrnsecamente.

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Como nos dice el P. Horacio Sosa en su libro: Educar es sembrar valores, si la tarea de educar consiste en sealar caminos que permitan acceder a la verdad, ser desde este caminar como el educando, en este caso nuestro hijo, ir descubriendo y asumiendo valores que le permita ser en plenitud. B. LA TERNURA 1. Cules son los principios fundamentales para ejercer la ternura con nuestros hijos?: a. Aceptar a nuestro hijo y demostrrselo: El Dr. Thomas Gordon en su libro: Padres eficaz y tcnicamente preparados afirma que cuando una persona es capaz de sentir y comunicar aceptacin genuina a otra persona, posee la capacidad de ser un poderoso agente de ayuda e influencia para ella. Relata una paradoja sencilla pero maravillosa de la vida: cuando un hijo siente que es verdaderamente aceptado por sus padres, tal como es, entonces se siente libre de tomar esa aceptacin como punto de partida y empezar a pensar cmo quiere cambiar, cmo quiere crecer, cmo puede llegar a ser ms de lo que es capaz de ser. La aceptacin es como la tierra frtil, permite que una pequea semilla llegue a convertirse en la hermosa flor que est latente en ella. La tierra slo ayuda a la semilla a florecer; libera la capacidad que tiene para crecer, aunque la capacidad est adentro de ella. Como la semilla, nuestro hijo contiene enteramente dentro de su organismo la capacidad para desarrollarse. La aceptacin es como la tierra: nada ms permite al nio actualizar su potencial. De todos los efectos de la aceptacin, ninguno es tan importante como el sentimiento interior que nuestro hijo experimenta de sentirse amado. Esto se logra si, como padres, somos capaces de demostrarlo con autenticidad, ya sea a travs de palabras, gestos o manifestaciones de cario como el abrazo. Por qu la aceptacin paternal es una influencia positiva tan significativa para los hijos? La mayora de las personas cree que si acepta a su hijo, ste va a permanecer tal como es; que el mejor modo de ayudarlo es que se convierta en algo mejor en el futuro. Para ello sera necesario decirle lo que no se acepta de l ahora. Esto hace que la tierra proporcionada por los padres sea rida, spera, llena de evaluaciones, juicios, crticas, moralejas y sermones que expresan falta de aceptacin del hijo tal como es. El relato de una nia de 13 aos que est empezando a rebelarse contra los valores de sus padres nos aclara este punto: Me dicen tan seguido lo mala que soy, que mis ideas son estpidas y que no se puede confiar en m, que slo hago cosas que a ellos no les gusta. Si ya opinan que soy mala y estpida, entonces me sigo portando igual y hago esas cosas. La aceptacin de los hijos es un tema complejo porque est ntimamente relacionado con el nivel de conformidad y aceptacin personal. Un padre, que se acepta a s mismo tal cual es y presenta una elevada autoestima, tiende a aceptar a su hijo con facilidad. Lo contrario sucede en el caso del padre que

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tiene sentimientos de inferioridad y disconformidad consigo mismo, tiende a ser crtico y a no aceptar a su hijo tal cual es. b. Creer en la bondad de nuestro hijo: Esto significa jugarnos por todo lo bueno que hay en l porque creemos y confiamos plenamente en ste. Si trato a alguien por lo que parece ser de negativo y de acuerdo a sus falencias y limitaciones, si mi fe en su persona y en su futuro se nutre del pesimismo, nuestra actitud afianzar su ser negativo. Si trato a alguien con el asombro del que ve sus capacidades, hoy quizs pequeas pero con la certeza de que se reduplicarn, le ayudar a llegar lejos en su vida. La autoestima de nuestros hijos depende, en gran parte, de la imagen que tengamos de ellos y de lo que esperemos.

L. Evely, citada en el libro de P. Antonio Cosp nos puede iluminar en este sentido: Amar a un ser es creer, es esperar en l siempre. Los padres que no creen ya en las infinitas posibilidades de bien que encierran los corazones de sus hijos, no los aman, no tienen bastante fe y valor para amarlos. Entonces, los hijos se vuelven hacia el exterior, buscan alrededor de ellos un amigo, una amiga, un maestro, alguien que sabr creer de nuevo en ellos y que les permita crecer. Quien nos ama y cree en nosotros nos lleva a atrevernos a ser mucho mejores, ms tiernos, ms vulnerables, ms generosos que con ningn otro. Amar a alguien es dirigirle la llamada ms fuerte y ms imperiosa, es despertar en l un ser escondido y mudo que no puede resistirse a nuestra voz, un ser tan nuevo que ni siquiera el que lo lleva lo conoce, y tan sincero, sin embargo, que no puede dejar de reconocerlo, cuando surge pujante desde su entraa. (Nuestro Padre, ed. Atenas, Madrid, pg.43-44). Un corazn creyente es un corazn enaltecedor. ste logra liberarse de la conviccin que lo que educa es el exigir y protestar cada vez que el otro se comporta inadecuadamente. Es el amor que cree en lo mejor de nuestro hijo. Como vemos, esta actitud proviene de una perspectiva optimista, de un paradigma que nos llevar a actuar de tal manera que seremos un estmulo muy importante para que nuestro hijo d lo mejor de l mismo. c. Comprender a nuestro hijo: La palabra comprender nace a partir del verbo latino comprehendere que significa abarcar, tomar. Como nos ensea el Dr. Castell: qu se abarca y qu se toma con la comprensin? El alma de otra persona. La comprensin penetra y capta la interioridad del prjimo. Y quien abarca el alma del semejante puede establecer qu le est sucediendo a ste. Con ms razn esta comprensin es fundamental cuando se trata de nuestro hijo, cuando se trata de abarcar su alma.

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Romano Guardini expresa que la comprensin significa saber leer y escuchar lo que se pretende en el interior, partiendo de lo observado exteriormente. La comprensin no se deja engaar por lo aparente o por lo que muestra. Agudiza la mirada, afina la percepcin y sabe ahondar en la riqueza del alma humana. As devela motivaciones, expone a la luz razones que hacen inteligible la conducta. Romano Guardini explica que el comienzo de toda comprensin reside en que uno conceda al otro lo que es; que no lo considere con los ojos del egosmo, que por inters propio, le prescribe cmo ha de ser, sino con los ojos de la libertad, que empieza por decir: s el que eres, y luego: ahora querra saber cmo eres y por qu. Esta es la actitud con la que empieza toda comprensin. Presupone que se d a nuestro hijo el derecho a ser l mismo, que se lo considere como un ser que tiene un centro original, sus deseos y derechos propios. Slo entonces se puede preguntar con perspectiva de xito: por qu hace esto?, y hacernos preguntas que nos lleven a comprenderlo acabadamente. De acuerdo al principio procura comprender y despus ser comprendido, enseado por Stephen Covey, una vez que hemos logrado comprender a nuestro hijo, podemos buscar la forma de comunicar, con claridad, lo que deseamos que l comprenda. Si l no lo logra es necesario que nos cuestionemos si estamos siendo buenos emisores. d. Prestar atencin a las pequeas cosas: Es importante que, como padres, prestemos atencin a los detalles en la vida de nuestros hijos, como por ejemplo, sus estados de nimo, pensamientos, cuestionamientos, amistades, etc. Las pequeas bondades y atenciones son muy importantes. Las pequeas faltas de respeto van minando poco a poco una relacin. e. Mantener los compromisos: Respetar un compromiso o una promesa es sumamente importante; romperlo representa una prdida de confianza. No debemos hacer nunca una promesa que no podamos mantener. f. Aclarar las expectativas: Como padres debemos ser claros y explcitos en cuanto a las expectativas, qu es lo que esperamos de nuestro hijo?. A veces nos sucede que tenemos expectativas implcitas y suponemos que nuestros hijos deben adivinar cules son. Como consecuencia pueden surgir incomprensiones y fracturas en la comunicacin g. Demostrar integridad personal:

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La integridad incluye la veracidad pero fundamentalmente consiste en adecuar la realidad a nuestras palabras, es decir, mantener las promesas y satisfacer las expectativas. Uno de los modos ms importantes de poner de manifiesto la integridad es ser leales con quienes no estn presentes, es decir, no hablar mal de una persona que no est. De esta manera, construimos la confianza de los que s lo estn. h. Disculparnos sinceramente cuando cometemos un error: Se necesita mucha fuerza de carcter para disculparse con rapidez y de corazn. Los padres con poca seguridad interior no pueden pedir perdn porque ello los lleva a sentirse demasiado vulnerables.

Como conclusin... Como padres, deseamos que nuestros hijos tengan una personalidad armnica y que se integren socialmente en forma adecuada. Esperamos que sean personas autnomas y responsables. Sin embargo, muchas veces la forma en que los educamos no los llevarn a lograr lo que esperamos. Educar, como hemos visto, a travs de la firmeza y la ternura es que iremos sembrando da a da lo que nuestros hijos necesitan. Completando esta idea, es indispensable que recordemos que estamos formando vidas, vidas que no son nuestras sino de nuestros hijos de quienes esperamos sean autnomos y responsables. Esa es nuestra misin como padres, orientarlos, formarlos pero siempre dejndolos crecer.

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